Orange Cream Act12 Spa

August 16, 2017 | Author: Orange Cream | Category: Truth, Nature
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os tres días sucesivos transcurrieron de un modo que no me hubiera atrevido a imaginar. Rei y yo desayunábamos, después paseábamos por el jardín del balneario, hablábamos de libros, discutíamos sobre muchas cosas, muchas veces acabábamos recordando cuando jugábamos y estábamos juntas siendo pequeñas. Había feeling, todo era agradable con ella y no podíamos dejar de desearnos, de mirarnos a los ojos, de amarnos… «¿Dices que tu madre se ha dado cuenta de algo?» me metí en la gran piscina de hidromasaje del establecimiento termal. «¿Mi madre?» preguntó asombrada Rei cerrando la puerta con llave. «¿Qué haces?» «He dicho en la recepción que no queríamos que nos molestasen» me lanzó una sonrisita. «¿No crees que es algo imprudente?» me sonrojé al comprender sus intenciones «¡Podemos ir a la habitación si quieres!» «De ninguna manera» se quitó el albornoz, quedándose en bañador «Media hora aquí, contigo… es el paraíso» entró en la piscina. La miré aturdida mientras se acercaba. Era tan bella, tan sexy… «Entonces…» la miré intensamente «¿Quieres contarme tu fantasía?» pregunté sintiendo de repente la garganta seca. Rei se sentó sobre mí, apretando su cuerpo contra el mío, encendiendo mi deseo. «Lo descubrirás pronto…» me besó un buen rato, lentamente, acariciándome los cabellos y la espalda. Yo acompañé sus gestos, seguí la línea de sus lisas y perfectas piernas que se adherían a las mías. «Miyuki…» pronunció mi nombre mientras se llevaba mi mano a los labios «Nunca tengo suficiente de ti» susurró, metiéndose mis dedos en su boca, humedeciéndolos con su lengua. «¿Qué quieres que haga?» noté cómo me faltaba la respiración. «Tómame» entrecerró los ojos, aferrándose a mis hombros, soltando mi mano para que la tocara como quisiera. «Estás tan caliente» deslicé mi mano dentro de ella «Y…suave» la besé con pasión, alimentándome de sus respiraciones. 288

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El agua caliente nos envolvía acompañando nuestros movimientos, manteniéndonos suspendidas. Ya no había inseguridad ni en mi corazón ni en mi mente, ya no había ningún miedo. Nos estábamos acostumbrando la una a la otra. Mirándonos a los ojos podíamos sentir las mismas emociones, los mismo sentimientos… el mismo deseo. *** «Echaré de menos todo esto» suspiró Rei mientras cerraba su maleta «Cuatro días han volado en un momento» «Podríamos volver en las vacaciones de invierno, ¿qué te parece?» la abracé dulcemente. «Sí, te lo ruego. Lo único que me alegra es que podré comer de nuevo tus deliciosos dulces» me besó en los labios, rodeando mi cintura con sus brazos. «Todos los que quieras» sonreí feliz «Ahora bajemos, o nuestras madres empezarán a quejarse» «¿Estás tan preocupada por ellas?» rió «Relájate» Rei parecía no haberse dado cuenta de las sospechosas miradas que Ritsuko nos lanzaba continuamente, en cambio, yo sí, y, por lo que veía, no parecía muy feliz de nuestro acercamiento… «¡Aquí estáis, menos mal!» nos lanzó una sonrisa mi madre «Desayunemos y después podemos preparar todo para la partida, ¿de acuerdo?» «Ya estamos casi listas» respondí yo por las dos «Ya hemos hecho las maletas» «Bien» comentó Ritsuko con la cabeza gacha, untando mantequilla en una rebanada de pan blanco «Rei, ¿se puede saber por qué tienes el teléfono apagado?» alzó la mirada, mirando atravesadamente a la hija. «Estoy de vacaciones. No veo por qué tendría que tenerlo encendido» le respondió ella tranquilamente. «¿Me lo preguntas?» hizo una pausa Ritsuko «Osaki-san me ha llamado temprano esta mañana. Estaba preocupado porque lleva días intentando llamarte, pero tu móvil está siempre inoperativo» 290

