NEOPSICOANALISIS

March 28, 2018 | Author: Marcos Gutierrez Aquino | Category: Psychoanalysis, Sigmund Freud, Unconscious Mind, Carl Jung, Psyche (Psychology)
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NEOPSICOANALISIS Desde sus inicios el Psicoanálisis ha sido ampliamente estudiado. Inicialmente fue creado por Freud y a lo largo de la historia ha sido uno de los modelos más influyentes para explicar las conductas humanas a través de los procesos inconscientes. Freud tenía varios discípulos, algunos de ellos (Adler, Jung) tuvieron diferencias con él y decidieron crear su propio modelo de Psicoanálisis. Las aportaciones de éstos y otros de los seguidores de Freud como Horney, Sullivan y Erikson formaron las bases de lo que hoy se conoce como Neopsicoanálisis. Los fundadores del Neopsicoanálisis en general renuncian a la teoría sexual de la neurosis propuesta por Freud y se concentran en otros aspectos de la persona. En el presente trabajo hacemos una revisión sobre el Neopsicoanálisis y sus fundadores, asimismo presentamos las aportaciones de los Neopsicoanalistas al campo de la Psicología Clínica. El propósito de este trabajo es exponer a la comunidad científica los rasgos principales de las perspectivas Neopsicoanalistas ya que la información sobre el Neopsicoanálisis es escasa excluyéndose en ocasiones de la literatura y el campo científico, a pesar de que la estructura de la psicología actual tenga fundamentos psicoanalíticos y aspectos de la personalidad que fueron en un principio diseñados por Neopsicoanalistas. ¿Cuáles son las aportaciones del Neopsicoanálisis a la Psicología Clínica?, en este trabajo se señala que existen varios aspectos en la obra de los Neopsicoanalistas que pueden ser considerados como aportaciones relevantes para la Psicología Clínica, es por ello que este trabajo hace énfasis en tales aspectos y pretendemos hacerlos visibles para su análisis. Las contradicciones de Freud con algunos de sus discípulos fueron el primer paso histórico para el surgimiento del Neopsicoanálisis. Entre los primeros analistas que rompieron con Freud y desarrollaron sus propias escuelas de pensamiento están Alfred Adler y Carl G. Jung. Ambos fueron primero seguidores importantes de Freud, Adler fue presidente de la Sociedad Psicoanalítica de Viena y Jung presidente de la Sociedad Internacional Psicoanalítica. Ambos se separaron de Freud porque sentían que había un énfasis excesivo en las pulsiones sexuales. Durante 10 años Adler fue miembro activo de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sin embargo, en 1911, cuando presentó sus ideas a los demás miembros de este grupo, la respuesta fue tan hostil que tuvo que dejarlo para formar su propia escuela de Psicología Individual. Adler dio mayor énfasis a los impulsos sociales y los pensamientos conscientes más que a los impulsos sexuales instintivos y los procesos inconscientes. Se interesó posteriormente en los sentimientos de inferioridad psicológicos y en los esfuerzos compensatorios para enmascarar o reducir esos sentimientos dolorosos. Adler consideraba que las defensas eran manifestaciones de esfuerzos compensatorios contra los sentimientos de inferioridad asociados con una debilidad infantil, la manera en que la persona intenta enfrentar esos sentimientos llega a ser parte de su estilo de vida. Adler habló de la voluntad del poder como una expresión de los esfuerzos de la persona para enfrentar los sentimientos de debilidad provenientes de la infancia. La teoría de Adler hace énfasis en la manera en la cual la gente responde a los sentimientos acerca de si mismos, cómo responde a las metas que orientan su conducta hacia el futuro y el modo en que el orden de nacimiento entre hermanos puede influir en el desarrollo psicológico. Jung se separó de Freud en 1914, pocos años después que Adler y desarrolló su propia escuela de pensamiento llamada Psicología analítica. Al igual que Adler, Jung estaba en desacuerdo con lo que él sentía que era un énfasis excesivo en la sexualidad. De hecho, Jung veía a la libido como una energía vital generalizada. Aunque la sexualidad forma parte de esta energía básica, la libido también incluye otros impulsos de placer y creatividad. Jung aceptó el énfasis que hizo Freud en el inconsciente pero le agregó el concepto de inconsciente colectivo. De acuerdo con Jung, la gente tiene almacenadas en el interior de su inconsciente colectivo, las experiencias acumulativas de las generaciones anteriores. El inconsciente colectivo, al contrario del inconsciente personal, es compartido por todos los seres humanos como resultado de la raza en común. Jung señala que una parte importante del inconsciente colectivo son las imágenes universales o símbolos, conocidos como arquetipos. Jung hacía énfasis en la manera en la cual la gente lucha contra las fuerzas opuestas de su interior. También afirmaba que existía una lucha entre la parte masculina (animus) y una parte femenina (anima) de los seres humanos. Karen Horney se educó