PENSAMIENTO ECONÓMICO - ECONOMISTAS CLASICOS

July 21, 2019 | Author: giamportone_galvez | Category: Adam Smith, La riqueza de las Naciones, Salario, Economías, Economía
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ECONÓMICO ECONOMISTAS CLÁSICOS Adam Smith David Ricardo PDF generado usando el kit de herramientas de fuente abierta ...

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ECONÓMICO ECONOMISTAS ECONOMISTAS CLÁSICOS

Adam Smith

David Ricardo

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Contenidos Artículos Adam Smith

1

La riqueza de las naciones

8

División internacional del trabajo

27

David Ricardo

29

Ventaja comparativa

32

Macroeconomía

37

Ley de los rendimientos decrecientes

46

Teoría del valor-trabajo

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Referencias Fuentes y contribuyentes del artículo

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Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes

51

Licencias de artículos Licencia

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Adam Smith

1

Adam Smith Adam Smith

Adam Smith. Aguafuerte basado en el original de 1787 por James Tassie. Nombre

Adam Smith Douglas Jr.

Nacimiento

5 de junio de 1723 Kirkcaldy, Escocia

Fallecimiento

17 de julio de 1790 (67 años) Edimburgo, Escocia

Causa de la muerte

Enfermedad

Residencia

Kirkcaldy, Glawgow (Escocia), Oxford (Inglaterra), Edimburgo (Escocia), Francia, Suiza

Nacionalidad

británica

Etnia

Occidental, británico

Ciudadanía

Escocesa

Educación

Estudios superiores universitarios. Cátedras de retórica, literatura (Expedidas por la Universidad de Glasgow) y ética (expedida por la Universidad de Oxford)

Alma mater

profesor Francis Hutcheson Universidad de Oxford Universidad de Glasgow

Ocupación

Conferenciante bajo mecenazgo de Lord Henry Kames, profesor de retórica y literatura en la universidad de Glasgow, catedrático de ética en la universidad de Oxford, Filósofo, economista, tutor del Tercer Duque de Buccleuch, director de Aduana de Edimburgo.

Años activo

Conferenciante: 1748-1751 Tutor del Tercer Duque de de Buccleuch: 1763-1788 Director de Aduana de Edimburgo: 1778-1790

Empleador

Duques de Buccleuch

Predecesor

David Hume

Creencias religiosas

Cristiano[cita requerida ]

Padres

Adam Smith Sr. y Margaret Douglas

Obras

Teoría de los sentimientos morales, La riqueza de las naciones Firma

Sitio web

[1]

Adam Smith

Adam Smith (5

de junio de 1723  –  17 de julio de 1790) fue un economista y filósofo escocés, uno de los mayores exponentes de la economía clásica.

Adam Smith basaba su ideario en el sentido común. Frente al escepticismo, defendía el acceso cotidiano e inmediato a un mundo exterior independiente de la conciencia. Este pensador escocés creía que el fundamento de la acción moral no se basa en normas ni en ideas nacionales, sino en sentimientos universales, comunes y propios de todos los seres humanos.[2] En 1776 publica:   La riqueza de las naciones, sosteniendo que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.

Biografía Adam Smith Douglas Jr. nació en Kirkcaldy (Escocia), durante el año 1723 (bautizado el día 5 de junio del mismo año), hijo póstumo de Adam Smith Sr., oficial de aduanas, y Margaret Douglas, se desconoce la fecha exacta de su nacimiento. Poco se sabe de su infancia, excepto que a la edad de 4 años fue raptado por una banda de gitanos, siendo rescatado gracias a la acción de su tío. « Me temo que no hubiera sido un buen gitano », comentó John Rae, su principal biógrafo. Aparte de este incidente, la vida de Smith fue singularmente tranquila, y su historia es esencialmente la de sus estudios y sus libros.[3] En 1737, a la edad de 14 años, habiendo concluido su curso en la escuela local de Kirkcaldy, Smith ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue influido por «el nunca olvidado» Francis Hutcheson, el famoso profesor de filosofía moral, que a la postre le valdría ser influido por la escuela histórica escocesa. Es en esta asignatura, en la que se dedicaba una parte a la moral práctica, en la cual Smith basaría gran parte de  La riqueza de las naciones. Luego de su graduación en 1740, Smith obtuvo una importante beca para Oxford, donde estudió por seis años en Balliol College, una universidad en decadencia, como sostendría en la  Riqueza de las Naciones . Habiendo retornado a la casa de su madre en 1746, Smith se dedicó a buscar un empleo adecuado, a la vez que continuaba sus estudios. De 1748 a 1751 fue profesor ayudante de las cátedras retórica y literatura en Edimburgo, bajo el mecenazgo de Lord Henry Kames, quien también le empleó como conferenciante sobre las mismas materias.[3] Durante este periodo estableció una estrecha amistad con el filósofo David Hume, amistad que influyó mucho sobre las teorías económicas y éticas de Smith. En 1751 fue llamado por su propia Universidad de Glasgow para ocupar primeramente la cátedra de Lógica, y al año siguiente, la de Filosofía Moral. Este E ste último cargo lo ejerció por 12 años, período que luego describiría como « el más útil y por tanto el más feliz y honorable de mi vida ». Su curso de filosofía moral estaba dividido en cuatro partes: teología natural, ética, jurisprudencia, y economía política. En 1759 publicó su primer libro, La Teoría de los Sentimientos Morales, que incorporaba la segunda porción de su curso, y que casi inmediatamente estableció su reputación académica y literaria. En publicó un ensayo sobre «La Primera Formación de los Idiomas», que fue incluido como apéndice en posteriores ediciones de los Sentimientos Morales (se publicaron seis ediciones durante su vida).[3] En 1763 el poderoso aristócrata Charles Townshend ofreció a Smith una pensión vitalicia a cambio de que sirviera como tutor de su hijastro, el III Duque de Buccleuch, durante un viaje de tres años por Suiza y Francia. En este viaje conoció a los fisiócratas franceses (entre ellos, Quesnay y Turgot), que defendían la economía y política basada en la primacía de la ley natural, la riqueza y el orden, y se encontró con su viejo amigo David Hume. También conoció a otros pensadores ilustrados, como Voltaire, Benjamín Franklin, Diderot, D'Alembert y Necker. [2] En 1766 la repentina enfermedad y muerte de Hew Scott, el hermano del Duque, puso fin al viaje, forzando un repentino retorno a Inglaterra.

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Adam Smith Smith se inspiró en esencia en las ideas de François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot para construir su propia teoría, que establecería diferencias respecto a la de estos autores. Durante los siguientes siete años Smith vivió con su madre en Kirkcaldy, dedicando la mayor parte de su tiempo a su siguiente libro,  La Riqueza de las Naciones . Este período también lo describió como feliz (« Quizá nunca estuve (tan  feliz) en toda mi vida »).[3] En 1773 viajó a Londres, llevándose su manuscrito consigo, y durante cinco años vivió en Londres, donde su círculo de amigos incluía a Edward Gibbon y Edmund Burke. En esa época murió su amigo David Hume, motivo que llevó a Adam a publicar la " Carta a William Strahan " a modo de obituario. Debido a sus libros especialmente críticos a la religión, los elogios a Hume provocaban grandes protestas en todo el Reino Unido. Smith habría de anotar después: «Una simple e inofensiva hoja de papel... me causó diez veces más vituperios que el violento ataque que realicé en contra de todo el sistema comercial de la Gran Bretaña ». Fue nombrado director de Aduana de Edimburgo en 1778, puesto que desempeñó hasta su muerte el 17 de julio de 1790 a causa de una enfermedad, viviendo con su madre y su prima, Miss Janet Douglas, en Edimburgo. En 1787 fue nombrado Rector Honorífico de la Universidad de Glasgow, sirviendo hasta 1789. Lleno de honores, Adam Smith murió a la edad de 67 años. [3] [4]

Obra Su célebre obra sistematiza de manera científica las bases del capitalismo moderno, y presentó su justificación teórica en una forma que marcaría el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX (a favor y en contra) y que en parte sigue inspirando a los defensores del mercado libre, incluso hoy en día. Sin embargo, pese a su importancia para la historia de la ciencia económica, es importante recordar que Smith no era únicamente (ni acaso principalmente) un economista; de hecho, en sus tiempos la economía aún no se había desarrollado como disciplina independiente. La amplitud de sus intereses, que abarcaban no solo economía, ética, filosofía política, y jurisprudencia, sino también literatura (antigua y moderna), lingüística, psicología, y la historia de la ciencia, destaca tanto por su variedad como por su profundidad analítica. El profesor Julio Harold Cole, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín, [5] dice de Adam Smith: "  En esta época de excesiva especialización, no pueden dejar de impresionarnos la amplitud y   profundidad de la erudición de Smith, fiel y genuino representante del espíritu de la Ilustración   Escocesa. Sin embargo, por mucho que admiremos sus logros en campos tan variados, no puede negarse tampoco que la posteridad ha decidido recordarle principalmente por sus contribuciones a la ciencia económica, y su fama siempre se basará mayormente en su obra maestra, La Riqueza de las  Naciones. Aunque escrita en inglés en el siglo XVIII, ahora pertenece al mundo y a todos los tiempos. Smith separó definitivamente la economía del restrictivo marco de referencia mercantilista, que negaba los beneficios del libre comercio entre las naciones, e hizo de ella el estudio del orden social espontáneo (y generalmente no-intencionado) que surge de los intercambios voluntarios entre individuos que producen beneficios para todas las partes involucradas, sean domésticas o extranjeras.  En tanto sobreviva en este mundo el amor por la libertad, los hombres libres seguirán inspirándose en  Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones. "[3]

3

Adam Smith Teoría de los sentimientos morales La Teoría de los sentimientos morales de 1759 empieza por la exploración de todas las conductas humanas, en las cuales el egoísmo no parece desempeñar un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Sin embargo sí confiere razón a los postulados de Thomas Hobbes en que la primera tendencia del ser humano es la del amor hacia sí mismo. De ahí que se vea obligado a controlar y dominar su egoísmo, elemento fundamental para que la vida en comunidad no se convierta en una guerra de todos contra todos. Lo que se expone entonces es el proceso de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el lugar de otro, aún cuando no obtenga beneficio de ello. Adam Smith lo explica por la influencia de la necesidad de ser aprobado por los demás. Con esto se busca criticar a la concepción utilitarista, como aparece en Hume. El desarrollo de la obra lleva al descubrimiento del espectador imparcial , la voz interior que dictaría la propiedad o impropiedad de las acciones. A lo largo de la obra el autor explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes. [2] [6] La riqueza de las naciones (The Wealth of Nations) En 1776 A. Smith publicó su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente  La riqueza de las naciones), después de más de diez años de trabajo, [2] por la cual es considerado por muchos especialistas el padre de la Economía Política. Esta obra representa el intento por diferenciar la economía política de la ciencia política, la ética y la jurisprudencia. Un elemento fundamental para esta diferenciación fue la crítica al mercantilismo, corriente heterogénea que venía desarrollando nociones económicas desde el siglo XV, más vinculada a los imperios coloniales que a la naciente revolución industrial. Él mismo consideraba esta serie de volúmenes como una exposición parcial de una obra más amplia sobre « Los  principios generales de la ley y del gobierno, y de las diferentes revoluciones que en éstas se han producido en las diferentes épocas y periodos de la sociedad », obra que deseaba escribir pero que nunca llegó a completar. Más aún, incluso en  La Riqueza de las Naciones, para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en si mismos. Todos estos temas se discuten en el libro, pero también incluye detalladas discusiones sobre tópicos tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales. [3] Según la tesis central de  La riqueza de las naciones, la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo y la libre competencia. Según esta tesis, la división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplía la extensión de los mercados y por ende la especialización. Por su parte, Adam Smith considera la libre competencia como el medio más idóneo de la economía, afirmando que las contradicciones engendradas por las leyes del mercado serían corregidas por lo que él denominó "la mano invisible" del sistema.[2] Una particularidad de la obra es el planteamiento de que, gracias a la apelación al egoísmo de los particulares se logra el bienestar general. [7] Al respecto, Adam Smith afirmaba que " el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia (...) No es la benevolencia del carnicero o del panadero la que los lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses".[2] Esto es muchas veces interpretado de forma imprecisa, como que simplemente el egoísmo lleva al bienestar general. Sin embargo, pasajes tanto de esta obra como de los sentimientos morales dejan en claro que en un sistema

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Adam Smith económico el interés personal no es la única motivación, ya que si así fuera, toda negociación resultaría imposible. El ser humano es capaz también de comprender el interés personal de su compañero y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso. [2] La empatía con el egoísmo del otro (en donde acentúa la siguiente frase: « dame lo que necesito y tendrás lo que deseas ») y el reconocimiento de sus necesidades es la mejor forma de satisfacer las necesidades propias. El pensador y economista escocés subraya que la mayor parte de estas necesidades humanas se satisfacen por intercambio y por compra. [2] La obra incluye una filosofía de la historia, donde la  propensión a intercambiar  exclusiva del hombre se convierte en el motor del desarrollo humano, porque permite la suficiente creación de riqueza y generación y acumulación de capital para poner en práctica la división del trabajo. Debido por tanto a la empatía y la división del trabajo se potencia el crecimiento económico, clave del bienestar social. [2] Esta obra constituye también una guía para el diseño de la política económica de un gobierno. Los beneficios de la "mano invisible" del mercado solo se obtendrán en una sociedad bien gobernada . Entre sus aportes más importantes se destacan: • La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio. • El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costos de producción. • La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal asalariados. • La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico. • La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos. Preocupaciones sociales

