Nique, Christian - Introduccion Metodica a La Gramatica Generativa

July 17, 2017 | Author: cavernicolas17 | Category: Linguistics, Noam Chomsky, Sentence (Linguistics), Theory, Science
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Lingüística generativa...

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La presente obra es una expoSlClon de los principios de base de la gramática generativa, logro intelectual que ningún lingüista, educador, ni aficiodado a las cuestiones gramaticales pue· de ignorar. La revolución lingüística de Chomsky y sus discípulos ha en· trado ya con todos los honores en la enseñanza elemental y superior de la mayoría de las lenguas. Este libro, que inicia al lector en el método chomskia· no y desarrolla su-doble aspecto generativo y transformacional, presenta sus diferentes etapas (primera formulación, teoría estándar y teoría estándar extendida) ofrece frecuentes aplicaciones a la lengua española y no olvida las adquisiciones más recientes de esta corriente: la teoría lexicalista y la semántica generativa. Dicha introducción metódica, llevada a cabo con rigor pedagógico, constituye igualmente la necesaria iniciación a las lecturas de las obras de mayor al· cance de los teóricos generativistas.

Introducción metódica a la gramática generativa

Christian Nique

Introducción metódica a la gramática generativa SEGUNDA EDICIÓN

I1

EDICIONES CATEDRA,

s. A.

Título original de la obra:

Initiation méthodique a la grammaire générative.

Traducción de Pilar Calvo y Francisco Abad.



X + SN + Y 123

1-2-que-5-3

Condición: 2 = 4

+

V 5

+

1-2-3 } 4-5-6 .

SN 6

:::>

1-2-al que-4-5-3

Condición: 2

=

6

Se impone una última precisión, relativa a la noción de transformación o, más exactamente, a la aplicación de las transformaciones: es preciso definir un orden de aplicación de las transformaciones. En efecto, si se las aplica en cualquier orden, se corre el peligro de obtener secuencias agramaticales. La transformación pasiva, por ejemplo, no puede aplicarse más que antes de la transformación afijal: si se quiere que la raíz del verbo principal pueda aceptar el participio pasado, no debe tener todavía las marcas de tiempo y de persona. Además, la transformación de concordancia sujeto/verbo no puede aplicarse más que después de la transformación pasiva, pues es .el SN 2 el que debe imponer sus marcas al verbo y no el SN 1 • Por el contrario, la transformación de concordancia en los SN puede efectuarse indiferentemente antes o después de las transformaciones pasiva y afijal. Este orden de aplicación de las transformaciones es en realidad muy importante, porque, en el caso de que no se cumpla bien, no se podrán generar las oraciones deseadas.

3.2.3. Síntesis y recuento de las reglas utilizadas Así concebida, nos encontramos con que la gramática generativa es un mecanismo explícito y proyectivo; explícito porque da cuenta de las estructuras profundas y superficiales de las oraciones y proyectivo en la medida en que propone reglas capaces de generar la infinidad de oraciones gramaticales posibles. 109

La gramática generativa ofrece, entonces, una respuesta explicativa al fenómeno de la creatividad. En esta primera formulación.propone reglas que, como la incrustación, se llaman «recursivas», es decir: que pueden ser aplicadas hasta el infinito: siempre es posible incrustar una oración en otra ya incrustada, después incrustar otra oración en la incrustada en último lugar, etc. (vid. 1.2.1). Para ilustrar esta propiedad, citemos un solo ejemplo:

«El hombre que ha visto a la mujer que ha visto a la niña que ha oído al cura que se ha encontrado con el presidente que conoce al vicepresidente que es amigo del rry que... ha venido» (Los puntos suspensivos significan aquí la posibilidad de crustar nuevas oraciones hasta el infinito.)

lll-

En resumen: las reglas de la gramática generativa son, en la primera formulación, de tres tipos: - Las reglas de rescritura, que rescriben un símbolo en una secuencia de símbolos (a éstas hay que añadir las reglas léxicas, que rescriben un símbolo terminal l3 en un elemento léxico). - Las reglas transformacionales (o transformaciones), que convierten una secuencia terminal en una nueva secuencia. - Las reglas morfofonológicas, que convierten las estructuras de superficie, que son secuencias de morfemas, en secuencias de fonemas. Es evidente que las transformaciones que se oblerrgan por la sola aplicación de las transformaciones obligatorias tendrán un carácter más simple que aquellas en las que entren en juego transformaciones opcionales: se llamará a las primeras «oraciones nucleares», porque están en número reducido, y a las 13 Se llama símbolos terminales a los símbolos de las secuencias terminales de las derivaciones. Por ejemplo, Art, N y V son símbolos terminales en Art + N + V.

110

segundas «oraciones derivadas», porque todas se han obtenido a partir de las estructuras profundas de las primeras. Citemos a Chomsky 14: «Toda oración de la lengua será, o una oración nuclear, o una oración derivada de las secuencias subyacentes de una o varias oraciones nucleares por una o varias transformaciones sucesivas.» Se ve así el. poder explicativo de la gramática generativa -incluso en su primera formulación- que supera con mucho las descripciones de las gramáticas taxonómicas, y que ofrece un aparato serio capaz de alcanzar un nivel de adecuación muy interesante. Quizá no sería inútil recordar las reglas que hemos utilizado hasta ahora: a) Reglas de rescritura (y reglas léxicas)

SN + SV No + GN Art + N Aux + GV V + SN Tps + (haber + pp) + (M) + (haber+pp) Tps -+ T + Ps pres} T -+ (inf) + { lmpf

0-+ SN -+ GN -+ SV -+ GV -+ Aux -+

Ps -+

{~::a ~:~:~::} 3. persona

{~~~}

No -+ Art -+ el, la, un, una... N -+ revisor, billete, niño, niña, hombre, mecánico... V -+ arreglar, pedir, mirar M -+ poder, deber

b) Transformaciones T afijal: Af

+

1 1-2

V

2 2-1

=>

T de concordancia en el SN: No

+

1-2-3 14

Art =>

+

N

2-1-3-1

1957.

111

-

T de concordancia sujeto/verbo 15: No + GN + Tps + Y 1 2 3 4 1-2-3-4:=> 1-2-3 + 1-4

-

T pasiva: SN 1 + Aux + V + SN 2 1 234 1-2-3-4 :=> 4-2-ser + pp-3-por-1

-

T de re1ativización: 1)

{

~ + S~ + SN 4

r

+ SV 5

1-2-3 ,:=> 1-2-que-5-3 4-5 (Condición 2

X 2) 1 { Z 4

4)

+ SN + Y +

2 3 V + SN 5 6

1-2-3 .:=> 1-2-al que-4-5-3 4-5-6 (Condición 2 = 6)

c) Reglas morfrifonológicas: No hemos precisado la forma de estas reglas, que requerirían toda una obra para ellas solas. Observemos, por ejemplo:

revisor - t /rebisór/ cantar + pp - t /kantádo/ ser + pp - t /sído/ cantar + pres 3. a persona sing

-t

/kánta/

15 Para simplificar la demostración, ~ólo hemos dado el número como dominio de aplicación de esta transformación. Para más exactitud, habría que extenderlo también a la persona, y considerar, entonces, que Tps significa solamente «tiempo», es decir que las reglas séptima y novena de rescritura dadas arriba no existen, ya que la persona (como el número) puede y debe ser introducida transformacionalmente.

