PrincipiosSabiduríaUniversalT3
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PRINCIPIOS DE
TOMO III
Principios de Sabiduría Universal, Tomo III Primera edición: octubre de 2013
David Mora Zamarripa Mar Amarillo 1239 Guadalajara, Jalisco. Tel. (33) 38-27-51-92
Derechos reservados: David Mora Zamarripa ISBN 978-607-8204-32-8 Impreso y hecho en México. Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del autor y/o editor, la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, incluyendo el fotocopiado.
Introducción La universalidad se parece al cielo, porque no hay lugar en ella limitado y ofrece acceso libre a todos sin distinción alguna; la universalidad se parece al mar, porque posee sus mismas cualidades: el océano y la universalidad se hacen más y más profundos, ambos conservan su identidad original en todos sus cambios. Del mismo modo que los grandes ríos, cuando se vuelcan en el mar, pierden sus nombres y se funden en él, así todas las filosofías y todas las religiones se reencuentran en la Unidad. El océano y la universalidad son el depósito de todas las corrientes. La propuesta de visión que se ofrece en esta obra bibliográfica no pretende ser original ni única, mucho menos brindar una nueva aportación a la Sabiduría que nos han legado los grandes maestros de la historia, sólo busca un acercamiento con los documentos originales que dieron nacimiento a la multiplicidad de religiones que hoy conocemos, para descubrir los maravillosos “mensajes comunes” que las unen; pero que han sido desdeñados por el hombre debido a su afán por priorizar los intereses corporativos religiosos antes que permitir que la Verdad universal fluya. Para abonar a este propósito, el desarrollo de cada tema será avalado con una serie de citas extraídas de los libros universales que nos permiten descubrir que la Verdad única siempre ha estado a nuestro alcance. Cada cita es un vigoroso indicador de la Verdad en forma de aforismo o sentencia, lo suficientemente breve para no involucrar a la mente pensante más de lo necesario. Así es posible que
en nuestro interior fluya la Verdad del Ser, más allá de las propias limitaciones del lenguaje. Cada vez que leamos y descubramos el mensaje común de todas las corrientes, nos quedará la sensación de que es la Fraternidad Universal quien se dirige directamente a nosotros. Con este mensaje universal, los grandes maestros han sembrado en este mundo algo que le pertenece al universo entero. No debemos limitarnos a leer las citas originales, debemos escucharlas y absorberlas para permitir que se disuelvan en el corazón; no es conveniente memorizarlas, mejor dejemos que entren en nuestro Ser para que inunden nuestra sangre y se conviertan en un alimento vivo: una vez digeridas, podemos olvidarlas. Detrás del contenido textual de cada cita hay una gran energía potencial, un enorme poder de transformación. La intención que origina este trabajo tampoco es la busca de un simple sincretismo que mezcle las corrientes para así obtener un nuevo y distinto sistema filosófico, el único objetivo es establecer una proyección transversal que permita ubicar el fondo de todas las fuentes filosóficas gestadas a lo largo de nuestra civilización. Resulta fácil observar que las diferencias se presentan sólo en las formas, pero han sido magnificadas por los múltiples intereses egocéntricos que han movido al hombre. Si partimos de que la Verdad es sólo una, también resulta fácil descubrir que a mayor profundidad mayor aproximación con esa Verdad
absoluta y con las coincidencias universales; pero a menor profundidad, mayor es el alejamiento de esa Verdad absoluta y mayúsculas serán las diferencias y las divisiones. La Verdad no se liga con ningún ego, es profundamente universal. Es evidente que un “camino libre” nunca se podrá recorrer en estado de “ignorancia”, por lo que resulta indispensable contar con una buena perspectiva sobre la dirección radial que siguen todos los caminos; y este material, que está a su disposición, le ofrecerá —de manera ordenada, a lo largo de ciento cuarenta y cuatro temas estratégicamente dispuestos— las herramientas necesarias para que arme su propio rompecabezas, en pleno respeto a su propio proceso; para que pueda así liberar a su Sol radiante que lleva dentro, caminando con sus propios pies una senda iluminada por usted mismo y brindando su Luz a quienes le rodean.
Presentación Principios de Sabiduría Universal es para las personas que anhelan descubrir un modo de contemplar el mundo y así dar respuesta a las preguntas que parten del sentido que conlleva la misión de la vida. Es un libro sobre filosofía universal que invita a que aprendamos a ver con los ojos del ser interior, porque como humanidad percibimos la necesidad de expresarnos con otra palabras, de emplear un lenguaje encauzado a un renacer de la conciencia, de establecer una forma de comunicación interna que nos conduzca hacia la revelación; convirtiéndonos así en atentos observadores de la existencia. Una obra que, por medio del legado heredado de las fuentes filosóficas originales, nos dirige hacia una transformación interior y en el recorrido de sus páginas ofrece una gran variedad de citas textuales, para con ellas, guiarnos hacia la apreciación de que diferentes sabios —a través de la historia— llegaron a conclusiones idénticas sobre las verdades primeras. Una lectura que degusta con sus palabras, pues se emplean como un medio que toca nuestra esencia. Vivimos una época donde el despertar de la conciencia nos ha llamado e iniciamos una búsqueda del conocimiento original, ya que anhelamos encontrar el fundamento de la existencia; porque es únicamente la verdad quien otorga una seguridad en el desarrollo espiritual. Una verdad que ha quedado plasmada en diferentes vestigios históricos, demostrando así que las ideas se revelan y llegan a la conciencia de los iluminados. Ideas reveladas que se ofrecen con un enfoque didáctico permitiendo una comprensión accesible a toda persona interesada en reconocer su esencia original. Las diferentes temáticas que se abordan en este libro, permiten que encontremos la vinculación con
nuestro origen, vislumbrándose como un fructífero sendero hacia la desmitificación del yo, de la personalidad que ha suplantado a nuestro Ser verdadero y, en esta eliminación de falsedades, rompe con los engaños fabricados por una serie de mitos y facilita la liberación de ataduras ideológicas y dogmáticas. La obra se convierte en un valioso camino que devela quién realmente somos, que satisface la necesidad de conocer lo efímero de la existencia humana y su relación con los fundamentos espirituales de la permanencia del Ser. Una introspección que nos abre a visualizarnos como seres universales porque armoniza las diferentes corrientes filosóficas para reencontrarlas en la unidad. Una invitación hacia la expectación del mundo físico sensible, a fin de reconocerlo y poder asumirlo con total y absoluta neutralidad, para que la dualidad manifestada a través de la dialéctica sea incapaz de cegar la visibilidad sobre la verdad de nuestro origen. Origen con el que tendremos breves contactos si lo atendemos por medio de la contemplación e identificamos a nuestro Ser interior original. Procuremos asumir este mensaje con una total apertura de conciencia, con una mente libre de dogmas, preceptos morales o fantasías místico-religiosas; démonos la oportunidad de experimentar las delicias del conocimiento sin la ambición del deseo, pero sí con la grandeza de la contemplación, es decir, situémonos en un total y absoluto estado de neutralidad para que la observación de la sabiduría universal se conecte con la esencia de nuestro Ser interior original. Pollyana García Ramírez.
Indice Tomo II Tomo I 28 Búsqueda 1 ¿Quién soy?, ¿de dónde ven 29 Conciencia existencial go?, ¿hacia dónde voy? 13 2 Universalidad 20 30 División 3 Mente original y universal 26 31 Unidad 4 Ser interior original 33 32 Personalidad 33 Cuerpos superiores 5 Dos naturalezas: original y física 40 34 Alquimia 6 Ley universal 48 35 Comprensión 7 Causa y efecto 56 36 Discernimiento 8 Dualidad 64 37 Absoluto 9 Relatividad 73 38 No juzgar 10 Polaridad 83 39 No saber 11 Dialéctica 88 40 No ser 12 Hiperespacio 100 41 No hacer 13 Reencarnación 106 42 No resistencia 14 Neutralidad 112 43 Autonegación 15 Origen 120 44 Vivir en el mundo sin ser del mundo 16 Fuente original 126 45 Camino individual -Nombres que recibe 127 46 Autoridad religiosa -Otras referencias 133 47 Apegos -No hay espacio vacío 136 48 Libros universales, sólo -El Sol como portador de señalan la verdad la Fuente original 138 49 Del Ser a la existencia -Dos naturalezas 143 50 Verdad relativa -Dos naturalezas de fuerza 51 Verdad absoluta en el Sol 144 17 Conciencia 146 52 Ego 18 Puerta falsa 150 53 Autoconocimiento 19 Tiempo 174 54 Ignorancia 20 Presente 180 55 Sentidos 21 Atención 185 56 Centro mental 22 Observación 191 57 Centro emocional 23 Contemplación 196 Referencias históricas Bibliografía 24 Meditación 200 25 Identificación 206 26 Ilusión 212 Tomo III 58 Corazón 27 Deseo 219 Referencias históricas 225 59 Conciencia de sí mismo 60 Ciencia Bibliografía 239
13 22 34 42 52 60 68 77 86 95 102 111 116 121 130 136 143 153 162 168 175 181 186 192 199 207 213 220 227 237 244 255 13 21 29
61 Filosofía 34 62 Arte 39 63 Belleza 45 64 Conocimiento relativo 49 65 Conocimiento absoluto 53 66 Bien absoluto 58 67 Sabiduría 62 68 Iluminación, revelación 68 69 Paz interior 74 70 Soledad 78 71 Felicidad 83 72 Correspondencia 89 73 Microcosmos–macrocosmos 94 74 Inestabilidad 99 75 Aceptación 104 76 Indiferencia 112 77 Autoengaño 117 78 Vibración, energía 126 79 Magnetismo 132 80 Generación 138 81 Amor dialéctico 143 82 Amor universal 147 83 Soltar, dejar 156 84 Orientación: interior-exterior 163 85 Conciencia del Ser 170 86 Renacimiento 178 87 Dinámica 183 88 Estática 187 89 Miedo 194 90 Madurez 200 91 Péndulo 206 92 Adulación 213 93 Inocencia 216 94 Escuchar 221 95 Fe 226 96 Libertad 231 97 Karma 238 98 Compensación 245 99 Bien por mal 250 100 Autoafirmación 253 Tomo IV 101 Regreso al origen 102 Yo superior: ser aural
103 Sexo 104 Nacionalismo 105 Patria original 106 Probismo 107 Autorrendición, entrega 108 Silencio 109 Verbalización 110 Unidad: cabeza–corazón 111 Acto libre, unidad: cuerpo-alma- Espíritu 112 Ascetismo 113 Vacío interior 114 Transfiguración 115 Gozo 116 Del hombre natural al Ser original 117 Adversidad 118 Moral 119 Creencias, dogmas 120 Escuela 121 Naturaleza no liberadora 122 Alimentación 123 Estimulantes 124 Imantación 125 Eones 126 Desilusión 127 Morir para vivir 128 Misterios 129 Uso y desuso 130 La caída 131 Fraternidad universal 132 Unidad de grupo 133 Nirvana 134 Oración 135 Verdadera oración 136 Humildad 137 Muerte 138 Éteres 139 Espiritismo 140 Ritual 141 Instituciones religiosas 142 Humanitarismo 143 Revolución microcósmica 144 Revolución cósmica
Indice alfabético 37 Absoluto 75 Aceptación
TII-95 104
111 Acto libre, unidad: cuerpo- alma-Espíritu T-IV 92 Adulación 213 117 Adversidad T-IV 122 Alimentación T-IV 34 Alquimia TII-68 81 Amor dialéctico 143 82 Amor universal 147 47 Apegos TII-168 62 Arte 39 112 Ascetismo T-IV 21 Atención TI-185 100 Autoafirmación 253 53 Autoconocimiento TII-207 77 Autoengaño 117 43 Autonegación TII-136 46 Autoridad religiosa TII-162 107 Autorrendición, entrega T-IV 63 Belleza 45 66 Bien absoluto 58 99 Bien por mal 250 28 Búsqueda TII-13 45 Camino individual TII-153 7 Causa y efecto TI-56 57 Centro emocional TII-237 56 Centro mental TII-227 60 Ciencia 29 98 Compensación 245 35 Comprensión TII-77 17 Conciencia TI-146 85 Conciencia del Ser 170 59 Conciencia de sí mismo 21 29 Conciencia existencial TII-22 65 Conocimiento absoluto 53 64 Conocimiento relativo 49 23 Contemplación TI-196 58 Corazón 13 72 Correspondencia 89 119 Creencias, dogmas T-IV
33 Cuerpos superiores TII-60 116 Del hombre natural al Ser original T-IV 48 Del Ser a la existencia TII-181 27 Deseo TI-219 126 Desilusión T-IV 11 Dialéctica TI-88 87 Dinámica 183 36 Discernimiento TII-86 30 División TII-34 5 Dos naturalezas: original y física TI-40 8 Dualidad TI-64 52 Ego TII-199 125 Eones T-IV 94 Escuchar 221 120 Escuela T-IV 139 Espiritismo T-IV 88 Estática 187 123 Estimulantes T-IV 138 Éteres T-IV 95 Fe 226 71 Felicidad 83 61 Filosofía 34 131 Fraternidad universal T-IV 16 Fuente original TI-126 -Nombres que recibe TI-127 -Otras referencias TI-133 -No hay espacio vacío TI-136 -El Sol como portador de la Fuente original TI-138 -Dos naturalezas TI-143 -Dos naturalezas de fuerza en el Sol TI-144 80 Generación 138 115 Gozo T-IV 12 Hiperespacio TI-100 142 Humanitarismo T-IV 136 Humildad T-IV 25 Identificación TI-206 54 Ignorancia TII-213
68 Iluminación, revelación 68 26 Ilusión TI-212 124 Imantación T-IV 76 Indiferencia 112 74 Inestabilidad 99 93 Inocencia 216 141 Instituciones religiosas T-IV 97 Karma 238 130 La caída T-IV 6 Ley universal TI-40 96 Libertad 231 48 Libros universales, sólo señalan la Verdad TII-175 90 Madurez 200 79 Magnetismo 132 24 Meditación TI-200 3 Mente original y universal TI-26 73 Microcosmos-macrocosmos 94 89 Miedo 194 128 Misterios universales T-IV 118 Moral T-IV 127 Morir para vivir T-IV 137 Muerte T-IV 104 Nacionalismo T-IV 121 Naturaleza no liberadora T-IV 14 Neutralidad TI-112 133 Nirvana T-IV 41 No hacer TII-121 38 No juzgar TII-102 42 No resistencia TII-130 39 No saber TII-111 40 No ser TII-116 22 Observación TI-191 134 Oración T-IV 84 Orientación: interior-exte rior 163 15 Origen TI-120 105 Patria original T-IV 69 Paz interior 74 91 Péndulo 206 32 Personalidad TII-52 10 Polaridad TI-83 20 Presente TI-180
106 Probismo T-IV 18 Puerta falsa TI-150 1 ¿Quién soy?, ¿de dónde ven go?, ¿hacia dónde voy? TI-13 13 Reencarnación TI-106 101 Regreso al origen T-IV 9 Relatividad TI-73 86 Renacimiento 178 144 Revolución cósmica T-IV 143 Revolución microcósmica T-IV 140 Ritual T-IV 67 Sabiduría 62 55 Sentidos TII-220 4 Ser interior original TI-33 103 Sexo T-IV 108 Silencio T-IV 70 Soledad 78 83 Soltar, dejar 156 19 Tiempo TI-174 114 Transfiguración T-IV 31 Unidad TII-42 110 Unidad: cabeza-corazón T-IV 132 Unidad de grupo T-IV 2 Universalidad TI-20 129 Uso y desuso T-IV 113 Vacío interior T-IV 109 Verbalización T-IV 51 Verdad absoluta TII-192 50 Verdad relativa TII-186 135 Verdadera oración T-IV 78 Vibración, energía 126 44 Vivir en el mundo sin ser del mundo TII-143 102 Yo superior: ser aural T-IV
Corazón
58 Corazón El corazón ocupa una posición excepcional en el cuerpo, en él se encuentra la sede de la vida; de ahí que la conciencia del corazón sea más lúcida que la conciencia de otras partes del cuerpo. Ni aún la cabeza ostenta una conciencia tan elevada. Pensar con el corazón es sentir de forma consciente. El corazón es el órgano que menos posibilidades tiene de enfermarse de cáncer, y cuando así sucede es porque fue invadido desde otro órgano; además, es el único que nunca produce dolor. No obstante, cuando se nubla, cuando se oscurece, se convierte en el origen del cáncer que brota en otros órganos; y cuando produce dolor —no sensorial—, es mucho más agudo que cualquier otro dolor físico. El verdadero anhelo de Libertad se origina en el corazón, es algo ajeno a la mente y se sustenta en el “no deseo” de los objetos e intereses creados en la existencia; no se trata de un “deseo de salvación” proveniente del centro emocional, que deriva en una simple pose. El corazón del hombre natural, que es conducido ciegamente por la personalidad, se cierra, se endurece y se petrifica. Tal como se muestra en el Bhagavad-Gita, el corazón es el gran campo de batalla: en él se anidan todos los deseos del “yo” orientado a la autoafirmación, lo que provoca que el corazón se mantenga agitado, cansado y somnoliento; sin embargo, cuando surgen del propio corazón los impulsos libertarios, emanados desde el Ser original que lleva dentro, se establece la conexión con la Fuerza prânica neutralizante necesaria para que el silencio y la paz lo mantengan en la debida lucidez. Esta conexión sólo es posible si el corazón se sustrae del engranaje que mueve los intereses creados en el campo de manifestación existencial; el corazón no está para involucrarse con los hilos que mueven la batalla de la vida natural. Todo el quehacer movilizado en la lucha por la supervivencia — o por una vida “digna”—, debe ser desempeñado por la inteligencia de la mente; de este modo es posible alcanzar los propósitos externos sin generar nuevos conflictos. El 13
Corazón
corazón debe vaciarse de los intereses naturales de la personalidad para que pueda recibir y asimilar la radiación de la Fuente original. En la Biblia se habla reiteradamente del corazón y de su posible apertura para que reciba la Luz universal, pero esto no apunta al desarrollo de emociones místicas; cuando alguien se mueve a través de tales emociones sólo demuestra plena inmadurez. Es muy común que, tras descubrir que los esfuerzos intelectuales no son liberadores por sí mismos, se recurra al sentimentalismo místico; sin embargo, sólo se abre una nueva esperanza que resulta vana y profundamente ilusoria. El posible cambio en el corazón, al que se refiere la Biblia, nada tiene que ver con la sustitución de cierto tipo de sentimientos por misticismos emocionales. La frase Bíblica: “Levantad vuestros corazones” no es una invitación al desarrollo de emociones místicas, sino al restablecimiento de la unidad cabeza-corazón; ninguna relación guarda con el delirio de oraciones prefabricadas, con palabras repetitivas, ni con mantras adormecedores. Sólo cuando el corazón se consagre de nuevo al servicio del Ser interno será posible comprender y reflexionar sobre la esencialidad; así nos queda claro que la verdadera nobleza es la nobleza del corazón. A través de la interacción de unas mentes con otras se han construido las relaciones humanas comunes; no obstante, la más legítima relación, la verdadera comunión, sólo se establece de corazón a corazón. Atendamos ahora lo que los maestros nos dicen a través de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica; acerquemos lo ya expuesto a la visión universal. La verdadera tranquilidad es la del corazón. Mahabharata
Es imposible experimentar la Paz interior sin un involucramiento directo del corazón. La cualidad dinámica y cambiante del mundo de las formas no es propicia para la verdadera Paz; la 14
Corazón
quietud es una cualidad del Ser, que sólo puede ser resguardado por el corazón. Consagrándose sin pausa a la unión interior con Dios, el yogui obtiene con toda seguridad el infinito goce de la comunión con Dios. Él reconoce en su corazón que su esencia es común a la de todas las criaturas, y que la vida que mora en todas las criaturas habita también en su corazón. Ésta es la conciencia en la que vive el yogui iluminado: una visión de total Unidad. Bhagavad Gita, VI- 28 y 29
La esencia que guarda el corazón de todas las entidades humanas se funde en la Unidad perfecta del Ser universal, es la Conciencia misma de la totalidad. «Radiante es su Luz, aunque invisible por estar escondido en el lugar secreto del corazón …» Mundaka Upanishad
El órgano del corazón, como espacio físico manifiesto, es el receptáculo del Ser interno que por su propia naturaleza es adimensional —lo rosacruces clásicos lo ubicaron en el ventrículo superior derecho—. Mira hacia arriba y ve con el corazón a aquel cuya voluntad es la de ser visto únicamente con el corazón. Pues Él no puede ser conocido por el oído, ni dado a conocer por el habla; ni puede ser visto con los ojos del cuerpo, sino sólo con la mente y con el corazón. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El Ser universal no es perceptible a los sentidos; sin embargo, se muestra tangible y cognoscible ante la Unidad: cabeza-corazón. Dios, cuando hizo al hombre y lo vistió con grandes honores, le indicó que se uniera a él para ser único y de un solo co15
Corazón
razón, unido al Uno por el lazo de la fe de un solo propósito que ata todo. El Zohar
El único propósito legítimo apunta a la trascendencia de la división, que conduce a la reunificación con el Ser-Uno que está presente en el corazón de cada hombre. Es fuerte aquel cuyo corazón manda en su “neuma” vital. En los seres, a la robustez sigue la vejez, que es la falta de Tao. Lao tse, Tao Te King
Originalmente, el corazón es quien debiera llevar las riendas de todas las manifestaciones corpóreas de vida; en el hombre dialéctico, ese lugar se encuentra usurpado por la mente. El lugar que el sabio vigila más que nadie es aquel que nadie puede ver: su propio corazón. Confucio
El corazón es el resguardo de la esencia íntima, que es la gema más preciosa. Cuando la pasión enceguece, el corazón no está ocupando su debido lugar. Confucio
Si el corazón retoma el lugar que ha sido usurpado por la mente, todos los problemas dejarán de serlo. A los treinta años yo estaba erguido y firme en mis ideas. A los cuarenta ya no tenía dudas. A los cincuenta, tuve que reconocer la fuerza del destino. A los sesenta mis oídos eran favorables: los sonidos iban derecho a mi Espíritu. A los setenta he podido seguir los impulsos de mi corazón. Confucio
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Corazón
La madurez, que no necesariamente está en función estricta del tiempo, otorga la facultad de escuchar al corazón. La inspección de los astros, la astrología, la adivinación de los sucesos próximos o desgraciados por medio de signos, y la predicción del bien y del mal, todo eso está prohibido. El que deje ir su corazón a la aventura sin freno alguno, no alcanzará el Nirvana. Evangelio del Buddha
Todos los fenómenos externos son ajenos a la esencia íntima del corazón, no debemos asignarle tareas que no le corresponden. El que albergue en su corazón el amor a la Verdad nunca morirá, porque ése ha bebido el agua de la inmortalidad. Evangelio del Buddha
El Amor a la Verdad se encuentra en la esencia misma de la Fuente original, cuyo receptáculo natural es el corazón. El rey, su padre, al saber que el corazón del príncipe Siddharta se hacía extraño al placer, fue terriblemente traspasado de disgusto, como si una espada se le clavara en el pecho. Evangelio del Buddha
El hombre natural dialéctico no comprende la esencia absoluta que se encuentra libre y manifiesta en el Hombre-Verdad. Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio. Pitágoras
Todo hombre que anhele vivir la experiencia del Amor universal, debe antes neutralizar su corazón de las influencias adormecedoras de la vida natural. 17
Corazón
Dios no escribió las leyes en las páginas de los libros, sino en su corazón y en su Espíritu. Evangelio de los esenios
Las Leyes universales, que constituyen la última voluntad manifiesta del Ser universal, emanan desde el punto de Origen del universo, desde su corazón. Cuando la palabra aparece, la que está en el corazón de quienes la pronuncian, ella no es sólo un sonido. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi
Cuando la palabra es pronunciada desde la parte más íntima del corazón, transmite un mensaje que va más allá de la palabra misma. No se hagan tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino hagan tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón. Mateo 6: 19-21
En el corazón también se esconde el “espacio adimensional” del Cielo interior, donde no operan las Leyes naturales que rigen el cambio y la impermanencia. Algunos de los escribas decían dentro de sí: éste blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué piensan mal en sus corazones? Mateo 9: 3,4
En esta cita, Jesús de Nazaret destaca la cualidad pensante del corazón, que puede dirigir su orientación hacia cualquiera de los dos sentidos antagónicos: interno o externo. 18
Corazón
Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la Luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del Conocimiento de la gloria de Dios. Corintios II 4: 6
La Fuente original porta la Luz —conciencia— que rompe con la oscuridad —inconsciencia— que caracteriza al hombre natural. Si todas las cosas, los ángeles y las esferas, se pusieran en el corazón del Hombre Perfecto, no sentiría ni siquiera el peso de un átomo. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Las cosas manifiestas del universo, que por su naturaleza propia son insustanciales, nada significan para el corazón del Hombre-Verdad. La gente de Perfección es la que, atenta a su respiración, se hace guardián del Tesoro de sus corazones. El Tesoro del Corazón es la biblioteca de Dios. No permitas que entren los pensamientos que no sean de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En el corazón se alberga el verdadero propósito de Vida, la voluntad Única del Ser universal; nunca debemos distraernos de ella. “El corazón del creyente es el lugar de revelación de Dios; el corazón del creyente es el trono de Dios; el corazón del creyente es el espejo de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
La revelación —término occidental que corresponde a “iluminación” para oriente— sólo puede manifestarse a través del corazón. El corazón es una perla que mira a Dios. El corazón es el lugar de manifestación 19
Corazón
del Nombre y del Nombrado. El corazón es un halcón o un pájaro maravilloso. El corazón es el Ser de la Aseidad de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En otros términos, Ibn Arabi discurre en este bello poema sobre la revelación de la Aseidad —cualidad absoluta del Ser—. Deja tus preocupaciones y ten un corazón completamente limpio, como la superficie de un espejo que no contiene imágenes. Rumi, Masnavi
Mientras la mente almacena información e imágenes, el Ser no se apega a lo que recibe y lo suelta; el corazón debe mantener un estado que corresponda y permita la Libertad del Ser. Ponte en pie, percute tu atabal: dése a conocer la amistad. Tomados sean sus corazones. Nezahualcóyotl. Ponte en Pie, Percute tu Atabal
Sólo en el corazón se establecen los lazos de la más legítima amistad. La rosa tiene que convertirse nuevamente en el capullo nacido de su tallo generador, antes de que el parásito haya roído su corazón y chupado su savia vital. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
En occidente se ha empleado la rosa como símbolo del Ser interno, contenido en todo corazón que es digno de ello. La doctrina del “Ojo” es para la multitud, la doctrina del “Corazón” es para los elegidos. Los primeros repiten con 20
Corazón
orgullo “vean, yo sé”; los segundos, aquellos que humildemente han recogido la cosecha, dicen: “así he oído yo”. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
La doctrina del ojo —de los sentidos— conduce a la autoafirmación; quienes entran en comunión con su corazón —no sin antes conducirse en la autonegación—, se limitan a observar. No hay ningún camino hacia la Verdad, es ella quien debe llegar a uno. La Verdad podrá llegar a usted sólo cuando su mente y su corazón sean sencillos y claros y cuando haya amor en su corazón; pero nunca si su corazón está lleno de las cosas de la mente. Si hay amor en su corazón, usted no hablará de organizar una hermandad. Conversaciones de Krishnamurti, Benares, India 1949 (Informe textual)
La Verdad sólo puede revelarse si el corazón es vaciado de las cosas de la existencia, que son asimiladas y retenidas en el deseo de la mente. El problema del hombre no está en la bomba atómica, sino en su corazón. Albert Einstein
En el corazón se asumen los grandes problemas que el hombre genera en la existencia; sin embargo, en él mismo se hace también posible la concreción del propósito interno fundamental para la Libertad de la Conciencia.
59 Conciencia de sí mismo La observación es un medio para comprender y respetar al mundo, mientras que la auto-observación es un medio para la comprensión, el respeto y la Conciencia de sí mismo. Entremos de fondo en este tema, no sin antes precisar que es 21
Conciencia de sí mismo
posible obtener la conciencia de sí mismo en función de dos naturalezas distintas: en relación con la manifestación externa —la personalidad— o al Ser interno; por razones obvias, la segunda es la fundamental. Es en el plano de manifestación externa donde se presenta cualquier posibilidad de cambio; y en ese plano existencial, la conciencia de sí mismo consiste en observar la personalidad, ver sus reacciones con base en las circunstancias de la vida natural, pero sin identificarse con ellas. Dirigir la atención al cuerpo físico y a los tres centros (mental, emocional e instintivo-motor) es descubrir el aspecto maquinal de la personalidad, es comprenderse a sí mismo; es entender los múltiples rasgos de comportamiento —buenos o malos, positivos o negativos; es decir, dialécticos— originados en el “yo” ilusorio. Sólo cuando se tiene plena conciencia de algo —tanto en la existencia como en uno mismo— se abre la posibilidad de cambiarlo. Respecto al Ser el cambio no es posible, pero tampoco es necesario; porque el Ser es absoluto y pleno en sí mismo, no tiene necesidad alguna de cambiar. Comprendamos, en primera instancia, que en relación con el Ser todo lo que se piense, diga o escriba será especulativo, porque su naturaleza rebasa las posibilidades cognitivas de la mente; por esta razón, resultará más sensato y prudente empezar por el reconocimiento de lo que “no” nos aproxima a la Conciencia del Ser: • La imaginación es un mecanismo de la mente que se limita a la creación de sub-mundos ilusorios —a su imagen y semejanza—; y después de deleitarse en tal torpeza, el hombre natural se aferra a lo que imagina y se ilusiona aún más con lo que es irreal, cancelando así las posibilidades de vinculación con lo real —el Ser—. La imaginación es fruto del “yo” imaginario. • La pretensión de cambiar al mundo es algo que no corresponde al individuo, ¿quién soy yo para cambiar las circunstancias? Lo único que nos compete es evitar la resistencia y aceptar las cosas tal como son, para que así se abran los canales que nos aproximan a la Conciencia de sí mismo. • Seguirse a sí mismo no significa seguir los pensamientos de la mente propia, sino buscar la Verdad fundamental en el corazón, recinto del Ser interior original. 22
Conciencia de sí mismo
El hombre común cree que la Conciencia de sí mismo estriba sólo en observar los estados emocionales negativos, como la depresión o la ansiedad; sin embargo, queda claro que sólo es así para el aspecto externo —siempre y cuando se establezca el “Yo” original como el observante y sin identificarse con lo que observa—. Cuando alguien dice “me siento deprimido” está identificado con su estado, y cuando alguien piensa “no quiero estar deprimido” cree que se aleja de la identificación y de nada sirve; el primer chispazo de conciencia llega con el discernimiento, con la distinción plena entre el Observador —el Ser interno— y lo observado —la personalidad—; para eso es fundamental el reconocimiento del Ser en el lado observante y no del lado observado. Para evitar la identificación, debemos mirar todas las reacciones a las circunstancias como “algo que acontece en uno” y no como “mis reacciones”. Si se piensa “yo reaccioné”, entonces se mantiene la vinculación con los mecanismos naturales; por lo contrario, si separamos el “Yo observante” de nuestras “pretendidas reacciones” evitaremos identificarnos con la personalidad. Así nos será posible comprender a cabalidad que vivimos en dos mundos, en dos realidades —una relativa y otra absoluta—, en dos ámbitos —uno exterior y otro interior—. El hombre dormido se mantiene siempre en estado de identificación y por esta razón le resulta imposible el recuerdo de sí; en sentido opuesto, la “no-identificación” conduce al estado presente, al despertar y a la Conciencia de sí mismo. Es justo reconocer que al hombre natural no le es posible ser Consciente del Ser, pues ha sido creado por la naturaleza física y sólo puede obtener una conciencia relativa de sí con base en las condiciones propias de la vida natural. No obstante, la determinación más importante que puede tomar un legítimo buscador apuntará siempre a la Conciencia de sí mismo; porque el verdadero sentido de sí deriva del Ser y no de las cualidades temporales de la personalidad. Por tal motivo, debe mantenerse la orientación hacia el Ser; aunque pudiera parecer complicado por consecuencia del aletargamiento que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo, ante el olvido de sí mismo. Cuando el hombre obtiene la Conciencia de sí mismo se reorienta en un sentido vertical —perpendicular a la línea horizon23
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tal que proyecta la vida natural de la existencia—; esto acontece cuando ya no se piensa en el recuerdo de sí, sino que se convierte en una vivencia real. Debemos mantener la determinación de ser conscientes de sí mismo al menos durante un pequeño fragmento del día, porque con esta experiencia es posible corroborar nuestro comportamiento mecánico para así separarnos de él; lo que podría ser suficiente para transformar radicalmente nuestra actitud ante la vida. Sin la Conciencia de sí mismo nos mantendremos como un hombre-máquina que sólo sirve a la naturaleza física como generador de energía, como un hombre dormido utilizado por la misma naturaleza para satisfacer sus propias necesidades, que son ajenas a la más legítima necesidad del hombre: “despertar”. Los primeros momentos de la mañana —durante la contemplación solar, preferentemente— son los más propicios para la apertura hacia la Conciencia de sí, antes de sumergirnos en las “obligaciones comunes” que tanto nos enganchan con la vida natural. La Conciencia de sí mismo ofrece resultados maravillosos que se reflejan de manera directa en nuestras relaciones con los distintos aspectos de la existencia. No debemos esperar que nuestra vida cambie, la transformación se genera en nosotros mismos y, por añadidura, en el tipo de reacciones que experimentemos ante la vida natural. Una vez que esto se comprende, entonces, más allá de las condiciones dispuestas en nuestra existencia, seremos conscientes de lo que realmente significa “vivir en este mundo sin pertenecer a él”. Para profundizar más sobre la Conciencia de sí mismo, quedan a su disposición una selección de citas extraídas de las fuentes filosóficas de mayor trascendencia histórica, con la finalidad de generar una visión universal. Aquél que halla su felicidad en la visión interior del Conocimiento, tiene sujetos sus sentidos y gozoso el corazón, debido a la experiencia de su propia vida interior. Una vez alcanzado este estado, para él, el oro no tiene más valor que las piedras de la tierra. Bhagavad Gita, VI- 8
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Conciencia de sí mismo
En la Conciencia de Sí mismo desaparecen las distinciones entre lo deseado y lo menospreciado; en la visión interior radica la verdadera felicidad, que va más allá de cualquier distinción. La lealtad a sí mismo obliga a la comprensión del verdadero Yo. Sólo los leales a sí mismos pueden influir. Confucio
Todo tipo de deslealtad —incluso hacia uno mismo— es producto de la inconsciencia de sí mismo. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, obtiene lo que obtuvieron los otros y deja de obtener lo que él mismo tiene. Ese encuentra felicidad en lo que le da felicidad a los otros, pero no encuentra felicidad en lo que le da felicidad a él mismo. Chuang-Tzu
Escucharse, mirarse, encontrarse y sostenerse a sí mismo —en orientación al Ser— es conectar con la plenitud de la Conciencia de sí. Todo está vacío, claro, autoiluminado, sin el empleo del poder de la mente. Sosán, Hsin Hsin Ming
A través de la mente sólo es posible la conciencia de sí mismo en orientación a la personalidad. El problema del alma se manifiesta en las expresiones “yo digo”, “yo sé”, “yo percibo”, “yo vengo”, “yo me voy” o “yo 25
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me quedo”. Tu alma no es tu cuerpo; no es tu ojo, tu oído, tu nariz, tu lengua. Evangelio del Buddha
Todas esas expresiones son producto de la autoafirmación; la no-identificación deriva de la autonegación, estado fundamental para la Conciencia de Sí mismo. ¿Quién es el hombre sabio? El que ha conseguido la visión interna de su propia naturaleza. El que guarda su Espíritu al abrigo de toda mancha del egoísmo y lleva una vida de Verdad. Evangelio del Buddha
La visión interna surge por añadidura, ante la Conciencia de sí mismo. Pitágoras: Lo más difícil es conocerse a sí mismo, lo más fácil es seguir la costumbre. Vida Pitagórica, Jámblico
En su quehacer mecánico, el hombre natural sigue las costumbres de las masas; en la Conciencia de sí mismo, el Hombre verdadero se libera del sueño colectivo que nubla la Conciencia. Ante todo, respétate a ti mismo. Pitágoras
El respeto a sí mismo sólo es posible en el autoconocimiento. Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo. Sócrates
En la profundidad del corazón se encuentra la Naturaleza verdadera, la esencia íntima del Ser; desde ese punto emana la verdadera felicidad. 26
Conciencia de sí mismo
En dondequiera que haya vida está escrita la ley. Pueden hallarla en la hierba, en el árbol, en el río, en la montaña, en los pájaros del cielo, en los peces del mar; pero búsquenla principalmente en ustedes mismos. Pues en verdad les digo que todas las cosas vivas se encuentran más cerca de Dios que la escritura que está desprovista de vida. Evangelio de los esenios
Los Principios universales están inscritos en nosotros mismos, en la parte más íntima de nuestros corazones. Jesús dijo: Quien sea conocedor de todo, pero falle en lo tocante a sí mismo, falla en todo. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi
Sobre la Conciencia de sí mismo, el acierto estará implícito en todo. Es necesario que ustedes se conviertan en su propio Sol, en su propia Luz, y así alumbrándose y alumbrando a otros, le corresponderíamos con nuestra Obra a mi Padre que me ha enviado. Evangelio de Judas
Ser consciente de sí es descubrir la Luz emanada desde el Sol interior, Luz del Ser interior original. Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la tierra. Evangelio de Judas
La Libertad llega por la Conciencia del Espíritu interno, cuya Naturaleza absoluta es ajena a la naturaleza relativa de este mundo. 27
Conciencia de sí mismo
El Profeta dice: El que aniquila su alma, es decir, el que se conoce a sí mismo, comprende que su Ser es el Ser de Allah, sin experimentar cambio alguno ni en su naturaleza ni en sus atributos. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
La Conciencia de sí mismo sólo es posible ante la negación de todas las manifestaciones corpóreas existenciales; el alma, incluida entre ellas. En mi interior lo encuentro: si yo nunca muriera, si nunca desapareciera. Allá donde no hay muerte, que allá vaya yo. Nezahualcóyotl, Estoy embriagado, lloro, me aflijo…
La Verdad absoluta y la inmortalidad sólo se encuentran en el interior. El hombre debe reflexionar muy bien sobre sí mismo y no lanzarse precipitado y ciegamente en busca de su lugar de Origen lejos de sí mismo. Jacob Boehme, La Llave
En la Conciencia de sí se encuentra la Verdad del Origen de todo. Ten paciencia, candidato, como aquel que no teme ningún fracaso, ni acaricia triunfo alguno. Fija la mirada de tu alma en la estrella cuyo rayo eres tú. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
El alma, como cuerpo existencial, se encuentra en los límites del Ser y debe orientarse en esa dirección; ese redireccionamiento es fundamental para la Conciencia de sí mismo. 28
Conciencia de sí mismo
Una mente codiciosa es una mente conflictiva; llevar una vida decorosa, en un mundo organizado sobre la agresión y expansión económica, sólo es posible para quienes están descubriendo sus riquezas interiores. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
“Vivir en este mundo sin identificarse con él”, sólo es posible para quien es consciente de su Ser interno. Donde quiera que viva, en cualquier nivel de la sociedad en el que se encuentre, si se comprende a sí mismo, producirá una transformación en su relación con los demás. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
Sólo quien comprende su verdadera Naturaleza es capaz de sustraerse de las influencias adormecedoras del flujo mecánico de la existencia, para así abonar al posible despertar de la humanidad.
60 Ciencia Vivimos en un universo ordenado —aunque no perfecto— que proyecta la realidad absoluta del Ser universal que le dio Origen. Las Leyes universales devienen desde el propio Origen y son ellas quienes instrumentan dicho orden —literalmente, cosmos significa orden—, esto las convierte en el objeto de estudio fundamental para un posible acercamiento a la verdadera Ciencia. Si el universo tangible fuera un caos, el estudio de las Leyes naturales resultaría imposible y la Ciencia perdería todo sentido. Los tres grandes pilares del conocimiento son: ciencia, filosofía y arte; alrededor de ellos giran todas las posibilidades cognitivas del hombre y también con ellos es posible llegar hasta los límites de la mente humana. No obstante, las primeras tentativas de estudio deben dirigirse a la ciencia, pues ella parte de la percepción sensorial y, por razones obvias, nos ofrece los aspectos más tangibles del conocimiento; cuando la ciencia llega a su límite —y ante la necesidad del hombre por alcanzar una ma29
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yor profundidad en el conocimiento— la filosofía aparece con un nuevo escenario de estudio que parte de la ciencia misma y nos lleva más allá de ella, es decir, más allá de lo tangible; en tercera instancia surge el arte, que emplea otros medios de expresión —forma, color, espacio, movimiento, sonido, tiempo, entre otros— ante las limitaciones del lenguaje para comunicar la experiencia filosófica en toda su profundidad. La ciencia natural de este mundo procede de la comprensión intelectual humana y está dirigida exclusivamente a los fenómenos tangibles —físico-biológicos—; en sentido opuesto, y a partir de la sabiduría universal, la verdadera Ciencia va más allá de la mente y de las apariencias tangibles y no procede de un hombre o un grupo de hombres, no está dividida en disciplinas científicas y está presente en todo sobre una base de “principios únicos”. Es por eso que quienes se mantienen observantes de los principios universales llegan siempre a los mismos resultados y giran alrededor de una Sabiduría única. Las leyes universales, en primera instancia, deben comprenderse para que después la mente se libere de ellas y su operar se convierta en objeto de observación —primer paso del método científico—. Los vacíos de creatividad, tan frecuentes en los hombres de ciencia, no se deben a limitaciones posibles en su capacidad de pensamiento, sino a que no saben cómo dejar de pensar; esto es fundamental, porque la legítima observación parte de la “no mente”. La verdadera Ciencia es accesible sólo para quienes, más allá de la división y del análisis mental, comprenden y contemplan los hilos comunes que en paralelo movilizan los tres pilares del conocimiento: Ciencia, Filosofía y Arte. Para dar mayor sustento y amplitud a este tema, revisemos algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica, con la intención de brindar una visión universal. Conocer la ciencia de la música no es otra cosa que esto: conocer cómo están ordenadas todas las cosas, y cómo el designio de Dios ha asignado a cada una su lugar. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Ciencia
Detrás del arte está la ciencia, y detrás de la ciencia se encuentra el arte; todo se mantiene regulado sobre un orden único, con base en los Principios universales. Virtud: amar a los hombres. Ciencia: conocer a los hombres.
Confucio
Tras el Conocimiento impersonal, que otorga la verdadera Ciencia, aparece la virtud de amar. No es por la disciplina, ni por los votos, sino por muchísima ciencia por lo que he merecido la dicha de la liberación que ningún mundano puede conocer. Evangelio del Buddha
Siddharta ratifica las bondades y la magnitud del Conocimiento impersonal de la verdadera Ciencia. Pitágoras consideraba que era bueno iniciar los esfuerzos por las ciencias y formas de vida. La disciplina anímica la llevaba a cabo por medio de la música. Vida Pitagórica, Jámblico
Pitágoras lo ratifica: la ciencia abre las primeras ventanas hacia el Conocimiento. Necesaria atención creía Pitágoras que se debía prestar a las ciencias antes que a la filosofía. Vida Pitagórica, Jámblico
No es posible escudriñar en lo intangible —filosofía—, sin antes asimilar la esencialidad que origina los fenómenos tangibles —verdadera Ciencia—. Si la esencia de las cosas fuera tan obvia como su apariencia, no sería necesaria la ciencia para comprenderla. Pitágoras
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Ciencia
La verdadera Ciencia permite ir más allá de la apariencia de los fenómenos tangibles —la esencialidad—. En torno de la esencia está la morada de la ciencia. Platón
No sólo la ciencia, todo gira alrededor de la esencialidad. Cuando Jesús hubo concluido de hablar así, dijo: He aquí que recibo mi vestidura, y que toda ciencia me es dada por el primer misterio. Pistis Sophia II: 11
Los aspectos más profundos de la verdadera Ciencia llegan por revelación. ¡Ay de ustedes, intérpretes de la ley! porque han quitado la llave de la ciencia; ustedes mismos no entraron, y a los que entraban se lo impidieron. Lucas 11: 52
La llave de la Ciencia se perdió cuando el hombre impuso su propia ley, la seductora y adormecedora ley humana que gira alrededor de la ética y la moral. La ciencia que desate nudo busca. Aquella, antes de que el alma te escape, busca. El no existente que parece existente, deja. El existente que no existente parece, busca. Rumi, Masnavi
La ciencia natural dialéctica desata algunos nudos, pero amarra otros; la Ciencia emanada de la Sabiduría universal distinge lo verdadero de lo ilusorio y así lo esclarece todo. Si un hombre desea enseñar a los demás hombres, antes deberá obtener su saber de Dios y de la naturaleza; después, 32
Ciencia
si los demás quieren, que se instruyan junto a él. El error se debe a que se quiere obtener la ciencia más allá del fundamento verdadero.
Paracelso, Las Siete Apologías
El fundamento verdadero de la Ciencia se encuentra en los Principios universales, que regulan todo el comportamiento de la naturaleza y de todo lo que es generado por ella —incluido el hombre natural—. Ciencia es la Raíz de la Mente Ígnea, y es, en pocas palabras, la raíz de todos los “Principios Espirituales”; es la región de donde surge la vida. Es la causa por la cual la profunda voluntad divina se compacta y se imprime en la naturaleza. Jacob Boehme, La Llave
En los Principios universales yace la verdadera Ciencia, sobre ellos está impresa la “primera” causa de Origen en el universo y constituyen la manifestación de la “última” voluntad del Ser universal en este mundo tangible. El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.
Albert Einstein
Detrás de la Ciencia se encuentra el umbral que aproxima al Conocimiento absoluto del Ser universal. La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también. Albert Einstein
Tal como acontece en relación con el arte y la filosofía: detrás de la ciencia está la religión, y detrás de la religión está la ciencia. La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general, pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos. Albert Einstein
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Ciencia
Las ideas fundamentales de la Ciencia están en las Leyes universales, y efectivamente son esencialmente sencillas. La complejidad apareció con la tecnología, que ha sido creada y recreada por el hombre para manipular la naturaleza y ha sido confundida sistemáticamente con la ciencia.
61 Filosofía La filosofía es el pivote de enlace entre la ciencia y el arte; parte de los límites naturales de la ciencia y adquiere sentido con la observancia de los Principios universales —que operan en la ciencia misma y en todos los ramales del conocimiento—, es además el sustento razonativo y no razonativo del arte. Si se posee una base filosófica, la verdadera Ciencia y el verdadero Arte se hacen evidentes; de lo contrario, permanecen ocultos. En la filosofía se presentan dos posibilidades de orientación: hacia lo interno y hacia lo externo. En el plano de manifestación dialéctico, el filósofo orientado hacia propósitos externos, es el pseudo-poseedor de la Sabiduría universal, es el hombre intelectual que indaga en todas las direcciones sin que le sea posible encontrar algo verdadero y, al agotar todas las fuentes tangibles de las que dispone para escudriñar, termina construyendo —con base en su conocimiento relativo acumulado— una visión propia y egocéntrica difícil de soltar. Y aunque esa visión sea formulada de manera clara y convincente, sin duda será especulativa porque partió de una mente relativa, limitada y dividida. Cuando se especula en la filosofía de manera verbalizada —como sucede en el sistema operativo de la mente—, el Amor desaparece y sólo queda la palabra amor. No obstante, la comprensión filosófica racional —originada en la mente— nunca debe desdeñarse, porque sobre esta base el quehacer intelectual puede adquirir sentido si nos lleva hacia los límites de la no-mente, donde emerge el Conocimiento de primera mano. El verdadero poseedor y amante de la Sabiduría universal es el filósofo que se orienta hacia lo interno y se ocupa, a través del 34
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Conocimiento de sí mismo y la contemplación —en la no-mente—, en alcanzar el Conocimiento absoluto del Ser. Deja en segundo plano la mente y permite que, por la observación y la no-identificación con el flujo operativo de las Leyes universales, la Gnosis universal le sea revelada. Creer que la mente humana nos puede ofrecer la Verdad absoluta, es el más grande de los dogmas; considerar que sólo nos puede otorgar conceptos ilusorios, es un dogma no menos grande. Lo más importante es cuestionarlo todo, para iniciar así la más importante de las investigaciones y permitir con eso que despierte el filósofo que llevamos dentro. Para profundizar más sobre este delicado tema: filosofía, quedan a su disposición una selección de citas extraídas de las fuentes filosóficas de mayor trascendencia histórica, con la finalidad de generar una visión universal. La filosofía no es otra cosa que ocuparse, a través de la contemplación constante y la piedad santa, por alcanzar el Conocimiento de Dios; pero habrá muchos que harán difícil de entender la filosofía, y que la corromperán con múltiples especulaciones. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
En el estado contemplativo es posible vivir una experiencia de la no-mente, que deja abierta la posibilidad de que acontezca la revelación. Toda especulación sobre el Conocimiento absoluto del Ser surge de la mente y corrompe la verdadera Filosofía. Los hombres de tiempos por venir serán confundidos por astutos sofistas, y serán desviados de las enseñanzas puras y santas de la verdadera filosofía. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Hermes vaticina sobre este momento histórico que estamos viviendo, en que el hombre deposita su total confianza en lo que apunta su mente. 35
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Filósofo: hombre que se complace en el estudio de la Sabiduría. Confucio
El verdadero filósofo sería incapaz de alinearse hacia otra dirección. El más puro es ese tipo de hombre que se dedica a la contemplación de las cosas más bellas, a quien se le da el nombre de filósofo. Vida Pitagórica, Jámblico
Pitágoras fue quien empleó por primera vez en la historia la palabra filosofía, él fue quien la acuñó. Por tanto, la visión que nos ofrece sobre el filósofo es digna de atención. Sabiduría es un conocimiento real que versa sobre lo bello, primero, divino, puro, y que tiene siempre una sustancia inmutable, por cuya participación las demás cosas pueden ser llamadas bellas. Filosofía es la aspiración a tal contemplación. Vida Pitagórica, Jámblico
La filosofía apunta a lo primigenio, lo original; donde el cambio no conlleva a la ficción y donde radica la verdadera Belleza. Pitágoras impulsó las ciencias, fue el primero que utilizó el nombre de filosofía y la definió como “anhelo y amor a la Sabiduría”. Vida Pitagórica, Jámblico
Debe considerarse ésta como la definición original de filosofía. Los pitagóricos dicen que se debe atender antes a la filosofía que a los padres y la agricultura, pues los padres y los agricultores son responsables de que vivamos, pero los filósofos 36
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y educadores son responsables de nuestro buen vivir y pensar, tras haber descubierto nuestro orden interior. Vida Pitagórica, Jámblico
En la filosofía yace el propósito fundamental de vida. Pitágoras clasificaba a los elegidos por él en grupos según sus méritos. Conforme a ello llamó a unos “pitagóricos” y a otros “pitagoristas”. A su vez, había dos clases de filosofía, unos acusmáticos y otros matemáticos. De ellos los matemáticos eran reconocidos como pitagóricos. La filosofía de los acusmáticos consiste en sentencias orales sin demostración ni argumentación: “así hay qué hacer”. Vida Pitagórica, Jámblico
Los matemáticos, reconocidos como pitagóricos, eran ubicados por Pitágoras como aptos para la profundidad filosófica. La filosofía es un apetito de Sabiduría divina, el anhelo de asemejarse a Dios cuanto al hombre le es posible. Pitágoras
En la filosofía se escudriña el interior, donde radica la “imagen y semejanza de Dios”. Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas. Aristóteles
En el Origen se encuentra el Conocimiento de la esencialidad, el saber supremo. La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al Ser. Platón
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La verdadera filosofía estará siempre orientada hacia el Ser. Son filósofos verdaderos aquellos a quienes gusta contemplar la Verdad. Platón
Sólo a través de la contemplación —basada en la no-mente— se puede acceder a la Verdad íntima del Ser. No existe más filosofía que la coronación de todas las facultades, ciencias y artes. Abarca sobre todo la teología y la medicina y, en menor grado, la jurisprudencia. La filosofía escudriña el cielo y la Tierra con un arte de disección formidable, o que, para decirlo de forma abreviada, expresa suficientemente que el hombre como individuo es un microcosmos. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz
La filosofía inquiere en todas las direcciones y con ella se descubre que en la naturaleza del hombre se encuentra la síntesis de todo el universo. Sobre los impostores, en cuestión de transmutaciones de metales, esto es lo que queremos decir: no queremos menospreciar en absoluto este don de Dios. No obstante, como este don no conlleva el incesante conocimiento de la naturaleza y, sin embargo, la filosofía sí enseña este conocimiento, además de una infinidad de otros misterios de la naturaleza, quedará claro que prefiramos las enseñanzas de la filosofía y que estimulemos a los espíritus más lúcidos y perspicaces a que estudien con exactitud la naturaleza, en lugar de tintar metales. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz
La filosofía va más allá de cualquier intención de transformar la naturaleza, incluso la simbólica intención de los alquimistas de transmutar el plomo en oro. 38
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Las actuales dificultades de la ciencia obligan al físico a afrontar problemas filosóficos en grado muy superior a lo que sucedía en otras generaciones. Albert Einstein, Mis creencias
En la actualidad, el hombre de ciencia se encuentra cerca de los límites del conocimiento que la propia ciencia ofrece, esto lo obliga a acercarse a la filosofía; lo mismo sucede con el filósofo.
