Mye. Cambio de Planes

March 17, 2018 | Author: May | Category: Truth, Elevator, Love, Philosophical Science, Science
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Descripción: MACA Y ESTHER...

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Cambio de planes

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Cambio de planes

Un nuevo día amanecía, la luz empezaba a iluminar la habitación. Empezó a abrir los ojos y sonrió. Estaba detrás de ella acariciándola suavemente y sonrió, pues notaba su miembro erecto, típico de ellos al levantarse. E: Uhmmm (empezaba a estirarse) ¿Qué hora es? Jaime: Las 7 ya E: No ha sonado el despertador Jaime: Ya mismo sonará (la besó en el hombro) ¿estas nerviosa? E: Un poco, ya sabes... tenía tantas ganas de entrar aquí a trabajar... Jaime: Ya verás como todo sale bien. Eres muy buena enfermera. E: Si pero... bueno... a ver que tal En ese momento sonó el despertador y Jaime lo apagó. Esther empezaba a levantarse y Jaime la intentaba parar. E: Jejejej quitaaaa... ¿no pensarás que llegue tarde en mi primer día? Jejeje Jaime: Vaaale (la dejó) Esther se levantó, estaba desnuda; Jaime la miraba medio apoyado en la almohada, Esther se giró, y vio cómo la miraba. E: Aysssssss (poniendo cara de pillina) Se dio una ducho corriendo y desayunó. E: Jaime, hoy no vendré a dormir, voy para casa que la tengo... uff, tengo que planchar y poner alguna lavadora, que tengo todo patas arriba... Jaime: Vale tranquila, además hoy creo que me quedaré en el trabajo hasta tarde. E: Venga cariño (se acercó a la cama y le dio un beso) Jaime: Adiós... y entra con buen pié... a la noche te llamo ¿vale? E: Jejejeje. Hasta luego... Cuando se marchó, el móvil de Jaime sonaba. Lo cogió. Jaime: Hola... ¿Qué tal?. Bien... me acabo de despertar. ¿Esta noche? Vale, si, sobre las 9 estaré aquí. Si, pásate y... y cenamos... bueno... (con voz insinuante) y... lo que surja... Un beso... yo también (colgó) Esther llegaba al Hospital Central. E: Hola... soy... Esther García, la nueva jefa de enfermeras.

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T: Hola Esther (salió de recepción y le saludó con un par de besos) Soy Teresa, estoy siempre en recepción para lo que quieres ¿eh?... te estábamos esperando. E: ¿Qué tal? T: Bien. Bueno, mira, tienes que subir al despecho. Te están esperando en dirección. E: Vale. T: Coge el ascensor, subes a la séptima planta y es la puerta del fondo a la derecha. Te acompañaría pero... no puedo. Si quieres llamo a alguien para que lo haga... E: No gracias, supongo que lo encontraré. T: Venga, mucha suerte y bienvenida... E: Gracias Teresa. Cogió el ascensor. Dos médicos entraban en él también. La puerta se cerró y el ascensor iba subiendo. J: Hoy creo que viene la nueva jefa de enfermeras V: Si,... a ver qué nos traen... J: Bueno, con que sea la mitad de buena que lo era Elisa... nos conformaremos. Esther miraba hacia el techo del ascensor con cara de circunstancias. Había más gente y prefirió no interferir en aquella conversación. En el quinto piso los doctores se marcharon y se quedó sola hasta que subió al séptimo. Tal y como le había dicho aquella extraña señora de recepción, se dirigió por el pasillo de la derecha hacia el fondo. En la puerta estaba colgado el letrero de "Dirección". Llamó y abrieron la puerta. E: Hola (sonreía) soy Esther García, la nueva jefa de enfermeras Angelines: Hola que tal. Me llamo Angelines. Pasa por favor. Ahora mismo te atienden. E: Gracias. Angelines, pasó al despacho. Al rato salió indicando a Esther que podía pasar. Estaba sentada en un sillón rotatorio, de espaldas a la puerta hablando por teléfono. Al sentir que se abría, se dio la vuelta. M: Pasa por favor, siéntate, disculpa un momento... (haciéndole señas de que se sentara y se volvió a girar) E: Sí, sí... (se sentaba) M: Vanessa, no quiero que le des bollos, prepárale unas tostadas y el cola –cao ¿vale? Ah, y cuando le vayas a recoger por la tarde... nada de chucherías. Si... bueno, si se te pusiera muy pesada le compras unos gusanitos, pero nada mas... Vale, yo llegaré sobre las 7 más o menos. Venga... hasta luego (colgaba y se volvía a girar de cara a Esther) Perdona, soy Macarena Fernández, la directora del Hospital Central (le daba la mano) E: Encantada Macarena, soy Esther García. M: A ver... (cogía su currículum) Era alta, delgada, pelo largo y melena castaña muy bien cuidada. Unos grandes ojos que se escondían tras esas gafas fashion de pasta negra que tanto le favorecían. Cuando terminó de leer se las quitó.

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M: Buen currículum (asintió mirándola) E: (sonreía tímidamente) gracias... M: ¿Qué te ha traído hasta aquí, Esther? E: Bueno... me encanta mi profesión y este hospital tiene muy buena fama, siempre había querido entrar en él. M: El marido de mi amiga Ana me ha hablado muy bien de ti. Dice que eres una buena profesional. E: Lo intento, si... era paciente de mi anterior doctor, sí... muy majo. M: Bueno, quiero que entiendas que... si estás aquí es por tu profesionalidad. Tienes ya bastantes años de experiencia y necesitamos una persona experta y de confianza. La experiencia la pones tú y la confianza... viene dada por referencias. E: Lo sé. M: No pienses que aquí no tenemos buenas enfermeras. La verdad es que... la persona que iba a ocupar tu puesto en un principio, es muy buena pero... pero no acabo de confiar en ella totalmente para este puesto. No obstante... sabes que tienes tres meses de prueba, que no está todo hecho Esther. E: Lo sé Macarena, espero hacer mi trabajo lo mejor posible. M: No me llames Macarena, no me suelen llamar así, no me gusta. Es muy largo. Llámame Maca. Aquí todos lo hacen. E: (sonreía) de acuerdo... Maca M: ("es risueña la chica...") Vale. Bueno mira yo ahora estoy ocupada, pero voy a llamar a Begoña, para que te enseñe todos los escondrijos de tu nuevo trabajo. E: Muy bien M: Ah por cierto... si las notas un poco rara... es porque pensaba que iba a ocupar tu lugar. E: Vaya... M: Nada pero... tu tranquila ¿eh? E: Gracias Maca. M: Bueno, no me des las gracias. Aún... estás a prueba (le advirtió) E: Sí, claro... M: Bueno, tengo cosas que revisar; sal si quieres con Angelines y espera ahí, que ahora mismo llamo para que venga Begoña. Encantada Esther y bienvenida, de verdad. E: Gracias... igualmente Maca le abría la puerta. M: Angelines, va a venir Begoña para enseñar todo esto a Esther. Angelines: Muy bien Maca. Begoña llegó con cara de pocos amigos y una sonrisa bastante cínica. Recogió a Esther y bastante rápidamente le estuvo enseñando las salas y los sitios del hospital; a su paso iba presentando a Esther a los compañeros, que le daban amablemente la bienvenida. Esther se puso al trabajo. Entró en quirófano con Cruz a operar. Cruz la observaba. Estaba atenta a cada cosa que hacía la nueva jefa de enfermeras. Terminaron la operación con éxito. C: Gracias Esther. Me habían dicho que eras buena, y así lo parece.

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E: De nada Cruz, llevo haciendo esto ya... años. Solo espero hacer bien mi trabajo, cosa que me va a resultar bastante fácil porque los médicos de aquí tenéis buena fama... y... ya lo he podido comprobar... C: Jejejeje bueno mujer, que nos estamos aquí tirando los tejos jejejeje E: Jejejeje. C: ¿Qué tal? E: Bueno, me tengo que hacer todavía a muchas cosas. Todo esto es nuevo para mí. Begoña me enseñó todo esto pero rápido, lo mismo me pierdo por los pasillos... C: Jejejej (quitándose la mascarilla) nada, tú para lo que necesites... nos pides ayuda, que aquí estamos. Todos pasamos por lo mismo... E: Sí, claro. C: ¿Ya has conocido a la directora, no? E: Sí, muy agradable. C: Sí. Al principio puede parecer un poco seria, algo distante pero... es muy maja, ya lo verás. Bueno... hora de comer, ¿te apuntas? E: Vale C: Venga, así te enseño yo... la zona... buena del hospital, el comedor de personal jajajaja E: Jajajaja. Se quitaron los trajes de quirófano, y se fueron hacia la cafetería. Allí Esther le presentó a Vilches C: Mira Esther, este es el doctor Vilches, Vilches, ella es la nueva jefa de enfermeras, Esther. V: Hola que tal (me suena esta cara...) E: Hola doctor Vilches V: ¿Y qué... ya... te han enseñado esta leonera? C: Jejeje Vilches, por favor, que me la vas a asustar... ays mira Esther, no le hagas mucho caso, es muy gruñón pero... (le daba un besito en la perilla) en el fondo es un encanto. E: Ya bueno... ("debe ser muy, muy... en el fondo...") V: Cariño, dile a la nueva jefa de enfermeras que generalmente no se me saluda así... lo que me faltaba, echar mi perilla a perder... E: Jajajaja ("no, no tan en el fondo...") C: ¿Ves? Tiene su humor. Es mi pareja Esther E: Vaya... si no me lo hubieras dicho... la próxima vez le hubiera saludado así jejejeje. Se sentaron a comer algo. Llegó Laura y Cruz y Vilches se marcharon a la sala de médicos. L: Bueno, ¿Qué tal tu primer día? E: Bien, se hace lo que se puede. L: Ya sabes... cualquier cosa que necesites... E: Gracias Laura. M: (Acercándose a la mesa) Hola, Laura, me acaba de decir Javier que te espera para que le ayudes con lo del señor que se ha roto la cadera. L: Gracias Maca, uhmm (dando su último mordisco al sándwich) venga, me voy. Hasta luego E: Adiós...

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M: ¿Puedo? (refiriéndose a si podía sentarse con ella) E: Sí, sí claro, por favor... M: Vaya... que amabilidad, generalmente los del hospital nunca quieren que me siente con ellos, ya sabes... la directora... (arqueaba las cejas) E: Ah... (con cara de circunstancia) bueno... por mí no hay problema M: Jajajajaja, ¡no me digas que te lo has creído!... E: Jjejejeje no, no... ("pues sí... pues sí que me lo había creído") M: Bueno ¿Qué tal? ¿Qué tal con Begoña, te ha enseñado todo bien? E: Si, un poco deprisa pero... es normal, ya lo iré aprendiendo. M: Si bueno, en todo caso, tengo en el despacho una guía del hospital. E: Jajajajajaja M: (seria) E: (seria) no... no creo yo que me haga falta Maca... M: Jajajajaja otra vez jejejeje anda... E: Ay jejejeje no, si... alguna novatada me gastarán seguro... M: ("qué rica... que maja parece, sabe que le van a gastar alguna novatada y... mírala, ahí...") Oye, me han dicho que has operado con Cruz, y muy bien por cierto... E: Vaya... como corren los rumores... jejeje en fin, simplemente hago mi trabajo lo mejor que puedo M: Bueno, no son rumores, sabes que tengo que estar al día de todo lo que acontezca en el hospital... (su móvil sonaba y lo cogió) perdona... E: Sí, tranquila (siguió comiendo) M: (sonreía) hola cariño, ¿Qué tal mi niña?. ¿Si...? ¿Ya te ha dado de comer Vanessa? Claro... Venga que cuando vengas del cole, y hagas unas cuantas sumas de la cartilla mamá estará ya allí y jugamos un poquito antes de acostarte ¿quieres?. Venga mi amor. Tírale un beso a mamá... Muaks cariños. Venga cuelga ya... (con una sonrisa de oreja a oreja se volvía a dirigir a Esther) Mi niña... E: ¿Tienes una hija? M: Si, acaba de hacer cinco añitos. E: ¿Cómo se llama? M: Leticia... bueno en realidad Leticia Macarena, pero se ha quedado con Leticia; mi marido quiso que llevara mi nombre también; ya sé que no es lo habitual hoy en día, lo de llevar el nombre de alguno de los padres pero... bueno, es un nombre típico de mi tierra E: ¿De donde eres? M: Del sur, de Jerez de la frontera E: Bonito pueblo, y... bonitas playas que hay por allí M: Si... de las mejores, si... ¿no te has traído nada para comer? E: No, no sabía como iba esto, me he comprado un sándwich de la máquina M: Mira, esa nevera es para que traigas tus cosas, le pones el nombre y generalmente no te lo suelen quitar, bueno... alguno de vez en cuando, pero... generalmente la gente es respetuosa. Pones tu nombre por si acaso y... te traes algo. Si quieres algo más... tengo algún refresco por ahí. E: Gracias pero... suelo beber con agua. M: ¿Y tú, estas casada? E: No... que va... tengo novio pero no, no estamos casados... pasamos muchos días juntos en casa de alguno de los dos pero... de momento... no. M: ¿Y eso? ¿no estás convencida o que? E: No... no sé... M: Uys (sonreía) que no te veo mucho por la labor ¿eh?... jejeje

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E: No... no es eso, solo que... bueno... poco a poco, no hay que precipitarse. M: Si, eso sí, yo te aconsejaría que estuvieras muy convencida antes de convivir definitivamente con alguien. E: Hoy por ejemplo... sale tarde de trabajar, así que me iré a casa y así arreglo cosas. M: ¿Por dónde vives? E: Vivo por la zona de... (eych... no os digo donde viven que si no mañana se inunda el barrio... jejejeje) M: ¡Anda! Como yo... me gusta mucho esa zona, sí... E: Si, está animada y a la vez es una zona tranquila. M: Pues nada... lo mismo algún día nos vemos por allí jejejeje. Bueno Esther, te dejo que tengo que hacer cosas. Que sigas bien con tu nuevo día aquí, ¿vale? E: Gracias Maca. Maca se levantó y se fue. Esther se la quedó mirando. E: "Mujer, guapa, directora del Hospital Central, madre de familia... ¡caray! lo tiene todo..."

Eran las 7 de la tarde cuando la jornada terminaba. Esther se cambió, se fue a recepción y se despidió. Allí estaba Maca. M: ¿Ya te vas? E: Si, ya terminé. M: Yo también ¿tienes coche? E: No, voy en autobús. M: ¿Quieres que te acerque? E: No, déjalo, si es media horita. M: Que si mujer, venga... además suelo llevar un casco de sobra en la moto. E: ¿En la moto? ¿vienes en moto? M: Si, me gusta ese aparato jejejeje. ¿Te da miedo? E: No... (decía disimulando) M: Pues venga que te acerco, si además, me pilla de paso... T: Ten cuidado Maca, no la pongas a cien por la ciudad... M: Teresa... no me asustes a la nueva enfermera por favor... jejeje. Venga Esther... Maca le dio un casco a Esther para que se lo pusiera. Se agarró fuertemente a ella y sorteando los coches hábilmente, en diez minutos la acercó a su casa. Estaba bien eso de ir en moto, sintiendo el aire, agarrada a una mujer, era la primera vez que una mujer la llevaba en moto, estaba... bien, bastante bien... E: Muchas gracias Maca, de verdad. M: De nada, cuando quieras... ¿vale?, cualquier día como hoy, que coincidamos a la salida... tu no te cortes ¿eh? Me lo dices. E: (sonreía) vale, gracias (que maja...) M: Venga (se ponía el casco) hasta mañana. E: Adiós... Esther miraba como Maca arrancada la moto y se marchaba. Le resultaba curioso que una mujer, ama de casa, directora de un hospital, andara por ahí en moto.

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Subió a casa, abrió el bolso y... E: "¡Mierda!, me he dejado las llaves en el monederito en casa de Jaime" Siguió rebuscando y cogió las llaves de la casa de Jaime, tan rápido... para nada. Ahora tendría que volver a casa de su novio para coger sus llaves. Cogió el metro y se dirigió a la casa de Jaime. Subió las escaleras, eran solo dos pisos. Abrió la puerta y se dirigió hacia la cocina. No, no estaba allí, fue hacia la habitación. Le pareció oír algo... E: "¿Habrá venido ya? No sé... dijo que se quedaría hasta tarde pero..." Abrió la puerta y le vio. Estaba desnudo, en la cama, con otra mujer. No parecía que le estuviera forzando... precisamente. No podía hablar, tan solo tragó saliva. Estaba seria, no podía apenas moverse. Jaime la vio y paró Jaime: ¡Eshter...! (quedó como petrificado) E: (Apretó los labios, puso cara de rabia, negaba con la cabeza y se dispuso a marcharse) Jaime: (levantándose y poniéndose rápidamente sus slips) ¡Esther!. Esther espera... (fue corriendo hacia ella) Esther seguía buscando su monedero de las llaves furiosamente, revolviéndolo todo. Jaime: Esther, Esther, perdona Esther (la agarraba mientras Esther intentaba quitárselo de encima) perdona Esther yo... E: ¿Tuuu queee? (gritaba furiosa)Tu, ¿Qué? ¿eh? ¿Tu queeeee...? Jaime: No sé... no se lo que ha pasado yo... lo siento cariño, no se... E: ¿Qué es lo que no sabes, mamón? (llenando con su voz esa palabra) ¿Qué no sabes?... La que no lo sabía era yo (gritaba) yoooo mamónnnn Jaime: Esther déjame que te explique... E : Ahh, no... no tienes nada que explicarme no... (sonreía con sarcasmo) no... Este era el trabajillo que tenías que hacer hoy ¿no? Pues sigue, que te aproveche. Yo solo he venido a recoger mis llaves. ¡Toma! (tiraba con fuerza al suelo las de la casa de él) ¡y a dejarte las tuyas! Jaime: Esther espera mira, será mejor que nos calmemos y... E: ¿Qué nos calmeeeeemos? ¿Qué nos calmeeeemos dices? (gritaba mirándole furiosa) Jaime: Sí Esther... E: Mira Jai... cabrón, ¡más que cabrón! Voy a buscar mis llaves. Solo venía para eso, me alegro de habérmelas dejado aquí, porque si no... quien sabe si me lo hubieras dicho. (fue hacia el estudio y allí vio el monedero de las llaves) Jaime: Esther (la agarraba) E: (Quitándoselo de encima con fuerza) ¡Que me dejes te digo..! (gritaba mientras se dirigía corriendo a la habitación) Jaime: No Esther no por favor (la seguía) no cometas ninguna locura, no...

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Esther volvió a abrir la puerta. La chica estaba medio vestida. Se dio la vuelta al verla entrar, y se la quedó asustada mirándola. Realmente estaba furiosa. E: Perdona... (la dijo con sarcasmo) A ver si adivinas de cual de estas dos cosas estoy enferma... ¿de hepatitis, o de sida?. Elige, cualquier de las cosas es mejor que ser asesinada a cuchillazos por una novia furiosa. ¡Que aproveche!... (dijo medio cantando y cerró de nuevo la puerta con un fuerte portazo mientras Jaime la intentaba calmar) ¡Qué me dejes!, déjame, (empezaba a llorar) déjame por favor, no quiero volver a verte, ¿me entiendes?. Jaime: Esther, te prometo que cambiaré... E: No. No más Jaime, hace dos años te di una oportunidad y no la has sabido aprovechar. Has salido definitivamente fuera de mi vida (abrió la puerta de la calle y se marchó) Chica: ¡De siiiiida! ¡De hepatitiiiiiiiiis! (gritaba toda furiosa también) Salía llorando del portal. Estaba furiosa, estaba rabiosa, ya se lo había hecho, al menos que ella supiera otra vez; pero ya no más. Estaba decidida a romper definitivamente esa relación. No va iba a estar segura en su vida. Tanto estaba llorando que se puso a correr con la cabeza baja, pues le daba vergüenza que la gente la mirara. Cuando se desahogó, paró y se puso a andar E: "cabrón... es una mala puñalada la que Jaime me clavado por la espalda. Anoche me estaba prometiendo amor eterno... y ahora... ahora estaba con esa compañera de trabajo en la cama, en la misma cama en la que hacíamos ayer el amor... ¿Por qué? ¿Por qué me tienen que pasar a mí estas cosas? ¡Joder! ¿es que nunca voy a tener suerte en el amor?... Al menos he asustado a la tiparraca esa... se lo merece, seguro que sabía perfectamente que tenía novia..." No paraba de darle vueltas, no se lo podía quitar de encima de la cabeza. Susurraba cada dos por tres la palabra "cabrón, cabrón, cabrón, cabrón de mierda...".

Eran ya cerca de las 10 de la noche. Maca estaba en la cama con Leticia. Leticia: Otra vez, mami... M: ¿Otra vez? Pero si te lo debes de saber ya de carrerilla... que te lo he contado ya muchas veces... Leticia: Venga, otra vez y me duelmo... M: (reía) vaale... pero solo una vez más... (la miraba con cariño) Leticia: Ziiiii... (no pronunciaba bien la "s" pues estaba mellada, se le había caído ya algún diente) M: Bueno, venga... Érase una vez una niña muy guapa, muy guapa muy guapa y muy buena. Sus padres eran muy pobres, apenas tenían para comer. Un bien día... A la mitad del cuento, Leticia se había dormido. Maca la dio un dulce beso en la frente, la arropó bien, apagó la lamparita y se fue hacia el salón. Se tumbó en el sofá, y encendió la tele con el mando. Lo que echaban en la tele no era nada interesante, así que cogió una revista médica y la empezó a ojear. Una hora más tarde, el sueño la vencía y se iba a la cama a dormir.

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Esther esa noche no pudo dormir. Nada más llegar, se tumbó en la cama y siguió llorando desconsoladamente. Al rato el teléfono sonaba. Lo cogió. E: Hola mamá (intentaba disimular el llanto) En: Hija, ¿Qué tal?. He llamado a casa de Jaime pero no había nadie... E: Ya... estará trabajando. Hoy... salía tarde y yo me he venido a arreglar un poco aquí la casa. En: Bueno, ¿Qué tal tu nuevo día en el hospital? E: Fenomenal mamá (decía tristemente) son todos muy majos. En: ¿Viste a la directora? E: Sí... muy maja. Se llama Maca. El paciente este mío, del que tanto te hablaba... que era muy majo, pues por lo visto es el marido de una de sus mejores amigas. Confían en mi, mamá... En: Pues muy bien... pero ¿por qué lo dices así con voz de pena? Tienes que estar muy contenta... E: Si mamá, si estoy contenta de verdad; lo que pasa es que bueno... ha sido un día duro, con los nervios y todo eso y estoy cansada. Me voy a dormir ya mismo. Ya te llamo otro día y te cuento más, ¿vale? En: Vale hija. ¡Ays... que orgullosa estoy de mi niña madre...! E: Gracias mamá. En: Venga, que te dejo ya dormir. Besos hija. E: Un besito mamá (y colgó) Volvió de nuevo a tumbarse en la cama. No se había ni quitado la ropa. Seguía llorando, llorando sin parar. Pensaba en lo mal que le había ido en el amor. Con Jaime era con el que más había durado, casi cuatro años. Estuvieron a punto de dejarlo hace dos debido a las infidelidades de éste, que prometió no volver a hacer más pero... no cumplió la promesa. Pensando y pensando y odiando al provocador de tal tristeza y disgusto, al final se quedó dormida.

Al día siguiente era sábado. Esther llegó al hospital con todos los ojos hinchados. Saludó secamente a Teresa. T: Buenos días ¿Qué tal? E: (mirándola seriamente) Hola Teresa. T: Uys... que mala cara traes hoy jejeje ¿tan mal te trataron ayer? E: No que va, bueno voy a cambiarme y si hay algo me avisas. T: Por cierto, tienes reunión a las 10 E: ¿Reunión? T: Sí... en la sala de médicos. Para los planes del día. E: Vale gracias. Hasta luego. T: Hasta lueeego... (se quedaba mirando como se iba) vaya, ayer estaba tan agradable... ¿Qué mosca le habrá picado hoy a esta?... Sobre las diez, entraba en la sala de médicos. Estaban ya casi todos. Faltaba Maca, que enseguida llegó.

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M: A ver, Javier y Laura... hoy tenéis una operación programada de una prótesis de rodilla, ¿lo tenéis todo preparado, no? J: Sí Maca. M: Bueno, si surgiera cualquier otra cosa ya os avisaría. Cruz, vas a entrar con Begoña en la operación de tiroides, Héctor, hoy te libras de quirófano, estate atento a los boxes. Y tu Esther... E: Sí. M: Vas a entrar conmigo, vamos a operar a un niño de una fractura de pierna. Será más tarde, ya te avisaré, mientras tanto ayuda a Héctor en urgencias. E: Vale. M: ¿Y Vilches? C: Hoy libraba Maca. M: Ah, es verdad, si... no me acordaba. Bueno, buen día todos, venga (se levantaban y se iban cada uno a sus quehaceres) Antes de comer Maca buscaba a Esther para entrar a quirófano. Rusti le comentó que la había visto entrar a la sala de enfermeras. Fue a buscarla. Esther estaba en el lavabo, lavándose la cara. Acababa de estar llorando. Maca entró. M: Esther, te estaba buscando que ya... ¿estas bien? (veía los ojos de Esther muy hinchados) E: Sí, si... (disimulando) M: (se acercó) ¿estabas llorando? ¿te pasa algo? E: No Maca, de verdad... (se secaba largo rato con la toalla de papel la cara) son los nervios por el nuevo trabajo, ya sabes... las tensiones... estoy a prueba... M: Bueno... si quieres hacerme creer eso... me lo creeré. Pero de verdad (le acarició el hombro) cualquier cosa, puedes contar conmigo. Intento que la gente que trabaja aquí se sienta a gusto, ¿vale? E: (asentía) gracias Maca. M: Venga, vamos a operar. Voy a poner a prueba tus... facultades (le guiñó el ojo) Estuvieron operando. A Maca le gustó mucho como trabajaba en quirófano. M: "Parece maja, la verdad es que el marido de Ana tenía razón, se la ve muy buena profesional. ¿Qué le pasará? Hoy está triste... triste... con la sonrisa tan bonita que llevaba ayer... ¿le habrá pasado algo? ¿le habrá dicho algo Begoña?. Me alegro al final de no haberla elegido a ella, no me acaba de llenar, y sin embargo, Esther... que acaba de llegar... no sé... me merece... confianza... La pobre, ¡qué ojos más hinchados que trae hoy!..." E: "Este tío es un cabrón, un mamonazo, si se cree que voy a volver con él, lo tiene claro. Ahora que no se me ponga ahí a llorar, como lo hizo la otra vez, de rodillas implorándome perdón, es la última vez, la última. Lo que siento es que tengo que pasar por su casa a recoger unas cosas" M: Pásame las pinzas Esther. E: Toma (se las daba) M: Muy bien... pues... esto ya está. ¿le coses tú? E: Sí claro. M: (se quitaba la mascarilla) Buen trabajo Esther, de verdad. E: Gracias Maca, igualmente ¿sueles entrar mucho a quirófano?

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M: Si no hace mucha falta, no; pero si que me gusta operar a los niños. Además, quería ver en vivo y en directo como trabajabas (sonreía) E: Ya... ya... que no te fiabas... (sonreía con los ojos a través de la mascarilla) M: Jejejeje (por fin, por fin ha vuelto a sonreír, no se ve su boca pero... sus ojos sonríen...)

Sobre las tres Esther se disponía a marcharse a casa. Maca la pilló por los pasillos. M: ¡Esther! E: Sí M: ¿Ya te vas? E: Si, ya me iba, ¿por? ¿querías algo? M: Bueno, era porque me tienes que firmar los papeles de la colegiación, pero si tienes prisa... E: No, no venga Se dirigieron al despecho. Maca sacó los papeles y se los dio a firmar. M: Siento mucho si te he retrasado, es sábado, lo mismo tenías algún plan... lo mismo habías quedado con tu novio, no se... E: No, no (se le quebraba la voz y empezó a llorar) M: Esther... E: (dejó de escribir) M: Esther... hoy te he visto mal... ¿Qué te pasa? ¿Ha pasado algo?. Quiero que cuentes conmigo... E: (lloraba) Maca, es... es algo personal, no tiene que ver nada con el hospital, de verdad M: Bueno, si... si me lo quieres contar... yo... sé escuchar, ¿sabes? Además, soy discreta (le cogió cariñosamente la mano) Venga, no llores por favor, no llores... E: Maca... (agacho la cabeza y la puso casi sobre la mesa) M: Venga Esther, tranquilízate (se levantó, se fue hacia ella y la cogió del hombro) Venga... (se agachó para ponerse a su altura) vamos, vamos... E: (levantó la cabeza, seguía llorando) M: Toma (sacó de su bolsillo un cleanex y se lo dio) E: (sonreía mientras lloraba) Graciassss M: Venga, venga... (le acariciaba el hombro) ¿Qué te pasa Esther?. No sé... quiero decirte que... que puedes confiar en mí... E: Maca... M: Dime. E: Ayer, cuando me dejaste en casa, resulta que me olvidé las llaves en casa de mi novio, fui hacia allí, supuestamente él salía tarde de trabajar... (lloraba) M: Si me lo dijiste (uff... que mal rollo...) E: Pues... cuando llegué allí, le encontré con otra, en la cama, se la estaba follando Maca, y... y no era la primera vez (otra vez lloraba más fuerte) M: Esther... lo siento de verdad (le acariciaba el pelo) lo siento E: No sé... no sé por qué te cuento esto, yo... apenas nos conocemos... M: Ya (sonreía) pero... es que yo soy... muy insistente... E: (lloraba y reía al escuchar eso de Maca)

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M: Esther, Esther mírame (la cogía de la barbilla) escucha, yo... tampoco te conozco mucho pero ¿sabes? Estoy segura de que esa persona no te merecía. No... para nada Esther, para nada (la miró dulcemente) E: Tu... no sé si lo comprenderás Maca, lo tienes todo, un buen trabajo, una familia que te quiere, un marido que te espera todos los días... (lloraba otra vez) M: Te... te equivocas Esther, no lo tengo todo... no... (se levantó) E: (la miró) M: Eso te parece... eso parece... Lo mejor que tengo... es mi niña. Mi familia... vive en Jerez. E: ¿Y tu marido? M: Mi marido... murió. Murió hace tres años ya (decía tristemente) una angina de pecho repentina y... E: (dejó de llorar) Lo... siento Maca... M: Fue muy rápido. Y... una muerte así tan repentina, se asimila muy mal... bueno... tan repentino como lo que tú has pasado ayer... E: Vaya... yo aquí llorando por un estúpido de mierda y... M: (sonreía con tristeza) No pasa nada Esther, no pasa nada. Lo acepté, no tuve más remedio, además... tengo que seguir adelante, hay una criatura que me necesita, y mucho... E: (empezó a llorar otra vez desconsoladamente) M: Bueeeeeeno, anda ven... (cogió, la levantó y le dio un fuerte abrazo) E: Lo siento Maca (seguía llorando) M: Venga, no pasa nada Esther. Se que es muy pronto, pero lo superarás... ya verás, y espero que pronto, porque eres una persona, lo poco que te conozco, encantadora y... y ya verás... E: Jajajaja (le entraba la risa nerviosa) Maca, la verdad es que en lo que menos me apetece pensar ahora, es en ningún hombre M: (sonreía) Ya... (la seguía abrazando) lo entiendo ("uhmmm... por dios, pues... no estoy pensando en lo bien que le huele su pelo..." se extrañaba...) Bueno Esther, venga, que no te quiero entretener, anda... (la soltó) venga firma ya esos papeles. E: (se secaba las lágrimas con el cleanex) sí claro (sonrió) En silencio y mirada por Maca, Esther terminó de firmar los papeles de la colegiación. M: Bueno, pues... esto ya está. A partir de ahora recibirás los correos en casa. E: Gracias Maca. M: A ti Esther, y... de verdad, de verdad que siento lo que te ha pasado, lo siento... ha tenido que ser muy duro. E: No tanto como lo tuyo Maca... pero mira, tienes ahí a una personita que espera mucho de ti y tienes que cuidarla. ¿Con quién está hoy? M: Los sábados que trabajo y algunos fines de semana, la llevo con sus abuelos, los padres de él. Son encantadores además, la cuidan muy bien y la miman mucho... demasiado... diría yo (sonreía) E: "Ay la pobre... tan joven y ya viuda..." M: ¿Oye? E: Qué M: Y ahora, que ibas a hacer, ¿irte a casa a llorar a casa? E: Maca... M: jejeje era de coña... E: Ya, ya...

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M: Ya pero... no voy muy desencaminada, ¿a qué no? E: Pues... M: Escucha, yo me iba a ir a casa a tumbarme en el sofá y quedarme dormida con alguno de esos horribles programas que dan por la tele. Si quieres... no sé, podríamos ir por ahí a cenar algo y... bueno, no sé... si te apetecerá... así nos distraemos un poco, ¿Qué te parece? E: Bien... bueno... (asentía) si te apetece... M: Pues claro... lo que pasa es que yo no salgo hasta dentro de hora y media. E: Si quieres, me puedo ir mientras tanto a casa y arreglarme un poco porque estoy... hecha un adefesio. M: Ah... ¿sí? (la miró de arriba abajo) E: (se dio cuenta de cómo la estaba escaseando) Sí... ¿no? M: Bueno, si tu lo dices... pero si venga, te arreglas un poco y salimos por ahí y... yo que sé hasta nos podemos emborrachar... E: Jajajaja ¡pero Maca!... M: ¿Qué? (arqueando las cejas) E: Jejeje una madre, por dios... (de coña) directora y responsable del hospital y... M: Esther... soy una mujer como tú. Lo de pillar una toña iba de coña pero vamos... que si hay que emborracharse... se emborracha una... jajajajaja. No, venga, vamos a salir un rato por ahí E: Vale, venga. M: Te paso a recoger ¿quieres? E: Vale, sí. M: Venga pues... luego nos vemos. E: Hasta luego Maca. Esther se fue hacia su casa. La sonrisa había vuelto a su cara. A través de la ventanilla del autobús, recordaba su conversación con Maca. Ella que pensaba que lo tenía todo y... mira, era un consuelo no ser la única en desgracias. Estuvo pensando en ella, en lo mal que lo debió de pasar al morir su marido. En lo sola que parecía sentirse, en el cariño con el que hablaba a su niña por teléfono. Por unos momentos, se olvidaba totalmente de su ex. E: "Es maja, si... quizá podríamos ser amigas. Aunque bueno, no he de olvidar que ella es la directora del hospital, la que me ha contratado, la que espera algo bueno de mí. Pero... ¿Qué importancia tiene el ir a tomar algo por ahí, no?. No sé... me gustaría que fuéramos amigas; Lo mismo a ella también le apetece ser amiga mía. La verdad es que se ha preocupado bastante por mí, ha estado pendiente de mí, de que me sintiera bien en el hospital. Si pero... los demás también, no sé... espero que no piense que quiero ser su amiga o quiero salir con ella por ahí, para ganármela. Yo... lo hago porque me apetece, simplemente por eso. ¿qué hay de malo en ello?. Zapatero tendrá sus amigos, los de toda la vida, y seguro que ahora, tendrá nuevos amigos. La gente va haciendo nuevos amigos con el tiempo ¿no?". Y con estos pensamientos, llegó hacia casa. Se metió en la ducha y después se dispuso a ver la ropa que se iba a poner. E: "Es que... viste tan bien, con estilo pero informal y yo... a ver que tengo por aquí... Jo, la misma ropa de siempre. Bueno, al fin y al cabo ella no conoce mi vestuario ¡menos mal! ¿y que me hago en el pelo? ¡por dios, estos pelos que tengo! Voy a

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ponerme algo de gomina, que si sudamos así no se me ponen como si me hubiera dado un calambrazo..." El teléfono sonó y fue a cogerlo. E: ¿Diga? Jaime: Hola... Esther. E: Jaime... (toda seria) ¿Qué quieres? Jaime: Esther, necesito hablar contigo, por favor, lo necesito. E: Jaime, ya te dije ayer que no teníamos nada más que hablar. Jaime: Pero Esther, esto no puede acabar así, yo... yo te quiero. E: Si, ya lo veo... y muuucho, claro... (con tono sarcástico) Jaime: Mira Esther, ayer... no sé lo que me pasó, de verdad... E: Jaime, que no insistas, de verdad. Te lo digo de verdad. Mira, te he querido mucho, he aguantado más infidelidades tuyas, pero... pero ya no puedo más de verdad. Jaime: Te prometo por favor, por favor... que ya no volverá a pasar. E: Jaime, voy a tener que volver a verte, pero... solo será para ir a recoger las cosas mías que quedan en tu casa. Lo siento, ya no más... ya no más. Déjame vivir en paz, por favor; si de verdad me quieres... déjame ya vivir mi vida, sin ti... Jaime: ¡Esther... E: Si Jaime, eso es lo que quiero, solo eso. Ya te llamaré y algún día que tu puedas, iré a recoger mis cosas. Jaime: Vale, y hablamos. E: Pero ¿de qué Jaime? ¿de qué? de... todas las veces que me has puesto los cuernos? ¿de eso quieres que hablemos?. No... no me apetece, gracias. Jaime: No Esther, hablaremos de lo mucho que quiero compartir mi vida contigo Esther, de eso... E: Ya es tarde Jaime. Lo siento. No hay vuelta atrás. Mira, no tengo en tu casa cosas demasiado importantes para mí, así que si te empeñas... te las puedes quedar, quédate con lo que quieras de verdad, porque... si para tenerlas, he de pasar por otra conversación de estas contigo... no las quiero, no las quiero... Jaime: Bueno... veo que te has cerrado en banda. E: No me has dado otra opción. Te lo dije... Jaime: Está bien, llámame cuando quieres y pásate a recoger tus cosas. Al menos... me gustaría que quedásemos como amigos. E: Eso... me temo que no va a poder ser Jaime; a un amigo te apetece verle y a mí... no me apetece volverte a mirar a la cara... Jaime: Me lo merezco, lo sé, tienes razón... E: Ya te llamaré. Jaime: Vale pero... E: Jaime (cortándole) lo siento, te tengo que dejar. Ya te llamaré si eso y me paso algún día por allí a recoger mis cosas. Adiós. Jaime: Adiós. Esther colgó. Se sintió bien. Jamás se había sentido bien de haber dado a alguien con la puerta en las narices. Pero no estaba dispuesta a aguantar ninguna otra infidelidad. A saber con cuantas más se había acostado mientras estaba con ella. La verdad, es que ese hombre, tenía encanto, le encantó desde un principio pero... desde ayer, ese encanto se tornó en indiferencia.

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El portero de la calle sonaba. E: Debe ser ella (fue a la entrada y respondió) ¿Si? M: Esther, ya estoy aquí E: Vale Maca, ahora mismo bajo. Cogió sus cosas y salió de casa. E: (sonreía al saludarla) Hola... M: ¿Qué tal mejor? E: Pues... mira si, y eso que me acaba de llamar pero... me siento bien. M: (guiñándola un ojo) así me gusta (sonreía) E: Bueno... ¿Dónde vamos a cenar? M: Pues, hay por aquí un mexicano, no sé si lo conocerás, lo han abierto no hace mucho. A veces paso por ahí y digo... a ver si vengo algún día... y... que mejor que hoy para estrenarlo. Se llama, "Sí, Maniiito" E: ¿Siii? Jajajaja M: Maniito E: Ya, ya jajajajaja M: (poniendo acentillo mexicano) No más... pues ándale y vámonos pa allá manitaaa... E: Andale, andale... Jajajajaja M: Me alegro de que estés con mejor humor (ays... que sonrisilla más maja tiene...) Se encaminaron hacia el "Si, Maniiito"; llegaron, las sentaron en una mesa y empezaron a pedir. Al principio habían pedido agua, pero entre los aguacates, los guacamoles, las quesadillas, las enchiladas y fajitas de pollo picantes, decidieron que serían mejor ingeridas con unas botellitas muy frías de cerveza mexicana. E: Va (bebiendo a morro de la botella) si esto no pega, es muy flojito. M: Es verdad... (la imitaba) E: (echándose el aliento picante en la palma de la mano tras tragar una guindilla que estaba camuflada en la comida) ahhh ahhhh como pica ahhhh M: Jajajajaja E: Sopla, sopla, sopla (abría la boca) M: Fuuu, fuuu fuu fuajjjajajajajajaja En ese momento llegaban unos mariachis que estaban cantando por las mesas. Las chicas no paraban de reír. Sus risas aumentaron ante la situación de ver frente a ellas a esos mariachis con esos gorros tan grandes, que dejaban apenas entrever sus grandes bigotes y con sus grandes guitarrones.. Empezaron a cantarlas. Mariachis: Y ese luuuunar que tienes maaakita mía junto a tu pechooooo No se lo des a Nadia maaaakita mía que está al acechoooo Ayyyy ayyy ay ayyyyyyy Canta y no llores Porque a la macaaa y a la_vico Le están temblando los corazones Ayyyy ayyy ay ayyyyyyy

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Canta y no llores Porque a la macaaa y a la_vico Le están temblando los corazones E: Jajajajaja (escondiéndose detrás de la botella) ¡qué vergüenza Macaaaa! M: Schiss calla por diosssss Jajajajajaja ¡Vaya dos! Todo el mundo las miraba y sonreían. La verdad es que parecía que lo estaban pasando bien. Los mariachis sonriéndolas se fueron alejando hacia otras mesas. El camarero se acercó. Camarero: Señoritas... la casa les invita a una margarita (sirviéndole unas copas) E: Ah, pero que no es una flor... Jejeeje. Vaaale, si la casa se empeña M: Jajajajajaja Camarero: (anda que... como van las pobres jejejejeje) Gracias señoritas (sonreía) E: (oliendo la copa) Uhmmm pues... aunque no es una flor no huele nada mal jejejeje M: Jajajajaj ¡Esther! jajajajaja E: Oye, no te parece que a los mariachis esos les ha faltado terminar con eso del "riau riauuu" Jajajajajajaja M: Jajajajajajajaja Ays ays entre esto la cerveza, no voy a parar de ir al baño jajajajaja. Terminaron ya de cenar y se marcharon. Entraron en un garito en el "Ale, a lo loco". Había gente pero estaba bien. Las chicas entraban contentas. Llevaban ya un gran "puntillo" encima. M: Estherrr ¿Qué te pido? E: Puess, no sé... no conviene mezclar, si acaso... otrro tequila con rondajas de limón. M: ¿Con cuantas rondajas? Jajajaja E: Tres... o cuatro... yo que sé, las que den... M: Schis, Schis (llamando al camarero) Hola guapo... (sonreía) Camarero: Hola preciosas, ¿Qué os pongo? M: Puesss queremoss unas rondajas de limón... y que lleven tequila Camarero: Jejejeje M: Si pero, de la medida española, no de la extranjera, no nos vayas a poner... un culito de ná... E: Uys Maca, un culito jajajajaja M: Jejejejeje, claaaro, hay que empapar bien las rondajas esas... E: Ay Macaaaaaaa M: y ándale y ándale y ándaleeeeeeee E: Ays Maca, vaya dos cuerpos más desaprovechados M: Es verdad, el tonto ese... que no sé por que te ha dejao... si eres un ángel por dios... (no paraba de mirarla) E: Ja Camarero: Aquí tienen sus.. "rondajas" de limón con tequila M: Gracias guapo, cóbrate. E: No Maca, que esta ronda la pago yo... M: No... no, no... (le dio al camarero un billete) E: Vale (cogió la copa) venga... chin chin... porrr estoss peazo de cuerposs que dios nos ha dao

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M: chin chin... ups (de tan fuerte que chocaban el tequila se derramaba un poco) E: Ey no Maca, que no hay que derrochar (lamía con su lengua el tequila que caía de su copa) M: Jajajajaja. (ay madre míaaaa que tié lengua y tóooo) Jajajajaja En ese momento dos chicos que las observaban se acercaban hacia ellas. Chico1: Hola chicas, ¿Qué tal? ¿estáis solas? M: (mirando alrededor) pues... parece que si... jejejeje bueno, sola se queda mi amiga porque yo tengo que ausentarme un momento al baño. Ahora vuelvo. Pero mientras tanto, anda Esther, ¿Por qué no le cuentas a estos chicos como te ganas la vida dignamente? (le guiñó el ojo y se marchó) Chico2: Eso, mientras viene tu amiga, dinos a que te dedicas. E: (la mato, me deja ahora aquí sola con estos dos) Bueno... hago... hago quesos. Chico1: Jejejejeje ¿quesos? Jajajaja E: Sii... de todo tipo, pero... estoy especializada en el queso francés... aunque también hago quesos asturianos, de la mancha... jejejeje Chico2: Vaya jejejeje qué interesante jejejeje E: Si, mis quesos vienen del norrte de España, de donde recibí una herencia de cabras, así que tengo que viajar mucho por allí. Y mi amiga me acompaña. Chico1: Jajajaja que me parto jajajajaj ¡eres quesera! Jajajaja E: Sip, hip, y... de las mejores eh (advirtiendo con el dedillo) Chico2: Siii y encima estás como ellos E: ¿Cómo quien?¿Cómo los francesses? (chupando la rodaja empapada en tequila) Chico2: Como un queso chica, que estás como un queso Jajajajajajj que graciosa... En ese momento volvía Maca. M: Bueno que, ¿ya le has contado a nuestros amigos lo de tu trabajo? E: Claaaaaro... M: ¿Y que os parece? Es una experta, lo hace genial. Chico1: ya ya... jajajajaja y tu le acompañas. M: Si, a veces, cuando me necesita trabajamos juntas, sí... E: Si, ya les he contado lo de los viajes jejejeje M: ¿Qué via...? E: Shiii... de los viajes que nos hacemos al norte, de esos en los que vienes conmigo a buscar a las cabras que me dan el queso con el que me gano tan dignamente la vida... M: Jajajaja ah, sí... el queso, si... ¡viva el queso! E: Jajajajaja ¡viva el queso que nos parióooo! jajajajajajaja M: Jajajajajaja Chico1: (viendo que no tenían nada que hacer) bueno chicas... Ha sido un placer, de verdad, pero tenemos que irnos ya... M: Gracias... (les decía adiós con la mano y sonreía) E: Jajajajajaja M: Jajajajaja ¡madre mía! No se te puede dejar sola ni un minuto. ¡Cómo ligas! E: ¿Yo? pero si les he espantado Maca... M: Porque habrás querido... (le dijo con voz muy sensual) E: Pero si soy muy fea Maca ¡por dios...! M: ¿Fea? (la miraba de nuevo de arriba abajo) yo no te veo fea... todo lo contrario.

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E: Jajajaja gracias Maca, tú si que eres guapa, pero lo mío... lo mío es un castigo del cielo M: ¡Tu estás tonta!. ¿Piensas que eres una bicha rara? ¿Qué debes ser castigada por tu aspecto físico? (bebía tequila) E: Noooo... no necesito que me castiguen... no es que deba ser casstigada, es que... ya lo estoy jejejejeje M: Anda venga, termínate ese tequila que nos vamos, que te veo ya... algo perjudicada... jejejeje Esther tomó el último sorbo, recogiendo el limón que estaba dentro del baso y mordiéndolo para dejarlo de nuevo dentro de él. Se marchaban del local y se dirigían de nuevo a casa de Esther. M: Bueno... me lo ha pasado genial (sonreía) la verdad es que hacía tiempo que no me lo pasaba así de bien. E: Ya pero... no hemos ligado Maca, lo siento por ti, que estás más necesitada... bueno... digo yooo... M: Ni falta que nos hace. Con la industria esa que tenemos de quesos... tenemos a los que queramos jejejejeje, a puñaos vamos jajajajajaja E: Oye... ¿te apetece que prepare algún café a ver si se nos quita algo esta moña? M: Jajajaja pues... no me vendría mal, aunque de todas formas, me lo preparases o no, no iba a coger la moto en estas condiciones; me iré andando, que vivo cerca. Pero si, venga, a ver si nos despejamos un poco que... ¡madre mía! Jajajajaja Entraron al portal riéndose. Esther hablaba algo más fuerte de lo normal, y Maca se reía y la intentaba tapar la boca para que no montara tanto escándalo, pues ya eran casi las dos. Entraron a casa. E: Bienvenida a mi guarida (hacia un gesto de esos de torero para que pasara) ten cuidao, no te tropieces con nada M: Jajajaja, anda tonta... (entraba medio tambaleándose) E: A ver, ¿Cómo quieres el café? ¿del norte de Francia o del sur de Asturias? M: ahhh jajajajajaja. Bueno, me conformaría con... con algo de café jejejeje E: Ese... no sé si lo voy a tener ¿eh? Pero... amos a ver que hay por aquí. Fueron hacia la cocina y Esther empezó a sacar las cosas para el café. Puso la cafetera y esperaron un poco a que se hiciera. Después Maca llevó la bandeja al salón pues Esther no tenía demasiado buen pulso. Se sentaron y Esther empezó a servir los cafés. M: ¿Lo has pasado bien? (sonreía tiernamente) E: Ssii Maca, necesitaba desfogarme un poco M: Bueno... desfogar... lo que se dice desfogar... no sé yo ¿eh?. Pero mira, incluso has ligado. No te hace falta estar con ningún idiota, ya ves... tu puedes solita. E: Yo no ligo Maca, si seguro que iban a por ti, ya me ves... M: Si, si... (de nuevo la escaneaba con su mirada) ya... te veo... ("Eh, pero Maca por dios, en que estás pensando... serán... los efectos del tequila...") E: ("Si no fuera porque estoy algo borrracha jurraría que me está comiendo con esos peazo ojos que tiene en la cara. Por favor.. si son como, como dos soles del universo mundial...") que sssi... Maacaaa que iban a por ti, que yo no les gustaba. Fíjate, famosa quesera y se me van. Mira...

