Nunca Discutas Con Un Tonto

April 4, 2018 | Author: Marcela Huertas Rosero | Category: Psychological Concepts, Psychology & Cognitive Science, Cognitive Science, Philosophical Science, Science
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Descripción: Libro de autoayuda...

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Nunca Discutas Con un Tonto

Quien presencie la discusión podría confundirte con él

Leonardo Ferrari

Nunca discutas con un tonto

NUNCA DISCUTAS CON UN TONTO Quien presencie la discusión podría confundirte con él

Leonardo Ferrari -1-

Nunca discutas con un tonto

Índice

Prólogo.................................................................................. 4 El Principio de Peter............................................................ 7 El Principio de Dilbert ...................................................... 15 El Efecto Dunning-Kruger. La ignorancia orgullosa .... 21 La estupidez según Carlo Cipolla ................................... 36 El poder de la estupidez. Corolario a Carlo Cipolla ..... 47 Pino Aprile o porqué la humanidad tiende a la imbecilidad ......................................................................... 57 ¿Ostra o Humano?............................................................. 71 Sobre los necios en el “Manual de Cortesanos” ............ 74 Las leyes de Parkinson...................................................... 81 Murphy y sus malditas leyes ........................................... 85 Paul Tabori y su certera visión de la Historia................ 91 Análisis de la estulticia por Santo Tomás de Aquino ... 98 Elogio de la estulticia según Erasmo de Rotterdam ... 107 La navaja de Hanlon y otras leyes................................. 112 Muchos, muchísimos tipos de tontos ........................... 114 -2-

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Tan listo como para hacerse el tonto............................. 123 La estupidez en acción.................................................... 131 Conclusiones .................................................................... 153

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Prólogo Infinito es el número de los tontos. Eclesiastés. Este libro trata sobre la estupidez y los estúpidos. Todos somos estúpidos de vez en cuando (generalmente más veces de las que creemos) y además tratamos con gente que hace estupideces. Además, es justo reconocer que personas que parecían tontas en realidad nos hicieron quedar a nosotros como tales. Por este motivo he escrito este libro, para intentar detectar la tontuna propia y la ajena, evitando disgustos y aprovechando las ocasiones que nos brinda la sociedad que nos regala el estar rodeados de necios. El mismísimo Albert Einstein también creía en el poder de la estupidez. Suya es la cita de que "sólo hay dos cosas infinitas; la estupidez humana y el universo. Y no estoy muy seguro acerca de lo último." También Schiller dijo: "Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano." Y ya desesperaba el emperador romano Marco Aurelio cuando se lamentaba que “perseguir lo imposible es propio de locos; pero es imposible que los necios dejen de hacer algunas necedades.”

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Aunque la mejor definición la da Baltasar Gracián cuando dice que “son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen”. Un poco pesimista, pero cierta y avalada por la experiencia. No conozco ninguna especie animal que podamos definir como estúpida. Es más, en ningún momento realizan ningún comportamiento que podríamos calificar de estupidez, y aunque a un observador poco experimentado se lo pudiera parecer, al final, esa conducta siempre es con el fin de la supervivencia de la especie. Conviene recordar que la nuestra es la especie más moderna sobre el planeta, las otras no serán tan tontas. Sin embargo, el ser humano, ya sea de forma individual o colectiva ha dado infinitas pruebas de estupidez. Tal vez sea por aquello de que somos una especie inteligente y con libre albedrío. Por eso somos libres de equivocarnos y caer en la tontuna, al contrario de otras especies sin estos atributos. Asusta pensar cómo sería una especie alienígena con miles de años de ventaja en las mismas cualidades de los humanos. Sus estupideces deberán ser astronómicas. Quizás por eso no hemos contactado aún. Dejo esta idea para pensadores y filósofos, pues por más que he investigado, no he visto abierta esa -5-

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línea de pensamiento. Marco Aurelio y Baltasar Gracián mencionan de pasada la estupidez humana, Erasmo de Rotterdam escribe todo un libro sobre el tema y Santo Tomas de Aquino redactó un tratado sobre la estulticia. Sólo he encontrado a un autor, Pino Aprile, que aunque no indica por qué existe la estupidez, por lo menos nos sugiere para qué pudiera existir. Hay en este libro que ahora lee todo un capítulo dedicado a él. Pese a que muchos autores como Peter o Dilbert han abordado esta cuestión en tono humorístico, el tema no deja de ser tragicómico, pues la estupidez en acción genera más catástrofes que cualquier otra cosa en el mundo. Aun así, tengo fe en nuestra especie, pues pese a todo este lastre de la estupidez, seguimos vivos. Y hasta se podría decir que avanzamos, aunque a veces no queda uno muy convencido.

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El Principio de Peter Consideremos el caso del famoso y recientemente fallecido general A. Buenaguerra. Sus modales cordiales y sencillos, su desdén hacia las pejigueras de los reglamentos y su indudable valor personal le convirtieron en el ídolo de sus hombres. Él les condujo a muchas y merecidas victorias. Cuando Buenaguerra fue ascendido a mariscal de campo tuvo que tratar, no con soldados corrientes, sino con políticos y generalísimo aliados. Le era imposible ajustarse al protocolo necesario. No podía pronunciar las cortesías adulaciones convencionales. Discutía agriamente con todos los signatarios y dio en pasarse días enteros tendido en su remolque, embriagado y sombrío. La dirección de la guerra pasó de sus manos a las de sus subordinados. Había sido ascendido a un puesto para cuyo desempeño era incompetente. En la década de los años 60 Lawrence J. Peter comenzó a presentar los casos que estudiaba acerca de la incompetencia del ser humano. Gracias a las sugerencias, el apoyo y la colaboración del escritor canadiense Raymond Hull, en 1969 publicaron conjuntamente el principio de Peter, uno de los descubrimientos más relevantes y extendidos de la historia, fuente de explicación y debate de numerosos comportamientos sociales y psicológicos del ser humano. -7-

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Tal principio está relacionado especialmente con la incompetencia ocupacional, dando a entender que “en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. De esta manera los ascensos se producen de un nivel de competencia a un nivel de incompetencia. Esto no quiere decir que todos seamos unos incompetentes en potencia, ya que, los argumentos y las posible soluciones expuestas por los autores son más amplias, y han permitido predecir, explicar y solventar numerosas situaciones en oficios y profesiones muy variadas. El principio es, como señalan, inmutable y universal en la medida que se cumplan las condiciones preestablecidas. Pero lo más curioso del caso es que al leer cualquiera de sus páginas puedes darte cuenta de errores propios, experiencias personales y profesionales o aspectos más generales de nuestro entorno, que no hacen más que confirmar los postulados de este principio. La sociedad está organizada para optimizar la tendencia humana a trepar. La gente se afana por alcanzar una mejor posición. Al observar Peter que la incompetencia se daba en todos los niveles de todas las jerarquías (políticas, legales, educacionales, industriales, de funcionarios, etc.) formuló la hipótesis de que la causa radicaba en alguna característica intrínseca de las reglas de juego para promocionar a la gente. De manera que -8-

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formuló el principio que lleva su nombre, EL PRINCIPIO DE PETER:

En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender a su nivel de incompetencia ¿Cómo se va articulando el proceso? Pues de la siguiente forma, los individuos, ascienden desde un nivel de competencia a otro de incompetencia; es decir que al final los puestos en las organizaciones tienden a ser ocupados por gente que es incompetente para desempeñar sus funciones. Y Usted se preguntará, ¿entonces, porque aun funcionan las jerarquías? Peter explica que el trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia. Ya en el año 1910, José Ortega y Gasset dijo que “todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes” El hecho es que se suele promocionar, bien a gente con padrino o bien a gente que realiza con competencia su trabajo en responsabilidades inferiores. En cualquier caso, el puesto nuevo a desempeñar tiene tareas y responsabilidades diferentes y al final ocurre lo que a la nata, que sube hasta que se corta. -9-

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La competencia de un empleado es determinada no por personas de fuera de la organización sino por el superior en la jerarquía. Pueden ocurrir dos cosas: 1. Que el superior se encuentre aún en el nivel de competencia, entonces valora a sus subordinados en atención al trabajo útil que realiza y su grado de eficiencia. 2. Que el superior haya alcanzado su nivel de incompetencia, entonces valora al empleado con criterios institucionales, es decir como el comportamiento que secunda las reglas, rituales y formas de “statu quo”. Lo normal es que la evaluación la realice el “adaptado”, y por ello prevalece la consistencia interna, las reglas de juego establecidas. La jerarquía debe ser preservada. De esta forma, la gente termina por hacerse gris en sus vidas: se convierten en autómatas, siempre obedecen, nunca deciden (para eso cobran los jefes), porque la “supercompetencia” es más peligrosa y recusable que la incompetencia y la jerarquía debe ser preservada. Un caso especialmente significativo de incompetencia, son las subvenciones a veces a financiación total (cuando el coste es cero, la demanda es infinita), se destina dinero (público por supuesto) para luchar contra la contaminación - 10 -

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del aire, del analfabetismo, la pobreza, la marginación social, la soledad de los individuos... Tan pronto como es ofrecido el dinero, debe encontrarse una forma de gastarlo. El responsable puede que resuelva o no problemas, lo importante es que pueda y quiera gastar el dinero. También hay que estudiar el tema del “impulso” o el enchufe, es decir, la relación de un empleado por sangre, amistad, matrimonio… con una persona situada por encima de él en la jerarquía. Ese tipo de empujoncitos, se detestan, lo normal es que produzca aversión entre los compañeros, y que le corten trajes. Pero, la envidia desconoce la lógica, es decir, que los empleados no se oponen realmente a la incompetencia, simplemente murmuran sobre la incompetencia para enmascarar los sentimientos hacia los empleados que reciben el impulso y el enchufe. Las normas básicas para buscarse un padrino son: 1. Encontrar al padrino, es decir, elegir a quien puede servir a tus intereses. 2. Motivar al padrino, es decir, el padrino tiene que sacar algo a cambio, información, adulación, ascenso gracias al apoyo de los subordinados... Ningún tonto se recupera de un éxito, y nada entraña tanto fracaso personal como el éxito cuando has sido elevado en tu puesto de trabajo hasta alcanzar tu nivel de incompetencia. - 11 -

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Y así comienza la insatisfacción en el mundo laboral con repercusión en la vida personal. Un empleado difícilmente se muestra contento al permanecer en su nivel de competencia: insiste en elevarse a un nivel que está más allá de sus facultades. Marx soñaba con una sociedad no jerárquica “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”. Pero ahí está el error, para conseguir eso habría que mantener a cada uno en su nivel de competencia, pero como la tendencia es a escalar, todo queda en un sueño, y al final promociona la gente, se convierte en incompetente y en la mayoría de los casos, acaba irritado y estresado, pero no puede dar marcha atrás. Hitler, consumado político, se convirtió en un pésimo estratega militar; Sócrates, filósofo por antonomasia, se convirtió en un abogado incompetente, cuando perdió su juicio y fue condenado a muerte; Marco Aurelio, gran filósofo y pésimo emperador; Platón fue convertido en esclavo por querer meterse a gobernante... La insatisfacción y la infelicidad de las organizaciones se da entre los trabajadores por planificar su vida de cara a la escala en la jerarquía. Cuando escalas, te das cuenta que eso no es para ti, y te amargas... pierdes amistades entre los compañeros, que te ven con recelo, y como consecuencia te obligas a seguir escalando, es decir a ser más incompetente, y para ello utilizas la - 12 -

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técnica del necio, adaptarse a la necedad, a los rituales, a las formas de la organización. La necedad triunfa. Esto demuestra la claridad de las ideas de Peter al explicar sus observaciones así como la validez de muchas de ellas. Así por ejemplo, al referirse a una crisis política o económica, el principio de Peter dice: 1) Muchos de los expertos han alcanzado en la actualidad su nivel de incompetencia: su consejo es desatinado o irrelevante. 2) Algunos de ellos tienen teorías válidas, pero son incapaces de llevarlas a la práctica. 3) En cualquier caso, ni las propuestas sensatas ni las insensatas pueden ser puestas eficientemente en práctica, debido a que la maquinaria de gobierno es una vasta serie de entrecruzadas jerarquías, surcadas de incompetencia en todas direcciones. Pero no solo podemos extraer explicaciones tan amplias como esta que, quizás, podamos pensar que simplifican en exceso una realidad actual. El escrito de Peter y Hull aterriza también en aspectos más específicos, que se acercan a nuestra experiencia digital:

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La codigofilia inicial y digital consiste en una obsesión por hablar con letras y números en vez de hacerlo con palabras. Este hábito está muy extendido y, aunque no siempre se puede relacionar con la causa que se describe (que lo trivial parezca importante), no deja de ser una barrera para comunicar adecuadamente. A veces no nos damos cuenta que nuestros lectores, oyentes y clientes puede que no estén familiarizados con ciertos acrónimos, siglas o abreviaciones. Ahora bien, esto no quita que en otros casos nos encontremos con discursos que lo único que hacen es despistar o desorientar a propósito para ocultar la simplicidad de ciertas ideas o acciones. Fonofilia, papirofobia, archivofilia, estructurofilia, incompetencia computadorizada… son algunos otros conceptos descritos en el Principio de Peter que, lejos de convertirse en términos sin sentido, a veces esconden nuestros comportamientos más evidentes y notorios. De todos ellos podemos aprender mucho y deducir aplicaciones prácticas en nuestra vida personal o profesional que nos ayuden a alcanzar la competencia.

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El Principio de Dilbert La estupidez es por cierto, un producto de la voluntad. Aldous Huxley Una perversión del Principio de Peter es el Principio de Dilbert. En tono de humor, este principio alude a una observación satírica de los años 1990 que afirma que las compañías tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la apreciación del daño que son capaces de provocar. De esta manera, alguien que sistemáticamente hace un daño serio en una organización en el nivel en el que se encuentra, en lugar de ser reconducido, obtiene la recompensa de "ascender" en el escalafón. Así se evita el daño que hace en su nivel, y se le pasa a un sitio donde, teóricamente, es menos "dañino". A veces, lamentablemente, lo es más... Teorema del salario de Dilbert El Teorema del Salario de Dilbert establece lo siguiente: Los ingenieros y los científicos nunca pueden ganar tanto como los ejecutivos o los comerciales

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La demostración matemática postulados de dominio popular:

parte

de

dos

Postulado número 1: El Conocimiento es Poder Postulado número 2: El Tiempo es Dinero Todos conocemos el siguiente principio de la física: Potencia = Trabajo / Tiempo Pero considerando que Conocimiento = Poder según el Postulado 1, tenemos que: Conocimiento = Trabajo / Tiempo Y como por el Postulado 2 resulta que Tiempo = Dinero llegamos a: Conocimiento = Trabajo / Dinero Ahora, si en esta ecuación despejamos la variable «Dinero», obtenemos que: Dinero = Trabajo / Conocimiento Así que cuando Conocimiento se aproxima a cero, el dinero tiende a infinito, independientemente de la cantidad de Trabajo realizado. - 16 -

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Con lo que queda demostrado lo siguiente: Cuanto menos sepas, más ganarás Nota: Si no has entendido la demostración de este teorema, no te preocupes: seguramente estarás gozando de un jugoso sueldo. Teoría de la evolución (síntesis) Primero hubo unas cuantas amebas. Las amebas degeneradas se adaptaron mejor al entorno y acabaron por convertirse en monos. Luego llegó la Gestión de Calidad Total. Cuando me sumé a la población activa en 1979, el principio de Peter (“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia“) describía bastante bien lo que era la dirección empresarial. Ahora creo que a todos nos gustaría volver a los «años dorados» cuando al menos uno tenía un jefe que alguna vez supo hacer algo bien. Últimamente el principio de Peter ha dado paso al «principio de Dilbert». La premisa básica del principio de Dilbert es que los trabajadores más ineptos pasan sistemáticamente a ocupar cargos donde pueden causar el menor daño: la dirección de la empresa. Esta estrategia no ha resultado ser tan exitosa como cabría esperar. - 17 -

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Uno de los mayores retos para la comunicación empresarial es el de desarrollar un nombre para el departamento que le haga parecer de vital importancia para el resto de la empresa, sin atraer por ello demasiado trabajo. Puede hacerlo utilizando palabras vacías pero altisonantes como «excelencia», «tecnología» y «distrito» como parte del nombre. Las grandes mentiras de la dirección: 1. “Los empleados son nuestro bien más valioso”. 2. “Yo sigo una política de puertas abiertas.” 3. “Bajo el nuevo plan podrá ganar más dinero”. 4. “El futuro es brillante”. 5. “Recompensamos riesgos”.

a

quienes

asumen

6. “El rendimiento será recompensado”. 7. “No matamos al mensajero”. 8. “La formación es una principales prioridades”.

de

nuestras

9. “No he oído comentar ningún rumor”. - 18 -

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10. “Revisaremos su rendimiento dentro de seis meses”. 11. “Nuestra gente es la mejor”. 12. “Su opinión es muy importante para nosotros”. Si un documento tiene más de dos páginas, pocas personas lo leerán. Y quienes lo lean no lo recordarán al cabo de veinticuatro horas. Por eso, todos los documentos deberían tener más de dos páginas. No querrá que sus lectores se vean influidos por un puñado de datos. Lo que quiere es que observen el uso creativo que hace de los tipos de letra, su brillante empleo del espacio en blanco y su inspirada grafía. Puede usted cortocircuitar las dos o tres neuronas que usa la gente a modo de sentido común, apelando a su avaricia. Nada define mejor al ser humano que su voluntad para hacer cosas irracionales en la persecución de recompensas fenomenalmente improbables. Es el principio en el que se basan las loterías, las citas a ciegas y la religión. Todo el mundo exagera sus talentos. No hay ningún truco en eso. Sólo hay que llevarlo hasta el siguiente nivel: la más completa fantasía. - 19 -

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El material de oficina constituye una parte importante de su paquete total de compensaciones. Si Dios no quisiera que la gente robara material de oficina, no nos habría proporcionado maletines, carteras y bolsillos. De hecho, no existe ninguna gran religión que prohíba específicamente el saqueo del material de oficina. Si no puede ser rico, lo siguiente que más se le parece es ser presuntuoso y cínico. Si los que alcanzan el éxito se marchan, ¿ganarán más o menos dinero en otra empresa? Nunca es buena idea dejarse limitar por la realidad cuando prepare sus previsiones para el negocio. La realidad es muy impopular y nada divertida de leer. La dirección ejecutiva suele verse obligada a nombrar por decreto a un líder del equipo, basándose para ello en las calificaciones siguientes: •

El candidato debe saber preparar gráficos.



El candidato debe ser una forma vital basada en el carbón.

