PAUL OQUIST: EPISTEMOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN

June 2, 2020 | Author: Anonymous | Category: Pragmatismo, Conocimiento, Teoría, Método científico, Empirismo
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LA EPISTEMOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN Autor: Paul Oquist

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NOTA DEL CURRÍCULUM BOLIVIANO Este texto fue leído con mucho entusiasmo y cariño, por quienes participamos en el Primer Curso de Formación Docente del CEUB en 1.9851. Su alucinante claridad destapó nuestros cerebros y nos lanzó por los vericuetos de la acción reflexionada. Ojala despierte el mismo interés en usted.

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Para más información, ver: http://elcurriculumboliviano.blogspot.com/2011/10/el-curso-deformacion-docente-del-ceub.html

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La Investigación–acción2 es un tema que suscita mucha controversia. Las discusiones acerca de esta forma de producción de conocimiento en la ciencia social, generalmente giran alrededor de controversias ideológicas y partidistas. Sin embargo, estos debates incluyen elementos epistemológicos que frecuentemente no se explicitan. El objetivo de este ensayo es revisar brevemente las posiciones epistemológicas que tienen relevancia en la investigación-acción con la esperanza de que este esfuerzo pueda contribuir a esclarecer parcialmente los contextos epistemológicos en que se dan las controversias. El tema, igualmente importante, del papel actual de la investigaciónacción en la encuesta social, va más allá del presente ensayo. Por fortuna, los recientes trabajos de Himmelstrand (1977) y Fals Borda (1977) –en este volumen- explotan de manera imaginativa los elementos envueltos en la investigación-acción contemporánea en diferentes contextos sociales específicos. Por lo mismo, el presente estudio se limita a la epistemología –más que a la sociología- de esta forma de investigación. Existen cinco posiciones epistemológicas relevantes a la ciencia social contemporánea: el empirismo, el positivismo lógico, el estructuralismo, el pragmatismo y el materialismo dialéctico. Estas posiciones epistemológicas difieren sobre la investigación– acción, en lo relativo a la relación entre teoría y práctica. Específicamente existe desacuerdo entre ellas acerca de los defectos que el proceso mismo de producción del conocimiento pueda tener respecto a la modificación de la realidad. Una segunda área de controversia gira alrededor de la investigación teleológica, implicada en la modificación de la realidad. Esta modificación intencional de la realidad, orientada hacia fines 2

Este texto es una transcripción del volumen “Curso de Formación para la docencia e investigación”. Serie de Formación Docente Nº2 Segundo módulo: “Introducción a la investigación educativa” Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana Secretaría Académica. La Paz Bolivia. 1.986. El mismo, a su vez, fue extractado de: “Las Bases Teóricas De La Investigación-Acción”, ponencia en congreso de Cartagena, Colombia (1.977). El autor es en la actualidad, Ministro y Secretario de la Presidencia de la República de Nicaragua.

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específicos, evoca disputas sobre el papel de los valores en la investigación social científica y, particularmente, de aquellos criterios interrelacionados para juicios de valor y juicios sobre los hechos, que llamamos ideologías. Este asunto meta – ético se basa entonces en las discrepancias acerca de la relación entre ideología y ciencia. El objetivo de este ensayo es explorar ambas polémicas.(teoría-práctica e ideología ciencia). Este objetivo que supone examinar las relaciones teoría – práctica e ideología – ciencia, así como sus implicaciones para la investigación – acción, requiere un resumen drástico de las diferentes posiciones epistemológicas. Se intenta elaborar este resumen mediante la consideración de las respuestas que las distintas escuelas han formulado frente a cinco preguntas. Las dos primeras preguntas limitan el campo de la ciencia de la epistemología3, y las respuestas correspondientes definen las diferencias básicas entre las distintas posiciones epistemológicas. Las últimas tres preguntas se refieren a los objetivos específicos de éste trabajo. Las preguntas son: 1. 2. 3. 4. 5.

¿Cómo produce conocimiento el ser humano? ¿Cómo justifica el ser humano el conocimiento? ¿Cuál es la relación entre teoría y práctica? ¿Cuál es la relación entre valores o ideología y ciencia? ¿Cuáles son las implicaciones de lo anterior para la investigación – acción?

Para cada Escuela epistemológica se presenta una posición. Evidentemente la posición no existe. Todas las Escuelas están sujetas a diferentes interpretaciones, una situación que se complica aún más por el hecho de que cada una contiene sub-corrientes diversas. Podría esperarse de un debate sobre investigación – acción, que las opiniones sobre las distintas escuelas compartieran lo que 3

Las distintas ciencias pueden ser delimitadas por el tipo de preguntas que pretenden responder. Por ejemplo, la ciencia física está delimitada por una serie de preguntas sobre la materia y el movimiento. Al investigar esas cuestiones, los físicos exploran muchos campos. En la ciencia social también ocurre que con el fin de producir una explicación sobre cualquier evento, se termina estudiándolo todo.

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L. WITTGENSTEIN denominó “aires familiares” comunes. Si las posiciones que se perciben en la polémica sobre investigación – acción son por lo menos > creemos que es posible llevar a cabo un debate productivo. Las interpretaciones que aquí se presentan son aquellas que se consideran como las más representativas de cada Escuela, tal como ésta se ha manifestado en este momento del tiempo. El interés de éste ensayo no consiste en analizar la historia intelectual de las distintas posiciones, ni determinar los pensadores que moldearon su contenido, ni las coyunturas y circunstancias en que se desarrollaron; tampoco se trata de definir su impacto sobre la investigación científica o sobre la sociedad en general. El interés del estudio versa más bien sobre el contenido sustantivo de las posiciones epistemológicas tal como ellas condicionan actualmente a la investigación en la ciencia social. Antes de aplicar las cinco preguntas básicas a las Escuelas epistemológicas, es necesario definir brevemente los principales conceptos que se han utilizado en este trabajo. UN MARCO CONCEPTUAL La investigación es la producción de conocimiento. La acción es la modificación intencional de una realidad dada. La acción implica consecuencias para una realidad específica, independientemente de si la acción tiene éxito o no, en términos de intención de modificar la realidad en una determinada dirección. Las políticas consisten de necesidades o intereses, valores y normas, fines y objetivos, planes y programas, recursos y evaluaciones relacionadas a una acción dada o a una acción en potencia. La práctica incluye políticas y acción dentro del contexto de estructuras y procesos determinados, tanto aquellos, sobre los cuales se actúa como aquellos que condicionan los resultados de las acciones. La investigación puede clasificarse según una tipología a la Guttman, según la cual cada tipo sucesivo se basa en el anterior y asume las características de éste. Así se pueden identificar: la investigación descriptiva, la monológica, la de formulación de 5