112

Sin embargo no hay que olvidar que, por una parte, esta lista representa las reglas utilizadas en la primera formulación, y que varias de ellas serán modificadas en adelante, y que por otra parte las reglas propuestas arriba no son más que una simple ilustración y que deben ser ampliamente aumentadas para dar cuenta de toda la lengua española. El grupo nominal, por ejemplo, también puede estar formado por un nombre propio, o un pronombre, lo que impone la siguiente regla:

GN

--+

Art + N N propio { pronombre

Por otra parte, se añade que el nombre no siempre está precedido de un artículo, sino a menudo también por un posesivo, un demostrativo, un numeral, etc. Agrupadas estas diversas categorías bajo el nombre de «determinante», se escribirá:

GN

--+

N propio Det + N { pronombre

A continuación habría que estudiar la rescritura del determinante, pero esto sobrepasaría el marco de nuestra exposición, y se puede consultar al respecto, por ejemplo, Dubois (1970). También la lista de las transformaciones es demasiado limitada. Habría que añadirle la transformación de coordinación, de interrogación, de negación, etc. Tomemos el ejemplo de la negación, simplificándolo hasta el extremo. Para dar cuenta de oraciones como:

-

Pablo no come mucho. Pablo no ha comido mucho. Pablo no puede comer mucho.

-

etc. 113

habría que aplicar una transformación que podría formularse así: SN 1

+

Tps 2

+

V 3

+

Y 4

1-2-3-4 => l-no-2-3-4 Esta manera de concebir la transformación de negaclOn es aún muy simplista, y no cubre todos los casos. Pero nuestro propósito no es tratar la negación con detalle 16 *. Constatemos simplemente que el método es muy riguroso, y que es este rigor matemático lo que constituye su poder. 3.2.4. Límites de la primera formulación

Antes de abordar la segunda formulación, es decir, su teoría, sin duda sería conveniente examinar las principales limitaciones de la primera -la que acabamos de exponer-o En efecto, a partir de las limitaciones de ésta, Chomsky ha construido aquélla, y del mismo modo que es necesario recordar el análisis en constituyentes inmediatos y sus defectos para comprender la primera formulación de Chomsky, es también necesario comprender las insuficiencias de la primera formulación para abordar la segunda. D na concepción de la gramática tal como la que hemos resumido en este capítulo no puede llevar a los lingüistas más que a poner al día problemas que las gramáticas tradicionales 16 Para esto, cfr. Ruwet, 1968; Dubois, 1967, Y 1970, Y Gaatone. La obra de Gaatone es puramente descriptiva, pero es importante en la medida en que completa las dos obras citadas y en que propone una descripción muy detallada que habrá que tener en cuenta para tratar la negación en el marco de una gramática generativa (Etude descriptive du systeme de la negation en franfais contemporain, Droz, Geneve, 1971 f. Para una introducción sobre este tema en español, véase María Luisa Rivero, «Una restricción de la estructura superficial sobre la negación en español», en Los fundamentos de la gramática traniformacional, recopilación de H. Contreras, México, Siglo XXI, 1971. [N. de/os TT.]

114

(semántico-lógicas y estructurales) no podían resolver, nI mcluso plantearse. El breve estudio (o, más bien, el fragmento de estudio) del auxiliar, que hemos recordado, muestra claramente las cualidades esenciales de la gramática generativa transformacional: por una parte da cuenta de muchos fenómenos (un testimonio son los constituyentes discontinuos, la concordancia en el GN, etc.), y por otra parte es un modelo de la competencia, es decir, un mecanismo que permite generar una infinidad de oraciones gramaticales atribuyéndoles una adecuada descripción estructural. La introducción de la noción de transformación (en el sentido chomskiano del término, 3.2.2) ha permitido hacer de la gramática lo que se ha llamado (a partir de Lyons, 1968) un modelo explícito y proyectivo. En adelante, esta formulación va a presentar aún algunos defectos que Chomsky ha tratado de remediar a continuación. Hemos señalado en 2.3.3 uno de los defectos esenciales de una gramática sintagmática, incluso cuando se la ha reformulado para hacerla un modelo generativo, y la primera formulación de Chomsky no le aporta ninguna mejora. La primera formulación es, como la gramática sintagmática, una gramática independiente del contexto, y no resuelve el problema planteado por ciertas agramaticalidades como la leche bebe el gato. Las reglas propuestas hasta aquí rescriben un símbolo en una secuencia de símbolos sin precisar nunca la imposibilidad de combinación entre ciertos elementos (items), entre, por ejemplo, el verbo beber y un sujeto como leche,. y las transformaciones no pueden dar cuenta de tales fenómenos sin grandes complicaciones. Pero los dos grandes ausentes de esta formulación sin duda son el léxico y la semántica. Se le habría podido reprochar efectivamente, no dar cuenta de ciertas regularidades que son puramente de orden léxico, y que la sintaxis no puede traducir sin dificultades. La relación entre beber, la leche y el gato es un ejemplo de ello. Hasta Chomsky 17, el léxico estaba considerado 17

1965.

115

como una colección de conjuntos de items correspondientes y sustituibles por uno de los simbolos categoriales de las cadenas terminales. Sin embargo es evidente que esta visión es un poco simplista, y no nos informa sobre ciertas generalizaciones importantes concernientes a las relaciones entre los elementos de estos conjuntos: relacione~ no sólo entre los elementos de un mismo conjunto, sino también entre los elementos de conjuntos diferentes. Por otra parte, la semántica aqui no tiene ningún lugar claro en la gramática, y Chomsky se interesa esencialmente por los procesos formales que permiten generar las oraciones. De todos modos, afirma en 1957 que no hay aspecto del estudio lingüistico que dé lugar a más confusiones y que más necesidad tenga de una formulación clara y prudente como el de los puntos de unión entre sintaxis y semántica 18, Ha mostrado que no se podía construir seriamente una gramática partiendo del significado (vid. 2.1.2), y parece desprenderse de sus primeros trabajos que la que debe examinarse es la tentativa contraria: «Para comprender una oración, es necesario (aunque, naturalmente, no es suficiente) reconstruir su representación a cada nivel, incluido el nivel transformacional, donde unas oraciones nucleares dadas subyacentes a una oración pueden ser consideradas en cierto sentido como los elementos de contenido elemental a partir de los cuales se ha construido esta oración.» Pero Chomsky se contenta con proponer ciertas direcciones, como ésta: «Un resultado del estudio formal de la estructura gramatical es poner al dia un cierto marco sintáctico que pueda soportar el análisis semántico», y pone de relieve ciertas dificultades como la no-concordancia sistemática entre las unidades semánticas (vid. también 2.1.2), o incluso la cuasi-imposibilidad de determinar unos puntos de referencia seguros para el análisis semántico; por ejemplo, «nos hará falta determinar a partir de qué momento dos significados distintos están lo suficientemente próximos para ser considerados como iguales», En esta primera formulación, Chomsky sólo plantea cuestiones 18

116

Chomsky, 1957.

más rigurosamente de la formulación del método transformadonal, Chomsky ha aportado numerosas mejoras a la primera versión de la gramática generativa, y es en Aspectos de la teoría de la sintaxis (1965, vid. bibliografia), donde ha expuesto con detalle lo que algunas veces se llama «la teoría clásica», y más comúnmente «la teoría estándan>.

118

CAPÍTULO 4

La teoría estándar Sea justa o falsa, la teoría de la gramática de Chomsky es sin ninguna duda la más dinámica, y la que ejerce mayor influencia,. todo lingüista que quiera estar al corriente de la evolución de su disciplina no puede permitirse ignorar las tomas de posición teóricas de Chomsky.

