Narrativas de Apego y Dinámicas Traumatogénicas
Short Description
Download Narrativas de Apego y Dinámicas Traumatogénicas...
Description
UNIVERSIDAD DE CHILE Escuela de Post Grado Departamento de Psicología Diplomado Intervenciones Terapéuticas y Preventivas en Agresión Sexual
“PRESENCIA DE DINÁMICAS TRAUMATOGÉNICAS EN NARRATIVAS DE APEGO EN ADOLESCENTES VÍCTIMAS DE AGRESIONES SEXUALES VINCULARES”
Felipe Matamala Muñoz Psicólogo
Diciembre de 2011
Presencia de Dinámicas Traumatogénicas en Narrativas de Apego en Adolescentes Víctimas de Agresiones Sexuales Vinculares Ps. Felipe Matamala Muñoz Universidad de Chile El presente trabajo vincula teóricamente las dinámicas traumatogénicas de las agresiones sexuales descritas por David Finkelhor y Angela Browne (1985) con la perspectiva constructivista de las narrativas de apego. En este sentido, tuvo como objetivo conocer la presencia de dinámicas traumatogénicas en las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctima de agresiones sexuales vinculares. Se desarrolló una investigación de carácter cualitativo, que consistió en la exploración de las narrativas por parte de dos adolescentes que han sido victimas de agresiones sexuales vinculares. Se concluye que las adolescentes construyen narrativas de sí mismo, de los otros y del mundo donde se presentan principalmente dinámicas de traición e indefensión. Palabras Clave: agresiones sexuales vinculares, dinámicas traumatogénicas y narrativas de apego.
Las agresiones sexuales infantiles son constitutivas de delito en Chile, y comprendidas como un problema psicosocial, de salud pública y jurídica (Pool, 2006). Comprender su conceptualización y entender el fenómeno de la victimización sexual infantil es un asunto primordial, ya que la problemática en cuestión, está determinada por el contexto social y jurídico presente. Es factible sostener que las agresiones sexuales son sucesos negativos, vividos de forma violenta, que generan terror e indefensión, ponen en peligro la integridad física o psicológica de una persona y dejan a la víctima en tal situación emocional que es incapaz de afrontarla con sus recursos psicológicos habituales (Echeburúa, Corral y Amor, 2002, en Echeburúa y Corral, 2005). Es decir, las consecuencias de las agresiones sexuales entrañan un sufrimiento intenso tanto para la víctima como para su entorno familiar (Pool, 2006).
Se establece que la magnitud del daño tras una experiencia de agresión sexual dependerá en gran medida, de la cronicidad de la experiencia, de la utilización de fuerza o de coerción por parte del agente agresor, de la edad del niño o niña, del tipo de relación con este agente agresor, de la respuesta del entorno tras la divulgación de los hechos, entre otras condiciones (Finkelhor, 1980; Malacrea, 2000; Cantón y Cortés, 1997, en Arredondo, 2010). No obstante, aunque haya una multiplicidad de factores que influyan en los efectos perjudiciales de un abuso, existe una cierta proporcionalidad entre la entidad de los mismos y la fuerza del vínculo dentro del que ocurre (Malacrea, 2000). En este sentido, no ha sido posible generar una relación directa entre magnitud y tipo de daño y alguna de estas características, siendo siempre necesario la incorporación de una posición que recoja la subjetividad contenida en la 2
experiencia, es decir, los significados desde donde se organiza la experiencia de violencia vivida por el niño y niña (Arredondo, 2010). De acuerdo a lo que propone esta autora, la subjetividad contenida en una experiencia de victimización sexual infantil es una condición sumamente relevante para la conceptualización del daño, más aún cuando esta agresión se sitúa en el marco de una relación afectiva para el niño o niña, como lo es la relación que existe con el agente de agresión en el contexto familiar o cotidiano. Es así que nos situaremos comprensivamente en una de las variantes de análisis de las agresiones sexuales, la relación entre la víctima y el agresor , donde comúnmente se utilizan las tres categorías propuestas por Barudy (1998, 2000, en Capella, 2011), las cuales son: la agresión sexual intrafamiliar, la agresión sexual extrafamiliar por conocidos y la agresión sexual extrafamiliar por desconocidos; cada una de las cuales presenta dinámicas abusivas características. Para efectos del presente trabajo, sólo se conceptualizará las agresiones sexuales intrafamiliares. En las agresiones sexuales intrafamiliares, la agresión es cometida por un miembro de la familia, ya sea el padre, el padrastro, el tío, el abuelo, el hermano, etc. En éstas, es central la consideración de que para cometer las agresiones, el agente agresor manipula el vínculo familiar a través de la utilización de poder, y el vínculo de confianza e incluso muchas veces de afecto y dependencia, que le da su rol (Barudy, 1998; 2000; Capella y Miranda, 2003; CAVAS, 2003; Escaff, 2001, en Capella, 2011). Ahora bien, particularmente en las agresiones sexuales intrafamiliares se
reconocen aquellas agresiones cometidas por una figura que ocupa el rol parental en el ámbito intrafamiliar, ya sea el padre u otras personas con estatus parental similar. En estos casos, la trasgresión sexual se da en el contexto de una de las relaciones que resulta más relevante para el desarrollo vincular de niños y niñas, y significa el abandono por parte de la figura paterna de su rol de cuidado y protección, junto con el rompimiento del tabú del incesto (Capella, 2011). Al precisar que se trata de este tipo de contexto, se pone énfasis en las relaciones que tienen el carácter de familiar para el niño o niña, es decir, relaciones que pertenecen a la esfera de su cotidianidad aunque no existan necesariamente lazos de consanguinidad o parentesco. Relaciones en las cuales existe una historia previa, una historia afectiva y de proximidad. Relaciones en la cuales existe el conocimiento mutuo, experiencias de vida compartidas, espacios y personas compartidas desde el afecto, y una historia común (Arredondo, 2010). De esta manera, Navarro (1998) en Capella (2011) plantea que este tipo de agresión, presenta características que hacen posible considerarla una relación abusiva con características distintivas de las otras agresiones. Se trata entonces, de una relación con otro desde el espacio de la seguridad, confianza y protección, donde la familiaridad es el carácter que da significado no sólo a la relación del niño o niña y el sujeto agresor, sino a la experiencia misma de abuso en la relación, instalándose esta vez desde otro eje, a saber, el abuso, la arbitrariedad, la amenaza, la persuasión, y el poder-abuso indiscriminado (Arredondo, 2010, en Arredondo y Toro, 2010). 3
