Preparación de sustrato

March 10, 2019 | Author: YERLINETH | Category: Peat, Compost, Fertilizer, Soil, Plants
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Preparación de sustrato Sustrato Es todo materia distinta del suelo, natural o de síntesis, mineral u orgánico que colocado en contenedores en forma pura o en mezcla permite el anclaje del sistema radicular y puede o no intervenir en la nutrición vegetal

Puede clasificarse en 



Inerte: sustrato que solo sirve como soporte sin intervenir en la nutrición de las plantas como por ejemplo: la arena de sílice, gravilla entre otras, l cual en su mayoría se utiliza en cultivos hidropónicos. Activa. Se emplea como soporte pero además intervienen en la nutrición de las plantas como por ejemplo, los materiales orgánicos de todo tipo, la turba y minerales activos, así como la mezcla de materiales orgánicos las cuales se utilizan en la producción de orgánica.

Características principales de sustratos activos. La calidad del sustrato es uno de los factores que más influyen en el desarrollo de las plántulas. Un buen sustrato tiene las propiedades físicas y químicas que promueven el crecimiento rápido y saludable de las plantas. Esas propiedades actúan juntas. Un sustrato que tiene muchos nutrientes pero es pesado y no deja penetrar el agua, no es bueno. Del mismo modo, un sustrato con un drenaje adecuado pero que al que le falten alimentos para las plantas tampoco es bueno.

Las propiedades físicas del sustrato incluyen: 

Cuánta agua puede contener



Cuánto espacio para el aire tiene



Su textura



Su peso por contenedor.

El sustrato debe poder contener una gran cantidad de agua sin que se produzca un encharcamiento. El espacio para el aire (la porosidad) es necesario para que el aire entre y salga del sustrato. Las raíces necesitan “respirar” al igual que las hojas. Si el sustrato contiene demasiada agua, las raíces se sofocarán. Las propiedades químicas (la “fertilidad”) del sustrato incluyen: 

La cantidad de nutrientes que contiene



La facilidad con que esos nutrientes están disponibles para las plantas



La rapidez con que son liberados los nutrientes para las plantas.

Sustratos más utilizados Orgánicos: Sustratos añadidos generalmente para favorecer la actividad de los microorganismos y en algunas ocasiones para modificar el ph de la mezcla. En general se suele llamar “humus” a toda aquella materia orgánica del suelo que ha sido descompuesta hasta tal punto que ya resultan irreconocibles las estructuras vegetales que la formaban, y bajo esta categoría se encuentran las más diversas tierras: -Fibra de Coco: Tierra resultante del compostaje de la corteza de coco. Su ph oscila entre 5,6 y 6,6, es decir se trata de una tierra ácida. Su contenido de nitrógeno es bajo y alto el de potasio; contiene cerca de 2 ppm de boro y debe llevarse hasta 0,2 ppm para utilizarlo en hortalizas, que son muy sensibles al exceso de boro. Adecuándolo, es una buena alternativa para países como el nuestro, donde abunda esta planta (especialmente en la Costa Atlántica) y por los altos costos de otros sustratos importados como la turba. -Compost: De color pardo oscuro y poco peso. Su origen son residuos vegetales. Ph más o menos neutro. Compost Son residuos orgánicos de estructura fina y descompuesta. Se usan excrementos animales, residuos de plantas, etc. Físicamente aumentan la aireación y el contenido de humedad y, químicamente, absorben los nutrientes evitando su lavado (nitrógeno y potasio) y liberando lentamente la solución en forma de nutrientes. El compost debe contener entre 35 y 50% de materia orgánica con relación al peso volumétrico, se emplea en mezcla con sustratos inactivos o inorgánicos como la turba, la perlita, la fibra de coco o la cascarilla de arroz. El compost adicionado a la turba proporciona mayor aireación y reduce la retención de agua de la misma. Además, se ha comprobado que tiene efectos supresores a través de los organismos antagonistas que se desarrollan en él. Las altas temperaturas que se alcanzan durante el proceso del compostaje eliminan la mayor parte de las malas hierbas y microorganismos dañinos. En el caso de la utilización de un compost como sustrato se puede utilizar como base la siguiente mezcla: Compost 68,00% Gallinaza 14,00% Arena 17,53% Cal dolomítica 0,09% Fosforita Huila 0,19% Superfosfato triple 0,19%

Total 100,00 %

Humus Resulta de los excrementos de lombrices (Eisenia foetida), después de digerir residuos vegetales o excrementos animales fermentados, luego se seca y se pasa a través de un tamiz para obtener una buena textura. Sirve de fertilizante y reemplaza el compost, además ofrece muy buenas características químicas (figura 69).

