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C o le c c ió n C o n tin e n te /C o n te n id o D IR IG ID A P O R L A D R A . M E R C E D E S V E L O
LEÓN GRINBERG, DARÍO SO R Y ELIZABETH TABAK DE BIANCHEDI
Nueva introducción a l ^
TECN lPU B LICA Clü N LS, S. A.
FERNANDO VI, 27 28004 MADRID ESPAÑA
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T E C N IP U B L IC A C IO N L S,
S.A .
G r u p o Editorial Julián Y eb e iie s. C olección
C oniinente/C ontenido.
D i r i g i d a p o r la D r a .
M ercedes
V elo.
84-86104-34-3 Depósito Legal: M-7U08-1991 Im preso por, G raticas C larión,
S .A .
V alentín
L laguno,
14.
Indice
PRÓLOGO................................................................................ PREFACIO A LA NUEVA INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS DE BION ...\............................................................ PREFACIO A LA PRIMERA ED IC IÓ N .......................... PREFACIO A LA SEGUNDA ED IC IÓ N ........................... RECONOCIMIENTOS............................................................
11 13 15 17
I.
G RUPO S................................................................
19
El individuo y el grupo.................................................... Mentalidad grupal-cultura del grupo...... ^....................... Supuestos básicos............................................................. Grupo de supuesto básico............................................... Grupo de trabajo............................................................. Grupo especializado de trabajo...................................... Cambio catastrófico......................................................... El místico y el grupo........................................................
19 22 23 25 30 32 33 34
PSICOSIS.........................................................................
37
El individuo y la psicosis................................................. Personalidad psicótica..................................................... Pensamiento y lenguaje en los individuos con predomi nio de la personalidad psicótica..................................
38 39
II.
5
9
45
iNDlCt
III.
IV.
Manifestaciones clínicas lansferenciales de la personali dad psicótica................................................................. Cambio catastrófico en la crisis psicótica.......................
48 5ü
PENSAMIENTO.............................................................
53
Origen y naturaleza del pensar. Teoría de las funciones. Importancia de los modelos en la teoría y técnica psicoanalítieas. Su aplicación en la teoría del pensa miento ........................................................................... Una teoría del pensamiento. «Aparato para pensar los pensamientos». Modelos continente-contenido e inte racción dinámica entre las posiciones esquizo-paranoide y depresiva......................................................... La Tabla............................................................................
55
6ü 66
TRANSFORMACIONES...............................................
73
58
Transformaciones e invariancia. Grupos de transforma ciones ............................................................................ Transformaciones de movimiento rígido y transforma ciones proyectivas......................................................... Transformaciones en alucinosis...................................... Transformaciones de O y transformaciones en O ......... Cambio catastrófico. Evolución e intuición................... V.
73 77 81 82 83
TRANSFORMACIONES EN ALUCINOSIS..............
89 i
VI.
'I ransformaciones en alucinosis...................................... Espacio y tiempo en el área psicótica de la personalidad. Espacio mental en la alucinosis......................................
90 93 96
CONOCIMIENTO...........................................................
99
\'inculüs L, 11 y K ............................................................ Los mitos como modelos del vínculo K.......................... Nuevos relatos como modelos del vínculo K y - K ........ Objeto psicoanalítico........................................................ Vértices. Correlación y confrontación............................ Verdad, falsedad y m entira.............................................
100 102 104 107 109 110
ÍNDICE
7
VIL REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA.......................................................................
115
I ....................................................................................... I I ...................................................................................... I I I ....................................................................................
115 119 120
VIH. «EL ÚLTIMO BIO N»....................................................
129
Unicidad (At-one-ment)................................................... Cesura................................................................................ Memoria del futuro. Ensayos autobiográficos............... Una memoria del futuro................................................. Libros autobiográficos..................................................... Una aproximación a los contenidos de la trilogía/autobiografías....................................................................... El concepto de «extensión».......................................... Extensiones del concepto «mente»............................... Extensiones en el área espacial..................................... Extensiones en el área temporal.................................. Extensiones en el área corporal....................................
131 131 135 136 139 142 143 144 144 147 149
GLOSARIO DE SIGNOS.......................................................
153
LISTA CRONOLÓGICA DE LAS PUBLICACIONES DE W ILFREDBION..................................................................
157
RESÚMENES DE LAS OBRAS DE B IO N ........................
159
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PRÓLOGO
Cualquiera que contemple el cuadro de Vermeer Pequeña casa en Delft puede estar consciente de recibir un impacto emocional nunca experimentado antes. Yo mismo, leyendo este libro, sé que no tenía idea o que, a lo sumo, tenía una idea muy remota de lo que significa ser lector de mis libros. La paradoja del psicoanálisis es que el estudiante espera aprender en el curso de su vida y a tra vés de su formación cómo son la mente y la personalidad humanas; esto resultaría inútil si no aprendiera también a respetar los hechos, o si no hubiera en él una disposición natural a hacerlo; y en este campo en particular, el «hecho» es la personalidad humana. En este sentido, tiene la esperanza de descubrir que su paciente es como to dos los demás seres humanos. La situación se complica porque debe combinarla con el respeto por la singularidad del individuo como tal y no como uno más entre una multitud. ¿Cómo evitar entonces, por un lado, el peligro del hastío y la hostilidad y la monotonía del lugar común y, por el otro, el riesgo de tomar un hecho «particu lar» como una «generalización» ampliamente significativa? Es difí cil admitir que el «descubrimiento» (debidamente formulado o «in terpretado», como solemos decir) puede tener una significación «particular» pero no una importancia «general». Ello implica a su vez la capacidad por parte del analista de tolerar (respetar) sus pro pios descubrimientos, sin atribuirles forzosamente una significación o interés general. Tengo la esperanza de que este libro contribuya al logro de tal capacidad. WiLFRED R . BION
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PREFACIO A LA NUEVA INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS DE BION
El libro Introducción a las ideas de Bion acaba de cumplir 18 años, cuatro ediciones en español, traducciones y re-ediciones en distintos idiomas: inglés, francés, italiano, portugués, sueco y japo nés. Es un buen momento para que los autores reflexionemos so bre el camino recorrido por «nuestro pequeño gran viajero», como solemos llamarlo. Es claro que el éxito editorial del texto se debe fundamental mente a la cualidad penetrante de los temas que expresa la obra de Bion. También, probablemente, a la claridad y estilo didáctico con el que realizamos la obra, renunciando a interpretaciones persona les, dentro de lo posible, en aras a la fidelidad con los conceptos expuestos. Pensamos que como intermediario con las ideas de Bion, no funcionó como una pantalla que opacara el disruptivo lenguaje de logro una y otra vez manifestado en los textos bionianos; en con versaciones con colegas-estudiantes hemos notado que no fue utili zado como sustituto de la lectura de la obra original, expectativa que formulamos en nuestra introducción a la Introducción... Rememorando los momentos previos a la decisión de escribir el libro, recordamos nuestras dudas e inquietudes sobre si seríamos capaces de expresar y conservar la fuerza, pujanza y ambigüedades del texto original; ¿podríamos conservar algo de su espíritu? Ade más, en ese momento Bion vivía, y en nuestra fantasía él era nues tro primer lector, nuestro primer crítico. También éramos conscien tes que el genio productivo de la mente de Bion estaba en pleno desarrollo. Nuestro texto, además de contener una reducción, ten dría que ser, por fuerza, incompleto. 11
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I'KIZFACIU A LA NULVA INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS DE BIÜN
Le enviamos una copia del libro antes de su edición. La res puesta fue una caria plena de generosidad. Este texto nos impre sionó profundamente y lo incluimos como prólogo en el libro cons tituyendo, en nuestra mente, un aval para la edición que estába mos por lanzar. Inevitablemente, en aquel libro se produjeron errores, a veces de conceptos, a veces de menor importancia. Fueron descubiertos con el correr del tiempo, 'Fambicn hubo omisiones, que fueron de dos clases: por déficit de comprensión nuestra de algunos aspectos de la obra de Bion y por la evolución de las ideas elaboradas pos teriormente por Bion mismo. . A h o r a n o . s e i i c o n i i a m o s , u i i c u n n u e v o desafío: complementar la Introducción... con algunos de sus ulteriores desarrollos. Entre ellos consideraremos el último artículo sobre «La Tabla», el de «Ce sura». los seminarios dados en Río de Janeiro, San Pablo y Nueva York, su trilogía titulada A Mcnwir of ihe Future, sus autobiogra fías y algunos pequeños artículos corno «Evidencia», «Turbulencia emocionalw, etc. Bion murió en üxlord, Inglaterra, en noviembre de 1979 y su viuda, Francesca Bion, continúa recogiendo material de seminarios clínicos y supervisiones brindándonos, casi cada año, nuevas publi caciones de material inédito. En este nuevo libro, hemos introducido modificaciones en casi todos los capítulos conservando, sin embargo, la estructura del li bro anterior. El capítulo_ VIH, ei úl.tjmOj.es nueyo^^ él introducimos algu nas ideas, algunas claves, algunas síntesis, para acompañar al lector que se interne en A Memoir of (he Future, atravesando cesuras y profundizando el compromiso con las extensiones que Bion invita a compartir. Como ya dijimos en la introducción del libro anterior es nues tro anhelo, y nuestra fe, que esta «guía del viajero» acompañe al lector en este viaje inefable e infinito que es compartir y desarro llar las ideas estimuladas por la obra de Bion. L e ó n G r i n b e r g , D a r í o So r , H i .i z a b e t h T a b a k d e B i a n c h e d i
PR E FA C IO A L A P R IM E R A EDICIÓN
Dudamos mucho antes de lanzarnos a lo que nos parecía una arriesgada y muy difícil aventura: escribir una introducción a las ideas de Bion. Por una parte, nos animaba el pedido de muchos co legas y estudiantes que encontraban gran dificultad en la lectura de las concepciones desarrolladas en sus libros. Pero, al mismo tiem po, nos detenía la responsabilidad que significaba tener que trans mitir en forma simplificada ciertas hipótesis muy complejas, cuyo sentido profundo nos había demandado largas horas de elaboración. El elevado interés despertado por los cursos, seminarios y grupos de estudio que dictamos en distintos períodos y que permitieron un mejor aprovechamiento de las principales ideas de la obra de Bion, constituyó un aliciente importante que gravitó en nuestra decisión de emprender la tarea. No describiremos todas las vicisitudes de la misma. Diremos solamente que lo que nos resultó particularmente impactante en esta experiencia fue el haber podido compenetrar nos de toda la profundidad del pensamiento de Bion y de su sor prendente coherencia, una vez que redescubrimos el hilo conduc tor de sus originales concepciones a través de sus diversos escritos y de sus primeros trabajos sobre dinámica de grupos. Fue precisa mente este descubrimiento el que nos decidió a presentar la secuen cia de capítulos en el orden en que lo hacemos en este libro. Uno de los mayores méritos de Bion es el de ubicar la teoría y la práctica psicoanalíticas en una nueva dimensión que conserva, sin embargo, lo más valioso de las contribuciones clásicas de Freud y de M. Klein, encarándolas desde perspectivas (o «vértices») dife rentes. Les agrega frescura y originalidad, estimulando una actitud 13
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:
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN
nueva en el analista y promoviendo el abandono de esquemas rígi dos y de viejos clisés, así como también aperturas hacia nuevas ma neras de pensar en psicoanálisis. La riqueza de sus hipótesis, la am plitud de sus teorías y la flexibilidad de sus modelos, agregados al consejo de instalarse «sin memoria ni deseo» en la tarea observacional e investigadora, ejercen un enorme atractivo que no deja de provocar, al mismo tiempo, cierta inquietud. Todo esto apunta a in crementar la capacidad creativa, el sentido común y el desarrollo de la intuición, ayudando al investigador a colocarse en lo que lla maríamos «el estado de descubrimiento». Uno de los escollos en la comprensión de las hipótesis plantea das por Hion reside en su estilo de exposición que, de algún modo, es un reflejo de sus hipótesis mismas. Bion habla de las dificultades para expresar con palabras conocidas ideas nuevas; eso le lleva, a 'eces, a introducir términos desprovistos intencionalmente de sig nificado o a utilizar palabras conocidas con significados estipulados por él. En esta nuestra labor de revisión, síntesis y trasmisión de sus ideas, hemos intentado zanjar esta dificultad, introduciendo con mayor precisión algunos de sus conceptos. Es probable que, al lo grar esta mayor claridad, se haya perdido cierta dimensión signifi cativa de las ideas tratadas. Rara modelizar un aspecto de la teoría de las transformacio nes, Bion utiliza, en algún pasaje de su obra, el ejemplo del reflejo de un árbol en la superficie de un lago, del que el observador pue de reconocer la forma, pero no los detalles de su estructura. Cree mos que la experiencia emocional de leer los escritos de Bion está solamente reflejada en estas páginas. Muchos aspectos y caracterís ticas de las ideas expuestas por nosotros son reflejos, y no mues tran todos los detalles de la riqueza original. Al leer a Bion se sien te, muchas veces, que la fuerza y penetrabilidad de sus ¡deas equi valen a agitar la superficie del lago y alterar el reflejo. El lenguaje de Bion contiene lo que parecen ser dudas, verdades a medias, mis terios, incertidumbres; transmitir estos aspectos de sus ¡deas es, en la práctica, imposible. Esperamos que este libro pueda despertar en el lector la curio sidad y el estímulo necesarios para pasar a la experiencia inefable de la lectura de sus ¡deas originales. L eó n G r i n b e r g , D a r í o S o r , E l i z a b e t i i T a b a k d e B ia n c h e d i
PR E FA C IO A L A S E G U N D A EDICIÓN
Desde que apareció la primera edición de este libro, Bion dio a conocer nuevos aportes, ricos en ideas y formulaciones estimu lantes. Una de ellas señala que el analista debe poder tolerar el uni verso en expansión que aparece frente a él en su relación con el pa ciente: cuando termina de interpretar, el universo se ha expandido más allá de lo que puede percibir. Aplicando el mismo modelo po dríamos decir que cuando terminamos de escribir nuestra Introduc ción..., el universo de los conceptos propuestos por Bion continuó expandiéndose gracias a su notable capacidad creativa. Sin embargo, creemos que puede seguir siendo útil para los que quieran iniciar el camino hacia el cual Bion apunta: el de los enor mes problemas que surgen cuando se investiga la mente con instru mentos tan rudimentarios como aquellos de los que disponemos; es decir, la práctica del psicoanálisis como opuesta a «hablar de psi coanálisis». Por lo tanto, decidimos —para esta segunda edición— no modificar su forma y estructura originales. Agregamos solamen te, a pie de página, algunas notas relacionadas con desarrollos ulte riores. Reiteramos lo dicho-en el prefacio de la primera edición: es peramos que este libro no sea un sustituto sino un preludio a la lec tura de los textos originales y sin duda inquietantes de W. R. Bion. L e ó n G r i n b e r g , D a r í o So r , E l i z a b e h t T a b a k d e B ia n c h e d i
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3 3 3
3 3 3
3 3 3 3 X X
3 3 3 3 3 3 3 3 3
RECONOCIMIENTOS
Los autores de este libro pertenecemos a un grupo de estudio que desde hace años, y coordinado por uno de nosotros, se ha de dicado a estudiar sistemáticamente la obra de Bion. Sus integran tes, además de los nombrados, son los doctores J. A. Granel, P. Grimaldi, A. G. de Kaplan, S. Lumermann y N. Schlossberg, Queremos destacar y agradecer a nuestros colegas del grupo la dis cusión y elaboración de muchas ideas y comentarios que se efec tuaron antes de la redacción de la primera edición del libro. Nues tro recuerdo y gratitud también a quienes formaron parte del gru po de estudio en otros períodos, los doctores A. Aizenberg, R. Avenburg, J. A. Carpinacci, L. A. Chiozza, G. S. de Foks, J. A. Olivares, H. Pastrana Borrero, R. Polito y E. Rolla. LEÓN G r i n b e r g , D a r í o S o r , E liz a b e t h T a b a k d e B ia n c h ed i
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GRUPOS
En este capítulo se exponen algunas de las hipótesis sobre gru pos formuladas por Bion a lo largo de sus trabajos. Por lo tanto, se incluyen las ideas expuestas en sus artículos sobre el tema, des tacando algunos • puntos que serán desarrollados ulteriormente. Conceptos tales como continente-contenido, cambio catastrófico, el místico y el grupo, etc., serán tratados únicamente en su relación con el tema central del mismo: los grupos y la dinámica de su funcio namiento.
