Muchachos de Perón

September 16, 2017 | Author: Javier Prado | Category: Fascism, Left Wing Politics, Politics, Populism, Nationalism
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Aquí están, estos son, los

MUCHACHOS DE PERÓN El peronismo y su memoria

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Prado, Javier Aquí están, estos son, los muchachos de Perón : el peronismo y su memoria. - 1a ed. - Trelew : el autor, 2007. 309 p. ; 22x17 cm. ISBN 978-987-05-2878-4 1. Historia Política Argentina. 2. Peronismo. I. Título CDD 320.982 Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723

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MUCHACHOS DE PERÓN El peronismo y su memoria

Javier Prado Editado en forma independiente en Trelew, Chubut, Argentina, Mayo de 2007 Escrito entre el 20 de mayo de 2006 y el 11 de junio de 2007

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A Mamá, Mami (que estás), Ani, Mari; a Matías y Gabriel (los quiero mucho) y a Amelia (gracias por tu apoyo en todo esto). Gracias a todos los que prestaron sus palabras y su tiempo para realizar esto. Y a Dios, porque sin él nada de esto tendría sentido.

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Quiero agradecer a todos los que colaboraron de una u otra manera en la realización de este libro: Blanca Sequeira, presidenta de la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular “Raúl Scalabrini Ortiz”, a Diego Catalán, Silvia Gloor (por la cámara fotográfica para algunos diarios); Carlos Hernández (por tus opiniones y críticas); personal de la Biblioteca Popular “Agustín Álvarez” (por la buena predisposición para facilitarme el trabajo con diarios viejos); Gastón Olivera (por prestarme el mp3 para algunas entrevistas, ¿para cuando la “Academia de Bº 12 de Octubre”?); Javier Gómez (por el dato para la entrevista a Ema Damián), Diego Gatica del Museo “Pueblo de Luis”, a las secretarias de las escuelas 122 y 123 de Trelew; y en especial a todos los entrevistados: Juan F. “Poroto” Thomas (q.e.p.d.), Ema “Pina” Damián, Marcelo P. Fuhr, Pedro, Ítalo, Eva Marchand de Quintana, Coco, Roberto Fernández, Vitalicio Vargas, Maria “Choli” Rodríguez, Elena Fuentebuena, Lucio Castillo, Eusebio Guiñazú, Gregorio Robledo, José “Pepe” Ulloa, “Tito” Laspiur, Agustín Brebbia, Hugo, Hugo N., Juan P., Valeria M., Osvaldo Rubbo, Héctor Cassia, Prof. Gustavo Adolfo Boyd, Horacio, Gladis Morales de Cagnolo, Anastasio Baeza y V. Carranza, por brindar sus testimonios dedicando parte de su tiempo. Un NO agradecimiento al Museo Policial en Rawson.

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Introducción Leer un prólogo suele ser algo pesado (salvo excepciones) que retrasa lo interesante, es decir, el contenido de una obra; así que les recomiendo saltear esta parte. Este es un libro de Historia que busca ser un paso más hacia el rescate de la Historia viva, pero esta vez contada por algunos de esos hombres y mujeres anónimos que vivieron aquellos momentos sobre los que se ha escrito tanto. Este libro es un intento de conocer y dar a conocer algo de la historia política y social de Argentina a través de las propias voces de sus protagonistas. El tema central es el peronismo, porque creo que es el fenómeno político y social más importante de la historia argentina. Esta obra tiene que ver con mi propia historia. Por eso pienso que es importante decirles a los lectores, antes que sigan avanzando, que soy historiador, pero antes soy peronista. A partir de aquí están ustedes avisados (ojalá todavía no hayan pagado este libro, si no... lo lamento). Crecí en un hogar peronista, donde a pesar del paso del tiempo los nombres de Perón y Evita siempre fueron y son recordados con cariño, con una sonrisa y con cierta nostalgia. Las primeras señales las tuve en mi infancia, cuando veía a mi abuela y mi mamá prender una velita al pie de la foto que mostraba a Perón y Evita saludando. A medida que crecí fui aprendiendo más sobre el peronismo. Había otras imágenes en casa. ¿Como olvidar esa foto de Perón sobre el caballo pinto? Ya más grande, me gustaba escuchar a mi abuela contar lo bueno que había sido Perón y lo generosa que era Evita. Mi mamá me contó cuando aquel 17 de Octubre del ‘45, con siete años de edad, alguien la subió en andas y pudo ver esa multitud reunida en Plaza de Mayo pidiendo por Perón. No había dudas. El peronismo era (es) una actitud, una idea, un sentimiento. Mi abuela, correntina de nacimiento y porteña por adopción, trabajó toda su vida como empleada doméstica. Mi mamá, también correntina de nacimiento, pero patagónica por decisión, la acompañó (desde su juventud) en los distintos trabajos que su madre conseguía en las casas de Caballito o Vicente López. Cuando Perón empezó su primer mandato mi mamá tenía 8 años, y 17 cuando fue derrocado. En esos años ella, mi tío y mi abuela alcanzaron la dignidad social que miles de compatriotas jamás pudieron alcanzar. Por eso son peronistas. En sus corazones y su memoria quedaron grabados los nombres de Perón y Evita y los recordaron siempre. Y, sobre todo, sus nombres eran y son evocados con un fuerte sentimiento de afecto. A medida que crecía yo también me fui haciendo peronista. Aún cuando desconocía los elementos “documentales” que respaldaran mi elección, intuía que había ocurrido algo que hablaba de un tiempo mejor. Ya a mis trece años era peronista, porque mi abuela y mi mamá no podían estar equivocadas. Y crecí. La Historia siempre me interesó, aunque de chico no me atraía la Historia argentina por la forma aburrida en que la enseñaban en la primaria y el secundario. Pero ya avanzado en mis estudios universitarios me volqué decididamente a averiguar algunas cosas que me resultaban dudosas de la versión oficial. Por supuesto, la bibliografía

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universitaria no me ayudó en nada; en cambio, mis lecturas fuera del ámbito académico me abrieron la cabeza. De casualidad me crucé con el nombre de Jauretche (escuchando por radio a Dolina, no recuerdo si en “Demasiado tarde para lágrimas” o en “La venganza será terrible”) y de ahí no tardé mucho en llegar a José María Rosa, Jorge Abelardo Ramos, Juan José Hernández Arregui, Raúl Scalabrini Ortiz, Norberto Galasso... Y así aparecieron ante mí, en un enfoque distinto, los nombres de Facundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, Hipólito Yrigoyen, San Martín, Evita y otra vez Perón. Entonces, ya grande, fui adquiriendo las “pruebas documentales” que servían de respaldo a aquella primera intuición; de manera que contaba con elementos para probar que mi adhesión al peronismo no era un capricho. Las concretas mejoras sociales logradas por los trabajadores, al tomar el timón de la historia, están perfectamente documentadas y son fácilmente demostrables, claro que hay que escarbar un poquito en los papeles, documentos, cifras y recortes de diarios (aunque estos casi siempre estuvieron en poder y al servicio de las minorías). Pero, afortunadamente, hubo un grupo de hombres que escribió y dijo lo que las oligarquías reinantes se esforzaron por silenciar. Ellos fueron quienes escribieron, filmaron o cantaron lo que el pueblo no tuvo oportunidad de decir. Y entonces, a través de polemistas e historiadores como Jauretche, Ramos, Hernández Arregui, Scalabrini Ortiz, J. M. Rosa; artistas como Leonardo Favio, Discépolo y Hugo del Carril, entre otros, pudo saberse la verdad de la Historia argentina. Yo tomé conocimiento de esto, y de esa manera mis opiniones se vieron reforzadas, pero yo ya estaba en el camino peronista desde mi hogar. En todo caso, el acceso a documentos, fuentes y testimonios, vino a reforzar mi elección. La base de todo eso fueron aquellos sentimientos y recuerdos que me transmitieron en casa. Poco astutos se muestran los “profesionales” de la Historia que intentan descalificar al peronismo por su contenido emocional. Pretenden, de esa manera, quitarle valor político y social al militante, al simpatizante peronista y al peronismo como proceso histórico, como movimiento popular, social y como experiencia política de los trabajadores (y de los otros sectores que lo componen), y olvidan que ese fuerte sentimiento está apoyado en verdaderas razones materiales de progreso y avance social logrado en esos tiempos. Pero para esos “eruditos” es necesario criticar la carga emotiva para negarle contenido ideológico al peronismo, como si la emoción no fuera una expresión auténticamente humana. Muchas veces escuchamos conclusiones antojadizas acerca del peronismo, ya sean de “figurones” librescos que opinan sin interesarse en las vivencias directas de los protagonistas del movimiento más importante del país o estudiantes creídos que recitan teorías ajenas sin detenerse a comprobar si tienen algo que ver con la realidad. ¿Y si en vez de sacar conclusiones apresuradas, escucharan las voces de esos miles de anónimos que son el peronismo? Entonces me pregunté ¿y si le preguntara a la gente que vivió de lleno esos tiempos? ¿Qué y cómo fueron esos primeros años del peronismo? Cansado de soportar las aburridas monografías de los muchos “genios” de la Historia que escriben libros sobre (y contra) el peronismo, decidí preguntarles a

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los peronistas de más edad, qué había pasado en aquellos lejanos (¿lejanos?) años. ¿Por qué ocurrió el peronismo? ¿Quiénes fueron sus protagonistas? ¿Qué pasó en mi propia ciudad? ¿Qué tienen para contarme? ¿Cómo se vivía antes de Perón? ¿Qué cambió con el peronismo? ¿Por qué sobrevivió a las persecuciones, cárceles y fusilamientos? ¿Por qué sigue vivo? ¿Por qué, a más de treinta años de la muerte de Perón, estos hombres y mujeres siguen siendo peronistas? Este trabajo de investigación tiene por objetivo entrar en las historias de aquellos simpatizantes, militantes o afiliados peronistas a fin de conocer de primera mano los hechos sucedidos antes, durante y después del peronismo. Cuando digo “después”, me refiero a las etapas posteriores a la caída del peronismo, con el golpe de 1955 y a la muerte de Perón en 1974. Es importante tener en cuenta que este trabajo es apenas una muestra de lo que han vivido y pensado los peronistas (y de lo que viven y piensan ahora). No es una totalidad del fenómeno porque es un trabajo modesto, sobre todo en presupuesto. Tal vez lo más interesante de esto es conocer qué pensaba el peronista común y corriente, es decir: con una militancia fuera de las primeras líneas. A esto hago referencia más adelante. Los testimonios que están en estas páginas no son de dirigentes de primea línea, ni de militantes famosos. Son las voces y la memoria de la gente común que también es parte del peronismo. Si bien hubo dirigentes y militantes de acción más directa, creo importante señalar que estos hombres y mujeres representan a la enorme masa electoral que conformó (y conforma) el peronismo, porque a la hora de decidir en las urnas el rumbo histórico del país estos simpatizantes, y otros tantos cientos de miles, significaron el triunfo de un proyecto, siendo anónimos en su mayoría. La importancia de estos testimonios está dada por tres aspectos: en primer lugar para reconocer el proceso histórico argentino en las situaciones vividas por estos militantes (tanto los episodios conocidos como aquellos desconocidos) en el marco del peronismo como movimiento y proceso político, económico y social. En segundo lugar para conocer cual es la representación mental (cultural y social) que los peronistas tienen del peronismo y de lo que la sociedad debe ser, y en tercer lugar, para saber por qué el peronismo ha quedado grabado en su memoria y por qué siguen siendo peronistas. Este libro se basa en los testimonios brindados por los entrevistados: simpatizantes y militantes peronistas, sobre todo de la primera época (quienes se hicieron peronistas desde el arranque), pero no se limita a ello. Están en un marco histórico (político y social) analizado desde la parcial óptica del historiador (ese vengo a ser yo), cruzando sus respuestas con la bibliografía, recortes periodísticos y datos que pudieran dar una idea de lo que significó el peronismo tanto para las clases populares como para los sectores medios y altos. El enfoque está centrado sobre los testimonios de los militantes o simpatizantes y por ello el resto del panorama ocupa un lugar secundario ya que sobre el antiperonismo y el gorilismo he hablado bastante en otro trabajo1, aunque por supuesto no dejaré de mencionar las actitudes antipopulares de la época. 1 Historia del gorilismo. Desde 1810. Javier Prado, edición del autor, 2005, Trelew, Chubut, Argentina

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Intelectuales y peronismo Alguien podrá objetar que este trabajo es una visión parcial (como si alguna no lo fuera), y podrá decir que para una historia “completa” habría que agregar los testimonios de quienes no son peronistas (ni lo fueron), pero ocurre que ya se ha escrito mucho en contra del peronismo, ya que los intelectuales, en su mayoría y por su condición de clase, vieron con espanto el ascenso social de los trabajadores. Algunos por desprecio social y racial, otros por incomprensión política y desconocimiento de la realidad. Y entonces, desde su condición de “intelectuales” produjeron gran cantidad de material tratando de sumarse a la “desperonización” de la sociedad. Pasa también que muchos in-telectuales, al estar vinculados a los sectores medios, vieron en el ascenso de las masas trabajadoras peronistas una amenaza para su ubicación social, que así se diluía entre empleados, taxistas, plomeros, pequeños comerciantes y mucamas, que mejoraron sus condiciones económicas. Es decir, cuando los sectores postergados ascienden, los sectores medios que no pueden llegar económicamente más arriba, temen que se les “arrime” una clase con otras conductas y costumbres. Así que por eso y porque es lo que me interesa, aquí hay una mayoría de testimonios y de memoria de simpatizantes peronistas. Si alguien quiere una historia “completa” le recuerdo que hay un montón de enciclopedias “objetivas” disponibles en cualquier librería. En este punto es inevitable responder a la pregunta ¿qué es el peronismo? No voy a aburrir al lector con las desquiciadas ocurrencias primer mundistas que califican al peronismo de movimiento “totalitario”, “autoritario”, “nazi”, “fascismo de izquierda” (esta si que está buena ¿eh?) y demás delirios de gente in-teligente, porque estoy absolutamente en desacuerdo con esos análisis, pero diré que me resulta llamativa la desesperación de los in-telectuales por poner etiquetas a las cosas. De ese modo se ahorran el trabajo de conocerlas. Un vocablo que tomó vuelo hace ya un tiempo largo para clasificar al peronismo fue: “populismo”. El término, lejos de incomodarme, me gusta. La palabra vendría a significar “tendencia hacia el pueblo”. De allí deriva “populista”, que según el diccionario quiere decir “perteneciente o relativo al pueblo” Lo tragicómico es que estos términos son utilizados mayormente en forma despectiva por lo cráneos que derraman tinta en sus pesados mamotretos históricos; de lo que se puede sacar en claro que aquellos in-telectuales que usan el término populismo o populista para degradar un valor, lo que están haciendo (veladamente) es denigrar al pueblo como sujeto histórico, quitándole autoridad política a sus expresiones; por lo tanto, los términos populista o populismo utilizados en modo despectivo, nos revelan más cosas de la persona (y la clase) que los aplica que del objeto que pretenden describir. “Lo acusaron de populista sin darse cuenta que así lo honraban”2. Creo que el peronismo es un movimiento policlasista de base obrera reformista. Nacido en la posguerra, es un fenómeno de un país dependiente que entre sus múltiples componentes contiene un nacionalismo democrático (en tanto reposa sobre la voluntad mayoritaria expresada en elecciones libres) y defensivo (ya que se diferencia del 2 Hipólito Barreiro. Juancito Sosa, el indio que cambió la historia, Ed. Tehuelche, 3ra. Edición, Argentina, 2000 (contratapa)