El rostro de Reí se sonrojó de repente. «¿Osaki-san?» repetí, intentando recordar si había algún compañero de clase con ese nombre. «Kyosuke Osaki» aclaró la madre de Rei, girándose hacia mí «El prometido de mi hija» concluyó lanzándome una mirada inhibidora La tierra pareció abrirse bajo mis pies: el golpe fue demasiado fuerte. «Oh, vaya. ¿Prometido?» exclamó mi madre «Ritsuko, si lo dices de esa manera lo haces sonar como algo muy serio» «De hecho es así» continuó la mujer «A veces mi hija se olvida de sus deberes» Yo me quedé inmóvil, pero me aparté de la insistente mirada de Ritsuko. Estaba turbada, confusa… Lancé una mirada a Rei buscando una confirmación, pero ella parecía haberse eclipsado. «¡Son tan jóvenes!» dijo mi madre de una forma algo extraña. «Pero es a esta edad cuando se aprende el amor, después de todo» rebatió Ritsuko, bajando de nuevo la mirada hacia el desayuno «¿Miyuki-chan no tiene un novio?» Me sobresalté. «De hecho…yo me veía con alguien» corté en seco. «Pero, ¿qué estás diciendo?» intervino mi madre «Mi hija se ve con una muchacha adorable» soltó dejándome con la boca abierta. «¿Mucha-cha?» abrió desmesuradamente los ojos Ritsuko. «Sí, y es muy guapa» soltó mi madre, enorgulleciéndose en mi lugar. Parecía existir en su voz un tono de revancha, como si quisiera vengarse de su amiga «Te lo voy a enseñar» le enseñó el móvil. «¡Mamá, por favor!» intenté pararla, pero ya había levantado el teléfono hacia el rostro de Ritsuko, que curiosa, se había acercado. Apenas vio la foto, su expresión cambió, transformándose en un bloque de mármol y, cuando sus ojos se giraron de nuevo hacia mí, comprendí que para ella la historia con Misato no había sido un simple pasatiempo. ***

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«Entonces, ¿es verdad?» cerré la puerta de la habitación tras mis espaldas «¿Por qué no me lo has dicho?» «Es un compromiso decidido de antemano» respondió Rei rehuyéndome «Ni siquiera se me pasó por la cabeza decirte algo como eso» «Tu madre ha dicho que tenías una foto de ese chico en tu cartera, ¿es verdad?» Rei me miró disgustada. «¿Puedo ver?» estiré el brazo. Rei parecía estar al límite, pero no se atrevió a replicar: sacó su cartera y me la pasó. La abrí y mi corazón se aligeró: dentro había una espléndida foto de nosotras dos a los siete años. Me acordaba de ella. «Pero esta…» alcé los ojos hacia ella para excusarme, pero el rostro de mi compañera parecía aún tenso y atemorizado. En ese momento me venció la duda… Saqué nuestra foto y antes de que ella pudiera quitarme la cartera de las manos lo vi: un hermoso chico, mucho más guapo y atrayente que Yamato. «Por favor, Miyuki, no saques conclusiones apresuradas» intentó defenderse Rei. «No, claro. No lo haré» me mordí los labios «Dime la verdad…¿te has acostado con él?» Silencio. «¡No puedo creerlo!» le tiré en la cara la cartera «¡Este tipo no solo es tu novio oficial, sino que… os habéis ido a la cama juntos!» me enfurecí «¿Cuándo tenías intención de decírmelo?» «Te lo habría dicho…» dijo «No quería hacerlo ahora y arruinar nuestras primeras vacaciones juntas» «¿Sabes que podrían ser las últimas?» «No digas eso, te lo ruego» se acercó algunos pasos «Te aseguro que no hay nada importante entre Kyosuke y yo» «¡Pero, bueno… lo llamas por su nombre, sin el honorífico!» me enfrenté «Venga, dime… ¿qué ha sido? ¿Solo sexo? ¿Un momento de locura?» Rei continuó sosteniéndome la mirada sin responderme. «No, no es eso, ¿verdad?» comencé a agitarme «¿Él es diferente?» 293