Diversos autores (Moltedo y Miranda, 2004; Perrone y Nanini, 1997; Barudy y Dantagnan, 2005; Rozanski, 2003, en Matamala y Pairo, 2010) al momento de definir las agresiones sexuales infantiles, han relevado diferentes aspectos tales como: a) cualquier clase de contacto o actividad de connotación sexual (con contacto físico o sin él), b) entre un adulto y un menor de edad (consideración legal de minoría de edad), c) que se da en una relación de poder, autoridad o confianza, d) que constituye un abuso de poder por parte del adulto (carácter asimétrico). A la luz del presente desarrollo conceptual, es posible identificar dos dimensiones presentes en la experiencia de ser víctima de una agresión sexual en el contextos de los vínculos afectivos, a saber, la de la familiaridad-cotidianidad de la relación entre el niño o niña y el agente de agresión, y la presencia del carácter abusivo (Arredondo, 2010). En este sentido, es posible sostener, en palabras de la misma autora, que una experiencia de este tipo, es en definitiva, una experiencia de violencia sexual vincular , es decir, una experiencia que se instala en una relación que previa al abuso, se constituía en una relaciónsoporte de la afectividad del niño o niña, y que luego se transforma y comparte las dos dimensiones mencionadas.
Perspectiva Constructivista de las Narrativas de Apego Enfoque narrativo: la construcción narrativa de la realidad Provenientes de modelos 1 constructivistas , en el devenir de los 1
Cabe señalar que los modelos narrativos se han desarrollado tanto desde perspectivas constructivistas como construccionistas sociales,
últimos años se han desarrollado los enfoques narrativos en ciencias sociales, y particularmente los enfoques narrativos en psicoterapia, en los cuales se inserta el concepto de narrativas de apego (Main, 1985; Crittenden, 1998 en Vetere y Dallos, 2008), en tanto en los enfoques narrativos en psicología se sostiene que nuestra capacidad para reflexionar sobre la experiencia y nuestra habilidad narrativa para contar historias coherentes sobre nuestras vidas está moldeado por nuestras experiencias de apego familiares (Vetere y Dowling, 2005; Dallos, 2006; Vetere y Dallos, 2008). Un elemento central en los modelos narrativos es la consideración de que el lenguaje se constituye en proceso central en la construcción de significados y la construcción de la realidad (Capella, 2011). En otras palabras, la narrativa es la matriz para la organización de los significados, para dar sentido a las experiencias, el mundo, los otros y nosotros mismos, para el conocimiento del mundo y la construcción de subjetividad, siendo concebidas las personas como narradores de sus propias historias (Bruner, 1994; Goncalves, 2002 en Capella, 2011). En términos narrativos, la construcción del sí mismo conlleva la secuencia analógica de eventos significativos para el sujeto a través de la conexión de experiencias de similar intensidad y tonalidad afectiva (Guidano, 1994, 1995 en Díaz, 2007). Desde esta perspectiva, la psicoterapia narrativa consiste en un proceso no correctivo ni confrontacional, que intenta reconstruir sistemáticamente los procesos no obstante, el presente trabajo se enmarca dentro de los desarrollos surgidos desde el constructivismo.
4
de ordenamiento de la persona consultante a mantener el sentido de sí mismo y las estructuras de organización nuclear, con el propósito de lograr su restructuración, es decir, lograr la resignificación (Neimeyer, 1995; Neimeyer y Mahoney, 1995; Miró, 1994; Mahoney, Miller y Arciero, 1995; Guidano y Liotti, 1983 en Díaz, 2007). Por ello, el psicoterapeuta constructivista diseña estrategias que promuevan el autorreconocimiento de emociones y su explicación, evitando la tecnología del autocontrol emocional (Guidano, 1991; 1995 en Vetere y Dallos, 2008). En la terapia narrativa se utilizan variadas estrategias y técnicas, entre las que se destacan autoinformes (diarios, tareas estructuradas de autoobservación), hablar y escribir acerca de narrativas personales significativas, agendas de sesión, reencuadre y reformulación de resistencias como mantención de la propia coherencia sistémica, historia del proyecto vital, resúmenes y rituales de finalización, entre otras. (White y Epston, 1993; Neimeyer y Mahoney 1995; Guidano, 1991; 1995; Neimeyer, 2001; en Capella, 2011; Díaz, 2007). El constructivismo ha adoptado la narrativa como parte de modelos más generales de evaluación e intervención psicoterapéutica. A continuación se precisan dos aspectos distintivos de la concepción constructivista de narrativa 2, a saber: a) El pensamiento narrativo está centrado en las emociones, los relatos, 2
Cabe señalar que existen diversos aspectos distintivos de la concepción constructivista narrativa, no obstante, el presente trabajo sólo destaca dos de estos, que se hacen relevantes para el marco de referencia en cuestión.
las experiencias cotidianas y en las intenciones. Es un sistema de ordenamiento intuitivo, imaginativo, que brinda descripciones metafóricas e interpretativas. Es de tipo analógico y pertenece al ámbito del sentido común. b) Existiría una estrecha relación entre organización narrativa y reciprocidad emocional con las figuras de apego (Kegan, 1982, Dennet, 1992; Siegel, 1996 en Díaz, 2007). Vínculos de apego seguro se asocian a narrativas fluidas y ricas, mientras que los vínculos de apego inseguro se relaciona con narrativas rígidas, faltas de conexión con el pasado o con intrusiones del pasado en el presente, bajo la forma de preocupaciones o desorientación, son emotivamente tensas, referentes a conflictos interpersonales pasados y a menudo cambian el tiempo presente por el pasado o el futuro.