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nacionalismo de los países imperialistas por el hecho de no buscar ocupar territorio, sino defender la propia soberanía). “La dificultad para establecer su naturaleza histórica viene desde sus orígenes, cuando aparece como un movimiento nutrido en su mayor parte por trabajadores, pero a cuya cabeza figura un coronel del ejército que según algunas simplificaciones es el brazo armado de la reacción, siempre y en todo lugar. Paralelamente, su contracara, esa insólita “unidad democrática” donde los líderes de la izquierda se abrazan con terratenientes conservadores y el embajador norteamericano, también confundió las barajas y acrecentó la perplejidad. En aquellos años (1943 – 1945) cuando moría irremisiblemente el viejo país agroexportador, los partidos tradicionales- de derecha a izquierda- eran impotentes para dar respuesta a la crisis”3. Y sobre esto es importante esta reflexión: “No es que la izquierda hiciera crisis: es que ella era parte de la superestructura política del imperialismo y saltó junto con los demás pedazos de esa superestructura”4. Es cierto, también en un primer momento hubo grupos del nacionalismo antidemocrático u oligárquico dentro de las filas del movimiento, pero estos sectores fueron marginales y no constituyeron el núcleo central del peronismo. Los signos autoritarios que hubo en sus orígenes y en su desarrollo fueron licuados con el masivo aporte de los trabajadores que, con su presencia, le dieron legitimidad social y lo purgaron de cualquier tinte reaccionario, conformándolo como un movimiento nacional y popular. Otro grave error, de algunos historiadores, sociólogos y demás gente del negocio, es utilizar categorías analíticas aplicadas a fenómenos europeos de entreguerras para definir al peronismo. Por un lado esto demuestra un eurocentrismo incomprensible, sobre todo si son intelectuales sudamericanos y, por otro lado, refleja un análisis erróneo, ya que los totalitarismos europeos más tratados (fascismo en la Italia de Mussolini y nazismo en la Alemania de Hitler) corresponden a países imperiales ahogados dentro de sus fronteras por carencia de colonias, que buscaron expandirse sometiendo a sus vecinos y que internamente volcaron a las clases medias en contra de los trabajadores (que eran mayoritariamente socialistas en Italia y Alemania). Por ello “Mientras que los regímenes fascistas surgidos en la Europa de entreguerras gozaron sobre todo del apoyo de las empobrecidas clases medias, los veteranos de guerra y los grupos comerciales, la base social del peronismo era diferente”5. En Argentina, la base fundamental del peronismo fue (y es) la clase obrera organizada, que chocó contra la oligarquía y los coquetos estudiantes universitarios (clase media y alta). Esos estudiantes no dudaron un minuto en descalificar a las masas populares por su procedencia plebeya y le prestaron ayuda a la embajada norteamericana para 3 Norberto Galasso. Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, Colihue, Buenos Aires, 2005, p. 17 4 John William Cooke, en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit p. 18 5 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia. Bajo la sombra del líder. La segunda línea del liderazgo peronista. Buenos Aires, Lumiere: Universidad de Tel Aviv, 2006, p. 24

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combatir al peronismo (antes habían recorrido las calles gritando “Abajo Yrigoyen”6 para voltear al caudillo radical, tal es la historia de la F.U.A.7. Por su parte la F.U.B.A.8 no se quedaría atrás, pues también luchó contra Yrigoyen y Perón: “los “fubistas” sostendrían todas las contrarrevoluciones antipopulares producidas luego: la del ‘30 contra Yrigoyen y la del ‘55 contra Perón. En cada una de ellas, al día siguiente del triunfo reaccionario la oligarquía premiaba a los “reformistas” y a sus “Maestros de la Juventud” con una “Universidad autónoma” en un país sometido”9). Por eso es que hay una enorme diferencia entre aquellos fenómenos europeos (antidemocráticos) y el peronismo, un fenómeno popular que, en todo caso, puede ser calificado de “extra democrático”, porque su accionar excede a las instituciones tradicionales y se transforma en un movimiento que traspasa la “representatividad” del sistema al agregarle la participación concreta en las calles. Es prácticamente imposible que intelectuales europeos puedan entender al peronismo, pues provienen de sociedades en donde se han dado otros fenómenos y su visión eurocéntrica los hace juzgar de manera equivocada los hechos sociales y políticos de Sudamérica. Para muestra basta con ver las luchas de los partidos de “izquierda” en Europa, preocupados por la extinción de las ballenas y el cambio climático... Ocurre que allá tienen resueltos los problemas que acá todavía están sin atenderse (justamente, los tienen resueltos gracias a la desigual distribución de la riqueza que hace que los obreros de Francia, Italia, Escocia y el resto de Europa gocen de mejor nivel de vida a costa de la pobreza latinoamericana). ¿Se imaginan un corte de ruta en Inglaterra?...Por otra parte “en la Argentina los elementos más estrechamente asociados al fascismo - es decir, los nacionalistas - no veían en Perón a uno de los suyos; tampoco este los consideraba parte de su movimiento”10. Alguien que no puede ser sospechado de fanático peronista, admite: “La clase obrera argentina se benefició durante la década peronista con mejoras salariales, beneficios sociales, servicios sanitarios y educativos, en una medida que los trabajadores italianos, que se opusieron al ascenso de Mussolini, no podían haber soñado siquiera”11. Ocurre que muchos de nuestros in-telectuales (Germani y su escuelita, por ejemplo) al chocar de frente y sin luces contra la realidad social y política argentina, corrieron a buscar en sus libritos la respuesta ante lo que estaba ocurriendo, ignorando que ante sus ojos se estaba escribiendo el original de esa Historia. Por eso, muchos de ellos, tomaron los conceptos que más se aproximaban a la descripción de esa “pesadilla” que se manifestaba en las calles y no dudaron en recurrir a las etiquetas 6 Jorge Abelardo Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, Distal, Cap. Fed., 1999, p. 62 7 Federación Universitaria Argentina 8 Federación Universitaria de Buenos Aires 9 J. A. Ramos, en Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 213 10 La derecha argentina. Rock, Deutsch, Rapalo, Dolkhart, Lvovich, Walter, Senkman, Lewis. Javier Vergara Editor, Avellaneda, 2001, p. 271 11 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia, op. cit. p. 25.

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que se usaron en Europa para definir otros fenómenos. Germani no dudaba en calificar de “atrasados” a los obreros que apoyaron a Perón, y haciendo alarde de una gran ignorancia decía: “El peronismo constituye sin duda un caso de manipulación”12. Sin embargo, Germani no tenía ningún problema en recibir auspicio de la fundación Ford, ¡que independiente! Fue tal el sacudón que produjo la masa peronista al subirse al escenario, que ambas puntas del espectro político quedaron desorientadas. Mientras los conservadores y la jerarquía eclesiástica vieron al joven Coronel como la chispa del comunismo, la izquierda de la corporación política no dudó en arrojarse a los brazos de Estados Unidos: “En la medida en que el Partido Comunista estuvo siempre contra los movimientos populares, quedó reducido a un grupo bien organizado pero cuya peligrosidad se limita a la venta de rifas”13. Es necesario, de una vez por todas, que quede claro que Perón no fue causa, sino consecuencia del momento histórico que atravesaban las masas, por eso “las masas no sólo lo siguieron, sino que más bien lo empujaron hacia adelante”14. A mediados de los años cincuenta podían leerse los delirios de Tulio Halperin Donghi, que sin ponerse colorado expresó: “Perón, ante la experiencia de los hechos, estableció el “fascismo posible”, es decir, estableció la máxima dosis de fascismo que la Argentina de la segunda postguerra era capaz de soportar”15, semejante rebusque “intelectual” sólo puede ser sustentado por alguien que cree que la Historia la hace un sólo hombre, sin tener en cuenta los procesos sociales...A esto se agregó en los años sesenta (con el peronismo prohibido) el “trabajo” de analistas “serios”, como Carlos S. Fayt, que se asomaron a la calle y produjeron pesados escritos en los que no queda claro qué es el peronismo, pero si queda claro quienes son Fayt, Borges y Mariano Grondona. Y Tulio Halperín Donghi, en su soporífero libro “La democracia de masas”, se queja de los incendios de las iglesias el 16 de junio de 1955 (mostrando fotos y todo), haciendo un amargo comentario donde sugiere que hubo una planificación y llama a la quema “acto de puro delirio”, pero se “olvida” de mencionar a los asesinados un rato antes en el bombardeo sobre Plaza de Mayo... ¡Gran compromiso el de este historiador, quejándose por la destrucción de unos ladrillos viejos y callando el despedazamiento de más de 400 civiles! Como se dice: “cae más rápido un hablador que un rengo”. Sobre los líderes, dice acertadamente Galasso: “El pensamiento político infantil cree que ellos manejan multitudes y deciden a su gusto cuando es precisamente lo contrario: para continuar siendo líderes, deben cumplir con las imposiciones populares. Perón solo pudo seguir siendo Perón porque regresó a la Patria, superando sus dolencias y sus altos años” 16. 12 En “Clases populares y democracia representativa en América Latina”, en www.educ.ar 13 Jorge Abelardo Ramos, en reportaje concedido a la revista Confirmado, 1972 14 Jorge Abelardo Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 289 15 En “Contorno”, 1956, citado por Jorge A. Ramos en Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, p. 355 16 Norberto Galasso. Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), p. 1210

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¿Cuantos peronismos? Una vez definido el tema y el interés personal que yo tenía en averiguar algunas cuestiones (confirmarlas o refutarlas) empecé a buscar los testimonios. Ya que mi interés era rescatar las vivencias de los militantes y simpatizantes peronistas, la primera “selección” previa fue la siguiente: que los entrevistados (además de ser peronistas) tuvieran alrededor de 70 años (preferentemente), a fin de abarcar el mayor período posible. Por lo tanto las entrevistas (en su mayoría) son una serie de preguntas realizadas a hombres y mujeres que se definen políticamente como peronistas de la primera época. Aquí también es importante ubicarse y tomar al peronismo como lo que es. Cada militante interpreta al peronismo a su manera, pero en general alrededor de un mismo centro o idea básica: la Justicia Social. Definido el tema y la metodología, la pregunta siguiente era ¿a quién entrevistar? ¿A hombres y mujeres que hayan tenido una gran actividad militante?, ¿a los simpatizantes?, ¿a aquellos que votaron por el peronismo aun sin participar activamente?, ¿a los que habían tenido una resistencia activa o a los que tuvieron una actitud pasiva? Como no tenía conocimiento de quienes habían tenido una mayor o menor actividad, debí entrevistar a aquellos que se mostraron interesados en contar sus vivencias y a partir de allí y por datos aportados por unos y otros, fui conociendo más gente, más allá de que en este pueblo (Trelew) todos nos conocemos “de vista”. Una pregunta habitual es ¿cuál peronismo es que el que va a abordar este libro? La pregunta parte ya de un lugar equivocado. A grandes rasgos, el peronismo de 1945, no es otro en 1955 y tampoco es otro en 1973. El peronismo es todo eso junto porque, (aun con los matices que da el paso del tiempo, los cambios políticos nacionales y de la realidad internacional) mientras vivió Perón, el programa histórico se mantuvo, porque las masas depositaron en él su confianza y sus ideas políticas. Hay un quiebre con la muerte de Perón. Digo esto porque en aquellos tres momentos (surgimiento, caída y retorno) aún estaba con vida el líder del movimiento que concentraba la confianza de la mayoría del pueblo y, aun con todas las dificultades, la orientación general fue la del programa de 1945. El programa político peronista también se fue amoldando a la realidad social y política nacional e internacional, Perón hablaba de “avanzar con la marea”, pero el núcleo básico de su acción siempre fue el mismo. Esto no significa que el peronismo sea una construcción estática, por el contrario, sus múltiples componentes lo mantienen en permanente vértigo y agitación y es por eso que el peronismo como construcción histórica vive diversos cambios y luchas internas, pero siempre alrededor de una idea base (al menos al nivel de los militantes que vivieron los primeros años del peronismo). Y fue justamente la permanencia de esas bases intocables en la memoria popular (aunque traicionadas por los “oportunistas”), lo que le permitió estar en los corazones de los trabajadores por tanto tiempo. Los gobiernos de Perón jamás estuvieron al servicio del imperialismo, ni aun en sus peores momentos y, fundamentalmente, creo que el peronismo es el mismo porque la idea básica de lo que el peronismo “debe ser” vive en los millones de simpatizantes y

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militantes más que en los dirigentes. Es cierto que hay muchas interpretaciones del peronismo entre los propios peronistas, pero mayoritariamente hay unas bases que “deben” ser respetadas: Justicia Social, Soberanía Política, Independencia Económica. El golpe de Estado de 1955 estableció un quiebre en la continuidad histórica del movimiento de liberación nacional, por eso es que se habla del “primer peronismo” (1945 - 1955). Desde ese punto de vista este libro apunta a ese “primer peronismo”. Pero la Historia socio - política de un pueblo y sus tiempos no pueden delimitarse con una línea como una cancha de fútbol, estableciendo principio y fin de un proceso, porque el golpe del ‘55 arrojó fuera del poder a la clase obrera y a su líder, pero esa masa trabajadora fue buscando nuevamente su lugar y empezó a desarrollar acciones de resistencia (más o menos pasiva, más o menos activa) en busca del retorno de Perón, por lo que puede decirse que hay una continuidad de ese “primer peronismo”, aunque a partir de 1955 fuera en la clandestinidad, sin voz, sin voto, sin derechos políticos. Pero existía. En todo caso diré que este libro apunta al período 1943 - 1955 porque es el período temporal, político, social y económico en el que se gesta, nace y se consolida el ascenso de las masas populares bajo el nombre de peronismo. Fenómeno popular que continuará vigente en la memoria y en el plano electoral llevando ya más de 60 años. Está claro que a partir de los años ‘70 se incorpora al peronismo un sector de la clase media (la juventud que formaría parte de Montoneros) procedente de los sectores medios radicalizados. Sin embargo estos sectores se sumaron a un movimiento nacional y popular ya constituido y, en todo caso, hubo una reinterpretación del peronismo como vía para un proyecto político (aunque Montoneros actuó sobredimensionando el carácter revolucionario del líder y subestimando el carácter reformista de las masas), pero ese sector juvenil (que tenía 20 o 25 años en los ‘70) no constituye la mayoría dentro del movimiento sino la fracción que en esos años estuvo en la superficie por su accionar de lucha armada como resistencia a las dictaduras de Onganía y Lanusse. Luego, a partir de 1973, ese sector de la juventud va a discutir el liderazgo de Perón (esto va a generar el enfrentamiento con Perón y con la ortodoxia sindical, que ve a estos jóvenes como un riesgo para su propio accionar gremial y político) y a partir de allí, esos jóvenes perderán la simpatía de la mayoría de la masas trabajadora, por lo cual “los trabajadores optan por seguir al líder, con el cual han mejorado concretamente su vida durante el primer peronismo, aun dentro de los marcos del capitalismo. Para el obrero real - no el obrero superhombre que puede por sí solo elaborar una teoría revolucionaria, según algunos intelectuales; ni tampoco “el bárbaro” incapaz de superar “su fanatismo peronista”, según otroslos jóvenes de la Jotapé-Montoneros son buenos muchachos, heroicos muchos de ellos, que han jugado la vida contra la dictadura militar, pero son recién llegados al movimiento y, hasta por momentos, parece que le quisieran manotear las riendas al jefe y enseñarle a galopar. Son buenos muchachos, distintos a los otros guerrilleros que también son corajudos y bienintencionados pero que

