Nutricion de Perros y Gatos
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Editorial Acribia, S.A.
NUTRICION DE PERROS Y GATOS
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EUROPE'S ~ AUTHORITY ON nT
NUTIUTION
El libro Waltham de
NUTRICION DE PERROS Y GATOS Segunda edición Manual para veterinarios y estudiantes
Director: A. T. B. EDNEY Ex-miembro del Waltham Centre for Pel NUlrilion Waltham-on-the-Wolds, Melton Mowbray !.Ricest hire, UK
DE VUCATAN y Zoot.ecldll BIBLIOTECA ·'M.V.Z. JORGE -LEON DOUSSET" UNIVERSIDAD
hca.ltad
AUTO~OMA
de Medicina Ve~ Traducido
del inglés por
Rafael Sanz Arias Catedrático de Alimentación Facultad de Veterinaria de Madrid
Editorial ACRIBIA, S. A. ZARAGOZA (España)
Título original:
The Waltham Book of Dog and Cat Nutrition A Handbook for Veter.(nariansand Students
«Esta edición de EDNEY: The Waltham Book of Dog and Cat Nutrition, 2.a edición, se publica por acuerdo con Pergamon Press PLC, Headington Hill Hall, Oxford OX3 OBW, England»
Copyright © 1988 Pedigree Pet foods, a Division of Mars G. B. Ltd.
© De la edición en lengua española Editorial Acribia, S. A. Apartado 50080 ZARAGOZA (España)
466
Reservados todos los derechos para los países de habla española. Este libro no podrá ser reproducido en forma alguna, total o parcialmente, sin el permiso de los editores.
Prólogo a la segunda edición
La primera edición de este libro se publicó en 1982. El objetivo era hacer accesible. el tema de la nutrición de los pequeños animales haciéndolo comprensible. Pretendió conseguirlo llevando a los lectores desde las bases de la digestión y absorción hasta las necesidades nutritivas y la forma de cubrirlas a partir de los alimentos disponibles. Asimismo, el libro trataba de asunlos más complejos, como la alimentación de los animales en fermos, las necesidades especiales de los perros en crecimiento, los cachorros huérfanos y los individuos que realizan trabajos muy intensos. Al final del libro, se incluyó un capítulo sobre el valor nutritivo y la valoración de los alimentos preparados. La segunda edición de Nutrición de perros y galos persigue objetivos similares, aunque siguiendo enfoques ligeramente distintos. En los últimos años, la ciencia y la práctica de la nutrición de los pequeños animales ha avanzado considerablemente. Como consecuencia, los conocimientos sobre los alimentos y la alimentación han aumentado notablemente. Todo ello se refleja especialmente en el impacto que la ración tiene sobre el manejo y la prevención de una gran variedad de enfermedades de los perros y gatos. Esta segunda edición de lo que se ha convertido en un libro de referencia, recoge el tema en una fase superior de desarrollo a la luz de los últimos avances. Gran parte del trabajo se ha realizado en el Waltham Centre for Pet Nutrition del Reino Unido. Como expertos pioneros en estos temas en Europa, el equipo de científicos graduados ha sido responsable totalmente de esta edición. El formato del libro se ha hecho más sencillo, aunque se han aumentado los aspectos estudiados. La sección correspondiente a la nutrición clínica de los pequeños animales se ha incrementado considerablemente a la luz de los conocimientos actuales. Todos los lectores de este libro, cualquiera que sea su nivel de conocimientos sobre el tema, pueden estar seguros de alcanzar un buen nivel sobre un asunto que, hasta ahora, ha recibido escasa atención en forma comprensible y fiable. El que ello sea así; se debe en gran medida a la cortés y persuasiva ayuda de nuestro editor, Andrew Edney. Todos los autores de Waltham desean expresar su agradecimiento a la labor, a menudo poco reconocida, a esta industria. Ian Burrows Director del Walthman Centre for Pet Nutrition
Prólogo a la primera edición
De los muchos libros relacionados con la nutrición, pocos se refieren a los animales de compañía. Este hecho resulta sorprendente ya que, sólo en el Reino Unido, existen unos 10 millones de perros y gatos. En el mundo occidental, la población de perros y gatos es del orden de los 150 millones que, virtualmente, necesitan comer todos los días. Es difícil hacer amena la nutrición, a pesar de la evidente naturaleza práctica del tema. Gran parte de lo que se conoce es un tanto inexacto y, en algunos casos, incluye gran cantidad de creencias tradicionales. La información más exacta, suele ser menos accesible a la generalidad de los lectores. Parece, pues, necesaria una publicación de tipo práctico, pero sobre todo amena, acerca de la nutrición de los perros y gatos. Este libro pretende alcanzar ese fin para los estudiantes de veterinaria, los criadores de perros y gatos, y todos aquellos que estén realmente interesados en la alimentación de sus animales. El libro está organizado de forma que el lector pueda avanzar desde el estudio de las necesidades nutritivas de los perros y gatos, hasta los alimentos que se utilizan para cubrir esas necesidades. La parte central del libro se ha dedicado al estudio de la alimentación en circunstancias especiales como al realizar trabajos intensos, en situaciones de estrés, de los cachorros huérfanos y de los animales enfermos. En el capítulo final se estudia la valoración de los alimentos preparados, información que es difícil encontrar en otros lugares. En el texto, se han incluido, únicamente, las referencias bibliográficas clave, si bien, al final de cada capítulo, figura una bibliografía más extensa para facilitar la ampliación de los temas. De los nueve autores de este libro, cinco trabajan en el Animal Studies Centre, en Leicestershire, y los otros cuatro son autoridades de primera línea en el campo de la nutrición del perro y el gato. Entre ellos, se encuen tra el Profesor D. S. Kronfeld que, amablemente, ha presentado una relación de sus investigaciones únicas acerca de las necesidades de los animales que realizan trabajos de gran dureza, basándose en los estudios realizados con perros de trineo. El editor se siente complacido al expresar su más sincero agradecimiento a Christina Loxley, del Animal Studies Centre, ya Dorothy Howard de Waltham, por el mecanografiado del manuscrito, y a Alisan Wearne, de Gwynne Hart & Associates, así como a John Lavender, de Pergamon Press, por llevar adelante el trabajo.
Contenido
1
Alimentos
I. E. 2
3
adecuados
Necesidades nutritivas I. H. BURGER Digestión,
I. H.
para perros y gatos
BURROWS
absorción
BURGER
y
S. E.
del perro y el gato
y balance
nutritivo
BLAZA
4
Raciones equilibradas A. L. RAINBIRD
S
La alimentación A. L. RAI BIRD
6
Nut:ición clinica de los pequeños P. J. MARKWELL
en las distintas
fases de la vida
animales
Apéndice IV: Necesidades nutritivas para la formulación para perros en crecimiento
Apéndice
de raciones
VI: Necesidades energéticas de los perros y gatos en los diferentes estados fisiológicos
149
153
Relación de autores
Ian E. Burrows MSc PhD: Ian Burrows se licenció en química en la Universidad de Londres y realizó un PhD en bioquímica como profesor titular en la Universidad de Bradford. En 1968, como Jefe de bioquímica en el Huntingdon Research Centre, trabajó en cuestiones relacionadas con la nutrición humana y animal. El Dr. Burrows ingresó en Pedigree Petfood, en 1972 y, tras un intenso trabajo en el Research and Development Department, es en la actualidad Director del Waltham Centre for Pet Nutrition. Ivan H. Burger BSc PhD: Ivan Burger se graduó en fisiología y bioquimica en la Universidad de Southampton en 1968. Obtuvo su PhD en la Leatherhead Food Research Association, en colaboración con la Universidad de Surrey. En 1973 ingresó en el Waltham Centre for Pet Nutrition como Químico Nutrólogo, siendo en la actualidad Food Safety Co-ordinator y Pet Ownership Studies Manager. Peter J. Markwell BSc BVetMed MRCVS: Peter Markwell se graduó en el Royal Veterinary College, Universidad de Londres, en 1981, habiendo obtenido un grado en neuro-anatomía. Trabajó como veterinario clínico de pequeños animales durante tres años. Posteriormente, obtuvo una titularidad en el Department of Animal Husbandry en el Royal Veterinary College durante 1984-85, antes de ingresar en el Waltham Centre for Pet Nutrition como Asesor Veterinario. En la actualidad es Senior Nutritionist en dicho centro. Anna L. Rainbird BSc PhD: Anna Rainbird se graduó en el Queen Elizabeth College, Universidad de Londres, en 1980, con una licenciatura en nutrición. En 1983 obtuvo el PhD
en la Universidad de Reading por su trabajo sobre los efectos de la fibra de la ración en los cerdos. Siguieron estudios postdoctorales sobre el hombre y el cerdo en Reading y Londres. Ingresó en Pedigree Petfoods en 1985 como Nutrólogo especialista en perros. Andrew Edney BA BVetMed MRCVS: Andrew Edney se graduó en el Royal Veterinary College en 1958. Durante los 10 años siguientes trabajó como veterinario, ingresando como Asesor Veterinario en Pedigree Petfoods en 1968. Obtuvo un grado en Arts en 1973 y fue Secretario y Presidente de la BSAVA, siendo actualmente Junior VicePresident de la World Small Animal Veterinary Association. Tras un retiro adelantado, trabaja en la actualidad como consultor libre, autor y editor.
Alimentos adecuados para perros y gatos
Los animales se alimentan para obtener todos los nutrientes y la energía necesaria para mantener una vida sana y una perfecta reproducción. Al mismo tiempo, la alimentación de cualquier animal de com pañía, debería ser motivo de satisfacción, tanto para el animal como para el dueño. Esto sólo puede conseguirse si se administran los alimentos adecuados, que sean consumidos con gusto por el animal, y que den lugar a una ración equilibrada. Una de las principales preocupaciones del dueño de un animal de compañía consiste en mantenerle sano y en forma. Los propietarios de perros y gatos no hacen excepción y, al igual que ocurre con los dueños de otros animales de compañía, su mayor interés radica en hallar el alimento más adecuado para su animal. Cualquier consideración acerca de los componentes de una ración «adecuada» para un animal, debe tener en cuenta su forma de vida y la fase de vida en que se encuentra. La mayoría de los propietarios de perros y gatos mantienen sus animales esencialmente como animales de compañía, si bien, algunos esperan de ellos que realicen diversas actividades como cazar, competir en carreras, eliminar animales parásitos, arrastrar cargas o como perros de pastor. Todas estas actividades demandan diferentes tipos de raciones y, por consiguiente, los ingredientes alimenticios y las proporciones para componerlas, también son diferentes. Los perros presentan un gran intervalo de pesos, y tanto los perros como los gatos gestan y alimentan a sus crías. Los individuos pueden estar creciendo, gestando o simplemente manteniéndose como un individuo sano normal. Las distintas fases de la vida tienen sus propias demandas, de forma que un cachorro tiene necesidades diferentes a un adulto, o una gata gestante tiene necesidades diferentes a una gata lactante.
Cada una de estas fases de la vida, o los animales de diferentes estilos de vida, necesitan raciones equilibradas para permanecer sanos y en forma. Puede definirse una ración equilibrada como aquella mezcla de ingredientes que aporta la energía y todos los nutrientes esenciales para mantener los animales con la salud adecuada a su forma de vida y fase de la misma. Por tanto, el problema consiste en determinar los alimentos que pueden emplearse para proporcionar a perros y gatos una ración equilibrada.
Para los dueños de perros y gatos la obligación más gratificante que puede realizarse es mantener la salud de su animal de compañía, de forma que pueda disfrutar una vida larga y feliz. Probablemente el aspecto único más importante para conseguir esos fines radica en la ración administrada. Por consiguiente, es esencial que dichas raciones sean sometidas a una valoración que garantice los rendimientos. Valorar exactamente la adecuación nutritiva de un alimento o ración para un animal no es asunto fácil. Esto resulta especialmente cierto con los perros y gatos en que los alimentos se destinan primariamente a mantener los animales sanos y en forma durante toda su vida. Ello precisa el conocimiento de las relaciones existen tes en tre alimentación y salud, lo que está muy lejos de ser conocido. Sin embargo, en muchos sentidos, las expectativas sobre los alimentos de perros y gatos, suelen exceder a las depositadas en los alimentos del hombre y de los animales de granja. Las razones no son difíciles de entender ya que el hombre tiene, con gran diferencia, acceso a una gran variedad de alimentos, en tanto que los perros y gatos suelen estar limitados a lo que sus dueños les administran. Los animales explotados por el hombre se alimentan por razones muy diferentes a los animales de compañía: raramente se espera que vivan todo el tiempo que sería posible en condiciones naturales La alimentación se programa para lograr grandes aumentos de peso, o gran cantidad de leche o huevos, en relación con el tiempo y los costes:ilividentemente, sanidad y eficiencia van juntas, pero una vida de funcionamiento biológico eficiente y feliz sólo se espera de los animales de compañía. Para cualquier especie, \§I único método eficaz de valoración y comprobación de una ración consiste en administrársela al animal en cuestión y realizar una serie de determinaciones objetivas relacionadas con el rendimiento biológicoJLas raciones pueden conseguirse mediante prueba y error (es decir, por experiencia), pero la garantía científica de la adecuación nutricional precisa medios que, generalmente, sólo están al alcance de los nutrólogos profesionales. La mayoría de los fabricantes líderes en la producción de alimentos para animales de compañía, disponen de instalaciones para realizar complejas y exigentes valoraciones nutritivas de sus productos. La gran variedad
de productos presentada por estos fabricantes puede emplearse con confianza y seguridad, ya que se sabe que la calidad y nivel nutritivo están asegurados.
La base de cualquier~omprobación de la adecuación nutritiva de los alimentos para perros y gatos, debe incluir el conocimiento de las necesidades nutritivas específicas y ajustadas en función del contenido en nutrientes del alimento en cuestión y su rendimiento biológk Además,L.es importante comprobar que el alimento es seguro, es decir, no contiene elementos tóxicos, y es apetecibje.! Conviene indicar que los alimentos no consumidos carecen de valor nutritivo, cualquiera que sea su contenido en nutrientes.
La forma de adquisición de las materias primas y el mcdo en que pueden contaminarse son demasiado complejas para ser estudiadas en este lugar, pero la importancia de mantener los alimentos libres de toxinas no puede exagerarse. La única forma segura de conocer que los alimentos no contienen elementos tóxicos es poseer un conecimiento detallado de la historia y el origen de cada uno de los ingredientes. Generalmente, resulta imposible, de modo que las garantías fundamentales están ligadas a la adquisición de las materias primas a proveedores de confianza, ya las abundantes y complejas normas legislativas que limitan, controlan y marcan las cantidades de aditivos y materias extrañas que pueden encontrarse. No todas las sustancias tóxicas son de origen humano, ya que la mayoría de las más virulentas son de origen natural y suelen ser características de las materias primas. Generalmente, estas características suelen eliminarse por el ganadero o el fabricante. Tam bién pueden producirse toxinas como consecuencia del mal almacenamiento, debiéndose a la multiplicación de bacterias y hongos. Dichas toxinas se evitan manteniendo los alimentos en debidas condiciones de almacenamiento, siendo esencial, nuevamente, tener proveedores de confianza que conozcan la naturaleza y calidad de las materias primas que manejan. Además de la seguridad que proporcionan los proveedores de confianza y la legislación, la mayoría de los fabricantes importantes de alimentos para perros y gatos, disponen de complicados controles de calidad y métodos de selección, tanto para los productos terminados como para las materias primas. Estos sistemas proporcionan altos niveles de garantía acerca de la seguridad del producto, que de otro modo no podrían tenerse.
