Operación Condor, J. Dinges

July 21, 2017 | Author: Nicole Abarzúa | Category: Central Intelligence Agency, Augusto Pinochet, Che Guevara, Guerrilla Warfare, Chile
Share Embed Donate


Short Description

Download Operación Condor, J. Dinges...

Description

Operación Cóndor, “Una década de internacional en el Cono Sur”, John Dinges

terrorismo

Operación Cóndor: Nombre que recibe el conocido plan de coordinación entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América, Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, y Bolivia en conjunto con la CIA de los EE.UU. Estas coordinaciones se tradujeron en el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorio de personas consideradas como subversivos (comunistas). Una larga lista de líderes políticos y militares (comunistas) de los países del extremo Sur de América perdieron sus vidas o fueron blanco de intentos de asesinato por parte de las dictaduras militares a las cuales estos se imponían. Los gobiernos militares habían llegado a gobernar con el firme respaldo de los EE.UU y los jefes militares, utilizando todo medio de violencia, para calificar como alternativa democrática a los jerarcas uniformados a quienes se esforzaban por expulsar del poder (En el caso de chile sería Allende). Los jefes militares colaboraban unos con otros y mantenían contacto con países de América del Sur, quienes organizaban los equipos de asesinatos y los enviaban a sus misiones terroristas. Entre los crímenes internacionales destaca el asesinato de Orlando Letelier, un influyente muy importante para el partido comunista, ex embajador de Chile en EE.UU, yacía muerto y mutilado en Sheridan Circle después de que una bomba a control remoto estallara en el auto que viajaba. Asimismo destaca la ejecución de un ex presidente de Bolivia y dos líderes políticos Uruguayos. Los principales líderes guerrilleros de Chile y Uruguay, que vivían escondidos en Argentina, también habían sido localizados y asesinados. Estos crímenes formaran parte de los miles y miles de asesinatos cometidos por los regímenes militares en América del Sur. Por tanto, entre 1973 y 1980 fue un periodo de múltiples operaciones que fueron llamados “Los años del Cóndor”. Los gobiernos militares clamaban que sus enemigos eran “terroristas”: algunos de ellos se adecuaban a esa descripción, pero las victimas más prominentes eran respetables líderes militares y civiles que intentaban resguardar y recuperar la democracia; hombres y mujeres comprometidos en movimientos que buscaban enfrentar la injusticia económica y social. 1

Los atentados contra los DD.HH, tuvieron el respaldo de EE.UU como único aliado a las atrocidades cometidas contra inocentes. Aún más trágico y criminal fueron los casos en que agentes de ese país estuvieron directamente involucrados en conspiraciones con quienes cometieron asesinatos políticos y crímenes masivos. Los mensajes a favor de los DD.HH y la democracia fueron opacados por los sonoros llamados a detener el comunismo a toda costa, diplomáticos, personal de inteligencia y oficiales norteamericanos estuvieron tan íntimamente asociados con las instituciones militares represoras que hicieron poco o nada para desalentar los crímenes acerca de los cuales estaban informados en Washington. Por tanto, el siguiente libro busca relatar algunas de las tantas historias de esos años de terror desde el punto de vista de los actores ocultos en los gobiernos militares y sus aliados internacionales, incluido Estados Unidos y los grupos radicales revolucionarios que eran sus adversarios. Un buen lugar para comenzar a relatar esta historia es Chile, 11 de Septiembre de 1973, Augusto Pinochet bombardeo La Moneda, símbolo de la democracia. El golpe militar de Pinochet fue cálidamente recibido por el gobierno estadounidense. Sin embargo, la historia oficial relata que EE.UU no estuvo directamente relacionado e involucrado con el desarrollo de las dictaduras militares. Por otro lado, es la misma historia oficial quien se encarga de mostrar a ese país tomando la iniciativa en las organizaciones de levantamientos militares en el mundo. En el caso de Chile el primer intento de golpe militar fue respaldado por EE.UU en donde aquella tentativa, fracaso, terminando con el asesinato del general René Schneider, el jefe del ejército chileno. La derrota del régimen de Allende significo el éxito de Pinochet. Este actuó en pocas horas, con una solida fuerza militar que aplasto la revolución socialista-popular de Allende, causando el suicido del Presidente de la República antes de rendirse en manos de los militares y Pinochet. El golpe de Pinochet fue el principio de una guerra total, justificada como una “guerra contra el terrorismo”, cuyo principal objetivo eran las fuerzas políticas a las que Pinochet y sus aliados percibían como infectando sus países con el carácter foráneo de la revolución comunista. Varios miles de partidarios de Allende fueron amontonados en improvisados campos de concentración, como el Estado Nacional de Santiago. Donde se ejecuto masivamente a más de mil personas entre ellas a dos jóvenes estadounidenses. Los militares chilenos iniciaron una 2

