Poemas de Blanca Andreu

July 20, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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 Amor de los incendios incendios y de la perfección... perfección...  Amor de los incendios incendios y de la perfección, amor en entre tre la gracia y el crimen, como medio cristal y media viña blanca, como vena furtiva de paloma: sangre de ciervo antiguo que perfume las cerraduras de la muerte. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980 Chagall"1980  

 Amor mío, amor amor mío, mira mi boca de v vitriolo itriolo...  Amor mío, amor mi boca boca de vitriolo  y mi garganta de mío, cicutamira cicuta jónica, mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere por los desiertos de tomillo de Rimbaud, mira los árboles como nervios crispados del día llorando agua de guadaña. Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril, también en la capilla del espejo esto veo,  y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra  Alejandría ni escribir cartas para Rilke el poeta. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chaga Chagall"1980 ll"1980 

 Así, en pretérito pretérito pluscua pluscuamperfecto mperfecto y futuro absol absoluto... uto...   Así, en pretérito pretérito pluscuamperfecto y futuro futuro absoluto  voy hablando del trozo de universo universo que yo era, de subcutáneas estrellas de sangre cazadas por el ángel de la anemia en el cielo arterial, diciendo leucocitos del alba y rio de linfa, o bien de lo que quise: el ligero Mediterráneo,

 

la prohibición de envejecer, la gavilla del sueño barbitúrico,  y sobre todo, sobre todas las cosas, cosas, Mozart anfetamínico preámbulo de pájaros, Mozart en ala y aeropuerto, arco de violín principe o piloto: Mozart el Músico. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

Cinco poemas para abdicar  Cinco poemas para abdicar, para que sean un destello terrestre en mi tránsito mientras el vaivén de mi cuerpo me dote de viejo sueño y tenga un altar adornado, mientras mis ojos suspendan la aspersión del líquido más m ás breve, abandonen su aire lacustre y la ligereza de la lágrima cóncava en donde beben grullas  y otras zancudas con pie pie de bailarina, mientras mis manos sean hangares en las salinas negras para aviones de turbios vuelos, mientras el súcubo súcubo murciélago diga en mi oído espuma y diga oscuridad en las marineras negras. Cinco poemas para la marcha en el paisaje de sábana de hilo, un páramo es encaje antepasado, iniciales bordadas hace ya tres mil días  y alguna mancha de amor. Cinco poemas como cinco frutos cifrados o como cinco velas para la travesía: t ravesía: el primero hacia aquella a la que nadie ve en la vaga velada del lago: un resquicio de abril para Virginia, porque amó a las mujeres. El segundo para mi amor: sé bien que encima de mis heridas busco la alondra de tus heridas, sé bien que encima de mis heridas una cigüeña pone sus huevos. Encima de tus heridas las ramas de los nervios se han dormido  y ahora son alas, páginas, oleaje, oleaje, seres verdes. Encima de mis heridas yo descubro una tela desventurada y ocre, rasgada de enemigos, o una palabra emborrachada por el lacre. Pero cuando me duerma  ya no te querré. El tercero para la casa que cae y el álamo vihuela o jardín bello, para el ángel que guarda a la lombriz, para todo lo que es pueril o leve y que clava submarinos anzuelos en los ojos adultos.

 

El tercero es para el corazón de la raíz  y para la cerrada tierra de los estambres, para la lluvia seria de las siestas del norte, mala como una institutriz. Dile que no se meta en los salones  y los llene de gafas estrujadas. estrujadas.  Ay, dile que no espante espante los espejos de mirada niña niña.. Había tres balcones sangrantes, había tres balcones como tres heridas incurables del muro, había tres balcones y siete temblorosos escabeles.  Ay, dile que no asuste asuste las palabras palomas, que no deje que vayan batiendo un aire usado con alas de cuchillo. Las palabras apátridas de mi tercer poema que no me muerdan las mejillas  y las sonatas que yo no toqué nunca, que no no cesen, ni el pequeño cuaderno de Ana Magdalena.  Yo no dije: ¡silencio!, ¡silencio!,  y ahora el réquiem se teje teje con seres y desastres cconsanguíneos. onsanguíneos. Dejadme las hortensias vestidas de pupilas, con traje de mirada, esa campana vegetal que ya no suena y llora un zumo epílogo,  y las magnolias catalejos,  y aquel sillar tan grande como como el siglo más cíclope.  Yo no dije: ¡silencio! ¡silencio! pero me fui bebiendo vino de exilio en la boca de piedra,  bebiendo fermentado líquido migratorio, migratorio, los ramos de las tórtolas de agosto y el eco de la casa que se cae.  Veo que no sobrevive el alma alta del muro, la espuma voladora borracha de gaviotas, el ángel que cuidaba la cucaracha de uva y la lombriz, ni ningún pájaro como lágrima póstuma y celeste, ni la resina tañendo su ámbar triste, ni tampoco las malvas, las violentas, las verdes partituras. El cuarto es para mi amor.  Amor mío, sé bien que no te escupirá mi sueño y que cuello notuserá sajado por el filo último de mi sueño, que no te insultará el hiriente corazón de mi sueño, porque si duermo ya no te querré. Sé bien que busco encima de mis heridas el escorpión de oro de tus heridas. Sé bien que encima de mis heridas sólo habita la imagen encalada de mi muerte.  Y por eso voy a asesinar con la virgen cuchilla barbitúrico la muchedumbre de heroicos locos que entonan para mí la pesadilla y el bostezo, amor mío, sin asomar por la ventana fuegos viejos, frescas cenizas, familias errantes de soles. Mi amor para la imagen encalada de mi muerte,