En los libros de nutrición no puede tratarse adecuadamente el tema de la apetecibilidad, pero es necesario insistir en la importancia de que los alimentos deben ser muy apetecibles. El asunto de la apetecibilidad es complejo y supone el conocimiento de los factores que afectan al apetito y el comportamiento, así como el conocimiento del gusto, olor y textura de los alimentos y sus interrelacciones. La fabricación de productos que sean constantemente bien consumidos durante largos periodos de tiempo, requiere una buena dosis de conocimientos y experiencia. Los fabricantes de prestigio de alimentos preparados para perros y gatos, han desarrollado métodos objetivos para valorar la apetecibilidad para poder estar seguros de que una fórmula determinada ofrece un nivel constante de apetecibilidad para los animales, y para sus dueños. Cada perro y gato en particular, como ocurre con las personas, tienen preferencias individuales muy acusadas. Para amoldarse a estos gustos, se estudian muchos animales, generalmente en el ambiente casero, al objeto de conocer lo que les gusta y lo que no les gusta. De este modo, pueden desarrollarse fórmulas que continuamente son utilizadas a gusto, tanto por el animal como por su dueño. Estas pruebas, que básicamente estudian la ingestión en condiciones bien definidas, producen gran cantidad de complejos datos estadísticos, cuya interpretación proporciona una indicación acerca de la apetecibilidad relativa, sobre la base de la preferencia y la aceptación. Tanto los perros como los gatos disfrutan con los alimentos de buena calidad, encontrando menos atractivos los alimentos de calidad inferior. Ello puede afectar a la ingestión y dar lugar a la aparición de «malos» comedores o, incluso, provocar problemas de la nutrición relacionados con la baja ingestión. La mayoría de los perros y gatos agradecen los cambios, con lo que se benefician de la variedad al elegir los alimentos. No obstante, los cambios bruscos en el tipo de alimentos pueden provocar trastornos digestivos. El problema suele ser mínimo, ya que la mayoría de los fabricantes producen cierta variedad en la marca, de forma que la novedad de un nuevo sabor puede ser disfrutada sin que se presenten trastornos.
Las razones para valorar la adecuación biológica de los alimentos para perros o gatos, radica en proporcionar a los animales raciones compatibles con la salud y que permitan al propietario considerar que es la mejor que puede administrar. Para los fabricantes ge alimentos preparados resulta evi-
dente que están muy interesados en que sus productos satisfagan a sus clientes, ya los compradores. No obstante, además del interés comercial, existen ciertos aspectos legislativos (Apéndice 1) que regulan los rendimientos nutricionales y, más importante si cabe, la industria de alimentos para animales de compañía promulga y acepta, voluntariamente, diversos códigos prácticos. En el espacio disponible, no es posible realizar una revisión exhaustiva sobre el modo en que los distintos países tratan el problema de la valoración biológica. Por tanto, se ha concedido más importancia a las situaciones de los Estados Unidos y la CEE. Para realizar la valoración biológica de la calidad nutritiva de un alimento es preciso definir exactamente ciertos criterios. Por ejemplo, un alimento puede catalogarse como «completo para todas las fases de la vida», en tanto que otros pueden ser «completos para el mantenimienmto de animales adultos» o para el crecimiento o la gestación. La definición de las palabras «completo» o «equilibrado» suele dar origen a confusiones. Sin embargo, la mayoría de los organismos oficiales de muchos países han producido definiciones exhaustivas que se utilizan de forma generalizada por la industria de alimentos para animales de compañía. Entre ellas, se encuentran las empleadas por la Association of American Feed Control Officials (AAFCO 1987) y las UK Feedingstuffs Regulations (1982), que figuran en el Apéndice 11.
En el Apéndice III se exponen los detalles sobre los experimentos realizados para determinar la eficiencia nutritiva de un alimento o ración para perros y gatos. En definitiva, todos estos experimentos dependen del conocimiento de las necesidades en nutrientes específicos de los perros y gatos. La principal fuente de información sobre este aspecto se encuentra en las publicaciones del National Research Council (NRC) Nutrient Requirement of Dogs (1985) y Nutrient Requirements ofCats (1986). Se trata de publicaciones ocasionales de un organismo oficial de la American National Academy of Science, que representan, en el momento de su publicación, el resumen de los conocimientos disponibles públicamente en las distintas partes del mundo. Las recomendaciones del NRC acerca de los niveles de nutrientes básicos en los alimentos para perros y gatos, se basan en la perfecta reproducción, crianza y mantenimiento de los animales sanos. Por tanto, las normas proporcionan las cifras básicas a que deben ajustarse las raciones. Evidentemente, la información y las tablas presentadas sólo pueden servir de pautas básicas, ya que resulta inevitable que, en tre una publicación y la siguiente, parte de la in formación quede anticuada como consecuencia de los nuevos conocimientos.
La prueba más sencilla a que puede someterse un alimento es analizarlo químicamente para conocer su composición en determinados nutrientes como proteína, carbohidratos, grasa, elementos minerales, vitaminas, aminoácidos, etc. Con ello, se tiene una idea de la cantidad existente de un determinado nutriente en el alimento. Lo que ese procedimiento no permite, es la estimación del valor biológico del alimento en cuestión. Para que los nutrientes resulten de utilidad para el animal, deben ser biológicamente utilizables, es decir, el aparato digestivo del animal debe poder extraer los nutrientes de los alimentos e incorporarlos a su pool metabólico. Para conocer hasta que punto son utilizables los nutrientes, es decir, estimar su digestibilidad, los alimentos analizados se administran a perros o gatos adultos, en cantidades conocidas, durante un período de tiempo determinado, generalmente de dos semanas. Durante ese período, se recogen las heces eliminadas, que posteriormente son analizadas para los mismos nutrientes que el alimento. La diferencia entre la cantidad de nutrientes consumidos en el alimento y la existente en las excreciones, proporciona una indicación de las cantidades de los distintos nutrientes retenidos o utilizados por el animal. De este modo, se obtiene un índice de la digestibilidad. Este índice puede utilizarse para estimar si el alimento, y qué cantidad del mismo permitirán mantener la salud del animal, al aportarle todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para ese individuo en particular.
La prueba más exacta que puede realizarse con cualquier alimento consiste en administrarlo durante la gestación, lactación y período de crianza de los animales. Respecto a los perros y gatos, se mantienen dos grupos de hembras de las cuales, uno recibe la ración problema y el otro una ración testigo o están dar. Los dos grupos reciben los alimentos durante la cubrición, gestación y lactación, hasta que las crías tienen 6 ó 7 semanas de edad. Se controlan los pesos de las hembras al parto y de cada uno de los recién nacidos, así como la ingestión de alimentos y la magnitud de las camadas. Rutinariamente y a intervalos, se realiza una revisión sanitaria por el veterinario para comprobar que todos los animales crecen a un ritmo normal y mantienen la salud.
Durante el período de crecimiento, los animales jóvenes tienen necesidades particulares de alimentos; a menudo, las necesidades nutritivas específicas de los animales en crecimiento son distintas de las necesidades de los adult(}S. Los gatitos o cachorros se distribuyen en dos grupos de acuerdo con el peso, tamaño, sexo y antecedentes gen éticos, recibiendo uno de ellos la ración problema y el otro la ración de referencia o estándar. Se determina la ingestión diaria de alimentos, registrándose los aumentos de peso semanales de cada individuo, a lo largo del experimento. El período de crecimiento se controla durante los 4 ó 6 meses que siguen al destete, realizándose frecuentes revisiones sanitarias. Al final del experimento pueden realizarse comparaciones estadísticas para valorar la capacidad de la ración estudiada para permitir el crecimiento normal.
La prueba decisiva para cualquier alimento consiste en conocer hasta que punto cubre las necesidades de los animales y les permite mantenerse sanos durante largos períodos de tiempo. Para realizar estas pruebas es ne~esario estudiar los resultados de la administración de dicho alimento durante varias generaciones. Es evidente que para lograrlo, se precisa disponer de gran cantidad de animales durante largos períodos de tiempo. La in formación que se obtiene en esas experiencias proporciona datos de gran valor para resolver las ecuaciones nutricionales más complicadas, es decir, las relaciones existentes entre la alimentación y la salud. Los perros y gatos han estado ligados al hombre durante varios cientos de años y, aunque este tiempo es sólo un instante fugaz en relación con el tiempo geológico o de la evolución, estas especies tan diferentes se han adaptado perfectamente para convivir. Desde un punto de vista muy superficial, de acuerdo con esta simbiosis, podría parecer que los perros, gatos y el hombre tienen necesidades nutritivas semejantes. Sin duda, existe una notable coincidencia en los alimentos que consume cada uno de ellos y, por regla general, lo que resulta adecuado para el hombre también resulta adecuado, hasta cierto punto, para el perro o el gato. No obstante, lo que deben comer, o lo que constituye una ración equilibrada, es muy diferente en cada caso. Indudablemente, las diferencias se deben a los distintos nichos ecológicos de perros y gatos. Los perros tienen un ang:stro común con los lobos, y todavía retienen un fuerte instinto social o de grupo, en tanto que los gatos son, esencialmente, animales solitarios. Tanto los perros como los gatos pertenecen al orden de los Carnívoros, pero ahí acaban las semejanzas. Los pe-
aunque de hábitos carnívoros, pueden obtener nutrientes de una gran variedad de alimentos, por ejemplo, productos vegetales como las raíces, frutos y tejidos animales. A pesar de todo, los perros no digieren con facilidad los productos vegetales, especialmente la celulosa y hemicelulosa y, aunque es posible mantener un perro con una ración vegetal cuidadosamente seleccionada, es casi seguro que un gato no se puede mantener. Los gatos son carnívoros obligados y sólo pueden obtener los nutrientes esenciales de tejidos animales; por consiguiente, su ración es mucho más restringida que la de los perros. .. Como consecuencia de estas diferencias en la ración, los perros y gatos, no sólo tienen diferentes necesidades en distintos nutrientes como vitaminas, aminoácidos, minerales y proteína, sino que disponen de mecanismos fisiológicos diferentes para extraer los nutrientes de los alimentos. Los perros suelen tener sistemas enzimáticos que les permiten sintetizar nutrientes en el propio organismo a partir de precursores obtenidos de los alimentos. En la mayoría de los casos, los gatos carecen de estas enzimas, por lo que deben recibir todos los nutrientes en los alimentos. Buenos ejemplos de estas diferencias son la taurina y el ácido araquidónico, para cuya síntesis, los gatos tienen una capacidad limitada, y que no se encuentran en los productos de origen vegetal. Se entiende fácilmente que los alimentos que sirven para la alimentación de los gatos han de ser diferentes de los que pueden emplearse en la alimentación de los perros. La nutrición no es la única característica de los alimentos que interesa al animal o su propietario. La alimentación de los animales de compañía tiene una buena carga social, por lo que resulta muy importante que los animales consuman los alimentos con avidez y a gusto. Los alimentos deben tener el sabor, olor y textura adecuados, e igual de importante para el propietario, debe ser aceptable en el ambiente doméstico. La preparación y conservación deben ser sencillas, sin que presenten olores desagradables, y fáciles de manejar y servir. Igual de importante, deben ser seguros, es decir, estar exentos de contaminantes tóxicos, no debiendo estropearse por el crecimiento de hongos o bacterias. La mayoría de estos últimos problemas se evitan por la cocción o distintos procesados de los alimentos. La apetecibilidad y aceptación de los alimentos para perros y gatos son atributos que se reconocen con facilidad pero son difíciles de describir. Independientemente de la calidad nutritiva de un alimento, si no es consumidG-, no puede demostrar su valor, de modo que resulta crucial una buena apetecibilidad. La ración total d~ un perro o gato puede consistir en un alimento único, administrado diariamente, y dando por supuesto que constituye una ración adecuada, puede mantener perfectamente la salud del animal. Al igual que el hombre, los perros y gatos disfrutan con la variedad, lo cual puede lograrse fácilmente administrando mezclas de alimentos, lo cual es, al mismo tiempo, la forma más sencilla de proporcionar una buena mezcla de nutrientes. Los alimentos individuales ..xara vez p.resentan un equilibrio nutritiv.o adecuad.o. TrOS,
AAFCO (1986) Association of American Feed Control Officials, Official Publication. Copies may be obtained from Donald H. James, Depanment of Agriculture, State Capital Building, Charlestown, W. Virginia, U.S.A. Bradshaw, J, W. S. (1986) Mere exposure reduces cats' neophobia to unfamiliar food. Anim. Behav. 34,613-614.
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Necesidades nutritivas del perro y el gato
Al igual que los demás seres vivos, los perros y los gatos precisan alimentos para mantenerse vivos y sanos. Los alimentos pueden definirse como «.cualquier sustancia que puede nutrir a los seres vivos». Una descripción más detallada sería la de cualquier sustancia sólida o líquida que, una vez deglutidal puede aportar, conjunta o independientemente: a) materiales productores de energía, a partir de los cuales el organismo puede realizar movimientos, producir calor u otras formas de energía; b) materiales para el crecimiento, mantenimiento de los tejidos o para la reproducción; c) sustancias necesarias para iniciar o regular los proc;.esos implicados en los dos apartados anteriores. Los componentes de los alimentos que realizan estas funciones se denominan nutrientes, en tanto que los alimentos o mezclas de alimentos que se conSUjJIen realmente constituyen laJación. Los principales tipos de nutrientes presentes en los alimentos son: Cnráflhidratos - aportan energía--al organismo y pueden convertirse en grasa. Este grupo incluye los azúcares sencillos (como la glucosa) y moléculas de mayor tamaño (como el ctlmidón) compuetas por cadenas de azúcares sencillos. (]¡:asas- aportan energía en forma más concentrada, produciendo, aproximadamente, dobl~ cantidad de energía, por unidad de peso, que los carbohidratos o las proteínas. Actúan, asimismo, como vehículo para las vitaminas liposolubles, y proporcionan ciertos tipos de ácidos grasas, denominados esenciales (AGE) que, como su nombre indica, se precisan para algunas funciones importantes del organismo y resultan tan importantes como algunas vitaminas o minerales. Los AGE se estudiarán con más detalle en este mismo capítulo.
Protet'nas - son importantes
por proporcionar aminoácidos que son necesarios para el crecimiento y reparación de los tejidos corporales. Los aminoácidos pueden también metabolizarse para proporcionar energía. Minerales y elementos traza - los «macroelementos» son sustancias como el el calcio y el fósforo que se utilizan para el crecimiento y reposición formando la mayor parte de la estructura de los huesos y dientes. Este grupo incluye sustancias necesarias en cantidades menores, como el hierro, el cobre y el cinc. Los elementos de este tipo, se denominan elementos traza. Vitaminas - colaboran en la regulación de los procesos corporales y se incluyen en dos grupos: liposolubles e hidrosolubles. En el primero, figuran las vitaminas A, D, E y K; en el segundo, las vitaminas del complejo B (como la tiamina) y la vitamina C.