62 Arte La búsqueda debe iniciarse en la ciencia porque parte de los fenómenos existenciales tangibles al hombre y, por su propia naturaleza, permite que los primeros caminos se recorran con la debida objetividad; la filosofía parte de la ciencia misma y admite escudriñar el conocimiento que va más allá de lo científico; así mismo, el arte nos permite expresar la experiencia filosófica que no puede ser traducida en palabras, surge del lenguaje mismo, pero nos lleva más allá de la mente y de toda verbalización. El científico estudia la rosa, el filósofo reflexiona acerca de la rosa, el artista siente la rosa y va más allá de ella. El artista está más cerca de la realidad que el filósofo y el científico; sin embargo, más allá de ellos, el “Hombre despierto” no estudia, ni reflexiona, ni siente: está en comunión con la rosa, es Uno con ella. Porque estudiar es alejarse, tanto como reflexionar; y aún sentir es una actividad que involucra a la mente; lo que implica separación. En el verdadero Arte se encuentra la antesala para la Libertad de la Conciencia. Comprendamos que el arte no es la simple creación de formas estéticas, porque la belleza de este mundo es relativa; tampoco es la representación ni la simple reproducción de imágenes de la naturaleza. El arte es el servidor de la naturaleza, no su imitador. En el verdadero Arte se produce una representación de lo intangible a través de “elementos de forma” tangibles: recursos visuales, en el caso de las artes plásticas; recursos auditivos, para 39
Arte
la música, recursos escénicos, en el teatro y la danza. Con lo conocido se trata de plasmar lo desconocido —que antes fue escudriñado por medio de la ciencia y la filosofía—. Por lo tanto, antes de pretender ser un artista, debe propiciarse un involucramiento directo con la ciencia y la filosofía. El artista crea, pero inicialmente descubre por él mismo qué es “creación” —encontrará que la creación es el simple movimiento de la manifestación universal; no es el análisis ni la interpretación de dicho movimiento, plasmados en un lienzo, en una canción o en los versos de un poema—. Y con la intención de que se manifieste en él un estado creativo, antes debe sustraerse su mente; todos los verdaderos artistas crean desde un lugar de la “no-mente”, desde un espacio vacío de quietud interior. Cuando un artista posee ese impulso creativo puede producir alguna técnica; sin embargo, a través de la propia técnica no es posible consolidar la creatividad del artista. En el Arte verdadero nada hay que sea subjetivo, todo es objetivo; el verdadero artista comprende y tiene claro el mensaje que quiere transmitir. La obra de un verdadero artista producirá siempre la misma impresión en cualquier hombre esclarecido; sin embargo, queda claro que una misma obra de arte producirá sensaciones distintas en hombres mecánicos e inconscientes de acuerdo con el tipo de condicionamientos que los mueva en cada circunstancia. Revisemos lo que las fuentes filosóficas originales nos ofrecen acerca del tema: arte. Lancémonos a la comprensión de las citas textuales de más exquisitez y, por ende, de mayor trascendencia histórica; sustentemos con ellas lo ya expuesto; formemos así una visión universal. Conocer la ciencia de la música no es otra cosa que esto: conocer cómo están ordenadas todas las cosas, y cómo el designio de Dios ha asignado a cada una su lugar; pues el sistema ordenado en el que todas y cada una son forjadas conjuntamente en una sola totalidad, por la suprema destreza del artista, rinde una armonía divinamente musical, dulce y cierta, más allá de todos los sonidos melodiosos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Arte
El arte está vinculado con el orden natural de la ciencia. En la música se juega con el ordenamiento de las vibraciones sonoras y esto adquiere sintonía con el equilibrio de la dinámica universal. Conocer la música de una nación es conocer el carácter de su pueblo, porque la música procede del corazón. Confucio
En su aspecto más íntimo, la música procede del corazón; tanto en lo individual como en lo colectivo. Pitágoras ideó distintos sistemas de controlar y curar las enfermedades tanto corpóreas como anímicas. Pitágoras compuso los denominados arreglos y terapias musicales, de forma divina, ideando mezclas de ciertas melodías diatónicas, cromáticas y armónicas, por medio de ellas fácilmente invertía y refrenaba las pasiones del alma. Vida Pitagórica, Jámblico
El ordenamiento de las vibraciones sonoras que se establece en la música repercute de manera directa en el estado vibratorio del alma. La cualidad particular de la música que se escuche determinará el direccionamiento de todo cambio de estado, definiendo un nuevo grado de sutileza o densidad. Esto lo tenían muy claro los pitagóricos. Pitágoras consideraba que la música contribuía en gran medida a la salud. Sentaba en el centro a una persona que tocase la lira, mientras que en el círculo se sentaban los que eran capaces de cantar. En otros momentos ellos utilizaban la musicoterapia. También danzaban. Vida Pitagórica, Jámblico
Pitágoras fue el primer precursor de la musicoterapia. La música es para el alma, lo que la gimnasia para el cuerpo. Platón
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Arte
Interesante relación establece Platón. Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta. Platón
La cualidad íntima del Ser —el amor— mueve cualquier fibra que motive al arte. La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder. Aristóteles
El arte marca la diferencia entre lo posible y lo anhelable. La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no copiar su apariencia. Aristóteles
En el arte, lo inmanifiesto se proyecta en las formas del mundo manifiesto. El pseudo-artista, desdeñando la Naturaleza original inmanifiesta, sólo se limita a copiar las formas naturales manifiestas o modificarlas a su antojo personal. Hoy, como cualquier otro día, nos despertamos vacíos y asustados No abras la puerta del estudio y empieces a leer Coge un instrumento musical. Deja que la Belleza de lo que amamos sea lo que hacemos. Rumi, Masnavi
El verdadero artista es tan sólo un canal en el que fluye la Belleza íntima del Ser. Oh cantor, ponte en pie: tú haces cantar, 42
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tú pones un collar fino a los de Acolhuacan. En verdad nunca acabarán las flores, nunca acabarán los cantos.
Nezahualcóyotl, Comienza ya…
El arte mantiene vivo el pre-recuerdo, que impulsa el anhelo de reencuentro con la esencia original. Cada obra es un arte, pero el arte es el que rige la obra, pues es el conocimiento contenido en el arte el que permite realizar la obra.
Paracelso, Las Siete Apologías
Toda obra de arte debe contener fondo y forma; sin fondo, las formas del arte dejan reducida la obra en una simple artesanía. Si un enamorado es capaz de recorrer un largo camino para ver a una hermosa mujer, ¿qué no se haría por la belleza de un arte? La reina atravesó los mares únicamente para escuchar la Sabiduría de Salomón. ¿Cuál fue la verdadera razón de que la reina fuese en busca de Salomón? Pues que la Sabiduría es un don de Dios. Allí donde Dios la concede, allí debe ser buscada. Allí donde Dios sitúa su arte, allí conviene buscarlo.
Paracelso, Las Siete Apologías
Donde está el verdadero Arte está la verdadera Sabiduría. En esta cita, Paracelso hace referencia a la reina de Saba. Sea lo que sea el arte, será obra de Dios antes que arte o artificio alguno del hombre. Y todo, tanto en el arte como en la Naturaleza, sirve abundantemente para manifestar las maravillosas obras de Dios. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Jacob Boehme ratifica que el verdadero artista se convierte en un simple canal. 43
Arte
En cuentos y leyendas puede haber más sabiduría y más ciencia que en nuestra ciencia objetiva. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas
El arte literario no es la excepción, es movido por los mismos principios que mueven a la ciencia. La cultura es universal. La verdadera cultura es infinita, no pertenece a ninguna sociedad, a ninguna nación ni a ninguna religión. Un verdadero artista no es ni hindú ni cristiano, tampoco americano ni inglés, el artista que está condicionado por una tradición o un nacionalismo no es un verdadero artista. Krishnamurti, Informes textuales de conversaciones y respuestas, Adyar, India 1933-34
Tanto la cultura como el arte obedecen a la universalidad. Los aspectos nacionalistas plasmados en ciertas corrientes artísticas provocan tendencias separatistas. Si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo. Albert Einstein
Sólo quien comprende algo sobre la esencia de lo inmanifiesto —fondo— podrá plasmarlo en las “formas” artísticas. El arte es la expresión de los más profundos sentimientos por el camino más sencillo. Albert Einstein
Por su propia naturaleza, el arte debe ser simple —como también lo es la verdadera Ciencia—; a mayor sencillez, mayor exquisitez. No es tarea fácil determinar claramente lo que es deseable y lo que no lo es; resulta algo tan difícil como definir con exactitud lo que hace que un cuadro o una sinfonía sean 44
Arte
bellos. Es lo que se aprecia mejor de modo intuitivo que mediante la comprensión racional. De igual forma, los grandes maestros de la humanidad fueron de algún modo genios artísticos del arte de vivir. Albert Einstein, Mis creencias
El verdadero artista primero intuye y deja a la mente en segundo plano. En el Arte fluye la Conciencia sobre la esencia de la verdadera Vida. Los elementos espirituales se transmiten a las generaciones más jóvenes a través del contacto personal con quienes enseñan, mediante los libros de texto. Estos constituyen la cultura y la preservan. Pienso en todo ello cuando recomiendo el “arte y las letras” como disciplinas importantes, y no sólo el árido y estéril conocimiento especializado en el campo de la historia y la filosofía. Albert Einstein, Mis creencias
Si un legítimo científico o filósofo mantiene en curso su proceso, inevitablemente aterrizará en el arte; Albert Einstein fue un diestro violinista.
63 Belleza Conocer la Belleza significa descubrir lo imperecedero, lo eterno, porque lo bello está más allá del tiempo, de la percepción sensorial relativa y del análisis mental. Para conocer realmente la Belleza antes debe desaparecer el experimentador que se mantiene en el deseo de acumular experiencias existenciales con las que juzga, valora y piensa, y que tan sólo le sirven como “factor condicionante” que nubla la posible vivencia de la verdadera Belleza. Cuando la mente mira un objeto de arte visual —ya sea pintura o escultura—, cuando escucha una obra de arte auditivo —música—, cuando disfruta de una representación escénica —teatro 45
Belleza
o danza—, o si al margen del arte mira una montaña nevada o el fluir de una cascada, generalmente aprecia a partir de condicionamientos acumulados que predisponen y alteran lo que podría convertirse en una verdadera experiencia, porque lo hace dentro del factor “tiempo”. Si no se comprende la Belleza no es posible descubrir la Eternidad, porque lo eterno y lo bello son de la misma naturaleza, son consustanciales. La belleza no puede separarse de lo eterno —que es el “no tiempo” —. Cuando las personas se encuentran prisioneras de sus mentes —que es lo más habitual— la Belleza se mantiene ajena a ellas; pueden calificar como bello a un paisaje, a una flor o alguna expresión artística, pero eso será producto de una etiqueta mental mecánica. Solamente es posible comprender la Belleza en estado de quietud y completa soledad; la mente debe estar completamente sola —pero no aislada— ante la más legítima soledad que no es producto del aislamiento, sino de la libertad de influencias. Porque la mente sólo es inteligente en ausencia de condicionamientos e influencias. Hasta la comprensión de la verdadera religiosidad —que nada tiene que ver con creencias, sacerdotes, templos ni libros sagrados— sólo es posible cuando se entiende qué es la Belleza; y su comprensión verdadera se revela a través de la soledad plena. Con la intención de profundizar más sobre la Belleza, reflexionemos con la apreciación de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica, para así construir una visión universal. No es posible que la Luz de lo Bello y lo bueno brille sobre cualquier cosa del cosmos. Pues todas las cosas que el ojo puede ver son meros fantasmas, y dibujos insustanciales. Y como el ojo no puede ver a Dios, no puede ver lo Bello y lo bueno. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Belleza
La Belleza, indudablemente, rebasa la capacidad perceptiva de los sentidos porque se encuentra en el plano original inmanifiesto. Todo lo que los sentidos perciben es insustancial, por lo tanto, contiene una belleza relativa. El más puro es ese tipo de hombre que se dedica a la contemplación de las cosas más bellas, a quien se le da el nombre de filósofo. Vida Pitagórica, Jámblico
La Belleza sólo es accesible a través de un estado contemplativo, en ausencia de la mente. La Belleza es el esplendor de la Verdad.
Platón
La Belleza es una cualidad de lo permanente, de lo real. El hombre Perfecto es un espejo tan puro, claro y absoluto que Dios, que es la Belleza Absoluta, ve en él su aseidad incondicionalmente. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
El Ser interior original, tal como un espejo, se abstiene de almacenar y suelta todo lo que recibe; en esto radica su Belleza. Siempre que la Belleza mira, el Amor también está allí; siempre que la Belleza muestre una mejilla sonrosada el Amor enciende su fuego con esa llama. Cuando la Belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche el Amor viene y encuentra un corazón enredado en los cabellos. La Belleza y el Amor son cuerpo y alma. La Belleza es la mina, el Amor, el diamante. Rumi, Diva-i-Shams
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Belleza
Belleza y Amor, en su magnitud absoluta, van siempre de la mano; ambos están en la cualidad Única del Ser. Si un enamorado es capaz de recorrer un largo camino para ver a una hermosa mujer, ¿qué no se haría por la Belleza de un arte? La reina atravesó los mares únicamente para escuchar la sabiduría de Salomón. Paracelso, Las Siete Apologías
La Belleza, el Arte y la Sabiduría se funden en la cualidad Única del Ser. Bello sólo puede ser llamado aquel ser que es capaz de comunicar todas sus experiencias internas a los otros seres de su mundo, de manera que éstos puedan tomar parte en la totalidad de su experiencia. La capacidad de manifestar todo lo que vive dentro de uno mismo y de no tener que ocultar nada, puede ser llamado “hermoso” en los mundos superiores. Y en estos mundos este concepto de belleza coincide completamente con la sinceridad sin reservas, con la manifestación honrada y franca de todo lo que un ser lleva consigo. Y similarmente, puede llamarse feo al ser que no quiere mostrar externamente su propio contenido interno, y que retiene y oculta su propia experiencia de los otros seres con respecto a ciertas cualidades. Este ser se retrae de su ambiente espiritual. Un ser que parece feo es un ser engañoso. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
Belleza es transparencia, es sinceridad sin reservas. La Belleza está en lo Verdadero; la fealdad se encuentra en lo falso. Para entender la Belleza uno debe tener una mente extraordinariamente simple; es decir, una mente despejada de pensamientos, que pueda mirar las cosas como son, que pueda ver una puesta de Sol con todo su color, su encanto y su luz, que pueda mirarla de una manera sencilla, sin verbalizar, y estar en contacto, en una comunión con ella, sin 48
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una palabra, sin un gesto, sin un recuerdo, de modo que no exista un “yo” ni el objeto que el “yo” está mirando. Esa extraordinaria comunión sin el objeto, sin el pensador ni el pensamiento ni el objeto ni la experiencia, ese sentido de espacio inmenso, eso es Belleza. Conversaciones por Krishnamurti en India 1965
La Belleza está en la simplicidad del Ser; la fealdad se encuentra en la complejidad de la mente. La Belleza es comunión; la fealdad es división. Nunca miramos el árbol, nunca miramos el cielo estrellado; tal vez vayamos a un concierto y escuchemos la música, pero ello se convierte otra vez en un acto social; no vivimos con la Belleza, la Belleza que es sensibilidad, sensibilidad a lo bello, a lo feo, a todo. Soportamos nuestra total insensibilidad a la vida. Conversaciones por Krishnamurti en India 1965
Sólo es posible apreciar la esencia del árbol, del cielo estrellado y de una sinfonía a través de la parte íntima que es sensible a la Belleza y entra en comunión con ella. Tiene que alcanzar un vigoroso sentimiento de lo Bello, de lo contrario, la especialización de sus conocimientos lo asemejarán más a un perro adiestrado que a una persona de desarrollo culto y equilibrado. Albert Einstein, Mis creencias
La especialización del conocimiento separa, divide; en la Universalidad el Conocimiento se unifica y proyecta la Belleza de la Conciencia absoluta del Ser.
64 Conocimiento relativo Hay personas salvajes, hay personas mecanizadas, hay intelectuales, hay genios . . . sin embargo, todos son máquinas y como 49
Conocimiento relativo
máquinas mueren. Esto es así porque el pensamiento que fluye en ellos es relativo, alimentado por un conocimiento también relativo que por sí mismo se mantiene ajeno a la esencialidad, que parece “ser” pero “no es”. El conocimiento relativo es algo que le sucede al hombre natural, aunque se mantenga en la ilusión de que tiene el suficiente talento para generarlo. Por sí mismo el humano adolece de la capacidad para producir un solo pensamiento, una sola acción; todo lo que percibe, piensa, dice y hace le sucede; es incapaz de descubrir o inventar algo, y aún si lo hiciere, en realidad le sucedió. Del mismo modo acontece con las masas: los movimientos populares, los cambios sociales, las guerras, las revoluciones . . . todo sucede mecánicamente. Resulta así porque el pensamiento colectivo es relativo y está alimentado por ideales relativos —y como lo indica el principio de correspondencia, ocurre tanto en lo individual como en lo colectivo—. Todo lo que la humanidad ha construido en este mundo, a lo largo de su historia, se ha generado “no como el hombre quiere” sino como simplemente sucede; y visto con toda objetividad y de manera más específica, todo acontece a partir del operar de los mecanismos naturales que mueven al hombre y a toda la naturaleza en su conjunto. El “hombre común” es movido por la naturaleza en medio de una inercia mecánica imparable, debido a que en realidad “nada sabe” —su conocimiento es relativo— y lo poco que sabe lo comprende de una manera completamente superficial; a pesar de ello, lo sostiene, lo afirma y lo parlotea como si poseyese un Conocimiento verdadero. En sentido contrario, el “Hombre libre” —que sí es capaz de pensar por sí mismo, porque no está sometido a las influencias externas de la existencia— antes de hablar considera si lo que va a decir es verdadero y útil; de no ser así, guarda silencio. Cuando el hombre natural se hace consciente de su incapacidad para generar tan siquiera el conocimiento relativo, de que más allá de su limitada voluntad todo le sucede, deja abierta la posibilidad de que el conocimiento absoluto también le suceda. Con la intención de profundizar más sobre el conocimiento relativo, reflexionemos con la apreciación de algunas citas extraídas 50
Conocimiento relativo
de las fuentes filosóficas originales. Se seleccionaron aquellas que se consideran de mayor trascendencia histórica, para así construir una visión universal. Quien nada sabe, nada puede desear.
Lao tse, Tao Te King
Sólo es consciente de su “no saber” quien reconoce que su limitado saber es relativo. Y tras ese reconocimiento, queda trascendido el deseo. En el mundo cada uno sabe lo suficiente para perseguir lo que no sabe, pero nadie sabe lo suficiente para perseguir lo que ya sabe. Cada uno sabe lo suficiente para condenar lo que considera que no sirve, pero nadie sabe lo suficiente para condenar lo que ya ha aceptado como bueno. Así es como llega la gran confusión, empañando el brillo del Sol. ¡Tan grande es la confusión del mundo que surge del ambicionar Conocimiento! Chuang-Tzu
Todos ambicionamos y perseguimos mecánicamente el “ilusorio” conocimiento relativo y de manera absurda, desdeñamos la profundidad del saber interno que siempre hemos llevado. Pitágoras clasificaba a los elegidos por él en grupos según sus méritos. Conforme a ello llamó a unos “pitagóricos” y a otros “pitagoristas”. A su vez, había dos clases de filosofía, unos acusmáticos y otros matemáticos. De ellos los matemáticos eran reconocidos como pitagóricos. La filosofía de los acusmáticos consiste en sentencias orales sin demostración ni argumentación: “así hay qué hacer”. Vida Pitagórica, Jámblico
Los pitagoristas, aún en su legítima búsqueda, se manejaban a través del conocimiento relativo; los pitagóricos iban en busca de lo absoluto. 51
Conocimiento relativo
En verdad les digo que la escritura es la obra del hombre, pero la vida y todas sus huestes son la obra de nuestro Dios. ¿Por qué no escuchan las palabras de Dios que están escritas en sus obras? ¿Y por qué estudian las escrituras muertas, que son la obra de las manos del hombre?” Evangelio de los esenios
Aún los textos universales más exquisitos contienen conocimiento relativo. No obstante, esto no los convierte en algo desdeñable. Jesús dijo: “Ustedes no entienden las palabras de la vida, porque están en la muerte. La oscuridad oscurece sus ojos, y sus oídos están tapados por la sordera”. Evangelio de los esenios
Todo lo perecedero es relativo, la verdadera Vida es absoluta. El conocimiento relativo caduca; el Conocimiento absoluto es perenne. La Palabra se oye por un instante y desaparece; cuando las gentes la van a interpretar, no hay en ellos de esa palabra sino un recuerdo de lo que escucharon. Es posible que algunos le den la razón a la Palabra, otros le quiten la razón, pero, ante mi Padre, ni los unos, ni los otros tienen la razón, porque el eco de la Palabra que han escuchado ya se ha ido y no queda en ellos sino un recuerdo de lo que han oído. Sin embargo, mi Palabra seguirá siendo como la fuente de aguas cristalinas en la que «Quien bebiera, calmará su sed». Evangelio de Judas
El lenguaje está en el tiempo, y todo lo temporal es relativo. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él. Corintios I 8: 1-3
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Conocimiento relativo
El conocimiento relativo es tan envanecedor como ilusorio; el conocimiento absoluto conecta con el Amor universal. Aunque ahora ames la sabiduría terrenal, cuando te revistas de la Sabiduría celestial verás que toda la sabiduría del mundo es necedad. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Toda la “sabiduría” del hombre natural es relativa, hasta la mejor estructurada y la más seductora. Trate de comprender, no saber; porque es en la comprensión cuando el proceso dual de conocedor y conocido cesa. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
En la comprensión se encuentra la trascendencia del conocimiento relativo. El Conocimiento de la Verdad, como tal, es admirable, mas su utilidad como guía es tan escasa que no es posible demostrar ni la justificación ni el valor de la aspiración hacia ese mismo Conocimiento de la Verdad. Por consiguiente, nos enfrentamos aquí con los límites de la concepción puramente racional de nuestra existencia. Albert Einstein, Mis creencias
En reconocimiento de lo inaccesible que resulta para la mente el Conocimiento absoluto, debemos asimilar en primera instancia el conocimiento relativo y entenderlo como tal; para después trascenderlo.
65 Conocimiento absoluto El Conocimiento absoluto, el Conocimiento verdadero, deviene del Ser; es el Conocimiento vivo que está en Él y con Él; es el Gran Aliento, la Fuente original que se manifiesta como 53
Conocimiento absoluto
Fuerza, Luz, Amor y Sabiduría universal. Dicho Conocimiento penetra en el interior de quienes, por el renacimiento del alma, han entrado en la Conciencia de la Luz universal. Es imposible entrar en ese Conocimiento por medio de un entrenamiento intelectual; antes bien, el propio Conocimiento absoluto es la esencia misma de nuestro Ser interno. Por tal motivo, no es posible tener una certeza objetiva de la Sabiduría universal si no se está en Unidad con el Ser. La Gnosis universal, el Conocimiento absoluto del Ser, tiene un solo propósito: permitir que bebamos de la copa del Santo Grial y evitar que esa copa —nuestro propio vacío interior— sea llenada o adulterada por la influencia de cualquier entidad natural. Para evitar cualquier tipo de especulación acerca del Conocimiento absoluto, que está en la naturaleza esencial del Ser, acerquémonos a lo que nos dicen los libros universales a través de las siguientes citas que quedan a su disposición. ¡Oh, Arjuna! Cuando lo recibas, este Conocimiento te sacará del mundo de la confusión, dándote clara visión. Verás que todo está en tu corazón. Bhagavad Gita, IV- 35
El Conocimiento absoluto es liberador y se encuentra en el interior del corazón de todo hombre. Aunque fueses el pecador más recalcitrante, si te subes a la barca del Conocimiento, con toda seguridad podrás cruzar el océano de la ilusión y la maldad. Al igual que el fuego reduce todo combustible a cenizas, el fuego del Conocimiento eterno aniquila todo apego. Bhagavad Gita, IV- 36 y 37
El Conocimiento absoluto va más allá del comportamiento moral. 54
Conocimiento absoluto
Arjuna: ¡Oh Krishna! Y si un hombre lo intenta firmemente y no logra alcanzar la meta del yoga, debido a que no recibió el Conocimiento, pero, no obstante, este hombre tiene fe, ¿qué final le esperaría a un hombre tal? Krishna: Ni en este mundo, ni en el que haya de venir, puede perderse un hombre tal. Pues un hombre que obra el bien, oh hijo mío, nunca ha de conocer el sendero de la muerte. Irá al cielo en donde moran los que hacen el bien, y allí vivirá por muchos años. Después de esto, este hombre que no obtuvo el Conocimiento del Espíritu, ha de nacer de nuevo en un hogar venturoso en el que habite el bien. Y comienza su nueva vida, recobrando entonces el mismo nivel de sabiduría que él había adquirido en su vida anterior, y desde ese nivel continúa, más siempre yendo hacia adelante, apuntando a la perfección. Bhagavad Gita, VI- 37, 40, 41 y 43
En la búsqueda del Conocimiento nada es en vano, nada se pierde. Para la eternidad, alcanzar el Conocimiento en diez años o en diez existencias no tiene importancia; dado que el tiempo es relativo. El Conocimiento que corresponde al carácter de la mente del Dios supremo, este Conocimiento y sólo éste, es la Verdad; y de esta Verdad no es discernible ni el más ligero bosquejo o sombra en el cosmos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Hermes hace referencia a la Mente original universal, abordado en el tema tres del primer tomo. Tu vida tiene un límite, pero el Conocimiento no lo tiene. Si usas lo limitado para alcanzar lo ilimitado, estarás en peligro. Si comprendes esto y aún te esfuerzas por conseguir el Conocimiento, ¡estarás en peligro sin duda alguna! Chuang-Tzu
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Ningún recurso relativo será de utilidad para alcanzar el Conocimiento absoluto. A través de lo perecedero no es posible comprender lo imperecedero. Primero debe haber un Hombre Verdadero antes de que haya un Conocimiento Verdadero.
Chuang-Tzu
Antes de recibir el Conocimiento absoluto el hombre debe hacerse digno de ello, y esto se consigue con la no-identificación. Hay dos grupos de oyentes de Pitágoras: los que oyen a Pitágoras dentro o fuera del velo; los que lo oyen a la vez que lo ven o bien sólo lo oyen pero no lo ven; y los del círculo interior y exterior, no hay otros que los mencionados. Vida Pitagórica, Jámblico
En el círculo interior se incluyen los buscadores de la Verdad absoluta. Sólo el Conocimiento que llega desde adentro es el verdadero Conocimiento. Sócrates
Sólo lo emanado desde el corazón es absoluto; todo lo demás es relativo. La retribución del pecado es la muerte. Mientras que en Dios se halla la recompensa del Bien, su Amor, que es el Conocimiento y el poder de la Vida eterna. Evangelio de los esenios
El verdadero Conocimiento está en el Bien absoluto del Ser universal. Digan desde el corazón que son el día perfecto y que en ustedes mora la Luz que no desfallece. Hablen de la Verdad 56
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con los que la buscan y del Conocimiento a los que han pecado en su error. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi
La Luz del Conocimiento mora en el Corazón del Hombre libre; y una vez revelado, debe ser compartido a quienes lo buscan. Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a conocer. Juan 15: 15
Quienes comparten el Conocimiento, forman entre ellos lazos fraternales indisolubles, aunque no se conozcan físicamente. El Profeta ha dicho: “Quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor”, ninguna cosa es distinta de Él, y por eso añade que el que se conoce a sí mismo alcanza la Gnosis, es decir, el Conocimiento de Allah. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
Conocerse a sí mismo es acceder al Conocimiento absoluto del Ser interno. Cuando comprendas que la sustancia del Ser de Allah es tu Ser podrás alcanzar la Gnosis o Conocimiento de Allah sin ningún error, sin ninguna duda. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
La esencia del Ser universal es consustancial con la esencia del Ser interior original; lo mismo sucede con el Conocimiento. El Verbo es nada más que la voluntad exhalada del Poder y de la Virtud, una distribución y un flujo de la Unidad por donde surge el Conocimiento. Jacob Boehme, La Llave
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Conocimiento absoluto
El Gran aliento, el Verbo, es el fluido emanado desde el corazón del Ser universal, portador del Conocimiento absoluto. La capacidad para adquirir el Conocimiento suprasensible sólo se desarrolla legítimamente mediante la meditación interna. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
La meditación, acto contemplativo desde la insustancialidad del Ser y en el no-tiempo, es el estado ideal para la recepción del Conocimiento absoluto. El Conocimiento existe en dos formas: inerte y sin vida, reunido en libros; y vivo, en la Conciencia de los seres humanos. Esta segunda forma de existencia es sin duda la fundamental; la otra, indispensable por cierto, ocupa un lugar inferior. Esto es lo que constituye el distintivo del maestro. Albert Einstein, Mis creencias
En esta cita, Albert Einstein establece una clara distinción entre el conocimiento relativo y el Conocimiento absoluto.
66 Bien absoluto Este tema puede resultar un tanto delicado, ya que exige hablar del “bien y el mal” en un sentido ajeno a la moral; esto parece complicado, aunque en realidad no lo es tanto. Empecemos por retomar algo que ya se abordó con amplitud en el tema “dualidad”: en cualquier par dual, uno “es” y el otro “no es”. Por lo tanto, sólo existe el bien; no existe el mal, sino la ausencia del bien. En términos más específicos, llamamos “mal” a una manifestación muy degradada del bien. Aunque el mal no exista, resulta inevitable que en nuestro código lingüístico empleemos reiteradamente la palabra “mal”; por lo tanto, para dejar de lado cualquier prejuicio de tipo moral, entendamos al “mal” como: “todo lo que ata al hombre natural a lo 58
Bien absoluto
más profundo de la materialidad y predispone su destino en ella”. En sentido opuesto, debemos entender el “bien” como: “todo lo que el hombre hace conscientemente para salir de la identificación con la materialidad, sin reconocer en ella su Origen ni su destino, para encontrar así cualquier posibilidad de llegar a la Vida original y verdadera”. Hasta aquí hemos hablado del “bien y el mal” sólo en sentido relativo —pero cuidando que la objetividad no se nuble por la moral—, y en este mismo sentido nos dice Hermes acertadamente que “el bien existente en este mundo está sometido al cambio”; por tal motivo, si al bien relativo no se le mira conscientemente —lo que es muy común en el hombre natural— se convierte de inmediato en su contrario. Pero hay algo aún peor, el hombre común no sólo se liga recurrentemente con la malignidad, sino que piensa además que es buena —movido principalmente por sus impulsos de autoafirmación—. Después de este amplio preámbulo, entremos al corazón de este tema y en primera instancia comprendamos que el “Bien absoluto” no se encuentra en este mundo cambiante; el verdadero Bien es cualidad del Ser universal y sólo está en Él. De igual modo que en el Ser universal no existe mal alguno, tampoco se encuentra el Bien absoluto en ninguna otra parte. El Sabio sabe que el Bien sólo está en Dios, y el Origen del propio Bien sólo está en Él. Al hombre únicamente le es posible participar del Bien, pero nunca podrá “ser el Bien”. Cuando un hombre se neutraliza hacia la naturaleza dialéctica, y por lo tanto se sustrae de ella, experimenta por añadidura una nueva orientación hacia el Bien absoluto; así cuando el alma de un hombre se orienta al Ser interno, el bien relativo también se esfuma. Llega entonces la Libertad de manera inesperada, y en ese instante “alma y Ser” son la Unidad perfecta. Es momento de profundizar más, con las citas de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosóficas originales, sobre el Bien absoluto. Revisémoslas para que se manifieste en nosotros una visión universal. Ninguno de los seres llamados dioses pueden ser buenos en grado alguno. Sólo Dios es bueno. Ni cuerpo ni alma tienen en ellos sito suficiente para contener el bien. Y Dios es el 59
Bien absoluto
bien, y nada sino el bien. No llames bueno, pues, a nada más, a nada sino a Dios. Todos los hombres hablan del bien, pero algunos no entienden lo que es el bien; ya que algunos no entiendan lo que es Dios. Y en su ignorancia llaman buenos a los dioses, y llaman buenos a ciertos hombres, cuando en verdad dioses y hombres nunca pueden ser buenos, y no es posible que devengan buenos. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El verdadero Bien sólo tiene cabida en la cualidad absoluta del Ser universal. Lo relativo jamás podrá transformarse en absoluto. Nos es difícil abandonar las cosas familiares que nos rodean, y volver al viejo hogar del que provenimos. Las cosas que vemos nos deleitan, y las cosas que no vemos hacen surgir la incredulidad. Ahora bien, las cosas malas son más manifiestas a la vista; pero el bien no puede ser visto por las cosas manifiestas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Como cualidad absoluta del Ser, el Bien es intangible; todo lo manifiesto en la existencia —que sí es tangible— no es más que una proyección relativa de lo original. El Bien debe ser una cosa privada de todo movimiento y de todo devenir, y que tiene una actividad sin movimiento centrada en sí misma; una cosa que no carece de nada, y no es asaltada por las perturbaciones; el Bien es la fuente de todas las demás cosas, y que suministra todas las cosas del momento. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El Bien absoluto no experimenta cambio alguno, es estático y pleno en sí mismo. Siendo absoluta la naturaleza de la Verdad, se manifiesta sin ser vista, produce efectos sin dejar huellas y cumple sus fines sin actuar.
Confucio
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Bien absoluto
El Bien absoluto es intangible, pero se manifiesta a través de las cosas tangibles y opera en el “no hacer”. Pitágoras: Los hombres hacen el ridículo cuando buscan el Bien en una parte distinta que en Dios. Vida Pitagórica, Jámblico.
Lo relativo nunca formará parte de lo absoluto. Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el Bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto. Aristóteles
El único y verdadero propósito de vida está vinculado con el Bien absoluto. Todos los propósitos externos —es decir, los existenciales— son relativos. Un hombre le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Lucas 18: 18,19
Jesús de Nazaret, en tanto que personalidad, se descalificó como Bueno; ese atributo se lo asignó sólo a Dios, tal como lo hiciera Hermes. A ti mi acento levanto, Dios del empíreo sereno; a ti, que supremo y santo, eres por esencia Bueno y oyes del mortal el canto. Nezahualcóyotl, Fiesta religiosa doméstica
Nezahualcóyotl hace lo propio y también le asigna el apelativo de “Bueno” a Dios. 61
Bien absoluto
La Eterna Inmutable Unidad es solamente el Bien, de Ella no hay nada ni antes ni después, de Ella no se puede aumentar o disminuir nada. Jacob Boehme, La Llave
De la Unidad absoluta deviene el Bien y en ella no fluye el tiempo ni el cambio.
67 Sabiduría ¿De qué matriz, de qué materia prima debe renacer el hombre? Hermes nos dice: de la Sophia —Sabiduría— que piensa en silencio. La Sabiduría universal nos enseña a vivir en armonía con nuestros semejantes y en una equilibrada relación con las circunstancias ordinarias de la existencia. Nos Ayuda a salir del sueño propiciado por el influjo hipnotizante de la actividad externa. Nos permite recordar que todo lo externo carece de significado y que todo debe hacerse sin dar importancia al resultado. Nos evita que lleguemos a sumergirnos en los propósitos más superficiales —los externos— y que nos olvidemos del único propósito verdadero —el interno—. Nos permite comprender que aunque parezca que somos nosotros quienes actuamos ante las circunstancias de la vida, en realidad sólo reaccionamos; que es una fuerza natural la que pasa encima de nosotros y mueve todas nuestras pretendidas decisiones. Nos conduce a la certeza de que sólo en muy escasas situaciones procedemos por nosotros mismos, de manera libre, y que en la inmensa mayoría de los casos obramos como una minúscula parte que es movida por una colectividad. Nos ratifica que no somos en absoluto lo que siempre hemos creído ser. Todo esto constituye el sentido más profundo de la Sabiduría, enseñanza vinculada con los Principios universales que mueven el quehacer de la naturaleza y el hombre. Quien entienda estas Leyes comprenderá que la personalidad no es más que un simple engrane en una gran maquinaria, y descubrirá que el éxito o el fracaso de todo lo que involucre en sus planes dependerá 62
Sabiduría
en escasa medida de sus propias decisiones; porque, con toda la objetividad por delante, verá que todo cuanto le sucede pasa por encima de su propia voluntad. Sobre la base de este aspecto de la conciencia existencial, un hombre ya no experimentará el fracaso como tal, porque contará siempre con la certeza de que aún la mayor derrota conlleva al éxito en la búsqueda interior. Una vida conducida con la previa comprensión de los “Principios de Sabiduría universal” difiere mucho de la vida ordinaria. En el comportamiento del hombre común, sin importar sus condiciones externas, el propósito principal consiste en evitar cualquier dificultad —lo desagradable y lo incómodo— hasta donde sea posible; en contrasentido, el Hombre sabio —conocedor de la Ley— no opone resistencia a lo incómodo ni a lo desagradable, lo acepta y así abre toda posibilidad de aprendizaje. Es fundamental el reconocimiento y la distinción entre la verdadera Sabiduría y la pretendida “sabiduría de este mundo” —la sapiencia—, que en ocasiones es aún más peligrosa que la ignorancia. Al hombre sapiente lo mueve la autoafirmación, y al Hombre sabio sólo le interesa la quietud que está implícita en la autonegación; el hombre sapiente se erige como conocedor y constructor de este mundo, mientras que el Hombre sabio “lo único que sabe es que nada sabe”. Al hombre sapiente —al igual que cualquier hombre común— le resulta difícil convivir con el Hombre sabio, o visto desde el otro extremo, le es tan fácil que a su ego le parece amenazador; porque el ego necesita enemigos, con sus respectivos problemas y conflictos, para fortalecer su sentido de identidad, y siempre experimentará cierta frustración porque el sabio nunca le opone resistencia. De este modo, la necesidad de drama —discusión y conflicto— nunca queda satisfecha. Los Principios de la Sabiduría Universal conducen al desapego y la aceptación —que constituyen la base fundamental para la neutralidad— ya sea en circunstancias placenteras o dolorosas; un “desapego” que nunca debe ser confundido con la frialdad o con la indiferencia hacia la vida; un “desarraigo” producto del reconocimiento y la comprensión de que todo se hace a partir de ciertas Leyes que movilizan al mundo y así predisponen siempre a todo en su propio destino. No obstante, esto tampoco debe ver63
Sabiduría
se como “fatalismo”, porque aún cuando la existencia dialéctica mantenga la continuidad de su propia dinámica, el humano conserva toda la posibilidad de desvinculación y trascendencia, a partir de la no-identificación. Nunca perdamos de vista que la Sabiduría está destinada a aquellos que buscan internamente lo Verdadero para cambiarse a sí mismos, no está a la disposición de quienes quieren “cambiar al mundo”; ofrece la Libertad tanto al noble como al plebeyo, siempre y cuando se asuman como son simples actores que desempeñan un papel en el drama pre-establecido de la existencia. En cuanto nos sea posible proceder desde la Sabiduría dejaremos de estar gobernados por los mecanismos que mueven la existencia, aunque sigamos viviendo en ella. Con el propósito de lograr una mayor aproximación a la Sabiduría perenne, se ponen a su disposición una selección de citas compiladas de los libros universales más significativos, para así generar una visión universal. Escucha ahora, oh Arjuna, pues voy a hablarte de las tres clases de sabiduría: hay un tipo de sabiduría que sabe lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer, sabe a qué hora partir y a qué hora regresar, que discierne con claridad distinguiendo qué es el miedo y qué es la audacia, qué es la esclavitud y qué es la liberación: a esto se le llama sabiduría pura y corresponde a la naturaleza sáttvica. La segunda clase de sabiduría es la impura; ésta no distingue entre lo que es correcto y lo que no lo es, lo que es justo y lo que es injusto, lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. La tercera es la sabiduría que ha sido oscurecida por las tinieblas del olvido y la pérdida de Conocimiento; de tal modo que se llega a considerar lo incorrecto como correcto, y con el pensamiento crear cosas que no existen considerándolas como reales. Bhagavad Gita, XVIII- 29, 30, 31 y 32
Interesante ejercicio de discernimiento nos ofrece Krishna. La primera es la única Sabiduría verdadera; lamentablemente, los humanos comunes transitamos en las otras dos. 64
Sabiduría
Los nacidos sabios son las personalidades más altas. Luego están los que han adquirido Sabiduría a través del estudio. Le siguen aquellos que se empeñan en superar sus dificultades y finalmente están los que no quieren aprender. Confucio
En otro sentido, Confucio hace su propio ejercicio de discernimiento. No importa en dónde nos encontremos, el verdadero propósito de vida siempre apuntará a la verdadera Sabiduría. Se puede ser decente sin ser sabio, pero no se podría ser sabio sin ser decente. Confucio
La ética no hace al Sabio; sin embargo, no es posible ser Sabio sin antes contar con cierto nivel ético. El sabio comienza por vivenciar lo que quiere enseñar, y después enseña.
Confucio
A través de nuestros actos transmitimos la primera y más aguda enseñanza. Lo que distingue a los hombres de los animales es casi nada. Sabiduría es conservar esta diferencia.
Confucio
Por la Sabiduría emerge el Hombre verdadero. ¿Quién es el hombre fuerte? El hombre pacífico es fuerte, porque ha vencido el “yo” y toda la vivacidad del “yo”. Está tranquilo, inmaculado. ¿Quién es el hombre sabio? El que ha conseguido la visión interna de su propia naturaleza. El que guarda su Espíritu al abrigo de toda mancha del egoísmo y lleva una vida de Verdad. Evangelio del Buddha
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Sabiduría
La verdadera Sabiduría se encuentra sólo en el interior. Pitágoras: Por Seres se entiende lo inmaterial, lo incorpóreo. Lo demás es llamado por homonimia “seres”. La sabiduría es la Ciencia de los propiamente “Seres” y no de los “seres” por homonimia. Vida Pitagórica, Jámblico
La verdadera Sabiduría es la Ciencia que deviene de la cualidad absoluta del Ser. La Sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad. Aristóteles
En la adversidad es debidamente valorada y buscada la Sabiduría; en la prosperidad pasa casi siempre inadvertida. La ausencia de prejuicios hace sabio al ignorante; los prejuicios pervierten al Conocimiento. Rumi, Masnavi II
Ningún tipo de juicio tiene cabida en la Sabiduría. Les recuerdo la máxima filosófica: la Sabiduría, el arte, sólo son despreciados por quienes los ignoran por completo. Paracelso, Las Siete Apologías
Un ignorante difícilmente buscará la Sabiduría. El camino que conduce al Amor de Dios es locura para el mundo, pero Sabiduría para los hijos de Dios. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Sólo en la Sabiduría podría manifestarse el Amor universal. 66
Sabiduría
La Sabiduría divina es la sustancia a través de la cual el poder actúa. De la Sabiduría fluye el poder y la virtud de la respiración que entra en la separación y formación, manifestando el poder divino. Jacob Boehme, La Llave
El aspecto sustancial de la Sabiduría fluye a través de la Fuente original. Salomón dice que la Sabiduría es un infinito tesoro para el hombre, pues ella es el aliento de la Fuerza divina y un rayo de la gloria del Todopoderoso. Ella es el resplandor de la Luz eterna, un inmaculado espejo del poder de Dios y una imagen de su bondad. Ella enseña a los hombres disciplina, comprensión, justicia y fuerza. Ella penetra en las palabras veladas y sabe desvelar los misterios. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz
Los rosacruces clásicos también hacen referencia al aspecto sustancial de la Sabiduría en el fluido que deviene del Ser original —la Fuente original—. Los sabios no se detienen jamás en los jardines de recreo de los sentidos. Los sabios desoyen las halagadoras voces de la ilusión. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Las seductoras impresiones generadas en los sentidos son incapaces de mover al sabio de su propio centro de gravedad. La Sabiduría no ejerce autoridad alguna, y aquellos que ejercen la autoridad no son sabios. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida
El verdadero sabio jamás busca el poder. 67
Sabiduría
La Sabiduría es algo natural, espontáneo, libre. No es una mercancía que se pueda comprar a un gurú o a un maestro con la disciplina como medio. Krishnamurti, Informes textuales de conversaciones y respuestas, Adyar, India 1933-34
En ningún sentido podría ser negociable la Sabiduría. El conocimiento existe en dos formas: inerte y sin vida, reunido en libros; y vivo, en la conciencia de los seres humanos. Esta segunda forma de existencia es sin duda la fundamental; la otra, indispensable por cierto, ocupa un lugar inferior. Esto es lo que constituye el distintivo del maestro. Albert Einstein, Mis creencias
La Conciencia se hace manifiesta en el Hombre a través de la Sabiduría.