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«Miyuki, cálmate. Te lo he explicado» se puso seria «No me acuesto con nadie. Kyosuke me gustaba, pero… lo que siento por ti es diferente» «¿De verdad?» noté mis ojos arder «¿Y qué harás? Si el compromiso es oficial, significa que al acabar la escuela, te tendrás que casar» «No he hecho planes de futuro. ¡Esa es una unión decida por mis padres!» «¡Pero tú, de todas maneras, te ha acostado con él!» exploté «Así que algo de él… te gusta» «No tiene nada que ver» se acercó aún más Rei «Por favor, no hablemos ahora de eso. Tenemos que bajar y volver a casa» «¿Qué quieres hacer? ¿Lo llamarás? ¿Te verás con él?» pregunté ansiosa. «No puedo responderte» estrechó mis manos entre las suyas «Tengo que reflexionar y tenemos que hablar» «Así que no hablarás de esto con tu madre» me puse nerviosa. «¿Quieres que le cuente lo nuestro?» arqueó una ceja «¿Viste su cara? ¿Crees que puedo enfrentarme a ella de repente?» «Y entonces, ¿qué tienes intención de hacer? ¡Tengo que saberlo!» la puse entre la espada y la pared. «No lo sé» se indispuso «¡En este momento no puedo pensar!» «De hecho, ¡deberías haberlo hecho antes!» «¿Estás diciendo que siempre consigo decepcionarte?» retrocedió. «Solo digo que, como siempre, actúas impulsivamente, sin pensar» la acusé. «De acuerdo, así que, ya sabes todo, ¿verdad?» me lanzó una torva mirada «¿Estás segura de que, al acabar el instituto, querrás estar aún conmigo y que no te importará no tener niños y una vida como todos los demás?» «Ahora entiendo… no estás segura de lo que sientes» la miré con reproche «De otra forma, no me preguntarías cosas como esas» «¿Yo? Venga, Miyuki, hasta un día antes de venir aquí, estabas saliendo con Fujiwara. ¿Me hablas a mí de coherencia?» mi hirió. «He luchado contra mis sentimientos desde el primer momento en que me besaste» las lágrimas comenzaron a caer, regándome el rostro. 295

«Miyuki…» se acercó de nuevo. «No…» la rechacé «Si he intentado combatir lo que siento es porque he tenido miedo de dejarte libre para apoderarte de mi corazón» «No te has equivocado» intentó enjugarme las lágrimas, pero la rechacé de nuevo. «Me estás demostrando lo contrario» hice una pausa «¿Me amas? ¿Estás segura de querer luchar por mí… por nosotras? ¿O es solo atracción y… sexo?» «¡Cállate!» se enfadó Rei en ese momento «También yo tengo inseguridades, cosas que resolver y no puedo hacerlo enseguida, pero es verdad que quiero estar contigo, ¡siempre lo he querido!» «¿En qué condiciones? ¿Me tengo que convertir en tu amante?» la enfrenté. «¡Nunca te pediría eso!» «¿De verdad?» reí débilmente «Entonces, dime, ¿qué otra cosa me escondes?» Rei se sorprendió de lo que acababa de preguntarle. Su silencio fue para mí una clara respuesta a mi pregunta. «Entiendo…» suspiré exhausta, después cogí mi maleta y salí de la habitación, cansada y enfadada. No hubo más ocasión para aclararnos ese día. El viaje de vuelta transcurrió en silencio, mi madre y Ritsuko parecían las únicas capaces de encontrar temas de conversación y de divertirse. Me aislé. Una vez más, Rei había logrado hacerme pedazos y poner todo en duda, a pesar de todo lo que habíamos vivido juntas. “¿No habría debido dejarme ir?”, me pregunté esa noche en mi habitación, apretando la almohada contra mi pecho. “Sin embargo, había sido tan bello, intenso y… lo echo de menos… ¡Lo echo tanto de menos!”, me admití a mí misma, echándome a llorar. *** Al día siguiente recibí una visita. Misato, sin aviso, se presentó en mi casa. «Hola» dijo como simple saludo. 296