El último componente importante de los alimentos es el agua, que a pesar de no ser considerado como nutriente, es esencial para la vida. El balance del agua se estudia con más detalle en el capítulo siguiente. Las necesidades de agua siguen a las necesidades de oxígeno, otro elemento vital que no se ha incluido en la relación anterior. Raros son los alimentos que aportan solamente un nutriente: la mayoría son mezclas complejas que incluyen una serie de carbohidratos, grasas y proteínas, además de agua. Generalmente, los minerales y las vitaminas (en especial estas últimas) se encuentran en menores cantidades.
Para el mantenimiento de la salud y la actividad de los animales es necesaria una ingestión adecuada de nutrientes, pero ¿qué cantidad es la adecuada? Comparadas con las necesidades de los perros y gatos adultos, las necesidades para las fases de la vida como el crecimiento, la gestación y la lactación son muy superiores. En el caso de los perros y gatos, es posible investigar sus necesidades nutritivas y conocer sus valores con más exactitud que en el caso del hombre. Las necesidades mínimas diarias se definen como la menor cantidad de un nutriente que es necesario recibir cada día para que se mantenga el correcto metabolismo corporal (NMD). El National Research Council (NRC) de la National Academy of Sciences de los Estados Unidos, ha preparado una relación de las necesidades nutritivas mínimas para el crecimiento de los perros y gatos (Apéndices IV y V), a las que se hará referencia frecuentemente a lo largo de este libro. No obstante, debe tenerse presente que los valores del NRC son mínimos, a los que deben aplicarse los correspondientes márgenes para cubrir las variaciones individuales, actividad física, raza, peso, sexo y fase de desarrollo. Además, existen otros fa\:tores que
deben tenerse en consideración, especialmente los efectos sobre la utilización de los nutrientes de los alimentos, que se estudiarán más adelante, en este mismo capítulo. Teniendo en cuenta estas consideraciones, resulta más práctico emplear los datos del NRC para llegar a los aportes diarios recomendados, como norma de adecuación nutritiva. Pam los distintos animales, los aportes se establecen para cubrir las necesidades de todos los individuos aparentemente sanos de la población. De ello se desprende que los aportes superan siempre a Ids necesidades mínimas (salvo en el caso de la energía, que se estudia más adelante) de modo que las necesidades reales determinadas experimentalmente, son inferiores a las ingestiones recomendadas. Igualmente, las raciones pueden suministrar cantidades menores que los aportes recomendados, y seguir proporcionando una cantidad de nutrientes adecuada para ciertos animales. Un aspecto igualmente importante es la aplicación de los aportes diarios recomendados (o las necesidades mínimas) a cada alimento o a una mezcla de alimentos, es decir, la ración. En principio, las necesidades se establecerán de acuerdo con la cantidad de cada nutriente consumido por el animal y, normalmente, se expresan en unidades ingeridas por kg de peso vivo y día. Pero, en definitiva, la forma más útil e importante pam expresar esos valores, es como concentración en la ración. Este sistema plantea la interrogante de la cantidad de los distintos tipos de alimentos que consumen los diferentes animales. Los alimentos tienen distinta composición (desde enlatados hasta secos) y los animales, especialmente los perros, presentan gran variacióh de tamaños de una raza a otra. El eslabón que une estas variables es el contenido energético de la ración.
La energía es diferente a los demás nutrientes en el sentido de que el apetito controla, normalmente, la ingestión y la mantiene próxima a las necesidades. La ingestión por encima de las necesidades no es conveniente, ya que puede conducir a la obesidad. El contenido energético de la ración procede de los carbohidratos, grasas y proteínas y la cantidad de cada uno de esos nutrientes en el alimento, determina su contenido energético. El agua carece de valor energético y por consiguiente, la concentración energética de los alimentos varía en relación inversa con su contenido en humedad. La energía se suele expresar en forma de kilocalorías (kcal), definiéndose la kcal como la cantidad de calor necesario pam elevar la temperatura de un kg de agua 1 0e. Recientemente, se ha decidido expresar la energía en forma de kilojulios (kJ), que resultan más difíciles de definir en términos vulgares y se basan en el equivalente mecánico o eléctrico del calor. Para los fines de este trabajo, basta con indicar que l kcal equivale a 4,2 kilojulios (kJ). El orga-
nismo obtiene energía oxidando (quemando) los alimentos, pero, al contrario de lo que ocurre en una caldera o una máquina, la energía se libera gradualmente por una serie de reacciones químicas complejas, cada una de las cuales, está regulada por una enzima diferente. Las enzimas son proteínas especiales que controlan el ritmo a que se realizan las reacciones químicas y más importante todavía, permiten que estos cambios tan complejos se lleven a cabo en las condiciones relativamente moderadas del organismo. La realización de los mismos procesos a nivel industrial, precisaría condiciones más extremas de temperatura y pH, o el empleo de ingredientes altamente reactivos. Muchas enzimas requieren la presencia de vitaminas o minerales para funcionar debidamente, pero estos aspectos se estudiarán con más detalle al tratar de estos nutrientes. Los perros y gatos, al igual que los demás mamíferos, no son totalmente eficientes en la obtención de la energía de los alimentos. Por consiguiente, la ingestión de energía puede estudiarse a tres niveles diferentes: energía bruta (EB), energía digestible (ED) y energía metabolizable (EM). La energía bruta es la cantidad total de energía liberada en la oxidación completa del alimento, y suele determinarse quemándolo en una atmósfera de oxígeno puro en un aparato (bomba calorimétrica) que mide ~actamente el calor liberado en la combustión. Aunque una sustancia determinada, puede tener un valor de EB elevado, carece de utilidad para el perro y el gato si estos animales no pueden digerirla y absorberla. La cantidad digerida y absorbida se denomina ED y es igual a la EB menos la energía de las heces. No toda la energía absorbida de los alimentos es utilizable por los tejidos, ya que una parte se pierde por los riñones en la orina. La energía finalmente utilizada por los tejidos se denomina EM y se calcula restando a la ED la energía de la orina. Los contenidos en ED y EM de los alimentos dependen de la composición de los mismos y de la especie que los consume. Por ejemplo, el sistema digestivo del perro parece ser más eficiente que el del gato (10 cual puede deberse en parte a que el sistema digestivo el perro es, porporcionalmente, de más longitud que el del gato). Por consiguiente, el mismo alimento administrado a perros o gatos, puede dar lugar a diferentes valores de digestibilidad. Asimismo, existen variaciones entre los individuos respecto a su eficiencia metabólica. Por tanto, la única forma de lograr determinaciones significativas de,l valor en EM de los alimentos, consiste en administrarlos a grupos numerosos de perros o gatos y medir la energía (usando la bomba calorimétrica) del alimento, las heces y la orina. Esta técnica, aunque es perfectamente posible, es laboriosa y cara, no siendo posible si no se dispone de instalaciones adecuadas. Por esta razón, durante años, se ha utilizado una fórmula sencilla que permite el cálculo aproximado de la EM en los alimentos a partir de los contenidos en carbohidratos, grasa y proteína y que tiene en cuenta las pérdidas en la absorción y la eficiencia. Los factores empleados inicialmente fueron los obtenidos en trabajos realizados con el hombre. Más recientemente, el NRC ha publicado cifras más exactas obtenidas en trabajos realizados con
TABLA 1 Cálculo del contenido en energia metabolizable a partir de los análisis quimicos Alimentos para perros Alimentos para gatos enlatados semi húmedos secos
EM = 3.5 x P + 8.5 x F + 3.5 x CHO EM
EM = (3.9 x P + 7.7 x F + 3.0 x CHO) - 5 EM = 3.7 x P + 8.8 x F + 3.3 x CHO EM = 0.99 x (5.65 x P + 9.4 x F + 4.15 x CHO) - 126
P = contenido en proteína; F = contenido presados todos en g/IOO g. EM = energía metabolizable del alimento, y NRC, 1986).
en grasa; CHO = contenido expresado
en carbohidratos,
en kcal/IOO g. (Tomado
ex-
de NRC, 1985
perros y gatos. Estos datos aparecen en la Tabla 1. Los estudios llevados a cabo en el Waltham Centre for Pet Nutrition (WCPN), en los que se ha determinado la ED in vivo, se han comparado con la EM obtenida mediante factores de predicción, y sugieren que los nuevos valores propuestos por el NRC proporcionan una buena indicación de la energía utilizable por los perros y gatos de los alimentos comerciales para animales de compañía. La energía se utiliza para realizar trabajo, procesos como la respiración y la actividad necesaria para mantener la temperatura corporal. Del mismo modo que el hombre, el perro y el gato mantienen su temperatura próxima a los 40°C, generalmente muy por encima de las condiciones ambientales, por lo que se requieren grandes cantidades de energía con esta finalidad. Consecuentemente, las necesidades primarias de los animales son de ~nergía. La densidad energética de la ración debe ser lo suficientemente alta para permitir a los perros y gatos obtener suficientes calorías para mantener el balance energético, siendo el factor principal que determina la cantidad de alimentos consumida cada día y por tanto, la cantidad de los distintos nutrientes ingeridos por los animales. Por consiguiente, en las secciones que siguen, las necesidades nutritivas se expresan en función de la concentración en EM, de forma que los valores sean aplicables a cualquier tipo de alimento o ración, independientemente de su contenido en agua, contenido en nutrientes o valor energético total.
No se conocen las necesidades mínimas diarias de carbohidratos para los perros y los gatos. Sobre la base de las investigaciones realizadas con perros y con otras especies, es probable que los perros y gatos puedan mantenerse
sin consumir hidratos de carbono si la ración aporta la suficiente cantidad de grasa o proteína, a partir de las cuales puedan cubrirse las necesidades metabólicas de glucosa. Por ejemplo, se ha indicado (Romsos el al., 1981) que el consumo de raciones ricas en grasa y carentes de carbohidratos por las perras durante la gestación, redujo notablemente la supervivencia de los cachorros, en comparación con un grupo control que recibió el 44 fJ70 de la EM en forma de carbohidratos. El efecto se atribuyó a una severa hipoglucemia en las perras del primer grupo, en el momento del parto. Sin embargo, en WCPN se ha realizado un estudio en el que se compararon dos raciones en relación con su valor para mantener la gestación y lactación de perras Beagles y Labrador (Blaza el al., 1988). Una ración no aportó carbohidratos en tanto que la otra contenía el 11 fJ70 de la energía en forma de carbohidratos. No se observaron diferencias entre los dos tratamientos - ambos mantuvieron gestaciones y lactaciones normales. La diferencia entre estos dos estudios puede explicarse, probablemente, por los distintos niveles de proteína en las raciones. En el segundo caso, el nivel proteico fue mucho mayor lo suficientemente alto como para mantener un nivel de glucosa adecuado. Por tanto, si bien los carbohidratos son jisiológicamenle esenciales, no son componentes indispensables de la ración. El carbohidrato empleado en ambos casos fue almidón cocido, existiendo pocas dudas de que esta sustancia es fácilmente digerida por los perros y gatos. Los disacáridos (es decir, que contienen dos unidades de azúcar) en particular, como la sacarosa (azúcar de caña)y la lactosa (azúcar de la leche) se toleran peor. La capacidad para metabolizar estos azúcares está gobernada, respectivamente, por las cantidades presentes en el intestino de las enzimas ¡3-fructofuronidasa (sacarasa) y ¡3-galactosidasa (lactasa). Existe cierta actividad de sacarasa y lactasa en los perros y gatos adultos, aunque se sabe que es más alta en los gatitos y disminuye el aumentar la edad. Si los perros o gatos, 'adultos o jóvenes, reciben bruscamente grandes cantidades de sacarosa o lactosa (por ejemplo, gran cantidad de leche), pueden presentar diarreas que se deben, en parte a un efecto osmótico y en parte, a la fermentación bacteriana (en el intestino grueso) de los carbohidratos que escapan a la digestión. A pesar de lo indicado, las cantidades reducidas de carbohidratos (por ejemplo, hasta un 5 fJ70 de las calorías totales) pueden ser perfectamente toleradas por la mayoría de los animales, aunque existen variaciones en la eficiencia con que los individuos en particular utilizan estas sustancias. Trabajos recientes realizados con perros (Kronfeld el al., 1977), parecen indicar que las raciones exentas de carbohidratos y de alto contenido en grasa, proporcionaron ciertas ventajas en el caso de esfuerzos prolongados como en las carreras de perros de trineo, en comparación con raciones que contenían hasta el 38 fJ70 de las calorías en forma de carbohidratos. Entre las ventajas, figuró una mayor capacidad de transporte de oxígeno por la existencia de mayor cantidad de hematíes y hemoglobina. Sin embargo, para los perros y gatos con actividad normal, es poco probable que la inclusión del 40-50 fJ70
del total de calorías en forma de carbohidratos suponga respecto a una ración a base de proteína y grasa.
una desventaja con
La grasa de la ración constituye la fuente más concentrada de energia, comunicando cierta apetecibilidad y textura adecuada a los alimentos de perros y gatos. Al igual que los carbohidratos, las grasas se componen de carbono, hidrógeno y oxígeno. Desde el punto de vista químico, las grasas de los alimentos están compuestas, fundamentalmente, por mezclas de triglicéridos, siendo éstos combinaciones de tres ácidos grasas unidos a una molécula de glicerol. Las diferencias existentes entre las distintas grasas se deben a los diferentes ácidos grasas que las componen. Existen numerosos ácidos grasas en los alimentos, caracterizándose su estructura por el número de átomos de carbono y de dobles enlaces. Los ácidos grasas saturados no tienen dobles enlaces, en tanto que los insaturados tienen uno o más; los que poseen más. de un doble enlace se denominan poliinsaturados. La mayoría de las grasas contienen todos estos tipos, en proporciones muy variables. Es difícil señalar necesidades exactas de grasa total en la ración de perros y gatos. La única necesidad demostrable de grasa es como proveedora de ácidos grasas esenciales (AGE) y transportadora de las vitaminas liposolubles. Estas funciones determinan las necesidades de grasa, además de ser necesario cierto nivel en la ración para alcanzar la concentración energética y apetecibilidad precisas. Se considera que son tres los AGE: linoleico, a-linolénico y araquidónico, que son poliinsaturados. Debido a la compleja naturaleza de estos compuestos, suele designarse su estructura por el número de átomos de carbono y de dobles enlaces que poseen; de esta forma, el ácido linoleico, que contiene 18 átomos de carbono y dos dobles enlaces, se escribe 18:2. Los AGE no pueden sintetizarse en el organismo y son, por consiguiente, nutrientes esenciales que deben aportarse en la ración. Los ácidos linoleico y linolénico son compuestos primarios, a partir de los cuales pueden sintetizarse en el organismo compuestos más complejos de cadenas más largas. Los AGE son importantes para la salud general de los animales, estando implicados en numerosos procesos, incluyendo las funciones de la piel y el riñón, así como la reproducción. En la síntesis de los AGE existe una diferencia importante en la nutrición de perros y gatos. Entre estos animales existe un contraste, que se repite con otros nutrientes, en el sentido de que el gato es atípico ya que el perro sigue la pauta de la mayoría de los mamíferos, pero el gato no. Se ha indicado recientemente que la capacidad de los gatos para convertir los AGE primarios en derivados de cadena más larga, es muy limitada (Rivers, 1982); parece que el león se encuentra en las mismas condiciones. Como consecuencia, los Felidae requieren un aporte en la ración de ácidos
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20:3 ó 20:4 preformados, lo que desde el punto de vista práctico significa la necesidad de cierta cantidad de AGE de origen animal. En un elegante trabajo sobre los AGE para los gatos, MacDonald el al., (1984a) llegaron a la conclusión de que el ácido linoleico incluido en la ración para aportar el 2,5 OJo de la energía resultaba seguramente adecuado y que, dado un nivel ideal de linoleato, las necesidades en ácido araquidónico no eran inferiores al 0,04 OJo de la energía. Sin embargo, las interrelaciones entre estos dos compuestos indican que un nivel mayor de ácido araquidónico en la ración reduce las necesidades en ácido linoleico. Al contrario, las necesidades mínimas de ácido araquidónico en la ración serían muy superiores al 0,04 si el ácido linoleico se encontrara por debajo del nivel ideal o la ración no lo incluyera. Con fines prácticos, las necesidades en AGE de los gatos, se cubren mediante una combinación de los ácidos linoleico yaraquidónico (siendo más abundante el primero que el segundo), a partir de la mezcla de aceites vegetales y animales en la ración.
