Patrimonio Cultural de La Benm
February 11, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
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BENEMÉRITA ESCUELA NACIONAL DE MAESTROS
PATRIMONIO CULTURAL DE LA B.E.N.M. Noviembre 2006
INDICE
PAG
Introducción Profr: Cuauhtémoc Morales campos
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1a. Sede de la Segunda conferencia general de la UNESCO Anónimo
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Los frontispicios de Luis Ortiz Monasterio Profra: Amalia Vértiz Colín
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El busto de bronce de Ignacio Manuel Altamirano Profra:Concepción Jiménez Alarcón
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Busto de Ignacio Manuel Altamirano Profr: Jesús Fuentes López
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Busto de Luis de la Brena Profr. Cuauhtémoc Morales Campos 33 Escultura del profesor Lauro Aguirre Anónimo
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La torre de la normal (La remodelación) Jesús Quintero Barroso
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Los murales de José Clemente Orozco Justino Fernández La puerta barroca del edificio de Santo Tomás Profr: Cuauhtémoc Morales Campos Fuentes de Información y Consulta
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3 EL PATRIMONIO CULTURAL DE LA BENEMÉRITA ESCUELA NACIONAL DE MAESTROS Profr. Cuauhtémoc Morales C. INTRODUCCIÓN. Para qué reescribir sobre lo ya escrito?. Para qué dar a conocer lo ya sabido?, volver a decir lo que pensamos y creemos que todos saben, es un tanto difícil. Iniciar entonces un texto sobre lo cotidiano es bastante complicado. Sin embargo, resulta que para la mayoría de las personas de una comunidad (en este caso hablo concretamente de la normalista), pareciera que referirnos al patrimonio cultural de nuestra escuela es algo común de lo cual todos hablan, pero que profundizando un poco resulta que lo que se dice de él es superficial y porqué no mencionarlo, en no pocas ocasiones equivocado. Además, al hacer una reflexión sobre este aspecto, resulta que si bien hay un grupo de personas que permanecen en la institución durante un número considerable de años, hay otra parte que sólo pasa pocos años en ella, los alumnos, los cuales en su inmensa mayoría no se preocupan del lugar en el que están considerándolo común y corriente y lógicamente no saben lo que este representa en la historia del normalismo, con lo cual hay un buen motivo para escribir sobre nuestra Alma Mater. Por otra parte, es necesario en el oficio de historiar el socializar lo que se encuentra, es decir que hay que contar
la historia, en este caso, la historia del rico patrimonio cultural con que cuenta nuestra escuela. Y aún más, podíamos agregar que es una obligación no sólo no dejar perder lo que tenemos, sino conservarlo y difundirlo para tratar que las nuevas generaciones de normalistas entiendan el significado de los diversos elementos que han ido formando el normalismo a través del tiempo y con ello lo que son, de donde vienen y lo que podrían ser en el futuro. Es así, que en este trabajo se presentan varias lecturas sobre el patrimonio de nuestra escuela, escritos por los actores que en diversos momentos del devenir histórico vivieron los acontecimientos y fueron testigos del cómo, el cuándo y el para qué fueron surgiendo los diferentes elementos tanto arquitectónicos, como plásticos y escultóricos que han ido conformando el espacio físico que nos cobija. Cuando nos encontramos en el centro de la plaza triangular de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y observamos a nuestro alrededor la construcción arquitectónica no dejan de llamar la atención los diversos elementos que la componen. Y también nos lleva a reflexionar sobre el valor de toda la obra plástica, pictórica y escultórica que la complementan, lo que le da una riqueza cultural invaluable.
4 Decía Mario Pani (arquitecto encargado de realizar la obra) que el conjunto de edificios ocupa una superficie de 119 000 metros cuadrados con fachadas mayores que la del Palacio Nacional y altura que iguala la Columna de la Independencia y donde predomina como eje rector la torre de 10 pisos y 71 metros de altura (Pani: 1948). Acorde con esto, se invitó a Luis Ortiz monasterio escultor mexicano de renombre para que sobre los pórticos monumentales de la fachada de cada lado de la torre esculpiera sobre la piedra blanca de los muros siete grupos de tres figuras cada uno que mostraran el desarrollo de la historia de México y de la cultura universal. Además se pidió al muralista jalisciense José Clemente Orozco que en el vestíbulo de acceso a la torre pintara al fresco dos murales referentes a la educación del pueblo humilde y una pintura a base de silicón para cubrir casi los cuatrocientos metros del muro curvo del auditorio abierto que se encuentra en las escuelas primarias anexas de experimentación pedagógica y que lleva por título Alegoría Nacional, sitio donde también se encuentra la puerta de estilo barroco que fuera la entrada principal del edificio de Santo Tomás, construido en el año de 1924. Tenemos junto con todo lo anterior, una escultura en la entrada principal de la institución, dedicada al connotado maestro fundador de la Escuela Nacional de Maestros: Lauro Aguirre. A un lado de la explanada un busto de otro querido e ilustre profesor, Don Ignacio Manuel Altamirano, autor del proyecto de fundación de la Escuela Normal para Profesores de la Ciudad de México. Así como uno del pintor jalisciense José
Clemente Orozco que se encuentra en la sala que lleva su nombre. Finalmente, aunque ya no existe, es necesario dejar constancia de ella, la torre, símbolo y orgullo de las generaciones normalistas que la vieron unas en su construcción 1947, otras en su inclinación 1957-1971 y finalmente una más en su desaparición en el año de 1972. Considero importante señalar que este trabajo es producto de la recopilación de textos, lo cual también es un buen pretexto para presentarlo, que se han ido recabando en varios años de indagación sobre la historia de nuestra escuela y creo que es de verdadera importancia que se den nuevamente a conocer, estoy hablando de la muy conocida versión de la maestra Amalia Vértiz sobre los frontispicios, o de la reseña del señor Quintero Barroso sobre la torre de la normal. O bien de los materiales, esos si no tan conocidos, de la memoria que se imprimió en la escuela en el año de 1947 con motivo de dejar constancia que fuimos sede de la Segunda Reunión de la Conferencia General de la UNESCO y que fuera la primera actividad que se realizó en el edificio que actualmente ocupamos y para muchos durante nuestra vida de estudiantes fuera nuestra casa (cuando teníamos internado y comedor). Se presentan también dos lecturas con procedencia desconocida, que algún compañero con buenas intenciones pero sin ningún espíritu de investigación trajera a la BENM, con información sobre los murales de José Clemente Orozco, la cabeza monolítica del pintor que se encuentra en la sala que
5 hoy lleva su nombre y sobre la escultura del maestro Lauro Aguirre que se encuentra a la entrada del auditorio cerrado dedicado a su memoria. Asimismo, se presenta un texto de Justino Fernández sobre los murales de José Clemente Orozco. Finalmente, hay tras lecturas más que complementan este documento, dos de ellas versan sobre la historia del busto del maestro Altamirano y se escribieron pensando expresamente en este trabajo, se les solicitaron a dos profesores, ambos catedráticos de la institución y también ambos conocedores profundos de la vida y obra del creador del proyecto normalista, la profesora Concepción Jiménez Alarcón y al maestro Jesús Fuentes López quienes gustosamente colaboraron con sus escritos. El último es un pequeño texto sobre la puerta de estilo barroco, escrito por el autor de estas líneas.En la actual edición revisada y corregida, se ha incorporado un nuevo material, el dedicado al busto de otro insigne maestro: Luis de la Brena, ubicado en el lado oriente de la explanada y que fuera inaugurado en febrero de 2003. Para cerrar, es bueno considerar que existe una gran cantidad de textos y materiales que andan “rondando” por allí, referentes a nuestro pasado y sería benéfico para nuestra Alma Mater que se elaborara un proyecto institucional de recopilación y publicación. Porque la investigación histórica es parte primordial de nuestro quehacer en la escuela y que tiene el propósito de saber quienes somos, que queremos y hacia donde vamos.