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«Hola…Te iba a llamar» le hice señal de que se acomodara «Estaba acabando de deshacer las maletas. Ayer volvimos tarde y no tuve tiempo» «Entiendo» me siguió a la habitación sin mostrar señal alguna de turbación. Como de costumbre llevaba puesto un gracioso conjunto de verano: una blusa blanca de media manga y una falda azul que le caía suavemente sobre las rodillas. Resaltando su hermoso escote, una sutil gargantilla con una piedra de color aguamarina. “Parece tan tranquila”, pensé mientras entraba en la habitación y sentía cómo me invadía el ansia. «¿Cómo han ido las vacaciones?» se me acercó, mirándome con sus enormes ojos avellana. «Diría que bien» me senté sobre la cama con la mirada huidiza. «¿Hay algo que no va?» preguntó sentándose a mi lado «Estás tan… distante» me rozó la mejilla con la mano antes de acercarse y besarme. Me separé. «¿Qué sucede?» se puso nerviosa «¿Está aún enfadada conmigo o… hay algo más?» «Hay algo más» admití en ese momento y como un río desbordado, le revelé mis sentimientos por Rei. Misato, sin embargo, no pareció sorprenderse. «¿También te ha arrastrado a ti?» dijo haciendo que sintiera un doloroso pinchazo en el estómago. «Sé que no le tienes mucha estima, pero…» «Así es, no lo escondo» me interrumpió «Ya no sois niñas, ¿eres consciente de eso, Miyuki?» «Sí, lo sé» «Además de eso, hay tantas cosas de ella que debes conocer» frunció el ceño. «¿Hablas de su compromiso?» dije dejándola asombrada. «¿Lo sabes?» «Sí. Imagino que es una de las razones por las que eras contraria al hecho de que se viera con Yamato» «Ryo es un querido amigo» se llevó el pelo tras la oreja «No quería que se burlara de él» 298

«¿Te lo conto Ritsuko?» me giré hacia ella para mirarla profundamente. «Sí, estaba entusiasmada. El compromiso había sucedido exactamente en el momento en que comenzamos a salir. A pesar de todo, parecía que Asakawa estaba contenta con su compañero, así que… no se habría tratado de algo forzado» «Sin embargo, después comenzó a salir con Yamato» «Sí, después de varios meses» «¿Yamato lo sabía?» «No… Nunca le he contado mi relación con Ritsuko. Sabía que había una chica que me gustaba y con la que me veía, pero no le dije nada más. Así que, como consecuencia no podría advertirlo del doble juego de Asakawa» «Doble juego…» repetí bajando la mirada, sintiendo un repentino deseo de llorar. «Es lo que ha hecho y lo que está haciendo ahora… contigo» me rozó el hombro con la mano «Miyuki, escúchame. Asakawa nunca le dirá a su madre cómo son realmente las cosas y no dejará al hijo único de los Osaki» «Pareces muy segura…» suspiré notando cómo la oscuridad me absorbía. «Conozco la situación. Sé qué piensa Ritsuko y sé que Asakawa no hará nada que su madre no quiera» Esa vez no tuve fuerza para rebatir. «Miyuki…» se levantó, y me dirigió una profunda mirada, penetrante «No te dejes engañar» dijo mientras se desabrochaba la blusa. La miré asombrada, incapaz de reaccionar: Misato era realmente espléndida, no podía decir que esa chica no me gustase, sobre todo en un momento como ese, mientras luchaba desesperadamente por sus sentimientos. «Por favor, no lo hagas» me giré hacia el otro lado y aferré mis manos a las sábanas, sintiéndome, a mi pesar, excitada. La blusa de Misato cayó a sus pies, a continuación sentí el ruido de la cremallera y enseguida también su falda cayó lentamente al suelo. «Si no me miras, me sentiré muy ofendida» me dijo en voz baja la capitana, con un tono calmado y profundo. Alcé la mirada hacia ella, que se había quedado en ropa interior «¿Qué tiene ella que yo no tenga?» preguntó llevándose la mano al pecho, y deslizándola por su cándido cuello. 299