E L m D m D v o j¿ j^ m m i miembro de un grupo, aun en aquellos casos en que su pertenencia al mismo consista en comportarse de un modo que da la sensación de no pertenecer a grupo alguno. Las experiencias grupales son las que permiten observar las características «políticas» del ser huma no; no porque éstas sean creadas en ese momento, sino porque hace falta un grupo reunido para que se puedan poner de manifiesto y convertirse en objetos de observación. Atribuir importancia al gru po reunido surge de la impresión equivocada de que una cosa co mienza necesariamente en el momento en que su existencia se hace demostrable. Bion sostiene qucLjmigúndndividuQ. aunque esté aisJado., puede ser. considerado comQ..marginal respecto de^ un grupo ^ o4altQ (je,maJiiLesíacÍQiies..atcíivas.4e-psicoJ,ogía.i£U£al, a pesar de que no existan condiciones para demostrar estas afirmaciones. 19
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(jKUÍ'OS
Las teorías de Freud, entre ellas la dcl eomplejo de Edipo’, nos muestran la enorme importancia del g r u p o familiar en el de sarrollo del ser humano. Los trabajos de M . Klein, en particular sus hipótesis sobre las primeras relaciones o b jé ta le s, las ansiedades psicóticas y los mecanismos de defensa primitivos^, permiten enten der que el individuo no solo pertenece desde e l comienzo de su vida a un grupo familiar, sino que sus primeros co n tacto s con su madre y las personas que lo rodean tienen cualidades de por sí peculiares y de profunda importancia para su desarrollo ulterior. Las ansiedades psicóticas surgidas en relacción con los primero^ objetos son reactivadas en muchas situaciones adultas..El individuo debe establecer coniüCtCL.con.la vida .emoción aLdel grupo, lo cual ; le plantea el dilema de evolucionar y diferenciarse y enfrentar los ¡ I temores asociados a esta evolución. Las exigencias y complejidades derivadas de la perleneixciü. a diversos grupos..Xo. IJevan a una regr&sión que puede relacionarse con la descrita p o r M. Klein en el conle.xio de la teoría psicoanalítica. La observen ión de grupos por parte de u ii observador psicoanaliticamenie entrenado permite delectar situciciones que, con otra perspectiva, pueden pasar inadvertidas. Las uxorias psicoanulíticas, entre ellas la del complejo de Edipo y las iec:>rías kleinianas^ de las ansiedades psicóticas y los tempranos m ecanism os de defensa, pue den ser utilizadas para explicar algunos de lo s fenómenos observadt)S, La intuición psicoanalíiicamente desarrollada permite hacer observaciones en las que las reacciones em ocionales del observa dor. incluidt) en la situación, son tomadas en cuenta en la descrip ción, comprensión e interpretación de los feríenmenos. Con este enfoque Bion se acerca al e s tu d io de los grupos. Una de sus primeras experiencias con g ru p o s como objeto de estudio fue como director del sector de rehabilitación de un hospi tal psiquiátrico militar durante la Segunda G u e r r a .Mundial. Los pa cientes debían ser adiestrados para reintegrarse a sus tareas milita res, Bion se propuso considerar la rehabilitación como un proble ma grupal; por lo tanto organizó el sector a su cargo, compuesto por varios centenares de hombres, de acuerdo con este enfoque. El proyecto, desarrollado a lo largo de seis sem an a s, consistió en un programa que reglamentaba que lodos ios h o m b res debían realizar
h
’ S t reud (¡y23t)j, «Hl yo y el cllo«, cu Signiund Frí/ud. Obras cúmplelas, vol. XIX, Huctios Alies, Amuriortu editores, 1976. *' M, Klein, «Algunas conclusiones teóricas acerca d o la vida emocional del lac tante-, en Desarrollos del l\sicuanúlisis, Buenos Aires, Pttidós. ' M Klein, loc i a
GRUPOS
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una hora diaria de entrenamiento físico y ser miembros de uno o más grupos destinados al estudio de un oficio. De acuerdo con los intereses que surgieran, los individuos podían formar nuevos gru pos para el desarrollo de una actividad particular. Se realizaban reu niones diarias de todos los pacientes, personal encargado de ellos y directores, para la discusión de los programas, problemas creados y disposiciones a tomar. Este último punto del programa fue el pri mer paso para la organización de seminarios terapéuticos. Los resultados de esta experiencia, en la que comenzaron a ma nifestarse algunas características de los grupos en su relación con las tareas planeadas, pusieron en evidencia la necesidad de un exa men más exhaustivo de la estructura e interacción dinámica dentro de los grupos. Más adelante, en la Tavistock Clinic, de Londres, Bion se ocupó del iraJl,umienlo.de pequeños,gcupos que le fueron encomenda dos como terapeuta. Con el propósito específico de ayudar a escla recer las tensiones que surgían en los mismos, y con una técnica que consistía en Itudescripción de las situaciones creadas, en el.grupo qu£pare_cíaj„opi;?njers.e...aia isalizad^^^ la tarea propuesta, elanoró algunas hipótesis acerca de los complejos fenómenos grupales que se ofrecían a su observación. Los hechos que en primer término llamaron su atención en el trabajo con diversos grupos se relacionaban con la conducta de sus integrantes en el contexto grupal y el clima emocional allí desarro llado. Los grupos reunidos para realizar una tarea específica evi denciaban actitudes y desarrollaban métodos que no parecían con ducentes al logro del objetivo propuesto. Esto se manifestaba por una falta .de.riqueza ea las-conversaciones. desarrxjJUada? durante las sesiones, con disminución del juicip ci;í|iffl,y pertfirh^cipiK.s.euiu.ctílláucta racional dejos integrarites. Esta forma ¿je prpceder no concordaba...DOi:-laateneraL x:on~la inteligencia v habilidad problemas dentro del grupo no era llevada a la práctica con méto dos adecuados a la realidad. Las situaciones creadas en los grupos estaban intensamente --...........................i,.,-. wAv.^- car-4 I gadas de emoción. Estas emociones ejercían una poderosa influen-i cia sobre los integrantes y parecían orientar la actividad del grupo, sin que sus miembros se apercibieran de ello, g ^l terapeuta partici paba de este clima^emocional intenso y muchas veces caótico ál que todos los integrantes contrjb^^ párcTál ó totalmente. ¿ r grúpo.no parecía dispuesto a examinar estas situaciones. i En muchas oportun¡dadés¿].graipü4^ecí§Lfyj[lcipnar,c.otno,.dij,a |
GRUPOS
í j I . i i u n q u c esta unidad no se manifestaba a través de los aportes individuales. Este funcionamiento se hizo más evidente enfocando al grupo desde otra perspectiva: al observar al ^ no a los individuos que lo.componen, ciertos hechos.a 4:. quiiieron ji,ue.vos significados. ^En su particij-iación acniva.conio adulto en diversos gru£Os, el ser humano dispone de.diferentes modos de reacción. En la reu nión de varias personas jiara efectuar una tarea pueden discernirse ^dos_n_l2üs de ieadenc.ias;.uüa..diLigida. a.ia,..ieajií.y,gióa,de la..mism.a_\’ otra que parece oponerse ,ít.,eJUi. La.ac.Uvidad,de,j[raJb,aiü es obstrui da por una actividad más regresiva y primaria.. Para referirse a estos fenómenos, que considera típicos, Bion introduce una terminología específica que da una cierta unidad a los rasgos comunes observados en e.xperiencias disímiles. Estos tér minos son: mentalidad grupaf, cujtura grupal, supuestc^ b^icos^^ gj^upo de supuesto básico y grupo.de trabajo.
M E N T A L ID .^ D G R U P A L - C L 'L T U R A D E L G R U P O
La hipótesis de la existencia de una mentulidad grupal deriva del hecho de que el grupo funciona en muchas oportunidades como ^mia jjnidad, aunque íás" miembros no se lo propongan ni tengan consciencia de ello. El término designa, pues, la actividad,^eijtai CQlg.ctivq que se produce cuando las personas se reúnen en grupo. El término deli mita, también, un área de investigación sobre la cual se podrán ha cer nuevas observaciones e hipótesis. Como término, representa una conjunción constante’’ que irá adquiriendo más significado en la medida en que la investigación continúe. La hipótesis de una mentalidad grupal es una formulación básica para investigar los fe nómenos grupales. La mentalidad grupal está formada por la opinión^oluntad o de, seo unánimes del grupo en un moinenio. dado. Los indivídúpsj:üntni buyen a ella en forma anónima o inconscieau¿i*Xa_mentalid¿d.^u£d I puede estar en conflicto con los deseos, opiniones o pensamiento^e I lós. individuos, produciéndoles molestia, enojo u otras reacciones. J 1 I ^ I
■* «CotijuncióM coiihiaiuc" es uii término tomado de Hume, y se refiere al he cho de que ciertos datos de observación aparecen regularmente unidos. Bion utiliza este término en sus hipótesis aeerca del desarrollo del pensamiento. Un concepto o una palabra son enunciados que ligan, bajo su nombre, los elementos observacionales constantemente conjugados.
>^'4h GRUPOS
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La oraanización del grupo en determinado momento puede ser vista como la resultante del interjuegp entre la mentalidad...^ri|j |^ y los deseos^fjel^jp d ivid^ . Esta organización, por más primitiva o "mSimentaria que sea, es llamada por Bion c'u/mra del erupo. Este p‘ól'’el erupb en^im moconcepto incluye la estructura adquirida por el grupo mentó dado„.ias tareas..que se propone y la organización que adopta hi^reaJi^iiCiQ^ La cultura del grupo es un necfio observable dentro del contexto de la situación grupal, que pue de ser descrita por el observador teniendo en cuenta la conducta de sjis mtegrante§j 9j;,,rples^q.ue.éstos los líderes „qu^^* túan y el comportamiento del, grupo como tqtalj.dad. La cultura del grupo es función^ de la mentalidad grupal y de ios deseos del individuo, que son sus factores. La organización que ‘el grupo adopta en un determinado momento, o durante un perio-
Para dar mayor precisión al concepto de mentalidá'cTgrupal, Bion introduce el de supuesto básico. SUPUESTOS BASICOS ^Supuesto básico, o suposición básica, es un término que califi ca el lie mcmt^fic^ Como se recordará, este último con cepto se re^er^T la exísteíTcia de una opinión común, unánime y ^nóniinirjM.gcupa.enuinmicuiieiito. dada. La menmlidad grupal es el j;ecii;üma>aiC6M>¿mg¿UéLde.lQdasdaSuContribu hedías por los miembros.del. gmücu^Lconqepto supuesto bá^Q.po§„,dÁc^,algo I acerca deL . g m . ppinjón o de sus diferentes conteni dos posibles, permitiendo una comprensión más amplia de los fe nómenos emocionales en los grupos. Lu&¿uposkiaaesJ2ásÍ£a¿uei5ttáa.9QJQÜg.urad.a^ | tensas de origen.priniitlYQ,,.cpnsideradas como básicas por estos mo-^* livüs. Su existencia determina en parte la organización que el gru po adopta y el modo en que encara la tarea que debe realizar; por lo tanto la cultura del grupo mostrará siempre evidejidas_de.ÍQS-Su-
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p u e sto s básicp.^,§,qb.y.^ejRL§.§j..9>dej.p^.rUcy 1.ac.5UpW£SJULlL4§Í£?«3^dyo^
en ese momento. Los impulsos emocionales subyacentes en el grupo, las suposi^ El término «función», tal como lo utiliza Bion, incluye el sentido matemáti co, el filosófico y el del lenguaje ordinario, con la expres| intención de que conserye la penumbra
24
GRUPOS
Clones básicas, expresan algo así como laiuasías^crupales,^^de tipo 1 omnipotente \ máirico. acerca, del modo dti.Qb,tenéí*5ÍiTXr06Sj^sa1 pest^os. Estos impulsos, que se caracterizan por lo irracional de su contenido, tienen una fuerza y realidad que se mani■’Tie'sia en la conducta del grupo. Es importante destacar que las su posiciones básicas sonJnconscientes, y muchas^ veces opuesta_s„a Jas i opiniones conscientes v racionates de los miembros que componen el grupo. El término grupo bajo deicrmmado supuesto básico se refiere ' a la particular estructura y organización adopta Ja por el grupo en 1 función del supuesto básico en actividad. Opuesta a esta estructura está aquella basada en el grupo de irabujo, concepto que se expli cará más adelante. Los supuestos básicos jerarquizados por Bion son jre s . El pri mero de ellos es llamado supuesi(¿, bdÜí^QrdíLd^pgIkd^aÓíL,{^^^) y puede ser reformulado en términos narrativos; el grupo sustenta la convicción de que está reunido para_qu¿^algu[en,_de quien el grupo (^lepende en forma absoilifa.,.provea la satisfacción,de.todas.sus.ne/ cesidades y deseos. En una formulación más modelizada la creen cia colectiva es que existe un objeto exteniQ— cuva función es proveer seguridad al grupo, «organismo inmaduro». En otra termino logía, es la creencia en una deidad protectora cuya bondad, poten cia y sabiduría no se cuestionan. El supuesto básico de ataque-fuga.í sbF) consiste en la convic ción grupal de que existe un enemigo, y que es necesariojifacaria o huir .de él. En otros términos, el objeto malo es externo, y la úni ca actividad defensiva trente a este objeto es su destrucción (ataque) o evitación (huida). "" E\jupuesio básico de üpcireamic.t\to (sbA) es, en términos narrativos, la creencia colectiva e inconsciente d^_ qué, cualesquiertt^ ^ e s^an los problemas y necesidades actuales del gippo, un.hedió futjjro o un ser no nacido los resolverá;,es decir, hay esperanza de j 2po mesiánic^. Esta esperanza, irracional y primitiva es lundamental para definir el supuesto básico de apareamiento. Muchas veces la esperanza está puesta en una pareja cuyo hijo, no concebido aún, será el salvador del grupo. Lo importante en este estado emocional es la idea de futuro, y no la resolución en el presente. En términos religiosos es la esperanza de la aparición de un mesías. Resumiendo lo expuesto hasta ahora, podemos decir que los supuestos básicos son el equivalente, para el grupo, de-Luaf^'as^omnijoojentes acerca del modo en que se resolverán sus dificultades. Las técnicas que utilizan son mágicas. Todos los supuestos básicos
25
GRUPOS
son estados QmodoM^nSÍ^ÚiSJiXQL^ _ar^prendizaj£j)^^^^
aprendiza|g..que^implica
”ijuiorlV^oh t^to^eonüa^tealidad La conceptualización de los tres supuestos básicos permite or denar la muchas veces oscura situación emocional de los grupos. Al delimitar tres grandes configuraciones emocionales específicas, el observador dispone de un nuevo instrumento para la comprensión de los fenómenos de los que participa. La similitud de los rasgos de las suposiciones básicas con los fenómenos descritos por Melanie Klein en sus teorías acerca de objetos parciales, ansiedades psicóticas y defensas primitivas^ permite suponer que ios fenómenos de supuesto básico son reacciones grupales defensivas a las ansiedades psicóticas reactivadas por el dilema del individuo dentro del grupo y la regresión que este dilema le impone.