como una analista tradicional en Alemania y llegó a los Estados Unidos en 1932. Poco después se separó del pensamiento psicoanalítico tradicional y desarrolló su propia orientación teórica y programa de formación psicoanalítica. Las afirmaciones de Freud con respecto a la mujer hicieron pensar a Horney en la importancia de la influencia cultural en las neurosis. El énfasis de Horney en el funcionamiento neurótico está en la manera en que los individuos intentan enfrentar la ansiedad básica, el sentimiento que tiene un niño de estar aislado y débil en un mundo potencialmente hostil. De acuerdo con su teoría de la neurosis, en la persona neurótica existe un conflicto entre las tres maneras de responder ante esta ansiedad básica. Estos tres tipos, o tendencias neuróticas, se conocen como acercamiento, enfrentamiento, alejamiento. En el acercamiento, la persona intenta afrontar la ansiedad mediante un excesivo interés en que se le acepte, se le necesite y se le apruebe. En el enfrentamiento, la persona supone que toda la gente es hostil y que la vida es una lucha contra todos. En el alejamiento, el tercer componente del conflicto, la persona se aparta de las demás personas en un acto neurótico de separación. Aunque cada persona neurótica muestra una u otra tendencia como un aspecto especial de su personalidad, el problema en realidad es que existe un conflicto entre las tres tendencias en su esfuerzo por manejar la ansiedad básica. Harry Sullivan nunca tuvo contacto directo con Freud y fue el que más acentuó el papel de las fuerzas sociales e interpersonales en el desarrollo humano. De hecho, a su teoría se le conoce como Teoría de Psiquiatría interpersonal. Sullivan dio gran importancia a las primeras relaciones entre el niño y la madre, así como al desarrollo de la ansiedad y el sentido del sí mismo. La madre puede comunicar la ansiedad en las primeras interacciones con el niño. Para Sullivan el “sí mismo” tiene un origen social y se desarrolla a partir de los sentimientos que se experimentan en contacto con los demás y de apreciaciones reflejadas o percepciones que el niño hace de la manera en que es valorado o apreciado por los demás. El sí mismo está en relación a la experiencia de ansiedad como opuesta a la seguridad, por lo tanto existe el buen yo que está asociado con las experiencias placenteras, el mal yo, que está asociado con el dolor y las amenazas a la seguridad, y el no yo, o la parte del sí mismo que se rechaza debido a que está asociada con la ansiedad intolerable. Erik Erikson uno de los principales psicoanalistas del yo, describe el desarrollo en términos psicosociales más que meramente sexuales, Erikson enfatizó las bases psicosociales así como las instintivas para el desarrollo de la personalidad; extendió las etapas del desarrollo para incluir el ciclo entero de la vida y articuló los principales problemas psicológicos que se enfrentan en esas etapas posteriores; reconoció que la gente mira hacia el futuro así como hacia el pasado y la manera en la cual construyen su futuro puede ser una parte tan significativa de la personalidad como el modo en el que interpretan su pasado. Erikson desarrollo una teoría psicosocial que hace hincapié en la adaptación mutua entre el individuo y el ambiente, subrayando el papel que Freud, asigno al yo, pero le proporciona otras cualidades como la necesidad de confianza, esperanza, destreza, intimidad, amor e integridad. Consideraba al yo como una fuerza creativa que permite manejar los problemas de manera eficaz. Erikson considera que el desarrollo es un proceso que dura toda la vida, su punto de vista refleja su interés por las necesidades interpersonales y culturales del individuo en desarrollo. Describe un ciclo vital de etapas cada una de las cuales presenta al individuo las tareas que debe de llevar a cabo. El fracaso para resolver los conflictos de una etapa en particular hace que sea más difícil el afrontamiento en las etapas posteriores. Las etapas de Erikson van desde la adquisición de una sensación de confianza hacia los demás hasta la satisfacción consigo mismo y los logros propios, además de una sensación de orden y significado de la vida que se desarrolla en los últimos años. Era más optimista que Freud en su creencia de que el ego podría dominar tanto los impulsos instintivos y los desafíos ambientales, lo que daría como resultado una vida de relativa satisfacción. Erikson se interesaba particularmente en la capacidad de una persona para lograr tano el dominio como la creatividad. Entre las reelaboraciones del psicoanálisis más seguidas en la actualidad se encuentra la de Jacques Lacan quien fundamenta su teoría en la lingüística estructuralista al afirmar que el inconsciente está construido como un lenguaje. Con Lacan se tiende un nuevo puente entre psicoanálisis y lingüística que revoluciona la teoría y práctica psicológica, en especial la psicoterapia; razón por la que algunos teóricos lo consideran como el psicoanalista más importante después de Freud.

