PORDIOSERO

July 10, 2020 | Author: Anonymous | Category: Egoismo psicologico, Amor, Cristo (título), Dom, Verdad
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Algunos Otros Yoes

EL YO PORDIOSERO

SABIDURÍA GNÓSTICA GNÓSTICA SABIDURÍA

EL “YO” PORDIOSERO 1- PLANTEAMIENTO BÁSICO “Ha llegado la hora en que nosotros conozcamos los Misterios Quetzalcoaltianos, que conozcamos los Misterios del Árbol del Universo, que los estudiemos para transformarnos radicalmente y convertirnos en Hombres, y más tarde en Super-Hombres”. “¡Tula termina!, dicen los Toltecas. ¿Tula termina? Sí, se acabó, se acabó el Edén, la lejana Tule se volvió cenizas, el Jardín Edénico, el Jardín de las Hespérides se volvió polvareda cósmica, el hombre perdió sus facultades trascendentales Y SE CONVIRTIO, REALMENTE, EN UN MENDIGO; abandonó la Sabiduría antigua, degeneró totalmente, y ahora solamente la gloria de Quetzalcoatl en este Universo puede transformarnos radicalmente y convertirnos en Super-Hombres”. Samael Aun Weor, discurso titulado “Quetzalcoatl”.

2- INTRODUCCIÓN “Son muchas las gentes que nos escriben buscando consuelo, pidiendo un bálsamo precioso para sanar su adolorido corazón, más son pocos aquellos que se preocupan por consolar al afligido”. “Son muchas las personas que nos escriben para relatarnos el estado miserable en que viven, pero son raros aquellos que parten el único pan que les ha de alimentar para compartirlo con otros necesitados. No quieren entender las gentes que detrás de todo efecto existe una causa, y que sólo alterando la causa modificamos el efecto”. Samael Aun Weor, “Educación Fundamental”, Cap. Nº 12.-

En su magistral conferencia titulada “Los 3 Factores de la Revolución de la Conciencia”, el Mensajero de Acuario nos dice: “He conocido a muchas personas que sufren los problemas diversos de la vida (económicos, por ejemplo). Aquellos que tienen problemas económicos, incuestionablemente ocasionaron daños económicos a muchas gentes en el pasado y ahora cosechan lo mismo que sembraron, toman de su propio chocolate. “Sin embargo se quejan y protestan y blasfeman, y quieren mejorar la situación económica pero no remedian el mal que hicieron, no forman parte de alguna Cooperativa, no son capaces de partir su pan para dar la mitad al hambriento, no son capaces de quitarse una camisa para vestir al desnudo, no son capaces de dar un consuelo a nadie, pero quieren mejorar económicamente”. “Claro, solicitan servicios, piden que les ayudemos a conseguir trabajo para cambiar su situación, pero ellos no se preocupan por servir a nadie, son parásitos que existen bajo el Sol”. “En esa forma, ¿cómo se podría mejorar económicamente? Toda causa trae su efecto, el Karma es el efecto de una causa anterior. Si se quiere anular el efecto, hay que empezar por anular la causa que lo produjo, y se anula la causa con inteligencia, sabiendo anularla”. Y más adelante, después de disertar sobre la Ley del Karma, el Maestro retoma su parábola y añade: “Conozco a un sujeto X-X que sufre lo indecible, siempre en mala situación económica, siempre en la miseria, en cuanto negocio hay, fracasa; no hay negocio donde se meta que no fracase. Tiene mujer, tiene hijos, con ellos riñe incesantemente. Él es del signo Leo, élla también. No deberían reñir, pero parece que los leones son así: pelean incesantemente, nunca están contentos. Yo los he visto en el

Jardín Zoológico de Chapultepec: no dejan de pelear, Leo con Leo parece que no se entienden”. “Bueno, lo curioso del caso es que el sujeto X-X (cuyo nombre no menciono) siempre pide que se le ayude económicamente, que trabajemos por él en el Mundo de las Causas Naturales, pero no lo he visto jamás hacer nada a favor de sus semejantes. Pide, pero no da; pide y pide y pide, pero jamás da, ni da, ni da. Y pide, pero ¿con qué derecho pide si no da? Es como querer uno que le perdonen sus deudas y no es capaz de perdonar a sus semejantes”. “Todos dicen en la Oración del Padre Nuestro: Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”, pero si uno no perdona a sus deudores, a sus enemigos, ¿con qué derecho pide al Padre que lo perdone? ¿Qué derecho le asiste para pedir perdón, cuando no es capaz de dar perdón? ¿Con qué derecho pide caridad si no es capaz de dar? Así son todos: piden, pero no dan y eso es gravísimo”…