GRUPO DE SUPUESTO BÁSICO ¿De qué manera funciona un grupo en el cual predomina un determinado supuesto básico? En cada caso es necesario analizar las estructuras que se van configurando, tomando en cuenta el su puesto básico en actividad y las necesidades y opiniones individua les de los miembros del grupo, en coincidencia o no con el supues to básico. _Los_mdiyiduos que participan en la actividad llamada supuesto I básico lo hacen en forma automática e inevitable, no neceshañao I para ello ningún entrenamiento especial, ninguna experiencia emo cional ni madurez mental. La participación no requiere de los inte grantes capacidad de cooperación, capacidad que es un requisito fundamental para la participación en la actividad mental denomi nada grupo de trabajo. Para diferenciar la participación espontánea p el grup.ü^de..supuesUQ..bisi.90 de la,paüCÚCÍPACÍÓ;i, ^ _Cfi.nsciente, en el grupo de.trabajo,*Bion propone reservar la palabra cooperación para esta última, y llamar valencia a la capacidad primaria de participar en la actividad mental j el quehacer grupaL "Je acueFdo con los supuestos' Básicos. Valencia, término tomado de la química, señala la mayor o me-1 ñor disposición del individuo para Jad oe siT-1 puesto básico. Con esta analogía, Bion quiere jerarquizar su opi-1 nión de que esta capacidad, si bien se manifiesta o deduce de fenóM. Klein, loe. cii.
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menos psicológicos, caracteriza un nivel de comportamiento más similar al del tropismo de las plantas qi^e a una conducta intencional. terapeuta del gruj:>ü también participa de este nivel de funciona miento, y enfrenta en el grupo el mismo o parecido dilema de to dos los integrantes. Los g ru p o s de supuesto básico, o grupos básicos, como tam bién ios denomina Bion, tienen ciertas formas típicas de organizar se, en particular en lo que a comportamiento y liderazgos se refie re. Las descripciones que se hacen a continuación son tomadas pre dominantemente de situaciones de pequeños grupos terapéuticos conducidos con la técnica propuesta por Bion. Los conceptos, sin embargo, pueden también aplicarse a la comprensión de grandes i grupos humanos, como el ejército, las comunidades religips^^ iTs 1, cÍases_socia|es, o cualquier otra división de la sociedad que se con' skíere grupo. La cultura llamada grupo de dependencia, basada en el supues to básico del mismo nombre, se organiza buscando un líder que cumpla con la función de proveer las necesidades del grupo. Este" rol, en el grupo terapéutico, es fácilmente atribuido al terapeuta que lo coordina, observándose con frecuencia que la idea de «reci bir tratamiento» tiene un significado de expectativa que va mucho más allá de lo que racionalmente parece lógico. grupo de depen dencia se comporta frente al terapeuta como si estuviera convenci do de que toda la labor deberá ser emprendida por éste; la pérdida casi total de juicio crítico, la pasividad->n otras forrrras de conducta evidencian esta configuración. El grupo puede organizarse como escolares frente a un prqfe^r del cual esperan recibir instrucción, o exigirle que la provea; puede también funcionar como un grupo de adeptos a una idea o a una persona cuya bondad no se cuestiona; o como un grupo de niños que espera ser tratado por turno y en forma individual. El terapeuta comprometido como lo está en la situación emo cional del grupo, percibirá la molestia asociada a la frustración de las expectativas grupales que no satisface al realizar su labor inter pretativa. Si, a través de su señalamiento de la fantasía grup aj^, des miente su rol de proveedor o sugiere la necesidad de esclaTéceTl^r situaciones subyacentes —sugerencia que representa para el grupo una negativa por parte del terapeuta a asumir e lio j que se le ha adjudicado y la exigencia a funcionar en un nivel más adulto— el grupo puede reaccionar, ante el peligro que lo amenaza, de m ^oíT muy diferentes. Una posible respuesta es que el grupo, manteniendo su supues-
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tü bási(;.^^busque en QtjüL.pei5oiia oidea^Llícler deificadQ. A ve-^ ces, es el miembrpjmás.ej^^ del grupo el que reemplazg,cpmp J íd'er la figura del terapeuta. En otras oportunidades, el liderazgo se coloca en la historia del grupo, la «biblia» del grupo, dedicándo se mucho tiempo a su confección y enseñanza. Esta actividad, que consiste en un recordar o apelar a las tradiciones del grupo, actúa como un^ jupemoria» que se opone a la evqluci^ de cualquier idea nueva. Otra vicisitud es la sustitución del supuesto básico de depenluaciíL]2fí.r.iílíü.supuesto básico con el correspondiente cambio del clima emocional, liderazgos y roles. En casos extremos de conflicto con la idea nueva (en nuestro ejemplo la idea propuesta por el te rapeuta con su interpretación de la mentalidad grupal), el grupo puede reaccionar produciendo una nueva forma de organización, que necesita de la participación de algún grupo externo. Esta for ma de reacción llamada forma aberrante, consiste, en el caso del grupo de dependencia, en el intento de presionar a través de la ac ción sobre algún grupo externo, para influirlo o ser influido por éste. Debfdo a su propia valencia el terapeuta del grupo está siem pre expuesto a funcionar H el nivel del supilésto básico. Esto se pone en evidencia a través de cambios en su actitudrQ4UPj^|j^0WO-. nes de su técnica; por ejemplo, dar interpretaciones "al indrviduo dentro del grupo*, ^n lugar de mantener su enfoque spbre^el^^rupo como totalidad. Con esta conducta ayuda a dar cuerpo a la creen cia' colectiva de que es una especie de deidad, reforzando así el rol que se le atribuye. Estas y otras respuestasTemocionales del tera peuta pueden ser vistas como fenómenos relacionados con la difi cultad de mantener un nivel científico de trabajo en un campo tan perturbado como es el grupo de supuesto básico. La cultura llamada^w^o^tfe ataque-fu^a encuentra su líder en personalidades paranpides. El líder debe dar sustento a la idea de ’q^iie existe un enemigo dentro O-fuera del grupo del que es necesa rio ¿efender^^o huir. En los grupos terapéuticos el enemigo puede ser un miembro del grupo, la persona del terapeuta, sus palabras, la enfermedad física o mental, etcétera. El grupo puede adoptar una organización en la que se destaca la actividad evitativa de cualquier manifestación del «enemigo», o responsabilizar a cualquier persona o subgrupo y atacarlo en consecuencia. Cuando el terapeuta es considerado el «enemigo», el grupo ^^coijtp.Qrta.ignorando-sus-.iiuerveacÍQnes^ q demostrando m desprecio a través de palabrasj) actos.^La hostilidad, así como en el caso anterior la dependencia, puede asumir diferentes formas; la
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íonnu abcrraiue de este tipo de cultura son actividades tendentes a tomar posesión de la persona del terapeuta, o de grupos externos, ^^0 a ser poseídos por un grupo exterior, sus ideas u opiniones. En la cultura llamada uruvo de apureamiento, el liderazgo está relacionado con una pareja que promete umhijo^o alguna idea rej japionada con el futuro; el líder es algo o alguien que no ha nacido 1 aún. La pareja puede establecerse entre dos integrantes que dialo gan; el resto del grupo no sólo tolera sino que estimula esta rela ción. No reacciona con celos ni con rivalit|ad, ya que esta pareja es ccMÍsideráda como conteniendo la esperanza del nacimiento de un futuro líder que salvará al grupo. Se trata de la esperanza mesiánica de que una idea o una persona librará al grupo de sus sentimien tos de odio, destrucción o desesperación. Es claro que, para que I esto suceda. ]a esperanza mesiánica no debe verse realizada nunca. En la cultura dominada por este supuesto básico, el terapeuta, con su curioMvf.ul altamente estimulada, puede también participar de la esperanza mesiánica, con la consiguiente pérdida de su eficacia como observador. La forma aberrante de este tipo de grupo es la tendencia a la escisión. Frente a la amenaza de la evolución de la idea nueva (que Bion llama, en otro contexto, idea mesiánica y que debe diferenciarse de la esperanza mesiánica) el grupo puede, defensivamente, escindir se. Producida la escisión, una parte del grupo seguirá conteniendo la esperanza mesiánica, es decir, continuará bajo el supuesto bási co de apareamiento. Las vicisitudes de la otra parte dependerán de una serie de factores, entre ellos su tolerancia a la idea nueva y su tendencia a funcionar nuevamente como grupo de supuesto básico. Es importante destacar que la forma aberrante de cultura apa rece siempre que el grupo tenga que encarar una idea nueva que promueve evolución y que no puede instrumentar en una cultura de grupo de trabajo, ni neutralizar en una cultura de supuesto bá sico. La idea nueva, en su evolución, amenaza la estructura del gru po básico, trayendo aparejada la posibilidad de la situación deno minada por Bion cambio caiasirófico. \ Los supuestüsj3ás2cp¿j^edei).altern.ar..d.Q.ntrp de_.un.u,rai^.mtt se1 ^ ó n , p jnantenerse durante muchos meses; j tunca CQei^.iil,en._ Las emociones asociadas a ellos pueden ser descritas en los términos ha bituales de angustia, miedo, amor, sexo, odio, etc.; sin embargo la angustia en un grupo de dependencia tiene una cualidad diferente de la angustia en un grupo de ataque-fuga o de apareamiento; y lo mismo sucede con las otras emociones. A través de las descripciones que hemos hecho, queda clara-
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mente en evidencia que los métodos con los cuales el grupo se ma neja cuando está funcionando bajo un determinado supuesto son i jprimitivos y muy alejados de la realidad. La tenacidad con q|ue el'l grupo básico se adhiere a estos métodos primitivos se debe a la in tensidad de los sentimientos que están en juego y a los mecanismos de identificación proyectiva que utiliza para defenderse de las an siedades psicóticas. Una característica común a todos los grupos de supuesto básico es la hostilidad con que se oponen a cualquier esn'mulo I hacia el crecimiento o desarrollo. En el grupo terapéuTico, el^ estímulo hacia el crecimiento está en directa relación con el insight; el grupo de supuesto básico se opone hostilmente a esta posibilidad. Otra característica se refiere al len^^uaje^y uso.. En el gru po básico, el lenguaje no aparece desarrollado como^úna forma de pensamiento sino utilizado como uniform a .d^ a c ^ Puede de cirse que es un lenguaje des o ja d o de su cualidad comunicatjva, cualidad que depende en parte de la formación y uoIízTci^'de simbolos. El lenguaje del grupo básico tiene, en este sentido, más semejanzas con el lenguaje del psicóticq^ue con el lenguaje del neu rótico ."^Él grupo de supuesto básico no incluye la noción de tiempo, y por lo tanto no tolera la frustración. Esta situación está estrecha mente relacionada con su incapacidad para desarrollar un lenguaje simbólico que sea un preludio a la acción, o lenguaje de logro, como también lo llama Bion. Para Bion los supuestos básicos son construcciones crudas, fun damentales y primitivas. Así, por ejemplo, el de lucha-fuga podría expresarse también en términos de la química de la adrenalina o de las relaciones glandulares, el de dependencia, con la imagen de la boca cerca del pecho o succionando del mismo, etc. Por otra parte, afirma que para que una teoría sobre la «dependencia» sea consi derada buena debe evocar algo que uno pueda ver en el mundo en que uno vive. La teoría general puede resultar adecuada para una aplicación amplia, pero en la práctica, en el mundo de la realidad, nos encontramos siempre con la situación precisa y particular, no con la general. Hubo una evolución en el pensamiento de Bion con respecto a la dinámica y al funcionamiento de los grupos, si consideramos el período transcurrido desde 1961 a 1970. El modelo bipolar propues to inidalmente (el grupo con predominio de los supuestos básicos en contraposición dialéctica con el grupo de trabajo) sería sustitui do por la relación entre el místico (genio) y el grupo.
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Según Gaburrí (1981)’, resulla convincente la analogía entre los tres supuestos básicos con las tres figuras que el pensamiento psicoanalítico ha establecido como fantasías originarias: la fantasía ori ginaria de seíiacdóu.Cconfianz.a) es equiparable al supuesto básico de de£en¿encú(; Iíí fantasía originaria de la^castración (persecución) se puede comparar con el supuesto básico de^ucha^-fuga; y la fan tasía originaria de la escena primarui (esperanza) correspondería al supuesto básico de apareai^enio'.*^ En ¿Tseg'iintío modelo bioniano de 1970, la unidad afectiva entre los miembros del grupo de traba jo es comparable con la relación de reciprocidad entre el místico y el grupo. Los grupos especializados de trabajo (iglesia, ejército, aristocracia, etc.) se encontrarían transformados en el segundo mo delo de Bion en el «grupo institución». Así como Freud puso más el acento en el aspecto introyeciivo de la figura del líder por parte de los miembros del grupo, Bion pos tuló que en el grupo de supuestos básicos, éste se forma en función de una necesidad proyecti\a de los miembros hacia el líder. Estos modelos grupales han jugado en la mente de Bion un rol importante en la evolución de sus ideas, enriqueciendo su compren sión de los pacientes psicóticos.
TRABAJO Al hablar de los supuestos básicos nos hemos referido predo minantemente al nivel emocional primitivo que se manifiesta en todo grupo. Es necesario entender que este nivel primitivo coexiste siempre con otro nivel de funcionamiento, que es el del grupo de trabajo. Grupo de trabajo es un término utilizado por Bion para referirse a un tipo, particular de mentalidad grupal, y a la cultura que de éste se deriva. El grupo de trabajo (gt) requiere de sus miem bros capacidad de cooperación v esfuerz,o:,no se da ppr^.yajenda, sino por una cierta madurcY, v entrenamiento para participar en él. Es un estado mental que implica contacto con la realjd^d, toleran cia a la frustración, control de emoci.ones; eiLanálogo, en sus caracú terísticas. al Yo como instancia psíquica descrito por Freud“. La organización del grupo (cultura grupal) en función de la mentalidad grupal grupo de trabajo es distinta de la organización ^ l: Ciaburn y A Fcnu, Clli ^iviluppi Klciniuni e litan (imprimicndosc). '' S Froiid. «121 VI) V el cllu». tac. cii.