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«Nada… absolutamente» tragué en seco con mis ojos fijos en su conjunto negro, delicado, que se adhería perfectamente al sensual cuerpo de Misato. «Y entonces, ¿cómo puedo hacer que la olvides?» murmuró arrodillándose delante de mí, agarrándome el rostro entre las manos «Dame una oportunidad… te lo suplico» me rozó los labios con su boca, después se inclinó hacia mi cuello, besándolo delicadamente «Es… espera» intenté reaccionar, pero Misato me bloqueó las manos y se llevó una al pecho. «¿Sientes cómo palpita?» me besó de nuevo en los labios «Solo por ti…» «Te lo ruego… Escúchame» retrocedí de nuevo «Tú… eres espléndida y… me gustas, sería una mentirosa si lo negara, pero…» «No lo digas» me detuvo, colocando sus dedos en mi boca «Sé que sientas algo por mí, lo noto» me abrazó dulcemente «Te esperaré» «Perdóname…» mis ojos se hincharon de lágrimas. Misato siguió abrazándome contra ella, y repitiéndome que no renunciaría a mí, y que también sus padres me adoraban. Mi relación con ella se desarrollaría a la luz del sol, sin problemas, sin engaños… Era consciente de eso. Sin embargo, a pesar de todo, mi corazón se comprimía por Rei. *** “¡Qué situación!”, suspiré mientras le daba vueltas a la tortilla de verduras que estaba preparando para cenar. Ya habían pasado tres días desde que habíamos vuelto del balneario y Rei no había dado señales de vida, ni con un mensaje. «Miyuki, ¿todo bien?» vino hacia mí mi madre «La estás cocinando demasiado» «Oh, sí. Perdona» quité la sartén del fuego y puse la tortilla en el plato «¡E voilà!» «Me escondes algo, lo sé» suspiró. «¿Cómo es que eres tan suspicaz?» fingí indiferencia. «Soy tu madre» respondió «¿Te has peleado con Misato?» 301

«No. Solo nos hemos concedido un tiempo» confesé. «¿De verdad? ¿Y por qué?» «Tengo que pensar bien sobre mis sentimientos» «¿Quieres decir que no estás segura de quererla?» me miró perpleja. «¿Vienes a comer?» me senté a la mesa. «¿No te apetece hablar?» «No» me serví el agua. «Ok. Entonces, no insisto. Pero si quieres un consejo…» «Sí, lo sé» la interrumpí «Gracias» le sonreí «Mañana voy con Yukino-chan a la piscina. Necesito despejarme» «Está bien, me parece una gran idea» «¿Tú qué harás? Es nuestro día de cierre y papá ha desaparecido de nuevo» comenté con desagrado. «También él se ha cogido cuatro días libres para ir a pescar con su amigo Hiroki. O al menos… esa es la versión oficial» se encogió de hombros. «¿Irás a casa de Ritsuko?» «No sé… Rei aún tiene mucha fiebre» «¿Qué?» dije preocupada «No sabía que tenía fiebre» «Le vino la misma tarde en que volvimos a casa. Imagino que no lo notó, pobrecita…» hizo una pausa «Siempre ha sido muy débil de constitución. Quizás el balneario le ha bajado un poco las defensas inmunitarias, o ha cogido frío» «¿Qué te ha dicho Ritsuko?» «Me ha dicho que el doctor la ha visitado y que a pesar de los medicamentos, la fiebre no quiere bajar» «Pero entonces… no es algo normal» me asusté «¿Has hablado con ella hoy?» «Aún no. ¿Quieres que la llamemos juntas?» «Sí, por favor» Mi madre llamó a Ritsuko y la supo tranquilizar. «Entonces, ¿finalmente le ha bajado? Muy bien. Escucha, Miyuki está a mi lado, ¿podrías hablar con ella un momento? Se lo he dicho y se ha preocupado. Ok, gracias» mi madre me pasó el inalámbrico. 302

«¿Sí?» dije intentando parecer calmada. «Hola Miyuki-chan. Te paso a mi hija. ¿Tú cómo estás?» preguntó con tono punzante Ritsuko. «Muy bien. Solo quería saludar a Rei» «Te la paso…» dijo, después sentí un débil ruido de fondo. «Hola Miyuki» me saludó con un hilo de voz Rei «Todo ok, solo estoy convaleciente» «Me he enterado ahora» una punzada me atravesó el pecho «¿Estás mejor?» «Sí, ahora sí. No te preocupes, el lunes nos vemos en clase» «De acuerdo. Entonces… ponte mejor rápido» La conversación terminó. Y me dejó un amargo sabor en la boca. *** «Y entonces… tú y la delegada» «Sí, pasó de ese modo» «Increíble» comentó Yukino, mientras se ponía una capa de crema solar «Cuando dicen que las cosas cambian en un momento, parece imposible, y en cambio…» «Ya…» subí las rodillas hasta el pecho, acurrucándome sobre la tumbona. Delante de nosotras, muchachos de nuestra edad se hundían en el agua y jugaban entre ellos, llenos de vida. «¿Qué tienes intención de hacer?» «No lo sé» respondí sinceramente. Yukino me miró preocupada. Había decidido contarle a mi mejor amiga cómo estaban las cosas entre Rei, Misato y yo, guardando, obviamente, para mí la verdad sobre la relación que mi ex novia habían mantenido con Ritsuko. «¿Puedo decirte lo que pienso?» «Claro, es más… diría que tu consejo es necesario en ese momento» le sonreí. «Bien, entonces…» se levantó de su tumbona para sentarse a mi lado «Yo elegiría a la capitana» 303

