Orange Cream Flavoured 2 Spa

September 28, 2017 | Author: Orange Cream | Category: Truth, Philosophical Science, Science, Nature
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«R

itsuko, ¿estás segura de que es una buena idea?» «No seas miedosa» reí arrastrando a Eriko más allá de la orilla. «¡Despacio, o harás que me caiga!» «¡Qué quejica!» me detuve de golpe «Aquí, aquí estaremos bastante apartadas» «Sí, creo que es perfecto» Eriko me ayudó a extender la toalla sobre la arena seca. A nuestras espaldas los pinos cubrían el sitio, escondiéndonos de miradas indiscretas. «¡Qué hermosas! ¡Mira!» me señaló las estrellas sobre nuestras cabezas y en aquel momento una estrella fugaz atravesó el cielo «¿Has visto?» se sobresaltó entusiasmada. «Sí» le estreché la mano y la conduje para que se sentara junto a mí «Pide un deseo» «Quisiera que tú me amaras para siempre» me miró intensamente con sus ojos de jade, provocando que mi corazón se saltase un latido. «Ten cuidado pidiendo cosas de ese tipo» «¿Por qué?» «Podría cumplirse y… no has pensando en las consecuencias» «¿Qué consecuencias?» «¿Qué sería de mí si te cansaras de nuestra relación… o si te enamoraras de otra persona?» «¡Qué estupidez!» me empujó despacio hasta tocar la toalla con la espalda «Nunca podría cansarme de ti ni enamorarme de otra persona» «¿De verdad estás segura?» pregunté con el corazón en la garganta. «Sí…» me beso dulcemente los labios «¿Y tú?» «Lo mismo vale para mí» la estreché entre mis brazos, haciendo que se recostara junto a mí «Querría recuperar el tiempo que hemos perdido» suspiré escondiendo el rostro entre sus perfumados cabellos. «Ya lo estamos haciendo, ¿no? ¡Mira, Ritsuko! ¡Otra estrella fugaz!» me indicó con la mano. «Vista» reí apretándome más a ella «Esta salida no la olvidaré nunca» «Ni yo» se giró hacia mí, poniéndose seria «Hoy he hablado con Kobaiashi» 28

«Lo sé» le cogí una mano ente las mías y se la besé «¿Cómo se lo ha tomado?» «Mal…» bajó la mirada por un momento «Se siente traicionado por ambas» «Lo siento» inspiré profundamente «Intentaré hablar con él también yo cuando volvamos del campamento» «Me equivoqué al comenzar algo con él, no debería haberlo hecho» «Tú no tienes nada que ver, no lo hiciste con la intención de reírte de él, ¿no?» Eriko nos respondió, dejándome sorprendida. «¿Por qué no dices nada?» la moví despacio, preocupada «La verdad es que… acepté salir con Akito-kun porque no lograba seguir viéndote con Hishikawa» «Eriko…» «No me eches la bronca, por favor» «He cometido tu mismo error. ¿Cómo podría culparte?» dije buscando otra vez sus ojos «Ya no podía estar cerca de ti sin desear abrazarte, tocarte y… besarte» «Me volvía loca de celos, Ritsuko. ¡Saberte entre los brazos de aquellos dos me volvió loca!» «Ahora estamos aquí» le sonreí alejando aquellos pensamientos «¿No es bellísimo?» «Sí, tienes razón» me acarició el rostro antes de besarme otra vez con su suave boca, después volvió a mirar hacia el cielo hundiéndose en mi abrazo. Eriko… ¿a cuántas estrellas fugaces le has pedido aquel mismo deseo? *** «Ritsuko-san, como ya le he explicado puede estar tranquila» sonríe mi asistente «Las acciones están yendo muy bien, miré usted misma» extiende sobre la mesita los informes sobre la marcha de la bolsa en el último mes. 29