políticas y la de acción. La investigación descriptiva delimita los fenómenos según tipologías de hechos y eventos. La investigación nomotética trata de explicar y/o predecir fenómenos según las relaciones externas entre un fenómeno dado y una o más variables o constantes; y/o las propiedades o funciones que los fenómenos realizan o cumplen; y/o las transformaciones internas de los fenómenos en determinadas circunstancias. La investigación para formular políticas (policy-research) es la producción de conocimiento que guía la práctica, con la modificación de una realidad dada que ocurre independientemente del proceso investigativo y generalmente, es subsiguiente a él. La investigación – acción es la producción de conocimiento para guiar la práctica, y conlleva la modificación de una realidad dada como parte del mismo proceso investigativo. Dentro de la investigación – acción, el conocimiento se produce simultáneamente con la modificación de la realidad; llevándose a cabo cada proceso en función del otro, o debido al otro. Guiados por estos conceptos, damos atención ahora a las respuestas que las teorías epistemológicas contemporáneas han otorgado a las preguntas sobre producción y justificación del conocimiento; relaciones entre teorías y práctica, así como entre ideología y ciencia; e implicaciones de lo anterior para la investigación – acción. Las Escuelas que se analizan son: empirismo, positivismo lógico, estructuralismo, pragmatismo y materialismo dialéctico. El empirismo, el positivismo lógico y el estructuralismo, reciben menor atención que el pragmatismo y el materialismo dialéctico debido a su rechazo a la investigación – acción; por tanto, sólo se requiere presentar las razones del rechazo, mientras que en el caso del pragmatismo y del materialismo dialéctico que sí aceptan la investigación – acción, es necesario presentar las bases epistemológicas de esta actividad social científica.

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EMPIRISMO Los empiristas mantienen que el hombre produce conocimientos por la observación directa y neutral de la realidad. El hombre justifica el conocimiento demostrando su correspondencia con la realidad. El resultado final del proceso de producción del conocimiento se refiere a “leyes” que se consideran universales e inmutables en su aplicación, siempre que se den las condiciones para su realización. La teoría y la práctica no se relacionan en el proceso de producción del conocimiento. La práctica de la observación rigurosa es todo lo que se requiere para producir conocimiento. Se considera que la experiencia sensorial se convierte mecánicamente en percepciones y éstas automáticamente conducen al conocimiento. En esta posición que se resume en la frase “los hechos hablan por sí mismos”, no se considera la apreciación de las conexiones “reales”, “naturales” entre los fenómenos, que requieren de elaboración cognitiva. Hasta la teoría interpretativa es vista como una proyección de los fines del hombre sobre la naturaleza, de manera de desvirtuar las relaciones reales. La observación es la medida del conocimiento. Este supuesto implica que el empirismo es una epistemología absolutista en la cual hay una sola realidad y un solo conocimiento verdadero que le corresponde. La teoría abre la puerta a las interpretaciones y en esta forma, al relativismo, con los valores formando necesariamente los criterios para selecciones interpretativas. La ciencia debe ser libre de valores, y al estar basada en criterios de observación directa y neutral de la realidad, puede ser no valorativa. La interpretación humana se considera como una fuente de error en la producción de conocimiento. La modificación no intencional del objeto de estudio en el curso de investigación también es vista como una fuente de error. Es equivalente al hombre alternado las relaciones “reales”, “naturales”, bajo estudio. La modificación intencional del objeto de estudio no sólo se considera un error, sino que no constituye ciencia. La modificación intencional requiere criterios valorativos y juicios que señalen los 7

fines y justifiquen la dirección deseada de la modificación. La introducción de valores finaliza el discurso científico según los empiristas. La investigación–acción para el empirista es simplemente la actividad práctica, sea ésta política, religiosa, social, cultural o educativa; pero sin ninguna relación con la investigación científica. POSITIVISMO LOGICO La producción del conocimiento científico para los positivistas lógicos comienza con la postulación de una hipótesis. Una hipótesis puede tener muy distintos orígenes y no requiere estar basada en investigación científica. La comprobación de una hipótesis tiene lugar cuando se confrontan un marco teórico y la realidad. Un marco teórico contiene conceptos y sus definiciones correspondientes; supuestos teóricos acerca de las interrelaciones que se dan entre los conceptos; preguntas directivas que operacionalizan la comprobación de hipótesis; y un modo de explicación que establece cuál es la lógica y las reglas que determinan la aceptación de respuestas a las preguntas directivas. La realidad consiste de “hechos” y “eventos” relevantes que se identifican mediante los conceptos, supuestos teóricos, y preguntas directrices. En ésta forma, los marcos teóricos hasta cierto punto definen la realidad. Sin embargo, a su vez, dichos marcos se basan en la realidad, en el sentido de que deben ser construidos de acuerdo a investigaciones previas, y a “teorías empíricas” derivadas de éstas. En el proceso investigativo se genera una serie de hechos y acontecimientos mediante la aplicación de conceptos y supuestos teóricos a un universo específico de fenómenos, guiados por preguntas directivas, con el fin de comprobar una hipótesis. Este material luego es evaluado según los criterios propios del modo de explicación. Los resultados de este proceso se constituyen en “teorías científicas” o se descartan como hipótesis. Las “teorías científicas” son consideradas por el positivista lógico como teorías tentativas sujetas a corrección. También pueden existir teorías científicas divergentes para explicar los mismos fenómenos. 8

La justificación del conocimiento para el positivista lógico no puede consistir en la “correspondencia con la realidad”, dada su posición relativista sobre la posibilidad de más de una teoría científica para explicar los mismos fenómenos. Los criterios de justificación del positivismo lógico se reducen al método. El método mediante el cual se produce conocimiento se constituye como única justificación del método en sí mismo. Esta posibilidad de que existan estándares metodológicos diferentes, se convierte así en una de las dos fuentes básicas del relativismo dentro del contexto positivista lógico. La otra fuente del relativismo en el positivismo lógico se deriva de la relación entre la teoría y práctica. Como los empiristas, los positivistas lógicos quieren basar la producción del conocimiento en observación. Sin embargo, el positivismo lógico afirma que la observación reduce el área de lo posible, pero no la agota completamente. Mediante la observación, el hombre puede eliminar lo “manifiestamente absurdo”, pero la observación no puede resolver todas las controversias. Dentro del campo de lo posible, aún reducido éste por la eliminación de lo manifiestamente absurdo, pueden caber diferentes interpretaciones de la realidad basadas en las mismas observaciones. Esta variabilidad es posible por las diferencias entre conceptos, supuestos teóricos, preguntas directrices y modos de explicación utilizados en la investigación. Ocurre entonces que las variaciones en los marcos teóricos pueden conducir a diferentes interpretaciones, aun tratándose de unas mismas observaciones sobre fenómenos idénticos. La práctica de la observación se deriva de la teoría, y la teoría a su vez se deriva de la observación antecedente. Sin embargo, la realidad y la teoría son entidades diferentes. La teoría no contiene valores, exceptuando aquellos valores inherentes al método científico, y aquellos que no influyen sobre la objetividad científica definida según el positivismo. Como ejemplos de éstos últimos pueden mencionarse la ética profesional y los valores implícitos en la selección de un problema de investigación, o en la especificación de una hipótesis. Sin embargo, otros valores no deberían influenciar el proceso científico; y mucho menos las ideologías, generalmente 9