Todas las proteínas se componen de carbono, hidrógeno y oxígeno, pero a diferencia de las grasas y carbohidratos, contienen siempre nitrógeno. La mayoría de las proteínas contienen además, azufre. Las proteínas son moléculas de gran tamaño compuestas por cadenas de cientos (o incluso miles) de subunidades más pequeñas llamadas aminoácidos. Aunque en la composición de las proteínas sólo entran unos 20 aminoácidos, la variedad de secuencias en que pueden disponerse resulta casi infinita, lo que determina la gran variedad de proteínas que existen en la naturaleza. Los perros y los gatos necesitan proteína en la ración para obtener los aminoácidos específicos que sus tejidos no pueden sintetizar al ritmo adecuado para un rendimiento óptimo. Los aminoácidos son utilizados a continuación para formar nuevas proteínas esenciales para las células vivas, en las cuales regulan los procesos metabólicos (en forma de enzimas), forman la estructura y son necesarias para el crecimiento y la renovación de los tejidos. Los aminoácidos pueden clasificarse en dos grupos: esenciales (indispensables) y no esenciales (dispensables). Como su nombre indica, los aminoácidos esenciales no pueden sintetizarse en el organismo en cantidades suficientes y por tanto, deben estar presentes en los alimentos. Los no esenciales pueden sintetizarse a partir de otros aminoácidos en exceso, si bien, como componentes de las proteínas corporales son tan importantes como los anteriores. Las necesidades en aminoácidos esenciales de los gatitos y cachorros durante el crecimiento, así como para el mantenimiento de los perros adultos, han sido intensamente investigadas durante la última década. El NRC ha recopilado los datos disponibles sobre las necesidades en aminoácidos, que se presentan en los Apéndices IV y V. Las necesidades de los gatos adultos todavía no se han determinado, y en la actualidad se está investigando sobre este aspecto en el Walt-
ham Centre for Pet Nutrition (WCPN). Los trabajos iniciales realizados en WCPN indican que si todos los aminoácidos esenciales se encuentran a niveles superiores a las necesidades, se precisa aproximadamente que la proteína aporte el 10 OJo de la energía para mantener a los gatos adultos en balance proteico (nitrógeno) (Burger el al., 1984). Este valor es mayor que las cifras correspondientes a los perros, lo que constituye otro ejemplo de diferencias nutricionales entre perros y gatos. Las mayores necesidades proteicas de los gatos no parecen deberse a mayores necesidades en los aminoácidos esenciales, sino más bien a mayores necesidades de proteína total, es decir, aminoácidos indispensables o nitrógeno proteico. A su vez, ello parece deberse a la incapacidad de los gatos para ajustar la degradación de los aminoácidos, a pesar de recibir raciones de bajo contenido proteico (Rogers y Morris, 1982). El gato resulta, asimismo, distinto respecto a su dependencia del aminoácido arginina. La deficiencia de arginina en el gato da lugar, rápidamente, a graves trastornos debido a la imposibilidad de metabolizar los compuestos nitrogenados (vía ciclo de la urea) , que se acumulan en sangre en forma de amoniaco (hiperamoniemia), de forma que en los casos graves, puede producirse la muerte en pocas horas. Parece que no existe otro compuesto esencial en la ración (incluido el agua) que tenga efectos tan drásticos sobre el animal. La rapidez de los efectos se sitúa a continuación de la falta de oxígeno. Esta necesidad tan característica parece ser debida a la imposibilidad de sintetizar el aminoácido ornitina (componente asimismo del ciclo de la urea), ya que este último protege a los gatos de los adversos efectos de la deficiencia en arginina (Morris y Rogers, 1978). Aunque otros animales precisan arginina para el crecimiento, generalmente no la precisan para el mantenimiento de los adultos. Los que la precisan (como el perro), parecen ser mucho menos sensibles a la deficiencia y sus necesidades en la ración son muy inferiores a las de los gatos. La mayoría, si no todas, las investigaciones sobre las necesidades en proteína y aminoácidos de perros y gatos, se han realizado empleando dietas semipurificadas o «sintéticas», en las que el nivel de proteína o el perfil de aminoácidos se ha ajustado para los fines del estudio. Al extrapolar los resultados a la alimentación práctica o la formulación de raciones, es importante tener en cuenta divesos factores. El perfil en aminoácidos esenciales de una proteína determinada es de importancia fundamental. Pocas, si esque existe alguna, de las proteínas naturales presentan el contenido en aminoácidos de una dieta experimental especialmente preparada ..Además, la utilización o digestibilidad de las proteínas, variará de unas a otras y de un animal a otro. En general, las proteínas de origen animal presentan perfiles de aminoácidos más equilibrados, y mayor digestibilidad que las proteínas vegetales. En conjunto, este asunto representa un buen ejemplo de la diferencia entre las necesidades exactas, determinadas en condiciones experimentales cuidadosamente definidas y controladas, y las recomendaciones que deben aplicarse a un gran número de animales que consume una gran variedad de alimentos.
A pesar de estas limitaciones, los experimentos realizados para determinar las necesidades exactas de proteínas y aminoácidos del perro y el gato, constituyen etapas importantes para llegar a ajustar las dietas de estos animales en una época en que la proteína es una materia prima cara que debe utilizarse con la mayor eficiencia posible.
No quedaría completo el estudio de las necesidades en aminoácidos de perros y gatos, sin una breve explicación de la importancia de la taurina. Hablando con propiedad, la taurina no es un aminoácido, sino un ácido ami nosulfónico que no forma parle de la cadena polipeptídica de la proteína. La taurina es un producto final del metabolismo de los aminoácidos azufrados y se produce, normalmente, a partir de los aminoácidos que contienen azufre, metionina y cistina. La importancia especial de la taurina en la nutrición del gato se descubrió hace sólo 13 años, cuando Hayes el al. (1975) comprobaron que la taurina era un nutriente esencial para el gato, y que la deficiencia estaba relacionada con la degeneración central de la retina. A diferencia con los perros, los gatos no pueden sintetizar suficiente cantidad de taurina para cubrir sus necesidades, y su especial sensibilidad se ve incrementada por la total dependencia de la taurina para la formación de las sales biliares. Al contrario que otras especies, tampoco emplea la glicina con esta finalidad (ver el Capítulo 3). Por consiguiente, el gato es dependiente del aporte de taurina en la ración y el tema de la «dependencia animal» se comprueba de nuevo en este caso, ya que la taurina se encuentra, casi exclusivamente, en los pruductos de origen animal, existiendo muy poca cantidad en los vegetales. Aunque el descubrimiento de la función de la taurina en el gato se centró en la función en la retina, investigaciones más recientes sugieren que la importancia de la taurina en la nutrición del gato se extiende más allá de este aspecto. Sturman el al. (1986) observaron que la administración de una ración exenta de taurina a las gatas durante la gestación y lactación, determinó mal rendimiento reproductor, caracterizado por la frecuente reabsorción de los fetos, bajo peso al nacimiento de los gatitos, baja supervivencia y reducido ritmo de crecimiento. También se apreciaron anomalías en las funciones neurológicas y el crecimiento del esqueleto. Los últimos datos (Pion el al., 1987) sugieren que la deficiencia en taurina en los gatos está relacionada con una extensa cardiomiopatía, enfermedad degenerativa del músculo cardíaco.
Calcio
y
fósforo
El calcio y el fósforo están estrechamente interrelacionados desde el punto de vista de la nutrición y, por consiguiente, se estudian juntos. Son los
minerales mayoritarios que proporcionan a los huesos y a los dientes su rigidez. El calcio interviene, asimismo, en la coagulación de la sangre y en la transmisión de los impulsos nerviosos. El nivel de calcio en el plama sanguíneo es crucial para estas funciones y está perfectamente regulado. El fósforo realiza numerosas funciones en el organismo (más que ningún otro elemento), por lo que el estudio detallado del metabolismo del fósforo precisaría cubrir la casi totalidad de los procesos metabólicos del cuerpo. El fósforo forma parte de muchos sistemas enzimáticos y además, interviene en el almacenamiento y la transferencia de energía en los denominados compuestos orgánicos de fósforo de «alta energía». El aspecto más importante en relación con las necesidades de calcio y fósforo, es quizá, el representado por su relación en la ración. La relación calcio/fósforo para perros y gatos, se sitúa entre 1,2-1,4:1 y 0,9-1,1:1, respectivamente. La desviación de esta relación, especialmente cuando el calcio se encuentra en menor proporción que el fósforo, determina una marcada deficiencia de calcio en relación con la formación del hueso. Existen pruebas de que las relaciones demasiado amplias son perjudiciales. El metabolismo del calcio y del Jósforo están estrechamente relacionados con la vitamina D. Este aspecto se estudiará más adelante.
El potasio se encuentra en alta concentración en el interior de las células siendo necesario para la transmisión nerviosa, el mantenimiento del balance hídrico y el metabolismo muscular. La deficiencia determina debilidad muscular, disminución del crecimiento y lesiones en corazón y riñón. Sin embargo, el potasio está ampliamente difundido en la naturaleza, por lo que las deficiencias son extremadamente raras.
Al contrario que el potasio, el sodio se encuentra en los líquidos extracelulares, pero al igual que el potasio, es importante para las funciones fisiológicas normales, representando estas tres sustancias los principales electrolitos del agua corporal. Normalmente, la forma de añadir sodio y cloro a la ración es como sal común (cloruro sódico), por lo que las recomendaciones se suelen expresar en cloruro sódico. Al igual que ocurre con el potasio, es poco probable que las raciones normales sean deficientes en estos dos minerales. Existen pruebas de que la ingestión excesiva por los perros puede provocar efectos negativos, relacionados con hipertensión. Se dispone de menos información respecto a los gatos, aunque parece que estos animales son menos susceptibles. En todo caso, parece prudente establecer un nivel máximo de sodio (especialmente en los alimentos para perros), para reducir la posibilidad de que se presenten trastornos de ese tipo.
Magnesia El magnesio se encuentra en los tejidos blandos y en los huesos. El corazón, los músculos del esqueleto y el tejido nervioso precisan, para su normal funcionamiento, el equilibrio adecuado entre el calcio y el magnesio. El magnesio es, asimismo, importante en el metabolismo del sodio y el potasio, realizando funciones clave en numerosas reacciones enzimáticas esenciales, especialmente las relacionadas con el metabolismo energético. La deficiencia en magnesio se caracteriza por debilidad muscular y, en los casos graves, convulsiones. Sin embargo, es poco probable la deficiencia en magnesia. Por el contrario, la ingestión de cantidades excesivas de magnesio por los gatos, va acompañada de una mayor incidencia del denominado síndrome urológico felino (SUF). Este asunto se estudiará en detalle en el Capítulo 6.
Posiblemente, el hierro es el elemento traza mejor conocido, habiéndose realizado una intensa investigación acerca de sus funciones y necesidades, especialmente en el perro. El hierro forma parte de la hemoglobina y de la mioglobina, que son esenciales en el transporte de oxígeno; asimismo, forma parte de numerosas enzimas (enzimas haem) que están relacionadas con la respiración a nivel celular, es decir, la oxidación de los nutrientes para obtener la energía química. Se sabe que la absorción del hierro está afectada por numerosos factores. El hierro en forma ferrosa se absorbe mejor que en forma férrica y el hierro presente en los alimentos de origen animal suele absorberse mejor que el contenido en los productos vegetales. Algunos trabajos recientes, realizados en el hombre, parecen indicar que la inclusión de proteína de soja en la ración da lugar a una reducción en la absorción del hierro y otros elementos traza (cinc y manganeso), por lo que puede ser importante aumentar el contenido en hierro en los productos que contienen grandes cantidades de soja, por encima de las cantidades recomendadas. La deficiencia en hierro da lugar a anemia, con el cuadro clínico típico de debilidad y fatiga. Por el contrario, al igual que ocurre con la f'1ayoría de los elementos traza, la ingestión excesiva de hierro resulta tóxica. La imoxicación por hierro ha sido muy estudiada en los perros, estando relacllJliada con anorexia y pérdida de peso. De las diferentes sales de hierro Iflvesugadas, el sulfato ferroso es el más tóxico, debido posiblemente a que la absorción es muy elevada; el oxido de hierro parece ser menos peligroso.
El cobre participa en una serie de funciones biológicas y forma parte de numerosos sistemas enzimáticos, uno de los cuales es necesario para la for-
mación del pigmento melanina. El cobre está estrechamente ligado al metabolismo del hierro y la deficiencia dificulta la absorción y el transporte del hierro y limita la síntesis de hemoglobina. Por tanto, la falta de cobre en la ración puede producir anemia aún cuando la ingestión de hierro sea normal. En la deficiencia en cobre pueden presentarse trastornos óseos; en este caso, se considera que la causa se debe a una disminución de la actividad de una enzima que contiene hierro, lo que determina una menor estabilidad y resistencia del colágeno del hueso. Irónicamente, el exceso de cobre en la ración también puede producir anemia, considerándose que es el resultado de una competición entre el cobre y el hierro por los puntos de absorción en el intestino. Se sabe que los perros Bedlington Terriers presentan un raro defecto que origina la acumulación de cantidades tóxicas de cobre en el hígado. El trastorno da lugar a hepatitis y cirro sis, y parece ser hereditario. También se ha señalado en otras razas como West Highland White Terriers y Dobermann Pinschers (Thornburg el al., 1985a,b). En el caso especial de este tipo de perros, parece que sería una buena idea, suprimir los alimentos de alto contenido de cobre y evitar el empleo de suplementos minerales que contengan cobre. Manganeso Aunque se sabe poco acerca de las necesidades de manganeso de perros pruebas de que este elemento es esencial en la nutrición animal, no habiendo razones de peso para suponer que el perro y el gato sean diferentes a este respecto. El manganeso activa muchos sistemas metal-enzima del organismo y, por consiguiente, participa en una gran variedad de reacciones. La deficiencia en manganeso se caracteriza por un crecimiento lento y por trastornos en el metabolismo de los lípidos. Estos efectos, al igual que la deficiencia en cobre, están causados probablemente por inactivación o disfunción de una o más de las reacciones catalizadas por enzimas, relacionadas con estos procesos fisiológicos. Aunque se considera que el manganeso es uno de los elementos traza menos tóxicos, se ha indicado que resulta tóxico para diversas especies, incluidos los gatos, en los que determina una baja fertilidad y un albinismo parcial en algunos Siameses. Otro de los efectos del exceso de manganeso se relaciona con la formación de hemoglobina, siendo su efecto, al parecer, semejante al descrito para el cobre, es decir, una competición con el hierro en los puntos de absorción en el tracto digestivo. y gatos, existen abundantes
Las funciones de cinc pueden dividirse en dos grandes grupos: funciones enzimáticas y síntesis proteica. Tanto los perros como los gatos precisan cinc, aunque las necesidades se ven especialmente afectadas por otros componentes de la ración. Por ejemplo, los altos niveles de calcio en la ración, o las raciones a base de proteínas de origen vegetal, pueden aumentar considera-
blemente las necesidades en cinc, pudiendo estar relacionado este efecto con lo expuesto referente a la absorción del hierro. Asimismo, la utilización del cinc se reduce por la existencia de ácido fítico en los alimentos. Este compuesto es una compleja molécula orgánica que contiene fósforo, que puede ligar elementos traza como el cinc y, por tanto, reducir la utilización por el animal. El ácido fítico y sus derivados (los fitatos) se encuentran especialmente en los cereales y sus productos. Respecto a los alimentos que los contienen, es necesario prestar atención para que los niveles de cinc sean adecuados. Van den Broek y Thoday (1986) han observado síntomas de deficiencia en perros que recibían raciones a base de cereales y que contenían niveles de cinc superiores a las necesidades mínimas establecidas por el NRC. La deficiencia en cinc se caracteriza por crecimiento lento, anorexia, atrofia testicular, emaciación y lesiones de la piel. Aunque todos los nutrientes son importantes, la relación existente entre el cinc y las características de la piel hace a este elemento traza especialmente importante para los animales de compañía. Se debe a que puede existir una deficiencia marginal sin que los perros o gatos presenten síntomas, en tanto que la piel o el pelo no tienen las características normales lo cual afecta notablemente al aspecto de los animales. El cinc es poco tóxico. Interfiere la absorción y utilización del hierro y cobre (especialmente este último), de modo que la gravedad de los efectos de las ingestiones excesivas de cinc dependen de los niveles de estos elementos traza en la ración. Si los niveles de hierro y cobre en la ración son oormales, parece que cantidades de cinc hasta ocho veces las necesidades mínimas no producen efectos negativos.
