Ousía en Metafísica v 8 y VII 1-3

November 14, 2017 | Author: Oscar_Grey_15487 | Category: Essence, Metaphysics, Aristotle, Matter, Ontology
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La noción de ousía en Metafísica V 8 y en Metafísica VII 1-3 Prof. Silvana Di Camillo. La noción de ousía en Aristóteles es una de las cuestiones más comentadas. Eso no quiere decir que haya consenso entre los comentadores respecto de las tesis aristotélicas porque la pregunta ¿qué es la ousía? puede tomar distintas direcciones. Aristóteles puede estar interesado en qué cosas son ousía, cuáles son las entidades a las que les cabe el término ousía; o puede estar interesado en los criterios, o notas características, que tiene que tener algo para ser ousía. Eso ya nos permite, de algún modo, abrir los caminos para dirimir algunas de las discusiones que hay. Porque una cosa es la connotación del término, las notas características que algo debe tener para ser ousía, y otra cosa es la denotación, a qué realidades se aplica. Pero también, en esta compleja cuestión de la ousía en Aristóteles, hay que tener en cuenta otra distinción importante; distinción que es entre dos usos, o sentidos, del término. Decíamos que la pregunta qué es la ousía podía significar: qué entes son ousía, o qué notas características tiene. Pero, hay otra cuestión que es determinar los usos de la palabra en Aristóteles, y que es importante tener presente desde el comienzo. Ousía tiene dos significados básicos: por un lado, designa al individuo concreto, a la entidad particular; por otro, designa la esencia del individuo. Entonces, desde un principio sepamos que Aristóteles nunca va a dudar que el individuo particular es ousía. Desde un punto de vista lógico, el individuo es sujeto último de predicación. Es decir, el individuo ocupa el lugar de sujeto en cualquier proposición. Es sujeto último porque todo lo demás va a depender de ese sujeto. En ese sentido, ousía es una entidad autosubsistente y con existencia separada. Esto significa que cada uno de ustedes y yo somos una ousía para Aristóteles: Sócrates es una ousía, este caballo es una ousía, al igual que esta planta. Por otra parte, ousía designa el principio o la causa por la cual un individuo es lo que es en sí mismo. A eso me refería cuando dije que ousía era la esencia del individuo. Y en este sentido, ousía requiere un complemento y es por eso que hablamos de ousía de un individuo, entendiendo por ello la esencia. ¿Se entiende la distinción? Una cosa es sostener que Sócrates es una ousía, y otra cosa es preguntar cuál es la ousía de Sócrates, donde ahí la respuesta no es Sócrates, sino la esencia de Sócrates. Es decir, podemos decir que el primer sentido es un sentido absoluto de ousía. Mientras que el segundo es un sentido relativo que exige que lo completen: la ousía de algo.

¿Cómo traducir la palabra ousía? En virtud de esto dos significados de ousía, la palabra griega ha sido traducida como sustancia (atendiendo al primero) y como esencia (atendiendo al segundo). Si la traducimos por esencia, hay uno de los sentidos que queda excluido (el de sujeto autosubsistente). Tal vez traducirla por “sustancia” esté bien, porque aludimos tanto a un esto particular como al núcleo central de algo, como cuando decimos “este libro es en sustancia tal cosa” o “la sustancia de este discurso”. La palabra “entidad”, con la que también se traduce “ousía” también recoge bien pues podemos hablar de entidad refiriéndonos a individuos, o también podemos hablar de entidad refiriéndonos a la esencia de ese individuo, a lo que lo hace ser lo que él es. Entonces, tenemos estas dos posibilidades de traducción: o bien sustancia, o bien entidad. Pero subsiste un problema de interpretación, porque cuando ustedes leen los textos aristotélicos el traductor opta por alguna de estas dos y va a traducir, toda vez que lea ousía, por entidad, como lo tienen ustedes en la traducción de Calvo. Pero yo les dije que había dos sentidos de ousía. Entonces, a veces esto es una dificultad para la interpretación de la ousía en Aristóteles porque en cada caso hay que establecer si se está refiriendo a la causa del ser del individuo o al individuo mismo. En Categorías, será ousía el individuo particular. Ese es el sentido que aparece en Categorías, mientras que el otro sentido, el de esencia, es apenas mencionado en la Física y bien desarrollado en Metafísica . Dado que la ousía primera en Categorías va a ser el individuo, y en Metafísica va a ser la esencia o forma, muchos plantean la contradicción entre los dos tratados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Aristóteles nunca va a dudar que el individuo sea ousía. Es solo que, una vez que el individuo deja de ser, desde un plano lógico, sujeto de predicación para ser, en un plano físico, compuesto de materia y forma, Aristóteles se repregunta acerca de cuál es la ousía del individuo. Y ahí se cuestiona: ¿la materia o la forma? Ahora vamos a volver sobre estas cuestiones. En Categorías entonces, el individuo particular es sustancia primera, es la realidad básica. Fíjense que esto tiene una importancia no menor si tenemos en cuenta el contexto de Categorías y la entendemos como una crítica a Platón. Si yo les preguntara qué es lo básico, o lo real para Platón, ustedes contestarían que las Ideas son las realidades para Platón. Lo que está haciendo Aristóteles es invertir el planteo platónico. Porque ¿a qué le va a otorgar mayor realidad? Al individuo, a lo que para Platón era solo una copia degradada. Para Aristóteles, cuanto más general es algo, menos real y, viceversa, cuanto más individual, más real. Por tanto, ya no son los

