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May 4, 2017 | Author: Alelandro Adarfio | Category: N/A
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Manuel López Michelone

PERFECCIONE SU AJEDREZ

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�� Doctor Erazo 120 Colonia Doctores 06720 México, D.F. Tel. SS 88 72 72 Fax. 57 61 57 16 PERFECCIONE SU AJEDREZ Autor: Manuel López Michelone Colección: Ajedrez Diseño de portada: Carlos Varela D.R. ©Selector, S.A. de C.V. 2005 Doctor Erazo, 120, Col. Doctores C.P. 06720, México, D.F.

ISBN-! 0:970-643-858-0 ISBN-13:978-970-643-858-4 Quinta reimpresión. Abril de 20 1 O

Sistema de clasificación Meivil Dewey 794.1 Ll65 2005

López Michelone, Manuel.

Perfeccione su ajedrez 1 Manuel López Michelone.­ México, D.F.: Selector, S. A. de C.V., 2005.

144p. ISBN: 970-643-858-0

l. Juegos de destreza. 2. Ajedrez.

3. Actividad intelectual y recreación.

Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.

Prohibida la reproducción parcial o total de este libro sin la autorización por escrito del editor. Impreso y encuadernado en México.

Printed and bound in México

Contenido Prólogo

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7

Introducción .......................................... .......... ............... 11 .

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Historia del ajedrez a la ciega .......................... ............ 17 Aprendiendo a calcular (algunos métodos prácticos) .... 21 .

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1907 ........ ................ ............... 22 24 Una anécdota de Spassky . ............................... . ..... 30 Seirawan y cómo incrementar la capacidad analítica ... 31 Jon Levitt acerca de Shírov ........................................ 33 El método de Beliavsky ............................................. 34 El método Tisdall .......................................... ............ 35 El método sueco . .. ... . .. ..... ..... . ... .. . . 38 Un ejercicio de Soltis .. ... .. ...... . . .. . .. ....... . . ... 38 El método Slótnik . . .. . . . . . . .... ... . . .... ... 44 Ejercicios ................................................................... 45 Cálculo imposible en

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Kotov y Kopec ................................ . .. .. ..... ............ .

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Patrones de reconocimiento

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59 66 Patrones típicos del medio juego .......... . .................. 73 ....................................

Patrones típicos de mate . .................. . .

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Ejercicios sobre los patrones del medio juego . .. . . 76 Un ejemplo de Capablanca

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Teoría y estudios sobre el ajedrez a la ciega

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.........

86

89 Alfred Binet .... . .. ...... ......... ................................. 90 ¿Qué "ve" un jugador a la ciega? .. . .......................... 90 Lo que piensa Norwood . ...... .... .... . ........... .. ... . .. 95 Adrian De Groot ........ ........... ............... ................ .. 96 .

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Primer experimento de De Groot

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97

Parte práctica: aprendiendo a jugar a ciegas Ejercicios sobre visualización del tablero Ejercicios

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o 000 000 000 000 000 000000 000 00000000000000 000 oo 000 0000000000000000000

Soluciones a los ejercicios planteados

00 0 0 0 0 00 0 0 0 000 00 0 00 00

Sugerencias y recomendaciones finales Un último ejemplo

¡Pruébese a sí mismo! Ejercicios Soluciones

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101 .lO 1 107 11O 117 118 120 121 131

