Planes y Métodos
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Colección de estudios sociales: "La Visión de Juan Bosch"...
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EL PLD, Colección Estudios Sociales, Autor Juan Bosch 2da. Edición, 2005.-‐
PLANES Y METODOS Los planes de trabajo empezaron a surgir en el Partido como resultado de la Conferencia Salvador Allende, en la cual se adoptaron las bases teóricas para elaborar los métodos de trabajo del Partido. Los planes son proyectos que sólo pueden ejecutarse si se siguen métodos correctos para convertirlos e hechos o acciones, de manera que el plan viene a ser la suma de un proyecto (o idea) y de método para llevarlo a cabo. Por ejemplo, la idea de valor apareció en la mente humana hace varios siglos, pero vino a ser a principios del actual cuando se inventaron los métodos apropiados para volar con cierto grado de seguridad, y esos métodos fueron mejorados poco a poco hasta llegar en estos momentos a tal punto que varios millones de personas vuelan todos los años con una proporción de accidentes mortales tan baja que es enormemente inferior al número de muertes provocadas por accidentes de automóviles. En el caso de la aviación como en todos los que se relacionan con actividades industriales, los métodos de trabajo se crean a partir de las bases científicas que se forman con la acumulación de los conocimientos de la naturaleza que viene haciéndose desde hace siglos, pero en el caso de un partido político los métodos de trabajo se crean partiendo de las teóricas que nos proporcionan las ciencias sociales, o sea, las que se emplean en el estudio de las sociedades. Cuando se elige un metal para fabricar la parte externa o de afuera de un avión se conocen de antemano, mediante experimentos hachos en laboratorios especializados, las condiciones de resistencia al calor y a la fuerza de los vientos que tiene ese metal, pero cuando se echan las bases teóricas que deben seguir los métodos de trabajo de un partido político no disponemos de laboratorios
que nos aseguren que tal o cual parte de un método va a dar el resultado que esperamos de él, y tenemos que esperar lo que nos diga la realidad cuando ese método sea puesto en practica, es decir, cuando la idea abstracta en que se basó ese método sea probada por el resultado que dé.
¿Pero qué en un método?
Es el conjunto de pasos que deben darse o de medidas que deben ser tomados en el proceso de ejecución de un plan.
¿Por qué hablamos de métodos de trabajo?
Porque con esas palabras nos referimos a los métodos que usamos en la realización o ejecución de cada plan de los muchos que el Partido pone en práctica en el seno del pueblo. Por ejemplo, el Partido lleva a cabo Esfuerzos Concentrados o Tertulias de Vanguardia, y los primeros se ejecutan siguiendo un método y las segundas siguiendo otro que no se parece en nada al de los Esfuerzos Concentrados como no se parece ni puede parecerse al método que se sigue al hacer un zapato con el que se pone en práctica al cocinar un sancocho. Como sucede den la vida, en el Partido cada cosa se hace con el método que le corresponde. ¿Y qué importancia tiene para el Partido que sus hombres y mujeres sigan un mismo método al hacer un Esfuerzo Concentrado? Tiene una importancia capital desde muchos puntos de vista, y para entenderlo así hay que saber que los métodos de trabajo sin indispensables cuando se quiere alcanzar metas. Las metas no pueden lograse si no se aplican métodos que permitan alcanzarlas, y la relación entre meta y método es tan estrecha que la palabra método significaba en su origen “vía o medio o manera de llegar a una meta”. Pero además de eso, sin métodos de trabajo (conocidos y aplicados de manera concienzuda y detallada por cada uno de sus miembros) no podría haber PLD por que el PLD es un partido de organismos, no de individuos, y un organismo existe y funciona sólo si aquéllos que lo componen se mantienen unidos en todas las circunstancias, ¿Y cómo podrían funcionar bien los organismos del Partido si cada una de las personas que los componen hicieran las cosas según su cuenta y manera?