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LA SEDE DE LA SEGUNDA CONFERENCIA GRAL. DE LA U.N.E.S.C.O. (Anónimo) (1) Todos los pueblos de la tierra, cultos e incultos, ricos y pobres, pequeños y grandes, han de resolver dentro de sus fronteras problemas de educación y cultura de mayor o menor magnitud. Esta es una realidad. Mas he aquí que es otra realidad también el hecho social, concreto y definido, de que tal como está organizado el mundo en la actualidad, los problemas de una nación son problemas de todas: y así la resolución más adecuada a un problema dado será la que con el empeño decidido de cada una finalmente logren todas. Este principio, reconocido hoy merced a violentos sacudimientos sociales y después de los sufrimientos que acarrearon al mundo las dos últimas guerras, trajo como consecuencia un movimiento de solidaridad entre los pueblos, que han fructificado en la Organización de las Naciones Unidas. Organismo en el cual los hombres de buena voluntad fincan sus esperanzas para lograr la paz y la prosperidad y con ellas la resolución de los grandes problemas que a todos afectan en los campos de la ciencia, la educación y la cultura. Tal ha sido el motivo fundamental de la creación de la UNESCO, cuya asamblea, que se está efectuando en México en este mes de noviembre de 1947, reviste enorme trascendencia por sus amplias repercusiones mundiales. A ella concurren delegaciones de todos los pueblos representados en la ONU; (1) Tomado de la memoria de la Esc. Nal. de Maestros dedicada a la UNESCO, México,1947
delegaciones selectas, pues sus componentes son, en sus respectivos países, los más altos valores en las actividades de la cultura, la educación y la ciencia. La sola mención de este gran acontecimiento lleva a pensar que “después de millones de años de andar a la deriva, la inteligencia ha descubierto por fin su propio valor como método”. México ha sabido corresponder al honor que recibe, cediendo para los trabajos de esta magna asamblea –trabajos que tienen como finalidad el que una gran porción de la humanidad logre la libertad más difícil y más noble, la libertad espiritual-el soberbio edificio de la Escuela Nacional de Maestros, edificio que si por sus proporciones y su cupo constituye un alarde gigantesco de técnica arquitectónica, por sus objetivos grandiosos viene a llenar un vacío en el pavoroso e ingente problema de la educación en México, cual es la inmediata formación de miles y miles de maestros que las necesidades educativas del país reclaman urgentemente. Esas necesidades pueden ser medidas por la realidad de que existen en nuestro territorio más de dos millones de niños en edades escolares imposibilitados de recibir la educación, por falta de escuelas y porque hay necesidad de reconstruir muchas de las escuelas existentes. Para realizar este superior objetivo, el Comité Administrativo del Programa Federal de la Construcción de escuelas no se limita a la creación de edificios de grandes proporciones y elevado costo, como éste que sirve en México
8 de sede a la UNESCO, sino que con visión del futuro busca el encauzamiento apropiado de la voluntad de cooperación del pueblo, de todo el pueblo, a fin de llevar a cabo sus vastos programas de levantar escuelas, ¡escuelas y más escuelas! Recurriendo a la ayuda del gobierno federal, de los gobiernos de los Estados y de la iniciativa privada. Desea el Comité que el pueblo mexicano se sature de la idea realista y patriótica de que es él – el pueblo- el único que puede resolver en México nuestro problema educativo en toda su gravedad y magnitud. Sólo necesitamos para ello recordar que la escuela no es otra cosa que una de las modalidades de la educación planeada. Que toda educación planeada, incluso la labor de la escuela, está ideada en forma que convierta al hombre en algo que éste no llegaría a ser si se le dejara a merced de sus propias fuerzas y de las influencias del ambiente. Pero hay más; si México aspira a ser un conglomerado social regido por la democracia, debemos los mexicanos aprender a deducir nuestro criterio ético básico de la valorización de las cuestiones sociales; y tal deducción sólo es posible mediante una idoneidad intelectual que impone responsabilidades morales, que exige cada vez mayor responsabilidad por nuestras acciones y por las consecuencias que de ellas se derivan. No vivimos como anacoretas, sino como miembros de una colectividad cuyo mantenimiento es esencial para nuestro propio bienestar personal y el de nuestros semejantes; por ello es preciso que en nosotros se intensifiquen la tendencia a formar juicios desde un punto de vista social y no desde un punto de vista estrecho y egoísta. En otra palabra, la aspiración de todos y
cada uno de nosotros debe ser, no el bien personal, sino el bien común. Así pues, mexicanos, propongámonos a nosotros mismos este dictado imperativo: construyamos escuelas. Ya han llegado a esta metrópoli los delegados de la UNESCO y admiran la grandiosa realización del edificio que les fue asignado por nuestro Gobierno, cuya altitud iguala a la de la columna de la Independencia y cuya fachada excede en extensión a la del Palacio Nacional. Construido sobre una superficie total de 119,000 metros cuadrados, contiene aulas, laboratorios, oficinas, talleres, auditorios, pórticos, campos para deportes y jardines. Contiene dos escuelas normales de 42 aulas, a las cuales pueden concurrir 4,200 alumnos en dos turnos; dos escuelas anexas de observación, con 36 aulas y un cupo de 3.600 alumnos en dos turnos; dos escuelas primarias de experimentación, con 40 aulas y un cupo de 4,000 alumnos en dos turnos, lo que hace un total de 11,800 alumnos en dos turnos. Además, la torre del laboratorio, que tiene salas de física y química, anatomía y biología, laboratorio psicopedagógico, museo pedagógico y museo escolar, en sus ocho aulas puede contener 800 alumnos en dos turnos. Un pequeño auditorio cerrado, para 300 personas; el auditorio principal para 650 y un abierto con cupo para 2,600 personas, La Biblioteca, con una capacidad para 200.000 volúmenes, tiene una sala de lectura para 200 personas. Contiene también este enorme edificio, talleres
9 de modelado, carpintería, encuadernación, etc. Oficinas para la administración de seis escuelas y 10 aulas de emergencia a las que pueden asistir 1,000 alumnos en dos turnos. En cuanto a los edificios en proyecto, para los cuales la Secretaría de Agricultura donó 35,000 metros cuadrados de terrenos, son: la escuela Normal de Educación Física, con cupo de 500 alumnos, un jardín de niños para 300, dos gimnasios, dos piscinas y dos canchas, además de un estadio, con 15,000 asientos. La característica de esta moderna escuela, construida bajo la dirección del arquitecto Mario Pani, es una torre central de 10 pisos, que señala claramente la entrada principal al eje y casi al medio del conjunto de edificios que forman el centro escolar. La función de esta torre es la de alojar todos los servicios comunes a las normales de varones y señoritas, los que por su costo elevado no se duplican. Para llegar a ella, en ambas escuelas hay una puerta de acceso directo a una planta que distribuye a través de elevadores a los pisos superiores. La distribución por pisos es la siguiente: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
Planta de acceso Servicio Medico Dirección General de Normales Laboratorio de Botánica Laboratorio de Zoología Laboratorio de Física Laboratorio de Química Laboratorio de Ciencias Sociales y Psicopedagogía 9. Museo Pedagógico 10. Salón de Conferencias
A los lados oriente y poniente de la torre están situados los edificios destinados a talleres para varones y señoritas, y a oficinas de direcciones de ambas Normales. Estos locales están construidos sobre unos pórticos de columnas de gran altura que, a su vez, dejan lugares cubiertos y abiertos para estudio y circulación. A media altura en estos pórticos se encuentran los corredores que ligan las alas de aulas con los servicios centrales localizados en la torre. Los talleres son cerrados y tienen un fácil acceso desde las aulas de las Normales; su característica más interesante es que se pueden adaptar a cualquier tipo de talleres, tanto para varones como para señoritas. La iluminación natural de los talleres es alta, del norte, para obtenerla difusa, pareja y sin rayos directos del sol. Estos se ha resuelto con ventanas del tipo dientes de sierra que satisfacen plenamente las necesidades mencionadas. Además de la llegada directa de las aulas, los talleres tienen salida independiente a los campos de juego y espacios de estudio. En el mismo nivel de los talleres y hacia la fachada principal, están los locales destinados a oficinas de la Dirección, Secretaría, etc. La iluminación en esta zona es de un tipo distinto ya que se trata de una función diferente, y proporciona una luz más brillante con unos tragaluces troncocónicos con un vidrio esmerilado en su parte superior y una pintura color ocre en su superficie curva interior visible que le da calidad a la luz de una manera que no hiere la vista.
10 Las dos grandes alas de aulas tienen una capacidad para 2,100 alumnos, simultáneamente. Son dos cuerpos simétricos que siguen un alineamiento curvo. Sus ventanas dan al sur y permiten una luz uniforme interior graduada por el sistema de persianas exteriores. El tamaño de estas aulas es lo suficientemente bueno como para que se acomoden con holgura 50 estudiantes sentados y en caso de exceso de inscripción puedan alojarse más de 60 personas sentadas. Siguiendo el eje central, entrando por la planta baja de la torre y en línea recta, se llega al elegante y amplio local del auditórium. Sus acabados son de madera fina y tienen luz indirecta, equipado de sonido y acondicionamiento de aire para obtener una temperatura uniforme. El foro de este auditórium es magnifico y tiene dos posibilidades de uso. Una para ceremonias sencillas de poca gente y otro para grandes conjuntos. Estos se logra con un telón corredizo que deja el foro chico al frente, el cual se utiliza con una tarima desmontable. Corriendo el telón queda el local completo con profundidad para aparición de conjuntos grandes. El auditórium posee un imponente vestíbulo decorado con magníficos acabados de madera fina, bronce y hierro y se completa con decoración con plantas de sombra. Las escaleras laterales de la torre, hacia
abajo, conducen a la biblioteca y museo pedagógico son estos los locales más amplios de toda la escuela, pues deberán alojar a gran número de estudiantes. Las salas de lectura no tienen contacto directo con el departamento de libros, los cuales reciben y entregan a través de un sistema muy sencillo. De todos modos los libros están visibles y la capacidad del departamento es suficiente para almacenar bastantes ejemplares En la parte posterior de la biblioteca se encuentra el local destinado a museo pedagógico con un desarrollo de muros altos, curvos y rectos que permiten exponer en las más variables formas. Es una sección donde se manifiesta característicamente la arquitectura moderna, pues hay una gran ductilidad en el local debido a su estructura limpia y de amplias posibilidades de exposición.
Muy interesante es el aspecto de las primarias anexas a las normales como parte del conjunto y también el de sus aulas como células integrantes del órgano al que pertenecen ya que satisfacen plenamente la función a la que están destinadas. Los dos cuerpos de primarias se abren en V, dejando al centro un espacio que ocupa el amplio teatro al aire libre, propio para grandes reuniones, y donde han sido empleados, como en el resto del edificio, nuestros materiales naturales en su expresión sincera con su apariencia física completa y sin perder sus características.
11 El aula en sí es toda una novedad; en su sistema interior consta del salón de clases propiamente dicho: pizarrón, mesas-bancos, escritorio del maestro, etc. En este salón se da clase a un grupo escolar y a una altura conveniente hay un observatorio para que los futuros maestros aprendan objetivamente como se da una clase oyendo de viva voz desde un nivel superior y sin que los niños que están tomando su lección vean ni oigan a los que los observan; se han eliminado así el anticuado sistema de mezclar a los niños con los futuros educadores. Un capítulo muy interesante de la construcción de ésta escuela ha sido sin duda alguna la aplicación de los colores en los distintos pisos y muros. Se han aprovechado técnicas nuevas en las que las condiciones del pizarrón negro y los diferentes colores que hacen el ambiente no produzcan grandes contrastes, sino que armonicen, absorbiendo diferencias y produciendo menos deficiencias visuales en los educandos. Es notable como se hace una aplicación moderada de colores en los salones destinados a enseñanza superior, y en cambio, en las aulas destinadas a los niños, el colorido es mucho más alegre. Estos colores han sido seleccionados científicamente basándose en estadísticas de los colores para poner en cada sitio el tono conveniente: así se ha empleado un color para detalles, otro para oficinas, etc. El sistema de grandes persianas de aluminio es también nuevo y se usa en los países de sol brillante. Estas persianas impiden la entrada de los.
