Nelson Mandela LIDER FINAL
October 15, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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NELSON MANDELA 1. DATOS BIIBLIOGRAFICOS
Nelson Rolihlahla Mandela fue un activista, abogado y político sudafricano de los siglos XX y XXI (nació el 18 de julio de 1918 y falleció el 5 de diciembre de 2013 a los 95 años de edad) conocido principalmente por:
Luchar pacíficamente contra la segregación racial en Sudáfrica. Instaurar un modelo político democrático en Sudáfrica. Ser el presidente de la República de Sudáfrica entre 1994 y 1999. Activista y político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Nelson Mandela Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe unasiete tribu,años, se lecon puso Rolihlahla, quea la significa revoltoso, perode a los el de fin nombre de que pudiera asistir EMI -SANTA CRUZ
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escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan. Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia. Cumplidos los dieciséis años, pasó a formar parte del consejo tribal; tres años después, en 1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para cursar estudios superiores. Pero cuando en 1941 supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio, Mandela resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en el superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter Sisulu, con quien trabó una amistad que sería determinante en todos los ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó a conseguir trabajo y a finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase, con la que contraería matrimonio en 1944. Un líder nato.-Tanto Walter Sisulu como la infinidad de personas que tuvieron contacto con Mandela a lo largo de su vida coinciden en señalar su extraordinaria personalidad. El poder de seducción, la confianza en sí mismo, la capacidad de trabajo, la valentía y la integridad figuran entre las virtudes por las que brillaba allá donde fuese. Sisulu captó de inmediato sus innatas dotes de líder y lo introdujo en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión que desde hacía décadas venían padeciendo los negros sudafricanos. Pronto sus cualidades lo situarían en puestos prominentes de la organización. En 1944, Mandela fue uno de los líderes fundadores de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del Congreso Nacional Africano; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista. En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. En realidad, el racismo institucional se remontaba en Sudáfrica al menos a 1911, fecha de una disposición discriminatoria que prohibía a los negros ocupar puestos de trabajo cualificados. Numerosas medidas promulgadas en las décadas siguientes (treinta y seis en total) habían llevado ya, por poner un solo ejemplo, a la exclusión de negros y mestizos del censo electoral.
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El triunfo del Partido Nacional de los Afrikaaners (blancos descendientes de los boers holandeses que colonizaron el país) vino a corroborar y a ampliar sin eufemismos lo ya existente: el gobierno de Daniel Malan (1948-1954) puso en pie un sistema completo de segregación y discriminación social, económica, cultural, política y territorial en perjuicio de la mayoría negra; era el llamado apartheid o "desarrollo separado de cada raza en la zona geográfica que le es asignada", según la definición oficial. Los gobiernos siguientes, presididos por Strijdom y Verwoerd, continuaron idéntica política. Un decreto de 1949 prohibió los matrimonios mixtos; otras leyes y reglamentos posteriores acabaron de configurar el sistema segregacionista: reconocimiento oficial de las razas, segregación a la hora de utilizar servicios (incluso el espacio de las playas) y separación en las fábricas y en los transportes públicos. Bajo la inspiración de Gandhi, el Congreso Nacional Africano propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud del Congreso (presidida por Mandela en 1951-1952) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas. En 1952 Mandela pasó a presidir la federación del Congreso Nacional Africano de la provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
Mandela y Winnie en el día de su boda (1958) (1958)
La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica. Paulatinamente había ido abandonando su postura EMI -SANTA CRUZ
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africanista y adoptado la ideología del humanismo internacionalista que sostendría durante toda su vida. En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social soc ial en el reparto de la riqueza. Por aquellos años otra mujer irrumpió con fuerza en su vida: la asistente social Nomzano Winnie Madikizela, más conocida como Winnie Mandela, con la que se casó en 1958. La exacerbación del apartheid.- El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes en los que se pretendía confinar a la mayoría negra, que representaba más del setenta por ciento de la población. Tal medida conllevaba condenar a los negros no sólo a la marginación, sino también a la miseria: aquellas tierras no podían ofrecer un medio de vida porque estarían demasiado pobladas como para que su agricultura los pudiese alimentar, o para que sus industrias diesen trabajo a todos. Por lo demás, el poder blanco nunca estaría interesado en crear ninguna industria importante en tales reservas por el peligro de que fuesen competitivas respecto a las de las áreas blancas de la República. El Congreso Nacional Africano respondió con manifestaciones y boicoteos que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961. Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio. Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del Congreso Nacional Africano de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; se encargó asimismo de dirigir el brazo armado del Congreso Nacional Africano (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas. EMI -SANTA CRUZ