John

LYONS

(1970)

4.1. EL PROBLEMA DE LA SUBCATEGORIZACIÓN

4.1.1. Insuficiencia de las reglas de rescritura Entre las dificultades que la primera formulación no podía resolver se encuentran -lo hemos señalado- las oraciones agramaticales del tipo la leche bebe al gato (efr. 3.2.4). Ahora bien, en la medida en que pretende ser un mecanismo capaz de generar todas las oraciones gramaticales y sólo las gramaticales, la gramática debe poder excluir estas oraciones del conjunto infinito de oraciones «generables» por medio de sus diversos tipos de reglas. U na de las soluciones para tratar este problema consiste en decir que esas oraciones no son fundamentalmente agramaticales, sino que se distinguen de otras tales como el gato bebe la leche ya por un porcentaje nulo de aparición en el discurso, ya (y) por un carácter calificado a menudo de «extraño» y que se dice depender de la «estilística)). Es evidente que este tipo de afirmación no resuelve nada, sólo constata, y que la gramática generativa debe buscar una solución más satisfactoria. Se ha propuesto asimismo -y es lo que generalmente se pensaba antes de Chomsky (1965)- permitir a la gramática generar esas oraciones, basándose en el hecho· de que tienen carácter mucho más «normah) que ejemplos tales como gato el la leche bebe o leche el bebe gato la. Así, una de las tareas de la semántica consistirá en notar que oraciones como la leche bebe al gato no tienen ninguna lectura posible. De hecho, sería mucho más interesante, y sobre todo mucho más económico para la gramática, impedir la aparición de estas oraciones ya desde la estructura profunda. De esta manera la 121

única tarea de la semántica consistiría en interpretar el sentido de todas las estructuras profundas generadas por las reglas. Consideremos los ejemplos siguientes:

1 - El muchacho corre.

2 - El muro corre. Para que la gramática no genere oraciones como 2, necesita poder dar, en virtud de reglas apropiadas, dos suertes de informaCIOnes:

a) Debe indicar que muchacho es un nombre «animadQ», y muro un nombre «inanimado». b) Debe indicar también que correr es un verbo que sólo acepta como sujetos nombres «animados», y nunca nombres «inanimados». Igualmente, para generar el gato bebe la leche, excluyendo la leche bebe al gato, la gramática debe proporcionar también información de tipo a y b:

a) Debe indicar que gato es un «animado» «viviente», y que leche es «concreto» y «bebible». b) Precisa indicar también que beber no admite sino nombres «vivientes» conh.l sujetos I y nombres «bebibles» en calidad de objeto. Tomemos un último ejemplo, el de Chomsky (1965). La oración La sinceridad asusta al muchacho es completamente gramatical, pero El muchacho asusta a la sinceridad es agramatical:

a) La gramática debe decir que muchacho es un nombre «humano», y que sinceridad es un nombre «abstracto». b) Debe decir también que asustar admite un nombre «abstracto» como sujeto si el objeto es «humano» (lo que I Salvo para imágenes como Esta tierra bebe bien o Mi secante ha bebido la tinta. Pero la metáfora es un procedimiento de violación de los principios discutidos.

122

excluye también la sinceridad asusta a la medicidad), pero no admite lo inverso 2. Esta constatación lleva a conclusiones extremadamente importantes para una reformulación de la gramática generativa: Por una parte, las reglas de rescritura son insuficientes y deben ser completadas por reglas que tengan en cuenta las exigencias a y b presentadas arriba. Por otra, esas nuevas reglas deberán tomar en consideración ciertas características de las piezas léxicas (animado, humano, etc.), y la estructura del léxico tendrá que resultar netamente precisada en esta segunda formulación. El problema que se plantea y que la primera formulación no podía resolver es el de la división de las categorías en subcategorías, y el de la inserción de estas subcategorías en la gramática: se le llama «el problema de la subcategorización». Tal como lo hemos presentado, es evidente que el problema de la subcategorización concierne a la estructura profunda, y que no afecta al componente transformacional de la gramática. Son las reglas de rescritura las que necesariamente han de ser revisadas, aumentadas y modificadas. El nuevo sistema de reglas que las reemplazan y que vamos a precisar lleva el nombre de «componente de base)) de la gramática (más comúnmente, se le llama «la base))). Para resolver el problema planteado aquí arriba, se podría idear el aumento de las reglas de rescritura de modo que permitiesen la subcategorización. Así, para introducir por ejemplo los nombres Juan, Egipto, muchacho y libro, habría que proponer 3 : 2 Admite un «humano» como sujeto si el objeto es nn «animado» «humano» o «animal». El muchacho asusta a la chica, El muchacho asusta al pájaro, pero no un «animado» «objeto»: *El muchacho asusta al tren. • Ejemplos tomados -simplificadamente~de Chomsky (1965).

123

N

-4

N proP!O} { N comun

N propio-4

propia humano } { propio-na-humano

N común-4

común-humano } { común-na-humano

Si una regla debe aplicarse a los hombres «humanos», y las hemos sugerido anteriormente, tiene que, en el supuesto de tal presentación, aplicarse a la vez a los nombres «propios-humanos» y a los hombres «comunes-humanos». Es evidente que nos falta entonces una generalización de la regla en cuestión. Además, resulta imposible con tal sistema alcanzar ninguna generalización superior, pues la subcategorización pone en juego lo que se llama la «clasificación cruzada»: los nombres Juan y Egipto son «propios»; libro y muchacho, «comunes»; Juan y muchacho, «humanos», y Egipto y libro, «no humanos». Si hubiésemos introducido distinciones suplementarias como «animado» y «no animado» por ejemplo, la dificultad habría sido multiplicada, y Chomsky piensa que es mejor abandonar la idea de introducir estas nociones por reglas de rescritura.

4.1.2. La noción de «rasgo semántico», la subcategorización del nombre De hecho, el problema de la subcategorización se parece formalmente al que se plantea a nivel fonológico. Chomsky nota que «existen reglas fonológicas que pueden aplicarse a las consonantes sonoras [b] Y [z] y a las no-sonoras [p] y [s] ; otras reglas se aplican a las continuas [s] y [z] pero no a las oclusivas [p] y [b], etc.»4. Volvemos a encontrar aquí la clasificación cruzada, y la solución adoptada en estos casos consiste en considerar las piezas léxicas como formadas por una serie de rasgos fonológicos, aplicándose las reglas a las piezas que con4

124

Chomsky, 1965.

tienen talo cual rasgo. Se evita así el «entrecruzamiento)) y la complejidad que surgiría de reglas de rescritura calcadas sobre las propuestas en el párrafo precedente. Chomsky ha adoptado la misma solución para la subcategorización a nivel sintáctico. Cada pieza léxica se representa en el léxico con una matriz de rasgos distintivos fonológicos y sintácticos. Aquí nos interesan los rasgos sintácticos: una pieza 1 que posea los rasgos x e y, pero no el z, será representada en el léxico : (1, [+x, +y, -z])

Así, Juan posee los rasgos [ + N], [ - común] y [ + animado], Egipto posee los rasgos [+ N], [- común], y [ - humano], muchacho posee los rasgos [+ N], [+ común], y [ + humano], libro posee los rasgos [+N], [+común], y [-humano], y se representarán:

(Juan, [+N, -común, +humano]) (Egipto, [ + N, - común, - humano]) (muchacho, [+N, +común, +humano]) (libro, [+N, +común, -humano]). De hecho, no es posible introducir así las piezas bajo forma de matriz de rasgos en indicadores como los que hemos utilizado hasta ahora. La solución que debe ser seguida consiste en desarrollar la categoría N en un símbolo complejo (abreviatura sc) formado por un cierto número de rasgos. Para esto debemos postular las reglas de rescritura 1, 2 y 3, y las reglas de subcategorización 4, 5, 6, 7, 8 y 9.