- 3 EL EGOÍSMO Y EL “YO” PORDIOSERO “El egoísmo se puede presentar en formas sumamente refinadas y hay que eliminarlas. En tanto tengamos egoísmo dentro de nosotros mismos, pues la Iluminación no será posible”. “El egoísmo está formado por múltiples Yoes dentro de los cuales está enfrascada la Conciencia. ¿Qué hay que desintegrar esa multiplicidad de Yoes egoístas? Es verdad, pues si no lo hiciéramos la Conciencia continuará embotellada, estrecha, limitada, condicionada, y cualquier posibilidad de iluminación sería anulada”.

Samael Aun Weor, conferencia titulada “Los 3 Factoresde la Revolución de la Conciencia”.

El egoísta es una persona que debido a su exagerado amor propio sólo piensa en sí misma y en lo que cree que es suyo, sin concederle ni la más mínima importancia al dolor ajeno, a las necesidades del prójimo. El egoísmo, que todo lo quiere para sí, es precisamente uno de los basamentos del Agregado Psíquico que llamamos “pordiosero”. Este “Yo” pedigüeño que ahora estamos estudiando, constituye pues una de las tantas “arenas” sobre las cuales edificamos la casa interior. Dada su característica egocéntrica (subconsciente, inconsciente e infra-.consciente), aunque carezca de méritos el “Yo” pordiosero siempre pide más, nunca se siente bien recompensado, y para colmo de males supone que todos (hasta los Dioses o Principios Inteligentes) están obligados a darle su “limosna” de momento en momento. ¿Qué es ese “yo quiero más” y en qué consiste la “limosna” que exige este “elemento indeseable”? Según la psicología profunda, el pernicioso proceso del “más” tiene su origen en el deseo o afán de acumulación del “querido Ego” (léase codicia), lo que de hecho le lleva a pedigüeñar, a pedir “limosna”, algunas veces con fingida humildad y otras tantas con soberbia y altanería. Dicho de otra forma: cada uno de los muchos “Yoes” que en nuestro mundo interior cargamos, es una como especie de “limosnero” que se quiere demasiado a sí mismo y por lo tanto pide que se le tome en cuenta. Así pues, el afán de acumulación es el principal alimento psicológico del “Yo” pordiosero que pide más y más para auto-afirmarse y fortalecerse. Pedimos amor, pedimos perdón, amistad, fidelidad, gratitud, reconocimientos, comprensión; pedimos que se nos escuche, que nuestras opiniones sean tomadas como válidas y así sucesivamente, pero desdeñando o subestimando la Ley de Compensación, la Ley del Dar y Recibir. Obsérvese, en este sentido, que las gentes suelen reclamar de los gobernantes el cumplimiento de sus “derechos constitucionales”, los derechos que por simple carta de ciudadanía les corresponde, pero al propio tiempo (y en forma egoísta) no cumplen con los deberes del buen ciudadano, o bien tratan de escamo-tearlos violando las leyes que rigen la convivencia fraternal entre los hombres. Huelga entonces decir que entre los variados “Yoes” que forman el egoísmo, resalta el “Yo” de la envidia. El “Yo” pordiosero, en efecto, es envidioso y siente hondo pesar cuando los demás