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Mandela en la cárcel, poco antes de su liberación En 1962 viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción y haciendo propaganda la causa sudafricana; su regreso, Mandela fuemilitar detenido y condenado a cincodeaños de cárcel. Mientrasa aún estaba en prisión, fue uno de los ocho dirigentes de la Lanza de la Nación declarados culpables de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al gobierno en el juicio de Rivonia (1963-1964), a cuyo término dirigió a los jueces un célebre alegato final, lleno de firmeza y dramatismo, que no impidió que fuese condenado a cadena perpetua. Pese a hallarse en cautiverio, ese mismo año fue nombrado presidente del Congreso Nacional Africano. De la cárcel a la presidencia.- Prisionero durante 27 años (1963-1990) en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que puesto en libertad. Nelson Mandela se en convirtió en unlegendaria símbolo de la luchafuera contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los negros sudafricanos. En 1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento. Durante aquellos años su esposa Winnie simbolizó la continuidad de la lucha, alcanzando importantes posiciones en el Congreso Nacional Africano. El ferviente activismo de Winnie no estuvo exento de escándalos; años después, ya en los 90, se vería en un polémico juicio en el que fue acusada de asesinato, si bien salióenvuelta absuelta. EMI -SANTA CRUZ
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Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial. En febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Mandela y Frederik De Klerk en la entrega del Nobel Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999); desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú. Una película del cineasta estadounidense Clint Eastwood, Invictus (2009), reflejaría con bastante fidelidad el Mandela de aquellos años; su apoyo a una selección nacional formada por blancos durante la Copa Mundial de Rugby de 1995, celebrada en Sudáfrica, muestra su empeño en integrar la minoría blanca y la mayoría negra sirviéndose de aquel acontecimiento deportivo y su firme voluntad de construir una nación para todos los sudafricanos, sin distinción de raza. Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda, la sanidad o el empleo, e impulsó EMI -SANTA CRUZ
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asimismo la redacción de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996. Un año después cedió la dirección del Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça Machel, viuda del antiguo presidente de Mozambique, Samora Machel. Junto con el arzobispo Desmond Tutu, que presidía la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Nelson Mandela presentó en junio de 1998 el informe con las conclusiones de la Comisión. La talla del dirigente africano quedó patente una vez más cuando, frente al parecer del Congreso Nacional Africano, avaló las conclusiones del informe, que señalaban no solamente los abusos y crímenes del régimen segregacionista, sino también los cometidos por los diversos grupos de los movimientos de liberación, incluido el Congreso Nacional Africano. Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no pensaba presentarse a la reelección. Le sucedió en la presidencia Thabo Mbeki, vencedor en las elecciones de junio de 1999. Apartado de la vida política desde ese año, recibió múltiples reconocimientos, si bien sus problemas de salud hicieron cada vez más esporádicas sus apariciones públicas. Pese a su retirada, el fervor que Mandela despertaba en sus compatriotas siguió vivo: en 2010 estuvo presente en las ceremonias del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, y recibió el caluroso apoyo de la multitud; en julio de 2013, estando el líder gravemente enfermo, la población sudafricana se lanzó a las calles para celebrar su 95º aniversario. Elevado a la categoría de uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX, su figura ha entrado en la historia como encarnación de la lucha por la libertad y la justicia y como símbolo de toda una nación 2. CUALIDADES DE LIDER
Cuando el 11 de febrero de 1990 Nelson Mandela salió de la cárcel, después de 27 años encerrado, lo hizo con el puño en alto. Su imagen emocionó emoc ionó a todos. Era enorme la curiosidad que había por conocer la imagen y el estado en el que se encontraba el preso más famoso del mundo. Los fotógrafos, que llevaban meses esperando en la puerta de la cárcel, tenían dudas sobre si lo reconocerían si el Gobierno sudafricano lo soltaba sin previo aviso. Uno de ellos preguntó a uno de los guardias, que contestó: “Cuando lo vea sabrá quién es. No hay otro como él”.