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«Gracias, como siempre su trabajo en más que satisfactorio, Akari-san» digo mirando aquel mar de hojas diseminadas «Imagino que lo mismo se puede aplicar para la cuota accionarial de la empresa de la familia» «¡Por supuesto! La empresa de los Hino ha conseguido óptimos resultados en los últimos meses» saca otro legajo de su maletín «Aquí está» me enseña la marcha sobre el gráfico. «Muy bien» bebo un sorbo de té caliente «Continuaremos así entonces. Supongo que los otros socios no tiene nada que objetar» «Oh, no, absolutamente» confirma el hombre «¡Nunca hemos tenido un crecimiento de este tipo desde que fui contratado por su padre, y ya ha pasado mucha agua bajo el puente desde entonces!» ríe moderadamente. «Me produce mucho placer que no haya malos entendidos» dejo la taza sobre la mesa «Pero se lo ruego, ¡tómese su té o se enfriará!» lo aliento. Akari-san acepta mi invitación. «Si me lo permite, Ritsuko-san… lo único que desagrada es que usted no se deje ver por la empresa» cambia de tono de voz «Sabe que tras la muerte de su padre…» «Los trabajadores preferirían verme cada cierto tiempo y también los socios querrían intercambiar algunas palabras en persona» lo interrumpo con un ruidoso suspiro «¿Cuántas veces me lo va a repetir?» «Discúlpeme, no quiero ponerla nerviosa… solo decía que…» balbucea él atemorizado. «No hace falta que se disculpe, pero se lo ruego, dejemos estar esta conversación» me apoyo en el respaldar de la silla de hierro forjado «¿No cree que hoy es un esplendido día?» le doy una sonrisa explicita «Sol, pájaros gorjeando, tanto verde… y sobre todo paz» respiro profundamente abrazando mis propios brazos, mirándolo a los ojos. «Cierto, tiene toda la razón» baja la cabeza Akari-san. Desde que mi padre murió cinco años atrás, dejé de ir a la empresa, salvo casos excepcionales. «Akari-san, no me malinterprete» retomo la conversación desplazando la vista hacia la salida posterior de la casa, de la que aparece Yumiko seguida de alguien «He delegado en usted y en otras dos personas de mi 31

confianza para vigilar la empresa. Querría continuar gestionando lo que pueda desde casa y dedicarme a otras cosas…» entrecierro los ojos intentando vislumbrar quién es la mujer que está al lado del ama de llaves. «Sí, Ritsuko-san… discúlpeme otra vez si he sido inoportuno» hace una inclinación incómodo. «No se preocupe» me pongo en pie «Y ahora, si me perdona, tengo visitas» corto en seco. El hombre recoge todo el material que me había traído, lo vuelve a meter en una carpeta roja y lo da. «Me gusta su precisión» le sonrío tranquilizándolo «Lo espero el próximo mes» Akari-san hace otra inclinación y se retira. Yumiko deja en el jardín a la nueva invitada y acompaña a mi asistente a la salida. «¡Qué sorpresa! No te esperaba tan pronto» digo con cierto sarcasmo. «Tengo que hablar contigo» «Claro, ven. Vamos a mi habitación» la observo de arriba abajo «Esa falda roja te queda como anillo al dedo» le digo abriéndole camino, pero ella parece que no me escucha «Entonces, ¿qué querías decirme?» cierro la puerta a nuestras espaldas «Siéntate, por favor» Eriko mira a su alrededor perpleja. «¿Esta es vuestra habitación?» me lanza una mirada torva. «No» me acerco al mueble que está al lado del escritorio, y cojo una botella de champán de un estante «Esta es mi habitación» «Entiendo» parece ponerse nerviosa «Es muy espaciosa» Dejo la carpeta de Akari-san en el escritorio y la observo mientras ella mira a su alrededor. «Es un pequeño open space. Tengo una zona de estudio para trabajar, una zona de relax, el baño…» le sonrío «Aquí puedo estar tranquila» «Imagino que la cama de matrimonio entra dentro de la zona relax, ¿no?» me lanza otra mirada atravesada. «Esta habitación es zona vedada. Eres la primera que entra aparte del ama de llaves. No te hagas ideas extrañas, por favor» descorcho el champán y lleno dos copas de cristal «Toma» le paso la copa «¡Salud!» 32