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no entienden al peronismo, ni tienen afecto por “el Viejo”. Estos, en cambio, tienen razón cuando dicen “cada casa peronista es un fortín montonero”, pero se les reconoce compañeros y se los trata fraternalmente siempre que mantengan buena relación con el General, porque, en otro caso, resultarían parecidos a los otros guerrilleros y entonces... nada que ver”17. Aún con las diferencias políticas (sobre todo en los tiempos), esos sectores insisten en identificarse como izquierda, pero peronista. Podríamos decir que esta etapa (1970 a 1974) es el “segundo peronismo”, que se diferencia del primero por la incorporación de los grupos juveniles de clase media y por el accionar armado de los más radicalizados. Si en los años ‘70, Montoneros y la Juventud Peronista se ubican a la izquierda del movimiento, del otro lado (siempre a nivel aparatos) encontramos a la “ortodoxia” peronista. Es decir, el aparato burocrático sindical del movimiento y las organizaciones de derecha del ancho mar que es el peronismo, como el C.D.O. (Comando de Organización), Guardia de Hierro, C.N.U. (Confederación Nacionalista Universitaria). Muchos de los dirigentes sindicales fueron “acuerdistas”, es decir: trataron de negociar su propia existencia y la de sus aparatos con las dictaduras de turno (Lonardi, Aramburu, Onganía, Lanusse). Lo paradójico es que aun con sus claudicaciones y sus agachadas, cumplieron una función política en el delicado movimiento táctico que Perón lideró desde el exilio. Hubo algunos que “sacaron los pies del plato” y pretendieron un “peronismo sin Perón” (Vandor, en los años sesenta) y así fueron perdiendo representatividad ante los trabajadores; y otros (sin ser revolucionarios en el sentido que la “izquierda” interpretaba el término) se mantuvieron leales a la estrategia política ideada por Perón (Rucci, por ejemplo). Esta forma de accionar sindical puede ser parte de los dos peronismos (“primero” y “segundo”) y de todas las épocas, aunque sus actores principales (Vandor, Rucci, Coria, Miguel) se enfrentaron al sector juvenil radicalizado entre finales de los sesenta y mediados de los setenta, en un camino sin salida que contribuyó al debilitamiento y derrota del “frente nacional” que había sido el peronismo. Con la muerte de Perón se disuelve la figura del líder (y fundador) del movimiento, dejando vacío un lugar que ya no sería ocupado jamás. Sin embargo, el peronismo continúa existiendo (convulsionado y desvirtuado en los años 1975 y 1976, “rodrigazo” mediante). López Rega y su accionar represivo no llegan a constituir una línea política interna del peronismo, sino dentro del propio aparato de la derecha en general, a tal punto que la caída de López Rega (repudiado por los trabajadores a nivel base) se da por presión de la C.G.T. a través de la U.O.M., materializándose el descontento en la famosa movilización y el paro durante el gobierno de Isabel. “Es distinto, porque Perón lo que podía entender es que había fracciones ideológicas del movimiento enfrentadas y que todas eran combatientes y todas armadas. Que es otra lógica de la cuestión. Tengo a los montoneros, tengo al C. de O., tengo a las patotas sindicales, tengo a la Guardia de Hierro, distintos sectores, los caudillos provinciales y todos armados, acá 17 Norberto Galasso. Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), op. cit., p. 1295 y 1296

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son todos beligerantes (...) Perón trataba así a esta problemática de que había llegado al poder con una fuerza beligerante, heterogénea, multitudinaria, con distintas facciones ideológicas y todas armadas, y que después cada una quiere conservar su poder y ninguna está dispuesta a dejar las armas y siguen enfrentadas ideológicamente. O sea, esta es una dinámica política distinta de los que es la Triple A, que no es ningún sector político del movimiento. López Rega no es eso, es otra cosa. López Rega es un eslabón de negociación con la CIA”18. El golpe militar del 24 de marzo de 1976 pone fin a cualquier intento de salvar aquel frente nacional y marca el inicio del período más trágico de nuestra historia. Durante los siete años de dictadura del “proceso” todos los partidos políticos entraron en el congelador, más allá de que todos aportaron hombres y mujeres que colaboraron con la dictadura en diversos cargos (intendentes, algún embajador, etc.). La feroz represión y el control de las libertades marcaron la suspensión de la actividad partidaria que tibiamente comenzó a surgir a medida que decaía el desastroso gobierno de las Juntas. Recién en 1981 empieza a hablarse de política partidaria nuevamente. En 1983 con el retorno a la democracia se da la derrota electoral del peronismo por primera vez en su historia (¿casualmente? sin Perón). No creo que haya un “tercer peronismo” entre 1983 y la actualidad. Luego del desastre alfonsinista, llegan las elecciones de 1989. El menemismo fue una etapa en la que prevalecieron dentro del Partido Justicialista, los burócratas liberales y acomodaticios, en el marco de un feroz proceso de expansión imperialista que bajo el “novedoso” nombre de globalización pretendió legitimar la concentración de riquezas, el colonialismo cultural y la “muerte de las ideologías”. Yo creo que más allá de que Menem tuviera carnet de afiliado peronista, nunca practicó el programa histórico del peronismo. En ese caso podemos decir que ese no fue el peronismo histórico, sino una versión reciclada del “peronismo sin Perón”. Es cierto que Menem fue reelecto, pero no solo contó con el voto peronista. También me ocurrió que al escuchar las cosas que me contaban los militantes yo no estaba de acuerdo con algunas apreciaciones o análisis, pero creí oportuno dejarlas escritas para que quedara reflejado el amplio arco de ideas que conviven en el peronismo. Las “internas” existieron, existen y existirán. Debo decir, sin embargo, que el período que más me interesa es el de 1945 a 1955, porque creo que allí está lo más rico de nuestra historia política. Las grandes transformaciones sociales, políticas y económicas operadas en ese tiempo fueron fundamentales para el desarrollo de la Historia argentina. Nada fue igual después de aquel 17 de Octubre de 1945. De todos modos, suele decirse que el “primer peronismo” (el de 1945 a 1955) es el verdadero, aun con las variables que dentro del mismo período pueden encontrarse. Y se dice también que quienes no cumplen ese programa están traicionando al peronismo, lo que creo que es cierto. El peronismo como movimiento de acción política, programa o como se llame, se funda en la activa participación del Estado en el manejo económico, social y político, con estatización de los servicios públicos, redistribución del ingreso, 18 Firmenich, en revista Noticias 21/12/2004, citado por N. Galasso en Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), op. cit. pgs. 1312 y 1313

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fortalecimiento del consumo y del mercado interno, desarrollo de la industria nacional, control estatal del cambio y del sistema financiero, crecimiento de los servicios esenciales, movilidad social ascendente, democratización de la salud, educación, y con una amplia movilización popular. La base social es la clase obrera como columna vertebral del movimiento policlasista que, al ser tal, da cabida a otros sectores sociales (sectores medios y aun al empresariado pequeño y mediano, como así también al capital nacional). Más allá de que suele decirse que el programa de 1945/55 no se puede aplicar hoy (esto lo dicen casi todos los que no quieren soltar ni una moneda) creo que las bases de aquel programa siguen estando vigentes, porque los problemas que intentaban solucionar siguen estando entre nosotros, justamente porque el proceso de liberación nacional que llevaba adelante el peronismo fue interrumpido durante 18 años (toda una generación) mediante el golpe de 1955 (y luego con la muerte de Perón). Hay principios básicos del peronismo que no caducan: achicar las desigualdades, repartir equitativamente el ingreso nacional, ser un país soberano, liberarnos del imperialismo (esa bestia que algunos dicen que no existe), dignificar al trabajador... ¡Que hipócritas que son los tecnócratas (y los “inocentes” que lo repiten) que dicen que el programa del ‘45 está caduco porque es “viejo”, sin embargo son los primeros en acumular plata, especular y concentrar poder, algo que es más viejo todavía! También encontrarán reiteradas afirmaciones de los militantes acerca de lo que es el “verdadero peronismo”. Lo que marca una brecha entre muchos de ellos y algunas de los actuales dirigentes y autoridades a nivel nacional. Diferencias que no están tanto en lo programático (o no sólo ahí) sino en las formas y en el olvido de la simbología peronista por parte de los nuevos (¿nuevos?) dirigentes. Esto viene a confirmar aquellas palabras de Cooke: “Cuándo Perón no esté ¿Qué significará ser peronista? Cada uno dará una respuesta propia y esas respuestas no nos unirán sino que nos separarán” 19 . Perón, el peronismo y la Historia Que inmensa es la importancia de este hombre, que a más de treinta años de su muerte todavía sigue siendo el centro de la discusión política en nuestro país. Todos los meses aparece un nuevo libro sobre él o sobre el peronismo. Tipos de plata que escriben en diarios caretas como Ámbito Financiero, La Nación, Clarín o Página 12, gastan tinta en tratar de destruir al peronismo... Les aviso que están perdiendo tiempo y plata, porque para enviar al peronismo al olvido tendrían primero que terminar con el pueblo y su memoria (aunque muchos dirigentes partidarios se encargan de ello). Todo ataque contra Perón no deja de ser un ataque al pueblo que lo votó. Y más allá de las críticas honestas que algunos esgrimen exponiendo atendibles razones, la mayoría de los intelectuales que atacan a Perón en realidad están pegándole a la 19 John William Cooke, en “John William Cooke y el peronismo revolucionario”. Ernesto Goldar, Editores de América Latina, Buenos Aires, 2004, p. 124

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masa. Aunque no se atrevan a decirlo abiertamente, su odio a Perón esconde en realidad un enorme desprecio por el pueblo, que “no los comprende”. Y así creen que el pueblo es “ignorante”, “atrasado”, “conformista”, “reformista”, “elemental”, “primario”, “manejado”... y se vuelven a sus casas creyendo tener la razón, mientras les sobra espacio en sus motos. Para tratar de que su gorilismo no sea muy evidente tratan de “perdonar” al pueblo diciendo que fue “engañado”. En esto los antiperonistas se unificaron más allá de alguna pequeña diferencia. Es que quienes no comprendieron al peronismo, esa minoría reaccionaria integrada en los años cuarenta por conservadores, socialistas, comunistas, radicales claudicantes, autoridades de la Iglesia y racistas disfrazados; pertenecían (pertenecen) a un sector social medio con los mismos vicios. Aunque aparentaban estar enfrentados entre sí, compartían los mismos prejuicios porque pertenecían a la misma clase. Entonces, al no encontrar una etiqueta para definir al peronismo, buscaron en todo aquello que despreciaban, revolvieron bastante y extrajeron la descalificación que más les pareció ajustarse a sus pesadillas. Por eso los conservadores (las hermanas Ocampo), los liberales (J. L. Romero, Rojas, Alsogaray), la derecha (Aramburu, Grondona, Neustadt) y los racistas (como Martínez Estrada, Borges y demás) se inquietaron al ver a las masas en la calle. “Perón ha encendido en la chusma, que el llamaba “los descamisados” y que algunos tontos y necios confundieron con el proletariado, un orgullo de clase dominante. Si el socialismo marxista hubiera triunfado realmente en cualquier parte del mundo, el estado de ánimo ensoberbecido del obrero y del campesino habría sido el mismo de las chusmas peronizadas”20. Así hablaba la derecha argentina sobre el peronismo. Y del otro lado (¿otro?) ocurrió lo mismo. De manera que los partidos Socialista y Comunista, esa izquierda de cartón que desconocía absolutamente al pueblo (¿y ahora?), vieron en el peronismo una deformación social, una aberración ideológica y por eso lo despreciaron y lo combatieron con todas sus fuerzas (y sus pocos adherentes). Sólo F.O.R.J.A.21 y la naciente izquierda nacional, con “Frente Obrero”22, se mantuvieron del lado de las masas. Ante el 17 de Octubre, F.O.R.J.A. emitió un comunicado en el que declaraba su apoyo a la masiva movilización, diciendo: “La Junta Nacional de F.O.R.J.A. en presencia de la agitación oligárquica promovida por las fuerzas de la reacción en convivencia con las izquierdas extranjerizantes y de la inquietud reinante entre los trabajadores ante el riesgo de una restauración de los sistemas de opresión económica y de dominación imperialista establecidos desde el 8 de septiembre de 1930 por la misma confabulación de intereses e ideologías. DECLARA: 1º - Que en el debate planteado en el seno de la opinión está perfectamente deslindado el campo 20 ¿Qué es esto? Ezequiel Martínez. Estrada Editorial Lautaro, Buenos Aires, 1956, p. 61 21 “Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina”, organización política creada en 1935 por un grupo de radicales yrigoyenistas en desacuerdo con la conducción “alvearista” del partido. 22 Publicación de izquierda (trotskista) que dio su apoyo al movimiento peronista desde el 17 de Octubre de 1945. Era liderada por Aurelio Narvaja.

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entre la oligarquía y el pueblo, cualquiera sean las banderas momentáneas que se agiten y que en consecuencia y en cumplimiento de su deber, argentino y radical, expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de sus conquistas sociales. 2º- Que como se expresa en la declaración de principios de F.O.R.J.A., sancionada en el acto de su fundación el 2 de junio de 1935, en la lucha del pueblo contra la oligarquía como agente de las dominaciones extranjeras, corresponde a la Unión Cívica Radical asumir la dirección de la lucha. 3º - Que el Comité Nacional de facto que se atribuye la representación de la U.C.R. se ha pasado al campo de la oligarquía al desoír la opinión y las orientaciones de las figuras representativas del radicalismo yrigoyenista. 4º - Que frente a la vacancia de la conducción partidaria, es deber de esos hombres representativos el asumirla para que ésta sea expresión clara del pensamiento revolucionario de Yrigoyen en el que encuentran solución integral las inquietudes actuales del pueblo argentino, sintetizadas en: PATRIA, PAN y PODER AL PUEBLO. Octubre 17 de 1945, Buenos Aires. Por la Junta Nacional de F.O.R.J.A. (Fdo.): Arturo M. Jauretche, presidente; Francisco J. Capelli, secretario general”23. ¡Que adelantados estaban esos muchachos! (o tal vez los partidos liberales estaban atascados en el túnel del tiempo). Por su parte “Frente Obrero” decía: “Los acontecimientos de los días 17 y 18 de este mes, han dejado perplejos y confundidos a los stalinistas, socialistas y, en general, a toda la pequeña burguesía que se hallaba bajo el influjo ideológico de la oligarquía y del imperialismo (...) La misma masa popular que antes gritaba “¡Viva Yrigoyen!”, grita ahora “¡Viva Perón!”. Así como en el pasado se intentó explicar el éxito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraía a la chusma, a las turbas pagadas, a la canalla de los bajos fondos, etc., así tratan ahora la gran prensa burguesa y sus aliados menores, los periódicos socialistas y stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y el 18 en iguales o parecidos términos (...) Al gritar “¡Viva Perón!”, el proletariado expresa su repudio a los partidos seudo obreros cuyos principales esfuerzos en los últimos años estuvieron orientados en el sentido de empujar al país a la carnicería imperialista (...) Aquellos que desconocen el sentido y la importancia de las tareas nacionales en nuestra revolución están incapacitados para comprender estos acontecimientos (...) Las grandes masas se están poniendo de nuevo en movimiento”24. Cuando me topé con este artículo tan claro y tan preciso, no pude evitar decir ¡genios!, estos tipos si que vivían en el mundo real. De manera que estas dos agrupaciones políticas fueron las únicas que alcanzaron a comprender la progresividad del peronismo que estaba surgiendo. Pero todavía algunas momias (sectas de derecha a izquierda) siguen repitiendo fosilizadas fórmulas que dicen ver 23 “F.O.R.J.A. y la década infame”. Arturo Jauretche, A. Peña Lillo Editor, 3º ed. 1962, B. Aires, pags. 175 y 176 24 Periódico “Frente Obrero” del 29/10/1945, en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., p. 344.

