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No hay peor ciego None So Blind de LJ Maas ♱ Traducido por: Julieta “Meltryth” (2014) Descargo de responsabilidad: Todos los personajes y sus derechos de autor pertenecen a MCA / Universal y Renaissance Pictures y son definitivamente similares a propósito, pero ¡hey, no tengo la intención de beneficiarme ni un poco! Todos los personajes originales que aparecen aquí (Torrey, Taylor, Jessica, etc.) son © copyright
[email protected] Esta historia no puede ser vendida o utilizado con fines de lucro de ninguna forma. Puedes hacer copias para uso privado y te agradecería si incluyeras todos los avisos de copyright y este descargo. Si tienes un sitio de fanficts, por favor envíame un email antes de poner esto en tu sitio (sólo me gusta llevarle el rastro). Advertencia de violencia: Casi ninguna, (vamos, que es un uber de la Princesa Guerrera, tal vez un poco). Sexo: Síp, tendré algo, gracias. Quiero decir, sí hay. Son nuestras dos almas gemelas favoritas, después de todo. No es gratuito, pero es explícito en cuanto se pone en marcha. Esta historia muestra el amor consensuado / explícito entre dos mujeres adultas. Si la idea de dos mujeres en una relación de amor / sexo te molesta, bien como dijo Xena “¡chupala!” Advertencia a menores de edad: Hey, dijo el Tribunal Supremo en Reno contra la Unión Americana de Libertades Civiles (1997) que las leyes en contra de la puesta en línea de ciertos materiales "indecentes" para los menores de 18 era inconstitucional. ¡Buscalo! Además, esto es perfectamente "decente". J Puedes no sólo caminar sobre la hierba, ¡también puedes darle de comer al bardo de aquí! Sólo sé cómo se sienten acerca de mis historias con retroalimentación. Déjame saber lo que piensa de ésto. Sin embargo, los homofóbicos no necesitan aplicar. Estoy en:
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Descargo de traducción: ¿Que puedo decir? Mi autora favorita de fanfictions es LJ Maas y así me tome mucho tiempo de mi vida le dedico la traducción post-mortem, LJ falleció en octubre de 2005. Revolví todas las bibliotecas de fanfictions porque tenía esta historia en mente y no recordaba de quién era, hasta que escondido entre los miles de favoritos se me ocurrió que podía ser esta. Me encantó la historia y cuando la encontré dije “sip, tenía que ser de LJ”. Esto es gratuito, sin ánimos de lucro. Sus libros se venden en inglés por Amazon, pero algunos se pueden encontrar en The Royal Academy of Bards http://www.academyofbards.org Espero que lo disfruten tanto como yo y gracias por pasar, como siempre, si vas a copiar la historia ten la amabilidad de dejar TODOS los descargos. Julieta “Meltryth”.
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“No hay peor ciego que el que no quiere ver…” Parte 1 Agosto de 1981, Universidad de Maine, Orono, Maine. “No solemos poner a los estudiantes de primer año con los seniors, pero hasta que se termine la nueva casa de la Hermandad, estamos un poco cortas de espacio, y bueno… tú eres aplicante. Taylor es la única de la Hermandad con su propia habitación porque… bueno, ella, aw demonios, no importa. Ella sabe que eres novata y lo hizo como voluntaria para doblar su puntaje”. La chica de cabello castaño habló rápidamente como ayudaba a Torey a llevar sus pertenencias a través de los ocupados pasillos de la Hermandad. Samantha Evans era la preceptora en el tercer piso de la casa, Se preguntó si debía decirle a la joven rubia más acerca de su futura compañera de cuarto, pero se dio cuenta de lo que Sam sabía sobre Taylor Kent podía asustar como el demonio a la pequeña rubia. Mejor dejo las cosas como están y espero a que esta nueva chica tenga un ingenio agudo y no sea susceptible a las críticas, Samantha pensó para sí misma. Las dos mujeres se detenían de vez en cuando para que Samantha pudiera hacer las introducciones. La madre de Torrey le dijo que TAU ALPHA ZETA era una casa enorme, aun cuando se inició en los años sesenta, pero la joven sabía que nunca sería capaz de recordar a todas esas personas con las que encontraba. A ella ya le gustaba el hecho de que la suya era la última habitación en el piso, situada más atrás, lejos del resto de la casa. Un lugar perfecto para escribir… ya me gusta. Samantha le dijo que era la habitación más grande de la casa, los estudiantes graduados como seniors se enloquecían por ésta cada año y las dos últimas ganadoras se recibieron con honores en su último año en Benton. Torrey todavía no podía tener una respuesta directa de por qué ella, una estudiante de primer año, debía tener ese honor. Gene Pitney sonaba por los altavoces que eran casi tan altos como lo era Torrey. La mujer no podía creer que había otra mujer de este lado de los sesenta que disfrutaba con la música de Gene Pitney tanto como ella lo hacía. Reconoció las líneas de „24 Hours From Tulsa‟ antes de que Samantha tomara el brazo del tocadiscos y levantara la aguja del LP1. “¡Mierda, Taylor! ¿Qué te dije sobre traer esta basura aquí? Gina ya está sobre mi culo… ¿tienes que darle razones para ponerte en servicio en la cocina?” gritó Samantha. “¡Oh, demonios, es solo un carburador!” señaló la mujer sentada. 1
LP: abreviatura de “Long Play” era un disco de vinilo negro. Por si no sabías ;)
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Torey puso las dos maletas en el suelo y se inclinó sobre la mujer sentada, inmediatamente intrigada por las piezas de la moto. Su sombra cayó sobre las manos de la mujer alta. “¡Fuera de mi luz, demonios!” "Oh, lo siento mucho". Torrey dijo mientras rápidamente retrocedía mirando a Samantha. "Taylor, dijiste que no te importaba si Torrey compartía la habitación de aquí este año”, dijo Samantha con exasperación. “Dije que podía estar en la habitación aquí, no en mi camino”. La mujer de cabello oscuro respondió en un tono amenazador. “Sabes se ve como la cubierta del distribuidor y está desgastada… ese es posiblemente el problema. Cuando cambias las velocidades ¿sientes como que el motor está estrangulado?” Torrey preguntó de una manera improvisada. Samantha no pudo evitar que la sonrisa se extendiera por su cara. Oh sí... estas dos estarán bien. Cuando Taylor finalmente levantó la vista hacia la molestia ella cayó de bruces con lo que denominaría en los próximos años, el rostro de un ángel. Una mujer joven de probablemente unos diecisiete o dieciocho años, el pelo largo y rubio enmarcando un rostro sonriente y un par de brillantes ojos verde mar. Llevaba la camiseta de los Chicago Bear‟s, jeans ajustados Sergio Valente y un par de Nike‟s blancas. La joven sonrió a Taylor y la mujer sentada sintió que su boca se secaba. “Hey”, ofreció la mujer de cabello oscuro. “Hey”, Torrey continuó sonriendo a la mujer mayor. “Okay, bueno… Torrey Gray esta es Taylor Kent. Taylor… Torrey. Tengo que irme deprisa”. Sam dejó el estuche de la máquina de escribir de Torey y se volvió para salir de la habitación. "Y, Taylor ... por favor, te lo suplico. Encuentre un lugar dentro de tu moto para todo eso”. Dijo la preceptora antes de cerrar la puerta. “Ella tiene razón, lo siento”. Comenzó Taylor agarrando los bordes de la sábana. La mujer de cabello oscuro se levantó, con un conjunto de piezas a sus pies. "Whoa, ¿cómo está el clima allá arriba, Stretch 2 ?” bromeó Torrey. Taylor parecía tener al menos un metro ochenta de estatura. 2
Stretch: Larga o Alta, pero como no me gustaba como sonaba el apodo lo dejé así.
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Una ceja se arqueó sobre un ojo, desapareciendo bajo el flequillo oscuro. “Yo diría que eso es un comentario audaz por parte de alguien que parece desafiar la verticalidad. Porque eres solo un poquito de nada” dijo Taylor, cruzando sus brazos bajo su pecho. “¡Tengo al menos uno sesenta!” respondió Torrey, con el orgullo un poco herido. “¿Con o sin una silla para pararte?” “Okay, touché. Umm, lo siento… Sólo estaba bromeando. Hey, yo podría ayudarte con tu moto”, ofreció Torrey. “No”, respondió Taylor con más dureza que la que pretendía. “Esta bien, puedo manejarlo”, agregó, notando la mirada levemente herida en el rostro de la joven. “Fan de los Bear‟s ¿eh?” “Sep… ¡llegaremos a la final este año!” Torrey dijo con entusiasmo. “See, claro” Taylor rió, “Apuesto a que te gustan los Cubs también”. “Acérrima fan” respondió Torrey. “Me lo imaginaba. Debes ser de Chicago… bien, gusto en conocerte” Taylor le tendió la mano. Torrey tomó la mano ofrecida en las suyas, de pronto perdida en los ojos azules mirándola. Recuperando su concentración, la joven sintió una viscosidad tibia en el apretón de manos. Antes de que ella se miró la mano, observó cómo la mirada cerúlea delante de ella brillaba, una amplia sonrisa llena de dientes pasaba a través de las características de la mujer. Cuando Torrey bajó la mirada, su mano estaba cubierta de grasa negra. La joven se quedó mirando su mano por un momento. "No puedo creer que hayas hecho eso", dijo Torrey, asombrado. "¡No puedo creer que caiste con eso!” Taylor era apenas capaz de contener su risa. "¡Oh, tú!" Torrey empujó la mujer más alta en el estómago. Era el turno de Taylor y cuando miró hacia abajo a su abdomen, una pequeña impresión de la mano negra destacaba. Estaba absolutamente sorprendida de que la chica tuvo el valor de hacerlo. En realidad, estaba más sorprendida por el hecho de que ella no iba estrangular la vida de la chica.
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Taylor levantó la vista de su camisa y vio la expresión de pánico en el rostro de Torrey. La mujer de cabello oscuro sostuvo su propia mano y miró, primero a la mano y luego a la camiseta de la mujer más pequeña, entonces una sonrisa se dibujó en su rostro. “Oh, no Taylor… no mi camiseta de los Bear‟s. Lo siento… fue un accidente… Perdí la cabeza”. En todo momento Torrey estaba retrocediendo hacia la puerta, con la más alta avanzando. Torrey se detuvo y trató de medir la distancia que quedaba hasta la puerta. Taylor vio hacia dónde se dirigía la joven. La mujer más alta echó hacia atrás el pelo sacudiendo la cabeza, miró a la puerta, y luego sus labios se retiraron en la sonrisa más feroz que Torrey podría haber imaginado. "¡Cuidado, vas a pisar el carburador!" Torrey apuntó hacia abajo a las botas de Taylor. En el momento en que la mujer de cabello oscuro miró hacia abajo para mover sus pies; Torrey salió por la puerta y corriendo por el pasillo. "¡Oh, yo ni siquiera puedo creer que cayera en eso!” Taylor dijo en voz alta mientras corría detrás de la joven. Torrey era rápida, pero las largas piernas de Taylor se comieron la distancia entre ellas a toda prisa. Ambas mujeres estaban gritando y riendo mientras irrumpieron a través de los tres niveles del edificio antiguo, una huella de mano grande y una pequeña a la izquierda en cada vuelta. Samantha levantó la vista de su escritorio como un pequeño borrón rubio voló por delante de su puerta, seguida de la forma delgada y musculosa de Taylor. "¡Oh Dios mío, solo han pasado cinco minutos y ella ya está tratando de matarla!" Samantha dijo en voz alta mientras se levantó de un salto para interceder. Torrey atravesó la puerta trasera, pero pronto se dio cuenta de que estaba en un patio cerrado, la mayor parte del espacio ocupado por una gran piscina incorporada. La joven la rodeó completamente por su alrededor sólo para ser confrontada por Taylor, avanzando lentamente, sus ojos azules estrechados y una sonrisa malévola tirando de las comisuras de su boca. “Ya te tengo, Little Bit3” Torrey retrocedió a medida que hablaba. La mayor parte de lo que decía no tenía sentido, pero ella no quería perder a su única camiseta de modo que habló rápido. De repente, los ojos de Taylor se abrieron como platos.
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Little: es pequeña. Bit:uff, elijan una puede ser: perra/bruja, alguien sexy, diminutivo de enojada o molesta, linda, cosa.
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"¡Torrey, cuidado!" gritó Taylor. Torrey podía sentir su cuerpo desplazando hacia atrás en el aire. Los brazos de ella giraban a su alrededor, pero no pudo conseguir su peso hacia adelante de nuevo. En un momento que duró un latido del corazón en el que sucedió, Taylor había cruzado la distancia entre las dos y agarró el material suelto en la parte delantera de la camiseta de la pequeña mujer. Torrey extendió la mano y agarró el brazo de la mujer de cabello oscuro, su impulso hacia atrás, sin embargo, llevó a las dos a la piscina. Las dos cabezas reaparecieron encima de la superficie al mismo tiempo. Ellas nadaron a la orilla de la piscina, los gritos y las risas de la mitad de la casa de la Hermandad, se asomaron por las ventanas para ver el espectáculo. Samantha no pudo evitar unirse a la risa, viendo a la usualmente estoica y reservada Taylor Kent retozando junto a su nueva compañera de cuarto. La risa de Samantha se apagó a toda prisa una vez que vio a Gina Rice salir por la puerta trasera de la casa. Su siempre fiel lacayo, Terri Kozla, estaba detrás de ella con dos cubos llenos de disolvente de limpieza y trapos. “Bueno, tú debes ser nuestra recién llegada, Torrey Gray” dijo Gina, inclinándose hacia el borde de la piscina, donde aún flotaban las dos mujeres. "Soy Gina Rice, presidenta de Tau Alfa Zeta. Bienvenida, señorita Gray". “Gracias, hermana”. Torrey intentó sonreír dulcemente, sabiendo que esto no era sólo una visita social. Ella se aseguró de usar el término 'hermana'. Todas las estudiantes de primer año debían abordar a las hermanas de la Hermandad de la clase alta como tales. "Nos gustaría que se unan a nosotras para la cena en el comedor esta noche. Sólo hay una pequeña trampa. ¡Tú estarás en el servicio de cocina!" La sonrisa estampada en la mujer mayor se transformó en un ceño fruncido. "Junto con su nueva mejor amiga. Taylor estará encantada de enseñarte el oficio... ella termina allí a menudo". Gina se puso de pie y comenzó a alejarse. Indicando a Terri que dejara los baldes, llamó de nuevo a las mujeres en la piscina. “¡Puedes empezar con las huellas de manos que dejaste por toda la maldita casa!” Luego caminó hacia el interior. Taylor sentía que ella era la causa del mal comienzo de la joven, pero había algo en ella que inmediatamente le gustó, y eso nunca le sucedía a Taylor. Ella no pudo evitar reírse. "Bienvenida a la Universidad de Maine, Torrey Gray", ella asomó la mano grasienta. Tomando la mano en un férreo control con la suya, Torrey sonrió de vuelta a la mujer más grande. "¡Muchas gracias, Taylor Kent!" Torrey respondió, enviando un pequeño chorro de agua en dirección a la mujer de cabello oscuro.
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Por supuesto, Taylor tomó esto como un desafío directo y pronto las dos completamente vestidas mujeres chapoteaban, gritando y riendo al máximo de sus pulmones, todo para más gritos y risas de las chicas en las ventanas cercanas. Justo así se convirtieron en Torrey y Taylor. Parecía que donde iba una; pronto se encontraba la otra. Antes de que pasara mucho tiempo, la gente empezó a decirles T'nT.
Diciembre de 1999, Chicago, Illinois “¿JT? ¿Eres tú?” La rubia levantó la vista de su ordenador portátil para ver el reloj de la mesita de noche. El reloj marcaba las dos cincuenta y cinco am y Torrey se quitó las gafas, sacándose de su paseo por el mundo de los recuerdos por el sonido de una llave en la puerta principal. Torrey se puso de pie para investigar, alertada por la lucha de botas en el piso de madera. "Aw, Jess", dijo Torrey a su hija. La joven se dejó caer contra la puerta, con los ojos inyectados de sangre y tan fuera de foco que apenas podía ver. Ella sacudió su pelo largo y oscuro de sus ojos y trató de levantar su alto cuerpo del suelo. "Está bien, mamá… puedo hacer esto” dijo la joven arrastrando las palabras. Torrey corrió a ayudar a su hija. Jessica se recostó pesadamente contra la puerta, entonces colocó un poco de peso contra su madre como Torrey pasó un brazo por la cintura de la chica. “Ven, vamos a llevarte a la cama”, dijo Torrey intentando no dejarse llevar por la ira. "Te juro, mamá, no he tenido una gota de bebida esta noche”. Su hija le sonrió. De pie era cerca de una cabeza más alta que su madre, ella tenía que mirar hacia abajo para ver los ojos verdes que frunciendo el ceño con decepción. Torrey respiró hondo y comenzó a conducir a su hija a su dormitorio. "¡Esto es porque eres más alta que una cometa!” respondió Torrey. Se las arregló para guiar a la joven a su cama, donde Jessica cayó pesadamente sobre el colchón. Torrey tiró de las botas de combate y la chaqueta de cuero negro. “Me lo prometiste, Jess. Dijiste que no irías más de fiesta” dijo Torrey. "Déjame en paz", Jessica se puso de lado. Su cabeza estaba empezando a doler y ella sabía
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que iba a doler aún peor si miraba a los ojos de su madre. Ella había roto su promesa, pero no quería tener que pensar en eso ahora, no quería ver su fracaso reflejado de vuelta hacia ella desde los ojos de su madre. Le había fallado, y probablemente lo haría de nuevo. Yo podría hacerlo bien. Pero nunca seré lo suficientemente buena para ella. Nunca voy a ser tan perfecta como lo es ella. Torrey pasó una mano delgada en la mejilla de su hija, sintiendo que la respiración de la chica se hacía profunda como ella dormía. ¿Qué hice mal contigo, Jess? ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué es que actúas como si me odiaras? ¿Por qué sólo dejas que te toque cuando estas enferma o desmayada? Torrey derramó unas lágrimas silenciosas caer de su cara mientras trataba de encontrar las respuestas a todas las preguntas que pasaban por su cabeza. Ella empujó suavemente hacia atrás los oscuros mechones de pelo que caían por el rostro de su hija. El pelo largo y oscuro enmarcaba un rostro que tenía unos angulosos y orgullosos rasgos, ahora relajados con el sueño. Cuando tenía los ojos abiertos brillaban de un verde brillante, que con la luz adecuada, parecía azul. Cuando esa ilusión de luz ocurría, a Torrey le llamaba la atención lo mucho que su hija le recordaba a Taylor. Esta noche, mientras que Jessica estaba en el vestíbulo, Torrey habría jurado que era su vieja amiga quién se desmayó frente a la puerta de la habitación que compartían en la casa de la Hermandad. La chaqueta de cuero negro y las botas negras pesadas eran una marca registrada de Taylor en sus días universitarios. Cuando estuvo segura de que su hija estaba durmiendo profundamente, ella se fue a su habitación. Apagó el ordenador, las palabras simplemente no llegaban a ella tan fácilmente ahora. A pesar de que su última novela había sido aclamada como un éxito de ventas, leyó algunas de las reseñas de libros que citaban el talento que a Torrey Grey se le escapaba. The New Yorker hizo todo para decirle que estaba acabada. Ella no podía estar en contacto con sus propios sentimientos, como solía. Incluso al realizar su ritual matutino de Tai Chi, que ella había estado realizando desde que tenía quince años, no parecía poder llegar a ese sitio que mantenía a sus emociones. En el fondo, sabía que los críticos tenían razón. Si ella no podía sentir, no podía escribir. Su mente se había vuelto preocupada por otras cosas en los últimos años. La preocupación comenzó cuando JT comenzó la secundaria. Por supuesto, la tensión entre madre e hija siempre había existido. Desde el momento en el que Jessica aprendió la palabra „no‟, parecía que fuera la única que utilizaba con su madre. Eso y „no quiero‟. Una vez que entró en la pubertad se convirtió en una guerra total y ni la madre ni la hija entendieron por qué. Cuando Jessica se hacía mayor, más graves eran los problemas. Ella había sido expulsado de casi todas las escuelas públicas y privadas en el condado de Cook, entonces comenzó a beber. Torrey se hacía tiempo para hacer algo más con su hija, ella asistía a todos los talleres que podía, pero sólo parecía hundir más profunda la cuña. Después del último programa, essica prometió que se mantendría por el buen camino. Fiel al código, la joven no había bebido ni una sola gota, pero Torrey podía decir que su hija apestaba a humo de marihuana. Sólo podía preguntarse con qué más su salvaje hija había experimentado.
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Torrey tomó una rápida ducha y chequeó a su hija una vez más. Satisfecha de que la chica dormiría toda la noche, Torrey dejó su propia puerta entreabierta por si acaso. Deslizándose entre las frescas sábanas, ella pensaba recordando la época en la que tenía la edad de su hija. Sí, ella sonrió en la oscuridad. Ella sabía exactamente de dónde provenía el temperamento que su hija tenía.
Septiembre de 1981 “Tienes suerte de que me gustes, Stretch. ¡Cinco minutos más y que iba a tener que empezar a servir ensaladas sin ti!" le dijo Torrey a su compañera de cuarto, rápidamente lanzándole a ella una camisa limpia de una mochila en el suelo de la cocina. Taylor se quitó la remera azul en un movimiento fluido. Torrey apartó la mirada y fingió estar ocupada poniendo los bowls llenos de ensalada en una gran bandeja. La mujer no tenía inhibiciones que rodearan su propio cuerpo y rara vez llevaba corpiño. Se abotonó la camisa blanca limpia, mientras la insinuación de una sonrisa apareció en la boca de su pequeña amiga avergonzada. Ella se preguntó si conocía sus preferencias o simplemente su cuerpo desnudo avergonzó a Torrey. Taylor y su compañera de habitación nunca habían hablado de ello, pero estaba segura de que Torrey lo había escuchado de al menos una de las otras estudiantes de la Universidad. "Gracias, Little Bit, te debo una”. Taylor sonrió a su amiga. “Sucede que no sé cómo podrás pagar esa deuda”. Torrey le devolvió la sonrisa. Taylor gimió. Ella sabía que esta no era una charla por nada. Torrey continuó como si no hubiera oído el gemido, lanzando su compañera de cuarto un cepillo y mirándola domar sus rizos de ébano. “Habrá un concierto de DeBussy en Hutchins la noche del viernes y me encantaría escucharlo, pero no me gusta ir sola a esas cosas. ¿Qué dices?" declaró Torrey. Taylor recorrió la lista de posibles excusas que podía utilizar, pero fue capturado por la mirada de confianza y amor en los ojos de su pequeña amiga. "Muy bien, considéralo hecho”. Ella contestó. "¡Sí!" Torrey dijo triunfalmente. "Ok, tú primero”. Ella dijo, entregándole una bandeja grande de metal a su amiga.
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Las dos mujeres entraron en el comedor y comenzaron a servir el primer plato a las mujeres que ya están sentadas. "Bueno, bueno, si no es nuestro dúo favorito de servidoras”, Gina Rice comenzó cuando ella vio a Torrey. "Vamos a ver lo que ha sido esta vez… oh, sí, bras de arte pornográficas impresas en el boletín de la casa”. Taylor resopló ante la descripción de su trabajo.
De hecho, fue la primera pieza de trabajo de la artista de cabello oscuro que permitió que Torrey viera. Taylor estaba en la Universidad trabajando en un grado de Bellas Artes, mientras que Torrey luchaba con lo suyo en Literatura Inglesa. Muchas de las noches que pasaba estudiando en su habitación o en la biblioteca del campus, Torrey observaba por el rabillo del ojo mientras su compañera de cuarto llenó un cuaderno con un dibujo tras otro. Cuando Torrey le pidió ver algunos de sus trabajos, Taylor cerraba rápidamente el cuaderno y murmuraba algo de que el trabajo estaba sin terminar. Un día, cuando Torrey regresó de un día completo de clases, un gran portafolios estaba apoyado en su escritorio con una nota de puño y letra de Taylor. „Recuerda que si no tienes nada agradable para decir, no digas nada en absoluto‟, Torrey rió. Era la línea de Thumper4 de la película de Disney, Bambi. Torrey tuvo que arrastrar literalmente a su amiga al cine para verla, la mujer de pelo oscuro se encorvó bajo el asiento para que nadie la reconociera. Torrey no estaba ni un poco sorprendida, sin embargo, cuando se dio la vuelta para mirar a su amiga durante la escena de la muerte de la madre de Bambi, y la mujer más grande tenía lágrimas en sus ojos. La joven miró cuidadosamente cada dibujo, algunos con notas en los márgenes sobre cómo pintar o esculpir un área determinada. Eran en su mayoría de mujeres, algunas de ellas con líneas musculares magras y otras llenas de suaves curvas. El último era un dibujo lineal hecho con tinta negra. Era de dos mujeres encerradas en un abrazo. Era algo más que un abrazo, era una pose erótica. Ambas mujeres tenían sus rostros oscurecidos. Uno por el pelo largo cayendo sobre sus facciones, la otra tenía su cara girada. La menor de las dos mujeres tenía sus labios apenas rozando el pezón de la otra mujer, la más alta de las dos parecía estar acercándola más. La imagen provocó una extraña sensación en Torrey, pero ella pensó que era la cosa más hermosa que había visto nunca. Era casi convincente en las líneas, la forma en que no podía decir dónde empezaba una mujer y dónde terminaba otra. Cuando Taylor finalmente regresó a casa esa noche, algo más que un poco drogada, ella sonrió mientras su compañera de cuarto la ayudó a encontrar su propia cama. La artista sentía que un gran peso 4
Thumper: lo tradujeron como “Tambor” por estos lares.
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había sido quitado de sus hombros, mientras el sueño se apoderó de ella con las alabanzas de Torrey en su cabeza.
El rostro de Gina adquirió una expresión de disgusto. "¿Has dicho algo, Taylor?" Taylor se acercó para servir a la Presidenta de la casa y tosió. “No, creo que me está por dar algo”, entonces ella hizo un sonido terrible de tos y colocó la ensalada en la mano de la Presidenta. Gina miró con disgusto y captó la sonrisa en la cara de Torrey. "Señorita Gray, te estás convirtiendo en habitual de esto, yo espero que no haya sido un error alojarla junto con la señorita Kent”. Entonces la mujer sentada puso una sonrisa malévola. “Espero que Taylor no te esté enseñando algún mal hábito”. Algunas de las chicas se rieron ante el comentario. Torrey pensó que las palabras fueron dichas como una broma sucia, pero ella no entendía la broma detrás de ello. Sin embargo, ella pudo atrapar la mirada que Taylor le dio a Gina. Un fuego azul eléctrico brilló en los ojos de Taylor y su mandíbula adquirió un tono fuerte como ella se acercó a la mujer sentada. Torrey interceptó el movimiento de su amiga, pasando fácilmente entre las dos. "Por supuesto que no, hermana". Torrey dijo de esa manera servil que Taylor siempre se asombraba que la chica podía conjurar. ¡Ella debería ser actriz! "Ya sabes, si ustedes dos no estaban aquí, podrías estar durmiendo en el dormitorio a esta hora” dijo Gina. "Sí, hermana. Entiendo, voy a tratar de hacerlo mejor”. Torrey sonrió con su dulce sonrisa apaciguadora que tenía. "Señorita Gray, ¿cómo es posible que usted es la única en la Hermandad que puede hacer que un „sí, hermana‟ suene como un „vete a la mierda‟?” preguntó Gina. “Realmente no tengo ni idea de lo que quiere decir, hermana”, respondió Torrey. A Gina no le gustaba ser derrotada, pero esta pequeña niña de seguro podía hacérselo a ella. Por lo menos en su mente. “Regresen al trabajo… ¡ambas!” Gina dijo con vehemencia.
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"Sí, hermana", dijeron las compañeras al unísono mientras salían del comedor.
“¿Vas a decir algo o simplemente me mirarás?” Jessica escupió a su madre. La joven tenía un dolor de cabeza de la talla que nunca antes había experimentado y una ducha caliente no hizo nada para aliviar el dolor. Cuando despertó tenía toda la intención de pedir disculpas a su madre, pero ahora, viendo la triste mirada de la mujer mayor, sus buenas intenciones se fueron volando por la puerta. Deseó poder controlar su temperamento, pero siempre parecía escaparse de ella. Especialmente cuando se trataba de su madre. “¿Qué más puedo decirte, JT? ¿Qué es lo que no hemos dicho anteriormente?” Dijo Torrey en voz baja como sorbía su té. "Dime Jess. Dime qué puedo hacer… que ya no haya hecho. ¡Dime y lo haré!” dijo Torrey alzando la voz mientras su cuerpo lo hacía de la silla. Fue entonces cuando se dio cuenta Torrey de los moretones en el cuello de su hija. "Por favor, dime que está al menos practicas sexo seguro” Torrey dijo exasperada. JT se quedó mirando a su madre. ¿Debo decirle? Nah, haría que su pelo se rizara. Sólo una razón más de que no soy la hija perfecta. “¿Practicar sexo seguro, mamá? ¿Qué diablos?” dijo JT, dándose la vuelta para servirse una taza de té. “¡Entonces yo no tendría que ir a tu funeral en tu décimo octavo cumpleaños!” Torrey agarró bruscamente el brazo de la joven. Los ojos de JT se estrecharon, su voz bajando una octava. "No, mamá, no practicó sexo seguro. Tal vez estoy deseando tener SIDA y morir. ¡De esa manera no tendrías que cargar con esta pobre excusa de hija!" Torrey hizo algo entonces que ella nunca pensó a sí misma capaz de hacer. Algo que no había hecho en toda la vida de su hija. La bofetada fue tan inesperada que sacudió la cabeza de JT hacia un lado. Ambas mujeres sólo podían mirarse la una a la otra. "Jess, yo…” comenzó Torrey. La joven se encogió en el contacto con su madre, agarrando su chaqueta de la silla, salió corriendo por la puerta. Torrey no podía creer lo que había hecho. Ella pasó sus dedos temblando por su cabello rubio
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que llegaba a sus hombros, impulsándose a moverse, pero más allá de los sentimientos. Cada una de sus peleas la dejó un poco más de derrotada que la anterior. Esta vez ella había golpeado a su propia hija. A pesar de que se trataba de una batalla diaria, ella sentía que estaba perdiendo. Estaba aterrorizada de que ella finalmente se había convertido en el tipo de madre que Evelyn era. ¡Jessica actúa como si quisiera morir! ¿La he hecho sentir de esa manera? Debería haberle contado sobre Stevie… ¿podría ella entender algo sobre el tío que nunca llegó a conocer? ¿Podría entender algo sobre mí? Torrey fue a su dormitorio y se quitó la bata que llevaba. Se puso un top negro y un par de pantalones acordonados y entró en la sala de ejercicios con los pies descalzos. Había sido un estudio de danza en un pasado remoto, diseñado por el propietario anterior del loft. Las paredes en tres lados eran de espejos, la cuarta pared compuesta de ventanas que daban al Lago Michigan. Torrey hacía su matutino ritual de Tai Chi aquí al salir el sol sobre el lago. Ella encendió un poco de incienso que dejó en un recipiente de arcilla. Mezcló un cuenco lleno de una variedad de olores, por lo que nunca sabía lo que sería seleccionado para el día. Se arrodilló delante de la ventana y se sentó sobre los talones, respirando el aroma de pachulí. Los zarcillos de humo se elevaban en el aire y todo lo que Torrey tenía que hacer era cerrar los ojos para imaginar la cara de Taylor. Dios, su hermoso rostro. Recordó que había sido Taylor la primera que compró pachuli para ella y Taylor finalmente le había dicho la verdad sobre la muerte de su hermano.
Diciembre de 1981 “Hey Judy, ¿vendrás conmigo a la fiesta de cerveza 5 de la fraternidad el viernes?” “¡Eric, estoy saliendo con tu mejor amigo!” dijo Alicia con impaciencia. “Oh, see, cierto” El joven se volvió su silla hacia Torrey. “¿Qué tal tú, hermosa?” Un gruñido gutural se escuchó detrás de Torrey. La joven supo de inmediato que era su salvadora y sonrió. El joven levantó la vista, tragando una vez y procedió a dejar vacante la silla. "Hey, Stretch”, dijo Torrey, sin molestarse en dar la vuelta. “Hey”, dijo Taylor mientras se daba la vuelta y se sentó a horcajadas en el asiento, , descansando sus manos en la espalda. "Hey, Ally”.
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Kegger: fiestas en la que hay una gran cantidad de cerveza, que usualmente se dan en Kegs o vasos plásticos.
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“Hola, Taylor”, la joven respondió, sorprendiendo a la mujer mayor que inclusive la conocía. “¿Estuviste en tu moto solo con esto? Taylor estas buscando tu muerte”. orrey reprendió, tirando de la manga de la chaqueta de cuero. “See, y me congelé el culo también, está empezando a nevar de nuevo”, respondió Taylor, soplando aire caliente en sus manos. “Bien, aquí, toma mi bufanda”, Torrey se inclinó y envolvió su bufanda de los Bear‟s alrededor del cuello de la mujer más alta. “¡Gracias, mamá!”, Taylor sonrió. "Oye, tengo algo para ti”, ella dijo, bajando la cremallera de su chaqueta y tirando de un libro que yacía contra su pecho. “Oh, Stretch, ¡Esto es demasiado bueno! Con el original en griego también. Espera un minuto, la biblioteca de la Universidad ni siquiera pudo conseguir una copia de esto. ¿Cómo lo hiciste?” preguntó Torrey. “Sucede que soy eficiente en muchas cosas”. La mujer de pelo oscuro respondió con una sonrisa como la Mona Lisa y su marca registrada de la ceja arqueada. “Eres demasiado maravillosa, gracias”, dijo Torrey, que cubrió la mano de Taylor con la suya. "No hay problema, Little Bit". Taylor sonrió a su amiga. "Hola, Taylor", una atractiva rubia llamó a la mujer sentada. Taylor levantó la vista y le guiñó un ojo a la chica. "Me tengo que ir", se levantó de su silla. "¿Todavía quedamos esta noche? Vas a ayudarme con la prueba de español ¿no?” Taylor le pidió a su compañera de cuarto. “Sep, en nuestro sitio a las siete, estaré allí”. Torrey respondió. “Genial, adiós6… hey, yo tengo que bajar ahora… La pasaré con gran éxito”. “See, seguro”, Torrey respondió sarcásticamente. Torrey comenzó a comer sus papas a la francesa, como su amiga, Ally negó con la cabeza. “¿Sabes Tor? estos son los ochenta… pero realmente deberías tener un control más firme. "¿Eh?" Torrey cuestionó. 6
“Adiós” ya estaba en español.
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“El amor libre tiene muchos caminos de vuelta. Quiero decir, si mi amante le guiñara el ojo a alguien más…” "Ally", Torrey empujó su comida aparte. “¿De qué diablos estás hablando?” "Estoy diciendo que si esperas mantener a Taylor…” “¿Mantenerla haciendo qué? Creo que estamos en dos páginas distintas aquí, ¿de qué estás hablando?" “Tú y Taylor”. “Yo y Taylor ¿qué?” Torrey estaba empezando a perder la paciencia. “Tú y Taylor como pareja” “¿Pareja de qué?” “¡Amantes!” finalmente dijo Ally. “¿¿¿Qué??? ¿Has perdido la cabeza?” Torrey se echó atrás, estupefacta. "Lo siento, Tor, yo asumí… Quiero decir, la mayoría de la gente hace. ¿Taylor nunca te lo dijo?” preguntó Ally. “¿Decirme sobre qué?” preguntó Torrey, que de pronto sentía mucho miedo de la respuesta de su amiga. “Torrey, vives con ella, ¿podría no contarte? Quiero decir que eres su mejor amiga… ¿Pudo no decirte Taylor que ella es gay?” Por un momento Torrey pensó que podía fingir que no había oído lo que dijo su amiga. Sintió que las lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento, y ella no quería estar cerca de alguien cuando lo hicieran. La joven se levantó de la mesa y salió corriendo de la cafetería. "¡Torrey!" Ally llamó a su amiga. Taylor se paseaba por el piso de su habitación. Torrey llevaba una hora de retraso, y ella nunca llegaba tarde para nada y Taylor estaba comenzando a preocuparse. Justo cuando ella estaba tirando de su chaqueta de cuero, oyó un golpe en la puerta. Alicia dio un paso atrás como Taylor abrió la puerta.
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La mujer de pelo oscuro vio el abrigo y la mochila de cuero de Torrey en las manos de la joven y lo tomó de ella. "¿Dónde está?" Taylor demandó. "Taylor, lo siento... Quiero decir, yo pensaba que ella sabía". Taylor se detuvo y miró a Alicia. “Ya sabes… que sabía sobre tí”, terminó la mujer joven. "¿Le dijiste?” Taylor preguntó secamente. Ellas no tenían que decir sobre qué hablaban. Taylor sabía exactamente lo que la joven quería decir. Alicia asintió. “¿Qué pasó… dónde está?” preguntó Taylor. "Ella simplemente se levantó y echó a correr. La busqué pero no la pude encontrar por ningún lado”, dijo Alicia entre lágrimas. “¿Hace cuánto?” cuestionó Taylor. “Un par de horas”. "¿Quieres decir que ella ha estado fuera sin su abrigo durante un par de horas? ¡Por el amor de Dios, está nevando afuera!” Taylor pasó a toda velocidad a la joven y por la puerta principal de la casa de la Hermandad. Media hora más tarde, Taylor seguía sin poder rastrear a la joven. Ella le daría quince minutos más y luego llamaría a la policía del campus. Habría un infierno de escándalo y esa era la razón por la que Torrey nunca salía, Taylor estaba segura de que su beca sería arrebatada, pero nada de eso le importaba a ella ahora. Lo único que le preocupaba era encontrar a su amiga. Taylor buscó por todas partes, ninguna de las dos se habían ocultado fuera en el campus, o al menos eso pensaba hasta que levantó la vista. Tan pronto como la mujer de cabello oscuro se irguió el último peldaño de la escalera, vio a Torrey acurrucada en un rincón oscuro de la torre del campanario. La joven estaba temblando tanto sus dientes castañeteaban fuertemente. “Oh, Torrey... ¿qué demonios estás haciendo?" Taylor se acercó al lado de la mujer. Agarró a la joven y comenzó a tirar de la chaqueta de esquí en su cuerpo congelado. “Quieres odiarme bien, continúa hacia adelante y ódiame”, Taylor susurró frotando brazos de la
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mujer para conseguir un poco de calor en ellos, “Pero no intentes de suicidarte por eso”. "¿De verdad eres gay?" preguntó Torrey, todavía temblando. "Sí", respondió Taylor impasible. Torrey comenzó a sollozar incontrolablemente. "Hey, dije que podías odiarme, no llores. Por favor, Torrey, no llores”, suplicó Taylor. "No quiero perderte”. La joven lloró. "No me vas a perder, estoy aquí”, Taylor envolvió sus fuertes brazos alrededor de la mujer más pequeña y la atrajo hacia sí. "Háblame, Little Bit, dime de qué trata esto”. "Mi hermano Stevie era gay. Él se enfermó y murió el año pasado" Torrey sollozó cuando le dijo a los demás. "Mi madre no me dejó ir a verlo nunca más. Ella dijo que si eras gay, Dios te creaba esa enfermedad para matarte. Y, si eres gay, entonces la tendrás también. No quiero que mueras, Taylor… yo te quiero mucho. Eres la mejor amiga que he tenido”. “Oh, cariño, no, no". Taylor sacó a la joven en su regazo y la abrazó con fuerza. "¿Fue el SIDA? ¿De eso murió tu hermano?” Torrey asintió antes de enterrar su cabeza en el hombro de la mujer mayor. "Cariño, esa enfermedad fue la causa por la que tu hermano murió, pero los gays no son los únicos que la tienen, y sin duda no es una especie de juicio de Dios. Yo no puedo creer en un Dios que haga algo de esa forma, ¿y tú?” Torrey negó con la cabeza, pero no podía dejar de llorar. La mujer mayor la sostuvo hasta que se agotaron todas sus lágrimas. "Vamos, Little Bit. Tenemos que llevarte dentro”, dijo Taylor. La mujer más alta ayudó a Torrey por la escalera y sobre su moto. En el momento en que estaban dentro de su propia habitación, Torrey admitió que se sentía como un helado. Taylor hizo que la joven se de un remojo en la tina con agua caliente hasta que Torrey se quejó de que parecía una pasa de uva. "Primero eres un helado, entonces eres una pasa de uva. Realmente todo gira alrededor de la comida para tí ¿no es así?” Taylor bromeó. Envolvió la mujer más pequeña en la bata y con una manta extra, e hizo un fuego en la chimenea, que era una de las ventajas de la gran habitación. Sentada al lado de la otra,
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bebiendo chocolate caliente instantáneo, Torrey comenzó a sacar conversación. "Supongo que piensas que soy bastante estúpida, ¿eh? Quiero decir, para creer todo lo que mi madre me dice es así”. "No, Little Bit, no lo creo. ¿Cómo se supone que aprender las cosas si las personas en las que confías ni siquiera te dicen la verdad? Supongo que la parte triste es que para ellos, esa es la verdad. Tengo algunos papeles sobre el SIDA si es que quieres aprender más”. “Eso me gustaría, gracias”, dijo Torrey. Ambas mujeres bebían en silencio su cacao, aún demasiado tímidas para saltar a lo inevitable. "Es por eso que tengo que compartir esta habitación, ¿no es así?” preguntó Torrey. "Nadie más quería compartir una habitación con una rarita” Taylor respondió con ligereza. “¿Por qué nunca me dijiste tú, Taylor?” Taylor había estado esperando esa pregunta. Ella realmente no sabía la respuesta con seguridad para sí misma, pero decidió ser lo más honesta que podía. "Nunca he tenido a nadie que me ofrezca el tipo incondicional de amistad y amor como tú, Tor. Al principio no me importaba si sabías, luego pensé que sabías y no te importaba. Cuando me di cuenta de que no sabías nada al respecto, supongo que en ese momento yo estaba demasiado temerosa de perder tu amistad”. Taylor levantó la vista de su regazo hacia los ojos verde mar de Torrey. Las lágrimas comenzaron a deslizarse lentamente por las mejillas de la mujer de cabello oscuro. “Nunca me he divertido con alguien como lo hago contigo. Yo nunca… nunca me he preocupado por nadie más que por mí misma. Se siente tan bien tener una amiga como tú, y me gusta el tipo de persona en la que me convierto cuando estoy a tu alrededor”. Taylor finalizó. Torrey extendió la mano y rozó las lágrimas de la cara de su amiga. "Yo siempre seré tu amiga, Stretch”. La joven sonrió, apoyándose en el cuerpo que envolvió un brazo protector alrededor de ella. "Y yo siempre estaré ahí para ti, Little Bit. Todo lo que tienes que hacer es llamar y la respuesta siempre será sí”. La mujer mayor no se dio cuenta, hasta ese momento, que ella acababa de entregar su corazón a la joven entre sus brazos.
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Los músculos del cuerpo delgado de Torrey se flexionaban o extendían mientras ella hacía los movimientos que eran tan naturales para ella como respirar. Cuando su mente se centró una vez más en su entorno actual del día todavía podía sentir los brazos de Taylor alrededor de ella, el recuerdo del calor del fuego todavía se sentía caliente contra su piel. La sombra oscura y la presencia más alta la sentía a sus espaldas y le recordaba el día en que aquel cuerpo se deslizaba con el de ella a través de cada movimiento. Eran dos entidades se movían juntas, una clara y otra oscura, los símbolos perfectos de la armonía. Esta vez la oscura sombra detrás de ella esperó impaciente con un suspiro de exasperación en voz alta. JT había cruzado muchas líneas, pero ella todavía no había interrumpido a su madre en su Tai Chi diario. Ella se inclinó sin descanso contra la parte posterior de la pared reflectante ligeramente. Una vez que Torrey finalizó sus movimientos, se arrodilló en el suelo con los ojos cerrados por unos momentos más. Echándose hacia atrás y descansando sobre los talones, vio el reflejo de su hija en la ventana balanceándose de lado a lado. "Dios”, ella pasó sus dedos a través de su cabello. “Yo no creo siquiera podría encontrar un sitio donde venden drogas y mucho menos quedar dada vuelta en sólo dos horas, Jess”. “Bien, entonces no estás tomando las drogas correctas” JT respondió, moviéndose detrás de la mujer mayor, una sonrisa de superada plasmada en su rostro. Torrey se movió tan rápido que JT apenas tuvo tiempo suficiente para que la sonrisa en su rostro desapareciera. La joven de pie era al menos quince centímetros más alta que su madre y era compensada por su gran porte, pero Torrey tenía la ventaja de la sorpresa y veinte años de entrenamiento en artes marciales a sus espaldas. La mujer mayor se encontraba todavía en el control de sus acciones. Si no lo hubiera hecho, Torrey musitó para sí misma más tarde, ella habría arrojado a su hija por la habitación. No quería hacerle daño a su hija, pero ella estaba cada vez más y más cerca de su punto de quiebre. Torrey apoyó la joven contra la pared con un asimiento cruzado del hombro diseñado para sujetar a alguien, no perjudicarlo. "¡Esto no es un maldito juego, Jessica Taylor!" Torrey hervía. El único error de Torrey había sido estar confiada en el hecho de que JT no había luchado físicamente con ella. Los ojos de la joven adquirieron una expresión de pánico mientras luchaba contra el agarre. Torrey sacudió la chica perdida, pero no estaba preparada para la reacción de su hija. A medida que la mujer mayor dio un paso atrás, JT se dio cuenta de que sus brazos estaban libres y arremetió con un potente golpe de revés en la mejilla de su madre. El golpe sacudió a Torrey con tanta fuerza que ella se dejó caer sobre una rodilla, con la mano subiendo a su ojo.
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JT se quedó allí, congelada en el sitio. Ella nunca pensó para sí que era capaz de golpear a su madre, a pesar de que sentía que estaba enojada con la mujer la mayor parte del tiempo. Ahora, sólo podía mirar hacia abajo a la mujer caída, su mirada volviendo a su propia mano. Finalmente, con la mano cerrada en un puño, JT se giró y la estrelló contra la pared de espejo detrás de ella. "¿Por qué me obligas a hacer eso?" ella gritó, corriendo por el loft.
Febrero de 1982 "¿Estás bromeando? Todavía eres virgen?" Taylor miró con asombro a Torrey. Las dos mujeres estaban sentadas en la alfombra en el centro del cuarto del tercer piso, con libros apilados alrededor de Torrey y cuadernos de dibujo alrededor de Taylor. Gene Pitney resonaba en el estéreo como de costumbre. Todo lo que hacía Torrey era escuchar 'Town Without Pity' como derramaba sus problemas sexuales a su amiga. "Podrías decirlo un poco más fuerte, no creo que te escucharan en el primer piso”, Torrey contestó bruscamente. “Bueno… ¡No puedo creerlo! ¿Tienes cuánto? ¿Dieciocho?” Taylor se echó a reír a carcajadas. La mujer de pelo oscuro captó la expresión herida en el rostro de su amiga, como la joven se apartaba con lágrimas en los ojos. "Oh, Little Bit, lo siento”. La expresión de Taylor, naturalmente se convirtió en una mueca siempre que ella por ignorancia hería los sentimientos de su joven amiga. “Yo no sabía que era una cosa tan importante”. "Bueno, lo es para mí”. Torrey no podía detener las lágrimas que se derramaban de sus ojos. “Hey, no hagas eso”, Taylor se trasladó junto a la joven y le pasó un brazo alrededor de su pequeño cuerpo. ¿Qué hay sobre esto, Little Bit?” Torrey explicó sus sentimientos con respecto a su inocencia y comenzó a hablar del chico con el que había estado saliendo durante las últimas dos semanas. Los músculos de los hombros de Taylor se tensaron al oír el nombre de Stephen. Alto, pelo negro azabache y ojos azul cielo, incluso Taylor tuvo que admitir que Torrey lo había hecho bien para sí misma con este. Él conducía una moto por la que Taylor rodaba sus ojos, una Honda Shadow... un aspirante comparada con su Harley, pero parecía tratar Torrey con respeto y eso era algo que Taylor
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siempre insistía en cualquier hombre que esperaba salir con su joven amiga. Por supuesto, nadie sería lo suficientemente bueno para Torrey en la mente de la mujer más grande. Desde la noche en la que se le había quitado a la fuerza a su amiga, la mujer de cabello oscuro había estado luchando contra el conocimiento de que ella estaba perdidamente enamorada de la joven. Ella quería tomar Torrey en sus brazos y demostrarle cuánto abarcaban sus emociones, pero Taylor tenía la sensación de que si lo hacía, sería Torrey la que saldría corriendo. Así, la artista se tragó sus sentimientos y se convirtió en la mejor amiga que ella conocía. Naturalmente, oír sobre Stephen era la parte más difícil. "Stephen quiere que me acueste con él”. Torrey rozó sus lágrimas de un lado. “See, bueno eso no es una sorpresa” Taylor respondió secamente. ¡Bueno, ella no necesita sarcasmo, Kent! No estás más que un poco loca porque no eres a quien ella desea. "¿Estás diciendo que no debería?" preguntó Torrey. ¡Claro que sí, eso es justo lo que estoy diciendo! "Bueno, supongo que eso no depende de mí, Tor. Quiero decir, es una cuestión un poco personal”, respondió Taylor. "¿Así que debería?" Torrey continuó. ¡Sólo si es conmigo! "Es sólo que estoy confundida, Stretch. Quiero decir, una parte de mí quiere, pero una parte de mí no ve el porqué de tanto alboroto sobre eso. Stephen dijo que no sabía cuánto tiempo podía permanecer con una chica que no confía en él lo suficiente para acostarse”. Torrey siguió llorando. ¡Ese hijo de puta! ¡Debería romperle su escuálido cuello! Taylor estaba luchando una batalla interna también ante esta situación. Su amor por la joven estaba, obviamente, nublando su juicio, pero la artista de cabello oscuro se dio cuenta de que quería a Torrey en su vida de un modo que nunca podría ser. Ella miró a los ojos de su pequeña amiga deseando que Torrey viera lo que había en su corazón. Deseando que se diera cuenta de la profundidad de su amor. Por un momento, los ojos de Torrey brillaron, entonces frunció el ceño con perplejidad. Taylor miró hacia otro lado, de repente temerosa de que su amiga viera las ansias en sus ojos. Incapaz de soportar la expresión confusa y los ojos llenos de lágrimas de su amiga, la mujer de pelo oscuro se movió alrededor frente a ella. Sentada con las piernas cruzadas, Taylor tomó las manos delgadas de Torrey dentro de las suyas. "Little Bit, no puedo decirle si deberías o no deberías hacer esto. Perdí mi virginidad cuando
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tenía catorce años con un hombre que tenía la edad suficiente para ser mi padre”. Al ver la expresión de los ojos muy abiertos en la cara de Torrey, Taylor sonrió a su amiga. "Sí, yo sé cómo es de ambos lados. El punto es que pensé que yo era especial y amada, resultó que para ese tipo yo era un pedazo de culo de catorce años”. Taylor sintió que sus ojos se abrumaban con el recuerdo de su primera vez. "Torrey, cariño… la primera vez debe ser con alguien a quién amas, alguien especial para ti, pero sobre todo alguien que creas que siente lo mismo por tí”. Taylor apartó un mechón de pelo de la cara de la chica y utilizó su pulgar para quitar una lágrima de su mejilla. "Sólo recuerda que se trata de un regalo que sólo puede regalar una vez”. Torrey no podía evitar la sensación de que la persona a la que quería otorgar ese don era la mujer que estaba sentada frente a ella. Sacudiendo la cabeza para disipar la inquietante noción, ella sonrió a su amiga y le apretó las manos demostrando su propia ternura.
Torrey entró en el bar oscuro y tuvo que entrecerrar los ojos y dejar de moverse por un momento hasta que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad interior. Eran las dos de la tarde y el bar estaba relativamente vacío, todo excepto el cuarto de atrás, donde estaba la mesa de billar. Torrey podía oír desde allí el ruido de las bolas como chocaban una contra la otra y luego caían en el agujero. "Hola, Jack. ¿Está aquí ?” preguntó Torrey, sin molestarse siquiera en mostrar el camarero su identificación falsa mientras ella alcanzaba el vino frío que el hombre le extendía. Torrey era una cliente habitual y Jack le sonrió a la joven menuda. “See. Será mejor que le des una excusa para irse. Ella está ganando un montón de nuevo y sabes que a Billy no le gustan los montones”, respondió Jack. "Lo haré, gracias”, respondió Torrey. A ella le gustaba Jack, no importaba lo que un montón de personas de la comunidad pensasen. Él era un hombre gigantesco, que llevaba un viejo chaleco de los Hell's Angels7 que Torrey sospechaba que era auténtico. Se veía como Jerry García se habría visto si la estrella de Grateful Dead fuera el apoyo en los Chicago Bears. Torrey se dirigió a la parte trasera del bar. Ella se detuvo cuando vio a Taylor levantarse de su silla y estirar los brazos sobre su cabeza. La mujer de cabello oscuro llevaba una musculosa negra con sus habituales jeans desgastados. Su delgado y musculoso perfil captó la mirada de la joven inmediatamente. Oh Dios, cometí un terrible error anoche.
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Hell’s Angels: son un grupo de motociclistas, todos con Harley Davidson, considerados como crimen organizado por el gobierno estadounidense.
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Antes de que Torrey pudiera examinar más sus pensamientos, Taylor levantó la vista y le sonrió. La mirada en el rostro de la mujer pequeña hizo que los músculos en el estómago de Taylor se apretaran. Por un segundo de descuido, Torrey tenía una mirada positivamente carnal en sus ojos mientras observaba a la artista. El rostro de la joven mujer volvió a su apariencia informal, tan pronto como Taylor sonrió. Torrey se acercó y apoyó su botella de vino frío en la silla en la que estaba envuelta la chaqueta de cuero de Taylor. "¿Quieres otra?" Torrey levantó la botella de cerveza vacía de Taylor. "Recibí mi mesada hoy”, susurró. “Esta bien entonces, yo no soy orgullosa”, Taylor hizo un guiño como Torrey se dirigió a la barra de nuevo. “¡Desearía tener una vieja dama que cuidara tan bien de mí!” Billy gritó por encima a la mujer alta. “¡Trágate tu corazón!” Taylor se echó hacia atrás, mirando el trasero de Torrey mientras la joven se alejó. Taylor disfrutaba como los motociclistas pensaban que alguien como Torrey podría pertenecer a alguien como ella. “Okay, arriba Taylor”. Uno de los hombres gritó. Torrey tenía una botella de cerveza fría en la mano mientras le devolvía, pero Taylor captó la expresión extraña, casi la tristeza, en el rostro de la joven. "Oye, ¿estás bien?" Preguntó Taylor, tocando la mejilla de Torrey. "Sí, estoy bien," Torrey mintió. Taylor se puso de pie cerca de Torrey y apoyó la mano en su hombro. Torrey miró hacia la cerúlea mirada preocupada de su amiga, captando los ojos inyectados en sangre y el olor a hierba en la ropa de la mujer. Ella sabía que Taylor no había regresado a casa ayer por la noche, porque ella había estado ahí toda la noche, la mayor parte de la cual se gastó en alguien que no era su compañera de cuarto.
El jugador de billar impaciente se acercó al lado de las dos mujeres. “Dije arriba. Bésala, cógela o juega billar… de cualquier modo miraré, ¡pero metetelo en la cabeza!” Tan rápido que Torrey apenas sabía lo que estaba pasando, Taylor se acercó con la mano
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izquierda y agarró al hombre por el cuello. Los músculos en el brazo de la mujer alta se tensaron y destacaron como ella cortó el flujo de aire del hombre. "No me gusta cuando utilizan ese tipo de lenguaje frente de ella", Taylor susurró al hombre que estaba de rodillas. “Discúlpate”. "Taylor, por favor… Déjalo ir” Torrey suplicó a su amiga. “¡Discúlpate!” Taylor dijo al aplicar más presión al hombre que sólo podía agarrar el puño de hierro de la mujer que se alzaba sobre él. “Discúlpate con la hermosa dama, Dennis… ahora”. Billy mandó al hombre arrodillado. Dennis se quedó sin aliento en la disculpa y Taylor dejó inmediatamente en libertad al hombre. Que se dejó caer al suelo, buscando desesperadamente aire tan necesario para sus pulmones, mirando a la mujer de cabello oscuro. “Entonces, Taylor, presentame a la encantadora dama” dijo Billy. Taylor frunció el ceño hacia el amable motociclista, tratando de discernir si se trataba de una broma a su costa o no. Al darse cuenta de la sonrisa relajada en el rostro del hombre de pelo rubio, ella presentó a su compañera de cuarto. “Okay, ahora vamos por ese juego de billar” , dijo Billy, golpeando las manos. "No se puedo, me tengo que ir”, Taylor respondió, girando hacia Torrey. "Vamos, un último partido por cien dólares”. Billy dijo con buen humor. "¿Dónde diablos voy a conseguir cien dólares?” Taylor preguntó con una sonrisa. "Hey, pensé que habías dicho que no se hablaba de esa forma alrededor de ella”, dijo Dennis con voz áspera. "Nooo", Taylor sonrió con maldad en el hombre. "Dije que no me gustaba cuando ustedes hablaban de ese modo delante de ella. Como te decía, Billy, ¿de dónde se supone que consiga esa cantidad de dinero?”, preguntó Taylor, agarrando su chaqueta. “¡De mí!” Torrey dio un paso adelante. "Ahí tienes… tu mujer te financiará”. Billy se echó a reír. Taylor agarró el codo de Torrey y la apartó de los jocosos motociclistas.
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"Torrey, aleja tu dinero”. Taylor dijo en voz baja. "Pero, puedes derrotarlo, te he visto jugar antes”, respondió Torrey. "¿Y si pierdo? No tendrás tu mesada por el resto del mes”. “Yo creo en tí”, le respondió Torrey a la mujer más grande. Fue una respuesta simple, pero que implicaba demasiado para Taylor. Años más tarde, cuando su confianza decaería, ella siempre recordaba ese día y recordaba que Torrey era la única persona que no fuera su madre, que pronunciaría alguna vez esas palabras para ella. Taylor recompensó a la joven con una de sus sonrisas brillantes y luego se volvió hacia los motociclistas. “Estoy dentro”.
Torrey y Taylor estaban acostadas en la alfombra frente a la chimenea. La casa de la Hermandad en sí era caótica habitualmente en una noche de viernes, pero alejadas del resto de la planta como estaban, el ruido era casi completamente sordo. El equipo de música de Taylor estaba sintonizado bajo en una estación local de jazz y las dos mujeres se relajaban después de la pizza que literalmente devoraron. Torrey trató de darle el dinero que ganó en el juego de billar a Taylor, pero la mujer mayor se negó. Ella dijo que iba a ser feliz con una pizza y un paquete de seis cervezas que ella compartiría. Taylor se dio la vuelta y tiró de la unión de los bolsillos de su chaqueta, en busca de un encendedor. “¿Tienes fósforos, Little Bit?” Torrey rodó sobre su estómago, moviendo la unión frente a ella. “Podría compartir…” ella ofreció. Torrey negó con la cabeza a su amiga en respuesta, así como de exasperación. En el último mes Taylor siempre parecía drogada. Ella fumaba marihuana para calmarse y tomaba estimulantes para seguir adelante. El último par de meses pareció especialmente malo y Torrey comenzó a preocuparse por la adicción a las drogas de su amiga. "¡Ajá!" Taylor encontró en su bolsillo más chico de la chaqueta y se sentó de nuevo en el suelo. Justo cuando estaba ahuecando las manos para iluminar el elemento enrollado en su mano, Torrey se acercó y puso su mano sobre los dedos de la mujer de cabello oscuro. "Esta noche no, ¿eh, Stretch?” preguntó Torrey.
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Taylor miró a la joven y perdió su corazón de nuevo. ¿Cómo podía decirle que esto se había convertido en un hábito, porque ella lo usaba para olvidar, para sentir y aceptar? Olvidar que Torrey no le pertenecía, que la mujer de la que estaba enamorada no se lo retribuía. Para sentir algo cuando otra mujer la estaba tocando y todo lo que podía imaginar era a Torrey acariciando su cuerpo. Por sobre todo, aceptar que Torrey nunca podría estar con ella de esa manera, nunca la amaría esa manera. Pero, la mujer mayor tenía problemas para rechazarle algo a esta chica, por lo que Taylor simplemente sonrió y metió porro lejos para otro momento. Torrey sonrió a su amiga en señal de agradecimiento y la mirada de tristeza de antes pasó por su rostro de nuevo. "Little Bit, ¿qué sucede? Y no me digas nada, porque esta vez no me lo creo”, cuestionó Taylor. Torrey le dio una sonrisa a medias a su amiga y le dijo la verdad. "Me acosté con Stephen anoche". Torrey dijo sin mirar a los ojos de su amiga. “Me lo imaginaba”, respondió Taylor en voz baja. De hecho, Taylor sabía lo que había pasado en su habitación la noche anterior. Tenían un sistema para evitar la vergüenza. Si una o la otra estaba en la habitación entretenida con alguien, colocaban un cartel de „No molestar‟ que Taylor había robado de un motel local en la puerta. Cuando Taylor llegó a casa de su cita, que no había sido nada más que un polvo rápido en un coche en el estacionamiento de la biblioteca, la artista se había sorprendido de ver el cartel puesto en la puerta. Torrey nunca ponía el cartel fuera. Taylor escuchó en la puerta y los inconfundibles sonidos procedentes de su habitación se hicieron paso a través de su corazón. Por supuesto, ella no oyó a Torrey, pero oyó los gruñidos masculinos y sólo podía suponer que Stephen al fin había conseguido su deseo. Taylor salió corriendo y logró ponerse tan borracha como humanamente le fue posible sin dejar de ser capaz de permanecer en pie, aterrizando en Orono‟s el primer y único bar lésbico. La mujer en estado de ebriedad estaba tan fuera de sí que se dejó persuadir de ser introducida en el baño por una rubia que, en algún lugar de la mente en estado de embriaguez de Taylor, le recordaba a Torrey. La mujer cayó sobre ella en el cubículo del baño y Taylor simplemente permitió que sucediera. Como la mujer de cabello oscuro alcanzó el clímax, ella gimió el nombre de Torrey. Que le valió una bofetada en la cara de la guapa rubia. Ahora, Taylor miraba a los tristes ojos de su amiga y sintió que se le rompía el corazón por ella. Era un infierno perder la virginidad y despertarse al día siguiente sin tener la certeza de si fue con la persona adecuada. Torrey observó de nuevo la franca mirada de su compañera de habitación y se dio cuenta con
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una repentina claridad que ella había regalado don a la persona equivocada. Su mente finalmente aceptó la verdad. Oh, Taylor, deberías haber sido tú. Taylor se sorprendió en un primer momento por la mirada abierta en la cara de Torrey. Los ojos de la joven mujer la observaban con una expresión tan amorosa, Taylor no habría estado en absoluto sorprendida si Torrey se hubiera inclinado y la hubiera besado en ese mismo momento. “Fue un poco…” Torrey buscaba las palabras para explicar su experiencia, pero descubrió que no podía tener ninguna. “... Decepcionante”, susurró al fin. Taylor se puso detrás de la mujer sentada y envolvió sus brazos alrededor de ella. La mujer de pelo oscuro no podía hablar con su corazón. Si lo hacía, sabía que su secreto se escaparía hacia afuera también. En cambio, ofreció un fuerte hombro y un par de brazos cálidos. "Lo siento, Little Bit". Taylor murmuró al oído de Torrey. "Me pareció tan... no lo sé, no realmente rudo pero tampoco gentil”. Torrey comentó mientras las lágrimas llenaron sus ojos. “¿Te lastimó?” Taylor se puso tensa, retrocediendo alarmada. "Sí, quiero decir que no, no de la manera que quieres decir. Supongo que es sólo el habitual „dolor de la primera vez‟”, respondió Torrey. Las lágrimas empezaron a caer de los ojos de Torrey mientras ella era abrazada por la mujer de la que ahora se daba cuenta que estaba enamorada. Lloró por la pérdida del don que ella había entregado por una tonta razón. Más aún, ella gritó, mientras entendió que la mujer que amaba nunca le devolvería ese amor. Taylor se acuesta, ella no hace el amor, pensó para sí misma. "Sé que no soy la primera mujer en el mundo en perder mi virginidad”, Torrey sollozó en el hombro de su amiga, “pero en este momento, me siento como si lo fuera”. Taylor abrazó con fuerza a la joven que lloraba. Recordó el pesar y la angustia que sintió por la mañana después de que ella había perdido su inocencia. Ella deseaba que alguien, cualquiera simplemente la sostuviera así. Que alguien la acariciara y le dijera que todo estaría bien de nuevo. Así, Taylor empujó a la pequeña mujer más cerca de ella e hizo exactamente eso.
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A medianoche Torrey oyó la llave en la cerradura. El estómago le ardía y se dio cuenta en ese momento de que no había comido nada hoy. La tensión comenzaba a hacer mella en su cuerpo físico y ella se acercó a su mesa de noche y metió otra tableta de Maalox8 en su boca. JT apareció por su puerta. Estaba ligeramente entreabierta, pero de todos modos le dio unos golpecitos. "Entra, cariño”, contestó Torrey a los golpecitos. Cuando su hija salió a la luz, Torrey podía ver que sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar. Reconoció el hecho de en sus propios ojos que probablemente parecían iguales. JT miró la gran contusión ya formada en el pómulo derecho de su madre y sus ojos se llenaron de nuevo de lágrimas, los orbes verdes iban de atrás a adelante con nerviosismo y humillación. "Lo siento, mamá”. Ella dijo tan bajo que apenas fue un susurro. "Oh, cariño, está bien. No me has lastimado, se ve peor de lo que es. Ven aquí”. Torrey respondió, acariciando la cama. Si cualquiera mujer se detenía a pensar en ello, podría haber tenido un ataque de nervios, pero la joven casi cayó sollozando en los brazos de su madre. Había pasado tanto tiempo desde que su hija había permitido que este tipo de contacto con ella que se sentía casi extraño sostener a Jessica en sus brazos de nuevo. La joven sollozaba y horas más tarde, después de que Torrey sabía que no le quedaban más lágrimas para llorar, la mujer mayor, simplemente mantuvo a su hija en un fuerte abrazo. "Lo haré mejor mamá, realmente voy a tratar esta vez”. JT prometió. "Sé que lo harás, amor y sé que tú también lo crees en este preciso momento, pero hemos dicho estas cosas tantas veces ya”. Torrey acarició el cabello de su hija, besando la parte superior de la cabeza. “Quiero ser distinta, ser buena, pero después estoy alrededor de mis amigos y es tan difícil decir que no. Cuando bebo o fumo, me hace sentir como que todo estará mejor”. JT intentó explicar los sentimientos que ni siquiera entendía por sí misma. “Yo lo entiendo JT, de veras lo hago. Y no espero que seas perfecta, pero me siento como si estuviéramos perdiendo terreno aquí. Tengo una idea, sin embargo, si estás de acuerdo, será difícil cariño”, Torrey se inclinó y le susurró a su hija. "Va a ser duro para las dos, y me tienes que prometer que por lo menos lo intentarás, Jess”. Concluyó Torrey. “Necesito tu solemne promesa”. 8
Maalox: es un antiácido.
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JT miró a su madre , la mujer mayor limpiando las lágrimas de su rostro. “Lo prometo, mamá. No importa lo que cueste”. “Temo que es posible que olvides esa promesa por la mañana, Jess”, dijo Torrey en voz baja. JT miró el furioso moretón en el rostro de su madre. "¿Esto todavía estará allí en la mañana?", ella preguntó. "Sí", asintió Torrey . "Entonces no voy a olvidar”, añadió Jessica con sombría determinación.
Abril de 1982 Taylor entró en la casa de la Hermandad dándose cuenta de que esta sería una de las últimas veces que iba a cruzar este umbral como estudiante. Ya había comenzado la cuenta atrás para estar sola en el mundo sin Torrey. Las dos mujeres trataban de no hablar mucho de ello, pero este era el último semestre de Taylor, con sólo unos meses antes de la graduación y ella ya tenía una beca educativa alineada para estudiar el Master en Berkeley. Era difícil para la artista no encontrarse emocionada de volver a California. Ella sabía que sin Torrey en su vida, ella volvería a su solitaria senda. Siempre se había mantenido a sí misma sin permitir que nadie tocara a la persona real que llevaba escondida. Trató de decirse a sí misma que estaba ocurriendo en el modo que se suponía que debía. Eso era lo que Torrey creía de todas formas. La joven decía que todo sucedía por una razón. La escritora siempre estaba tratando de explicarle a su amiga sobre el equilibrio y la armonía, la luz y la oscuridad, el yin y el yang. Después de dos meses de observar a Torrey practicar su Tai Chi matutino, Taylor finalmente se armó de valor para preguntarle a la mujer más pequeña sobre si le enseñaba los movimientos. La mujer de cabello oscuro, le admitió a su amiga y a ella misma que había algo en los relajantes movimientos, que parecían añadir un cierto enfoque a su vida. Torrey lo utilizaba como una forma de perderse a sí misma en sus pensamientos y emociones, una forma de dejar que los sentimientos salieran a la superficie para que pudiera examinarlos y luego ponerlos en libertad. Taylor repitió las palabras para sí misma todos los días, „todo sucede por una razón‟. Tenía que tomar una decisión difícil y su respuesta quedaba pendiente para el final del mes. Podría quedarse en Maine y tomar la oferta de trabajo de Diamond & Allen, una empresa de diseño de vanguardia que ofrecía a Taylor convertirse en su nueva Directora de Arte. La posición estaba llena de incentivos y de prestigio, y era casi inaudito que una recién graduada la obtuviera.