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El guardia de la cárcel estaba en lo cierto. Alto, delgado y radiante con un traje gris a medida y corbata azul, salió del cautiverio con el aspecto de un rey. Así lo recuerda John Carlin en el libro que acaba publicar, La sonrisa de Mandela (editorial Debate), que no duda en decir de él que es el jefe de Estado más unánimemente admirado de la historia. El mundo entero hoy le llora, blancos y negros por igual. Nelson Mandela es la última leyenda del siglo XX, un líder cuyo comportamiento puede servir de ejemplo para directivos y profesionales del siglo XXI, sobre todo por su capacidad para afrontar la adversidad. Diez razones (habrá muchas más) de su indiscutible liderazgo. Empatía para conectar.Una anécdota que recuerda Carlin, corresponsal durante varios años de The Independent en Sudáfrica, es la habilidad de Mandela –le sucede lo mismo a Bill Clinton – para recordar el nombre de todas las personas que ha conocido. Sin duda, es un plus añadido a cualquier liderazgo, que hace sentir importante a la persona a la que tiene enfrente. Un líder no intimida, acoge. Y eso lo consiguió con creces: cuando en 1994 fue elegido presidente de Sudáfrica reunió a la clase política mundial en los Edificios de la Unión en la capital del país, en el mismo lugar que durante 84 años había sido la sede del gobierno blanco, que había privado a los negros de sus derechos. Inmensa paciencia.La precipitación y las miras cortoplacistas suelen ser malas consejeras, sobre todo en tiempos adversos. Mandela se rebeló contra la tiranía, soportando los años de encierro con paciencia. Y cuando salió a la calle alzó el puño, solo uno, en un gesto claramente desafiante. Tenía todavía mucho por lo que luchar. Su liberación era solo un paso y quedaba mucho camino por recorrer para acabar con la división racial. Eso sí, cinco años más tarde cuando ganó las elecciones y el éxito ya era tangible, levantó los dos puños. Se había convertido en el líder de todas las razas. Capacidad para perdonar.Cuando salió elegido presidente de la nación, fue sabio al saber perdonar a los blancos, que durante años fueron sus enemigos. Se rodeó, sin resentimiento alguno y con máximo respeto, de colaboradores que habían trabajado con el anterior gobierno. Ese respeto, que se manifestaba de forma natural sin
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necesidad de ningún servicio de coach alrededor, tuvo como resultado una fidelidad absoluta de todos aquellos que trabajaron a su lado. Mandato con caducidad.Nada más salir elegido presidente le puso fecha al momento de su salida. Un mandato de cinco años y nada más. Un líder tiene que saber cuando irse, seguramente para poder hacerlo por la puerta grande. Esta decisión supone un ejercicio absoluto de las fortalezas y de las debilidades de cada uno. Sabía que no era imprescindible y era conocedor de sus limitaciones. Cuando finalizara su primer mandato, en 1999, ya tendría 81 años y sus capacidades ya no serían óptimas para desempeñar el cargo. La historia le tenía reservado el indiscutible puesto de líder moral. Aprender de los errores.La vida de Mandela estuvo plagada de fracasos y de errores, sobre todo a nivel personal, pero hizo que no se volvieran en su contra. Supo afrontarlos con transparencia y con unos inquebrantables principios. Aprendió de los fallos –de hecho su primer discurso como hombre libre fue, como recuerda John Carlin, un auténtico fiasco –, y lo mismo que los acontecimientos posteriores a su salida de prisión. Aprendió e hizo aflorar su integridad, coraje, además del encanto, el poder de persuasión y su cautivadora sonrisa. Un líder ha de saber sonreír. Cautela y generosidad. Al igual que hizo con los afrikáner, los fieles del anterior gobierno, a los que respetó y mantuvo en sus puestos, ya que sostenía que lo único que la gente desea es paz y seguridad para sí misma y para los suyos, fue cauteloso con los cambios, sobre todo en lo concerniente a la modificación de símbolos, monumentos y nombres de calles del anterior régimen de apartheid. No quiso, a pesar de todo lo que había sufrido, humillar a sus compatriotas blancos, y mostró una gran comprensión por los valores afrikáners. Un gran visionario.Supo utilizar todos los resortes para conseguir su fin: unir a negros y blancos. Y hubo un momento mágico en su carrera: la final del campeonato del mundo de rugby, el deporte de los blancos, en el verano de 1995, celebrada en el Johanesburgo Ellis Park. El estadio, hasta ese momento, era un santuario para los blancos y durante ese partido se convirtió en un templo de la unidad del país. EMI -SANTA CRUZ