nueva táctica para América Latina: enterraban los cuerpos de los prisioneros ejecutados en tumbas secretas masivas o fosas comunes, mientras negaban a las familias de los prisioneros su captura. Bajo el liderazgo geopolítico de Pinochet, Sudamérica impulso una especie de efecto dómino a la inversa. País tras país había dado espacio al dominio militar. Pero ustedes se preguntaran ¿Por qué el enemigo (Pinochet) tenía alcance internacional? Pinochet ideo un esquema internacional que proponía una alianza con los países del Cono Sur por tanto mantenía relaciones secretas con Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina. La idea era que los servicios de seguridad unieran fuerzas para localizar a “terroristas” de todas las nacionalidades (terroristas = comunistas), donde fuera que estuvieran; la iniciativa fue bautizada como “Operación Cóndor”, por la majestuosa ave de presa que figura en el escudo nacional de Chile. La alianza elaborada por Pinochet perseguiría a los grupos guerrilleros militarizados, erradicándolos del país, ya sea matándolos o mandándolos al extranjero. Entre las estrategias del Plan Cóndor se contemplaba el asesinato internacional. Ya que las distintas policías se habían organizado con el INTERPOL, el cual facilitaba un efectivo intercambio de información y acción de búsqueda de criminales considerados un peligro para las sociedades. La coordinación policial y el intercambio de inteligencia, ayudaron a que el Cóndor tuviera bancos de datos políticos y secuestros fronterizos lo que les facilitaba su accionar de manera rápida y precisa. Las operaciones del Cóndor se limitaron a los países de América Latina, cada país miembro permitía que los organismos de inteligencia de las otras naciones operaran dentro de sus fronteras, capturando, exiliando, interrogando y torturando a los prisioneros militantes de izquierda. Argentina, Uruguay y Chile, crearon equipos multinacionales aliados de Pinochet y el Cóndor, estos crearon un entrenamiento operativo que buscaba la instalación de una dictadura en Argentina. Si bien es cierto, EE. UU apoyaba todas estas ideas, pero hasta el día de hoy aquellas operaciones han sido cuidadosamente mantenidas en secreto. ¿Existen o no pruebas de que la CIA (Agencia central de Inteligencia, del gobierno de EE.UU) supiera de la existencia del Cóndor y no hubiese hecho nada en contra de su creación? No hay ninguna prueba de que agentes estadounidenses conocieran o apoyara algún asesinato en su 3

país. Pero tampoco las hay de que los organismos estadounidenses, en contacto con su contraparte de América Latina, hayan manifestado una clara oposición a la operación Cóndor y su lucha contra el comunismo. Por el contrario, los jefes militares sabían que la CIA había provisto de armas a los comandantes de derecha que habían asesinado al jefe del ejército chileno en 1970, y que los había sobornado con 35 mil dólares después de que la conspiración golpista fracasara. Por tanto, el autor reconoce que los organismos de inteligencia estadounidense tenían fuentes excelentes dentro de la Operación Cóndor y estaban monitoreando muy de cerca sus avances. Sin embargo, las relaciones se quebraran a partir de 1976, cuando nuevos informantes del plan de acción Cóndor, intentaron llevar sus operaciones al extranjero por lo que se le informo a los altos funcionarios de la CIA y estos se opusieron a su avance. Los informes mencionaban Paris y luego Portugal y Francia como posible locaciones para realizar operaciones. Los cuadros ya estaban entrenados en Argentina. El autor dice: Cercar a los subversivos en sus propios países era una cosa. Planear asesinatos en capitales europeas una muy distinta. Los funcionarios del departamento de Estado fueron informados por la CIA para que reaccionaran con el tipo de sentido común que la mayor parte de personas hubiera aplicado para manejar una situación semejante: algo había que hacer para detener tremenda locura. Los funcionarios elaboraron un cable urgente y ultrasecreto; firmado por el secretario de Estado Henry Kissinger, ordenando a los embajadores norteamericanos en Chile, Argentina y Uruguay que se contactaran con representantes del mayor nivel de los respectivos gobiernos para dejar en claro que EE.UU conocía los pasos a seguir del Cóndor, por lo que se oponía rotundamente a ellos. Si bien, EE.UU compartía el objetivo de los gobiernos de derrotar el terrorismo y la subversión, pero no estaban dispuesto a realizar asesinatos fuera del territorio en cuestión, ya que eso traería consecuencias muy graves, el mensaje a los embajadores era: No lo hagan (esa eran las instrucciones del departamento de Estado de Norteamérica) el cable de Kissinger insistían en que los embajadores debían actuar con urgencia.