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en el peronismo restos del “nazismo”, del “fascismo”, e incluso del “comunismo” (la derecha ve fantasmas en todos lados). Recordemos que la Iglesia, como institución, al principio sólo toleró a Perón como el “mal menor” (aunque en plena campaña muchos hombres del alto clero instaban desde sus púlpitos a votar contra Perón), pero en 1955 ya estaba decididamente del lado del golpe de Estado y de la posterior desperonización de la sociedad. Los que comprendieron todo el proceso histórico sobre la marcha fueron los trabajadores, porque ellos mismos lo estaban haciendo. Sin creer que la Historia la hacen los “grandes hombres”, creo importante señalar que Perón no sólo es grande por lo que fue como líder popular, sino por lo que representaba y representa todavía. No son los “grandes hombres” los que “hacen” la Historia, son los pueblos en su marcha histórica los que hacen grandes a los hombres. Es decir, no importa si Perón tenía todas las cualidades (y tenía muchas) que la masa trabajadora veía en él. Lo importante es lo que esa masa trabajadora vio en él y lo que significó para sus intereses de clase humilde; y cómo el peronismo fue, en realidad, el nombre que ese sentimiento reivindicativo andaba buscando (alguna vez ese nombre fue “yrigoyenismo”). Aquí, Perón hombre se empequeñece ante lo que simboliza él mismo para las masas. Lo importante es que él y el peronismo representan una idea, una intención, una voluntad, un sentimiento. Ya ni siquiera hace falta discutir a Perón conductor y mucho menos a Perón persona, porque el fenómeno que él encarna está dado por lo que significó su figura para el pueblo y por lo que el pueblo veía y ve en él. Porque en su figura, y en la de Evita, se plasmaban los más nobles sentimientos de nuestro pueblo: la idea de rebeldía, de oposición a los imperios, el amor a la patria y a sus habitantes, la solidaridad y la idea de Justicia Social. Perón y Evita por sí solos no hubieran significado tanto sin el enorme respaldo del pueblo. Ambos fueron las caras emergentes de un fenomenal proceso histórico marcado por el empuje de las masas. Y en ellos se refleja una enorme masa trabajadora que a pesar del paso de los años aun los lleva en su memoria bajo el nombre de “Peronismo”. Perón ya ha dejado de ser sólo un hombre, y habiendo sido depositario de la enorme confianza de la masa trabajadora, ha pasado a ser una Idea de lo que la sociedad debe ser. La idealización que el pueblo hizo de él lo ha desbordado, a tal punto que para intentar destruir esa idea han sido necesarias calumnias, mentiras de todo tipo; golpes de Estado, represión, decretos, proscripción, bombas, palos, balas y muerte. ¡Hasta se llegó a prohibir su nombre! Es que era (es) necesario, para la oligarquía, borrar de la memoria su recuerdo, su rostro, su nombre; no por lo que era como persona, sino por lo que fue políticamente para las masas. Tuvo errores, muchos de los cuales condujeron a su propia caída (y los que no tuvo se los adjudicaron), pero sus aciertos fueron muchísimos más. Tuvo el más grande acierto de la historia política argentina: haber interpretado el sentir popular como nadie lo había hecho antes y como nadie lo hizo después. Y fue precisamente por sus mayores aciertos, que pasó a ser parte definitiva de la memoria popular. En este punto Perón deja de ser un político, deja de ser un hombre y se transforma en una sensación, en un ideal, en una exigencia, en un derecho, en la búsqueda de justicia

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social, soberanía política e independencia económica. Perón como persona es una anécdota. No fue perfecto, ni nada por el estilo. Lo importante es lo que Perón y Evita representaron para las masas (y no para los “genios” librescos). La imagen que el pueblo ha elaborado acerca de Perón es superior a Perón hombre. Surgió hace poco un sector externo al peronismo que ha querido ver en Evita una “opositora” a Perón, tal la ideota de José P. Feinmann, que dijo: “durante su primer gobierno Perón no tuvo un solo antagonista a su altura. Sólo Evita. Su antagonista era Evita”25. Únicamente alguien que desconoce absolutamente al peronismo (o que ha renegado de él), puede creer semejante cosa. Y así han surgido “evitistas” antiperonistas. Paradójicamente algunos grupos “peronistas” (sobre todo quienes no vivieron la primera etapa del peronismo) también han caído en la tentación de decir que Evita era la “verdadera” revolucionaria y Perón un “freno” para esa revolución; de esa manera coinciden con el amplio arco antiperonista (Alsogaray, Escudé y Grondona). Ocurre que es tan difícil tapar el sol con las manos que, aún a regañadientes, los clásicos sectores gorilas han debido reconocer la monumental obra de Evita. Como su odio a las clases populares puede más, reconocen a Evita, pero como si su obra hubiera sido fruto de una acción individual, ocultando que Evita fue respaldada por toda una política económica y social encabezada por Perón, que la masa impulsó con su presencia en las calles. De esa manera siguen despreciando a Perón presidente, y así elaboraron una teoría según la cual Evita les resulta aceptable (sobre todo porque se murió mucho antes, entonces ya no tuvieron que combatirla directamente), pero la ubican como una víctima del “manipulador” Perón. Todas estas piruetas teóricas (y políticas) lo que buscan (pegándole a Perón presidente) es destruir políticamente el proceso histórico de cambio y evolución social que fue el peronismo de 1945 a 1955. Porque si Perón era “malo” y “manipulador”, entonces todas las luchas políticas que se hicieron para su triunfo y retorno carecen de sentido y así se demostraría (según los antiperonistas) que todo ese proceso de movilidad social y desarrollo nacional fue solo un “engaño”. En cierta forma se sigue viendo a la Historia como la obra de un solo hombre, sin tener en cuenta que los líderes populares son emergentes de los procesos históricos de las sociedades. Afortunadamente, los pueblos tienen memoria y sentimientos. Si nuestro pueblo se ha identificado a lo largo de su historia con los caudillos, es porque vieron en ellos una síntesis de sus aspiraciones. El pueblo sabe (y los caudillos también) que sin el apoyo de las masas no hay líderes. Esto es lo que quiero dejar en claro. Más grande que Perón, fue la masa que lo consagró líder y no lo olvida. En definitiva, Perón es Perón porque el pueblo así lo decidió. El miedo Una de las cicatrices más notorias que han dejado las dictaduras en nuestro país es el miedo. A pesar de haber pasado más de cincuenta años del inicio de la dictadura de Lonardi, Aramburu y Rojas (1955-1958), todavía hay hombres y mujeres que temen 25 Suplemento especial de Página 12, 01/07/2004, p. V

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hablar y contar sus vivencias. Han transcurrido ya cuarenta años desde que Onganía empezó su gobierno autoritario (1966), pero aun hoy algunos piden que apague el grabador en ciertos tramos de la charla. Pasaron treinta y seis años desde que el torpe Lanusse iniciara su dictadura lanzando al poco tiempo la errónea frase “no le da el cuero” (y le dio), pero todavía hay quienes no quieren dar su testimonio, por las dudas. Y ya hacen más de treinta años que Videla inició la masacre llamada “proceso de reorganización nacional” (1976), y sin embargo todavía hay quienes temen contar lo vivido. Para los peronistas de más de 70 años el sinónimo del terror es Rojas. Varias entrevistas se frustraron por el temor, algo perfectamente comprensible y para nada reprochable (sobre todo si tenemos en cuenta que los testigos reservados no tienen muy buena protección por parte de las autoridades). Incluso quienes contaban sus anécdotas decían “total ya tengo ochenta y pico, no voy a ir preso”. Las sombras de las dictaduras todavía acechan sus vidas. En cierta medida, como me dijo un amigo, rescatar del silencio estas pequeñas anécdotas y recuerdos, es una forma de pelearle al miedo. La Historia petrificada y la Historia viva Algo que me impactó bastante fuerte fue una frase que me dijo un entrevistado, que en realidad se negó a hablar, a pesar de que la charla en la que me explicaba su negativa duró más de una hora. Este hombre (de más de 80 años) me decía que no le interesaba hablar del pasado porque la Historia estaba “petrificada”. Me dijo que lo que le interesaba era dar charlas a los jóvenes para capacitarlos para cosas del presente: educación, salud, trabajo. En un primer momento esto me hizo preguntarme si esta investigación tenía algún sentido...Tal vez era cierto lo que decía este hombre, tal vez la Historia estaba petrificada, pero entonces comprendí que lo que me decía era que la Historia como relato del pasado no tenía utilidad sino era para conectarla con el presente. Entonces, más tranquilo y más convencido, retomé las entrevistas con más ganas que antes, porque eso es justamente lo que yo quiero hacer: rescatar las historias “anónimas” para arrebatarle a la muerte y al olvido una etapa de nuestra historia, y poder de esa manera, aprovechando estas experiencias, reconstruir el futuro que alguna vez tuvimos. “Entre golpes encontramos nuestro rumbo tan buscado. Es la ley para existir. No se aprende sin sufrir”26. Antes de entrar directamente en el tema quisiera contarles el alto contenido emocional que hay en estos testimonios. Al principio algunos entrevistados se mostraron un poco reticentes a hablar, pero a medida que pasaban los minutos una llama interior volvía a quemar en sus pechos y sus voces subían de tono y parecían transportarse en el tiempo a aquellos hermosos días en que se abrazaron para siempre a una idea. A veces una sonrisa acompañaba el relato de sus vivencias y en otras, un nudo en la garganta no los dejaba hablar, al tiempo que sus ojos se empañaban. A veces a mi 26 Sentencia, banda heavy de Córdoba, del tema “Entre golpes”, en el compilado independiente “¿Córdoba inactiva?” Vol.2

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también se me anudaba la garganta. Bastante equivocados se muestran quienes tratan de quitarles sentimiento y pasión a la investigación histórica; porque muchas de las acciones políticas de esos hombres y mujeres, son la expresión de un sentimiento profundo concretado en los hechos. Recuerdo la crítica que me hizo una de las profesoras fósiles en la universidad. Ella decía que la pasión en la investigación histórica era una contra. Esta profesora olvidaba que la pasión es una buena compañera para las ideas, porque ante las adversidades, puede motorizar para seguir adelante y no desfallecer. El peronismo es la concreción de una gran reivindicación social y por eso brotó del propio pueblo y tomó forma en un hombre (Perón), en una mujer (Evita) y en millones de hombres y mujeres más. Si el peronismo hubiera sido solo un hombre, ya hubiera desaparecido. Pero los grandes hombres no hacen la historia por si solos, sino que son el resultado de la voluntad mayoritaria que elige a sus líderes por identificación con sus propios objetivos. Quiero contarles que hace rato me di cuenta de la importancia que tiene escuchar a las personas (sobre todo a las mayores), porque todos tienen algo para decir. Si la memoria es buena para no tropezar dos veces con la misma piedra, ¿por qué no prestarle atención a quienes nos pueden contar de primera mano un pedazo grande de la historia del país? Tal vez esto no tenga mucho que ver con la Historia, tal vez algunos universitarios crean que esto está demás, pero quisiera contarles lo importante que se siente alguien que es escuchado; y todos tienen algo para contar, hay que ver si todos tenemos ganas de oír. Ojalá, al leer estas palabras, puedan sentir la profunda emoción que sentí yo al escucharlas y también la gran emoción que pusieron en sus testimonios quienes las contaron y vivieron. Porque, en definitiva, estamos hablando de seres humanos. Con alegrías, tristezas, ansiedades, melancolías, frustraciones y esperanzas. Y ¿para qué sirve la historia si no se tiene en cuenta todo eso? La mera enunciación de cifras y fechas muestra la misma frialdad de quienes implementaron políticas anti populares y sistemas represivos. El análisis estadístico no puede reflejar el profundo proceso emocional e ideológico de quienes protagonizan la Historia. Metodología, teoría y recursos, ¿qué recursos? No voy a dedicarle un gran espacio a explicar la metodología utilizada en esta investigación. Diré algo muy breve, porque la teoría metodológica (y la teoría en general) es algo que no le importa a nadie, salvo a los que escriben esos pesados mamotretos sobre cómo investigar. La universidad todavía es terreno hostil para las voces de los “otros” historiadores y polemistas populares. Muchas de las “teorías” que allí se utilizan y que quieren explicar los fenómenos sociales, en realidad terminan explicando el lugar del in-telectual como “espectador” de lo que pasa, tal es la idea del ex propagandista de López Murphy, Juan José Sebreli, quien dijo: “Los intelectuales no deben actuar en política, sino pensar y reflexionar sobre la política”27. Ese es el pensamiento de muchos “académicos” (¿o aca-de-micos?) que se sientan a ver que pasa en la sociedad a la cual juzgan, pero no quieren “mezclarse” con ella ni 27 Revista Ñ, Nº 75, 05/03/2005, Buenos Aires, p. 9

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“ensuciarse” en acciones políticas. De esa manera el in-telectual se “eleva”, desprendiéndose de la sociedad, escapándose de ella. Los “contenidos” (me refiero a los enfoques sobre los hechos históricos) siguen siendo (aun hoy, en 2007) los que publican los grupos de “historiadores serios”, casi siempre, los que salen en diarios y medios especializados. Basta con pedir los programas y ver la bibliografía utilizada en el ámbito universitario para confirmar que la visión general sobre la Historia argentina no ha variado mucho (hablo de la Facultad de Humanidades en Trelew, que es lo que tengo cerca). Tampoco me voy a extender mucho en hablar de las teorías para interpretar los hechos, ya que es un aburrimiento, solo superado en pesadez por la inútil e inservible “cátedra” de Pedagogía (creo que afortunadamente los nuevos alumnos en mi ciudad han visto reducirse esos contenidos pedagógicos que solo sirven para triturar cerebros...o tal vez la profesora que dictaba (si, dictaba) la cátedra en mi época, lograba anestesiarme todas las clases)... En lo metodológico, creo que no hace falta ser ningún cráneo para darse mañas y realizar algunas averiguaciones. Lo aprendido en la universidad sobre metodología de investigación no fue algo grandioso y me sirvió muy poco, aunque a veces ayudó. Quiero decir: no recibí una gran revelación sobre como investigar. Algo cómico es que, en la universidad, la mayoría de mis profesores se espantaban del positivismo, sin embargo la mayoría de las investigaciones históricas (incluso la de esos mismos profesores) no pueden esquivar la recopilación de datos, clasificación de los mismos, análisis, interpretación, crítica y exposición cronológica. Digo esto, porque a pesar de las críticas a los métodos “positivistas”, en la universidad tampoco enseñaban muchas cosas diferentes. Y lo digo también porque me daban risa las respuestas (temerosas) de los alumnos ante la pregunta del profesor: “¿desde qué lugar vas a hacer tu trabajo?”, “desde el materialismo histórico”, decían unos, “desde el marxismo” decían otros...y los pibes ¡no eran marxistas! Y los profesores (que tampoco son socialistas) sacaban chapa de “progres” diciéndose marxistas; pero era la cáscara, adentro no había ningún marxismo. Y estoy seguro de que no eran ni son marxistas en el sentido que dicen serlo, porque arrastraban consigo una enorme bolsa de prejuicios sociales de clase (media) que les brota por los poros. Aparte de ser los primeros en boquear una serie de “verdades” que no practican, tienen todos los “tics” de la clase media a la que representan. Que suerte para ellos que no resucitó Marx, porque calculo que entraba al aula y los agarraba a trompadas... Marx fue un capo en serio, que elaboró una teoría del funcionamiento y revolución de la sociedad tan seria que sigue siendo la más firme brindada por las ciencias sociales, (pese a las limitaciones que exhibe al referirse a Bolívar).... Una teoría compuesta de múltiples piezas de funcionamiento (que reflejan la complejidad de las relaciones sociales), y a la vez tan simple y “evidente” que algunos de estos “genios” universitarios habrán dicho, “¿cómo no se me ocurrió a mi?”. ¡Y todavía hay izquierdistas “revolucionarios” y liberales menemistas que cómodamente sentados sin hacer nada, critican a Marx y lo “corrigen”!, y ni siquiera pudieron elaborar una modesta teoría

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que explique por qué son cuatro gatos locos. Con toda razón dijo Marx: “He sembrado dragones y cosechado pulgas”28. La metodología, creo, tiene que ver con las ideas de cada uno; entonces no se puede echar mano (seriamente) al materialismo o al marxismo, al positivismo o al postmodernismo, como si uno estuviera en una ferretería eligiendo repuestos (salvo que se quiera complacer a algunos profesores y aprobar la materia, lo que es perdonable). En realidad la metodología y el enfoque teórico tienen que ver con profundas convicciones ideológicas. Por eso es que me daba risa escuchar decirse marxistas a tipos que se hacen servir en los bares y fuman Marlboro... Me indigna ¡y yo ni siquiera soy marxista! Pero no puedo creer el grado de caradurismo de algunos in-telectuales... Así que si alguien se pregunta desde que lugar hago esta investigación yo diría (por ponerle una etiqueta que los deje tranquilos) que está hecha desde el peronismo. Ahora, ¿se imaginan a un alumno en “Metodología de Investigación” respondiendo “hice esta trabajo práctico desde el campo peronista”?, lo más probable es que todos estallen en carcajadas. Lo cómico es que muchos de los in-telectuales (incluidos varios de mi ciudad) tratan de despegarse lo más posible del mote de positivistas, pero son los primeros en repetir las “verdades” de la Historia Oficial. Lo peor del positivismo es la obtusa interpretación lineal, y haber creado una historia de grandes hombres en la que los héroes hacían la historia “solos”. Pero lo más increíble es que incluso muchos “marxistas” (perdón Marx...) dicen: “Perón evitó la revolución social”, como si un tipo solo hiciera la Historia.... y como si en Argentina hubiera existido alguna situación revolucionaria antes de Perón... ¿con quién?, ¿con los socialistas de Juan B. Justo que rechazaban la industrialización y estaban en contra de las medidas proteccionistas argentinas?, ¿con el comunismo de Codovilla que marchaba del brazo junto al embajador norteamericano Braden?, ¿con el radicalismo alvearista liderando la Unión Democrática y amigo de los conservadores? Ni hablar de los “liberales”, que solo son liberales siempre y cuando las libertades sean para su selecto grupo... Estos no dejan de quejarse del dirigismo...del dirigismo estatal....Porque del dirigismo privado no dicen una palabra. Alguien dijo que en la economía siempre hay dirigismo, el asunto es quién dirige...Como se dice: es lo que hay. Entre las pocas cosas rescatables de la universidad está lo referido a cómo hacer entrevistas, lo que tampoco es para tirar papel picado. Y si bien yo no sigo al pie de la letra lo que decían las fotocopias universitarias de lo escrito por tipos como Eco, se puede decir que algunos de sus “consejos” son útiles. Pero en realidad uno va elaborando sus propios métodos sobre la marcha y a partir de la propia personalidad y de los recursos (in)existentes. Así que desde ya les cuento que las entrevistas fueron hechas sin una sola pregunta escrita de antemano (¡arderé en el infierno, profesores!). Uno va con ciertas inquietudes, en busca de cosas que quiere averiguar y sobre eso ronda la charla. En algunas ocasiones el entrevistado se va del tema y hay que tratar de traerlo delicadamente, además de charlar sin grabador un rato 28 Karl Marx, citado por Jorge Abelardo Ramos en Breve historia de las izquierdas en la Argentina. Tomo I, Ed. Claridad S.A., Buenos Aires, 1990, p. 7