individuos los que van a depender del género, sino al revés. Va a ser el género el que dependa, en su ser, de los individuos. Ahora tendríamos que ver el tratamiento de la ousía aristotélica en Metafísica. En Metafísica, que es la ciencia de las primeras causas y principios, se tratará de determinar cuáles son las causas o principios que explican a las entidades. Fíjense que el enfoque es otro, no se trata tanto de determinar qué realidades son ousía, sino de determinar cuáles son las causas o principios de esas realidades. Lo que hay que tener en cuenta es que de Categorías a Metafísica está el pasaje por la Física. En la Física, Aristóteles reconoce que el individuo de Categorías es, en realidad, un compuesto de materia y forma. Siendo así, el individuo, desde este punto de vista deja de ser primero, porque es algo derivado de dos causas que son la materia y la forma. Por lo tanto, Aristóteles dice que el individuo es posterior. El interés de la Metafísica tiene que ver con las causas y principios de algo. Si el individuo, ahora, es compuesto de materia y forma, ¿en qué consiste la sustancialidad del individuo? ¿en la materia o en la forma? Por eso, en Metafísica, asistimos al cambio de sentido de la palabra ousía, ya no es el individuo o la entidad por sí subsistente, sino el sentido relativo: la ousía de algo ¿Cuál es la ousía del individuo particular; la materia o la forma? Esta es la pregunta. En la Física responde que la forma es más naturaleza que la materia, porque es la causa del ser de la cosa. Y, en Metafísica repite esta misma cuestión. Pero, fíjense que, a veces, se sostiene que hay contradicción entre Categorías y Metafísica, cuando, en realidad, son dos problemas distintos. Aristóteles nunca negará al individuo el título de ousía. Pero el individuo no es ousía como causa, pues el compuesto es lo que ahora hay que explicar apelando a la forma y a la materia. En esta clase vamos a trabajar un libro central de la Metafísica, que es el Libro VII, dedicado íntegramente a la ousía sensible. Antes de eso, vamos a leer el capítulo 8 del Libro V de la Metafísica. El Libro V es una especie de diccionario, en el que Aristóteles toma ciertos términos muy importantes, como “principio”, “ousía”, “elemento”, etc., y va haciendo un repertorio doxográfico de lo que se ha dicho sobre el concepto en cuestión. O sea que no necesariamente las distintas definiciones expresan las posiciones aristotélicas. En muchos casos se trata de una enumeración preliminar que luego va a analizar críticamente en otros libros. Pero nos va a venir bien establecer qué es lo que él dice respecto de la entidad en Metafísica V capítulo 8.

Se llaman «entidad (ousía)» los cuerpos simples —por ejemplo, la tierra, el fuego, el agua y cuantos son tales— y, en general, los cuerpos y sus compuestos, animales y divinidades, así como sus partes. Todas estas cosas se dice que son entidad porque no se predican de un sujeto; al contrario, las demás cosas (se predican) de ellos. Aquí, entonces, hay un sentido general que todos aceptarían. Se llaman entidades los cuerpos simples y también los animales y las divinidades. Por divinidades, entiendan los astros, pues en Metafísica VII, cuando hace un recuento parecido, aparece el sol, la luna. Para él son divinos en cuanto son eternos. ¿Cuál es el motivo por el que se acepta que todas estas cosas son entidades? ¿Cuál es el criterio que se utiliza para decir que todas estas cosas son entidades? Que no se predican, que son sujetos. Este criterio aparecía ya en Categorías, el de ser sujeto, el de no predicarse. Por tanto, se llaman ousía porque no se predican de un sujeto, sino que las otras cosas son predicadas de ella. O sea que reaparece también en Metafísica el criterio de la subyacencia o de impredicabilidad del que hablamos en Categorías. Hasta aquí, entonces, no hay diferencias. Sin embargo, si ustedes comparan la lista que está dando Aristóteles con la línea dividida de Platón, se van a dar cuenta que no es inofensiva, pues Aristóteles confiere plena realidad a lo que para Platón eran solo copias. En este contexto el criterio de sustancialidad es el que aparecía fuertemente en Categorías: ousía es aquello que ni está en un sujeto ni se dice de un sujeto. Es el sujeto último. Ahora, pasemos al segundo sentido: En otro sentido, lo que es causa inmanente del ser de aquellas cosas que no se predican de un sujeto: así, el alma para el animal. Ahí aparece el segundo sentido de ousía: la ousía como la causa inmanente del ser de aquellas cosas que no se predican de un sujeto. Ahora, ousía no es el individuo mismo, sino la causa del ser del individuo. Ousía ahora es forma, como causa inmanente. En la Física, Aristóteles se preguntaba cuál es la naturaleza o entidad (ousía) de los entes que tienen en sí mismos el principio del movimiento. Y a ello contestaba que en un sentido lo es la materia; pero, en realidad, en un sentido prioritario, lo es la forma, porque es el elemento determinante. Además, Aristóteles insistía en que tanto la materia como la forma son causas inmanentes, principios internos al ente. Aquí está en otro plano, que no es solamente lógico o de la predicación, sino que es un significado más bien físico:

¿cuál es el principio o causa que hace ser al animal? Esta causa inmanente es el significado que tiene la ousía como forma. Por eso les decía que aparece un segundo sentido, que es relativo: la ousía del individuo, entendida como su causa inmanente, su forma. En este segundo sentido, la ousía primera será la forma, ya no el individuo. Pasemos directamente al cuarto sentido: Además, la esencia, cuyo enunciado es definición, también ella se dice que es la entidad de cada cosa. Reparen en la expresión entidad de cada cosa. La ousía de cada cosa. Aquí aparece en la traducción “esencia” que, en realidad, en griego es una expresión: tò tí ên eînai. Esa perífrasis, traducida literalmente, significa: “lo qué era ser”, lo que la cosa es por sí misma. No está mal traducirla por “esencia”. El “ên” es el imperfecto del verbo “ser” y tiene un carácter durativo; la esencia es lo que permanece a través de los cambios accidentales. La esencia de la cosa es lo que ella es por sí misma, en virtud de sí misma, y permanece a través del cambio accidental. Esencia es contraria a accidente. Estudiante: ¿La esencia es la forma? Profesora: Lo que dice Aristóteles es que la esencia es, en el plano lógico, lo que la forma es, en el plano físico. Acá, la esencia es aquello que se expresa en la definición. Así pues, en el plano del lenguaje, hablamos de esencia; en el plano físico, como el principio determinante del ser de las cosas, hablamos de la forma. Sucede, por lo demás, que la entidad se denomina tal en dos sentidos: de una parte, el sujeto último que ya no se predica de otra cosa; de otra parte, lo que siendo algo determinado es también capaz de existencia separada. Y tal es la conformación, es decir, la forma específica de cada cosa. Aquí resume los dos sentidos de ousía (como sujeto último y como forma) y, a la vez, da ciertos criterios o notas características de la ousía. ¿Cuáles serían los criterios? Estudiante: Sujeto. Profesora: ser sujeto, bien; ¿qué más? Ser algo determinado (la expresión en griego es tóde ti). Estudiante: Y capaz de separarse. Profesora: Separado. Y tal es la forma; pero cómo; ¿la forma es separada? Estudiante: No.