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M: Va venga Esther, que siempre estás con lo mismo... E: Es que es verdad Maca, yo soy fea y tú eres guapa; mira... si yo fuera hombre... me lo harría contigo Maca ("Pero... pero por diosss que estoy diciendo, ¿se pué rebobinar? Ay madre mía pero Esther, pero... ¿pero qué estas diciendo?") M: (se quedó sorprendida) Si bueno... gracias cielo, sé que lo harías... ("Maca, por dios, por dios... pero... ¿y por que ha dicho eso? Bueno... está pedo pero... los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, ¿no?. Pero... que estoy diciendo por dios, y encima le digo que si que lo se, que si que se que lo haría...") En fin, Esther, lo que te quiero decir, es que no debes tenerte en tan baja autoestima E: ("parece que no se ha dado cuenta uff...") ya, ya... si lo sé Maca. Pero bueno, son los efectos del alcohol... digo... de mi separación. Porque... estoy separada Maca, separadaaaaaa (empezaba a llorar más que de pena de borracha) M: (la abrazaba) Si mi niña, lo sé... y mira y yo estoy viuda, viudaaaaaaaaa (se ponía también a llorar) E: Ay... Macaaaa que desgraciaitas que somoooos M: Siiii, si Esther cariño siiiiiii ayssssssssss Se separaron, y se secaban las lágrimas. E: snif... snif... bueno yo creo que me voy a dormir M: Sí... snif snif... Yo también ale... Esther, tambaleándose se marchaba hacia su habitación seguida por Maca, que también empezaba a perder el equilibrio. E: Ah, y esssto... es mi habitación (con los ojos medio abiertos) M: Vale... (se empezaba a quitar las botas) en que lado te acuessstas tú... E: Puess... en alguno... digo yo... M: Jajajajaja, bueno pues... yo en el otro jajajajaja E: Jajajajaaja Se quitaron los pantalones, se quedaron en camisetas, y casi lanzaron sus cuerpos sobre la cama. No había pasado ni un minuto, cuando estaban ya durmiendo la mona... E: ahhh juuuuuu ahhhh juuuu M: juuu ahhhh juuuu ahhhh

Eran como la una de la tarde cuando Maca empezaba a despertarse. Por unos instantes, no tenía noción ni de tiempo ni de espacio. Con algo de esfuerzo intentó abrir los ojos; le dolía la cabeza y se notaba como aprisionada. Esther estaba tumbada sobre su abdomen, abrazándola, como si fuera un osito de peluche. Estiró sus brazos y sonrió. Empezó a recordar qué hacia allí. M: Uff ¡madre mía! Menuda melopea nos pillamos anoche... Bajó la cabeza y la miró. Estaba totalmente dormida, con la boca medio abierta. La acarició suavemente el pelo y volvió a cerrar los ojos sonriendo. Durante unos instantes, sus dedos paseaban por el cabello de Esther.

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M: Jejejeje, anoche se debió poner un kilo de gomina por lo menos. Al recordar la noche anterior, con la historia de los mariachis y lo de las cabras y los quesos le empezó a entrar la risa. Pero paró, pues su cuerpo empezaba a convulsionarse y no quería despertarla. M: Que morro tengo, ni corta ni perezosa... ale, me quedo a dormir aquí, así... por el artículo 33... jejejeje. Bueno... seguro que no la ha importado, además, no sé ni siquiera si se dio cuenta de que me quedé... En ese momento su móvil sonaba. Se sobresaltó. Seguro que serían sus suegros. Corriendo, como pudo, apartó a Esther a un lado, lo cual hizo que esta medio despertara. Al levantarse rápido de la cama tropezó con una de sus botas y casi perdía el equilibrio. M: ¡Joder! Que me mato. ¿Dónde... donde estará el móvil? ¿Dónde está mi bolso?. Salió corriendo de la habitación a buscarlo. Al final, estaba en el salón. Lo sacó y descolgó. M: Hola Manolo ¿Qué tal? Manolo: Hola Maca, buenos días. Te hemos llamado a casa pero no estabas. M: Si, si... (sus ojos todavía no estaban del todo abiertos) es que... he salido a casa de una amiga. ¿Qué tal está Leticia? ¿Se ha portado bien? Manolo: Como siempre Maca, ya sabes que es un cielete, que no da guerra para nada... M: (sonrió) Sí... Manolo: Oye, que mi hija nos ha invitado a comer, que quiere verla. ¿Te quieres venir? ¿Sí? M: Pues... Manolo es que... (mirando el reloj) creo que voy a ir un poco pillada de tiempo, ¿no te importa si me paso luego por la tarde? Manolo: Claro mujer, no pasa nada, estaremos en su casa. M: Perfecto, pues sobre la hora del café iré para allá ¿vale? ¿Está por ahí? Manolo: Esta con la abuela, se la ha bajado un poquito al parque. Ahora mismo voy a bajar a recogerlas en el coche para irnos a comer. M: Vale Manolo pues esta tarde nos vemos. Dile a Yolanda que luego me paso y os veo. Manolo: Vale Maca, venga... hasta luego... M: Adiós... Colgó y se fue directa al baño. Se bajó las braguitas y se sentó en la taza sujetándose la cabeza con los brazos apoyados en las rodillas. Cuando terminó, se lavó un poco la cara para despejarse. Se enjuagó un poco la boca pues la tenía muy reseca y volvió a la habitación en donde Esther estaba ya despierta pero medio estirándose con los ojos aún cerrados. M:... ¡borracha!... (le acarició la mejilla) E: uhm uhm uhm (sonreía sin poder abrir todavía los ojos) Ahhhhh (bostezaba) Ays.. Maca (decía con la voz ronca) M: Vaya voz de cazallera que tienes Esther jejeje (reía dulcemente mientras se volvía a acostar) anda, hazme un lado, que estás ocupando toda la cama...

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E: Ahhh (se apartó un poco mientras seguía bostezando) ¿Qué hora será? M: Más de la una ya E: ¿La una? Uff Maca... la que pillamos anoche... M: Si, hacía tiempo que no me pillaba una tan gorda. Y todo por tu culpa ¿eh? E: Si, si... por mi culpa... (empezaba a abrir los ojos con dificultad) ¿era tu móvil lo que sonaba, o los mariachis que nos han seguido hasta aquí...? M: Jajajaja Anda que... los mariachis.. ays... que risa... jejejejeje. E: Sí... jejeje. M: Gracias Esther (se puso de lado frente a ella) E: (sonrió) de nada... lo normal es que te quedaras a dormir, en esas condiciones no podías ni coger la moto ni mover tus pies jejeejje. M: No... si lo digo porque hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien; hacia tiempo que no me había sentido tan a gusto con nadie, de verdad (decía tranquilamente) E: Gracias a ti, porque desde que salimos ayer... lo único que recuerdo de ese idiota, es que no me he acordado de él en todo el tiempo que... que he pasado contigo... y yo... yo también me sentí muy bien, de verdad. M: Lo sé... pero... volverás a acordarte de él. E: Es que... duele, Maca, duele... M: Ya... mira... pero (de coña) soy una madre responsable, directora de un hospital y... y no puedes pretender que cada fin de semana que no tenga a Leticia... nos pongamos hasta el culo de tequila... para olvidar (sonrió) E: Jajajajaja Oye pues... ahora que lo dices... ¡qué quieres que te diga!... no sé yo ¿eh?... no sería mala idea... jejejeje M: Jajajajaja. De repente, instintivamente, Esther se abrazó a ella y le dio un dulce beso en la mejilla, quedándose acurrucada sobre su hombro. La sonrisa de Maca fue desapareciendo casi por completo. Tenía los ojos muy abiertos. Y aunque intentaba disimularlo, cada vez le costaba más respirar. Su corazón empezaba a latir fuertemente y no sabía qué hacer para intentar calmarlo, que Esther no se diera cuenta pues, estaba muy cerca de él. Por su mente pasaban imágenes, a la vez de todo y de nada; era un acúmulo de sensaciones rápidas, inexplicables. Sintió miedo, miedo a lo desconocido pero a la vez, no quería que Esther se separara ni un milímetro de la posición en la que estaba, abrazándola con ternura. Pero no fue así, porque Esther se separó un poco y la miró. E: Perdona (sonreía) que... te tengo aquí toda acaparada. M: No... no pasa nada (la miró fijamente a los ojos) E: (no sabía por qué pero no podía aguantar esa mirada fija de Maca en sus ojos e intentó cambiar de conversación) ¿Quién era? M: ¿Quién? E: Si, que quien te llamaba, ¿es urgente? M: Ah, no, no... mis suegros, que se iban a comer a casa de Yolanda, mi cuñada. E: Ah pues... M: No, es tarde Esther, se iban ya. Iré después de comer a recogerla. E: ¿Se... se parece a ti? M: Pues... si, dicen que sí. Tiene un aire a su padre pero dicen que se parece mucho a mí, espera (se levantó de la cama y fue a por su bolso. Al momento llegaba otra vez con

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la cartera para enseñarle una foto de su pequeña a Esther) Mira... (sacaba la foto) bueno... ya sabes... las madres... que siempre llevamos fotitos de nuestros hijos jejejee E: (cogió la foto) Maca... (sonreía con cara de sorpresa) pero... si es clavadita a ti... jejeje. Tiene tus mismos... ojos... son enormes, se le van a salir de la cara... jejejeje. M: Si (sonreía dulcemente) bueno, los tiene verdes, como su padre y es rubieja, él también lo era... E: Se nota que le querías mucho, ¿verdad? M: Si... le quise bastante. Y eso que mi familia al principio se oponía. E: ¿Por? M: Era un simple informático. Mi familia es de dinero y tenían ya echado el ojo a otro chico para mí, pero... en fin, con estas cosas... no se puede jugar, ya sabes... E: ¿Eres de familia de dinero? ¡venga ya...! jejejeje M: ¿Conoces las bodegas Wilson? E: ¡Madre mía! ¿y quien no?. No me digas que eres de la familia de los Wilson... M: Pues... sí. E: ¿Tu madre? M: No, no... mi padre. E: ¿Y como es que te apellidas Fernández? M: Bueno, en realidad me apellido Wilson Fernández. Pero al llegar a Madrid, para no crear envidias y que la gente pensara que había alcanzado este puesto por mi apellido, cambié el orden. Pero en mi D.N.I. soy Macarena Wilson Fernández. E: Jejejeje. Anda... que si te hubiesen visto ayer bebiendo tequila... jejejejejeje M: Uff... me desheredan jajajajaja. Te traeré unas botellitas, ya verás que rico. E: Vale, un buen vinito... siempre es de agradecer jejejeje. ¿Te quedas a comer vale? M: No sé... no quisiera entretenerte mucho... E: ¿Entretenerme? ¡para nada! (se levantaba) si quieres mientras preparo algo puedes darte una ducha... M: Si venga (se levantaba también) no estaría nada mal, a ver si me despejo un poquito... Mientras Maca se duchaba, Esther estuvo preparando algo de comida. E: "¡dios, como me miraba! ¿por qué no puedo aguantar esa mirada?. Tiene unos ojos tan grades y tan expresivos. Ayer también me miraba mucho, y no sé... si es que era porque estaba contentilla o qué... pero a veces me echaba unas miraditas... que... madre mía... Es más maja... que bien nos lo pasamos ayer jejeje. Me gusta estar con ella. Pero... no sé, hace tan solo dos días que nos conocemos aunque bueno, eso no tiene que ver, hay veces que conoces a alguien y conectas muy bien con esa persona, y creo que eso es lo que nos ha pasado a Maca y a mí. Además, es tan guapa... ays Esther, ¿por qué estás pensando en esto, por qué...?. Venga repite: a mi no me gustan las mujeres... a mi no me gustan las mujeres... Maca es guapa y... y ya está. ¿Qué tiene un cuerpo envidiable? Vale... ¿Qué tiene una voz encantadora? Bien... si... ¿Qué tiene una mirada alucinante? Sí también... y ¿Qué?. es una mujer "m" "u" "j" "e" "r" mujer, mujer... mujer Esther por dios, por dios..." M: ¡Esther! ¡Esther...! E: (se sobresaltó y se dio la vuelta) Si, perdona... dime. M: Jejeje todavía estás en babia ¿eh?. Nada que si tenías algún desodorante. E: ("¿para qué?... si no lo necesitas, si hueles muy bien...") De...¿desodorante? M: Jejeje, si mujer, de eso que se echa una en las axilas para oler un poquito mejor... E: Jejejeje. Perdona Maca (ays...) si, en el armario que hay al lado de la ducha.

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M: Vale (se fue a por él) Cuando Maca salió del baño, Esther la relevó, le tocaba a ella. Mientras, Maca, se quedó merodeando por la casa. La conocía casi toda. Pero había una puerta que estaba cerrada. M: ¡Eshter! E: (se limpiaba los ojos de champú, pues la oía muy cerca de la puerta y se le escapó de los nervios a los ojos) ¿Quéeeee? M: ¿Qué tienes aquí, otra habitación? E: ¿En dóndeeee? (le gritaba desde la ducha) M: Aquí... en la puerta de al lado del baño... E: Ah... pasa si quieres, pero ten cuidado... M: ¿Por qué? no tendrás... fieras peligrosas... E: Noooo... pfuf pfuff (escupía el champú que le había entrado en la boca) Maca abrió con cuidado la puerta. Encendió la luz y de repente, la habitación se quedó tenuemente iluminada en rojo. Era como un pequeño estudio fotográfico. Sobre una cuerda estaban colgadas algunas fotos. Las miró. Eran preciosas, había fotos en color, en blanco y negro... sobre una mesa estaba la máquina de revelar y dos cámaras, aparte de algunos botes con líquidos que supuso que eran los de revelar las fotos. Al rato, Esther salió del baño y se dirigió hacia su estudio de fotografía. Maca miraba las fotos. M: Vaya... (la sonrió) ¿son tuyas? E: (asentía) Sí... M: Pero... son preciosas Esther. No me habías dicho que te gustara la fotografía. Cada vez me sorprendes más... E: Bueno... hace poco que nos conocemos, no me ha dado tiempo a contarte muchas cosas de mí... M: Mira, esta... me encanta... unas manos, debajo de un chorro de una fuente... E: ¿Sí? Que curioso, es de mis favoritas. M: ¿Las vendes? E: ¿Por que? ¿Estás... interesada en alguna? Jejejeje. No, que va. Bueno... alguna vez he vendido alguna, pero... bueno, más que nada lo hago porque me gusta. M: Pues... te aseguro que te ganarías la vida muy bien con esto ¿eh? E: Jejejeje M: ¿Qué? (encogiendo el hombro) E: No... si sólo lo hago por hobbie, de verdad... Bueno, he preparado una ensaladita. Algo fresquito a ver si se nos termina de pasar este resacón... M: Vale venga, aunque... no te creas que tengo mucho hambre, que el estómago... lo tengo algo revuelto. E: Veeeenga vamos a la cocina a comer, a reponer fueeeeerzas. Se dispusieron a comer. E: Bueno, y... ¿tu que hobies tienes? M: ¿Yo? pues... me gusta mucho montar a caballo. Antes lo hacía bastante. Tengo un caballo. E: Ya... ¡qué menos! Jejeje

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M: Jejeje. Se llama King Wilson, es precioso. Pero ya hace tiempo que no monto. Está en Jerez, en la finca de mi familia. E: Oye y ¿tu familia al final acepto a tu esposo? M: Sí. Vieron que me hacía feliz. Eso es lo importante ¿no? E: Sí. Mira... mi madre no ha terminado nunca de aceptar a Jaime, lo sé, por comentarios que a veces me hacía. Pero como a mí me gustaba, al final lo terminó por aceptar. Todavía no se lo he dicho. M: ¿No? ¿y eso? E: No sé... Al final estaba ilusionada, me animaba para que nos casásemos. Ya ves... nada más lejos de la realidad. M: ¿Ha sido tu único novio? E: No... (sonreía) soy fea... pero... resultona... jejeje M: Venga Esther, que siempre estás con lo mismo. E: Vaaale, vaaale. Tuve otro novio más, pero... iba muy a su aire, salía mucho por ahí con sus amigos, y muchos fines de semana, me veía sola en casa. La cosa no marchó. ¿Y tu? M: Yo tuve varios, pero... lo mismo, nada... rolletes simplemente. Hasta que conocí al padre de Leticia, no sé... me daba paz, tranquilidad... E: ¿Y... te has planteado alguna vez rehacer tu vida con alguien? M: Es difícil Esther, aunque... sé que puedo dar mucho pero... es difícil. E: Sí, lo sé... M: Si, es difícil E: No, me refería a que sé que puedes dar... que puedes dar mucho Maca (sonreía) M: (sonrió) gracias. Cuando terminaron de comer prepararon unos cafés. Se los tomaron tranquilamente en el sillón. Se pusieron a charlar de anécdotas de la vida... M: Jajajajaja ¿eso te dijo? E: Ya te digo... va y me dice la tía... (poniendo voz de cursi) "pues tenemos esta crema facial, que erradica los radicales libres que atacan a la piel" y yo voy y le digo... que nooo, que no quiero cremas... y va y coge un espejo y me dice la tía... "permítame que la enseñe algo" y me acerca un espejo de esos de aumento muy cerca de la cara y me suelta... "¿Ve? ¿Ve lo seca y descolorida que tiene la piel? ¿Ve el daño irreversible que ha hecho a su cutis? No se ha cuidado para nada el cutis, señorita, para nada..." M: Jajajajajaja (no paraba de reírse, la verdad es que Esther parecía seria pero tenía su puntillo) E: Y claro, eso ya me puso... Y voy y le digo... A ver, ¿pero usted que vende? ¿cremas, o golpes de estado? M: Jajajajaja ¿eso le dijiste? Jajajajaja E: Ya te digo, y acto seguido sin ni siquiera mirarla, me largué. M: Pero que tía más tonta, ¿no? jajajajaja E: Hoooombre (tocándose la cara) ¡con lo bonita que tengo yo la piel...! M: ¡Mira! Ya vas progresando, ya tienes algo bonito... ("¿algo, solo algo? Maca... Maca... que es una mujer...") Bueno... Esther esto... me voy a marchar ya. Voy a ver si veo a mi cuñada, que hace tiempo que no la veo. E: Si, vale... y a tu niñita... que tendrás ya ganillas... M: (sonreía) si... Bueno.. (se levantó, y con ella Esther) que... que me lo he pasado muy bien Esther. Espero que... que volvamos a repetirlo... E: Pues claro... (sonreía tímidamente "¿Cuándo, cuando, cuandooooooo?")

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M: ¿Qué turno tienes mañana? E: A ver a ver... si no recuerdo mal... mi jefa me ha puesto... ("¡cómo me ha puesto, cómo me ha puesto mi jefa por diosssss!") ¡Me ha puesto de noche! ¡Que tía!... M: Si... es que... cómo son las jefes ¿verdad? (poniendo carilla de asco) E: La mía... la mía... ("la mía es alucinante por diossssssss") es buena jefa... la mujer... M: um, um, um, um (sonreía) bueno... lo dicho... con tequila y sin tequila, ha sido un placer pasar estas horas contigo Esther E: Para mí... también Maca (sonrió tímidamente) M: Venga (se acercó a Esther y le dio un solo beso en la mejilla, no quería darle dos, eso era lo habitual, y lo que había pasado... no lo era, no...) mañana nos vemos (abría la puerta) E: Vale Maca ( la sonreía desde la puerta) y ten cuidado con la moto... M: (se dio la vuelta) ¡La moto...! (se quedó pensativa) Ah, si, si... ya recuerdo dónde la deje jejejejeje. Venga hasta mañana. E: Adiós... Maca se marchó. Esther cerró la puerta y se quedó de espaldas apoyada en ella. Suspiró hondo. Miraba alrededor de la casa pero a ningún sitio en especial. Se fue al lavabo a lavarse un poco la cara. Cuando se la secaba, mirándose al espejo, de repente vio la barra de desodorante. La cogió, la abrió y la olió. Se sorprendió a ella misma en el espejo oliendo la barra. Bajo la mirada, miró la barra y seguidamente se volvió a ver en el espejo. Tragó saliva, dejó la barra de nuevo en el lavabo y se fue hacia el salón. No solía fumar, pero algún paquete de Jaime había por allí. Cogió un cigarrillo y lo encendió. Dio una gran calada y exhaló el humo fuertemente mirando hacia el infinito. Toda nerviosa, se mordía la yema del dedo pulgar en el que mantenía el cigarrillo. Acto seguido con la otra mano, empezó a masajearse la sien, y no precisamente porque le doliera la cabeza, no... E: ¡Joder...! (casi llorando, fue la única palabra que salía de su boca) Sobre las diez Maca acostaba a Leticia en la cama, con una muñequita de los lunnis que le había regalado su tía. M: ¿Te gusta la muñeca que te ha regalado la tía? (que feilla es la pobre...) Leticia: Zi... Lupita. Jejeje tiene las trenzas pada arriba (las tocaba) M: um, um (sonreía) parece que se van a echar a volar... Leticia: Zi... mami y tiene gafas como tú... M: Claro... las de mamá son negras, y estas que lleva Lupita son de color... Leticia: Amadillo jejejeje M: Muy bien... y los ojos los tiene tan grandes como tú Leticia: Shii... mu bonitos mami... M: (por dios, si los lleva uno para España y otro para California...) Si, muy bonitos cariño... Venga y ahora ¿Qué dicen los lunnis?... Leticia: (canturreando) bue naz noches hazta mañana los luniz y los niñooo nos amos a la camaaaaa... M: Jejejejeje. Pues eso cariño, venga, que hoy vas a dormir con Lupita. Leticia: Siiiii (abrazaba la muñeca) M: Hasta mañana cariño. Venga y duérmete pronto... que mañana hay que ir al cole... (la dio un besito y se marchó de la habitación)

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Se fue hacia el salón. Se sentó en el sofá sin hacer nada. Una leve brisa pasaba a través del balcón que estaba abierto. De repente echó la vista a la estantería del mueble. Se levantó y cogió un álbum de fotos. Se sentó de nuevo y lo abrió. Eran fotos de familia. Fotos de ella, de su marido, de cuando tuvieron a Leticia, de los momentos que habían pasado juntos. Hacia tiempo que no lo miraba, en lo que podía lo evitaba, pero esa noche extrañamente lo abrió y empezó a recordar. Miró un primer plano del que fue su marido. Besó dos de sus dedos y acto seguido los pasó por la foto, muy despacio y suavemente mientras sonreía con ternura. M: No tuve tiempo de asimilar tu muerte. No me diste tiempo, te fuiste, así, rápidamente. ¿Por qué me dejaste sola? (unas lágrimas empezaban a rodar por su rostro) mira... mira lo que pasa ahora... así... tan rápido como te fuiste tú de mi vida, así ha llegado otra persona a ella Fernando... Por una parte me siento como si te estuviera siendo infiel, y eso... no sé que significa, no lo sé... estoy muy confusa. Dime qué me pasa, ¡dímelo! (apretaba los labios) y si no, no haberme dejado joder... Habíamos planeado una vida juntos, planeado una vida para que todo fuera normal, sencillo... y... desde hace unas horas, me estoy volviendo loca... ¡loca!; todo se confunde en mi cabeza... y... y no tengo respuestas, ni una sola respuesta, solo preguntas, y... yo que sé... (negaba con la cabeza) yo que sé Fernando, yo que sé lo que me pasa... pero desde hace algunas horas, no soy la misma. No reconocerías en mi a la mujer que amaste... te sorprenderías, de verdad; te sorprenderías de ver lo que estoy sintiendo en tan poco tiempo. No sé si... si será amor, pero hoy, cuando me abrazaba... sentía algo que jamás había sentido; casi se me paraba el corazón y eso... nunca me había pasado. Lo siento, sabes que nunca te he mentido pero esto... es distinto y nuevo para mí. Siempre he sido muy independiente, Fernando, y sabes que no te estoy pidiendo tu aprobación; solamente quería decirte que... que tengo miedo, miedo de lo que estoy sintiendo en tan poco tiempo... pero... por primera vez, siento que quiero rehacer mi vida. ¡Dios!... ¿pero que estoy diciendo? Cerró el álbum, se levantó y fue hacia el balcón; se apoyó en la barandilla, alzó la cabeza y respiró hondo la suave brisa de la noche durante varias veces. Después miró hacia el suelo. M: (negando con la cabeza) Esto no puede ser... Se marchó a la cama bastante preocupada. Pensaba en su marido. Estaba tranquila pues su corazón le decía que no le estaba engañando, que nunca le había engañado. Pensaba en Leticia, el motor de su vida, y pensaba en Esther, el motor que empezaba a hacer latir de nuevo su corazón. Se preguntó si Esther estaría pasando por lo mismo. M: Seguro que no... hemos tenido una conexión muy especial, pero ella... simplemente necesitaba una amiga en la que apoyarse. Ayer porque nos emborrachamos, pero... estoy segura de que yo, si acaso, tan solo estaré ocupando una muy mínima parte de sus pensamientos.

Al día siguiente en su despacho, Maca hizo cambio de turnos. Quería no coincidir mucho con Esther. Pensó que necesitaba no verla, para ver si lo que había empezado a

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sentir, era pasajero. Si por ella fuera, la pondría siempre de noche, pero... eso no podía ser, pues Esther era la jefa de enfermeras y tenía que estar al tanto de todo. Ese día apenas coincidieron. Tan solo un momento en la cafetería. Esther estaba con Laura y con Cruz y las dos omitieron la juerga del sábado. Maca llegó con los nuevos turnos. Cuando ambas se vieron, sintieron un fuerte golpe en el estómago, aunque ninguna de las dos sabía lo que la otra sentía. M: Tomad chicas, los turnos (dándole las hojas) L: Anda, que bien, esta semana no me has puesto más que esta noche jefa... (sonreía) C: A mi... (dijo mirando el planning) dos. Bueno... no está mal... E: Y yo... M: ¿Tú... qué? (dijo toda seria) E: No, nada, nada... lo que me pongas... bien puesto está, claro que si... (uff, menudo humor tiene hoy...) M: Bueno, yo ya me voy. Cualquier urgencia me llamáis al móvil. E: Ya vas a ver a tu niña, ¿no? (dijo sonriendo) M: (toda seria) Sí, claro. Si no, se va a olvidar de mí. Venga hasta luego (y se marchó) L: Qué seria está... ¿no? C: Bueno, no todos los días son buenos Laura... E: Si, claro... (y a esta que mosca le habrá picada ahora...) Durante varios días apenas coincidieron. Eso no quería decir que no pensasen la una en la otra, porque si que lo hacían y muy a menudo. No podían evitar el sentir algo cada vez que se cruzaban por el hospital, o cada vez que se tenían que mirar. Y sobre todo, por las noches, ya en silencio y en la cama, era donde más pensaban la una en la otra. Las dos tenían dudas, temores, sabía que algo estaba pasando en sus vidas. Esther pensaba que Maca había intuido algo de lo que empezaba a sentir, y que por eso estaba más distante, para darle a entender que eso no podía ser. Y Maca, pensaba que Esther no sentía nada especial hacia ella. Así que estaban en ese punto de "no encuentro". Los días pasaban lentos y duros a la vez. Una mañana, Esther llamaba a la puerta de dirección. Angelines: Hola Esther E: Hola. Quería hablar un momentito con Maca Angelines: Si, espera, pasa que ahora la aviso (pasó al despacho y de nuevo salió) Puedes pasar Esther. E: Gracias (se adentraba en el despacho) Hola Maca, buenas tardes. M: (levantó la mirada y se quitó las gafas) Buenas tardes Esther. Dime. E: Verás yo... ("¡joder, que seria sigue! No sé si irme...") M: ¿Pasa algo? (toda seria) E: No, no, nada... es que... bueno... como ya sabes... es que hace tiempo que no hablamos, que no coincidimos y... M: Ya, es que ahora estoy muy ocupada Esther. E: Si ya... ya lo sé, es normal. ("te aguantas y me escuchas") No quería robarte mucho de tu tiempo, solo venía porque como sabes que... que bueno, que dejé a Jaime y... quería ir a recoger mis cosas de su casa. M: ¿Y?

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E: ("oh, oh, malo malo... está de pésimo humor pero... ya no puedo dar marcha atrás...") Pues que verás, allí dejé muchas cosas, aparatos especiales de revelado... incluso hasta algunas estanterías y un pequeño mueble que él no quiere, y pensaba, si puede ser claro... que si mañana me podía coger el día libre para recogerlas (ahora es cuando saca el bisturí y me lo clava en la yugular...) M: Ahhh... mañana es sábado Esther, sabes que los sábados hay más jaleo de lo normal. E: Ya,... bueno, no pasa nada ("¡qué suerte, sigo viva...!") M: Si quieres, puedes cogerte el lunes... pero oye... si mañana sales a las cuatro, puedes hacerlo por la tarde, ¿no? E: ("miiira... sabe mi horario... ¡vaya!... me sorprende...") Bueno... lo que pasa es que una amiga mía se había prestado para ayudarme y... su padre tiene una furgoneta para poder meter las cosas, lo que pasa es que mañana por la tarde, no se la puede dejar, porque se van sus padres al pueblo y... ya no podría ser. Pero bueno, si no puede ser... lo intento para otro día, no pasa nada... Gracias de todas formas Maca, otra vez que ella pueda, te lo pediré ¿vale? (se daba la vuelta para marcharse) M: ("Ay la pobre... Maca, Maca... no, no, no, y nooo") ¡Esther! espera... E: (cerró los ojos por un momento, los volvió a abrir y se dio la vuelta) Si, dime. ("Dime, dime ya algo Maca, estoy esperando que me digas algo más de cuatro palabras desde hace días... ¡por favor!") M: Yo... mañana salgo también a las cuatro. Que... tengo un todo terreno, no es que sea grande, pero lo mismo en dos o tres viajes... podríamos cargarlo... E: ("pellizcarme... no me puedo pellizcar, se notaría demasiado...") Maca yo... yo no te quiero molestar, de verdad ("ay madre mía, que al final voy de mudanza con ella...") M: No es ninguna molestia, de verdad. Insisto ("hasta con esa carita de pena me encanta...") Lo único que... Vanessa, mi canguro, se marcha a las cinco y Leticia tendría que venirse con nosotras, sus abuelos este fin de semana no están. Uff, aunque... pensándolo bien... no sé yo si va a ser buena idea ¿eh?, en general Leticia es muy buena pero como le dé por tener un mal día... E: Es verdad, la pobre se va a aburrir ("ays... casi, casi...") Venga que lo dejo para otro día. M: Que no (dijo rotundamente) mira, si se empezara a portar mal, le digo que le quito a Lupita E: ¿Lupita? M: Uys si... (empezaba a sonreír) es su muñeca favorita, una de los lunnis. Más feilla la pobre... jejeje pero la adora... E: Jjejejeje. No quiero molestarte Maca, de verdad. M: Que no, insisto, que quiero ayudarte, venga. Nos la llevamos. Y si se porta mal... te toca aguantarla a ti jejejeje E: (sonrió) Ya, claro ("como sea como tú, la aguanto, vamos que si la aguanto...") Pero... mira, estaba pensando... si tu quieres, claro... que mañana por la tarde, va mi hermano a casa de mi madre. Tengo un sobrino casi de su edad. Si quieres podríamos llevarla allí mientras tanto. M: ¡Sí hombre! Por si no tuvieran suficiente con uno... vas y les endiñas otro más... jejeje E: Que no, que no pasa de verdad. Ahora mismo hablo con ella y se lo digo. Seguro que no les va a importar. M: ¿Ya se lo contaste? Lo... lo de Jaime... E: Si, ya lo saben todos. M: ¿Y?

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E: Mi madre, yo creo que en el fondo se ha alegrado. Me dijo que en cierto modo era lo mejor para mí. Que no me veía con él. M: Ya... ("y conmigo menos, claro... ufff Maca, Maca... no sigas con eso...") Bueno, pues nada. Mañana paso a recogerte y retiramos todas tus pertenencias de casa de ese individuo ¿estará? E: Si claro, yo ya no tengo sus llaves. M: Bueno, pues nada. Espero que con mi compañía el mal rato se te pase mejor... E: Gracias Maca, ten por seguro que sí... ("el mal rato ya se me pasó en el momento en que vi esos ojos... no, Esther, no, no la mires así... que se va a dar cueeenta...") Esther salía del despacho de dirección andando, casi dando saltitos. Maca la iba a ayudar. Ella misma se había ofrecido, y había insistido en ello además. Se le iba a hacer tan largo el momento hasta que llegara el sábado a las cinco... Y allí estaba Maca, puntual, frente al portal de la casa de Esther, llamando al portero automático. M: Ya estamos aquiiiii E: Ahora mismo bajo. Cuando salió, le pareció ver dos soles. Uno más grande y otro más pequeñín. Maca agarraba a Leticia de la mano. Se acercó hacia ellas. E: Hola... (se agachaba sonriendo para saludar a la pequeña) M: Mira Leticia (se agachaba también) esta es Esther, una buena amiga de mamá. Leticia: Hola Ezter E: ¿Me das un besito? (poniéndole la mejilla) Leticia: Zi (le dio un dulce besito) E: ("Dios mío, es como Maca pero en pequeño jejejeje" "Aysss yo creo que se parece, o ¿es que estoy obsesionada...?") (sonreía) oye, que muñeca más bonita tienes... Leticia: E Lupita de loz lunni E: ¡Ya claroo...! Claro que la conozco. La famosa Lupita. La mejor... ¿a qué sí? Leticia: Siii M: (se le caía la baba observando tal escena) Bueno venga, que... veo que nos enrollamos aquí a hablar de los lunnis y tenemos cosas que hacer... jejejejeje. Llevaron a la niña a casa de Encarna. Maca subió y saludó a su familia, que para nada les importó que se quedara la niña unas horas en casa, pues así, Roberto, estaría más entretenido. Además, a Roberto también le gustaban los lunnis y en casa de Encarna, no faltaba cintas de ellos. Así que se fueron tranquilas, viendo como se quedaban viendo las aventuras de esos muñecajos. Jaime estaba serio y un poco cortado. La presencia de Maca hizo que no intercambiara palabras casi con ellas. Se ofreció a ayudarlas. E: Gracias Jaime, no te preocupes. Tu sigue a lo tuyo no queremos molestarte. Intentaremos acabar lo antes posible (decía tajante sin darle oportunidad alguna) Y Maca pasaba totalmente de él, mostraba una fría indiferencia ante aquel individuo que tanto había hecho sufrir a Esther.

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Tan solo les hizo falta un par de viajes. Intentaron llenar el maletero encajándolo todo para hacer los menos posibles. Sobre las nueve, terminaron de llevar todas las cosas a casa de Esther y se dirigieron a la casa de Encarna a recoger a Leticia. Su hijo ya se había marchado. En: Venga, que os quedáis a cenar. E: Uys no mamá que voy a invitar a Leticia a un sitio donde ponen unas hamburguesas con unas patatas fritas... de muerte. Leticia: Valeeeee (saltaba de alegría) M: Uys (la miró) acabas de nombrar la palabra mágica, patatas fritas, ¡le encantan! Se fueron a un burger que había cerca de casa de Esther. Pidieron un menú de niños de esos que daban muñecos. Justo de los que le gustaban tanto a Leticia. Leticia: Mamáaaaa miraaaaa (enseñándole la pequeña muñeca que venía con el menú) M: ¡Ay dios mío! Esta noche voy a soñar con Lupitas jajajajaja. Me voy a parecer al niño del sexto sentido: "en ocasiones, veo Lupitas" Jajajajaja E: Jajajajaja. Eran como las once y media cuando salían de cenar. Maca acercó a Esther a su casa. Leticia, estaba ya muy cansada y se quedó durmiendo en el asiento de atrás. Llegaron a la casa de Esther y Maca paró el motor M: (mirando hacia atrás y hablando bajito) Mírala, se ha quedado como un tronco (sonreía) E: (mirando a Leticia) Si, es más rica Maca... es igualita a ti... M: Si bueno... yo no soy tan buena como ella... E: Maca, que es una niña... M: Ya, bueno... me refiero a... a que... últimamente no me he comportado muy bien contigo Esther... (miraba al volante nerviosa) E: Anda, no seas tonta... ¿por qué dices eso? ("a ver si adivino por que lo ha hecho... ójala sea por lo mismo que yo...") M: (ladeaba tímidamente la cabeza) E: Maca, el trabajo es el trabajo. Tu tienes tus responsabilidades y yo las mías. M: Ya bueno... no me refería a eso Esther. No se qué me pasa... después de lo bien que nos lo pasamos el otro día y... no sé, bueno... (la miró) tú no me hagas caso ¿uhmm? Debe ser que estoy muy sensiblera últimamente. Tú, ahí, con todo lo mal que lo debes estar pasando con lo de tu ex y yo... aquí, quejándome... por nada... E: ¿De... de mi ex? ¿Tengo un ex...? ¡Anda!... y yo sin enterarme (intentaba animarla) M: Jejejejeje. ¡Venga Esther!, ¿No me digas que no lo estás pasando mal...? E: Pues... créetelo Maca, es más, siento que me he quitado un gran peso de encima. Y más ahora, que ya no tengo que volver a esa casa. Y todo gracias a ti (la miró tímidamente) M: (ahora era ella la que no podía aguantar esa mirada) Ya... pero... no sé, parece que lo has superado demasiado pronto... E: Bueno, en realidad yo creo que ya estaba superado de hace tiempo, pero estaba como cegada, como si no quisiera verlo... pero... de verdad... que estoy bien. Y ya te digo... que hoy, me siento totalmente liberada de ello. M: Entonces... ¿por qué has estado tan triste y tan distante... conmigo?

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E: (puso cara de alucine total) ¿Quién, yooo? (señalándose con el dedo) ¡pero qué diiices! M: (sonreía) Schis... (señalando con la mirada hacia atrás) que me la despiertas... E: (susurrando) Maca, que yo no he sido la que ha estado distante contigo. Vale que no vayamos aireando por el hospital los chupitos de tequila y la cogorza que nos pillamos, pero... te recuerdo que has sido tú; tú has sido la que prácticamente me ha estado evitando y dejándome de dirigir la palabra, Maca... M: Que siii, que siii, que te lo decía de coña (sonreía) E: Pero... ¿Qué es lo que te ha pasado Maca? ¿Te ha pasado algo conmigo? ¿He hecho algo que te haya molestado..? M: (la sonrió con dulzura) No, de verdad que no; nada más lejos de la realidad Esther. No, no me ha pasado nada contigo, ("si por ti...") para nada... me ha molestado nada de ti, de verdad... nada (la miraba con ojos algo vidriosos) Bueno... E: ("bueno, que... bueno que...")¿sí? ("¡Que ojos...!") M: No que... te mentiría si te dijera que no he pensado en... nosotras (se empezaba a poner nerviosa) vamos... quiero decir... que... que he pensado en el hecho de que yo sea tu jefa y... E: ¿Y eso que tiene que ver Maca?. No sé... mira, yo... soy una persona normal y corriente, y quiero que sepas que no valoro a la gente por su estatus, sino... sino por lo que me dan ¿sabes? M: (asintiendo casi a punto de llorar) E: Por lo que me dan... aquí (se puso la mano en la zona del corazón) eso es lo que verdaderamente importa, Maca ("no puedo más, se la voy a tirar, por dios, y sea lo que sea...") y tú... tú... que no sé pero... en el poco tiempo que te conozco, me has... has calado en mí... (bajaba la cabeza tímidamente) A Maca se le empezaban a caer definitivamente las lágrimas sintiendo cómo estaba Esther; la veía igual que ella, con miedos, con nervios, temblando... sufriendo; sufriendo con aquellas incertidumbres que también tenía ella misma. Más dulcemente, no la podía mirar. Decidió, al igual que hacía unos segundos Esther, arriesgarse. Cogió su mano, y mirándola, se la acercó a sus labios y la besó muy tiernamente, provocando que Esther levantara la cabeza. M: Tu... tú también has calado muy hondo en mí Esther (se miraban con miedo), muy hondo... E: (sonreía con cariño) Estás llorando Maca... Leticia: (acercándose por detrás con los ojillos medio cerrados) ¿Qué te paza mama...? M: (soltando la mano de Esther y limpiándose las lágrimas) Nada cariño... que... es que se me ha metido una cosita en los ojos mi amor. Leticia: Tengo zueño... M: Si cariño, ya nos vamos para casa. Venga, échate otra vez (la niña obedeció) E: ... Será mejor que... me des tus teléfonos ¿no? (sacaba del bolso su móvil) M: Si... no nos los habíamos dado... (sonreía) E: No (la miraba seria) todavía no. Pero ya era hora... Se anotaron los teléfonos. E: Bueno Maca, que... que muchas gracias por todo, de verdad. M: Gracias... a ti. (Se acercó a ella y le dio un beso en una mejilla, que era correspondido por Esther)

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E: Venga, que Leticia está la pobre muy cansadilla ("y yo, no sé cómo voy a poder aguantar si sigo aquí un minuto mas...") Esther salió del coche, seguida bajo la atenta mirada de Maca. Rodeó el coche, se paró y le hizo una señal a Maca a través de su ventanilla. Maca la bajó. E: Maca que... que se me olvidaba una cosa. M: ¿El qué? (sacando un poco la cabeza a través de la ventanilla) E: Esto. Esther se acercó sin pensárselo al rostro de Maca, y suavemente le dio un beso en los labios. Maca no pudo decir nada. Cuando se separaron se quedaron mirando sin mediar palabra alguna. Sin decir adiós, Esther se marchaba al portal de su casa para desaparecer en él, dejando a Maca dentro del coche, tocándose la esencia de ese beso con sus dedos.

El domingo, aunque preocupadas, flotaban ambas en el cielo. Esther vagueaba por casa, intentando recoger las cosas que se había traído, aunque no se concentraba en nada. Y Maca estaba en casa con Leticia. Preocupada por la nueva situación, después de comer, en vez de poner el lavavajillas, se puso a fregar los cacharros frenéticamente, a ver si despejaba un poco su mente. Mientras se ensañaba con todas sus fuerzas sobre la sartén, Leticia estaba merodeando por ahí, bailando y cantando al son de su canción preferida. Leticia: Baila moeena, baila moeena pereo a los nene pereo a las nena... M: ¡Le tiiiiiiii! para ya de una vez, que acabas de comer (gritaba desde la cocina con mal humor, dándole fuertemente al estropajo) ¡Ahhhh! (brincó del susto) Leticia: Jijijiji (le estaba dando golpecitos en el culo con las trenzas de Lupita) M: ¡Leticia! Jo... (no acabó la palabra) ¡Para ya! Leticia: Jijijiji (sonreía exhibiendo sus mellados dientecillos) Miraaaa... (enseñándole a Lupita) M: Si... (sonreía sin ganas) muy mona ella si... Leticia: Máma, yo ze que a ti no te usta Lupita pero a Ezter zi... (decía con cara de niña buena) M: ¡Para ya...! ("dios mío, que no me la quito de la cabeza ni queriendo...") Hoy estás guerrera ¿eh?. Como sigas así te escondo a Lupita. Leticia: Noooo (se iba corriendo con la muñeca entre los brazos) M: ¡Dios mío, que pasión por la Lupita...!

E: (marcaba un teléfono) Hola (sonrió) ¿Qué tal estas? Voz: Muy bien cariño, ¿y tú? E: Escucha, que... me... me gustaría hablar contigo... Voz: Cuando tu quieras mi amor. E: ¿Estas libre ahora? Voz: Que va, estoy pasando el día en Toledo. E: Bueno pues... nada. Voz: Pero... ¿qué querías Esther? E: Hablar... hablar contigo.

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Voz: ¿Qué turno tienes mañana? E: Salgo a las cuatro y media. Voz: Pues a esa hora te paso a buscar y hablamos ¿vale? E: Vale cariño. Voz: Venga, y te invito a comer. E: Uhmmm (sonreía) sabes... que a eso... no me puedo resistir jejejeje. Venga, hasta luego. Voz: Adiós amor...

El lunes por la mañana había jaleo en el hospital. Por un lado, deseaban verse, pero por otro lo temían. Cuando Esther entró, vio a lo lejos a Maca, que entraba en el ascensor. No corrió para cogerlo. Cuando la puerta se cerraba, Maca, la vio a lo lejos y se quedaron mirando fijamente a los ojos, hasta que la puerta del ascensor se cerraba definitivamente. Estuvieron liadas toda la mañana sin coincidir para nada. Sobre las doce, Esther iba hacia la cafetería con Cruz a tomar un tentempié. Charlando abrían la nevera, se cogían unos zumos y se sentaban en una mesa. En ese momento aparecía Maca por la cafetería. Enseguida se percató de que Esther estaba sentada con Cruz. No sabía qué hacer. De momento se dirigió a la nevera a coger un baso de leche. Esther la vio. Mientras Cruz le estaba contando cosas sobre sus hijos, la miraba de reojo intentando disimular. Maca se puso a hablar con Héctor. Se reía, le encantaba el acento argentino del doctor. De repente Cruz se percató de que Maca estaba allí. C: Ay mira, Maca (levantaba la mano) ¡Maca...! ¡Maca ¡ M: (se despedía de Héctor y llegaba a la mesa) Dime... C: Maca, necesito un quirófano para esta tarde, hay que hacer una operación de vértebras al muchacho del accidente; el tratamiento no le está haciendo efecto y no podemos esperar más. Pero... siéntate un momentito... M: Bueno... estoy algo liada, pero... dime (se sentaba sin casi mirar a Esther cosa que ésta, casi que agradecía...) C: Pues eso, que no podemos aplazar más la operación Maca. ¿Vas a entrar conmigo? M: ¿Tú... no quieres entrar, Esther? (la miraba tímidamente) E: Yo estoy ahora con Vilches, pero además es que termino el turno a las cuatro y media, aunque bueno... ¿si me necesitáis?... (intentaba disimular su nerviosismo al tenerla tan cerca) M: ¡Es verdad!, que terminas a las cuatro y media... (volvía a mirar a Cruz) bueno, pues nada Cruz, si eso...entro yo contigo. E: Pero está Begoña... (Maca y Esther se la quedaron mirando) C: ...Entras conmigo Maca... (insistía) M: (sonreía) Si... será mejor jejejeje E: Pero... ¿Qué os pasa con la chica? Yo no la veo tan mal... bueno que... creo que es buena profesional... ¿no?

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C: Esther, si buena profesional es... pero... en las operaciones no para de decir lo que piensa que tenemos que hacer, y nos desconcentra... es enfermera y tiene que hacer su trabajo, no el nuestro... E: Ya jejejee M: Bueno yo... me tengo que ir (se levantaba) luego te veo Cruz ; Hasta luego Esther... (la miró rápido) C: Venga, ya te aviso... E: Hasta luego Maca. C: ¿Ves? Hoy... parece que está de bastante mejor humor (sonreía) E: Si... eso parece... Sobre las cuatro y media Esther se encontraba en la recepción, firmando el acta de asistencia. Por la puerta aparecía Miguel. Al verlo, Esther sonrió, le dio los papeles a Teresa y se fue corriendo hacia él. En ese momento llegaba Maca. M: Teresa, ¿puedes localizarme a Cruz por favor? T: (no perdía ojo a Esther, que iba corriendo a abrazar a un chico) M: ¡Teresa! De repente Maca, siguió con la mirada la dirección hacia la que apuntaban los ojos de la recepcionista y allí la vio. Esther abrazaba muy cariñosamente a un chico. Era alto y bastante guapo. Parecía que se alegraban mucho de verse. Después de saludarse, el chico la rodeo con su brazo el hombro y salieron del hospital entusiasmados. T: ¡Maca...! M: (volviendo en sí)... si, perdona que... que si me puedes localizar a Cruz. T: Ahora mismo (cogía el teléfono) Oye... (mientras marcaba) que... que digo yo, que qué pronto se ha olvidado esta de su novio ¿no?. Yo no digo nada pero... tanto cariño, tanto cariño y... mírala... anda que desperdicia el tiempo... Si, Cruz, oye... que Maca te está buscando. Ah, si... vale, ahora mismo se lo digo (colgó) Maca, que dice que está ya en el quirófano cuatro, que lo tiene todo preparado, que te está esperando. M: Gracias Teresa (se marchaba con la cabeza baja y las manos metidas en los bolsillos de la bata)

Esther y Miguel estaban en una cafetería al lado del hospital, "El Central". Daban muy buenas comidas y se pusieron a comer mientras charlaban. Miguel: Bueno mi niña, ¿Qué tal estas?. Supongo que mal, ¿no?. Menudo estúpido de tío... E: Bueno... lo llevo muy bien Miguel. Miguel: Si, ¡ya lo veo! Si... menuda carita que tienes. Seguro que llevas varios días sin dormir. E: Miguel, tú cuando... tú... cuando tú... Miguel: Ahhhh (bostezaba bromeando esperando que Esther se arrancase) E: Jejeje ¡tonto! Miguel: Venga Esher, ¿Qué te pasa? E: No que... verás... tú... Miguel: Yo qué, Esther, yo qué... venga, arranca por dios... E: Tu... ¿desde cuando sabes que eres gay?...