consideradas peyorativamente como la antítesis del conocimiento científico. Una excepción a esta posición general es aquella situación experimental en la cual la realidad se transforma dentro del proceso de producción del conocimiento. En efecto, el científico, trata de controlar, en sus experimentos, todas las variables pertinentes. Sin embargo, la situación experimental para los positivistas lógicos debería corresponder exclusivamente a los intereses de la ciencia y no a los intereses prácticos, ni a alguna práctica social corriente, HIMMESTRAND (1977) sostiene además que tales experimentos son empleados por los positivistas lógicos como una forma de investigación – acción reproductiva, en la cual la reproducción de la estructura existente de relaciones sociales ( y su mejoramiento dentro de las estructuras existentes) se considera como una tarea científica y objetiva, mientras que la investigación – acción orientada hacia el cambio se considera como ideológica. Para el positivismo lógico, el conocimiento científico puede ser diseñado con fines de guiar la práctica, como en el caso de la investigación, requerida para la formulación de políticas; pero la teoría científica y la práctica científica no deben confundirse con la teoría política, o social, o educativa, y su respectiva práctica. Esto sería lo mismo que confundir la ciencia con actividades prácticas no científicas, lo que necesariamente implicaría la introducción de valores inapropiados y aún de ideologías, dentro del discurso científico. Esto vicia la construcción de marcos teóricos científicos y la aplicación rigurosa del método científico, haciendo imposible la justificación del conocimiento producido. Sobre éstas bases los positivistas lógicos rechazan la investigación – acción. La investigación para formular políticas, puede producir teorías científicas que guíen la práctica política o social, pero ésta práctica política o social debe ser independiente de la práctica científica del mismo proceso investigativo. ESTRUCTURALISMO

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El conocimiento se produce transformando el material crudo prima del conocimiento abstracto (Generalidad I) en un producto acabado del conocimiento concreto (Generalidad III) mediante un modo de producción de conocimiento (Generalidad II). La generalidad I está compuesta de abstracciones elaboradas que pueden provenir de cualquier fuente, aún de la práctica ideológica. La generalidad II, el modo de producción del conocimiento, consiste de un conjunto estructurado de conceptos que definen problemas desde la perspectiva de la confrontación entre hechos y el mismo conjunto de conceptos. Este proceso conduce a la transformación cualitativa de la Generalidad I en la Generalidad III, la transformación del conocimiento abstracto en conocimiento concreto. El pensamiento concreto, Generalidad II, produce ”el efecto de conocimiento”. Este es tentativo y corregible y no debe ser confundido con la realidad concreta. Los criterios para la justificación del conocimiento se reducen al método. La Prueba del Pudín no está en comérselo, sino más bien en el mecanismo mediante el cual conocemos que es un pudín lo que estamos comiendo. (ALTHUSSER 1969: 63-64): “No es el producto final lo que caracteriza y clasifica la reflexión, sino más bien el modo o método de reflexión” (ALTHUSSER 1968:54). La relación entre teoría y práctica opera en dos niveles. Primero, existe la distinción entre conocimiento y realidad que forman dos esferas claramente separadas. El conocimiento sí busca “apropiarse” de la realidad pero la realidad misma no constituye el objeto de conocimiento. El conocimiento posee su propio objeto interno. El objeto del conocimiento es la práctica teórica que no debe confundirse con un objeto real. Lo ideal (conocimiento) y lo material (práctica) siguen su propio curso de desarrollo separado. “El orden que gobierna las categorías del pensamiento en el proceso de conocimiento no coincide con el orden que gobierna las categorías reales en el proceso de génesis de la realidad histórica actual” (ALTHUSSER 1969:52). Los objetos reales existen 11

independientemente del conocimiento aunque sólo pueden ser definidos por éste. La unidad entre teoría y práctica consiste de la práctica teórica, la producción de conocimiento que ocurre enteramente dentro del pensamiento. La misma noción de la dicotomía entre teoría y práctica es vista como mito ideológico. No existe la pura teoría, la visión absoluta, ni existe tampoco la práctica totalmente material. Más aún, no existe la práctica en general sino prácticas específicas. Las diversas prácticas se diferencian por el modo de producción con que transforman sus objetos, es decir, materiales crudos en productos finales. La práctica teórica produce conocimiento y su comprobación no es la práctica (otras formas de conducta humana intencional), sino el método, como se mencionó previamente, los protocolos internos que definen la validación de la calidad de su producto. La práctica científica es cualitativamente diferente de otras formas de práctica, en cuanto ocurre enteramente dentro del pensamiento. La ciencia está libre de todos los valores excepto de sus propios valores internos. La ideología es la antítesis de la ciencia. La ciencia no se ubica en la superestructura de una sociedad. Una ciencia puede nacer de una ideología, pero en la “ruptura” del nacimiento, la ciencia escapa a la unidad de estructura y superestructura. El reducir la ciencia a la historia económica y política es reducir la ciencia a la esencia de la historia; es identificar la teoría de la historia con la historia real; el confundir un objeto de conocimiento con un objeto verdadero; y por lo tanto reducir el materialismo histórico a la ideología empirista ( IBID: 145-6). ALTHUSSER afirma que la historia es una palabra que parece estar plena, pero que en la realidad está teóricamente vacía, debido a que está “llena de ideología” (IBID 155-6). La posición epistemológica estructuralista que se refiere a la separación entre teoría y práctica (excepción hecha de la práctica teórica), y su noción meta - ética de la ausencia de valores, menos de aquellos que son inherentes ciencia, se combinan para formar el rechazo de esta escuela a la investigación – acción. 12

Este rechazo se basa en las mismas razones básicas formuladas por el positivismo lógico, en cuanto que ésta posición se reduce en gran parte, pero no enteramente, al marco del positivismo lógico, por razones que van más allá del propósito de este ensayo. La ciencia tiene su propia práctica que es independiente de las teorías y prácticas de otras actividades humanas intencionales. La teoría y práctica científicas están libres de valores exceptuando aquellos de la ciencia misma y libre también por completo de la ideología. La investigación- acción confunde la práctica real, los objetos de conocimiento con los objetos reales. ALTHUSSER más claramente rechaza la investigación – acción cuando niega la validez de la 11ª. Tesis sobre FEUERBACH de MARX: “Los Filósofos sólo han interpretado el mundo en forma diferente, pero lo importante es transformarlo”. ALTHUSSER, al catalogar esta tesis como anterior a la ruptura epistemológica que determinó la Revolución teórica de MARX, la percibe como si erróneamente colocara en oposición la transformación del mundo con su explicación. Además, afirma que sólo un pequeño paso separa ésta posición de la ideología pragmática. Es posible utilizar la ciencia en la práctica, pero así como ocurre en la investigación dirigida a formular políticas, esta utilización debe ser independiente del proceso mismo de la producción del conocimiento científico. Este proceso tiene lugar por completo dentro del pensamiento, y posee su propio objeto interior, la práctica teórica. PRAGMATISMO 4 Los supuestos teóricos de la posición pragmática, relativos a la forma como el hombre produce y justifica el conocimiento comienzan con una crítica del pensamiento tradicional europeo. Específicamente, se critica el divorcio entre teoría y práctica, tanto en la variante idealista como materialista de la filosofía tradicional. JOHN DEWEY se pregunta cuáles han sido las “causas” las “consecuencias” de este divorcio. 4

Tanto el pragmatismo como en el materialismo dialéctico, la presentación de las bases epistemológicas de la investigación – acción exige una introducción general sobre su crítica al pensamiento europeo tradicional.

