Ocampo, Victoria. Tagore en las barrancas de san isidro.pdf
April 1, 2017 | Author: Nicolas Allen | Category: N/A
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VICTORIA OCAMPO
TA CrC) T? F x i i VJ V y JA. L^
EN LAS BARRANCAS DE SAN ISIDRO
Diseno de tapa: MARIA CRISTINA BRUSCA
Coordinaci6n general: KOH,MA H. R E A L
Estas paginas fueron escritas a pedido del seilor Krishna Kripa.ani, secretario de la Sahitya Akademi de New Delhi, para ser publicadas en la India, con motivo del centenario de Tagore.
Piimeia edici6n: mayo de 1961 Segunda edici6n: maxzo de 1983
ISBN 950-9092-02 IMPRESO EN LA ARGENTINA Queda hecho el dep6sito que maica la ley 11.723 Ediciones Fundaci6n SUR Tucuman 685 Buenos Aires
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a un amigo de Tagore, a un amigo de la India A un Leonard
amigo: K.
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BY T H E OPEN ROAD
In the joy of your heart may you jeel the living joy that sang ong spring morning sending its glad voicg across a.n hundred years *. THE
GARDENER - TAGORE
He is singing God's praise the trees by the open road **.
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FRUIT CATHERING - TAGORE
En septiembre de 1924 se anunci6 que Rabindranath Tagore pasaria por Buenos Aires, rumbo a Lima. Desde ese momento, los que conociamos sus poemas a traves de las propias traducciones del autor, o la francesa de Gide, empezamos a esperar al poeta. Su llegada seria el gran acontecimiento del afio. Para mi, fue uno de los grandes acontecimientos de mi vida. Hacia relativamente poco tiempo que yo habia visto en letra de molde mis escritos. Colaboraba en La Naci6n, Los temas de los * Que en la alegria de tu coraz6n puedas sentir la alegrla que cantaba, una manana de primavera, lanzando su voz dichosa a traves de centenares de anos. ** Bajo los arboles, en el camino abierto, esta cantando la alabanza de Dios.
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tres primeros articulos publicados, tal vez tengasignificadorecordarlo, eran: Dante, Ruskin y Gandhi. Este ultimo en marzo de 1924. El cuarto articulo iba a titularse La alegria de leer a Rabindranath Tagore. Cuando le lleg6 el turno al poeta bengali, iba pues a encontrarse en buena compafiia, y ya con un compatriota. Los nombres del poeta florentino, del ensayista ingles y del indio que se enfrentaria, sin armas, con el Imperio Britanico eran, por lo menos, indices de mis preferencias, sino de mi capacidad. Antes de seguir adelante, y una vez por todas, una aclaraci6n: cuando me refiero en primera persona a mis estados de animo, mis experiencias, mis sentires y pensares, no es por egotismo, ni porque me figuro que en si estas cosas sean excepcionales, Todo lo contrario. Que el lector de nuestras latitudes recuerde aquello de Victor Hugo: ". . .quand je vous parle de moi, je vous parle de vous. Comment ne le sentez vous pas? Ah! insense, qui crois que je ne suis pas toi!" Ademas, agregare, haciendolas mias, las palabras de Teilhard de Chardin: "Je vois clairement que ma force ne tient pas du tout a ce que j'ai invente quoi que ce soit, ^mais simplement au fait que je me suis trouve resonner
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convenablemente a una certaine note humaine et religieuse, qui est partout dans l'air actuellement, et ou les gens se sont reconnus et retrouves " Dar testimonio de estas experiencias cuyo escenario es el laboratorio interior del ser humano exige hablar en primera persona. Este pues, como otros, sera un testimonio de mis reacciones frente a la grandeza ajena. La de 1924 fue, en San Isidro, una primavera clara y tibia de muchas rosas. Yo pasaba las maflanas en mi cuarto, con las ventanas abiertas, leyendo a Tagore, pensando en Tagore, escribiendo a Tagore cartas que nunca mandaria. Los olores de un jardin, en septiembre, se mezclaban a mis despertares. De este leer, pensar, esperar, escribir nacieron las paginas que public6 La Naci6n. En realidad, era una carta a Tagore transformada en articulo. No imaginaba yo, en aquellos dias, que el poeta seria mi huesped en las barrancas de San Isidro. Ni me atrevia a suponer que tal dicha podia existir para mi fuera del suefio. Y que una vez lograda me pareceria natural y empezaria a sufrir por otras razones. He vuelto a releer aquella carta-articulo. Nunca la inclui en los volumenes de Testi-
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monios por tener siempre la intenci6n de consagrar a Tagore un libro (largo o corto, no importaba). En el texto a que aludo hay algo asi como un paralelo entre uno de los escritores franceses mas representativos de nuestro inquieto Occidente y el poeta bengali, representante no s61o de Oriente sino de'un puente "in the making" entre Occidente y Oriente, Transcribire aqui parte de esas paginas. Llevaban como epigrafe este verso de Tagore: "Los ojos s61o ven el polvo y la tierra, pero sienten con el coraz6n y conocen la alegria".