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«Pero…» «¡Nada de peros!» me señaló con el dedo «Después de todo, no es que no te guste, ¿no?» «Bueno, sí… Misato es muy atractiva, pero es de Rei de quien estoy enamorada» admití finalmente incluso a mí misma. «¡Oh, enamorada!» gesticuló «¡Qué se sabe del amor a los diecisiete años!» «Yukino-chan, ¿qué estás diciendo? Te he dicho que…» «¡Sí, sí, ok! Entiendo que Asakawa te gusta en un modo más…» hizo una pausa buscando las palabras justas «intenso… ¿qué dices? ¿Va bien ese adjetivo?» «Diría que sí» se me escapó una carcajada. Con ella incluso las cosas más serias se transformaban increíblemente en más ligeras. «Ok, entonces. La situación es esta. Asakawa, pasional e irreverente, continúa sujetándote fuertemente en su red, pero no quiere hacer planes de futuro, tiene un prometido y una madre peligrosa» «¿Y?» «¿Por qué seguir sufriendo por una relación sin futuro?» me escupió sin reservas «Perdóname, no quería ser grosera» dijo al ver mi reacción «Pero… Miyuki-chan, te quiero mucho y no quisiera tener que darle una patada en el culo a la delegada, ¿comprendes?» «No es necesario» me pasé una mano por la cara «Rei, al fin y al cabo, es así» «¿Quieres decir que es culpa tuya? ¡No, Miyuki-chan, te lo ruego! ¡No digas estupideces! Asakawa ha hecho de todo para tenerte, ¿y ahora? ¡Suelta una cosa como esa! ¿Ya está decidido que tras el instituto se tendrá que casar con un tipo de alta clase y… muy guapo según me has dicho, no?» «Sí, es chico guapo. No puedo negarlo» me acurruqué más entre mis brazos. «Y entonces, ¿por qué?» se indignó «Perdóname, pero su comportamiento ha sido incorrecto. Te ha seducido, ha tomado lo que quería y ¿ahora? Huye pretextando que tiene que pensar… que no sabe cómo hablar con su madre, no sabe si romper la relación con ese tipo» 305

«Parece que es así» me desmoralicé. «¡Entonces, te toca a ti reaccionar! ¡No puedes seguir estando a su merced o te destruirá!» sentenció, seriamente. «Pero… querría hablar» escondí la cara entre los brazos. «Miyuki-chan, ¿te has vuelto loca?» suspiró ruidosamente Yukino «Haz lo que quieras, pero acuérdate de lo que te he dicho» me acarició la cabeza. No podía decir que estaba equivocada mi mejor amiga, o fingir que no fuese verdad lo que Rei me había dicho. Sin embargo, habría querido tanto una aclaración con ella. Lo que habíamos vivido juntas para mí estaba aún muy vivo y real en mi piel… Aquella tarde, en casa, me encontré con otra sorpresa esperándome: Ritsuko estaba en el salón con mi madre y ambas no se habían dado cuenta de que yo había llegado. Antes de advertirles de mi presencia, las oí hablar animadamente y, sin querer, las escuché. «Te lo ruego, Ritsuko, todo esto debe acabar. Ya somos dos mujeres adultas… somos madres…» Desde la puerta semiabierta, logré ver una escena surreal: mi madre acostada en el suelo y Ritsuko, sobre ella, besándole los labios sin que ella pudiera oponerse. Por un momento, me pareció vernos a Rei y a mí ya adultas. Di unos pasos hacia atrás con el corazón en la garganta, intentando no hacer ruido. Cuando estuve de nuevo en la puerta de entrada, la cerré con fuerza: «¡He vuelto!» dije en voz alta. Subí lentamente las escaleras hasta el saloncito y me dejé ver. «¿Cómo ha ido todo en la piscina, cariña?» preguntó mi madre sentada, bien acomodada, en la mesa. A su lado, Ritsuko estaba bebiendo de su taza de té. «Todo bien, pero estoy cansada» respondí «Voy a ducharme» «Espera, tesoro, ¿quieres una taza de té?» dijo mi madre con un tono de voz que interpreté como una señal de alarma. «Ok» dejé caer en el suelo la mochila y, intentando mantener la calma, me senté a la mesa, frente a Ritsuko. 306