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Miguel: Jajajajaja ¿estás de coña?. Creo que la separación te ha afectado más de lo que pensabas ¿eh? E: No Miguel, en serio... Miguel: Vamos a ver... vamos a ver que piense... (se ponía de coña en forma pensativa) Si, desde el principio de los tiempos E: Jejeje ¡Venga Miguel...! Miguel: Esther, cariño... yo creo que lo he sabido desde siempre. Me negaba a aceptarlo, pero cada vez me sorprendía mas viendo a los hombres lo buenos que están jejejeje. Me quise resistir, incluso un día... me puse a prueba yéndome por ahí de putas con unos amigos... pero... nada... Entonces definitivamente pensé... soy maricón, pero... maricón, maricón... E: Jajajaja. Ays Miguel... (sonreía) Miguel: ¿A que viene ahora eso? Ya te lo he contado antes... E: No, no... por nada... Miguel: Esther... que nos conocemos... E: Pero... cuando empezaste a salir con Andrés... ¿cómo... como empezasteis...? Miguel: Él me gustaba mucho, se me pasaban las horas volando cuando estaba con él. Me encantaba charlar con él, divertirme... no se, salíamos... íbamos al cine... quería estar a todas horas con él. E: ¿Y... te costó, al principio digo...? Miguel: Bueno, al principio sí. El no lo tenía nada claro ¿sabes?. Había tenido incluso algunas novias. Pero... me di cuenta de que le gustaba mucho estar conmigo, y él sabía que a mí también me gustaba. E: ¿Y cómo fue tu primer beso con él...? Miguel: Ays... siempre lo recuerdo (sonreía) estábamos en la biblioteca estudiando, estábamos aislados, ya sabes, las maderitas esas que hay de separadores... E: Sí... Miguel: No había casi nadie. Él estaba ojeando un libro de anatomía. Sabes que es miope; yo... de repente me le quedé mirando cómo leía. Él... me miró y se dio cuenta. Entonces, no lo pude resistir. Me acerqué, le retiré sus gafas, y le di un beso... Ufff, se me pone la carne de gallina al recordarlo... E: Jajajajaja Miguel: Si, si... tú ríete, pero... fue alucinante... tanto que... ahí seguimos... E: (sonreía) Miguel: (le acarició la cara) ¿por quién estas pillada, mi niña...? E: (sus ojos empezaban a humedecerse) por... por una mujer Miguel... (se le empezaba a caer una lágrima) Miguel: Ays... (la empezó a abrazar) mi niña... qué mal lo debes estar pasando... E: Sí Miguel, sí... Miguel: Bueno, tu tranquila... (se separó) pero si a ti... (se separó y empezó a mover sus brazos en forma de ..."toma, toma") E: Jejejejeje. Si, si... pero... no sé Miguel, no sé... llevo días sin parar de pensar en ella. Y el sábado... la besé... Miguel: ¿Y...? ¿Qué hizo ella? E: Lo mismo que yo... nada. Nos quedamos las dos... sin poder hablar. Miguel: Bieeen, eso pinta bien, Esther. E: Si, creo que si, pero... no sé... tengo miedo Miguel Miguel: Ays mi niña... (la volvía a abrazar y a dar besitos) es normal (se separó) a mí también me pasó. Es esa incertidumbre, que te recorre por todo el cuerpo, pero Esther, nunca... te había visto así, es decir, sincerarte en esto del amor tanto, creo que

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realmente... estás colada por ella. Tienes que elegir, o parar definitivamente... o lanzarte al vacío y esperar a que se abra el paracaídas... esto es así. E: No sé... quería pedirte consejo, Miguel... Miguel: Yo... yo no te puedo aconsejar Esther, no puedo... eso... tienes que ser tú, tu eres la que tienes que decidir acerca de cómo y con quien quieres realmente estar... ¿o no? E: (Asentía con la cabeza) Es... es viuda Miguel: ¡Jodóooo...! E: Y... y tiene una niña pequeña de cinco años... Miguel: ¡Joder...! y tendrá novio también, no me lo digas... E: No, no jajajajaja. Que va... Miguel: Bueno... algo es algo ¿no? (le guiñaba un ojo) E: Estoy tan confusa Miguel... Miguel: Esther, ¿te gusta estar con ella? Pues... intenta estar con ella... ¿te gusta hablar con ella? Pues... habla con ella... el tiempo dirá Esther, y lo que tenga que ser... será, ¿no crees? E: Si, pero... es difícil Miguel, difícil... me da mucha cosa. Miguel: Perdona bonita... ¿cosa? Pues... mucha cosa no te dio cuando la besaste... (arqueaba las cejas) E: Ya... es que... no lo pude evitar. Miguel: Si (sonreía) eso... eso me suena... mira pequeña... eres muy sensata, y tú misma irás descubriendo lo que quieres hacer, irás descubriendo cómo eres feliz o cómo no lo eres; y eso mismo... será lo que te vaya dictando lo que quieres o no quieres hacer. No puedo decirte nada más. Tan solo que... aquí me tienes... para lo que me necesites Esther... E: (daba un beso cariñoso a Miguel) Gracias. Sabes que te quiero un montón. Miguel: Y... ¡que no me entere yo de lo contrario..! E: Jejejejeje

Esa noche, Maca estaba en casa tendiendo una lavadora. El teléfono sonaba. M: ¡Leticia! Anda cógelo, que mami no puede... Leticia: (cogiendo el teléfono) ¿Dígame...? E: Hola Leticia... ¿sabes quien soy? Leticia: Ziiii... Ezter... E: Jejejeje. ¿Qué tal cariño, que haces? Leticia: Estoy con la tele viendo a loz lunnis E: Jajajaja ¿te gustan verdad? Y sobre todo Lupita... que es bien buena... M: Cariño... ¿Quién essss? (gritaba desde el balcón) Leticia: Mama es Ezter... M: Dile que ya voyyyyy (cogió una toalla húmeda, se la pasó por la cara y se fue hacia el salón a coger el teléfono) trae Leticia: Adiós Ezter, que Lupita... M: ¡Traeee! (quitándole el teléfono) anda vete a tu habitación a por la otra Lupita, y así tienes dos, que es mejor... Holaaa... E: Hola Maca... ¿Qué tal? M: Bien... aquí, me gustaría decirte que... tomándome un chupito de tequila pero... no. Estaba tendiendo una lavadora. E: Jejeje

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M: Ya sabes... las amas de casa... E: Ya... ¿Qué tal el día? M: Bien... estuve operando con Cruz. Salió muy bien la operación. E: Ya... M: ¿Y tú? ¿Qué has hecho? (eso Maca, tú... natural, sin que se note...) E: Nada de especial... M: Que has estado... ¿todo el rato en casa o...? (o ligando por ahí...) E: No, cuando salí me vino a buscar un amigo mío. Le conozco desde que estudiábamos enfermería y... y nada, estuvimos allí, en El Central, comiendo y charlando un ratito... M: Ah.. pues que bien, ¿no? E: Si... es un encanto. M: Anda mira... ¿Qué bien no?... a ver qué tal... ("que le parta un rayo...") E: Maca... es... es gay M: Ah... ("ay, no, no..., que son... son encantadores...") Bueno oye... que no pasa nada ¿eh? E: Ya, ya... y eso... que... no se, estaba aquí en casa, recogiendo todavía algunas cosas y... me he acordado de la mudanza y... te he llamado a ver que tal M: Pues... gracias Esther, me alegro de que te acuerdes de mí... yo... yo tam... (dio un brinco) Ahhh E: ¿Maca...? M: Leticia, ¡Joder!, ays... perdona Esther, es que le da por venir por detrás y me pega con la Lupita, que tiene esas trenzas de pincho y me pega cada susto que... que vamos... E: Jajajaja. M: Si, si... tu ríete... ¡cómo me pegues otro susto le corto las trenzas, fíjate lo que te digo (dirigiéndose a Leticia) Leticia: Nooooo jijijijiji (salía de nuevo con la muñeca en brazos corriendo hacia su habitación) E: Jajajajaja. M: Si, encima ríele las gracias, que ahora por tu culpa en vez una, tiene dos... E: Bueno que... que nada, yo solo llamaba para saludarte a ver que tal. M: Gracias Esther, me ha gustado mucho que... que me llames de verdad... E: ¿De verdad? M: Sí... de verdad... (casi susurrando) (silencio) E: Bueno, que... que nada, que te dejo, que seguro que estás liada por ahí. Ya nos vemos por el hospital ¿vale? M: Vale Esther. E: Venga, un beso... M: Tíramelo... E: ¿Qué...? M: Que me lo tires... que me tires ese beso... me gustaría oírlo... E: Jejejeje M: Por favor... (susurraba) Esther tiraba un dulce beso a través de su auricular. Este, se deslizaba rápido en espiral, a través del cable telefónico y corría veloz a través de los cables de las líneas telefónicas que recorrían la distancia desde la casa de Esther a la de Maca, subiendo por el tubo de la fachada, y llegando hacia el enchufe del salón de Maca, para volver a recorrer en

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espiral el cable del teléfono y salir bien disparado a través del auricular inferior, llegando casi directo a los labios de Maca, que estaban muy pegados a él. (Joer... aquí si que me he rallao... jajajaja) E: ¿Te ha llegado? M: ... Sí... y... mucho... E: ... Hasta mañana... M: Hasta mañana... (colgaba con una amplia sonrisa en la boca) ¡¡¡¡Ahhhhh !!!! Me cagüen... ¡Leticiaaaaaaa! (salía corriendo tras de su niña)

Los días siguientes, en el hospital, no hablaban mucho, aunque lo deseaban pero... se notaban algo cortadas. Simplemente se miraban, se sonreían, charlaban con los demás acerca de cosas del hospital, pero siempre a sabiendas de que no dejaban de mantener ese pequeño pero intenso contacto físico aunque fuera de reojo. Se empezaban a llamar por las noches, cuando no tenían guardia. Se llamaban tarde, cuando Leticia dormía, para así poder charlar más tranquilamente. E: ¿Diga? M: Hola... E: Hola Maca... M: ¿Qué tal? E: Bien... estaba aquí con las fotografías, ¿y tu? ¿Qué haces? M: Leyendo ("y pensando en ti...") ¿estás revelando alguna foto? E: No... simplemente estoy retocando algunas. M: Me encantan tus fotos Esther... E: ¿Sí? ... ("uff, cuando pronuncia la palabra "encanta" es que... me derrito...") M: Si, son muy buenas, ya te lo dije. E: Bueno... se hace lo que se puede jejejeje. Este domingo quiero ir al retiro, a tirar algunas fotos. M: ¿Sí...? E: Sí. Si queréis veniros... M: Pues... seguro que a Lupita le encantaría... uys jajajaja a Leticia... E: Jajajaja si que le ha dado fuerte ¿eh? M: Ya te digo... me tiene el culo todo arañado con las dichosas trenzas esas... E: Jajajaja ("ays...el culo... arañado o nó...¡que más da...! Es su precioso culo...") Bueno... ¡qué! ¿os animáis? M: ("yo me animo al retiro y a lo que sea... ays Maca...") Claro, ya verás cuando se lo diga; claro que... hasta la noche antes, no se lo diré que si no... tengo retiro para rato... jajajajaja. E: Bueno, mañana tengo noche, no te veré, claro que... para lo que hablamos allí... M: Si, es verdad. Allí... apenas hablamos. (susurraba) E: Maca... M: Qué... E: ¿Por qué... por qué no hablamos apenas en el hospital? M: Esther... no... no sé... E: Bueno, yo tampoco, pero... al menos... hablamos por aquí ¿no? M: Si... y está muy bien... Esther... (se mordía el labio) E: Si Maca, me gusta hablar contigo ¿sabes?

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M: A mí también Esther, de verdad... E: Bueno, (notaba un terrible calor...) ¿sobre qué hora podemos quedar? M: Pues no sé pero... ¿te parece bien a las nueve de la mañana? (se alejaba el auricular para reírse) E: ¿A las nueve Maca...? Noooo, a las nueve no, que es muy pronto, mejor a las nueve y cinco, si te parece, claro... M: Jajajajaja que no tonta... jajajaja. No te voy a hacer madrugar, que sé lo que te gusta dormir... E: ¿Sobre las doce? M: Venga...

Llegó el domingo y Maca fue a recoger a Esther, que bajaba con su mochila en donde tenía todos los accesorios de fotos. Leticia se alegró de verla y camino del retiro iban cantando esa canción tanto le gustaba a la pequeña. M: ¡Vaya dos!... Leticia: Ezter mama no me quiere decir que ez el perreo... M: (miraba a Esther amenazante) E: ¿el perreo?. Pues... es un baile, de perros. Se juntan los perros y lo bailan. Lo bailan por las noches, están contentos... y bailan. Igual que tu madre baila sevillanas... los perros bailan el perreo. M: Jajajajajajaja Leticia: Jijijiijijij pero ¿poz qué lo bailan con loz nenes y laz nenaz? E: ¡Anda! Porque el perro es el mejor amigo del hombre, y le gusta bailar con él... y así... bailan todos juntos, con los nenes y con las nenas... M: Jajajajaja por favor Esther, como sigas así me voy a chocar jajajajaja Leticia: Jijijijiji puez luego me enzeñas a bailar ese baile ¿vale Ezter? M: ¡Nooo! Leticia: ¿Por quéeeeeeee? M: Primero... primero me lo tiene que enseñar a mí (miraba a Esther) E: ("Ufff") Si, si cariño, primero tengo que enseñárselo a mamá y luego ella te enseña a ti ¿vale? ("pero... primero yo, le enseño el perreo y la lambada a la vez") Leticia: Y a Lupita... E: Jajajajaja claro, y así lo bailas con ella. M: Si, a ver si se pincha con las trenzas en el culo y me deja en paz a mí E: Jajajajaja Leticia: Jijijijij Se adentraron en el retiro. Lo primero que hicieron fue montar en las barcas. Leticia estaba entusiasmada, viendo los patos mientras Maca y Esther sudaban y sudaban remando. Leticia: A por ese mamaaaa a por ese que se va... (señalando a un pato) M: Leticia, por favor, por favor Leticia, no saques tanto el cuerpo Tras dejar la barca, se adentraron en uno de los paseos del retiro. Esther cogió su cámara y sus accesorios y se dispuso a hacer fotos a Leticia y a Maca. Después, a la hora de comer, fueron hacia un chiringuito y pidieron algo de comer.

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Acto seguido, y después de los cafés, se adentraron en una zona verde al lado de un árbol que les cobijaba del sol. Se tumbaron a descansar un rato. Leticia, al principio hablaba y enredaba con Esther, pero al rato, le entraba el sueño y se quedaba dormida en medio de ellas. Maca y Esther, se medio tumbaban de lado, separadas por la niña. Sin mediar palabra sus ojos se miraban. Esta vez, ninguna de las dos apartaba la mirada. Era como si se estuvieran retando a ver quién aguantaba más esa dulce tortura. Al final, después de unos minutos, Esther no pudo resistirlo, sonrió y bajó la cabeza mirando hacia la hierba. Maca la seguía mirando. La intimidaba con sus ojos, que hablaban más que mil palabras. En cierto modo le excitaba el poder que tenía su mirada hacia Esther, que tímidamente volvía a levantar la cabeza para de nuevo encontrarse con esos preciosos ojos. M: ¿Te... da vergüenza? (hablaba muy bajito) E: No... Maca, lo que pasa es que... cuando me miras con esos ojos... M: Qué... (su corazón latía a cien) E: Ahhh (le costaba respirar) pues... que cuando me miras con esos ojos... yo no sé lo que me pasa... (susurraba) M: Yo si lo sé Esther, (seguía sin poder apartar sus ojos de Esther) yo... si sé lo que me pasa cuando me miras... y... creo que tú también lo sabes... lo sabes... E: (asentía bajando la cabeza) M: Mírame, por favor... E: (de nuevo levantaba la cabeza) Maca... M: Esther... yo... yo nunca había sentido esto... E: ... Ni yo... M: No puedo dejar de mirarte Esther... no puedo... (negaba con la cabeza sin apartar sus ojos de ella) incluso... cuando no estás conmigo... te veo... y sigo sin poder dejar de mirarte... E: ¿Crees que es una locura...? Porque... yo no puedo evitarlo Maca... M: Yo tampoco... lo mismo... estamos locas... E: ...Lo mismo... Esther, alargó el brazo hacia Maca, por encima de la cabeza de Leticia, que seguía dormida. La mano de Maca, se acercó lentamente a la de Esther y se rozaron muy suavemente. Sus palmas jugaban a conocerse, jugaban a besarse, a sentirse... sus dedos empezaban a explorarse. Esther acariciaba con sus dedos las suaves uñas de Maca, que seguía haciéndola suya con la mirada. Sus dedos, empezaron a entrelazarse con suavidad, muy despacio. Por unos momentos, ambas, miraban hacia sus manos, que cada vez se entrelazaban más fuerte, cada vez más fuerte. De nuevo se miraron y sonrieron levemente. Sus respiraciones estaban agitadas, era normal, pues sabían que sus manos estaban haciendo el amor. Siguieron mirándose, intentando que sus manos tuvieran intimidad en aquel acto, pues... el amor, se puede hacer de muchas formas... La presión de las manos descendió. Se volvían a acariciar tímidamente. Se dejaron caer en la hierba boca arriba sin hablar, tan sólo disfrutando del momento. Una familia se sentaba cerca de ellas y sus manos se separaron. Se miraron y sonrieron. E: Ya verás cuando revele las fotos... van a quedar muy bonitas.

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M: A ver si nos hacemos una tu y yo E: ¿Quieres? M: Pues claro. E: Espera Esther se levantó, cogió la cámara y se dirigió hacia la familia que había cerca. Estuvo hablando con un señor, le mostraba la cámara y algún botón. E: ¡Maca! (decía desde donde estaba la familia) ponte centrada que nos van a hacer una foto. Esther cogió su cámara, enfocó a Maca, y después se dirigió hacia ella. Se sentó; Leticia seguía en medio durmiendo. No abultaba mucho, así que Maca y Esther se miraron, acercaron sus cabezas y las juntaron. Hombre: Venga chicas, decid..."cli to ris" M y E: Jajajajaja El hombre disparó. E: Otra, por si acaso hemos salido movidas. Les hizo otra foto y le dieron las gracias. Al momento Leticia se despertó. Se levantaron y siguieron paseando por el retiro. Maca no quería pero Esther le compró algunas chucherías a Leticia. Ya por la tarde, Maca acercó a Esther a su casa. Leticia se quedaba triste pues se lo pasaba muy bien con Esther. E: Venga no te enfades... que otro día nos vamos por ahí ¿vale? Leticia: Vale. E: ¿Un besito? (le acercaba la mejilla) Leticia: Muaks (le daba un besito) y a Lupita tambén... (le acercaba a Lupita) E: Ale, adiós Lupita guapa (besaba a la muñequilla) M: Jajajaja Ay madre mía... E: Bueno Maca, (se acercó y le dio un beso) hablamos... M: Si, luego te llamo, cuando... (mirando a la pequeña) E: Sí. Adiós cariño (dirigiéndose a Leticia) Adiós Maca (sonrió) Ahora mismo me voy a poner a revelar las fotos (salió del coche y se marchó) Leticia se quedaba diciendo adiós con la mano a Esther a través de la ventanilla del coche. Acto seguido se marchaban a casa.

Maca acostó a Leticia, que cayó rendida de tanto trajinar. Se puso cómoda, y a eso de las once y media se dirigió al salón, cogió el teléfono y marcó ese número que tanto deseaba marcar. 11.30 pm

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M: Hola... E: (sonreía) Hooolaa... ¿Qué tal? ¿Ya se ha dormido Leticia? M: Uff, si, menos mal que ha llegado rendida y no me ha costado nada que se durmiera, pero lo ha pasado genial... y... yo también. E: Es más rica... acabo de revelar algunas fotos. Está muy bien en la que ha salido con Lu... M: ¡Noooo! jejeje no por favor, jejejeje no me nombres ese nombre más por hoy... jejejeje que mira... estoy de la de las trenzas... jejejeje E: Jajaja bueno, esta preciosa ahí con su muñeca. De anuncio, vamos... ¿se parece también a ti cuando eras pequeña? M: Si, tengo fotos en las que nos parecemos bastante, lo único que yo era morena y los ojos oscuros. E: Pues... como siga el mismo camino... M: ¡Qué! E: Que... que va a ser tan guapa como tú... ("aunque... más imposible") M: ... No... no me digas esas cosas... Esther... ("ayss... le parezco guapa...") E: ¿Por qué no? Tú, eres guapa, y yo... casi, casi... M: Jajajajaja ¡tonta... oye ¿qué se oye por ahí? E: La radio, estaba escuchando la radio. M: ¿Qué escuchas? E: No se... estaba escuchando música, pero ahora... te estoy escuchando a ti... (sonreía) que es mucho mejor... M: Nooo... jejeje que qué cadena estás escuchando E: Ah no se... ¿por? M: Para ponerla yo, y así... escucharla juntas... E: A ver... (se levantó y miró su equipo de música) Es la gramola M: Ya Esther ayss pero dime los números... jejeje E: Es que no lo sé, mi equipo es muy moderno y me pone cómo se llama la emisora jejejee M: ¡Hija!, si que es moderno, sí... oysss (dijo poniendo voz de pija) E: Espera, que subo un poco el volumen y lo escuchas (subió el volumen) M: (Cerró la puerta del salón para que la música no despertara a Leticia y se dirigió hacia el equipo de música) A ver... si, es esta, ya la tengo. Uhmm... que canción más bonita... Toni Braxton... me encanta ¿bailas? E: Jejejeje Maca... M: Venga Esther... baila conmigo un poco... (susurraba) E: Pero... M: Esta canción me encanta... quiero bailarla contigo. Venga... déjate llevar, no te puedo ver, no sé si bailas bien o mal... pero... tan solo... baila conmigo... anda... E: jejeje... venga... No estaban juntas físicamente, pero parecía que estaban allí, en algún sitio... con una mano, cogían el teléfono inalámbrico y con la otra, se rodeaban la cintura, imaginando que se abrazaban y empezaban a moverse lentamente al compás de la canción que estaba sonando. Don't leave me in all this pain Don't leave me out in the rain Come back and bring back my smile Come and take these tears away

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I need your arms to hold me now The nights are so unkind Bring back those nights when I held you beside me Un-break my heart Say you'll love me again Undo this hurt you caused When you walked out the door And walked outta my life Un-cry these tears I cried so many nights Un-break my heart My heart... M: Uhmm... me encanta como huele tu pelo Esther. E: (sonreía con los ojos cerrados) jejeje M: Te estoy besando... ¿sabes? E: Si... lo sé... en... en el cuello... lo estoy sintiendo Maca... M: Si... me encanta abrazarte... lo estoy deseando... E: Maca... siéntate... tenemos que hablar... M: ¿Ahora...? E: Sí... (respiraba hondo) M: Venga. Ambas se sentaron en sus sofás 12.15 am E: Maca yo... para mí esto... no sé... M: Esther, esto para mí también es nuevo, pero me siento muy bien junto a ti. Pero... es verdad que es complicado. E: Sí Maca... M: Cuándo te conocí un poco, y... esas horas que pasamos juntas... no sé, es como si no tuviera opción ¿sabes? Pero... siento que me tengo que dejar llevar por esta situación, me resulta irremediable no hacerlo. E: A mí me pasa lo mismo Maca. Pero tengo miedo... M: Y yo... y yo también. Estoy aterrada, porque estoy sintiendo cosas muy... muy especiales. E: No sé... ¿qué podemos hacer Maca? Para mí esto también es nuevo, y... y no puedo dejar de pensar en ti... ¿qué hacemos? Porque... si seguimos con esto... no sé que podrá pasar, no sé hasta dónde podríamos llegar. M: Yo siento que no quiero dejarlo, Esther. Llevo años de tristeza, de monotonía, y tú de repente, has llegado a mi vida y la has alegrado, me has dado vida... me haces sentir... E: Maca... yo... yo creía que lo tenía todo, pero al conocerte me di cuenta de que no, de que mi vida había estado muy vacía, lo que he sentido cuando he estado a tu lado, que ha sido poco tiempo, me ha bastado para saber que... que no tenía nada, nada de lo que realmente quería, que simplemente, me dejaba guiar... 1.00 am

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E: Jajajaja, venga ya, no me digas que te gustó esa película M: Pues si, me gustó bastante E: Pero si era un rollooo... ¡por dios! M: No se, bueno, es verdad que hay diversidad de opiniones acerca de ella, y yo soy de las que le gustó. E: snif snif (se olía) M: ¿Qué haces? E: Uff, no sé cómo no te has separado de mí cuando bailábamos, entre la panzada que nos hemos pegado a remar, y las caminatas... creo que me voy a duchar antes de acostarme jejeje M: ¿Nos bañamos? E: ¿Qué? M: Venga, vamos a preparar la bañera ¿vale? Y seguimos charlando. E: Esto te va a costar una fortuna... M: Que va, tengo tarifa especial, llame lo que llame, pago una cuota fija. Lo tengo así porque llamo bastante a mi familia. ¿Tienes sales de baño? E: Si, creo que sí. M: Yo también, venga, vamos a llenar las bañeras E: Jjajajaja ¡estás loca! M: Puede ser... 1.15 am Mientras seguían charlando, empezaron a llenar sus bañeras. Echaron sales de baño. Dejaron un momento los teléfonos mientras se quitaban la ropa para meterse en la bañera. E: ¿Ya estás? ¿Maca? M: ¿Esther? Si, si... ya estoy. E: Uhmmm que bien, la verdad es que creo que no me he dado un baño así, en estas condiciones y a estas horas. Menos mal que mañana entro de tarde, pero tú... M: No pasa nada, no podría dormirme ahora... E: ¿Te ha salido mucha espuma? M: Sí, un poco jejeje ¿Por qué? lo dices porque... ¿con tanta espuma no me puedes ver? ¿o qué? Jejejeje E: Tonta... (jugaba con el agua mientras seguía con el teléfono en la otra mano) M: ¿A que huelen tus sales de baño? E: Son de olor a coco, ¿y las tuyas? M: Uhmmm, las mías son de olor a limón. ¿Te limpio con la esponja? E: Ay... (respiraba fuerte) Maca... M: ¿Qué? Tan solo quiero que estés bien limpita... jejejeje E: Jejejeje. Ey... por ahí no, que me haces cosquillas... M: Jajaja ¡Ah...! ¿Si...? (jugaba con un patito de goma de su hija) E: ¿Qué es ese ruido? M: Nada, es un pato de goma de esos de Leticia, cuando la meto en la bañera, la tengo que traer un montón de cosas, mientras se baña. Oye... tienes una piel muy suave... tal... tal y como me esperaba... E: Tu también... M: ¿Cómo lo sabes?

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E: Pues... supongo que como tú, porque... la estoy sintiendo... 1.45 am M: Oye... nos vamos a quedar como pasas, ¿Qué te parece si te doy cinco minutos para secarnos y meternos en la cama? E: ¡Maca! Jejejeje M: Es lo suyo Esther, no podemos dejarlo aquí... ¿no crees? E: Si... es lo suyo venga... Ambas salieron de la bañera, se secaron rápidamente, se pusieron ropa de dormir y se dirigieron hacia sus dormitorios. M: (tumbada ya en su cama, cogía el teléfono) ¿Esther? ¿Ya estás? Esther se metía en la cama, y cómo si estuviera Maca delante de ella viéndola, con algo de pudor se tapaba casi hasta la cabeza y cogía de nuevo el teléfono. E: ¿Maca? M: Vaya... creía que te habías dormido ya. Qué tardona... E: ¿Ya estás acostada? M: Hace unos minutos, si... ¿estás tapada? E: ... Sí... M: ¿No tienes... calor? E: Si... un poco, pero me da cosa... jejejeje M: Me voy a quitar la ropa Esther... E: Maca... M: Si, Esther, yo me la voy a quitar... y tú también deberías hacer lo mismo... E: ¿Maca? ¡Maca! Maca dejó el teléfono en la mesilla mientras empezaba a desnudarse. Acto seguido volvió a coger el teléfono M: Ya estoy Esther, ahora te toca a ti... E: Voy... (hizo lo mismo que Maca) Ya... M: Bésame Esther... bésame (decía con la respiración algo agitada) E: Si Maca, quiero besarte, de verdad que quiero besarte... (arrimaba sus labios al auricular inferior y dejaba a través de él dulces besos) M: Uhmm.. Eshter... ¡cómo siento esos besos!, de verdad... E: ... Me da... me da cosa Maca... M: Venga, abrázame, (empezaba a abrazarse con su mano) vamos a abrazarnos un poco, quiero que nos abracemos, así, desnudas, juntas... ¿lo sientes?... ¿me sientes? porque... yo a ti te siento Esther... E: Si Maca... te... te estoy sintiendo, te estoy sintiendo como si de verdad estuvieras aquí, aquí mismo, conmigo... M: (lanzaba dulces besos a través del auricular) ¡cómo me gusta besarte! Así... así... estoy besando tu cuello Esther... Uhmmmm E: (echaba la cabeza hacia el lado contrario al que tenía el teléfono, y sentía reales los besos que Maca le estaba dando) Si Maca... sigue... M: Uhmm...

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E: Maca... tienes un pecho precioso... lo estoy tocando... ¿lo notas? M: Si... (acariciándose el pecho) si... ahh... sí... bésamelo, bésamelo... E: Uhm... (se pasaba la lengua por sus labios imaginándose besar los pechos y los pezones de Maca) si... si... ahora tú, ahora tú... tócame Maca, tócame... ahhhh... (empezaba a acariciarse también su pecho) ah... M: Esther... (seguía mandándole besos húmedos a través del auricular) M: Esther... ¿cómo estás?... E: Uff... (suspiraba) ¿cómo quieres que esté? Estoy sintiéndote tanto... Maca... M: Y yo a ti... yo a ti también te siento... uhmm... E: Maca ahhhh M: ¿Te... estás tocando? E: ... Sí... M: Yo también, yo también... Mientras las dos se tocaban, oían sus suaves gemidos a través del teléfono, por unos instantes no hablaban, tan solo estaban allí, tocándose la una a la otra, a través del teléfono. Sus respiraciones y sus gemidos, se oían cada vez más intensos. Maca estalló de placer en el auricular, y acto seguido, Esther la acompañaba. M: Ahhmmmm uhmmmm E: Maca... uhmmm... (instantes de silencio) 2.15 am M: Esther... E: ... M: ¿Esther?... Esther, ¿estás ahí? E: Si, si... ahh... perdona... es que... ahh... se me había caído el teléfono M: Ahhhh jejejejejeje E: Jajajajajaja M: Esther... E: ¿Qué? M: No, no... nada (sonreía) E: Maca, esto... esto ha sido muy importante para mí. M: ... También para mí Esther, de verdad. Yo... lo he sentido como si estuviera allí mismo, contigo. E: Yo también Maca, he sentido tus besos, tus caricias... tu deseo... M: Has sentido justo lo que ha pasado Esther, como yo, que también lo he sentido... Buenas noches Esther... E: Buenas noches... Maca. Ambas colgaban ya sus teléfonos. Sonreían cada una en sus camas; por unos instantes no podían cerrar los ojos, ni dejar de acariciarse, recordando lo que acababa de pasar entre ellas. Al día siguiente Maca se marchaba a comer.

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M: Teresa, ¿Cuándo viene Esther? ("a las cuatro y media, a las cuatro y media... como si no lo supiera yo...") T: Pues... hoy entra de tarde, a las cuatro y media M: Vale, cuando llegue, le dices que en cuanto tenga un momento libre, que la quiero ver en mi despacho (toda seria) T: Pero... ¿urgente? M: No Teresa, no es urgente. Por eso te digo que la digas que suba cuando tenga un rato libre... ¿vale? T: Sí Maca. M: Venga, hasta luego, regresaré a las seis. Cualquier urgencia me llamas al móvil. T: Sí Maca. Hasta luego... ("ay la pobre... tan maja y viuda... ¡y con una niña!...")

E: Buenas tardes Teresa... (casi cantando, con una sonrisilla "risis") T: Hola Esther, toma (le daba los papeles para firmar) Ah... que no se me olvide, Maca me ha dicho, que cuando tengas un momento libre, que vayas a su despacho. E: ¿A su despacho? T: Si, oye... ¿has hecho algo mal? E: Pues... (su rostro cambió) que yo sepa... no se... creo que no... ("lo de anoche, es lo de anoche, si es que... una cosa llevó a la otra y... mira como acabé por dios, con el teléfono por los suelos") pero... ¿por qué lo dices? T: No sé, pero estaba bastante seria. E: ¿Sí? Ufff... ¿Cuándo llega ella? T: A las seis, pero me ha dicho que no era nada urgente, que simplemente te pasaras cuando tuvieras un momento libre. ¿Qué pasara? E: No sé, Teresa... soy nueva aquí, lo mismo... se me ha pasado algo y no me he dado cuenta. T: Pues, ¡animo! ¿eh? Porque hoy... no la veo yo... de muy buen pie... E: Venga, gracias Teresa (y se marchaba) E: Si es que... ¡que no puede ser Esther, que no puede ser...! ¡Joder!, ahí, masturbándome como una calentorra a través del teléfono. ¡Que es tu jefa coño Esther, que es tu jefa!... Aunque ella... también parecía pasárselo bien, que la oía perfectamente... Además, fue ella, Esther que si bailamos, Esther, que si nos bañamos, Esther, que si nos metemos en la cama... ¿Quién me mandará meterme en estos berenjenales?. ¿Y si se lo ha pensado y no quiere? Podría ser... ella tiene una hija y es normal que después de lo que hicimos anoche, luego, al verla... haya recapacitado. Claro, como yo soy soltera y una viva la virgen que aaaleee se va por ahí masturbándose al teléfono... Si es así... mejor ahora, que no más tarde, no quisiera encariñarme y luego... que esto se dejara. Si Esther, mejor así. ¡Joder!...pero es que hemos hecho el amor por teléfono, porque eso era amor... no una línea caliente, no... y nos sentíamos, lo sé, lo estábamos sintiendo las dos, las dos... Ufff, que lío tengo en mi cabeza... E: Hola Angelines ¿esta Maca? Angelines: Sí E: Es que... creo que quería hablar conmigo. Angelines: Espera que la aviso, (se lo comunicó a Maca) pasa. Esther esperaba toda seria, tragando saliva y cogiendo respiración.

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Angelines: Puedes pasar Esther. E: Gracias (sonreía) ¿Se puede? (asomándose a la puerta) M: Pasa Esther. Siéntate. (la miraba a través de sus gafas) E: (se sentaba) Tú dirás... M: (suspiraba hondo) Ufff Esther... no se... (se ponía la mano en la frente) anoche... no se, me dejé llevar... no sé si esto puede ser Esther, no lo sé... E: Lo... lo entiendo Maca (bajaba la cabeza) te... te comprendo, tú... tienes una hija y... y no sé, quizás ayer nos dejamos llevar. Pero bueno... no te preocupes... al fin y al cabo... no ha pasado nada (se levantaba) por mí... no quiero que te preocupes Maca, seguiremos como hasta ahora, ya verás... (sonreía dulcemente) Esther se dirigía hacia la puerta. Maca de repente se levantó, la adelantó y apoyó su espalda en la puerta impidiéndola el paso. M: No Esther (cogiéndola de la barbilla muy cerca) ha pasado... y... mucho... y lo sabes, lo sabes tanto como yo... y... es cierto que pienso en mi hija, pero... a la vez, tampoco puedo dejar de pensar en esto Esther... Maca acercó sus labios a los de Esther. Suavemente los besó, se separó y la miró muy dulcemente. Esther se la quedó mirando. Había algo en la cara de Maca que le estorbaba para lo que quería hacer. Suavemente le quitó las gafas, se las guardó en su bolsillo y se lanzó de lleno a sus labios. Se lanzó fuertemente, abrazándola y agarrándose a ella como si su vida dependiera de ello. Maca respondía igual. Se abrazaban y se besaban con todas sus ganas. Era su primer beso físico, un beso de verdad, con sus cuerpos unidos de verdad, con sus manos abrazándose de verdad. Nadie podía para aquello... Angelines: (llamando a la puerta) ¿Maca? Aunque se sobresaltaron, por unas milésimas de segundo, intentaban aprovechar la esencia de eso beso, de ese momento. Se separaron, se miraron intensamente y se dieron un silencioso beso, apenas sin rozarse. Maca acarició la cara de Esther casi con desesperación y acto seguido abrió la puerta, mientras Esther se volvía a sentar. E: ("Si es que... no tengo perdón, yo me siento... aquí... de espaldas... y ella la pobre ahí a dar la cara... ays...") M: (abriendo la puerta) ¿Si...? Angelines: Perdón Maca, está aquí Tomás, el representante de los laboratorios Straker. M: Vale, termino y ahora le digo que pase. Cerró la puerta y se acercó hacia Esther, que estaba de espaldas aún recuperándose de aquel beso. Maca se inclinó, apoyó su cabeza en el hombro de Esther, y la dio un dulce beso en la mejilla. M: Tenemos que dejarlo aquí, pero... este fin de semana, mis suegros, se quedan con Leticia.

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E: Uhmm jejeje... (mordiéndose los labios) no se... lo mismo... voy a quedar con una directora de hospital guapísima, no puedo desaprovecharlo Maca, que me invita a tomar chupitos de tequila que me encanta... M: Jejejeje ¿Si...? (besándola muy cerca de la comisura de los labios y apretando su cara contra la de Esther) E: Bueno... me lo pensaré... y ahora... me voy, porque si no... (se levantaba y se ponía frente a Maca) M: Si no... ¡qué! (le cogía de las caderas) E: Pues que... que si no... no voy a poder controlarme (la besaba dulcemente en la mejilla) no voy a ser dueña de mis propios actos... (la dio un dulce beso en la boca) ¡Ay...! (se marchaba hacia la puerta dejando a Maca ardiendo, y con la boca abierta mirándola) Ah... (sacaba las gafas de Maca de su bolsillo) toma, que te dejo cegatona (entregándole las gafas) M: (sonriendo las cogió) anda... (le daba una palmadita en el trasero) E: Adiós... jefa... (abría la puerta y salía del despacho)

M: Buenas tardes Tomás, (se daban la mano) pasa por favor, siéntate. Tomás: (se sentaba) ¿Qué tal Maca? M: Pues... bien, por aquí, como siempre, liados (sonreía) Tomás: ¿Qué tal funcionan nuestros bisturís digitales? M: Genial, yo no opero mucho pero mi personal me han dicho que van de maravilla. Yo solo lo he probado dos veces, pero la verdad, es que tienen una precisión buenísima. Tomás: Me alegro, porque sois el hospital que más los utiliza. Verás, es por eso que estoy aquí. Mis laboratorios dan unas charlas este fin de semana en Tenerife. Tú y tu gente, estáis invitados. El consejero de salud, quiere que vayáis para allá. Tenéis que ir siete personas. M: ¿Siete? Tomás: Si, es lo que se ha reservado para vuestro hospital. Necesito que mañana me llames para darme la lista e ir preparándolo todo. M: Ya... Tomás: Escucha, se que esto de los simposiums... es un poco rollo, vale... pero... van a ser muy interesantes. Sería salir el jueves por la tarde y volver el domingo. El simposium es de 10 a 2 y de 4 a 6, después tenéis tiempo libre para lo que queráis. Todo pagado Maca. El hotel está genial, en la misma playa. M: Bueno, pues... mañana te llamo para darte la lista ¿vale? Tomás: De acuerdo. No te molesto más, que veo que no paráis. M: Gracias Tomás. ¿Tu también iras? Tomás: Claro jejeje. Me tendréis que aguantar... M: Anda, anda... con lo divertido que eres... que ya nos conocemos de otros viajecillos Tomás... Tomás: Bueno, mañana me llamas, ¿vale? (se levantaba y le daba la mano) M: Muy bien, Tomás, muchas gracias. Tomás salía del despacho. Maca sonrió. Tendría que pensar la lista, aunque... había una persona que ya tenía... segura en esa lista. Cuando ya se iba, Maca bajó con una hoja. Era la lista de los seleccionados para ir al simposium de Tenerife. Nadie sabía nada, así que fue hacia la rotonda.

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M: Begoña. Begoña: Sí Maca M: Por favor, di a la gente que se acerque aquí, tengo una noticia que dar. Begoña: Vale Maca, ahora mismo voy. Begoña empezó a llamar a la gente, médicos y enfermeras de su plantilla que andaban por allí. Todos empezaban a acercarse con expectación, para ver lo que su directora les quería comentar. M: Bueno... ¿estamos todos? ("no... Esther no está") C: Vilches está en quirófano con Héctor, operando. Begoña: Si, y Aimé también está con una urgencia, dice que en cuanto pueda vendrá. M: Vale venga. ¿y Esther, Begoña?. Begoña: No la he visto por aquí ("que se fastidie, ni la he buscado...") E: (se acercaba al grupo para ver que es lo que pasaba) hola... ¿pasa algo? M: Esther, te estábamos esperando. Bueno venga ("ya llegó") veréis... el laboratorio Straker, y el consejero de salud, nos han propuesto para ir a un simposium sobre sus nuevos bisturís digitales. C: Uff... vaya rollo (diciendo por lo bajini) M: En Tenerife, ¿Cruz... alguna... objeción... (la había escuchado) C: (sonreía) no que... vaya buen rollito que se tiran esta gente (sacaba su sonrisa profiden) M: Bueno, tenemos que ir siete personas. Ya he elegido a los que irán. Aquí tengo la lista. A ver... (miraba el papel, aunque sabía perfectamente a quién había elegido). ¿Cruz? C: Si, si... si que voy... claaaro que voyy... (asentía graciosa con la cabeza) M: ¿Vilches? C: Está en quirófano pero... si, si... claaaro que vaaaa... (risas entre la gente) M: (sonreía)... ¿Esther...? E: No... no tengo otra opción, no me queda más remedio que ir, jefa... C: Jejejejeje M: Cruz, por favor... C: Si, si... perdona Maca... M: Seguimos. ¿Laura? L: Maca, sabes que... soy imprescindible en ese simposium... (sonreía mientras le daba un codazo a Esther por haber sido ambas elegidas) M: ¿Javier? J: Si, yo voy Maca (miraba de reojo a Laura) M: Y por último... Aimé. Begoña: ("¡Mierda! ¡Joder!") esto... Maca, Aimé... creo que no puede ir, me ha dicho que tiene un juicio este viernes por lo de su mujer... ya sabes... ("yo, yo, yooo, por favor... por favor...") M: Bien Begoña, gracias por informarme... (sonreía) Begoña: De nada Maca... para lo que necesites... M: Entonces irá Héctor. Su niña ya ha vuelto a Argentina y le servirá para evadirse un poco. Begoña: (la miraba con ojos rabiosos) M: Bien, y... esto es todo. Os voy a dar unos folletos que me ha dado Tomás, que vendrá con nosotros de guía, para que sepáis el hotel, los horarios... etc, etc... ¿vale?

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Los que habían sido elegidos, estaban muy contentos. Unos días en Tenerife iban a ser geniales, el caso era salir del hospital, de la ciudad aunque fuera tan solo tres días. Comentaban alegres entre ellos. Laura y Javier se miraban de reojillo, pues aunque Javier estaba casado, pero la llama del amor, no se había terminado de apagar entre ellos. Y Cruz y Esther, comentaban la jugada. E: ¡Que mal le ha sentado a Begoña...! jejejejeje A partir de ahora ya, ni me mira a la cara. Ays... que preocupación... (decía de coña) C: Ya te digo... jejejeje, yo prefiero que vengas tú Esther, llevas poco tiempo con nosotros, pero mira... ella es una estirada y tú... eres un encanto (le apretaba los mofletes) M: (que se acercaba a ellas) ¿Quién es... un encanto, Cruz? C: Tú, tu Maca, tú jejejejeje M: Pelota... C: Si, si... tú llámame pelota, llámame lo que quieras pero... ¡nos vamos a Tenerife! (empezaba a girar sobre si misma) iujuuuuuuuu Maca y Esther se la quedaban mirando. La jefa de cirugía del hospital, y allí estaba, rotando como una peonza sin importarle quien la mirara. En una de las vueltas, se dio cuenta de que Maca y Esther la miraban alucinadas. Se paró. C: Perdón... esto... tengo que volver a quirófanos (se marchaba) E: Jajajajajajaja Jajajajaja M: Ay madre... E: Si jajajaja está loca jejejejeje M: No si no lo decía por eso Esther, lo decía porque... ufff... (se acercó a su oído y la susurró) que... que nos vamos a Tenerife... tú... yo... a... Tenerife... E: Sí... (se apoyó en la encimera de la rotonda para que sus piernas no se doblaran y cayera redonda al suelo) M: (volvía a susurrarle al oído) ¡prepárate...! (se marchaba) prepárate bien las maletas Esther... que no se te vaya a olvidar nada... J: Eso, eso Esther, jejeje (se acercaba a ella) ya sabes... preservativos... y esas cosas (decía en tono burlón) jejejeje E: Tonto... (le pegaba un palo en el hombro mientras se iba, quedándose con los ojos haciéndole chiribitas) Ays... (sonrió y volvió a su trabajo, pues aún le quedaban unas horas)

Esos tres días transcurrían tranquilos, aunque los elegidos, estaban algo nerviosos y a la vez entusiasmados por el viaje. Maca habló con sus suegros para que se quedaran con Leticia desde el jueves, los cuales, no pusieron ningún impedimento, todo lo contrario, les encantaba estar con su nieta. Esos días Maca y Esther apenas coincidían en sus turnos, alguna vez se veían en la cafetería. Esther no quería interrumpirla en su trabajo, en eso era respetuosa, así que de vez en cuando se buscaban e intentaban coincidir para ir a los lavabos y aprovechar para hacerse algunos arrumacos y besarse, cada vez con más soltura, aunque a la vez con

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discreción, para que nadie las pudiera pillar in fraganti, lo cual, les cortaba un poco el rollo. Esos días hablaron poco por teléfono, y lo que hablaban, era referente al viaje, bueno... alguna insinuación no faltaba nunca, lo cual... las excitaba haciendo que no llegara nunca el momento de partir. El jueves, a las cuatro de la tarde, estaban ya todos en el terminal preparados para embarcar. Tomás estaba allí esperándoles. L: Oye Esther. E: Dime L: ¿Has visto que guapo es Tomás...? E: (Le miraba a lo lejos) Sí... bueno, sí... (más guapa es quien yo me sé) L: ¿Cómo que si... bueno, si...? Esther, alto, rubio, repeinado, ojos verdes, con una labia que te deja anonadada... C: (acercándose a las chicas) ¿Qué pasa, que se cuece por aquí? L: ¡Hombre... como no! la portera del hospital, la que le va a quitar el puesto a Teresa jajajaja C: Pues claaaaro... así que... ¿Qué? (arrimaba la orejilla para ver de que hablaban) E: ¡Cruz...? L: No, no pasa nada Cruz, simplemente le comentaba a Esther, que Tomás... es bien guapo, y... no sé... (insinuando) E: Pues si tan guapo es... quédatelo tú ¿no? C: Jajajaja Esther... ays Esther... ¡que no te enteras...! bueno, es que... llevas poco tiempo entre nosotros pero aquí... la amiga Laura... creo que... vuelve a tener los ojitos apuntando a... a otra persona.. L: ¡Joder, Cruz! (sonriendo pero molesta) E: Pero... ¿qué pasa? Cuenta, cuenta... a ver hacia quién apuntan tus ojitos... (de coña) ¿quizá sea... a un tipo que ronda por aquí... con barbas... greñosas...? C: Jajajajaja L: ¡Esther! E: Anda que no se nota guapa... L: ¿De verdad...? ¡Que vergüenza...! E: Pero Laura... está casado... M: (se acercaba) ¿Quién está casado? L: No que... que decíamos que si Tomás estaría casado o no... C: Si, porque aquí Laura... está de casamentera, y se lo quiere endiñar a Esther jajajajaja E: Ays... (se ponía colorada y bajaba la cabeza) M: Pero... ¿a ti te gusta... Esther? E: ¡Maca...! C: Jajajaja que se pone roja la tíaaaa jejejeje M: Bueno... (miraba a Tomás) que queréis que os diga, yo... yo le veo... demasiado guapo diría... bueno... Esther es... quien debe de opinar... ¿qué opinas tú Esther? ¿es... guapo el chico? (la miraba insinuante aposta) E: Yo... bueno... me gustan las personas guapas... sí... ("como tú...") L: ¿Ves? Ya te lo decía yo... ay, ay, ay... Que veo plan yo ¿eh? Jajajajaja E: Anda Laura, cierra ya el pico.