68 Iluminación, revelación Iluminación es descubrir la verdadera Naturaleza, más allá de la forma y el nombre; la esencialidad se hace manifiesta en ella gracias al estado previo de comunión con la Luz, que está en el Ser y es el mismo Ser. En el reino mineral, la iluminación se expresa a través de cristales, diamantes y múltiples piedras preciosas; en el reino vegetal, las flores son las que proyectan la presencia de la Luz universal; en el reino animal, la iluminación adquiere forma en las aves que, desafiando la gravedad, conquistan el vuelo en pleno acto de Libertad. A lo largo de la historia, las piedras preciosas, las flores y las aves se han empleado como símbolo de la iluminación por el significado tan especial que guardan en relación con el espíritu original humano. Es por eso que, al contemplar cualquiera de ellas, es posible mimetizarse con la Luz que le da origen a su excelsa manifestación. La iluminación es producto de un cambio de orientación, con la previa distinción entre la mente y la Conciencia. Como tal, 68
Iluminación, revelación
la iluminación no es un proceso porque la Luz del Ser no está sometida al aumento, ni a la disminución; “es” en sí misma. No obstante, lo que sí se constituye como “proceso” es lo relativo a la personalidad, que gradualmente debe abrirse —por la aceptación, la autonegación y la no-identificación— para que así sea penetrada por la Luz. Mirando desde la personalidad, en las primeras etapas del proceso es posible que se mantengan ciertas confusiones debido a la sobrevaloración que se le ha otorgado a los propósitos externos; mirando desde el interior, ni siquiera es necesario alcanzar la iluminación, porque el Ser ya “es”. La iluminación ocurre sólo cuando desaparece el “concepto” de que la propia iluminación o la revelación sea algo “especial”, cuando no hay apegos hacia lo deseable y tampoco hay rechazo hacia lo indeseable, cuando ya no hay análisis ni juicio, cuando desaparece el buscador que transita en el tiempo y se experimenta el “Presente”; en otras palabras, a través de un estado de aceptación total, en entrega a lo que “es” y en reconocimiento pleno de que sólo somos el observador. Toda la ilusión y el sufrimiento se originan por la sobrevaloración que le damos a las formas físicas y por carecer de Conciencia sobre el vacío interior adimensional; paradójicamente, cuando ese espacio interno hace eco en nuestra vida se hace posible disfrutar de las formas manifiestas y de las experiencias que ofrecen los sentidos sin perdernos en ellos, es decir, sin volvernos adictos a los placeres de este mundo. No obstante, esto es viable sólo para quienes —por la no-identificación— son dignos de ello; la revelación que surge en el Hombre libre se mantiene oculta a los hombres arraigados en este mundo. “No apego, no resistencia, no juicio y no identificación” son las cuatro abstinencias fundamentales para una vida iluminada; en función de ellas —vinculadas directamente con el wu-wei (hacer, sin hacer)— el Ser interior original se convierte en un puente entre lo manifiesto y lo inmanifiesto, entre el mundo tangible y el Ser universal. Éste es el verdadero estado de comunión con la Luz de la Fuente original universal, que se conoce como “Iluminación”. Revisemos las citas extraídas de las fuentes filosóficas originales; ellas ofrecen mayor entendimiento, pues están enmarcadas en la visión universal que las vincula. 69
Iluminación, revelación
El amor que siente un iluminado es ecuánime y universal, no hace diferencias entre un Brahman austero y sabio y una vaca o un elefante, o un perro, o incluso el bruto que come carne de perro. Bhagavad Gita, V- 18
El iluminado no hace distinción ni juicio alguno, sólo considera el Origen absoluto presente en el interior de cada entidad viva. En cuanto un hombre es iluminado por la piedad, por el Conocimiento de Dios, sobrepasa a los otros hombres igual que el Sol sobrepasa en brillo a las otras luces del cielo. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Iluminación deriva de “Luz”, que es la esencia de la naturaleza absoluta del Ser. Sólo Yo (el sabio) estoy impasible, inexpresivo, abobado, como infante recién nacido, sin saber adónde dirigirme. Todos andan sobrados, Yo estoy como olvidado. Mi corazón, cual el de un estúpido, está caótico. Todos brillan, Yo parezco estar en tinieblas. Los demás andan atentos y activos, sólo Yo languidezco, perdido y sin paradero, cual viento en alta mar. Todos andan ricos, sólo Yo me obstino en parecer un harapiento. Yo Soy diferente de todos los demás, porque Yo aprecio a la madre Nutricia (el Tao). Lao tse, Tao Te King
Al hombre natural común lo mueve la autoafirmación; el Hombre iluminado vive en la autonegación, en la no-identificación con la personalidad. El Ser iluminado, cuando ocupa una posición de autoridad, no es orgulloso; como subordinado, cumple su mandato. Cuando hay orden en su país, su palabra trae prosperidad; cuando hay caos, su silencio le asegurará la indulgencia. Confucio
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Iluminación, revelación
El Hombre iluminado vive en la neutralidad y, sin llamar la atención, es una bendición para quienes lo rodean. En el momento de la iluminación interior se transcienden las apariencias. A los cambios que parecen ocurrir en el mundo los llamamos reales solamente debido a nuestra ignorancia. Sosán, Hsin Hsin Ming
En la iluminación desaparece la identificación con los objetos y los intereses de la existencia. Si deseas ir por el camino único, no desprecies ni siquiera el mundo de los sentidos y las ideas. En realidad, aceptarlo plenamente es idéntico a la verdadera iluminación. El hombre sabio no persigue ninguna meta. Sosán, Hsin Hsin Ming
Al margen de cualquier expectativa, la aceptación plena es suficiente para que la iluminación llegue. Actividad y descanso derivan de la ilusión; en la iluminación no hay agrado ni desagrado. Sosán, Hsin Hsin Ming
La aceptación nos permite ir más allá del deseo y el rechazo. Es necesario que ustedes se conviertan en su propio Sol, en su propia Luz, y así alumbrándose y alumbrando a otros, le corresponderíamos con nuestra obra a mi Padre que me ha enviado. Evangelio de Judas
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Iluminación, revelación
La iluminación llega desde lo íntimo; nunca desde el exterior, mucho menos como dádiva de alguien, sea maestro o gurú. Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la Luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del Conocimiento de la gloria de Dios. Corintios II 4: 6
Desde el corazón —receptáculo del Ser interior original— emerge la Luz del Ser universal. El corazón, que no cabe en los cielos, la Tierra, el Trono y el Pedestal, ha conseguido ser el lugar de revelación de la Grandeza (azîm) y Majestad (jalâl) y la totalidad de su Aseidad y todas las cualidades de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
El lugar de la revelación está en el corazón. El corazón del creyente es el lugar de revelación de Dios; el corazón del creyente es el trono de Dios; el corazón del creyente es el espejo de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
La revelación no es producto de una conquista humana, no deviene por méritos de la personalidad; sólo hay que permitir que en el corazón fluya la Luz de la Fuente original del Ser. Si alguien pretende investigar el Campo Divino, o sea, la Revelación Divina, debe reflexionar primero si desea morir para el mundo profano y para su voluntad propia, y con eso tornarse en un solo Espíritu con la Revelación Divina. Jacob Boehme, La Llave
Hay que morir para vivir; morir en relación con los intereses existenciales de la personalidad, para así acceder a la verdadera Vida en la Luz del Ser. 72
Iluminación, revelación
La razón debe someterse completamente a Dios, para que el Arcano pueda ser revelado y para que esto actúe y atraiga una verdadera región de comprensión espiritual, uniforme con Dios, donde el Espíritu de Dios será revelado y traerá la comprensión hasta Dios. Jacob Boehme, La Llave
En la auto-rendición —hacia el Ser interno—, la revelación es inevitable. El Libro de la Naturaleza estará abierto y será revelado ante los ojos de todo hombre, aunque sólo unos pocos serán capaces de leerlo en su totalidad, y menos aún de comprenderlo. Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz
El Libro de la Naturaleza —original— permanece abierto para ofrecer la revelación a quien se mantiene libre de adicción a la existencia —identificación— y en total aceptación. La iluminación, la comprensión de lo verdadero, no puede producirse nunca a través de la expansión de la personalidad, a través del esfuerzo por crecer, por convertirse en algo, por alcanzar el éxito, y no hay otro esfuerzo que la voluntad del Ser. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
Por la comprensión de la Naturaleza original, donde radica la verdadera Vida, se presenta la iluminación. La personalidad es ajena a ese estado. El simple pensamiento no es capaz de proporcionarnos un sentido de los fines últimos y fundamentales. Los fines esenciales no pueden fundarse en la razón, están allí como algo vivo, sin que resulte indispensable buscar una justificación de su existencia. Adquieren fuerza no mediante la demostración sino de la revelación. Albert Einstein, Mis creencias
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Iluminación, revelación
Albert Einstein nos habla en términos de “revelación” sobre la Luz viva de los fines esenciales, como algo que va más allá de la razón.
69 Paz interior La Paz interior, la quietud de la estática, ese estado sutil afín a la Conciencia, está en la esencia misma del Ser. Resulta predecible la experiencia de profunda Paz interior, de legítimo Amor, de plena Libertad, de verdadera Felicidad, como preludio a la iluminación, porque son aspectos de la Naturaleza original que habitualmente se encuentra oscurecida por la mente. La experiencia de la Paz sólo es posible en el interior; externamente se experimenta el placer y el dolor, el deseo y el rechazo, la alegría y la tristeza, en fin, todo lo inmerso en la dualidad y en plena dinámica. Es por eso que resulta ineludible que sólo en orientación interior sea posible vivenciar la Paz; identificados y orientados hacia el exterior nos encontraremos siempre ante la dualidad y la disyuntiva de la elección, siendo la elección misma una causa de tensión. No importa que la elección sea prudente y mesurada, la tensión —sutil o grotesca— será inevitable. Siempre que haya algún tipo de preferencia habrá tensión y, por lo contrario, cuando ya nada sea preferible, desaparecerá la tensión y emergerá la más legítima Paz interior. Algunos momentos breves de Paz sutil son posibles cuando hay una brecha en el fluido del pensamiento. En una persona común casi nunca sucede esto, y cuando ocurre suele suceder de manera accidental: en momentos en que la mente se queda sin palabras por la contemplación de una belleza extraordinaria, por algún esfuerzo físico o mental extremo o, en ocasiones, por algún peligro inesperado. Así puede llegar la quietud interna súbitamente, aunque de manera efímera y pasajera. En vez de esperar un momento circunstancial es preferible que nos mantengamos atentos al silencio, al espacio vacío de donde surgen todos los sonidos, porque es allí donde se establece la conexión con la quietud interior. También sucede lo propio en 74
Paz interior
plena atención a la montaña, al río, al árbol —sin pensar en ellos—, simplemente percibiendo su presencia. La atención a las partes superficiales e internas del cuerpo biológico —aunque siga siendo algo externo a nuestro Ser interior —constituye una aproximación a la parte más íntima, esto nos ofrece un vislumbre de la Paz interior. La aceptación es la actitud más clara y profunda para acceder a la Paz interna; cuando alguien se siente tranquilo, ligero y en Paz, es señal inequívoca de que se ha entregado verdaderamente. En ese estado imperturbable, ningún insulto sería capaz de alterar el centro emocional y en esas condiciones resultaría absurdo sentirse ofendido; esto otorga la certeza de que la Paz llega con la entrega. La “Paz”, el Amor, la Libertad y la Felicidad son consustanciales entre sí, son un mismo estado que caracteriza la esencia Única del Ser; como tales, no tienen contrario y nada tienen que ver con el centro emocional. No obstante, aún cuando sean vistos desde la división, adquieren un significado especial porque se constituyen como aspectos legítimos del estado de conexión interior con el Ser. Para dar mayor sustento y amplitud a este tema, revisemos algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica, con la intención de brindar una visión universal. Permanece en paz, tanto en el placer como en el dolor; en la victoria tanto como en la derrota; tanto si ganas como si pierdes. Prepárate para la guerra con tu alma tranquila; si estás en paz, no hay pecado. Bhagavad Gita, II- 38
Sólo en la neutralidad es posible la Paz; en ese estado, hasta el karma se trasciende. La verdadera tranquilidad es la del corazón. Mahabharata
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Paz interior
Sólo en el Ser interno del Corazón se experimenta la cualidad de la estática. Romper el silencio tan sólo con palabras nobles, comedidas y hermosas, que traen la paz al Espíritu, al igual que la lectura de los libros sagrados: esto es lo que se puede llamar armonía en las palabras. Bhagavad Gita, XVII- 15
El lenguaje fluye en el tiempo y en la dinámica natural de la existencia; sin embargo, puede conducir a la quietud cuando entra en sintonía con la cualidad del Ser. Al Espíritu sereno nada es capaz de turbarlo. Sobre Él puede uno meditar y formarse un juicio acerca de la esencia de las cosas. Confucio
La quietud del Ser es la atmósfera propicia para conocer la verdadera Naturaleza de las cosas. Cuando no se entiende el significado profundo de las cosas, se perturba en vano la Paz esencial de la mente. Sosán, Hsin Hsin Ming
Con la comprensión se acaricia la Paz. Cuando la mente existe imperturbable en el Camino, nada en el mundo puede ofender; y cuando ya nada puede ofender, deja de existir tal como era antes. Sosán, Hsin Hsin Ming
En la experiencia de la quietud del Ser, la mente se reorienta hacia lo esencial. 76
Paz interior
Dice Judas: Maestro, todos estamos lejos de los lugares de descanso, estamos en el campo. El Maestro contesta: Hijo mío, lo único que necesitas para descansar bien es estar en Paz.... Porque... ¿qué sacas con estar en el lugar de tu descanso, si no tienes Paz? Evangelio de Judas
La única y verdadera Paz es la interna. Cuando tu ignorancia cese, alcanzarás la Paz. Sólo alejándote de los razonamientos vulgares te harás mejor; así pues, aléjate de ellos y comprende por la Luz de la intuición, sin ella te olvidas de sus rayos. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
La Gnosis —el Conocimiento del Ser— conduce a la Paz. Cuando el motivo de la voluntad se entrega a Dios extrae su propio Yo, y abandona toda identidad que sea o pueda ser imaginada. Entonces la voluntad se desvanece por su propia disposición, por lo que el alma es adecuada para entrar en la Paz divina. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
En el abandono a la voluntad propia y a la falsa “identidad” —no-identificación—, se dan las condiciones propicias para experimentar la Paz. Recógete más hacia adentro, conduciendo tu Espíritu hacia esa majestuosa Luz en la que han de verse los patrones y las formas originales de las cosas visibles. Mantente por tanto en el centro, y no te apartes de la presencia de Dios; no permitas que el mundo haga un ruido tan grande que te traiga hacia afuera. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
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Paz interior
na.
Jacob Boehme lo reitera: la única y verdadera Paz es la interDebemos pagar el precio de la Paz. Hay que pagarlo de forma voluntaria y con gusto; y el precio es la liberación del deseo, de la mala voluntad, de lo mundano y de la ignorancia, del perjuicio y del odio. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
Para acceder a la experiencia de la Paz, cualquier precio es justo. Hasta que descubramos la Verdad no habrá forma de salir de nuestro dolor y de nuestros problemas. La solución es la experiencia directa de la Verdad, cuando la mente está serena, en la tranquilidad de la Conciencia. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
Como dijera Jesús de Nazaret: “la Verdad nos hará libres”. Si poseemos el valor para decidirnos en nuestro fuero interno por la paz, tendremos Paz. Albert Einstein, Mis creencias
Albert Einstein también ubica la Paz en el “fuero interno”.
70 Soledad La soledad es un aspecto del proceso que experimenta la personalidad, que le permite abrirse para que la Luz de la Fuente original penetre a través de ella. Previo a referirla directamente, comprendamos con la mayor precisión posible su verdadero significado, ya que suele confundirse con el aislamiento. El aislamiento es producto de la mecanicidad inducida por la identificación con la personalidad y los intereses egocéntricos que la condicionan; nuestros propios deseos y ambiciones están 78
Soledad
—por naturaleza— siempre en contraposición con los intereses ajenos, y provocan fisuras en nuestras relaciones sociales, familiares, conyugales, económicas, políticas o de cualquier otro orden; así mismo, el aislamiento es también producto de la intención de escapar de los problemas cotidianos de la vida, sobre todo cuando adquieren una magnitud tal que rebasan la capacidad de afrontarlos. Por lo contrario, el estado de soledad llega espontáneamente cuando somos conscientes del carácter efímero e ilusorio de la personalidad y de todo de lo que le rodea en la existencia; la más legítima experiencia de soledad implica que la mente esté libre de todo tipo de influencia externa y de condicionamientos sociales, económicos, culturales, religiosos y de cualquier otro orden. El aislamiento es involuntario, desagradable, y cuando nos sucede tratamos de huir de él identificándonos con algo de gran magnitud, como la nación, alguna comunidad religiosa, algún ideal político o social, e incluso, cierto concepto de Dios —personal o ajeno—; entre otros muchos. Paradójicamente, la identificación con entidades colectivas produce un aislamiento aún mayor —nos acerca a alguna personalidad colectiva, pero nos aleja las relaciones de familiares y amigos que debieran conservarse en mayor cercanía—. En contraposición, la soledad es una experiencia intencionada y consciente, profundamente agradable, que sucede tras poseer un amplio grado de conciencia existencial; y cuando esto ocurre, nos permite mantener la no-identificación por espacios de tiempo más prolongados. Precisamente por la noidentificación, la soledad conlleva a un proceso de apertura de la personalidad profundamente revelador. Para que adquiera sentido y significado cualquier proceso de búsqueda, la parte final y concluyente del camino debe recorrerse en completa soledad, sin compañeros, sin libros y sin guía espiritual que marque el sendero; y precisamente cuando se entiende que ha de transitarse solo, el propio recorrido queda legitimado. Cuando se comprende que nadie existe que pueda enseñar algo al respecto, la Libertad se hace presente. Hay un ingrediente que denota el verdadero estado de soledad: la Paz interior, ella nos permite apreciar las cosas sencillas, ofrece la capacidad para ver la Belleza, faculta para establecer 79
Soledad
relaciones armoniosas con quienes nos rodean y otorga la tranquilidad necesaria para descubrir la verdadera Vida que hay en nuestro interior. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la soledad, ponemos a su disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, para así introducirnos en una visión universal. El sabio tiene la forma de un hombre pero no sus sentimientos. Como tiene la forma de un hombre, se junta con otros hombres. Como no tiene los sentimientos de un hombre, el bien y el mal no lo alcanzan. Pequeño e insignificante, se queda con el resto de los hombres. Inmenso y grandioso, perfecciona su Cielo solo. Chuang-Tzu
Externamente, el sabio se mantiene unido y vinculado con el mundo; internamente se mantiene en soledad, permitiendo así que todo lo circundante a su vida se perfeccione por sí mismo. El príncipe Siddharta renunció a los placeres mundanos, abandonó su reino, rompió todas las cadenas y entró en la soledad. Evangelio de Buddha
La renuncia a los intereses existenciales lleva implícito un estado de soledad. El hombre solitario es una bestia o un dios.
Aristóteles
Externamente, la soledad puede conducir a la locura —aislamiento—; internamente, la soledad otorga la Conciencia. Jesús dijo: Muchos están ante la puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara nupcial. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi
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Soledad
La cámara nupcial es el recinto más íntimo —el corazón— donde entran los solitarios para la realización de las bodas alquímicas. Viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. Juan 6: 14,15
Los grandes maestros siempre fueron tentados para asumir algún rol protagónico y de interés en la existencia. Todos ellos decidieron mantener su estado de soledad. Recoge todos tus pensamientos y dirígete con fe hacia el centro, mantente silencioso ante el Señor, sentado en soledad con él en tu celda más interna. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
En la parte más interna, en el centro del microcosmos, se hace posible la experiencia de la soledad. Allí donde está la Nada, el amor de Dios trabaja en solitario. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Esa “nada” corresponde a la naturaleza del verdadero Ser, que es adimensional. Prepárate, porque tendrás que viajar solo. El maestro no puede hacer más que indicar el camino. El sendero es uno solo para todos; los medios para llegar a la meta han de variar según los peregrinos. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Las condiciones particulares del camino dependen de la circunstancia específica de cada buscador, aunque la meta sea una sola para todos. El verdadero maestro nunca altera ni condiciona el proceso del discípulo 81
Soledad
Sencillez basada en una disciplina, aunque rigurosa, no es austeridad. La austeridad es la sencillez de la soledad interior. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
Toda sencillez que no emerja de la soledad interna, es pura pose e imitación. En momentos de completa soledad, que sólo llega cuando todo se va y cuando se ha discernido verdaderamente su significado, aparece la dicha del presente. Krishnamurti, Informes de conversaciones y respuestas a preguntas, Nueva York 1935
La experiencia del “presente” lleva implícita la soledad. La persona influenciada se encuentra separada; sabe la división entre lo alto y lo bajo, entre el mérito y el desmérito. La soledad es el sentido de estar libre de influencias, no es separativa, no antagoniza. Es un estado que debe experimentarse, no especular sobre él. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
El aislamiento se muestra en toda persona influenciada y conduce a la división; en la soledad se experimenta la Unidad. Es fundamental entender que la soledad no significa aislamiento. El aislamiento es la sensación de estar encerrado, es un sentimiento de que uno se ha apartado de todo. La soledad es un estado de Ser en el que toda la experiencia y el conocimiento —relativo— no están. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
El aislamiento es una cualidad inherente a la personalidad; la soledad es un aspecto de la cualidad absoluta del Ser. En el viaje de la vida y de la muerte debemos caminar solos. La mente debe estar limpia de todo aquello que ha acumu82
Soledad
lado a causa de su instinto de seguridad; sus dioses y sus virtudes deben volver a la sociedad que los ha creado. Debe ser una soledad completa, pura. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
Para experimentar la soledad completa y pura, debemos sustraernos de todo lo acumulado por la personalidad, en reacción a los múltiples condicionamientos sociales.
71 Felicidad No existe hombre alguno sobre la Tierra que no busque la felicidad, cuyo sentido más externo suele procurarse con la satisfacción de los instintos naturales —como los placeres gastronómicos o sexuales—, la comodidad de un cálido hogar o hasta en la búsqueda de la gloria —antes y después de la muerte—; no obstante, la verdadera felicidad no está en la satisfacción de necesidades naturales, ni en lo que hacemos por el impulso de proyecciones mentales, no va del exterior al interior, sino que fluye desde la profundidad del Ser hacia el mundo de las formas; es decir, se origina en lo que “somos” y se dirige hacia lo que “hacemos”. Esto la convierte en un factor curativo y liberador, porque, cuando disfrutamos “haciendo” algo, experimentamos la manifestación dinámica de la plenitud estática del Ser. En sentido externo, la felicidad es temporal y tiene siempre una causa: el encuentro con alguien, la llegada inesperada de una oportunidad, la conquista de una meta; sin embargo, todo resulta siempre absurdo, porque sucede por encima de nuestra voluntad y así como llega se va. El éxtasis de la verdadera felicidad es en sentido interno, va más allá del tiempo y se origina donde no existe causa alguna: en el Ser, sin explicación, tal como “es”. La inmensa mayoría de las personas creen que la felicidad depende de los acomodos en el mundo de las formas, es decir, de lo que sucede; sin caer en cuenta de que los acontecimientos son inestables, porque el cambio es constante. Con esto nos queda claro que no es la circunstancia en sí misma la causa verdadera 83
Felicidad
de la felicidad, mucho menos lo que conceptualizamos mentalmente sobre ella. Lo más inteligente es separar la situación de su concepto y aceptarla tal como es; los conceptos generan prejuicios y una persona prejuiciosa jamás sabrá cómo ser feliz. Con frecuencia se confunden las “emociones agradables” con la felicidad, lo que nos obliga a discernir sobre ello; los estados de conexión con la esencia del Ser —amor, paz, libertad— nada tienen qué ver con el quehacer de los centros —emocional, intelectual e instintivo-motor—. Por lo contrario, las emociones y los pensamientos sobre las historias que siempre nos construimos son lo que nubla cualquier destello posible de felicidad. El hombre debe aprender a ser feliz independientemente de lo que tenga u obtenga, sin buscar en lo externo algo que prometa algún tipo de realización; si alguien es incapaz de sentirse feliz en una choza, tampoco será capaz de ser feliz en un palacio. El lado opuesto, lo que llamamos infelicidad, es sólo ausencia de “felicidad terrenal” —externa— que sí es emanada desde el centro emocional, y surge inevitablemente a partir del falso sentido del ser, del “yo”; todo sufrimiento es creado por el ego y se origina en la resistencia. El ego es patológico por naturaleza —pathos significa sufrimiento— independientemente de la forma que adopte; y si partimos de que la infelicidad es una enfermedad mental y emocional creada por el ego, eso la hace también ilusoria por naturaleza. Los humanos somos los únicos animales que —aunque racionales— experimentamos la infelicidad; esto nos obliga a cuestionar hasta dónde es necesaria. Resulta importante para remover los mecanismos de protección del ego, pero hasta ahí llega su propósito. El sufrimiento es necesario hasta que se descubre que es innecesario; y después de descubrirlo, basta con observar el dolor —sin pensar en él, sin analizarlo, sin crear identidad a partir de él— para que pueda ser reconocido como algo ilusorio. No debemos caer en el absurdo de pretender “buscar la felicidad”, sólo debemos permitir que suceda en el momento oportuno, tal como es; sin imaginarla y sin construirla con ideas propias. Cuando se comprende que la manipulación de las circunstancias no es lo que conduce a la verdadera felicidad, se descubre que “la 84
Felicidad
felicidad más grande” se manifiesta en “lo más pequeño”; porque son precisamente las cosas simples, las más ordinarias, las que dejan espacio vacío en el interior. Nietzsche decía: ¡cuán poco se necesita para sentir la felicidad! Sólo en el estado “presente” se disuelve la resistencia y el dolor para que empiece a fluir la felicidad; y sólo a través de la felicidad es posible soltar las reticencias de la personalidad para que se manifieste la plenitud del Ser. Antes de que la iluminación llegue —antes de liberarse de la mente—, se experimentarán destellos de verdadero Amor, de profunda Paz interior y de verdadera Felicidad. Revisemos lo que algunas citas, debidamente seleccionadas de las fuentes filosóficas originales, nos dicen sobre la felicidad; a través de ellas podemos abrirnos un poco hacia la Verdad universal. ¿Quién es verdaderamente feliz? Uno que tiene escasos medios pero está libre de deudas, ése es un hombre verdaderamente feliz. Mahabharata
No es necesario “tener” para ser feliz; basta con estar en Paz con la existencia. “Sirve al Señor con alegría; ve hasta su presencia con cantos”. Esto es así por la razón de que al servicio del Señor no existe sitio para un corazón acongojado. El Zohar
Para acercarse al Ser, habrá al menos una aproximación a su Naturaleza; la felicidad es un aspecto de ella. La “alegría” es el nombre secreto de la comunidad de Israel y llegará el día en que Israel dará fin a su exilio a través de la alegría, como está escrito: “Pues tú saldrás con alegría”. Y luego dice: “Sirve al Señor con alegría”. También dice: 85
Felicidad
“Ven a su presencia con cantos”. Así la alegría se hace completa, pues el corazón lleva la alegría y la boca el canto. El Zohar
Para ser dignos y capaces de servir al Ser, antes debemos mostrarnos felices. El que ama la Verdad es mejor que el que la conoce. El que encuentra felicidad en la Verdad es mejor que el que la ama. Confucio
La felicidad expresa la experiencia plena de la Verdad. La mayor felicidad consiste en ver, al examinarse a sí mismo, que nada falta a la propia perfección.
Confucio
Sólo quien acepta es capaz de mirar la perfección en todo. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, obtiene lo que obtuvieron los otros y deja de obtener lo que él mismo tiene. Ese encuentra felicidad en lo que le da felicidad a los otros, pero no encuentra felicidad en lo que le da felicidad a él mismo. Chuang-Tzu
La verdadera felicidad nace del interior de uno mismo. Feliz el que se mantiene firme y permanece siempre bajo su guarda. Feliz el que no tiene disgustos ni deseos. La victoria sobre la obstinada vanidad, en verdad que es la dicha suprema. Evangelio del Buddha
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Felicidad
La felicidad va más allá del deseo y del rechazo; se apoya en el “punto fijo” del ser interno. El que vive para el mundo no comprenderá la doctrina, porque para él la dicha no existe sino en la personalidad; y la felicidad, que consiste en una sumisión completa a la Verdad, no la puede concebir. Evangelio del Buddha
En la personalidad es posible experimentar sólo una felicidad “relativa”. En la entrega al Ser está la plenitud. Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo. Sócrates
Cualquier motivo de felicidad que venga del exterior será ilusorio. El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
Epícteto
Nunca serán copartícipes las dos naturalezas. Estando los discípulos en el Monte de los Olivos dijeron estas palabras, con gran alegría: Nosotros somos más felices que ningún hombre, puesto que el Salvador nos lo ha revelado todo, y sabemos toda elevación y toda perfección. Pistis Sophia I: 13
En la revelación —experiencia de la Verdad— está la felicidad plena. Realidades preciosas haces llover, de ti proviene tu felicidad, ¡Dador de la Vida! Olorosas flores, flores preciosas, con ansia yo las deseaba, vana sabiduría tenía yo…
Nezahualcóyotl, Solamente Él…
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Felicidad
La verdadera felicidad proviene del Dador de Vida, del Ser universal. La felicidad es un estado del Ser en el que no existe dependencia; pues donde hay dependencia hay miedo y un hombre que tiene miedo nunca puede ser feliz, por mucho que enmascare su miedo. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
Cualquier condicionamiento inhibe la experiencia de sí mismo, y esto nubla la felicidad. Un hombre feliz no sigue. Es el hombre desdichado y confundido el que persigue ansiosamente a otro, esperando refugiarse en él; y encontrará su refugio, pero ese refugio será oscuridad, su perdición. Sólo el hombre que trata de investigar, quién es él mismo, conocerá la libertad y, por lo tanto, la felicidad. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
Cuando termina la búsqueda, en la Conciencia de sí mismo, se experimenta la felicidad de ser libre. En el momento del gozo no existe conciencia de la propia identidad. Cuando hay felicidad no decimos “soy feliz”. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
En la “identificación” no es posible experimentar felicidad. ¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad? Albert Einstein
La tecnología es creada por el hombre, es externa a él, y lo externo no ofrece la felicidad. 88
Felicidad
Quien crea que su propia vida y la de sus semejantes está privada de significado, no sólo es infeliz, sino que apenas es capaz de vivir. Albert Einstein
La felicidad está vinculada con el único y verdadero propósito, que es interno.
72 Correspondencia “En el Ser no opera la correspondencia y ninguna otra Ley”. A la luz de esta premisa iniciemos este tema; partamos de una maravillosa cita de Hermes Trismegisto, extraída del Corpus Herméticum: El Eón, es una imagen de Dios. El Cosmos es una imagen del Eón. El Sol es una imagen del Cosmos. Y el hombre es una imagen del Sol. Toda imagen es una proyección, y es en la proyección misma donde la Ley de correspondencia encuentra su raíz; su operar adquiere alcance en todo lo citado por Hermes, excepto en Dios —el Ser universal—, y como se aprecia en la cita, existen diversos niveles y contextos de aplicación para este principio. Como muestra, podemos decir que el mundo de cada persona corresponde a lo que ella es y, por ende, hay tantos mundos como personas. Ilustremos el tema con algunos ejemplos de aplicación de la “Ley de correspondencia”: las circunstancias de vida en un individuo corresponden a su estado de conciencia existencial; las relaciones entre hombres y mujeres corresponden al estado de crisis en que la humanidad se encuentre en cada momento histórico; la contaminación del planeta proyecta la contaminación psíquica de la humanidad; el tipo de reacción ante las circunstancias y las personas refleja el nivel de conocimiento de sí mismo; el canto y la poesía son una proyección de la intimidad que es cercana al Ser; quien es débil ante la vida se muestra igualmente débil ante la búsqueda; quien se acerca a los Libros universales únicamente logra ver lo que corresponde a su nivel de conciencia existencial; 89
Correspondencia
un verdadero plano de Vida sólo corresponde al Hombre verdadero. La Ley de correspondencia opera, invariablemente, más allá de nuestra propia voluntad; y cuando alguien intenta modificar su curso, se opone de manera frontal contra toda la naturaleza: si alguien se introduce forzadamente en el Cielo, buscará inmediatamente una salida o construirá su propio infierno allí mismo; asimismo, si alguien siente el llamado de su dios, y en respuesta habla, canta y discursa sobre ello, pero permanece anclado en sus apegos hacia el mundo externo, termina auto-engañado en un falso misticismo. No obstante, ante una actitud legítima: cuando alguien ríe el mundo entero le sonríe; pero cuando llora, llorará solo. Del mismo modo, para penetrar conscientemente en una persona y comprenderla, es preciso penetrar antes en uno para así comprenderse a sí mismo; de otro modo resultará siempre imposible entender a nuestros semejantes. Mientras no se produzca una verdadera elevación en el nivel de la conciencia existencial, la historia personal de cada hombre seguirá siendo siempre la misma. Demos sustento a lo ya expuesto sobre la correspondencia, profundicemos con algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas universales, las de mayor trascendencia histórica y generemos una visión universal. ¡Es verdad! ¡Es cierto! ¡Es la Verdad plena! Lo que está abajo es igual a lo que está arriba, y lo que está afuera es igual a lo que está adentro, para que se cumplan los milagros del único. Hermes Trismegisto, Tabla esmeraldina
Esta cita de Hermes es la más identificada y la que ilustra mejor el principio de correspondencia. La materia grosera es la nutrición de los cuerpos, y el espíritu es la nutrición de las almas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Estos son los alimentos básicos que corresponden a cada una de las dos naturalezas. 90
Correspondencia
A un hombre, en la hora de su muerte, le es permitido contemplar a sus parientes y compañeros del otro mundo. Todos ellos se alegran por él, y le dan la bienvenida si él es bueno, pero si no, entonces sólo los pecadores lo reconocen. El Zohar
Permanentemente nos relacionamos con personas que corresponden a nuestro estado de conciencia existencial, tanto aquí como en el plano astral. Habla para que yo te conozca.
Sócrates
La boca siempre expresa lo que se lleva dentro —en la conciencia existencial—. Cuando sean capaces de contemplar el brillo del Sol del mediodía con los ojos fijos, podrán entonces mirar la Luz cegadora de nuestro Padre Celestial, que es un millar de veces más brillante que el brillo de un millar de Soles. Evangelio de los esenios
Quien goza de Libertad interior disfruta relacionarse con toda manifestación de Luz. En verdad les digo que si no conocen más enfermedades sobre la Tierra, vivirán por siempre en el reino de los cielos. Evangelio de los esenios
El estado de Libertad interior —el cielo interno— tendrá siempre alguna repercusión en el estado de salud biológica. Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. Mateo 7:15,16
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Correspondencia
Cuando alguien oculta artificiosamente lo que lleva dentro, atenta contra su propia naturaleza. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6: 45
En esta cita, Jesús de Nazaret reitera lo que nos dice Sócrates. ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el Espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. Corintios I 2: 11,12
La naturaleza de Dios sólo puede conocerse y comprenderse a través del Ser interno, que es consustancial con el Ser universal. Cuando se descubre el enigma de una sola partícula, se descubre el misterio de toda la creación, tanto interior como exterior. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
La relación de esta cita establece la correspondencia entre el macrocosmos y el microcosmos; se abundará en ello a lo largo del siguiente tema. Pensabas que eras una parte pequeña; pero, en cambio, en ti hay un universo: el mas grande. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En lo más pequeño se encuentra la majestuosidad. La persona gnóstica considera: todo Ser es de Dios y el Ser que hay en mí también es de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
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Correspondencia
El Ser interno mantiene correspondencia plena con el Ser universal. Si quieres amar a Dios, también has de amar su obra; y si quieres amar a tu prójimo, no digas que no se le puede ayudar. Paracelso, Las Siete Apologías
El verdadero Amor no es selectivo, se dirige tanto al Origen como a su correspondiente manifestación. Tu boca rebosa lo que tu corazón esconde. Paracelso, Las Siete Apologías
Paracelso también reitera lo previamente dicho por Sócrates. A la gente le gusta ser engañada. Precisamente porque el mundo no vale nada o casi nada, no puede soportar la presencia de la piedad. Lo semejante se une con su semejante. Paracelso, Las Siete Apologías
Por la identificación con la existencia se desea lo ilusorio. El falso “yo” —la personalidad— siempre amará lo falso. El cuerpo del hombre es una imagen o un compuesto de todo lo que es el mundo. Y el mundo visible es una manifestación del interior del mundo espiritual. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
Aquí se plantea la correspondencia en dos contextos. Igual que cada semilla contiene en sí misma un árbol completo o un fruto completo, también el mundo entero está presente en un pequeño hombre. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz
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Correspondencia
La manifestación universal está inscrita en la genética de cada hombre. Ser es relacionarse; el Ser aislado no existe. El mundo y usted no están separados; su problema es el problema del mundo, usted lleva el mundo en usted; sin usted el mundo no es. No existe el aislamiento y no existe objeto alguno que no se encuentre relacionado. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
El aislamiento, como tal, no existe; todo está relacionado y en cada relación se establece una correspondencia.
73 Microcosmos-macrocosmos En el comienzo, hace más de diez mil millones de años, el Universo inició su existencia a partir de una “gran emanación” —conocida por la ciencia como el Big-bang o Gran explosión—; se cree que con el tiempo, en su final, dará marcha atrás —a manera de implosión— para volver a lo inmanifiesto. Los humanos, como personalidad, somos una proyección a escala de ese gran Universo, y así como cada uno de nosotros tiene un propósito interno y una variedad de propósitos externos, sucede lo propio con el Universo: su propósito externo es crear la forma, con todas sus implicaciones naturales, y su propósito interno es regresar a su punto macrocósmico de Origen informe —aunque esto último rebasa la comprensión de la mente humana—. En su estado original, el Hombre verdadero es un microcosmos —minutus mundus o pequeño mundo—, un sistema vital de forma esférica —no corpórea— cuyo centro es su punto de Origen —su pequeño Big-bang—; el firmamento limítrofe de dicha esfera es la lípica —también conocida como Ser aural—, constituida por una serie de líneas de fuerza convergentes proyectadas en forma de puntos magnéticos que mantienen el registro de las experiencias de las distintas personalidades, aparecidas en torno al microcosmos, sobre el campo existencial de manifestación. Ese entra94
Microcosmos-macrocosmos
mado de puntos magnéticos, que contiene el registro de todas las influencias kármicas, se proyecta en el cerebro y mantiene una influencia determinada en cada una de sus células. Lo que se entiende por hombre, en este campo de manifestación físico, es sólo la personalidad dividida —que es una simple proyección de su punto microcósmico interior—, hecha a imagen y semejanza del Universo físico. La conciencia de la personalidad es relativa y en una escala que corresponde a la manifestación universal; la Conciencia interna del microcosmos posee la naturaleza absoluta del punto original del macrocosmos —Ser universal—. Los cuerpos de la personalidad son tan sólo una interpretación equivocada de lo que realmente somos, una versión a escala del Universo físico que a su vez es otra interpretación equivocada de lo que en su Origen realmente es: el Ser universal; porque el microcosmos original, el Hombre verdadero, no pertenece a una especie, ni a un pueblo ni a una raza. El hombre natural, como creación del Universo, como síntesis del Universo, lleva en sí mismo una naturaleza regida por las Leyes universales. El Hombre original de naturaleza absoluta, el microcosmos, es la imagen y semejanza del Ser universal macrocósmico —la esfera magnética no corpórea emanada del Big-bang—. El Hombre está en el Universo y el Universo está en el Hombre. Aprovechemos algunas citas que las fuentes filosóficas nos ofrecen, disfrutemos con aquellas de mayor trascendencia histórica y construyamos una visión universal sobre el tema: Microcosmos-macrocosmos. Una chispa, emanada del Espíritu Eterno, es un alma que en este mundo nace a la vida, generando alrededor de su centro los cinco sentidos y la mente, teniendo como soporte esta naturaleza material. Bhagavad Gita, XV- 7
Krishna hace una descripción de la chispa central del microcosmos. 95
Microcosmos-macrocosmos
El Eón, es una imagen de Dios. El Cosmos es una imagen del Eón. El Sol es una imagen del Cosmos. Y el hombre es una imagen del Sol. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El microcosmos es la imagen y semejanza del Ser universal y es, a su vez, el soporte de manifestación del hombre natural. Es la función del hombre contemplar las obras de Dios; y para este propósito fue hecho, para que pueda ver el universo con asombrada admiración, y llegase a conocer a su hacedor. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
La introducción del microcosmos en el hombre natural biológico tiene sólo un propósito original: la contemplación de la manifestación universal. Cualquier otro propósito ajeno a él, ha sido creado por el hombre mismo. El Rabino Simeón dijo: Todos los actos del hombre están escritos en un libro y han sido examinados por el Rey y quedaron revelados ante él; por tanto, que el hombre se preocupe por no pecar, ni en modo alguno ir en contra de la voluntad de su Señor, pues hasta los pensamientos del hombre le son conocidos a Dios y a Él no se le puede eludir. El Zohar
Ese “simbólico” libro es la lípica, donde queda registrado todo el karma acumulado por la personalidad. Vacío acá, vacío allá, y sin embargo, el universo infinito está siempre delante de tus ojos. Infinitamente grande e infinitamente pequeño; no hay diferencia, porque las definiciones han desaparecido y no se ven límites. Sosán, Hsin Hsin Ming
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Microcosmos-macrocosmos
Ante el absoluto, la diferencia de dimensión entre el macrocosmos y el microcosmos resulta insignificante. Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo. Juan 5: 26
En correspondencia con el Ser universal, la chispa original del microcosmos “es” en sí misma. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo. Lucas 10: 22
Hay una correspondencia plena entre el Padre y el Hijo. Ambos “son” en sí mismo; y sólo se reconocen entre ellos porque son de una misma Naturaleza, que es absoluta. Pensabas que eras una parte pequeña; pero, en cambio, en ti hay un universo: el mas grande. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En el microcosmos está inscrita la amplitud del macrocosmos. Si dieciocho mil universos se pusieran en un mortero y se hiciese con ellos una pasta, su composición sería el Hombre Perfecto. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
El microcosmos es el Hijo del Hombre, es el Verdadero Hombre, es el Hombre perfecto que sintetiza el Universo. Cuando se descubre el enigma de una sola partícula, se descubre el misterio de toda la creación, tanto interior como exterior. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
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Microcosmos-macrocosmos
La correspondencia entre lo inmenso y lo ínfimo es plena; en ambos está inscrita la Verdad del Origen. Dios manifestó el Misterio Magnum del poder y virtud de su verbo. En este Misterio Magnum toda la creación permanecía en esencia, sin forma. Tal Misterio Magnum también reside en el hombre, o sea, en la Imagen de Dios, y es el Verbo Esencial del Poder de Dios. Jacob Boehme, La Llave
En el microcosmos reside la energía potencial —estática— de la esencia del Misterio Magnum —llamado así por los alquimistas—. Que el hombre comprenda por fin su nobleza y su gloria y conciba la razón por la que es llamado microcosmos y hasta dónde se extiende su conocimiento de la naturaleza. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz
En el centro del microcosmos está inscrito todo el Conocimiento de la Naturaleza original —la Gnosis—. Igual que cada semilla contiene en sí misma un árbol completo o un fruto completo, también el mundo entero está presente en un pequeño hombre. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz
Jesús de Nazaret llamó también “semilla” de mostaza al centro del microcosmos —en una parábola—, que es el Ser interior original. La filosofía escudriña el cielo y la Tierra con un arte de disección formidable, o que, para decirlo de forma abreviada, expresa suficientemente que el hombre como individuo es un microcosmos.
Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz
La verdadera filosofía no podría dejar de lado el principio fundamental del microcosmos —los alquimistas rosacruces clásicos lo tuvieron muy presente—. 98
Inestabilidad
74 Inestabilidad “Resulta imposible liberarse de algo que no se conoce”, de allí la importancia de “conocer” el comportamiento de la vida natural —de la existencia—; y la cualidad que marca y define en mayor medida el carácter ilusorio de este mundo es la inestabilidad. En la existencia todo se manifiesta a través de la “forma”, misma que por sus propias cualidades es impermanente, perecedera, porque todo lo que adquiere forma —corporeidad— está en constante movimiento y los cambios que en ella se presentan fluyen en el tiempo y el espacio. Los objetos manifiestos —incluso las personas— no son lo más importante, sino las relaciones que establecemos con ellos, y principalmente el hecho de observar cómo van cambiando y desapareciendo en complicidad con el tiempo. Debemos limitarnos a observar los cambios, porque si terminamos identificándonos con ellos nos convertiremos en víctimas de la pérdida implícita en la inestabilidad que les caracteriza. Todo objeto o fenómeno está sujeto al cambio, por su propia naturaleza es inestable; todo está sujeto a la Ley universal y tan sólo por ese hecho debemos reconocerlo como ilusorio, porque nunca podría considerarse como verdadero algo que va mostrando distintas caras a lo largo del fluir del tiempo y que está destinado a desaparecer. Estamos tan adaptados a los cambios que ya no percibimos el estado de ensoñación en que nos envuelven, porque consideramos a tales cambios como si formasen parte de una realidad; es así que miramos lo falso —la existencia— como verdadero y, lo verdadero —el Ser— como falso. Si carecemos de la suficiente conciencia existencial para comprender la inestabilidad de este mundo, la vida pasará por encima de nosotros; porque todos los sufrimientos que experimentamos en esta vida terrenal se originan en la obsesión desenfrenada por lograr la estabilidad —la permanencia— en un mundo que por su propia naturaleza es siempre inestable. Terminamos en una gran brecha que se abre entre lo que acontece y lo que deseamos que suceda, entre el “quisiera” y lo que “es”. 99
Inestabilidad
Nos hemos olvidado del Ser por mantenernos en la ilusión de creer que la felicidad depende de lo que sucede, es decir, de lo que acontece en la forma; y no nos hemos dado cuenta de que los sucesos externos y tangibles son absolutamente inestables, porque cambian constantemente. Después de experimentar y comprender la inestabilidad que caracteriza la existencia, dejaremos de dar el valor excesivo que antes otorgábamos a las cosas externas —que son impermanentes—; así se revelará el propósito interno de la vida —relacionado con el Ser— en contraste con los propósitos externos —relacionados con el hacer— que son secundarios y superficiales. Cuando aceptemos y reconozcamos el carácter inestable de las estructuras del mundo de las formas, aún de las que aparentan mayor solidez, aparecerá espontáneamente la Paz interior. Para dar sustento a lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre este tema, atendamos algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, y generemos una visión universal. Dios no es autor del mal; sino que es la obsesión por la perduración de las cosas hechas la que hace que el mal estalle en ellas. Y ésta es la razón por la que Dios ha sometido las cosas al cambio; pues, por medio de la transformación, las cosas hechas son purgadas del mal. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
La inestabilidad y el cambio son fundamentales para la depuración y el equilibrio de la naturaleza. El problema surge en la mente del hombre cuando desea la estabilidad en un mundo que por naturaleza es inestable. Las acciones virtuosas del sabio se sustraen a las miradas y, sin embargo, se revelan más y más cada día; mientras que las acciones virtuosas del hombre inferior se producen con ostentación, y se desvanecen más y más cada día. Confucio
Los frutos del sabio permanecen; lo que el hombre común construye pronto se desvanece. 100
Inestabilidad
Has tenido la audacia de tomar forma humana y estás encantado. Pero la forma humana sufre diez mil cambios que nunca dejan de producirse. Chuang-Tzu
En la personalidad, los cambios son constantes. ¡Todavía no estoy muerto! dice, pero, ¿para qué le sirve? Su cuerpo se deteriora, su mente le sigue. ¿Puedes negar que esto sea una gran pena? Chuang-Tzu
Los cambios son inevitables; y tan sólo por eso, los propósitos externos pierden toda su importancia. Los hombres que se otorgan a las cosas del mundo son propensos a provocar un gran engaño, pues desvían la atención de lo estable y la canalizan hacia lo inestable. De esa manera quien escucha la palabra de Dios no entiende lo estable, sino lo inestable. Lo mismo ocurre con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, la vida, la Luz, la resurrección, la iglesia y tantos otros: no se entienden los conceptos estables, sino los inestables, a no ser que de antemano se conozcan los primeros. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
Lo estable está en la Naturaleza del Ser; lo inestable caracteriza toda la existencia. En esta cita, Jesús de Nazaret explica cómo los humanos se han identificado con lo inestable para así olvidarse de lo estable, que está en nuestro propio Origen y nuestra única realidad. Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada. Marcos 13: 1,2
Hasta las más grandes obras del hombre son inestables. 101
Inestabilidad
Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae. Primera Epístola de Pedro Apóstol 1: 24
Ni la gloria más grande otorgada a un hombre sería suficiente para inmortalizarlo —en cualquier sentido—. Poco a poco Dios nos quita la belleza humana: poco a poco el árbol joven se marchita. Ve y recita: “Todo cuanto está dotado de vida, acabará pereciendo”. No te enamores de los huesos, busca el Espíritu. Rumi, Masvani II
Quien se enamora de las formas materiales, terminará sufriendo inevitablemente su extinción. En esto vienen a parar los mandos, imperios y señoríos que duran poco y son inestables. Lo de esta vida es prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo han dejado. Nezahualcóyotl, Ido que seas de esta presente vida…
Para la eternidad, la extinción de los imperios es casi instantánea; hasta la más majestuosa galaxia pronto se desvanece. En tal año como éste (Ce ácatl), se destruirá este templo que ahora se estrena, ¿quién se hallará presente?, ¿será mi hijo o mi nieto? Entonces irá a disminución la Tierra y se acabarán los señores. Nezahualcóyotl, En tal año como éste…
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Inestabilidad
En sintonía con Jesús de Nazaret, Nezahualcóyotl emplea también la imagen de un “majestuoso templo” para referirse a la inestabilidad de las cosas. Tarde o temprano, todo se destruye. En este mundo sólo irán a perecer los cuatro Elementos juntamente con el cielo estrellado y las criaturas terrenas, o sea, la vida grosera y exterior de todas las cosas. El poder y la virtud interna de toda substancia permanecen eternamente. Jacob Boehme, La Llave
Todo el Universo físico tiene fecha de caducidad, sólo el Origen verdadero permanece. Es una verdad que todo lo bueno y justo, de los tiempos acabados, se convierte en obstáculo para la futura evolución. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas
Antes de su extinción total, todo pierde vigencia; lo que en un tiempo es bueno, se transforma en nefasto u obsoleto. ¿Hay algo permanente en nosotros? Estamos cambiando, nuestro cuerpo cambia, a no ser que estemos muertos. Todo se encuentra en movimiento. Conversaciones por Krishnamurti en India 1965
Nada hay permanente en nuestra personalidad. El destino de la humanidad siempre está pendiente de un hilo... pero ahora es más cierto que en ninguna otra época. Albert Einstein, Mis creencias
El destino de todo es absolutamente incierto, no sólo de la humanidad. Los hombres suelen hacerse más conscientes de ello en momentos de crisis. 103
Aceptación
75 Aceptación No es posible imaginar un mundo mejor que éste, aunque a un necio e ignorante le resulte sencillo; el mundo nunca ha sido el problema, nosotros hemos sido siempre los problemáticos. Los hombres cerrados —sobre todo el hombre político— dicen siempre que todo está equivocado, que debemos transformar al mundo y a la sociedad; el Hombre consciente se reconoce a sí mismo como el objeto del problema y aprecia la perfección de los mecanismos naturales de la existencia —a pesar de su cualidad cambiante, transitoria e ilusoria—, reconoce también que si el humano desapareciera de la Tierra, el mundo mantendría su belleza y su perfección “casi absoluta” —lo único que la limita es el factor cambiante en el tiempo—. Un Hombre libre y consciente ya no intenta cambiar las condiciones externas de la vida para que se ajusten a él, ya no lucha contra la existencia porque reconoce que ni siquiera es capaz de hacerlo; es así como deja de soñar. Antes bien, reconoce que lo único que en realidad puede cambiar es su actitud, el equivocado proceso de su mente con sus respectivos condicionamientos. De ese modo descubre que “sólo por la aceptación” es posible permitir que el mundo se transforme espontáneamente ante él. La aceptación revela una profunda dimensión que no depende de las condiciones externas ni del estado que guarden los centros emocional e intelectual —que son cambiantes por naturaleza—. Aceptar es decir “sí” a todo lo que “es”, es realinearse con la inteligencia que conduce la vida existencial —en contrasentido a la necedad de una diminuta gota que pretenda imponer sus ideas al océano—, es reconocer la inevitabilidad de todo lo que acontece en el plano de manifestación. Carlos Darwin comprobó que, en los procesos de selección natural, las especies que sobreviven no son las más fuertes sino las más capacitadas para adaptarse a los cambios de la naturaleza; y si entendemos que “aceptar es adaptarse”, comprenderemos que en la capacidad de adaptación se manifiesta la verdadera inteligencia, que es flexibilidad —no rigidez—. Lo que siempre se 104
Aceptación
ha considerado como “fortaleza” ante la vida, es tan sólo cristalización: el presumible “hombre fuerte” no es más que un hombre entrenado para oponer resistencia a la vida, un simple “hombre cristalizado” que se puede resquebrajar en cualquier momento. Sólo a través de la aceptación es posible obtener la madurez que permita transformar las impresiones, para que la vida fluya en un sentido liberador. Ciertamente, la voluntad del “yo” es capaz de múltiples realizaciones, pero nunca será un factor determinante para la Libertad; porque la incapacidad de aceptar endurece la falsa identidad y agudiza el sentido de división. En esas condiciones resulta imposible aceptar a las personas como son y todo se mira como hostil, hasta la propia naturaleza; todo se juzga, se critica, se rechaza y esto radicaliza la pretensión de cambiar todo lo que gira alrededor —incluso a las personas—. Toda actitud quejumbrosa y resentida es originada por la falta de aceptación y deriva siempre en la necedad de ubicarse en el papel de víctima —esto es verdadera locura—; inevitablemente surgen lamentos que acusan al mundo de malo —muchas veces por impulsos religiosos—, sin advertir que esas acusaciones son lanzadas porque no se obtiene lo deseado. De aquí la importancia de distinguir si nuestro anhelo de Libertad proviene de una decepción ciega, combinada con un rechazo al mundo, o por el reconocimiento de estar alejado de la Patria original. Cuando nos abstenemos del estado de aceptación, lo único que podemos generar es sufrimiento; todo el dolor que creamos es producto de la “no aceptación y de la resistencia mecánica e instintiva a lo que “es” —y toda resistencia se traduce en alguna forma de juicio—. Así descubrimos que es posible ser infelices de dos modos: al no obtener lo que deseamos o al obtener lo pretendido y descubrir que no nos ofrece la felicidad tan deseada. Lo mejor es aceptar todo, “hasta el sufrimiento”, pero no por la creencia de que a través del dolor podamos “llegar a Dios”. Por lo contrario, un legítimo acercamiento al Ser universal sólo es posible por la aceptación; el dolor debe aceptarse asumiendo el papel de testigo, sin calificarlo y sin etiquetarlo. La vida nunca va a ser como nosotros queramos, y nosotros tampoco debemos ser como lo deseemos; antes bien, debemos ser 105
Aceptación
como la vida disponga, en aceptación a ella y nunca en reacción a ella. En la reacción y el rechazo lograremos sufrimiento; en aceptación cosecharemos Luz. La aceptación no transforma lo que sucede, lo que se transmuta es nuestra percepción sobre la naturaleza de los acontecimientos de la existencia. Y cuando es transformado uno, se transforma el mundo entero ante nuestra propia conciencia existencial. Ante la aceptación plena, sin cuestionamiento alguno, la inercia compulsiva del pensamiento cesa y se hace manifiesta una quietud que antecede al estado de alerta, a la observación; el lado oculto de la dualidad se revela y se vislumbra así el Bien absoluto que está más allá de lo bueno y lo malo, de lo deseable y lo indeseable. Cuando se acepta y se reconoce el carácter inestable de todas las estructuras del mundo de las formas, aún de las que aparentan mayor solidez, aparece espontáneamente la Paz interior; porque al aceptar lo efímero y transitorio de las formas emerge la adimensionalidad de lo informe del Ser interior original y se establece un hilo de conexión con el Origen. Cuando se acepta la incertidumbre, implícita en la inestabilidad, se abren todo tipo de posibilidades y en todas las direcciones; y si partimos de que toda incertidumbre “no aceptada” se transforma en miedo, el propio miedo ya no ejercerá más su poder como factor de condicionamiento en las decisiones de la vida. No obstante, la aceptación nunca deberá surgir como reacción a algún estado de impotencia ante alguna circunstancia difícil de la vida natural; por lo contrario, siempre deberá partirse de una apreciación neutral hacia la vida, confiando en lo que se mira desde el vacío interior del Ser, porque sin confianza no hay aceptación, y sin aceptación no hay confianza. Aceptar es estar satisfecho, y un Hombre satisfecho ya nunca sueña; porque en la aceptación plena e incondicional todo el drama de la existencia llega a su fin. Nunca perdamos de vista que antes de comprender la magia que hay en la aceptación debemos entender que todo lo existente es como debe ser —incluso los mecanismos que regulan su compor106
Aceptación
tamiento—, nada falta y nada sobra. Porque el tránsito hacia la Libertad no consiste en modificar las circunstancias ni en resolver lo que sea considerado como problema; se trata de descubrir que no hay problemas como tales: sólo hay situaciones que manejar, o dejarlas como están, para simplemente aceptarlas. La aceptación conduce a lo más profundo del interior porque propicia una depuración en el centro emocional, que en las condiciones más comunes del hombre natural se mantiene dopado por emociones desagradables —como la autocompasión y el miedo— o emociones placenteras que derivan de la afirmación del “yo” —como el orgullo y la vanidad—. En contraposición a la aceptación está la “elección”, que lejos de ayudar a encontrar algo conduce a un mayor alejamiento de la Verdad original; cuando se “elige” algo nada cambia y, por lo contrario, cuando se “acepta” todo se transforma. La clave para la transformación está en la atención —que es cualidad del Ser—, y la atención implica aceptación —que es una cualidad humana—. Por la aceptación se llega a la atención, y por la atención se llega a la transmutación. Es por eso que la experiencia de la neutralidad, como cualidad absoluta del Ser, sólo es posible a través de la aceptación, que es accesible a la condición humana. No estamos en esta existencia para elegir y hacer algo con lo elegido, sino para observar, aceptar y permitir que las cosas sucedan. Por la “no elección” se abren las puertas de los misterios de la Vida, porque, desde la esencialidad, la aceptación es iluminación. Debe evitarse cualquier tipo de distinción, entre lo bello y lo feo, entre lo bueno y lo malo, entre lo denso y lo sutil; cuando no se establece distinción alguna ni se discrimina, cuando no se elige —ni siquiera se elige no elegir—, sino que simplemente se acepta todo como “es”, la mente renuncia a su posición de juez; y por la abstención de juzgar aparece la verdadera Sabiduría. Debemos aceptar todo, tanto en nuestras limitaciones personales como en la existencia; debemos aceptar el comportamiento mecánico y compulsivo de nuestra mente e incluso nuestra incapacidad para descubrir quiénes somos. Debemos renunciar a la obsesión por definirnos como “algo” e identificarnos con “ese 107
Aceptación
algo”; porque al aceptar el hecho de no saber quiénes somos, queda entonces lo que realmente somos: el Ser que está detrás del hombre natural. Tampoco se trata de cruzarse de brazos, porque eso no es la aceptación; debe hacerse lo que hay qué hacer, mientras tanto, debe aceptarse lo que “es” y permitir que las cosas sean como “son”. La aceptación es adaptación, esto implica aceptar a la gente como es y adaptarse a ella, a sus inclinaciones y a sus exigencias; y eso también exige conocer a los hombres, lo que nunca será posible sin antes conocerse a sí mismo. Pero si se acepta a una persona sintiéndose superior a ella, en realidad no se ha comprendido lo que significa “aceptar”. Y si no se posee la capacidad para aceptar tampoco será posible encontrar la felicidad, y en esas condiciones será mejor detenerse; de lo contrario, se estará dejando de lado la responsabilidad sobre lo único importante, sobre el verdadero propósito de la vida que está en el Ser. Y si no se asume esa responsabilidad, se estará dando la espalda a la propia Vida. La existencia debe afrontarse con la aceptación, y cuando esto sea posible la vida se convertirá en nuestra maestra; porque sólo por la aceptación y por la no identificación —que no es actuar desde un abismo fatuo, sino desde una base legítima—, será posible aprender de la vida. Sobre esa plataforma, después de vivir la experiencia de la aceptación, vendrá por añadidura la más legítima experiencia: el Aquí y el Ahora. Debemos llenar de aceptación la “no aceptación”, debemos inundar de rendición la “no rendición”; sólo restará observar lo que ocurra. La aceptación de lo inaceptable es la elevación más alta que pueda propiciarse en la conciencia existencial. Como corolario, descubramos que la esencia de la aceptación se encuentra plasmada en la frase que dejó inscrita Jesús de Nazaret en el Padre nuestro: “hágase tu voluntad y no la mía”. Con la intención de profundizar más sobre todo lo implícito en la aceptación, reflexionemos con la apreciación de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia histórica, para así construir una visión universal. 108
Aceptación
Aunque tu trabajo sea humilde, realízalo sin sentir preferencia por otros más importantes. Morir cumpliendo nuestro deber es la vida, mientras que vivir envidiando el de otros es la muerte. Bhagavad Gita, III- 35
La envidia surge por una gran ausencia de aceptación; llenémonos de Vida aceptándolo todo. No hay mayor mal que el no saber quedarse satisfecho, ni hay vicio mayor que la codicia. La satisfacción del que sabe satisfacerse es satisfacción duradera.