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«¿Todo bien, Miyuki-chan?» preguntó la mujer, dirigiéndome su acostumbrada mirada desafiante. «Sí, estoy disfrutando de los últimos días de vacaciones» «Rei todavía no se ha recuperado del todo» suspiró en ese momento. «¿Todavía está mal?» me preocupé. «Sí» aguzó la mirada «Mi hija somatiza mucho. Quizás, ir al balneario en vez de relajarla, la estresó y su cuerpo ha reaccionado así, debilitándose» Yo fingí no entender y esperé pacientemente mi taza de té caliente. «Aquí tienes, tesoro, entonces, cuenta cómo ha ido hoy. Siento mucha curiosidad» dijo mi madre pasándome mi té, traicionando sus ansias. Antes de que, en cambio, pudiera responderle, Ritsuko se levantó, para despedirse, probablemente dándose cuenta de la incómoda situación que se había creado. «Bueno… hasta pronto Miyuki-chan» me dio una sonrisa de cortesía. «Hasta pronto Ritsuko-san. Salude a Rei de mi parte» dije educadamente. «Claro, lo haré» Mi madre la acompañó hasta la puerta y yo me quedé con mi taza de té caliente entre las manos, indecisa sobre cómo comportarme: no quería ser entrometida, pero no quería tampoco dar un paso atrás y fingir. «Ya estoy aquí» mi madre volvió a entrar en la sala «¿Me decías?» sonrió. «¿Desde hace cuánto?» dije, reuniendo el valor. «¿Desde hace cuánto qué, tesoro?» «Tu historia con Ritsuko» Mi madre se sobresaltó y, por un momento, el silencio se hizo entre nosotras. «No te estoy juzgando» volví a hablar. «Miyuki, no sé de lo que estás hablando» intentó escapar de mí. «Os he visto» le agarré la muñeca para que se sentara a mi lado «Ritsuko te estaba besando mientras estabais en el suelo» concluí directa. «Oh… Miyuki» se llevó las manos, temblorosas, al rostro «Has visto esa escena… yo… me avergüenzo de mí misma» balbuceó. «¿Te avergüenzas porque has traicionado a mi padre, o porque tienes miedo de mi opinión?» 308

«Ambas cosas» respondió con voz rota. «Mamá, sería una mentirosa si te dijera que estoy feliz de haberos visto en aquel modo, pero querría comprender» busqué las palabras justas «¿Qué sientes por ella?» «Miyuki, yo… no puedo» intentó alejarse, pero la detuve de nuevo. «¡No puedes mantener todo dentro!» encontré finalmente sus ojos «Deja que te ayude, por favor» la abracé y mi madre explotó en un llanto liberador. Nunca la había visto tan frágil. «Todo… comenzó en el instituto» se decidió a hablar sin mirarme «Ella… se convirtió en más que una sencilla amiga» reveló con voz temblorosa. «¿Desde hace tantos años?» pregunté comprendiendo finalmente qué clase de dolor se anidaba en el corazón de la mujer que tenía delante. «Sí, desde hace tantos años» ella bajó la cabeza. «¿Y qué sucedió?» «¿No te lo imaginas?» me contestó con una pregunta, mientras se enjugaba las lágrimas «Ritsuko se tuvo que casar con Asakawa, y yo caí en una profunda depresión» dijo de un tirón. «Pero entonces… ¿por qué no luchaste por ella?» le pregunté sorprendiéndola. «Porque no podía luchar sola y no quería verme reducida al papel de amante» finalmente cruzó mi mirada «La amaba. No quería tirar por el fango mis sentimientos y así… después de graduarme me mudé a Kamakura a casa de mis tíos y comencé a trabajar en su pastelería como ayudante. La pasión por la cocina y aquel nuevo capítulo que se abría en mi vida me ayudaron mucho a superar ese difícil momento. Después, conocí a tu padre y pensé que con él lograrían olvidarla» «Pero, no ha sido así, ¿verdad?» «Por un período sí, y después llegaste tú, tesoro» me dedicó una tierna mirada «Cuando cumpliste tres años, tu abuelo fue ingresado en el hospital de Tokyo. En aquella ocasión, Ritsuko contactó conmigo para saber cómo estaba mi padre. Se había enterado por amigos comunes de su enfermedad, y en ese momento… volvimos a vernos a menudo. Ambas queríamos intentar volver a los tiempos en que solo éramos amigas» 309