1 - 0--. SN + SV

2- SN + No + GN 3-GN --. Det + N 4 - N --. SC 5 - se --. [+N, ±común] 125

8-

+ común -+ [ ±animado] - común -+ [ ± animado] + animado -+ [ ± humano]

9-

- humano

67-

-+ [

±contable]

A partir de estas reglas, es posible construir indicadores sintagmáticos (y, consiguientemente, derivaciones) que operen con la subcategorización. El símbolo N originará el símbolo se, que originará una serie de rasgos obtenidos por las reglas de subcategorización 5-9; faltará efectuar una operación que va a permitir insertar una pieza léxica que posea los mismos rasgos que un se en el lugar de este se. Veamos algunos ejemplos:

Ej. 1: Sabemos por una parte que Egipto está representado en el léxico de la siguiente manera: (Egipto, [ +N, -común, - humano]), y por otra parte aplicamos las reglas de rescritura 1,2 y 3 y las reglas de subcategorización 4, 5,6, 7 y 8; obtenemos entonces:

/0" SN

SV

/".GN / "N Det I se

No

----/ -----

[+ N] [- común] [- animado]

~\~ Egipto

Ej. 2: Sabemos por una parte que muchacho está representado en el léxico por (muchacho, +N, + común, + humano, 126

y aplicamos las tres reglas de rescritura y las reglas de subcategorización 4, 5, 6, 7 Y 8; obtenemos:

/0", SN

SV

/"-GN

No

/"N

Det

------/ ---I

se

[+ NJ [+común] [+ humano]

~\~ muchacho

Aplicando estrictamente las reglas que hemos escogido, habríamos debido introducir el rasgo [ - humano] en el símbolo complejo del primer esquema, y el rasgo [ + animado] en el símbolo complejo del segundo esquema, pero podemos omitirlos en la medida en que el rasgo [ - animado] implica necesariamente el rasgo [ - humano], y en que el rasgo [ + humano] implica necesariamente el rasgo [ + animado]. Se dirá que estos rasgos son redundantes respectivamente; y las reglas que los introducen pueden ser calificadas como «reglas de redundancim>. Sólo hemos considerado ejemplos bien sencillos, pero observaciones más demoradas demostrarían que este fenómeno es muy corriente. Los indicadores sintagmáticos propuestos inmediatamente antes se distinguen de manera palmaria de los de la primera formulación, y de hecho no llegan a tener estructura arbórea. En la medida en que operan con la transformación de substitución léxica, resultan bastante dificiles de manejar, y se los simplifica de modo que sólo muestren la aplicación de las reglas de rescritura; se asocia entonces a cada símbolo categorial 127

(N, también V, etc.), un símbolo postizo, representado por el signo L\:

Se precisa entonces una etapa suplementaria para aplicar la regla L\ ---+ SC y las diferentes reglas de subcategorización. Cuando se ha desarrollado completamente el símbolo complejo, se puede aplicar la transformación de inserción léxica. Adoptaremos aquí esta solución en la medida en que resulta más elegante y determina indicadores sintagmáticos más fáciles de manejar. Será necesario -en consecuencia- reemplazar la regla 4 propuesta arriba por las dos reglas siguientes:

4a 4b -

N ---+ L\ L\ ---+ SC

Así el componente de base de la gramática generativa está formado por dos tipos distintos de reglas: de una parte reglas de rescritura (1, 2, 3 Y 4a), es decir, reglas de ramificación simple, que rescriben un símbolo en una secuencia de símbolos, y de otras reglas de subcategorización (4b, 5, 6, 7, 8 Y 9) que transforman un símbolo complejo en una serie de rasgos, y a las que hay que asociar las transformaciones de inserción léxica por las que una pieza marcada [ + x, + y ... ] en el léxico sustituye al símbolo complejo [ +x, +y ... ] de un indicador sintagmático. De hecho, el componente de base, que produce -repitámoslo- las estructuras profundas, está formado por dos subcomponentes: 128

- Un subcomponente categorial, formado por símbolos categoriales (como 0, SN, N, etc.), y que opera únicamente con reglas de rescritura (a veces llamadas reglas «de ramificación» ) . - Un subcomponente léxico, formado por un vocabulario, es decir, por una serie no ordenada de entradas léxicas (más o menos, un diccionario) definidas en orden a sus rasgos fonológicos, sintácticos (y semánticos), y que determina la subcategorización y la inserción léxica.

4.1.3. Reglas de subcategorización contextual,. la subcategorización del verbo. Hasta ahora, hemos establecido reglas que desarrollan un símbolo complejo en una serie de rasgos inherentes, es decir, no contextuales. Los rasgos [+animado], o [+humano] son inherentes al nombre, y no tienen nada que ver con las restantes palabras de la oración. Pero si queremos dar cuenta del hecho (cfr. 4.1.1) de que ciertos verbos como beber no admiten cualquier nombre como sujeto, habrá que proponer para estos verbos una serie de rasgos que determinarán sus relaciones con los restantes elementos de las construcciones en que se inserten. Consideremos algunos ejemplos. El verbo beber tendrá que ser especificado en el léxico como poseedor del rasgo [ + sujeto viviente], y sólo podrá entrar -consecuentemente- en construcciones en que el nombre que le precede posea el rasgo [ + viviente]' Así la oración la leche bebe al gato no podrá ser generada por la gramática. Pero hay que añadir todavía que beber posee el rasgo [ + objeto bebible], lo que le impide preceder a un nombre que no poseyese el rasgo [ + bebible]. De igual modo, el verbo asustar debe ser marcado con el rasgo [ + objeto animado], de tal manera que impida el muchacho asusta a la sinceridad, pero no necesita estar particularmente especificado en cuanto a su sujeto, ya que se pueden igualmente dar el muchacho asusta a la chica, como la sinceridad asusta a la chica o este film asusta a la chica, etc. 129 9

Ciertos verbos parecen plantear problemas. Consideremos el verbo mirar. Podemos encontrar 1 y 2: 1: Este muchacho mira al mar 2: Este muro mira al mar. Parecería que, como en el caso precedente, mirar no tenga que ser especificado en cuanto a su sujeto, y que éste puede ser ya [ + animado], ya [ + concreto y - animado]. En realidad, se trata de algo más complejo, pues encontramos 3, pero no 4:

3: Este muchacho mira. 4: * Este muro mira. Las oraciones 3 y 4 indican que no hay un solo verbo mirar, sino dos, que son distintos, y especificados en el léxico por rasgos diferentes: m~rar¡:

mzrar2:

+ V, [ + sujeto animado... ] + V, [ + sujeto concreto y -

animado]. ..

Habrá que añadir, además, que mirar¡ puede tener un objeto marcado [ + visible], o no tenerlo, y que mirar 2 debe tener obligatoriamente un objeto [ + visible], lo que se podría representar así:

. V' .. mzrar: + [+ sUjeto ammado], [

mzrar2:

+ V, [ + sujeto concreto y [ + objeto visíble]

{+

objeto visible} ] 5 '"

- animado],

Dos argumentos pueden sustentar esta presentación. El primero es de orden puramente semántico: los dos verbos mirar puestos de relieve no tienen en todo el mismo sentido, puesto 5

130

El signo

I(J

significa «cero»,.o «ausencia de».

que uno implica actividad real y el otro actividad pasiva. El segundo argumento es puramente formal: mirar) y mirar2 no encajan en las mismas construcciones, y son efectivamente dos piezas diferentes. Las oraciones 3 y 4 de arriba constituyen un ejemplo de esta afirmación y también las 5 y 6, 7 y 8, y 9 y 10:

56-

Este muchacho tiene el hábito de mirar al mar. * Este muro tiene el hábito de mirar al mar.

78-

Pablo mira a veces al mar. * Nuestra casa mira a veces al mar.