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Ellos de inmediato vieron el talento de la joven y les gustó su modo de conducirse y su personalidad sin sentido. El trabajo proporcionaría a Taylor el estilo de vida con el que anteriormente sólo soñaría. Por encima de todo, le permitiría quedarse con Torrey. Taylor incluso pensó en persuadir a la joven a salir de la casa de la Hermandad e ir dentro de un departamento que ellas pudieran compartir. Luego estaba la opción número dos. Una educación paga no era algo para tomar en broma, sobre todo con la oportunidad de poder volver a California. Ella tendría tres años para trabajar en su Master en Arte, además de la oportunidad de trabajar con algunos artistas increíbles, todo pagado por el Estado de California. El único inconveniente sería que acabaría en el otro lado del país de donde se encontraba Torrey. Taylor pensó un poco sobre esto en el último mes. Torrey no había estado viendo mucho a Stephen últimamente y Taylor estaba preocupada porque quizá ella era la que monopolizaba gran parte de la vida de la joven. Sin embargo, era casi como la joven resignaba su relación con el apuesto muchacho. No había ninguna emoción cuando Torrey hablaba de él. Por supuesto, el último par de semanas que no podía decir nada a Torrey sin la chica pierda control o simplemente se largue a llorar. Taylor sabía que a pesar de que su pequeña amiga la quería mucho, sabía que una real y comprometida relación era algo que Torrey nunca podría manejar. Así, Taylor tomó la decisión desgarradora que tendría que mudarse y dejar que su amiga siguiera adelante con su propia vida también. Tal vez sin Taylor en el cuadro, Torrey comenzaría a trabajar en un futuro con Stephen. El viernes, notificaría a Diamond & Allen de su decisión. Taylor comenzó a subir los escalones hasta el tercer piso, casi corriendo a la amiga de Torrey, Alicia. La joven obviamente había estado llorando. "Hey, mujer, ¿estás bien?” Taylor preguntó con sinceridad. "¿Taylor, has visto a Torrey? No sé si lo has escuchado aún” preguntó Ally entre lágrimas. “¿Escuchar qué?” "Stephen... Stephen Townley ha muerto. Murió ayer por la noche fuera de Bangor en la carretera interestatal 95. Supongo que fue atropellado por un camión mientras se encontraba en su motocicleta". Taylor dejó caer la chaqueta que había colgado del hombro y se dirigió a la puerta. No tenía forma de saber si Torrey sabía lo del accidente, pero ella no quería que su amiga lo supiera de nadie más. La mujer de cabello oscuro, al menos sabía dónde ojear primero. En estos días cálidos de primavera Torrey había pasado mucho tiempo estudiando en un banco que estaba detrás de
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Ciencias de Construcción. Las clases utilizaban una pequeña laguna como un ecosistema simulado y comenzaron a rivalizar con un parque natural, a pesar de que muy pocas personas sabían de él. Cuando ella dio la vuelta de la esquina del edificio y caminó a través de un pequeño grupo de árboles, oyó de inmediato los sollozos de Torrey. El corazón de Taylor no podía hacer nada más que penar por su amiga. Cuando ella se detuvo en la joven, Torrey miró a Taylor. Una vez que reconoció el rostro de su compañera de cuarto, ella comenzó a sollozar incontrolablemente. Taylor recogió a la mujer más pequeña en sus brazos y la abrazó, susurrando suaves palabras de ternura. Pasó media hora, pero Taylor todavía no podía conseguir que Torrey hablara con ella. Cuando la joven lo intentaba, se frustraba y lloraba aún más. "Lo siento, Tor. Yo no sabía lo que significaba Stephen para tí. Supongo que no me di cuenta que estabas enamorada de él”, dijo Taylor. Torrey sacó un papel tissue de su bolsillo y trató de tranquilizarse lo suficiente para hablar. Se sonó la nariz y se secó los ojos que inmediatamente fueron rellenados con lágrimas. “Siento mucho lo que le sucedió a él, pero yo no estaba enamorada de él. Oh, Taylor… estoy embarazada”. Torrey comenzó suavemente a llorar otra vez. Taylor estaba congelada. Por el bien de su amiga, esperaba haber oído mal. "Probablemente tú también estás disgustada conmigo ¿cierto?” Torrey sollozó con el silencio de su amiga. Taylor se arrodilló rápidamente frente a la mujer joven, tomando ambas manos pequeñas entre las suyas. “Torrey, eso nunca ocurrirá. Cariño, sabes que yo te amo… nunca podría pensar algo así de tí” La mujer de cabello oscuro estiró una mano y tiernamente acarició la mejilla de Torrey mientras las lágrimas saladas se derramaban en la palma de su mano. "Cariño, ¿estás segura… Stephen lo sabía?” preguntó Taylor. Torrey negó con la cabeza. "Acabo de ir al médico esta mañana. Taylor, ¿qué voy a hacer?" Ella preguntó, poniéndose a llorar de nuevo. Taylor saltó y se movió al lado de la joven mujer sentada, los brazos de la mujer mayor envolvieron fácilmente la familiar forma. "¿Qué es lo que quieres hacer, Tor?" preguntó Taylor, acariciando el cabello de la mujer,
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frotando suavemente su espalda en pequeños movimientos circulares. Torrey dejó escapar un torrente de pensamientos a la vez. "No sé a dónde ir… si estoy embarazada pierdo mi beca… Llamé a mi madre y ella me dijo que yo… yo tengo que volver a casa, ¡pero que primero tenía que hacerme un aborto! No puedo hacer eso, Taylor… simplemente no puedo… no tengo a dónde ir”. Torrey fue incapaz de continuar entonces y Taylor no quería que lo hiciera. La mujer de pelo oscuro agradeció a los poderes fácticos, que la madre de Torrey no estaba delante de ella ahora. Taylor habría ubicado a la mujer. La mujer más grande abrazó y meció a la joven. “Shhhh, todo va a estar bien, Little Bit”. Taylor trató de relajar a la mujer. Ella tiernamente la besó en la frente, en la mejilla húmeda, y finalmente, la artista se inclinó y suavemente rozó sus labios contra su amiga. No había nada erótico en los besos, Taylor intentó simplemente intentó del único modo que conocía de transmitir el poder de su amor y amistad a su asustada amiga. Funcionó, y Torrey finalmente dejó caer la cabeza en el hueco del hombro de Taylor. Torrey estaba desconsolada y le dolía todo el cuerpo de la tensión del día. Apenas podía pensar más y el tacto de Taylor se sentía tan reconfortante, ella cedió a las caricias de la mujer mayor y las lágrimas comenzaron a disminuir. “Sabes, yo ya tengo la solución perfecta para todos tus problemas, solo que no he podido decir ni una sola palabra aquí dentro”, bromeó Taylor. Torrey se sonó la nariz de nuevo y miró a su amiga. “Yo ya había decidido tomar el trabajo de Diamond & Allen, así que me quedaré en Maine, justo cuando pensabas que te librarías de mí” ella meneó las cejas. “Trabajar fuera será perfecto. Podemos conseguir un lugar no muy lejos de aquí y podrás ir a clases. Después de que nazca el bebé, puedes tomar clases por la tarde y la noche y yo puedo mirar al chico”. Taylor sonrió con orgullo del plan. "Stretch, si me quedo aquí, voy a perder mi beca. No creo que pueda conseguir un trabajo que pague lo suficiente para permitirme el lujo de criar a mi bebé y asistir a clases”, respondió Torrey. “¿Trabajo? No, no lo entiendes, Tor. Yo trabajo y gano la pasta y tú la gastas”. "Taylor, no puedo permitir que hagas eso", dijo en voz baja Torrey, refiriéndose al obsequio que su amiga le estaba ofreciendo. "No sería correcto". "Oh, pero sería adecuado para mí moverme al otro lado del país cuando mi mejor amiga no
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tiene ni un centavo a su nombre, está embarazada, y que pronto estará sin hogar… ¿eso sería lo correcto?” Taylor preguntó con suavidad. "Tor, estas personas estarán pagando una cantidad enormemente obscena de dinero para alguien de veintitrés años recién salida de la Universidad. Creo que debemos tomar ventaja de ello. Después de todo, ¿cuánto dinero puedo realmente gastar en bebida, drogas y mujeres?” Taylor interceptó la mirada de su amiga. “Solo estoy bromeando” agregó. "Por favor, déjame hacer esto por tí, Little Bit. Me gusta tenerte en mi vida. Yo no estoy dispuesta a renunciar a eso aún”, admitió Taylor. “¿Cómo te ves cambiando pañales?” Torrey finalmente preguntó con una sonrisa. “Soy altamente entrenable”. Taylor respondió con una sonrisa propia. "Gracias, Stretch… Te amo”. Torrey dijo mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello de la mujer más alta. Cuando se separaron, Taylor besó la parte superior de la cabeza de Torrey. "Yo también te amo, Little Bit. Recuerda, lo que necesites, cuando lo necesites, lo único que tienes que hacer es preguntar y la respuesta siempre será sí”, respondió Taylor.
Torrey sacó su libreta de direcciones un poco más cerca, deslizando sus gafas para poder leer su propia letra pequeña. Dios, sólo puedo esperar que ella no esté en casa y dejarle un mensaje para que me llame. No puedo creer que me suden las palmas de las manos. La escritora tomó el teléfono inalámbrico y se apoyó contra la cabecera de la cama. Catorce años habían pasado desde que había oído su voz. Ellas fielmente se enviaban regalos para Navidad y los cumpleaños, las tarjetas se intercalaban a lo largo del año, y, con la llegada de las computadoras, los e-mails se intercambiaban al menos una vez al mes. Nunca se veían la una a la otra y nunca se llamaban. Ambas comprendían el peligro, pese a que cada mujer tenía sus propias razones. Ahora, sin embargo, Torrey tuvo que tragarse su orgullo y puso sus emociones en un lugar donde no podían hacerle daño. Al igual que su amiga estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por Torrey hace mucho tiempo, ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa ahora, sufriría angustia o humillación por su hija. Dios, yo sé que siempre he querido que fuera feliz, pero espero que ella no esté con nadie, sin duda sería demasiado. Torrey marcó el número de larga distancia y contuvo el aliento cuando el teléfono empezó a sonar.
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Taylor estaba cubierta con el polvo que la pulidora eléctrica arrojaba alrededor. Su largo cabello negro recogido en una trenza mientras ella trabajaba, una máscara de aire filtrado cubría la mayor parte de su rostro. Entre el sonido de los equipos y el aire ahogado dentro de la máscara, ella casi no escuchó el teléfono. Era una sensación extraña. Algo así como cuando se apaga el vacío, porque juras que el teléfono está sonando, pero no hay un solo sonido una vez que todo se apaga. Ella gruñó y se arrancó la mascarilla, para alcanzar el teléfono que estaba descansando en un taburete en un rincón del estudio. Ella estaba segura de que era Samantha. La dueña de la galería siempre entraba en una situación de pánico antes de un gran espectáculo. "Sí", ella gritó en el receptor. "Es bueno saber que tus modos en el teléfono son tan agradables como siempre, Stretch". Taylor se puso de pie en medio de su estudio, dejando que la máscara tranquilamente cayera de sus manos. El sonido en el otro extremo, no debe haber sido real. Pero, entonces, sólo una mujer alguna vez la llamó con ese nombre. "Taylor, ¿estás ahí?" preguntó Torrey. Oh, sí, la voz era definitivamente real. Nadie en el mundo decía el nombre de la artista de la manera que su vieja amiga lo hacía. "¿Torrey?" Una sensación de que la sangre estaba drenando de su cuerpo comenzó a difundirse a través de su carne. El estómago de repente le produjo náuseas y comenzó a sudar. Taylor se hundió pesadamente en el taburete. “¿Estás bien…? ¿Jess…?” La artista comenzó de pronto alarmada. "No, estamos bien… es un modo de decir”. Torrey respondió, sin saber por dónde empezar. Taylor sabía que Torrey estaba teniendo un problema ocasional con JT, pero ella nunca se hubiera imaginado hasta qué punto. "Stretch, yo necesito…” Torrey alzó los ojos al techo, deseando que las lágrimas no cayeran. Rara vez la obedecieron, a pesar de que ella estaba haciendo un valiente esfuerzo. "¿Qué es, cariño?" Preguntó Taylor, catorce años desaparecieron en la nada cuando ella sintió que estaba sentada en el suelo de su habitación, una vez más. El sonido de la voz de su amiga en combinación con la expresión de cariño abrió el camino
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como las lágrimas de Torrey cayeron. "Tengo que pedirte un favor enorme", dijo Torrey. "La respuesta es sí", respondió Taylor. "Tú ni siquiera sabes de qué trata el favor todavía”. Torrey reía y lloraba al mismo tiempo. Taylor sonrió en el receptor. “Sabes que eso no importa. ¿Necesitas pagar una deuda de juego? La respuesta es sí. ¿Necesitas un riñón? La respuesta es sí. ¿Necesitas…?” “Necesito que críes a mi hija por seis meses”. Torrey intervino. “¿Seguro que no preferirías un riñón?” Taylor disparó de nuevo. Una vez más, Torrey no pudo evitar reírse de su amiga. Dios, que ha pasado mucho tiempo desde que alguien pudiera hacerme reír así. "Háblame, Little Bit. ¿Qué está pasando ahí?" Taylor preguntó con preocupación. Era el apodo que ninguna otra alma jamás la había llamado, que quebraba su decisión de ser fuerte. Torrey se encontró derramando las experiencias de los últimos años, la rabia y el dolor, junto con la frustración por su incapacidad por reparar el daño que ya se había hecho, sin que fuera peor. Tres horas más tarde, todavía hablaban. Taylor ahora estaba sentada en la silla alta de cuero detrás del escritorio en su oficina. Ella pasó un dedo delgado largo en la base de madera de un modelo de avión que estaba en una esquina, escuchando y llorando junto a su vieja amiga. Taylor sabía que la situación era mucho peor de lo que la estaba haciendo sonar Torrey. Torrey nunca habría llamado si no estuviera al final de su cuerda. Era una especie de bizarro acuerdo que tenían. El amor de Taylor para la mujer no había disminuido con el tiempo. En todo caso, Torrey se convirtió en una obsesión inquebrantable para la artista. Cuando se separaron, Taylor sabía que la única manera de dejar que Torrey siguiera adelante con su vida era unca hablar con ella o incluso verla en persona. Una vez que se separaron, su necesidad de la joven llegó a ser tan abrumadora que a veces la artista pasaba horas con el teléfono en la mano, a punto de marcar el número de Torrey, sólo para poder escuchar su voz. Si ella fuera alguna vez a volver a verla, el secreto de Taylor en algún momento haría notar su presencia. Ella asumió que Torrey simplemente fue consintiendo a sus deseos todos estos años. También tendría que ser una situación desesperada para que Torrey pidiera ayuda, de cualquiera. En la mente de Taylor sólo había una mujer que sufría de ser tan orgullosa y testaruda como ella, y era la mujer en el otro extremo de la línea telefónica.
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Finalmente Torrey le dijo a Taylor sobre las batallas del día anterior. La escritora se redujo las lágrimas de nuevo como le dijo a su amiga cómo abofeteó a JT en la cara. Las cejas de Taylor se unieron en un ceño fruncido, con las manos crispadas y apretadas. Cómo deseaba poder extender la mano y tirar de la mujer más joven en sus brazos y hacer que todo estuviese bien, justo como ella lo hacía tantos años atrás. Torrey secretamente deseaba la misma cosa. Por último, Torrey relató lo que sucedió cuando JT golpeó. "¿Ella hizo qué?” La voz de Taylor cayó bajo con un borde de hielo. "Está bien. Sólo se ve peor de lo que es”. Torrey dijo repitiendo las palabras que había usado con Jessica. Taylor ya estaba hojeando su abierto Rolodex. “Voy a tomar el primer vuelo a Chicago”. "No, Taylor, no creo que eso ayudará mucho a la situación. La mitad del problema son los amigos que Jess tiene aquí. Ella parece que no puede mantenerse alejada de ellos y cuando está alrededor, parece que no puede decirles no". "Así que, ¿cuál es la otra mitad del problema?" Preguntó Taylor. "Creo que podría ser yo". Torrey respondió con tristeza. "Tor, no digas eso. Eres una gran madre, que siempre lo has sido". Taylor dijo rotundamente. "No me has visto últimamente". Torrey comenzó a llorar de nuevo. "¡Yo la golpeé, por el amor de Dios!" “See, bueno”, Taylor se burló, "suena como que ella merecía tener su culo pateado”. Taylor se echó hacia atrás en su silla y se pasó la mano por el rostro, dándose cuenta cómo sonaba. “Sabes lo que quiero decir. Mira, cariño, no sé si yo podré hacerlo mejor. Ella me puede empujar demasiado lejos y me conoces lo suficientemente bien como para saber que no voy a dejar que me golpeé. Sé que ella tiene un montón de problemas válidos que tenemos que abordar, pero suena como que tiene una actitud demasiado pasada de moda”. "Lo sé”, dijo Torrey derrotada. “Dios, Stretch, no sé si lo que estoy haciendo es correcto o no y sabes lo mucho que odio pedir ayuda a nadie, sólo sé que me he quedado sin opciones. JT sabe que ella puede salirse con la suya aquí… conmigo. Le sorprendió lo que hice el otro día, pero creo que ella y yo sabemos que no puedo controlarla. Tenía la esperanza en un entorno diferente, con alguien que no sea yo… creo que podría ser bueno para ella”. Torrey no pudo contener las lágrimas después de eso. Taylor dejó que ella continuara así
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durante unos minutos, atravesando su propia tortura de emociones. Ella siempre pensó en JT como su hija también. Decirle adiós a los dos años de edad, fue una de las cosas más difíciles que Taylor alguna vez tuviera que hacer. Ahora ella iba a tener que poner su dinero en su boca. "No llores, cariño. Vamos a salir de esto”. Taylor dijo al teléfono, y también para ambas mujeres, era como si estuvieran de vuelta en ese banco en ese día cálido en abril. Los brazos de Taylor envueltos protectoramente alrededor de la mujer más pequeña, con la promesa de que podía hacer que todo fuera mejor.
Agosto de 1982 Taylor se enfrentó a la ventana y se preguntó por qué las oficinas de los médicos siempre eran tan frías. Sobrepasaban los treinta grados fuera y se sentía ligeramente superior al punto de congelación en el interior. Ella observó a los veloces coches juntos fuera, su oído siempre escuchando la conversación detrás de ella. Torrey odiaba ir al médico sola, sobre todo una vez que a ella se le comenzó a notar. La joven siempre parecía tener un encuentro con la misma vieja enfermera en la oficina que se dio cuenta de que no llevaba un anillo de bodas y que ella firmaba todo como señorita. El mes pasado cuando Taylor llegó a casa del trabajo, Torrey estaba en lágrimas por la situación. La artista de cabello oscuro prometió que a partir de entonces se iría de la oficina temprano y se uniría a su amiga a su cita obstetricia. Realmente estaba comenzando a afectar a Torrey. Ella sentía que a donde fuera , la gente miraba hacia abajo a su mano, luego en el anillo de bodas que faltaba y de inmediato se sentía inferior. Fue difícil para Taylor para convencerla para hacer volar a gente así. Su joven amiga era sensible en el mejor de los tiempos y siendo embarazada de seis meses, era una fábrica de hormonas caminante y no hacía nada por la propia imagen de la mujer. Por supuesto, no ayudaba cuando Taylor tenía que ir a San Francisco por una reunión con un cliente y Torrey no podía estar debido a las clases. Taylor la compensaba sin embargo. Mientras paseaban por abajo en el muelle, un conjunto anillos de matrimonio le llamó la atención en una de las pequeñas tiendas de joyas. Hecho con toques de platino que se rodearon por completo con pequeñas piedras de jade verde pálido y zafiros azules. La combinación de colores de sus ojos provocó que la morena comprar el conjunto. Ella tenía un tamaño adecuado para sí misma mientras ella esperaba y el otro del tamaño del dedo anular de Torrey. La expresión del rostro de la joven cuando hizo la costosa compra hizo que todo valiera la pena. “Yo quiero decir, yo no creo que las personas… Me refiero a que no tienes que decirles que tú y yo estamos… bueno, yo lo conseguí para la que mayor parte de la gente no piense…” Taylor tartamudeó incesantemente cuando llegó a casa. Ella se sentía más bien con la lengua atada, mientras trataba de darle el anillo duplicado de Torrey a la de la joven y se dio cuenta de
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inmediato el de la mano de la mujer mayor . Torrey deslizó la alianza en el dedo anular de la mano izquierda y echó sus brazos alrededor del cuello de la mujer más alta, pero no antes de la colocar un beso en la mejilla de Taylor. "Eres maravillosa, ¿lo sabes, Stretch?” La joven sonrió. Taylor no creía que su joven amiga tuviera más problemas aquí en el consultorio del médico después de hoy. La mujer alta sonrió para sus adentros mientras miraba por la ventana. Taylor estaba llegando tarde y consiguió el apoyo de Torrey entre clases para hacerle saber que se reuniría con ella en la oficina. Como Taylor entró por la puerta de la sala de espera, Torrey se sentó, a punto de ser golpeada por la frente a la enfermera con el ceño fruncido. Todas las cabezas en la sala se giraron a mirar a la mujer sorprendente como ella caminó dentro. La incursión de Taylor en el mundo profesional le dio razones Torrey para ir de compras de ropa y una cosa que Taylor podía decir era que la chica tenía buen gusto. La mujer de pelo oscuro vino directamente de la oficina y por ello seguía llevando su ropa de vestir. Pantalones negros, una blusa de seda color púrpura y una chaqueta de color negro. Con los tacones altos que Taylor odiaba, pero toleraba para la oficina, ella se puso de pie y tenía más de un metro ochenta de altura. Ella inmediatamente se dio cuenta que era la enfermera que Torrey le describió a ella y no estaba de humor para eso. Ella había tenido un día infernal y si la vieja bruja no tenía cuidado iba a ser la siguiente en una larga lista de víctimas que la artista tuvo que crucificar hoy. Torrey vio como su amiga tenía esa mirada en sus ojos. Le recordaba a la joven mujer a un gato que acababa de acorralar a un ratón, a sabiendas que la hora de comer era algo seguro y de fácil acceso. Taylor se acercó a Torrey y se inclinó, colocando un pequeño beso en la parte superior de la cabeza de la chica. "Hey, Little Bit, parece que has tenido un día largo” dijo Taylor, notando lo cansada que lucía la joven, rozando sus dedos contra su mejilla. "Disculpe", la enfermera interrumpió. Fue entonces cuando Taylor dio a la mujer „la mirada‟. Torrey la había visto un montón de veces. Taylor recientemente la había perfeccionado, encontrando que es más útil para infundir el temor de Dios en sus empleados. Por supuesto que desinflaba el ego de la mujer de pelo oscuro un poco cuando ella la utilizaba en su compañera de cuarto y Torrey simplemente se reía de ella. Se dio cuenta entonces, que ayudaba si la persona no sabía que no tenías ninguna intención de retorcer su cuello. La artista de cabello ébano se irguió en toda su estatura con los brazos cruzados sobre su
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pecho. Ella negó con los mechones sueltos en la espalda que enmarcaban imposiblemente los altos pómulos , las cejas arqueadas y que desaparecían bajo el flequillo oscuro. "Sssí", ronroneó. "¿Puedo ayudarla?” preguntó la enfermera. Torrey tuvo que poner su mano sobre su boca para ocultar su sonrisa. Oh, alguien debería haberle advertido a esta vieja chica. "Nooo, ya he hecho mi parte", Taylor susurró en voz baja, guiñando un ojo a la enfermera mientras miraba desde el vientre hinchado de Torrey a la anciana. Torrey se mordía el labio para contener la risa por el momento. Taylor tenía una mirada en su cara que era tan seria como una cirugía, ya que la enfermera escupió y tosió. "¿Pertenece a este sitio?”, preguntó la mujer nerviosa. "Yo le pertenezco a ella”, Taylor respondió, con sus dedos tamborileando contra su brazo cruzado, la alianza en su dedo brillante como atrapó la luz. La enfermera miró el anillo y luego en el anillo en la mano de Torrey, abriendo la boca para decir algo, pero se lo pensó mejor como la sonrisa de Taylor se convirtió en un fulminante brillo de 'retrocede'. La anciana se giró sobre sus talones y desapareció en la trastienda.
"Taylor, ¿quieres escuchar?" Joanna Weller, la doctora de Torrey preguntó. Ofreciendo parte del estetoscopio Doppler a la mujer alta. "Sí, por qué no. Apuesto a que está cantando Gene Pitney o Tony Bennett", le guiñó un ojo a su joven amiga, acostada en la mesa de examen. Torrey rió ante el comentario y observó como los ojos de su amiga se abrieron un poco, las comisuras de su boca se encresparon hacia arriba, luego rompieron en una sonrisa llena de dientes. "¡Eso es totalmente genial!” Se quitó los auriculares y le sonrió a su amiga. "Ese es un buen trabajo el que estás haciendo, Little Bit”. La doctora Weller comenzó a escribir en el expediente de Torrey. Vio a las dos mujeres y no podía pensar en un mejor par para criar a un niño. Parecía obvio que se adoraban entre sí.
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"Bueno, todo se ve muy bien. Tengo toda la información que necesitas para tus clases de Lamaze aquí, Torrey" dijo ella, poniendo un par de papeles sobre la mesa junto a la joven como Torrey abotonó la blusa. "Tengo un pequeño grupo que se reunirá el lunes por la noche que se componen de parejas femeninas. Tenemos cinco parejas hasta el momento, así ustedes dos se sentirán más cómodas en esa clase." Joanna ofreció. "Uhm", Taylor comenzó, sintiendo que iba a tener que explicarlo. "Eso sería genial", respondió Torrey, sin escuchar la voz de Taylor o viendo la expresión de aturdido asombro en el rostro de la mujer más alta. Una vez que estuvieron fuera de la oficina Torrey se giró hacia su amiga. "Supongo que debería haberte preguntado primero. Quiero decir, puede que ni siquiera quieras ir a Lamaze conmigo". "Hey, estamos juntas en esto, ¿verdad?" Torrey le sonrió cariñosamente a ella.
Taylor se tambaleó hasta la cocina a oscuras para tomar un trago de agua. El sonido sordo de llanto la despertó de su estado medio dormido somnolencia. Muy despacio se asomó a la sala y vio a Torrey, acurrucada en un extremo del sofá. "Torrey, ¿estás bien?" la mujer más grande preguntó alarmada. Taylor sorprendió a la joven. Se secó las mejillas con la manga de su bata. “Estoy bien”, respondió Torrey. Taylor se sentó junto a la rubia, que extendió su brazo sobre el respaldo del sofá, su pecho presionó suavemente contra la espalda de la mujer más pequeña. Taylor pasó la mano por el brazo de la mujer para tranquilizarla. "Cariño, ¿qué pasa?" "Yo voy a ser una madre terrible". Torrey espetó. Taylor sonrió y se rió en voz alta. "Torrey, vas a ser una gran madre", Taylor la consoló.
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"Sí, bueno, yo apuesto a Evelyn pensó eso también. ¡Y mira lo que sucedió allí!" Las lágrimas de Torrey se reafirmaron. Torrey había empezado a llamar a su madre por su primer nombre. La lucha en que las dos participaron fue casi suficiente como para derretir los alambres en el teléfono cuando la joven le dijo a su madre de sus planes para mantener a su bebé. Cuando Torrey le dijo que ella estaría viviendo con Taylor y la artista le estaría dando para ella y su bebé, Evelyn explotó. Las cosas que le dijo a su hija esa noche, los nombres como la llamó, provocaron una reacción incendiaria en Taylor, que estaba escuchando en la extensión a pedido de Torrey. La mujer de pelo oscuro colgó el teléfono en la mano y rápidamente se dirigió a la otra habitación. Ella sacó el receptor de la mano de Torrey. “Torrey, ve a dar un paseo” le susurró Taylor. Los ojos de Taylor se oscurecieron de furia y ella estaba tratando de controlarse a sí misma frente a su pequeño amiga. Torrey, sollozando histéricamente ahora, salió corriendo, pero en cuanto oyó que la puerta se cerraba tras ella oyó las primeras palabras que Taylor le tuvo que decir a la mujer en el teléfono. “Maldita hija de puta…” Ellas nunca hablaron de lo que pasó después. Torrey nunca le pidió a su amiga las palabras que se habían intercambiado y Taylor no proporcionó la información voluntariamente. Ahora, sentada en la oscuridad con Torrey en sus brazos, Taylor sintió que algo dentro de ella que le dijo que Torrey sería una madre maravillosa. Ella sintió que el hijo de esta joven mujer sería bendecido con un amor más allá de lo que Torrey ahora podía imaginar. “Whoa, ¿no se siente genial?” Torrey tomó la mano de Taylor y colocó la palma de la mujer en su abdomen. “Guau”, Taylor exclamó cuando sintió la patada del bebé por sí misma. "¿Te duele eso?" "No, sólo se siente una especie de… no sé, raro”, respondió Torrey. Torrey relajó contra su amiga, Taylor apoyando la barbilla en el hombro de la mujer más pequeña. "Hey, Tor, después de que nazca el bebé, ¿por qué no tomar unas pequeñas vacaciones?" preguntó Taylor. “¿Tienes algún lugar en mente?”
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“¿Qué te parece California?” preguntó Taylor, aunque ya sabía la respuesta. “No. ¿Qué estás pensando hacer conmigo?” Torrey rió. "Yo pensé que podría ser un poco genial. Te podría mostrar dónde los amantes de la playa crecimos y podrías conocer a mi mamá. Puede que sea un lado un poco salvaje, pero te garantizo que mi madre conoce todos los trucos. Estoy segura de que nos puede dar un par de consejos”. Torrey sonrió por la forma en que Taylor dijo „nos puede dar algunos consejos‟. Le gustaba la sensación de que eran una familia, aunque fuera sólo temporal. "Serás una grandiosa madre”. Taylor susurró en el oído de la joven. "¿Cómo lo sabes?" preguntó Torrey. "Porque, como eres tan aficionada a decírmelo, todo sucede por una razón. Vas a tener este bebé por una razón. Tienes mucho amor para dar, Tor. Simplemente no puedo imaginarte siendo una mala madre. No creo que lo tengas en ti. Creo que harías cualquier cosa... harás cualquier sacrificio para ver que tu bebé crezca sano y feliz", respondió Taylor.
“Hola, pasé por el chino. Espero que este bien” JT dijo mientras entraba en el desván cargada con sus tesoros. "Eso suena bien, huele bien también”. Torrey dijo con una sonrisa. "Estoy más que lista para un descanso". JT observó el rostro de su madre cuando la mujer mayor no estaba mirando. La joven se dio cuenta de que el hematoma violáceo parecía aún más grande de lo que lo hacía anoche. El hecho de que los ojos de su madre le dijeron que pasó la tarde llorando no escapó a su atención tampoco. Se sentaron en el piso de la sala de estar, un número de cajas de comida continuaba estando hacia fuera en la parte superior de la mesa de café. Ellas no conversaron mucho, pero madre e hija disfrutaron del momento, simplemente porque no estaban peleando. Este tipo de interludios eran raros para ellas últimamente. Ambas se recostaron contra el sofá, pero finalmente Torrey se trasladó hasta sentarse en el mueble. "Dios, me estoy haciendo demasiado vieja para pisos de madera", se rió.
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Después de unos momentos, JT se volvió y apoyó el codo en el asiento del sofá por las piernas de su madre. "Entonces, ¿me vas a enviar a uno de esos lugares de rehabilitación de drogas en Malasia, donde te tratan como prisioneros de guerra?" JT preguntó en voz baja. "¿En qué mundo tuviste una idea como esa?" preguntó Torrey, sentada un poco más erguida. "Vi algo en 60 minutos. Estos padres eran todos felices, a pesar de que parecía que sus hijos estaban todos como zombies con el cerebro lavado cuando salieron", respondió JT. En el fondo, ella no creía que su madre realmente la pusiera en un lugar así, pero que había cruzado la línea para ese momento y no había forma de saber lo que podría inducir a su madre por lo general amorosa. "No tengo ninguna intención de enviarte a cualquier lugar como esos". "Pero, ya me está enviando alguna parte, ¿no es así?" JT cuestionó. Bueno, aquí va. “Pensé que podría ser un poco divertido para tí. Nunca has estado en California. Bueno, en realidad estuviste, sólo que no puedes recordarlo, considerando el hecho de que solo tenías cinco meses en esa época”. Torrey respondió. "¿Es como Betty Ford o algo así?" JT preguntó nerviosamente. "Jess, quiero que vayas a vivir con Taylor durante seis meses", Torrey dijo en serio. “Ni siquiera la conozco, mamá. Quiero decir, sé que ustedes dos son como amigas de siempre y ella es la mujer más increíble del mundo, de acuerdo contigo, pero ella es una extraña para mí", explicó JT. "¿No podría ir a la escuela o vivir en un apartamento por ahí?" "Cariño, en primer lugar, no te estoy enviando ahí fuera para deshacerme de tí o para que puedas vivir a lo grande". Torrey se agachó y acarició el cabello de su hija. JT rara vez aceptaba el afecto de ella alguna vez y se podría decir que, a pesar de que su hija estaba tratando, la joven aún se tensaba al principio. "En segundo lugar, ¿de verdad crees que te has ganado el derecho de ir por ahí sin vigilancia?" preguntó Torrey. "Supongo que no", respondió JT. La joven cerró los ojos y disfrutó de contacto de su madre. Le molestó un poco al principio, pero de repente ella estaba deseando las caricias tiernas. Un sentimiento parecido al miedo la recorrió. Ella no sólo estaría viviendo con una extraña, por primera vez en sus diecisiete años,
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sin su madre. JT apoyó la cabeza en las rodillas de su madre y dejó que la suave voz de la mujer le diera comodidad, por primera vez en mucho tiempo. "Ya se lo pedí a Taylor y ella está deseando que tú llegues". "Mamá", JT sonrió a su madre, "ya sea que tú estés mintiendo o que no te diré que yo no lo he estado haciendo últimamente". Torrey devolvió el comentario con una sonrisa. Dios, ella se parece tanto a Taylor cuando hace eso. "Touché. Digamos que está deseando verte de nuevo”, respondió Torrey. "Por lo menos, suena un poco más honesto. Apenas la recuerdo, sin embargo", dijo JT. Su observación matizada por la preocupación. “Solías llorar si ella no estaba en casa para arroparte. Ella te amaba mucho”. Torrey terminó en voz baja. Su madre le contaba historias de ella cuando era una niña pequeña y su interacción con Taylor, pero ella no podía recordar gran parte de eso. Ella sólo tenía dos años cuando las dos mujeres fueron por caminos separados, pero a veces cuando Jessica observaba a su madre haciendo tareas ordinarias simples, tenía la sensación de que ella fue testigo de la misma escena una vez anteriormente, pero su madre no estaba sola en su memoria. Siempre había una oscura figura que permanecía en silencio junto a su madre, pero Jessica no podía poner un rostro a la aparición. Después de tantos años era casi como si la extraña silenciosa no era real, sólo una parte de los sueños de JT. "Si ella me amaba tanto y ustedes dos se llevaban tan bien, ¿por qué no se quedaron juntas?” "Es... complicado." Torrey respondió y JT sabía por la mirada que su madre le estaba dando, que no habría explicación más que eso. "Es gracioso. Conocí a Taylor por primera vez cuando tenía tu edad". Torrey musitó casi como para sí misma. "Me lo prometiste, Jess. ¿Va a mantener esa promesa?" preguntó Torrey, tirando de la barbilla de su hija hasta que sus ojos se encontraron. JT intentó darle a su madre una sonrisa ocasional. "Lo prometo, mamá. Yo no te fallaré esta vez", respondió JT. "Sé lo difícil que es lo que te estoy pidiendo que hagas es, Jess. Cuando tienes uno de esos días abrumadores sólo recuerda, yo creo en ti, cariño", respondió Torrey, inclinándose para besar la cabeza de su hija.
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Ambas mujeres mantuvieron firmes a la promesa oral y a la tranquilidad, preguntándose si en realidad se mantendría la promesa.
Noviembre de 1982 "Torrey", Taylor gritó con la mano sobre el auricular del teléfono. "Es Joanna. Ella quiere saber cómo te sientes". La doctora Weller llamaba una vez al día para comprobar la condición de Torrey desde que había caído en el noveno mes. No era habitual que las mujeres que tuvieran su primer bebé pasado de fecha, pero no era raro tampoco. La médico trató de explicar a Torrey que los cálculos de la joven en cuanto a la fecha de la concepción puede haber sido pocos. La pequeña rubia tuvo que explicar indignada a la buena doctor que ella sólo había tenido relaciones sexuales con un hombre, una vez en toda su vida para conseguir de estar así, y que esa fecha no era una que ella olvidaría fácilmente. "Tor, ¿estás despierta?" Taylor llamó de nuevo. Ella levantó la mano del receptor y empezó a hablar con Joanna. La cabeza de Torrey salió de la puerta de su dormitorio. "Dile que han pasado los nueve meses, ¡lo quiero fuera!” "¿Has oído eso?" Taylor preguntó a la doctora. "Oh no, ella está en un estado de ánimo precioso". La mujer de pelo oscuro respondió sarcásticamente. Taylor se reía de algo más que la médico dijo, luego levantó la vista como Torrey entró en la habitación. "No cuelgues", dijo Torrey con voz grave. "He roto bolsa", dijo Torrey en respuesta a la mirada inquisitiva de Taylor. "Hey, doc", Taylor sonrió en el teléfono, "¡Creo que es hora del show!"
Parte 2 “Tienes un máximo de seis”, dijo un poco demasiado alegre la enfermera a las dos mujeres.
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"Seis... eso es bueno, ¿verdad?" Torrey dijo entre jadeos mientras su contracción terminó. "Bueno, es mejor que tres, y eso es lo que tú tenías en la mañana cuando entraste Torrey, lo que yo estoy poniendo ahora es el monitor del corazón del feto", dijo la enfermera. "¿Es necesario?" Taylor preguntó con una expresión de preocupación. "Está bien", la enfermera palmeó el hombro de la mujer de cabello oscuro mientras trabajaba a su alrededor. "Siempre los ponemos en las mujeres que optan por parto natural. Le permitirá al médico ver si el bebé está en algún peligro. Todo está bien mira, obtiene de su bebé un buen y fuerte latido". Señaló el pequeño monitor junto a la cama. Otra contracción golpeó a Torrey y ella apretó la mano de Taylor, una mueca de dolor cruzó por su cara hasta que la acción muscular disminuyó. La enfermera empujó suavemente el flequillo húmedo de la frente de Torrey y le dio un par de cubitos de hielo. Ella sonrió a la joven antes de que ella se girara para irse. "Ya sabes, si las dos quería un bebé, ustedes deberían tenerlo", la enfermera señaló con el pulgar a Taylor. "Con tus caderas, ella habría tenido un momento más fácil". Ella hizo un guiño a Torrey y salió de la habitación. Torrey rió al ver la expresión en el rostro normalmente reservado de su amiga. "Oh, no mires de esa manera", se rió entre dientes Torrey. "¡Por el amor de Dios, Tor, esa mujer sólo me dijo que tenía las caderas grandes!" Torrey hizo una mueca cuando otra contracción apretó su abdomen. Taylor estaba mirando hacia abajo en su propio regazo. "¿Crees que tengo grandes caderas?" ella preguntó mirando hacia abajo. "¡Taylor! ¿Crees que podrás centrarte en por qué estamos aquí", Torrey silbó. "Oh, lo siento", Taylor se disculpó, moviéndose para ayudar a su amiga con las técnicas de respiración que habían aprendido en la clase de Lamaze. Por las próximas horas Taylor supo cómo se sentían los padres en la sala de partos. Se sentía completamente inútil y totalmente incapaz de quitar alguno de los dolores de su amiga. Lo único que podía hacer era buscar, llevar, entrenar, o masajear, cualquier cosa para tratar de aliviar el sufrimiento de la joven. Aunque, a lo largo de toda la prueba, Torrey vislumbró ocasiones en las que su alta amiga miraba hacia abajo a sus caderas y con el ceño fruncido.
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Para Torrey, hizo que todo valiera la pena.
Taylor movió los pies con nerviosismo mientras se paraba en la puerta de arribos al aeropuerto John Wayne. Ella se arremolinaba con un número de personas que también parecían estar esperando a que los vuelos llegaran. Por último, apoyó su alta figura contra la pared del fondo. El vuelo iba a llegar a tiempo. Cinco minutos más, hasta que hiciera de una idiota total de sí misma delante de una chica de diecisiete años de edad . La mujer de pelo oscuro dibujó algunos tomas dobles de los transeúntes, pero del sur de California, como que era de esperar. Probablemente pensaron que la belleza de altura era una actriz, a sabiendas de que habían visto su cara, pero no recordaban de dónde. Se puso de pie, vestida con su mejor chaqueta de cuero negro, camisa blanca almidonada y pantalones vaqueros raídos. Sus botas de cuero eran usadas y cómodas. Si uno pudiera recordar de nuevo la edición del mes pasado de la revista Architectural Digest, la habrían reconocido en su tapa. Llevaba la misma ropa, excepto por la chaqueta de cuero era un chaleco de cuero, y ella quedaba presentada delante de sus últimas esculturas, en el interior del estudio de su casa. El teléfono celular de Taylor trinó y metió la mano en el bolsillo de su chaqueta para contestar la llamada. "Sí", ella gruñó con impaciencia. "Caray, no debes haber tenido tu café todavía esta mañana", la voz le dijo. El ceño de Taylor se convirtió en una sonrisa y si alguno miraba se había sorprendido por la transformación. "Cariño, el avión ni siquiera ha aterrizado todavía", Taylor se echó a reír. Ella todavía estaba sorprendida de que la vieja expresión de „cariño‟ salía de su lengua tan fácilmente. "Creo que estoy nerviosa..." Torrey se fue apagando. "¡Tú estás nerviosa!" Taylor respondió. "¿Estás segura de esto, Stretch?" preguntó Torrey. "Me parece un muy interesante momento para preguntarme eso". La escritora se rió y Taylor imaginó que estaba pasando la mano por el pelo rubio, que a decir verdad, lo estaba.
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"Torrey..." La artista dijo, arrastrando las palabras lentamente. Torrey sintió un distintivo escalofrío correr por su espina dorsal cuando Taylor ronroneó su nombre de esa manera. Ella tragó saliva, maravillándose de la mujer. "¿Sí?" ella preguntó. "¿Vas a llamarme todos los días durante los próximos seis meses? No es que yo me queje considerando que es lo máximo que hemos hablado en catorce años, pero me pregunto si deberías llamar y sobre asignar minutos en el teléfono celular o no",Taylor bromeó. "Oh, muy divertido, Stretch", Torrey replicó. Podía oír la risa cantarina de Taylor y le dio un tirón su corazón. Taylor sabía que esto pasaría. Todos los años de distancia se desvanecieron en la nada tan pronto como ella había oído la voz de Torrey la semana pasada, eso era por qué ella se distanció las dos, físicamente. Ella bromeó con la mujer más joven, pero había hablado por lo menos durante unos minutos todos los días desde la primera llamada de Torrey. Por supuesto, se trataba de Jessica y de los arreglos que se harían, pero Taylor ansiaba oír la voz de su amiga. La mujer de pelo oscuro entendía mucho acerca de las adicciones y ella cayó en la trampa clásica, una vez que regresas, es más difícil renunciar a éstas de lo que era la primera vez. "¿Voy a ser capaz de hablar contigo alguna vez?” Taylor escuchó que la voz de Torrey preguntaba. La artista trató de concentrarse en la razón que ella y su amiga tendría incluso de hablar en primer lugar. Ella siempre trataba de ser honesta con Torrey, sobre todo, más allá de su propio corazón, y ella no iba a parar ahora. “Sabes que tengo que admitir, Little Bit, que escuchar tu voz me hace sentir mejor de lo que lo he hecho en mucho tiempo. Lo disfruto y no creo que me va a gustar dejarte de nuevo, pero yo quiero que Jess se sintiera como que puede confiar en mí. No quiero que piense que voy a acusarla con su madre todos los días. Todo esto va a ser lo suficientemente duro para ella, sin la presión añadida. Incluso si las cosas van bien y ella logra espabilarse, tendrá contratiempos y días malos. Yo quiero que se sienta como si estuviera viviendo en el tipo de entorno en el que está bien que eso suceda". Taylor finalizó. "Tienes razón, estoy de acuerdo. Entonces, en seis meses", Torrey dijo en voz baja. "Seis meses". Taylor repitió. "Todavía haré emails y te permitiré saber cómo lo estoy haciendo, al igual que antes, y tú sabes que yo llamaré de inmediato si algo sale mal... que no sucederá", ella intervino rápidamente.
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Noviembre de 1982 "Parece que estás lista", la doctora Weller sonrió a la joven. "Joanna", Torrey jadeó, "¿Recuerdas cuando Taylor dijo que iba a hacer esto por mí si había una manera? La has oído decir eso, ¿verdad?" "Creo que sí", la médico observó la cara de la confusa de la artista con diversión. "Creo que me gustaría ir por esa opción en este momento, si no te importa". Torrey dijo echando una mueca en dirección a su alta amiga. Joanna se rió de la joven y de la mirada en el rostro de Taylor. "No te preocupes Taylor. La mayoría de los maridos que llegan por aquí les dicen la misma cosa".
"Okay, Torrey, quiero un gran empujón más de tí”. La doctora Weller dijo desde detrás de su máscara. La médico estaba empezando a preocuparse por la pequeña mujer. Otro par de empujones fuertes y el hombro del bebé pasaría a través. El único problema era que Torrey tuvo una largo y dolorosa pre parto, la joven estaba a punto de agotarse. Taylor se sentó detrás de su amiga, apoyando su espalda y dándole una mano para sostenerse. "Vamos, cariño, un empujón más", Taylor animó. “Puedo hacer esto. ¿Cierto, Stretch?” Torrey respiró con fuerza por la boca, apretando la mano de su amiga. “Puedes apostarlo… vamos, Little Bit”, respondió Taylor. "Okay, Torrey, inhala y exhala un par de veces, y luego empujas hacia abajo… ¿lista?” Torrey inhaló y exhaló.
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"Okay, ahora empuja… vamos, eso es todo”. Joanna dijo en voz alta a través de los gritos que Torrey estaba haciendo. De repente Torrey gritó como un dolor punzante perforado a través de ella, robándole el aliento. "Tor, ¿estás bien?" preguntó Taylor, con el rostro lleno de miedo y preocupación. “Torrey, detente… ¡deja de empujar!” Gritó Joanna. "Taylor fuera de aquí y acuéstala. Jill, dame una IV salina nos vamos, llama a cirugía y dile que estamos yendo. ¡AHORA!” "¿Taylor?" Torrey la llamó débilmente mientras su boca y su nariz estaban cubiertas con una máscara de oxígeno. Taylor fue empujada físicamente a un lado como el monitor cardíaco fetal comenzó a sonar a todo volumen con su sonido de advertencia. Las enfermeras comenzaron a moverse en todas las direcciones. “¿Qué demonios está mal?” Taylor gritó por encima de la confusión repentina. "Ahora no, Taylor". Joanna Weller gritó, moviéndose a través de las puertas dobles que salieron en el área quirúrgica de partos. "¡Torrey!" Taylor gritó mientras las puertas dobles se cerraron de golpe y la mujer de cabello oscuro fue dejada sin ceremonias en una pequeña sala de espera.
Taylor dobló sus rodillas para sentarse simplemente porque sentía que no sostendrían su peso por más tiempo. Nunca se había sentido tan asustada o desampara en toda su vida. Todo había sucedido tan rápido. Un minuto ella estaba sentada detrás de Torrey, al minuto siguiente habían hecho rodar a la exhausta mujer a cirugía. En tal caos que nadie ni siquiera tuvo tiempo de decirle a Taylor lo que estaba pasando. No puedo perderla, no ahora ... por favor, no puedo perderla. Taylor cerró los ojos con fuerza, sus manos dobladas se apretaron contra sus labios, los nudillos blancos por la tensión. Ella rezó en silencio a un Poder Superior que ella ni siquiera estaba segura de que existía. Meciéndose hacia adelante y hacia atrás, moviendo los labios en oración silenciosa, ella rogó por la vida de la mujer que amaba y de su bebé. Fue en ese momento de comprensión que ella pensó en el hijo de Torrey como su hijo también. Podía haberse sentado así durante cinco minutos o cinco horas, estaba completamente perdida en su súplica. Así atrapada en su meditación que no sintió la mano en el hombro.
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"Lo siento mucho, Taylor", Joanna Weller estaba a su lado. Taylor miró a la médico, mientras las lágrimas comenzaron a derramarse de sus ojos. "Lo siento, no podía tomarme un tiempo para hacerte saber lo que estaba pasando, tenía que trabajar con rapidez". La médico se disculpó. "¿Torrey? ¿El bebé?" Taylor tenía casi miedo de preguntar. "La mamá y el bebé lo están haciendo muy bien". Joanna sonrió a la mujer sentada. Taylor bajó la cabeza y siguió llorando. Ella no sabía muy bien por qué, pero se sentía como una ruina emocional. "¿Puedo verlos?" Se secó los ojos con la manga de la bata que llevaba. "Torrey no está despierta, pero está en la sala de recuperación. Puedes dale un vistazo rápido a ella, ¿de acuerdo?" Ella hizo un gesto a Taylor para que la siguiera. "¿Qué diablos pasó ahí?" preguntó Taylor. "El cordón umbilical terminó alrededor del cuello del bebé, todo sucedió muy rápido. Tuve que ir y hacer una cesárea, pero Taylor..." Joanna detuvo la mujer más alta antes de entrar en la sala de recuperación. "Torrey tenía más problemas que eso. Estaba sangrando mucho de lo que se conoce como una torsión uterina. Ella tuvo un bebé grande y, bueno ella es una pequeña chica. Su útero pasó por lo que sucede cuando se gira una toalla mojada. Se retorció y... bueno, tuve que realizar una histerectomía para poner el sangrado bajo control. Lo siento, yo odié como el demonio hacer eso cuando ella es tan joven, pero yo no tenía muchas opciones". Una ola de dolor visiblemente fluyó por el rostro de Taylor y ella entendió cómo esto afectaría a su pequeña amiga. Taylor esperaba que algún día Torrey sería capaz de tener el amor y la familia que la joven mujer se merecía, pero este sería el único hijo de su joven amiga. “Yo le diré… más adelante, cuando despierte”. Taylor dijo en voz baja. Caminando en la sala de recuperación y hasta la camilla donde estaba la pequeña rubia, Taylor tomó en las pálidas facciones. Moviéndose con cuidado alrededor de la tubería y la sangre de la IV, Taylor envolvió una mano alrededor de los dedos fríos de Torrey. Sin importarle quién pudiera estar mirando, ella se inclinó y rozó sus labios ligeramente contra los suaves labios de la mujer dormida. "Así que, ¿quieres conocer a tu hija?" preguntó Joanna. Taylor sonrió. Una niña. "Uhm, tal vez debería esperar a Torrey". Ella agregó.
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"Vamos", Joanna la sacó de la sala de recuperación. La médico vio la mirada en los ojos de Taylor y sabía que nunca lo lograría hasta Torrey despertara. Las dos mujeres se pusieron máscaras y batas de laboratorio limpias y la doctora Weller la llevó a la guardería. “El bebé Gray”. La médico le dijo a la enfermera. Una joven enfermera se acercó con un pequeño bulto en sus brazos. Taylor miró a las dos mujeres con un repentino pánico en sus ojos. "Yo... yo nunca he tenido un bebé antes. No puedo romperla ni nada, ¿puedo?" La enfermera era servicial y paciente, pidiendo Taylor a sentarse en la mecedora de madera detrás de ella. Entonces, ella demostró a la mujer alta la forma de apoyar la cabeza y el cuello del bebé. Cuando el cuerpo de pequeño de tamaño yacía en los brazos de Taylor, ella apartó la manta para revelar la criatura más pequeña que jamás había visto. "Oh, Dios, es hermosa. Ella es tan pequeña", Taylor sonrió a la enfermera y el médico. "Quiero decir, ella es perfecta, al igual que una persona normal, pero con la nariz y las orejas y todo... me refiero a que ella es como una personita pequeña". Taylor balbuceó. La mujer de pelo oscuro sabía que estaba sonriendo como una idiota detrás de la máscara, pero no podía evitarlo. Entonces, ella no pudo contener las lágrimas que caían por esta perfecta, hermosa criatura. Oh, see, Joanna Weller pensó para sí misma. Esta será una grandiosa mamá.
Taylor se echó hacia atrás como los pasajeros fluían a través de la puerta de llegada del vuelo 119. Quería ver a JT antes de que la mujer joven la viera. No podía explicarlo, pero quería la oportunidad de prepararse a sí misma, y se preguntó si la joven estaba tan aterrorizada como ella. La mujer de cabello oscuro limpió conscientemente sus palmas sudorosas junto a sus muslos musculosos. Taylor no tenía ni siquiera una foto reciente para seguir adelante. Torrey le dijo que JT se negaba absolutamente a ser fotografiada en los últimos años. Cuando la mujer mayor le preguntó cómo iba a reconocer a la hija de su amiga, Torrey rió. “Ella se ve igual y actúa de la misma forma que tú lo hacías la primera vez que te conocí, Stretch”, dijo Torrey.
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El gemido de Taylor se oía a través de la línea telefónica. “Little Bit, ¿estás segura de que no quieres tener el riñón?” La joven caminó entre una serie de otros pasajeros, mirando a su alrededor, tratando de avistar una cara familiar. Taylor sonrió. Torrey dio justo en el clavo. Era extraño cómo Jess se parecía tanto a la mujer que estaba en el fondo. Por supuesto, si conocieras el rostro de Torrey, así como Taylor lo hacía dirías que la joven era exactamente igual que su madre. Los ojos verdes que brillaban con picardía, la nariz ligeramente hacia arriba y el aire sutil de que esta chica tenía el potencial de ser una total sabelotodo. JT vio a la mujer cuando ella se apartó de la pared trasera y cortó la multitud para hacer su camino a donde la joven se detuvo. Podía ver por qué su madre siempre describía a Taylor como increíblemente hermosa. Ella lo era y algo más. JT se vio envuelta en la fuerza de la mujer. Hasta este momento, si se le preguntabas, Jessica habría dicho que su madre era la mujer más fuerte que alguna vez conoció, pero el poder de su madre era engañoso. Sabía que su madre podría haberse roto como una ramita si ella hubiera querido, pero el tamaño de Torrey le daba una ventaja sutil, ella era capaz de camuflar su fuerza. La mujer que caminaba hacia JT simplemente exudaba poder y energía. Ella no sólo tenía un aura de mando, también su aspecto físico era abrumador. JT observaba el juego de músculos en la parte superior de la mano de la mujer mientras tomaba una de las bolsas de JT. JT estaba nerviosa por todo el asunto y, por desgracia, cuando estaba nerviosa o asustada lo mejor de sí misma no brillaba a través. Cuando llegó al fin, JT atacó cuando ella se asustó y se convirtió en una perra sabelotodo. Fue muy lamentable para ella que estaba a punto de conocer a la maestra de actitud. Taylor sabía que los primeros minutos o incluso horas, tenían que ser jugados con cuidado, o de lo contrario iba a perder el control como lo había hecho Torrey. El delicado juego de ajedrez estaba a punto de comenzar. Taylor mueve su peón blanco primero. "Hola, Jess", dijo Taylor. "Bienvenida a California". Taylor dijo con una sonrisa un poco reservada. “De la famosa autora”. JT dijo mientras se movía más allá de la mujer más alta, empujando un sobre mientras ella pasaba. En sobre había sido desgarrado. Fue entonces cuando JT cometió el error de sonreír a la mujer más grande. Peón negro se mueve hacia adelante. Los ojos de Taylor ni siquiera reflejaban la mitad de la rabia que sentía en ese momento, y se maldijo por permitir que la chica empuje sus botones tan rápido. Negro toma peón blanco.
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"Veo que tu madre tiene ese viejo problema de no ser capaz de sellar sus paquetes correctamente", Taylor regresó con sequedad. El sobre contenía una carta de Torrey que Taylor escaneó rápidamente. No decía mucho, Torrey debió de darse cuenta de que su hija iba a abrir el pequeño paquete. Dentro de la carta había un cheque de diez mil dólares. "Para gastos de JT", indicaba la carta. Taylor negó con la cabeza. Ella pondría el dinero en el mismo lugar en el que poner todos los cheques que Torrey le envió en los últimos años. Cuando Torrey ascendió en las filas de autores de éxito comenzó a enviar cheques a Taylor, como reembolso por el tiempo que vivieron juntas, criando a Jessica. Taylor nunca se sintió ofendida, ella sabía que esa es la forma en la que Torrey era, orgullosa, nunca queriendo deberle nada a nadie. Al principio, la artista se negó a cobrar los cheques, entonces se le ocurrió una solución que la hacía feliz y provocó que Torrey pensara que su amiga había aceptado el dinero. Taylor abrió una cuenta de fideicomiso para Jessica con Torrey como albacea, por si algo le sucedía a la mujer de cabello oscuro. Por ahora la cuenta tenía lo suficiente para pagar la educación universitaria de JT dos veces, si la chica pudiera mantenerse bien el tiempo suficiente para ir. “Una cosa que puedes decir de mamá. Ella no es barata”. JT dijo con ligereza. Taylor sintió una respuesta subiendo a sus labios y tomó la decisión consciente de seguir adelante. Torrey puede haber decidido ser un largo sufrimiento, con la actitud de su hija, pero Taylor le iba a dejar en claro que no la iba a aguantar. “¡Deberías estar sorprendida de que ella piense que vales tanto!” Taylor se burló cuando la chica pasó hacia el carrusel de equipaje. JT se detuvo en seco ante la respuesta de la mujer más alta. No había esperado eso. Caballo blanco toma alfil negro… La reina está en problemas. Jaque. El silencio reinó como Taylor condujo su camino hacia la Ford Explorer negra. Se lo pensó antes de impresionar a la chica con el Mercedes rojo, pero sabía que el equipaje sería un problema. Dado que la joven estaba siendo un dolor total en el culo, se alegraba de que no se había molestado. Desbloqueo la escotilla trasera, levantó la tapa y rápidamente guardó el equipaje de la joven. ¡Jesús, ella tiene más mierda que su madre tenía cuando fuimos a la Universidad durante cuatro años! Taylor se retiró hacia el tráfico en movimiento rápido sin problemas, con años de conducir las carreteras de California en su haber. Es curioso cómo el silencio puede poner nerviosas a algunas personas más que nada. Taylor lo utilizó para tranquilidad. Eso volvió loca a JT. La joven tenía la costumbre de la charla interminable de su madre y nunca se dio cuenta antes del
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consuelo que el sonido de la voz de su madre se había convertido. Vio a la artista por el rabillo del ojo. Taylor parecía perdida en sus propios pensamientos, escuchando a su favorito Gene Pitney en el CD en el estéreo del coche, sus ojos azules no se veían detrás de sus Ray Ban oscuros. JT estaba al límite mental. Ella estaba desesperada por un poco de conversación. "¿Es siempre así de caliente en el invierno?" preguntó ella, con la esperanza de conseguir hacer rodar la bola. En casa, todo lo que tenía que hacer era hacer una pregunta para conseguir que su madre lo hiciera. "Más o menos". Taylor respondió. Taylor observó cómo la joven inquieta comenzó a tocar los dedos sobre sus piernas. La mujer alta nunca dejaría que ella lo supiera, pero tenía la sensación de que cualquier hija de Torrey utilizaría la estimulación mucho más verbal de lo que obtendría en Taylor. JT no podía soportarlo más. Alargó la mano para ajustar los controles del estéreo y escuchar algo de música que le gustara. Fue tan rápido que JT no lo vio venir hasta que tenía una mano alrededor de su muñeca. Instintivamente trató de retroceder, pero la mujer mayor sostenía su muñeca con una mano de hierro, nunca se giró hacia la chica, con los ojos fijos en el tráfico por delante de ellas. "No toques las cosas que no te pertenecen sin permiso", Taylor susurró. Una vez liberada, JT se frotó la muñeca y miró por encima de Taylor como la mujer más grande era una especie de psicópata. “Yo solo queria ver que había en la radio”, JT se quejó. "Pero, es mi radio". Taylor disparó de nuevo. Cinco silenciosos minutos más pasaron y Taylor podían ver la guerra que la joven estaba librando en su interior por las expresiones de su rostro. "¿Puedo, por favor cambiar la radio?” Preguntó JT, odiándose a sí misma por tener que darle eso. Taylor no sonrió o rió, a pesar de que ella quería hacer las dos cosas. "Sí, puedes" dijo ella, dándole a un botón para detener el CD y ponerlo en radio. Reina negra sin movimientos. Jaque mate.
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Condujeron durante aproximadamente una hora; Taylor sólo respondía a las preguntas cuando JT le preguntaba. Habría tiempo de sobra para hablar en los próximos seis meses, pero en estos momentos la artista de cabello oscuro estaba tratando de establecer una especie de paquete de dominación. Ella quería que la joven tuviera en claro el hecho de que Taylor era la hembra alfa en esta casa. JT habría tenido un mejor rato si no lo hubiera gastado tanto con mal humor. Siendo una niña de ciudad grande, que nunca supo que esta parte del país podría ser tan hermosa. Taylor sabía que el viaje en coche hasta Dana Point, en la costa del Pacífico impresionaría a la joven. “¿Son realmente focas las que están ahí abajo?” JT preguntó con asombro, mirando hacia abajo en las rocas en el agua. "Sip. Apuesto a que no tienes las de Chicago, ¿eh?" Taylor respondió. "¡Eso seguro!" JT sonrió y por un momento se olvidó de estar enojada con la alta desconocida. Salieron de la carretera y fueron por el puerto, se dirigieron hacia los acantilados. Se detuvieron frente a una puerta cerrada y Taylor dio golpes en una serie de números en un teclado en el interior del coche. "Parece la parte exterior de una prisión". JT se refirió a la puerta. "Te voy a dar los códigos. No es como si fueras un prisionera aquí, Jess". Taylor explicó que la puerta negra se abría, giraba de forma automática y se cerraba tras ellas. "Tengo un montón de obras caroa allí y tienen que ser protegidas". "Whoa", exclamó JT, como entró en el garaje. La joven se apresuró a salir y examinar el Mercedes convertible rojo. "Lindas llantas". JT comentó. "Gracias", Taylor respondió con orgullo. JT estaba tratando desesperadamente de no caminar por el lugar con la boca abierta. Todo lo que ella podía pensar era que a su mamá le encantaría ese lugar. Tragaluces y vidrieras estaban en prácticamente todas las habitaciones. Era obvio que la artista vivía allí. Las habitaciones estaban decoradas con un ojo experto y un gusto impecable. Caminaron alrededor de una enorme cocina que parecía que se utilizaba muy poco.
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"Podemos ir a comprar alimentos mañana. Tengo lo estrictamente necesario, pero mis horas y mis hábitos alimenticios no son demasiado regulares. Le prometí a tu madre que te daría de comer bien, así que voy a tratar de limitar nuestros viajes a la pizzería a dos veces por semana. Oh, espera un minuto, ¿puedes cocinar?" Taylor añadió apresuradamente. "Es una broma, ¿verdad?" JT miró a la mujer sorprendida. "Bueno, ¿quién cocina para tí al volver a casa?" Preguntó Taylor. "Mamá. ¿Quién cocinaba cuando ustedes dos vivieron juntas?" JT regresó. "Tu madre". Taylor parecía un poco avergonzada. "Está bien, mañana vamos de compras por alimentos y por un libro de cocina".
"Esta es su habitación". Taylor dijo abriendo la puerta a una habitación grande con su propio balcón y un baño. "Puedes cambiar todo lo que quieras, yo no estaba muy segura sobre de tus gustos. Si eres como tu madre, te encantará ir de compras para arreglarlo". Ella sonrió. “¿Debo suponer que ir de shopping no es una de tus actividades favoritas?” preguntó JT. "Ni en un millón de años voy a entender el concepto de una ganga. Si lo necesito, lo compro. Si no lo hago, entonces lo dejo", Taylor respondió. “Bueno, debes haber hecho un montón de cosas divertidas en la vida” JT dijo secamente. "Estás a punto de descubrirlo, querida” Taylor se echó a reír. "¿Quieres el resto de la gira?" "Claro, sólo déjame algunas migas de pan para que yo pueda encontrar mi camino de regreso", dijo JT. "Oh". Taylor dijo que poniendo sus cejas juntas y frunciendo los labios, "eso es muy divertido". La casa de Taylor era más grande que la mujer necesitaría, pero estaba orgullosa de lo que había puesto en ésta. Ella llevó a Jessica a través del pequeño gimnasio y un spa en el piso debajo de la habitación de la joven, y luego la condujo a través de una serie de habitaciones de diseño como las habitaciones de juego y entretenimiento antes de volver a subir las escaleras. En el otro extremo de la casa estaba la biblioteca y la oficina privada de Taylor, que estaba conectada a su dormitorio. Cuando JT intentó, sin éxito, girar el pomo se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada con
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llave. Giró la cabeza en cuestionamiento en la dirección a la mujer alta. "Esas son mis habitaciones privadas: mi dormitorio y oficina. Te agradecería si no fueras allí". Taylor respondió a la pregunta no formulada. "Me gusta tener un lugar para mí misma", ella agregó. JT se encogió de hombros y dobló la esquina hacia la parte de atrás de la casa. "Wow, eso es increíble", dijo la joven al vitral de la puerta doble. “Mi madre tiene un collar así”. Taylor sonrió ante la mención del objeto familiar que Torrey siempre llevaba en el cuello. Su hermano se lo dio antes de morir. La pequeña rubia confesó que era su hermano quien primero le presentó el Tai Chi y sus filosofías. El símbolo había llegado a significar mucho para la artista de cabello oscuro una vez que su amiga conoció su significado. Tanto es así, que ella encargó a un artista de vidrio para crear el símbolo en las vidrieras de la entrada de su estudio. JT pasó los dedos a lo largo del cristal, el símbolo del Yin Yang se dividía en dos mitades en la parte superior de la puerta, pero la parte inferior de las puertas mostraba las mitades establecidos en un todo, un símbolo completo en cada puerta. Los círculos redondos en las mitades en blanco y negro eran de vidrio moldeado, uno negro y uno blanco, un sol y la cara de luna llena. Taylor abrió las puertas. Había más lío de lo habitual y las piezas más completas se establecieron alrededor del perímetro del estudio como era habitual, debido a la exhibición. Una sensación de inquietud pasó por la artista por la reacción de la joven a su trabajo. Taylor había estado moldeado una mujer dura en el exterior, pero estaba lejos de estar segura en el interior. Ella se quedó allí esperando por el primer comentario mordaz de la niña. "¡Esto es muy cool! ¿Tienes la oportunidad de trabajar aquí todo el día?" Antes de esperar una respuesta JT estaba inspeccionando algunas de las grandes esculturas que tenían bastante más que dos metros de altura. "¡Excelente!" La joven dijo mientras sus manos corrían por las líneas suaves de la madera, investigando la pieza altamente erótica de las imágenes femeninas. Todo el trabajo de Taylor simbolizaba la forma femenina. Ella era capaz de cortar de madera o piedra, trozos de vida que simbolizaban la fuerza de las mujeres. No sólo en el carácter, también en la fuerza de una madre que levanta a su hijo por encima de su cabeza, o de dos mujeres haciendo el amor. La escultura que JT estaba viendo era una obra un poco más subida de tono que la mayoría de las piezas de Taylor, pero Samantha había insistido en que entrara en la muestra. La escultura fue tallada en caoba e imaginaba a dos mujeres en el acto de hacer el amor. La manifestación de la fuerza de una mujer nunca había llegado a ser más fuerte que esto. Ambas
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mujeres parecían con sus brazos y músculos de la espalda en manojos, los cuellos tensos en su pasión, los músculos de los muslos flexionados tensos. La parte que Taylor no estaba segura de la gente podía manejar se muestra cuando caminabas alrededor de la escultura y la contemplaba desde el lado opuesto. Una de las mujeres habían entrado en la otra con los dedos, y la mirada de éxtasis en el rostro de la otra mujer era evidente, pero los hombros y la espalda de la mujer en la parte superior era una lección de anatomía como los músculos estriados revelaban una enorme cantidad de poder y pasión. El espectador se introducía automáticamente en el brazo de esa mujer, no tanto por donde terminó su mano hacia arriba, sino desde el poder y la energía exhibida en los tendones fuertemente tensados que se envolvían alrededor del brazo, mientras la mujer metió la mano en su amante. JT se vio envuelto en todo el estudio y ella se detuvo en casi todas las piezas para examinarlas. "Este es un lugar increíble para trabajar", JT dijo con entusiasmo, mirando por las ventanas de cristal que corría a lo largo de una pared. El océano y el puerto que se veían eran impresionantes. "Tu madre me ha dicho que tú dibujas". Taylor dijo tratando de desviar la atención de encima un poco. “See, bueno, pero nada como ésto”, ella señaló a su alrededor. "Bueno, si te gusta, podemos conseguir algunas cosas y ponerte por allá, yo no uso ese extremo mucho. Ya sabes, una mesa y eso. Quién sabe, tal vez encuentres un punto de vista más inspirador que el Lago Michigan". De repente JT se sintió sonriendo y eso hizo que aflorara su mal temperamento. No le gustaba el hecho de que ella estaba dejando que el talento de esta mujer y sus fáciles modos la seducieran a ser la niña perfecta. ¿No sabe que la voy a mandar a volar? ¿Es que no lo entiende? Bueno, ella lo sabrá muy pronto. "Como sea". La chica dijo, caminando desde el estudio y dejando a Taylor preguntándose sobre los rápidos cambios de comportamiento de la joven.
Los dos pasaron el resto del día acostumbrándose a tener a un extraño a su lado durante los próximos seis meses. Jessica vagó fuera y consideró que sería bueno estar en un lugar que el invierno que no llegara a cuatro grados bajo cero en enero. Taylor dejó a la chica a su suerte, porque no quería que cernirse sobre ella y también para alentar a JT a familiarizarse con su nuevo hogar.
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"Hey, ¿qué dices de una pizza, ¿tienes hambre?" Taylor encontró JT fuera con los auriculares de sus Walkman puestos y un cuaderno en su regazo. "Yo podía comer. Espera un minuto. ¿Tú no eres una de esas personas de California que ponen cosas como la ananá y alcachofas en su pizza, verdad?" preguntó JT. "Siempre me ha parecido que con pepperoni y setas es suficiente para mí", la mujer de pelo oscuro respondió. "Suena bien para mí", JT respondió. En el momento que el delivery de pizza entregó su cena, Taylor le había dado a la joven mujer una gira por la cocina. "¿Puedo hacerle una pregunta?" preguntó la joven. "Dispara". "¿Alguna vez se utilizas algo aquí? Quiero decir, todo parece nuevo", dijo JT. Los ojos de Taylor barrieron la gran cocina. ¿Cómo podía decirle a la chica que ella no construyó la casa para ella sola? ¿Cómo le decía que todo lo que aquí, la cocina, las vidrieras, el jardín japonés, fueron construidas con Torrey en mente? "Bueno, como he dicho que no tengo muchas horas regulares y mis hábitos alimenticios no son demasiado estándar. Supongo que siempre imaginé que algún día vendría por aquí para aprender a cocinar". Taylor terminó cuando ella sacó una copa de vino del gabinete. Pesando el vaso en la mano por un momento, parecía perdida en sus pensamientos. "Mi mamá no hace eso cuando estoy cerca", JT dijo notando las acciones de Taylor. "¿Qué?" Preguntó la mujer mayor. "Ella no bebe delante de mí". "¿Beber?" Taylor apareció confundido. "En realidad, me molesta más que saber la gente está haciendo algo por mí. Mira, si quieres tomar una bebida, adelante, no voy a enloquecer ni nada". Taylor miró el vaso en la mano, entendiendo. "Oh", el artista se echó a reír, y luego se llenó el vaso con cubitos de hielo y agarró una lata de Pepsi One de la nevera.