Contrariamente a lo que le achacan algunos críticos debido a los extremos a que el neoliberalismo lleva sus ideas, Adam Smith conocía los peligros que conllevaba su ecuación económica. Estaba convencido de que un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni para practicar su imaginación. El resultado es la pérdida del hábito de ejercer sus facultades y la alienación del individuo. Por ello recomendó al Estado que impulsara la educación pública de las clases trabajadoras. [2] De hecho, Adam Smith criticó las vidas miserables que sufrían muchos de sus compatriotas y advirtió que " ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables ".[8] Influencia

En Marzo de 1776 se publicó finalmente La Riqueza de las Naciones. La obra tuvo un éxito inmediato y duradero: la primera edición se agotó en seis meses, y durante la vida de Smith se publicaron cinco ediciones (1776, 1778, 1784, 1786, y 1789). Además, en cuestión de tres décadas se había traducido a por lo menos seis idiomas extranjeros: danés (1779-80), tres versiones francesas (1781, 1790, y 1802), alemán(1776-78), italiano (1780), español (1794) y ruso (1802-06).[3]   La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones ha estado sujeta a todo tipo de interpretaciones, entre ellas:

• David Ricardo: realiza una crítica a la obra, desarrollando más la teoría del valor trabajo y conceptos tales como el capital y la reproducción [cita requerida]. • Karl Marx: Sigue la línea de que el trabajo es la esencia del ser humano, pero discrepa en cuanto a la intervención del Estado en los mercados [cita requerida]. • Milton Friedman y Rose Friedman: se centra en temas como «La mano invisible» y el papel del Estado. Milton y Rose Friedman escriben  La libertad de elegir  basados en la doctrina smithiana del libre comercio [cita requerida]. • Amartya Sen: lectura renovada de Smith que retoma la Teoría de los sentimientos morales , libro de gran importancia en el campo de la ética, la teología y la moral. Amartya Sen destaca la importancia del sentimiento de

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Adam Smith la simpatía en la obra de Smith y cuestiona la estrecha interpretación friedmaniana que atribuye al egoísmo la armonía del mundo [cita requerida]. Publicaciones póstumas En 1795, los ejecutores literarios de Smith, Joseph Black y James Hutton, editaron y publicaron una colección de «Ensayos sobre Temas Filosóficos» que incluía un juvenil ensayo sobre la «Historia de la Astronomía» que aparentemente formaba parte del proyecto más amplio de una «historia de las ciencias liberales y artes elegantes». La más conocida edición moderna de estos ensayos es la de J. R. Lindgren (ed.), The Early Writings of Adam Smith (Nueva York. Kelley. 1967), que también incluye su ensayo sobre la formación de los idiomas. Antes de su muerte, Smith había ordenado la destrucción de la mayoría de sus otros manuscritos inéditos, entre los cuales probablemente se encontraban sus conferencias sobre religión natural y sobre jurisprudencia, lo mismo que sus lecciones sobre retórica. La mayor parte de este material probablemente se perdió para siempre, aunque ciertas partes han sido recuperadas indirectamente en la forma de apuntes tomados por sus estudiantes en los años 1762-64. En efecto, en 1895 el Prof. Edwin Cannan, de la London School of Economics, se enteró de la existencia, en manos de un abogado de Edimburgo, de un manuscrito que identificó como los apuntes de clase, tomados por un estudiante, de un curso sobre jurisprudencia dictado por Smith poco antes de su viaje a Francia. (Posteriormente se logró establecer que estas conferencias fueron efectivamente dictadas durante la porción del ciclo académico de 1763-64 que precedió su partida). Cannan editó estos apuntes y los publicó bajo el título de   Lectures on Justice, Police,  Revenue and Arms, delivered in the University of Glasgow by Adam Smith (Oxford. Clarendon Press, 1896). En 1929, la Biblioteca Clements de la Universidad de Míchigan adquirió una colección de documentos que habían pertenecido a Alexander Wedderburn (Lord Canciller del Reino Unido entre 1793 y 1801), entre los cuales se encontraba un manuscrito que el Prof. G. H. Guttridge identificó como un memorando sobre «El Problema Americano» escrito por Adam Smith en 1778. Este manuscrito fue editado por Guttridge y publicado en la American Historical Review, nº 38 (1933), pp. 714-20. Finalmente, dos juegos adicionales de apuntes de clase fueron descubiertos por el Prof. John M. Lothian en 1958. Uno de estos correspondía a un curso de retórica y letras, dictado por Smith en Glasgow en la sesión 1762-63. Estos apuntes fueron editados por Lothian y publicados bajo el título  Lectures on Rhetoric and Belles Lettres (Londres. Nelson, 1963). El segundo juego de apuntes, correspondiente al curso de jurisprudencia dictado durante la misma sesión, no fue publicado sino hasta 1978, como parte de la Glasgow Edition of the Works and Correspondence of   Adam Smith (Oxford University Press, 1976-83).[3]

Adam Smith y el comercio internacional La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su costo de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Por tanto define la denominada «ventaja absoluta» como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir, con un coste de producción menor. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas, para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta. Asimismo aboga por favorecer la movilidad internacional de los factores productivos.

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Adam Smith

Véase también • • • • • • • • •

Economía Política Economía Teoría del valor Revolución industrial Filosofía Moral Mercantilismo Ilustración Liberalismo

Referencias [1] http://www.adamsmith.org/adam-smith/  [2] Fernando CohenCohen, Fernando (Julio 2011). Pardina, José. ed. «Grandes pensadores de la historia. Las 25 cabezas más influyentes»(en Español castellano, monográfico impreso a 98 páginas). Muy Historia . Muy Historia (España: G y J España Ediciones, S.L., S. en C.) (35): p. 57 pp. 45-70. 29/05/2011. Resumen divulgativo (http://www.muyinteresante.es/  video-muy-historia-en-la-calle-grandes-pensadores-de-la-historia). «"La acumulación de capital es clave para el desarrollo económico"». [3] [ Cole, Julio (http://fce.ufm.edu/catedraticos/jhcole/|Harold)]. « Liberalismo.org: Adam Smith (1723-1790) (http://www.liberalismo. org/articulo/59/42/adam/smith/17231790/)» (en español castellano) (XHTML 1.0 con CSS2). Consultado el 7 de julio de 2011. «Su célebre obra Investigación sobre la Naturaleza y causa de la Riqueza de las Naciones dio a luz el espíritu del capitalismo moderno, y presentó su justificación teórica en una forma que dominó el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX y que sigue inspirando a los defensores del mercado libre, e incluso hoy en día.». [4] Eco-Finanzas.com (http://www.eco-finanzas.com/economia/economistas/Adam_Smith.htm) Adam Smith, biografía. [5] [ Cole, Julio (http://fce.ufm.edu/catedraticos/jhcole/|Harold)]. « Julio Harold Cole Facultad de Ciencias Económicas (http://f ce.ufm. edu/cms/es/julio-harold-cole)» (en español castellano) (XHTML 1.0 Transitional). Consultado el 7 de julio de 2011. «Posee una licenciatura en Economía por la Universidad Francisco Marroquín y estudios de posgrado en la Escuela de Gerencia en la Universidad de Rochester en New York. También posee una Maestría en Economía por la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) de la Universidad Francisco Marroquín, y es Doctor en Economía por la misma Universidad.». [6] Los sentimientos morales (http://filosofiamedievalmoderna.suite101.net/article.cfm/los_sentimientos_morales) Suite101.net [7] Pensamiento Ilustrado, Adam Smith (http://www.claseshistoria.com/antiguoregimen/ilustracionliberalismo.htm) Clases de Historia.com [8] [ |SmithAdam Smith, Adam (http://www.adamsmith.org/adam-smith/)] (30/6/2009) [1776]. « 8 Of the Wages of Labour [8 De los salarios del trabajo] (http://en.wikisource.org/wiki/The_Wealth_of_Nations/Book_I/Chapter_8)» (en Español/Inglés, libro de bolsillo a 720 páginas). An Inquiry into the Nature and Causes of the Nations Wealth [Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones] (http://en.wikisource.org/wiki/The_Wealth_of_Nations). 1. Tecnos Editorial S.A.. p. 94. ISBN 9788430948949 8430948945. . Consultado el 6 de julio de 2011. «No society can surely be flourishing and happy, of which the greater part of the members are poor and miserable. It is but equity, besides, that they who feed, cloath and lodge the whole body of the people, should have such a share of the produce of their own labour as to be themselves tolerably well fed, cloathed and lodged.»

Bibliografía • • • • • • • • • •

Smith, Adam. Carta a los editores de Edinburgh Review . 1756. Smith, Adam. Teoría de los sentimientos morales . 1759. Smith, Adam. Lecciones de retórica y bellas letras . 1763. Smith, Adam. Consideración sobre la primera formación de las lenguas y los genios diferentes de las lenguas originales y las compuestas . 1765. Smith, Adam. Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones («La riqueza de las naciones»). 1776. Smith, Adam. De la naturaleza de la imitación que tiene lugar en las llamadas artes imitativas . 1795. Smith, Adam. De la afinidad entre ciertos versos ingleses e italianos . 1795. Smith, Adam. De la afinidad entre las música,la danza y la poesía . 1795. Smith, Adam. Los principios que presiden y dirigen las investigaciones filosóficas . 1795. Smith, Adam. De los sentidos externos . 1795

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Bibliografía relacionada • Saltini Antonio, Storia delle scienze agrarie , vol. II, I secoli della rivoluzione agraria , Bologna 1987, pp. 251 – 284 • Adam Smith, a 200 años de su muerte (http://www.eseade.edu.ar/servicios/Libertas/32_3_BenegasLynch. pdf) por Alberto Benegas Lynch (h). Revista Libertas 13. Instituto Universitario ESEADE. Octubre de 1990. • Las dos caras de Adam Smith (http://www.elcato.org/node/120) por Pedro Schwartz. El Cato.org. 22 de noviembre de 2005. • Las teorías económicas de Adam Smith en el movimiento Open Source (http://www.laflecha.net/canales/  softlibre/200405261/) (sobre el software libre). La Flecha. 26 de mayo de 2004.

Enlaces externos • Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Adam SmithCommons. • Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Adam Smith. Wikiquote • The Wealth of Nations (http://metalibri.wikidot.com/  title:an-inquiry-into-the-nature-and-causes-of-the-wealth-of-nations:smith-a) at MetaLibri Digital Library (http://  metalibri.wikidot.com) • The Theory of Moral Sentiments (http://metalibri.wikidot.com/title:theory-of-moral-sentiments:smith-a) at MetaLibri Digital Library (http://metalibri.wikidot.com) • Adam Smith Biografía y Pensamiento económico (http://www.eco-finanzas.com/economia/economistas/  Adam_Smith.htm) • Adam Smith (http://www.pensamentoeconomico.ecn.br/economistas/adam_smith.html) en História do pensamento econômico (http://www.pensamentoeconomico.ecn.br/) (en portugués)

La riqueza de las naciones Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones

Autor

Adam Smith

Tema(s)

Economía Edición original en inglés

Título original

 An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations

Editorial

W. Strahan & T. Cadell

Ciudad

Londres Reino Unido

País Fecha de publicación

1776

La riqueza de las naciones

(título original en inglés:  An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations ), o sencillamente  La riqueza de las naciones, es la obra más célebre de Adam Smith. Publicado en 1776, es considerado el primer libro moderno de economía. Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones

Smith expone su análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos. Desarrolla teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los beneficios y la acumulación del capital. Examina diferentes sistemas de economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia; asimismo, desarrolla la idea de un orden natural. Este «sistema de libertad natural», como lo llama Smith, es el resultado del libre ejercicio del interés individual que beneficia exitosamente  —sin proponérselo — al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre competencia y del libre comercio.  La riqueza de las naciones es hoy una de las obras más importantes de la disciplina económica y, para Amartya Sen, «el libro más grande jamás escrito sobre la vida económica». [1] Se trata del documento fundador de la economía clásica y, sin duda, del liberalismo económico.

Contexto Adam Smith empezó la redacción de   La riqueza de las naciones en 1764, mientras era tutor del joven Duque de Buccleugh, cargo por el que fue retribuido generosamente con una pensión vitalicia. Con ocasión de un «Grand Tour», un largo viaje por Europa con su alumno, pasó dieciocho meses en Toulouse, invitado por el abad Seignelay Colbért. Smith hablaba poco francés y la mayoría de los escritores y filósofos que esperaba encontrar en Toulouse no se encontraban en la ciudad, por lo que pronto se aburrió. [2] En una carta dirigida a David Hume, Smith anunciaba que había «empezado a redactar un libro con tal de pasar el tiempo». [3] Smith había trabajado en ese proyecto desde que era profesor de economía política y de otras materias en la Universidad de Glasgow, [4] y había aludido a él en la conclusión del primer libro de la Teoría de los sentimientos morales , la obra de filosofía moral que lo dio a conocer. A finales de 1764, aprovechó un viaje a la asamblea de los Estados del Languedoc en Montpellier, la región más liberal de la Francia del Antiguo Régimen, donde consiguió que se adoptase el libre comercio Adam Smith, autor de La riqueza de las naciones . [5] [6] de grano, de lo que aparecen testimonios en el libro. Igualmente visitó Suiza, donde se encontró con Voltaire, y después París, donde su amigo el filósofo David Hume lo introdujo en los más importantes salones. Allí discutió con los fisiócratas François Quesnay y Turgot, que estimularon su inspiración,[7] así como con Benjamin Franklin, Diderot, d'Alembert, Condillac y Necker, con quien mantuvo contacto durante muchos años. Tras su regreso a Gran Bretaña en 1766, Smith poseía un patrimonio suficiente para dedicarse de lleno a su obra, y retornó a Kirkcaldy tras pasar algunos meses en Londres. La redacción era muy lenta, entre otras razones por los problemas de salud de Smith. David Hume se impacientó, y en noviembre de 1772 le ordenó acabar su obra antes del otoño siguiente «para hacerse perdonar». [8] En 1773, Smith se instaló en Londres para acabar su manuscrito y encontrar un editor. Todavía faltaban tres años para que  La riqueza de las naciones fuera publicada, en marzo de 1776. Smith quería dedicar su libro a François Quesnay, pero la muerte de este en 1774 se lo impidió.