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antes y un rato después. ¡Que lejos de la realidad está toda la “teoría”! Recuerdo con qué candidez escuchaba a mis profesores, y mientras ellos hablaban, me imaginaba recorriendo yacimientos misteriosos rodeado de otros investigadores, descubriendo un documento inédito, consultando gigantescas bibliotecas, viajando de un lado a otro para buscar testimonios y fuentes, consultando archivos enormes, publicando libros a montones... Pero la realidad es que la mayoría de las veces estás solo, la teoría es cartón pintado, no hay un peso ni para tomar una gaseosa, los archivos están incompletos o arruinados, los que tienen información la encanutan, el viaje más lejano es en el colectivo a Rawson; los problemas personales exigen más atención que el entrevistado; la falta de dinero te aprieta, obligándote a pagar la luz antes de comprar un libro y, encima de todo eso, están los que sin hacer nada son los primeros en criticarte... Cuanta razón tenía ese filósofo nacido en Roque Pérez que decía: “La única verdad, es la realidad”...Otro punto importante es que debido a mi escaso radio de acción (cuestiones económicas fundamentalmente) pude moverme solo entre Trelew (mi ciudad), Rawson (a 15 km.), Playa Unión (a 20 km.), Madryn (a 65 km.). Acá se presentan dos aspectos: el primero es que al entrevistar a los peronistas residentes en la zona, me encontré con personas nacidas y criadas acá y con migrantes venidos de otras regiones del país. La Patagonia es un lugar que ha recibido a muchos migrantes internos y, por lo tanto, algunos entrevistados traían sus testimonios de cosas vividas en otros lugares del país. Entonces, además de los testimonios “locales”, encontré los testimonios extra regionales. Es cierto que una experiencia como la del 17 de Octubre de 1945 puede tener testimonios más frondosos en aquellas zonas donde se gestó el movimiento: Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires y Capital, pero también resulta interesante conocer las historias de los pueblos más pequeños que estos testigos me podían contar. El segundo aspecto es el referido al interés que puedan despertar (o no) estos testimonios. Debo decir que al ser tan amplio el espacio peronista, uno puede encontrarse con alguien que apoyó esta idea sin una participación “activa”, y con quienes tuvieron una militancia más intensa. Los testimonios que van a leer acá están casi como fueron dichos, con algunas correcciones necesarias, por ejemplo los “eehhhh”, “esteee”, “¿viste?”. En fin, corregí todo lo que pudiera dificultar la comprensión de la idea. Traté de quitar esas muletillas del habla en vez de agregar algo... Por otra parte, hay que decir que es mucho más fácil hacer investigaciones en Buenos Aires, donde al entrevistado no lo ves nunca más. En cambio en pueblos como Trelew te cruzás si o si con tu entrevistado, con tu criticado, con tu elogiado...corriendo el riesgo de pelearte o peor, de hacerte amigo... Cuando inicié este proyecto me pregunté ¿para quién escribo? Mi intención es llegar con esto a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible. Hacer un libro repleto de datos técnicos, y transmitido con un lenguaje lleno de terminología específica de las ciencias sociales, no tiene mucho sentido si queremos llegar a todos. Los historiadores también meten la “mula”. Hay gente que escribe dos páginas y al final

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tira una lista de libros que son supuestamente la “bibliografía” utilizada. Muchas veces al repasar esas listas uno dice “¿y esto que tiene que ver con el trabajo?”. Lo que pasa es que en los círculos in-telectuales queda bien llenar papel y mostrar todo lo que uno ha leído en su vida, aunque no tenga mucho que ver con el trabajo específico que se está exponiendo. Otra tara importante es la “necesidad” que tiene la gente de este negocio de citar a otros autores. No me molesta citar a aquellos autores que admiro y con los que estoy de acuerdo, lo que me molesta es que se exija un “respaldo de prestigio” para mis opiniones. Cuando éramos alumnos universitarios ya habíamos “calado” a los docentes y bromeábamos en los prácticos diciendo “...y como dice acá mi amigo...”. Ocurre que no es lo mismo para la “Academia” que yo diga que la globalización es un aspecto más del imperialismo, porque a mi no me conoce nadie, pero si yo cito a alguno de los famosos entonces darán por valida mi apreciación. No me interesa demostrar cuantas palabras difíciles sé. Lo que busco es que cualquier persona no especializada en Historia pueda comprender lo que digo. ¡¿Qué dirán de esto los agrandados que se agitan sacando chapa con la excelencia académica?! Tampoco se trata de ir a menos. A todos nos gustan los buenos guitarristas que tocan bien (Pappo, Satriani, De Lucía), pero no todos los buenos guitarristas hacen música agradable. Muchas veces he enfrentado textos de gente “especializada” y realmente no sé si buscan difundir los contenidos que saben o simplemente hacer notar que “saben”. Algunas cosas me resultan verdaderos jeroglíficos... “para decir que un señor se comió un sándwich, operación sencilla, agradable y nutritiva, tuvo que emplear todas estas palabras: “y llevó a su boca un emparedado de jamón”. No me haga reír, ¿quiere? Esos valores, a los que usted se refiere, insisto: no los lee ni la familia. Son señores de cuello palomita, voz gruesa, que esgrimen la gramática como un bastón, y su erudición como un escudo contra las bellezas que adornan la tierra”29. Por eso acá, quiero lograr comunicar las ideas que tengo y las experiencias de los militantes de la forma más clara posible, cuidando de mostrar bases sólidas que sustenten mis opiniones y análisis...De eso se trata, nada más. Quiero decir que esta investigación se hizo con un presupuesto nulo, en forma independiente (dentro de lo que puedo, porque no soy rico), caminando bastante, otras veces viajando en el colectivo, pero al menos no le debo algo a ningún político, ni siquiera a los peronistas, ni a los que dicen serlo y mucho menos a los recién llegados, ni a los oportunistas, ni a los que se han convertido; ni a los jóvenes de pelo mojado, con saco, zapatos y celular con cámara, que ahora son la “juventud peronista” (por Dios...). Y lo edito en forma independiente, no solo por una cuestión de independencia, sino para poder seguir quejándome y no como algunos de mis ex profesores, que se agitan gritando que son ciudadanos “independientes”, dando cátedras de revolución y no sé cuanta sanata más, y sin embargo publican sus investigaciones con el sellito de la Imprenta Oficial de la Provincia del Chubut... ¡¿Quién es más independiente?! ¿Yo?, que tengo afiliación partidaria y nunca le pedí un mango al 29 Roberto Arlt. “El idioma de los argentinos”. Aguafuertes porteñas. Hyspamérica Ediciones, 1986, Madrid, p. 176.

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partido, ¿o ustedes? que son “ciudadanos independientes” y van corriendo con sus hojitas a la Imprenta Oficial. Y encima, muchos de los que nos daban su sermón acerca del Estado opresor, que invocaban a Foucault para hablar del Estado que vigila y castiga (pobre Foucault, si los viera ahora) y que hablaban de la falta de ideología del peronismo; hoy engordan sus bolsillos como funcionarios (y no empleaditos municipales como yo) del Gobierno Provincial (peronista...o por ahí...) y como herramientas del Estado al que nos enseñaron que debíamos abolir...¿Cómo? ¿Y la ideología? ¿Y la revolución permanente? Incluso durante la “reciente” (actual) crisis universitaria ni se asomaron a la primera Asamblea, a la que yo fui a pesar de que no estudio más y detesto el ambiente aca-de-mico. Y estuve yo, que soy peronista (pero no soy obsecuente), en cambio estos “profesores funcionarios”, a la misma hora, estaban en el “Touring Club” (los vi) tomando un cafecito y contando sus billetes... ¡Dejenmé de joder! No me molestan tanto sus actitudes acomodaticias para comer, sino su doble discurso, así que dejen de predicar. Tampoco soy un purista que evite rozarse con el medio. Es decir, conozco gente de todo tipo. Vivo en Trelew, un pueblo grande en el que nos conocemos casi todos y alguna gente es menos recomendable que otra, gente que no está cerca de mí, que incluso ha comprado ejemplares de mi primer libro y se los he firmado (no tengo la culpa de que alguna gente que no me simpatiza lea mis libros, y tampoco tengo pruebas...sí muchas sospechas). De lo que concluyo que es mejor amar que ser amado, así puede uno elegir... Otro de los puntos que los in-telectuales “independientes” tienen como caballito de batalla es señalar con el dedo a los que fuimos traicionados políticamente, y burlarse de los que tienen militancia partidaria. Esos “profesionales” cómodamente instalados en sus autos con aire acondicionado son los primeros en acusar al pueblo de haber votado tal o cual cosa, pero jamás se juegan por nada, mejor dicho: se juegan por su quintita. Si nosotros votamos confiando, lo hacemos de buena fe y la posterior traición que puedan realizar los dirigentes no es “culpa” de quien ha brindado su confianza, pero es más fácil señalar con el dedo en vez de revisar las propias miserias. De una u otra manera esos “profesionales” también se han jugado sus fichas, ya que apuestan todo a construir sus altares y sus dineros dentro de la burbuja universitaria fuera de la cual no saben que hacer. Entrando en el tema, la mejor definición de peronismo la encontrarán en las páginas que siguen, y por supuesto cada uno sacará sus conclusiones. Los propios militantes son quienes pueden explicar qué fue y qué es el peronismo desde su óptica de pertenencia. Ah, ni se gasten en criticarme por el hecho de que soy afiliado al Partido Justicialista y algunas autoridades partidarias del justicialismo sean lamentables. Ya lo sé. Pero yo seguiré siendo de Boca, aunque lo dirija Satanás, y el peronismo no es propiedad privada (todavía...). “Perdóname, si alguna vez, fui descortés”. Pappo30 30 Del tema “Descortés”, en el álbum “Buscando un amor”, Pappo (Norberto Napolitano), Redlojo, Buenos Aires, 2003.

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Capítulo 1 El peronismo antes de Perón: Yrigoyen (1916 – 1930) Para comprender los antecedentes inmediatos del peronismo es necesario repasar el ascenso del radicalismo y el liderazgo de Yrigoyen (quien encarnó otro fenómeno social parecido al peronismo) y para ello tenemos que volver unos pasos en la línea de tiempo histórica. Así podremos ver que con Mitre, Sarmiento y Avellaneda se consolidó la autoridad del Estado Nacional, que a partir de 1852 había quedado en manos de los enemigos de las masas populares. Si la lucha de Mitre había sido para instalar el libre comercio (reventando las débiles industrias nacionales) persiguiendo y asesinando a los líderes federales del interior, Sarmiento se encargaría de dar la estocada final ejecutando el crimen en masa cometido contra el pueblo paraguayo, crimen que ha sido denominado “Guerra del Paraguay”. Esa masacre serviría de “ejemplo” a las derrotadas montoneras para que no intentaran sublevarse a la autoridad central. Finalmente, Avellaneda dejaría en claro que para el grupo dominante el camino al “éxito” era el endeudamiento (receta que se encargarían de perfeccionar todos los movimientos antipopulares de Pinedo a Cavallo, pasando por Martínez de Hoz). El Ejército fue el ariete con el que las elites políticas (y económicas) sometieron a las economías y políticos del interior. Ya en 1863 Mitre y Sarmiento habían asesinado a Chacho Peñaloza, caudillo riojano que se había levantado en contra del gobierno central. La vergonzosa guerra contra el Paraguay fue motivo de nuevos enfrentamientos entre el gobierno central y las montoneras. Los caudillos federales se negaban a pelear contra los hermanos paraguayos. Por eso en 1866 Felipe Varela se rebeló contra Mitre a quien calificó de usurpador. El Ejército en manos de Sarmiento terminó por derrotar al líder catamarqueño. Igual suerte corrió el caudillo de Entre Ríos, López Jordán, en 1871. Con Roca y sus secuaces (desde 1880), se había consolidado el Estado Nacional y, con él, el sistema político reservado a un grupo de elite. Ya Roca había exterminado una enorme cantidad de indios, robándole tierras que puso a disposición de los ganaderos bonaerenses. Roca en ningún momento buscó integrar a los pueblos nativos y prefirió exterminarlos. Las elecciones eran un asunto del que el grueso de la población era actor secundario, por eso el presidente electo y su círculo se repartían los cargos y la línea sucesoria con un simulacro de democracia. Por otra parte el Estado y su desarrollo quedaban plasmados en la extensión de líneas ferroviarias, diseñadas con el fin de succionar nuestras riquezas y trasladarlas al puerto de Buenos Aires para ser llevadas a los países más poderosos. La generación del ‘80 fue la encargada de subordinar la economía argentina al ritmo marcado por Inglaterra y los países industrializados, de manera que la exportación de carnes y cereales fue un freno para cualquier intento de desarrollo industrial nacional. El auge de la economía agroexportadora a nivel mundial les facilitó la implantación del discurso capitalista y la idea de progreso indefinido. La elite gobernante buscaba erradicar cualquier rastro de identidad hispánica e indígena, ya que consideraban que el progreso

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estaba en Inglaterra, tal como años antes lo había ideado Sarmiento, quien combatió contra todo exponente de las masas populares. Todo eso fue así hasta que el radicalismo, representante de las fuerzas populares, logró imponerse en las elecciones nacionales de 1916, donde Yrigoyen obtuvo la presidencia. Los orígenes del radicalismo se remontan a 1889, fecha en que surge la Unión Cívica. Esta heterogénea agrupación política nació como forma de lucha contra el fraude y la corrupción, pero tenía en su interior tendencias irreconciliables. En 1891 se dividió en dos sectores: hubo un grupo que transó con Mitre (representante del liberalismo antinacional) y se fue con él, fundando la Unión Cívica Nacional, y por otro lado estaban los que se negaban a negociar: los radicales (es decir los que querían cambios de “raíz”). Estos últimos se nutrieron del ala más popular del partido (incluidos los herederos del viejo federalismo). Entre los principales dirigentes de esa fracción estaba Yrigoyen. Es importante recordar que luego de implantada la ley Sáenz Peña (voto secreto y obligatorio para la población masculina, en 1912), que abría un espacio a la participación mayoritaria de la población, quedó claro que el radicalismo era la fuerza más popular. Lideraba ese partido el caudillo de Balvanera, Hipólito Yrigoyen. Don Hipólito venía actuando en política enfrentando al “Régimen” (elite gobernante y su fraude) desde hacía mucho tiempo y ya había encabezado un par de alzamientos populares contra el fraude electoral. Yrigoyen asumió la presidencia (por primera vez) el 12 de octubre de 1916, luego de una aplastante victoria sobre el Partido Conservador. Su llegada al gobierno significó un enorme avance político y social del pueblo, en especial de los sectores tradicionalmente más postergados de la sociedad. Yrigoyen identificó a su partido como “la causa” que enfrentaría al “régimen”. La causa radical era la causa del pueblo postergado. Yrigoyen le declaró la guerra a la elite gobernante y a todo el aparato montado por ella. Ese enfrentamiento lo había definido años antes en una contundente frase; “ustedes son la razón de ser de nosotros”31. El radicalismo era un movimiento popular (en particular el yrigoyenismo, verdadero fenómeno social) y en sus filas convivían varios sectores sociales. Aunque su identidad partidaria no pertenecía a una sola clase, estaba más emparentada con la franja media y baja, es decir, pobre. El radicalismo se componía de los trabajadores de la ciudad, del conurbano bonaerense y del interior del país; de las clases medias que habían quedado fuera del fraude conservador y de los arrendatarios de pequeñas porciones de tierras. Y si bien Yrigoyen no se propuso una industrialización del país, al menos buscó repartir mejor los ingresos de la renta agraria y democratizar más a la sociedad, terminando con el fraude. Esto le valió la enemistad de los sectores más reaccionarios de la oligarquía y de las fracciones “ilustradas”. También fue combatido por el Partido Socialista de Juan B. Justo. A tal punto llegaba la ceguera que cuando, en 1927, un proyecto del yrigoyenismo para nacionalizar el petróleo fue puesto en debate, el socialismo se opuso porque decía que eso iba a convertirse en “un monopolio a la criolla”32. 31 En “La causa radical” contra “el régimen conservador”, de Norberto Galasso, p.10; extraído del libro “Vida de Hipólito Yrigoyen”, Manuel Gálvez, Edit. Tor, Bs. As., pag. 61 32 José Maria Rosa. Historia argentina. Tomo X. El radicalismo (1916 – 1930). Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1977, p. 307