Profesora: La palabra que acá traducen como capacidad de existencia separada, es khoristón. Por su terminación en ton puede traducirse como “separado” o “separable”. En el caso de la forma aristotélica, no existe separada, salvo el motor inmóvil. La forma de las cosas sensibles existe como causa inmanente, pues de otro modo Aristóteles caería en el error que achaca a Platón. Entonces, si la forma es khoristón, lo será en el sentido de “separable” conceptualmente, intelectualmente. Es posible separar la forma del compuesto y definirla, pero sólo en el plano conceptual, no real. El término “separado” tiene distintos significados en Aristóteles. Los menciono para que puedan deslindar en cada texto a qué se está refiriendo. Un significado es la independencia ontológica. Otro es la separación conceptual. Recuerden el ejemplo de “ñato”, donde el matemático abstrae la forma (la concavidad) de la nariz, mientras que el físico debe tener en cuenta también la materia. Es decir, es posible separar conceptualmente la forma, sin que tenga existencia separada. El tercer sentido es separado de la materia, característica propia de la entidad suprasensible. De manera que en Metafísica V 8 se establecen los dos sentidos de ousía (sujeto autosubsistente y esencia) y también los criterios que debe cumplir todo aquello que merezca el título de ousía: ser sujeto, ser determinado y ser separado o separable. Pasemos a la lectura del Libro VII. Antes quería mencionarles tres problemas diferentes en torno a la ousía. Dijimos que un problema tenía que ver con las notas características de la ousía. Otra cuestión es a qué realidades se aplican esas notas. Y, una tercera cuestión, es qué tipos de ousía hay. (1) ¿Qué notas definen la entidad? –ser sujeto –ser algo determinado –ser separado

independencia ontológica separable conceptualmente separado de la materia

(2) ¿A qué realidades se aplican? - sujeto

- materia - forma

-compuesto - esencia - universal - género (3) ¿Qué tipos de ousía hay? –sensibles

corruptibles incorruptibles

–suprasensibles Las entidades sensibles corruptibles son estudiadas por la Física, las sensibles incorruptibles (astros) por la Astronomía, mientras que las suprasensibles son estudiadas por la Filosofía primera o Teología. Otra observación preliminar tiene que ver con que Aristóteles no vacila en conferirle el título de ousía a cosas particulares de nuestro mundo: este hombre, este caballo son ousía, son máximamente ousía; mientras que las especies y los géneros quedan relegados a ser ousíai secundarias. En Categorías, el criterio fundamental es el de ser sujeto de atribución y, en ese sentido, el individuo es ousía primera en relación con los géneros y los accidentes. Pero en Física, como dijimos, el individuo pasa a ser compuesto de materia y forma. Y una vez que llega a distinguir en el individuo un aspecto material y un aspecto formal, se reabre la cuestión acerca de qué cosa cuenta como sustancia primera: ¿la forma o la materia? Aristóteles se decide por la forma, pues es la causa inmanente del ser del compuesto. La forma será ousía primera en relación con la materia y con el compuesto. Como ven, los intereses en ambos tratados son distintos. Y la reconsideración de qué es lo que cuenta como sustancia primera es lo que aparece en Metafísica VII. Por eso este libro contiene las ideas maduras de Aristóteles sobre la sustancia sensible. Pero lo que dice allí resulta verdaderamente difícil de comprender. Vamos a leer solamente los primeros tres capítulos, pero quiero que sepan que este complejo libro tiene 17 capítulos. Vayamos al texto: La expresión “algo que es” se dice en muchos sentidos, según distinguimos ya con anterioridad en el tratado Acerca de cuántos sentidos . De una parte, en efecto, significa el qué-es y algo

determinado y, de otra parte, la cualidad, la cantidad o cualquier otra de las cosas que se predican de este modo. Pues bien, si «lo que es» se dice tal en todos estos sentidos, es evidente que lo que es primero de (todos) ellos, es el qué-es referido a la entidad (efectivamente, cuando queremos decir de qué cualidad es algo determinado, decimos que es bueno o malo, pero no que es de tres codos o un hombre; por el contrario, cuando queremos decir qué es, no (decimos) que es blanco o caliente o de tres codos, sino «hombre» o «dios»), mientras que las demás se denominan «cosas que son» porque son cantidades o cualidades o afecciones o alguna otra determinación de lo que es en el sentido señalado. Aristóteles, al mencionar el tratado Acerca de cuántos sentidos, se refiere al Libro V, capítulo 7, que ya hemos analizado: los múltiples sentidos de “lo que es” (tò ón). Uno de los sentidos es el esencial y los otros sentidos son los que vimos en Categorías: cantidad, cualidad, relación, etc. Porque no es lo mismo decir que algo tiene tres codos que decir que es un hombre. La diferencia es que, en el último caso, se trata de una predicación esencial y, en el primero, de una predicación accidental ¿Pero, qué está marcando Aristóteles en este pasaje? Hay una cierta prioridad ¿entre qué sentidos del ser? De la ousía sobre cualquiera de los otros sentidos del ser. Si pregunto qué es algo, no respondo diciendo que es blanco, sino que tendré que responder dando la esencia de algo, que es la primera categoría. Si pregunto de qué cualidad es o cuánto pesa, responderé con la categoría de cualidad o la de cantidad. Todos los distintos significados de ser son múltiples, por cierto; no podemos decir que todos esos significados puedan reducirse a una unidad; no hay un género ser que los incluya a todos. Ahora bien, lo que dice Aristóteles, es que las cosas que no son entidad se dicen entes, son, en la medida en que mantienen alguna relación con la entidad, en la medida en que son cualidades, cantidades, etc. de una entidad. Recuerden que en Categorías nada podía existir sin la ousía. Acá repite esta cuestión. De todo aquello que no sea entidad, se podrá decir que es, solo en la medida en que de algún modo remita o tenga alguna relación con la entidad. A esto se le suele llamar, y así lo van a encontrar en la bibliografía, homonimia pròs hén, u homonimia en relación con algo uno, eso quiere decir “pròs hén”. Eso uno es la ousía. Todo lo demás es, en la medida que tiene alguna relación con la ousía. O sea, todo lo que hay es ousía o tiene alguna relación con la ousía. Por lo tanto, hay una prioridad ontológica de la ousía con respecto a todo los otros sentidos del ser. Dijimos que todos los múltiples significados del ser tienen relación con algo uno, que es el sentido fundamental del ser, la ousía. Por eso la pregunta ¿qué es lo que es (tò ón)? se reduce a ¿qué