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Tomás: (acercándose al corro de chicas) Bueno... vamos ya a embarcar. Maca, creo que estamos juntos en los asientos, contigo y con... ¿Esther? (la miró) te llamabas Esther, ¿no? E: Si, si... (miraba de reojo a Laura, que estaba haciéndole desde atrás ojitos) Oye, creo que Laura tiene miedo a los aviones Tomás, no tendrás por ahí... unas cuantas pastillas para que se quede dormida del todo... C: Jajajaja, no te preocupes Esther, que a esta no le hace falta pastillas para dormir. Si el avión se estrellara, la tendríamos que andar despertando jajajajaja H: Bueno que chicas... ya salimos creo... V: Si, venga, que estoy deseando llegar para ir mañana al simposium a hablar de bisturís digitales, oys... de lo más interesante. C: ¡Vilches! V: Vamos a ver... ¿a ti quien te manda decidir por mí?. Vienes... me lo cuentas... y yo me quedo tan tranquilo matando enfermos, que es lo que me va... J: Jajajaja Vilches... ahí te has pasado macho... jajajajaja C: Venga gruñón, vamos al avión (le empujaba hacia la puerta de embarque) Subieron al avión. Javier, Héctor y Vilches, iban juntos. No eran sus sitios pero Cruz había rogado a Héctor que le cambiara el sitio, pues sabía el pánico que Rodolfo tenía a los aviones y no estaba dispuesta a aguantarle durante el viaje. Laura se sentó con Cruz y con Noelia, una alta ejecutiva de los laboratorios straker que acompañaba a los profesionales junto con Tomás, que se sentaba junto con Esther y con Maca. El viaje duraba unas tres horas. Esther, que estaba en medio de los dos, se quedó un poco dormida, e inconscientemente, su cabeza se apoyó en el hombro de Tomás. Tomás: (sonreía mirando a Maca) No le hacen falta pastillas para el avión jejejeje M: No... (la miraba con dulzura) Tomás: ¿Qué tal lo llevas, Maca? (hablando bajito) con lo de tu niña y eso... ¿Qué tal te apañas, bien? M: Bueno, lo llevo como puedo Tomás... uff, no la puedo ver todo lo que quisiera pero... en fin, el tiempo que estoy con ella... lo intento aprovechar al máximo... Tomás: ¡Mírala! (sonreía) y... ella... (refiriéndose a Esther) ¿tiene novio, está casada...? M: ¡Tomás!... ("ays...dios miiiiio dios miiiiiio...") Tomás: (sonreía) nada oye... solo era por preguntar jejejeje M: Pero... si tú puedes tener a quien quieras Tomás... Tomás: (abría mucho los ojos arqueando las cejas) por... por eso Maca... jejejeje M: ¡Venga ya! no me digas que te has fijado en ella... (mirando a Esther con incredulidad para darle a entender que fuera poca cosa la chica...) Tomás: Bueno, no sé... es muy dulce y muy risueña... M: Tomás... que nos conocemos... Tomás: Jejeje Ays Maca... M: Además, no sé... no vamos a tener mucho tiempo libre... yo que tú ni me lo plantearía, la verdad ("me cagüen... que se me la quiere ligar...") Tomás: Maca... ni que fueras su madre... jejejeje M: ("su madre no, pero algo más... si que quiero ser...") No ya... (empezaba a sonreír cínicamente) pero... ¿de verdad que la ves guapa?, no sé...¿eh? ("por dios... si me oyera mi niña... espero que no, con lo guapísima que es ella que es que es... ays...")

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Tomás: Vaaaale Maca jajajaja, venga relájate, que lo vamos a pasar bien. Oye... y nada de escaquearse ¿eh?, si queréis faltar a alguna charla vale, pero... acto de presencia... tenéis que hacer, que si no Noelia... me corta el cuello. M: Noelia... ¿es muy guapa verdad? (intentando que cambiara de idea con respecto a Esther) Tomás: Jajajaja pues... mira díselo tú jajaja que no te la quitarás de encima en todo el viaje jajajaja M: ¿Por? Tomás: Maca, Noelia es lesbi... no tengo nada que hacer... (arqueando las cejas) M: Vaya... ("vaya por dios...") Tomás: Si, es una pena, porque está... buenísima pero mira... M: Oye... lo mismo Esther... también lo es... ("o al menos... lleva camino de ello") Tomás: Jajaja Bueno yo... te diré si lo es o no. M: ¡Nooo! (Esther empezaba a despertar) No, no Tomás en eso si que no estoy de acuerdo contigo Tomás, no, no, y nooooo ("Ay dios míoo... que viajecito... yo a este le busco alguna, la que sea, la pago para que se vaya con él...") Jueves Llegaron por fin sobre las ocho de la tarde al hotel. Eran un hotel grandioso, el hotel "Masca Sheraton", situado al lado de la playa del acantilado de los gigantes, al sur de Tenerife. Entraron en el hall, era impresionante; decorado al estilo clásico, con suelo de mármol blanco y grandes lámparas de tipo araña. A lo largo del hall, había un montón de sofás en cuero, de color claro y con solemnes mesas de cristal donde los clientes esperaban o se acomodaban leyendo y pasando el rato. Había cuatro ascensores grandes y transparentes desde los cuales se divisaba todo el hall y los pasillos de los pisos mientras subían y bajaban. Valentín, el jefe de los laboratorios Straker, les esperaba en recepción. Tomás le fue presentando uno a uno a los invitados y les daba la bienvenida. Acto seguido, mientras los botones subían las maletas, Valentín le dio las llaves de las habitaciones a Tomás para que las repartiera. Tomás: Vilches y Cruz (les daba la tarjeta) V: Vaya plan... C: ¡Ah! ¿Si?... ya te diré yo a ti plan... ni se te ocurra... pedir plan... H: Jejejeje Vilches... Tomás: Laura (le daba la tarjeta) con Esther. L: Gracias... (sonreía) E: Gracias ("era demasiado pedir que me tocara con ella, claro...") Tomás: Javier... (le daba la llave) tú con Héctor. H: Viste... tenemos un pisito de solteros (sonreía dulcemente) Tomás: Y tu Maca con Natalia (le guiñaba un ojo a Maca) las dos ejecutivas... juntas. Ahora subirá, ha ido un momentito a arreglar unos papeles para mañana con Valentín. M: Gracias Tomás (cogiendo la tarjeta) Tomás: Bueno chicos, son... (se miraba el reloj) las 9, a las diez tenemos un coktail de recepción en la sala "El gigante de Masca", que es la sala donde se celebrará estos días el simpósium. No será una gran comilona pero... por hoy, con el viaje y todo... bastará, y eso si, después nos dirigiremos a la discoteca del hotel, donde habrá una bienvenida con más gente de otros laboratorios y habrá una orquesta y baile. V: ¡Qué bien! La ilusión de mi vida. Aunque... no sé si me dejarán pasar... me he dejado olvidado en casa el traje de pingüino... que despiste el mío...

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L: Jajajajaja Tomás: Venga Vilches jajajaja que la cena de gala es el sábado, y no hace falta traje de pingüino, con que no vengas en chancletas y traje hawaiano... nos daremos por contentos... C: Anda, anda... plasta, que eres un plasta (le empujaba hacia el ascensor) vamos para arriba a arreglarnos. H: Ché, ¿estamos todos en el mismo piso? T: Sí Héctor, en el más alto. En el piso 20, tiene unas vistas maravillosas. J: Esta bien este hotelucho, sí... (mirando cada detalle del hall) M: Si,... si que es bonito ("ayss... Mi niña y yo separadas... Algo... algo habrá que hacer...") E: Sí, precioso Maca ("se me está ocurriendo de... hablar con Héctor, Natalia es muy guapa y lo mismo... ¡joder!") Todos cogieron sus maletas y subieron a las habitaciones.

Hab. Cruz-Vilches C: Cariiiño, no dejes la ropa así, que se va a arrugar. V: Oye (rodeándola con los brazos) que... lo del plan... lo decía en broma... C: Ya lo sé tonto. Anda venga, vamos a recoger las cosas que nos queda una horita para estar abajo. Hab. Javi-Héctor H: Uauuu viste Javier... esto es impresionante, con yacussi y todo... J: Si cariño... ¿te apetece estrenarlo? Jejeje H: Ays... que desaprovechado que va a estar... Hab. Esther-Laura L: ¡Esther! pero... esto es precioso (dando vueltas por toda la habitación mirándolo todo) E: Sí... L: ¡Cómo que si...! Ay... lo vamos a pasar más bien... E: Si bueno, eso espero. L: Hija, ¿pero qué te pasa? Con lo contenta que estabas estos días por el hospital... y ahora... E: No, nada... (intentando disimular) L: Como que no, que... igual que tú a mí... yo también te he notado esa mirada tan... brillante y tan risueña... ¿eh? ¿no tienes nada que contar...? E: No, no... de verdad Laura que no. L: No me lo creo ¿eh?. Venga... ¿es guapo? E: (sonreía) jejeje L: ¡Es guapo, siiii! Venga cuenta mujer... E: Laura es que... (se ruborizaba) L: Lleváis poco tiempo, ¿no? E: Si, es eso... todavía... no estamos conociendo un poco... y por eso no quiero... no quiero hacerme ilusiones, ya sabes...

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L: Mujer, eso está bien, los comienzos ¿no? Ays... Son tan bonitos... E: Sí... (intentando cambiar el tema) y... también los... recomienzos ¿no? L: Uff Esther... no pensaba yo que se me notara tanto, pero... no me le consigo quitar de la cabeza. Pero está casado... E: ¿Por qué lo dejasteis? L: Pasamos una mala racha, la cosa... se vino abajo. Yo... me lié con Aimé y... E: ¿Con Aimé? L: Si... y él, de repente... se casaba. Te lo juro que jamás había oído hablar de ella Esther. ¡Jamás me habló de ella... No sé si lo hizo por despecho... o qué, pero... al final, casi sin darme cuenta... se casó... E: Ya. Y tu... sigues pensando en él. L: Sí. Pero es que yo le quiero, ¿sabes? No he dejado nunca de quererle, nunca... y sé perfectamente que a él le pasa lo mismo. ¡Dios, es tan cabezota a veces...! E: Oye que... (sonreía) si quieres... a mi no me importaría... dormir con Héctor ¿eh? L: Jajajaja E: Jajajaja L: ¡Menudo peligro tiene!, y eso que es guapo ¿eh?, pero... últimamente... no se come una rosca el pobre... E: Oye... ¿y Noelia...? ¿por qué no le intentamos liar con Noelia? Lo mismo le gusta... la chica es guapa... L: Pues... es verdad... Ay... que celestinas que somos Esther. E: Sí jajajajaja L: Bueno venga, vamos a recoger las cosas y a arreglarnos. E: Sí. ("No estaría mal... nada mal. Laura se lía con Javi, se van a la habitación de Javi... y aquí sobraría una camita... y como Maca duerme con Noelia, si... si Héctor ligara con Noelia, se podrían ir a la habitación de Héctor, que estaría solito porque Javi se habría venido aquí, y así la habitación de Maca... estaría con una cama... vacía... y...") L: ¡Esther! E: (dando un respingo) ¡Qué...! L: Ay... que estás en babia... ¿eh? Si es que... te tiene enamoradita... madre mía jejejeje. Que ¿qué cama quieres? E: Ah... bueno... me es igual Laura. L: Vale, pues entonces me pido esta, que está al lado de la puerta je... por si tuviera que salir corriendo... E: Jajajaja Hab. Maca-Noelia Noelia: (entrando por la puerta) Hola... perdona es que estaba arreglando unos papeles. Bueno, espero que no te importe que durmamos juntas, somos... las jefas jejejeje M: No pasa nada Noelia (sonreía) así está bien... ("no, no está nada bien joder") Noelia: Yo... como viajo tanto estoy acostumbrada a dormir con extraños además, no ronco jejeje M: ("lo que me faltaba, que encima... roncase...") Bueno, yo creo que tampoco. Noelia: ¿Cómo que crees? ¿es que... no te lo dicen? (algo insinuante) M: No. Noelia: ¿No estás... con nadie? M: ("a ti te lo voy a decir yo ¡ja!") no... de momento... Noelia: Que raro... (se acercaba a ella) no sé... con lo guapa... que eres...

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M: ("ay, ay, ay...") si... eso me decía... mi pobre marido que en paz descanse (poniendo carita de pena) Noelia: ¿Eres viuda? M: ¡Anda! ¿No te lo había dicho Tomás? Noelia: Pues... no, la verdad es que no me suele contar cosas personales de sus clientes. M: Pues si, soy viuda Noelia ("que se entere, que se entere bien, Fernando cariño... perdóname pero...") Noelia: Bueno... seguro que... muy pronto reharás tu vida... ya verás... M: No Noelia, el recuerdo de mi marido... siempre estará conmigo (haciéndose la sufrida) siempre... (mirando hacia el techo) Noelia: ¡Mujer! Eres joven, guapa, directora de un hospital... ¿Cuánto tiempo hace que murió? M: Muy poco Noelia, muy poco... Noelia: Ya. Bueno, es normal al principio, pero... (le acariciaba la mejilla) ya verás (susurraba) solo necesitas a tu lado... a una persona cariñosa... que te trate bien... y... en menos de lo que tu esperas... te volverás a soltar Maca... ("uhmm... y si fuera yo la que la soltara... ¡madre mía que cuerpo tiene la tía ufff") M: ("Ay que peligro tiene estaaaaaaaa...") soltarme, soltarme... lo que se dice soltarme... no. No lo he superado todavía y creo que no lo voy a superar en mi vida Noelia (volviendo a poner otra vez cara de sufridora) Noelia: Que no mujerrrrr, ya veras, ya veras... ("un poquito de mi marcha y... pa el bote") M: ("Ay mi Esther... ay mi Esther si estuviera viendo esto...")

Eran las nueve cuando empezaban a bajar al hall. Tomás les esperaba todo trajeado. Maca estaba abajo ya con Noelia, Cruz y Vilches. Miró hacia uno de los ascensores y de repente casi se le para el corazón. ¿era ella? ¿era Esther?. Se había tan solo arreglado un poco el pelo, alborotado del viaje y... allí estaba. Con un precioso vestido rosa fucsia todo entallado, dejando ver su hermosa figura. No podía evitar que sus ojos se le fueran hacia ella. El ascensor terminó de bajar y de él salía Esther, le parecía toda una diosa, la veía llegar como a cámara lenta hacia ellos Mientras estaba saliendo del ascensor, Esther, tampoco podía dejar de mirar a Maca, ahí estaba, preciosa, con un vestido negro entallado y un escote que dejaba entrever un coqueto lunar muy bien colocado. El hall era tan grande, pero... medida que se acercaba... no había más que un lunar en hall, solo eso... un precioso, marrón, y... redondo lunar. Cruz, en ese momento miró a Maca y notó cómo ésta se la comía con la mirada. L: Hola ¡qué guapos! E: Hola (sonriendo) M: Hola Esther, y... y hola Laura ("¡dios...! Que se te va a notar, que se te va a notar Maca...") L: ¿Faltan los chicos, no? Tomás: Si, ya sabes, es que... estos chicos... mira (señalando hacia uno de los ascensores) ya bajan

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Javier iba con traje pero sin corbata. Esa barba greñosa le resultaba a Laura en esos instantes muy interesante... bohémia, y Javier tan solo tenía ojos para Laura, que iba con un top marrón y unos pantalones negros ajustados. Cruz, se volvía a fijar. C: (susurrando a Rodolfo) Ay Rodolfo... vaya tres días que nos esperan... (con voz picarona) V: (sorprendido y todo contento) ¿Siii? C: Ay... siempre estás pensando en lo mismo jejejeje V: Pues claro... en ti... y en tus planes (la besaba) C: Ya cariño ya... pero... (le decía muy bajito) que... creo que va a haber otros planes... V: ¡Vaya! A mí me gustaban estos... C: jejeje no, no... si estos... también, también los va a haber... V: Ay... mujeres... no hay quien os entienda... H: (todo embobado) Noelia, estás guapísima Noelia: Gracias Héctor, esto... (sin hacerle ni caso) bueno Tomás, vamos para la sala. E: Héctor, creo que... Noelia se ha fijado mucho en ti H: ¿Tu crees? si ni me miró Esther (poniendo carilla de pena) E: Ya. Pero... eso lo hacemos las mujeres cuando nos gusta alguien L: Si, si... Héctor, se le ve que le gustas... eso, seguro... H: Vaya... (se arreglaba la corbata sonriendo) bueno... (sonreía) E: A si que... ya sabes, Héctor... aprovecha que sólo son tres días... ya sabes... (le insinuaba con total claridad) L: Mujer... dale un poco de respiro al pobre ¿no? E: ¡¡Nooooo!! vamos... que... no si... si yo lo digo porque... si quieres ligar con ella... cuanto antes mejor... H: Vaya... aquí mis chicas, cómo sos, ¿eh? L: Héctor (intentándole convencer) que... lo hacemos por tu bien... ("que si tú te vas a la habitación con Noelia, yo podría ir a visitar a Javi si tu no estuvieras en ella, claro... ays... Javier... que bien le queda la barba...") Entraron en la sala "El gigante de Masca". La habían habilitado con grandes mesas llenas de aperitivos embutidos para picar. Los camareros iban sirviendo en bandejas las bebidas. Laura y Esther, iban casi corriendo detrás de ellos para coger las copas. Esther cogió dos y se dirigió hacia Maca. E: Ten (le daba una copa de vino comiéndosela con la mirada) M: Gracias (sonreía respondiendo a esa mirada) E: Maca... estás guapísima, de verdad... M: ... Tú más Esther (susurraba haciéndole poner los pelos de punta a la enfermera) E: Maca... M: ¿Qué? E: Tenemos que encontrar un momento, Maca... M: Como sea Esther, como sea... ya verás, porque es que yo... E: Yo también Maca... yo también Tomás: (acercándose) ¿Tú también qué Esther? (le guiñaba un ojo) E: Que... yo también... que también he podido comprobar lo bien que va el bisturí. M: Perdonad ("es que no aguaaaanto a este pedorro") tengo... que ir al baño, ¿me acompañas Esther? E: Sí claro.

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Ambas se fueron hacia los lavabos. En esos momentos no había nadie. Maca abrió una de las puertas e invitó a Esther a entrar. Acto seguido lo hacía ella y cerraba la puerta. Como un terremoto en pleno auge, se lanzaron a los labios fuertemente, con deseo, con desesperación, con ganas, con unas terribles ganas. Un beso largo, intenso y profundo que casi no las dejaba respirar. M: Esther... (la nombraba cuando su boca mínimamente se separaba de los labios de ella) E: Maca... (decía su nombre sobre los labios de su amada) Disfrutaban de ese abrazo y de esos besos desesperados a escondidas, lo necesitaban. Maca apoyó la espalda de Esther sobre uno de los tabiques y se pegó a Esther, apenas sin dejar huevo. Esther empezaba a besar el cuello de Maca, que ladeaba la cabeza para recibir mejor esos besos mientras alborotaba con sus manos el pelo de Esther. De repente, la puerta de los lavabos se abría. Se quedaron quietas, muy pegadas la una a la otra, intentando aplacar sus respiraciones que estaban a cien, les costaba. Se miraban, se miraban expectantes. L: ¿Chicas? ¿Estáis por ahí? Tomás me ha dicho que estabais aquí en el baño... M: Si Laura... ahora salimos (casi sin respirar) E: (sonrió dulcemente a Maca y bajó la mirada) L: ¿Estáis las dos aquíii? (llamando a la puerta) M: Si, si... (arreglaba el pelo de Esther) ya salimos L: Vale, he venido a retocarme un poco los labios, ya sabéis, con la bebida... si es que el pintalabios este que me recomendó la de la perfumería... M: (besó tiernamente a Esther mientras Laura seguía hablando de no sé qué...) de este fin de semana no pasa Esther... (le susurraba al oído) E: Maca (susurraba también muy bajo) ¡Ni te atrevas a dejar que no pase...! M: (abriendo la puerta) Hola... (sonreía) L: Pero... ¿Qué hacéis ahí dentro las dos? E: ¡Anda! ... (miraba a las demás puertas) ya se han ido, uff estaban todos ocupados y ahora... Mira... M: Es verdad jejejeje, ya ves... estábamos ahí dentro peleándonos a ver quien... meaba primero y ahora... mira... L: Jajajaja Anda que... (terminándose de pintar los labios) ¿listas? ¿listas para...bailar? (abriendo como platos los ojos y sonriendo de alegría) M: Sí Laura... listas... ("Uff que remedio...") Se dirigieron hacia la discoteca del hotel. Era una típica discoteca de esas de los años ochenta. Oscura, con sillones rojos, con lámparas de esas redondas de cristalitos brillantes que daban vueltas y dejaban destellos en la pista y en algunas zonas. L: Uauuuu (mirando el sitio) todavía no había nacido yo cuando esto se llevaba jajajaja C: Claro hija, es que eres la más pipiola E: Jejeje J: Pues nada... Laura, ahora que nos pongan musiquilla de los ochenta y así... te enseñamos...

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L: Jejejeje, cuando quieras Javi... que... tú eres más carroza que yo... ("ays... a ver si nos echamos unos bailecitos tu y yo") Estaban ahí en corrillo hasta que empezaron a dispersarse a la barra para ir pidiendo algo. La discoteca se empezaba a llenar. E: Venga Héctor, ¡ataca ya! H: Ché, poco a poco, luego... la invito a bailar y... poco a poco, tranquila... E: Bueno, sin prisas pero sin pausas. H: Pero ¿por qué tanto interés? E: No, no... (ponía cara de niña buena) si... si lo hago por ti... venga anda, ve y la pides una copa... H: Sha voyyyy L: Bueno Javi, ¿Qué tal la habitación? J: Bien, con jacuzzi y esas cosas... le he propuesto a Héctor meternos en él pero... creo que prefiere la compañía de Noelia (sonreía) L: Sigues con tu humor ¿eh? J: Bueno... a pesar de todo... no se pierde, sobre todo... contigo, aunque... supongo... que va innato. L: ¿A pesar de todo? ¿A pesar... de qué? J: Pues... no se, Laura... (la miraba intensamente a los ojos) en fin... no me hagas caso, supongo que... entre el viaje y todo... debe estar un poco sensiblero. L: Bueno... tu siempre lo fuiste, y eso... me encanta (tirándole cariñosamente de los pelillos de la barba) Tomás: ¡Eshter! Toma (ofreciéndole una copa) M: Perdona... Esther... tu copa, ten. (sonriendo cínicamente a Tomás) E: Gracias... es que ya le había pedido a Maca algo para tomar (sonrió) Tomás: Bueno pero... a la próxima invito yo ¿vale? M: ¡Pero que morro tienes Tomás! Si es barra libre... Tomás: Jejeje por eso chicas... estáis invitadas por mí. Es más... ¡camero, ponga lo que le pidan, invito yo! Jajajaja E: Jajaja ¡estás locoooo! jajajajaja M: ("si, si... tú ríele las gracias, que si supieras sus intenciones...") H: (acercándose a la barra al lado de Noelia que iba a pedir) Perdón, aquí la señorita va a tomar... (le hacía seña con los ojos de que pidiera) Noelia: Una copa de amaretto con granadina (toda decidida) H: Pues eso, y para mí... yo... con una cerveza de basta (sonreía) ¿qué es esa mezcla tan rara que hacés? Noelia: Ya ves... una buena amiga mía me lo pegó. H: Me tenés que dejar que pruebe un poco de eso. Quizá sirva para conoceros mejor. N: Jejeje ("vaya ojazos que tiene, que pena que me guste a mí la viuda...") bueno... ¿tu crees que por una bebida se puede conocer a una persona? H: Algo, sí. Mira... yo... por ejemplo... tomo cerveza, y... ¿Cómo es la cerveza? Pues... ché... normal, corriente, a veces suave... a veces más fuerte... ¡cómo los hombres Noelia!... si... si la viertes deprisa... se sale... (le lanzaba miradas cristalinas y sonrientes a los ojos) Noelia: Jajajajaja ("tiene gracia el chico, si...")

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H: Pero... (vertía su cerveza en la copa) mira... yo la vierto despacito ¿ves? Así, poco a poco... sabe mejor... Noelia: Si,... es mejor así. Oye... pobre Maca, ¿no? tan joven y viuda. H: Si, pero bueno, lo lleva genial, sí.. Noelia: ¡Ah! ¿Sí? H: Si, últimamente la veo muy bien Noelia: ¿Tu crees que piensa rehacer su vida? H: Claro que si, es joven, es guapa, supongo que sí ¿por? Noelia: No, no... por nada. De repente una famosa canción de los Bee Gees empezaba a sonar. Vilches y Héctor, se miraron. Parecían dos vaqueros del oeste retándose con la mirada. Sin dejar de mirarse, los dos se dirigieron hacia el centro de la pista y empezaban a bailar sincronizados. C: Bueno... jajajajaja empieza el espectáculo señores jajajaja

Well, you can tell by the way I use my walk, I'm a woman's man: no time to talk. Music loud and women warm, I've been kicked around since I was born. And now it's all right. It's OK. And you may look the other way. We can try to understand the New York Times' effect on man. Whether you're a brother or whether you're a mother, you're stayin' alive, stayin' alive. Feel the city breakin' and everybody shakin', and we're stayin' alive, stayin' alive. Ah, ha, ha, ha, stayin' alive, stayin' alive. Ah, ha, ha, ha, stayin' aliveeeeeeeeeeeeeeeee Ahí estaban, Vilches y Héctor como dos posesos imitando a Travolta. Con sus movimientos de manos hacia arriba y hacia los lados apuntado a la gente. Tomás: Bueno, bueno... pero... ¿qué tenemos aquí? C: Si hijo, es que... esto viene de hace tiempo, de una fiesta de cumpleaños que me prepararon. Se disfrazaron los dos de Travolta, se aprendieron el bailecillo, y desde entonces... es sonar la canción y... ¡mírales! Jajajaja M: Jajajaja ¡qué graciosos Cruz! No me lo esperaba jajajaja E: Si, es verdad, jajajaja mira el Vilches, y... parecía tan serio jajajaja C: Si, serio cuando quiere jajajaja L: Oye Cruz, ¿Qué le has dado a Vilches? Jajajaja. Venga Javi, anímate tú también. J: ¿Yo? Tomás: Claro venga Javier, yo te acompaño vamos a quemar la pistaaaaa (se iba como un loco con Vilches y Héctor)

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J: No, no, no, no... L: Ay... venga... no seas así (le empujaba hacia la pista ayudado por Cruz) Aunque al principio más tímidamente pero luego viendo que era objeto de atención de las miradas de Laura, se empezó a soltar, haciendo que se quitaba la americana, mientras las chicas les gritaban Chicas: ¡Tíos buenos macizos! Jajajajaja Cada vez la canción les poseía más. Vilches iba hacia Cruz, insinuándose, Javier hacia Laura, Héctor hacia Noelia y Tomás hacia Esther, cosa que no gustó nada a Maca. Las invitaron a la pista y empezaron a bailar con ellos haciendo un poco el chorra. Estaban bastante desinhibidos y las miradas poco les importaba, simplemente se lo estaban pasando bien. C: Maca... no pasa nada ¿eh? Que solo es un baile... M: ¿Eh? C: No, nada... que... ¿qué te pasa? M: Nada, ¿por? C: No sé... te veo... un poco... protectora con Esther, ¿no? M: ¿Con Esther? C: Sí... (le decía seriamente) M: No... es que... no sé, creo que Tomás... se la quiere ligar C: ¿Y? ¿Eso te preocupa? Ella... ya es mayorcita para hacer lo que quiera, somos adultos Maca... M: Ya, ya... pero... no sé, Esther es muy sensible y... ya sabes que Tomás es un vividor... C: Eso se nota Maca, Esther no es tonta... M: No, no... claro... C: Bueno oye... que... si necesitas hablar de algo... Ya sabes... M: ¿De qué? ¿A... a que te refieres? C: Venga hombre... no te hagas la disimulada, que nos conocemos... No sé, tu dirás... pero... últimamente... te veo... te veo muy bien Maca. M: (sonreía) es que lo estoy Cruz, si... C: Maca... Llevamos ya tiempo juntas, y eres la directora del hospital pero ante todo... somos amigas, ¿no? M: (le acariciaba el brazo) si, Cruz, y muy buenas amigas, si... tú me has ayudado mucho cuando lo pasé tan mal. C: Te ayudé porque te quiero un montón, y lo sabes... M: (sonreía) Cruz... Me vas a hacer llorar... C: Estás tú... muy sensiblera ¿eh? No se... ¿no habrá algo por ahí... que... que tengas que contarme? M: ¡Cruz, por favor! C: Bueno... (poniendo cara de interesante) te advierto que... podría servirte de gran ayuda pero... si no me quieres contar nada... La canción terminaba M: Jajajajaja Ay... Cruz, ¡cómo eres! C: Maca, (le dijo seriamente) jamás te he visto antes como te vi hoy cuando Esther...

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Noelia: (se acercaba a ellas) Ay... al final me han hecho bailar jajajaja. Este Héctor ¡por favor! tan calladito que parecía el argentino y ¡mírale! C: Bueno... calladito... calladito... Puede que sea pero... ya le ves... M: Perdonad, voy a pedir una copa Noelia: Yo... M: Dime lo que quieres Noelia, que te lo traigo (dándole a entender que iría sola a la barra) Noelia: No, nada... todavía tengo mi copa llena en la mesa. M: ¿Cruz? C: Pues... una cervezita, ya sabes... (sonriendo) DJ’s: Y ahora... después de esta gran exhibición de baile jejejeje tengo el placer de presentarles en directo... a... "La Orquesta Chicharrón" Todos aplaudían La gente aplaudía. Los músicos empezaban a tocar. Algunos empezaban a bailar inaugurando el concierto. H: (acercándose a Cruz y Noelia) Bueno... ¿viste? Noelia: Jajajaja C: Si hijo, si... vamos que... no me imaginaba yo que hoy pusieran aquí esa cancioncilla Noelia: Pero Héctor, estáis hechos unos Travoltas jejejeje C: Ya te digo... y lo que no has visto jajajaja Noelia: ¡Ah... ¿sí? (toda insinuante) ("uys... no recuerdo la última vez que me ligué a un hombre...") H: Bueno... uno tiene sus... sorpresas... (arqueaba las cejas haciéndose el interesante) C: Uy, uy, uy... Voy a por Vilches, si me perdonáis... (sonreía) Laura, Javier, Esther y Tomás, se habían quedado en un rincón de la pista comentando la jugada del baile, mientras Maca, estaba en la barra pidiéndose algo. Observaba cómo Tomás intentaba entrar a la enfermera pero... no tenía celos, pues acababa de estar hacía un rato con ella en los lavabos y sabía que Esther no cedería... M: Eso creo, vamos... Que si no... la asesino (sonreía para sí) y Cruz... yo creo que se ha dado cuenta, pero... no sé, es que... es tan difícil para mí hablar de esto... si... si fuera un hombre, seguro que ya se lo habría contado, estaría ahí, toda entusiasmada cotilleando con ella de eso, y no es que no esté entusiasmada, ¡que va! Que lo estoy... y tanto... (sonreía) al final se lo tendré que contar, uff qué corte, ¿pero por qué? si yo la quiero, si... caray, lo estoy diciendo, la quiero si... es que... es tan importante para mí... es tan sensacional lo que siento por ella... bueno... a Fernando también le quería pero... bueno, él ya no está aquí, ahora está ella, y eso es lo que importa, ella... no lo puedo evitar, no lo puedo evitar... mi corazón se me sale cada vez que la veo, cada vez que me habla, cada vez que la beso... Estaba en sus pensamientos cuando de repente la Orquesta Chicharrón, empezaba a cantar una canción lenta, Agua, del grupo Jarabe de Palo, así la presentaban. Orquesta Chicharrón: Venga... parejitas... amantes... prepárense para bailar...

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Casi sin darse cuenta, Maca veía como se iban acercando la gente a la pista a bailarla, Laura con Javier, Esther con Tomás, Noelia con Héctor y Cruz con Vilches. Unos preciosos y simples acordes de guitarra empezaban a sonar.

Como quieres ser mi amiga Si por ti daría la vida, Si confundo tu sonrisa Por camelo si me miras. Razón y piel, difícil mezcla, Agua y sed, serio problema.

Esther, agarrada a Tomás, miraba a Maca. Con la mirada le estaba diciendo tanto, y Maca lo sabía. La sonrió a lo lejos, asintiendo ambas con su mirada lo que estaba pasando. Aunque no estaban juntas, sabían que la una estaba bailando con la otra. A veces Tomás se daba la vuelta pero Esther intentaba llevar el paso y aguantarle en la posición en la que le pillaba bien el mirar a Maca

Cómo quieres ser mi amiga Si por ti me perdería, Si confundo tus caricias Por camelo si me mimas. Pasión y ley, difícil mezcla, Agua y sed, serio problema...

C: Vilches, por favor, quiero que saques a Maca a bailar V: ¡Joder! ¿Que pasa, tan mal lo hago? C: Por favor, cariño, te lo pido de verdad... V: ¿Pero por qué? C: Tu hazme caso, ya te contaré... V: Si lo hago... ¿qué me das a cambio? (le guiñaba un ojo) C: Ya sabes tú... lo que te voy a dar... de sobra lo sabes. V: Vaaaalee... Si es que... como me convences... C: Oye... V: ¿Qué? C: Si te agarra muy fuerte... no te preocupes ¿vale? V: Oye, oye... ¿en que lío me estás metiendo, a ver...? C: Jajaja tonto... (le decía cariñosamente) hazme caso, de verdad, ¿vale? V: Ay... (se iba a invitar a Maca a bailar) V: Jefa... a mi mujer que... que ya la tengo muy vista, ¿bailas? (poniéndola los brazos) M: ¿Con un gruñón?, no sé yo... no sé yo... (sonreía) V: (arqueaba las cejas) M: (le guiñaba los ojos) pensaba que no me lo ibas a pedir nunca jejejeje

Cuando uno tiene sed

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Pero al agua no esta cerca, Cuando uno quiere beber Pero el agua no esta cerca. Qué hacer, tú lo sabes, Conservar la distancia, Renunciar a lo natural, Y dejar que el agua corra.

Esther y Maca se miraban, iban acercándose disimuladamente la una a la otra. Al final, las parejas estaban muy cerca, los hombres estaban de espaldas a ellas y ellas... se miraban con pasión, con ternura, con deseo. Ese baile se les hacía suyo. Casi se apretaban más a los chicos sintiendo que fueran ellas las que estuvieran bailando. Y eran ellas, porque el mundo se paraba en ese momento, y estaban allí, bailando, la una con la otra. Unas lágrimas empezaban a caer por el rostro de Cruz. Ahora si que lo tenía clarísimo.

Cómo vas a ser mi amiga Cuando esta carta recibas, Un mensaje hay entre líneas, Cómo quieres ser mi amiga. Cuando uno tiene sed Pero al agua no esta cerca, Cuando uno quiere beber Pero el agua no esta cerca

La fiesta siguió, a las dos terminaba. Tomás les invitó ya a que se fueran a las habitaciones para al día siguiente estar frescos para las charlas. Esther estaba algo ilusionada, pues al final, parecía que Héctor había hecho buenas migas con Noelia. Algo... era algo... En un momento en el que pudieron hablar solas, Maca y Esther quedaron en que se verían en el hall, necesitaban al menos hablarse, mirarse, o... hacer una visita al lavabo, ese sitio tan pequeño pero que les había permitido amarse durante unos pequeños instantes. M: Cuándo se duerma Noelia, te espero aquí, en el hall ¿vale? E: (sonriendo) jejejeje ¡como una flecha, vamos...! jajajaja Sobre las tres y cuarto de la madrugada, Maca estaba ya en el hall, se puso a ojear un periódico, aunque no se concentraba.

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Esther estaba en la habitación con Laura, estaba muy entusiasmada contándole que había tenido una charla interesante con Javier, no podía dormirse y no hacia más que hablar... y hablar, y aunque Esther la decía constantemente que se durmiera, no podía. L: Yo creo que... ay... no se Esther, esto no se ha apagado, nos queremos, nos seguimos queriendo... hoy me miraba... Bueno, nos mirábamos... Ufff, debo estar loca Esther, pero... no lo puedo evitar, ¿y si me lanzo? Porque claro él... está casado, no creo que lo haga, pero... ¿y si soy yo la que da el primer paso?... E: Ay... Laura, haz lo que quieras, pero ¡duérmete ya, coño! L: Ay.. Esther, lo siento que soy una plasta, pero es que... Una hora después, viendo que Esther no bajaba, Maca volvía a su habitación. Nada más cerrar la puerta, Esther salía de la suya. Bajó al hall, pero no había nadie. Fue a recepción. E: Perdón... ¿Sabe si ha estado por aquí una persona? Me estaba esperando. Recepción: Bueno... si, una mujer estaba aquí hasta hace poco. Pero ya se ha ido. E: Vale... gracias ("uff... ¿será imposible nuestro amor?")

Viernes A las siete y media les despertaban por teléfono. Todos se levantaban, les costaba un poco, debido a las copichuelas que se habían tomado, pero... no había más remedio. L: ¡Esther! ¡Esther!... moviéndola para que se despertara E: ukds dkso (de su boca salía algo ininteligible) L: ¡Vamos!... E: (se estiraba) Ahhh si no me hubieras tenido anoche hasta las tantas... L: Ay cariño (la daba un besito) lo siento de verdad... E: No pasa nada (sonreía) Noelia: ¡Maca... Maca despierta ya! tenemos que bajar a desayunar M: ¿Eh...? (entreabriendo un poco los ojos) Noelia: Venga Maca, vete despertando, yo primero me voy a la ducha, que tengo que irme antes para preparar cosas M: Vale (se quedaba un rato en la cama estirándose) bueno... de momento he sobrevivido esta noche sin que me viole...

J: Bueno... ¿y tú que tal? Que ayer con Noelia... H: Sha ves... uno, que tiene sus artes de seducción (afeitándose la perilla) J: Jejejeje. No sé... ¿eh? H: Ché, ¿no la viste? Estaba detrás de mí todo el tiempo J: Bueno... tanto como todo el tiempo... jejejeje H: Quien estaba detrás de ti todo el tiempo... era Laurita (decía como si no pasara nada) J: ¿Sí? H: Bueno... y vos también Javier, que... yo no me quiero meter, pero... se te van los ojos de paseo con ella J: (callaba)

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H: ¿Tu... te lo has pensado? J: Joder Héctor, esto es muy complicado para mí... no sé... H: Imagino por lo que debes de estar pasando ¿eh? No te creas... J: No, Héctor, no te lo puedes ni imaginar. No se... yo a mi mujer la quiero H: ¿Y a Laura? J: A Laura también. H: Sha, pero a tu mujer la querés de forma distinta Javier, y lo sabes J: (bajaba la cabeza) si... ¿no es absurda la vida a veces Héctor? ¿te has parado a pensarlo alguna vez? H: (intentando calmarle) Te levantaste filosófico hoy... J: (sonreía) si... tenía... tenía que haber sido más filosófico hace tiempo Héctor. H: Tu mujer, ¿tu crees que ella sospesha algo? J: No lo se Héctor, pero... si yo estuviera en su lugar... sospecharía, ya lo creo que sospecharía H: Y no crees que esha lo sospecha pero... que hace como si no lo viera... J: (arqueando las cejas) bueno... pudiera ser... aunque... siento que la estoy engañando Héctor, no se trata de nada físico, sino que... no dejo de pensar en ella. H: Bueno, eso está bien; si no dejás de pensar en tu mujer, eso no es nada malo... J: (sonreía dándole una colleja en el cogote) anda... venga que tenemos que bajar. Esther y Laura llegaban las últimas al desayuno. Saludaron a todos con besitos de buenos días. Noelia ya se había marchado, así que Esther aprovechó para sentarse al lado de Maca. M: Buenos días (sonreía) hoy estás muy guapa (le susurró al oído) E: Hola... (cogía el café y se servía) ("Esther... ese pulso... a ver ese pulso...") M: Hay en el boufett unos croasanes riquísimos, se que eres golosa, así que... ve a por ellos, no te los vayan a quitar. E: ¡Croasanes!... (se levantó rápido a la mesa para coger algunos bajo la risa de Maca) C: ¿Qué tal habéis dormida chicos? J: Bien, este no ronca (refiriéndose a Héctor) H: Pues claro, uno que es perfecto (se hacía de broma el interesante) L: Si, si... y tan perfecto, que tienes a Noelia encandiladita jajajaja M: ("que pena, si supiera lo que yo se... el pooobre...") H: Bueno... se hace lo que se puede (mordiendo una tostada) E: Aquí estoy (traía un plato con cuatro croasanes) M: ¡Pero Esther! jajajaja E: (asintiendo con la cabeza y dando el primer mordisco a uno de ellos) uhmmm, ez que no había mazz (decía con los carrillos llenos) M: Jajajaja (la miraba con ternura) ¿has dormido bien? ¿Os acostásteis muy... tarde? (con cara de... "te estuve esperando hasta las tantas maja...") E: Si bueno... (se acercó un poco más mientras los otros seguían charlando) es que Laura se me puso a hablar y a hablar... ya te contaré, pero bajé, lo que pasa que ya no estabas (le susurraba) M: ¿Y tú como sabes que fui? E: Pregunté en recepción M: (quedaba con los ojos abiertos) L: ¿Qué pasa? M: Nada... nada, que... me estaba diciendo el record de croasanes que se ha comido de una tacada

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C: ¿Cuántos Esther? E: (con la boca llena) puezz... una... una docena (se sonrojaba) V: Para matarte, vamos... que... que no te da un coma de glucosa... yo no sé por qué. Sonreían ante el comentario de Vilches. Después de desayunar, pasaron todos al salón. Les dieron unas carpetas con los catálogos del producto y una libreta y bolígrafo del hotel por si querían anotar alguna cosa. Se acomodaron en una especie sillones con tabla para escribir. Esther y Maca estaban juntas y le seguían Laura y Javier, que estaban aún más juntos puesto que Javier era zocato. Al lado de Esther se sentaban Cruz y Vilches. V: ¿Para que esta madera tan incómoda? C: Rodolfo... por favor, es para apoyar el papel y... anotar ¿sabes lo que es coger apuntes? V: ¡Sí hombre!... me voy a poner yo aquí a escribir como un colegial... E: Jejeje Vilches, por favor, que como me entre la risa floja... Noelia empezó la charla. Iba muy guapa. Héctor se fijaba mucho en ella, más que en lo que estaba diciendo. A las once y media terminó su charla sobre introducción de los productos de los laboratorios Straker e hicieron un descanso. El ir al baño, era imposible excepto para hacer sus necesidades, pues estaba completo. Les sirvieron un café y a las doce continuó la charla. A las dos, volvieron hacia el comedor para comer y a las cuatro regresaban al salón. Fue Tomás de cuatro a seis quien dio la charla. A las seis y media, terminó por ese día el simposium. Decidieron ir a ponerse cómodos y dar una vuelta para conocer las playas y alrededores cerca del hotel. Iban todos. Tomás que se conocía la zona, se fue con ellos paseando y enseñando los rinconcillos que había por allí. Iban paseando, unos con otros, charlando... Cruz se acercó un momento a Maca al verla que no estaba hablando con nadie. C: Bueno... la charla... no ha estado mal ¿verdad? M: Ha estado bien, supongo que mañana será ya lo más interesante, ya hablarán más específicamente del nuevo bisturí. C: Si, mañana será bastante mejor. M: Además, terminaremos a las dos. C: ¿No hay por la tarde? M: Que va, me ha dicho Tomás que ya terminan. Además, nos van a llevar a conocer cosas de la isla en un autocar. Creo que nos darán un bocata rápido y enseguida nos vamos de turismo. C: ¡Qué bien...! M: Si, me lo acaba de decir. C: Maca, ayer... en la disco... M: Lo sé Cruz

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C: Sé lo que no me llegaste a decir, lo sé... yo... perdona si no hice bien pero... incité al gruñón de Rodolfo para que te invitara a bailar M: ¡Cruz! C: Lo siento... M: Ay... (negaba con la cabeza) eres... eres... C: (sonreía mirando hacia delante) Solo quería que... que bailarais un poquito... M: Cruz (la cogió del hombro y Cruz la miró) gracias... de verdad C: ¡Joder! Noelia debería de estar sola, como Tomás, en una habitación aparte, para los ejecutivos del laboratorio, ays.. (Maca sonreía) aunque... bueno, supongo que eso... ya lo habréis... superado... (la miraba con cara pilla) M: Mira que eres cotilla ¿eh? Jejejejeje C: No, te equivocas Maca (sonreía) no soy cotilla... solo... un poco curiosa. M: Pues... no Cruz, "eso"... no lo hemos aún superado (sonreía) y dudo que lo superemos este fin de semana porque... al paso que vamos... jajajajaja C: Jajajaja. Mujer... algún... momentillo habrá, y si es necesario entretenemos a Noelia con Héctor jejejejeje. Ay... que romántico Maca, ¿no? M: Ni te lo imaginas, Cruz, ni te lo imaginas... C: Oye... que envidia... M: (de coña) ¿No me irás a quitar ahora a Esther? Jajajaja C: Uys... no, no... toda para ti, yo con el gruñoncillo... ya tengo bastante. Oye pero... ¿cómo surgió la cosa? M: Pues... no sé... así, poco a poco, no sé si unos chupitos de tequila tuvieron la culpa. Quedamos un día para olvidar nuestras penas y... y luego... poco a poco... no sé Cruz, pero ha pasado. C: Ya jejeje si es que el tequila... jajajajaja M: Jajajaja C: Pero Maca tú... ¿nunca te habías fijado en las mujeres? M: Que va (negaba con la cabeza) conscientemente... que yo sepa no. Es más, mi relación con Fernando era excelente. C: ¡Qué curioso! ¿no? M: Si, no sé Cruz, es algo que no he podido evitar. Tampoco... es que haya hecho mucho por evitarlo. Ha venido a mí y... ya ves... aquí estoy, con una hija pequeña... un amor que se fue... y otro que está llegando. C: Ay... mi niñaaaa (le apretaba el moflete) que está ella enamorá jajajajaja M: No te pases Cruz, jajajaja Sobre las ocho y media, decidieron ir a la playa de Los Gigantes. Había un chiringuito, se sentaron allí y estuvieron tomando algo. Esther, cogió su baso, se descalzó y se fue hacia la orilla. Laura se dio cuenta y se fue tras de ella. Cuando llegó a su lado, Esther estaba llorando. L: ¿Qué te pasa Esther? ¡estás llorando! E: (Se limpiaba los ojos y negaba con la cabeza) no te preocupes Laura (la sonrió) L: Si Esther, claro que me preocupo, ¿Cómo no me iba a preocupar? ¿Qué te pasa, estás mal? E: No Laura, de verdad que no... L: ¿Entonces?... E: Naaada Laura L: Venga Esther, ¡joder!