Ecuación cerebral del jefe: Opinión del empleado = Más trabajo = Malo

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El Efecto Dunning-Kruger. La ignorancia orgullosa “La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento, son aquellos que saben poco, y no esos que saben más, quienes tan positivamente afirman que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia” Charles Darwin Cuando los hombres se muestran más seguros y arrogantes, lo habitual es que estén más equivocados que nunca. David Hume Los autores Justin Kruger y David Dunning son los creadores de una hipótesis que es una habilidad típica de los humanos, ya que la poseen en mayor o menor grado, refiriéndose a éstos como individuos incompetentes que tienden a sobreestimar su propia habilidad o simplemente seres incompetentes que son incapaces de reconocer la habilidad de otros. No es menos grave que trabajadores incompetentes, compañeros de clase que son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia y no reconociendo las habilidades que tienen sus compañeros ninguneándolas. En 1999 Justin Kruger y David Dunning investigaron y llegaron a la conclusión que se trataba de un verdadero fenómeno psicológico. - 21 -

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Experimentaron haciendo pruebas de habilidades a un grupo de personas con diferentes grados de capacidad. Les preguntaron también cómo valoraban sus propias capacidades. El resultado fue que aquellos que peor lo hicieron, pensaban que les iría mejor, mucho mejor de lo que les acabo resultando el examen. Las personas con conocimiento real de sus capacidades tienden a ser muy conservadoras en sus estimaciones. A esto le llamaron finalmente el Efecto DunningKruger y le definieron así:

La gente llega a conclusiones erróneas y hace elecciones desafortunadas pero su incompetencia les priva de la capacidad metacognitiva de darse cuenta de ello

Llegan a sentir orgullo de sus errores de los que difícilmente se les puede llegar a convencer, y dado que son personas de poca educación, pueden llegar a ser agresivas. El efecto Dunning-Kruger es un fenómeno psicológico descrito por científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU) - 22 -

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según el cual las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas. El fenómeno, rigurosamente demostrado en una serie de experimentos desarrollados por los psicólogos Justin Kruger y David Dunning publicados en The Journal of Personality and Social Psychology en diciembre de 1999, se basa en los siguientes principios: 1.

Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades

2.

Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.

Tanto Kruger como Dunning habían investigado anteriormente sobre el fenómeno conocido por los psicólogos según el cual la mayoría de la gente tiende a valorarse a sí misma muy por encima de la media, cuando es estadísticamente imposible: así, es difícilmente comprensible que el 98% de los catedráticos de Universidad, según un estudio, esté convencido de que trabaja mejor que los demás. Siguiendo estos indicios, los profesores Kruger y Dunning diseñaron un experimento consistente en - 23 -

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medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de individuos y pedirles una posterior evaluación. Una vez finalizados los test, los resultados fueron realmente reveladores: -

Los estudiantes más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo.

-

Los estudiantes mediocres se consideraron por encima de la media

-

Los estudiantes rematadamente malos se mostraron convencidos de estar entre los mejores: de hecho, cuanto más inútil era el individuo, más seguro estaba de que hacía las cosas bien.

Así pues, los más incompetentes, según la doctora Kruger, sufrían un doble agravio: “no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello”. Es éste el motor de la religión, el chovinismo y otras cuestiones. ¿Por qué? Tal vez porque se puede defender una postura sin argumentos y estar orgulloso de ello. Se desconoce por qué la psique humana permite esta conducta, tal vez sea

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una especie de instinto supervivencia de la especie.

necesario

para

la

Un trabajo incómodo de difundir En un principio, estos doctores sintieron cierto miedo de sacar el estudio a la luz. No es fácil decirle a la gente que no es tan buena como cree. “La cultura ha negado la habilidad de tener feed-back con los demás, especialmente con los menos capaces”, dice el doctor David Dunning, catedrático de Psicología de la Universidad de Cornell, en Nueva York, y director del estudio. “Si nos sintiésemos más cómodos dando ese tipo de información y también recibiéndola, una parte de los problemas de incompetencia desaparecería”. Además, tenían otro motivo para estar recelosos de publicar el trabajo. “Las conclusiones del estudio sugerían que si habíamos hecho algo mal, no nos habríamos dado cuenta”, dice Dunning. Este especialista lleva una década investigando por qué mucha gente tiende a valorarse a sí misma muy por encima de la media, y mantiene una imagen de sus propias habilidades, talento y moral que no pueden defenderse de ninguna forma. En una de sus investigaciones, por ejemplo, desveló que el 98% de los catedráticos de Universidad está convencido de que trabaja mejor que la media, - 25 -

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“aunque es estadísticamente imposible que casi todo el mundo esté por encima de ella”, dice. Los psicólogos llaman a este fenómeno el efecto por encima de la media. Numerosos estudios publicados en revistas de referencia -como el 'Journal of Personality and Social Psychology' - han demostrado que estos mismos resultados se repiten en distintos ámbitos. Los universitarios, también Por ejemplo, se ha visto que buena parte de los estudiantes universitarios cree que tiene más capacidad de liderazgo, que se lleva mejor con sus compañeros y que tiene mayor dominio de la expresión escrita que la media. Otro estudio, publicado en el 'Journal of Applied Psychology’, desveló que la mayoría de los directores de empresa se cree más capaz de dirigir que el típico director; y también muchos futbolistas piensan que son mejores jugadores que sus compañeros. Volviendo al estudio de Dunning sobre la incompetencia, la idea de hacerlo surgió de varias personas que este psicólogo social había estado observando durante algunos años: ninguna de

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ellas parecía darse cuenta de que hacía las cosas mal. Junto con la doctora Justin Kruger, de la Universidad de Illinois, diseñó un experimento en el que no se medía la fuerza o la habilidad manual, sino la intelectual y social. Los participantes -todos ellos universitarios que ganaron unos créditos extra por tomar parte en el estudio- pusieron a prueba su conocimiento, sabiduría y saber hacer en varias pruebas de razonamiento lógico, gramática inglesa y sentido del humor. ¿Cómo percibe su sentido del humor? Según reconoce el propio Dunning, el test de humor era el más subjetivo. Consistió en puntuar una serie de chistes de “muy poco gracioso” a “muy gracioso” y comparar los resultados con las valoraciones que habían hecho previamente reconocidos humoristas de EEUU. Finalizados los test, se les pidió a los participantes que dijeran cómo creían que los habían resuelto, sin darles a conocer los resultados. Tal y como era de esperar, los que estaban en la media pensaban que estaban ligeramente por encima de ella, algo que se ha calificado como una vanidad sana.

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En cambio, los más brillantes, muy superiores a sus compañeros, estimaron que estaban por debajo. Pero lo más sorprendente de los resultados de este estudio, es que los que lo hicieron rematadamente mal eran los que tenían una imagen más distorsionada de sí mismos. De hecho, cuanto más inútil era el individuo, más seguro estaba de que hacía las cosas bien. Un estudio muy completo A lo largo de las 21 páginas que ocupa el trabajo, se describen detalladamente los métodos experimentales y el análisis estadístico empleado, con gráficos de fiebres (ver abajo) que muestran la diferencia entre los resultados reales de las pruebas y los de la autovaloración de los estudiantes. Los percentiles se refieren al porcentaje de personas que los participantes han superado en la prueba. Es decir, un 50º percentil significa que se ha realizado la prueba mejor que el 50% de los participantes, y un 12º percentil, que se ha resuelto mejor que el 12%. Como muestra, en el test de razonamiento lógico del estudio, los participantes que en realidad estaban en el 12º percentil, se situaron a sí mismos en el 68º.

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Los autores creen que este estudio explica, entre otras cosas, por qué algunas personas que son negadas para contar chistes, son incapaces de darse cuenta de que no son graciosos, y siguen contando los mismos chistes malos. También explica por qué algunos individuos se embarcan en empresas que fracasan una y otra vez. Incluso en las situaciones más evidentes, el incompetente es incapaz de darse cuenta de que lo está haciendo mal. El síndrome del coyote David Rakoff, un actor y escritor que vive en Nueva York y que colabora habitualmente con diversas publicaciones, escribió también sobre este estudio. Llamó a la incompetencia síndrome de Wile E. Coyote, el personaje de dibujos animados que persigue al Correcaminos y que siempre comete errores. “Coyote es el arquetipo del engaño persistente, saltando alegremente por los precipicios y cayendo al vacío”, escribe Rakoff. Sólo se da cuenta de su error momentos después, cuando cae en picado al cañón y aterriza en una nubecilla de polvo. “Ciertamente, la rápida adquisición de discernimiento cuando se viaja a 100 metros por segundo es algo terrible, y las contusiones sufridas después del impacto son sin duda dolorosas.

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Pero qué sublime es ese instante antes de la caída, cuando parece que todavía se puede hacer algo”. El doctor Dunning cree que la metáfora empleada por Rakoff es buena, pero el único problema es que Coyote recibía una información muy clara cada vez que se equivocaba (se desplomaba, por ejemplo, por un precipicio o le explotaba una bomba). “En los seres humanos, en la vida diaria, el feed-back que recibimos es mucho más vago, en los mejores casos”, dice Dunning. “Si metemos la pata, puede que nunca nos enteremos de por qué alguien nos ha dejado de invitar a su casa; y, si lo averiguamos, puede que pensemos que el problema es de ellos y no nuestro”. Percepción distorsionada de los demás Otra fase del estudio consistió en que los participantes evaluaran cómo lo habían hecho los demás. El resultado fue que los más incompetentes también eran los menos capaces de reconocer la superioridad de otros. Ver los resultados de sus compañeros más brillantes no modificó en absoluto su exagerada imagen de sí mismos, al contrario, la reforzó. En cambio, paradójicamente, cuando los más sobresalientes tuvieron entre manos las pruebas de los menos hábiles, dudaron de sus propios - 30 -

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resultados. Todo esto encaja con la vieja máxima de Charles Darwin: “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”. En un último experimento, los autores trataron de averiguar si existía algún remedio para bajar la autoestima sobrevalorada de los más incapaces. Resultó que sí lo había: la educación. El entrenamiento y la enseñanza podían ayudar a estos individuos incompetentes a darse cuenta de lo poco que sabían en realidad. En las pruebas de razonamiento lógico, por ejemplo, unas cuantas lecciones ayudaron a los que sacaron peor puntuación a valorarse de una forma más realista. La importancia de buscar otras opiniones Pero, ¿cómo puede una persona darse cuenta de que está haciendo las cosas mal? “La lección que se desprende del estudio es que es muy difícil”, dice Dunning. La recomendación de este especialista es que no se confíe en el propio juicio, sino que se busquen otras opiniones, sobre todo antes de tomar decisiones importantes. Por otro lado, “nadie debería dejar nunca de mejorar, de aprender, ya que es muy difícil saber cuándo hay que dejar de hacerlo”, dice Dunning. Habitualmente, las personas toman decisiones y contestan según lo que creen que es más razonable. - 31 -

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Tienen sus propios argumentos para explicar por qué hacen las cosas como las hacen, y creen que lo hacen bien aunque no sea así. De hecho, según Dunning, algunos de los estudiantes que obtuvieron las puntuaciones más bajas, pasaron después varias horas en su despacho tratando de convencerle de que sus respuestas eran las correctas. El propio autor se sometió también a las pruebas. “Lo hice bastante bien, pero tengo que admitir que cuando me vi ante una respuesta que había fallado, mi primera reacción fue pensar que los que habían diseñado el test estaban equivocados”, dice. “Me enfadé un poco, hasta que decidí sentarme y pensar con calma cuál era la respuesta correcta”. La relación entre la competencia y la percepción adecuada Dunning y Kruger tienen una explicación para los resultados de su estudio: que la habilidad requerida para ser competente es la misma que se necesita para poder reconocer que se es poco hábil. Según dice la doctora Kruger, “los incompetentes sufren un doble agravio, no sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello”.

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Las reacciones a este trabajo han sido múltiples y muy variadas. Entre los críticos figura el doctor David C. Funder, catedrático de psicología de la Universidad de California (EEUU). El doctor Funder cree que la mayoría de la gente no sabe lo que significa el término estadístico estar por encima o por debajo de la media y que muchos pueden creer que estar por encima de la media significa, simplemente, estar bien. Pero el doctor Dunning tiene una respuesta: “Conseguimos los mismos resultados incluso cuando hicimos las pruebas sin que apareciese la palabra media”. En los medios de comunicación, el trabajo ha tenido una gran acogida, según los autores, porque todos piensan en alguien cuando lo leen. “La mayoría de la gente reacciona a este estudio con una sonrisa, pensando en las personas incompetentes que conocen y en lo bien que este estudio las define”, dice Kruger. Un estudio comentado en los medios Diane White, columnista del “New York Times”, escribió hace unos meses: “Hace muchos años, coincidí en el trabajo con una persona que era extraordinariamente inepta. No era sólo mi opinión sino que era ampliamente compartida”, escribe White.

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“Hubo un extenso debate en la oficina en torno a si sabría en lo más hondo de su corazón que era un perdedor. Había un bando que pensaba que sí, que cuando sus defensas estaban bajas, en momentos de reflexión, lo tenía que saber. Otros, en cambio, argumentaban que era imposible que lo supiera, porque, de ser así, no sería como era. Ahora la ciencia parece que ha dado por zanjado el debate. Aunque, quién sabe, nunca se puede estar seguro de nada”. Esta inseguridad es el aspecto de la investigación que más fascina a Kruger. ¿Es conveniente conocer las propias limitaciones? “Es evidente que es una mala cosa tener un presidente, un padre o un jefe incompetente”, dice. Lo que no está tan claro es si es beneficioso que ellos lo sepan. “Un ejemplo: la mitad de los padres, por definición, están por debajo de la media, ¿crees que realmente les gustaría saberlo?”, concluye Kruger. De hecho, según explica esta especialista, hay un grupo de psicólogos sociales -liderados por la doctora Shelley Taylor , de la Universidad de Los Ángeles (UCLA), y el doctor Jonathan Brown, de la Universidad de Washington, ambas en EEUU- que han sugerido que sobreestimar las propias habilidades es un indicador de salud psicológica y de bienestar.

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No se sabe cuáles pueden ser las consecuencias de la incompetencia. Según Dunning, en un país o en una empresa, por ejemplo, cada vez está más claro cuál es el valor del capital humano, “que es el conjunto de talentos que tiene a su disposición”, dice Dunning. “Si la gente no mejora porque no se da cuenta de que puede, o debe hacerlo, el país [o la empresa] puede que no consiga el capital humano necesario para desarrollarse en un mundo cada vez más competitivo”.

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La estupidez Cipolla

según

Carlo

La estupidez insiste siempre, sobre todo en los más estúpidos. Albert Camus Para poder saber de que hablamos es necesario definir lo que consideramos inteligencia y estupidez con precisión. La definición de la Real Academia de la Lengua es demasiado ambigua, amplia y poco clara como para percibir en ella el carácter nocivo de la estupidez. Tampoco nos ayuda mucho el artículo de Wikipedia que redirige al artículo de tonto definido como "el adjetivo referido a la persona de inteligencia escasa. Se usan como sinónimos infinidad de términos como, por ejemplo: lerdo, tarado, idiota, burro, animal, lelo, imbécil, idiota, etc...” Es decir, que se contrapone la estupidez a la inteligencia. Según el DRAE: Inteligencia. (Del lat. intelligentĭa). 1. f. Capacidad de entender o comprender. 2. f. Capacidad de resolver problemas. 3. f. Conocimiento, comprensión, acto de entender. - 36 -

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4. f. Sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión. 5. f. Habilidad, destreza y experiencia. 6. f. Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí. 7. f. Sustancia puramente espiritual. Con estas definiciones no se entiende el rechazo que naturalmente sentimos por las personas estúpidas y la atracción que generan en nosotros las personas inteligentes. Más allá de la admiración que nos puedan generar las capacidades mentales de determinadas personas que consideramos inteligentes y la "pena" que nos pueda dar cuando observamos a personas que carecen de estas capacidades, lo que verdaderamente nos causa atracción o rechazo es el efecto que otras personas tienen en nosotros. Este efecto puede ser beneficioso o dañino. Cuando nos referimos a alguien de forma despectiva como un estúpido la mayoría de las veces es en relación a algún acto de esta persona que nos resulta desagradable o repulsivo desde el punto de vista ético. Es decir la conducta de esa persona va en contra del bien, el nuestro personal o el colectivo, y por lo tanto es dañina. - 37 -

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Cuando por el contrario recibimos un bien de una persona solemos asociarlo a otra cualidad humana que es la bondad. Cuando hacemos esto no reparamos en que para producir un bien es necesaria la capacidad de crear que asociamos sin dificultad a la inteligencia. Carlo M. Cipolla en su ensayo resuelve esta ambigüedad con la definición de estupidez que encontramos en la Tercera Ley Fundamental. Previamente al enunciado de esta Ley introduce en el capítulo 3, "Un intervalo técnico", un sencillo sistema para clasificar las relaciones de una persona con sus semejantes en base a sus acciones. Para cada acción define dos variables: -

X la ganancia que el individuo obtiene de la acción.

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Y la ganancia que el individuo proporciona a los demás con la acción.

Aunque Cipolla no lo aclara yo aquí incluiría que las ganancias se pueden entender en sentido amplio no solamente material. Ganancia sería cualquier cosa que contribuya al bienestar y la felicidad de una persona.

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Si se aclara que "la ganancia puede ser positiva, nula o negativa: una ganancia negativa equivale a una pérdida". Con este sistema una acción se puede representar fácilmente en un gráfico mediante ejes de coordenadas.

En el primer cuadrante (I) estarían aquellas acciones que benefician a quienes las hacen y quienes las reciben. En el segundo (H) las que benefician a quienes las reciben a cosa de una pérdida para quién las hace. En el tercero (E) aquellas que resulta perjudiciales para quienes las hacen y quienes las reciben. - 39 -

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En el cuarto (M) aquellas que benefician a quienes las hacen causando perjuicios a los demás. Con este sistema están establecidas las bases para las definiciones que necesitamos. Aquellos individuos cuyas acciones se sitúan principalmente en el primer cuadrante son definidas por Cipolla como "inteligentes". Sin embargo aquellos cuyas acciones se sitúan principalmente en el tercer cuadrante serían los "estúpidos". En el cuadrante (H) estarían las acciones de las personas que por propia voluntad se perjudican a si mismos para beneficiar a los demás. En algunas páginas de Internet clasifican a estos individuos como "benévolos" sin embargo en la definición de Cipolla estos individuos recibirían la clasificación de "incautos". En el cuadrante (M) estarían las acciones de los "malvados", personas que se aprovechan de los demás para beneficio propio. Hay que observar que es más fácil clasificar las acciones de una persona que a la persona misma ya que no necesariamente todas las acciones de una persona se ajustan a un cuadrante.