es la entidad (ousía)? Porque ousía es el significado prioritario del ser. La pregunta general de la Metafísica, ¿qué es el ser?, se reduce a ¿qué es la ousía? Lo que sigue es una respuesta a una posible objeción: Por eso cabe considerar la aporía de si «pasear», «sanar» y «estar sentado» son, respectivamente, algo que es o algo que no es, y lo mismo acerca de cualesquiera otras cosas semejantes. Y es que ninguna de estas cosas es (existente) por sí ni capaz de existir separada de la entidad, sino que, con más razón y en todo caso, entre las cosas que son se contarán el que pasea, el que está sentado y el que sana. Estas determinaciones parecen cosas que son, más bien, porque tienen un sujeto determinado (o sea, la entidad individual), el cual se patentiza en tal forma de expresión; en efecto, si se prescinde de él, no es posible hablar de «lo bueno» y «lo que está sentado». Es, pues, evidente que en virtud de aquélla es cada una de estas determinaciones, de modo que lo que primeramente es, lo que no es en algún aspecto, sino simplemente, será la entidad. Lo que es absolutamente es la entidad. El “simplemente” quiere decir “absolutamente”. Entonces, la objeción es la siguiente: si caminar o estar sentado son dependientes de una ousía, ¿habría que pensar que “camina”, “sana”, “está sentado” no son nada? ¿En qué medida son los accidentes? Son, en virtud de la relación que mantienen con la ousía; son siempre en un sentido derivado, en un sentido dependiente de la entidad. Y esto se patentiza en el modo de expresarnos: “el que pasea”, “el que sana”, donde se pone de manifiesto que hay un soporte ontológico del accidente, que es precisamente la ousía. Lo mismo ocurre con cualquier accidente, que es gracias a la homonimia pros hen. Entonces, el hecho de que la ousía pueda ser por sí misma, con independencia de los accidentes, mientras que los accidentes no puedan ser con independencia de la ousía, implica, entonces, que la entidad posee esta prioridad ontológica. Pero, además de esta prioridad ontológica, la ousía tiene otros tres tipos de prioridad: lógica, gnoseológica y temporal. Pero 'primero' se dice en muchos sentidos. Pues bien, en todos ellos es primera la entidad: en cuanto a la noción, en cuanto al conocimiento y en cuanto al tiempo. En efecto, ninguna de las otras cosas que se predican es capaz de existencia separada, sino solamente ella. Y también ella es primera en cuanto a la noción (ya que en la noción de cada una (de las demás) está incluida necesariamente la de entidad); y, en fin, pensamos que conocemos

cada cosa, sobre todo, cuando sabemos qué es el hombre o el fuego, más que si sabemos la cualidad, la cantidad o el dónde; y es que, incluso, conocemos cada una de estas cosas cuando sabemos qué es la cantidad o la cualidad. ¿Qué tipos de prioridad tiene la ousía? Dijimos que la primera era la prioridad ontológica, es la fundamental, todos los accidentes van a depender de la ousía. Estudiante: En la noción. Profesora: “En la noción”, la tienen que entender como “en la definición”, es en el logos. La prioridad lógica de la ousía alude al hecho de que puede y debe ser definida sin incluir ninguna referencia a los accidentes. Mientras que toda vez que queremos definir algo perteneciente a una categoría accidental tenemos que hacer alguna referencia mediata o inmediata a la ousía. La imposibilidad de ser definidas de modo autónomo es un reflejo en el plano lógico de la falta de autonomía en el plano ontológico. La prioridad gnoseológica implica que el conocimiento de lo que es esencial a algo es prioritario respecto del conocimiento de lo que ese algo es accidentalmente. Les doy un ejemplo: si ustedes quisieran saber qué es esto, refiriéndose a uno de ustedes, y yo les respondiera: es blanco (por su color de piel), no sabrían de qué entidad se trata. Por tanto, seguirían preguntando: Y ¿qué es esto blanco? -Es de 1.65 m. Y, ¿qué es esto blanco y de 1.65m? Y así sucesivamente recorriendo la serie de accidentes, que para Aristóteles es infinita, no van a saber qué es. En cambio, si respondo: “es un ser humano”, estaría definiendo lo que la cosa es y ustedes podrían saber de qué se trata. Por tanto, hay para Aristóteles una prioridad gnoseológica de la ousía, con respecto a los accidentes. El conocimiento de lo que es esencial es algo prioritario respecto de lo que es accidental, es más genuinamente conocimiento. ¿Qué pasa con la prioridad temporal? No hay una explicación, en el texto, de la prioridad temporal. La prioridad temporal genera algunos problemas de interpretación porque ella no puede entenderse como una anterioridad de la ousía respecto de la totalidad de sus accidentes, pues no hay ninguna sustancia sensible que esté desprovista de todo accidente. Una posibilidad es acercarla mucho a la prioridad ontológica. Es decir, la prioridad temporal es la prioridad de lo que permanece, de lo que mantiene su identidad, a través de la sucesión de accidentes, que entran y salen de ella, a lo largo del proceso de cambio. Esta es una posibilidad de entender esta prioridad temporal: la prioridad de lo permanente sobre lo sucesivo.