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JT se sorprendió un poco y su rostro lo demostraba. No estaba acostumbrada a que alguien la escuchara esa manera. Ella nunca esperó que la mujer de cabello oscuro renunciara a una copa de vino, simplemente por cortesía. Eso no parecía su estilo. Taylor vio el juego de las emociones en el rostro de la chica. Ella pensó que JT pronto reconoció el hecho de que una mujer con integridad vive por su palabra, era mejor de lo que la joven podría ser. "Esto es lo más fuerte que bebo hoy en día". Taylor terminó, sentada a la mesa. "No bebes alcohol en absoluto... ¿quieres decir eso?" "Yo no digo las cosas a menos que realmente quiera decirlas". Taylor dijo por la actitud un poco sorprendida de la joven, mientras tomaba un sorbo de gaseosa. En el momento en el que la cena había terminado, Taylor estaba ligeramente divertida por el hecho de que JT fue capaz de llevar a la artista de su caparazón y, de hecho voluntariamente proporcionó información en vez de jugar a las veinte preguntas. Jessica comenzó a contarle a Taylor acerca de la última escuela a la que fue a antes de ser expulsada.Lo único que salvaba de la institución, en la mente de Jessica, era su departamento de arte. Ella le dijo a la mujer mayor sentada frente a ella de la joven maestra que hizo todo en su poder para mantener a Jess fuera de problemas y en la escuela, pero cuando llegó hasta ella, JT estaba en un camino imparable de destrucción. Taylor sonrió interiormente ante la joven a la mesa frente a ella. La mujer de pelo oscuro apoyó el codo sobre la mesa y mantuvo la cabeza en la palma de su mano. Ella escuchó atentamente a JT mientras divagaba sobre la bella profesora que trató de hacer una diferencia en la vida de la joven, y cómo JT sintió que era sólo otra en una larga cola de gente que había decepcionado. Había dos cosas que causaron la alegría de Taylor. Primero fue el incesante parloteo que la joven soltó. Como la escuchaba, Taylor podía imaginar que había gran parte de Torrey en la chica que tenía delante. Segundo fue el modo en que JT describió a su maestra. Su adoración era fácilmente evidente en la voz de la chica y Taylor preguntó si era el enamoramiento de colegiala, normal a esa edad, o si los sentimientos de JT eran más profundos. Recordó cómo había visto Jess la obra de la artista, como ella estaba fascinada por la escultura de madera de dos mujeres juntas. Oh, Dios... podría estar en problemas aquí. Por favor, no quiero ser la que tiene que manejar esa charla de „mamá soy lesbiana‟”. Finalmente JT confesó que ella se había metido en una pelea y destruyó la mitad de un salón de clases antes de ser expulsada sumariamente. "¿Cómo reaccionó tu mamá a eso?" Taylor preguntó con curiosidad mientras se levantaba para enjuagar la copa de vino. Sabía cómo la violencia afectaba a su vieja amiga.
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JT rellenó el contenedor de basura con la pizza. "Ella pagó la cuenta y me dio esa mirada lista que tiene". Taylor sonrió, con la espalda hacia la joven. "De alguna manera no me acuerdo de tu madre con una mirada como la de que describes". "No la has visto últimamente. En mi opinión ella estaría mucho mejor si acababa por soltarse y echar un polvo o algo así", Jess respondió. El movimiento de Taylor en el fregadero se detuvo y su voz bajó una octava. "No hables de tu madre de esa manera", dijo lentamente. "Bueno, es cierto", respondió JT, malhumorada caminando rebasando a Taylor. "Tal vez sería más fácil de tratar si ella termina pagando a alguien para que le de un buen polvo..." Taylor se giró y agarró a la joven por su cuello de la camisa, golpeando para levantarla contra la pared más cercana. JT apenas reconoció los ojos que ardían sobre ella. Los pies de la joven apenas tocaban el suelo mientras Taylor mostró la fuerza física era capaz de tener. “¡Aprenderás la primera regla de esta casa, Jessica Taylor Gray!" Taylor susurró, con los brazos temblando de ira. "Cuando hablas de tu madre lo harás con respeto. ¿Me entiendes?" JT hizo un leve movimiento de cabeza. Nunca había tenido tanto miedo de nadie como ella sentía ese momento, la cara de Taylor pareció convertirse completamente en otra criatura. "Entonces, dime que lo entiendes". Taylor demandó. "Entiendo". JT respondió débilmente. Taylor lanzó la joven, presionándola contra la pared otra vez como lo hizo. La artista de cabello oscuro le dio la espalda y se puso en el fregadero, esperando a que su rabia se disipe. Escuchó el sonido de JT saliendo de la cocina, escuchando un golpe de la puerta al final del pasillo. ¡Mierda! Bueno, Taylor, 1 día menos, 179 para más. Esto va a ser divertido.
Taylor se deslizó entre las sábanas de seda de su cama, alzando los ojos a la pared frente a la cama. Oh, Tor, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Un día y ya lo jodí realmente. Taylor pensó en lo que la pequeña rubia le diría. Sí, admitió ahora que ella perdió su fuerte temperamento. Fue tan repentino, sino que incluso sorprendió a Taylor con su voracidad. Justo
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cuando sintió que ella y Jessica estaban formando algún tipo de alianza. Ahora, sólo podía preguntarse qué es lo que la joven estaría pensando de ella y en los próximos meses. ¿Cuál sería el consejo de Torrey? Oh, maldita sea, yo voy a tener que ir a pedirle disculpas a mi adorada pequeña mocosa. Era tarde, pero Taylor sacó su cuerpo de la cama y se envolvió en una bata de seda azul alrededor de su cuerpo desnudo. Cuando llegó a la puerta del dormitorio de JT, escuchó por un momento y luego ligeramente golpeó la madera pesada. Al no recibir respuesta de ella golpeó más fuerte y gritó el nombre de Jessica. Girando lentamente la perilla y mirando dentro, Taylor vio la cama de la joven en la que aún no había dormido. Taylor caminó por la casa gritando el nombre de JT. La artista incluso salió a la calle, pero no pudo encontrar un signo de la joven. Teniendo un poco de pánico en ese momento, Taylor volvió a entrar en la casa y se dirigió a la habitación de la chica de nuevo. Mirando hacia el armario y los cajones, vio que todas las pertenencias de JT estaban. De repente, la mujer de pelo oscuro tuvo un sentimiento de temor el fondo de su estómago. Oh, no, era lo único que podía pensar mientras corría hacia el garaje y abrió la puerta lateral. Ella se encontró en el sitio con un gran espacio vacío donde su Mercedes había estado. “¡Que me jodan!” Maldijo con vehemencia y se movió rápidamente hacia su dormitorio. Agarrando una camisa limpia y poniéndose los pantalones vaqueros desgastados, Taylor marcó un número conocido mientras se vestía. "Detective Hobarth, Vicios”, dijo la voz en el otro extremo. "Billy, Taylor Kent... ¡necesito tu ayuda como la de antes!"
“¿Me quieres decir que le diste a una chica a la que te estás moviendo todos los códigos de seguridad y las llaves de tu Mercedes?” Billy le preguntó a su vieja amiga. Él y Taylor había recorrido un largo camino desde sus días en el bar de motoqueros en Maine, pero el hombre que estaba sentado detrás del volante del coche patrulla sin marcar mirando con incredulidad a su amiga. "Ella no es un desconocida... ¡y ella no duerme conmigo, por el amor de Cristo, ella es la hija de Torrey, ella es prácticamente mi hija también!" Taylor respondió. La artista era un hervidero y apenas era capaz de mantener una conversación civilizada con su amigo. "¿Estás bromeando? ¿Esa chica que robó tu coche es la hija de Torrey?" Billy se quedó
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petrificado. Se acordaba de la linda rubia cada vez que estaba en una librería y veía sus ojos verdes sonriendo hacia fuera con su foto en la solapa del libro. El recuerdo de pérder de cien dólares con ella siempre lo hacía sonreír. “Dana Point es bastante tranquilo, pero si quiere algo malo seguramente lo encontrarás”. Explicó el detective. "Vamos a empezar por ahí. Sabes que si ella se dirige a Los Ángeles podría haber un tema. Una engreída diecisiete años de edad sola y conduciendo un Mercedes va a ser un blanco fácil". "Gracias por animarme. Ella puede ser arrogante, pero es insegura como el infierno. Yo no creo que trate de conducir a la ciudad, tal vez a Laguna, pero no puedo imaginar que ella tuviera agallas para cualquier otro lugar. Rayos, Billy, tenemos que encontrarla. ¿Qué diablos voy a decirle a Torrey?" El detective de la policía miró a la cara de su cansada amiga. Su cabello estaba un poco revuelto y ella no tenía ningún tipo de maquillaje, pero seguía siendo una de las mujeres más hermosas que había visto jamás. Sus ojos azules se estrecharon con la preocupación y era claro como un cristal. Ella trató de ocultarlo durante años, pero su corazón era y siempre sería, totalmente propiedad de una pequeña rubia, a dos mil kilómetros de distancia. "Realmente aprecio lo que estás haciendo, Bill. Gracias. Yo no quería venir aquí en la Explorer. Pensé que si ella reconocía el coche que podría hacer algo estúpido como tratar de correr. Además, ha sido tanto tiempo que yo no sabría por dónde ir a comprar algo de hierba hoy en día de todos modos". "Bueno, podemos pasar rápidamente por un par de puntos. La mayoría de los chicos jóvenes, en su mayoría van por los porros. Esperemos que ella está allí". Ella estaba. En primer lugar se veían, en la esquina de un EZ Mart, un grupo de adolescentes que se arremolinaban. Un par de ellos montaban en motos, mientras que algunos estaban alrededor con patinetas. Ni siquiera escondían lo que estaban haciendo, y ahí estaba JT, iluminando el interior de sus manos juntas y ahuecadas. Llevaba su chaqueta de cuero negro, pantalones vaqueros y botas de combate usadas y cuando ella sacudió el pelo de la cara, Taylor pensaba que era como mirarse en un espejo. Y, pobre Torrey, haber sido forzada a revivir todo de nuevo. Todos esos malos momentos con Taylor, que se reflejaban en el comportamiento de su propia hija. Taylor hizo una nota mental para enviarle a su pequeña amiga de dos docenas de rosas a primera hora de la mañana. Las ventanas del coche camuflado estaban teñidas casi completamente de negro. Incluso si JT habría girado en su dirección, no habría sido capaz de ver el interior del vehículo para reconocer a Taylor. Billy estacionó el coche como un cliente del supermercado y entró y compró un paquete de chicles. En el momento en que volvió a Taylor había abierto la puerta y
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comenzó a caminar en silencio detrás de JT. Billy decidió quedarse atrás y se apoyó en el coche, mirando a su vieja amiga trabajar. JT le dio otro toque al porro y finalmente se sintió tan sutil que el click en su cabeza que le dijo todo estaría bien. Vio una sombra oscura venir detrás de ella, una muy alta sombra. Como su madre antes que ella, JT reconoció el gruñido sin mirar. "Oh, mierda", ella se dio la vuelta, con el porro colgando de sus labios. Taylor pensó que había enloquecido en la casa, pero eso no era nada comparado con la ira que la estaba envolviendo ahora. Arrancó el cigarro de la boca de la chica y lo aplastó en su mano. Con el mismo movimiento que usó antes, Taylor subió a la chica contra la pared del edificio. "Hey, tortillera", uno de los chicos en un monopatín dijo, avanzando hacia los dos. Billy decidió unirse a la diversión. Sacó su placa y puso su voz grave. “Polícia de Los Ángeles, ¿no deberían estar en otro sitio los niños con el toque de queda? Preguntó lentamente. Todos se dispersaron con eso, dejando a su nueva amiga a su propio destino. "¿Qué demonios te pasa? ¿No te das cuenta de lo que podría haberte sucedido?” Taylor susurró. "¿Qué demonios te importa? A mi mamá le importa una mierda sobre mí, ¿por qué debería importarte?” JT escupió de nuevo a la mujer mayor. Taylor mantuvo el asimiento del cuello de la camisa de la chica con una mano, retrocediendo su mano libre para darle una bofetada en la boca. JT intentó no lucir herida, pero la verdad era que su piel picaba dolorosamente donde la mano de la mujer la había golpeado. "Primero mi mamá, ahora tú. ¿Alguien más quiere golpearme?” La chica drogada gritó. “¡He oído que se la devolviste al llegar a casa!” Taylor regresó con vehemencia. Las pupilas de JT rebotaron nerviosamente hacia atrás y adelante, con los ojos inyectados en sangre llenos de lágrimas al recordar el rostro de su madre y el hematoma que había dejado allí. No tenía idea de que su madre le dijo a Taylor sobre eso. “Eres una perra”. JT respondió débilmente, bajando la cabeza.
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"Okay, Taylor tómalo con calma", Billy puso una mano tranquilizadora sobre el hombro de su amiga. "¿Por qué no tomas el Mercedes y yo voy a llevar a la chica conmigo, ¿de acuerdo?" Taylor sintió la mano fuerte en el hombro y empujó a la chica lejos de ella con brusquedad. “Llaves” fue la única palabra que se permitió decir. La mujer de cabello oscuro se volvió y se metió en el convertible, levantando tierra y grava mientras aceleraba el Mercedes hacia el camino del acantilado. "Bueno, esto podría haber sido mejor", dijo Billy, a nadie en particular. "Entra", él hizo un gesto hacia el coche.
"¿Así que tú eres la hija de Torrey?" Billy dijo, pensando que la chica parecía una combinación extraña de Torrey y Taylor. "Oh, déjame adivinar... ¿fuiste a la universidad con ella también?" JT preguntó sarcásticamente. "Diablos, no. No podría pagar lo suficiente para ir a esa escuela snob a la que las chicas fueron. No, tu madre solía salir con Taylor al bar de motoqueros en el que hacía negocios. Era una especie de oficina, si me entiendes". Billy respondió. El detective pensó que se sentía como toda una vida atrás, cuando existía su medio de vida en el otro lado de esa placa. "¿Mi mamá, en un bar de motoqueros? Esa es una mujer equivocada", JT respondió con asombro. "No creas todo lo que lees en la portada de un libro, hija. A mí me parece que no sabes nada acerca de su madre". "Ella nunca me ha dicho nada acerca de cosas de aquellos días", JT respondió honestamente. "Tal vez sólo estás haciendo las preguntas equivocadas... o tal vez a la gente equivocada". "¿Qué se supone que significa eso?" JT cuestionó. “Eres dura, ¿no es así? Estás viviendo con la única persona en el mundo que sabe más sobre tu madre que tu madre misma". Billy terminó su declaración como él se detuvo en la puerta de
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seguridad abierta. Conduciendo hasta la puerta principal, le hizo un gesto a la chica para que saliera. "Adivina, es hora de enfrentar la música, hija". JT se sentó allí durante unos momentos más, de repente tenía miedo de salir del coche. La mujer que la lanzó contra la pared esa noche la asustó como el infierno. "¿Quieres un consejo, hija?" Preguntó Billy. "Si lo escucho, ¿quieres dejar de llamarme hija?" JT bromeó. Su nerviosismo comenzaba a mostrarse. "Touché. Taylor puede asustarte hasta quitarte la respiración, pero es una mujer justa. Bien, así que ella tiene un punto sensible en lo que concierne al honor de tu madre, pero nunca se encontrará a una mujer con más integridad que Taylor. Se honesta con ella. No uses la actitud sabelotodo. Si te conduces en línea recta y ella estará ahí para tí". El detective terminó. JT asintió en silencio al detective antes de salir del coche y entró en la casa.
"¿Qué estás haciendo?" JT preguntó en un tono débil. Taylor estaba tirando la ropa de Jessica y artículos personales en piezas de equipaje que acababa de ser vaciados de esta tarde. “¿Qué parece? ¡Vas a volver esta noche! Y le haré saber a tu madre lo que hiciste”. Taylor dijo en un tono aún bajo. Ante la mención del nombre de su madre, los ojos de JT se llenaron de lágrimas. "Por favor, Taylor”. "Ni siquiera intentes esa mierda ahora, porque ha pasado el momento de las lágrimas”, Taylor respondió. JT se apoyó contra la pared y lloró, mirando Taylor atascar la ropa sin miramientos en sus bolsos. "Por favor, Taylor, no puedo regresar… Se lo prometí. Por favor”. La chica comenzó a llorar histéricamente. Taylor nunca se detuvo, incluso cuando el sonido del llanto de Jessica desgarraba su corazón.
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¡Lo siento, Tor, pero esta chica ha ido demasiado lejos para que la ayude! "¡Ella cree en mí!" JT finalmente gritó. Ese fue el comentario que fue capaz de tocar a la artista de cabello oscuro. Recordó las palabras como si fueran de ayer. "Yo creo en ti, Taylor". La mujer alta se quedó allí durante unos minutos, incapaz de mirar a la joven. JT se sentó en el suelo y rodeó sus propios brazos alrededor de ella y siguió llorando, las lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas. Taylor se hundió pesadamente en el suelo junto a ella y abrió los brazos para la joven. JT cayó en los brazos de la mujer mayor y se sentía vagamente familiar.
"Jess, tienes un problema de drogas, ¿lo sabes, no es así?” Preguntó Taylor. "Es sólo que no puedo... no puedo sentirme bien sin eso. Algunos días, no puedo sentir nada", JT respondió. "Yo no sé cómo parar". Taylor acarició el pelo de la chica y le besó la parte superior de la cabeza. "Yo sé una manera de ayudar, Jess, pero tienes que trabajar conmigo aquí. Tu tendrás que ayudarte a tí misma un poco bastante, ¿de acuerdo? No sólo vas a mejorar y desaparecerá sin un poco de trabajo". JT asintió y se secó los ojos. "Okay, ten una buena noche de sueño, o lo que queda de todos modos y hablaremos por la mañana, ¿está bien? ¿Te gustan los omelettes? Puedo hacer algunos”. Preguntó Taylor. JT volvió a asentir y las dos mujeres se pusieron de pie. "Otra cosa, Jess", Taylor dijo mientras comenzaba a salir. "Limpia toda esta mierda tuya, es un desastre". Taylor terminó con un guiño. JT sonrió y sorbió, limpiando más lágrimas de sus ojos. Taylor se acercó y con una ternura en completo contraste con sus acciones anteriores, ella besó suavemente la frente de Jessica. "Vete a la cama". La mujer le dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella. De nuevo Taylor se quedó mirando la pared frente a ella una vez que se metió cómodamente en su cama. Con sólo unas pocas palabras, Taylor entendió ahora cómo Torrey se sintió esos años con ella, lo indefensa e impotente que la joven se debe haber sentido viendo la vida de la
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artista volar lejos. Era muy duro ver a alguien que amas arruinar toda su vida. Taylor agradeció que Torrey nunca renunció a ella.
Enero de 1983 "Oh, sí. Eso es, nena, justo ahí”. Taylor gimió, moviéndose más cerca de capturar el pezón de la mujer en sus dientes. Una joven rubia se sentó a horcajadas sobre las caderas de la artista. Su falda estaba alrededor de sus caderas, después de que su bombacha hubiera sido descartada antes de que incluso llegaran a la cama. Parecía que Taylor las prefería rubias menudas en estos días. Ayudaba a la hora de imaginar que era el cuerpo de Torrey el que le daba a ella tal disfrute. Taylor volvió a gemir de placer. Ella aprendió su lección de su encuentro borracha en el bar y entrenó a su cuerpo no llamar el nombre de Torrey mientras que estaba en brazos de la pasión, a pesar de que siempre se tenía la imagen del rostro de la joven escritora enviando a Taylor sobre el borde. La camisa de la mujer de cabello oscuro se desabrochó, todavía aferrándose a sus anchos hombros. Los botones de sus vaqueros estaban deshechos, y la mano de la joven desapareció dentro de los rizos oscuros entre las piernas de la artista. Los dedos que empezaron a acariciarla, sabían lo que estaban haciendo y Taylor se echó hacia atrás en la cama, dejando que las sensaciones se pusieran al día con las visiones en el ojo de su mente. Una par de fumadas. Algunas píldoras, y ya ella tenía una buena visión, una que le permitió creer que realmente era Torrey tumbada encima de ella. Las caderas de la artista empezaron a mecerse con urgencia en contra de los dedos que se deslizaban dentro de ella. "¿Taylor?" La voz de Torrey vino desde el otro lado de la puerta de la habitación. Torrey entró en la casa, llevando a su muy malhumorada, pero finalmente durmiente niña. A Jessica le estaban saliendo los dientes y el bebé parecía sentir que si no podía dormir toda la noche, nadie debería. Jessica había estado a tal punto que Torrey dejó la reunión de un grupo de escritores más temprano que de costumbre. Acomodó a la niña en su cuna, volviendo a la sala de estar. Ella notó el coche de Taylor en el garaje, y se preguntó si la mujer de cabello oscuro estaba en su dormitorio. Caminando por el pasillo gritó el nombre de la artista. Los ojos de Taylor se abrieron de golpe al oír el sonido de la voz de Torrey y ella prácticamente tiró de la mujer encima de ella al suelo. "¡Mierda!" Taylor dijo, abrochándose rápidamente la camisa y tirando de sus pantalones vaqueros. "Voy en un minuto, Tor".
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"¿Quién es esa?" Preguntó la joven, tratando de suavizar la falda y su dignidad. "Mi compañera de cuarto". Taylor respondió bruscamente. La rubia miró al anillo en el dedo anular de Taylor y luego chequeó a la artista. "¿Estás con alguien?" "¿Qué más da?" Taylor sonrió. Ella decidió no decirle que Torrey no era su esposa. En ese momento, Jessica despertó y comenzó a llorar de nuevo. “¿Y tienes un bebé? ¡Eres una víbora!” En ese momento, Taylor le estaba sonriendo a la mujer enojada. Si se arruinó su noche de placer la hacía feliz que poder devolver el favor. Taylor siguió detrás de la rubia mientras se abría camino por la puerta principal. Pasó junto a Torrey en su camino a la habitación del bebé. "Lo siento mucho", le dijo ella a Torrey. La joven escritora se quedó mirando con la boca abierta a la chica. "Yo no sabía, quiero decir, no perdería el tiempo con una mujer casada". La mujer continuó divirtiendo a Taylor y desconcertando a Torrey. La mujer extendió la mano y dio un golpe en la mirada divertida de la cara de Taylor, a continuación salió por la puerta principal. Torrey sólo pudo sacudir la cabeza y pasar por delante de su alta amiga hacia la habitación de Jessica. La mujer más pequeña comenzó a deshacer los pocos botones superiores de su blusa, Taylor sla siguió a la habitación del bebé. Torrey levantó el bebé que llora con facilidad en sus brazos y ella la acomodó en la gran mecedora que Taylor le dio como regalo una vez que Torrey regresó a casa del hospital. Ella acomodó a la niña hambrienta contra su pecho y acarició tiernamente el rostro de su bebé. Nunca se hizo una gran cuestión por parte de Torrey de que Taylor la viera amamantar a Jessica. Esto simplemente se convirtió en un momento más que las dos amigas compartían. Taylor no podía haber apartado la mirada, incluso si quisiera. La combinación de la fuerza en los brazos de su pequeño amiga al levantar al gran bebé con tal facilidad, junto con el acto gentil de acunar a la niña en sus brazos para alimentarla se convirtió en una visión que ella, en los últimos años, convertiría en una obra de arte. Ahora la artista de cabello oscuro sólo podía ver como la madre y la niña experimentaban una unión que no podía ser deshecha sino por el
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tiempo o las circunstancias. Para la artista, la vista siempre le causaba sentimientos de comodidad, celos y excitación, todo al mismo tiempo. Ella estaba asombrada de que la mujer sentada junto a ella podría parecer tan materna, sin embargo, tan sensual al mismo tiempo. “Deberías haberle explicado a ella”. La voz de Torrey rompió el silencio. Taylor se encogió de hombros. "¿Ni siquiera sabes su nombre?" Torrey preguntó tristemente, tratando de cubrir el quiebre de su voz limpiando su garganta. Se le rompía el corazón intentando entender que la mujer que tanto amaba no la encontraba atractiva de esa manera. La elevada anterior de Taylor gradualmente desaparecía y empezó a sentirse como el culo, enroscada con otra mujer en la misma casa donde vivían Torrey y su bebé. "Lo siento, Tor no pensé que volverías… Yo… yo no voy a hacer eso otra vez”. Taylor se disculpó. Torrey se enfadó consigo misma por negarle su amiga su propia vida. Ella no tenía ningún derecho sobre el corazón de Taylor y ningún derecho a obligar a la artista a renunciar al placer de la compañía de otra. "Puedes hacer lo que quieras aquí, Taylor. Es tu casa” . Torrey dijo, pero salió con más dureza de lo que pretendía. Taylor la miró con los ojos heridos. "No digas eso, Little Bit. Esta casa es tuya y de Jessica también. Somos una familia ¿recuerdas?" "Lo siento. No quise decir eso en la forma que salió. Sólo quiero que sepas que no tienes que renunciar a tu vida entera por nosotras dos". Los ojos de Torrey se empañaron de lágrimas. Taylor se tambaleó ligeramente cuando se arrodilló junto a la mujer sentada, con los ojos inyectados en sangre que descansaban sobre el bebé que ahora dormía acurrucada contra el pecho de la pequeña rubia. Extendió los dedos delgados para frotar suavemente la espesa mancha de pelo negro en la cabeza de Jessica. "Pero, ustedes dos, ustedes son toda mi vida". Taylor admitió en voz baja. Torrey sonrió con tristeza a la honesta admisión de su amiga. La joven deseaba poder ser una familia real, pero la aparente falta de interés en ella como amante potencial de Taylor no era lo único que se interponía en su camino. Torrey intentó contener a Jessica en un brazo mientras que reenganchaba de su sujetador. "Aquí, dámela", Taylor dijo poniéndose de pie y balanceándose ligeramente.
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"No, yo la tengo", Torrey pasó junto a la mujer más alta y colocó al bebé durmiendo en la cuna. "¿Ahora ni siquiera estoy autorizada a sostenerla? Pensé que habías aceptado disculpas", Taylor dijo con un filo en su voz. "Estás drogada, ¿no es así?" Torrey giró hacia su amiga. "No demasiado", Taylor respondió con una sonrisa de medio lado. Torrey quedó allí y miró a los ojos azules nublados de su amiga. "Sí", Taylor reconoció, bajando los ojos con vergüenza. Sólo Torrey parecía capaz de provocar este sentimiento de culpa en su interior. "Yo no quiero que sostengas a Jessica cuando estas así de ida", dijo Torrey. "Yo nunca haría nada para lastimarla". Taylor dijo de inmediato, levantando la voz ligeramente. “Lo sé, Stretch. También sé que estás inestable sobre tus pies, justo como ahora. Si algo sucediera mientras estas con Jess, nunca te perdonarías a tí misma, y yo estaría igual de culpable porque habría sido capaz de evitarlo". Torrey respondió. Los ojos de Taylor quemaron dentro de la mujer de más pequeño con un fuego azul. Ella se volvió bruscamente de la habitación y se fue. La alta mujer de cabello oscuro se derrumbó sobre sí y no estaba disfrutando de la sensación. Se paseó el suelo de su habitación, maldiciendo su incapacidad para sentir otra cosa que ira sin drogas. Ella abrió su cajón superior y sacó la caja de madera tallada de debajo de la ropa. Ella nunca, nunca usaba nada en la casa, pero si Torrey pensaba que era un adicta, entonces, bien podría ajustarse a la imagen. El olor golpeó a Torrey inmediatamente y siguió el rastro hasta la puerta abierta de la habitación de su amiga. Sentada en el suelo, apoyada contra la cama, Taylor tenía los ojos cerrados mientras dibujaba una larga y lenta respiración en la pipa de su mano. “¿Entonces todavía quieres compartirlo?” preguntó Torrey, entrando en la habitación. “¿Qu…?” Preguntó Taylor, con un aspecto de perplejidad en su rostro. "Bueno, si es tan bueno que me imagino que me debo estar perdiendo algo”. Torrey respondió, tratando de alcanzar la pipa. Taylor sacó la pipa de alcance de la joven. "No", ella dijo, con el shock aún registrándose en su
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rostro. “¿Por qué combatirlo más?” dijo Torrey, tratando de llegar a la mano de su amiga. “¡Te dije que no, no lo harás!” Taylor susurró. "Por lo menos permíteme darle una oportunidad. Quiero decir, si es lo suficientemente bueno para ti" "¡No es lo suficientemente bueno para mí!" Taylor gritó, golpeando la pipa hacia abajo en el cenicero junto a ella y empujándola a la basura.
"Es sólo que no sé cómo parar". Ella dijo en voz baja, las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Torrey envolvió sus brazos alrededor de los anchos hombros de su amiga y tiró de la mujer fuerte dentro de su abrazo. "Oh, Stretch, ¿por qué nunca me pides que te ayude?" Torrey sintió sus propias lágrimas comenzaban. "Así no es como se supone que debe ser. Yo no pido ayuda. Yo me ocupo de tí y de Jess. Esa es la forma en que se supone que debe ser”. Taylor respondió, tratando de aferrarse a sus emociones. "Oh, cariño, eso no es la forma en que se supone que es. Somos amigas, ¿recuerdas? Esto aquí es un trato de cincuenta-cincuenta”. La pequeña expresión de cariño que Taylor solía reservar para su amiga rompió las paredes alrededor del corazón de la artista, y ella se echó a llorar en serio. En segundos Taylor lloraba entre los brazos de Torrey, con miedo de dejar ir la joven que la abrazaba con fuerza. "Sé que algunas personas que pueden ayudar, pero tú tienes que estar dispuesta a trabajar en ello, Stretch. No va a ser fácil y no puedes renunciar. Vas a tener días en que te resbales, pero no puedes rendirte. Voy a estar allí contigo en cada paso del camino. Jess y yo siempre vamos a estar ahí para encontrarnos contigo en caso de caída". Torrey murmuró a la mujer que finalmente gastó todas las lágrimas que tenía en ella. "¿Little Bit?" Taylor preguntó en voz baja. "¿Sí?" Taylor pensó mejor petición que iba a hacer. Sería demasiado pedir y su orgullo no podía
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hacerlo. “No importa”. "¿Quieres que me quede aquí contigo esta noche?" Torrey sabía lo que quería que su amiga. Taylor se limitó a asentir con la cabeza, con miedo de que el sonido de su propia voz pidiendo los amorosos brazos de su amiga a su alrededor ella comenzara a llorar de nuevo. En el momento en que cambiaron y se preparaban para acostarse, Torrey necesitaba comprobar a Jessica por última vez. El bebé se agitaba y pateó como Torrey se dirigió el suelo de la habitación tratando de calmarla. Taylor se acercó y se apoyó en el marco de la puerta, observando a la joven madre. "Aquí", dijo Torrey, colocando al bebé en los brazos de Taylor, "Tal vez será mejor para tí”. Taylor tenía a la niña en los brazos fuertes, susurrando, a continuación, tarareando en su oído. Por último, los movimientos de la niña se detuvieron y le permitió a la mujer de cabello oscuro tumbarla de nuevo. "Gracias", Taylor la miró a los ojos verdes que le devolvieron la sonrisa. "Vamos, vamos a ir a la cama", dijo Torrey. Fue un tanto incómodo para las mujeres en un primer momento, compartiendo la misma cama por primera vez. Fue Torrey quien finalmente rompió el hielo y le hizo señas a su alta amiga en su engañosamente fuerte abrazo. El ceño preocupado de Taylor finalmente fue aliviado como Torrey pasó los dedos a través de las esclusas de ébano. Ambas mujeres se relajaron sorprendentemente rápido en los toques atentos. Taylor cerró los ojos y sintió que empezaba a quedarse dormida. Ella sabía que no era una noche de amantes, sino más bien una noche de mejores amigas. “Tengo un poco de miedo de fallarte, Tor”. Taylor admitió antes de que el sueño la reclame. Inclinándose, Torrey susurró al oído de su amiga. “Está bien, sé que no lo harás”. "¿Cómo sabes eso?" Fue la respuesta soñolienta de Taylor. "Porque creo en ti, Taylor".
"Despierta dormilona”. Taylor llamó mientras abría la puerta del cuarto de JT. "Oh, no puede ser por la mañana aún. Creo que recién me acosté”. La joven gimió de debajo
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de las sábanas. "Vamos… Estoy preparando para hacer omelettes de queso”. Taylor dijo seductoramente. Más gemidos de debajo de las sábanas. Exactamente igual que su madre, Taylor sonrió para sus adentros. Ella tenía un sorprendentemente buen humor esta mañana y no estaba muy segura de por qué. La artista estaba segura de que tenía algo que ver con la revisión de sus recuerdos. Rara vez se permitía el lujo de soñar despierta en esos días, pero recordar la forma en la que su amiga la había ayudado a cambiar su vida en ese día la había hecho sentir mejor de lo que se había sentido en mucho tiempo. Torrey era el único motivo de que Taylor estuviera donde estaba en esos momentos. Taylor metió la mano en el bolsillo delantero de sus vaqueros y sacó un pequeño objeto plano del tamaño de una ficha de póquer. Miró fijamente al número quince estampado a un lado. Si no hubiera sido por la creencia de su joven amiga en la artista de cabello oscuro, Taylor nunca habría sido capaz de mantenerse limpia todos esos años. Ahora era el momento de pagar esa deuda. Ella haría todo en su poder para infundir ese mismo sentimiento de amor incondicional y apoyo en la hija de Torrey. "Vamos, Jess". Taylor retiró las mantas. "Después del desayuno nos vamos de shopping”, dijo Taylor como si estuviera sosteniendo una seductora zanahoria. “¿Shopping?” JT abrió los ojos. Sep, la manzana no cae lejos del árbol, Taylor se rió para sus adentros. Duchada y limpia, pero todavía con un poco de sueño después de sólo unas pocas horas de sueño, ambas mujeres se sentaron por tostadas, zumo y omelettes. "Entonces, ¿qué vamos a comprar, además de la comida?" preguntó JT. "Cualquier cosa que necesites, quieras o desees”. Taylor dijo, haciendo estallar el último bocado de pan en la boca. "Oh, bueno, yo realmente no necesito nada…” JT respondió dejando que su voz se apagara. "¡Bueno, entonces tú eres la primera chica de diecisiete años de edad en el mundo que puede decir eso!" dijo Taylor con una sonrisa. "¿Tiene que haber algo?" Taylor redactó la pregunta, mirando expectante a Jessica. "Bueno, sí, pero pensé que después de anoche, quiero decir… bueno, supongo que yo pensé que podría poner los pies en la tierra hasta los veinte más o menos”. JT dijo con incertidumbre.
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"Confía en mí, he pensado en ello". Taylor dijo mientras se servía otra taza de café. "Pero, también tengo que admitir que yo era tan culpable por lo que pasó ayer como lo eras tú. Llegas a un sitio extraño con una mujer que ni siquiera recuerdas. No hice tu primer día muy fácil, ¿no es así?” “Hey, ¿bebes café?” La artista señaló a la jarra de vidrio en la mano. "Oh, mierda. Apuesto a que bebes té, ¿no?” preguntó sin esperar una respuesta a la pregunta anterior. "Sí, ¿cómo lo sabes?" preguntó JT. "Tu mamá. Ella siempre trató de decirme que viviría más tiempo con té verde, pero nunca pude renunciar a mi cien por ciento colombiano. Durante todo el tiempo que vivimos juntas, siempre tenía dos cafeteras automáticas, una para café, uno para té. Aquí”. Taylor dijo lanzando JT un bloc de notas y un bolígrafo. “Comienza una lista de cosas que tenemos que traer”. "Entonces, ¿qué hice bien para merecer todo esto?" JT preguntó de repente, un poco desconfiada. "Oh, muy bien tendrás que pagar un precio”, Taylor respondió. "Tienes que hacer dos cosas por mí". “Aquí viene", respondió JT. "Oh, que no te dé pánico de mí, no es tan malo En primer lugar, yo debo ir a un sitio esta noche, una especie de reunión, y quiero que vengas conmigo. En segundo lugar, quiero echar un vistazo a esos dibujos en todos los cuadernos que tu empacaste”. Jessica tragó saliva y bajó la mirada a la última solicitud. “No tengo demasidos. Quiero decir, no hay nada tan bueno como lo tuyo”, JT dijo nerviosamente. "Espero que no. Lo he estado haciendo por mucho tiempo y me pagan un infierno más por ello”. Taylor respondió con un guiño. Mirando a los ojos verdes de Jessica, Taylor suavizó su voz. "Jess, no voy a reírme de todo lo que me enseñas. Ni siquiera voy a decir si creo que son buenos o malos si no quieres escuchar mi opinión. Sólo quiero saber a qué parte de mi estudio a renunciar por ti". Taylor dijo con una sonrisa. "Quiero decir, parecías seria sobre el deseo de trabajar en tu arte mientras estabas aquí. Creo que puedo decirte cuán serio te tomas tu trabajo observando sus dibujos, ¿de acuerdo?" Jessica asintió con aprobación. "Y, ¿a qué tipo de reunión vamos?” "Alcohólicos Anónimos, o mejor Narcóticos Anónimos”. Taylor respondió sin vacilar.
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“¿Acaso estoy tan desesperada?” "No tiene nada que ver contigo o estar desesperado. He ido a una reunión todos los martes durante los últimos quince años. Jess, ¿tu mamá no ha hablado nada de esto contigo? ¿Te cuenta algo sobre mí?” Cosas como que soy gay, soy adicta a las drogas. Ya sabes, cosas como esas. "Mamá, no habla de nada de lo que sucedió mientras estaban en la Universidad. A veces le pregunto, pero su respuesta siempre es „es complicado‟”. “Jess, ¿te molesta cuando nombro a tu mamá?” preguntó Taylor. Ella se daba cuenta de que una expresión similar a dolor aparecía en el rostro de la joven cuando Taylor mencionaba el nombre de Torrey. "No, por supuesto que no. Es sólo que no creo que nunca voy a estar en la liga de mi madre. Me las arreglo para arruinar todo lo en lo que pongo las manos y mamá... bueno, ella es perfecta". Taylor se rió entre dientes ligeramente. "Pensar en un montón de cosas que decir sobre tu madre y la mayoría de ellos son complementarias, pero creo que incluso ella sería la primera en decirte que ella está lejos de ser perfecta". "Bueno, see ella dice eso, aunque la forma en que todos hablan de ella. Quiero decir, es como si ella abandonó el mundo sólo para que yo me pudiera introducir en el seno de la humanidad”. JT respondió con exasperación. “See, tu madre se ha sacrificado mucho por ti, Jess y ella haría cualquier cosa por ti, pero eso se llama amar a un hijo, nada más. Tu mamá es un poco mejor con la cosa de autosacrificio que la mayoría", explicó Taylor. "Ella cree en mí y todo lo que siempre hago es dejarlo caer. Yo continuo metiendo la pata y ella continúa perdonándome. ¿Cuántas veces podrá ella seguir haciendo eso?” Las lágrimas comenzaron a formarse en las esquinas de los ojos de la joven. “Yo soy la prueba viva de que lo hará durante mucho tiempo”. Taylor dijo en voz baja y relató la historia de cómo, finalmente, las acciones de Torrey llevaron a la artista a admitir que tenía un problema y a buscar ayuda. Taylor sacó el omnipresente marcador del bolsillo de sus jeans y colocó en el que tenía números sobre la mesa entre ellas. "Esto demuestra que he estado limpia durante quince años. ¿Crees que tienes un pasado, que has hecho algunas cosas bastante podridas? Tus historias no pueden sostener una vela a la mía, niña, y tu madre sabe todo de mi pasado. Pese a que ella sabe, todavía se preocupa por
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mí... nunca me abandonó". Taylor dijo, las lágrimas comenzaron a formarse en sus propios ojos. "Y, le debo esto a tu madre. Nunca habría tenido la fuerza para probar si ella no me hubiera dicho esas mismas palabras, que ella cree en mí. Quiero que sepas, Jess, creo en ti también y haré todo lo que pueda para ayudar a conseguir que manejes este problema". “Simplemente no soy tan buena como es mamá. Nunca seré tan buena como ella”. JT admitió abatida. "Jess, el último lugar de su madre querría que vivieras, es en su sombra". Taylor respondió, preguntándose en qué lugar del mundo que la adolescente recibió estas impresiones de su madre. Esa no parecía ser Torrey, no para ser honesta. "Háblame, Jess. ¿Qué es lo que realmente te molesta sobre abrirte?” preguntó finalmente Taylor. "Estoy un poco... no sé, supongo que estoy un poco nerviosa sobre decirte cosas a tí. ¿Vas a darte la vuelta y decirle a mamá todo lo que digo?" preguntó JT. "Yo no te haría eso a ti, JT. Voy a decirle que, vamos a hacer una especie de pacto. Todo lo que decimos en este recinto tiene que ser la verdad y no irá más allá de entre nosotras. De esa manera tenemos un lugar seguro donde está bien hablar y ser nosotras mismas. ¿Qué dices?" “¿Eso funcionaría para tí también? Si yo te hago una pregunta, ¿te comprometes a decirme la verdad?” preguntó JT. A Taylor le tomó unos rápidos segundos pensar en lo que estaba haciendo. Ella no se había abierto a cualquier persona en un largo tiempo, especialmente acerca de ciertas cosas. Dios, ¿qué pasa si me pregunta cómo me siento acerca de Torrey? La artista decidió que sería un riesgo que tendría que tomar, para que la joven se siente cómoda con la situación. "Absolutamente, te prometo decirte la verdad”, dijo Taylor. “¿Puedo empezar yo y preguntarte cosas ahora?” , preguntó JT esperanzada. Taylor asintió con una sonrisa irónica. "¿Por qué crees que mi madre no me dice nada acerca de cuando ustedes estaban en la universidad?" Taylor estaba segura de que ella no sabía cómo responder a esta. "JT, todo lo que puedo dar es mi opinión, no. Nunca me di cuenta de que Torrey no te había dicho nada". Taylor corrió los largos dedos por el pelo y apartó el café frío a un lado. “Tu madre estaba determinada a ser una mejor madre de lo que la suya fue. Ella siempre tenía tanto
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miedo que no iba a hacer lo correcto por ti. Sólo puedo adivinar, cuando digo que no estaba orgullosa de algunas de las cosas que sucedieron en su vida de juventud. Ella corría conmigo y yo tendía a meterla en más problemas de lo que era bueno para ninguna de nosotras. Creo que, tal vez ella sólo tenía miedo de que no la amara o respetaras si supieras. Tú sabes que ella te quiere más que a su propia vida, Jess, pero yo sé que ella siempre se sentía culpable sólo si supieras que ella se acostó casualmente con tu padre. Hombre, hicimos algunas cosas salvajes en ese entonces". "¿Cómo qué tipo de cosas salvajes?" preguntó JT. Taylor sonrió. "Oh, como la vez que dejé que se emborrachara y nos tatuamos cuando estuvimos aquí en California, o todas cosas que habíamos en la casa de la Hermandad y terminabamos sirviendo en la cocina... que era todas las noches", Taylor añadió rápidamente. "¿Mi mamá tiene un tatuaje?" JT preguntó con incredulidad. "¿De qué?" Taylor se desabrochó los dos primeros botones de su camisa de algodón. Abriendo la camisa para mostrar su hombro izquierdo, empujó a un lado su tirante del sujetador. Allí, en la parte más alta de su pecho había una pequeña imagen de la caricatura del demonio de Tazmania. JT se echó a reír al ver el personaje de Looney Toons. "Hey, éramos jóvenes y estábamos Hermandad. Tau Alfa Zeta… TAZ‟s así que eso es lo que hicimos. Ayudó que Torrey estaba muy ebria en el momento”, agregó Taylor. De repente JT frunció el ceño y miró absorta en sus pensamientos. "Hey, ¿qué pasa?" preguntó Taylor, con miedo de que había ido demasiado lejos. "Ese detective amigo tuyo tenía razón", la joven se echó hacia atrás y suspiró. "Yo no conozco a mi madre en absoluto". Taylor observó al joven que ella consideraba su propia hija. Jessica estaba mirando hacia abajo en la mesa, concentrándose en algún pensamiento tan duro, que Taylor pensó que podría hacer un agujero en la mesa. "Mi mamá piensa que ella es parte de mi problema, ¿verdad Taylor?" preguntó la chica. "Sí, así es". La mujer respondió con honestidad. "Ella no lo es, ya sabes. Creo que soy yo, lo que estoy haciendo". "¿Qué estás haciendo?" preguntó Taylor. "Creo que... Como que yo puse mi madre en un pedestal, ¿sabes? Es como si yo soy la que la
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hizo perfecta. Me creé para mí misma un sistema incorporado con la excusa perfecta para ser una mierda. Al igual que, si hacía a mi mamá perfecta, entonces yo podría equivocarme todo lo que quería, porque no importa lo mucho que lo intente, nunca podría ser tan buena como ella, así que después de un tiempo simplemente no me moleste en tratar nunca más. ¿Sabes lo que significa eso?" "Sí. Sé exactamente lo que quieres decir, Jess. Tu madre era y siempre será una mujer increíble a mis ojos, pero ella está lejos de ser perfecta. Ella tiene culpa y botones que se pueden empujar al igual que el resto de los mortales". Taylor se puso de pie y enjuagó la taza en el fregadero, volviéndose hacia la ventana de la imagen en frente de la mesa de la cocina. Ella continuó hablando de espaldas a JT. “Has hecho un buen comienzo, Jess. Demonios, eres mucho más madura de lo que yo era a tu edad. Sin embargo, necesitas trabajar un poco más en tratar de quitar a tu madre del pedestal y un poco más cerca del suelo. Verás, lo malo de poner a las personas que amamos en un pedestal es que tarde o temprano se caen… Ellos caerán, y nosotros usualmente estamos de pie bajo ellos cuando lo hacen”. "Oye, a este ritmo nunca vamos a salir de aquí", Taylor dijo volviéndose hacia Jessica. "¿Estás lista para salir a la carretera?" “Claro. Hey ¿Taylor?" "¿Hhmm?" La artista respondió. "¿Mi mamá realmente tiene un tatuaje?" JT se echó a reír. "¡Oh, hombre!" Taylor se quejó en voz alta. "Torrey va a matarme". Terminó, poniendo su brazo sobre el hombro de la mujer más joven y tirando de ella hacia la puerta.
Las dos mujeres finalmente acordaron una emisora de radio con la que ambas pudieran vivir, lo que hizo que la conducción en Laguna Beach considerablemente más fácil. Las compras se desarrollaron sin contratiempos, Taylor y Jessica descubrieron que la cocina iba a ser un poco más difícil de lo que pensaban. Se detuvieron para almorzar en Simon's Deli. Taylor estaba menos que entusiasmada cuando JT compró salmón fresco, queso crema y panecillos para el desayuno al día siguiente. “Eso lo tienes de tu madre, seguro”, ella le dijo a JT con una sonrisa. “Sólo me quedaré con los bagels”. Taylor incluso pidió un Simon Special para su almuerzo. JT terminó viendo como la mujer más grande devoró un enorme sándwich compuesto de pan de centeno, hígado picado y ensalada de huevo.
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"No me puedo imaginar siquiera mamá le gustara una mezcla parecida", dijo JT. "No estés tan segura. La primera vez que vino aquí, Torrey comió dos de éstos". Taylor respondió entre bocado y bocado. Conduciendo a la tienda de artículos de arte, Taylor fue atrapada en sus propios pensamientos mientras escuchaba la radio y Jessica hacía un poco de turismo. Toda esta charla sobre Torrey causó que la artista retomara de nuevo su memoria, reviviendo el momento en que ellas estuvieron en California juntas. Fueron las únicas y verdaderas vacaciones que pasaron juntas y que no fueron nada menos que magicas. Si la mujer de cabello oscuro no tenía alguna idea anterior sobre del nivel de compromiso de Torrey y su hija, fueron disipadas después de sus dos semanas juntas. A Torrey le encantó todo acerca de San Diego, ella amaba especialmente a la madre de Taylor. Las dos se cayeron bien inmediatamente y Jean Kent sabía que había encontrado una hija del corazón en la pequeña, cuidando de la joven mujer. Una canción sonó en la radio y Jessica trajo a Taylor de su sueño. “¿Te importa si lo subo?” preguntó la chica. Taylor negó con la cabeza. “¿Quién es?" ella preguntó. Le encantaba la música, pero rara vez se acordaba de quién la cantaba. "Savage Garden. Es su nuevo disco… ¡uno muy cool!” JT respondió. Taylor hizo una mueca por el nombre del grupo, pero se encontró atrapada en la letra y la melodía cadenciosa. Maybe it's intuition / Quizá sea intuición But some things you just don't question / Pero hay cosas que no debes cuestionar Like in your eyes / Cómo en tus ojos I see my future in an instant / Puedo ver mi futuro en un instante And there it goes / Y ahí va I think I've found my best friend / Pienso que he encontrado a mi mejor amigo I know that it might sound more than a little crazy / Se que puede sonar un poco más que loco But I believe / Pero yo lo creo I knew I loved you before I met you / Supe que te amaba antes de conocerte I think I dreamed you into life / Pienso que he soñado contigo en mi vida I knew I loved you before I met you / Supe que te amaba antes de conocerte I have been waiting all my life… / He estado esperándote toda mi vida…9 Taylor no podía estar segura de que incluso escuchó un poco más de la canción. Después de 9
La canción se llama “I knew I loved you” y es de Savage Garden, como ya dijo LJ. Les dejé la traducción y la original.
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escuchar las palabras del coro se perdió en el recuerdo de una cara y unos sonrientes ojos verde mar.
Abril de 1983 “Tienes una opción en esta casa, Torrey Grey. ¡Puedes llamarme mamá o puedes ir a alojarte en un hotel!” La mujer dijo justo antes de dar a la chica un abrazo. "Me rindo entonces, mamá”. Torrey dijo mientras le devolvía la cálida bienvenida de la mujer mayor. "Y esta debe ser Jessica”, Jean Kent dijo mientras tomaba suavemente al bebé de los brazos de su hija. “Creo que le debemos una", Torrey indicó al bebé sonriendo. "Ella fue un ángel a través de todo el vuelo. Yo ni siquiera podía mantener a ésta quieta ni cinco minutos". La rubia asintió en dirección a Taylor. "Hey, si tuvieras las piernas de tamaño adulto, también habrías estado demasiado inquieta”. Taylor dijo con rabia fingida. “Oh, pobre bebé... ¿te gustaría que te prepare el biberón también?¿Eso te haría sentir mejor?” Torrey bromeó la mujer de cabello oscuro. “¿Cómo es que soportas a éstas dos?” Jean habló con Jessica, el bebé riéndose de las dos mujeres ante ella. Taylor se echó a reír y le dio a su madre un abrazo y un beso en la mejilla. "Te extrañé". Taylor reconoció a su madre. Jean Kent conocía a su hija. Mejor que lo que la joven pensaba que lo hacía. La mujer mayor lo vio en el rostro de su hija en el momento que entraron por la puerta e introdujo su compañera de cuarto. A Jean ya le gustaba Torrey. Ella habló con la chica en varias ocasiones, y cuando Taylor no estaba, la joven rubia y la madre de su compañera de cuarto charlaban durante horas sobre cualquier cosa y sobre todo. Jean sintió desde el principio que la relación que existía entre las dos jóvenes era algo especial. Cuando Taylor le dijo que ella había planeado permanecer en Maine y tomando la posición lucrativa con Diamond & Allen, después, reveló la razón por la cual, Jean tenía que cuestionar el juicio de su hija. Una vez que ella habló con Torrey, sin embargo, la mujer mayor se dio cuenta de la chica especial que era y el afecto genuino que la chica le tenía a Taylor.
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Ahora, con las dos de pie ante ella, la mirada en sus ojos era inconfundible. Taylor parecía más a gusto consigo misma y con su entorno que su madre la había visto jamás. La chica que se fue de casa hace casi cinco años se retiró, hosca y enojada la mayor parte del tiempo. La mujer adulta que apareció en su puerta estaba confiada y abierta. La belleza de pelo oscuro lanzó un par de ojos de zafiro en su compañera de cuarto y sonrió. Fue entonces cuando Jean vio el cuadro completo. Los ojos chispeantes de su hija no tenían nada más que amor al mirar hacia abajo a Torrey. La mirada que la pequeña rubia le dió a Taylor fue una de completa adoración. La mujer mayor se preguntó por qué esas dos personas que se tenían amor no lo podían ver por sí mismas. Torrey estaba más que divertida con la madre de Taylor, escuchando las historias sobre la joven artista, mirando a través de álbumes de fotos, que cualquier otra cosa. Por supuesto, Taylor sólo gemía y jugaba con Jessica. La mujer de pelo oscuro sintió que su humillación fue completa una vez que se descubrieron las imágenes bebé desnuda. Fue una agradable escapada de relax, para ambas mujeres jóvenes. La madre de Taylor adoraba a Jessica y alentó a las jóvenes a salir y disfrutar de las vistas mientras jugaba a ser abuela. Al principio, Torrey se negó. Ella no quería imponer hospitalidad a la mujer mayor. Cuando Taylor la arrinconó, sin embargo, la verdadera razón de la reticencia de la rubia se dio a conocer. "Stretch, nunca he dejado a Jess sola con nadie más que tú. ¿Y si le pasa algo?" Torrey cuestionó entre lágrimas. "Cariño, recuerda con quién estás dejándola. Hey, mi mamá no hizo un mal trabajo conmigo, ¿verdad?" preguntó Taylor. "No", Torrey rió entre dientes mientras su amiga se enjugó una lágrima errante de su mejilla. "Te diré algo. ¿Por qué no empezamos por ir por un almuerzo rápido hoy? Conozco a Deli y te encantará por absoluto. Los sandwiches son así de grandes", Taylor indicó que el tamaño de un plato con las dos manos. "De esa manera podrás trabajar tus modos y no estarás tan nerviosa dejando Jess con alguien que no sea yo". Taylor no estaba segura de si era su compañía, el sol del sur de California, o la comida, pero después de unos días las dos mujeres pasado todo el día en la playa y Torrey tenía el mejor momento de su vida. Cuando la joven rubia le admitió a Jean Kent que se sentía un poco culpable, la mujer mayor la despidió con la mano y le dijo que esto era lo más cerca que alguna vez podría estar de ser una abuela y ella estaba disfrutando cada minuto de eso. Resultó que Jessica fue el éxito de la tarde del club de bridge por los martes y Jean era la envidia de todas las mujeres allí.
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"Oh, Little Bit, este es sin duda la remera para tí”. Taylor se echó a reír mientras sostenía una remera que en el centro de su pecho. Era una imagen del universo con una flecha indicando un refrán que decía „Tú estás aquí‟. "Oh, muy gracioso”. Torrey dijo con una sonrisa y una palmada en el brazo de la mujer más alta. “Si fuera ciega no te burlarías de mí, pero porque soy direccionalmente un reto es otra historia, bueno, puedes continuar adelante y reírte”. Torrey dijo fingiendo ignorar su compañera de cuarto. Taylor era sorprendida constantemente por la incapacidad de Torrey para distinguir el norte del sur a menos que el sol estuviera a la vista. La artista bromeó con la pequeña mujer diciéndole que podía perderse en su propia casa. "Taylor Kent", una voz femenina llamó. Taylor y Torrey, las dos se volvieron hacia el sonido. Una mujer alta, de cabello rubio muy corto sonrió a Taylor. Tenía los ojos marrones suaves que sonreían aún cuando sus labios no lo hacían. "¿Robin?" Taylor dijo con incertidumbre. "¡Maldita sea!" exclamó, agarrando la mano de la desconocida en un firme apretón de manos. "Le dije a Cin que eras tú. Yo no lo puedo creer. ¿Qué demonios estás haciendo aquí? Oí que vivías en la costa este en alguna parte". Robin terminó mirando hacia Torrey y sonriéndole. "Oh, lo siento, Tor esta es Robin Manyon, una antigua alborotadora de la escuela secundaria, como yo. Robin, Torrey Gray". Taylor dijo introduciéndola a su pareja. "Esto es tan salvaje, sabes Kelly y Barb están en la ciudad también. Ellas viven en San Francisco ahora. Hey, nos estamos juntando esta noche en Chancey‟s, ¿por qué no vienen las dos... va a ser explosivo”. Robin dijo emocionada. "Oh, tú sabes no estoy segura sobre una niñera, y..." Taylor hizo una pausa débilmente. "Caray, ¿tienes niños también? ¡Las cosas han cambiado! Oye, mantén esa idea, déjame arrebatar a Cindy". Robin dijo sin respirar. La vieja amiga se alejó hacia una pequeña morena que estaba hablando con un comerciante enfrente. "Taylor, ¿por qué no te vas…? Te mereces un poco de diversión", dijo Torrey.
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"Tor, tú sabes que yo no saldría sin ti. Esta son nuestras vacaciones, ¿recuerdas?" Taylor respondió. "Entonces llévame. Me merezco un poco de diversión también". La pequeña rubia sonrió. "Little Bit, Chancey's es un bar de lesbianas”, Taylor dijo en voz baja. "Oh... ¿eso quiere decir que no se divierten allí?" Torrey preguntó con picardía. “Sí, se divierten”, la mujer de cabello oscuro se rió en voz alta. “Bien entonces”, dijo Torrey. "¿Está segura?" Taylor cuestionó su amiga. "Bueno, quiero decir, no vas a levantar a una mujer y dejarme en el medio de la nada, ¿verdad?" preguntó Torrey, un poco temerosa. "Por supuesto que no. Nunca haría algo así". Taylor dijo en voz baja. "Esta noche serás mi cita". Ella terminó igual que su amiga regresó con la morena a cuestas. "¡Cindy, te ves muy bien!" Taylor dijo a la mujer más pequeña, entonces la introdujo con Torrey. Era evidente que las dos mujeres más pequeñas fueron destinadas a la amistad. Parecía como si se conocieran entre sí hace años mientras charlaban con facilidad por la próxima media hora. "Bueno, mejor nos vamos, se está haciendo tarde. Nos encontraremos contigo en Chancey‟s a las ocho, ¿no?", dijo Taylor. “Hecho”, Robin respondió, casi tirando Cindy por el brazo para llevarla adelante. "Oh, no, ahora tengo que ir de compras antes de volver a casa. ¡No tengo nada que ponerme para esta noche!” Torrey exclamó. "Cariño, trajiste dos maletas llenas de ropa contigo”. Taylor dijo, temiendo la idea de ir a comprar ropa. “Pero toda esa es ropa que he visto antes”, dijo Torrey. "Estas personas nunca las han visto”. Taylor trató de razonar con ella. “Pero, tú lo has hecho”. Torrey respondió con las manos en sus caderas y su mandíbula apretada con firmeza.
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“Sé que hay una pizca de cordura en esa declaración en alguna parte, pero demonios no sé donde está”. Taylor dijo más para sí misma que para alguien. "Aquí", dijo ella, apretando su tarjeta de crédito en la mano de la pequeña rubia. "Toma lo que crees que necesitarás. Voy a estar esperando en el banco de allá." Taylor señaló un banco vacío en la arena, atravesando la calle hacia la playa. Torrey estiró y besó la mujer más alta en la mejilla. "No voy a tardar”, ella agregó. Taylor sabía que era una mentira.
"Taylor, ¿estás viva?" preguntó Torrey, de pie frente a ella. La mujer de cabello oscuro estaba tendida sobre el banco como si estuviera desmayada. “No, morí aquí esperando”. Ella respondió con sequedad. "¿Sigue siendo viernes?" “Ja, ja” respondió Torrey. Taylor se puso de pie y tomó un par de paquetes de la joven. "Rayos, ¿seguro que tienes todo?” La mujer alta le preguntó sarcásticamente. "Bueno, yo tengo un conjunto, por lo que naturalmente tuve que conseguir zapatos a juego”, comenzó Torrey. “Oh, naturalmente”, dijo Taylor con entusiasmo fingido. "Oh, tú”, dijo Torrey con un codazo en el hombro de su amiga. “Sabes, me presionas demasiado”. Taylor sonrió mientras caminaban a lo largo del lado de la playa de la calle. "¡Lo amas!" Torrey rió de nuevo. See, tienes razón. Lo hago. Taylor pensó para sí misma.
Taylor rozó unos trozos de pelusa de sus pantalones de jean. Había decidido tener unos pasos
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extra y vestir como si supiera cómo hacerlo. Las botas de cuero y los pantalones de cuero negro comenzaban el atuendo, y una chaqueta de cuero negro adaptada coronaba una camisa de seda lavanda. "Tor, ¿estás lista ya?" Ella preguntó mientras llamó a la puerta del dormitorio de Torrey. “Lo estaré en un par de minutos”. Dijo Torrey desde el otro lado de la puerta. "Estaré abajo entonces". Taylor dijo mientras se acercaba a la escalera. Cuando Torrey bajó las escaleras de la casa en la que Taylor se crió, la mujer de pelo oscuro sabía que nunca había fantaseado sobre cualquier cosa que se viera así cuando era una adolescente. Torrey tenía en una minifalda de piel blanca y una blusa de seda verde pálido sin mangas. Ella sostenía una chaqueta de cuero blanco a juego en la mano. Taylor se puso de pie; dándose cuenta demasiado tarde de que probablemente no era una medida prudente teniendo en cuenta el hecho de que sus rodillas de repente se sentían débiles y su boca se sentía como que estaba rellena con algodón. Oh, Dios mío. No puedo llevarla a Chancey’s con esa pinta. ¡Será un escándalo! "Wow", fue la única respuesta de Taylor. "¿Me veo bien?" preguntó Torrey, disfrutando de la reacción de su amiga. "Te ves... impresionante", dijo Taylor tras una breve pausa. “También te ves muy bien”. Torrey devolvió el cumplido. "Oh, esto es para tí”. Taylor llegó a la mesa detrás de ella y le tendió un ramo de rosas frescas. "Oh, Stretch, es son tan bonitas. Son hermosas, pero ¿qué he hecho para merecer esto?" Torrey cuestionó, respirando el aroma de las flores. "Bueno, pensé que si se trata de una cita, debería trabajar en ello”, Taylor sonrió a su amiga. "Torrey te ves absolutamente hermosa… ambas lo hacen”. Jean dijo, sosteniendo Jessica en sus brazos. "Jean, ¿estás segura de que no te importa mirar a Jess, porque si lo hace…” comenzó Torrey. "Tonterías. Ustedes dos salgan y pasen un buen rato. Sólo recuerda no conducir si bebes”. “Está bien mamá, yo llamé a un taxi. Sólo un poco de planificación por adelantado”. Taylor hizo
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un guiño a su compañera de cuarto. Como si fuera una señal el taxi se detuvo delante y tocó la bocina. Incapaz de mantener los ojos fuera de las piernas de Torrey mientras se deslizaban en el taxi, Taylor sabía que estaba perdida. Oh hombre, algo me dice que voy a entrar en un montón de peleas esta noche.
"¿Estás segura de que te sientes cómoda con esto?" Taylor le preguntó a su amiga como encontraron con la gran mesa en la parte de atrás de la barra que Robin había reservado para la noche. “Seguro”, dijo Torrey con una sonrisa brillante en dirección a su compañera de cuarto. Taylor no estaba del todo segura de poder manejar la situación. Ella se había acostumbrado a los hombres que realizan tomas dobles en la atractiva rubia a su lado, pero para ella fue un poco desconcertante ver a otras mujeres buscando a Torrey con ese mismo brillo en sus ojos. Por su parte, Torrey estaba disfrutando de la noche por ahora. Se imaginó que ella y Taylor eran en realidad en una cita y que la hermosa mujer que permanecía de manera protectora a su lado realmente estaba interesada en ella. Ella no sabía qué esperar de un bar gay, pero se veía muy parecido a cualquier otro bar que alguna vez hubiera estado dentro. “¿Quieres algo de beber?” preguntó Taylor. “Un vino frío estaría bien” Torrey dijo, y miró a su amiga levantarse y alejarse a la barra. "Te importa si te digo que tienes los ojos más hermosos que he visto en mi vida". La desconocida le dijo a Torrey con una sonrisa. Torrey rió como una mujer aún más joven que ella, se arrodilló junto a la mesa y empezó a ensalzar las virtudes físicas de la rubia. "En realidad, estoy aquí con alguien", Torrey interrumpió educadamente. La joven tenía una sonrisa encantadora que sólo profundizó con el desaire de Torrey. "Alguien debería decirle a tu cita que ella es una mujer muy afortunada". La desconocida dijo en voz baja. "Ella ya lo sabe". Taylor en voz baja respondió desde detrás de la mujer arrodillada. "Apuesto a que esta es tu cita actualmente”, la desconocida levantó la vista y le dijo a Torrey con una sonrisa de complicidad.
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"Uh huh", Torrey asintió, sonriendo de nuevo. La joven miró a Taylor que se elevaba sobre. "Whoa", dijo ella, sin dejar de mirar hacia arriba a pesar de que se irguió en toda su estatura. "Yo voy a moverme ahora". Terminó y se fue con una sonrisa avergonzada. La desconocida sabía que no tenía suficiente como para competir con esta mujer. Taylor simplemente se quedó allí con dos botellas en la mano. La primera vez que se alejó a la barra y vio a otra mujer que caía sobre su joven amiga, su primer pensamiento fue atropellar y estrangular a la mujer arrodillada. Entonces oyó la risa de Torrey. Nadie tenía una risa que sonara como la de Torrey, por lo menos para los oídos de Taylor. Era tan genuina y sencilla. Ningún otro sonido jamás agitaba los sentidos de la artista como eso hacía. Taylor observó como la mujer arrodillada continuó charlando con su amiga. Más sorprendente fue la manera graciosa en la que Torrey aceptó el coqueteo. Por un breve momento, la mujer de pelo oscuro en el bar pensó que su compañera de cuarto estaba disfrutando realmente la atención de otra mujer. Entonces Taylor se dio cuenta de que Torrey siempre era abierta y amable, que sólo estaba siendo ella misma. "Yo no te puedo dejar sola por un minuto, ¿cierto?" Taylor dijo lo bastante alto para que las clientes de los alrededores la oyeran, con una sonrisa pícara en su rostro. Torrey bajó la cabeza como el rubor en su rostro se acentuó. Taylor pensó que nunca había visto nada más atractivo. "Bueno, ella era muy agradable y yo no quería herir sus sentimientos", explicó Torrey. "Oh, bueno, no puedo traerla si quieres que lo haga". Taylor dijo, fingiendo un intento de levantarse de su asiento. La expresión con los ojos abiertos Torrey premió a la artista causando que Taylor riera en voz alta por la joven. Poniendo su brazo alrededor de su hombro y colocar dos dedos bajo la barbilla de la rubia, Taylor inclinó el rostro hasta que sus ojos se encontraron. Una gran sonrisa iluminó el rostro de la mujer de pelo oscuro. “No cambies, Tor. Me gusta como eres”. Taylor dijo en voz baja, inclinándose para besar la mejilla de la joven. No había muchas mujeres en el bar que parecían dispuestas a arriesgar su vida por desafiar la mujer de cabello oscuro pidiendo a la joven rubia bailar. Las que pensaban que eran lo suficientemente valientes rápidamente fueron a un lado por la vista de las dos mujeres que se apiñaban cerca de la mesa.
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Taylor apenas había rozado sus labios contra la suavidad de la mejilla de Torrey cuando fueron interrumpidas. "Bueno, es bueno saber que la vida matrimonial no ha quitado todo el romance lejos". Robin sonrió mientras ella y Cindy se sentaron a la mesa grande. "Muy divertido, sabes…” Taylor comenzó, pero fue detenida por la mano de Torrey colocada sobre la suya. "No importa". Torrey dijo con una sonrisa que derritió el corazón de Taylor. La artista estaba a punto de explicar a sus viejas amigas la situación que había realmente entre ella y Torrey, pero su compañera de cuarto la detuvo. Por un momento Taylor creyó ver una extraña mirada en los profundos ojos verdes de Torrey. Una mirada que decía que ella daba la bienvenida a la idea. La mujer de cabello oscuro se dio cuenta de que la joven rubia estaba siendo ella misma. Probablemente piensa que sería un duro golpe para mi ego a tener que decirles que no estoy durmiendo con ella. Su amiga estaba siempre observando por los sentimientos de Taylor. La noche fue una de las mejores que Torrey y Taylor nunca pasaron juntas. Rieron y bromearon durante toda la noche. Torrey y Cindy ya unidos como amigas cuando se conocieron, y Barb y Kelly no podía parar de hablar sobre el cambio en Taylor, dando a Torrey el crédito completo por la transformación. Torrey escuchó historias que la dejaron tambaleando sobre lo que Taylor y sus amigas hacían cuando eran adolescentes. Parecía que nadie en San Diego estaba a salvo de sus payasadas salvajes. "Sí, y míranos a todas nosotros ahora, unas respetables profesionales", Kelly dijo con una sonrisa maliciosa en su rostro. "Bueno, al menos eres profesional... Yo lo empuje más allá que eso", Torrey bromeó. La mesa se rompió en una risa estridente en la evaluación de la pequeña rubia de ellas. "Oh, definitivamente me gusta. No hay moscas en su boca en absoluto". Robin se echó a reír. "Me encanta esta canción". Barb elevó la voz, como ella y su pareja salieron de la mesa y se dirigieron a la pista de baile. "¿Vamos, nena, a bailar conmigo?" Robin le rogó a la pequeña morena que estaba sentada a su lado. "Y permitir a todos que se rían de mi forma de bailar, eh", Cindy respondió.
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"¿Qué dices Torrey, quieres bailar?" Robin miró al otro lado de la mesa a la rubia. “Yo, uh…” Torrey tartamudeó. Nunca había bailado con una mujer antes y de alguna manera pensaba que podría ser diferente. "No esta vez, nena", Taylor respondió, rescatando a su amiga de la vergüenza. Taylor se puso de pie y le tendió la mano. "Ella me prometió ésta para mí". Torrey miró la mano extendida de Taylor durante unos segundos antes de que ella tomara una decisión. Si ella iba a hacer el ridículo, entonces ella no podía pensar en un mejor lugar para hacerlo que en los brazos de Taylor. Puso su mano en la más grande de su amiga y dejó que la belleza de pelo oscuro la lleve a la pista de baile. "Lo siento, es sólo que no soy tan candente como bailarina en primer lugar y, bueno..." Torrey se disculpó como Taylor puso una mano suave en contra de la parte baja de la espalda de la mujer. "Está bien, lo entiendo. Siempre podíamos hacer tonterías afuera un rato”. Taylor ofreció. "No. Quiero decir, ahora que estamos aquí…” La voz de Torrey fue apagando. Torrey pisó los pies de su pareja un par de veces hasta que comenzó a sentirse frustrada. Taylor podía sentir la tensión creciente en el cuerpo de la joven. "Hey", dijo Taylor en voz baja para llamar la atención de su amiga. Una vez que los ojos de Torrey estaban encerrados en el azul intenso de la mirada de Taylor, la artista volvió a hablar. "Vas a hacer lo correcto si miras a los ojos de tu pareja y no a sus pies. Cuando estás bailando con alguien, uno tiene que renunciar un poco el control. Sólo te llevaré a donde mi cuerpo te lleve y no creer tanto acerca de a dónde va". La voz de Taylor era tan melódica como la música cuando sintió el efecto calmante que sus palabras estaban empezando a tener sobre su amiga. "Basta con mirar a mis ojos. Debes ser capaz de ver todo lo que tu pareja piensa y siente en sus ojos", Taylor finalizó. La artista contempló en las profundidades de los ojos de Torrey, como para impartir los secretos profundamente ocultos de su alma. Se perdió en el color verde que le recordaba al mar bajo el sol de la mañana. Un, verde de mar profundo, teñido de un anillo de oro que rodeaba la pupila. Una punzada de nerviosismo atravesó su vientre, desesperadamente temerosa de que Torrey viera todo el amor que Taylor tenía por ella, todo el tiempo, desesperadamente miedosa de que ella no lo haría. "Mira, no muy diferente a bailar con un chico, ¿verdad?" Taylor preguntó en voz baja.