triunfan o destacan. Entonces, por tal motivo, se auto-compadece sintiéndose “desplazado”, “excluido”, y también derrotado. El “Yo” derrotista (ya analizado en anterior guía de estudio) emerge cuando el “pordiosero interior” ve disminuídas sus posibilidades de triunfar socialmente, de hacerse sentir, de subir al tope de la escalera. No obstante el “Yo” pordiosero busca amparo en la fantasía, y asociado con la auto-consideración supone que él es noble, inteligente, justo, verídico, valiente, buen dueño de casa, etc., y emite su queja contra la sociedad que según él le niega la “limosna” de permitirle acceder al “puesto que se merece”, al “lugar que dignamente le corresponde”. Pero realmente, “cuando uno reconoce su propia nadidad y miseria interior, cuando tiene el valor de revisar su vida, indubita-blemente viene a saber, por sí mismo, que de ninguna manera posee méritos de ninguna especie” (véase, en la guía de estudio titulada “El Yo del Orgullo”, el segmento denominado “El Yo del Auto-Mérito”). Sólo mediante una vigilancia extrema o Auto-Observación Psicológica de instante en instante, podemos llegar a descubrir dentro de sí mismos la presencia del “Yo” pordiosero. Auto-observándonos juiciosamente Auto-descubriremos que la lujuria, la ira, la envidia, la codicia, la pereza, la gula, el miedo, los celos y otros tantos millares de “elementos inhumanos” o “apéndices” que en su conjunto forman el “Yo” de la Psicología Experimental, son (todos ellos) unos mendicantes o pordioseros que abusivamente toman el control de nuestro cerebro, corazón y sexo para sentirse en las cosas exteriores, para apoyarse en cosas sin importancia de donde toman su alimento energético, su sustento diario o “limosna”.

4- EL HOMBRE EXTERIOR U “HOMBRE PORDIOSERO”

“El desdoblamiento psicológico del hombre nos permite evidenciar el crudo realismo de un nivel superior en cada uno de nosotros”. “Cuando uno ha podido verificar (por sí mismo, en forma directa) el hecho concreto de 2 hombres en uno mismo: el Inferior en el nivel normal, común y corriente, y el Superior en una octava más elevada, entonces todo cambia y procura (en este caso) actuar en la vida de acuerdo con los principios fundamentales que lleva en lo hondo de su Ser”. “Así como existe la una vida externa, así también existe una vida interna. El Hombre Exterior no es todo; el desdoblamiento psicológico nos enseña la realidad del Hombre Interior”. “El Hombre Exterior tiene su modo de ser, es una cosa con múltiples actitudes y reacciones típicas en la vida, una marioneta movida por hilos invisibles. El Hombre Interior es el Ser auténtico, se procesa en otras Leyes muy diferentes y jamás podría ser convertido en robot”. “El Hombre Exterior no da puntada sin dedal, siente que le han pagado mal, se compadece de sí mismo, se auto-considera demasiado, y si es soldado aspira a ser general, si es trabajador de una fábrica protesta cuando no lo ascienden, quiere que sus méritos sean debidamente reconocidos, etc.” Samael Aun Weor, “La Gran Rebelión”, Cap. Nº 19.-

El Ego, que de suyo o en sí mismo es orgulloso y vanidoso, jamás aceptaría que se le calificara de “mendigo”, “limosnero” o “pordiosero”. En nombre de la “justicia social” y de una muy mal entendida “democracia”, el “Yo” pretende hacernos creer que somos merecedores de la salud, de la educación, del trabajo, del pan de cada día, del techo que nos ampara y del vestido que nos cubre. Aún más: el “querido Ego” cree que tiene pleno derecho a la real Felicidad del Espíritu, del Ser, y por tal motivo se disfraza de místico, asume actitudes pietistas, se coloca la túnica de la santidad, se ampara tras el signo sagrado de la cruz y le pide al Buen Dios que lo proteja de todo mal, que le conceda paz interior, que le de fuerza, etc., etc., etc. Pero la Doctrina Gnóstica es en este sentido realista, contundente y definitiva, y afirma que “el Nivel del Ser atrae todas las circunstancias de la vida”, que “en tanto no cambiemos interiormente, se repetirán una y otra vez todas nuestras miserias, desgracias e infortunios”. La Falsa Personalidad, personalidad ilusoria u “Hombre Exterior”, por simple ignorancia de las Leyes de Causa y Efecto, del Retorno y de la Recurrencia, quiere que las cosas le salgan bien así porque sí, porque todo debe marchar de acuerdo con sus proyectos mentales o fantasías, pero la cruda realidad es diferente: mientras existan dentro de cada uno de nosotros los Yoes pordioseros, gústenos o no seremos siempre víctimas de las circunstancias. En realidad de verdad el “Yo” pordiosero (con todas sus múltiples facetas) ejerce pleno dominio sobre el “Hombre Exterior” de que nos habla el Maestro Samael en su libro “La Gran Rebelión”. El “Hombre Exterior”, en consecuencia, nace, crece, se reproduce y muere como un mendigo o pordiosero, aunque vista elegantemente y viva en lujosas mansiones. Cuando el maestro Samael asegura en forma enfática que “el hombre perdió sus facultades trascendentales y se convirtió en un mendigo”, está declarando una terrible verdad.