La única función conocida del iodo es la síntesis de hormonas tiroideas, que son liberadas por la glándula tiroides y regulan el metabolismo basal del animal. Uno de los factores que afectan a la secreción de hormonas tiroideas es la disponibilidad de iodo en cantidad suficiente. Si no se dispone de esa cantidad, la glándula tiroides aumenta su actividad en un intento de compensar la deficiencia en iodo. Como consecuencia, la glándula (que está situada en la región del cuello) aumenta de tamaño y se hace turg€nte, trastorno que se denomina bocio y es el síntoma principal de la deficiencia en iodo. Además, existen otros factores importantes en la presentación del bocio. Entre ellos, pueden citarse los agentes infecciosos, las sustancias presentes de forma natural en las raciones (bociógenos) que inhiben la síntesis, liberación o actividad general de las hormonas tiro ideas, y los defectos de tipo genético en los sistemas enzimáticos responsables de la biosíntesis de estas hormonas. La reducción grave de la actividad tiroidea (hipotiroidismo) en el hombre se denomina cretinismo cuando tiene lugar en los niños y mixedema en los adultos. El hipotiroidismo se ha observado en perros, y la deficiencia en iodo se ha señalado en los félidos de parques zoológicos y en el gato doméstico. Los síntomas clínicos están representados por anormalidades de piel y pelo,
somnolencia, apatía y pereza. Puede apreciarse un metabolismo anormal del calcio y trastornos en la reproducción, con reabsorción de fetos. La ingestión excesiva de iodo puede ser tóxica. Los gatos hipotiroideos que recibieron altos niveles de iodo (unas ISO veces las necesidades mínimas) presentaron efectos perjudiciales, con anorexia, fiebre y pérdida de peso. En otros animales, la administración de grandes dosis de iodo determinó efectos agudos similares a los de la deficiencia. Las dosis elevadas, dificultan de algún modo la síntesis de hormona tiroidea y pueden producir mixedema o bocio.
Curiosamente, en un principio se prestó atención al selenio a causa de su toxicidad. El descubrimiento de que es un elemento esencial tuvo lugar en una época relativamente reciente, hace unos 30 años. El estudio de las funciones bioquímicas del selenio ha de tener en cuenta la estrecha relación que guarda este elemento con la vitamina E y con los aminoácidos azufrados metionina y cistina. La relación con la vitamina E es especialmente importante, ya que un nutriente puede «evitar» la deficiencia del otro. Sin embargo, se ha demostrado con muchos animales, entre ellos el perro, que el selenio no puede ser sustituido totalmente por la vitamina E, y tiene una función específica. Es bien conocido que el selenio forma parte imprescindible de una enzima denominada glutationperoxidasa que protege las membranas celulares contra las sustancias oxidantes (especialmente los peróxidos lípidos) que pueden liberarse en algunos procesos metabólicos del organismo. Los aminoácidos azufrados son necesarios para formar la enzima; se considera que la vitamina E actúa en la membrana evitando la oxidación de los lípidos. De esta forma, las funciones de estos tres nutrientes están estrechamente relacionadas. Las interacciones del selenio son muy complejas y queda mucho por conocer acerca de este elemento. Por ejemplo, puede estar implicado en procesos no relacionados con su papel como componente de la glutationperoxidasa. Se ha indicado que protege contra el envenenamiento por plomo, cadmio y mercurio, e incluso, se ha considerado como agente anticancerígeno, tanto en estudios experimentales como epidemiológicos. La deficiencia en selenio produce muchos efectos, y uno de los descritos en los perros es la degeneración de los músculos del esqueleto y músculo cardiaco. Los efectos de la deficiencia en otras especies incluyen trastornos de la reproducción yedemas. Según se ha indicado, el selenio es muy tóxico si se ingiere en gran cantidad, y los datos de que se dispone indican que el margen entre las cantidades recomendadas y la dosis tóxica es muy pequeño. Por consiguiente, la suplementación indiscriminada de los alimentos es extraordinariamente peligrosa.
El cobalto forma parte de la vitamina B12, pudiendo ser ésta la única función que realiza en el perro y el gato. En condiciones de laboratorio, el cobal-
TABLA 2 Resumen de las funciones de algunos elemenlos lraza
Cromo Flúor Niquel
Silicio Vanadio Arsénico
Metabolismo de los carbohidratos, estrechamente relacionado con la insulina Desarrollo de dientes y huesos; posiblemente alguna relación con la reproducción Función de la membrana; posiblemente interviene en el metabolismo del ácido nucleico RNA Componente de diversas enzimas, una de las cuales interviene en el metabolismo del ácido úrico Desarrollo del esqueleto, crecimiento y mantenimiento del tejido conectivo Crecimiento, reproducción y metabolismo de las grasas Crecimiento; también algún efecto en la formación de la sangre, posiblemente la producción de hemoglobina
to puede sustituir al cinc en algunos sistemas enzimáticos, aunque no se conoce la importancia biológica de este hecho. En los rumiantes, la vitamina Bti puede sintetizarse por las bacterias del rumen siempre que exista cobalto, siendo absorbida posteriormente en la porción inicial del intestino. En los animales no rumiantes, como el perro y el gato, la síntesis puede tener poca importancia, ya que se realiza en la porción distal del intestino y la abosorción es mínima. Es posible que para que el cobalto tenga importancia nutricional, deba ser ingerido por el perro y el gato en forma de vitamina 8t2• Es dudoso que, si el aporte de vitamina Bl2 es adecuado, sea preciso añadir cobalto a la ración. La vitamina Bt2 se estudiará más adelante, en este mismo capítulo.
Se ha comprobado que una serie de elmentos traza son necesarios para el mantenimiento de la salud de los mamíferos, si bien, no se han establecido las necesidades específicas para perros y gatos. Estos elementos figuran en la Tabla 2 con una breve indicación de sus funciones. Sobre la base de trabajos realizados con otros animales, parece que las cantidades necesarias en la ración son bajas, generalmente muy por debajo de 2 microgramos (¡,tg)por kcal, aunque el silicio puede ser neces'ario a una concentración cercana a los 12 ¡,tg por kcal. Es poco probable la presentación de deficiencias en estos nutrientes, al emplear raciones normales. Por el contrario, al igual que ocurre con la mayoría de los elementos traza, estos elementos son tóxicos si se administran en grandes cantidades si bien, las cantidades tolerables varían para todos ellos. Los más tóxicos son el arsénico, vanadio, flúor y molibdeno, en tanto que pueden ingerirse cantidades relativamente elevadas de níquel y cromo sin efectos perjudiciales.
Por conveniencia, las vitaminas se clasifican eQdos subgrupos: liposolubles e hidrosolubles. Además de su evidente diferencia química, el grado de almacenamiento en el organismo también es distinto, acumulándose en mayor cantidad las vitaminas liposolubles que las hidrosolubles. Por tanto, el aporte regular es menos crítico en el caso de las vitaminas liposolubles.
Vitaminas liposolubles VITAMINA A. El término vitamina A se utiliza en la actualidad para describir a varios compuestos, biológicamente activos, de los cuales, el retinol, es el de mayor importancia en la fisiología de los mamíferos. En la naturaleza, la vitamina A se encuentra, fundamentalmente, en forma de sus precursores, los carotenoides, que son los pigmentos amarillo y naranja de la mayoría de los frutos y vegetales en general. De todos ellos, el ¡3-caroteno es la «pIOvitamina A» más importante, ya que presenta la mayor actividad sobre una base cuantitativa, estando constituido esencialmente por dos moléculas de vitamina A unidas, las cuales pueden ser convertidas por la mayoría de los animales en dos moléculas de vitamina activa. Nuevamente, encontramos aquí otra diferencia importante entre el perro y el gato, ya que se ha comprobado que el gato no puede convertir el 13caroteno en vitamina A, en tanto que el perro puede usarlo perfectamente para este fin. Por consiguiente, los gatos precisan el aporte de vitamina A preformada en la ración, siendo las formas más corrientes los derivados de retinol (retinil acetato y retinil palmitato). La consecuencia práctica de esta peculiaridad es que el gato debe recibir en la ración algún producto de origen animal, ya que los compuestos de vitamina A preformada no se encuentran en las plantas. La función mejor conocida de la vitanrina A está en relación con la visión. Se encuentra en la retina combinada con una proteína específica llamada opsina. El compuesto se denomina rodopsina (púrpura visual), que al ser expuesto a la luz se escinde en opsina y un metabolito de retino!. El intercambio energético de este proceso da lugar a las transmisiones nerviosas que son enviadas por el nervio óptico al cerebro y producen las sensaciones visuales. Aunque la escisión de la rodopsina es reversible, se precisa un aporte continuo de vitamina A para reconstruir eLpigmento visual y permitir que el proceso continue. La vitamina A interviene en muchas funciones fisiológicas, siendo una de las más importantes la regulación de las membranas celulares; la vitamina es esencial para la integridad del tejido epitelial y el crecimiento normal de las células epiteliales. Interviene, asimismo, en el crecimiento de los huesos y dientes. Como podría esperarse, la deficiencia en vitamina A tiene muchas consecuencias en el organismo que han sido observadas en casi todos los animales, incluyendo a los perros y los gatos. Entre los síntomas pueden citarse
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xeroftalmia (sequedad excesiva del ojo), ataxia. conjuntivitis, opacidad y ulceración de la córnea, lesiones de la piel y trastornos de las capas epiteliales, por ejemplo, el epitelio bronquial, el tracto respiratorio, las glándulas salivares y los tubos seminíferos. El exceso de vitamina A es tan perjudicial como la deficiencia. En los gatos que han recibido cantidades excesivas de vitamina A como tal, o grandes cantidades de-hígado crudo, durante largos periodos de tiempo, se ha señalado la presentación de trastornos óseos acompañados de cojeras, reblandecimiento de los huesos de las extremidades, gingivitis y caída de los dientes. Se han observado efectos semejantes en perros que han recibido grandes dosis de vitamina A. Como consecuencia, debe controlarse cuidadosamente la inclusión en la ración de alimentos que aporten grandes cantidades de esta vitamina, por ejemplo, el hígado y aceite de hígado de peces. La suplementación de las raciones que ya son adecuadas, no sólo no es necesaria, sino que es potencialmente peligrosa y debe evitarse. VITAMINA O. Existen varios compuestos que tienen actividad vitamínica O, pero los dos más importantes son los denominados ergocalciferol (vitamimi Oz) y colecalciferol (vitamina 03). Ambas formas son efectivas como fuentes de vitamina O para los perros y los gatos. En los últimos tiempos se han realizado numerosas investigaciones sobre el metabolismo de la vitamina O en otros mamíferos, habiéndose comprobado que esta vitamina experimenta una serie de transformaciones bioquímicas en el riñón y en el hígado, antes de hacerse fisiológicamente activa. El metabolito más potente es un derivado dihidroxi de los compuestos primarios. La vitamina O suele conocerce como la «vitamina de los huesos», y su función mejor comprobada consiste en elevar los niveles de calcio y fósforo del plasma, hasta los necesarios para la normal mineralización de los huesos. En el intestino delgado, la vitamina O estimula la absorción del caldo y del fósforo, interviniendo en la movilización del calcio de los huesos para mantener la concentración de calcio en el plasma. De hecho, la síntesis bioquímica del metabolito activo se estimula por el descenso del calcio del plasma. Es evidente que las necesidades de vitamina O están estrechamente relacionadas con las concentraciones de calcio y fósforo de la ración y con la relación calcio/fósforo. Puesto que la vitamina O se relaciona con la absorción del calcio, es más importante durante el crecimiento y desarrollo de los huesos, es decir, en los animales en crecimiento. La deficiencia en esta vitamina origina el raquitismo. No obstante, está comprobado que los perros y gatos, al igual que otros mamíferos, pueden formar vitamina 03 a partir de compuestos lipídicos de la piel por intervención de los componentes ultravioleta de la luz del sol, siendo bastante probable que los animales adultos necesiten poca cantidad (si es que precisan alguna) de esta vitamina en la ración. Además, Rivers el al. (1979) han señalado que los gatos son casi independientes del aporte de vitamina O en la ración incluso durante el crecimiento, aunque estén resguardados de la luz ultravioleta, dando por supuesto que reciben una ración con las canti-
dades adecuadas y la relación correcta entre el calcio y el fósforo. Este hecho, parece deberse a que los gatos pueden movilizar sus reservas de vitamina D, adquiridas durante la fase de lactancia. Al igual que ocurre con la vitamina A, la ingestión excesiva de vitamina D tiene efectos perjudiciales en perros y gatos, especialmente, una intensa calcificación de los tejidos blandos, pulmones, riñones y estómago. Pueden presentarse deformaciones en los dientes y en las mandíbulas, llegando a morir los animales como resultado de la ingestión excesivamente alta de esta vitamina. La suplementación con vitamina D puede ser peligrosa y, en el caso de los gatos, las necesidades pueden ser tan bajas, que las raciones normales suelen aportar más que suficiente cantidad de este nutriente. VITAMINA E. La primera función adscrita a esta vitamina fue la de evitar la reabsorción de los fetos en los animales que habían recibido raciones que incluían manteca rancia. El nombre químico de esta vitamina (toco ferol) deriva de la palabra griega «parto». Sin embargo, en los últimos años, las investigaciones realizadas sobre la vitamina E han permitido conocer bastante más acerca de sus funciones en el organismo, aunque los detalles completos de sus funciones no están aclarados. Actúa como antioxidante y es importante para mantener la estabilidad de las membranas celulares; en este sentido, su función está estrechamente relacionada con la del elemento traza selenio, que se ha estudiado anteriormente. Las necesidades de vitamina E dependen, asimismo, del nivel de ácidos grasas poliinsaturados (AGPI) en la ración. El aumento del nivel de AGPI determina un incremento en las necesidades de vitamina E, habiéndose comprobado este efecto en muchos animales, entre ellos el perro y el gato. Por consiguiente, es difícil establecer con exactitud la cantidad de vitamina E que debe aportar la ración; las cifras que aparecen en los Apéndices 1 y ll, están en relación con los niveles recomendados de selenio y AGPI. Deben evitarse las grasas rancias, ya que son especialmente destructoras de esta vitamina. La deficiencia en vitamina E en condiciones experimentales presenta una serie de trastornos físicos muy superior al observado con las demás vitaminas. Estos efectos pueden clasificarse en cuatro grandes grupos; musculares, reproductivos, nerviosos y vasculares. En los perros, la deficiencia va ligada a uno o más de estos efectos, apreciándose distrofia de los músculos del esqueleto, degeneración del epitelio germinal de los testículos y problemas en la gestación. En los gatos, se presentan cambios inflamatorios en la grasa corporal (esteatitis - «enfermedad de la grasa amarilla») cuando ingieren cantidades muy. reducidas de vitamina E en las raciones que contienen AGPI. Existen pocos datos acerca de los efectos de la ingestión de elevadas cantidades de vitamina E por perros y gatos. t-¡o se han observado efectos perjudiciales al administrar unas diez veces la cantidad recomendada a cachorros Beagle destetados, durante 15 semanas. SIn embargo, en otras especies, se han observado reacciones negativas en la actividad tiro idea y sobre la coagu-
[ación de la sangre, al consumir cantidades elevadas de vitamina E. Este aspecto puede ocurrir por inhibición de la actividad de la vitamina K (ver la sección siguiente). Por tanto, las cantidades elevadas de este nutriente, deben considerarse potencialmente perjudiciales, aunque están lejos de ser tan peligrosas como los excesos en las vitaminas A y D.
