Plaga Emocional en El Trabajo

November 4, 2017 | Author: tostonas | Category: Soviet Union, International Politics, Karl Marx, Democracy, Sigmund Freud
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.PROLOGO -"

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El concepto de Peste emocional tiene üri papel de-cisivo en la obra de Wilhelm Reich. Designa al conjunto de:. síntomas neuróticos que, con el denominador común de las tendencias sado-masoquistas, impregnan la personalidad del "hombre. medio" contemporáneo y otorgan un sello autoritarista y represivo a las formaciones sociales que éste crea y padece.

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Entre 1924 y 1927, mientras intentaba realizar una síntesis superadora del marxismo y del psiconanálisis freudiano, Reich aplicó por primera vez el concepto de plaga emocional al estudio de las relaciones humanas en eltrabajo. Una abrumadora cantidad de datos clínicos, acumulados durante los tratamientos a personas provenientes de distintos ámbitos profesionales y sociales, mostró a Reich hasta qué punto eran rápidos y profundos los cambios experimentados por sus pacientes, al ser iiberados de la coraza que les impedía abandonarse genitalmente al orgasmo. La desaparición o al menos remisión de las neurosis más graves no fue el único resultado obtenido por Reich: desde el punto de vista teórico, sus experiencias clínicas del período 1924-1927 le permitieron percibir que, contrariamente a lo sostenido por Freud, las áreas de la sexualidad y el trabajo formaban parte inseparable de la libido humana. "Incluso en el campo del trabajo, sus cambios (el de los pacientes) sorprendían. Los que habían trabajado de un modo mecánico y. compulsivo, sentían una verdadera náusea ante ese tipo de labor; los que... se hab ían sometido hasta entonces a un trabajo represivo de la personalidad de los otros, no pod ían seguir haciéndolo. Por ejemplo, los profesores experimentaban de un modo muy agudo el desagrado hacia los métodos coercitivos de enseñanza, que hab ían acatado dócilmente hasta ese momento", afirma Luigi de Marchi en Wílhelm Reich, biografía de un' idea (Milano .

1970)

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De una época inmediatamente posterior es el 11

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concepto de Democracianatural del trabajo,que tambien forma parte -de.los basamentos teóricOsdel pensamiento reichiano. La elaboración y desarrollo de este concepto constituyó, sin duda, una de las clavesen el doloroso proceso que llevó al sabio austríaco a romper con el partido comunista y con el "marxismo vulgar" y reduccionista de sus dirigentes. Las primeras menciones al concepto de democracia del trabajo aparecen en los artículos que Reich escribió durante su exilio en Noruega (1933-1934) y se publicaron en la revista que él mismofundó y dirigió, la Zetschrift für Politische uncfSexualdekonomie (Revista de Psicología política y Economía sexual). Con el título de La democracianatural del trabajo, Reich escribió -y firmó con prudente seudónimo*, dadas las circunstancias políticas imperantes en Europa- un breve artículo, que apareció en Noruega en 1937, en Una edición clan!=lestina.Ese material fue reelaborado' luego por Reich ya en la. etapa del exilio en Estados Unidos: al!í apareció como un folleto ciclostilado. La traducción de ese texto constituye el segundo capítulo de esta obra. Conviene señalar que una síntesis breve de ese texto, realizada por colaboradores de Reich, fue agregadaluego como último capítulo a la edición norteamericana de PsicoJogia de masas del fascismo. El último ensayo que integra este volúmen fue escrito por Reich en 1936. En ese mismoaño fue publicado en la Internationale Zetschrift für Psychoanalyse, bajo la forma de artículos. Este mismo trabajo, en su primera versión -a posteriori fue publicado con algunas modificaciones, en diversas ocasiones-, es el que hoy ES da a conocer. Puede ser leído como un "arreglo de cuentas" final de su autor con Karl Marx. Reconociendo' la enorme -contribución del filósofo alemán al conocimiento de las leyes que gobiernan la historia humana, Reich se propuso no sólo rendir homenaje a un "gigante del pensamiento", como define a Marx. Intentó, sobre todo, separar el riguroso método crítico desarrollado por Marx, de la doctrina anquilosada que sirve de cobertura a un Estado auto12

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ritario y despótico. En este aspecto de las ~osaS~la-actitud-" ---

de Reich parece radicalmente diStinta a la de algunos de sus discípulos y colaboradores norteamericanos, arrastrados por la falsa lógica de la "guerra fría" a un an~i-marx.ismo trasnochado y a menudo bastante ridículo. Reunidos por primera vez, los tres artículos que integran este volúmen constituyen un textO orgánico y completo, una exposición metódica y brillante de las ideas de Reich respecto a los problemas sociales y a su solución~ Aquí, Reich se expresa con absoluta claridad y sencillez; al mismo tiempo que- con su profundidad característica, ~ que lo ha convertido en uno de los grandes clásicos del pensamiento contemporáneo. _

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Mario Morales Barcelona, octubre de 1980

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LA NATURALEZA BID-SOCIAL DEL TRABAJO

El trabajo es la base de la ,existencia social del hombre; este es un dato común a toda teoría social. Sin embargo, el problema no consiste en saber que el trabajo es la base de la existencia humana. El problema se.refiere a la naturaleza del trabajo: ¿Está o no de acuerdo con las necesidades biológicas de las masas? La teoría económica de Marx probó que to~os los valores económicos son pro¡} ducidos por la fuerza de trabajo vivadel hombre y no por la materia inerte.

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Como única productora de valores, la fuerza de trabajo humana merece que nos ocupemos de ella. En una sociedad que vive bajo las normas de una economía de mercado, que no es una economía de uso, no se cuida ni se respeta la fuerza humana de trabajo. Como cualquier, otra mercancía, esta fuerza de trabajo es comprada' y. '[c~gpZ-;"" "~_usada' por los propie~ari.osd~ I~s.medios de azramQv.:~ral

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periodista mediocre brutalizar y conducir a la miseria a 5Q7IX7::

EL TRABAJO SE O'PONEA LA POLlTICA

millones de italianos. Durante 22 años se, hizo mucho ?-:~:~ ruido para nada, se mató y asesinó, hasta que un d ía tod~o~:':":! ~ desapareció sin dejar huella; se tenía la extraña imp~esi~n .':?..de que no había pasado na9a. ¿Qué quedó del gran tumul:- . -". .,' ;~-. .