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Visión de conjunto Según Dugald Stewart, primer biógrafo de Smith, el principal mérito de  La riqueza de las naciones no consiste en la originalidad de sus principios, sino en el uso del razonamiento sistemático y científico para validarlos y la claridad con la que son expresados. [9] En este sentido, la obra es una síntesis de los aspectos más importantes de la economía política; una síntesis audaz que va más allá de cualquier otro análisis contemporáneo. Entre los observadores que inspiraron la obra de Smith se encuentran John Locke, Bernard Mandeville, William Petty, Richard Cantillon, Turgot y, seguramente, François Quesnay y David Hume. [10] El pensamiento de Smith retoma varios principios favorecidos por la Ilustración Escocesa: el estudio de la naturaleza humana es un aspecto primordial, indispensable; el método experimental de Newton es el más apropiado para el estudio del hombre; la naturaleza humana es invariable en todas partes y a lo largo del tiempo. Para Donald White, Smith estaba convencido de la existencia de una progresión en el desarrollo humano (el progreso) por unas etapas bien definidas, y esta idea se encuentra explícitamente en el modelo de desarrollo económico en cuatro etapas expuesto en La riqueza de las naciones . Aunque Smith es conocido en la actualidad como un importante economista, él se consideraba, a pesar de todo, profesor de filosofía moral, asignatura que había enseñado en Glasgow. Así,  La riqueza de las naciones no trata solamente de economía (en el sentido moderno), sino también de economía política, de derecho, de moral, de psicología, de política, de historia, amén de la interacción y la interdependencia entre todas estas disciplinas. La obra, centrada en la noción del interés personal, forma un conjunto con la Teoría de los sentimientos morales , donde había explicado la simpatía inherente a la naturaleza humana. El conjunto debía ser completado por un libro sobre la  jurisprudencia que Smith no pudo acabar e hizo quemar a su muerte. La problemática de  La riqueza de las naciones es doble: por un lado, explicar por qué una sociedad movida por el interés personal puede subsistir; por el otro, describir cómo apareció y cómo funciona el sistema de libertad natural. En este sentido, Smith utilizó sistemáticamente los datos empíricos (ejemplos y estadísticas) para validar los principios que expuso, una «avidez de hechos» (el índice tiene 63 páginas) [11] que fue criticada por algunos de sus sucesores tras la «revolución ricardiana». Así, Nassau William Senior deploró «la importancia exagerada que numerosos economistas conceden a captar datos». Los razonamientos abstractos se mantienen en un mínimo estricto y, para Jacob Viner, Smith «dudaba sobremanera que la abstracción pudiera aportar la comprensión del mundo real o guiar ella sola al legislador o el hombre de Estado».

Tablas de precios del trigo entre 1637 y 1750, entre las numerosas referencias empíricas de La riqueza de las naciones .

Si bien utilizó un tono decididamente optimista respecto del crecimiento económico, advirtió también del riesgo de alienación que puede suscitar la división del trabajo.

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Plan  La riqueza de las naciones está compuesta por cinco libros, cuyos temas son: [12]

1. Causas que han perfeccionado las facultades productivas del trabajo y del orden, según las cuales los productos se distribuyen naturalmente entre las diferentes clases sociales (sobre la naturaleza humana, el trabajo y «la habilidad, la destreza y la inteligencia que ha aportado»); [13] 2.  De la naturaleza de los fondos o capitales, de su acumulación y su uso (descripción de los negociantes y del capital); 3.  De la diferente marcha y del progreso de la opulencia en diferentes naciones (historia del desarrollo económico y política económica); 4. Sistemas de economía política (en particular, el sistema del comercio internacional); 5.  De los ingresos del soberano o de la comunidad  (ingresos, gastos y objetivos de gobierno).

Temas e ideas La división del trabajo y el interés personal Smith parte de la constatación de que: El trabajo anual de un país es aquel fondo que en principio proporciona todas las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente consume el país; y estas cosas son siempre o el producto inmediato de este trabajo, o compradas a otros países con este producto. [13]

No hace del trabajo el único factor de producción, pero remarca su importancia desde el inicio de la obra, algo que le distingue de entrada Fabricación de alfileres, lámina de de fisiócratas y mercantilistas. La mejora de la productividad del  L'Encyclopédie. trabajo depende en gran parte de su división, ilustrada en su célebre ejemplo de la manufactura de alfileres (inspirado en  L'Encyclopédie de Diderot y d'Alembert): allá dónde un solo herrero no podría producir más de diez alfileres por día, la fábrica utiliza los obreros en varias tareas diferentes (estirar el alambre, cortarlo, afilarlo, etc.), y llega así a producir cerca de 5 000 alfileres por obrero empleado. Junto a ese gran incremento en las cantidades producidas (ver productividad), se ve una disminución, igualmente extraordinaria, en el precio de los alfileres. (Smith nota que, adicionalmente, los trabajadores ganan más en las fábricas que como trabajadores independientes). La división del trabajo se aplica más fácilmente en las manufacturas que en la agricultura, lo que explica su retraso en productividad. La división del trabajo por sí misma no proviene de la sabiduría humana o de un plan preestablecido, sino que es la consecuencia «de una cierta tendencia natural de todos los hombres [...] que los lleva a traficar, a hacer intercambios y cambiar una cosa por otra». [14] La motivación de esta tendencia al intercambio no es la benevolencia, sino el interés personal, es decir, el deseo de mejorar su propia condición: Pero el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia. [...] No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses. Nosotros no nos dirigimos a su humanidad, sino a su egoísmo; y no les hablamos de nuestras necesidades, siempre de su provecho. [...] La mayor parte de estas necesidades por el momento se satisfacen, como las de los otros hombres, por trato, por intercambio y por compra.[15] Así, incluso en una sociedad donde no hay benevolencia hacia los desconocidos, donde cada uno de los individuos persigue su interés personal, donde los intercambios económicos se hacen entre «mercenarios», el individuo puede

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prosperar en base a la cooperación. [16] (ver mano invisible) Con motivo del estudio de los comportamientos de los animales, Smith concluye igualmente que los humanos son los únicos de estos que se dan cuenta de que tienen todo por ganar participando voluntariamente en un sistema económico donde cada uno trabaje para obtener los bienes que satisfagan a todos:[17] el interés personal no es su única motivación, ya que si así fuera, toda negociación sería imposible. Queda claro, por tanto, que un hombre es también capaz de comprender el interés personal de su compañero (un ejemplo de simpatía) y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso. [18] Si el interés personal tiene un lugar importante en  La riqueza de las naciones es porque no está considerado como el único aspecto económico de la relación del hombre en la sociedad. La Teoría de los sentimientos morales ofrece una perspectiva bastante más amplia y presenta una teoría de la relación social que no es reproducida en  La riqueza de las naciones; demuestra que la visión de Smith no se reduce a la de un   Homo œconomicus. No obstante, la contradicción aparente entre las dos principales obras de Smith, ha dado origen a un «problema Adam Smith» en la literatura económica, [19] hoy caduco.[20] Smith mostró a continuación que una cierta acumulación de capital es necesaria para la puesta en marcha de la división del trabajo y que el único límite para esta es la dimensión del mercado. Esta proposición ha sido considerada como «una de las más brillantes generalizaciones que se pueden encontrar en toda la literatura económica». [21] El progreso viene así de la división acelerada del trabajo, que proviene de una inclinación natural del hombre. El intercambio, natural y espontáneo, se inscribe en el «sistema de libertad natural» subyacente en toda la obra. Smith también era consciente de los efectos adversos de una mayor división del trabajo: Un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, o casi, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni ejercer su imaginación para buscar los medios para resolver aquellas dificultades que nunca se terminan de localizar; pierde pues naturalmente el hábito de desplegar o de ejercer sus facultades y se vuelve, en general, tan estúpido e ignorante como se pueda convertir una criatura humana; el aletargamiento de sus facultades morales lo hace incapaz de apreciar ninguna conversación razonable ni de tomar parte en ellas, hasta le impide sentir alguna pasión noble, generosa o tierna y, en consecuencia, formar algún juicio mínimamente justo sobre la mayoría de los deberes más ordinarios de su vida privada [22]

El individuo se vuelve entonces incapaz de formar un juicio moral, tal y como se describe en la Teoría de los sentimientos morales . Para prevenir esta situación, Smith recomienda una intervención gubernamental que se haga cargo de la educación de la población. El valor del trabajo y la moneda Una vez establecida la división, cada miembro de la sociedad debe poder recurrir al resto para proveerse de aquello que necesite; es pues necesario tener un medio de cambio, la moneda. La posibilidad de intercambiar bienes o pagar en moneda por ellos hace aparecer la noción de valor . El valor tiene dos significados: el valor de uso, o utilidad, y el valor de cambio. Smith se centra sobre todo en el segundo (plantea, pero no resuelve, la paradoja del valor sobre el primero). ¿Cómo medirlo? ¿Cuál es el factor que determina la cantidad de un bien a la hora de intercambiarlo por otro? Para él, «es del trabajo de los demás del que cabe esperar la parte más grande de todos estos bienes; así, será rico o pobre, según la cantidad de trabajo que podrá pedir o que estará en capacidad de comprar. [...] El trabajo es pues la medida efectiva del valor intercambiable de toda mercancía». [23] El valor del trabajo es constante: «Las cantidades iguales de trabajo deben ser, en cualquier tiempo y cualquier lugar, de un valor igual para el trabajador. [...] Así, el trabajo, no variante nunca de su propio valor, es la única medida real y definitiva que puede servir, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, para valorar y comparar el valor de todas las mercancías. Es su precio real; el dinero no es más que su precio nominal». [24] Esta teoría del valor, que ignora la demanda y se basa exclusivamente en los costes de producción, se impuso durante más de un siglo hasta que William Jevons, Carl Menger y Léon Walras introdujeron el marginalismo.

La riqueza de las naciones Para Smith la moneda no es el valor en sí, y la acumulación de moneda no tiene interés económico para un país. La moneda sería más bien una forma de medida práctica del valor de las transacciones y el medio de cambio de este valor. Para cumplir estas funciones, los metales preciosos son particularmente apropiados, puesto que su valor varía poco en periodos de tiempo razonables. A largo plazo, el trigo podría ser un mejor patrón. Como los metales preciosos tienen un costo importante, Smith proponía reemplazarlos por papel moneda, siguiendo una ratio estricta para evitar la emisión sin contrapartida. El sistema bancario resultante sería «una especie de gran carretera aérea, donando al país la facilidad para convertir una gran parte de sus grandes carreteras en buenos pastizales y en buenas tierras para el trigo».[25] Los factores de producción En una economía primitiva se puede considerar que la cantidad de trabajo utilizada para producir un bien es el único elemento que determina su valor de cambio. En las economías avanzadas la formación de los precios es más compleja porque involucra tres elementos: el salario, el beneficio y la renta (predial o de arrendamiento), que constituyen la remuneración de los tres factores de producción: el trabajo, el capital, y la tierra. Smith distingue igualmente tres sectores de actividad: la agricultura, la industria, y el comercio. Las distinciones entre los factores de producción y la forma que su remuneración toma para las diferentes clases sociales constituyen un punto central de  La riqueza de las naciones. Las motivaciones de estas clases no son las mismas, y no coinciden necesariamente con el interés general. Esta distinción nítida entre las remuneraciones de los diferentes factores de producción es típica de la Economía clásica. Fue necesario esperar a la Revolución neoclásica de finales del siglo XIX para que la remuneración de los factores fuera integrada en el precio de la producción. [26] La formación de los precios, la competencia y el mercado El salario es la compensación directa del trabajo, es decir, el alquiler de la capacidad productiva del trabajador. El beneficio sobreviene cuando el stock  de valor o de capital, acumulado por una persona, es empleado para poner a otras personas a trabajar, facilitándoles herramientas de trabajo, materias primas y un salario con el fin de alcanzar un beneficio (esperado y no garantizado) mediante la venta de aquello que producen. La ganancia sería, de acuerdo con Smith, la recompensa de un riesgo y de un esfuerzo. La renta predial aparece desde que el territorio de un país se encuentra repartido en manos privadas: «a los propietarios, como todos los demás hombres, les gusta recoger donde no han sembrado, y demandan una renta, incluso por el producto natural de la tierra». [27] Esta es pagada por los agricultores a los propietarios en contrapartida por el derecho a explotar la tierra, que es un recurso escaso y productivo. No requiere ningún esfuerzo por parte de los propietarios. Diferentes tipos de bienes hacen intervenir a estos elementos en proporciones diferentes y tienen precios diferentes. Puesto que estos tres elementos se tienen en cuenta en el precio de casi todos los bienes, existe en todas partes una remuneración media para cada uno de ellos, es decir una serie de tasas medias o naturales. [28] El precio natural de un bien debe ser suficiente para pagar la renta, el trabajo y el beneficio que han sido necesarios para su fabricación. El precio de mercado puede ser más o menos elevado que este precio natural, pero tiende a este debido a la competencia. De hecho, un productor que no tiene en cuenta esa competencia arriesga su interés personal: si vende sus bienes demasiado caros, pierde a sus clientes, si paga a sus empleados demasiado poco, pierde a estos. El mercado competitivo se encarga así de la producción de los bienes demandados por el público, y remunera a los productores en función del éxito de su producción. [29] En algunos casos, sin embargo, se puede haber concedido un monopolio a un individuo o compañía. Como este no esta sujeto a la competencia, el monopolista puede vender constantemente por encima del precio natural y entonces obtener un beneficio superior a la tasa natural. En las palabras de Smith: "El precio de un monopolio es en cada ocasión el más alto que se puede conseguir. El precio natural, o el precio de la libre competencia, por el contrario, es el más bajo que se puede tomar, no de hecho en cada ocasión pero sobre un