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La “causa” de divorcio entre teoría y práctica ha consistido en la búsqueda del hombre para alcanzar seguridad en un Universo cambiante, incierto y lleno de riesgos. Existen dos reacciones humanas frente a la incertidumbre: 1) cambiar el mundo mediante la acción y 2) cambiar el propio ser, (“the self”), o sea, transformar sus emociones e ideas. La primera de estas reacciones implica la ciencia; la segunda implica la religión (es decir, la emoción) y la filosofía (es decir, las ideas). El Pensamiento Occidental durante siglos consistió principalmente de la segunda clase de reacciones. El desplazamiento relativo de la religión a la filosofía a través de los siglos consistió principalmente, en un cambio en el estilo de discurso. El proceso de secularización consistió simplemente en un desplazamiento de un estilo imaginativo, cargado de lo emocional, a un discurso más racional dirigido por los cánones de la lógica. La salvación mediante rituales fue reemplazada por la salvación que proporcionaba el razonamiento abstracto. El efecto neto y el contenido, tanto de la religión como de la filosofía, fue el mismo, a saber, el divorcio entre teoría y práctica. Desde la civilización griega en adelante, el pensamiento europeo distinguió una esfera superior de la realidad inamovible y una esfera inferior de fenómenos cambiantes. La única vía hacia la esfera superior que comprendía la verdad y el valor absoluto y permanente, era el pensamiento puro. Este ofrecía la utopía de lo universal, eterno e inmutable, mientras que la actividad práctica sólo podría proporcionar una probabilidad precaria. El hombre, débil y temeroso, agobiado por una carencia de estimación propia y confianza en sí mismo y viviendo en un universo incierto buscó trascenderse a sí mismo, para hallar la certeza, mediante el pensamiento puro. La verdadera seguridad sólo podía encontrarse en lo universal, invariante y eterno, y ninguno de éstos atributos podía hallarse en la esfera inferior de la actividad humana práctica. DEWEY concluye que tanto en ARISTOTELES como en PLATON existe una base en común, respecto a la separación entre las esferas superiores e inferiores de la realidad, que constituye el punto de partida para afirmar la separación entre teoría y práctica (DEWEY 1929:20).

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Dentro de esta tradición, lo que se conocía como ciencia también fue sofocado. La ciencia griega estaba más interesada en producir certezas estables que en manejar problemas. Era estética más que analítica, en cuanto a sus categorías eran la armonía, la proporción y la medida, y la simetría. Estas cualidades estáticas de la armonía en la forma y en el modelo, fueron impuestas sobre los fenómenos naturales. Más que buscar el control de la naturaleza, la ciencia griega, y en verdad la ciencia medieval, fue un arte de aceptar los acontecimientos tal como ellos se gozan y se sufren. Tanto el idealismo como el materialismo sustentaron dos nociones básicas sobre la relación entre conocimiento y realidad: 1. La correspondencia completa entre conocimiento y realidad; 2. El punto de vista de que el conocimiento, si ha de ser cierto, tiene que basarse sobre la existencia antecedente o el ser esencial. La primera premisa resulta de la creencia de que sólo lo estático y eterno puede ser real; y la segunda premisa implica que los objeto del conocimiento, en sentido verdadero, sólo se refieren a fenómenos que preceden a la acción humana. Aquellos acontecimientos o fenómenos que siguen a la acción, aquellos objetos que los seres humanos producen, tienen que ser definidos de modo tal, que se excluya cualquier acción descubierta que modifique las condiciones y que tenga una existencia independiente antecedente. Tanto el idealismo, con su posición acerca de la unidad que constituyen, en último análisis, la mente y el objeto conocido; como el materialismo basado esencialmente en la doctrina de que el conocimiento es percepción de lo que existe independiente de los seres humanos, se basan en un supuesto común. Ambos sostienen “que la operación de la investigación excluye cualquier elemento de actividad práctica que participa en la construcción del objeto conocido” (IBID: 25). Ninguno de estos sistemas filosóficos permite el pensamiento productivo, reflexivo (es decir que implique injerencia y juicio). La prueba de la verdad en ambos sistemas antecede a la realidad, algún conocimiento inmediato no reflexivo. En verdad, la gestación productiva, la modificación de la realidad antecedente, mediante el pensamiento, es la definición de error en ambos sistemas. Las dos Escuelas difieren básicamente sólo sobre 15

asuntos que se refieren al órgano y naturaleza de un conocimiento directo, previo, mutuamente aceptado. DEWEY denomina el punto de vista anterior, acerca del conocimiento como medida de la realidad, “la falacia intelectualista” (IBID). El problema de las doctrinas que separan teoría y práctica, y de intentos previos para lograr su unión (como aquello de KANT), es que no hacen preguntas sobre el tema crítico de la relación orgánica entre conocimiento y acción. La epistemología pragmatista afirma que los objetos de conocimiento son definidos por operaciones activas. Según éste método de definición, ya no tiene sentido preguntar si la teoría o la práctica, es primaria en el proceso de producción de conocimiento ya que dejan de estar en oposición mutua. El conocimiento es eventual más que antecedente. Es un producto que surge de la acción humana. Esto no altera las relaciones “ naturales” en cuanto que la acción humana forma parte de la naturaleza y ésta es inteligible. Las teorías tradicionales hicieron aparecer a la naturaleza, es decir, a la esfera práctica inferior de la realidad, como irracional, al medirla con base en criterios a priori de racionalidad (inmutabilidad, eternidad, universalidad, etc.). Sin estos criterios apriorísticos, la naturaleza no es ni racional ni irracional, sino más bien inteligible y comprensible. El Hombre, el hombre pensante, quien se halla, él mismo, enteramente dentro de la naturaleza pude ejecutar operaciones mediante las cuales la naturaleza se convierte en objeto de conocimiento y, además en forma concomitante, sirve a fines humanos. DEWEY afirma: “Los órganos, instrumentalidades y operaciones del conocimiento se encuentran dentro de la naturaleza, no fuera de ellas. Por lo tanto, constituyen cambios de los que previamente existía: el objeto del conocimiento es un objeto construido existencialmente producido” (DEWEY 1929: 201-2). Después de esta introducción, podemos preguntar cómo concibe el pragmatista el proceso de producción del conocimiento. La producción del conocimiento comienza con problemas prácticos. La ciencia es una actividad. Es un modo de actuar práctico, dirigido. 16

El objetivo de la ciencia es la solución de problemas prácticos. Los valores son fines que guían la conducta hacia la solución de problemas prácticos. Las acciones que se emprenden para maximizar los valores deseados están guiadas por las ideas. La acción conforma la base de la ciencia. Las características básicas de la ciencia se refiere a que ella implica acciones abiertas; un quehacer descubierto constituye una actividad dirigida que no sucede al azar; que sus objetos se definen mediante operaciones; y que las consecuencias de operaciones dirigidas forman los objetos que tienen la propiedad de ser conocidos. Para conocer un objeto, éste tiene cambiar. El hombre científico, que utiliza procedimientos experimentales, tiene interés por conocer precisamente cuáles cambios ocurren en un fenómeno dado. En realidad, los problemas del científico se originan en cambios y se resuelven relacionando unos cambios con otros. “Las constantes y las invariantes relativas existen, pero ellas consisten en relaciones entre cambios y no son los elementos constituyentes de una esfera superior del ser”. (IBID: 82). Las ideas que guían a la acción tienen que ser traducibles a operaciones concretas. Es por ello que el pragmatismo se denomina con frecuencia operacionalismo o instrumentalismo. La idea efectiva consiste de objetos operacionales. Las ideas son acciones a ser ejecutadas. Las ideas que no son susceptibles de operacionalización, no pueden ser justificadas, y por tanto, permanecen fuera del alcance de la ciencia. La ciencia consiste de acción guiada por ideas instrumentales; comienza con problemas prácticos y la identificación de valores para resolverlos. El resultado final de este proceso son consecuencias, en el sentido de que toda acción tiene como resultado una consecuencia. La justificación del conocimiento se juzga por las consecuencias de una operación. Si la acción satisface las predicciones de la idea directriz, maximiza los valores apropiados y resuelve la situación problemática que da lugar a la investigación en primer lugar, entonces se justifica como conocimiento. 17