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Esto lo aclara Cipolla en el capítulo 5, "Distribución de la Frecuencia": “La mayor parte de las personas no actúa de un modo coherente. En determinadas circunstancias una persona actúa inteligentemente, y en otras esta misma persona puede comportarse como una incauta. La única excepción importante a la regla la representan las personas estúpidas que, normalmente, muestran la máxima tendencia a una total coherencia en cualquier campo de actuación.” Una persona inteligente puede alguna vez comportarse como una incauta, como puede también alguna vez adoptar una actitud malvada. Pero, puesto que la persona en cuestión es fundamentalmente inteligente, la mayor parte de sus acciones tendrán la característica de la inteligencia. El hecho de que sea posible analizar a los individuos en vez de sus acciones, permite hacer algunas digresiones sobre la frecuencia de los malvados y de los estúpidos. El malvado perfecto es aquel que con sus acciones causa a otro unas pérdidas equivalentes a sus ganancias. El tipo de malvado más ordinario es el ladrón. Una persona que roba 10.000 liras, sin

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causar daños posteriores, es un malvado perfecto: tú pierdes 10.000 liras, él gana 10.000 liras. Sin embargo, los malvados perfectos son relativamente pocos. Los malvados que obtienen para sí ganancias mayores que las pérdidas que ocasionan a los demás son deshonestos y con un grado elevado de inteligencia, pero, desgraciadamente, no son muy numerosos. La mayor parte de los malvados son individuos cuyas acciones les proporcionan beneficios inferiores a las pérdidas ocasionadas a los demás. Si alguien hace que te caigas y te rompas una pierna para quitarte 10.000 liras, o te causa daños en el automóvil por un valor de 50.000 liras para robarte una radio insignificante, por la que no va a obtener más de 3.000 liras, si alguien te dispara y te mata con el único objetivo de pasar una noche en Montecarlo en compañía de tu mujer, podemos estar seguros de que no se trata de un malvado "perfecto". Aun utilizando sus parámetros para medir sus ganancias (pero usando los nuestros para medir nuestras pérdidas), este individuo se situará muy cerca del límite de la estupidez pura. La distribución de la frecuencia de personas estúpidas es completamente diferente de la distribución de los malvados, de los inteligentes y de los incautos. - 42 -

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La razón de esto es que la gran mayoría de personas estúpidas son fundamental y firmemente estúpidas; en otras palabras, insisten con perseverancia en causar daños o pérdidas a otras personas sin obtener ninguna ganancia para sí, sea esto positivo o negativo. Pero aún hay más. Existen personas que, con sus inverosímiles acciones, no sólo causan daños a otras personas, sino también a sí mismas. Estas personas pertenecen al género de los superestúpidos." Es decir lo que define la calificación de una persona no es una acción aislada, sino su tendencia a actuar de una cierta manera. También se señala que incluso entre malvados o incautos hay una mayor tendencia a la estupidez o a la inteligencia. Esos campos estarían separados por la bisectriz del segundo y cuarto cuadrante.

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Con esta sencilla definición de inteligencia y estupidez ya podemos extraer consecuencias útiles para relacionarnos con los demás de la manera más beneficiosa para ellos y para nosotros mismos. También estamos en condiciones de entender el resto de leyes, lecciones y consejos de Cipolla.

La Primera Ley Fundamental "Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".

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La Segunda Ley Fundamental "La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona". La Tercera Ley Fundamental "Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio". La Cuarta Ley Fundamental "Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".

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La Quinta Ley Fundamental "La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe." Corolario: "El estúpido es más peligroso que el malvado".

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El poder de la estupidez. Corolario a Carlo Cipolla El sabio duda a menudo y cambia de opinión. El necio es terco y no duda; está al cabo de todo, salvo de su propia ignorancia. Akhenatón Giancarlo Livraghi, publicista, bibliógrafo y escritor italiano nació en Milán hace 83 años. Como profesional de la publicidad, ha trabajado para muchas grandes empresas, tanto italianas como internacionales, así como también ha ejercido cargos institucionales. Como estudioso, ha desarrollado una línea de pensamiento centrada en los valores de la comunicación humana, también a través de la Internet. Ha publicado cientos de artículos, estudios y ensayos sobre la temática de la comunicación, el marketing, la cultura de la Internet y las actividades emprendidas online. Este filósofo opina que frente a muchos devastadores desastres político-económicos acontecidos en nuestros países, generalmente tendemos a culpar a la perversidad intencional, a la conspiración, a la malicia astuta, la megalomanía, etc. de las malas decisiones. Están allí, por supuesto; pero cualquier estudio cuidadoso de la historia, o de los eventos actuales, nos lleva a la invariable conclusión que la fuente más grande de los terribles errores es la - 47 -

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pura estupidez humana. A continuación sigue una pequeña muestra y resumen de su pensamiento sobre la estupidez y sus comentarios a las leyes de Carlo Cipolla. Después de que han transcurrido quince meses (1.997), mi pequeño ensayo sobre estupidez parece estar muy vigente en la red. Todavía estoy recibiendo correos electrónicos desde distintas partes del mundo; y está siendo reproducido en la red, enlazado o citado en muchos lugares. El diálogo resultante me llevó a descubrir a algunas personas muy interesantes así como algunas ubicaciones notables de la red que no conocía. Las preguntas y comentarios de varias personas me llevaron a pensar un poco más acerca de este intrigante (y aterrador) tema. Aquí sigue el “humilde resultado” de esas meditaciones. ¿Es “cierta” la definición de Cipolla? En mis etapas tempranas de aprendizaje, tuve la suficiente fortuna de contar con maestros que establecieron en mí unos cuantos principios, los cuales después de muchos años aun permanecen firmes en mi mente. Uno de esos principios filosóficos es el de que no hay tal cosa como una verdad “absoluta”. Una teoría “verdadera” es simplemente la más conveniente bajo las

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circunstancias: la que mejor explica e interpreta lo que estamos estudiando. No conozco cual es la mejor definición “absoluta” de estupidez – o aún si existe una que tenga sentido. No sé tampoco de alguna definición realmente efectiva de inteligencia. La belleza de la definición de Carlo Cipolla sobre la estupidez (y la inteligencia) estriba en el hecho de que no está basada en un concepto abstracto sino en los resultados: una persona o un comportamiento es estúpido o inteligente dependiendo de lo que suceda. Esto tiene dos ventajas. La primera es que define a una persona (y al comportamiento de esa persona) como estúpida (o inteligente) en base a los hechos; o al menos en base a nuestro entendimiento y definición de los hechos. La segunda, y aun de mayor importancia, es que nos conduce a concentrarnos en el factor vital: no la estupidez por si misma sino en los daños que ocasiona. Puede haber incontables tipos de comportamiento que son, o parecen, “estúpidos” pero que son inocuos. Estos se acercan a lo neutral en la “coordenadas cartesianas”. Por ejemplo, el compartir una diversión alocada con los amigos y carcajearse puede parecer - 49 -

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“estúpido” a los ajenos, pero en base a los hechos de tal comportamiento es probable que sea clasificado como “inteligente”, en tanto que la alegría compartida por las personas que están divirtiéndose sea más que los inconvenientes o aburrimiento ocasionado a los demás. Generalmente la inteligencia (ventaja práctica) de tal comportamiento queda limitada a un momento de buen humor, pero muy a menudo puede conducir a efectos más relevantes, desencadenado ideas y cooperación en formas que no serían posibles en un ambiente aburrido. Lo ridículo o “alocado” puede ser notablemente inteligente, en tanto que lo “serio” puede ser bastante estúpido... muy aparte del hecho que el pensamiento innovador sea visto a menudo como “alocado” o ridículo por las gentes que no lo entienden. Esto nos lleva a un importante tema: la relevancia del pensamiento no lineal (al igual que la emoción y el humor) en todos los procesos mentales y especialmente en la innovación. Para discutir eso de una manera significativa necesitaría mucho más espacio del que tengo disponible aquí. Permítaseme decir aquí que la distinción de mentes “izquierda” y “derecha” puede ser interesante en los experimentos clínicos, pero debería evitarse en la observación general del - 50 -

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comportamiento humano porque la estructura del pensar no es tan simple como eso – y, en cualquier caso, los procesos de percepción y del pensamiento siempre funcionan juntos y son mayormente entendidos como un todo que como la suma de sus partes separadas. Tres Corolarios Antes de escribir el primero ensayo sobre la estupidez, desarrollé lo que vino a mi mente como el “Primer Corolario de Livraghi”. Entonces me dí cuenta que no podría llamarlo “primero”, porque solo tenía uno. Pero mi intuición original era correcta... desde entonces descubrí de que hay al menos tres. Aquí están:

Primer Corolario: En cada uno de nosotros hay un factor de estupidez, el cual siempre es más grande de lo que suponemos.

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Segundo Corolario Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez de otras, el impacto crece de manera geométrica – es decir, por multiplicación, no adición, de los factores individuales de estupidez.

Una idea generalmente aceptada es que “la cantidad de posibles interrelaciones entre miembros de un grupo de personas aumenta proporcionalmente al cuadrado de la cantidad de miembros”, y parece muy obvio que el mismo criterio se aplica a la combinación de los factores individuales de estupidez. Este puede ayudar a explicar el facto bien conocido que las multitudes como un todo son más estúpidas que un individuo aislado de la multitud.

Tercer Corolario La combinación de la inteligencia en diferentes personas es más difícil que la combinación de la estupidez.

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La estupidez no tiene cerebro – no necesita pensar, organizarse o planear para generar un efecto combinado. La transferencia y combinación de la inteligencia es un proceso mucho más complejo. Las gentes estúpidas pueden combinarse instantáneamente en un grupo o masa superestúpida, en tanto que las gentes inteligentes son efectivas como grupo solamente cuando se conocen bien entre sí y tienen experiencia en trabajo de equipo. La creación de grupos bien sintonizados de gentes que compartan la inteligencia puede generar razonablemente poderosas fuerzas anti-estúpidas, pero (a diferencia del aglutinamiento de estupidez) necesitan planeación organizada y actualización; y pueden perder gran parte de su efectividad por la infiltración de gente estúpida o por los brotes inesperados de estupidez en gentes que por lo demás son inteligentes. En algunas situaciones estos peligros se pueden parcialmente contrarrestar (si no es que totalmente controlarse) al estar conscientes del problema potencial antes de algo salga mal y tener “inteligencia de respaldo” en el grupo (y en cualquier equipo que se esté usando) para llenar las lagunas y corregir los errores antes de que el daño se vuelva demasiado serio. Cualquier buen - 53 -

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marinero de un bote de velas sabe que cosa quiero decir, y así lo sabe cualquier persona que tenga la experiencia de un ambiente donde el proceso de causa-efecto sea crudamente directo y tangible. Las comunidades con un elevado factor de inteligencia están más propensas a tener un potencial mayor de una supervivencia a largo plazo, pero para que eso sea efectivo debemos evitar los impactos potencialmente devastadores más inmediatos de la estupidez compartida, lo cual (desafortunadamente) puede ocasionar daños substanciales a grandes números de gentes no estúpidas antes de que se auto destruya. Otro elemento peligroso en la ecuación estriba en que el aparato del poder tiende a colocar “malvados” en la punta de la pirámide y ellos, a su vez, tienden a favorecer y proteger la estupidez y mantener fuera de su camino lo más que puedan la verdadera inteligencia. Esto es, creo, un importante tema por sí mismo. Puede ser que algún día intente hacer comentarios sobre esto. Si lo hago, el título podría ser La Estupidez del Poder. La estupidez y la biología En un ambiente biológico básico, el “problema de la estupidez” no existe. El proceso está basado en - 54 -

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la producción de un número extremadamente grande de mutantes “tontos”. Solamente muy pocos (los mejor “adaptados”) sobreviven, y eso así es. Desde esa perspectiva, lo que nosotros vemos como una catástrofe es tan solo otra variación en el curso “natural” de los eventos. Los incendios destructivos son entendidos por los botánicos como un paso necesario, de hecho deseable, en la evolución de un bosque. Los millones de criaturas vivientes que sucumban en el proceso podrán estar en desacuerdo, pero su opinión es irrelevante. En esa perspectiva, las soluciones son simples y muy efectivas. Si hay demasiados individuos, todo lo que necesitamos es otra plaga (o cualquier mecanismo de masacre que no interferirá demasiado con el ambiente en su totalidad) que pueda aniquilar el 90 por ciento de la población. El 10 por ciento de los que sobrevivan, tan pronto como se repongan de la sacudida, encontrarán probablemente aceptable el ambiente resultante. Probablemente también sean genéticamente semejantes: compartiendo rasgos específicos de apariencia y actitud. Si todos resultaran con cabello verde, o con ojos rosados, y les gustara el clima lluvioso, pronto llegarían a considerar a los individuos (extintos) con cualquier otro color de cabello y ojos, así como a aquellos que les gustara - 55 -

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el clima seco y soleado, como bastantes raros e inferiores, y entonces los libros de historia de resistencia a la humedad tratarían a la mayoría de nosotros como a su vez nosotros trataríamos a los neandertales. La destrucción o esterilización de nuestro planeta, por el poder nuclear (o químico) creado por el hombre o por la colisión con algún meteoro errante, parecería un detalle irrelevante desde una perspectiva cósmica, y si sucediera antes del desarrollo de los viajes espaciales y la colonización en otros mundos, la desaparición de nuestra especie (junto con el resto de la biósfera terrestre) no causarían mucha conmoción aun dentro de nuestra galaxia. Pero en el ambiente biológico particular donde se establece cierta especie (tal como la nuestra) el sistema está basado en la suposición de que el ambiente puede, y de hecho debe, ser controlado; y que cada individuo en nuestra especie (y en las otras especies que “protegemos” nosotros) debería de ser capaz de vivir más tiempo, y más placenteramente, que lo que podría en un ambiente sin control. Esto requiere de una clase particular de “inteligencia organizada”. Por consiguiente la estupidez, en esta fase y tipo de desarrollo biológico, es extremadamente peligrosa. Como humanos, eso es algo sobre lo que necesitamos preocuparnos. - 56 -

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Pino Aprile o porqué humanidad tiende a imbecilidad

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Pino Aprile es el autor de “ELOGIO DEL IMBÉCIL: El Imparable Ascenso de la Estupidez”. Esta obra surgió entre una distendida y amigable conversación entre el autor y el Premio Nobel Konrad Lorenz, y responde a esa pregunta que todos -avispados periodistas y genios indiscutibles; altos ejecutivos y personas del montón- nos hemos hecho tantas veces: “¿por qué nadie está libre de ser un perfecto imbécil?” Así comienza, de modo claro y contundente, la primera explicación del motivo de éste singular libro. Y su desarrollo un poco en broma un poco en serio, mezcla el humor con la realidad más asombrosa, más estranguladora, más cruel que se transmite en los comportamientos de una sociedad que, a fuerza de contraponer ideas tan dispares como la inteligencia y la imbecilidad, nos deja perplejos por el derrotismo de una y el poder infinito y devorador de la otra. Sostener que la imbecilidad es un arma que la sociedad de hoy en día utiliza para la defensa y triunfo de las ideas que conservan a la propia - 57 -

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especie, es sostener que la estupidez es consecuencia del progreso y como tal el camino al que el ser humano ha llegado a través del proceso evolutivo en una sociedad que ha eliminado la inteligencia lenta pero inexorablemente y que, como sostiene Aprile, si bien ha servido al hombre en los inicios de la historia para sobrevivir y progresar, ahora se ha vuelto un arma letal en una sociedad jerarquizada y burocratizada hasta el punto en que todo lo que salga, por leve que sea, de esa alineación, de esa balsa homogénea de ideas que pretenden igualar a todos, se convierte en un subversivo, en un peligro para la comunidad, en definitiva, en un ser inteligente que está fuera de los cánones establecidos para la convivencia plácida que nos otorga la igualdad del hombremasa, del estúpido plácido, amodorrado y anestesiado que permanece impasible ante las cosas importantes, transcendentales y que desarrollan hacia el futuro y hacia el progreso de la vida. En todos los cargos de poder, la imbecilidad domina, manda, y como dice Aprile el poder no necesita talento. El poder radical intenta igualar a la baja la media de la inteligencia de un país, de ahí los exilios de las mentes más brillantes, de las desapariciones, de las muertes, de la hoguera… Son para ese tipo de poderes, las mentes lúcidas - 58 -

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las que suponen un peligro y los tachan de subversivos, de elementos rebeldes, de problemáticos. Eso de cara a la galería. Saben perfectamente que serían los únicos capaces de derrocarles por méritos propios. Y este poder déspota no sólo se da a nivel gobierno de naciones, se da a nivel empresa, trabajo, compañeros incluso, todo aquel que se ve amenazado en su imbecilidad por alguien que se ha desmarcado de la estupidez cotidiana que generalmente, todo lo inunda. Son las personas inteligentes, o con una inteligencia notoria, las que crean en los demás los celos y los recelos, (aunque estos mediocres se aprovechan de las ventajas descubiertas por los más inteligentes y las disfrutan) así que cuanto menos usan su inteligencia más idiotas se vuelven, con lo cual, la idiotez es tropel. Pero el estúpido se encuentra en todas las jerarquías, y son éstas precisamente las que más colaboran para que la estupidez se incremente. Un sistema burocrático no puede funcionar si no tiene como base bien fundamentada la estupidez. Hay que seguir siempre las mismas reglas, sin plantearse absolutamente nada fuera de ellas, sino el sistema se derrumbaría. Es la propia estupidez la que da consistencia formal a la sociedad.

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Desde la escuela se intenta de forma machacadora, destruir todo lo que sobresalga fuera de un programa establecido como común para todos los estudiantes. La genialidad se va difuminando, por cerrársele todas las vías, desde edades muy tempranas y así llegamos a la mediocridad general desde la más tierna infancia. No se protegen ni se estimulan las dotes innatas de los individuos sino que por el contrario se las menosprecia y se intenta por todos los medios eliminarlas. Se pretende hacer una sociedad homogénea, una igualdad adormecida en la imbecilidad, un sofoco de ideas nuevas consideradas un peligro para un equilibrio social. Quizá sea esa la fórmula adecuada y sea la receta para conducir un rebaño. Pero un rebaño es fácil de manipular cuando está falto de ideas nuevas. Todo es previsible y el poder, en cualquier ámbito de la vida, maneja con facilidad ese modo de agrupamiento. Si uno entre cien se desplaza un poco de ese movimiento estupidizado será sofocado instantáneamente para que no revolucione al resto de los alineados. Las jerarquías y las “burocracias” no se pueden violentar, se desmoronarían. Sería la catástrofe de una sociedad establecida. Al menos que desde el poder de una nación se abran las puertas a ciertos cambios, aunque sean considerados amenazadores, como no podría ser de otra forma, por las clases - 60 -

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bienpensantes y los partidos clásicamente parapetados en la soberanía de la estupidez colectiva. La estupidez es un sistema de autocracia impuesta por aquellos que pretenden la fácil manipulación de una sociedad cegada por una igualdad cada vez más reducida de miras. Pino Aprile, va fundamentando su exposición en cinco leyes principales que son el resumen preciso de una elaboración fundamentada de su particular visión de la estupidez en una sociedad que va alcanzando cada día sus cotas máximas. Entre el humor, la ironía, la observación de los comportamientos de la sociedad actual y pasada, recorre su primigenia idea de la estupidez como modo actual de supervivencia: “Los inteligentes han construido el mundo. Pero quienes lo disfrutan y triunfan el él son los imbéciles”. Cabría preguntarse aquí cuál fue la gran semilla del error en esa terrible construcción que dio paso a este resultado tan amorfo y aniquilador de lo más preciado del ser humano para que en esta sociedad actual se convirtiera en un elemento peligroso: la inteligencia. Sea como fuere, los especialistas en el arte de la rapiña de ideas son legión y, aunque imbéciles pues solo saben copiar de los que sobresalen, es tanta su extrema especialización que - 61 -

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se comen, para disfrutar ellos acto seguido de los resultados obtenidos, a los padres de todos los inventos o ideas favorables. Estas leyes son de una retórica humorística, pero no por ello menos ciertas

1. Primera ley sobre el fin de la inteligencia: “El imbécil sobrevive. El genio se extingue”. Corolario de la Primera ley: “Antes tontos que muertos”. 2. Segunda Ley: “El hombre moderno vive para volverse tonto”. 3. Tercera Ley: “La inteligencia actúa en beneficio de la estupidez y contribuye a su expansión”. Se podría traducir como el arte del dormir plácida y perezosamente sobre lo que otros han pensado, han descubierto y han conseguido utilizando la inteligencia. Todos a calentarse al fuego que otro ha descubierto utilizando el - 62 -

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cerebro. Ya no es necesario seguir poniendo en marcha las neuronas. A parasitar promoviendo la estupidez. 4. Cuarta Ley: “La imbecilidad sólo puede aumentar”. 5. Quinta Ley: “La unión no hace la fuerza sino la imbecilidad”. Excepción que confirma esta ley es la cooperación entre personas dotadas de grandes capacidades. Funcionan como un reproductor de la inteligencia, en lugar de un reductor. De este tipo de grupos hay pocos, como indica Aprile. Lo habitual es el agrupamiento y dentro de él siempre tendente a igualar a la baja.