Narrativas de apego: el movimiento narrativista en la teoría del apego Comprendemos que el desarrollo de los seres humanos está sostenido en su origen y proceso en las relaciones que establecemos con otros. En la forma en que estas experiencias configuran nuestra forma de percibir el mundo, quienes somos, y quienes son los otros (Arredondo, 2010). Diversos autores (Winnicott, Ainsworth, Bowlby, Marrone, Fonagy, Stern, en Arredondo y Toro, 2010) han sostenido este postulado desde distintos enfoques teóricos. Bowlby (1980; 1988) en Lecannelier (2009), enfatiza desde el principio que los vínculos de apego funcionan a través de nuestros modelos de trabajo internos un sistema de significados de creencias/expectativas sobre como vemos 5
a los otros o a nosotros mismos. Estas representaciones de apego o modelos de trabajo internos están pensados para guiar nuestras acciones, pensamientos y sentimientos, y ayudarnos a hacer predicciones sobre la conducta en las relaciones (Vetere y Dallos, 2008). Están íntimamente relacionadas con la protección y seguridad en las relaciones, con cómo nos mantenemos seguros, próximos y queridos por otros. Es decir, los modelos de trabajo internos de los individuos se sostiene en las experiencias reales de la vida del niño (Morales y Santelices, 2007). En este sentido, el grado de claridad y coherencia de la narración de la historia de las propias relaciones de apego de una persona, constituiría un indicador del grado de desarrollo de la propia organización representacional (Bowlby, 1973, en Morales y Santelices, 2007). En otras palabras, el producto de las experiencias vinculares de apego, es una imagen integrada sobre la forma en que la persona se siente en relación con sus figuras significativas, la manera en que el narrador se siente con respecto a sí mismo, el modo en que espera que lo traten y la forma en que planifica su propia conducta con respecto a ello. Es decir, el acceder a los significados contenidos en las narraciones de apego del sujeto, permite conocer la organización de la experiencia subjetiva e intersubjetiva, así como la experiencia cognitiva y la conducta adaptativa de las personas, frente a los demás y al medio que lo rodea (Bowlby, 1973, en Morales y Santelices, 2007).
Modelo Traumatogénico de Finkelhor y Browne El modelo traumatogénico de las agresiones sexuales infantiles (Finkelhor
y Browne, 1985) es ampliamente utilizado en Chile tanto para la conceptualización como para la elaboración de estrategias reparatorias de aquéllas (Pool, 2006, en Capella, 2003). Desde este modelo, el abuso sexual es visto como una experiencia que altera la visión que el niño tiene de sí mismo, el mundo y los demás (Martínez, 1993). En otras palabras, existirían cuatro dinámicas o factores que estarían a la base de la dinámica traumática, y que alterarían la orientación emocional y cognitiva del niño hacia el mundo, creando una distorsión del autoconcepto, visión de los otros y de su capacidad afectiva (Pool, 2006). En este sentido, este modelo propone una visión de trauma que incorpora y recoge la subjetividad contenida en la experiencia traumática, es decir, un modelo que organiza los significados de la experiencia de violencia sexual a través de factores mediadores del trauma, los cuales estarían asociados con un conjunto de síntomas. A continuación se revisarán las cuatro dinámicas traumatogénicas (Finkelhor y Browne, 1985): 1. Sexualización Traumática : se refiere al proceso mediante el cual la sexualidad del niño va siendo modelada de una manera inapropiada para su edad y nivel de desarrollo. Esta sexualización traumática puede ocurrir cuando el niño es expuesto a una experiencia sexual relacional donde el agresor repetidamente lo somete a una vivencia abusiva en la que los significados acerca de la afectividad y el sexo son integrados distorsionadamente por la victima infantil. Los niños/as traumatizados sexualmente integran significados 6
confusos y distorsionados acerca de su autoconcepto sexual y asociaciones emocionales inadecuadas de la actividad sexual. La presencia de la sexualización traumática, ocurre a través del intercambio afectivo y la exclusividad relacional, en la que el comportamiento sexual de niño/a es premiado y privilegiado por el agresor, de tal manera que el niño/a integra como experiencia relacional que los comportamientos sexuales pueden ser útiles para satisfacer una variedad de necesidades personales. 2. Traición : se refiere al proceso en que el niño/a descubre que la figura asociada a la agresión sexual es aquella a la cual se le confiere la responsabilidad de cuidarlo y protegerlo. Es decir, la victima infantil comprende que la persona en quien confiaba y dependía su vida, le ha causado daño. El impacto emocional de dicha revelación desarrolla en el niño/a sentimientos de traición y desconfianza, los cuales se pueden ver acentuados frente a la reacción familiar, donde las otras figuras significativas para la víctima no han podido o no han querido protegerlo, o no le han creído. 3. Indefensión : se refiere al proceso en el que la voluntad, los deseos y el sentido de eficacia de la víctima infantil son trasgredidos. Es decir, en la experiencia abusiva el niño/a integra la sensación de falta de poder, relacionada con la imposibilidad de oponer resistencia ni buscar ayuda. Los sentimientos de impotencia pueden ser traducidos en reacciones
emocionales de miedo y ansiedad que pueden ser manifestaciones respecto a la creencia de no estar capacitado para hacerle frente a eventos nocivos. Al igual que en la dinámica anterior, este sentimiento de indefensión se puede ver acentuado frente a la falta de credibilidad en el relato de la víctima, tras la develación de los hechos abusivos. 4. Estigmatización : se refiere al proceso en el que a la víctima infantil le transmiten significados connotados negativamente respecto a su persona, en los que se integran sentimientos de culpa y maldad por lo ocurrido y vergüenza al sentirse diferente a los demás. Significaciones que son comunicadas a lo largo de la experiencia abusiva, las cuales son integradas a la construcción que la víctima infantil hace acerca de sí mismo. Lo anterior, es transmitido por parte de quien comete el abuso, de manera que el niño/a carga con sentimientos de culpa y con creencias de ser sucio, malo y de no poder defraudar a su familia al develar lo que ha ocurrido.