Imaginémonos por un momento lo que le sucedería a un automóvil en el que una de las ruedas delanteras decidiera correr hacia atrás en vez de hacerlo hacia adelante y la otra decidiera rodar de lado en vez de hacerlo en línea recta. En un partido populista, tipo PRD o Reformista, cada quien podrá hacer las cosas como le dé su real gana porque los partidos populistas están compuestos de personas; son agrupaciones de individuos; agrupaciones a las que cada individuo va a buscar, en primer lugar lo que le convenga a él, y eso se explica porque esos partidos reflejan en el terreno político el tipo de sociedad en que vivimos, o sea, la sociedad capitalista en la cual la función del hombre es buscar y conseguir beneficios para él, y si en esa tarea deja algo para otros, santo y bueno, pero si no lo deja, nadie lo considerará un malvado porque su obligación consigo mismo, y además con su familia, es ganar mucho dinero, y si para lograr eso tiene que llevarse por delante a quien sea o tiene que cometer inmoralidades como la de hacer contrabando para no pagar los impuestos de aduanas, sus amigos y el medio social en que se mueve lo verán como cosa natural. En la sociedad capitalista el hombre está autorizado a luchar contra la sociedad y sólo se le castiga si traspasa ciertos límites, y en los partidos populistas, que son el reflejo de esa sociedad, cada miembro está autorizado, para conquistar una posición, a luchar contra todos los demás. Por otra parte, si en un partido como el PLD se les consintiera a los compañeros hacer las cosas como le diera la gana a cada uno; o digamos mejor, si se le permitiera a cada quien inventar un método de trabajo personal para cada tarea del Partido, se pondrían en peligro de muerte la disciplina y la mística del peledeísmo, porque cuando se trata de un partido de organismo, y no de individuos, como es el nuestro, hay entre las dos una relación tan estrecha que no podría haber mística donde faltara la disciplina, y nadie puede imponer la disciplina allí donde trabajando en una misma tarea cada quien la lleva a cabo como le parece, no como debe hacerse. El método de trabajo es el alma misma de la disciplina, y la disciplina genera la unidad, pero para mantener la unidad viva no podemos confiar únicamente en la ejecución de los métodos de trabajo; hay que alimentar
sin tregua la mística de la organización. Esa es una enseñanza que hallamos en la historia de dos actividades muy viejas: la militar y la religiosa. Los ejércitos y las organizaciones religiosas se mantienen unidos gracias a su disciplina y a su mística; y en los unos y en las otras se han aplicado tradicionalmente métodos iguales para los soldados de todos los países y métodos iguales o muy parecidos para los sacerdotes y los fieles de todas las religiones. Cuando a un soldado romano se le daba una orden similar a la que se le da a un soldado francés (por ejemplo, la de comenzar la marcha), aquél la cumplía hace dos mil años con tanta precisión como la cumple éste hoy; y cuando un sacerdote del culto griego celebraba un rito ante uno de sus dioses lo hacía con el mismo ritmo y el mismo aparato con que un sacerdote de la India celebra el suyo ante Visnú. Hay, pues, un lazo de unión entre la disciplina y la mística, y ese lazo es el método de trabajo; y como del papel que juegan la disciplina y la mística depende la unidad, nos vemos forzados a admitir que para mantener la unidad del Partido, lo que equivale a decir su vida, tenemos que dedicarles mucha atención y mucha energía a los métodos de trabajo. Los que dirigimos el PLD lo sabemos porque en los sitios donde los métodos de trabajo no fueron seguidos del pe al pa no ha sido posible desarrollar el Partido; donde no se logró inculcar desde el primer momento el respeto a los métodos hubo que hacer esfuerzos para enderezar el rumbo perdido, y allí donde el rumbo se enderezó el Partido se fortaleció tanto en el orden orgánico como en el ideológico. Un buen ejemplo del primer caso es Baní. En el municipio de Baní no se respetaron los métodos de trabajo y el Partido no avanzó ni una pulgada; en cambio en San José de Ocoa, que se halla en la misma provincia, ha sucedido lo contrario. Como ejemplo del segundo caso está Santiago. En marzo de 1976 hubo que separar del Partido a 36 circulistas de Santiago. En esa ocasión el PCD (Partido Comunista Dominicano) dedicó más de dos páginas y media de su revista Impacto a demostrar que lo que sucedía en Santiago era una crisis mortal del PLD, la cual a su vez era la crisis definitiva del “boschismo”. Pero resulta que del número de VANGUARDIA correspondiente al final de 1976 Santiago vendió 1,981 ejemplos y del número correspondiente al 30 de noviembre del este año
vendió 3 mil 726, de manera que le faltaron sólo 236 para llegar al doble en once meses. Qué crisis, ¿eh? En una visita que nos hizo recientemente un periodista extranjero oímos de su boca la opinión de que el Partido Comunista Dominicano estaba obligado a hacer propaganda electoral usando los métodos que usan el Partido Reformista y el PRD; y agregó: “Y ustedes (el PLD) hacen mal en rechazar esos partidos en su propio terreno y con armas iguales a las de ellos”. A esos argumentos respondimos diciendo que a través del uso de métodos populistas penetran en los partidos revolucionarios las ideas y los hábitos del populismo, y se trata de ideas y de hábitos que tienen el poder aniquilador de varias bombas atómicas porque forman en la práctica diaria toda una concepción ideológica, o sea, toda una concepción de la vida. El periodista admitió que teníamos razón, pero nosotros nos quedamos pensando que nadie sabe cuántos peledeistas y simpatizantes del PLD pueden confundirse y pensar como pensaba él, porque no hay literatura