El único fin del conocimiento es la solución de situaciones problemáticas. El conocimiento no es un fin en sí mismo. Es siempre un medio para el objetivo que consiste en ejercer “control sobre los valores”. Las ideas simplemente constituyen actos a ser ejecutados. Son medios más que fines. No sólo esto, sino que son además medios próximo relativos. Los datos de la ciencia moderna constituyen un conocimiento aproximado. Este simplemente plantea preguntas que requieren una indagación mayor. Las ideas son siempre hipótesis, más que conocimientos definitivos. En términos de las ideas que guían la investigación experimental, puede haber varios conjuntos de ideas que son igualmente plausibles, buenas y válidas. Los resultados de cualquier operación son igualmente válidos si satisfacen las condiciones problemáticas que dieron origen a la investigación. Este criterio de justificación del conocimiento reconoce que el conocimiento no está basado sobre una realidad antecedente, sino que es más bien contingente respecto de la actividad humana. Por lo mismo, se convierte en reto para aquellas teorías del conocimiento que “miran desde la barrera”: “El conocer es visto como un participante de lo que finalmente se conoce” (lbid: 194). La propiedad de intencionalidad, la búsqueda de objetivos, en la investigación pragmática, evocan el asunto de la relación entre valores y ciencia. Los valores se refieren al elemento intencional de la conducta humana. La ciencia es actividad intencional, por lo cual los valores forman parte de la investigación científica. Más aún, el fin mismo del conocimiento es el control de los valores, del elemento que orienta la resolución de los problemas. Los valores guían la acción y no puede existir el conocimiento sin la acción. Los valores no son condiciones personales interiores, sino más bien criterios para el juicio de relaciones externas. Una afirmación valorativa es “un juicio en cuanto a la importancia y necesidad de impulsar la existencia de un hecho; o, si este ya existe, de mantener su existencia (lbid: 247). Una afirmación valorativa se alcanza mediante la elaboración de juicios sobre las condiciones y los resultados de objetos experimentados. Tiene que existir un juicio de satisfacción donde haya un valor más 18

conocimiento del objeto, la habilidad de apreciar las condiciones que lo producen y sus consecuencias. Los valores y hechos tienen la misma base y son producidos por los mismos procedimientos, aunque sus funciones difieren. Ni los valores ni el conocimiento factual, pueden estar basados en alguna noción de la realidad antecedente. Los valores, en vez de constituir algo que debe ser mirado retrospectivamente, más bien conforman asuntos prospectivos. Los valores no son certezas inmutables sino más bien hipótesis. En tanto se convierten en guías para la acción, no deberían ser vestigios que se “recogen casualmente y a los cuales se adhiere rígidamente” (lbid: 263), como es el caso cuando se intuyen valores antecedentes, universales, inmutables. Valores y hechos están íntimamente relacionados en el proceso de producción del conocimiento. Valores y ciencias, y conjuntos sistemáticos de valores y juicios valorativos (es decir, ideologías) y ciencia, también forman parte de la misma totalidad. Los valores como el conocimiento, sólo son posibles por la unión entre teoría y práctica: “Aparte de esta unión, no existen los fines, ni en la forma de actos plenamente realizados, que se tienen en mira, ni como esos fines que denominamos intenciones” (lbid: 232-33). Sin fines, sin el aspecto intencional de la conducta humana, no existe la ciencia; ya que la ciencia se identifica, precisamente, con la actividad intencional. La investigación-acción es investigación científica, según la posición pragmática; corresponde a la visión propia del pragmatismo sobre como produce y justifica el conocimiento el hombre, y está respaldada por las afirmaciones pragmáticas respecto a la unión entre teoría y práctica, y al lugar de valores e ideología en el proceso de producción de conocimiento. En fin, el pragmatismo mantiene que solo la investigación-acción, tal como ella se define operacionalmente en este ensayo, puede realmente producir conocimiento científico. Hay grandes similitudes formales entre la aceptación de la investigación-acción por parte del pragmatismo que se acaba de 19

resumir y las bases de su utilización por parte del materialismo dialéctico que se presenta en la sección posterior. Sin embargo, estos elementos comunes son formales, ya que las diferencias sustantivas entre las posiciones la vuelven casi diametralmente opuestas. Cabe señalar que la formulación del pragmatismo fue posterior al materialismo dialéctico y que éste fue una de las diversas fuentes de que nutrían muy pragmáticamente por cierto, los fundadores de aquella por lo general y Jhon Dewey en particular. MATERIALISMO DIALECTICO Así como en la explicación del pragmatismo, fue necesario comprender su crítica al idealismo y materialismo clásicos, en el caso del materialismo dialéctico también es necesario, con el fin de apreciar plenamente su posición respecto a la producción y justificación del conocimiento La crítica Dialéctica-materialista del idealismo y del materialismo considera que ambas escuela clásicas se originan dentro de un mismo marco problemático. Ambas dividen la realidad en una esfera ideal y material, y ambas insisten en la designación a priori, del sujeto de la existencia, la una (es decir, de la fuerza activa); y del objeto de la existencia la otra (es decir, de la entidad pasiva). La principal diferencia entre las dos escuela es que a priori, escogen a objetos diferentes. El idealismo clásico postula un sujeto ideal y un objeto material, mientras que el materialismo clásico hace exactamente lo contrario. MARX consideraba que el idealismo era “el remanente” de la noción sobre la creación extra natural del universo. El idealismo tiene consistencia lógica interna, si se afirma una creación, tal como lo hace la tradición hebrea cristiana. Sin embargo, el materialismo dialéctico rechaza todos los elementos ontológicos extra naturales y, por lo tanto, el idealismo. También rechaza los intentos por crear sistemas idealistas, conceptualizando a la “conciencia humana” como a lo ideal, ya que necesariamente tales intentos se reducen a un solipsismo (es decir, a la afirmación “solo sé que existo”). El 20