 

para la cal que se come a los niños, para mi último caballo, oro, sobre asfalto celeste y el hule astral de abril. Sé bien que galoparé en negro porque negro es el color de los sueños, negras las manos de la intimidad,  y sin espuelas, y sin bridas, bridas, porque las espuelas son el poder, la aberración, estrellas de tijera y abismo. El quinto para mi caballo, para cuando ya estemos sucediendo como dos estaciones o dos días iguales.   "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980 Chagall"1980  

Cinerario  a Marta  Marta  I  Ahora me pregunto qué sería de aquel fuego  y de su noche, la ceniza. ceniza. II El fuego es dios de nada, dijo el poeta, es nada aunque a veces sople por las chimeneas un aire alemán. III  Ahora me pregunto qué fue de aquellos fuegos fuegos  y de su norte, la ceniza. ceniza. IV El fuego es dios de nada -dijo el poeta- es nada  y jamás se controla por educación educación o cualquier otra sino que obra  y porfía.   V  Ahora me pregunto que será de aquel fuego  y su sepulcro, la ceniza. ceniza. "Capitán Elphistone" 1988 

 

 

Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve... Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve, cómo será así extraño, cuando tú ya no estés, la catedral del día, el claustro que condensa la gran edad de la luz  y el carácter de las tormentas. tormentas.  Amor mío, amor mío, tú sin día para ti, enjambrado entre espejos y entre las cosas malas, malas , muerta la plata trascendental  y las ya antiguas anémonas anémonas de égloga, muerta esta versión, que ahora oscuro, y declino, para leerla, más joven.  Amor mío de nunca, afiebrado y pacífico,  versos para el pequeño pulpo de la muerte,  versos para la muerte rara que hace la travesía travesía de los teléfonos, para mi mente debelada versos, para el circuito del violín, para el circuito de la garza, para el confín del sur, del sueño,  versos que no me asilen asilen ni sean causa de vida, que no me den la dulce d ulce serpiente umbilical ni la sala glucosa del útero.   "El sueño oscuro" 1994  

Dame la noche que no intercede...   Dame la noche que no intercede, la noche migratoria con cifras de cigüeña, con la grulla celeste y su alamar guerrero, palafrén de la ola oscuridad. Dame tu parentesco con una sombra de oro, dame el mármol y su perfil leve ciervo, comoy de estrofa antigua.

 

  Dame mis manos degolladas por la noche que no intercede, palafrén de las más altas mareas, mis manos degolladas entre los altos cepos y las llamas lunares, mis manos migratorias por el cielo de agosto. Dame mis manos degolladas por el antiguo oficio de la infancia, mis manos que sajaron el cuello de la noche, el destello del sueño con metáforas verdes, el vino blasonado que se quedó dormido.  Amor de los incendios incendios y de la perfección, amor entre la gracia y el crimen, como medio cristal y media viña blanca, como vena furtiva de paloma: sangre de ciervo antiguo que perfume las cerraduras de la muerte. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

Desde Irak   Respóndeme, político, ¿por qué quieres desfigurar la faz del mundo? ¿Por qué quieres cortar las cabezas azules de mis templos? ¿Por qué quieres salpicar con mi sangre a tu pueblo inocente? ¿No sabes que si envías la muerte a visitarme  volverá sobre ti, boomerang boomerang en retorno? ¿Por qué quieres matar mi casa romper mi niño quemar mi perro? 