Conque la cuestión que se está indagando desde antiguo y ahora y siempre, y que siempre resulta aporética, qué es «lo que es», viene a identificarse con ésta: ¿qué es la entidad? La pregunta de siempre de la Metafísica: ¿qué es el ser? se reduce a ¿qué es la ousía? Porque todos los significados del ser remiten a un significado primordial, que es el de ousía. Ésta, unos dicen que es una sola y otros que más de una, y unos que son limitadas (en número) y otros que infinitas. Por ello, también nosotros hemos de estudiar, sobre todo, en primer lugar y —por así decirlo— exclusivamente, qué es «lo que es» en el sentido indicado. Entonces, ahora, en el libro VII se va a estudiar “lo que es” en el sentido primordial, el de ousía. En el capítulo 2, después de indicar el objetivo que se propone en este libro, Aristóteles pasa revista a las diferentes respuestas que se han dado en torno de la cuestión acerca de cuáles y cuántas son las entidades fundamentales, qué cosas son sustancias: Por otra parte, parece con total evidencia que el ser entidad corresponde a los cuerpos (por eso decimos que son entidades los animales y las plantas y sus partes, y los cuerpos naturales como el fuego, el agua, la tierra y los demás de este tipo, y cuantas cosas son o partes de ellos o compuestos de ellos, sea de algunos o de todos ellos, por ejemplo, el firmamento y sus partes, astros, luna y sol). Ahora bien, hemos de examinar si son éstas las únicas entidades o hay también otras, o si lo son sólo algunas de ellas, o también (algunas) de las otras, o si ninguna de ellas, pero sí algunas otras. Los hay que opinan que son entidades los límites del cuerpo como la superficie, la línea, el punto y la unidad, y que lo son en mayor grado que el cuerpo y el sólido. Además, unos no admiten que haya nada fuera de las cosas sensibles, mientras que otros (admiten) realidades eternas, que las hay en mayor número y que son en mayor grado… Aquí hay una especie de repertorio doxográfico. Primero dice que con total evidencia los cuerpos y lo reductible a cuerpo es ousía. Otros sostienen que ousíai son las cosas más básicas que los cuerpos: superficies, líneas, puntos. Por último menciona a los filósofos para los cuales hay ousíai eternas y más reales que las sensibles, con clara referencia a Platón. Aristóteles trata de establecer dos posiciones encontradas en esta cuestión, como una aplicación particular del

método diaporemático: quienes sostienen que la realidad es infrasensible, constituida por los elementos últimos de los que se componen los cuerpos, y quienes sostienen que la realidad es suprasensible o inteligible, constituida por las Formas. Tras exponer primero esquemáticamente qué es la entidad, habremos de examinar, acerca de estas doctrinas, qué afirmaciones son adecuadas o no adecuadas, y cuáles son las entidades, y si hay algunas fuera de las sensibles o no las hay, y cuál es el modo de ser de éstas, y si hay alguna entidad separada fuera de las sensibles, y por qué y cómo, o si no hay ninguna. Aquí vuelve a la cuestión planteada más arriba; ¿qué realidades son ousía? Además de las sensibles; ¿hay suprasensibles? Esta es una pregunta que le va a preocupar siempre en la Metafísica y Aristóteles va a tratar de mostrar que sí hay realidades suprasensibles, solo que no son las Ideas platónicas. Para determinar quién tiene razón ¿qué es lo que hay que hacer primero? Decir qué es la entidad. Aristóteles retoma aquí la prioridad de la pregunta socrática. Para determinar si algo pertenece a una determinada clase, es preciso definir qué es. Aquí adopta esa misma estrategia. Para determinar qué cosas son ousía, es preciso determinar qué es la ousía, y ahí empieza el capítulo tercero. La entidad se dice, si no en más sentidos, al menos fundamentalmente en cuatro: en efecto, la entidad de cada cosa parecen ser la esencia, el universal, el género y, en cuarto lugar, el sujeto. En este pasaje la pregunta ¿qué es la entidad? adopta la forma ¿cuál es la entidad de cada cosa? ¿en qué consiste la ousía de algo entendida como causa o principio? Y en ese sentido se proponen como respuesta cuatro posibilidades: Universal, género, esencia y sujeto. Establecida esta primera afirmación, Aristóteles pasa a examinar la noción de sujeto. La palabra para “sujeto” es hypokeímenon, que literalmente quiere decir “lo que está por debajo”. Esta palabra quiere decir, en un sentido lógico, el sujeto de predicación. Pero también significa “sustrato” en el sentido de soporte de determinaciones. Desde el punto de vista ontológico (físico o metafísico) sería el soporte o sustrato de determinaciones. Desde el punto de vista lógico, es sujeto de predicaciones. La cuestión es si podemos

llamar al sujeto “entidad”, si podemos considerar la noción de sujeto como equivalente a la de entidad: El sujeto, por su parte, es aquello de lo cual se dicen las demás cosas sin que ello mismo (se diga), a su vez, de ninguna otra. Por eso debemos hacer, en primer lugar, las distinciones oportunas acerca de él: porque parece que entidad es, en sumo grado, el sujeto primero. Y se dice que es tal, en un sentido, la materia, en otro sentido la forma, y en un tercer sentido el compuesto de ambas (llamo materia, por ejemplo, al bronce, forma a la configuración, y compuesto de ambos a la estatua), de modo que si la forma específica es anterior a la materia y es en mayor grado que ella, por la misma razón será también anterior al compuesto. Aristóteles caracteriza al sujeto como aquello de lo cual se dicen las demás cosas sin que ello mismo (se diga), a su vez, de ninguna otra. Esta caracterización nos recuerda a Categorías, donde Aristóteles afirma que la sustancia primera no se predica de ninguna otra cosa mientras que todo lo demás se predica de ella. Si tomamos la noción de sujeto, nos encontramos con que la noción se aplica a la materia, a la forma y al compuesto de ambas. Respecto de la materia, sabemos que la materia es sustrato de la forma, porque la forma se tiene que dar en una materia en el caso de la entidad sensible. En el caso del compuesto, se trata de un sustrato de determinaciones accidentales. El problema es: ¿en qué sentido la forma es sujeto o sustrato? No es usual que Aristóteles se refiera a la forma como sujeto. Podemos decir que puede ser sustrato en el caso de que la forma específica funcione como sujeto de las determinaciones genéricas, es decir, en el caso de que la especie funcione como sujeto del género. Digo de hombre o de buey que son animales y, en este sentido, la forma recibe una determinación, es sujeto en el sentido de que recibe una determinación. Pero, en otro sentido, podríamos decir que lo que hace que un sujeto sea algo determinado es su forma; en este sentido, el sujeto se identifica por su forma, pues si suprimimos de Sócrates su ser hombre, deja de ser Sócrates. Por tanto, la forma determina una serie de funciones o facultades que definen a la cosa y, en este sentido, podemos decir que se identifica con su sujeto. Aristóteles propone muy rápidamente que la ousía de cada cosa es la forma. Sostiene que la forma es anterior a la materia, y es en mayor grado que la materia. Por la misma razón, dice, será anterior al compuesto. La forma es prioritaria respecto de la materia y, es prioritaria respecto del