rayos directos del sol a las piezas interiores y producen en estas una luz difusa uniforme. Por ahora, solo en el lado de las señoritas existe un local destinado a lonchería y cooperativa escolar para la venta de golosinas y útiles escolares. Para esta cooperativa se proyecta un edificio especial, y por tratarse de una parte independiente del resto del conjunto arquitectónico se pensó en una unidad separada con la intención de disimularla en el jardín. Es una construcción de escasa altura y de composición muy libre, que tiene una parte destinada a baños de regadera, que serán usados por las alumnas que practiquen algún deporte en las canchas respectivas , las que se encuentran muy cercanas a este edificio. Diseminadas ordenadamente al norte del conjunto, están unas aulas de tipos diversos a las cuales se les llama de experimentación, ya que en las escuelas Normales se estudian sus características para aceptarlas, desecharlas o modificarlas, de acuerdo con los resultados prácticos de su utilización. En las Nacionales de Maestros estas aulas no son de carácter permanente, sino que a medida que pase el tiempo se sustituirán por otras, con el mismo objeto de ensayo, para usarlas después, según sus características, en las diferentes regiones de la República. Al demoler el edificio de la antigua Normal se conservaron las dos alas que están situadas sobre las avenidas de México Tacuba y de los Maestros,
12 adaptándolas convenientemente para que formen un todo armónico con el nuevo edificio. Entre este y las alas adaptadas, que se usaran como primarias queda comprendida una plaza que consta de un armónico conjunto de prados, con caminos de loseta y arriates sembrados de naranjos, que en tiempo de floración llenaran el ambiente de un aroma exquisito. En el centro de esta plaza hay un espejo de agua que sirve de base a una monumental bandera patria, y adosados a los edificios adaptados, y formando parte de la plaza, hay cuatro espacios de juego para los niños de estas primarias. En síntesis, el conjunto arquitectónico de este nuevo local de las Escuelas Nacionales de Maestros es un ejemplo de orden y armonía de estilo; sus partes funcionarán ligadas entre sí, de tal manera que los espacios vitales escolares se reducen a su mínimo y se aprovechan a su máximo. La construcción de esta gran obra arquitectónica se terminó en noviembre de 1947, siendo Presidente de la República el Licenciado Miguel Alemán, y Secretario de Educación el Licenciado Manuel Gual Vidal. Tal es, descrito sucintamente, el lugar donde se celebra la II Conferencia General de la UNESCO Siendo esta notable organización eminentemente educativa, cultural y científica, no podía haber tenido mejor sede en México que el local de las Escuelas Nacionales de
Maestros, templo de la educación donde se forman los jóvenes maestros que a su vez librarán a nuestro pueblo de las garras de la ignorancia y del oscurantismo.
FRONTISPICIOS CULTURA NACIONAL PROFRA. AMALIA VÉRTIZ COLÍN
Y
CULTURA UNIVERSAL
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ESCUELA NACIONAL DE MAESTROS. Conjunto arquitectónico de grandes dimensiones realizado por el arquitecto MARIO PANI en 1946. La esbelta Torre y la Unidad Cultural y Deportiva, integrada por el Auditorio, la Biblioteca y el Gimnasio, sufrieron modificaciones por diversos motivos. Cuatro pisos de la Torre, tuvieron que ser derrumbados: estaban en ellos las instalaciones de la Sala de Conferencias, la Sala de Música, un laboratorio y un observatorio, la Unidad Cultural que estaba atrás de la Torre fue demolida totalmente y el espejo de agua que daba asiento a los mástiles de las banderas de los países miembros de la O. N. U., fue sustituido por la actual PLAZA CÍVICA y el edificio de la Biblioteca “Ignacio Manuel Altamirano”, que más adelante sería convertida en la unidad Directiva (actualmente) Altorrelieves del frontón del Edificio. Obra realizada en cantera fina por el escultor LUIS ORTIZ MONASTERIO, nacido en la ciudad de México, en el año de 1906. “Esta fase de mi obra escultórica, dijo el maestro Ortiz Monasterio en una entrevista concedida para explicar el significado de las escenas, está realizada con su sentido (2) Tomado de la Reseña Histórica de la Escuela Nacional de Maestros
figurativo que no obedece a las fórmulas académicas de tipo realista, sino a las proporciones de la escultura prehispánica que es más sentida por nosotros”. El frontispicio tiene 60m. de largo por 6 de ancho está dividido en 14 escenas o composiciones que miden 3m., de alto por 3.50m. de ancho cada una y están distribuidas equitativamente a los lados de la Torre. Las del lado izquierdo, representan las principales etapas de la cultura nacional, iniciándose con la época prehispánica y continuando de izquierda a derecha, hasta nuestros días. Del lado derecho , las etapas sobresalientes de la cultura mundial iniciándose en la época prehistórica hasta la época contemporánea, las escenas están representadas de derecha a izquierda. Separando cada escena, Ortiz Monasterio, utilizó motivos decorativos de la flora característica de estas culturas. En la cultura nacional podemos apreciar la estilización de una planta de maíz, un maguey, un órgano y un nopal; en la cultura universal seleccionó el olivo, el trigo, la vid y la manzana.
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PRECORTESIANA
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Al centro la figura de Cuauhtémoc, a los lados dos indígenas representando las clases sociales los pipiltzin y los macehuales y los ideogramas que simbolizan la escuela; a la derecha el Calmecac o escuela de nobles y a la izquierda el Telpochcalli o escuela popular; al fondo una pirámide invertida.
LA COLONIA •
Cortés al centro viendo simbólicamente hacia Cuauhtémoc, como dos civilizaciones que se encuentran. A sus costados los franciscanos: Fray Pedro de Gante y Motolinía, representando a los misioneros españoles; al fondo dos columnas y un arco colonial.
INDEPENDENCIA
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Al centro Hidalgo; a la izquierda, Morelos y a la derecha. Guerrero sosteniendo una bandera con la imagen de la Virgen de Guadalupe; al fondo. La iglesia de Dolores y Atotonilco sobre unas pirámides invertidas, que simboliza la nueva cultura sobre la pasada.
REFORMA •
Al centro, Benito Juárez sosteniendo un mapa de la República Mexicana con un águila a sus pies para dar mayor énfasis a la nacionalidad mexicana; a la izquierda Melchor Ocampo y a la derecha Ignacio Ramírez; al fondo, la Av. Reforma estilizado con árboles, que desemboca en el Castillo de Chapultepec.
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PORFIRIATO
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Porfirio Díaz al centro sosteniendo un cetro como símbolo de autocracia; a la izquierda Gabino Barreda, fundador de la escuela positivista, a la derecha Justo Sierra, exponente del liberalismo y la educación; al fondo la transición arquitectónica representada por una ventana colonial y un frontón neoclásico.
REVOLUCIÓN •
Al centro. Francisco I. Madero con unas cadenas rotas en la mano derecha y en la izquierda, un documento simbolizando los principios de la Revolución; a la izquierda Zapata, a la derecha José Vasconcelos; los elementos del fondo representan al maíz como fuente de vida de esa época, un tractor y una escuela rural equilibran la composición.
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ÉPOCA ACTUAL
•
La figura central representa al maestro sosteniendo un libro abierto, ambos, símbolos de la educación. A la izquierda un campesino, a la derecha un obrero representando el trabajo y la producción; al fondo el frontispicio de la B.E.N.M. y una torre de petróleo simbolizando la emancipación económica y política. Esto es nuestro futuro, que está abierto aún a los ideales de la Revolución.
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PREHISTÓRICA
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Una figura central sosteniendo en su mano derecha una semilla y una planta de olivo en la izquierda. A la izquierda un hombre sosteniendo una rueda como principio de su civilización; a la derecha un ser primitivo frota dos trozos de madera para producir el fuego, al fondo, un dolmen, construcción primitiva.
LAS RELIGIONES •
Al desarrollarse el hombre, vinieron las religiones representadas por una figura central que tiene en sus manos una estrella, símbolo cósmico y metafísico. A la izquierda, David sostiene su arpa; a la derecha, Moisés con la Tablas de la ley, al fondo símbolos de varías religiones.
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GRECIA
•
Al centro representando la cultura y la ciencia, la figura de Palas Atenea, a la derecha Sócrates y a la izquierda, Platón. En el fondo pueden verse las columnas jónicas, dórica y corintia, símbolos arquitectónicos de la época clásica.
EL MEDIOEVO •
Al centro una religiosa sosteniendo un paño con una cruz sobre el mundo; a la izquierda un monje franciscano, a la derecha un monje dominico, al fondo arquería gótica.
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EL RENACIMIENTO
•
Al centro, una figura con una escuadra en la mano, símbolo de la arquitectura; a la izquierda, Leonardo de Vinci, exponente de la pintura; a la derecha, Miguel Ángel, representante de la escultura. Al fondo, elementos arquitectónicos clásicos que adoptó el Renacimiento: arco de medio punto y columnas estríadas.
REVOLUCIÓN FRANCESA •
Una figura femenina al centro con un papiro en la mano, simboliza los postulados de la Revolución; a la izquierda, Beethoven, exponente de la libertad artística; a la derecha, Juan Jacobo Rousseau, simbolizando la libertad cultural. Al fondo, el edificio de la Bastilla y a sus lados un gorro frigio y una antorcha, grafía del lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”.
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CONTEMPORÁNEA
Una figura central representando a la Ciencia, sostiene una palanca, símbolo de nuestra época. A la izquierda, Einstein, a la derecha, Pasteur. Al fondo, elementos mecánicos como engranes, poleas, un zeppelín y una calavera estilizada, simbolizando la muerte . Es una advertencia ante la atomización, si la ciencia y la tecnología nos llevarán irremediablemente a la aniquilación.
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EL BUSTO EN BRONCE DE IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO
destacados intelectuales y profesionistas del momento, y en el que Jesús Sotelo Inclán era identificado como “el hombre que las pesca al vuelo”, debido a su agilidad mental.