 

Di que querías ser caballo esbelto, nombre...  Di que querías ser caballo esbelto, nombre de algún caballo mítico, o acaso nombre de tristán, y oscuro. Dilo, caballo griego, que querías ser estatua desde hace diez mil años, di sur, y di paloma adelfa blanca, que habrías querido ser en tales cosas, morirte en su substancia, ser columna. Di que demasiadas veces astrolabios, estrellas, el nervio de los ángeles,  vinieron a hacer música música para Rilke el poeta, no para tus rodillas o tu alma de muro. Mientras la marihuana destila mares verdes, habla en las recepciones con sus lágrimas verdes, o le roba a la luz su luz más verde, te desconoces, te desconoces.   "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

Dos   Y casi espíritu de fuego, fuego, casi la empuñadura de u una na idea del fuego aire de pájaro o espada, pero espía, en tu interior hay ciervos y prodigios, acaso un charco de oro.   "Libro de las bestias. Primer fisiólogo" 1984  

 

 

Elphistone   Es la hiedra negra, en las raíces, entre las hojas del invierno, caídas hojas bajo la nieve, en las estrellas del invierno, estrellas gastadas.  Yo lo recuerdo de la misma manera manera que el invierno cuando con sus grandes botas pisotea la tierra, como la sombra que divide así yo lo recuerdo entre arbotantes y grandes maderos, en tanto el viento v iento escapa hacia el altar.  Yo recuerdo la luz de su fría república, -sin duda la luna u otra materia maléfica.  Yo recuerdo su luz mientras mientras el viento escapa escapa  y una sombra torcida cruza cruza hacia el altar. Qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes, qué silencio crecido en un secreto como las ramas y las catedrales cuando la música de marzo tiene la verdad a sus pies. Qué estaciones donde nada hay y ningún mensajero recuerda aquella música lejana, aquellos ojos que brillan en la oscuridad como dos animales vivos. Sobre la niebla, entonces, propagaba su pensamiento  y relaciones y analogías relucían semejantes a peces, peces, recuerdos refulgiendo sobre el lomo del mar, huraños pasillos de la memoria, entonces -los últimos sentimientos,, negros como la sombra en la bodega, sentimientos se saben todavía mal interpretados- qué astrolabio  y qué brújula, qué viento viento del noroeste para el sombrío capitán Elphistone, para su mirada cuando saluda a las constelaciones, el Boyero y las Cabrillas contra el incendio de las tempestades o bien qué mueca definitivamente fría como un hueso. Gesto de sable pájaro, ademán de orgullo cuando con los días contados finges, te creces, injurias con la voz que va derecha. Fugaces cortesías de los mares se disputan tu honor  y cierto género de noticias o silencios silencios muy elocuentes, elocuentes, espías del recuerdo las estrellas evocadoras, oleajes de postrimerías, bendiciones, cuando -bajo la advocación del Holandés- te desposas con el aparejo  y el viento oficiante oficiante murmura sobre el podrido tálamo de lona mientras que la madera entona el réquiem.    De "Elphistone" 1989 

 

  En la India  (Loto)   (Loto) -¿Quién eres tú, misteriosa paloma vegetal de las aguas perfumada estrella viviente? -Cuando alza el azafrán como un monarca su morada corona  y hace brillar su pistilo escarlata del color de unos l abios diciendo: “cosechadme” 

 y las lentejas de agua  y las castañas de agua abren sus verdes ojos y pasean por el lago  yo lanzo mis raíces a las profundidades navego por debajo en un viaje de muerte como el amor terrible atravieso el olvido  y llego hasta la tierra sub-acuática sub-acuática como a un palacio negro  y allí entro sombrío, soberano a comenzar mi historia  y entonces  vivo contra las aguas aguas desde la tierra al cielo como el amor real  y majestuoso subo de la savia a la flor  y entonces soy corazón blanco en las manos del río soy nube anclada de salvajes raíces soy el suave cordero de las lagunas: la rosa de Siddhartha. "El sueño oscuro" 1994  

 

Entre tú y yo...  Entre tú y yo no hay ningún no. "El sueño oscuro" 1994  

Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes...  Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días de historia, o de libros abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así, sino sólo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas parecidas a flores. Escucha, dime, siempre fue de este modo, algo falta y hay que ponerle nombre, creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir niña niña   o decir nube, adelfa,  adelfa,  sufrimiento, decir desesperada vena sola, cosas sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.  Y no es únicamente únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa, por lo crecido, para lo sonriente, para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario, hecha párvula muerta, sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.