Lao tse, Tao Te king
Por la aceptación nos inundamos del “mayor Bien”. Cuando el pájaro está a punto de morir, su canto se vuelve triste; cuando el verdadero Hombre está a punto de morir, sus palabras son virtuosas.
Confucio
El Hombre libre se mantiene en la aceptación aún en el momento de la muerte. Tu maestro dio en llegar porque éste era su tiempo, y dio en irse porque las cosas siguen su curso. Si estás satisfecho con el tiempo y dispuesto a seguir su curso, entonces la tristeza y la alegría no tienen manera de entrar. Chuang-Tzu
Debemos aceptar lo que el tiempo disponga a través del operar de la Ley del péndulo. Conocer lo que no puede remediarse y contentarse con eso, también así con el destino, sólo un hombre de virtud puede hacerlo. Chuang-Tzu
La aceptación de lo irremediable es virtud del sabio. 109
Aceptación
El apego no tiene límites; estar apegado, aunque sea a la idea de la iluminación, es desviarse. Deja que las cosas sean a su manera.
Sosán, Hsin Hsin Ming
En trascendencia del apego, debemos permitir que la Vida disponga. En realidad, aceptarlo plenamente es idéntico a la verdadera iluminación. El hombre sabio no persigue ninguna meta. Sosán, Hsin Hsin Ming
No estamos para seguir un camino específico, sino para comprender y aceptarlos todos. Éste es el instante de romper todos los lazos que impiden la iluminación perfecta; ésta es la hora de ir al desierto, de aceptar una existencia de mendigo y de encontrar el camino de la liberación. Evangelio del Buddha
En una primera etapa, Buddha buscó la Libertad a través del ascetismo; sin la aceptación, hubiera resultado imposible experimentarlo y aprender de él. Acerca de Timaridas de Tarento, un pitagórico, cuando éste iba a emprender el viaje por mar debido a ciertas circunstancias, sus amigos le rodearon, le abrazaron y se despidieron de él. Y uno le dijo cuando estaba embarcando en la nave: “¡Cuanto desees, que los dioses te lo concedan, oh Timaridas!”, pero él replicó “¡silencio!, prefiero cuanto los dioses me envíen”. Vida Pitagórica, Jámblico
La postura de los pitagóricos deja un claro precedente a lo que Jesús dejó inscrito después en el Padre Nuestro: “hágase tu voluntad y no la mía”. 110
Aceptación
Estas cosas son de Pitágoras y las enseñó a los pitagóricos: ninguna eventualidad humana debe resultar inesperada para los hombres sensatos, sino que debe esperarse todo lo que no está bajo nuestro control. Vida Pitagórica, Jámblico
Esperar serenamente lo inesperado es una virtud que sólo llega por la aceptación. Tú marcas el destino al hombre, ¿Puede haber quién se sienta sin dicha en la Tierra?
Nezahualcóyotl, Comienzo a Cantar…
Todo hombre que no acepte su circunstancia experimentará la desdicha. Si tu conciencia fuese sincera, cederías. Paracelso, Las Siete Apologías
El Hombre libre y sincero acepta. ¡Dios nunca permite que se le oponga resistencia! ¡Que el indigno se abstenga! ¡Oh hombres, acéptenlo con agradecimiento! Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
Este es un claro exhorto de los alquimistas rosacruces clásicos. Nada desees. No te irrites contra el Karma ni contra las leyes inmutables de la Naturaleza. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
La resistencia rompe por completo con la aceptación. Sólo por el hecho de que el hombre quiere más, y cosas distintas de lo que el mundo espontáneamente le ofrece para su satisfacción, se siente como un ser separado del resto del 111
Aceptación
mundo, y debido a ello surge en su alma la conciencia de que él es algo distinto del mundo. Si se contentara con lo que el mundo le ofrece, no haría distinción entre sí y el mundo. Rudolf Steiner, S/ Ev. Lucas
El deseo provoca división, la aceptación nos introduce en la Unidad. El conflicto es la negación de lo que es o la huida de lo que es; no existe más conflicto que ése. Nuestro conflicto se vuelve cada vez más complejo e insoluble porque no afrontamos lo que es. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (primera serie)
La negación y la huida son pura resistencia; el único medio sabio para afrontar la existencia, es la aceptación
76 Indiferencia La indiferencia es una actitud mecánica, reaccionaria e inconsciente de alguien que, ante la ausencia de Luz, se limita a realizar sólo los esfuerzos necesarios para su autoconservación en esta vida natural, sin la menor sensibilidad para detenerse a comprender las necesidades de sus semejantes y mucho menos para entender su verdadero propósito interno; es la actitud de alguien que ha muerto en vida. La neutralidad es el estado que trasciende la indiferencia y entre ambas existe una línea muy delgada que permite distinguirlas: la indiferencia (aunque resulte extraño) surge en reacción a alguna circunstancia de la existencia, la neutralidad no tiene causa; la indiferencia se origina en la existencia, el origen de la neutralidad está en el Ser; la indiferencia conduce a estados ilusorios, en la neutralidad se establece una conexión con la Vida verdadera; la indiferencia es fruto del egoísmo, la neutralidad es fruto de la Conciencia. La indiferencia se manifiesta en la actitud de todo hombre natural, mientras que la neutralidad sólo es posible para cierto 112
Indiferencia
tipo de individuos: aquellos que cumplen con sus responsabilidades frente a la existencia a pesar de no creer en ella. Por supuesto que la neutralidad no es accesible a quienes abandonan los deberes de la vida y huyen de ella con pretextos pseudo-místicos o pseudo-religiosos, en ella es necesario proceder ante la vida y con determinación, para extraer el aprendizaje implícito en cada experiencia, pero sin confiar en los intereses de la existencia para no perderse en ella, creyendo que la meta está en las propias experiencias. La indiferencia hacia las responsabilidades de la existencia se traduce en tibieza y cobardía, y conduce a una cadena interminable de errores; no obstante, hay otra indiferencia que es aún más lamentable: hacia el Ser original, porque conduce al estado más profundo de inconciencia y predispone al rumbo mecánico de regresar recurrentemente a la existencia —con mayor peso para quienes cuentan con cierto conocimiento o tienen debidamente activado su pre-recuerdo—. El indiferente es por naturaleza omiso y la omisión se convierte en una carga por la culpabilidad de todas sus responsabilidades no asumidas, por su complicidad pasiva y silenciosa con quienes haya descubierto con antelación provocando algún daño. Ampliemos este tema con la revisión de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas universales, aquellas de mayor trascendencia histórica y generemos con ellas una visión universal. Un hombre que sabe que ha cometido un error y no lo corrige, está cometiendo otro error.
Confucio
En la omisión está implícito el error. El que no se ocupa por lo que está lejos, pronto tendrá junto a él algo peor de qué preocuparse. Confucio
Aun los problemas aparentemente lejanos deben atenderse; hay una articulación plena entre lo lejano y lo cercano. 113
Indiferencia
La presencia del Espíritu no puede ser supuesta, pero nadie puede desdeñarla.
Confucio
A pesar de no contar con la Conciencia del Ser, la búsqueda debe mantenerse. Ver algo justo y no ponerlo en práctica es cobardía. Confucio
La teoría no aplicada se traduce en timidez. Si alguno se abstiene de lo que menos debiera abstenerse, se abstendrá de todo.
Confucio
De lo que nunca debemos abstenernos es de la búsqueda de la Verdad. Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil, pero aquellos que tienen una visión limitada son miedosos e indecisos. Sosán, Hsin Hsin Ming
La indiferencia es por falta de visión, que a su vez se debe a la falta de Conocimiento. Los indiferentes son como los que ya han muerto. Evangelio del Buddha
En la indiferencia hay ausencia de Vida. Si yo no hubiera hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Juan 15: 24
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Indiferencia
El que sabe adquiere una responsabilidad mayor. Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3: 15,16
Los “tibios” son los indiferentes. Cada uno está obligado a hacer lo que su Ser necesita que se haga. El misterio del Destino Divino lo necesita. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
El compromiso con el Ser es el fundamental. Si no nos defendiéramos, nuestros agresores acabarían por creer que tienen razón, se tomarían por justos y todavía saldrían de ellos más errores, inmundicias, deshechos y engaños. Hay que desenmascarar a los vocingleros. Paracelso, Las Siete Apologías
Nunca debemos mostrarnos indiferentes ante los hacedores de maldad y ante los injustos, esto nos convertiría en cómplices pasivos. Insaciable debe ser la avaricia de quien ha llegado a ser indiferente a la pobreza, a las contrariedades, a las enfermedades y que incluso se ha elevado por encima de toda la humanidad.
Confessio Fraternitatis de la orden Rosacruz.
En el ego se origina todo tipo de indiferencia. El alma imprudente que deja de luchar, aferrada con el demonio burlón de la ilusión, volverá a la Tierra como esclava de Mâra. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
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Indiferencia
La predisposición inconsciente y mecánica hacia la reencarnación tiene su raíz en la indiferencia. No hay que buscar indiferencia hacia la vida cuando andamos tras el conocimiento suprasensible, sino la transformación del interés directo que el ego se toma en su propio destino. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
Con la indiferencia jamás nos aproximaremos al Ser. Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro. Albert Einstein
Por la indiferencia, la existencia carece de Vida. El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad. Albert Einstein
Los indiferentes son permisivos por naturaleza. Pocos son capaces de expresar con justicia opiniones que difieran de los prejuicios de su contorno. La mayoría no se atreve ni a elaborarlas. Albert Einstein, Mis creencias
El indiferente sigue mecánicamente las costumbres y nunca se atreve a salir de ellas, aunque las considere equivocadas. Expresé mi opinión sobre cuestiones públicas siempre que me parecieron desgraciadas y negativas, es decir, cuando el silencio me habría obligado a sentirme culpable de complicidad. Albert Einstein, Mis creencias
Albert Einstein visualizó el riesgo de caer en la complicidad pasiva a causa de la indiferencia. 116
Autoengaño
77 Autoengaño Producto de la identificación, y con la intención de proteger y engrandecer a la personalidad, el hombre mecánico-natural se mantiene en la inercia de atribuirse a sí mismo la bondad y toda una serie de virtudes —como si fueran su posesión—. Como mecanismo natural de defensa, cuando se pone en riesgo el sostén de esas pretendidas cualidades engrandecedoras o resultan afectadas —ya sea por error o incapacidad—, surge el autoengaño como un recurso de protección. También aparece cuando se provoca algún daño y no se tiene la disposición para afrontar las consecuencias. Todos los procesos naturales de defensa son mecánicos y operan desde el mecanismo más simple: acción-reacción. No obstante, nuestra “imaginación” nos ha hecho creer siempre —entre otras muchas proyecciones— que estamos ajenos a esa mecanicidad y que gozamos de plena conciencia y libertad; todo esto sin que reparemos en que la “imaginación” no es más que algo ilusorio que sustituye la realidad. Cuando alguien “imagina” que es algo o tiene algo, ya no lo busca ni lo pretende; por ende, si ese alguien “imagina” que se conoce a sí mismo, nunca tratará de buscar o acercarse al autoconocimiento y la observación de sí quedará en segundo plano, como si fuese algo de poca valía. Afortunadamente, la mayoría de la humanidad aún conserva el pre-recuerdo de su Origen, que no sintoniza con la mecanicidad, rompe con la “imaginación” y eventualmente emite impulsos que motivan a despertar del sueño mecánico de la existencia. Tan pronto como llega el estado de atención, la “imaginación” cesa. Bajo un sinnúmero de modalidades se hace manifiesto el autoengaño, citemos algunas de ellas: la cerrazón enfermiza por pretender tener siempre la razón, con lo que se fortalece el falso sentido del “yo”, el ego; el falso misticismo que produce la sensación del llamado interior, cuando externamente se mantienen inamovibles todas las inclinaciones del hombre natural; cuestionarle a la vida ¿por qué me pasa esto a mí?, sin llevar a cabo una sincera retrospección que exhiba las causas que uno mismo 117
Autoengaño
origina; caer en el hábito de crear sufrimiento para sí mismo, sin antes comprender que se hará sufrir a otros. Agreguemos otras dos manifestaciones de autoengaño, la “autocompasión” y la “justificación de sí”, que por su propio impacto ameritan una detención más particular. *La “autocompasión” es un aspecto de la identificación, es siempre mecánica y puede llegar al extremo de convertirse en una verdadera enfermedad, para constituirse a su vez en algo profundamente destructivo. Una de las formas más frecuentes de autocompasión es “pensar en lo que los demás piensan de nosotros y qué actitud muestran hacia nosotros”; sentir que uno no es lo suficientemente valorado o recompensado produce mucho dolor y esto provoca una enorme pérdida de energía. La preocupación es una forma de autocompasión y es producto de una mezcla de circunstancias imaginarias que pretenden justificar la sutil intención de auto-compadecerse e inducen a creer que es “justo” preocuparse; hoy en día existe una tendencia habitual a preocuparse por todo. A la inmensa mayoría de las personas les gusta vivir la experiencia del sufrimiento y hasta la más sutil auto-compasión puede servir de ingrediente para construir una novela de la propia vida. Es común que la gente se apegue a su dolor porque en su imaginación cree que se hace merecedora de un trato especial por padecer tanto sufrimiento; sin embargo, lo único que consigue es cristalizarse en su pasado. Es preciso comprender que la actitud opuesta a la auto-compasión no estriba en mostrarse optimista ante la existencia, sino en dejar de lado la preocupación hacia uno mismo —para bien o para mal— y en “considerar a los demás”, tanto en su estado de conciencia existencial como en su circunstancia; todo tipo de relación humana sería imposible sin ese ingrediente, porque siempre que coinciden dos personas que se auto-compadecen surge cualquier tipo de drama. Tan sólo un poco de consideración hacia el prójimo —sin ponerle tintes morales— es suficiente para trascender los efectos de la autocompasión. *La “justificación de sí” es un proceso más complejo que nos hace imaginar que tenemos la razón, y sobre esa base psicológica 118
Autoengaño
buscamos cierto descanso para mantenernos en una zona de confort. Siempre serán algunos egos los que presenten argumentos a la mente, aunque en apariencia pretendan ayudar; tales egos son quienes se justifican a sí mismos, utilizando como medio el carácter relativo de la verdad —verdades a medias—, minimizando lo indeseable y maximizando lo deseable para cada circunstancia. Todo el juego consiste en imponer una semi-verdad como si fuese una Verdad absoluta —es así como se construyen siempre las relaciones políticas, en cualquier contexto—. Pero si alguien dice: “no debo justificarme a mí mismo”, porque lo leí en algún libro o porque alguien digno de confianza me lo dijo, nada conseguirá; este proceso debe comprenderse desde su raíz. Resulta también importante considerar los involucramientos karmáticos que se relacionan directamente con el autoengaño: Cuando se comete una falta o se produce algún daño se presenta una disyuntiva: rectificar o no rectificar. La única opción sensata es la rectificación y la reparación del daño, la otra opción sólo agudizará y prolongará el problema a corto, mediano o largo plazo; y si en lugar de rectificar se decide no hacerlo, se arrastrará la densidad del sentimiento de culpa hasta que la naturaleza realice sus propias compensaciones. Si definitivamente se ha decidido omitir la reparación del daño, se presenta otra disyuntiva: mantener o dejar de lado la sinceridad consigo mismo. En la sinceridad, el sentimiento de culpa permanecerá lacerando en el futuro; y si se opta por evadir la culpa quedará sólo el recurso del autoengaño, con la construcción de historias refinadas para justificar la evasión. Una vez que se ha optado por el recurso del autoengaño, quedan dos opciones: creerlo o no creerlo. Un hombre sincero, íntegro, jamás lo creerá y seguirá arrastrando la densidad del sentimiento de culpa; pero si se decide creer las “historias inventadas” será inevitable un forzamiento a la mente, misma que sufrirá “alteraciones” —como consecuencia— al verse obligada a creer historias que de antemano sabe que son falsas. Estas “alteraciones” nublarán la mente autoengañada y por falta de Luz la inducirán a cometer los suficientes errores para pagar por sí misma los daños cometidos anteriormente. Lo más lamentable es que esta reparación (o compensación) del daño se produce sin que exista conciencia en 119
Autoengaño
el operar de la Ley y por la misma inconciencia se provoca mucho más sufrimiento y con un mínimo aprendizaje emanado de las experiencias dolorosas. Al comprender este mecanismo, quedará claro que la única salida inteligente y sensata es el reconocimiento, la rectificación y la reparación de cualquier daño o falta; en otras palabras: “evitar el autoengaño”. En el autoengaño es posible llegar al extremo de imaginar que si todos fueran como uno, el mundo sería un lugar feliz; la vanidad y el orgullo no conocen límites. Con toda facilidad podremos conducirnos en el error, creyendo que estamos en el acierto. Dejemos de acusar a los demás de ser inconscientes. Para dar sustento a lo ya expuesto, y con la intensión de profundizar más sobre el autoengaño, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas que más han trascendido en la historia, para generar así una visión universal. Adán aparece ante todos los hombres en el momento en que están a punto de abandonar la vida con objeto de declarar que el hombre está muriendo no por el pecado de Adán, sino por sus propios pecados, tal como los sabios dijeron: “No hay muerte sin pecado”. El Zohar
Si resulta tan fácil culpar a los demás por nuestros errores, qué podemos esperar de un personaje histórico. Todos dicen: “yo soy inteligente”, pero ninguno sabe escapar de la trampa en que ha caído. Confucio
Cualquier acto de autoadulación es autoengaño puro y se convierte en una trampa. No murmures contra el cielo ni acuses a los hombres de tus infortunios. Confucio
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Autoengaño
Es común que se llegue al extremo de acusar a lo divino por ser responsable de nuestros infortunios. Hay mucha gente que justifica sus faltas y considera que no merecía ser castigada. Pero de aquellos que no justifican sus faltas y que admiten que no merecían ser perdonados, hay muy pocos. Chuang-Tzu
sí.
La inmensa mayoría escoge el camino de la justificación de Es fácil engañar cuando trabajas para los hombres, pero difícil cuando trabajas para el Cielo. Chuang-Tzu
Entre los hombres, el engaño resulta sencillo y común porque todo es relativo, y lo relativo es profundamente manipulable. Yu-yü todavía se aferraba al humanitarismo y trabajaba para ganarse a los hombres. Lo conseguía, pero nunca llegó hasta el reino del “no-hombre”. Chuang-Tzu
El humanitarismo es un ingrediente muy sutil que alimenta el autoengaño —permite convencer a cualquiera de que somos buenos y generosos, pero oculta la inconciencia—, es profundamente seductor. Con el humanitarismo jamás se anula la personalidad, por lo contrario, se fortalece la falsa identidad. El hombre que vive en los bosques solitarios y que, sin embargo, anhela las vanidades mundanas, es un mundano; mientras que el hombre vestido mundanamente puede colocar su corazón en las cimas de los pensamientos celestes. Evangelio del Buddha
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Autoengaño
Resulta muy fácil el autoengaño cuando se asume alguna posición especial —algún papel protagónico de humildad— ante la sociedad. Uno distingue perfectamente la falta de otro, pero no puede ver la suya; el hombre avienta las faltas de su prójimo como menuda paja; pero disimula las suyas como el tramposo que juega a los dados. Evangelio del Buddha
Todo esto es una tramposa manipulación de la relatividad: minimizar nuestras faltas y engrandecer las ajenas. Jesús de Nazaret también emplea la paja (en el ojo) como símbolo del autoengaño. Los avaros atesoran como si hubieran de vivir eternamente, y los pródigos disipan lo mismo que si fuesen a morir. Aristóteles
Tanto los avaros como los pródigos son movidos por el autoengaño. Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Marcos 10: 21-24
Jesús hace una rectificación para dejar claro que el problema no está en las posesiones; el autoengaño surge cuando nos identificamos con ellas. 122
Autoengaño
Los expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que los mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. Juan 16: 2,3
La postura de Maquiavelo: “el fin justifica los medios”, sintetiza una construcción de ideas profundamente oscuras de autoengaño; todas las guerras religiosas se han sustentado en ellas. Habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento. Lucas 15: 7
Todo aquel que se considere justo se autoengaña. Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas. Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. Entonces les dijo: ustedes son los que se justifican a ustedes mismos delante de los hombres; mas Dios conoce sus corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. Lucas 16: 13-15
Quien se identifica con el Ser y con las riquezas simultáneamente se autoengaña; Quien se justifica ante los hombres, queda descalificado ante el Ser. Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Lucas 18: 10-12
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Autoengaño
Los fariseos engrandecían su falsa identidad —la personalidad— justificándose ante los hombres, exhibiendo el cumplimiento de sus responsabilidades y su humanitarismo —ambos son factores externos—. ¿Es verdad que nos alegramos, que vivimos sobre la Tierra? No es cierto que vivimos y hemos venido a alegrarnos en la Tierra. Todos así somos menesterosos. La amargura predice el destino aquí, al lado de la gente. Nezahualcóyotl, Canto de la Huida
Los que imaginan que vinimos a este mundo para “alegrarnos” se autoengañan, y así se mantienen alejados del propósito interno. La verdadera causa del engaño es la ligereza humana, y nadie puede culpar a otro salvo a sí mismo. Nadie tiene la paciencia de estudiar hasta convertirse en maestro. Todos quieren volar antes de tener alas. Todos, obnubilados por el engaño, obran sin saber lo que hacen. ¡He aquí la ligereza humana emprendiendo obras de las que se sabe incapaz! Paracelso, Las Siete Apologías
Quien, ante su inconciencia, culpa a los demás, se imagina autosuficiente y se autoengaña, dejando de lado la oportunidad de conocerse a sí mismo. Hay muchos que aspiran a los Misterios y a los Conocimientos Ocultos sólo para ser respetados y altamente estimados por el mundo, para su beneficio y provecho propio, pero ellos no alcanzan el plano donde el Espíritu penetra en todas las cosas. Jacob Boehme, La Llave
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Autoengaño
Quien desea alcanzar lo interno para conseguir la admiración de la sociedad, se introduce en el estado más profundo de autoengaño. El ojo de Dios desafía toda oscuridad. Él ve en el fondo de tu corazón, ¡A Él no le puedes engañar! Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
Ante el Ser, todo autoengaño queda desenmascarado. Apártate del aplauso, oh tú, devoto. El aplauso conduce al engaño propio. Tu cuerpo no es el Yo, tu Yo existe por sí mismo independientemente del cuerpo, y no le afectan ni los elogios ni los vituperios. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
El aplauso y todo tipo de adulación, cuando provocan identificación, se convierten en motivo indiscutible de autoengaño. La búsqueda de lo que está más allá constituye simplemente una huida de aquello que es; y si quiere escapar, la religión o Dios no son una buena huida, son como tomarse una copa. No tenga inconveniente en poner a Dios y a las copas en el mismo nivel. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
Cuando alguien quiere huir de los problemas y las responsabilidades de la existencia, puede ocultarse y justificarse en la búsqueda de Dios; pero caerá así en un autoengaño absurdo. Un hombre feliz, que ama, no desea posesiones, no se deja llevar por el éxito, por el poder, por la posición o por la autoridad. Es el infeliz, el desdichado, quien busca poder y éxito como un medio para fugarse de su propia insuficiencia. Conversaciones de Krishnamurti 1949-1950 (informe textual) India
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Autoengaño
En la inmensa mayoría de los casos, el poder y el éxito se buscan inconscientemente para evadir la responsabilidad de encontrar la esencia íntima del Origen. Este autoengaño termina siempre en frustración —aún cuando se consiga el poder pretendido—. Los ideales son simplemente un medio para posponer, una excusa para evitar que se genere un cambio verdadero. Mientras tengamos un ideal, siempre existirá un conflicto entre lo que es y lo que debería ser, y gastaremos una gran cantidad de energía en este conflicto. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956
A través de los ideales podemos autoengañarnos porque nos mandan al futuro y al deseo, cuando la realidad del Ser está en el presente. El camino de la perdición siempre ha estado sembrado de fidelidad verbal a un ideal. Albert Einstein, Mis creencias
La fidelidad a un ideal es mental y se traduce en “fidelidad al tiempo”.
78 Vibración, energía Todo el Universo es un gigantesco mar de energía viviente donde se expresa el Ser a partir de innumerables puntos de manifestación; a través de una infinidad de microcosmos esparcidos sobre distintos planos existenciales. En el Universo coexisten fuerzas en dos órdenes, con naturalezas absolutamente distintas y de origen diametralmente opuesto; por un lado están las fuerzas naturales de la existencia que son tangibles y dinámicas —energía cinética—, en ellas se presentan mutuos efectos contrarios, dependen unas fuerzas de otras y la relatividad opera en ellas de manera permanente; su mo126
Vibración, energía
vimiento es continuo y circundante con el punto de Origen. Por otro lado, proveniente del Ser, la energía original es intangible y estática —energía potencial—, es por sí misma y en sí misma; por su Naturaleza absoluta es incognoscible e indescriptible, se le conoce como Fuente original. En la manifestación externa, cuando dos objetos en movimiento se encuentran, se libera una fuerza vibratoria natural que se multiplica en círculos; en cuanto cae una piedra sobre la superficie del agua se genera una onda que se multiplica continuamente en “círculos concéntricos” cada vez más amplios, hasta que la vibración se diluye y queda imperceptible. Este movimiento —senoidal— caracteriza todo tipo de energía natural en la existencia dialéctica. La lógica simplista del hombre ordinario indica que una manifestación de fuerza natural puede permanecer en un solo sentido, es decir, que si alguien goza ya no puede sufrir; que si alguien ama, ya no puede odiar. Esta lógica se sostiene en una dirección rescta, pero la vida se mueve siempre en círculos; el movimiento es permanentemente ondulante, sube y baja de manera oscilatoria. Y cuando se opone resistencia al fluido vibratorio natural —presente en todo lo existente— se producen densificaciones de energía conocidas como “demonios”, que no son más que “fuerzas de la naturaleza” que pretenden ser en sí mismas, y así se mantienen dislocadas por su oposición al flujo vibratorio natural. Existe una “Sabiduría universal” plasmada en los Libros universales que va más allá de las palabras y que puede ser reconocida por todos los que mantienen vivo su espíritu de búsqueda; en realidad se trata de una “Fuerza viva” que se hace presente en aquellos que se mantienen sustraídos de los estados ilusorios originados por la identificación con la existencia. Esa Fuerza, emanada del Ser, contiene la única posibilidad liberadora y está presente en cada rincón del Universo; en relación con ella, “no hay espacio vacío”. Revisemos lo que las fuentes filosóficas originales nos expresan y profundicemos en una visión universal sobre la vibración y la energía. Demos sustento a lo ya expuesto por medio de las siguientes citas. 127
Vibración, energía
Nada reposa; todo se mueve; todo vibra. Hermes Trismegisto, Tabla esmeraldina
En el Universo no existe la estática, todo es dinámico y el movimiento es oscilatorio. Para que cambiemos una cualidad, debemos cambiar la vibración. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Los estados vibratorios definen todas las cualidades. Todo era invisible, todo estaba inmóvil en el cielo. Entonces vino la Palabra; vino aquí de los Dominadores. Fue dicha por los Dominadores, los Poderosos del Cielo; hablaron: entonces celebraron consejo, entonces pensaron, se comprendieron, unieron sus palabras, sus sabidurías. Popol-Vuh capítulo 2
En este libro, los mayas describen el Origen estático e intangible del Universo y la Gran Emanación de energía dinámica (la Palabra) que emerge desde ese punto. Esto constituye el precedente más antiguo a la teoría del Big-Bang (Gran explosión). Pitágoras consideraba que la música contribuía en gran medida a la salud. Sentaba en el centro a una persona que tocase la lira, mientras que en el círculo se sentaban los que eran capaces de cantar. En otros momentos ellos utilizaban la musicoterapia. También danzaban. Vida Pitagórica, Jámblico
La música tiene correspondencia, a través de vibraciones sonoras, con el orden vibratorio de los planos cósmicos superiores. De esta base partió Pitágoras para diseñar la escala musical (do, re, mi, fa, sol, la, si) que se emplea actualmente en todo el mundo; y sobre esta misma premisa descubrió la musicoterapia, ya que la música es capaz de modificar el estado de salud tanto en el alma como en el cuerpo biológico (para bien o para mal). 128
Vibración, energía
En verdad que todo debe nacer de nuevo del Sol y de la Verdad, pues su cuerpo se baña en la Luz del Sol de la Madre Terrenal, y su Espíritu se baña en la Luz del Sol de la Verdad del Padre Celestial. Evangelio de los esenios
En este Evangelio, Jesús de Nazaret distingue las dos naturalezas de energía cósmica que fluyen a través de nuestro proveedor fundamental, el Sol: una para el cuerpo y otra para el Espíritu. Cuando la Palabra aparece, la que está en el corazón de quienes la pronuncian, ella no es sólo un sonido. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi
Como símbolo de la energía fundamental —la Fuente original— Jesús se refirió a la “Palabra”. Sólo nos pertenece, por herencia de mi Padre, la Luz que les doy con mi Palabra. Por eso he dicho «Que la Tierra y los cielos pasarán, más mi Palabra no pasará». La Palabra me la ha dado mi Padre para que Ella lleve la Luz que a ustedes les falta y puedan ser Uno conmigo, y Yo seré Uno con mi Padre. Evangelio de Judas
En esta cita ofrece su “Palabra” y la refiere como portadora de Luz y factor de Conciencia y Unidad. Quien me envió está aquí con ustedes, Él es la Verdad. Yo les digo a ustedes, hermanos, que la Verdad y la Palabra son la misma cosa, pero es más fácil conocer la Palabra que conocer la Verdad. La Palabra se oye y parte de ella se comprende, más la Verdad no se puede oír, ni se puede ver porque es la Luz que ilumina nuestro Espíritu; en ella está la Verdad. Yo les enseño la Palabra, mas mi Padre les enseñará a conocer la Luz, porque Él es la Verdad. Evangelio de Judas
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Vibración, energía
Aquí nos dice que la Verdad y la Palabra —energía fundamental— son lo mismo; esto es así cuando la “Palabra” es emanada desde el corazón de un Hombre con el Espíritu —la Conciencia— libre. Señor, si tú quitas de ti esa Luz deslumbrante, podremos seguir aquí. De otro modo, nuestros ojos cegarán, y por esa Luz nosotros y el mundo entero estamos turbados. Y Jesús hizo desaparecer aquella Luz, y los discípulos, tranquilizados, fueron hacia él. Pistis Sophia I: 26-28
La corporeidad del hombre natural no puede asimilar la plenitud de la Luz de la energía absoluta del Ser, sólo puede recibir ciertos impulsos dosificados. Regocíjense, porque, al descender en el mundo, conduzco desde el comienzo doce fuerzas, que he tomado de los doce salvadores del tesoro de la Luz. Y estas fuerzas me han sido otorgadas por encima de todo el mundo, porque ustedes deben salvar al mundo entero. Pistis Sophia I: 35, 36
Esta cita es coincidente con la Luz que se describe en el Budismo emanada de los doce Bodisatvas. La Luz ha sido mi libertadora y ha cambiado mis tinieblas en Luz. Y ha abierto el caos que me envolvía y me ha ceñido de Luz. Pistis Sophia XXIV: 18,19
La Luz de la energía de la Fuente original es liberadora. No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra de Dios. Lucas 4: 4
En esta cita Jesús habla de la energía como alimento y en distinción de las dos naturalezas —Original y física—. 130
Vibración, energía
Dios es Luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. Primera Epístola de San Juan Apóstol 1: 5
La Naturaleza absoluta del Ser está constituida por Luz. La Quinta-Esencia es la verdadera Vida de la Naturaleza, es una Emanación de la Palabra. En la Quinta-Esencia reside la región paradisíaca, la palabra fluida del poder y de la virtud divina, donde las propiedades reposan en igualdad (uniformidad). Jacob Boehme, La Llave
Los alquimistas llamaron “Quinta-esencia” a la energía fundamental, en relación con el Origen de los cuatro elementos de la naturaleza; le otorgan la misma cualidad que se describe en la parte introductoria del tema. La temperatura del Fuego y de la Luz es el elemento santo, o el movimiento en la Luz de la Unidad; de esta región proceden los cuatro elementos. El Mercurio Ígneo es un agua seca, que dio origen a los metales y piedras, pero el Mercurio dividido produjo el agua húmeda. Por la palabra Mercurio se debe entender siempre, en el sentido espiritual, la actuante, natural y emanada Palabra de Dios. Jacob Boehme, La Llave
Los alquimistas también se refirieron a la energía fundamental como “Origen de los cuatro elementos” y en distinción de las dos naturalezas: Mercurio Ígneo y mercurio dividido —Original y física—. Dios manifestó el Misterio Magnum del poder y virtud de su Verbo. En este Misterio Magnum toda la creación permanecía en esencia, sin forma. Tal Misterio Magnum también reside en el hombre, o sea, en la Imagen de Dios, y es el Verbo Esencial del Poder de Dios. Jacob Boehme, La Llave
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Vibración, energía
Jacob Boehme asigna el término “Misterio Magnum” a la esencia original estática, energía potencial primigenia de la que emana la energía dinámica que origina el Universo. La Luz del maestro Uno, la Luz áurea e inextinguible del Espíritu, lanza desde el principio mismo refulgentes rayos sobre el discípulo. Sus rayos pasan a través de las densas y oscuras nubes de la materia. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
La energía fundamental penetra, incluso, en la corporeidad más densa de la materia; en función de ella “no hay espacio vacío”. Para que uno encuentre la Verdad es necesaria una abundante energía, y esta energía se disipa a través del conflicto que se origina con la represión, la conformidad, la compulsión. Pero el deseo también genera contradicción, lo que ocasiona de nuevo que la energía se disipe. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
Para la Libertad de la Conciencia la energía es un factor fundamental; permitamos que fluya en nosotros y haga lo suyo.
79 Magnetismo Así como hay calor, sonido y luz en todos los rincones del universo, también hay gravedad y magnetismo. La sentencia hermética: “Los labios de la Sabiduría siempre estarán abiertos para el oído capaz de escuchar” es un axioma magnético que hace referencia a la atracción entre el buscador y lo buscado, el discípulo y el maestro interno. Los verdaderos buscadores de la Sabiduría universal nunca procuran su fuerza magnética en el aislamiento, sino que suman siempre su potencial con el de sus afines, sin desear algún papel preponderante; saben que la magnitud de su magnetismo propio se poten132
Magnetismo
cializa al fundirse en un campo de fuerza colectivo y lo ponen a la disposición de quien tenga la necesidad de él. Empecemos por distinguir los dos campos magnéticos presentes en nuestro espacio de manifestación, no delimitados ni separados, sino presentes existencialmente al mismo tiempo y en el mismo espacio. Uno orientado a la densificación vibratoria de las formas materiales y el otro a la sutileza que reunifica con el Ser; un campo que es de esta naturaleza y otro campo magnético originado en el Ser y que fluye a través de la Fraternidad Universal. Toda entidad biológica tiene un circuito eléctrico interno que genera un campo magnético individual, y el cuerpo biológico humano no es la excepción, es un imán individual; el campo electromagnético de cada hombre natural se mantiene en sintonía con el de la Tierra —también entidad viviente—, de modo que su centro de gravedad permanece vinculado con el de este campo existencial y esto constituye uno de los más grandes condicionamientos: “el hombre natural es movido por la dinámica de la naturaleza y las Leyes que la rigen”. En su conjunto, la humanidad posee una fuerza electromagnética obtenida de la “Madre Tierra” y es así como mantiene con ella una interacción condicionante y permanente; la manifestación universal es regida por Leyes naturales que se muestran como radiaciones y que regulan su curso, y por correspondencia inciden directamente en el hombre natural. La red de chacras en el humano es un sistema que capta radiaciones electromagnéticas y las traduce en la energía química que regula todas las funciones biológicas; es así como los procesos de nuestra vida se explican por el curso de los fluidos magnéticos. De este modo es posible apreciar cómo lo que la humanidad engendra en su pensamiento y en sus actos repercute en orden o desorden magnético para el planeta. Uno de los fluidos magnéticos más agudos que genera la humanidad, de manera colectiva, es el deseo, que es una fuerza de gravedad o de atracción; y tal como sucede con cualquier imán, tiene sus dos polos: cuando un polo desea algo, el otro rechaza lo opuesto. Es por eso que, en sentido natural y por magnetismo, nos mantenemos oscilando entre el deseo y el rechazo. Y si el deseo se orienta hacia intereses terrenales, el otro polo magnético rechazará lo que no pertenece a esta Tierra y, por el rechazo mismo, se 133
Magnetismo
mantendrá la desconexión con las influencias electromagnéticas liberadoras que sólo son accesibles a través de la neutralidad. Esto nos permite comprender cómo es que nos mantenemos, por el deseo-rechazo, prisioneros dentro del campo electromagnético del planeta; siendo uno mismo el propio carcelero. Es preciso comprender que resulta imposible liberarse de una influencia magnética sin someterse a otra; por lo tanto, lo más inteligente no está en rechazar ciertos estados vibratorios, sino en reconocer el tipo de influencia a la que se pretenda dirigir, para lo que se requiere una aguda observación. Cada persona posee cierto estado de conciencia existencial y, por correspondencia, procura acercarse con personalidades afines; la propia observación será siempre el factor que defina el tipo de personas con las que nos relacionemos —lo que podría frenarnos o impulsarnos hacia la Libertad— y esto es fundamental. El habla constituye un punto generador de magnetismo, en sentido natural, que a través de la atracción o el rechazo desencadena toda una serie de procesos; a través de su poder, el habla humana puede ser altamente curativa o extremadamente venenosa y dañina. Hablar y cantar son actos magnéticos que denotan el estado de conciencia existencial de cualquier persona. En los libros universales se reitera la frase: “Dios es Luz” y sobre esa Luz pránica universal, de Naturaleza absoluta, se sustenta el campo magnético vinculado con el Ser. La experiencia de ese campo magnético gnóstico produce un contraste tan radical —con respecto al campo natural—, que algunos, por temor a lo desconocido, reaccionan con rechazo; esto los vuelve a alejar de ese maravilloso vínculo con lo interno. Cuando el verdadero buscador acepta la experiencia de ese contraste, con todas sus consecuencias, se sintoniza con esa atmósfera vibratoria en modo tal que las nuevas radiaciones ya nunca lo abandonan. Esa tempestad magnética, provocada por el cambio radical de naturaleza vibratoria, se describe magistralmente en Las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz. Cuando alguien obtiene cierta conciencia de las radiaciones gnósticas, no le acontece porque haya cambiado su comportamiento moral, sino porque se ha sensibilizado del carácter cambiante, 134
Magnetismo
pasajero e ilusorio de la existencia dialéctica; las radiaciones de esa nueva atmósfera ejercen una influencia tal que van debilitando las radiaciones regidas por las Leyes naturales del orden físico. Es fundamental que aprendamos a nutrir el cuerpo del alma con esas líneas de fuerza liberadoras, porque cada vez que alguien despierta se amplifica el impulso de la conciencia colectiva, facilitando —por magnetismo— el cambio para los demás. El Conocimiento absoluto del Ser está presente como campo magnético, aunque de manera intangible, en la esfera mecánica de manifestación; y está al alcance de la humanidad a través del Cuerpo Vivo de la Fraternidad Universal, que es el círculo de la humanidad consciente. Ante esta atmósfera de Luz, debemos desvincularnos radicalmente del pasado y de las viejas líneas de fuerza que lo sustentan, para permitir que las nuevas radiaciones, de orden superior, inunden tanto nuestros cuerpos existenciales como nuestro cuerpo del alma; de este modo nos mantendremos preparados para las bodas alquímicas, es decir, para que la cabeza se entregue al corazón y fluya la energía suprema. Es innecesario preocuparse por las doctrinas, los sistemas de enseñanza o las escrituras, es suficiente con encontrar en el interior la presencia que no tiene causa y tan sólo permitir —sin “hacer” y sin esfuerzo alguno— que el Ser universal atraiga como un imán al Ser interno. Revisemos lo que las fuentes filosóficas originales nos ofrecen sobre el magnetismo. Busquemos la comprensión de las citas textuales de mayor exquisitez y por ende, de mayor trascendencia histórica; con ellas demos sustento a lo ya expuesto. Aquéllos que adoran a los dioses, a los dioses van, y aquéllos que adoran a los antepasados, a los antepasados van. Aquéllos que rinden culto a los espíritus inferiores, hacia ellos se dirigen. Bhagavad Gita, IX- 25
El magnetismo condiciona el rumbo que toma cada hombre; en la adoración se produce un impulso magnético. 135
Magnetismo
Aquello en lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada naturaleza. Bhagavad Gita, VIII- 6
La Ley de afinidad opera a través del magnetismo. Por la Gracia del Señor y a través de la práctica de la meditación, algunos logran ver su propio Espíritu. Y es más aún, hay otros que sin tener el Conocimiento, tan sólo por escuchar las palabras de otros ya iniciados y poner fe en ellas, logran trascender la muerte. Bhagavad Gita, XIII- 24 y 25
Las palabras del Hombre libre emiten una extraordinaria fuerza magnética. Si observas con los ojos de tu corazón, hallarás el camino de ascenso; o más bien, la visión misma te guiará en tu camino. Pues ello tiene un poder peculiar en sí mismo; se posesiona de quienes han alcanzado la visión de ello, y los atrae hacia arriba, igual que los hombres dicen que la piedra imán atrae al hierro. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Literalmente habla Hermes de la “piedra imán” para referirse a la fuerza magnética de atracción entre el Ser universal y el Ser interior original. La belleza del Bien baña su mente en la Luz, y atrae para arriba hacia sí su alma, y cambia al hombre entero en sustancia eterna. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Toda fuerza de atracción es magnética y la Fuerza magnética fundamental es además transformadora. 136
Magnetismo
El bien atrae; el mal disgusta. Evangelio del Buddha
También se manifiesta el magnetismo en relación con el bien y el mal. Pitágoras: Los hombres virtuosos, aunque habiten los lugares más lejanos, son amigos entre sí antes de conocerse o de dirigirse la palabra. Vida Pitagórica, Jámblico
Existe un vínculo magnético que une a todo Hombre libre, sin importar el origen de su núcleo religioso. El que posee el Conocimiento adquiere lo que le es propio y lo atrae hacia sí. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi
El Hombre Consciente atrae siempre lo que corresponde a su estado de Libertad. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Juan 12: 31,32
La Fuerza Crística ejerce una fuerza magnética de atracción hacia todo aquel que se mantiene abierto a ella. No se unan en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la Luz con las tinieblas? Corintios II 6: 14
Debemos procurar la coincidencia con legítimos buscadores de la Verdad. 137
Magnetismo
El hombre sediento gime, “¡Oh, agua deliciosa!” el agua dice: “¿Dónde está quien me beba?” esta sed de nuestra alma es el magnetismo del Agua: nosotros le pertenecemos, y nos pertenece. Rumi, Masnavi, III
El magnetismo es como un vacío que tiende a ser llenado. Partícula soy, visita del Sol eres para mí. Enfermo estoy de pena, como medicina eres para mí. Sin ala ni pluma detrás de ti vuelo. Limadura soy y como un imán eres para mí. Rumi, Masnavi
Un bello poema de Rumi que establece la relación magnética entre el Ser interno y el Ser universal. Nada conviene a una cosa sino lo que está más próximo a su naturaleza, porque cada cosa ama a su semejante. Nicolás Flamel, El deseo deseado
Nicolás Flamel sugiere también que la Ley de afinidad opera a través del magnetismo. A la gente le gusta ser engañada. Precisamente porque el mundo no vale nada o casi nada, no puede soportar la presencia de la Verdad. Lo semejante se une con su semejante. Paracelso, Las Siete Apologías
Lo falso no puede asimilar la Verdad; en esto interviene también la Ley de afinidad.
