Negligencia Parental

November 23, 2017 | Author: Isabel Carolina Arias Venegas | Category: Child Abuse, Childhood, Family, Psychology & Cognitive Science, Adults
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NEGLIGENCIA PARENTAL: FACTOR DE RIESGO PARA EL DESARROLLO BIOPSICOSOCIAL DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES. La convención de los derechos del niño/as y adolescentes ratificada por nuestro país, implicó un cambio sustancial en la cosmovisión de infancia que teníamos como sociedad hace unas décadas atrás e impulsó la relevancia de abordar el rol protector que tiene la familia, sociedad y estado frente al desarrollo biopsicosocial de niños/as y adolescentes, comenzando un trabajo arduo y continuo en el tiempo, creando conciencia de la necesidad de transformar en la practica el concepto de buen trato infantil y priorizar el bien superior de los niños. Si bien, el maltrato infantil es un problema social de incalculables características y alcances, en nuestro país no hace más de una década se han acrecentado las denuncias y causas en tribunales por esta temática, considerando que este problema lo vivencian las familias desde tiempos remotos. En la actualidad se han levantado variadas definiciones sobre maltrato infantil, para clarificar la conceptualización del tema tratado podemos delimitarlo “como todas aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño/a, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual”. (NCCAN; 1988). Definición que concuerda con el manual de psiquiatría DSM IV. (en Pauluzzi; 1999). En definitiva, “todos los niños/as deben recibir los cuidados necesarios a fin de asegurarles la vida, el bienestar y un desarrollo armonioso al mismo tiempo que sus derechos sociales, económicos, cívicos y políticos son respetados, permitiéndoles el desarrollo de sus potencialidades para que todos tengan las mismas posibilidades de vivir, ser libres y felices. Según estos principios, toda acción u omisión cometidos por individuos, instituciones o por la sociedad en general, y toda situación provocada por estos que prive a los niños/as de cuidados, de sus derechos y libertades, impidiendo un pleno desarrollo, constituyen, por definición, un acto o una situación que entra en la categoría de lo que llamaremos malos tratos o negligencia” (Barudy; 1998). Siguiendo con Barudy, que nos plantea que la negligencia parental es una tipología del maltrato infantil, que es visible a los ojos de las sociedades, pero ejercida de manera pasiva por los padres, cuidadores o personas encargadas de velar por los niños/as, vulnerando sus derechos esenciales y/o manteniendo una insatisfacción prolongada en el tiempo de necesidades básicas que limitan a los niños de un desarrollo saludable y prospero. El impacto que tiene la negligencia parental, aún sea pasiva durante la infancia evidencia una vulneración de derechos, respecto a que los niños carecen de cuidados necesarios que impiden un desarrollo físico, intelectual y psicológico acorde a su etapa vital, considerando que es un momento de cuidados especiales porque dependen necesariamente de sus figuras parentales o cuidadores, debido a que están en constante riesgo, formación y aprendizajes significativos para su desarrollo futuro. La negligencia parental puede ser vista desde tres grandes ámbitos en dónde confluye el maltrato o descuido físico, el aspecto psicológico y por último lo relacionado con el sentido social que involucra las relaciones y comunicación. Cuando uno de estos