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«No estoy acostumbrada a beber antes del almuerzo» mira la copa entre sus manos, no demasiado convencida. «¡Oh, venga, es champán! Va bien incluso en el desayuno» río sentándome en el sillón. Eriko se queda de pie, vacilante, y yo admiro de nuevo esa falda roja que desearía tanto quitársela de encima. «Ritsuko, yo…» se sienta en el sillón a mí lado «Querría que habláramos de lo que está pasando entre nosotras últimamente» dijo, tensa. «¿De qué en particular?» alargo la mano apoyándola sobre la de ella, y después la subo hasta sus labios, acompañando la copa. Eriko vacila un momento, después se decide a beber un largo trago. «Buena chica… así, ¿ves? Es lo que se necesita para soltarse» le dedico una sonrisa maliciosa y su respiración comienza a hacerse irregular. Es inútil que te resistas. Sé de lo que estás hecha. Lo sé mejor que ningún otro. «Lo del otro día fue un error» dice bajando la mirada, poniéndose recta. «¿También lo fue lo del spa?» pregunto imperturbable. «En el spa… habíamos bebido mucho» rebate Eriko continuando evitando mi mirada. «Mentirosa» digo en un susurró capturando su atención y finalmente nuestros ojos se encuentran «Ten valor, explícame en qué nos hemos equivocado» la provoco arrodillándome delante de ella «De todas maneras, no podemos remediarlo, ¿no crees?» le quito la copa de las manos y tomo en mi boca el vino restante. Eriko me observa, lánguida, en silencio. Le acaricio la mejilla, y después desplazo los dedos hacia sus cabellos y los aprieto delicadamente detrás de la nuca. La beso sin demora y ella bebe de mi boca, sin oponer la mínima resistencia. «Me vuelves loca» le digo apartándome de sus labios «No puedes presentarte en mi casa vestida así e intentar soltarme las mismas frases de siempre» meto una mano bajo su falda y asciendo lentamente por sus aterciopeladas piernas «No eres creíble…» susurro empujándola contra el respaldar del sillón, besándola con pasión. 34

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«¿Cuándo podré hablarte sin ser interrumpida?» jadea, intentando inútilmente recobrar el control. «¡Qué pregunta!» río mordiéndole delicadamente los labios «Cuando tu cuerpo sea satisfecho» me abro camino entre la tela de su ropa interior y la toco «Mira» le enseño los dedos completamente mojados. «Ritsuko, tú…» alza una mano para golpearme, pero el movimiento es demasiado lento: la bloqueo y siento cómo mi corazón se inflama. «Sé buena» digo hundiéndome en el mar verde de sus ojos «Ahora basta de juegos…» le quito las braguitas y las tiro al suelo. Le abro las piernas, levantando aquella adorable falda roja que se ha puesto, y entro en ella. La voz de Eriko se rompe y yo empujo fuerte llenándola con mis manos. Ella me acoge y su espalda se arquea mientras llego hasta el fondo. «¿Te gusta?» continuó moviéndome con decisión contra ella, después la libero de la camisa y le abro el sujetador. Eriko no responde, tiene los ojos entrecerrados, la cabeza inclinada hacia un lado, las manos aferradas a mis hombros «Dímelo…» insisto mientras me inclino sobre su pecho para tomar su pezón entre mis labios. «Sí… sabes que me gusta» dice en un lamento, entreabriendo la boca: es tan excitante dejarla sin aliento. Continúo moviéndome dentro y fuera de ella con mayor ímpetu, hasta que el cuerpo de Eriko se tensa y siento cómo se corre. La observo mientras se deja hundir en el sillón. Aún tiene los ojos cerrados, la piel perlada por el sudor, el aliento entrecortado, los cabellos despeinados cayéndole sobre el rostro… Eres tan bella, Eriko… nunca dejaré de quererte… «No hemos acabado» digo haciendo que resbalase hacia mí, después le doy la vuelta sin sacar mis dedos de su interior y vuelvo a moverme dentro de ella. Eriko acompaña mis movimientos, su cuerpo está de nuevo listo y caliente. «Buena chica, así…» le acaricio el pecho con delicadeza y le muerdo lentamente un hombro mientras ella se deja ir en un largo lamento. Sus manos se aferran al reposabrazos del sillón y de nuevo se pierde en el éxtasis. 36