la direcci6n en que esta se lanza. Pero la alegria proclama siempre que la vida ha tenido exito, que ha ganaclo terreno, que ha. conseguido una victoria: toda gran alegria tiene un acento triunfal". Esto mismo se puede aplicar a los libros. Los hay de dos categorias: aquellos cuya lectura nos proporciona un placer, y los que nos dan alegria. Asi, por ejemplo, las horas dedicadas a la lectura de Du C6te de chez Swann han sido, para mi (y supongo que para muchos), horas de placer; tambien horas de angustia cuando me identificaba con sus personajes. Pero horas totalmente desprovistas de alegria. Proust, el prodigioso, nos obliga a vivir, "au ralenti" y bajo una forma solidificada, sensaciones que el ser humano no tolera sino gracias al movimiento de "acelerando" que las acompana y gracias a su fluir.
En una conferencia dada en la Universidad de Birmingham, en 1911, y publicada mds tarde con el titulo de La conciencia y la vida, Bergson nos habla de la alegria en los siguientes terminos: "Los fil6sofos que han especulado sobre la significaci6n de la vida y sobre el destino del hombre no han observado bastante que la Naturaleza se ha tomado el trabajo de instruirnos por si misma sobre tal punto. Nos advierte con una senal precisa cuando nuestros destino estd logrado. Esa senal es la alegria. Digo la alegria, no digo el placer. El placer no es sino un artijicio imaginado por la Naturaleza para obtener del ser viviente la conservaci6n de la vida; no indica
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La velocidad de nuestros suenos nos permite acumular en algunos segundos o minutos una serie de actos, de didlogos, de acontecimientos, una mezcla de lugares distantes entre si, que exigirian largos viajes en el espacio y en el tiempo si los transpusieramos al estado de vigilia. Si pudieramos disminuir, como en el cinemat6grafo, la rapidez de una de esas pesadillas -en que cada didlogo se enriquece
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con mil interpretaciones laterales, y alusiones simultaneas, y en que cada acontecimiento se ramifica en abrumadores detalles- hasta hacerla durar varios anos, ;en que purgatorio trerhebundo se convertiria y c6mo se pareceria a Proustl
de amor-pasi6n de Swann como seguir las instrucciones de aquella buena mufer. La asjixia se apodera del lector sensible. Y cada vez mds, a medida que se multiplican y prolongan las zambullidas. Nos vemos obligados a cerrar el libro para subir a la superficie y recobrar el aliento. Pero volvemos a abrirlo, tan apasionante resulta seguir en sus meandros a ese genio del andlisis de lo inasible.