"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980 Chagall"1980  

Fábula de la fuente y el caballo   A Beatriz de Laiglesia y Werner Werner Aspenström  Aspenström 

 

  Dicen que murió un caballo. Contaron que pasó como una sombra, que galopaba como noticia que va corriendo todos los días hasta la fuente -agua y sonidos blancos,  jaurías blancas y galgo crepitarcrepitartodos los días entre la nieve y en el deshielo, sobre la hierba de mayo, año tras año huíacaballo de los que lobos ese ahora está muerto atravesaba los bosques encendidos por la luna quien lo saludaba fríamente. Era castaño -acaso era una yeguaese caballo del que hablo. Nunca lo podré conocer. Me han dicho que pasó como una sombra que su vida no fue sino una sombra y sin embargo el caballo era luz. Era un caballo ateniense. En sus ojos brillaba el fuego de la verdad y la beneza, pero nadie lo conoció. Ese caballo que ahora viene vigilante hasta este poema con los ojos agrandados por el insomnio de la muerte, con la mirada de mi hermano y la sonrisa de fábula a veces miraba a los hombres, pero los hombres no sabían prestar atención a un caballo. Ni el sabio ni el indiferente se preocuparon de indagar.  Y así el caballo pudo ir año tras año año hasta la fuente aquella y dicen que se hicieron compañía durante los durísimos tiempos. No hablaban más que de sus cosas en un lenguaje desconocido, más misterioso que el sueco aquel caballo y aquella fuente. La fuente era una comadre de las que todavía quedan,  vividora, aficionada a los chismes. El caballo era un caballero, no puede decirse otra cosa. Dicen que galopaba como noticia que va corriendo a propagar la prosperidad, como un mensaje delnadie rojo lo delescuchó verano.sino la fuente, nadie supo su signo  Y ni su símbolo, nadie quiso saber sino la fuente de aquel caballo color hoja seca. En el interior de un verso sueco descansa de su soledad  y ahora ha negado a este poema poema antes del amanecer con grandes ojos semejantes a los de un antiguo profeta, con ojos que no se preguntan si fue dios quien hizo la muerte, con grandes ojos elevados a la categoría de potencias. Sueño y sendero, sangre y oscuridad que suenan como campanadas. Hacia dónde vuelan. De su paso no queda  vestigio alguno. alguno. Y el caballo -desde la noche- mira y aprueba no los ojos de la desapacible sino la última luz de una brizna de hierba.

 

  "Capitán Elphistone" 1988 

Hasta nosotros la infancia de los metales raros...  Corónate, juventud, de una hoja más aguda  Saint-John Perse  Perse  Hasta nosotros la infancia de los metales raros, la muchedumbre de la plata que nos pudre en su espuma, su larga espuma larga como una cinta que naciera en un cuaderno de Back el Joven  Y viniera a morir aquí, en las aves que anidan en los discos, mientras Rainer María ya no es tan joven como en la 38, un joven muerto, no es página ni siquiera un infante difunto sin pavana,  y yo lo sé,  y no desfallecemos entre entre sexos cerrados como libros cerrados, pero desfallecemos,  yo me desmayo, tú te desvaneces, él siente un ligero mareo sin llegar a la náusea escrita o no escrita.  Ay, bostezamos ante tazas de azul de metileno, aspiramos con aire distante el amoníaco, nos hastiamos frente al alto sonido del vitriolo, nos coronamos de veronal, pues no encontramos hoja más aguda. Mi hermano busca el cetro de mil alas de Heliogábalo, aquellos niños prefieren la tiara papel,  y estos pequeños cíclopes enfermos del pulmón pulmón que bajan de autobuses o de la marihuana,  y son hermosos como hermafroditas, se coronan con cipreses de silos color vino: no han encontrado un árbol más agudo. Pero qué más da, el vaivén de sus cuerpos es vano y terrible,  y en absoluto excesiva excesiva la droga seria que se tej tejee en la sangre, las inyecciones de grave savia, el hierro y el mercurio en las arterias haciendo de armadura y filtro, el casco negro y la zarza negra de ningún caballero andante.