910 -

Julia mira a tu hermano. * El castillo mira a tu hermano.

etc. Se podrían encontrar todavía otros ejemplos, y un análisis más demorado daría cuenta de estos hechos gracias al sistema de rasgos de subcategorización. Nos basta haber dado una muestra de fenómeno que una gramática distribucional, o incluso una gramática generativa que sólo contuviese reglas de rescritura en la base, no podrían explicar 6 • Los rasgos que hemos propuesto para mirar (1 y 2) son rasgos de subcategorización con el mismo título que los que habíamos propuesto sobre los nombres en el parágrafo precedente, pero difieren de ellos en la medida en que dependen del contexto. Puesto que están en juego nociones como sujeto, objeto (u otros constituyentes), se les llama «rasgos contextuales». De igual modo que nos hemos referido a reglas de subcatego~ rización, no contextuales en el parágrafo precedente, podemos hacerlo aquí con reglas de subcategorización contextua!. Volvamos, para ilustrarlas, al ejemplo mirar. Para distinguir netamente mirar) de mirar 2 hay que precisar que el primero acepta • Para una propuesta de aplicación de la teoría de los rasgos a la estilística, confróntese Chomsky (1965), y Dubois (1970), pág. 62: oraciones tales como el cielo te miTa son gramaticales porque cielo, que ordinariamente está subcategorizado como [ - animado] se recategoriza como [ + animado].

131

facultativamente un objeto, mientras que el segundo debe tener obligatoriamente un objeto (cfr. el muchacho mira, pero *el muro mira). Los rasgos contextuales que propongamos sobre los dos verbos mirar deberán -en consecuencia- tener en cuenta .su contexto categorial: mirar¡ será especificado como precedido obligatoriamente por un nombre, y seguido facultativamente de él; Y mirar 2' como precedido de y seguido por un nombre obligatoriamente. Chomsky propone en estos casos una notación del tipo (donde la barra horizontal - representa el lugar donde se inserta la pieza o item en cuestión):

mirar ¡' + V, [ + N - ], [ + (N) ] ... mirar2' + V, [ + N - ], [+ - NJ. .. El rasgo + V es inherente a las piezas propuestas, y los rasgos [+ N -], [+ ~ N], Y [+ - (N)] son rasgos contextuales que las subcategorizan en base a su contexto categorial, llamándoseles «rasgos de subcategorizaci6n estricta». Por oposición, se llama «rasgos de subcategorizaci6n seleccional» a aquellos que subcategorizan una pieza en base a los rasgos sintácticos de su contexto. Así los dos verbos mirar serán especificados desde el punto de vista de sus rasgos seleccionales de la manera siguiente:

mirar l' mirar2 ,

[ [

+ animado - ], [ + - (visible) J. .. + concreto y -animado -], [ + -visible] ...

Se ve, de esta forma, que los rasgos de subcategorización estricta y los seleccionales se completan, y que, por otra parte, permiten dar cuenta de una manera económica de las características sintácticas particulares de las piezas léxicas. Pero nos venimos ocupando solamente de la estructura del léxico, y tenemos que volver a las reglas de subcategorización. Retengamos nuestro ejemplo. Para generar una frase con uno u otro de los verbos mirar, habremos de poner en juego una serie de reglas de rescritura, una de las cuales será: V---+~

132

lo que nos permitirá elaborar el indicador de la frase en cuestión; pero en seguida hay que operar con una serie de reglas de subcategorización que permitirán transformar el símbolo postizo A en uno complejo se formado por un conjunto de rasgos (el inherente [ + V] y los contextuales presentados precedentemente), cuando se encuentra en determinado contexto. Distinguimos, pues: a) Reglas de subcategorización estricta, que analizan un símbolo, aquí A dominado por V, sobre el supuesto de su contexto categorial, por ejemplo: ---+

SCjN - (N)

Esta regla se lee« es analizado en se en el contexto en que un N le precede obligatoriamente, y un N le sigue facultativamente» (la barra/significa «en el contexto en que»). Si las reglas de rescritura han introducido un N ante el V, se podrá aplicar la regla de subcategorización estricta siguiente:

A---+ se/NEntonces el símbolo complejo tendrá la forma siguiente:

se

---+ [

+N -], [ - +0]7

Si las reglas de rescritura han introducido un N ante el V Y un N detrás, se podrá aplicar la regla de subcategorización siguiente:

A ---+ SCjN - N Entonces el símbolo complejo tendrá la forma siguiente:

se 7

---+ [

+ N- ], [ + - N]

Recordemos que

0

representa un constituyente cero.

133

En realidad, no se trata sino de fragmentos de símbolos complejos, puesto que faltan los rasgos seleccionales, que serán introducidos por las reglas b. b) Reglas de subcategorización seleccional, que analizan un símbolo en base a los rasgos sintácticos de su contexto, por ejemplo: [ + animado - ( + visible)] d-SC/ [ + concreto y - animado - + visible] Esta regla se lee «d es analizado en SC en el contexto en que va precedido obligatoriamente de [ + animado] y seguido facultativamente de [ + visible], o en aquel otro en que está precedido obligatoriamente por [ + concreto] y [ - animado] y seguido obligatoriamente por [ + visible]». Si las reglas de subcategorización estricta han introducido los rasgos [ + N - ] y [ + - 0], y si el sujeto posee el rasgo [ + animado], en ese caso se podrá escoger únicamente:

d - SC/[ + animado- ] y el símbolo complejo tendrá además el rasgo: SC _ [ + ani-

mado- ]. Si las reglas de subcategorización estricta han introducido los rasgos [+ N -] y [- N], entonces se presentan dos casos: -

-

o el sujeto tiene el rasgo [ + animado] y el objeto el [+visible], y se aplica entonces d- SC¡[ + animado + visible], lo que da lugar al SC siguiente: SC - [ + animado - ], [ - + visible]; o el sujeto tiene los rasgos [ + concreto] y [ - animado] y el objeto el rasgo [ + visible] y 'se aplica d - [ + concreto y - animado - + visible], lo que da lugar al se siguiente: SC - [ + concreto y - animado - ], [ - + vi· sible].

Podemos ahora recapitular. Las diferentes, reglas de rescritura y de subcategorización (estricta y seleccional) permiten 134

construir derivaciones que llevan a símbolos complejos formados por una serie de rasgos inherentes y contextuales. Las piezas del léxico están representadas como matrices de rasgos fonológicos y sintácticos. Una transformación de sustitución léxica puede reemplazar un símbolo por una pieza léxica si ambos poseen los mismos rasgos sintácticos. Así, volviendo a los rasgos sintácticos de los dos verbos «mirar» :

mzrar): + V, [ +N -] + [- (N)], [ + animado- ], [ - + visible] ... mzrar2 : + V, [ +N -] + [ -N], [ + concreto y -animado-] [ - + visible]. 00' y a las distintas reglas de subcategorización estricta y seleccional presentadas antes, obtenemos tres derivaciones que esquematizamos con los tres fragmentos de indicadores siguientes:

o

SN"--------- ~SV

N~"oN

/""N I

v

I se

se

Det

D.

/~

[:¡.. N] [+ animado] ... -....

'V'

muchacho

I

A

I

/I~

-------y-.------

[+ V] [+ N -] [ + animado]

mzrar)

Hasta ahora no hemos presentado, en realidad, más que las reglas de subcategorización que permiten formar símbolos com-

135

o

_______ - - - - s v SN -------

/"-GN

N.

/"-

Det

V

/

/

-----SN

/"-GN

N.

I

N

~

1I

/"1I

Det

I se

se

/\~

---------

N

se

//~

/~

[+ N] [+ animado] .. [+ V] [+ N -] [animado -] [+ - N] [+ - visible] [+N] [+ visible] ..

~

muchacho

mar

-------p-----SV / N.

~

SN - - - - - - -

V

J\

De!

/

N

I

.6.

.6.

se

se

I

I

-------- SN

N / "GN

' / "Det

N

I

.6.