«Por eso Rei y yo tenemos tantos recuerdos de cuando éramos pequeñas» «Sí, pasábamos a menudo los fines de semana juntas. A veces, nos quedábamos en casa de los Asakawa cuando veníamos a Tokyo a ver a los abuelos» «¿Así que nunca habéis dejado de ser amantes?» «¡No, no es así, Miyuki!» se agitó «De verdad, habíamos vuelto a aquella amistad de comienzos del instituto, cuando nuestros sentimientos aún no habían evolucionado a otra cosa» «Pero entonces… ¿qué ha pasado? ¿Por qué os separasteis de nuevo?» «Porque un día se creó una situación realmente embarazosa y peligrosa» hizo una pausa «No lograba controlar más la atracción que sentía y ella… lo mismo, lo notaba» «Entonces… ¿huiste?» «Sí, exacto» se llevó una mano a la cara. «Y es por eso que no volvimos a verlas» «Dejamos de vernos hasta que nos mudamos aquí, a Tokyo y… ambas nos buscamos» «No habéis sabido resistir» la miré. «Quizás ambas queríamos comprender si, después de todos estos años alejadas, sería posible vernos sin tener esos sentimientos» «Cuando estáis juntas se ve que sois felices, tenéis un feeling especial» le dije sincera. «¿De verdad?» me miró, sorprendida. «Oh, sí… no sé cómo podéis charlar horas y horas sin aburriros» bromeé intentando aligerar la atmosfera. «Miyuki, no estás obligada a guardarte para ti lo que realmente piensas. Yo… sé que te he decepcionado» «No, no es así. No me has decepcionado» moví la cabeza mientras le aferraba una mano entre las mías «Ya no soy una niña, mamá. Sé que papá ha tenido y tiene todavía amantes y que la vida matrimonial es más complicada de lo que parece. Llegados a este punto, sin embargo, quizás deberías reflexionar mejor sobre lo que de verdad deseas» 310

«Lo he hecho, créeme. Esta vez la situación se nos ha escapado de las manos, pero le he dicho a Ritsuko que no podemos continuar así, y que tenemos que acabar» «¿Ella te ama?» «¿Qué importancia tiene eso?» giró la cabeza hacia un lado «Nunca dejará a Asakawa. Nunca renunciará a su posición» sentenció nerviosa. «¿Te lo ha dicho ella?» la agarré por los hombros obligándola a mirarme «Si después de veinte años, aún sentís lo mismo la una por la otra, quizás deberíais charlar con calma» «¡No hay nada de lo que hablar! ¡No podemos y basta!» se desesperó mi madre. La abracé intentando consolarla. Ella me estrechó más fuerte, mientras intentaba contener las lágrimas. En ese momento, me quedé callada y esperé a que se calmase. Cuando entré en mi habitación y saqué de la mochila el móvil, me pareció algo extraño encontrar un mensaje de Rei. Parecía, realmente, que nuestras vidas y la de nuestras madres se hubiesen entrelazado. «Hola Miyuki, perdóname si en estos días no he dado noticias. Además de haber estado mala físicamente, he intentado aclararme las ideas. Ahora estoy mejor y quisiera hablar contigo. ¿Podrías acompañarme a casa el lunes después de clase?» Mi corazón se estrechó y por un instante, estuve tentada de llamarla, después, la imagen de mi madre destruida y en lágrimas me atravesó la mente impidiéndome que me lanzara a realizar acciones apresuradas. «De acuerdo, hasta el lunes»

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Orange Cream

escrito por Scarlett Bell con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla ***

CONTINUA... Todos derechos reservados al autor. Cada reproducción prohibida. Sustentas el proyecto leyendo los capitulo sobre el blog y inscribiéndote a la página facebook.

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