El jadeo incesante de las sospechas de Swann acechando los pensamientos de Odette, que no consigue captar, nos. llega de manera precisa y tan prolongada que acaba por ahogarnos. Los tormentos de la pasi6n amorosa -la variedad que Stendhal llam6 "amourpassion"- no han sido, hasta ahora, analizados con tanta minucia y agudeza. "En el amor de Swann -escribe Ortega y Gasset- hay de todo: puntos de cdlida sensualidad, pigmentos violetas de desconfianza, pardos de costumbre, grises de cansancio vital. Una sola cosa falta: amor". Teniamos, cuando adolescentes, una institutriz que resumia los consejos que nos'"daba sobre nataci6n gritdndonos d'esde la orilla: "Respirez sous l'eau''. Nunca nos explic6 su tecnica. . . ni seguimos sus consejos. Supongo que nos recomendaba el "crawl". Leyendo a Proust he recordado la voz de Mlle. S. diciendo: "Respiren debajo del agua". Tan imposible resulta respirar en la atm6sfera
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Nos hemos ido muy lejos de quien deseo hablar hoy. Tan lejos como Paris de Calcuta, como el Bois de Boulogne del Maidan, como Versailles del Taj Mahal. Cuando Baudelaire, en uno de sus mds nostdlgicos poemas, quiso dar la sensaci6n de una inmensa lejania, la que separa la infancia de la edad adulta, escribi6: Mais le vert Paradis des amours enfantines, L'innocent Paradis plein de plaisirs furtifs, Est-il deja plus loiri que l'Inde et que la ChIne. . . Es una falsa lejania. . . tanto en el caso de la infancia, como en el de la India. Precisamente despues de haber evocado esa Recherche du temps perdu, tan incomensurablemente exenta de alegria, es cuando me parece mds manifiesta y mds "sensible au
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coeur" la alegria de entrar en la obra de Rabindranath Tagore; la alegria de ser un poco Tagore, despues de haber sido Proust, puesto que pertenecemos a la raza de los que se identifican con los personajes de las obras que leen y la de los que se transforman en la musica que oyen (fen6meno temido por Tolsioy). Si. Entrar en los poemas de Tagore, al salir de la novela de Proust, es el bano del viajero rendido y polvoriento despues de una travesia del desierto occidental. Es respirar aire puro debajo de un drbol secular despues d'e una prolongada permanencia en una gran ciudad. Ciudad bella y fascinante, pero exhaladora de miasmas. Es sentarse en la casa del amigo despues de un dia agotador pasado entre desconocidos tan atentos a nuestras verdades fragmentarias que ignoran- la suma total de nuestro ser. En el pr6logo que precede a la traducci6n de Los cIen poemas de Kabir (traducidos por Tagore), Joaquin Gonzdlez dice, pensando en Sadhana: "|Pero si esta es nuestra manera de sentir y ver los problemas de la divinidad!" La India no estaba lejos de Joaquin Gonzdlez, ni lo esta de quienes se han acercado a Tagore leyendo su obra. Sadhana (The realization of life) , nos ex-
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plica el propio autor, es un conjunto de lecciones que ponen a los occidentales en contacto con el antiguo espiritu de la India, tal como se revela al hombre en los textos sagrados y tal como se manifiesta en la vida actual. Para los Occidentales, dice Tagore, los escritos religiosos de la India no parecen ofrecer, en general, sino un interes puramente retrospectivo y arqueol6gico *. Para nosotros, anade, son de una importancia vital. Sospecho que los que no conceden a los Upanishads, o a las ensenanzas de Buda, mds que un valor arqueol6gico son forzosamente los mismos que despojan al Evangelio de su significado profundo y van s6lo a la letra. El contenido espiritual de estas doctrinas, de esta sabiduria quecla fuera de su entendimiento, que pertenezcan a la fauna de los libres pensadores y ateos, como a la de los fandticos y dogmdticos. En esto, se asemejan. "Ganards dando", "No codiciards", leemos en los Upanishads. Ya es el Evangelio. Bajo distintas constelaciones, en distintas latitudes y epocas, son los mismos pensamientos que prosiguen su camino sobre las ondas humanas que los propagan de alma en alma; son los i Esto, que era cierto cuando Tagore lo hizo notar (en 1921), ha dejado de serlo,
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mismos pensamientos que utilizan hasta los obstdculos para hacerse fuertes y lanzarse a explorar caminos nuevos que siempre convergen en la regi6n "dont l'esprit humain n'a jamais su le nom". La esencia del ferviente Sadhana es lo que Santo Tomds llam6 "apetito de unidad". Gide a quien deben los franceses una admirable traducci6n de Gitarijali, senala que estos poemas no exigen del lector occidental ninguna preparaci6n para leerlos. Se puede decir otro tanto de la obra entera de Tagofe. Pero si bien no es particularmente necesaria una preparaci6n de tipo erudito, creo indispensable cierta sensibilidad y una madurez (awareness) espiritual, que nada tiene que ver con los anos, para vislumbrar su alcance. Entre los dramas de Tagore, Chitra, inspirado en un episodio del Mahabarata, es uno de los mds bellos y singulares. Chitra era hija unica del rey de Manipur. El rey la educa como si fuera varon. Chitra, en su disfraz varonil, encuentra un dia, en el bosque, a Arjuna, y se enamora de el. Arjuna ni la mira. Chilra clesesperada, pide a los dioses del Amor y de la Eterna Juventud que le concedan, durante un tiempo, tan deslumbrante hermosura que Arjuna se le rinda. Los
clioses acuerdan a Chitra un ano de belleza. Arjuna cae en la celada y adora a esa desconocida cuyo nombre ignora. Pero Chitra, a poco andar, comprende que se ha creado una rival peligrosa: su propio cuerpo. Arjuna, sin saber quien es Chitra, empieza pbr su lado a inquietarse. Suplica a su amada que le diga su nombre; que le de algo mds duradero que e? placer, algo que pueda perdurar incluso en eS dolor. Como se verd, Arjuna le estd pidiendo a Chitra "alegria" (la alegria que describe Bergson y que, a la inversa del placer, no muere con el dolor). El ano no ha terminado aun y Arjuna ya estd echando de menos, en Chitra, lo que sus brazos no han logrado aprisionar, lo que sus besos no han podido alcanzar.