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Torrey sólo pudo sonreír y se preguntó cómo su amiga sabía lo que había estado pensando. Dios, cómo le digo que es muy diferente. Ningún chico nunca me hizo sentir de esta manera antes. Torrey se vio envuelta en las sensaciones de que estar abrazada cerca de Taylor, sus cuerpos ligeramente tocándose. Torrey permitió que Taylor tomara el control y la joven sintió que su cuerpos se fundían y se movían como uno solo. Aparte de el don de su hija, Torrey tendría que decir que el baile esa noche con Taylor fue una de las experiencias más agradables de su vida. "Mucho mejor". Taylor le dijo al oído que la música se detuvo. Torrey no estaba lista para que el hechizo se rompiera por el momento. A medida que la música comenzó en otra canción lenta, la joven tiró de la manga de la artista. "¿Podemos hacerlo de nuevo?" Ella levantó la vista esperanzadamente a la cara de Taylor. La mujer de pelo oscuro le dio Torrey una sonrisa de medio lado. “Eso sería un placer” ella dijo, tomando a su amiga en sus brazos una vez más. Taylor nunca podría recordar qué canción la banda tocó durante esos dos bailes con la mujer que tenía su corazón. Ella recordaba la sensación, sin embargo. Se sentía como que ella siempre había amado a esta joven mujer con la naturaleza de dar y con el corazón abierto. Era como si ella amaba a Torrey antes de que incluso se encontraran, como si ella forjó la amante perfecta y le dio vida.
Parte 3 "¿Uh, Taylor? ¿No es el nombre del lugar de artículos de arte, Danny‟s?" JT despertó a la artista de sus recuerdos. "Sí, lo es", Taylor se burló, de repente dándose cuenta de dónde estaba. "Lo pasé". "¿En qué mundo estabas?" "Sólo aturdida por un minuto, supongo", Taylor respondió. Taylor no estaba dispuesta a admitir que ella estaba soñando despierta a la chica y sobre todo, no iba a admitir que ella había estado pensando en Torrey. Caray, ¿qué pasa conmigo últimamente? ¡No me he sentado a soñar despierta acerca de estas cosas en años!
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Ella dio la vuelta al auto y se detuvo en el estacionamiento de Danny‟s, para encontrar un lugar justo en frente de las grandes puertas de cristal para estacionar la Explorer. Al entrar en la gran tienda que suministraba a los artistas de todo el sur de California, Taylor hizo un gesto a JT. “Las mesas de dibujo y los caballetes están en la parte de atrás, vamos a echar un vistazo a los primeros”, dijo la artista. Jessica siguió a la mujer más alta a la parte de atrás de la tienda y casi fue atropellada por un compañera fuerte casi tan alta como ella. "Lo siento, corazón mío... entraba". Se disculpó. Entonces su rostro se iluminó con una sonrisa. "¡Taylor! Pensé que no saldría de tu castillo hasta el gran espectáculo. ¿Qué pasa?" "Hey, Danny". Taylor levantó la vista de la observación de una silla que estaba inspeccionando. "Tengo la hija de una amiga de visita y ella necesita para sus obras mesa, silla, luces, luego todas las cosas de papel y diversos suministros. Jessica este es Danny Paries, este es su establecimiento en el que estás parada". JT estrechó la mano del hombre. "Sabes, creo que mi mamá tiene una cerámica con ese nombre, ¿alguna relación?" preguntó JT. "Probablemente mía. Es lo que hago, corazón mío, cuando no estoy suministrando a mis clientes con papel, lápices, y los últimos cachivaches. ¿Quién es tu mamá?" "Uh, Torrey Gray, sólo que ella vive en Chicago..." "Oh, Dios mío... ¿no es la Torrey Gray que escribe libros?" Danny miró a la joven y a Taylor, ambas asintiendo con la cabeza. "Oh, dios mío", repitió el joven. JT sonrió ante la reacción del pequeño hombre. Algo en su interior le dijo que iba en la dirección correcta con su vida. Hace una semana ella nunca habría admitido que Torrey Gray era su madre, ahora de verdad se sentía orgullosa de ser capaz de tener una mamá famosa. Taylor se sentó en una de las sillas de redacción y esperó a que su amigo se calmara. Sabía que si Danny se enteraba que Torrey era su mejor amiga, no habría trato con él. El primer libro de Torrey, Stevie, era de su hermano mayor y su batalla con el SIDA. No sólo pasó una eternidad en la lista de bestsellers del New York Times, la joven autora también se hizo querer por una comunidad que aplaudió su mirada abierta y honesta sobre los gays y el mundo a menudo hostil que tuvieron que tolerar. Danny y Alec, su amante de los últimos doce años, fueron dos de las pocas personas con las que Taylor se había acercado los últimos años. "Bueno, has venido al lugar correcto querida, y Taylor, ¿espero que el dinero no será un
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problema?" Danny tomó el brazo de JT y comenzó a llevar a la joven lejos antes de volver a Taylor. "El cielo es el límite", Taylor sonrió. "Muy bien, señoras y señores... tenemos una celebridad en medio de nosotros. Ahora, Jessica... ¿en qué tipo de arte estás interesada?" Danny preguntó mientras la joven se apartó a otra parte de la tienda. Taylor decidió ir a buscar Alec en la oficina trasera y esconderse con una taza de café.
"¿Crees que podría utilizar este tipo de pintura acrílica en papel, o tendré que utilizar lienzo?" Una guapa rubia se volvió hacia Jessica mientras miraba a través de las pilas de cuadernos de dibujo. JT levantó la vista al oír la voz de su posición de rodillas en el suelo y sintió el poder de la palabra irse. La joven era un par de centímetros más baja que ella y su pelo rubio corto yacía en rizos casuales por toda su cabeza. Sus grandes ojos marrones miraron expectantes a la chica de cabello oscuro en el suelo. "¿Eh?" preguntó JT, tratando de ganar algo de tiempo a fin de que sus miembros tomen las órdenes que su cerebro daba para que ella se pudiera parar. La rubia se dio cuenta de su confusión y de repente se dio cuenta de su error. "No trabajas aquí, ¿verdad? Lo siento, solo luces como si lo hicieras. Lo siento mucho". "Oh, no es nada del otro mundo". JT finalmente encontró su voz. "Tengo un amiga que pinta. Ella podría ser capaz de responder a tu pregunta. Puedo traerla si quieres que esperar sólo un segundo". "Claro", la chica sonrió con dulzura, su sonrisa cada vez mayor mientras observaba la cara posterior en retirada hacia sus jeans ajustados caminar a toda prisa a la habitación del fondo. "¡Taylor!" JT entre dientes, casi causando que la artista volcara su taza de café en el suelo. "Necesito tu ayuda. Hay una chica que está haciendo una pregunta tipo de pintura. ¿Puedes ayudarme?" "Oh, yo me encargo de ella", Danny levantó de un salto. "¡No!" JT dijo, con la voz que luchaba por mantenerse baja. “Necesito a Taylor... es sólo que... oh, Taylor vamos, no lo puedo explicar en este momento".
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Taylor se rió de la actitud de la chica, pero se levantó de su asiento para ver cuál era el problema. "Y, trata de no dejarme que parezca una idiota, ¿de acuerdo?" JT rogó mientras arrastraba a Taylor a través de la puerta de la tienda. En el momento en que la artista explicó la respuesta a la joven, se hizo evidente que Jessica estaba completamente enamorada de la chica. También era evidente que la joven rubia sentía lo mismo por Jessica. La chica coqueteó como si Taylor no estuviera de pie allí. "Bueno, si no tienes más preguntas..." Taylor casi agitó la mano delante de la cara de la chica. "Oh, uh, no. Has sido más que útil, muchas gracias". Taylor regresó a la oficina de apoyo como Alec y Danny se alejaron de la puerta. "Oh, chicos sutiles. ¿Qué pasa si se daban vuelta y los veían?" Taylor los reprendió. “¿Estás bromeando?” La profunda voz de barítono de Alec rió. “Ellas sólo tienen ojos la una para la otra. ¡Anotación!” El hombre susurró mientras se volvía a la oficina donde estaban Taylor y Danny. “Tu hija tiene el número de teléfono de la rubia. Caray, es astilla del mismo árbol, Taylor”. "Ella no es la hija de Taylor". Danny explicó quién era la madre de Jessica. "Torrey Gray, ¿eh? Guayu, ¿crees que ella va a escribir un libro sobre eso?" Alec preguntó a Taylor en serio. "Ella podría… si lo supiera” Taylor dijo, con una mirada para que mantengan la boca cerrada. “¿Sabías que ella era gay?” Preguntó Danny. "Me lo imaginaba". "¿Crees que ella sabe ya?" Danny replicó. "Oh, Dios, eso espero. ¡Si ella no lo hace tendré que llamar a mi madre por instrucciones!” Taylor respondió con exasperación.
Taylor y Jessica realmente pasaron un día agradable juntas. En el momento en que llegaron a
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su casa y tomaron algo de comer, todavía tenían un par de horas hasta que tuvieran que irse a Laguna Beach. Taylor se dio cuenta de que JT comenzó a ponerse un poco nerviosa e inquieta. La mujer conocía la sensación también. Ella solía exhibir el mismo comportamiento de estimulación y aprendió a reconocerlo como una señal de que su cuerpo o su mente, o ambos, estaban deseando la paz que las drogas podrían ofrecer. Taylor sacó a la chica por el brazo al estudio. Los muebles de JT no llegarían hasta el otro día o dos por lo que la artista sentó a la joven delante de su propia mesa de dibujo. "Aquí, dibuja", Taylor dijo sucintamente. "¿Dibujar qué?” JT miró confundida. "En este momento en que acabas de empezar a dibujar haz todo lo te que venga a la cabeza. No te preocupes por lo que parece, acaba por poner tu mente y tus manos ocupadas" . Taylor levantó la vista de su propio bloc de dibujo unos veinte minutos más tarde para ver que la cabeza de JT se inclinaba en el papel, perdida por completo en su trabajo. La artista de cabello oscuro sonrió para sus adentros. No era como si hubiera pensado en la idea, sin embargo. A Torrey se le ocurrió el plan de sustituir una adicción por otra, una adicción inofensiva por una destructiva. Iba a tener tacto y acompañar a la joven y Taylor sabía que tendría que mantener un ojo abierto todo el tiempo. No sólo crece la integridad durante la noche, a pesar de que Jessica lo estaba haciendo bien hasta ahora, Taylor se imaginó que estaría jugando a la niñera y durante bastante tiempo todavía. Definitivamente se convertiría en una prueba a su paciencia con su propia obra de arte debiendo mirarla otros seis meses. Dame fuerza, la artista declaró a quien se hiciera cargo de dichas solicitudes.
"Así que, ¿conseguiste el nombre de la chica que conociste en Danny‟s hoy?" preguntó Taylor. Ella decidió romper un poco de la tensión en el coche. JT estaba más tranquila de lo habitual, por los nervios o por su cese, Taylor no lo podía decir. Recordó que literalmente había estado aterrorizada, yendo a su primera reunión de AA. "Val, Valerie Kane". JT respondió. "¿Taylor?" "¿Hmmm?" "No sé si lo sabes, pero yo soy gay", JT dijo nerviosamente.
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"Siempre es un honor cuando alguien confía en mí lo suficiente como para compartir esa información, Jess", "¿Jess?" "¿Sí?" JT respondió. "Yo también", Taylor anunció con la menor fanfarria posible. "¿Qué?" Jessica casi gritó, pero tan pronto como su cerebro tuvo medio segundo para pensar en ello, tenía sentido. De pronto, en algún lugar en el fondo de su mente, un montón de cosas tenían sentido de la mujer mayor, pero JT no podía tener una idea de lo que estaba pensando, que eran sólo un montón de sentimientos. "¿Lo sabe mi mamá?" Fue todo lo que a la chica se le ocurrió decir. "Sí", Taylor se echó a reír. "Tu madre lo sabía desde cuando estábamos en la Universidad juntas". "Ella nunca me lo dijo", JT respondió. "Bueno, ella probablemente pensó que a menos que yo te lo dijera, mi vida personal no era asunto de nadie más". La artista respondió. "Wow ." Jessica se sentó sacudiendo la cabeza. "Pensé que mi madre enloquecería si le hablaba de mí. Tú y ella no estuvieron... ¿ya sabes?" "No es que sea asunto tuyo, pero no", respondió Taylor. "Tu mamá siempre ha sido mi mejor amiga y nuestra relación dibujó una línea allí". " ¿Alguna vez pensaste en ello?" JT preguntó cuando se detuvieron en un estacionamiento en frente de un pequeño edificio de un solo nivel . "Este es el lugar", Taylor dijo, abriendo rápidamente la puerta para evitar responder a la pregunta. "¿Por qué no guardas tus preguntas para más adelante y sólo escuchas por un tiempo, ¿de acuerdo?" Taylor terminó, haciendo entrar a la joven a través de la puerta principal. Taylor sabía que ella evitó un desastre seguro con eso. Sólo podía preguntarse si la joven caminando por a su lado olvidaría la línea de preguntas para el momento en que llegara a su casa esta noche o si, como su madre, que tenía un poco de pitbull en ella y se aferraría hasta que recibiera su respuesta.
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Taylor le mostró a Jessica un par de asientos por el pasillo de la vuelta. Tenía la sensación que la chica podría tener un poco de pánico sobre todo el escenario y quería darle un acceso claro en caso de que JT decidiera salir corriendo en medio de la reunión. Si ese fuera el caso, entonces que así fuera. Ellas volverían el próximo martes y volverían a intentarlo. Había unos veinte minutos antes del inicio de la reunión. "¿Estás bien?" Taylor preguntó la joven. "Supongo". JT respondió con incertidumbre. Taylor se acercó y apretó la mano de la muchacha. "No te preocupes, Jess. No tienes que hacer nada y no tienes que decir nada, sólo escucha. Nadie va a avergonzarte de ninguna manera, así que relájate, ¿de acuerdo?" Taylor dijo en voz baja. JT asintió con la cabeza y sonrió débilmente. "Taylor, ¿cómo estás esta noche?" Una mujer casi tan alta como la artista se inclinó para arrodillarse sobre una rodilla junto a la silla de Taylor. Las dos mujeres se dieron la mano y sonrieron. JT notó que la mujer tenía la piel de color marrón más hermosa que había visto nunca. "Natalie, me gustaría que conozcas a alguien. Jess, ella es Natalie", Taylor miró a la joven. "Esta es Jessica". Taylor terminó con la introducción. "Jess se quedará conmigo por un tiempo", fue la única explicación que Taylor ofreció. “Es un placer conocerte, Jessica. No permitas que te asuste demasiado”. Ella dijo cariñosamente. "Taylor, necesito un favor", ella continuó, volviéndose hacia la artista. "Jenny tuvo que irse a su casa, ella no se sentía muy caliente. Necesito desesperadamente que alguien hable. Siempre haces un buen trabajo. ¿Te importaría?" Oh, genial. Que timming. "Uh, no lo sé", Taylor respondió volviéndose a mirar por encima de Jessica. "Está bien", JT respondió a la pregunta sin respuesta. "Voy a estar bien". Esa no era exactamente la respuesta Taylor esperaba. Ella había sido exponente en muchas ocasiones en las reuniones y grupos de asesoramiento, pero siempre era fácil cuando uno hablaba de su pasado delante de extraños. Ahora, con Jessica sentada aquí, se preguntó qué diría.
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"Claro", Taylor respondió con un look de 'me atrapaste'. “Genial. Me salvaste la vida. Te la debo”, dijo Natalie, levantándose del suelo. "Eso es lo que siempre dices. Estoy esperando a ver algo de esa recuperación de la inversión". Taylor respondió con una sonrisa. "Tendrás tu recompensa en el cielo, hija", Natalie le dio una pequeña sonrisa maliciosa. Taylor resopló. "Sí, ¿y qué sucede cuando no me dejen entrar?" Natalie se rió y le hizo un guiño a la mujer de cabello oscuro. "Bienvenidos a todos. Mi nombre es Natalie". La reunión comenzó como siempre lo hizo. Cuando le preguntaron a Taylor para hablar siempre llegaba con algo diferente, un poco en parte de inspiración. Ella superó mucho para llegar hasta donde ella estaba en este momento y les daba a los demás una razón para esperar demasiado. Ahora, ella se sentó allí con cierto nerviosismo, esperando a que Natalie la llamara hasta el podio. Había cerca de dos docenas de personas de todas las edades, razas y orígenes dispersos por toda la habitación, pero la que asustaba de muerte a Taylor era la que estaba sentada a su lado. Ella no tenía ni idea de cómo Jessica lo tomaría, escuchar acerca de sus fechorías pasadas. La artista preocupada acabaría mostrando a la niña lo que no se debe hacer, a diferencia de lo que debía hacer. Demonios, yo sólo quiero ser un buen ejemplo para ella. Ese pensamiento pellizcó un poco su cerebro. ¿No es eso lo que todos hemos estado haciendo con Jess? Es absolutamente seguro que fue lo que hizo Torrey. Pensar que podríamos proteger a la chica de todas las cosas podridas que hay simplemente pretendiendo que no existen. Pobre Torrey, no sabía que al tratar de proteger a su hija, ella la estaba enviando justo a las cosas que ella le escondía. Dios, que es verdad... nos convertimos en nuestras madres. ¿No dijo que Evelyn trataba de hacer lo mismo con Torrey y su hermano? La mujer fue a través de su vida pensando que si ella nunca decía las palabras en voz alta, si ella nunca admitía que su hijo era gay, entonces todo se haría realidad. No me convertiré en eso... no con Jessica, y no voy a dejar que Torrey vaya allí. Taylor se separó de su ensueño, justo a tiempo para oír su introducción. Dando un guiño confiado a la chica sentada en silencio a su lado, ella tomó su lugar detrás del micrófono. El zumbido del micrófono daría a cualquier persona el miedo escénico y Taylor tenía el tipo de voz que si hablaba no necesitaría casi nada de amplificación en primer lugar. Se apartó del podio y le preguntó a todo el mundo si la podían oír bien. A ella le gustaba un enfoque más informal. Cuando todo el mundo asintió ella empezó a decirle a todos un poco de sí misma.
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Algunos en el público ya conocían lo que la artista solía reservarles. Ella había estado viniendo aquí todos los martes por la noche durante más de catorce años. La mayoría de las personas se alejaron de la mujer hermosa, pero algunos se acercaron a ella para comentar sobre la fuente de inspiración que la historia de su propia vida era para ellos. Para esos individuos valientes que se cruzaron su camino, ella siempre reservó una de sus sonrisas brillantes y unos momentos de aliento y en la conversación. Como Taylor empezó a hablar, el fondo de su mente se llenó de recuerdos de una habitación como ésta. Aunque, esa habitación había estado en el sótano de una antigua iglesia en Maine y en agosto se hacía sofocante. Fue entonces cuando apareció por primera vez en una reunión de AA. Fue justo después de que ella y Torrey regresaran de sus vacaciones en California. Taylor se apegaba a su palabra, ella no había tocado siquiera una aspirina desde la noche en que ella lo admitió. ***10 A Torrey se le ocurrió la idea de la AA. Era un lugar donde Taylor podía hablar con las personas que estaban en el mismo barco e incluso hablar con algunos de los que llegaron a la costa. Ese día de agosto algo cambió en la vida de Taylor, pero ella nunca lo admitió, incluso a Torrey lo verdaderamente aterrorizada que estaba.
Agosto de 1983 "Yo puedo hacer esto, ¿verdad?" Taylor preguntó a Torrey cuando lanzó a Jessica desde el asiento del coche en la parte trasera de la Cherokee. “¡Puedes apostarlo!” Torrey sonrió confiadamente a su amiga . Oh Dios, Torrey lo que esa sonrisa que me hace. Sólo por tí, Little Bit... sólo por tí. Taylor tomó al bebé de nueve meses de edad de los brazos de su madre. Jessica estaba creciendo a un buen ritmo. A la velocidad que iba, parecía como si en realidad era hija de Taylor. La artista de cabello oscuro pondría en el suelo a Jessica y haría rodar una pelota de baloncesto de plástico pequeña frente a ella. Tomando el pelo a su madre, diciendo que para el momento en que dejaran entrar a las mujeres en la NBA ésta estaría listo para jugar con los Lakers. Torrey siempre dejaba de hacer lo que estaba haciendo, entraba en la sala, y decía que serían los Bulls o ninguno. Las dos mujeres caminaban a través de las puertas de la iglesia y bajaron las escaleras, con Torrey a la cabeza. Cuando llegaron al sótano había un gran número de personas sentadas en sillas plegables, algunos estaban pululando alrededor, visitando antes de que la reunión comenzara. Una mujer tal vez de la edad de Taylor se sentó en una pequeña mesa plegable y les hizo señas . 10
Aquí hay unos cinco renglones que tienen una falla, por lo que no pude traducirlos.
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"Hola, soy Eva, ¿cómo está la gente esta noche?" Eva dijo con una sonrisa torcida . "Muy bien, hermana", Torrey contestó tendiéndole la mano para estrechar la de Eva. "Soy Torrey, hablé con usted por teléfono esta mañana". "Correcto, Torrey, y éste debe ser el ángel responsable de los gritos que oí en el fondo". Eva respondió indicando Jessica. "Usted debe ser Taylor. Encantada de conocerte". “Lo mismo, hermana”. Taylor respondió con nerviosismo. Después de todo, uno no tira doce años de escolaridad católica así como si nada. "Oh, por favor, sólo Eva. Nadie me llama hermana. Bueno, tal vez mi mamá, pero ella sólo lo hace para impresionar a las damas en el bingo". Eva se rió. "Entonces, Taylor, vas a intentar darnos una oportunidad, ¿eh?" "Bueno, intentar es la palabra clave". Taylor respondió. "La verdad es que no sé nada de este programa de doce pasos, pero estoy en el juego". "¡Excelente! Eso es lo que me gusta escuchar. Todo comienza con la voluntad de querer cambiar, ya sabes. Torrey, ¿por qué no te tomas al bebé de Taylor para que ella y yo podamos ir a la parte posterior para una charla informal . ¿Está bien contigo, Taylor?” “Uhm, creo que sí". Taylor respondió. Sus rodillas estaban haciendo de todo, pero temblando juntas. Una vez que Eva dio media vuelta y se alejó, asumiendo que Taylor la seguiría, la artista se dirigió a su compañera de cuarta. "Tor, no sé si puedo hablar con una monja". "Está bien. Ella no es exactamente no funciona como una monja. Adelante, Jess y yo estaremos sentadas a un lado esperando por ti", Torrey dijo a su amiga, viendo como la alta figura de Taylor se retiró a las oficinas de la espalda. "Está bien, Taylor, relájate. No tienes que hacer nada que no quieras aquí". Eva dijo con una palmada en los hombros de la mujer de cabello oscuro. Taylor se relajó entonces, sus hombros perdieron un poco de la tensión que poseían. Eva le ofreció una taza de café y una vez con la mujer frente a ella comenzó a hacer preguntas, la artista se encontró a sí misma con mayor apertura de lo que pensó que iba a ser capaz de hacer. Para cuando terminaron, Taylor encontró que había revelado a esta mujer, cosas aún Torrey no sabía acerca de ella.
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Eva sonrió para sus adentros mientras miraba a la mujer alta de cabello oscuro caer en un asiento junto a la pequeña rubia. Había visto mucho peores desde que comenzó a trabajar con este programa, pero sería difícil encontrar una mujer que quería dejar el hábito más que ésta lo hacía. A Eva le gustaba cuando tenían a alguien que viniera con ellos, alguien que se preocupaba lo suficiente para ayudarlos a convertirse de nuevo. Ella se dio cuenta que la mujer alta estaba casi lista para cambiar, sin embargo. Se veía como un conejo asustado, a pesar de que estaba poniendo buena cara. Ésta era fuerte. Ella sabía que si Taylor pasaba esa noche, ella nunca estaría de vuelta. "Hey", dijo Taylor, deslizándose en el asiento vacío junto a Torrey. “Hey, tú. ¿Cómo te fue?" preguntó Torrey. "Ella es muy agradable", Taylor contestó, secándose las palmas sudorosas lo largo de sus muslos. Torrey sabía que Taylor estaba asustada. Su amiga trataba de ocultarlo, pero la mujer más alta siempre se venía abajo con las palmas sudorosas cuando estaba muy nerviosa. Una parte de ella podía entender por qué la artista tenía miedo. Taylor creía en el mantener todo bajo llave en el interior, sólo mostrar a la gente lo que ella quería que vieran. Ella era diferente con Torrey, pero aún así estaba esa pequeña parte de ella que no iba a ceder el control. La reunión estaba a medio camino y Torrey ya había aprendido mucho acerca de la adicción, especialmente la drogadicción. Para los consumidores de drogas leves ocasionales era casi la adicción psicológica peor que lo que la era la física. Ella también se sorprendió al saber que incluso si no tenías un problemas con el alcohol, el programa de Narcóticos Anónimos exigía la abstinencia total de alcohol, así como de medicamentos. Por el rabillo del ojo, Torrey podía ver a su amiga tratando de escuchar, pero cuando algunas personas se pararon para dar testimonios personales, Taylor se levantó y le susurró que necesitaba un poco de aire. Salió del edificio y Torrey estaba perdida en cuanto a lo que debía hacer. ¿Debería seguirla... O dejar que Taylor estuviera sin ella? Pasaron diez minutos y Torrey llegó a tomar la bolsa de Jessica. Justo cuando ella se levantaba, la hermana Eva se acercó y se sentó en el asiento desocupado de Taylor. "Ella va a regresar", susurró, colocando una mano en el brazo de Torrey . "Esta bastante asustada por todo esto. Ella está haciendo un gran esfuerzo, pero no sé qué más hacer. Si vuelvo la cabeza me temo que sólo le estoy permitiendo seguir tomando drogas”. Torrey admitió. "Ya has hecho más que lo que un montón de gente puede hacer. Ahora es el momento de hacer la cosa más difícil. Hay que dejar que ella decida si quiere ser libre de su hábito o no. No siempre vas a estar de cada momento en que ella comience a sentirse de esta manera. Taylor
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tiene que encontrar algo, en su propio corazón y mente por lo que que valga la pena dar todo. Cuando ella haga eso, entonces ella será capaz de luchar contra ésto, incluso cuando no estés alrededor. Si sales con ella ahora, ella te convencerá de dejarlo y si ella hace eso tengo mis dudas en cuanto a si alguna vez volverá. Relájate un poco más de tiempo, Torrey. Apuesto que si no vas a buscarla, ella regresará por tí". Eva dio a la pequeña rubia una sonrisa tranquilizadora y se trasladó a la parte trasera de la sala . Torrey trató de relajarse y dejar que las palabras de Eva se hundieran en lo profundo. La decisión más difícil en su corta vida fue la decisión de permanecer en el interior y esperar que su amiga volviera. Esperaba que Taylor se daría cuenta de que ella siempre estaría ahí para ella, que siempre la amaría sin importar nada, pero que la artista tendría que tomar ese espantoso paso de todos, primero por su cuenta. Otros veinte minutos pasaron hasta Torrey sintió la presencia familiar a su lado. Ella lo miró a la cara contrita de Taylor que trató de ocultar su miedo. "Lo siento, Little Bit... Supongo que me asusté un poco", ella susurró. "No te preocupes por eso, Stretch. Escuché en caso de que nos dieran una prueba al final", le guiñó un ojo. Taylor dejó escapar una risita y un suspiro, al mismo tiempo, por el miedo de que ella había dejado a su amiga. "Gracias", le susurró al oído de la joven. "Sí, sí", dijo Torrey fingida exasperación. "Hey, toma tu turno con esta chica. ¡Tu hija está ganando mucho peso!" Torrey bromeó la mujer mayor. "Oh, eso duele", Taylor respondió, tratando de mantener la voz baja. "Todavía no perdonas a esa enfermera por el comentario sobre tus caderas, ¿lo hiciste?" Torrey en un susurro mientras le entregaba Jessica a la mujer a su lado. Las dos mujeres sólo se quedaron mirando la una a la otra y de repente estaban tratando de sofocar sus risas. Una ceja levantada y una sonrisa de complicidad de la hermana Eva callaron a los dos. Sí , doce años de educación católica es una noción muy difícil de disipar . Torrey vio como Taylor abrazó y meció a Jessica en su contra. Ella deliberadamente entregó a la bebé a su amiga sabiendo que Jessica parecía tener un efecto casi calmante sobre la artista. Además, Taylor siempre sintió que estaba siendo recompensada con algo especial cuando Torrey confiaba el bebé a su cuidado. Jessica se acurrucó en los brazos de la mujer alta y rápidamente se quedó dormida. Taylor
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comenzó a acariciar el rostro del pequeño bebé mientras escuchaba a una mujer en la momento de hablar. La mujer dijo que ella creció como una niña típico de los años sesenta y en el momento en que ella tenía veinte años, era una adicta desesperada. Lo que convirtió la vida de la mujer del todo fue cuando se enteró de que estaba embarazada. Se dio cuenta de que ella ya no vivía su vida por solo ella misma. Ella tenía a alguien que sobre la que era responsable y quería amar incondicionalmente, no importa por qué. La mujer estaba celebrando diez años de sobriedad y de pronto el noveno cumpleaños de su hijo. Taylor miró al bebé dormido en sus brazos y se dio cuenta de que ella también tenía el amor incondicional de la gente que se preocupaba por ella cuando casi todos los demás habían renunciado a ella. ¿No era responsable de ellos? Si algo le pasara a ella, Torrey nunca podría terminar la Universidad, peor ella tendría que ir arrastrándose hasta su madre. Una pequeña lágrima escapó de un ojo azul cielo. Torrey se apresuró a notar el cambio en el comportamiento de su amiga, y cuando Taylor inclinó la cabeza hacia abajo a Jessica y le dio un suave beso en la frente, que casi rompió el corazón de Torrey. No le importaba que se veía así, ella puso su brazo en el respaldo de la silla de Taylor y se frotó la espalda de la mujer en un movimiento circular. Se inclinó hacia la mujer más alta, ella apoyó la barbilla en el hombro de Taylor. Taylor supo en el instante en que Torrey ofreció su toque reconfortante, que la artista había encontrado sus razones. Si alguna vez hubo días en que Taylor se encontraba indigna, lo único que tendría que hacer es recordar que estaba quedando limpia por ellas dos también. No quería que Torrey se avergonzarse de ella y ella quería que Jess creciera pensando que la chica siempre podía contar con ella. Se dijo en ese momento que ella quería ser la mujer que estaba de pie en el escenario. Quería mirar hacia atrás después de todos esos años y saber que ella había hecho algo bueno con su vida. La mayor parte de todo lo que ella quería saber qué había hecho todo por el amor y el bienestar de estas dos increíbles mujeres. Una de ellos, la mujer que siempre sería dueña de su corazón, y la otra, la que iba a ser siempre la hija de su corazón.
Taylor dejó de hablar, notando que había crecido una gran tranquilidad. Se puso de pie delante de todos y clavó las manos en los bolsillos . "Quiero que todos ustedes hagan algo", comenzó. "Echen un vistazo a su alrededor. Mira a las personas que se sientan a tu lado, delante y detrás de tí". Todo el mundo empezó a mirar a su alrededor los unos a los otros. "Todos ustedes tienen algo en común", dijo Taylor. "Y, no, no me refiero a eso". Ella dijo con una sonrisa haciendo que los miembros de la audiencia se rieran.
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"Están todos asustados, asustados sin sentido". Ella dijo rotundamente . Jessica levantó la vista para mirar a la mujer mayor. Ella sostenía a la audiencia embelesada, con la voz natural alta que tenía la capacidad de ordenar a escuchar. Cuando dijo estas últimas palabras, Jessica se preguntó cómo la mujer podía saber lo que estaba pensando. "La mayoría de ustedes están tan asustados de estar en esta sala que desea salir, la otra mitad de ustedes están demasiado aterrorizados para hacerlo. Pero, no están solos aquí... Todos tenemos miedo al igual que tenemos miedo de que no vamos a ser capaces de detener o tenemos miedo porque nos detuvimos. Hay un montón de cosas hacia las que tener miedo, confía en mí que tengo los suficientes como para saber". Taylor dijo con una sonrisa irónica. Una vez más la mayoría de la gente se echó a reír, pero ni una sola persona se levantó para irse. "Te contaré un secreto. Conozco el truco para hacer que el miedo desaparezca". La voz de Taylor bajó a casi un susurro, una parte del público, literalmente, aguantando la respiración para las palabras de sabiduría de la mujer mayor. "Se trata de tener gente a tu alrededor que se preocupe por ti, que te aman, sólo por ser tus amigos. Esas son las razones por las que desearás permanecer limpio. Muchos de nosotros no lo haremos por nosotros mismos, pero no podemos dejar que nadie más lo haga por nosotros. podemos aceptar su ayuda, sin embargo. Porque, pueden estar seguros, va a haber días en los que necesites un amigo, y te prometo que, alguien que mantenga tu mano en un mal momento vale ese precio". Taylor bajó del escenario y dio un paso hacia abajo en el suelo. "Yo puedo decir mirando a sus ojos que muchos de ustedes tienen a alguien con ustedes que ya puede ser esa razón por la que decidan cuidarse. Si no tienes un amante, o miembro de la familia, o incluso un compañero de trabajo para llevar contigo, no creas que estás sin amigos. Tenemos una gran cantidad de personas que trabajan aquí se están muriendo por hacer amigos". Taylor dijo con una sonrisa . "Natalie", Taylor llamó a la parte posterior de la sala. "¿No podrías tener otro amigo?" "Por supuesto". La consejera le gritó a la parte delantera de la sala. "Por lo tanto, no hay razón para dejarte hoy aquí con tu miedo. Que alguien te ayude a ayudarte a tí mismo, pero tú tienes que dar el primer paso. Y, si tú no crees que puede suceder", Taylor metió la mano en su bolsillo y sacó el chip numerada. Ella sostuvo el chip a la luz para que todos pudieran verlo. "Yo soy la prueba de que puedes encontrar razones para mantenerte limpio viviendo. Yo lo he estado durante quince años". El público aplaudió y Taylor regresó su agradecimiento con una sonrisa antes de tomar su asiento al lado de Jessica.
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"Wow", dijo JT en voz baja. "¿Es un buen o un mal wow?”Preguntó Taylor. "Eso es un wow, deberías tener tu propio infomercial". Jessica respondió con una sonrisa. Taylor se echó a reír a carcajadas. La declaración de la chica y el sonido de su propia risa alivió la tensión que sentía. Ahora bien, si tan sólo pudiera Jess a encontrar sus propias razones.
JT se apoyó en una pared trasera y vio como la amiga de su madre se arrodilló delante de una chica joven. La joven no parecía ser mucho mayores de doce o trece años, con sus pantalones anchos, una camiseta de gran tamaño, y una top largo de franela con mangas, parecía que estaba tratando de jugar a los disfraces. Las dos hablaron en voz baja, una mujer que parecía ser la madre de la niña se sentó al lado y pasó sus dedos amorosamente a través del cabello largo y castaño de la chica. Jessica pensó en su propia madre y se preguntó lo que estaba haciendo ahora y si debía llamarla. La niña empezó a llorar y Taylor secó las lágrimas de sus mejillas con un suave toque. La artista se levantó y puso su brazo alrededor de la niña, la dirección de ella a la mesa en la que Natalie estaba. "Nat, ¿quieres darme un ocho y un marcador negro?" Preguntó Taylor. "Corey, ha estado limpia durante más de ocho horas", dijo Taylor. "Excelente trabajo, Corey, estamos orgullosos de tí". Natalie respondió alentadoramente. Corey sorbió y se limpió la nariz con la manga de su camisa, sonriendo, murmuró un gracias. Taylor hizo girar el chip a través de sus dedos como un croupier del casino. Los ojos de Corey se iluminaron. Taylor le dió el chip a la chica. "Sigue así como lo haces". Taylor dijo, sacando una tarjeta de su billetera y dándole la vuelta para escribir su número de teléfono celular en el otro lado. "Y, y si empieza a ser demasiado duro, me llamas y hablamos, ¿de acuerdo?" La niña asintió con la cabeza, todavía parecía un poco temerosa de la mujer alta. Entonces la mujer de cabello oscuro se puso de pie, le dijo algo en voz baja a la joven, y luego le dio un abrazo a Corey muy sentido. Mientras Jessica vio esta interacción entre la joven y la artista, de repente, se dio cuenta de que echaba de menos a su madre. A medida que continuaba observando, deseó, por razones totalmente egoístas, que Taylor y su madre hubieran permanecido juntas por más tiempo.
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Esta vez el silencio en el coche enervó a Taylor. Jessica no había dicho mucho desde que salieron de la reunión. La mujer mayor se preguntó si oír a Taylor hablar tan francamente sobre su pasado molestó a la chica. Se aclaró la garganta y se hizo eco extraño dentro del vehículo a oscuras. "¿Taylor?" Jessica preguntó con la cara vuelta hacia la ventana del coche. "¿Hhmm?" Taylor respondió. "¿Crees que estaría bien si llamo a mi mamá mañana?" JT cuestionó. Taylor estaba feliz de que la oscuridad dentro del coche escondió su sonrisa. "Sí, creo que le gustaría escucharte". La artista respondió. No hubo mucha conversación después de eso. Llegaron a casa y cada mujer se dirigió directamente a una ducha caliente y a la cama. JT miró a su alrededor durante unos minutos y, finalmente, encontró a la artista envuelto en la bata bebiendo una taza de té en el patio con vistas a los acantilados. Tenía la cabeza apoyada en la parte posterior de la tumbona en la que estaba sentada con sus ojos ligeramente cerrados. "Oye, estaba dando una vuelta" JT dijo desde la puerta. Taylor abrió un ojo y sonrió a la chica. JT no estaba muy segura de qué decir. Quería decir tantas cosas, pero ninguna de las palabras parecía llegar a ella. Finalmente se dio la vuelta para ir hacia el interior y se detuvo en la puerta abierta. "Taylor, ¿Cuáles fueron tus razones…? ¿Las cosas que hicieron que el miedo desaparezca?" Ella preguntó sin volverse. Taylor puso su taza en la mesita junto a la silla e inclinó su cabeza hacia atrás y cerró los ojos una vez más. "Pensé que te lo habías imaginado. Eran tú y tu madre". Taylor dijo que apenas un susurro. JT asintió como si la respuesta tenía sentido para ella. Entonces la joven se despidió y desapareció dentro de la casa. Taylor esperó unos minutos hasta que estuvo segura que Jessica estaba en su habitación antes de que ella permitiera que las lágrimas silenciosas se derramaran por sus mejillas. Todavía le dolía tanto, incluso después de quince años, el dolor era tan fresco como si hubiera
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sucedido hace unos momentos. Sus brazos le dolían con un dolor que era tan real como el deseo de que todavía ardía caliente dentro de ella. Su corazón se entristeció por un amor que nunca sería correspondido.
Jessica se despertó al día siguiente sintiéndose muy bien. No sabía por qué, pero ella no quería ponerlo en duda. El primer pensamiento en su mente era que quería hablar con su madre hoy. Observar a Taylor interactuar con Corey anoche hizo que ella comenzó a pensar en ella y la relación de su madre. Jessica pasó muchos de sus años de crecimiento estando enojada y resentida con su madre, y por la vida de ella, que no podía entender por qué. No era como que Torrey fuera hiriente, egoísta o mala, por el contrario, la pequeña rubia era totalmente amorosa, cariñosa y madre natural. La mujer había salido de su camino, hecho tantos gestos abnegados por su hija que JT perdió la cuenta. Todas las medidas de su madre lo eran. ¿Realmente ella se merecia tanto amor? Jessica se estaba fregando la cara en la ducha en el momento en que la respuesta se acercó a ella. ¿Por qué no había tenido tiempo antes de pensar así? Se enjuagó la cara y supo que era mucho más fácil de pensar con claridad cuando no estaba borracha o drogada. Había un montón de veces cuando estaba elevada que las cosas parecían más claras para ella y supuso que era un efecto de la hierba que estaba fumando. Ese tipo de claridad nunca duraba, sin embargo. Nunca parecía tener sentido. Ahora bien, como se puso de pie bajo el agua caliente de la ducha se dio cuenta de que la persistencia de la visión era relativo a donde estaba en ese momento. Ahora la respuesta a toda su rabia hacia su madre parecía abrirse a ella como los pétalos de una flor. Su madre era una persona maravillosa , tan maravillosa como Taylor la recordaba. Ella amaba a Jessica más que lo que la joven pensó que jamás podría entender, pero JT nunca pensó que se merecía ese tipo de amor. Era algo en ella que comenzó a una edad temprana. Ella nunca pensó que era merecedora de esa clase de amor. Ella ciertamente no valía la pena todo el trabajo que le dió a Torrey. ¿No dijo su madre que entendía eso? Se dio cuenta la joven que su madre era una mujer muy inteligente. ¿Se habría perdido todo ese tiempo en su hija si ella supiera que era una causa perdida? Mira a Evelyn. Torrey nunca habló con su madre, diciendo que era un enfrentamiento de clases, a pesar de que ambas vivían a cuestión de minutos la uno de la otra ahora. Torrey renunció a su madre y le dio de baja como olvidada. ¿Por qué Torrey no quería hacerle eso a Jessica ? Por lo tanto, tal vez la respuesta era que Jess no era la perdedor que ella siempre pensó que era. Se enjuagó la boca sobre el lavabo y todavía sostenía el cepillo de dientes en una mano mientras examinaba su reflejo en el espejo. Trató de pensar en cosas que la hicieron valer algo
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en los ojos de otro. "Bueno, estoy bastante guapa y tengo ojos fríos". Se refirió a su imagen en el espejo con el extremo del cepillo de dientes. "Puedo dibujar bastante bien, uhm... hacer una voltereta, hacer panqueques y macarrones con queso, usar una computadora..." Enumeró sus cualificaciones en voz alta. Jessica frunció el ceño a sí misma en el espejo. Todos estos años, todo el infierno que yo hice pasar a mi mamá, cagando mi propia vida por la borda, y ¿por qué? Todo porque realmente molestaba a mi mamá por amarme. Como me sostuve contra ella porque pensé que ella debía ver que yo no era digna de su amor. Caray, Jess, que realmente jodido esta parte de tu vida. En momentos el ceño de JT se convirtió en una sonrisa torcida. Llamaría a su madre ahora mismo y le diría lo buena madre que realmente había sido. Con esta decisión la joven se vistió rápidamente y se dirigió a la cocina. Ella se encontró la nueva máquina de café que compraron ayer y organizaron, llenando el filtro con hojas de té verde. Volvió corriendo a la sala para ver la hora que era, ya que la máquina no funcionaría hasta que se estableciera la hora. El reloj de pie, cerca de la sala de estar, decía 05:15. JT estaba asombrado. No recordaba cuando ella se hubiera levantado tan temprano sin alarma. Supongo que lo que mamá dijo que era verdad. Si llegas a la cama a una hora decente, puedes levantarte. Caray, la voy odiar si ella siempre va a tener la razón en estos momentos. Una vez que tuvo la infusión de té, ella sabía que no podía llamar a su madre. No había más diferencia horario que una hora menos entre California e Illinois, dos debido a los cambios de horario, pero 7:15 todavía era demasiado temprano para despertar a la famosa autora. Jessica no tenía ni idea de qué hacer a las cinco de la mañana, ella rara vez veía esa hora a menos que ella llegara a casa. Tenía un poco de hambre, sin embargo. Ella tuvo una idea y esperaba que a Taylor le agradara.
Taylor se despertó con un olor que le recordó aún más a la mujer que había pasado casi toda la noche soñando. Olía como si alguien estaba cocinando en realidad, ya no sería que su madre estaba aquí por una visita, Jess debía haber conseguido la inventiva. Ella tenía miedo de lo que iba a ver por lo que abandonó la idea de la partida primero para el cuarto de baño y se acercó a la cocina. "Buenos días", dijo Jess con una sonrisa. "Buenos días a tí, ¿qué tienes que ahí?" preguntó Taylor. "El tocino se está friendo ahora y voy a empezar a los panqueques en pocos minutos. ¿Te
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gustan los panqueques?" "No lo sé", Taylor respondió con una sonrisa. "Yo no los he tenido en años. Todo huele muy bien, sin embargo". Taylor se sirvió una taza de té caliente. "¿Tengo tiempo para una ducha?" "Por supuesto, vé por ello", Jessica respondió. Taylor hizo su camino de regreso a su cuarto de baño y giró el grifo de la ducha para calentar el agua. Tomó otro sorbo de té y dejó la taza sobre el tocador. Sonrió para sus adentros, pensando en lo fácil que era llegar a ser domesticada de nuevo.
"¿Así que hoy es un día de fiesta o qué?" Preguntó Taylor, sentándose a la mesa y sacudiendo el pelo mojado de los ojos. Jessica había hecho suficientes crepes para un pequeño ejército, tocino y jugo de naranja. "Yo hubiera hecho café también, pero no tenía ni idea de cuánto debes usar. ¿Tiene que haber una razón? Quiero decir, ¿no puede ser simplemente gracias por todo lo que haces por mí?" Jessica respondió con sinceridad. Taylor siguió mirando a la chica, con una ceja en aumento hasta desaparecer bajo el flequillo de ébano. Jessica sabía cuando era derrotada. "Está bien, tú ganas". La joven dijo y le contó la historia de cómo ella se había levantado antes que el sol, sin darse cuenta de lo temprano que era. Ella también lanzó en el hecho de que su madre había tenido razón acerca de cómo dormir lo suficiente dejaría que se despierte más temprano. "¿No odias cuando tu mamá tiene razón todo el tiempo?” JT terminó. "Estamos absolutamente de acuerdo allí, pero cuanto más tiempo vivo, más te darás cuenta de que es verdad. Confía en mí, puede ser desconcertante a veces". Taylor estuvo de acuerdo. En el momento en que habían terminado la comida, ambas mujeres estaban más que llenas. Taylor fue sorprendida por la cantidad de comida que la joven podía engullir. "Jess, fue genial, gracias. No he tenido a nadie que cocine para mí aparte de mi madre en mucho tiempo. Y, si no te importa que lo diga, tienes el apetito de tu madre. Si comiera de la forma en que ustedes dos lo hacen estaría tan grande como una casa".
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Jessica sonrió. "Sí, al lugar chino le encanta recibir nuestros pedidos. No están demasiado acostumbrados a ella, sin embargo. Sólo sé cómo cocinar dos cosas, tortitas y macarrones con queso. Claro que si lo deseo que sabría cómo hacer asado como mi mamá siempre hace en el invierno". "Sí", Taylor estuvo de acuerdo. "Con todas las verduras cortadas con éso". "Sí", añadió JT. "Creo que deberíamos haber conseguido que el libro de cocina de ayer". Terminó con nostalgia. "Creo que tienes razón", Ella se echó a reír. "Puedes llamar a su mamá ahora si quieres, ella debe estar para estas horas". Taylor dijo consultando el reloj deportivo en su muñeca. "Voy a salir de tu camino con una condición". Jessica miró sospechosamente a la mujer mayor. "Deja que te mire sus cuadernos de bocetos", Taylor susurró. Jessica sonrió y se alejó en dirección a su dormitorio. Regresó con alrededor de media docena de pequeños cuadernos de dibujo y los puso sobre la mesa en frente de la artista. "Pero no esperes demasiado, ¿de acuerdo?" JT preguntó nerviosamente. "No te preocupes, no tengo expectativas". Taylor virtió una taza más de té y se trasladó a las puertas del patio. "Voy a estar afuera si necesitas algo. Dile a tu mamá que dije hola". Taylor dijo mientras cerraba la puerta detrás de ella. Jessica tomó el teléfono inalámbrico de su soporte en la pared y se detuvo. Se preguntó si debía planificar lo que quería decir. Finalmente se decidió que hacerlo por oído funcionaría mejor. Rápidamente se dio unos golpes en los números que ella sabía de memoria. La voz de su madre contestó al segundo timbrazo. "Hey, mamá". JT dijo nerviosamente. "¿Jess? Cariño, ¿estás bien?" Torrey preguntó alarmada. "No, mamá, está bien. Estoy bien. Sólo quería llamar y, ya sabes, hacerte saber que llegué bien y decir hola". "Estoy tan feliz de que la hayas hecho, Jess". Torrey respondió dándose cuenta de que Taylor probablemente hizo llamar a la chica. "¿Todo va bien hasta ahora?" "Oh, sí. Taylor es bastante cool. Quiero decir que he logrado hacerla enojar un par de veces,
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pero ella es justa, ¿sabes? Debes ver esta casa, mamá". Con eso Jessica comenzó una narración descriptiva sobre la casa y Dana Point. Le dijo a su madre acerca de todo, desde la compra de una mesa de arte en Danny‟s a la salida a comer en un deli llamado Simon‟s. Torrey sonrió ante el recuerdo. "Yo podría aniquilar un Simon Special" dijo Torrey. "Oh, mamá esos son tan asquerosos. Taylor se comió uno y dijo que tú comiste dos de ellos cuando estaban aquí cuando yo era un bebé". Torrey rió ante el comentario de su hija. "Entonces, dime más". Jessica siguió adelante. No podía recordar un momento en que había charlado con su mamá así. En realidad Torrey tampoco podía, y el mayor temor del escritor se dio a conocer. Los problemas de su hija eran a causa de ella. De repente Torrey se volvió callada y Jessica tuvo que preguntar un par de veces si ella todavía estaba allí. "¿Cómo te llevas con Taylor?" Preguntó Torrey, pero a JT, la voz de su madre sonaba extraña. Jessica miró hacia fuera en el asiento del patio amado. Taylor estaba mirando los dibujos de la joven, a veces bebiendo de su taza, con sus pies desnudos metidos debajo de sus piernas. Al principio Jessica comenzó a cantar alabanzas de la artista, pero se detuvo en seco, ya que ella entendía por qué la voz de su madre sonaba tensa. "Y sabe, Taylor es realmente es genial, quiero decir, yo sé por qué eran tan buenas amigos y ella hace una muy buena segunda mamá, pero... bueno, no eres tú, mamá". JT podría decirle que su madre había comenzado a llorar y le tiró dolorosamente en su corazón. "Mamá... yo fui a una reunión de AA con Taylor anoche. Creo que realmente me va a ayudar". JT admitió. "Estoy tan orgullosa de ti, Jess", dijo Torrey en voz baja, "Eso requiere mucho coraje. Sé que vas a hacerlo bien". "Bueno, quería llamarte hoy porque... bueno, yo quería que supieras que eres una gran madre, yo creo que lo eres". Torrey no podía detener las lágrimas que se hicieron cargo. El alivio ante las palabras de su hija inundaron a través de ella . "Por favor, mamá, no llores". Jessica declaró impotente . "Oh, cariño, está bien. Estoy llorando porque estoy tan feliz". Torrey intentó tranquilizar a su
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hija. “Si tú lo dices”, JT respondió. "No estoy segura de que yo entienda por qué estás llorando si eres feliz, sin embargo". "Jess, mi mayor deseo para ti es que algún día te pase algo para hacerte tan feliz que llores. Es la única manera que sabrás cómo me siento ahora mismo". Jessica siguió compartiendo algunas de las cosas que había descubierto en los últimos dos días. La joven nunca pensó que volvería a oír el orgullo en la voz de su madre sobre ella. Ella pensó que era el más grande de sonido en el mundo. Tenía sus razones ahora. Si alguna vez pensó renunciar a sus adicciones por sí misma no era una razón suficiente para seguir adelante, ahora tenía otras dos razones: sus dos mamás. "Te echo de menos, mamá". JT susurró en el teléfono. "Cariño, yo también te echo de menos, más de lo que nunca sabrás". Torrey respondió con una voz amorosa. "Oye, Taylor dice hola. ¿Quieres hablar con ella?" "Uhm, sí que sería genial". Torrey quería decir que no, pero la idea de escuchar el bajo alto de la voz de Taylor tomó el control de su decisión. "Oye, Jess, antes de irte quiero que sepas que te quiero", dijo Torrey. "Yo también te quiero, mamá", dijo JT. La joven pensó que era probablemente la primera vez que le había dicho esas palabras a su madre en un tiempo muy largo. Jessica abrió la puerta hacia el patio exterior como Taylor miró hacia arriba. "Mamá quiere hablar contigo". JT dijo mientras le entregaba a la artista el teléfono. "¿Cómo te fue?" Taylor preguntó mientras sostenía en su mano sobre el receptor. Jessica le dio una señal de pulgar hacia arriba y una sonrisa. Justo cuando ella se volvió para regresar al interior pensó en algo que había querido preguntar a su madre. "Se me olvidaba, déjame hablar con ella de nuevo cuando hayas terminado ¿de acuerdo?" preguntó JT. Taylor asintió con la cabeza y observó Jessica caminar hacia adentro y comenzar la limpieza
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de la cocina de sus platos del desayuno. "Hey, Little Bit". Taylor dijo al teléfono. "Hey, Stretch". Torrey respondió. "Sólo tengo una pregunta para ti". Los ojos de Taylor se estrecharon mientras se preguntaba qué le dijo Jessica a su madre. "¿Sssí?" dijo arrastrando las palabras. "¿Quién era esa chica con la que acabo de hablar y que has hecho con mi hija?" Torrey preguntó con asombro. Taylor echó hacia atrás la cabeza y rió. El sonido era un bálsamo para el alma de dos mujeres cuyos corazones estaban lastimados por las mismas razones. Casi una hora después, Taylor volvió a entrar en la cocina. "Aquí ¿querías hablar con tu mamá otra vez?" preguntó Taylor, sosteniendo el teléfono. "Sí", respondió JT alcanzando el teléfono. "Hey, ¿mamá? ¿Cómo se hace ese asado de los tuyos?"
“Tú y mamá hablaron durante bastante tiempo. ¿Llegaron a algo en absoluto?” "Lo creas o no, peque, tu mamá y yo tuvimos conversaciones incluso cuando tú no estabas alrededor, pero ninguna habló de tí. Lo prometí ¿recuerdas?” Taylor respondió. "Oh, espera ella me preguntó algo sobre tí”. “¿See?” preguntó JT. "Quería saber si yo había plantado una especie de semilla debajo de tu cama y te había cambiado por un alien”. Taylor dijo con una cara seria. “¡Ella no lo hizo!” JT finalmente dijo mientras observaba romper una amplia sonrisa en el rostro de la artista. Taylor se echó a reír cuando ella salió de la casa para recuperar cuadernos de dibujo de la joven. "Jess, estoy muy impresionada, y creo que me conoces lo suficientemente bien como para saber que no me impresiono fácilmente. Estos son muy, muy buenos".
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"¿En serio?" JT sonaba aturdida. "¿Podrías dejar de dibujar si te dijera que sólo estaba siendo amable?" preguntó Taylor. "No, probablemente no". JT respondió honestamente. "Bien, porque no lo soy. Tienes un gran talento Jess, pero el talento no siempre va a ser suficiente. Hay un montón de artistas con talento ahí fuera. Hay que trabajar malditamente duro, todos los días para lograr tu objetivo si quieres estar haciendo esto para vivir". Taylor sermoneó. "¿Alguna vez has pensado en hacer algo con tu arte para ganarse la vida…? ¿nunca pensaste en ir a la universidad?" Taylor preguntó mientras se levantaba junto a la chica. Jessica miró a los ojos cerúleo de la mujer más alta y le dio una sonrisa irónica. "Francamente, Taylor, la única cosa en mi mente hasta el momento actual era cómo conseguir atravesar todo el día sin drogarme algo". JT respondió. Taylor se echó a reír ante la respuesta de la niña y la sonrisa en su cara. Ella puso su brazo alrededor de los hombros de la joven y la atrajo hacia el estudio de arte. "Bueno, vamos a ver si podemos ayudarte con tu dilema". La artista dijo con una sonrisa.
Torrey estaba de vuelta en Chicago sintiéndose sola casi todos los días, pero se aferró a la esperanza de que todo iba a ser lo correcto al final. Esa creencia había llegado a través de algunos de los períodos más difíciles de su vida y nunca era más importante para ella creerlo que ahora. Su escritura todavía no había llegado a nada más, pero eso también lo rindió a los destinos decidieran. Ella jugaba con la idea de enseñar de nuevo. Hubo un tiempo cuando era una asistente de profesor en Literatura Inglesa de la Universidad, en el centro, cuando ella y Jess se mudaron a Chicago. Ahora, ella había tenido tres ofertas para el trabajo de docencia de tiempo completo. La Universidad aquí la quería para encabezar su Departamento de Literatura Inglesa, así como su alma mater ofreciéndole la misma posición. La que la tentaba más era la Universidad de California. Sería una decisión que alteraría definitivamente su vida y que no estaba en ningún estado de ánimo para hacerlo, no hasta que ella supiera lo que pasaría con Jessica. Luego estaría el hecho de que ella iba a vivir a poca distancia de Taylor. Sí, la mujer que aún tenía su corazón de manera tan completa era soltera, pero ¿y si ella conoció por fin a alguien y sentó cabeza? ¿Podría el corazón de Torrey soportar eso?
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Mucho de su dolor y soledad se disipó cuando la escritora respondió a su puerta en el Día de San Valentín. La florería local entregó dos docenas de rosas blancas, su favorita. Cada docena había sido arreglado en un jarrón independiente con una tarjeta adjunta. Cuando abrió las dos tarjetas ella reconoció de inmediato el garabato apresurado de su hija y los caracteres precisos y angulares de la letra de Taylor. Tocó el corazón de jade alrededor de su cuello, recordando ese mismo día de fiesta hace muchos años. Cada tarjeta en la mano llevaba el mismo mensaje:
“¿Cómo en el mundo podrías vivir sin esta mujer? Feliz día de San Valentín”. La risa que esas tarjetas causaron la llevó a través hasta la próxima vez que oía su voz en el teléfono, y al igual que caminar, ella puso un pie delante del otro y siguió su camino todos los días.
Los días rápidamente se convirtieron en semanas. Taylor y Jessica, ambas tenían días buenos y malos. Taylor a veces conseguía ser silenciosa y meditabunda, como se preocupaba por un nuevo proyecto o una obra que actualmente estaba tratando de terminar para el show. Jessica había días en que ella nunca pensaba en las drogas o el alcohol en absoluto, entonces no eran los días en que todo iba a derrumbarse sobre ella. Cuando eso ocurría, Taylor dejaría todo para pasar tiempo adicional con la chica. Mientras tanto, Jessica se había ganado la condición de héroe a los ojos de Corey, la joven de su grupo la noche del martes. Taylor hizo que la madre de Corey la trajera al estudio y todas ellas bajaban a la playa o por un sándwich, a veces una película. Incluso Jessica tuvo que admitir que encontró una amiga en la joven y pronto comenzó a pasar por alto el caso del culto al héroe que Corey padecía. En una ocasión la madre de Corey dejó a la chica y Taylor tomó a las dos niñas más pequeñas a Anaheim por el día. Era la primera vez que cualquiera de ellas había estado en Disneyland y tenían el mejor momento de sus jóvenes vidas. Jessica incluso trató que Taylor fuera en uno de los paseos temerarios más nuevos con ella y Corey. " Vamos, Taylor. Mira, ve que no es tan malo". Jessica declaró. Taylor miró hacia arriba y más arriba como un coche lleno de pasajeros atados subió alto en el cielo, entonces la artista vio cómo el coche se sumergió directamente hacia la tierra a una velocidad vertiginosa . Hace veinte años habría sido la primera en la fila, pero ahora lo único que la mujer de cabello oscuro podía hacer era gemir. "Me gustaría que mi almuerzo permanezca en el estómago donde lo puse, gracias. Voy a tomar una bebida bien fría y esperarlas a que ustedes dos allí”. Indicó una zona de parque con
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sombra. Mientras miraba a las dos chicas a pie de esperar en la cola, ella en verdad se sentía un poco vieja. Sólo tenía cuarenta años y era una maravilla físicamente. Se sentía vieja, sin embargo, cuando se dio cuenta de que había pasado dieciséis años desde que ella y Torrey visitaron ese parque. Jessica tenía un poco más de un año de edad en ese viaje a San Diego. La artista de cabello oscuro miró hacia atrás con pesar, ya que había sido la última vez que ella y Torrey alguna vez fueran a una parte juntas. Fue sólo un fin de semana largo, pero ya que Taylor estaba representando a su compañía en una convención en Los Angeles el viernes, pensó que era la manera perfecta de pasar el resto del fin de semana sería visitando a Jean Kent.
Febrero de 1984 “Que lugar increíble, Stretch.Te hace sentir como un niño otra vez. Oh, ¿no sería estupendo volver cuando Jess tenga la edad suficiente para disfrutarlo?” Torrey parloteaba sobre Disneyland como Taylor condujo el LeBaron prestado de su madre de regreso a San Diego. Taylor sonrió y sus ojos azules centelleaban detrás de sus Ray Ban, a la artista le encantaba ver a su joven amiga divertirse. Torrey trabajó tan duro con los malabares con un horario de clases completo y siendo madre, ella se merecía dar rienda suelta de vez en cuando. Especialmente a Taylor le gustaba la forma en que Torrey planeaba las cosas a futuro y la incluía. Era como si se tratara de una familia real, incluso si Taylor sabía que algún día iba a detenerse. En este momento ella no quería pensar en eso. Sólo quería disfrutar de la bella rubia a su lado. Jean había dicho „sus chicas‟, como le gustaba decirles, que este era su fin de semana para divertirse y si venían a casa antes de la medianoche estaban en serios problemas. Tomaron la palabra de la mujer mayor y cenaron en un pequeño restaurante de mariscos con vistas al puerto de Dana Point. Entre el mar y los acantilados, la vista era impresionante y se quedaron con unos tragos, compartiendo sus pensamientos y sueños. Torrey tomó un par de copas de vino, mientras que Taylor pidió otro Perrier11. Taylor le preguntó a Torrey si alguna vez consideraría vivir en un lugar como California. La pequeña rubia quería decir que en cualquier lugar Taylor viviera sería su casa también, pero Taylor no le pertenecía a ella de esa manera y era una tontería de su corazón pretender que así lo era. Ella se limitó a decir que sí, por lo que había visto de ella, no podía imaginarse a sí misma viviendo allí algún día. Taylor sonrió para sus adentros mientras le admitió a su amiga que aquí, en Dana Point, era el lugar donde siempre había soñado con la construcción de una casa en el acantilado. 11
Perrier: una marca de agua mineral.
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Caminaron por la playa como Torrey habló de su escritura y lo frustrada que se había convertido en la forma en que todo lo que ella escribía sonaba estúpido. Ella tenía las palabras, pero de alguna manera no podía hacerlas decir lo que quería. "Eso es porque estás tratando de escribir con palabras, esa no eres tú, Little Bit. Lo que tienes que hacer es escribir con sentimiento, esa eres tú. Tor, tienes la capacidad de hacer que las personas experimenten, sientan lo que estás hablándoles. ¿Recuerdas esas cortas historias que me diste a leer? yo no pude parar. Hay muy pocas personas que pueden invocar ese tipo de sentimientos en mí, pero lo hiciste". Explicó Taylor. Fue una conversación breve y simple, pero Torrey siempre recordaría esas palabras de su amiga. Fue esa evaluación honesta de su capacidad y estilo que que creó que la autora eventualmente se convirtiera en Torrey. Tres meses después de su regreso a casa, la joven había terminado su manuscrito titulado 'Stevie'. La brisa del mar refrescaba las cálidas calles de la ciudad y las dos mujeres se paseaban mirando en los escaparates. Finalmente, Taylor se dio cuenta de qué día era. Ella no podía creer que ella se había olvidado, pero nunca fue como si tuviera a alguien para celebrarlo de todos modos. Algo le llamó la atención y le preguntó a Torrey si la esperaba a ella al final del muelle. Volviendo a su amiga que estaba distraída mirando estrellas por encima, Taylor le dijo al oído. "Inclina tu cabeza hacia adelante". Torrey hizo lo que se le instruyó y sintió los brazos de Taylor llegaban alrededor de su cuello. Ella sintió algo suave y fresco liso contra la piel justo por encima del valle entre sus pechos. Mirando hacia abajo vio la larga cadena de oro que contenía un colgante de jade. Era un verde suave para que coincidía con los ojos y fue cortado en forma de un corazón. "Feliz día de San Valentín, Little Bit". Taylor dijo en voz baja. Torrey tomó el hermoso colgante a la luz. "Stretch, es tan hermoso, gracias. Pero, yo no tengo un regalo para ti". Torrey respondió, volviéndose hacia la artista. Taylor la miró a la cara que ella sería capaz de evocar en su memoria durante muchos años por venir. "Torrey, eres mi mejor amiga. Nada de lo que alguna vez puedas darme posiblemente podría compararse a eso". La artista sabía que no era del todo cierto, sin embargo. Había algo más, pero Taylor comprendió que el corazón de Torrey nunca se daría a ella. Había un sabor agridulce en la comprensión, que todo lo que ella pudiera desear en la vida estaba a centímetros de ella, pero en realidad, un abismo tan grande como la eternidad la separaba.
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Se detuvieron por un trago más, Taylor casualmente pidió café, mientras que su amiga tuvo dos cafés irlandeses. Ella sonrió, sabiendo Torrey lo sentiría por la mañana. Taylor estaba conduciendo y no quería correr el riesgo de tomar otra bebida. Ella simplemente tomó un sorbo de café y escuchó a la mujer joven encantadora frente a ella. Era de noche en el momento en que cruzaron a lo largo del Mesa Boulevard. San Diego estaba vivo en un sábado por la noche y las dos mujeres disfrutaron de tener la parte superior del coche hacia abajo, tomando a la gente y los lugares de interés. "¡Oh, Taylor allí, detente ahí!" Torrey dijo alarmada. "Torrey, eso es un salón de tatuajes". Su amiga respondió con asombro. "Lo sé. Vamos por un tatuaje". Ella respondió con entusiasmo. "¿Estás loca? Me matarías por la mañana. Demonios, mi madre me mataría por dejarte". Taylor era por lo general juerguista para cualquier cosa, pero la artista de cabello oscuro sentía que la preocupación por Torrey con la obtención de un tatuaje tenía más que ver con la cantidad de alcohol consumida por la pequeña rubia que cualquier otra cosa. "Tengo muchas ganas. Quiero uno para ambas. Vamos, será divertido". "¿Hablas en serio, Little Bit?" Preguntó Taylor. "¡Por supuesto! ¿Lo harás?" Torrey miró a Taylor con esos ojos verdes tan sinceros y atractivos que no había mucho más con el corazón capturado que pudiera hacer, pero estando de acuerdo. "Está bien, pero no pararemos aquí. Si eres realmente seria con eso, conozco a alguien cuyo trabajo le tengo confianza". Con eso Taylor salió de Mesa Boulevard y se dirigió a la Universidad.
"Kenny", Taylor sonrió mientras ella y su amigo entró en la tienda. "¡Taylor, santa mierda! ¿Qué estás haciendo los barrios bajos con la gente pobre? Escuché que tuviste un lugar elección con D & A". "Yo y mi amiga estamos de vacaciones y cuando pensábamos en tatuajes, obviamente pensé
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en ti". Taylor terminó volviéndose para introducir a Torrey. "Torrey, este es Kenny, otro de esos tipos de artista vagabundos de playa con los que pasé mi juventud díscola". Taylor señaló a la pequeña rubia a su lado al hombre detrás del mostrador. Era una casa de locos en la noche del sábado, pero Kenny hizo un gesto a las dos mujeres para que lo siguieran y caminaron por un pasillo estrecho en lo que parecía ser unos aposentos privados. El artista del tatuaje llevó a cabo una ronda de cervezas frías y dejó que Torrey mirara a través de algunos libros que preparó en su área de trabajo. "Lo encontré". Torrey exclamó. Señaló que como Taylor se inclinó sobre su hombro. "¿Estás segura? Quiero decir, tenemos que vivir con esto por el resto de nuestras vidas". "Yo estoy segura". Torrey respondió con confianza. "¿Ambas nos haremos eso?" preguntó Taylor, un poco sorprendida. Una sonrisa indulgente iluminó el rostro de Taylor mientras asentía a continuación lo explicó, “Somos de la Hermandad Tau Alfa Zeta". "Ahh, TAZ", Kenny dijo cuando su luz finalmente se encendió. "Está bien, dos demonios de Tasmania son. ¿Dónde lo quieres?" Preguntó como Torrey instaló en la cómoda tumbona. "Justo aquí", dijo la pequeña rubia, abriendo los botones y tirando de la blusa sin mangas para exponer la parte más alta de su pecho izquierdo. "Torrey, cariño”, Taylor no tardó en llegar a sus sentidos como un fuego comenzó a levantarse entre sus piernas. "Le vas a dar a Kenny un ataque al corazón". Taylor dijo mientras ajustaba la blusa de la joven sobre su pecho desnudo. A Torrey no le importaba una cantidad mínima de dolor. Como cuestión de hecho, en realidad se quedó dormida en un punto. Taylor terminó con la misma rapidez y Kenny les dio instrucciones en cuanto a cómo cuidar de su piel hasta que el ligero enrojecimiento y la hinchazón se fueran. Taylor sacó una buena propina para su viejo amigo dándole las gracias y ella gentilmente guió a Torrey en el aire nocturno. Ondulando ligeramente, Torrey sugirió que dejan de beber. "¿Qué tal si nos dirigimos al hogar y tú puedes poner tu cabeza en mi hombro y ver las estrellas?" Preguntó Taylor. "Mmm, sí podría funcionar también", respondió la mujer un poco ebria.
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El viaje a casa fue tan perfecto como cualquiera que la artista podría haber deseado. La pequeña compañera de Taylor se quedó dormida en los brazos de la mujer de pelo oscuro. Una vez que llegaron y pusieron el coche en el garaje, era reacia a liberar su dominio sobre la joven. Torrey fue puesta fuera de combate, por lo que Taylor tomó a la figura menuda en sus brazos y la llevó escaleras arriba y suavemente la depositó en la cama. Retirando sus zapatillas de deporte, Taylor sacó un pequeño edredón sobre la todavía durmiente rubia. Tenía la intención de simplemente colocar un suave beso en la frente de Torrey, pero la proximidad de los labios sensuales de su amiga, hizo que la artista enviara la precaución a volar. Inclinándose, la artista de cabello oscuro apretó sus labios completamente con los de la mujer propensa. Taylor tomó su gemido antes de que escape de su garganta como el aliento de Torrey se aceleró y los labios de la joven respondieron inconscientemente al beso. Rápidamente alejándose, Taylor tragó saliva y trató de enterrar la pasión que había subido a la superficie de manera tan abrupta. "Oh, Torrey, lo que me haces". Taylor susurró, mirando hacia atrás en el dormitorio y cerró la puerta en silencio.