tres aspectos falla o no se involucra en el ejercicio del rol parental, se generan falencias en el sano desarrollo de un niño. Es necesario que se cumplan cada una en su totalidad, lo cual brinda la optimización del desarrollo biopsicosocial saludable de los niños/as en su desarrollo. La infancia es la etapa esencial en el proceso de vida de una persona, siendo relevante considerar que las pautas de comportamiento, los valores y la primera socialización se inician en la familia, por lo cual en este sistema social recae el peso de guiar de forma óptima el desarrollo de los niños. La interacción social y la comunicación que entrega este sistema, le da un sentido particular al desarrollo de la personalidad de los niños, ya que las relaciones sociales, la adquisición de experiencia y formación de identidad de las personas, posee una base sólida cuando ha recibido la estimulación adecuada en su infancia Un niño que carece de afecto, preocupación y comprensión por parte de sus figuras de apoyo, es susceptible de presentar carencias así como un sin número de secuelas que cobrarán vigencia en su vida escolar, en sus relaciones interpersonales, en su confianza y en la forma de enfrentar la vida. Esto además, se puede ver reflejado en sus etapas de vida posteriores, lo cual puede ocasionar consecuencias graves tanto en su futura vida social como personal. Más aún cuando éstos niños sufren de violencia ya sea física o psicológica, corren el riesgo de reproducir este tipo de patrones en las siguientes etapas de su vida. Cuando los padres carecen de competencias parentales, “tomando esto como capacidad para cuidar, proteger y educar a sus hijos bajo un desarrollo suficientemente sano” (Barudy; 1998), estas conductas u omisiones que se asumen con niños/as y adolescentes al interior de los núcleos familiares, sean estos con padres o cuidadores, trae desgraciadamente consecuencias y daños difíciles de reparar, considerando que es un tema complejo y controversial, por lo que generalmente la sociedad evita involucrarse y no problematiza mayormente, situación que actualmente está cambiando por nuevas políticas públicas y toma de conciencia respecto a la valorización del buen trato como forma de protección y modificación en los constructos sociales actuales, enmarcados dentro del cumplimiento de la convención de los derechos del niño. Sumado a lo anterior, aquellos padres que no están pendientes de las necesidades de sus hijos, resultan ser negligentes y más aún, de acuerdo a lo expuesto en los párrafos anteriores, están vulnerando los derechos de los niños y sobre todo están provocando secuelas, las que muchas veces resultan ser irreparables para su vida. Los padres en su rol, se encuentran obligados a velar por el cuidado de sus hijos y a la vez ellos necesitan sentir su afecto por medio de la constancia y los buenos tratos, generados por las relaciones cálidas y constructivas. Gracia (2002), plantea que el maltrato infantil es el extremo clínico de los estilos parentales de disciplina coercitivos, indiferentes o negligentes. En su estudio expone que los resultados del mismo sugieren una disfunción o inadecuación en la interacción que tienen los padres con sus hijos en familias con situación de riesgo, lo que traduce un fracaso en el empleo adecuado de las prácticas de socialización. Por lo que constata, que la conducta parental de los padres en un grupo de riesgo se caracteriza por escasas expresiones físicas y verbales del calor y afecto así como por niveles elevados de hostilidad, agresividad, indiferencia, negligencia y rechazo. Para comprender cuales son los factores de riesgo en un niño es necesario entender cuáles son los factores de riesgo en una familia, ya que son éstas las

encargadas de entregar los primeros aprendizajes que sustentarán su crecimiento. Cuando en una familia existen factores de riesgo, es probable que existan también en la vida de un niño, lo cual puede ser variable dependiendo del tipo de conflicto que se esté vivenciando. Entre los factores de riesgo en una familia se encuentran por ejemplo: inestabilidad emocional, desestructuración, conflictividad permanente en el hogar, falta de competencia y habilidades sociales de los padres en la crianza y educación de los niños, presencia de enfermedades mentales o crónicas, entre otras. Y de esta forma podemos hablar de factores de riesgo que afectan a los niños, entre los cuales se pueden encontrar: Alguna enfermedad sensorial o física; problemas de conducta; Niños no deseados por sus padres; Niños que han estado separados de sus padres sobre todo en los primeros años de vida, etc. Lo anterior es desarrollado con profundidad gracias al estudio de Moreno (2002), quien identifica 19 variables presentes en una familia, que pueden influir en la negligencia o abandono físico en los niños, entre las cuales destacan: 1. Situación económica de la familia 2. Relaciones con la familia extensa 3. Salud mental progenitor/cuidadores 4. Sucesos/situaciones estresantes para la familia 5. Características del barrio de residencia 6. Relaciones sociales menores 7. Relaciones de pareja 8. Realización de las tareas domésticas 9. Relaciones entre hermanos 10. Hábitos de crianza/atención y cuidados al menor 11. Relaciones sociales progenitores/cuidadores 12. Relaciones con los Servicios Sociales 13. Nivel educativo/cultural progenitores/cuidadores 14. Toxicomanía progenitores/cuidadores 15. Situación laboral progenitores/cuidadores 16. Condiciones de la vivienda donde habita la familia 17. Antecedentes parentales cuidadores/progenitores 18. Figuras parentales 19. Salud y bienestar físico progenitores/cuidadores Frente a ello, Moreno (2002), manifiesta que la prevención, así como la intervención en situaciones de abandono físico y negligencia infantil, debe ir dirigida a aspectos relacionados con la educación para la salud (hábitos de alimentación, higiene, etc.), el entrenamiento en habilidades parentales relacionadas con la atención y cuidados al menor, potenciar aquellas habilidades necesarias para la organización y economía doméstica, mejora de la estructura y dinámica familiar y por último, a educar y formar a los niños en aspectos relacionados con la creación de hábitos de aseo personal, de asistencia al sistema escolar, de realización de las tareas escolares, y en el establecimiento de horarios. Pero pone énfasis en que es igual o más importante llevar a cabo una intervención global destinada fundamentalmente a mejorar dos aspectos básicos: la detección precoz del maltrato infantil y la coordinación interinstitucional, puesto que si como profesionales que trabajamos en el área no somos capaces de detectar tempranamente estas prácticas de negligencia y maltrato por parte de los padres o cuidadores y ser capaces de coordinarnos entre todos los actores e