Concepción Jiménez Alarcón. Este busto en bronce del maestro Altamirano perteneció a uno de los normalistas más prominentes, el profesor Jesús Sotelo Inclán, ampliamente conocido entre muchas generaciones, pero ignorado por los normalistas jóvenes, por lo que bien vale la pena recordar, especialmente para ellos, algo de su vida y de su obra, así como la historia de este busto y su llegada a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros. Jesús Sotelo Inclán nació en la ciudad de México el 4 de diciembre de 1913, justo en que el pueblo mexicano llevaba a cabo su Revolución, que dejó en él profunda huella, manifestada entre otras cosas, en un acendrado patriotismo y un enorme y permanente interés por la educación. Destacado estudiante normalista, egresó de nuestra “Alma Mater” en 1933. Luego de un año como profesor rural, ejerció la docencia en el centro escolar “Revolución”, en la Escuela Primaria “Niños Héroes” y después en la “República del Salvador” en la ciudad de México, al mismo tiempo que intensificaba el desarrollo de su vocación por las actividades teatrales como actor y director, y de comunicación en la radiodifusora “XEX” de la Secretaría de Educación Pública, bajo el apoyo del maestro Agustín Yánez y en estrecha colaboración con el Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes. Uno de esos programas fue “Los catedráticos”, en el que intervinieron como invitados los más
Fue redactor y director de programas en Radio Mil; conductor y responsable del programa “Haciendo la tarea” en canal 5 XHGTV, en que se contestaban consultas de escolares de primaria y secundaria; creador y director del programa “Cantar y estudiar” producido por el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Dirección General de Educación Audiovisual; en 1974 fue asesor en la planeación y la producción de los primeros programas de la serie “Encuentro” y en 1977 supervisor del programa “La mujer de ahora”, difundido por XEWTV canal 2. En 1941 lo encontramos ya como profesor en la Escuela Nacional de Maestros y dos años más tarde publica la primera versión de su magna obra Raíz y razón de Zapata, que vino a dar una profunda dimensión histórica al defensor de la tierra para los campesinos. Con esta acuciosa investigación, no sólo bibliográfica y documental sin también de campo, ganó la confianza de los ancianos campesinos de Anenecuilco que lo hicieron depositario y custodio de documentos ancestrales de la población. Con posterioridad, todo el acervo de esta investigación la compartió generosamente con el historiador estadounidense John Womack, a quien además introdujo y acompañó a varias aldeas y ciudades de los
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estados de Morelos y Guerrero, conocidas por su tradición zapatista. Fue catedrático fundador del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, donde, en coautoría con la profesora Elvira Loredo, escribió el Curso por correspondencia de Historia de México, premiado en un concurso oficial. Como precursor de la enseñanza secundaria por televisión, en 1949 experimentó clases de este tipo con aparatos instalados por el ingeniero Guillermo González Camarena en el pórtico del cine Bucareli, en combinación con un curso organizado por la Dirección General de Educación Media de la SEP. Fue maestro en el Centro Regional de Educación Fundamental para América Latina (CREFAL) en Pátzcuaro Michoacán, en donde se encargó de la producción y dirección de los programas educativos del CREFAL. En 1954 fue Director de Educación Federal en el Estado de Jalisco; maestro en la Escuela Normal Superior a partir de 1958, Subdirector Técnico en el Instituto Nacional de Bellas Artes en 1965-1969 y autor del capítulo “La educación socialista” en la obra Historia de la educación pública en México, dirigida por el Licenciado Fernando Solana. Cuando en 1959 el Secretario de Educación don Jaime Torres Bodet, para satisfacer las carencias de escuelas y maestros, puso en marcha el Plan de Once Años, y convocó a la apertura de escuelas normales de carácter privado, el maestro Sotelo Inclán, enemigo de la educación religiosa y confesional, decidió apoyar esa convocatoria, fundó
una escuela normal a la que dio el nombre del liberal Ignacio Manuel Altamirano, que a su vez dirigió. Al referirse a ella, expresaba con orgullo que había formado 10, 309 maestros en 27 años. En el momento en que la SEP consideró que la demanda de escuelas y maestros había sido cubierta, tomó la decisión de cerrarla, no sin lamentar, según sus propias palabras, que “se perdía una escuela liberal, respetuosa de las leyes del país, quedando otras muchas en posiciones contrarias. Quedé, pues, como maestro “emérito” de mi escuela y con cincuenta y seis años de normalismo constante y efectivo, por lo que he vuelto a mis investigaciones históricas y literarias…he retomado investigaciones pendientes sobre Gutierre de Cetina y Juan Ruiz de Alarcón, así como otros temas de la vida nacional. Procuro reincorporarme al trabajo de radio y TV, buscando siempre sus modelos educativos en los que laboro desde 1933…” (Doc.mec.Julio de 1988). Con el nombre que asignó a su escuela normal, quiso rendir un homenaje al fundador del normalismo, a quien, admiró e incluso tal vez veneró, el gran orador, periodista y creador del nacionalismo en la literatura, Ignacio Manuel Altamirano. Desde sus estudios primarios, secundarios y de educación normal, gracias a algunos maestros y compañeros de estudio, el joven Sotelo Inclán empezó a interesarse en la arrobadora personalidad del “maestro de la juventud”, interés vehemente que habría de acompañarlo durante toda su vida.
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Otra de las formas de rendir homenaje al creador del proyecto que dio origen a nuestra Escuela Normal, se refiere a las ceremonias que año con año, don Jesús realizaba con los alumnos de su escuela normal frente a la tumba del tixtleco en la Rotonda de los hombres ilustres del Panteón de Dolores. En ellas, además de honores a la Bandera y canto del Himno Nacional, había discursos, conferencia, declamación o lectura de poemas o representación de fragmentos de obras de Altamirano, arregladas para teatro por el propio profesor Sotelo. Al regreso de sus ceremonias o cuando se refería al tema comentaba: “no me gusta el monumento que tiene Altamirano en su tumba, es muy pequeña, y ese busto en mármol blanco es pésimo, rígido, inexpresivo, no se parece a él, desmerece junto a los monumentos de las tumbas vecinas, es necesario cambiarlo”. Y efectivamente, más tarde lo cambió, como veremos líneas adelante.
Formó parte del Comité Editorial de las Obras Completas de Ignacio Manuel Altamirano, fue el responsable de la edición, prólogo y notas del volumen XXI que incluye parte del epistolario y colaboró de manera muy cercana con la Coordinadora, doctora Nicole Girón. Al respecto escribió: “…colaboro en la integración y publicación de las Obras Completas de Altamirano en que tengo pendiente el Epistolario de manejo abundante y difícil”. (Loc, Cit). En este trabajo participamos de manera conjunta, y fue la época en que más lo traté, lo conocí, y entendí que muchos aspectos de su personalidad eran paradigma y prototipo del normalismo, que además coincidió con el momento en que yo trabajaba la investigación del Centenario de la BENM.
Otra de sus pasiones fue la producción literaria. Su drama en verso Malintzin fue llevado a escena con éxito, representada por María Teresa Montoya, con su estreno fue inaugurado el teatro Jorge Negrete en 1957. Don Jesús concedía gran importancia al teatro histórico, “Es increible –decía-, que en México aún se representen pastorelas del siglo XVI y que no haya una tradición de teatro histórico mexicano, con representaciones permanentes populares que reafirmen los conocimientos adquiridos en la escuela. El mexicano debe verse reflejado en sus héroes, en los creadores de su identidad nacional” (Excelsior, 22 de septiembre de 1986, p. 36 A). Sus obras de teatro para niños con temas históricos y patrióticos como El recuerdo de antiguas hazañas, acerca de la historia del Himno Nacional Mexicano, editada en 1985 por el Consejo Nacional Técnico de la Educación, con una tirada de 60 000 ejemplares, ha circulado por todas las entidades federativas y se ha representado en numerosas escuelas. Su obra Morelos siervo de la Nación, ganó el primer lugar en un concurso de teatro histórico en 1984. En su documento mecanografiado citado líneas arriba escribió: “Escribo en éstas “vacaciones obligadas” (se refiere al momento en que cerró su escuela normal y se sintió desempleado) algunas obras de teatro, de las que tengo tres a punto para el libro o el escenario, preparo material para el teatro infantil y juvenil que hace mucha falta” (Loc. Cit.) En este rubro de teatro histórico también cabe mencionar las dramatizaciones que hizo de la
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novela Antonia, y del cuento La navidad en las montañas, ambos de Ignacio Manuel Altamirano, y que fueron llevados a escena por el Centro de Arte Dramático (CADAC), dirigido por el maestro Héctor Azar. De gran belleza son también otras dos obritas, que además de históricas son de carácter didáctico. En una de ellas: La primera escuela. Episodio altamiranista, la acción transcurre en el interior de la escuelita de primeras letras de Tixtla y en una placita frente a la misma, entre 1845 y 1894, y los personajes son el niño Ignacio Altamirano, sus padres, su padrino, su maestro y el General don Juan Álvarez. La otra es Sueños y pesadillas de Altamirano, comedieta original de Jesús Sotelo Inclán, basada en los artículos que IMA publicó en el periódico El Federalista en 1872 con el título de “Bosquejos”. En ambas da a conocer entre otras cosas los errores y horrores de la educación de aquella época y están publicadas en: Altamirano y el teatro de Héctor Azar. Gobierno del Estado de Puebla. Secretaría de Cultura, 1995. Otra de sus grandes pasiones fue la educación de la juventud y la formación de profesores. Entendió que la labor de educar no consiste en fomentar en los alumnos la repetición, sino en introducirlos en el camino de la creación. Ninguno de sus discípulos, entre los cuales me honré en figurar, regresaba con las manos vacías cuando acudía a él en busca de una orientación o una sugerencia para su trabajo de investigación. Siempre tuvo algo por hacer y disfrutó el logro ajeno, y en eso radicaba su mayor riqueza, en su afán de vivir para dar y ser útil a los demás.