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VITAMINA K. La vitamina K incluye un grupo de compuestos derivados de las quinonas, que regulan la formación de diversos factores que intervienen en la coagulación de la sangre. Se ha demostrado que la vitamina K es necesaria para el perro, siendo poco probable que el gato sea diferente a este respecto. No obstante, las necesidades de los perros se han comprobado en condiciones experimentales, en las que los animales fueron hechos deficientes en vitamina K mediante el empleo de drogas anticoagulantes (como los compuestos de la cumarina) que son antagónicos de este nutriente. En los animales normales y sanos, la deficiencia en vitamina K es muy rara, ya que los perros y los gatos, como los demás mamíferos, cubren la mayor parte, si no la totalidad, de sus necesidades diarias, a partir de la síntesis bacteriana en el intestino. Sólo en condiciones anormales, como la reducción de la síntesis bacteriana (por ejemplo, por tratamiento con ciertas drogas), o la interferencia con la absorción o utilización de la vitamina K, se hace necesario el aporte en la ración de esta sustancia. Al administrar una ración que aportaba solamente 60 ¡,tg/kg de materia seca (aproximadamente, 0,017 ¡,tg por kcal) a perros machos adultos Beagles, y a gatos, durante 40 semanas, no se apreciaron sintomas de deficiencia, si bien, la misma ración dio lugar a hemorragias al ser consumida por ratas. Se ha indicado la cantidad de 0,02 ¡,tg por kcal como necesidades mínimas de los gatos, aunque posiblemente sólo se precisa cuando se suprime la síntesis bacteriana o existen compuestos antivitamina K en la ración. La ingestión de cantidades de vitamina K muy elevadas puede dar lugar a anemia y otras anomalías de la sangre en los animales jóvenes, aunque no parece ser especialmente tóxica.
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Las vitaminas hidrosolubles tienen importancia en la nutrición del perro y el gato, estando casi todas ellas relacionadas con la utilización de los alimentos y la producción o interconversión de la energía en el organismo. En estos procesos, las vitaminas del grupo B se utilizan por el animal para formar coenzimas (llamadas también cofactores). Estas últimas son moléculas orgánicas relativamente pequeñas que se asocian a moléculas enzimáticas de mayor tamaño que son necesarias para que las enzimas puedan catalizar eficazmente las reacciones químicas. A menudo, las coenzimas actúan combinándose con moléculas o fragmentos de moléculas, más que actuando como en una «carrera de relevos» bioquímica. En ocasiones, también intervienen algunos minerales y elementos traza, como se ha estudiado en este mismo capítulo.
En la actualidad, las vitaminas del grupo B se conocen por sus nombres químicos en lugar del sistema anterior, en que se realizaba una combinación de una letra y un subíndice; no obstante, en los casos en que todavía se emplea este sistema, las vitaminas serán citadas de esta manera. TIAMINA (Aneurina, Vitamina B1). La tiamina es un compuesto que contiene azufre y que participa como coenzima en forma de pirofosfato (TPP), que se ha denominado, en ocasiones, cocarboxilasa. El TPP interviene en diversas transformaciones clave del metabolismo de los carbohidratos, por lo que las necesidades de tiamina están en relación con el contenido en carbohidratos de la ración. Las raciones ricas en grasa y de bajo contenido en carbohidratos, son ahorradoras de tiamina, ya que esta vitamina se precisa en menor cantidad para el metabolismo de las grasas que para el de los hidratos de carbono. La deficiencia en tiamina se ha descrito en perros y gatos. El efecto primario es una «lesión bioquímica» que trastorna el metabolismo de los carbohidratos y determina una acumulación anormal de compuestos intermediarios de las rutas metabólicas. La deficiencia se expresa clínicamente por anorexia; trastornos neurológicos (especialmente de los mecanismos que rigen la postura), seguidos por debilidad, fallo cardíaco y muerte. En el hombre, la deficiencia en tiamina se conoce por beri-beri. La tiamina es especialmente importante desde el punto de vista de la formulación de raciones, ya que se destruye progresivamente por la cocción y puede inactivarse por sustancias presentes de forma natural, denominadas tiaminasas, que se encuentran en una serie de alimentos, en especial el pescado crudo. Las tiaminasas son, a su vez, inactivadas por el calor, de modo que para lograr una ingestión adecuada de tiamina, es necesario tener en cuenta todos estos factores. En los alimentos comerciales para perros y gatos, la práctica habitual consiste en suplementarios con cantidades lo suficientemente altas, antes del procesado, para que aunque se produzcan grandes pérdidas, la cantidad remanente en el producto acabado cubra las necesidades recomendadas. Como las demás vitaminas hidrosolubles, la tiamina es muy poco tóxica. A pesar de que la inyección intravenosa de tiamina al perro determina la muerte por afectar al centro respiratorio, la ingestión oral necesaria para lograr los mismos efectos, es de unas 40 veces la dosis intravenosa, y supone una cantidad que es muchos miles de veces la recomendada. RIBOFJ...AVINA (Vitamina B.2)', La riboflavina es un compuesto amarillo, cristalino, que presenta una fluorescencia característica, amarillo-verdosa, en solución acuosa. La riboflavina forma parte de dos coenzimas, el riboflavin 5-fosfato, y otro más complejo denominado flavin adenin dinucleótido. Estos coenzimas son esenciales para una serie de sistemas enzimáticos oxidativos. Si falta riboflavina, no tiene lugar el crecimiento celular. Las necesidades de riboflavina se han estudiado en perros y gatos. La deficiencia está relacionada con lesiones oculares, trastornos de la piel e hipoplasia testicular. Existen ciertas pruebas de que, parte de las necesidades de
riboflavina, pueden cubrirse por la síntesis bacteriana en el intestino, la cual se ve favorecida por las raciones de alto contenido en hidratos de carbono y bajo contenido en grasa. No obstante, las necesidades diarias de esta vitamina son, seguramente, mayores que el posible aporte por esa vía, de forma que es necesaria la ingestión regular de la misma.
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Acmo PANroTÉNICO. Esta sustancia forma parte del coenzima A, que es un componente esencial de las reacciones enzimáticas en el metabolismo de los carbohidratos, grasas y aminoácidos. Se ha comprobado que el ácido pantoténico es necesario para perros y gatos. Los síntomas de deficiencia son numerosos, entre ellos reducción o detención del crecimiento, desarrollo de hígado graso y trastornos gastrointestinales, incluyendo ulceraciones. Se ha observado alopecia en perros, pero no en gatos. Estos síntomas de deficiencia se han logrado al emplear dietas semipurificadas. En condiciones normales, si se emplean raciones mixtas, la deficiencia en ácido pantoténico es muy rara, ya que se encuentra en los productos de origen animal y vegetal, como queda indicado por su nombre, que significa «presente en todas partes».
NIACINA (Acido nicotínico). La niacina se transforma rápidamente, en el organismo, en el derivado fisiológicamente activo nicotinamida (niacinamida). La nicotinamida forma parte de dos coenzimas muy importantes, los nicotinamida adenin-dinucleótidos, que son necesarios para las reacciones de oxidación-reducción, precisas para la utilización de todos los nutrientes mayoritarios. En las especies mamíferas, incluido el perro, las necesidades de niacina están en relación con el nivel en la ración del aminoácido triptófano, que puede ser convertido en la vitamina. En los gatos no tiene lugar esta transformación pero, al contrario que las otras diferencias existentes entre el perro y el gato, no se debe a la falta de alguna enzima. Lo que ocurre, es que la secuencia de reacciones necesarias para la degradación del triptófano puede realizarse siguiendo una o dos rutas metabólicas y, en el gato, la enzima responsable de la ruta «sin niacina» tiene gran actividad y separa con gran eficiencia los metabolitos del triptófano de la síntesis de niacina. En esta ruta alternativa, pueden degradarse los metabolitos para aportar energía, de forma similar a la utilización de los carbohidratos. La deficiencia en niacina se ha descrito en perros y gatos, dando lugar a inflamación y ulceración de la cavidad oral, babeando los animales una saliva densa y teñida de sangre, siendo el aliento fétido. El síndrome de la deficiencia se denomina lengua negra, en los perros, y pelagra en el hombre. A veces, se denomina a la niacina como factor PP o preventivo de la pelagra. Las dosis elevadas de niacina (pero no de nicotinamida) dan lugar a nerviosismo en muchos animales, entre ellos el perro. Por tanto, cuando sea necesario administrar dosis terapéuticas elevadas, debe emplearse la forma amida. No obstante, ni.nguna de las dos formas de esta vitamina puede considerarse altamente tóxica.
PIRIDOXINA (Vitamina B6). Bajo este encabezamiento se engloban tres compuestos cuya efectividad es, esencialmente, idéntica: piridoxina, piridoxal y piridoxamina. Los tres existen en la naturaleza y son interconvertibles durante los procesos metabólicos normales. El compuesto biológicamente activo es el piridoxal y la forma de coenzima es el piridoxal S-fosfato que participa en una larga serie y variedad de sistemas enzimáticos, casi totalmente ligados al metabolismo del nitrógeno y de los aminoácidos. De hecho, se considera al piridoxal esencial para casi todas las interconversiones enzimáticas y degradaciones no oxidativas de los aminoácidos. Algunas de estas reacciones ya se han estudiado en relación con otros nutrientes, por ejemplo, la síntesis de niacina a partir de triptófano requiere la presencia de esta vitamina. Como podía esperarse, las raciones de alto contenido en proteína exacerban la deficiencia en vitamina B6, efecto comparable al de las raciones de alto contenido en hidratos de carbono sobre la deficiencia en tiamina. Se ha comprobado que la piridoxina es necesaria para perros y gatos; la deficiencia da lugar a pérdida de pes'o y cierto tipo de anemia. En los gatos, puede presentarse una destrucción irreversible del riñón, con depósitos en los túbulos renales de cristales de oxalato cálcico (la piridoxina es necesaria para la conversión del oxalato en glicina). En ocasiones se han señalado dermatitis y alopecia en la deficiencia en piridoxina en perros. Como las demás vitaminas hidrosolubles, la piridoxina y sus derivados deben considerarse poco tóxicos. BlaTINA. Se considera que la biotina, al igual que las demás vitaminas del grupo B, funciona como coenzima y es necesaria para ciertas reaccis penos enfermos o que tienen mal apetito, así como los que son mu.y viejos, pueden encontrar beneficioso recibir la comida dos o más veces al dia, en tomas de menor cantidad. Los cachorros muy jóvenes en crecimiento, deben recibir 4 ó 5 comidas al día, pero una vez destetados, se rebajarán a 3 ó 4 comidas al día. Una vez que los cachorros harLa1.canzado la mitad del peso adulto, el número de comidas diarias se rebajará a 2, si se administran alimentos de la_concentracióILadecuada. Para lograr elmáximo beneficio, las comidas se espaciarán lo más posible en el día. Los perros que trabajan y las hembras lactantes, que precisan energía y nutrientes a niveles 2 a 4 veces superiores_a los de los perros adultos normales, en relación con su tamaño, también se benefician de las comidas frecuentes, ya que les proporciona la posibilidad de ingerir las grandes cantidades de alimentos que necesitan. No es posible indicar un número óptimo de comidás al día, salvo las que resulten convenientes para el propietario y que den la oportunidad de cubrir las necesidades en nutrientes y energía. Con los gatos el asunto es diferente. Generalmente, se considera que los gatos que se han hecho silvestres o los genuinamente silvestres, son comedores oportunistas que comen cuando cazan y matan a sus presas. Por consiguiente, podría pensarse que estarían adaptados a realizar grandes comidas a intervalos irregulares. Sin embargo, es probable que los pequeños roedores y aves que componen la mayor parte de su ración, no sean lo suficientemente grandes para cubrir las necesidades diarias del animal, y lo normal sería hacer más de una comida por día. Las observaciones realizadas sobre gatos que tenían libre acceso a alimentos apetitosos, han demostrado que los gatos prefieren tomar muchas comidas ligeras (12-20 comidas en 24 horas) en lugar de una o dos comidas ab~dantes. La mayoría de los gatos parecen ser capaces de regular la ingesti n de forma que no comen en exceso y no se hacen obesos al consumir los limentos en muchas tomas. Por tanto, parece conveniente administrar var'as comidas ligeras en lugar de una o dos abundantes. En la práctica, este sistema es muy adecuado y muchos gatos son alimentados «a petición», administrando los alimentos a lo largo del día, a medida que el animal los pide. El peso medio de los gatos es de unos 4 kg y precisan, aproximadamente, 320 kcal de energía metabolizante, por día. Estas necesidades pueden cubrirse con 100g de alimento desecado al aire, o sea, algo más de una lata grande
de un alimento normal para gatos. Son muy pocos los gatos capaces de consumir esta cantidad de alimento en una sola comida, por lo que son necesarias dos o más comidas al día. En resumen, una buena práctica de manejo consiste en administrar los alimentos a libre disposición, varias veces al día. Otra posibilidad consiste en administrar los alimentos a libre disposición, renovándolos, al menos, dos veces al día.