compuesto por razones obvias, porque el compuesto es posterior, es derivado de la materia y la forma. Llega a esta conclusión de forma muy abrupta, por lo que luego se embarca en una explicación de las mediaciones que permiten concluir esto. Aristóteles cree que esta noción de sujeto es una característica importante de la entidad, pero no la única. Habíamos ya establecido en Metafísica V 8 que la sustancia debía ser algo determinado y separable. Ahora vamos a ver que ese criterio de sujeto le resulta insatisfactorio. Ese criterio, que era el criterio por excelencia de Categorías, ahora no va a ser suficiente. Queda esquemáticamente dicho, por el momento, qué es la entidad: aquello que no (se dice) de un sujeto, pero de ello (se dicen) las demás cosas. No obstante, conviene no quedarse solamente en esto, puesto que es insuficiente. Y es que esto es, en sí mismo, oscuro y, además, la materia viene a ser entidad. Aristóteles dice que hemos caracterizado “esquemáticamente”, en líneas generales, que un criterio para ser entidad es el ser sujeto. Pero esto no es suficiente, pues si bastara ese criterio, la materia sería entidad. Y Aristóteles no acepta que la materia sea entidad. en efecto, si ella no es entidad, se nos escapa qué otra cosa pueda serlo, ya que si se suprimen todas las demás cosas, no parece que quede ningún (otro) sustrato. Ciertamente, las demás cosas son acciones, afecciones y potencias de los cuerpos, y la longitud, la anchura y la profundidad son, por su parte, tipos de cantidad, pero no entidades (la cantidad no es, desde luego, entidad): entidad es, más bien, aquello en que primeramente se dan estas cosas. Ahora bien, si se abstraen la longitud, la anchura y la profundidad, no vemos que quede nada, excepto lo limitado por ellas, si es que es algo. De modo que a quienes adopten este punto de vista la materia les ha de parecer necesariamente la única entidad. Y llamo materia a la que, por sí misma, no cabe decir ni que es algo determinado, ni que es de cierta cantidad, ni ninguna otra de las determinaciones por la que se delimita lo que es. Si suprimimos de la ousía toda la serie de características cuantitativas y cualitativas, arribaríamos a un sujeto o sustrato último: la materia. Pero no se trata de algo determinado, sino que le faltan todas las determinaciones. En efecto, reparen cómo define “materia” inmediatamente después:

Y llamo materia a la que, por sí misma, no cabe decir ni que es algo determinado, ni que es de cierta cantidad, ni ninguna otra de las determinaciones por la que se delimita lo que es. La materia no tiene ninguna determinación. Esto no quiere decir que no pueda recibirlas, que no tenga propiedades. Lo que sucede es que no hay ninguna propiedad que tenga la materia por el hecho de ser lo que es; no es una cosa definida, sino un mero soporte de propiedades. Y esta es la noción de sustrato que Aristóteles se encarga de descartar como posible candidato a sustancia primera. Es ousía, pero en un sentido mínimo, porque cumple con uno de los requisitos, el de ser sustrato. Pero no es ousía prote, no es ousía primera. Y la descarta introduciendo los dos requisitos que encontramos en el capítulo 8 del Libro V: A quienes parten de estas consideraciones les sucede, ciertamente, que la materia es entidad. Pero esto es imposible. En efecto, el ser capaz de existencia separada y el ser algo determinado parecen pertenecer en grado sumo a la entidad. La argumentación depende de la premisa de que todo lo que es algo determinado y algo separado es ousía. Dado que la materia no es algo determinado ni separado, la materia no es ousía. La materia, entendida como lo que resta a la remoción de todas las propiedades cualitativas y cuantitativas sería absolutamente indeterminada y no podría existir por sí misma ni podría servir como explicación determinando de algún modo el ser del compuesto. Algo indeterminado no puede ser causa de determinación. La materia, por tanto, no cumple con dos características fundamentales de la ousía: el ser algo determinado y el ser capaz de existencia separada. Dice: por lo cual, la forma específica y el compuesto de ambas habría que considerarlos entidad en mayor grado que la materia. Dejemos a un lado la entidad compuesta de ambas, quiero decir, la compuesta de la materia y la forma, ya que es posterior y bien conocida. También la materia resulta, en algún modo, manifiesta. Por el contrario, investiguemos acerca de la tercera, ya que es la más aporética».