80 Generación El Ser universal —Dios— es impenetrable e inmutable, de Él nada sale y nada entra, nada es generado por Él porque su sustan138
Generación
cia no se esparce. Todo lo que tiene inicio y termina, todo lo que se divide y pasa, es tan sólo su sombra, una simple proyección. Pero Él es inmutable en su propia Luz y permanece estático. La generación es una Ley universal que opera en la existencia y jamás debe considerarse como un atributo divino; porque el Ser universal es absoluto, lo abarca todo, lo contiene todo y no tiene necesidad alguna: ni de crecer ni de expandirse, mucho menos la “necesidad de generar”. El Universo, como tal, sí posee cualidad generadora, y el hombre natural —creado a imagen y semejanza del propio Universo físico— también la tiene. El hombre dispone de la capacidad para generar pero no por sí mismo, ni en sí mismo, sino como un canal para que a través de él fluya la generación universal. Lo que dice, siente, hace y, por supuesto, “piensa”, todo le sucede; la afirmación “yo genero” es tan equivocada como decir “yo digiero el alimento” o “yo bombeo mi sangre”. El espacio generador del macrocosmos está en la Mente original universal y, a nivel microcósmico, el canal generador está en la mente humana. Cada hombre genera un mundo alrededor de sí mismo, que depende de los condicionamientos de su mente. Y aún cuando la mente forme parte de un plano ilusorio, es creativa; crea infinidad de sueños, que pueden ser celestiales o infernales. Alguien puede estar viviendo en su paraíso y el que está justo a su lado puede vivir en su propio infierno. Desde la antigüedad, la humanidad se ha mantenido enferma, mortalmente enferma como víctima de su propio instinto generador —creador—; no hay hombre que escape a ello. El abuso del poder generador de la mente, por parte del hombre natural, ha sido tal, que a menudo lo ha degradado a un estado sub-humano; este impulso es estrictamente reaccionario y lo ha llevado marcado tanto en la sangre como en la genética. En su condición creativa el hombre puede manejar todo tipo de fuerzas y, como ya previamente se expuso, con ellas puede generar su propio infierno o su propio cielo; sin embargo, la posibilidad liberadora no está en el desarrollo de la capacidad para generar cielos cada vez más excelsos, sino en la disposición para “dejar de generar”, es decir, en el “no hacer”, para así 139
Generación
propiciar una clara aproximación a la quietud del Ser interior original. Revisemos lo que nos aportan algunas citas extraídas de los libros universales; veamos aquellas de mayor trascendencia histórica y generemos con ellas una visión universal. El género está en todo, todo tiene su principio masculino y femenino. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El género está en todo “lo manifestado”, pero no en el Ser; porque el Ser no está dividido en masculino y femenino, y en Él no operan las Leyes universales. Todo lo que es generado es incompleto, divisible, y sometido al aumento y la disminución; pero aquello que es completo no está sometido a ninguna de estas cosas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Tanto lo generado, como la entidad generadora, poseen las cualidades de la existencia dialéctica. Sólo el Ser es total. Nunca verás que se genere riqueza sin que se haga daño a otros. Mahabharata
Por Ley de compensación, cuando alguien genera algo lo hace en detrimento de alguien que no pudo hacerlo. Es por eso que las relaciones productivas y comerciales se convierten en un verdadero campo de batalla. La materia contiene en sí la generación de todas las cosas, puesto que presenta una matriz sumamente fértil para la concepción de todas las cosas que vienen a la existencia. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Generación
La “Madre Naturaleza”, manifestada en el plano material, es la matriz generadora de toda la vida biológica. Dios no es autor del mal, sino que es la obsesión por la perduración de las cosas generadas la que hace que el mal estalle en ellas. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo lo generado es perecedero, tiene fecha de caducidad; obsesionarse por conservarlo es tanto como ir en contra de la naturaleza. Un fuerte viento no dura toda la mañana. Una lluvia torrencial no dura todo el día. ¿Quién los genera? El cielo y la Tierra. Y si el cielo y la tierra no pueden durar mucho, ¿cuánto menos durará el hombre? Lao tse. Tao Te King
El cielo —plano astral— y la Tierra, por muy majestuosos que resulten, fueron generados y, por tanto, son perecederos; el hombre natural no es la excepción. Un buen labriego siembra el campo, pero no puede garantizar la cosecha. Confucio
se.
Todo lo generado es inestable, de ello nada puede garantizar¡Miren alrededor suyo, y contemplen la vida! Todo es pasajero, nada dura. Es nacimiento y muerte, desarrollo y perecimiento. Todo es Samshara. Evangelio del Buddha
Todo lo generado se introduce en los procesos de cambio simbolizados en el budismo con la rueda del Samshara. 141
Generación
Todo lo que ha tenido comienzo se disolverá de nuevo. Evangelio del Buddha
Todo lo generado tiene un comienzo e ineludiblemente le depara un fin. Se dice que lo Absoluto nos ha creado. Pero lo que es Absoluto no puede ser causa. Todas las cosas que nos rodean provienen de una causa, de la misma manera que la planta procede de la semilla. ¿Pero cómo lo Absoluto puede ser a la vez causa de todas las cosas? Si estuviera en ellas, ciertamente no las crearía. Evangelio del Buddha
En su Evangelio, Buddha deja claro que el Ser absoluto no es generador —no es creador—, no tiene esa necesidad y ninguna otra; por ningún motivo es “causa”, porque en Él no opera la Ley. ¿Quién genera estos cambios? Disparo una flecha a la derecha Cae a la izquierda. Cabalgo tras de un venado y me encuentro perseguido por un cerdo. Conspiro para conseguir lo que quiero Y termino en la cárcel. Debo sospechar de lo que quiero. Rumi, Masnavi
Los “cambios” que fluyen en todo lo generado son la causa de lo absurdo de la existencia. Dice Aristóteles, toda generación se hace de cosas convenientes en naturaleza, y esto es constante, incluso en la generación de los metales. Nicolás Flamel, El deseo deseado
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Generación
La generación es un mecanismo natural de auto conservación. La mente ha sido generada y lo que ella crea también es generado, por lo tanto puede ser desechado. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956
Krishnamurti ratifica la cualidad generadora —y a su vez ilusoria— de la mente. “Todo lo generado será desechado inevitablemente”.
81 Amor dialéctico El hombre natural, creado y generado en función de los procesos naturales del Universo físico, posee sólo una limitada capacidad para amar; fluye en él un “amor relativo” sustentado en procesos biológicos y químicos donde las sensaciones —algo similar a los efectos de las drogas— emulan lo que pretendidamente es “Amor”. Cuando alguien se “enamora”, algunas sustancias químicas se liberan en el torrente sanguíneo, alterando así el equilibrio químico del cuerpo; lo que no es muy distinto de los efectos de la marihuana o las drogas sintéticas, porque lo básico está en una alteración de la química corpórea. El amor dialéctico es caracterizado por las mismas cualidades de la naturaleza física: tiene límites en todas las direcciones; es condicionado, porque exige las coincidencias de ciertas características y circunstancias; es excluyente, porque deja de lado lo que no se ajusta a sus expectativas; es egocéntrico, porque procura amar más para tomar que para dar; lo mueve el interés, y puede derivar en indiferencia y hasta en rencor. Siempre que se “ama” a una persona aparece la intención de moldearla de acuerdo a las ideas propias; así se comporta tanto el marido como la esposa —incluso los amigos—. Los factores “tiempo y cambio” constituyen una limitación tan significativa que exige una detención para su revisión: todos los amores tienen cierta duración y van cambiando, son maravillosos solamente al principio; resultaría difícil encontrar un amor 143
Amor dialéctico
que después de sus inevitables fluctuaciones sea hermoso al final. Las “relaciones amorosas” terminan siempre convertidas en una relación de amor-odio, a menos que aparezca la Conciencia que deriva del “presente”. No obstante, aún siendo dialéctico, el “amor” suele ser una experiencia muy intensa —buscada obsesivamente por todo mundo— porque produce la sensación de ofrecernos la liberación de los arraigos materiales, haciéndonos creer que alcanzaremos a través de él la plenitud del Ser. La necesidad del sexo opuesto es un impulso casi irresistible de unión con la energía complementaria, porque tiene un origen que pudiera resultar espiritual: la añoranza del final de la dualidad. La unión sexual es la máxima aproximación posible al estado de Unidad del Ser; sin embargo, nunca dejará de ser una simple “aproximación” y, si no se ve como tal, terminará por propiciar un estado de ilusión aún más profundo. La misma ilusión nos inducirá a la identificación con el “amado” y ahora el mundo girará alrededor de él; no obstante, llegará siempre un punto en que la pareja ya no llenará la totalidad de las necesidades —creadas por el ego— y los sentimientos de carencia, temor y dolor que habían sido ocultados por la relación amorosa volverán a emerger, tal como sucede con el consumo de cualquier tipo de droga. En un momento dado, el amor —o la droga— ya no surtirá efecto y los sentimentalismos emocionales densos regresarán con una mayor intensidad; peor aún, la pareja será señalada como la causa de todo ese dolor. Toda adicción comienza con dolor y termina con más dolor, no importa si se es adicto a la comida, alcohol, alguna droga o alguna persona. Si somos capaces de aceptar el amor dialéctico tal como es, con todas sus limitaciones, evitaremos cualquier tipo de problema relacionado con él y estaremos facultados para disfrutarlo por encima de todas sus vicisitudes; en caso contrario, nos mantendremos movidos por el deseo de poseer, sin comprender que donde hay deseo no puede existir Amor. Acerquémonos a lo que las fuentes originales nos expresan y profundicemos sobre una visión universal acerca del amor dialéctico y demos sustento a lo ya expuesto. 144
Amor dialéctico
Concentra tu mente en tu trabajo, pero nunca permitas que tu corazón se apegue a los resultados. Nunca trabajes por amor a la recompensa, y realiza tu trabajo con constancia y regularidad. Bhagavad Gita, II- 47
El amor que se apega a una expectativa prefabricada, lleva implícito todo tipo de limitaciones. Sin celos, no es un amor verdadero. Así aprendemos que para que el amor de un hombre por su mujer sea perfecto debe estar celoso, pues entonces no mirará a ninguna otra mujer. El Zohar
Este “concepto” de amor emitido en la tradición hebrea es absolutamente —irracionalmente— dialéctico. Que no considere el hombre si una cosa es agradable o no. El amor al placer engendra disgusto, y el temor al dolor crea miedo. El que está libre del amor al placer y del temor al dolor, no conoce ni el disgusto ni el miedo. Evangelio del Buddha
El amor dirigido en cualquier sentido externo posee cualidades relativas. Teme al amor de la mujer más que al odio del hombre. Sócrates
Todo amor dirigido estrictamente a alguna personalidad —sea mujer u hombre— está expuesto a la dualidad y puede polarizarse. El amigo de todo el mundo no es un amigo. Aristóteles
El amor emitido en muchas direcciones sigue siendo externo y es profundamente engañoso. 145
Amor dialéctico
La necesidad ha hecho aparearse a quienes no pueden existir el uno sin el otro, como son el varón y la mujer. Aristóteles
El amor dialéctico que se convierte en “necesidad”, se vuelve obsesivo. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto? Primera Epístola de San Juan Apóstol 4: 20
El hombre natural sólo es capaz de amar a Dios —o a su concepto de Dios— de manera limitada. Tan pronto como el amor por el prójimo se enfría, sólo queda el fruto que alimenta el interés. Paracelso, Las Siete Apologías
El amor dialéctico sufre cambios permanentes y ofrece distintas caras. Nadie podría saber lo que es el amor si no existiese el odio: o lo que es la amistad si no hubiese enemistad. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Es importante reconocer los dos lados del amor relativo. Cuando el amor egoísta es barrido, el amor de Dios ocupa la morada.
Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Si aspiramos al verdadero Amor, antes debemos reconocer el carácter relativo del amor natural y trascenderlo. Los infructuosos no van tras el amor, sino tras su “yo” imaginario que ellos mismos exaltan por la exaltación de sus propias opiniones. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
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Amor dialéctico
El hombre natural siempre confunde el amor con las necesidades del ego. El amor por la fuerza nada vale, la fuerza sin amor es energía gastada en vano. Albert Einstein
Con este juego de palabras, Einstein hace referencia al vacío de amor.
82 Amor universal El Amor universal, Amor original absoluto, está presente en lo más íntimo de sí mismo; es el estado más elevado de incertidumbre —más allá de la percepción emotiva y sensorial—, y sólo en ese estado de Amor es posible comprender la naturaleza del Ser universal. Desde su naturaleza original, el Amor universal es una fuerza electromagnética, una radiación —un rayo de Luz— que trasciende la división y permite el regreso a la Unidad del Ser; es la fuerza más significativa del Universo, en los Libros universales se dice literalmente o de manera implícita: “el Amor lo renueva todo” y “Dios es Amor”. No se debe imaginar esa plenitud de energía como algo distante o ajeno, porque es un campo de radiación que lo abarca todo —en función de él, no hay espacio vacío— y preexiste para entrar en comunión con nuestro átomo nous interior. Entre todos los aspectos de conexión con el Ser, lo más importante es el Amor, porque con su presencia en el Ser interno aparecen por añadidura todos los demás —la Paz, la Libertad, la Verdad, la Felicidad—. El Amor universal no es producto de una concentración meditativa, tampoco es el resultado de la emisión de emociones y pensamientos amorosos que pudieran tener cierto valor relativo, pero que siempre resultarán transitorios e ilusorios; porque Amar no es soñar, no es proyectar, no es crear una imagen y desearla, no es el 147
Amor universal
intento de poseer al otro ante el impulso de la atracción generada por ciertos modelos conceptuales preestablecidos. Detrás del Amor no se encuentra el “yo”, no es el resultado de una determinación: “me consagraré a mi pareja amada”, “debo amar a mis semejantes” o “me pondré al servicio del próximo”. Así como Hermes nos dice que “el Bien sólo está en Dios”, así también “el Amor sólo está en el Ser universal”, y por correspondencia, se encuentra en la cualidad absoluta del Ser interior original; ante esto, debemos comprender que el verdadero Amor es ajeno a cualquier descripción verbal —por tratarse de una cualidad del Ser— y jamás debe buscarse donde no se encuentra —en lo externo—. Sólo es posible amar cuando hay Libertad —sin las ataduras del deseo— y sólo a través del Amor es posible llegar a la Verdad. Toda nuestra estructura social, política, económica y moral está basada en la capacidad competitiva; el hombre nacido de la naturaleza sólo busca la posesión y una permanencia placentera en este mundo. No obstante, aunque parezca paradójico, también busca Amor, aunque no comprenda su verdadera naturaleza y tampoco entienda que donde hay competitividad no puede haber Amor. Amar es ver la realidad del otro —su verdadero Ser—, es verlo como realmente es. En su estado absoluto, el Amor sigue siendo poco común, tan raro como ver a un Hombre consciente; sin embargo, la posible experiencia de ese estado se mantiene siempre latente en la espera de una ruptura en el flujo de la mente. El Amor no se encuentra en el pensamiento ni en el lenguaje, hablar sentimentalmente del Amor universal y dedicarle poesías carece de sentido, y si alguien pretende expresarlo deberá emplear como medio sus propios actos; porque sólo a través de ellos —si proceden legítimamente del verdadero Amor— será posible producir una auténtica “Revolución”. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre el amor universal, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, para así introducirnos en una visión universal. 148
Amor universal
El Amor que siente un iluminado es ecuánime y universal, no hace diferencias entre un Brahman austero y sabio y una vaca o un elefante, o un perro, o incluso el bruto que come carne de perro. Bhagavad Gita, V- 18
En el verdadero Amor no existen distinciones ni exclusiones. Jamás se han de revelar los secretos a alguien que no ofrezca su Amor, o alguien que no quiere oír o que tan sólo pretende discutir. Bhagavad Gita, XVIII- 67
Sin Amor no es posible acceder a la revelación. Una vez que se ha unido a Dios, su alma está más allá de las penas y los deseos, descansando por fin en la Paz interior. Imparcialmente da su Amor a todos los seres de la creación. Bhagavad Gita, XVIII- 54
El Amor va más allá de la dualidad y de la dinámica de la naturaleza. Si alguien se ocupa en amar a los otros, como a sí mismo, la perfección que busca está muy cerca de él. Confucio
El verdadero Amor no establece distinciones y se irradia en todas las direcciones. El odio no se calma en los que piensan: me han injuriado; se me ha hecho injusticia; me han hecho mal. Porque no es por el odio como se apacigua el odio. El odio se apacigua por el Amor. Es una ley eterna. Evangelio del Buddha
Así como la Luz disipa la oscuridad, el Amor apacigua el odio. 149
Amor universal
Donde reina el Amor, sobran las leyes. Platón
Las leyes sirven para establecer el orden donde el Amor está ausente. El Amor consiste en sentir que el Ser sagrado late dentro del ser querido. Platón
A través del Amor se contempla el interior del amado. El Amor sólo se da entre personas virtuosas. Aristóteles
Sólo el Hombre libre está facultado para Amar. Aunque hable con las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo Amor, mis palabras son como el sonido del latón o como el tintineo de un platillo. Aunque diga lo que ha de venir y conozca todos los secretos y toda la sabiduría; y aunque tenga una fe tan fuerte como la tormenta que mueve las montañas de su sitio, si no tengo Amor no soy nada. Evangelio de los esenios
Quien carece de Amor tan sólo posee cualidades relativas. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas; éste es el primer y más grande mandamiento. Y el segundo es según éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento más grande que éstos”. Evangelio de los esenios
Todas las Leyes son trascendidas por el Amor. 150
Amor universal
La fe recibe, el Amor da. Nadie puede recibir sin la fe; nadie puede dar sin Amor. Por eso nosotros creemos, para poder recibir; pero para poder dar de verdad hemos de amar; pues si uno da, pero no por Amor, no saca utilidad alguna de lo que ha dado. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
Sólo es posible “ofrecer y dar” por medio del Amor. Amen a todos los hombres. Para que sean dignos del misterio de la Luz y para que los eleven en el reino de la Luz. Amen a Dios, para recibir el misterio de la Luz y llegar al reino de la Luz. Pistis Sophia XL: 31,32, 35
Sin Amor no es posible trascender el tiempo y la predestinación. El conocimiento envanece, pero el Amor edifica. Corintios I 8: 1
El conocimiento relativo es algo engañoso y un mal sustituto del Conocimiento absoluto que emana el Amor universal. Habiendo purificado sus almas por la obediencia a la Verdad, mediante el Espíritu, para el Amor fraternal no fingido, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible. Primera Epístola de Pedro Apóstol 1: 22,23
Sólo desde el corazón — receptáculo de la simiente incorruptible— es posible Amar. Añadan a su fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la 151
Amor universal
paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, Amor. Segunda Epístola de Pedro Apóstol 1: 5-7
El Amor está en la Cúspide de todo acto humano. El intelectual está siempre luciéndose, el amante, siempre perdiéndose. El intelectual se escapa por miedo a ahogarse; todo el asunto del Amor es ahogarse en el mar. Rumi, Divan-i-Shams
La mente siempre se impone; el Amor se rinde y se entrega. Amo el canto del zentzontle, pájaro de cuatrocientas voces. Amo el color del jade y el enervante perfume de las flores. Pero amo más a mi hermano el hombre. Nezahualcóyotl
El Amor tiene su Origen y encuentra su destino en un solo punto: la esencia del Hombre. Si quieres amar a Dios, también has de amar su obra; y si quieres amar a tu prójimo, no digas que no se le puede ayudar. Paracelso, Las Siete Apologías
La verdadera generosidad —y no el humanitarismo— sólo puede proceder del verdadero Amor. Las artes y las obras deberían brotar del Amor, pues sin él no hay perfección. Paracelso, Las Siete Apologías
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Amor universal
Donde hay Arte hay Conciencia; donde hay Conciencia hay Amor. El Amor no está en lo grande, sino en lo pequeño. Paracelso, Las Siete Apologías
El verdadero Amor emana desde el punto más pequeño, desde el átomo Nous. Es necesario distinguir a los que actúan según la Ley universal de los que actúan según la ley de los hombres. Unos sirven al Amor y los otros al interés. Paracelso, Las Siete Apologías
La Ley universal se origina en el corazón del Ser universal; la ley de los hombres proviene de la mente humana. No puede haber egoísmo alguno en el Amor; son opuestos el uno al otro. Es imposible que estos dos se hallen juntos, o que subsistan en una misma persona; pues uno expulsa al otro como una necesidad de la naturaleza. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La Naturaleza del Amor es antagónica a la naturaleza del egoísmo. La virtud del Amor es Nada y es Todo, esa nada visible de la que provienen todas las cosas; su poder se extiende a través de todas las cosas; su altura es tan elevada como Dios. En el más elevado sentido Dios es Amor, y el Amor es Dios. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La Naturaleza del Amor absoluto se encuentra en los polos extremos de la dualidad. El deleite eterno viene a ser perceptible y esta percepción de la Unidad es llamada Amor, y es una quemazón o vida en la Unidad de Dios. Jacob Boehme, La Llave
El Amor universal está presente en la Unidad del Ser. 153
Amor universal
No hay nada tan bello sobre la Tierra, como el Amor puro y casto. ¿Quién nos dio un día la vida? El Amor ¿Quién nos devolvió la gracia? El Amor. ¿De dónde hemos nacido? Del Amor. ¿Cómo nos hemos perdido? Por falta de Amor. ¿Qué es lo que nos hace vivir? El Amor. ¿Por qué fuimos nutridos? Por el Amor. ¿Qué debemos a nuestros padres? El Amor. ¿Qué les hace siempre tan pacientes? El Amor. ¿Qué nos hace vencer? El Amor. ¿Cómo se puede encontrar el Amor? Por el Amor. ¿Dónde se encuentran las buenas obras? En el Amor. ¿Qué hace que dos se fundan en Uno? El Amor. Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
El Amor está en el Origen de todo. La intuición es la unificación con las entidades, sumergiéndose en la propia naturaleza de ellas. Es un grado muy elevado del Conocimiento espiritual, pues requiere ante todo que el hombre haya desarrollado en sí mismo el Amor hacia todos los seres; y que no haga distinción entre él y las demás entidades del ambiente espiritual. “Intuición” es, “estar en Dios”. Rudolf Steiner, S/Ev. Lucas
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Amor universal
El Amor está presente en la esencialidad, une con la parte íntima de todo lo manifestado. Traer la sabiduría del Amor ha sido la misión de los Bodisatvas y del Buddha; dar a la humanidad la fuerza del Amor ha sido la misión del Cristo. Hemos de distinguirlo claramente. Rudolf Steiner, S/ Ev. Lucas
El Amor es energía, está en la Fuerza absoluta del Ser. El Amor obra de tal forma en los mundos espirituales, que su efecto es como una irradiación de calor productivo y elevador. Esto ya puede ser observado en el cuerpo elemental del hombre. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
El Amor es una energía potencial que vivifica todo. El vacío completo es la forma más elevada del Amor, en la que no existe un solo rasguño de la memoria, una sola palabra, ni una sola conclusión que distorsione la percepción. Conversaciones por Krishnamurti en U.S.A. 1966
El Amor sólo se manifiesta ante el vacío de la mente. No hay ningún camino hacia la Verdad, es ella quien debe llegar a uno. La Verdad podrá llegar a usted sólo cuando su mente y su corazón sean sencillos y claros y cuando haya Amor en su corazón; pero nunca si su corazón está lleno de las cosas de la mente. Si hay Amor en su corazón, usted no hablará de organizar una hermandad. Conversaciones de Krishnamurti, Benares, India 1949 (Informe textual)
Cuando la mente aparece, el Amor se mantiene latente. 155
Amor universal
Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida. Albert Einstein
Amar es Vivir.
83 Soltar, dejar Hemos recibido una vida natural y, así gratuitamente, todo lo que nos rodea; de igual manera debemos dejarlo todo —gratis—. Así lo sugiere el Sermón de la Montaña no sólo en relación con lo que rodea a la materia, sino también en todo lo que induzca al “deseo” de la Paz y la Libertad. Soltar es semejante al inicio de un largo viaje —sea físico o psicológico—; y en sentido contrario, por la resistencia a soltar, la partida se obstaculiza por no liberarse de las pertenencias, por aferrarse a ellas y sentirlas como parte de sí. De igual modo esto se traslada a lo psicológico: rechazamos ideas nuevas y frescas por aferrarse a las previas; desdeñamos la Paz por adicción al ajetreo del ritmo de la vida productiva; renunciamos a la Libertad por no soltar los apegos y los deseos insatisfechos. Un maestro resultaría necesario sólo como ayuda para soltar todo el equipaje que se carga de manera innecesaria: la mente con todos sus conceptos, valoraciones y opiniones; y si el propio maestro se convirtiera en una elección, entonces representaría otro lastre que dejar y se retiraría inmediatamente. Ante la ausencia del maestro, el afán de un legítimo buscador debe orientarse a la desvinculación —soltar, dejar— de todo interés ciegamente atado con este plano ilusorio de existencia. Debemos abandonar no sólo lo agradable y deseable, sino también lo desagradable e indeseable, como la tristeza y la depresión, que afectan además a la mayoría de la gente que nos rodea. Asimismo, debemos dejar todo tipo de exigencia hacia los demás y hacia uno mismo, porque esto hará que la vida resulte difícil en todas las direcciones: que nada parezca apropiado y que todo quede por debajo de cualquier expectativa; con esto, el rechazo y la resistencia nublarán la Conciencia. 156
Soltar, dejar
Lo que hemos conocido siempre como “perdón” no es más que un acto de arrogancia —nos miramos en una posición superior para perdonar a quien miramos hacia abajo, en cualquier sentido—, el verdadero perdón es el acto simple de soltar, de dejar atrás el pasado; consiste en “no oponer resistencia” a la vida y permitir que fluya a través de uno. No obstante, cualquier esfuerzo por soltar o perdonar de nada sirve; el perdón se produce espontáneamente cuando se comprende que con el rencor o el resentimiento lo único que se consigue es fortalecer el falso sentido del ser —el ego—. Resulta difícil soltar cuando la existencia sonríe y es alegre, en esas condiciones desaparece el interés por cuestionar si lo que se está viviendo es falso o no —antes bien, nos gustaría que fuera verdadero—. En sentido opuesto, resulta también difícil comprender que el dolor es siempre creado por uno mismo, por falta de aceptación —por no soltar—, por resistirse inconscientemente a lo que es. Y frente a esos dos polos surge el conservadurismo, que impide soltar la alegría y el dolor, porque ambos producen un falso sentido de identidad que es adormecedor. El hecho de soltar, de dejar atrás todo tipo de lastre, conduce hacia la liberación del falso sentido del Ser —del ego—, aunque no de manera automática; permanecerán siempre latentes algunos impulsos por encontrar algo más con qué identificarse, sea una nueva imagen mental o incluso algún nuevo propósito espiritual. Hay quienes sueltan sus pocos bienes y mantienen su ego más crecido que el de un millonario. Quien sea capaz de alcanzar alguna meta espiritual y se resista a soltarla, tarde o temprano llegará a la comprensión de que su pretendida búsqueda fue tan sólo un concepto, una ilusión. Y por lo contrario, cuando suelte todo ya nada temerá perder, porque sabe que nada posee y, paradójicamente, de esa manera adquiere todo. Cuando se experimenta lo irreal y se es consciente de ello, y de manera absurda y necia se intenta convertir en real la irrealidad, tarde o temprano se reconoce la imposibilidad de tal intento y así se suelta, se deja, para entonces permitir que sea revelado el mundo de la Vida verdadera. 157
Soltar, dejar
Con la intención de profundizar más, revisemos una selección de citas extraídas de las fuentes filosóficas originales de mayor trascendencia; miremos a través de ellas con una visión universal. Quien renuncia al fruto de sus acciones, consigue la Paz eterna. Por lo contrario, el hombre que, acuciado por sus deseos busca la recompensa de sus acciones, de este modo se encadena a la esclavitud del apego a los resultados. Bhagavad Gita, V- 12
Renunciar al fruto de la siembra —a la cosecha— es el acto más consciente y sutil. ¡Ay, Arjuna, conviértete tú en soberano de este reino! Déjame irme a los bosques a vivir una vida de renunciación. Viviré sin posesiones ni propósito, acompañado sólo por los árboles y las criaturas inocentes. Yudhistira se metió en una visión de vida ascética: vivir de frutas y raíces, lo suficiente para mantener vivo el cuerpo; renunciando a juzgar lo bueno y lo malo, sin decirle a persona alguna qué hacer, sin resistirse a nada. Mahabharata
La renuncia no consiste necesariamente en abandonar las posesiones, sino en renunciar al apego hacia ellas. Después de lo acontecido en esta cita, Arjuna convenció a su hermano de que asumiera la responsabilidad de Rey. “Más fácil le resultó a Moisés sacar al pueblo de Israel de Egipto, que sacar a Egipto de ellos”.
Ajad Haam
El apego se manifiesta también de manera colectiva, tal fue el caso del pueblo de Israel. El sabio hace su obra y no se apoya en ella; hecha la obra, no se queda con ella. No pretende aparecer sabio. Lao tse. Tao Te King
158
Soltar, dejar
El sabio procede en lo conveniente y, por propia conveniencia, lo suelta todo. Yen Hui dijo: —Estoy mejorando. Confucio dijo: —¿Qué quieres decir con eso? —¡He olvidado el humanitarismo y la rectitud! —Eso está bien. Pero aún no lo has comprendido. Otro día, ambos se encontraron otra vez y Yen Hui dijo: — ¡Estoy mejorando! —¿Qué quieres decir con eso? —¡He olvidado los ritos y la música! —Eso está bien. Pero aún no lo has comprendido. Otro día, ambos se encontraron otra vez y Yen Hui dijo: — ¡Estoy mejorando! —¿Qué quieres decir con eso? —¡Puedo sentarme y olvidarme de todo! Chuang-Tzu
Cuando llega la Sabiduría plena, se suelta absolutamente todo. Tìen Ken preguntó: ¿Cómo podría gobernar al mundo? Un Hombre Sin Nombre dijo: —Deja que tu mente vague en la simplicidad, funde tu Espíritu con la vastedad, sigue junto con las cosas, tal como son, y no dejes lugar para tus opiniones personales; así el mundo estará gobernado. Chuang-Tzu
Si los humanos soltáramos todo tipo de interés propio, el mundo entero se mostraría con plena armonía. De un solo golpe somos liberados del cautiverio; nada se aferra a nosotros y nosotros no nos aferramos a nada. Sosán, Hsin Hsin Ming
Liberándonos de todo, espontáneamente somos Libres. 159
Soltar, dejar
El que busca la Verdad religiosa, el mayor de todos los tesoros, debe abandonar todo lo que concierne a su personalidad o extravía su atención. Evangelio del Buddha
En el abandono de la personalidad se encuentra la Verdad del “religare”. Jesús dijo: Si no hacen abstinencia del mundo, no encontrarán el reino de Dios; y si no observan el sábado, no verán al Padre. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi
Soltar es abstenerse del interés mundano; el descanso del sábado representa la abstinencia del mundo. Ustedes que han creído en Mí y escuchan mi Palabra, deben despojarse de lo que no les corresponde para que en Espíritu se eleven al seno de mi Padre. Evangelio de Judas
Soltar es despojarse de todo lo que no nos corresponde. En otra cita del mismo Evangelio de Judas, Jesús nos dice que no nos corresponden la carne, ni la sangre, ni los huesos, ni lo que creemos que somos y ni lo que otros han creído que somos. Jesús tranquilizó a sus discípulos. Y les dijo: No teman no poder comprender los misterios del Inefable. Porque les digo en verdad que este misterio está en ustedes y en todo el que les obedezca. En verdad les digo que, para todo el que se consagre a Dios y renuncie al mundo y a lo que en él se halla, este misterio es más sencillo que todos los misterios del reino de la Luz, y más fácil de comprender que cualquiera de ellos. Porque aquel que renuncie a este mundo y a sus afanes entrará en Conocimiento de este misterio. Pistis Sophia XXXVII: 8-12
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Soltar, dejar
Renunciar al mundo —soltarlo— es abrirse al Conocimiento de los grandes misterios. También dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9: 61,62
Soltar es dejar atrás todo el pasado, es salirse del tiempo. Si alguno viene a mí, y no deja a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14: 26,33
Jesús es demasiado claro y contundente —parece radical—, debemos soltar hasta los apegos a la familia. El reino de los Cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. Mateo 13: 45,46
Lo único que nunca se debe soltar es la “presencia” del Ser interno —simbolizado en la perla preciosa—. En esto vienen a parar los mandos, imperios y señoríos que duran poco y son inestables. Lo de esta vida es prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo han dejado. Nezahualcóyotl, Ido que seas de esta presente vida…
Aunque nos resistamos, la naturaleza se encarga de que terminemos soltando todo. 161
Soltar, dejar
La fama de mis flores, el renombre de mis cantos, dejaré abandonados alguna vez. Nezahualcóyotl, Canto a Nezahualcóyotl
Nezahualcóyotl lo ratifica: con o sin resistencia, terminamos soltando todo. El sabio lo hace sin resistencia. El Alma caída dijo: ¿Qué es, pues, lo que debo hacer para retoñar de nuevo, y para recobrar mi primitiva vida, en la que me hallaba en reposo antes de convertirme en una imagen? El Alma iluminada dijo: “No tendrás que hacer nada” salvo abandonar tu propia voluntad, es decir, aquello a lo que llamas “yo”. De este modo todas las peculiaridades malignas se volverán débiles y se aprestarán a morir; entonces te sumergirás de nuevo en aquella cosa de la que originalmente brotaste. Pues ahora te hallas cautiva de las criaturas, pero si tu voluntad las abandona, las criaturas, con sus inclinaciones malvadas, morirán en ti, mientras que ahora te detienen y obstaculizan de modo que no puedes llegar hasta Dios. Así recobrarás por fin la imagen de Dios, y te liberarás de la imagen y condición de la serpiente. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
tar.
En el Wu Wei —hacer sin hacer— está implícito el acto de solUn solo pensamiento acerca de lo pasado, que dejaste en pos de ti, te arrastrará al fondo y tendrás que emprender de nuevo la subida. Mata en ti mismo todo recuerdo de pasadas experiencias. No mires atrás, o estás perdido. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro.
Todo el pasado debe soltarse, para el reencuentro con la magia del presente. Lo que debería suceder es simplemente esto: que el discípulo, al entrar en el mundo suprasensible, se capacite para 162
Soltar, dejar
renunciar a eso que en su vida ordinaria considera como la más profunda verdad, y se adapte a un modo diferente de sentir y juzgar las cosas. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
Si somos capaces de soltar hasta nuestra forma de pensar, andaremos libres de lastre tras el paso del umbral. La Verdad es algo extraño: cuanto más la perseguimos, más esquiva se vuelve. No es posible capturarla por ningún medio, por muy sutil y astuto que éste sea; no es posible detenerla en la red de nuestro pensamiento. Dése cuenta de esto y libérese de todo. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
Debemos soltar hasta nuestras intenciones de alcanzar la Verdad.
84 Orientación: interior-exterior La vida natural externa separa a la gente; la Vida interna la unifica. El hombre mecánico es manejado por la vida natural y sigue su designio sin percatarse de ello; pero el hombre que inicia un cambio de orientación hacia su interior, empieza a liberarse de las influencias externas. Cualquiera puede creer —incluso dar por hecho— que ya actúa desde el interior, pero será simple imaginación. Tan sólo un poco de observación bastará para descubrir que en realidad seguimos siendo movidos por la vida natural y no resultará tan sencillo evitarlo. Con base en su orientación, es posible distinguir dos tipos de personalidad: la exteriorizada, que es activa, permanece siempre interesada en lo externo y se llama a sí misma “yo”. La segunda, la interiorizada —poco común—, que es pasiva, hace lo que tiene que hacer aunque no esté en su interés y está en el camino que lleva al verdadero “Yo”. La gente exteriorizada es mundana, persigue la riqueza, la posición social, el reconocimien163
Orientación: interior-exterior
to y el poder; los interiorizados suelen convertirse en filósofos, poetas, místicos, meditadores y poco les interesa el mundo. La exteriorizada desdeña lo interno; la interiorizada tiene desinterés por lo externo, sin embargo lo respeta y lo atiende. Las instituciones religiosas afirman que están en la búsqueda de lo íntimo, del Origen de la verdadera Vida, pero lo hacen a través de factores externos como las creencias, los dogmas y los rituales; y aún al margen de la religión, aunque procuremos lo interior leyendo todos los libros del mundo y profundicemos en las complejidades de la ciencia, la filosofía y el arte, todo seguirá siendo algo externo. Frente a esta incapacidad de encontrar y sentir la dicha simple del Ser interno, hemos buscado el placer externo —incluso el sufrimiento— a manera de remplazo; así terminamos en el olvido del Ser y, aún obteniendo ciertos logros, terminamos por sentirnos infelices. Siempre que una persona se orienta externamente, aunque no se percate de ello, se mantiene a la deriva. La humanidad ha engrandecido y refinado el mundo de las formas a través del “progreso”, sin caer en cuenta de que en realidad no hay progreso como tal; el hombre sigue siendo el mismo y la civilización sigue moviéndose por los mismos propósitos externos que, por muy sofisticados que parezcan, son primitivos e ignorantes. Mientras el hombre siga identificado con la “naturaleza externa” se mantendrá orientado y condicionado por el poder de toda su fuerza dinámica natural y así continuará en la ilusión de ver con seriedad todos los propósitos externos que, vistos objetivamente, son superficiales. El proceso de despertar está en vinculación directa con el cambio de orientación, que a su vez está relacionado con la separación entre el pensamiento y la Conciencia; mientras la mente mantenga la orientación hacia el exterior —no puede hacer otra cosa— resultará imposible la orientación hacia la Conciencia del Ser. La conciencia existencial —estrictamente intelectual—, que debiera ser un instrumento del Ser interno, es cultivada sólo para librar la batalla por mantener la vida biológica en el mundo natural. A lo largo de muchas existencias nos hemos dedicado a modificar el mundo, sin caer en cuenta de que los cambios son cíclicos y nos mantienen girando sobre un mismo sueño; sólo cuando 164
Orientación: interior-exterior
soltemos la mente cesarán los estados ilusorios y con una nueva Conciencia cambiará nuestra percepción sobre la existencia. De este mundo ya nada se esperará, porque quedará claro que tarde o temprano todo se desvanece; y ante esto, también quedará la certeza de que el único propósito legítimo es el interno, porque . . . ¿qué sentido tendrá cualquier propósito orientado a una existencia que está atada a las redes de la impermanencia? Mientras vivamos en desatención a la orientación interior, todo propósito y toda orientación hacia el exterior, aunque sea tan loable como convertir la Tierra en un reino angélico, provendrá del ego y finalmente conducirá al sufrimiento. Es por eso que cada vez que nos sentimos deprimidos, es debido a la identificación con algún propósito externo, y en olvido de la orientación interior. Seguiremos encontrando “cierto sentido” en los propósitos externos mientras estemos alejados del propósito interno; por lo contrario, una vez orientados hacia lo íntimo, los propósitos externos pasarán a ser tan sólo un divertido juego. Hasta los aspectos morales, que tanta seriedad adquieren ante la sociedad, exhibirán su carácter relativo; indiscutiblemente se le calificará de malo a un delincuente y como buena a una persona honesta y trabajadora; sin embargo, quedará claro que “ambos están en la materialización” —incluso en la cristalización— debido a su orientación exterior, y en esas condiciones ninguno tendrá posibilidad liberadora —más allá de la moralidad, el Bien único se encuentra en lo Real y todo el mal está en la ilusión—. La naturaleza tampoco hará algo por despertarlos, porque la única función del hombre natural es adaptarse a la vida mecánica para servirla como un engrane más de sus procesos de equilibrio biológico y energético. Es por eso que resulta imposible que por voluntad propia nos mantengamos orientados en los dos sentidos, interior y exterior, de manera simultánea (no se puede atender dos amos a la vez). Los mecanismos de la naturaleza física nos tendrían absolutamente atrapados, de no ser por la presencia del pre-recuerdo de nuestro Origen que aún conservamos, ya que sin él no existiría en nosotros anhelo alguno por regresar. Cuando ese pre-recuerdo es reactivado, surgen desde el interior dos cuestionamientos fundamentales: ¿cómo es posible que aún nos dejemos retener en 165
Orientación: interior-exterior
este mundo material ilusorio?, ¿qué puede ofrecernos lo relativo, lo transitorio, lo perecedero y la muerte, cuando nos espera la Vida absoluta? Para dar sustento a lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre este tema, atendamos algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica y generemos una visión universal. El alma que se ve constantemente afectada por la búsqueda de objetos y experiencias se nubla. Mahabharata
En la medida que nos orientamos hacia el exterior, el alma se nubla. Quien, al igual que la tortuga, vierte su conciencia hacia dentro, replegando sus sentidos de atracción que ofrecen los placeres externos, éste posee ecuánime Sabiduría. Bhagavad Gita, II- 58
En distintas tradiciones, la tortuga se ha empleado como símbolo de interiorización. Aquello en lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada naturaleza. Bhagavad Gita, VIII- 6
La orientación que se tenga al final de esta existencia determinará el estado de conciencia tras el paso del umbral. Aquéllos que adoran a los dioses, a los dioses van, y aquéllos que adoran a los antepasados, a los antepasados van. Aquéllos que rinden culto a los espíritus inferiores, hacia ellos se dirigen. Bhagavad Gita, IX- 25
La orientación marca nuestro rumbo. 166
Orientación: interior-exterior
Una vez que el hombre, dotado de Conocimiento, comprende que los actores de este inmenso drama son únicamente los poderes de la naturaleza, entonces, dirigiendo su mente en aquello que está más allá de estos poderes, con seguridad alcanzará su fin disolviéndose en el Ser. Bhagavad Gita, XIV- 19
Lo que nos ubica más allá de los poderes de la naturaleza es la orientación interior. Hermes: No es posible, hijo mío, apegarse, a la vez, a las cosas mortales y divinas, lo que es mortal es de un tipo, y lo que es divino, del otro tipo; y aquel que quiere hacer su elección es dejado libre de elegir lo uno o lo otro. No es posible tomar ambos; y cuando uno pierde fuerza, entonces el operar del otro deviene manifiesto. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
La orientación se determina por la identificación; el hombre natural ha optado por la identificación con lo externo. Cuando se pierde el Tao, sólo queda el Te (la virtud). Cuando se pierde la virtud, sólo queda la bondad. Cuando se pierde la bondad, sólo queda la justicia. Cuando se pierde la justicia, sólo queda el rito. El rito es la sombra de la virtud y el comienzo del caos. Por eso, los hombres grandes se aplican a cosas de más monta, dejando esas pequeñeces. Se quedan sólo con el fruto y dejan las flores. Renuncian a aquéllas y se quedan con éstas. Lao tse Tao Te King
Al perderse la orientación interior —única—, todo lo que resta será pura orientación exterior. El hombre sabio aspira a la perfección; el hombre vulgar, al bienestar. Confucio
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Orientación: interior-exterior
La orientación exterior permite conquistar ciertos estados relativos de bienestar, de ahí su gran recurrencia. La Verdad está en el interior; la forma en el exterior. Confucio
La naturaleza del mundo exterior, que es el mundo de las formas, es ilusoria; sólo lo interno es verdadero. Cuando un hombre sigue firmemente la dirección de la parte más noble de sí mismo, la parte inferior no puede usurpar ese poder. Confucio
La oscuridad no puede ocultar la Luz. Nunca se debe tratar con ligereza lo que es primordial, ni con gravedad lo que es secundario. Confucio
Lo primordial está en lo interno, lo externo es secundario. Estén atentos para que nadie los desoriente diciendo: helo aquí, helo aquí; pues el hijo del Hombre está dentro de ustedes, síganlo. Quienes lo busquen lo encontrarán. Evangelio de María Magdalena, Nag Hammadi
Jesús de Nazaret nos invita a dejar de lado la orientación exterior y buscar lo que llevamos dentro: el hijo del Hombre. Los hombres que se otorgan a las cosas del mundo son propensos a provocar un gran engaño, pues desvían la atención de lo estable y la canalizan hacia lo inestable. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
Las cosas del mundo —lo externo— son engañosas e inestables; en lo interno se encuentra la estabilidad absoluta del Ser. 168
Orientación: interior-exterior
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Ésta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Lucas 10: 38-42
Marta se mantiene en la orientación exterior, María elige la interna. Comprende que eres Él, y ya jamás puedes distinguirte de Él. Cuando alcances el Conocimiento, sabrás que has conocido a Allah por Allah, y no por tus méritos. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
Cuando se comprende que el Ser interno es la verdadera identidad, la orientación interior surge espontáneamente. Hay en tu alma dos voluntades: una voluntad inferior, que te conduce hacia las cosas de afuera, y una voluntad superior, que te conduce hacia las cosas de adentro. Esta contraposición del alma en estas dos no es sino el efecto del estado caído; antes estaba la voluntad superior encima y la inferior debajo. Y así debería haber seguido siendo. Esto muestra la necesidad de que esta enfermedad sea de algún modo remediada, a fin de obtener un Nuevo Discernimiento. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
El hombre natural es movido por su voluntad inferior, es por eso que se mantiene orientado hacia el exterior. 169
Orientación: interior-exterior
Por la muerte del cuerpo espeso, entonces el Hombre Espiritual se manifestará. Él puede nacer en la Luz y para la Luz o en las Tinieblas y para las Tinieblas. Una de las dos ejerce la influencia y tiene el dominio sobre él. Jacob Boehme, La Llave
En los Libros Universales se plantea que el Hombre original se debate entre la Luz y las tinieblas —lo interno y lo externo—. Todos los medios resultan instrumentos inútiles si tras ellos no se alienta un Espíritu vivo. Albert Einstein, Mis creencias
Los medios externos serán siempre inútiles si nos distraen de lo interno.