-Turba rubia/negra: Se trata de materia vegetal descompuesta en ausencia de oxígeno. La turba negra presenta un grado de descomposición superior al de la turba rubia. Su edad oscila entre los 2600 y los 10000 años. Es un material con escaso valor nutritivo para la planta que tiende a retener la humedad demasiado tiempo cuando está empapado y se vuelve casi impermeable cuando se seca, propiedades un tanto problemáticas para usar en una mezcla. Aserrín: Tiene un pH ácido y puede ser tóxico para algunas plantas según el tipo de árbol del cual provenga; por lo tanto, debe probarse antes de usarlo en cada especie hortícola. Con frecuencia se mezcla aserrín con la tierra del suelo porque es barato y se consigue fácilmente, pero hasta el aserrín viejo puede ser un problema. El aserrín no contiene muchos nutrientes, específicamente nitrógeno, que es un alimento esencial para las plantas. Las plantas que crecen en aserrín se vuelven amarillentas a menos que se aplique nitrógeno. Se encuentra el nitrógeno en muchos fertilizantes granulados, de los cuales el más fuerte es la urea, y en el estiércol de animales. Cascarilla de arroz Sustrato orgánico de baja descomposición por su alto contenido de sílice que, además, aumenta la tolerancia de las plantas contra insectos y organismos patógenos. Se debe usar en mezcla y hasta en un 30%, favorece el buen drenaje y la aireación, presenta baja retención de la humedad y baja capilaridad. Para evitar el “enmalezamiento” del semillero, es necesario humedecer previamente la cascarilla para hacer germinar las semillas de arroz y otras plantas que siempre contiene; además, se requiere realizar pruebas previas de germinación de semillas para verificar que no haya presencia de residuos de herbicidas en ella.

Características de un buen sustrato El sustrato ideal debe ser estable, es decir, no perder fácilmente sus cualidades físicas (apelmazamiento). Debe ser ligero, es decir con una baja densidad aparente. Debe tener macroporos que permitan la aireación de las raíces. Este espacio debe ser un 20 % del volúmen total. Su pH debe estar alrededor de 6-6.5 que es el ideal para casi todas las plantas. Tiene que ser estéril, es decir, libre de organismos patógenos para las plantas. Tiene que tener capacidad de retención de nutrientes, y para ello debe estar presente la materia orgánica que tiene buena capacidad de intercambio iónico. Debe permitir retener

agua pero sin poner en peligro la aireación. Este volumen de agua retenida debe ser el 25 % del volumen total. De igual modo, un sustrato ideal debe ser mojable, esto es, que si se seca tiene que volver a mojarse con facilidad (problema que tiene la turba).

Materiales empleados normalmente en la elaboración de sustratos Existe un elevado número de materiales aptos para la formación de sustratos. En general los más conocidos son: Las turbas, los residuos forestales (hojas y cortezas), las arenas y los materiales sintéticos (perlita, vermiculita, lana de roca, poliestireno, etc.) para cultivos en macetas. Para cultivos en pleno suelo también se elaboran sustratos con estiércoles, mantillos, tierra vegetal, etc.

Sustrato tipo para cultivo en macetas Son muchas las mezclas que pueden leerse en muchísimas publicaciones. Existe una mezcla tipo medio, ideal para casi todo tipo de plantas y que sería la siguiente: 4 partes de turba rubia 1 parte de arena fina o perlita A esta mezcla habría que añadirle de 1 a 3 gr. por litro de sustrato de abono que aporte calcio, nitrógeno, azufre, potasio y magnesio.

Las turbas Las turbas son los materiales más empleados en la elaboración de sustratos para macetas debido a sus cualidades. Las turbas rubias o poco descompuestas debido a su estructura poseen una excelente porosidad y es buena receptora de soluciones nutritivas, proporcionando gran aireación a las raíces. Además está libre de gérmenes y semillas de malas hierbas y es bastante ligera. Después de su humedecimiento y abonado puede ser utilizada inmediatamente. Las turbas negras, más descompuestas son de peor calidad, retienen peor el agua y poseen menos aireación para las raíces. Para utilizar la turba una vez abierto el embalaje hay que desmenuzarla y humedecerla ligeramente, ya que de otra manera se hace dificil su manipulación. Posteriormente habría que añadirle cal para aumentar su pH, aunque ello dependerá del tipo de turba, de la dureza de las aguas empleadas y de los cultivos que vamos a realizar. Hay que tener en cuenta cuando se utilizan aguas duras, como son las de nuestra zona, que a lo largo del cultivo el pH se verá aumentado entre 0.5-1 grado. Si se le ha añadido cal y se ha mezclado con la turba, deberá dejársela en reposo unas 10-12 horas para que la cal reacciones con la turba antes de su utilización. Posteriormente se procederá al abonado de fondo mediante la adición de un abono complejo en dosis de 1,5 kg, por metro cúbico de sustrato.

Residuos forestales El más conocido y utilizado es la corteza de pino, que es bastante estable y airea el sustrato. Debe estar triturada en trozos muy pequeños (1-2 cm.) y se mezcla con turba en cantidades variables. También se utiliza el serrín siempre que no provenga de maderas tratadas con productos tóxicos para las plantas. En los sustratos que utilicen estos residuos hay que aportar dosis complementarias de abonos nitrogenados, ya que estos residuos forestales no aportan nitrógeno.