Mención especial también requiere Wilhelm Reich, entre sus aportes a una nueva visión psicoanalítica de la psiquis se encuentran: su interpretación de la neurosis como derivada de una reactivación de la libido en su teoría de la energía vital del orgón o de los biones y la utilización de experimentos psicofísicos y la creación de equipos para demostrar sus teorías y transformar los estados mentales de los sujetos en sustitución de las tradicionales terapias verbales psicoanalíticas, así como por ejemplo, su denominada “vegetoterapía”. Es necesario mencionar también por su importancia para una interpretación psicoanalítica del desarrollo psíquico infantil, la obra de Ana Freud quien puede ser considerada como la fundadora del psicoanálisis infantil y de Melanie Klein quien subrayó la importancia del juego para el conocimiento del inconsciente infantil y el papel determinante de la madre en el psiquismo de los menores. Con posterioridad se desarrolla un fuerte movimiento Neopsicoanalítico que llega hasta nuestros días en múltiples escuelas y teorías que realizan sus propias elaboraciones a partir de nociones freudianas acerca de la psiquis tales como el inconsciente, los instintos, la sexualidad, la experiencia individual y las vivencias traumáticas (en particular en los primeros años de la infancia), la dinámica de la personalidad, lo normal y lo patológico, el método psicoanalítico, etc. Respecto a las aportaciones de Freud a la psicología Antonio Damasio afirma: “A medida que pasen los años y acumulemos más datos sobre el funcionamiento del cerebro, la gente cada vez se dará más cuenta de que la neurología confirma muchas de las ideas de Freud”. (citado en Paniagua, 2004). En 1958, Geoffrey Gorer escribió sobre la “influencia diluida” del psicoanálisis en nuestra cultura: “Gracias al trabajo de Freud los débiles y los desheredados son comúnmente tratados con solicitud y compasión, y con un intento de comprensión que constituye uno de los pocos cambios del que no tenemos que avergonzarnos en el clima de opinión del presente siglo” (citado en Waelder, 1960). Con lo de “influencia diluida”, este antropólogo británico se refería precisamente a las repercusiones de las ideas de Freud en campos diferentes a la aplicación clínica del psicoanálisis. Ha existido a lo largo de los años un debate acerca de las teorías Neopsicoanalíticas, y de acuerdo con Ramirez, J.(2006) la mayoría de textos que se producen por partes de algunos analistas, refleja una actitud muy cercana al desmerecimiento que muchos teóricos de las Terapias Cognitivo-Conductuales atribuyen a la clínica psicoanalítica por no arrojar datos empíricamente demostrables. Ramirez J. (2006) también señala que a lo largo del tiempo el psicoanálisis se ha tomado como un antagonista del procedimiento científico ya que su principal sustrato se encuentra del lado de lo inmaterial y alejado de la conciencia ligada a la razón. Es difícil resumir los avances que se han logado en la terapia psicoanalítica durante los últimos años debido a que son tantos y tan variados que muchas veces han llegado a constituir sistemas teóricos y terapéuticos por sí mismos. No se refiere a aquellos que desde el inicio no estuvieron de acuerdo con sus postulados básicos del psicoanálisis freudiano (Jung, Adler, Rank) Explícitamente, hoy se acepta que el término “psicoanálisis” se reserva para aquellos modelos que se fundamentan en los descubrimientos de Sigmund Freud. Con esta consideración en mente, puede intentarse una cierta clasificación (muy arbitraria) de los avances y ampliaciones que el psicoanálisis ha tenido, dependiendo de: a) La edad del paciente y el tipo de patología: en cuanto a la primera, en la actualidad el psicoanálisis se aplica a prácticamente todo el rango de edades: niños (A. Freud, Jelin) adolescentes (Bos), adultos y jóvenes (que siempre ha sido el grupo principal) e, incluso ancianos. En lo referente al tipo de patología, ya se ha indicado que, hoy por hoy, se hace psicoanálisis con la mayor parte de los psicopatolóvicos, aparta de las neurosis: psicóticos (Rosenfeld, Searles), trastornos fronterizos de la personalidad (Kernberg), trastornos narcisistas (Kohut, Kernberg), personalidades psicopáticas, disfunciones sexuales, trastornos psicosomáticos y, aún, algunas adicciones (como complemento de otros tratamientos), entre otros. b) La modalidad de tratamiento: además de la terapia individual, el psicoanálisis se aplica a parejas (Dicks, Willi, Laemaire), grupos (Bion, Foulkes, Anzieu, Kaës, Yalom), familias, sistemas educativos (Pichón Reviére, Bleger), instituciones (Schavartein), etc. c) El elemento de la teoría que se destaca: la psicología del yo (Hartmann, Lowenstein, Kris), la teoría de las relaciones objetales (Klei, Fairbasir, Balint, Kernberg), el narcisismo (Kohut, el proceso de separación-individuación (Mahler), el lenguaje y el significante (Lacan), entre otros. Haciendo una revisión sobre las aportaciones del Neopsicoanálisis al campo de la psicología clínica podemos partir de las investigaciones de Alfred Adler y William Glasser, Adler (1870-1937), psicoanalista austríaco neo-freudiano, conocido por su enfoque de la Psicología Individual y William Glasser (1925-), psiquiatra norteamericano, humanista creador de la Terapia de Realidad y la Terapia de la Elección. Estos dos teóricos hicieron propuestas sobre las explicaciones de la conducta criminal y los aspectos a tener cuenta por los psicólogos y otros investigadores con el fin de comprender esta amenaza mundial. Tanto Adler como Glasser realizaron observaciones desde las cárceles y hospitales mentales. Adler ha sido considerado como precursor del humanismo en la psicología Europea, mientras que Glasser se hizo famoso con sus controversiales planteamientos sobre la personalidad criminal. Adler es uno de los primeros teóricos en plantear la particularidad de decisión consciente del yo y en postular la responsabilidad consciente de las decisiones. La visión de Adler era de una personalidad compuesta pero funcionalmente