“Buenas, Little Bit”. Taylor cantó un poco más fuerte de lo normal para la joven que acababa de entrar en la cocina. Jean Kent golpeó a su hija en el brazo por su comportamiento, sabiendo de qué forma Torrey llegó a casa. “¿Sobre qué estás tan condenadamente alegre?” Preguntó Torrey, incapaz de abrir los ojos más allá de un estrabismo, su normalmente disposición al sol que tenía había desaparecido. Ella levantó la mano por sombra para lo que parecía ser una extraordinaria cantidad de luz que entraba por la ventana. Taylor se rió de su pequeño amiga y la primera resaca de la joven. Ella se levantó y regresó con una taza de té, colocándola sobre la mesa delante de la joven dolorida. "¿Realmente hicimos lo que creo que hicimos anoche?" Preguntó Torrey, su voz apenas un susurro. "Uhm", dijo Taylor, tocando un delgado dedo contra el aumento de la carne por encima de su propio pecho izquierdo. Torrey abrió su bata ligeramente para revelar el pequeño tatuaje en su pecho. "¿Tú también?" Ella preguntó.
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Taylor sonrió sobre la mesa mientras se ponía su camisa a un lado para revelar la imagen gemela. "Creo que me siento un poco mejor, entonces". La joven se echó a reír. "Oh, vaya, mi cabeza aún me duele cuando me río". Empujó el té a un lado y se levantó para ir arriba, Taylor la siguió. Taylor entró en la habitación con su amiga, que se inclinaba sobre la cuna para ver cómo la niña seguía durmiendo. "Voy a tomar una ducha rápida", dijo Torrey. "Toma un largo baño caliente en cambio, va a hacer que te sientas mejor. Voy a mantener un ojo en Jess". Taylor susurró a su vez. Taylor se sentó en el estudio de su padre, mirando a través de algunas revistas que había traído. La habitación estaba directamente enfrente de la de Torrey y ella dejó la puerta abierta, atenta a cualquier sonido de Jessica. Ella vio como Torrey salió de la habitación, con el cabello recién lavado todavía húmedo, vestida con unos vaqueros desgastados y una camiseta de gran tamaño. "Hey", Taylor llamó suavemente. Torrey todavía parecía un poco fuera de sí y se frotó las sienes doloridas. "Ven aquí". Taylor dijo tirando de su amiga al gran sofá de cuero que la artista recordaba con cariño de su infancia. Esta había sido su lugar favorito para acurrucarse con su padre. Ajeno a las protestas de la joven, instaló Torrey en el sofá y envolvió en una manta caliente suave alrededor de la mujer propensa. "Ten el resto del día libre, en celebración de tu primera resaca. Después de esto, sin embargo, estás por tu cuenta". Taylor dijo en voz baja, con los ojos sonriendo a la rubia. "¿Qué pasa con Jess?" Torrey comenzó. "Me toca con mamá hoy. Vamos, cariño, cierra los ojos y relájate. Puedo atestiguar el hecho de que este es el más suave y más tranquilo lugar relajante en toda la casa". Taylor respondió. Taylor se quedó sentada en el sofá junto a su amiga durante unos minutos más, hasta que se convenció de que ella se había salido con la suya. "Taylor, ¿te molestaría si te pregunto cómo murió tu padre?" Torrey preguntó en voz baja.
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"No, está bien, Little Bit, me sorprende que nunca me preguntaste eso antes”. Taylor respondió, corriendo la parte posterior de sus dedos contra la mejilla de la joven. "Irónicamente fue durante la guerra de Vietnam, pero murió por aquí, por el Océano Pacífico. Él era un piloto del jet, por eso hemos vivido en San Diego en primer lugar. Era el año 1968. Tenía un trabajo cómodo, todo esperando a que, de acuerdo a mamá, enseñara en Miramar. Ellos querían que hiciera una prueba más en un nuevo avión estaban probando. Él no era un piloto de pruebas, pero él era un hombre de la Marina, por lo que estuvieron de acuerdo. Siempre voy a siempre recordar el nombre de ese jet. Lo llamaron Striker. Finalmente descubrieron que la maldita cosa volaba en pedazos a una cierta velocidad y la Marina finalmente lo desechó. Escuché que había algunos modelos disponibles, pero nunca pude encontrar uno". Los ojos de Taylor se centró una vez más en los verdes de la mujer que yacía debajo de ella y ella le dio una especie de triste media sonrisa. "Todavía lo extraño mucho. Era el tipo de padre que eres tú, ¿sabes? Amarme parecía ser la manera natural en él". Torrey sonrió a su amiga y se sacudió las lágrimas de sus mejillas bronceadas. "Tal vez es porque eres tan fácil de amar". Torrey dijo en voz baja. Taylor sonrió. "Sí, claro. ¿Quieres saber cuál era su código de llamada?" La artista se levantó y abrió la puerta plegable en el armario de la habitación y sacó un objeto del estante superior. Cuando ella se lo dió a Torrey para ver era un casco de piloto. Por encima de la visera fue estarcido distintivo de código del capitán Robert Kent, REBELDE Torrey estaba sonriendo ahora, también. "La manzana de seguro no cayó lejos del árbol ahí, ¿verdad?" Torrey bostezó y sintió que sus ojos se cerraban mientras se acurrucaba en los gruesos cojines del sofá y sintió que empezaba a quedarse dormida. Taylor se trasladó para irse, pero se hizo una mirada más a la bella joven. Torrey abrió los ojos a la intensa mirada azul de su amiga. "¿Taylor?" Ella preguntó. "¿Hhmm?" Taylor respondió. "¿Me quité la ropa delante de alguien anoche?" Preguntó la joven, con el ceño fruncido por la concentración. Taylor se echó a reír. "Sí, pero no fue más que tu blusa y estoy segura de que fue el punto culminante de la vida joven de mi amigo".
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Taylor sonrió al gemido de su amiga como la artista salió de la habitación para comprobar a la bebé.
El domingo por la mañana amaneció y Torrey sentía como una mujer nueva. Ella tenía un pequeño problema preguntándose por qué alguien podría atravesar ese dolor de forma regular, haciendo voto a pegarse a la moderación en todas las cosas. El sol acababa de levantarse por encima de las montañas del este y golpear la superficie del océano. A Torrey le encantó este efecto mientras hacía su rutina de Tai Chi. Ella nunca entendió de qué se trataba la luz en el agua, pero parecía presagiar algo bueno en su vida. Algo que no había sucedido todavía, pero cuando lo hiciera, sería la culminación de algo extraordinario. Llevaba un par de pantalones cortos y una camiseta sin mangas, colocando a Jessica, que ya estaba despierta, en el gran parquet en el centro del piso de la sala de comedor. Torrey tendía a perderse en su rutina. Ella siempre quería asegurarse de que Jessica estaba fuera de peligro, ya que la niño había aprendido a caminar a una velocidad asombrosa. Deslizando la puerta corrediza hacia el patio exterior, Torrey se arrodilló en la hierba verde, sentada sobre sus talones por unos momentos de meditación en silencio antes de empezar. Sintió la presencia antes de oír nada, las comisuras de sus labios se encresparon hacia arriba ligeramente. Cuando abrió los ojos y se levantó de la tierra que vio la alta figura de su amiga a unos metros de distancia y ligeramente detrás de ella. Sus movimientos eran sin prisas y relajados, el movimiento de Torrey un poco más elegante en comparación con el de la artista, que sólo había estado practicando el ritual por un poco más de un año . No había charla durante este momento, no había comunicación verbal, pero en ocasiones la joven rubia se sentía como si fuera una parte de los pensamientos de la artista, hasta que, con la misma rapidez, la puerta a esas emociones se cerraba. El objetivo era llegar a estar lo más relajada posible, para concentrarse en cada movimiento y sin el acto físico de la concentración. Como tratar de mantener el equilibrio sobre una cornisa precaria, sin tratar de equilibrar en absoluto. Los movimientos iban a venir con tanta naturalidad como el estar de pie. Como las dos mujeres se movían en perfecta armonía, Jessica se sentó hipnotizada por las acciones. La bebé estaba más tranquila al ver el flujo y reflujo de la pequeña rubia y la mujer alta de cabello oscuro.
Mientras Jessica se sentó a la mesa de la cocina bebiendo su té, vio a la artista en el patio exterior. Vestida con unos pantalones negros con cordón de seda y un top negro en la parte
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superior, la artista estaba tan ajena al mundo exterior como Jessica siempre pensó que su madre estaba cuando ella trabajaba en su rutina de Tai Chi. La mujer alta se movió sin hacer ruido, con los ojos entrecerrados pesadamente como ella actuaba sin pensar realmente en el movimiento. La joven pensó que era extraño que ella debía tener la misma sensación al ver a Taylor ejecutando a través de su ritual matutino como lo hacía al ver a su madre. Era una extraña sensación de estar incompleta. Al igual que ella sólo estaba viendo parte de la imagen, a la espera de que algo más fuera revelado. Ella no lo entendía, pero no insistió en ello tampoco. Desde que se mudó a vivir con tranquilidad, sobre la reservada artista sintió una serie de sensaciones extrañas como esas. Taylor trató de explicarle que probablemente eran sólo recuerdos que almacenaba en su cerebro de niña. Ella llegó a decirle a Jessica que no debería parecerle tan extraño si su tacto o su sonrisa parecían familiares a la joven, teniendo en cuenta que Taylor vivió con ella durante sus dos primeros años de su vida. JT fue sacada de sus pensamientos por la apertura de la puerta del patio como Taylor entró, con un look de pelo despeinado mientras caminaba dentro. La joven nunca había vivido con alguien cuya emoción corría en todas las gamas, como en Taylor lo hacían. Abierta y apasionada, también podría ser sombría y melancólica. Había días en que iban a dar un paseo y Taylor colocaría su brazo alrededor de su hombro, al igual que su madre a veces deslizaba un brazo alrededor de su cintura. Entonces estaban los otros días cuando apenas intercambiaban una sola palabra. Taylor se disculparía y explicaría que la fecha límite de su show se acercaba y ella se sentía la tensión de la misma. Hoy en día, Jessica estaba en sus propios pensamientos que eran un tanto especiales por su dibujo. Estaba a punto de terminarlo, pero todavía necesita tenerlo enmarcado. Era un bosquejo de la tinta a pluma de su madre y Jessica cuando era una bebé. Fue tomada de una fotografía que JT siempre mantenía con ella. Trabajó duro en ello, con el fin de terminarlo a tiempo para el día de la madre. Ella estaba cerca, pero no había un lugar en Dana Point que lo enmarque para ella en tan sólo dos días. Después Taylor duchó y trabajó en su mesa de dibujo de un par de horas que ella volvió a entrar en la cocina por un vaso de té helado. "Dime otra vez, ¿por qué gastamos tanto dinero en una mesa de arte para tí?" Taylor preguntó con diversión. Jessica estaba tirada sobre la mesa de la cocina, con papel y lápices de diferentes anchos esparcidos sobre la mesa también. La joven sonrió tímidamente a la mujer de cabello oscuro y se encogió de hombros ligeramente. "Eso es lo que pensaba". Taylor respondió con una sonrisa.
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Jessica se alejó al estudio y Taylor salió a la calle , haciendo su camino hacia la parte posterior de la casa y al gran jardín japonés. Este era su lugar reservado. La fresca sombra de los árboles de bambú y el sonido del agua cayendo sobre la cascada de rocas naturales servían para relajarla más que cualquier otra forma de meditación. Tomó un sorbo de su bebida fría y se preguntó a sí misma lo que Torrey pensaría del jardín. Taylor sonrió. La rubia probablemente querría poner de manifiesto su laptop y escribir, sentada aquí en el sofá de dos plazas acolchado. Por otra parte, Torrey siempre había sido capaz de escribir en cualquier lugar. Tal vez por eso la escritora y la artista encajaban tan bien juntas. Ambas fueron cortadas por el mismo cuchillo de talla creativa. ¿Qué le había dicho una vez Torrey? Sí, las dos caras de la misma moneda. Cada vez que Taylor tenía que encontrarse con su pequeña amiga para cenar o beber, era inevitable dejar su oficina. La artista andaba en el bar o restaurante para encontrar Torrey furiosamente garabateando en las servilletas. Si ella tenía un pensamiento tenía que ponerlo en un papel, para que no perdiera el sabor o el significado de las palabras. En la misma circunstancia, cuando Taylor tenía algo en mente que haría un buen dibujo o una escultura, ella empezaba a dibujar la idea sobre lo que fuera útil en el momento. Una de sus obras más costosas hasta la fecha habían nacido en la tienda de comestibles en el lado de una bolsa de papel. Ninguna de las mujeres nunca se sintió ofendida por la preocupación de la otra. Era un hecho que el flujo creativo venía primero en su hogar. Taylor puso el largo de su cuerpo sobre el sofá de dos plazas, juntando las manos detrás de su cabeza. Ella y Jess tuvieron una larga noche de charla la noche anterior, y sus ojos estaban tan cansados que no podía concentrarse en su trabajo. Jessica no parecía tener ningún problema, sin embargo. Oh, tal vez diecisiete más, Taylor dijo a sí misma mientras sus ojos se cerraron un poco, el sonido del agua adormeciendo su ser en un estado de somnolencia. Ella estaba muy orgullosa de Jessica. La joven y su amiga Corey recibieron sus fichas noventa días hace unas semanas durante sus reuniones de la AA. Taylor quería hacer algo especial para Jessica. El día después, Taylor sorprendió a la chica llevándola a la tienda de informática y dejando que escogiera el sistema que había estado sugiriendo las últimas semanas. La joven admitió haber tenido una fascinación con la animación. Con un ordenador y un escáner, quería probar suerte y ver si era buena en ello. Anoche, Taylor vio los frutos de la labor de la joven. Jessica había creado un personaje basado en ella misma. Ella dijo que si era siempre capaz de hacer cualquier cosa con eso, el personaje de dibujos animados podría ser capaz de ayudar a otros jóvenes. La animación que creó duraba sólo alrededor de dos minutos, pero ella puso cientos de dibujos en ello. Por supuesto, la fiel compañera de Jessica, Corey, se acercó a ayudar. Jess le dio a la joven la tarea de entregar sus imágenes para escanear correctamente y guardar todos los dibujos en el orden de número correcto. Taylor estaba muy impresionada con el resultado final. Lo que Jessica le mostró era que tenía definitivamente un talento en esa área. Es por eso que tarde por la noche. Las dos comenzaron a hablar de lo que JT quería hacer con su futuro y el deseo de la chica era tratar de entrar en
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una escuela de arte digna. Ese tipo de pensamiento emocionó a Taylor, y ella y JT se mantuvieron hasta la mitad de la noche discutiendo sobre la Universidad y los pros y los contras con los que Taylor estaba familiarizada. La conversación de la mañana terminó con Taylor prometiendo a la joven que iba a entrar en contacto con un viejo amigo que trabajaba en los estudios Pixar. La artista explicó que él probablemente sabría qué dirección debería comenzar a tomar. Así, Jessica había estado limpia por noventa días y cuando la joven se puso de pie para agradecer a la gente del grupo por su amistad y apoyo, la artista de cabello oscuro la miraba con orgullo en su corazón. Los ojos de Taylor estaban completamente cerrados, pero su cerebro estaba trabajando horas extras al recordar el verano de su primer aniversario libre de drogas que vivió. Era el verano en el que Torrey graduó de la Universidad.
Junio de 1984 "Torrey Joan Gray". El sistema de sonido retumbó el nombre de la joven rubia mientras ella y unos pocos cientos de otros estudiantes se abrían paso en la línea para estrechar la mano del decano y recoger su diploma. “Mira, ahí está mami”, dijo Taylor a la joven rebotando por todo suregazo. Levantó Jessica hasta que la niña estaba de pie en los muslos de la artista. "Ma-Ma", Jessica trató de saltar en el aire, como el agarre fuerte de la artista mantuvo el asimiento de ella. Una vez que la ceremonia terminó, Torrey y su amiga Alicia se encontraron por el Museo Hudson. El campus era un caos con los estudiantes, padres, amigos y de todo. Torrey saludó tan pronto como ella tomó lugar con la mujer alta, y la riente de diecinueve meses de edad en sus brazos. Torrey detuvo su conversación, simplemente para ver la hermosa mujer que sostenía a su hija. Disfrutaba viendo a las dos juntas. Taylor era tan impresionante como Torrey siempre pensó cualquier actriz era, el gusto de la artista en ropa que reflejaba el salario que se le pagaba. "Sabía que podías hacerlo, Little Bit". Taylor le dijo al oído, abrazándola con un brazo, mientras que la otra contenía una niña inquieta. "Mama". Jessica se rió. Fue desalentador para Torrey que su hija se conoció esa palabra primero y luego procedió a llamar a todos con ella. Le encantaba cuando ella la usaba en Taylor, la cara de la artista se
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volvía roja y no sabía si sentirse halagada o avergonzada. Torrey agarró a su hija en sus fuertes brazos y la abrazó con fuerza. Una vez que Jessica encontró la borla en el sombrero de Torrey, fue retirada rápidamente de la cabeza de la joven. Torrey dijo que sus adioses a Alicia, cuyos padres habían volado para la ocasión, y ella y Taylor caminaron por el campus una vez más antes de salir. Pasaron el resto del día juntas, sólo ellas tres. Jessica era la niña perfecta en el restaurante que Taylor eligió para la ocasión. La joven parecía entender de alguna manera que este era un día especial para su madre. Cuando Taylor se volvió hacia el coche en la calle, ella miró a la rubia a su lado. "Torrey, cierra los ojos". La artista pidió. "Cerrar los ojos. ¿Para qué?" Torrey miró a su amiga con una expresión curiosa. "Así que puedo darte tu regalo de graduación. Haz lo que te digo, por una vez en tu vida, ¿de acuerdo?" "Está bien, está bien", se rió la joven, cerrando los ojos. "Bien, ahora manténlos cerrados hasta que te diga que los abras, y nada de espiar". Taylor respondió. Se detuvieron en el camino de entrada y Taylor salió a abrir la puerta del lado del pasajero. "Está bien. Vamos, pero no abras los ojos todavía". Taylor dijo, llevando a la mujer en el camino de entrada. Taylor revisó para ver que Jessica estaba durmiendo plácidamente en su asiento del coche y corrió a dar la vuelta a las luces exteriores. "¿Puedo abrir mis ojos ya?" Torrey preguntó impaciente. "Las cosas buenas vienen a aquellos que esperan, mi amiga". Taylor susurró desde detrás de Torrey. La joven saltó al cálido aliento en su oído y el tacto de las manos de Taylor en las caderas estaba definitivamente haciendo algunas cosas escandalosas a su cerebro. Aspiró el aroma de la colonia de la artista y se encontró sin querer abrir los ojos todavía. "Está bien, Tor, abre los ojos". La joven abrió los ojos. Entonces ella parpadeó un par de veces. En el medio del camino de entrada había una verde profundo Jeep Grand Cherokee con una enorme cinta y atada
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alrededor. "Oh, Stretch... no puedo, quiero decir, es demasiado grande". Torrey tartamudeó. "¿Qué quieres decir con demasiado grande? ¿Pensé que querías algo de este tamaño?" Taylor dijo, su rostro adoptó una expresión de desconcierto. "Quiero decir que es demasiado grande el regalo. Taylor, esto debe haber costado una fortuna". Torrey respondió. Taylor se rió y deslizó sus brazos alrededor de la cintura de su pequeño amiga, hasta Torrey estaba recostada sobre el pecho de la artista. "Sólo una pequeña fortuna, no una realmente grande". Taylor respondió. "Además, te lo mereces". Giró el rostro de Torrey para mirarla a los ojos. "No hay una gran cantidad de mujeres que podrían haber llevado la crianza de un niño y obtener un título, Tor. Además, está el hecho de lo que yo te he hecho pasar. Sólo quería que supieras que estoy muy orgullosa de ti". Torrey giró completamente y casi abordó la mujer más alta mientras saltaba en su abrazo. Ella besó la mejilla de la artista, entonces susurró de nuevo. "No muchas mujeres te tienen, Stretch". Torrey dijo, tirando un poco hacia atrás para mirar a los ojos azules brillantes de su amiga. "Vamos a tomar a Jess y dar una vuelta ahora". Torrey dijo con entusiasmo. "Estaba esperando que dijeras eso", Taylor sonrió. "Ya he puesto un asiento de niños en la parte posterior".
Agosto de 1984 "¿Nerviosa?" Preguntó Torrey, mirando a la artista de cabello oscuro en el asiento del pasajero. Torrey había sido voluntaria para conducir por todas partes en los últimos dos meses desde que recibió el nuevo coche como su regalo de graduación. Era como un nuevo juguete para la joven rubia y Taylor estaba tan feliz de jugar de pasajera para variar. Taylor asintió con la cabeza ante la pregunta de su amiga. "Me levanto y hablo en el trabajo, en reuniones de negocios, en las convenciones todo el
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tiempo, no sé por qué estoy tan nerviosa por ponerme de pie delante de una treintena de personas en un sótano de la iglesia”. "Mama". Jessica golpeó la bandeja en la parte delantera del asiento del coche. Taylor llegó a su alrededor y le entregó a la niña a su osito de peluche que había caído al suelo. "¡Mamá!" El joven repitió. Torrey miró a su hija por el espejo retrovisor. "Ella quiere que su taza de jugo", Torrey le dijo a Taylor. La artista miró con incredulidad a su joven amiga, los ojos de la rubia aún fijos en la carretera. Metió la mano en el asiento de atrás y le dio un vaso de plástico rojo con un broche de presión en la tapa de la bandeja de adelante a Jessica. La chica rápidamente tomó la taza y empezó a beber. "Está bien, me rindo. ¿Cómo le dice mamá a la taza de jugo, mamá al oso de peluche, o yo tengo sueño mamá?" Preguntó Taylor. Torrey simplemente se encogió de hombros y sonrió a su amiga. "Supongo que es una cosa de mamá". Taylor se volvió y susurró a la joven. "Sabes, tenemos que enseñarle a esta niña algunas palabras nuevas". Taylor dijo con una sonrisa irónica. Entraron en el sótano de la iglesia y habló con la Hermana Eva, junto con un número de personas, tanto nuevos como antiguos, en el grupo. Torrey, con su actitud alegre de costumbre, iba a introducir a la gente a Taylor. Entonces la artista sonreía hacia ellos y su malestar desaparecería. Ella era una figura imponente y aunque ella era más reservada que su pequeña amiga era, no era una mujer poco amistosa. Taylor sólo se quedó atrás en los márgenes un poco más, tomando todo, mientras Torrey era como un perrito feliz, buscando amistad y aceptación. La gente tendía a hablar con la artista alta un poco más cuando su compañera estaba cerca. Era como si las formas salvajes de Taylor se volvieran mansas cuando estaba en compañía de la pequeña mujer con carácter abierto y corazón cuidadoso. "Me gustaría presentarles a alguien muy especial para todos nosotros". La Hermana Eva se puso de pie en el escenario para comenzar la noche. "Muchos de ustedes ya la conocen, pero para alguna gente nueva, me gustaría presentar a Taylor. Ella no sólo a compartirá unas palabras con nosotros esta noche, también tenemos algo muy especial que nos gustaría darle. ¿Taylor?" La Hermana Eva indicó que Taylor debía llegar hasta el escenario improvisado.
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"Taylor, te has convertido en una figura bastante regular por aquí", Eva continuó mientras sostenía una placa de plástico de color azul oscuro. "Taylor ha estado limpia durante un año hoy. Ella será la primera en decir que no ha sido fácil. Pensándolo bien, sólo hay que preguntarle a Torrey lo fácil que ha sido, que ha tenido que vivir con ella". Un número de personas que se echó a reír, como lo hizo Taylor. El rostro de Torrey se sonrojó ligeramente mientras se metió temporalmente en el centro de atención. Jessica, al escuchar las risas, se rió y aplaudió con sus propias manos. "A pesar de que le tomó un montón de duro trabajo, Taylor también será la primera en decir que valió la pena. Así que, si la nueva gente quiere tirar algo, escuchen lo que esta chica tiene que decir. Taylor, queremos sepa lo orgullosos que todos estamos de tí", dijo Eva mientras apretaba el pedazo redondo de plástico en la palma de la artista. Los voluntarios en el fondo de la sala comenzaron a aplaudir y pronto toda la habitación estaba mostrando a la mujer en el escenario su aprecio y apoyo. Taylor observó como Torrey aplaudió junto con Jessica rebotando en su regazo. Alzando la cabeza hacia atrás, ella inconscientemente echó la cabeza hacia atrás y adelante para sacudir los cabellos de ébano de sus ojos. Fue ese gesto abstraído que capturó la atención de Torrey y su corazón. En aquel instante, que duró una fracción de segundo, Torrey sentía un deseo que nunca había experimentado antes. Recordó haberle dicho a su amiga que ella no podía entender por qué el sexo era una gran atracción. Lo había hecho, y sin duda no era nada del otro mundo. Taylor simplemente sonrió a su joven amiga de la manera más extraña. La artista le dijo a Torrey que ella sólo podía esperar que algún día la joven conocería a alguien que provocó un absoluto deseo dentro de su alma. Luego sabría el por qué todo el alboroto. Torrey ya no era la ingenua de dieciocho años de edad. Sí, ella todavía tenía cierta inocencia sobre un número de cosas, pero sabía lo que hacían las mujeres juntas y ahora, en el medio de una habitación llena de gente, ella entendió lo que Taylor le había estado diciendo. Lo que ella estaba sintiendo ese momento iba más allá de una mirada romántica del amor para la artista de cabello oscuro. Ella la deseaba, en todas las formas imaginables. Cuando ella miró a Taylor, literalmente la deseaba desde el fondo de su alma. Taylor esperó a que los aplausos pararan antes de que ella comenzara a hablar. "Okay, basta. Caray, uno pensaría que yo estaba corriendo en la oficina". La artista sonrió nerviosamente. Se apoyó en el podio e hizo girar el chip a través de sus dedos . Era un truco que su padre le enseñó cuando era una niña. Él le dijo una vez que él lo aprendió de un crupier de blackjack en Las Vegas.
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"Creo que hay mucha gente no pensaría que este pequeño pedazo de plástico es algo especial. Habrá un montón de gente que te encuentres que no va a entender lo que representa. Realmente hay muchos de ustedes que no lo hacen pero no conocen su impacto por completo". Taylor comenzó. La artista miró a Torrey y le dio una pequeña sonrisa de medio lado. La sonrisa que iluminó el rostro de su amiga de cabello rubio se aferró con fuerza al corazón de Taylor, su estómago en realidad estaba haciendo un pequeño vuelco en el amor absoluto y devoción por esa sonrisa. Las lágrimas amenazaban sus ojos y ella bajó la cabeza por un momento. "Estoy segura de que este pequeño chip podría significar un montón de cosas diferentes para muchas personas. Cuando se trata a fin de cuentas, sin embargo, las sensaciones que este pequeño pedazo de plástico invoca en nosotros son todas más o menos las mismas. Deja que te diga lo que significa para mí". Taylor hizo una pausa por un momento. Cuando empezó a hablar, era como si ella sólo estuviera hablando con Torrey. "Esto significa que cuando camino por la calle con mi amiga, sé que no se avergüenza de mí. Significa que sé que cuando me encuentro con uno de sus amigos, no pueden oler la hierba en mi ropa o ver mis ojos inyectados en sangre. Significa que cuando ella me pide un favor, yo sé que es porque sabe que puede confiar en mí. Y, cuando estoy dos horas más tarde para la cena y yo no he llamado, ella sabe que no estoy caída en una zanja. Bueno, está bien , ella todavía está convencida de que estoy caída en una zanja en alguna parte, sólo que ahora ella no piensa que es culpa mía". Taylor dijo con una sonrisa mientras el público se rió con complicidad. "Esto significa que cuando la bebé llora en medio de la noche, no tiene por qué ser la única persona que salta de la cama, porque este pequeño chip le dice que ella puede contar conmigo para ayudar. La mayor parte de todo lo que significa que los dos pares de ojos verdosos que me están viendo en este momento pueden estar seguros de que pueden confiar en mí para estar siempre ahí, no importa para qué". Taylor terminó en voz baja mientras miraba a la cara de Torrey, las lágrimas cayendo silenciosamente por las mejillas de su amiga. Taylor se puso a hablar con la Hermana Eva y algunos otros cuando Torrey se acercó con Jessica en sus brazos. La niña se retorcía y retorcía, estirando los brazos en dirección a Taylor. "¡Tay... Tay!" La niña gritó. Taylor le dio una mirada de incredulidad, primero a Jessica, a continuación, a Torrey. La joven rubia abandonó a la niña en los brazos de Taylor como Jessica todavía gritaba el nombre de la artista. "Te juro que no tuve nada que ver con eso". Torrey admitió, lanzando sus manos en el aire.
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"¡Tay!" Jessica dijo de nuevo, cerrando sus brazos alrededor del cuello de la artista. Taylor abrazó a la niña y la mantuvo incluso cuando salían del edificio, la joven aparentemente satisfecha dentro de un fuerte abrazo de la mujer alta. Al abrir la puerta del Jeep para colocar Jessica en su asiento del coche, un joven pasó paseando a su perro. "¡Tay! ¡Tay!" Jessica dijo señalando al perro que hace dos horas que se llamaba 'mamá'". "¡Oh, no!" Taylor y Torrey dijeron al unísono, mirando la una a la otra desde lados opuestos del coche. Las dos mujeres empezaron a reírse de vocabulario limitado de los niños pequeños.
"Lo que dijiste esta noche", comenzó Torrey, "Fue hermoso". Taylor sonrió a su amiga. Estaban sentadas en el sofá de dos plazas en el patio, mirando las estrellas. "Sólo quería que supieras..." Taylor hizo una pausa y se encontró perdida en la mirada de Torrey. "...Yo sé que no siempre he sido la mejor clase de amiga". "Oh, Stretch, por favor, no vuelvas a pensar eso". Torrey dijo, colocando su mano sobre la más grande de su amiga. "Has tenido tus problemas, claro, pero nunca he dudado ni una vez de la profundidad de tu amor para mí o para Jess". "¿Quieres algo de beber?" Preguntó Torrey, levantándose de su asiento. "Claro, voy a tomar una cerveza". Taylor respondió con una sonrisa. La artista observaba, como los ojos de su amiga se abrieron como platos. "Sólo estaba bromeando. Voy a tomar un refresco". Taylor se echó a reír. Cuando Torrey regresó ella hacía malabares con los dos vasos de refresco en una mano y una caja envuelta en la otra. "Bueno, esto es seguro no es un coche, pero espero que te guste igual. Estoy tan orgullosa de ti, Taylor y pensé que te daría un pequeño regalo para celebrar la noche". Torrey dijo mientras se sentaba junto a la artista.
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"Cariño, no tenías que darme nada, pero de nuevo, no digo que no a los presentes". Taylor sonrió mientras rasgó el envoltorio. La artista levantó la caja de cristal y lo miró en silencio. Torrey pensó de inmediato que había cometido un gran error, hasta que Taylor habló. "Oh, Torrey... No puedo... No se ni que decir". Las lágrimas cayeron de sus ojos. "¿Te gusta o lo odias?" Torrey preguntó con voz preocupada. Taylor miró a la mujer a su lado e inclinó la cabeza, colocando un suave beso en los labios de la joven. Ella no había planeado el movimiento, pero era la única manera que se le ocurrió para mostrar a su amiga lo mucho que amaba a este regalo. Torrey, mientras tanto, estaba tratando desesperadamente de traer a su errática palpitación dentro de límites normales. Taylor se sentó la caja en el suelo, sosteniendo la base de caoba oscura sobre sus rodillas. Dentro de la caja de cristal había una réplica exacta de un Striker Deuce, el jet experimental que el padre de Taylor voló en su última misión. "Me encanta, Little Bit. Nunca nadie me ha dado nada tan especial antes que yo... No sé qué decir", repitió Taylor. Torrey dejó escapar un pequeño suspiro de alivio. Quitó el flequillo largo de los ojos de Taylor y apoyó la mano en el hombro de su amiga. "Está bien, no tienes que decir nada en absoluto. Tenía un poco miedo de que sería inapropiado. Quería que sepas que creo que tu padre estaría muy orgulloso de ti, Taylor. Lo sé". Llevaron el precioso regalo al interior y lo pusieron en la repisa de la chimenea. Entonces las dos mujeres pasaron el resto de la noche hablando en voz baja, mientras miraban las estrellas aparecer y luego desaparecen lentamente del cielo.
"Oye , Taylor, ¿tienes cualquier tipo de papel de gran tamaño?. Esto es todo lo que me queda". Preguntó JT . "Claro. Echa un vistazo en uno de los cajones de la gran organizador de madera contra la pared del fondo del estudio". La artista respondió distraídamente mientras masticaba el extremo de su lápiz. Ella y Jess estaban tratando de trabajar en su sombreado y hacerlo al mismo tiempo en el patio delantero. Taylor se había preocupado en los últimos tiempos con una última pieza que ella tenía en mente para su espectáculo, pero ella no podía hacerla bien.
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Un poco de tiempo pasó y Jessica todavía no había regresado. Taylor miró por la ventana del patio a la cocina, pero no vio ninguna señal de la joven. De repente, la artista recordó lo que la joven le pidió. Los ojos de Taylor tuvieron una mirada con los ojos abiertos, llena de pánico. Saltando de su silla, el cuaderno de bocetos en su regazo cayó ruidosamente al suelo. Ella nunca vio el cuaderno caer al suelo, los papeles sueltos revoloteaban a través del patio por las baldosas, mientras entraba rápidamente y corría a la casa, se dirigió hacia el estudio. Las puertas de cristal manchadas estaban abiertas, Taylor pudo distinguir la forma de Jessica apoyada contra el organizador de madera, las piezas sueltas de papel esparcidas a través de ella. Media docena de los cajones fueron abiertos parcialmente, su contenido claramente visible. Jessica se volvió hacia el sonido que Taylor hizo cuando entró en la habitación. La artista se detuvo cuando vio la expresión en el rostro de JT. Cuando sus ojos se encontraron, Taylor sabía su secreto ya no era suyo. La mujer de cabello oscuro se acercó lentamente a la joven y se puso a su lado. Con deliberada lentitud tomó los dibujos de la mano de Jessica y comenzó su sustitución en los cajones. Jessica siguió mirando a las imágenes en el papel, cientos, miles de dibujos. Algunos dubitativos y esquemáticos, mientras que otros estaban bien pensados, sus líneas oscuras y permanentes. Todas las imágenes que volvió a mirar JT eran las de su madre. Las gavillas de papel en la parte superior del organizador, ahora suelta, estaban desnudas, algunos en poses muy eróticas. Taylor recogió en silencio aquellos montones y los colocó en un cajón. La artista alta abrió el último cajón del organizador y sacó unas hojas de papel en blanco. Después de colocarlos en frente de la chica sin palabras, Taylor se volvió y salió de la habitación. Jessica no estaba segura de lo que estaba pasando, pero estaba segura de una cosa, había mucho más que Taylor y la relación con su madre que ninguna de los dos jamás le contó. La joven no estaba muy segura de lo que iba a decir, pero ella salió del estudio en busca de Taylor. La mujer de pelo oscuro estaba sentada en un rincón del jardín japonés en el sofá de dos plazas familiar. Ella sabía que cuando Jessica quisiera respuestas, la encontraría. Cuando la puerta del jardín se abrió, Taylor nunca miró hacia arriba. Sintió el peso de Jessica mientras la joven se sentó al lado de la mujer mayor. "Lo siento, Jess". Ella dijo en casi un susurro. "Nunca quise que lo descubras, sobre todo, no de esa manera". "¿Pensé que habías dicho tú y mamá nunca fueron amantes?" Preguntó JT. No era una acusación, sólo curiosidad. "No lo fuimos". Taylor dijo rotundamente, las lágrimas comenzaron a brillar en sus ojos.
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Jessica no puede no haber sido la más afilada, pero éste parecía obvio. "Querías serlo sin embargo, ¿no es así?" Ella cuestionó. Taylor pensó en las muchas maneras en que ella pudiera contestar esta pregunta, los juegos de palabras que podría intentar con el fin de tratar de salir de esta situación. Ella no podía mentir, sin embargo, no a Jess y no acerca de esto. Si mentía en este momento, entonces JT tenía todo el derecho a creer que ella había mentido sobre otras cosas. Sólo había una cosa que podía hacer para evitar que su relación se deshilache. Tenía que decir la verdad. Taylor miró a los ojos de la joven, dándole una media sonrisa triste, y, mientras una lágrima se deslizó de su propio ojo ella respondió. "Sí, lo hacía. Como cuestión de hecho, todavía lo hago". "Guau” JT suspiró. "Yo, uhm, no sé qué hacer con esto. ¿Quieres decirme mamá nunca supo?" "No, y no quiero que ella sepa, Jess. Por favor, prométeme que no interferirás, que no vas a decir nada a tu madre acerca de esto". Taylor declaró. " Deberías decirle a ella, Taylor. Quiero decir, quizás ella siente lo mismo..." Taylor interrumpió la joven. "Jessica, tu mamá es hetero y yo soy gay. Me enamoré de ella y dejé la vida que compartimos para que esté con otra persona, un hombre. ¡No hay nada más sencillo que eso!" "¿Quién era ese tipo?" Preguntó JT. "No lo sé, nunca lo conocí. Creo que puedes entender algo ahora, por qué nunca lo quise. Torrey y yo fuimos por caminos separados en enero del ochenta y cinco y ella tomó un trabajo en Chicago para estar con él. Supongo que, simplemente asumí que nunca funcionó. Ella nunca ofreció información alguna y nunca pregunté". Explicó Taylor. "Debes tener una parte mezclada. No puedo recordar a mamá que tenga una cosa con cualquier tipo. Demonios, ella siempre solía salir con Rick, su agente, a fiestas y esas cosas porque ella decía que no quería tener la molestia de una cita". Jessica respondió. "Tú tenías sólo dos, Jess. Demonios, apenas me recuerdas". Taylor respondió. "Sí, no me acuerdo mucho, pero la cosa es que yo te recuerdo y yo era mucho más joven cuando estabas con nosotras", JT replicó . "Una de nosotras tiene una mezcla, Jess", dijo Taylor como un ceño pensativo adornaba su rostro. "¿Qué razón podría tener tu madre, posiblemente, para haber tenido que mentirme a mí
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al respecto?" "No sé, Taylor, pero sé una cosa. En los últimos catorce o quince años desde ustedes dos se separaron, no creo que jamás haya visto a mamá salir con una sola persona, y punto". Jessica dijo en voz baja. "¿Taylor?" "¿Sí?" "¿Puedes decirme por qué no quieres mamá sepa?" preguntó Jessica. Taylor no miró a Jess, ella sólo pasó sus delgados dedos a través de la melena negra y se apoyó en los apoyabrazos de la silla. "Yo no quisiera pensar nunca que presioné a Torrey a algo que realmente no quería. Ya sabes cómo puede ser tu mamá. Ella siempre solía estar tan preocupado por mis sentimientos, ni siquiera pensaba en sí misma la mitad del tiempo. Supongo que siempre tenía miedo de que si sentía que la quería de esa manera, ella podría dormir conmigo por obligación y no por amor. Si eso sucediera, yo querría matarme, Jess. Prefiero ir apenas soñando con su amor que hacer que eso suceda". Jessica asintió con la cabeza con simpatía y comprensión. De una manera extraña, ella podía comprender los temores de la artista. Tenía una sensación más extraña, sin embargo, que ella no estaba viendo la imagen completa. Como una de esas imágenes tridimensionales que había que buscar casi bizca para ver el cuadro completo. Ella trató de describir la técnica de enfoque necesario para ver la imagen, una vez a su madre. La única manera que podía pensar para explicar el proceso era decir que había que actuar como si estuviera tratando de mirar a través de una fotografía. Esa es la manera que todo este escenario hacía sentir a la joven. Al igual que se estaba perdiendo el bosque por los árboles. "¿Es por eso que te quedaste con mamá? Ya sabes, ¿cuando nos apoyaste y ayudaste a criarme? ¿Es por eso que estoy aquí ahora? " JT preguntó inesperadamente. "Mira, Jess. Las cosas que hice por tu madre, las hice porque la amaba, no porque yo estaba enamorada de ella. Torrey era mi mejor amiga mucho antes de que yo quisiera más de nuestra relación. Ella era, y es una mujer increíblemente que da y cuida, que se preocupa más por los demás de lo que nunca hace por sí misma. Dime, ¿cómo no amarías eso?" Taylor preguntó la joven con honestidad. Jessica sonrió y asintió con la cabeza a la mujer mayor. "Taylor, ¿tienes alguno de los libros de mamá aquí?" preguntó JT.
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"Claro, en la biblioteca, tengo todos ellos". Taylor respondió con una mirada inquisitiva. "¿Alguna vez los has leído?" Jessica parecía avergonzada, mientras negaba con la cabeza. "Sírvase usted misma", respondió Taylor. "Ya te he dicho las historias, Jess, pero nunca voy a aprender más acerca de lo que está en su corazón, o la forma en que la mujer piensa, leyendo sus libros". "Hey, ¿tienes hambre?" Taylor dijo, cambiando de tema. "¿Qué tal si tomamos un descanso temprano y almorzar en Szechwan?" "Excelente sugerencia". JT sonrió, las dos mujeres se levantaron de una sola vez. "No te preocupes, Taylor", dijo JT, deslizando su brazo alrededor de la cintura de la mujer mayor. "Mamá nunca lo escuchará de mí". “Gracias, peque”. Taylor respondió, inclinándose para besar suavemente la frente de la joven.
Parte 4 Enero de 1985 Torrey tranquilamente dobló la carta cerrada y la puso de nuevo en su sobre. Ella miró pensativamente por la ventana de la bahía hacia fuera sobre el panorama blanco. Fue una buena cosa que ella hizo que Taylor condujera su Cherokee para ir trabajar hoy. Una cosa que podría contar en Maine era una blanca Navidad. Tenían eso y algo más este año. La nieve seguía cayendo pesadamente como Torrey reflexionó sobre la carta que recibió. Ella la leyó una docena de veces, pero no pudo hacer que su corazón se alegrará de ello. Era la oportunidad de su vida, su cabeza le dijo. Su corazón simplemente le dolía en la elección que tendría que hacer. Se dio cuenta en ese momento que no importaba cuán maravillosa era la oferta, ella simplemente no podía dejar a Taylor. La verdad era que ella no se iría. No iba a renunciar a la relación que tenían. No eran amantes, pero ellas sí que se amaban unas a otras, y en cuanto al resto, Torrey trataba de fingir que no importaba. Taylor parecía contentarse con las cosas como estaban, aunque había momentos en Torrey llamaba a la artista en un momento de descuido y la tristeza que su rostro expresaba casi rompía el corazón de Torrey. La Universidad de Chicago tendría que hacerlo sin ella. Una vez más, leyó la carta. El profesor John Armistead, el Jefe del Departamento de Literatura Inglesa solicitaba que tomara la posición abierta como su asistente. Un buen trabajo, un buen sueldo y la oportunidad de
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trabajar en su maestría tenía su atractivo, pero sólo si Taylor estaba allí para compartir todo con ella. Ella recordó lo divertido que era mostrarle a Taylor en sus visitas a Chicago y disfrutar de algunos de los lugares predilectos en los que Torrey creció alrededor. Comenzó como una simple manera de ganar un poco de dinero y hacer un viaje a Chicago. El supervisor de grupo de escritores semanal en el que Torrey tenía un proyecto estaba en lo cierto, hasta la encrucijada de la joven rubia. Un amigo suyo estaba haciendo una investigación para un nuevo libro de texto que estaba escribiendo en Literatura Inglesa y que estaba buscando a alguien que pudiera dedicar algunos fines de semana a través de su llegada para que lo ayuden. Torrey no dejó pasar la oportunidad, y ella y Taylor fueron juntas por primera vez. Después de eso, Taylor dijo que tenía más sentido quedarse en casa con Jessica así Torrey podía concentrarse en hacer un buen trabajo. Debe de haber trabajado bien, como la carta en sus manos lo probaba. El teléfono inalámbrico sonó y ella saltó ante el sonido. Volteando rápidamente el interruptor de modo que Jessica no se despertara, ella contestó al primer timbrazo. "Hey, Little Bit, Feliz Año Nuevo. No es apto para hombres ni bestias aquí, iba a llamar en el día... ¿tengo que llevar algo a casa?" La voz de Taylor vino a través de la línea llena de estática. "Sólo a ti misma". Torrey sonrió, reconociendo el sonido del teléfono del coche de Taylor. "¿Qué tan lejos estás?" "De hecho", dijo Taylor, arrastrando las palabras. El sonido de la puerta del garaje impulsó a Torrey para mirar por la ventana y vio como el espectáculo familiar de la Jeep Cherokee se detenía en el camino de entrada y entraba en el garaje. "Te escabulliste". Torrey rió y colgó el teléfono como Taylor se echó a reír a carcajadas. Taylor se quitó los guantes y la bufanda, colgando su larga chaqueta de cuero en el armario del pasillo antes de entrar en la sala de estar. "No creo que mi sangre californiana vaya a acostumbrarse a este tipo de clima". La artista dijo, acercándose a su amiga y dándole un beso rápido en la parte superior de la cabeza. "Debilucha". Torrey respondió con una sonrisa. "Oh, sí... ver cuán débil se siente". Taylor dijo mientras se inclinaba, colocando sus manos heladas en el cuello de la joven. "¡Oh, Taylor!" Torrey chilló, saltando de su asiento y alejándose de su agresora.
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"¿Qué pasa? ¿Pensé que dijiste que estaba siendo un debilucha?" Taylor avanzó, moviendo sus dedos a su amiga. "Muy gracioso. Atrás... atrás". Torrey gritó cuando Taylor se abalanzó sobre ella de nuevo. "¡Tay... Tay!" "¡Mira lo que hiciste!" Ambas mujeres rieron al unísono mientras la voz impaciente de Jessica venía de la habitación de abajo. "¡Tay, Tay, Tay!" Jessica dijo mientras saltaba en su cuna. Una vez que la mujer de cabello oscuro se acercó lo suficiente a la joven prácticamente se arrojó sobre el riel de la cuna, Taylor agarrar la niña riendo en los brazos. "Hola, princesa. ¿Ha sido una buena chica de hoy?" Torrey dio un paso atrás y observó a su hija y Taylor llevaban una conversación juntas. La artista no tenía la menor idea de lo que el joven le estaba diciendo, pero la interrumpió de todos sus comentarios en el sitio adecuado. "Mira, Jess, está nevando". Taylor señaló por la ventana. "Ooooh", Jessica respondió adecuadamente. Torrey sacó algo de ropa limpia del gran armario contra la pared cuando Taylor comenzó a quitar la camiseta de Jessica y cambiarle el pañal. "Yo puedo hacer eso, Stretch", dijo Torrey. "No, no me importa". Taylor respondió con un guiño en dirección a su amiga. La verdad era que a Taylor realmente no le importaba. La joven rubia sonrió mientras veía a la artista interactuar con la niña. A Taylor nunca le importaba cuidar de Jessica. Fue el punto culminante de su día, caminando por la puerta principal y teniendo el pequeño paquete de energía saltando en sus brazos. Meter a la chica en la cama por la noche era otro de los momentos favoritos de la mujer de cabello oscuro. Jessica se acurrucaba en el regazo de Taylor mientras se sentaba en la mecedora de madera, leyendo un cuento a los niños para su sueño. La voz de Taylor interrumpió las reflexiones de Torrey. "Me temo que vamos a tener que cancelar nuestra reserva esta noche, Tor. Además, yo no
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creo que la señora Green vaya a ser capaz de salir con este tiempo para quedarse con Jess". Taylor dijo en tono de disculpa. "Está bien, Stretch. Estoy muy por delante de ti. Ya he llamado a la señora Green y le dije que ni siquiera pensara en tratar de salir. Hice en la sartén mi famosa lasaña y la puse en el horno justo antes de que llegaras aquí, y si eres muy agradable conmigo esta noche voy a compartir tu postre favorito contigo". Torrey sonrió. Taylor miró sorprendida. Había asumido que Torrey estaría molesta por tener que cancelar sus planes de fin de año. "¿Hiciste Tiramisú?" La artista miró con asombro. "Creo que vas a tener que esperar y ver, ¿verdad?" Torrey respondió con una sonrisa socarrona.
"Una vez más te has superado a ti misma, Tor. Sigo preguntándome qué le voy a decir a mi mamá la próxima vez que me pregunte quién es el mejor cocinero que conozco. Me estás echando a perder, lo sabes". Taylor dijo con un guiño mientras tomaba sus platos de postre hacia la cocina. Torrey vertió para ambas otra taza de café y disfrutaban de la vista en la cocina, mirando a la mujer alta colocar las últimas piezas de porcelana en el lavavajillas. La artista llegó a un armario y sacó dos copas de champán estriadas, metiendo la mano en el refrigerador por una botella de sidra espumosa que ella trajo a casa. Torrey vio como su amiga desenvolvió con cuidado el papel de aluminio en la parte superior de la botella, comenzando a desenredar el hilo que se envolvía alrededor de la parte superior. El comienzo de un nuevo año y sin embargo ella aún vivía en los brazos del amor no correspondido por la mujer que ahora estaba ocupada en la cocina. Serían casi cinco años desde que ella y Taylor se conocieron, ni mucho menos ya que la joven rubia se había enamorado de su mejor amiga. Se preguntaba algunas veces por qué Taylor no podía ver lo que sentía. Ella no había tenido una cita una vez en todo ese tiempo, con excepción de cuando salía con Stephen. Torrey tenía que pensar dos veces antes de que una. ¿Cuándo fue la última vez que Taylor salió con alguien? El rostro de Torrey convirtió en un ceño fruncido que no podía quitarse de encima. ¿Podría Taylor estar soltera porque pensaba que no podía dejar sola a Torrey? El pensamiento golpeó duro a Torrey y le provocó una sensación de hundimiento en la boca del estómago. ¿Soy yo la que la detengo de encontrar a alguien? ¿Estoy siendo egoísta?
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Taylor entró en el comedor con la botella abierta y copas. "Ponte el abrigo, tengo una idea". La artista sonrió. Las dos mujeres se reunieron y caminaron hacia el patio cubierto. La nieve seguía cayendo y no había nada más que el silencio a su alrededor. "¿Es hermoso, no es así, Stretch? Siento tener que susurrar". Torrey dijo en voz baja. Taylor observó a la mujer joven como la atención de Torrey fue hacia los copos de nieve que caían del cielo. Taylor notó que las mejillas y la nariz de la rubia se estaban convirtiendo rápidamente rojizos, sus ojos verdes brillaban. Una vez más, Taylor sintió que su cuerpo era débil con la vista. "Aquí", dijo Taylor, entregando Torrey un vaso del líquido burbujeante. "Por otro año..." Taylor se fue apagando mientras tocaba su vaso a la de la mano de Torrey. "¿Cómo sabremos cuándo?" Preguntó Torrey, dándose cuenta de que no tenía su reloj. "Sabremos, unos minutos más". Taylor dijo enigmáticamente. "Stretch... ¿por qué ibas a salir conmigo esta noche?" "¿Eh?" Taylor preguntó confundida. "Quiero decir, tiene que haber habido una chica, ya sabes, tal vez alguien de tu oficina que con la que podrías estar fuera esta noche". Torrey continuó. "Sí, pero nadie que pueda hacer tiramisú". Taylor bromeó. Torrey sonrió, pero ella necesitaba saber por qué. ¿Era su compañía o no? ¿Taylor sentía que tenía una obligación con ella? "Pensé que tal vez es posible que desees, ya sabes, ir a una cita de vez en cuando". Torrey dijo finalmente. Taylor miró a los ojos verdes tranquilos y respondió lo más honestamente que pudo. "No necesito una cita... Te tengo a ti". Taylor dijo en voz baja tocando suavemente la punta de la nariz de Torrey. La artista pensó que había dicho algo incorrecto cuando una mirada similar al dolor apareció en el rostro de la joven. Antes de que Taylor pudiera decir algo más, un cohete estalló en el aire, y luego otro, y pronto todo el barrio se llenó de petardos y cohetes, sus sonidos amortiguados por
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la nieve que caía. "Ves", dijo Taylor con una sonrisa. "Te dije que sabríamos". Torrey rió y levantó la vista hacia la pantalla improvisada, las palabras en su lengua olvidadas por el momento. Taylor observaba y sabía que había algo más en este mundo que podría rivalizar con lo que tenía en su vida ahora mismo. "Feliz Año Nuevo, Little Bit", susurró la artista. Torrey se volvió para mirar a su amiga, con sus ojos retenidos en el increíble color azul de los ojos de Taylor. "Feliz Año Nuevo, Stretch". Torrey susurró. Taylor se detuvo para pasar ligeramente el dorso de sus dedos por la mejilla de la mujer más pequeña. Se agachó y cubrió suavemente los labios de Torrey con los suyos. Ella había besado a Torrey esa manera antes y, en el pasado, había sido simplemente una muestra de emoción, algo que ocurrió cuando Taylor estaba demasiado superada para hablar. Esta vez, con cada mujer queriendo en su corazón algo más, el beso duró tal vez un solo latido del corazón más que el sentido común dictaba. Taylor se encontró alejándose un segundo antes de que ella hubiera gemido de placer en el contacto. Torrey sintió como su corazón se iba a salir fuera de su pecho. Se abrazaron, ninguna de las mujeres queriendo mirar a los ojos de la otra, ahora no. Si el balance de todas las cosas podría haber sido sacado de la alineación del querer algo tan mal, pero sin que actúe sobre el pensamiento, entonces el mundo sin duda hubiera tenido un impulso distinto en esa noche.
Taylor estaba en la cama mirando al techo, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza, el pie nerviosamente meciéndose hacia adelante y hacia atrás. No podía creer lo que casi había pasado esta noche. Ese beso casi hizo una muestra de amor cayendo de su boca. Ella no podía poner su dedo en la llaga, pero parecía como si Torrey había respondido a su contacto. Taylor se dio cuenta de que probablemente era una ilusión pensar eso de su parte. Ella tenía que saber . Más importante aún, ¿habría de permitir que Torrey supiera lo que sentía por ella? Taylor sonrió con una sonrisa de medio lado ligera mientras alcanzaba sus dedos hasta sus propios labios. Se habían tocado casualmente sus labios contra los de Torrey de antes, pero nunca había sido así. De hecho, Taylor sabía en su corazón que el beso de Torrey se sentiría de esa manera. Sus labios todavía se estremecían ante la sensación. Tenía que decir algo, por
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lo menos poner fuera su sentir por Torrey. Ella nunca pondría en peligro su amistad, pero ella, al menos, vería dónde estaba parada. Si hubiera una oportunidad, una sola en mil millones sobre la posibilidad de que Torrey podía amarla así, ¿no valdría la pena el riesgo?
La nieve finalmente se detuvo y Torrey sentó en su cama, un oído siempre en el monitor de bebé en la habitación de Jessica. La luna alcanzó su punto máximo entre las nubes y bañó la habitación en un resplandor azul surrealista. La luz captó las lágrimas que rodaban silenciosamente por las mejillas de Torrey . Esta noche, ella sintió que su mundo chocaba en la angustia y el éxtasis. En un momento a su corazón le dolía saber que ella había sido tan egoísta para mantener un control sobre esta mujer que amaba, negando a Taylor la oportunidad de encontrar a alguien que la artista podría amar de verdad. Al momento siguiente, Taylor la estaba besando y la joven sintió la dulzura y el sabor de boca de la mujer de cabellos oscuros permanecían aún dentro de la suya propia. Torrey apartó las rodillas hasta el pecho, envolviendo sus brazos alrededor de sus piernas. Hundió la cabeza para amortiguar los sollozos que sacudían su pequeño cuerpo. Taylor siempre se quedaría con Torrey, negando su propio placer, su propia felicidad, sólo para cuidar de Torrey. Ese pensamiento fue demasiado para que la joven lo tratara. ¿Cómo podía haber sido tan egoísta, haciendo rechazar a Taylor la oportunidad en el amor y un futuro de felicidad? Torrey lloró ahora para la decisión que tendría que tomar y con la que tendría que vivir por el resto de su vida. Lloró por su hija, que iba a crecer sin el amor de las dos mujeres que se había acostumbrado, pero más que nada, Torrey dejó que sus lágrimas se derramaran por el amor que se dio cuenta de la vida nunca se daría a ella. Había dos caminos más abajo, pero ella tendría que soltarlo de su alcance. Sería un tormento insoportable, pero ella siempre diría que ella lo hizo por amor.
Torrey estaba sentada a la mesa de la cocina bebiendo una taza de té cuando Taylor se dirigió a la cafetera. Como de costumbre, la joven rubia puso el café de Taylor, así como su propio té. El mismo pensamiento breve pasó a través de su conciencia que hacía cada mañana, ella se preguntó qué haría sin la mujer joven. En cuanto a la mesa, murmuró un saludo y se detuvo en seco por la expresión del rostro de Torrey. No podía vivir con la mujer siempre, y cuando Taylor se dio cuenta de que Torrey había pasado la noche llorando. "Cariño, ¿qué pasa?" Taylor preguntó con preocupación. "Yo..." Torrey comenzó, pero se detuvo bruscamente y le tendió una hoja de papel de Taylor.
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Taylor miró a la mujer sentada y luego leyó rápidamente la carta de la Universidad de Chicago. No esperaba esto. Por supuesto, los inviernos de Chicago no podía ser peor que el invierno de Maine, ¿verdad? Mientras estaban juntas podrían estar en cualquier parte como una familia. “¿Esto es bueno verdad?, quiero decir este tipo con el que trabajaste mejoró el acuerdo contigo, Tor. Bueno, diablos, yo puedo hacer lo que hago en cualquier lugar, si..." Fue entonces cuando Taylor miró a los ojos de Torrey. La joven apartó su mirada y Taylor finalmente lo descubrió. No iba a haber nadie en este movimiento. Sus rodillas se sentían débiles y ella se dejó caer en una silla en la mesa, frente a Torrey. "Oh". Fue el cerebro todo de Taylor podría formular. La mujer miró el papel en la mano de nuevo. Sus dedos se deslizaron por el pelo despeinado en un intento de darse tiempo para entender lo que estaba sucediendo. Lo único que podía sentir era la sangre golpeando con furia en su cabeza. Entonces recordó las preguntas de Torrey anoche. ¿Querría Torrey querer salir si ella pensaba que estaba en el camino? "Torrey, si esto es por lo que me preguntaste anoche, acerca de que yo no salía..." Taylor comenzó, pero fue interrumpida abruptamente. "Conocí a alguien". Torrey dijo rotundamente. Taylor sentía como si le estuviera dando un puñetazo en el estómago. Ella tomó varias respiraciones lentas y profundas para combatir los sentimientos de náusea. "¿Qué?" Taylor preguntó con incredulidad. "En Chicago, en la Universidad". Torrey explicó, incapaz de mirar a los ojos de Taylor. Torrey no quería mentir, pero rápidamente se hizo evidente que ella conocía muy bien a Taylor. La artista lo descubrió y Torrey sabía que no sería capaz de hacerle frente a los argumentos persuasivos de Taylor. Torrey hizo lo único que sabía hacer. Ella hizo que Taylor se sienta como si fuera a estar de pie en el camino de su felicidad. Torrey se dio cuenta de que Taylor no le importaría encontrar a alguien para ella, pero ella se preocupa por negárselo a Torrey. Así que la joven formó por un amante imaginario como su carta de triunfo. Taylor sentía que se estaba muriendo. Las palabras de su madre volvieron a ella y eran ciertas. Nunca reveló la verdad de su corazón a Torrey y si alguna vez tuvo una oportunidad antes de ahora, ya no estaba. El corazón de Torrey finalmente encontró a alguien más. Miró a la joven frente a ella. La cabeza de Torrey gacha y las lágrimas comenzaron a escapar
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de sus ojos ya hinchados. Como siempre, esas lágrimas tocaron el corazón de Taylor como si nada lo hubiera hecho, ni nunca lo haría de nuevo. Taylor maldijo en silencio. Torrey estaba molesta, preguntándose cómo Taylor tomaría la noticia. Probablemente pensando en cómo Taylor viviría sin ella. Dios, ¿esta mujer nunca piensa en sí misma? Taylor decidió que en ese mismo momento que no iba a llorar ni una sola lágrima, no delante de Torrey todos modos. Ella sería fuerte y haría esto tan fácil como sea posible para la mujer joven. Ella la apoyaría y haría que Torrey creyera que esto era lo más grande en el mundo. La joven rubia estaba tomando una oportunidad en el amor y era más de lo que Taylor podría decir que ella había hecho. Ella sería fuerte para Torrey, y entonces ella se vendría abajo cuando todo hubiera terminado. "Torrey, cariño", Taylor dijo mientras se movía al lado de la mujer y la levantó en sus brazos. "No estés triste, debes ser feliz. Este trabajo es por lo que has trabajado tan duro durante todo este tiempo, te lo mereces. También mereces todo el amor y la felicidad en el mundo. Este tipo, ¿es que te hace feliz?" Torrey lloró aún peor, pero murmuró un sí. "Entonces, eso me hace feliz". Taylor mintió, levantando la barbilla de la joven hasta que sus ojos se encontraron. Taylor rozó sus labios contra la frente de Torrey, guiando a la joven junto con ella a la sala de estar. Torrey nunca dijo una palabra mientras Taylor se sentó, prácticamente tumbada en el sofá, luego empujó a Torrey a su lado. La pequeña mujer apoyó la cabeza en el ancho hombro de su amiga, unos brazos fuertes la sujetaban con fuerza. Taylor tuvo la oportunidad de calmar a la mujer joven pasando sus dedos por su pelo rubio, dejando caer la caricia inocente en la piel que luego se habría ido de su vida. Torrey cerró los ojos con fuerza, pero aún así las lágrimas se deslizaban a través. Trató de concentrarse en la forma en que su cuerpo se sentía contra el de Taylor, el camino de dedos de la artista y su sentir mientras se deslizaban por su piel. Ella creó una memoria que podía encerrar dentro de su corazón y llevar con ella. No estaba segura de lo que dolía más. El hecho de que ella se iría y que algún día Taylor estaría acariciando a otra mujer de esta manera, o que la mujer a la que amaba con todo su ser simplemente iba a dejarla ir. "¿Cuándo te piensas ir?" Susurro ronca Taylor como rompió el silencio. "Quieren que empiece la primera semana de febrero". Torrey respondió con solemnidad. Taylor respiró hondo para calmarse cuando lo único que quería hacer era no dejarla ir, gritar y llorar en los brazos de Torrey, suplicarle a la mujer, y prometerle una vida de amor si ella se quedaba. Cinco años de su vida en común y todo habría terminado en cuestión de semanas.
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Fue desentrañando tan rápido. "Todo será maravilloso para ti, Little Bit, sólo esperar y verás. Te puedo decir que algún día todos tus sueños van a hacerse realidad". Taylor susurró. Torrey comenzó a llorar de nuevo. La joven conocía un sueño que nunca se haría realidad.
La Universidad se encargó de todo al extremo. Encontraron un bonito departamento en un buen barrio que se ajustaba al salario de un profesor adjunto, organizaron para los traslados, e incluso alentaron a Torrey venir a visitar la ciudad de nuevo a su costa, sólo para estar seguros de que le gustaría estar. Torrey declinó esto último. No quería pasar un minuto de diferencia sin Taylor y ella sabía si iban a Chicago juntas, Taylor insistiría en el reunirse con su amante imaginario. Taylor tomó un tiempo sabático de emergencia de Diamond & Allen por el próximo mes. Por su parte, ella no estaba dispuesta a perder ni un instante de tiempo con Torrey o Jessica. Esa fue la parte más difícil. La joven era demasiado chica para explicar la eventual desaparición de Taylor, así que Taylor trató simplemente de pasar el mayor tiempo posible con la niña. Las lágrimas de la artista hicieron caída cuando estaba lejos de Torrey, especialmente cuando jugaba en el suelo con Jessica. Pensó en todas las cosas que echaría de menos en la vida de la joven, la chica que sentía tanto como una hija, como si ella la hubiera dado a luz. Al oír el murmullo de una voz, Torrey se detuvo en la puerta de la habitación de Jessica. Ella con frecuencia simplemente disfrutaba del sonido de la voz de Taylor mientras leía un cuento a su hija y la pequeña voz de Jessica llena de preguntas. "¿Tay, qu‟ „ss?" Pequeña voz de Jessica preguntó mientras señalaba a una imagen en el libro. Torrey se asomó para ver la espalda de Taylor, Jessica se acurrucaba en el regazo de la artista mientras estaban sentadas en la gran mecedora de madera. Taylor leería, entonces Jessica interrumpía con una pregunta. Taylor respondería a la niña, le haría cosquillas hasta que ella se riera, luego se iba a empezar todo el proceso otra vez. Torrey finalmente escuchó la pausa de Taylor, y el profundo suspiro que acompañó el silencio era desgarrador. Finalmente Torrey escuchó la voz de Taylor. "Tienes que cuidar a tu madre por mí ahora, Jess. Ella es fuerte y puede ser terco como el infierno a veces, pero siempre tiene buenas intenciones. Ella va a estar demasiado lejos para que yo la vea nunca más, vas a tener que ayudarme, peque". Taylor dijo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
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"'Kay", respondió Jessica. Taylor se echó a reír sabiendo que la joven no tenía idea de lo que estaba hablando, pero ella respondió con la palabra adecuada en el lugar correcto de todos modos. "Te amo, Jess. Por favor, no te olvides de mí... ¿de acuerdo?" preguntó Taylor. "'Kay." Jessica respondió una vez más. “T‟ „mo”, la niña estaba en el regazo de Taylor y le echó los brazos alrededor del cuello de la mujer. "Yo también te amo, bebé. Te extrañaré tanto, Jess. Pórtate bien para mamá, ¿de acuerdo?" Jessica asintió y una vez más, se sentó en el regazo de la artista. Torrey había estado apoyándose pesadamente contra la pared, fueras de la habitación. Ella regresó a su propio dormitorio, incapaz de detener las lágrimas que se estaban convirtiendo en una parte de su rutina diaria. Inevitablemente llegó el día, y era demasiado pronto para las dos mujeres. El camión de mudanzas ya había estado allí por un par de horas por la mañana. Torrey fue inflexible acerca de no tomar los muebles, pero Taylor ganó la discusión. Explicó que Torrey sólo estaría empezando y que no debía hacer su vida más difícil que ya la tenía. Había algunas cosas que absolutamente debía tener. El coche era de Torrey para mantener o vender, Taylor le dijo, y como Torrey se preparaba ella misma, la artista presionó una libreta de ahorros en la pequeña mano de Torrey. Taylor le explicó que no había ninguna manera de que iba a tomarlo de nuevo y de que Torrey fuera sensible. Taylor acarreó incluso a Jessica hasta el coche. Torrey a propósito fue detrás, un poco más lento para dar Taylor el tiempo que necesitaba con la niña. La artista abrazó a la chica con fuerza, susurrando en su oído. La mujer alta comenzó hacer reír a la niña y luego la colocó en su asiento del coche en la parte trasera de la Cherokee. El clima era más cálido de lo que había sido durante bastante tiempo, y desde las dos últimas semanas también había estado claro, la conducción no debía ser demasiado problema, le explicó Taylor. Las dos mujeres caminaban alrededor del coche, Torrey con su brazo alrededor de la cintura de Taylor, la mujer más alta le daba un brazo sobre los hombros cubiertos de Torrey. Torrey acordó llamar desde el motel cada noche y llamar tan pronto como llegaran a Chicago. Las lágrimas brillaron en los ojos de Torrey cuando finalmente se detuvo y miró a los ojos azul de Taylor. La ceja fruncida de la artista mientras luchaba para mantener un control sobre sus propias emociones precarias. "Estoy muy asustada". Torrey admitió, las lágrimas empezaron a caer. Torrey tiró de la mujer joven en un abrazo feroz. Por última vez, la artista la envolvió en sus
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brazos fuertes, protectoramente alrededor de la forma más pequeña y trató de infundir una fuerza que ella realmente no se sentía en la mujer en sus brazos. “Es como para asustarse”. Taylor estuvo de acuerdo. "Yo también tengo miedo". Ella susurró con la voz quebrada. Retirándose de la pequeña figura, Taylor quería besar esos labios una vez más. Ella se inclinó y rozó sus labios con los de Torrey con tanta delicadeza, que apenas registran el contacto. Luego, sin importarle quién podría haber estado observando, se besaron una vez más. Esta vez el beso fue más fuerte y Taylor ahuecó la mandíbula de Torrey en su mano y la mantuvo allí. "Te amo, Little Bit". Taylor dijo en voz baja. "Oh, Stretch, te amo". Torrey respondió, rodeando el cuello de la mujer más alta con sus brazos y apretando con fuerza. Taylor realmente no recordaba mucho después de eso. Sentía que ella siempre recordaría la vista del auto de Torrey mientras la joven y su hija salían fuera de su vida. Algunos de los vecinos que conocían a las mujeres jóvenes ya entendían lo que estaba pasando. Los que no, realmente no tuvieron que buscar mucho para encontrar explicaciones. Ya sean heterosexuales o gays, ellos sabían lo que una ruptura parecía. Casi todo el mundo le gustaba la joven pareja que parecía complementarse entre sí muy bien y que se preocupaba por su hija con un amor y abnegación que era inigualable. Algunos miraban con ojos tristes como la artista alta, simplemente se puso de pie en la acera durante más tiempo. Cuando se alejó de la calle, al fin, ella actuó como si entrar en la casa vacía sería demasiado para ella. Se sentó en el escalón de la entrada, tirando de sus rodillas hasta el pecho y envolviendo sus brazos alrededor de sus propias piernas. Estaba oscuro antes de encontrar el coraje para entrar en la casa de nuevo. Ahí fue cuando se dijo que estaba bien desmoronarse ahora.
Torrey colgaba la imagen y dio un paso atrás para asegurarse de que estaba alineada. Ella se adelantó e hizo un ajuste más antes de volver otra vez a disfrutar del dibujo. Desde luego, no era la primera pieza de arte de su hija, pero era la primera que alguna vez recibió como regalo y la primera con ese significado. Su hija dibujó la imagen de una fotografía que Torrey y Jessica, ambas llevan en sus billeteras. Ella nunca estuvo segura de qué se trataba la imagen que hicieron que tanto la madre como la hija gravitan hacia ella. Taylor tomó la foto justo después de que Jess había aprendido a caminar. Acababa de correr hasta su madre y tocó la punta de su dedo índice a la nariz de Torrey, madre e hija riendo mientras Taylor tomó la foto. Decía más que las palabras, saber que Jessica dibujó esta imagen, que hablaba de los tiempos más felices de su vida, para el día actual de su madre.
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Pensó de nuevo en el Día de la Madre un largo tiempo atrás. La joven escritora se había sentido sola y sin amor, y entonces recordó el cumpleaños de Taylor, en una espiral de depresión aún más profunda.