4

¿Qué ocurrió luego? Sorprendentemente nada, las órdenes de Kissinger no se cumplieron. Chile, Argentina y Uruguay continuaron con la planificación del Cóndor. Las semanas pasaron y ninguno de los embajadores envió la advertencia. 28 días más tarde el 21 de septiembre, una bomba a control remoto exploto debajo del asiento del conductor de un automóvil que rodeaba el Sheridan Circle, en la Av. Massachusetts de la capital estadounidense, a pocos metros de la embajada chilena. Orlando Letelier era asesinado. Letelier había tenido participación en dos recientes reveses para Pinochet: La legislación aprobada en el congreso de EE.UU que convertía el respeto por los DD.HH en condición para recibir ayuda de ese país en caso de que estos estuvieran siendo trastocados. Lo que lo hiso transformarse un enemigo de la dictadura militar. Por tanto, efectivamente Chile, Uruguay, y Argentina planeaban un asesinato en Paris; Luego en forma separada llego información de que Chile planeaba una sospechosa misión en Washington. Ambas corrientes fueron manejadas por la CIA y el departamento de Estado. Por tanto la pregunta del millón seria ¿Quién aborto a las claras instrucciones del Cóndor, porque no se llevaron esas misiones a cabo? El autor reconoce que las instrucciones fueron acordadas pero inexplicablemente luego fueron ignoradas. La explicación más benigna es que no se ataron cabos hasta que fue demasiado tarde, que se trato de un inocuo error de funcionarios muy ocupados. Ahora si bien esas misiones no se llevaron a cabo si se perpetuo una profunda tragedia en América Latina con miles de personas muertas y desaparecidas. La pregunta histórica seria entonces ¿Cuántos de los miles de asesinatos cometidos por Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Brasil podrían haberse evitado si EE.UU hubiera tomado una postura publica decidida al respeto y una postura privada en contra del asesinato, la tortura, y las desapariciones que sus aliados estaban llevando a cabo? Reunión en Santiago: La reunión para crear el sistema Cóndor se realizo en Noviembre de 1975, en una mansión de ubicada en la Alameda de Santiago. El edificio albergaba la Academia de Guerra, donde los oficiales en servicio adquirían capacitación avanzada en conducción y más recientemente, en inteligencia. 5

Durante casi una semana, coroneles, mayores y capitanes de seis países se reunieron cada mañana bajo el techo arqueado de lo que podrían haber sido una formal sala de banquetes. Eran todos oficiales de inteligencia, hombres cuyo trabajo era ahora derrotar lo que denominaban indistintamente subversivos, terrorismo o comunismo internacional. Juntas las fuerzas militares que ellos representaban se dominaban las vidas de más de dos tercios de la población de América del Sur. Ahora la inteligencia militar sabia que los grupos más peligrosos se habían reunido en una campaña internacional que combinaba ataques armados y diplomacia, con base en toda América Latina y redes de apoyo en Europa. Los informes secretos de inteligencia de aquellos meses muestran también su obsesión con la amenaza no violenta que los militares consideraban aún más peligrosa: los políticos que hacían lobby en Europa y en Estados Unidos contra los gobiernos militares bajo el estandarte de la democracia y los DD.HH. Chile había reunido al grupo de jefes de inteligencia con el fin de presentarle un plan para golpear a estos enemigos en cualquier lugar del mundo. El general Augusto Pinochet alzándose firmemente como el cabecilla, se hizo cargo de todos los gastos de la reunión. La experiencia chilena de revolución en democracia y su líder, el presidente Salvador Allende, murieron el mismo día, el 11 de Septiembre de 1973. Con agresividad y brutalidad nunca antes vista en América del Sur, Pinochet diezmo a la dirigencia de izquierda más grande y mejor organizada de la región. Los días y semanas que siguieron al golpe, con arrestos masivos, campos de concentración y ejecuciones sumarias; se concentraron en la más ardua tarea de rastrear a los grupos clandestinos de oposición. Para ello creó una fuerza de inteligencia que respondiera solo ante él: La dirección de Inteligencia Nacional (DINA) hacia fines de 1975 las nuevas tácticas le habían reportado una victoria casi total dentro de Chile y Pinochet, su jefe de inteligencia volvió su atención hacia el extranjero. Con el golpe, Pinochet se había ganado la reputación de una especie de ángel vengador anticomunista; el éxito de la represión interna lo estaban convirtiendo en un héroe del mundo anticomunista, ganándose la confianza , gratitud, y hasta amistad de líderes como; Francisco Franco (Militar y dictador español, golpista integrante del pronunciamiento militar de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española.), Henry Kissinger y Margaret Thatcher. 6