26 Sin vanidad, con modestia, sin publicidad y con sencillez, nuestro querido maestro Sotelo que es símbolo de valores normalistas, importantes para el desarrollo de la cultura de nuestro país, está entre nosotros y en nuestra memoria por el peso de su vida y de su obra, y no por las artimañas de la lisonja. Con gran alegría festejamos en Tixtla, Gro. tierra natal de Altamirano, dos acontecimientos importantes: Sus cincuenta años de profesor en 1984, durante un ciclo de conferencias con motivo del 150 aniversario del nacimiento del que fue profesor de Historia Patria y Lectura Superior en la Escuela Normal, y el 75 aniversario de su natalicio, el 4 de diciembre, en la Semana Altamiranista de 1988, última a la que asistió. Es posible que tanto trabajo y entrega al servicio de la educación y de la investigación histórica, como es frecuente en la historia del sistema educativo, no le hayan sido suficientemente reconocidos, y haya albergado cierta amargura o desilusión, algo puede percibirse en su expresión siguiente: “… Empero el mayor proyecto del resto de mi vida es concluir mis investigaciones sobre Zapata, que emprendí desde mi lejana juventud, y que aun darán importantes sorpresas pues no se dirá para siempre que el mejor trabajo biográfico sobre el caudillo agrarista es un extranjero, siendo en gran parte mía la fundamentación de dicha biografía”. Cuando Carlos Salinas de Gortari era Presidente Electo, escribió su deseo de que se le hiciera saber que: “…en cuanto tome posesión, le entregaré –para que los destine al Archivo General de la Nación, el Archivo de Anenecuilco –que fundamentó mi trabajo- y que es un tesoro
para la historia del agrarismo en México, y en prueba de adhesión a su trabajo gubernamental, estaré pendiente de sus acciones agraristas y educativas, para dar cima a mis testimonios que inicié cuando era profesor de escuelita rural”. (Loc.Cit.). Salinas de Gortari había invitado al profesor Sotelo para que lo acompañara en su campaña por el Estado de Morelos. Don Jesús se presentó en Cuernavaca con su Raíz y razón de Zapata bajo el brazo. Cuando se saludaron y don Jesús le ofreció su libro, Salinas lo rechazó y le dijo “lo conozco profesor, lo conozco de principio a fin”. Es posible que en esta anécdota haya fincado las expectativas expresadas en el párrafo anterior. Lo damos a conocer porque ilustra aspectos importantes de la personalidad y la vida de don Jesús. Ahora bien, volvamos a la historia de nuestro busto en bronce. Una vez conocidas la admiración, el respeto, y la “devoción” de don Jesús por el cantor del paisaje guerrerense, y su enorme interés por dar a conocer su pensamiento y su obra, podrá entenderse su interés por buscar y encontrar al que consideró el escultor adecuado, para encargarle dos esculturas del poeta y novelista, una para que presidiera su escuela normal y otra para sustituir la de mármol blanco de la Rotonda de los Hombres Ilustres. Financió a los trabajadores que construyeron un monumento más decoroso y colocaron la nueva escultura, llevó la de mármol blanco a su domicilio y me la obsequió para llevarla a Tixtla, donde se encuentra en la Casa-Museo Altamirano. Después de su fallecimiento ocurrido el 3 de octubre de 1989, como consecuencia
de un accidente automovilístico en la 27 autopista México-Querétaro, su hermano, don Guillermo Sotelo Inclán, en una de tantas visitas que yo realizaba a su biblioteca y domicilio en las calles de Sor Juana Inés de la Cruz, me concedió la decisión del destino de la escultura. Mi primera respuesta fue “me lo llevo a Tixtla”. Reflexiones posteriores acerca de que ya estaba allá la de mármol blanco, que existe otro busto en bronce que regaló la Escuela Nacional de Maestros en 1937, otra escultura de cuerpo entero, réplica de la que se encuentra en San Remo Italia donde falleció, y otra que se encuentra en la Biblioteca municipal que lleva su nombre. Pero sobre todo la reflexión es acerca de la significación que tendría la permanencia de esa escultura en la institución educativa a cuyo origen, había contribuido de manera decisiva, hecho que en términos generales era desconocido, me hicieron cambiar de opinión. Informé entonces a don Guillermo mi cambio de decisión “este busto se va a la Escuela Nacional de Maestros, es su mejor destino, ojalá que su presencia despierte en la comunidad normalista, interés por conocerlo y estudiarlo. En 1992, se colocó en el interior del prado, sobre un pedestal pequeño, sencillo y sobrio que consideramos indigno y fue develado por el Director Profesor Salvador Moreno. Don Guillermo Sotelo ofreció financiar uno más decoroso, pero antes de que lo hiciéramos, la Academia de Pedagogía de la BENM acordó llevar a cabo un proyecto de actividades de homenaje al Lic. Ignacio Manuel Altamirano bajo la coordinación del profesor Jesús Fuentes López, proyecto que contó con todo el apoyo del Director de la Escuela, Profesor José Antonio
Hernández Cid. Estas actividades fueron las siguientes: La excelente exposición: “Vida y obra de Ignacio Manuel Altamirano”, enriquecida con un video que se mantuvo en proyección permanente durante la duración de la misma y que estuvo a cargo de los maestros Guadalupe Ugalde, Constantino Campos y Armando García; la edición de la Antología Pensamiento educativo de Ignacio Manuel Altamirano, bajo la coordinación de la profesora Carmen Antonio Vázquez y la colaboración de los profesores Ruth Salazar, Claudia Amanda Juárez y Jesús Fuentes; un ciclo de conferencias, organizado por las profesoras Iraís Pérez y Ma. Elena Báez; un curso-taller: “Altamirano, visión sociohistórica de su obra educativa”; con la organización a cargo de los profesores Jorge Cid y Blanca Ávila, que continúa pendiente; la reconstrucción del monumento “Ignacio Manuel Altamirano”, a cargo de la profesora Orfilda Carbajal. Las actividades culminaron con la realización del homenaje a Altamirano en su tierra natal, coordinado por los profesores Jesús Fuentes y Francisca Romero Salgado. Para estas dos últimas actividades, la remodelación del monumento y el homenaje en Tixtla se obtuvo el financiamiento del gobierno del Estado de Guerrero.
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BUSTO DE IGNACIO M. ALTAMIRANO Profr. Jesús Fuentes López.
Transcurría el año de 1991, encargado de la dirección del plantel estaba el Profr. Salvador Moreno y K y en la Subdirección Académica me habían conferido el honor de desempeñar tan honroso cargo; cuando nos comunicaron que la familia del desaparecido maestro Don Jesús Sotelo Inclán (hombre de probada vocación y humanista por excelencia) pretendía deshacerse de un busto célebre que por muchos años había sido símbolo en la otrora prestigiada Normal hermana Ignacio M. Altamirano, justamente ubicada a unos pasos de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (Av. de los Maestros, esquina con Sor Juana, en la colonia Un Hogar para Nosotros en la Ciudad de México), es más nos comentaron que deseaban fundir la pieza para venderla como preciado metal (bronce). Situación que me permitió presentar un proyecto de rescate urgente del monumento histórico antes referido. Al recibir la aprobación de las acciones, me puse en contacto con la Profra. Concepción Jiménez Alarcón, maestra distinguida tanto por su valor inapreciable en el panorama magisterial, como baluarte de la mujer mexicana. Además que ella representaba el respeto a la tradición altamiranista, por su obra intelectual, egresada de la Nacional de Maestros (institución fundada por Altamirano), y por si fuera poco, el honor de haber nacido en Tixtla, Edo. de Guerrero, lugar de nacimiento del ilustre maestro Altamirano, y cuna de valientes próceres de la Independencia como Don Vicente Guerrero.
29 Al recibir el llamado de ayuda la maestra Conchita (como de cariño le hemos referido sus amigos y alumnos) respondió con agrado, siendo noble y pródiga en sus atenciones, más allá de mis expectativas. Porque no solamente nos apoyó con sus orientaciones, sino que nos puso en contacto con la familia del Maestro Jesús Sotelo Inclán, así como de otras distinguidas personalidades estudiosas de la obra de Altamirano (Dra. Nicole Girón, Lic. Vicente Díaz Fuentes, Profr. Miguel Osorio Marbán, entre otros). De aquellas gestiones resultaron acuerdos favorables, dos en lo particular: Primero.La familia del Profr. Jesús Soleto Inclán, por conducto de Don Guillermo (hermano del educador) pedía que el busto de Altamirano se le ubicara en un lugar de privilegio en la escuela, y se le pusiera un basamento digno de la obra. Como respuesta a esta petición se buscó un sitio a un costado de la plaza cívica de la BENM. Resolviendo la escuela una pequeña partida presupuestal para edificar un basamento de ladrillo recubierto de cemento. (Quedaría la inquietud de mejorar estos materiales, y cambiar de lugar el sitio del busto, primero estaba dentro del jardín y en 1995 se le consideró en el sitio que conserva actualmente). Segundo.- La Profra. Jiménez Alarcón solicitó se pusiera una placa alusiva al donador. Satisfacción lograda de inmediato. El 24 de febrero de 1992 se inauguró la obra, teniendo la presencia de los involucrados. En el año de 1995, se presentó por parte de este servidor al C. Director del plantel Profr. José Antonio Hernández Cid, un proyecto de homenaje al Maestro Altamirano, considerándose una serie de actividades:
1) Conferencias: se recuerdan las dictadas por Concepción Jiménez Alarcón, Dra. Nicole Girón, Lic. Vicente Fuentes Díaz, entre otros. 2) Exposición Fotográfica, dirigida por los maestros Constantino Campos Hernández, Blanca Ávila Córdova, Guadalupe Ugalde. 3) Ceremonia Cívica. Responsables: Esperanza Bañuelos, Francisca Romero, Jorge Cid. 4) Viaje a Tixtla. Profesores responsables: Concepción Jiménez Alarcón, Constantino Campos Hernández y Jesús Fuentes. Se debe mencionar que los maestros de la Academia de Educación Artística pusieron mucho énfasis para el logro de estas presentaciones se recuerda al Profr. Eduardo Ruíz y Hermilo Rojas, directores del grupo Tezcatñipoca arrancaron grandes aplausos a los tlixtlecos con la presentación entre otras de sus danzas folklóricas. El Profr. Antonio Ceja y Ceja y Gonzalo Porras, quienes con sus grupos corales resaltaron los eventos. Poesía Coral, a cargo de la Profra. Francisca Romero, quien tuvo la amabilidad de poner en escena una poesía de este servidor en homenaje al maestro Altamirano. Remozamiento y adecuación del busto de Altamirano. Profesores responsables: José Guerrero Villeda, Valentín Ventura R., Orfilda Carbajal Millán. Es decir se involucraron tanto personal de la escuela, como sucedió con maestros distinguidos de las Academias de Pedagogía y Educación Artística, así como también alumnos de la escuela. Arrojando resultados exitosos la aplicación del proyecto. Los tixtlecos nos indicaron que era hora de que dejáramos atrás la
30 amnesia histórica en torno a nuestro ideólogo y fundador. Debido a que desde la década de los 30s no se presentaba hasta esa fecha una delegación representativa de nuestra escuela ¡ Buena llamada de atención ojalá se prosigan estas actividades de acercamiento con nuestras raíces históricas !. ( En la escuela primaria donde estudió Altamirano desde luego en Tixtla, existe un busto de este personaje que fue donado por la Nacional de Maestros hace 70 años). Regresando a la narrativa debo decir que tan afortunados estuvieron que se lograron dos cosas importantes en esta etapa de reconocimiento a la figura y obra del gran Altamirano: un viaje a Tixtla, Edo. de Guerrero ( que se ha referido líneas arriba), para rendirle tributo a nuestro ideólogo a nuestro fundador, así como, un nuevo basamento para el busto de Altamirano en nuestra escuela. En esta ocasión contamos nuevamente con el apoyo de la Profra. Concepción Jiménez Alarcón quien nos enlazó con el Gobierno del Estado de Guerrero, para lograr el apoyo económico correspondiente. En esta ocasión se solicitaron dos peticiones: Primera.- La Maestra Conchita pidió se realizara un mejor diseño y se edificara el basamento con cantera rosa. Del Gobierno del Estado de Guerrero nos enviaron un arquitecto y previa aprobación por parte de las autoridades se procedió a culminar la obra tal como la conocemos en la actualidad. Segundo este servidor solicitó al arquitecto del diseño se colocara en la parte media del basamento una escuadra y compás, símbolo de la masonería (institución donde el maestro Altamirano participó con grandes logros). Esta petición también se resolvió favorablemente, a pesar del disgusto de algunos compañeros que aún en nuestros días acusan alto compromiso con las ideas clericales.
