Novalis - Himnos A La Noche Y Canticos Espirituales
July 27, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Novalis
Himnos a la Noche
1
¿Qué ser vivo, dotado de sentidos, no ama,
por encima de todas las maravillas del espacio que lo envuelve,
a la que todo lo alegra, la Luz
—con sus colores, sus rayos y sus ondas; su dulce omnipresencia—,
cuando ella es el alba que despunta?
Como el más proundo aliento de la vida
la respira el mundo gigantesco de los astros,
que !otan, en danza sin reposo, por sus mares azules,
la respira la piedra, centelleante y en eterno reposo,
la respira la planta, meditativa, sorbiendo la vida de la "ierra,
y el salva#e y ardiente animal multiorme,
pero, más que todos ellos, la respira el egregio egre gio $%tran#ero,
de o#os pensativos y andar !otante,
de labios dulcemente cerrados y llenos de m&sica'
Lo mismo que un rey de la (aturaleza terrestre,
la Luz concita todas las uerzas a cambios inn&meros,
ata y desata v)nculos sin *n, envuelve todo ser de la "ierra con su imagen celeste'
+u sola presencia abre la maravilla de los imperios del mundo'
ero me vuelvo -acia el valle,
a la sacra, indecible, misteriosa (oc-e'
Le#os yace el mundo —sumido en una prounda gruta—
desierta y solitaria es su estancia'
or las cuerdas del pec-o sopla prounda tristeza'
$n gotas de roc)o quiero -undirme y mezclarme con la ceniza'
—Le#an)as del recuerdo, deseos de la #uventud, sue.os de la ni.ez,
breves alegr)as de una larga vida,
vanas esperanzas se acercan en grises ropa#es,
como niebla del atardecer tras la puesta del +ol—'
$n otros espacios abri/ la Luz sus bulliciosas tiendas'
¿(o ten)a que volver con sus -i#os,
con los que esperaban su retorno con la e de la inocencia?
¿Qué es lo que, de repente, tan lleno de presagios, brota en el ondo del coraz/n y sorbe la brisa suave de la melancol)a?
¿"ee complaces también en nosotros, (oc-e obscura? ¿"
¿Qué es lo que ocultas ba#o tu manto, que, con uerza invisible, toca mi alma?
0n bálsamo precioso destila de tu mano,
como de un -az de adormideras'
or ti levantan el vuelo las pesadas alas del esp)ritu'
1bscuramente, ineablemente nos sentimos movidos
—alegre y asustado, veo ante m) un rostro grave,
un rostro que dulce y piadoso se inclina -acia m),
y, entre la in*nita mara.a de sus rizos,
reconozco la dulce #uventud de la 2adre—'
3Qué pobre y peque.a me parece a-ora la Luz4
3Qué alegre y bendita la despedida del d)a4
5s), s/lo porque la (oc-e ale#a de ti a tus servidores,
por esto s/lo sembraste en las inmensidades del espacio es pacio las eseras luminosas,
para que pregonaran tu omnipotencia —tu regreso— durante el tiempo de tu ausencia'
2ás celestes que aquellas centelleantes estrellas
nos parecen los o#os in*nitos que abri/ la (oc-e en nosotros'
2ás le#os ven ellos que los o#os blancos y pálidos de aquellos incontables e#ércitos
—sin necesitar la Luz,
ellos penetran las -onduras de un esp)ritu que ama—
y esto llena de indecible delicia un espacio más alto'
6loria a la 7eina del mundo,
a la gran anunciadora de 0niversos sagrados,
a la tuteladora del 5mor dic-oso
—ella te env)a -acia m), tierna amada, dulce y amable +ol de la (oc-e—
a-ora permanezco despierto
—porque soy "uyo y soy 2)o89:
t& me -as anunciado la (oc-e ella es a-ora mi vida
—t& me -as -ec-o -ombre—
que el ardor del esp)ritu devore mi cuerpo,
que, convertido en aire, me una y me disuelva contigo )ntimamente
y as) va a ser eterna nuestra (oc-e de bodas'
2
¿"iene que volver siempre la ma.ana?
¿(o acabará #amás el poder de la "ierra?
+iniestra agitaci/n devora las alas de la (oc-e que llega'
¿(o va a arder #amás para siempre la v)ctima secreta del 5mor?
Los d)as de la Luz están contados;
pero uera del tiempo y del espacio está el imperio de la (oc-e'
—$l +ue.o dura eternamente' +agrado +ue.o'—
(o escatimes la elicidad
a los que en esta #ornada terrena se -an consagrado a la (oc-e'
+olamente los locos te desconocen, y no saben del +ue.o,
de esta sombra que tu, compasiva,
en aquel crep&sculo de la verdadera (oc-e
arro#as sobre nosotros'
$llos no te sienten en las doradas aguas de las uvas,
en el maravilloso aceite del almendro
y en el pardo #ugo de la adormidera'
$llos no saben que t& eres
la que envuelves los pec-os de la tierna muc-ac-a
y conviertes su seno en un cielo,
ellos ni barruntan siquiera
que t&,
viniendo de antiguas -istorias,
sales a nuestro encuentro abriéndonos el Cielo
y trayendo la llave de las moradas de los bienaventurados,
de los silenciosos mensa#eros de in*nitos misterios'
3
5nta.o,
cuando yo derramaba amargas lágrimas;
cuando, disuelto en dolor, se desvanec)a mi esperanza;
cuando estaba en la estéril colina,
que, en angosto y obscuro lugar albergaba la imagen de m)
—solo, como #amás estuvo nunca un solitario,
-ostigado por un miedo indecible—
sin uerzas, pensamiento de la miseria s/lo'
Cuando entonces buscaba au%ilio por un lado y por otro
—avanzar no pod)a, retroceder tampoco—
y un an-elo in*nito me ataba a la vida apagada que -u)a
entonces, de -orizontes le#anos azules
—de las cimas de mi antigua beatitud—,
lleg/ un escalor)o de crep&sculo,
y, de repente, se rompi/ el v)nculo del nacimiento,
se rompieron las cadenas de la Luz'
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