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tiempo considerable. El uno es en cada ocasión el más alto que se puede exprimir de los compradores, o el que, se supone, van a consentir dar: el otro es el más bajo que los vendedores generalmente pueden permitirse aceptar, y al mismo tiempo continuar sus negocios.". [30] La parte de cada uno de los tres elementos de un precio varía según las circunstancias. El nivel de los salarios viene determinado por el enfrentamiento de intereses de los trabajadores y los empresarios: Los obreros desean ganar el máximo posible, los dueños, dar el mínimo; los primeros están dispuestos a llegar a un acuerdo para elevar los salarios, los segundos para bajarlos. [31]

Los empresarios tienen a menudo la ventaja en este conflicto. Apoyándose en la obra de Richard Cantillon, Smith señala que existe un salario mínimo de facto: el salario de subsistencia que permite a un asalariado mantener a duras penas a su familia. [32] A veces incluso, las circunstancias pueden favorecer a los asalariados: cuando los beneficios aumentan, un propietario, un rentista o un capitalista puede mantener a nuevos empleados, lo que hace que aumente la demanda de trabajo; incluso cuando un obrero independiente contrata a empleados. El aumento de la riqueza nacional da lugar entonces a un alza de los salarios del trabajo y los asalariados son los mejor pagados allá dónde la riqueza aumenta más rápidamente. Smith lo ilustra con los ejemplos de las colonias británicas de América del Norte, de la propia Gran Bretaña, de China y de la India. Este aumento salarial es del todo deseable: Ciertamente, no se puede valorar como feliz y próspera una sociedad donde la mayoría de sus miembros están reducidos a la pobreza y la miseria. Lo justo, no obstante, exige que aquellos que alimentan, visten y dan hogar a todo el cuerpo de la nación, tengan, en el producto de su propio trabajo, una parte suficiente para poder alimentarse, vestirse y encontrar vivienda por sí mismos.[31] El beneficio medio es prácticamente imposible de determinar debido a su gran volatilidad entre sectores y de año en año. Smith propone acercarse al tema estudiando el tipo de interés del dinero. En base a un estudio comparativo entre varios países y varias épocas, concluye que «a medida que aumentan las riquezas de la industria y del pueblo, el interés disminuye».[33] Si la tasa de beneficio tiende a disminuir, y aumenta la existencia de capital, la reducción de las tasas es compensada por un volumen de partida más importante, puesto que «el dinero crea dinero». Asegura asimismo que «vale más obtener un beneficio más pequeño con un capital grande, puesto que crecerá más rápidamente, que no un capital pequeño con un beneficio grande». [34] El equilibrio entre ingresos del trabajo y del capital proviene de la competencia: «cada uno de los diversos usos del trabajo y del capital, en un mismo lugar, ha de ofrecer necesariamente un equilibrio entre ventajas y desventajas que establece o que tiende continuamente a establecer una igualdad perfecta entre todos los usos. Si, en un mismo lugar, hubiera cualquier uso que fuera evidentemente más o menos ventajoso que todos los demás, mucha gente se llegaría a precipitar en un caso, o a abandonarlo en el otro, de forma que sus ventajas se volverían muy rápidamente al nivel de aquellos otros usos».[35] Por ejemplo, si los consumidores deciden comprar más guantes y menos zapatos, el precio de los guantes tiende a subir mientras que el de los zapatos tiende a bajar. Entonces, las ganancias de los guanteros aumentan mientras que las de los zapateros disminuyen. En consecuencia, el trabajo en el sector de la zapatería desaparecería, mientras que en el sector de los guantes se incrementaría. Finalmente, la producción de guantes aumenta y la producción de zapatos disminuye, con tal de ajustarse al nuevo equilibrio del mercado. [36] La asignación de la producción (y de los recursos) se ajusta de esta forma a los nuevos deseos de la gente sin la menor planificación. Este equilibrio del mercado no impide las desigualdades: para Smith, en una sociedad libre, las desigualdades en el salario provienen de la dureza del trabajo o de su propiedad, de su facilidad de aprendizaje, de su regularidad en la ocupación, de su estatus y de sus oportunidades de éxito. De estas cinco fuentes de desigualdad, solo dos influencian sobre la tasa de ganancia del capital: el atractivo y la garantía de recuperación de la inversión.

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Distorsiones causadas por el Estado Pero el Estado (la «policía de Europa») [37] es capaz de causar desigualdades muy grandes: restringiendo la competencia o provocándola más allá de su nivel natural, o bien, oponiéndose a la libre circulación del trabajo y de los capitales entre diferentes usos y lugares. Con respecto a la restricción de la competencia, Smith ataca particularmente al corporativismo, que permite enriquecerse a los empresarios y a los comerciantes con base en la acumulación de privilegios y restricciones. En definitiva, dependen de los propietarios, de los agricultores y el resto de trabajadores del campo. Pone en guardia particularmente contra los riesgos de colusión: «Ya es bien extraño que gente del mismo oficio se encuentre reunida, con tal de disfrutar o de distraerse, sin que la conversación acabe con alguna conspiración contra el público, o para hacer cualquier maquinación para elevar los precios». [38] Por el contrario, con la asignación de pensiones, becas y plazas en los colegios y seminarios, el Estado atrae hacia ciertas profesiones a mucha más gente de la que habría si no existieran dichos incentivos. Smith cita a los curas de pueblo, tan numerosos a causa de que su educación casi gratuita no puede ser retribuida por el parlamento. La educación literaria aparece sin embargo como un beneficio limpio (una externalidad positiva). Las leyes sobre el aprendizaje y la exclusividad de las corporaciones traban más la libre circulación de las personas entre oficios que la de los capitales: «por esto un rico comerciante encontrará más facilidades para obtener el privilegio de establecerse en una ciudad de la corporación que un pobre artesano para obtener el permiso para trabajar». [38] En Inglaterra, las   Poor Laws («Leyes de Pobres») prácticamente prohibían a los pobres cambiarse de parroquia para encontrar un trabajo mejor, un «atentado manifiesto contra la justicia y la libertad naturales». [38] Finalmente, las leyes sobre los tipos de salarios no tienen por objetivo remunerar a un obrero cualificado al mismo tipo que a un obrero ordinario. La renta y los ingresos La renta o arrendamiento es el tercer y último elemento constitutivo de los precios. La renta es un tipo de precio de monopolio, no vale el mínimo valor posible para el propietario, pero en cambio sí que es el valor máximo posible para el agricultor. Mientras que la rentabilidad del capital y del trabajo van al alza, la renta a la baja: Smith sugiere que es determinado por la cantidad de tierras cultivadas, cantidad que es determinada por el nivel de población. (David Ricardo ofrecerá un análisis mucho más detallado en 1817). Depende pues de la calidad de la tierra, pero también de la tasa media de rendimiento del trabajo y del capital. Se trata de un excedente: cuando aumenta el precio de la tierra, el ingreso adicional es totalmente capturado por la renta. Los salarios, el beneficio y la renta, constituyentes del precio, son igualmente los constituyentes de los ingresos; se reencuentra esta identidad en la descomposición moderna del producto interior bruto, donde la producción total es igual al ingreso total. Las tres clases de la sociedad, cuyos ingresos comportan indirectamente los ingresos de toda la población, son los propietarios, los agricultores y los capitalistas. El interés de estas clases no coincide necesariamente con el interés común. Este es el caso de los propietarios y los agricultores: lo que enriquece a la nación los enriquece de igual manera a ellos. Con respecto a los capitalistas, si la expansión del mercado es provechosa tanto para ellos como para el público, la restricción de la competencia es provechosa solamente para ellos. Smith aboga por una mayor desconfianza de las propuestas de los capitalistas: Cualquier propuesta de una nueva ley o de un reglamento del comercio, que proviene de esta clase de gente, debe ser siempre recibido con la mayor desconfianza, y no adoptarla nunca hasta haberla sometido a un largo y serio examen, al que hace falta dedicar, no digo solamente la más escrupulosa, sino la atención más cuidadosa. Esta propuesta viene de una clase de gente cuyo interés no sabría nunca ser exactamente el mismo que el de la sociedad, ya que tienen, en general, interés en engañar al público, e incluso en oprimirlo y que, además, han hecho ya una y otra cosa en muchas ocasiones. [39]

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Capital fijo y capital circulante El fondo acumulado (el conjunto de las posesiones) de una persona se divide en dos partes: una sirve para el consumo inmediato (víveres, vestidos, muebles, etc.) y no contribuye al ingreso, la otra puede usarse de tal forma que procure un ingreso a su propietario. Smith separa esta segunda parte, denominada capital, en dos categorías. El capital fijo genera un beneficio sin cambiar de manos, como por ejemplo la maquinaria. Las mercancías de un negociante, en general todos los bienes que son vendidos a cambio de un beneficio y reemplazados por otros bienes, constituyen el capital circulante.

Una máquina de vapor es un ejemplo de capital fijo.

Esta división se traslada a la sociedad. Así, las viviendas entran en la categoría de «consumo», tanto si están ocupadas por sus propietarios como si no (puesto que una casa no puede producir nada por sí misma). Lo mismo ocurre con la ropa, aunque puede alquilarse. Los ingresos que se obtienen de estos bienes «provienen siempre, en último análisis, de otra fuente de ingresos».[40] El capital fijo está constituido por máquinas, edificios usados para la producción, mejoras aportadas a la tierra y aptitudes y competencias adquiridas por todos los miembros de la sociedad (lo que se denomina hoy capital humano). El capital circulante se compone de dinero, provisiones (alimentos o materias primas) retenidas por los productores o comerciantes y productos acabados pero todavía no vendidos. Todos los capitales fijos provienen en origen de los capitales circulantes y necesitan el consumo de capitales circulantes para ser mantenidos. Ingreso bruto, ingreso neto y el papel de la moneda Smith hace una distinción entre ingreso bruto e ingreso neto: el ingreso bruto es la suma de la producción de la tierra y del trabajo de un país, mientras que el neto deduce los gastos de mantenimiento del capital fijo y de la parte del capital circulante constituido en moneda. Se reencuentra esta distinción en los agregados modernos: producto interior bruto y producto interior neto. El dinero por sí mismo no contribuye a la renta nacional: «la gran rueda de la circulación es del todo diferente de las mercancías que hace circular. La renta de la sociedad se compone únicamente de estas mercancías, y nunca de la rueda que las pone en circulación». [25] Esta concepción es radicalmente diferente de la de los mercantilistas. El dinero es un medio de almacenamiento del valor y no es útil al fin y al cabo, simplemente permite ser intercambiado por bienes consumibles. Smith deduce la legitimidad de la moneda fiduciaria, que cuesta infinitamente menos de fabricar que la moneda de plata o de oro. Esta conclusión se sostiene en un estudio de los sistemas bancarios de Inglaterra y de Escocia, donde Smith evoca igualmente al sistema de Law.

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Trabajo productivo, trabajo no productivo y acumulación del capital Para Smith, el trabajo productivo es aquel que contribuye a la realización de un bien comercial (como el trabajo del obrero), mientras que el trabajo improductivo no añade nada al valor (como es el trabajo del criado, donde los servicios «mueren en el mismo instante en que se prestan».)[41] Esta distinción es a menudo utilizada en economía. No sobreentiende que el trabajo improductivo es inútil o deshonroso, pero dice que su resultado no se puede conservar y no contribuye pues al fondo económico para el año siguiente. Los trabajadores productivos son remunerados a partir de un capital, mientras que los trabajadores improductivos son remunerados a partir de un ingreso (renta o beneficio). A medida que una economía se desarrolla, su capital aumenta y la parte necesaria por el mantenimiento del capital aumenta también.

Acumulación de capital, división del trabajo y crecimiento.