El 26 de Noviembre de 1975, Pinochet convoco una asamblea de jefes de inteligencia y luego el Coronel Manuel Contreras llamo a la “Primera reunión Interamericana de Inteligencia Nacional” fue llamada al orden por el jefe de la DINA. Contreras declaro en la reunión que la subversión no reconoce frontera ni país por ello, la infiltración penetra todos los niveles de la vida nacional. La subversión requería de un sistema de última tecnología, Télex, Criptografía, Teléfonos con inversores de voz y correos. Se necesitaba crear un banco de información, Contreras luego reconocería que tanto la CIA y el FBI sabían acerca de este banco de datos de inteligencia que aportaron información y la tomaron de él. La fase dos y tres de la operación Cóndor, eran operaciones, actividades tan secretas que la propia palabra no aparece en los documentos. En el mundo de la inteligencia, la distinción entre información y operaciones separa a los hombres de los muchachos. Las operaciones implican planificación y ejecuciones de acciones que avanzan directamente sobre el objeto militar o político que el organismo intenta alcanzar. La mayoría de las veces las operaciones están formuladas para atacar, incapacitar o impedir de algún modo la posibilidad de actuar del enemigo. Incluyen diseminación de propaganda (propaganda negra, es decir, el uso de mentiras, también conocida como desinformación para desacreditar o confundir al enemigo). Entonces, tiene que quedar claro que la palabra operación era la palabra utilizada para secuestros, interrogaciones bajo torturas, y asesinatos. La propuesta del Coronel Contreras respondía a una necesidad obvia. Los activistas de todas las líneas políticas se movían de país en país a medida que se imponían los golpes militares; muchos eran refugiados bajo protección oficial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Decenas de miles de refugiados habían llegado a Argentina, el único país que aún tenía un gobierno democrático. Mientras no quebrantaran las leyes de la nación donde habían buscado refugio, los exiliados eran protegidos por la ley internacional, al menos en teoría. Ya que el plan Contreras había ideado un mecanismo para que los servicios de inteligencia pudieran conducir operaciones en cualquiera de estos países, restándole todo sentido a dicha protección. Resumiendo, el modelo de la Fase Dos de la Operación Cóndor, era la exitosa unión que acababa de completarse entre Chile, Argentina, y 7

Paraguay. Con esta unión, los servicios de inteligencia podría intercambiar información la cual les iba a permitir mantener el rastro de todos lo que la derecha consideraba sus enemigos. Así entonces, cualquier izquierdista capturado, seria transportado a su lugar de origen para seguir el interrogatorio y finalmente ser ejecutado. La tortura era parte inevitable e integral del proceso de interrogatorio en todos los países. Bajo este sistema los prisioneros en países vecinos podrían ser interrogados simultáneamente, gracias a rápidos intercambios de preguntas y datos entre los interrogadores. En cuanto a la fase tres, lo que Contreras tenía en mente sorprendió incluso a algunos de los curtidos veteranos de inteligencia que conformaban este grupo. Las operaciones de la Fase Tres incluían seguimientos y asesinatos fuera de América Latina. Los cinco oficiales de inteligencia principales respaldaron la propuesta de Chile y firmaron el documento final, fechado el 28 de noviembre. Una delegación de Brasil asistió como observadora, pero no unió formalmente a la alianza sino en 1976. Tras consultar con respectivos gobiernos, todos debían ratificar el acuerdo dentro de sesenta días. La nueva entidad necesitaba un nombre. Un coronel de las fuerzas armadas uruguayo, el segundo en jerarquía de la delegación hizo una sugerencia que fue incorporada en el documento final. El presente organismo se denominará Cóndor, aprobado por la unanimidad, conforme a la moción presentada por la delegación de Uruguay en homenaje al país sede. Todos los dirigentes militares del Cóndor coincidieron en llevar a cabo la fase dos y tres a como diera lugar, estas operaciones alcanzaron su punto más álgido en el periodo posterior al golpe militar de Argentina, 1976. Con respecto a los documentos escritos sobre el sistema Cóndor, la organización mantuvo una fachada aun secreta en cuanto a los documentos, dando a entender que se trataba de un simple banco de informaciones e intercambio de datos, es más un sistema de comunicaciones. Pero los informes de inteligencia estadounidense se referían casi siempre a la “Operación Cóndor”, capturando más precisamente la naturaleza agresiva y activista de la organización. 8