85 Conciencia del Ser El hombre vive simultáneamente en dos naturalezas: en el plano físico por medio de su personalidad y, más allá del tiempo y del espacio, en el Ser original. De manera inherente, cada humano posee una conciencia existencial —de la personalidad, el “yo”— y la Conciencia del Ser —vinculada con su Origen—. La Conciencia del Ser es la realidad única y de ella emerge como simple “manifestación” la conciencia existencial; así como el sol material es la manifestación del Sol espiritual. No es posible mantenerse identificado con el Ser interno y con la personalidad al mismo tiempo: cuanto más identificados estemos con el “yo”, más vinculación tendremos con la vida externa y mayor exposición a las Leyes naturales de este mundo; cuanto más nos identifiquemos con el Ser, más cerca nos mantendremos de las influencias de la Conciencia absoluta. Según la conciencia existencial: somos entidades dividas y aisladas que habitan en un planeta perdido en el espacio infinito; caminantes solitarios y permanentes buscadores del “saber” que se ostentan como conocedores de este mundo; personalidades 170
Conciencia del Ser
comprometidas obsesivamente con el “hacer” tras la conquista de propósitos externos que siempre resultan secundarios; actores metidos en su propio guión, carentes de Luz, identificados con el tiempo y el espacio. Según la conciencia del Ser: somos partícipes de la gran totalidad de la manifestación universal, facultados para percibir cómo se interpenetran todos los planos dimensionales en plena Unidad y en consonancia con la Fuente original; apaciguados en el “Ser” y conscientes del único y verdadero propósito interno; portadores de Luz, poseedores de la Libertad interior y en plena Conciencia del presente. Pero antes debemos partir del hecho inequívoco de que el hombre natural no se conoce a sí mismo, que “no es”; es decir, que lejos de poseer la Conciencia de su verdadero Ser, se mantiene identificado con su personalidad que es permanentemente cambiante, razón por la que no puede comprometerse ni asumir responsabilidad alguna y no toma decisiones coherentes porque hoy es una persona y mañana será otra. Al mantenernos ignorantes de este hecho, afrontamos la incapacidad de vivenciar la auténtica experiencia del Ser y buscamos inconscientemente el placer en el mundo de las formas como un “sustituto artificioso”; así nos desvinculamos aún más del Ser. Tarde o temprano, la vida externa nos muestra la otra cara y nos hace sentir infelicidad y frustración a pesar de los posibles logros conquistados. Ante la inconciencia gestada por la desvinculación con el Ser, nos mantenemos siempre en la impulsiva pretensión de “ser algo”; y por relatividad, deseando imitar e igualar la imagen de otro “algo” que queremos llegar a ser. En sentido opuesto, surge también el miedo permanente causado por el temor a perder “algo” ya conquistado, lo que nos haría sentir que somos menos. Y aún cuando logremos engrandecer ese “algo”, por muy majestuoso que resulte, jamás será nuestro Ser original. El verdadero Ser no es la mente que se mueve en el tiempo, en las formas divididas y a través de los opuestos, cuya insignificancia es tal —en comparación con el Ser—, que contrasta como la flama de una vela en relación con el brillo del Sol. El “Ser” nada 171
Conciencia del Ser
tiene qué ver con todo lo contenido en la existencia ni con las circunstancias que ocurren en ella. Tampoco tiene relación con lo que percibimos de manera sensorial o extrasensorial y mucho menos con las experiencias y las emociones. El verdadero Ser sí es lo que nos muestra un fragmento del antiguo testamento: cuando Moisés pregunta sobre el nombre de Dios, en respuesta escucha “Yo Soy el que Soy”. La Conciencia del Ser es el reconocimiento de lo que realmente uno “es”; Dios es la Conciencia absoluta del Ser absoluto. Pero la Verdad fundamental de lo que somos no está en decir “yo soy esto o aquello”, sino en percibir la sencillez del “Yo Soy”; ni siquiera tenemos la necesidad de alcanzar la realización del Ser, porque ya somos lo que somos. Mientras estemos carentes de la Conciencia del Ser, nos mantendremos en la búsqueda de significados en la dimensión del tiempo y el espacio sobre la ruta del “hacer”; cualquier propósito que tengamos en la existencia —aunque sea convertir esta Tierra en un paraíso— estará originado en el ego y se desvanecerá en el tiempo. Tarde o temprano, todo terminará en sufrimiento. La historia del comunismo, inspirado originalmente en ideales nobles y las ideas que Hitler plantea en su libro Mi lucha —que busca la perfección racial para que el hombre se transforme en ángel—, muestran claramente lo que sucede cuando el hombre trata de cambiar las condiciones externas, de divinizar el mundo, sin comprender que la única posibilidad está en la reorientación hacia el interior para el restablecimiento de la Conciencia del Ser. Todo esto queda debidamente plasmado en el refrán popular: “el camino al infierno está lleno de buenas intenciones”. Con lo que conservamos de pre-recuerdo, aún nos es posible reorientarnos hacia el interior —lo que constituye el verdadero acto esotérico— para experimentar la auténtica religiosidad —en el sentido del religare—. En dirección contraria, la religiosidad natural nunca podrá convertir a un hombre en esotérico. No es posible capturar al Ser con emociones místico-religiosas ni con los pensamientos, se debe percibir más allá de los sentidos; el ego lo desconoce porque es creación del centro mental y fluye en el centro emocional. Siempre que persigamos algo será por 172
Conciencia del Ser
impulso de los apegos del ego y, aunque encontremos ese “algo”, será un simple sustituto del Ser; cuando aprendamos a mirar las cosas con desapego y en aceptación, sin una pretendida búsqueda, la Conciencia del Ser se restablecerá por simple añadidura, sin pretenderlo. Cuando un hombre comienza a observarse a sí mismo, partiendo del reconocimiento de lo que “no es” y visualizando las múltiples contradicciones de la personalidad ilusoria, el cambio fundamental se hace posible y comienza entonces la reorientación hacia el Ser; en sentido opuesto, esto nunca será posible mientras el hombre permanezca identificado con lo que “no es”. La auto-rendición, la entrega, la aceptación, el abandono a la resistencia mental o emocional hacia lo que acontece en la existencia, constituyen un sendero más hacia la Conciencia del Ser. Tras la experiencia emanada de la Conciencia del Ser, el centro de gravedad (la actuación) abandona los tres centros —mental, emocional e instintivo-motor— para regresar a su punto de Origen: el corazón; la experiencia de la neutralidad, inherente en el Ser, ofrece todo tipo de equilibrio; se trascienden los condicionamientos implícitos en el operar de las Leyes naturales; lo que acontece en la existencia ya no se mira como absoluto y se asume como relativo, carente de importancia, sin significado alguno; todo el sufrimiento es reconocido como ilusorio y surge el “sentir” emanado del centro emocional superior —a nivel del alma— que no es en realidad emoción, sino la manifestación directa del estado del Ser; la voluntad propia, ejercida desde la mente, se entrega al corazón para dar paso a la trascendencia de los estados ilusorios. Todos los humanos debemos reconocernos como “locos” en algún grado o en algún sentido: las grandes masas poseen una locura que procede de la identificación con la personalidad y los acontecimientos de la existencia; la locura de unos pocos se origina en la Conciencia del Ser. Podemos estar locos por la preocupación y el miedo, para quedar en manos de un psiquiatra; o locos por la magnificencia del Ser, entregados a nuestra única realidad interior. Cada uno de nosotros es responsable de elegir su propia locura. 173
Conciencia del Ser
Es momento de profundizar más, con las citas de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosóficas originales, sobre la Conciencia del Ser. Revisémoslas para que se manifieste en nosotros una visión universal. Quien, reconociendo la Unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma esencia en todos los seres, solidarizándose con ellos tanto en lo placentero como en lo doloroso; en verdad, éste es el más grande de los yoguis. Bhagavad Gita, VI- 32
En la Conciencia del Ser está implícita la Conciencia de la Unidad, en ella ninguna distinción tiene cabida. El Espíritu Supremo del hombre permanece intacto más allá de su Sino, es un mero observador, todo lo percibe, todo lo padece, da inspiración: se le conoce como el Señor Supremo, Soberano del alma. Bhagavad Gita, XIII- 22
El Ser es el Observador Único. Quien reconoce como idénticos al Dios existente en sí mismo y al Dios que late en todo lo creado, no hiere a otros, porque en ellos se ve a sí mismo, y de este modo, con seguridad alcanza la meta suprema. Bhagavad Gita, XIII- 28
Tras la Conciencia del Ser interno se reconoce la “presencia” común y el Origen Único en el interior de toda entidad manifiesta. Cuando se agrede a alguien, el daño es infringido a uno mismo. El Padre de todo consiste en la Luz y Vida, y es de él que ha brotado el hombre. Por lo tanto, estando hecho de Vida y Luz, aprendes a saber que estás hecho de ellas; volverás a la Vida y la Luz. Así habló Poimandres. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Conciencia del Ser
Luz y Vida son la esencia fundamental del Ser. Nuestro Origen está en él y en su Naturaleza. En el estado de simpleza la gente alcanza su verdadera Naturaleza. Chuang-Tzu
La sencillez predispone a la Conciencia del Ser. Y el Bienaventurado dijo: Hay dos circunstancias en las que la persona de un Tathagata se torna clara y resplandeciente. Una es la noche en que un Tathagata llega a la visión interna, suprema y perfecta; y otra, la noche en que desaparece definitivamente en este último paso que no deja nada de su existencia terrestre. Evangelio del Buddha
La visión interna del Ser llega tras la no-identificación con la existencia. Jesús dijo: Fijen su mirada en el viviente mientras están vivos, no sea que luego se mueran e intenten contemplarlo y no puedan. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi
Sólo con la presencia de los siete cuerpos —antes de la muerte del cuerpo biológico— es posible acceder a la Conciencia del Ser. Comprenderán que la Verdad es mi Padre. Cuando la hayan encontrado, Ella no les dejará sombras ni en sus mentes, ni en sus corazones, por lo tanto, comprenderán que Yo Soy la Luz. Evangelio de Judas
Ratifica Jesús de Nazaret que la Naturaleza del Ser es Luz. 175
Conciencia del Ser
Es necesario que ustedes se conviertan en su propio Sol, en su propia Luz, y así alumbrándose y alumbrando a otros, le corresponderíamos con nuestra Obra a mi Padre que me ha enviado. Evangelio de Judas
Convertidos en nuestra propia Luz —emanada del Sol interior— seremos Conscientes del Ser. Juan dijo: ¿Puede salvarse un hombre que haya cometido todos los pecados y todas las faltas si encuentra al fin los misterios de la Luz? Y Jesús dijo: El que haya cometido todos los pecados y todas las faltas y encuentra al fin los misterios de la Luz será perdonado de todos sus pecados y faltas, y entrará en posesión de los tesoros de la Luz. Pistis Sophia LXIII: 3,4
Quien encuentra los misterios del Ser —de la Luz— trasciende la existencia y sus Leyes, incluso la de “causa-efecto”. Le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto les digo: Antes que Abraham fuese, Yo Soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. Juan 8: 57-59
En la expresión “Yo Soy” se esconde el misterio del Origen. Un cristiano se dice que es cristiano porque Cristo mora espiritualmente en él. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Si no soy consciente del Ser que mora en mí, entonces “No Soy”. 176
Conciencia del Ser
Si intentas concebir el Ser, se escapará de ti; pero si te sometes por completo a ello, morará en ti, y se volverá la vida de tu vida, siendo natural para ti. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
No emitamos concepto alguno sobre el Ser; mejor rindámonos a Él. Me hice guiar por mi paje a través del castillo, visita que jamás lamentaré en toda mi vida. Se me mostró la cámara funeraria del Rey, donde aprendí más que en todos los libros del mundo. Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
La cámara funeraria del Rey es la parte más íntima del castillo, representa el receptáculo del Ser interior original. No permitas que tú, “nacido del Cielo”, sumido en el mar de Mâyâ te desprendas del Padre Universal, antes deja que él se retire al recinto más interno, la cámara del corazón. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
La cámara del corazón es la morada —el receptáculo— del Ser. El conocimiento existe en dos formas: inerte y sin vida, reunido en libros, y vivo, en la Conciencia de los seres humanos. Albert Einstein, Mis creencias
En la Conciencia del Ser del Hombre verdadero se encuentra el Conocimiento vivo. Todos los medios resultan instrumentos inútiles si tras ellos no se alienta un espíritu vivo. Albert Einstein, Mis creencias
En ese Espíritu vivo radica la Conciencia del Ser. 177
Renacimiento
86 Renacimiento Como entidad manifiesta, hemos nacido de la naturaleza y en consonancia con sus propias leyes debemos perecer —igual que toda manifestación material, cuyo proceso mantiene el rumbo a la disolución—; a no ser que la energía fundamental, la Fuente original, haga resonancia en nuestro interior y nos conduzca al renacimiento. Como hombres somos portadores de inteligencia y del Ser: la inteligencia para reconocer los estados ilusorios y visualizar la posibilidad de salir de ellos; el Ser para trascender el estado animal y así reencontrarse con la Verdad universal. El renacimiento se presenta a nivel del alma y, en su sentido más profundo, es el restablecimiento de los vehículos de manifestación originales por los que el hombre conserva la posibilidad de elevarse por encima del nacimiento natural; deviene del proceso alquímico en el que la muerte se reviste de inmortalidad y toda imitación es disuelta para que irrumpa lo Original. ¿De qué matriz, de qué semilla primigenia, puede renacer el hombre? Hermes nos dice: de la Sophia —la sabiduría— que piensa en silencio. El renacimiento del alma aún no es la transfiguración, pero conduce a ella; bíblicamente hablando, el renacimiento de agua y Espíritu es el sendero que hace posible el regreso al plano original, sobre la base del pre-recuerdo. Jesús de Nazaret, en alusión directa a los renacidos los refiere como “nacidos dos veces”. Textualmente nos dice: “quien no renace de agua y de Espíritu, no entrará en el Reino de Dios”. Renacer, que es la legítima regeneración del alma, no es una articulación difusa de sentimentalismos místicos, no es una experiencia que nos impulse a decir: “siento esto o aquello, de tal o cual manera”; renacer es un estado indescriptible e incognoscible a la razón, que deviene del Ser, implica “morir”, con el fin de que algo de otra naturaleza —más sublime, más noble— tenga la posibilidad de “nacer”; de ahí que este proceso implique manifestaciones tanto de dolor como de gozo. 178
Renacimiento
En primera instancia, el proceso va del nacimiento de la naturaleza al nacimiento del alma; en segunda instancia, el nacimiento del alma deriva en su crecimiento, llevándola hasta la madurez; por último, de la madurez del alma deviene la Libertad del Espíritu. La resurrección, que no es otra cosa que el propio renacimiento, debe ir seguida invariablemente de la transfiguración; así podrá la inteligencia contemplar la realidad inmanifiesta del Ser en el momento preciso de la Libertad absoluta del Espíritu. En el actual momento histórico de cambios acelerados, los legítimos “buscadores libres” trabajarán hombro con hombro, sobre el empleo del maravilloso recurso de la alquimia, para acceder a una nueva revelación. El impulso llegará a miles de personas que, con mayor o menor claridad, irán hacia el renacimiento, tanto del hombre como de la sociedad. Revisemos lo que algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales nos presentan sobre el Renacimiento, generemos con ellas una visión universal. Una vez que se han trascendido las influencias de las cualidades de la naturaleza, que son los constitutivos de este cuerpo mortal, libre ya del nacimiento, la vejez, la muerte, y el sufrimiento, alcanzan en vida la inmortalidad sin necesidad de conocer la muerte. Bhagavad Gita, XIV- 20
En la trascendencia del sueño de la existencia, sobre el renacimiento, ya no es necesario experimentar la muerte. Tat: Explícame qué tipo de cosa es el renacimiento. Hermes: No puedo decirte sino esto: Veo que por la misericordia de Dios ha venido a haber en mí una forma que no se ha hecho a partir de la materia, y he salido de mí mismo, y entrado en un cuerpo inmortal. No soy ahora el hombre que era; he nacido de nuevo en la Mente, y la forma corporal que antes era mía ha sido alejada de mí. Ya no soy un objeto 179
Renacimiento
coloreado y tangible, una cosa de dimensiones espaciales; soy ahora extraño a todo eso, y a todo lo que percibes cuando contemplas con la vista del cuerpo. Para ojos como los tuyos, hijo mío, no soy ahora visible. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El Hombre renacido ya no necesita un cuerpo material, porque es consciente y habita ahora en la adimensionalidad del Ser. Detén el operar de tus sentidos corporales, y entonces nacerá en ti la deidad. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
La identificación con los sentidos impide el renacimiento. Los que dicen que el señor primero murió y después resucitó, se engañan; pues primero resucitó y luego murió. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
El renacimiento surge antes de que aparezca la muerte biológica. Los que afirman: primero hay que morir y luego resucitar, se engañan. Si uno no recibe primero la resurrección en vida, tampoco recibirá nada al morir. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
El renacimiento llega en vida; tras la muerte sólo queda esperar otra reencarnación para acceder a una nueva oportunidad. De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es 180
Renacimiento
nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es. Juan 3: 3-6
El renacimiento no es de la carne, sino del Espíritu; el agua, como fluido, es un símbolo de la Fuente original. Aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Corintios II 4:16
Quien renace es el verdadero Hombre, que es interno. Habiendo purificado sus almas por la obediencia a la Verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible Primera Epístola de Pedro Apóstol 1: 22,23
Por la entrega a la Verdad, el renacimiento surge de la simiente incorruptible. El hombre sabio pierde y se entierra en la nada. Mientras esto ocurre, Dios le concede una existencia de Su propia existencia y lo pinta con el Color divino. Todas sus cualidades internas y externas se cambian. Ese día la Tierra se convierte en otra Tierra, igual que los cielos… y todos ellos se manifiestan por la existencia de Dios. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En estos términos, el Islam nos ofrece una descripción del renacimiento. Es el sepulcro helado nueva cuna para nacer del Sol a los fulgores, y su tiniebla, lóbrega, importuna, 181
Renacimiento
brillo para los astros superiores. En polvo la creatura convertida, goza con las estrellas nueva vida. Nezahualcóyotl, Vanidad de la gloria humana
Sobre el renacimiento, Nezahualcóyotl describe un proceso que va de las tinieblas del sepulcro de la existencia, a la Luz del nuevo Sol en la nueva Vida. Aquellos que han nacido en Cristo en esta vida, y no en la perdición de la carne, tendrán el gran poder y trascendente glorificación. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
El renacimiento no es en la carne, sino en la Luz de la energía Crística. El Padre Eterno engendra en ti a su hijo por medio de su poder ígneo, de modo que a partir del fuego y de la Luz surge una única esencia, Ser o sustancia, que es el verdadero templo de Dios. Y ahora retoñarás produciendo fruto en tu vida, y ayudando e instruyendo a otros mostrarás tu amor en abundancia, como un buen árbol. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Por la Fuente original —el poder ígneo del Padre— renace el Hijo del Hombre presente en el templo interior del corazón. De Dios nacemos; En Jesús morimos; por el Espíritu Santo renacemos. Fama Fraternitatis de la orden Rosacruz
Nuestro Origen está en el Ser universal; Jesús nos conscientiza de que este reino no nos pertenece y nos invita a dar muerte a la identificación con la personalidad; así por el Espíritu de Verdad, la Fuente original, renacemos. 182
Renacimiento
Aquel que ha de darte nacimiento, búscalo en el vestíbulo de la Sabiduría, el vestíbulo que está situado más allá, en donde son desconocidas todas las sombras y donde la Luz de la Verdad brilla con gloria inmarcesible (Eterna). H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Donde brilla la Luz de la Sabiduría, la Luz de la Verdad, se abre la puerta del renacimiento.
87 Dinámica El comportamiento de la naturaleza externa, de la “manifestación universal”, del mundo espacio-temporal de las formas es plenamente dinámico, su movimiento nunca cesa para mantener así el cambio constante; en sentido opuesto, la plenitud del estado original del “Ser” —origen de toda la manifestación dinámica— se mantiene en la quietud de la estática, como lo plantean los libros universales. En consonancia con el Ser y su manifestación universal, la posible Libertad del hombre se presenta en el momento de hacerse consciente de su doble naturaleza, de descubrir que hay en él dos hombres: uno que es estático —pasivo—, cuyo propósito único es observar lo que acontece en el otro que es dinámico —activo—, que habla de sí mismo en primera persona (“yo”) y se considera, ingenuamente, como el Hombre original. Los alcances del hombre dinámico se limitan a nacer, crecer, reproducirse y morir, nada de orden superior a esto le es posible; y aún en su paso por el plano astral —después de la disolución de su cuerpo físico— sigue siendo dinámico, limitado y temporal; aguardando la disolución total de sus otros cuerpos. Por consecuencia de la identificación, el hombre dinámico supone que la naturaleza externa —también dinámica— es original y verdadera y se considera transformador de ella misma; busca siempre engrandecerla porque cree que así se engrandece a sí mismo, se cree consciente de sus actos, pero no comprende que su proceder es completamente mecánico; porque cada una de 183
Dinámica
sus pretendidas acciones son simples reacciones a las influencias externas. En realidad nunca actúa, siempre reacciona y eso lo mantiene en calidad de “máquina”. El hombre dinámico también se imagina libre y capaz de construir su propia conciencia, misma que le permita tomar grandes y sabias decisiones para divinizarse a sí mismo y al mundo que le rodea; sin embargo, esto nunca sucede así, y mientras no repare en ello se mantendrá dormido, cobijado por la ilusión; pero creyéndose despierto. Más allá de las implicaciones que tiene la dinámica en la existencia ilusoria y en el hombre natural, debemos aceptar el carácter dinámico —y como consecuencia cambiante— de la naturaleza, sin pretender detenerla; tanto en la prosperidad como en la adversidad debemos ser conscientes de la inestabilidad imperante en el flujo de la vida natural, la inconciencia sobre esta Ley universal produce siempre dolor. También es fundamental que el movimiento continuo se mantenga sin cesar —tal como la naturaleza lo dispone sabiamente—, para evitar así que lo falso pueda cristalizarse. Demos sustento a lo ya expuesto sobre la dinámica, profundicemos con algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica y gocemos de una visión universal. Nada está inmóvil, todo se mueve; todo vibra. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
No existe un solo punto estático en el Universo físico, absolutamente todo se mueve. Dios no es autor del mal; sino que es la obsesión por la perduración de las cosas hechas la que hace que el mal estalle en ellas. Y ésta es la razón por la que Dios ha sometido las cosas al cambio; pues, por medio de la transformación las cosas hechas, son purgadas del mal. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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Dinámica
Anhelar la perduración de las cosas —la estabilidad— es tanto como ir en contra de la Naturaleza. La dinámica cambiante evita que el mal se cristalice. Dios y la eternidad, son los primeros principios de todas las cosas que existen. El cosmos no ocupa el lugar primero y más elevado, pues es móvil. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Tan sólo por ser dinámico, el cosmos no podría ser el Origen. Todo movimiento tiene lugar, pues, dentro de algo que se mantiene firme, y es causado por algo que se mantiene firme. El movimiento del cosmos, por tanto, y el de todo ser viviente material, es causado no por cosas externas al cuerpo, sino por cosas dentro de él, que operan hacia el exterior desde el interior; es decir, sea por el alma o por alguna otra cosa incorpórea. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo lo dinámico —además corpóreo— se origina en algo estático e incorpóreo, ubicado en lo interno. El hombre ilustrado es como el agua; el hombre bondadoso es como una montaña. El primero posee el movimiento y la alegría, el segundo el reposo y la eternidad. Confucio
El hombre sapiente se recrea en la dinámica; el sabio goza en la quietud de la estática, porque la reconoce en su Ser interno. Cuando tratas de parar la actividad, para alcanzar la pasividad, el propio esfuerzo te llena de actividad. Sosán, Hsin Hsin Ming
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Dinámica
Resulta ingenuo tratar de convertir la dinámica en estática; respetemos las cualidades de la naturaleza externa antes de pretender reencontrarnos con la interna. Modificando lo externo nunca llegaremos a lo interno. La inestable y sin cesar agitada naturaleza del mundo, es la raíz del dolor. Evangelio del Buddha
Lo que provoca que la inestabilidad —dinámica— de la naturaleza origine el dolor, es nuestra poca capacidad para aceptarla. El que va a la guerra, aun siendo por causa justa, debe esperar ser muerto por sus enemigos, porque ese es el destino de los guerreros; y si el destino le es fatal, no hay razón para quejarse de él. Pero el que quede victorioso debe recordar la inestabilidad de las cosas terrestres. Su éxito puede ser grande, pero por grande que sea, la rueda del destino puede girar y sumergirle en el polvo. Evangelio del Buddha
Así como el guerrero acepta su muerte, cada uno de nosotros debe aceptar el cambio dinámico de las cosas; tanto en el éxito como en el fracaso. Los ríos, los arroyos y las fuentes corriendo van, pero jamás alcanzan volver a donde nacieron las corrientes; y corren más, y mientras más se avanzan más ahondan sus tumbas, y dolientes al mar se arrojan y por fin descansan… Tal es el curso de la vida humana: ayer no es hoy, ni hoy será mañana. Nezahualcóyotl, En sus bodas
Todo el movimiento dinámico conduce a la aniquilación. 186
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¡Ten cuidado con el cambio! Porque el cambio es tu gran enemigo. Este cambio te vencerá por completo, y te rechazará del sendero que recorres, hundiéndote en los profundos y cenagosos pantanos de la duda. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
El cambio constante se convierte en enemigo cuando pretendemos cambiarlo —valga el pleonasmo—; por la aceptación, el propio cambio puede convertirse en un aliado. ¿Hay algo permanente en nosotros? Estamos cambiando, nuestro cuerpo cambia, a no ser que estemos muertos. Todo se encuentra en movimiento. Conversaciones por Krishnamurti en India 1965
En nuestros cuerpos existenciales nada permanece, lo único permanente en nosotros es la dinámica; el cambio.
88 Estática El Ser universal es inmutable e impenetrable; en Él nada entra, de Él nada sale y nada surge porque su sustancia no se esparce; así es la naturaleza del Ser debido a su cualidad estática. Todo lo que comienza, todo lo que adquiere forma, todo lo que actúa, pasa y se divide —el Universo físico— no es más que su sombra; una simple proyección. No obstante, Él permanece estático. En el tema anterior vimos que la personalidad es activa y el Ser interno es pasivo; la Vida es el vector neutralizante que permite la distinción entre la personalidad dinámica y la esencia estática. El hombre natural mantiene su actividad dinámica a través de energía cinética que no es suya; el Hombre original, sostenido en su propia energía potencial, se mantiene pasivo pero observante y consciente del hombre dinámico. Las relaciones y las las Leyes de nuestro campo de existencia natural son dinámicas, mientras que en nuestro punto de Origen todo es estático. El mundo de la estática es inmutable, absoluto y eterno, sólo en él se presenta la verdadera Libertad; es lo que en el cristianismo se conoce como el Reino de los Cielos. 187
Estática
La “quietud” —producto de la estática— es lo único en este mundo que no tiene forma ni depende del tiempo, pero es ajena a la personalidad, y en realidad no pertenece a este mundo —aunque esté presente aquí—; no puede ser generada, y tampoco es necesario hacerlo, sólo debemos hacernos receptivos a ella aunque suela quedar nublada por la dinámica de la mente. La quietud es el lenguaje del Ser y todo lo que se diga acerca de ella será interpretación, simple análisis mental que a nada conduce. El pensamiento analítico fluye de manera dimensional, mientras que la quietud es adimensional y, en vinculación con la quietud de la estática, es posible retomar lo que éramos —que esencialmente seguimos siendo— antes de asumir la forma transitoria, física y mental conocida como personalidad. Detrás de la cualidad dinámica y monótona de los “pensamientos” se esconde una posibilidad que casi nunca es considerada: ellos pueden conducirnos a la quietud de donde surgieron; para esto es preciso observar el “punto” donde surge y termina cada pensamiento, que por un instante nos ofrece la experiencia de la estática. Allí se encuentra la plenitud de la Paz interior, que es la cualidad absoluta del Ser. Otra posibilidad se abre al dirigir la atención a un árbol, una montaña, una piedra —sin pensar en ellos—, simplemente percibirlos para así mimetizarnos con ellos. En estas condiciones nos transmiten la Paz que hay en su esencia; sintiendo el punto fijo y estático que hay en ellos surge en nosotros la quietud. Nuestro Ser interno, que es el testigo permanente, lleva también consigo esa quietud estática y en actitud observadora —tanto en el plano físico como en el astral— la experiencia de la verdadera Paz es inevitable. Todo lo observado es siempre dinámico y cambiante, mientras que el observador —testigo— es estático, nunca cambia. Y en el mismo acto de atestiguar no aparece causa alguna. Todo movimiento resultaría imposible sin que exista algo inmóvil dentro de él como su causa primigenia; todo lo dinámico tiene su origen en la estática y allí regresará inexorablemente. A partir de la comprensión de los contenidos de estos últimos dos temas, es posible agregar una definición nueva y con mayor 188
Estática
precisión: “meditación” es el acto de observar la manifestación dinámica desde la quietud de la estática. Descubramos que la sensibilidad se engrandece con las citas más exquisitas y de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosóficas originales y con ellas se genera una visión universal sobre la estática. Cuando un sabio alcanza los estados más altos, sabe que el camino a seguir es el de la acción. Más cuando ya llega a su destino, llega a la tierra del reposo y la paz. Entonces ya renuncia a la acción. Bhagavad Gita, VI- 3
Esa tierra de reposo es el mundo de la estática, el espacio adimensional del Ser. Todo lo movido es movido, no en algo que es en sí mismo movido, sino en algo que permanece firme. Y quien mueve también permanece firme; es imposible que aquello que mueve una cosa sea movido junto con la cosa que mueve. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo lo dinámico es movido desde la estática del Ser. El Bien debe ser una cosa privada de todo movimiento y de todo devenir, y que tiene una actividad sin movimiento centrada en sí misma; una cosa que no carece de nada y no es asaltada por las perturbaciones. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
El Bien absoluto no puede ser cambiante; por lo tanto, es estático. Nada hay que permanezca firme, nada fijo, nada libre de cambio, ni entre las cosas que vienen a la existencia, ni entre las del cielo ni entre las de la Tierra. Sólo Dios permanece inmóvil, y con buen motivo; pues es autocontenido y autoderivado, totalmente centrado en sí mismo. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
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La estática es una cualidad exclusiva del Ser universal. Todo movimiento tiene lugar, pues, dentro de algo que se mantiene firme, y es causado por algo que se mantiene firme. El movimiento del cosmos, por tanto, y el de todo ser viviente material, es causado no por cosas externas al cuerpo, sino por cosas dentro de él, que operan hacia el exterior desde el interior; es decir, sea por el alma o por alguna otra cosa incorpórea. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Esa “otra cosa incorpórea” a la que se refiere Hermes es el Ser interior original, conocido entre los pitagóricos como el “Punto fijo”. Los hombres se adhirieron al lugar que constantemente cambia de un tono a otro, del bien al mal y del mal al bien, y descendieron desde arriba y se adhirieron abajo a lo incierto y abandonaron al Ser supremo que no cambia. El Zohar
En el Zohar se ratifica: el Ser supremo no cambia —es estático—. Volver a su raíz es su reposo. Su reposo es su destino. Su destino es la perpetuidad. Lao tse, Tao te King
La estática —el reposo— está en el Origen y el destino. Llegar al vacío extremo es conservar la quietud verdadera. Los Seres todos están conjuntamente hechos por Él, y los vemos volver a Él. Los Seres pululan y luego vuelven a su raíz. Lao tse, Tao Te King
En el vacío de la existencia se encuentra la quietud estática. Entre las cosas niveladas, el agua quieta es la más perfecta, y por lo tanto puede servir como patrón. Protege lo que está adentro y no muestra movimiento en el exterior. Chuang-Tzu
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Estática
Chuang-Tzu refiere el “agua quieta” como símbolo de la estática. ¿Por qué he de conservar este cuerpo de carne cuando el cuerpo de la Ley excelente debe vivir eternamente? ¡Mi resolución está tomada, cumplido mi designio y realizada mi tarea, busco el reposo! Es la única cosa necesaria. Evangelio del Buddha
El verdadero Sabio busca el reposo, porque en la estática está el destino-Origen. Si nos despojamos de todos nuestros deseos y reconocemos distintamente la no existencia de la materia, alcanzaremos el estado de perfecto vacío. Allí encontraremos las condiciones de la vida inmaterial. Como el ave silvestre que escapa de su prisión, así el “yo”, liberándose de todas las limitaciones, halla el reposo perfecto. Evangelio del Buddha
Nuevamente se refiere al “reposo” como destino. Todo estaba en suspenso, todo tranquilo, todo inmóvil, todo apacible, todo silencioso, todo vacío, en el cielo, en la tierra. Popol-Vuh capítulo 2
En el Popol-Vuh se habla del Origen con el empleo del adjetivo: inmóvil. El Ser es inmóvil, pues no hay otra cosa en la que se pudiera mover. Parménides
Parménides también cualifica al Ser como “inmóvil”. 191
Estática
Los hombres que se otorgan a las cosas del mundo son propensos a provocar un gran engaño, pues desvían la atención de lo estable y la canalizan hacia lo inestable. De esa manera quien escucha la palabra de Dios no entiende lo estable, sino lo inestable. Lo mismo ocurre con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, la vida, la Luz, la resurrección, la iglesia y tantos otros: no se entienden los conceptos estables, sino los inestables, a no ser que de antemano se conozcan los primeros. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
Los humanos comunes nos mantenemos distraídos, desviando nuestra atención hacia lo inestable —la existencia dinámica— mientras desdeñamos lo estable —la estática del Ser—. Paradójicamente —estúpidamente—, pretendemos convertir lo inestable en estable. Allah se mantiene idéntico a sí mismo, consigo mismo y hacia sí mismo, sin mediación o causa exterior a Él mismo. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
Mantenerse idéntico a sí mismo es mantenerse estático. Su Ser es el Ser de Allah, sin experimentar cambio alguno ni en su naturaleza ni en sus atributos. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
Todo lo que no cambia —Ser interno— es estático. Siempre semejante a sí mismo, Dios reposa en un punto. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
La estática del Ser universal reposa en el punto, que es adimensional. Recordemos que el Universo físico surgió de un punto: del “Big-Bang”. 192
Estática
Nunca te deleites demasiado en la actividad de tu propia razón, pues encontrarás que en tu propio poder, y sin la sumisión total a Dios, nunca podrás llegar a un reposo o a la verdadera quietud del alma. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La actividad de la razón es dinámica; la quietud del alma —estática— deviene del Ser interno. La Eterna Inmutable Unidad es solamente el Bien, de Ella no hay nada ni antes ni después, de Ella no se puede aumentar o disminuir nada. Jacob Boehme, La Llave
Lo inmutable es estático. Tú eres tu Maestro y tu Dios. Tú eres Tú mismo, el objeto de tus investigaciones, la incesante voz que resuena a través de las eternidades, libre de cambio, los siete sonidos en uno solo, la voz del silencio. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
La estática es absolutamente silenciosa. Lo Eterno no conoce cambio alguno. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
Lo estático es también atemporal, es decir, eterno. Cuando la mente se encuentra en estado de soledad está quieta, esencialmente inmóvil, no se pregunta por nada; y una mente así es capaz de saber lo que es verdadero. Conversaciones por Krishnamurti en Europa 1956
También por la soledad se llega a la quietud, la inmovilidad, la estática. 193
Miedo
89 Miedo El miedo es una reacción condicionada, alimentada por la emoción elemental que subyace de la identificación con la mente; surge por el temor a que los sucesos adquieran un rumbo distinto a la expectativa generada por la mente. Aparece también cuando el ego descubre que todo tipo de manifestación en la forma es efímera, temporal y perecedera; y lejos de aceptar cualquier pérdida, opone resistencia. Hemos fabricado alrededor de nuestra vida una serie de retos que debemos ser capaces de afrontar, porque, de lo contrario, cualquier adversidad traerá consigo más problemas y el miedo se acumulará. No obstante, lo importante no está en la capacidad y la destreza que ostentemos para encarar los retos, sino en la disposición para liberarse de los condicionamientos y la carga emocional que llevan consigo; porque todo es ilusorio. Es por eso que la mente es realmente inteligente en la medida en que está libre de influencias, de condicionamientos y de miedos. La mente cree que la fortaleza emerge de la resistencia, sin embargo, no es más que debilidad y “miedo” disfrazados de fuerza; la verdadera fortaleza está en la aceptación. La experiencia del miedo es en sí misma desagradable y lleva consigo consecuencias aún más lamentables como el odio y la distorsión del entendimiento de las circunstancias de la vida. En un extremo agudo surge la paranoia en algunos individuos, pero también a nivel colectivo. Suelen formarse organizaciones —incluso naciones enteras— obsesionadas en el logro de ciertos objetivos sustentados en algún sistema paranoico de creencias, que pueden ser religiosas o ideológicas; tal es el caso de todos los fundamentalismos religiosos. El miedo emerge ante la incertidumbre de lo desconocido, pero se hace más denso ante lo ya conocido por temor a la pérdida: la familia, la compañía, el dinero, las posesiones, la reputación, en fin, lo conocido es lo que nos da miedo perder; porque 194
Miedo
la propia pérdida nos produce la sensación de ser menos de lo que en realidad somos. Cualquier vacío de comprensión conduce también al miedo; cuando no se comprende lo que esconde la muerte, ni lo que ésta implica, la mente teme más a los conceptos por ella creados que al hecho mismo. Sentirnos psicológicamente inseguros nos puede conducir también a estados de profundo miedo y esto puede derivar en neurosis; el pensamiento compulsivo se convierte en adicción precisamente por el miedo que arroja la creencia de que al dejar de pensar o al dejar de saber, se dejaría de Ser. Por lo contrario, debemos sentirnos cómodos en el “no saber”, porque dicho estado nos lleva más allá de la mente. El miedo se trasciende tras la renuncia a los propósitos externos; cuando no hay meta no hay miedo, nada se puede perder, no hay temor al fracaso. Cuando la mente se encuentra libre del deseo por concretar un plan, descubre el carácter ilusorio de las cosas de la existencia y experimenta la verdadera Libertad; sólo ante la certeza de que nada verdadero se posee, desaparece el miedo a la pérdida. El miedo nunca está en el presente, se manifiesta en el tiempo y más concretamente en el futuro; lo evoca la mente que también fluye en el tiempo. Preocupación, tensión emocional, ansiedad, fobia, nerviosismo, todas las manifestaciones de miedo psicológico son movidas por algo que podría pasar; en el presente el miedo pierde toda razón de ser. Cuando alguien experimenta una muerte instantánea, no le queda tiempo para pensar en la muerte ni para sentir miedo; desaparece toda necesidad de lucha en contra del futuro, ya que es sólo una proyección de la mente. Sólo resulta necesaria la experiencia del “ahora”. Una vez que el miedo se ha instalado, hay que reconocerlo, observarlo, ponerle toda la atención en la quietud del presente; así se hace posible la desvinculación entre el miedo y la mente y se reinstala nuevamente la Paz interior. Si no se comprende el miedo, no puede haber Amor. Revisemos las citas de mayor trascendencia histórica acerca del miedo, acerquémonos a las fuentes originales y dilucidemos con ellas sobre este punto fundamental. 195
Miedo
Miles de penas y miedos aquejan al hombre de noche y de día, pero sólo afectan a los ignorantes. Mahabharata
El miedo hace raíces en la ignorancia. Si motivado por el miedo y tu egoísmo, piensas renunciar a la lucha en la batalla de tu vida, vana es tu decisión, pues definitivamente la naturaleza te empujará a luchar de un modo o de otro. Bhagavad Gita, XVIII- 59 y 60
Por miedo no sólo se abandona la búsqueda, hay quienes ni siquiera se atreven a iniciarla. Cómo podrían los hombres viles y abyectos servir a los gobernantes, si antes de haber obtenido sus cargos ya están atormentados por el temor de no obtenerlos; cuando los han obtenido, están atormentados por el temor de perderlos, y desde el momento en que están atormentados por el temor de perder sus cargos, ya no son capaces de nada. Confucio
El miedo provoca disfuncionalidad en muchos sentidos y en muchas direcciones. Ver algo justo y no ponerlo en práctica es cobardía. Confucio
El miedo se asoma detrás de cada omisión. Prueba de que un hombre se está acercando a su Origen es el hecho de su falta de miedo. Chuang-Tzu
El Hombre consciente se mantiene libre de miedos. 196
Miedo
Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil, pero aquellos que tienen una visión limitada son miedosos e indecisos. Sosán, Hsin Hsin Ming
El miedo nubla la visión y también la razón. Los hombres se preocupan de la muerte, y de su suerte tras ella; pero nada hay extraordinario en que una entidad humana muera. Aquel que posee el espejo de la Verdad está libre del temor, está confortado ante las tribulaciones de la existencia y su vida será una bendición para los demás seres. Evangelio del Buddha
Quien posee la Verdad comprende que en cada uno de los motivos de miedo nada hay extraordinario. El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal. Aristóteles
El miedo está en el tiempo, por lo tanto, es relativo e ilusorio. Quien vive temeroso nunca será libre. Horacio
tad.
El miedo es uno de los grandes factores de pérdida de LiberMuchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios. Juan 12: 42,43
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Miedo
El miedo a la desaprobación de la sociedad —peor aún, de la autoridad— se constituye como un condicionamiento lacerante. En el Amor no hay temor, sino que el perfecto Amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. El que teme, no ha sido perfeccionado en el Amor. Primera Epístola de San Juan Apóstol 4: 18
El miedoso es un discapacitado en el Amor. Está la frase coránica: “Aprende que para los santos siervos de Dios no hay temor ni aflicción”. Los gnósticos, santos siervos, entran en esta compañía y encuentran la salvación del temor. Dios mío, ¡que podamos conocer esos estados! Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
En la ausencia de temor se abre el corazón. Si pretende el mundo entero quitarte la vida, Sé de los nuestros, sosiega tu corazón y no temas. Rumi, Masnavi
El Hombre libre, ni a la muerte le teme. Cuanto más osa uno, tanto más obtendrá. Cuanto más teme, tanto más palidecerá aquella luz, la única que puede guiarlo. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Por el temor todo se nubla y todo se pierde; en la osadía se gana todo. El miedo de la aniquilación y el deseo de continuar existiendo, se llevan lo mejor de las razones. Rudolf Steiner, Guía para el conocimiento de sí mismo
Donde no hay deseo, tampoco hay temor. Todo tipo de miedo limita la razón. 198
Miedo
Mientras el éxito sea nuestro objetivo no podremos liberarnos del miedo. Conversaciones por Krishnamurti en India 1966
El miedo aparece ante cualquier expectativa. La osadía trae consigo independencia sin crueldad, sin desprecio por nadie, y éste es el factor más fundamental de la vida. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida
La osadía otorga Libertad. Pocos son capaces de expresar con justicia opiniones que difieran de los prejuicios de su contorno social. La mayoría no se atreve ni a elaborarlas. Albert Einstein, Mis creencias
Se necesita cierta osadía para transitar en sentido opuesto al pensamiento colectivo. Los que profesan la religión deben desechar esa fuente de miedo y esperanza que proporcionó en el pasado un poder inmenso a los sacerdotes. Albert Einstein, Mis creencias
El miedo permanece presente en la sumisión a la autoridad religiosa. El camino que lleva a la verdadera religiosidad no pasa por el miedo a la vida y el miedo a la muerte y la fe ciega, sino por la lucha en favor del conocimiento racional. Albert Einstein, Mis creencias
En la verdadera religiosidad no existe el miedo. 199
Madurez
90 Madurez Por su propia naturaleza, el humano tiene la inevitable inclinación hacia el “error” como preámbulo a la comprensión de los motivos de sus propios desaciertos, para reconocer así su actitud errada; se dirige a la oscuridad, casi siempre con las mejores intenciones, creyendo que es la Luz quien lo impulsa. Comprendamos que el hombre sólo podrá “acertar” y vivenciar las enseñanzas de la Sabiduría Universal cuando haya reunido la experiencia requerida que le permita alcanzar la suficiente madurez de vida; esto sin perder de vista que la verdadera madurez llega por la ausencia de conflictos, por la inocencia y por la aceptación, no por la acumulación de información a lo largo de las múltiples existencias. El Hombre-Verdad sólo puede ser dirigido por el alma verdadera, misma que es vivificada a lo largo del camino recorrido; y sólo a través de las experiencias madura en la comprensión y el discernimiento, que a su vez conllevan al Conocimiento. En primera instancia, se presenta un camino que va del nacimiento natural al nacimiento del alma; en segundo lugar, se abre otro camino que va del nacimiento del alma al desarrollo del alma, hasta su “madurez”; y en tercera instancia, se genera el proceso alquímico que va de la madurez del alma a la Libertad del Espíritu. Puede ocurrir que, aunque se experimente el estado de madurez del alma, permanezcan algunos desórdenes meramente biológicos —la disfuncionalidad de alguna glándula o algún órgano—; sin embargo, el propio equilibrio vibratorio, sostenido desde los cuerpos sutiles, propiciará los debidos ajustes en el plano físico. La adversidad es un factor que impulsa de sobremanera los procesos de madurez; quienes han afrontado situaciones adversas durante la infancia, por lo general se convierten en jóvenes profundamente maduros. Las dificultades manifiestas al nivel de las formas, otorgan Libertad en relación con la esencia. Pero la legítima madurez se cuece a fuego lento, muchos sufrimientos se presentan frecuentemente en el forzamiento por 200
Madurez
alcanzar una madurez prematura; es preciso evitar el error de que se fuerce el desarrollo de poderes psíquicos —en la creencia de que ellos otorgan madurez—, quien así lo pretende corre el riesgo inevitable de verse alucinado por engañosas entidades pseudoespirituales del plano astral, o bien, llega a envanecerse al grado de creerse iluminado. Sería preferible canalizar la energía de ese pretencioso esfuerzo en trabajar para ayudar a los demás —estrictamente en la búsqueda de la Libertad interior—. El paso cíclico y recurrente por el nacimiento y la muerte dejan constancia de que el hombre tiene todavía un cierto camino por recorrer, de que aún no ha madurado lo suficiente. La Unidad del Ser universal es el origen de todo y de todas las entidades manifiestas; cuando sea alcanzada la debida madurez todo regresará espontánea y conscientemente al punto original en un comienzo que ya no tiene fin. Este comienzo sin fin es la base fundamental de la alquimia, de la que prosigue la transfiguración, para entrar en la perfección del Ser absoluto universal. Profundicemos más sobre la madurez, vayamos a la revisión de algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, aquellas de mayor trascendencia histórica y con ellas, generemos una visión universal. Los nacidos sabios son las personalidades más altas. Luego están los que han adquirido sabiduría a través del estudio. Le siguen aquellos que se empeñan en superar sus dificultades y finalmente están los que no quieren aprender. Confucio
Cada uno de nosotros podrá ubicar, con la debida objetividad, en qué etapa lleva su proceso. Nunca se debe tratar con ligereza lo que es primordial, ni con gravedad lo que es secundario. Confucio
La madurez permite distinguir lo verdaderamente primordial —lo interno— de lo secundario —lo externo—. 201
Madurez
Cuando el pájaro está a punto de morir, su canto se vuelve triste; cuando el verdadero hombre está a punto de morir, sus palabras son virtuosas. Confucio
El Hombre sabio, producto de su madurez, emite siempre palabras virtuosas sin importar la circunstancia. A los treinta años yo estaba erguido y firme en mis ideas. A los cuarenta ya no tenía dudas. A los cincuenta, tuve que reconocer la fuerza del destino. A los sesenta mis oídos eran favorables: los sonidos iban derecho a mi Espíritu. A los setenta he podido seguir los impulsos de mi corazón. Confucio
La madurez llega en la medida que surge la humildad. El que avanza con demasiada prisa retrocede pronto. Confucio
La precocidad inhibe la madurez. “No te desvíes de tus órdenes; no presiones para el fin”. Llegar a un buen fin lleva largo tiempo. Chuang-Tzu
La más legítima madurez se cuece a fuego lento. Aquél que sabe qué hace el Cielo y qué hace el hombre, ha alcanzado la cumbre. Conociendo qué hace el Cielo, vive con el Cielo. Conociendo qué hace el hombre, usa el conocimiento de lo que conoce para extraer el Conocimiento de lo que no conoce, y vive los años que el Cielo le ha dado sin ser truncado a mitad de camino: ésta es la perfección del Conocimiento. Sin embargo, hay una dificultad. El conocimiento debe esperar algo antes de ser aplicable, y eso por lo que espera nun202
Madurez
ca es seguro. Entonces ¿cómo puedo saber que lo que llamo Cielo no es realmente hombre, y lo que llamo hombre no es realmente Cielo? Primero debe haber un Hombre Verdadero antes de que haya un Conocimiento verdadero. Chuang-Tzu
Tras discernir y comprender el comportamiento de las “dos naturalezas” llega la madurez plena; con ella se accede al verdadero Conocimiento. Nuestra facultad de pensar se destruye, pero nuestros pensamientos quedan. El razonamiento cesa, pero el Conocimiento queda. Evangelio del Buddha
Cuando la mente cede, la madurez llega. Pitágoras: Es necesario que los jóvenes que quieran salvarse sigan el juicio y la opinión de los mayores que hayan vivido dignamente. Vida Pitagórica, Jámblico
El “oído abierto” es factor fundamental para la madurez. Sólo quien ha vivido dignamente, es digno de ser escuchado. Pitágoras: Hay que evitar la denominada precocidad, pues ni las plantas ni los animales precoces dan buenos frutos. Hay muchas cosas en la vida humana que es mejor aprenderlas más tarde, entre ellas está la práctica del placer amoroso. Vida Pitagórica, Jámblico
Hay un momento para cada cosa, incluso para la madurez (esto se abundará en el siguiente tema). Prefiero el bastón de la experiencia que el carro rápido de la fortuna. El filósofo viaja a pie. Pitágoras
No hay mejor recurso que la madurez. 203
Madurez
El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida. Platón
El inmaduro está sujeto a un sinnúmero de condicionamientos. Sólo al Hombre maduro le es posible dirigir en Libertad su propia vida. No ha de ser dichoso el joven, sino el viejo que ha vivido una hermosa vida. Epicuro
La calidad de vida no depende de la edad, sino de la madurez. El que sabe hablar sabe también cuándo. Arquímedes
Sólo quien es maduro puede distinguir el momento que le corresponde a cada cosa. Dice Judas: Maestro, y ¿cómo hacemos para que el mundo nos crea lo que nosotros hemos vivido, lo que nosotros hemos visto, como testimonio? Dice el Maestro: Dos higueras nacen en el huerto, una de ellas no da frutos, la otra da muchos frutos; ¿a cuál de las dos se acerca el que tiene hambre? Así ustedes deben hacer, dar buenos frutos para que el que tiene hambre llegue donde ustedes a alimentarse de sus frutos. Evangelio de Judas
Quien es maduro da buenos frutos. Hermanos, no sean niños en el modo de pensar, sino sean niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar. Corintios I 14: 20
204
Madurez
Con la madurez jamás se pierde la inocencia. Un gnóstico es un hombre maduro; cuando dice “Él” se convierte en “Él”. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Tras la asimilación de la Fuente original gnóstica y la conciencia del Ser interno, llega la madurez. La verdadera madurez está en que, cuando el siervo dice “Allah”, se despoja completamente de su ser y alcanza la no-existencia y la sumisión completa. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
La Conciencia del “no-ser” y la autonegación son estados inherentes a la madurez. Ten presente, si deseas ver la Luz de Dios en tu alma y ser iluminado, que ésta es la vía breve que has de tomar: no dejar que el ojo de tu Espíritu entre en la materia, sea en el cielo o en la Tierra, sino permitirle entrar en la Luz; recibiendo así, por medio del Amor puro, la Luz de Dios, y creciendo en él hasta llegar a la plena madurez. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Más allá de cualquier inclinación dialéctica, la verdadera madurez se cuece con el fuego de la Luz. Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos. Albert Einstein
La generosidad es un luminoso destello de madurez. 205
Péndulo
91 Péndulo Acogidos por una naturaleza transitoria, vivimos inmersos en la dualidad, cuyo carácter dinámico se mantiene regulado por la Ley del péndulo. Así, de manera implícita, todos los procesos dinámicos de nuestra vida quedan regidos por esta Ley. Permanecemos oscilando de un lado a otro, aunque estando en un opuesto, perdamos conciencia del otro; en grado tal de considerarlo ajeno a nosotros. El “movimiento pendular” oscila entre dos extremos, y cuando se alcanza uno de ellos el péndulo inicia su movimiento en dirección al lado opuesto; la trayectoria que recorre a la derecha es simétricamente la misma hacia el lado izquierdo; cuando va a la izquierda está acumulando energía para preparar su retorno hacia la derecha y viceversa. La manifestación de este Principio resulta evidente en el hombre: mientras se alegra, poco advierte que almacena energía para sufrir; mientras ama, no percibe la acumulación de energía para odiar; mientras vive, prepara el impulso que lo empujará a la muerte; después de la muerte, acopia la energía necesaria para la reencarnación. Quien se vuelca con euforia hacia la vida se olvida de la muerte, que lo tomará inevitablemente desprevenido; quien es capaz de ver el lado de la muerte en todas las manifestaciones de vida, en aceptación, sin miedo y sin resistencia, es capaz de aproximarse espontáneamente al estado de neutralidad que es fundamental para la Libertad interior. En la naturaleza de nuestro campo de manifestación la Ley del péndulo opera en todo, aunque de manera poco perceptible en la mayoría de los casos. De manera evidente y tangible la apreciamos en el cambio de estaciones, del verano al invierno y más tarde de vuelta al verano; en el movimiento de las olas y de las mareas; en el cambio del flujo de los vientos. Y particularizando nuevamente en nosotros, el péndulo oscila entre la afirmación y la negación; entre la certeza y la duda; entre el placer y el dolor; entre el deseo y el rechazo. 206
Péndulo
En términos de física, las variables que rigen el movimiento pendular están en función de la longitud y la velocidad de oscilación, que se traducen en amplitud y frecuencia —vemos así movimientos breves que cambian en unos cuantos minutos y otros que fluyen a lo largo de varios milenios; cambios simples que parecen imperceptibles y otros profundamente radicales—. En el proceso de toda oscilación, cuando se llega a un punto extremo se produce una breve detención que permite la manifestación de la fuerza opuesta; es allí donde la velocidad llega a cero, mientras que en el punto medio se mueve con la mayor rapidez. En el extremo derecho es donde la derecha resulta más débil y donde la izquierda adquiere todo su poder, y viceversa. Es precisamente en un punto extremo donde puede apreciarse la cualidad de la estática que permite la trascendencia de la dualidad y, por razones obvias, exige toda nuestra atención. Seamos observantes ante cualquier pausa: entre dos pensamientos, entre dos versos de un poema, entre dos frases de una ejecución musical, entre la inspiración y la espiración. Esta experiencia conduce al punto de contacto con la Conciencia. A lo largo de todos los fenómenos de la existencia —de los procesos tangibles y no tangibles de la vida terrenal— operan las dos fuerzas que a veces van en un sentido y en ocasiones en otro, de modo que después de la guerra sigue la paz; después de la escasez viene la abundancia; y como dice el refrán popular “después de la tempestad viene la calma”. Es preciso “mirar” sin perder jamás de vista los dos sentidos. Así quedó plasmada esta idea en el Eclesiastés, III,1-8: “Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de cocer; tiempo de callar, y 207
Péndulo
tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz”. Ante la ignorancia de esta ley, son muchos los que pretenden cosechar cuando es tiempo de sembrar. Esto inhibe la capacidad de adaptación y limita también la posibilidad de comprender que los tiempos son marcados por la naturaleza y nunca por la voluntad humana, aunque el hombre se obsesione en la tarea de construir, mientras se resiste y sufre los procesos de destrucción; exalte el valor de la paz, cuando no comprende que la guerra es inevitable; se arroje impulsivamente hacia la vida, sin entender la magia presente en el impulso que llega tras la muerte. Resultaría absurdo pretender que en la vida todo sea nacer, que todo sea sembrar, que todo sea guardar, que todo sea bailar; si así aconteciera, la naturaleza entraría en un desequilibrio tal que resultarían inviables todos sus procesos de renovación. Por eso es tan fundamental comprender, con plena claridad, que todo lo que llega a su fin es reemplazado por su opuesto; hasta la “moral” a veces va en un sentido que después es reemplazado por el otro: un mismo acto puede ser malo en un tiempo, para resultar bueno en otro. Todo es el resultado de dos fuerzas opuestas que tienden a contrarrestarse una a la otra, para garantizar así un equilibrio razonable —aunque también transitorio— entre todo lo manifestado. Nuestra incapacidad para asimilar esta Ley universal, para mirar los fenómenos desde las dos direcciones, para tener conciencia de ambos lados del “movimiento” pendular —que es el aspecto dinámico de la dualidad—, hace que seamos propensos a la petrificación por no incluir en nuestra vida la perspectiva que ofrece la visión de los opuestos. Y una vez cristalizados, insistimos en mirar los acontecimientos de manera unilateral, considerando que todo lo que es contrario a nuestras ideas es falso y desechable; así pretendemos que todo se fije y adapte a los modelos que crea nuestra propia mente. Esto nos vuelve inflexibles y nos predispone a todo tipo de conflictos con quienes nos rodean. Es preciso mirar el comportamiento de esta Ley en la existencia y en nosotros mismos, para así evitar identificarse con cualquier lado del movimiento pendular; debemos desconfiar de 208
Péndulo
ambos lados para evitar también que nuestros tres centros se mantengan sujetos a ellos. Asimismo, es importante observar que estando en un mismo punto se pueden experimentar condiciones diametralmente distintas, porque el movimiento puede ir en una dirección o en la contraria; podemos estar en un punto idéntico pero con tendencias diferentes, la circunstancia puede ser la misma pero llevar una dirección opuesta. Es aquí donde se comprende que las ocasiones tienen un momento único, y aún si volvieran a regresar sería en condiciones diferentes. La neutralidad juega aquí también un papel fundamental. Al no juzgarse a sí mismo como bueno o malo, al no jactarse de ser correcto o incorrecto, al no considerar el trato de manera justa o injusta, y más aún, al no dejarse envolver por estados de identificación se llega al más legítimo y trascendental estado de aceptación. La armonía de los opuestos radica en la “fuerza neutralizante”, una tercera fuerza de naturaleza distinta que trasciende a las otras dos. Esa tercera fuerza está vinculada con lo que se conoce como la Fuente original. El “factor-límite” más importante que debemos visualizar en la Ley del péndulo es que “nada puede crecer por siempre”; si así sucediera, el universo entraría en un caos total. Hay ciclos de crecimiento y hay ciclos de decrecimiento y nunca debemos aferrarnos a ninguno de ellos; no es cierto que el ciclo ascendente sea bueno y el descendente sea malo, es sólo la mente quien así lo juzga. Y aunque parezca paradójico, el ciclo descendente suele resultar esencial para la Libertad interior: en el fracaso se experimenta el profundo dolor que puede conducir a la desilusión de este mundo y, por ende, al vislumbre de la Libertad; en el caso contrario, si se es consciente del carácter ilusorio del éxito, éste se vuelve vacío y sin significado para mirarse a su vez como un nuevo fracaso. Cerremos la exposición inicial de este tema con un fragmento del Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret, que es como una oda a la ley del péndulo: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 209
Péndulo
Bienaventurados los mansos ó humildes, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los que tienen puro su corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia o por ser justos, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la Ley del Péndulo, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, de mayor trascendencia histórica, para así generar una visión universal. Todo fluye y refluye; todo posee periodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es idéntica a la de su movimiento hacia la izquierda. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
En esta cita, Hermes hace su descripción más clara sobre la Ley del péndulo. A la contracción precede necesariamente la expansión. A la blandura preceden la dureza y la fuerza. A la ruina precede la prosperidad. Al quitar precede el dar. Lao tse, Tao Te King
te. 210
La descripción que nos ofrece Lao tse no es menos importan-
Péndulo
Tras la robustez viene la vejez. Esta es falta de Tao. Sin Tao pronto acaba todo.