Los capitales aumentan de hecho con la moderación «la causa inmediata del aumento del capital es la economía y no la industria», [41] motivado por el esfuerzo constante, uniforme e ininterrumpido de todo individuo con tal de mejorar su suerte. [41] Dedicando más fondos al trabajo productivo, el capital de un hombre ahorrador pone en marcha una producción adicional (en términos modernos, el ahorro es igual a la inversión). Así, lo que es ahorrado es igualmente consumido, pero por otros: por los trabajadores productivos en lugar de los trabajadores improductivos o de los no trabajadores, que reproducen el valor de su consumo, más una parte de beneficio. A la inversa, el malgastador desgasta su capital y disminuye la masa de los fondos disponibles para el trabajo productivo, lo que disminuye el ingreso nacional, incluso si no consume más que bienes nacionales. La única manera de aumentar la producción de la tierra y del trabajo es aumentar, bien el número de trabajadores productivos, bien la productividad de estos. Esto requiere un capital suplementario, ya sea para pagar a los nuevos trabajadores, o para facilitarles nuevas máquinas o mejorar la división del trabajo. Un país que tenga un exceso de improductivos («una corte numerosa y brillante, una gran institución eclesiástica, grandes flotas y grandes ejércitos»),[41] invertirá en ellos una parte excesivamente grande de sus ingresos y quedará sin los suficientes para mantener el trabajo productivo a su nivel, lo que provoca una disminución del ingreso nacional año tras año. Del mismo modo, si la demanda de trabajo aumenta, los salarios se elevan por encima del nivel de subsistencia; a largo plazo esto provoca un aumento de la población y de la demanda de alimentos, lo que empuja al poder adquisitivo en la dirección del nivel de subsistencia. Aun así nunca vuelve tanto a este nivel, por lo que la acumulación de capitales continúa persiguiéndose, lo cual permite a la sociedad entera mejorar su suerte. [42] Esta mejora es del todo deseable para Smith: Esta mejora sobrevenida en las clases populares más bajas, ¿debe ser vista como una ventaja o un inconveniente para la sociedad? A primera vista, la respuesta parece extremadamente simple. Las criadas, los obreros y artesanos de toda clase componen la mayoría de toda sociedad política. O, ¿nunca se puede percibir como una desventaja para el todo aquello que mejora la suerte de la mayoría? Seguramente, no se ha de ver como feliz y próspera una sociedad donde la mayoría de sus miembros están reducidos a la pobreza y la miseria. La única equidad, por otro lado, exige que aquellos que alimentan, visten y conforman todo el cuerpo de la nación, tengan, en el producto de su propio trabajo, una parte suficiente para estar ellos mismos aceptablemente alimentados, vestidos y alojados. Smith describe así un círculo virtuoso, espoleado por la acumulación de capital, que permite al pueblo entero aumentar su nivel de vida.

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El interés En un préstamo, lo que quiere el prestatario no es el dinero en sí mismo, sino el poder de compra de este dinero; así  el prestamista le concede el derecho a una parte del producto de la tierra y el trabajo de un país. Cuando el capital total de un país aumenta, la parte disponible para prestar aumenta igualmente y el tipo de interés disminuye. Esto no es un simple efecto de escala, pero la consecuencia del aumento del capital hace cada vez más difícil obtener un rendimiento en el interior del país. En consecuencia, las diferentes formas de capital entran en concurrencia y su remuneración disminuye; su rendimiento disminuye por la misma causa y este rendimiento no es otro que el tipo de interés. Según Smith, John Law, John Locke y Montesquieu cometieron un error habitual suponiendo que la bajada del valor de los metales preciosos tras el descubrimiento de las minas de América, había sido la causa de la caída generalizada de los tipos de interés en Europa. Un viejo ejemplo de ilusión monetaria. En algunos países, la ley prohíbe el interés. Estas medidas no sirven de nada: La experiencia ha hecho ver que estas leyes, en lugar de prevenir el daño de la usura, no hacían más que aumentarlo; el deudor estando entonces obligado a pagar, no sólo por el uso del dinero, sino todavía más por el riesgo que corre el acreedor al aceptar una indemnización que es el precio del uso de su dinero. El deudor se ve obligado, por decirlo de alguna manera, a asegurar a su acreedor contra las sanciones por usura. [43] Smith preconiza que la tasa de usura tiene que ser ligeramente superior a las tasas más bajas usadas, lo que permite favorecer a los mejores prestatarios sin por eso disuadir al resto. Los usos del capital y el sistema económico de Smith Smith distingue cuatro usos del capital: suministrar directamente un producto en bruto, transformar un producto bruto en acabado, transportar un producto en bruto o acabado allí donde sea demandado y dividir un producto en pequeñas partes adaptadas a las necesidades diarias de los consumidores. El primer uso corresponde al sector primario moderno, el segundo al sector secundario y los otros dos pertenecen al sector terciario. Una marina mercante importante es símbolo de

La cantidad de trabajo implementada para una cantidad dada de capital un país rico. depende fuertemente del sector de actividad. Es en la agricultura donde el capital es el más productivo: sirve no sólo al trabajo del granjero, sino también en el de «sus criados de granja, (...) sus bestias de trabajo y de acarreo que hacen que tantos obreros sean productivos». [44] La ganancia del granjero permite no sólo la reproducción del capital, sino también la de la renta. Vienen después, por orden decreciente, las manufacturas, el comercio al por mayor (interior y después internacional) y al final el comercio al por menor. Smith atribuye por otra parte, el rápido crecimiento de las colonias de América a la fuerte proporción de capital que han dedicado a la agricultura. Cada una de estas ramas no es solamente ventajosa, sino también «necesaria e indispensable, cuando está naturalmente dirigida por el curso de las cosas, sin trabas y sin restricciones». [44] En el caso del comercio internacional, un país debe exportar su excedente de producción no consumido por la demanda interior, con el fin de cambiarlo por cualquier cosa que le sea demandada. Un país que alcanza una cantidad significativa de capital suficiente para satisfacer la demanda interna, utiliza el excedente para satisfacer la demanda de otros países: una marina mercante importante es así símbolo de un país rico. A lo largo de su exposición sobre los usos del capital, Smith explica la razón principal de la prosperidad reciente de Inglaterra:

La riqueza de las naciones Sin embargo, aunque los excesos del gobierno hayan podido retrasar, sin duda, el progreso natural de Inglaterra hacia la mejora y la opulencia, no obstante no han podido pararlo. El producto anual de las tierras y del trabajo, es hoy indudablemente mucho mayor que el que había en la época de la restauración, o al de la revolución. Hace falta pues, en consecuencia, que el capital que sirve anualmente para cultivar las tierras y mantener este trabajo sea también el mayor posible. A pesar de todas las contribuciones excesivas exigidas por el gobierno, este capital ha crecido insensiblemente y en silencio por la economía privada y la sabia conducta de los particulares, por este esfuerzo universal, constante y no interrumpido de cada uno de ellos con el fin de mejorar su suerte individual. Es este esfuerzo que sin cesar actúa bajo la protección de la ley, y que la libertad deja ejercitarlo en todos los sentidos, como crea conveniente; es el que ha sostenido el progreso de Inglaterra hacia la mejora y la opulencia, en casi todos los momentos, en el pasado, y que se espera que hará en el futuro. [41] Esta explicación y la recomendación adjunta ilustran el sistema intelectual de  La riqueza de las naciones. Por una parte, Smith describe un sistema económico sobre una base empírica sólida; por otra parte describe un sistema analítico que explica las relaciones entre los diferentes componentes del sistema económico. [45] En esta ocasión, ofrece un cierto número de recomendaciones políticas, que tienen una resonancia considerable en Inglaterra y después en Occidente. Estas recomendaciones eclipsan a menudo el cimiento intelectual que las sostiene, pero explican la inmensa popularidad del libro tras su aparición. Las recomendaciones de Smith son realistas. Contrariamente a François Quesnay, quien exige un sistema de «libertad perfecta y justicia perfecta» para intentar las reformas, Smith destaca que «si una nación no pudiera prosperar sin el disfrute de una libertad perfecta y de una perfecta justicia, no habría en el mundo una sola nación que hubiera podido prosperar». [46] En cambio, el individuo es capaz «de conducir a la sociedad a la prosperidad y a la opulencia, pero (...) todavía tiene que superar los mil obstáculos absurdos que la tontería de las leyes humanas a menudo sitúa en su camino». [47] Smith no preconiza tampoco un abandono total de la esfera económica por el gobierno: en muchos casos, puede ser beneficioso, incluso necesario, reglamentar la actividad. Recomienda así la reglamentación del tipo de interés con la finalidad de no penalizar a los emprendedores serios y controlar la emisión de moneda. Es favorable a los impuestos sobre el alcohol en función de su graduación, una de las más antiguas propuestas de impuesto pigouviano. Más generalmente, admite que «el ejercicio de la libertad natural de cualquier individuo, que podría comprometer la seguridad general de la sociedad, es y tiene que ser restringida por las leyes, en cualquier posible gobierno, tanto en el más libre como en el más despótico». [25] La regulación del comercio y la ventaja absoluta Smith se había opuesto ya a los monopolios en el libro I. En el libro IV, estudia en detalle el sistema mercantilista británico y sus efectos perversos. Estos eran particularmente visibles en las colonias de América del Norte, donde la rebelión acababa de empezar. Para él, la motivación del comercio internacional, como de cualquier comercio, es aprovecharse de la división del trabajo. Así, «la máxima de cualquier cabeza de familia prudente es la de no intentar hacer en su casa aquello que le costará menos comprándolo hecho. El sastre no intenta hacer los zapatos, sino que se los compra al zapatero; el zapatero no intenta hacer sus vestidos, sino que recurre al sastre; el granjero no intenta hacer ninguna de las dos tareas, sino que se dirige a los dos artesanos y les da trabajo». [48] El mismo principio de ventaja absoluta se aplica entre países: «aquello que es prudencia en la conducta de cada familia en particular, no puede ser una insensatez en un gran imperio. Si un país extranjero nos puede facilitar una mercancía con un trato mejor que nosotros mismos estamos en condiciones de fijarnos, vale más que le compremos con cualquier tipo de producto de nuestra propia industria, empleado de manera que nos aporte alguna ventaja». [49] La ventaja absoluta de un país puede ser natural (clima) o adquirida (conocimiento), lo que nos lleva a la conclusión: «en tanto que uno de los países tendrá ventajas que le faltarán al otro, le será más ventajoso para este último comprar al primero, que no fabricarlo él mismo». [49]

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La riqueza de las naciones Smith se opone en virtud de este principio a cualquier política de control o restricción del comercio, cuyo efecto no hace más que disminuir la importancia del mercado potencial, lo que limita la extensión de la división del trabajo y por lo tanto la renta nacional. Las medidas mercantilistas dirigidas a proteger la industria no aumentan el ingreso total, sino que desvían una parte de su uso natural: La industria general de la sociedad nunca puede ir más allá de aquello en que puede emplear el capital de la propia sociedad. (...) No hay ningún reglamento de comercio que sea capaz de aumentar la industria de un país más allá de lo que el capital de este país puede mantener; todo lo que puede hacer, es que una parte de esta industria tome otro camino distinto del que habría tomado sin aquel y no es seguro que esta dirección artificial prometa ser más ventajosa para la sociedad que la que hubiese tomado la industria voluntariamente. [49] El sistema de libertad natural preconizado por Smith se aplica igualmente en las relaciones comerciales con los extranjeros, donde el interés personal se manifiesta con más fuerza. Así, en uno de los pasajes más célebres de la historia del pensamiento económico, explica: El ingreso anual de toda sociedad es siempre precisamente igual al valor intercambiable de todo el producto anual de su industria, o más bien es precisamente la misma cosa que este valor de intercambio. En consecuencia, ya que cada individuo trata, al máximo posible; primero emplear su capital para hacer valer la industria nacional; y segundo dirigir esta industria de manera que haga producir el mayor valor posible, cada individuo trabaja necesariamente para devolver el mayor ingreso anual posible de la sociedad. En verdad, su intención, en general, no es la de servir al interés público, ya que él mismo no sabe hasta qué punto puede ser útil a la sociedad. Prefiriendo el éxito de la industria nacional al de la industria extranjera, no piensa más que en darse personalmente una mayor seguridad; y dirigiendo esta industria de manera que su producto tenga el máximo valor posible, no piensa más que en su propia ganancia; en aquello, como en muchos de otros casos, es guiado por una mano invisible hacia el cumplimiento de un fin que nunca ha estado en sus intenciones; y no es siempre lo peor para la sociedad que esta finalidad no entre en sus intenciones. Buscando sólo su interés personal, trabaja a menudo de una manera mucho más eficaz para el interés de la sociedad, que si se lo hubiera puesto como objetivo de su trabajo. [49] La imagen de la mano invisible no es utilizada más que en esta ocasión en  La riqueza de las naciones, y Smith no hizo ciertamente una regla absoluta, garantizada por las reglas empíricas o metafísicas. Representa las fuerzas sociales y no la providencia. [50] Las cuatro etapas del desarrollo económico   La riqueza de las naciones presenta un modelo de desarrollo económico en cuatro etapas, caracterizadas por su modo de subsistencia:

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los pueblos cazadores, los pueblos pastores, las naciones agrícolas o feudales, las naciones comerciantes.