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(cultura grupal) resultante del supuesto básico. En este nivel de fun cionamiento del grupo de trabajo la tarea realizada poi~ el grupo su pone la utilización de métodos racionales y científicos en su abordaje. El líder (gs. aquella.persona capaz.4£Lsex-eliciente en propor-1 cionar una posibilidad para que dicho abordaje se realice. La ta-fl £ea, que puede ser doloroso y_ madu¿acm^ ^ el^grupp.y en sus, miembros. En el grupo te ra p éu tico , el tera-f peuta es un líder de esta función. El intercambio verbal es una función del grupo d e trabajo, y la acción que de ella resulta también lo es. El grupo de trabajo, que tolera la frustración, permite la evolución de ideas nuevas; és- j tas no son deificadas, ni negadas, ni expulsada"?^ ni su a v ^ c e e‘s*5bstruido, como sucede en el grupo de supuesto básico. La coexistencia del grupo de supuesto básico y del g ru p o de tra- ij bajo determinan un^ conflicto permanentemente plante=ado y~siem- | | pre recurrente dentro del grupolLg, acTividá^líej. g ru p o de trabajo el gcupjo.de supuesl.Q..bJ,sicp;_la ten d en cia a la di ferenciación del individuo se contrapone a su tendencica regresiva a no hacerlo. El conflictCL..puede ,formulars&.*da-divei:sa&-majieras: como conflicto entre la idea nueva y el grupo, entre ^1 individuo como pejsonaj^comojniem^ del^grupo^ntre el g ru p o de traba jo y el de siipiipsto g»~np» de »;i"ipiif^ rupQ ;_ei¿i^ proteger al grupo I de esta djsrupción. El problema planteado por la relación entre el * místico-genio y la institución tiene una configuración emocional que se repite a lo largo de la historia en formas muy variadas. El místico n
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tacto emocional de analista y analizado en la sesión. Es un instru mento que puede ayudar al psicoanalista a pensar acerca de los pro blemas que surgen en la práctica clínica diaria. Ayuda también a la ulterior comunicación y elaboración de los diferentes descubrimien tos y observaciones realizadas durante la sesión. Como instrumento, está construida sobre la base de conceptos y teorías pero no es una teoría en sí misma. Los enunciados que categoriza, van desde elementos aparentemente simples como un ges to, una exclamación, una conducta corporal hasta formulaciones complejas: ideas, pensamientos, conceptos, todos ellos, una vez que han sido formulados. Puede utilizarse para clasificar los pensamien tos e interpretaciones del analista. Básicamente se aplica a todo lo que forma parte de la comunicación entre analista y analizado. La Tabla propuesta está construida sobre la base de coordena das, con dos ejes: uno vertical y el otro horizontal. El eje vertical, llamado por Bion el eje genético, está construi do con letras mayúsculas: A, B, C... hasta H, dejando una hilera en blanco por debajo. En este eje se categorizan los enunciados de acuerdo a su es tado de desarrollo o complejidad en cuanto a nivel de abstracción. Por ejemplo: un acto de percepción visual o auditiva se clasificaría en la hilera B y no en las hileras más complejas. El eje horizontal es llamado por Bion, el eje de los usos. Está construido con números, desde el 1 hasta el 6. Deja explícitamente una columna señalada por: ...", para indicar la posibilidad de futu ras ampliaciones en el sentido de los usos, cuando los requerimien tos clínicos así lo demanden'’. En entrecruzamiento de los dos ejes marca casilleros (finalmen te, en la Tabla hay 63 posibles, de los cuales 34 están nominados por una letra y un número, y 29, están vacíos). Este entrecruzamiento, donde cada enunciado configura un uso y un nivel de desarrollo, otor ga gran plasticidad a algo que parece rígido. Los casilleros vacíos es tán libres para ulteriores investigaciones psicoanalíticas. Pasaremos ahora a una somera descripción de las categorías se ñaladas en cada uno de los ejes. ■" Uno de nosotros, el Dr. D. Sor, en colaboración con la Dra. M. R. Gazzano, ampliaron la Tabla, desarrollando una columna 7. Le adjudicaron un valor negativo (-7 ) para enunciados usados en forma fanática, dogmática o autoritaria. Reserva ron el valor positivo (7) para el uso de enunciados con responsabilidad y poder. Asi mismo desarrollan ejercicios de aplicación de material clínico en la Tabla (ver: D. Sor y .M, R. Gazzano, Cambio catastrófico. Psicoanálisis del darse cuenta, págs. 330 y 343, Buenos Aires, Ed. S. Kargieman, 1988).
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Se pueden considerar las dos primeras hileras del eje vertical en forma conjunta: los elementos beta y los elementos alfa están destinados a denotar niveles distintos de pensamiento. No son ob servables en la clínica; son términos teóricos útiles para pensar o ha blar acerca de los distintos fenómenos. Los elementos beta son pri mitivos y no representan pensamientos sino cosas-en-sí-mismas (Kant). No hay en ellos diferenciación entre animado e inanimado, sujeto y objeto, mundo interno y mundo e.xterno, símbolo y sim bolizado. Además, como están saturados, no pueden ser usados como preconcepciones. Sólo pueden ser evacuados a través de la identificación proyectiva. Los elementos alfa, resultado de la ope ración de la función alfa sobre las impresiones sensoriales y las e.xpenencias emocionales, pueden ser almacenados como pensamien tos incipientes. Posibilitan al individuo que tenga sueños sobre la base de lo que Freud llamó «pensamientos oníricos». La hilera C representa los fenómenos compuestos por pensamientos oníricos, imágenes visuales, sueños, alucinaciones y todas aquellas ideas com binadas en una forma narrativa, como pueden ser los mitos priva dos y públicos. La hilera D es la de la preconcepción; corresponde a un estado mental de expectativa adaptado para recibir un restrin gido margen de fenómenos. Un ejemplo podría ser la expectativa del lactante por el pecho. Si tal estado se integra con una experien cia de realización con un predominio de muchos elementos sensoperceptivos, surge como consecuencia la concepción que ocupa la hilera L. El concc¡no que define y caracteriza a la hilera F se deri va de la concepción por un proceso de abstracción que la ha libe rado de aquellos elementos .senso-perceptivos. Representa una ca tegoría para enunciados ya existentes como por ejemplo las teorías psicoanalíticas. teorías científicas generales, leyes de la naturaleza, etc. La hilera G está representada por los sistemas deductivos cien tíficos. Se trata de una combinación de conceptos e hipótesis o sis temas de hipótesis vinculados entre sí en una relación lógica. Final mente, en la hilera H encontramos el cálculo algebraico, según el cual varios signos pueden ser agrupados de acuerdo con ciertas re glas de combinación como ocurre en las matemáticas. Todas las hi leras, exceptuando la primera, representan categorías de enuncia dos que no están saturados, o sea que se encuentran capacitados para acumular significado. Las últimas hileras (G y Flj no tienen ma yor referente en la práctica analítica. En cuanto al eje horizontal, referido a los usos posibles de las distintas categorías expuestas más arriba, presentan una primera co lumna llamada hipótesis definitoria. Tiende a ligar los hechos que
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se han descubierto previamente y que están en una conjunción cons tante. En un primer momento, el enunciado está vacío de signifi cado; es sólo significante y sirve para evitar pérdidas de experien cia emocional por dispersión. La hipótesis definitoria tiene dos cua lidades negativas; la primera se refiere al hecho de que al designar algo con un nombre determinado, excluye todo aquello que no está contenido en la designación; la segunda consiste en que el nombre es una representación y no una cosa-en-sí-misma. Poder tolerar las cualidades negativas de la hipótesis definitoria implica poder tole rar la frustración. La columna 2 corresponde a enunciados falsos, usados con la intención de impedir los enunciados que pueden en gendrar angustia o turbulencia emocional o los desarrollos que in volucran un cambio catastrófico. La columna 3 es usada para regis trar los enunciados que cumplen la función de notación y memoria. La columna 4 representa el uso descrito por Freud como la función de la atención y de la atención flotante; sirve para explorar el me dio y es importante para la discriminación. La columna 5 se utiliza para aquellos enunciados que permiten la exploración dirigida ha cia un aspecto particular de las cosas. Se la ha denotado también como la columna de la indagación. Las tres columnas en conjunto, 3, 4 y 5, pueden ser conside radas como representando un espectro de curiosidad creciente: 3, por su cualidad de registro; 4, por la atención flotante; y 5, como indagación dirigida. La última columna, 6, representa el uso de pensamientos rela cionados con la acción o con transformaciones en acción. La columna 2, la columna 6 y la hilera C necesitarán futuras extensiones para abarcar la amplia gama de fenómenos complejos que se presentan a la observación^. üna regla básica para clasificar una formulación consiste en considerar que un mismo enunciado puede ser clasificado en cual quiera de las categorías de los usos (hilera horizontal). ¿Cuál es el más adecuado? Se determina por el contexto. En cambio, no suce' En un trabajo titulado «La Tabla», escrito en 1971 en Los Ángeles, Bion se ñala que tanto la hilera C como la columna 2 merecerían una extensión y hasta la lortnación de una tabla propia. La columna 2 fue pensada originalmente por Bion para proveer una serie de categorias para enunciados reconocidos como falsos, tanto por el analizado como por el analista. Un ejemplo en este sentido puede ser el enunciado «mañana te es pero a la salida del sol». Pero en la práctica clínica se hizo evidente la necesidad de considerar el problema planteado por la mentira. Es útil distinguir entre enunciados falsos y mentirosos. Las formulaciones falsas se relacionan con la inadecuación del
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de lo mismo con el eje genético (vertical) porque depende del nivel de abstracción del enunciado. Haremos un ejercicio simple de ubicación en la Tabla de un ma terial en el eje horizontal o de los usos. Tomaremos un enunciado utilizado por Bion, de un paciente que le dice al analista: «Sé que usted me odia». Ubicamos primero el enunciado en el eje genético o vertical. No es un enunciado conceptual, no es un sueño, no es una pre-concepción o expectativa. Convendría ubicarlo en la hilera de la con cepción (E por ser una creencia). Ahora pasemos a ubicarlo en la hilera de los usos u horizontal. La regla dice que este mismo enunciado podrá ser ubicado en 1, 2, 3, 4, 5 y ó, y que esto dependerá del contexto. — Si usa el enunciado «sé que usted me odia» en un contexto de ligero asombro y curiosidad hacia lo que dijo, estará ubicado en la columna de Hipótesis Uetinitoria y marca un comienzo de una investigación de diferentes signiíictidos. Clasificación El. — Si se usa el enunciado «sé que usted me odia» como un in tento de frenar la emergencia de otras ideas o sentimientos, por ejemplo, ideas de cariño o sentimientos de gratitud, será conside rado resistencial y será ubicado en la columna 2. Clasificación E2. — Si usa el enunciado «sé que usted me odia» como un inten to de estimular sucesos olvidados o recuerdos reprimidos, todos M’i huiruiiu], que tu) puede eonfiur en su eupucidud de darse cuenta de la >n,'ir lus transformaciones. bn ei campo de la practica psicoanalítica podemos considerar la conducta del paciente en la sesión, sus asociaciones, gestos.,.etc., como equivalentes al cuadro del artista, es decir, como el l'P, o para especificar mas, cl.T( paciente Ij l de hedius.Ü. que .ha..transíur-u u d u de..mia-efcucimuiada.uiauc.ru,J'aiiibién en este caso supone mos que podemos reconocer en su relato o conducta algo de aque llo que los originó. Hn general, damos por sentado que existen in.ya.riajues, entre .s.us_pens.an,i.reni.o.s >,,_sui palabras que nos permiten saber de qué nos esta hablando; intentamos descubrir y esclarecer los significados de su conducta a través de las invariantes que nues tra observación detecta. Puede también interesarnos conocer la o ■Eu>g¿aucaii. de iraastor.maéi.án,utj.lÍ2ji.d.a$. por .el paciente T(pacien.le)u, el medio en que las efectúa y, en ^S£ecial_, los factores emo_ d ó n a les intervimentes en e l proce so. Bion diferencia varios crupos de transformaciones en el niano mental: l a s t r u n s i u n n u c i u n e s d e m o v i m i e n t o r í a i d o , l a s t r a n s f o r t n u a o n i ' s p r o \ r c n y j í i y .J u y J X í m s l ü / i !i a c i a a í : s ,j :u u i L u x :i u a ¡ ü : ¿ .
Los hechOS-de.la sesión son d O itp Ins trangfnrm^^rion^-s d>;d analista. Las asociaciones del paciente, su conducta, sus .gestos, todo lo que sucede en la sesión es ü para el analista. Sus procesos men tales a partir de estos hechos corresptMulen a If analista kt y su interpretación, a...Tlanalistajjf_La ¡rublicación de un material clínico implicará un nuevo proceso de transformación, esta vez en un meliü distinto, cuyo T(f será también diferente. Las teorías, psicoanaJiiicas pueden ser conceptualizadas como _ giupua.ule Uaaslutinacione.s. ya que, en base a estas teorías, el material del paciente es interpretado de determinada manera. U n anairsta li',e.udtau.u-.dara..uaa. interpretación diferente a un mismo mate rial clínico que un analista kiailiiuio, ya que cada uno, dcL,eUQfuJL-
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tfíctujá V jerarquizará Otras invariantes en el material presentado, conforme a las teorías que utiliza. Ante el mismo material clínico presentado en una reunión científica, el T(analista freudiano)P y el T(analista kleiniano)(3 serán seguramente diferentes, pero induda blemente menos diferentes entre sí que la hipotética interpretación del mismo material hecha por un familiar del paciente en cuestión T(familiar lego)(3. Ya hemos dicho que los procesos de transformación en la me te de una persona se realizan con técnicas diversas F) mismo ehn puede ser transformado de modo distinrn en diferente.s rtmrrL
tos. Q por distintas partes de la personalidad. Es importante pa el analista tener en cuenta que urumismo producto final (Tppi. una palabra, por ejemplo, puede ser una representación adecuada de un pensamiento o una representación errónea, o tal vez ni siquiera una representación (en el sentido habitual del término), como pue de suceder en el paciente psicótico en algunas oportunidades. En este último caso, las palabras son utilizadas con fines evacuativos y no como vehículos de significados. La Tabla diseñada por Bion (ver cap. 111) permite categorizar las.jdeas v sus e.xpresioiies según,los niveles de evolución de éstas y.-scgún los modos en que se las usa. La clasificación de diferentes grupos de transformaciones enriquece el uso de la Tabla y puede llevar a una versión mejorada de la misma. TRAN.SFORMACIONES DE MOVIMTFNrTO R Í n in n Y TRANSFORMACIONES PROYF.CTIVAS Los términos «transformación de movimiento rígido» y «trans formación proyectiva» están tomados de la geometría proyectiva. Incluimos una breve explicación de los mismos tal como son utili zados en dicho campo para luego trasladar estos conceptos, como modelos, al campo psicoanalítico. La geometría proyectiva estudia l;is propiedades He las fjEuras oue Quedan invariantes haio distintos de transformaciones. Las transformaciones pueden ser proyectivas, de movimiento rígido, continuo, etc., y para cada grupo de transformaciones hay invariantes distintas. I.as transformaciones próyectivas en un plano o en el espacio son aquéllas que se realizan por proyección y sección. Una transformación proyectiva, pues, transforma puntos en puntos y líneas en líneas, y preserva las pro piedades de incidencia de los mismos. No preserva la distancia ni los ángulos; las figuras quedan muy deformadas en relación con la
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oriizinal que queda poco reconocible. Sólo permanecen como invarnnies las propiedades geométricas más esenciales como «internoexterno» «cercano-lejano», etc. Un modelo ilustrativo de la trans -ón proyectiva podría ser el de la cinta «Moebms» nués de una torsión de 18U“. mantiene la propiedad de poseer un(
L” superfik- continua, naicn.taa que la or.ginal presentaba una su nerficie de dos fases. ^ Las transformaciones rígidas, a saber, la traslación y a ro a ción. dejan invariantes el tamaño y los ángulos de a ^ metría euclidiana elemental puede definirse como la que estudia a propiedades que quedan invariantes bajo el grupo de estas transtornuiciones. por imdloPÍa. aüuc.lla.s..quc.iJl)17lKua-PUaiJÍ!U'oilll^>-C^----P^'^^^
; ;.... .. , ^ . , p , , - mikar-meriuM^exmanem te-or^^
TMT^TTTm-Icteristicas. U s u a n s l X a ^ i - p... t,n. los rc^ e s ^ t a n . según códigos comune ^ maY,i .)n\d¿ l'is, nersona'ruue^tilizan TTii mismo idioma, son también t r a n s ^
uttltuuuon , c r a c üc qlS Has invariantes resaltan ^ interlocutor dci (tiansformar) a su ve/ el signilicado incluido. ^ Un ejemplo clínico tomado del libro Transjormanons , ilustia la aplicación de lasJi.aEsíuriiiviciamnL-ckJiiiummu.mlí^ rígid o .,— Un paciente adulto, de sexo masculino, relata un sueno en la
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w1a d e lo q u e e s , e n ú lt im o t é r m i n o , d e s c o n o c i d o e i n c o g n o s c i b l e , e l O . E s t a c r i t i c a s e a j i l i c a a c u a l q u i e r v é r t i c e ; t o d o s e l l o s ( c o n la p os t b l c e x c e p c i ó n d e l v é r t i c e d e l m í s t i c o r e l i g i o s o ) .so n i n a d e c u a d o s e n r e l a c i ó n a ü p o r q u e n o se a d a p ta n a lo q u e n o tie n e b a s e s e n s o r ia l.
REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA
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Cuando una persona ha terminado su análisis, su conocimien to acerca de sí mismo es mayor que cuando lo empezó, pero si ob servamos la relación entre lo que sabe acerca de sí mismo y su rea lidad psíquica (que fue creciendo durante el proceso analítico) la proporción relativa de su conocimiento es menor. Por lo tanto, Bion aconseja no perder tiempo en lo ya descubierto, sino focalizar la atención fundamentalmente en lo que no se conoce todavía.
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Para Bion, el tratamiento psicoanalítico consiste en una tarea donde se encaran los aspectos adultos e infantiles del paciente, de quien interesa conocer, además, tanto su mundo interno y su psicopatología como los hechos reales externos en que interviene. Siempre resultará útil hacer hablar al paciente del hecho exter no que le preocupa, manifiesta o latentemente, para no caer en el riesgo de negar la importancia que tiene la realidad y la de las an siedades y depresiones relacionadas con dicho hecho externo. De este modo se obtendrá más información. El hecho externo será usa do para llamar la atención sobre los elementos inconscientes que contribuyen a la naturaleza dolorosa de las experiencias ocurridas. El hecho externo ilumina además la neurosis, a la vez que es ilu minado por ésta: ambos interactúan entre sí. La práctica del psicoanálisis, si bien tiende predominantemen te a la investigación del inconsciente del analizado, se desarrolla so bre la base de la participación consciente de ambos integrantes de la pareja analítica. Conviene no pasar por alto que en el paciente neurótico los elementos conscientes tienen tanto valor como los in conscientes. Ambos tienen que ser correlacionados, destacados y ubicados en su verdadera significación dentro del contexto del pro ceso analítico, brindando de este modo una visión binocular. En cambio, el paciente psicótico «es consciente» de cosas que, para el paciente menos perturbado, están reprimidas. En este caso, el análisis tiende a que el paciente logre formar su «barrera de con tacto», que le permitirá diferenciar sus experiencias en conscientes c inconscientes, y por ende soñar, reprimir, olvidar, etcétera. Precisamente, la importancia que Bion otorga a la colabora ción y participación consciente del paciente en el análisis se mani fiesta en algunas de sus reflexiones acerca de la primera entrevista. Así, por ejemplo, si un paciente dice: «Bueno, vengo porque mi pa dre o mi madre me lo aconsejaron, o porque mi esposa dice que
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tengo que tratarme», se le podría observar: «Pero, ¿acaso hace todo lo que su esposa le sugiere? ¿Obedece siempre a sus padres? Y si no es así: ¿por qué hace ahora una excepción?». Resultará conve niente prestar debida atención al tipo de respuesta del paciente, ya que si desde el comienzo repudia toda responsabilidad, no será un punto de partida favorable para el análisis. La consciencia de enfermedad también puede evaluarse en la consideración del problema de los honorarios y lo que implica para el paciente, más allá de su contenido real. Así, por ejemplo, puede decir: «E.so no me preocupa», negándole todo valor al problema, o bien: «Lo siento mucho, pero no tengo tiempo y mucho menos el dinero nccestirio para ptigar esos honorarios», cualquiera que sea el monto de dichos honorarios. Lo que el paciente quiere significar es que él puede permitirse una neurosis; pero tanto él como mu chos grupos humanos o sociedades no tienen idea del tremendo pre cio que esta persona [raga por el «privilegio» de tener una neurosis. Otros individuos, en ctiinbio, han alcanzado un punto en el que sien ten que el estado de su mente no es una ventaja sino una carga, y buscan la ayuda del análisis. Bion no excluye la posibilidad de formular interpretaciones du rante la primera entrevista, para otorgar al paciente la oportunidad de averiguar qué clase de persona es el analista y anticiparle —de este modo— cómo se desarrollara el tratamiento. Lo importante será, en cada caso, conocer la capacidad que pueda tener el paciente para establecer correlaciones; como así tam bién la necesidad por parte del analista de tener en claro su capa cidad de tolerancia para un paciente determinado. 111 El análisis, al poco tiempo de comenzado, adquiere una singu laridad especifica de esa pareja analítica, y para el analista, el pa ciente deviene una personalidad única, que irá conociendo si am bos miembros se avienen al método. Una interpretación psicoanalítica formula en términos sencillos las creencias que el paciente tiene del analista y del análisis. Convendrá formular las interpretaciones de tal modo que no cierren la discusión o el asunto que se está tratando, es decir, sin dar lugar a saturaciones sino a posibilidades de desarrollo. Esto se logrará especialmente cuando las interpretaciones «arrojen más luz que calor» y el paciente colabore mediante su disposición a tolerar
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el sufrimiento que produce la experiencia del insight frente a las si tuaciones temidas o rechazadas. Se podría aplicar a las interpreta ciones el concepto de serendipity de Walpole, referido a aquel tipo de descubrimiento que surge cuando se tropieza con cosas que arro jan luz sobre las otras, de modo tal que permitan una comprensión y un conocimiento sobre ellas que antes no se tenía. La sesión analítica es un tipo de experiencia compartida entre el analizado y el analista, y que no puede transmitirse a un tercero en aquello que le es esencial. Esto ha llevado a que se sostenga que las asociaciones libres y las interpretaciones, contienen una cuali dad inefable. Toda comunicación de lo ocurrido en una sesión, sea para una supervisión o para un trabajo científico, no es lo sucedido y debe ser considerado un nuevo ciclo de transformación. La relación existente entre los integrantes de la pareja analíti ca es de tal naturaleza que si uno tiene una idea habría que pre guntarse qué hizo el otro para sugerírsela. Durante el transcurso de la sesión analítica siempre se presen tan situaciones nuevas. Si algo se interpretó antes, ya cumplió su propósito. Si vuelve a aparecer el mismo material, será en un con texto nuevo, diferente del anterior, y así convendrá interpretarlo, a pesar de que el paciente intentará ser siempre la «misma depre sión», o la «misma fobia», por ejemplo, para evitar el doloroso in sight frente a lo nuevo y desconocido de su realidad psíquica. Conviene permanecer atento a la aparición de los aspectos nue vos del material sin desaprovechar nada de lo que ocurre en la se sión, ya que es la única oportunidad que tenemos para estar con el paciente. Los cincuenta minutos de la sesión son demasiado valio sos para desperdiciarlos en repeticiones de lo ya conocido. Por analogía, tolerar la incertidumbre y la ansiedad del no co nocer, la incoherencia del material y la no comprensión, hasta des cubrir nuevas relaciones entre sus elementos y, de este modo, lo grar ver lo coherente y comprensible. Bion aplicó a esta interacción el concepto de oscilación Ps D (cap. 111). Agregó que en especial para el analista, si tolera el as pecto de dispersión (Ps de la función) sin fuertes ansiedades, el tér mino apropiado sería paciencia. Propone el término segundad para el estado mental que se experimenta después del descubrimiento del «hecho seleccionado» que corresponde a un estado de menor an siedad, libre de peligros. Bion considera que sólo las interpretacio nes que surgen después del pasaje por estas dos fases emocionales son indicadoras de una adecuada labor analítica.
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Las interpretaciones psicoanalíticas son el resultado de una se rie de transtormaciones a partir de una determinada experiencia ori ginal entre analista y paciente, y ponen de manifiesto las invarian tes de dicha experiencia. La experiencia psicoanalítica implica un saber acerca de sí mis mo y ser uno mismo. Las interpretaciones que efectúan la transi ción del «saber acerca de» la realidad psíquica (transformaciones en K) a devenir cada una de las emociones que hacen a la realidad psí quica (transformaciones en ü ) son temidas y despiertan resistencia. Para Bion, este pasaje de K a O (de conocerse a devenirse) es fun damental para el crecimientt) de la mente. Estos pasajes incluyen el atrinesar cesuras (\er cap. VIH) y el correspondiente cambio ca tastrófico. Cuando las transformaciones en K amenazan la apari ción de transformaciones en O. surge lo que Bion denomina el te mor a la «turbulencia psicológica». Se produce entonces, una resis tencia ante el cambio de K a O por temor al sufrimiento doloroso asociado con el El desenir O implica asumir la responsabilidad acerca de los propios sentimientos, cualquiera que sea la naturaleza de los mis mos (responsabilidad de sentimientos asesinos, de locura, incestuo sos. de genialidad, etcétera). Otro motivo de resistencia frente a la transformación del de venir O es que en lugar de asumir la responsabilidad del sentimien to, el analizado teme convertirse en un «loco», «asesino», «inces tuoso». «genio», etcétera. Estos temores incluyen el peligro de la megalomanía, El analista podrá anticipar, hasta cierto punto, que una deter minada interpretación puede corresponder al tipo de interpretación del devenir O por su dificultad y vacilación en formularla, debido a la fuerte resistencia que supone provocará en el analizado. üuisiéramos tratar ahora ciertos problemas conceptuales sobre los que Bion llamó la atención y que están estrechamente relacio nados con el quehacer psicoanalítico. En lo que se refiere a los acontecimientos de la experiencia psi coanalítica, Bion usa el signo O para denotar la realidad psíquica, ('orno ya hemos destacado (ver cap. IV), el O no puede llegar a ser conocido sino que, en todo caso, puede ser «sido» (sólo puede llegar al dominio de K una vez que evoluciona a través del conoci miento ganado por la experiencia) y sólo entonces podrá ser for mulado en términos de la experiencia sensorial. Hasta ese momen to, su existencia sólo puede ser conjeturada. Bion otorga un valor muy especial a las formulaciones de los
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sucesos analíticos realizadas durante el curso del análisis, a diferen cia de aquellas formulaciones hechas fuera de la sesión. Su valor te rapéutico es aún mayor si conducen a transformaciones en O en lu gar de transformaciones en K (ver cap. IV). Gracias a su análisis previo, por el que debe pasar para lograr su formación psicoanalí tica, el analista está mejor preparado para remover los obstáculos que encontrará durante su participación en la experiencia analítica. Pero el bagaje de esquemas, creencias y convenciones establecidas, sumado a los ataques conscientes o inconscientes que el paciente puede realizar contra la capacidad del analista de pensar analítica mente pueden atentar contra la eficiencia y libertad logradas por el análisis del analista.. El analista intentará dirigir su atención a O, lo desconocido e incognoscible, manteniéndose en el punto de vista o vértice psicoa nalítico. En cuanto puede «ser O», estará en condiciones de cono cer los sucesos que son evoluciones de O. La interpretación misma constituye un verdadero acontecimiento en una evolución de O que es común tanto al analista como al analizado. Ambos dependerán no sólo de sus sentidos respectivos, sino de las cualidades psíquicas que son intuidas —como lo destacó Freud— por un equivalente mental de los órganos sensoriales. Este equivalente lo atribuyó a la función conciencia. No se pueden establecer reglas para el momento en que la ex periencia emocional está madura para la interpretación porque exis te un componente inefable en la experiencia emocional analítica. En cambio es posible, y Bion lo intenta, sugerir reglas para ayudar al analista a lograr un estado mental que le permita captar las evo luciones de O o estar aunado con O. Bion sugiere que el analista aprenda a trabajar «sin memoria», «sin deseo» y «sin comprensión». Más que un «olvidar», lo que Bion postula es una posición activa que refrene la memoria y el deseo ac tivos, y provea un estado mental que representa con el término «fe», que le permita acercarse a la realidad psíquica que no puede ser co nocida pero sí «sida». Va acompañado de un «acto de fe» (F) cien tífico cuando formula una interpretación, que debe ser diferencia do del significado religioso que suele dársele en el lenguaje corrien te; tiene como trasfondo un hecho inconsciente y desconocido. Bion utiliza los términos «fe», «acto de fe» y «misterio» en va rios de sus trabajos para referirse a una actividad mental que fun ciona en una dimensión no sensorial. Plantea, por ejemplo, lo que ocurre con el fenómeno de la an siedad. Nadie abriga la menor duda acerca de su existencia ni de
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SU realidad. Sin embargo, nos estamos refiriendo a algo que carece de equivalente sensorial; carece de forma, color, olor, en síntesis, no es accesible a los sentidos. Con verdadero rigor, nuestro cono cimiento de la ansiedad depende de algo más que de la experiencia sensorial. Se relaciona mas bien con una capacidad desarrollada en nuestra práctica analítica que nos permite delectar, por ejemplo, que detrás de la apariencia hostil de un paciente se oculta su an siedad, Este algo diferente de la experiencia sensorial y específicamen te importante para la labor del analista es la intuición, que está ba sada en una experiencia que no tiene un trasfondo sensorial aun que puede expresarse, a veces, en términos derivados del lenguaje sensorial. Suele decirse, por ejemplo, «ya veo», como una forma de significar «yo intuyo»^. La intuición consiste en la capacidad de captar específicamente los estados emocionales y forma parte de la función psicoanalítica de la personalidad"*. Cuando durante el curso de un proceso psicoanalítico se produce un crecimiento de esta fun ción tanto en el psicoanalizado como en el psicoanalista, Bion se ñala que hubo «evolución» en ese análisis. La «evolución» puede tener una semejanza superficial con la memoria, pero una vez que se la ha experimentado resulta imposible confundirla con ella. El término «memoria» se refiere a la experiencia relacionada predo minantemente con las impresiones sensoriales. Los recuerdos apa recen en forma fragmentaria y son buscados activamente. En cam bio la memoria oniroide o «evolución» puede compararse con la sus tancia de los sueños y corresponde a la realidad psíquica. Compar te con los sueños «la cualidad de estar totalmente presente o bien inexplicable y súbitamente ausente», La evolución implica poder reunir, por una intuición repentina, una serie de fenómenos inco herentes y aparentemente no relacionados que, de este modo, ad quieren la coherencia y el significado de que antes carecían. La finalidad de un tratamiento psicoanalítico es el crecimiento ' f-.l sentido mcisiórico dd «ya veo» no existo cuando el paciente psicóticrr uti liza esta frase. «Ya veo», en lujiar de significar «entiendo», puede querer decir que la interpretación se le ha aparecido al paciente en forma visual o alucinatoria, y no q u e la h a c o m p r e n d i d o
■* El termino rewrw, aplicado para referirse a una función importante en la ma dre en el contacto emocional con el hebé y sobre todo en lo que a elementos no sen soriales se rcliere, puede hacerse extensivo a la función del analista, abierto a reci bir las identificaciones proyectivas de su paciente y a tomar contacto, a través de su intuición, con los elementos no sensoriales de la realidad psíquica del mismo. Sigmund Freud y l.ou Andreas Salomé, Correspondencia, compilada por Ernsl Pleiífer, México, Siglo ,\XI, l%íi.