¿Qué gradación establece Aristóteles entre materia, forma y compuesto? Si tuviéramos que ponerla en orden de su mayor o menor calidad de ser, en el nivel inferior está la materia, luego el compuesto, y en primer lugar la forma. ¿Por qué el compuesto queda por debajo de la forma? El compuesto es posterior, es derivado; su existencia depende de la materia y de la forma. ¿Cuál era la ousía primera en Categorías? –Lo que aquí es el compuesto y está en segundo lugar. Ahora la ousía primera es la forma, porque es el elemento determinante del compuesto. Una vez que distinguió en el individuo la materia de la forma, Aristóteles se repregunta cuál es la causa que lo hace ser lo que es, y eso es la forma. En suma, de los tres candidatos, tanto el compuesto como la materia no pueden ser ousía primera. Respecto de la materia, ya hemos dicho por qué. En cuanto al compuesto, dijimos que es ontológicamente posterior, es decir, depende de ellos para ser lo que es. Por lo tanto, tenemos que descartar la ousía primera de las Categorías, que ahora no es primera, sino compuesta y ontológicamente dependiente. Parece que Aristóteles ya hubiera concluido que la forma debería ser ousía en sentido prioritario, porque ¿qué es lo que le confiere al compuesto su determinación? Su respuesta es la forma, de ahí que la forma, como causa del ser, es ousía en sentido privilegiado. Aristóteles nos invita a dejar a un lado la investigación del compuesto y de la materia y a concentrarnos en la forma, la más difícil. Todos los capítulos que siguen tratan sobre la forma. Hay acuerdo general en que ciertas realidades sensibles son entidades. Comencemos, pues, la investigación por éstas. Es, desde luego, provechoso avanzar hacia lo más cognoscible, ya que el aprendizaje se lleva a cabo, para todos, procediendo así: a través de las cosas menos cognoscibles por naturaleza hacia las que son cognoscibles en mayor grado. Y esto es lo que hay que hacer: al igual que, tratándose de las acciones, hay que conseguir que las cosas que son absolutamente buenas lleguen a ser buenas para cada uno a partir de las que son buenas para cada uno, así también habrá de conseguirse que las cosas cognoscibles por naturaleza lleguen a ser cognoscibles para el individuo a partir de las que son más cognoscibles para él. Por lo demás, las cosas que son cognoscibles y primeras para cada uno son, a menudo, escasamente cognoscibles (por naturaleza), y poco o nada hay en ellas de «lo que es». No obstante, ha de intentarse llegar a conocer las cosas totalmente cognoscibles a partir de las que son escasamente cognoscibles, pero cognoscibles para uno, avanzando a través de éstas, como queda dicho.

Al final del capítulo tercero, Aristóteles insiste en la necesidad de partir del tratamiento de la ousía sensible para llevar a cabo esta investigación acerca de la naturaleza de la ousía y para poder dar respuesta al problema de si existe alguna ousía aparte de la sensible. ¿Por qué comenzar por la ousía sensible? Aristóteles nos indica que esta no está sujeta a dudas, es evidente. Por tanto, hay que partir de lo más cognoscible para nosotros a lo más cognoscible por naturaleza. Lo que es cognoscible para uno es lo perceptible, las propiedades sensibles, mientras que el conocimiento de las causas o principios de las realidades sensibles es lo más cognoscible por sí o por naturaleza y está mucho más alejado de la percepción. Entonces, tenemos que partir de lo más cognoscible para nosotros, las ousíai sensibles, para ver si hay una suprasensible. En efecto, la naturaleza de algo, sus principios y causas, son lo más alejado y más difícil. Aquí termina el tercer capítulo. Lo que nos queda en claro es que tenemos tres criterios: ser sujeto último, ser algo determinado y ser separado o separable. A estos criterios le sumamos el de ser una unidad intrínseca, porque la entidad no puede ser una mera suma de partes, y la de estar en acto, características que se introducen en capítulos posteriores del libro VII. Respecto de los tres primeros criterios, tanto el compuesto como la forma cumplen con ellos. Sin embargo, Aristóteles establece que de estos dos candidatos, la forma es entidad en sentido prioritario pues es la causa del ser del compuesto. Además de la noción de sujeto (hypokeímenon), Aristóteles había propuesto preliminarmente como ousía a la esencia (tò tí ên eînai), al universal (katholou) y al género (génos). La consideración de la esencia se lleva a cabo en los capítulos 4 a 12 del libro VII. La esencia es, desde un punto de vista lógico, lo que la forma es, desde un punto de vista físico. Para establecer qué es la esencia, Aristóteles se basa en los conceptos de “por sí” y de “definición”. Así, la esencia es lo que es expresado por la definición, esto es, incluye no sólo el género, sino el género más la diferencia específica. Además, la esencia de una cosa es lo que ella es por sí misma, independientemente de sus accidentes. La esencia coincide con el ser de la cosa misma (excluidos sus accidentes), le confiere su identidad, pues es lo único que persiste a todos los cambios accidentales del objeto. Por tanto, la esencia no es un candidato distinto de la forma, sino la expresión lingüística de la forma.

Hasta aquí analizamos, de los cuatro significados, la esencia y el sujeto; ahora, ¿qué sucede con el universal? De los cuatro sentidos en que se dice entidad (esencia, universal, género y sujeto), Aristóteles analiza conjuntamente el universal y el género, a pesar de que al principio los menciona como dos diferentes. Y los analiza criticando a Platón en los capítulos 13 y 14 del libro VII. Allí señala explícitamente que el universal y el género no son ousía. En efecto, el universal no cumple con ninguna de las características de la ousía. En primer lugar, no es sujeto. Mientras que la ousía no se predica de un sujeto, el universal siempre es predicado. Por ejemplo, “animal” se predica de buey, y de un buey particular; pero nunca puede funcionar como sujeto. ¿Qué sucede con la segunda característica, el ser algo determinado? Para Aristóteles, el género es pura potencia, pues hasta tanto no lo especifiquemos en una especie determinada, es absolutamente indeterminado. Por ejemplo, “animal” es algo indeterminado hasta tanto no lo especifiquemos en buey, caballo o