solipsismo se considera como una posición manifiestamente absurda5. La contribución básica del idealismo clásico fue su noción de que la mente es activa (MARX: “Tesis sobre FEUERBACH”). La premisa idealista que sostiene que los actos de conciencia influyen sobre el contenido de la conciencia, se considera válida (HOOK 1962: 275). MARX consideraba a FEUERBACH como el materialista clásico más avanzado; y su crítica del materialismo de FEUERBACH, constituye la primera respuesta dialécticomaterialista frente a este tema. MARX criticaba a FEUERBACH por dos razones principales: su noción del papel pasivo del hombre en el proceso de la producción conocimiento, y la utilización de un concepto abstracto-lógico del hombre. El materialismo, incluida su versión más avanzada, elaborada por FEUERBACH, suscribía la noción empirista del conocimiento, basado directamente sobre la experiencia sensorial. que se recibe en forma neutral. De este se consideraba a la mente humana como poco más que una película sobre la cual se imprimen las imágenes. MARX rechazó esta noción de un papel pasivo para el hombre en la producción del conocimiento, y sustentó, en cambio, el punto de vista que presenta a la inteligencia humana como activa, selectiva y creativa (1ª y 5ª Tesis sobre FEUERBACH). Respecto a la noción materialista de un “hombre abstracto”, MARX afirma lo siguiente, tomando como ejemplo a las observaciones de FEUERBACH sobre la religión. “FEUERBACH resuelve la esencia de la religión en la esencia del hombre. Pero la esencia del hombre no es inherente a cada individuo separado. En la realidad constituye el conjunto de relaciones sociales”. FEUERBACH, quien no profundiza más en la crítica de la verdadera esencia, se ve entonces forzado a: 1) Abstraer del proceso de la 5

El contra-argumento sería que cuando el filósofo afirma “solo sé que existo” está formulando su posición con el lenguaje, un vehículo de comunicación social que es producto de la conciencia social de la especie. De este modo, al afirmar la posición solipsista mediante el lenguaje, se está demostrando la existencia de otros.

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historia, y establecer el temperamento religioso, como algo independiente, y postular un ser humano individual, abstracto, aislado. 2) La esencia del hombre puede ser comprendida por tanto, sólo como “género”, como la interior, latente generalidad, que naturalmente une a los muchos individuos. (MARX Tesis FEUERBACH). En lugar de visualizar al hombre como una categoría abstracta, Marx trata con el hombre socio-históricamente. De esta manera, las preguntas teóricas necesariamente tienen que referirse al desarrollo socio-histórico de la especie para su dilucidación. Este es el caso con la pregunta acerca de la forma en que el hombre produce el conocimiento. No se maneja como una pregunta abstracta, lógica, sino más bien como un asunto socio-histórico. La pregunta entonces se transforma en: ¿Cuál fue el proceso mediante el cual el hombre produjo el conocimiento? y ¿cuál ha sido la evolución de los procesos y estructuras relacionados con la producción de conocimiento? Esta producción del conocimiento, como cualquier otro problema, debe ser abordado con relación con contextos históricos y sociales específicos, en la búsqueda de respuestas. Lo anterior implica que la posición epistemológica del materialismo dialéctico necesariamente contiene un Marco Teórico, que permite guiar el análisis social. Ese marco está constituido por el materialismo histórico. La epistemología del materialismo dialéctico se basa sobre conceptos sociales e interrelaciones teóricas del materialismo histórico que, a su vez, se basa sobre las preguntas directrices y el modo de explicación propios del materialismo dialéctico. El punto de vista antropológico del materialismo histórico, que es el punto partida para el materialismo dialéctico, es “homo faber”. La sobrevivencia humana no está garantizada. Con el fin de asegurar su sobrevivencia, el hombre tiene que producir su subsistencia. En el proceso de lograr su subsistencia para garantizar su sobrevivencia, el hombre establece relaciones definidas con la Naturaleza (fuerzas materiales de producción) y con otros hombres (relaciones sociales de producción). 22

La Naturaleza moldea al hombre pero, en el proceso de producción el “HOMO FABER” también moldea a la naturaleza. Visto desde otro nivel, el hombre es moldeado tanto por su ambiente natural, como por el social; pero la inteligencia humana activa, selectiva y creadora, también tiene la capacidad de moldear los ambientes naturales y sociales que rodean al ser humano dentro de ciertos límites estructurales que a su vez son dinámicos. Las implicaciones epistemológicas de lo anterior significa que entre lo material (los ambientes natural o social objetivo) y lo ideal (la inteligencia humana), no hay ni sujetos ni objetos estáticos de la realidad. En cambio, existe la praxis, la unión dialéctica de la práctica basada en los sentidos, y de una inteligencia humana comprometida en actividad social creadora, selectiva y crítica. Habiendo completado la revisión introductoria de los supuestos teóricos del materialismo dialéctico, se considera ahora la respuesta de esta escuela, respecto a cómo se produce el conocimiento. Las necesidades humanas, definidas socio-históricamente dentro de contextos concretos, constituyen el punto de partida en el proceso de producción del conocimiento: “las premisas con las cuales comenzamos no son arbitrarias, ni son dogmas, sino son premisas reales. Son los individuos reales, su actividad y sus condiciones materiales de vida, incluyendo aquellos que existían y aquellos que son producto de su propia actividad” (MARX Y ENGELS 1966; 6-7). La satisfacción de necesidades humanas, definidas sociohistóricamente, se intenta mediante la praxis, la unión dialéctica entre la teoría producida por la inteligencia humana activa, crítica y creadora y la práctica, o interacciones humanas, basadas en los sentidos, con el ambiente natural y el ambiente social del hombre. El modo dialéctico de explicación que forma la base lógica de éste análisis se basa sobre una serie de supuestos oncológicos. Los más importantes pueden resumirse de la manera siguiente: 23

El cambio es una constante. Todos los fenómenos están cambiando permanentemente. La estabilidad consiste en construcciones analíticas relativas, es decir, de conceptos. La estabilidad es entonces un proceso de cambio que no va más allá de los parámetros de las características definidas, dentro de una construcción relativa analítica determinada. El cambio puede ser cualitativo o cuantitativo, el primero refiriéndose a cambios dentro de los parámetros de una construcción analítica relativa determinada, y el último a cambios entre ellos. Un proceso acumulativo de cambios cuantitativos puede conducir también al cambio cualitativo. Todos los fenómenos han cambiado, están cambiando y cambiarán. El conocimiento es comprensión del cambio. El cambio no ocurre al azar. El conjunto de posibilidades de transformación de un elemento determinado, en un punto determinado de su desarrollo, son finitas. Los resultados concretos de procesos de transformación dependen de factores externos que condicionen las transformaciones internas6. Estos se denominan, condiciones. Así, aunque las transformaciones se hallan estructuradas, no se encuentran pre-determinadas, en cuanto que los resultados concretos de las posibilidades estructuradas para la transformación, varían según elementos condicionantes externos. 6

Es posible afirmar que existen tres “modos de explicación”, o , utilizados ampliamente en las ciencias contemporáneas. Me refiero con estos términos , sinónimos, a los criterios lógicos mediante los cuales se evalúa el conocimiento cuando se afirma . Lo que interesa es la evidencia presentada para defender esta afirmación, sino más bien la forma en que se presenta, el juicio lógico de lo que constituye una explicación. Los modos contemporáneos de explicación son las causales lineales, cuya forma básica es A influye sobre X y que basa la explicación sobre influencia externas; y el teleológico cuya forma básica es A realiza o ejecuta el fin o la función X, y que basa sus explicaciones sobre los fines o funciones que las estructuras y procesos realizan o ejecutan; además del modo dialéctico de explicación que se describe en el texto. Los empíricos tienden a considerar el modo de explicación causal-lineal como el único científico. También sostiene esta posición algunos positivistas lógicos . La mayoría de éstos, sin embargo, generalmente aceptan que tanto las explicaciones causales lineales como las teleologías de sub.-tipo funcional, sean igualmente científicas, pero rechazan como metafísico al modo de explicación dialéctico. Obviamente, los materialistas dialécticos prefieren criterios dialécticos de evaluación, aunque esta posición tenga una fuerte mezcla de explicaciones causales lineales en relación con los factores externos que condicionan las transformaciones internas. Los pragmáticos no tienen ninguna preferencia especial sobre modos de explicación, ya que su criterio de justificación del conocimiento se basa exclusivamente en la utilidad.