La inteligencia está destinada a acabarse porque es una facultad provisional, completamente instrumental en la aventura de la especie y no - 63 -

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siempre necesaria y por tanto obsoleta, argumentó el escritor. Aprile dijo que vivimos en un momento de ascenso de la estupidez, ser imbécil triunfa, es lo que conviene, vence porque es cómoda, la inteligencia crea problemas, preguntas, cuestiones. El ascenso de la estupidez nos lleva a la comodidad y a la ferocidad, porque una característica de la estupidez es la violencia. “El estúpido cuando no tiene argumentos grita, a veces levanta las manos y si tiene poder destruye a todos los que hacen preguntas, el poder tiene miedo a la inteligencia”, añadió. Ya ve cómo se va poniendo el patio. Sea usted tonto, llegará lejos. Le dejo una perlas extraídas de su libro: "El ingenio humano inventa vías de salida para casi todas las necesidades de nuestra vida. Y una vez que ha descubierto la solución al problema no necesita usar la inteligencia: le basta con copiar. Pero imitar no es inventar, y así es como se marchitan nuestras facultades intelectuales por falta de estímulo" "El poder de una organización social humana es tanto más fuerte cuanto mayor es la cantidad de inteligencia que consigue destruir"

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"En cualquier jerarquía, toda persona tiende a ser ascendida, hasta alcanzar su nivel óptimo de incompetencia; por tanto, todo cargo está destinado a terminar en manos de un incapaz" "La jerarquía es el instrumento que ha inventado la evolución para agrupar a los sapiens sapiens y conducirlos hacia la estupidez" "Todos los sistemas jerárquicos funcionan de acuerdo con una tendencia idéntica: los comportamientos colectivos obedecen simples reglas generales. La más importante es esta: Hay que respetar las normas y las costumbres. Existe un modo y uno solo, de hacer las cosas y a él hay que atenerse. Por el contrario la mente humana tiende a la crítica a la duda y a la innovación. Quién esté acostumbrado a utilizar y a sacar provecho de sus facultades intelectuales, se preguntará siempre, por qué lo está haciendo y si existe otra forma (quizá mejor) que hacerlo" "Cuando se reúnen varios ejemplares de la especie, la capacidad colectiva de pensamiento se regula por la del más tonto" ENTREVISTA REALIZADA A PINO APRILE. -El imbécil es un adelantado -¿Lo dice en serio?

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-Sí, la inteligencia humana se extingue. Nuestros simiescos antecesores se sirvieron de ella para evolucionar y convertirnos en lo que somos… -Los predadores más feroces del planeta. -… pero ahora nuestra supervivencia está asegurada y no necesitamos la inteligencia. La estupidez es un excelente mecanismo para perpetuarnos. De hecho los tontos son prolíficos y los genios tienden a la esterilidad. -Siempre nos quedará la cultura. -La selección no es sólo natural sino también cultural, y desde hace miles de años el “Homo sapiens sapiens” elabora comportamientos y sistemas sociales que provocan el exterminio de los mejores. Darwin ya se preguntó por qué los antiguos griegos sufrieron una decadencia imparable. -¿Demasiadas guerras? -Sí, fueron víctimas de las reducciones de talentos que se han producido en la evolución de nuestra especie, sobre todo a través de la agresividad intraespecífica. ¿Quiénes murieron bajo los muros de Troya? -Según Homero, los más listos y guapos. -En la patria se quedaron los más tontos, cobardes e inútiles, pero les tocó garantizar la continuidad de la raza. Ninguno de los héroes que sobrevivió, al regresar

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al hogar, quiso quedarse en aquel pueblo de infames que había surgido, y todos escogieron el exilio. -En nuestros días los listos desertan. -Nuestro motor evolutivo ha inventado otras astucias para ir contra la inteligencia y sus manifestaciones: formas de organización social como la monarquía, la democracia… -¿Qué tiene en contra de la democracia? -Es como una partida trucada: antes de ir a votarlos ya han vencido porque son mayoría. Pero todos los otros sistemas son peores y no se andan con miramientos: Freud tuvo que exilarse, Solzhenitsin fue condenado a un “gulag”; Sócrates, a muerte. ¿Eso es malo? -¡Hombreee! -La evolución no tiene criterios éticos, morales o estéticos, sino funcionales, y la estupidez funciona. España, tras dominar medio mundo, cayó en una terrible decadencia. A lo largo de tres siglos la Santa Inquisición eliminó, al ritmo de mil hombres al año, a casi todos los mejores, aquellos que dudaban y planteaban problemas, y sin la duda no hay progreso. A partir de ahí, sume y siga. -Mejor tonto y vivo, que listo y muerto.

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-El neandertal poseía más cantidad de materia gris que cualquiera de sus semejantes antes y después de él, pero el que sobrevivió fue de nuevo el tonto: el cromañón. -¿El neandertal era demasiado listo? -Sí, la cabeza del bebé neandertal era un 15% mayor que la actual y la mayoría moría en el parto. La inteligencia quedó literalmente estrangulada desde su nacimiento. -¡Vivan los estúpidos! -Ésa es la tendencia y, por tanto, hay que revisar el juicio: más que un retrasado es un adelantado; no entiende nada, pero ya está preparado para el futuro. Vivir es volverse. -¿A dónde quiere llegar? -Más vida comporta un precio: menos cerebro. Uno de cada dos ancianos sufre Alzheimer. -Combatirlo es el reto. -La imbecilidad es una fuerza de la naturaleza, no es algo personal. El mundo está hecho a medida del más. El inteligente es una herramienta que sirve para resolver problemas y así ayudarlos a multiplicarse. Las máquinas más complejas y peligrosas, las organizaciones planetarias, están en manos de individuos universalmente reconocidos como cretinos. -¿En quién está pensando? - 68 -

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-En dos líderes mundiales: Gerald Ford, presidente de EE.UU., y Leonid Breznev. Del primero se decía que era incapaz de bajar la escalerilla del avión y mascar chicle a la vez. El otro era un alcohólico. Bastaba que apretara un botón para destruir el planeta. -¿El poder es enemigo de la inteligencia? -Sí, la inteligencia está habituada a discutir y el poder no quiere discutir, quiere mandar. El imbécil siempre ve la discusión como una agresión. Todos los sistemas jerárquicos funcionan de acuerdo a una regla básica: hay que respetar las reglas y las costumbres. -La duda ofende. -Y es ineficaz, en un sistema jerárquico lo que cuenta es que alguien consiga hacer algo, no que se descubra el mejor modo de hacerlo. La inteligencia es como arena que se introduce en los engranajes: puede obstruir los mecanismos. El genio es subversivo. -En lugar de aplicar la norma la discute… -… bloqueando así el camino regular de todo sistema burocrático. Por eso la imbecilidad es la verdadera savia vital de la sociedad. Si la norma fuera la genialidad, la jerarquía se extinguiría por falta de suministro. Las estructuras sociales más estúpidas prosperan y las más inteligentes mueren. La imbecilidad sólo puede aumentar.

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-Dígame una cosa: ¿por qué los mandamases siempre están tan ocupados? -Por la suma de dos principios. El de Peter: en una jerarquía cada persona tiende a ascender hasta que se revela incapaz; y la ley de Parkinson: a partir de ese momento y en adelante empieza a multiplicar sus obligaciones para así ocultar su incompetencia. -¿Del “Homo sapiens” al “Homo masa”? -Disuadidos de pensar, educados en deseos que nos han sido impuestos y que son idénticos a los del vecino, somos el producto de un largo proceso evolutivo dirigido a reprimir la obsoleta y molesta inteligencia.

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¿Ostra o Humano? ¿La inteligencia artificial cura la estupidez real? Anónimo Cobra sentido aquella pregunta que se hizo Asimov con aparente ingenuidad. ¿Quién está más y mejor capacitado un hombre o una ostra? Y reconocer que, a pesar de las enormes potencialidades del hombre y de su inteligencia, si la Tierra fuese de pronto anegada por el agua, el hombre presumiblemente perecería mientras que las ostras sobrevivirían. O este otro ejemplo: supongamos que por mutaciones genéticas azarosas aparece un niño con enormes alas y pico en vez de boca. Sin duda que, en las circunstancias sociales y biológicas actuales, las probabilidades de supervivencia y reproducción de este niño serían casi nulas. Pero supongamos por un momento que, como en el caso anterior, la Tierra se ve inundada tras torrenciales lluvias que cubren de agua toda su superficie salvo algunas montañas altas. ¿Acaso ese niño no volaría de montaña en montaña y podría obtener su alimento del agua o del aire como ningún otro? ¿Acaso el valor de la supervivencia, y con ello su reproducción, no serían de un grado inestimable en ese niño? Así pues, la capacidad o superioridad de una determinada especie no puede ser considerada a menos que ésta se enmarque dentro de un medio ambiente igualmente determinado. Y es, en este - 71 -

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sentido, que se cuestiona la idea de que la línea evolutiva que ha dado lugar a un cerebro grande y complejo como el del hombre se considere definitivamente como superior respecto a otras tendencias evolutivas que han llevado a la aparición de un cerebro cada vez más pequeño, de organización sencilla, relativamente lento en su funcionamiento y, por ende, presumiblemente estúpido. Y esto último se refiere a que hay diferentes tipos de mamíferos acuáticos y otros animales que, al parecer, han seguido una línea evolutiva con la aparición de un menor tamaño cerebral y una mayor capacidad y tiempo de inmersión en el agua. De hecho, el cerebro es el órgano limitante en el consumo de oxígeno. De ahí que a menor tamaño cerebral, menor consumo de oxígeno y mayor tiempo posible de inmersión, lo cual confiere al animal que vive en un medio acuático o que depende del agua para sobrevivir importantes ventajas biológicas, entre ellas un mayor tiempo y capacidad para encontrar alimentos y mayor habilidad para escapar de los depredadores, además de otras ventajas de supervivencia en condiciones adversas. Lógicamente estos animales, con cerebros pequeños, son muy torpes para el desarrollo de otras habilidades que requieran un cerebro grande y complejo. En otras palabras, es algo así como si esta línea evolutiva hubiese sacrificado la inteligencia a cambio de una mayor capacidad de supervivencia, o si se quiere, a costa de una relativa estupidez. Es por esto que, bajo - 72 -

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ciertas condiciones, esa relativa estupidez ha podido ser un determinante evolutivo más poderoso para una serie de especies, y bajo ciertas condiciones, que la inteligencia. Piénsese, por ejemplo, en la tortuga de agua dulce, un pequeño reptil, capaz de estar sumergida bajo el agua más de una semana y, por tanto, con un cerebro que funciona en condiciones prácticamente nulas de oxígeno. Esto nos lleva a admitir que hay especies que han seguido una línea evolutiva que ha cercenado la inteligencia y desarrollado, por el contrario, una increíble capacidad de soportar una marcada disminución de oxígeno. No se sabe qué mutaciones y determinantes ambientales han dado lugar a esta llamémosla elección evolutiva, pero lo que es claro es que la tortuga, por ejemplo, ha sobrevivido como animal estúpido más de doscientos millones de años. Es difícil determinar cuál de las dos características, inteligencia versus estupidez, o cerebro grande y complejo versus pequeño y simple, tiene, a la larga, un mayor valor de supervivencia. Presumiblemente ello dependerá de los posibles cambios que ocurran en el medio ambiente a lo largo del tiempo. En cualquier caso, no parece caber duda de que la tortuga, con sus doscientos millones de años de existencia, ha pasado con sobresaliente por un durísimo banco de pruebas que ha llevado a la extinción a muchísimas especies. Pruebas, por otra parte, de las que la especie humana siquiera tiene un atisbo, con sólo dos millones de años de existencia. - 73 -

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Sobre los necios en “Manual de Cortesanos”

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En política, la estupidez no es un impedimento. Napoleón Bonaparte Carlos Martín también dedica todo un capítulo a estos personajes en su libro “Manual y espejo de cortesanos.” 1 Transcribo textualmente el capítulo “Sobre los necios y necesidad de parecerlo en ocasiones.” Cita el gran rey Salomón en uno de sus Salmos que “los necios me rodean como avispas”. Si el más sabio de los reyes de Israel y uno de los más famosos de la Humanidad afirma esto, por algo lo diría. “Tonto es aquel que hace tonterías” afirma Forrest Gump, uno de los tontos de ficción mas creativos del Siglo XX. ¿Por qué te prevengo sobre los tontos? Porque, tal como cita Lozano Irueste, “un tonto, en un lugar preciso, puede causar un daño infinito” y es necesario estar muy prevenido sobre su ataque.

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http://www.librosenred.com/ld/ddragon/ - 74 -

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Aunque, según Carlo Cipolla, en su ensayo “Allegro ma non troppo”, con una persona estúpida cualquier prevención es absolutamente imposible. Una criatura estúpida te perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables y más impensables. No existe modo alguno racional de prever si, cuándo, cómo, y por qué, una criatura estúpida llevará a cabo su ataque. Frente a un individuo estúpido, estarás completamente desarmado. Puesto que las acciones de una persona estúpida no se ajustan a las reglas de la racionalidad, de ello se deriva que generalmente el ataque nos coge por sorpresa. Incluso cuando se tiene conocimiento del ataque no es posible organizar una defensa racional, porque el ataque en sí mismo carece de cualquier tipo de estructura racional. Se lamentaba Goethe de que “no hay nada más espantoso que la ignorancia en acción”. En la Corte, los tontos, los necios, los estúpidos y demás ralea, abundan y medran. Santo Tomás de Aquino ya realizó toda una tipología de estos personajes: asyneti , cataplex, credulus, fatuus, hebes , idiota, imbecillis, inanis, incrassatus , inexpertus, insensatus, nescius, rusticus, stolidus, stultus, stupidus, tardus, turpis, vacuus y vecors . Impresionante, ¿no crees? Aunque ahora ya casi no se estudia el latín, me imagino que habrás - 75 -

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entendido casi todos los términos, pues de lo contrario, tal vez debas darte un baño de cultura clásica que nunca te sobrará. Baltasar Gracián entendía a los necios como “los desvanecidos, presuntuosos, porfiados, caprichosos, persuadidos, extravagantes, figureros, graciosos, noveleros, paradojas, sectarios y todo género de hombres destemplados; monstruos todos de la impertinencia, por ello, son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.” Ya desesperaba el emperador romano Marco Aurelio cuando se lamentaba que “perseguir lo imposible es propio de locos; pero es imposible que los necios dejen de hacer algunas necedades.” Aunque también debes considerar que un hombre de ingenio a menudo se vería muy embarazado sin la compañía de los necios. Advierte Carlo Cipolla que las personas no estúpidas siempre subestiman el poder de causar daño de la gente estúpida. Constantemente se les olvida que en cualquier momento, y bajo cualquier circunstancia, el asociarse con gente estúpida invariablemente constituye un error costoso. Así que intenta detectar a las personas que son susceptibles de ser consideradas estúpidas y huye de ellas como de la peste, porque en verdad son perores que los cuatro jinetes del Apocalipsis. Y si - 76 -

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crees que exagero, piensa que un malvado que no sea estúpido hará maldades, pero siempre serán razonablemente previsibles y el límite a sus acciones será su propio beneficio. Pero el estúpido hará daño a todos los que encuentre y a sí mismo, por lo que tras abandonar la lógica del común de los humanos será imprevisible, insaciable en su tontuna y por eso mismo mucho más peligroso. Aunque lo mas peligroso de todo es juntar el esfuerzo de varios estúpidos, ya que su tontera no se suma, sino que se multiplica. Además, es mucho más fácil que se junten muchos tontos a que se asocien pocos inteligentes, lo que les otorga el mayor y más temible poder de una masa descerebrada. Huye de las masas, cuanto mas grandes son, menos inteligencia demuestran. Dijo Cristo que “si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo”, y muchos necios juntos no tienen sino que caer al hoyo, así que para no hundirte pon atención a quien te guía. Estoy seguro que ya has notado que no exagero en absoluto y que este razonamiento explica muchos misteriosos desastres que te has ido encontrando a lo largo de tu vida. Si de todas formas aun quieres mas pruebas, observa a la clase política de cualquier país y verás que ahí se junta una gran densidad de estúpidos mediocres y por eso mismo todo funciona como funciona, ya que si hay algún - 77 -

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político que sobresale de la media, son tantos los estúpidos que le rodean que nada útil puede emprender y menos aún finalizar. Nunca discutas con un tonto, una tercera persona podría no notar la diferencia. Y sin discutir, sólo con estar en su cercanía, algo se contagia. Es mas, evita su compañía, pues todos los tontos acaban por hacerte tontear. El que con niños duerme, meado se levanta. Vuelve a advertir Gracián que “nunca hay que embarazarse con necios. Lo es el que no los conoce, y más el que, conocidos, no los descarta. Son peligrosos para el trato superficial y perniciosos para la confidencia; y aunque algún tiempo los contenga su recelo propio y el cuidado ajeno, al cabo hacen la necedad o la dicen; y si tardaron, fue para hacerla más solemne. Mal puede ayudar al crédito ajeno quien no le tiene propio.” Ningún tonto se queja de ser tonto. Lo que da que pensar, ya que nadie nos quejamos de ello. Pero observa que a ninguno le va excesivamente mal en esta vida, ya que hay bobos que se conocen y que emplean ingeniosamente su bobería. Curiosamente, prosperan en las Cortes, alcanzando puestos de gran poder. Tal vez sea por lo imprevisible y misterioso de su comportamiento, que, debido a la estupidez, nadie - 78 -

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en sus cabales es capaz de prever, y así, a todos sorprenden. El que en la Corte no esté siempre precavido sobre las celadas que le pudieran tender para caer en ridículo, puede estar seguro que por muy grande que sea su ingenio y entendimiento, será burlado por alguien más bobo que él. Aunque la verdadera razón es que el poderoso medianamente inteligente no quiere por debajo de él a nadie que le eclipse en agudeza, por lo que con el tiempo acaba rodeado de lerdos. Por eso los mediocres y necios prosperan en todas las jerarquías, y más en las Cortes. De ahí viene la frase de que “hasta ahora, sólo los de la familia sabíamos que era tonto. Desde que lo han hecho ministro, lo sabe todo el país”. Y tú, querido lector, ¿eres estúpido? No lo sé, ni siquiera sé si yo lo soy. Sin que sirva de precedente y a modo de disertación, hablaré de mí. Hay quien me ha dicho que soy inteligente, aunque eso tampoco demuestra nada. Estas personas pueden ser tal vez muy consideradas como para decirme la verdad. O lo que es más peligroso y hasta más probable, podrían estar intentando usar mi estupidez para sus propios fines, al fin y al cabo es una adulación, arma habitual del cortesano. O éstos que alaban también podrían ser tan estúpidos como yo. ¿Entonces, soy o no soy estúpido? Asoma una pequeña luz al final del túnel: en muchas - 79 -