Finalmente el 13 de febrero de 1995, se develó en ceremonia conmemorativa el pedestal y busto de nuestro orgulloso Normalista el Licenciado Ignacio Manuel Altamirano. Mención final merece el que se narre que el maestro Altamirano fue expulsado de la Masonería, porque en su momento y circunstancia se lanzó un edicto por parte de las autoridades masónicas para que nadie acompañara a las honras fúnebres al maestro Ignacio Ramírez el Nigromante. Y el gran Altamirano, desobedeciendo esta sanción, y guiándose por su respeto y lealtad al maestro que le había formado desde sus años mozos, no solamente acudió al sepelio, sino que fue el orador principal que leyó la oración fúnebre del maestro Ramírez. Honró a su maestro y amigo el Nigromante. ¡Vaya lealtad y valentía hacia la amistad!. Demasiada luz para la ceguera de su tiempo. Por este motivo se invitó a una delegación de honor por parte de la masonería mexicana para que el día 13 de febrero de 1995, se le rindieran los honores y el respeto, a quien sólo merecía los más altos calificativos de la Patria. Acudieron en esa responsabilidad los señores: Luis Manuel Rojas Barroso, Profr. Alejandro Reyes Bravo, Profr. Ramiro González Ortega, Ing. Fernando Oviedo Tovar, Lic. Francisco Espinoza Arias, Lic. Cuauhtémoc Montero Velásquez, entre otros. Todos ellos facultados con los más elevados grados que concede esa Institución. En conclusión podríamos atrevernos a decir que se limpió un agravio que el tiempo del futuro ya no podía esperar más. Como última reflexión invitaría a la comunidad normalista a conocer obra y pensamiento de nuestro fundador, aplicar muchas de sus ideas que aún están vigentes en nuestros días, y sobre todo, a cuidar su monumento.
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PROFESOR LUIS DE LA BRENA. Profr. J. Cuauhtémoc Morales C.
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La personalidad de Luis de la Brena guarda una raíz profunda en los anales de la educación de nuestro país; hombre de la primera generación de la Escuela Normal de profesores de la ciudad de México, de convicciones firmes acerca de su papel dentro del magisterio, su actividad no sólo la encontramos en las aulas, sino en otros ámbitos, como la lucha social y política, siempre en beneficio de la sociedad y de sus compañeros maestros.
En sus dos últimos años de estudio obtuvo una beca de manos del ilustre profesor Don Manuel María Contreras. Fue discípulo de la pléyade de profesores fundadores de la escuela normal: Ignacio Manuel Altamirano quien le dio clases de Lectura superior, de Historia Patria y General, de Ma. Manuel Contreras, Matemáticas, Geografía de Miguel Schultz, Francés de Federico Delczó, Caligrafía y Dibujo de José Rodríguez y Cos entre otros más.
En al ciudad de México, nace este distinguido personaje, un 18 de febrero de 1873. Vivió y creció en la iglesia adjunta al Colegio de Infantes en las calles de Seminario (entre las calles de Moneda y Guatemala), en lo que actualmente es el Centro Histórico. Jugaba en la azotea pues su padre era el campanero, y desde allí tuvo una visión diferente de la ciudad, por lo que desde pequeño se le formó un criterio crítico.
A los veinte años obtuvo su título de profesor normalista entrando de lleno al ejercicio de la profesión en diferentes niveles educativos. Durante los días aciagos de la revolución, era profesor de la Escuela Normal. Fue también Secretario General de la misma. Y en el año de 1915, no obstante la situación crítica por la que pasaba el país en general y la ciudad capital en particular, el profesor de la Brena es llamado por el Secretario de Instrucción Pública para reanudar los servicios del plantel normalista, el 16 de agosto de 1915, toma posesión como director de la escuela, llamando a los normalistas y convocando al profesorado para reanudar las clases. Reabrió también las clases en la escuela primaria anexa, restauró el servicio de internado y en general dio vida a las actividades administrativas y docentes. Aunque fue corto el periodo que como director tuvo, queda constancia de su esfuerzo por mejorar la vida de los estudiantes de la institución.
Le tocó en suerte, vivir los momentos de transición del gobierno de Lerdo de tejada y el inicio del porfiriato durante su niñez. Estudió la primaria elemental y superior, al terminar, en el año de 1887 ingresó a la recién inaugurada Escuela Normal, cuyos requisitos eran los de tener 14 años mínimamente, aptitud y moralidad reconocida y lógicamente conocimiento de las materias de educación primaria. Estos requisitos operaban como un filtro, y Luis de la Brena los cubrió fácilmente.
.. Durante los 54 años que ejerció como profesor, los alumnos y maestros de diferentes escuelas recibieron su saber y sus virtudes, empezando por las escuelas municipales de Tacubaya, después la de Cusihuiriachie en el estado de Chihuahua, también en la anexa a la normal, Director en la escuela del barrio de San Cosme, de la de Xochimilco, de la de Martínez de la Torre en el estado de Veracruz. Fue Inspector Escolar durante 11 años. Después Director de la Escuela Industrial, vuelve a dirigir la anexa a la normal. Más tarde va en viaje de estudios a los Estados Unidos de Norteamérica y a su regreso es invitado por el gobierno del Estado de Yucatán a reorganizar la educación de ese Estado. Posteriormente es nombrado Director de la Escuela Comercial “José María Luis Mora”. Regresa como Secretario General a la escuela Normal para Maestros. Retirado injustamente del ramo educativo, desempeña el cargo (completamente ajeno al magisterio) de Comisario de la Tercera Demarcación, en el que afortunadamente para el sector educativo, sólo dura un año, recomenzando su carrera interrumpida, en la escuela “21”, para pasar un mes después a ser Director de la escuela “Profesor Alberto Correa”. Finalmente, Es nombrado Inspector Escolar cargo con el que se retira en el año de 1945. Se casó con Débora Cueto de la Brena afamada concertista de piano, con quien procreó cuatro hijos: Débora, Sara, Luis Mario y Raúl
Fue autor de varios libros, entre los que sobresalen: “el niño mexicano” aprobado por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes de 1903 a 1908, como texto oficial para los alumnos del tercer año de la Escuela Primaria Elemental. Y el libro primero de lectura, dedicado al segundo año de enseñanza elemental, el cual aparece mencionado en la revista Enseñanza Normal, dirigida por el Maestro Alberto Correa en el año de 1906 y ampliamente recomendado para su utilización. Además, de nuestra Alma Mater dejó un testimonio invaluable en su texto que es ya un clásico para los estudiosos del normalismo, escrito con motivo del quincuagésimo aniversario de su fundación: “la vida en la escuela normal en medio siglo de ejercicio docente”, en donde encontramos una fuente de primera mano en lo que se refiere a la historia de la escuela. Otra faceta en la que se distinguió, fue la preocupación por el bienestar social del magisterio, junto con grupo de compañeros, sentó las bases de uno de los mayores beneficios de que gozamos los maestro del Distrito Federal, la Sociedad Mutualista del Seguro del Maestro. Formó grupos culturales e ingresó al Grupo América como legionario el 23 de abril de 1942, ascendiendo a miembro activo el primero de diciembre de 1943 y en premio a sus esfuerzos y trabajo, recibió la presea más reconocida de su tiempo la Orden Nacional Mexicana de Damián Carmona con Cinta Blanca, por Servicios Distinguidos a la Patria.
El profesor Luis de la Brena no fue un innovador, pero si un pedagogo con sensibilidad, congruente con las necesidades del país, atento a los cambios educativos que se fueron dando a lo largo de su trayectoria como profesor de los diferentes niveles educativos en los que laboró. La herencia romántica y el pensamiento nacionalista
BIBLIOGRAFÍA CONSTANTINO Blancas, Cinosura, Presencia de la E.N.M. En la Historia de México, Ediciones de la Escuela Nacional de Maestros, México, 1970.
inculcados por sus
maestros de la Escuela Normal de Profesores los trasmitió a los innumerables alumnos que tuvo a lo largo de su brillante trayectoria como maestro, lo mismo en escuelas primarias que en medias o superiores. El maestro de la Brena fallece el 18 de mayo de 1950 a los 77 años de edad. El día 17 de febrero de 2003 le rendimos homenaje, con la develación del busto que a iniciativa de uno de sus descendientes el Arquitecto Oscar de la Brena se ha erigido en uno de los costados de la explanada (lado oriente) de su querida escuela normal, la hoy Benemérita Escuela Nacional de Maestros
GUERRA, Francois-Xavier, México: del antiguo régimen a la revolución,Tomo I, Fondo de Cultura Económica, México. 1985. JIMÉNEZ Alarcón, Concepción, (coordinadora), Historia de la Escuela Nacional de Maestros, 1887-1940, Talleres Gráficos de la Nación. México. 1979. MACIEL Jara, Miriam E., Profr. Gregorio Torres Quintero, tesis para obtener el grado de Maestría, Universidad Pedagógica Nacional, México, 1998.
MORALES Campos, J. Cuauhtémoc, la Galería de ex-directores en la Sala José Clemente Orozco, mecanograma, BENM., México, Marzo, 2001. VARIOS, Formación docente, escuela y proyectos educativos, 1857-1940, Antología, Unuversidad Pedagógica Nacional, México, 1994.
PROFR. LAURO AGUIRRE
Colocada en la entrada principal de la escuela se levanta la grandiosa escultura realizada por AUGUSTO ESCOBEDO; artista mexicano que realizó su obra de siete metros de altura sobre una estructura de concreto y recubierta con piedra de Xaltecan a la que le dio una textura áspera. Representa un enorme libro del querido maestro. El escultor seleccionó las líneas rectas y piramidales del monumento para lograr una armonía con el estilo arquitectónico de toda la construcción.
Las dos cualidades sobresalientes del notable maestro, que deberían ser exaltadas en la obra, fueron su gran comprensión humana y su rectitud de carácter. Sus triunfos más relevantes fueron el logro de la coeducación y su gran éxito como educador , tarea a la que dedicó toda su vida. El escultor decidió usar como base un libro abierto que sería fácilmente interpretado como un símbolo de la sabiduría del Educador..