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La ultima noche llega. En la escena final, Chitra, despojada de su mdgica belleza fisica, convertida en aquella joven en que no par6 mientes Arjuna, le revela su nombre y su ongen. Le dice: "If you deign to keep me by your side in the path of danger and daring, if you alloio me to share the great duties of your life, you will knotu my true self. . A". i Si te dignas llevarme junto a ti por el camino del peligro y de la bravura, si me permites compartir los grar>des deberes de tu vida, conoceras mi verdadero s e r . . . "
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La obra termina con estas palabras de Arjuna: "Beloved, my life is full*". Arjuna y Chitra han encontrado, por fin, lo que arioraban: eso que por falta de un vocablo mds adecuado, por falta de un vocablo menos manoseado, se llama alegria (joie), aquella alegria que era llanto en Pascal. . . letizia che trascende ogni
dolzore*.
De nuevo surge ante nosotros el rostro angustiado, sensual, patetico de Swann, Ese rostro en que se refleja el aspecto cambiante de las cosas que ningun esfuerzo humano consigue fijar ni retener: voluptuosidades o tormentos, limitaciones de un coraz6n que no se entregay exige vanamente la entrega total del ser arnado. Arjuna, ansioso de alcanzar su esencia invariable y divina> pasa a traves del aspecto cambiante de las cosas (Maya) sin mutilarse en ellas. Swann se desangra. "]Que' puedo hacer con lo que no me permite alcanzar la inmortalidad!" leemos en la Brihad-Aranyaka Upanishad. Este es el grito de Arjuna y el del ,gran poeta que le presta su voz. Este es el grito de Tagore en sus mds transparentes poemas. Este, por ejemplo: i Bienamado, mi vida ha alcanzado su plenitud. 2 Paradiso. Canto XXX, Dante.
Tagore 1N 75- 7b su segunda fotografia
Hstudiante cn Londres l879-80
Tagore en San Isidro, con Victoria Ocampo. Noviembre,
1924.
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"Your questioning eyes are sad. They seek to know my meaning as the moon would fathom the sea. "I have bared my life before your eyes from end to end, with nothing hidden or held back. That is why you know me not. "If it were only a gem, 1 could break it into a hundred pieces and string them into a chain to put on your neck. "If it were only a flower, round and smalI and sweet, I could pluck if from its stem to set it in your hair. "But it is a heart, my beloved. Where are its shores and its bottom? "You know not the limits oi this kingdom, still you are its queen. "If it were only a moment of pleasure it would flower in an easy smile, andyou could see it and read it in a moment. "If it were merely a pain it would melt in limpid tears, reflecting its inmost secret without a word. "But it is love, my beloved. "Its pleasure and pain are boundless, and endless its wants and wealth. "It is as near to you as your life, but you can never wholly know it. K
Tagore conAlbertEinstein. Berlin, 1930.