Operaciones Metodológicas para Acceder a las Narrativas de Apego A continuación se presentan las operaciones metodológicas a realizar para acceder a las narrativas de apego en dos adolescentes mujeres, que permitan responder la pregunta de investigación y que aporten elementos para desarrollar el presente trabajo propuesto. Así, en la presente entrega se describe la pregunta, objetivos y supuestos de investigación que serán contrastados, para luego 7
explicar las técnicas y procedimientos a utilizar para obtener y analizar la información.
Pregunta y objetivos de investigación De acuerdo a los elementos teóricos desarrollados anteriormente, la pregunta que guía la presente investigación es: ¿Cómo son las dinámicas traumatogénicas que se presentan en la narrativas de apego en adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares?
que se centra en conocer la presencia de dinámicas traumatogénicas en las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares, a través del análisis de sus narrativas de sí mismo, de los otros significativos y del mundo del cual forman parte. Esta investigación está compuesta por tres fases progresivas. A continuación se detallan la muestra, instrumentos, análisis y procedimientos llevados a cabo en cada una de las fases: 1. Caracterización de los Entrevistados:
En relación a esta pregunta, el objetivo general de la investigación es: Conocer la presencia de dinámicas traumatogénicas en las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctima de agresiones sexuales vinculares. Para lograr este objetivo general se plantean como objetivos específicos:
Caracterizar las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares, a partir de conocer las narrativas de sí mismo, de los otros significativos y del mundo del cual forman parte. Conocer la manera en que se presentan las dinámicas traumatogénicas en las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares, a partir del análisis de las narrativas de sí mismo, de los otros significativos y del mundo del cual forman parte.
Características y fases de estudio
Objetivo: Conformar la muestra del estudio a partir de la caracterización de los adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares y que asisten a un programa especializado de atención a víctimas de maltrato infantil grave. Muestra: El Universo desde el cual se seleccionará la muestra es la población de adolescentes hombres y mujeres entre 14 y 17 años que asisten al programa de atención especializada en maltrato infantil grave, Centro Maihue, perteneciente a la Corporación Paicabí. Instrumento: Matriz de caracterización de la muestra. 2. Entrevistas: Relatos de vida. Objetivo: Conocer la presencia de dinámicas traumatogénicas en las narrativas de apego en adolescentes que han sido víctima de agresiones sexuales vinculares.
Se propone una investigación de carácter cualitativo, y de profundidad descriptiva 8
Muestra: Se selecciona una muestra de adolescentes conformada por un conjunto de casos cuyo número y características se obtiene del análisis realizado en la etapa anterior.
centro. Finalmente se concluye respecto a esta caracterización.
Instrumentos: Se utilizarán entrevistas en profundidad con el formato de relatos de vida.
El promedio de edad de las pacientes es de 15.5 años, concentrándose principalmente en la etapa de la adolescencia. Respecto al género en su totalidad es femenino.
Análisis de la información: Análisis narrativo. 3. Integración y Producción del Informe Final: Objetivo: Analizar integradamente toda la información producida, incluyendo el análisis de resultados y perspectiva del autor y el desarrollo de la conclusión.
Análisis de las Narrativas de Apego En este apartado se presentan los resultados del análisis llevado a cabo de la información producida en el curso de la investigación, de acuerdo a las fases de ésta. Así en un primer momento se presentarán los datos de caracterización de las adolescentes, y en un segundo lugar el análisis de los relatos de apego generados por las participantes en las entrevistas en profundidad.
Las Adolescentes: Caracterización de las Entrevistadas Se organiza la caracterización realizada de las dos adolescentes que han sido víctimas de agresiones sexuales vinculares y que asisten a tratamiento, de acuerdo a sus características psicosociales, de la agresión sufrida, psicopatológicas y del tratamiento en el
Características psicosociales Edad y género
Nivel socio económico y Escolarización Las pacientes corresponden principalmente a un estrato socio económico bajo y medio bajo. Y ambas se encontraban con una inserción escolar regular.
Composición Familiar Las adolescentes presentan diferencias en su composición familiar. Una de ellas habita en un hogar de protección, y la otra habita solo con un integrante de su familia nuclear, y los otros miembros pertenecen a su familia extendida (padre, abuela paterna y otro cuidador familiar). Cabe señalar que ambas han sido agredidas por su padrastro, actual pareja y cónyuge de sus madres. Asimismo, en ambos casos la salida de la familia nuclear, se asocia a que se encuentran en contexto de negligencia por parte de la madre, y en que la develación de la agresión sexual es la causal de las medidas de protección implementadas para ambas.
Situaciones vitales relevantes En ambos casos se presentó en su historia otras situaciones vitales relevantes, dentro de las más frecuentes se encontraron: violencia intrafamiliar, maltrato físico o 9
psicológico, separación familiar, negligencia parental, drogadicción y alcoholismo en la familia nuclear, e importantes conflictos en la relación madre/hija.
Características de la agresión sufrida Tipo legal de agresión y Características del Agresor La agresión sexual sufrida en ambos casos corresponde al delito de abuso sexual. Por otra parte, el agresor sexual constituyó una figura familiar, siendo la figura de padrastro la que se presenta en ambos casos. En cuanto a otras características de la figura del agresor, ambas adolescentes fueron agredidas por una persona adulta, de género masculino.
Cronicidad y frecuencia Ambas adolescentes presentan diferencias en relación a esta característica. En una de ellas la agresión sexual ocurrió mayoritariamente de manera repetida o crónica, mientras que en la otra paciente, ésta reconoce un solo episodio único. No obstante a lo anterior, en lo que refiere al proceso legal, se reconoce que el agresor de ésta última victima, habría abusado de otros miembros de la familia de la paciente, lo cual no es reconocido por ella.