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mental. Éste es el vértice psicoanalítico desde el cual Bion encara la práctica del psicoanálisis. En cambio, el paciente puede encarar el psicoanálisis desde distintos vértices; por ejemplo, como antído to contra sus ansiedades psicóticas, como refugio en su psicopatología para contrarrestar sus responsabilidades frente a la realidad, como búsqueda de consejos y directivas para la solución de sus di ficultades cotidianas, y de muchas otras maneras. Sin embargo, el paciente acude al análisis por su deseo de «curación». Bion dife rencia el sentido del vértice de la práctica del psicoanálisis, del ob jetivo de «curación» tal como se entiende en medicina, con sus aso ciaciones de aliviar el dolor, suprimir la enfermedad, etc. La cura ción, con su trasfondo sensorial, como así también el «deseo de cu rar o de curarse» interfieren con la capacidad de evolución dentro del análisis. Ahora bien, la afirmación de Bion acerca de la ventaja de tra bajar «sin memoria y sin deseos» puede producir confusión y des concierto, además del riesgo de prestarse a malentendidos que dis torsionan su verdadero espíritu. Se trata más de una actitud interna por parte del analista que de una real modificación de la técnica frente al paciente. Bion se refiere especialmente a una calidad tal de funcionamiento por parte del analista («evolución») como para poder usar al máximo su intuición. Es en ese sentido que sugiere la utilidad de poder «cegarse artificialmente» para trabajar mejor. Se basa en un estado que Freud describió en una de sus cartas a Lou Andreas Salomé^ en la que incluye la frase siguiente: «Sé que me he cegado artificialmente en mi trabajo con el fin de concentrar toda la luz en el único pasaje oscuro». Bion quiere significar con ello que es preferible que el analista no se deje influir por sus co nocimientos previos ni por sus juicios a priori para que no conta minen lo que está ocurriendo en el «aquí y ahora» de la sesión ana lítica. De esta manera, es posible captar al máximo los elementos y matices nuevos que siempre existen en cada experiencia de en cuentro entre paciente y analista. Ello implica la renuncia al uso consciente de «recuerdos» y «deseos» vinculados o no con el pa ciente y rechazar la utilización defensiva de lo aprendido teórica mente. Mientras el analista trata (activamente) de recordar qué le dijo el paciente en la sesión anterior (memoria), o piensa en cuánto fal ta para que termine la sesión, o en lo que hará el próximo fin de semana, o en que el paciente mejore y se cure de su neurosis (de seo), pierde la posibilidad de observar y captar los hechos nuevos que están ocurriendo en la sesión en esos momentos.
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Por supuesto, Bion no quiere dar lugar a la apreciación erró nea de que considera que el analista se beneficiará mutilando su per sonalidad al suprimir su memoria y su deseo, cosa que no es cierta. Se trata de algo muy distinto. No duda que es esencial conservar la capacidad para recordar sucesos y experiencias del pasado y para alentar esperanzas y planes para el futuro. Pero cree que el analista puede llegar a estar también suficientemente adiestrado como para retener la capacidad de librarse transitoriamente de la «memoria» y el «dcsct)» cuando aparecen como fenómenos mentales perturba dores que amenazan el buen aprovechamiento de la sesión analítica. El análisis se hace siempre en el presente y no puede hacerse en ningún otro momento. Aunque el analista o el paciente se refie ran a ideas relativas al pasado (nostalgias) o al futuro (anticipa ción), estas ideas implican sentimientos presentes y actuales muy poderosos. Resulta significativa la afirmación de Bion de que en el con sultorio debería haber dos personas que comparten una situación angustiante, aunque la angustia sea distinta en cada una de ellas. Si no ocurre asi, se podría pensar por qué se molestan en tratar de saber lo que todo el mundo sabe. Lo cual implica la tentación de trabajar sobre lo ya conocido, tentación que es muy fuerte para los analistas, ya que el análisis configura una situación en que seres hu manos comentes se están dedicando a una ocupación muy angusiKinte sin siquiera salir de sus casas. El analista debe poder tolerar el universo en expansión que aparece frente a él en su relación con el paciente, más rápido de lo que él puede pensar. Podría pensar con la rapidez necesaria para llegar de la nada a la interpretación pero, cuando termina de ha blar, el universo ya se ha expandido más allá de lo que puede per cibir. Ed problema es cómo poder ser lo suficientemente fuerte como para soportarlo, lo cual es un objetivo mucho más modesto que tra tar de agregar algo nuevo al psicoanálisis. La practica del psicoanálisis depende de que el analista y tam bién el analizado sean capaces de establecer contacto con el hecho psicoanalíticü. El hablar de hechos psicoanalíticos es en sí mismo una teoría; de modo que se hace necesaria una apreciación o com prensión clara del hecho psicoanalítico. En la práctica psicoanalítica realizada en el consultorio hay oportunidad de poder decir «esto es lo que llamo un hecho». Bion usa un modelo para ilustrar cierto tipo de experiencias que ocurren en la situación analítica. Así, por ejemplo, señala que si se encontrara con una corriente de agua que fluye suavemente
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sin obstáculos, no podría verla porque resultaría demasiado trans parente; ahora, si introduce una vara en el agua, entonces sí podría ver la corriente porque aparecería turbulencia. En la misma forma, señala, suponiendo que exista una mente humana, esa mente pue de originar turbulencia y ciertas otras mentes humanas son particu larmente sensibles, intuitivas, talentosas, como para poder poner de manifiesto estas turbulencias como lo ha hecho Leonardo da Vin el en sus dibujos de pelo y agua. Bion dice que puede ocurrir que a veces hay tan poca tensión entre dos personas que prácticamente no se estimulan. En el otro extremo, las diferencias entre las actitudes o temperamentos son tan grandes que se hace virtualmente imposible discutir. De modo que la situación podría ser tan deficiente en tensión que faltaría es tímulo, o tan tensa que tampoco resultaría productiva. Enfatizando sobre la observación del vínculo que une a analis ta y analizado, señala que en ocasiones, puede ocurrir una tenden cia bastante generalizada a eludir las situaciones nuevas, incompren sibles e incoherentes porque producen ansiedad y persecución. Esto ocurre no sólo en el paciente sino también en el analista. Por lo mis mo, suele ser relativamente frecuente que ambos caigan en una complicidad inconsciente para tratar las cosas ya conocidas y más fáciles de comprender. Su consejo de considerar al paciente «como si lo viera por pri mera vez» y se tratara de un «paciente nuevo», implica precisamen te el poder embarcarse en la experiencia de cada sesión con la men te libre y no prejuiciada, para que la observación rinda al máximo y la «evolución» o intuición se desarrolle.
VIII
«EL ÚLTIMO BION»
En el último capítulo del libro Attention and ¡nterpretation\ ti tulado «Preludio al o sustituto del logro», Bion introduce la idea de una «capacidad negativa». La capacidad negativa es la que tiene una persona «...capaz de devenir en incertidumbres, misterios, du das, sin ninguna irritante búsqueda en pos de hechos y razones». La cita proviene de una carta de John Keats^ a sus hermanos George y Thomas, y en ella Keats habla de la cualidad que, en su opi nión, genera al «hombre de logro», especialmente en literatura y en este caso en particular a Shakespeare. Esta capacidad, por otra parte tan afín a la idea de Bion de «sin memoria, sin deseo, sin com prensión...» a la que nos hemos referido en el capítulo VII, se vin cula al área del psicoanálisis y del lenguaje que será contenida en el concepto de «lenguaje de logro». El lenguaje de logro tiene ciertas cualidades. Es, a la vez, un preludio a la acción y, en sí mismo, una especie de acción; mantie ne elementos no saturados promoviendo transformaciones y cam bios en evolución hacia el logro; tiene perdurabilidad, ya sea en el tiempo o en el espacio. El encuentro del psicoanalista y el analiza do es en sí mismo un ejemplo de este lenguaje, como también lo es el de las creaciones artísticas o científicas. Bion le opone el «len guaje de sustitución» que, por contraste, es aquél donde éste (el len guaje) es un sustituto para la acción y no un preludio de ella. Los ‘ W. R. Bion, Atteniion and Interpntalion, Londres, Tavistock, 1970. ‘ J. Keats (1817), Letiers, ed. por M, B. Forman, Londres, Oxford University Rress, 1952. 129
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que dicen «las acciones dicen más que las palabras» se refieren al lenguaje de sustitución. ^ El lenguaje de logro puede expresarse por un pensamiento o una acción; en ambas situaciones, su característica está dada en el ser un preludio a una modificación o cambio que significa evolución o cre cimiento y no ser el sustituto para un tal cambio. Presenta una cua lidad de perdurabilidad que va más allá del momento en el que es utilizado. No está necesariamente ligado al espacio histórico o cultu ral en el que se lo enuncia y puede emerger con sus características de promover cambios en otras culturas o épocas en las que se origi nó. Posiblemente estas características se deben a que está formulado (por formulación entendemos la forma en que se expresa) de un modo tal, que hace que tanto el emisor como el receptor de una tal comu nicación, permanezcan en grado de no-saturación, es decir, en un es tado de comprensión parcial con un fuerte estímulo para observar las implicaciones de lo formulado o de lo hecho, El lenguaje de logro se configura en y como una relación continenle-contemdo, \ como tal, expresa una relación que puede tam bién ser investigada eomo una función. Queremos ahora deslindar algunos de los factrrres que hacen a esta función. El primer factor (la .secuencia numérica no debe entenderse como un orden de prioridades, sino como la enumeración de un con junto) es la de un c\nUinente restaurado (la madre. Dios, el gru po, etc.). El segundo, la evolución del contenido (la divinidad, lo «sin forma, infinito, inefable, no existente»)- El tercero, la no-memoria, el no-deseo (es decir, la capacidad negativa) y la no-comprensión, siendo el cuarto, la matriz emocional en la que se gene ran, a saber: las pasiones, entendidas como emociones vivenciadas con intensidad y calidez sin sugerencia de violencia; L, H y K en una feliz combinación. El lector notará que esta lista de factores, está relacionada con lo que Bion había formulado previamente en sus descripciones de la relación entre idea nueva y Esiablishment, o entre el místico y el grupo. Retomando estos conceptos (ver cap. i), podemos decir que el lenguaje de logro se genera de una adecuada combinación entre los vínculos simbiótico y comensal; el vínculo parasitario expresa, por el contrario, los factores que se le oponen, ya que no permite ni producir ni comprender un tal lenguaje. El lenguaje de sustitu ción surge de la inhibición de los objetos estimulantes de crecimien to y multiplica el impulso a inhibir. El lenguaje de logro, por el contiaru), recibe y transforma los objetos estimulantes, dando por re sultado, crecimiento y logro.
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UNICIDAD (AT-ONE-MENT) Creemos que el concepto de «unicidad» o «at-one-ment» debe figurar entre aquéllos que han adquirido una importancia relevante en la obra de Bion como la que corresponde a «lenguaje de logro», «cesura», «turbulencia», etcétera. Ya hemos visto en el capítulo IV que Bion utiliza el signo O para referirse al hecho original de una experiencia determinada (queremos aclarar que el signo O que en ese capítulo aparece sig nificando «cero», como posible punto de partida de las coordena das de un espacio matemático, debe ser entendido, en realidad, como equivalente a «origen» y no a «cero»). Bion usa el signo O para representar el aspecto esencial de toda situación que debe en frentar el psicoanalista, y destaca específicamente que éste debe es tar en «unificación» con este rasgo central y que deberá identificar se con su evolución para poder formularla en una interpretación. El signo O representa la verdad absoluta que no puede ser conoci da por ningún ser humano; sólo se puede deducir su presencia o, en todo caso, se puede llegar a formar parte de ella, es decir, estar en unicidad o at-one-meni con ella. Ningún descubrimiento psicoanalítico sería posible sin el reconocimiento de su existencia, la uni cidad con ella y su evolución. El psicoanalista debería lograr alcan zar el marco mental en el cual pueda ser receptivo de O; y ello de penderá de su capacidad para estar en at-one-ment con dicho O. Lo que se necesita, afirma Bion, no es una fundamentación para el psi coanálisis, sino una ciencia que no esté restringida por su trasfondo sensorial; que sea una ciencia del at-one-ment. Una paciente de uno de nosotros^ usaba el término «convergencia» para manifestar su de seo de que su analista perteneciera a la categoría de personas que «cuando están con uno, realmente lo están». Tanto el término «con vergencia», como la frase «estar realmente con uno», se aproximan al concepto del at-one-ment con la realidad psíquica O del analizado. CESURA Bion introduce la noción de «cesura» explícitamente en sus es critos en un artículo publicado en 1977'*, que lleva este título. Parte ^ L. Grinberg, «Comraidentificación proyectiva» en Teoría de la identificación, Madrid, Tecnipublicaciones, S.A., 1985. '* W. R. Bion (1977J, Two Papen: The Grid and Caesura, Brasil, Imago Edi tora, 'l'ambién en «Ün a Ouotation from Freud» en Clinical Seminan and Four Pa pen, ed. por Franeesca Bion, Abingdon, Fleetwood Press, 1987.
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como modelo de una cita de Freud de «Inhibición, síntoma y an gustia» (Freud, 1926) que dice: «Vida intrauterina y primera infan cia constituyen un continuo, en medida mucho mayor de lo que nos lo haría pensar la llamativa cesura del acto del nacimiento»'\ y con esta cita como trasfondo, jerarquiza en la noción de cesura dos as pectos: la separación (corte, pausa, barrera, pantalla...) y la conti nuidad (extensión, totalidad...). El énfasis puesto en la o las cesuras —de las que la del naci miento es sólo una— está en sostener, que en el curso del desarro llo emocional, la mente o personalidad crea o establece una serie de brechas, escisiones o cesuras. Son lugares de separación entre distintos estados mentales. La cesura entre inconsciente y conscien te es bien conocida por los psicoanalistas desde que Freud introdu jo estas nociones junto con las de represión y resistencia; la de es tar dormido,-estar despierto son estados mentales conocidos por to dos. ,',Es lícito conjeturar una conexión entre pensamientos y emo ciones adultos y la vida prenatal? Bion piensa que sí aunque sus ves tigios se expresen solamente en forma tenue en la personalidad adulta. Hion señaliza una cesura con el signo «/» (barra inclinada) para indicar la brecha entre dos estados mentales y también señalar que hay un (totencial cambio dinámico que puede establecerse entre los estados separados por la barra, sin establecer la dirección del mis mo, Son ejemplos expuestos en su obra, en especial en A Memoir uf ihe Fuiiire (ver mas adelante): inconsciente/consciente, locu ra,-cordura, sueño diurtio/sueño, pasado/presente, presente/futuro, memoria-'deseo, estar dormido.'cstar despierto, narcisismo/socialismo, reverencia.'adoración, explícito/implícito, pre-natal/post-natal. La lista puede por supuesto, ampliarse. La idea de cesura y sus funciones son a nuestro juicio una evo lución de sus conceptos (ya tratados en el cap. 111) de pantalla beta, barrera de contacto, vínculo y ntmibre que liga una conjunción cons tante. Parte de la tarea analítica y también del crecimiento mental, es lograr maneras de atravesar o de establecer un puente o posible mente, mejor expresado aún, trascender estas cesuras, pantallas o barreras Cuando una persona logra hacerlo, penetra la barrera de in comprensión de sí mismo y de quien lo escucha. Puede ocurrir que S f leud tlt(2()), “InhibK'ioii. simonui y angustia»-, en Si¡>mund Freud. Obras Lompleias. vol ,XX. Buenos Aires, .-Xmorrurui editores, 1979, pág. 131.