Lao tse, Tao Te King
La Ley del péndulo —y cualquier otra— opera ante la desconexión con el Tao —con la Naturaleza del Ser—. La desdicha se apoya en la dicha, y la dicha se agazapa detrás de la desdicha. ¿Quién podrá conocer los límites que las separan? Nada existe puro y neto. La rectitud se convierte en extravagancia, y lo bueno en monstruosidad. La confusión en que el hombre vive es muy antigua. Lao tse, Tao Te King
Quien no comprenda el operar pendular nunca comprenderá el comportamiento de la naturaleza, estará condenado a vivir en la confusión. El que cada día no progresa, retrocede cada día. Confucio
No es posible estabilizarse en una cierta condición, porque todo se mueve —en cualquier punto del péndulo—. Cuando los hombres se juntan para comparar su fortaleza con juegos de habilidad, comienzan con un humor liviano y amistoso, pero con frecuencia terminan con otro oscuro e iracundo. Lo que empieza siendo sincero en general acaba siendo embustero. Lo que era simple al comienzo, adquiere proporciones monstruosas al final. Chuang-Tzu
Ante la conciencia limitada, cualquier situación puede polarizarse en unos cuantos minutos. Vivir en el Gran Camino no es ni fácil ni difícil, cuanto más se apresuran, más lentos van. Sosán, Hsin Hsin Ming
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Péndulo
Cada movimiento pendular lleva su propio ritmo, cuando la voluntad humana pretende modificarlo; sólo consigue el efecto contrario. Apártense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Lucas 12: 1,2
El paso de un lado al otro del péndulo suele resultar inesperado. ¡Ay de ustedes los que ahora están saciados! porque tendrán hambre. ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen! porque lamentarán y llorarán. ¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes! porque así hacían sus padres con los falsos profetas. Lucas 6: 20-26
No importa de qué lado nos encontremos, el lado opuesto asomará su cara. El que quiera castigar que se ande con cuidado, no sea que el castigo se vuelva en su contra. Paracelso, Las Siete Apologías
Transitar al otro lado del péndulo no es sólo una posibilidad, es algo seguro. No olvides, tú, que por la liberación del hombre peleas, que cada fracaso es triunfo. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Mientras nos mantengamos dormidos, cada triunfo se tornara después en fracaso. 212
Péndulo
Lo puedo asegurar, cuando nos encontramos totalmente desnudos, sin esperanza alguna, en ese momento de inseguridad vital nace la llama de la suprema inteligencia, la dicha de la Verdad. Krishnamurti, Informes de conversaciones y respuestas a preguntas, Nueva York 1935
En el extremo del “no saber” surge el “saber supremo”.
92 Adulación El hombre natural común suele rechazar a las personas que ensombrecen su ego o que no le permiten soñar con él; por lo regular, las trata con rechazo, desdén o desagrado. En sentido opuesto, procura a los individuos que le ayudan a soñar y le permiten fortalecer su “yo”; en otras palabras, gusta rodearse de aduladores. Porque la adulación es una alabanza exagerada que fortalece la identificación con la personalidad y aumenta la sensación de “ser”. Los aduladores son amigos inútiles que buscan siempre un interés propio; aparentan honradez, pero a través de sus pródigos elogios manipulan y arrebatan un pedazo de la voluntad del adulado; poseen una conciencia existencial endeble y procuran rodearse de muchos amigos para servirse de ellos. Paradójicamente, con su actitud se alaban a sí mismos porque afirman sutilmente que comprenden a todos sus adulados, guardando cierta afinidad con ellos. El verdadero amigo es sincero y habla sin rodeos; gracias a la Conciencia de sí mismo se mantiene en neutralidad, porque no juzga —no enaltece ni sobaja—; por su desapego, otorga una legítima ayuda que no deviene de algún tipo de reacción; acepta incondicionalmente, sin caer jamás en la indiferencia. Es importante y necesario contar con cierta madurez para dejar de lado las voces halagadoras, sin reaccionar a ellas —no deseándolas ni rechazándolas—, porque todo estado de identificación con cualquier tipo de adulación conduce al autoenga213
Adulación
ño; para esto es preciso conducirse por la existencia manteniendo siempre presente esta premisa: “La personalidad no es mi Ser”. Cualquier halago puede considerarse sincero, estimulador y hasta creerse necesario —incluso podría percibirse como una bendición—; sin embargo, toda adulación será siempre emitida por una personalidad y recibida por otra personalidad. Revisemos las citas de mayor trascendencia histórica acerca del tema, acerquémonos a las fuentes originales y dilucidemos con ellas sobre este punto importante. Los amigos útiles son rectos y veraces, fieles y virtuosos, ilustrados e inteligentes. Los amigos inútiles afectan una gravedad externa y sin rectitud, son pródigos en los elogios y bajas adulaciones y tienen más locuacidad que inteligencia. Confucio
Dejemos de lado el prototipo de compañía que necesita el ego, porque sólo nos introduciremos en el autoengaño; procuremos mejor a los amigos útiles. ¿Qué es necesario pensar del que, siendo pobre, no es adulador, o del que, siendo rico, no es orgulloso? Confucio
Sin importar su condición económica, el que no es adulador es sensato y respetuoso; es un extraordinario y necesario amigo. Son amistades ventajosas: los hombres que hablan sin rodeos, los hombres sinceros, los sabios. Son amistades perjudiciales: los que aparentan honradez, los aduladores, los hombres muy habladores. Confucio
“Los aduladores hablan mucho y aparentan honradez”, a través de ambas cualidades resulta fácil identificarlos. 214
Adulación
Hasta la actualidad, ha sido esto y nada más que esto: rastrillar a un lado a la gente pura y simple y deleitarse en los aduladores bulliciosos. Chuang-Tzu
Históricamente, el hombre natural siempre ha optado por rodearse de aduladores. Si tanto me alaban, será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden. Aristóteles
El adulador engaña y se autoengaña. Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores. Aristóteles
En cualquier adulador, el interés personal está siempre por delante. El amigo de todo el mundo no es un amigo.
Aristóteles
El adulador suele rodearse de muchos amigos —a quienes engañar—. No necesito amigos que cambian cuando yo cambio, y asienten cuando yo asiento: mi sombra lo hace mucho mejor. Plutarco
El adulador nunca será necesario; por lo contrario, siempre será un lastre. ¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes! porque así hacían sus padres con los falsos profetas. Lucas 6: 20-26
Que todos hablen bien de uno, no es una buena señal. 215
Adulación
Viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Éste verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. Juan 6: 14,15
Jesús de Nazaret evitó que los aduladores —conscientes o inconscientes de su actitud aduladora— se apoderaran de él. Los sabios desoyen las halagadoras voces de la ilusión. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Las voces de los aduladores son halagadoras, pero adormecen. Apártate del aplauso, oh tú, devoto. El aplauso conduce al engaño propio. Tu cuerpo no es el Yo, tu Yo existe por sí mismo independientemente del cuerpo, y no le afectan ni los elogios ni los vituperios. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
El adulador y el adulado se suman en la complicidad de perpetrarse daños mutuamente, ambos se introducen en el autoengaño y la identificación.
93 Inocencia La Sabiduría tiene cabida en el hombre sólo cuando se muestra espontáneamente con sencillez, con simpleza; estado de inocencia que otorga la madurez necesaria para percibir la verdadera naturaleza. Las criaturas recién nacidas como los bebés, los gatos, los cachorros, entre otros, con gran simplicidad hacen patente esa inocencia en su fragilidad y su delicadeza, porque no se han establecido debidamente en la densidad material de la existencia; no juzgan, no analizan, no construyen conceptos en la mente que 216
Inocencia
nublen su conciencia; aún irradian inocencia, ternura y una cierta Belleza que no corresponde a este mundo; pero es necesario poseer suficiente sensibilidad para deleitarse con ellos. En el hombre natural, cuanto más se activa el mecanismo del pensamiento menos espacio queda para la inocencia, que es fundamental para percibir la realidad. Y para rescatarla, de manera espontánea, es recomendable mantener la mente en calma mientras se realizan actividades poco complejas como caminar en la calle, escuchar sonidos naturales, mirar los árboles o el movimiento citadino; en otras palabras, observar sin analizar, sin que se acelere la marcha del mecanismo del pensamiento. La acumulación de conocimientos, a lo largo del tiempo, no nos convierte en inocentes; la inocencia llega por el cese de los conflictos de la mente. Y sólo con una mente inocente es posible alcanzar la madurez. Quien desdeña la capacidad de asombro que surge de la inocencia se mantiene con los ojos cerrados. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre la inocencia, pongamos sobre la mesa algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, aquellas de mayor trascendencia histórica y generemos así una visión universal. Cuando se realiza una acción como servicio desinteresado y acto de adoración, en paz mental y sin apegos, libre ya de la esclavitud a su ego, que no se inmuta ante la derrota ni la victoria, conservando siempre su paz interior: pura es la naturaleza sáttvica de ese hombre. Bhagavad Gita, XVIII- 23
En el desinterés, el desapego, la Libertad, la neutralidad y la Paz interior, radica la inocencia. Sólo yo (el sabio) estoy impasible, inexpresivo, abobado, como infante recién nacido, sin saber adónde dirigirme. Todos andan sobrados, yo estoy como olvidado. Mi corazón, cual el de un estúpido, está caótico. Todos brillan, yo pa217
Inocencia
rezco estar en tinieblas. Los demás andan atentos y activos, sólo yo languidezco, perdido y sin paradero, cual viento en alta mar. Lao tse, Tao Te King
El sabio es inocente, como un infante recién nacido; el hombre natural común carece de inocencia. Del que posee mucha virtud se dice que es como un niño pequeño. Ninguna avispa ni ninguna serpiente venenosa le pica; ninguna fiera salvaje le ataca; ningún ave rapaz cae sobre él. Lao tse, Tao Te King
Por su inocencia, el Hombre virtuoso pasa inadvertido. En el estado de simpleza la gente alcanza su verdadera Naturaleza. Chuang-Tzu
La Naturaleza del Ser es tan simple, que ninguna persona es capaz de comprenderla. El palacio dado al príncipe por el rey resplandecía con todo el lujo de la India; porque el rey quería que su hijo fuera dichoso. Todo lo que es doloroso de contemplar, todas las miserias y toda noción de sufrimiento, habían sido alejados de Siddharta, e ignoraba que el mal reina en el mundo. Pero como el elefante cautivo suspira por las junglas salvajes, el príncipe se impacientaba por ver el mundo, y pidió al rey, su padre, permiso para satisfacer su ardoroso deseo. Evangelio del Buddha
La inocencia no inhibe la necesidad de conocer el comportamiento de la vida natural. 218
Inocencia
Cuatro personas pasaban llevando un cadáver, y el príncipe, estremeciéndose a la vista del cuerpo privado de vida, interrogó al cochero: ¿Qué es lo que llevan esos? El conductor le dijo: Es un muerto. Y el príncipe se penetró de horror y de espanto. ¿Esto es una excepción, preguntó, o también en el mundo hay otros ejemplos de ello? Con la voz apagada y balbuciente, el príncipe exclamó: ¡Oh, hombres mundanos! ¡Cuán fatal es nuestro error! Inevitablemente nuestro cuerpo caerá en el polvo; y, sin embargo, sin cuidado ni precaución, continuamos viviendo. Evangelio del Buddha
Por la identificación se pierde la inocencia, no con el desarrollo de la conciencia existencial. El que de niño es bueno le resulta fácil, toda la vida, conservar una conducta intachable; pues no se puede correr bien hasta la meta si se ha tenido una mala salida. Vida Pitagórica, Jámblico
La inocencia garantiza una buena salida para la debida asimilación de las experiencias en la vida natural; debe conservarse hasta donde sea posible. Eduquen a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Pitágoras
La inocencia es el pivote de la buena educación. Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atara una piedra de molino al cuello, y se le arrojara en el mar. Marcos 9: 42
Enorme es la responsabilidad que debe afrontar quien roba la inocencia a un niño. 219
Inocencia
Entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor. Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí, y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande. Lucas 9: 46-48
No hay mayor don que la inocencia. Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la Tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Lucas 10: 21
Si no hay inocencia no hay revelación. El discípulo ha de recobrar el estado infantil que perdió, antes que otro sonido pueda herir su oído. H.P. Blavatsky, Libro de los preceptos de oro
El “religare” —regreso al Origen— lleva implícita la recuperación de la inocencia. El hombre que adopta la túnica de sanyasi, se deja crecer la barba, va al templo y huye de la vida, no es un hombre religioso. El hombre religioso es aquel que muere cada día y renace cada día. Su mente es joven, inocente y fresca. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
La inocencia es imprescindible para la verdadera religiosidad. El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados. Albert Einstein
Quien ha perdido la inocencia absolutamente, ya está “muerto en vida”. 220
Escuchar
94 Escuchar Escuchar es recibir sensorialmente la energía que otros emanan a través del lenguaje; quien escucha absorbe la fuerza que derrama la boca de quien habla. Entre la escucha y el habla se establece un circuito en el que fluye energía, cuya cualidad define el correspondiente resultado: la voz emanada de la Conciencia eleva la frecuencia vibratoria de cualquier mente abierta; pero en sentido opuesto, debajo de un nivel determinado, el habla conduce y ata a fuerzas inferiores. En términos esenciales, la escucha va más allá de la percepción auditiva, surge de ella un legítimo estado de atención que abre el vacío necesario para albergar la esencia de las palabras; en este estado, la “sencillez” misma de las palabras adquiere un significado tan profundo, que permite que prevalezca la idea esencial por encima del lenguaje. El acto mismo de la escucha —lo continente— es más importante que el “contenido” de lo escuchado, esto debido al espacio de presencia conscientiva que se abre al escuchar; en ese espacio se establecen los lazos de unidad con el interlocutor que permiten trascender los muros separativos que produce el pensamiento conceptual. Comprendamos que nuestros oídos no están a nuestra disposición sólo para escuchar a las personas que nos rodean; si caminamos en un espacio natural es preciso detenernos a escuchar el canto de las aves, el murmullo que surge con el roce del viento en las ramas de los árboles, ocuparnos en percibir la elevada vibración de las montañas y, cuando la ocasión lo haga posible, abrir la atención a la dinámica que fluye en los distintos espacios dimensionales. Tanto con las personas como con la naturaleza, el estado de comunión sólo es posible si se posee la capacidad y la disposición de escuchar. Con base en lo anterior, comprendamos que la verdadera escucha es un ingrediente esencial para una verdadera relación; no obstante, comprendamos también que sólo es posible escu221
Escuchar
char en silencio —acto de naturaleza pasiva—, sin esfuerzo, sin pretensión alguna, sin verbalizar y en ausencia de cualquier proceso mental. Por razones obvias, la más legítima escucha es un don escaso. ¿Cómo resultaría posible escuchar? El silencio es suficiente; la mente no debe intervenir, no debe juzgar al que habla ni analizar el grado de razón que hay en lo escuchado, tampoco debe pretender modificarlo para satisfacer sus propios deseos. Simplemente hay que escuchar y disfrutar la paz inherente en el silencio. Mientras la mente oye y analiza, la Conciencia escucha; de ahí que en la medida que surge el análisis desaparecerá la escucha, esos dos actos no se pueden realizar al mismo tiempo. Cuando pensamos dejamos de escuchar, y viceversa. El razonamiento analítico debe separarse y dejarse sólo para las cuestiones pragmáticas ante los asuntos relativos y transitorios de la existencia. Cuando un hombre se obstina en discutir, en contradecir, en afirmar su opinión personal, pierde inevitablemente la oportunidad de aprender algo nuevo. Escuchar es toda una ciencia; y si se adolece de ella, toda comprensión será literal y conducirá a una ilusión cada vez más profunda. En la emisión de una idea, generada por el que habla, está el carácter masculino del acto de hablar; escuchar es un acto femenino, receptivo. Por razones evidentes, debemos aprender a escuchar antes que a hablar. Para sustentar lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre este tema, pongamos a nuestra disposición algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, para así generar una visión universal. Jamás se han de revelar los secretos a alguien que no ofrezca su amor, o alguien que no quiere oír o que tan sólo pretende discutir. Bhagavad Gita, XVIII- 67
La revelación nunca estará al alcance del oído que no es capaz de escuchar. 222
Escuchar
Los labios de la sabiduría siempre estarán abiertos al oído capaz de escuchar. Hermes Trismegisto, Tabla esmeraldina
Hermes nos dice lo mismo que Krishna, pero con un planteamiento invertido. Un hombre de virtud mayor que la ordinaria puede oír enseñanzas elevadas. Un hombre de virtud menor que la ordinaria no es capaz de oírlas. Confucio
Las grandes enseñanzas están al alcance de todos, pero son develadas únicamente por quienes son capaces de escuchar. Cuando hablo de escuchar bien, no me refiero a escuchar a los otros; quiero decir simplemente escucharse a sí mismo. Cuando hablo de buena visión, no me refiero a mirar a los otros; quiero decir simplemente mirarse a sí mismo. El que no se mira a sí mismo sino a los otros, el que no se sostiene a sí mismo sino que se sostiene de los otros, obtiene lo que obtuvieron los otros y deja de obtener lo que él mismo tiene. Chuang-Tzu
Antes de aprender a escuchar a los demás, es preciso escuchar el interior de sí mismo. Y el Bienaventurado dijo: La puerta de la inmortalidad se alza de par en par a todos los que tengan oídos para oír, que puedan recibir el dharma con fe. Evangelio del Buddha
Quien se mantiene lleno de sí mismo —de su “yo”— nada puede recibir; aunque pretenda abrir sus oídos. Movido por el menosprecio a sus enseñanzas por parte de los habitantes del aquel entonces Samos, se dirigió a Italia, 223
Escuchar
considerando como su patria ese lugar que contenía en mayor número hombres bien dispuestos a aprender. Vida Pitagórica, Jámblico
En Samos, su ciudad natal, Pitágoras no encontró oídos abiertos; adoptó entonces como su patria el sur de Italia y la isla de Catania —hoy Sicilia—, donde encontró oídos dispuestos a escuchar su enseñanza. Deberían ejercitarse en escuchar, para que puedan hablar. Vida Pitagórica, Jámblico
Antes de aprender a hablar, debemos aprender a escuchar. Dijeron sus discípulos: Instrúyenos acerca del lugar donde moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo. Les dijo: El que tenga oídos, que escuche. En el interior de un hombre de Luz hay siempre Luz y él ilumina todo el universo; sin su Luz reinan las tinieblas. Evangelio de Tomás, Nag Hammadi
La premisa es clara y simple: “El que tenga oídos, que escuche”. Ningún profeta es aceptado en su aldea; ningún médico cura a aquellos que lo conocen. Evangelio de la Verdad, Nag Hammadi
La envidia y la arrogancia colectiva cierra los oídos de la multitud: “Nadie es profeta en su tierra”. Pitágoras lo vivió en carne propia. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Marcos 6: 4
224
Escuchar
En el Evangelio de Marcos, Jesús de Nazaret lo ratifica. En esta cita va desde las masas hasta el pequeño núcleo familiar. Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra. Juan 4: 44
Nuevamente, queda ratificado en el Evangelio de Juan. Para el que ha llegado sin saberlo aún, basta con una ligera indicación para que el abrigo de su Luz pueda encontrar el camino verdadero, andar por él con paso firme y, con la gracia de Allah, alcanzar el fin de su sendero. Ibn Arabi, Tratado de la Unidad
Quien mantiene sus oídos abiertos es capaz de escuchar y comprender la señal más sutil. Deseas que te enseñe y yo te dirigiré a nuestro maestro, quien me lo ha enseñado de modo que tú mismo puedas aprenderlo de él, que es el único que enseña al corazón. Escúchale. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Quien sea capaz de escuchar a su Ser íntimo, podrá escucharlo todo. La voluntad tuya detiene tu escucha y te hace sordo a Dios, pues piensas en cosas terrenales, y atiendes a lo que está fuera de ti, llevándote así a un terreno en el que quedas atrapado y cautivo de la naturaleza. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La “voluntad personal” está orientada hacia lo externo y cierra los oídos al Ser interno. 225
Escuchar
Sólo si escuchamos podremos aprender. Y escuchar es un acto de silencio; sólo una mente serena pero extraordinariamente activa pude aprender. Krishnamurti, Conversaciones por Krishnamurti en India 1966
El silencio de la escucha es el recurso fundamental para el verdadero aprendizaje. Escuchamos con una fórmula de ideas, con una filosofía que hemos cultivado o que hemos aprendido. A través de esas pantallas escuchamos, interpretamos, traducimos, hacemos a un lado lo que no nos gusta, y nos quedamos con lo que nos agrada, pero así el acto de escuchar nunca se produce. Krishnamurti, Conversaciones por Krishnamurti en U.S.A. 1966
El hombre natural común escucha siempre a través de una enorme carga de condicionamientos; esto lo hace discriminativo y selectivo. Viéndolo objetivamente: en realidad “no escucha”. Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres. Albert Einstein
Los mediocres nunca serán capaces de escuchar ni comprender a los Grandes Hombres.
95 Fe Históricamente la fe ha sido confundida con la creencia; hablar de fe no es referirse a la confesión o la aceptación ciega de una doctrina o una iglesia, ni de una escuela o un dios. En sentido gnóstico, fe significa “saber desde adentro”. Ese saber interior parte del Ser interno, del corazón; es una posesión de la que hay que volverse esencialmente conscientes. La fe es un estado fundamental de Ser que no se manifiesta a voluntad del hombre; se presenta en función de la trascenden226
Fe
cia de toda dependencia con el mundo dialéctico y de los apegos hacia otros individuos o entidades colectivas —eones—. Esto nos orilla a comprender algo innegable: “por naturaleza, nadie busca a Dios”. Cualquier estado de fe, desde el más sutil hasta el más consistente, parte de un vínculo de unidad: La fe legítima une con el Origen, con lo eterno; las creencias unen con la existencia, con lo temporal. De aquí surge la importancia de revisar en qué dirección pretendemos dirigir nuestros lazos de unidad. No es la incredulidad la que impide o limita el surgimiento de la fe, sino el miedo; no es por la escasa disposición a creer en algo de orden superior, sino por el temor a lo desconocido, a lo incomprendido, a lo inalcanzable, a lo que está más allá de nuestra voluntad y de nuestro control. La fe se manifiesta por el sentir de la fuerza atrayente del Ser y por la entrega incondicional a Él; y por la no-identificación con todo lo contenido en la existencia. No vivamos con la pretensión de que por leer los libros universales seremos poseedores de la Gnosis —el Conocimiento y la Conciencia del Ser—. Mientras el átomo nous, el Ser interior original, no haya sido inflamado por la Fuente original dentro del corazón, la fe estará alejada de nosotros. Revisemos lo que algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales nos presentan sobre la Fe y, a través de ellas, procuremos un reencuentro con la Conciencia; generemos así una visión universal. Sólo el hombre de fe es el que alcanza el Conocimiento. Pues vive en armonía y su fe es su vida. Pero el hombre que vive en la duda, careciendo de fe y de Conocimiento, está perdido, pues su mente está confusa. El hombre que vive en la duda no encontrará gozo ni en este mundo ni en el que haya de venir. Aquél que cuida con amor su experiencia interior, y que mediante el Conocimiento destruye sus dudas, estará siempre libre de las ataduras que crean la acción egoísta. 227
Fe
Así pues, oh Arjuna, destruye con la espada del Conocimiento las dudas que nacen de la ignorancia que habita en tu corazón. ¡Levántate, gran guerrero, levántate! Bhagavad Gita, IV- 39, 40, 41 y 42
El Conocimiento de la Verdad —la Gnosis— fluye a través de la fe. Entre los hombres mortales hay tres clases de fe, de acuerdo con su propia naturaleza, que son: de Luz, de fuego y de oscuridad. Los primeros adoran al Dios de la Luz, los segundos adoran a los dioses del poder y la riqueza. E igualmente, aquéllos cuya naturaleza es preponderantemente tamásica adoran a los espíritus nocturnos, fantasmas y fuerzas elementales. Debido a esto, hay farsantes ostentosos que, motivados por el deseo de poder y sus pasiones, someten a terribles austeridades que no vienen prescritas por los libros sagrados, y apartan de la actitud piadosa. En su locura, torturan los cuerpos y las energías vitales que en él residen. Has de saber, oh Arjuna, que sus mentes tienen tendencias demoníacas. Bhagavad Gita, XVII- 2, 4, 5 y 6
La fe de “Luz” es la única y legítima fe. El hombre de gran visión no necesita categorías, sino que relega todo a lo constante. Lo constante es lo útil; lo útil es lo que penetra con facilidad; lo que penetra con facilidad es lo que tiene éxito; y con el éxito, todo se completa. Él depende sólo de esto, confía en ello sin saber que lo está haciendo. Esto es el Tao. Chuang-Tzu
El sabio es visionario porque otorga su fe al Ser absoluto, cuya majestuosidad se hace manifiesta en la más exquisita sencillez. 228
Fe
Para la mente unificada, en armonía con el camino, cesan todos los esfuerzos enfocados hacia uno mismo. Las dudas y las vacilaciones se desvanecen, y vivir en la fe verdadera se vuelve posible. Sosán, Hsin Hsin Ming
Para vivir en la fe hay que dejar en segundo plano los propósitos externos de la personalidad. Vivir en la fe es el camino hacia la no-dualidad, porque lo no-dual es Uno con la mente que confía. Sosán, Hsin Hsin Ming
La fe emana de la Unidad del Ser. La fe recibe, el amor da. Nadie puede recibir sin la fe; nadie puede dar sin amor. Por eso nosotros creemos, para poder recibir; pero para poder dar de verdad hemos de amar. Evangelio de Felipe, Nag Hammadi
El amor es masculino —da—; la fe es femenina —recibe—. Quien da sin amor, negocia su dádiva; quien recibe sin fe, se autoengaña. La muerte, cuando llega, desprende el alma de la materia y así el alma no piensa más en la materia, porque para ella ya no existe; piensa en el que la envió, espera en Él, confía en Él. Por lo tanto, ustedes que han creído en mí y escuchan mi Palabra, deben despojarse de lo que no les corresponde para que en Espíritu se eleven al seno de mi Padre. Evangelio de Judas
Quien carece de fe, se mantiene apegado a la materia (a ella otorga su limitada fe) aún después de la muerte biológica. 229
Fe
El que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tengan la Luz, crean en la Luz, para que sean hijos de Luz. Juan 12: 35,36
La Luz original emana desde el interior; esa Luz es la Fuente de la verdadera fe. Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Juan 20: 29
Tomás representa al hombre que confía y cree sólo en las percepciones sensoriales orientadas a la materia. Todo está operando en su interior por la fe, que es la evidencia de una gran manifestación en su Espíritu de ese reino divino que está en usted. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
La fe es la constancia plena de la presencia del Ser interno. Recoge todos tus pensamientos y dirígete con fe hacia el centro, mantente silencioso ante el Señor, sentado en soledad con él en tu celda más interna. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La verdadera fe sólo puede surgir y mantenerse en orientación interior. Aquellos que llevan a Dios dentro de sí, y que viven de acuerdo a su Espíritu, encuentran el reino de Dios en su fe, su voluntad se ha entregado a Dios a causa de esta fe. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
La auto-rendición y la entrega al Ser se fundamentan en la fe. 230
Libertad
96 Libertad Toda la vida del hombre común se basa en la idea de que goza de plena Libertad, lo que en cierto modo es verdad; sin embargo, antes debe advertirse que esa libertad es relativa y, como todo lo relativo, parece “ser” pero en sí misma “no es”. Más allá de esa libertad relativa, lo más esencial de la vida está en descubrir por uno mismo cómo ser Libre en sentido pleno y absoluto. Pero antes de buscar esa anhelada “Libertad absoluta”, debemos advertir primero que no somos libres; si nos imaginamos libres, entonces no concebimos la idea de escapar de la prisión que nos enclaustra —la simple idea de huir de una prisión resultaría ridícula—. Para que dé inicio un proceso de liberación el primer paso fundamental es adquirir cierta conciencia de que estamos prisioneros y así estudiar la naturaleza de la prisión e indagar sobre los posibles medios para salir de ella. El estudio de la prisión —que es todo el plano existencial— debe centrarse en la comprensión de las “leyes universales” que mueven la naturaleza (la mayoría de ellas ya fueron abordadas en los tomos anteriores), porque con ellas es posible comprender el comportamiento de toda la vida natural, incluida la psicología del humano; estas Leyes se entrecruzan y originan otras nuevas para que en función de todas ellas adquiera forma el drama de la existencia humana —entre más Leyes, más densa es la prisión—. Resulta fácil decir que somos libres, pero con tan sólo visualizar el comportamiento de las Leyes universales, y observar cómo movilizan nuestra vida, es suficiente para comprender que nuestra libertad es extremadamente limitada. Vivimos un momento histórico —en pleno siglo XXI— donde la libertad es un derecho que se adquiere por nacimiento, pero sólo sucede en términos legales y sociales; el aspecto más fundamental de la Libertad reside en la Conciencia, que está todavía lejos de nuestro alcance. Cuando hablemos de “prisión”, en sentido natural, ubiquemos sus límites inherentes en dos direcciones distintas: en el aspecto físico, visualicemos todo lo que pone límite a la movilidad, a la 231
Libertad
salud y a la permanencia de nuestra presencia corpórea; en el aspecto psicológico, visualicemos todo lo que pone límite a nuestra conciencia existencial. Es evidente que, en relación al segundo aspecto, cada hombre ha construido su propia prisión. Para comprender el posible grado de libertad que hay en nosotros, empleemos el discernimiento y distingamos nuestra doble naturaleza: el “observador” y el “observado”. Es fundamental identificar al verdadero “Yo” en el lado observante y nunca en el lado observado, que es donde nace la ilusión del “yo” —sólo así se hace posible el inicio de la Libertad interior—. Todo cuanto hacemos mediante la personalidad —el lado observado que se cree libre y dueño de sus propios actos— sucede en función estricta de las circunstancias externas; y si actuamos condicionados por las circunstancias, entonces no somos libres. Los factores externos nos conducen como viles máquinas y nos llevan en una dirección o en otra. Todo sucede por la inercia propia de la personalidad; es decir, por las cualidades que caracterizan la dinámica de la máquina, que fue construida en nosotros y programada en función de sus propias circunstancias externas —educación, cultura, religión, y un sinfín de factores—. Por propia naturaleza, mientras nos mantengamos identificados con la personalidad maquinal nunca seremos capaces de “hacer”, todo nos sucederá, estrangulando nuestra limitada libertad. Comprender esa mecanicidad significa reconocerse como una máquina que sólo es capaz de reaccionar a las influencias externas; que no actúa, sino que reacciona; es entender que cada uno de nosotros está gobernado por su propia serie de reacciones a las “impresiones” que nos muestra la existencia. “Todas las experiencias de nuestra vida son el resultado de esas reacciones”. Es necesario que la mente deje de reaccionar a los condicionamientos externos; porque una mente que no goza de Libertad no puede descubrir lo verdadero, lo eterno. Y gozar de Libertad es estar libre de toda influencia —sutil o grotesca—. No obstante, comprendamos que no se trata de resistirse a las influencias, porque cada resistencia es una nueva reacción que se convierte en un nuevo condicionamiento. Lo importante está en la comprensión de este proceso y asumir las influencias en plena neutralidad, sin resistirse, sin identificarse y sin hacer esfuerzo alguno. 232
Libertad
Sustraerse inteligentemente de las influencias que generan las reacciones en uno mismo, y sentirse libre de ellas, es permitir que la mente recupere su capacidad de asombro para que así redescubra la esencialidad de la vida; esto es algo mágico, es por sí mismo liberador y conduce a la Conciencia de sí mismo. Sinteticemos lo ya expuesto y hagámoslo partiendo de dos preguntas elementales: ¿De qué debemos liberarnos? De la identificación con la vida externa y sus mecanismos naturales, es decir de las Leyes que mueven la existencia; de la ilusión de que nuestro Ser es el cuerpo físico comandado por la mente. ¿Cómo será posible conquistar la Libertad? La palabra “cómo” implica un método, que para los propósitos existenciales podría resultar fundamental; sin embargo, para la Libertad, que está en la cualidad del Ser, es locura. Lo que sí debemos comprender, es que nadie puede enseñar o inducir a otro hacia la Libertad —esto nos libera de una carga inmediata—. En términos alquímicos, la Libertad interior se presenta al discernir y separar lo falso de lo Verdadero, la ilusión de la Conciencia; y si buscamos algo más pragmático, la pauta más elemental está en no desear, no juzgar, no resistir, y aunque parezca paradójico: no hacer. Es imposible entender la Libertad sin una inteligencia de orden superior, y esa inteligencia sólo es accesible si se comprende la causa de los condicionamientos que limitan la propia Libertad. Quien busque realmente la Libertad debe estar dispuesto a trascender todo tipo de ilusión; así, a manera de compensación, será posible descubrir el Amor, la Belleza y toda la profundidad que hay en la Libertad. Profundicemos sobre la Libertad a través de las citas de mayor trascendencia histórica extraídas de las fuentes filosóficas originales. Revisémoslas para que se manifieste en nosotros una visión universal. Quien no se regocija en la fortuna y los bienes, ni se apena en el infortunio o la enfermedad; aquél que donde quiera que esté está libre de ataduras, sin duda posee suprema sabiduría. Bhagavad Gita, II- 57
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Libertad
En el despego y la neutralidad fluye la Libertad. Cuando seamos descargados de la guarda del mundo material, y liberados de los lazos de la mortalidad, Él nos restaurará, purificados y santificados, a la condición primaria de esa parte superior de nosotros que es divina. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Para ser libres de los múltiples condicionamientos del mundo material, debemos apelar al Ser interno. El maestro guía a los discípulos, pero no los arrastra; los exhorta a avanzar, pero no los ahoga; les señala el camino, pero no los lleva a la meta. De esta manera los discípulos pueden llegar a pensar por sí mismos. Confucio
El verdadero maestro respeta y garantiza la Libertad del discípulo. Obedece a la naturaleza de las cosas y andarás libre y tranquilo.
Sosán, Hsin Hsin Ming
Quien se opone al curso y a la naturaleza de las cosas, sacrifica su Libertad. De un solo golpe somos liberados del cautiverio; nada se aferra a nosotros y nosotros no nos aferramos a nada.
Sosán, Hsin Hsin Ming
Por la no-resistencia y la aceptación, la Libertad es instantánea. Si nos despojamos de todos nuestros deseos y reconocemos distintamente la no existencia de la materia, alcanzaremos el estado de perfecto vacío. Allí encontraremos las condiciones de la vida inmaterial. 234
Libertad
Como el ave silvestre que escapa de su prisión, así el “yo”, liberándose de todas las limitaciones, halla el reposo perfecto. Esa es la verdadera liberación. Evangelio del Buddha
Con el reconocimiento de la insustancialidad de la materia es posible redescubrir la verdadera Vida, que es inmaterial; y esto conduce a la verdadera Libertad. Era habitual para los pitagóricos, ya bastante ancianos, morir como si liberasen el cuerpo de una prisión. Vida Pitagórica, Jámblico
rial.
Todo Hombre Consciente se despide así de este mundo mateEs necesario que ustedes se conviertan en su propio Sol, en su propia Luz. Evangelio de Judas
La Verdad está en la Luz del Sol interior, y por ella nos haremos libres. Te digo que el hombre debe volar como las aves, porque el hombre es Espíritu y el reino del Espíritu no está en la Tierra. Evangelio de Judas
Alcanzar la Libertad consiste en separar nuestras dos naturalezas, liberarse del cuerpo físico, de las ataduras que generan los apegos y reencontrarse con el Ser. La Verdad os hará libres. Juan 8: 32
La Verdad absoluta otorga la más legítima Libertad. 235
Libertad
Mantente libre de las reglas de todas las diversas sendas. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Los métodos y las reglas no otorgan la Libertad. El Hombre libre no pregunta a nadie por la creencia que tiene; como tiene asumidas en su Ser todas las creencias, no se mezcla con estas cosas ni niega las creencias de los demás. Es decir, el gnóstico mantiene un punto de vista que los abarca a todos. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
El Hombre libre tiene asumidas todas las corrientes, es Universalista. Toma a uno que no lleva sus cuentas Que no quiere ser rico, ni tiene miedo a perder. Que no tiene interés alguno en su personalidad: es libre. Rumi, Masnavi
Quien, en ausencia de miedo, no desea ni rechaza y se mantiene en la no-identificación, es libre. Tan pronto como tomas algo en tu deseo, y lo recibes en ti como algo propio, entonces este mismo algo se identifica contigo mismo, como si formase parte de tu propio Ser. Pero si no recibes nada en tu deseo, eres entonces libre. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
El miedo, el deseo y la identificación arrebatan la Libertad. Te verás muy tentado a atraer materia, y a reunir lo que el mundo llama sustancia, a fin de tener algo visible en que confiarte. Pero no consientas en ningún modo rendirte a los caprichos de tu carne en contra del Espíritu. Pues al hacerlo así infaliblemente oscurecerás la Luz divina que en ti hay. En el materialismo nunca serás capaz de alcanzar la Libertad. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
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Libertad
El deseo de acumular bienes materiales nos nubla la Luz del Ser interno; en estas condiciones, la Libertad se escapa. La Libertad no admite compromisos. La libertad parcial del individuo no es Libertad en absoluto. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida
La Libertad no puede estar limitada ni condicionada. La virtud es Libertad, sentido del orden; sin orden, sin Libertad, no es posible experimentar lo real. La libertad está en la virtud, no en hacerse virtuoso. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
Detrás de la Libertad se encuentra la experiencia de lo real. La Verdad nos hará libres. Tener libertad de Espíritu quiere decir poder pensar sin condicionamientos sobre los límites y perjuicios autoritarios de la sociedad, así como la especulación rutinaria y las prácticas del medio que tienden a animalizarlo. Albert Einstein
Pensar sin condicionamientos es acceder a la Libertad de la Conciencia. Un ideal de libertad externa jamás se logrará plenamente, aunque debe persistirse en él con empeño si queremos que el pensamiento científico avance, lo mismo que el pensamiento filosófico y creador en general. Para lograr que resulte posible el desarrollo espiritual de todos los individuos, es necesario un género de libertad exterior. Albert Einstein, Mis creencias
Antes de la Libertad interior, primero debemos liberarnos de los condicionamientos externos. 237
Libertad
La libertad interior consiste en pensar con independencia sobre las limitaciones y los prejuicios autoritarios y sociales y el hábito embrutecedor del ambiente. Esta libertad interior es un raro privilegio de la naturaleza y un propósito digno para el individuo. Albert Einstein, Mis creencias
No existe propósito más loable que éste. Únicamente si se prosigue con constancia y Conciencia la Libertad interior y la libertad externa es posible el progreso espiritual y el Conocimiento, para así mejorar la vida general del hombre en todos sus aspectos. Albert Einstein, Mis creencias
Sólo con la Libertad —en cualquiera de sus dos sentidos— es posible mejorar las condiciones de vida.
97 Karma La Ley universal de “causa-efecto” ha sido confundida reiteradamente con el karma, tal como si fuese su sinónimo. Como Principio universal, causa-efecto es un mecanismo de la dinámica natural de la existencia y opera por encima de cualquier voluntad humana; el karma surge en el momento en que el humano se identifica con esta Ley. Por tal razón, un hombre identificado con la existencia sufre o goza de sus circunstancias karmáticas, mientras que el Hombre libre —no identificado— experimenta los sucesos que por Ley debe afrontar, pero no sufre ni goza de lo acontecido, se mantiene neutral; en otras palabras, está libre de karma. El karma no tiene su origen en un propósito castigador, antes bien, otorga al humano un legítimo aprendizaje; no obstante, es preciso aclarar que tal aprendizaje es accesible sólo a quien acepta el operar de la Ley, con todas sus implicaciones, sustrayéndose de la identificación en un grado razonable. 238
Karma
Indiscutiblemente, el “hombre mecánico” necesita pasar por la amargura para aprender, y en ocasiones, producto de su necedad, debe pasar por sufrimientos cada vez mayores; hasta el punto de no soportarlos para que así logre asimilarlos como una “gran lección”. Toda reacción a las eventualidades de la vida genera más karma, y entre los factores más determinantes destacan los juicios, los pensamientos amargos, los rencores, el orgullo herido y la venganza. Todo deja huella en la sangre, en los fluidos del sistema endócrino y hasta en la genética; pero el medio de registro más contundente lo constituye la lípika, que es la superficie que delimita la esfera microcósmica —véase tema 73— y sirve de soporte para que en ella se plasme el karma a través de un universo de puntos magnéticos (registros akáshicos). Cada vez que un hombre transgrede o violenta las Leyes naturales provoca perturbaciones de tipo electromagnético en sus cuerpos sutiles, dejando como registro más puntos en la lípika. Como consecuencia, cualquier enfermedad se presentará irremediablemente por la perturbación misma provocada en el fluido electromagnético. Así es posible comprender que el arribo del karma no es atribuible a algún dios, sino al mismo hombre que infringe las Leyes universales de la naturaleza que le otorgó la existencia. Los humanos encuentran normalmente la desdicha sin darse cuenta de que la han propiciado ellos mismos, esto debido a que miran solamente el resultado —la respuesta—; sólo aprecian los efectos y desdeñan las causas. Moverse por la vida con base en los efectos, sin comprender que siempre hay una causa, es caminar a ciegas, como una máquina que sólo reacciona; es así como se mantiene en su actitud reaccionaria el hombre mecánico. El Hombre consciente dirige su mirada a las causas y recorre su camino en plena Libertad. Pero esa Libertad no se conquista con el resultado del mérito por el “hacer”, sino que está basada primordialmente en el “Ser”. Y con base en el estado “presente” que caracteriza la naturaleza del Ser, nunca habrá necesidad de reaccionar; así la vasta y profunda Paz prevalece sobre todo lo que adolece de ella 239
Karma
y con esto se rompe el ciclo kármico recurrente de “la acción y la reacción”. Cuando el egoísmo nos limita para ofrecer alguna ayuda a nuestros semejantes —o nos atribuimos el derecho de levantarles obstáculos— el Universo, a través de las personas y las circunstancias, nos priva de ayuda; con esto se hace evidente que el Karma está vinculado plenamente con la Ley de “causa-efecto”, plasmada en la segunda ley de Newton, que opera matemáticamente: “a toda acción corresponde una reacción, de la misma naturaleza pero en sentido contrario”. Como toda manifestación en la existencia, el karma es temporal. Y si todos los placeres son temporales, resultaría absurdo imaginar que las consecuencias karmáticas de dolor puedan ser eternas —como algunas religiones pretenden mostrarlo—. Si en la existencia nunca se obtiene algo eterno —bueno o malo—, ¿cómo podría recibirse un castigo eterno? Esto resultaría profundamente injusto. Los adultos mayores, quienes llevan la mayor parte de su vida tras de sí, pueden descubrir con mayor facilidad que el karma se hace manifiesto en ellos de manera más clara —aunque a unos pocos por su inteligencia les es posible desde la juventud—; el resultado de los actos de su vida —positivos o negativos— se muestra con signos más evidentes. En esa etapa madura de la vida resultará más fácil comprender que algunos fueron dignificados por la genética que heredaron al nacer, pero otros la dignificaron con sus actos en cada momento de su vida; sin duda, en los segundos está la trascendencia del Karma. Es momento de que revisemos lo que las fuentes filosóficas originales nos ofrecen sobre el Karma. Lancémonos a la comprensión de las citas textuales de más exquisitez y por ende, de mayor trascendencia histórica y con ellas sustentemos lo ya expuesto; formemos así una visión universal. ¿Quién es verdaderamente feliz? Uno que tiene escasos medios pero está libre de deudas, ése es un hombre verdaderamente feliz. Mahabharata
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Karma
La Libertad —en cualquier sentido— es fundamental para la trascendencia del karma. Cuando el espíritu se reviste con esta naturaleza mortal, comienza a verse afectado por los continuos cambios de estado de la naturaleza, y cuando cae bajo la atadura de los apegos a las cosas cambiantes, se condena a padecer en el ciclo interminable de las reencarnaciones, de acuerdo con su buen o su mal karma. Bhagavad Gita, XIII- 21
La identificación con las cosas cambiantes nos somete a las primeras influencias karmáticas. Si motivado por el miedo y tu egoísmo, piensas renunciar a la lucha en la batalla de tu vida, vana es tu decisión, pues definitivamente la naturaleza te empujará a luchar de un modo o de otro. Si debido a que te encuentras sometido a las influencias del karma, creado por tus acciones en tu vida anterior, y a pesar de que engañado por la ilusión y conmovido por tus buenos sentimientos no quieras luchar, aun en contra de tu voluntad tendrás que hacerlo. Bhagavad Gita, XVIII- 59 y 60
El karma nunca debe detenernos. Toda causa tiene un efecto; todo efecto tiene una causa; todo sucede conforme a la ley; la suerte no es más que el nombre que recibe la ley no reconocida; hay varios planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
Todo está sujeto a la Ley. Los más oprimidos son aquellos que sufren por su herencia y de ellos está escrito: “Cirniéndose la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera o cuarta generación”. El Zohar
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Karma
El karma no sólo es individual, opera también a nivel familiar, regional, nacional y hasta mundial. El que no se ocupa por lo que está lejos, pronto tendrá junto a él algo peor de qué preocuparse. Confucio
Hagámonos responsables de todo lo que nos rodea, por muy lejano que parezca. El karma comprende el mérito y el desmérito. La trasmigración del alma depende del karma. De las existencias anteriores heredamos los malos efectos de nuestras malas obras y los buenos de nuestros actos virtuosos. Si así no fuera, ¿cómo habría de haber diferencias entre nosotros? Evangelio del Buddha
El karma está directamente vinculado con la reencarnación y determina las condiciones de todo nuevo nacimiento. Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida. Pitágoras
la.
Para obtener una bella ancianidad, primero hay que ganárseCometer una injusticia es peor que sufrirla. Aristóteles
El que comete una injusticia cierra sus ojos, pero el que la padece los abre. Si, en lugar de pecar, pasan sus días haciendo buenas acciones, entonces escribirán los ángeles de Dios todas sus buenas acciones en el libro de su cuerpo y de su Espíritu. En verdad 242
Karma
les digo que ninguna acción buena queda sin ser escrita ante Dios, y así ocurre desde el principio del mundo. Evangelio de los esenios
Todo deja huella, todo queda registrado. Juan dijo: ¿Puede salvarse un hombre que haya cometido todos los pecados y todas las faltas si encuentra al fin los misterios de la Luz? Y Jesús dijo: El que haya cometido todos los pecados y todas las faltas y encuentra al fin los misterios de la Luz será perdonado de todos sus pecados y faltas, y entrará en posesión de los tesoros de la Luz. Pistis Sophia LXIII: 3,4
La Luz de la Verdad trasciende el karma. Al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Marcos 4: 25
En esta cita se distinguen los dos cursos del karma; en ambos sentidos la Ley opera mecánicamente —provocando un círculo vicioso o virtuoso— y sin detenimiento emocional alguno. Jesús le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. Juan 5: 14
El humano difícilmente aprende y se obstina en seguir acumulando karma. De cierto les digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna. Lucas 18: 29, 30
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Karma
En los dos sentidos, el karma se paga con creces. “Si una persona ha hecho un bien del tamaño de un átomo, lo verá; si ha hecho mal, también lo verá”. Ibn Arabi, El Núcleo del Núcleo
Hasta lo más elemental incide en el curso de la Ley. El hombre sólo recogerá en función de lo que haya sembrado. Nicolás Flamel, El deseo deseado
La Ley no es manipulable. Los que tan sólo buscan su propio beneficio, son cubiertos por una legión de miserias y lamentaciones. Paracelso, Las Siete Apologías
Con el egoísmo se consigue karma por omisión. El alma impía percibe su propia decepción de todo lo que antes había imaginado; cegada, desnuda, herida, hambrienta y sedienta, es su propio vil ejecutor y torturador. En su debilidad, quisiera huir de sí misma, y lo haría si pudiera, pero no puede, pues está fuertemente poseída por la idea de un dios iracundo; la pobre alma está avergonzada de conducir su voluntad y se castiga a sí misma a permanecer en la profundidad de la oscuridad. Jacob Boehme, Tratados sobre el cielo y el infierno
Nosotros infligimos nuestro propio karma, no acusemos a Dios y a nadie. Cuando la Luz de Dios no brilla en ella, el alma es como una gran tiniebla; transporta un infierno dentro de ella, y no es capaz de discernir el menor vislumbre de la Luz de Dios. 244
Karma
Reside por tanto en sí misma, como en el infierno, y no necesita entrar en el infierno en absoluto, ni ser llevada a él; pues en cualquier lugar en que esté, estará en el infierno. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Por el karma, la Luz de la Verdad se apaga. Cada uno debe comprender, por sí mismo, por qué no toda ciudad tiene un filósofo. Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
La ausencia de la filosofía, en cualquier región, es por karma colectivo. El karma no es una cadena que dure para siempre; puede romperse en cualquier momento. Lo que fue hecho ayer, puede ser deshecho hoy. No existe ninguna continuación, puede y debe disiparse mediante la comprensión de su proceso. Krishnamurti, Comentarios sobre vida (tercera serie)
Nada en este mundo es eterno, y el karma no es la excepción. El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad. Albert Einstein
El karma por omisión es tan culposo como el karma por acción.