La organización social se desarrolla en cada época y permite a su vez un desarrollo eco nómico renovado. Permite también un aumentado refinamiento en el arte de la guerra. Con los cazadores y los pastores, toda la tribu puede ir a la guerra; en las naciones agrícolas o feudales una parte de la población tiene que quedarse para cultivar la tierra (en la época romana, los soldados retornaban para hacer la cosecha y posteriormente sólo los granjeros se quedaban para alimentar al conjunto de la población). [51] En una sociedad civilizada, «los soldados eran mantenidos completamente por el trabajo de los que no eran soldados, el número de los primeros no puede ser superior de los que están en situación de mantenerlos». [51] Las instituciones se desarrollan en cada nueva etapa, sobre todo a consecuencia de la aparición de los derechos de propiedad, que tienen que ser defendidos. La tercera etapa establece un lugar de intercambio mutuamente beneficioso entre las ciudades y el campo, que prefigura el beneficio del comercio internacional, Smith admite sin embargo que los beneficios son repartidos de forma desigual. [52] El sistema de libertad natural corresponde a las

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La riqueza de las naciones instituciones necesarias para la cuarta etapa. Karl Marx utiliza un modelo similar, aunque con algunas particularidades, en   El capital, donde las etapas corresponden a modos de producción diferentes y donde la fase contemporánea está caracterizada por el antagonismo entre el capitalista y el trabajador. [53] La responsabilidad del soberano Smith no esconde la mala opinión que tiene de soberanos y príncipes. Son costosos, propicios a la vanidad, frívolos e improductivos.[54] Recortan el valor de la moneda e intentan proyectos mercantilistas que encallan habitualmente. En el libro V, Smith los confina a un rol bastante más modesto: • proteger a la sociedad contra toda violencia interior o exterior, • proteger a todos los miembros de la sociedad de la injusticia o la opresión causada por uno de sus miembros, • proporcionar infraestructuras e instituciones públicas, que son beneficiosas para la sociedad, pero que un empresario privado no puede financiar por sí mismo. La defensa nacional no autoriza las «aventuras» militares de los grandes imperios, que Smith lamenta. Para él, las guerras contemporáneas tienen todas causas y efectos comerciales. Así, la Guerra de los Siete Años tiene su origen en los monopolios concedidos al comercio colonial. [55] El ejercicio y la financiación de la justicia son una responsabilidad bastante importante para Smith. La justicia está íntimamente implicada en las disputas sobre los derechos de propiedad y las relaciones económicas. A menudo, la defensa de la propiedad no es justa por sí misma: «el gobierno civil, en tanto que tiene por objeto la seguridad de las propiedades, es, en la realidad, instituido para defender a los ricos de los pobres, o bien, a aquellos que tienen propiedades frente a los que no tienen». [56] Pero en un país donde la administración de justicia es relativamente imparcial, esta protege la propiedad de todos, incluyendo a los pobres. El suministro de bienes públicos es la tercera función indispensable del gobierno. Smith distingue claramente las políticas mercantilistas de ayuda a los sectores definidos (que aprovechan a los comerciantes de estos sectores en detrimento del resto de la población), que son de hecho las que ponen trabas al crecimiento, de las que están en condiciones de aumentar la renta nacional. De entre estas, distingue incluso las infraestructuras rentables (que pueden ser financiadas con el pago por su uso) de aquellas, generalmente útiles pero no directamente rentables, que el gobierno tiene que financiar. Además de infraestructuras físicas, esta categoría comprende los gastos institucionales como la educación pública. [57] Con respecto a los ingresos públicos, Smith recomienda que los individuos paguen un impuesto proporcional a sus ingresos, sin elementos arbitrarios, de la manera más cómoda para ellos y con un coste mínimo. Relaciona en esta ocasión un inventario de impuestos absurdos o arbitrarios recaudados en Gran Bretaña. Es igualmente favorable a la idea de que los productos de lujo sean más fuertemente grabados que los otros, con la finalidad de animar a la austeridad, lo que permite el crecimiento de la renta nacional. Finalmente, Smith advierte contra el uso de la deuda pública como instrumento de financiación, a causa de su carácter pernicioso. El préstamo sitúa al soberano a resguardo de un alza impopular de los impuestos para financiar el esfuerzo que supone una guerra y, sobre todo, si no se despliega sobre el suelo del país: La mayoría de la gente que vive en la capital y en las provincias alejadas del escenario de operaciones militares no perciben casi ningún inconveniente por la guerra, pero disfrutan, en su comodidad, del entretenimiento de leer en las gacetas las proezas de sus flotas y de sus ejércitos. (...) Ven ordinariamente con disgusto el retorno de la paz, que pone fin a sus entretenimientos, y, también, a mil esperanzas quiméricas de conquista y gloria nacional que se fundamentaban sobre la continuación de la guerra. [55] El aumento resultante de la deuda pública no dejará de tener consecuencias molestas; ante lo que Smith afirma: «el incremento de deudas enormes aplasta el presente en todas las grandes naciones de Europa, y probablemente las arruinará a todas a la larga». [55]

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 La riqueza de las naciones no tiene una conclusión real de conjunto: el último pasaje recuerda el endeudamiento considerable de Gran Bretaña causado por su aventura colonial: «ya hace más de un siglo cumplido que los que dirigían Gran Bretaña habían entretenido al pueblo con la idea imaginaria de que poseían un gran imperio en la costa occidental del Atlántico (...) proyecto que ha costado gastos enormes, que continúa costando todavía, y que amenaza con costarnos cifras semejantes en el futuro». [55] Propone la liberación de estas costosas colonias de América del Norte, y acaba con: «ya es hora de que, de ahora en adelante, se las arregle para adaptar sus puntos de vista y sus designios, conforme a la mediocridad real de su fortuna ». [55]

Influencia de La riqueza de las naciones Influencia inmediata La primera edición se publicó en Londres el 9 de marzo de 1776 por Strahan y Cadell, en dos tomos, y a un precio de 1,16 libras. [58] David Hume, Samuel Johnson y Edward Gibbon elogiaron la obra, que se agotó en seis meses. En vida de Smith fueron publicadas cuatro nuevas ediciones (1778, 1784, 1786, 1789), de aproximadamente 5 000 ejemplares. Durante este tiempo se imprimieron las traducciones al danés (1779-1780), francés (1778-1779, 1781) y alemán (1776-1778). El libro tuvo una influencia fundamental sobre la política económica del Reino de Gran Bretaña. Desde 1777, Lord North adopta dos tasas «smithianas»: una sobre las criadas y otra sobre los bienes vendidos en subasta. El presupuesto de 1778 contenía una tasa sobre la vivienda y una sobre la malta. Los políticos solicitaron rápidamente la opinión de Smith sobre asuntos de actualidad, como la cuestión irlandesa. [59] En 1784, Charles James Fox le citó oficialmente por primera vez en el Parlamento.[60] El primer ministro William Pitt (el joven) aplicó los principios de Smith en el tratado Eden-Rayneval de libre cambio firmado con Francia en 1786, y lo utiliza para la elaboración de sus presupuestos. El Acta de Unión con Irlanda deriva también de esta influencia; Pitt estaba deseoso de «liberar a Irlanda de su sistema caduco de prohibiciones». [61]

William Pitt (el Joven) fue un admirador de los planteamientos de Smith en  La riqueza de las naciones.

En Francia, la primera mención a  La riqueza de las naciones fue una crítica en el   Journal des sçavans, aparecida en 1777. La primera traducción fue publicada en La Haya en 1778-1779 y su autor, «M. . . .», es desconocido. Se puede tratar del abad Blavet, que publicó una traducción diferente por episodios semanales en el  Journal de l'agriculture, du commerce, des arts et des finances entre enero de 1779 y diciembre de 1780, después en una edición en seis volúmenes en Yverdon-les-Bains en 1781 y una de tres volúmenes en París el mismo año. Esta traducción es considerada mediocre,[62] pero era reconocida por Smith. Jean-Antoine Roucher publicó otra traducción, sin gran mérito, en 1790.[63] El conde Germain Garnier publicó una traducción mejor en 1802, una versión de la cual fue revisada por Adolphe Blanqui en 1843. Sin embargo, las ideas de Smith calaron escasamente en Francia, hasta que fueron retomadas y desarrolladas por Jean-Baptiste Say, empezando por su Tratado de economía política de 1803. Napoleón Bonaparte, que leyó  La riqueza de las naciones en la Escuela militar, pudo inspirarse en ella para formar sus ideas económicas: moneda fuerte, tipo de interés estable, control del gasto público, rechazo del recurso a la deuda salvo casos de urgencia y abandono de toda participación directa del Estado en el comercio; sin embargo, esta tesis no ha sido probada.[64]

La riqueza de las naciones La primera traducción completa al castellano fue obra de José Alonso Ortiz, quien consiguió publicarla en 1794 tras superar las trabas establecidas por la Inquisición española. [65] Habían transcurrido ya dieciocho años desde que Smith publicara el original y solamente se contaba con traducciones parciales de  La riqueza de las naciones , siendo la de mayor importancia la de Carlos Martínez de Irujo y Tacón. [65] Es evidente la influencia que ejerció Smith sobre los ilustrados españoles, entre los que destaca Jovellanos; y la élite colonial que aspiraba a la independencia. [66] Divulgación y desviaciones Entre los promotores más ardientes de la obra de Smith figuran aquellos hacia los que él mismo tenía una mayor desconfianza: los comerciantes y los capitalistas. [67] Según Thomas Sowell, nadie ha formulado al respecto denuncias más mordaces que Smith, ni el mismo Karl Marx. [68] Smith no favorece a ninguna clase en  La riqueza de las naciones, pero muestra una gran simpatía por los pobres y los consumidores. [69] Su mensaje de fe en los principios del mercado se desvía hacia una apología del   Laissez faire, (aunque Smith no utiliza nunca este término)[70] y una hostilidad dogmática a toda intervención pública con el objetivo de promover el bienestar general.[71] Smith se opone totalmente al principio de una manipulación estatal en el mecanismo del mercado (oposición a la que admite excepciones), pero nunca se enfrenta en su vida al problema del Estado del bienestar, y su claro efecto sobre este mecanismo: la idea de que la acción pública pueda superar las   Poor Laws y que el proletariado pueda tener voz en las deliberaciones públicas es todavía absurda en su época. [72]  La riqueza de las naciones en la historia del pensamiento económico

En la historia del pensamiento económico,  La riqueza de las naciones es una obra revolucionaria: asesta un golpe letal a las teorías premodernas, el mercantilismo y la fisiocracia, y vale a su autor el título (raramente discutido) de «padre de la economía política». Se encuentran los gérmenes de muchas diversas teorías ulteriores, como la ley de Say, la teoría ricardiana de la renta agrícola, o la ley de la población de Thomas Malthus; los economistas rivales del siglo XIX lo citan para apoyar a sus respectivas posiciones. [73] Más de un siglo después, uno de los grandes de la escuela neoclásica, Alfred Marshall, declara al respecto de su propia obra: «todo está ya en Smith». [74] Determinadas nociones de Smith como el valor trabajo, desarrollado por la escuela clásica, se mantienen dominantes durante el siglo siguiente, hasta la «revolución marginalista» de los años 1870. La idea de un valor trabajo objetivo es por otra parte un punto de desacuerdo fundamental entre neoclásicos y marxistas, estos últimos siguiendo a Smith y David Ricardo y negándose a reconocer el valor que puede ser construido en la elección subjetiva individual. [75] Mientras tanto, Smith subestimó sobradamente la importancia de la Revolución Industrial que se iniciaba ante sus propios ojos, y su análisis de la sociedad británica fue rápidamente superado por los acontecimientos: las fábricas aparecieron y señalaron el camino a una «quinta edad», la del capitalismo. [76]

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La riqueza de las naciones Críticas

Uno de los primeros críticos con   La riqueza de las naciones es el filósofo Jeremy Bentham, quien en   Defensa de la usura (  Defense of  Usury) ataca las recomendaciones de Smith sobre la limitación de los tipos de interés y propone una teoría distinta del crecimiento, basada en el rol de los innovadores. Jean-Baptiste Say y más tarde Joseph Schumpeter retomaron y desarrollaron esta teoría. Las predicciones sobre el crecimiento regular de los salarios empujado por la acumulación de capital son desmentidas poco después de su muerte por los bruscos aumentos de los precios alimenticios, entre 1794-1795 y entre 1800-1801. Las penurias y los levantamientos condujeron a Thomas Malthus a escribir su  Ensayo sobre el principio de la población (1798), donde expresa sus dudas sobre la posibilidad Karl Marx. de procurar confort material a la mayoría de la población. El filósofo y amigo de Smith, Edmund Burke, ofrece una predicción todavía más pesimista en Pensamientos y detalles sobre la escasez (Thoughts and Details on Scarcity ) (1795). Las tesis de Smith sobre las ganancias mutuas generadas por el comercio internacional fueron retomadas y extendidas por David Ricardo en   Los principios de la economía política y tributación (1817). Más adelante, los críticos de Smith insistieron en el idealismo de sus hipótesis, y favorecen las soluciones proteccionistas «adaptadas al mundo real». En 1791, en su  Informe sobre las manufacturas , Alexander Hamilton recomienda a los Estados Unidos que no se especialicen en la agricultura, sino que establezcan barreras aduaneras con el fin de permitir el desarrollo de una industria nacional que pudiese competir con las europeos. Friedrich List expuso este método en 1827 y después lo generaliza en 1841 con Sistema nacional de economía política , y John Stuart Mill realizó una doctrina económica rigurosa en  Principios de economía política (1848). Las críticas de los autores socialistas del siglo XIX culminaron en el tomo II de  El capital, de Karl Marx. Según él, las contradicciones cíclicas inevitables del capital, comportan una superabundancia de trabajadores en el mercado de trabajo, lo que lleva sistemáticamente su salario a los ingresos de subsistencia. De la misma manera que Smith bautizó al «sistema mercantil» para denunciarlo, Marx bautiza y condena el «sistema capitalista».