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Un e"studiante de medicina que quiera llegar a'~ ejercer" su. carrera, debe probar sus conocimientos~-:. prácticos y teóricos, pero el poiítico que pretende d~ir el destino de millones de trabajadores, hombres y mujeres -a diferencia del médico que nunca tendrá más de algunos cientos de pacie~tes- no. necesita demostrar sus COnocimientos en nuestra sociedad. La tragedia social que desvasta desde hace milenios".:.~~- -a la sociedad de los animales humanos; parece tener gran ~:. parte de su origen en estos hechos. Vayamos, en lo posible, al fondo de esta contradicción: El trabajador que ejerce un oficio práctico cualquiera, sea de familia rica o pobre, debe sometersea cierta formación escolar. No es "elegido por el pueblo". Trabajadores que ya han pasado esas pruebas y están dentro del proceso de trabajo, determinan -de manera más o menos profunda- la aptitud de cada aprendiz para el trabajo profesional. En Estados Unidos se ha exagerado tanto en este terreno, que se pide titulo universitario a un simple vendedor de almacén. Por exagerada e injusta que seaesta exigencia, muestra claramente la 'presión social que se ejerce sobre los trabajadores sencillos. Cualquier zapatero, carpintero, tornero, mecánico, electricista, picapedrero, albañil, escavador, etc. debe demostrar sus capacidades. Sólo el poll'tico puede prescindir de ese tipo de pruebas y si dispone de una buena dosis de astucia, de la ambición que caracteriza a los neuróticos y de un deseo de poder unido a una falta total de escrúpulos,puede aspirar, L en estos tiempos de confusión social, a los más altos cargos en la sociedad humana. As(, hemos visto durante los últimos 25 años a un

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to que durante años destrozó la vida cotidiana' de los .

pueblos? Nada, ni un pensamiento durable, ninguna inStitución Útil, ni siquiera un recuerdo grato. Nada podría' ilustrar mejor y más sencillamente el irracionalismosocial, que a intervalos regulares pone a nuestras vidas al borde del abismo. Un aprendiz de pintor que fracasó totalmente en su oficio, tuvo un gran éxito, sin realizar ningún trabajo útil, ninguna obra práctica, ocupando durante 20 años las primeras filas de la escena poi ítica. Una vez más un inmenso estruend~ que un buen d{a se convierte en nada: ¡"No . ha pasado nada"! El mundo del trabajo reemprende su marcha calmada, silenciosa, necesariamente vital. De todo ese estruendo sólo queda un capítulo en los librosde historia, de dudosa orientación, que agobian a nuestros niños: liNo ha pasado nada". Est~ antagonismo entre el trabajo y la política, antagonismo simple, accesible a todos, bien conocido por todos los trabajadores, trae consigo fatales consecuencias si no se aclara profundamente. Se aplica claramente al sistema d~ partidos políticos,' que en todo el mundo domina la ideolog(a y la formación estructural de los animales humanos. No es nuestra intención mostrar aqu í como el sistema actual de los partidos pol{ticosse ha desarrollado a partir de los sistemas de dominación patriarcales y jerárquicos de Europa y de Asia; lo que nos interesa, exclusivamente, es el efecto del sistema de partidos políticos en el desarrollo de la sociedad. El lector habrá comprendido ya que la democracia del trabajo es un sis-

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vive y realiza sin las armas del político. El místico y el ideólogo pOlítico gozan, en relación al trabajador, de una situación social privilegiada. Nadie les pide que prueben lo que dicen. Pueden prometer bajar a Dios a la Tierra o sacar al Diablo del Infierno, o instaurar el paraíso en la tierra desde sus oficinas gubernamentales,

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algunos años, en un camino completamente legal, una

i~ posición en el mundo a la que ninguno de los grandes pioneros de la ciencia, del arte, de la educación o de la ~'.

fábrica es un "científico", ya que su producto descansa en los frutos de su propio trabajo y de sus propias ¡ovestigaciones así como en el trabajo y en las investigaciones de los demás. Comparemos este científico con un mís'tico o con un ideólogo político. El científico, ya sea maestro, tornero, técnico, médico, etc., debe asegurar y mantener el proceso social del trabajo. Socialmente su posición es de mucha re~nsabilidad; debe probar en la práctica cada una de sus ~firmaciones, debe trabajar afanosamente, reflexionar, buscar nuevos caminos, reconocer sus errores, examinar V rechazar teorías erróneas si se trata de un investigador, y cuando se trata de ,una realiz~ciónnueva,enfrentarse a los vicios humanos y luchar hasta el final. No necesita el poder. Con el poder político no se pueden construir motores, ni fabricar sueros terapéuticos, ni volar a la estratósfera, ni cuidar niños, etc. El trabajador científico trabaja,

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Sin entrar en detalles, designamos brevemente como .::o.. cientl'fico al hombre que realiza cualquier clase de trabajo.' vital mente necesario, que requiere la comprensión ~ lo ~.:2:;' que está haciendo. En este sentido, un tornero de una.~~

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y están muy seguros de que nadie les pedirá cuentas o los:" ~~-~ ,é!cusáráde fraude~ Sus afirmacion~s están protegidas pOf-, ,. :',el inviolable derecho democrático de la libertad de pa--.c labra. Si reflexionamos bien, llegaremos ~ la conclusión ..'de que algo debe ser falso en la "libertad de palabra"~ , cuando ésta permite a un pintor fracasado conquistar por

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temá social que ya e.xiste.y no tiene necesidad de fn~u.~ rars~, y que. tiene la misma relación con los parfu;lo, poiíticos que el agua con el fuego. Vayamos entonces más adelante, para profundQar). en el antagonismo entre el trabajo y la política: acl~r yJ suprimir una situación caótica, se trate de un organtsmo -'o' social, animal o inerte, exige largostrabajos científicos y '. prácticos.

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técnica aspiró jamás, en el curso de la historia humana. De esto _ se deduce que nuestro pensamiento social está. deformado catastróficamente y necesita 'una corrección radical. Las experiencias clínicas fundadas en la economía sexual, han demostrado que la educación autoritaria de los niños pequeños y su transformación en sujetos angustiados, asegura a los que sustentan el poder político la sumisión y la credulidad de millones de trabajadores adultos. Veamos la contradicción que hay entre trabajo y' política en otra dirección. En la portada de la revista oficial del Instituto del Qrgón aparece la frase siguiente: .. iEl amor, el trabajo y el conocimiento son las fuentes de la existencia humana. También deberían regirla!". Sin la función del amor natural entre el hombre y la mujer, entre la madre y el niño, entre los compañeros de trabajo, etc., sin el trabajo y sin el conocimiento, la sociedad humana no cexistiría. Como médico, no estoy obligado a tener en cuenta, para mi trabajo, ninguna ideolog{a pOlítica ni a obedecer a una necesidad diplomática, cualquiera que sea su ,aparente importancia. Mi tarea objetiva consiste, exclusivamente, en exponer hechos importantes pero desconocidos. Es un hecho penoso pero irrefutable, que ninguna de estas tres funciones fundam'entales de la vida hayan sido tomadas en 57

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aJenta por el sufragio uni"versaly secreto, ni mencionadits".. en el aJrso de la historia, por la democracia parlamentíaria; Las ideologías políticas, por el contrario, no han tenidd nunca la menor relación con las funciones naturale$ del

amor, del trabajo o cel conocimiento, pero se benefidan del incontrolable

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y libre acceso a todas las formas de7;~_ .