En el aj edrez, las primeras preguntas que se hace el afi­ cionado son cómo subir de juego y qué ·se debe estudiar realmente. Es fundamental, por tanto, contar con una guía adecuada para no gastar el tiempo en esfuerzos in­ necesarios que pueden, incluso, hacerlo sentir fastidiado por las dificultades que se presentan al no seguir un buen método de aprendizaje. Los mejores entrenadores del mundo sugieren empe­ zar por la parte táctica del juego. Saber calcular jugadas mentalmente y poder visualizar posiciones sin tenerlas fisicamente en el tablero, es el primer paso para desarro­ llar el adecuado "lenguaj e" ajedrecístico. Desde luego, se debe empezar con secuencias sencillas, donde la so­ lución es encontrar mates o capturar piezas en una o dos jugadas. Con mayor práctica, la mente se va acostum­ brando a "mover" las piezas y a valorar las posiciones fi­ nales de cada variante de manera cada vez más eficiente. Esto equivale, en un sentido aj edrecístico, a "leer el futu­ ro" de una partida y a que nuestras decisiones inmediatas posean un buen sustento, para evitar así desagradables sorpresas cuando la posición analizada mentalmente la tengamos presente en el tablero. Existen métodos, ya muy bien comprobados, para rea­ lizar dicha práctica: el más usual es resolver posiciones (que hayan salido de partidas reales) en libros y revistas especializadas. De esta manera, vamos familiarizándonos poco a poco con los temas tácticos y combinativos (es

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decir, donde aparecen variantes con sacrificios de mate­ rial) más frecuentes. Conocer temas como el ataque do­ ble, la clavada, la desviación y el bloqueo, entre muchos otros, es indispensable para saber rematar las partidas a nuestro favor o bien salvar situaciones aparentemente sin esperanzas. En la presente obra, Manuel López Michelone, ju­ gador avezado y también experto en cómputo, tomando siempre en consideración lo anterior, aporta otra herra­ mienta para ayudamos a dominar este aspecto del juego. Propone el constante juego "a la ciega" (sin ver el tablero ni las piezas), como ayuda para el desarrollo de la visión táctica. Lo interesante de esta obra, más que la idea en sí, que como se verá ya ha sido sugerida anteriormente, es el trabaj o de investigación sobre el tema mediante un adecuado resumen. de las ·opiniones de reconocidos en­ trenadores y connotados psicólogos. Además de un con­ ciso repaso histórico, podremos leer amenas anécdotas que nos darán una visión general del asunto. ¿Cómo logran los grandes ajedrecistas visualizar mentalmente tantas jugadas y posiciones? ¿Qué cualida­ des mentales son necesarias para realizar estas proezas? ¿Dichas cualidades son innatas o adquiridas? ¿Cuál es el método para desarrollar la facultad de jugar a la ciega? En fin, esta serie de interesantes preguntas, y algo más, se responde en ·esta obra. Pero esto no es todo. Al finalizar se proponen algunos ejercicios prácticos: ¿Puede el lector decir rápidamente de qué color es la casilla f8?, ¿y la b5? Esto quizá le puede parecer muy sencillo, pero ¿podrá reproducir una partida

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de 1 0 a 1 5 jugadas sin ver el tablero?, o ¡jugar una par­ tida más larga y memorizarla? Todavía más dificil, ¿se cree capaz de ver la jugada correcta en la posición final de una partida a la ciega? Y es que no es suficiente re­ producir una partida sin ver el tablero, ¡ lo importante es jugarla a un buen nivel ! Por último, quiero recalcar lo interesante que resul­ ta este método en la enseñanza del aj edrez a niños y a principiantes, como apoyo para desarrollar el rápido y permanente conocimiento intuitivo de las propiedades del tablero y las relaciones entre las piezas. Estoy con­ vencido que el esfuerzo que hacen al jugar o al resolver posiciones mentalmente los ayuda, no sólo a nivel aj e­ drecístico, sino además (y esto es mucho más trascen­ dente) a consolidar y mejorar capacidades intelectuales básicas, como la memoria, las relaciones espaciales, el razonamiento lógico y el poder de concentración.

Guil Russek MAESTRO INTERNACIONAL

"Si me lo dices, lo olvido. Si me lo enseñas, lo recuerdo Si me involucras, lo aprendo. " BENJAMIN FRANKLIN