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La victoria del equipo nacional, los Springboks, se convirtió en el símbolo de la paz política en Sudáfrica. Este acontecimiento fue el origen de la película Invictus, dirigida por Clint Eastwood. Mandela fue un visionario, ya que fue consciente del potencial unificador y patriótico que genera el deporte. Decidió organizar el campeonato para que los seguidores afrikáners del rugby lo fueran también del nuevo gobierno. Y consiguió que los negros, que rechazaban el rugby por ser el deporte de los enemigos, apoyaran a los Springboks. No lo tuvo fácil. Recibió abucheos, sobre todo de los suyos, a los que recomendó amplitud de miras para construir una nación. Para ello, aseguró, que todos tenían que pagar un precio, y que los auténticos líderes deberían promover esa corriente. Se ganó a todos. Seductor nato.Todos los que le conocían caían rendidos ante sus encantos. Es algo habitual entre los grandes líderes. Hasta la reina de Inglaterra le permitía que le llamara Elizabeth. Es más, ningún encargado de protocolo se atrevió nunca a reprenderle la familiaridad con la que trataba a la más soberana de todos los monarcas. Que nadie piense que tal osadía era una falta de respeto hacia la reina Isabel. Mandela trataba a todo el mundo con respeto, al margen del estatus social que tuvieran, incluidos aquellos que tramaban atentar contra él. Tenía la habilidad de ponerse en la piel del otro. Habilidad para negociar.El deseo de alcanzar un acuerdo satisfactorio para todas las partes es algo que distingue a un líder. El éxito de cualquier operación hoy día, ya sea una transacción mercantil, un acuerdo político o cualquier cuestión doméstica, pasa por saber crear alianzas, pactar y crear compromisos. Lo importante es que todos cedan para que todos salgan ganando. Y se resistía a tener todo el protagonismo, que se le concedía a nivel mundial, como el artífice del éxito de la transición en Sudáfrica. Llegó a escribir: “Tengo tantos fallos como el que más. Se agradecen los cumplidos, siempre que no se presente al presidente como un superhombre...” Mandela valoraba el trabajo en equipo y sobre todo tenía
siempre muy presente a sus clientes, que no eran otros que los millones de seguidores que hoy le lloran. Ejemplo y constancia.Mandela, dicen los que le conocieron, no tenía dobleces. Se presentaba como un hombre íntegro, y a lo largo de su vida no se desvió del camino que se EMI -SANTA CRUZ
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marcó. Cuando decía que era generoso, se mostraba como tal. Cuenta John Carlin, uno de los periodistas que más lo frecuentó, que sacaba tiempo para asistir a la fiesta de cumpleaños de un viejo camarada en un momento en el que sus obligaciones en la presidencia acaparaban todos los minutos del día, o era capaz de viajar al otro lado del país para visitar a un antiguo carcelero cuyo hijo acababa de fallecer. Su integridad se mantuvo intacta en un claro ejercicio de constancia. Un empresario irlandés, Tony O’ Reilly, cuyo mayordomo asistió a la investidura de Mandela lo definió así: “Tenía la nobleza verdadera de la
naturalidad y no era consecuencia de un esfuerzo mental consciente. Mandela es un líder natural”. 3.
APORTE EN SU CAMPO
La gran hazaña de Nelson Mandela fue convencer a dos bandos enfrentados desde hacía siglos por la segregación racial de que cambiaran de opinión. Para darnos cuenta de la dificultad de esa tarea, baste con recordar que durante más de medio siglo estuvo en vigor el apartheid, un sistema de segregación racial que instauró un sistema jurídico y social de separación efectiva entre las razas blanca y negra, con ventaja para la primera, a la que se le otorgaba privilegios irritantes: derecho de voto, reservado únicamente para los blancos; sólo los blancos podían viajar libremente por el país; era legal que un blanco ganara más que un negro por el mismo trabajo; los negros debían vivir en zonas alejadas de los blancos; los negros debían estudiar en escuelas separadas de los blancos, y su educación debía ser limitada, etc. Mandela, a través de la persuasión y no de la fuerza, hizo que la población blanca sudafricana perdiera su temor a la negra, y que la negra abandonase sus deseos de justa venganza tras siglos de injusticia y humillación. Ahí está la gloria de su liderazgo. Como consecuencia, evitó un baño de sangre y construyó la democracia en su país, el objetivo al que dedicó su vida. En los tiempos que corren, dónde la clase política se está convirtiendo es un problema para la sociedad (crea problemas en lugar de solucionarlos), la lección que, por otra parte, deja Mandela a la humanidad es que uno puede ser un gran ser humano y, a la vez, un gran líder; que los grandes valores compartidos por todas las culturas en todos los tiempos –el respeto, la generosidad, el perdón – son compatibles con la eficacia política. Finalmente, Mandela demuestra que apelar a la división no tiene por qué ser el único método para llegar al poder. Más que “dividir para reinar”, él optó por “la EMI -SANTA CRUZ