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E: No... no lloro de tristeza, de verdad, sino todo lo contrario, soy... feliz L: (sonreía) ays... Mi niña... que está ella enamorada... (la cogía del hombro) E: (sonreía mirando al mar) L: ¿No me quieres contar nada?... ¿umm? E: (sonreía tímidamente) L: Venga Esther... yo te lo he contado todo... E: Ya te digo, que casi no me has dejado dormir esta noche jejejeje L: Lo siento pero... no sé... me das confianza Esther, sé que puedo confiar en ti (le daba un besito en la cara) no llevas mucho tiempo conmigo pero... eres dulce y te aprecio. E: (respondía a ese beso) gracias Laura. L: Vale venga ya hemos hecho las paces... así que... a largar... (mirando hacia arriba con cara de pillina) E: Pero... L: No me voy a dar por vencida. Ser plasta... es mi fuerte... (asentía) E: Ay... L: Venga poquito a poco. Dime como se llama. E: ... Maca L: ¿Maca? ¿Maca lo sabe? (enfadándose de broma) ¿A Maca se lo has contado y a mí, tu compañera de habitación, no? E: Maca, Laura... sé... se llama Maca. L: Pero... E: Si, Laura (la miró seriamente) es una... una mujer, ya lo sé... L: Vaya... bueno... no sé... qué decir, la verdad. Solo que... que debe ser genial porque es cierto lo que te decía, te veo como... muy bien. ¡Qué casualidad! (sonreía) se llama como nuestra jefa jejejeje E: Laura, por favor... (la miró seriamente) L: (por fin comprendió) Maca... Esther... es... Maca... E: (no respondió, pues Laura ya sabía la respuesta con esa mirada, empezó a hacer círculos en la arena con uno de sus pies) L: ¿Ella... lo sabe? E: (sonreía) Pues claro que lo sabe Laura, a ella... le pasa igual (miraba hacia el círculo que estaba trazando en la arena) L: Esther (le acarició el brazo) lo que te dije antes... que... que me das confianza, que te aprecio y que te he cogido cariño... es así, quiero que sepas que sigue siendo así. Que no valoro a las personas por a quien amen, sino... por cómo son. Y yo te aprecio por todo lo que tú eres ¿vale? (le cogía de la barbilla para levantarle la cabeza y que la mirara) y quiero que sepas... que me tienes para todo lo que quieras. E: (sonreía) Gracias Laura, de verdad L: Bueno... y ahora al grano... ¿qué hago yo con Javier? E: Jajajajaja J: (que se acercaba a ellas) ¿Javier? ¿Qué pasa conmigo, a ver...? E: Ay... Javier, que no has cogido ni un apunte hoy jejejejeje J: Bueno, mi padre ya utiliza este bisturí. Lo he probado ya y va genial. He venido... por ocio... (sonreía) L: Ya... (le miraba con esos ojos grandes y negros) E: Perdonad, voy para allá. J: Vale Esther, que... Tomás ya te está echando de menos jejejejeje L: Tonto... (dándole un codazo) E: Ya te vale ¿eh? ¿Javi?, con esas cosas no se juegan (de broma se marchaba hacia el chiringuito)

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Tomás: ¿Te pasa algo Esther? E: No, no... nada Tomás (sonreía) Tomás: Bueno, que yo no quiero que estés tu mal ¿eh? E: Gracias Tomás. V: Tomás... cómo te ganas al personal para que aconseje tu bisturí macho Todos reían ante el comentario del doctor Tomás: Veréis, todo empezó en el avión M: ("¡ya estamos!...") Tomás: Esta linda mujercita, se me quedó dormida en el hombro. E: ¿Yooo? (se ponía roja) Tomás: Sí, tú. E: No me acuerdo. Noelia: Claro Esther jejeje es que estabas durmiendo jajajajaja Tomás: Pues eso... y me pareció más dulce... se lo dije a Maca, ¿verdad? M: Sí, es cierto ("a ver con que salta este ahora") Tomás: Entonces jajajaja empecé a picar a Maca jajajaja M: ¿A mí? (sonreía) Tomás: Si jejeje ella me conoce, sabe que siempre he sido un poco golferas, majo pero... golferas. V: ¡No me digas! C: Jajajajaja ¿pero por qué dices que picaste a Maca? Tomás: La insinué que quería ligarme a Esther jejejejeje M: ¡Ya te vale...! Tomás: Si pero... señores... Tomás Infiel, ha sentado la cabeza E: Jejejeje, no sé yo ¿eh? M: ¿Tu? ("ufff no me preocupaba mucho pero... mejor así") ¡No me lo puedo creer Tomás! Tomás: Si... Maca... ya ves... así es la vida. Se llama Esther. E: Jajajaja ¿ves? lo que yo decía jajajajaja. M: ¡Tomás! C: Jajaja ¡Ay madre mía! eso ha tenido su gracia, si señor jajajajaja Tomás: ¡Joder, que se llama así! C: Jajajajaja (no paraba de reírse) jajajajajaja Tomás: Si en el fondo soy buen tío... golferas... pero buen tío. Es verdad, ¿eh?. Se llama como tú (miraba a Esther) y bueno... ¡qué decir! M: Pues... nada, que eso, que... ya era hora de que sentaras la cabeza de una vez. Venga para celebrarlo te invitas a una ronda C: Jajajaja ¡eso, eso! Noelia: Jejejeje venga Tomás, no te hagas ahora el bueno, que... ya te conocemos jajajaja. Es que... tu no sabes Héctor pero... las juergas que se ha corrido aquí el menda. H: ¿Si? ¿Y vos? (la guiñaba un ojo) Noelia: Yo... yo no, no tanto como quisiera ("ay madre mía... claro, como la viuda esta no me hace ni caso...") H: No será porque no seas linda... Noelia: Ay Héctor (se sonrojaba) jejejejeje C: (le daba un codazo a Maca y le susurraba) mira estos...

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M: Cruz... C: Si no se dan cuenta, ¿no los ves? Ellos están a lo suyo... ¡mírales! M: Ay... Cruz, yo no comprendo nada C: ¿Qué no?, un apuesto galán, una guapa señorita... ya sabes... (poniendo ojillos) M: Pero Cruz (susurraba bajito) que Noelia es lesbi C: Bueeeeno, (decía de forma natural) pero es que a Héctor no se le resiste ninguna M: (la miraba anonadada) ¡no me lo puedo creer! Sobre las diez llegaron al hall. Estaban poniéndose de acuerdo para después de cenar ir a un famoso sitio de Tenerife a bailar. V: ¿Y Cruz? ¿Dónde se ha metido mi mujer? L: Esta allí, en recepción Vilches V: ¡Ah bueno! ya se ha lo que ha ido M: ¿Y... a que ha ido Vilches? V: A pedir unos cuantos cartelitos más de esos de "No molesten" y celofán para empapelar la puerta de la habitación esta noche con ellos. E: Jajajajajaja J: Vilches macho... V: Eso Javi, tú lo has dicho, macho... y a mucha honra Noelia: Claro que... si os sobra alguno... V: Ninguno Noelia, ninguno. Así que... vete corriendo si quieres a por alguno antes de que mi mujer los coja todos... Noelia: Jajajajaja. Oye Héctor... ¿te parece si... si cogemos alguno? H: (tragaba saliva) Noelia: Ay... perdona... (poniendo carita de pena) que... que no me acordaba que dormías con Javier... y yo con Maca... M: (sonreía) ("no, si al final Cruz... lleva razón...") Esther! E: ¿Qué? M: (la apartaba un poco) oye que... mira yo... yo si quieres voy a recepción a ver si tienen por ahí algún cuartucho de esos oscuros, aunque sea pequeño (decía con carita de pena) E: Ay Maca... ¡por dios no me digas eso... M: Si es que... tengo unas ganas aunque sea de besarte... que hace ya un día que no lo hago, y eso es malo para la salud E: Si, eso... eso puede matar... M: Claro... y nosotros... no queremos morir.. E: ¿Noelia ya está en tu habitación? M: Si, mírala, está subiendo por el ascensor E: ¡Joder! M: ¿Y Laura? E: ¿Laura? ¡No la veo! (sonreía) debe estar por ahí con Javier M: ¡Vamos corre! (se marchaban a toda prisa) J: ¡Chicas! ¿Dónde van estas a toda prisa? Subieron en el ascensor con más gente. Mientras la gente miraba a través del transparente ascensor, ellas se miraban, no dejaban de mirarse. Estaba lleno y estaban juntas. Sus manos no pudieron dejar clandestinamente de entrelazarse. Al llegar a la planta, salieron y se fueron directas a la habitación.

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Maca estaba detrás de Esther, muy cerca, deseando que abriera ya la puerta. Y la abrió. Al cerrarla, lo primero que hicieron fue besarse, besarse apasionadamente. Igual que lo hicieron la noche anterior en el baño. Se separaron, se miraron, sonrieron. Maca sin dejar de abrazar a Esther y mirándola con pasión, la iba llevando a través del estrecho pasillo hacia la habitación. Lentamente, besándola dulcemente. Llegaban a la habitación. E: (sonreía) Al menos... hasta que venga Laura... M: Laura... E: Un ratito... al menos... M: (se separaba de Esther)... Perdón... Esther miraba la cara de Maca, medio de sorpresa medio de desilusión, volvió la cara y ahí estaban Laura y Javier, besándose en la cama, aún estaban vestidos. E: ... Perdón... Laura yo... L: (incorporándose) no... no pasa nada chicas... lo siento Esther. E: Ahora vuelvo Laura. Ven (cogía a Maca de la mano) Sin decir nada, llevó a Maca hacia el final del pasillo. La noche anterior cuando bajó a buscarla, no podía dormir y se dio unas vueltas por ahí. Había al final un pequeño rincón en forma de L con una ventana que daba al mar. Durante esos pocos metros no hablaban, Maca tan solo se dejaba guiar por Esther. Esther llegó al final, torció ese pequeño ángulo y se escondió con Maca en ese mínimo rinconcito. E: (mirando por el ventanal) si... no le da a nadie por venir hasta aquí... solo nos puede ver el mar... Jajajajaja (le entró la risa floja) jajajajaja M: Schissss calla Esther (sonreía mirándola con ternura) E: ¡Joder ¡ qué mala suerte tenemos Maca Jajajajajaja M: Jajajaja Schis... (le tapaba suavemente la boca) schis... (la empezaba a mirar con ternura) E: Ay... (apoyaba su cabeza sobre el hombro de Maca) M: (abrazándola) ayer... ayer pensé que te quería.. E: (levantó la cabeza y la miró) ¿Y hoy?... M: Hoy... hoy también lo pienso mi amor (le acarició la cara muy dulcemente) y más... E: ¿Y... mañana? (le besaba muy cerca de la comisura de los labios) M: Mañana... mañana seguiré pensando lo mismo (le cogía de la cara y le daba un dulce beso en los labios) E: Te... te quiero Maca... y... y no lo pienso, solo... lo siento (atrapaba con sus labios dulcemente los de Maca) Se separaron. Sus miradas no podían decir más. Maca pasaba suavemente sus dedos por el cuello de Esther, que seguía mirándola con pasión. Después los bajaba rozando sus pechos por encima de la camiseta, lo que hizo que Esther provocara un leve gemido. Después siguió bajando por su estómago, hasta llegar a su centro, que empezó a

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acariciar por encima de los pantalones, aunque Esther sentía como si no tuviera prenda ninguna en esos momentos. Volvió a subir su mano de nuevo hacia la cara de la enfermera, acariciándola de nuevo, mirándola como si el mundo se acabara y se abrazó fuerte e intensamente a ella. Esther, acariciaba la espalda de Maca. Fue bajando la mano y la metió a través de los pantalones de Maca, más debajo de la zona lumbar. Se separó un poco y dejó suaves besos en el escote de la doctora, sin olvidar aquel lunar que tanto la hechizaba, besando después su pecho por encima de la camiseta. Maca alzaba la cabeza, respirando a la vez que cogía a Esther de las nalgas y la apretaba más contra ella. M: ¡Esther...! (la miraba sorprendida después de sufrir una dulce sacudida en su estómago) E: Maca... ahhhmm... (su cabeza cayó de nuevo sobre el omoplato de la doctora) sí... yo también... Quedaban abrazadas. Sus cuerpos aún se movían. Un suave orgasmo les había sorprendido a ambas, así, de repente, en aquel rincón, rápido, deseado, clandestino, con el mar de espectador. M: No... no me lo esperaba, así... tan pronto... tan dulce (la seguía apretando contra ella con su respiración agitada) E: (besándola el cuello) Pues... yo... si te digo la verdad... jejeje jejejeje jajajajaja M: Jajaja ¡Eshter! ¿Que pasa? E: Pues que... jajajajaja M: jajajajaja (se le pegaba la risa de Esther) Schisssss jejejejej E: Pues que... lo que no me esperaba yo... ni mucho menos... jajajaja es que tardara, porque tenía ya unas ganas... ¡joder! ahhh jajajajajajaja M: Jajajajajajaja Maca acompañaba a Esther hacia su habitación, le pillaba de paso; cariñosamente la cogía del hombro. Llegaron hasta la puerta, Maca miró hacia ambos lados y viendo que no había nadie, le dio un rápido y tierno beso en los labios. M: Venga, abre ya E: (sonreía) Sí. Luego... te veo, abajo ¿vale? M: (asentía) ponte guapa, bueno... aunque... no lo necesitas... E: Tonta... jejejeje (abrió la puerta y miró hacia Maca como se iba, mientras que de vez en cuando volvía la cabeza para verla y sonreírla. Se adentró en la habitación y allí estaba Laura, sentada en la cama) Hola (sonrió) L: (sonrió también) Hola (arqueaba las cejas) anda que... vaya dos que estamos hechas... jejeje E: ...Ya ves... jejejeje pero... anda que te ha faltado tiempo para llegar aquí la primera jajajaja, qué tiaaa jajajaja L: Jajajaja, si... yo... bueno, no pasa nada Esther. E: Ya lo sé

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L: Siento haberos cortado el rollo E: Y yo... lo siento de verdad, si hubiera sabido que estabas aquí... L: Jajajajajaja Ay, Esther jajajajaja E: (reía al ver a Laura como lo hacía) ¿qué? L: Es que... jajajaja E: ¿Queee? L: A ver si... jajajaja.. a ver si Héctor se enrollara con Noelia, y yo podría estar con Javier y tú... con Maca porque... vaya cambalache de habitaciones que tenemos jajajajajaja aysss que mala suerte (decía rápidamente de coña) E: Jajajaja es verdad Laura jejejeje L: Les tenemos que emborrachar jajajaja, te lo juro que les tenemos que emborrachar jejejeje E: Eso, eso... sería perfecto jajaja L: En fin... no pensemos en eso, ¡qué se le va a hacer! nos ha tocado así... E: Ya ves... unos buscando tropecientos cartelitos de esos de "No melesten" y otros... a dos velas y... "pillados" jajajajajaja L: Jajajajajaja. E: Oye... ¿Qué tal con Javier? L: Pues... hablamos en la playa ¿sabes?, le dije que le notaba serio, que qué le pasaba y me dijo que... que sentía como si estuviera traicionando a su mujer E: ¿Y tu que le dijiste? L: Que por qué pensaba eso... y me dijo que porque era así, Esther... me dijo lo que yo te dije la otra noche, igual que siento yo, que piensa en mí, que no puede dejar de pensar en mi, ays... me entraron unos temblores... E: No me extraña, si es que... no lo teníais que haber dejado Laura, lo vuestro siempre ha sido especial L: Ay... (suspiraba) ya ves, cuando estábamos aquí... era como si todo este tiempo que no hemos estado juntos... no hubiera pasado, estábamos aquí, besándonos, de la forma más natural, sin miedos, sin pensar en nada... E: Ya pero... cuando yo os vi, él tenía una cara... no sé... L: Si, sé que está sufriendo, y yo también, pero... al fin y al cabo él es quien se ha casado, y no yo... bueno... no sé que pasará Esther, no lo sé... pero... lo que si que sé es que me quiere... (asentía con la cabeza), y estábamos aquí tan bien, lo que pasa es que al veros... ha sentido ese remordimiento... E: Laura... no lo pienses mucho ¿vale? lo que tenga que ser... será; Mira Maca y yo... L: ¿No lo pensáis? E: Bueno... yo creo que al principio si, pero ahora... no podemos evitar el querer estar juntas Laura L: ¿Sabes?, cuando os vi... no sé... veníais hacia aquí... así... agarraditas... tan tiernas... (sonreía con dulzura) y... fue por unas milésimas de segundos, porque... ¡menuda situación! jejejeje pero pensé que hacíais muy buena pareja... E: ¿Sí? (sonreía) ¿tu crees? L: (asentía) si... (daba una palmada en la pierna de Esther que estaba sentada a su lado) bueno... venga, vamos a arreglarnos que... nos vamos de marcha pero antes hay que cenar algo (se levantaba) E: Si (se levantaba también de la cama) aunque... no te creas que tengo mucha hambre. (la miraba con ojillos) que... he cenado... algo ya... L: (abría sus enormes ojos) ¡Estherrrrr! jajajajaja qué tiiiia, anda que te ha faltado tiempo jajajajaja. Si ya decía yo que te ibas demasiado deprisa jajajaja E: Jajajajaja

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L: ¿Pero... dónde... cuando? E: Jajaja si, si... a ti te lo voy yo a decir, para que luego vaya y haya over booking jajajajajaja L: Jajajajajaja Bajaron a cenar pero no tomaron gran cosa, en el chiringuito habían pedido algunos aperitivos y eso les lleno. Javier miraba con timidez a Maca, y esta se dio cuenta. M: ¿Que tal Javier? J: Bien, bueno que... siento lo de antes Maca yo... no sabía... M: No te preocupes, no pasa nada (negaba con la cabeza) me gustaría que... que me siguieras tratando como siempre... J: Por supuesto Maca... y tú a mí también M: Pues claro (le guiñaba un ojo) Estuvieron bromeando con lo de los cartelitos de Vilches; Cruz no sabía dónde meter la cabeza, pues mientras estaba en recepción, para nada sabía lo que Vilches estaba diciendo. C: Yo si que te voy a empapelar... (le decía bajo las risas de sus compañeros) Y mientras tanto, Maca y Esther se seguían echando miradas furtivas. E: (acercándose a su oído) ¡estas guapísima (se separaba) pero... ¿no te has pasado un poco con el colorete? (mirando sus mejillas) M: ¿Colorete?... no me he echado colorete (le susurraba) debe ser que... que todavía estoy... acalorada... E: (la miraba con ojitos de cordero degollado) Tomás y Noelia se acercaron hacia la mesa. Tomás: ¡Chicos! venga, terminar que ya nos vamos H: (mirando a Noelia con los ojos casi salidos de sus órbitas) No podemos irnos de marcha, pero... si aún no es de noche, pero si... (mirándola de arriba abajo) si aquí tenemos el sol... (señalando a la ejecutiva) Noelia: Ay.. Héctor jajajajaja que zalamero que eres jejejeje pero me encanta que seas así jejejeje Maca y Tomás se miraban ante el comentario de Noelia. Tomás: (acercándose un poco a Maca) ¿Ha pasado algo? (medio riéndose) M: No... nada, ¿por? (sonreía) Tomás: Porque yo creía que a Noelia... M: Y crees bien Tomás, crees bien pero... es que... Héctor... está de muy buen ver el chico... jejejeje Tomás: Ay que liooo. Bueno... la verdad es que hace tiempo se lió con un hombre. M: Ya ves... le habrá dejado buen... recuerdo jajajajaja Tomás: Jajajajaja (dirigiéndose de nuevo) vengaaa, vamossss que nos están esperando en el autocar para llevarnos al sitio más de moda del sur de la isla.

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Terminaron y salieron a la entrada del hotel, en donde les esperaba un pequeño autocar que les llevaría a tal garito. Apenas tardaron diez minutos en llegar, el local estaba cerca del acantilado de los gigantes, al lado de la playa. El más de moda y mejor local chicharrero del sur de Tenerife "Chica y Ron". Era una gran jaima tipo árabe. No era grande y la entrada estaba limitada. Iba gente muy chic y bohemia. Tenía dos zonas Según se entraba, aparecía una gran sala. A la derecha, estaba la pista hacia la cual se accedía bajo un gran arco de tipo mozárabe. A la izquierda había una gran barra de piedra decorada con mosaicos de colores muy vivos. Y al fondo se situaban las mesas. Unas mesas de madera con sillones de mimbre que se situaban frente a un gran ventanal desde el cual se divisaba la playa y la otra zona del local. Pasada la zona de las mesas, unos escalones daban paso a la terraza al aire libre, la cual tenía dos jaimas que eran las barras para pedir las bebidas de la zona de fuera. En medio, había una piscina iluminada y con un puente de madera que la cruzaba de lado a lado, en el que la gente se apoyaba para charlar mientras tomaba sus copas. L: Uauuuu esto si que es de mi época sí... V: Claro Laura, menuda mezcla, estoy no es Chicha y Ron sino... ni chicha ni limoná L: Jajajaja Vilches esto es estilo chill out V: ¿Chalao? ¿Me estás llamando chalao? L: Jajajaja ¡qué antiguo que estás ya Vilches! jejejeje C: Si hija, que... le tengo que modernizar un poco a este yo jejejejeje Mientras se iban a pedir a la barra Maca cogió del brazo a Esther M: Ven Bajaron las escaleras y se dirigieron hacia la zona de afuera. Necesitaba perderse un poco con ella, aunque fuera solo para hablar y mirarla fuera de las miradas de sus compañeros. Se fueron hacia una de las barra-jaimas a pedir. M: ¿Qué quieres tomar? (sonreía) E: Pues... no sé... ¿tendrán... tequila? jejejeje M: Perdona (dirigiéndose a la camarera) dos tequilas por favor Camarera: ¿Con chicha y ron? M: (miró rápidamente a Esther y luego a la camarera) ¿y... eso qué es lo que es? (con tono algo paletorro) Camarera: Tequila con ron chicharrero de la zona. E: ¿Y lleva rodajas de limón? M: Jajajajaja Camarera: (sonreía) si... claro, y sal... M: ¡Venos poniendo uno! (daba una palmada en la barra y sonreía a la camarera)

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Camarera: (tocaba una campana muy escandalosa y gritaba cantando...) ¡chicha y roonnn, chicha y roooon! M: ¡Joder! como para pasar desapercibidas jajajajajaja E: Jajajajaja Unos chicos que estaban a su lado las miraban sonriendo M: (que se había fijado) ¡Si! ¿qué pasa? vamos a tomar chicha y ron E: (se dio la vuelta para verlos, y después volvió a mirar a Maca) jejejeje ¡qué vergüenza Maca jajajajaja M: Además... (les volvía a decir) aquí mi amiga (señalándola) se dedica a hacer quesos E: (se sonrojaba) ¡Pero Macaaa! Jajajajaja Los chicos se las quedaban mirando como diciendo... ¿y estas de que van?. Se giraron y las dejaron de mirar. M: Ale, ya no tenemos moros en la costa jejejeje E: ¡Maca! M: ¿Quéeeee? E: (con ternura) ¡qué payasa que eres...! M: Ya lo se... pero... ¿a que te encanta? E: (se mordía los labios y asentía con la cabeza) M: ... Por eso, por eso lo hago; y porque me encanta verte feliz... (sus ojos brillaban al decirlo) Camarera: Aquí tenéis (les dejaba las copas en la barra) M: ¿Cuánto es? Tomás: (que se acercaba a ellas) Nada chicas, hoy la empresa paga las copas (sacaba su billetera y pagaba a la camarera) cóbrate otro para mí. Camarera: ¡Chicha y rooon Chicha y Ronnnn! (volvía a tocar la campana) E: Ayyy jajajajajaja Tomás: Está riquísimo, ya veréis... perdonad (cogía su móvil que vibraba) Ay... perdona Esther... mi otra Esther... me reclama jejejeje (descolgaba, se daba la vuelta y se ponía a hablar) M: Ven (le guió un ojo e hizo que la siguiera) vamos al puente venga... Maca fue con Esther hacia la piscina y se situaron en el medio del puente de madera con las copas de chicha y ron y un plato con los limones y la sal. Los apoyaron en la barandilla del puente y se situaron mirando hacia la playa. Aunque había espacio, estaban juntas, sus brazos se tocaban, así lo querían. Reían con el chicha y ron. E: Desde luego... jejeje cada vez que pedimos tequila pasa algo M: Si (sonreía) ¿te acuerdas de las "rondajas" de limón? E: Jajajajaja ¡qué noche Maca! (la miraba) M: (asentía) Si... ¿sabes? Antes de bajar a cenar he estado hablando con Leticia (sonreía con ternura) E: ¿Sí? ¿Qué tal está? M: Estaba contenta, aunque me decía que por qué no la había traído a la playa. E: La pobre... es un cielo Maca, bueno... como tú... M: (sonreía mientras miraba al horizonte) si, es buena la verdad (se quedaba pensativa) E: Estás preocupada ¿te preocupa, verdad?

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M: Pues... la verdad, un poco... sí (miraba al vaso de tequila) E: Ya... Maca yo... uff... (miraba hacia lo lejos con cara de preocupación y empezó a llorar en silencio) (silencio) M: Esther, por favor (la miraba) ¿Qué haces? No llores ahora, por favor... E: ¡Joder Maca! M: Qué E: Que... mira que son simples pero... ¡ojalá fuera un hombre Maca!, ójala fuera un hombre en estos momentos... (se limpiaba disimuladamente las lágrimas) quizá... todo sería más fácil... M: Ya... pero eres una mujer, y... y no podemos hacer nada con respecto a eso (bebía tequila) además, si fueras un hombre no estarías conmigo, estarías muy solicitado, o ya estarías muy pillado E: (sonreía) ¿Tu crees que te habría conquistado si fuera un hombre? M: No sé, pero... si fueras como eres ahora... seguro que sí. E: ¡Joder! ¿por qué todo es tan complicado? M: No sé Esther... es cierto que... si alguna de nosotras hubiera sido un hombre... quizá, todo hubiera sido más sencillo, pero ninguna lo somos, y ya está... no se puede hacer nada. E: Maca... ¿y si... lo dejamos estar? Porque... no sé, esto quizá nos pueda hacer daño a las dos... lo digo antes de que... M: ¿Antes de qué Esther? E: No sé... antes de que nos queramos más, antes de que esto vaya a más Maca... antes de que nos cueste tanto el separarnos la una de la otra... M: Esther... uff... no te creas que no lo he pensado ¿eh?, pero... no por mí, sino por... por Leticia. Porque yo... (se le empezaban a caer también las lágrimas) yo... te quiero Esther... E: Y yo Maca... pero... eres tú la que tiene una hija, y yo no quiero arruinarte la vida, porque te quiero demasiado. M: Ya... pero es que si no vivo lo que siento por ti Esther, siento que entonces, si que arruinaría mi vida... lo he estado pensando mucho ¿sabes?, si que me lo he planteado, pero... no puedo dejar de quererte... E: Ni yo... M: Es verdad que lo he pensado mucho Esther, ahora Leticia es pequeña, y te ve como a una amiga de mamá, tú le encantas, y además... ella no nos ha visto nunca en ninguna situación cariñosa, pero claro, según vaya creciendo, si nosotras seguimos teniendo una relación... no se cómo la verá... no se cómo la afectará, porque... la sociedad parece que todavía no está preparada para eso... para que un niño tenga dos padres o dos madres... E: Si Maca, es verdad (decía toda triste) M: Pero bueno, también es cierto que hasta no hace mucho, apenas había hijos de padres separados, y ahora... ya ves... son un tanto por ciento muy alto. E: Si, mira... yo no estoy bautizada. Antes era muy raro, y ahora... hay muchos niños que no lo están. Y no pasa nada, nadie les llama judios ni nada de eso... bueno... a mi jamás me llamaron judia... M: ¿Y eso te causó algún complejo? E: No... bueno... cuando había clase de religión al principio me llevaban a un aula de estudio pero como estaba sola, la profesora habló con mi madre y le dijo que me metiera en clase de religión, que no pasaba nada, mal... no me iba a hacer.

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M: ¿Y te metías a religión? E: Claro, lo pasaba mejor que sola estudiando (sonreía) M: ¿Y tus compañeros que decían? E: Nada, cuando me vieron entrar en la clase de religión se alegraron, porque queríamos estar todos juntos. No me supuso ningún complejo, porque me llevaba muy bien con mis amigos. Fui a sus comuniones... e incluso algún domingo fui a misa con ellos. Ya ves... la mayoría pasado un tiempo... dejaron de ir a misa (sonreía) M: Y ahora... mira la de niños que no hay bautizados... E: Sí... M: Esther (la miró seria) ¿y si Leticia fuera feliz con nosotras? ¿Y si hubiera una mínima posibilidad de que se sintiera bien? E: Tu lo has dicho Maca, pudiera ser una mínima posibilidad, pero... no sé... M: Ella sabe lo que es el amor y el cariño, porque yo así he tratado de enseñárselo, desde muy pequeña. Tiene amor y cariño, y sabe lo que es. Es muy cariñosa. E: (sonreía) sí... M: Puede que sea una egoísta Esther, pero... yo no quiero dejarte (negaba con la cabeza) no quiero... E: Maca... ¿estás segura? (la miraba seriamente) M: Leticia te adora, no hace nada más que preguntarme por ti, te nombra a todas horas, te has metido en su vida y yo... no sé... pero he pensado que... poco a poco, de forma natural... quizá pudiera ir viendo que... que tú y yo nos queremos de forma especial... E: Maca (sonreía) lo que tú digas... yo... lo voy a intentar, lo quiero intentar. M: La quiero tanto... que estoy convencida de que eso sería lo mejor para ella ¿sabes?, además está en una edad muy inocente, donde no ve maldad por ninguna parte; es una esponja Esther, y lo único que puede percibir entre tu y yo...es amor. Creo que podríamos intentarlo, darnos una oportunidad... E: ¿Quieres que lo intentemos? Porque... yo estoy dispuesta a ello (asentía) yo estoy dispuesta a hacer que Leticia se sienta a gusto entre nosotras. M: (la miró con miedo y a la vez con ternura) ¿Te he dicho alguna vez que... que te adoro? E: (se sonrojaba) No... no recuerdo... M: Pues... recuérdalo bien, porque te adoro Esther (de nuevo se le caían las lágrimas) E: ¡Dios, Maca!... jamás me había sentido así... M: Ni yo... E: ¿Estaremos haciendo bien, Maca? M: No lo sé, pero... si no lo intentamos... nunca lo sabremos Esther E: ¿Y si no sale bien? M: Pues... si no sale bien... mi hija sería feliz, y aunque disimulándolo por ella... me moriría de pena cada día. E: Maca... ¿serías capaz de aguantar trece años de pena? M: ¿Cómo... trece años...? E: Si... si no lo acepta, a los 18 la echas de casa y ya está... y yo vuelvo para allá... M: Jajajajajajaja el chicha y ron... te está afectando creo yo... E: En serio Maca... yo te esperaría... hasta se me harían cortos pensando en que... después estuviéramos juntas... (la miraba seriamente) porque he nacido... para estar contigo Maca (la miraba con amor) M: Qué son... trece años de pena si pudiera luego pasar toda una vida contigo... E: Bueno... pueden ser trece... pero si lo acepta... puede que... que ninguno.

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Cruz y Vilches se acercaban a las chicas. C: Ey... ¿Qué tal? Qué bonito es esto, ¿verdad? M: Si... está muy bien. Aquí... frente a la brisita del mar... C: Os veo serias... M: No, no... ¿Por? C: No sé... ¿qué estáis tomando? E: Chicha y ron V: Coño Esther, que ya sabemos como se llama este sitio, pero que qué estáis tomando... E: Jajajaja que se llama así tonto, chicha y ron... es tequila con ron de la isla V: Valeeee venga, vente a pedir conmigo uno de esos para mí y para Cruz E: Pero ¿qué morro no? C: Venga Esther, si... aléjamelo de mí, aunque sea por un ratito por fa... (decía suplicando con las manos...) M: Jajajaja E: Vaaale... (y se iba con Vilches a la barra) C: Bueno... ¿qué tal? M: Bien. (sonreía) C: Ay... (sonreía al escuchar la canción que sonaba) me encanta esta canción... es de Chambao Déjate llevar por las sensaciones Que no ocupen en tu vida malas pasiones Cruz empezaba a dar vueltas con los brazos abiertos..., sintiendo la canción... Esa pregunta que te haces sin responder Dentro de ti está la respuesta para saber Maca la miraba alucinada sonriendo Tú eres el que decide el camino a escoger Hay muchas cosas buenas y malas, elige bien Que tu futuro se forma a base de decisiones Y queremos alegrarte con estas canciones C: (cantando) Y ahí estás tuuuu... tuuuu... (señalando a Maca que sonreía) C: Y ahí estás tuuuuu... tuuuuuu (indicándola que venga... que se moviera...) Maca empezaba también a moverse, al compás de la música. Y que yo canto porque a mí me gusta cantar También bailas porque a ti te gusta bailar... tu... Y es que yo canto porque a ti te gusta escuchar Lo que yo canto porque así se puede bailar Y allí, en medio del puente, las dos desinhibidas, se movían bailando medio flamenco, medio árabe, observadas por los que estaban en el puente.

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Y ahí estás tu Y a mí me gusta como bailas tú Tú a bailar, tú a bailar Y ahí estás tu Y a mí me gusta como te mueves tu Tú a bailar, tú a bailar V: (que llegaba con Esther de la barra) ¡Joder! si es que no se las puede dejar solas ni un minuto... E: Jajajajaja ("ay... como se mueve por dios...") Canto por el día, que el mañana da alegría Canta tu conmigo Si quieres conmigo canta Canto por las noches cuando el Lorenzo se esconde Canta tu conmigo Si quieres conmigo canta Canto pa los pobres que temprano se levantan Canta tu conmigo si quieres conmigo canta V: (acercándose a Cruz y a Maca que seguían bailando) esto... se va a enfriar ¿eh? (con cara de gruñón) Maca y Cruz, no le hacían ni caso y seguían bailando al compás de la medio lenta canción chill out V: Si, si... vosotras seguir, pero el próximo chicha y ron, lo va a pedir quien yo sé... que no veáis la vergüenza que he pasao... Que me miraba to el mundo... E: Jajajajajaja Y ahí estás tu Y a mí me gusta como bailas tú Tú a bailar, tú a bailar Y ahí estás tú Y a mí me gusta como te mueves tu Tú a bailar, tú a bailar La canción dejaba de sonar y Maca y Cruz se abrazaban cariñosamente. V: Eeeeso, ¡viva el amor! viva el amor y la campana que parió al chicha y ron E: Jajajajajaja Ay... Vilches... C: Mira (cogiéndole el baso de tequila) que sepas que esto... te ha valido para quitar un cartelito menos para esta noche... V: ¡Joder! que no veas la vergüenza que he pasado con la camarera, que casi me deja sordo gritando el nombre de esto (levantando la copa de tequila) M: Jajajajajaja, ay... hijo (dándole en el brazo) nosotras ya pasamos por eso... Los demás empezaban a llegar al puente. Preguntaban lo mismo, que qué bebían y Cruz y Maca les indicaban lo que era. La jaima tocaba la campana más que nunca, pues

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generalmente la gente no solía beber tequila. Maca y Esther volvieron a hacer que esa campana sonara de nuevo, aunque se adelantaban al grito de la camarera M y E: (gritando y cantando) ¡chica y ron, chicha y ron! Jajajaja (reían) M: Ten (le daba la mano embarrada de sal para que la chupara) E: ¿Te... te la chupo? M: Jajajaja, si mujer... Para eso te la estoy poniendo... para que... me la chupes... E: Jajajaja, venga... que te la voy a chupar M: Jajaja que sí tonta... venga... chúpamela jejeje Esther bebía un poquito de tequila, cogía la mano de Maca y arrebañaba tímidamente con su lengua la sal que Maca había dejado en ella. Después la miró y se quedó medio parada, mirándola, era tan preciosa... M: ¡Esther! Esther... E: Sí... (sin quitar la mirada de la pediatra) M: El limón... ahora chupa el limóooon... ¡vamoooos! E: Sí... el limón... Antes de chupar el limón, Esther miró atentamente los labios de Maca, después la miró a los ojos para ver si la pediatra había descubierto la dirección de su mirada. Supuso que sí, porque después de mirarse a los ojos, Maca también bajo su mirada hacia los labios de Esther que empezaba a chupar insinuante el limón mientras Maca se humedecía los labios al verla. Camarera: (tocando la campana) chicha y ron , chicha y ron Noelia: ¡Joder Héctor ¡ jajajaja qué susto jajajaja H: ¿Lo ves? Es mejor la cerveza Noelia: De eso nada, tú... a tomarte un chicha y ron de estos... E: Es verdad Héctor, (decía a la pareja recién llegada a su lado) mira, Maca y yo ya vamos por el tercero, no pega nada... de verdad. Noelia: ¿Por... el tercero, Maca? M: ¡No!... ella si... pero yo solo me he tomado este (mentía enseñando su copa, "no sea que se crea que estoy borracha y aproveche la situación...") H: En fin, vamos a ver... que tal se llevan los argentinos con los mexicanos... (bebía un trago de tequila) uhm... (saboreaba) se llevan muy bien. E: Venga Héctor, bébetelo de una vez, la primera copa se bebe de una vez... H: ¿Cómo, así? (acababa con el vaso) E: Siiiiiiii, sí señoooor, muy bien; así se toma la primera copa, y ahora... otra... Camarera: (tocando la campana) ¡chicha y ron, chicha y ron!... J: Bueno, bueno... pero ¡qué escándalo estáis armando aquí! Jejeje H: Venga Javier, tómate uno de estos... C: (llegando hacia el corrillo) oye... ¿habéis visto a Tomás? M: No... C: No... si lo digo porque... mírale (señalando donde estaba) ¿será esa su novia? Noelia: Jajajaja, ¡qué va!... es una chica que trabaja en nuestros laboratorios jejejeje, si es que... este Tomás... E: (que seguía a lo suyo) Venga Héctor, vamos a pedirnos otro jejejeje M: Esther... que... ya te has tomado tres...

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E: Tú déjame, que ya veras... Jejejeje lo estoy haciendo... por nosotras... (le guiñaba un ojo) Camarera: ¡Chicha y roooon chicha y roooon! ("¡joder, me voy a desgañitar esta noche") La música seguía, estaban bailando al lado de la jaima-barra. Eran pasadas la una... H: Ay.. Ezter... shoo, teengo unas ganaz de volverr a ved a mi niñita... E: Que pena qué ezté tan lejoz... C: Vaya... están... un poco afectados... M: Pues sí (toda seria) C: Venga Maca, no te cabrees, yo creo que... la intención de Esther no era la de "cogerse" una, precisamente, sino que... que Héctor se la cogiera... ya sabes... M: (sonreía) si... pero Noelia... no le ha seguido, mírala, está como unas rosas... que... es capaz de atacarme esta noche... C: Jajajaja que no mujer... jajajaja M: ¡Ja! Y tú que creías que iba a seducirla Héctor... C: Bueno... no te preocupes, tú... encárgate de sobrevivir esta noche porque mañana... mañana no sé si vas a poder... sobrevivir... (le decía pícaramente) M: ¿Mañana? ¿Por? C: Maca, te he querido hacer un regalito... nada importante... un... pequeño detalle M: ¿Para mí? C: (asentía) Sí... M: ¿El qué? C: Verás, esta noche estuve en recepción y para hoy no ha podido ser, pero mañana... tienes reservada una habitación en el hotel a tu nombre. M: (abría la boca toda sorprendida) ¡Cruz...! C: Sí... M: Ay Cruz... (la daba un fuerte abrazo) gracias Cruz (susurraba) C: Jejejeje (la abrazaba también fuertemente) De nada, mi niña (se separaba y la miraba dulcemente) M: La verdad es que... no sé cómo no se me había ocurrido a mí... no sé... C: Jejeje bueno... a veces... las situaciones no dan mucho para pensar... pero vamos... que mañana... estaréis solitas... M: ¡Vaya!... no me lo voy a creer C: Jajajaja M: Que si, Cruz, que si... que lo mismo mañana por la noche el Teide revive y estalla en llamas... ya verás... C: Jajajajajaja Sobre las dos volvían al hotel. No había rastro ni de Javier, ni de Laura ni de Tomás. Maca cogía a Esther, que estaba ya bastante chispadilla y Noelia, agarraba a Héctor que se iba tambaleando de un lado para otro. Antes de entrar, tuvieron que hacer una parada pues Esther se puso a vomitar. M: Desde luego... hoy no hay quien te bese, maja...

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E: (limpiándose con el brazo las babas) ¿No? ¿No te padezco guapa cuando tomo tequila...? Pozque... tý a mí me padeces guapa de toaz la formad... (reía con los ojillos entreabiertos) M: Jejejeje, venga... (la volvía a sujetar) anda... anda... Los cuatro cogieron el ascensor. Noelia y Maca se miraban como diciendo "anda que... menuda toña llevan estos dos". Héctor y Esther se reían. H: Ays... ¡que bonito ez el hotel, uuuu qué rápido va ezte aparatoo jajajajaja Fueron primero a la habitación de Héctor. Había un cartel de "No molestar". H: Noelia, carriño ¡qué detalle! Incluso antes de entrar has puezto er cartél jejejeje Noelia: (ponía los ojos en blanco y suspiraba) M: (arqueaba las cejas) ocupada... (se encogía de hombros) Noelia: Pues nada, vamos a llevarlos a la habitación de Esther M: ¿A la habitación de Esther? Noelia: Claro Maca, Javier y Laura están aquí y estos... están perjudicados. Ni se van a enterar... (se encogía de hombros) M: Pero... ¿y si me quedo con Esther yo? Noelia: Si hombre, y me dejas a mí con éste (sujetando a Héctor) mira, ellos van a dormir la mona, y al menos tu yo podremos descansar tranquilas... y ellos también. Venga... (se dirigía hacia la habitación de Esther) M: ("Total, para lo que me iba a servir... claro que ésta..." agarrando a Esther "¡se entera!, ya te digo que si se entera... bueno, por la mañana, porque por la noche... se va a enterar de otras... cosas...") Llevaron a Esther y a Héctor a la habitación de Esther y Laura, sin desvestirlos les acostaron en la cama; abrieron un poco la ventana para que se fuera yendo el tufillo. Cuando se marchaban, ya estaban los dos durmiendo la mona, así que se fueron tranquilas a su habitación. Noelia: (saliendo del baño ya en pijama) Buenas noches Maca, que duermas bien. M: Buenas noches Noelia. Noelia: (se acostó) Maca... M: ¿Qué? Noelia: En fin... (suspiraba de coña) es una... una pena que... que tengas ya en tu mente a otra persona, ays...jejejeje M: ¿Qué? Noelia: Venga Maca... que yo para eso... tengo mucho radar jejejeje M: Jajajajaja Noelia: Oye... siento si en algún momento... te he molestado, no era mi intención... M: No te preocupes Noelia ("mira, al final es maja y todo la tía...") Noelia: Venga, buenas noches. M: Buenas noches.

Javier y Laura esa noche habían revivido su historia de amor. L: Javier... ¿dónde habrá dormido Héctor al final?

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J: No te preocupes (la acariciaba y la miraba dulcemente) él se habrá apañado... L: Lo mismo se fue... con Noelia... y así Maca habrá dormido en mi habitación con Esther... J: Vaya dos... ¿eh?... para nada me lo podía esperar. L: Yo tampoco pero mira... J: Claro, que para nada me podía esperar que nosotros... ya sabes... otra vez... L: ¿No? ¿De verdad que no te lo esperabas? J: Bueno... (la besaba) más que esperarlo... lo deseaba Laura. Y ahora, sé que tengo que hablar con Belén, esto... no puede seguir así. Por ella... pero... también por mí, porque no soy feliz con ella Laura... y si lo soy contigo. Perdóname Laura, perdóname por lo que hice... lo siento, lo siento... L: (sonreía) Tú has sido el amor de mi vida Javier. Huí, en cuanto vi que la situación no iba bien... huí, y... no sé por que me fui con Aimé. Es majo, pero... en realidad el tiraba más de mi que yo de él... J: Venga, no lo pienses más ¿vale?, intentaremos llevar esto lo mejor posible. L: Venga vamos (se levantaba de la cama) que hay que desayunar y luego... las charlas. J: Ay... si (se levantaba también) menos mal que después de comer lo tenemos libre. L: Si, la verdad es que tengo ganas de conocer la isla. J: Bueno... en una tarde... L: Algo es algo Javier, ya que estamos aquí... Laura se fue a su habitación para vestirse. Al entrar vio que estaban Héctor y Esther. L: ("Pero... ¿Qué hacen estos aquí? Dios mío, que cambalache de habitaciones") Se fijó que estaban vestidos y por el olor a alcohol, supuso que estaban durmiendo la mona. Muy despacio, cogió algo de ropa y se fue al baño a cambiarse. Acto seguido, se fue hacia la habitación de Maca. Estaba sola, pues Noelia ya se había ido a la sala de reuniones a preparar las charlas. Llamaba a la puerta. M: Hola (sonreía) entra, estoy terminando de arreglarme. L: Hola Maca... (decía tímidamente) M: Anda que... (yendo hacía el lavabo) quien... se fue a Sevilla perdió su silla... (de coña) L: Maca, lo siento de verdad, no sé... no sé qué decir. Tengo mucho morro. Bueno... aunque en realidad el que lo tiene es Javier, que pasó totalmente de dónde fuera a dormir Héctor. M: Ya, ya... (se pintaba un poco) L: jejejeje al final... estos dos... he ido a mi habitación y parece que están durmiendo la mona. M: Pues sí... no veas al final cómo iban ayer. Esther, que quería emborrachar a Héctor para que se lanzara con Noelia... y mira como terminó la cosa. Así que... ale, juntitos, a dormir la mona. L: Jajajaja. Oye... a ver si no se van a levantar... M: No te preocupes, he dado orden en recepción de que les despierten algo más tarde. Total, a desayunar no creo que vayan, que seguro que no les entra nada en el estómago después de lo que bebieron ayer... Venga pues... yo ya estoy, vamos a bajar a desayunar. Bajaron a desayunar. Maca, Laura, Javier, Cruz y Vilches. Noelia y Tomás no estaban. Maca comentaba la jugada de la noche, de cómo les habían tenido que acostar.

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C: Pero... ¿no ha dormido Héctor contigo Javier? J: (miró a Laura) No Cruz, yo... está noche he dormido con Laura (la miró para ver si a Laura le había molestado la respuesta) L: Si Cruz (sonreía) esta noche hemos dormido juntos. V: ¡Si es que esto es un revoltijo... joder! cariño (mirando a Cruz) menos mal que ayer pedimos más cartelitos ¿ves? Si no los llego a pedir nos quedamos sin ellos. C: Anda... anda... bueno pues... nada chicos... me alegro. L: Bueno... total para dormir... (intentando disimular) J: No Laura, no... (la miraba serio) mirar yo... sabéis que siempre... bueno, siempre nos hemos llevado bien, incluso en las situaciones más comprometidas. Pero... sois mis amigos, Laura (recalcaba) lo son, y... bueno, no hace falta que lo diga pero yo... sigo sintiendo algo muy fuerte por ella (le acariciaba la mano) L: Javier... (bajaba la cabeza tímidamente) J: Es verdad... M: Bueno oye... yo... me alegro, de verdad que me alegro. J: Si, ahora... solo será cuestión de hablar con Belén. No puede ser de otra forma. C: Pues... (mirando hacia la puerta del salón) no es por nada Javier pero... lo mismo hablas con ella muy...pronto. Viene hacia aquí... J: Jejejeje venga Cruz jajajaja (miraba a Maca que también dirigía su mirada hacia el mismo sitio) Belén: (acercándose alegre hacia la mesa) Holaaaa... J: (se daba la vuelta todo sorprendido) Pero... Belén... pero... (se levantaba) Belén: Si cariño, lo sé, (sonreía) quería darte una sorpresa. Cómo ayer me dijiste que el simposium terminaba hoy a la hora de comer, he cogido esta madrugada el avión (le besó) uhmm... ¡qué ganas tenia de verte! Perdonad chicos... C: No pasa nada Belén, la verdad es que... ¡menuda sorpresa! ¿verdad? (no sabía dónde meterse) (se levantaba para saludarla y entretenerla mientras Javier y Laura intentaban salir del shock) Belén: Ay si Cruz (la besaba) Hola Laura ¿Qué tal? L: (se levantaba intentando poner una sonrisa) Hola (le daba dos besos) M: Hola Belén, (le daba dos besos) me alegro que hayas venido ("aunque... yo sé de dos que... que no ¡qué fuerte!") Belén: Sí, bueno. Se que ahora os dirigís al simposium, no os quiero molestar de verdad, voy a recoger un poco mis cosas y me iré mientras a la playa a tomar el sol hasta la hora de comer. Y luego... ¡a recorrer la isla! (decía feliz) V: Sí, sí... Tomás: (se acercaba al grupo) Bueno chicos, la sala ya está abierta. J: Mira Tomás, te quiero presentar a mi esposa. Tomás: ¡Hombre! Encantado (le daba un par de besos) ¿Cómo es que has venido? Belén: Ya ves... era una sorpresa para Javier (sonreía) Tomás: Bueno, has venido en buen momento. No terminaremos muy tarde y luego la empresa nos invita a hacer un pequeño recorrido. ¿Vendrás con nosotros, no? Belén: Bueno... Tomás: Pues claro mujer (sonreía y le guiñaba un ojo a Javier) Oye... faltan... Héctor y Esther.. M: Si, pero se estarán ya despertando. Di órdenes de que les despertaran hace diez minutos. Tomás: A ver si no llegan muy tarde

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M: De eso nada, ahora mismo voy a recepción y les doy un toque. Ya verás... que bajan enseguida. Belén se subía a la habitación, los demás iban hacia la sala y Maca iba a recepción a llamar a la habitación de Esther

E: Laura... ¡Laura...! (medio abriendo los ojos) que ya ha sonado el despertador, que tenemos que bajar a desayunar (se daba la vuelta y no vio... precisamente a una mujer) ¡Héctor! (terminaba de abrir totalmente los ojos) H: Uhm... un poquito más Javier... E: ¡Héctor! Pero... ¿Qué haces tú aquíii en mi habitacióooon? (ay madre míaaa, ay madre míaaa) Ay... mi cabeza (se la sujetaba) H: (oyó la voz de una mujer y se medio incorporó) ¡Eshter! Pero... (se restregaba los ojos) E: ¡Pero qué! ¿qué ha pasado? ¿Y Laura? ¿Por qué estás tu aquí durmiendoooo? (casi gritando) H: No sé... Esther... esta es mi habitación... no grités por favor E: Que no Héeector, joder, que noooo, que esta es mi habitación. H: Pero... ¿Y que hago aquí sho? E: ¿Cómo que qué haces tú aquí? (se miró, estaba vestida) H: Esther sho... sho no he hecho nada, de verdad... creo que... que ayer tomamos muchos de esos tequilas... No se... (se levantaba) no se cómo he podido llegar hasta aquí. Pero mira... estamos vestidos... (arqueaba las cejas) E: Ufff ¿qué hora es? (miró el reloj) ¡las diez Héctor! Son la diez. Teníamos que estar ya abajo en la sala (empezó a ponerse nerviosa) De repente sonaba el teléfono E: ¿Sí? Si, si... ya... lo siento... nooo, si ya bajábamos... sí. Vale, vale (hacía una seña con la mano a Héctor como si la estuvieran echando una bronca) si, que ya mismo estamos ahí. Hasta ahora... (colgaba) Jodeeeer... ¡cómo está la jefa! Corre Héctor, tenemos que estar abajo ¡ya! Ni se arreglaron. Se atusaron como pudieron en unos segundos y bajaron hacia el simposium, que acababa de empezar. Al abrir la puerta, todo el mundo miraba hacia atrás, a ver quienes eran los retrasados. Héctor entraba el primero. H: Perdón Esther le seguía detrás medio escondida tras su espalda. Se dirigieron hacia sus asientos. La gente se levantaba para dejarles pasar. H: Perdón E: Perdón Decían cada vez que se tenía que levantar alguien. Maca y Cruz se partían por dentro de risa. Sabía que lo estaban pasando mal.