unitaria. Otorgó gran importancia a los procesos sociales de la persona y en donde el ser humano nace con un gran sentimiento de inferioridad que le motiva consciente o inconscientemente a luchar por su superación. Feist y Feist (citado en Vásquez, 2008) muestran un estudio longitudinal realizado por Douglas Daugherty, Michael Murphy y Justin Paugh (2001) que comprueba la relación entre bajos niveles de interés social y la conducta delictiva. Aunque los investigadores diferencian entre dos tipos de delincuentes encontrados en las cárceles que estudiaron, los de bajo interés social y los de normal interés social, encontraron que los de bajo interés social, al ser puestos en libertad, tendían a reincidir con mayor frecuencia en tanto que los que mostraron buen nivel de interés social mostraron mejores tendencias adaptativas, reintegrándose a la sociedad (trabajo, familia, comunidad) y evitando caer de nuevo en las cárceles. Un interesante y minucioso estudio sobre la criminalidad de los años setenta en Guadalajara, México (Jiménez, 2006), coincide con las características demográficas señaladas por Adler relacionadas al efecto del fallido sentido de comunidad. Se encontró que la mayor parte de las personas encarceladas residían en áreas de pocos recursos y servicios, muchos de ellos provenían de otros Estados y estaban viviendo temporalmente (avecinados, migrantes) en Guadalajara con dificultades de integración comunitaria, y la mayor parte tenían muy baja escolaridad (el 48 % no rebasaba la educación primaria, sólo el 16 % iniciaron, pero no terminaron, estudios de educación media básica, 20% no tenían nada de escolaridad, y solo 8% tenían licenciatura) De otra parte, el Dr. Bernardo Kliksberg (2001) en su artículo titulado El crecimiento de la criminalidad en América Latina: Un tema urgente, indica otra condición social, también señalada por Adler como un factor de predisposición a la criminalidad y al neuroticismo, referido a las condiciones de trabajo. En su libro, El sentido de la vida (1935), Adler identificó algunas características específicas de la personalidad criminal, sugiriendo una tipología de la conducta desviada. En síntesis, la causa de la criminalidad en Adler responde a tres postulados centrales de su teoría de la Psicología Individual: el sentimiento de inferioridad mal manejado, la necesidad de poder mal encausada, y al fallido o débil sentido de comunidad. El fracaso es una experiencia psicológica y social nefasta que produce estilos de vida nada saludables. Es inútil seguir trabajando con la persona aislada a su contexto sin ejecutar modelos de transformación social. Glasser por su parte considera que el ser humano es responsable de encontrar satisfacción apropiada de ambas necesidades y no puede considerarse victima de nada ni de nadie, sino asume esta responsabilidad, es responsable hasta de su deficiencia asunto que ha resultado muy

controversial ya que contradicen la política pública, judicial y forense de irresponsabilizar victimizando al enfermo mental. El ser humano aprende a ser libre en la medida en que aprende a ejercer sus elecciones y asumir la responsabilidad de buscar la persona clave en su vida con la que se puede canalizar y satisfacer sus necesidades emocionales. En general Adler y Glasser proponen las siguientes perspectivas: La importancia de los procesos de la consciencia, el enfoque de responsabilidad, la importancia del proceso de toma de decisiones, el enfoque del humanismo. Méndez, Ibáñez y Ramos (1999) ponen de manifiesto en un estudio con dos pacientes con depresión dos caminos que puede tomar el modelo psicoanalítico, ambos tratamientos se realizan en el marco de un Servicio de Salud Mental de la Comunidad de Madrid con un encuadre de una sesión semanal y una duración limitada a un año. En uno de los pacientes el objetivo terapéutico fue intentar entender al paciente trabajando la temática concreta que aparece en su discurso, esto es, buscando la disminución de su culpa persecutoria ofreciendo un modelo de mandato superyoico menos exigente o más acorde con el sentido de realidad. En el otro paciente el objetivo era abrir un marco en el que la queja sintomática pudiera ser expuesta sin cuestionamiento, intentando su articulación con el resto de los componentes de la personalidad en un doble ámbito: articulación consigo mismo. Este estudio pone de manifiesto que muchos pacientes no tienen la capacidad para representar causas y efectos, atribuir y experimentar intencionalidad a su conducta o sentimientos, por lo cual el trabajo terapéutico Psicoanalítico no se concentra en estos pacientes en revelar significados, sino de crearlos en el marco de la relación terapéutica, las intervenciones del terapeuta se enfocaron en ayudar al paciente a experimentar el significado mismo disipando las dudas sobre la validez de su experiencia. El trabajo psicoterapéutico actual tiene diferentes abordajes terapéuticos sin embargo también defiende la implantación de tratamientos combinados o multidimensionales necesarios cuanto más graves son los trastornos psicopatológicos a tratar. Las investigaciones de Margareth Mahler sobre las fases tempranas de la infancia han permitido comprender detalladamente los procesos de individuación y de la formación temprana de la identidad. Sus aportaciones al campo clínico, han brindado información más precisa sobre el desarrollo de las relaciones objetales. La relevancia de los estudios de Mahler (1975) se debe, en gran parte, a su estrategia metodológica, en la cual la observación directa de niños fue siempre conectada con la indagación casuística y la interpretación teórica. Ello le permitió evitar un modelo empirista limitado. El estudio de Valadez (2006) sobre la relación de la emoción con la cognición en la creatividad: estudio del caso Carl Gustav Jung revela algunas de las aportaciones de éste a la psicología actual. Jung se introdujo a su propio mundo inconsciente y es así como configura su teoría sobre el inconsciente colectivo, Jung estructuró su propia experiencia