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Quisiera insistir en el hecho de que siempre he de-~ fendido el sufragio universal, pero eso no cambia en nada '1~

el hecho de que la insti~uciónsocialdelsufragiouniversal . O:..~. "

en las democracias parlamentarias no coincide con las "tres- :c-~

funciones fundamentales de la existencia social: es la -~.~ casualidad quien decide si las funciones sociales fundamentales son garantizadas o atacadas por el voto ~rla. mentario . No existe ninguna disposición legal en las demo- . aacias parlamentarias que otorgue al amor, al trabajo y al conocimiento una prerrogativa cualquieraen la regulación de los destinos de la sociedad. Esta oposición entre el sufragio democrático y las funciones sociales fundamentales tiene un efecto catastrófico en la base de los procesos sociales. Quisiera mencionar brevemente numerosas instituciones y leyes que perjudican expresamente esas funciones. No' pienso que esta contradicción fundamental no haya sido elucidada nunca o no haya sido presentada de una manera accesible para todos por los grupos cient¡'ficos o Políticos. Pero constituye el núcleo de la tragedia bio-social del animal humano. El sistema de partidos políticos no corresponde en ninguna forma a las condiciones, tareas y objetivos de la sociedad humana. Esto lo de-. . muestra el hecho de que un zapatero no puede ejercer como sastre ni un médico como ingenierode minas o un maestro como carpintero, mientras que en U.S.A. un repu58

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blicano puede~;ser, "mañana, sin una reestructuración objetiva, demócrata; en Alemania, antes de Hitler, un comu--'. nista pod¡'a volverse fáscista; un fascista, comunista;.un .liberal, comunista o social demócrata; un social demócrata, nacionalista alemán o social cristiano, reforzando o debilitando" así el programa ideológico de éste o aquel partido y decidiendo. en una forma absolutamente irresponsable el destino de toda la nación. . . Aqu f" aparece claramente la oposición entre el trabajo y el carácter irracional de la poiítica. No voy a examinar en este contexto la cuestión de saber si los pártidos pol¡'ticos han sido alguna vez fundamentos objetivos y racionales del cuerpo social. El hecho es que hoy en día los partidos polítiCos no tienen nada concreto que decir. Lo que sucede en el plano práctico y positivo de una sociedad no tiene nada que ver con las ideolog¡'asde los partidos. Un ejemplo elocuente es el "New Deál"* de Roosevelt. Lo que llama "coalición de partidos" n9 tiene otro fin que reemplazar una orientación objetiva, que descartar un obstáculo sin darle una solución verdadera. Es imposible combatir realidades concretas con opiniones de las que se cambia como de camisa. Estos pasos que sirven para aclarar la noción de democracia del trabajo nos permiten comprender ciertos aspectos esenciales del caos social. Esto nos invita a retomar nuestras reflexiones sobre la democracia del trabajo. Sería una omisión imperdonable no hacerlo. Nadie puede saber dónde y cómo encontrará remedio el pensamiento humano al caos provocado por la política. Vamos a avanzar por este camino, como el hombre que en medio de la selva virgen busca un"lugarpara establecer su vivienda. Esta tentativa de orientarse en el caos social puede calificarse de trabajo raci.onaly práctico. Como la democracia n.at':lraldel trabajo se funda en el trabajo y no en'

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social, basados en el sufragio universal y en el sis-~ .

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primera vez que eJ trabajo tuviera el control de los'~~: blemas sociales. Y para que esta labor se inscriba en It~democracia del trabajo, debe ser capaz de animar a Ob'OS.if~

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saber cómo se comportará en la práctics el

sociólogo de la democracia del trabajo. La manera de pen~ ,:;'!f sar del demócrata del trabajo consiste, si he comprendido -'-~4~, ~ bien, en oponer a la ideología política no otra ideología '

poi ítica, sino el punto de vista de la funcion social y de la evolución social; dicho de otra forma, de los hechos y de las posibilidades. Igualmente en el dominio de la.moral: la economía sexual combate los daños causados por la moral

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compulsiva, no como lo hacen los políticos, imponiendo otro tipo de moral, sino con los conocimientos concretos y las técnicas prácticas que permitan la función natural de la sexualidad.. En otras palabras, la economía social orientada hacia la democracia del trabajo deberá probarse en la práctica, así como la afirmación según la cual el vapor contiene energía, se prueba en el funcionamiento de las locomotoras. No tenemos razones para lanzarnos a querellas ideológicas o políticas sobre la cuestión de saber si la democracia del trabajo existe, si tiene una utilidad práctica, etc. Los hombres y mujeres trabajadores que piensan y actúan de acuerdo a la democracia del trabajo no se levantan contra el político. No es culpa ni su intención, si el resultado práctico de su trabajo pone al desnudo el carácter ilusorio e irracional de la poiítica. Como trabajador práctico, cualquiera que sea su profesión, está dedicado a tareas prácticas que buscan el mejoramiento 60

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contra y jamás por alguna cosa. Esta actitud esencialmente negativa -"estoy en contra"-, caracteriza a la .política . en su coniunto. Las .reálizaciones prácticas y productivas : no, son el resultado del poll'tico sino del trabajador, esté :. en contra o a favor de las ideologías del político. Años de experiencia han demostrado de una manera muy clara que los hombres y mujeres que realizan un trabajo práctico entran siempre en conflicto con el político. Cualquiera --: que se ponga al servicio de las funciones vitales, está y .'

organismo social. Como este artículo ataca a la política en tanto que principio y sistema, no cabe duda de que ~ le opondrán las ideologías políticas. Será interesante e importante

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.'de' la vida. No estii cóntra"'cualquier cosa como hace el' .__,'5 ,"poi ítico que, -a falta-. .de tareas prácticas, está siempre .......