La arena La arena es una de las sustancias más utilizada en la mezcla de sustratos, aunque se emplea en pequeñas cantidades. La arena mejora la estructura del sustrato, pero aporta peso al mismo. Las arenas utilizadas no deben contener elementos nocivos tales como sales, arcillas o plagas. El grano no debe ser grueso. La arena de río, que es la mejor, debe estar limpia para ser utilizada en sustratos. La arena utilizada en construcción no es buena porque lleva mucha arcilla y se compacta.

Sustancias artificiales Perlita. Es de orígen volcánico. Sometida a altas temperaturas se expande y da unas partículas blancas de poco peso, estériles y muy útiles para proporcionar porosidad y aireación al sustrato. Posee una capacidad de retención de agua de hasta 5 veces su peso. Tiene un pH de 7-7.5 Vermiculita. Es un tipo de mica que sometido igualmente a altas temperaturas se expande y da un producto que tiene buena capacidad de intercambio iónico, es decir, de retener nutrientes. Aporta igualmente porosidad al sustrato. Su pH es de 7-7.2 Arcilla expandida. Obtenida a partir de cierta arcilla sometida a altas temperaturas que forman unas bolas que poseen baja capacidad de retención de agua y buena capacidad de aireación. Su pH está entre 5-7. Lana de roca. Obtenida al fundir a altas temperaturas rocas volcánicas calcáreas y carbón de Cock, dando orígen a unas fibras que se mezclan con una resina para estabilizarlas. Pueden retener hasta el 80% de su volúmen en agua y tienen una porosidad elevada. Su pH oscila entre 7-9.5. Poliestireno expandido. Es un plástico desmenuzado de color blanco muy ligero y con poca capacidad de retención de agua y mucha porosidad. Su pH oscila entre 6-6.3. Sustratos de turba y otros componentes Es muy frecuente en los cultivos en maceta utilizar sustratos formados a base de turba y otras sustancias que mejoren sus propiedades físicas. Algunas de estas mezclas son: Turba y arena. Se utilizan mezclas en diversas proporciones, dependiendo del tipo de cultivo, si se utiliza en semilleros, enraizados, etc. Turba y perlita o turba y vermiculita. Suelen utilizarse estas mezclas en el enraizado de esquejes. Normalmente se mezclan en partes iguales.

En general, conociendo las características de cada unas de las partes que intervienen en el sustrato, añadiremos las cantidades de cada una de ellas que estimemos convenientes para mejorar o potenciar una determinada cualidad física o química (retención de agua, porosidad, intercambio iónico, ligereza, pH, etc.).

Cálculo de la cantidad de sustrato En primer lugar, determine el volumen del contenedor. Cubra los agujeros del contenedor y agregue agua de una botella de un litro. La cantidad de agua que agregue equivale al volumen. Las bolsas pequeñas por lo general contienen 1/2 litro de agua, las bolsas grandes pueden contener más de 1.5 litros. Los contenedores con tutores para las raíces comúnmente contienen un volumen inferior a 1/2 litro. Una cubeta de tamaño normal contiene 20 litros, suficientes para llenar 40 bolsas pequeñas o 13 grandes. Luego, multiplique el volumen de sus contenedores por el número de plántulas que quiere producir. Por último, divida el volumen resultante por 20, la capacidad de una cubeta grande, para ver cuántas cubetas de sustrato necesitará para llenar todos los contenedores. Ejemplo uno. Si se necesitan 10,000 plántulas y se usan bolsas de 1/2 (0.5) litro: 10,000 x 0.5 = 5000 litros de sustrato 5000/20 = 250 cubetas Ejemplo dos. Si se producen 2,000 plántulas en contenedores de 1 litro: 2000 x 1 = 2000 litros de sustrato 2000/20 = 100 cubetas Cuando se emplea composta, una regla general es que la composta fresca tiene un volumen que equivale al doble del volumen de la composta acabada. Esto puede variar según el material usado. Primero, calcule el volumen total de cada cama. Por ejemplo, si tiene tres camas de composta fresca y cada cama tiene 3 metros de largo, 1.5 metros de ancho y 1 metro de alto, entonces multiplique: 3 m x 1.5 m x 1 m = 4.5 m3 x 3 camas = 13.5 m3 de material fresco. Segundo, divida esta cantidad por 2, para obtener la cantidad total de composta acabada: 13.3 m3/2 = 6.75 m3 (6750 litros o 338 cubetas) de composta acabada. Ejemplo tres. Si quiere producir las 10,000 plantas del ejemplo 1 con una mezcla de 1:1 de tierra: Composta, necesitará 2500 litros de composta acabada, o 5000 litros (5 m3) de composta fresca. Si la composta fresca reduce su volumen sólo en un 30%, entonces se necesita menos composta fresca. Del mismo modo, si su mezcla contiene menos composta, digamos en una mezcla de 2:1 de tierra: composta, entonces se necesita menos composta

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