La mayoría de perros y gatos viven en familias en las que son el único perro o gato, o donde sólo existe otro animal de la misma especie. En consecuencia, los dueños tienden a tratarlos como individuos en particular y necesitan desarrollar prácticas de alimentación adecuadas a su animal; han de tener en cuenta las circunstancias particulares, los gustos y las manías del animal, así como su propia opinión acerca la conveniencia, precio, variedad y adecuación de los alimentos. Necesitan calcular las necesidades nutritivas de su propio animal y encontrar una combinación de alimentos que las cubra adecuadamente. No es posible, en un libro de estas características, recomendar raciones para cada animal en particular, por lo que las recomendaciones acerca de la alimentación deben considerarse, únicamente como PAUTAS a seguir para el empleo de los alimentos preparados, para los perros y gatos de tipo medio, dentro del intervalo normal de condiciones ambientales encontradas en las familias de los países occidentales. Resultará, relativamente sencillo, para cada propietario en particular, utilizar estas pautas como punto de partida para llegar a una estimación aproximada de las necesidades de su animal y, a continuación, observándole, decidir aumentar o disminuir la cantidad de alimentos, o sustituir un alimento por otro hasta lograr un racionamiento adecuado. Las recomendaciones que figuran en los paquetes, latas o envases de los alimentos manufacturados, son aplicables a los perros o gatos adultos de tipo medio, que viven dentro de casa y realizan una cantidad de ejercicio moderada.
El intervalo de pesos en las distintas razas de gatos es relativamente pequeño. Ello permite calcular las necesidades energéticas con más facilidad que las de los perros. La mayoría de los gatos adultos precisan entre 70-90 kcal de energía metabolizable por kg de peso y día. Los gatos sedentarios,
que hacen poco ejercicio, tienen menores necesidades energéticas que los gatos aventureros, que hacen largos paseos fuera de la casa, cualesquiera que sean las condiciones climáticas. Los gatos regulan con mucha exactitud la ingestión de alimentos y el consumo de energía, que suelen modificar de acuerdo con sus necesidades. Los perros adultos en su mejor estado de carnes alcanzan pesos que oscilan entre 1,5 kg Y 118kg. Las necesidades energéticas de los perros, expresadas en kcal de energía metabolizable por día, pueden estimarse mediante la fórmula 100WO,88 (NRC, 1985), en la que Wes el peso vivo del perro, expresado en kg. El término WO·88 es el peso metabó1ico del perro. La finalidad de emplear una estimación del peso metabólico (el peso vivo, expresado en kg, elevado a una determinada potencia) consiste en tomar un margen para el amplio intervalo de pesos de los perros, y para tener en cuenta el hecho de que las necesidades energéticas no son directamente proporcionales al peso yivo~sino al peso de los tejidos metabólicamente activos. En 1945, Brody propuso la potencia 0,75 para obtener una estimación razonable del peso metabólico de una gran variedad de animales, desde el ratón al elefante, pero no se trata más que de una aproximación. A partir de los datos disponibles acerca de las necesidades energéticas de los perros adultos, Thonney (1985) calculó que la mejor potencia en el caso de los perros era 0,88. Una vez calculadas las necesidades energéticas aproximadas.de los adultos, empleando la fórmula 100WO,88, puede calcularse la cantidad de alimentos necesaria para cubrir esas necesidades si se conoce el valor energético de los alimentos. Estas cantidades medias pueden, seguidamente, redondearse a una unidad de alimentos adecuada, que para los alimentos enlatados puede ser la mitad o la cuarta parte de una lata, y para los alimentos secos o semihúmedos, unidades de 10 ó 20 g. Puesto que son muy pocas las personas que pesan, realmente, los alimentos de sus animales, y sólo se sir. ven de alguna medida de volumen o, simplemente, lo hacen a ojo, lo normal es que figuren las recomendaciones expresadas en.iazas para los alimentos secos y semihúmedos. Con el fin de tener en cuenta la variabilidad entre los perros, así como las diferencias ambientales, las recomendaciones suelen expresarse con la inclusión de un margen de seguridad que cubre desde el 20 ó 25 070 por debajo, hasta el 20 ó 25 % por encima de las cantidades medias estimadas. Aunque este sistema pueda parecer demasiado aproximado para llegar a la alimentación adecuada, en la práctica funciona bastante bien. Sin embargo, no debe sorprender a los dueños de los animales el observar que su perro o su gato, necesitan mucha menor cantidad de la sugerida, especialmente si reciben regalos o suplementos de alimentos ente comidas, o restos de la comida del dueño, o en el caso de los gatos, si cazan algún ratón. El mejor criter~ juzgar lo adecuado de un régimen alimenticio lo proporciona la saíud' y el aspecto del perro o el gato. Si se les ve en buenas condiciones, con buen pelo, atentos, activos y ni gordos ni delgados, el régimen alimenticio que se sigue es el adecuado.
Los gatitos recién nacidos pesan entre 80 y 140 g, siendo lo normal 100 a 120 g. Son totalmente dependientes de la leche de su madre hasta las 4 semanas, aproximadamente, momento en que probablemente han triplicado su peso al nacimiento y comienzan a explorar los alrededores. En ese momento, puede iniciarse al destete o sustitución gradual de la leche de la madre por otros alimentos. El destete es una fase de aprendizaje que debe realizarse progresivamente, para evitar trastornos digestivos. Los gatitos han de acostumbrarse a los nuevos sabores y texturas de los alimentos, al tiempo que su aparato digestivo ha de adaptarse a los nuevos tipos de proteínas. grasas y carbohidratos. Se recomienda que los primeros alimentos tengan una base láctea. No obstante, aunque la mayoría de los gatitos tomarán esos alimentos, su empleo no es esencial. Hacia la cuarta semana suelen empezar a comer los alimentos de la madre, consumiendo los alimentos húmedos picados o cortados en trocitos si se les colocan en platos planos a los que tengan fácil acceso. Teniendo en cuenta que sólo tomarán pequeñas cantidades, lo mejor es utilizar alimentos a base de carne, húmedos y altamente apetecibles. Existen algunos alimentos enlatados, que se fabrican especialmente para los gatitos y contienen mayores niveles de energía y concentración de nutrientes qu la mayoría de los demás productos, por lo que serían los más aconsejab s. El al' ento ideal para destete debe ser de concentración energética semejante la leche de la gata. Al destete, los gatitos precisan, aproximadamente, 260 kcal/kg de peso vivo, en comparación con 70-90 kcal/kg de peso en los gatos adultos; por consiguiente, la ingestión de energía, en relación con el peso, es tres o cuatro veces superior a la de los gatos adutos. Además de ser concentrados, los alimentos para gatitos deben ser de alta digestibilidad y utilización de los nutrientes para lograr el máximo beneficio con un razonable nivel de ingestión. Por otra parte, deben presentar olores y sabores que inciten a los gatitos a comer, con una textura que lo permita. Los alimentos secos y semihúmedos son fuentes concentradas de nutrientes y pueden resultar adecuados para los gatitos. Algunos gatitos pueden encontrar difíciles de comer los alimentos secos, a menos que sean troceados o puestos a remojo. La digestibilidad de los alimentos secos suele ser más baja que la de los alimentos enlatados. Esto, puede hacerlos menos aconsejables para el destete de los gatitos, salvo que se hayan formulado específicamente para ellos. Por tanto, puede tener lugar una mala nutrición de los gatitos como consecuencia de la insuficiente ingestión de alimentos, que por otra parte, pueden ser nutricionalmente adecuados, pero que resultan indigestibles, poco apetecibles o demasiado diluidos. Lamentablemente, los síntomas iniciales del desequilibrio en algún nutriente (inapetencia, crecimiento lento) son los mismos que se observan en la ingestión insuficiente por estas causas. La mayoría de las gatas amamantan a sus crías hasta las 7 u 8 semanas después del parto. Sin embargo, en ese momento, la proporción en la inges-
Necesidades energéticas de los gatos jóvenes en crecimiento, en relación con la edad y el peso esperado
Edad (semanas)
8 10 12 14 16 18 20 24 28 32 36 40 44 48 52
Peso vivo esperado (kg)*
0.6-1.0 0.8-1.2 1.0-1.4 1.2-1.6 1.4-1.9 1.6-2.2 1.8-2.5 2.1-2.8 2.3-3.1 2.5-3.4 2.7-3.7 2.9-4.0 3.0-4.1 3.0-4.2 3.0-4.3
• Los pesos inferiores dos de las experiencias
Necesidades (kcal/kg/día)
260
200
150
100
80
corresponden a las hembras de alimentación realizadas
medias en energía
metabolizable (kcal/día)
160-225 175-280 222-275 235-300 246-325 274-355 280-375 269-363 288-395 301-403 313-426 316-436 300-401 257-364 240-344
y los superiores a los machos. Datos tomaen el Waltham Centre for Pet Nutrition.
tión total de nutrientes, p~edentes de los alimentos suplementarios, debería ser, como mínim.o;éÍ 80-90 OJo, pudiendo ser separados de la madre. A partir de ese momento, los gatitos se alimentan independientemente de la madre. Los gatitos destetados a las 8 semanas de edad, pueden pesar entre 600 g Y 1 kg. A esa edad, los machos son significativamente más pesados que las hembras (Loveridge, 1987). Los gatitos son muy activos y pasan la mayor parte del tiempo que están despiertos, jugando. Las necesidades energéticas de los gatos en crecimiento son variables, dependiendo del tamañ.l, actividad yentorno. Al destete, los gatitos necesitan, aproximadamente, 200 kcal de energía metabolizable por kg de peso vivo. Los gatitos crecen con mucha rapidez, si consumen a libre disposición, raciones apetecibles y equilibradas. Alcanzarán casi el peso adulto, de unos 2,4 kg para las hembras y 3,2 kg para los machos, hacia los 6 meses de edad. A esa edad, todavía siguen siendo muy activos y consumirán la cantidad de alimentos necesaria para obtener 150 kcallkg de peso y día. Hasta que no tienen casi un año no se estabilizan en la ingestión media de 70-90 kcallkg de peso vivo. La Tabla 9 puede servir de guía sobre las necesidades energéticas estimadas para los gatitos en crecimiento, de distintas edades y pesos. Los pesos correspondientes a cada grupo de edades son los normalmente encontrados para la población de gatos en cónjunto. Las estimaciones de las necesidades energéticas se basan en la
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de gestación
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de lactación
ingestión voluntaria de alimentos por los gatitos en crecimiento, al recibir distintas raciones (Loveridge, 1987, y datos del Waltham Centre for Pet Nutrition). En la práctica, durante elp-lriodo de crecimiento, los gatitos deben recibir todo el que deseen com~ que son capaces de regular perfectamente la ingestión de alimentos. No obstante, debe vigilarse atentamente el estado de carnes, para comprobar que tiene lugar de forma adecuada al crecimiento del esqueleto y la masa muscular, sin resultar obesos.
Mediante una encuesta, se ha llegado a la conclusión de que el peso de los gatos adultos del Reino Unido es de 4 kg. Aunque la mayoría de los gatos pesan entre 3 y 5 kg, no son raros los gatos de mayor o menor peso. Los machos pueden llegar a 6-8 kg sin estar obesos. Resulta relativamente fácil alimentar bien a los gatos a libre disposición (administrando la cantidad de alimentos que deseen consumir en cada comida), varias veces al día. Los gatos pueden ser muy especiales en relación con sus alimentos. Por consiguiente, es una buena idea presentar una serie de sabores o tipos de alimentos (enlatados, semihúmedos, secos o frescos) en su ración, durante la fase de crecimiento. De este modo, es muy probable que acepten los distintos alimentos al llegar a adultos. Si se emplean alimentos preparados para animales de compañía, deben elegirse únicamente los de buena calidad, de fabricantes de garantía. Posiblemente, la mayoría de los gatos que pueden salir a la calle, su-
plementan la ración con pequeños roedores y aves, y muchos reciben pequeñas cantidades de alimentos del hombre, como la leche y restos de carne y grasa. Estos «extras» pueden suponer entre 10-20 lJ70 de las necesidades diarias de los gatos. No existe problema por el hecho de que un gato prefiera una variedad o marca de alimento preparado, ya que los alimentos fabricados por las compañías de buena reputación se formulan para ser nutricionalmente completos. Si el gato consume únicamente un tipo de alimento fresco, debe prestarse atención a la adecuada suplementación con minerales y vitaminas para lograr una ración equilibrada. Si el gato está sano, no engorda y permanece en ese estado, la ración es adecuada.
ALIMENTACION
DE LAS GATAS DURANTE y LACTACION
LA GESTACION
Las mayores necesidades nutritivas de las gatas durante la gestación y lactación se han estudiado en el Capítulo 2. En la Figura 12, se muestra la evolución del peso de las gatas durante la gestación y lactación (Loveridge, 1986). El peso de la ~ata empieza a aumentar constantemente, a partir de la primera seman~aspués de la cubrición, hasta el parto. En la perra, la mayor parte del aum nto de peso tiene lugar durante el último tercio de la gestación, aspecto en el que se diferencian ambas especies. El peso de la gata aumenta hasta el 40 lJ7o, aproximadamente, a la novena semana de gestación. Al parto, sólo se pierde el 40 1J70 del peso ganado por la gata durante la gestación. Durante el período de lactación, la gata pierde peso gradualmente, de modo que al destete, a las 8 semanas después del parto, ha vuelto al peso que tenía a la cubrición. El número de gatitos gestados y criados durante la lactación, tiene un efecto importante sobre el peso ganado durante la gestación y el perdido durante la lactación (Loveridge, 1986). No suele ser necesario proporcionar alimentos especiales a las gatas gestantes, si se sigue el sistema de alimentación a discreción con alimentos variados. Las necesidades energéticas de la gata aumentan durante la gestación, a medida que aumenta la deposición de tejidos. Por consiguiente, debe ofrecerse mayor cantidad de alimentos para satisfacer el apetito de la gata. La necesidades nutrivas adicionales durante la gestación son pequeñas y se cubren adecuadamente al emplear raciones equilibradas, ya sea en forma de alimentos preparados o raciones mixtas. Después del nacimiento de los gatitos, las necesidades nutritivas de la gata aumentan rapidamente, ya que ha de proporcionar, mediante la leche, los nutrientes y la energía necesaria para el rápido crecimiento de las crías, hasta que empiezan a consumir alimentos suplementarios, aproximadamente, hacia las 4 semanas de edad.
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Semanas de laclación
Las necesidades energéticas de la gata en lact~ión dependen del número de gatitos de la camada y de la cantidad de leche roducida. La leche de gata tiene una concentración energética de 106 kcal/1O g, lo que es muy elevado en comparación con la leche de vaca, que tiene 65 cal/IOO g (Baines, 1981). Las necesidades energéticas de la gata durante la lactación, pueden llegar a ser tres o cuatro veces superiores a las necesidades de mantenimiento (Fig. 13). Por tanto, debe estimularse a la gata a aumentar la ingestión de nutrientes y energía, administrando comidas frecuentes y ofreciendo alimentos más concentrados. La mezcla de alimentos preparados y frescos, incluyendo leche, puede abrir el apetito de la gata y permitirla cubrir sus necesidades. También aumentan las necesidades de agua durante la lactación como consecuencia de la pérdida en la leche. Debe existir siempre agua fresca a disposición de todos los gatos, cualquiera que sea el tipo de alimento administrado.