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Los rasgos y la expresión amable de la cara del maestro Aguirre, hablan con elocuencia de su bondad y simpatía hacia la juventud; mientras que las paredes rectas expresan su energía y determinación Escobedo, autor de varios monumentos importantes, explicó las motivaciones estéticas e ideológicas de su creación
“Creo,
dijo, que el monumento a Lauro Aguirre ha sido un feliz intento para crear un tipo diferente de obra, que esté más de acuerdo con nuestra época atómica y espacial. Pero inclusive más importante agregó, es despertar en el ciudadano que lo contempla la urgencia de elevarse a mayores conquistas y emular las virtudes del personaje representado”.
LA “TORRE” (Remodelación del edificio) C: Jesús Quintero Barroso.(3) Alarde de ingeniería en el año de 1947 era la “torre de la normal”, 71 metros de altura: En la parte más alta ostentaba altiva las siglas E N M, desde donde algunos osados normalistas, tras de hacer equilibrio por su interior lleno de vigas y andamios, llegaban a contemplar el bello panorama de la gran ciudad. Nunca ninguna autoridad subió para bajarlos y nunca tampoco alguno de los aspirantes a alpinistas experimentó personalmente la ley de la gravedad. Pocos años después y tras de algunos temblores que comenzaron a ladearla, hubo necesidad de quitarle tres pisos, reduciendo su altura a 34 metros. Transcurrió el tiempo y la torre continuaba inclinándose peligrosamente al NE, desprendiendo materiales en su lenta pero inevitable caída. Prestaba poco servicio, los elevadores que se proyectaron para ascender los diez pisos de que contaba inicialmente, quedaron en eso, en proyecto. Tras estudios realizados por técnicos de diferentes Secretarías se decidió su demolición, la cual de inició en octubre de 1972, y para el Aniversario de nuestra Escuela en febrero del año siguiente, había concluido. La planta baja de la misma no fue tocada porque ahí se encuentran unos murales de Orozco. Ahora, esta ex-torre se ha transformado en la “Sala de Exposiciones José Clemente Orozco”.
(3) Tomado de la Reseña Histórica de la Esc. Nal. de Maestros
33 Se encuentran dos valiosas pinturas murales al fresco con el estilo y la técnica del maestro Orozco, colocadas a los lados de la entrada principal. Representan al pueblo miserable guiado hacia la educación y la cultura para que se redima a través de la escuela, evite la explotación social y se libere de sus miserias materiales y morales. La actitud de los niños, mujeres y hombres es la de quien espera ansiosamente que le abran la puerta del saber y la cultura y le den la oportunidad de encontrar una vida mejor. En el recinto puede admirarse la cabeza monolítica de Orozco, realizada por el escultor mexicano Juan Cruz, quien supo reproducir con acierto y maestría la vigorosa personalidad del pintor.
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MURALES
JOSÉ CLEMENTE OROZCO En el recinto, puede admirarse la cabeza monolítica de Orozco, realizada por el escultor mexicano Juan Cruz, quien supo reproducir con acierto y maestría, la vigorosa personalidad del pintor.
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VESTÍBULO DE LA EXTORRE
En el vestíbulo principal del mismo edificio de la Escuela Nacional de Maestros Orozco pintó unos murales (1948) que si bien no tienen la importancia de la Alegoría Nacional del Teatro al Aire Libre, no por eso deja de tener interés, antes al contrario, muestra aquella otra expresión suya, dramática y por lo tanto bien conmovedora. Son unos grupos de gente de nuestro pueblo, entre los que se encuentran figuras formidables y plenas de carácter, expresado este con unos cuantos signos, rasgos, pinceladas o golpes de brocha. Pero también se encuentra allí unas tiernas figuras de niños. En conjunto es el pueblo humilde que se acerca a las puertas de la escuela y que tal parece que Orozco quiso poner así, a la entrada, como recordatorio constante de una realidad nuestra: la miseria del pueblo y su gran necesidad de educación y mejoramiento en todos sentidos. Es uno de esos trozos de su obra en que su formidable expresionismo alcanza el nivel del dolor y la miseria humanos hasta arrancarnos el sollozo y partirnos el corazón
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37 EL MURAL EN LA ESCUELA NACIONAL DE MAESTROS ALEGORIA NACIONAL Justino Fernández (4) En el teatro al aire libre de la Escuela Nacional de Maestros, obra del arquitecto Mario Pani, Orozco pintó un mural ( noviembre 1947 – abril 1948 ) de proporciones heroicas ( 380 metros cuadrados ) que viene a ser una nueva experiencia y un nuevo buen éxito del arte contemporáneo. Por ahora dejemos a un lado que la pintura haya sido ejecutada indirectamente, de un modo perfecto, por medio de un equipo de ayudantes, aunque esto sea una novedad; también pondremos aparte el empleo y combinación de nuevos materiales, a pesar de la importancia que tiene porque hace posible una pintura así, puesto que de todo eso ya ha tratado Orozco en detalle ( Catálogo de su VI Exposición de El Colegio Nacional ); lo que ahora interesa es la creación artística como tal. El muro, de planta parabólica, está enmarcado de los lados por los corredores de las crujías del edificio – grises y rojos – y frente a las gradas de cemento sobre piedra; queda en lo alto limitado por el cielo – azul de México – sobre el que se destaca la elevada torre. Este ambiente de líneas rígidas, de juegos de sombra, requería una pintura capaz de imponerse armonizando en el conjunto y esto es lo que ante todo ha logrado el artista por medio de una composición, de unos elementos plásticos, de un dibujo preciso y de un colorido que viene a completar y a dar realce a la estructura arquitectónica. (4) Tomado de: Historia del arte mexicano, tomo III
No es la primera vez que Orozco completa y unifica la pintura con la arquitectura por el contrario, toda su obra mural tiene ese sentido -, ni tampoco es ahora cuando se la ve con sus superficies curvas o cóncavas – ya en Guadalajara y en Jiquilpan demostró su capacidad para resolver este tipo de problemas -; por eso estaba justamente dentro de sus posibilidades tratar adecuadamente un muro de esta forma y dimensiones. Un escollo se presentaba, la portada barroca de la antigua Universidad, al centro y en la parte baja del muro, al nivel de la plataforma; mas esto quedo superado al aprovecharla como parte integrante de la composición, para la cual hasta su estilo resultó simbólico en relación con lo expresado por Orozco. Son un acierto singular las formas que el pintor ha concebido para expresarse, que a primera vista podrían ser bautizadas como “pintura abstracta”, aunque el término ya resulte circunscrito a un momento histórico y por lo tanta anacrónico, porque basadas en líneas estructurales que mantienen el juego con la arquitectura circundante, son las mas adecuadas para dar vida a un muro como este; porque si bien necesariamente son geométricas. Orozco ha humanizado su geometría, de manera que allí la maraña de líneas y colores expresa con auténtico sentimiento su idea, que no sería sino eso, idea, si es que no estuviese, como está expresando una completa realidad por medio de símbolos y metáforas, que gracias a la potente imaginación del pintor componen la alegoría. ¿ se trata de cubismo ? No, porque aquí el movimiento es la clave del conjunto, no se trata de ideas abstractas sino de algo bien real que tiene por nombre: México. Es pintura realista, pero
de nuevo sentido, porque no representa cosas, sino sentidos de realidad de la existencia humana, en determinado lugar y tiempo. Los principales elementos verticales – unas piernas, una espada, un tornillo sin fin, una serpiente, unas construcciones, una nube – que juegan con la verticalidad de la torre al fondo y a lo lejos -, quedan ligados entre sí por otros elementos horizontales, por diagonales a la derecha que culminan en la cabeza del águila y por una enorme línea parabólica que, elevándose del lado izquierdo, se interrumpe al declinar y marca la dirección hacia las diagonales, cruzando casi toda la composición. Pero no es esto todo; de lo alto, de fuera, por la izquierda, entran nuevos elementos con ímpetu vertiginoso y líneas acompañan a otras líneas subrayando, por decirlo así el movimiento. Todo ajustándose a la forma parabólica del muro.
Antes se había ocurrido sacar las formas más allá del cuadro – Picasso, Siqueiros, Tamayo y otros lo han hecho con buen éxito, pero nadie había expresado como Orozco este ataque de formas desde afuera hacia adentro. Los “futuristas” quisieron pintar el movimiento desplazando formas semejantes en una dirección, es decir, por sucesión de movimientos, más aquí es el tiempo continuo, a gran velocidad , que topa con aquello a que va dirigido; pienso en la “línea – fuera” del “futurismo”; en la obra de Siqueiros en Chillán, Chile, pero encuentro que aquí se ha llevado el principio a su máximo efecto. Ahora bien en yuxtaposición de los planos en dos dimensiones se ha venido usando en la pintura desde Cézanne y el “cubismo”, aquí se trata de otro sentido,
38 porque hay y no hay planos, porque las estructuras lineales se mantienen por sí, como si fueran de fierro o de alambre, y no siempre circunscriben las áreas de un mismo color, sino que libremente se establecen varios planos a diversas profundidades, como por transparencias, resultando un espacio vivo, no plano y estático, en que la mirada traspasa y no, múltiples planos en varias direcciones, creándose así un juego formal, una ilusión visual, de sentido dinámico. Aun hay más: los objetos están allí como tales, las piezas metálicas, las piernas, la serpiente, el águila, las construcciones, la mano y esta combinación de objetos y espacio, de objetos en el espacio, de su corporeidad, según conviene, fundiéndose en el conjunto, como materia que se integra y desintegra, está lograda en el límite más justo y resulta todo un nuevo sentido de los principios hasta aquí conocidos. Por las novedades que Orozco ha introducido en esta pintura, algunas de las cuales tienen antecedentes en su propia obra, y por su potencia expresiva, puede decirse que el muro de la Escuela Nacional de Maestros viene a superar cuanto hasta ahora se ha hecho en la línea de la “pintura abstracta”, desde Cézanne y los “cubismos” ( analítico y sintético ), no solo llevándola a su máxima dimensión, sino enriqueciendo los medios expresivos de la pintura y por lo tanto contribuyendo positivamente a la expansión de sus posibilidades. Por el tratamiento lírico de las fuerzas dinámicas, el artista ha hecho posible la expresión plástica de otra lógica más allá de la tradicional y de un sentido tiempo – espacio y una física seguramente más de acuerdo con las ciencias actuales. Habría más que agregar sobre este importante aspecto formal – expresivo,
pero señalado lo anterior, ocupémonos en lo expresado, en lo que llaman: el tema. Ya he mencionado símbolos que indican de qué se trata; Alegoría Nacional ha llamado Orozco a su obra. Se refiere pues; a México, con su águila y su serpiente, con su pasado autóctono que se hace presente en aquella máscara o cráneo rebanado, en lo más alto de la composición, en la combinación del águila y las diagonales de las construcciones, que recuerda el perfil de Coatlicue, en la mano que pule la piedra; Nueva España queda simbolizada en la vieja portada. Sobreponiéndose a todo esto, las construcciones, los tornillos, los resortes del mundo mecanizado sale un hombre gigantes que pretende ascender ¿ hacia dónde- ?, más sus piernas quedan en la tierra y en donde debería estar su cabeza se encuentran las nubes; unas piezas metálicas, afiladas, puntiagudas, como dardos lanzados desde fuera, van a dar a una espada rota y a herir la serpiente – ese símbolo circular del mundo mexicano que al parecer está muerta, pero que tiene aun destellos misteriosos ( metales aplicados ) en su cuerpo maltrecho y desfallecido. No parecerá ahora absurdo concluir que esta síntesis de México, según se me rebela, contiene posibilidades de vida – si el hombre asciende, si la serpiente vive, si el águila recupera sus alas – y de muerte – si la serpiente muere, si la masa matemática la destruye, si la espada se rompe definitivamente – así, toda aquella en suspenso y a punto de . . . y la incógnita del futuro inminente de nuestra vida, de la vida, continúa como posibilidad en un sentido o en otro.