I

I

se

~~~~

/~

[+ N] [+ concreto - animado] .. [ + V] [+ N -][ + - N] [+ concreto - anima- [+ N] [+ visible] ... do-] [-+visible] ~_

___--"'V""

muro

mirar z

-

mar

pIejos poseedores de los mismos rasgos de mirar¡ y mirar 2 • Para aumentar estas reglas, tenemos que considerar cuál puede ser el contexto de un verbo. Veamos oraciones como éstas:

136

Este chico come su sopa. Este chico come. Este chico juega. Este chico es amable. Este chico es mi hijo. Este chico está en el patio.

Para generar las estructuras profundas subyacentes a estas oraciones, tenemos que proponer, entre otras, las siguientes reglas de rescritura: GV vt + (SN) GV Y¡ GV ....... Y:er

+

}(V

Vi

significa verbo transitivo, Adj SN irtfransitivo, V,er verbo del mismo { SN prep tipo que ser y SN prep sintagma nominal prepositivo)

A la vez, estas reglas nos permiten aumentar en algo las reglas de subcategorización estricta del verbo, y propondremos:

(SN) }

V ....... SCj-

{

~~

prep

Un análisis más detallado permitirá precisar todavía mejor la subcategorización del verbo. Cada uno de los rasgos de los constituyentes oracionales que aparecen en su entorno dará lugar a una regla de subcategorización selecciona!. Idéntica observación debe ser hecha para la subcategorización en base al sujeto.

4.1.4. Subcategorización del adjetivo De igual modo que el verbo está subcategorizado en base a su contexto (subcategorización estricta y seleccional), también lo está el adjetivo. Tomemos el adjetivo sincero. No puede estar seguido por un complemento como el que lleva orgulloso en orgulloso de sí, pero debe ir precedido por un nombre. Por otra parte, no puede estarlo por un nombre que no posea los rasgos [ + humano] 137

(un Iwmbre sincero) o [+ abstracto y + controlable] (una honestidad sincerar. La entrada sincero vendrá representada -consiguientemente- en el léxico como poseedora de los siguientes rasgos: [+humano- ] smcero: +Adj, [+N -], [-complemento] [+abstracto y + controlable-] Si queremos tener reglas que permitan insertar sincero en el lugar de un símbolo complejo que contiene los mismos rasgos, deberemos elaborar reglas de subcategorización (estricta: 2, y seleccional: 3) que se añadirán a la regla de rescritura 1:

1 - Adj - !!. 2 -!!. - SC/[ + N] - [ - complemento] [ + humano] [ + abstracto y + controlable]3 -!!. - SC/ Antes de proponer la derivación que permita insertar sincero, hay que volver a una importante distinción entre dos clases de adjetivos: rojo, grande, amable, en: a: un coche rojo. b: un hombre grande. c: un gentil garfon.

parece que proceden de la reducción de una relativa del tipo: a': un coche que es rojo. b': un hombre que es grande: c': un garfon qui est gentil. 8 El rasgo [ + controlable] se aplica a las piezas que representan una realidad sobre la que podemos actuar (honestidad, gentileza), y el rasgo [-controlable] a los que se refieren a una sobre la que no podemos hacerlo (belleza, masculinidad ['sexo varón']).

138

mediante la siguiente transformación:

Det + N + que + es + Adj 1 2 3 4

1-2-3-4 => 1-2-4 Una transformación suplementaria permitiría colocar ante el nombre a adjetivos del tipo de gentil en francés, poseedores del rasgo [+ antepuesto] :

Det

+

N

+ Adj [ + antepuesto]

2 1-2-3

=>

3

1-3-2

Estas operaciones permiten por u:na parte generalizar la relación que existe entre las oraciones a.., b, y e, y las a', b', yc', y por otra oponer estos adjetivos a los que no pueden entrar en construcciones del tipo a'-b'-e' ; solo, etc.:

d: Una pieza tipo. e: Le seul éteve. d': * Una pieza que es tipo. e': * L'éleve qui est seul. Estos adjetivos no pueden proceder de u:na transformación de reducción de relativo, y por consiguiente:: deben estar generados desde la base por reglas de rescritura:

SN -. No + GN GN -. Det + N

+

Adj 139

Hemos visto en el capítulo precedente que la primera formulación consideraba la relativa como una oración incrustada en otra matriz mediante una transformación; veremos (párrafo siguiente) que la segunda formulación introduce la relativa como los adjetivos de la segunda clase, es decir, directamente en las reglas de rescritura. Si se simboliza la relativa por QuO (se trata de una oración que comienza por Qu), tenemos -en consecuencia- una regla de la forma: GN

~

Det

+

N

+

(QuO)

El adjetivo está originado por la regla de rescritura que hemos señalado precedentemente:

GV

~

V,er

+

Adj

en la oración incrustada; después se aplica la transformación de reducción de la relativa (se llama también de «epitetización» o de «formación de epíteto))). Es una transformación de borrado (cfr. 3.2.2), que es posible porque sólo borra morfemas gramaticales, es decir, vacíos de significación. La distinción entre los adjetivos de la primera y la segunda clase no es directamente útil para tratar del problema de la subcategorización, puesto que está referida esencialmente al nombre al que «se refiere)) el adjetivo (según la expresión tradicional), es decir, al nombre que le precede en la estructura profunda. Sin embargo, es importante recordarla, pues sincero pertenece a la primera forma en un hombre sincero y proviene en consecuencia de la transformación de un hombre que es sincero, y a la segunda en una honestidad sincera. Todas estas consideraciones nos posibilitan para construir las derivaciones que permiten insertar la pieza sincero en el lugar del símbolo complejo formado por sus· mismos rasgos. Representamos solamente los dos fragmentos de indicadores que dibujan estas derivaciones. Subrayaremos que estas indicaciones sólo son fragmentos cuya sola finalidad es la de ilustrar las observaciones preceden140

tes. Habría que completarlas llevando a cabo la rescritura de los distintos constituyentes.

SN~O N/""-GN ~et / " ~

Arlo

A I

A I

I

IJ

se

~/~

[+ N] [+ abstracto] [+ controlable]..

se

//~

---

----

[+ adj] [+ N -] [- compl] [+ abstracto + controlable - ] .. -,,-

honestidad

smcera

o SN/

N/~GN •

k-----

Det./"

QuO

QU~~o

SN~ ""'sv Aux

A

I

se

/~

--------

[+ N] [+ humano] ..

hombre

-----~ Ser~

GV_____

Adj

I

A

I

se

~I""""""'"

[ + adj] [ + N -] [- compl] [ + humano - ]

sincero

141

4.1.5. Conclusión: el componente de base La introducción de la noción de subcategorización ha modificado profundamente la concepción del componente de base de la gramática generativa, porque las estructuras profundas no están generadas solamente por reglas de rescritura, sino por las de categorización, que introducen símbolos complejos, y por transformaciones de sustitución léxica. El componente de base está constituido, pues, por dos subcomponentes: subcomponente categorial, que introduce reglas de rescritura y que permite llegar a los símbolos postizos que representan las categorías sintácticas; y subcomponente léxico, que opera por una parte con reglas de subcategorización, con el fin de desarrollar el símbolo postizo ~ en uno complejo formado por una serie de rasgos inherentes y contextuales, por otra con un vocabulario, concebido como lista no ordenada de entradas léxicas, siendo cada una matriz de rasgos (fono~ lógicos, sintácticos y semánticos), y finalmente con transforma~ ciones de sustitución léxica de acuerdo con el teorema propuesto por Chomsky en 1965: «Dada una entrada léxica (D, C), en que D es una matriz de rasgos fonológicos, y C un símbolo complejo; la regla léxica permite la sustitución de D en todo símbolo complejo K no distinto de C.» En resumen, se pueden distinguir tres' clases de reglas de la base, la primera de ellas dependiente del subcomponente cate~ gorial, y las otras dos del subcomponente léxico:

a

1) Reglas de rescritura (O

-+

2) Reglas de subcategorización

SN + SV ... N (~-+

SC, SC

-+ ~).

-+ ... ):

a) No contextuales (SC -+ [+N], [+humano], ... ). estrictas (SC -+ [ + N - ] ... ) b) contextuales { seleccionales (SC -+ [ + animado - ] ... )

3) Reglas transformacionales de sustitución léxica (efr. el teorema de Chomsky). 142

4.2. ALGUNAS MODIFICACIONES DEL CONCEPTO DE «TRANSFORMACIÓN)) 4.2.1. El problema de la recursividad

En la primera formulación, la recursividad estaba asegurada por el componente transformacional de la gramática generativa. Las transformaciones generalizadas (cfr. 3.2.2) permitían en efecto incrustar hasta el infinito oraciones unas en otras. La incrustación no es el único procedimiento recursivo: hay que añadir la coordinación. No es dificil observar cómo la primera formulación daba cuenta de la coordinación: a grandes rasgos, diría que cuando dos estructuras son completamente idénticas, se puede sumar la segunda a la primera gracias a un morfema llamado «conjunción de coordinacióm) 9. La transformación que operaría entonces pondría en juego dos oraciones, o más bien dos estructuras profundas, y sería clasificada en consecuencia entre las transformaciones generalizadas. Pero la misma noción de «transformación generalizadm) plantea un problema a la gramática generativa. Si las estructuras profundas deben contener todos los elementos necesarios para la interpretación semántica de las oraciones, las transformaciones no deben aportar ningún elemento que pueda modificar el sentido de las estructuras profundas. Ahora bien, las transformaciones generalizadas modifican sensiblemente el sentido de las estructuras profundas, en la medida en que toman dos estructuras profundas distintas para reunirlas. Suponen que dos oraciones distintas 0. y 02 tienen el mismo significado que una sola oración en que 01 estuviese incrustada en 02' u 02 en 01' o incluso en que 01 y 02 estuviesen coordinadas. En realidad, esto equivale a decir que las oraciones 1 y 2 que siguen son equivalentes desde el punto de vista del significado a 3, 4,5 Y6: • Esta presentación es muy esquemática, y debería reconsiderarse con rigor. Confróntese Chomsky (1957).

143

1-

El coche ha golpeado un árbol.

2 - El coche ha derribado a un peatón. 3 - El coche que ha golpeado un árbol ha derribado a un peatón. 4 - El coche que ha derribado a un peatón ha golpeado a un árbol. 5 - El coche ha derribado a un peatón y golpeado un árbol. 6 - El coche ha golpeado un árbol y derribado a un peatón. Es evidente que el significado de cada una de estas oraciones es sensiblemente distinto. Designemos como x al significado de 1 y como y el de 2. El significado de 1 y 2 reunidas sería en consecuencia: x. y. (o y. x.). El de 3 sería esencialmente y (pues x sólo sirve para calificar uno de los elementos de y). Por el contrario el significado de 4 sería esencialmente x (entonces y califica a uno de los elementos de x). La oración 5, para numerosos hablantes, parece decir que el coche ha derribado a un peatón antes de golpear un árbol, es decir, que tendría el significado x luego del y. Opuestamente, la oración 6 tendría el significado y luego del x. Por consiguiente, si bien todos estos ejemplos implican las mismas afirmaciones, no acentúan los mismos hechos, y no presuponen las mismas cosas. Tenemos: 1 Y2 juntas: x.y. (ay. x.) 3: y. 4: x. 5: x luego dey. 6: y luego de x. Parece, en consecuencia, que las transformaciones generalizadas plantean un problema real en la medida en que cambian el sentido de las estructuras profundas. Para dar cuenta de la recursividad -y consiguientemente de la incrustación y coordinación- Chomsky ha propuesto que se permita a las reglas de rescritura de la base introducir el símbolo O a la derecha de las flechas. Hemos sugerido en el parágrafo precedente una regla de rescritura que introduce la relativa gracias al símbolo QuO (es decir, «oración que comienza por QU»): 144

GN

--+

Det

+

N

+

Qua

Podemos entonces rescribir Qua en .Qua

--+

QU + a

y desarrollar el símbolo a mediante las reglas de rescritura que ya conocemos, lo que permite obtener derivaciones infinitas esquematizadas por el fragmento de árbol de abajo (para simplificar la representación gráfica, hemos omitido por una parte toda la etapa de la subcategorización e inserción léxica, y esquematizado por otra la regla de rescritura de los SV en T + V: es sencillo constatar que estas etapas no son pertinentes para nuestro propósito, y harían más dificil la lectura del árbol) :

a SN------N/

.

SV

"-..

/"

/"..V Tps

GN

Det

/1----N Qua QU/

~a

SN/

/".

N.

GN

~SV

/"'.V

Tps

/"'-N

Det

I I

Sing

el

hombre Qu sing el hombre pr

pasar

pr cantar

Se habría podido rescribir el GN de la Qua con una Qua, luego el GN de esta Qua con otra Qua, y así hasta el infinito, dándose cuenta así de una de las manifestaciones de la recur145 10

sividad. La derivación propuesta conduce a la siguiente estructura profunda: sing + el + hombre + QU + pasar + pres + cantar.

+

smg

+ el + hombre +

pres

+

Para que esta estructura profunda se convierta en superficial, hay que aplicarle todas las transformaciones afijas y de concordancia mencionadas en el capítulo anterior, y obtenemos entonces:

el

+ hombre +

QU

+ el + hombre + pasa + canta

En tanto tenemos dos SN idénticos ( 4-2-ser

4

+

p-3-por-l

Pero Chomsky sostiene (1965) que esta transformación resulta ser «ad hao) e incluso presenta varios defectos: -

Introduce por sin precisar de dónde procede este elemento. No puede aplicarse a todos los verbos transitivos; nótese en efecto, que si los ejemplos a siguientes son gramaticales los b correspondientes no los son:

a: Pedro tiene un coche. b: * Un coche es tenido por Juan. a: Jean épouse Jeanne. b: * Jeanne est épousée par Jean. a: Pablo pesa cien kilos. b: * Cien kilos son pesados por Pablo. La oración pasiva no tiene siempre el mismo significado que la activa correspondiente: c : Todos los estudiantes han visto una de las películas de Godard. d: Una de las películas de Godard ha sido vista por todos los estudiantes. c': Dans cinq minutes,je mange ma soupe. d': Dans cinq minutes, ma soupe est mangée.

Por otra parte, Chomsky subraya que los verbos transitivos que admiten libremente la pasiva admiten igualmente ser modificados por un adverbio de modo, mientras que los que no admiten la pasiva parecen no admitir adverbio de modo, así en francés: 169

* Jean épouse

raPidement }

g~ntiment

Jeanne.

{ fievreusement

Propone consecuentemente dar razón de esta similitud postulando como estructura profunda una secuencia que introduciría facultativamente un morfema llamado «pasivo» o un adverbio de modo, y que se opondría a otra que no los introdujese. Sólo los verbos que admiten la pasiva (o un adverbio de modo) podrían entrar en la primera clase de secuencias, y sólo verbos como «épousen> o «pesar» en la segunda. Volvemos a la pasiva, y por lo tanto a la primera clase de secuencias. Llamamos «por pasiva» al elemento pasivo supuesto precedentemente. La secuencia en cuestión tendría la forma siguiente: (1)

SN ¡

+

Aux

+

V

+

SN 2 (por pasiva)

Hay que notar que «por pasiva» es facultativo. Si escogiésemos no operar con él, estamos en presencia de una estructura que subyace a una activa:

(2)

SN¡

+

~

un coche

Aux + V (la

de~ibadb

+

SN 2

~ a un peaton

Si escoglesemos realizarlo, es necesario y suficiente, para obtener una estructura de superficie correcta, realizar en la secuencia (1) las operaciones siguientes: «pasivo» es borrado. SN¡ ocupa el lugar de «pasivo». SN 2 ocupa el lugar de SN¡. Aux debe ser realizado por Tps

