Patagonia, etimología

August 10, 2017 | Author: fracchiadiego | Category: Languages, People
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Publicado en Conferencias… entre el viento y las palabras. Dora Beatriz Neuman (Ed.). Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Trelew: 2010. pp.109-113. Patagonia: controversias y certezas sobre su significado César Aníbal Fernández Universidad Nacional del Comahue

La región sureña de Argentina lleva un nombre de particular resonancia mundial: Patagonia. El origen, significado y extensión geográfica de ese topónimo ha sido motivo de múltiples polémicas en el campo académico e incluso político. Se pretende, aparentemente, con la apropiación de este vocablo cubrirse del prestigio exótico que conlleva el mismo. Ya en otros tiempos, etnónimos que designaban pueblos originarios indígenas han sido motivo de no poca controversia, tales serían los casos de araucano o mapuche (Fernández 2003b). El 31 de marzo de 1520 Hernando de Magallanes llegaba a la bahía que denominara San Julián en la que hoy es la provincia de Santa Cruz. El navegante portugués al servicio de España había partido de Sevilla el 20 de septiembre de 1519 con cinco naves y unos 265 hombres, aproximadamente; de ese grupo retornarían el 9 de septiembre de 1522 dieciocho tripulantes en una sola nave al mando de Sebastián Elcano, habiendo realizado la primera vuelta al mundo en barco, una de las mayores hazañas de todos los tiempos. Antonio Pigafetta, cronista del viaje, cuenta el primer encuentro con los patagones: Durante dos meses no vimos alma viviente por aquella tierra; un día apareció de improviso en la playa un hombre de estatura gigantesca casi desnudo, que bailando y cantando, se echaba arena en la cabeza. Dispuso Magallanes que fuese un hombre a tierra con encargo de imitar al salvaje en sus movimientos, en señal de paz. Comprendió aquél que no íbamos en actitud hostil, y se dejó conducir a una isla vecina, donde estaba nuestro jefe con varios de los nuestros. Maravillóse al verlos, y, levantando el dedo, parecía querer decir que nos creía venidos del cielo. Era tan alto aquel hombre, que le llegábamos a la cintura, siendo en lo demás muy proporcionado. Magallanes llamó patagones a esos hombres. Las otras dos alusiones que aparecen sobre el vocablo están registradas en el mapa que acompaña el relato donde se mencionan el Estrecho Patagónico, que luego de la muerte de Magallanes pasara a denominarse Estrecho de Magallanes, y la Región Patagonia. Todos estos vocablos aparecen escritos en italiano, la lengua en la que se escribiera esta obra, dado que se ha extraviado la primera versión en español que fuera entregada a Carlos V. Estos son las únicas referencias que hay en la crónica y no se proporciona ninguna explicación sobre el origen, significado o motivo por el que se eligiera este nombre. Al no haber información aclaratoria se especuló que tal nombre se debería a la talla de los habitantes recientemente conocidos, tal vez los tehuelches, que eran “gigantes” ante los españoles que tenían