Escrito está que “lo exterior es una proyección de lo interior”. Si interna o psicológicamente somos pobres, carentes de valores cósmicos o virtudes, nuestra identidad e imagen externa tendrán las mismas características. Este planteamiento de rigurosa psicología experimental es absolutamente irrefutable, irrebatible. El “Hombre-Pordiosero”, merante externo y superficial, posee, pues, una psicología de tipo inferior, y “nadie podría llegar al Nacimiento Segundo (Renacer, como dice el Evangelio del Señor) en tanto continúe viviendo con la psicología del Hombre Exterior, común y corriente”. Jeshuá Ben Pandirá, el Gran Kabir, en su “Sermón de la Montaña” nos dice: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque ellos recibirán el Reino de los Cielos”. El V.M. Samael Aun Weor devela el sentido ontológico y psicológico de la expresión JesuCristiana con las siguientes palabras: “Pobres de espíritu o indigentes del espíritu, son realmente aquellos que reconocen su propia nadidad, desverguenza y miseria interior. Esa clase de seres incuestionablemente reciben la Iluminación”. Vale decir, sólo reconociendo que internamente somos unos pordioseros sin méritos de ninguna especie, podemos escalar los Niveles Superiores del Ser, o lo que es igual, “entrar en el Reino de los Cielos”.

5- EL PADRE NUESTRO Y EL “YO” PORDIOSERO “Muchas veces el alma desmaya, más si el Padre nos fortifica saldremos victoriosos”. “Cuando el hijo se cae, cuando se pervierte, el Padre se aleja. Cuando el Padre se aleja el hijo cae en desgracia; si el Padre no se ausentara, el hijo no caería en desgracia. Nunca cae en la miseria aquél que es asistido por su Padre”. “Miserable es el hijo malvado que tiene a su Padre ausente. A ese más le valiera no haber nacido, o colgarse una piedra de molino al cuello y arrojarse al fondo del mar”. Samael Aun Weor, “Pistis Sophía”develada.

Enfatiza el Maestro: “El Viejo de los Siglos (el Ser de nuestro Ser, el Padre que está en secreto) puede darnos todo si así lo quiere, o alejarse de nosotros”. Y sentenciosamente exclama: “¡Ay de aquel que queda alejado del Anciano de los Días!”. Alejarse del Padre implica quedar en la más completa orfandad, a merced de los “Yoes” pordioseros, y por lo tanto sumergidos en la miseria, tanto física como psicológica. “Cada uno de nos es un paria y un miserable, y sólo el Padre puede salvarnos; sólo el Padre puede liberarnos de las miserias y darnos un bálsamo para sanar nuestro adolorido corazón”. El Hijo es la Esencia, la Conciencia, lamentablemente embutida, enfrascada o embotellada entre el “Yo” de que habla la Psicología Experimental y Revolucionaria. En el libro “La Doctrina Secreta de Anahuac”, sobre el punto en cuestión podemos leer lo siguiente: “El deseo, la fornicación, el querer resaltar como Ego, origina el descalabro y el desorden, produce una obra adulterada que incuestionable-mente queda fuera del ámbito de lo Divinal, aunque en élla quede atrapada la Esencia, el Buddhata, el Material Psíquico de la humana criatura. El querer distinguirse como Ego origina siempre el desorden y la caída en cualquier rebelión angélica; la desviación del Demiurgo Creador (la antítesis, lo fatal, la inclinación hacia el egoísmo) es el origen real de tantas amarguras”. “El impulso hacia la Unidad de la Vida libre en su movimiento puede desviarse hacia el Yo, y en la separación fraguar todo un mundo de amarguras”. No resulta pues difícil entender que el Ego es quien nos separa del Padre, del Ser, produciendo la peor de las herejías, esto es: la herejía de la separatividad. Con palabras ardientes, el V.M. Samael expone las fatales consecuencias que se derivan de la mencionada separatividad, del alejamiento del Padre a causa de los “Yoes” pecadores, y develando el libro “Pistis Sophía” señala: “Los pecadores son los Demonios Rojos de Seth, sobre los cuales cae el Karma. Sobre los Demonios Rojos de Seth cae la sentencia; es obvio que los Leones de la Ley castigan a los Demonios Rojos de Seth sin consideración alguna”. “Los días de los Demonios Rojos de Seth se acortan y otros reciben su soberanía. Obviamente el Karma es terrible y muchas veces los hijos de los perversos quedan huérfanos y sus esposas viudas”. “El León de la Ley es implacable y muchas veces los hijos de los malvados son llevados lejos, y obligados a implorar, son arrojados de sus casas; los prestamistas se apropian de los dineros de los perversos y personas extrañas saquean sus bienes. Nadie se apiada de los huérfanos de la perversidad y ningún hombre les tiene piedad”.