la' política~ ese "trabajo sobre el organismo social" Podtia muy bien. tener un resultado útil y práctico. Serica' la

sociólogos, economistas y psicólogos a trabajar sobre el

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actúa en contra de la política, lo quiera o no. El maestro está por la educación racional de los niños; el campesino' por la utilización de. maquinaria necesaria en la agricultura; el inyestigador está por el establecimiento de pruebas científicas. Es fácil. darse cuenta de que cuando un trabajador está en contra. de talo cual resultado prác'tico y benéfico, no habla en calidad de trabajador, sino bajo el efecto de influencias poi íticas o de cualquier influencia irracional. , La idea de que un trabajador como tal no está nun. ca contra una cosa, puede parecer improbable y exagera. da. Esta impresión se debe al hecho de que nuestra vida de trabajo esté llena de afirmaciones fundadas en motiva- ciones irracionales que no se distinguen de las apreciaciones objetivas. . ¿No está el campesino contra el obrero, el obrero contra -el ingeniero, etc.? ¿Tal médico no está en contra de talo cual medicina? Se dirá que la libertad de opinión democrática ~rae consigo, por su naturaleza, la necesidad de est~r "pro" o en. -"contra". A esto, opongo la opinión de que es precisamente esta definición formalista y'no objetiva de la noción de libertad de opinión, la que ha :ontribuido -en gran parte al fracaso de las democracias burguesas. Pongamo~por ejemplo: un médico está --

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El lector, que conoce por experiencia lo que pasa-: :...;:;

y el médico es consciente; en este caso,el que ha produci- ,...r

en el mundo, no podrá dejarde pensarque estaaclaraciól}::

do la medicinaha trabajadomal.Su trabajono le produce

al concepto de la libertad de opinión le da a las aspiracio-- .-

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nesdemocráticasun punto de vistanuevoy mejor,-

satisfacción, no está. sostenido por el deseo objetivo de producir una medicina excelente. Los motivos del productor no están. en función de la medicina, sino de su deseo de obtener ganancias. Dicho de otra .forma. de causas irracionales; su objetivo no está de aa.serdo con la

Todo lo que perjudica a los intereses de la vida.es un trabajo perjudicial.y no merece ese nombre. As( se da un sentido racional a la democracia del trabajo, que es lo que le falta a las democracias formales o parlamentarias. En la democracia formal, el campesino está en contra del obrero, el obrero contra el ingeniero, porque son los intereses pol(ticos y no los intereses objetivos los que caracterizan la organización social. Desplazando la responsabilidad del poi ítico hacia el trabajo (no decimos hacia el trabajad~r) automáticamente se reemplaza la hostilidad poiítica entre el campesino y el obrero por la cooperación. Insistiremos en este punto porque es de una importancia decisiva, Vayamos ahora al problema de la cr{tica democrática, que se funda igualmente en el derecho democrático de la libertad de opinión,

función del medicamento.En ese caso, el médico ~iene.. una reacción racional, actúa en interésde la salud humana, es decir, que está automáticamente contra la mala medicina porque está por la salud; Actúa de una manera racional, ya que el objetivo de su trabajo y el motivo de su

opinióncoinciden. Pero puede ocurrir que la medicinasea buena y el "

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médico no tenga escrúpulos; si el médico está contra la buena medicina, no actúa en interés de la salud humana tal vez porque recibe comisión de algún laboratorio de la competencia. Lo cierto es que no cumple con su trabajo :amo médico, el motivo de su actitud (libertad de )pinión) no está con relación con el contenido o la fun";Ióndel trabajo. El médico se.opone a la medicina porque trabaja para su propio beneficio y no para la salud. Y el objetivo de un médico no es la ganancia personal. Su actitud es esencialmente negativa ("contra") y no positiva ("para").

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NOTASSOBRE LA CRITICA OBJETIVA Y LA CHARLATANERIA IRRACIONAL

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Podr{amos aplicar este mismo ejemplo a cualquier actividad profesional y a cualquier tipo de opinión. Así nos convenceríamos. de que la naturaleza misma del proceso racional del trabajo implica estar siempre "por" alguna cosa. La actitud negativa no se deriva del proceso de trabajo como tal si no de la existencia de algunas funciones vitales irracionales. Por eso todo proceso de

El proceso de la democracia del trabajo insiste en el derecho de cada trabajador a discutir y a expresar libremente sus cr(ticas. Esta es una demanda justificada e indispensable,' a la que siempre se debe tener derecho, De lo contrario se corre el riesgo de que se seque la fuen.

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Pero la, "discusión" y la "crítica" degeneti menudo, á consecuencia de la plaga emocional. g~~a ,...~...,~".;.~~., '.

zada, en amenazas más o menos graves para CU)d~r trabajo serio. Por ejemplo: -'":'~i:l...,_ ........

Imaginemos un ingeniero que tiene mucha diflcUí tad para arregla~un motor estrope~o. El trabajo':C7és di fícil, cansa la mente y los músculós del trabajador' deseo so de hacer andar la máquina. Ante la urgencia de 8¡atá rea, nuestro ingeniero sacrifica incluso sus horas 8ibre y trabaja hasta muy entrada la noche. No se toma ningún descanso antes de haber terminado. Un hombre llega Y. mira indiferente durante algún tiempo; luego toma una: piedra y rompe los cables eléctricos. Despuésse va~En el.,,". desayuno su mujer lo había molestado con críticas inopor- -. tunas. Llega otro hombre, igual de indiferente: se burla del . trabajador, le dice que no conoce nada de motores, ya que' no lo ha podido arreglar: que es un individuo indecente, porque su cuerpo está lleno de sudor y de grasa;que carece de sentido moral porque deja a su familia sola en su casa. Después de haber insultado al ingeniero durante algún tiempo contínua su camino. En la mañana había - , recibido una carta de despido de la empresa donde trabajaba como electricista, porque su trabajo no era satisfactorio para la empresa. Un tercer hombre, igualmente indiferente, escupe al trabajador y se va. Su suegra, que tiene un talento especial para torturar a la gente, le acaba de hacer pasar un mal, rato.

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, Estos tres ejemplos ilustran bien la ",crític~" de los :':::~ perturban estúpidamente un trabajo ,honesto, que jamás ¡es ha interesado, que ignoran y que les tiene sin cuidado. Así es como se ejerce lo que sin razón se llama "libre dis-

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biónes*. No estaban interesados en ayudar o en hacerlo mejor sino en destruir los frutos de esta dura labor. Ellos

no descubren sus intenciones. Este tipo de "crítica" es

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Csocialmentenociva y peligrosa, sus motivos no están en ,~relación con lo criticado, su punto de partida no es un ;

.interés objetivo.