menor altura; se suponía que también sus pies tendrían un gran tamaño y a ello se debería el nombre. Sin embargo en el texto original no hay referencias al tamaño del pie ni a la dimensión de sus pisadas. Así comenzó a difundirse en algunas enciclopedias la interpretación de “pie grande” o “patudo”, o sea un compuesto de pata (nombre vulgar de pie) y gon, un supuesto aumentativo. Esta explicación, a falta de otros datos en el texto, fue universalmente aceptada (Lida de Malkiel 1976). Otra interpretación muy difundida es la que inexplicablemente se le asigna un término de origen quichua: patakuna. Según esta versión el topónimo derivaría de pata “cima de un cerro o parte alta de algo” y kuna, morfema de plural, que es traducido como “cerros bajos”, característica de la región patagónica costera. Lo insólito de esta etimología es su origen quechua, lengua sin ninguna relación con la Patagonia. Una derivación similar indica que patagones sería un vocablo compuesto de patak “cien” en quechua y aoniken, uno de los nombres de las parcialidades tehuelches y que el todo indicaría “cien aborígenes”. Resulta inexplicable que una forma mixta quechua y tehuelche haya sido la elegida para designar a estos últimos. Otro aspecto a mencionar es que suele haber cierta confusión entre patagoni y patagao. Es necesario aclarar que patagoni es el término que usa Pigafetta en la primera edición conocida de su diario que publica en italiano, patagao es el mismo vocablo pero en portugués en otra edición. Todas estas interpretaciones en las que se asigna un origen indígena al vocablo en cuestión han sido analizadas y desechadas. González (1999) realiza una amplia reseña al respecto. Sin embargo, un trabajo publicado recientemente por Key (2002) le asigna al vocablo la etimología yagán. El aporte a la discusión radica en que se trataría de una palabra originada en los indígenas de Tierra del Fuego. Por tratarse de un artículo casi paralelo con el actual merece un tratamiento detallado. Los primero que debe decirse es que Key estudia el topónimo Patagonia y no el etnónimo patagones que es el que figura en el texto. La fuente bibliográfica en la que se apoya es el diccionario yámana-inglés de Thomas Bridges de mediados del siglo XIX, pero de sucesivas y complejas ediciones desde 1933, que recoge un amplio léxico donde aparecen cuatro vocablos que podrían relacionarse con Patagonia. De esos vocablos cito patag-önia que traduce como “cualquier cosa o superficie ancha”. El estudio de Key ha sido escrito bajo el influjo de la obra autobiográfica de Lucas Bridge, El último confín de la Tierra que opera como contexto. Key hace un análisis genérico sobre los antecedentes existentes en torno al estudio del topónimo en cuestión. En el mismo se revisa el significado y hace mención al monstruo Patagón como personaje del Amadís de Gaula. Pero esto es erróneo, ya que el nombre de la novela de caballerías donde aparece el nombre en cuestión es Primaleón de Grecia. Es necesario señalar que rechaza la interpretación de Lida, quien hiciera el aporte original al descubrir el nombre Patagón como un personaje del Primaleón. Tampoco cita a esta investigadora en su documentación original ni la menciona en la bibliografía, sino que dicha referencia aparece a través de una observación tomada de la Enciclopedia Británica. El argumento central de Key es que Patagonia es una palabra de la lengua yagán. Esto no parece probable luego de los numerosos estudios en los que se prueba que Magallanes no usó nombres indígenas, sino del santoral católico (Santa Cruz, Once Mil Vírgenes, Monte Cristo, San Julián...) u otros de la lengua española (Mar Pacífico, Cabo Deseado...). La ideología

etnocentrista de carácter asimilacionista imperante en la época llevaba a que los nombres nuevos sólo fuesen castellanos. A tal punto es valedero este criterio que hasta en los zoónimos empleados se recurre a las denominaciones hispánicas. Cabe preguntarse, por qué se iba a modificar ese criterio recurriendo a un nombre indígena para “bautizar” a un pueblo y a una de las regiones más importantes de Sudamérica. Cabría suponer, incluso, una última consideración que incluya la posibilidad de que fuese un préstamo que la lengua yagán haya tomado del español a través del inglés. Para esta interpretación me apoyo en las citas que hace Key (2000: 264) que alude a los préstamos del inglés trasladables también al español por tratarse de una zona de contacto de las tres lenguas. El hecho de que el topónimo Patagonia apareciera en el diccionario de Briges sólo muestra que el vocablo estaba incorporado a dicha lengua y no, como pretende la autora en cuestión, que su etimología fuese yagán. Dejadas de lado las hipótesis indigenistas, la única que prevalece como valedera es la que sostuviera María Rosa Lida. Esta investigadora argentina descubrió casi al azar la novela anónima de caballerías denominada Primaleón de Grecia en la que aparece el monstruo Patagón. Vidal de Battini (1982: 21) presenta algunos datos anecdóticos sobre el proceso del descubrimiento del texto donde aparecía el vocablo en cuestión que indican los azarosos caminos por los que suele transitar un investigador. Dice que Lida