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M: ¡Que se joroben! Que no se hubieran emborrachado... (le decía bajito) C: Venga... no seas muy dura con ellos... E: Hola, buenos días (decía algo avergonzada sentándose al lado de Maca) M: Hola (casi sin mirarla escribía en la libreta) E: ("Uff...") A las doce hubo un parón de quince minutos para descansar. E: Lo siento Maca yo... ayer... M: Venga... vale, tonta... que no pasa nada, de verdad. E: Yo... quería que Héctor se animara, a ver si el y Noelia... y mira... al final... ha terminado él en mi habitación. M: Jajajaja. Pues si... oye... ¿Héctor y tú... no habréis...? E: ¡Maca por favor! M: Que si tonta, que ya lo sé... si fuimos Noelia y yo las que al final os llevamos allí. E: ¿Pero por qué no llevasteis a Héctor a su habitación? M: (se acercó a su oído) Le llevamos, pero Javier estaba con Laura, había puesto un cartel de esos de "no molestar" E: ¿Sí? (abría los ojos y sonreía) M: Bueno... no te hagas muchas ilusiones... No sabes la de cosas que han pasado desde ayer por la noche a esta mañana jejejeje E: ¿El qué? M: Oye... luego te lo cuento, pero ahora... yo creo que debes ir un momentito rápidamente a cambiarte la ropa y a... a lavarte un poco E: Ay... perdón, lo mismo... huelo un poco... M: (acercándose mucho a ella y susurrándole al oído) uffff (la olía) tu siempre hueles muy bien (rozaba con sus labios el cuello) pero venga, súbete un momentito a cambiarte de ropa anda... (sonreía) E: Ahora mismo bajo. M: No tardes... E: No.

El simposium terminaba sobre la una y media. Rápidamente les subieron en el autocar para empezar a conocer algunos sitios de la isla. Javier sentado con su mujer y la cara de Laura lo expresaba todo. Cruz se había sentado con ella para calmarla un poco. C: Venga Laura, alegra un poco esa cara, mujer... L: No puedo Cruz, intento disimular, de verás... pero no puedo... C: Escucha, lo que ha dicho esta mañana en el desayuno, lo ha dicho de corazón L: Ya lo sé, pero... ¡joder! por un día... ya se podía haber quedado en casa esperando. ¡No...! ella no... ella tiene que venir aquí a darle la sorpresita... C: Laura, no te agobies, yo sé que él va a hablar con ella pero... ahora no... así que... tendrás que aguantar un poco. L: ¡Joder Cruz! Anoche... anoche hablamos tanto... y hoy... mira, aquí estoy... viéndole cariñoso con su mujer... ufff C: Laura, que es normal... aquí no es el sitio ni el momento idóneo para hablar...

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Nada más salir fueron a comer a Candelaria, pasando antes a visitar las estatuas de los reyes guanches. Mientras iban al restaurante a comer, Maca explicaba a Esther todos los cambios que había habido. E: ¿Y se ha presentado así esta mañana, de repente? M: Si, Javier estaba declarando a todos su amor por Laura y que iba a hablar con su mujer y de repente Cruz jajajajaja va y le dice... pues... poco vas a tardar en hablar con ella E: Jajajaja ¡Qué fuerte! ¿no? M: Ya te digo... tenías que haber visto la cara del pobre Javier. Creía que se le tragaba la tierra E: ¿Y Laura? La pobre... M: Pues si, la verdad es que le ha sentado... aunque... no sé yo quien me da más pena, si ella, o si él... E: Pues ella, porque él, al fin y al cabo está con su mujer. M: Ya pero... ¿no es triste que alguien esté con una persona en realidad quiere realmente a otra? E: Si... la verdad que si... es una pena. M: Pero yo no me doy pena E: ¿Y por qué te ibas a dar pena? M: Pues por eso, porque estoy con la persona que realmente quiero estar (la miraba contenta) E: Ay... Maca... (se golpeaba la cabeza) ¡mierda, mierda, mierda, mierda ¡ M: ¿Pero que haces Esther? Jajajaja a ver si te vas a dañar el cerebro y te voy a tener que cambiar por otra... jajajajaja E: Joder Maca... la he cagado... ayer era "la noche". Laura estaba con Javier y Héctor se hubiera ido con Noelia si yo no le hubiera emborrachado y tú y yo... podríamos haber estado juntas ufff M: Bueno tranquila... no... pasa nada. Otra vez será ("jejejee y espero que sea dentro de unas horitas...") E: De verdad, todo esto es muy bonito, pero... ¡tengo unas ganas de volver a Madrid! M: Pues... yo... no te creas ¿eh? E: ¿Qué fin de semana se quedaba Leticia con tus suegros? M: Jajajajaja E: Ay... (la miraba pícaramente) si es que... tengo unas ganas de estar contigo ya a solas... M: Y lo estaremos Esther, lo estaremos... (la miraba con dulzura) E: ¡Ojala que el Teide, estallara esta noche mismo, y así nos tuviéramos que ir corriendo de la isla a Madrid M: Nooooooo, jejejeje, no por dios, noooo ¡no digas eso! Durante la comida Laura no podía evitar su cara de mal estar. Comentaba a Belén que era porque la noche anterior había bebido mucho. Aunque no estaba sentada a su lado, pero la tenía de frente y Belén no hacía más que hablar y hablar con Laura. Esta le sonreía cínicamente, como podía. Javier estaba bastante cortado por la situación. Tomás: Chicos, esta noche ya... buscaros la vida como podáis. Hasta aquí llega mi trabajo de guía ¿eh?

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C: Ya, ya... claro es que tu te irás con tu... Esther... ¿no? Tomás: ¿Esther? pero si se llama Vanessa... E: Jajajajaja anda Tomás si es que... Tomás: Claro, como no me quieres... me tengo que buscar a otras... C: Anda que te ha faltado tiempo para buscarte a otras jejejeje. Después de hacer un pequeño recorrido por la zona, regresaron al hotel. C: ¿Qué vais a hacer? H: Sho... lo que digáis. V: Cruz y yo habíamos pensado alquilar un coche para ir a recorrer los acantilados de Masca, dicen que son muy bonitos L: Yo... yo creo que me voy a quedar, la verdad es que no tengo muchas ganas de salir, además estoy cansada... E: Venga Laura, ¡anímate! M: Venga Laura, tienes que animarte, venga, vente... L: No, de verdad, no insistáis... yo ahora... me subiré a la habitación, descansaré un poco y luego después de cenar me acostaré, de verdad chicos... venga, nos vemos en la cena (se marchaba) H: Me duele verla así. M: Y a mi Héctor, pero... no se deja... no podemos hacer nada... V: Bueno son... las siete, a las ocho aquí abajo ¿vale? E: Venga sí... Javier y Belén se habían ido a su habitación y ya tenían planeado el salir por ahí a cenar juntos y a tomar algo. Los demás se fueron a arreglarse un poco y a las ocho estaban abajo, cogiendo un coche que Vilches había alquilado. Se dirigieron hacia los acantilados de los gigantes, hacia Masca. La carretera era estrecha y con curvas muy cerradas, pero el paisaje era precioso. C: ¡Que no mires Vilches!, Tú a conducir V: ¡Joder! que voy despacio, que si no yo no lo veo M: Jajaja Vilches, es mejor que tú no lo veas a que nadie lo podamos contar jejejeje E: Venga Vilches haz caso a Cruz, a ver si nos vamos a matar H: Ché, ¿Por qué no paramos un momento ahí, dejás el coche a un lado y lo miramos todos bien, ¿os parece? C: Si venga, sí, para allí Rodolfo. V: Si, porque si no... me vais a dar el camino... Vilches paró a un lado de la carretera. Había como un pequeño mirador desde el que se podía divisar los acantilados. Salieron del coche y se dirigieron allí. Nadie decía nada, solamente observaban el paisaje, que era precioso bajo la luz del atardecer. El paisaje calmó a Vilches, que sin mediar palabra agarraba a Cruz cariñosamente del hombro.

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Héctor observaba aquel atardecer con sus azules ojos, sonriendo, con las manos en los bolsillos de sus vaqueros. Maca miraba el paisaje. Era hermoso, al igual que la mujer que tenía a su lado, Esther, que notó cómo la miraba y respondió con sus ojos risueños a esa mirada. Estaban así, en silencio, tan bien, tan a gusto... que Maca no pudo evitar ponerse detrás de Esther y agarrarla de la cintura, muy pegada a ella, apoyando su cabeza sobre el hombro de la enfermera, que cogía las manos de Maca y las apretaba más contra ella. V: Venga chicas... un ratito... y os esperamos en el coche. H: Esto... (se había dado cuenta de cómo estaban las dos) si... venga. Los tres se fueron hacia el coche y Maca y Esther se quedaron unos momentos a solas. M: (sonreía) les hemos echado a los pobres... (la abraza desde atrás balanceándose con ella) E: (sonreía) Sí... M: Te lo diría a todas horas pero... este paisaje es tan bonito... Te quiero Esther... te quiero (la besaba dulcemente en la mejilla mientras la apretaba cada vez más contra ella) E: Maca... yo también te quiero (le acariciaba las manos) jamás... yo jamás me había sentido así Maca... tan querida... M: Y es verdad... porque... seguro que nadie te ha querido como yo te estoy queriendo... Esther despacio se dio la vuelta, volvió a coger a Maca de las manos y la miró con toda la ternura del mundo. La acarició suavemente la cara, se acercó y la dio un deseado beso en los labios; un beso lento, muy sentido. Se separaron tan solo un poco, se miraron a los ojos y de nuevo a los labios para besarse de nuevo muy dulcemente. V: (tocando el pito) Aaamos que nos vamos C: Rodolfo, mira que eres chinche... aysss... M: Bueno... (miraba los acantilados) siempre nos quedará... Masca (la miraba con ternura) E: (asentía sonriendo) M: Venga vamos (le cogía de la mano) que Vilches... está hoy gruñón... E: Jajaja ¡vaya novedad! pues... como siempre jejejeje De nuevo el coche se ponía en marcha y regresaban hacia el hotel. M: Jajaja Héctor por favor... jejeje míranos un poquito jajajaja H: ¿Sho? (señalándose) si sho no digo nada... me parece lindo... C: Si, si... pero... te has quedado un poco tocado... H: Pero noooo, ¡que decís...!... verés, ya sé que suena tópico machista pero... lo vuestro lo veo (miraba hacia el cielo) de una forma... espiritual, es el amor en estado puro, sin la agresividad masculina contaminada por la testosterona (Maca, Cruz y Esther, se le quedaban mirando alucinadas ante tal discurso) no sé... yo creo que para las mujeres, lo importante es la amistad, la complicidad, el cariño... no hay dobleces... es todo... dulzura y amor... (se quedaba tan ancho)

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C: Ay... que bonito Héctor... pero hijo... mira lo que has conseguido (señalando con la mirada a Maca y a Esther) Héctor, estaba tan ensimismado en su precioso discurso que no se había dado cuenta, aunque las tenía al lado de que Maca y Esther se estaban abrazando y besando a la vez que de forma pasional, pero con mucha dulzura. V: Vaya... voy a tener que pedir otra vez... los cartelitos esos antes de que se agoten... C: Jajajajaja M: (separándose de Esther)lo siento... H: Tranquilas... ¿y si os dijera que... a mí esto... me excita? C: ¡Por favor Héctor! M: Jajajajaja

Al llegar al hotel fueron directamente a cenar. Estuvieron charlando acerca de la situación de Laura y de Javier. Coincidían en que no ahora no era el momento para que Javier hablara con su mujer. Noelia se acercó. Noelia: ¿Qué tal chicos? ¿Habéis estado al final en Masca? H: Sí, muy lindo el lugar... ¿verdad chicas? E: (sonreía) sí... Noelia: Héctor... esta noche quiero que me saques a bailar. H: Eso está hecho guapísima. Noelia: Pero... nada de cogorzas... quiero que estes... totalmente despejado... H: (se sonrojaba) sus deseos son órdenes para mí. Noelia: Maca... si esta noche ves... que no vuelvo... no te preocupes... M: Vale Noelia... lo tendré en cuenta (asentía) E: Noelia pero... di si vas a volver o no... bueno... lo digo para que no la tengas a la pobre en vilo toda la noche... Noelia: Bueno... eso depende... de Héctor (le guiñaba un ojo) luego te veo chato... pásame a buscar en una hora (se marchaba) E: Héctor ¡por tu niña! Por diosss mira yo... te lo voy a decir clarito... llé-va-te-la- a – tu- ha-bi-ta-ciónnnnnn" C: Jajajajajaja M: Jjajajajaja ¡por dios Esther! jajajaa cualquiera que te oiga... E: Por favor, por favor, por favor... (le rogaba con las manos) H: Bueno... se hará lo que se pueda... lo intentaré, por ti ¿eh? C: Si, si... claro Esther... lo hace por ti ¿eh? Jajajajaja. Bueno, Rodolfo y yo... nos vamos a ir a dar una vuelta a tomar algo por ahí. E: Venga, sí... V: Esther... ¿es que no coges ni una ¿eh? E: ¿Por?... Ay... perdón jejejeje que queréis estar solos... C: No pasa nada (sonreía) H: Pues yo... como tengo plan... no os puedo acompañar chicas... V: Ni falta que les hace. Ale, tú a ligar con Noelia, que como sigas así, no te comes ni una rosca macho... H: Tranquilo... jejejeje

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C: Bueno oye... a ver que hacéis... que mañana a las diez hay que estar arriba para coger el avión. En fin... nos tendremos que encargar de despertaros... me parece a mí... Cruz y Vilches se marchaban. Mientras se despedían, Cruz entregó disimuladamente la llave de la habitación que había reservado a Maca. Esta la abrazó con cariño dándole las gracias. H: Yo me iré a la habitación, hasta dentro de una hora que he quedado con Noelia. Venga chicas, que los paséis bien (se despedía) E: Bueno y... ¿Qué hacemos? Noelia debe estar todavía en la habitación... M: Sí... (sonreía) E: Habrá que hacer tiempo hasta que se vaya. ¿Quieres que vayamos a mi habitación a ver que tal está Laura? M: No... E: Pero... no sé... lo mismo conseguimos que se anime un poco. M: Lo siento por ella Esther, de verdad... pero... ya lo dijo... quería estar sola. E: Sí... M: Ven. E: ¿Dónde? M: Tu ven (decía seria) Sin apenas mediar palabra, Esther se dejaba guiar por Maca. Cogieron el ascensor y subieron hasta la última planta. Después salieron del ascensor y siguieron por el pasillo. E: Jejeje ¿Dónde me llevas? ¿Has descubierto algún otro rinconcito mejor? Jejejeje M: Puede... (arqueaba las cejas) E: Ay Maca... ¡me estás poniendo de los nervios! ¿eh? Maca se paró delante de la puerta de una habitación. M: Aquí... E: ¿A... aquí? ¿Quién está alojado aquí? M: ... Nosotras (abría la puerta) E: ¿Nosotras? (le temblaba todo el cuerpo cuando veía como Maca abría la puerta) ¡miraaa!... y se abreeee... M: Jejejeje. Pues claro que se abre tonta. Pasa (la miraba) E: (entraba lentamente a la habitación) pero... esto... M: (ponía el cartel de "no molestar" mientras cerraba la puerta) esto es... un regalo. No te creas que he robado la llave jejejeje. E: (sonreía) ¿Un regalo? M: (se acercaba a ella y la cogía de la cintura) Sí. Un regalo de Cruz. E: Vaya... M: Sí, ¿verdad?, todo un detalle...Ven, vamos a ver qué hay en la nevera. Estuvieron ojeando lo que había en la nevera. Al final, cogieron unas copas y abrieron un par de botellas pequeñas de champán. Maca descorchaba la primera mientras que Esther se alejaba un poco cerrando los ojos por si acaso... el tapón salió disparado hacia el techo haciendo el típico ruido de descorche. Esther acercó su copa y Maca la llenó, haciendo lo mismo después con la suya.

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M: Por ti (chocaba su copa contra la de Esther) E: Por ti... M: Por nosotras. Por que no lleguen jamás esos trece años de pena E: Sí Maca... M: Pero si llegan... los resistiré. E: Y yo te esperaré Maca... no me importa ya el tiempo... M: Pues a mi si (cogía su copa) y esta noche... se me va a hacer muy corta (dejaba las copas en una mesa) Ven... Maca se dirigió hacia Esther y la cogió de la cintura. La miraba. La miraba como si fuera la última vez que pudiera hacerlo. Primero acarició su cara, y después acarició su pelo, peinándolo hacia atrás con sus dedos. Esther no paraba de mirarla. No podía dejar de mirar esos bellos ojos que la enloquecían. Después, una de las manos de Maca, cogió suavemente la barbilla de Esther, y se acercó lentamente a sus labios para besarlos, así... muy dulcemente, sin apenas rozarse. En el ambiente flotaba amor. No paraban de mirarse a la vez que con ternura, con pasión, y no paraban de darse dulces y tiernos besos, que cada vez se iban acelerando más y más, al igual que sus respiraciones. Sus caricias cada vez se hacían más intensas, a la vez que los besos que se daban, que cada vez eran más húmedos, más pasionales. Sus labios cada vez se abrían más y más, saboreándose, lamiéndose, desesperándose por no separarse ni un segundo. Sus tímidas lenguas, iban perdiendo poco a poco el pudor y empezaban a entremezclarse con pasión. Maca se separó un poco y apartó suavemente los tirantes del vestido de Esther, que ante el contacto de sus dedos se estremecía mientras seguía acariciando la cintura de Maca. M: Te quiero Maca besaba dulcemente sus hombros, primero uno... después el otro, después se fue hacia su cuello. Esther echaba hacia atrás la cabeza para facilitarle el trabajo y a la vez coger algo de aire. Se volvió a abrazar a ella y con sus manos empezó a desabrochar la cremallera del vestido de Esther mientras se seguían besando por el cuello. Cuando terminó de bajar la cremallera, se separó, y suavemente terminó de deslizar los tirantes y empujando lentamente el vestido que caía al suelo, dejando a Esther con su ropa interior. Esther, cogió el borde de la camiseta de Maca y lo fue levantando poco a poco, ayudada por Maca que levantaba sus brazos para deshacerse de la prenda. En el intento, el pelo se le había quedado revuelto y Esther suavemente se lo volvía a colocar para dejar al descubierto ese precioso rostro que tanto anhelaba mirar. Después desabrochó el botón del pantalón de Maca y bajó la cremallera, tocando con sus dedos el borde de la braguita que se dejaba entrever, haciendo que a Maca se le erizase la piel. Sin mirarla, Maca, rápidamente terminó ella misma de deshacerse de los pantalones empujándolos hacia atrás. Después alargó sus manos y fue a buscar a las de Esther, que la esperaban alzadas. Sus palmas se juntaron, empezaban a hacer también el amor como aquella tarde en el

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retiro. Bajaron de nuevo las manos, las separaron y se volvieron a abrazar fuertemente apoyando sus cabezas en el hombro de cada una. Esther acariciaba la suave piel de la espalda de Maca. Fue a buscar el tirante de su sujetador y lo desabrochó. Maca hizo lo mismo, después se separó y bajó los tirantes de el de Esther dejando su pecho al descubierto. En ese intento, su propio sujetador ya se había caído al suelo. Esther pasó su mano por el pecho de Maca acariciándolo suavemente, haciendo que los pezones de la doctora se erizasen al contacto. Se acercó a ellos, y empezó a besarlos dulcemente, primero por debajo de sus curvas, para llegar después hacia el pezón. Lo besó, lo succionó suavemente, lo mordió con dulzura haciendo escapar de la boca de Maca un suave gemido. Después bajó hacia el ombligo y lo rodeó de besos. Maca la acariciaba el cuello. Quería abrir los ojos para no perder el equilibrio pero apenas podía. Esther volvió a subir hacia el cuello de Maca dejando en esa subida rastros de dulces y húmedos besos y fue de nuevo hacia sus labios, abriéndolos con pasión con los suyos. Maca comenzó a bajar las braquitas de Esther por sus bordes, sin bajarlas del todo, acarició suavemente las nalgas de la enfermera apretándola más contra ella. Se separaron, se miraron y sin decirse nada rápidamente se terminaron de desnudar cada una. Esther estaba ya desembarazándose de la prenda cuando Maca ya se había quitado la suya, esperó a que está terminara de hacerlo, y suavemente la empujó sobre la cama, abalanzándose sobre ella y besándola pasionalmente, con furia, con ganas, con un enorme deseo por parte de ambas. Tras unos instantes así, se incorporó un poco para que Esther se acomodara bien a lo largo de la cama. Esperaba ansiosa a gatas que lo hiciera. Una vez Esther, apoyaba su cabeza en la almohada, Maca se la acercó lentamente, sin dejar de mirarla, sin dejar de mirar su cuerpo, y suavemente se incorporó encima de ella. Esther le apartaba el cabello que caía por su cara, para seguir viéndola, para seguir viendo con qué ternura y con qué amor Maca la miraba. De nuevo se empezaron a besar, esta vez la una encima de la otra, sintiendo sus cuerpos unidos, moviendo sus piernas para que sus centros, encajaran lo más íntimamente posible. Cuando eso sucedía, se miraron impresionadas. Sabían lo que estaban sintiendo, sabían lo que estaban empezando a notar en sus estómagos. Un vértigo alucinante, imposible de parar. Se besaban y se balanceaban dulcemente al compás de la melodía de un amor imparable. Maca empezó a adornar con besos todo el cuerpo de Esther, que con los ojos cerrados de placer, intentaba respirar algo de aire. Besaba su cuello, sus pechos, sus pezones, su ombligo, su tripa, sus ingles, su pubis... E: Maca... ahhh (gemía) voy a morir... M: No... mi vida... no... Maca subía de nuevo hacia ella masajeando con una de sus manos su parte más íntima haciendo que Esther no parara de moverse dulce y acompasadamente y la volvía a besar con pasión. Ni una pizca de aire cabía entre sus bocas, entre sus cuerpos entrelazados.

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Esther se dio la vuelta y se puso encima de ella y la siguió besando con desesperada pasión. Maca agarraba las nalgas de Esther apretándola aún más si cabía contra ella para sentirla bien. Ahora le tocaba a Esther, que volvía a hacer un recorrido similar al que había hecho Maca instantes antes, dejando a la doctora como crucificada en la cama, con los brazos en cruz y moviendo la cabeza de un lado para otro sintiendo el calor y el fuego de esos besos. Metía la cabeza entre las piernas de Maca, que gemía sintiendo el rostro de la enfermera entre ellas. Esther no podía más, ni Maca tampoco. Volvió a subir hacia el rostro de la enfermera para besarla, apenas si podía cazar sus labios, pues Maca se retiraba para poder respirar. E: ¡Bésame! Bésame Maca... Al final logró cazar los labios de la pediatra y se volvían a besar cada vez con más desesperación. Sus centros de nuevo volvían a encajarse muy íntimamente, moviéndose lentamente para que no se deshiciera esa unión. Esos movimientos acompasados, cada vez iban más y más deprisa. Se miraron. Sus ojos estaban más brillantes que nunca. Casi estaban ahogándose en amor. Sus labios emitieron una leve sonrisa, y sin dejar de mirarse llegaron a un orgasmo brutal, más brutal que si el Teide hubiera erupcionado esa noche... Esther se desplomaba encima de Maca, quedando sus cuerpos aún más unidos. Entrelazada a su cuello y aún respirando con dificultad, le daba tiernos, sonoros y cortos besos en él. E: Uhmmm (la besaba) Maca... (la volvía a besar) Maca... (le daba un beso más duradero) Ahhh, ahhhh, ahhhh (respiraba y la volvía a besar) Maca aguantaba feliz el dulce peso de Esther sobre ella, acariciándole la espalda de arriba abajo suavemente y sonriendo de felicidad. La empujó un poco y quedaron de lado, una frente a la otra, con sus piernas entrelazadas, acariciándose los brazos y las cinturas, sin poder parar de besarse. Los besos apasionados y duraderos de antes, se tornaban en pequeños, profundos y amorosos besos. El orgasmo había terminado, pero su amor seguía. Seguía en forma de dos mujeres desnudas y entrelazadas que no podían parar de besarse. Maca abrazó a Esther muy intensamente y la dio un largo... muy largo beso en los labios. Tanto, que tenían que coger y echar el aire a través de la nariz. M: Uhmmm (la besaba fuertemente)... no puedo parar (decía rápido mientras la volvía a besar) uhmm... no puedo parar de besarte, amor... (la volvía a besar con fuerza) no puedo... (otro beso) no puedoo... (otro beso) no puedo (la besaba) no pueeeedo (la volvía a besar en la comisura de los labios) no puedo parar... (la volvía de nuevo a besar durante algunos segundos) uhmmm (la besaba en la cara) ahhh (la miraba y la volvía a

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besar en los labios) uhmmm (la volvía a dar un dulce beso) Ahhh (abría sus labios junto a los de Esther que también los tenía abiertos, y así, se respiraban...) Poco a poco, con las bocas entreabiertas, sus labios se iban de nuevo rozando. Se separaron un poco. E: (la miraba sonriendo con ternura) ¡eres lo más lindo...! (ampliaba su sonrisa) ¡lo más bonito... (la besaba dulcemente) lo más hermoso que me ha ocurrido (esta última palabra la terminaba respirándola en su boca) Uhmmm (la besaba, se separaba un poco y la miraba sonriendo) y ... te quiero (la volvía a besar) te quiero (la volvía a besar más intensamente) uhmmm te quiero, te quiero, te quiero, te quiero... (decía rápidamente con su boca unida a la de Maca, sin poder parar de besarla) Se separaron un poco más, sus rostros cogían un poco de aire sin dejar de mirarse, sin dejar de sonreírse, así... tiernamente... Maca posó su mano en la mejilla de Esther y la acarició, deslizándola luego hacia el cuello, hacia su hombro; fue bajando hacia su brazo, rozando con su pulgar parte del pecho de Esther y después, tomó la curva de sus caderas, sobre las que se entretuvo unos instantes mientras la volvía a besar dulcemente. Después, siguió deslizando su mano por las nalgas de Esther, para seguir por la parte de detrás de los muslos, y sin parar de besarla algunos de sus dedos se adentraban por detrás del muslo hacia su sexo para presionarlo en pequeños y lentos movimientos sacádicos, haciendo que Esther, más que besarla, exhalara sus gemidos sobre la boca de Maca. Sus caderas de nuevo, emprendían un movimiento de baiben, guiados por las caricias de los dedos de Maca presionando el sexo de Esther desde atrás. Y los besos desaparecían para dar paso simplemente a dos bocas abiertas que dejaban algún hueco entre ellas para que sus gemidos y sus respiraciones pudieran salir al exterior. Esther no quería ser menos y como pudo, consiguió separarse un poco del tronco de Maca y alcanzó con la palma de su mano el pubis de la doctora, adentrándose un poco más hacia dentro con dos de sus dedos, en el sexo de Maca, que habría un poco más las piernas y caderas para facilitarle la entrada, sin dejar ella misma de apartar sus dedos de donde los había adentrado unos instantes antes. Cada movimiento se acompasaba de un gemido, y en cada gemido, intentaban coger la respiración, aunque... cada vez iban más deprisa y les era más difícil. Maca estaba más pegada a Esther y de vez en cuando conseguía besar su cuello. Estaban ya otra vez muy excitadas. Esther echaba su cabeza hacia atrás y apoyaba su boca sobre la almohada, lo que hacía apagar tan solo un poco sus gemidos, porque no podía ni quería dejar de gemir sus ganas y su felicidad. Y Maca, mientras tanto, la miraba deseosa, sabiéndose perfectamente del placer que estaba proporcionando a su amada. La visión de Esther disfrutando, junto con esas caricias que la estaba proporcionando la enfermera con sus dedos, hizo que llegara de nuevo a un orgasmo brutal, mientras que Esther, también se corría gritando su nombre...

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M: Siii, si... si... siiiiii... ahhhhmmm ahhhmmm ahhmm ahhhh (echaba el orgasmo al aire) ahhhh E: Macaaaaa Macaaa Macaaaa... uhhhhmmmm Maca se derrumbó suavemente sobre el pecho de Esther, que le acariciaba la espalda repartiendo sobre su piel, la esencia que habían obtenido antes. Y Maca la besaba y le acariciaba la frente dejando también con sus dedos el olor a sexo. Por fin, pudieron parar de besarse. Maca se recostó en el pecho de Esther, que acariciaba sus cabellos y los separaba de la nuca para que la entrara el aire, pues la tenía felizmente sudorosa. Y así, se quedaron unos instantes, abrazadas en silencio, intentando reponer sus respiraciones. Apoyada sobre el pecho de Esther, Maca notó como ésta se reía. M: (alzando su cabeza hacia Esther, que sonreía) ¿De qué te ríes? E: Jejejeje, no que... ¡madre mía (arqueando las cejas) M: Si... (escalando hacia su cuello y besándolo) ¡Madre... (la besaba) míiiia... (la volvía a besar) E: (acariciándola el cuello) estás sudandito... M: uhm, uhm (asentía sin parar de besarla) tú... tú tienes la culpa, y... no, no estoy sudando... (la miraba lascivamente) estoy... chorreando... jejejeje (la seguía besando) chorreando por todos los lados, por todo el cuerpo, uhmmmm (la volvía a besar fuertemente) y todo por tu culpa (le susurraba mientras le acariciaba con uno de sus dedos los labios) E: Jjejejejeje (disfrutaba) Maca de repente paró y se medio sentó en la cama. E: (extrañada) ¡Qué! M: Voy a darme un baño (toda dispuesta) E: ... Si a mi no me importa (se abría de piernas y de brazos y decía medio de coña) Venga... ¡súdame! ¡súdame! ¡súdame! M: Jajajajaja por dios Esther, que te pareces a la niña del exorcista jajajajaja. No, no... ¡ya está bien de tanto sudor. Voy a darme un baño en el jacussi (se iba corriendo hacia el baño) E: ¡Macaaa! ¡Macaaaaa espera! (se levantaba e iba detrás de ella) no, noooo, ¡espera! Maca pasó corriendo al baño y cerró la puerta de éste. Acto seguido abrió los grifos del jacuzzi E: ¡Macaaaa! Jajajaja ¡Maca por favor! Maca... (tocando la puerta) ¡Joder Maca! Abreeeeeee, abreeeee (estaba empezando a ponerse de nuevo a cien y se tocaba) ¡Maca...! ("ay...¡dios mío como estoy!") Maca... (con voz de penilla...) M: ¡Esther! (desde el otro lado de la puerta) mira... esto es un baño íntimo, pero... pero te prometo que pensaré en ti... ¿vale?

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E: ¡Noooo! No por dios ¡Maca! (apoyaba su cabeza en la puerta escuchando el ruido del agua) Maca... venga, déjate ya de bromas... (se tocaba) hemos estado tanto tiempo deseando hacer esto... por favor... ¡no me dejes así...! M: (desde el otro lado de la puerta) ¿Me... deseas? (apoyada también su cabeza en la puerta y acariciándose también) E: ¡Mucho, mucho, mucho, muchoooo! ¡Coño Maca! Abre la puerta... Maca sonreía y cerraba los grifos. El jacuzzi ya estaba lleno. Esther oyó silencio y segundos después, sentía como Maca empezaba a abrir la puerta. M: (abriendo la puerta, miraba a Esther sonriendo) ¿Por qué... por qué te tapas... "eso"? (señalando pícaramente con su mirada la mano que Esther tenía sobre su sexo) E: (Toda seria) ¡No! (negaba con la cabeza) No me lo estoy tapando... precisamente Esther se quitó la mano de donde la tenía y se abalanzó sobre Maca para abrazarla y besarla con pasión y Maca respondía de igual forma, pues, tanto deseo contenido durante tanto tiempo, aún no se había podido apagar. M: Venga, ven (se metía en el jacuzi dando la mano a Esther para que entrara también) E: Uhmmm (sonreía al notar las burbujas) M: Jejeje esta noche... solo sabes decir eso ¿eh? Uhmmm (la imitaba) E: Uhmmm (la amasaba el trasero) M: Uhmmm (se inclinaba y la besaba el pecho) E: Maca... (guiaba la cabeza de la pediatra sobre sus pechos) M: ¡Qué! (se incorporaba y la miraba) E: No, que... (la volvía a besar dulcemente) que... si no será peligroso lo que estamos haciendo... (sonreía) M: (haciendo que no se daba por enterada) ¿El jacuzi? Bueno... (la besaba) no resbala pero... un poco de cuidado si que hay que tener (la volvía a besar) E: Ya... jejejejeje M: Siéntate (ayudaba a Esther a que se sentara en el borde del jacuzi) E: ¡Dios!... ufff (estiraba sus brazos apoyándolos en el borde del jacuzi) M: (sentándose encima de ella y juntando de nuevo sus sexos) ¡madre mía! (la miraba mientras se mordía los labios) E: Si Maca... ¿Qué es lo que me estás haciendo...? (respiraba agitadamente) M: (la miró con pasión) ¿Y tú a mi...? porque... mírame... yo... yo estoy como tú... Las burbujas del jacuzi acompasaban ese acto de amor y colaboraban a que sus cuerpos vibrasen aún más, si cabía. El agua, fue testigo del amor entre esos dos cuerpos, cubriéndolos de gotas, y de una humedad insaciable... 6 am M: (sentada en la cama junto a Esther) Toma (le pasaba la botella de champan) E: (bebía de ella) Uhmmm ¡qué fresquita.. M: (la miraba dulcemente) Toma... (le pasaba una chocolatina del mini bar) E: Uhmmm (la mordía) ¡qué rica! (decía con el trozo en la boca) M: Jejejeje (la miraba con ternura) E: ¿Por qué te ríes, tonta? (con la boca llena) M: No... (la encantaba) por... por nada (sonreía)

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E: Yo ya sé de que te ríes... M: ¡Ah! ¿Sí? E: Sí... (seguía comiendo) seguro que piensas que soy como un monito y que me estás dando cacahuetes... M: Jajajajaja, pues... mira... ahora que lo dices... E: (mordiendo la chocolatina) Uhmmm ¿quedan más? M: ¡Esther!... venga anda... no seas tan golosa... E: Si la culpa la tienes tú, por haberme hecho trabajar... (le guiñaba un ojo) M: Venga trae (le quitaba el champan y lo dejaba en la mesilla) que nos quedan tres horas para levantarnos, anda... (se tumbaba) E: Vale... (se recostaba sobre el pecho de Maca y la abrazaba) M: Uhm... (la acariciaba) te quiero, mi amor... (le dio un beso en la cabeza) venga... hasta mañana... buenas noches... E: (besaba su pecho) Buenas noches... ¿Maca? M: ¿Qué? E: No me sueltes, no dejes de abrazarme... M: ... ni en mis sueños, amor... (la apretaba dulcemente contra su cuerpo) ni en mis sueños. A las nueve, las despertaban desde recepción. Maca, seguía abrazando a Esther, y con uno de sus brazos libres descolgaba el teléfono. M: Si... gracias (colgaba) Ahhhh (bostezaba) ¡Esther! (la acarició suavemente la mejilla) venga despierta (susurraba) E: Uhmmm (seguía apoyada sobre el pecho de Maca y estiró su cuerpo) Ahhhhhh M: ¡Ay, ay, ay, ay...! (se quejaba, pues Esther le había hecho daño en el pecho al estirarse) E: (se apartaba un poco) Lo siento (sonreía levemente) que te aplasto jejeje. M: uuufff (tocándose el pecho) E: Ay... ¡que lesiono yo a mi niña!... me cachis... quita... (le apartó la mano y empezó a curárselo a besos) cura sana, cura sana... (le llenaba de dulces besos su pecho) si no te lo curo así hoy, te lo curaré así todas la semanas... (no paraba de besarle el pecho que le había aplastado) M: Jajajaja tonta (sonreía) oye... el otro... que... que se va a poner celoso... E: ¡De eso nada! no lo voy a consentir yo (la miraba y se dirigía hacia el otro pecho de Maca) hola... (rozando su nariz en el pezón del otro pecho) tú no te pongas celoso (le besaba dulcemente) que ya estoy aquí... M: (sonreía) Esther... Ay... Esther... E: Jejejeje (volvía a escalar hacia el rostro de Maca) Bueno... buenos días (la besó) que... no te había dado los buenos días (sonreía con ojillos de sueño) M: Hola, mi amor... ¡qué guapísima estás por la mañana con esos ojos de chinita!... jejeje ¿has visto que no me he separado de ti? ¿Qué no te he soltado en toda la noche? E: Um, um... (se acomodaba en su cuello) M: Ahhh (se estiraba un poco y después volvía a besar a la enfermera en el pelo) ¡No te vuelvas a dormir! ¿eh? E: Ummm (negaba con la cabeza) M: Oye... E: Umm... M: Que... ¡qué cosas! ¿eh? E: ¿Ummm?

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M: Jejeje, venga Esther, ve abriendo ya los ojos... E: Umm ummm... M: (mirando a ningún lugar) Te decía que... ¡qué cosas! (sonreía) por... lo de... esta noche Esther... es curioso... E: ¿Por...? M: Bueno, no sé, porque... yo... nunca había estado con ninguna mujer E: Ni yo... M: Pues por eso que... ¡caray!, yo... no sabía qué hacer (sonreía) E: ¡Ah! ¿no? jejejeje pues... oye... la verdad es que para no saber que hacer... no ha estado nada mal (se acercaba a sus labios) nada... nada... mal (la besaba) M: Si bueno... eso ó... que tú te conformas con poquita cosa (decía de broma) E: ¿Poquita cosa? (la miraba arqueando las cejas) A ver... El primero Uhmmm. (sonreía) el segundo... ufff, madre mía Maca jejejeje ya casi no sabía cual era tu mano y cual la mía jajajaja M: Jajajaja E: El tercero... ¡ya te vale!, cerrándome la puerta y yo... que me parecía ahí al pedro picapiedra gritando ¡Wilmaaaaaaaa! ¡abre la puerta Wilmaaaaaaaaa! M: Jajajajajaja (la escuchaba y miraba con cariño) E: El cuarto... ¡madre mía!... ¿para qué íbamos a salir del jacuzi?, ¡había que empatar con los dos de la cama... claro...! M: Uhm... Esther, ni me lo recuerdes... ufff ¡la de cosas que se pueden hacer con una esponjaaaaa! (se mordía los labios) Me encantan las esponjas jajajaja. E: Jejejeje ¿Y el quinto? M: Bueno... ese era... (de coña) ya para terminar de que se nos secara el pelo... pa hacer tiempo, vamos... E: Jajajaja, sí claro... M: Ay el quinto... jajajaja (sonreía al recordarlo) E: Sii, jajajaja el quinto, parece que estuviéramos hablando de toros Maca jejejeje M: Bueno... en algo se parece porque... la verdad es que... ha sido una... gran... corrida... E: Jajajajajaja M: Jajajajaja E: Y dices que.. jajajajaja que me jajajajaja que me conformo con poquito ¡Joder! jajajaja M: Jajajajajaja anda venga, vamos a levantarnos, que tenemos que ducharnos e ir a las habitaciones a hacer las maletas. E: ¡Es verdad Maca! Laura... ay la pobre... vaya noche que ha debido de pasar. M: Si, en fin... tendrán que hablar Se levantaron y entre besos y abrazos se metían las dos en la ducha. Maca echaba champú a Esther y le lavaba los cabellos, mientras que ésta enjabonaba bien el cuerpo de Maca, entreteniéndose especialmente en alguna de sus partes en especial. Fue otro momento de disfrute, así, con los cuerpos mojados, con las pieles enjabonadas que resbalaban placenteramente rozándose la una con la otra. Fue... el sexto, su sexto mandamiento: no dejarás de besar, de abrazar y de disfrutar, el cuerpo amado, ante todas las cosas. Salieron de la habitación y se dirigieron hacia las suyas. Cuando Maca abría la puerta de su habitación, Héctor salía de ella.

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H: ... Buenos días Maca, esto... lo siento, yo... no estabas aquí y... M: (le daba una palmadita en el hombro sonriendo) No pasa nada... ¡machote! (le guiñaba el ojo y se adentraba en la habitación) Héctor se marchaba con cara de circunstancia... Noelia: Hola Maca... lo siento si... te he causado alguna molestia, lo digo por lo de la habitación... (terminaba de vestirse) M: (sonreía) No te preocupes, hoy... precisamente... sobraban habitaciones jejejeje Noelia: Jajajaja M: Bueno, vamos a recoger, que hay que bajar a desayunar y enseguida nos marchamos, ¿no? Noelia: Si, el avión sale sobre la una. M: Bien. Esther llegaba a su habitación, Laura estaba ya recogiendo la maleta. E: Hola Laura (sonreía mientras le daba un abrazo) L: Esther (se dejaba abrazar) E: ¿Qué tal estás? (la cogió de la barbilla y la miró) ¡vaya ojitos que tienes!, seguro que no has dormido en toda la noche. L: No mucho (decía triste) ¿y tu? ¿qué has hecho? E: Uff... estoy rendida, Laura, yo... yo tampoco he dormido apenas... (insinuando) L: (sonrió) ¿Sí? E: (asentía) Sí... L: ¡Cuánto me alegro Esther! E: Yo... también. L: Pero ¿Dónde habéis estado? E: En una habitación, ayer... Cruz la reservó para nosotras. L: Ay... ¡qué maja! E: Sí... L: ¿Y qué tal? E: Bueno... (trataba de disimular, pero no pudo) ¡genial Laura, genial!. Jamás había sentido ni hecho lo que he hecho esta noche... (se mordía los labios) L: ¡Ay, madre míaaaaaa! jejejejeje E: Si... (miraba al infinito) yo... yo no paro de decir lo mismo, jajajajaja L: Jajajajaja (la hizo sonreír) Bueno, al menos... una que se lo ha pasado bien. E: Bueno... yo diría que... varios se lo han pasado bien (arqueaba las cejas) L: ¿Varios? E: Héctor quedó con Noelia, y ella estaba muy insinuante... L: ¿Noelia? Jajajajaja ¡que tío!, al final lo ha conseguido. E: Ya pero... ¡no sabes lo mejor! L: ¿El qué? (toda intrigada) E: Tomás le dijo a Maca, que Noelia era lesbiana (arqueaba las cejas) L: ¿Lesbiana?, anda... como tú... E: No, no, no... a mi no me gustan las mujeres, a mí sólo me gusta Maca L: ¡Ya!... E: ¡Es verdad! (asentía) jamás me había fijado en una mujer... L: Bueno tú... Por si acaso no te me arrimes mucho... (decía de coña) E: Uhmm... ¡ven aquí! (decía de coña con mirada lasciva)

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L: ¡Estherr! Jajajajaja (escapaba de ella de coña corriendo alrededor de las camas) Al final, Esther la consiguió atrapar y la abrazó fuertemente. E: Laura (abrazándola) ya verás como... todo se va a arreglar. L: No sé, Esther... E: Mira, lo que tenga que ser... será. L: Gracias Esther (se separó y la miró) pero claro... eso lo dices porque ahora estás viviendo un momento bonito en tu vida. E: Si, Laura... aunque... no se cuanto durará pero... hay que vivir el momento porque lo que he vivido... eso no me lo va a quitar nadie... ¿sabes? (negaba con la cabeza) nadie... L: Si... te entiendo (sonreía recordando su intento de noche con Javier) E: Recuerda que Maca tiene una niña, y... no sé que pasará Laura, no lo sé... pero al menos... siempre llevaré conmigo el haberla conocido y... y lo que me ha dado, que ha sido amor, y... y mucho... me ha dado algo especial, Laura, algo que nadie me había dado antes y algo que jamás voy a poder borrar de mí. L: Esther... ¡estás calada hasta los huesos...! E: Si... (encogiéndose de hombros) tanto que... podría subsistir el resto de mis días con... con los pocos momentos que he vivido con Maca (bajaba la cabeza y empezaba a llorar) L: Esther... E: (lloraba y reía mirando al suelo) vaya... se suponía que era yo la que tenía que animarte a ti... L: Venga, Esther, que me estás haciendo llorar a mí también (empezaban a escapársele unas lágrimas) E: Es verdad, venga (se secaba las lágrimas) no vamos a pensar en nada, Laura, lo que tenga que ser será. L: (asentía) Bajaron a desayunar. Todos tenían cara de no haber dormido apenas, excepto Javier y su mujer Belén que estaban como unas rosas. E: (dándole un codazo a Laura y susurrándola) ¿ves?, eso es que no han hecho nada... Laura sonreía ante el comentario. Tomás llegó ya con los billetes del avión, que fue repartiendo a cada uno. Tomás: Anda que... ¡vaya carillas de sueño que veo por aquí! Jajajaja, si es que... no se os puede dejar solos jajajajaja que me dijo el de recepción que los cartelitos... que se habían acabado jajajajaja Todos sonreían frente al comentario de Tomás. J: Pues oye... nosotros hemos dormido muy bien... C: Jeje... jejejeje... jejejajajajajajajajajaja Noelia: Jajajajajajajajaja Todos empezaron a contagiarse de la risa de Cruz.