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Otra cosa es la discusión auténtica, la crítica auténtica. Por ejemplo: otro ingeniero pasa por el lugar donde el primer ingeniero trabaja en el motor. De una sola mirada, por su gran experiencia, se da cuenta de que el primer ;: ingeniero está metido en un problema difícil. Se quita el ~ abrigo, se arremanga la camisa y trata de- establecer las ,

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t~nseúntes indiferentes que, como asaltantes de caminos,

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cusión'! y: "derecho' ala crítica" en un amplio secto~'d-~-li{':'-'~~~ ~'óCiédad. Dé'ntro de' esta categoría. se colocan los ataqÜes :i:J:i:,!: dttquienes',en psiquiatría defienden a la herencia, y en, "_: 'd3ncerología están en contra de la inves~igación de los

te de I~que se nutre toda l~.,_.~;~-~c~i~kt~dd;'~i .. --_e,_ -., ~~:""..;!i¿-.¡

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causasdel desperfecto,se preguntasi su colegano ha co-

: metido algún error. Le muestra una cosa importante que '. había escapado a su atención y pone manos a la obra, discute, critica y le ayuda a hacerlo mejor. El motivo que . lo anima no e~ una suegra de mal carácter o su incompe.'

tencia profesional, sino el interés objetivo por el éxito del

trabajo. En la práctica, las dos formas de crÚica no son fáciles de"diferenciar. La charlatanería irracional trata de parecer objetiva. Las dos formas de actuar se designan errónea. mente con la noción genérica d~ "c~ítica Científica". En el sentido estrictamente objetivo y científico sólo se puede admitir la crítica llamada inherente es decir, T': que el crítico debe cumplir cierto número de condiciones '~>-paratener el derecho de criticar: 1) Debe tener sólidas nociones sobre el campo de trabajo en el que ejerce su crítica.' ' 2) Debe conocer el trabajo igual o mejor que aquel '

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Debe estar. an!mado por el deseo de ver triünfa

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dable o desagradable un. trabajo, pero eso no cambia ni su naturaleza

desde el punto de vista de la psicologíaprofunda. La ra-

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z6n es simple. La 'psicología profunda está obligsda a incluir en su campo de investigacióna la psicología superficial. Necesaríamente debe conocerla. La psicología superficial es psicología de lo aparente, ya que no ¡nves. tiga las motivaciones biológicas que están atrás de los fenómenos psíquicos. No se debe criticar un motor eléctrico desde el' punto de vista de un aparato de calefacción destinado a calentar una habitación. La teoría del calor no interviene en la constru~ión de un motor eléctrico más que en la medida en que pueda prevenir que el motor se caliente. En este caso particular, el ingeniero eléctrico aceptará gustosamente los consejos de un termotécnico. Pero es un absurdo reprochar a un motor eléctrico no poQer calentar una habitación. En consecuencia, no se puede criticar a la economía sexual si no setiene la intención de liberar la sexualidad natural de los niños, de los adoles- -_: centes y adultos, de las neurósis, de las perversiones, de los crímenes Y del punto de vista del moralismo antise- . xual, ya que el moralista quiere reprimir Y no liberar la sexualidad natural de los niños y de los jóvenes. Un m4sico no puede criticar a un minero, un médico no 66 ,o

ni su utilidad..

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- Estas son algunas observaciones sobre la cn'tica y el

en ese caso, no nos encontramos frente a un aitico_ . ,~~~?: sino frente a un regañón neurótico. 4) Debe hacer su crítica desde la perspectiQ del~~~ dominio en el que esta se ejerce. No debe adoptar puntos:&;:¡ de vista extraños que no 'tengan la menor relación con la".~-' actividad criticada. No se puede criticar a la psioología-~:;'.: profunda desde el punto de vista de la psicologíasuperfi- -~::cial, pero se puede criticar a la psicología superfici-al~=

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pued"e'criticar a un gOOlogo.Se puede juzgar como agra- ~i.

el trabajo. que critica y no por el deseo de verlo'f~sar -. Si su único deseo es sembrar la confusión Y crear ~probi~; mas, sus críticas no están dictadas por un interés objt'tivo:-

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chisme, para facilitar la tarea del jóven que trabaja' en economía sexual y del bio-frsico, que hace lo propio en . orgonomia, frente a los ataques'de los cn'ticos.

EL TRABAJO ES ESENCIALMENTE RACIONAL

El estudio del concepto democracia del trabajo nos . ha conducido aun dominio de la existencia humana al que desde hace miles de años se atribuye una gran importancia, pero que siempre ha aparecido como indomable y abrumador., Este es el amplio y complicado dominio de la así llamada "naturaleza humana".. Lo que filósofos, poetas, políticos superficiales e incluso algunos psiCólo. gos, han definido con pesar como "la naturaleza humana", se identifica de una forma perfecta con la noción clínica de plaga emocional tal y como ha sido descrita por la economía sexual. Se puede definir como la suma de todas las funciones vitales irracionales del. animal humano. Si es cierto que la "naturaleza humana", considerada-inmuta-, ble, es idéntica a la plaga emocional, que se identifica con la suma de todas las funciones vitales. irracionales del animal humano; si por otro lado se admite que la función del trabajo es racional en s( misma e independiente de la voluntad del hombre, no es meF10scierto que los dos grandes campos de la actividad de la vida humana se enfrentan como dos enemigos mortales: el trabajo. vital necesario como función racional de la vida por un lado y la plaga' 67,

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emocional como función irracional de la vida, por ~,Otrq

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cracia del trabajo, toda política que no se funde-.n~el~ trabajo, en el conocimiento y,en el amor, es irrac¡QnRal.";'~~~' pertenece por este hecho al dominio de la plaga ~~c'¡o~ nal. Esta es la respuesta de la democracia del trabajo a;,~t la eterna pregunta de cómo podemos comprender eanues: tra famosa "naturaleza humana" por un camino sencillo: "

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educadores, higienistas y médicos que siempre se confun: den ante el problema de la naturaleza humana, sin conse:' '.

guir resultados satisfactorios, encuentran en la función racional del trabajo de interés vital un poderoso aliada er\' la lucha contra la plaga emocional. Para llegar hasta el fin por el camino de la democracia del trabajo, es indispensable que nos despojemos de ~

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la mentalidadpoiítica e ideológicatradicional.Esla \1nica forma que nos permite comparar un pensamiento esencialmente diferente, que nace del mundo del amor, del trabajo y del conocimiento, con un pensamiento que Debe en las fuentes cotidianas del poder, de las reuniones diplomáticas y poiíticas. El político piensa en términos de Estado y nación, mientras que el trabajador viveen sociedad Ysocialmente. El po.lítico piensa en disciplina, ley y orden, mientras que el trabajador en general experimenta la alegría de trabajar, la organización del trabajo, la regulacióndel trabajo y la cooperación. El poiítico piensa en la moral y el deber, mieñtras que el trabajador vive o le gustaría vivir en la honestidad espontánea y la sensaciónnatural,de la vida. El poiítico habla de la .familia ideal m.ientrasque el trabajador disfruta o quisiera disfrutar del amor entre el hombre y la mujer y los niños. El político ~abla de los intereses de la economía y del Estado, mientras que el simple trabajador quiere la satisfacción de sus necesidades y tener asegurado su sustento. El poiítico habla de la libre.iniciat~68