Develación, proceso legal y credibilidad familiar En esta categoría de análisis, ambas adolescentes también presentan diferencias. En cuanto a una de las entrevistadas, la develación de los hechos fue realizada a una figura adulta, el padre. Mientras que en la otra adolescente, la develación de los hechos fue realizada a su grupo de par, las hermanas mayores.
En ambos casos hay un proceso judicial en curso y ninguno de los agresores ha sido condenado. A partir de la develación, en ambos casos hay dudas respecto de la credibilidad o ambivalencia en dar credibilidad, por parte de la figura materna. Siendo en uno solo de los casos en los que la figura del padre, si da credibilidad a la víctima de los hechos denunciados.
Cambios contextuales En relación a cambios contextuales posteriores a la develación, éstos se presentaron en ambos casos, e incluyen cambios de domicilio, cambios en el contacto con el agresor y la figura materna, cambios en la organización familiar e internación en un hogar de protección.
Características psicopatológicas En cuanto a la psicopatología reactiva a la agresión y/o su develación, destaca la presencia, en ambos casos de cuadros depresivos, el cual se presenta frecuentemente asociado.
Características del tratamiento El promedio de tiempo de las pacientes en terapia es de 8 meses, presentando en ambas adolescentes un tiempo de menos de un año de tratamiento en el centro. En cuanto a la etapa de la terapia, que se refiere a una valoración del psicólogo clínico tratante respecto al avance del tratamiento, una de ellas se encuentra finalizando la etapa de evaluación e inicio del tratamiento, mientras que la otra adolescente se encuentra en etapa intermedia del tratamiento.
10
Conclusión de la caracterización de las entrevistadas
identificadas en las narrativas de apego de las adolescentes.
De acuerdo a la caracterización realizada, se destaca en ambos casos, la presencia de víctimas de agresión sexual por parte de una figura intrafamiliar, en este caso la figura de padrastro.
Visión de sí mismos: Sentir que dejan de ser niñas y que dejan de tener inocencia
En relación a las variables psicosociales, se puede sostener que en ambos casos se aprecia un nivel socio económico bajo. Por otro lado, en ambos casos las agresiones sexuales se presentan en familias con otras problemáticas, donde ambas adolescentes presentaron en su historia otras situaciones vitales estresantes, así como también se apreciaron cambios contextuales posteriores a la develación de la experiencia abusiva. Lo anterior, da cuenta de la complejidad de variables presentes, por lo menos, en los dos casos en cuestión.
Lo que las Adolescentes narran acerca de sus vidas En este apartado se presenta el análisis de las entrevistas en profundidad narradas por las adolescentes. El análisis será ordenado de acuerdo a los principales elementos surgidos del análisis, los cuales fueron organizados de acuerdo a las narrativas de sí mismo, de los otros significativos y del mundo del cual forman parte, elementos que son concordantes con el marco teórico expuesto respecto a las narrativas de apego. En este sentido, se analizarán diversos aspectos, los cuales serán organizados de acuerdo a los tres elementos centrales analizados (sí mismo, los otros y el mundo), estableciendo asociaciones respecto a la presencia de las principales dinámicas traumatogénicas
Dentro de la visión de sí mismas, en primer lugar se analizará la caracterización personal que han representado a partir de sus experiencias vinculares previas. Asociado a esto, apareció como relevante incluir un apartado respecto a las características personales asociadas a la agresión sexual y asociadas a las narrativas de sus figuras significativas. Características de sí mismas En primer lugar se consideraron las narraciones personales referidas por las participantes. Esto se asocia al concepto de modelo de trabajos internos, planteado por Bowlby (1980; 1988), en que se sostiene que son un sistema de significados de creencias/expectativas sobre cómo nos vemos a nosotros mismos a partir de nuestras experiencias vinculares de apego. Estos modelos de trabajo están pensados para guiar nuestras acciones, pensamientos y sentimientos (Vetere y Dallos, 2008). En este sentido, es posible diferenciar, por una parte, un sí mismo personal construido a partir de las reflexiones y evaluaciones que hace el sujeto de quién es él a partir de sus experiencias de vida, y por otro lado, un sí mismo relacional o interactivo, donde el sujeto se define a sí mismo, a partir de las experiencias con otros significativos. En este apartado se analizara el sí mismo personal, y en el aparatado de la integración con otros el sí mismo relacional.
11
En general, ambas adolescentes al describirse a sí mismas, incluyen cualidades y valencias positivas, características y deseos de sí mismas que están asociadas a la necesidad de diferenciación a partir de las experiencias vividas con sus figuras significativas.
“Yo soy una chiquilla muy sensible, muy apegada a su familia siempre. Me considero honesta, solidaria y el paño de lagrimas de casi todos. Yo creo que los errores de mi mamá han influido en la definición que tengo de mi misma. Porque vi como ella mintió, jugó con las personas, hasta conmigo, entonces yo quiero ser lo contrario a ella (…) Esa es mi meta, no llegar a ser como ella” (participante uno). En esta narración de sí misma, la joven se observa cómo incluye en su presentación personal cualidades afectivas y vinculares, y de soporte emocional de otros (sensible, muy apegada y el paño de lagrimas de casi todos). Además incluye su necesidad de diferenciación, ocupando las experiencias previas con su figura materna para realizar dicha comparación (soy honesta, ella mintió, ella jugó con las personas, mi meta es no ser como ella), que finalmente son integradas como parte de su sí mismo ideal. En relación a las características personales, en general las adolescentes se describen utilizando principalmente características personales positivas de sí (participante 1 y 2), aún cuando una de ellas también incluye características negativas que desea mejorar para así obtener una opinión positiva de los demás (participante 2)
“Me he esforzado por no ser pesada y por ser más puntual (…) Me sirve no ser pesada en muchas cosas, para poder llevarme bien con las personas” (participante dos). Se destaca en ambas que las principales características personales definitorias de sí mismas son psicológicas (ejemplo, “yo soy sensible, muy apegada, honesta y solidaria”, participante 1), y en ningún caso se incluyen características físicas, lo cual impresiona a propósito de que en la adolescencia se espera una mayor preocupación por la imagen corporal. Características personales asociadas a la situación de agresión sexual En otro orden de ideas, se destaca en una de las jóvenes, la distinción antes-después de sus gustos e intereses personales asociados a la sexualidad, donde el eje crítico de dicha definición se encuentra asociado a los efectos de la agresión sexual vivida.
