Oscar Wilde Poemas

August 10, 2017 | Author: Lizeth Aholaniz Salas Gaucin | Category: N/A
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Amor intellectualis. R R    Oscar Wilde (1854-1900) A menudo pisamos los valles de Castalia y de viejas cañas oímos la música silvestre ignorada por el común de las gentes; e hicimos nuestra barca a la mar que las Musas tienen por imperio y libres trazamos surcos en olas y espuma y hacia tierras seguras no izamos reacias velas hasta bien rebosar nuestro navío. De tales tesoros despojados algo queda: la pasión de Sordello y el verso de miel del joven Endimión; altivo Tamerlán portando sus jades tan cuidados y más aún las siete visiones del Florentino. Y del Milton severo solemnes armonías.

Bajo el Balcón.

RR  ; Oscar Wilde. ¡Oh hermosa estrella de boca carmesí! ¡Oh luna de cejas doradas! ¡Se elevan se elevan desde el fragante sur! Iluminan el sendero de mi amor Para que sus delicados pies no se extravíen En el viento que corre por la colina. ¡Oh hermosa estrella de boca carmesí! ¡Oh luna de cejas doradas! ¡Oh bote que te agitas en el desolado mar! ¡Oh barco de húmedas blancas velas! ¡Vuelve vuelve hasta el puerto por mi!

¡Pues mi amada y yo deseamos ir A la tierra en la que los narcisos soplan Sobre el corazón de un valle púrpura! ¡Oh bote que te agitas en el desolado mar! ¡Oh barco de húmedas blancas velas! ¡Oh fugaz ave de graves dulces notas! ¡Oh ave que descansas en el rocío! ¡Canta canta con tu voz suave en el vacío! ¡Mi amor en su pequeño lecho Te escuchará alzará su cabeza de la almohada Y seguirá mi camino! ¡Oh fugaz ave de graves dulces notas! ¡Oh ave que descansas en el rocío! ¡Oh flor que cuelgas en el aire trémulo! ¡Oh flor de labios nevados! ¡Desciende desciende hasta el cabello de mi amor! ¡Has de morir en su cabeza como una corona Has de morir en un pliegue de sus vestidos En el pequeño brillo de su corazón has de reposar! ¡Oh flor que cuelgas en el aire trémulo! ¡Oh flor de labios nevados!

La Balada de la Cárcel de Reading (fragmento) ÑR  RR R ; Oscar Wilde (1854-1900)

Sin embargo -¡Y escuchen bien todos!Todos los hombres matan lo que aman: Unos con una mirada de odio Otros con una palabra acariciadora; El cobarde con un beso El valiente con la espada. Unos matan su amor cuando son jóvenes Otros cuando ya son viejos Unos lo ahogan con las manos de la lujuria Otros con las manos del oro;

Los más compasivos se sirven de un cuchillo Del cuchillo que mata sin agonía. El amor de unos es demasiado corto Demasiado largo el de otros; Unos venden y otros compran; Unos hacen lo que deben hacer con lágrimas Otros sin un sólo suspiro; Pues todos los hombres matan lo que aman Aunque no todos tengan que morir por ello.

Desesperación. u   Oscar Wilde.

Las estaciones derraman su ruina mientras pasan Pues en la primavera los narcisos alzan sus rostros Hasta que las rosas florecen en ígneas llamas; Y en el otoño brotan las violetas púrpuras Cuando el frágil azafrán suscita la nieve invernal Pero los decrépitos y jóvenes árboles renacerán Y esta tierra gris crecerá verde con el rocío del verano Y los niños correrán entre un océano de frágiles prímulas. ¿Pero qué vida cuya amarga voracidad Desgarra nuestros talones velando la noche sin sol Alentará la esperanza de aquellos días que ya no retornarán? La ambición el amor y todos los sentimientos que queman Mueren demasiado pronto y sólo encontramos la dicha El los marchitos despojos de algún recuerdo muerto.