como un proyecto científico. Con esto se desprende que existe un proceso inseparable entre teoría, vivencia y método, un sello que ha sido característico de los Neopsicoanalistas. Esto se extiende aún más allá de la cognición y con esto se avala que las emociones son de igual forma importantes en cuanto que se convierten en una vía de conocimiento; y pueden mostrar el proceso de configuración de un nuevo campo simbólico. Para Lacan (1966) en “La Ciencia y la Verdad”, el sujeto del cogito inauguró la vía de la ciencia moderna por lo que ha sido necesario este paso para el surgimiento mismo del psicoanálisis; en tanto que el sujeto sobre el que este opera es el sujeto de la ciencia. Lacan propone que la misma ciencia da paso a la creación de la idea del inconsciente pues a partir del vacío que esta genere por medio del lenguaje, es que el inconsciente hablara desde ese sitio, entendiéndose que la ciencia al expulsar al sujeto lo relega a una función que solo por medio de considerarse efecto del lenguaje es que podrá dar cuenta de su existencia como efecto de ese vacío. Lacan (1964), afirma que la terapia psicoanalítica será entendida como una acción concertada por el hombre, que le da la posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico, consistiendo justamente en hacer hablar. Existe un punto dentro del mismo acto de hablar que puede evocar lo más profundo de cada sujeto, elucidándose una relación entre palabra y deseo, vía el afecto. En contraparte, están las acciones de algunos especialistas, que prestan poca atención al decir de cada “paciente”. En una investigación más reciente Ramírez (2007) hace un abordaje sobre el psicoanálisis y la educación especial con niños; dentro de su aportación menciona que para Pernicone (2001), es fundamental saber escuchar al niño con necesidades educativas especiales, pues tiene necesidad y derecho propio a expresar, como sujeto, su sufrimiento y ser atendido como algo más que un mero objeto-cuerpo. Por eso deberá existir un psicoanálisis especial para dichas necesidades especiales diagnosticadas, que adapte su clínica y planteamientos a las exigencias del lenguaje particular emitido por el sujeto que grita por ser atendido. Ranieri (2000) menciona que para hablar de la intervención de un psicoanalista dentro de la constitución del sujeto, basta el ejemplo otorgado por la clínica analítica con niños, que actúa desde la construcción de la escena del juego. Dicho acto, que no sólo acompaña y entretiene, constituye un modelo de expresión (en algunos casos el único), ya que incluye el planteamiento de la relación estrecha del mismo con la fantasía. Así, es posible hablar de un lenguaje que se expresa de forma tan cotidiana, que muchas veces es desatendido. Melanie Klein trabaja la concepción del juego en su artículo La personificación del juego en los niños (1929), donde explicita la forma en que el juego sirve como representación de las fantasías, deseos y experiencias inconscientes del niño que no puede transmitir con palabras. Esto significa que la angustia generada en el proceso de desarrollo se convierte en un posterior síntoma desencadenante de una perturbación en la vida del niño, por lo que el análisis presto a la escucha del lenguaje del juego permite una liberación de esta angustia, aún cuando existen problemas con el simbolismo. Para Klein el juego es una nueva expresión de un simbolismo arcaico, hecho que podría incluso explicar los problemas de expresión, lenguaje y socialización. Lo anterior conduce a concebir, junto con Aberasturi (2004), una técnica dentro de la clínica en la que el chico pueda aportar una parte de su expresión de forma libre en el juego y donde el terapeuta observe el tipo de juego y los roles donde se ubica el sujeto, para luego realizar interpretaciones orales o dentro del mismo juego. Esto, siempre y cuando existan juegos repetitivos y se tome en cuenta el lenguaje propio de cada sujeto, para que surja libremente como individuo autónomo. Todas estas técnicas se aplican en la actualidad en la terapia con niños y adolescentes en el campo de la psicología clínica. Otro de los autores más sobresalientes del Neopsicoanálisis reconocidos está Heinz Kohut. Las aportaciones de Kohut han constituido la llamada Escuela de la Psicología del self, que en la actualidad congrega a muchos seguidores de diversas disciplinas entre las cuales se cuentan a psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras, médicos y pedagogos, de diversas partes del mundo. En 1977 publica su libro El análisis del self, respecto a este concepto; Kohut lo define como “una abstracción psicoanalítica del nivel bajo (cercano a la experiencia), es decir, como el contenido del aparato psíquico”. Es decir, que es algo que los sujetos pueden describir de sí mismos como experiencia de un sentimiento y una representación cognitiva que engloba la sensación de ser una persona en el tiempo. La patología fundamental de la personalidad narcisista, nos dice Kohut, radica en el hecho de que ni el self ni los objetos narcisistas arcaicos, están suficientemente catectizados, por lo que están expuestos a la fragmentación temporaria. O bien, pueden estar suficientemente bien catectizados pero no integrados con el resto de su personalidad, privándose así el self maduro de las catexias narcisistas. De esta forma, la conciencia de vulnerabilidad del self es lo que genera la angustia de los narcisistas. La fuente principal de su malestar es la incapacidad psicológica para regular la autoestima y conservarla en niveles normales. Este malestar se manifiesta en la clínica terapéutica con la siguiente sintomatología transitoria: Sentimientos de vacío y depresión sutiles pero penetrantes, que se alivian tan pronto se establece la transferencia narcisista o se intensifican si la relación con el analista sufre alguna perturbación. El paciente, en ocasiones, tiene la impresión de que no es completamente real o tiene emociones embotadas. Realiza su trabajo sin entusiasmo, se deja llevar por la rutina y no tiene iniciativa. Estos problemas se presentan cuando se ha quebrado la transferencia narcisista. Se ha perdido el self-object proveedor externo de autoestima. En estos casos se refiere a transferencia narcisista, en la medida en que la sensación de