“Siento que cambio en algo mi vida, ya que no veo todo con los mismo ojos, las cosas, que igual el tema de tener relaciones, igual es complicado (…) Lo que viví cambio mi impresión en cuanto a relaciones de pareja y sexuales después de la experiencia vivida con Guillermo (…) yo pensaba, no se, que uno lo hacia con cualquier persona, que uno lo conocía y que se yo, no se, algo pasajero (…) deje de tener esa inocencia, y esa inocencia que deje de tener tiene que ver con lo que paso con Guillermo (…) eso cambio como veo ahora la sexualidad, la sexualidad hoy es algo súper 12
complicado para mí” (participante 2). En esta narración de sí misma, acerca de los gustos e intereses asociados a la sexualidad, se observa como incluye el efecto de la agresión sexual vivida en relación a la evaluación que hace respecto de la unión sexual. Que la participante incluya significados confusos y distorsionados acerca de su autoconcepto sexual y asociaciones emocionales inadecuadas de la actividad sexual, es un elemento de gran relevancia en tanto la experiencia abusiva implica una distorsión de significados acerca de la vida afectiva y el sexo que son integrados por la victima infantil (Finkelhor y Browne, 1985), lo cual da cuenta de la posible presencia de la dinámica de sexualización traumática en dicha narrativa. En uno de los casos, destaca especialmente la percepción de que la experiencia abusiva es una “marca”.
“Esa etapa en mi vida fue lo que marcó mi personalidad (…) Es una etapa en la que siento que dejo de ser niña. Lo que deja de ser niña en mi, es mi inocencia” (participante 1). Esta descripción da cuenta de la dificultad de observar la superación asociada a la experiencia abusiva, y la percepción de que ésta se constituye en un elemento estigmatizante (marca) y que la caracteriza y que es inamovible y perdurable (para siempre) (Capella, 2011). La presencia de este elemento en la narrativa de sí misma, es un aspecto de gran relevancia en tanto en la experiencia abusiva se integran sentimientos de vergüenza al sentirse diferente a los demás; significaciones que son integradas
a la construcción que la victima infantil hace acerca de sí misma (Finkelhor y Browne, 1985). Lo anterior, da cuenta de que la experiencia abusiva interfiere en la construcción de significados asociados al sí mismo, donde se integran sentimientos y significaciones asociados a la dinámica de estigmatización. Características personales asociadas a las narrativas de los otros significativos En uno de los casos, destaca nuevamente la distinción antes-después de sus características personales que reconoce en las descripciones que hacen sus figuras significativas, padre y madre, donde el eje crítico de dicha definición se encuentra asociado a la agresión sexual vivida, ella señala:
“Mi papá diría de mi que era sana, que es lo principal, sana y respetuosa, responsable, que yo era una niña feliz (…) Él tiene muy consciente que yo ya voy creciendo y que también voy cometiendo errores, también me he caído feo y también he reaccionado mal, he contestado mal, pero siento que él conoce que soy una niña noble (…) Ahora según mi mamá, yo antes era buena estudiante (…) Ahora mi mamá cree que soy una delincuente, mi mamá cree que yo no voy hacer nadie en la vida, eso cree mi mamá de mí ahora”(participante 1). Esta descripción da cuenta de la manera en que la narradora se siente con respecto a sí misma, sin explicitar dicha emoción (antes era feliz), en relación a las descripciones que hacen sus figuras significativas, en este caso el padre y la madre de la adolescente. En este sentido, 13
una de las figuras de apego (la madre) le transmite significados connotados negativamente respecto a su persona, donde la percepción que refiere da cuenta de elementos estigmatizantes (“ no voy a
ser nadie en la vida, seré una delincuente” ). No obstante, si bien la percepción que tiene de sí misma, en relación a los significados transmitidos por la figura del padre, connotan positivamente una característica psicológica personal de la adolescente (“soy noble ”), también da cuenta de la manera en que la agresión sexual marca dicha percepción, incorporando implícitamente una característica personal asociada a lo enfermo ( “antes era sana” ), que psicológicamente también estigmatiza.
Visión de los otros: Traición, desconfianza y agresión a los vínculos
mal, no me enseñó muchas cosas, a pesar de todo ella no fue una buena madre conmigo” participante 2, “vi como ella mintió, jugo con las personas, hasta conmigo, entonces yo quiero ser lo contrario a ella, mi mamá por el dinero puede hacer todo, yo pensaba que mi mamá no me quería; pero como ella nos amenazaba a mí y a mis hermanos, nos daba miedo” participante 1). Por otra parte, dentro de las personas más nombradas por las adolescentes, ésta la figura de los/las hermanos/as que en ambos casos son visualizados de manera positiva como figuras que apoyan y acompañan (“Mis hermanos siempre han
sido cariñosos conmigo, siempre, nosotros éramos felices, jugábamos, mis hermanos son mi vida. Yo tengo claro que ellos son todo para mí. Son como tan especiales que no tengo la palabra aún como para definirlo ahora” participante 1).
En este apartado se analizan cuáles son las personas incorporadas en las narrativas de apego y cómo estas personas son visualizadas. Dentro de esto, es de especial relevancia analizar de manera específica la inclusión o no de la figura del agresor y la visión de éste. Personas incluidas En términos de las personas incluidas en las narrativas de apego, en general las adolescentes incluyen escasas personas, y cuando lo hacen son principalmente el padre y la madre, y otras personas del grupo familiar nuclear y extenso (hermanos/as y abuela materna), los cuales generalmente son visualizados de manera polarizada. Por una parte, las madres de ambas adolescentes son visualizadas negativamente, ya sea describiendo características y afectos negativos, y escaso apoyo recibido por parte de éstas ( “Mi mamá me trataba
En este sentido destaca, que la mayor incorporación de otras personas, sean personas del grupo familiar. Aunque también incorporan otras personas, ya sea de la familia extensa (abuelas), y pares (amigas, pololo) en sus narrativas de apego. Ahora bien, la escasa incorporación de personas externas al grupo familiar, podría estar relacionado con la desconfianza hacia otros y el deseo de refugiarse en el núcleo familiar más cercano. Sin embargo, este núcleo familiar es descrito por una de las adolescentes como “desintegrado” (participante 1), lo que es parte del impacto del abuso en su vida, lo cual la hace difícil integrarlo como un lugar seguro
“Para mí, ahora es la persona que destruyo a mi familia junto a mi mamá; yo me sentí traicionada por todos. Para mi fue como un 14
sentimiento
de
traición”
(participante 1). En esta narración, destaca la visión negativa de otros cercanos de la adolescente, y la percepción de un grupo familiar quebrado, lo cual tendría como consecuencia asociada, la dificultad de confiar en los otros, en tanto son los otros cercanos quienes traicionan y han hecho sufrir. En este sentido, la adolescente comprende que la persona en quien confiaba le ha causado daño, desarrollando sentimientos de traición y desconfianza. De acuerdo a esto, la narrativa de apego asociada a los otros significativos estaría dando cuenta de las dinámicas de traición (Finkelhor y Browne, 1985). Visión del agresor En cuanto a las personas integradas, destaca también que ambas adolescentes nombran al agresor que las victimizó sexualmente. Destaca que las dos participantes que lo nombran han sido agredidas por una figura paterna, como es padrastro y/o pareja de la madre. Esto resulta de interés, en tanto una de ellas, en tanto nombra al agresor, tenía una relación de cercanía estrecha con éste, por lo cual haber sido agredida, implica también una agresión al vínculo de confianza y cuidado establecido con dicha figura. En este sentido, las narrativas de apego asociada a este elemento, daría cuenta de una experiencia de violencia sexual vincular.
“Yo pensaba antes de él que era una persona seria, que era una persona confiable, me daba consejos, yo lo estimaba mucho, no sé, nunca me imaginé que él iba a destruir a mi familia, antes él me regalaba cosas, me hacia
sentir especial, después yo no lo soportaba, me había insultado, me había tratado de poca cosa, de estúpida, entonces yo ahí le empecé a tomar un odio que yo creo que nunca lo había sentido por nadie” (participante 1). En esta narrativa, es posible observar como la adolescente destaca en su narrativa “la traición” a los vínculos que implicó la experiencia abusiva, ya que el agresor era una figura muy cercana afectivamente, y el abuso sexual significó también una traición al vínculo y un rompimiento de la familia. Cabe señalar que en ambas participantes que nombran a la persona agresora, éste es visualizado de manera negativa y posicionado en el lugar de agresor sexual. Incluso, una de las participantes también lo posiciona como agresor de otros; agresor físico de su hermana y madre (participante 2).
Visión del mundo: Amenazante y del cual hay que aprender a cuidarse En este apartado se analizan cuáles son las evaluaciones globales que hacen del mundo del cual forman parte y cómo estas son visualizadas por las adolescentes. En términos de las evaluaciones globales que hacen las adolescentes del mundo, se destaca que en sus narrativas prima el deseo de superación, de verse a sí misma como sanadas, dando cuenta de una visión esperanzadora del futuro, donde se destaca el apoyo que pueden brindarle los otros.
“Para mi la vida hoy es más clara, más tranquila. Yo ahora estoy tranquila, mi vida es tranquila. No tengo que escuchar veneno todo el día. Ahora ya no 15
tengo una opinión impuesta. Es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Cuando antes me tuve que quedar callada o mentir, sin decir lo que pensaba realmente, ahora ya no es así. Yo por cada persona tengo una opinión distinta, yo no puedo dar una opinión generalizada. No creo que nadie deba probarme nada, yo decidiré si les tengo o no confianza Si bien la vida tiene frustraciones, uno tiene que ayudarse, porque esto a una la sana. O sea, no lo sana pero te enseñan como sobrellevar las cosas, como convivir con lo que te ha pasado, como a sacar algo bueno, algo positivo y a saber que no todo es malo. Entonces yo tome la decisión, porque si no hubiese querido, no vendría. Pero yo creo que me deje mucho estar y aprendí a cuidarme. Ahora independiente de las sesiones yo me quiero cuidar. A ser, no otra persona, sino que lo que yo era antes. Retomar lo que yo deje de hacer” (participante 1). En esta narrativa es posible observar como la adolescente destaca el deseo de cuidado personal, donde la agresión sexual vivida connota el descuido de los otros, la falta de protección en lo vínculos, la desconfianza, y que ella desea restablecer de manera independiente y empoderada. En este sentido, emerge una visión de mundo amenazante y hostigador en el cual te pueden descuidar, pero que el fortalecimiento de la independencia emocional es vital para poder restablecer e integrar las experiencias vividas a su continuo vital. Aparece una visión compartida de que superar esta
experiencia implica experiencias vividas.
resignificar
las
Conclusiones: Narrativas de Apego y Dinámicas Traumatogénicas En este apartado se realizará una descripción integrada de los principales resultados, integrando principalmente el análisis realizado en el apartado de análisis de las entrevistas. A partir de eso, se desarrollan algunas conclusiones a partir de las narrativas de apego de las adolescentes.