instituciones que forman parte de la vida del niño, generamos un maltrato aún mayor, ya que seremos incapaces de contribuir en el desarrollo integral del niño/a.. Más importante aún, es tener clara las consecuencias que pueden generar en una persona la negligencia y maltrato sufrido durante la niñez por parte de sus padres, puesto que las consecuencias no son sólo físicas sino también emocionales y sociales, lo que de cierta forma determinará como serán ellos en su futuro como jóvenes o adultos. El daño que puede provocar la negligencia parental es muchas veces silencioso y crónico, esto lo afirma también Ruiz Cerón, Isabel y Gallardo Cruz, José Antonio (2002), quienes realizan un estudio frente a las consecuencias psicológicas de la negligencia parental, esto desde un escenario escolar, y manifiestan que los niños víctimas de negligencia parental presentan dificultades en su rendimiento académico, retraso mental, desmotivación en el aprendizaje, retraimiento social, falta de interacción con sus compañeros, desconocimientos en cuánto a cómo comportarse socialmente para recibir aceptación de los demás, entre otros; situaciones que repercutirán indudablemente en su autoestima, seguridad en sí mismo, éxito escolar, laboral, amoroso y otros. Teniendo en cuenta todos los antecedentes expuestos con anterioridad podemos concluir que el maltrato infantil se puede manifestar de diferentes formas y entre sus categorías, tenemos la negligencia parental, situación considerada perjudicial para el adecuado desarrollo biopsicosocial de niños/as y adolescentes, debido a que son fundamentales las relaciones que se forjan al interior del núcleo familiar durante la infancia para la adaptación de aprendizajes y la socialización posterior. Lo anterior contribuye a permitir que se satisfaga las necesidades de los niños/as y que exista una relación de preocupación hacia ellos y a su vez que puedan tener una visión más segura de la vida y con mayor disposición a superar la adversidad, en otras palabras que se pueda desenvolver de mejor manera hacia el futuro. La negligencia parental no sólo se debe a un asunto de no percibir las diferentes necesidades del niño/a, sino que se relaciona en cómo se forman los lazos entre la familia y la manera en que se educa o se satisfacen las necesidades, para que el niño no sea aislado o vulnerado en sus derechos. Por lo mismo que el ambiente donde se desarrolla la vida familiar cotidiana repercute en su desarrollo integral y si existe violencia en el ambiente, es posible que el niño/a reproduzca el patrón en su vida cuando sea adulto. Finalmente agregar que siempre se tiene que velar por el bien superior de los niños/as, para que se pueda desarrollar adecuadamente siempre considerando todos los aspectos como lo son Biológicos, Psicológicos y Sociales, que permitan su normal crecimiento, teniendo presente sus derechos y en esta labor, los padres son el primer pilar y el más sólido en la familia para que pueda guiarlos y generen un entorno propicio, apoyándolos y teniendo siempre en cuenta sus necesidades, de esta manera obtener un desarrollo integro en una dinámica familiar y personal saludable.

BIBLIOGRAFIA Fuentes Bibliográficas -

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Barudy, Jorge; 1998; “El dolor invisible de la infancia”. Paidós. Pauluzzi, Liliana; 1999; "Violencia Familiar. Comprender y Prevenir”, IndesoMujer, Rosario. Marty, Carolina y Carvajal, César; 2005; Revista Chienal Neuro-Psiquiatría versión On-line ISSN 0717-9227; Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, Chile. Gracia, Enrique; (2002); “El maltrato infantil en el contexto de la conducta parental: Percepciones de padres e hijos”; Psicothema; Vol. 14, nº 2, pp. 274-27, España. Moreno Manso, Juan Manuel (2002); “Estudio sobre las variables que intervienen en el abandono físico o negligencia infantil”; Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia; Vol. 18, nº 1 (junio), 135-150; España. Ruiz Cerón, Isabel y Gallardo Cruz, José Antonio; (2002); “Impacto psicológico de la negligencia familiar (leve versus grave) en un grupo de niños y niñas ”; Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia; Vol. 18, nº 2 (diciembre), 261-272; España.

Fuentes Electrónicas -

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272005000300002&script=sci_arttext

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