Septiembre de 1991 Torrey se apoyó contra la pared y le sonrió a una persona sin más nombre que su agente le presentó. "Estás empezando a parecer aburrida", le dijo Rick en su tono cantarino falso. "Recuerda que todas estas personas están a tu disposición". "Bueno, encuentra la más bonita y me iré con ella". Torrey replicó. "Oh, estás rara ¿no? ¿Qué te pasa?" Rick preguntó, saludando a alguien del otro lado de la habitación. "Mi hija me odia, su niñera se desentendió, y no he tenido sexo en dos años... ¿Necesito alguna otra razón?" Torrey bromeó. Ella no estaba siendo egoísta. Ella y Rick eran viejos amigos y bromeaban uno con otro así todo el tiempo. Una vez que se enteró de que su amigo era gay, ella lo arrastró con a todas las fiestas para que no le hicieran proposiciones y ser buscada por todos los hombres en la habitación. Pronto los rumores eran que la autora, Torrey Gray y su agente eran un tema de larga data. Rick se acercó al bar y volvió con un vaso de Glenlivet12 y se lo entregó a su amiga. Torrey le dio las gracias y tomó un sorbo de la copa. Cuando alzó los ojos otra vez que estaba mirando en un par de ojos azules fríos con inquietante familiaridad. La mujer al otro lado de la habitación sacudió el pelo oscuro de la cara y sonrió seductoramente a la escritora. Torrey sintió un calor impregnar su cuerpo con esa sonrisa. Alguien debe de haber abordado a la mujer porque la morena giró la cabeza hacia la conversación. Fue una coincidencia asombrosa que ella debía conocer a una mujer que le recordaba mucho de Taylor, sobre todo cuando ella y su amiga se había separado por casi siete años. Más aún en un fin de semana cuando a Torrey le faltaba Taylor más que nunca. La mujer de pie al otro lado de la habitación no era tan alta como su vieja amiga, tal vez uno setenta y cinco más o menos. Tampoco era la joven tan impresionante. Esta mujer era hermosa sin duda, pero no tenía la impresionante belleza de Taylor. Torrey encontró sus ojos 12
Glenlivet: es una marca de escocés.
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vagando cuerpo de la mujer y corrió derecho en las esferas de índigo, mirándola una vez más. Esta vez, la mujer sonrió y guiñó un ojo, diciéndole a Torrey algo que ella atrapó. La escritora se encogió de hombros al ser sorprendida en el acto. Una vez más, la morena se volvió hacia las personas que hablan junto a ella. "Es posible que desees estar prevenido acerca de eso". Rick le susurró al oído. "Es una profesional". "¿Es una broma?" Torrey se sorprendió. Por supuesto, ella no tenía idea de lo que una prostituta parecía, distinta de las que estaban alrededor de la calle cincuenta y ocho de Chicago. "Ella es muy caro, pero por lo que escuché, muy bueno en lo que hace." Rick dijo en voz baja. "¿Qué tan cara?" preguntó Torrey. Rick miró a la joven y le sonrió. Él no había pensado en Torrey como mujer quién tenga que pagar por sexo, pero a ella no le gustaba las complicaciones de las citas y dos años podría ser un largo tiempo. "¿Te gustaría que hiciera averiguaciones en tu nombre?" Rick preguntó con una sonrisa de complicidad. Torrey observó cómo la joven a través de la habitación miraba hacia ella con una sonrisa que parecía querer saber lo que estaba esperando. "Oh, sí". Torrey dijo, terminando la última de su whisky.
Torrey corrió la llave de tarjeta a través de la cerradura y abrió la puerta. La suite en el Plaza era la misma en que se quedó en todos los años cuando llegó a Nueva York. El personal era cortés y atento a las necesidades de la escritora. El hombre joven en la recepción ni siquiera parpadeó cuando vio a la pequeña rubia de pie con la morena alta. Lo que la gente así lo suficiente como para permitir una suite en el Plaza hacía en sus habitaciones, era asunto suyo. Quitándose la chaqueta Torrey se dirigió directamente hacia el bar. "¿Te gustaría una bebida, Kat?" preguntó a la mujer más alta. "Claro, lo que estés tomando estará muy bien". Respondió la mujer. Torrey entregó a Kat su bebida y tomó un largo trago de la suya propia, ella procedió a avanzar
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hacia el cuarto de baño. "Tendré que tomar una ducha. Dame unos minutos, ¿podrías?" Torrey dio la vuelta y se dirigió al cuarto de baño antes de que la prostituta pudiera contestar. Kat tomó un sorbo de su whisky y una sonrisa se dibujó en sus labios. Ella empezó a quitarse lentamente su propia ropa. Ella tuvo que preguntarse por la bella rubia. Por lo general, las únicas mujeres que buscaron a salir eran las tortilleras de edad avanzada con una gran cantidad de dinero, que habían perdido hace mucho tiempo su capacidad para atraer a las mujeres más jóvenes. La única razón por la que un hombre o una mujer rica y atractiva le pagaban por sexo era si querían sin condiciones y lo querían en sus términos. Reconoció a Torrey Gray de inmediato, pero por la sonrisa inocente de la mujer y la forma en que ella escribía, Kat nunca se había imaginado que esta mujer era una de esas clientes sin cadenas, sin embargo, allí estaba ella. Kat abrió la puerta del baño e inclinó su cuerpo desnudo contra la jamba de la puerta. Ella vio como la figura parcialmente ataviado de Torrey se preparaba para entrar en la ducha. "¿Te gustaría recibir ayuda?" preguntó Kat. "Yo no diría que no a una pequeña compañía". Torrey respondió sin volver la cabeza. La morena se dirigió detrás de la mujer más baja, alcanzando su mano alrededor de la parte frontal del cuerpo de la rubia y soltando el nudo flojo que sostenía la bata junta. Tirando del cuello por debajo de los hombros, Kat dejó caer la bata al suelo. Ella sabía que la rubia era bien parecida, pero ella no se había preparado para ese cuerpo. Los músculos firmes ondulaban bajo la piel bronceada y tersa. Kat apartó el pelo rubio a un lado del cuello de Torrey y colocó una serie de ligeros besos como pluma sobre el cuello y los hombros de la mujer. Kat se adelantó y abrió la puerta de la ducha, lo que permitió a Torrey entrar primero. El acto de deslizar las manos con jabón a través de un cuerpo a otro, era simplemente un pretexto para lo que realmente estaba pasando. Una vez que se enjuagaron a fondo, Torrey apretó su cuerpo firmemente contra el torso de la mujer más alta, inmovilizándola con eficacia contra la baldosa cerámica caliente. Besó y lamió todo el camino hasta el cuello de Kat, pasando una lengua húmeda por el largo de la clavícula de la mujer. Moviendo la cabeza más abajo, Torrey dejó la lengua para extender la mano y apretar un tenso pezón . Kat gimió fuerte y prolongado por la sensación. Torrey miró a la mujer y sonrió. "Sencillo. Soy buena, pero yo no soy tan buena", Torrey respondió. Kat se echó a reír a carcajadas. Esta mujer no era idiota, sabía lo que era la táctica de una puta. Por lo general, para que un cliente se sienta como que estaba recibiendo su dinero tenía
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que gemir como si fuera el mejor polvo de su vida. Obviamente este pequeño dínamo fue a eso y no quería ninguna parte de ello. Torrey una vez pasó la lengua por el duro nudo de carne, apretando rápidamente hacia abajo en él con sus dientes delanteros. Eso sorprendió a la chica e inhaló bruscamente y el gemido sin aliento que salía de su propia garganta la sorprendió. "Eso está mejor". Torrey murmuró en su pecho. Kat apoyó la cabeza contra la pared y comenzó a disfrutar de las sensaciones que la mujer estaba creando en su cuerpo. Había pasado mucho tiempo desde que una mujer hermosa estuviera con ella y desde luego no era adversa a dar a un cliente lo que quería, así que dejó que la rubia se deslizara por su cuerpo y se estableciera a sí misma en sus rodillas entre las piernas de Kat. Kat no quería asumir lo que Torrey quería hacer, la escritor parecía querer llevar este baile, así que la chica simplemente miró hacia abajo a la espera de algún tipo de instrucción. Torrey finalmente levantó la mano y abrió los muslos de la morena, colocando el pie izquierdo de Kat en el asiento de cerámica en la esquina. Con su pierna doblada, Kat abrió las piernas lo más amplias posible, observando con deleite como la rubia deslizó la lengua más allá de rizos oscuros y comenzó con movimientos firmes de la lengua en el paquete encapuchado de nervios. "Jesús", Kat gimió, empujando las caderas hacia delante sin pudor por más de delicioso toque de la mujer.
Kat sólo podía retorcerse y gemir como Torrey trajo su cuerpo hasta el precipicio y otra vez, sólo para retirarse en el último momento. La rubia se retiraría del clítoris de Kat en la boca y chupaba, a continuación, sólo cuando los muslos de la morena comenzaban a temblar, con su cuerpo esperando la liberación, Torrey se retiraría para picar sus labios inferiores. "¡Por Dios, mujer!", Kat miró a la rubia que le devolvió la sonrisa hacia ella. "¿Estás tratando de arruinarme?" Torrey se limitó a sonreír como un gato Cheshire, como su sonrisa se perdió a sí misma en el sexo de la mujer más alta. La escritora utilizó la palma de la lengua para el centro ahora hinchado de golpe en Kat. "¿Qué más quieres?" Torrey una pausa para preguntar con una mirada de complicidad. "¡Cógeme, maldita sea!" Kat respondió enfáticamente. No estaba acostumbrada a estar en el
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extremo mendicidad y por dinero o nada de dinero, si esta chica no acababa con ella iba a ser un infierno para pagar. Los ojos de Torrey se estrecharon mientras presionaba tres dedos dentro de la mujer, envolviendo sus labios alrededor de la protuberancia descuidada de carne que latía de deseo. Sólo tomó unos momentos antes Kat llegara con un fuerte gemido, sus paredes interiores se contraían y soltaban contra los dedos dentro de ella. La prostituta estaba respirando con dificultad mientras tiraba a Torrey para besarla. Había sido un tiempo muy largo desde que había besado a una hermosa mujer que tenía su sabor en los labios. Torrey corrió su rostro bajo el agua que seguía corriendo como Kat le habló. "No quiero que lo tomes a mal, porque es sin duda quiere ser un elogio, pero..." La prostituta se detuvo para controlar su respiración. "¡... deberías ser una puta!" Torrey inclinó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. Increíble. Esta mujer pensó que era buena, simplemente porque sabía lo suficiente como para tomar lo que ella quería. Ella se agachó y apagó el agua, saliendo de la ducha. Agarrando dos toallas mantuvo una para ella y la otra se la entregó a Kat. Una vez que estaba seca, Torrey se trasladó para entrar en el dormitorio, pero se detuvo en medio de la puerta, mirando a la cama que había sido rechazada por una mucama antes. Kat observó a la mujer delante de ella y sintió una cierta confianza al dejar el cuerpo de la mujer. Ella se acercó y apretó su cuerpo contra la espalda de Torrey. "¿Te gustaría que te guíe ahora?" Ella preguntó. Torrey sólo asintió con la cabeza en señal de aprobación. Pasando los dedos suaves a lo largo de los lados de los brazos bien definidos de la mujer más pequeña y hasta el abdomen musculoso, Kat se inclinó y chupó la carne, donde el cuello de Torrey encontró su hombro. "Eres hermosa", susurró Kat. Torrey resopló. "No todo el mundo piensa eso". Ella rompió con amargura. Así que es eso, Kat pensó para sí misma. Por más deseable que era esta mujer que tenía delante, la escritor se consumía por alguien que no la quería. Es por eso que ella pagaba para tener relaciones sexuales. Era evidente que no quería que fuera de otra manera. "Entonces es un tonta". Kat respondió, besando su camino hasta el cuello de Torrey.
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"Ella es muy hermosa". Torrey respondió casi con tristeza. Kat acarició el largo de la oreja de la mujer con la lengua, inclinándose más cerca para chupar lóbulo de su oreja. Le gustaba el escalofrío que sintió correr a través del cuerpo de la mujer. Su cálido aliento sopló el oído de Torrey. "Entonces ella es una hermosa tonta", dijo simplemente Kat. Kat sacó a la mujer más pequeña en la cama encima de ella, asegurándose de acariciar cada centímetro de la espalda y los hombros de la mujer, antes de llegar a la firme parte posterior y masajear la carne allí. Se dio la vuelta, con Torrey debajo de ella ahora como Kat deslizó su muslo entre las piernas de la mujer, presionando la pierna en la carne húmeda en el centro de Torrey. Ella besó firmemente un camino hasta el cuello de la escritora a la mandíbula, bajando la boca para saborear los labios de la mujer. Kat pasó tiernamente la punta de la lengua por el labio inferior de Torrey antes de mordisquear y besar la boca de la escritora. Torrey estiró y metió los dedos en el pelo húmedo de Kat, tirando de la morena hacia abajo y en un beso más duro. Ella gimió en la boca de la mujer por encima de ella. Mientras tanto, Kat dejó que sus manos comiencen una exploración sensual del cuerpo de la mujer . La prostituta dejó que su boca caer hacia abajo hasta que se envolvieron alrededor de un pezón duro, las manos de Torrey tomaron el cabello de la mujer con más fuerza. "Sssí", Torrey suspiró, arqueando la espalda en las sensaciones de la lengua arremolinada de la mujer alrededor de la dura protuberancia de carne. Kat hizo un intento de deslizarse por el cuerpo de Torrey más lejos, pero la escritor se lo impidió. "No", dijo ella suavemente, "eso no es lo que quiero". Kat se movió y besó los labios suaves, una vez más . "Entonces muéstrame lo que quieres, nena", Kat le susurró al oído . Torrey colocó audazmente la palma de la mano de la mujer contra su centro húmedo, separando sus muslos más. La prostituta arremolinaba sus dedos en la humedad de Torrey, acariciando suavemente los resbaladizos pliegues, difundiendo la humedad a través de su centro. Torrey se estremeció ante el contacto y comenzó a mecer sus caderas contra la mano de la mujer. Kat se agachó para besar a la rubia de nuevo, apoyando los dedos en cada lado del clítoris de Torrey. "Dios, estás tan mojada". Kat gimió cuando sus dedos comenzaron a deslizarse en un alterno
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movimiento ascendente y descendente . "Oh, Dios, sssí... justo así... oh, ahí mismo". Torrey dictaba a la mujer en la parte superior de ella. Torrey envolvió sus piernas alrededor de la mujer más alta como Kat instó a dos largos dedos muy adentro con un empuje suave. "¿Cómo se llama?" Kat susurró , lamiendo los lados del cuello de Torrey. "¿Esta mujer que no te quiere? " "Taylor". Torrey respiraba con dificultad, sus caderas levantando de la cama como el ritmo de las embestidas de Kat aumentaron. "Adelante y llámame por su nombre, nena". Kat gimió contra Torrey cuello. "Sabes que lo quieres hacer". "Oh, Dios... Taylor, sssí". Torrey respondió a las prostituta con insistencia. Una nueva oleada de humedad cubrió la mano de Kat, lo que indicaba el orgasmo inminente de la pequeña mujer. Movió su dedo pulgar en un movimiento circular contra el bulto hinchado de nervios, presionando lenta y profundamente en la mujer debajo de ella. En cuestión de segundos, las uñas de Torrey se clavaron en los músculos de los hombros de Kat, como la pequeña rubia soltó con un grito del nombre de Taylor. Torrey nunca gritó el nombre de Taylor de esa manera antes y ella sintió las lágrimas que la soledad causaban. "Ssh, está bien". Kat susurró, moviéndose fuera del cuerpo de Torrey y acostada de lado, al lado de la pequeña mujer. Sacó a Torrey contra su pecho y siguió besando suavemente sus hombros, pasando los dedos por el pelo rubio. "¿Quieres que me quede contigo un rato más?" Kat preguntó en voz baja. Torrey en silencio asintió con la cabeza y disfrutó de la sensación de la mujer alta envolviendo sus brazos alrededor de la figura más pequeña. Dos horas más tarde, Torrey despertó con un ligero beso en el cuello. "Me tengo que ir, nena", dijo la voz de Kat. "Mmmm, está bien". Torrey murmuró , incorporándose sobre un codo y metiendo la mano en la mesa de noche por su billetera. Contó cinco billetes de cien dólares y los colocó sobre la mesa.
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Kat puso una tarjeta en la mesilla de noche junto a Torrey como ella recogió los billetes en la mano. "Toma esto, la próxima vez que estés en la ciudad llamame". La prostituta dijo . Torrey tomó la oferta de Kat. La escritora llegaba a Nueva York, al menos una vez al año y siempre hacía un momento para llamar a Kat y organizar una noche juntos. No era nada más de lo que era, relaciones sexuales remuneradas. Ella nunca supo el apellido de Kat, pero la prostituta que conocía escuchó las divagaciones de Torrey sobre Taylor, y cuando estaban en la cama , a veces Torrey casi podía creer que era Taylor que estaba haciendo el amor con ella.
El timbre del teléfono finalmente arrancó a Taylor de su sueño, su mano moviéndose hacia arriba y golpeando el teléfono de su base. "Sí", respondió la voz somnolienta de Taylor. "¿Taylor?" preguntó la voz. "¿Quién es?" preguntó la artista, lenta para despertar completamente. "Emily, Emily Matthews... ¿la madre de Corey?" "Emily, ¿qué hora es?" preguntó Taylor. "Son las dos de la mañana, siento llamar tan tarde, pero..." La voz de la mujer se rompió y hubo un momento de silencio. "Emily, ¿qué pasó?" preguntó Taylor, sabiendo que a las dos de la mañana, no sería bueno. "Pensé que deberías saber... yo... bueno, ya que Jessica y tu eran amigas de Corey yo pensé que tal vez podrías decirle". La madre de Corey divagaba. "¿Decirle sobre qué?" Taylor estaba confundida. "Decirle a Jessica. Lamento decirte así, Taylor, pero mi hija murió ayer por la noche". Emily Matthews respondió entre lágrimas. "¿Qué…? ¿Cómo?" Taylor pensó que seguía durmiendo y esto era sólo un mal sueño. “Ella... Ella salió ayer por la tarde con algunos viejos amigos y nunca volvió a casa". Taylor escuchó mientras la mujer lloraba en silencio. "Ellos la dieron por muerta a su llegada por una
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sobredosis de drogas". Taylor escuchó con incomprensión cómo la madre de Corey explicó que el resto a ella. Emily era una enfermera, pero su desprendimiento experto no pudo ocultar la profundidad de su angustia por la artista. "Emily, ¿podemos hacer cualquier cosa por ti, algo en absoluto?" Preguntó Taylor. "Si tú y Jess estarían en su funeral, pasado mañana en Westberry. Taylor, por favor, no dejes que Jessica se apague debido a esto, por favor, haz que entienda lo que Corey hubiera querido". Emily declaró. "Vamos a estar allí. No te preocupes, yo me encargo de Jess". Taylor respondió. "Emily, no tengas miedo de llamar si necesitas algo, o simplemente alguien con quien hablar, ¿de acuerdo?" Taylor sostuvo el teléfono en la mano hasta que el estruendo ruidoso de la línea le llamó la atención. Dejando el teléfono en su soporte, rodó sobre su espalda y dejó que las lágrimas calientes se deslizaran de sus ojos. Colocando una almohada sobre su cabeza, golpeó con los puños en la cama, dejando que el cojín sobre la cara amortiguara sus gritos de frustración por la otra vida que no podía salvar.
"Jess, cariño, despierta". Torrey sacudió suavemente el hombro de la niña durmiendo. "Aw, vete Tay. Es demasiado pronto". Jess se quejó debajo de las sábanas. Taylor sonrió suavemente al uso abreviado de la joven a su nombre. Catorce años más tarde y para los oídos de Taylor, todavía sonaba como la voz de que en dos años de edad. "Jess, algo ha pasado. Tienes que despertar para que podamos hablar”. La artista se debatía sobre si debía despertar a la joven o dejarla dormir y decirle a la mañana. Trató de pensar de nuevo sobre cuando tenía diecisiete años. ¿Qué habría querido que su madre hiciera en circunstancias similares? JT se despertó sobresaltada. Mirando hacia arriba en la cara de Taylor, se dio cuenta de que estaban rojos e hinchados los ojos de la mujer. Rápidamente trató de pensar en lo que haría llegar a las lágrimas a la artista estoica. "¿Mamá?, ¿mamá está bien?" JT preguntó alarmada.
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"Tu mamá está bien, cariño, no se trata de ella. Vamos y levántate y lavarte la cara, así que sé que estás despierta, entonces nos vemos en la sala de estar, ¿de acuerdo?" Taylor solicitó. "Está bien". JT respondió, tirando de ella de la cama como Taylor cerró la puerta detrás de ella. Taylor estaba sentada en la zona ahuecada de la sala de estar en frente de la chimenea, vestida con una vieja sudadera MU y jeans gastados. La artista había encendido la chimenea y el olor a madera limpia era una especie de olor cómodo para Jessica. Un fuego en una noche fría era la forma en que su madre solía relajarse al final de su jornada laboral. "Tomé una taza de Earl Grey para tí". Taylor dijo en voz baja, indicando la taza en la mesa final. "Taylor podrías terminar de decirme, porque me está volviendo loca", Jessica dijo de pronto. Taylor miró a la niña con comprensión, pero no estaba segura de que ella sabía cómo empezar. "Recibí una llamada hace un par de horas de la madre de Corey, Jess". Eso es todo lo que le tomó a la luz del miedo para empezar a arder en los ojos de la joven. Llamadas a la mitad de la noche, pensó que Corey debía haber tenido una recaída. Eso era cuando la expresión de Taylor cambió y la mujer mayor no pudo evitar que las lágrimas cayeran de sus propios ojos. El miedo de JT creció como la solemnidad de la cara de Taylor cambió. "Jess, lo siento, pero... Corey, ella... ella murió ayer por la noche, cariño". "Pero, apenas estuvo aquí. Quiero decir, este fin de semana, sólo trabajábamos juntas..." La voz de la niña se fue apagando. Las personas siempre parecían decir eso cuando alguien les dice que han muerto. Ellos siempre parecen hacer comentarios sobre el hecho de que ellos los vieron. Jessica no sabía por qué, pero ella inmediatamente pensó que era un accidente de coche. Francamente, había visto a Emily Matthews conducir a través de las serpenteantes carreteras de montaña del sur de California y ella no estaba muy confiada en la capacidad de la mujer. "¿Qué pasó?" JT preguntó en voz muy baja. "Emily dijo que ella salió con unos amigos ayer por la tarde y ella nunca volvió a casa. Ella fue llevada al hospital anoche. Ya estaba muerta... una sobredosis". Taylor respondió con una voz rota que ella estaba tratando muy duro para mantener junta por el amor de Jessica.
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"¡No, eso es imposible!" JT respondió. Taylor apoyó su taza en la mesa mientras observaba a la chica comenzar a caminar de un lado a otro por frente a ella, con los ojos nerviosamente volando hacia atrás y hacia adelante. "¡Ella estuvo aquí, me habría dicho si ella estaba teniendo problemas... ella confiaba en mí!" "Jess, no siempre decimos todo a un amigo de lo que nos está pasando, sobre todo los adictos. Debes saber mejor que un montón de gente que nosotros escondemos la mierda mejor que nadie". Taylor se levantó de su asiento mientras hablaba y apoyó en el brazo del sofá. "¡Yo debería haber hecho algo. Debería haber sido capaz de ver lo que estaba pasando. Debería haber ayudado... Debí haber estado ahí para ella... ella debería habérmelo dicho!" Fue entonces cuando Jessica hizo el movimiento que Taylor estaba esperando, la joven iba a salir por la puerta principal. La artista sabía que esto iba a venir y se armó de valor para ello. Es lo que siempre trataban de hacer en tiempos de pánico extremo... luchar o huir. La mujer mayor se levantó de un salto con una velocidad que habría sorprendido a muchos, y estaba detrás de la chica en un instante. Alargó un brazo en tentativa y fue abofeteada con fuerza por Jessica. Fue entonces cuando Taylor se preguntó si seguiría siendo lo suficientemente fuerte como para ser capaz de contener físicamente a una chica de diecisiete años de edad, casi tan fuerte como ella misma. No había esperado que JT fuera completamente hacia ella, pero la chica no estaba exactamente en sí misma en el momento. Taylor extendió un brazo alrededor de la cintura de la chica y se echó hacia atrás con fuerza, deteniendo a la chica y estuvo a punto de despegar sus pies al mismo tiempo. "¡Suéltame!" JT gritó. Al mismo tiempo, ella clavó un codo en el estómago de la mujer más alta. Taylor dio un gruñido cuando el golpe fue tomado por su estómago, pero aún mantuvo su control sobre la chica que estaba gritando y llorando esta vez. La artista no podía ser tan fuerte como ella era hace veinte años, pero sabía unos trucos y tenía la experiencia. Ella esquivó fácilmente el próxima saque que se acercó a su cabeza, y luego se deslizó un brazo a través de las niña agitando los brazos hasta que ella estaba en una constricción apretada. "¡No es justo!" La chica lloraba. "Lo estaba haciendo tan bien, que no es justo que le sucediera a ella. ¿Por qué iba dejar que alguien haga eso con ella?" "Jess", Taylor gritó para hacerse oír. "¡Jessica! Se lo hizo a sí misma, cariño". "¿Por qué, Tay…? ¿por qué iba a hacerse eso a sí misma?" JT se desplomó en el abrazo de Taylor. La niña sollozaba como la artista de cabello oscuro le dio la vuelta y la abrazó con sus brazos que aún sacudían por el esfuerzo de mantener a la chica sujetada.
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"Su madre dijo que los médicos le dijeron que probablemente fue un accidente. Ella no había hecho nada en mucho tiempo y el toque que tomó era demasiado para ella. Dijeron que su corazón no pudo soportarlo". Taylor explicó, no revelando que los médicos dijeron que el corazón de la joven había explotado, literalmente, en el pecho. Ella había muerto al instante. "No lo entiendo", dijo Jessica a través de sus lágrimas. "¿Por qué se fue de fiesta en primer lugar. ¿Por qué no nos llamó? Yo habría sido capaz de detenerla". Taylor le acarició el rostro de la joven y la condujo de vuelta a la sala de estar. Ambas se sentaron en el sofá de dos plazas grande, Taylor envolviendo sus brazos alrededor de la chica tanto como ella siempre tenía a la madre de JT. "Esta es la lección que yo esperaba que aprendieras al salir, sin embargo, Jess. Viene con el terreno cuando haces amistad con otros adictos. Y, no estoy diciendo que no debas, sólo estoy diciendo hay que ser conscientes de que este tipo de cosas pueden suceder, y hay algunas reglas importantes para recordar cuando este tipo de cosas suceden a nuestros amigos. ¿Quieres escuchar lo que tengo que decir?" preguntó Taylor , comenzando a acariciar el pelo de la chica. Jessica asintió con la cabeza. "Lo primero es, que no toca salvar a alguien. Es casi imposible evitarlo para ellos mismos. Si alguno de nosotras, tú, yo o Corey quería volver atrás y empezar a utilizarlas, y si tenemos muchas ganas de hacerlo, no hay forma de que nuestros amigos podrían detenernos. Podrían amenazar y tratar, pero no puedes estar con alguien más veinticuatro horas del día". "Podrías intentar". JT respondió. "Sí, cariño, podrías, pero si lo hicieras entonces estarías corriendo por su vida. No sería su elección. La única manera de vencer una adicción es por tu cuenta, Jess. Siempre estoy aquí para ti y también lo está tu madre, pero al final solo quedas tú y las decisiones que tomes. Es por eso que mantenerse limpio es un logro para nosotros. Quiero decir, claro que tenemos a la gente por la que lo que estamos haciendo, pero no pasan por todo, diablos ¿verdad? es algo que hacemos. Aunque, eso no significa que no me golpeé como la mierda si me entero de que tú la comenzaras a usar de nuevo, el miedo puede ser muy motivador a veces". La mujer dijo con una pequeña sonrisa mientras levantaba el rostro de Jessica hasta hasta que sus ojos se encontraron. JT dio una pequeña risa, sorbiendo y secándose las lágrimas. Taylor se acercó a la mesa de café y le dio a la muchacha algunos tissues. La joven se sonó la nariz, pero las lágrimas no se detuvieron y Taylor no la animó a que lo hagan. La mujer sabía que esta era la mejor manera para que la joven para comenzara su
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proceso de duelo. Alargó la mano y rozó el flequillo húmedo de la cara de la chica. "Sólo recuerda, Jess. La forma de sentirte en estos momentos por la pérdida de tu amiga es más que una gota en el océano en comparación con la forma en que tu madre y yo sentiríamos si te perdemos". Las lágrimas brillaron en los ojos de la artista como el pensamiento vino a su cerebro. "No te mantendrá siempre de hacer lo que quieres hacer, pero creo que es importante que lo escuches y lo creas, ¿de acuerdo?" "'Kay," Jessica contestó, apoyando la cabeza en el hueco del hombro de la mujer mayor. La amplia sonrisa de Taylor inconscientemente se extendió por su cara al recordar una de las últimas veces que sostenía la niña en sus brazos así y la misma exacta respuesta que salió de los labios de la chica. Taylor apretó Jessica en un fuerte abrazo. "Te amo, Jess. Siempre pensaré en ti como mi hija, también", dijo Taylor. "Yo también te amo, Tay. Eres una buena madre". Jessica contestó, devolviendo el abrazo y relajándose en los brazos de la mujer mayor. "Gracias, cariño". Taylor besó la parte superior de la cabeza de JT y apoyó la barbilla allí. Taylor sintió que había evitado por poco un verdadero desastre hoy, y ella sabía que no había terminado aún. Un día más y encontrarían sus nervios y sus emociones probadas de nuevo cuando se encontraran en el funeral de Corey. No iba a empujarla ahora, pero mañana probablemente tendría que llevar de compra a Jess por algo de ropa apropiada. Dios, esto va a ser un fin de semana muy largo.
El funeral fue duro para todos, no menos importantes eran amigos de Corey del grupo de AA. Siempre golpeaba a los adictos peor. Era como perder a uno de los tuyos, y por una razón que no eras más que un paso de sí misma. Natalie se quedó con la madre de Corey y la ayudó a pasar el día. Taylor no podía haber estado más orgullosa de Jessica. Ella y Taylor se fueron de compras el día anterior y cada una de ellas compró ropa nueva adecuada para la ocasión solemne. Temprano esa mañana, Jessica le preguntó a Taylor si sabía de un lugar que la chica pudiera cortar su pelo. Taylor llamó y fue capaz de obtener una cita para ella y Jess un tanto más tarde ese día. Una vez que llegaron a Adrian‟s para su cita en la peluquería, Jessica había decidido más o
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menos para tener su pelo cortado a la altura del hombro. Los resultados finales se veían bien en la niña y en sus nuevas ropas que parecían más una mujer que lo que Taylor estaba dispuesta a admitir. Taylor tuvo el flequillo y las puntas abiertas recortadas, negándose al bondadoso intento de Adrian para que ella corte nada más que eso. "Taylor, vamos, ¿no te gustaría ver un poco más butch13? Vamos a hacer el pelo más corto, parecerá genial, a las mujeres les encantará", dijo el peluquero. "Lloro demasiado para ser butch". La artista dijo con cara de palo, levantando una ceja llena de intimidación a la joven mujer. Adrian captó la indirecta y ambas mujeres salieron de la tienda viéndose y sintiéndose un poco mejor. "Tu hija se convirtió en una mujer joven y hermosa", dijo Adrian a Taylor antes de irse. Taylor no explicó, ella simplemente sonrió y estuvo de acuerdo. El regreso a casa después del funeral fue tan largo como jamás se le había hecho ninguno a Taylor. Le preocupaba que Jess no estaba hablando. Al igual que su madre, la niña era una verdadera charlatana y cuando ella se quedaba en silencio, por lo general significaba que algo andaba mal. "¿Taylor?" "¿Sí?" "Creo que me gustaría ver a mamá, ¿te importaría?" preguntó Jessica. "No, Jess, por supuesto que no. Sabes que es casi momento de que regreses. Tu madre sólo quería que te quedes aquí durante seis meses". Taylor se acercó al tema que había estado temiendo. "¿Quieres que me vaya? " JT preguntó rápidamente . "No, Jess, puedes vivir conmigo cuando quieras durante el tiempo que lo desees. Simplemente significa que tendrás que hablar con tu madre sobre lo que decidas que quieres hacer". Taylor respondió . "Me siento mal, culpable, ¿sabes? Creo que no va con mamá lo que quiero hacer. Además, una parte de mí se siente como que estoy siendo injusta con ella. Quiero decir, ella vive con toda mi mierda durante muchos años y ahora que sé cómo actuar, como un ser un humano que 13
Butch: ¿tengo que aclarar? Bueno, son las lesbianas que parecen más bien hombres afeminados. No las tipo marimachos, son más suaves.
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voy a despegarme de ella". Jessica respondió con solemnidad. Taylor se rió de la evaluación de la joven. "Sí, puedo ver que para tí sería un poco desgarrador, pero tu mamá puede ser una mujer muy comprensiva, Jess. Ella sabe que esta es tu vida para vivir, no la de ella. Supongo que el único consejo que puedo darte es para hacer el tiempo que tengas con tu madre agradable. Muéstrale que has crecido y que no actúas como una total idiota nunca más". Taylor terminó con una sonrisa a la muchacha. "Gracias, Tay", JT sonrió a la artista. "Siempre puedo contar contigo para asegurarme de que mi ego no se nos vaya de las manos". "Eso es por lo que estoy aquí". Taylor devolvió la sonrisa socarrona. "Entonces, ¿qué has decidido hacer con tu vida?" "Quiero ir a la Universidad. Tengo los créditos no sólo las calificaciones. Si puedo hablar con mamá para pagar la universidad entonces no voy a tener que depender de mis miserables SAT para obtener una beca. Siempre podía conseguir un trabajo también, eso podría ayudar". Explicó Jessica. "Suena como un buen plan". Taylor respondió con orgullo. "¿Por qué no te mantienes fuera de la parte del dinero y me dejas hablar con tu madre primero, ¿de acuerdo?" Taylor dijo, dándose cuenta de que ahora iba a tener que hablar con su muy orgullosa amiga para tomar el dinero que había ido depositando en el fondo universitario de Jessica. "¿Y dónde está vas a estar?" "Yo he reducido a Cal de Artes o la U de C en Irvine. ¡Tu amigo Kenny parecía pensar que sería lo mejor!" JT respondió. Taylor asintió recordando el día que visitaron Kenny en los estudios en los que trabajaba ahora. Ella nunca pensó que el joven responsable los tatuajes, ahora sería un animador para un gran estudio en California. "¿Cuándo quieres que haga una reserva para que vuelvas y por cuánto tiempo?" preguntó Taylor. "Uhm, yo estaba pensando un poco que estaría un poco frío, si mamá pudiera venir aquí. Eso es si no te molesta ni nada", JT dijo con cautela. Taylor tomó un profundo suspiro. ¿Podría hacerlo? Demonios, ella no podía esperar a que Jessica se quedase aquí y no tuviera una visita de su madre. Dios, que ella no traiga una cita con ella, ¿lo haría? "¿Estás segura de que tu madre no está saliendo con alguien, Jess?" Taylor preguntó nerviosamente.
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"Tay, te lo dije, mamá nunca sale. Mira, no voy a preguntarle si te hace sentir incómoda en absoluto. Sólo pensé que si ella viniera aquí y viera todo, la forma en que tú y yo nos llevamos, y luego tal vez podríamos visitar la Universidad, mientras que ella está aquí, bueno, tal vez se sentiría más a gusto con todo el asunto. Sabes que ella ama California. Ella siempre habla de volver aquí algún día. ¿Hey, no que sería cool, si todos viviéramos aquí?" JT dijo con entusiasmo. Taylor miró a la joven. "No sabía que se sentía de esa manera. Sé que a ella le gustaba cuando salimos, pero yo no sabía que era un lugar en el que realmente viviría. Yo no dejaría que tus esperanzas se elevan demasiado alto en la última parte sin embargo, Jess. Es un poco difícil para mí a veces, sólo estar en la misma habitación con tu madre, sabiendo que algún día ella encontrará a alguien que ama". "Lo sé, Tay, lo siento. No quiero verte infeliz o a mamá . ¿Estás segura de que puedes manejar esto?" "Oye, a veces es difícil, pero la mayoría de las veces me encanta estar con tu madre. Ella es la mejor amiga que tengo, aparte de ti, y yo la quiero mucho . Como cuestión de hecho, no puedo esperar a ver a tu mamá de nuevo". Taylor sonrió y ella se sorprendió a sí misma creyendo realmente lo que dijo. "¡Genial!" JT sonrió ampliamente. "Voy a llamarla tan pronto como lleguemos a casa".
"Pero, mamá, va a ser muy divertido. Dijiste que te gustaría volver aquí por unas vacaciones en algún momento", Jessica declaró . "Sé que lo hice, cariño, pero esto suena como que podría ser un mal momento. Tu amiga se ha ido y estoy segura de que no es un tipo de tiempo optimista, el show de Taylor se acerca y ella probablemente no me quiera bajo sus pies mientras que ella está tratando de trabajar". Torrey acumuló desesperadamente su propio cerebro para salir con excusas plausibles de por qué venir a California sería una mala idea, pero por más que lo intentara, lo mejor que podía llegar a unas pocas y eran patéticas. "Mamá, no es así. ¡Tay fue la que dijo que no puede esperar para verte!" JT intentó atacar desde un punto diferente . Torrey rió cuando escuchó ese nombre de la propia voz de Jessica. "¿De qué te ríes?" Preguntó Jessica, un poco confundida.
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"Tú solías llamar a Taylor así que cuando eras pequeña. Me sorprende que lo recuerdes". Torrey respondió . "En realidad, yo no recuerdo, sólo me hace sentir bien, ¿sabes? Me pregunto ¿por qué no me dijo nada al respecto?" Jessica reflexionó. "Probablemente no quería avergonzarte, cariño", Torrey respondió. "Así que, mamá... ¿qué? Realmente quiero que vengas aquí, te encantará la casa de Tay, lo sé”. La verdad era que Torrey, efectivamente quería ver a su hija y Taylor en el ambiente que Jess obviamente había tomado cariño. Le dolía mantener a su hija en sus brazos y un tipo diferente de dolor tiró de ella en la idea de ver a Taylor de nuevo. Realmente no podía luchar contra ello, porque ella simplemente no quería. "Está bien, muñeca... sólo dime dónde y cuándo". Torrey dijo que ella juró que podía sentir la sonrisa de JT a través de la línea telefónica. "Y, cariño, te digo Taylor que si ella me deja esperando en el aeropuerto como lo hizo en Maine, me voy a tener que ocultar". Torrey colgó el teléfono y comenzó a hacer listas mentales de lo que tendría que poner en las maletas. Jess quería que se quedara durante un par de semanas, por lo que serían al menos dos maletas y al menos una de mano. Ella irrumpió en su dormitorio y examinaba los artículos en su habitación de closet. Ellos eran adecuados para el uso diario en Chicago y una cita ocasional, pero la costa era muy oriental, se dio cuenta de que ella estaba a punto de ver a la mujer que aún amaba después de una ausencia de catorce años. Esto definitivamente la llamaba para un viaje de compras. Torrey entró en el cuarto de baño, abriendo los grifos de la ducha. Se detuvo frente al espejo del lavabo y su mano se acercó a sus cortos mechones rubios. "¡Oh, Dios mío! ¿Por qué hice mi corte de pelo ahora?" Ella le gritó a su imagen. Fue un buen corte práctico ahora que ella iba y a nadar todos los días al gimnasio, ¿pero qué le parecería a Taylor? Dios mío, Torrey, estás actuando como si tuvieras una oportunidad con la mujer. Te ves muy bien y lo sabes, te vas por ahí a ver a su hija y tu mejor amiga. Puede hacer esto. Ahora enderezate y no te preocupes tanto.
Torrey se reclinó en la silla reclinable, cerrando los ojos ligeramente mientras bebía una taza de té caliente. Después de volar en primera clase sólo una vez, hace diez años, la escritor juró que nunca viajaría otra manera. Después de tantos años de viajes a diferentes partes del país, cualquiera hubiera pensado que el miedo a volar ya no estaría en su repertorio, sin embargo.
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No la ponía en estado de pánico, pero ella nunca renunció a la idea de que esto podría ser el escogido. "Disculpe", una voz al otro lado del pasillo, dijo en voz baja. Torrey levantó los ojos verdes de una mujer con el pelo rubio y los ojos sonrientes. "Sé que es probable que le digan mucho esto, pero ¿es Torrey Gray?" Torrey mostró una sonrisa radiante que era, en cierto modo, su marca registrada. La verdad sea dicha, era la única manera que sabía cómo sonreír. Sí, había oído la línea por años, pero en secreto, ella nunca se cansó de eso. "Sí, lo soy". Ella respondió en voz baja. Dos horas más tarde, las mujeres estaban una al lado de la otra discutiendo de todo, desde hijas a Maine. Cuando la azafata anunció que estarían aterrizando en unos pocos minutos, la desconocida estuvo tentado de darle la escritora su tarjeta. Le gustaba la risa de la mujer y su personalidad alegre. Ella había escuchado todos los rumores, pero siempre se preguntó si podían ser verdad, ¿sería Torrey Gray gay? La rubia sonrió a su vez a la escritora y decidió que esperaría hasta que aterrizaran y ver si podía convencer a la mujer para ir a almorzar, y más tarde, posiblemente más.
Taylor se empujó de la pared y se paseaba con impaciencia frente a los monitores que destellaban de información de vuelo de entrada. Consultó su reloj y luego caminó de vuelta a reanudando su vigilia junto a la pared. Cuando ella miró hacia abajo, unos silenciosos ojos verdes de Jessica estaban sonriendo hacia ella. "Caray, Tay, ¿vas a estar bien?" JT preguntó con un bufido. "¿Por qué?" Taylor gruñó. "Bueno, parece que te estás teniendo un mini quiebre por una cosa". Jessica se echó a reír. "No te rías de mí, peque. Es un largo camino a casa". Taylor dijo, arqueando una ceja para el efecto. Jessica se rió de nuevo. Como su madre antes que ella, la mirada intimidante de la artista tenía poco efecto en la mujer joven. "No te preocupes, Tay. Después de todo, es sólo mamá". Jessica dijo con una pizca de
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comprensión. "Lo sé". Taylor dio una pequeña media sonrisa. Taylor parecía incapaz de hacer entender a Jess que Torrey era el problema. Los pasajeros del vuelo de Chicago comenzaron a desembarcar del avión. Jessica hizo una moción para seguir adelante, pero Taylor se quedó atrás, sin moverse. "¿Por qué no vas y, ya sabes?, y yo acabo quedando de nuevo aquí". Taylor atípicamente tartamudeó . Jessica sonrió un poco, ni siquiera adivinando por sí misma lo mucho que significaba, esta primera reunión después de quince años, para la artista alta. Jessica vio a su madre de inmediato, aun con el nuevo corte de pelo. Taylor se quedó atrás y vio como madre e hija se reunieron en una emotiva reunión, pero encantadora. "Oh Dios, Jess, te ves maravillosa". Torrey dijo con lágrimas en los ojos. Abrazó a su hija cerca y la besó en la mejilla. "Tu cabello, se ve muy bien en ti". Ella dijo, pasando los dedos por el pelo de la chica. Torrey miró a su hija y vio una luz en los ojos de la chica que no había estado allí hace seis meses. Sus ojos verdes brillaban intensamente y ella compartió un abrazo con su madre que Torrey pensó que nunca volvería a sentir. "Te ves hermosa mamá". Jessica susurró con orgullo. Torrey simplemente miró a su hija durante unos momentos de silencio. La escritora nunca pensó que llegaría el día cuando su joven rebelde la mirara con cualquier cosa más que desprecio. Ahora, Torrey escuchó el orgullo en la voz de su hija y vio el amor en sus ojos. Se prometió que pasaría el resto de su vida pagando a Taylor por este regalo. Con ese pensamiento, la escritora sintió que su estómago hacía un ligero tirón en la anticipación de ver a su viejo amiga de nuevo. "Jess, ¿dónde está Taylor? ¿Está contigo?" preguntó Torrey. JT asintió y le indicó con la mirada a la figura que comenzó a caminar hacia ellos. Taylor no se dio cuenta que había estado conteniendo el aliento hasta que el aire fue eliminado de sus pulmones por la visión de la pequeña rubia. Torrey parecía absolutamente perfecta con pantalones blancos y una blusa de color verde pálido debajo de la chaqueta de lino blanco que tenía las mangas casualmente empujadas hasta los codos. Taylor estaba más sorprendida por el nuevo corte de pelo. Ella finalmente hizo lo que amenazó con hacer por años. El corte casual, mechones suaves de pelo rubio que caía suelto sobre sus oídos y casi en sus ojos
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hacía que la escritora pequeña se viera más sexy que nunca a los ojos de Taylor. Quince años de deseo se dieron a conocer como cada terminación nerviosa en el cuerpo de la artista se sentía como que había sido sorprendido con una sacudida eléctrica de fuego. Ella se derritió ante la vista mientras observaba a Torrey reír y sonreírle a su hija y al ver que la mujer levantó los ojos hacia donde ella se encontraba, no podía detener la sonrisa tonta que ella estaba segura apareció en su rostro. Torrey miró hacia donde su hija se indica y cayó en las piscinas de la luz cobalto. Taylor ya le estaba dando esa sonrisa torcida que parecía reservar sólo para Torrey, mientras caminaba hacia las dos mujeres. Jessica dio un paso atrás como Taylor se acercó. Torrey soltó de la cintura de su hija y se paró frente a la mujer más alta. Sin dudarlo, Torrey deslizó los brazos alrededor de la cintura de la artista, llegando de puntillas, besó en los labios de la mujer de cabello oscuro. Se habían besado así antes, pero Taylor era siempre la que lo iniciaba. La artista fue sacudida cuando Torrey estableció el contacto íntimo. Torrey sintió el calor de los brazos de Taylor, y luego se echó hacia atrás para mirar a los ojos increíbles de la mujer más alta. "Te ves muy bien, Stretch". Torrey sonrió. Taylor se agachó y le dio otro apretón a hombros de la mujer más pequeña. "Tan hermosa como siempre". Taylor le dijo al oído. Fue entonces cuando la rubia con la que Torrey había estado charlando en el avión desembarcó. Si la mujer alguna vez pensó que tenía una oportunidad con la autora pequeña con los ojos verdes de jade, todos esos pensamientos fueron aplastados cuando ella miró a la pequeña mujer ser recibida por otras dos mujeres. Era la más alta de las dos mujeres, la de cabello oscuro que llamó la atención de la rubia. La forma en que se miraron a los ojos de la otra, marcada por el beso que compartieron en el medio del aeropuerto, tenía a la rubia apartándose con un suspiro de pesar. Bueno, al menos sé que los rumores eran ciertos, se dijo mientras se alejaba.
“No puedo creer que ninguna de ustedes ha dicho nada acerca de mi corte de pelo". Torrey dijo cuando empezaron a trasladarse a la zona de equipajes. "Es lindo, mamá", dijo JT. "Oh, sí". Añadió Taylor. La artista no se atrevió a decirle lo hermosa que realmente parecía.
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"Bueno, a juzgar por la respuesta que es bien decepcionante, creo que voy a dejarlo crecer". Torrey rió. "Oh, no mamá, de verdad te ves muy bien". JT dijo con más convicción. "Uhm, sí, hermoso, Tor". Taylor trató de no mirar. "En realidad, realmente impresionante". Jess dijo, deteniéndose a admirar su madre. "Absolutamente impresionante". Taylor añadió, tomando su ejemplo de JT. Torrey miró a Taylor y su hija como los dos intercambiaron sonrisas en conocimiento. "Oh, ya veo que voy a estar en inferioridad numérica con ustedes dos juntas". Torrey respondió. No podían dejar hacer reír a la mujer más pequeña. Torrey colocó un brazo fácilmente a la cintura de su hija y puso su propia mano dentro de la callosa de la artista. Caminaron a lo largo de ese camino, frente a todo el mundo, como una familia. Taylor se aferró a la pequeña mano entre las suyas y saboreó el contacto dulce. Torrey no hizo ademán de retirarse y la artista sabía que no iba a ser la que extinguiera el toque familiar. Tomaron el equipaje de Torrey y en momentos, regresaron a la Explorer de Taylor, llegando enfrente del aeropuerto a recoger a su amiga. Taylor saltó del coche para almacenar el equipaje en la parte trasera, abriendo la puerta del lado del pasajero para que Torrey entrara, Jessica miraba con una sonrisa escondida en la forma en que las dos mujeres se trataban entre sí. En su corazón a la joven sabía que Taylor sería atenta y encantadora con su madre. Se movían como dos personas que sabían mucho los movimientos de la otra. Cuando Taylor abrió la puerta para que la madre de JT, Torrey se metió sin decir una palabra, como si esta cortesía se extendiera a ella por alguien todos los días. "Así que, ¿a dónde me llevan ustedes dos para el almuerzo?, me muero de hambre". Torrey dijo para romper el silencio. "Tú... ¿muerta de hambre? Qué sorpresa". Taylor dijo con una voz llena de sarcasmo. Antes de que la artista se diera cuenta, Torrey golpeó su muslo. "Cinco minutos que he estado aquí y ya me estás haciendo burlas”. Torrey dijo con aire de fingido de desdén. "Eso es porque lo haces tan fácil, Little Bit". Taylor respondió con una sonrisa, que le valió a la artista otro tortazo.
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"¿Qué tal Simon‟s? ¿A menos que estés de humor para algo más de lujo?" Preguntó Taylor. "¡Oh, un Simon especial, sí!" Torrey inclinó la cabeza hacia atrás, disfrutando de la idea. "Asqueroso", dijo Jessica desde el asiento trasero. "Voy a tener que mirar a las dos comer esos sandwiches repugnantes, ¿verdad?" Jessica gimió. Secretamente la chica ya estaba en éxtasis por la forma en que las dos mujeres se llevan bien.
"Este lugar es maravilloso, Taylor. Estoy absolutamente enamorada”. Torrey dijo a la mujer sentada en el sofá junto a ella. "Lo has hecho muy bien por ti misma, estoy orgulloso de ti", ella agregó. Las dos mujeres se sentaron a hablar hasta altas horas de la noche frente a la chimenea. A pesar de que era oficialmente verano, la noche estaba fresca y daba la excusa perfecta para encender el fuego. Jessica hacía tiempo que había ido a la cama. La joven no estaba tan cansada como ella pretendía estar, pero sabía que sería bueno para las dos mujeres mayores que pudieran pasar algún tiempo juntas. Taylor disfrutó de la cercanía de Torrey, la forma en que ella sonreía y bromeaba, la forma en que tocaba el brazo de la artista para hacer un punto. Taylor se estaba dando cuenta, con cada momento que pasaba que esta ya no era la niña que ella cuidó y protegió durante tantos años. Esa de dieciocho años de edad, había desaparecido y ahora existía una mujer adulta en su lugar. La artista nunca lo comprendió a partir de sus escritos. Incluso durante la lectura de las cartas de Torrey, Taylor aún imaginaba a la chica de la Universidad que rompía en llanto a la menor provocación. Ahora Torrey hablaba con un aire de confianza, la mirada en sus ojos, la forma en que sostenía su cuerpo, todo combinado para atraer a Taylor a ella de una manera que la artista nunca había sentido antes. Torrey, mientras tanto, sentía que se le cortaba la respiración en la garganta cada vez que ella levantaba la vista para disfrutar de la mujer que estaba sentada a su lado. La belleza de Taylor ciertamente no había disminuido en absoluto en quince años. En todo caso, Torrey se preguntó cómo podía haber deseado a la chica de veintidós años de edad, cuando esta atractiva mujer de cuarenta años de edad, había persuadido a su estómago a algunas acrobacias. Las líneas alrededor de la boca y de los ojos de la artista, estaban presentes un poco más, pero los orbes zafiro todavía brillaban cuando hablaba, llenando con un fuego azul eléctrico cuando hablaba de su arte. La opacidad de la córnea tomaba un gris acero cuando estaba herida o preocupada como lo hacía ahora. Taylor se encontró hablando con Torrey, como si nada de tiempo hubiera pasado. Sus miedos y sus sueños fueron revelados a la mujer de ojos verdes, que siempre era tan buena en
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deslizarse bajo las defensas de la artista y ver a la mujer vulnerable que Taylor le escondía al resto del mundo. Taylor se encontró hablando de Corey a su viejo amiga, viendo los ojos de Torrey hacerse brumosos pensando en la niña y su problemática vida. Las lágrimas se convirtieron en una realidad para la joven autora como ella imaginó una madre que trataba de hacer frente a la muerte de su única hija con una adicción que la madre no podía derrotar. Jessica no había sido capaz de conciliar el sueño con todo y la chica vagó a la cocina y se sirvió un vaso de agua con hielo. Oyó el murmullo de las voces de la sala de estar y se sorprendió gratamente de que su madre y Taylor aún estaban hablando. Ella pasó por el pasillo que conducía a la sala y se sentó en las escaleras que conducían a la planta baja de la casa. Se dijo que iba a salir de inmediato si oía algo en absoluto acerca de sí misma, de esa manera ella no se sentiría como si estuviera escuchando. En realidad, lo único que la joven quería era escuchar era las voces de las dos mujeres que más amaba. Sonrió para sí misma, siendo capaz de distinguir el baja alto de la voz de Taylor, en comparación con los tonos melódicos suaves de su madre. Finalmente, Jessica escuchó mientras Taylor se abrió a Torrey sobre Corey y la responsabilidad que la artista sintió que tenía con la joven, dejándola deslizarse a través de sus dedos. "Stretch", Torrey susurró, limpiando suavemente las lágrimas de las mejillas de Taylor, "No puedes ser responsable de todo el mundo. ¿Recuerdas lo que la Hermana Eva solía decir? Cuando estás de pie en la nieve, sólo se puede capturar tantos copos de nieve como quieren caer en tu lengua. Ella era una muchacha tan joven y me rompe el corazón también, pero no puedes hacer a todos los adolescentes en el mundo tu responsabilidad personal. Eso es demasiado para cualquiera". Jessica escuchó cuando ella oyó los miedos e inseguridades de Taylor por primera vez. Taylor dijo un montón de las mismas cosas que ella misma sentía por Jessica, Torrey respondiendo con muchas de las cosas que ya Taylor le dijo a JT. "Supongo que me golpeó un tanto duro, teniendo Jess aquí ahora". Taylor explicó a Torrey. La artista pasó sus dedos por el pelo, apoyando su codo en el respaldo del sofá, cerca de la cabeza de Torrey. "Yo no sabía cómo de apegada estaría a Jess en tan poco tiempo. No me di cuenta de lo mucho que la amo, Tor, y lo que yo haría si lo mismo le pasara a ella". La voz de Taylor se rompió y Torrey se dio cuenta de lo mucho que la artista había estado cargando desde la muerte de la joven. Taylor estaba siendo fuerte para Jess, pero no tenía a nadie para consolarla y el dolor de la artista estaba tan cerca de la superficie que Torrey sabía que no tardaría mucho para quitarlo de adentro. Ella se acercó más a la mujer de cabello oscuro, para controlar el olor familiar de Opium14 en su piel. Torrey envolvió sus fuertes brazos alrededor de los hombros de la artista y suavemente 14
Opium: es un perfume de Yves Saint-Lauren.
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besó la frente de Taylor. Sintió el cuerpo de Taylor en guerra consigo mismo, tensado antes de darse cuenta de que ella estaba a salvo en los brazos que no la dejarían caer. "Está bien, cariño. Puedes dejarlo ir ahora". Torrey susurró. El sollozo irregular que vino del pecho de Taylor provocó un dolor en el propio corazón de Jessica. Ella nunca se dio cuenta de que a la mujer estoica le dolía tanto. Oyó el llanto de Taylor y los murmullos de la voz de su madre y se dio cuenta de lo que no lo hizo su madre. Esa Taylor herida por un montón de razones que su madre no conocía. Jessica tragó el último de su bebida y se dirigió a su dormitorio. Se sentía como si se estuviera entrometiendo en algo muy privado entre estas mujeres, algo que no tenía nada que ver con la necesidad o el deseo, pero tenía todo que ver con el amor y la amistad.
"Torrey, cariño, despierta. Son más de las tres, ¿quieres ir a la cama?" Taylor dijo a la mujer que dormía acostada sobre todo en la parte superior de ella. En algún momento de la noche, las dos mujeres se quedaron dormidas en el sofá, con el fuego quemando las brasas. Ahora, el cuerpo de Taylor en su mayoría estaba siendo utilizado como una almohada por su vieja amiga, la pierna de la pequeña rubia cubría sus muslos. "Uh unh… demasiado cómodo aquí". Torrey murmuró adormilada, apretando su agarre en la cintura de Taylor y haciendo una madriguera con su cara en la suave carne del cuello de Taylor. La artista podría haber gemido de placer al sentir el cuerpo con la mitad por su cuenta. Si Torrey no quería moverse, entonces Taylor sería la última persona en la tierra que iba a convencerla. La artista rozó sus labios contra la frente de la rubia, tirando del edredón de la parte posterior del sofá sobre ellas dos. Torrey se acurrucó y Taylor susurró. "Buenas noches, Little Bit". "Noches", Torrey murmuró. Taylor se relajó y disfrutó el peso del cuerpo de la mujer por sí misma y la manera se sentía en sus brazos, sosteniendo a Torrey cerca de ella. Tenía la sensación de Jess podría enloquecer si ella las encontraba en la mañana, pero en ese momento era lo más alejado de su mente.
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Taylor gimió y se dio la vuelta. Tenía que recordar que no debía quedarse dormida en ese sofá de nuevo; su espalda la estaba matando. La artista abrió los ojos soñolientos y descubrió que estaba sola, pero el aroma característico de comida le dijo donde estaba su compañera de cama. Ella sonrió. Dios, es tan fácil caer en los viejos hábitos. Ella entró en la cocina y casi tropezó con Torrey caminando al mismo tiempo. La pequeña rubia llevaba una camiseta sin mangas y pantalones con cordón, con el pelo todavía húmedo por la ducha. "Buenas", Taylor murmuró. "Yo creía que tú estabas cocinando". "Hey, estoy de vacaciones", Torrey dijo con una sonrisa. Deslizando un brazo alrededor de la cintura de la artista y entrando en la cocina con ella. "Era cuestión de tiempo, pensé que ustedes dos nunca se levantaban". Jessica dijo mientras se ponía más masa en la máquina de gofres. La joven se encontró la máquina un par de meses atrás, escondida en un armario de la cocina de Taylor y se dio cuenta de que era muy parecido a hacer panqueques. "Iba a despertarte, pero estabas roncando tan fuerte que pensé que estabas muerta para el mundo", Jessica le dijo a Taylor. "Yo no ronco". Taylor respondió a la defensiva. "Oh, sí lo haces". Jessica se echó a reír. "Tor, dile que no ronco". Taylor miró a su amiga por apoyo. "Uhm, bueno, la verdad es... que lo haces". Torrey dijo en tono de disculpa. "¿Qué? ¿Desde cuándo?" Preguntó Taylor, estupefacta. "Bueno, nunca me di cuenta antes, pero lo hice cuando dormimos juntas anoche", Torrey respondió. Ahora fue el turno de Jessica para un discurso. "¿Cuando hiciste qué anoche?" "¿Qué?" Torrey le preguntó a su hija. "Tú dijiste que las dos durmieron juntas". JT cuestionó. "No puedo creer que ronco y nadie me dijo nada". Taylor intervino con su propia obsesión. "Cariño, no es la gran cosa". Torrey respondió.
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"¿Han dormido juntas y tú no crees que es un problema?" Jessica contestó. “¡Okay, basta ustedes dos!” Torrey levantó la voz para ser escuchada por encima de las otras dos mujeres. "Dios mío, ¿ustedes dos siempre tienen esta cantidad de estimulación antes del desayuno?" Torrey se frotó las sienes. “Y tú”, dijo señalando a Taylor. "Lo siento cariño, pero sí, en algún lugar en los últimos quince años que has empezado a, bueno, es realmente más una, una especie de respiración pesada y relajada". “Ronquido”, Jessica murmuró en voz baja. “Tú, shhh”, Torrey regañó. "No es molesto, Stretch. En realidad es una más bien lindo". Torrey terminó con una sonrisa. "Y tú". Ella señaló Jessica. "Nos quedamos dormidas en el sofá anoche mientras hablábamos. Dormimos allí". Torrey se acercó y sonrió con aprobación a las dos máquinas de café automáticas, uno con té, y la otro con café en las jarras de cristal. "Ella te enseñó bien, hija". Ella bromeó a su hija, vertiendo una taza de té para ella y entregando a Taylor su café. "Mira, ya te dije que no ronco". Taylor golpeó el hombro de JT y gruñó mientras ella pasaba. “Ja, ella sólo estaba siendo amable”. Jessica respondió. “Cuidado, peque, no eres tan grande como para que no te pueda tirar por esos acantilados”, Taylor disparó de nuevo. "Oooh, eres tan butch ¿Tú y qué ejército?" JT replicó. Taylor y Jess se sonrieron la una a la otra, de pronto girándose hacia Torrey. Taylor fue a sentarse en la mesa y miró a su viejo amiga con una sonrisa tímida. "No tengo ni idea de dónde saca eso". La artista dijo inocentemente. "No me puedo imaginar". Torrey dijo, sacudiendo la cabeza.
"Yo puedo hacer eso, mamá". Jessica dijo, levantando de la mesa el desayuno y tomando los
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platos vacíos de la mano de su madre. "Bueno, tú tienes que manejar la limpieza, peque, me voy por un baño caliente. Ese sofá hizo un infierno con mi espalda anoche", dijo Taylor. "Tor, ¿qué quieres hacer hoy?" preguntó Taylor, vertiendo una taza de café para llevar con ella. "Dormir, sobre todo". La pequeña rubia sonrió. "En realidad, no me importa estar en la piscina por un tiempo". "Lo que tú quieras, simplemente grita, Jess sabe donde escondemos todo. No quiero pasarte por alto, pero tengo que hacer algunas llamadas para conseguir algunas cosas listas para el show. Jess se asegurará de que no estés demasiado sola". Taylor sonrió a la rubia, mientras miraba a la artista un poco adormilada.
"Adelante", Taylor respondió a la llamada a la puerta de su oficina. "Tay", comenzó Jessica. "Nunca en la vida". Taylor dijo sin levantar la vista. La artista hizo a un lado su Rolodex y se reclinó en su silla. "Jess, tu madre es la mujer más abierta y sin prejuicios que conozco. Sólo dile que eres gay, no será tan malo". "Ella va a enloquecer, simplemente lo sé. O sea que ni siquiera va a querer conocer a Val". Jessica respondió con miedo. Valerie Kane, la mujer joven de la tienda de arte llamaba a Jessica por lo menos tres veces a la semana hasta que Jess la invitó a la casa para la cena. Una vez que se hizo evidente que las dos mujeres jóvenes parecían ser serias la una sobre la otra, Taylor tuvo que poner sus pies en el suelo. Ella le dijo a Jess que ella no sería capaz de una cita, aparte de tener a Valerie en la casa, hasta que sus seis meses se completaran. Después de eso, podría preguntarle a su madre cuáles serían las reglas. Taylor estaba orgullosa del hecho de que Jess decidió ser sincera y franca con Valerie desde el principio. Ella le dijo a Val todo sobre por qué estaba aquí en California. Por sorprendente que parezca, la joven dijo que podía esperar hasta que los seis meses de Jessica pasaran y en cualquier lugar que pasaron un tiempo juntas estarían bien con ella. Taylor pensó que Jess tenía una ganadora para su primera relación seria. "Jess", Taylor se echó a reír. "¿De dónde sacas esas percepciones de tu madre? Tú la conoces mejor que eso. Mira que tengo que ir a Los Angeles a la galería muy rápido, te dejaré a tí y a tu madre aquí por la tarde para tener un poco de corazón a corazón. Se honesta con ella y yo
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apuesto a que no te defraudará. ¿De acuerdo?" "'Kay." JT dijo con desánimo.
Torrey cerró los ojos, con una leve sonrisa en sus labios. El sol se sentía deliciosamente cálido sobre su piel, el calor del día evaporaba rápidamente la humedad de la piscina. Ah, California. Ella definitivamente podría acostumbrarse a esto. "Hey", dijo Jessica, sentada en el borde de la piscina junto a su madre. "Taylor tuvo que irse a la galería, ella dijo que estaría de vuelta para la cena y que quería que nos llevaría a un sitio cool". "Suena bien. Taylor siempre conoció todos los mejores restaurantes de California", Torrey sonrió. La escritora miró a su hija sentada al lado de ella y suavemente pasó la mano por su mejilla. "Estoy tan orgullosa de ti, Jess. La forma en que has tomado el control de tu vida. No me arrepiento ni un poco que te envié aquí, no después de verte de esta manera". Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Torrey, pero no podía evitarlo. "Siempre quise esto para ti, Jess. Sólo para que estés sana y feliz. No puedo decir suficientemente bien lo orgullosa que estoy de ti". "Debo decirte lo mismo, mamá. Yo aprendí muchas cosas de ti, estando aquí con Taylor". "¿Qué tipo de cosas?" Preguntó Torrey. "Cosas que no puedo hablar. Verás, Taylor y yo tenemos este pacto que podemos preguntar la una a la otra cualquier cosa aquí y tenemos que decir la verdad". Jessica contestó. "¿Y, lo hiciste? Decirle la verdad, quiero decir". "Oh, see". JT respondió recordando algunas de las duras verdades que ella y Taylor aprendieron tanto la una de la otra en los últimos cinco meses. "Y, ¿crees que yo no te digo la verdad?" Torrey reflexionó. "No es como tú mientas, mamá, sólo que no hablamos de esas cosas. Nunca me dices sobre cuando eras una niña o cómo eras en la Universidad. Supongo que hasta que Taylor empezó a hablar de ti, yo ni siquiera realmente te conocía". Jessica terminó en voz baja.
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"Entonces tal vez deberíamos hacer eso, ser honestas la una con el otra", dijo Torrey. "¿Estás segura de que quieres hacer eso, mamá? Significa que podemos preguntarnos la una a la otra sobre cualquier cosa y tienes que responder, y no puedes mentir. No evitamos los temas sólo porque son demasiado „complicados‟". Jessica enunció cuidadosamente la última palabra, Torrey reconoció su frase de uso frecuente. "Supongo que no sería muy justo de mi parte esperar que tú vayas a través de cosas que no estoy dispuesta a someterme. ¡Muy bien, pregunta!" Torrey dijo arrojando sus brazos a los costados. Jessica se rió y no estaba segura de cómo empezar. Se preguntó si era ella o su madre, pero la mujer mayor a su lado parecía muy diferente aquí en California. Esta conversación no iba exactamente como lo había planeado. "¡Okay!" Jess dijo con una sonrisa. "¿De verdad tienes un tatuaje?" Torrey gimió. "Ella no lo hizo". La escritor dijo, refiriéndose a su vieja amiga. Torrey negó con la cabeza, sonrió, y luego tiró de la correa del traje de baño de arriba hacia abajo, dejando al descubierto la zona superior de su pecho. El demonio de Tasmania sonreía hacia fuera de su piel. Jess siguió riéndose. "Es muy cool. Sabes, yo conocí al tipo que hizo esto para tí". Jess dijo, y explicó que Kenny era un animador en uno de los estudios de animación más grandes ahora. "No puedo creer que nunca me dijiste que tenías eso". "Dios, cariño, tienes que pensar que soy una estirada ¿no crees?" Torrey miró a su hija, la sonrisa desapareció de su rostro. "Mamá, parece que tú y Taylor se divirtieron mucho cuando ustedes eran más jóvenes. ¿Qué pasó?" "Supongo que la vida que acabó pasando, Jess. Nunca quise que tú tuvieras que cometer todos los mismos errores que yo, así que traté de protegerte sobre todos los problemas que te podrías meter. Yo nunca podría haber sabido que al hacer eso yo estaba teniendo el efecto opuesto en tí. Lo siento mucho, Jess". Torrey dijo con tristeza. "Mamá, no me hiciste de ninguna manera. Elegí ser así. Bueno, podría haber hecho algunas cosas de manera diferente, pero ahora sé que me amas y sé que yo también te quiero. Taylor dice que la mejor cosa sobre las segundas oportunidades es que es nuestra oportunidad de hacer las cosas bien de nuevo. Me gustaría hacer eso, mamá. Me gustaría hacer las cosas bien contigo". Jessica dijo con lágrimas en los ojos.