1 "Tus ojos tristes estan llenos de preguntas. Buscan mi pensamiento como la luna quisiera hundirse en el mar. "Sin esconder ni retener nada, he desnudado mi vida, desde el principio hasta el fin. Por eso no me conoces. "Si fuera s61o una gema, podria partirla en mil peJazos y hacerte un collar. "Si fuera s61o una florecilla redonda y dulce, podria arrancarla del tallo y ponerla en tu pelo.
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lC6mo es que el dolor desconsolado de no poder conocer del todo el coraz6n de quien queremos, lo mismo que el dolor de no poder hacerle conocer del todo el nuestro, resultan exentos de amargura ciiando es Tagore quien, nos habla de ellof En lugar de amargura, jCjue' ilimitacla confianza! En lugar de dolor, ;que bdlsamo de ternura! Nos vemos libres de ese continuo sospechar y padecer en la sospecha que es el suplicio de Swann. Y si volvemos los ojos hacia aquello, nos parece cosa ajena a nuestro verdadero ser. T u m'hai di servo tratto. a libertate ' per tutte quelle vie, per tutti'i modi che di ci6 fare avei la potestate *. A la recherche du temps perdti se nos antoja un titulo melanc6licamente simb6lico y nues"Pero es un coraz6n, amada mia, D6nde estan sus costas y su fondo? "No conoces los lirnites de este tu reino, aunque seas su emperatriz. "Si fuera s61o un momento de placer, floreceria en una sonrisa facil y podrias verla y comprenderla en un instante. "Si fuera s61o un dolor, se fundiria en claras lagrimas, reflejando sin palabras su mas intimo secreto. "Pero es amor, amada mia. "Su placer y su dolor no tienen lirnites, y no tienen fin sus ansias y riquezas. "|Esta tan cerca de ti como tu vida misma, pero tu nunca podras llegarlo a conocer del todo! l Canto XXXI, Paradiso. Dante.
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tra alegria desborda al sentirnos "du c6te' de chez Tagore". #
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Escribi esto en 1924, y pienso ahora que sI Tagore hubiese conocido a Proust, no habria podido escribir sobre el nada mas certero que los siguientes parrafos de Sadhana: ". . .en la literatura europea modernafalta la visi6n completa del hombre, que tiene sin embargo sencillez y grandeza. El hombre aparece, en vez, como un problema psicol6gico, o como la encarnaci6n de una pasi6n que es intensa por ser anormal, y que se exhibe bajo el resplandor feroz de una enfatica luz artificial. Cuando la atenci6n del hombre se limita y concentra en la inmediata vecindad de un ser, como individuo humano, las mas hondas raices de su naturaleza no encuentran un suelo permanente, y su espiritu esta siempre al borde de la inanici6n. . . Entonces el hombre pierde su perspectiva interior y mide su grandeza por su tamaflo y no por los lazos vitales que lo unen con el infinito. . . " He mencionado en el curso de estas reflexiones nuestra facultad de convertirnos en la musica que oimos y de someternos al cambio que esta conversi6n puede producir. Un direc-
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tor de orquesta, hombre de talent.o, aguda inteligencia, y ex profesor de matematicas, Ernest Ansermet, me decia hace poco que cuando algo se transforma en musica, en lo que se llama gran musica, se borran las diferencias entre el dolor y la alegria, entre la pena y la dicha; todo lo transmutado al lenguaje musical se siente como deleite. ^No sera, en parte, porque sabemos y aceptamos que las costas y las profundidades de la musica son insondables, impenetrables? Tagore lo sabia y aceptaba, no s61o en materia de musica. "El amor es el misterio sin fin, porque ninguna otra cosa lo explica", dijo. Y tambien: "Cuando el amor renuncia a todo limite alcanza la verdad. . ." Pero este ultimo pensamiento lo tradujo de su maestro, Rabir. Llama la atenci6n que el unico lazo vital de Proust con el infinito (quiero decir el unico que acuse) aparece claramente cuando habla de musica. Meditando sobre "cette grande nuit impenetree et decourageante de notre ame que nous prenons pour d.u vide et pour du neant" S y explicando que la musica nos revela sus ocultas riquezas, Proust comprueba que algunas frasesitas musicales estan i "Esa gran noche impenetrada y descorazonadora de nuestra alma, que tomamos por el vacio y la nacha."