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El lector habrá podido suponer que dentro de la~'dimo'

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que el trabajador quiere libertad para tener pensamientos, propios y ser libre para poder ser lo que es y lo que quiere ser. -.El político abarca de manera irracional los mismos aspectos de la vida que el trabajador domina efectivamente o podría dominar si no se encontrase atrapado por el irnicionalismo poiítico. Aunque los términos irracional y racional están relacionados con los mismos aspectos de lá vida, son diametralmente opuestos el uno del otro; no Son conceptos que se puedan sustituir entre sí: en la práctica se excluyen recíprocamente. En la vida cotidiana, . esto es resultado de que, a lo largo de la historia de la sociedad humana, la disciplina autoritaria del Estado siempre ha estrangulado la sociabilidad natural y la alegría de trabajar; el Estado ha ahogado a la sociedad; la santidad compulsiva de la familia ha estrangulado el amor entre el hombre y lá mujer"y los niños; la moral compulsiva ha ahogado la honestidad que surge de la alegría natu- . ral de la vida; y el político contínuamente oprime a los. trabajadores. Nuestra sociedad está regulada esencialmente'por conceptos, conceptos poiíticos irracionales, que explotan el trabajo humano para lograr por la fuerza sus fines irracionales. Se necesitan instituciones efectivas que aseguren la libertad de acción para desarrollar las actividades vitales de todo el pueblo. La base social de estas institucio.nesno será la conocida arbitr~riedad o una ideología política que se cambie a voluntad, sino única y exclusivamente la función social' del trabajo vital, tal y como naturalmente resulta de la interdependencia de las diferentes ramas vitales de la actividad humana en los trabajos colectivos. Avancemos un paso en nuestra reflexión sobre la democracia del trabajo y penetremos en la maraña donde se '"

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:: ..~la.vida; Nos esforzaremos en adoptar un punto de v&$taes~i~" t~ictamente Jógico, descartando, en la medida de lo pOsi~;:: .

ble, las consideraciones de interés personal. Para I~ar

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una conclusión útil, debemos situamos en la posiei6n de - 1 la democracia del trabajo, es decir, debemos confiar' ., a la democracia natural del trabajo la responsabilidadde la existencia social. Se trata entonces de probar en todos los_ . sentidos su solidez, con un trabajo estrictamente objetivo. ':;

Si hacemos intervenir en una actividad vital cualquier interés nuestro, nos, situamos ipso facto fuera d~ esta discusión. Si no hubiese más que plaga emocional, bajo sus di: ferentes formas, el género humano habría desaparecido hace mucho tiempo. Ni las ideologías políticas o los ritos místicos, ni los despliegues de fuerzas militares o las discusiones diplomáticas,-serían capaces de asegurar ni siquiera una hora el abastecimiento de víveres a un país, la comunicación ~ntre dos centros urbanos, de construir edificios, de curar enfermedades, de asegurar la educación de los niñós, de explorar los misterios de la naturaleza, e~c. Según la democracia del trabajo, las ideologías políticas, los rituales místicos, las maniobras diplomáticas, solo son indispensables en el ámbito del irracionalismo social. ... Son inútiles en los dominios de la vida real, que se regul31por el amor, el trabajo y el conocimiento'. Estas .

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funciones vitales obedecen a suspropiasleyes,salidasde . ellas mismas e incomprensibles para las ideologías irracionales. El amor, el trabajo y el conocimiento, no son opiniones, valores, culturales, -programas políticos o profe-

siones de fe sino realidades concretas, sin las que la sociedad 'f\umana no pOdría existir ni un solo día. Si ia sociedad humana estuvieraorganizada racionalmente, la prioridad del amor, del trabajo y del conocimiento serían innegables; ellas y no otras instituciones

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innecesarias~tendrían el derec~o de determinar la ~xTsfeR'~~~,~ cia social. De acuerdo con el concepto de la democracia ,~:-;_1 det"trabajo grupos humanos pueden armarse' y mata'rse~:,'.~~'_ entre sr, otros grupos pueden deleitarse con ritos místicos, ;_~~ otros podrían gozar con discusiones ideológicas. Pero-ño'. - ;;~,~ podrán disponer de las funciones biológicasfundamentales de la soCiedad, explotarlas y ponerlas al servicio de sus intereses.particulares. Ni podrán privar a nadie del derecho de ejercer una determinada influencia.' -, -: En la manera de ver a estas dos esferas de la actividad numana, hay una gran dósis de irracionalismo social. Un político puede engañar a millones de personas pronie-' tiéndoles la libertad, sin estar obligado a cumplir su promesa. Nadie le pide las pruebas de su capacidad o de las posibilidades de realizar sus promesas. Puede cambiar de opinión de un día para otro y prometer mañana lo contrario de lo que prometió ayer. Nadie le impide a un religioso inculcar en el pueblo la creencia, de una vida después de la muerte, sin siquiera proporcionar la sombra de un prueba. Si un ferroviario se tomara los derechos que tan generosamente se les da al político y al místico, le meterían rápidamente en la carcel o.el manicomio. Imagínense a ese mismo ferroviario, pistola en mano, exigiendo que le crean sus afirmaciones o encerrando a las personas que esperan el tren, porque se niegan a creerle. El ferroviario está obligado a transportar con eficiencia y seguridad a la gente de un lugar a otro, si qüiere conservar-su trabajo. Poco importa que un arquitecto, un médico, un maestro, un tornero, un educador, etc., sea fascista, comunista,- . liberal o cristiano, cuando se trata de construir una escuela, de curar enfermedades, de fabricar cosas o educar a los niños. Ninguno de estos trabajadores puede' hacer largos discursos o hacer promesas fantásticas: tiene que realizar un trabajo concreto, unir .Ios ladrillos después de haber .