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El odio que los grandes propietarios sentían por el radicalismo (y en especial por los yrigoyenistas) se manifestaba en las declaraciones de desprecio racial. El diario La Nación era la voz de la oligarquía (antes y ahora): “Se entregó en cuerpo y alma a cultivar el favor de las masas menos educadas en la vida democrática, en desmedro y con exclusión deliberada y despectiva de las zonas superiores de la sociedad y de su propio partido; y aun dentro de otras clases sociales, con el único objetivo de la conquista de votos”33. Yrigoyen vino a constituir un verdadero acto de justicia histórica para los más postergados, tal como lo expresó: “No he venido a castigar ni a perseguir, sino a reparar”34. La mayoría de los conflictos laborales se resolvían a favor de los obreros. La economía argentina reposaba sobre la renta diferencial (es decir, la capacidad de producción de los campos argentinos con baja inversión y escasa necesidad de mano de obra, gracias al excelente suelo y el clima ideal del país, único en el mundo). Yrigoyen mantuvo la neutralidad durante la primera guerra y desarrolló una política internacional independiente, oponiéndose al liderazgo de Estados Unidos. En 1922 Alvear triunfó en las elecciones presidenciales (prácticamente elegido por el propio Yrigoyen para sucederlo). Tal vez Yrigoyen pensó que su sucesor debía ser alguien que no alterara mucho lo que se había hecho hasta el momento y por eso dio su acuerdo para esa candidatura. Alvear no tuvo mayores sobresaltos en la conducción del país, lo que le permitió gobernar desde su casa. Repartió su tiempo en fiestas, cócteles e inauguraciones de monumentos. Económicamente el país cabalgaba sobre la renta agraria (venta de productos primarios que aportaba el campo) aunque Yrigoyen había creado, antes de finalizar su primer mandato, la empresa Y.P.F. y habían comenzado a surgir tibiamente algunas industrias. En 1928 Alvear finalizó su mandato. Yrigoyen volvió a triunfar en las elecciones presidenciales por amplio margen, pero la oligarquía no estaba dispuesta a tolerar un nuevo reparto de la renta del campo y por eso comenzó una fuerte campaña de desprestigio y sabotajes constantes desde sus reductos más fuertes: la Cámara de Senadores y la Corte Suprema de Justicia. Finalmente, viendo que al yrigoyenismo no podía ganarle en las urnas, la oligarquía decidió pasar a la conspiración y al golpe.

33 Jorge A. Ramos Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen I, 1810 – 1922, p. 458 34 Historia argentina. Tomo X. El radicalismo (1916 – 1930), op. cit., p. 16

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Capítulo 2 En tiempos de los conservadores (1930 -1943) El golpe de Estado (oligárquico) se dio el 6 de septiembre de 1930, bajo la excusa de la lentitud, ineptitud y corrupción del gobierno. Todo era parte de una maniobra destinada a esconder que el golpe era por cuestiones económicas y políticas (por ejemplo: la nacionalización del petróleo), más allá de los tropiezos del gobierno en materia administrativa. A partir de entonces se inicia la Década Infame. Ese término lo creó el periodista nacionalista José Luis Torres35, quien realizó múltiples denuncias contra la corrupción de los gobiernos conservadores que actuaron en contubernio con el radicalismo alvearista. El fraude vuelve a reinar en el país, esta vez con la complicidad de los sectores más trenseros del radicalismo (alvearismo). Yrigoyen fue encarcelado y proscripto y su casa saqueada. Conservadores y radicales antipersonalistas (antiyrigoyenistas) montaron una parodia de democracia. Acerca de esto, son lamentables las torpes opiniones de un escritor como Bayer, quien todo lo que tiene para decir de Yrigoyen es que “huyó”; sin tener en cuenta que la derrota no era de Yrigoyen hombre, sino de todo un proceso histórico popular. Un acto de arrojo individual del presidente solo hubiera sido una actitud heroica de escasa utilidad (y seguramente algún “iluminado” no hubiera dudado en calificarlo de “demagógico”). Yrigoyen no fue la causa, sino la consecuencia del proceso político y social. Y lo peor de todo es que a Yrigoyen lo juzgue así alguien como Bayer, que se fue a vivir en la confortable Alemania durante las épocas más violentas de nuestro país. ¿Qué hubiera dicho si alguien le hubiera exigido quedarse a pesar de las amenazas? Durante la Década Infame las elecciones estaban decididas de antemano. A partir de allí Argentina se arrodilló ante el imperio inglés cediendo el control de todos los resortes de la economía nacional. El comercio exterior, el transporte, la banca, las finazas y las principales herramientas económicas del país quedaron en poder de los ingleses. Marcelo Fuhr nació en 1926, en la Provincia de Buenos Aires. Pasó una importante parte de su vida en Pedro Luro36 y cuenta: “La historia de antes de Perón... Me recuerdo de muy pibe los sinsabores que vivía la gente del campo en general. Es decir, que no había propietarios chicos de campo. Los propietarios chicos recién se hicieron cuando Perón expropió los grandes establecimientos ganaderos en todo el país y los repartió. Recuerdo que en Ushuaia, a los Menéndez Behety, no sé cuantas miles de hectáreas le expropiaron de las estancias y se los dieron a los empleados del establecimiento. Tal es así que yo conocí un europeo, no sé si era yugoslavo o polaco. Ya tenía setenta y pico de años. Le tocaron 5.000 hectáreas y 5.000 ovejas, en el reparto que hizo Perón. Y siendo que él era solamente conserje del edificio, pero de muchos años; él era el conserje del edificio de la estancia (...) Era yugoslavo o polaco. Yo lo conocí en Pedro Luro. Fue en Río Grande37 donde le correspondió. Entonces, 35 Torres escribió en periódicos y publicó algunos libros, entre ellos “Algunas maneras de vender a la patria” y el más conocido: “La Década Infame (1930 – 1940)” publicado en 1945. 36 Pueblo del Partido de Villarino y cercano a Bahía Blanca, en la Provincia de Buenos Aires. 37 Tierra del Fuego

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de Río Grande para venir a Bahía Blanca, Pedro Luro, tardaban cinco días (…) porque era todo ripio hasta Bahía Blanca. Vamos a hablar de la Provincia de Buenos Aires, que es donde yo me crié”38. Por la cordillera la situación no era distinta. “En esa época Esquel era muy chiquitito, estoy hablando de allá del veintitantos. Creo que había un solo hotel, Riaño se llamaba. (...) Había correo, policía. No había hospitales, después recién hubo un servicio asistencial, un mini hospital que se llamaba Asistencia Pública. Hasta por allá, en la época de Perón, que se construyó el primer hospital de Esquel, que todavía está, ampliado o agrandado”39. La vida en el campo era muy difícil para los peones despojados de todo derecho. El golpe de 1930 que derrocó a Hipólito Yrigoyen fue una restauración oligárquica: “me contaban a mí, cuando apareció Yrigoyen en el año veintitantos, él fue medio Perón, más o menos, entones él había puesto otra clase de desarrollo de todo para que sea más equitativo, como hizo Perón en las elecciones. Pero bueno, por eso lo borraron, lo defenestraron. Los conservadores, creo que en el año ‘30 le hicieron el golpe, y bueno, ahí quedaron los conservadores. Hasta que llegó Perón. Perón llegó en el ‘43, creo”40. La etapa de democratización de la vida política y la redistribución de la renta agraria fue interrumpida por el golpe del 6 de septiembre de 1930. Asumió el poder Uriburu, un torpe general que deliraba con lograr su estatua y establecer un corporativismo a semejanza de lo ocurrido en la Italia de Mussolini. En 1931, creyendo que el yrigoyenismo estaba muerto, Uriburu convocó a elecciones nacionales. El cronograma sería en forma escalonada, tocándole el primer lugar a Buenos Aires, para influir en el resto de los distritos...La idea fue impulsada por el ministro del interior de la dictadura, Matías Sánchez Sorondo, para “auscultar el estado de la opinión”41 según dijo (no sería la única vez que los golpistas “tantearían” al electorado). Las elecciones en la provincia Buenos Aires fueron el 5 de abril de 1931 y contra los pronósticos de la dictadura, el radicalismo ganó por más de 30.000 votos. Por supuesto esto tomó de “sorpresa” al torpe Uriburu quién anuló las elecciones y proscribió al radicalismo (tampoco sería la última vez que se proscribiría a las mayorías). El Yrigoyenismo había representado, hasta ese momento, el mayor avance de las masas. Yrigoyen desarrolló una política exterior independiente evitando endeudar al país y apoyando algunos emprendimientos básicos como fue la creación de Y.P.F., pero, a pesar de todo, no había desmantelado el enorme poder de la oligarquía que siguió en posesión de las grandes extensiones de tierras del país y tuvo las fuerzas suficientes para derrocarlo. “Me crié buena parte en Pedro Luro, pero el resto de la edad anterior, cuando yo estaba creciendo, papá vivió en el campo. Era mecánico y era agricultor al mismo tiempo. Había tal injusticia, porque no había propietarios chicos. Nosotros estábamos en la zona de López Lecube42. El campo de López Lecube tenía 65.000 o 70.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. 38 Marcelo Pío Fuhr (nacido en 1926) 39 Eva Marchand de Quintana (nacida en 1922) 40 Marcelo Pío Fuhr 41 José María Rosa. Historia Argentina. Tomo XI. El 6 de septiembre (1930 – 1932), Editorial Oriente, Bs. As. (impreso en España), 1981, p. 244 42 Uno de los grandes terratenientes. La zona lindera a sus campos adoptó ese nombre. Y así sucedía con varias zonas de la Provincia de Buenos Ares.

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Y ahí se hizo una iglesia donde me confirmaron, con mi religión católica. López Lecube tenía un almacén grande, les fiaba a todos hasta la próxima cosecha, todo. El pan, la harina, la galleta, los fideos, y todo lo que él vendía. Y a la cosecha siguiente se cobraba él. Cobraba el arrendamiento y casi nunca nos quedábamos nada”43. Esto marca a las claras las relaciones de esclavitud que existían en los campos argentinos. De esta manera, el terrateniente se aseguraba mano de obra barata al ser propietario de las tierras y dueño del almacén de “Ramos Generales” en donde los peones compraban mercaderías pagando precios exorbitantes. “Era tal la explotación que existía con respecto a los arrendatarios, porque mi papá era arrendatario de unas 200 hectáreas y mi abuelo tenía 1.000 hectáreas arrendadas. Pagaban hasta el 38% de arrendamiento, anual. Cuando apareció Perón, hizo la Ley de Aparcerías rurales, entre otras, pero primero hizo la ley del Peón Rural y ahí quedó al 18 %”44. La ley de Aparcerías Rurales fue sancionada ya con Perón en la presidencia: “cabe citar la sanción, en 1948, bajo el gobierno de Juan Perón, de la ley 13246, conocida como Ley de Arrendamientos y Aparcerías Rurales. Esta norma ordenó la práctica del arrendamiento, eliminó ciertos privilegios de los grandes terratenientes frente a sus arrendatarios. Además, estableció líneas de crédito del BNA para estimular la compra de parcelas. Con sus disposiciones la Ley de Arrendamientos y Aparcerías encerró a los explotadores de los chacareros, en su mayoría propietarios ausentes. Es que precisamente esa fue la ley que acabó por legitimar aquello de “que la tierra sea para el que la trabaja”. Entre aquellos 95.000 nuevos dueños que surgirían hasta entrada la década del ‘70, vale subrayar que el aliento al crédito agrario hizo que entre 1949 y 1955, el Banco Nación registrara las solicitudes de 45.700 arrendatarios que pedían financiación para comprar la tierra que cultivaban”45. “Porque antes uno llegaba a fin de año, se cosechaba, se ponía la bolsa parada en el campo, una vez cosechada y el dueño de la estancia mandaba chatas con caballos y levantaba las bolsas del campo y se las llevaba, para que no haya oportunidad para que el dueño del campo esconda bolsas. Entonces, el mismo día de la cosecha se iban sacando las bolsas y se iban llevando a la estancia. Además la injusticia. Por ejemplo, él46 tenía, como 8.000 vacas me parece y veintitantos mil ovejas y aparte de eso tenía en la estancia campo a rolete, entonces a él le venía bien que venga gente a arrendar y are los campos brutos, vírgenes (...) y les daba contrato para dos años y a los dos años había que irse, no renovaba el contrato. Entonces se armaba de un campo limpio, arado y con buen rastrojo. Porque una vez que uno ara un campo, se hace un buen rastrojo luego. Rastrojo se llama el pasto que viene pos arada o pos cosecha. Porque si no, los campos vírgenes no tienen 43 Marcelo Pío Fuhr 44 Marcelo Pío Fuhr 45 Federación Agraria Argentina. “Congreso Nacional y Latinoamericano sobre Uso y Tenencia de la Tierra 30/06/ y 1/07 de 2004. Ciudad de Buenos Aires, Argentina Documento Base. “La tierra... ¿para qué? ¿para quiénes? ¿para cuántos?”, p.7 en http://www.faa.com.ar/documentos/ 46 López Lecube, el terrateniente