º       es uno de los a   a     . Su composición aunque simple en cuanto a lo conceptual sugiere una infinidad de atractivas posibilidades de las cuales hablaremos en las siguientes líneas. El      a ya plantea una ambigüedad: The dole of the king's daughter es una frase que tiene dos lecturas posibles ya que la palabra  tiene diversos significados siendo el más aceptado aquel que implica la donación de dinero o la acción de un gesto de caridad. De manera que muchas traducciones del  a hablan de  R  RR R RR; lo cual es bastante curioso ya que hay que esforzarse mucho para interpretar que el  a habla de la caridad. La verdad del título es mucho más simple (simpleza que sólo abarca la literalidad del título):  es un verbo del inglés arcaico cuya traducción literal sería   . Ahora bien la resolución de este pequeño enigma sólo nos sirve para agregar más penumbras a nuestro tembloroso análisis ya que uno de los primeros hechos que se establecen en el  a es que la hija del rey está muerta; estado por demás enojoso para quien desea lamentarse. El ritmo del  a está ligado fuertemente a la tradición medieval aunque despojado de sus clásicos rasgos moralizantes. La trama como decíamos antes es bastante sencilla; y se desarrolla con una fluidez admirable. Para resumir con brutalidad su argumento diremos que el  a       de una doncella muerta sobre la que pesan siete pecados. A medida que los versos van avanzando    nos va revelando que la muerte de la hija del rey no fue natural sino el producto de un pecado

mayor el peor que pueda concebirse y que de hecho no fue consumado por ella sino por un ignoto caballero. Es momento de que silenciemos nuestro exordio y que los dejemos transitar lentamente por este maravilloso laberinto creado por     donde el lamento no brota de la víctima sino de los labios del mismo asesino mientras deshoja su desesperación cavando una tumba infame bajo el cielo sin luna.

El Lamento de la Hija del Rey. ÑRRRR R  Oscar Wilde.

Hasta las estrellas sobre el agua calma Y Siete en el impasible Cielo; Siete pecados de la Hija del Rey Descansaban en lo profundo de su alma. Rosas rojas yacen a sus pies (las rosas son rojas en su dorado cabello) Y cuando sus frágiles senos se rozan Rosas rojas se esconden allí. Gentil es el caballero que cae inerte En medio de las prisas y el verde. Ved a los magros peces revueltos Devorando un festín de hombres muertos. Dulce es su lecho de eternidad (La tela de oro es una buena presa) Ved a los negros cuervos en el aire Negros negros como la noche son. ¿Qué hacen allí tan crudos y fríos? (Hay sangre sobre su mano tímida) ¿Porqué las lilas se tiñen de rojo? (Hay sangre sobre la arena del río) Hay dos que cabalgan del sur hacia el este Y dos del norte hacia el oeste Pues el cuervo oscuro está de fiesta Sobre la helada Hija del Rey. Hay un hombre que la ama de verdad

(Roja roja es la mancha de sangre) Él ha cavado una tumba bajo el umbroso tejo (Una tumba en la que caben cuatro) No hay luna en el cielo calmo Nada se refleja en el agua oscura Los Pecados de su alma son Siete El Pecado sobre él es Uno.

El Nuevo Remordimiento. ÑRR ; Oscar Wilde (1854-1900)

El pecado era mío; yo no lo entendía Ahora en su cueva yace la melodía A salvo donde en vano agita la marea Los inquietos y escasos remolinos. Y en el hueco marchito de esta tierra El verano ha cavado tan profundo su tumba Que apenas los sauces plomizos pueden desear Un dorado capullo en manos del invierno. ¿Pero quién es aquel que viene por la costa? (No Amor mira hacia allí y maravíllate) ¿Quién es este que llega con prendas teñidas del sur? Es tu nuevo Señor y él habrá de besar Las encadenadas rosas de tus labios; Yo te adoraré en mi llanto como lo hice antes.

El Verdadero Conocimiento. ÑRÑ R; Oscar Wilde (1854-1900)

Tú que lo sabes todo; sabes que busco en vano Semillas y tierras para cultivar con certeza Pero la tierra es oscura entre la maleza Indiferente a la lluvia o lágrimas que derramo. Tú lo sabes todo; sabes que me siento y espero Con las manos frágiles y los ojos ciegos

Hasta el último pliegue del velo Hasta el ocaso de la puerta. Tú lo sabes todo; sabes de mi vanidad Confío en que mi vida no es en vano En que algún día nos tomaremos de la mano En una extraña y divina eternidad.

En el salón dorado. R RRR Oscar Wilde (1854-1900) Una armonía Sus manos de marfil sobre las teclas extraviadas en sorpresiva fantasía; así los álamos agitan sus hojas lánguidas. Como la espuma a la deriva en el mar inquieto cuando las olas muestran los dientes a la brisa. Cayó un muro de oro: su pelo dorado. Delicado tul cuya trama se hila en el disco impávido de las maravillas. Girasol que se retuerce para encontrar el sol cuando las sombras de la noche negra pasaron y la lanza del lirio está coronada. Y sus dulces labios rojos sobre estos labios míos ardieron como el fuego de rubíes incrustados en el candil inquieto de la capilla carmesí o en sangrantes heridas de granadas o en el corazón del loto solitario en la sangre vertida del vino rojo.