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ocasiones estoy intensamente consciente de lo estúpido que soy y he sido. Sólo por este pensamiento tal vez no sea completamente estúpido. Ahora te toca a ti meditar sobre ti mismo. Espero que superes la prueba. A estas alturas del libro debería serte fácil. Si pretendes ser sabio en todo dejarás de serlo. Serás prudente si sabes ser ignorante a tu tiempo. Nada más conveniente ni más difícil que moderar tu sabiduría. Todos se conjuran contra el que más sabe; ya sea por envidia, por defensa de su ignorancia o tal vez porque sospechan de lo que no alcanzan y sienten que nunca alcanzarán. Dijo Unamuno que cuando una cabeza piensa otras diez le embisten. En cuanto supo Saúl que su yerno David era muy prudente, empezó a guardarse de él. Que no sepan que sabes. Te hará falta una gran ciencia y habilidad para ocultar tu ciencia y habilidad. Bien dijo Séneca que “industria es la aparente simpleza”. No intentes sacar de este estado a los que en él se disfrutan: no lo conseguirás y te volverás como ellos. La necedad ha existido y existirá por muchos siglos. Así que saca provecho de la estupidez ajena, cúbrete de las acciones de los tontos creativos y vigila estrechamente la tontuna propia. Tal vez así te ahorres muchos disgustos. - 80 -

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Las leyes de Parkinson Nadie puede sospechar cuántas idioteces políticas se han evitado gracias a la falta de dinero. Charles-Maurice Talleyrand Périgord En 1958, Parkinson llevó a cabo un estudio sobre la marina británica. Con el tiempo el concepto de dicho estudio ha evolucionado y ahora se entiende como "la tasa en la que la burocracia se expande con el tiempo". Hace unos cuarenta años llegaron a ser bastante populares las observaciones y teorías de Parkinson sobre la administración y la burocracia. Nacido en 1909, Parkinson trabajó en su juventud como funcionario del Imperio británico. Desde su puesto de empleado colonial, Parkinson observó algunas curiosas paradojas. Una, era que, a medida que disminuían los barcos de guerra de la marina británica, crecía el número de almirantes, de manera que en unos años -profetizó Parkinsonhabrá más almirantes que navíos de guerra. El tiempo le dio la razón. Otra paradoja era que con la pérdida de territorios del Imperio británico aumentaban los funcionarios coloniales. Y no por la vuelta de este personal a la metrópoli, sino porque se creaban más plazas para el trabajo

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administrativo colonial, cada vez mayor, pese a que el número de las colonias era cada vez menor. Parkinson vio que en todas estas paradojas se entrelazaban dos factores y un principio general. El primer factor negaba la relación entre una determinada tarea y el tiempo que debe absorber, ya que el trabajo se expande hasta llegar al tiempo límite disponible para que se termine. El segundo se puede enunciar así: «un funcionario aspira a multiplicar sus subordinados, no sus rivales». El principio general consiste en que la burocracia genera sus propios trabajos. Recientemente, la ley de Parkinson se ha aplicado a la memoria de los ordenadores (crece la memoria, pero los datos y las técnicas de programación se expanden hasta llenar el espacio disponible para el almacenamiento) y al tamaño de los informes escritos, multiplicado por tres desde que se inventó en los programas de texto la función de copiar y pegar. La conclusión que podemos establecer es del todo parkinsoniana: un informe genera a su vez otros informes cada vez mayores. El informe, cuando mayor sea, menos información da y más inútil es. La versión resumida de la Ley de Parkinson seria algo así: 1. ”El trabajo crece hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización”.

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2. “Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos”. 3. “El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia”. Finalmente recordemos el famosísimo libro de las Leyes de Murphy, donde en tono humorístico se hace referencia a las Leyes de Parkinson: 1. Cualquier trabajo se expande hasta agotar el tiempo destinado a que se haga. El incremento de la importancia de lo que hay que hacer es directamente proporcional al tiempo que se tarda en hacerlo. 2. Los gastos aumentan hasta cubrir los ingresos. 3. Expansión implica complejidad y la complejidad deterioro. 4. El número de personas que integran un grupo de trabajo tiende a aumentar independientemente del trabajo que haya que realizar. 5. Si existe una manera de retrasar una decisión importante, una burocracia eficaz, pública o privada, la encontrará.

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Axiomas de Parkinson 1. Un funcionario quiere multiplicar el número de sus subordinados, no el de sus rivales. 2. Los funcionarios se ayudan a la hora de hacer el trabajo.

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Murphy y sus malditas leyes La inteligencia sumada de todo el mundo resulta impotente frente a la clase de estupidez que está de moda. Jean de La Fontaine Si no quieres ver un idiota, rompe el espejo. François Rabelais ¿Nunca ha sonado el teléfono de su casa en el preciso instante en que usted se sentaba en el excusado? ¿Tampoco ha aparecido el autobús que llevaba horas esperando justo cuando se ha encendido un cigarrillo? ¿Nunca ha llovido a cántaros, precisamente el día que había llevado el coche a lavar, ni ha dejado de llover nada más comprar un paraguas? Es posible que usted se diera cuenta en ese momento de que se estaba tramando algo, que existía un principio universal más allá de su comprensión y que estaba muerto de rabia por que le pusieran un nombre. También, es posible que usted deseara recurrir a la Ley de Murphy, el Principio de Peter o la Ley de la Gravitación Selectiva, si es que había oído hablar de ellas, sólo para darse cuenta de que se le había olvidado el nombre exacto. Aquí tenemos un pequeño compendio de referencias, que parten del juicio y de la sabiduría - 85 -

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de nuestros tecnólogos, burócratas, humanistas y observadores antisociales más deliciosamente dementes. Lo han elaborado y nos lo presentan con la finalidad de proporcionarnos un ligero "alivio kármico". A lo largo de la historia, los eruditos y los sabios nos han divertido con las leyes del Universo, las estructuras sutiles aunque inmutables que rigen el orden cósmico. Hemos recibido las Leyes Morales de los religiosos; las Leyes del Karma de los místicos; Las Leyes de la Lógica de los racionalistas y las Leyes de la Estética de los artistas. Ahora es el turno de los tecnólogos y de agudizar nuestro oído colectivo. Murphyología. LEY DE MURPHY. (o Si algo puede salir mal, saldrá mal). Corolarios. 1. Nada es tan fácil como parece. 2. Todo lleva más tiempo del que usted piensa. 3. Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.

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4. Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, al momento aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad. 5. Cuando las cosas se dejan a su aire, suelen ir de mal en peor. 6. En cuanto se ponga a hacer algo, se dará cuenta de que hay otra cosa que debería haber hecho antes. 7. Cualquier solución entraña nuevos problemas. 8. Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos. 9. La naturaleza siempre está de parte de la imperfección oculta. 10. La madre Naturaleza es una lagartona. FILOSOFÍA DE MURPHY. (Sonría, mañana puede ser peor). COMENTARIO DE O’ TOOLE SOBRE LA LEY DE MURPHY. - Murphy era un optimista. POSTULADO DE BOLING. - Si se encuentra bien, no se preocupe. Se le pasará. - 87 -

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PRIMERA LEY DE CHISHOLM. - Cuando las cosas vayan bien, algo habrá que haga que vayan mal. Corolarios. 1. Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora. 2. Cuando le parezca que las cosas van mejor, es que se le ha pasado algo por alto. LEY DE LA IDEA GENIAL. - Cuando a usted se le ocurra la solución ideal, alguien habrá resuelto ya el problema. LEY DE LA MENTIRA. - No importa la frecuencia con que se demuestre que una mentira es falsa. Siempre habrá cierto porcentaje de gente que crea que es verdad. LEY DE KRANSKE. - Guárdese del día en que no tenga nada que lamentar. Corolarios.

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1. Si usted explica algo con tanta claridad que nadie lo pueda malinterpretar, no se preocupe, alguien lo hará. 2. Si usted hace algo y está seguro de que contará con la aprobación de todo el mundo, a alguien le disgustará. 3. Los métodos para conseguir más fácilmente el objetivo no suelen funcionar. PRIMERA LEY DE FINAGLE. - Si un experimento funciona, es que algo ha ido mal. SEGUNDA LEY DE FINAGLE. No importa cuál sea el resultado previsto. Siempre habrá alguien impaciente por: - malinterpretarlo; - imitarlo, o - creer que ha sido a causa de su teoría favorita. TERCERA LEY DE FINAGLE. - En cualquier grupo de datos, la cifra que evidentemente es correcta, sin ninguna necesidad de comprobación, es la errónea. - 89 -

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Corolarios. 1. Si le pide ayuda a alguien, no sabrá ver el error. 2. Cualquiera que eche un vistazo, sin que usted se lo pida, lo verá inmediatamente. CUARTA LEY DE FINAGLE. - Si un trabajo se ha atascado, todo lo que haga para arreglarlo sólo conseguirá empeorarlo. REGLAS DE FINAGLE. 1. Para estudiar mejor un asunto, entiéndalo en profundidad antes de empezar. 2. Lleve siempre un registro de datos; así demostrará que ha estado trabajando. 3. Primero dibuje curvas y después elabore el texto. 4. En caso de duda, que suene muy convincente. 5. Los experimentos deben ser análogos, es decir, todos deben fallar de la misma manera. 6. No crea en los milagros, confíe en ellos. PRIMERA LEY DE SODD. - Cuando una persona emprende una tarea, la intervención inconsciente de otra presencia (animada o inanimada) desbaratará sus planes. Sin embargo, algunas tareas se pueden terminar debido a que esa presencia que interviene también está realizando una tarea y, evidentemente, también está expuesta a que usted intervenga. - 90 -

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Paul Tabori y su certera visión de la Historia La mitad del mundo la forman personas que tienen algo que decir y no pueden. La otra mitad, los que no tienen nada que decir y no paran de decirlo. Robert Frost Paul Tabori fue un ciudadano húngaro que escribió un libro sobre La historia de la estupidez humana. Los temas fueron interesantes en su tiempo y aunque deben servir de escarnio, las aberraciones de las situaciones de la sociedad que presenta en la obra siguen repitiéndose una y otra vez. Errar es de la esencia del hombre, errar estúpidamente, cuando hay un colectivo de voluntades, incrementa las probabilidades de que se presente esta manifestación de la conducta social. Algunos nacen estúpidos, otros alcanzan el estado de estupidez, y hay individuos a quienes la estupidez se les adhiere. Pero la mayoría son estúpidos no por influencia de sus antepasados o de sus contemporáneos. Es el resultado de un duro esfuerzo personal. Hacen el papel del tonto. En realidad, algunos sobresalen y hacen el tonto de manera intachable y perfecta. Naturalmente, son los últimos en saberlo, y uno se resiste a darles esa noticia, pues desconocer la estupidez equivale a la - 91 -

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prosperidad. La estupidez, que reviste formas tan variadas como el orgullo, la vanidad, la credulidad, el temor, la arrogancia, la discriminación y el prejuicio, es el blanco fundamental de este escrito, pudiendo agregar una frase de mi vecino Paul Tabori, que dijo: “ha sobrevivido a millones de impactos directos, sin que estos la hayan perjudicado en lo más mínimo”. Pero pocas veces se ha mencionado, quizás porque es demasiado evidente, que si la estupidez desapareciera, los escritores irónicos y despreocupados careceríamos de tema. Pues “en un mundo perfecto nadie reiría”. Es decir, no habría de que ni de quien reírse, nada que fuera ridículo. Pero, ¿podría calificarse de perfecto a un mundo en el que la risa estuviera ausente? Quizás la estupidez es necesaria para dar no sólo empleo al autor irónico, sino también entretenimiento a dos grupos minoritarios: 1) los personas discretas que pasan casi desapercibidas y se ríen de los estúpidos 2) los que poseen inteligencia suficiente para comprender que son estúpidos y tratan de esconder esa calidad de su persona para reírse de los estúpidos públicos. Y cuando empezamos a creer que una ligera dosis de estupidez no es cosa tan temible, sino que - 92 -

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puede ser graciosa, en el trascurso de la historia humana la estupidez ha aparecido siempre en dosis abundantes y mortales. Ser un “poco” estúpido es tan improbable como que una mujer esté un “poco” embarazada o que alguien esté un “poco” muerto. Más aun, las consecuencias de la estupidez no sólo son cómicas sino también trágicas. Son graciosas, pero ahí concluye su utilidad, si es que la tiene. En realidad, sus consecuencias negativas a todos influyen, y no sólo a quienes la padecen. El mismo factor que en el pasado ha determinado persecuciones y guerras, puede ser la causa de la catástrofe definitiva en el futuro. El lamentable archivo de la estupidez humana abarca desde los vanos ritos de Luis XIV hasta la autocastración de la secta religiosa de los skoptsi; desde el miembro de la Academia Francesa de Ciencias que obstinadamente insistió en que el invento de Edison, el fonógrafo, era un truco barato de ventrílocuo, a la técnica de Hermippus, que aseguraba la prolongación de la vida mediante la inhalación del aliento de las jóvenes doncellas, desde la fe en la vid que producía sólidas uvas de oro, al bibliotecario italiano que consagró veinticinco años a la creación de una biblioteca de los libros más aburridos del mundo.

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Contrástase siempre la estupidez con la sabiduría. El sabio es el que conoce las causas de las cosas. El estúpido las ignora. ¿Qué es un estúpido? El ser humano a quien la naturaleza ha suministrado órganos sanos, y cuyo instrumento raciocinante carece de defectos, a pesar de lo cual no sabe usarlo correctamente. El defecto reside no en el instrumento, sino en su usuario, el ser humano que utiliza y dirige el instrumento. La estupidez duele… sólo que rara vez le duele al estúpido. La estupidez es el arma más destructiva del hombre, su más devastadora epidemia, su lujo más costoso, pues la mayoría de las desgracias y debilidades humanas se relacionan con la estupidez. La gente gasta mucho dinero en astrólogos, brujos, adivinadores de la fortuna y otros especialistas por el estilo. Esta maravillosa presunción de los hombres constituye una de las más notables pruebas de la inmortalidad de la estupidez. Quienes explotan la credulidad de los auténticos creyentes pueden hacerlo porque existe un fértil suelo de estupidez en el que madura la cosecha de la superstición y del engaño. Cita Paul Tabori que hace algunos años los periódicos publicaron una nueva teoría sobre el núcleo interior de nuestro planeta. Un erudito - 94 -

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profesor había descubierto que no estaba formado de níquel ni de hierro, sino… ¡de oro! Si fue difícil hallar, y más aún conservar el oro, siempre se soñó con la existencia de un atajo. Ese fue el sueño del alquimista. Y si los alquimistas no produjeron oro para quienes los patrocinaban, con cierta frecuencia lo obtuvieron para sí mismos, gracias a la inagotable veta de la estupidez humana. Durante mil años ardió el fuego en los hornos misteriosos de los alquimistas, durante mil años los gobernantes codiciosos persiguieron la quimera del oro artificial. Jamás se formularon una simple y elemental pregunta: ¿por qué el poseedor de tan vital secreto lo ofrecía a otros, en lugar de reservarlo para su único y exclusivo beneficio? El empleo medicinal del oro no es un hecho nuevo. El oro fue empleado como droga de carácter medicinal ya en tiempos de Plinio. Posteriormente, los médicos árabes lo convirtieron en el eje de toda su farmacopea. Con Luis XI, los médicos emplearon oro líquido para curar la epilepsia del monarca. Los tesoros perdidos también fueron cebo de la credulidad. Perseguía al mundo antiguo la idea de que los metales eran entes orgánicos que crecían y - 95 -

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se desarrollaban como las plantas. El “aurum vegetabile”, el “oro que crece”. Son relativamente frecuentes los informes que aluden a la existencia de uvas en cuyo interior hay oro. En conjunto, la leyenda no era otra cosa que el ensueño dorado concebido por la estupidez, el juego afiebrado de cerebros infectados de codicia. La más deslumbrante y trágica personificación del oro fue el sueño de “El Dorado”. Mientras los españoles obsesionados por la manía del oro perseguían los tesoros de los caciques, llegaron a California. Allí revisaron cada choza, cada aldea, cada pueblo indígena… pero no hallaron oro. Sin embargo, les hubiera bastado inclinarse pues las partículas de oro estaban bajo las plantas de los pies. Soñaban con el famoso “El Dorado”, y no sabían que ya estaban en él. Los aventureros europeos en busca de tesoros recorrieron durante trescientos años el suelo de California; pero a nadie se le ocurrió examinar las centelleantes arenas de los arroyos, para comprobar a qué obedecían los reflejos arrancados por la luz del sol. El oro había esperado tres siglos, el tiempo que la estupidez humana necesitó para ver lo que estuvo siempre a la vista de todos.

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Pero los hombres estaban dispuestos a aceptar versiones más fantásticas aún. Muchos creían firmemente que los animales conocían también el valor del metal más apreciado y codiciado por la humanidad. Plinio el Viejo presentó en su “Historia Naturalis” como un “hecho científico” el caso de las hormigas recolectoras de oro. Estrabón cita a otros autores, lo cual demuestra que los escritores antiguos no tenían la menor duda respecto de la realidad de estos extraños animales. El origen de estos mitos debe estar en algún aficionado a la murmuración que quiso provocar verdadera sensación en sus oyentes; finalmente, la materia prima del rumor llegó a manos “profesionales”, que le infundieron forma de estupidez duradera y casi inmortal.

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Análisis de la estulticia por Santo Tomás de Aquino Jean Lauand, de la Universidad de São Paulo nos dice que los tontos son legión. Esta verdad que viene confirmada por la autoridad de Dios (como si hiciera falta revelación de una tal perogrullada) es citada más de veinte veces por Tomás de Aquino: "stultorum infinitus est numerus", sentencia de Salomón, dicha en un momento de vehemente desahogo y bajo los efectos del vino. Los necios –dice- "me rodean como avispas". Pero no sólo hay infinitos tontos, sino que los hay de distintas formas: unas más ligeras; otras, más graves; hay tonterías inocentes; otras que son grave pecado... A lo largo de todo este análisis encontramos toda una tipología de tontos ya citados en el anterior capítulo de Sobre los necios en el “Manual de Cortesanos”. Aquí examinaremos brevemente -nada más que algunos apuntes- estos más de veinte tipos de tontos presentados por Santo Tomás, algunas de las causas, efectos y los remedios -en la medida en que quepa remedio- de la tontería.