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gran producción de pasto, pero, ya habiendo sido trabajados, sí tienen una producción de la gran flauta y dan mucho pasto”47. El chacarero sufría la expoliación de una larga cadena de intermediarios (acopiadores, almacén de Ramos Generales, especuladores) y en la cima de todos ellos se hallaban los monopolios cerealeros. El dueño de los campos ejercía su poder de manera brutal y descontrolada sobre los pequeños arrendatarios “en el invierno, el mayordomo avisaba que iban a echar, según las hectáreas que el arrendatario tuviera, tantos animales: 20 animales, 50 animales, 200 animales, o lo que fuere, en el mes de mayo, junio o julio, a los sembrados de trigo. Habitualmente a los sembrados de trigo se le echan animales cuando el dueño del sembrado tiene un año pésimo y antes que la hacienda se le muera la echa al sembrado de trigo, con el perjuicio de que se perjudica las plantas para la cosecha. Baja un porcentaje elevado de su raigambre, de su evolución orgánica, haciéndola pastorear; baja completamente (...) yo me acuerdo, yo era pibe y puteaban todos, y no había nada que hacer, porque si uno no estaba de acuerdo no se podía firmar el contrato, no le daban el contrato tampoco, no te lo dejaban firmar (…) ya el año que viene, a los dos años, uno se tenía que ir a otro campo donde también las tierras eran vírgenes y este campo que uno dejaba, el campo rastrojo, quedaba para usarlo solamente por el dueño de la estancia. Y al nuevo que venía le daban otros campos vírgenes para que le vaya preparando el campo y al 38%48 (...) uno creía que era negocio, además no había otra cosa para hacer”49. “La relación era tan patriarcal que el propio almacenero hacía todas las cuentas y liquidaciones. A veces le cobraba al chacarero intereses por tenerle en depósito su propio trigo. El fraude en las “pesadas”y liquidaciones era legendario. Se le pagaba en especie y se llevaban las libretas contabilizadas por los propios comerciantes”50. El trabajo en el campo: “En ese tiempo se hacía todo con caballos. Se araba a caballo. Yo era el caballerizo de mi papá y a las cuatro de la mañana, en pleno invierno con una helada tremenda, ir al potrero. Si había luna era fácil, porque uno veía los caballos y los traía al corral. En la oscuridad le ponía las anteojeras, las pecheras y ya cuando llevaban los caballos para atarlos al arado recién estaba empezando a amanecer. Y ahí empezaban a arar. No recuerdo cuantas horas eran de arada, pero cuando los caballos ya se cansaban se paraba un rato, después se hacían descansar, entonces volvían otra vez a arar. No sé a que hora, las 10, 11 de la mañana por ahí, los caballos se largaban al campo. Y a la tarde se volvían a entrar otra vez al corral y se volvía a atar los caballos y volvían a trabajar hasta no sé que hora. Y así era la historia. Pero lo más triste era que cuando llegaba el invierno, que cada arrendatario con mucho sacrificio lo había arado51 y cuando ya quería empezar a macollar52, recién le sacaban la hacienda 47 Marcelo Pío Fuhr 48 Ese era el porcentaje que cobraba el propietario de los campos a los arrendatarios, es decir, se llevaba el 38 % de la producción 49 Marcelo Pío Fuhr 50 Jorge A. Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 313 51 Al campo que arrendaba. 52 De macolla, vástagos o espigas que nacen de un mismo pie de planta

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y cuando llevaban la hacienda se la llevaban de vuelta a los campos de ellos. El campo quedaba como si hubiera pasado la trilladora (...) Y bueno, la gente tenía ganas de cualquier cosa. La cuestión fue que el rinde rendía menos. En vez de rendir 20, 25 bolsas, 30 bolsas, por ahí, en algunos lugares bajaba el 30% y era mucho”53. Esa acción de los terratenientes echando sus animales a pastorear en el campo del chacarero, es cruel doblemente: primero por el hecho de malograr el trabajo ajeno y segundo por marcar quién es el que manda. “El chacarero lo que se tenía que llevar a su casa eran las bolsas que le quedaban, pero era muy triste. Había cada abuso que siempre todos decían que lo iban a cagar matando, pero resulta que ninguno quería ir preso, ese era el asunto. Y así pasaron años (...) una vez mi papá y mi abuelo lo esperaron al dueño del campo en la tranquera que era de madera y que quedaba cerquita de la casa de nosotros, donde nosotros le arrendábamos el campo. Y fueron con revólver para matarlo. Corría el año 1934 o 1936 y López Lecube fue a una estación que se llama Pelicurá54 (...) Venían de Pelicurá y ya estaba medio nochecito. Se baja Mouján, el mayordomo, para abrir la tranquera y se aparecieron los dos: mi abuelo y mi papá para matarlo a López Lecube, con revólver en la mano y todo, y entonces Mouján (que era una persona excelente que todos querían porque él hizo mucho equilibrio siempre entre todos estos despelotes que habían con los chacareros, siempre, trataba de apaciguar) dice: “¡No Pío, Pío, no!... ¡No hagas esa cagada, pará! ¡Pío!, ¡no!...¡no!... ¡no!” (Mi abuelo se llamaba Pío y mi papá también). Y se puso entre él, “Pegáme el tiro a mí”. Y bueno, ya ahí empezaron a discutir, entonces se salvó López Lecube. Claro, en la calentura uno hace cualquier macana, pero después, cuando ya se enfría todo un poquito, ya cuando se habla mucho, ya no pasó más nada. Mi papá siempre decía que en ese tiempo se usaba revólver, todo el mundo usaba revólver. No para ir a trabajar, usaba el revólver como método. Mi papá siempre decía “el que saca el revólver si no tira después se lo tiene que meter en el traste”. Entonces ahí estuvieron como una hora ya en la oscuridad absoluta. Pero existía la posibilidad todavía que en cualquier momento suceda lo peor. Y entonces arreglaron un montón de injusticias, no sólo para ellos, para todo el resto. Porque López Lecube se llevó tal cagazo que tuvo que aflojar y aceptó y discutieron y aceptó. Entonces, a partir de ahí, ya no se echaba más los animales al trigo, a raíz de ese incidente muy grave”55. Como vimos, el terrateniente disponía de los campos del arrendatario sin ningún aviso y así le podía echar los animales para pastorear arruinándole el suelo, de ahí el enojo de los arrendatarios ante estos atropellos. La situación social era muy grave para los asalariados. Así comenzaba a transcurrir la Década Infame, donde el fraude conservador (en contubernio con los radicales antiyrigoyenistas), proscribió a las masas populares: “Había mucha malaria, muchas cosas feas antes de Perón, había mucho juego”56. 53 54 55 56

Marcelo Pío Fuhr Provincia de Buenos Aires Marcelo Pío Fuhr Elena Fuentebuena (nacida en 1928)

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Por esos tiempos, pero en el valle inferior del Río Chubut: “Ya en aquel tiempo cuando yo me casé ya había comprado una radio, que venía el viejo Táccari a escuchar con la guerra española, que venía un peluquero también a escuchar la radio, el noticioso, que venía otro que era el choricero, venía a escuchar la radio, los noticiosos. Era a batería...era la única noticia que teníamos”57. “En ese tiempo predominaba el radicalismo, los conservadores...esos partidos eran casi terminantes, como fue Perón en su época”58. “La radio era a la noche, onda larga y onda corta a la mañana a veces. No había una radio, la fluidez de la radio”59. El carácter antinacional y antipopular de los grandes monopolistas de la producción queda evidenciado en este testimonio que habla sobre los productores de vinos, en Mendoza. La producción vinícola estaba concentrada en un pequeño grupo de poderosas bodegas. Ante la caída de los precios del vino, en vez de tratar de negociar de alguna manera la producción: “Lo tiraban. Las bodegas, ya creo que no, en aquellos años las bodegas habían (póngale), a lo sumo diez bodegas, hoy hay cientos... A los sumo eran diez bodegas que manejaban el monopolio del vino: Arízu, Tomba, Escorihuela, Trapiche (...) y acumulaban todo el vino de la provincia. Entonces tenían capacidad para almacenar una cosecha, otra cosecha, otra cosecha. Y vendían el “vino barato” (...) pero llegó un momento, a la segunda o tercer cosecha, que se abarrotó. Entonces (...) que malos que eran, que malos que eran con el pueblo (...) Yo no digo que regalaran el vino al pueblo, pero que cambien el vino por comida. Venir acá a la Patagonia en aquellos años era distinto, pero cambiar vino por pescado, ir a la zona de citrus a cambiar vino por naranjas, por verduras...Y no. Decidieron lo más fácil. Abrieron los grifos y tiraban el vino a la calle...”60. “Desde 1930 y hasta 1943, gobernará en Mendoza, con ayuda del fraude o sin él, el Partido Demócrata Nacional, esto es el conservadurismo, cuyos miembros pertenecían a la élite local, los llamados “gansos”. Considerados buenos administradores por su fomento de la obra pública, en la mejor tradición que medio siglo atrás impusiera Emilio Civil, los “gansos” no se caracterizaron por adquirir una nueva sensibilidad hacia los sectores más carenciados” 61 . Las injusticias de aquellos tiempos “Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también”62 Las policías bravas hacían su voluntad, los reclamos laborales eran una ilusión ya que todo se resolvía a manos de los terratenientes. Fuhr cuenta sobre su padre y las cosas que le tocó ver y vivir: “Además él estaba siempre en contra de la injusticia, que yo 57 58 59 60 61

Pedro (nacido en 1921) Roberto Fernández (nacido en 1926) Prof. Gustavo Adolfo Boyd (nacido en 1934) Lucio Castillo (nacido en 1932) “La alpargata mendocina. Auge, drama, decadencia y extinción del lencinismo”. Fernando Cesaretti y Florencia Pagni, en http://grupoefefe.blogspot.com/2006/10/la-alpargata-mendocina.html 62 Enrique Santos Discépolo, en el tango “Cambalache”, escrito en 1935, plena Década Infame.

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me acuerdo cada discusiones se armaban contra la injusticia, tremendo (...) o la policía, de que manera actuaba cuando iba a hacer una denuncia o cuando había que detener a alguien (...) garrotazos y palizas, más o menos así, porque mandaban los terratenientes. Alguno que iba detenido, ¡Dios me libre! Por ahí pasaba días sin comer, lo hacían dormir en un calabozo que era piso de tierra, con el piso mojado, había que dormir parado. Eso se usaba antes (...) papá era un hombre que estaba siempre a favor de la justicia. El siempre decía malas palabras cuando veía una injusticia o la policía cometía una injusticia (...) En ese tiempo yo diría así: que no había capas sociales, había una sola casta. El resto era de una calidad tan inferior que no existía una normativa, para decirlo así. No había, como ahora, tres niveles de capas sociales o algo así, no. Había una sola capa social: los terratenientes. Ellos eran dueños del país. Claro, son los primeros pobladores. Entonces los mandaban a poblar un lugar determinado y le entregaban, que sé yo, 100, 200.000 hectáreas y cuando pasaba el ferrocarril que hacían los ingleses, pedían las tierras por donde pasaba el ferrocarril, 50 metros para cada lado, o algo así (...) y les prometían un pueblo, una estación con el nombre del dueño del campo. Esos eran López Lecube, Pelicurá, San Germán, porque algunos no ponían su nombre (...) Entonces solamente había una casta social. El resto no tenía derecho a nada (...) decían que 500 familias eran las supuestas propietarias de todo el país”63. La desigual apropiación de las tierras había dado como resultado una gran concentración en pocas manos. El arrendatario se hallaba en pésima posición ante el dueño de los campos, producto de la desigual distribución de las tierras: “Uno llegaba a un lugar y él le decía “yo le doy esta fracción (más o menos tantos metros para el fondo tantos metros de ancho), tiene 200 hectáreas o 500 hectáreas. Hay que urbanizarla”. Había muchos chañares antes y pajonales inmensos, porque nunca fueron trabajados. “Tiene dos años de contrato a condición de urbanizar todo el campo y de porcentaje: el 38%”. Y bueno, naturalmente la persona que cumplía y que tenía buen concepto iba a otros campos, hacía el mismo trabajo en otros campos, pero ya iba bien recomendado. Entonces los chacareros siempre trataban de hacer las cosas bien para cuando se tenían que ir de ahí a allá, estar recomendados”64. Ante tanta concentración de tierras en pocas manos, la situación del peón era muy mala, tanto en las condiciones de trabajo como en los salarios. Si bien este testimonio nos habla de la situación de la Provincia de Buenos Aires, el panorama no cambiaba mucho en la región patagónica. De manera que: “una región muy grande, leguas alrededor de un solo propietario”65. “¿Cuáles eran las condiciones de trabajo de estos peones hasta los tiempos peronistas? La tarea se desarrollaba desde la salida del sol hasta su puesta, iniciándose el lunes a la madrugada y finalizando en el ocaso del sábado o domingo”66. “La cuestión es que en el caso de los peones no había ninguna justicia, absolutamente 63 Marcelo Pío Fuhr 64 Marcelo Pío Fuhr 65 Marcelo Pío Fuhr 66 Bohoslavsky - Caminotti. “Trabajadores rurales del Limay: Peronismo, condiciones de trabajo y capital inglés (1940-50)”. IV Congreso de Historia Social y Política de la Patagonia Argentino-Chilena, Sec. de Cultura de la Prov. del Chubut, 2005, p. 205

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ninguna justicia. Un peón ganaba 18 pesos, 22 pesos o 25 pesos, por mes, cuando un par de zapatillas costaba 60 centavos. Un par de alpargatas, porque no existían las zapatillas. La alpargata costaba 60 centavos, 65 centavos, eso me acuerdo porque yo solía trabajar algunas veces llevando paquetes a la estación cuando vivíamos en Pedro Luro y el viajante para yo llevar 4, 5, 6 paquetes grandes debajo de los brazos y como podía, me daba 20 centavos 25 centavos y bueno, yo los guardaba debajo del colchón porque era para comprar un par de alpargatas. Al cabo de una semana por ahí juntaba para un par de alpargatas”67. Algunos tenían la suerte de recibir algo de comida, de lo contrario había que comprar en el almacén de “Ramos Generales” que era propiedad del dueño del campo: “Porque los grandes estancieros se arreglaban con matrimonios. Tenían por ejemplo 5.000 hectáreas. Tenía un puestero. Y hacían un puesto, como una cocina y un dormitorio y me parece que una despensa. O la cocina se hacía grande y ahí estaba la despensa también. Porque le proveían harina y carne, porque estaban autorizados para carnear una oveja o un capón cada quince días o cada veinte días, más o menos así. Lo que tenía que tener era el cuero ahí, para entregarlo al establecimiento y la constancia de que él había carneado el animal (…) y la mujer criaba gallinas para alimentarse mejor y la harina se daba por bolsa y el pan o la galleta se hacían en el campo, se hacían casi todas las clases de comida. Solían ligar yerba por bolsa de 25 kilos, el arroz también por bolsa de 25 kilos, los fideos también, diversos fideos por bolsas grandes (...) yo las he visto las bolsas, yo me acuerdo. Una comida que era muy económica, ellos la daban por la bolsa, era la harina con la que se hace la polenta. Ese maíz también se daba por bolsa. Claro una bolsa que costaba no sé si 3 pesos, 2 pesos, ¡que!, los mataban de comida con eso. Por eso tenía que tener despensa y no tenía que estar en el suelo porque las ratas y los ratones estaban a la orden del día. Y las casas siempre eran de adobe así que siempre hacían agujeros y entraban”68. Los grandes terratenientes conformaban la columna de la oligarquía y del régimen que se negaba a morir. Por otro lado las familias que iban como “inquilinos” en los campos también se agrupaban de manera especial, lo que da la idea que el sistema de arrendamientos también formaba la identidad de los trabajadores rurales a partir de la organización de sus vidas, siempre dependientes de la voluntad de los grandes propietarios: “Te estoy hablando del tiempo primitivo. Del que yo me acuerdo bien es del Cerro Cortapié. No sé quienes eran los dueños. Pero la ley era la misma (...) mi abuelo era un poquito el líder, porque tenía cinco hijos grandes, todos trabajaban con él porque antiguamente se usaba así. El trabajo era en familia. Entonces los hijos casados siempre trataban de ir al mismo campo que iba el abuelo, con tierras alrededor del campo del abuelo. Entonces el abuelo Fuhr, mi abuelo, Pío Fuhr, siempre asistía a los hijos (...) las hijas de los arrendatarios se casaban con peones. Papá tenía varias hermanas y se fueron casando con los mismos peones de los establecimientos y eso 67 Marcelo Pío Fuhr 68 Marcelo Pío Fuhr