 

Como en mi medieval historia, cuando ardían las piedras colegiales para las brechas en la frente  y el cuerpo me dotaba de opio opio recién nacido, la hora propia nos confunde, nos hace himnos o hijos del antiguo caballo mitológico  y de una niña triste triste con la vena extendida, de una aguja levantada por nieve increíble, por amarillo de palomashablemos persas: de los caballos padres, hagamos alusión a los cascos secretos que nos darán la paz  y a las bridas ningunas, a las futuras crines delicadamente angustiadas, hablemos de los caballos padres que nos traerán la muerte y de la luna de anfetamina, hablemos de la vena madre que nos traerá la dicha del fin, hablemos de la virgen bebida extrema, no hablemos sino del litoral y las vertientes de la locura que posee a los hombres en los parques y ordena, sino del puñalito que coronará la arteria coronaria como diadema suma con la hoja infantil del metal más raro y más agudo del mundo. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

Hombres de los océanos   A Miguel Lodeiro  Lodeiro  Navego sobre trigo celeste entre hierbas azules por los campos marinos.  Aquí son gaviotas gaviotas las tórtolas  y el mirlo, cormorán. Los que labran estos húmedos surcos de color verde o índigo recogen plata si siembran sueños o deseos de volver al hogar. 

 

 

Lo que tuve y lo que no tuve y acaso aquello que mi mano solitariamente asilaba...  Lo que tuve y lo que no tuve y acaso aquello que mi mano solitariamente asilaba, todo lo que ahora escucho maldecir y llamear. Del mismo modo que escucho tu nombre golpeando fragua mítica, sonando en metal de saga, en herrería blanca que aún me quema.  "Báculo de Babel" 1982  

Los labios impacientes de la noche...   Los labios impacientes de la noche te sanan mientras abren el olor de la piedra te conducen si acosan el alma de la piedra si el tierno corazón mineral beben es tu hora es la noche así, dirás que te han robado como un vino novicio  y te harás piedra aguda como un líquido agudo limpia como opio de oro  y será s tregua tuya tuya  y alianza así, dirás que la que es contigo y lleva un aire desigual a  balanza entre estrellas la idéntica más favorable tu obra nocturna rara es la que muestra sonrisa y griterío palabras como estrellas  y escucha un piano piano terso como una estrella, estrella, estrellas. "El sueño oscuro" 1994  

 

 

Mantua  Qué bandada de horas hacia nunca más aprovecha el viento a favor, qué brusco aleteo cuando todas las aves han callado, cuando de las acacias risas secas escapan huyendo hacia el final o ese hombre entre las estatuas entristecidas y las fuentes que  vigilan su honra mientras el agua desenreda su elocuencia  y la luna quebrada juzga tu quehacer. quehacer. Cuando callaron los vencejos un ladrón volvió al cruce de calles dirigiendo a la luna inéditas súplicas, llamándola hoja de olivo y sal de la noche, extrañas invocaciones que ignora el poeta, entre piedras, sobre el pavimento, caído al costado del hotel Wellington donde declina su porvenir asombrado por la luna  bajo un pálido claro de letra. letra. Esta era la escena.  Y vio cómo la flota de las horas naufragaba en la noche, en el agua oscura, entre las estrellas, con todas las velas sueltas se hundía entre las sábanas, negaba hasta tu lecho.  "Capitán Elphistone" 1988

Marina  Te he visto, océano te he galopado a lomos de un violín de madera pulida de un potro alabeado del color del cerezo  y eras, océano un prado de hierba azul en movimiento. Como si fueras el propio olvido te he visitado océano emperador de las aguas

 

espejo profundo del cielo  y he visto en tus tus eternas barbas de espuma cereales azules y flores del silencio. s ilencio.  "El sueño oscuro" 1994  

Marina del color del amor  Eres la estrofa azul, el poema verde que mi amor me recita con su sonrisa roja que me canta mi amor con alma gigantesca y dedos negros. Eres el verso azul inacabable hecho de estrellas y de cielo líquido sembrado de naranjas lunas donde ata mi amor susypensamientos. pde ensamientos. "El sueño oscuro" 1994  

Marina del libro  Inquiero los porqués, los hasta cuándo los cómo y dónde  y esa pregunta muda que me ahoga  y vive en el silencio. silencio.  Y entonces tú contestas majestuoso enorme gamo verde país de agua donde los soñadores se dan cita. Me hablas grande mar telón del cielo  y tus olas responden como como páginas de un libro cuyo autor lo sabe todo como páginas, mar

 

 y como pétalos de una rosa que nunca se deshoja. d eshoja.  "El sueño oscuro" 1994  