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como ligadas a su realidad. Tal vez nuestra verdad final sea la nada - s u s p i r a - y tal vez sean inexistentes nuestro:> sueilos. Pero si perecemos, llevaremos como rehenes esas divinas cautivas, "y con eilas la muerte se torna menos amarga, menos ingloriosa. . . quiza menos probable". "Quiza menos probable. . . " Parece como si le hubieran arrancado a Proust esta confesi6n. Menos amarga, menos ingloriosa, eso era facil de admitir. Pero al final de la frase viene el "quiza menos probable", que se nos antoja le cost6 un esfuerzo. El primer impacto de una frasesita de una sonata a menudo oid.a puede destrozarle el coraz6n, a fuerza de resucitar el pasado. Pero pronto reacciona Proust-Swann y empieza a hablar de la magia del dolor y de la *''vanidad de sus sufrimientos". Pronto empieza a explicar que la musica le ha revelado la riqueza de su propia alma, y pronto a reconocer la deuda que tenemos con los grandes compositores; ellos han buceado en "las espesas tinieblas inexploradas" para traernos alguna chispa de lo que esconden. Esas chispas arrancadas de las tinieblas son alegria. Y a los poemas de Tagore les debemos, les debo yo, el haberlas descubierto, el
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haber descubierto su sentido, ei scntido de la alegria, que es uno de ios descubrimientos mayores que el hombre puede hacer en su vida. Por eso trate de decirselo a Tagore en una carta, que se transform6 en articulo. Por eso quise darle la bienvenida con la palabra alegria en lo.s labios. Ahora, en su Centenario, me parece necesario recordar en publico lo mucho que muchos occidentales le debemos y desearia que estas palabras llegaran a las gentes de ia tierra donde naci6 y muri6. Es la mejor manera de escribirle de nuevo una carta, de hablarle. Ahora, como en aquella primavera cargada de rosas, esta cerca de mi, porque me ayud6 a pasar "from the unreal to the real", de lo irreal a io real, que es el mundo del espiritu.
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"Lovers, while they au>ait one another, shall find, in tnurmuring them [the poems], this love o{ God a magic gulf wherein their own tnore bitter passion may bathe and renew its youth." * W.
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", . .thou didst press the signet of eternity upon many a fleeting moment." " RABINDRANATH
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La lectura del Gitanjali, cuando este libro cay6 en mis manos, me fue doblemente preciosa porque atravesaba una de esas crisis de las que imagina la juventud que nunca podra salir con vida. Ese breve libre de poemas no pudo llegar a mi en momento mas oportuno. Yo no creia en Dios, en el Dios vengador, exigente, mezquino, implacable, limitado que habian tratado de imponerme. Pero la incredulidad ocupaba un lugar inmenso en mi vida. Y ese lugar inmenso era un inmenso * "Los amantes, mientras se esperan uno al otro, encontrar;in, al murmurarlos [los poemas], ese amor a Dios que es como un golfo m%ico donde su propia y mas amarga pasi6n puede banarse y renovar su juventur." ** "...pusiste el sello de lo eterno en muchos instantes efimeros."
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vacio, una contInua presencia de Dios por ausencia. Laausencialiablaba: "S61ohubieras podido confiarte a mi. S61o conmigo puedes hablar. Sin mi quedaras perdida en la soledad. S61o un dios podria entender tu sobrehumana congoja".
to al leer unos poemas que llegaban a mi de tan alto y de tan lejos sin darme la sensaci6n de la extranjeria.
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Abri el Gitanjali en ese estado de animo. "They come with their laws and their code to bind me fast; but 1 evade them for ever, for I am only waiting for love to give myself up at last Into his hand." * El amor de que hablaba Tagore en sus poemas no era el que me angustiaba; pero se dirigia a Aquel a quien se podia hablar de ese amor profano y, para mi, sagrado; ese amor que segun Peguy, el gran cat61ico, es como "la imagen y el comienzo, el cuerpo y el ensayo" de otro amor. Otro amor en donde ya no domina esa sangre de la arteria, esa sangre de la vena que tan pesados y terrenos nos vuelven. Yo era el "gibier traque dans les battues" por el que rezaba Peguy. Estaba amasado con una humilde arcilla, y lo sabia. Por eso Uoraba de alegrla y de enternecimieni Vienen con sus leyes y su c6digo para atarme estrechamente; pero yo me escapo para siempre, porque s61o espero al amor para entregarme al fin en sus manos. Gitanjali.