La casa de la ramera. R ÑR  R  Oscar Wilde (1854-1900) Seguimos las huellas de pies que bailaban

hacia la calle llena de luna y nos detuvimos bajo la casa de la ramera. Adentro sobre el clamor y el movimiento oímos a los músicos tocando a gran volumen el «Treues Liebes Herz» de Strauss. Como formas extrañas y grotescas largas contorsiones arabescas corrían sombras detrás de las cortinas. Vimos girar a los fantasmales danzantes al ritmo de violines y de cuernos como hojas negras arrastradas por el viento. Igual que marionetas tiradas de sus hilos las siluetas de secos esqueletos se deslizaban por la cuadrilla. Tomados de la mano bailaban su majestuoso desafío; y el eco de las risas era agudo y crispado. A veces un muñeco de reloj apretaba una amante inexistente contra el pecho y otras parecían querer cantar. A veces una espantosa marioneta se asomaba fumando al umbral Como si estuviese vivo. Entonces volviéndome a mi amor dije «Los muertos bailan con los muertos el polvo se mezcla con el polvo». Pero ella escuchó el violín se apartó de mi lado y entró: entró el Amor en casa de Lujuria.

Súbitamente desentonó la melodía se fatigaron los valses las sombras dejaron de girar. Y por la larga y silenciosa calle en sandalias de plata asomó el alba como una niña asustada.

La Flor del Amor. ÿRR Oscar Wilde.

Amor no te culpo pues mía ha sido la culpa al no ser creado por la arcilla común Escalé la mayor de las alturas inalcanzable; ví el aire pleno el día más grande. Desde lo salvaje de mi desperdiciada pasión fui asaltado por una mejor más clara canción. Encendí una ligera luz de abnegada libertad luché contra la envilecida cabeza de Hidra. Han sido mis labios barridos hacia la música por tus besos y han sangrado Y tu has caminado junto a los ángeles en aquella planicie verde y esmaltada. He andado por el camino donde Dante contempló los soles brillando sobre siete círculos ¡Ah! Tal vez observó a los cielos expandiéndose como si se abriesen sobre Florencia. Y las naciones poderosas que me han coronado a mí que sin corona yazgo sin nombre Y algún crepúsculo oriental me ha encontrado de rodillas sobre el umbral de la Fama. Me he sentado en el círculo de mármol donde el viejo bardo es igual al joven Donde la pipa siempre gotea su miel y las cuerdas de la lira siempre vibran.

Keats levantó los rizos de su himeneo desde el vino de las amapolas Con su boca de ambrosía besó mi frente envolviendo el amor noble que hay en mí. Y en la primavera cuando las flores del manzano tiñen el seno de las palomas En la hierba yacen dos amantes que ha leído la historia de nuestro amor. Han leído la leyenda de mi pasión y conocido el secreto amargo de mi corazón Besándose como nosotros nos hemos besado pero nunca lejos como nosotros lo estamos. Pues la flor carmesí de nuestra vida es devorada por el gusano de la verdad Y ninguna mano recogerá los marchitos pétalos de la rosa de la juventud. Sin embargo no me arrepiento de amarte ¿qué otra cosa puede hacer un muchacho? Los ávidos dientes del tiempo corroen persiguiendo las silenciosas huellas de los años. El timón nos balancea en la tempestad y cuando la tormenta de la juventud haya pasado Sin liras sin laúd y sin coro la tranquila muerte del navegante finalmente llega. Y dentro de la tumba no hay placer el ciego gusano consume las raíces Y el Deseo se estremece en cenizas y el árbol de la pasión no da frutos. ¿Qué otra cosa puedo hacer sino amarte? La propia madre de Dios me es menos querida Y menos aún la dulce Afrodita elevándose como un lirio plateado sobre el mar. He tomado mi decisión he vivido mis poemas y aunque la juventud se haya perdido en indolentes días;

He descubierto que la corona de mirto del amante es mejor que la del laurel sobre el poeta.