autoestima se establece y se sostiene mediante el vínculo con el terapeuta. Kohut, creía que los trastornos psicológicos se presentan cuando hay deficiencias importantes en la estructura del yo. Las experiencias tempranas indeseables pueden interferir en el desarrollo del yo. Aksenchuck (2006) pone de manifiesto que en un país como Francia en épocas actuales donde se hacen campañas contra la depresión el gobierno considera que el mejor método para contrarrestar este padecimiento es el farmacológico y que el psicoanálisis es la opción menos viable, puesto que en un mundo de vértigo y extrema competitividad; para todo aquello que disfunciona es necesario encontrar recetas hiperrápidas. Aksenchuck (2006) frente a las terapias conductuales para las que poco o nada importa la singularidad del padecimiento del sujeto, ya que la receta a aplicar es siempre la misma: sugestión; propone el psicoanálisis como una terapia que: No se conforma con mejorías sintomáticas no duraderas, No implica el retorno a un estado anterior , Ni consiste en forzar al sujeto a coincidir con ideales universales de salud, maduración o adaptación a ‘la’ realidad. Blatt (2009) señala que existen diferentes tipos de pacientes y que los pacientes altamente autocríticos, perfeccionistas e introyectivos demuestran una ganancia significativamente mayor en la psicoterapia intensiva de largo plazo y en el psicoanálisis. Los individuos excesivamente preocupados por cuestiones de autodefinición y autovaloración, tienen usualmente los recursos intelectuales y las capacidades de autoreflexión necesarias para involucrarse constructivamente en un tratamiento psicoanalítico intensivo a largo plazo. Blatt (1992) sugiere que un tratamiento substancialmente más largo e intensivo puede ser requerido para los pacientes introyectivos, altamente autocríticos para permitirles establecer una relación terapéutica y comenzar a cambiar las enraizadas representaciones mentales negativas de sí mismo y otros. Es también probable que los pacientes introyectivos que están preocupados por cuestiones de autonomía y control reaccionen negativamente a limitaciones arbitrarias en el proceso terapéutico y que respondan más constructivamente a un proceso de tratamiento en el que ellos participan decidiendo cuando terminar. Estos hallazgos son consistentes con los provenientes de una reciente encuesta realizada por Consumer Reports (Seligman 1995) la cual encontró que los pacientes reportaban mayor ganancia terapéutica en un proceso de tratamiento con final abierto. Investigación realizada en 2004 por Alonso, menciona que La psicoterapia es la interacción entre la teoría, la técnica y la práctica, sin embargo esta debe ser flexible y no estandarizada para todas las personas , por esto se considera que no existe una terapéutica idéntica para cada una de las personas, mas bien Jung propone un abordaje en el que por medio de la experiencia, realizar un contacto en que se intente conocer en cada caso individual los sueños, las tendencias curativas para activarlas para que se manera consiente se utilicen y lleven al sujeto a la autocuración. En la terapéutica aportada por Jung. Las neurosis no tienen una connotación negativa, pues se perciben como una oportunidad de lograr la transformación creativa.Visualizo las siguientes estrategias terapéuticas (Alonso 2004): El proceso por lograr la individuación.- este se logra diferenciando al yo de la sombra, el anima, animus, y el si mismo evitando la identificación con los mismos y logrando con esto un “Completamiento” y una integridad. El trabajo con la persona y la sombra, el ánima y animus.- a partir del cual el sujeto logra manifestar tanto sus partes aceptadas como aquellas no aceptadas. Esta fase consiste en un momento de doloroso reconocimiento ante el que hay que ayudar al paciente a aprender a utilizarle para la auto-transformación. Disolución de complejos.- esta estrategia busca que la persona evite la identificación o proyección y consiga identificar y dar voz a aspectos reprimidos para lograr integrar los opuestos a partir de actividad afectiva que se logra cuando se vivencia el suceso que origino el complejo. La interpretación de símbolos por medio de los sueños.- esta interpretación permitirá conocer la causa y el propósito del sueño, además facilitara el conocer aspectos de la realidad del sujeto que se están compensando cuando sueña. Esto se logra mediante asociación libre del sueño cuidando no alejarse de los símbolos que se encuentran en su contenido. El uso de métodos auxiliares como la imaginación activa que consiste en llevar acabo un dialogo donde se combine lo racional con lo irracional. El análisis didáctico.- este de trascendental importancia desde la perspectiva de Jung, pues implica la necesidad de todo analista de ser analizado antes de analizar a otras personas. El análisis junguiano aunque no propone técnicas estereotipadas se considera como un proceso que debe ser aprendido y enseñado a los pacientes para que estos lo apliquen por si solos y eviten la dependencia del terapeuta. Lama (2001) señala que en el psicoanálisis el objeto de estudio es "el material verbal del paciente que expresa su versión subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no es la vida del paciente, sino su psiquismo". Y el estudio del psiquismo, consciente e inconsciente, es la tarea que mejor distingue el psicoanálisis del resto de terapias. Lama (2001) afirma que las investigaciones con técnicas de imagen cerebral han mostrado que el cerebelo juega un papel importante desde el nacimiento del niño y a lo largo de todo el primer año de vida. El cerebelo constituye el substrato del sistema mnémico más primitivo, el cual conserva y organiza las memorias más arcaicas, especialmente las relativas a la experiencia motora, pero