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"By all means they try to hold me secure who love me in this world. But it is otherwise with thy love which is greater than theirs, and thou keepest me free." * jDios de Tagore -pensaba y o - , Dios que no quieres ponerme a cubierto de nada y que no temes ni me reprochas el olvido en que te dejo! jDios oculto que sabes que siempre te buscare! jDios que sabes que hacia ti s61o vamos por los caminos de la libertad! jDios que me entiende y a quien yo no entiendo! "Thy sword is with me to cut asunder my bonds, and there shall be no fear left for me in the world." ^ Recuerdo el momento y el lugar en que esto sucedia. Estaba apoyada en una chimenea de marmol blanco, en un cuarto tapizado de seda gris claro. La casa ya no existe. Ni los que me rodeaban en aquellos dias. Ni el poeta i Los que me aman, en este mundo, hacen todo cuanto pueden por retenerme; pero tu no eres asi en tu amor, que es mas grande que el de ellos, y me das libertad. Gitanjali, 2 Tu espada esta conmigo para cortar mis ataduras y para mi no puede haber ya miedo en este mundo. Gitanjali.
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cuya voz me traia el don de mis propias lagrimas como no hubiera podido hacerlo el abrazo fraterno del mas intimo amigo. Las imagenes que se agitan todavia en mi memoria dejaran de existir, ellas tambien, tan facilmente, tan irremediablemente, como lo que las ha precedido en la nada. Pero el Gitanjali que me hacia llorar quedara. Sin saber a ciencia cierta si pensaba en Tagore o en su Dios, repetia: "If it is not my portion to meet thee in this my life, let me ever feel that 1 have mIssed thy sight - l e t m e not forget for a moment, let me carry the pang of this sorrow in my dreams and in my wakeful hours," * Iba de una poema a otro con avidez de abeja: "It is the pang of separation that spreads throughout the world and gives birth to shapes innumerable in the infinite sky. It is this sorrow of separation that gazes in silence all night from star to star and becoi Si no es mi destino encontrarte en esta vida, sienta yo siempre, al menos, que me ha faltado verte. No me dejes olvidarlo un s61o instante; no me quites de mis suenos las punzadas de esta pena, ni de mis horas despiertas.
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mes lyric among rustling leaves in rainy darkness of July. It is this overspreading pain that deepens into loves and desires, into sufferings and joys in human homes; and this it is that ever melts and flows in songs through my poet's heart," * jDios de Tagore, pensaba yo, quien ignora, sinsaber a veces nombrarla, la angustia de la separaci6n! ;Y ese apetito de unidad que tanto en Occidente como en Oriente es amor! #
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Tagore lleg6 a Buenos Aires diez ahos despues de esa lectura y esas juveniles lagrimas, un jueves, 6 de noviembre de 1924, Mi encue'ntro con Gandhi, en la biografia de Romain Rolland, y el de Tagore en carne y hueso tuvieron lugar el mismo ano. Goincidencia esta que, al igual de muchas otras, 1 La espina de la separaci6n atraviesa el mundo y hace nacer formas innumerables en el cielo infinito. Su pena es quien mira en silencio las estrellas de la noche, y quien se pone lirica con las rumorosas hojas, en la sombra Uuviosa de juIio. Su dolor es el que se derrama sobre todas las cosas, el que se sume en amores y deseos, en sufrimientos y alegu'as en los hogares humanos; es el que fluye, derretido en ranciones, de mi coraz6n de poeta.