Forma y contenido, lo expresivo y lo expresado, quedan intrigados y ambos expresan la vida mexicana de hoy, que incluye pasado y porvenir; en suma, se trata de un corte practicado por Orozco en nuestro tiempo histórico que como todo lo humano, es fluido, cambiante, dinámico. No existe pintura “abstracta” alguna de la monumentalidad originalidad de ésta ni en México ni en el extranjero.
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LA PUERTA DEL EDIFICIO DE SANTO TOMAS. Profr. Cuauhtémoc Morales C. En el año de 1924, casi a finales, se terminó de construir el edificio de lo que sería originalmente la Escuela Normal de Señoritas que hasta ese año se encontraba en el edificio de Mascarones donde actualmente se encuentra la Secundaria 4. el edificio situado en los terrenos baldíos de lo que había sido la hacienda de Santo tomas, recibió desde el principio esa denominación: la Escuela Normal de Santo Tomas. Conviene recordar para fines de la historia de nuestra escuela, que en aquella época existían en la ciudad de México tres escuelas normales, la de varones, la de señoritas y la nocturna (Ubicada en la calle de Bolivia, antigua de las Moras, número 12). En ese mismo año (1924) la normal de varones que durante el gobierno de Carranza, había sido despojada de su edificio de Popotla, se encontraba trabajando en pésimas condiciones en el edificio de lo que hoy en día es la Secretaría de Educación Pública (ex-convento de la Encarnación) que había sido desocupado por las mujeres para pasar a Mascarones. Por indicaciones de José Vasconcelos Secretario de la recién creada Secretaría de Educación pública, en el mes de febrero, los varones pasaron al edificio de San Jacinto, construido en la huerta de un antiguo convento y muy cercano a donde estaba el edificio de Santo Tomas, motivo de este texto. El edificio construido en los terrenos de la ex-hacienda de Santo Tomás, su fachada era de tipo colonial, con orientación norte-sur, zaguán amplio con una puerta estilo barroco (de la cual se hablará enseguida con
41 detalle) que daba inmediatamente a un amplio vestíbulo y conectaba con el salón de actos de forma ovalada el cual era sostenido por un gran número de pilares. A la entrada se desprendían de un lado y otro corredores muy amplios que comunicaban con los salones de clase, formando una especie de V. hay que señalar que cuando se construyó el actual edificio (1945-47), se demolió gran parte de la anterior estructura, pero se conservaron las dos alas, que fueron adecuadas para formar parte de la nueva construcción (para este curso escolar 20012002, donde se ubican los grupos de primero y segundo año). En el caso especifico de la puerta, ésta fue trasladada de la fachada original, al gran auditorio abierto que cerraba las escuelas primarias de experimentación pedagógica y que coincidente mente también tiene forma de V. Ya entrando en detalle con referencia a la puerta, es conveniente iniciar con el pensamiento de los alumnos de aquella época pues eso nos da una idea clara de lo que significó para los jóvenes normalistas de aquellos tiempos: ha franqueado el paso a una nueva vida: la bulliciosa vida estudiantil. “Dintel abierto a nuestras ansias juveniles, lugar de gratas reminiscencias... por él, pasan presurosos, ora jocundos, hemos entrado al aula tibia y acogedora” (Anuario de 1940). Este edificio con su puerta tejida en piedra, es importante, pues va a ser el lugar donde va a surgir la escuela Nacional de Maestros en el año de 1925, con el proyecto del Maestro Lauro Aguirre, (que para esa época era muy avanzado), basta recordar el proceso de reunir las tres escuelas normales en una sola, o bien la coeducación que va a estar vigente hasta el año de 1942. y Como dejar de lado lo referente a las visitadoras del hogar a la Universidad Popular o el Departamento de Educadoras.
Ahora bien cuando se hizo la invitación a José Clemente Orozco para que pintara el muro curvo de 400 metros, el tema del mural ya estaba establecido. Tenía que ser sobre motivos nacionalistas y tomar en cuenta los símbolos que identifican a nuestro país. El pintor jalisciense de entrada se encuentra con un grave problema, la puerta barroca del edificio de Santo Tomás que había sido trasladada a la parte baja al nivel de la plataforma y central del muro. Orozco superó el problema tomando la puerta como eje del mural integrándola a la pintura como parte de la composición de las tres etapas de nuestra historia en que dividió su trabajo, la prehispánica, la colonial, donde jugó un papel primordial la puerta y finalmente el México contemporáneo. La puerta que diera acceso a la comunidad normalista por aproximadamente 23 años, ostenta en su parte superior y en medio a la Minerva emblema y símbolo de nuestra escuela. Destaca el busto en un escudo medieval y gran parte del escudo de la Universidad con el lema “por mi raza hablara el Espíritu” . abajo, Secretaría de Educación Pública y más abajo el año de 1924 en caracteres romanos. Es pertinente señalar, que en ese año, la Universidad Nacional de México con todas sus dependencias formaba parte de la secretaría de Educación pública. Como aclaración, es necesario precisar que la universidad era parte de la Secretaría desde 1921 y será hasta 1929 cuando logre su autonomía que se separe de la SEP. Lo cual de alguna manera afecta a la normal, pues edificios como el de Lic. Verdad o el de Mascarones quedarán en manos de la UNAM. Volviendo al tema de esta exposición, la puerta de estilo barroco que en España a este estilo se le conoce como churriguera, presenta una simetría en la ornamentación de ambos lados, los elementos decorativos son básicamente de procedencia vegetal y los
42 lineales por su distribución le prestan un gran realce, se puede apreciar también, como se equilibra el adorno de los fustes de las columnillas laterales. Otro elemento importante son las estípites ( pilastras en forma piramidal con la base menor hacia abajo ) que son característicos del barroco mexicano. Finalmente, la herrería de la puerta, es un claro ejemplo del equilibrio y armonía que se aprecian en el estilo barroco. Para terminar, es necesario considerar que en la actualidad la puerta se encuentra en un grave deterioro, a pesar del mantenimiento dado hace pocos años ( unos cuatro o cinco ), por el Instituto Nacional de Bellas Artes, se ha ido erosionando sobre todo el dintel que debido a las lluvias se forma un pequeño charco que le ha ocasionado hongos que lo perjudican y en lo concerniente a la madera ésta también está muy lastimada y se hace necesario una restauración, pues en caso contrario pronto no tendremos más que el recuerdo de este símbolo del normalismo.
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edición, Talleres
JIMENEZ Alarcón, Concepción (coordinadora ), et. Al., Historia de la Escuela Nacional de Maestros, volumen I, 1887 – 1940, 1a edición, talleres Gráficos de la Nación, México, 1979. MORALES Campos, Cuauhtémoc (coordinador ), et. Al. La puerta barroca y los Frontispicios. BENEMERITA ESCUELA NACIONAL DE MAESTRO, México, 1a edición, octubre de 2000. MORALES Campos, Cuauhtémoc (coordinador ), et. Al. Los murales de José Clemente Orozco en la BENM. ( Topializtli III ). Mecanograma, Área de Investigación de la BENM, México, febrero de 2000. PANI, mario, Escuela Nacional de Maestros, México, D.F., en revista Arquitectura No. 24, México, marzo de 1948. QUINTERO Barroso, Jesús y Lucio Vilchis ruiz, Reseña de la Escuela Nacional de Maestros,Departamento Editorial, México, s/f. RAMÍREZ, Ma. del Carmen (coordinadora ), et. al., Memoria de la Escuela Nacional de Maestros, dedicada a la UNESCO, Departamento editorial de la Escuela Nacional de Maestros, México 1947. VARIOS, Anuario de la Escuela Nacional de Maestros 1969, Departamento editorial de la Escuela Nacional de Maestros,México, 1970. VARIOS, Anuario de la Escuela Nacional de Maestros 1947, Memoria de la Generación 1947, Nueva Imprenta “Aldina”, México, 1948.
Directorio Profr. Juan Manuel Rendón Esparza.
Director Profr. Alfredo Sánchez Vázquez.
Subdirector Académico Profr. Arturo Mejía.
Subdirector Administrativo Profra. Noemí Reyes Sales.
Jefa del Área de Docencia Profr. Fernando Hernández Barajas.
Jefe del Área de Investigación Profr. Constantino Campos Hernández.
Jefe del Área de Difusión Cultural y Extensión Educativa Profr. Cuauhtémoc Morales Campos.
Responsable y Coordinador de la Publicación Profesores: José Alfredo Gálvez, Miguel Ángel Huerta, Guadalupe Ugalde.
Colaboradores Profr. Constantino Campos Hernández, Salvador A. Ramírez González, Hermilo Vázquez.
Fotografías Francisco Javier Reyes Ramírez, Juan Manuel Herrera Espinosa, Marco Antonio Valdez Duhart y Salvador A. Ramírez González.
Captura de Imágenes Josefina Sánchez Saldaña, Margarita Rodríguez Cuero, Salvador A. Ramírez González, Ángela Araceli Granados Hernández Francisco Javier Reyes Ramirez.
Captura de Textos Salvador A. Ramírez González
Diseño del Trabajo B.E.N.M. Febrero del 2004 1a. Reimpresión, corregida y aumentada, Cuauhtémoc Morales Campos, marzo 2006
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