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logre pasar al otro lado de la barrera y entonces, verla, así como lo que la misma separa. También puede ocurrir que mediante una ac titud mental apropiada, básicamente constituida por instrumentos disciplinadamente, la no-memoria, el no-deseo y la no-comprensión (ya sea en forma conjunta o alternativa), logre hacer desaparecer o disminuir transitoriamente la opacidad de la pantalla. El creci miento mental tantas veces mencionado en este texto, adquiere con esto nuevo empuje y la persona se deviene a sí misma, transfor mada. En el párrafo anterior nos hemos referido a la opacidad de la pantalla como un factor que puede dificultar su pasaje. A veces, una luminosidad muy fuerte puede funcionar del mismo modo por que las «ideas brillantes» pueden deslumbrar y funcionar como ce suras. En este sentido, Bion ha tomado en cuenta, en varias opor tunidades, una cita de una carta de Freud a Lou Andreas Salomé, donde dice que «...he debido cegarme artificialmente para enfocar toda la luz sobre un punto oscuro...». Esta idea, la de «bajar la luz para detectar resplandores tenues», está relacionada con la de nomemoria, no-deseo como regla técnica, puede extenderse por ana logía a «silenciarse artificialmente», para oír «los muy tenues soni dos»'’. Los instrumentos necesarios para trascender el diafragma, la encrucijada, la pantalla, la resistencia, además de los ya nombra dos (no-memoria, no-deseo...) son la razón especulativa, la conje tura imaginaria y la imaginación especulativa. Cuando esto se lo gra, se obtiene una experiencia de continuidad o de totalidad. Los procesos continente-contenido en K y Ps D (ver caps. III y VI) que estructuran parte de la mente en crecimiento, constituyen tam bién parte del equipo mental necesario para un nuevo paso para el logro de la experiencia de continuidad. El lector observará la rela ción de estos conceptos con el ya tantas veces mencionado cambio catastrófico y su relación con el insighi psicoanalítico. Las cesuras son, por otra parte, necesarias para el desarrollo. La sobrevivencia, la vida contractual en los numerosos grupos hu manos en los que la personalidad se desenvuelve, jerarquizan la ne cesidad de establecer y mantener ciertas cesuras. La segunda cesu ra descrita por Freud, nos protege de decir «cosas fuera de lugar», la barrera de la represión exitosa permite «estar dormido» o incons ciente de muchos contenidos mentales que perturbarían nuestro «es tar despierto». Pero también en tanto la cesura, la brecha, la opaW. K. Bion (1977), Two Papen: The Grid and Caesura, loe. cil.
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ciclad (ü brillantez enceguecedora) se profundizan y amplían, la per sonalidad deviene más y más escindida, se opaca, se marchita, de crece. Estamos ac|uí en el área ubicadle en la columna 2 de La T a bla (cap. 111), cuyo efecto es más perjudicial o antagónico al creci miento si las transformaciones se realizan en — K (ver cap. VI). La personalidad queda separada de «eso otro», a veces de «lo que no es». Sus símbolos se deterioran, perdiendo la fuerza provista por la articulación de la cualidad negtniva del nombre. Estaríamos en el terreno del lenguaje de sustitución como opuesto al lenguaje de logro.
Hasta aquí hemos señalado dos facetas de la cesura en su ca racterización como barrera, su necesidad y su patología. Señalamos también la importancia de su disolución que permite acceder a la experiencia de continuidad. Queremos ahora llamar la atención so bre otro aspecto: la capacidad o habilidad de establecerlas, como tuetite de nue\os desarrollos y descubrimientos. Bion nos ha mos trado algunos ejemplos clínicos en fragmentos de material expues tos en el capítulo 11 de A i i e n i i o n a n d I n t e r p r e t a t i o n (ver ejemplo de ••ice c r e a m » y «/ s a e u m » ) y en el artículo «Evidencia» («7 s h a p e d stair>- y 2
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D 3 3
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Heos; d punto clave es que el grupo no tiene nada que hacer en par ticular, es decir, hay algo cualitativamente similar a lo que sucede en una sesión psicoanalítica. Lo que pasa es que las relaciones per sonales entre los miembros del grupo se concentran de inmediato en la observación de cada integrante y en la atención consciente de otro miembro, si éste lo permite. Igualmente, las comunidades de ocio, de vacaciones, se fundamentan en la búsqueda de distracción, de apartar la atención de las cosas que pueden significar una preo cupación, pero se podrá ver que durante el ocio es justamente cuan do la atención se concentra sobre la cosa de la cual uno quiere apar tarse. Bion recuerda que un grupo sin líder se disolverá, y que pue de establecerse que si un hombre no logra ser amigo de sus amigos, tampoco logra ser enemigo de sus enemigos: un grupo que se com pone de tales personas, sucumbirá a un subgrupo interno hostil. En otras palabras, el avance técnico ayuda a producir el ocio y el ocio es el estado más conducente a la invasión de los impulsos emocionales inconscientes en las relaciones humanas. El trabajo de un científico atómico presenta el siguiente dilema: por un lado la destrucción de la humanidad, por el otro la producción, en virtud del poder creciente \ de la necesidad de restringir la belicosidad en relación con el ocio. El autor señala que la historia del avance téc nico también indica que el problema de las relaciones personales pronto se impondrá en demanda de una solución. E dgardo
H. R o l l a
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«THE IMAGINARY TWIN» («EL MELLIZO 1MAC 1.NA RIO-.)Este es un trabajo leído en la Sociedad Británica en 1950, pero publicado en 1967 en su libro Second Thoughts. Relata y extrae con clusiones del análisis de tres pacientes. A, B y C, todos con una pa tología grave y con un elemento clínico en común: asociaciones pe riféricas y luego centrales sobre la existencia de un hermano melli zo, imaginario o real. Mostraban simbolizaciones de la existencia de ese mellizo, tales como: otro paciente que era visto al salir del consultorio, dos médicos con una misma especialidad, un cierto rit mo entre las asociaciones y las interpretaciones, nombres de pila iguales, los dos ojos, un microscopio binocular, e inclusive el pro■ Luido en la Sociedad INieoanalitica Brilánica en 19.5Ü; publicado en Second lluHights. Londres. W. Meineinaiin, 1967,
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pió terapeuta. Señala Bion que estos elementos evolucionaron des de una periferia de asociaciones intrascendentes, dichas en forma casual, en las que distintas situaciones relatadas como hechos rea les resultaron no existir en verdad. A esto Bion lo llamó personifi cación de las partes disociadas de la personalidad. Un paciente bus caba la duplicidad en el analista, manejándolo como un hermano mellizo para obtener apoyo en sus interpretaciones, lo que consti tuía una evasión de la realidad y alivio ante el resentimiento. El de sarrollo del tratamiento de los tres pacientes mostró la relación en tre este control en la transferencia y la necesidad de controlar el na cimiento de un hermano, así como también ejercer control sobre la pareja parental en coito. En el caso del paciente A, el mellizo era realmente imaginario y en la fantasía se le había impedido nacer, lo que estaba confundido con la realidad de la concreta inexistencia del mismo. Pero al paciente le era útil creer en su existencia, pues la usaba para aliviarle la ansiedad subyacente de no dejar surgir afuera y en la transferencia a un analista real y personalizado. Esto posteriormente resultó estar enlazado con la personificación de la parte mala del paciente, que éste deseaba tener disociada de sí, pero que al progresar el análisis surgió como de ayuda al mismo por proporcionarle el logro de una visión armónica de dos objetos, es decir, «binocular», de la realidad y de su Yo. Así llegó al víncu lo armónico de la pareja parental entre sí. Sólo después de supera da esta etapa pudo el Yo lidiar con tales ansiedades edípicas, orga nizarías y obtener de ellas un sentimiento de esperanza, que hasta entonces no había sido alcanzado. Destaca Bion que las personifi caciones de A eran también tentativas de conectarse con una rea lidad merecedora de confianza. En el paciente B, cuya perturba ción era mayor, la existencia del mellizo era real. En él surgían las mismas fantasías que en A, que servían al paciente para ayudarlo a explorar sus tensiones intrapsíquicas y también la realidad. Tal co mo A, mostraba una relación entre su conflicto y la función visual, cuya evolución hacia el estado «binocular» reveló intensas vicisitu des de la etapa edípica, acompañadas también por el surgimiento compensador de la esperanza. Ya el paciente C no mantenía ma yor confianza en la realidad ni tampoco en los mecanismos del Yo para testearla; decía tener visión doble en un solo ojo, lo que es taba igualmente relacionado con ambos padres en coito. Destaca Bion que es probable que la capacidad de personificar las disocia ciones de la personalidad sea de alguna manera análoga a la capa cidad de formar símbolos y por ende, relevante para el desarrollo del Yo, a! igual que lo enfatizado por M. Klein en su trabajo «La
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importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del Yo». Según Bion es de suma importancia el papel que en todos estos pa cientes tuvo la visión en sus diferentes aspectos, la cual surgía en el análisis ligada al desarrollo del intelecto, a la emergencia de la sexualidad genital y de la situación edípica. La potencia visual y la visión de estos pacientes representaban la emergencia de un;i nue va capacidad de loma de conciencia para explorar el medio y para solucionar problemas. En cada caso los pacientes parecían sentir que la vista, como un nuevo órgano sensoria!, traía dificultades para su manejo, ya que se relacionaba con el aprendizaje en el manejo de la situación edípica. Dice Bion que de la misma forma en que problemas del de sarrollo vinculados con la agresión oral coexisten con la erupción de los dientes, a él le resultó imposible interpretar el presente ma terial como una manifestación de un desarrollo puramente psicoló gico, divorciado de cualquier desarrollo físico coincidente; y quedó impresionado de la relación entre el desarrollo psíquico y el de sarrollo del control ocular. De ser así, dice Bion «...tendríamos que preguntarnos si tales desarrollos psicológicos surgidos durante el complejo de Edipo no estarían cronológicamente muy cerca de los cuatro primeros meses de vida, siendo obvia su importancia para los puntos de vista de M. Klein sobre el Edipo temprano y, según mi punto de vista [X-rsonal, de importancia para la provisión de ra zones conconriiantes que estarían favoreciendo la instalación tem prana de la fase pre-edípica», Pa u l o G r im a l d i
«GROUP DY.NA.VllCS, A RHVIEW» («UNA REVISIÓN DE LA DINÁMICA DE GRUPO»)'^ La tarea que Bion se propone con este trabajo constituye un complemento de los conceptos de Freud sobre la dinámica grupal. En Tótem y tabú y en Psicología de las masas, Freud intentó acla rar algunas de la dudas que acerca de los grupos plantearon Le Bon y .McDougall. Bion emprende la misma tarea, pero la relaciona con la obra de M. Klein y sus desarrollos. Plantea los siguientes conceptos, que integra en una teoría so' Publicado en d Ini. J. u] bsyíhuan., X.XXlll, 2, 1952, págs. 235 y ss.; New iJueCiion'i in bsychounalysis, Londres, Tavistock, 1955; Nuevas direcciones en psi coanálisis, Buenos Aires, Puidós, 1965,
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bre los grupos. El grupo no es un simple agregado de individuos. Denomina grupo de trabajo a un aspecto de la actividad mental de un grupo que tiende a un objetivo con métodos racionales y en re lación con la realidad. El término «grupo de trabajo» se refiere a la actividad mental con las características anteriormente detalladas, no a las personas que la promueven. Esta actividad de grupo de tra bajo coexiste en ocasiones con un comportamiento fuertemente emocional que la perturba, y el grupo adquiere una estructura apa rentemente caótica. Bion sugiere que esto es el resultado de la reac ción del grupo a un supuesto básico que domina la conducta grupal. El supuesto básico de dependencia es el primero que Bion des cribe. El grupo se reúne para ser sostenido por un líder del cual de pende para su protección y alimentación material y espiritual. El segundo supuesto es el de apareamiento. Se hace evidente cuando en un grupo dos personas monopolizan la conversación y es independiente del sexo de las mismas y del contenido de lo conver sado. El resto del grupo se mantiene aparte y no evidencia senti mientos de exclusión; más bien lo que predomina es un aire de es peranza. Ideas como «el casamiento es una solución de problemas neuróticos» o «el año o el mes próximo se presentará más favora ble», etc., son expresiones comunes en el grupo. Los sentimientos de esperanza son centrales y es esencial que el líder del grupo sea venidero; una persona o una idea que salvará al grupo de senti mientos de odio, destructividad o desesperación, propios o de otro grupo. Obviamente, esta esperanza mesiánica nunca debe cum plirse. El tercer supuesto básico es que el grupo se ha reunido para luchar contra algo o para huir de algo. A este estado mental Bion lo denomina grupo de ataque y fuga. El líder es todo aquél o aque llo que apoye la agresión o la evitación. La característica central de todo supuesto básico es que la par ticipación en cualquiera de ellos es instantánea, inevitable e instin tiva (Bion no postula la existencia de un instinto gregario). Requie re lo que Bion denomina «valencia», término tomado de la física y que en este contexto es utilizado para expresar una capacidad para la combinación involuntaria e instantánea de un individuo con otros, a fin de compartir y actuar emocionalmente bajo un supuesto bási co. En cambio, para participar en la actividad mental de grupo de trabajo se requiere entrenamiento, experiencia o desarrollo men tal. Las funciones de grupo de trabajo están siempre interpenetra das por un supuesto básico de los descritos. Bion da una imagen sumamente plástica, cambiante y de inte
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racción del grupo. Su concepcicrii de supuestos básicos y actividad mental de grupo de trabajo no supone un encuadre rígido, sino todo lo contrario. Todo supuesto básico incluye la existencia de un líder (persona, idea, objeto inanimado). Toda nueva idea que llevaría a la evolución es vivida siempre, como amenaza, y el grupo de su puesto básico tiene siempre una incapacidad para tolerarla. La función de grupo de trabajo mantiene un contacto con la realidad; los supuestos básicos son peligrosos en la medida en que el grupo intenta volcarlos a la acción. Concluye planteando que los supuestos básicos surgen como formulaciones secundarias a una escena primaria extremadamente primitiva, elaborada en un nivel de objetos parciales y asociada con la ansiedad psicótica y los mecanismos de disociación e identifica ción proyectiva descritos por M. Klein como característicos de la posición paranoide-esqui/oide. D a r ío So r
'I'(analista)u están bajo la influencia de L ( ^ o i j , Hjodio) y K (conocimientoj. Suponiendo que el analista tiene en cuenta la contratransferencia, T(analista)a y T(analista)|3,están li bres de ser distorsionados por L y H. En cambio, T(paciente)a y
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T(paciente)(3 están siempre sujetos a distorsión, cuya naturaleza será el objeto a esclarecer a través de la interpretación psicoanalítica. Es decir, es.el Q de la transformación que el analista efectúa _en su pasaje de la observación a la interpretación. El analista transforma O de acuerdo con las reglas de la comu nicación verbal, pero el paciente puede hacer transformaciones que parecen una comunicación verbal pero que en realidad constituyen, por ejemplo, una alucinación auditiva, visual o táctil. Bion se pre gunta si estudiando las invariantes es posible descubrir las reglas que gobiernan las distintas transformaciones. Al aplicar la teoría de las transformaciones se destacan los ele mentos que siempre deben estar presentes en una conjunción constante, pero no supone_que haya relación de causalidad entre éstos. Al dejar de lado la teoría de la causalidad lineal. Bion intenta evitar las obstrucciones que ésta provoca para la observación de la con. juggión constante de fenómenos. La teoría de la causalidad, aunque útil, es «falaz». La intole rancia a la depresión determina que un paciente proponga una cadena de causalidad para racionalizar y negar un sentimiento de per secución, evitando la coherencia. La idea de causa es empleada aquí para destruir el contacto con la realidad externa. Otra perturbación grave para el conocimiento es la incapacidad para tolerar un no-significado. Investiga Bion cómo las asociadones de un paciente están dirigidas a obtener evidencia de signi ficado y de emoción pero no a descubrir lo que es el significado. De la misma manera el aprendizaje por la experiencia está per turbado cuando predomina la intolerancia a la «no-cosa» y la idea de que una representación es una «no-cosa-en-sí-misma». Las transformaciones ocurren en una experiencia emocional cuyo modelo adecuado —según Bion— es la violencia en la encru cijada de 'lebas, con lo cual establece la inevitable vinculación de la teoría de las transformaciones con una invariante de las teorías psicoanalíticas: las del complejo de Edipo. O, que es la realidad última e incognoscible, puede ser repre sentado por cualquier formulación de una transformación. O es in cognoscible porque K, L y H son adecuados para las transforma ciones de O, pero no para O. El lenguaje corriente, el arte, la mú sica, el psicoanálisis, son métodos de comunicación y transforma ciones de O. Tratamos con transformaciones, conocidas, amadas u odiadas. Pero siempre son intermediarias entre O y T. La realidad esencial no puede ser conocida, tiene que ser «sida», o sea «deve nida». Le preocupa a Bion cómo hacer la interpretación, para pa-
jl ’
, ||
II
RESUMENES DE LA OBRA DE BION
el signo «ü» (cero) y suponer que ésta tiene una contraparte, la ver dad absoluta. No es necesario un pensador para que exista. La fal sedad es la característica del pensamiento dentro de un individuo, o del pensamiento en un continente. De esto se deduce que todo pensamiento, tal como se lo conoce, es falso; el problema es deter minar el grado y naturaleza de la falsedad. La mentira es una fal sedad asociada con moralidad» y pertenece al tipo de vínculo pa rasitario entre el pensamiento «U>> y el pensador. En este artículo se tratan también temas tan importantes como el pensamiento y la acción como métodos conflictivos en el terreno analítico; la megalomanía y el temor a la misma en relación con la idea mesiánica; y la necesidad de separar los fines sensoriales, aso ciados con deseos y recuerdos, de los fines de la investigación psicoanalítica, E liza b e th
T a b a k d e
B ia n c h e d i
«NOTES ON MEMORY AND DESÍRE» («NOTAS SOBR,E LA MEMORIA Y EL D E SEO o‘‘' En este corto artículo, Bion se refiere a la necesidad de que el analista suprima la memoria y el deseo activos. Esto lo puede ha cer mediante un entrenamiento y ejercicio voluntarios. El analista que trabaja con memoria y deseo está obstaculizado, y la sesión se convierte en la observación de lo ya ocurrido (recuerdo) o de lo que ocurrirá (deseo), en lugar de lo que está ocurriendo. Sería pre ferible durante la observación analítica no ocuparse de las impre siones sensoriales o de los objetos de los sentidos, pues éstos cons tituyen un obstáculo para la intuición que el analista tiene de la rea lidad psíquica con que debe manejarse. «Lo único importante en cualquier sesión es lo desconocido, y nada debe impedirnos intuir lo». Bion nos habla de un estado que se experimenta en cada se sión, al que llama evolución, estado que comparte con los sueños la característica de estar totalmente presente o inexplicable y súbi tamente ausente. La evolución se asemeja a la memoria; sólo pue den diferenciarse a través de la experiencia. Una diferencia es que la evolución surge como una totalidad y de manera espontánea, mientras que la memoria, más cercana a la experiencia sensorial, es buscada activamente por el sujeto y aparece en forma fragmen-
L
Publicado eii d XXVI, 3, 1969,
F s y c h o a n a l y iic F o r u m ,
11, 3, 1967;
R e v in ii d e P s ic o a n á lis is ,
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laria. Evitando la memoria y el deseo, el psicoanalista podrá ela borar su técnica sobre la base de intuir la evolución, y no sobre la base de una experiencia recordada de teorías generalizadas. A na G.