El aj edrez tiene muchas facetas. Existe desde luego, el de competencia, en donde con ciertos límites en el tiem­ po de reflexión, se intenta ser mejor que los demás. Hay muchísimas modalidades de aj edrez rápido: a una hora, media, 1 5 minutos, cinco o incluso uno solo para toda la partida. Por supuesto, estas modalidades son más diver­ sión que aj edrez serio, es decir, de competencia. También hay, desde luego, concursos de problemas o de estudios, en donde las capacidades de los maestros compositores para generar sutiles ideas en el tablero hablan de lo fan­ tástico de nuestro juego. Además de esto, existen ciertas modalidades en el ajedrez cuyo fin primordial es hacerlo un juego espec­ tacular. Una de ellas es el juego simultáneo. Se trata, en este caso, de que un fuerte aj edrecista juegue contra 20, 25 o más jugadores a la vez. La mecánica es muy sim­ ple. Cada jugador juega en un tablero; cuando el maestro (que por lo general lleva blancas) llega frente al aficiona­ do, hace su jugada y éste tiene todo el tiempo que tarda el primero en regresar a su mesa para pensar su movi­ miento. Lo ej ecuta, el maestro responde y así va tablero tras tablero. Otra idea es, por ejemplo, la del juego a ciegas. En este caso, el maestro puede jugar una o varias partidas simul­ táneamente sin ver el tablero. Se le dictan las jugadas y éste dicta las propias. Sin duda, imaginar ya no un tablero, sino una decena o más, resulta una hazaña impresionante.

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En este rubro, como en e l de las simultáneas normales, hay grandes exponentes. Miguel Naj dorf jugó alguna vez 45 tableros simultáneos a la ciega y George Kolta­ nowsky batió incluso el récord del argentino-polaco más adelante. Algunos campeones mundiales también han dado exhibiciones de esta naturaleza, aunque desde que la Unión Soviética (ahora desaparecida) tomara las rien­ das e hiciese del juego ciencia su deporte nacional, las exhibiciones a la ciega se han prohibido de Jacto. Apa­ rentemente, los rusos han llegado a la conclusión de que pueden ser nocivas para la salud del jugador. Sin embargo, independientemente de lo que piensen los mej ores exponentes del aj edrez mundial, los rusos, el juego a ciegas tiene una fascinación que reta las men­ tes más inquisitivas. ¿Cómo es que alguien puede jugar sin ver el tablero?, ¿lleva acaso una imagen mental del mismo juego prácticamente a nivel fotográfico?, ¿cómo hace un maestro para jugar una o varias partidas a la cie­ ga simultáneamente?, ¿cómo hace para, además, ver las mej ores jugadas? Indudablemente, estas preguntas no se han respondido a satisfacción, a pesar de que algunos estudiosos han trabaj ado intensamente sobre esto. Sus investigaciones han encendido, no obstante, alguna luz acerca del fenómeno del aj edrez a la ciega y esto puede ser útil al jugador de aj edrez práctico. En esta obra, la intención es mostrar los elementos más notables del aj edrez a la ciega para que el ajedre­ cista los use prácticamente. No se trata de convertir a alguien en fenómeno de circo o enseñarle a jugar mu­ chas partidas a la ciega simultáneamente. La idea de

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fondo es usar lo que sabemos del ajedrez a ciegas para llegar a jugar mej or en los torneos. ¿Es posible esto? En el fondo, soy de la opinión que el juego a ciegas· es parte del entrenamiento aj edrecístico en todos los niveles. En un torneo, cuando jugamos una partida, las reglas del ajedrez competitivo nos impiden mover las piezas para saber cómo quedarán las cosas después de algunas juga­ das. "Pieza tocada, pieza jugada", reza la regla. Apren­ demos a imaginar qué hay que jugar, cómo quedarán las piezas después de varios movimientos, qué piezas ya desaparecieron y qué es lo que debemos hacer entonces. Así, "movemos" las piezas en la imaginación y no en el tablero. Visualizamos el estado del tablero y decidimos hacer la jugada planeada. Obviamente, esta capacidad es relevante (por su precisión) en los grandes maestros. Si aprendemos a jugar a la ciega (al menos una parti­ da), estaremos desarrollando una ventaja sobre aquellos cuya imaginación no está tan entrenada. Podremos, por tanto, jugar en torneos "moviendo" las piezas mental­ mente con precisión y así veremos cómo queda el table­ ro entonces. ¿Cuántas veces caemos en la cuenta de un error en nuestras partidas una vez que hemos soltado la pieza en un escaque? En ese momento, al ver el tablero, notamos la equivocación cuando ya es tarde. Entrenán­ donos en el aj edrez a ciegas podemos evitar este error común y jugar mejor. Esto, además, nos permitirá leer los libros de ajedrez sin necesidad de tener un tablero a la mano. El GM Miguel Naj dorf leía los tratados ajedre­ císticos como si fuesen novelas. El pianista Arthur Ru­ binstein hacía algo semejante usando un teclado de papel