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unión hace la fuerza”. Resaltar los factores que unen a la gente también funciona, y es lo que distingue a los dirigentes meramente buenos, malos o mediocres de los que pasan a la historia. 4. ESTILO DE LIDERAZGO
CARACTERÍSTICAS DEL LIDERAZGO DE NELSON MANDELA: LÍDER DEMOCRÁTICO El líder Democrático es aquel que prioriza la participación del equipo, permite que el grupo decida por la política a seguir y toma las diferentes decisiones a partir de lo que el equipo opine. Potencia la discusión del equipo y agradece las distintas opiniones que se vayan generando. Cuando se está en la necesidad de resolver un problema el líder ofrece diversas soluciones, entre las cuales el equipo decide cuál es la solución más apropiada y eficiente. Está atento a las necesidades de sus colaboradores. Ofrece orientación y soporte. Fomenta el trabajo en equipo reconociendo que varias personas piensan mejor que una. Potencia la discusión del grupo agradeciendo todas las sugerencias y opiniones. Delega tareas de forma efectiva no creyéndose superior a sus colaboradores CUÁNDO USAR EL TIPO DE LIDERAZGO DEMOCRÁTICO Colaboradores con buen conocimiento de su puesto de trabajo, proactivos y con un buen sentimiento de pertenencia. Situaciones estratégicas a largo plazo con mercados estables. CONSECUENCIAS NEGATIVAS DEL LIDERAZGO DEMOCRÁTICO Procesos lentos que requieren muchas reuniones para la toma de decisiones. No todos los colaboradores quieren participar y aportar. Demasiada confianza en los criterios del equipo sobre todo en decisiones estratégicas. Políticas de motivación muy personales que pueden no tener contentos a todos.
5. APLICACION A SU CARRERA
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Aprender de los errores, tener en cuenta que los errores son parte del camino, no dejar que de ellos dependa nuestro futuro hay que aprender a superarlos y no cometerlos de vuelta. Ser un Ejemplo y constancia en su trabajo, cualquier proyecto que tengamos en mente por mas difícil que sea terminarlo. Otra aplicación seria la capacidad de sobreponerse a los obstáculos que la vida o el trabajo le pone a uno, Porque al salir de la cárcel Mandela después de años de lucha, acabó con el Apartheid ,se volvió presidente.
6. CONCLUSIONES
Nelson Mandela fue un líder con carisma, supo dirigir a su país dando ejemplo en una situación difícil de sobrellevar, se trazó unos objetivos y unas metas claras a conseguir de manera estratégica. Mandela se convirtió en un líder adaptado a las circunstancias que se le presentaron en su rol de líder político, conocía el mundo en el que le había tocado tocad o vivir, sus problemas y sus su s potencialidades y a pesar de que la tarea que debía culminar era ardua y difícil, Mandela siempre supo hacia donde se dirigía y de qué manera lo hacía. Uso su poder con sabiduría y sin ningún tipo de arrogancia, sin desfallecer en su labor a pesar de las adversidades. Nelson Mandela nunca ha flaqueado en su consagración a la democracia, la igualdad y la instrucción. Pese a terribles provocaciones, nunca ha respondido con racismo a los actos de racismo. Su vida ha sido ejemplo, para Sudáfrica y para el mundo; Para todos los oprimidos y desposeídos, para todos los que se oponen a la opresión y la desposesión. Por una vida que simboliza el triunfo del espíritu humano por sobre la inhumanidad de unos hombres hacia otros, Nelson Mandela recibió el Premio Nobel de la Paz en nombre de todos los sudafricanos que tanto sufrieron y sacrificaron por lograr la paz en nuestra tierra. 7. BIBLIOGRAFÍAS
https://es.wikipedia.org/wiki/Nelson_Mandela https://es.wikipedia.org/wiki/Nelson_Mandela https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/nelson-mandela/ https://www.saberespractico.com/biografias-resumidas/nelson-mandela/ https://cincodias.elpais.com/cincodias/2014/07/18/sentidos/1405674070_390268. html html https://www.entrepreneur.com/article/289949 https://www.entrepreneur.com/article/289949 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mandela.htm https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mandela.htm
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