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"Oh, Jess", Torrey dijo abrazando a su hija fuertemente. "Me comprometo a trabajar en esta segunda oportunidad que nos han dado. Además, no siempre fui una aguafiestas. Hice mi parte de locuras". "¿Cómo qué?" Preguntó JT. Torrey procedió a decirle a su hija como ella rasgó su blusa delante de Kenny esa noche que insistió en que ella y Taylor debían tatuarse. Hablaron de muchas cosas ese día. Cuando el sol subió hasta el cielo se detuvieron para tomar el té helado y volvieron a entrar en el jardín japonés para continuar su conversación. Torrey dijo Jessica su versión de muchos de los pequeños incidentes que Taylor ya había contado a la niña. Ella describió el día en que ella y Taylor se conocieron por primera vez y el día en que Jess nació. Por primera vez, Torrey le dijo a la joven acerca de la histerectomía de emergencia que ella tuvo que tener y el hecho de que Jess siempre sería la única hija que alguna vez diera a luz. Pequeñas cosas empezaron a sumar para Jessica y cuanto más Torrey explicaba de su joven vida, más la joven se daba cuenta de por qué su madre actuaba como lo hacía sobre ciertas cosas. Finalmente, Jess pensaba que tenían que cruzar el gran obstáculo. "Mamá, yo... uhm, hay una especie de alguien que he estado viendo, sabes sólo como amigos". Explicó las reglas de Taylor acerca de salir mientras ella estaba aquí. "Yo como que quería, ya sabes, en realidad tener una cita de verdad, pero yo quería saber cómo te sentías al respecto". Jessica tartamudeó. Torrey reflexionó esta pequeña información, recordando la clase de chicos que le gustaban a los diecisiete años. En aquel entonces, cualquier persona que su madre no habría aprobado estaba bien. Se preguntó qué clase de chico sería el que a su hija le gustara. Probablemente llevaba una chaqueta de cuero, estaba segura de que tendría una moto, que era... ¿una chica?” "¿Qué has dicho?" Torrey tuvo que preguntarle a su hija para repetir la última frase. "Su nombre es Valerie". JT la miró a los ojos de su madre y tragó saliva. "Mamá, soy gay". Los ojos de Torrey nunca parpadearon o dejaron la cara de Jessica. Ella estaba sonriendo en el interior, pero no se atrevió a dejar que subiera a la superficie. Su hija no vería la broma. "¿Cómo es ella, es ella bonita?" Preguntó Torrey. "Bueno, see. Ella es muy agradable. No te molesta... ¿por mí?" JT le preguntó a su madre. Ella estaba esperando las lágrimas o un pequeño sermón, o algo. Este nuevo aspecto de su madre estaba dejándola aturdida. Ella y Torrey habían pasado tantos años en conflicto entre sí, sino
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que sentía una curiosidad nueva, siendo amigas. "No, Jess, no me molesta en absoluto. De hecho, ¿por qué no ves si ella quiere venir a cenar con nosotros esta noche? Consulta con Taylor en primer lugar, sin embargo. No queremos echar a perder todos los planes que podría tener". "Cool". Jessica respondió. "No puedo creer que estaba asustada de decirte esto". La joven sacudió la cabeza. Torrey escuchó mientras su hija reveló sus temores con respecto a la situación y Torrey sabía que retener la verdad acerca de sí misma ahora estaría en el mismo nivel que la mentira. Quería que Jess confiara en ella, en cada pedacito tanto como parecía confiar en Taylor. Sólo habría una manera de hacer eso. Ella tendría que ganárselo. "Jess", comenzó Torrey, no entendiendo para qué o cómo quería decir esto. "Esa es más o menos la manera en que soy". Torrey dijo, pensando que la declaración fue tan clara como el agua. Para una escritora que se sentía en una pérdida en particular. Jessica se limitó a mirar a su madre. Ella estaba hablando de otra cosa, claro. El hecho de que ella no salga con hombres no significa nada. Ella no sale con mujeres, ¿verdad? Jess recordó que las mujeres que nunca parecía estar cerca de más de un par de semanas a la vez. Ellas siempre fueron introducidas como „amigas‟ de su madre. Al igual que cuando se enteró de los sentimientos de Taylor por su madre, su mundo de nuevo estaba siendo sacudido. "Guau", Jess respondió. "Supongo que esa línea que no la esperabas hoy, ¿eh?" preguntó Torrey. "¡Eso seguro!" Jess sonrió por encima a su madre. ¿Por qué es que la retrospectiva es tan clara? En cuestión de segundos, muchas escenas inconexas que involucraban a su madre, tenían sentido para la joven. "¿Estás segura?" JT le preguntó a su madre. Torrey rió de la pregunta que debería haber sido de una madre preguntando. "Confía en mí, Jess. Estoy segura". Torrey respondió. "Oh". La chica dijo. Jessica miró a los ojos sonrientes de su madre y probablemente por primera vez en su vida, ella se sonrojó ante la mujer mayor. "Ohhh". Jess respondió, dándose cuenta de lo que quería decir su madre. "¿Estás segura
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porque, uhm..." "Sí", Torrey asintió con la cabeza. ¿Cómo se le dice a tu única hija que el sexo con una mujer era la mejor cosa que nunca has experimentado? "Yo, uhm, yo nunca conocí". Jess respondió Torrey debe haber mirado sorprendida. "Lo sé, tan salvaje como he sido, es difícil de creer, ¿no?" preguntó la chica. "Supongo que pensé, no sé, como que sería más especial o algo, si esperaba. Ahh, eso es suena estúpido, ¿no es así?" "Suena muy inteligente. Tienes toda la razón. Tu primera vez debe ser con alguien que te importa y que te cuida". Torrey fue llevada de vuelta a una noche cuando, estaba abrazada y segura en los brazos de Taylor, cuando la artista susurró esas mismas palabras para ella. "¿No fue mi padre el primero?" JT no pudo evitar preguntar. "Sí, cariño, lo fue". Torrey respondió. "¿No lo amabas, sin embargo, no?" "No. Me gustaba muchísimo, pero no me interesaba por él de esa manera". "Supongo que no sabías que estabas con las mujeres en aquel entonces, ¿eh?" Jess observó. "Cariño, yo no sabía nada de nada en ese entonces. Yo fui una chica muy ingenua a los diecisiete años. Si no hubiera conocido a Taylor me pregunto si yo hubiera aprendido sobre el amor y la amistad de todos modos". Torrey terminó en voz baja. Fue entonces cuando Jessica lo vio. Ella se sorprendió al principio, pero los ojos de su madre llevaban la misma mirada triste que Taylor hizo cuando ella le confesó a la joven sus sentimientos por Torrey. Era el tipo de mirada de un triste anhelo. JT no podía dejar de seguirlo. "¿Con quién querías que fuera tu primera vez?" La joven empujó. Ahí vamos, Torrey pensó. Preguntándose qué le diría a su hija si Torrey verdaderamente creía en su pacto de honestidad. Ella espera la verdad de su hija, ¿ahora iba a entregar lo mismo? "Yo quería que fuera con Taylor". Torrey dijo con una voz que era apenas un susurro. "¿Todavía... quieres estar con ella?"
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Torrey sonrió lentamente a su hija y Jessica se dio cuenta de las lágrimas que se formaban en los ojos de la escritora. "He conocido a Taylor durante dieciocho años, y estoy más enamorada de ella en este mismo momento que el día en que me enamoré". Torrey respondió honestamente. "De hecho, me sorprende que ella nunca lo vio". "See", respondió Jess como para sí misma. "A mí también. Mira, mamá, tal vez tú y Taylor deberían hablar..." "No, Jess". Una expresión de pánico cruzó por el rostro de Torrey. "Jess, por favor. Yo podría vivir sin un montón de cosas en mi vida, pero la amistad de Taylor no es una de ellas. Por favor, no hagas nada para interferir. Prométeme que no lo harás". Torrey declaró. La frente de Jessica se frunció y su corazón se rompió. Las dos mujeres que más amaba en la vida y su corazón se rompió por la otra, simplemente no lo sabían. ¿Por qué no podían verlo en la otra? Ella prometió a Taylor que ella no le diría y ahora estaba a punto de hacer la misma promesa a su madre. "Lo prometo, mamá". "Hey, tengo que lavarme si vamos a salir esta noche. Será mejor que me ponga en movimiento" Torrey dijo a su hija. "Oye, ¿mamá?" Jessica dijo, tirando de los ojos de su madre de vuelta al asiento que acababa de levantarse. "Te amo. Eres una gran madre, ¿lo sabías?" Torrey se movió y abrazó a su hija fuertemente. "Gracias, Jess. Esto significa el mundo para mí. Eres una hija bastante maravillosa". Jessica sonrió hacia su madre. "See, bueno, que probablemente podrías haberme golpeado un par de veces y no me habría lastimado. No creo que me golpearas alguna una vez". Jess bromeó. Una expresión de dolor cruzó por los ojos de Torrey y ella rápidamente se alejó de su hija. "Será mejor que nos pongamos en marcha". Fue todo lo que la escritora dijo mientras salía, como Jessica se preguntaba cuál era la gran cosa con dar nalgadas a su hija.
"Tay, ¿puedo hacerte una pregunta?" Jessica llamó a la oficina de Taylor. La mujer alta sólo
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metió la billetera en el interior del bolsillo de la chaqueta de lino de Armani que llevaba. "¿Qué pasa, peque?" Taylor preguntó casualmente . La mujer habló con Jessica antes, cuando llegó a casa, y escuchó las buenas noticias sobre ella y la nueva relación encontró con su madre. Ella no pudo evitar decir que un „te lo dije‟ a la joven. Jessica dejó fuera las partes acerca de la vida personal de su madre cuando ella habló con Taylor. "¿Por qué mamá se asusta de mí preguntando por qué nunca me ha pegado cuando era un niña?" Preguntó Jessica. Taylor dejó lo que estaba haciendo y miró a la chica. "¿Le preguntaste a tu madre a esa pregunta?" Preguntó Taylor. "Bueno, no en serio, pero cuando me burlé respecto que como que ella me desanimó". Explicó Jessica. "Creo que es algo para que le preguntes a tu mamá, Jess". Taylor respondió. "¿Me estás posponiendo también?" Jessica no pudo evitar la expresión de sus ojos heridos. Taylor tomó la mano de Jessica mientras se apoyaba en el borde de su escritorio. "Hay algunas cosas que se dijeron en confianza entre tu madre y yo. Cosas que yo no me sentiría cómoda hablando a espaldas de tu madre. Por favor, preguntale a ella. Sabes que ella no te va a defraudar", dijo Taylor. Jessica asintió y le dio a la artista una sonrisa comprensiva, a la vez que se preguntaba por que su madre sentía tanto miedo de decírselo.
Parte 5 Después de recoger a Valerie, las cuatro fueron en coche hasta la costa del Pacífico a Newport Beach, donde Taylor contrató un helicóptero para volar fuera a la Isla Catalina. Torrey tenía los ojos cerrados hasta que el vuelo llevaba quince minutos, cuando Taylor le pasó un brazo por los hombros y le susurró que estarían seguras en unos cinco minutos. El viejo hábito de sentirse segura y protegida en los brazos de Taylor hizo el truco y pronto, Torrey estaba disfrutando de las impresionantes vistas mientras volaban más allá de Avalon Bay.
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Taylor explicó que tenían reservas en The Landing en la ciudad de Avalon. Que estaba a una milla de donde aterrizaron, Taylor le preguntó al piloto tener un taxi esperando por ellos. "Elegí Avalon sólo por tí, Tor. En honor a una ciudadana de Chicago que llega a California", dijo Taylor. Las dos mujeres mayores se rieron. "Debo estar perdiéndome algo. Yo no lo entiendo." Jessica declaró. "Somos dos", Valerie intervino. "Avalon fue desarrollado por William Wrigley. En los años veinte por los Chicago Cubs que solían usarlo para el entrenamiento de primavera”. Torrey sonrió a Taylor mientras explicaba. Torrey se sorprendió de que un helicóptero pudiera ser tan grande y cómodo. Ella les contó sobre una vez que, al hacer la investigación de uno de sus libros ambientada en México, los militares le dieron un paseo. Ella dijo que el helicóptero no tenía puertas y los motores eran tan fuertes que apenas podía oírse pensar. Lo recordaba con cariño como una de las experiencias más terribles de su vida. Taylor les dijo que ese era más o menos el Rolls Royce de los helicópteros. Tapizado en piel y con asientos para seis personas, sin incluir al piloto. Ella le dio una sonrisa irónica a Torrey cuando Jessica le preguntó por qué no tomaba el ferry. La artista dijo que le tomó una hora para llegar a la isla por ferry y cuando el mar estaba volando brusco era el único camino a seguir. Finalmente Taylor reveló la verdad detrás del paseo en helicóptero cada vez que ella iba a Catalina. "Me mareo". Ella dijo con sorprendente candor, alzando la voz por encima del ruido de los motores del helicóptero. A Torrey le gusta la vulnerabilidad repentina e inusual en los ojos de la mujer de cabello oscuro cuando dio a conocer este hecho acerca de sí misma. La escritora recordó los tiempos pasados, cuando la artista trataba de parecer estoica en ello, por lo general, se ponía verde en el primer paso fuera de tierra firme sobre una superficie rodante. En el momento en que estaban saliendo del taxi, Valerie y Torrey eran amigas. La escritora parecía genuinamente interesada en la experiencia de Val en su primer año en la Universidad de California. Jessica dijo un silencioso gracias, pensando que no estaría de más tener a su mamá escuchar algunos comentarios positivos acerca de la universidad. Como Torrey y Valerie caminaban por delante de Taylor y Jessica, la joven de repente frunció el ceño y se volvió hacia la mujer más alta junto a ella.
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"¿Tay?" Jess parecía preocupada mientras miraba a las dos mujeres frente a ella. "¿No crees que mamá va a hacer nada para... ya sabes... avergonzarme esta noche. ¿No?" Taylor se echó a reír tan fuerte que las dos mujeres delante de ellos se detuvieron a mirar. Abrazando a Jessica por los hombros ella se inclinó para susurrarle al oído. "Ella es tu madre, Jess. ¡Claro que lo hará!" Taylor detuvo su risa como las mujeres entraron en el restaurante. Todas ellas disfrutaron de la especialidad de Landing‟s, el pez espada a la parrilla con salsa de mango. A Taylor y Torrey les entregaron una de las especialidades propias de la microcervecería de Landing‟s, una cerveza sin alcohol. En el momento en el café estaba siendo disfrutado, todas se sentían muy a gusto juntas. "Todavía estoy encontrando un poco difícil de creer que estoy cenando con dos personas tan famosas como Taylor Kent y Torrey Gray", dijo Valerie con entusiasmo. "Hey", Jessica miró, fingiendo un puchero. "Oh, Jess, sabes lo que quiero decir". Ella se echó a reír cuando ella empujó el hombro de JT. "Me refiero a la mayoría de las chicas de nuestra edad tendrían que considerar prácticamente un honor ser criadas por dos madres tan unidas como ustedes dos". El cumplido de Valerie indicó que la joven pensaba que Taylor y Torrey eran, de hecho, una pareja. Jessica vio la media sonrisa de comprensión en el rostro de su madre y se aclaró la garganta para explicar. "Uhm, en realidad, Val..." Jessica comenzó. "Taylor, ¿quieres disfrutar de la puesta de sol conmigo?" Torrey interrumpió su hija. La escritora se puso de pie y le tendió la mano a la artista que tomó en la suya con comprensión la más esbelta y salió a la calle del muelle. Jessica quería explicar a Val que las dos mujeres de su vida no tenían ese tipo de relación amorosa, pero como ella las observaba a través de la gran ventana, se dio cuenta de que no era del todo cierto. La joven vio a su madre de pie con el brazo alrededor de la cintura de la mujer más alta, el brazo de Taylor descansando ligeramente sobre los hombros de la rubia. Se dio cuenta entonces, que las dos mujeres estaban en esa clase de una relación amorosa. Por supuesto, no había sexo involucrado, pero eso no significaba que no existía la intimidad. Por supuesto, se querían la una a la otra, además estaban aún muy enamoradas entre sí. El único problema era que ninguna de ellos sabía que la otra persona se sentía de la misma manera. Esto podría ser complicado.
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"Así que, ¿qué te pareció?" Jessica le preguntó a su madre. Las tres mujeres se sentaron alrededor de la sala de estar disfrutando de la brisa de la tarde tibia y escuchando los sonidos de las olas por debajo de los acantilados. "Creo que la cena estuvo muy bien, ¿qué te pareció, Stretch?" "Oh, sí, yo también lo creo". Taylor siguió el juego. "Ustedes disfrutan de ser crueles, ¿no es así?" La risa melódica de Torrey llenó la habitación. "Me gusta, Jess. Me gusta mucho", Torrey sonrió. "Sí, ella es agradable, ¿eh?" "Bonita, también". Torrey añadió con un guiño. "Qué es lo que hace que me pregunte qué es lo que ve en tí, peque". Taylor intervino. "Muy gracioso", Jess respondió a las burlas de la artista. "Shh". Torrey arrojó una almohada en la dirección Taylor. Jessica capturó la mirada de Taylor y le indicó a la mujer que saliera de la habitación. La joven quería terminar la conversación con su madre que la había estado molestando todo el día. "Bueno, si me disculpan, tengo un par de llamadas que hacer. Voy a estar en la oficina si alguna de ustedes me necesitan". Taylor dijo mientras salía de la habitación. "Ya que estamos solas, ¿podría hacerte una pregunta, mamá?" Torrey asintió con aprobación. "Esta tarde, cuando estábamos hablando ¿por qué te deslizaste cuando hablé de pegarme?” La misma expresión de dolor cruzó las facciones de Torrey antes de contestar. "No tiene nada que ver contigo, Jess. Es historia antigua, déjalo”. JT no quería jugar esa carta, pero de alguna manera sentía que esta era una conversación que
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tenía que tener. No sabía por qué, se trataba simplemente de un sentimiento. "Así que hoy... nuestro pacto honestidad. ¿Era sólo por esta tarde?" "No, Jess, por supuesto que no. Sabes que voy a responder cualquier pregunta que tengas". Torrey respondió. "Bueno, entonces... ¿de qué se trata todo esto mamá, esa cosa que tienes acerca de golpear?" "Pregúntame algo más fácil". Torrey dijo con voz ronca. Jessica se sentó junto a su madre y metió la mano dentro de los finos dedos de su madre. Ella no podía entender lo suficiente el aspecto de miedo y dolor que había tomado el rostro de su madre. "¿Qué pasa mamá? ¿Por qué tienes miedo de golpearme?" El dolor, la mirada herida en los ojos verdes de su madre trajo una repentina comprensión a Jessica. "¿Alguien te golpeó?" Jessica dijo con una voz muy suave. La forma en que Torrey miró a los ojos de Jessica y las lágrimas que llenaban las verdosas profundidades de la escritora, esparcidas por sus mejillas, eran la respuesta afirmativa que Jessica realmente no quería saber. "¿Quién?" Jessica dijo firmemente, con su mandíbula apretada. Torrey reconoció el gruñido de la voz de su hija y le dio una pequeña sonrisa por lo familiar que sonaba. Ella sabía en ese momento que ella tenía otra protectora. La voz de Jessica tomó exactamente el mismo borde duro que Taylor lo hacía ante la idea de que alguien lastimara a su amiga. "Fue hace mucho tiempo, Jess. Antes de que nacieras. Sólo lamento que afectó en la manera en que yo te crié". "Fue tu madre, ¿no?" Torrey asintió y las lágrimas llegaron con más fuerza. Ella pensó que era extraño que podía pensar en algo que te pasó hace mucho tiempo y el dolor volviera tan fresco como cuando sucedió por primera vez. No quería asustar a Jessica, por lo que la abrazó cuando emperó el dolor dentro. "Lo siento mucho, mamá". Jessica sintió que las lágrimas caer de sus ojos y se dio cuenta de
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que nunca había llorado por su madre antes. Disculparse parecía tan estúpido en este punto. Ella nunca se sintió de este modo acerca de la mujer que la crió. JT nunca conoció a Evelyn, a pesar de que la madre de Torrey vivía a sólo una hora de distancia de ellas, pero tenía esa increíble necesidad de hacer a la vieja responsables por el dolor de su madre. Mientras ella viviera, JT nunca entendería cómo alguien puede tratar a alguien tan maravillosa y amorosa como su madre, tan cruelmente.
Taylor entró en silencio la sala y encontró a Torrey sentada en el suelo, con el cuello y la espalda apoyada en el sofá. Taylor se dejó caer junto a la escritor y Torrey inmediatamente apoyó la cabeza en el hombro de la artista, Taylor movió su brazo para tirar de la mujer más cerca de ella. "¿Dónde está Jess?" Preguntó Taylor. "Le mandé a la cama. Creo saber que su madre había sacado la mierda fuera de ella por su propia madre fue más de lo que podía manejar en un día. Tú sabías que iba a preguntarlo, ¿no es así, Stretch?" "Ella me preguntó sobre eso antes. Le dije que tendría que preguntarte por sí misma. Yo lo siento, no tuve tiempo para prepararte para lo que ella tenía en mente". "Está bien", dijo Torrey con un suave apretón a la mano libre de Taylor. Ella hizo girar distraídamente la alianza que rodeaba el dedo anular izquierdo de la artista. La escritora no pudo dejar de notar que ambos llevaban todavía las alianzas de boda que Taylor había comprado hace tantos años. Taylor observó como Torrey tocó la alianza de platino en su dedo. La artista se debatió sobre si se debía quitar el anillo antes de que Torrey llegara, pero no podía hacerlo. El anillo era tan parte de ella como su amor por la mujer que ahora abrazaba con fuerza contra ella. Ella suspiró con alivio en el aeropuerto cuando Torrey le tomó la mano y Taylor a la vez vio el anillo familiar en la mano izquierda de Torrey. "No estaba segura de qué decirle. Le dije la verdad. Espero que no haberla asustado", dijo Torrey. Taylor apoyó la barbilla en la parte superior del pelo rubio suave. Sonrió para sus adentros, respirando el olor familiar de la misma marca de champú que Torrey utilizaba desde que era una adolescente. Había confort satisfactorio por el olor que se aferró a su memoria en los años después de Torrey había desaparecido. Sí, Taylor sabía que Torrey en última instancia, le diría a su hija la verdad, como la verdad fea
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que era. Ella también estaba segura de que hizo más que simplemente asustar a Jessica, recordando cómo primero le afectó la admisión cuando Torrey finalmente cedió y confesó el secreto de su familia. Taylor nunca se sintió verdaderamente en el fondo de su ira hasta esa noche. Taylor pensó en las noches pasadas en su dormitorio de la casa de la Hermandad antes de que ella se enamorara de Torrey. La pequeña rubia se despertaba con pesadillas todas las noches, hasta que Taylor le dijo que tal vez debería ver a un médico. Su joven amiga se negó obstinadamente. La artista atribuyó el comportamiento nocturno a que era la primera vez que la chica estaba fuera de casa, pero la primera vez Torrey fue a casa por el fin de semana y regresó con un labio partido, el corazón de Taylor dio un vuelco. Otra vez, volvió con un hematoma en la mandíbula. Por último, cuando la joven regresó de nuevo a la Universidad con un ojo negro, Taylor se enfrentó a su joven amiga. Por último, se mantuvo de forma segura en los brazos de alguien que se preocupaba por ella, Torrey confesó que era su madre quien la golpeaba. Ella explicó que se escapó de casa a los catorce años para irse a vivir con su hermano y le dijo a su madre que si ella volvía después de Torrey, él haría lo público lo que le estaba haciendo a su única hija. La mujer se rindió y Torrey vivió con su hermano hasta su muerte tres años después. Torrey lloró en los brazos de Taylor y no podía entender por qué su madre siempre le hacía esto, lo más importante por qué ella parecía impotente para detenerlo. Taylor lloró con la joven y le prometió que nunca nadie la heriría así de nuevo. En cuanto a la chica pequeña, asustada en sus brazos, Taylor no podía entender cómo alguien podría lastimar a una hermosa y confiable alma. "Hey, ¿todavía estás conmigo?" Torrey interrumpió el recordar del pasado de la mujer de pelo oscuro. "Lo siento, sólo estaba pensando. ¿Cómo lo estás llevando, Little Bit?" Torrey levantó la vista cuando unas nuevas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. "¡Maldita sea esa mujer! ¡Casi veinte años y ella todavía encuentra maneras de joder mi vida!" "Oh, cariño, no puede hacerte daño nunca más", susurró Taylor, enjugando las lágrimas con una caricia de sus dedos. "Ella no puede hacerte daño a menos que se lo permitas. No le des ese tipo de poder". Torrey asintió a la mujer de cabello oscuro, sus lágrimas cayendo sobre el lino blanco almidonado de la camisa de la artista. "Voy a arruinar tu camisa", Torrey advirtió. "Me importa una mierda". La artista respondió, apretando su agarre en la mujer en sus brazos.
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"¿Tay?" Jessica susurró de nuevo, con la artista finalmente mostrando algunos signos de vida. "Tengo que hacerte una pregunta". "Caray, Jess, ¿qué hora es?" La artista respondió. Ella y Torrey otra vez había pasado la noche en el sofá, la escritor murmuraba en su sueño, su pequeña forma escondida dentro abrazo amoroso de Taylor. Taylor se sentía como que acababan de dormirse, que era bastante cercano a decir verdad. "Son las seis en punto. Hey, ¿no ustedes tienen camas que son más cómodas?" JT bromeó. "Cállate, peque, ¿y qué es lo que tienes que preguntar?" Taylor susurró. "¿Puedo tomar la Explorer para ir a Laguna y recoger salmón ahumado y panecillos para el desayuno?" "Mmm hmm". Taylor asintió, ya a la deriva de nuevo. Jessica sonrió ante la imagen de las dos mujeres en el sofá de gran tamaño. La joven puso un edredón encima de ellas y salió corriendo a recoger el desayuno. Taylor inconscientemente se acurrucó más cerca de la mujer en cucharita contra ella, hundiendo su rostro en el cabello rubio. Torrey sintió, más que lo que oyó la conversación por encima de ella, porque no quería romper el hechizo de sueño todavía. Ella presionó su espalda contra el pecho de la mujer de pelo oscuro, escuchando un gruñido de satisfacción y la sensación de vibración saliendo de la mujer detrás de ella. Una sonrisa curvó sus labios mientras escuchaba los suaves ronquidos que escaparon de Taylor, los ruidos convirtiéndose rápidamente en un sonido de comodidad para la escritora pequeña.
Jessica entró en la cocina, depositando sus tesoros en el mostrador y se dio cuenta de que alguien ya había hecho té y café. Fue entonces cuando lo oyó. No podía estar segura, pero las voces sin duda pertenecía a sus dos mamás, y los sonidos no eran definitivamente los que alguna vez las escuchó a hacer antes. "Oh, Dios, sssí, justo ahí". Taylor se quejó. "¿Quién en el mundo te enseñó eso?" "Creo que fuiste tú", Torrey rió.
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"Yo soy una mujer tan inteligente". Fue la respuesta sin aliento de Taylor. "Deja de retorcerte tanto". "No puedo evitarlo... se siente increíble, oh sí". "No puedo creer que ninguna otra mujer lo ha hecho por tí en quince años". "Yo no he sido... oh, sí... capaz de encontrar a nadie... Dios, fuerte… cuyas manos fueran tan talentosas como las tuyas". "Oooh, yo definitivamente creo que tengo el lugar, ahora". Dijo Torrey. Taylor meramente gruñó su respuesta. "Oh, definitivamente estás en el lugar correcto... ahí, justo ahí... casi... ahora, presiona la mano con más fuerza, ahí mismo... ¡oh, Dios!" La voz de la artista comenzó a ronronear y terminó en casi un grito. Jessica no tenía idea de lo que iba a hacer, pero lo único que se le ocurrió ir por el camino que llegó, o hacer un montón de ruido y caminar dentro. Ella eligió la segunda opción, en caso que las dos mujeres mayores la oyeran para esos momentos. Se aclaró la garganta y tosió con fuerza, ella entró en la sala de estar sólo como un chasquido audible resonó en la habitación. Taylor estaba sentada en el suelo contra el sofá sobre el que su madre estaba. Torrey frotó el cuello de la artista un par de veces más y otro estallido se escuchó desde el cuello de Taylor. Finalmente la mujer en el suelo se retorcía y giraba el cuello y los hombros, declarandose a sí misma libre de dolor. "Hola, cariño, ¿Oído que traerías el desayuno?" Torrey le preguntó a su hija. "¿Estás bien?, tu rostro está todo rojo". "See", la mano de JT se acercó a su cara, sintiendo el calor que venía de su piel. "Uhm, estoy bien… el desayuno está servido". Taylor se puso de pie y tiró de la mujer más pequeña del sofá. Jessica sacudió la cabeza al pasar frente a ella a la cocina. Tengo que controlarme.
El desayuno se convirtió en un asunto tranquilo con Torrey y Jessica utilizando todos los poderes de persuasión en su arsenal para hablarle a Taylor sobre la degustación de una
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picadura de Nova lox15. La artista finalmente cedió, diciendo que las dos nunca terminaría de oírlas si, al menos, no probaba algunos. Madre e hija asintieron con la cabeza y Taylor tomó un pequeño bocado de los panecillos cargadas con crema de queso y tomate, cubierto con el salmón. Torrey encontró que la mirada en la cara de Taylor no tenía precio. La artista parecía estar tratando de masticar los peces sin tener que realmente tocarlos con la lengua. "Oh, cariño escupelo. ¡No puedo verte pasar por esa tortura!" Torrey rió. La comida fue devorada, entonces Jessica dio las gracias, y las dos mujeres mayores abandonaron la mesa para sus respectivos entrenamientos matutinos. Torrey apareció en el patio para estirar y preparar sus músculos para su matutina rutina de Tai Chi. JT se sentó a la mesa de la cocina, con el cuaderno de dibujo y lápices en la mano, dibujando bocetos rápidos de las acciones de su madre. Cuando Torrey se sentó sobre los talones, Jessica sabía que iba a estar así durante unos minutos, meditando o haciendo cualquier cosa que hiciera que la pusiera en estado de relajación y concentración. Taylor tocó el hombro de JT mientras pasaba y la joven sonrió a la artista. Antes de que tuvieran la oportunidad de hablar, Taylor salió por la puerta del patio y se arrodilló ligeramente detrás y a la derecha de Torrey. Era como si nada de tiempo hubiera pasado como Torrey sintió la presencia familiar detrás de ella sin tener que girar y mirar. Tomó un poco más de tiempo preparar su mente para empezar de lo que solía hacer. Tantos pensamientos y sentimientos estaban corriendo alrededor de su cabeza en relación con la mujer a su lado, que ella no estaba segura de que sería capaz de alcanzar el primer nivel de relajación necesario. Por último, los movimientos comenzaron. Jessica observó el temor en la fluidez de los movimientos característicos ya determinados. De las dos mujeres emanaba un poder y una gracia que se extendió hacia el exterior como un remolino. Al principio, Taylor tenía los ojos abiertos mirando la pequeña mujer frente a ella. Con el tiempo, ambas mujeres progresaron en su rutina para que sus ojos estuvieran cerrados, cada una de sus acciones en perfecto equilibrio con su gemela. Jessica se sentó allí, mirando por la ventana hacia el patio, completamente paralizada por la vista. Toda su vida había visto a su madre hacer la rutina y encontró que le parecía inconsistente, como si faltara algo. En los últimos cinco meses mientras observaba a la artista de cabello oscuro realizar el mismo ritual, Jessica todavía la sensación de que estaba viendo algo incompleto.
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Nova lox: Salmón con un marinado suave.
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Ahora, mirando los movimientos lentos y metódicos de cada mujer, Jessica se sintió recordar. Esta vez no fue fugaz, lo que la hizo pensar que era un sueño. Este fue un verdadero reconexión física de un tiempo pasado. Recordó el sol brillando a través de las puertas del patio, el sonido del mar fuera de la ventana, y las dos mujeres, moviéndose como lo estaban haciendo ahora, la luz y la oscuridad, dos mitades de un todo. Mientras ella seguía estando hipnotizada por la vista ante ella, Jess finalmente sintió lo que había faltado en el pasado, por qué tenía la sensación de incompletitud cuando veía la escena. Sólo había una forma en que su cerebro imaginara este ritual, y era como un dúo, no con una sola.
"¿Quieres ir esta noche?" Preguntó Taylor, suavizando las líneas de una escultura de madera con una escofina. Torrey se sentó en un taburete en el estudio de arte viendo a la artista trabajar. Taylor llevaba una camisa larga con las mangas levantadas un poco más allá de sus antebrazos. El corazón de Torrey se mantenía saltando por los latidos cuando ella se quedaba mirando hacia abajo en los antebrazos bronceados, de los músculos de la artista y los tendones amontonados, luego flexionaban bajo la piel. La escritora rubia pensó que era la cosa más sexy que había visto nunca. "Me encantaría, es decir, si no les molesta a ustedes dos". "Podemos preguntarle a Jess, pero ya sabes cómo me siento". Ellas no tenían que pensarlo demasiado, ella sabía cómo se sentía la artista. Torrey fue a AA con Taylor durante años antes de que ambas se separaran. La presencia de la escritora fue siempre un faro reconfortante para la mujer de cabello oscuro. "Aquí ponte esto, voy a usar la lijadora". Taylor le tendió una máscara de papel. El zumbido del motor acelerado empezó y finalmente terminó como Taylor pasó las manos sobre la superficie recién suavizada. "Esto es tan increíble". Torrey felicitó al artista. "¿Quieres probar?" "Oh no, Stretch... Yo podría arruinarlo". "Mentira, es sólo un trozo de madera, no se puede arruinar. Aquí, puedes hacerlo conmigo". Taylor sentó a Torrey en el mismo taburete en que ella estaba sentada, ligeramente por delante
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de ella. La primera cosa que ella sabía con la que iba a tener problemas era con la sensación de la pequeña rubia, sentada entre las piernas extendidas de Taylor. Ellas se pusieron sus máscaras en su lugar y Taylor mostró a Torrey cómo tomar la lijadora en un agarre firme, las manos de la artista cubriendo las de Torrey. Una vez que la lijadora se encendió y empezó a deslizarse por la superficie de la madera, Torrey no podía dejar de centrarse en los antebrazos musculosos, que ayudaban a la mujer más pequeña a controlar la pieza de equipo. Taylor estaba tan enfocada, pero lo hacía en los fuertes bíceps que se extendían como la pequeña mujer se aferró a la lijadora. Torrey tenía en una camiseta ajustada, y sus brazos y hombros estaban cubiertos rápidamente en un polvo de madera fina. Taylor tenía una amplia sonrisa en su rostro debajo de su máscara, mirando a la escritora. Torrey intentaba todo con el entusiasmo desenfrenado de un niño y esto no fue una excepción. Los ojos verde mar de la escritora brillaban de emoción y cuando Taylor apagó la lijadora, y Torrey volvió la cabeza, la mirada inocente se convirtió en un infierno al rojo vivo de deseo hacia la artista.
Torrey finalmente conoció a todos los que Taylor y Jessica conocían de su grupo. A la pequeña escritora de inmediato le gustó Natalie, la actitud sin sentido de la mujer y su sentido del humor era refrescante. Como siempre después de su reunión, la gente de pie alrededor de hablaba y compartía experiencias. Torrey no podía llevar un registro de la cantidad de gente que se acercó a ella y le explicaron cuán genial pensaban que era Jessica. La pequeña rubia conocía lo que luchar contra una adicción podría ser. Vivió con el primer año de Taylor y la hacía aún más orgullosa de su hija. Taylor se puso de pie a un lado hablando con una mujer de pelo castaño rojizo tan sólo unos centímetros más alta de lo que Torrey era. Cuando encontró los ojos de la artista, Taylor hizo un gesto para que se uniera a ellas. "Tor, quiero que conozcas a alguien. Ella es Emily, la madre de Corey". Taylor dijo, volviéndose hacia Emily y continuó. "Em, esta es la madre de Jessica, Torrey". Torrey no tuvo palabras para la mujer que tenía delante. De repente, ella tenía el corazón roto y con culpa. Ella sufría por la pérdida de la mujer, pero se sentía llena de remordimiento que aún ella tenía a su hija, sana y en recuperación. Torrey hizo lo que ella querría que alguien hiciera por ella. En lugar de estrechar la mano con frialdad que la mujer ofrecía, envolvió sus brazos alrededor de los hombros de la mujer y le susurró al oído. Taylor nunca se enteró de lo que le dijo Torrey a la madre de Corey. Parecía un momento privado entre madres, así que ella nunca preguntó. Las palabras susurradas fueron suficientes para romper un poco de la chapa de auto-control de la mujer. Ella comenzó a llorar y Torrey la llevó un par de sillas que estaban fuera de la línea de visión de todo el mundo. Los dos se quedaron sentadas allí mucho después de que todos los demás se retiraron por la noche.
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Natalie estaba junto a Taylor como miró a las dos mujeres. "Es bastante increíble". Natalie dijo, indicando a Torrey. Taylor observó como Torrey se sentó con Emily. La escritora actuó, al igual que lo hacía todos los días, con todo el mundo que conocía. Su sonrisa resplandeciente brillaba y ella sostuvo la mano de Emily mientras hablaba con ella. Quitando suavemente las lágrimas de la mejilla de la otra mujer, Torrey era la imagen de la compasión y Taylor la amaba por ello. "Sí, lo es". Taylor respondió después de largos minutos de ver la pequeña rubia y su actitud cariñosa.
"Yo estaba pensando en un pequeño viaje a San Diego, Stretch. ¿Puedes salir?" Torrey preguntó. El jardín japonés se convirtió en el lugar favorito de Torrey en esa casa, como Taylor siempre había sabido que lo sería. Estaban sentadas disfrutando de la tranquilidad cuando Taylor tomó un descanso de la tarea sucia de pulido y rectificado. "Por supuesto". La artista respondió sin vacilar, calculando mentalmente el tiempo que le quedaba antes de su show y lo que ella todavía tenía que hacer. Samantha se hizo cargo de todos los pequeños detalles, pero siempre había viejos amigos y compañeros de Taylor que le gustaba invitar personalmente a sus espectáculos. Taylor sabía que un viaje a San Diego significaba que Torrey quería visitar a la madre de la artista y ese hecho haría a Jean Kent una mujer muy feliz. Las dos mujeres se pusieron muy cercanas en un corto período de tiempo, la escritora que buscaba a la mujer mayor como la madre que siempre quiso. Taylor se preguntó qué tipo de contacto ambas habían mantenido en los últimos quince años. Ella podría haber preguntado simplemente a Torrey o a su madre, pero parecía que no era asunto de su incumbencia. Como si su relación era privada, una vez que Taylor y Torrey se separaron. "¿Estoy presumiendo demasiado al decir que es para ver a mamá?" Taylor cuestionada. "No presumes en absoluto", la rubia sonrió por encima de la artista sentada a su lado. "Envié a tu mamá un regalo del día de la madre que va a requerir la experiencia de JT para configurar". Terminó crípticamente. Taylor levantó una ceja, pero nunca pidió. "¿De cuánto tiempo estamos hablando?" "Yo estaba pensando sólo el fin de semana. No quiero que llevarte lejos de tu trabajo por
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mucho tiempo". Taylor se echó a reír ante el comentario. "Ahora, ¿crees que si yo fuera contigo y Jess, mamá nos dejaría salir en un fin de semana? ¿Qué dices de salir mañana y regresar el domingo?" "Yo diría que eso sería genial". El rostro de Jessica se asomó por la puerta. "Estoy haciendo ensalada de aguacate para el almuerzo. ¿Alguna interesada?" Torrey levantó la mano, asintiendo con la cabeza, Taylor sólo levantó una ceja a la joven. "Es la receta de mamá". Jessica le dijo a la artista con exasperación. "Oh, está bien. Cuenten conmigo entonces... siempre y cuando utilices la receta de tu madre... y tu mamá lo haga". "Te crees muy graciosa", Jess devolvió. Torrey reía de las bromas lúdicas entre las dos. "Mamá, por favor, no te rías, sólo la anima a pelearme más". JT dijo con cara de póker. "Está bien, te lo prometo". Torrey respondió, levantando su mano derecha. "Jess, ¿te gustaría hacer un viaje a San Diego por el resto de la semana? ¿Crees que puedes alejarte de Val por un rato?" "Suena muy bien. ¿Para ver la abuela?" Torrey asintió sin mirar a Taylor. Sólo podía imaginar el aspecto que tenía en su rostro la artista. "Si, eso suena muy bien, mamá. Está bien, voy a preparar el almuerzo, estará listo en media hora". Ella dijo, volviendo a entrar en la casa. Torrey finalmente miró a la artista, mirando hacia atrás de ella, y se habría reído a carcajadas al ver la expresión en el rostro de la mujer, si no hubiera sido tan seria. Taylor tenía la apariencia de un hombre que acababa de serle dicho que él era el padre perdido de un joven de diecisiete años de edad. "Lo siento, Stretch, debería haberte dicho. Ya sabes cómo es tu mamá, ella insistió en que Jess la llamara así, y ya sabes lo persuasiva que puede ser tu mamá. Debería haberte consultado primero".
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"No, cariño, está bien", Taylor se rió de sí misma un poco. "Supongo que es sólo una de esas cosas que me lanzaron. Realmente no sé cuánto contacto tú y Jess tuvieron con mamá. Sé que ella te ama, y aunque sé que no parece posible que tenga un niño de mí en el futuro, por lo que me hace feliz que mamá tenga al menos un nieto para echar a perder". "¿Está segura?" "Por supuesto". La artista giró una sonrisa blanca y brillante en la pequeña rubia. "¿Quieres... hablas mucho con mamá?" Taylor podría haberse pateado a sí misma por preguntar. Ella nunca sonó más como una fisgona a sus propios oídos que ahora. Torrey no pudo reprimir la sonrisa que adornaba su rostro. Ella sabía que estaba matando a su amiga el preguntar sobre su vida personal. "Hablamos mucho, sí. Jess nunca la ha conocido, sin embargo. Es bonito, tener una mamá a veces, yo sólo espero que no te moleste que te la pida prestada". Torrey levantó la vista, son preocupación en sus ojos. "Mereces una madre que pueda hacer que te sientas especial, Tor. Y, no, no me molesta en lo más mínimo". Taylor entendía cuánto Torrey, de todas las personas, necesitaba una figura matriarcal positiva en su vida después de la que la suerte que le había tocado. "Vamos, vamos a ver en cuántos problemas Jess se ha metido". "Por cierto, Tor. ¿Te importaría que te pregunte que le diste a mamá para el Día de la Madre? Me está volviendo loca". Torrey rió y deslizó su brazo alrededor de la cintura de la artista mientras se abrían camino en el interior. "Una computadora". "¿Mi madre y una computadora? ¿Por qué eso me asusta como el infierno?" Preguntó Taylor. "Debería... le di tu dirección de correo electrónico". Torrey dijo, agachándose rápidamente a través de la puerta a tiempo para evitar la mano que venía golpear su trasero.
Taylor terminó de poner las bolsas en la Explorer como las tres mujeres se preparaban para salir. Jean Kent estaba rebosante de alegría cuando Taylor llamó para decirle que iba a llegar para una visita. Siendo como era Jean, ella se negó a aceptar un no por respuesta a tenerlas permaneciendo con ella en vez de un motel y Taylor, dijo un silencioso gracias. La artista disfrutaba de su estancia en la casa en la que creció y estaba ansiosa para que Jess la viera.
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Ella también quería un poco de tiempo a solas con Torrey y de esta manera no se sentiría demasiado culpable si Jess tenía a Jean cerca por sólo una noche. Torrey salió de la puerta principal, con la cazadora en la mano. El día se volvería más cálido más tarde, pero ahora había un frío en el aire y el famoso sol del sur de California se escondía detrás de las nubes de lluvia. La pequeña rubia se estiró y bostezó, haciendo una especie de delicioso ruido de lloriqueo a los oídos de Taylor. El sonido golpeó a la artista de cabello oscuro a directo entre las piernas y tuvo que arrastrar los ojos de la vista ya que, sin duda, se encontraría a sí misma haciendo algo que sería vergonzoso. Point Loma era una pequeña ciudad hermosa en el paseo marítimo de San Diego. Taylor creció sana y feliz en el pequeño barrio que pasaba por encima del Océano Pacífico. Ella era una mocosa de la Armada, pero su madre insistió en que necesitaba una base de operaciones de todo tipo. Así que el año después del nacimiento de Taylor, sus padres construyeron esta casa prácticamente con vistas a la Estación Aérea Naval más cercana. "Es tan hermosa como siempre, Stretch". Torrey dijo con la voz quebrada, como entró en el camino de entrada. Jean Kent estaba esperando y no estaba decepcionada con la vista de las tres mujeres que salían del vehículo. Su hija la había ido a visitar en Navidad, pero al ver Torrey y su hija fue más que un tónico para el alma para la anciana. Ella había observado y esperado cerca de quince años, sin que Torrey ni su hija jamás expresaran su pasión por la otra. Con cada año que pasaba, tenía que esforzarse para no intervenir e intervenir. Ella también creía en lo que la pequeña rubia decía, que todo sucede por una razón y a su propio tiempo. Tenía una sensación extraña, sin embargo, que si estas dos no verbalizaran sus pensamientos y emociones entre sí ahora, nunca podrían tener otra oportunidad. Jean salió por la puerta tan rápido como sus piernas podían moverse a los sesenta y cinco años de edad. Abrazó a Taylor primero, la mujer alta tuvo que inclinarse hacia abajo para colocar un beso en la mejilla de la mujer. Ella y Torrey en tanto, tenían lágrimas en los ojos en el momento que su abrazo se completó. "Absolutamente preciosa". Jean dijo mientras tomaba un buen vistazo a la mujer que tenía delante. Torrey había enviado fotos con el pasar los años, pero nunca fue lo mismo. Ella siempre supo que esta chica se convertiría en una mujer hermosa, y la adoración que aún brillaba en los ojos de su hija que parecía que la artista aún se sentía de la misma manera también. "Mamá, esta es tu nieta, Jessica". Taylor dijo de pie detrás de la mujer joven con las manos en los hombros de JT. Torrey sonrió mientras la joven se acercó tímidamente a la mujer mayor, pero en dos minutos, Jean tenía la niña riendo y sonriendo. A la escritora le gustó especialmente la manera en la que
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Taylor introdujo a Jess y el orgullo en la voz de la artista. Fue un momento que Torrey había esperado durante bastante tiempo. Era lo más cercano a un momento familiar, como lo había sido hacía quince años, y su corazón se sentía como golpear para salir de su pecho. Ella no recordaba haberse sentido tan feliz en un buen tiempo.
"¡Así se hace, abuela... Sabía que podías!" La voz de Jessica se podía oír desde el estudio de arriba. Jessica y Jean fueron capturadas en el estudio, la niña tratando de dar instrucciones de computación para la mujer mayor. La joven estaba tratando de enseñar el valor de conocimiento de computadora de años en los pocos días que tuvieran que pasar allí. Mañana se suponía que debían irse y Jessica se sentía un poco decaída. Ella realmente amaba estar alrededor de la mujer mayor, ella tenía un enfoque de prisionera para aprender con la computadora, haciendo que Jessica sonriera. Taylor y Torrey estaban disfrutando el tiempo para no hacer absolutamente nada cuando estaban sentadas en la sala de estar. Había sido demasiado tiempo desde que las mujeres se sentaron en esta habitación hablando de todo bajo el sol. Jessica llegó a la cima de las escaleras y gritó a las dos mujeres de abajo. "La abuela envió su primer correo electrónico". Ella dijo con orgullo. "¿A quién?" Taylor preguntó con una mueca de preocupación, como Torrey le dio una bofetada en el brazo. "Para mí". Jessica contestó, volviendo al estudio. "Yo puedo verlo ahora", dijo Taylor a Torrey como la rubia fue a la cocina y regresó con más té helado. "Mi mamá enviandome correos electrónicos como una loca. ¡Voy a tener que escuchar ese maldito mensaje de 'usted tiene correo‟ cincuenta veces al día!" Ella dijo entredientes. Torrey rió y se detuvo en la mujer de cabello oscuro. "¿Crees que es divertido no, Little Bit? Te voy a cobrar esto, ya sabes". Torrey puso su mirada Taylor, con un arco de la ceja amenazador y lentamente tomó dos pasos hacia el sofá donde el artista estaba. "¿En serio?" Torrey gruñó, poniendo una rodilla en el sofá entre las piernas de la artista y de rodillas a unos centímetros del cuerpo de la mujer. "Y, ¿qué te hace pensar que eres mujer
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suficiente para mí, como tú dices?" ella terminó. Hubo un silencio completo durante lo que pareció una eternidad. Torrey rápidamente se dio cuenta de lo que ella estaba hablando y lo que comentario sonó. También reconoció que mientras ella estaba acostumbrada a flirtear y jugar con insinuaciones sexuales, Taylor definitivamente no acostumbrada a escuchar que proviniera de ella. Mientras tanto, la columna vertebral de Taylor simplemente se volvió a la manteca derretida caliente. El calor que sentía levantarse de su propio cuerpo, no podía compararse con el pulso acelerado rápido en sus oídos. El brillo travieso en los ojos de la escritor que estaba haciendo una broma erótica hizo que Taylor tragara saliva antes de hablar. "¿Torrey... saldrías conmigo esta noche?" Torrey estaba disfrutando de la sensación de poder sexual sobre su amiga de cabello oscuro. La artista no podía haber estado interesada en ella de esa manera, pero a los ojos de Torrey, ella era definitivamente humana. Los ojos de Taylor se volvieron ligeramente vidriosos y su piel bronceada comenzaron a sudar ligeramente. "¿Qué?" Torrey preguntó sorprendida. ¡Maldita sea Kent! ¿Qué demonios estás pensando? Se trata de Torrey, ¿recuerdas? "Yo, uhm... bueno, recuerdo que eras mi cita cuando vinimos aquí juntos por primera vez. Pensé que tal vez podríamos... ya sabes, hacerlo de nuevo”. Oh, sí, amor... 'hacerlo' contigo es exactamente lo que me gustaría hacer, Torrey pensó para sí misma. ¡Está bien, sal de ahí, mujer! "Eso suena divertido, Stretch". Torrey respondió tirando de ella fuera y luciendo como la imagen de la inocencia, mientras que Taylor se veía un poco más incómoda que solía hacerlo alrededor de su vieja amiga.
"¿Seguro que no te importa, cariño?" Torrey preguntó inclinándose sobre el hombro de su hija, viendo a la jóven hacer croquis de imágenes rápidas sobre una tableta gráfica que se materializaba en la pantalla de ordenador. "¿Eh?" Jessica preguntó en un tono distraído. "Supongo que eso responde a mi pregunta".
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"Oh, lo siento, mamá". JT se dio la vuelta, dando a su madre una sonrisa rápida. "Yo sólo quería saber si te importa si Taylor y yo salimos esta noche". "Dios, no... vayan". La joven dejó escapar, al darse cuenta por la mirada en el rostro de su madre que sonaba un poco demasiado entusiasta. "Sólo quiero decir que ustedes dos podrían utilizar un poco de tiempo libre. Estaré bien. Además es nuestra última noche aquí y la abuela y yo vamos a jugar en la computadora y a comer comida chatarra toda la noche, lo prometió". Torrey rió ante la idea de su hija sobre una noche de diversión.
Taylor miró el reloj de nuevo. Se apoyó en el respaldo del sofá y bostezó. ¿Por qué es el más vieja se pone Torrey más tiempo le lleva a estar lista? La artista se removió en su asiento. Se vistió con un poco más de estilo que en sus días de Universidad, pero nada se sentía alguna vez tan bien con ella como con pantalones vaqueros y una remera. Se puso de pie y se alisó los pantalones de cuero negro, tirando de los puños de una camisa de seda azul. Ella inclinó la cabeza hacia atrás para dejar salir otro bostezo, pero cometió el error de tratar de jadear al mismo tiempo, y de repente se sintió sin suficiente aire para respirar. Torrey bajó las escaleras, mientras continuaba poniendo sus pendientes, parecía que acababa de tomar el conjunto de una película. La pequeña rubia llevaba un traje con pantalón azul real, de una sola pieza que terminaba en un escote. Tenía una chaqueta blanca sobre ella, con sus mangas como siempre les llevaba, hasta los codos. A decir verdad, no estaba tratando de hacer una estilo de moda con la chaqueta, pero cuando sus brazos eran dos centímetros más bajos que el resto de la humanidad, eso es lo que hacías. Llevaba zapatos de tacón alto que Taylor no pensaba que parecían cómodos, pero la escritor no parecía afectada. Fue un poco desconcertante para la artista, sin embargo. Estaba acostumbrada a mirar hacia abajo a Torrey y los tacones ponían a la mujer más pequeña un poco más cerca del nivel de Taylor que lo habitual. Taylor estaba segura de que podía sentir su corazón fallando sobre cada latido, mirando a su amiga cruzar la habitación y darle a Jessica un rápido abrazo. "Cuando quieras, Stretch". Torrey dijo con una sonrisa. Taylor pensó que ella abrió la boca para decir algo inteligente, pero los únicos sonidos que parecía capaz de hacer en este momento eran pequeños gemidos. Ella dio a Torrey una débil sonrisa y mantuvo la puerta abierta, en silencio cantando un mantra en su cabeza. Puedo controlarme a mí misma… Puedo controlarme a mí misma… Puedo controlarme a mí misma… Puedo controlarme a mí misma...
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"¿Puedo hacerte una pregunta personal, Tor?" Taylor preguntó mientras caminaban a lo largo de un muelle abandonado, viendo el surf nocturno dentro. "Sabes que no tienes que anteponer una pregunta a mí de ese modo, Stretch". Taylor parecía un poco incómoda, pero aún así ella quería saber. "Me di cuenta de que trajiste tu laptop contigo, pero yo no he visto que lo utilices, desde que has estado aquí. ¿Hay algún problema?" "Estoy de vacaciones", Torrey intentó sonar tranquila, pero se olvidó de que no podía ocultarle mucho a esta mujer. "Uh, huh... bueno, es curioso, porque yo veía que escribías casi a cada minuto de inactividad del día. ¿Qué está pasando, Tor?" "¿Has leído mi último libro?" preguntó Torrey. "Por supuesto. Fue genial". "¿No viste nada... diferente al respecto?" "No lo sé. Tal vez como si estuviera un poco detenido, pero me di cuenta de los problemas que estabas teniendo con Jess y todo..." Taylor se fue apagando. Ahora que Torrey lo mencionó, Taylor había notado algo extraño en el último esfuerzo literario de su amiga. La historia era entretenida y esclarecedora, como de costumbre, pero parecía un poco... llana, era la única palabra que se le ocurría. "No tienes que decir nada más", dijo en voz baja Torrey. "Puedo verlo en tu cara. También lo notaste. Simplemente ya no está allí y no sé cómo hacer para recuperarlo". "Tal vez ahora que no tienes que preocuparte tanto por Jess, ahora que algunos de los dolores de cabeza fueron atendidos, tal vez las cosas se calmaran para tí". "No estoy segura de que alguna vez realmente tuviera algo que ver con Jess. Oh, por supuesto, corriendo detrás de la chica y preocuparme por ella tomó un poco de mi tiempo y energía, pero creo que es algo enterrado muy dentro de mí. Algo que puede traerme lo suficientemente cerca de la superficie para no tocarlo nunca más". Torrey pasó un brazo alrededor de la cintura de la artista y Taylor empujó el cuerpo de la mujer
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más cerca en su contra. La mujer de cabello oscuro se preguntó cómo se sentiría si las ideas, las emociones que la ayudaron a crear su arte, no vinieran más. Sería como la pérdida de una mano o un brazo. Un pedazo de ella se habría ido. Taylor se detuvo y se apoyó en la barandilla del muelle desgastado, capaz de sentir las pequeñas gotas de humedad sobre la piel como las olas golpeaban el muelle por debajo, con las olas estallando en el aire. Torrey detuvo también, sin liberar su dominio sobre la mujer más alta. "¿Puedo hacer algo para ayudar?" Los profundos ojos azules de Taylor se encontraron con Torrey en una mirada firme. "No creo que un beso y un abrazo hará todo mejor nunca más, pero segura que no podría lastimar". La rubia sonrió a su amiga con los ojos brillantes del color del mar a continuación. Taylor dio una sonrisa de medio lado y tiró de la pequeña mujer en un abrazo que la artista no habría querido dejar de lado. Torrey se dejó retener durante unos momentos y sumergirse en la sensación del cuerpo de Taylor presionado contra el suyo. Cuando ella se apartó del abrazo, apenas reconoció a la mujer que le devolvió la mirada. La sonrisa de Taylor fue reemplazada por una mirada de intensa concentración, como la artista parecía luchar con algo en su interior. Ella, obviamente, había tomado una decisión porque de pronto su rostro adquirió un resplandor suave mientras se pasaba los dedos sobre la piel de la mejilla de Torrey. Taylor no podía mantenerlo en su interior, no estando aquí, tan cerca de la mujer que había deseado durante tanto tiempo. Ella tocó con suavidad la mejilla de Torrey, luego pasó su pulgar ligeramente a través de la suavidad del labio inferior de la mujer más pequeña. Cuando Taylor se inclinó para besar a la mujer en sus brazos, en realidad la intención era que fuera un beso entre amigas. La artista sostuvo el rostro de Torrey en sus manos como sus labios se tocaron. Ninguna de las dos esperaba la descarga de adrenalina o la oleada de ardor que fluía a través de sus cuerpos. Fue un simple beso al principio, cálido y acogedor, pero a medida que se alargó, las pasiones se prendieron rápidamente. Cada mujer perdió el conocimiento de que se estaban besando, ya que permitieron dar rienda suelta a sus emociones de forma gratuita. La boca de Taylor presionó más fuerte, cada vez más insistente, más exigente en su afán de apagar el fuego que rugía en su interior. Torrey perdió toda razón como su necesidad la golpeó con una furia apasionada. La lengua de Taylor se deslizó hacia adelante casi con suavidad, engatusando los labios de Torrey a un lugar sin dudarlo. De repente, los sentidos de la artista estaban en una sobrecarga con el sabor dulce de la mujer que amaba llenando su boca. Fue como una descarga de electricidad que provocó a cada mujer en el aquí y ahora, dándose cuenta de lo que estaban haciendo y con quién lo estaba haciendo. En el mismo y exacto momento, se empujaron lejos la una de la otra, con el terror y miedo mezclado con un deseo lujurioso, reflejando en sus ojos.
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"Taylor, yo... yo..." "Lo siento mucho, Tor... yo no quise hacer eso". Torrey finalmente levantó la vista hacia su amiga, capturando la mirada de confusión y temor en la mirada intensa. Ella nunca tuvo la intención de dejar Taylor ver este lado de ella, pero todo sucedió tan rápido, y ella fue arrastrada por las sensaciones. La observación de Taylor la atrajo de nuevo rápidamente, sin embargo, y ella apenas podía contener las lágrimas que amenazaban con derramarse de sus ojos. La expresión de dolor en el rostro de la mujer más alta le dijo Torrey que la artista quedó atrapada en la luz de la luna, el océano, y la forma en la que la Torrey miró, pero que ella no sentía lo que sentía Torrey. Lo sabías, sabías que ella no te quería de esa manera. Maldita sea, mujer, ¿en qué estabas pensando? Taylor cerró los ojos con fuerza antes de abrirlos como Torrey miró. Las lágrimas llenaban los ojos verdes de la escritor y la vista rompía el corazón de la artista. Taylor cometió un acto de egoísmo, cuando ella se inclinó para ese beso, ella tenía la esperanza de ocultarselo a su amiga. Torrey parecía incapaz de hablar, pero su silencio decía más a Taylor que las palabras. La artista de cabello oscuro conocía que su mejor amiga la amaba y Taylor sabía en su corazón que Torrey lamentaba no poder ser la mujer que la artista quería. Probablemente sea la primera mujer en la historia hetero que se disculpe por no ser gay. Maldita sea, Kent, ¿en qué estabas pensando? "Será mejor que regresemos". Torrey dijo, volviéndose de nuevo en la dirección del coche. Taylor la siguió en silencio, pensando que su hermosa noche juntas se había arruinado. Se preguntó, en silencio doloroso, si su amistad de muchos años había sido demasiado.
Condujeron en silencio durante casi todo el viaje a casa, hasta Torrey comentó acerca de algo intrascendente. La artista lo tomó como una buena señal y mantuvo su final en la discusión, pero la conversación parecía tensa, y eso era algo nuevo para ambas. Ambas se sentían responsables por el beso, sin darse cuenta de que era exactamente lo que la otra quería. Taylor empujó el coche en el camino de entrada y se apresuró a salir del vehículo y abrir el lado de Torrey. A medida que la mujer más pequeña se dirigió a la puerta principal, Taylor extendió una mano y suavemente la detuvo. "Vamos a ir por la parte de atrás y sentarnos en el patio durante unos minutos, ¿eh? ¿Sólo así podemos hablar?" Torrey siguió el ejemplo de su amiga a través del vallado en el patio y hacia la parte trasera de
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la casa. Taylor no podía dejar de notar que Torrey eligió a sentarse en la silla, en lugar de a su lado en el sofá de dos plazas. "Pensé que tal vez podríamos hablar de esta noche". Taylor comenzó lentamente. "Lo siento, Taylor... No sé qué decir". Torrey disculpó. La escritora sabía que lo que hizo estuvo mal y no podía ofrecer una excusa para su comportamiento. Ella entendía que Taylor estaba tratando de dejarla suavemente. "Oh, Dios, Tor, no es tu culpa". El corazón de Taylor reflejaba el de la rubia de pequeña sentada frente a ella. Podía ver el dolor en los ojos de Torrey por no poder ser la mujer que la artista quería. "Yo soy la única culpable. Supongo que me dejé llevar por el momento, ¿sabes? Oye, eres una mujer hermosa y yo no soy de piedra". Taylor terminó con una tímida sonrisa que esperaba que haría que su pequeña amiga sonriera. "No tienes que tener la culpa de todo, todo el tiempo, Stretch". Torrey dijo con un suspiro mientras se levantaba. Se movió a la casa y en silencio abrió la puerta del patio. Mirando hacia atrás, sabía que le debía a su amiga, al menos, algún tipo de explicación. "Siento lo que pasó, no es algo que planeé, simplemente sucedió. Tú estabas allí y yo estaba allí, y de repente... bueno, puede que no sea una niña ya, pero desde luego no estoy hecha de piedra tampoco. No te preocupes, Stretch", dijo Torrey con una risita. "No era la primera vez que he besado a una mujer y supongo que no será la última, por lo que dejar de mirar tan culpable". Taylor pudo haber tenido una mirada culpable en su cara, pero era una total confusión la que sentía. ¿Está diciendo que ella me dio un beso? ¿Qué significa eso, no estoy hecha de piedra, y qué diablos quiere decir que no soy la primera mujer a la que ha besado? Taylor estaba en absoluto shock. Cualquier sentido de la razón que poseía anteriormente, simplemente desapareció. Incluso su poder de la palabra estaba fallando. Quería llamar a Torrey para detenerla y que de la vuelta, para hacerla a explicar lo que quería decir, pero lo mejor que la artista podía hacer era sentarse allí y preguntar con incredulidad, "¿Torrey... has... estado con mujeres?" "Sí". Taylor escuchó el pequeño asentimiento, como si fuera un susurro en la noche, y luego miraba la espalda de su amiga desaparecer en la casa. Taylor sabía que debía correr tras ella, hacer que lo repita, aclararlo, pero ella sólo podía sentarse en la oscuridad como una multitud de emociones, pasado y presente, daba la vuelta a su alrededor.
Jessica miró a través de las mismas puertas de patio que lo hacía cuando era niña mientras su
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madre estiraba y calentaba antes de su mañana de Tai Chi. Parecía como si la pequeña mujer se sentó sobre los talones por el doble de tiempo de lo que lo había hecho antes. JT no sabía cómo decirle a su madre que no importaba cuánto tiempo esperara, Taylor no se uniría a ella esta mañana. La joven escuchó mientras Taylor se despertó justo antes de que saliera el sol y mirando hacia fuera la ventana del dormitorio como la artista salió de la casa, caminando por la playa. Ella no había vuelto, que Jess supiera, y ella se preguntó si las dos mujeres mayores tuvieron una pelea anoche. Su madre parecía un poco más apagada que de costumbre y Taylor no parecía querer estar cerca de ella. Eso fue definitivamente lo primero y a la chica le preocupaba que las dos mujeres tuvieron un enfrentamiento de clases. Ella continuó observando como los hombros de su madre cayeron un poco en un gesto extraño de derrota antes de que ella comenzara los movimientos lentos y deliberados de su rutina.
Jean Kent encontró a su hija exactamente donde ella pensó que podría hacerlo. La artista de cabello oscuro se sentó en una pared rota, sus largas piernas colgando por el borde mientras arrojaba piedras en el agua de abajo. Jean se sentó en la arena cubierta de hierba detrás de la mujer alta. "Algunas cosas nunca cambian. Este sigue siendo el punto para ir cuando estás corriendo lejos del mundo. Sólo que esta vez estás huyendo de Torrey", dijo Jean. Taylor sabía que su madre estaba detrás de ella. Ella vio a la mujer desde la distancia y se dio cuenta que estaba en un sermón. "Yo no estoy huyendo de Torrey". "Oh, ¿le dijiste a dónde ibas antes de irte?" "Era temprano. Yo no quería despertarla". Taylor mintió. "Creo que estuvo despierta toda la noche. Podía escuchar sus pisadas el suelo". Taylor era consciente de ese hecho. Torrey se paseó por el piso toda la noche. Taylor sabía que esto era cierto porque ella se sentó en la silla en la sala de al lado puerta escuchando a sus pisadas y llorar a su amiga toda la noche. Rompió el corazón de la artista, no sólo el darse cuenta de que ella no podía consolar a su amiga, sino porque ella era la causa de la angustia de Torrey. "Besé a Torrey anoche". Taylor admitió. Jean suspiró. Tenía la sensación de que era algo de esa naturaleza. Me gustaría estrecharla a
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las dos. No podías decir que la amas, ¿verdad? "Entonces, ¿qué pasó?" "¿Qué pasó?" Taylor se volvió y miró a su madre. "Ella saltó lejos de mí como si tuviera la peste, que es lo que pasó". "¿Antes o después del beso?" preguntó Jean. "¿Eh?" "¿Ella te saltó lejos después del beso o tan pronto como intentaste?" "Bueno, creo que... No sé. No, tan pronto como la besé". "Hmmm. ¿Qué tipo de beso fue ese?" "Fue, no lo sé, sólo un beso regular". Taylor no hablaba de estos sentimientos en condiciones normales, y discutir su vida sexual con su madre era aún menos atractivo. "Si esa es la manera que describes el beso de una mujer, no es de extrañar que no te besan con mucha frecuencia". Jean dijo , exasperada. "Yo podría haber besado mucho si quería". Taylor respondió acaloradamente. Ella sacudió la cabeza, notando la sonrisa en el rostro de su madre. Taylor se rió de sí misma. "No puedo creer que esté sentada en la playa con mi madre tratando de justificar por qué yo no beso a más mujeres". "Bueno, fue un beso rápido o un, uhm, ¿romántico... una clase de beso intenso?" Jean cuestionó delicadamente. Taylor no pudo detener la sonrisa que jugaba en las comisuras de la boca o la sensación de hormigueo súbito en sus labios, recordando el beso de la noche anterior. "Definitivamente fue un beso intenso... muy romántico. Mamá , ¿crees Torrey podría ser gay?" "¿Por qué no se lo preguntas?" Jean respondió. "Lo hice, me dijo que había estado con mujeres". "Supongo que es tu respuesta, entonces, querida". "Yo como que esperaba algo un poco más profundo o por lo más revelador viniendo de ti, mamá". Taylor dijo con una sonrisa. "Lo siento, querida, pero tengo dos hijas en este escenario, ¿recuerdas?" Jean le puso una
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mano en el hombro de su hija y le dio un apretón reconfortante. "Torrey es tanto mi hija como Jessica es tuya. Tengo que considerar su confianza en mí también. ¿No es el pacto que hiciste con Jess, que podía decirte todo y no lo repetirías?" "Es sólo que estoy confundida. Si Torrey se siente atraído por las mujeres, entonces tal vez sea sólo yo por la que ella no se siente atraída. Yo no quiero hacer las cosas mal y espantarla. Dios, siento que nuestra amistad tiene un cambio apenas por un beso". Taylor dijo en un tono preocupado. "Cariño, te pones a ti misma demasiado malditamente seria. Sólo besar a la chica y decirle que la amas. Fin de la historia". "Sabes que no es tan sencillo con Torrey y yo no puedo darle un beso y luego llevármela. Esta es mi mejor amiga de la que estamos hablando. Arriesgo demasiado si ella no se siente de la misma manera". Taylor respondió con una mirada triste, volviéndose de nuevo hacia el agua. Jean se puso de pie y se sacudió las manos por mechones negros de su hija, Taylor apoyó la cabeza contra la pierna de su madre. "Mi querida dulce hija", comenzó Jean. "Todavía no has aprendido la lección más importante que tu padre trató tan duro de enseñarte". Taylor miró a la mujer con una expresión burlona. "Hay algunas cosas en la vida", Jean continuó, "por las que vale la pena arriesgar todo". La mujer mayor se volvió y se dirigió hasta la playa con la esperanza de que ella dijo lo suficiente, pero no demasiado. Taylor se limitó a mirar hacia fuera sobre la superficie batida del océano, recordando un par de ojos verde mar.
"Recuerdenme viajar con ustedes dos de nuevo cuando no han dormido lo suficiente. Esto es divertido". Jessica dijo sarcásticamente desde el asiento trasero del coche. Taylor llevó un ceño pensativo durante casi todo el trayecto de vuelta a casa y Torrey miraba por la ventana perdida en sus propios pensamientos. Cada vez que JT intentaba conseguir balancear una conversación, una de las mujeres mayores la dejaba efectivamente morir. Finalmente todos se sentaron hacia atrás y continuaron el viaje a casa en silencio. Jessica dijo que se iba a su habitación para llamar a Valerie, dejando a Taylor y Torrey en tanto de pie en medio de la cocina.
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"¿Quieres un café?" preguntó Torrey. "Creo que acabas de lanzar en mi cara que todo será mejor, pero sí, que suena muy bien". Taylor respondió. Torrey procedió a moler una pequeña cantidad de granos e inició la cafetera automática. Taylor se sentó a la mesa mirando el movimiento de la pequeña rubia, hipnotizada por la fuerza y la gracia en la forma compacta de la mujer. De pronto se dio cuenta de que Torrey había dejado de moverse, apoyándose con las manos en la encimera de la cocina, sus hombros temblaban ligeramente. Taylor se levantó alarmada y se dirigió a la mujer al ver las lágrimas cayendo de su cara. "Torrey, cariño". "Yo no quiero perder tu amistad". Torrey sollozó. " Nunca", Taylor susurró con fuerza. Ella envolvió sus fuertes brazos alrededor de su amiga y la abrazó con fuerza. "Torrey, nada que puedas decir o hacer alguna vez podría cambiar eso". Taylor colocó dos dedos debajo de la barbilla de la mujer más baja, inclinando su rostro por lo que sus ojos se encontraron. "Tú eres mi mejor amiga, ¿no lo sabías? Por el resto de nuestras vidas, Little Bit, no importa qué, siempre serás mi mejor amiga". Taylor terminó mientras las lágrimas llenaban sus ojos . "Venga, vamos a sentarnos en el salón". Taylor dijo, persuadiendo a su amiga a la otra habitación. Torrey comenzó a asentar a sí misma en la silla de gran tamaño, pero Taylor se lo impidió. "Siéntate a mi lado, ¿podrás?" preguntó Taylor. Torrey sonrió a la solicitud que aligeró el corazón de la artista al ver esa pequeña sonrisa. Ambas mujeres estaban cansadas por falta de sueño la noche anterior, y como era su costumbre, la cabeza de Torrey cayó sobre los anchos hombros de la artista, y en tan sólo minutos antes de que ambas se dieran cuenta estaban profundamente dormidas. Jessica sacudió la cabeza una vez que ella vio a la pareja en el sofá. Ella se volvió en silencio a la cafetera fuera en la cocina y sacó un edredón sobre las dos mujeres en su camino hacia el estudio para trabajar. Ella sólo esperaba que pudieran despertar el tiempo suficiente para ayudarla con un pequeño problema.
Taylor dejó que el agua caliente de la ducha corra durante mucho tiempo por su cabeza y su
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cara. Sintió que sus músculos comenzarán a relajarse y, finalmente, empezó a despertar. Era mediodía cuando ella y Torrey despertaron de su siesta improvisada. La escritora dijo que quería bañarse en una tina de agua caliente, Taylor yendo en la otra dirección para una ducha. Sin dejar de correr los dedos por el cabello húmedo, Taylor tiró la toalla que cubría su cuerpo hacia la ropa sucia y se detuvo a mirar el cuadro que colgaba en la pared. Levantó la vista hacia la única razón por la que ella mantenía la puerta del dormitorio cerrada mientras Jess y Torrey vivían allí. La pintura no era más que un producto de su imaginación, un deseo secreto que ella tradujo en el lienzo. Era una pintura al óleo de la pieza erótica de trabajo que ella y Torrey había metido en tantos problemas en la casa de la Hermandad. Comenzó como un dibujo en blanco y negro que se colocó en el boletín de la Hermandad. Había una diferencia ahora, sin embargo, y eso era que las dos mujeres de la imagen habían sido pintadas, y eran Taylor y Torrey. Ahora las dos mujeres en las garras del abrazo amoroso qué eran las mejores amigas. Tirando un par de pantalones vaqueros azules desteñidos, la artista se dirigió al armario y sacó una camisa blanca ligeramente almidonada de su percha. Ella no pudo evitar la sonrisa luminosa de su rostro mientras miraba a una docena de las mismas camisas de algodón blanco colgaban frente a ella. Torrey fue probablemente era una de las pocas personas en el mundo que sabían que la artista tenía tantas camisas de estilo de hombre en su armario. Taylor se dio cuenta de que ella era predecible, si no otra cosa. Le gustaba la sensación de una camisa para estrenar, en consecuencia ella enviaba sus camisas a ser limpiadas y planchadas cada semana, siempre solicitando una cantidad de almidón. "Hey, eso huele bien", dijo Taylor, como se inclinaba sobre el hombro de la pequeña rubia y respiraba profundamente. Torrey estaba en la cocina en su modo relajado también. Llevaba una camiseta desteñida de MU y un par de pantalones vaqueros que Taylor habría jurado que pertenecía a la mujer en la Universidad, porque estaban tan desgastados y descoloridos. "Bueno, dijiste que mi bouillabaisse16 sonaba bien el otro día, así que envié a Jess hasta el mercado del puerto mientras estábamos limpiando. Ella hizo un buen trabajo. Los mariscos se ven muy bien". Torrey respondió. "Eres un tesoro". Taylor dijo acentuando su declaración con un beso en la parte superior de la cabeza mojada de Torrey. "¿Quieres una taza de café recalentado de cuatro horas?" Taylor ofreció. "Claro, siempre y cuando le pongas un poco de crema". Agregó Torrey. Cinco minutos más tarde las dos mujeres se encontraban en la sala de estar, relajándose con su café. Jessica apareció en la puerta con una mirada de preocupación en su rostro.