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(piano mudo) cuando pasaba largas horas en algún vuelo trasatlántico. Imaginaba el sonido de las notas. ¡ Ensaya­ ba incluso en los lugares más extraños sin necesidad de un piano ! En este libro, haremos primero una breve revisión histórica respecto a esta notable capacidad aj edrecísti­ ca. Más adelante, abordaremos de manera científica el fenómeno del aj edrez a la ciega y los resultados que han obtenido los estudiosos del tema. Se incluyen algunas entrevistas con maestros internacionales y grandes maes­ tros que accedieron a responder una serie de preguntas sobre el fenómeno que nos ocupa. Una vez hecho esto, generaremos una serie de ejercicios con la intención de mejorar la capacidad del lector para jugar esta modalidad del ajedrez. Finalmente, se propone un método completo que puede ser usado por el aj edrecista para desarrollar esta capacidad. Cabe insistir que no es la intención del autor crear fe­ nómenos del espectáculo que demuestren sus capacida­ des para jugar a la ciega. Sin duda, los rusos consideran estos espectáculos como un exceso y los tienen total­ mente vetados. No obstante, es evidente que desarrollar esta capacidad de manera sensata puede ser una manera de entrenarse para jugar un mej or aj edrez. Esta obra está pensada para quien ya sabe jugar al aj edrez, a cualquier nivel. Por tanto, las ideas aquí planteadas pueden ser útiles para proponer un método y desarrollar algunas de las habilidades que los grandes jugadores, e incluso los campeones del mundo, tienen en su arsenal de recursos.

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Al lector le deseo suerte, aunque en realidad no es cuestión de suerte, sino de trabaj o metódico y discipli­ nado. Jugar bien al aj edrez requiere de estudiar mucho y de trabaj ar largas horas en el tablero. Sin embargo, la recompensa es fascinante: gozar y entender más el juego ciencia.

Los inicios de esta modalidad del aj edrez surgieron, pro­ bablemente, en algún encuentro donde el jugador fuerte le otorgó la ventaj a al débil aficionado evitando ver el ta­ blero. De acuerdo con Benito López Esnaola1, el primer encuentro sin ver de uno contra otro también sin ver, fue el de Laigle contra Kieseritzy en 1 843 (dos parti­ das). Más adelante, en 1 857, fue Paulsen contra Morphy. Zukertort jugó con Shallop en esta modalidad en 1869. Kolisch contra Winawer en 1 88 3 . Lasker contra Pollok y Arnold con Chigorin en 1 892. En 1 899, Showalter con­ tra Pillsbury y Von Bardeleben con Cohen. Para 1 909, Mieses enfrentó a Schlechter en tres partidas, y poste­ riormente jugó con Alapin. En 1 9 1 4, en prisión, durante la primera gran guerra, Alekhine jugó contra Bogoljuboff. Y en 1 92 1 , Jaffe contra Reshevsky. A continuación, se muestran los registros de partidas simultáneas a ciegas: Año

1

Jugador

Localidad

Número de tableros

1858

Pau1 Morphy

Nueva Or1eans

8

1876

J.H. Zukertort

Londres

16

1901

H.N. Pillsbury

Moscú

22

López Esnaola, B. Ajedrez a la ciega (blindof ld chess) Ed. Fundamentos (colección Club de Ajedrez).