tigre. ¿El universal es separado? Lo vimos al

comienzo de las clases sobre Aristóteles: la crítica a Platón es justamente la de que el universal no tiene independencia ontológica respecto de los individuos. En Categorías, también, se subrayaba que los géneros y especies dependían de las sustancias primeras. Por tanto, el universal no es ousía. Respecto del sujeto, dijimos que la ousía primera es la forma; le sigue el compuesto, y por último la materia. La materia es ousía en el mínimo sentido, por el hecho de ser sustrato o soporte de determinaciones. Recapitulando todo lo que hemos visto del Libro VII, podemos decir que Aristóteles plantea la prioridad de la noción de entidad respecto de las restantes figuras de las categorías, en la medida en que todas son dependientes de la entidad. La entidad aparece como el significado focal de ser, del cual los demás se encuentran en dependencia. Vimos que Aristóteles insiste en la prioridad que tiene la entidad respecto de todo lo demás, respecto de todo accidente o afección. Dijimos también que la prioridad no es solo ontológica, sino también en la definición, en el conocimiento y en el tiempo. Dado este significado fuerte y focal de la noción de entidad, la pregunta ¿qué es el ser?, o ¿qué es “lo que es”?, se reduce a ¿qué es la ousía? En Metafísica VII indaga la ousía sensible, lo más próximo a nosotros. En el capítulo 2 hace una suerte de revisión de cuáles y cuántas son las sustancias, y traza una oposición o aporía entre

quienes sostienen que la ousía es lo infrasensible y quienes sostienen que la ousía es lo suprasensible. Pero antes de responder la pregunta acerca de qué tipos de ousía hay, es preciso responder la pregunta qué es la ousía. Así distingue cuatro significados principales: esencia, universal, género y sujeto. Comienza con el tratamiento del sujeto y dice que el sujeto puede ser la materia, el compuesto y la forma. Si tomamos como criterio la noción de sujeto, resultará –dice Aristóteles– que la materia es la ousía primera, pero sostiene que este criterio de impredicabilidad es insuficiente, pues es preciso tener en cuenta también los criterios de determinación y de separabilidad. La forma y el compuesto cumplen con todos los criterios. Pero, el compuesto, justamente por depender ontológicamente de la forma, no puede ser la ousía primera. La ousía primera en Metafísica es la forma en tanto causa inmanente del ser de la cosa. Restaría explicar si hay o no compatibilidad entre la caracterización de la ousía en Categorías con la de Metafísica. Dos diferencias son muy importantes y muy básicas. En Categorías, Aristóteles da a la sustancia primera el sentido de individuo, y considera la especie y al género como sustancias segundas, es decir en un nivel inferior –en cuanto a su sustancialidad– al individuo. En Metafísica, en cambio, Aristóteles dice exactamente lo contrario: la sustancia primera es el eidos, es decir, la forma. Y llama forma a la esencia y sustancia primera de cada cosa. Y no se cansa de repetir la superioridad ontológica de la forma respecto del compuesto. Por tanto, una diferencia es qué considera como sustancia primera en uno y en otro tratado. Otra diferencia concierne al universal. ¿Cómo son considerados las especies y los géneros en Categorías? Son entidades secundarias, pero son ousía. En Metafísica rechaza absolutamente otorgarle el título de ousía al género. Dentro de la bibliografía, encontrarán diversos puntos de vista: que son posiciones contrapuestas y contradictorias, que se trata de distintos enfoques, que hay un desarrollo. Yo traté de mostrarlo como un desarrollo en el que importan cuestiones diferentes. En Categorías, la perspectiva es lógica y el criterio fundamental de ousía es el de ser sujeto. Por ende, en tanto la especie y el género del individuo se predican de éste, el individuo será ousía primera, pues de él dependerá todo lo demás (especie, género y accidentes). Una vez que pasamos a una perspectiva más ontológica, como en Física –donde el individuo ya no es un sujeto que recibe predicados, sino que es un compuesto de materia y forma–, Aristóteles tiene que reformular lo dicho y preguntarse

cuál es la naturaleza o entidad de este individuo. Ahora la pregunta relevante es: ¿cuál es la naturaleza o ousía de este individuo? ¿La forma o la materia? En Física II 1 hemos visto que la materia es naturaleza pero más lo es la forma y da distintos argumentos para mostrar la prioridad de la forma. En virtud de que el individuo deviene compuesto de materia y forma, Aristóteles tiene que reconsiderar la cuestión de la ousía primera. En Metafísica VII emprende esta tarea y concluye que la ousía primera es la forma. En el último capítulo de Metafísica VII, Aristóteles sostiene que cuando indagamos por qué algo es como es, de hecho estamos investigando su esencia o forma. Y da algunos ejemplos. Dice que la pregunta no debe ser ¿qué hace a Calias, Calias?, sino: ¿por qué estos materiales son un hombre?, ¿por qué estas carnes y estos huesos son un hombre? Vean que aparece esta nueva perspectiva del individuo como compuesto de materia y forma. La respuesta que da es: por la forma que debe tener para constituir un hombre. La respuesta es una descripción de la forma, de la estructura o función que lo define como tal. Es la forma o esencia lo que da identidad a las distintas cosas. En este sentido, como les decía, en Metafísica la forma pasa a ser la ousía primera, mientras que el compuesto es derivado de la materia y de la forma. Les doy algunas preguntas para orientar el estudio de este tema: (1) ¿Cuál es el objeto de la filosofía primera en el Libro IV de Metafísica? (2) ¿Qué significa que la filosofía primera estudia lo que es en tanto que es? (3) ¿Cuáles son los distintos significados de “lo que es” en Metafísica V, cap. 7? (4) ¿Cuáles son las características generales del ser accidental? ¿Qué intenta ilustrar con los tres ejemplos que ofrece en este contexto? (5) ¿Por qué todas las categorías son por sí? (6) Si “lo que es” se dice de muchas maneras, ¿en qué reside la unidad de la ciencia que lo estudia? (7) ¿En qué consiste la homonimia pros hen? Ahora las preguntas sobre Metafísica V 8 y VII 1-3: (1) ¿Cuáles son los dos significados básicos de ousía en Metafísica V 8? (2) ¿Por qué la pregunta qué es el ser se reduce a qué es la ousía? (3) ¿Cuáles son los posibles candidatos al título de ousía? (4) ¿Qué notas definen a la ousía en Metafísica VII? (5) ¿Por qué la materia es ousía en mínimo sentido? (6) ¿Por qué la forma es la ousía primera en Metafísica? Compárelo con el tratamiento de la ousía primera en Categorías.

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