ALIMENTACION DE LOS CACHORROS Y PERROS EN CRECIMIENTO
La alimentación de los cachorros comienza al destete y aunque puede iniciarse colocando pequeñas cantidades de alimentos en la boca de los animales, como hacen algunos criadores, antes de que sean capaces de mantenerse en pie y caminar, se trata de un proceso muy laborioso, por lo que las posibles ventajas prácticas son mínimas. El destete se inicia naturalmente cuando los cachorros cumplen las 3-4 semanas de edad y se dedican a explorar los
alrededores. En ese momento, consumen fácilmente los alimentos húmedos y blandos y a pesar de que muchas personas consideran que la leche y los alimentos lácteos deben formar parte importante de la ración en la época del destete, no son productos esenciales. Existen numerosas alternativas igualmente adecuadas. Al igual que los gatitos, los cachorros comen trocitos de alimentos húmedos. La camada debe comer al mismo tiempo, durante uno o dos días, dependiendo de la magnitud de la camada, para estimular la competición entre los cachorros. Los alimentos más adecuados para e\ destete son los de alta concentración en energía y nutrientes y muy apetecibles. Existen algunos alimentos preparados, formulados especialmente para cachorros. Los alimentos enlatados son muy aceptables para los cachorros jóvenes durante el destete, en tanto que los alimentos secos deben humedecerse con leche o agua durante las primeras fases, y suelen ser menos apetecibles. En las priméras fases del destete (3-4 semanas) la leche de la madre sigue siendo la fuente más importante de nutrientes, al tiempo que el aparato digestivo y los sistemas inmunitarios de los cachorros se enfrentan con nuevas fuentes de nutrientes. Más tarde, aumenta rápidamente la ingestión de otros alimentos, de manera que la mayoría de las camadas puede~stetarse completamente hacia las 6 semanas de edad, administrando una r ción variada o un único alimento completo. Una vez destetados, los cachorros crecen a ritmo rápido y precisan ingerir grandes cantidades de energía y nutrientes en relación con su tamaño, y al igual que los gatitos, probablemente precisen dos o tres veces la cantidad necesaria para el mantenimiento de los adultos del mismo peso. Por consiguiente, es necesario emplear alimentos más concentrados. A las 4 semanas de edad, se administrarán cuatro comidas al día, que pueden reducirse a una o dos comidas al día a medida que los animales se acercan al peso adulto. Teniendo en cuenta el amplio intervalo de pesos y edades a que consiguen el peso adulto final, (Fig. 14), el momento de los cambios en la frecuencia de la alimentación, así como las cantidades de alimentos, dependerán de la raza del perro. Las razas pequeñas alcanzan el peso adulto a los 6-9 meses de edad, en tanto que las razas gigantes no lo alcanzan hasta los 18-24 meses de edad. No es posible hacer recomendaciones sobre las c'antidades exactas de alimentos y, por tanto, de energía, que deben administrarse en cada caso, a cada perro en particular. Además de las diferencias de raza y de fases de la vida, existen diferencias en la actividad y temperatura ambiente. Lamentablemente, no se han establecido las cifras estándar de peso y tamaño para el crecimiento de los perros de muchas razas. Lo ideal sería que, además, estuvieran divididas de acuerdo con el sexo. Los cachorros no deben crecer y aumentar de peso a ritmos demasiado rápidos o lentos. El peso, tamaño y estado de nutrición, deben compararse con camadas de otros de perros de la misma edad y raza.
Madurez __ Newfoundland - -Labrador Retriever --Cocker Spaniel -West Highland White Terrier ......... Yorkshire Terrier
Ha existido cierta controversia sobre la conveniencia de alimentar a los cachorros para lograr el máximo ritmo de aumento de peso posible. De acuerdo con las pruebas disponibles hasta la fecha, parece que los perros de óptimas cualidades de conformación suelen criarse a ritmos de crecimiento moderados, de modo que el desarrollo hasta el tamaño adulto y la conformación normal, tiene lugar durante un período ligeramente mayor. La administración controlada de raciones equilibradas permite lograr las óptimas características del esqueleto, mejor que el máximo ritmo de crecimiento. Los cachorros de las razas de pequeño tamaño, crecen satisfactoriamente y se desarrollan perfectamente hasta el tamaño adulto normal, si reciben aproximadamente 260 kcal/kg de peso metabólico (kgO.75) al día, desde el destete hasta que llegan a la mitad del desarrollo. A partir de ese momento, puede rebajarse el aporte de energía hasta unas 200 kcal/kg de peso metabólico, al día, reduciéndose gradualmente hasta llegar a las necesidades de los animales adultos de 100 kcal/kgo.88. Los cachorros de las razas de tamaño medio y grande precisan, aproximadamente, 335 kcal/kgo.75 desde el destete hasta mediado el desarrollo, que se reducen a 250 kcal/kgo.75 desde ese momento hasta el estado adulto. Se ha observado que las razas gigantes como el Gran Danés y Newfoundland precisan mucha más energía durante los primeros 8 meses de vida para lograr el crecimiento adecuado (370 kcal/kgo.75), que pueden rebajarse a 300 kgO.88 hasta los 15 meses de edad y, posteriormente, se reducen gradualmente hasta llegar a las necesidades de los adultos. En la Tabla 10 se indican las pautas referentes a las necesidades energéticas medias diarias, de las distintas clases de perros desde el destete hasta el estado adulto. Un aspecto importante de la alimentación de los perros en crecimiento, que afecta a casi todos los propietarios de cachorros, y que no recibe mucha
TABLA 10 Necesidades energélicas de los perros, en kca/lperro/dia
Edad en meses
Muy pequeños p. e. Yorkshir~ Terrier
2-4 220-310 4-6 310-465 Alimentos 6-9 para adultos 9-12 12-18 18-21 21 en adelante
Pequeños p. e. West Highland Whitc Tcrri~r 310-685 465-685 465-685 Alimentos para adultos
Medianos p. e. Cocker Spaniel
Grandes p. e. Boxer, Labrador
Gigantes p. e. Gran Danés
685-925 925-1390 1390-1850 925-1390 Alimentos para adultos
925-1850 1850-2775 1850-2775 1390-2315 1390-1850 Alimentos para adultos
1850-2775 3700-4625 3700-4625 3240-4165 2775-3700 2775-3700 Alimentos para adultos
atención en la bibliografía, se refiere a los efectos de la ración sobre la cantidad y consistencia de las heces, y la frecuencia de defecación. Se trata de un asunto que es difícil tratar con objetividad. Las heces se componen, no sólo de los residuos de los alimentos, sino que contienen bacterias, mucina, células muertas de la mucosa intestinal y sustancias excretada~ activamente a la luz del intestino grueso. El volumen de las heces depende de diversos factores, incluyendo la cantidad de material indigestible en los alimentos, así como el equilibrio de líquidos en el tracto digestivo. Normalmente, los propietarios se ven obligados a recoger y eliminar las heces de los perros, tarea que se realiza con más facilidad si las heces están bien formadas y son consistentes y no excesivamente líquidas; es decir cuando parecen chorizos y no huevos escalfados. El tipo de alimento es sólo uno de los factores que afectan al volumen y consistencia de las heces. En general, los alimentos de alta digestibilidad dan lugar a heces en menor cantidad y mejor formadas, aunque no siempre ocurre así. Uno de los factores que afectan a la fluidez de las heces es el ritmo de paso de la digesta por el tracto digestivo. La ingestión de cantidades muy grandes de alimentos puede acelerar el ritmo de paso por el intestino y no dar tiempo suficiente para la reabsorción del agua en el intestino grueso. Asimismo, la fermentación bacteriana de algunos residuos de alimentos puede producir gases y sustancias que irriten el intestino y determinen un descenso en el ritmo de paso. Cualquier cosa que modifique el equilibrio acuoso en el intestino puede dar lugar a heces muy acuosas y sueltas. No se han identificado los factores dietéticos que regulan la consistencia final de las heces, por lo que no resultaría prudente sugerir la inclusión u omisión de ciertos ingredientes para lograr heces de consistencia adecuada. La experiencia sugiere que los cachorros producen heces de menor consistencia que los animales adultos, y que este hecho se relaciona con la gran cantidad de alimen-
tos consumidos en relación con su tamaño. Suele producir buenos resultados administrar varias comidas de menor cantidad de alimentos más digestibles. Algunos cachorros tardan cierto tiempo hasta amoldarse a los cam bias en la ración, de modo que las raciones ricas en grasa, que hacen más lento el tránsito y son altamente digestibles pueden determinar, al principio, la eliminación de heces grasientas, si se incluyen bruscamente en la ración, a pesar de que resultan muy adecuadas una vez que los cachorros se han adaptado a ellas. La observación durante los días que siguen a los cambios en la ración y la alimentación, suelen ser la mejor manera de llegar a la combinación más adecuada de alimentos y alimentación para cada cachorro en particular. El racionamiento es, por lo menos, igual de importante que la composición del propio alimento.
La crianza de los cachorros huérfanos es una tarea muy exigente. Se requiere mucha dedicación para lograr resultados satisfactorios. No obstante la cría con éxito de los cachorros huérfanos es muy gratificante y engendra un fuerte sentido de orgullo. No es preciso que la madre muera para privar a las crías de su vital aporte nutritivo. Este aporte puede fallar por la falta de leche o por la simple repulsa de la madre a uno o varios cachorros. En cualquiera de estos casos, es preciso investigar la causa por la que la perra no produce leche, o si existe alguna anomalía en algún cachorro que determine la repulsa. Si existe alguna deformidad apreciable, sería prudente no intentar criar esos animales. La mejor alternativa para una perra que críe sus cachorros, consiste en encontrar otra perra que lo haga, es decir, conseguir otra perra que actúe como madre adoptiva. Aunque esta solución es mucho más satisfactoria que intentar criar artificialmente a los cachorros, la posibilidad de encontrar una perra en el momento adecuado de la lactación, que sea capaz de criar una camada ajena, además de la propia, en el momento oportuno, es realmente baja. No obstante, puede lograrse, y el estar en contacto con criadores aficionados, mejora la posibilidad de encontrar una madre adoptiva. Los cachorros sin madre tienen necesidades vitales de dos tipos: nutrición y ambiente adecuado. Hay que tener en cuenta dos aspectos muy importantes, que son literalmente vitales para la crianza. Están en relación con la temperatura ambiente alrededor de los cachorros y con proporcionar el estímulo necesario que provoca la defecación y la eliminación de la orina por cada cachorro. Los cachorros recién nacidos no pueden controlar eficazmente su temperatura corporal. En condiciones ideales, el medio ambiente deberia estar controlado por medio de una incubadora. Si no es posible, una manta eléctrica con adecuado aislamiento de la criadora, es una buena solución. Los cacho-
rros recién nacidos pasan el tiempo comiendo o durmiendo. Una vez que los cachorros han comido, un aspecto vital de las atenciones debidas a los animales sin madre, es simular la acción de la lengua de la madre sobre la zona anogenital, lo que provoca el reflejo para la defecación y la eliminación de la orina. Este estímulo debe realizario la persona encargada de atender a los cachorros. El resultado buscado puede conseguirse frotando suavemente una torunda de algodón húmedo por la zona anogenital. En ocasiones puede conseguirse el mismo resultado pasando un dedo humedecido a lo largo de la pared abdominal. Este estímulo debe convertirse en una rutina realizada después de cada comida. A continuación, cada cachorro debe limpiarse cuidadosamente. Aproximadamente a la edad de 3 semanas, los cachorros son capaces de eliminar las deyecciones sin el estímulo de la madre o su equivalente. Comienzan a alejarse de su cama para la eliminación de las deyecciones, pero no lo hacen en lugares fijos hasta que son destetados totalmente, a la edad de 7-8 semanas. A medida que los cachorros se desarrollan, los períodos de actividad se hacen más palpables entre el sueño y las comidas. Aproximadamente a las 2,5-3 semanas, los cachorros comienzan a explorar los alrededores, lo que obliga a ampliar la zona a ellos destinada por su mayor actividad. Debe seguir prestándose gran cuidado para evitar el enfriamiento, las molestias excesivas o la exposición a los peligros externos. Los cachorros crecen con mucha rapidez. Pueden doblar el peso en pocos días. Por consiguiente, los cachorros precisan cantidades abundantes de leche de su madre, o de un alimento comparable. Un alimento análogo debe ser una fuente concentrada de nutrientes, basado en la .composición de la leche de perra. En la Thbla 11 se expone la composición media de la leche de perra, vaca, cabra y gata. Es evidente que la leche de vaca es muy inadecuada como sustitutivo para la crianza de los cachorros. Los niveles de proteína, grasa y cal~io son mucho
TABLA 11 Composición de la leche de varias especies % (Baines, 1981)
Agua Materia ~"ca Proteína Grasa Cenizas Lactosa Calcio Fósforo 'Energia (kcal/IOO g)
77.2 22.8
87.6 12.4
8.1
3.3 3.8 5.3
9.8 4.9
3.5 0.28 0.22 135
4.7 0.12 0.10
66
87.0 13.0 3.3
4.5 6.2 4.0 0.13 0.11 70
81.5 18.5 8.1 5.1 3.5 6.9 0.04 0.07 106
más bajos y el contenido energético es sólo la mitad del necesario. Probablemente, el nivel de lactosa es superior al que los cachorros pueden tolerar durante cierto tiempo. En la actualidad pueden adquirirse numerosos sustitutivos de la leche de perra. Generalmente se componen de leche de vaca modificada para asemejarse lo más posible a la leche de perra. Cualquiera que sea el producto empleado, la alimentación a mano es un procedimiento que requiere mucho tiempo. Los alimentos pueden administrarse mediante una pequeña jeringa, botellas especiales para alimentar a los cachorros o sonda intragástrica. Los productos lácteos en polvo se reconstituyen diariamente y se administran en caliente (38°C). Los alimentos deben administrarse lentamente sin forzar la deglución por los cachorros. Si se administran mediante botellas miniatura, el agujero de la tetina debe ser lo suficientemente grande como para facilitar la salida de la leche y que el cachorro no trague aire. Una vez que los cachorros comienzan a explorar los alrededores, el sustitutivo lácteo puede colocarse en platos adecuados. A partir de las tres semanas, puede comenzar la administración de alimentos de buena cali ad, del mismo modo que se indicó anteriormente. Pueden mezclarse con el sus' utiva lácteo al principio, y después administrarlos de forma independiente.
Los perros adultos sanos pueden mantenerse con un solo alimento o con distintos alimentos proporcionados en diferentes cantidades. No es posible considerar más que algunas combinaciones de alimentos yen las Tablas 12 y 13 se presenta un resumen de las necesidades energéticas medias de los perros adultos y las cantidades de alimentos necesarias para cubrir esas necesidades con raciones mixtas. Los datos de la tabla sólo pueden servir como punto de partida para establecer un régimen alimenticio. Las cantidades necesarias para el mantenimiento de cada perro en particular, han de obtenerse por el sistema de prueba y error, con una observación cuidadosa sobre la salud del perro al variar las cantidades administrativas. Las proporciones que se sugieren para los alimentos enlatados y los bizcochos corresponden a volúmenes y pesos. La relación 3:1 aporta suficientes cantidades de todos los nutrientes, habiéndose elegido para que incluya el beneficio de la apetecibilidad de los alimentos enlatados y la economía de los bizcochos.
Al preparar un programa de alimentación para las perras durante el período de reproducción, es necesario conocer las necesidades nutritivas adi-
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