18

Afto

Jugador

Localidad

Número de tableros

1919

R. Reti

Harlem

24

1921

G. Breyer

Kaschau

25

1924

A.Alekhine

Nueva York

26

París

28

1925

A.Alekhine

1925

R.Reti

Sao Paulo

29

1931

G. Koltanowsky

Amberes

30

1933

A.Alekhine

Chicago

32

1937

G. Koltanowsky

Edimburgo

34

1942

Miguel Najdorf

Sao Paulo

42

1946

Miguel Najdorf

Sao Paulo

45

1951

G. Koltanowsky

San Francisco

50

1960

J. Flesch

Budapest

52

1961

G. Koltanowsky

San Francisco

56

López Esnaola ha hecho un gran trabaj o de recopi­ lación con muchas de las partidas jugadas a ciegas por estos "monstruos" de la especialidad. No obstante, estos registros, aunque siempre impresionantes por lo que sig­ nifican como hazaña mental, quizá no tengan la misma validez en lo que se refiere a calidad de las partidas juga­ das. Me explico mej or: las exhibiciones simultáneas de aj edrez (incluso sin ser a la ciega) enfrentan a un maestro contra un grupo de aficionados que, en términos reales, es muy inferior al simultaneísta. Es la manera en que un fuerte jugador da ventaj a a sus rivales para intentar que el juego sea más parejo. Aunque en las partidas a la

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ciega e l maestro ejecutante anuncia mate en n jugadas (lo cual hace el evento aún más espectacular), en gene­ ral eso ocurre porque la resistencia de los aficionados es muy débil. Y que quede claro, no estamos minimizando o despreciando el arte de jugar partidas simultáneas a ciegas. Simplemente hay que entenderlo como una exhi­ bición de una destreza fuera de serie, la cual -repetimos­ ya no se usa por las sospechas de que puede perjudicar la salud del jugador.

En ajedrez hay que aprender a calcular jugadas y a ver cómo quedará el tablero después de una serie de movi­ mientos. Es claro que una de las características de un ju­ gador fuerte es su capacidad de cálculo en una partida de aj edrez. Los grandes maestros sobresalen en este arte, y mucho se ha especulado sobre si es una capacidad innata o algo que puede aprenderse. La nueva generación de jó­ venes grandes maestros (hablamos de ajedrecistas de muy alto nivel con no más de 1 6 años) nos hace pensar que la capacidad de cálculo puede aprenderse. Las niñas Pol­ gar, por ejemplo, fueron entrenadas para ser ajedrecistas de alto rendimiento, aunque dificilmente podría catalo­ garse a las hijas de Laszlo Polgar como genios (tener tres genios en casa sería quizá un caso único). Es más probable que sean producto de un intenso entrenamiento ajedrecístico desde pequeñas. Dicho en otras palabras, las grandes combinaciones dentro de un tablero de ajedrez se basan en diferentes factores, entre los que destacan la imaginación y un pro­ fundo cálculo, así como, probablemente, el conocimien­ to de una serie de temas típicos: clavada, sobrecarga, ataque doble, etcétera.

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Cálculo imposible en

1907

A principios de 1 900 se creía que este cálculo era pro­ ducto de una capacidad innata, imposible de aprender. La partida que se mencionó insistentemente como prue­ ba fue la que jugó, en 1 907, Rotlewi contra Rubinstein: Rotlewi, G - Rubinstein, A {D40] Lodz, 1 907 [comentarios de Chessbase (megabase 1999)}

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2. Juegan las blancas y ganan.

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Reti - Tartakower Wien, 1 9 1 0 UWd8+ �xd8 2 .ig5+ �c7 [2 . . . �e8 3 .gd8#] 3 .id8# ganando. .

78

La clavada 3 . Juegan las negras y ganan.

8 7 6 5 4 3 2 1 a

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Alapin - Alekhine St. Petersburg, 1 9 1 4 l . . J1e2 ! 2 ."\Wxf3 Eí:h2# - +

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79

4. Juegan las blancas y ganan.

8 7 6 5 4 3 2 1 a

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Kotov - Holmov USSR, 1 97 1 l .�b5 ! ! �hc2 [ l . . .!hb5 2 .lhc8+
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