Muerte pájaro príncipe, un pájaro es un ángel inmaduro...   Muerte pájaro príncipe, un pájaro es un ángel inmaduro.  Y así, hablaré de tus manos que se alejan y de las manos de lo hermosísimo ardiendo, pequeño dios con nariz de ciervo, hermano mío, héroes de alma recortada, niñas de oro hipodérmico que nunca creen morir, qué aguda la pupila y el filo de los dedos encendiendo la muerte mientras un ángel sobrevuela y pasa de largo con el pico de plata yresuelto de ginebra, labios del mediodía en ave sobre tus manos que se alejan y mis manos  y las manos del pequeño ciervo ciervo de aire griego salvaje, salvaje, hermano mío,  y las manos sin venas venas de los héroes, de las madonas amnésicas. Mis alas de dolor robadas por tus manos, amor mío, corazón mío pintado de blanco, mis alas de dolor con botellas agónicas y líquidos que disuelven la vida,  y los labios que te aman en en mí en la convulso, convulso,  y la música en trompas delgadísimas, trompetas peraltadas. peraltadas, columnas niñas, qué sobreagudo el do, la mirada más alta y la más alta queja, muerte pájaro príncipe volando, un pájaro es un ángel inmaduro.   "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

O mar profundo 

 

 Vi un sembrado celeste celeste hecho de cristal vivo parecía una pradera de zafiros de tréboles azules y violetas . Debajo de su tierra transparente latía un resplandor de prodigiosos peces de delfines que ríen sobre el vano de la ola un silencio de flores que en lo secreto bailan.   De "La tierra transparente" 2001 

Oceánidos De los bosques salados llegan ciervos que son delfines  brincando en su belleza belleza como arcos celestes . Parecen hechos de hojas de olivo tras una lluvia de luz de luna . Como potros como campanas saltan  brillan salpican sueños. 

Oceánodos II   Ay ballestas de plata sobre los matorrales de la espuma

 

que lanzáis como flechas  vuestro cuerpo en en el salto.  Ay sabios adivinos  voladores delicados délficos delfines. Tórtolas de las aguas. Sobre los blancos matorrales también vosotros morís de amor. 

Ofrenda  Decidme, agua, fuego furioso, nuvia del infierno, sobre la grande mar redoblan los tambores del enemigo viento y retumban como campanas los lingotes de cobre en la sentina. Decidme, lastre o mercancía, fardos de especias, negros fueron sacrificados al gran ladrón, fueron por la borda, sombras raptadas, ropas, animales  y una mujer. "Capitán Elphistone" 1988 

Para Olga  Niña de greyes delicadamente doradas, niña obsesión de la cigüeña virgen con mechones de plumas de damasco que salpicaban muerte, de la cigüeña loca con alones de estricnina dorada que viajaba dejándote un corpóreo perfume, un pulcro olor a lilas, ya dorados y rudos sueños. Niña que obedeció al autillo apóstol  y a la mirada turbia de los ojos reales, reales, con pueriles dibujos de Selene y demás.

 

Niña de inexistente concierto, niña de crueles sonatinas y malévolos libros de Tom Wolfe, o de encajes de brujas para vendar las llagas de los corzos heridos, de ciervos vulnerados asomados en los oteros místicos, en los sitios así. Niña pluscuamperfecta, niña que nunca fuimos, dilo ahora, dilo ahora tú, ahoraadagio, que es tan tarde, pronuncia el torvo pronúnciame la lágrima, la silueta morada de la yegua, la del potro que se tendió a tus pies despertando la espuma. Declama abandonada las palabras de antaño, sombra de Juan Ramón: Soledad, Ramón: Soledad, te soy fiel.  fiel.  Declama desdeñosa las palabras de antaño, pero no aquella estrofa cortesana, no hables de reinas blancas como un lirio, nieves y Juana ardiendo,  y la melancolía entretejida entretejida del querido Villon, sino los verbos claros donde poder beber el líquido más triste,  jarros de mar y alivio, ahora que ya es tarde, alza párvula voz y eco albacea y canta:  Dile a la vida que la recuerdo, que la recuerdo.  recuerdo.  Definitivamente Definitivamen te se extravía en un bosque naciente esta muerte pequeña, el brote del cometa detenido, esto que nadie salva,  joven volcán de huesos huesos y ráfaga novicia hecha de pájaro y de párpado y de ola pensante que ningún libro estela, ningún libro estofado de oro solar de Italia, ningún libro de lava  viene a sellar por mí.  Y así la muerte tantas veces escrita sepuedo me vuelve radiante,  y hablar del deseo y del lacre rubio y ciego en los faros, del cadáver quimera de la tripulación.  Y así la muerte se convierte en historia de aquella niña muda que se ahorcó con las cuerdas boreales del arpa porque tenía en la lengua un veneno nupcial. Definitivamente Definitivamen te me extravío acunando camadas de raros epitafios, niña de grey dorada, diré a la vida que la recuerdas, diré a la muerte que la recuerdas, que recuerdas sus líneas conjurando tu sombra, que recuerdas sus hábitos y su carácter solo, su laurel ácido, su profunda zarza, su descarado error y sus