acerca del populismo y de sus métodos de trabajo que sirva para orientar a los compañeros en lo que se refiere a ese tema. Naturalmente, es difícil vivir con posiciones opuestas al populismo en un medio donde todas las ideas, y por tanto las actitudes, responden a la concepción populista de la vida, y por tanto a la concepción populista de la política; pero precisamente, el secreto de ser o no ser revolucionario está en saber distinguir cuáles pensamientos, y en consecuencia, cuáles actos o actitudes son populistas y cuáles se oponen al populismo; pues se es revolucionario en la medida en que se lucha, en el campo de las ideas y en el de los hechos de todos los días, contra el tipo de sociedad en que nos hallamos, y en el orden político, la expresión acabada de sea sociedad en el populismo. Ahora bien, no es fácil distinguir entre lo aparente y lo real, entre lo que parece populismo y es revolucionario, así como entre lo que parece ser revolucionario y es sólo apariencia; y para saber hacer esa distinción hay que desarrollar la conciencia política, con lo cual queremos decir que la capacidad de distinguir entre una cosa y la otra no viene en el cerebro
cuando uno nace, como un don de la Naturaleza, sino que tiene que ser adquirida mediante el estudio y la observación. Si no aprendemos a estudiar los hechos analizándolos en todas sus partes, y a observar de manera muy detallada sus características, se nos hará difícil darnos cuenta de cuándo una actividad es populista y cuándo no lo es, y para presentar algunos ejemplos de esa dificultad vamos a hablar de tareas que ha llevado a cabo el PLD en los últimos tiempos, y de los métodos que se usaron para realizarlas. Empezamos hablando de las caminatas o recorridos que no tardarían en ser limitadas por el PRD, pero de manera superficial, porque un partido típicamente populista como es el PRD no podía darse cuenta de lo que había, más allá de lo aparente, en esa actividad del PLD. Las caminatas o recorridos fueron producto de una experiencia que vivimos en Moca, ciudad a la que habíamos ido a mediados del año pasado con el propósito de tomarle el pulso al estado de ánimo de la gente en una región que no se había distinguido por su desarrollo político. Al volver a la Capital, la dirección del Partido analizó lo que vio en Moca y de ese análisis sacó una conclusión: que debíamos hacer recorridos siguiendo un método que nos permitiera alcanzar un fin inmediato y uno algo más tardío; el inmediato seria provocar que las familias salieran a las puertas de sus hogares y que se tomara nota de aquellos que manifestaran inclinación hacia el PLD; y el más tardío sería que el Partido estableciera relaciones permanentes con esas personas. No vamos a hacer públicos los métodos que se usaron para conseguir esos fines, pero debemos advertir que aunque otro partido los usara esos métodos no podrían dar los resultados que le dieron al PLD porque para ponerlos en práctica se requiere de un tipo de organización que sólo tiene el PLD. Los líderes del PRD creyeron que las caminatas eran una forma de propaganda electoral, pero ellos no fueron los únicos que pensaron así. Más de una vez tropezamos en caminatas con jóvenes izquierdistas que se indignaban con nosotros porque pensaban lo mismo que los perredeístas, lo cual nos servía para medir el grado de desarrollo político de izquierdistas y perredeístas, que era el mismo porque ni unos ni otros
alcanzaban a darse cuenta de que en política, como en la vida, hay cosas que se ven y cosas que no se ven, y así era ciertamente en el caso de las caminatas, porque su importancia no estaba en lo que de ellas se veía sino en al trabajo metódico que hacían los peledeistas que iban anotando las reacciones de la gente que salía a las puertas de sus casa, y el que hacían después las comisiones que iban de visita a esos hogares. Pero como sucede siempre en todas las actividades humanas, las caminatas, que tuvieron un resultado positivo, tuvieron también su aspecto negativo, del cual vinimos a darnos cuenta en el mes de noviembre, cuando empezó el análisis de los datos sobre la formación de organismos que debían figurar en el informe de fin de año que sería presentado al Comité Central. Esos datos indicaban que entusiasmados por el buen éxito de las caminatas allí donde se llevaban a cabo (que fue en Santo Domingo, San Pedro de Macorís y Haina, aunque este último punto sólo se hizo una), los compañeros llevaron la venta de VANGUARDIA de un aumento semanal de 202 en promedio durante los meses de junio y julio, a 574 (por semana) en los meses de agosto y septiembre, pero olvidaron que el Partido había decidido terciar en las elecciones no para conseguir votos sino para fortalecerse orgánicamente, y la fortaleza orgánica debía conseguirse aumentando el número de sus organismos, y si no se formaban m.as organismos el aumento de venta del periódico impedía el desarrollo orgánico porque todos los peledeistas tendrían que dedicarle su tiempo libre a al venta, la distribución y el cobro de los periódicos , y eso los convertiría de miembros de un partido en pregoneros de VANGUARDIA. Empujado por el trabajo de las caminatas VANGUARDIA pasó a venderse sin que hubiera necesidad de hacer esfuerzos para convencer a la gente de que lo comprara, y eso llevó a muchos compañeros a creer que ya no era necesario dedicarle tiempo a la formación de organismos porque el PLD se había convertido en una fuerza arrolladora. Esos compañeros se dejaron arrastrar por una corriente populista que los confundió a tal punto que se olvidaron de la meta que nos habíamos fijado: tener, el día 17 de mayo de este año, 2 mil organismos peledeistas que para esa fecha estarían vendiendo 50 mil ejemplares de VANGUARDIA del Pueblo.
