Problemas éticos del periodismo contemporáneo

March 9, 2018 | Author: Alberto Martín Botton Becerra | Category: Journalism, Truth, Science, Technology (General), Philosophical Science
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ÉTICA Y PERIODISMO CONTEMPORÁNEO: ¿ENEMIGOS ÍNTIMOS? Por: Alberto Botton

Usted se levanta con una actitud optimista (o por lo menos trata de empezar bien el día.) Casi inmediatamente, se le ocurre encender el televisor y escoge el noticiero de su preferencia. Mientras desayuna algo a la “volada”, las imágenes

de

accidentes

de

tránsito,

crímenes,

suicidios…

invaden

violentamente sus ojos y siente como su rostro se desencaja progresivamente: ¿Cómo pueden transmitir ese tipo de noticias?, es la pregunta que esa “caja boba” escucha sin darle una respuesta. Si cree que este es el único problema ético del periodismo contemporáneo está muy equivocado y, más aún, si asume que la televisión es el único medio afectado por esta corriente amoral, que en “aras de una información veraz y efectiva” no entiende que los oyentes, lectores, televidentes, público en general, merecen ser tratados con respeto. La otra cara del exceso de la información es la difusión de mentiras en los contenidos noticiosos, donde la corroboración de fuentes informativas se toma a la ligera, cuando es un principio básico del periodismo. Calumnias, injurias, difamaciones que mancillan impunemente el honor de las personas, haciendo de esta profesión un circo de dimes y diretes, cuando el verdadero protagonista debe ser la noticia objetiva (o lo más cercano a esta característica) y no los periodistas. Alex Grijelmo, presidente de la Agencia EFE, nos habla del uso de las nuevas tecnologías, como el Internet, donde las injurias pueden permanecer en sus inmensos archivos. “La mentira reaparece con búsquedas segmentadas, no se pierde nunca en el océano de datos del ciberespacio. Se pesca enseguida, incluso sin querer...” Podemos inferir que, en parte, el Internet ha creado efectos contrarios en la labor del periodista, en contraposición a sus bondades e inclusive ha “relajado” las facultades de investigación del hombre de prensa que prefiere estar

sentado en una silla navegando, en vez de revisar los archivos del medio o salir al encuentro de la fuente oficial. Ana Lucía Duque, directora de la Escuela de Periodismo del diario colombiano El Tiempo, sintetiza la idea anterior afirmando que “Internet ha debilitado la disciplina de verificación y de investigación” (de los periodistas modernos.) Otros de los dilemas éticos es el empleo de un producto informativo anterior para elaborar una nota periodística, sin citar la fuente original. En este caso, no se ha descubierto la pólvora tampoco pero, no podemos negar que las habilidades técnicas para cometer esta falta han crecido de forma alarmante. FALSAS CONCLUSIONES, TRUCOS Y ALGO MÁS En distintos medios podemos percibir la gran cantidad de noticias que nos atiborran de detalles impactantes, sensibles, que buscan llamar nuestra atención. No obstante, ¿Cuántos de estos informes son interpretados de manera correcta por el periodista? Por ejemplo, cuando los medios nos presentan el asesinato de una mujer y el reportero relaciona al esposo como el presunto autor del crimen, por el simple hecho de que era celoso o, porque “testigos presenciales” le contaron que días previos, ambos discutieron en plena vía pública, asumiendo sus dotes de “Sherlock Holmes” o de juez encargado del proceso. En este ejemplo, los hechos ciertos pueden conducir a una conclusión falsa; o al menos, a una conclusión no comprobada. Sobre este vicio ‘analítico’ en el periodismo, Grijelmo explica que “aumenta el peligro de que esta técnica sirva para que el periodista construya por su cuenta la hipótesis y la explicite, confundiendo lo verosímil con la verdad; confundiendo relaciones ciertas con relaciones falsas.” Y si hablamos de problemas de percepción, una práctica de moda, en complicidad del reportero gráfico y el editor informático del medio, es el uso (y

abuso) de los retoques fotográficos que hacen que una imagen pueda generar en la gente ideas equívocas o distorsionadas de un hecho noticioso y, lo que es más grave, de la realidad. Si bien no es tan condenable corregir, por motivos estéticos, fotos de personajes de la farándula o del ambiente artístico, la traba ética comienza cuando, se daña el concepto que la sociedad tiene de una persona pública (ligada a la política, espectáculos, etc.), a través de montajes fotográficos que la relacionan con personajes moralmente polémicos o de dudosa reputación y, en el colmo de la falsedad, envueltos en escenarios creados por una computadora. De igual manera, sucede en los casos de portales Web noticiosos que acopian videos, cuyos contenidos nos llevan a dudar sobre su legitimidad, debido al avance de las tecnologías o, contrariamente, a asimilarlos como parte del mundo real. LOS NUEVOS PROBLEMAS ÉTICOS DE HOY ¿Cuántas veces hemos descalificado la información sin periodismo que los medios de comunicación masiva nos ofrecen diariamente? Este flagelo está llevando a la población a consumir noticias cuya esencia ha sido sesgada, viciada y, hasta cierto punto, manipuladas por intereses particulares. ¿Qué pasaría si el anunciante más importante de una empresa de comunicación tiene vínculos con el narcotráfico? ¿El medio de masas no se sentiría en la obligación de defender a su cliente? El problema se agrava aún más cuando el ente informativo pasa por momentos muy malos, económicamente hablando, y sus ansias de mantenerse en el mercado lo obligan a “venderse” al mejor postor, fomentando un irrespeto sistemático hacia la comunidad. La independencia para informar es imposible si no está acompañada de la independencia económica y de gestión y, con más razón si, aunque duela aceptarlo, la tendencia a que los periodistas estén gobernados por la política y el mercado, sean cada vez más notoria.

Referente a esta situación, Javier Darío Restrepo, uno de los más notables exponentes de la ética periodística en América Latina, nos da un impulso positivo de no bajar los brazos ante estos atropellos, afirmando que “entre más poderosas sean las fuerzas que tratan de influenciar al periodismo, más necesidad hay de una ética profesional”. La ética profesional en el periodismo contemporáneo también está siendo afectada por una tendencia que está vinculada con la opinión: el anonimato. Cuando alguien brinda una información valiosa o expresa su punto de vista debe identificarse, aceptando las consecuencias que traerá dicha iniciativa. Pero ni siquiera en el espacio de “cartas al director”, el comunicante lo hace adecuadamente; y lo más lamentable, en oportunidades, algunas publicaciones llenan esa plaza con información de sus propios redactores, adjudicándose una falsa transparencia y entendimiento con la opinión pública. De lo mencionado, podemos derivar un conflicto ético ¿Los medios escritos tienen derecho a censurar los insultos, corregir las faltas ortográficas de los lectores o reducir del contenido de la opinión del lector? Y así, podríamos nombrar muchos más problemas éticos que, en la actualidad, perjudican el espíritu sustancial del Periodismo: La búsqueda de la verdad. Empresas de comunicación social, periodistas y la sociedad, todos tenemos un compromiso. Responsabilidades individuales que están ligadas con la libertad de expresión, información, opinión y de difusión de la información. Derechos que serán válidos cuando tomemos conciencia de lo que es periodismo de utilidad y desarrollo para todos. Y, lo más elemental, que la tarea profesional del periodista no se separe de los códigos éticos; que no quede sólo en teoría sino que se haga práctica, que se convierta en moral. Cuando entremos a trabajar en algún medio escrito, radial o televisivo, sabremos que esta tarea no es fácil. Luis Miró Quesada de la Guerra lo dijo alguna vez: «El periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios». ...

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