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Dentro del análisis dialéctico, uno de los conceptos claves que generan análisis explicativo es la “contradicción”, la unidad de opuestos. Al nivel subjetivo, el cambio y la estabilidad proveen un ejemplo de conceptos que forman una contradicción. Ellos son opuestos y, sin embargo, forman una unidad, en cuanto no son independientes. En realidad, es imposible conceptualizar el uno o el otro sin tener simultáneamente presente, por lo menos en forma implícita, el concepto del opuesto. Es imposible conceptualizar o medir el cambio a no ser que se haga referencia al concepto de la estabilidad y viceversa. Los conceptos forman una unidad en cuanto son interdependientes hasta el punto de que el uno no puede existir sin el otro. Forman la misma categoría conceptual básica a pesar del hecho de que son opuestos. Otro ejemplo de una diada que forma una contradicción se refiere a los conceptos de guerra y paz. No hay ninguna conceptualización posible de la guerra que no haga referencia simultáneamente, por lo menos de modo implícito, al concepto paz, y viceversa. Las contradicciones de particular interés epistemológico son: general/particular, deductivo/inductivo, ideal/material, subjetivo/objetivo y abstracto/concreto, entre otras. Cuando se visualizan como opuestos, estos conceptos se estudian con relación a sus interrelaciones dialécticas, en vez de como opuestos independientes, sin relaciones entre sí. Dados los principios epistemológicos del materialismo dialéctico, el análisis de las contradicciones no produce ningún conocimiento si se restringe al nivel subjetivo. Referentes específicos para los conceptos dialécticos tienen que ser identificados en el nivel concreto de la práctica con el fin de producir conocimiento social. Seria así un ejercicio estéril el analizar la relación entre una unidad de opuestos tales como dominante/dominado, sólo en forma abstracta. Estas categorías producen un avance explicativo cuando se aplican al análisis de la dinámica de las relaciones entre clases sociales concretas en contextos socio-históricos determinados. Prestaremos atención ahora a las tareas concretas del análisis dialéctico dentro de la praxis. La producción de una explicación 25

dialéctica dentro de una praxis, requiere: la determinación de los parámetros de la construcción analítica relativa bajo estudio, incluyendo un análisis de las contradicciones relevantes; la determinación de la transformación o transformaciones deseadas; el análisis de las condiciones relevantes y su posible impacto sobre el cambio de las posibilidades de transformación; la elaboración y ejecución de una política flexible para la creación y/o mantenimiento de los factores que son necesarios y suficientes para condicionar a un máximo el resultado deseado, dados los recursos disponibles; y mecanismos para la continua evaluación y ajuste de la praxis social descrita. La justificación del conocimiento sólo es posible en el materialismo dialéctico por referencia a la praxis social concreta. La justificación del conocimiento se basa sobre la utilidad social, o sea, la solución de problemas de grupos sociales específicos, en coyunturas históricas determinadas. La justificación del conocimiento, sin embargo, no es un hecho estático. Es más bien un proceso continuo (“Where do Correct Ideas Come From”, MAO TSE TUNG 1968:135)6. El conocimiento tiene que ser continuamente ajustado por la praxis, con el fin de crear o mantener resultados deseados, dada la naturaleza dinámica de los objetos de estudio y los factores que condicionan su resultado. En tanto que la realidad es dinámica, el conocimiento también tiene que serlo. La relación entre teoría y práctica es aquella de la unión dialéctica de la praxis. Las únicas teorías relevantes para el proceso de producción del conocimiento son aquellas que guían la práctica, y que tienen además, la capacidad de generar resultados deseados. La práctica a su vez de estar guiada por la teoría. La acción por sí misma no tiene valor, sin la conciencia que permite a los seres humanos actuar intencionalmente, respecto a su medio físico y social. La acción sin pensamiento carece de significado. En resumen, la práctica, la interacción humana, basada en los sentidos, con el ambiente natural y social, es necesariamente intencional y, por lo tanto, guiada por teoría, por la inteligencia activa, crítica y creadora del hombre. En esta forma, dentro de la conceptualización de los elementos constitutivos de la praxis, teoría y práctica se relacionan dialécticamente, en el sentido que 26

conforman una unidad de opuestos. La una implica necesariamente la otra. Las relaciones entre valores e ideologías con la ciencia, se definen por los supuestos sociales del materialismo histórico, cimiento del materialismo dialéctico. La ciencia se considera como un elemento subjetivo superestructural, condicionado por las relaciones dialécticas entres estructuras objetivas, ecológicas y sociales, y superestructuras subjetivas. Es parte integrante de la práctica humana corriente, como lo son, por ejemplo, la práctica política, educativa o religiosa. La ciencia es una actividad social. Es intencional. El hecho de que la ciencia tenga fines que la guían constituye una cuestión de valores. Dentro de la praxis, valores y hechos figuran como elementos constitutivos, interrelacionados de la actividad humana inteligente, basada en lo sensorial. Los valores guían la producción de conocimiento en los niveles del sentido común y la ideología, así como en el caso de la ciencia. En la realidad, dentro de ésta posición, no se dan rupturas cualitativas entre sentido común, ideología y ciencia. Todas constituyen formas de producción intencional del conocimiento que implican conceptos, supuestos teóricos (tanto valorativos como factuales), preguntas directrices, y modos de generalización. El hombre produce todas las formas de conocimiento mediante actividades esencialmente semejantes. Las diferencias entre sentido común, ideología y ciencia, son puramente cuantitativas. El sentido común forma uno de los polos de un continuum y la ciencia el otro, ocupando la ideología una posición intermedia. El continuo que va desde la producción de conocimiento caracterizado por supuestos teóricos implícitos, poco rigor en la aplicación, carencia de sistematización y planteamiento, y muy bajos niveles de conciencia en cuanto a cómo se produce el conocimiento, en el polo correspondiente al sentido común; hasta el polo de la ciencia caracterizado por un marco teórico explícito, un máximo de rigor, diseños de investigación sistemáticos para planear la producción de conocimientos y una conciencia máxima respecto a cómo se produce el conocimiento, acompañada de una búsqueda activa por mejorar los mismos 27