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J: Ay... mira que sois payasos... ay... A la una el avión salía de Tenerife. Según se iban alejando de la isla, la vista era maravillosa, es forma tan especial que tenía con el Teide. No se enteraron muy bien del viaje, pues casi todos, iban dormidos. Pasadas tres horas, el comandante y su tripulación les daban la bienvenida a Madrid. Según iban recogiendo sus maletas de la cinta transportadora, se iban despidiendo. A Maca la venían a buscar sus suegros junto con su niña. M: Te acercamos a casa, Esther. E: No, no... déjalo, si eso me cojo un taxi y me voy con Laura. M: A Laura, la acercan Vilches y Cruz. Insito, y no me digas que no... E: Venga, vale... M: Jejeje, ¿te da miedo de mis suegros?... son majos ¿eh? E: Ya, ya... Había mucha gente esperando cuando salían de la terminal, pero de repente, alguien bajito, con una famosa muñeca, corría a los brazos de Maca. M: Mi niña... mi niñaaaa (abría los brazos y cogía a Leticia que tras un salto se abalanzaba hacia ella) Ay mi niña (se la comía a besos) mi pequeña (intentaba evitar que de sus ojos salieran unas lágrimas) Leticia: (sonriendo) Máma... (la abrazaba) Esther miraba la escena con cariño. ¡Cuánto daría por poder formar parte de esa escena! M: ¿Te has portado bien, mi amor? (se le caía la baba mirándola) Leticia: Zi... (sonreía enseñando sus mellados dientes) M: ¡Ay, mis dientes de conejillo! (la volvía a abrazar) Leticia: ¡Ezter! (se alegró de ver a Esther detrás de su madre, se deshizo de los brazos de ésta, se bajo y fue corriendo a ver a la enfermera) Jijiji, mira Ezter (le enseñaba a Lupita y después le dio un fuerte abrazo) E: Hola cariiiiiño (le decía tiernamente) ¡Ay... esos dientecillos...! A ver, enséñame esos dientecillos... Leticia: Mida, (se bajaba los labios y se los enseñaba) ya me eztan zaliendo... E: Muy bieeeen... (la daba un abrazo) Leticia: Mida... mis agüelos... (señalaba a un matrimonio) E: ¡Anda! (veía como Maca les saludaba cariñosamente) M: ¡Esther, ven! (le hacía señas con la mano) E: (iba hacia donde Maca, con Leticia de la mano, en la otra, una maleta y al hombro, una bolsa de viaje) Hola... (sonrió) M: Mira Esther, esos son mis suegros, Manolo... E: Hola que tal encantada (se daban dos besos) M: Y Puri Puri: Hola ¿Qué tal? (se daban dos besos) Así que... tú eres la famosa Esther... E: ... ¿Famosa? (se sonrojaba) Manolo: Si hija, si... Leticia no hace más que hablar de ti. Está contando a todas horas que le compraste una hamburguesa y le regalaron a Lupita en pequeño jajajaja, ¡tiene obsesión...

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E: (sonreía) Si... si que la tiene, sí... jejejeje M: Manolo que... Esther se viene con nosotros, que la vamos a acercar a casa, ¿vale?. Vive cerca. Manolo: ¡Pues claro!, venga, vámonos De camino a casa de Esther, Maca le iba contando a Leticia, lo bonitas que eran las playas. Le contaba lo que era un volcán. Leticia escuchaba atenta. Leticia: Máma, ¿Me haz traido algún regalito? Maca se quedó pillada. M: Pues... E: Venga Maca, no seas mala jejejeje, pues claro, claro que te ha traído un regalito... M: (miró a Esther sonriendo) ¿Si...? E: Si, mira, que lo tengo yo aquí en mi bolsa, que no cabía en la suya Esther sacó un paquete. E: ¡Ten! Dáselo tú (le daba el paquete a Maca) Puri: Mira Leticia cariño, que mamá te ha traído un regalo (volvía la cabeza hacia los asientos traseros donde se encontraban las tres) Leticia: Bieeeeeen... ¿qué ez mama, que es? (cogía el paquete) E: (se reía) M: ¿Ahhh?, ("ni idea...") ¡ábrelo!, ¡ábrelo y ya verás lo que es! ("por dios, que será...") Leticia desenvolvía el paquete, y sacó el regalo. Sus ojos hacían chirivitas. No podía creer lo que estaba viendo... ni Maca tampoco... Era una camiseta rosa fucsia con el dibujo de Lupita, su muñeca preferida. En la parte de arriba ponía Lupita y en la parte de debajo del dibujo ponía Chicharrera. Leticia: ¡Bieeeeen ez Lupita, ez Lupita, Lupitaaaaa (casi saltaba del asiento) M: (con sonrisa cínica) Sí... qué bien cariño... (miraba a Esther que había bajado la cabeza y no paraba de reír) Puri: Bueeeeeno... lo que le faltaba Maca, jajajaja. Ya no se pone otra cosa jajajaja Manolo: ¡Di que sí! mi pequeña, que va a ir ella de guapa con esa camiseta... Al llegar al portal de Esther, Maca salió con ella. M: Esperadme aquí que voy a ayudarla a subir las cosas E: Déjalo si quieres Maca, si puedo con ello... Puri: ¡No te preocupes Esther!, que te ayude, déjala que te ayude, que es puro nervio. E: Bueno (se despedía) muchas gracias y... ha sido un placer Manolo: De nada (sonreía) igualmente. Puri: No hay de qué Esther. Maca insistió en llevar la maleta de Esther y ésta la bolsa. Subieron a su casa, Esther abrió la puerta y Maca adentró la maleta de Esther en el salón, mientras ésta cerraba la puerta.

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Acto seguido, Esther, viendo llegar a Maca hacia ella, dejó la bolsa en el suelo. Maca se acercó, la cogió de las caderas, junto su frente con la de Esther y se dieron un suave y tierno beso. Volvieron de nuevo a juntar sus frentes y rozaron sus narices, de un lado para otro, suavemente, sonriendo. Después se dieron un fuerte abrazo acompañado de tiernos besos en el cuello, para terminar con un dulce beso de amor en los labios. M: (se separó y le acarició el pelo sonriendo) Luego te llamo ¿umm? E: (asentía) ¡cuánto me cuesta dejarte ir...! M: (se encogía de hombros)Y a mí... (abría la puerta) Ah... (ya en el descansillo) y... no te creas que me he olvidado de lo de la camiseta (la amenazaba cariñosamente con el dedo) E: Jejejeje M: Que eso... ¡me lo vas a pagar!... E: (sujetando la puerta)... Cuando quieras... y... cómo quieras... M: (le tiró un beso) hasta luego (la guiñó un ojo) E: Hasta luego (sonreía) Maca se marchó. Y Esther cerró la puerta. Apoyó su espalda sobre ella y respiró fuerte. Por un momento, cerró los ojos y durante unos instantes, todos y cada uno de los momentos que había pasado con Maca en Tenerife, venían dulcemente a su mente. Abrió los ojos, respiró de nuevo y se dirigió a deshacer la maleta.

Por la noche, cuando Leticia se quedaba dormida, Maca llamó a Esther. E: ¿Diga? M: ¿Por qué dices... diga si sabes que voy a ser yo? jejejeje. Hola... E: Hola Maca ¿Qué tal? M: Bueno... acabo de acostar a Leticia. No ha querido ponerse el pijama, se ha quedado dormida con la camiseta. E: Jejeje M: Anda que... oye, por cierto, ¿Cuándo la compraste? E: Cuando estuvimos en el chiringuito el viernes por la tarde... mientras íbamos al hotel, había una tiendecilla, la vi... y pensé en ella (sonreía) M: Jejejeje ¡eres un sol! E : Bueno... me acuerdo mucho de ella, así... cuando veo a niños de su edad. Jejeje ¡qué dientecillos tiene!... M: Si, es más guapa mi niña... E: Pues como tú... M: Esther... E: Qué... M: Esther... tengo unas ganas de ti... E: Maca, yo también... no sé, pero... solo pienso en ti, no te me quitas de la cabeza, y después de lo de la noche pasada... no sé cómo voy a sobrevivir... M: Yo también pienso en ti, Esther, ¡dios!... esta noche pensaré en ti y... y no sé lo que va a pasar... E: ¿Quieres que hagamos "algo" a la misma hora? M: Jajajaja E: Debo estar loca, Maca... M: Pues... yo también porque... me parece muy bien la idea jejejeje

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E: Yo ya me iba a acostar... M: Pues yo también... E: Con la almohada... M: Con la almohada... E: Imaginaré que eres tú, mi amor... y te amaré M: Ahora mismo voy para allá. E: Jejeje. Hasta mañana. M: Buenas noches, cariño... Las dos se fueron hacia las habitaciones. Se desnudaron, se metieron en la cama, y abrazadas a la almohada, se imaginaban que estaban la una con la otra. Y así, pasaron otra noche de amor, esta vez... ficticia.

Al día siguiente en el Hospital, comentaban a los compañeros que no habían ido a Tenerife, casi todos los pormenores del viaje. Estaban cansados, aunque contentos. Teresa se olía cosas, pues entre todos insinuaban y dejaban entrever algunas aventurillas. Begoña apenas hablaba del tema. Hacía como si no le interesase mucho qué tal lo habían pasado, estaba algo molesta. Ese día Maca y Esther apenas habían coincidido, pues había mucho jaleo y Maca, estaba la mayor parte del tiempo en su despacho revisando papeles. Tan sólo se vieron unos momentos en la cafetería, en donde no faltaban las miradas cómplices, tanto por parte de ellas, como por parte de los compañeros que habían ido al viaje. La semana en el hospital, pasaba. Se les hacían largas las horas cuando no se veían, y cuando podían estar un rato juntas, se les pasaba muy rápido ese momento. No pudieron quedar ningún día, ya que sus horarios no coincidían y además Maca, tenía que llegar a casa para que su niñera se fuera y dedicarse a su niña. Las dos estaban muy ilusionadas con la relación que empezaban, aunque también tenían cierto temor, por cómo podrían afrontar esa relación, que a ellas, para nada se las antojaba extraña, sino, normal. Pero eran conscientes de los factores exteriores que las rodeaban. Una tarde, Esther se acercaba a recepción a recoger unos papeles, cuando vio a Maca, abrazar cariñosamente a un hombre. Sabía perfectamente de los sentimientos de la doctora hacia ella, pero no pudo evitar sentir cómo su corazón golpeaba con fuerza. M: ¡Esther! (la llamó al verla) E: Sí... (se acercaba a la recepción) M: Mira Esther (sonreía) este es Germán, un buen amigo mío, bueno... y de Fernando. E: Hola que tal. Germán: Hola, encantado (le daba un par de besos) M: Es informático, como Fernando, ha estado mucho tiempo en el extranjero pero ya ha regresado ¿verdad? (le acariciaba el hombro)

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Germán: Bueno, he estado bastante tiempo fuera pero... espero... (ponía los ojos en blanco) que ya no más. E: Muy bien, me alegro (algo seria) Germán: Bueno Maca, tengo que irme. Me paso luego por tu casa y cenamos y así veo a mi niña, que debe estar ya... (sonreía) E: ("¿su niña?... ¿mi... dientecillos de conejo...?" su rostro empezaba a cambiar) Bueno, yo... si me disculpáis, tengo que irme. Hasta luego (se marchaba seria) M: Hasta luego... (se quedaba embobada mirándola) Germán: Adiós Esther, encantado (casi ni le dio tiempo a despedirse pues la enfermera se marchaba a paso rápido) M: Bueno, pues... lo dicho, Germán, luego te espero, hacemos algo de cena y así ves a la niña, ¿vale? Germán: Venga Maca, cariño (le daba dos besos bajo la atenta mirada de Teresa) M: Hasta luego. Germán: ¿Llevo algo de vino? M: (sonreía) No... jejejeje de eso ya me encargo yo, ¡faltaría más! Un buen Wilson que tengo por ahí jejeje Germán: Uhmmm, estoy deseando probarlo... venga, hasta luego. M: Hasta luego... (le veía marchar) ¿Qué pasa Teresa? (viendo que no le quitaba ojo) T: ¡No! ... nada... es muy guapo ¿no? M: Sí, ¿y? T: Nada Maca que... pues eso... (la miraba insinuante) que... es amigo tuyo y... muy guapo ¿está casado? M: Teresa... ¿no hay trabajo hoy? (seria) T: Si, si... estaba aquí preparando estos historiales para Vilches, que se los tengo que llevar. M: Pues... tú misma. (se marchaba) T: ("Caray... qué a la defensiva se ha puesto... no se yo... no se yo...") ¡Rusti! R: Dime Teresita T: ¿Has visto a ese hombre que estaba con Maca? R: Quién... ¿ese tal alto que estaba por aquí? T: Si, si... yo creo que... R: Venga Teresita, por dios, que siempre estás ahí... imaginando cosas... T: Si yo no digo nada oye... pero... ella está viuda, es joven, en edad de merecer... R: ¡En edad de merecer! Anda... que... ¡ya te vale! Antigua, que eres una antigua jajajaja (se marchaba) T: ("Si, si... yo seré muy antigua, pero a mí... no hay quien me quite que estos dos...")

Esther estaba en la enfermería escayolando una pierna a una señora que se había caído. E: ("Uff, no me lo puedo creer, a mi no me dice de ir a cenar... bueno, el caso es que no coincidimos en turnos pero... y él es guapo, y bastante... y ella... también, y es una mujer. Además, es buen amigo, supongo que se conocerán de mucho tiempo, ahora él ha vuelto a casa y... bueno, lo mismo está casado, tiene su familia pero... no, no porque si fuera así... hubiera hecho algún comentario como que iría con su mujer ¿no?. ¡digo yo!") Mujer: ¡Enfermera! Esto duele un poco. E: Si, es normal (sonreía) no se preocupe, que es normal... Mujer: Ay... si es que soy tan torpe...

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E: No mujer, son cosas que pasan.. (""su niña, su niña" ¡dios sabe cuánto tiempo hará que no la ve!. Seguro que no sabe ni que le gusta Lupita. Y yo sí. A ver si se la va a querer ligar... pero... Maca me quiere a mí, lo sé, ¿lo sé? ¿A ver si... a ver si se sentía sola y...?. No venga, Esther, no... no pienses más en eso, son solo amigos, amigos de toda la vida. Van a cenar, van a charlar, y... ¿y qué mas?. Ay...") Maca terminó su turno y se fue hacia casa. Estuvo preparando algo de cena mientras Germán llegaba M: Leticia, cuando venga tito Germán, quiero que te portes bien ¿vale? Leticia: Zi, mama. ¿Me va a traer un regalo? M: Jejejeje (sonreía) no lo sé, pero tú no le digas nada, a ver si te piensas que todo el mundo que viene a esta casa te tiene que traer un regalo... Leticia: El tito Germán M: Sí. Muy amigo de papá y de mamá. Leticia: Y Ezter también M: Sí cariño. Pero Esther es... muy, muy amiga de mamá ¿vale? Leticia: ¿Maz que el tito Germán? M: Mucho más... además, te regala cosas de Lupita, que la camiseta... la compramos entre las dos para ti. Leticia: Si lo sabía, porque ella me regaló a la Lupita de la hamburguesa. M: Si... (sonreía) oye... ¿quieres que se quede Esther con nosotros alguna noche a dormir? Leticia: Siiii M: Vale, pues... si te portas bien, algún día le digo que se quede con nosotras, ¿vale? Leticia: ¡Vale, vale valeeeeeeeee! En ese momento llamaban al portero automático. Era Germán.

A la salida del hospital, Esther estaba en recepción firmando. Teresa le contaba la conversación que había escuchado entre Maca y ese atractivo hombre. T: Además, ella le dijo, que no hacía falta que llevara vino... que... ya se encargaría ella de eso. E: Bueno Teresa, es normal... si no tiene buen vino ella en su casa... no lo tiene nadie (seria) T: Oye, ¡qué a mí me parece muy bien! ¿eh?, que Maca es una mujer todavía muy joven, y puede perfectamente rehacer su vida. Guapa, directora de un hospital... no me extraña que se la rifen... ¡Ay... la pobre!... no le vendría mal... darse un gustillo pa el cuerpo. E: (levantando la cabeza del papel, y asesinándola con la mirada) T: ¡Hija! Que yo soy moderna ¿eh?. Haría muy bien, te advierto... L: Hola chicas, ¿ya te vas Esther? E: Si, ya me iba. ¿Qué tal el día? L: Bueno... ¿Me esperas y tomamos algo por ahí? E: Si, venga. Total... me iba a ir para casa a ver algún programa de esos malos que tanto echan por la tele... T: ¡Di que sí!. Sois jóvenes chicas, tenéis que salir un poco y conocer a chicos, divertiros...

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E: ¡Teresa! T: ¡Hija por dios, Esther!... ¡Cómo estás hoy! E: ¿Ya estás lista, Laura? ¿Nos vamos? L: Si, ya estoy. Se marcharon las dos a tomar algo. E: ¿Has hablado con él? L: Que va... hoy apenas nos hemos visto. Tampoco es que haya hecho gran cosa por estar conmigo, que me ha puesto hoy a Héctor de adjunto. No sé Esther... no sé qué puedo hacer. Pero... creo que me rindo E: Laura, es pronto para que te rindas. Creo que deberías esperar, a ver... qué pasa, cómo reacciona él. Él es el casado. L: Por eso Esther, por eso... yo... no puedo hacer nada. Él es el casado, ahí le has dado, él es el que llega a su casa y tiene a su mujercita esperándole para hacerle carantoñas, él no es el que llega a casa y se siente solo, como yo me siento. A él le espera su mujer y a mí... a mí nadie... E: Ya... ¡Joder! pues... vaya dos... que yo también estoy mosqueada un poco con Maca. L: Pero ¿y eso?. Si estabais muy bien, ¿no? E: Si (seria) pero de repente esta tarde ha aparecido de repente un amigo suyo. Por lo visto era muy amigo de su marido. Hacía mucho tiempo que no se veían porque él ha estado trabajando en el extranjero y ella le ha invitado a cenar a casa. L: Bueno, es normal ¿no? si hacía tiempo que no se veían. E: ¡Que no, Laura, que no!. Que aquí no tenemos apenas tiempo de vernos y los fines de semana, está además Leticia y... L: Pero... ¿Leticia es un impedimento para ti? E: Que va... (sonreía) si es un cielo jejeje además, creo que me adora jejejeje. L: ¿Entonces? E: ¡Joder! Pues que a mi no me dice que vaya a cenar con ella. Yo iría, claro que iría... L: Te digo lo que me has dicho antes tú, Esther, dale tiempo. Su situación no es nada fácil E: ¡Ah! ¿Y la mía sí? L: Tampoco Esther, pero... reconoce que la tuya es más fácil, tu no tienes una hija a la que cuidar. E: Ya... L: Venga, a ver si nos tranquilizamos un poco las dos. Vamos a cogernos un pedillo de esos jejejeje. Pero... no mucho que mañana entro de mañana (arqueaba las cejas) E: ¡Marchando un chicha y ron! L: Jajajaja

En casa de Maca, la cena fue agradable. Germán había llevado un muñeco de esos rojos de Los Increíbles a Leticia. Germán: ¿Te gusta? Es muy fuerte, y es bueno. Leticia: Sí... (miraba al muñeco y después a su muñeca) Pero... (miraba a su madre que la echó una mirada asesina) zi... me usta mucho... Germán: Claro, así ya tienes más muñecos con qué jugar cariño. M: Uy si... le encantan los muñecos jejejeje.

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Una vez cenaron, acostaron a Leticia y se fueron los dos al salón. Maca sacó unas copas. M: Bueno entonces... ya no más extranjero, ¿no? Germán: ¡No!... dos años... son suficientes, Maca. Además, me he sentido muy solo, no he conectado allí con nadie. M: ¿No? Germán: (negaba con la cabeza) No. Aunque... reconozco que... como me tuve que marchar nada más morir Fernando... es cierto que lo pasé muy mal y he estado muy cerrado. M: Eso te iba a decir, porque tú eres bastante sociable, Germán... Germán: Sí. Lo llevé muy mal. Nos conocíamos desde pequeños y... y para mí ha sido como un hermano. Ahh... (le daba una palmadita en la pierna) Maca... ¡qué tiempos! ¿verdad? (recordaba con nostalgia) M: Sí... sí... Germán: ¿Le echas de menos? M: Pues claro, Germán. Él forma parte de mi historia, de mi vida, tengo una hija suya... siempre estará en mi corazón. Le quise mucho. Fue mi... primer amor... Germán: ¿Y ahora? M: ¿Ahora? Germán: Si, ¿Qué tal te va?... Yo que sé... ¿alguna novedad? M: (sonreía) Germán: Maca, para mí, Fernando era como un hermano pero... todo el mundo tiene derecho a rehacer su vida, ¿no? M: Sí... (bajaba la cabeza) ¿Y tu? ¿Alguna... novedad en el frente? Porque... si no recuerdo mal... se te rifaban las chicas jejejeje. Germán: Bueno, ya sabes como soy, muy independiente, pero... M: Pero... (le miraba con cara de pillina) Germán: ¿Te acuerdas de Gisela? M: Si... la que estaba casada con Juan... Germán: Sí... M: ¡Cuentaaaa! Germán: Jejejeje. Bueno, el otro día la llamé a casa. No sabía que se había separado. La verdad es que siempre... me había encandilado un poco esa mujer... M: Jajajaja, ya, ya... anda que no se te notaba... jajajaja Germán: Pues la llamé, y me dijo que se había separado. La dije de ir a cenar y... bueno... he quedado de nuevo con ella para este sábado. M: Míra... ¡qué bien! ¿no? Germán: (sonreía) si... la verdad, es que... me apetece estar con alguien, y ella... es una muy buena candidata. M: Oye pues... no es por nada pero... yo creo que tú a ella también la... encandilabas... jajajaja. Germán: ¿Sí? M: Yo creo que sí ¿eh? (asentía con la cabeza) Germán: Bueno, a ver que tal. Pero... ¿Y tu? Que... te me has ido por la pendiente... M: ¡Yo!... Germán: Maca... que nos conocemos jejejejeje. M: (sonreía) Germán: Venga mujer, cuenta... (se acercaba más a ella para presionar) M: Bueno... ufff (cogía aire) Germán, hay... una persona... en mi vida, sí.

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Germán: Bueno, ¡muy bien! ¿no? ¿y que tal? M: Muy bien, Germán, muy bien... Germán: No sé yo... ¿eh?, no lo dices nada convencida... M: Es que es difícil Germán, muy difícil... mucho. Es una relación algo... complicada. Germán: ¿Por qué? No acepta acaso que tengas una hija? M: ¡Que va! si... si la adora (sonreía con ternura) Germán: ¿Entonces? M: Germán... se llama... se llama... Germán: ¡Joder Maca! Que no me voy a asustar por el nombre jajajajaja. ¿Marciano? ¿Teodosio? ¿Filomeno? M: Jajajajajaja ¡qué tonto! Germán: ¿Entonces? M: Se... se llama... Esther, se llama Esther Germán. Germán: ... Esther... (dirigía su mirada a Maca para asegurarse de que había escuchado el nombre de una mujer) M: Sí Germán... Esther (bajaba la cabeza y tragaba saliva intentando no llorar) Germán: Maca... (la abrazó y la atrajo hacia él) Maca... ufff ¡qué fuerte! Pero... bueno, no te preocupes, al menos por mí... que yo lo único que quiero es verte bien, que estés bien, que seas feliz... M: (asentía con la cabeza) lo sé Germán... pero... ufff... es tan complicado y a la vez tan bonito... lo que me está pasando. Germán: ¡Mira mi Maca! Jejejeje (la apretaba contra él) M: (reía y lloraba) ¡tonto!... Germán: Venga, venga, venga... (se separaba y le secaba las lágrimas) escúchame reina... M: (asentía) Germán: El amor... es lo que tiene. Se presenta en la vida así, con múltiples formas, de múltiples maneras y de repente... te invade, ¿recuerdas? Es cupido, ese pequeño angelito con la venda en los ojos que empieza a disparar y no sabe dónde. No hay elección, apunta, te da... y... y no se puede evitar. Te ciega de amor, y te ciega tanto que no puedes ver si esa persona es hombre o mujer. M: (seguía llorando) Germán: ¡Dios! ¡Qué poético que estoy hoy! Jajajaja M: Jajajaja (reía y lloraba) lo que estás hoy es tonto... Germán: Venga mi niña, ¡cálmate! ¿vale?. Sabes que yo te voy a apoyar en todo lo que necesites. M: Lo sé, Germán, gracias. Germán: Además... si dices que Leticia la adora... M: Y Leticia a ella... Germán: Maca, ¡mírame! (la levantaba de la barbilla) Tienes que darte tiempo, tienes que darte una oportunidad en la vida de ser feliz, y de hacer feliz a los demás; la gente que te quiera, lo aceptará. ¿Esther? ¿Es la Esther que me has presentado hoy? M: (asentía) Germán: Jajaja pues oye... no sé yo pero... me parece que no le ha gustado verte ahí conmigo... M: ¿Tu crees? Germán: Jajaja tengo buen olfato para eso Maca... M: Bueno, supongo que no la habrá importado, ella sabe que la quiero mucho. Germán: Pues si... ella no sé pero tú... ¡estás hasta las trancas! Jajajajaja. M: Jajaajajaja. Oye pues... puede que tengas razón, esta noche no me ha llamado.

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Germán: ¡Llámala tú! ¿no? M: Bueno si, luego la llamo. Germán se fue sobre las doce. Maca se sintió aliviada de contárselo, pues era el mejor amigo de su marido. Nada más salir por la puerta Germán, cogió el teléfono y llamó a casa de Esther. No lo cogía y saltó el contestador. Contestador de E: Hola, en estos momentos no estoy en casa. Pero si quieres... después de la señal piiiiiii M: Hola Esther, soy yo. Solo llamaba para decirte buenas noches. Vino a cenar un buen amigo, ese que te presenté esta tarde en el hospital. Se acaba de marchar y... estaba deseando hablar contigo. Lo mismo ya estás durmiendo, o lo mismo ha habido alguna urgencia en el hospital, espero que no. ¿No te habrás marchado por ahí con algún hombre? Jejejeje. Bueno, sabes que te quiero. Besitos. (y colgó) Se quedó algo preocupada. Llamó al móvil de Esther pero aunque daba la señal no lo cogía. M: Ufff, bueno, espero que no le haya sentado mal. Sabe que la quiero. Esther no cogía el móvil porque estaba en un garito con la música muy alta y no lo oía. Se tomó unas cuantas cervezas con Laura y llegó a casa sobre las tres. Su contestador parpadeaba, fue corriendo a ver si Maca la había llamado. Si, era ella. Sonrió al escuchar su voz. Cuando fue a desconectar su móvil, vio que tenía una llamada perdida de ella. Se quedó con las ganas de llamarla pero ya era muy tarde, así que decidió esperar al día siguiente a hablar con ella. Ese viernes cuando Maca se fue a comer vio que tenía un mensaje de Esther. Mensaje de E: Hola, espero que la cena bien. Yo no estuve ligando con ningún hombre y espero que tu tampoco. Besos. Maca sonrió al leer el mensaje. Esperaría a verla por la tarde. Haría todo lo posible por encontrarse con ella. Y así fue, cuando Maca llegó a recepción vio como Esther esperaba el ascensor y fue corriendo para pillarla. M: Hola (sonreía) E: Hola. M: ¿Qué tal Rusti? R: Bien, voy a recoger unas sábanas para las habitaciones. M: Esther, ¿tienes un momento? Quisiera hablar contigo de unos pedidos. Voy hacia el despacho, ¿vienes conmigo? E: ¿Ahora?

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M: Bueno, si estás muy liada... aunque solo van a ser dos minutos. E: ("Vaya... pues para dos minutos...") Venga, si son dos minutillos... M: Si, no te robaré más. R: Chicas... yo me bajo en esta (salía del ascensor) nos vemos... M: Hasta luego Rusti. Salieron en el último piso y casi sin hablar llegaron al despacho. Saludaron a Angelines y se metieron dentro. Nada más dejar el bolso, Maca se acercó a Esther y la rodeó con sus brazos. M: Uhmmm, estaba deseando hacer esto... (la besó) E: (aunque intentaba estar algo fría, no podía) Maca... M: ¿Qué? (la volvía a besar con dulzura) E: ¿Qué tal anoche la cena? M: ¿No estarás preocupada por eso? Sabes que solo tengo ojitos para ti... (la acariciaba dulcemente la cara) E: (sonreía) M: ¿Y tú? ¿Dónde estabas a altas horas de la madrugada? (sonreía) E: Me fui por ahí, con Laura, de copas. A... matar nuestras penas... M: Pero... (la estrechaba los morros y la besaba) ¿es que mi niña tiene penas? (hablándola como si fuera una cría) E: (con los labios en forma de pez, apretados por los dedos de Maca) M: (le quitaba los dedos de los labios, se acercaba a su oído y le susurraba) pues... a mí... hay por aquí una enfermera... que... me las está quitando todas... toítas las penas... me está quitando... E: (se le erizaba la piel cada vez que Maca le hablaba de esa forma) um um um (sonreía) M: (la volvía a mirar) Esther, ¡cógete todas las cogorzas que quieras! Pero... ni una más pensando que pueda cambiarte por otra persona, ¿vale? E: Jejeje, no si... más que nada era por acompañar a Laura. M: Ya, ya... mira que... Germán me lo advirtió. E: ¿Germán? ¿El que te advirtió? M: Que... te habían entrado celos. E: ¿Celos? ¿yo? (arqueaba las cejas) ¡qué va! ¿Y ese Germán quien es? M: Jajajajaja (la acariciaba el pelo) Era el mejor amigo de Fernando. Eran como hermanos. Pero tranquila... que está empezando a quedar con otra mujer y está muy ilusionado. E: Ah, ¡bueno! M: Jajajaja ¡Estás celosa Esther! jajajaja Esther se acercó a Maca, miró sus labios y lentamente los empezó a lamer con su lengua mientras aprisionaba dulcemente con una de sus manos uno de los pechos de Maca por encima de su camiseta, dejando a Maca bastante "perjudicada". Después la soltó, y se marchaba del despacho, dejando a Maca con la boca recién arrebañada y abierta... E: (girándose antes de salir) Lo estaba Maca... ayer si que lo estaba. Hasta luegoooo... (decía medio cantando dejando chafada a la directora)

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Maca se iba sobre las ocho. Al llegar a recepción Teresa le entregó un paquete que había para ella. "Frágil".(ponía) No tenía remite, y viendo lo interesada que estaba Teresa en el paquete, decidió no abrirlo allí. De camino al coche, lo tocaba, tenía forma de cuadrado y era duro. Nada más llegar a su coche, se sentó al volante y lo abrió. Era una foto enmarcada. La foto que les hicieron aquel domingo en el retiro. Ella y Esther estaban felices, con sus cabezas unidas y Leticia con su Lupita durmiendo entre ellas dos. Pasó sus dedos por la foto y sonreía emocionada. Vio que dentro había también una nota de Esther. "Una mujer tan preciosa como tú debería tener un buen book de fotos. Me presto a ello cuando quieras" Sonrió. Volvió a guardar la foto en el paquete y se dirigió hacia su casa. Cuando Vanessa, la canguro se marchaba, Maca enseñó la foto a Leticia que quedaba encantada con la foto y Maca no tuvo más remedio que ponérsela en su habitación ante la insistencia de la niña. Así que se la puso en una estantería rodeada de todos sus muñecos. Lo normal era que Maca llamara a Esther tranquilamente cuando Leticia se acostaba para charlar tranquilamente, pero esa noche, Esther que llegaba a casa sobre las once, no pudo resistir la sorpresa que había dado a Maca y marcó ella antes. Maca estaba acostando a Leticia cuando su teléfono sonó. M: ¿Si, diga? E: Buenas noches. ¿Te pillo mal? M: No... estaba acostando a Lupita E: Jajajajaja M: Oye que... me ha encantado la foto. Estamos genial E: Sí, ¿verdad? M: A Leticia le ha encantado, se la he tenido que poner en su habitación. E: ¿Está despierta todavía? M: Si, ahora mismo la iba a dormir. E: ¿Me la pasas? M: Que pasa... ¿Qué ya no quieres hablar conmigo? E: Jajajaja. ¿Tienes celos, acasooo? M: Jajajajaja. Espera... que te la paso jajajaja. ¡Leticia! (se acercaba a la habitación con el teléfono) es Esther, ¿quieres hablar con ella? Leticia: (sonriendo, estiraba las manos para coger el teléfono) Hola Ezter... E: Hola mi niña, ¿te ha gustado la foto? ¿A que salimos muy guapas? Leticia: Si... pero yo estaba dormida... E: Ya, pero es igual, cuando estás dormida estas guapísima ("igual que tu madre, aunque... creo que dormida no la he visto nunca jejejeje") Leticia: Jijijijiji E: Claaaaaro... Leticia: Mama me la ha puezto aquí, con miz muñecoz.. ¡Esther! E: ¿Qué?

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Leticia: Que mama, me ha dicho que te vaz a quedar a dormir un día con nozotras ¿a que zi? E: ¿Tu quieres...? ("jejejeje esa es mi Maca, si señor... jejejeje") Leticia: Siiiii, siiiiiii E: Pues nada, cariño... eso está hecho ("y cuanto antes... mejor jejejejeje") M: Trae anda, que tienes que dormir, venga despídete Leticia: Me voy a dormir Ezther E: Vale, venga... sueña con los muñecos ¿vale? Leticia: Sii… (abría la boca bostezando) adióz (le daba a su madre el teléfono) M: Pues nada... estaba toda nerviosa con la idea de que te quedaras aquí un día a dormir... E: ... Y yo Maca, no solo ella... yo también jajajajaja. M: Jajajajajaja. Oye, ¿mañana a que hora salías? E: A las tres, entro temprano M: ¿Quieres venirte aquí mañana?. E: Vale, ¿me llevo la cámara y te hago fotos? A ti y... a Leticia, claro... M: Vale. Sabes que... eres mi fotógrafa... favorita. E: Venga, mañana nos vemos. M: Yo salgo a las cinco E: Bueno, así paso por casa, me cambio y cojo los bártulos para las fotos, ¿vale? M: Venga cariño, hasta mañana. Un beso... E: Otro para ti.

Ese sábado estaban contentas. Esther, más que andar, daba saltitos. Iba de un lado para otro atendiendo a los enfermos inundándoles de alegría con su sonrisa. Se vieron en la cafetería, y allí junto con Cruz y Vilches, estuvieron charlando un rato y de nuevo confirmaron su cita. Casi a las cuatro, Esther llegaba a casa, comía, se arreglaba y cogió su mochila con los bártulos para hacer fotos. A las siete llegaba a casa de Maca. Leticia le abría la puerta y se lanzaba a sus brazos. M: Ay... Leticia, que la vas a matar jajajajaja Leticia: Hola Ezterrrrrrrr (la abrazaba y la daba besitos) E: (se le caía la baba) Holaaaaa (después de un buen abrazo la bajaba al suelo y se dirigía a Maca a saludarla) Hola M: Hola, ¿Qué tal? (la dio un corto beso en los labios) E: Bien... (sorprendida, sonreía y miraba a Leticia que las estaba viendo) M: Le he dicho a Leticia, que eres muy amiga de mamá ¿verdad cariño? (mirando a su niña) y las personas que son muy amigas y se quieren mucho...se dan un besito corto en los morritos ¿a que si? E: (estaba algo confusa, y más cuando miró a Leticia y vio que se estaba señalando con uno de sus dedos sus morritos sonriendo) Claaaro (se acercó a ella y le dio un piquito) Leticia: Jijijijiji (salió corriendo hacia su habitación) E: Uau... ¡qué idea tan brillante!... ¡No me lo puedo creer! Jajajajajaja M: Ya ves... ¡Lo que hay que hacer para sobrevivir...! E: Jajajajajaja o sea que... te puedo besar cuando quiera... (toda insinuante la cogía de las caderas) M: ¡No!, eso es solo... para ir rompiendo el hielo...

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E: Jajajajaja anda que... ya te vale... M: Si, solo espero que no vaya dando besos por ahí a to kiski... E: Jajajaja. Bueno, ¿Qué planes tenemos? M: Pues... no sé... jejejejeje E: Digo de la sesión de fotos tonta... M: ¡Ah! si... que me vas a hacer unas fotos... E: Si, pero... primero tengo que maquillarte bien. Bueno (la miraba anonadada) la verdad... es que... mucha falta... no es que te haga... M: Jejejejeje E: Pero un poquito, si, mas que nada... por el tema de brillos M: Ya... Maca estuvo enseñando su casa a Esther, que todavía no había estado en ella. Leticia le enseñaba su habitación con todas sus cosas y le enseñó dónde había puesto la foto que les había regalado. Después, mientras Leticia jugaba en su habitación, se fueron al baño y Esther estuvo maquillando un poco a Maca. Leticia iba de vez en cuando para verlas, y mientras se marchaba de nuevo a su habitación, Esther, aprovechando que tenía a Maca tan cerca y con los ojos cerrados, la daba dulces besos. E: (la besaba en los labios) ¿ves? Así... despacito, para que no se te vaya el maquillaje... M: Uhmmm (sonreía) Terminó de maquillarla. E: Bien, esto... (observándola bien) ya está. Ahora... ¿Dónde lo hacemos? M: Bueno... se me ocurren un montón de sitios... E: Jajajaja Ay... ¡siempre pensando en lo mismo!... M: ¿Es que tu no? E: ¿Yo? (arqueaba las cejas) jejejejeje. M: En el salón, quizá en la pared blanca, no hay apenas nada y puede estar bien. E: Vale. Hay que poner música, ya sabes... para... entrar en ambiente M: Jajajaja, ¡Venga ya Esther! jajajaja E: Que siiiiiiii, que te lo digo en serio. Algo así... sensual... o bonito... que tengas por ahí. M: Bueno, bonito, bonito... ahora mismo en casa, tengo a las dos cosas más bonitas que hay en el mundo (la miraba con ternura) E: Ay Maca... Esto... Leticia... la... la otra cosa más bonita del mundo... ¿a qué hora se duerme? M: Jajajajajaja Ay... siempre pensando en lo mismo... jejejejeje E: ¿Acaso tu... no? Esther fue al salón y cogió su mochila. De ella sacó un trípode, dos cámaras, el flash y algunos objetivos. Estuvo preparando todo, encendiendo y apagando las luces del salón para observar cómo se iluminaba la zona en la que les iba a hacer las fotos. Mientras tanto, Maca peinaba a Leticia. Le estaba haciendo dos coletas atadas con unos lazos

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Leticia: ¡Joooo , mámaaaa! (decía de morros) yo quiero trenzass, no quiero coletas, yo quiero trenzas como las de Lupitaaaa M: Ay Leticia... Uff, mira, como sigas así no te haces ninguna foto ¿eh? E: A ver... (llegando al baño) a ver qué pasa aquí... Leticia: Ez que yo quiero trenzas Ezter y mama me quiere hace coletas (decía enfadada) E: ¿Trenzas? ¿quieres hacerte trenzas? Leticia: Sí... E: Leticia mira... Lupita te quiere porque tu no llevas trenzas como ella. Si las llevases... diría... bua, esta niña quiere imitarme... Leticia: (sonreía) ¿qué ez imitarme? E: (miró a Leticia, después rápidamente a Maca que se estaba riendo y de nuevo sonrió a Leticia) pues que Lupita no querría estar contigo porque irías igual que ella. ¿A que tú estas muy contenta con tu camiseta y no quieres que ninguna de tus amiguitas la lleve? ¿a que si? Leticia: (asentía con la cabeza) E: Pues eso, venga, que yo te voy a hacer unas coletas más bonitas... Leticia: Vale. ¿Y me vz a pintar loz labioz? M: ¡Nooo! E: Jajajaja, mujer... un poquito ¿no? jajajaja es... por la iluminación... M: (arqueaba las cejas) ¡desde luego!... ¡Con vosotras no se puede!... Ay... (se marchaba al salón) Leticia era la primera, ya que estaba recién arreglada... E: Venga cariño, sonríe Leticia: (sonriendo y enseñando sus dientecillos de conejo) E: ¡Click, click (disparaba la cámara) Leticia: Jijijiji E: Venga Maca, ¡ ponle música a la niña! M: Vooooy... (iba hacia el equipo de música) E: Venga, ahora no te rías Leticia, esconde los dientecillos... Leticia: (cerraba la boca, y miraba atentamente hacia la cámara con cara de niña buena) E: Click, clik... muy bieeeen Leticia: (sonreía al escuchar la música) Estoy muy cansada Hoy no he parado De tanto jugar Estoy agotada E: Venga Leticia, señala con tu dedo al pajarito Leticia: ¿A cual? (miraba a la pared) M: Jajajajaja E: ¡Calla Maca! M: Jajajaja E: Leticia, imagínate que arriba hay un pajarito y que me estás diciendo donde está Leticia: ¡Ahhh! vale jijijiji Leticia alzaba su dedillo hacia arriba mientras su canción favorita sonaba

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Mañana estaremos Llenos de energías Porque por las noches Cargamos nuestras pilas E: (Click, click...) venga, canta, baila un poco, vamos pequeña, muévete Leticia cantaba y saltaba y bailaba contenta Leticia: Bue naz noches hazta mañana, los luniz y los niños nos amos a la cama E: Click, click... click, click... click, click... (le seguía sacando fotos) Leticia: Nos amos a la cama, nos amos a la cama, nos amos a la cama hazta mañana E: Click, click... Click, click... La música seguía sonando E: Venga, ahora siéntate en el suelo con Lupita Leticia: (se sentaba, cruzaba las piernas y se arrimaba su muñeca a la cara) E: Click, click,... click, click... (dala un beso) Leticia: (le daba un beso) muuuaksssss E: Más despacito, no separes los morritos de ella, venga... (Leticia obedecía) click, click... click, click... Muy bien... venga Maca, prepárate que te voy a hacer unas fotos con ella. M: (sonreía) vale. Pero... ¡exijo otra música! (de coña) E: Jajajajaja Leticia: Jijijijijij enga mama, vale pon la música que tu quiedas... M: Pon lo que veas por ahí Esther... cualquier cosa... me gustará más Leticia: Jijijiji como la hago de rabiar jijijiji M: Ay... (la mordía jugueteando el brazo) Leticia: Ahhhhh jijijiiji E: Ey, ey... Estaros quietas... a ver si os vais a despeinar... (ponía el disco) Leticia: (escuchando la música que sonaba) Ezter esa canción la pone mama los domingos por las mañanas. Dice siempre que... ez mu positiva E: Jajajaja ¿Sí? (Maca arqueaba las cejas sonriendo) I’m afraid of te dark Specially when I’m in a park And there’s no one else around Oh I get the shivers I don’t want to see a ghost It’s a sight that I fear most I’d rather have a peace of toast and Watch the evening news Life, oh life, oh live , oh live Doo doo doo doo doo Life, oh life, oh live, oh live Doo doo doo doo doo

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E: ¡Vamos, que esto marchaaa! Leticia: Jijijiji E: Venga Maca, siéntate con Leticia en tus rodillas, coge la silla (Maca obedecía) E: Click, click... (las miraba) Leticia, coge del cuello a mamá Leticia: ¿Azi? (le agarraba el cuello como si la fuera a ahogar) E: (sonreía) click, click... no, no... jejejeje así no, dale un abrazo al cuello Leticia: Jijiji mámaaaaa (la abrazaba) M: (ponía los ojos en blanco) E: Click, click... jajajaja Venga, ahora juntar las frentes M: (se acercaba con ternura a su niña, la besaba en la nariz) E: Click, click... M: (y juntaban sus frentes) E: Click, click... Esther seguía sacando fotos de Maca y de Leticia. E: Vais a salir estupendas, ¡ya veréis... Una vez terminadas las fotos, puso otro carrete, enganchó la cámara al trípode, puso el disparador automático y se hicieron algunas fotos las tres. E: Venga, esto ya está Leticia: ¿Ya me puedo ir a jugar? M: Si cariño, venga, juega un poquito antes de cenar. Leticia: ¡Vale! (salía corriendo hacia su habitación) E: Venga, ahora... tú sola... M: ¿Más? E: (asentía) M: Jajajaja, ¡Esther...! E: Venga, posa un poco M: Jajajajaja veeeeenga... (se sentaba en una silla, con las piernas abiertas, y con uno de sus brazos y apoyando apoyado en una pierna, se ponía la mano en la mejilla y miraba atenta a la cámara. E: Click, click... Mójate un poco los labios M: (Se mojaba los labios con la lengua y se los humedecía) E: Click, click,(se acercaba más) Click, click... M: (sonreía) E: Click, click... M: (sonreía con vergüenza) E: Click, click (toda seria y profesional) M: (se tapaba la boca con las manos) E: Click, click... levántate... M: (se levantaba) E: Ponte inclinada hacia adelante, como si fueras a parar un penalti M: Jajajaja (sonreía y obedecía órdenes de su fotógrafa) E: Espera (le arreglaba el pelo) así, así mejor... M: Esther, en esta posturita no mucho tiempo ¿eh? A ver si me va a dar un lumbago... E: Jajajajaja (se separaba, miraba de nuevo a través de la cámara y... click, click...)

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Estuvo haciéndola unas cuantas fotos, y de nuevo, puso la cámara sobre el trípode, y preparó el disparador automático para posar junto a ella. Disparaba e iba corriendo al lado de Maca. La cogía de las caderas y miraban sonrientes hacia la cámara. click, click.. De nuevo volvía a la cámara, disparaba e iba otra vez hacia Maca, esta vez no miraban a la cámara, posaban muy juntas con sus frentes unidas. Click, click... De nuevo volvía a la cámara, mientras Maca se partía de la risa; regresaba corriendo a su lado, la cogía de la espalda y hacía como que la intentaba tumbar, pero no caía pues Esther la sujetaba bien de la espalda mientras Maca levantaba la pierna para la pose y Esther se partía de risa. Click, click... Otra foto. Apretaba el botón, corría de nuevo hacia Maca, se miraron dulcemente y se dieron un tierno beso en los labios, apenas rozándose. Click, click... Esta vez Esther no tenía tantas prisas para volver a disparar, pues se quedaba unos instantes disfrutando de las miradas y del abrazo que Maca le estaba regalando. E: Ay... (suspiraba y volvía a la cámara a disparar de nuevo) Se empezaron a besar más apasionadamente, con amor... con ternura.. Click, click... Se besaban con ganas. No había nadie más allí, o al menos... eso creían... M: ¡Ahhhhh! (daba un respingo) Leticia: Jijijijiji M: ¡Me cagüen!... (salía corriendo detrás de Leticia) Leticia: Ahhhhhh jijijijiii (perdía el culo corriendo por la casa perseguida por su madre) Esther se quedaba un poco trastocada; Leticia había estado ahí, justo al lado de ellas y lo había visto todo, todo... De repente veía como Maca perseguía jugando a Leticia, que se abalanzaba hacia Esther, con su muñeca bien agarrada. Leticia: ¡Estherrrrrrr, Estheerrr (daba un salto y se colgaba de su cuello) M: ¡Tengo ya el culo marcado Leticia! E: Jajajajaja (se daba la vuelta con Leticia en sus brazos para que Maca no la pillara)

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Leticia: Jijijiiiji E: Venga Maca, que ha sido de broma (la miraba como diciendo... nos ha visto...) M: Si, venga... vale. Vamos a dejar ya de jugar y vamos a preparar la cena... Leticia: Ezter... ¿tienes hambre? E: Siii, tengo mucho hambre... Leticia: Puez amos a cenar ¿vale?. Máma... ¿Has preparado ya la cena? M: Si, claro... si... para eso estoy... E: Jajajajajaja Leticia se portó muy bien en la cena y Esther la iba recompensando con vasos de cocacola. M: Esther... (la miraba) la coca-cola... desvela... (arqueando las cejas) E: Leticia... ya no se bebe más, que si no... luego no haces más que hacer pipi... Leticia: Jjijijij. Ezther... ¿te vas a acostar conmigo un ratito...? Anda... E: Bueeeno... vaaaleee M: Leticia... que... Esther se va a cansar de estar contigo como sigas dándole tanto la matraca... E: (guiñaba un ojo a Leticia y le negaba con la cabeza) No pasa nada, es más... si quieres, luego cuando te acuestes, te cuento un cuento ¿vale? Cuando terminaron de cenar, ya eran casi las once de la noche. Leticia ya se iba a acostar, y Esther se fue con ella a leerle un cuento mientras que Maca recogía la cocina. Leticia: Toma (le daba un cuento) léeme este E: ¡Peter Pan!... Me gusta mucho... es bien bonito (asentía con la cabeza) y de aventuras... Leticia: Si, ez el que más me usta a mí... y quero que me lo cuentes Ezther (empezaba a bostezar) Ahhhhh E: Muy bien... Esther empezaba a leerle el cuento medio tumbada con ella en la cama. Leticia, apoyaba su cabeza en el hombro de Esther e iba viendo los dibujos del cuento mientras Esther se los leía interpretando las voces de los personajes. E: Pero... si te lo sabes de memoria... (decía viendo que Leticia recitaba de memoria los diálogos...) Leticia: Ahhh (bostezaba) zi... sigue... E: (sonreía) Entonces el capitán Garfio... encerró a campanilla en una lámpara... Al cabo de un rato, Leticia se quedaba dormida. Maca se asomaba por la puerta de la habitación y veía con ternura aquella escena que tanto le gustaba. Leticia, estaba encantada con Esther, y Esther con su niña. Disfrutaba tanto viendo esa escena, que unas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Esther la miró, vio como se secaba las lágrimas y se iba hacia la terraza del salón. Se levantó muy despacio para no despertar a Leticia y se fue hacia la terraza con Maca. Hacia una agradable noche de verano.