Los años del Cóndor acabaron con más de cien años de imperio de la ley y la democracia En los 60 y 70 se produjo la “revolución” de la imposición militar, sacando a los actuales presidentes de cada país, de manera violenta, arrestándolos, maltratándolos, torturándolos y a veces asesinándolos. Estos crímenes resultan prácticas comparables solo con un periodo de la historia chilena, por los arrestos masivos, los centros clandestinos y los campos de concentración y el uso de exterminio y cremación solo son comparables con las peores prácticas de la era nazi. Por tanto, la operación Cóndor representa la peor y ultima desviación del Estado de Derecho y la sociedad civilizada, ya que el terrorismo (militar) no solo no protegió los DD.HH de sus propios ciudadanos sino que conspiraron para violar las normas internacionales de recaudo: el derecho de asilo, la protección a los refugiados, la elaboración de extradición de ciudadanos, etc. El tratado secreto Cóndor, elevó los crímenes contra los DD.HH al más alto nivel de la política de Estado, bajo el control directo de mandatarios y ministros. ¿Cómo manejo la CIA la muerte de Schneider? Partimos de la base que Schneider era un fuerte defensor de la Constitución chilena y un obstáculo importante para los militares que buscaban llevar a cabo un golpe que evitara la asunción de Allende. De acuerdo, con los documentos desclasificados de la CIA, este suministro tres ametralladoras a uno de los grupos complotados a las dos de la mañana del día del secuestro. La CIA insistió siempre en que las armas no fueron usadas y que un grupo diferente mato a Schneider. Sin embargo, se sabe que la CIA nunca abandono la idea de secuestrar al jefe militar y estaba suministrando apoyo a los complotados el mismo día en que ello sucedió. EE.UU dio su respaldo operativo a actos de terrorismo como apoyo a la causa del anticomunismo. Estaba bien deponer a un líder moderado que se había convertido en un obstáculo para la eliminación de lo que se consideraba una amenaza comunista. Este mensaje solo se vio reforzado cuando la CIA envió unas semanas más tarde 35 mil dólares a uno de los secuestrados que había logrado escapar. Queda claro que EE.UU utilizo tácticas operacionales para conspirar en contra del General Schneider, entre los miembros del grupo que conspiro contra este, estaba el ex estudiante de la Escuela Naval Enrique Arancibia Clavel, este mantenía un vinculo operativo con la DINA en conjunto con la inteligencia de Argentina quienes organizaron el asesinato de otros 9

comandantes que se habían convertido en un obstáculo, el general Carlo Prats Gonzales, antecesor de Pinochet en la comandancia del ejército chileno. Por tanto dice la autora, en mis entrevistas con oficiales de los países del Cóndor aparecía siempre una frase: “EE.UU era nuestro líder”. Resumiendo los responsables de miles de ejecuciones y desapariciones, y de los asesinatos internacionales que constituyeron el núcleo del sistema Cóndor, han podido evadir la justicia, ya que los gobiernos entrantes a los regímenes militares, aceptaron las leyes de amnistía como precio por el retiro de los militares del poder, y esas leyes protegen hasta el día de hoy a los militares acusados o hasta cuestionados, impidiendo la más leve investigación en contra de estos y sus crímenes. Si contáramos la historia de los años Cóndor como una letanía de violaciones está historia estaría incompleta, ya que la historia requiere de una retorica objetiva y realista de ambos bandos por un lado los militares y por otro los marxista quienes también participaron y fueron la oposición. Fueron los revolucionados, inspirados en el ejemplo de Cuba y Ernesto Che Guevara, quienes estaban convencidos de que iban ganando y de que sus focos de guerrilla clandestina serian los canalizadores del levantamiento de las naciones y quizás hasta un continente con nombre socialista. Algunos de estos movimientos marxistas revolucionarios, fueron: En el pequeño Uruguay, el movimiento Nacional de Liberación Tupamaros contaba con cinco mil miembros organizados en células urbanas y se había ganado una reputación de alcance mundial como románticos revolucionarios al modo de Robín Hood. El propio Che Guevara parecía seguir vivo aun después de ser capturado y ejecutado por soldados bolivianos y sus enemigos de la CIA. Argentina tenía varios grupos radicales surgidos de la izquierda tradicional y del movimiento peronista. Para 1974, el agrupamiento peronista Montoneros había asesinado a un ex presidente, el general Pedro Eugenio Aramburu y los secuestros de empresarios con millonarios rescates en dólares eran habituales. En Chile, el radicalismo de izquierda se encontraba mayormente en el nivel de una retorica recalentada. La violencia solía limitarse a arrojar piedras contra los grupos juveniles de derecha. Con todo, el primer año del gobierno de Allende un grupo extremista asesino a un ex ministro de gobierno, Edmundo Pérez Zujovic. Paraguay era una eterna caldera 10