...conoció en Estados Unidos un fragmento de la novela de caballerías el Primaleón, anónima, en el que se habla del monstruo Patagón, que en una singular aventura el caballero vence y cautiva. Su lúcida intuición vio en el nombre Patagón el posible origen de nuestro topónimo. La afirmó en su suposición el hecho de que el trozo literario observado, destinado a un trabajo de investigación, daba el nombre geográfico de California como el de la isla de las amazonas. California es el nombre de ficción de la novela de caballerías Las Sergas de Espalandián. En Estados Unidos el Primaleón era inhallable. Marcel Bataillon consiguió descubrirlo, en su primera edición, en Inglaterra, en manos de un profesor de Oxford, en su segunda edición, en la Biblioteca de París. Su lectura aclaró definitivamente el origen del vocablo Patagonia. El desconocido autor de la novela creó, para el argumento de una de las aventuras, un pueblo de hombres muy primitivos, que vivían en una isla a los que llamó patagones; entre ellos estaba el monstruo Patagón. Magallanes, que sin duda conocía muy bien el Primaleón, que quizá lo leía en las veladas del invierno de 1520, en la región austral, llamó patagones a nuestros indios tehuelches que allí conoció, como consta en el diario de Pigafetta. (......) El Primaleón tuvo gran difusión en esa época. Sabemos que los conquistadores leían apasionadamente las novelas de caballerías y que sentían el estímulo de las aventuras extraordinarias de los caballeros andantes, a las que muchas veces superaron heróicamente en sus proezas.

Magallanes creó el término Patagonia para nombrar la tierra de los patagones. Patagonia es un derivado de patagón y está formado a semejanza de California, con el mismo sufijo, que es común en otros topónimos conocidos. En la época de la Conquista, patagón significó "hombre salvaje y primitivo" y no de grandes pies como se dijo y se repitió tantas veces, y está documentado que se dio este nombre también a indígenas de una región del Perú. En el rudimentario Mapa de Pigafetta figuran Patagonia y otros topónimos que impuso Magallanes en la región (como) Estrecho Patagónico que pronto comenzó a llamarse Estrecho de Magallanes, después de la muerte del descubridor. El nombre Patagonia, uno de nuestros más antiguos topónimos, fue creado para designar la tierra del pueblo primitivo que la habitaba mientras se realizaba unas de las hazañas heroicas más extraordinarias de la conquista de América, el descubrimiento del Estrecho.

Patagón es, pues, el nombre de un monstruo que aparece en una novela de caballerías Primaleón, obra publicada en 1512 y que se reeditó alrededor de diez veces hasta 1588. Todo lo cual explica la popularidad del etnónimo entre los navegantes, por lo que Pigafetta no consideró de importancia hacer más aclaraciones en el texto donde aparece el nombre. Lida de Malkiel (1976: 96) dice que Pigafetta no creyó necesario glosar la interpretación impuesta por Magallanes y familiar a todos por la leidísima novela. Casi cien años más tarde, cuando Bartolomé Leonardo de Argensola escribía su Conquista de las Islas Malucas (Madrid 1609), parece que todavía era transparente la asociación entre los corpulentos aborígenes de la Patagonia y la novela caballeresca, pues al final del libro III, al referir cierto encuentro con los naturales del Estrecho, que se dieron vergonzosamente a la fuga, el historiador comenta: “según este acto, no parecía impropia la cobardía que aplican a sus gigantes los escritores de los libros fabulosos que llaman vulgarmente de caballería”.

De todas las interpretaciones propuestas la sostenida por Lida de Malkiel es la que se halla más apoyada en documentación fidedigna. Como conclusión puede decirse que a partir del nombre del gigante Patagón, Pigafetta formó Patagonia para referirse a la región que actualmente mantiene ese nombre.

Bibliografía Fernández César. 2003a. Los nombres de la tierra patagónica. Patagonia, Lácar, Colihue y otros nombres de plantas y lugares. Buenos Aires, Editorial Maitén. 2003b. “Los mapuche o los mapuches”. La escuela rural. Interculturalidad mapuche. Buenos Aires, Dunken: 79-84. González, Javier Roberto. 1999. Patagonia-Patagones: orígenes novelescos del nombre. Rawson, Subsecretaría de Cultura. Key, Marie Ritchie. 2002. “El significado de Patagonia”. Estudios Filológicos N° 37: 261-266. Lida de Malkiel, María Rosa. 1976. "Para la toponimia argentina: Patagonia". El cuento popular y otros ensayos. Buenos Aires, Losada: 91-97; 146. Pigafetta, Antonio. 2001. Primer viaje alrededor del mundo. Traducido directamente de la edición italiana del Dr. Carlos Amoretti y anotado por Manuel Walls y Merino. Buenos Aires, El Elefante Blanco. Vidal de Battini, Berta Elena. 1982. "El español de la Argentina. El léxico". Actas. Segundo Congreso Nacional de Lingüística, San Juan (Argentina) Volumen 2: 13-23.

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