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de su ideología, que está en quiepra en su propio p¡ais. ~;t"j1i'

Esto no sería un gran mal si se contentaran con el pbcer . """~ de hablar de si mismos y no pretendieran impóner a los :-:.,* demás sus ideologías o determinar el destino de las nacio- .;;.

nes.El político está totalmente fueradel procesoreal, Un día experimenté el sistema de pensamiento de la democracia del trabajo, aplicándolo sobre mí mismo. He aquí algunas de las conclusiones que extraje: si hubiese afirmado públicamente en 1933, cuando me plan. teaba la hipótesis de una energía biológica universal, que tal energía existía realmente, que era capaz de destruir los tumores cancerosos, que estaba unida a la gra.vitación, . etc.,. yo hubiese confirmado el diagnóstico de' ezquizqfrenia que sobre mi hicieron algunos psicoanalistas envidiosos, y ahora estaría en un manicomio. Hubiera podido lanzar, gracias a mis investigacionesbiológicas, una serie de ideologías y hubiera podido fundar un partido político, por ejemplo, el "partido de la libertad para la Democrácia del Trabajo"; esto 1.0hubiera podido hacer también como otros que tem'an menos experiencia práctica. Gracias a mi influencia sobre ciertos grupos de hombres, hubiera podido organizar mi propia SS,,hubiera podido proporcionar a millares de partidarios las consignas de la democracia del trabajo. Si hubiera actuado así,

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. . A-ningún hombre o mujer que realice un trabajo concrotd' le sirve para nada las ideologías liberales,social-demÓÓ"8. tas, religiosas, fascistas o comunistas. Ningúna per~r{ que trabaje puede permitirse habladuría. Cada uno c:tebe ,conocer su oficio y realizarlo. Un ideólogo puede dat~ rienda suelta a su fantasía,'sin haber realizado ningúl'\tra~-¿ bajo concreto. Grupos de políticos, desprovistos de todo,;;; contacto con la realidad, continúan iargotiempo después, ::: en otro país, sosteniendo las viejasdiscusiones políticas

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trabajo, pese al acrecentamiento de la producción. Porque éste será siempre de tres horas de tiempo de trabajo. La utilización de la fuerza de trabajo por el capitalista ha sido aproximadamente' la misma, pero la "explotación.~ ha aumentado, porque ahora los valores de cambio -valores de uso-, de la mercancía que produce han aumentado considerablemente. Pero el trabajador no dispone del producto de su trabajo. Debe continuar vendiendo su mercancía, su fuerza de trabajo, conforme a las leyes de la economía de mercado, al precio del mercado -tres horas de tiempo de trabajo-o Todo hombre que vivede la venta de su fuerza de trabajo, es' un trabajador. Todo hombre que compra el valor de cambio de esa mercancía que es la fuerza de trabajo, y explota su valorde uso, aprovechando la diferencia entre el valor de cambio y el valor de uso de la fuerza de trabajo viviente, es un capitalista en el sentido marxista del término. Desde el punto de vista de los principios marxistas estrictamente científicos, sería erróneo hacer responsables a los capitalistas de la explotación de quienes crean los valor:es.No es el capitalista en tanto que individuo, ni la clase capitalista, quienes se hacen 'culpables', como creen los socialistas extremos. La esencia de la explotación reside en la 'naturaleza de una sociedad fundada sobre la econor ía de mercado y que está dividida en clases económicas. Es esta sociedad' la que permite a los individuos adquirir -de una u otra manera- suficiente capital para comprar la fuerza de trabajo de otras personas, y así embolsarse la diferencia entre el valor de cambio y el valor de uso de la fuerza de trabajo. La expoliación económica de los trabajadores reside en las condiciones de producción capitalistas, y no en las intenciones humanas. Para comprender la democracia natural del trabajo, es indispensable comprender la siguiente contradicción en el pensamiento y en la propaganda de los partidos 108

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marxistas. De 'una parte, su orientación era puramente económica; la estructura caracterológica de los ~ombres tal como son en realidad, resultaba completamente excluída de sus pensamientos. Incluso mucho más tarde, toda toma en consideración de la estructura caracterológica del hombre en la lucha por una democracia auténtica, era violentamente combatida. Pero', por otra parte, la propaganda marxista no se apoyaba sobre los hechos "materiales" de la existencia biológica y social, sino esencialmente sobre las pulsiones neuróucas, secundarias, tales como el odio, la envidia, la manía del poder, etc. Soy consciente del hecho de que esta constatación será percibida por los adeptos de los partidos marxistas como un grave insulto. No tengo la intención de insultar a nadie, sino sólo la de revelar los hechos que han contribuido a provocar la catástrofe. Quisiera ilustrar la diferencia' entre la actitud de los políticos de los partidos marxistas y la actitud de los que tienden sus esfuerzo.s hacia una democracia der trabajo, hacia la libertad, con la ayuda de un ejemplo de mi práctica médica. Si debo ocuparme de un niño neurótico que sufre de insomnio y de problemas de aprendizaje, aparecerá ya en el curso de una entrevista' superficial que la neurosis del niño proviene de una educacióner'rónea por parte de una madre neurótica. Sin embargo, sería estéril a todos los efectos condenar moraimente a la madre neurótica o suscitar el odio del niño respecto a su madre.. Mi constatación en cuanto a la influencia nociva de la madre en la educación de su hijo no tiene más que un solo objetivo: el de suprimir las neurosis del niño. El conocimiento de ese hecho me permite intervenir' de manera benéfica; sin el conocimiento de ese hecho, y despertando el odio del niño hacia su madre o manifestando una indignación moral revolucionaria, no podría ayudar ni al niño ni a la madre. La madre enferma, que ha hecho u,:" neurótico de su hijo, no es "mala" o "malvada"; no es. 109

.

"represiva" ni "explota la debilidad del niño". Ella ltSel instrumento y, al mismo tiempo Que su hijo, la víctima

de odio o de amor, sino desde un punto de vista objetivo y científico. En primer lugar, se trata de hechos y de leyes de funciona.miento, y no de ideales y aspiraciones'. Las aspiraciones reales no pueden reposar más que sobre' la constatación de hechos reales.

de una situaciónsocio-sexua¡'desastrosa.'Esto vale muy precisamente para el "capitati$mo explotador" y el asalariado "explotado". Despertar el odio del trabajador hacia el capitalista, excitar' la envidia, insultar a los capitalistas, pedir su.muerte, etc., no cambiará la ley de la economía de mercado' del capitalismo privado o del capitalismo .de Estado. Esta ley dice: ""Yo, poseedor del capital, te pago a ti,. obrero, campesino, técnico, sabio, etc., 30 a 50 dólares por semana para permitirte a ti y a tu familia nutrirse, vestirse y alojsrse. En otros términos, a fin de que puedasreproducir el valor de cambio de tu mercancia, de tU fuerza de trabajo, Tú, en cambio, me vendes tu mercancía, tUfuerza de trabajo; a razón de ocho horas por día, sin tener en cuenta la importancia del valor de cambio valor de uso que puedan tener las mercancías que tú produces durante esas ocho horas, incluso si este valor de cambio es tres o cuatro veces más alto que el valor que tú debes producir y usar en un día para subvenir a tus necesidades y a las de tu familia". El poseedor del capital, tanto como el asalariado. no entran en una relación mutua en tanto Queseres humanos Que actúan a su libre arbitrio, relaciónQuepodrían modificar a su gusto. Están los dos sometidos a una determinada situación social que funciona independientemente de su voluntad, sobre la base de un desarrollo historico, y que domina a los dos. La comprensión del lector en lo Que concierne al desarrollo de la sociología de economía sexual y de la psicología de masa -que conducen al descubrimiento de la democracia natural del trabajo-, depende enteramente de su capacidad de aprehender el análisis niarxiario de las leyes de la economía de mercado desde un punto de vista 'ni ético ni'moralizador, o haciendo intervenir sentimientos 110