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Por lo pronto, Tomás hace la comparación con los animales. Si en español "asno" se emplea para designar una persona ruda y de muy poco entendimiento y, en portugués, "burro" es ya la primera palabra para designar la poca inteligencia, Tomás, por veinte veces, compara el insipiente al jumento: porque los animales actúan movidos por la pasión. Así, el perro nada más se irrita empieza a ladrar; el caballo, cuando tiene un deseo, relincha etc. Y el insipiente, que dimite de la razón (de su honor, que es la razón, como repite Tomás), se reduce a un asno o jumento:" Se le compara al asno, porque el asno es asno, animal estulto. Sin embargo, el tonto stolidus, es parangonado a la oveja. El problema de la tontería se cifra siempre en el buen juicio sobre la realidad y sobre todo de los agibilia. Si sensatus es el hombre razonable, con sentido común, en lo que se refiere a las acciones particulares; a los insensati o asyneti les falta el sentido para estas acciones. Tomás agudamente hace notar que no se puede decir de niños que sean insensatos, sino sólo de adultos. Una primera característica de diversas formas de tontería es la parálisis. Ocurre por ejemplo en el - 99 -

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stupidus (que, por veces, Tomás designa por cataplex -"cataplex, id est stupidus"), que recibe este nombre precisamente de una especie de parálisis que le sobreviene por stupor. El estupor es distinto de la admiración: ésta es una actitud positiva que acaba por requerir la disquisición; aquélla, la impide. La parálisis es común a otros tipos de tontos: acomete también al torpe, de ahí que ya Isidoro de Sevilla recoja la curiosa etimología del pez torpedo, que entorpece los miembros de quien le toca. Tomás incluye el estulto entre los paralizados y citando a Isidoro, hace derivar el mismo nombre stultitia de stupor. Además de la parálisis, otro factor importante en la caracterización de la tontería está en la falta de sensibilidad: distinguiendo entre estulto y fatuo, dice que la estulticia comporta embotamiento del corazón y hace obtusa la inteligencia ("stultitia importat hebetudinem cordis et obtusionem sensuum"). La fatuidad es la total ausencia de juicio (el estulto tiene juicio pero lo tiene embotado). De ahí que la estulticia sea contraria a la sensibilidad de quien - 100 -

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sabe: sabio (sapiens) se dice por saber (referido a sabor): así como el gusto discierne los sabores el sabio discierne y saborea las cosas y sus causas: a lo obtuso se opone la sutileza y la perspicacia de quien sabe. La metáfora del gusto, de la sensibilidad en el gusto como paradigma para quien sabe saborear la realidad encierra una de las principales tesis de Tomás sobre la tontería. Discutiendo cuál es el fin último del hombre, considera la objeción de que la felicidad estaría en el dinero pues esa es la opinión común. Y contesta: ""Todo se sujeta al dinero" es lo que afirma la legión de estultos que saben sólo de bienes corporales, que el dinero puede comprar. Pero el juicio sobre el bien humano no lo debemos tomar de los estultos sino de los sabios, lo mismo que en cosas de sabor preguntamos a quienes tienen paladar sensible". Se trata siempre de una percepción de la realidad: lo que de hecho es amargo o dulce, parece amargo o dulce para quienes poseen una buena disposición de gusto, pero no para aquéllos que tienen el gusto deformado. Cada cual se deleita en lo que ama: a los que padecen de fiebre se les

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corrompe el gusto y no encuentran dulces cosas que en verdad lo son. Cuando busca caracterizar el estulto - la estulticia como opuesto a la sabiduría - se refiere propiamente al no darse cuenta de la conexión entre medios y fines. Además, el actuar del estulto sigue a su falso juicio que tiene por bien lo que no lo es. Tomás distingue entre la estulticia especulativa y la práctica: hay gentes muy limitadas de inteligencia pero que saben bien actuar; hay, en cambio, personas inteligentísimas que son estultos en su actuar. En otro lugar, Tomás, siempre atento al lenguaje, distingue entre el estulto, que no asciende a los conocimientos superiores; el insipiente, que no saborea su dulzura y el vecors, a quien le falta corazón para decidirse. Y luego indica otra distinción entre el insipiente y el estulto: el insipiente puede tener conocimientos terrenos pero no los eternos, mientras el estulto carece aún de los conocimientos terrenos. Otra característica del insipiente es creer -también él- que todos tienen su condición. Así, cuando considera la etimología, hace notar que el

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insipiente es el insapiente, el no-sabio, que no saborea la sabiduría divina. Otra constante en diversos tontos es que son obtusos, lo que se opone a la agudeza; lo agudo penetra en la realidad: de ahí que se hable de "sentidos agudos" e "inteligencia aguda", que penetra hasta en lo íntimo de la realidad. Lo contrario de agudo es hebes. Lo obtuso puede ser pecaminoso, culpable. De ahí también los errores crasos, gordos, groseros y las metáforas de la grosería del intelecto o del corazón: incrassatus. Le falta sensibilidad también al stolidus, incapaz de relacionar el efecto a su causa. Entre las causas morales de la percepción de la realidad, se destaca la buena voluntad que es como una luz, mientras la mala voluntad sumerge a uno en las tinieblas del prejuicio. Otro punto importante en el análisis de la tontería es que hay -y es algo evidente- grados de inteligencia y de tontería, pues el rústico no se puede comparar al sutil filósofo. Entonces aparece otro tipo: el idiota. Siempre atento a los orígenes de los nombres, Tomás hace

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notar que idiota, propiamente significa aquel que sólo conoce su lengua materna: Pero el sentido se extiende: se trata principalmente del cultivo de la inteligencia. El tonto por no cultivado es el idiota. Tomás habla incluso de la contraposición entre atletas instruidos e idiotas, es decir rudos sin experiencia. El rústico se asombra de lo que desconoce (y que para otros es harto conocido y no despierta admiración) Imbecillis se refiere a la flaqueza en general (moral, de ánimo, de la fe etc.) y no especialmente a la intelectual. Imbecilidad es además no superar el nivel primario de la inteligencia, que no supera lo sensible. En relación a Dios, todo hombre es tardo de intelecto (Dios lo conoce todo en un solo acto) y por tanto, para aprender, requiere muchas metáforas. Un intelecto elevado, de pocas cosas extrae mucho conocimiento y los tardos necesitan de muchos ejemplos para entender. Los más tardos se resisten a atinar con la realidad y dan interpretaciones groseras: la voz que glorifica a Jesús en el Evangelio es tomada por los más groseros por trueno.

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El nescius es el ignorante, ya sea con ignorancia culpable o no. No siempre el problema de los tontos es un problema de intelecto propiamente. Pues si el intelecto no es potencia corpórea, sin embargo necesita en su operación de las potencias corporales como la imaginación, la memoria y la cogitativa. Y si las operaciones de éstas sufren algún impedimento por parte del cuerpo no puede darse buen funcionamiento del intelecto. Tras ese recorrido un tanto inquietante -esos tontos siguen siendo actuales-, terminamos recogiendo brevemente las indicaciones que Tomás da de los remedios contra las tonterías propias o ajenas. Primero, hay que recordar que entre las obras de misericordia, las más importantes, las siete "limosnas espirituales", tres guardan relación más o menos directa con nuestro tema: soportar a los molestos ("portare onerosos et graves"), enseñar al que no sabe ("docere ignorantem") y dar buen consejo al que lo ha menester ("consulere dubitanti"). El remedio, cuando lo hay, es así propuesto por Tomás: "Las deficiencias espirituales se socorren con obras espirituales de dos modos. Uno, pidiendo auxilio a Dios y para esto está la oración. - 105 -

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(...) Otros, contra las deficiencias del intelecto especulativo, el remedio es el estudio, la doctrina; contra las deficiencias del intelecto práctico: consilium, la deliberación y el consejo".

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Elogio de la estulticia según Erasmo de Rotterdam No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir. Baltasar Gracián Erasmo hace un recorrido por la estupidez humana a lo largo de los tiempos y pone de manifiesto que, ésta, es la verdadera reina del orbe, ya que, según nuestro humanista son precisamente los estultos los que triunfan sobre los doctos. Y en un discurso lógico pone ejemplos de semejante aseveración. Por ejemplo, los sabios, los prudentes, los reflexivos, suelen aburrir, acaban casi siempre arruinados y abandonados a su suerte, mientras que los majaderos hacen reír, alegran la vida, gracias a su estupidez suelen medrar porque nadie les considera peligrosos y, además, pueden decir y hacer lo que se les antoje delante de quien quieran, ya que precísamele su estupidez les salvará de un juicio terrible y el consiguiente castigo y se será benévolos con ellos. ¿Hay pues mayor felicidad posible? Aunque el libro es estupendo de principio a fin, es especialmente saludable la lectura del capitulo que Erasmo dedica a la majadería de los clérigos de toda condición y posición y a los teólogos. Son los más rematados de los estúpidos pero, gracias a sus - 107 -

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palabras, altisonantes y aprendidas de boca de otos, consiguen imponer sus criterios y asombran a medio mundo con su verborrea de papagayos. Pontifican, excomulgan, imponen doctrinas y hacen interpretaciones de la doctrina que nada tiene que ver con el original, organizan guerras para la conversión de los infieles, queman a los herejes y llaman fanáticos a los demás. Viven en total contradicción con lo que predican, pero ¡ahí de ti como seas cogido en pecado! La verdad es que si se observa el mundo actual no vemos mucha diferencia con la época que le tocó vivir a Erasmo. Dice Erasmo que “La Fortuna ama a las personas poco sensatas, a los audaces, a los que se complacen en decir: «Todo me lo juego a una carta». La sabiduría hace a las personas tímidas, por lo cual veis fácilmente a los sabios en la pobreza, en la estrechez y en la oscuridad, despreciados, desconocidos y olvidados. En tanto a los estultos afluye el dinero, tienen en las manos la gobernación del Estado y, en fin, prosperan de todos modos. Pues si alguno cifra la felicidad en ser grato a los príncipes y en moverse en el trato de estos mis dioses enjoyados, ¿habrá cosa que le sea más inútil que la sabiduría y que más reprobada esté por tal género de personas? Si se trata de obtener riquezas, ¿qué lucro podrá hacer el comerciante que, siguiendo los dictados de la - 108 -

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sabiduría, se encalle en un perjurio, se sonroje si le sorprenden en mentira y comparta en lo más pequeño los escrúpulos de los sabios ante los hurtos y la usura? Poco será, sin duda. Por lo mismo, quienquiera que ambicione honores y riquezas eclesiásticos, llegará a ellos antes más bien como asno o como buey que como sabio. Si perseguís el placer, las muchachas protagonistas de esta comedia son enteramente devotas de los estultos y se horrorizan y huyen del sabio como del escorpión. En suma, quien se dispone a vivir con un poco de alegría y optimismo, empieza por excluir de su compañía al sabio y prefiere admitir a cualquier otro animal.” Diga lo que quiera de mí el común de los mortales, pues no ignoro cuán mal hablan de la Estulticia incluso los más estultos, soy, empero, aquélla, y precisamente la única que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres. A juicio de la Estulticia, cuanto más estulta es una persona tanto más feliz es, con tal que se contenga en esta especie de locura que nos es peculiar y que, además, está tan extendida, que no sé si en el conjunto de todos los mortales podría encontrarse a alguien que se mantuviese cuerdo a todas horas y no estuviese poseído de alguna especie de locura. La diferencia entre una y otra locura radica en que la gente llama loco a aquel que imagina que una calabaza es una - 109 -

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mujer, puesto que ello les sucede a poquísimas personas. En cambio, aquel que ensalza a su mujer, a la que tiene en común con muchos otros, como si fuese Penépole y la ensalza en tono mayor, se engaña dulcemente y no habrá nadie que le llame loco, puesto que ésta es cosa que les ocurre en general a los maridos. A los santos, ¿qué les piden los hombres sino cosas que tocan a la necedad? Entre tantos exvotos que veis por todas las paredes de ciertos templos y aun cubren la bóveda, ¿habéis encontrado alguna vez el de alguien que se haya curado de la necedad o que haya adquirido siquiera un adarme de sabiduría? Dirán algunos, sin embargo, que el equivocarse es lamentable; más lo es el no equivocarse. Yerran a más no poder quienes creen que la felicidad del hombre radica en las cosas mismas. En realidad, depende de la opinión que nos formamos de ellas, pues es tan grande la oscuridad y la variedad de las cosas humanas, que nadie las puede conocer de modo diáfano, según dijeron acertadamente los platónicos, los menos presuntuosos entre los filósofos. ¡Cuán poco cuesta esta consecución de la felicidad! Al paso que el conocimiento de las cosas en sí significa muchas veces voluminosa labor, aunque sean de tan poca monta como la gramática, - 110 -

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las opiniones son de muy fácil adoptar y conducen igual, si no con mayor holgura, a la felicidad. No hay diferencia entre estultos y sabios o, si las hay, es favorable a los primeros, primeramente porque su felicidad les cuesta muy poco, ya que consiste en una modesta persuasioncilla, y luego, porque la comparten con la mayoría de las personas. Todo lo que aquí se dice se puede resumir en solo unas cuantas palabras: la estulticia es el elemento esencial que necesitamos para vivir felizmente. La estulticia es verdad absoluta, es la realidad tal y como es. La estulticia es el motor que pone al mundo en movimiento, es vitalidad, valor, energía de la cual nadie puede prescindir. La estulticia conduce a la más elevada sabiduría, es la madre de todas las pasiones humanas, es la originadora del amor y de la amistad; los sentimientos más hermosos que hay. En un mundo como el hoy, los humanos se destruyen unos a otros con el único objetivo de obtener poder, en vez de utilizar estos esfuerzos para lograr objetivos de bien común para humanidad. Al mundo de hoy no le vendría nada de mal una pequeña esencia de esta estulticia.

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La navaja de Hanlon y otras leyes La mitad del mundo la forman personas que tienen algo que decir y no pueden. La otra mitad, los que no tienen nada que decir y no paran de decirlo. Robert Frost La navaja de Hanlon es una ley universal que ocupa un lugar eminente en la cultura hacker. Se parece a la Navaja de Occam, y ocupa un lugar en Ciencias Sociales equivalente al que esta ocupa en la Epistemología. Se deduce de la Ley de Finagle, que dice que Si algo puede salir mal, saldrá mal. El conjunto es el siguiente:

Nunca atribuyas a malicia lo que pueda explicarse adecuadamente mediante la estupidez Nunca atribuyas a estupidez lo que pueda explicarse adecuadamente mediante la ineptitud Nunca atribuyas a ineptitud lo que pueda explicarse adecuadamente mediante el desconocimiento

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El conjunto de las tres es extraordinariamente poderoso. Las correcciones, aparte de ser más políticamente correctas, permiten solucionar casos en los que actúan personas que no son estúpidas, o incluso que son perfectamente aptas para la tarea. En el área de las finanzas la ha vuelto a definir recientemente Joe Gregorio como: Nunca atribuyas al buen sentido de los negocios lo que se pueda explicar adecuadamente mediante estupidez. Otra regla interesante es la regla del noventa-noventa, que dice que el noventa por ciento del código de un proyecto se escribe en el noventa por ciento del tiempo, y que el diez por ciento restantes se lleva el otro noventa por ciento. También se enuncia como: el tiempo que falta para acabar el proyecto es constante. También, la Ley de Sturgeon: El noventa por ciento de cualquier cosa es una porquería. La enunció cuando alguien le dijo que había mucha Ciencia Ficción mala, diciendo: Seguro, el 90% de la Ciencia Ficción es mala. El 90% de cualquier cosa es una porquería.

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Muchos, muchísimos tipos de tontos Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres. Jules Renard En el libro chino de las transformaciones, el I Ching, se clasifica a los hombres en superior (el que practica los preceptos y las reglas del libro) y después a los demás, los que, por destino, están condenados a la ruina. En la Biblia (Proverbios y Salmos), se mencionan dos grandes categorías humanas, el sabio y el necio. Con el desarrollo de la sociedad, dos categorías no fueron suficientes para clasificar a la humanidad. Maquiavelo, en su muy famoso libro El Príncipe, clasifica a los hombres en tres categorías: “Porque hay tres clases de cerebros, uno que comprende por sí mismo, otro que discierne por lo que se le dice y un tercero que no entiende ni por sí ni con la ayuda ajena, siendo el primero superior en todo, el segundo excelente y el tercero inútil”. Confucio hablaba de cuatro categorías: los que nacen dotados de una gran inteligencia; aquellos que han adquirido muchos conocimientos con esfuerzo y estudio; luego están los que, a pesar de - 114 -

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haber dedicado mucho esfuerzo al estudio, poseen poco conocimiento y, finalmente, se encuentran aquellos que, careciendo de inteligencia y sin haberse esforzado por estudiar, permanecen toda su vida en la más absoluta ignorancia. El historiador y crítico francés, Hyppolite-Adolphe Taine también establecía una clasificación de cuatro grupos. Cuatro especies de personas hay en el mundo: los enamorados, los ambiciosos, los observadores y los imbéciles; y los más felices son estos últimos. Ya hemos visto en otros capítulos que otros sabios ilustres interesados por el tema como Santo Tomás de Aquino o Baltasar Gracián intentaron hacer una somera clasificación sobre este género de personas. Sus clasificaciones siguen en vigor y la que sigue simplemente se limita a ampliarla y adaptarla al presente. 1.- Tonto de pacotilla. Persona de tontería vulgar. 2.- Tontorrón. Adjetivo. Aumentativo de tonto. 3.- Tontaina. Nombre común coloquial. Persona tonta. 4.- Tontico. Nombre común coloquial. Persona con algún retraso mental.

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5.- Tontucio. Adjetivo. Medio tonto. 6.- Tontuzo. El que tiene la otra mitad de la tontería del tontucio. 7.- Tonto del bote. Persona a la que le ha sonreído la suerte sin haber hecho nada para merecerlo. Debemos esta expresión a un mendigo madrileño del primer tercio del siglo XIX que llevaba un bote de cuero para recoger las limosnas. Tuvo su “puesto de pedir” a las puertas del desaparecido convento de San Antonio del Prado. En cierta corrida de toros, uno de los astados saltó la barrera y enfiló la Carrera de San Jerónimo. Venía bufando, haciendo destrozos, y volteando a los paseantes. Al llegar frente al mendigo, que desconociendo el peligro permaneció inmóvil, el animal le acercó el testuz, le husmeó y, al cabo, volvió grupas, sin causarle el menor daño. 8.- Tonto de capirote. Aplicado a la persona muy necia o incapaz. Miguel de Unamuno, en un artículo publicado en 1923, decía que tonto de capirote “es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial”. 9.- Tonto de campeonato. El más tonto entre los tontos.

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10.- Tonto de las pelotas. Persona estúpida e irritante. 11.- Tontolapolla. Contracción lingüística de “tonto de la polla”. Persona idiota y odiosa. 12.- Tontolaba. Esta palabra tiene su origen en la costumbre de poner en los roscones de reyes un haba y un regalo. Al que le tocaba el regalo le coronaban como rey de la fiesta, y al que le tocaba el haba tenia que pagar el roscón; se le llamaba “el tonto del haba”. 13.- Tonto del culo. Que parece razonar con sus posaderas. 14.- Tonto del puto culo. Que parece razonar con sus putas posaderas. 15.- Tonto con suerte. El que es tonto y a pesar de ello todo le sale bien. 16.- Tonto feliz. Persona sin intelectuales y feliz en su ignorancia.

inquietudes

17.- Tonto infeliz. Bobo, bobalicón. 18.- Tonto con balcones a la calle. Aquel cuya estulticia es tan manifiesta que esta se muestra al exterior. 19.- Tonto de cojones. Muy tonto.

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20.- Tonto de remate. Extremadamente tonto. 21.- Tonto en Babia. Distraído, despistado, alelado. 22.- Tonto falaz. El que finge ser corto de entendederas para esconder su malicia, urdir un engaño o evitar pagar por su maldad. 23.- Tonto enciclopedista. Que conoce un sinfín de tonterías (no confundir con el friki). También tonto ilustrado. 24.- Tonto locuaz. Que no se cansa de decir tonterías. Los hay con programa radiofónico propio y hasta protagonistas de espacios televisivos. 25.- Tonto estulto. Tonto por partida doble. 26.- Tonto a más no poder. El que ha alcanzado los límites de la tontería humana. 27.- Tonto sin remedio. Que nació tonto y se morirá tonto. 28.- Atontado. Adjetivo. Dicho de una persona: tonta o que no sabe cómo conducirse. 29.- Tonto de solemnidad. Tonto notable o de mucha entidad.