conspirativa. La ideología marxista jugaba un pequeño papel en la conspiración contra la dictadura de Alfredo Stroessner, quienes habían fallado en un intento de asesinarlo. Fue una época de gran violencia y de gran idealismo: los grupos más radicales de izquierda y de derecha rechazaban la democracia como solución a los problemas más acuciantes de la sociedad. EE.UU exhibía una actitud profundamente contradictoria con su tradición histórica y sus valores más profundos. EE.UU sacrificio la democracia por una lucha ideológica. Apoyando con armas y dineros a los regímenes militares. Por otro lado, los miles de asesinatos quedaron impunes, las familias de las victimas hicieron lo que pudieron para investigar sobre sus familiares, pero sus conclusiones están sujetas a la más fácil negación de los acusados. Revolución durante la Contrarrevolución: Las masas se volcaban a las calles para apoyar u oponerse al cambio, a menudo unidas por la ideología o por el apoyo a algún hombre fuerte de corte populista. Eran tiempos en que Chile, por citar un ejemplo, medio millón de personas (de una población de diez millones) podía colmar la Alameda, la principal avenida de Santiago, a lo largo de más de un kilometro y medio para escuchar las arengas del presidente Allende. En Argentina una muchedumbre de más de un millón de personas presionaba por el regreso del eterno dictador populista Juan Domingo Perón. En Bolivia las asambleas populares, compuestas por mineros y campesinos, desplazaron al parlamento boliviano durante el breve mandato del general Juan José Torres, de inclinación izquierdista. La revolución se considera posible o inevitable, para quienes creían en la teoría marxista de la historia. Decenas de miles de jóvenes sudamericanos se abrazaban a la causa de apoyar a Fidel Castro y su pequeño ejército guerrillero, el cual había obtenido su victoria derrocando a un dictador corrupto. La revolución era una posibilidad para el futuro inmediato. Ernesto “Che” Guevara tenía la idea de que un “foco guerrillero”, un pequeño grupo de combatientes atrincherados en las montañas podría provocar una serie de levantamientos en las clases bajas y medias que se extenderían por todo el país y luego por todo el continente. 11

Estos jóvenes adoptaron el noble título de “revolucionarios” esforzándose por estar a la altura del desafío lanzado por el Che, su fallecido héroe con aires de Cristo, quien había asegurado que “El primer deber de un revolucionario es hacer la revolución”. Los Tupamaros de Uruguay fueron los más exitosos: llevaron la guerra clandestina a las ciudades. En todo el continente diversos grupos- los más grandes en Chile, Uruguay y Argentina- traducían el llamado a las armas del Che a nuevas técnicas adaptadas tanto a las vías urbanas como a los caminos de montaña. El golpe militar en Chile resulto devastador para quienes estaban del lado de la revolución, pero todavía no estaba dicha la última palabra. Irónicamente, para la mayoría de los grupos revolucionarios radicales el golpe de Pinochet tenía un aspecto positivo. La violencia del derrocamiento que acabo con la “vía pacifica hacia el socialismo” había legitimado el camino opuesto, demostrando, en opinión de los revolucionarios, que ellos estaban en lo cierto, esto es, que la verdadera revolución triunfaría no de manera gradual, con elecciones y reformas sociales, sino por la fuerza de las armas. Con la victoria de Pinochet se barrieron a decenas de miles de trabajadores de las fábricas, así como a campesinos y miembros de partido de izquierda, cuyos líderes revolucionarios se alistaron rápidamente para la batalla. El grupo en cuestión era el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, sus líderes habían surgido de los movimientos estudiantiles de la década de 1960. Se veían así mismos como vanguardistas y defendían el modelo de Lenin de revolución socialista liderada por el partido, lo que significaba que después de la revolución vendría la dictadura del proletariado. El MIR nunca realizo acciones armadas mientras Allende fue presidente. Sin embargo, en los meses que precedieron el golpe se embarcaron en una agresiva estrategia militar cuyo eje consistía en organizar la resistencia al golpe que se estaba gestando dentro de las fuerzas armadas. El MIR había acopiado arsenales de armas ligeras y se había entrenado militarmente en las montañas que rodeaban Santiago. No se trataba de una estrategia de guerrillas tradicional para derrotar a las Fuerzas Armadas, sino de una para socavarlas. De hecho, los contactos del MIR dentro de las Fuerzas Armadas aportaron buena inteligencia sobre el golpe que se avecinaba. Se preparó un plan de contingencia: tropas amigas les permitirían entrar en los arsenales del Ejército y distribuir armas entre los leales como 12

