El misterio de la vocación poético es más enigmático. en igmático. Cada palabra al mismo tiempo dice y calla algo. A diferencia de los maestros del lenguaje, al poeta lo conocemos tanto por sus palabras como por sus silencios. Los hombres somos hijos de la palabra. Ella es nuestra creación; también es nuestra creadora: sin ella no seriamos hombres. A su vez la palabra es hija de silencio: nace de sus profundidades, apareceabismos. por un instante y regresa a sus La semillas de la palabras caen a la tierra del silencio y al cubren con una vegetación a veces vece s delirante y otra geométrica. Mi amor por la palabra comenzó cuando oí hablar a mi abuelo y cantar y cantar a mi madre, pero también cuando los oí callar y quise descifrar o, más exactamente, deletrear su silencio. Por esto el amor a nuestra lengua, que es la palabra y el silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, a nuestros muertos los silencios y a nuestros hijos que aprenden a hablar. La vida de cada hombre es un largo y doble aprendizaje: es sabe decir y saber oír. El uno implica al otro.
Este aprendizaje insensiblemente nos inserta en una historia. A su vez el pasado nos proyecta en el futuro. El lenguaje nos da sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad. Somos una historia. Par todos los hombres y mujeres de nuestra lengua la experiencia de pertenecer a una sociedad lingüística esta unidad a otra: esta comunidad se extiende más allá de las fronteras nacionales. Nuestra lengua nació en otro continente, en España, hace muchos siglos. El castellano no solo trasciende las fronteras geográficas sino las históricas. En nuestro cierto modo, la lengua nosnaciones. fundó o, al menos, hizo posible nacimiento como
EQUIPOS PARES CRUCIGRAMA EQUIPOS NONES SOPA DE LETRAS
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