“Exterminados serán los hijos de los perversos y sus nombres borrados en una sola generación. El pecado del padre de esos hijos ante el Señor está, y el pecado de su madre no se borra”. “Siempre presente estarán con sus pecados los hijos de perdición, más su memoria será arrancada de la Tierra, pues el pecador perverso nunca pensó en apiadarse de su prójimo y persiguió a los pobres y desdichados. Por eso el Karma recae sobre él”. “El perverso nunca se apiada de nadie y persigue a la criatura afligida para aniquilarla; los malvados maldicen y sus maldiciones caerán sobre ellos como un rayo de venganza”. “Los perversos desean bendiciones y éstas estarán siempre fuera de su alcance; los perversos se revisten a sí mismos con maldición (como un ropaje) y por tal motivo la maldición, en su interior, entra como agua y aceite en sus huesos”. “Esta desgracia es para los malvados como una vestimenta con la que siempre están envueltos, o como un ceñidor con el que siempre se ciñen”… Sintetizando diremos que el “Yo” pordiosero con todas sus perversidades “es un libro de muchos tomos, una falsa creación (resultado de innumerables ayeres), un nudo fatal que es necesario desatar”. Explicado como ha sido lo anterior, ya cualquier aspirante gnóstico sabe que sin la ayuda del Padre resulta algo más que imposible eliminar el Ego, porque “es evidente la debilidad e impotencia desconcertantes del mamífero intelectual, equivocadamente llamado «Hombre», para levantarse del lodo de la tierra sin el auxilio de lo Divinal”. “Sólo el Rayo Ígneo imperecedero, encerrado en la sustancia oscura, informe y frígida, puede reducir el Yo psicológico a polvareda cósmica para liberar la Conciencia, a la Esencia”. “Existe por allí un proverbio vulgar que reza así: “A Dios rogando y con el mazo dando”. De nada sirve pedir auxilio Divinal, como suele hacer el “Yo” pordiosero, si no trabajamos sobre sí mismos. “Con palabras ardientes declaramos: “Únicamente el Hálito Divino (el Padre, el Ser) puede reincorporarnos en la Verdad. Sin embargo esto sólo es posible a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios” (véase “La Doctrina Secreta de Anahuac”, Capítulo Nº 10).

6- CONCLUSIONES PRÁCTICAS “El Gnóstico auténtico quiere un cambio definitivo, siente íntimamente los secretos impulsos del Ser y de aquí su angustia, rechazo y embarazo ante los diversos elementos inhumanos que constituyen el Yo”. “Quien anhela perderse en el Ser, carga la condena y el espanto ante los horrores del mí mismo” Samael Aun Weor, obra y capítulo citados. “Se hace indispensable saber amar a nuestros semejantes, estudiar la Gnosis y llevar esta enseñanza a todas las gentes. De lo contrario caeríamos en el egoísmo”. “Si uno se dedica al Trabajo Esotérico sobre sí mismo pero no da la enseñanza a los demás, su progreso íntimo se torna muy difícil por FALDE DE AMOR AL PROJIMO”. “El que da recibe, y mientas más dé, más recibirá, pero al que nada da hasta lo que no tiene le será quitado. Esa es la Ley”. Samael Aun Weor, “Psicología Revolucionaria, Cap. Nº 31.