98 Compensación “Todo cuerpo que se sumerge en un líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba, igual al peso del volumen del líquido desalojado”, en estos términos suscribe Arquímedes su principio, que por ser una ley de la física se constituye como 245
Compensación
un Principio universal; y este Principio es precisamente la Ley de compensación. El Principio de compensación está estrechamente vinculado con la Ley de dualidad, pero más aún con la Ley del péndulo. A través de la compensación la naturaleza propicia que todo vacío sea llenado y evita que cualquier exceso llegue a rebasar un cierto límite. Un ejemplo de ello fue la propagación del VIH Sida, que muchos fatalistas creyeron que provocaría un magnicidio natural con aproximaciones a la extinción; sin embargo, la naturaleza hizo sus propias compensaciones y la pandemia llegó hasta un límite que ya no fue rebasado —del mismo modo ha sucedido con muchas otras pandemias—. Si miramos el Principio de compensación desde la Ley de “causa y efecto”, comprenderemos que la reacción es la que compensa a la acción, por esta razón debe ser de la misma magnitud e inevitablemente en sentido contrario. Con esto queda garantizado que cualquier desequilibrio se transforme en equilibrio; es así como la naturaleza realiza sus propios procesos alquímicos. Y si queremos que esos mismos procesos alquímicos se realicen en nosotros de manera espontánea, debemos aceptar el comportamiento de la compensación y el de cada uno de los Principios universales en nosotros mismos. Es por eso que la aceptación se constituye como la llave mágica que abre las puertas de la alquimia. La Ley de compensación coadyuva al orden natural del cosmos y esto la convierte en objeto fundamental de estudio para la verdadera Ciencia; si no existiese esta Ley, el Universo tangible entraría en un estado caótico. Igualmente, si no operase la compensación, las relaciones entre humanos se convertirían en un desorden tal que el hombre provocaría por sí mismo su propia extinción. Todo hombre que no comprenda ni visualice el comportamiento de esta Ley, tampoco comprenderá la perfección que ha sido proyectada en todos los ecosistemas; incluido el “ecosistema de las relaciones humanas” que permite que se mantenga en un estado relativamente sano el tejido social. Con el propósito de lograr un mayor acercamiento al Principio universal de compensación, se ponen a su disposición algunas 246
Compensación
citas compiladas de los Libros universales más significativos, para así generar una visión universal. Nunca verás que se acumule riqueza sin que se haga daño a otros. Mahabharata
Aunque parezca incomprensible, así se comporta la vida natural. Todas las reacciones naturales se constituyen como actos compensatorios. No veo a una sola criatura en el mundo que se mantenga viva sin dañar a otra. Ni los ascetas pueden mantenerse vivos sin matar a una criatura. Mahabharata
Sin excepción alguna, la vida y la muerte se compensan mutuamente tras el operar de esta Ley. La medida de su movimiento hacia la derecha es idéntica a la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es equilibrio. Hermes Trismegisto, Corpus Herméticum
En esta cita de Hermes se puede apreciar la vinculación directa de la Ley del péndulo con el Principio de compensación: porque el ritmo garantiza el equilibrio. A gobierno flojo, pueblo inteligente. Cuanta más inquisición en el gobierno, más delincuencia en el pueblo. La desdicha se apoya en la dicha, y la dicha se agazapa detrás de la desdicha. ¿Quién podrá conocer los límites que las separan? Nada existe puro y neto. La rectitud se convierte en extravagancia, y lo bueno en monstruosidad. La confusión en que el hombre vive es muy antigua. Lao tse, Tao Te King
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Comprendiendo la Ley de compensación, queda claro que los movimientos radicales del péndulo no son absurdos —son compensatorios— y tampoco deben provocar confusión. Al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Marcos 4: 25
El curso del karma llega hasta el límite que marca una genuina compensación. Jesús dijo: De cierto les digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros. Marcos 10: 29-31
La compensación nunca excede lo que marca su curso natural. Alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados ustedes, los pobres de Espíritu, porque suyo es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Bienaventurados los que ahora lloran, porque reirán. Bienaventurados serán cuando los hombres los aborrezcan, y cuando los aparten de sí, y los vituperen, y desechen su nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gocen en aquel día, y alégrense, porque he aquí su galardón es grande en los Cielos; porque así hacían sus padres con los profetas. Mas ¡ay de ustedes, ricos! porque ya tienen su consuelo. ¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados! porque tendrán hambre. ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen! porque lamentarán y llorarán. ¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes! porque así hacían sus padres con los falsos profetas. Lucas 6: 20-26
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Compensación
En las bienaventuranzas, Jesús de Nazaret hace un excelente manejo de la Ley de compensación. Tú has recibido más que los demás; en correspondencia, procura también dar más. Esta recomendación me sorprendió mucho.
Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
En esta cita se invita a dar un manejo sabio a la Ley de compensación. Si el “sendero secreto” es inaccesible para ti en este día, estará a tu alcance mañana. No olvides que ningún esfuerzo, ni aun el más insignificante, así en buena como en mala dirección, puede desvanecerse del mundo de las causas. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Hasta el acto más insignificante tendrá su compensación. No olvides, tú, que por la liberación del hombre peleas, que cada fracaso es triunfo, que cada esfuerzo sincero alcanza con el tiempo su galardón. Los tallos de los santos gérmenes que brotan y se desarrollan invisibles en el alma del discípulo, se robustecen a cada nueva tentativa, se doblan como juncos, pero jamás se quiebran, ni pueden nunca echarse a perder. Antes bien, florecen cuando llega la hora. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
Siempre habrá un momento para que se compense todo lo que deba ser compensado. Debemos pagar el precio de la paz. Hay que pagarlo de forma voluntaria y con gusto, y el precio es la liberación del deseo, de la mala voluntad, de lo mundano y de la ignorancia, del perjuicio y del odio. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
Todo acto legítimo es debidamente compensado con la Paz. 249
Bien por mal
99 Bien por mal El hombre mecánico natural se comporta habitualmente ofreciendo bien en respuesta al bien y mal en respuesta al mal, siempre de manera reaccionaria y ante un enorme vacío de conciencia; sostiene esta actitud en tanto el ego se mantiene con vida, producto de la identificación con la personalidad. Un hombre consciente ofrece el bien aun cuando reciba el mal, gracias a que se mantiene libre de la ilusión que deviene de la identificación con las percepciones sensoriales, y no en consecuencia de algún condicionamiento de tipo moral o por la autoafirmación que surge con el humanitarismo; en un sentido congruente, ofrece el bien incondicionalmente porque comprende la conveniencia de respetar las inclinaciones de quienes están dormidos y siempre esperan el bien de quienes les rodean. Ofrecer el bien ante un mal recibido —no importa la circunstancia—, es tanto como aplicar inteligentemente la Ley de compensación. Para dar sustento a lo ya expuesto y con la intención de profundizar más sobre este tema, atendamos algunas citas extraídas de las fuentes filosóficas originales, las de mayor trascendencia histórica, y generemos una visión universal. Hago el bien a los que me hacen el bien, y también hago el bien a los que no me lo hacen a mí.
Lao tse, Tao Te King
Como todo sabio, Lao Tse hace el bien sin condicionamiento alguno. El Buddha dijo: Si un necio me hiciera daño le daría a mi vez la protección de mi amor cordial, dado de Verdad; cuanto más mal me proporcione, más bien haré. Y habiendo un necio que observaba fue y le injurió. Y el Buddha quedó silencioso. Y cuando el hombre cesó sus inju250
Bien por mal
rias, el Buddha le interrogó: Hijo mío, ¿si uno rehúsa aceptar el presente que otro le hace, a quién pertenecerá ese don? Y el hombre respondió: En ese caso, el presente pertenecerá al que lo ha ofrecido. Evangelio del Buddha
Buddha hace también lo propio. El odio no se calma en los que piensan: me han injuriado; se me ha hecho injusticia; me han hecho mal. Porque no es por el odio como se apacigua el odio. El odio se apacigua por el amor. Es una ley eterna. Evangelio del Buddha
El resentimiento engendra más odio; el odio cesa por el Amor. Si alguien desea proporcionarse un placer perjudicando a otro, ese hombre, sujetado en las cadenas del egoísmo, jamás se liberará del odio. Jamás el odio ha sido apaciguado por el odio: el odio se destruye con el amor. Es una regla antiquísima. Evangelio del Buddha
En esta cita lo reitera Buddha. Oyeron que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo les digo: No resistan al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Oyeron que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a quienes los aborrecen, y oren por quienes los ultrajan y los persiguen. Mateo 5: 38-40, 43,44
Ofrecer el bien a cambio del mal, es tanto como trascender los mecanismos de la naturaleza —la Ley de causa-efecto—. 251
Bien por mal
Si amas a los que te aman, ¿qué mérito tienes? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si haces bien a los que te hacen bien, ¿qué mérito tienes? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si das a aquellos de quienes esperas recibir, ¿qué mérito tienes? Porque también los pecadores dan a los pecadores, para recibir otro tanto. Ama, pues, a tus enemigos, y haz bien, y da, no esperando de ello nada; y será tu galardón grande, y serán hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos. Sean, pues, misericordiosos, como también su Padre es misericordioso. Lucas 6: 27-36
Sólo un Hombre consciente es capaz de amar a quien lo odia. Cuando se ofrece el bien sólo a alguien de quien se espera recibir, lo que se está haciendo es una simple negociación. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Corintios I 4: 12,13
Pablo también pregona con el ejemplo. ¿Qué gloria es, si pecando son abofeteados, y lo soportan? Más si haciendo lo bueno sufren, y lo soportan, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Primera Epístola de Pedro Apóstol. 2: 20
Todo será debidamente compensado. Sean todos de un mismo sentir, compasivos, ámense fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo. Primera Epístola de Pedro Apóstol 3: 8,9
Pedro nos lanza el mismo exhorto. 252
Bien por mal
Si quieres amar a Dios, también has de amar su obra; y si quieres amar a tu prójimo, no digas que no se le puede ayudar. Paracelso, Las Siete Apologías
Recibir algún mal no justifica una negativa de ayudar. El amor a aquello que te odia, es abrazar el reproche del mundo. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
El verdadero Amor abraza al odio. Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida. Albert Einstein
Amar es vivir. Sin Amor, hasta la más grande ayuda es en vano.
100 Autoafirmación La autoafirmación es la síntesis del comportamiento de todos los egos; en contraposición a ella, la autonegación conduce a toda trascendencia. Lo más común es que estemos pensando en “nosotros mismos” durante el día y nuestro comportamiento gire alrededor de ese quehacer egocéntrico; poco comprendemos que todos esos pensamientos surgen como simples reacciones a estímulos externos y que nos conducen a diferentes formas de conflicto y deterioro. La más elemental manifestación de la autoafirmación se presenta en la obsesión por tener siempre la razón y que los demás estén equivocados; esto hace muy desgastantes las relaciones personales y las relaciones entre entidades colectivas como tribus, comunidades, religiones, naciones, entre otras. La simple pretensión de tener la razón nos ubica en una posición de “superioridad imaginaria” que fortalece el falso sentido del “yo” —el ego—; este mecanismo genera todo tipo de 253
Autoafirmación
enemigos, porque el ego cree que se fortalece cuando afronta a cualquier tipo de adversario, ya sea plasmado en una persona o en una circunstancia. Cuando alguien cree que siempre tiene la razón, que la posibilidad de error le queda muy lejana, que goza de un alto razonamiento y plena conciencia, cancela toda posibilidad de cambio y difícilmente podrá descubrir que su personalidad se comporta como una sofisticada máquina —pero “máquina” al final de cuentas—. Tengamos siempre presente que la autoafirmación es un mecanismo de defensa natural que surge en la mente por miedo a la muerte, porque cree que afirmándose se llena de vida y así pospone el proceso inevitable de disolución. Es por eso que aparece en nosotros un apremio obsesivo por progresar, por engrandecernos, movilizándonos a perseguir el reconocimiento de la sociedad haciendo proezas, obteniendo títulos, acopiando cultura. Y cuando hacemos alarde de nuestra sapiencia parloteamos y ofrecemos discursos para convencer a nuestros interlocutores de que poseemos toda la razón; degustando así el manjar de la autoafirmación. Comprender ese mecanismo es fundamental. Otra de las formas más evidentes de autoafirmación se presenta en la “justificación de sí”, que es un mecanismo instintivo de autoengaño cuyo propósito es mantener también la ilusión de que se posee la razón. No obstante, mantengamos la objetividad y evitemos ponerle tintes morales a la justificación de sí; eludiendo la justificación por considerarla un acto “malo” nada se consigue. La justificación de sí es un error que surge por la intención de evitar que la personalidad se devalúe, creyendo que con eso podría acercarse su aniquilación. Si permitimos que se mantenga libremente el proceso mecánico de la justificación de sí, se alejará toda posibilidad de que se revierta y nos mantendremos en el juego de pretender ser brillantes, alegres y felices, sin reparar en que la experiencia contraria es inevitable; la tristeza y la depresión llegarán como simple compensación. Descubramos que la autoafirmación se presenta también en el sufrimiento, en el dolor y en todo tipo de negatividad; el ego es capaz de afirmarse hasta en la enfermedad y esto puede degenerar en adicción; porque es mucho más fácil ser negativo que positivo y en ambos casos es posible atraer la atención de los demás. 254
Autoafirmación
Uno de los estados negativos más comunes es la autocompasión, que puede conducir a perder el ánimo por salir de la negatividad, permitiendo así que se construya un círculo vicioso; hasta la más sutil autocompasión produce negatividad y puede inducir hasta la creación de una “historia novelada” a partir de la identificación con la personalidad y la existencia. Es posible trascender todo esto con la sencillez de la aceptación; cuando nada se espera, la pérdida no produce dolor y la depresión ya no tiene cabida. Difícilmente podremos acceder a la Sabiduría universal en estado de autoafirmación, peor aún si nos sentimos invulnerables y nos damos demasiada importancia; así nuestros oídos poco se abrirán a ideas nuevas que entren en contraposición con las ya preestablecidas; soltemos la inercia mecánica de ostentarnos como poseedores de la razón. Si a través del discernimiento logramos reparar en que “no somos en absoluto lo que nos imaginamos”, las manifestaciones ególatras que sostienen la personalidad se debilitarán. Por una parte nos llegará la sensación de pérdida, aunque en realidad ganaremos mucho más: “seremos libres”. Con la intención de llegar una mejor comprensión sobre los motivos y las consecuencias de la autoafirmación, revisemos algunas citas —de mayor trascendencia histórica— extraídas de las fuentes filosóficas originales para fluir a través de una visión universal. En este mundo temporal todas las acciones suceden por intervención de las fuerzas de la naturaleza. Mas el hombre, engañado por la ilusión del “yo”, piensa: “yo soy el hacedor.” Bhagavad Gita, III- 27
La autoafirmación es producto de la imaginación. Quien se levanta de puntillas no se sostiene. Quien da pasos largos no puede caminar. Quien aparece no luce. Quien se estima no brilla. Quien se empeña fracasa. Quien mucho se cuida no crece. Lao tse, Tao Te King
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Sucede igual con la autoafirmación. El refrán popular dice: “dime de qué presumes y te diré de qué adoleces”. Si alguien habla, cuando no es preciso hablar, es para ganar con sus palabras las simpatías de alguien. Si no habla, cuando es preciso hablar, es para ganar con su silencio las simpatías de alguien. Confucio
Así proceden los astutos; para autoafirmarse, cualquier lado de la dualidad es bueno. Si no comprendes los Espíritus de los hombres, aunque tu fama sea ancha y no te batas con el prójimo, si no comprendes las mentes de los hombres, y en cambio apareces ante un tirano y lo fuerzas a escuchar sermones acerca de la benevolencia y la equidad, las medidas y las normas: estarás simplemente utilizando los defectos de los hombres para exhibir tu propia excelencia. Chuang-Tzu
Es muy fácil y rentable la autoafirmación cuando se basa en la exhibición de los defectos de los demás. ¡Ten cuidado, mantente en guardia! Si ofendes haciendo alarde de tu cúmulo de talentos, ¡estarás en peligro! Chuang-Tzu
Cualquier alarde de un talento es irrespetuoso y ofensivo. “Todo es vanidad y tormento”. Salomón
Cuando la Sabiduría se convierte en motivo de autoafirmación, se transforma en vanidad. 256
Autoafirmación
La existencia del “yo” es una ilusión, y no hay en el mundo torcimiento, ni vicio, ni pecado que no se derive de la afirmación del “yo”. Evangelio del Buddha
El gran problema de la afirmación del “yo” no es por un tropiezo moral, sino por un vacío de inteligencia; porque el “yo” es ilusorio. Pitágoras ordenó que nunca se utilizara el nombre de los dioses en los juramentos. Vida Pitagórica, Jámblico
Jurar en nombre de Dios, es ponerlo como testigo de nuestra autoafirmación. El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Aristóteles
Toda autoafirmación es señal inequívoca de ignorancia. Si tanto me alaban, será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden. Aristóteles
La autoafirmación está implícita en la adulación. Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. Marcos 7: 32, 35,36
Afirmando a su maestro, ellos se autoafirmaban. 257
Autoafirmación
El intelectual está siempre luciéndose, el amante, siempre perdiéndose. El intelectual se escapa, por miedo a ahogarse; todo el asunto del amor es ahogarse en el mar. Rumi, Divan-i-Shams
El Amor induce a la autorrendición, el intelecto a la autoafirmación. La causa principal de la ceguera espiritual es permitir que su voluntad entre en algo, y asentar su corazón y sus afectos sobre la obra de sus propias manos o de su propio cerebro. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
Renunciando a su obra, el sabio evita caer en la autoafirmación. No debes permitir que el honor o el provecho temporal te atrapen. Jacob Boehme, Diálogos Místicos
El placer de la autoafirmación dura muy poco. Quien entra en el estudio de un pintor y, sin comprender nada de pintura, habla de ella con énfasis, dándose importancia, sólo recibirá burlas y escarnio. Quien se presente a la fiesta de las bodas sin haber sido invitado, y entre lleno de soberbia y de ostentación, encontrará burlas y escarnio como recibimiento. Las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz
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Autoafirmación
La autoafirmación acarrea serias consecuencias. Un sentimiento de orgullo echaría a perder la obra. H.P. Blavatsky, La Voz del Silencio
En la autoafirmación está implícito el orgullo. Cuando no existe conocimiento de sí mismo, la expresión de la personalidad se convierte en autoafirmación con todos sus conflictos agresivos y de ambición. Krishnamurti, Educación y la importancia de vida
En la raíz de la autoafirmación se encuentra la ignorancia. La personalidad es el resultado de la conformidad, del condicionamiento, de la memoria acumulada; de ese modo la personalidad nunca es libre para descubrir; sólo se puede expandir en su propio condicionamiento y organizarse a sí misma para ser eficiente en su autoafirmación. Krishnamurti, Informe auténtico de dieciséis conversaciones dadas en 1945 y 1946
La naturaleza de la personalidad lleva consigo la autoafirmación. En la no-identificación, la idea de “afirmarse” resulta absurda.
Cada cita seleccionada de algún libro universal es una gema en bruto capaz de otorgar Sabiduría, siempre en el grado que corresponda a la apertura de los oídos del lector. Cada vez que se experimente una nueva lectura de los contenidos de este material, seguramente se vivenciarán experiencias nuevas y más lúcidas.
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Referencias históricas
Referencias históricas Krishna. Un número de tradiciones y deidades regionales pueden haberse fusionado en las historias y la persona de Krishna. Los mitos y canciones acerca de Krishna aparecen en un gran número de textos filosóficos, religiosos y poéticos. Estos incluyen el Mahabharata (que contiene el Bhagavad Gita) y otros de desarrollos posteriores como el Jarí vamsa parva (‘el capítulo [del Mahabharata] sobre la familia de Jarí [Krishna]’). También el poema Gita govinda y el Bhagavatapurana, que dedica miles de versos en describir la vida de Krishna. Según la tradición hindú,basada en cálculos astrológicos, Krishna nació en el Rohini nakshatra, a la medianoche del octavo día después de la luna nueva del mes de Sravana (bhadrapada).Pero no se sabe en qué año. Varios astrólogos hindúes, con la ayuda de software especializado en astrología, han propuesto varias fechas: •5,561 a.C.: según P.V.Vartak. •3,228 a.C., 21 de julio: según Arun K. Bansal. •3,228 a.C.: según Swami Prakashanand Saraswati. •3,067 a.C.: según B. N. Narahari Achar. Hermes Trismegisto o Mercurio Trismegisto, tres megas, esto es, “Tres Veces Gran Hermes”, era también identificado como Toth entre los egipcios. Ese personaje fabuloso, que los egipcios y los griegos consideraban como el padre de todas las ciencias, era el legislador, el mago y el benefactor de Egipto y vivió en el siglo XX a.C. No se puede precisar realmente la localización de Hermes en el tiempo y en el espacio. Según la cronología egipcia de Maneton, su época se denomina “reino de los dioses”. Por ese entonces no había aún ni papiro ni grafía fonética pero sí, apenas, la ideografía sagrada grabada por los sacerdotes en jeroglíficos en las columnas y paredes de los Templos. Los griegos, discípulos de los egipcios, lo llamaban Hermes Trismegistus o Trinidad Suprema; lo consideraron como un legendario y fabuloso legislador egipcio, sacerdote y filósofo; lo ubicaron en el reinado de Ninus, alrededor de 2,270 años a.C. Hermes Trismegisto era el nombre que los griegos daban al dios egipcio (Hermes Toth). En el culto egipcio de Osiris, Toth era el gran consejero; que presidía las ciencias y se le atribuían la totalidad de un conjunto de obras que contenían prácticamente todo el saber del antiguo Egipto. Diódolo Sículo lo describe como secretario de Osiris y Cumberland llegó a decir que ese personaje era el propio Osiris. Sin duda existe mucha confusión entre los mitologistas respecto a este personaje. Dicen que Hermes Trismegisto escribió más de treinta libros sobre teología y filosofía, y seis sobre medicina. Parece que todos desaparecieron, probablemente en las invasiones y guerras que Egipto sufrió a lo largo de su historia. Los egipcios atribuían a Hermes cuarenta y dos libros sobre ciencias ocultas.
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Referencias históricas
El hermetismo, que continúa siendo un punto de referencia para las ciencias esotéricas contemporáneas, se desarrolló a partir de la Edad Media como una doctrina filosófica estrechamente ligada a la Alquimia. Hermes es considerado el padre fundador de la alquimia y de donde surgieron las ciencias herméticas que originaron, en la Masonería, los ritos y grados herméticos. La influencia del hermetismo en la elaboración del ritual de la Masonería fue importante, ya que en los primeros tiempos del cristianismo Hermes era considerado como padre de la inteligencia humana, citado inclusive, en las herencias documentales de la fase operativa de la Orden. En todos los registros y manuscritos antiguos que contienen leyendas de la fraternidad, se hacía mención a Hermes Trismegistos como fundador de la Masonería. Así el Manuscrito de la Gran Logia de los Operativos, que data de 1632, afirma que “el grandioso Hermarino, que fue hijo de Cuby, hijo de Sem y nieto de Noé, fue identificado posteriormente como Hermes, padre de la sabiduría”. Es en el asiglo XII cuando surge en toda Europa Occidental, a través de las cruzadas y de los contactos con el mundo islámico, una serie de textos herméticos traducidos del árabe al latín. El más conocido de todos esos textos es la Tabla Esmeraldina, así denominada porque fue grabada en una piedra verde. Ésta es la “biblia de los alquimistas”. El Zohar. Es una fuente de gran sabiduría espiritual que le fue revelada a Moisés como el “decodificador” de la Biblia. Fue transmitida como tradición oral hasta que se puso por escrito como un texto sagrado que permaneció oculto durante miles de años. El Zóhar y la Kabbalah han tenido una profunda influencia en todas las disciplinas más relevantes, desde la literatura y el arte hasta la medicina y la ciencia. Lao Tse. Según algunos, Lao Tse nació en el año 604 a.C. Según otros, vino al mundo en el año 729 a. C. La fecha del año 604 a.C. se confirma como la más razonable si tomamos como referencia a Confucio y el primer encuentro que se produjo entre ambos filósofos. Lao Tse no es un nombre propio, sino un sobrenombre que significa “Viejo Sabio”. Su nombre completo y verdadero era Li po yang. Lao Tse nació en Khio-gin en el reino de Tsou. Según unos, era censor en la corte de la dinastía Chu; según otros era archivero. En cualquier caso, después de un largo tiempo dedicado a los menesteres palaciegos, Lao Tse decidió no sólo abandonar aquel estado, sino el territorio de la inmensa China, es decir, el Imperio. Pero antes de cruzar la frontera decidió dejar escrita su obra, condensada en el Tao Te King. Confucio. Filósofo, teórico social y fundador de un sistema ético -más que religioso- que ha llegado hasta nuestros días. Kung-tse (Confucio, para occidente) vivió en la China feudal hace 2,500 años, entre el 551 y el 479 a. C. Sus orígenes eran muy humildes, pero desde joven mostró una gran inclinación por los libros antiguos y, con el tiempo, desempeñó una alta posición como funcionario del estado de Lu, en la actual provincia de Shang-Tung.
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Referencias históricas
Chuang Tzu (350-275 a.C.) nació en el estado Chu, en la actual China central, y es, incuestionablemente, el segundo maestro del taoísmo. Chuang Tzu es posterior a Lao Tse, lo que le permitió exaltar la labor de éste y desarrollarla y ampliarla. Lo hizo básicamente mediante un libro que lleva el nombre del propio filósofo y que está escrito en prosa. Chuang Tzu está considerado como el gran genio impulsor de las letras chinas. Según se cuenta, Chuang Tzu llevó una vida de ermitaño, pese a que tuvo muy buenas oportunidades para destacar. Una de ellas se produjo cuando el rey Ch’u le ofreció el puesto de primer ministro, y no sólo rechazó la oferta, sino que luego ridiculizó a los dos enviados y el pomposo ceremonial con el que se habían dirigido a él. En su obra, Chuang Tzu dedica muchas páginas a comentar el confucianismo, que, bajo el punto de vista del taoísmo, era una escuela rival muy digna. Sin embargo, se empeñó Chuang Tzu en demostrar que Confucio había sido un admirador e incluso discípulo sumiso de las doctrinas taoístas. Aún así, las posturas del confucianismo y del taoísmo eran irreconciliables: para el primero, la base era buscar un humanismo perfecto; para el segundo, la perfección no es posible en lo humano, la perfección sólo puede encontrarse en el Tao. Sosan (murió en el 606 d.C., de pie, bajo un árbol, en la postura de kin hin) es el tercer patriarca zen. No se sabe mucho sobre él; así es como debe ser, porque la historia sólo registra la violencia. No registra el silencio; no puede. Sosan fue durante toda su vida un monje errante. Nunca se quedó en ningún sitio; siempre de paso, yendo, moviéndose. Era un río; no era un estanque, no era estático. Era un constante movimiento. Una vez que su iluminación fue un hecho reconocido, Sosan continuó en su antiguo estilo de vida de vagar mendicante. Y nada en él era especial. Era un hombre ordinario, un hombre del Tao. El zen es un cruce entre el pensamiento de Buda y el de Lao Tse. Es un gran encuentro, el mayor que jamás haya tenido lugar. Y Sosan estaba ahí justo al comienzo, junto a la fuente original, cuando el zen salía del útero. Siddhārtha Gautama, Buddha, nació hacia el año 560 a.C., en Kapilavasthu (en la antigua India, hoy Nepal), príncipe heredero del clan de los Shakyas, de donde derivaría su apelativo Shakyamuni (sabio de los Shakyas). Tras haber llevado una vida llena de lujos y placeres, privado del contacto con las cosas tristes de la vida, se encontró en tres paseos sucesivos, por los límites de los jardines reales, con escenas por él desconocidas hasta entonces, las que repercutieron profundamente en su interior: un anciano, un enfermo débil y delgado y un muerto llevado por sus parientes. Sabiendo que su linaje no lo aislaba de esos infortunios (vejez, enfermedad, muerte), se dio cuenta de la inutilidad de gastar la vida en lujos y placeres y deseó encontrar un medio para liberarse de tales tribulaciones. Así abandonó sus riquezas y su futuro trono y partió en busca del remedio para la enfermedad, la vejez y la muerte. Siddhārtha Gautama murió alrededor del año 486 a. C., a los 80 años de edad.
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Referencias históricas
Popol Vuh. Las antiguas “Historias del Quiché”. Es el libro sagrado de los quichés que habitaban en la zona de Guatemala. Se explicaba en él el origen del mundo y de los mayas. También se relataba la historia de todos los soberanos. Es esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes habitaban la región guatemalteca. No se conoce el nombre del autor pero, por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544. Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente transcrito en 1542 al latín por Fray Alonso del Portillo de Noreña. La versión española fue realizada sobre este último texto en el siglo XVIII (1701) por el fraile dominico Francisco Ximénez. El significado de los términos que conforman el nombre es: Popol: Palabra maya que significa reunión, comunidad, casa común, junta. Vuh: Libro, papel, árbol de cuya corteza se hacía el papel. Para los quichés de Guatemala, hombres del bosque o de los magueyes, el Popol Vuh es su Biblia. Filósofos griegos •Pitágoras. Si bien no son muchos los datos históricos que se conocen de la vida personal de Pitágoras, se puede citar lo siguiente: Nació hacia el año 578 a.C. en Samos (rival comercial de Mileto). Fué expulsado hacia occidente por cuestiones políticas, abandonando su patria para escapar de la tiranía de Polícrates (538 a.C.), refugiándose en la Magna Grecia (sur de Italia), específicamente en Crotona. Fue en Crotona donde fundó en 532-520, más o menos, una especie de comunidad de carácter filosófico–religioso, misma que se difundió en numerosas filiales esparcidas por Tarento, Metaponto, Sibares, Regnum, Siracusa, etc. Estableció su hogar en Crotona, donde sus opiniones políticas dominaron en la ciudad. Fue desterrado por el partido adversario, exactamente por Cylon. Murió en Metaponto en 495, a.C. teniendo cerca de 83 años. •Heráclito de Éfeso (544-484 a.C. aprox.) Para Heráclito, no sólo las cosas individuales salen del fuego y vuelven a él, sino que el mundo entero perece en el fuego para luego renacer. He aquí la imagen del “ciclo cósmico” la que ya fuera apuntada por Anaximandro, ésto es, la antigua idea griega del “eterno retorno” que volverá a aparecer con Platón. Pero el aporte más trascendente de Heráclito está en sus ideas respecto a la contradicción y el Lógos. Todo está en constante movimiento porque el mundo fluye permanentemente. •Parménides. Nació en Elea, hacia el 540 antes de Cristo aproximadamente, donde residió hasta su muerte en el año 470 a.C. Se dice que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia. •Sófocles. Nace en Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia, 495 a.C.; muere en Atenas, 406 a.C. Poeta trágico griego.
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Referencias históricas
•Herodoto. Historiador griego nacido en Halicarnaso poco antes de la expedición de Jerjes contra Grecia (480 a.C.). Con motivo de la revuelta Herodoto hubo de abandonar su patria y dirigirse a Samos, donde pudo tener un contacto más estrecho con el mundo cultural jonio. •Sócrates. Nació en Atenas en el año 470 a. C. de una familia, al parecer, de clase media. Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden con el período de esplendor de la sofística en Atenas. •Arístocles de Atenas, apodado Platón (Πλάτων, «el de anchas espaldas»), nace, probablemente, en el año 428-427 a.C. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. A los veinte años (407) tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces con 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. •Aristóteles. Nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia, cercana al monte Athos, llamada Estagira. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre, en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, a quien pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor. •Horacio. Poeta lírico y satírico romano, autor de obras maestras de la edad de oro de la literatura latina. Quinto Horacio Flaco nació en diciembre del año 65 a.C., hijo de un liberto, en Venusia (hoy Venosa Apulia, Italia). Estudió en Roma y Atenas filosofía griega y poesía en la Academia. Horacio murió en Roma el 27 de noviembre del año 8 a.C.
•Plutarco. Procedente de la hoy desaparecida Queronea, en la actual Grecia, fue un historiador, biógrafo y ensayista griego que vivió entre el 46 y el 120 d.C. •Epícteto, en griego: Επίκτητος (Hierápolis, 55 – Nicópolis, 135). Fundó su escuela en Nicópolis, a la que se dedicó plenamente, pues él, a imitación de Sócrates, uno de sus modelos, no escribió nada. Las enseñanzas de Epícteto tenían su base en las obras de los antiguos estoicos; se sabe que se aplicó a las tres ramas de la filosofía en la tradición de la Stoa, lógica, física y ética. Sin embargo, los textos que se conservan tratan casi exclusivamente de ética. Según ellos, el papel del filósofo y maestro estoico consistiría en vivir y predicar la vida contemplativa.
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Referencias históricas
Cristianismo •Evangelio de los esenios. Fue necesario el “accidental” hallazgo hecho en el interior de una gruta, en el año 1947, por un joven beduino, Mohamed el lobo, quien encontró las jarras de greda con rollos de lino recubierto de alquitrán o cera con escritos en pergamino y láminas de cobre de más de 2,000 años de antigüedad, para que los esenios fueran nombrados en el mundo moderno. El evangelio de los esenios, que es una traducción directa del arameo de los evangelios conservados en el Vaticano, en los que la Madre y el Padre ocupan un lugar primordial en contraposición a la versión patriarcal de otros evangelios, es una auténtica doctrina y enseñanzas espirituales de la escuela de los esenios. Se dice que casi todos los principales fundadores, de lo que luego se denominó la cristiandad, fueron esenios: Santa Ana, José y María, Juan el Bautista, Jesús, Juan el Evangelista, etc. Los Pitagóricos y Estoicos en Grecia siguieron los principios esenios; sus enseñanzas están presentes en los elementos de la cultura Adónica de los Fenicios, en los de la escuela de Alejandría que contribuyeron a cimentar la cultura de Occidente con el Gnosticismo, la cristiandad, la kabbalah, la Francmasonería y una pléyade de movimientos renovadores posteriores que actuaron secretamente debido a las persecuciones a que fueron sometidos. En 1928 Edmond Bordeaux Szekely (filólogo y lingüista, Ph. D. de la Universidad de París) publicó la primera traducción del Arameo al Francés, del primer tomo del “Evangelio Esenio de la Paz”. Las ediciones del material esenio precedieron a los escritos encontrados en las cuevas del Mar Muerto en 1947. •Evangelios Gnósticos de Nah Hammadi. Los evangelios conocidos como apócrifos, comprenden alrededor de 50 textos, escritos algunos en arameo, otros en copto, en griego antiguo, etc. En 1945 fueron descubiertos por campesinos Egipcios los papiros de Nag Hammadi, que recopilaban una serie de textos originales, en una forma muy parecida a los cuatro evangelios reconocidos por el cristianismo ortodoxo, con clara expresión del cristianismo gnóstico esencial, prístino, original. Estos evangelios fueron desdeñados por el catolicismo con el nombre de apócrifos (por considerar que “se apartan de la verdad”, al menos la pretendida), considerados actualmente “Evangelios apócrifos gnósticos”, entre los que se encuentran el Evangelio de Tomás, el Evangelio de Felipe, de María Magdalena, el evangelio apócrifo de Juan, el de San Valentín; y para asombro de los intelectualoides de la Era del Kaly Yuga, en pleno 2006, el evangelio de Judas. •Evangelio Según Judas. El papiro con el Evangelio según Judas, de 26 páginas, fue hallado cerca de la localidad de Beni Masar, en Egipto, en 1978. En 2000, la Fundación Mecenas de Arte Antiguo de Basilea (Suiza) se hizo con el documento e inició los trabajos de traducción. Los expertos consideran que se trata de una copia de un texto aún más antiguo, en el que Judas aparece retratado como una figura benévola que trata de ayudar a Jesús a salvar a la raza humana.
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Referencias históricas
La autentificación del documento se ha llevado a cabo utilizando numerosas técnicas, como la prueba del carbono 14, el análisis de tinta, la imagen multiespectral, así como los índices paleográficos e históricos. •La Pistis Sophia es una traducción de una colección especial de manuscritos Gnósticos Coptos de 2,000 años de antigüedad, derivados de Códices EgipciosCoptos Cristianos. En el período histórico posterior en que la iglesia temprana fuera establecida como la “religión oficial” del Imperio Romano (325 d.C.), la literatura de la Pistis Sophia fue retirada. El término “Pistis Sophia” corresponde en Griego a las palabras “Fe-Sabiduría” y representa la enseñanza que fue dada a los discípulos de Cristo-Jesús después de su resurrección. No son enseñanzas reveladas tan sólo a los discípulos de Jesús, sino también a sus discípulas, incluidas María Magdalena, Martha y Salomé. Los manuscritos de la Pistis Sophia datan del 150-300 d.C. Sin embargo, esta extensiva y expansiva enseñanza se dice que fue dada hasta los 11 años posteriores a la resurrección. •La Biblia. No es un solo libro, es una colección de antiguos textos compuesta por diversos libros separados, escritos a lo largo de aproximadamente 1,600 años. El Antiguo Testamento contiene 30 libros escritos aproximadamente entre el 1500 y el 400 a.C., y el Nuevo testamento contiene 27 libros escritos aproximadamente entre el 40 y el 90 d.C. El Antiguo Testamento original fue escrito principalmente en hebreo, con algo de arameo, mientras que el Nuevo Testamento original fue escrito en griego común. Comenzando ya desde el 250 a.C., la Biblia hebrea fue traducida al griego por expertos judíos en Alejandría, Egipto. Esta traducción fue conocida como la “Septuaginta”. Comenzando cerca del 40 d.C, y continuando hasta cerca del 90 d.C., los testigos oculares de la vida de Jesús, incluyendo Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Santiago, Pedro y Judas, escribieron los Evangelios, cartas y libros que se convirtieron en el Nuevo Testamento de la Biblia. Durante los años 200 d.C., los escritos originales fueron traducidos del griego al latín, cóptico (Egipto) y sirio (Siria), y ampliamente diseminados como “escrituras inspiradas” a través del Imperio Romano (y más allá). En el año 397 d.C., los actuales 27 libros del Nuevo Testamento fueron formalmente y finalmente confirmados y “canonizados” en el Sínodo de Cartago. Islam •Ibn Arabi. Es todo un referente del misticismo neoplatónico musulmán, nacido en 1165 en la ciudad de Murcia, Mohidin. Con la comodidad que supone proceder de una familia distinguida, pronto sale de Murcia para pasar su juventud en Sevilla. Pasa unos años en los que la ligereza y la disipación toman las riendas de su vida, hasta que irrumpe en él una atracción irrefrenable por la mística y la filosofía sufi. Decide entonces embarcarse en un viaje que le llevará a recorrer los reinos bajo dominio árabe en el interior de la península, pasando después al norte de África: Marruecos, Túnez y Egipto,
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para llegar finalmente a Oriente, donde pasará el resto de su vida, muriendo en Damasco cuando contaba con ochenta años de edad. Durante su estancia en la Meca, a los treinta y nueve años, él mismo relata que recibió la iluminación de Allah. La fecundidad literaria de Ibn Arabi es impresionante, siéndole atribuidas más de cuatrocientas obras en prosa y verso que abarcan las más diversas temáticas: filosofía, mística, poesía, teología...Evidentemente su fuente principal es el Corán. En cuanto su epistemología, Ibn Arabi sostiene que el conocimiento del mundo presente a través de los sentidos no es el conocimiento verdadero, sino el camino hacia el Conocimiento. •Mevlana Jalal’uddin Rumi (1207-1273) nació en Balk (lo que se conoce hoy como el norte de Afganistán), hijo de un gran maestro sufi de la época, Baha Veled. Fue criado dentro del mundo místico desde muy pequeño: debió compenetrarse con la lectura del Corán, su interpretación y exégesis (interpretación crítica), la jurisprudencia Islámica y los hadith (los dichos y actos del profeta Mahoma), los que llegó a manejar a la perfección. A la edad de 10 años debió emigrar, debido a que el pueblo Mongol estaba invadiendo cruelmente esa zona. Él y su familia emprendieron un largo viaje, pasando por La Meca y Damasco, arribando finalmente luego de 12 años al estado de Anatolia (Turquía); durante el viaje, Rumi conoció a muchos y notables maestros del sufismo. Luego de la muerte de su padre en 1231, se convirtió en su sucesor y tuvo diversos ilustres e iluminados maestros, que fueron sus tutores y guías. Pero no fue hasta su encuentro con el gran maestro Shams i Tabriz, que Rumi despertó al máximo su potencial. Shams es un espejo para Rumi, y en su compañía Jalal’uddin Rumi hace realidad la Verdad de su Ser. Son sus discípulos o amigos los que transcriben sus recitaciones y así será el caso de todas sus obras. Años más tarde, Husamedin Chelebi -seguidor y amigo de Mevlana- se ofrecerá para transcribir el Masnavi, que es una de las obras principales y más extensas de Rumi. Es seguro que quien abra su corazón a Rumi comprenderá en mayor profundidad el místicismo Islámico (Sufismo). Nezahualcóyotl (1402-1472), gobernante y poeta del México antiguo. Desde los últimos años del mundo indígena hasta nuestro tiempo, el rey poeta de Tezcoco ha sido una figura legendaria, de multiple fama. Y sin embargo, se le conocía más por sus anécdotas y por cierto vago prestigio, que por los hechos de su vida y, hasta hace pocos años, se ignoraban sus verdaderos poemas o cantos. En Nezahualcóyotl se unían de manera excepcional las aptitudes a menudo irreconciliables del guerrero, el gobernante, el constructor, el sabio en las cosas divinas y el poeta. Pero, además, él fue un hombre que trascendió a su tiempo, por las indagaciones espirituales que formuló y por la organización administrativa y la estructura legal que dio a la vida de su pueblo y, singularmente, por las instituciones culturales que estableció, como fueron los archivos de los libros pintados, las escuelas y consejos superiores, las academias de sabios y poetas, las
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colecciones de flora y fauna, y aun por el cuidado de la lengua que distinguía a sus dominios. Dentro del mundo nahua del siglo anterior a la conquista, él representa una tradición moral y espiritual, la herencia tolteca de Quetzalcóatl, que intentó oponerse a la concepción místico-guerrera de los aztecas. Alquimistas •Nicolas Flamel (Pontoise, 1330 – París, 1413). Fue un burgués parisino del siglo XIV, escribano público, copista y librero jurado; aunque sin duda un personaje histórico, su vida está ligada con leyendas, que lo reputan como alquimista de suficiente habilidad para ejecutar las dos obras más complejas del arte alquímico: la transmutación de los metales en oro gracias a la elaboración de la piedra filosofal, y la inmortalidad. •Paracelso. Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus Paracelsus es el nombre latino adoptado por el astrólogo, médico, mago, alquimista y filósofo alemán Theophrast Bombast von Hohenhein. Nació en Einsiedeln en 1493 y murió a los 48 años, en 1541, en Salzburgo. Comenzó trabajando como cirujano militar, así hizo sus primeros viajes a Oriente, Escandinavia…, estos viajes le sirvieron para recopilar conocimientos. En 1527 se instaló en Basilea, allí fue reconocido por sus sorprendentes curaciones, devolvió la vida a un amigo de Erasmo de Róterdam. Gracias a su fama fue nombrado profesor de la escuela de medicina, dejaba entrar a sus clase a los barberos cirujanos, les hablaba en alemán y no en latín(lengua de los cultos), quería que los conocimientos médicos fueran para el pueblo y no para unos cuantos privilegiados. Escribió más de 14 volúmenes de medicina, naturismo y filosofía y otros tantos de teología. Descubrió la homeopatía, si un veneno se aplicaba en pequeñas dosis surgiría de él su naturaleza oculta beneficiosa: “lo símil se cura con lo símil”. Paracelso tenía su propio concepto de la sanación, basado en el tratamiento de las enfermedades con sustancias minerales transformadas alquímicamente, consistente en el reconocimiento de la íntima unión de los tres elementos que conforman la totalidad del hombre: espíritu, alma y cuerpo. Él mismo dice: “la alquimia no tiene por objeto exclusivo la obtención de la piedra filosofal, la finalidad de la ciencia hermética es producir sustancias soberanas y emplearlas en la curación de las enfermedades”. Según Paracelso, el verdadero médico es ordenado por Dios. •Jacob Boehme (1575–1624). El “Teósofo Alemán”, cuya vida creativa abarcó el período Rosacruciano, nació en un poblado de la Antigua Seidenburg y se trasladó a la Lusatia Superior en las cercanías de Bohemia en las últimas décadas del siglo XVI. Fue un místico cuyo discernimiento contribuyó mucho para establecer una interpretación espiritual de la alquimia. Aunque haya sido un zapatero sin instrucción, Boehme poseía un alto grado de percepción mística de los mundos espirituales y para expresar sus experiencias interiores decidió revestirlas de términos alquímicos. Boehme tuvo una profunda influencia sobre las ideas teológicas y esotéricas, particularmente entre finales del siglo XVII e inicio del siglo XVIII; con todo, su sistema esotérico-filosófico de la teología continúa inspirando a muchos en los días actuales.
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•Fama Fraternitatis. De este libro proceden las primeras referencias históricas a la Orden de la Rosa Cruz, obra esotérica publicada en Kassel, Alemania, en el año 1614, de autor anónimo y desconocido, que ha sido sin embargo atribuida por varios autores a Johann Valentin Andreae (1586-1654), sin que exista no obstante ninguna prueba formal que apoye esta tesis. Según lo relatado en la Fama, la Orden Rosacruz tendría sus orígenes en Christian Rosenkreuz, personaje legendario nacido en 1378 en Alemania. A partir de 1393 este místico alemán iniciaría un periplo iniciático que le llevaría a visitar varios países lejanos como Damasco, Palestina, Tierra Santa, Egipto y Marruecos entre otros, donde estudió durante años con maestros de las ciencias ocultas. Según la Fama, a su retorno a Alemania en el año 1407, fundó la Orden RosaCruz, que estaría constituida por un pequeño grupo de no más de ocho personas, y de quienes esta obra da sus nombres y funciones en el seno de la Orden. Cuando Christian Rosenkreuz murió en 1484, la Orden se extinguió y la localización de su tumba permaneció desconocida hasta que en el año 1604 fue redescubierta, y como consecuencia la Orden Rosacruz «renacida». Otros dos documentos importantes en relación a la fundación de la Orden Rosacruz fueron la Confessio Fraternitatis publicada también en Kassel en (1615), anónima pero atribuida de igual forma a Andreae y Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreuz publicada en 1616 y atribuida por otros a Francis Bacon. La Confessio Fraternitatis está indiscutiblemente ligada a la Fama, ya que podría afirmarse que es una continuación de la misma. Con respecto a las Bodas Químicas, explica con un lenguaje simbólico y alquímico el proceso místico de Christian Rosenkreuz. Teosofía •Helena Petrovna Blavatsky. Nació el 30 de julio de 1831 en Yekaterinoslav, Dnipropetrovs’k (Ucrania). Durante mucho tiempo viajó por Europa, Asia y Estados Unidos. Afirmó que había estudiado durante siete años con los mahatmas hindúes durante su estancia en Oriente. En 1873 viajó a Nueva York y en sólo dos años se convirtió en la principal fundadora de la Sociedad Teosófica, un activo grupo internacional. Con la nacionalidad estadounidense se estableció en la India en 1878. Entre sus obras destacan: La Voz del Silencio, Narraciones Ocultistas, El país de las Montañas Azules, La Clave de la Teosofía, Isis sin Velo, la Doctrina Secreta, el Glosario Teosófico y cientos de artículos publicados en numerosas revistas del mundo. Falleció el 8 de mayo de 1891. •Rudolf Steiner. Nació en Krakjevec (Hungría-Croacia) el 27 de febrero de 1861. Hijo de un empleado ferroviario, pasó su niñez en Neudörfl, un apartado y encantador pueblito austríaco. Cursó estudios en Wiener Neustadt, en la Technische Hochschule de Viena y finalmente en la Universidad de Rostock (doctorado en Filosofía). Cultivó especialmente ciencias y matemáticas, y la lectura de filósofos como Kant, Fichte, Schelling y Hegel; su temprana preocupación por Goethe hizo que se le encomendara la edición comentada de la obra científica de este autor. La notable introducción que escribió para los primeros volúmenes hizo que fuera
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contratado por los Archivos Goethe y Schiller de Weimar, donde se radicó durante varios años y terminó su edición de la obra goethiana. Desde niño había tenido un conocimiento intuitivo y clarividente de los aspectos ocultos de la naturaleza y el hombre, y paulatinamente logró desarrollar una clarividencia consciente que le permitió acceso a planos más elevados. Fue gestando así su doctrina antroposófica o Ciencia Espiritual que pretende alcanzar el conocimiento del hombre, del mundo suprasensible y de las fuerzas espirituales. Hacia 1901 se lanzó abiertamente a la enseñanza de la Ciencia Espiritual, habiendo aceptado el cargo de Secretario General de la Sección Alemana de la Sociedad Teosófica en 1902. •Krishnamurti. Nació en la India en 1895 y murió en 1986. A los 13 años lo tomó bajo su protección la Sociedad Teosófica, que lo consideraba a él como el vehículo para el “instructor del mundo”, cuyo advenimiento habían estado proclamando. Krishnamurti emergió como un maestro inflexible e inclasificable. Sus pláticas y escritos no tenían conexión con ninguna religión específica y no pertenecían ni a Occidente ni a Oriente, sino que eran para todo el mundo. Repudiando firmemente la imagen mesiánica, en 1929 disuelve de forma tajante la vasta y caudalosa organización que se había construido en torno a él y declaró que la Verdad era una tierra sin senderos a la que resulta imposible aproximarse mediante alguna religión filosófica o secta convencional. Por el resto de su vida rechazó insistentemente la condición de gurú que otros trataban de imponerle y negó él mismo su autoridad; no quizo discípulos y habló siempre como un individuo habla a otro. El núcleo de sus enseñanzas estaba en la comprensión de que los cambios fundamentales de la sociedad podían tener lugar sólo con la transformación de la conciencia individual: acentuaba constantemente la necesidad del conocimiento propio y señalaba las influencias restrictivas y separatistas originadas en los condicionamientos religiosos y nacionalistas. Krishnamurti siguió hablando hasta su muerte a los 90 años. Sus pláticas, diálogos, diarios están reunidos en más de 60 volúmenes. Cada libro se centra sobre alguna cuestión que tenga particular importancia y urgencia en nuestras vidas cotidianas. Albert Einstein. Nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich. El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor». A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos, en donde pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton, ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.
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El presente material se imprimió en octubre de 2013 en los talleres de Terminados Bibliogáficos. Enrique Díaz de León Nte. # 732, Col. Artesanos, Guadalajara, Jal. Tiraje: 3,000 ejemplares.
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