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Eriko…¿cuántos amantes te han dado este mismo placer? «Ven» la cojo entre mis brazos y la conduzco a la cama «¿Estás bien?» «Sí…» Eriko me acaricia la cara, sus ojos se cruzan con los míos y ahorra es tan dulce… siento el corazón martillearme en la garganta: conozco esa mirada. «Ritsuko…» me llama en un susurro «Deja que te los suelte» dice quitándome el pasador con el que he recogido los cabellos y apenas caen sobre mi cuerpo, sus ojos se encienden «Eres bellísima» me besa y me desnuda, recostándome en la cama. Sus manos me tocan como nadie ha logrado hacerlo. Mi corazón se derrite de amor por ella. Cada parte de mi ser se siente atraída por su irresistible esencia. Haría cualquier cosa para tenerla ligada a mí. Daría todo lo que me pertenece… solo por tenerla para siempre. Pero Eriko, después de veinte años, me recompensa de la misma manera que entonces. Me toma con ternura y ardor, con paciencia y pasión, con dulzura y desesperación… Lo hace como la noche de la ceremonia de la entrega de los diplomas: como si fuera la última vez. ¿Por qué quieres dejarme de nuevo? «¿Aún estás bebiendo?» Eriko aparece desde el baño llevando puesto mi albornoz blanco. Tiene los cabellos húmedos y las mejillas sonrosadas. «He hecho que traigan fruta. Ya es hora de almorzar, ¿por qué no comes conmigo?» pregunto intentando apagar el deseo que de nuevo me asalta al verla aparecer de ese modo. «No, gracias. No tengo hambre» desvía la mirada, se acerca y recoge su ropa esparcida por el suelo «Tengo que volver a casa. Solo esta Sakura en el negocio este mediodía» desaparece de nuevo en el baño para terminar de arreglarse. «¿No tenías que hablar conmigo?» muerdo un trozo de manzana. «Sí» responde y un momento después vuelve a entrar en la habitación «Había venido por esto» se acerca a pasos lentos. 39

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«Escuchemos» la incito mirándole atentamente. Eriko reúne valor y suelta todo de un tirón. «No podemos vernos más de este modo» La frase de siempre… «No entiendo qué quieres decir» continúo comiendo, colocándome mejor la bata que llevo. «Has entendido muy bien» rebate permaneciendo de pie en la habitación. «Está bien» alzó la mirada hacia ella «¿Puedo saber por qué?» pregunto dejándola sorprendida. «¿Cómo que por qué? Me parece obvio. ¡No quiero ser una de tus amantes!» me acusa veladamente. «¿Quién te ha dicho que tengo amantes… en este momento?» Eriko me observa, como examinándome. «Sin embargo has tenido» añade. «¿Y tú?» le devuelvo la pregunta. «No» me mira con reproche «Si tengo que a ir a la cama con alguien a quien no amo, mejor hacerlo con mi marido» me golpea. «¿Me estás reprochando que no me he quedado lamiéndome las heridas todo este tiempo?» intento más mal que bien mantener el control «¡Qué estúpida excusa has encontrado para desembarazarte de mí esta vez!» «¡No quiero desembarazarme de ti!» rebate Eriko «Pero no quiero ser tu amante. Fui clara cuando volvimos a vernos» «Lo recuerdo. Me pediste que volviéramos a vernos y que retomáramos nuestra amistad» bebo un sorbo de champán mientras reflexiono. «Iba todo bien hasta que…» «Te besé en el spa» la interrumpo «¿Es eso lo que querías decir?» Eriko asiente con la cabeza «Querida… tras aquel beso, casi me arrancaste la ropa de encima y lo hicimos toda la noche, ¿tengo que recordártelo?» la afronto y el rostro de Eriko se pone rojo inmediatamente «¿Por qué sencillamente no aceptas la situación?» 41