 

  hordas dolidas, mientras gatos efesios van llorando a mis pies, mientras gatas perdidas plateadas  van cuajando su alcurnia en ciprés genealógico genealógico y en álamo, diré a la vida que te recuerde, que me recuerde, ahora, cuando me alzo con cuerdas capilares y bucles hasta el desastre desastre de de mis mi cabeza, hasta el veinte años, hasta el desastre, luz quebrantahuesos. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

Qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes...   Qué señor de las noches, qué guerreros, qué ausentes, qué silencio crecido en un secreto como las ramas y las catedrales cuando la música de marzo tiene la verdad a sus pies. Qué estaciones donde nada hay y ningún mensajero recuerda aquella música lejana, aquellos ojos que brillan en la oscuridad como dos animales vivos. Sobre la niebla, entonces, propagaba su pensamiento  y relaciones y analogías relucían semejantes a peces, peces, recuerdos refulgiendo sobre el lomo del mar, huraños pasillos de la memoria, entonces -los últimos sentimientos,, negros como la sombra en la bodega, sentimientos se saben todavía mal interpretados -qué astrolabio  y qué brújula, qué viento viento del noroeste para el sombrío capitán Elphistone, para su mirada cuando saluda a las constelaciones, el Boyero y las Cabrillas contra el incendio de las tempestades o bien qué mueca definitivamente fría como un hueso.

 

Sangro de veras sangro luz...  Sangro de veras sangro luz que se escapa y es en mí donde las cabalgaduras se reúnen para arrancar con orlados cascos ancas de piedra atesorada la asesina vegetación del tomillo y las llamas de mayo. También arrastro mi sueño como un vestido manchado sucio y celeste originado por el ángel que divulga la sangre la sed arrastro mi sueño emerjo bajo un mediodía inmoderado arrastrando  y dejando ángulos letras letras que penden de los cielos de la sang sangre re la sed. "Báculo de Babel" 1982  

Sombra y rito de amor...  Sombra y rito de amor: di tú ángel visible cuya existencia se fragua en la insumisión a la palabra y a su asilo di tú ángel adelgazado por el silencio, esbeltísimo en lo callado, con el costado intacto antiguo en guerras di tú la palabra que leo en el minuto que dura mi corazón. "Báculo de Babel" 1982  1982  

Suspiro germánico Limpio y claro como una gota de agua como una lágrima tu amor como una gota de agua transparente como una lágrima es transparente limpio y claro como una lágrima tu amor  y como un beso.

 

 

  "La tierra transparente" 2001  

Te veo en una profundidad quieta y clara...  Te veo en una profundidad quieta y clara y tus ojos amantes me acompañan de cerca. Bien puedes romper todas mis remilgadas opiniones llenas de chismes, enredos y vicios: entre tú y yo no hay ninguno. "El sueño oscuro" 1994  

Tú eras columna de Babilonia...  Tú eras columna de Babilonia o casi, capítulo del beso de Babel cuando eras mano labios dedos torres historia alta de ti, el libro de la voz deshojándose con paso de danza,  y la colonia que se despierta despierta y escribe estrofas  verdes,  y el viento escabel escabel para tus pies en la luna bermeja del salón. O cuando fuiste dioses, dioses para la adolescencia que se vende, o antes, sí, antes de esperar casas del lenguaje arquitecto, templos para mi soledad y rastro lejano de ti, mirando el ligero Mediterráneo, aguardando una iluminación del nervioso mar, un haz de días, una camada lírica. "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

 

 