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E: ¿Tu fumando? (arqueaba las cejas algo sorprendida) M: Ya ves.. lo hago muy de vez en cuando (echando el humo) E: Trae (le quitaba el cigarrillo y le daba una calada) que yo también (sonreía) M: Nos ha visto Esther... E: Si... pero mira... no parece que le haya sorprendido ¿no? M: Eso parece (le quitaba el cigarro y le daba una calada) E: (sonreía mirando a la ciudad) bueno... no sé... a ver que pasa, ¿no? M: Si... Esther, (la miraba) pero... tengo un poco de miedo... E: Y yo Maca, yo también, pero mira... lo pasaré contigo, (le acariciaba la mano que tenía apoyada sobre la barandilla) M: (la miraba y sonreía temerosa) E: (se acercó y la beso) Te quiero Maca, y si podemos, quiero intentarlo... con todas mis fuerzas... con toda mi alma... con todo mi corazón... M: Yo también Esther... aunque... bueno, no sé qué dirá de todo esto mi familia y... mis suegros... no sé... E: ¡Y mi madre! ¡Ay mi madreeeee! (hacía un poco el payaso para intentar calmar sus miedos) M: Jejejeje E: En fin... lo que sé, es que yo no quiero perder esto que tenemos Maca, no lo quiero perder... M: (tiraba la colilla) Ni yo Esther... ni yo... (la abrazaba) Se abrazaban intensamente. Desde la primera vez que se abrazaron, parecía que esos abrazos fueran los últimos, y este, también lo parecía. M: Ufff, ¡qué calor! E: Sí... sobre todo... a tu lado (la miró tiernamente) M: Una duchita... no vendría mal... ¿quieres? E: ¿Una duchita? Vaya... tenía pensado ver salsa rosa... pero si insistes... (le decía insinuante) M: Pues, si... insisto... (la cogía de la mano y se iban hacia el baño) Antes de ir al baño, Maca entornó un poco la puerta de la habitación de Leticia, para que no oyera el ruido del baño. Se dirigieron lentamente abrazadas hacia el baño, dándose dulces besos. Abrió la puerta, dio la luz y se adentró con Esther. E: Esta vez... (la besaba) no me cierras la puerta... (sonreía) M: (sonreía) No... esta vez no (empezaba a quitarle la camiseta) E: Ay Maca... (la besaba por el cuello) estamos... estamos enfermas... M: (la besaba los hombros) pues... como no sea de amor... E: No es de otra cosa, no... (desabrochaba el botón y abría la cremallera de los pantalones de Maca) Una vez se desnudaron, entraron a la bañera. M: Prométeme que no chillaras... (le acariciaba la cara) E: Lo intentaré... (la besaba)

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M: ¿Segura? E: (asentía) M: ¿Segura... segura? (abría el grifo de la ducha) E: (sonreía) Seguraahhhhhhhhhhhyyyyyyyy M: Jajajaja (aplacaba el grito de Esther poniéndole la mano en la boca) E: (ya mojada en agua fría) ¡Serás ca... pulla! M: Jejejejeje (se abrazaba a ella y la besaba) Sus cuerpos estaban muy unidos, sus bocas se abrían al máximo, casi arrebañando el agua que caía entre ellas. Maca aprisionaba a Esther en la pared, y sin dejar de besarla, le cogía las manos y se las alzaba sujetándolas por las muñecas. Empujaba sus caderas presionándolas junto con las de Esther para intentar que sus sexos estuvieran lo más unidos posibles. La dejaba de besar, y con sus caderas bien unidas, separaba algo el tronco para que sus pezones simplemente se rozasen y se erizasen aún más frente a aquel contacto mientras la miraba con deseo, sin dejar de sujetarla con las manos. De nuevo, sin dejar de sujetarle las manos, se acercaba a ella, se inclinaba y empezaba a succionar sus pechos, bañados por el agua, erectos a más no poder... Esther empezaba a gemir, y Maca con una de sus manos le tapaba suavemente la boca y abría cada vez más sus sensuales labios que no paraban de degustar aquellos pechos que tanto anhelaba. Se incorporó otra vez para besarla y mientras lo hacía, una de sus manos, se dirigían hacia el sexo de Esther y empezaba a presionarlo con intensidad. Para facilitarle el trabajo, Esther, levantó una de sus piernas y la enroscó sobre el cuerpo de Maca, que poco a poco iba adentrando uno de sus dedos en el sexo de Esther mientras que con la palma, le presionaba el pubis. La miraba, y la cara de la enfermera manifestaba una expresión entre placer y dolor, dolor y placer, con una mirada que la pedía que no parara, que siguiera. Y Maca no paró, no paró hasta proporcionar a su amada un fuerte orgasmo. Maca miraba a Esther en ese preciso instante, miraba cómo Esther llegaba al cielo, y eso le daba placer, y la excitaba. Maca no la dejaba de besar y de acariciar mientras Esther reponía el oxigeno perdido. Cuando se repuso, hizo girar a Maca colocándola detrás de ella. Esther, restregaba su pecho suavemente por la espalda de Maca, que estaba también bastante excitada, mientras la sujetaba de la cintura con una de sus manos, con la otra le acariciaba los pechos. Maca inclinaba su cabeza hacia atrás de placer y Esther aprovechaba para besarle la cara y el cuello, para darle pequeños mordiscos que le hacían poner más la piel de gallina. Tal y como hizo anteriormente Maca con ella, bajo su mano y empezó a acariciarle por entre las piernas. Después acariciaba el suave, ligero y depilado bello de su pubis haciendo que Maca encorvara un poco más su cuerpo de placer. Esther se inclinó un poco e imitando a su amada, empezaba también a introducir uno de sus dedos dentro de Maca, que abría un poco más las piernas con cuidado, aunque Esther, la tenía bien sujeta. Con una de sus manos, Maca cogía la de Esther, asegurándose de que no saliera de donde estaba. Varios gemidos seguidos, acompañaron el orgasmo que Maca finalmente conseguía. Tras unos minutos de besos y caricias, de roces, de miradas y de te quieros... salieron de la ducha y se secaron la una a la otra con amor. Se secaron bien el pelo, y se fueron y se

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fueron hacia la habitación. Pero no podían parar, no podían para sus ganas, su deseo, su amor, su pasión. Y esos cuerpos desnudos y suaves, siguieron jugando en la cama a quererse, a amarse... una vez más. A eso de las tres de la madrugada... caían rendidas de amor. Eran como las seis de la madrugada. El sol empezaba a emitir sus primeros rayos. Esther estaba boca arriba, y Maca, de lado en uno de los bordes de la cama. M: (sonreía y abría poco a poco los ojos notando como una mano le presionaba las caderas) uhmmm... (el rostro de su niña estaba a escasos centímetros de ella) Le... Leticia... Leticia: Máma... (con los ojillos entreabiertos) tengo sueños (juntaba su cara a la de su madre) M: Leticia cariño... ¿Qué haces aquí? (se incorporaba desnuda) Leticia: Ez que no puedo dormir... quiero dormir aquí contigo y con Ezter... M: No cariño, eso no puede ser, venga (se levantaba y la cogía) venga, que te llevo a la cama, ya verás como ya no tienes sueños malos Leticia: Jooo (se le cerraban los ojitos) Maca llevó a Leticia a su habitación. La acostó de nuevo, estuvo ahí un rato con ella hasta que se aseguró de que se quedaba dormida. Volvió a la cama. Estaba muy cansada, no podía pensar. No quería pensar. Se abrazó a Esther, la tapó con una sábana de cintura para abajo, pues empezaba a refrescar, y pronto consiguió dormirse. A eso de las ocho, Maca de nuevo estaba de lado en un borde de la cama, y Esther seguía boca arriba. De nuevo, se oían unos pies descalzos corretear por la casa y dirigirse a la habitación. Ya que su madre no la había hecho caso, lo intentaba con Esther. Leticia: Ezter (susurraba empujándola de la cintura) Ezter... E: (tenía la cabeza mirando hacia Maca, abrió los ojos pero... las manos de Maca... no podían ser la que la estuvieran tocando) ¿eh...? (se dio la vuelta y ahí estaba) ¡Leticia! (en su vida, sus ojos se habían abierto tan pronto mientras despertaba) Leticia: (sonreía cariñosa) E: ¿Leticia, que haces aquí? (intentaba taparse el pecho con una de sus manos disimulando) Leticia: Ez que... ya me he dezpertado, no puedo dormir más... (volvía a sonreír) yo quero dormir aquí con mama y contigo (elevaba la voz) E: Schis... (le hacía señal de silencio) mamá está durmiendo, que está muy cansada (arqueaba las cejas) y... y como me levanto yo ahora... menos mal que estoy algo tapada... Leticia: Joooo E: Anda ven (le susurraba) ven, échate aquí un ratito conmigo, pero no hables alto...que mamá duerme... Leticia se subía a la cama y se acomodaba abrazada a Esther. Esther, la abrazaba. Tenía una extraña sensación, pero se sentía a gusto con la niña entre sus brazos. Se fue relajando cada vez más, al ver que su desnudez parecía no importar a Leticia.

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Leticia: Hace calor. Yo me quiero quitar también mi pijama... E: ¡Noooo!, no, noooooo Leticia: ¿Por quéeee? (insistía) mama y tú estáis sin el pijama... E: Ya... (susurraba) pero mira, tu no te puedes quitar el pijama... ¿no ves que si no Lupita se va a enfadar si te quitas su pijama?... (bendita Lupita) Leticia: Jijijiji vale (se incorporaba y empezaba a sentarse sobre el cuerpo de Esther y se balanceaba en él como si estuviera montando a caballo) E: Schisssss, estáte quieta, ¡para! que vas a despertar a mamá... Leticia: (se echaba más sobre ella) Ezter... E: ¿Qué? (susurraba) Leticia: Ezter que hoy no me haz mirado loz dientes... E: (sonreía y se le caía la baba) Ay... no cariiiiño, (su sonrisa se ampliaba) hoy no te los he mirado... ¿a ver? Leticia: (se acercaba a Esther y le enseñaba sus dientecillos) E: (se le caía la baba) Ay... mis dientecillos de conejito... ay... mi niña... Leticia: Jijijii (se echaba encima de ella y la abrazaba) E: (la abrazaba con ternura) Leticia: (de nuevo se incorporaba y se subía en forma de caballo sobre Esther) E: ¡Auuuu! (Leticia le pegaba una palmada sobre uno de sus pechos) Leticia: Jijijijiji jijijiji E: Schissssssss, schisssssss (señalando a Maca) Leticia: Vaale, mira, esto también se lo hago a mama (le empezaba a estirar de uno de los pezones) E: ¿Si...? (aguantando como podía) ¿eso se lo haces a mamá? Leticia: Son botoness, pero yo todavía no tengo, mira (se levantaba la parte de arriba del pijama) E: (sonreía) ¡Pues claro, mi niña ¡ Leticia: Pero mama me ha dicho que cuando sea mayor voy a tener botones de estos (seguía jugando estirando los pezones de Esther, que intentaba aguantar el dolor) E: Pues claro... ¿quieres que te lleve a tu cama? Leticia: (negaba con la cabeza) No... yo quiero aquí, contigo y con mama... E: Venga, vale Leticia: Pero ahí, en el medio (se colocaba entre Maca y Esther) E: Venga, mi niña, vamos a dormir un poquito ¿vale? Leticia: uhmmm... (se acomodaba entre las dos) E: Uff... ("menuda situación... Si la cuento... no me creen jejejejeeje") Esther estaba feliz. Leticia se había quedado dormida pero ella no podía, no quería. Quería tan solo disfrutar de aquel momento. Se sentía en familia. Las miraba y pensaba que eso era lo que ella había querido tener desde siempre, una familia. Estaba completamente enamorada de Maca, de eso, no había duda, y Leticia... Leticia era su ojito derecho, su niñita. Era una niña tan cariñosa... tan dulce... tan afectiva... Ahora más que nunca, sabía que podría esperar trece años, o toda una vida. Aunque... antes de que eso ocurriera, moriría en el intento. Acariciaba suavemente el pelo de Leticia. E: "No juego con ella para ganármela, no... ni mucho menos. No intento ganarme a nadie, eso sería falso. Lo que pasa (sonreía con ternura) es que... que... es un encanto, que me tiene encandilada la tía... y... no es porque sea de la persona que más amo en

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este mundo (miraba a Maca) porque... mira que la amo... hasta daría mi vida por ella, por ella... (la miraba enamorada) que me ha enseñado realmente lo que es el amor. Y si me muriera ahora... moriría feliz, porque... contigo, cariño (no dejaba de mirarla) he conocido lo que es amar... y ser amada. Si es verdad que existe algún dios, o alguien ahí arriba... no debería permitir que esto se rompiera, porque esto es bueno, muy bueno... y no hace daño a nadie" Con cuidado de no despertarlas, se levantó, fue a la cocina, bebió un baso de agua, y al llegar a la habitación se puso su camiseta y sus braquitas. Pasado un rato, en el que Esther seguía mirándolas y pensando, Maca se desperezaba. Se daba la vuelta y tropezaba con Leticia. La miró y luego miro a Esther. M: (con un ojo abierto y otro no) Hola (susurró) buenos días... E: Buenos días (la sonreía) M: Uhhh... al final se ha venido aquí... E: Sí... M: Antes se despertó, quería dormir aquí con nosotras ( sonreía) decía que tenía sueños, pero la llevé a su habitación y la volví a acostar hasta que se volvió a dormir. E: Pues... ya ves... insistió. M: (asentía) Es tan cabezota como su madre... E: (sonreía) De repente una manita me despertaba... y no era la tuya. ¡menudo rato!, Maca jajajaja y yo aquí en pelota picada... M: Jejeje, bueno... ella está acostumbrada (susurraba) desde muy pequeña casi siempre nos bañamos juntas, para ella el cuerpo desnudo de una mujer es natural... E: Ya... (sonreía) pero... no para mí... jejeje que... estuvo jugando con mi pecho. M: (aguantaba la risa para no despertar a Leticia) siiii, le encanta, sí... (miraba y acariciaba muy despacito a su hija) E: ¿Recuerda algo de su padre? M: No, era muy pequeña, dos añitos, solo... por las fotos. Dice que está en el cielo. E: ...Imagínate que estuviera vivo... ¿volverías con él? M: ¿Por qué lo dices? ¿tienes miedo acaso de que algún día te cambie por un hombre...? E: (negaba con la cabeza) no, no... solo... solo era una pregunta. M: No hagas cavilaciones con algo que ya no puede ser, Esther, intenta centrarte en el presente, creo que... con eso sería más que suficiente, ¿no crees? E: Si, bueno... aunque... si te digo la verdad... yo no volvería con nadie... M: Esther, yo a Fernando le quise mucho, mucho de verdad, pero... se fue... murió. Me quedé vacía... es verdad. Y jamás pensé que volviera a rehacer mi vida con otra persona, no sé... sobre todo por Leticia. Pensé que mi vida iba a ser esa, trabajar... estar con mi gente... y cuidar a mi hija... nada más... hasta... que apareciste tú. E: (sonreía) M: Jamás... pensé rehacer mi vida, y... menos... con una mujer. Pero... no sé... cuando apareciste tú... me cambiaste los esquemas... E: ...Te he hecho sufrir... M: (negaba con la cabeza) No... (sonreía) lo que si me has hecho es... pasar un montón de noche en vela... E: (sonreía) Y tú a mí... no te creas... M: Me costaba tanto aceptar que me estuviera enamorando de una mujer... y cada vez que miraba a Leticia decía... ¡esto... no puede ser!... intentaba borrarte de mi cabeza pero... en todo momento me venía tu nombre a ella... Esther... Esther... Esther...

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E: A mí me pasaba y me sigue pasando lo mismo... pero sin hija... (susurraba) y también he pasado muchas noches en vela, pensando en que esto no podía ser, pesando en qué dirían los demás... M: Si, a mí eso también me preocupa pero... más que nada por mi familia, y por la familia de Fernando, no por mis amigos, ¿eh?... porque... ya ves... cómo se han portado... E: Si, la verdad es que sí... M: Pero... tiene que pasar mucho tiempo hasta que la sociedad acepte que un niño pueda ser bien cuidado y querido por dos personas del mismo sexo. No lo ven bien, Esther... no lo ven bien... E: Ya... yo no se que se piensan, lo importante para un niño es el cuidado y el cariño con el que se le críe, y yo... M: (esperaba a que terminase con la frase) E: Yo... M: ¿Tu... que? E: Pues Maca... que yo sería capaz de cuidar y de querer a Leticia, con el mismo cariño que lo hubiera hecho su padre... M: (empezaba a llorar en silencio) ¿quieres hacerlo? Porque yo... estoy dispuesta a permitírtelo... y ella... (refiriéndose a Leticia) ella creo que también... E: Si que quiero Maca... si que quiero (unas lágrimas empezaban también a rodar por sus mejillas) M: Va a ser difícil, Esther (la decía llorando) yo... no quiero arruinar tu vida (cada vez lloraba más) E: Mi vida estaba ya arruinada Maca... tú... me has devuelto a la vida... ¡Cómo no voy a querer luchar por alguien que me da vida!... te quiero (ahondaba en la frase) y quiero a este renacuajo que tanto me encandila (sonreía con ternura) M: (con sus ojos llorosos y llenos de amor, susurraba) Yo si que te quiero, mi amor... ¿te puedo dar un beso?... (la miraba rendida de amor) E: (sonreía sin parar de mirarla dulcemente) Nunca... me pidas permiso para hacerlo... Con cuidado por Leticia, se acercaron lentamente. Sus labios, apenas sin moverse, se unían y se besaban con amor, traspasándose la vida la una a la otra a través de ese beso. Traspasándose el pasado, el presente, el futuro, las alegrías, los temores... Ese beso lo era todo, era el oxígeno que empezaba a alimentar una nueva vida para ellas. Ese beso era una unión, una unión consentida... y libre de maldad. Ese beso era el amor, era el cariño, era la pasión, era la vida... la vida que acababan de decidir para ellas y para Leticia. Cuando se separaron, se miraron intensamente y lo supieron... Supieron lo que querían hacer con sus vidas; supieron que iba a ser difícil afrontar ese reto, pero... estaban totalmente dispuestas a ello. Era un 23 de Julio del 2005 cuando supieron... lo maravillosa que podía llegar a ser la vida. No dejaban de mirarse sin hablar. Era un momento muy especial. Al rato, Leticia empezaba a desperezarse. Durante un buen rato, empezaron a hacerla mimos y a jugar con ella. Reían, cantaban... Con su sonrisa, Leticia, más que nunca, enseñaba esos dientecillos de conejo que tanto gustaban a Esther, hasta que al cabo de un rato, se acordó de que en su habitación estaban los muñecos y se iba a jugar con ellos.

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Nada más salir, Maca fue hacia la puerta y cerró con llave. E: (se mordía los labios viendo esa figura de mujer desnuda que iba lentamente hacia ella) M: (encogiéndose de hombros) Tiene que acostumbrarse... cuanto antes... mejor, ¿no te parece? (se incorporaba encima de Esther) E: Me parece... me parece muy bien (sonreía) M: ¿Y esto?... (la besaba el cuello dulcemente) ¿esto que te parece? E: Pues... M: (la miraba) E: No se... ¿a ver... repite...? Es que... no me he enterado muy bien... M: (mirándola lascivamente) No te preocupes... que... te lo voy a repetir todas las veces que sea necesario... hasta que te lo aprendas de memoria... ¡ya verás! Maca se volvía a lanzar al cuello de Esther, que acariciaba el cuerpo de Maca apretándola más contra ella. Empezaron a rodar en la cama. Esther intentaba despojarse de su camiseta y de sus braquitas pero Maca no se lo permitía, la aprisionaba fuerte, la quería hacer suya así. En algunos momentos Esther intentaba luchar pero... al final, se dio por vencida, sabía que en ese turno, iba a ser ella la "castigada", estaba a merced de Maca, pero... para nada le importaba. Maca estaba también ya muy excitada, sabía que pronto llegaría el momento, y hundió una de sus manos por las braquitas de Esther hasta llegar a su centro. Esta vez, respiraban fuerte, no querían gemir pues Leticia no estaba lejos, y jadeaban como podían ya que el aliento las empezaba a faltar a ambas. M: Ahhhh, ahhhh, ahhhhh (con la respiración muy agitada) E: Ahhhh (la besaba) ahhhhh Leticia: (llamando a la puerta) ¡Mámaaaa! E: (se paraba) M: ¡Sigue, siguee!... Ahhh ahhhh Leticia: ¡Má maaaa! M: ¡Quéeee! (sin respirar) sigue... (se seguía moviendo y mirando a Esther para que siguiera) ¡sigue, sigue! (susurraba) yo no puedo parar ahora... ahhhh... ahh... Leticia: Que no puedo abriiiiiir (gritaba desde el otro lado de la puerta) M: Ahhhh, ahhh... E: Ahhhh, ahhhh, Macaaaahhhh... Leticia: ¡Ma maaaaaaa! M: ¡Sigue, sigue Esther ahhhh sigue! E: Macaahhh, Maca... (se revolvía) M: ¡Leticia! (de nuevo sin respirar) Leticia: ¡Quéeee! ¡Ezterrrrr! E: Ahhhh, ahhmmmm... M: (cogiendo respiración) ¡Qué estamos haciendo cosas de mayores! ¡Vete a tu habitación! (gritaba intentando no jadear) Ahh... (seguía moviéndose encima de Esther) Leticia: ¡Jooo mámaaaa! (insistía) M y E: ¡Leticiaaaa! Leticia: Vaaaleeee... (se marchaba a su habitación) M: Uhmmm uhmmm (la besaba desesperadamente a la vez que su ritmo se hacía cada vez más frenético) ya se ha ido, se ha ido, se ha ido, se ha idooooooo

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E: (ya no podía más) Ay Macahhhh... que morbo, que morbo, que morbooooo... M: Ay sihhhhh, sihhhhh,, sí, sí, sí sihhhhhhhhhh E: Ahhhhhhhh M: Ahhhhhhhh E: Ahhhhh M: Ahhhhh (se desplomaba sobre su amada) E: Uhmmmmm... (la besaba en el cuello) M: Ahh... ¿de verdad que...? jejejeje ¿de verdad que estás dispuesta a tener una hija así? (suspiraba intentando respirar) E: Jajajajajajaja jajajajaja ¡Siiii!, Sí, sí, sí... y siiiiiiii jajajajaja M: Jajajajajajaja.

Poco a poco, Esther se fue a vivir a casa de Maca, así, como quien no quiere la cosa, sin darse apenas cuenta. Leticia estaba encantada, pues era muy cariñosa y recibía doble ración de cariño. Los suegros de Maca, al ver que Esther se quedaba cada vez más en su casa y definitivamente se iba a vivir con ella, sospecharon de la relación, la verdad, es que no les gustó mucho, pero al final terminaron aceptándolo, ya que veían que Leticia estaba contenta y no había cambiado en nada. Cuando Esther se lo contó a su madre, al principio ésta, no se lo tomó muy bien, pero con el tiempo, con la labia que tenía Maca, y con las geniales y cariñosas ocurrencias de Leticia, acabó totalmente aceptando esa relación, aceptando a Maca, y aceptando a su linda nieta, que era así como la llamaba cuando enseñaba la foto de Leticia a sus amigas. Y los padres de Maca, no dijeron gran cosa; al fin y al cabo su hija había hecho siempre lo que había querido, y ninguna opinión acerca de sus relaciones les había dado resultado. Simplemente, eran respetuosos con esa relación. En cierto modo, lo de que su hija estuviera con una mujer... hasta les parecía algo... snob. Y de vez en cuando, cuando iban a Madrid y las visitaban, la relación era muy cordial y distendida, para nada se sentían a disgusto. Los años iban pasando. La relación entre Maca y Esther sobrevivía como la de cualquier otra pareja heterosexual. Leticia era una niña normal, una adolescente normal, una jovencita sensible, estudiosa y lista, que empezaba a salir ya por ahí con sus amigas y a tontear con chicos.

Era un día de verano, hacía días que Leticia había cumplido ya los 18, toda una bella mujer, ya mayor de edad. Era buena estudiante y había sacado nota para hacer la carrera de medicina, le gustaba bastante. Leticia: Máma, espero que Esther no tenga muchas urgencias hoy, ¿tu crees que llegará a tiempo? M: Sí, seguro cariño. Por nada del mundo se perdería esto. Leticia: Voy a arreglarme un poco para la comida.

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M: ¿Dónde vais a celebrar el fin de curso? Leticia: Vamos a tomar unas pizzas, por ahí. M: ¿Va... Jesús? Leticia: Jejejejeje. Si, espero que sí... M: Ay... ese jesusito... que te tiene... Leticia: ¡Máma!... (sonreía avergonzada) M: Pero... ¿te ha dicho algo? Leticia: Bueno... M: Jajajaja , algo te ha dicho, si... jajajaja. Leticia: Ay... Ahí... estamos, a ver que pasa. M: (decía toda pillina) ¿Y te ha dado ya un besito? Leticia: Jajajaja M: Siii, si que te lo ha dado jajajajaja. Oye... ¿y que tal? ¿Te... gustó? Leticia: Ay... me encantó (le dio una palmadita en el culo y le guiñó el ojo) Oye... voy a llamar al móvil a Esther para asegurarme de que va. M: Que si que va, tonta... no te preocupes. Leticia: Bueno, por si acaso... la llamo. Mamá... cuando... cuando Esther y tu os besasteis por primera vez... M: Leticia, cuando nos besamos por primera vez... uff... todavía lo recuerdo. Pero verás... recuerdo también otros muchos besos que nos hemos dado, porque... el primero... es importante, pero... quizá no es el mejor. Luego... hay otros besos, otros besos tan importantes o más y mejores... que el primero. Leticia: ¡Uauu! ¡Madre mía!, o sea que... que todavía me queda lo mejor... M: Bueno, bueno... tú... poquito a poco ¿eh? Leticia: Jajajajaja. Mamá... M: ¿Qué? Leticia: Que... antes de esta noche quiero que sepas que te quiero mucho, y que quiero darte las gracias por todo lo que has hecho por mí, por cómo me has querido mama... M: (se emocionaba) Leticia cariño... (la abrazaba) mi amor... tú eres lo más grande para mí... Leticia: Si, mama... yo... y esa cosa que está por ahí trabajando M: Jejeje, bueno... ella también... Leticia: Ayer estuve hablando con ella, le quería decir lo mismo que te he dicho a ti. ¡Estoy tan orgullosa de vosotras!... ay... (la volvía a abrazar) si es que... ¡si es que tengo unas madres que no me las merezco! M: Jajajajaja, anda... zalamera... venga, vete que si no llegaras tarde. Leticia: Si, venga. A la noche nos vemos. M: Hasta luego cariño.

Ese día era sábado. Maca, sus suegros y la madre de Esther estaban delante de la puerta del ayuntamiento de su barrio. M: ¡Joder! esta hija mía... mira que es impuntual... se parece a su madre... En: No te preocupes... Maca... que seguro que estará al venir. M: ¡Mira que la dije que estuviera aquí a las ocho, que estaríamos esperándola. Manolo: Mira Maca, ya viene por ahí Leticia: Hola mama, ¡abuelos! (les daba cariñosamente unos besos) Abuelita... (abrazaba a Encarna) ¿Qué tal? En: Bien cariño, aquí... toda nerviosa, esperando tu discurso.

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Puri: ¿Te lo tendrás bien preparado, no? Leticia: Pues... si... abuela... más o menos tengo previsto lo que voy a decir... Manolo: ¿Más o menos? Leticia: Jajajaja. Ah, oye, mira mama, este es... Jesús. Se va a venir a cenar con nosotros... M: Ah, pues... muy bien: Hola, ¿Qué tal? Jesús: Hola (sonreía) encantado (le daba dos besos y saludaba también al resto de la familia) Bueno pues... aquí, a ver que tal... se le da jejejeje Leticia: ¿Y Esther? ¿No ha llegado aún? M: Tranquila, me llamo hace media hora, que ya salía para acá. Mira (viendo como se acercaba corriendo) aquí está. E: Uff... creía que no llegaba M: Hola cariño (le daba un beso) ¿Qué tal el día? (sonreía) E: Bien, mucho jaleo. Oye Leticia, Cruz y Vilches, están apunto de llegar, estarán aparcando. Y Héctor, Javier y Laura, no podían, pero luego vendrán a cenar Leticia: Vale, pues... ¡ya estamos todos!. ¿Entramos? (agarró a Esther) mama... (le decía pillina) luego... te presento a Jesús ¿vale? E: Ay... siiii... Era una sala grande. La gente empezaba a pasar y a acomodarse en los asientos. Había más de cien personas. Cruz y Vilches llegaban apresurados y también se sentaban. Unos jóvenes iban a dar un discurso. La primera en darlo, era Leticia. Leticia, una preciosa joven de 18 años, de metro setenta y cinco, pelo castaño claro de media melena con mechas rubias, de preciosa sonrisa y ojos verdes capaces de devorar el mundo... subía al escenario Discurso de Leticia Hola. Buenas noches. Me llamo Leticia, y mi discurso de esta noche lo he titulado... Cambio de planes Cuando tenía dos años, mi padre murió. Yo no le recuerdo. Tan solo tengo fotos de él y cosas buenas que mi madre me ha contado. Mi madre lo debió pasar muy mal, pero... yo no me enteré, porque siempre estaba pendiente de mí, de que fuera feliz. Me hacía reír... me llevaba por ahí a jugar... en fin, aunque trabajaba, el tiempo que no lo hacía, me lo dedicaba con todo el cariño del mundo. Cuando tenía cinco años, una mujer apareció en nuestras vidas; Esther, que... más que una mujer... era como un ángel (miraba hacia Esther) Si, eso es... como un ángel caído del cielo. Y si ya era una niña feliz... con ella mucho más, porque ella era y es... todo amor... Poco a poco se fue metiendo en nuestras vidas, bueno... antes que en la mía... (sonreía)... creo que se metió en la de mi madre, y... mi madre en la de ella.

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Recuerdo momentos y cosas; cosas sencillas, cosas que en un principio parecería que no fueran importantes pero... que según va pasando el tiempo, no se olvidan. Por ejemplo... (sonreía) por aquel entonces, se me estaban cayendo los dientes, yo estaba mellada y... y ella me llamaba dientecillos de conejo (se encogía de hombros); a mi... me encantaba, me encantaba enseñárselos. Empezó a quedarse de vez en cuando en casa a dormir, hasta que un día... no sé cómo, me di cuenta de que estaba con nosotras, ya, todos los días. Y a mí me pareció genial, es más... me encantaba que estuviera en mi vida. Y así... hasta ahora, y... espero que por mucho tiempo, bueno... espero que para siempre. Yo la quiero mucho, tanto como a Maca, mi madre biológica. En realidad ella también es mi madre; es también la que me ha cuidado, educado y sobre todo... querido. Me siento muy querida por las dos, y quiero decir, que somos una familia muy feliz. Una familia completa. ¿Cómo es una niña que crece y se cría entre dos personas del mismo sexo?. ¡Aquí me tenéis! Yo no me veo rara. Me gusta mi vida, es normal y corriente. De pequeña me encantaban los muñecos, (sonreía mirando a Maca) sobre todo... una muñeca que por entonces hacía furor... Lupita; me encantaba que me leyeran cuentos... que me llevaran al parque de atracciones... a ver películas... lo típico de los niños pequeños. En fin... he hecho y he tenido lo que cualquier otro niño con padres de distinto sexo. Yo... se que fui de la primera tanda de niñas que tenían dos mamás pero... eso no supuso para mi ningún problema, porque... mis amigos de la infancia, no me decían nada. Bueno... casi ninguno, pero... es que no todo va a ser perfecto (sonreía) porque... al que llevaba gafas... siempre había alguien que le llamaba gafotas... Y ahora... pues... aquí me veis. Tengo ya dieciocho años y este año voy a empezar la carrera de medicina. ¡Me encanta la medicina! También influye que en casa la vivimos mucho... porque mis madres son, una, médico y la otra enfermera. (suspiraba) Mi madre tenía unos planes en su vida. Primero se casó con mi padre, y después mi padre murió. Sus planes cambiaron, y se dedicó completamente a mí. Hasta que... Esther apareció en su vida y de nuevo sus planes volvieron a cambiar. Ya veis... la vida tiene "Cambio de planes", y si esos cambio de planes son hermosos y te hacen feliz... hay que saber aprovecharlos, y... Maca y Esther, los supieron aprovechar. Diez minutos, son muy poco tiempo para poder expresar lo feliz que soy. Podría contar tantas anécdotas y cosas bonitas que me han ocurrido con ellas... pero después de todo, lo único que puedo decir... es que... que aquí estoy, que soy feliz y querida por los míos. Y sé que eso, ha hecho de mí la persona que ahora soy... y la que seré en un futuro. Me gusta como soy, (decía convencida) y creo que soy una persona sensata y digna, y... todo eso... se lo debo a ellas dos, a mis madres... a Maca y Esther, que tanto me han querido y me siguen queriendo.

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Parece mentira, que a estas alturas del siglo XXI, todavía haya gente que piense que una pareja del mismo sexo, no pueda criar y querer con normalidad a alguien. Nada más. Y ahora doy paso a mis otros compañeros para que den testimonio de su experiencia. Muchas gracias.

Acto seguido le seguía un chico criado por dos mujeres, después una chica criada por dos hombres y por último, un chico criado por dos hombres. Los discursos fueron todos bastante emotivos. Cuando terminaron, se reunían todos en la salida del ayuntamiento. Maca y Esther estaban bastante emocionadas con su niña, bueno... en realidad toda la familia y los amigos. Después, se fueron a cenar para celebrar el cumpleaños de Leticia, que había sido unos días antes. Estuvieron en el "Toma que te como", una famosa taberna de tapas del barrio. Estaban todos alegres y charlando disfrutando en familia de aquel día. Más tarde, llegaron Javier y Laura, saludaron y se sentaron a cenar. J: Perdonar la tardanza, pero es que... he tenido que llevar a mi hija con Belén y luego acoplar a los nuestros en casa de sus abuelos. L: Ay... sí... ¡qué bien!, una noche sin niños... M: Si... (arqueaba las cejas) nosotras... desde hace algún tiempo... ya sabemos lo que es eso (acariciaba la mano de Esther) Leticia: Jajaja, venga mama... que yo nunca os he puesto... demasiadas pegas en eso... jajajaja. M: ¡No, la verdad es que no... jejejeje Leticia: Si yo era muy buena para eso... ¿verdad ESther? L: ¿Sí? Jo, que suerte... Leticia: Jajaja si, cuando oía el grito de guerra ese de..."Leticiaaaaa que estamos haciendo cosas de mayoresssss" jajajajaja me iba por pies... ¡cualquiera insistía! jajajajajaja. L: Jajajajaja E: Mi niña... tú no te cortes... ¿eh?, tú... sigue por ahí... divulgando todas nuestras intimidades Leticia: Jajaja pero si lo hago para aconsejar a Laura... jajajajajaja. M: Jajajaja ¡ay... madre míaaaa!, la de veces que casi me ahogo diciendo esa fraseeee jajajajajaja. E: Y tú tampoco... tú tampoco te cortes... Maca... L: Jajajajaja M: Bueno oye, que... nos van a echar ya de aquí, que tienen que cerrar. Vámonos a bailar por ahí un poco.

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L: ¡Madre mía! no se si me voy a acordar de cómo se hace. Leticia, tu me enseñas, ¿vale? Leticia: Que va Laura, es que... después hemos quedado con unos amigos, volveré tarde. E: ¡Ah...! ¿Sí? Leticia: Jejeje siiii En: Cariño, si quieres... te puedes venir a dormir a casa y mañana aprovechamos y comemos juntas... Leticia: ¡Vale agüelita! (le daba un beso) ¿No os importa abuelos? (se dirigía a Manolo y a Puri) Manolo: ¡Para nada!, que además... mañana hemos quedado con tu tía a comer. Leticia: ¡Anda!... pues... lo mismo me paso luego por la tarde. M: ¡Tú el caso es no parar! ...jajajaja Leticia: (se acercaba al oído de Maca) así... podréis celebrar tranquilas vuestro trece aniversario... M: (la miró con ternura y le dio un beso en la nariz) ¿Por qué eres tan guapa, mi niña?... Leticia: Porque... ¿me parezco a ti? jejejejeje. ¿A que es guapa mi madre Jesús?... Fíjate, con 43 añitos y... mírala... M: Jesús... (intimidándole de coña) ¿te... parezco guapa? Jesús: Si... Leticia: ¡Mama...! (de coña) M: Jajajaja ¡Ah...! tú has sido la que has empezado... Salieron de la taberna; los abuelos se fueron para casa. Leticia se fue con Jesús, habían quedado por ahí con unos amigos de bares a romper la noche. Y los del hospital, se fueron al "Chicha y Ron", un garito que había abierto no hace mucho Candela, la hija mayor de Cruz junto con su novio. Su madre le contó hace tiempo lo de aquel local de Tenerife y le pareció una buena idea llamarlo así. Al rato, llegó Héctor y se unía al grupo. Por supuesto, estuvieron bebiendo tequila con ron. En ese local, era lo típico, y la campana no dejaba de sonar en la barra. El ambiente era genial, estuvieron bailando, charlando... Mientras bailaban, a Maca y a Esther, se le acercaban bastante los chicos, pues seguían conservando un rostro joven y un bonito cuerpo. Chico: ¿39? ¡No me lo puedo creer!... ¿Me estás tomando el pelo verdad? M: pues... si jajajaja ¡Que va!, pero... es verdad, dicen que no los aparento para nada... (seguía bailando) Chico: Pues... dicen bien, porque te conservas de maravilla. (bailaba a su lado) Y... ¿Qué has venido, con estos amigos? M: Si, estamos de celebración Chico: ¿Qué celebráis? M: Pues... que hace trece años, volví a nacer (sonreía) Chico : ¡Vaya!... algún accidente... M: Si, pero... de los buenos (se dirigía a Esther dejando abandonado totalmente a su pretendiente) ¡Accidenteeeee! ¡accidenteeee! C: ¿Un accidente?

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E: (arqueaba las cejas sorprendida) ¿Qué...? ¿Dónde? M: ¡Accidente míaaa!, ven pa acáaa (la agarraba de la cintura) Ven aquí (sonreía y la miraba insinuante) C: Jajajajaja anda que... ¡ya te vale Maca! Jajajaja V: ¡Es que seguís igual! ¿eh? E: Jajajaja ¿Pero yo que he hecho ahora?... Jajajaja M: Tu sabrás... (la decía toda insinuante) tu sabrás lo que me has hecho para... tenerme trece añitos... embrujada... (la besaba) H: Desde luego... esto del tequila... (daba un sorbo a su cerveza) L: Javi... (le abrazaba) ¿quieres que... esta noche sea yo... tu accidente? J: Jajajajaja ¡Laura!, pero... si desde que te conocí estoy accidentado H: ¡Ché, che, che, che... chicos, si seguís así... sho me voy con Gabriela, que está esperándome en casa. E: Que no, venga Héctor (le daba un besito) venga... que yo también te hago a ti cariñitos... jajajajajaja. Estuvieron bailando y bebiendo y riendo de muy buen rollito hasta las dos y pico. Después se fueron cada uno a sus casas

Maca y Esther regresaban en moto, la aparcaron en el garaje y subían a casa en el ascensor. Los ojos penetrantes de Maca, no dejaban de mirar a Esther, que aún a pesar de los años, se seguía intimidando con aquella mirada. Sin hablar, sus manos se acariciaban y se entrelazaban como aquella primera vez que lo hicieron. La puerta del ascensor se abría, y Maca cedía femeninamente el paso a Esther, que se dirigía a abrir la puerta para entrar en casa. M: Uhm... (la agarraba por detrás, la retiraba el pelo y la besaba en el cuello) otra noche más... que... podemos gritar... E: Jejejeje (ladeaba la cabeza) si... además... hasta el lunes no volvemos... (se giraba, la daba un tierno beso en los labios y la volvía a mirar)... ¡madre mía...! M: (juntaba su frente junto a la de Esther, se balanceaba lentamente con ella y la volvía a besar) sí... madre mía... Mientras iban hacia la habitación lentamente, abrazadas y besándose, dejaban caer sus bolsos al suelo. Llegaron a la habitación y Maca instintivamente con el pié empujaba la puerta para cerrarla. E: Jejejeje (la volvía a abrir) esta noche... no será necesario cerrar... (se volvía a lanzar a sus labios) M: Bien... (no paraba de besarla)... inundaremos de... de gritos todos los rincones de la casa... (la sonreía y la apretaba más contra si) grrrrr... (rugía) que escuchen todas las paredes de la casa nuestro amor...! Grrr... Uhmm... (la besaba con pasión) ¡qué hambre tengo de ti, cariño! ... E: (apenas podía reír, pues Maca no dejaba de separar sus labios contra los de ella) jem jem jem jem.. M: (se separaba y la miraba con pasión desbordada) ¿sabes...? E: (susurraba) ¡qué! (la miraba con amor a más no poder)

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M: (le acariciaba el pelo) Trece años juntas y... cada vez que te amo... descubro un nuevo rincón en tu piel... E. Maca... (la cogía fuertemente de la cara y se la acercaba para besarla) Maca... (la retiraba suavemente un mechón de cabello que caía por su cara) yo te quiero tanto... que... a veces... me siento morir... (la daba un beso en cada uno de sus ojos) M: Eso es... porque de verdad estamos hechas la una para la otra Esther... (se separaba y la miraba con una mezcla entre dulzura y pasión) mi niña... (juntaba su frente con la de Esther) mi niña guapa... (se separaba un poco, sonreía y la volvía a mirar) a mi... a mi también me pasa lo mismo... mi... mi amor... mi amor...

Llevaban ya trece años juntas, pero se seguían desnudando tan tierna y dulcemente como la primera vez que lo hicieron en aquel hotel. Con tanto amor, con tanta pasión y con tanta ilusión como aquella primera vez. Sus besos, sus caricias, sus abrazos, sus te quieros... eran tan sentidos como aquella primera vez. Su amor era mágico, era envidiado, y ellas lo sabían y trataban de cuidarlo día a día como aquella primera vez. Con sus cuerpos ya desnudos, se tumbaron en la cama, y sintiéndose la piel hicieron muy dulcemente el amor como tan solo ellas sabían hacerlo. Un fuerte y a la vez dulce orgasmo, recorría como un huracán que todo lo arrasa, sus sexos y sus cuerpos unidos. Como siempre, después de eso, se deleitaban con dulces besos y tiernas miradas. M: Uhm... (medio recostada encima suya la seguía besando) E: (sonreía mientras no paraban de mirarse) M: (la acariciaba y la sonreía) Esto... (se quedaba pensativa) esto... (empezaba a reír) jejeje (dejaba de acariciarla y se empezaba a partir de risa) E: (le encantaba verla así, cuando le entraba la risa tonta...) jejeje ¿qué pasa ahora? M: Qué... jjejej es que... que... jejejeje jajajaja E: Jajajajaja (le estaba empezando a contagiar la risa) Venga Maca jajaja dime que pasa ahora... jajajaja M: Pues que... jejeje que... jajaja E: Jajajajaj ¿pero quéee? M: Que... que... ¡vaya celebración! E: ¡Cómo qué vaya celebración... M: ¡Siii! ¡esto! Lo hemos hecho ayer... (la besaba en el cuello) antesdeayer... (la besaba en la nariz)... el día antes de antesdeayer... (la besaba) uhm... lo hacemos... muchos días Esther... vaya... vaya rollo ¿no? (de coña ponía cara de asquito mientras que le acariciaba el pelo a Esther) E: (sonreía) Si... yo creo que... esto... es un poco aburrido ya;... deberíamos... (jugaba con su pelo) deberíamos dejar de hacer esto... M: No si... más que nada es... por hacer algo de ejercicio... que si no... jejeje (encajaba la cabeza en su cuello) E: Jejejeje. Maca... M: (se desencajaba de su cuello y la volvía a mirar) ¿Qué? (sonreía) E: ¿Te imaginas que no hubiéramos seguido juntas?

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M: ¡Noooo! (negaba con la cabeza) E: Calla... déjame hablar... jejejeje. M: Vale tu habla jejeje pero yo... no me lo imagino jajajaja. ¡Con lo que me ha costao conseguirte!... E: ¡Anda exagerá! Jajaja tampoco es que yo me haya resistido mucho... que se diga... (sonreía) pues... eso... imagínate que no hubiéramos seguido juntas. Imagínate que hubieran pasado los trece años... M: Um, um... E: Yo... vendría aquí a verte... M: Pero... ¿muy temprano? Es que... ahora... ahora estoy... algo... entretenida con una bonita enfermera que me ha pegado el no madrugar... (la besaba dulcemente en la comisura de los labios) E: (seguía) Aunque nos veríamos en el Hospital pero... yo vendría ya aquí... a verte... oficialmente... M: Uhm... oficialmente... (la besaba en los labios) E: ¿Qué crees que haríamos? M: Bueno... yo... primero tendría que esconder por ahí a la enfermera con la que estoy viviendo... claro... E: Jajajajaja... Maca... venga que te lo digo en serio... M: Jajajaja... ¡tonta!... (susurraba) yo sé lo que haría... espera... Maca se levantaba y ponía un cd. M: ¿Recuerdas? (Ofreciéndole su mano para que se levantara de la cama y bailara con ella) esta fue... la primera canción que bailamos... E: (se levantaba de la cama) Sí... (sonreía al acordarse) M: Aquel día... el de... la hot line jejejeje (se abrazaba a ella y empezaba a bailar) E: Si... aunque era en inglés... M: Bueno... pero así... la entendemos mejor... (la besaba en el cuello) La música empezaba a sonar y desnudas, lentamente bailaban a su compás. Esther apoyaba su cabeza en el cuello de Maca y ésta le acariciaba suavemente el pelo mientras arrimaba lo más posible su cabeza a la de su amada. No me abandones así... Hablando solo de ti. Ven y devuélveme al fin La sonrisa que se fue... M: Jamás se me ha borrado la sonrisa, mi niña... desde que te conocí... jamás... (la besaba con ternura mientras seguían bailando lentamente) Una vez más Tocar tu piel Y hondo suspirar Recuperemos lo que se ha perdido. Regresa a mí Quiéreme otra vez Borra el dolor que al irte me dio

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Cuando te separaste de mí Dime que sí Ya no quiero llorar Regresa a mí... Se separaban un poco, se miraban con pasión y se daban un húmedo y duradero beso en los labios. Maca se inclinaba un poco y expandía besos a través del cuello de Esther y sobre su pecho. Después se volvía a incorporar y se miraban. No podían para de mirarse. Esther había podido al final, con el tiempo, aguantar esa mirada penetrante de Maca, que a través de sus ojos, expresaba el amor total que la tenía. Extraño el amor que se fue Extraño la dicha también Quiero que vengas a mí y me vuelvas a querer No puedo más Si tu no estás Tienes que llegar Mi vida se apaga sin ti a mi lado Seguían bailando, aunque más que nada... seguían juntas, que era lo que importaba. Regresa a mí Quiéreme otra vez Borra el dolor que al irte me dio Cuando te separaste de mí Dime que sí Ya no quiero llorar Regresa a mí... La música seguía sonando. Los besos cada vez eran más intensos. Ladeaban sus cabezas para que sus labios pudieran abarcar más. Ningún tipo de beso era suficiente... No me abandones así Hablando solo de ti Devuélveme la pasión de tus brazos La canción iba aumentando en intensidad, y así... también lo hacían sus abrazos, sus besos, sus caricias... Regresa a mí Quiéreme otra vez Borra el dolor que al irte me dio Cuando te separaste de mí Dime que sí Ya no quiero llorar Borra el dolor que al irte me dio Cuando te separaste de mí Dime que sí

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Dime que sí... Dime que me amas... Dime que me amas... Dime que me amas.. Dime que me amas.. Dime que sí... M: ¡Dime que sí...! (la besaba con pasión) E: ¡Si...! M: ¡Dime que sí! (la besaba con rabia) ¡dime que sí! (la besaba con pasión) ¡dime que sí, dime que si, dime que sí...! (la echaba en la cama) E: ¡Sí, sí, sí, sí, siiiiiii!...

Un nuevo día amanecía. La luz de verano empezaba a iluminar la habitación. Dos mujeres dormían abrazadas, como lo solían hacer casi todas las noches; dos mujeres desnudas, enamoradas... felices. Dos mujeres que hacía tiempo, pesando a quien pesase... y arriesgándolo todo... decidieron pasar el resto de sus días juntas. Juntas... para siempre.

FIN

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