Referencias [1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9]

Rothschild y Sen, página 364 Campbell y Skinner, páginas 125-126 Adam Smith, Correspondencia, carta 82 dirigida a David Hume, 5 de julio de 1764 ; según W. R. Scott, se trata, de hecho, de otro libro. Adam Smith, Correspondencia, carta 85 de John Glassford, 5 de noviembre de 1764 John Rae, capítulo XII RDN, I.XI y V.i-ii Haakonssen, página 2 (introducción) Correspondencia, carta 134 de David Hume a Adam Smith, 23 de noviembre de 1772 Dugald Stewart. « Account of the Life and Writings of Adam Smith, LL.D. (http://socserv.mcmaster.ca/econ/ugcm/3ll3/smith/dugald)» (en inglés). [10] Heilbroner, página 51 [11] Heilbroner, página 52 [12] Rothschild y Sen, página 320 [13] RDN, Introducción [14] RDN, I.II [15] RDN, I.ii [16] Fleischacker, página 91 [17] Fleischacker, página 141 [18] Kennedy, página 101

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La riqueza de las naciones [19] La expresión das Adam Smith-Problem fue acuñada por Joseph Schumpeter [20] T.W. Hutchison, The Bicentenary of Adam Smith, The Economic Journal , 86:343, septiembre de 1976, páginas 481-492 leer en línea (http://  links. jstor.org/sici?sici=0013-0133(197609)86:3432.0. CO;2-S) (JSTOR) [21] Allyn A. Young. Increasing Returns and Economic Progress , Economic Journal , volumen 38, 1928, páginas 527, 529 [22] RDN, V.I, parte 3.ª, artículo 2 [23] RDN, I.v [24] RDN, I.V [25] RDN, II.ii [26] Bladen, página 34 [27] RDN, I.vi [28] RDN, I.vii [29] Heilbroner, páginas 56-57 [30] A. Smith: An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (http://geolib.com/smith.adam/won1-11.html): Book 1, Chapter 7 (Of the Natural and Market Price of Commodities) párrafo 27 (en inglés en el original) [31] RDN, I.viii [32] Heilbroner, página 50 [33] RDN, I.ix [34] RDN, I.ix [35] RDN, I.x [36] Heilbroner, página 56 [37] RDN, I.x, sección 2.ª [38] RDN, I.x, sección 2.ª [39] RDN, I, conclusión [40] RDN, II.i [41] RDN, II.iii [42] Heilbroner, página 67 [43] RDN, II.iv [44] RDN, II.v [45] Campbell y Skinner, páginas 180-181. [46] RDN, IV.ix [47] RDN, IV.v [48] IV.ii [49] RDN, IV.ii [50] Fleischacker, páginas 139-140. [51] RDN, V.i [52] Bladen, página 76 [53] John Kilcullen, Reading Guide 7: Marx and Engels on History , Macquarie University en línea (http://www.humanities.mq.edu.au/  Ockham/y6407.html) (en inglés) [54] Rothschild y Sen, página 347 [55] RDN, V.iii [56] RDN, V.i.2 [57] RDN, V.i, 3.ª parte [58] R. H. Campbell y A. S. Skinner, ibid., página 168 [59] West, página 166 [60] Fox reconoció poco después no haber leído la obra [61] Charles Gide y Charles Rist, The Influence of Smith's Thought and its Diffusion, 1967, in Lai, página 79 [62] El primero en expresar esta opinión fue el abad Morellet, que deseaba publicar su propia traducción. [63] David Murray, French Translations of the Wealth of Nations , 1905, in Lai, página 72 [64] Melchior Palyi, The Introduction of Adam Smith on the Continent , 1928, citada por Lai, página xxvi. Se anota en este sentido que la expresión «una nación de comerciantes» ha sido tomada de La riqueza de las naciones . [65] Calderón Cuadrado, Reyes. « Difusión de la doctrina de La riqueza de las naciones en España (http://dspace.unav.es/dspace/bitstream/  10171/5133/1/Reyes calderon c.pdf)». Revista Empresa y Humanismo III (1/01): pp. 75-100. . Consultado el 23 de diciembre de 2010. [66] Smith, R. Sidney (septiembre/diciembre 1957). « La riqueza de las naciones y su difusión en España e Hispanoamérica, 1780-1830 (http://  revistas.cepc.es/revistas.aspx?IDR=11&IDN=926&IDA=31496)». Revista de Economía Política (19). . Consultado el 23 de diciembre de 2010. [67] Heilbroner, página 70 [68] Thomas Sowell, Adam Smith in Theory and Practice , in O'Driscoll, página 3 [69] Heilbroner, páginas 68 y 74 [70] Kennedy, páginas 96 y 99

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La riqueza de las naciones [71] [72] [73] [74] [75] [76]

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Heilbroner, página 69 Heilbroner, páginas 69-70 Sowell, in O'Driscoll, página 8 Joseph Schumpeter, History of Economic Analysis , página 835, citado por Muller, página 177 Terence Hutchison, Adam Smith and the Wealth of Nations , Journal of Law and Economics , 19:3, octubre de 1976, página 520 Heilbroner, op. cit., p.73

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Enlaces externos • Wikisource en inglés contiene una copia de The Wealth of Nations.Wikisource •  Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (http://www.lafragua.buap.mx:8180/  xm-dist/visualizar.jsp?uri=xmldb:exist://localhost:8180/exist/xmlrpc&collection=/db/xmlibris/BUAP/  Lafragua/Fondo Antiguo/Riqueza de las Naciones tomo I/2_Texto&id=2491-32040501&docid=0&layout=o& size=400) en Biblioteca Lafragua BUAP.

División internacional del trabajo

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División internacional del trabajo La división internacional del trabajo es la división del proceso de producción mundial entre países y regiones mediante la especialización en la realización de determinados bienes. El fenómeno es parte de un proceso más general de la economía moderna, la división del trabajo (por sexo, manual-intelectual, tareas), y es una de las modalidades de la división espacial del trabajo.

Distribución mundial de las exportaciones de bienes de alta tecnología. Porcentaje en el total de exportaciones de cada país. 2003. Fuente: Banco Mundial.

Lo que diferencia principalmente la división internacional del trabajo moderna del las antiguas características productivas locales que impulsaron el comercio y las ferias en la antigüedad (la seda china, las alfombras persas, el marfil hindú, etc.) es la presencia del diseño consciente de la división espacial. En la Antigüedad no había ningún centro económico que tomara decisiones técnicas sobre la conveniencia de especializar ciertas regiones en la producción de determinados bienes. Esta situación cambió notablemente a partir de la Conquista de América y la colonización de gran parte del mundo por las potencias europeas, que le asignaron a las colonias el papel de productor de materias primas, llamadas originalmente  frutos del país . A medida que Europa fue lentamente descolonizando el mundo entre el siglo XIX y mediados del siglo XX, las decisiones económicas sobre el mejor modo de dividir la producción mundial fue pasando a los grandes grupos empresarios y financieros. En la actualidad, son principalmente las empresas multinacionales, responsables del 75% de la producción mundial, las que toman las decisiones fundamentales sobre división internacional del trabajo.

Teoría clásica Del mismo modo que fue el economista escocés Adam Smith el primero en analizar profundamente el papel decisivo de la división del trabajo en la economía capitalista, fue el también economista inglés David Ricardo el primero en percibir la importancia de la división internacional del trabajo para organizar un sistema económico mundial. En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país invertirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que sean lo más beneficiosos para ambos. Esta persecución del provecho individual está admirablemen te relacionada con el bienestar universal. D istribuye el trabajo en la forma más efectiva y económica posible al estimular la industria, recompensar el ingenio y por el más eficaz empleo de las aptitudes peculiares con que lo ha dotado la naturaleza, al incrementar la masa general de la producción, difunde el beneficio general y une a la sociedad universal de las naciones en todo el mundo civilizado con un mismo lazo de interés e intercambio común a todas ellas. Es este principio el que determina que el vino se produzca en Francia y Portugal, que los cereales se cultiven en América y en Polonia, y que Inglaterra produzca artículos de ferretería y otros. (Ricardo, 1817: 102) [] David Ricardo formuló una explicación y al mismo tiempo una regla para la división internacional del trabajo que se volvió tradicional para la escuela clásica y neoclásica (neoliberalismo), la teoría de las ventajas comparativas (theory of comparative advantage), basada en los costos comparativos de producción. Para David Ricardo cada país tenía «aptitudes naturales» relacionadas fundamentalmente con la geografía que determinan su especialización productiva. Es indudable que la reflexión original Ricardo estaba afectada por su interés en atribuir a Gran Bretaña la exclusividad mundial en la producción industrial, sosteniendo que Francia debía especializarse en la producción de

División internacional del trabajo vinos y América en cereales, lo que en aquel momento era lo mismo que decir alimentos para los trabajadores industriales británicos. Con posterioridad la teoría clásica aceptó extender la idea de que otros países europeos (Francia y Alemania principalmente) y Estados Unidos también tenían aptitudes naturales para la industria.(¿?)

La crítica desarrollista de la división internacional del trabajo Luego de la Segunda Guerra Mundial un grupo de economistas latinoamericanos agrupados en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL de las Naciones Unidas, entre los que se destacan el argentino Raúl Prebisch y el brasileño Celso Furtado, concluyeron que la división internacional del trabajo era un factor decisivo para el desarrollo económico de las naciones, dando origen a una escuela económica que se ha conocido como desarrollismo o estructuralismo. El desarrollismo sostiene que la división internacional del trabajo, tal como se encontraba dada a mediados del siglo XX, dividía el mundo en dos: un pequeño grupo de países dedicados a producir bienes industriales y el resto de los países dedicados a producir materias primas. En el comercio internacional las materias primas, en general, pierden valor relativo frente a los bienes industrializados, en un fenómeno que fue llamado deterioro de los términos de intercambio. De este modo los países productores de materia prima necesitan producir cada vez más para comprar lo mismo, descapitalizándose a favor de los países industrializados. Por esta razón el desarrollismo sostiene que la industrialización era un proceso ineludible para el desarrollo económico de un país, y que los estados nacionales deben establecer  políticas industriales que promuevan el desarrollo industrial en cada país.

Exportaciones principales por países • Argentina: agroindustria (aceite y pellets de soja), granos (soja), petroquímicos , hierro(pellets) ,oro(sin proceso solo en bruto) , cobre, lana y carne. • Brasil: Industria (textil, automotriz, metalúrgica,minera), soja y madera/papel • Chile: cobre y madera/papel • China: Bienes manufacturados (especialmente industrial textil y electrónica) • Colombia: Café y fauna • Cuba: Azúcar • Ecuador: Petroleo, Banano, Cobre y estaño • España: 6% de sus exportaciones son bienes con alta tecnología (BAT) [1] • Estados Unidos: Industria, hardware, software y bienes culturales. 22% de sus tecnologías (BAT)[2] • Francia: Industria de alta, Cinco Días, 9 de enero de 2007] • Irak: automóviles • Panamá: Bananas. • Paraguay: Carne vacuna, Soja, Energía hidroeléctrica • Perú: Petróleo • Uruguay: Lana, Cuero, Carne vacuna. • Venezuela: Petróleo

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División internacional del trabajo

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Referencias [1] [httpde la UE con menor exportación de bienes de alta tecnología , Cinco Días, 9 de enero de 2007] [2]  España, entre los aíses de la UE con menor exportación de bienes de alta tecnología , Cinco Días, 9 de enero de 2007 (http://www. cincodias.com/articulo/economia/Espana/paises/UE/menor/exportacion/bienes/alta/tecnologia/cdscdi/20070109cdscdieco_10/Tes/  cincodias.com)

Bibliografía • Browning David. El salvador, la tierra y el hombre. MINED.

Véase también • Comercio internacional

David Ricardo (Londres, 19 de diciembre de 1772 - ídem 11 de octubre de 1823) fue un economista inglés de origen judío sefardí-portugués, miembro de la corriente de pensamiento clásico económico, y uno de los más influyentes junto a Adam Smith y Thomas Malthus. Continuó y profundizó el análisis del circuito de producción de la república, cuyo origen se remonta a Quesnay y al fisiocratismo. Es considerado uno de los pioneros de la macroeconomía moderna por su análisis de la relación entre beneficios y salarios, uno de los iniciadores del razonamiento que daría lugar a la Ley de los rendimientos decrecientes y uno de los principales fundadores de la Teoría cuantitativa del dinero. Es por ello que es invocado por familias de pensamiento económico muy diferentes, desde los neoclásicos a los marxistas ingleses. David Ricardo

También fue un hombre de negocios, especulador exitoso, agente de cambio y diputado; logrando amasar una considerable fortuna.

David Ricardo.

Biografía David Ricardo era el tercero de diecisiete hijos de una familia judía sefardí que emigró de Holanda a Inglaterra antes de su nacimiento. Empezó a trabajar a los catorce años, en la London Stock Exchange (Bolsa de Londres), como empleado de su padre. En 1793 se casó fuera de la fe judía y las relaciones con su familia se volvieron más tirantes, por lo que Ricardo decidió establecerse por su cuenta. Especializado en la negociación de valores públicos, prosperando bastante rápido y para 1815 había amasado una fortuna considerable. Después de haber adqu irido su fortuna en la Bolsa de Londres, se convirtió en terrateniente. En 1819 fue elegido miembro del Parlamento; retuvo el cargo hasta su muerte. En la Cámara de los Comunes sus opiniones gozaban de autoridad, y se ha dicho de él que fue el primero en educar a la Cámara en el análisis económico. Se retiró de los negocios lo que le permitió dedicarse a trabajos intelectuales desde muy joven. Su interés por los problemas de la teoría económica se desarrolló hacia la mitad de su vida. Su primer contacto con el tema parece datar de 1799 cuando leyó a Adam Smith. En 1809 aparecieron publicadas sus primeras opiniones sobre economía en forma de cartas a la prensa firmadas por "R" en relación con la devaluación de la moneda.