acción preventiva contra la conspiración de los oficiales. Ningún grupo político había intentado jamás infiltrarse en las Fuerzas Armadas. Precisamente con el fin de evitar ese escenario, el General Prats Comandante en jefe del Ejército y partidario de Allende, renuncio a su cargo. Consciente de que en nombre de la unidad militar, había eliminado el último obstáculo para efectuar el golpe militar. Al renuncia Prats rápidamente asumió Pinochet, este no hizo ningún intento de ocultar la brutalidad de la contrarrevolución que lideraba, el MIR había decidido replegarse con vistas a sostener una lucha más prolongada, el ejército ocupó las ciudades a punta de ametralladora; durante días fue frecuente ver cadáveres tirados en las calles o flotando en el rio Mapocho. Cada noche, durante meses podía oírse el sonido de las ametralladoras durante el toque de queda, que se extendía desde el atardecer hasta el amanecer. Las calles de la capital estaban plagadas de barricadas fortificadas, tanto de la policía como del ejército, en las que se parapetaban las tropas armadas con ametralladoras. Los microbuses, tomados y ocupados por soldados, recorrían los suburbios de la ciudad a toda velocidad. En las primeras semanas, miles de personas fueron capturadas en redadas y hacinadas en estadios; luego las trasladaban a campos de concentración improvisados. Una de las tácticas favoritas de las tropas era rodear y asaltar poblaciones enteras de clase baja y trabajadora que se consideraban bastiones de sentimiento allendista. Hacia diciembre, la población retenida en campos de concentración se elevaba a 18 mil prisioneros. El horror que implicaban, las ejecuciones, los cuerpos abandonados y los campos de concentración creaban una atmosfera de terror, la que generaba la incertidumbre respecto de las acciones militares que se desarrollaban en las sombras. Se tenía conciencia de que se asesinaban personas, pero nadie sabía cuántas; muchos de los detenidos no aparecieron en los campos de detención, y sus cuerpos tampoco se encontraron en las morgues ni en los ríos. Con el correr de los años aparecieron restos en fosas comunes de cementerios, en pozos y en el fondo de minas abandonadas. Así se ubicaron más de 200 cuerpos, lo que de todos modos no coincidía con los miles de nombres incluidos en la listas de desaparecidos. Pinochet comenzó a desarrollar la estrategia internacional a largo plazo casi inmediatamente después del 11 de septiembre. Según un informe de la CIA fechado el 3 de octubre, una de sus primeras medidas fue recurrir a los amigos que pensaban como él: 13

“Las fuerzas Armadas aparentemente creen que la izquierda se está reagrupando para llevar a cabo actividades de sabotaje y guerrilla. Se ha solicitado a varios gobiernos amigos, material y entrenamiento en temas de contrainsurgencia. Brasil y Estados Unidos fueron los primeros en ayudar a Chile a reconfigurar sus fuerzas armadas para las nuevas tareas. Existe una disputa continua sobre ciertas acciones puntuales realizadas por agentes estadounidenses para promover y apoyar el golpe de 1973. El informe oficial más reciente sobre el papel de la CIA, conocido como “Informe Hinchey” que fue dado a conocer en el 2000, llega a una conclusión cuidadosamente cauta: “Aunque la CIA no instigó el golpe que puso fin al gobierno de Allende el 11 de Septiembre de 1973, estaba al tanto de la conspiración del Ejercito, tenía una relación de larga data con algunos de los conspiradores que le brindaban información de inteligencia, incitando el golpe de Estado” La postura oficial de la CIA traza una línea poco clara entre investigación (que niega) y apoyo (que no descarta antes del golpe y admite después). A falta de una investigación creíble, los documentos dados a conocer hasta el momento han estado sujetos a la razonable suposición de que han sido cuidadosamente editados para ocultar la verdad sobre la participación de EE.UU. Desde esta perspectiva, existe un fascinante intercambio de cables entre el jefe de la misión en Santiago y su superior en la oficina central de la CIA, el jefe de la división para el hemisferio occidental. Los funcionarios de la CIA debaten acerca de cómo deberían influir sobre las Fuerzas Armadas chilenas. El contexto es el fallido intento de la CIA de instigar un golpe un año antes. Entonces, queda claro que EE.UU trabajo para socavar el gobierno de Allende, deseando con fervor verlo derrocado, pero no tuvo participación directa en el golpe militar en sí. El informe Hinchey, fue un documento que declaro como EE.UU ayudo al régimen de Pinochet a prepararse para el desafío de seguridad que enfrentaría. La CIA apoyo activamente la Junta Militar después del derrocamiento de Allende, muchos oficiales de Pinochet participaron en abusos extendidos y sistemáticos de los DD.HH después de la destitución de Allende. Algunos eran contactos o agentes de la CIA o de las FF.AA estadounidense. Pinochet designo, al oficial Manuel Contreras para formar un organismo de Seguridad nacional (la DINA) dirección de Inteligencia Nacional. 14