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30.- Tontín. Utilizado cariñosamente por las esposas para referirse al marido durante el primer año de matrimonio, y substituido posteriormente por adjetivos como: calzonazos, inútil, vago, manazas… alternados con la frase: “si ya me lo dijo mi madre”. 31.- Tonta. Mujer crédula y confiada que ha sido engañada en múltiples ocasiones con afirmaciones tales como: “no te va a doler” o “tú sigue que yo te aviso cuando llegue el momento”. También hay ingeniosa:

otra

clasificación

no

menos

1.-OPTIMISTA, crees que no eres tonto. 2.-PESIMISTA, crees que solo tú eres tonto. 3.-TELESCOPICO, desde lejos se te nota lo tonto. 4.-FOSFORECENTE, hasta en la noche se te nota lo tonto. 5.-APLICADO, pues te preocupas por aprender tonterías. 6.-ESFERICO, por el lado que se te vea eres tonto. 7.-LABORIOSO, ya que todo el día te la pasas haciendo tonterías.

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8.-PETULANTE, pues te enorgulleces de tus tonterías. 9.- AMIGABLE, pues tienes todos tus amigos tontos. 10.-ENCICLOPEDICO, pues sabes un montón de tonterías. 11.-SIMPATICO, pues tus tonterías causan risa. 12.-LITERARIO, pues escribes un montón de tonterías. 13.-CAMPANA, ya que eres TAN, TAN, pero TAN tonto... 14.-CREYENTE, pues crees en cualquier tontería. 15.-CONSCIENTE, pues sabes que eres tonto. 16.-CAMPEON, ya que nadie te gana a hacer tonterías. 17.-CON PEDIGRÍ, campeones.

pues

desciendes

de

tontos

18.-ALEGRE, ya que te ríes de cualquier tontería. 19.-INTROVERTIDO, a nadie le cuentas tus tonterías. 20.-ENAMORADO, pues te gusta cualquier tonta que se te atraviese. 21.-LIDER, todos los tontos te siguen. 22.-INUTIL, ya que ni las tonterías las haces bien. 23.-VALIENTE, pues te rompes la cara por tonterías.

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24.-PELON, ya que crees que no tienes un pelo de tonto. 25.-CLANDESTINO, pues te escondes para hacer tus tonterías. 26.-AMBICIOSO, ya que sueñas con ser un buen tonto. 27.-CONVICTO, pues estas en la cárcel por tonto. 28.-HIPERACTIVO, ya que haces una tontería tras de otra. 29.-FILOSOFO, pues te preguntas el porque de tus tonterías. 30.-POLIGLOTA, ya que dices tonterías en varios idiomas. 31.-XEROX, pues copias las tonterías de los demás. 32.-ESPERANZADO, ya que crees que lo tonto se te va a quitar. 33.-IGNORANTE, pues todos saben que eres tonto, menos tu. 34.-AÑEJO, ya que con el tiempo te haces mas y mas tonto. 35.-RADIACTIVO, pues irradias lo tonto por doquier. 36.-INSISTENTE, ya que haces la misma tontería varias veces.

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37.-VIGOROSO, pues no te cansas de hacer tonterías. 38.-ECOLOGICO, ya que eres tonto por naturaleza. 39.-PRECAVIDO, pues eres tonto por si se ofrece. 40.-MULTIFACETICO, clasificaciones.

es

el

- 122 -

que

abarca

varias

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Tan listo como para hacerse el tonto Hay dos maneras de conseguir la felicidad, una hacerse el idiota; otra serlo. Enrique Jardiel Poncela En ocasiones, es agradable ser estúpido. Séneca Dice Erasmo que “Todo el mundo sabe un popular proverbio que: «Dime de lo que alardeas y te diré de lo que careces». Por ello se enseña acertadamente a los niños que «Fingir estulticia oportunamente es el colmo de la sabiduría». Ya veis, pues, vosotros mismos cuán grande sea la virtud de la Estulticia, que hasta su engañosa imagen e imitación merecen tanta estima de los sabios.” Hay que ser muy inteligente para enmascarar la propia inteligencia. Si aun no entiende por qué es muy buena idea hacerse el tonto, es que no necesita leer este capítulo. Como creo que no es así, vamos a comentar las ventajas que tiene pasar por estúpido y qué se puede hacer para simularlo. En 1999, los doctores Christine Drea y Kim Wallen, estudiaron la conducta social de 55 monos macaco rhesus. Al someterlos a pruebas de aprendizaje, todos lograron sus metas, sin mayores problemas.

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Mas tarde, al tener que demostrar su nuevo conocimiento, cuando los monos se encontraban entre pares, todo andaba bien. Pero cuando había un mono de jerarquía superior presente, los de nivel inferior actuaban como si estuvieran desorientados, sin demostrar lo que sabían. Según los investigadores, como se trataba de una situación en que no había conductas agresivas, ellos creen que se produce una inhibición voluntaria, por el hecho de que están en presencia de un jefe. De ahí viene la idea de que nunca debemos parecer más listos que nuestro jefe, apagando nuestro brillo y acrecentando el suyo. Si nuestro superior sospecha que les superamos en capacidad, tendremos serios problemas. Esta regla tiene su excepción entre líderes de verdad (cada día más escasos) a los que no les importa y buscan rodearse de personas brillantes para que les asesoren. Hacerse el tonto nos permite eludir conflictos e influir en las decisiones que toman los demás, ya que fingir ignorancia hace que los otros no se sientan amenazados, escuchen y hasta cambien de opinión. En muchas culturas (o mas bien en todas), las mujeres son percibidas como menos competentes - 124 -

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que los hombres en el trabajo. Todos esperan que además sean cálidas, acogedoras y agradables. Por este motivo, hacerse la tonta les permite mostrarse débiles, poco capaces y no representar ninguna amenaza para los hombres. Cuando ellos las ven así, están más dispuestos a escucharlas y cambiar de opinión. Por el contrario, cuando la mujer se muestra capaz y asertiva es casi seguro que será rechazada por los hombres. En cambio, las demás mujeres confiarán en ella y no así en la que se hace la ingenua, que es dejada a un lado porque la ven como una simple manipuladora. DAME PAN Y DIME TONTO La única recompensa al trabajo bien hecho es más trabajo. Y la única forma de evitar este "premio", es simular que uno no es capaz. Esta es la manera de que los demás eviten darnos trabajo o que no se molesten si hemos cometido errores. Aquí los pasos para hacerse el tonto: 1. Mantenga sus ojos bien abiertos todo el tiempo, alternando entre una leve sensación de pánico y una felicidad infantil. 2. Deje caer cosas una o dos veces al día. - 125 -

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Papeles, carpetas o lápices, por ejemplo. No se recomienda con el café o algo de vidrio. 3. Haga un esfuerzo por chocar "accidentalmente" contra una pared, una puerta o un poste. Pero cuidadosamente, para que no se haga daño. 4. Cuando le entreguen en sus manos algo que requiere trabajo, como documentos, formularios, etc., déle vueltas en sus manos lentamente. Por último, diríjase hacia la persona que se los entregó, mostrando confusión en su mirada. Si puede hacer temblar levemente sus labios, mejor aún. 5. Elija una cosa específica y hágala en forma errónea permanentemente. Por ejemplo: si a su jefe le gusta el café con crema y azúcar, sírvaselo negro, sin nada. 6. Nunca recuerde el nombre correcto de los demás. Llame Manuel a Daniel, Elcira a Elvira, o lo que se le ocurra. 7. Si alguien le hace una pregunta cualquiera, incline su oreja derecha hacia su hombro derecho lentamente y entrecierre sus ojos, - 126 -

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como si en verdad estuviera tratando de entender. Importante: Siempre sea amigable y agradable. A nadie le gusta alguien tonto y desagradable. Una vez que comience su actuación, no puede abandonarla hasta que salga del trabajo o de la presencia de la gente con quien estaba.

La estupidez siempre se coloca en primera fila para que la vean. La inteligencia detrás para ver. El que se hace el tonto conoce perfectamente su sabiduría pero también sus limitaciones y además las reconoce públicamente. No alardea de ninguna de sus capacidades ante los demás pero en realidad es mucho más listo que todos ellos. Suele preguntar mucho. Los que se hacen los tontos, o las tontas, descubren rápidamente, por las reacciones o respuestas de los otros, quiénes son realmente los tontos y quienes los listos. ¿Cuándo conviene hacerse el tonto? •

Cuando te das cuenta de que por mucho que intentas hacer entender a la gente cosas que te parecen evidentes y que estás seguro de que lo son para todo el mundo, no consigues nada. - 127 -

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Cuando hablas con gente que siempre encuentra la manera de darle la vuelta a la tortilla y hacerte quedar a ti como el malo de la película.



Cuando intentas expresar algo, con argumentos razonables y la gente te contradice por que sí y no te escucha.



Con personas que no son capaces de llevar una conversación civilizada, que no respetan a las demás, que no intentan ponerse en el lugar del otro y ni siquiera consideran que haya posturas diferentes a la suya.



Cuando algo que has visto con tus propios ojos, que sabes que es así, te intentan hacer creer que estás equivocado.



Cuando hacerte el tonto hace que el tonto “verdadero” se infle tanto que haga evidente su tontuna a todo el mundo.



Cuando no ser tonto (o parecerlo) trae más desventajas que ventajas. Al presunto tonto nunca le responsabilizan de tareas complicadas.

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En estos casos, creo que lo más inteligente es hacerse el tonto. Un grupo de personas se divertía con un tonto de la aldea. Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas propinas y limosnas. Diariamente ellos llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: •

una grande de 1 euro y



otra menor, de 20 céntimos.

Él siempre escogía la menor y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Cierto día, uno de los miembros del grupo le llamó y le preguntó si todavía no se había dado cuenta que la moneda que elegía valía menos, bastante menos. Lo sé, respondió, no soy tan bobo. Ella vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba, no me darán más a elegir y no voy a ganar más mi moneda. Se pueden sacar varias conclusiones de esta pequeña historia. 1) Quién parece tonto, no siempre lo es.

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2) Hay quienes se creen vivos y son unos simples idiotas. 3) La ambición no so es buena consejera. Pero la conclusión más interesante es: La percepción de que podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, pero sí, lo que realmente somos. "El mayor placer de un hombre inteligente es aparentar ser tonto delante de un idiota que aparenta ser inteligente"

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La estupidez en acción Si a estas alturas del libro aún no está convencido del poder de la estupidez humana, a continuación le ofrezco algunos ejemplos. Legislación absurda El mundo de las leyes es un claro reflejo y tal vez caricatura de lo que una sociedad puede dar de si, al fin y al cabo son las normas escritas de convivencia para un grupo numeroso de personas. El mundo está lleno de casos extraños, entre ellos, sanciones y leyes que actualmente están vigentes. Conozca cuáles son y en dónde se aplican. Argentina: novedosa sanción para taxistas. Los conductores que pasan más tiempo al volante son los taxistas. Por ello, suelen acumular muchas infracciones y enfrentar problemas económicos. Por esta razón, el gobierno de Buenos Aires implementó un sistema de trabajo voluntario, que permite a los conductores ofrecer viajes gratuitos como forma de saldar sus multas. Aunque parece fuera de lo común, esta sanción obedece a las peticiones de gremios que agrupan a conductores y dueños de taxis. Éstos pedían a gritos que se creara una medida para ayudar a los - 131 -

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pequeños propietarios de taxis a saldar sus deudas. China: se requiere permiso para reencarnar. Este país asiático prohibió a los monjes budistas del Tíbet reencarnar sin permiso del gobierno. De acuerdo con un comunicado emitido en 2007 por la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, está prohibido que cualquier monje budista reencarne. Pese a todo, el sitio de Internet Publicalpha.com sostiene que hay lógica tras esta ley. Ella sería detener la influencia del Dalai Lama, líder espiritual y político del Tíbet, quien profesa la reencarnación y esta exiliado en el extranjero. A la larga, se trata de acabar con el estatus de los religiosos, a 50 años de que China tomó posesión del Tíbet. Missouri: no hay margarina. Una ley estatal prohibió la venta de margarina desde el siglo XIX. La última modificación a esta norma se realizó en 1939. Aunque el Estado ya no las impone, las sanciones van desde un mes de cárcel y una multa de 100 dólares, para los delincuentes primerizos, hasta seis meses de prisión y un pago de 500 dólares, para los reincidentes. Reino Unido: reglamentan cómo hacer pipí. En Gran Bretaña, las mujeres embarazadas pueden - 132 -

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orinar o defecar en la vía pública y, en caso de necesitarlo, pueden pedirle a un oficial su casco para hacerlo. En cambio, a los hombres sólo se les permite hacer "pipí" de pie, que el chorro de orina caiga en la llanta trasera de su automóvil y apoyen su mano derecha en el vehículo para ayudarse. Más de este encantador país: prohibido morirse. Si agonizas y casualmente estás dentro de un edificio público de Inglaterra, ten cuidado; podrías estar a punto de violar una ley que prohíbe morir dentro del Parlamento. De acuerdo a la costumbre, quien fallezca ahí tenía derecho a un funeral de estado. Así es que se optó por cancelar esta opción. Canadá: se prohíbe compartir el coche. El uso compartido del coche es ilegal en este país. Un extracto de la ley actual señala que ninguna persona podrá ofrecerse para organizar el transporte de pasajeros por medio de un vehículo privado. La única salvedad es que la persona sea titular de una licencia de explotación que le autorice a realizar el transporte. Alabama: ilegal vender juguetes sexuales. La ley de la "obscenidad" promulgada en 1988 prohíbe la distribución de cualquier dispositivo diseñado o comercializado para la estimulación de los órganos genitales humanos. Cinco minutos de placer pueden salir muy caro, pues las sanciones que - 133 -

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contempla esta norma van desde un año de cárcel más una multa de 10 mil dólares, hasta un aprisionamiento de 10 años, en caso de reincidencia. Permiten fumar marihuana pero no tabaco. En Holanda existe una ley que permite a los fumadores consumir marihuana. Pero, en caso de que la mezclen con tabaco, son multados. La tolerancia cero al consumo de tabaco en cafés y restaurantes entró en vigor en 2008. Sin embargo, en algunos de ellos se permite fumar cannabis. Alemania: no se detenga ni camine. Es común quedarse sin gasolina y, por lo tanto, detenerse en la autopista. Sin embargo, en Alemania quedarse sin gasolina en la carretera es ilegal. Además, si alguien camina por la orilla de ésta, se hace acreedor a una doble multa de unos 100 euros. Juegos y costumbres estúpidas que pueden costarte la vida 1) Los bebés voladores Si hay algo que resulta especialmente estremecedor, son los ritos y prácticas (aparentemente peligrosos) que involucran a niños. En la ciudad de Solapur, India, tienen la tradición de lanzar a los recién nacidos desde una - 134 -

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altura de quince metros a una lona que está en manos de los devotos. Los pequeños son arrojados desde el techo de un templo. Esta es una tradición muy antigua (dicen que tiene más de quinientos años) y aunque parece realmente peligrosa, sus partidarios afirman que nunca se ha producido un accidente. Pero ya se sabe... siempre hay una primera vez para todo. 2) El salto del Colacho Aunque no hace falta irse hasta la India para encontrar rituales bizarros con niños como pasivos protagonistas. Sin ir más lejos, en España, en la localidad de Castrillo de Murcia (Burgos), se celebra desde 1621 el día del Corpus Christi con un acto que a muchos les parece espeluznante. Es el llamado "salto del Colacho", en el que un hombre, generalmente joven y ágil, disfrazado de una peculiar encarnación del diablo, salta por encima de hasta doscientos niños tumbados sobre colchones a lo largo de la cale principal. La tradición dice que de esta manera los recién nacidos quedan protegidos de sufrir a lo largo de su vida el mal de hernia. Las autoridades locales afirman que nunca ha habido en toda la historia de esta extraña fiesta, ni un solo caso de un niño herido o lesionado. Si ellos lo dicen... nosotros nos lo creemos. - 135 -

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3) Train surfing Nos encontramos frente a un "deporte" extremo que está dejando decenas de muertos y heridos en diversos países europeos. El Train Surfing consiste en viajar sobre la carrocería de un tren en movimiento, ya sea agarrado a los costados, tumbado entre las ruedas o de pie en el techo. A partir de 2000, este "jueguecito" comenzó a hacerse fatalmente popular en países como Reino Unido, Alemania o Dinamarca. En 2009 hubo catorce muertos solo en Inglaterra. Y es que a la posibilidad de sufrir una caída tras dar un mal paso, se unen otros muchos riesgos cómo los postes que cruzan a gran velocidad, los túneles y los peligrosos cables de alta tensión, que han llevado a varios participantes a morir electrocutados. 4) La Batalla de Chios Parecía que las guerras de religión eran cosa del medievo. Pero no, en la isla de Chios, en Grecia, se celebra cada año el inicio de la Semana Santa, con el enfrentamiento entre dos iglesias ortodoxas rivales. ¿Las armas? Cohetes y fuegos artificiales. Los dos templos se enfrentan así en una batalla luminosa y ensordecedora en la que más de 50.000 proyectiles vuelan entre uno y otro edificio. El vencedor es el primero que logre alcanzar la - 136 -

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campana de la iglesia rival. Dicen que esta tradición comenzó en 1889, cuando los invasores turcos confiscaron los cañones de los lugareños, y estos replicaron lanzando cohetes caseros. Cada uno de los dos bandos se había refugiado en uno de los templos que ahora rememoran el enfrentamiento. Cada año la festividad se salda con decenas de heridos, pero la edición de 2010 adquirió tintes trágicos con la explosión de uno de los almacenes donde se guardaba el material pirotécnico y que causó dos muertos. 5) Bodas a tiros Lo normal en una ceremonia nupcial, es recibir a los novios a la salida del templo lanzándoles puñados de arroz. Pero son varias las culturas, desde los apaches de Nuevo México hasta algunas tribus de Irak y Afganistán, que celebran las bodas disparando al aire rifles, revólveres y todo tipo de armas de fuego. Y claro, las tragedias están a la orden del día. ¿La más reciente? En Turquía, el 9 de agosto, durante una boda celebrada en la localidad de Ackagoze. El novio (con unas copas de más) festejó el enlace disparando un AKA 47, con tan mala fortuna que mató a su propio padre y a dos tíos.