+ ser + p.

Evidentemente habría que traducir estas operaciones en términos de transformaciones. Pero notemos que mediante el 170

segundo tratamiento de la pasiva, Chomsky ha simplificado el componente transformacional, puesto que ha suprimido la necesidad de una transformación pasiva; pero ha tenido que -en contrapartida- hacer más compleja la base proponiendo nuevas reglas de rescritura que introducen «por pasiva». Sin embargo, hay que advertir en todo momento que las dos formulaciones no son equivalentes, y que existen argumentos que deben inclinar a una más que a otra. En el caso de la pasiva, la dificultad de dar cuenta de la aparición de «por», el hecho de que no se aplique a todos los verbos transitivos, que activa y pasiva no tengan siempre el mismo significado, y la semejanza de comportamiento de los verbos transitivos con la pasiva y los adverbios de modo, han llevado a Chomsky a presentar una solución sintagmática en vez de la transformacional que había sido habitualmente aceptada. Nuestro objetivo no es escoger aquí una u otra solución. Señalemos simplemente que los argumentos negativos de Chomsky (los que subrayan las dificultades de la solución transformacional) son sólidos, pero que parecen existir verbos transitivos que admiten ser modificados por un adverbio de modo (efr. los ejemplos de abajo) sin admitir -no obstantela pasiva (efr. los ejemplos b) : ab-

Ja:;,y courait (rapidement) le cent metres. * Le cent metres était couru (rapidement) par Ja:;,y.

ab-

Pablo ha roto su pipa de un modo terrible. *Su pipa ha sido rota por Pablo ...

De hecho, esta segunda formulación de la pasiva raramente ha sido considerada como satisfactoria por los lingüistas. No vamos ahora a resolver las dificultades: haría falta, para poder hacerlo, estudiar mucho más en detalle los problemas que plantea. Pero notemos por otro lado que algunos puntos problemáticos en el marco de la teoría estándar (las pasivas que no tienen el mismo significado que las correspondientes activas, efr. arriba) no suscitarán ninguna dificultad en el de la 171

teoría estándar extendida (cfr. 5.2), y en consecuencia serán garantía de solidez para la segunda hipótesis de Chomsky. Sea como sea, hay que subrayar (e insistir sobre ello) que la gramática generativa permite al menos dos tratamientos -sintagmático y transformacional- para abordar los fenómenos lingüísticos. En realidad, existe una tercera solución que nunca había sido aprovechada antes de Chomsky (1967), y que llamamos en adelante la «hipótesis lexicalista».

5.1.2. Situación de la hipótesis lexicalista Hemos visto que, cuando existe una similitud de significado entre dos estructuras, es preferible suponerles la misma en profundidad y -consecuentemente- derivar una de otra .por una transformación. Así las dos cadenas:

1-

El director ha rechazado.

2 - El rechazo del director. son consideradas habitualmente como que tienen l' y 2' por estructura profunda ( conduciría a idéntica conclusión: se trata de la operación que permite pasar de oraciones como 5 y 6 a 5' y 6' por un proceso análogo al presentado aquí: 206

5 - Mi artículo trata de la apuesta de Pascal. 6 - Juan es mi primo. 5' - Mi artículo está sobre el estante. 6' - Juan tiene por lo menos un metro sesenta de alto. Todas estas observaciones han permitido suponer que por una parte la representación semántica completa es necesaria antes de la inserción léxica, y por otra parte que esta inserción léxica quizá no siempre se ordena antes de las transformaciones. U n ejemplo más probatorio para esta última afirmación viene dado por Mac Cawley en la conclusión del artículo ya mencionado. Si la inserción léxica tiene lugar antes de las transformaciones como sostiene la teoría estándar, podemos hallarnos ante estructuras profundas como 7:

7-

Pasiva-Pedro-golpea-a-Pablo-y-este-último-llora

que se convierte, tras la aplicación de la transformación pasiva hecha necesaria por la presencia del morfema «Pasiva», en: 8-

Pablo-es-golpeado-por-Pedro-y-este-último-llora.

Es evidente que los ejemplos 7 y 8 no tienen el mismo sentido, pues en un caso este último se refiere a Pablo, y en el otro a Pedro. Si se quiere que la transformación no cambie el sentido de la secuencia sobre la que se aplica hay que considerar que la pieza en cuestión, el sujeto de la segunda oración, no puede introducirse, en un caso como el presente, sino después de haberse aplicado la transformación 11. Sucedería entonces que el aducto del componente transformacional esté constituido o bien por representaciones semánticas o bien por secuencias formadas por representaciones semántica y/o por piezas léxicas. La inserción léxica desde este punto de vista, no está ya ordenada antes de las transformaciones. 11 Deberla realizarse entonces en él o el primero, etc., en caso de aplicación de la pasiva (yen este último en caso de no aplicación). El fenómeno es igual con este y aquel.

207

5.6.3. La semántica generativa

Apoyándose sobre todas estas observaciones y sobre otras con ellas relacionadas, Mac Cawley advierte que la noción de estructura profunda, tal como la concibe Chomsky no es satisfactoria, pues: Las restricciones de selección necesarias en la base son de hecho expresables en términos semánticos. Las restricciones semánticas bastan para dar cuenta de los fenómenos seleccionales. Las piezas léxicas no siempre se pueden insertar en la base. El aducto de las transformaciones debe estar a veces constituido por una secuencia de representaciones semánticas y/o de piezas. Las reglas de inserción léxica de la teoría estándar no pueden dar cuenta de ciertos aspectos de la estructura del léxico de las lenguas. Paralelamente, se puede constatar la «molesta similaridad entre la manera como la semántica ha sido tratada en las gramáticas transformacionales, y la manera como la sintaxis ha sido tratada por la gramática fonológica de Trager y Smith» 12. Para la gramática fonológica son las secuencias de fonemas las que se generan primero, y luego la sintaxis las interpreta. Para la gramática generativa transformacional, son las secuencias de morfemas las que resultan generadas por la sintaxis, luego interpretadas por la semántica. Mac Cawley propone, personalmente, generar directamente las estructuras semánticas, y sostiene su hipótesis al encontrar una estrecha correspondencia entre lo que Chomsky llamaba las estructuras profundas y las representaciones semánticas. Como por otra parte las representaciones semánticas deben, según él, venir dadas en el aducto 12

208

Mac Cawley (1968). Citado en francés por Ronat (1972).

de ciertas transformaciones, y las piezas léxicas no pueden ser introducidas desde.la base, propone, después de haber mostrado que las representaciones semánticas no son secuencias lineales sino que deben estructurarse bajo forma de árbúles 13, considerar la gramática siempre como mecanismo finito capaz de generar una infinidad de oraciones gramaticales, pero que funciona como muestra el esquema siguiente:

Reglas de formación de las representaciones semánticas

1 Transformaciones y reglas de inserción léxica

t

Estructura de superficie

=--

Interpretación fonológica

Este esquema podrá fácilmente ser comparado con el que muestra el mecanismo de la teoría estándar extendida, y se verá así con claridad lo que parece oponer radicalmente ambas teorías. 5.7. INADECUACIONES DE LA HIPÓTESIS DE LA SEMÁNTICA GENERATIVA 5.7.1. Las críticas de Chomsky

Es esencialmente en un artículo de 1970 (
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