David Ricardo

Obra económica Su obra más importante,  Principios de economía política y tributación, apareció en 1817, constituye la exposición más madura y precisa de la economía clásica; en el prefacio afirma que "el principal problema de la economía política es determinar las leyes que regulan la distribución". Con ese fin desarrolló una teoría del valor y una teoría de la distribución. Escribió también gran número de ensayos, cartas y notas que contienen aportaciones de importancia. Sin embargo, sus escritos resultan tan condensados y complejos que muchos lectores encuentran mejor expuestas sus ideas en los trabajos de Jean-Baptiste Say, Thomas Malthus y John Ramsay McCulloch. Este economista, cuya labor es particularmente importante por el lugar destacado en que colocó al problema del valor, especialmente al poner de manifiesto con claridad que los problemas de la distribución dependen de la teoría del valor, según la cual el precio o valor de los bienes depende de los costes de producción; defendió la libre circulación de los productos agrícolas y enunció la ley de bronce de los salarios, según la cual "el salario se reduce a lo estrictamente necesario que permita al obrero subsistir y reproducirse", si el salario sube más de lo estrictamente necesario, la población aumentará y al haber mayor oferta de trabajo, los salarios bajarán, por el contrario si los salarios son inferiores a lo estrictamente necesario la población disminuirá, provocando con ello una escasez de mano de obra y por consiguiente un aumento en los salarios. Esta teoría influyó en Marx para afirmar que el obrero nunca disfrutaría de los beneficios del capitalismo.

Ideas económicas Dedicó una atención especial a la teoría del valor, Consideró que el valor de cambio de las mercancías, venía determinado por la cantidad de trabajo necesaria para su producción, que Adam Smith lo consideró exacto en las sociedades primitivas, pero no en aquellas en donde la producción de los bienes requería a su vez capital y trabajo. Con respecto al valor del trabajo (salario), Ricardo consideró igualmente que vendría por el número de horas destinadas a la producción de los bienes de subsistencia, que permitiera mantener al trabajador y a su familiar. Este salario natural, podía coincidir, o no, con el determinado por el mercado a través de la oferta y demanda de trabajo, pero oscilaríus. De tal forma que si ambos salario no coinciden, se producirán movimientos de crecimiento o descenso de la población, según que el salario de mercado sea superior o inferior al natural, manteniéndose por tanto entre ellos una tendencia de equilibrio. Renta de la tierra

Ricardo dedicó también gran atención al tema de la renta de la tierra. En esa época en Inglaterra, los propietarios no explotaban directamente sus tierras, en la mayoría de las ocasiones sino que las arrendaban. La tesis que mantiene es que la renta de la tierra es debida a la diferente fertilidad de la misma y a la ley de los rendimientos decrecientes. Según Ricardo cuando la población es baja con respecto a las tierras disponibles, solo serán cultivadas las mejores, no existiendo por tanto renta, ya que nadie estaría dispuesto a pagarla mientras existan otras igualmente buenas y no ocupadas. Lo mismo sucedería de no existir la ley de los rendimientos decrecientes, ya que si al aplicar mayor cantidad de trabajo y capital a una misma tierra, se obtiene de ella rendimientos proporcionales, solo se cultivarían las más fértiles y por lo tanto no habría renta.

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David Ricardo Comercio internacional

La ventaja comparativa: Entre sus aportaciones destaca especialmente la teoría de la ventaja comparativa, que defiende las ventajas del comercio internacional y - en esencia - es una ampliación de la división del trabajo propuesta por Adam Smith y opuesta a las teorías proteccionistas (que defendían la producción del propio país y evitaban el comercio con el exterior).

Véase también • Economía clásica • Adam Smith • Thomas Malthus

Enlaces externos • Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre David RicardoCommons. • David Ricardo [1]

Referencias [1] http://www.pensamentoeconomico.ecn.br/economistas/david_ricardo.html

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Ventaja comparativa

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Ventaja comparativa El modelo de la ventaja comparativa es uno de los conceptos básicos que fundamenta la teoría del comercio internacional y muestra que los países tienden a especializarse en la producción y exportación de aquellos bienes que fabrican con un coste relativamente más bajo respecto al resto del mundo, en los que son comparativamente más eficientes que los demás y que tenderán a importar los bienes en los que son más ineficaces y que por tanto producen con unos costes comparativamente más altos que el resto del mundo. Esta teoría fue desarrollada por David Ricardo a principios del siglo XIX, y su postulado básico es que, aunque un país no tenga ventaja absoluta en la producción de ningún bien, es decir aunque fabrique todos sus productos de forma más cara que en el resto del mundo, le convendrá especializarse en aquellas mercancías para las que su ventaja sea comparativamente mayor o su desventaja comparativamente menor. Esta teoría supone una evolución respecto a la teoría de Adam Smith. Para Ricardo, lo decisivo en el comercio internacional no serían los costes absolutos de producción en cada país, sino los costes relativos.

Una ilustración del principio de ventaja comparativa en un caso ficticio que confronta a dos grupos de individuos: uno más eficiente que el otro en los dos tipos de producción previstos (el queso y el vino). La especialización de cada uno de los grupos en la producción para la cual disponen de una ventaja comparativa y el recurso al comercio libre beneficia a ambos.

Supuestos básicos del modelo de Ricardo Los supuestos básicos que subyacen en el modelo de Ricardo, aunque él nunca los hizo explícitos, son los siguientes: Desde el punto de vista de la producción: por lo tanto dicen que es la economia del pais • Cada país produce dos bienes mediante el empleo de un solo factor de producción que es totalmente homogéneo del que hay una dotación fija: el trabajo. • La tecnología se representa mediante una función de producción de coeficientes fijos, lo que tiene como consecuencia que las productividades marginales y medias del trabajo van a ser iguales entre sí. Desde el punto de vista de la demanda: • Se cumple la ley de Say, todo lo que se produce es vendido y no se puede gastar más de lo que se produce. Respecto al comercio internacional: • El mundo sólo tiene dos países, (en el ejemplo Inglaterra y China). • El comercio es libre. No existen restricciones al comercio.

Ventaja comparativa

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• No hay costes de transporte. • El trabajo es inmóvil internacionalmente. Supuestos institucionales: • • • •

Existe competencia perfecta en todos los mercados y en todos los países. El valor de un bien se determina por el número de horas que incorpora el trabajador. Los gustos están dados. La estructura y distribución de la renta está dada y es conocida.

Formulación de la teoría Si el país A produce un bien a un menor costo que el país B, conviene a este último comprarlo que producirlo. Se dice entonces que el país A tiene una ventaja comparativa respecto al B. Consecuentemente, los aranceles tienen un efecto negativo sobre la economía, ya que privan al consumidor de productos baratos, y a los que producen el bien más barato, de beneficios. También cabe aclarar que David Ricardo sostenía que el valor de los bienes se establece a partir del trabajo, y por eso se interesó en analizar los precios individuales, tema que fue retomado posteriormente por otros economistas. Análisis Económico: aLx = Factor de trabajo del producto X en el país A aLy = Factor de trabajo del producto Y en el país A aL'x = Factor de trabajo del producto X en el país B aL'y = Factor de trabajo del producto Y en el país B Diremos que tenemos ventaja comparativa en producir el bien x en el país A, Siempre y cuando: (Px /Py) = Precio relativo de los bienes. El producto X tiene una ventaja comparativa frente al producto Y. Por lo que se determina que deberemos producir el bien X, y por lo tanto especializarnos. En caso de que: No tendremos ningún tipo de ventaja comparativa dado que dará igual producir un bien o el otro. claro que la ventaja comparativa tiene que ver mucho con la econimia del pais

Las ganancias del comercio La conclusión de la teoría de la ventaja comparativa es que dos países cuyas productividades relativas del trabajo difieren en las industrias existentes, tenderán a especializarse en la producción de una determinada industria. Una manera de comprender porque es beneficiosa la especialización es entenderla como una vía indirecta de producción. Un país puede fabricar todo tipo de productos pero puede ser más eficiente que se concentre en la fabricación de un producto, venda su excedente en el mercado internacional, y con las ganancias obtenidas compre también en el mercado internacional lo otros productos que necesita y no ha fabricado, de esta manera esta fabricando estos productos por vía indirecta.

Ventaja comparativa

Ejemplos Primero

La teoría de la ventaja comparativa no se muestra solo en el comercio internacional, puede tener también su aplicación en cualquier mercado. Supongamos una abogada que es 200 veces mejor abogada que su secretaria y además a la vez es capaz de mecanografíar 2 veces más rápido que ella. A pesar de que la abogada realiza ambas actividades mejor que su secretaria, no realizará ambas, se especializará en el trabajo que le resulte más productivo, en este caso el de abogacía, ya que sería el que le proporcionaría una mayor renta, por lo tanto un menor coste relativo (por el mismo tiempo gana el doble de renta). El resultado no sería que la abogada hiciese todo el trabajo y la secretaria permanezca ociosa, sino que ambas ganarían con la situación en la que la abogada se concentrara en la labor de abogacía y contratara a la secretaria para que realizase la labor de mecanografiado, ambas obtienen beneficio del intercambio. Segundo

Supongamos que el mejor jugador de golf de todos los tiempos tiene una casa con jardín que usa para practicar. Imaginemos que el jugador de golf puede cortar el césped de su jardín en 3 horas, tiempo que igualmente puede dedicar a rodar un anuncio con el que obtendrá unos ingresos de 100.000 €. Su vecino puede cortar el césped del  jardín de nuestro golfista en 5 horas, tiempo que podría dedicar a trabajar en una empresa y ganar 100 €. En este ejemplo, el coste de oportunidad de cortar el césped es de 100.000 € para el golfista y de 100 € para el vecino. Vemos que el golfista tiene ventaja absoluta en la actividad de cortar el césped pero el vecino tiene ventaja comparativa en esa actividad porque tiene un coste de oportunidad menor (debe renunciar a menos). En este caso, las ventajas derivadas del comercio son grandísimas. Mientras el golfista contrate al vecino para que le corte el césped y le pague más de 100€ y menos de 100.000 €, ambos saldrán ganando.. Tercero

Ahora vamos a mostrar un ejemplo matemático: Supongamos que en el mundo hay dos países, A y B (A un país, B el resto del mundo). Existen dos productos sobre los que comerciar, ordenadores y trigo. • El país A produce 3 ordenadores y 10 kg de trigo. • El país B produce 1 ordenador y 15 kg de trigo. Ordenadores: • A=3 • B=1 Trigo: • A = 10 • B = 15 Ambos países dedican 8 horas al día en la producción, 4 para producir ordenadores y 4 para producir trigo. El país A produce y consume 12 ordenadores y 40kg de trigo, el país B produce y consume 4 ordenadores y 60kg de trigo. Sin existir comercio entre los dos países, se produce diariamente 16 ordenadores y 100kg de trigo. Si comerciasen, el país A sólo produciría ordenadores ya que tiene ventaja comparativa, produce 3 ordenadores en 1 hora (12ord/4horas=3 ordenadores en 1 hora), frente al país B que tarda en producir 1 ordenador 1 hora (4ord/4horas=1ord por 1 hora). Y el país B produciría sólo trigo ya que posee ventaja comparativa, tarda en producir 15kg de trigo 1 hora, mientras que el país A tarda 1 hora en producir 10 kg de trigo. Si se abren los mercados al comercio internacional, el país A se especializaría en la producción de ordenadores y el país B en la producción de trigo, ya que poseen ventaja comparativa en dichas producción frente al otro país. Si todo

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Ventaja comparativa el tiempo que poseen lo dedican a aquello que poseen ventaja comparativa: Ordenadores: • A = 3x8=24 • B=0 Trigo: • A=0 • B = 15 x 8 = 120 Ahora en el mundo se producirá diariamente 24 ordenadores y 120 kg de trigo, trabajando las mismas horas. Por lo tanto con el comercio internacional se gana. Supongamos (como dice el párrafo anterior) que el país A quieren consumir 12 ordenadores, por lo tanto en el mundo sobran 12 ordenadores. El país B quiere consumir 60kg de trigo, le sobran otros 60kg. Por lo tanto: Consumo sin comercio: Ordenadores: • A = 12 • B=4 Trigo: • A = 40 • B = 60 Consumo con comercio: Ordenadores: • A = 12 • B = 12 Trigo: • A = 60 • B = 60 Consumen más de lo que producen y de los que intercambian. Antes entre ambos consumían 16 ordenadores y ahora 24, antes 100kg de trigo y ahora 120 kg de trigo. Ventaja comparativa Supongamos: Ordenadores: • A=3 • B=1 Trigo: • A = 10 • B=8 Ahora el país A posee ventaja absoluta en la producción de ambos bienes: 3>1 y 10>8. Coste de oportunidad: producir un bien a costa del otro: Ordenadores: • A = 10/3 • B = 8/1=8 Trigo: • A = 3/10=0,3

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Ventaja comparativa

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• B = 1/8 Si el país A quiere producir 3 ordenadores más, tiene que dejar de producir 10 kg de trigo. Precios relativos internos del país A Precios relativo internos del país B: El país A produce ordenadores a menor coste (10/3 < 8), es decir, es más eficiente en la producción de ordenadores. El país B produce trigo a menor coste (1/8
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