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marcaron mi vIda y dibujaron en ella curvas precisas hasta el punto de hacerme sospechar que esa vida estaba compuesta de antemano, como las flguras de un mosaico. Las palabras "Swaraj", "Ahimsa", "Satyagraha", "Swadeshi" no me eran desconocidas, desde hacia ocho meses, cuando "El gran Centinela" (asi le llamaba el Mahatma a Tagore) entr6 en aguas del Plata. Estaba yo enterada de los puntos prIncIpales sobre los cuales dIscrepaban los dos hombres que moldeaban la India, a pesar de la mutua admiraci6n y a pesar del comun fervor que los unia en defensa de su patria. Tagore era partidario de la mas amplia coperaci6n entre Oriente y Occidente. GandhI veia la necesidad de utilizar, para obtener mejoras y justicia, una forma especial de no-cooperaci6n frente al Imperio Britanico (unica arma admitida y considerada legitima por el) . La campana de no-cooperacI6n se inici6 en 1920, o sea cuatro afios antes del viaje de Tagore a nuestra tierra. Esa f6rmula parecia inquietar al poeta en ciertos aspectos: "Ningun pueblo puede salvarse separandose de los otros. O salvarse juntos, o desaparecer", escribia. No temia, creo, la ideologi'a de GandhI, a quien consideraba como uno de los grandes hombres de la epoca,
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sino a los gandhianos "etriques", a la deformaci6n fatal que sufre siempre una doctrIna al pasar de las manos del maestro a las masas. "Que Tagore hile como los otros y que queme sus ropas extranjeras. Hoy por hoy, este es el deber", escribia Gandhi. Tagore ni quem6 sus ropas (fabricadas con tejidos europeos) ni hil6, que yo sepa. Gandhiji de un lado, Gurudev, (el maestropoeta) del otro. . . Muchos no sabi'amos a cual preferir, a cual admirar mas. Casi simultaneamente aparecian en mi vida -viajeros que llegaban de aquel pais misterioso y lejan o - para plantearnos este problema: arte o santidad. Yo veia claramente que uno de ellos colocaba la perfecci6n en el objeto, en la obra de arte, en su creaci6n, es decir fuera de si mismo (cosa propia del artjsta *) . El otro ponia la perfecci6n exclusivamente en sus 1 ". . .en mi propia naturaleza se libra constantemente una guerra civil entre mi personalidad de artista creador, que debe necesariamente ser solitaria, y la del idealista, que debe realizarse por medio de obras de otro caracter, que exigen un vasto campo de colaboraci6n con un vasto grupo de hombres. El conflicto se plantea, en mi, entre esas dos fuerzas opuestas de mi caracter y no, como en el caso de P., entre mi temperamento individual y las circunstancias que me rodean. Como esas dos fuerzas antag6nicas son en mi igualmente naturales, no puedo deshacerme impunemente de una de ellas a fin de simpHficar el problema..." (Carta de Tagore a Romain RolIand, deI 2I de febrero de 1924, 8 meses antes de su Uegada a Buenos Aires.)
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actos, es decir, en si misnlo (actitud propia del santo) . Un escritor, un pintor s61o es grande en la medida en que logra belleza (perfecci6n) en el objeto creado. Su vida puede no particip,ir de esa perfecci6n, no alcanzarla, incluso ser muy iraperfecta. Por lo contrario, un santo no existe - e n cuanto a santidad se refieresi no ha puesto la belleza (la perfecci6n) en su propia vida, en sus actos. Su obra de arte ha de ser su vida, Yeats cuenta, en el prefacio del Gitanjali, que u n compatriota de Tagore le dijo, refiriendose al poeta: " H e is the first among our saints who has not refused to live, but has spoken out of Life itself, and that is why we give him our love" *. Lo que acabo de explicar sobre arte y santidad no implica que se despreocupara Tagore de la perfecci6n del "ser" o que la subordinara momentaneaniente, sin resquemores, a la otra perfecci6n. Fue su constante drama. Lo se. Puedo afirmar que he visto desarrollarse este drama ante mis ojos. Quiero sencillamente aclarar que para Gandhi todo se simplificaba, pues jamas conoci6 ese tironeo entre el artista y el santo - o el idealista, para i "Es el primero de nuestros santos que no ha rehusado vivir, pero ha hablado desde la Vida misma, y por eso lo amamos,"
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^**5^ni ^>U jf&c**ht, vk ^*U* >Afe*%-wi' turh& tvkJ Tagore cOn la Comtesse Mathieu de Noailles, Francis Croissety Victoria Ocampo. Inauguraci6n de su primera exposicion de pintura en Paris, Galerie Pigalle. 2 de mayo, 1930.
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Fragmento dc la iiltima carta de Tagore a Victoria Ocampo. 1940. Vijaya es la traducci6n sanscrita de Victoria.
T A G O R E E N LAS B A R R A N C A S DE SAN ISIDRO
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