Uno  De este modo se forma agreste y larga como agua sin riqueza, como un animal que no aguarda, el vuelo, la grandeza, los belfos con fiebre, las alas malheridas, como un animal impensado, el perfil vuelto hacia los vientos y los peligros. Con escrituras terrestres, huellas de ancas y cascos, egagrópilas  y excrementos, con escrituras del instinto levantando la luz o bien golpeándola, con escrituras del instinto y perfume mortal.    Animal de la perfección, perfección, tu último rostro me niega, tu caligrafía amarga en el hondo lugar de mayo, tu salvaciónsin de ángeles espada que se desploma, tu absoluto ni mares libres.   de sangre pálida, "Libro de las bestias. Primer fisiólogo" 1984  

Ursa Maior  Cierra tus puertas, muerte de los sueños, fueras el hombre que en turbión de centeno  y hierba seca sobre el mar amarillo cae cuando se desbocan los caballos  y despierta la cólera del padre.  Aquí y allá caía sobre el mar sin perder su sonrisa torcida, anunciaba sus derechos escudo en alto,  y en la sombra que legisla la usura y los muertos encendió para ti su elocuencia. Sal de los malecones, señor de los sueños, muestra tu condición, levanta estatuas con los barcos perdidos en el dorso.  Vuelve a nosotros ese ese tu rostro coronado de algas y espinas.

 

  "Capitán Elphistone" 1988 

 Vendrá sin las estrellas estrellas lácteas... lácteas...  Vendrá la muerte y tendrá tus ojos C. Pavese   Vendrá sin las estrellas lácteas  y sin tiranosaurios de luz, maroma umbilical para niños marítimos que se ahorcaron con algas y cabellos oceánicos huyendo en hipocampos de sueño de aquel parto, en la columna vertical mayor, entre jarcias y vértebras. Pues somos una saga. Oleaje escarlata en delito, y cimas de cianuro,  y golpes de cerezo. Pues somos, en mi cuerpo, una saga con luna abdicante, a bdicante, que recuerda colegios, mapas del mundo en otoño, complicadísimas hidrólisis, pero nunca marfil y mediodía. Colegio: niña que bebía los pomelos directamente en labios de la noche, que juraba acostarse con el miedo en la cama de nadie, que juraba que el miedo la había violado hasta doscientos hijos.  hijos.   Amor, la niña rusa que comulgaba reno asado Iy bebía liquen.  Amor, la niña rusa que leía a Tom Wolfe.  "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

 Ya no es idioma idioma degollad degollado o desavenenc desavenencia ia de sinfonías m música... úsica... 

 

 Ya no es idioma degollado desavenencia desavenencia de sinfonías mú música sica del prodigio de un dios captado. Ya no es.  Ahora todo te vence vence te olvida con unción. unción. Por ti el vino ulcerado yace por ti yace muy frío el vino de la infancia  y su pasión despierta, sombra en sus juicios en su instinto que se desmaya sus perfumes. Y mientras vas tomando la excéntrica forma de mi vigilia lloro sobre una generación que es la mía y no existe. Sobre una generación que no existe y la canto. "Báculo de Babel" 1982

 

 Yo sola oscura por azotea azoteas... s...   Yo sola oscura por azoteas azoteas con alas amontonadas por la quietud quietud y por la muerte agrandadas y por cantos diciéndote ay condúceme con mi corazón desconocido a la puerta de las tiendas todas donde venden altísimas gravitaciones ángeles infinitamente confusos confusos que acuden en compases de trenes  y se albergan en grises estuarios estuarios ay condúceme ahora cuando mi fortaleza martiriza derramándose cuando excesivamente levanta armas de nada y se precipita sobre nada como una certeza y una antífona de la eliminación. "Báculo de Babel" 1982  

 Yo te di huesos huesos de palom palomas as rojas...   Los muertos odian el el número dos.  F. García Lorca  Yo te di huesos de palomas palomas rojas de palomas que alientan dentro de los rasguños desdeñoso licor de herida pequeño peldaño de muerte  Atrapé las palomas que habitaban en la sangre alterada de los niños perversos robé vuelos morados

 

 vuelos de adelfa y alarido  vuelos de arteria y arañazo espejos fiestas del jacintos del sur  Yo te di huesos de palomas palomas muy pequeñas astrolabios de tierno esqueleto guías luciérnagas y otras luces nerviosas para que oyeras cómo el fósforo declama los viejos versos del número par para anclarte a mi noche para anclarte a mi noche con la cal delicada  Yo te di huesos anclas pequeñitas para que te encallaras en la sal de las puertas  y dije las palabras que así existen existen filtros de Melibea  brujas líquidas o la voz fuerte de Rilke el poeta: retenle sí, retenle.  "De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980  

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