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Bouillabaisse: es una sopa de pescados tipo paella.
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"¿Qué pasa, peque?" Preguntó Taylor. La joven se sentó en el sofá al lado de su madre, Taylor, con sus pies descalzos metidos debajo de sus piernas, se sentó en el otro lado de Torrey. "Te gusta bastante Val, ¿eh?" Preguntó Jess. Torrey vio esto como una charla para algo e intercambió una sonrisa de complicidad con Taylor. "Me gusta mucho, cariño. Ella parece una chica estupenda". "¿Lo suficiente como para dejarme salir con ella?" "No sé... Stretch, ¿qué te parece?" "Bueno, seis meses fueron nuestro acuerdo..." Taylor se fue apagando. El rostro de Jessica cayó y Torrey no tenía el corazón para prolongar la tortura de la niña. "Sí, cariño, puedes salir. Espero que estés en a una hora razonable, sin embargo". "¿Cuánto es razonable?" Preguntó Jess. Torrey miró a Taylor y levantó las cejas a modo de pregunta. "Medianoche", dijo Taylor. "Hey, puedo con eso". JT respondió con una sonrisa. "Uhm, un par de cosas más". Ella dijo, haciendo una pausa. "Caray, ella es exigente". Taylor miró a Torrey. "Yo... Yo estoy un poco en quiebra... y tengo que pedir prestado un coche". Torrey rió ante el dilema de su hija. "Puedo manejar el dinero". Ella respondió subiendo para encontrar a su billetera. "Pero, tienes que hablar con ella sobre el coche". Terminó, señalando con el pulgar en dirección a Taylor. "¿Qué dices, Tay?" Jessica preguntó con una sonrisa débil. Taylor metió la mano en su bolsillo y sacó un juego de llaves, tirandolas a la joven. "La Explorer, no el Mercedes".
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"Eres genial". Jess dijo, saltando del sofá y colocando un rápido beso en la mejilla de la artista. "Aquí", Torrey dijo tendiendole la mano mientras caminaba de vuelta a la sala de estar. "Oh wow, gracias, mamá. Iré a llamar a Val en estos momentos". "Hey, ¿qué pasa con mi bouillabaisse?" Torrey gritó después de que la figura que se alejaba. "Que lo disfruten". Fueron las últimas palabras que escucharon de la joven.
"Te perdiste tu llamado, Little Bit. Deberías haber sido una chef". Taylor comentó cuando las dos mujeres se sentaron en sus lugares habituales en el sofá. "He pensado en ello mucho últimamente". Torrey respondió. Taylor sabía que la escritora se refirió a su actual dificultad para expresar sus pensamientos y ponerlos en un papel. Ambas mujeres estaban en el medio de la gran sofá de color crema, sentadas una frente a la otra. Torrey tenía la cabeza apoyada en el brazo sobre el respaldo del sofá, mientras que la cabeza de Taylor estaba en la palma de su mano. "Me sorprende la amabilidad de tu parte de dejar que Jess tuviera el coche". Cuestionó Torrey, cambiando de tema. "Bueno, ella ha sido bastante buena en la limpieza. Sólo pensé que muestra de un poco de confianza en ella era el camino a seguir". "Y, te llamó „Tay‟. Admítelo Kent... cuánto realmente llega a tí cuando hace eso". Torrey bromeó. Una tímida sonrisa apareció en el rostro de la artista y ella asintió con la cabeza. "Sí, así es". "Lo siento, Stretch". "¿Por qué?" "Porque no mantenerte en la vida de Jessica más tiempo. Habrías sido tan buena para ella". Taylor dio una pequeña sonrisa perezosa a la mujer sentada frente a ella y se sacudió las briznas de pelo luminoso de los ojos. Torrey cerró los párpados ligeramente al tacto de la mujer de pelo oscuro.
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Mil preguntas se levantaron en la mente de Taylor a cuenta de ese gesto. Su mente pensaba en otra cosa desde la admisión de Torrey que ella sabía lo que era besar a una mujer que no fuera Taylor. Su pasado flotó a través del ojo de su mente y se preguntó qué otras cosas la escritora retuvo de ella. ¿Qué otros secretos tienes, Little Bit? Ella tomó el modo en que Torrey la miraba a veces y ¿no le parecía como si tuviera más en sus ojos que amistad? ¿Cuando se tocaban, no aparecía su reacción ser más intensa? ¿Estuve construyendo esto en mi mente? ¿o existe más? ¿Es posible que yo mantuve mis sentimientos por ti escondidos tan bien, que nunca pensé que tenía una oportunidad? "¿Por qué te fuiste?" Taylor repente se encontró preguntando. "¿Qué?" Los ojos verdes de Torrey parecían hacerse grandes ante la pregunta. Fue tan inesperado. "Yo..." Taylor trajo rápidamente sus dedos hacia arriba y cubrió los labios de Torrey. "Por favor, no digas que fue porque conociste a alguien, porque no creo que esa fuera la verdad. ¿Lo era?" Torrey parecía como si fuera a salir corriendo de la habitación. Taylor reconoció la expresión asustada y movió los dedos para acariciar suavemente la mejilla de la rubia, luego apoyó su mano en la parte superior de Torrey, que yacía en el regazo de la escritora. Torrey miró la mano que cubría la suya y de repente estuvo muy cansada. Cansada de ocultar sus sentimientos y encubrir la verdad. Se sentía como que tomaba gran parte de su energía mantener la ficción y empezó a preguntarse por qué lo hacía. Taylor ya prometió que siempre serían amigas, no importaba qué. Apuesto a que nunca pensó que esto iba a llegar cuando dijiste eso, Stretch. Después de un largo rato, Torrey planteó ojos llenos de lágrimas y casi fue capturado sin habla por el profundo color azul de Prusia le devolvía la mirada. Esos ojos tenían tanto amor y la preocupación de que Torrey sabía que tenía que decir la verdad. Ella negó con la cabeza adelante y atrás, en respuesta a la pregunta del artista. "No, no era la verdad". Dijo Torrey. Taylor levantó la mano y ahuecó la mandíbula de Torrey en la palma de su mano. "¿Entonces por qué, Tor? ¿Fue algo que hice?" "No", la escritora respondió rápidamente, sus lágrimas húmedas derramándose por sus mejillas y en la mano de la artista. "No fue algo que hiciste, que era algo que yo hubiera hecho". La expresión confusa en la cara de Taylor, hizo que Torrey tratara de explicarse.
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"Diste todo por nosotras. Habrías pasado el resto de tu vida cuidando de Jess y de mí. Nunca saliste, nunca trataste de comenzar tu propia vida..." "Cariño, tú y Jess eran mi vida. Pensaba que éramos una familia". Taylor intervino, secando las lágrimas con su pulgar. "Mereces tener tu propia familia, una relación con una mujer que podría ser tu compañera. Sabía que no me querías de esa manera, pero te hubieras quedado sólo para cuidar de nosotras. No podía dejar que renunciaras a esa parte de tu vida. No hubiera sido justo. Estaba siendo egoísta tratando de mantenerte". Taylor fue llevado de vuelta a la admisión honesta de su amiga. "¿Yo no te quiero de esa manera?" Ella susurró para sí misma. Lo que se instaló a la vanguardia del cerebro de Taylor fue la amonestación de su madre de esta mañana. Hay algunas cosas en la vida que vale la pena arriesgar todo. Como ella silenciosamente repitió las palabras para sí misma podía ver por qué su padre hubiera querido que ella aprendiera esa máxima. Vivió por esas mismas palabras. Robert Kent las conocía todo el tiempo cuando iba en un avión, tenía la posibilidad muy real de que no iba a volver. Aun sabiendo el riesgo, sin embargo, él todavía volaba. Le encantaba volar. No más que su esposa e hija, pero era tan parte de él, como el arte de Taylor era con ella. Su padre pensó que era bastante importante para que lo arriesgará todo por ello. Para él menos no habría estado bien. Taylor se preguntó lo que tenía en sí misma. ¿Qué más le había dicho su madre? Sólo besar a la chica y dile que la amas. Taylor enjugó las lágrimas restantes de la mujer. La mirada de dolor en el rostro de su amiga, simplemente diezmó cualquier pensamiento que tenía de retener la verdad por más tiempo. Tomó dieciocho años, pero Taylor Kent finalmente decidió escuchar a su madre. "Torrey", dijo Taylor en voz baja, esperando a que los ojos verdes hermosos de la escritor se clavaron en los suyos. "Te amo". La cara de Taylor estaba a centímetros de distancia de Torrey. Inclinándose un poco, apretó la boca en Torrey. El beso fue tan suave como la artista pudo hacerlo en un primer momento, y por último la sensación de que su amiga no tenía ninguna intención de romper el contacto dulce, Taylor profundizó el beso. Como el hambre y la pasión tomaron el control de ambas mujeres, Taylor se enteró de que el beso que compartieron la noche anterior era inocente en comparación. Pequeños gemidos provenían de la parte posterior de la garganta de Torrey mientras presionaba sus labios más
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firmemente contra Taylor. La artista se dejó flotar sobre la intensidad de las sensaciones que los labios de su amiga estaban produciendo en su cuerpo, ella ya no podía reprimir el bajo gruñido que fue creando desde lo más profundo de su garganta. Torrey envolvió ambas manos en el pelo de color marrón oscuro de Taylor, tirando de sus bocas con más fuerza. Moviendo las manos para apoderarse de los hombros de Taylor, ella usó el poder de todo su cuerpo para empujar a la artista abajo, contra el sofá. La medida sorprendió a la artista, pero la sensación del peso completo de Torrey encima de ella la hizo involuntariamente abrir más sus piernas, tirando de la mujer con más fuerza contra sí misma. Las manos de Taylor no podían ser contenidas y estaban por todas partes a la vez. Finalmente se deslizaron por debajo de la camiseta que Torrey llevaba y se establecieron en contra de la piel suave en la parte baja de la espalda de la escritora. "Oh, Dios", Taylor gimió, arqueando la cabeza hacia atrás al igual que Torrey soltó sus labios para besar y morder la piel a lo largo del cuello de Taylor. "Yo te amo, Taylor" Torrey sopló en el oído de la mujer, antes de llegar a tener la boca de la artista en otro aliento para robar un beso. "Otra vez..." Taylor declaró, entre besos. "Dimelo otra vez". "Te amo". Torrey repitió, casi sin aliento. "Oh... sí..." Taylor suspiró, sintiéndose completamente impotente al sentir los botones de su camisa siendo deshechos por los dedos prácticos. Torrey cambió su cuerpo para que una rodilla empuje con firmeza entre las piernas de Taylor, la artista se quejó ante el contacto con los ojos cerrados en éxtasis como la escritor comenzó a seguir el camino abierto de la camisa con los labios. De repente, Taylor sintió la risa de su amiga contra la piel de su pecho. "¿Qué?" Taylor abrió los ojos, tomando el brillo travieso en los verdes que miraban hacia ella. "Nunca acostumbrabas a usar un sostén". Torrey dijo con una sonrisa, dándole un beso donde comenzó el paño marrón. Taylor dejó caer su cabeza contra el sofá y se echó a reír. "La gravedad llega a todos nosotros tarde o temprano, amor". Era el turno de Torrey ser sorprendida como la artista tomó ese momento para voltear a la mujer más pequeña sobre su espalda. Taylor puso la mayor parte de su peso en un codo, dejando caer el resto de la mujer a sus pies. Los muslos cubiertos de jeans de Taylor a horcajadas de Torrey, la mano libre se deslizó bajo la camiseta contra la suave piel de la
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escritora. Taylor se hizo presente y tomó la boca de la escritor en un frenesí apasionado, sus dedos acariciando cada pedacito de carne desnuda que podía tener en sus manos. Una vez más, susurró las palabras que lo empezaron todo. "Te amo, Torrey... siempre te he amado". Torrey hizo una pausa y miró hacia arriba con su propia mirada vidriosa al mirar a los ojos que ardían un fuego azul en ella. Ella alzó sus dedos para acariciar los labios que acababa emitir el anuncio fuerte del amor. "Todavía no estoy segura de lo que acaba de pasar, pero no me atrevo a cuestionarlo. Me temo que esto va a terminar todo". Torrey murmuró en voz baja. "Oh, bebé..." Taylor comenzó , con la mano libre pasando a poner caricias luminosas en la cara ella apreciaba. "Ahora que sé que me deseas también, yo nunca va a dejar que termine". "Torrey", dijo Taylor en una voz ronca por el deseo, "Ven a la cama conmigo". "Oh Dios, sí..." Torrey gimió.
Estaban de pie en medio de la gran habitación, las puertas francesas entreabiertas, los sonidos de las olas rompiendo en las rocas por debajo filtrando hacia arriba a ellas. Taylor tomó el rostro de la pequeña rubia en sus manos y la besó una y otra vez. Torrey encontró sus manos rozando la camisa desabrochada de los hombros de Taylor, con ganas de sentir la mayor cantidad de piel de la artista como sea posible. Taylor dejó que su cabeza cayera hacia atrás, dejando al descubierto su cuello a las caricias que los labios de Torrey proporcionaban. Los ojos de la artista se abrieron y se encontró a sí misma mirando directamente a la pintura en la pared. "Torrey… cariño…” Taylor trató de comenzar. Torrey deslizó sus manos hacia arriba de la musculosa espalda de la artista, expertamente desabrochando el gancho que sostenía su sujetador. Dejó que sus dedos se deslicen hacia arriba y sobre los hombros de la mujer de cabello oscuro, tirando abajo los tirantes del sujetador y quitando la prenda en un solo movimiento. "Bella", Torrey susurró con reverencia, besando la piel bronceada del pecho de la mujer justo por encima de la curva de sus pechos. "Torrey... bebé", Taylor estaba sin aliento por ahora . "Tenemos que hablar".
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"Cariño , han pasado dieciocho años... ¿no podríamos hablar más tarde?" Torrey razonó, tirando para abrir los dos primeros botones de los pantalones vaqueros de Taylor. "Es sólo que..." Taylor hizo una pausa para tratar de conseguir su respiración bajo control. "Hay algo en la habitación que podría ser un poco embarazoso cuando lo veas, y yo quería advert..." "Si se trata de una muñeca inflable, te juro que nunca lo diré a nadie". Torrey hizo una pausa en su actividad para mirar hacia arriba con un brillo encantador en los ojos. Taylor soltó una risa gutural. "Te has convertido en una mujer tan malvada". Torrey le devolvió la sonrisa, pero vio como la sonrisa de la mujer más alta se convirtió en un ceño fruncido. "Cariño, ¿qué es?" Taylor volvió suavemente la mujer ajena alrededor, frente a Torrey en la dirección de la pintura. Ella apoyó las manos en los hombros de la mujer más pequeña, anticipando una reacción negativa. Okay, Kent, aquí es donde le muestras cuán pervertida eres. "Oh, Taylor. Esa es la forma en que siempre fantaseaba con esa imagen". Torrey dijo con admiración. Taylor respiró un suspiro de alivio, envolviendo sus brazos alrededor de la mujer más pequeña y acariciando su cara en la suave piel de su cuello, abriendo un camino de besos hasta el oído de la mujer. Le acarició la sensible carne con la punta de la lengua, utilizando sus dientes para enviar sensaciones de hormigueo eléctrico por la espalda de la rubia y todo el camino hasta la parte posterior de sus piernas. "¿Qué he hecho de bien en mi vida para merecerte?" Taylor susurró. Torrey se giró en el abrazo de la mujer más alta, con su cuerpo presionando firmemente contra de Taylor hasta que la artista sintió la parte posterior de sus rodillas tocando contra la cama. Con un ligero empujón, Torrey tenía la mujer sentada en la cama, llegando para continuar el contacto entre sus labios. Taylor separó las piernas y puso las caderas de Torrey hacia ella por lo que la mujer estaba de pie entre sus piernas. La artista abrió el botón de sus jeans y deslizó la cremallera abajo, tirando de la camiseta para dejar al descubierto un abdomen plano. Taylor dejó que sus labios y su lengua exploraran la carne expuesta, tirando de los pantalones de jeans para tirarlos hacia abajo aún más. Los gemidos de placer de Torrey, junto con la sensación de su piel bajo los dedos de la artista causaron que Taylor casi estallara en un orgasmo en ese momento. Ella levantó la más alta la camiseta. "Taylor", Torrey miró a la mujer por debajo de ella. "No tengo más dieciocho años".
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Taylor miró la expresión de preocupación en el rostro de su amante y le hizo una sonrisa blanca y brillante. Ella levantó la camiseta en un movimiento hábil. "Gracias a Dios". La artista murmuró contra la piel de Torrey mientras enterraba su cara en el valle entre los pechos de la escritora, gimiendo su placer, lamiendo su camino para tomar un pezón endurecido entre sus labios. Torrey envolvió sus dedos en el cabello oscuro de Taylor, tirando de su cabeza hacia abajo más contra su cuerpo. La artista captó la indirecta y empezó a succionar con más fuerza, provocando un gemido inmediato de las profundidades de pecho de la mujer de pie. Torrey gimió levemente por la pérdida de contacto como Taylor se trasladó la acaricia inferior. Deslizó ambas manos en la cintura de la bombacha de la mujer más pequeña por la espalda y deslizó sus manos hacia abajo, tirando de la prenda de ropa interior y pantalones de jeans en un solo movimiento. Torrey se agarró a los hombros fuertes cuando levantó primero una pierna y luego la otra de sus pantalones de jeans, dejándolos en un montón a sus pies. Torrey se trasladó a horcajadas sobre las caderas de Taylor, pero se detuvo y movió sus manos hacia la parte delantera de los pantalones jeans de la artista. Agarró la tela en cada mano y tiró el resto de los botones separados, luego empujó a Taylor sobre la cama. "Levanta". Ella mandó. La artista levantó las caderas como Torrey tiró de sus pantalones de jeans y bombacha como uno, al igual que Taylor había hecho con ella. Torrey se arrodilló entre las piernas de la artista, la visión de Taylor acostada de espaldas, con las piernas abiertas tentadoramente fue demasiado para la escritora. Ella puso una mano en la parte superior de cada uno de los muslos de la mujer de cabello oscuro y, con los dedos extendidos, pasó las manos por las piernas musculosas, sintiendo las piernas de Taylor temblar ligeramente bajo sus dedos. Luego dejó que sus labios siguieran el mismo camino que sus manos acababan de marcar. Torrey engatusó suavemente los muslos de la artista más separados con las manos, mientras ella se acercaba a la mancha oscura de rizos. El aroma de la excitación de Taylor provocó que la rubia hiciera una pausa, cerrando los ojos y respirando profundamente, sus dedos instintivamente agarraron la piel suave por debajo de ellos, como a la tierra misma. Su boca se hizo agua a la vista y el olor que tenía delante. Sin pensarlo ella bajó la cabeza y pasó la lengua a todo lo largo de su sexo hinchado de Taylor, gimiendo contra la carne sensible. "Santa madre de... uhhhh". Taylor gritó, entrelazando los dedos delgados dentro de los cortos mechones rubios. El sonido de la voz de Taylor, temblando y llena de deseo, puso la sangre de Torrey en llamas. La pasión de la escritor la aguijoneaba, su control se desvaneció rápido como ella envolvió sus manos alrededor de las caderas ya meciéndose de la artista, deslizando una lengua húmeda
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caliente en el interior de ella. Incluso cuando ella metió su lengua en la abertura de la mancha de Taylor, su pulgar comenzó a burlarse del paquete endurecido de nervios. El pecho de Taylor exhaló y su cuerpo comenzó con los diminutos temblores convulsivos que indicaban su orgasmo llegaría rápidamente sobre ella. Ella trató de luchar contra los sentimientos de nuevo, finalmente dándose cuenta de que tendría que o bien admitir la derrota y rendirse a las llamas que intentaban consumirla, o retardar esta deliciosa tortura. "Torrey... Oh, dios... cariño, por favor espera..." Taylor suplicó. Torrey levantó la vista de su placer en estado de alarma. "¿Estás bien... te he hecho daño?" "No... bebé... ven aquí..." Taylor jadeó, tirando de la mujer más pequeña hasta tenerla en sus brazos. Corrió el cabello húmedo de la frente de la escritor a un lado y la besó en los labios apasionadamente. Besar a Torrey, con su sabor en los labios de la mujer más joven, era algo Taylor nunca hubiera creído posible, y ella prácticamente zumbaba por el beso. "Estoy bien lo que estás haciendo se siente absolutamente increíble... demasiado increíble. Yo… Torrey, te he deseado durante tanto tiempo", dijo Taylor, acariciando el rostro de su amante, "pero yo sólo voy a durar otros cinco segundos y no quiero que la primera vez contigo sea más que rápida podemos... ¿podemos frenar un poco?” preguntó Taylor, todavía tratando de poner su respiración dentro de límites normales. Torrey sonrió y se apoyó en un codo. "Caray , no me mires de esa manera", Taylor le devolvió la sonrisa. "Ya me siento como una colegiala adolescente haciéndolo por primera vez". "Sinceramente, es la cosa más halagadora que nadie me haya dicho". Torrey le devolvió la sonrisa . "Y creo que puedo satisfacer sus necesidades". Ella ronroneó. "Volteate". Taylor miró a la mujer más pequeña que se inclinaba sobre ella y nunca pensó en todas las veces que ella fantaseaba acerca de hacer el amor, sería Torrey la que tomara la iniciativa y Taylor que no podía controlarse. De alguna manera, ese escenario nunca entró en su pensamiento, pero allí estaba, completamente temblorosa e indefensa bajo el toque de Torrey. Cada momento era el paraíso, por lo que rápidamente atendió la petición de su amante. Torrey tenía que concentrarse y respirar profundamente para frenar el impulso absoluto a violar a la mujer perfecta que había debajo de ella. Ella se sentó a horcajadas de las caderas de la artista y negó con la cabeza ligeramente para tener un poco de auto-control en sus manos ya temblorosas. Todo sucedió tan rápido que apenas tuvo tiempo de darse cuenta de que esta era Taylor acostada debajo de ella, gimiendo de placer en las sábanas. Torrey apartó la melena azabache y pasó la lengua a lo largo de la nuca del cuello sensible.
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Empezó en el cuello de Taylor y masajeó la fuerte carne, amasando y arremolinando sus dedos en pequeños círculos a los hombros y los brazos, y abajo de la longitud de la espalda. Los fuertes brazos de la pequeña mujer se concentraron en la parte baja de la espalda de la artista, a sabiendas que ese lugar y de su cuello, eran las áreas que le molestaba más. Torrey continuó con el masaje inocente a través de nalgas firmes y abajo de la longitud de sus piernas. Luego la rubia comenzó una exploración más sensual. Torrey sentó a horcajadas sobre las nalgas de Taylor, sintiendo la carne debajo suyo contrayéndose y flexionando en la anticipación. Taylor dejó escapar un suave aliento al sentir la humedad propagada de la escritora a través de los firmes globos de carne, la cual se convirtió en un gemido bajo como Torrey deslizó su sexo a lo largo de la parte posterior de la artista. Taylor levantó sus propias caderas en respuesta tratando de poner más presión sobre el centro de Torrey. La respuesta de la escritor fue un gemido lánguido, seguido de sus propias caderas presionando con más fuerza en Taylor. Torrey se apoyó en la espalda de Taylor y comenzó a besar y lamer su camino por la ruta de los dedos masajeando simplemente donde la habían llevado. La respiración de Taylor se estaba volviendo más desigual, sus gemidos casi constante. Por último, la escritor sopló al oído. "Volteate". Taylor se dio la vuelta, Torrey levantándose un poco, pero no lo suficiente para que la mujer debajo de ella no sintiera tocar cada pieza expuesta de la piel en sus caderas. Torrey apretó hacia abajo contra Taylor y las manos de la mujer mayor se dirigieron inmediatamente a las caderas de Torrey para guiar sus montículos juntos con más fuerza. "Ah ah ah..." Torrey bromeó, envolviendo sus manos alrededor de las muñecas de la confusa de la artista y guiándolos sobre su cabeza. Movió los dedos de Taylor hasta que se envolvieron alrededor de la parte inferior del cabezal de madera. "Recuerda, amor. Estarás bien si miras a los ojos de tu pareja. Cuando estás bailando con alguien, uno de ustedes tiene que renunciar a un poco de control. Sólo te llevaré a donde mi cuerpo te lleve y no pienses mucho a dónde vas". Torrey utilizó las mismas palabras que Taylor usó, cuando bailaban juntas en el pequeño club en San Diego. Taylor sonrió con una sonrisa carnal de manera deliciosa a su compañera y dejó que su cuerpo tembloroso relajara la espalda contra la cama. Ella fue inmediatamente recompensada con un beso que la mareó en su intensidad, entonces Torrey procedió a realizar la misma terapia de masaje en el frente del cuerpo del artista. Cuando llegó Torrey a los pechos de su amante, ambas mujeres sabían que el cielo no tenía nada que ver en este punto de la tierra. Torrey deslizó su cuerpo entre las piernas de Taylor hasta que pudo sentir el centro empapado de la artista presionando contra su estómago. Hundió la cara en los pechos de Taylor, primero besando, y luego lamiendo, chupando y, finalmente, en los duros puntos de carne. Torrey dejó
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que sus labios rodearan el duro pezón, apretándolo contra sus dientes delanteros con la punta de la lengua. Taylor trató de levantar la cabeza para mirar. Era la visión de la mujer por encima suyo haciendo el amor a sus pechos y los sonidos lujuriosos que escapaban de la garganta de Torrey que convirtió la artista en un metro y medio de fuego líquido. La respiración de Taylor llegaba entrecortada. Arqueando la espalda, apretó su montículo mojado contra los músculos del abdomen de Torrey . "Por favor, Torrey... ahora". No fue necesaria ninguna explicación adicional. Torrey agachó y deslizó dos dedos fuertes en la entrada de la mujer, siguiendo rápidamente con la boca, envolviéndose alrededor de la protuberancia hinchada que latía contra su lengua. El gemido gutural de satisfacción de los labios de la artista, hizo que Torrey chupar duro en el trozo de carne en la boca. Torrey deslizó otro dedo dentro y tres dedos se condujeron a sí mismos en el interior del cuerpo retorciéndose de Taylor, y ella levantó sus caderas para cumplir con cada embestida y conducirlos más profundo. "Oh... Torrey..." Fueron las últimas palabras tensas que la artista podía jadear mientras se sostenía fuertemente a la cabecera de la cama, sus caderas subiendo y bajando de repente se detuvieron, dejando que el ritmo de Torrey la llevara el resto del camino. Ella sintió que su orgasmo se acercaba como las llamas que lamían un fuego, quemando más y más caliente hasta que llegaron a su centro. Luego, con una explosión de gran alcance, las llamas estallaron y la artista comenzó a derretirse. El grito que fue arrancado de su garganta hizo sonar sus propias oídos. Torrey apoyó la cabeza en el muslo de la artista hasta que miró hacia arriba y vio las lágrimas que escapaban de los ojos azules de la mujer de cabello oscuro. "Cariño, ¿estás bien?" Torrey se movió liberando los dedos de su santuario, que estaban enterrados en el interior de la artista. Taylor se movió rápidamente para bloquear la mano en la muñeca de Torrey. "Por favor, quédate adentro. Solo mueve tu cuerpo hasta aquí". Taylor imploró. Las dos mujeres se pusieron una frente a la otra, una de las piernas de Taylor cubriendo sobre las caderas de la mujer más pequeña. Torrey sacudió las lágrimas de la cara de su amante y luchó con las suyas ante la vista. Besó los labios de Taylor, los ojos y las mejillas. "Lo siento", dijo Taylor con voz áspera. "Fue sólo un poco... abrumador". "Lo sé cariño, te tengo a ti, ahora". Torrey dijo, concluyendo el sentimiento con un tierno beso
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que cortó las cuerdas restantes que el corazón solitario de la artista. Taylor sacó a la mujer apretada contra ella, los dedos de la rubia todavía atrapados en el interior del sexo de la artista. Torrey susurró una letanía de palabras de amor a la mujer de cabello oscuro, encantada con la sensación de estar dentro de su amante, sus dedos rodeados de carne suave y sedosa. Torrey podía sentir el temblor y el salto de los músculos de Taylor comenzaban a disminuir a medida que movía sus besos en el cuello y los pechos de la artista para encender una vez más ardiente pasión de la mujer. Taylor encontró la sensación de los poderosos músculos de la espalda de Torrey con un fondo erótico, mientras deslizaba la mano hacia arriba y hacia abajo ya través de la piel de la escritora. Saboreó el toque exquisito como los cálidos labios suaves acariciaban el cuello y los hombros, y cerrando los ojos, comenzó a oscilar las caderas contra la mano que comenzó a moverse con un ritmo lento y deliberado. Los labios de Torrey no se encontraron solos y mientras sus lenguas se encontraron, Taylor se sentía un calor abrasador dorando su camino hacia su centro. Torrey sintió el beso desde su alma, con su gentileza infundiendo con una pasión increíble. Sintió una capa de humedad renovada en su mano, así como el sexo de Taylor empujó sus dedos más profundamente. Torrey siguió el movimiento, incluso, la fricción húmeda provocando que los músculos interiores de Taylor la traicionaran, comenzando a temblar en la anticipación, Como Torrey guió su mano suavemente dentro y fuera, el pulgar la mano acariciaba la dura protuberancia de carne en la parte superior de su hendidura. Los músculos internos de Taylor se aferraron desesperadamente a los dedos en retroceso, los mismos músculos se extendían a recibirlos, ya que la penetraba una y otra vez. Su punto culminante fue igual de intenso en esta ocasión, pero la sensación de Torrey envuelto con tanta fuerza a su alrededor, calmó el artista. "Oh, Torrey... sí", Taylor se quejó, con la cabeza echada hacia atrás, su cuerpo se convulsionaba y estremecía en la liberación extática. Torrey finalmente deslizó sus dedos del refugio de su amante, sólo para llevarlos a sus propios labios, saboreando la humedad que los recubría. Una vez que Taylor encontró su voz le sonrió a su amante. "Querido Dios, mujer. ¡Si tuvieras dieciocho me mataría!”
"Yo te deseo tanto, Torrey. Quiero hacerte mía". Taylor exhaló una voz sensual. "Oh amor, siempre he sido tuya para tomar". Torrey respondió sin aliento. Taylor presionó la longitud total de su cuerpo contra el de Torrey, sintiendo las caderas de la
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mujer presionar urgentemente contra el suyo. Los gemidos de Torrey fueron capturados por la boca de la artista como sus labios con avidez devoraron la mujer debajo de ella. Los labios de Taylor encontraron su camino alrededor del cuello de la escritora, a continuación, a un lóbulo de la oreja que ella chupaba ligeramente mordiendo con sus dientes. Finalmente, la artista comenzó a susurrar una letanía de palabras de broma eróticas al oído de la mujer más joven, el aliento húmedo de la artista se combinaba con el contenido de su discurso causando que Torrey tiemble incontrolablemente. Los dedos de Taylor acariciaban los pechos firmes de su amante, con los pulgares llegando a tocar ligeramente los pezones. Torrey jadeó y la artista vio con amorosa fascinación que las áreas pequeñas de carne se endurecían en respuesta a su toque. "Mmmm", Taylor tarareó, colocando un delicado beso en cada pezón. "Me gusta la manera en que responden al tacto". Trazó círculos grandes alrededor de los pezones erectos con su lengua, haciendo círculos cada vez más pequeños hasta que Torrey le dolía el aliento caliente que se extendió por las protuberancias duras, pero todavía no los había tocado. Taylor alargó la punta de la lengua rosada para chasquear la punta de una manera burlona. Rodando los pezones entre sus dedos pulgares e índices, ella ligeramente los presionó, la sensación de opresión casi envío de Torrey a la estratosfera. La mano de Taylor se tomó su tiempo, como se deslizó por el vientre de la mujer para enterrarse dentro de los rizos de color claro y brillantes con la humedad. Torrey ansiosamente abrió las piernas más amplias. El aliento de la artista atrapado en la sensación de la suavidad aterciopelada que se quedó allí. Torrey gimió con fuerza cuando sintió los fuertes dedos de Taylor que se deslizaban por la humedad, los dedos de la artista arremolinándose alrededor del haz endurecido de nervios. Taylor mantuvo los dedos alejados de la protuberancia de carne que rogó por atención, en su lugar, la preparara chupando el pezón endurecido hasta que Torrey arqueó la espalda para dárselos a ella. "Por favor..." Torrey suplicó. Taylor accedió, sus labios que cubrieron el pezón con la lengua suavemente, luego con más firmeza, girando alrededor de la protuberancia de carne. Taylor sintió que Torrey se presionaba a sí misma contra su cara, en última instancia, con el amor de su necesidad. "Por favor, Taylor... más duro". Taylor chupó el disco poco de carne en la boca con avidez, mientras que al mismo tiempo movía sus dedos en el clítoris golpeando a Torrey con pequeños movimientos circulares. La acción casi causó que el cuerpo de Torrey tuviera un espasmo en la cama. Taylor sonrió con lo
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Torrey pensaba que era una sonrisa del todo malévola, como que la artista lanzó el pezón y dejó su lengua crear un camino de fuego ardiente por el cuerpo de la mujer. Sabiendo dónde se dirigía Taylor no hizo más que echar leña a la libido ya en llamas de Torrey. Ella abrió más sus piernas, gimiendo de frustración mientras Taylor lamió el interior de su muslo empapado. "Taylor... Yo..." Las caderas de Torrey se retorcieron involuntariamente, rogando por un contacto más íntimo, pero al mismo tiempo, el cuerpo de Torrey parecían estar retrocediendo. Taylor sintió que el cuerpo de la pequeña rubia tenso y su vista captó la mirada de preocupación en el rostro de la mujer . "Cariño, ¿qué es?" Taylor preguntó con ternura, moviendo su cuerpo hacia arriba para acunar Torrey en sus brazos. "Es sólo que... Quiero decir, ir abajo de mí..." Torrey parecía frustrado por su incapacidad para expresar sus preocupaciones. "Está bien, bebé. Si no te gusta eso, yo no tengo que". Taylor quiso tranquilizar a su amante, desesperadamente tratando de mantener la decepción de su propia voz. "No, no es eso. Es... Nunca he tenido a nadie... oh, Dios nunca pensé que sería tan vergonzoso”. Torrey tartamudeó. Le tomó cada pedacito de restricción, la artista tenía que no sonreírle a su amante. "¿Estás tratando de decir que nadie nunca..." "No". Torrey respondió rápidamente. "Es sólo que me pareció tan especial. Nunca pude compartirlo con nadie más. Siempre quise que fueras tú. Esto suena muy estúpido cuando lo dices en voz alta, ¿sabes?" "No, cariño, no suena estúpido en absoluto". Taylor dijo en tono tranquilizador. "No puedo siquiera comenzar a decirle lo que siento. Es como ser honrada con un regalo muy especial". Taylor capturó los labios de Torrey en un beso lleno de deseo. "Te voy a enseñar cómo me gustaría darte las gracias por este hermoso regalo". La artista terminó, una vez más, deslizando su cuerpo y colocándolo entre las piernas de Torrey. Taylor movió su dedo índice hacia abajo hacia triángulo rizado de su amante y pasó el dedo a lo largo de la longitud de los labios externos de humedad, capturando de las gotas de humedad recubiertas allí. La artista cerró los ojos ante el sabor increíble que llenó su boca mientras se deslizaba el dedo entre los labios. Torrey retorció ante la vista . "Oh, Taylor, quiero que... te necesito, por favor". Torrey rogó con
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voz suplicante como Taylor había fantaseado con oír una y mil veces. La cabeza inclinada de Taylor y pareció una eternidad, pero su lengua se acercó y tiernamente lamió el regalo delante de ella. No fue rápido, o demasiado suave, pero firme, la exploración lenta del sabor y la textura que pertenecía a la mujer de la que había estado enamorada durante tanto tiempo. Esa primera experiencia, sin embargo, fue suficiente para alejar a todo sentido de la razón y de control, que Taylor una vez poseyó. La artista cedió a los ruegos desesperados de la mujer que envolvió los dedos tensos en sus cabellos de ébano, y con una lengua experimentada y prácticos dedos, ella tomó a su amante tan fuerte y rápido como la mujer dictaba. Torrey gritó el nombre de Taylor como ella explotó en un orgasmo. Su cuerpo se arqueó como las olas se estrellaron a través de su cuerpo, como las olas golpeaban las rocas debajo de su ventana. Sus músculos se relajaron, y luego su cuerpo se estremeció y se apretó con una serie de movimientos convulsivos se aceleró a través de ella. Como Taylor continuó el movimiento de penetración de la mano, Torrey gritó, como un segundo orgasmo sacudió su cuerpo.
"Te amo", Taylor se encontró susurrando otra vez al oído de la pequeña rubia que yacía envuelta protectoramente en el fuerte abrazo de la artista. "Te amo, Taylor... con todo mi corazón. ¿Puedo hacerte una pregunta?" "Lo que sea, amor". "¿Cómo sabías que no me mudé a Chicago para estar con alguien?" "Una conjetura en parte, la otra parte por razonamiento deductivo. Cuando Jess y yo estuvimos hablando un día, ella dijo que no podía recordar alguna vez que estuvieras en una relación con alguien. Eso es todo lo que dijo, pero ha quedado atascado en la parte posterior de mi cerebro. El otro día en San Diego cuando nos besamos, y admitiste que no era la primera vez que besabas a una mujer, yo pensaba que sólo tal vez había una posibilidad de que sintieras lo mismo por mí, como yo lo hacía por ti". Taylor besó la sien de Torrey, acercándola más. "Yo siempre pensé que era un libro abierto a tu alrededor, estaba muy errada. Supongo que escondí mis sentimientos por ti demasiado bien. Una vez que me di cuenta de que podría ser el caso, me imaginé que salir en un acto desinteresado, sería simplemente como tú. Siempre estabas pensando en mí y nunca a ti misma. ¿Acaso Jess sabía lo que sentías por mí?" Añadió Taylor. "No hasta que tuvimos nuestra charla la semana pasada. Me sorprendió que lo supuso tan rápido. ¿Sabía ella de ti?"
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"Sip. Ella encontró... bueno, ¿ya sabes de la pintura en la pared? Tengo alrededor de un millón dibujos sobre eso. No era mi intención que se entere en absoluto. Aunque ella lo tomó sorprendentemente bien". "Siento mucho haberte hecho daño dejándote, Stretch". Torrey respondió entre lágrimas. "Todo está bien, cariño. Nos tenemos la una a la otra ahora y eso es todo lo que cuenta. Además, es más mi culpa de todos modos. Si yo hubiera sido más responsable en ese entonces, a lo mejor yo hubiera sido capaz de ver lo que estaba pasando". Taylor respondió, perdida en su propio pesar. "Tu madre siempre lo supo. Desde la primera vez que estuvimos allí. ¿Lo sabías?" "Sí, lo hacía. Me dijo entonces que si yo no te decía lo mucho que te amaba, quedaría a la espera en mi corazón y encontrarías a alguien más". “Nunca hubo nadie más, Taylor. Yo tenía amantes, pero nunca di mi corazón a cualquiera. Siempre te perteneció a ti". "Me siento de la misma manera. ¿Puedo admitir algo vergonzoso?" Preguntó Taylor. "Oh, ¿es esta la parte de la muñeca inflable?" "Eres tan mala", Taylor hizo cosquillas a la mujer en sus brazos hasta que Torrey gritó riendo. "Entonces, ¿qué se te ocurre que es vergonzoso?" "Parte de la razón por la que te necesitaba para que frenaras esta noche es que ha sido un largo tiempo desde que he estado con una mujer". Taylor admitió . "¿Cuánto tiempo?" Torrey preguntó con curiosidad . "Seis años". Taylor añadió vacilante. "Guau. Tu poder de permanencia es alucinante considerando todas las cosas". "See, bueno, no era como el celibato es una opción consciente, yo nunca quería estar con nadie más. Incluso en la Universidad, incluso con otras mujeres, todo lo que podía pensar era en ti". "Y, yo me acosté con Stephen". "Hey, no te olvides de lo que siempre dices... todo sucede por una razón. Si nunca hubiera
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pasado esa noche con él, no tendríamos a Jess". "Tu madre me dijo lo mismo la semana pasada. ¿Recuerdas cuando ella y yo salimos a la playa para caminar y habías desaparecido tanto tiempo el jueves? Ella dijo que era el destino que nos unió de nuevo aquí en California y que esta era la oportunidad de la vida. Ella en realidad señaló que estaba destinado a ser que tú y yo nunca consiguieramos estar juntas cuando éramos más jóvenes. Creo que ella sólo estaba tratando de animarme a decirte algo a tí, pero lo que ella decía tenía sentido". Torrey dio la vuelta para besar tiernamente los labios de Taylor y se acurrucó en el espacio contra el hombro de la artista. "Mamá dice que si tú y yo hubiéramos conseguido estar juntas cuando nos conocimos, habría sido desastroso. Ella dijo que yo no habría sido lo que necesitabas, que no era lo suficientemente fuerte para ser tu pareja. Ella me dijo que yo siempre habría estado esperando para que tú cambies y hubieras crecido enojada contigo misma porque no podías. Ella dijo que habríamos terminado por destruir el amor que nos teníamos la una a la otra, y ella tenía razón, Stretch". Torrey volvió la cara hacia la mujer que ya tenía lágrimas en los ojos que coincidían con las de la escritora. "Ella tenía toda la razón, Stretch. Éramos tan jóvenes. Nuestro amor nunca habría sobrevivido a los problemas que enfrentamos, pero de esta manera, al crecer separadas una de la otra, honestamente puedo decir que no ha habido un día en los últimos quince años que no he estado enamorada de tí". "¿Por qué me besaste y me dijiste que me amabas esta noche?" Torrey preguntó. Taylor sonrió entre las lágrimas que caían de sus profundos ojos azules. "Debido a que mi madre me lo dijo".
Parte 6 Taylor murmuró algo ininteligible en su sueño, rodando para envolver su brazo alrededor del cuerpo de Torrey. El brazo de la artista cayó sobre la cama, en un espacio vacío donde Torrey se encontraba antes. La pérdida provocó algo en el inconsciente de la mujer dormida, lo que la hizo traer su mente desde el estado placentero sueño en el que flotaba. Un chasquido suave, rítmico trajo a Taylor hasta su codo, con los ojos tratando de concentrarse en la penumbra. En su confusión, finalmente vio fuera la pequeña figura de Torrey sentada con las piernas cruzadas en el extremo de la cama king size, con sus dedos volando a través de las teclas de la computadora pequeña en su regazo. El pelo alborotado de la rubia caía al azar,
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casi cubriendo las gafas que reflejan la pantalla del ordenador en cada lente. Vestía una camisa blanca de Taylor y nada más. "¿Tor?" "Está bien , cariño. Sólo tenía que conseguir algunas de sus ideas. ¿No te importa, verdad?" Preguntó Torrey, con su dedo haciendo una pausa sobre el teclado. Taylor sonrió adormilada, alegre de que la musa de la escritora había regresado. "No, ¿te importa si me vuelvo a dormir?" La artista no esperó una respuesta antes de rodar sobre su estómago y extender su largo cuerpo desnudo bajo las sábanas de seda. Lanzó un par de almohadas contra la cabecera. "Ven y siéntate aquí o vas a tener un dolor de espalda por la mañana". Torrey tomó el lugar indicado por Taylor y se inclinó para besar la mejilla de la mujer ya dormida. Taylor inconscientemente se acurrucó más cerca de la escritora como las teclas reanudaron su suave clic. La mujer de cabello oscuro sonrió mientras dormía en el sonido que se convertiría en un sonido comodidad a sus oídos en los años venideros.
"Hey". Jessica levantó la vista del crucigrama con el que se sentó en la mesa de la cocina. "Hey". Taylor murmuró, dándose cuenta de lo mucho que Jess se parecía a su madre cuando ella llevaba sus gafas nuevas. "¿Has visto a Dios anoche?" JT preguntó en un tono serio. "¿Eh?" Preguntó Taylor, perpleja. Jessica no podía contener la risa. "Me lo imaginé en la forma en que lo estabas llamando la noche anterior, debes haber entrado en alguna religión o algo así". La joven casi se doblaba de la risa ahora. Taylor sabía que su rostro se volvía rojo, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Ella había sido atrapada con las manos en la masa proverbialmente y ahora tenía que confesarlo y sufrir las picanas que estaba segura de que vendrían durante mucho tiempo por venir. Aunque ella y Torrey oyeron a JT llegar a tiempo la noche anterior, y cerró con llave la puerta de su habitación, sólo había tanto silencio como pudieran mantener. Taylor sonrió a la joven. "Ríete, peque. Todo lo que quieras puedes molestarme, pero yo no quiero que te burles de tu madre".
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"Tomarle el pelo de tu madre, ¿qué?" Torrey preguntó con una voz todavía áspera de sueño. La pequeña rubia entró y se dirigió a la jarra que contenía el café vertiendolo en una taza, primero para sí misma, y luego otro para la artista alta apoyada contra el mostrador. Le entregó la taza humeante a Taylor, al igual que casualmente llegó a colocar un suave beso en los labios de la mujer más alta. Taylor sonrió con el beso y le devolvió el afecto. "Buenas". Torrey sonrió. "Lo mismo te digo". Taylor respondió, besando su frente. "Buenos días a ti también". Torrey caminó detrás de su hija sentada y besó la parte superior de su cabeza. "¿Qué?" Torrey dijo en dirección a su hija. "¿Pensaste que estaría caminando de modo gracioso esta mañana?" Jessica casi escupió su té sobre la mesa como Taylor rompió en una risa desenfrenada y gutural que la joven nunca escuchó usar antes. "No creo que ella esperara eso de mí". Torrey dijo con un guiño, como hizo su camino de regreso a la habitación para una ducha. "¿Quién era esa mujer?" JT preguntó a la artista. "Esa es Torrey Gray, que yo sepa. Creo que mejor que te acostumbres a verla, peque". Taylor dijo con una sonrisa, dejando su café sin tocar y caminando en la dirección que la pequeña rubia salió. La puerta de la habitación estaba abierta. Torrey tiró de la ropa limpia en el armario y la colgó en la puerta. Taylor entró en la habitación y en silencio se acercó por detrás a la mujer, deslizando sus brazos alrededor de ella y besándole el cuello a la ligera. "Te amo", dijo Taylor. "Mmmm, me gusta escuchar eso". Torrey respondió, con su mano moviéndose hasta entrelazan en los cabellos de la mujer de cabello oscuro. "Yo también te amo". "¿Vas a mover las cosas al dormitorio principal?" preguntó Taylor, conteniendo la respiración por la respuesta. "¿Estás seguro de que me quieres?" Torrey regresó, dando a la mujer una última salida. "Absolutamente". Taylor respondió, puntuando su respuesta con un beso. "Voy a tomar una ducha, ¿alguna intención de unirte a mí?"
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"¿Con Jess en la otra habitación? ¿Crees que debería?" Taylor se rió entre dientes contra la piel del cuello de Torrey. "¿Crees que ella podría escuchar algo que no hizo ayer por la noche?" "Nunca se sabe..." La rubia respondió con una inclinación de una ceja. "Uno nunca sabe".
"¿Estás durmiendo?" Jess susurró. "Uh uh", Torrey negó con la cabeza y abrió los ojos. La mujer mayor se sentó acurrucada en el gran sillón de la sala de estar, quedarse dormida con el sonido en el otro extremo de la casa, sobre todo la lijadora de Taylor. "¿Podemos hablar un poco?" "Claro, cariño, ¿qué pasa?" "Yo, uhm... He estado pensando un poco..." Jess hizo una pausa y miró a los ojos de su madre. Ella y Taylor estaban supuestamente juntas ahora, ¿pero si volvían a Chicago para vivir? "Quieres quedarte aquí en California". Su madre respondió con total naturalidad. "¿Sabes lo mucho que odio que puedas hacer eso?" Su hija sonrió. "En el momento que des a luz, obtendrás el poder, también". Torrey rió. "Yo no creo que esté preparada para ir ahí". Jessica respondió con una mirada adusta. "Bueno, funciona ahora. Quiero decir, tú y Taylor están juntas, todos podemos vivir aquí, ¿verdad?" "Sólo hay un problema que puedo ver, cariño, y es que Taylor no me ha pedido vivir aquí". "Bueno, sí, pero probablemente sólo porque piensa que es un hecho, ¿verdad?" "A pesar de todo, Jess, a una chica le gusta que se le pregunte", Torrey respondió. Jessica pensó que las dos mujeres mayores iban finalmente a vivir felices para siempre, pero maldita sea si estas dos lo hacen que sea más difícil de lo que tiene que ser, se dijo para sí.
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"Así que, ¿qué quieres hacer aquí que no puedes hacer en Chicago, Jess?" "La Universidad de California, la de aquí en Irvine. Quiero ir a la Universidad para estudiar arte. Sé que ser bueno es algo nuevo para mí, pero yo estaría dispuesta a trabajar duro, mamá, incluso conseguir un trabajo para ayudar a pagarla". "Sabes que el dinero no es una consideración, Jess. Te enviaría a la luna si eso es lo que tuvieras que hacer, pero eres todavía tan nueva en el programa y me preocupa lo que sucederá cuando Taylor o yo no estemos alrededor y te topes con tu primera tentación". "Lo sé. Me asusta pensarlo también, pero no puedo quedarme encerrada en un capullo hasta que no quede nada de alcohol o drogas que floten alrededor". Torrey ya sabía que su respuesta sería sí. Ella simplemente estaba emocionada de que su hija había vuelto de su amor por el arte una esperanza para su futuro. "Si estoy de acuerdo, creo que me gustaría que vivas ahí por tu primer año, no en el campus, y desde luego no en una casa de la Hermandad". Ella dijo con una sonrisa irónica. "Jess, ¿te molestaría si yo trabajara en la Universidad ? Quiero decir, yo no estaría allí para vigilarte, pero... Me han ofrecido un puesto en el Departamento de Inglés". Torrey dijo a su hija. "Mamá, eso es genial. No, no me molesta en absoluto. Me encanta". JT giró con entusiasmo. De repente se puso seria, frunciendo las cejas juntas. "No vas a dejar de escribir, ¿verdad?" "He tenido un pequeño problema con mi escritura, Jess. Simplemente no ha estado allí para mí últimamente. Por extraño que pueda parecer, sin embargo, siento como que está regresando". "Tal vez porque tú y Taylor..." "Podría ser". Torrey respondió a la pregunta sin respuesta de su hija. "Espero que no tengas que renunciar a ello, mamá. Eres un buena escritor, las cosas que puedes poner en un papel". Jess se fue apagando, y luego miró a los ojos de su madre. "He leído tus libros, mientras que yo estaba aquí". Ella agregó tímidamente. "Creo que soy sólo estoy tratando de decir que lo siento, no leerlos antes". "Gracias, Jess. Además, sólo porque me pongo enseñar de nuevo, no significa que no puedo escribir demasiado. La posición sólo será a tiempo parcial, de todos modos, y aunque yo no la tome y me quede en California, sé que Taylor te daría la bienvenida aquí". A pesar de que Jess no quería pensar en esta última afirmación, ella se acercó y le dio un enorme abrazo de oso a la pequeña mujer. "Te quiero mamá. Te voy a hacer a tí y a Taylor muy orgullosas de mí algún día".
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Torrey rozó suavemente la mano por la mejilla de su hija. "Oh, cariño, ya lo has hecho".
Torrey se apoyó en la barandilla de madera que daba al patio, en los acantilados de abajo. Oyó la puerta del patio deslizarse para abrir y en cuestión de segundos sintió los fuertes brazos que se envolvían alrededor de su parte superior del cuerpo. "Mmmm, me encanta la forma en que sus brazos se sienten a mi alrededor". Murmuró a la mujer de cabello oscuro detrás de ella. "Bien, porque yo podría acostumbrarme a esto por mí misma". Taylor suspiró, de pie y sintiendo el cuerpo de Torrey inclinarse hacia atrás contra su pecho. "Me encanta ser capaz de ver las estrellas así. En Chicago tienes que competir con los edificios y las luces para una vista". "Bueno, nuestro objetivo es complacer aquí en la costa oeste". Taylor susurró, tirando el cuerpo de Torrey cerca de ella, apoyando la barbilla en el hombro de la mujer más pequeña. "Hablé con mamá hoy. Espero que no te importe, pero le dije acerca de nosotros". Preguntó Taylor. "¿Qué dijo?" Taylor dejó escapar una risa divertida. "La conoces. Ella actuaba como si supiera que iba a pasar todo el tiempo. Apuesto a que ella comenzó a gritar como una loca en el momento que colgué. Ella dijo algo que me hizo pensar, sin embargo. Yo le dije que parece tan claro ahora, nuestro amor por la otra. Le pregunté por qué no pudimos verlo todo el tiempo. Ella dijo que no era que no se podía ver, era que no lo veíamos. Tú eres la filósofa. ¿Qué crees que significa? " "No hay peor ciego que el que no quiere ver..." Torrey se fue apagando. "Yo ni siquiera recuerdo si es una cita o un refrán, lo escuché de un profesor Inglés. Creo que estoy de acuerdo con tu madre, sin embargo". Torrey giró en los brazos de Taylor y apoyó la mejilla contra el pecho de la artista, escuchando el latido fuerte y rítmico. "Creo que incluso si hubieras sido diseñada por mí hace tantos años, incluso si hubieras profesado tu amor eterno por mí... Hubiera corrido, simplemente enloquecido. Nunca pensé que podrías amarme. Sabes lo que Evelyn me hizo. Demonios, nunca pensé que alguien me podría amar. Probablemente estaba justo frente a mí, Stretch y me negué a verlo".
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Taylor se preguntó una vez más en la única cosa que hizo bien en su vida para merecer a la mujer en sus brazos. "Tienes razón". Taylor estuvo de acuerdo con tristeza. "Podrías haberte arrojado a ti mismo a mi cama, Tor y yo me habría negado. Nunca pensé que era lo suficientemente buena para tí. Siempre pensé que algún día, alguien digno de tu amor vendría a hacerte feliz. Yo ni siquiera me permitía ver que podría haber sido yo". "El amor no es ciego", dijo Torrey, sacudiendo la cabeza con desconcierto. "Es simplemente estúpido".
"¿Vas a ver cómo me preparo?" Preguntó Torrey, entrando en el negro vestido por el hombro que había elegido para la muestra de la artista en la galería de Los Ángeles. “Uh huh", la artista asintió desde su posición en la cama. Ella estaba en una bata de seda azul, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza, observando el vestido sexy rubia. "Yo siempre quise saber qué te tomaba tanto tiempo para prepararte. Pero", añadió, saltando detrás de la escritora que indicaba que la cremallera que necesita realizar un ajuste, "si te hace sentir mejor, siempre pensé que valía la pena la espera". "Siempre, ¿eh?" Preguntó Torrey, inclinando un poco la cabeza para permitir que la mujer más alta colocara besos suaves sobre la piel allí. "Por supuesto. Mmmm, me encanta este vestido". Taylor respondió, tirando de la prenda fuera del hombro, mientras sus besos se hicieron más apasionados. "Quítatelo". La artista le mandó. "Jess y Val nos están esperando en la galería. Vamos a llegar tarde". Torrey advirtió. "Ahora pregúntame si me importa". Los ojos de Torrey estaban cerrados y los labios entreabiertos en un suspiro sensual cuando los labios de Taylor encontraron el lugar muy sensible justo debajo de la oreja. "Oh, sí... quitámelo". La escritora ordenó con impaciencia.
"Definitivamente estoy en el negocio equivocado". Torrey susurró a la amiga de su hija mientras ella y Valerie entraron por gran galería, con los patrocinadores entrando y saliendo. Esta fue la primera oportunidad que Torrey tenía que ver realmente los precios de las obras de
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su amante, y su boca se le secó en las tarifas. "Creo que ésta cuesta tanto como las regalías de mis últimos tres libros", la escritor se rió entre dientes. "Ahora sabemos cómo se hizo con el Mercedes". Valerie se rió de los comentarios de la mujer. Pensó de nuevo en el principio de la noche, cuando la artista y la mujer que ahora estaba a su lado llegaron rugiendo en el coche rojo deportivo. Jess bromeó a Taylor sobre el motivo de su tardanza, pero Val no entendió la broma hasta que Jess explicó toda la situación en privado. Val pensó que nunca volvería a oír nada tan romántico como ese cuento. Torrey levantó la vista cuando Taylor introdujo Jessica a otra persona que podría algún día hacer buena su carrera. Parecía como si Taylor conocía a todos en el mundo del arte, y esta noche todo el mundo quería hablar con ella. La artista se encogió de hombros como disculpándose cuando vio a Torrey desde el otro lado de una habitación de la galería. La escritora hizo un guiño y le dio una de sus sonrisas no podía evitar. Además, Jessica estaba en el séptimo cielo, y Torrey realmente disfrutaba de la compañía de Valerie. La joven no estaba ni un poco atrapada en el bombo con respecto a Torrey Gray, la autora y escritora decía más que las palabras que podía decir. Finalmente, Jessica encontró a las dos mujeres fuera de la capturando un poco de aire fresco. "Taylor te está buscando, mamá". "Bueno, lejos de mí está mantener a la artista de la década esperando". Torrey respondió y regresó a la galería. Torrey sufrió las miradas mientras caminaba a través de las salas de la galería en busca de la artista. Algunas de las miradas eran las que ella siempre trataba como la gente se preguntaba si ella era realmente la mujer que se parecía a ella. Hoy muchas de las miradas venían del hecho de que casi todo el mundo en la apertura la vio a ella y a Taylor llegar juntas y la forma en que la artista la tomó de la mano mientras caminaban entre la multitud. La razón final era una con la que la escritora podía vivir. Ella se veía bien. Ella podía ser una pequeña de cuarenta y pico, pero tenía un aire de confianza cuando se trataba de su propio cuerpo. "Torrey Gray". Una voz femenina dijo desde detrás de la escritora. Torrey detuvo, congelada en sus pasos. Reconoció la voz de inmediato, pero nunca esperaba oírla aquí, en California, y desde luego no en el show de Taylor. Ella se volvió hacia el sonido, un millar de diferentes escenarios atravesando su cerebro. "Hola, Kat", Torrey dijo volviéndose hacia la mujer. La prostituta tenía un aspecto magnífico como siempre. Ella tomó la mano de la escritora por un segundo o dos y luego la lanzó como el buen gusto dictaba. Ella estaba un poco más cerca
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de la escritora de lo que probablemente debería, pero no tenían una historia y se permitió ciertas libertades. "Estoy aquí con un cliente, ella es una fanático de las obras de una determinada artista de California, y cuando escuché el nombre, tengo que admitirlo, mi curiosidad pudo más que yo. Tenía que averiguar si esta Taylor era tu Taylor". "Bueno, la verdad de la cuestión es..." "Cariño, yo pensé que usted podrías querer esto". Taylor le tendió una copa de champán estriado para la autora en una mano, deslizando su brazo alrededor de la cintura de Torrey en un acto inequívoco de posesión, con la otra. "Uhm... gracias". Torrey respondió nerviosamente. La escritora miró a la artista, una sonrisa encantadora situada en la cara de la mujer de pelo oscuro. Fue entonces cuando Torrey lo vio, el azul del iris de Taylor era en realidad un gris acero. Había un destello que Torrey no había visto antes. Era el reflejo inequívoco de los celos. Oh, carajo… ¿por qué yo? Torrey se preguntó a sí misma. "¿Quién es tu amiga?" Preguntó Taylor, teniendo la sonrisa encantadora en su lugar, pero Torrey podía sentir la tensión en la voz de la mujer más alta y ella se habría reído a carcajadas con la ironía de la situación, si no hubiera sido tan condenadamente seria. "Oh, esta es..." Torrey sabía que sus ojos deben haber sido del tamaño de platillos porque Kat ahora tenía una sonrisa divertida en su rostro. La escritora se dio cuenta de que ella no tenía idea de cuál era el nombre completo de Kat. "Katherine Berring", dijo Kat con una sonrisa, ofreciendo su mano a la artista. "Así que tú eres Taylor Kent. Me siento como si yo ya te conociera. De las revistas Architectural Digest", añadió rápidamente con una sonrisa. "Tu trabajo es realmente increíble". "Gracias", respondió Taylor. Torrey observaba, como las dos mujeres de gran tamaño la una a la otra, la pequeña rubia atrapada incómodamente en medio de su justa imaginaria. "Así que, ¿de dónde conoces a Torrey?" Taylor preguntó. "Bueno, en realidad -" Kat comenzó. "Nueva York". Torrey terminó rápidamente. Por favor... por favor, Kat has sido un tesoro, ¡pero por favor, podrías terminar de irte! Torrey tomó el silencio del momento con el vaso de champán en la mano en un largo trago.
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"¿Tienes sed?" Preguntó Taylor. Asintiendo con la copa vacía. "De hecho, sí. ¿Te importaría conseguir otra, por favor?" Taylor dio una sonrisa de medio lado a la pequeña rubia, luego le dio un vistazo a la morena que la miró con algo parecido a la diversión. "Claro, ya vuelvo". Ella dijo, besando la frente de Torrey antes de girar. "Tienes razón, ella es algo". Kat sonrió una vez que Taylor se perdió de vista. "Mira, Kat..." "Torrey, no he venido aquí para estropear las cosas para tí. Parece que finalmente conseguiste a tu artista, ¿eh?" Torrey le devolvió la sonrisa y asintió. "Bien". Kat se inclinó y le dio un suave beso en la mejilla de Torrey. "Mereces cada pedacito de felicidad que este mundo tiene para ofrecer, mi pequeña amiga. Tengo que admitir, me arrepentiré nunca verte de nuevo". "Nunca digas nunca", Torrey reflexionó. "Oh, yo vi la mirada en los ojos de aquélla. Es la elegida, sin duda no cotizarás en la bolsa de ahora en adelante, cuídate Torrey". Kat dijo, riéndose entre dientes mientras se volvía a encontrar a su cliente en medio de la multitud de personas. "¿Está bien que yo vuelva ahora? No vas a tragar otra copa de champán sólo para deshacerte de mí, ¿verdad?" Taylor preguntó con diversión. "Muy gracioso". Torrey dijo, aceptando el vaso que la artista regresó a su alcance. "Bien, ¿quién es ella realmente?" Preguntó Taylor. "Una... amiga". Torrey respondió tan honestamente como pudo. "Mmm Mmm". Taylor dijo tomando un sorbo de su copa. "¿Estaba tu amiga molesta que no dormirías con ella nunca más?" Torrey sonrió y negó con la cabeza. "Tú lo sabías todo el tiempo, ¿no es así?" "Cariño", la mujer más alta le devolvió la sonrisa, "hemos vivido vidas separadas desde hace quince años. Estamos obligadas a encontrarnos con viejos amantes de vez en cuando... tuyos
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y míos". Ella agregó. Torrey levantó una ceja mientras sondeó la habitación. "No te preocupes", dijo Taylor con un guiño. "Ninguna de los mías están aquí esta noche. Yo no creo que ninguna de ellas me gustaron bastante. ¿De dónde la conoces, sin embargo?" Taylor preguntó después de pensar. Torrey pasó un brazo por la cintura de su amante y le dio un suave apretón. "Te voy a contar toda la historia cuando lleguemos a casa". "Me parece bien", dijo Taylor besando rápidamente la cabeza de la mujer más pequeña. "Vamos". "¿A dónde vamos?" "Tengo gente que quiero mostrarte fuera". Taylor sonrió mientras se movían hacia Samantha y sus amigos.
"Entonces, ¿qué te parece?" Taylor preguntó Jessica, mientras permanecían en silencio fuera, tomando un descanso del ruido del ambiente de fiesta dentro. "Creo que no puedo esperar para cobrar medio millón de dólares por hacer algo que me gusta hacer". Ella respondió con una sonrisa. Taylor se echó a reír por la chica. "Bueno, el precio sólo me permite seguir haciendo lo que me gusta hacer". "¿Puedo cambiar de tema, Tay?" "Claro. ¿Qué tienes en mente?" "¿Vas a pedirle a mamá a mudarse aquí?" Jessica preguntó tan sin rodeos como le fue posible. Taylor parecía que había sido golpeado en la cabeza por su lado ciego. "Bueno, yo... uhm, creo que sólo asumí que ella podría... Quiero decir, ella quizá no quiera y..." "Oh, yo ni siquiera creo lo que son ustedes dos. No estoy haciendo esto otra vez". Jessica comenzó a pasear delante de la artista y los ojos de Taylor se ampliaron ligeramente ante la reacción de la joven. “¡Quince años... ustedes son las titulares del récord! No puedo creer que no aprendieron nada de eso. Ambos están en la almeja y creen que saben lo que la otra está
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pensando, bueno no lo hacen. ¡Francamente, creo que su trayectoria debería hacerte pensar que lo que sabes de la otra es un pensamiento de mierda!" Taylor estaba en verdad demasiado aturdida para decir nada en respuesta a la explosión de la joven. "Bueno, esta vez no me voy a quedar sin hacer nada. Olvida esta lealtad y la cosa de mantener tu boca cerrada. ¿Quieres saber lo que mamá quiere? No trates de adivinar porque como he dicho eres una aspirante a ello. Yo te diré lo que me dijo. Ella quiere le preguntes, entre comillas, es eso... ella solo te tiene que preocuparse por que le preguntes. Y, si no... bueno, entonces ya sé lo que voy a hacer, pero va a ser algo drástico. ¡Voy a llamar a tu madre!" Jessica finalmente amenazó. En ese momento, Taylor estaba muy cerca de estallar en carcajadas ante el enojo de la joven. Ella levantó las manos en un gesto de derrota. "Iré a buscarla y le preguntaré". Taylor no pudo contener la risa por más tiempo. "Oh". JT dijo en voz baja y luego sonrió tímidamente a la artista. "¡Okay!" Ella dijo con entusiasmo, una vez que se dio cuenta lo que la artista quería decir en ese mismo instante.
"Nuestra hija piensa que deberíamos hablar... acerca de nuestro futuro juntas". Taylor comenzó. "¿Ah, sí?" Torrey arrastrando las palabras en cuestión. "Ella parece pensar que cuando se trata de nosotras leyendo la mente de la otra, bueno, estoy parafraseando, pero en el fondo ella piensa que apesta. Ella me lo dijo en términos muy claros". "No puedo decir que no estoy de acuerdo con ella". Torrey rodeó con sus brazos un poco más ajustados a la cintura de su amante. "Tenemos que admitir nuestra trayectoria puede hablar mejor de la perseverancia y la longevidad, pero sí hace falta un poco de algo a la hora de revelar nuestros sentimientos". Torrey terminó. "¿Taylor?" "¿Hhmmm?" "¿Qué es lo que quieres que ocurra con nosotras? Y, yo no quiero saber lo que piensas que quiero, o lo que es lo mejor para Jess, o incluso lo que crees que quiero oír. Quiero saber, de verdad, ¿qué quieres hacer?"
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La frente de Taylor pellizcó el ceño mientras miraba la punta de sus botas por unos momentos. Cuando ella lo miró a los ojos verde mar de la mujer que amaba, ella sintió que el ajuste familiar en su vientre. Era como si ella se enamoró de la mujer de nuevo, cada vez que Torrey miraba de esa manera. Mantuvo el rostro de la pequeña rubia en sus dos manos y rozó sus labios contra la suavidad de Torrey. "Quiero comprar tres billetes de ida y vuelta a Chicago. Quiero que las tres volvamos allí. Quiero empacar tu antigua vida y todo lo que quieras traer y mover todo aquí. Entonces nosotras podremos volver aquí y estar juntas como una familia por el resto de nuestras vidas". Taylor besó a Torrey otra vez, con un toque más firme este momento. Apartó las lágrimas de Torrey lejos con sus pulgares y le sonrió nerviosamente a la mujer más menuda. "Eso es lo que quiero. ¿Qué es lo que quieres tú, Tor?" "Quiero que me beses", dijo Torrey, con las manos apretadas contra el pecho de la mujer de cabello oscuro para detenerla momentáneamente. "Bésame como tú me deseas". Agregó Torrey. Taylor capturó los labios de la mujer en un beso que dejaba poco a la imaginación en cuanto a lo que eran sus intención hacia la pequeña rubia en sus brazos. "¿Y?" Preguntó Taylor. "Yo quiero que pongas tus brazos alrededor de mí". Torrey solicitó, como la mujer más alta envolvió sus brazos alrededor del cuerpo más pequeño, tirando Torrey más contra ella. "¿Y?" Taylor continuó. "Quiero que nunca, nunca me dejes ir". Torrey finalmente dijo mientras su voz se quebró. "Te amo, Little Bit". "Te amo, Stretch". "Nunca te dejaré ir... te lo prometo". Taylor dijo, inclinando la cabeza para darle un beso que las dos mujeres habían esperado casi dieciocho años para compartir, el beso de compromiso.
Epílogo
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Jessica y Val se tomaron de las manos mientras observaban la escena desde el balcón de arriba. Sin el conocimiento de las dos amantes en la acera de abajo, el segundo piso del balcón de la galería se abrió por encima de donde se encontraban. Sus palabras de amor susurradas no podían ser escuchados por nadie más, pero el beso ardiente que compartían como culminación a su promesa eterna, había sido visto por más que unos pocos. "Esa es Torrey Gray, y la autor con ella". Un marido le dio un codazo a su mujer. "La vi en Oprah". "Bueno", la mujer que estaba junto a él olfateó, "¿Qué clase de ejemplo es ese?" "¡El mejor!" Jessica y Valerie dijeron al unísono.
Fin Nota de Traducción 2: Me disculpo sinceramente por haber terminado este libro antes que “La hija de Meridio” que comencé antes, mucho antes. Pero bueno. Las cosas siempre pasan por algo y el amor es tan estúpido a veces como lo describe esta historia. ¡Gracias LJ! De nuevo, eras la mejor. Por favor, si te gustó agradece en los comentarios o dale like asi llega a más personas. Nos vemos en mi cuenta de Scribd. Julieta “Meltryth”.
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