Contreras era considerado el mejor de todos, y eso repercutió en el éxito de la DINA. Una vez que la Dina comenzó a actuar miles de partidarios de Allende que evitaron el arresto huyeron del país, en muchos casos cruzaban a pies los Andes para llegar a Argentina, atravesando el desierto de Atacama, al norte del país, para alcanzar Perú. Argentina se convirtió en un refugio seguro para perseguidos políticos y organizaciones revolucionarias. A medida que las dictaduras militares ponían fin a la actividad política en un país tras otro, bolivianos, uruguayos, paraguayos, brasileños y ahora chilenos se trasladaban en masa para aprovechar la embriagadora libertad que se gozaba en Argentina. La mayoría de los líderes principales lograron escapar en las semanas previas al golpe. Entre los veteranos más involucrados estaban los Tupamaros de Uruguay, y los cabecillos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia. En Argentina fueron recibidos por el grupo más formidable de todos, el Ejército Revolucionario del pueblo (ERP) y su brazo político, el Partido Revolucionario de Trabajadores (PRT). Asimismo en Chile estaba el MIR. Cada organización había estado enviando a sus cuadros para que recibieran entrenamiento ideológico y militar en campos ubicados en la espesura de los Andes, concretamente en el Cajón del Maipo, localidad de la zona central chilena. Estas organizaciones habían aprobado una alianza formal, conocida como la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR). Así entonces alzaban sus voces para llamar a los trabajadores explotados, la clase obrera, los campesinos pobres, los estudiantes e intelectuales, los cristianos revolucionarios y a todos quienes formaran parte de la clase explotada para colaborar con la causa justa, la revolución. Pese a esta organización unificadora, cada uno de los grupos determinaría dónde y cómo encarar la lucha armada, pero en conjunto crearían una infraestructura, un aparato de alcance internacional que brindaría apoyo mutuo en cuestiones logísticas, financieras y militares. La JCR representa para América Latina lo que la Tercera y la Cuarta internacionales habían representado para el movimiento socialista mundial surgido de la Revolución Rusa. Esta organización simbolizaría la concreción de la visión del Che Guevara, ya que el JCR respondería al llamado del Che “llevando una guerra revolucionaria, sangrienta, que convertiría al continente latinoamericano en el segundo o tercer Vietnam del mundo”. 15

La izquierda conduciría a la victoria final: una guerra de guerrillas, que abarcaría todo el continente, sin embargo el imperialismo norteamericano desarrollo una estrategia internacional para detener la revolución socialista en Latinoamérica. Por tanto, hay que tener en cuenta que ninguno de los objetivos de la JCR se cumplió, ya que el derrocamiento de esta organización fue uno de los objetivos principales de la Operación Cóndor. Pese a lo anterior, el apoyo de la JCR fue inmediato para que el MIR se levantara contra el régimen militar. La JCR prestó apoyo material, en forma de dinero y armas, para despertar la solidaridad hacia Chile, y realizar propaganda contra la dictadura de Pinochet. Los objetivos de la JCR eran demasiado ambiciosos por lo que se vieron en la necesidad de pedirle ayuda al ERP (dinero comprometido en los secuestros) para poder sustentar los objetivos que este tenía. Las ambiciones de la JCR era crear una red de infraestructura para todos los países, para Bolivia, Argentina, Chile y Uruguay, es allí donde la JCR invirtió todo su dinero; compraron aviones, camiones, armas, etc. Los lideres querían ofrendar la idea de Fidel a como diera lugar. Luego de todo esto la JCR buscara que Fidel apoye su causa, pero este se rehusara a ayudarlos, ya que estos buscaban la revolución armada y Fidel era partidario del comunismo clásico “el reformismo”. Pese a esto en Argentina se estaban desarrollando una serie de secuestros como fue el caso de Víctor Samuelson un joven gerente de la empresa Exxon (empresa norteamericana). El secuestro se realizo para poder sacar provechosas sumas de dinero a la empresa para que así se pudiera lucrar con los secuestros. Exxon finalmente envió desde EE.UU 14 millones de dólares, este fue distribuido entre los pobres de un suburbio de Buenos Aires, este había sido el secuestro que había obtenido los mejores resultados. Además de este secuestro la JCR secuestro a otros dos empresarios para recaudar dinero para la JCR. En los primeros meses la guerra revolucionaria había sumado arcas numerosas, y esta se repartía entre las demás organizaciones de la JCR. La revolución durante la contrarrevolución estaba en marcha, por tanto cabe finalizar realzando la importancia de la JCR (Junta Coordinadora Revolucionaria) para este periodo, ya que está le había permitido al MIR una infraestructura segura, en la clandestinidad, lo que había hecho que 16

se lanzara una campaña militar en menos de un año. La JCR también apoyo la reorganización del ELN en Bolivia y el ERP estaba ayudando a un grupo novato de revolucionarios paraguayos. Por tanto, se concluye que EE.UU no celebro la victoria de Pinochet ya que este debió socavar los terribles meses que se le venían encima con toda la conformación de la JCR y el MIR.

17

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF