Problemas Ambient Ales de Mendoza

July 28, 2017 | Author: Mabel Beatriz Maiz | Category: Earthquakes, Erosion, Soil, Water Pollution, Sustainable Development
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I. Subsecretaría de Medio Ambiente 6. Problemas Ambientales.

El ser humano se encuentra en constante interrelación con su entorno. Cuando éste le produce algún perjuicio es que se habla de problemas ambientales. Estos pueden provenir directamente de la naturaleza, cuando el hombre se instala en sitios cuyos procesos naturales lo perjudican; o bien tener su origen por causas humanas o antrópicas, es decir, que el hombre interviene en los ciclos naturales generando un daño que, finalmente, se vuelve contra él mismo.

Problemáticas de origen natural: GRANIZO (*) (*)GRANIZO: consiste en granos de agua congelada, semitransparentes, redondos o raramente cónicos, con un diámetro de 2 a 5 mm. El PEDRISCO, en cambio, está compuesto por glóbulos o trozos de hielo, cuyo diámetro varía de 5 a 50 mm o aún más, que caen, ya sea aisladamente, o juntos con pedazos más irregulares. Capitanelli, R. Sequedad, flagelos climáticos y problemas socioeconómicos derivados. En: Problemas del Medio Ambiente de la Provincia de Mendoza, Ecogeo, Mendoza, 1997. Citando a Bergeron, Montevideo 1939. Este fenómeno natural, producido en época estival, produce graves daños en los cultivos que se encuentran concentrados en una pequeña porción de la superficie terrestre. "Si se centra el análisis solamente sobre los daños ocasionados a los viñedos, dejando de lado los demás tipos de cultivos, gastos en sistemas inútiles de defensa contra el meteoro, la incidencia en las cosechas subsiguientes sobre las plantas dañadas, las especulaciones que los siniestros generan, etc., las pérdidas que el granizo genera solamente en viticultura son cuantiosas: más del 13% anual del total de la producción. Con términos más ilustrativos, se puede estimar que se lleva el salario de todo el año de unas 8.200 familias." (Capitanelli, R. Sequedad, flagelos climáticos y problemas socioeconómicos derivados. En: Problemas del Medio Ambiente de la Provincia de Mendoza, Ecogeo, Mendoza, 1997, p 19.). Estas pérdidas afectan la capacidad de solvencia económica del gran cantidad de familias o, incluso, empresas, repercutiendo a su vez en los circuitos económicos provinciales. Se han intentado varios métodos para combatir el flagelo o, en su defecto, ponerse a resguardo de sus consecuencias. Entre los primeros se pueden mencionar los cohetes antigranizo o la siembra de nubes, que si bien reducen el peligro no lo anulan totalmente. Más efectivas resultan las mallas antigranizo, consistentes en telas metálicas o sintéticas que cubren los cultivos sin afectar su crecimiento. Sus buenos resultados

están favoreciendo la extensión de este método, sin embargo, debido a su costo no es aplicable por todos los productores.

Heladas Este flagelo se produce cuando se asocian las bajas temperaturas con un bajo nivel de humedad atmosférica. Esta situación, si bien es sumamente frecuente en nuestra provincia, no aparece como problemática dentro de los meses invernales, ya que los cultivos no se encuentran en una etapa vulnerable de su ciclo vegetativo. Sin embargo el riesgo se incrementa ante la posibilidad de que el fenómeno se produzca fuera de esta época, en las denominadas "heladas tempranas" (marzo - abril) y "heladas tardías" (setiembre - octubre, o noviembre en el sur de la provincia), puesto que afectan al producto aún no cosechado en el primer caso, o a los brotes tiernos o floraciones en el segundo. Un problema asociado a este fenómeno es la práctica difundida entre los productores de utilizar quemadores para combatir el frío, proceso que si bien cumple con su objetivo en cierta medida, genera gran cantidad de humo que se desplaza en forma de nubes que en ocasiones afectan a los centros urbanos aledaños o incluso a los que se encuentran alejados decenas de kilómetros.

Viento Zonda Se produce cuando el viento proveniente del Océano Pacífico pierde su humedad al ascender la cordillera de Los Andes, dando origen a intensas nevadas en alta montaña. Ya en territorio argentino, el descenso por la vertiente oriental produce el calentamiento del aire a razón de 1ºC cada 100 metros aproximadamente, así como el incremento de su velocidad. Aparece con mayor frecuencia entre mayo y octubre. Los problemas generados por este fenómeno son numerosos. En las áreas cultivadas pueden quemar brotes tiernos y hojas, o adelantar el ciclo vegetativo de algunas especies exponiéndolas al riesgo de heladas. En las zonas urbanas o a lo largo de rutas y caminos, la caída de árboles incrementa la proporción de accidente automovilísticos o daños en general, potenciados por la disminución de la visibilidad debido al polvo transportado. Son conocidos también los trastornos producidos sobre la salud, tales como alergias, dolores de cabeza y afectación de las vías respiratorias.

Topológicas:Sismos

Este tipo de peligro se asocia a la teoría de la Tectónica de Placas, por encontrarse al oeste de la República Argentina, en una zona de gran complejidad sísmica, y por lo tanto expuestos a la recurrencia de este tipo de fenómeno telúrico. Es la zona de subducción de la Placa de Nazca debajo de la Sudamericana, área donde se evidencian la presencia de numerosas fallas activas y en donde los focos de los epicentros se encuentran entre los 50 y 100 Km. es decir de tipo superficiales, hecho éste que le da mayor poder destructivo cuando se hacen presente. Sismo: consiste en la liberación de la energía interna de la tierra acumulada durante años y por lo tanto produce la deformación de la corteza terrestre. Las causas de este fenómeno se debe al choque encontrado de las dos Placas tectónicas, las fuerzas que desarrollan la liberación de esta energía produce agrietamientos conocidos con el nombre de fallas geológicas, en donde se libera la misma se originan los sismos. Estos pueden darse a escasa profundidad y por ende las consecuencias son de alta peligrosidad ó a grandes profundidades en donde los daños serán menores. Para realizar el análisis y la medición de un sismo se tienen en cuenta elementos como: · energía, · ubicación del epicentro, · y su manifestación en superficie. La magnitud de la energía liberada, como la ubicación del sitio de ocurrencia: hipocentro, está en relación directa a la distancia y al suelo por donde transita la onda expansiva. Su manifestación en superficie, está en relación directa a: · la magnitud del sismo, · la distancia del epicentro, · de las propiedades geológicas de la zona y · la frecuencia de sus manifestaciones

Considerando la recurrencia o frecuencia de las manifestaciones y en función de los antecedentes sísmicos históricos y las características tectónicas de la zona, se ha considerado según los estudios realizados por el INPRES, que la zona de mayor compromiso sísmico y que podría afectar al aglomerado mendocino es la delimitada por los paralelos de 30º y 34º de latitud sur y los meridianos de 67º 5´´y 69º 5´ de longitud oeste. Existen otros factores asociados a los movimientos sísmicos que se dan sobre las ciudades como es el caso de: · Amplificación de las ondas sísmicas por parte de los suelos: asociado a las características de los mismos y sobre los cuales se asientan los edificios de las ciudades. Se puede ejemplificar con movimientos sobre suelos rocosos que ocurren a ciertas distancias de las ciudades y no ejercen ningún poder destructivo, caso contrario resulta cuando se presenta en suelos blandos y por lo tanto la onda se amplifica. · Licuación de suelos: se presenta en suelos arenosos saturados y por lo tanto se produce un hundimiento del mismo. Esto ocurre por causa del aumento de presión sobre el agua contenida en el suelo por la manifestación de la onda sísmica, lo que puede resultar catastrófico. · Movimientos en masa: los terrenos montañosos pueden sufrir deslizamientos o derrumbes como consecuencia del empuje sísmico de la tierra. Este fenómeno puede ocurrir después de ciertas horas ó días de ocurrido el fenómeno. · Asentamiento del suelo: ocurre en terrenos poco consolidados o apoyados en suelos que hayan sufrido licuefacción. Fuente: Ing. Juan Castano -Lic. Verónica Castano INPRES, San Juan 1996

Erupciones Volcánicas

Aunque de menor frecuencia que los sismos, las erupciones volcánicas son un riesgo concreto en el sur de la provincia. En nuestro territorio no son frecuentes los casos de asentamientos en las inmediaciones de un volcán activo, por lo que el riesgo proviene principalmente de los materiales arrojados por los mismos. Lo más frecuente es que grandes cantidades de cenizas sean arrojadas a la atmósfera y distribuidas por los vientos sobre grandes superficies. Los efectos más perjudiciales son la pérdida de vegetación, generalmente pastos consumidos por el ganado, afectación a las vías respiratorias y contaminación de los recursos hídricos superficiales, entre otros.

Avalanchas y derrumbes Los derrumbes son desprendimientos de rocas de las laderas montañosas causadas por fuerzas internas o externas, en tanto que las avalanchas están constituidas en su mayor parte por nieve acumulada que se desprende, arrastrando con ella rocas y otros elementos. En nuestro medio son los caminos de montaña los que más expuestos están a estos fenómenos. En el caso de la Ruta Nacional Nº 7 puede implicar el aislamiento de vehículos poniendo en peligro a los conductores. El impacto también es significativo en términos económicos debido al retraso de entrega de productos trasportados.

Problemáticas de origen humano Incendios de campos Los incendios, propiciados por la aridez, pueden tener su origen en causas naturales, de las cuales la más frecuente es la caída de rayos durante las tormentas de verano, o ser producidos por el hombre, ya sea por descuido o de manera intencional. Es una práctica frecuente realizar incendios para renovar pasturas en las áreas ganaderas, como también para limpiar de malezas el terreno. Sin embargo, si se sale de control, el fuego avanza destruyendo vegetación que puede tardar bastante tiempo en recuperarse, dejando si hábitat a numerosas especies animales y eliminando la protección natural de los suelos ante la erosión(*). (*)EROSIÓN: proceso de desgaste de los relieves producido por el viento (erosión eólica), la lluvia (erosión pluvial), los glaciares (erosión glaciar), los ríos (erosión fluvial) y otros agentes exógenos.

Desertificación Es el avance del desierto sobre zonas rurales o naturales. Originado por el accionar del hombre, puede deberse a malas prácticas agrícolas, abandono de tierras, sobrepastoreo, etc. El proceso consiste en la degradación de la

cobertura vegetal que es, a su vez, la que protege los suelos. Dado que el suelo(*) demanda largos periodos para su formación y que sin su presencia es dificultoso el arraigo de la vegetación, este proceso es de difícil reversión. (*) SUELO: capa superficial de espesor variable compuesta por minerales y materiales orgánicos. La proporción de estos elementos, así como la porosidad, granulometría y otros parámetros varían dando origen a distintos tipos de suelo según el proceso de su formación.

Salinización de suelos Los suelos de nuestra provincia, sobre todo en las llanuras del este, constan de por sí de una alta salinidad, causa de la poca profundidad a que se encuentra la napa freática que asciende debido a la alta evapotranspiración causada por el clima seco. La forma más común de combatirla es mediante el lavado de suelos, es decir dejar correr el agua para que elimine el exceso de sales. Los problemas de salinización frecuentemente son agravados por malas prácticas agrícolas tales como el riego insuficiente en pos del ahorro de agua, o la incorrecta nivelación del terreno impidiendo un buen drenaje del agua utilizada. Es común la presencia de este problema en los bordes de los oasis, que se transforman en franjas críticas en las que se puede dar paso a procesos de desertificación.

Sobrepastoreo La pobreza de la cobertura vegetal de nuestra provincia limita la cantidad de cabezas de ganado que pueden introducirse en nuestros campos, determinando un tipo de ganadería extensiva. Cuando este límite es sobrepasado, no se permite la recuperación del estrato herbáceo, que se reduce gradualmente. Estos procesos aparecen muy marcados en la zona de montaña. La cabra particularmente, que es el principal componente del ganado en Mendoza, arranca de raíz la planta que consume, retardando así más su regeneración. "Como consecuencia de la destrucción de la cobertura vegetal, el suelo aparece desprotegido y fácilmente deteriorado, sobre todo por los procesos de erosión y acumulación que producen el agua y el viento. No hay que olvidar que la cubierta vegetal actúa en la conservación del suelo como freno físico - mecánico al avance del agua, del viento, como así mismo de los sedimentos transportados por aquellos. También fija el suelo con sus sistemas de raíces. La cobertura vegetal favorece la

infiltración y el almacenamiento de la humedad edáfica en los perfiles del suelo. Actúa en los fenómenos de adición de materia orgánica y en la transformación de los mismos, como así también en su conservación. Por último, favorece los procesos edafogenésicos, de estructuración y de disponibilidad de nutrientes de las capas arables. Todo esto demuestra el grado de importancia que posee la protección de la vegetación en nuestra provincia, a pesar de su pobreza" (Alessandro de Rodríguez, M. Fenómenos de deterioro del medio natural y antrópico. En: Problemas del Medio Ambiente en la Provincia de Mendoza. Mendoza, Ecogeo, 1997.).

Actividad ladrillera Es un problema sumamente grave teniendo en cuenta que esta actividad se asienta en los oasis, debido a la cercanía del mercado consumidor, utilizando como materia prima el suelo, en muchos casos, de gran aptitud agrícola. La capa fértil es utilizada en su totalidad, situación irreversible dada la lentitud de los procesos de formación del suelo.

Aluviones Los aluviones tienen su origen en la combinación de factores climáticos y geomorfológicos. Se producen cuando las tormentas de verano descargan gran cantidad de agua en un breve lapso de tiempo y en una superficie reducida de pendiente pronunciada. Estas características, presentes en todo el piedemonte mendocino, producen el violento descenso del agua, que arrastra gran cantidad de rocas y otros materiales que encuentra a su paso. Este fenómeno que tiene su origen en factores del medio natural, se incluye entre las problemáticas de origen antrópico por dos razones: la primera de ellas es que si bien la naturaleza genera los aluviones, es el hombre el que los potencia mediante la eliminación de la vegetación natural del piedemonte que es la que permite la infiltración de parte de las aguas; al desaparecer ésta el suelo se compacta e impermeabiliza facilitando el escurrimiento del agua. La segunda razón es que en gran medida la peligrosidad de los aluviones reside en que el hombre realiza muchas de sus actividades y ha construido viviendas e infraestructuras sobre los cursos naturales que siguen las avenidas de agua.

Contaminación atmosférica La contaminación atmosférica puede ser producida por partículas en suspensión, ruidos, olores, gases, etc. Las principales zonas contaminadas son las urbanas, por estar allí concentradas, en una superficie reducida, la mayor parte de las fuentes contaminantes: industrias, automotores, viviendas, etc. Sin embargo existen también fuentes en áreas rurales que afectan a la población de ambas áreas. Entre estas pueden contarse a las agroindustrias,

ripieras y cementeras, y eventualmente la quema de combustibles y neumáticos con el fin de combatir a las heladas, práctica muy difundida entre los productores rurales de varias zonas de la provincia. No obstante, los factores naturales también se conjugan para favorecer este tipo de contaminación. La gran cantidad de días con calmas no permiten que los contaminantes se dispersen, a lo que se suma en ocasiones las situaciones de inversiones térmicas, es decir que una capa de aire caliente se ubica por encima del aire frío, impidiendo que este ascienda dispersando los contaminantes. Un factor importante es el viento zonda que agrega gran cantidad de polvo a la atmósfera.

Residuos sólidos La disposición de los residuos es un problema común a las ciudades que actualmente en nuestra provincia es solucionado mediante volcado en vertederos públicos. No existe por el momento (aunque sí está planeado para el futuro) la clasificación y reciclado de los residuos. Estos basurales son planificados en áreas que reúnan ciertas características naturales, como suelos impermeables, que impiden en parte que la contaminación afecte otros ámbitos. Sin embargo, existe en las áreas urbanas y rurales gran cantidad de basurales clandestinos que permiten la contaminación por olores, infiltración de fluidos y proliferación de especies dañinas, tales como ratas y distintas variedades de insectos entre otras. Estos basurales aparecen en baldíos de la ciudad o en terrenos abandonados o naturales del campo, así como a lo largo de rutas y caminos.

Contaminación de los recursos hídricos El nuestro es un medio árido, por lo que el agua debe ser considerada un bien precioso. No obstante, diversos problemas afectan tanto a los cursos superficiales como a la napas subterráneas. Los cursos superficiales son contaminados principalmente por efluentes de las industrias, que vierten el agua utilizada en los procesos de fabricación, así como otros subproductos, directamente en ríos y canales de riego, sin un procesamiento previo de depuración. Actuales normativas tienden a corregir este comportamiento. Otras fuentes contaminantes son los desechos domiciliarios tales como agua jabonosa de lavaderos y cocinas, que en las áreas urbanas sin servicio de cloacas suelen ser vertidos directamente a las acequias. Este mismo problema puede presentarse también en áreas rurales, sin embargo no es de gran magnitud debido a la menor densidad poblacional. En estas áreas sí debe ser considerado el problema del lavado de agroquímicos, productos que son llevados por el riego hacia los desagües de las fincas y que finalmente se incorporan al agua que será reutilizada por sectores más bajos. Las áreas rurales se enfrentan además al problema derivado de las plantas depuradoras de efluentes, tales como Campo Espejo y Paramillos, que si bien disminuyen en gran

medida los niveles de contaminación del agua, no es recomendada para todo tipo de cultivos. A esto deben sumarse los residuos (envases de plástico, pañales, latas, etc.) arrojados a canales y cauces de riego. Otro grave problema que se enfrenta principalmente en el oasis norte, y en este, el área urbana del Gran Mendoza, es el riesgo de accidentes de camiones que transportan productos tóxicos por la ruta nacional Nº 7 en alta montaña, cuya carga cae en el río Mendoza, debiendo ser necesario cortar el suministro de agua a la ciudad hasta que el problema sea solucionado. Este factor se verá mitigado en parte gracias a la construcción de la presa Potrerillos, el nuevo trazado de parte de la mencionada ruta y, en caso de resolverse la situación, la reapertura del ferrocarril trasandino, que sería utilizado para el transporte de este tipo de productos. En muchas áreas de la provincia el agua subterránea es un importante complemento de la superficial para el riego, y en algunas áreas urbanas, sobre todo en los departamentos del este provincial puede ser la principal fuente de agua para consumo humano. Los orígenes de la contaminación pueden ser variados, pero se pueden considerar como principales la infiltración de contaminantes desde sistemas cloacales saturados o pozos sépticos mal construidos. Los pozos para extracción de agua para riego pueden actuar como conductos de contaminantes si no son sellados (rellenados con cemento) cuando se abandona su uso. Por otra parte, constituyen un grave problema los residuos líquidos derivados de la actividad petrolera, principalmente la reinyección del agua salobre que es extraída conjuntamente con el petróleo, ya que si la operación no se realiza con sumo cuidado puede contaminar aguas aptas para el consumo. También, aunque en menor medida gracias al mayor control ejercido, son riesgosos los derrames superficiales que, en suelos arenosos, se infiltran rápidamente alcanzando las napas subterráneas. II. El Portal del Medio ambiente 3/08/2005

Las consecuencias de la desertificación • • •

Publicado: | Categorías: o Desertificación

Las causas son el sobrecultivo, la utilización excesiva de las tierras para el pastoreo y la deforestación, que derivan en agotamiento y erosión del suelo. La productividad del suelo disminuye, se reduce la producción de alimentos, se le quita a la tierra su cobertura vegetal y todo ello impacta en forma negativa en áreas que no están afectadas directamente por estos síntomas, causando inundaciones, salinización del suelo, deterioro de la calidad del agua y obstrucción de ríos, corrientes y reservorios con sedimentos. La búsqueda de máximos beneficios a corto plazo de la agricultura intensiva se ha convertido en la principal causa de degradación de los suelos y el agua y, por tanto, de los procesos de desertización. El elevado consumo de agua, la fuerte mecanización y la utilización de productos agroquímicos, constituyen los elementos característicos de la agricultura intensiva, cuyo incremento en los últimos tiempos, está propiciando un aumento de la presión y degradación de nuestros suelos. Más del 30% de la superficie del Planeta lo constituyen áreas susceptibles a la desertización. En ellas viven en torno a mil millones de personas, que en menos de unas decadas será muy difícil alimentar a la creciente población. Los más perjudicados son los países de África, de algunas zonas de Asia del este y del sur, y de Sudamérica. La imagen de Argentina como granero del mundo y productora de cereales y carnes en abundancia no se ajusta a la realidad: la porción continental de la República Argentina posee una superficie de 2.700.000 km2, en la cual aproximadamente sólo el 25% corresponde a regiones húmedas y subhúmedas. El 75% restante (15 % de zonas semiáridas y 60% de zonas áridas) presenta riesgo de desertificación. Además, un tercio de la población del país (9,5 millones de personas) vive en zonas secas, y de éstas proviene alrededor de la mitad de la producción agropecuaria nacional. Ya no se trata de una posibilidad: el 40% de la superficie continental del país se encuentra afectado por procesos que están degradando sus tierras. En la Pampa Semiárida, con suelos arenosos de pendientes suaves, se generalizó la agricultura con prácticas incorrectas y el sobrepastoreo en las áreas más secas. Las sequías periódicas desataron procesos de erosión eólica dando origen a médanos y exponiendo los suelos a la erosión hídrica. En la Patagonia, estepa con relieve de mesetas, la causante principal de la desertificación está dada por el sobrepastoreo ovino. Los sistemas ganaderos extensivos establecidos hace más de un siglo no contemplaron el uso sustentable del pastizal natural, acentuando sus condiciones de aridez por disminución o eliminación de la cubierta vegetal. Coexisten en el ambiente patagónico los valles irrigados con severos procesos de salinización y revenimiento. Actualmente más de 30% de la superficie de la región se encuentra afectada por procesos erosivos eólicos e hídricos graves o severos. El Chaco Semiárido gran planicie ubicada en el centro norte del país, presenta un ecosistema forestal sujeto a desmonte masivo y sobrepastoreo, que junto a la agricultura intensiva, expone los suelos a las precipitaciones y temperaturas extremas, generando pérdidas en fertilidad y eficiencia hídrica, y procesos erosivos. En el área de Cuyo coexisten importantes áreas bajo riego, con problemas de salinización y revenimiento freático (oasis de cultivo), con extensas llanuras fluvioeólicas sujetas a sobrepastoreo y deforestación.

Hay que tener presente que los impactos no sólo tienen relación con el medio ambiente, repercute también en los sistemas sociales y económicos. Si bien las consecuencias ambientales corresponden a la destrucción de la fauna y flora, la reducción significativa de la disponibilidad de los recursos hídricos y deterioro físico y químico de los suelos genera una pérdida considerable de la capacidad productiva, provocando cambios sociales (como las migraciones) que desestructuran las familias y acarrean serios impactos en las zonas urbanas, para donde se desplazan las personas en busca de mejores condiciones de vida. Los cultivos intensivos han sido y son una de las principales causas de pérdida de suelo fértil. Los países ricos aplican su tecnología y sus capitales para incrementar la producción de las tierras. Los países pobres incrementan su producción de alimentos a través de nuevas roturaciones y desmontes. La falta de mercado interior obliga a producir para mercados exteriores muy competitivos. Las poblaciones en crecimiento sobreexplotan sus tierras y, debido a esto, tienen que emigrar cuando ya han agotado todos sus recursos. Son los problemas añadidos, consecuencia de la desertización y destrucción del medio. El incremento de la población incide en la pérdida de suelo fértil, ya que se necesita espacio para edificar. El ritmo de crecimiento demográfico actual reducirá en un tercio la superficie agrícola por persona, en las próximas generaciones. La forma más antigua de llegar a la desertización de un terreno está ligada directamente a la supervivencia de los pueblos y la provoca el hombre. El llamado sobrepastoreo es decir, mantener demasiado ganado en una superficie dedicada a pastos acarrea la pérdida de especies comestibles y el consiguiente crecimiento de especies no comestibles. Si la excesiva presión de pastoreo continúa, la pérdida de la cubierta vegetal puede llevar a la erosión del suelo. Muy ligada a esta causa aparece la sobreexplotación, en la que el suelo se agota por la pérdida de nutrientes y la erosión. Si se acortan los periodos que las tierras quedan en barbecho, es decir, libres de todo cultivo o se abusa del uso de técnicas mecánicas que producen una pérdida generalizada de suelo, estaremos frente a un futuro de tierras infértiles y secas. También la tala excesiva de vegetación, para crear tierras agrícolas y pastizales, pero sobre todo para destinarla a leña caracteriza las tierras secas de los países en desarrollo provoca que, en regiones enteras (como el Sahel en África), los alrededores de las ciudades carezcan por completo de árboles. La salinización del suelo consecuencia directa del el uso de técnicas agrícolas rudimentarias y prácticas poco apropiadas, unido a la mala gestión de los programas de irrigación, es otra de las causas directas de la muerte de la tierra. Todos estos factores son inherentes a la presencia del hombre en la Tierra, pero en el último siglo se le sumó otra actividad humana altamente devastadora: el turismo, sobre todo la preparación urbanística destinado a alojarlo. No es raro encontrar en zonas cálidas complejos que bien parecen oasis en desiertos. Las aguas, en muchas ocasiones subterráneas, que la naturaleza destina a hectáreas se canalizan para servir a unos cuantos metros cuadrados, en clara disminución de las demás tierras. Para dominar la desertificación es indispensable que las sociedades humanas aprendan otra vez lo que aprendieron por primera vez hace miles de años, esto es, que la vida social y cultural sólo es posible en las zonas secas si se es capaz de elaborar una economía que esté en armonía con la naturaleza, adaptada a las condiciones del lugar. Para una lucha eficaz frente al problema de la desertificación se hace imprescindible desarrollar acciones de prevención y de recuperación. Para la prevención se requiere planificar un adecuado manejo del recurso suelo, conservar los bosques, evitar el sobrepastoreo, utilizar métodos adecuados de irrigación, mejorar los pronósticos de

sequía a largo plazo y combatir la pobreza rural. Para la recuperación de áreas ya degradadas es necesario reforestar, mejorar el uso del agua y fijar medanos. Técnicamente, las áreas afectadas por la desertificación pueden ser "restauradas" cuando se recupera el ecosistema a través del abandono del mismo, lo que reduce la presión de uso de los recursos y posibilita la recuperación de los componentes originales del ecosistema, logrando una restauración de éste y de su capacidad de sostenimiento, "rehabilitadas" cuando se recupera el ecosistema original a través de un mejor manejo, lo que produce un cambio permanente o "habilitadas" cuando se recupera el ecosistema por medio del agregado de elementos ajenos a él, tales como especies vegetales exóticas, construyendo un ecosistema distinto del original pero que puede ser manejado en forma sustentable. En todo caso resulta imprescindible realizar las siguientes acciones, tanto para la prevención en áreas susceptibles como para la recuperación en áreas degradadas: " Mejorar las condiciones sociales, culturales y económicas. " Prevenir el avance de la erosión y el deterioro de la vegetación. " Planificar el uso del suelo " Realizar actividades agrícolas con técnicas de labranza conservacionistas " Utilizar sistemas de riego que eviten los peligros de sedimentación y salinización. " Desarrollar variedades de vegetales resistentes a la sequía. " Mejorar los pronósticos de sequía a largo plazo y sistemas de alerta temprana. " Conservar los bosques nativos y reforestar E III. El Portal del Medio ambiente Miércoles, 9 de Junio, 2010 Portada : Recursos : Noticias de la industria ambiental

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Espana: Conclusiones del II Congreso Internacional Oasis y Turismo Sostenible -Tribuna del Agua de EXPO ZARAGOZA 2008 27 agosto 2008

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La Cultura del Oasis celebro el II Congreso Internacional Oasis y Turismo Sostenible en Tribuna del Agua de EXPO ZARAGOZA 2008

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La Cultura del Oasis es una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es contribuir a asegurar la supervivencia, conservación, rentabilidad económica y promoción de los oasis a través del desarrollo de estrategias social y medio ambientalmente sostenibles para su puesta en valor y su transformación en factor de desarrollo económico para las comunidades locales que los habitan. El hito que marcó el punto de partida de la Asociación La Cultura del Oasis fue la organización en diciembre de 2006 del I Congreso Internacional Oasis y Turismo Sostenible en la ciudad de Elche con el respaldo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, UNESCO, Ayuntamiento de Elche y la Universidad de Alicante. Fue una de las actividades que clausuró el Año Internacional

de Desiertos y Desertificación de Naciones Unidas. El éxito e impacto social del I Congreso ha permitido a la Asociación La Cultura del Oasis seguir trabajando para organizar el II Congreso Internacional Oasis y Turismo Sostenible. Esta edición se celebra bajo el lema Los oasis paisajes históricos de regadío y tendrá lugar los días 8, 9 y 10 de agosto en el pabellón de la Tribuna del Agua de Expo Zaragoza 2008. La Tribuna del Agua es la plataforma de reflexión sobre agua y desarrollo de Expo. La celebración del II Congreso es posible gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Generalitat Valenciana. También cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional de UNESCO España. 1. En la orientación de la lucha contra la pobreza y la degradación de la tierra, la defensa y conservación de los Oasis es prioritaria. 2. El turismo puede convertirse en un vector de desarrollo sostenible siempre y cuando los proyectos turísticos sean integrados en estrategias globales de desarrollo sostenible y lucha contra la pobreza en las zonas áridas y no sean puestos en práctica de una forma independiente. 3. Los Oasis son un ejemplo vivo que muestra al mundo el correcto manejo por el hombre de los recursos naturales frente a escenarios de escasez y pueden ser de gran ayuda al mostrar cómo es posible adaptarse al cambio climático y a escenarios de crisis alimentaria y de seguridad. 4. La conservación de los sistemas hidráulicos tradicionales se justifica por su valor histórico y patrimonial. 5. En la cultura de los Oasis el reparto del agua se somete a la sociedad civil organizada en comunidades de regantes que la distribuyen siguiendo criterios de igualdad y solidaridad, ya que el agua está adscrita a la tierra. Estas comunidades garantizan la supervivencia de los Oasis y son un claro ejemplo de la necesidad de involucrar a las comunidades locales. 6. Las palmeras constituyen la estructura vegetal básica de la mayor parte de los Oasis. En el caso de tratarse de palmeras datileras, son también un elemento fundamental de la economía local. Su protección y buenas prácticas de cultivo son esenciales para el sostenimiento del ecosistema oasis. 7. La bioinformática y la genómica son elementos que permitirán conocer la secuenciación genética de la palmera. Esta aportación es

esencial para conocer la capacidad de estas plantas para adaptarse al estrés ambiental y resistir a plagas y enfermedades. 8. Los Oasis son agroecosistemas complejos, de alta biodiversidad y productividad primaria. En el marco de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, los Oasis pueden servir de ejemplo al mostrarse como ecosistemas de recursos limitados que pueden mantener el equilibrio entre el hombre y su medioambiente. 9. Las palmeras son un recurso amenazado del que depende la integridad ecológica, productiva y cultural de los Oasis en el mundo. Son las especies ingenieras de este agroecosistema, puesto que modifican las condiciones climáticas, edáficas y estructurales dentro del Oasis. 10. La producción de los Oasis, tanto en términos económicos como ambientales o sociales, depende por tanto de la existencia, densidad y estado de su vegetación. 11. Los Oasis son un sistema productivo que presenta problemas de muy diversa índole como son: • • • •

diferentes criterios de manejo; altos costos de mantenimiento; baja rentabilidad económica; problemas de tipo ecológico como la falta de regeneración y el consiguiente envejecimiento del arbolado, así como la introducción de especies invasoras que ponen en riesgo la integridad del ecosistema.

12. La introducción de la agroecología y de sistemas de producción eficientes (aprovechamiento de nuevas tecnologías aplicadas) en los Oasis puede incrementar la productividad y mejorar la calidad y condiciones de vida de sus habitantes. Así, la mejora en la calidad de los servicios y productos de los Oasis les permitirá acceder a los procesos de certificación y por lo tanto a las Denominaciones de Origen. 13. Los Oasis tienen una crisis en sus elementos básicos: • • • •

Agua Palmeras Agricultura Estrés social

Es fundamental, por tanto, proteger estos recursos que son los que producen la riqueza y saber valorar adecuadamente la potencialidad de

cada uno de los productos y servicios que los Oasis generan. 14. Las palmeras son el valor más seguro del Oasis. Un desarrollo racional urbanístico del territorio bien planificado y limitado puede integrarse en el Oasis y además garantizar una buena conservación del entorno. 15. El producto turístico, Oasis, no debe decepcionar y, bajo criterios de buen manejo, debe ser rentable sociocultural y económicamente; esto posibilitará la sostenibilidad. El contenido del producto turístico no se improvisa y debe ser el resultado de un trabajo multidisciplinar con enfoques paisajístico, ecológico, urbanístico, económico, político... 16. A mayor independencia de los recursos, mayor garantía de sostenibilidad. 17. La marca Oasis genera trabajo, va ligada a valores sociales en alza y es garantía de: • • •

calidad sostenibilidad confianza

18. Los Oasis de la Baja California y de California poblados de palmeras nativas (Washingtonia sp.) e introducidas por los misioneros (Phoenix sp.) muestran en su historia la transferencia de la cultura del Oasis del viejo continente, pero contienen también la herencia cultural indígena. Por lo tanto, deben ser valorados y conservados como refugios culturales de importancia universal. 19. No todos los Oasis son susceptibles de una propuesta turística. 20. En los Oasis subsaharianos existen retos y oportunidades comparables a los del cinturón árido del Trópico de Cáncer. El aprovechamiento de los recursos naturales por parte de las comunidades locales indígenas en la creación de rutas ecoturísticas son un elemento importante para su desarrollo sostenible. 21. Los Oasis del Magreb, si bien han sufrido un creciente deterioro debido a la sobreexplotación de sus recursos, al incremento de su población y al aumento de la pobreza, en los últimos años han sido atendidos por Organizaciones locales e internacionales que han fomentado su conservación y desarrollo sostenible. 22. El fomento del trabajo en red, el intercambio de la información y experiencias entre todos los actores implicados e interesados en los

Oasis ha permitido a estas organizaciones tener un trabajo más eficiente y atraer la atención del mundo sobre la situación de los Oasis y el gran potencial que encierran los mismos. 23. Los Oasis tienen una dimensión cultural y espiritual fundamental. A través de la tradición oral, los proverbios y rituales se manifiesta un valioso patrimonio inmaterial. Existe una “Ética del Oasis” que se traduce en una relación armónica entre el hombre y su ecosistema. 24. La desertificación, la degradación de la tierra y la sequía son factores que desestabilizan el equilibrio existente en los Oasis entre sus habitantes y los recursos disponibles para su subsistencia y desarrollo. 25. Los participantes en el II Congreso Internacional Oasis y Turismo Sostenible solicitan que las conclusiones sean incluidas en la Carta de Zaragoza que será preparada con el fin de mostrar los resultados de los eventos organizados en la Tribuna del Agua de Expo Zaragoza 2008.

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Este artículo forma parte de la documentación producida por los consultores de las Unidades Técnicas Federal y Provinciales del PRODIA

Indice Introducción Riesgos naturales y problemas socioeconómicos derivados Degradación de los suelos Disminución de la biodiversidad Degradación de bosques Contaminación atmosférica Degradación de los recursos hídricos Salinización de los suelos en los oasis agrícolas Area Demostrativa - Oasis Norte Introducción: La provincia de Mendoza se encuentra ubicada en la región de Cuyo. Con una superficie total de 150.839 Km2, contaba para 1995 con un total de 1.508.138 habitantes, 92,96 % se encuentran asentados en los oasis conformados a partir de la utilización del agua para riego, que conforman tan sólo el 2,4 % de la superficie provincial. Las regiones geomorfológicas existentes son las siguientes (Ver Mapa Nº 13): 1. Cordones Montañosos y Serranos 2. Bloque de San Rafael 3. Depresión de los Huarpes 4. Huaiquerías 5. Meseta del Guadal 6. Llanura de la Travesía 7. Payenia En la provincia se pueden identificar dos sectores de características marcadamente diferentes: los oasis de riego y las áreas no irrigadas. Estas últimas, por su parte, corresponden al sector Este de las travesías y al sector Oeste de las montañas y mesetas, donde se localizan asentamientos aislados, localizados donde la disponibilidad de agua subterránea a escasa profundidad es mayor. Las actividades económicas que allí se desarrollan podrían catalogarse como de subsistencia, siendo característicos del área del monte los `hacheros´, personajes que viven de la provisión de leña, la fabricación del carbón vegetal y la caza de fauna silvestre con un tipo de utilización extractiva de los recursos. Otra actividad económica de la zona no irrigada es la ganadería extensiva de vacunos criollos, hoy en

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franca declinación debido a la baja capacidad ganadera de las tierras (50 ha por vacuno). Los caprinos y ovinos poseen características que los hacen más aptos para su cría y engorde en los valles de altura por lo que están reemplazando en forma paulatina a los primeros. Con respecto a los oasis de riego, estos abarcan una superficie aproximada de 350.000 ha distribuidas en tres zonas: Norte, irrigada por los ríos Mendoza y Tunuyán; Centro-Oeste, también irrigada por este último; y la Sur, regada por los ríos Diamante y Atuel. (Ver mapa Nº 14). Allí se desarrollan actividades rurales como la horticultura, principalmente de ajo, cebolla, tomate y pimiento; la fruticultura, para producción de durazno, ciruela, peras, manzanas y damascos; la olivicultura para aceitunas y aceite; y la vitivinicultura con una participación del 70% en la producción nacional de uva. A modo de dato ilustrativo de la importancia de esta última se menciona que aproximadamente 145.000 ha, es decir el 48.2 % de las tierras cultivadas en la provincia, se destinan al cultivo de la vid. En estas zonas se asientan también los principales núcleos urbanos de la provincia, incluyendo el Area Metropolitana de Mendoza (AMM). (Ver mapa Nº 15). Los problemas ambientales de la provincia se pueden atribuir básicamente a esta concentración económica y demográfica en los oasis de riego, resultante de las características climáticas y de distribución de recursos. Los problemas ambientales pueden clasificarse en: • • • • • • •

riesgos sísmico, aluvional y volcánico. degradación de los suelos disminución de la biodiversidad degradación de los bosques contaminación atmosférica, principalmente en el Area Metropolitana de Mendoza degradación de los recursos hídricos salinización de acuíferos y suelos

Riesgos naturales y problemas socioeconómicos derivados: Mendoza es una provincia que se encuentra sujeta al riesgo sísmico. A lo largo de una franja, 300 Km al Este de eje andino, han ocurrido una gran cantidad de terremotos destructivos, manifestándose en pérdidas humanas y económicas, que permiten asegurar que la posibilidad de ocurrencia de estos acontecimientos es alta. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, 1997). Los sismos considerados destructivos son los que registran intensidades de grados VII a X en la escala Mercalli Modificada. Algunos de los registrados en la provincia con estas características son los acontecidos los días 12-08-1903, 26-07-1917 y 30-05-1929 de grado VII; y 17-12-1920 y 14-041927 de grado VIII. Episodios más recientes se han manifestado en la provincia vecina de San Juan. La mayor parte de los mismos ocurrieron en el Norte de la provincia, donde se encuentra la mayor cantidad de fallas activas y donde el coeficiente sísmico zonal es más elevado. (Ver Mapa Nº 10). Debe considerarse que el área correspondiente del Oasis Norte concentra un porcentaje elevado de la población (92.96 %). Por este motivo es particularmente importante adoptar todas las medidas preventivas necesarias para minimizar el impacto de los mismos. En 1902 el Gobierno de Mendoza promulgó el Reglamento General de Construcciones que ha sido paulatinamente incorporado a leyes y ordenanzas. Por otro lado, en 1989 se creó el Comité de Planificación de la Emergencia Sísmica que pretende elaborar planes de emergencia teniendo en cuenta los mapas de zonificación disponibles con respecto al riesgo sísmico. Se debe mencionar en este sentido que el crecimiento no planificado de la ciudad, como consecuencia en gran medida de la emigración rural, redunda en riesgos adicionales en caso de

suscitarse acontecimientos sísmicos dado que las construcciones no responden a las condiciones de seguridad esperadas. Se estima que cerca del 40% de las edificaciones no contemplan aún las normativas, ya sea por su antigüedad o por la mala calidad de sus materiales. Con respecto a la actividad volcánica, la cercanía a la Cordillera de los Andes determina la existencia de volcanes activos; pero estos se encuentran, en Mendoza, alejados de los centros poblados. (Ver Mapa Nº 11). Aún así es un factor de importancia por sus efectos en la calidad del aire por la dispersión de las cenizas y gases, así como la posibilidad de procesos de remoción en masa como deslizamientos, aludes y avalanchas. Tanto el riesgo sísmico como el volcánico deben ser considerados como inevitables. Sin embargo, el nivel de afectación en el área hacen que sea necesario incluirlos en cualquier tipo de planificación provincial. Acontecimientos frecuentes en la región pedemontana son los aluviones. La concentración e intensidad de las lluvias en los meses estivales sumada la existencia de pendientes pronunciadas, escasa vegetación y condiciones edafológicas determinadas, favorecen el escurrimiento superficial de las aguas que arrastra material sólido desprendido causando daños en ciudades y cultivos. A modo de ejemplo se puede mencionar la tormenta del 31 de Diciembre de 1959, que en cinco minutos superó por 48 mm la media anual de precipitaciones de la Ciudad de Mendoza desencadenando un acontecimiento de este tipo. (Capitanelli, R., 1997) Es importante mencionar que la magnitud de los efectos negativos de los aluviones depende en gran medida de las acciones tomadas para el resguardo de los centros poblados Degradación de los suelos: La erosión es un proceso de pérdida del suelo como consecuencia de la acción de agentes erosivos tales como lluvia, viento y nieve. El poder erosionante de cada uno varía en función del espacio. Como es lógico suponer, la nieve altera la estructura y dinámica del suelo en altitudes elevadas, asociándose con deslizamientos en masa como aludes y avalanchas. Por su parte, la erosión hídrica actúa principalmente en altitudes por debajo del nivel de nieve pero con pendientes pronunciadas, manifestándose en la provincia en sus tres formas: laminar, lineal o en surcos o cárcavas. La región geomorfológica que más afectada se encuentra por este tipo de procesos es la de las Huaiquerías, en donde la cobertura vegetal es mínima y las escasas precipitaciones se encauzan rápidamente arrastrando el material de superficie. Los vientos afectan las zonas más bajas de llanuras, asociándose por sectores con la acción de la erosión hídrica. Se pueden identificar en el área geoformas producidas por acumulación eólica, tales como médanos, montículos y lenguas de arena, considerados en algunos casos como indicios de desertificación.(Ver Mapa Nº 16). La desertificación es la resultante de una condición ambiental natural de vulnerabilidad que se conjuga con usos del suelo no compatibles con la misma. Es por lo tanto un problema que tiene su origen en factores naturales y antrópicos a la vez. Se puede mencionar al respecto un estudio del territorio provincial de vulnerabilidad a la desertificación, que concluyó que prácticamente en todos los ecosistemas de la provincia la vulnerabilidad es alta y muy alta, con una marcada elevación de los valores en las zonas de alta montaña. (ROIG, 1992 en Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, 1997) Las tres principales causas de la desertificación en Mendoza son el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas agrícolas no sustentables.

Disminución de la biodiversidad: Mendoza posee entre 1200 y 1500 especies de plantas fanerógamas, entre las cuales existen una gran cantidad de endemismos: 60 especies vegetales han sido identificadas únicamente en la provincia y otras 84 corresponden a endemísmos regionales. Con respecto a los animales vertebrados, estos se encuentran representados por 385 especies, principalmente aves, mientras que los endemísmos se presentan mayoritariamente en peces y reptiles. La situación general de la fauna es de retracción, tanto en número como el riqueza específica y ya se han contabilizado trece especies de vertebrados que se han extinguido en la provincia. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, 1997) La disminución de la biodiversidad puede atribuirse principalmente a la modificación de los ecosistemas naturales como consecuencia de la expansión de la superficie cultivada, la tala indiscriminada de bosques y la excesiva urbanización e industrialización. De esta forma se ha condenado a muchas especies de la flora y la fauna local a disminuir su área de distribución hasta límites difícilmente sostenibles. Sumado a esto, la caza comercial de animales para obtención de cueros, pieles, carnes u otros productos, así como su captura para venta como mascotas ha representado una presión excesiva sobre muchas especies de particular interés económico; en especial en los sectores no irrigados donde esta actividad constituye una de las fuentes de ingreso más importante de los pobladores de escasos recursos. Tal es el caso del guanaco, que con un área de distribución histórica bastante amplia en la zona de cordillera y precordillera mendocina hoy se encuentra en franco retroceso numérico debido a la caza furtiva de la que es objeto. Degradación de bosques: Los incendios constituyen otra de las causas de la disminución de la biodiversidad pero serán considerados separadamente puesto que representan un problema en sí mismo, condicionante del desarrollo socioeconómico en vastas áreas de la provincia y cuyos efectos no se limitan a la vida natural. Entre 1985 y 1988, treinta y tres incendios afectaron 724.000 ha. de monte nativo en el partido de General Alvear, provocando la muerte de 5 personas. Sumado a esto se puede mencionar la pérdida de miles de animales silvestres y de ganado, así como la degradación de las pasturas y destrucción de kilómetros de alambrado. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, 1997). El reemplazo de las especies leñosas por arbustivas y luego por herbáceas es una característica de las zonas afectadas por incendios reiterados. A modo de ejemplo se puede mencionar el proceso de arbustización sufrido como consecuencia del fuego por el Molle (Schinus polygamus), árbol que vivía en la falda oriental de la precordillera. También debe tenerse en cuenta, como factor degradante de los bosques nativos, la explotación forestal indiscriminada que ha eliminado en muchos sectores el estrato arbóreo e incluso el arbustivo. Esto ha determinado una progresiva pérdida de la fertilidad de los suelos, así como la desaparición y retraimiento de especies autóctonas de gran valor forestal y paisajistico. La provincia cuenta, sin embargo, con una amplia red de áreas naturales protegidas que, además de ser representativa de los recursos de la flora y la fauna, permite la investigación y educación ambiental. Mendoza cuanta con diez áreas naturales protegidas que totalizan 737.513 ha. y representan a gran parte de los biomas y subunidades ambientales de la provincia. Contaminación atmosférica: La concentración de las actividades y el proceso de industrialización creciente generan una serie de

problemas ambientales, entre los que se destaca la contaminación atmosférica, que se suscita especialmente en las ciudades y deteriora la calidad del ambiente comprometiendo la salud y el bienestar de las personas, dañando materiales y afectando a la flora y fauna local, y en especial al arbolado urbano. Las fuentes principales de emisión en la ciudad son los vehículos de combustión, determinados procesos industriales y la incineración de residuos domiciliarios. En áreas agrícolas se puede mencionar como fuente de contaminación a las quemas realizadas durante el invierno para combatir las heladas, especialmente en la zona Este, Luján, Maipú y el Valle del Uco. Con respecto a la contaminación atmosférica de origen industrial, cabe destacar que los departamentos que presentan un mayor desarrollo de la actividad son San Martín, Luján de Cuyo, Maipú, Guaymallén, San Rafael, Godoy Cruz, Rivadavia y Junín. Las industrias emiten genéricamente gases, humos, polvos, olores y ruidos. Con respecto a los olores se pueden mencionar como principales responsables a los procesos industriales que implican descomposición de la materia orgánica en bodegas, fábricas de embutidos, aceites, conservas, etc. Por otro lado, se pueden mencionar como contaminantes por olor a las plantas de tratamiento de efluentes cloacales y a los basurales clandestinos. Las características climáticas de la provincia son favorables a la contaminación atmosférica debido principalmente a la existencia de la Cordillera de los Andes que constituye una barrera orográfica para el paso de los vientos húmedos provenientes del Pacífico, al número considerable de días sin viento y a las inversiones térmicas frecuentes en los meses invernales que obstaculizan la dispersión de los contaminantes. Degradación de los recursos hídricos: Debido al clima árido del área, los recursos hídricos deben ser considerados con especial atención puesto que un tratamiento inadecuado de los mismos puede llevar a graves situaciones de contaminación de difícil solución, que pueden comprometer el desarrollo socioeconómico de la provincia. El agua ha sido aprovechada a través de la constitución de oasis de riego que han permitido una utilización del espacio a grado tal que el 92,96 % del total de la población provincial habita actualmente estas zonas. Las aguas de los ríos de cauce permanente (Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel, Malargüe, Barrancas y Grande), sumadas a la extraída de los acuíferos son las que abastecen y hacen posible los oasis cultivados. Asimismo, son las que sustentan los requerimientos crecientes de agua potable y para uso industrial. Las distintas actividades humanas, industrial, agrícola, petrolera, minera y las inherentes a los asentamientos humanos, afectan la calidad del recurso hídrico. Con respecto a la contaminación por agroquímicos (pesticidas, fertilizantes y herbicidas), las principales cuencas de agua subterránea afectadas se encuentran en el área del río Mendoza, en el Tunuyán Superior e Inferior y en el Diamante. Se puede presumir la existencia de contaminación de este tipo en todos los oasis irrigados pero pocos son los datos para afirmarlo. Con respecto a la contaminación resultante de vuelcos de efluentes industriales a cauces públicos cabe mencionar que existe un Registro Unico de Establecimientos (RUE), creado por el Departamento General de Irrigación, en el cual deben inscribirse todos los establecimientos que vuelquen sus efluentes a dichos cauces. Los establecimientos son muestreados frecuentemente y en caso de no cumplimentar la normativa vigente se les otorga un Permiso de Descarga precario y de carácter temporal. Si monitoreos posteriores muestran que no están realizando tareas para la minimización de los efluentes, se le aplican altas multas e incluso se puede llegar a su clausura. Particular importancia debe darse a la actividad petrolera, tanto extractiva como de refinería, debido a

su potencial para la contaminación del agua, suelo y aire y a su estrecha relación con los sistemas naturales de la provincia. Dada la importancia de los impactos ambientales potenciales sobre el Oasis Norte, se desarrollarán los aspectos relacionados a la actividad en siguiente apartado correspondiente al Area Demostrativa. Con respecto a la contaminación por la actividad minera, la obtención de Uranio merece especial atención puesto que no sólo se manejan sustancias de gran poder contaminante sino que, además, es necesaria la utilización de grandes cantidades de agua en las tareas de extracción. Consecuencias de esta actividad ya se evidencian en la zona Sur de la provincia, principalmente en San Rafael (Complejo Fabril Sierra Pintada), y en Malargüe (Complejo Fabril Malargüe). El primero presenta aproximadamente 1.700.000 toneladas de residuos radioactivos, además de efluentes líquidos y lodos contaminados contenidos en diques de evaporación. El segundo funcionó desde 1954 hasta 1986, dejando grandes cantidades de desechos o colas de mineral que contaminan el aire y los recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas de Mendoza, 1997). Entre las explotaciones de minerales no metalíferos se pueden mencionar el talco, la bentonita, la calcita, la baritina, etc., que constituyeron exportaciones tradicionales de la provincia en años anteriores. A su vez se aprovechan entre las rocas de aplicación las calizas, tolvas, arcillas, lajas, mármoles, granito, arena, etc. que se explotan en canteras y afectan principalmente a la red de drenaje, a la estabilidad de las laderas, a la composición del suelo y de la vegetación, etc. Sumado a esto, en las canteras abandonadas cercanas a la ciudad de Mendoza se han asentado barrios precarios que se encuentran expuestos a los mencionados problemas ambientales. Las actividades derivadas de los asentamientos humanos tienen también consecuencias sobre los recursos hídricos, principalmente por la contaminación con líquidos cloacales que se produce por la filtración de los pozos sépticos y las salidas de las plantas de tratamiento y disposición de efluentes urbanos. Como es de esperar, el área más fuertemente afectada por esta problemática corresponde al Gran Mendoza, que incluye las zonas más pobladas de Guaymallén, Las Heras, Godoy Cruz y Capital. También se ha detectado contaminación por percolación de efluentes industriales y sanitarios en el Departamento de San Rafael. El Departamento General de Irrigación monitorea periódicamente parámetros físicos, químicos y biológicos para detectar la presencia de contaminantes orgánicos, inorgánicos y microbiológicos en distintos puntos de la provincia. La generación y gestión de los residuos sólidos urbanos es hoy en día un problema de casi todas las grandes ciudades del mundo. El aumento progresivo de la población, sumado al sistemas de tratamiento y disposición final inadecuados redundan en impactos negativos sobre aire, agua y suelo. Se debe considerar que la proliferación de basurales clandestinos determina condiciones pobres de sanidad y salubridad que empeoran la calidad de vida de la población. Según estudios de la Dirección de Saneamiento y Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Obras Públicas, 1995, la provincia generó 707.320 m3 de residuos sólidos urbanos. La cantidad de residuos recolectados para Capital alcanzan los 4.560 t/mes, mientras que en Guaymallén totalizan 5.900 t/mes y en Godoy Cruz y Las Heras superan los 2.000 t/mes. Si bien los volúmenes son un factor a tener en cuenta, la gestión y disposición de los residuos generados determinan el impacto que los mismos tendrán sobre el ambiente. La problemática, a pesar de ser particular y definida, es analizada desde la perspectiva de la contaminación hídrica debido a la gran incidencia de los basurales clandestinos, muchos de ellos ubicados en los bordes de los canales de riego y colectores, sobre la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, estas últimas como consecuencia de la percolación.

Otro factor a tener en cuenta, con respecto a los recursos hídricos, es el problema de las "aguas claras" que se produce como consecuencia de la instalación de embalses artificiales que modifican el régimen natural de los ríos y facilitan la sedimentación del material particulado arrastrado por ellos. Esto implica una disminución en el aporte de limos que fertilizan las zonas sujetas a cultivos y una disminución en la eficiencia de la red de canales para riego al aumentar la cantidad de agua pérdida por infiltración. Salinización de los suelos en los oasis agrícolas: En Mendoza, los oasis irrigados abarcan aproximadamente 350.000 ha., de las cuales el 60 % presenta procesos de degradación de suelos en mayor o menor grado como consecuencia de labranzas, remoción de suelos, monocultivos, adición de nutrientes y biocídas, riego, drenaje, etc. (Plan Nacional de Lucha contra la desertificación, Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo). En la región irrigada el fenómeno preponderante de degradación del suelo es la salinización de los mismos como consecuencia de la elevación del nivel freático conteniendo agua con concentraciones elevadas de sales. Este proceso puede deberse al ascenso capilar del agua por exceso de riego en los campos cultivados, lo que se ve agravado en algunos casos por un drenaje superficial deficiente. La consecuencia de la salinización de los suelos es su progresiva pérdida de la productividad hasta niveles tales que es imposible sustentar un cultivo económicamente rentable y los productores se ven obligados a abandonar sus campos. Debe tenerse en cuenta que los suelos de la provincia son naturalmente salinos por los que se debe tener especial cuidado de no sobrepasar las concentraciones tolerables para cada cultivo. Area demostrativa Oasis Norte: Como se ha mencionado anteriormente, existen en Mendoza principalmente tres oasis agro-urbanoindustriales: el Norte, el Centro-Oeste y el Sur. El área irrigada Oasis Norte corresponde a la bicuenca de los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior, tributarios del Desaguadero, que abarca aproximadamente 3.000 Km2 y alberga a más de 900.000 habitantes. (Ver mapa Nº 14). El Oasis Norte constituye el más importante de los tres oasis de la provincia e incluye el Area Metropolitana Mendoza (AMM). (Ver mapa Nº 15). Esto le confiere características propias de las actividades de las grandes ciudades, tales como industriales, comerciales, administrativas, financieras, educativas, etc.; sumadas a las inherentes a las zonas de cultivos intensivos. Lo mismo implica, entre otras cosas, problemas ambientales de orígenes diversos y magnitudes considerables. Las actividades agrícola, industrial, petrolera, así como las inherentes al asentamiento urbano afectan la calidad del recurso hídrico, limitando incluso, en algunos casos, los usos posibles. Con respecto a las prácticas agrícolas degradatorias de la calidad de las aguas, la contaminación por agroquímicos debe considerarse como un problema de particular importancia. Las zonas con valores más elevados de este tipo de contaminación se encuentran en la cuenca Norte, en las destinadas a horticultura en los Departamentos de Maipú, Guaymallén y Luján, que presentan valores de nitratos del orden de los 20-40 mg/l y de salinidad de 2.000 a 3.500 mg/l. En el Tunuyán Inferior los plaguicidas que mayores problemas generan son los clorados, fosforados, carbamatos y cúpricos. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, 1997). Existen también antecedentes de contaminación de arroyos y mortandad de peces como los ocurridos en el Caroca y Guiñazú, de Tunuyán, a causa de la utilización de productos químicos nocivos para la cura de frutales. (Capitanelli, R. et al, 1977). A su vez, y como ya se ha mencionado anteriormente la salinización secundaria del suelo, así como la intrusión de agua con exceso de sales en acuíferos profundos proveniente de la capas superiores, como consecuencia de la sobreexplotación de los mismos y la construcción inadecuada de pozos, son dos de los problemas que afectan a todos los sectores irrigados de la provincia. A modo de

ejemplo se mencionará que los departamentos de San Martín, Junín y Rivadavia presentan un 35.6 % de perforaciones en mal estado y las concentraciones de sales en los acuíferos existentes entre los 100 y 200 metros los vuelven inapropiados para bebida y riego agrícola. (Capitanelli, R., et al, 1997). Los suelos de la provincia son naturalmente salinos, a lo que debe sumarse el hecho de que se riega con aguas que contienen sales disueltas. La salinización secundaria como consecuencia de la irrigación artificial conduce a la degradación de los mismos hasta el punto tal de convertirlos en suelos no aptos para sostener cultivo alguno. Esto puede evitarse mediante el adecuado drenaje de las aguas y la utilización de un volumen extra de agua para permitir el lavado de sales. Con respecto a los problemas de contaminación hídrica originados por las actividades urbanas se puede mencionar el vertido de efluentes cloacales y aguas servidas a los canales, que repercuten negativamente sobre la calidad de sus aguas. Debe tenerse en cuenta que el agua contenida en los mencionados canales es la misma que luego es utilizada para el riego de las zonas cultivadas, poniendo de esta forma en serio riesgo la salud de la población. En la cuenca del río Blanco, tributario del Mendoza, es donde se encuentran las tomas de agua para la Ciudad de Mendoza. Los efluentes cloacales y aguas servidas provenientes de las áreas urbanas reciben generalmente tratamientos primarios. Los generados en dicha ciudad se destinan a dos plantas de tratamiento: Campo Espejo (Las Heras) y Paramillos (Lavalle). Las aguas tratadas por la primera son utilizadas para riego, provocando un gran impacto en la zona y las de la segunda son vertidas al río Mendoza poco antes de la última toma, contaminando así los cinco canales del tramo inferior. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas de Mendoza, 1997). Lavalle es una zona terminal de riego con agua contaminada destinada prácticamente a todo tipo de cultivos, además de la utilización para otros usos, como limpieza y probablemente, en algunos casos, para bebida. La planta Paramillos se ha visto sobrepasada en su capacidad debido al aumento en los caudales a tratar como consecuencia de la incorporación a la red de Luján y Maipú, entre otras causas. (Capitanelli, R. et al, 1997) Otro problema que compromete la calidad del recurso hídrico es la disposición inadecuada e incontrolada de residuos sólidos urbanos en los canales y acequias que atraviesan el AMM. Al respecto se puede mencionar que en el año 1994 vecinos del Barrio San Ignacio, en Godoy Cruz, denunciaron la presencia de basura en el canal Civit que abastece la planta de Obras Sanitarias de Mendoza. (Capitanelli, R. et al, 1997). Con respecto a los efluentes industriales, cabe destacar que el área demostrativa corresponde a la zona de mayor desarrollo del sector secundario de la provincia. En el AMM se asientan dos polos industriales con asentamientos metalúrgicos, químicos, petroquímicos y agroindustrias. Entre estas últimas se pueden mencionar las bodegas, fabricas de conservas, mostos, jugos, dulces, sidra, champagne, aceite, etc., todas ellas motivadas por la gran disponibilidad de materias primas. En Maipú, Godoy Cruz y San Martín aproximadamente un tercio de los líquidos residuales son atribuibles a las bodegas. En el departamento de Luján de Cuyo (Polo petroquímico), en cambio, un tercio se origina en la destilería de petróleo. (Capitanelli, R. et al, 1997). De acuerdo con la cita anterior, todos los canales e hijuelas del departamento de Maipú estarían contaminados por el vertido de efluentes industriales. Como se ha mencionado anteriormente, el Departamento General de Irrigación mantiene un Registro Unico de Establecimientos (RUE) para todos aquellos que vuelcan efluentes industriales a causes públicos. Sobre un total de 842 establecimientos, 500 se encuentran asentados en la zona del río Mendoza y 200 en la del Tunuyán Inferior, de los cuales un 67% corresponde al rubro bodegas. (DGI, 1996 en Ministerio de Ambiente y Obras Públicas de Mendoza, 1997). Con respecto a la composición de los líquidos residuales, la misma es variable e lo largo del año debido a la estacionalidad característica de las agroindustrias. Sin embargo, en forma genérica se puede afirmar que los efluentes industriales presentan elevadas cantidades de materia orgánica, lo

que redunda en altos valores de DBO, y sólidos en suspensión considerables. A estos deben sumarse los compuestos hidrocarburos de las petroquímica y los metales pesados de las industrias químicas. Cabe destacar, por su elevado nivel de contaminación, el caso particular del Colector Pescara tradicionalmente de desagües de riego y pluvioaluvional, en los Departamentos Maipú y Guaymallén, donde vuelcan sus efluentes más de 60 establecimientos industriales conserveros, olivícolas y bodegas y cuyas aguas no tratadas son utilizadas posteriormente para irrigación de cultivos. (Ver mapa Nº 17). El canal, luego de recorrer 14 Km. de Sur a Norte, a partir de la calle Tomás Godoy Cruz irriga 3.300 ha cultivadas por hortalizas principalmente, en el Departamento de Guaymallén. Las aguas drenadas son colectadas a su vez por el canal auxiliar Tulumaya y son utilizadas para el riego de 7.700 ha más en el Departamento Lavalle. Si bien los elevados contenidos en materia orgánica son beneficiosos para los cultivos, la presencia de metales pesados, las altas concentraciones salinas y las fluctuaciones en los parámetros físicos del curso constituyen un riesgo para la salud de agricultores y consumidores así como para la calidad del recurso edáfico, fundamental para el sustento de los cultivos. La contaminación atmosférica es un problema corriente en toda gran ciudad del mundo, pero en Mendoza la situación se ve agravada por la ocurrencia de inversiones térmicas frecuentes y gran cantidad de días calmos. Estos dos factores actúan para evitar la dispersión de los contaminantes y consecuente atenuación de sus efectos. Se ha mencionado anteriormente que la actividad agrícola es también fuente de contaminación atmosférica debido a las quemas generadas para contrarrestar los efectos de las heladas. Sin embargo cabe remitir espacialmente la problemática al Area Metropolitana de Mendoza (AMM), en donde se han identificado como contaminantes principales al Material Particulado en suspensión (MPS), los óxidos de Nitrógeno denominados genéricamente NOx, el Monóxido de Carbono (CO) y a los compuestos orgánicos volátiles (VOCs). Otros contaminantes de importancia son el dióxido de Azufre, el Plomo y el Ozono superficial. (Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gob. de Mendoza, 1997). La Dirección de Control y Saneamiento Ambiental del Ministerio de Ambiente y Obras Públicas del Gobierno de Mendoza, en cooperación con el Instituto para el Estudio del Medio Ambiente (IEMA) de la Universidad de Mendoza, realizan investigaciones periódicas para evaluar la calidad del aire. Los contaminantes cuyos niveles resultan más preocupantes en el AMM son las partículas, provenientes mayoritariamente de las fuentes móviles, que en monitoreos realizados en el centro de la ciudad entre 1991 y 1995 arrojaron un valor medio de 126.8 µg/m3, siendo de 100 µg/m3 la norma provincial y de 75 µg/m3 el valor recomendado por la OMS. Esta situación se ve agravada por las escasas lluvias y vientos, que dificultan la dispersión de los contaminantes y el "lavado" de la atmósfera. Le siguen en importancia los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos. Entre los primeros, el 9% de las mediciones superan la norma provincial y lo mismo ocurre con el 15% de los valores medidos de Plomo. Con respecto a la contaminación atmosférica de origen industrial, es particularmente preocupante la situación del AMM debido a la cantidad y características de las fuentes y a la cantidad de personas que se ven afectadas. En el AMM existen dos polos industriales, uno en el Norte y otro en el Sur. En la zona Norte del Gran Mendoza (departamento de Las Heras) se encuentran ubicados establecimientos productores de cemento y plantas de cal entre las que se puede mencionar Corcemar y Minetti, con emisiones principalmente de material particulado. En la zona Sur (departamento de Luján de Cuyo) se encuentra el Parque Petroquímico, con empresas instaladas tales como Stein, Petroquímica Cuyo, CTM, Refinería Luján de Cuyo, etc., que constituye una de las zonas más comprometidas con respecto a la calidad del aire. Otras fuentes fijas emisoras de contaminantes atmosféricos en el AMM son los hornos de hospitales y cementerio de la Capital en donde se queman residuos patológicos con la consecuente generación de material particulado; así como las quemas frecuentes de hojas en Otoño, aunque estas

constituyen una costumbre cada vez menos generalizada. El episodio más claro de contaminación ambiental en la provincia, conocido con el nombre de "nube tóxica", se suscitó el 18 de Mayo de 1995 debido a las emisiones del Parque Petroquímico sumadas a una inversión térmica marcada. Se verificaron efectos sobre la salud de carácter temporario tales como cefaleas, dificultad respiratoria, vómitos y mareos, provocados por exposiciones a concentraciones elevadas de SO2 y SH2. Con respecto a la contaminación sonora, el grupo de "Ruidos y Humos" de la Universidad Tecnológica Nacional reveló el ruido ambiental en distintos puntos de la ciudad y comprobó que el 100 % de los valores para tres vías de comunicación céntricas se encontraba por encima de los 80 dB. La actividad petrolera tiene una importancia económica considerable, participando del PBG provincial en un 5% y aportando el 11% de lo producido a nivel nacional. Las distintas tareas de prospección, exploración, explotación y refinamiento pueden, si no se toman las medidas necesarias, constituir una fuente de contaminación con sustancias peligrosas que comprometa la calidad del ambiente circundante, en especial los recursos hídricos. En la provincia existen dos grandes áreas de explotación: la cuenca cuyana en el oasis Norte (72 % de la producción provincial de crudo) y la cuenca neuquina sur mendocina en los departamentos de Malargüe, General Alvear y San Rafael. (Ver mapa Nº 18). Ambas presentan un alto riesgo de producir impactos socioeconómicos y ambientales significativos. La primera por estar ubicada en la zona más poblada y de mayor actividad agrícola de la provincia, y la segunda por hallarse cercana a reservas naturales de gran valor (Llancanello y Payunia). Entre los efectos ambientales de la explotación petrolera se pueden mencionar la alteración de los ecosistemas por localización de pozos, campamentos, caminos y picadas; la contaminación de suelos y cursos de agua por derrames accidentales, roturas de ductos y percolación desde piletas no impermeabilizadas adecuadamente; la generación de aguas de purga; etc. Con respecto a este último punto cabe mencionar que las mismas presentan un alto contenido salino y concentraciones elevadas de hidrocarburos y metales pesados. A modo de ejemplo se pueden mencionar los casos del yacimiento La Ventana, que con una relación petróleo agua de 0.01 generó 1.084.087 m3 de aguas de purga en el mes de Julio de 1996 (Dirección General de Minería e Hidrocarburos, 1996); y el del yacimiento Vizcacheras en la cuenca cuyana donde actualmente se obtiene 93 % de agua y 7 % de petróleo, aportando un total de 1.944 toneladas de sal por día. (Capitanelli, R., 1997). Las contingencias reportadas a la Dirección de Saneamiento y Control Ambiental durante 1996 incluyen dos roturas de ductos en el yacimiento Barrancas y una en La Ventana. Este último acontecimiento provocó el derramamiento de 70 m3 de crudo que alcanzaron el río Tunuyán, aguas abajo del Dique Carrizal, y provocaron en cese temporal del riego con agua del mismo. La coincidencia entre zonas de establecimientos agrícolas y áreas petroleras aumenta los riesgos ya inherentes a la extracción de hidrocarburos debido a la utilización de aguas contaminadas y con exceso de sales para el riego de los cultivos. La Asociación de Usuarios de Aguas Subterráneas de La Lenga (Barrancas) denunció en un diario local que estudios realizados sobre vinos producidos en el lugar detectaron la presencia de Litio y arrojaron valores de Sodio que excedían lo permitido. (Capitanelli, R., et al, 1997).

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CATALOGO DE RECURSOS HUMANOS E INFORMACION RELACIONADA CON LA TEMATICA AMBIENTAL EN LA REGION ANDINA ARGENTINA [ INICIO ] [ CARACT. GENERAL ] [ INFOS P/PCIA ] [ AUTORES ] [ NOTAS ] [ EXP./INTERNET ]

- CARACTERIZACION GENERAL Y ESTUDIOS TEMATICOS POR PROVINCIA -

INDICE PROLOGO CAP. 1 LA REGION ANDINA ARGENTINA CAP. 2 RECURSOS Y PROBLEMAS AMBIENTALES DE LA PROVINCIA DE MENDOZA MAPA POLITICO - ADMINISTRATIVO (en pantalla nueva)

CAP. 3 MAPA CLIMATICO DE MENDOZA MAPA CLIMATOLOGICO (en pantalla nueva)

CAP. 4 GEOMORFOLOGIA DE LA PROVINCIA DE MENDOZA MAPA GEOMORFOLOGICO SECTOR NORTE SECTOR SUR REFERENCIAS (en pantalla nueva)

CAP. 5 HIDROGEOLOGIA DE LA PROVINCIA DE MENDOZA MAPA HIDROGEOLOGICO CON REFERENCIA A LAS CUENCAS DE AGUAS SUBTERRANEAS (en pantalla nueva)

CAP. 6 SUELOS DE MENDOZA CLASIFICACION TAXONOMICA DE SUELOS (en pantalla nueva)

CAP. 7 VEGETACION DE LA PROVINCIA DE MENDOZA MAPA DE VEGETACION REFERENCIAS (en pantalla nueva)

CAP. 8 COBERTURA VEGETAL DE MENDOZA MAPA DE COBERTURA VEGETAL (en pantalla nueva)

CAP. 9 PROVINCIA DE SAN JUAN MAPA POLITICO - ADMINISTRATIVO (en pantalla nueva)

CAP. 10 CLIMA DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN MAPA CLIMATICO (en pantalla nueva)

CAP. 11 GEOMORFOLOGIA DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN MAPA GEOMORFOLOGICO (en pantalla nueva)

CAP. 12 HIDROGEOLOGIA DE SAN JUAN MAPA HIDROGEOLOGICO CON REFERENCIA A LAS CUENCAS DE AGUAS SUBTERRANEAS (en pantalla nueva)

CAP. 13 SUELOS DE SAN JUAN

CLASIFICACION TAXONOMICA DE SUELOS (en pantalla nueva)

CAP. 14 COBERTURA VEGETAL DE SAN JUAN MAPA DE COBERTURA VEGETAL (en pantalla nueva)

CAP. 15 PROVINCIA DE LA RIOJA MAPA POLITICO (en pantalla nueva)

CAP. 16 EL CLIMA DE LA RIOJA CAP. 17 GEOMORFOLOGIA DE LA RIOJA MAPA GEOMORFOLOGICO (en pantalla nueva)

CAP. 18 HIDROGEOLOGIA DE LA PROVINCIA DE LA RIOJA MAPA HIDROGEOLOGICO CON REFERENCIA A LAS CUENCAS DE AGUAS SUBTERRANEAS (en pantalla nueva)

CAP. 19 SUELOS DE LA RIOJA CLASIFICACION TAXONOMICA DE SUELOS (en pantalla nueva)

CAP. 20 VEGETACION DE LA RIOJA CAP. 21 COBERTURA VEGETAL DE LA RIOJA MAPA DE COBERTURA VEGETAL (en pantalla nueva)

RECURSOS Y PROBLEMAS AMBIENTALES DE LA PROVINCIA DE MENDOZA

Elena María Abraham1

LOCALIZACION Y SITUACION La provincia de Mendoza, situada al pie de la Cordillera de los Andes se extiende en el centro-oeste argentino, entre los 32° y 37°35´de latitud sur y los 66°30´y 70°35´de longitud oeste (IGM), con una superficie de 150.839 km2 (Dirección Provincial de Catastro) y una población total de 1.508.138 habitantes al año 1995, según datos de la Dirección de Estadística e Investigaciones Económicas de Mendoza. Para la realización de los estudios y mapas temáticos de la Provincia de Mendoza, se contó con el apoyo de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación, a través de un subsidio otorgado en el año 1994. Al norte, el límite interprovincial con San Juan está dado por una línea convencional

que une cerros elevados y las lagunas de Guanacache. El límite definitivo con esta provincia se determinó en 1966. Por el este, el río Desaguadero-Salado forma el límite con la provincia de San Luis. Al sureste líneas que siguen los paralelos y meridianos, en ángulo recto la separan de La Pampa. Al sur el límite con la provincia de Neuquén nuevamente es hidrográfico, constituido por los ríos Barrancas y Colorado. Existe un punto cuatripartito donde se unen las provincias de Mendoza, La Pampa, Río Negro y Neuquén. Al oeste el límite es internacional y totalmente orográfico, la línea divisoria de aguas de la alta cordillera separa la provincia de la vecina República de Chile. Este es el único sector del territorio nacional donde no hubo ningún problema de demarcación. Políticamente la provincia se divide en 18 departamentos, incluida la Capital, cada uno de los cuales se subdivide en distritos. Por razones de orden administrativo, el Gobierno de la provincia agrupa los Departamentos en zonas: Centro o Gran Mendoza (Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Maipú y Luján); Este (Junín, Rivadavia y San Martín); Noreste: (Lavalle, Santa Rosa y La Paz); Centro-oeste (San Carlos, Tunuyán y Tupungato); Sur (General Alvear, San Rafael y Malargüe).

Departamentos

Km2 (1)

%

Hab/Km2

Población media 1995 (2)

Capital

54,00

0,04

126.936

2.350,67

Godoy Cruz

75,00

0,05

188.274

2.510,32

Guaymallén

164,00

0,11

235.500

1.435,98

Las Heras

10.935,00

7,21

166.968

15,27

Luján

4.847,00

3,21

86.635

17,87

Maipú

617,00

0,41

136.050

220.50

Junín

263,00

0,17

31.086

118,20

Rivadavia

2.141,00

1,42

50.392

23,54

San Martín

1.504,00

1,00

105.216

69,96

La Paz

7.105,00

4,71

8.779

1,23

Lavalle

10.244,00

6,79

29.569

2,88

Santa Rosa

8.510,00

5,64

15.407

1,81

San Carlos

11.578,00

7,68

25.967

2,24

Tunuyán

3.317,00

2,20

39.185

11,81

Tupungato

2.485,00

1,65

24.640

9,91

General Alvear

14.448,00

9,58

44.759

3,10

San Rafael

31.235,00

20,71

169.177

5,42

Malargüe

41.317,00

27,39

24.152

0,58

Total Provincia

150.839,00

100,00

1.508.138

9,99

Cuadro 1: Distribución de la superficie y población por departamentos Fuente: (1) Dirección Provincial de Catastro;(2) Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas

División

Población 1995

%

Superficie (km2)

%

Político-territorial Total del país

34.768.456 (1)

100,00

3.761.274 (2)

100,00

Mendoza

1.508.138 (3)

4,33

150.839 (4)

4,01

Figura 2: Mendoza: Población y superficie con respecto al país Fuente: (1) INDEC y CELADE; (2) INDEC e IGM; (3) DEIE;(4) Dirección Provincial de Catastro

MENDOZA EN LA ENCRUCIJADA DE LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN

Mendoza, junto con San Juan y San Luis, formó parte de la histórica región de Cuyo, voz indígena que significa "país de las arenas"; y hoy con la integración de La Rioja conforma la región del Nuevo Cuyo. En 1560 el Gobernador de Chile, Don García Hurtado de Mendoza y Manrique, comisionó al Capitán Pedro del Castillo para que conquistara Cuyo. Este fundó la ciudad el 2 de marzo de 1561, la denominó Mendoza en memoria de su protector y la puso bajo el patronazgo del Apóstol Santiago el Mayor. Mendoza, y especialmente su zona norte, se ha beneficiado históricamente de su situación de etapa previa al cruce de los Andes en la ruta Buenos Aires-SantiagoValparaíso. Ya desde la colonización española se comenzó a considerar la cordillera como área de explotación ganadera y se la valorizó como espacio de circulación debido a la necesidad de comunicación entre las dos vertientes cordilleranas que funcionaron algunas veces como espacios antagónicos y otras en forma complementaria (PRIETO y ABRAHAM, 1994). El macrocircuito conecta las dos vertientes de la cordillera, la cual funcionó como

vinculante de las economías de la región central de Chile y la de Mendoza hasta alcanzar la categoría de elemento articulador entre los dos oceános, situación que hoy se ve potenciada en el marco de los procesos de integración del Cono Sur. Así, la cordillera de ser frontera y límite, pasa a ser hoy el espacio privilegiado de los esfuerzos de integración del Mercosur. Posición estratégica que se evidencia en el marco del incremento de los flujos comerciales y los procesos de integración del Cono Sur en curso. El desarrollo del Corredor Bioceánico Central no es sólo una cuestión estrictamente ligada al transporte o al comercio sino que representa un elemento concreto de resignificación de la geografía provincial (MONTAÑA, 1995).

Figura 1. Zona norte de Mendoza: Circuitos económicos históricos Fuente: PRIETO, M. del R. y E. Abraham (1994)

UN MARCO NATURAL HETEROGÉNEO SIGNADO POR LA ARIDEZ

Localizada en la zona templada, Mendoza se presenta como una provincia mediterránea y continental, de clima árido a semiárido, con un promedio de precipitaciones de alrededor de 250 mm. Expuesta a la acción de los anticiclones del Atlántico (piedemontes, depresiones y llanuras) y del Pacífico (altas montañas y región volcánica).

Figura 2: Zonas de aridez en Mendoza (índice de aridez = precipitación / evapotranspiración potencial) Fuente: ROIG F.A., M. GONZALEZ L., E. M. ABRAHAM, E. MENDEZ, V.G. ROIG y E. MARTINEZ C., (1991)

Los vientos húmedos provenientes del Atlántico precipitan escasa humedad por los más de 1.000 km de distancia que deben recorrer y las masas de aire provenientes del Pacífico (distante sólo a 170 km), precipitan en la Cordillera de los Andes, ingresando a la Argentina como vientos secos y cálidos, de la familia del föehn, conocidos regionalmente como "Zonda". Fenómenos climáticos como las sequías, el granizo, las heladas y el viento Zonda, así como tormentas de nieve en las montañas son condicionantes climáticos al desarrollo productivo y a los asentamientos humanos. Bajo el enfoque morfoclimático se distinguen 3 grandes regiones naturales bien contrastadas, cada una de las cuales está definida sobre la base del relieve, las masas de aire marítimo dominantes, la estación del año en que se producen las precipitaciones y su tipo, así como el balance hídrico. 1. las montañas andinas, en el oeste; 2. las planicies, en el centro y este, conformadas por los piedemontes y llanuras; 3. las mesetas y volcanes de la Payunia o patagonia extra-andina. Las montañas andinas y la Payunia, bajo la acción del anticiclón del Pacífico, coinciden con las provincias fitogeográficas andina y patagónica respectivamente. Las planicies centrales y orientales están condicionadas climáticamente por la influencia del anticiclón del Atlántico y, desde el punto de vista fitogeográfico, corresponden a la provincia del monte (ROIG, F., 1982). La combinación de los factores climáticos y geomorfológicos han determinado ambientes diversos con distintas posibilidades biológicas y humanas. Cuando estos factores se conjugaron en forma positiva, han dado como resultado los importantes oasis mendocinos. En el resto de la provincia las combinaciones negativas han dado origen a los grandes vacíos humanos, totalmente marginales a los macroprocesos económicos, en un territorio fuertemente condicionado por la aridez. Las montañas, con alturas largamente superiores a los 2.000 m s.n.m., carecen de veranos térmicos (temperaturas medias diarias mayores de 20°C) e inclusive de estaciones intermedias, como primavera y otoño (temperaturas medias diarias entre 10° y 20 °C ). El régimen de las precipitaciones en la cordillera es de tipo mediterráneo, con concentraciones de las mismas en forma de nieve en invierno y verano seco, presentando valores de 300 mm a más de 1.000 mm anuales. Estas, unidas al constante

aporte de los glaciares, dan origen a los ríos cuyas aguas son la principal fuente de abastecimiento de agua para uso humano, agrícola e industrial en los oasis. Las planicies, que incluyen los piedemontes y las llanuras, presentan estaciones térmicas que comprenden aproximadamente cuatro meses el verano, dos el otoño y tres meses la primavera e invierno respectivamente. Las llanuras son más homogéneas en relación con las condiciones atmosféricas. Con precipitaciones medias inferiores a los 250 mm, encontramos en ellas los polos de aridez del territorio, como por ejemplo la localidad de El Retamo, en el noreste, con un promedio anual de precipitaciones de 80 mm. De acuerdo con los ritmos climáticos, la actividad biológica y elementos como el granizo o las heladas, aquí el año se puede dividir en dos períodos: 1) de máxima actividad, entre comienzos de setiembre y finales de abril; y 2) de receso, desde el inicio de mayo hasta fines de agosto. Las mesetas y volcanes de la Payunia o Patagonia mendocina, con marcadas diferenciaciones climáticas entre el este y el oeste, presentan promedios de precipitaciones que oscilan entre 200 y 400 mm. Los suelos son en general arenosos y muy permeables, las lluvias se reparten regularmente durante todo el año. Sólo el Valle del río Grande presenta tierras aptas para el cultivo. Una descripción pormenorizada de estas regiones, se presenta en el capítulo Geomorfología.

UN TERRITORIO PRODUCTO DE SIGLOS DE TRANSFORMACION: OASIS Y SECANO La combinación de rasgos geomorfológicos, climáticos, edáficos y bióticos diferencia unidades homogéneas con diferentes posibilidades desde el punto de vista de los asentamientos humanos y las actividades productivas. Los ambientes que hoy constituyen nuestra provincia son el producto de un proceso de construcción histórica en el que se han combinado las actividades, los valores y las expectativas de distintos grupos sociales en diversos momentos. Cada etapa ha representado una particular valoración, apropiación y uso de los recursos por parte de los actores sociales. En la actualidad las actividades productivas se estructuran en torno al modelo agroindustrial inserto en una economía de mercado. Este fenómeno se manifiesta especialmente en el gran desarrollo de los oasis irrigados en detrimento de los espacios que carecen de agua de riego, que a su vez se cristaliza en la contradicción "cultura vitivinícola"-"cultura del desierto". Esta contraposición se expresa incluso en formaciones sociales distintas que marcan las dos realidades económicas de Mendoza: una economía de mercado y otra de subsistencia. La contradicción también se observa desde el punto de vista ambiental, pues el oasis funciona como un ecosistema cultural hegemónico y el resto del territorio como ecosistemas culturales subordinados (PRIETO y ABRAHAM, 1994, p.224). El aprovechamiento del agua de los ríos Mendoza y Tunuyán en el norte, Diamante y Atuel en el centro y, en menor proporción, el Malargüe en el sur, ha permitido

conformar estos oasis que representan, segun diversas fuentes, entre el 2,5 y el 4% de la superficie total provincial. A pesar de su limitada extensión territorial (aproximadamente 3.600 km2), los oasis constituyen el soporte de casi el 95% de la población, con densidades máximas en las zonas urbanas de alrededor de 300 habitantes por km2. En los oasis la actividad humana se afirma en el riego sistematizado, aprovechando los ríos provenientes de las nieves cordilleranas complementándose con el aprovechamiento del agua subterránea. La industrialización concierne sobre todo a los productos que proporcionan los cultivos de vid, frutas y hortalizas. Otros caracteres sobresalientes son la neta concentración de la población, de la infraestructura vial, de la economía más dinámica y de las jerarquías urbanas de mayor nivel (GUDIÑO de MUÑÓZ, 1995). Sobre un territorio de alta fragilidad, la competencia por el uso del agua surge como uno de los principales conflictos ambientales en la interacción oasis-secano: las áreas deprimidas del desierto ya no reciben aportes hídricos superficiales, pues los caudales de los ríos se utilizan íntegramente para el riego de la zona cultivada y el consumo de los asentamientos urbanos. Esa misma competencia se verifica en el uso del suelo en los oasis, debido al crecimiento urbano sobre suelos de alto potencial agrícola, sobre todo vitivinícola. Existen zonas con denominación en origen para vinos que están siendo parceladas y destinadas por completo a nuevas urbanizaciones. Por otra parte, la economía de subsistencia propia de los ecosistemas culturales subordinados, tanto de la planicie como de la montaña, está basada especialmente en una actividad ganadera que tiene muy baja incidencia en la economía global de la provincia. El ganado mayor se concentra en las llanuras orientales, especialmente en el centro-este y sur y en algunos valles cordilleranos privilegiados. En el secano predomina la actividad ganadera. La ganadería extensiva es al menos hasta ahora la utilización de la tierra que otorga su sello a las llanuras desérticas del este. Está acompañada de gran escasez de población, de ineficiencias de la red vial y de la dependencia en materia de equipamiento, con respecto a centros urbanos muy alejados. La ganadería bovina está orientada principalmente a la cría. En la actualidad es una actividad poco importante; pero según estudios realizados, la provincia podría aumentar su importancia como productora de carnes rojas, ya que el soporte geomorfológico y edáfico general, así como la oferta forrajera permiten estimar la extensión apta para la explotación ganadera en unos 80.000 km2 (GUEVARA et. Al., 1979). Los principales obstáculos para el desarrollo de esta actividad son el inadecuado régimen de tenencia de la tierra, la escasa infraestructura económica y social y tecnologías no apropiadas y no desarrolladas. Otras actividades significativas en el secano son la minería (metalíferos, no metalíferos, rocas de aplicación y petróleo) con diferentes efectos ambientales según los casos. A esto debe agregarse manifestaciones muy puntuales de un turismo aún no bien

estructurado aunque con efectos ya perceptibles en el área montañosa (Cordillera y Precordillera) y en algunas áreas protegidas. Actualmente, la globalización de la economía y los procesos de integración asociados, así como el cambio de signo de los modelos económicos imponen a la sociedad y a la economía mendocinas y a sus espacios, nuevas reglas del juego para su evolución. Las perspectivas del desarrollo provincial se centran hoy en la consolidación del ingreso a los mercados internacionales, prácticamente nuevos para Mendoza. Las mismas condiciones son válidas para el resto de las economías del Cono Sur que deben sacar su propia producción a estos mercados internacionales de manera competitiva. En este modelo, Mendoza tiene una oportunidad histórica para dinamizar su desarrollo de una manera sustentable. Su situación estratégica en el Corredor Bioceánico Central la ponen en el paso de importantes flujos comerciales a la vez que le otorgan condiciones favorables para acceder a mercados no tradicionales. Desde el punto de vista ambiental esto requiere de un esfuerzo de planificación estratégica que considere el desarrollo económico asociado al desarrollo social y a la conservación del ambiente, especialmente importante en un territorio con tan altas condicionantes naturales. Aparece además la oportunidad de articular un sistema común entre Mendoza y la V Región de Chile para el manejo conjunto de los ecosistemas compartidos (MONTAÑA, 1995). Se trata entonces de aprovechar el dinamismo de este nuevo modelo para mitigar los desequilibrios territoriales de la provincia, propiciando acciones tendientes a lograr una sociedad y un espacio más equitativos y equilibrados, evitando los efectos negativos propios de todo proceso de concentración.

LOS PROBLEMAS AMBIENTALES MÁS RELEVANTES

Si bien Mendoza posee una importante oferta ambiental, una atenta mirada a los diferentes problemas que amenazan o afectan en mayor o menor medida sus recursos, es indispensable para la conservación de los distintos ecosistemas y para la planificación del desarrollo con los más altos niveles de sustentabilidad. En la base de casi todos estos problemas ambientales, se encuentran los desequilibrios territoriales de Mendoza, manifestados en una concentración económica y demográfica. Esta concentración es típica de los asentamientos de las zonas áridas y semiáridas, con recursos limitados de agua y suelo. En la medida en que el desarrollo provincial tenía una cierta escala, esta situación no era conflictiva. Sin embargo, en los últimos años, el crecimiento acelerado y, sobre todo, las expectativas que la sociedad provincial tiene en relación con el desarrollo regional, justifican una optimización y un ordenamiento de este modelo hacia un sistema más equilibrado espacialmente y socialmente más equitativo que conlleve un uso más racional de los recursos. Los capítulos subsiguientes presentarán un estado de situación de los recursos naturales de la provincia. El estudio de las potencialidades y restricciones permite

identificar los problemas ambientales más relevantes, entre los que pueden mencionarse: - Los diversos riesgos naturales que se mitigan o potencian de acuerdo a las modalidades de la ocupación humana y sus formas de organización. Estos son, principalmente, los riesgos sísmico, volcánico, de degradación de suelos y de desertificación. - La pérdida de la biodiversidad, si bien no es un problema específico de Mendoza, constituye una preocupación desde el punto de vista científico, productivo y ético. Un indicador de la madurez ambiental de nuestra provincia está dado por el elevado número de áreas protegidas (Once creadas por ley y tres en proyecto) organizadas en un sistema provincial. Estas reservas son espacios de protección de distintas categorías, que preservan porciones representativas de cada uno de los ecosistemas presentes en Mendoza. - Un problema ambiental relevante, que afecta sobre todo a los ecosistemas de montaña, piedemontes y llanuras, son los incendios, generalmente provocados. Estos comprometen grandes superficies que tardan mucho tiempo en recuperarse y, cuando lo hacen, ya han perdido gran parte de su biodiversidad. - En la montaña, la destrucción de vegas y mallines por sobrepastoreo, asentamientos humanos y la realización de acciones vinculadas a la actividad petrolífera constituye una importante pérdida de recursos de suelo y agua irrecuperables. Estas vegas y mallines cumplen una función muy importante en el abastecimiento y regulación de los recursos hídricos. - La contaminación atmosférica producida por las fuentes móviles (vehículos de combustión) es un problema preocupante especialmente en la zona central del Área Metropolitana de Mendoza (AMM), afectando la salud de sus habitantes, dificultando el desarrollo del arbolado urbano y produciendo, en general, un deterioro de la calidad ambiental de los espacios comprometidos. - La actividad industrial (fuentes fijas) genera también contaminación atmosférica, especialmente las industrias localizadas en la zona norte del AMM y en el parque petroquímico. Estos fenómenos se ven agravados por factores climáticos (inversión térmica, vientos dominantes del sureste) y geomorfológicos (sitio deprimido del Área Metropolitana de Mendoza). - Prácticas agrícolas desaconsejadas, como la quema de combustibles y cubiertas para mitigar los efectos de las heladas, las que se efectúan para desmalezamiento y la quema de hojas, contribuyen al aumento del material particulado en suspensión en la atmósfera. - Las actividades industriales están ejerciendo un creciente impacto ambiental también sobre el suelo y el recurso hídrico por deficiente tratamiento de efluentes líquidos y sólidos. Asimismo, los efluentes cloacales y los residuos sólidos domiciliarios son materia de preocupación.

- Algunos otros efectos ambientales negativos son atribuibles a prácticas agrícolas no adecuadas. El agotamiento de los suelos ha incrementado el uso de agroquímicos y pesticidas, aumentando el riesgo de contaminación de suelos y acuíferos. En las áreas marginales de los oasis se presentan agudos procesos de salinización de suelos y revenimiento de las napas freáticas. El exceso de riego y deficiencias en el drenaje provocan también la salinización de los suelos, amenazando con afectar seriamente su capacidad productiva. - La deforestación, el sobrepastoreo y las inadecuadas prácticas de cultivo, en definitiva los agentes de desertificación más generalizados, conducen a un punto común: la alteración del ciclo hidrológico a través de la disminución de los flujos disponibles, tanto superficiales como subterráneos. - La limitación en la oferta del recurso hídrico, que no tiene posibilidades de aumentarse, unida a un crecimiento sostenido de la demanda para distintos usos, exige un permanente esfuerzo de planificación del manejo del recurso, sobre todo en lo referente al manejo conjunto de los acuíferos superficiales y subterráneos. Esto es válido no solamente para el caso de Mendoza, ya que la tendencia generalizada es valorizar los acuíferos subterráneos como reservorios en zonas áridas y semiáridas. - Deficiencias en la explotación de las aguas subterráneas, inadecuadas prácticas agrícolas y efectos vinculados a la explotación petrolífera son causas de la salinización de acuíferos. Otros efectos están dados por la extracción y procesamiento de uranio (Malargüe y sierra Pintada) y producción de otros residuos peligrosos. - La explotación de minerales metalíferos y no metalíferos no constituye actualmente un problema relevante, salvo cuando comprometen las Areas Protegidas de la provincia o el aprovisionamiento de agua en las partes altas de las cuencas. Sin embargo, las expectativas de desarrollo de la actividad en Mendoza hacen previsible la necesidad de optimizar el sistema de control y manejo ambiental en el marco de una planificación que prevenga los posibles impactos negativos. - Los grandes embalses, aguas abajo, presentan casos de degradación de canales de riego por efecto de "aguas claras" y sufren, al mismo tiempo, el entarquinamiento producido por la erosión en las cuencas de alimentación, acelerada por la degradación de la vegetación. - La presión humana sobre el ambiente ha multiplicado sus efectos negativos en los últimos tiempos debido a la situación de crisis socio-económica. La Encuesta Permanente de Hogares (INDEC, 1992) registra, para el total de hogares del Gran Mendoza, un 13,5% con necesidades básicas insatisfechas. Se puede presumir que esta cifra es aún mayor para algunas áreas del secano. - El creciente proceso de urbanización y suburbanización que se produce sobre tierras de alto potencial agrícola plantea una limitación para una economía con fuerte sesgo agroindustrial. Estos suelos no podrían ser reproducidos en otras áreas aunque se dispusiese de los recursos hídricos necesarios para regar tierras hoy pertenecientes al secano.

- El desborde urbano que se produce también (especialmente en el Area Metropolitana de Mendoza) sobre el piedemonte, requiere la adopción de un modelo de urbanización adecuado a las especiales condiciones de este área, en el marco de una estrategia global de planificación urbana que minimice los costos ambientales. Las modalidades de la expansión urbana tienen marcados efectos en la maximización de los riesgos aluvionales y de desertificación. - En el secano, especialmente en zonas pedemontanas, es relevante el impacto ambiental de las actividades mineras, sobre todo las extracciones de áridos (ripieras). Ya sean explotadas por empresas o por "pirquineros", estas canteras normalmente asociadas a torrentes pedemontanos, modifican peligrosamente los escurrimientos con efectos no sólo locales sino sobre la globalidad de la aglomeración. Este problema se agrava por dificultades en el control y la fiscalización. - Los grupos sociales que habitan asentamientos espontáneos en áreas periurbanas marginales, con altos niveles de necesidades básicas insatisfechas, desarrollan estrategias de supervivencia que se sirven de los productos de problemas ambientales globales no resueltos como las ripieras, los basurales a cielo abierto, los depósitos de escombros y litigios en la tenencia de la tierra. Estos problemas forman parte de circuitos de subsistencia y, a su vez, agravan estas situaciones que están siendo encaradas desde una planificación respaldada en la articulación institucional. Mendoza ha desarrollado, especialmente en los últimos años, una estructura institucional y un marco normativo vinculado a la investigación, a la administración y a la gestión ambiental que brinda las bases para prevenir, controlar y revertir los procesos que atentan contra el mantenimiento de la calidad ambiental. El trabajo que se presenta a continuación, fruto del esfuerzo conjunto de un gran número de científicos, constituye un aporte para la consolidación de este proceso.

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NOTAS: 1

Colaboraron en la preparación de este Capítulo: Elma MONTAÑA, Irma PAVÁN, Susana FERNANDEZ de MAZZA y Alicia VENANZI.

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