SECOND THOUGHTS
de
K aplan
20-21
¡i
Este libro es una recopilación hecha por Bion de sus trabajos \ muchos de los cuales ya son co- 1 sobre psicoanálisis de nocidos por el lector actualizado en sus obras: «Notas sobre la teo ría de la esquizofrenia», «Desarrollo del pensamiento esquizofréni co», «Diferenciación entre las personalidades psicóticas y no psicóticas», «Sobre la alucinación», «Sobre la arrogancia», «Ataques al vínculo» y «Una teoría del pensamiento». Por primera vez desde su lectura en 1950 en la Sociedad Británica se publica su trabajo sobre «El mellizo imaginario»^^. A lo largo del libro los párrafos están nu merados para que el lector pueda volver a ellos fácilmente cuando en el comentario se los vuelve a ver desde otro prisma y ya con el uso de su conocida Tabla, la que está también impresa en este li bro. Todos los trabajos mencionados aparecen aquí en su forma ori ginal. Como ya dijimos al final se encuentra quizá la parte princi pal de la obra, un comentario muy original en su estilo y desarro llo, pues incluye un re-pensar {second thoughts) sobre tópicos nue vos y antiguos, aunque Bion enfatiza mucho el tema relacionado con la memoria y el deseo, y no tanto sus ya conocidos puntos de vista sobre el psicoanálisis en general. Cuestiona así la naturaleza y el valor del registro o comprobación psicoanalítica de las sesio nes. Al discurrir sobre lasjdjficultades-de c^ómo hacer accesibles^v. | disponibles para otros las intuicionespsicoanalíticas, Bion utiliza es-' tos trabajos y las interpretaciones dadas en el momento, como ele mentos de ilustración, considerando con algún detalle el carácter de las afirmaciones hechas en el curso de la práctica diaria. Londres, W. Heinemann, 1970; Volviendo a pensar, Buenos Aires, Hormé, 1970. La traducción literal significaría «Segundos pensamientos», conceptualmente el sentido que más se le acerca es el de repensar, vuelto a ver, reexaminar, que no alcanzan a cubrir los matices existentes. Por ello preferimos dejar el título en el ori ginal inglés (nota del compendiador). No se comentarán en este resumen cada uno de los temas centrales de estos trabajos, pues ya aparecen en otra parte del presente libro. Por eso nos dedicare mos aquí mayormente al contenido del comentario (nota del compendiador).
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KESUN4ENES DE LA OBRA DE BION
De este modo menciona el cambio que se produjo en su punto de vista desde la época en que escribió estos trabajos h a sta ^ ^ ^ , techa de publicación del presente libro. Señala que, para aquéllos que deseen leerlos tal como fueron escritos originalmente, no ha brá inconvenientes en enmiendas, correcciones o modificaciones conceptuales, y que podrán hacerlo sin preocuparse por sus opinio nes actuales, que no van en desmedro de lo enunciado entonces y por ende no se amagonizan entre sí, sino que añaden a estos temas antiguos nuevas perspectisas. Dice: «Siempre he pensado que tales informes se prestan a la objeción de que la narración y las inter pretaciones dadas son meramente dos maneras diferentes de decir la misma cosa, o dos cosas diferentes predicadas acerca del mismo hecho. Con el paso de los años, esa sospecha se ha convertido en certeza». En su opinión, el Informe «contemporáneo» y el punto de vista «histórico» deben ser considerados como los elementos que proveen al analista de una visión «binocular» del material con que tiene que manejarse. Agrega; «He intentado formular esta convic ción en tres libros: A p r e n d i e n d o d e la e x p e r i e n c i a , E l c m e n l o s d e l p s i c o a n á l i s i s y T r a n s f o r m a c i o n e s , cada uno de los cuales profundiza algo más en el lema s hace un poco más precisas las formulaciones». Hion no considera que su narrativa deba proponerse ser una do cumentación de lo que el paciente o él hayan dicho. 'I’ampoco cree que merezca considerarse como «hechos reales» ( s i c ) de lo ocurri do: y esto p(.nciue no atribuye a la memoria la importancia que se le suele dar. Comenta: «La existencia de deformaciones involunta rias está tan bien demostrada por el mismo psicoanálisis, que es ab surdo conducirse como si nuestros informes estuvieran de algún modo exentos de los rasgos a que aluden nuestras propias compro baciones, La memoria nace de la experiencia sensorial, y sólo a ella se adapta. Dado que el psicoanálisis se ocupa de una experiencia que no es sensorial —(jpiensa alguien que la ansiedad tiene forma, color u olor';'—, los registros basados en la percepción de lo que es sensorial sólo registran los hechos sin importancia psicoanalítica. Por consiguiente, en cualuuier relato de una.s^üión, aunque se efec túe inmediatamente después de la misma o aulTq’ue sea obra de un maestro, no debemos considerar a la memoria como otra cosa que una coniumcacion gráfica de una expc-neqicia eniotiya. Aunque en el momento de escribir los relatos que figuran en esté libro yo los creí facticamenle correctos (excluyo las alteraciones efectuadas y re conocidas, en homenaje a la discreción) deben ser considerados ahora formulaciones verbales de imágenes sensoriales, elaboradas para comunicar de una manera lo que probablemente es comuni-
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RESÚMENES DE LA OBRA DE BION
cado de otra... Si esta revaluación parece severa, agregaré que a me nos que se la considere esencial dejará de haber progresos en la ta rea psicoanalítica; hay que considerarla el punto de partida para una nueva actitud hacia el trabajo científico»^^. P a u l o G r im a l d i
ATTENTION AND JNTERPRETATION (ATENCIÓN E INTERPRETACIÓN En este libro, el último publicado por Bion hasta la fecha, el lector encontrará un nuevo desarrollo de las ideas ya planteadas en Elementos del psicoanálisis y Transformaciones. Uno de los temas centrales del mismo es el de la dificultad de observar, evaluar, in terpretar y comunicar adecuadamente experiencias emocionales que no son sensoriales; en la experiencia psicoanalítica, donde el obje to de investigación es el inconsciente o la realidad psíquica, esta di ficultad se presenta en grado extremo. La realidad psíquica, de cuya existencia no dudamos, no es ac cesible a los órganos de los sentidos. La angustia, el amor, el odio, el miedo, no se pueden ver, oír o tocar; sin embargo, los recono cemos. Bion propone utilizar el verbo «intuir» para referirse al con tacto con la realidad psíquica, ya que los verbos ver, oír, entender, no son los más apropiados para describir esta captación. La con ciencia, definida por Freud como «el órgano sensorial para las cua lidades psíquicas», está encargada de esta función. El desarrollo de la capacidad intuitiva, como una manera de captar y tomar contacto con la realidad psíquica del paciente, está obstruido cuando lo que se debe captar son las transformaciones de la parte pslcótica de la personalidad. La alucinosis, que es el modo de funcionamiento de la parte psicótica de la personalidad (tan intolerante a la frustración y a la ausencia de objeto que sustituye la realidad externa por la evacua ción de sus sensaciones) puede ser experimentada por el analista. Para experimentarla debe participar de ella, y para participar de ella debe realizar lo que Bion llama un «acto de fe», poniéndose en el estado mental apropiado para captarlas. Este acto de fe («F») está relacionado con un voluntario renunciamiento a la memoria acLas citas contenida.s en este resumen fueron extraídas de la versión en espa ñol de Secünd Thoughts, Volviendo a pensar, op. cit. Londres, Tavistock, 1970.
RESÚMENES DE LA OBRA DE BIO.N
tiva y al desear, inclusive un renunciar ul comprender; este estado, difícilmente logrado sin esfuerzo y disciplina, permite al analista «devenir», en parle, los fenómenos de la realidad psíquica de su pa ciente. Otro problema tratado en detalle en este libro es el del místico y el grupo, en sus versiones narrativas —véase, por ejemplo, algu nos aspectos de la historia de Jesús y el grupo de sus seguidores— y teóricas —en términos de continente-contenido—; la persona ex cepcional, el genio, místici.) o mesías, el portador de la idea genial mística o mesiánica, es tratado por el grupo-continente de diferen tes modos, según los sentimientos que primen en el vínculo entre ambos. La interrelación entre el místico y el grupo será siempre disrupiiva para el grupo o una parte de él; y el grupo tratará de evitar la disrupción con técnicas más o menos hostiles al genio y sus ideas. El tema puede ser reformulado en términos de continente y conte nido en sus distintos vínculos.: comensal, simbiótico y parasitario. La mentira es un estado mental opuesto a la evolución de cual quier idea nueva que promueva, provoque o amenace provocar cambio, crecimiento o evolución. El mentiroso es un verdadero ene migo del análisis, aunque más de uno utilice al análisis como esce nario y al analista como espectador de lás mentiras que fabrica, La mentira, para la cual un pensador es absolutamente esencial (a di ferencia del pensamiento verdadero que no requiere un pensador que lo formule), puede ser vista como el resultado de múltiples frag mentaciones de la envidia, creciendo cada uno de los fragmentos a modo de crecimiento canceroso. La envidia es envidia de los obje tos que estimulan el crecimiento, y se manifiesta como la tendencia a inhibir y frenar los estímulos hacia el crecimiento y el desarrollo. En síntesis, se trata de un libro sumamente interesante, cada uno de cuyos capítulos estimula al lector, psicoanalista o no, a pen sar con un enfoque o vértice diferente sobre problemas ya conoci dos, o a plantearse preguntas en áreas hasta ese momento no cues tionadas. A na G .
de
R allan
TITULOS DE LA COLECCION CONTINENTE/CONTENIDO
2. 3.
Teoría de la identificación, Dr. León Grinberg. D e! diván a l círculo, Drs. Loren y Guillem. L a s transform aciones de la psicopatía,
Dr. Gilbert Diatkine. L a supervisión psicoanalítica. Teoría y práctica,
Dr. León Grinberg. L a p erson alid ad hum ana. Su capacidad creadora,
Dr. Emilio Valdivielso. 6.
L o s visitantes del Yo. Fan tasm as de identificación,
7
Dr. Alain de Mijolla. L a crisis juvenil, Dr. Fierre Mále.
.
8. 9. 10
.
11
.
Teatros de la mente. Ilusión y verdad en el escenario psicoanalítico, Dra. Joyce McDougall. Teatros del sueño, Dr. Salomón Resnik. Vida onírica. Una revisión de la teoría de la técnica psicoanalítica, Dr. Donald Meltzer. A hom bros de Freud. P sicoanálisis de una ideología fúlica, Prof. Roberto
Speziale-Bagliacca. 12.
P a ra d o ja s y M etam orfosis de los E squizofrénicos. Clínica de la identificación proyectiva,
13 .
L a experiencia psicótica,
Dr. Luis F. Crespo. 199
Dr. Salomón Resnik.
2()U
14. 15. 16.
T ÍT U L O S U E L A U O L E C 'U lO .N C 'O N 'l'lN E N T E / C O N T H N lD O
Lü /nenie en conflicto, Dr. Charles Brenner. L a /nutriz de la mente. L a s relaciones de objeto _v el diálogo psicoa/ialitico, Dr. Thomas H. Ogden. Introducció/i a la teoría psicoa/ialítica,
Comihlador; Dr. León Grinberg. 17. Ls.
Sobre la cura psicoanalítica. Una p a la b ra de a//tor. Dr. .laiine 1. S/.pilka. Felusi/ia. H istoria de una pequeña serpiente,
Dr. Mauro Mana a. 19.
Proyección, ¡deiitijicacióii, ¡dentijicacion Proyectiva,
Compilador: Dr. Joseph Sandler. 20.
Estudio sobre el
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