Esa corriente populista fue captada a tiempo por la dirección del Partido, pero ya había hecho el daño que tenía que hacer, porque nos quedamos atrás en el cumplimiento de las metas, no sólo en cuanto al número de organismos sino también en lo que se refiere a la cantidad de periódicos que debíamos estar vendiendo, lo que se explica porque la venta de VANGUARDIA tiene que aumentar en la proporción en que aumente el número de los organismos. Un partido como el PLD no puede usar métodos populistas en ninguna de sus actividades porque según sean los métodos que se usan así serán al fin y al cabo las ideas, la disciplina y los fines del partido; y por esa razón el PLD se ha negado a ensuciar paredes de casas, negocios, industrias, oficinas públicas y paseos o monumentos con afiches o pintura, y por eso nadie ve fuera de los locales del PLD las iníciales de nuestra organización; y sin embargo la negativa a hacer lo mismo que hacen el Partido Reformista, el PRD o cualquiera de los partidos del sistema es, en cierta medida, una forma de propaganda, porque los hombres y las mujeres que tienen sensibilidad política se dan cuenta de que el PLD es otra cosa, y lo dicen; y eso es lo que explica que un partido municipal haya empezado a hacer propaganda a base de pedir excusas por haber cometido el error de pintar las paredes de las casas, que el PRD les haya ordenado a sus propagandistas no pintar propiedades privadas y que el PRSC haya apoyado nuestra carta a la Junta Central Electoral en la que pedimos que se prohíba ese tipo de propaganda de mal gusto. El PLD no usa guagüitas anunciadoras, la radio o la televisión o la prensa para invitar a la gente a que presencie sus Encuentros con el Pueblo, el tipo de acto que venimos celebrando desde hace algún tiempo en la Capital y en las ciudades de las provincias. Si hiciéramos eso estaríamos encargando a los llamados medios de comunicación social de llevar a cabo tareas que deben realizar los miembros y los circulistas del Partido, porque si el estudio de la política no se complementa con la actividad práctica en el seno del pueblo, no habrá posibilidad de formar los cuadros que el país necesita, y esa conclusión nos lleva directamente a esta otra: No podemos poner a aparatos mecánicos a hacer lo que deben hacer las mujeres y los hombres del PLD.
Pero ésa no es la única razón de que nos neguemos a usar métodos populistas para llevar a cabo nuestros trabajos; hay otra muy importante, y es que el Partido debe mantener contacto permanente con sus simpatizantes, y para eso tiene que conocerlos, saber dónde viven, qué vida hacen, en qué se ocupan. Para nosotros no tiene el menor interés que a un acto nuestro vayan cien mil personas si de ellas noventa y cinco son desconocidas, que hacen acto de presencia movilizadas por guagüitas anunciadoras o por avisos de periódicos; y en cambio le damos mucha importancia al hecho de que vayan dos mil, y menos también, invitadas por compañeros miembros o circulistas que ha ido hasta sus casas, han hablado con ellas, las han convencido de que yendo a ese acto aprenderán algo de los problemas del país, algo que les interesará; algo que puede tener significación en sus vidas. Lo que nosotros perseguimos es entrar en relación con dominicanos que tengan sensibilidad política, y eso no se consigue trabajando con métodos populistas.
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