también las originadas a partir de otras modalidades sensoriales. Con las primeras experiencias el cerebelo crea mapas o planos del propio self y del mundo circundante que permiten desarrollar un modelo de self-en-el-mundo. Es trascendente lo que sucede cuando en el curso del primer año el cerebelo conecta con el tálamo y el cortex parietal. Mientras estas estructuras van madurando, activan sus propios sistemas mnémicos y son capaces de crear sus propios mapas de la experiencia, los mapas cerebelosos previos no se destruyen. No sólo no se destruyen sino que la información procedente de los mapas cartografiados por el cerebelo perdura, se comparte e influencia la elaboración de los nuevos mapas/representaciones tálamocorticales. Es decir, las memorias más arcaicas van a ser transferidas a los centros superiores y casi nada de nuestra biografía se va a perder. Por tanto, el nuevo modelo de self-en-el-mundo, llamémoslo "corticolímbico", que albergará representaciones complejas del self, del mundo y de las relaciones entre ambos, no se va a crear desde la nada sino bajo la influencia de la experiencia previa cerebelosa. De hecho, el cerebelo sigue ejerciendo cierto control sobre las funciones cognitivas del adulto y, por eso, ya no se considera un mero órgano de control del movimiento. En este sentido, los sistemas mnémicos cerebelosos son los mapas del SNC necesarios para poder "mapear". Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, durante la etapa edípica ocurre un hecho de importancia capital: la mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente para que se produzca un notable intercambio de información. Aunque esta mielinización interhemisférica es todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el tercer año las relaciones interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el hemisferio del lenguaje-se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto, el comienzo de la etapa edípica, un periodo evolutivo crítico psicológica y neuroanatómicamente, coincidiría con un cambio radical en el procesamiento de la información. La maduración del SNC permitiría a los hemisferios cerebrales funcionar de una manera más coordinada y consolidaría el funcionamiento de los sistemas mnémicos relacionados con el logro de un self cohesivo. El éxito de la transición desde la etapa preedípica a la edípica dependería de la capacidad cerebral para coordinar diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración del funcionamiento según el proceso primario -hemisferio derecho- con el funcionamiento según el proceso secundario -hemisferio izquierdo. Otra consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha de nuevos y más maduros -neuróticosmecanismos de defensa. De hecho, la represión no sería sino el resultado de cierto bloqueo del intercambio interhemisférico, que sería susceptible de verificarse mediante técnicas de neuroimagen. El conflicto psíquico sólo sería posible cuando las diferentes unidades funcionales cerebrales estuvieran conectadas pues, de lo contrario, esquemas o patrones arcaicos podrían coexistir aunque fueran mutuamente incompatibles. La maduración fisiológica y psicológica puede llevar un ritmo diferente en un niño particular con respecto a la media, por ejemplo en la talla, sin que ello implique patología. No parece que la dinámica pulsional edípica pueda ser experimentada y elaborada de manera idéntica. Un cerebro "bihemisférico" pondría a disposición del aparato psíquico una serie de mecanismos sublimatorios muy necesarios

en el escenario edípico. En caso de demora en la mielinización, la colaboración interhemisférica precisaría que la información compartida siguiera transitando por estructuras arcaicas del SNC. De esta forma, el riesgo que cogniciones, afectos o conductas primitivas impregnaran los conflictos y relaciones objetales edípicas parecería evidente. Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos, son todavía especulativas, pero son una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia y el psicoanálisis durante el recién comenzado siglo XXI. En muchas de las grandes ciudades del mundo se han formado redes de investigación interdisciplinar que unen los campos de la neurología y el psicoanálisis, y que han dado origen a la Sociedad Internacional Neuropsicoanalítica (Fundada en Londres en el año 2000). Mark Solms, neuropsicólogo de la Universidad de la ciudad del Cabo (Sudáfrica) en un reciente artículo publicado en la revista Investigación y ciencia, que lleva por título Vuelve Freud señala que los neurólogos están encontrando pruebas que avalan algunas de las teorías de Freud y que, a la vez, están atando cabos acerca de los mecanismos subyacentes a los procesos mentales que describió, también afirma que los neurólogos están cayendo en la cuenta de que las descripciones biológicas del cerebro resultan más coherentes si se les integra en las teorías psicológicas que Freud enunció hace un siglo confirmando la existencia de los procesos mentales inconscientes, por último afirma que los neurólogos creen que los mecanismos instintivos que rigen la motivación humana son aún más primitivos que lo que Freud se imaginó cuando hablaba del ello, Con el transcurso de los años, el psicoanálisis se ha desarrollado hacia una enorme pluralidad de concepciones teóricas y técnicas diferentes; en 1979, Joseph E. ex Presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, concluyó que aunque existan diferentes conceptuaciones, los psicoanalistas se mantienen unidos alrededor de tres principios fundamentales: Existen procesos psíquicos inconscientes y barreras que se oponen a su concienciación. Existe una continuidad en la vida psíquica. Existe una energía psíquica que proviene de fuentes somáticas, pero que es diferente a ellas. Las aportaciones del Neopsicoanálisis, aunque por su variabilidad de enfoques, concepciones y su intensa evolución histórica durante más de medio siglo resulta difícil establecer generalizaciones acerca de los rasgos característicos, pero de manera