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6) La Guerra del Fuego Si vas en verano a Nejapa, en El Salvador, ten mucho cuidado de no salir con el culo en llamas. Porque cada 31 de agosto se celebra en esa localidad la llamada Batalla de las Bolas de Fuego, en la que dos bandos, formados por decenas de personas se lanzan bolas incendiarias hechas de trapo y alambre, y remojadas con gasolina y gas. Esta incendiaria festividad se remonta a 1922,y sobre su origen hay varias versiones. Una, cuenta que conmemora la batalla entre San Jerónimo y el Diablo, quienes se lanzaron entre sí bolas de fuego. Y otra, afirma que surgió para celebrar el hecho de que la lava del volcán de San Salvador no dañó a la ciudad cuando entró en erupción en 1917. Sea como sea, en esta batalla no existen reglas de ningún tpo, y hasta los turistas y los curiosos pueden ser agredidos con las bolas inflamables. Lo raro es que, al parecer, solo ha habido siete muertos desde que comenzó a celebrarse esta llameante fiesta. 7) La Carrera del Queso Hasta este año, cada 29 de mayo se celebraba en la localidad británica de Cooper´s Hill, una competición realmente "apasionante": la carrera del queso rodante. Dicho festejo tiene confirmados doscientos años de antigüedad, aunque algunos - 138 -

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afirman que se remonta a tiempos de los romanos. La fiesta consiste en lanzar un enorme queso desde lo alto de una elevada colina. Rodando por la pendiente, la bola láctea llega a alcanzar velocidades cercanas a los 100 Km./h. Y detrás de él se lanzan los mozos tratando de atraparlo. La mayoría acaban la competición con contusiones de diverso tipo e incluso, en la edición de 2009, murió un conejo arrollado por la muchedumbre. Pero las autoridades prohibieron que se siguiera celebrando este evento. La causa no fue la muerte del pobre roedor, sino el hecho de que el año pasado asistieron más de 150 mil personas, una cantidad tres veces mayor de la que cabe en los alrededores. Y las estimaciones de asistencia para este año 2010 eran aún mayores. Así que para evitar que pudiera producirse una trágica avalancha, se suspendió la peculiar fiesta. 8) Balconing Ha sido la "estupidez reina" del verano 2010. Una estupidez letal, todo hay que decirlo. Decenas de jóvenes turistas, principalmente británicos, alemanes y holandeses, se han dedicado estos días estivales en ciudades como Benidorm o Ibiza, a saltar desde el balcón de la ventana de su hotel, a la terraza de al lado, a la piscina... Haciéndolo además con varias copas de más. El resultado han - 139 -

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sido once muertos y cuarenta y nueve heridos en lo que va de año. La policía y los servicios de asistencia de las citadas localidades ya les ha puesto un apodo a estos imprudentes jóvenes: "los precipitados". 9) Planchado Extremo Va a resultar difícil encontrar una práctica más absurda que el llamado "planchado extremo". Se trata de un "deporte" inventado en 1997 por Phil Shaw y que consiste en transportar una tabla de planchar a un lugar remoto (por ejemplo la cima de una montaña...) y ponerse allí a quitarle las arrugas a la ropa. Existe hasta una organización para los fans de esta práctica llamada Extreme Ironing, en la que avisan: "La Organización de Planchado Extremo no acepta responsabilidades por accidentes causados por la participación en este deporte". De momento no se conocen víctimas ni heridos dedicándose a este singular juego, así que parece que sigue siendo mucho más arriesgado planchar en la intimidad del hogar donde las quemaduras en manos y brazos están a la orden del día. 10) Sauna extrema Otro asunto que entraría en el apartado de la idiotez humana y que ya se ha cobrado una vida - 140 -

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ha sido eso que llaman el Campeonato Mundial de Sauna Finlandesa (2.010), o algo por el estilo. No es que la sauna sea mala, no, más bien al contrario: es buena, utilizándola como es debido, pero hacer un campeonato de estas características puede acabar como ha acabado, en tragedia. Después de seis minutos metidos en la cabina de la sauna, a 110 grados de temperatura, para ver quién resiste más y ganar el susodicho campeonato, uno de los participantes, casi finalista, sufrió un colapso y murió en directo, ante las cámaras. Resulta escalofriante ver al individuo babeando en la agonía. El campeón casi también muere, y tuvo que ser trasladado urgentemente al hospital. Habían participado en el “campeonato” 135 hombres y mujeres de 15 países, y los organizadores arguyeron que se habían cumplido todas las reglas. Pero, aun siendo lego en la materia, cabe pensar que a 110 grados centígrados de temperatura la piel tiene que estar quemada, por mucho frío que haga en el exterior de Finlandia… 11) Ladrones Un ladrón fue detenido después de que se conectara a su cuenta en Facebook desde el ordenador de la casa en la que robaba y no cerrara la sesión. El joven, de 19 años, entró a robar en una - 141 -

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vivienda de la que se llevó dos anillos valorados en miles de dólares. Cuando la víctima llegó a su casa comprobó que le habían robado y que además habían dejando en su ordenador la sesión abierta de Facebook, con lo que la policía no tuvo problemas para identificar al asaltante. Este caso es similar a otra noticia en la que un hombre asaltó un banco en Alaska después de haberse identificado para pedir el estado de su cuenta. 12) En globo y en TV En EE.UU. se dan quizás las historias más inverosímiles por su grado de estupidez. Un pobre idiota mantuvo en vilo a su nación al afirmar que su niño viajaba solo en un globo aerostático. El país afecto a este tipo de historias vio embobado y aterrorizado imágenes en vivo del globo y como este aterrizaba después de horas de vuelo. Al final, nada, no había niño. El padre continuó con la farsa sosteniendo que el niño se escondió en alguna parte de su casa en medio de sollozos. Finalmente se reveló la verdad: el imbécil del padre montó este espectáculo en complicidad de su familia para aparecer en los medios de comunicación. Esto revela la realidad norteamericana y probable y lamentablemente mundial: los idiotas ahora creen que su sombra proyectada en la caverna platónica es más real y - 142 -

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más interesante que la realidad misma. ¿Cuantos imbéciles vemos en televisión haciendo estupidez y media solo por aparecer en pantalla? Pero este señor los superó a todos. Es el imbécil mayor, por ahora. Premios anti-Nobel Los anti-Nobel son el premio a los logros científicos más insólitos. El criterio de selección lo dice todo. Ganan aquellas investigaciones que no pueden ni deben reproducirse. Por lo extraño, innecesario o insólito, muchos científicos se alzan con un "ignoble” Nobel. Cada año, desde 1991, un comité internacional de científicos, coordinado por la dirección de la revista de humor científico "Annals of Improbable Research", elige a los investigadores que se han destacado por sus contribuciones "ignobles" al avance de la Ciencia. Es decir los anti-Nobel. Ignoble, en inglés, significa: "innoble", "ordinario", "de mal gusto" o "de baja categoría". El criterio de selección es simple. Los premios están para los "logros que no se pueden ni se deben reproducir". En un primer vistazo, los Premios Ig Nobel pueden parecer “tontos”, pero tienen un valor más profundo: destacar algunos de los aspectos más extraños de la ciencia y hacer reír. ¿Quién dijo que la ciencia es aburrida? - 143 -

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Diez premios anuales se conceden en varias áreas que pueden ir cambiando; y se entregan durante una ceremonia de gala en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard en los EE.UU. en el mes de octubre. El teatro, que tiene una capacidad para casi 2000 personas y “un diseño íntimo 180°” que proporciona una proximidad inusual al escenario, fue visitado por importantes personalidades como Winston Churchill, Theodore Roosevelt y Martin Luther King. Un dato interesante: los premios son presentados por los genuinos ganadores de los Premios Nobel. Y, al contrario de lo que puede imaginarse, la mayoría de los galardonados van “orgullosos”, en persona, a retirar su premio. Los que no pueden ir, envían discursos y eligen a otra persona para que lo reciba. Por último están los que consideran a este premio un verdadero insulto y nunca se hacen cargo. Las nominaciones pueden provenir de cualquier persona o sector. Incluso uno mismo puede nominarse, pero sólo un candidato consiguió de esta forma un Premio Ig Nobel. Un consejo superior es el responsable de clasificar los nombramientos e incluye un grupo de científicos (algunos de ellos premiados en los Nobel), periodistas científicos y distintas personalidades.

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El único denominador común que caracteriza a todos los premios Ig Nobel es su tono humorístico, que hace que la ceremonia de entrega sea todo un acontecimiento anual que recoge lo mejor y lo peor del mundo científico, y que permite que los investigadores "serios" se olviden de sus investigaciones por unos momentos para soltar alguna que otra carcajada. El fundador y maestro de ceremonia de estos premios, Marc Abrahams define la entrega como una “mezcla entre los Premios de la Academia, los Premios Nobel y el Circo de los Hermanos Ringling” y la idea central es atraer a todas aquellas personas que no les interesa la ciencia, porque la consideren compleja o simplemente aburrida, para que vean que estos científicos son también seres humanos con sentido del humor. La lista de premiados es muy extensa, pero de una primera selección surgen quizás, los más divertidos. Por ejemplo, el premio Medicina 1992 se le otorgó al doctor F. Kanda y su equipo por su estudio denominado "Elucidación de los compuestos químicos responsables del mal olor de los pies". Especialmente por su conclusión de que a la gente que cree que le huelen mal los pies, ciertamente le huelen mal, y a los que creen que no, no". En la misma rama, en 1993 fue galardonado James F. Nolan y colaboradores por - 145 -

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su informe de investigación: Tratamiento agudo de penes atrapados por cremalleras; y en 1999, se destacó la labor del doctor Vatle Arvid de Noruega, por recolectar, clasificar y estudiar cuidadosamente los tipos de envases elegidos por los pacientes para entregar las muestras de orina. Los ejemplos no se terminan, al contrario se suman y siguen sorprendiendo. En 1995, en literatura, se premió a David B. Busch y James R. Starling, de Wisconsin, por su estudio publicado en Surgery y titulado: Cuerpos extraños en el recto: informes de casos clínicos, con una revisión extensiva de la literatura mundial. Las referencias incluyen casos sobre siete lamparitas, un afilador de cuchillos, dos linternas, once tipos diferentes de frutas, verduras, una sierra de joyero y la impresionante colección acumulada por un sólo paciente, consistente en unas gafas, una llave de escritorio, una pipa de fumar y una revista”. Un año más tarde, el galardón era para Ellen Kleist, de Groenlandia, y Harald Moi, de Noruega en el área de Salud pública por su útil informe médico: Transmisión de la gonorrea a través de una muñeca inflable. Por último, el 99 fue un año con muchas “carcajadas” a la hora de entregar los premios. En Tecnología médica, por ejemplo, se llevaron la placa meritoria George y Charlotte Blonsky, de - 146 -

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New York City, por inventar un dispositivo para ayudar a las mujeres a dar a luz: se ata a la mujer en una mesa de forma circular, y se hace girar ésta a alta velocidad para aprovechar los efectos de la fuerza centrífuga. El de la Paz, por su parte, fue otorgado a una pareja de sudafricanos que diseñaron una alarma antirrobo que cuando detecta un intruso dispara un lanzallamas que calcina al ladrón. Y el de Química le tocó a un japonés, Takeshi Makino, por desarrollar un spray detector de infidelidades, que las esposas pueden aplicar a la ropa interior de sus maridos. Aviación, 2007: se lo llevaron los argentinos Patricia Agostino, Santiago Plano y Diego Golombek, por descubrir que los hámsters se recuperan mejor del desfase horario si previamente toman Viagra. Medicina, 2006: Francis M. Fesmire, de la Universidad de Tennessee por su informe "Interrupción del hipo con un masaje rectal dactilar". Dinámica de fluidos, 2005: Victor Benno MeyerRochow de la Univ. Int. de Bremen y de la Univ. de Oulu y Jozsef Gal de la Universidad Loránd Eötvös, por usar principios básicos de la física para calcular la presión que se acumula dentro de un pingüino en el proceso de defecación. - 147 -

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Paz, 2005: Claire Rind y Peter Simmons de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, por vigilar la actividad de una célula de cerebro en una langosta mientras que esa langosta miraba toques de luz seleccionados de la película "Star Wars". Astrofísica, 2001: Los doctores Jack y Rexella Van Impe, del Jack Van Impe Ministries, Rochester Hills, Michigan, por su descubrimiento de que los agujeros negros satisfacen los requisitos técnicos para ser la localización del Infierno. Física, 2000: A Andre Geim de la Universidad de Nimega (Holanda) y Sir Michael Berry de la Universidad de Bristol (Reino Unido), por usar imanes para hacer levitar a una rana y a un luchador de sumo. Química, 2000: A Donatella Marazziti, Alessandra Rossi y Giovanni B. Cassano de la Universidad de Pisa, y Hagop S. Akiskal de la Universidad de California, por su descubrimiento de que, bioquímicamente, el amor romántico es indistinguible de los trastornos obsesivocompulsivos. Tecnología médica, 1999: A los difuntos George y Charlotte Blonsky, de Nueva York, "por inventar un dispositivo (US Patent #3,216,423), para ayudar a las mujeres a dar a luz: se ata a la mujer en una - 148 -

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mesa de forma circular, y se hace girar ésta a alta velocidad para aprovechar los efectos de la fuerza centrífuga". Biología, 1998: A Peter Fong, del Gettysburg College, Gettysburg, Pensilvania, "por contribuir a la felicidad de las almejas administrándoles Prozac". Meteorología, 1997: A Bernard Vonnegut, de la Universidad Estatal de Albany, por su revelador informe: "El cacareo de los pollos como medida de la velocidad del viento durante un tornado". Biología, 1996: A Anders Barheim y Hogne Sandvik, de la Universidad de Bergen, Noruega, por su apetitoso y jugoso informe: "Efecto de la cerveza, el ajo y la nata agria sobre el apetito de las sanguijuelas". Sicología, 1995: A Shigeru Watanabe, Junko Sakamoto y Masumi Wakita, de la Universidad de Keio, "por sus éxitos en el entrenamiento de palomas capaces de diferenciar entre las pinturas de Picasso y las de Monet". Física, 1994: A la Agencia Meteorológica Japonesa, "por su estudio de siete años de duración para discernir si los terremotos son causados por los movimientos de la cola de los peces gato". - 149 -

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Sicología, 1993: A John Mack, de la Harvard Medical School, y David Jacobs, de Temple University, visionarios mentales, "por su impresionante resultado de que la gente que cree haber sido secuestrada por los extraterrestres, probablemente lo fue, y especialmente por su importante conclusión: el motivo de las abducciones es la producción de niños". Etiquetado Aquí van algunas instrucciones auténticas que aparecen en las etiquetas de diversos productos de consumo y en las que me baso para vaticinar el próximo e inevitable final de la inteligencia humana. INDICACIONES: UTILIZAR COMO JABÓN NORMAL. En una caja de jabón Dove (¿Como se usan los jabones... NO normales...?) En algunas comidas congeladas Findus: SUGERENCIA PARA SERVIR: DESCONGELAR PRIMERO. (Pero sólo es una sugerencia...) En el postre Tiramisú marca Savory (impreso en la parte de abajo de la caja): NO DAR LA VUELTA AL ENVASE. (¡Ooooooh, demasiado tarde!)

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En un paquete de una plancha Rowenta: NO PLANCHAR LA ROPA SOBRE EL CUERPO. (Sin comentarios) En un jarabe contra la tos para niños: NO CONDUZCA AUTOMÓVILES NI MANEJE MAQUINARIA PESADA DESPUÉS DE USAR ESTE MEDICAMENTO. (Se evitarían un montón de accidentes laborales si alejáramos a estos peligrosos energúmenos...) En un cuchillo de cocina coreano: IMPORTANTE: MANTENER FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS Y LAS MASCOTAS. (Pero qué mascotas tienen los coreanos ¡por Dios!) En un bote de pastillas para perros dice: El alcohol intensifica sus efectos y además desaconsejan conducir o manejar maquinas peligrosas”. (Avisado estás, si les das estas pastillas al perro esconde las llaves del coche, la cerveza y sobre todo: ¡¡¡LOS CUCHILLOS COREANOS!!!) En una tira de luces de Navidad fabricadas en China: SÓLO PARA USAR EN EL INTERIOR O EN EL EXTERIOR (¡Ojo!, única y exclusivamente...)

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En un paquete de frutos secos de American Airlines: INSTRUCCIONES: ABRIR EL PAQUETE, COMER LOS FRUTOS SECOS. En una sierra eléctrica sueca: NO INTENTE DETENER LA SIERRA CON LAS MANOS O LAS PIERNAS. Inquietante consejo en este estuche de destornilladores de precisión: Avisa en inglés de que no deben insertarse en el PENE En la caja de un televisor Wauta TV340: ANTES DE MIRAR UN PROGRAMA ENCIENDA EL TELEVISOR. (Error, primero debe enchufarse) En el manual de un teclado RAZOR Keyboard XP: SI SU TECLADO NO FUNCIONA, ESCRÍBANOS UN E-MAIL A: [email_address] En una bicicleta: Retirar una rueda puede afectar a la eficiencia de la bicicleta. En una pantalla solar para coches: No conducir con la pantalla colocada. En una sierra mecánica sueca: No detener con las manos o con los genitales. Sin comentarios.

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Conclusiones Es evidente que el tema de la estupidez ha dado para mucho a lo largo de la historia humana. Y aun da mucho de si, lo que pasa es que ya estamos muy acostumbrados. No sé si los medios de comunicación nos han saturado de tontuna y ya no la percibimos. Pero existir, existe. Para Peter todo se explica porque al estar en sociedad todas las personas están en una jerarquía. Al existir posibilidades de ascenso es inevitable alcanzar el nivel de incompetencia, nivel que cada vez se encuentra mas lleno. Dilbert es una variación sobre el mismo tema. Justin Kruger y David Dunning demuestran que ningún estúpido se tiene por tal y que cuanto mayor es su grado de necedad, más difícil es que se den cuenta de su nivel. Carlo Cipolla va más lejos y nos advierte de no subestimar al estúpido, cuyo poder de causar el mal es superior al del malvado. Giancarlo Livraghi profundiza en esta línea y nos previene de que somos mas tontos de lo que creemos y que además, la estupidez tiende a que los individuos lerdos se junten, multiplicando su efecto mas rápidamente que la unión de individuos menos tontos. - 153 -

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Para Pino Aprile, la estupidez es el destino final de nuestra especie, ya que la inteligencia ha cumplido su papel y ahora nos es más útil el desecharla. Su razonamiento es original y quien sabe si es acertado. Carlos Martín hace un recorrido histórico sobre la conducta de los bobos y analiza su comportamiento dando pistas para evitar lo que de peligroso tienen y aprovechar a nuestro favor su imbecilidad. Parkinson estudia el fenómeno desde el prisma de la burocracia, que aunque parecido, no es el mismo que el de las jerarquías. Según él, la burocracia y la estupidez que dentro de ella prospera, tienden a crecer indefinidamente. Murphy explica un mundo donde el error es la norma y donde la tontuna vive a sus anchas. Paul Tabori distingue entre los que siendo tontos actúan como listos y son burlados por los que siendo listos se hacen el tonto. Escribió un extenso libro sobre el tema donde abundan los ejemplos. Erasmo de Rotterdam también redacto todo un tratado clásico sobre el tema. Según él, la estulticia domina el mundo y los tontos triunfan sobre los sabios. Santo Tomás de Aquino también hace una excelente clasificación de los tontos y hasta logra entrever algún remedio, como rezar. - 154 -

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Hanlon, que en cierta manera coincide con Cipolla, nos dice que no achaquemos a la malicia los males que la estupidez genera. Tras este paseo por la tontuna universal, sólo nos queda sacar algún provecho de ella. Hacerse el tonto para vencer a otros tontos que se creen listos, asumir que muchas veces somos estúpidos y aprovecharse de la tontuna ajena son las enseñanzas que creo debemos extraer de este libro.

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Se admite el pago con:

En el caso de que no tenga tarjeta, ya ha habido otras personas en su situación que lo han solucionado de la siguiente manera: han pedido a otra persona que si tenía tarjeta fuera el que les realizara la compra. Después le abonó en metálico el importe de la adquisición. Me quedan algunas preguntas, ¿me las podría aclarar? Encantados de ampliar información. Puede enviarme un mensaje en el que exprese sus preguntas a

[email protected] Es una forma de agradecerle de antemano la oportunidad de servirle, que espero tener algún día. Reciba un cordial saludo

Carlos Martín Pérez

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