De manera exhaustiva, en todos sus libros y conferencias el Maestro Samael Aun Weor ha expuesto la didáctica que necesitamos conocer para eliminar de nuestra naturaleza interior los “Yoes” pordioseros. Desde luego, nadie intentaría eliminar “Yoes” sin antes saber por qué y para qué. Ese motivo fundamental, por el cual es necesario morir en sí mismos, únicamente lo encuentran aquellos aspirantes serios y definidos que “sienten íntimamente los secretos impulsos del Ser”, o en otros términos, que tienen inquietudes espirituales contínuas. Quienes desde adentro son impulsados por su propio Ser, experimentan desasosiego, angustia, embarazo, pasan por tremendas crisis emocionales al observar cómo los “Yoes” pordioseros que vienen del pasado intentan, una y otra vez, pedir su “limosna” para reafirmarse y fortalecerse, buscando de eso modo alejarlos del Padre. Y es que el “Hombre Exterior” (u “Hombre-Pordiosero”, como lo hemos denominado) carece de las virtudes de la humildad, de la paciencia y de la serenidad, motivo por el cual exige resultados inmediatos, pide que se le satisfaga en forma perentoria, ya con bienes materiales o ya con impresiones negativas que le sirvan de nutrientes. Estas exigencias de los “Yoes” pordioseros hacen sufrir al devoto que muy sinceramente anhela “perderse en el Ser”. Entonces, ¿qué hacer, cómo proceder? Ante todo, para luchar contra los “Yoes” pordioseros el aspirante al Auto-Conocimiento o Auto-Gnosis debe estudiar y luego comprender qué es (en sí misma) la Gran Enseñanza del Cristo, la del Dar y Recibir. Nadie podría capturar o aprehender conscientivamente esta Gran Enseñanza sin una previa información sobre los Misterios del Árbol del Universo, del Árbol de la Vida. Mecánicamente las multitudes repiten la frase aprendida, aquella de: “El Sol sale para todos”, pero sin detenerse a analizar su profundo significado. El Sol físico que a todos alumbra sin discriminación alguna, que es dador de vida, representa al Cristo-Sol, al Logos Solar, al Sol Astral, llamado también “Sol de la Media-Noche”. “El Sol físico tridimensional es tan solo el vehículo de acción del Sol Espiritual. En el Sol físico, el místico encuentra al Sol de la Media-Noche, a la Estrella de Belén, al Cristo Cósmico”. “Todas las religiones arcaicas rindieron siempre culto al Sol, y hasta el Vaticano

está construído en forma tal que sus puertas están abiertas hacia el Oriente, hacia donde sale el Sol. Los Cristianos primitivos decían siempre con gran devoción: “Nuestro Señor Jesucristo, el Sol”. “El Sol Astral guía a los místicos en la Senda del Filo de la Navaja, el Sol de la Media Noche guía a los Iniciados en los Mundos Superiores”. “Los Iniciados deben conocer los movimientos simbólicos del Sol de la Media Noche: ascender equivale a nacer, subir, manifestarse, etc.; descender alegoriza muerte de algo, descenso de algo, etc. El Sol, con pleno esplendor en el mediodía, alegoriza plenitud total, triunfo completo, éxito en tal o cual Iniciación. Cuando las nubes del espacio cubren al Sol, ello significa que el Ego animal está aún muy fuerte en el Iniciado”. “El Logos Solar, el Hijo, el Cristo Cósmico, asciende y desciende por voluntad del Primer Logos, del Padre. El Hijo es uno con el Padre y el Padre uno con el Hijo; quien ha visto al Hijo, ha visto al Padre”. Según la Divina Gnosis, “todos los movimientos del Cristo Sol son originados por la Fuerza del Amor, en un proceso de retroalimentación (Trogo-Autoegocrático, para ser más precisos) en el que dando recibe, cooperando de ese modo con el mantenimiento de la Gran Vida Universal”. “El Cristo Cósmico es el Quetzalcoatl Mexicano y Maya, es el Ejército de la Palabra, y nace siempre en todos los mundos y es crucificado en cada uno de ellos para que todos los seres tengan vida, y la tengan en abundancia”. “El Sol se mueve de sur a norte y de norte a sur. El Sol avanza hacia el norte desde el 25 de diciembre para animar y dar calor a todas las criaturas. El Niño-Sol nace el 24, ya para amanecer el 25 de diciembre, y se crucifica en el equinoccio de la Primavera para dar vida a todo lo que existe. Lo fijo de su nacimiento y lo variable de su muerte, tienen siempre en todas las teogonías religiosas honda significación”. “Débil y desvalido nace el Niño-Sol en este humilde pesebre del mundo, en una de esas noches muy largas del Invierno, cuando los días son muy cortos en las regiones del Norte”. “El signo de la Virgen Celestial (Virgo) se eleva en el horizonte por la época de Navidad, y así nace el Niño para salvar al mundo”. “Durante la infancia el Cristo Sol se encuentra rodeado de peligros, y es a todas luces bien claro que el Reino de las Tinieblas es muy largo en los primeros días, pero él vive a pesar de todos los terribles peligros que lo amenazan”. “Pasa el tiempo, los días se prolongan cruelmente, y llega el Equinoccio de la Primavera, la Semana Santa, el momento de cruzar de un extremo a otro, el instante de la crucifixión del Señor en éste, nuestro mundo”. “El Cristo Sol se crucifica en nuestro planeta Tierra para dar vida a todo lo que existe. Después de su muerte resucita en toda la creación y madura entonces la uva y el grano; la Ley del Logos Solar es el Sacrificio”. “Este es el Drama Cósmico que se repite de momento en momento en todo el Espacio Infinito, en todos los Mundos, en todos los Soles; este es el Drama Cósmico que se representa en todos los Templos de Egipto, Grecia, la India, México, etc.; este es el Drama Cósmico que se representa en todos los Mundos del Espacio Infinito”. “El aspecto secundario de este gran Drama corresponde, con entera exactitud, a todo individuo sagrado que mediante la Revolución de la Conciencia alcanza la Iniciación Venusta y se convierte en Héroe Solar”. Obviamente el Héroe Solar es aquel que ha eliminado totalmente los “Yoes” pordioseros, es el Adepto Calificado u Hombre-Cristo que siempre está dispuesto a dar hasta la última gota de sangre en beneficio de la pobre humanidad que sufre y llora en medio de su ignorancia.

Y es que el “Jesús-Cristo o Cristo-Jesús Íntimo en cada uno de nos, surge siempre del Mundo Solar para manifestarse a los Hombres. En Kábala diríamos que el JesúsCristo Secreto surge de Chochmah, y así aparece en el Árbol de la Vida”. “Incuestionablemente él desciende desde esa región para penetrar en el vientre de su Divina Madre por obra y gracia del Espíritu Santo”. “Stella Maris es Virgen antes del parto, en el parto y después del parto; la Virgen del Mar da a luz a su Hijo en el establo del mundo”. “El Establo de Belén es el mismísimo cuerpo del Iniciado; en el Establo de Belén se encuentran los animales de la mente, del deseo y de la mala voluntad”, es decir las causas-raíces de los “Yoes” pordioseros. “El Jesucristo Interior debe eliminar todos los elementos indeseables que en nuestro interior cargamos. La Virgen del Mar es la Hija de su Hijo y la adorable esposa del Espíritu Santo. Ella, Stella Maris, obedece las órdenes del Jesús.-Cristo Íntimo y trabaja con él eliminando de nosotros los elementos psíquicos indeseables”. “Gracias al Primer Misterio, es decir, gracias al Anciano de los Días, gracias al Padre de todas las Luces, el Jesús-Cristo Interior puede enseñar a los Iniciados”… “El Señor desciende desde el Mundo del Logos Solar para vivir como HombreCausal, el Señor se proyecta desde el Mundo Causal hasta el Mundo Físico”. “El Señor manifestado actúa en las regiones de la Mente, el Señor manifestado resplandece en el Cuerpo Astral de aquel que lo tiene encarnado, el Señor manifestado entra en el Cuerpo Físico para vivir como un Hombre entre los hombres”. “Cada vez que es necesario, viene el Señor a este valle de lágrimas para ayudar a la humanidad. El Maestro que lo tenga encarnado adorará al Señor y le servirá de instrumento”. “El Señor encarnado discurrirá con los seres humanos desde los interiores de los interiores hasta los exteriores de los exteriores, y desde los exteriores de los exteriores hasta los interiores de los interiores. Todo esto significa que el Señor puede auxiliar al Ser del Ser y a la Personalidad humana, que el Instructor del Mundo (encarnado) puede instruír no solamente a las humanas personas, sino también al Ser de las mismas y por último al Ser del Ser”. “Ayuda al exterior del exterior significa auxilio total en todo orden de cosas, ayuda al interior del interior significa instrucción plena al Ser del Ser”. “El Cristo Íntimo, encarnado, no solamente ayuda sino que además ayuda a ayudar”. Los “Yoes” pordioseros, con sus egoísmos, se pronuncian contra el CristoSol, contra el Señor y sus divinos mandamientos. ¿Por qué? Porque los “Yoes” mendicantes piden ayuda pero detestan ayudar a otras humanas personalidades. La ignorancia es atrevida. Los “Yoes” mendigos ignoran que “toda acción del Ser Individual es el resultado de una ecuación y de una fórmula exacta”, y que “mal interpreta esa ecuación del Ser el que no sabe renunciar a los frutos de la acción”. Merced a tan crasa ignorancia (resultado fatal de la inconsciencia), cuando los “Yoes” pedigüeños ayudan a otros o les obsequian algo, lo hacen en forma interesada, convencional, esperando siempre su “limosna”, esto es: aplausos, condecoraciones, reconocimientos, gratitudes y así sucesivamente. En nuestros miembros superiores, la mano izquierda está hecha para recibir y la derecha para dar. De allí la expresión bíblico-cristiana: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha”.

Los “Yoes” pordioseros gustan de exhibir sus ejecutorias, las pregonan a los cuatro vientos, y si hacen obras de caridad (por ejemplo) tratan de que sean publicadas en todos los medios de comunicación social. Caso contrario, el Cristo Íntimo (encarnado en tal o cual hombre humilde y sencillo) prefiere pasar desapercibido, da sin esperar nada en cambio porque sabe renunciar a los frutos de la acción. Sin embargo, aún cuando el Hombre o el Super-Hombre renuncien a los frutos de sus bondadosas acciones, siempre reciben su pago, su recompensa, porque escrito está que “quien da recibe, y mientras más dé, tanto más recibirá”. Ley es Ley y se cumple. Todas esas maneras de proceder del “Yo” pordiosero, volcadas siempre hacia el mundo exterior de donde suele tomar su alimento energético diario o “limosna”, tienen su origen en la evidente falta de verdadera Generosidad. “Desafortunadamente para el mundo, las gentes no tienen verdadera Generosidad; las gentes sólo se preocupan por sus propios logros egoístas, por la satisfacción de sus anhelos, por obtener éxitos, conocimientos, placeres, etc.” “No debemos confundir gato con liebre: la verdadera Generosidad no es de la mente, la generosidad auténtica es el perfume del corazón; la verdadera Generosidad es absolutamente desinteresada, pero fácilmente se puede confundir con la falsa generosidad egoísta. Existe falsa generosidad en el político astuto, en el zorro electoral que derrocha dinero con el propósito egoísta de conseguir poder, prestigio, posición, riquezas, etc. Existe falsa generosidad en los pillos capitalistas, en los sátiros que codician a la mujer, etc.” A su vez, la Generosidad es una de las tantas formas del Amor Universal, de ese Amor que el Cristo-Sol prodiga de momento en momento para que todos los seres y la Naturaleza entera tengan vida, y vida en abundancia. “Existe Amor en aquellos que sienten angustia verdadera por los sufrimientos de sus amigos y enemigos, existe Amor verdadero en aquel que de todo corazón trabaja por el bienestar de los humildes, de los pobres de los necesitados. Existe amor en aquel que de manera espontánea y natural siente simpatía por el campesino que riega el surco con su sudor, por el aldeano que sufre, por el mendigo que pide una moneda y por el humilde perro angustiado y enfermo que padece de hambre a la vera del camino”. “Cuando de todo corazón ayudamos a alguien, cuando en forma natural y espontánea cuidamos el árbol y regamos las flores del jardín sin que nadie nos lo exija, hay auténtica Generosidad, verdadera Simpatía, verdadero Amor”. “Necesitamos Generosidad para modificar causas y transformar efectos, necesitamos Generosidad para dirigir sabiamente el barco de nuestra existencia, necesitamos gGnerosidad para transformar radicalmente nuestra propia vida” (véase el libro “Educación Fundamental”, Capítulo Nº 12). El “Yo” pordiosero, dado que carece de Generosidad, establece una voraz e inhumana competencia en todos los aspectos de la vida. La competitividad es egoísta, absolutamente contraria al amoroso sentido de cooperación del Logos Solar, del CristoSol. “Se hace imposible saber cooperar cuando excluímos el principio de Generosidad efectiva y revolucionaria”. En este sentido la Psicología profunda del Gnosticismo Universal enseña cómo o de qué manera podemos llegar a comprender los daños que causa el “Yo” pordiosero con su falta de Generosidad y su aberrante egoísmo. “Solo haciéndonos conscientes de lo que es en nosotros el egoísmo y la falta de Generosidad, brota en nuestro corazón la fragancia deliciosa del verdadero “Amor y la efectiva Generosidad que no es de la mente”.

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