mecanismos de producción de conocimiento. La ideología ocupa el espacio intermedio en el continuum con “zonas grises” extensas, que comparte tanto con el sentido común como con la ciencia. En resumen, los valores conforman parte de la ciencia, como también cualquier otra actividad humana. La ideología y la ciencia son ambas formas de producción de conocimiento que difieren en grado, no en especie, con referencia a la explicitación, rigurosidad, sistematización y conciencia, en el proceso de producción de conocimiento. Todas las actividades cognoscitivas humanas son parte de la práctica humana en su conjunto, y sólo en el contexto de esa práctica es que se puede comprender el conocimiento y solo con referencia esa práctica que se puede justificarlo: “El asunto de si la verdad objetiva es un atributo del pensamiento humano no constituye una cuestión teórica, sino práctica. El hombre tiene que comprobar la verdad, es decir, la realidad y el poder, lo acertado de su pensamiento en la práctica. La disputa sobre la realidad o no realidad del pensamiento que se aísla de la práctica es un asunto puramente escolástico” (MARX, 2da, Tesis sobre FEUERBACH). De este modo la famosa undécima tesis sobre FEUERBACH (“Los filósofos sólo han interpretado el mundo de manera diferente, el asunto es transformarlo”), es más que una llamada a la acción. Es adicionalmente un principio epistemológico que resume las once tesis sobre FEUERBACH. La única justificación posible del conocimiento ocurre por la transformación del objeto de estudio. La praxis, la unión entre teoría y práctica, arranca al conocimiento humano del mundo sin objetos, creado por la contemplación pasiva, y lo arroja al mundo real del estudio y la acción simultánea sobre la realidad objetiva y subjetiva. Satisfacer los requisitos epistemológicos del materialismo dialéctico, exige que la investigación-acción, además esté ligada a estructuras y procesos sociales específicos. La naturaleza social del conocimiento humano y la referencia de cuestiones teóricas a la praxis social andante, son las dos posiciones que forman la piedra angular de la posición del materialismo histórico con relación a la 28

investigación-acción: “Es sólo dentro de un contexto social que el subjetivismo y el objetivismo, el idealismo y el materialismo, la actividad y la pasividad cesan de ser antinomias. La resolución de contradicciones teóricas es posible únicamente a través de medios prácticos, solo mediante la energía práctica del hombre. Su solución, por lo tanto de ningún modo se refiere sólo a la tarea de la comprensión, sino que también es una tarea real de la vida, una tarea que la filosofía fue incapaz de desarrollar, precisamente porque vio en ella una cuestión puramente teórica” (MARX, “Manuscritos Económicos y Filosóficos, Tercer Manuscrito” en BOTTOMORE 1963:162) COMENTARIOS FINALES Empiristas, positivistas lógicos, y estructuralistas, rechazan la investigación acción como parte integrante del proceso productivo de conocimiento científico. En cambio pragmatistas y materialistas dialecticos, consideran que la investigación acción, constituyen el proceso más viable para la producción del conocimiento científico. El empirismo, el positivismo lógico y el estructuralismo, consideran que la modificación de la realidad es una fuente de error en la investigación científica. Cada escuela postula que la producción y la justificación del conocimiento no dependen de una unión entre teoría y práctica, a pesar de que existen diferencias considerables de grado entre las escuelas a este respecto. El empirismo postula un divorcio completo entre teoría y práctica, considerando a esta como un elemento pernicioso en la producción y justificación del conocimiento. El positivismo lógico considera que la teoría, en forma de un arco teórico, se relaciona con la práctica en forma de “hechos” y “eventos” en el proceso de producción del conocimiento, pero las dos – teoría y práctica. constituyen esferas separadas. Además, el positivismo lógico plantea que la justificación del conocimiento se basa únicamente sobre el método. La forma como se produce el conocimiento justifica el producto, en lugar del contenido o significado del conocimiento mismo. El estructuralismo considera que la ciencia contiene su propia teoría y práctica, denominada práctica científica. Esta práctica, sin embrago, no debe confundirse con la práctica social actual como el positivismo lógico, 29

el estructuralismo también estable el método como único criterio para justificar el conocimiento. El pragmatismo y el materialismo dialéctico conceptualizan la unión entre teoría y práctica. Ambos consideran que la función de las ideas científicas, o de la teoría, es guiar la acción po la práctica. Acción o práctica, a su turno, tienen que estar guiadas por ideas o teorías; en caso contrario, carecen de significado. El pragmatismo rechaza las ideas especulativas, es decir, la teoría inepta para dirigir la acción, como no científicas en cuanto no son susceptibles de justificación. El materialismo dialéctico rechaza como no científica, tanto la teoría especulativa, como las teorías que no tienen capacidad para resolver necesidades sociales específicas. El empirismo, el positivismo lógico, y el estructuralismo, también rechazan la investigación acción debido a su naturaleza teleológica. La intencionalidad supone valores, y ello conduce a la relación entre valores e ideologías en la ciencia. El empirismo considera que la ciencia debe y puede estar libre de valores. El positivismo lógico y el estructuralismo consideran que la ciencia solo de be contener aquellos valores específicos de la propia ciencia. Los valores sociales, sin embargo, se rechazan ya que son vistos como elementos que implican ideología, que se identifica como la antítesis del conocimiento científico. El pragmatismo y el materialismo dialectico consideran que la ciencia es actividad humana intencional. Por lo tanto, necesariamente tiene que estar dirigida por valores. Las dos escuelas difieren porque el pragmatismo considera que los valores guían a la ciencia como una pregunta sin responder, mientras que el materialismo dialectico los considera como elementos sociohistóricos específico, y objetos en sí mismos de la investigación socio-histórica. Las disputas epistemológicas obre la investigación acción casi siempre se encuentran ligadas a controversias de tipo político. Estas últimas presentan dos variedades básicas, respecto a la noción de que la investigación acción necesariamente implica una preferencia reformista o revolucionaria en la investigación de las 30

ciencias sociales, y desacuerdos sobre el contenido sustantivo de proyectos concretos de investigación acción. La noción de que la investigación acción necesariamente implica una orientación reformista o revolucionaria, se basa sobre al idea de que la acción implica cambio, mientras que la pasividad implica el mantenimiento del status quo. Sin embargo, la reproducción y mantenimiento d estructuras y procesos sociales existentes también requiere acción. En realidad, la acción necesaria para el mantenimiento relativo de ciertas estructuras y procesos puede ser mucho mayor que aquella requerida para producir cambios en contextos determinados. De manera, que la investigación acción no es necesariamente progresista, reformista o revolucionaria, así como la investigación para formular políticas, la investigación nomotética o descriptiva. Tampoco es necesariamente reaccionaria. Todas estas formas de investigación constituyen simples instrumentos que pueden ser empleados para fines progresistas o reaccionarios. Las disputas sobre la investigación acción no sólo se ubican entre oponente y defensores de este método de producción del conocimiento científico. También surgen entre quienes defienden la deseabilidad de las implicaciones sociales de proyectos concretos de investigación acción. Estas disputas sobre el contenido específico de los proyectos de investigación son de esperarse. La investigación acción forma parte de la práctica social corriente y, por lo tanto, es apenas natural que se juzgada con los mismos criterios, y que esté sujeta a los mismos riesgos que otras manifestaciones de la práctica social. Se espera que los camafeos de las distintas escuelas epistemológicas proporcionen elementos para la clarificación de la controversia sobre la investigación acción. Opino, no obstante, que la evaluación de esta forma de investigación social científica, no es una cuestión teórica. Debe basarse en la habilidad de los investigadores activos de desarrollar efectivas y eficientes metodologías que produzcan un conocimiento social que controle el 31

progreso humano, investigación.

como

parte

del

proceso

mismo

de

la

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