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Una de las principalesrazonesde esta miseriainsen-

sata en la que la humanidad cae constantemente, es.que los' políticos fundan sus ideales y sus objetivos. -sean buenos o malos-, no sobre los hechos, 'sino a menudo sobre juicios de valor irracionales, emocionales. Todos los que conocen mis escritos saben que he subrayado siempre la importancia de las emociones, pero solamente de las emociones y las aspiraciones fundadas sólidamente sobre hechos reales; siempre he combatido los objetivos y los ideales no fundados, ilusorios e irracionales. El descubrimiento de la ley de la economía de mercado y de la contradicción particular, inherente a la mercancía viviente -valor de cambio inferior al valor de uso, al contrario de la mercancía inerte, cuyo valor de cambio iguala al valor de uSO-, es un descubrimiento científico;. no es ni bueno ni malo; es solamente verdadero. No tiene nada que- ver con la ética o la moral. El capitalista que paga el valor de cambio de la mercancía de un trabajador, su fuerza de tra~ajo, y que utiliza su valor d~ uso, que es más elevado, no actúa así en razón de malas intenciones. Personalmente, puede ser un crápula O'un hombre bueno. Frecuentemente, ni siquiera conoce el mecanismo al cual debe su riqueza.' El mismo está inmerso en el proceso, y él mismo está sometido a todas las consecuencias de la ley de la economía del mercado, tales como la competencia con otras empresas o trusts, el curso d~ las crisis económicas, etc. Yo no combato ni defiendo el capitalismo'. No ocultaré qué, personalmente, no aprecio el carácter del capitalista típico, cuyos pensamientos, acciones y senti;. 111

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-7; mientos no tienden más que. a ganar dinero, porqufe el.,a--~. ':"_. 11eVQ,-al nivel .de m-~:¿~:;c[;-,~,c,':--la conciencia humana ge-neial ¡'as reVes",.~~~ poder del dinero reemplaza el amor natural; que e$un ~:f' del des~r~ollo-técnicO' moderno: Las-numerosas - ofg'aniz"at:~i¡~~ . verdadero artista cuando se trata de tomar y un, mero . '..::_..cjones liberales .-. -. y socialistas no hubieran estado, jamás ~c:::~"":~ .-.'" --,'-~":- ,""'.'-.::"'.J aficionado cuando se trata de dar, porque es incapiR de ",e - . a ,la altura de ese desarrollo; sino hubieran caído Coñscie-ii;.~~~:~ comprender la alegría de dar. Pero esto no debe impedir.~' temente bajo el encanto de la sociología de Mar~; Sé'p'()r:~:~-~~~f~ nos distinguir entr~ las características humanas de un . experiencia que hay numerosos capitalistas resp()nsabhi!s' "'-:--."-capitalista individual y las leyes de la econom{ade mercaque tienen. a Marx en gran estima y que lo c~mprenaeri.,: ',+t~;:~ do, de las que éste se ha convertido en agente por herenmejor que muchos poi íticos de los partidos sociaIiStas:-::,i-t~ ~,.~~~ cia o por enormes esfuerzos personales. Las cualidades positivas de la hazaña de Marx. no , ~t~,:':': Por otra parte, no quisiera oa.altarel hecho de que cambian. en nada el hecho de que su sociología -lo q.ue ., -,_~ considero el descubrimiento de esta ley económica por resulta- coniprensible-, contiene serias omisiones,-ante -~-~.:=,,-:? parte de Karl Marx como una de las mayores hazañas todo una incomprensión del enraiz'amiento biológico', del.: .~:-~:~} jamás realizadas por el espíritu humano. Es cierto que la hombre y del hecho que sea gobernadopor suspulsiones. .. . :;;:; ley de la economía de mercado, tal como fue descubierta Los políticos de los partidos ponen en ese lugar a factoe ilustrada por Marx,se aplica a los 300 últimos años de la res éticos no científicos,sloganslibertariossinfundamen- . -civilización del maquinismo capitalista; pero su alcance to y "orQanismos de libertad" formales, burocráticos. llega mucho más atrás, a los tiempos primitivos de la soNo se puede, a menos de perder de vista el propiQcamino ciedad, a los tiempos oscuros del pasado, cuando la sociey los propios objetivos, reemplazar nociones científicas dad humana abandonó .de manera creciente la producpor slogans, por ideologías, por ilusiones y teorías. No se' ción de valores de uso para producir cada vez mas vacuantos economistas de la Unión Soviética son conscientes lores de cambio, es decir, de mercancías. Este proceso . del hecho qué: según los muy precisos criterios de la se produjo al mismo tiempo que la transformación de la teoría del valor de Marx, una economía de mercado existe "economía natural" en "economía monetaria". Y. a la siempre, con todas sus particularidades, con la oposición par, la afirmación de la sexualidad, que garantizaba una que ella implica entre valor de cambio y valor de uso de . regulación natural de la energía sexual, se cambia en la fuerza de trabajo -es decir, la explotación del trabajo negación de la sexualidad y en plagaemocional. El descuhumano-o Resulta I~ mismo que sea el "Estado" o el brimiento de Karl Marx cambió por completo el rostro "capitalista" quien explote. Lo que importa es saber si '. de la sociedad sobre este planeta. Hizo que millares de . la sociedad está organizada por quienes simplemente economistas y de sociólogos tomaran conciencia de una usan la fuerza de trabajo ajena, sea el Estado o el.c,al?.i!~:...:.:;;~_ economía llamada ~oy economía social moderna. Hay ,lista*. Durante veinte años, no he oído a un sólo econo. muchísimos economi~as y sociólogos que no han leído mista soviético mencionar ese hecho. Según los pri!1'ci~, _. '. . ' jamás a Marx, e inclusOhay quienes lo refutan, pero sin piosmarxistas,no hay socialismoen la URSS;esdecir,allí -' c. embargo muestran su influencia y llevan la marca de la no hay' abolición de la econom(a de mercado, sino otro ti-. : ' -, . teoría económica y sociológica de Marx en sus trabajos po de capitalismo. O, más precisamente, un capitalismo de -~,,'::--'ó investigación de la economía sexual. Yo no había- enteri- .

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