«Tú me provocaste. Te había pedido que no lo hicieras» se muerde los labios con una expresión parecida a la de una muchachita. «De hecho, no lo hice. Fue una reacción a tu modo de seducirme» «¡De ninguna manera te seduje!» «¿Ah, no?» suelto una carcajada «Entonces, ¿aquel vestido que te pusiste esa noche, tus miradas… sencillamente fueron fantasías mías? Si hubiera sido así, tras aquel beso, me habrías dado una bofetada en lugar de saltarme encima» «¿Con cuántas mujeres has hecho lo mismo?» pregunta de repente, sorprendiéndome. «¿Qué tiene que ver eso ahora?» «Responde» La miro a los ojos intentando comprender si quiere solo un pretexto para discutir o si de verdad está celosa por el hecho de que yo haya podido estar con otras mujeres. «Si hubiera logrado enamorarme de nuevo… no estaríamos aquí conversando juntas» digo seriamente. «Entonces… las ha habido» Eriko parece perder color en el rostro. «Solo una» admito bajando la mirada, intentando alejar otro recuerdo doloroso. «Y… ¿cómo era?» pregunta de modo sutil «¿Qué?» me echo a reír «¿Te has vuelto loca?» «Al contario. Quiero saber cómo era la mujer con la que intentaste olvidarme» dice cortante. Ahora sé que no quiere simplemente dejarme, sino que quiere poder acusarme de no haberla amado de verdad. «Dejémoslo, por favor. Si la condición para continuar viéndonos es que solo seamos amigas, me esforzaré para conformarme. ¿De acuerdo?» aprieto los labios sintiendo cómo crece la rabia. «¿Por qué no quieres responderme?» «Sabes muy bien el motivo» me pongo de pie ya al límite «¡Solo quieres escuchar lo bajo que caí para echármelo en cara!» «Si te enfadas de esta manera… significa que hay algo que aún te une a ella» insinúa «¿La dejaste por qué Asakawa te descubrió?» me golpea en pleno rostro. 42

«No, no fue solo por eso» bajo la cabeza abatida «La relación con ella no se puede comparar a lo que siento y siempre he sentido por ti. ¿Es posible que no me creas?» «Claro… ¿cómo podría ponerlo en duda?» rebate sarcástica «Sigues siendo la misma. ¡Te dejas arrastrar por la pasión y no te preocupas de las consecuencias!» me acusa «Apuesto a que la has destruido a ella también, ¿no es verdad?» La miró directo a los ojos: estoy cansada de luchar, de sentirme juzgada… como si fuera un monstruo, como si solo sufrieran los demás. «No tanto como tu hija» digo en un susurro, proveyéndole la excusa para romper conmigo que buscaba desde el comienzo. «¿Miyuki?» pregunta sin comprender «¿Qué tiene que…?» se calla de improviso, iluminada por la verdad y su rostro se contrae en una mueca aterradora. «¿Tuviste una historia con Misato?» traga en seco «No, eso… es imposible. ¡Solo es una muchacha de instituto!» «Me dijo que estudiaba en la universidad y la creí» digo para salvaguardar mi integridad. «Tú…» se muerde los labios bloqueándose en la frase que estaba por soltarme, pero golpea con el puño el respaldar del sillón donde poco antes habíamos hecho el amor: está herida, desilusionada, perdida… Eriko coge su bolso y se marcha, dando un portazo. Ahora de verdad se había acabado. Me dejo caer en el sillón atontada: siento el corazón romperse en mil pedazos, los ojos picar, la cabeza estallar… Estoy derrumbándome. «¡No!» intento contenerme «¡No tenía que terminar así!» siento las lágrimas resbalar desde mis ojos. Pierdo el control: lanzo la copa contra la pared, haciéndola añicos. Tiró por los aires todo lo que encuentro sobre el escritorio. Finalmente golpeo la lámpara de mesa con el dorso de la mano y de mis labios sale un grito de dolor. «¿Qué ocurre?» se abre la puerta de sopetón «¡Ritsuko! ¡Dios mío!» «¿Has vuelto?» me giro con los dientes apretados hacia Hiro. «¡Yumiko-san! ¡Yumiko-san!» grita desesperado llamando a nuestra 43

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ama de llaves, después se inclina sobre mí «¿Te has vuelto loca? ¿Qué estabas intentando hacer?» arranca con fuerza la sábana de la cama e intenta taponar el gran corte que me he hecho: había sangre por todos lados. ***

Orange Cream - Flavoured escrito por Scarlett Bell

con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla ***

Todos derechos reservados al autor. Cada reproducción prohibida. Sustentas el proyecto leyendo los capitulo sobre el blog y inscribiéndote a la página facebook.

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