De Profundis la leyenda de una carta de amor. Un lamento desde lo profundo.R R Acusado de comportamiento indecente y sodomía Oscar Wilde atraviesa sus horas de prisión escribiendo el majestuoso De Profundis.R No haremos un análisis del manuscrito sólo señalaremos algunas curiosidades y

  que giran en torno al texto las cuales son una parte esencial de su lectura.R u   es un manuscrito de vida agitada escrito en prisión dedicado a un amante homosexual prohibido durante cincuenta años y editado de manera póstuma. Éste resumen brutal es apenas una muestra de lo que podemos encontrar en sus páginas las cuales son rigurosamente un lamento desde Lo Profundo.R Los libros aún los más pueriles contienen una historia que los precede y los justifica; cualquier      surge de la experiencia del autor de sus lecturas y de sus días; pero una carta tiene una naturaleza distinta: tiene una raíz común con otros géneros pero su carácter distintivo radica en que no está escrita para desconocidos. R En principio elaboro una advertencia anticipada: Soy una de esas personas que han sido encantadas por  desde muy joven por lo tanto soy absolutamente permeable a sus observaciones y reflexiones lo cual reduce mi capacidad de objetividad a cero. R En segundo lugar no conozco a nadie medianamente inteligente que sea capaz de refutar uno sólo de sus razonamientos. Admito que en la obra de  existen algunos excesos criticables pero la lucidez y la agudeza de sus observaciones son laberintos cerrados. Las ideas de  son como una fortaleza cuya única puerta sólo se abre mediante la llave que el genio nos otorga; en ese punto somos libres de vagar hacia donde querramos es nuestro derecho. El destino que se deriva de su lectura nos pertenece aunque la semilla del viaje no.R Ahora bien    había sido condenado por mantener relaciones licenciosas (léase a  ) con el hijo de la marquesa de Queensberry Lord Alfred Bruce Douglas. Cuando la marquesa se enteró de esta relación agravió a  en una virulenta carta dirigida al club que el escritor frecuentaba acusándolo de sodomita.  contragolpeó acusando de injurias a la marquesa

y se inició el proceso judicial el cual perdió durante un escándalo de proporciones épicas y debió pasar dos años en prisión.R Durante esos dos años escribió u    la cual es una especie de epístola hacia Alfred su amante. Por órden de la justicia no se autorizó a que la carta abandonase los muros de la prisión; incluso se necesitaron largas negociaciones para que  pudiese conservar el manuscrito en su celda.R De alguna manera  logró eludir la suspicacia de los guardias y el texto fue entregado a su amigo Robert Ross un conocido periodista de la época.R Pero los avatares del manuscrito no terminan allí: Ross realizó dos copias dactilografiadas o al menos así lo aseguró luego una de las cuales envió al amante de   Lord Douglas; pero el noble juró hasta el día de su muerte que la epístola enviada por Ross nunca llegó a sus manos. La acusación bien pudo haber sido cierta como luego veremos.R  escribió una breve introducción al texto más como muestra de afecto hacia su amigo que por verdadero interés en su publicación. En 1905 cuatro años después de la muerte de   Ross publicó una         u   ; y con el tiempo se comprobó que el manuscrito fue cruelmente mutilado por el periodista se censuró cerca de las dos terceras partes de la epístola y otros pasajes fueron brutalmente adulterados.R Pero lo absurdo no radica en la censura sino en el comportamiento posterior de Ross ya que en 1909 donó el     al British Museum con la condición de que no fuese publicado durante cincuenta años.R Afortunadamente la segunda copia dactilografiada cayó en manos de Vyvyan Hollan hijo de     quien en 1949 realizó la primera versión íntegra de la obra. R El manuscrito original fue revelado al público recién en 1960.R Para no incurrir con el odioso hábito de la generalización diré que u   es para mí una de las lecturas fundamentables de mi vida. Mi acercamiento hacia él fue como casi todas las lecturas juveniles casual: Un invierno domingo aburrimiento biblioteca y mi abuelo diciendo:R ÕSi te gustó ³el fantasma´ (de Canterville) podrías leer u   seguro que te va a encantar.R Con el tiempo comprendí el engaño bienintencionado de mi abuelo; y aunque supongo que tarde o temprano el libro caería en mis manos agradezco que haya sido antes y no después.R

Hay un pasaje del libro que siempre me ha emocionado por su pureza por su verdad irrefutable. Supongo que les gustará especialmente a aquellos que hayan sufrido un dolor intenso de esos que con el tiempo cicatrizan pero cuya huella nos acompañará hasta la tumba.R Úu R R  R ! R R  R  "R  R  R  R    # R   "R   R R   $R%R RR "R R R $R R  R& R R "RRRR R  '$R

Mi Voz.