Principales resultados Los principales resultados del análisis de las narrativas de apego de las adolescentes se describen a continuación de acuerdo a las tres dimensiones centrales surgidas en las entrevistas en profundidad, a saber la visión de sí mismo, la visión de los otros y del mundo del cual forman parte, los cuales se relacionan con las principales dinámicas traumatogénicas presentes. Respecto a la visión de sí mismos:
En general aparece una visión positiva de sí mismos, donde prima en la caracterización personal la utilización de características psicológicas asociadas a la necesidad de diferenciación. La caracterización personal da cuenta de que la experiencia abusiva, implica un cambio relevante en cómo se ven a sí mismos. La caracterización personal da cuenta de la importancia de los significados de los otros en sus propias descripciones, donde priman características positivas y 16
negativas reportadas por estas figuras. En la visión de sí mismo, se presentarían caracterizaciones personales negativas que incluyen elementos de sexualización traumática y estigmatización. La situación de agresión sexual y la reacción de las madres frente a la develación ocupa gran parte de las narrativas de apego. Los sentimientos de traición e indefensión son integrados como parte de las caracterizaciones personales.
Respecto a la visión del mundo:
Respecto a la visión de los otros:
Aún cuando en general prima una visión positiva de los otros cercanos, la experiencia de abuso y sus consecuencias, es visualizada como impactando las relaciones de los otros significativos, esto especialmente generando desconfianza hacia la figura de la madre. En general, la visión de la madre, como figura significativa, se encuentra ambivalente o en conflicto, tanto asociada a la experiencia de abuso como a otros elementos. En relación a la experiencia abusiva, los conflictos se asocian a la credibilidad, apoyo y protección ofrecidos por la madre, donde priman sentimiento de traición. Aparece una visión negativa del agresor. Resulta significativo el conflicto y la dificultad en la integración de los otros, cuando el agresor es una figura cercana afectiva y familiarmente.
Aún cuando en general prima una visión positiva y esperanzadora del mundo, la experiencia de abuso y sus consecuencias, hacen que se visualice un mundo como amenazante, en el cual hay que aprender a cuidarse para no ser dañado. Aparece una visión del mundo en la que los otros pueden traicionar y violentar, pero que a pesar de aquello, la superación de experiencias de dolor estriba en una decisión personal. Finalmente, en esta construcción del mundo, pudiesen estar presentes sentimientos de desconfianza y de amenaza, que entran en conflicto, con los de superación y esperanza, en el contexto de vínculos afectivos.
Referencia Bibliográfica
Arredondo, V. (2010). Violencia Sexual Vincular: Principios del Proceso de Intervención Reparatoria. En Arredondo, V. y Toro, E. (Compiladores). Espejos de la Infancia: Análisis e Intervenciones en Violencia Infantil. Valparaíso: ONG Paicabí. Capella, C. (2011). Hacia Narrativas de Superación: El Desafío para la Psicoterapia con Adolescentes de Integrar la Experiencia de Agresión Sexual a la Identidad Personal. Tesis para optar al Grado de Doctora en Psicología, Escuela de Psicología, Universidad de Chile, Santiago, Chile. Díaz, R. (2007). El Modelo Narrativo en la Psicoterapia Constructivista y Construccionista. CIPRA Ediciones. 17
Echeburúa, E. y Corral, P. (2005). Cómo Evaluar las Lesiones Psíquicas y las Secuelas Emocionales en las Víctimas de Delitos Violentos. Psicopatología Clínica, Legal y Forense. 5, 57-73. España. Finkelhor, D. & Browne, A. (1985). The Traumatic Impact of Child Abuse: A Conceptualization. American Journal of Orthopsychiatry, 55 (4), 530-541. Lecannelier, F. (2002). La Entrevista de Apego en Niños. Ponencia V Congreso Sudamericano de Investigación Empírica en Psicoterapia Research. Revista Terapia Psicológica, Chile, 37, 53-60. Lecannelier, F. (2006). Apego e Intersubjetividad. Influencia de los Vínculos Tempranos en el Desarrollo Humano y la Salud Mental. Santiago: LOM Ediciones. Lecannelier, F. (2009). Apego e Intersubjetividad. Segunda Parte: Teoría del Apego. Santiago: LOM Ediciones. Malacrea, M. (2000). Trauma y Reparación. El Tratamiento del Abuso Sexual en la Infancia. Barcelona: Paidós Ediciones. Martínez, J. (2000). Terapia de Grupo en Abuso Sexual Infantil. En Corbalán, M. Espinosa, M. y Martínez, J. (Presentadoras). Terapia de Grupo en Niños Maltratados. Encuentro Internacional de Psiquiatría de Lactantes, Niños y Adolescentes, Punta del Este, Uruguay.
Matamala, F. y Pairo, R. (2010). Estudio Descriptivo del Funcionamiento Familiar en Familias con Hijos que han Ejercido Prácticas Abusivas Sexuales, Participantes del Programa de Intervención Especializada en el Centro PAS Trafún de la Comuna de Valparaíso. Tesis para Optar al Grado de Licenciado en Psicología y al Título Profesional de Psicólogo, Escuela de Psicología, Universidad del Mar, Viña del Mar, Chile. Morales, S. y Santelices, M. (2007). Los Modelos Operantes Internos y sus Abordajes en Psicoterapia. Santiago: Terapia Psicológica, 25, 163-172. Pool, A. (2006). Análisis desde el Modelo Traumatogénico de los Indicadores Gráficos Asociados a Agresiones Sexuales Infantiles en la Prueba Persona Bajo la Lluvia. Santiago: Psykhe, 15, 45-55. Sepúlveda, G. (2008). Perspectiva Constructivista Evolutiva en Psicología Clínica Infanto-Juvenil. En Kaulino, A. y Stecher, A (Editores). Cartografía de la Psicología Contemporánea. Santiago: LOM Ediciones. Vetere, A. y Dallos, R. (2008). Systemic Therapy and Attachment Narratives. Journal of Family Therapy, 30, 374-385.
18
View more...
Comments