resumida se pueden distinguir: Su contemplación de los procesos sociales y culturales, incluyendo a la educación como elementos formadores de la personalidad y/o desencadenantes de los conflictos intrapersonales y/o interpersonales. Profundización en los problemas de la existencia humana (cómo debe vivir el hombre y qué debe hacer), transitándose de esta manera, de lo estrictamente psicológico en su manifestación clínica a lo filosófico en sus aspectos axiológicos, éticos, etc. Actitud crítica ante la sociedad moderna que deshumaniza al hombre y enajena su personalidad, produciendo a un sujeto reprimido, patológico, lleno de conflictos y traumas. Es por tanto, función del neopsicoanálisis reformarlo para en muchos casos considerar a su vez esta vía como la idónea para modificar a esta sociedad misma, enfermiza y pervertida. Búsqueda de determinados valores vitales que deben ser objeto de atención psicológica como vía de armonización de los intereses personales con los de la sociedad. Búsqueda de la individualidad y de la acción volitiva del hombre en la superación de sus conflictos y traumas, y para el desarrollo de su personalidad; de ahí que en su cuerpo categorial predominen términos tales como el autodesarrollo, autodeterminación, autorrealización, autorreflexión, personalidad madura, personalidad desarrollada, etc. Para Gottingen (citado en Laverde, 2008) la Terapia Psicoanalítica es: “Una terapia que incluye una cuidadosa atención a la interacción terapeuta-paciente, opera con un uso continuo de intervenciones de interpretación y soporte, a la medida de las necesidades del paciente”. Y de acuerdo con Marzi (Citado en Laverde, 2008) el método clínico psicoanalítico es una condición que se activa a través del vínculo que sostiene la pareja analista-analizado, basada en los conceptos primarios del psicoanálisis: inconsciente dinámico, fantasía, transferencia, contratransferencia, que le otorgan una dimensión tridimensional a la realidad psíquica. Las terapias Neopsicoanaliticas se enfocan en la reconstrucción y la interpretación, el psicoanalista no maneja las reconstrucciones e interpretaciones buscando el hallazgo científico, sino que intenta originar una serie de efectos clínicos deseables, a partir de los cambios metapsicológicos que pone en marcha en los conflictos inconscientes del analizado. La teoría y la práctica psicoanalíticas mantienen que el trabajo psicoanalítico, y en particular la interpretación, ocasiona que los contenidos inconscientes, que mantienen activos los conflictos, puedan pasar a la esfera de lo consciente, al proceso secundario o al dominio del yo, a través de la eliminación de las defensas/resistencias y de los oportunos insights. Discusión Existe una infinidad de detractores de Freud que aseguran que sus teorías no son más que el producto final del autoanálisis de su personalidad, Eynseck (2004) por ejemplo recopiló y criticó todos los estudios sobre la efectividad del psicoanálisis, llegando a la conclusión de que el tratamiento psicoanalítico no supone ninguna mejora sobre la tasa de remisión espontánea de las neurosis. Sin embargo, frente a estas críticas tan demoledoras, científicos de la talla de Antonio Damasio o Eric Kandel, dos de los grandes de la neurociencia actual, consideran que la biología podría realizar grandes contribuciones a la comprensión de los diversos procesos mentales inconscientes y a la explicación de los beneficios terapéuticos del psicoanálisis; y que, a su vez, el psicoanálisis podría ayudar al avance de la investigación neurocientífica; y también, que las principales ideas de Freud sobre el mundo emocional son consonantes con las perspectivas más avanzadas de la neurociencia actual. El debate continúa abierto en torno a los Neopsicoanalistas, quienes continúan haciendo investigaciones incorporando nuevos enfoques dentro del mismo campo. Conclusiones Freud y sus seguidores fueron sin duda personajes influyentes del siglo XX, sus teorías marcaron las fronteras de un antes y un después en la comprensión de la naturaleza humana, la cultura, el arte, la religión. Las aportaciones del Neopsicoanálisis han abierto nuevos caminos en diferentes esferas del comportamiento humano y han supuesto un fuerte estímulo para la investigación. El Psicoanálisis es la más popular de las doctrinas psicológicas, forma parte de nuestra cultura, ha dejado su huella en ámbitos tan diversos como la neurología, la psiquiatría, la psicología, la pedagogía, la sociología , la filosofía, la hermenéutica, la antropología, la historia, la religión, la literatura, el arte, el cine, etc. El Neopsicoanálisis también está vigente más por su polémica que por la cantidad de aportaciones. Parte de esto se debe a que la comunidad científica lo ha encasillado en las pseudociencias con lo cual ha perdido su identidad y esencia. A pesar de extensas afirmaciones de lo contrario, parece ser claro que el Neopsicoanálisis continua haciendo contribuciones vitales para la comprensión contemporánea de la naturaleza y la etiología de varios tipos de psicopatología y a su vez estas contribuciones favorecen una mejor comprensión de las dinámicas del proceso terapéutico. Tomando en cuenta la revisión que hicimos de las aportaciones del Psicoanálisis consideramos que hace falta evaluar las etapas del curso de la terapia en el enfoque Neopsicoanalítico y hacer más investigaciones en ésta área para que se reformulen las técnicas con lo cual se alcanzaría un nivel más aceptable en el campo clínico. Y con respecto al proceso terapéutico consideramos que la aplicación del saber psicoanalítico debe evolucionar a distintas formas de psicoterapia que pueden ser relativamente breves y focalizadas rompiendo el esquema del largo y arduo tratamiento de diván. Es necesario que los Neopsicoanalistas actuales se enfoquen en establecer un nuevo marco conceptual para la psicología actual que permita concluir la tarea iniciada por Freud en donde el campo clínico y el Psicoanálisis se reconcilien.

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