GR(  Oscar Wilde. Dentro de este inquieto apresurado y moderno mundo Arrancamos todo el placer de nuestros corazones tu y yo. Ahora las blancas velas de nuestra nave ondean firmes Pero ha pasado el momento del embarque. Mis mejillas se han marchitado antes de tiempo Tanto fue el llanto que la alegría ha huido de mi El Dolor ha pintado de blanco mis labios Y la Ruina baila en las cortinas de mi lecho. Pero toda esta tumultuosa vida ha sido para ti No más que una lira un luto Un sutil hechizo musical O tal vez la melodía de un océano que duerme La repetición de un eco.

Requiescat.     Lean apaciblemente: Ella está cerca Debajo de la nieve. Hablen suavemente: Ella puede oír A las margaritas crecer. Todo su brillante cabello dorado En lóbrego óxido se ha empañado

Ella que era joven y encantadora Ha caído bajo un manto polvo. Hermana de las Lilas Blanca como la nieve Ella apenas sabía Que era hermosa Por lo que dulcemente creció. El sarcófago es tu hogar Una pesada lápida Yace sobre tu seno Mientras en soledad lamento Que tu descanso sea eterno. Paz paz; Ella no puede oír El canto de la lira O el fervor de un soneto Mi vida ha sido enterrada aquí La tierra descansa sobre ella.

Silentium Amoris.     Como a menudo el resplandeciente sol Persigue a la pálida y reacia luna Impulsándola hacia su cueva sombría Donde ella también se retira furtiva En busca de la singular balada de un ruiseñor Así tu Belleza me impulsa En mis labios fracasando Y donde todo mi dulce canto pierde su melodioso color. Y como al amanecer cruzando el velo del licor En alas impetuosas arremete el viento Quebrando los juncos con su beso violento

El cual ha sido su único instrumento: Así mi tormentosa pasión me ha extraviado Silenciando mi sentimiento por exceso de amor. Pero es seguro que ante tí mis ojos no revelarán Porqué soy silencioso y porqué mi laúd ha muerto. Hacia nuevas tierras deberíamos partir: Tú hacia unos labios de dulces melodías Y yo hacia el refugio de mi estéril memoria Donde yacen besos apenas insinuados Y canciones nunca cantadas.

Su Voz. üR(  Oscar Wilde. La intrépida abeja vaga de rama en rama Con su hirsuto abrigo y ligeras alas Ahora sobre el pétalo del lirio Ahora balanceándose en un jacinto En torno a él: Estaba cerca el amor; y fue aquí supongo Donde realicé mi voto. Juré que dos almas deberían ser una Mientras las gaviotas amen el mar Mientras los girasoles amen el sol. Será dije nuestra eternidad Tuya y mía. Querida amiga aquellos tiempos se han ido La red del Amor se ha cerrado. Mira hacia arriba donde los álamos Danzan y danzan en el aire del estío Aquí en el valle la brisa nunca Agita los frutos pero allí Los grandes vientos soplan Y desde el susurro místico del mar

Arriban las olas que acarician la costa. Mira hacia arriba donde gritan las níveas gaviotas ¿Qué pueden contemplar qué nosotros no vemos? ¿Acaso una estrella? ¿O quizás la lámpara que ruge En algún lejano y perdido buque? ¡Ah puede ser! ¡Hemos vivido en una tierra de sueños! Y que triste parece. Mi Vida no queda nada por decir Salvo esto: el amor nunca se pierde El filo del invierno desgarra el pecho de mayo Y sus rosas carmesí brotan quebrando el hielo. Los navíos de la tempestad En alguna bahía encontrarán su muelle Así como nosotros deberíamos hacerlo. Y no queda nada por hacer Salvo besarnos una vez más y partir. No no hay nada que debamos lamentar Yo tengo mi belleza y tu el arte. No que nunca comience Un mundo no es suficiente Para dos como tú y yo.

Taedium vitae. R Ñ R R)ÑR - Oscar Wilde (1854-1900) Matar mi juventud con dagas ansiosas; ostentar la librea extravagante de esta edad mezquina; dejar que cada mano vil se hunda en mi tesoro; trenzar mi alma al cabello de una mujer y ser sólo un siervo de Fortuna. Lo juro ¡no me agrada! Todo eso es menos para mí que la fina espuma que se inquieta en el mar menos que el vilano sin semilla en el aire estival. Mejor permanecer lejos

de esos necios que con calumnias se burlan de mi vida aunque no me conozcan. Mejor el más modesto techo para abrigar al peón más abatido que volver a esa cueva oscura de guerras donde mi alma blanca besó por vez primera la boca del pecado. 

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