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que mi abuelo tenía bastante buena posición económica, pero bueno, las mujeres querían hombres”69. La política en tiempos del conservadorismo (1932 – 1943) El aceitado aparato electoral, montado por la elite conservadora y sus socios alvearistas (radicales trenseros), había logrado dejar afuera al yrigoyenismo. El fraude era un secreto a voces. “En esos años, mi papá era uno de los dirigentes o de los que calificaban, de los principales, que ahora llamamos punteros, y era del Partido Conservador. Estaba el Partido Conservador y el Partido Radical. No había otros partidos, los otros eran partiditos que existían en los papeles en Buenos Aires y nada más, como el Socialismo. El Comunismo: no se podía ni abrir la boca, no estaba habilitado. Recién lo habilitó Perón”70. El Partido Conservador era el “triunfador” de todas las elecciones, claro, fraude mediante, pero además eran tiempos “pesados”, en los que las armas estaban dando vueltas no sólo en las elecciones sino en el día a día: “Él era dirigente. Cuando había elecciones siempre andaba con revólver. Papá usaba el 38 y dijo “hasta ahora tuve la suerte de no tener que sacarlo nunca. Pero cuando lo saque estoy obligado a tirar, porque sino el otro me tira primero””71. Las relaciones políticas y las elecciones (fraudulentas) “Eran pesadas. Cuando se hacían actos públicos, (eso me contaba papá, yo no lo alcancé a ver), en los pueblos...todos iban con chalecos antibalas debajo de la ropa, los que subían arriba del palco, porque en el público, todo el mundo estaba armado. Todo el mundo. El más infeliz de los peones tenía su revólver. Porque era la época esa. No era la época de la política, se usaba revólver. Y algunos no usaban revólver, usaban cuchillo. Mi papá decía que el arma que más cuidado hay que tener es el cuchillo (…) el que usa cuchillo generalmente no tiene alma de matar. El que usa cuchillo siempre usaba cuchilla, grandota y pesada (…) el cuchillo lo usaba para pegar un planazo en el medio de la frente y se caía de culo. Y cuando se quería levantar y enderezar, ni bien se enderezó: otra vez. Lo canchereaba y le pegaba un planazo en la frente y se caía de culo, así me contaron ellos (...) Yo te estoy hablando del año ‘35, ‘39, por ahí. Yo me acuerdo ya del año ‘30. Mi viejo no subía al escenario, no subía al palco (...) Más de una vez en una reunión de conservadores andaba algún radical y tiraba un tiro al aire. Adonde tiraba un tiro al aire se armaba un despelote...Y lo más embromado era cuando se hacía la tardecita, porque después anochecía... ¡Que!, no se sabía a quien se tiraba. Papá solía contar que a él le tocó esconderse varias veces detrás de un auto con otros, porque no se sabía por donde venían las balas. Con revólver en las manos ellos también, porque no sabían con quien había que pelear”72. 69 Marcelo Pío Fuhr 70 Fuhr agrega que “La primera vez que se habilitó el Partido Comunista fue por Perón. El concepto que él tuvo cuando hizo eso dijo: “dicen que nosotros no les queremos dar partido, es peor. Entonces ya tienen esa mentalidad y se meten en los demás partidos y embarran el ideal de los otros partidos. Hay que darles que ellos tengan su propio movimiento. Así que habilitamos al Partido Comunista para que se afilien y tengan su organización”. Y así tuvieron partido: Partido Comunista”. 71 Marcelo Pío Fuhr 72 Marcelo Pío Fuhr

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El fraude conservador: las elecciones (1932 – 1943) Como vimos, en 1930 el sector más reaccionario (pretendidamente nacionalista) del ejército derrocó a Yrigoyen mediante un golpe de Estado. Pero pronto, como pasaría con todos los golpes de Estado, el sector ultranacionalista del ejército fue desplazado por el sector liberal, en este caso liderado por Agustín P. Justo. Este siniestro personaje era tan autoritario como Uriburu, pero un poco más inteligente. Iba a reprimir a las masas populares, pero también iba a tejer un ingenioso plan de fraude electoral. De esa manera se cumplía con las formas (voto), pero se aseguraba el triunfo de la oligarquía (fraude). El conservadorismo mandaba y el ala claudicante del radicalismo terminaría aceptando el fraude que les daba el triunfo y el gobierno a los representantes de la oligarquía. Los conservadores, a partir de Agustín P. Justo, aceitaron bien la máquina electoral, de manera que parecía que el sistema “democrático” funcionaba, pero todo era una puesta en escena, un engaño, porque las elecciones estaban arregladas de antemano. Los conservadores ganaban todas las elecciones por esos años: “Si, pero haciendo trampa (...) En la época de los radicales y los conservadores las cajas, las urnas, iban todas a La Plata, en la Provincia de Buenos Aires. Y ahí se hacía el escrutinio. Pero en los días que tardaban en llevarlo desde ese pueblo hasta La Plata, se cambiaban los votos (...) Claro, se cambiaban las urnas, se ponían urnas ya listas donde los radicales tenían tantos votos, los conservadores tenían tantos votos, (…) y ahí ganaban los conservadores”73. Agustín P. Justo disfrazó de democracia lo que era una clara usurpación del poder. Este fraude se mantuvo por un largo tiempo (más de una década), pero la creciente movilización social a causa del hambre, del fraude y de la represión hacía tambalear al sistema del contubernio. Otro testimonio, desde el Gran Buenos Aires, nos dice: “Yo lo palpé al peronismo, porque mi padre pertenecía al Partido Conservador, pero era en aquellos años (...) alcalde, ahora sería un intendente. Te hablo desde el ‘30 hasta el ‘43. Papá fue político conservador (...) Papá era un hombre que había hecho fortuna, había sacado la grande en el año ‘30, así que vengo de una familia que más o menos estaba en una buena posición. Era un hombre que nos inculcó sus ideas, porque él era un rico por circunstancias. Era un hombre que entendía mucho a la gente, todo lo que yo soy me lo enseñó él. Después nuestro lugar fue Avellaneda (...) yo me crié en la Isla Maciel (...) antes era un lugar de genoveses (...) Mi padre tenía ahí un conventillo de 32 piezas para hombres solos (...) tenía una empresa de pintura, ese era su trabajo, hasta que sacó la grande (...) me crié en ese ambiente de niña mimada y rica, pero que siempre nos hizo ver la otra parte, por eso la conocíamos bien. Y la otra parte era la pobreza que había, porque en esa zona había mucha pobreza”74. Los conventillos proliferaron a partir de 1910, aproximadamente. Primero los inmigrantes europeos y luego los migrantes internos, se fueron hacinando en casas precarias a cargo de un administrador. Los ecos del fraude todavía llegan hasta nosotros: “Pero no es mentira eso que decían. Estaban en la cola para votar, estaba la gente y “dame tu documento, ya votaste”. No, eso no era ninguna mentira. Eso ocurrió en todo el país. En la época de los caudillos (...) 73 Marcelo Pío Fuhr 74 Elena Fuentebuena

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Había nada más que Conservadores y Radicales. Porque allá algún pequeño amago tenían los socialistas, pero que no llegaban a nada (...) Yo estoy hablando del país. Había dos partidos, los “boina blanca” y los “boina negra”. “Boina blanca” eran los radicales”75. En 1933, durante el gobierno fraudulento de Agustín P. Justo, se concretó el denigrante pacto Roca – Runciman por medio del cual Argentina se puso de rodillas ante Inglaterra y cedió el control de su economía, finanzas y medios de transporte a cambio de que el Imperio mantuviera la cuota de compra de carne. Así, la oligarquía vacuna argentina rifaba el país a cambio de poder seguir manteniendo su estilo de vida lujoso con un pueblo hambreado. En 1933 murió Yrigoyen. Su cortejo fúnebre estuvo acompañado de cientos de miles de argentinos que se quedaban sin su líder (algo sólo comparable a las muertes de Evita y Perón). Un tiempo más tarde, los conservadores propiciaron la participación del radicalismo en los comicios a fin de darle un marco “legal” a la trampa electoral. En 1935 Alvear levantó el abstencionismo, que era la forma de protestar de los radicales yrigoyenistas. A partir de entonces el fraude quedó legitimado. Pero en respuesta a esta claudicación, ese mismo año un grupo de radicales yrigoyenistas decide agruparse paralelamente al partido. Así surge F.O.R.J.A. (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina). La sigla se había inspirado en una frase de Yrigoyen que decía: “todo taller de forja parece un mundo que se derrumba”76. Este grupo fue el que empezó a hablar de soberanía, de liberación y contra el Imperio, toda una terminología que luego quedaría incorporada al lenguaje común a través del peronismo, que encarnó estas ideas diez años más adelante. Empezaron reuniéndose en un viejo sótano del centro de Buenos Aires y allí comenzaron a denunciar los atropellos del Imperio Británico y la situación de miseria de nuestro pueblo. Entre sus fundadores estaban, Arturo Jauretche, Homero Manzione (Homero Manzi), Manuel Ortiz Pereyra, Gabriel del Mazo. Luego se sumaría Jorge del Río y por allí también andaría Raúl Scalabrini Ortiz. Más allá de estar integrada por muchos “intelectuales”, el gran mérito de F.O.R.J.A. fue su voluntad de llegar al pueblo, su vocación mayoritaria. En contraposición, los nacionalistas de derecha (Irazusta, Ibarguren, entre otros) desconfiaban mucho de las masas y apelaban a un público selecto en sus conferencias. Luego de la presidencia de Justo, el fraude electoral le otorgó el sillón presidencial a Ortiz para el período 1938-1944. Ortiz pertenecía al sector del radicalismo antipersonalista (antiyrigoyenista) y había sido proclamado candidato presidencial por la Cámara de Comercio Británica. Por su parte, el saliente Agustín P. Justo tenía intenciones de volver a presentarse después de que terminara el mandato de Ortiz, pero la muerte lo sorprendió en 1943. En tanto, a nivel internacional un nuevo conflicto sacudiría al mundo. En 1939 se desató en Europa la Segunda Guerra Mundial, producto de la lucha entre Imperios por ganar espacios geográficos: “la guerra del ‘39 no la tuvimos acá en el país, pero fue una crisis terrible, porque acá no había luz, no había gas, no había rutas, no había 75 Eva Marchand de Quintana 76 José María Rosa. Historia argentina. Tomo XII. Década infame (1932 - 1943), Editorial Oriente, (Impreso en España), 1981, p. 127.

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nada de nada”77. Inmediatamente y tal como había pasado con la primera Guerra Mundial, parte de la sociedad argentina se dividió entre aliadófilos (simpatizantes de Inglaterra, Francia y Rusia) y germanófilos (simpatizantes de Alemania e Italia). En realidad esto mostraba como las clases medias y las elites políticas vivían pendientes de lo que pasaba afuera. En la sociedad argentina, “la pasión dominante era a favor de la neutralidad”78. Por supuesto todavía persistía el sistema fraudulento: “tengo el recuerdo de las elecciones de aquellos años...las elecciones de antes de Perón...Los famosos asados, kilos y kilos de chorizos, de morcillas. Asados para tres o cuatro días y cientos de gentes que iban a comer asados y chupar vino, y damajuanas de vino. Corrían, tres o cuatro días así. Y cuando llegaba el día de la elección, a la noche: “ya votaste” le decían. Les quitaban la libreta de enrolamiento, mamados, borrachos (como dijera Landriscina “por unanimidad”) y el paisano, bien comido, bien tomado, bien fumado...“Ya votaste, vení mañana a buscar la boleta”79. Con Perón se terminó. Se terminó el famoso “Comité” que le llamaban. Llegó la época de Perón y empezamos a hablar otro idioma. Ya no se veían asados y ya no se veía el “ya votaste”. ¿Nota el cambio, de respeto al ciudadano? Que los peronistas cometimos abusos, cometimos errores, pero fue otra cosa”80. Esa frase, “ya votaste”, era todo un símbolo y una síntesis de la época. El patrón o el dirigente conservador que regenteaba la zona de campos se apoderaba de todas las libretas y las hacía sellar para cumplir con la “formalidad”, pero el peón no votaba, en los sobres se ponían las boletas que los dirigentes conservadores digitaban. El mundo rural (1940 - 1941) La actividad lanera fue, en otros tiempos, una de las principales actividades económicas de la Patagonia, pero la variación de sus precios hizo que muchos productores sufrieran considerables pérdidas económicas. La caída de los valores lanares tiene sus orígenes en los años veinte, empeorando luego de aquel fatídico día de 1929 en la bolsa de Nueva York. A partir de allí los precios tuvieron algunas subidas y bajadas, pero la tendencia general fue descendente, más allá de los ocasionales picos que nunca volvieron a tocar los techos alcanzados en años anteriores. Los establecimientos típicos de la Patagonia eran latifundios (generalmente ligados a ingleses) que se reservaban las mejores tierras. Los pequeños propietarios accedían a tierras de baja calidad para el sembradío y el pastoreo. “Yo tendría 12 años cuando mi padre, pobrecito él, me sacó a trabajar al campo. En aquellos años se traía hacienda de arreo. Todo esto acá (Puerto Madryn). Sacaban hacienda ahí de la zona de Camarones, los Chludil, (...) Cuarenta días sabíamos andar por detrás de las ovejas. El único techo era el cielo. Viento, frío. Llegamos a Mancha Blanca, que está, de San Antonio, (...) al oeste81. (...) Había que pedir turno para el embarque porque venía el tren, con 77 Ítalo (nacido en 1932) 78 José María Rosa. Historia argentina. Tomo XII. Década infame (1932 - 1943), op. cit. p. 206 79 Se refiere a la libreta de enrolamiento, lo que vendría a ser el documento de identidad. 80 Lucio Castillo 81 A 40 kilómetros aproximadamente

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la jaula. Entonces usted embarcaba lo suyo, después me tocaba a mí, después le tocaba al otro y así. Terminaba eso y ya teníamos otro viaje para hacer”82. Esto tiene que ver con la venta de animales al exterior por vía del puerto de Buenos Aires. Tal vez la carencia de un ramal ferroviario de la zona de Trelew y Madryn a San Antonio, obligaba a los arrieros a trasladar los animales hasta la zona de embarque en el tren que llegaba a hasta esa ciudad rionegrina. Las relaciones de dependencia personal entre peón y patrón, que se daban en el país por aquellos años, es reflejada también por este testimonio: “A los 18 años yo me quería ir (...) y entonces el patrón me trajo un puñal de regalo y me dijo que yo me había ganado la tropilla nueva, que le íbamos a entregar al domador y que me tenía que quedar. Y me da el sueldo del mensual, del mejor mensual “porque te lo ganaste”, me decía. Y me quedé trabajando desde los 18 hasta los 25 (años). A los 20 me casé. Y ahí estuve con mi señora. Ella estaba de cocinera y yo trabajaba como mensual, a mí me pagaban 65 pesos por mes y a ella le pagaban 25. Se ganaba muy poco. No alcanzaba (...) Yo me las arreglaba, como estaba en la estancia, cazaba”83. En este episodio relatado por este simpatizante puede apreciarse de qué manera los terratenientes tiraban de la soga hasta donde más pudieran. Ante la posibilidad de perder a un buen peón, ese patrón decide subirle un poco el sueldo de hambre que pagaba y pasarlo a la categoría de “mensual”. Es decir que pasa a ser un mensualizado, y aunque mejora en algo sus ingresos, sigue preso del almacén de “Ramos generales”, asumiendo además nuevas responsabilidades en el campo. “De aquí que los almaceneros concitaron enormes enconos por los precios exorbitantes de los artículos de primera necesidad: a esta fuerte exacción se le sumaba la generada como acopiador de lanas que adelantaba mercadería a cambio de la futura esquila” 84 La creciente dependencia argentina respecto de Inglaterra hizo que nuestra economía marchara al compás de los vaivenes del Imperio Británico. La industrialización generada entre guerras, aunque tibia, significaba un positivo paso para el país, pero la oligarquía no quería incomodar en nada al Imperio y por eso abandonó cualquier tipo de inversión industrial. Esto generaba una creciente pobreza en la clase trabajadora y también un descontento en el sector nacionalista del ejército (sector que a su vez se hallaba dividido). El ambiente social por esos años mostraba este panorama: “Mi padre era carnicero. Mi madre era ama de casa, pero mi padre no dejó faltar nada en la casa, tenía otras debilidades, pero faltar en la casa, nada. Es decir que la crianza nuestra fue perfecta. No nos sobraba nada. No nos daban de más. No porque no nos pudieran dar de más. Mi padre nos podría dar más de lo que nosotros teníamos, pero él nos mantuvo siempre en un estándar de vida normal. En la sociedad había de todo. El pueblo era chico, pero había de todas las clases sociales. O sea que, la clase humilde 82 Gregorio Robledo (nacido en 1928) 83 José Manuel Ulloa (nacido en 1923) 84 Rey, Héctor, citado en “Trabajadores rurales del Limay: Peronismo, condiciones de trabajo y capital inglés (1940 – 50)”, IV Congreso de Historia Social y Política de la Patagonia Argentino- Chilena, op. cit., p. 204

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vivía muy pobre, vivía a diario con muchos hijos, con sus ranchos limpios, pero gente humilde, que no necesitaba ayuda del Estado ni nada por el estilo, se las arreglaban como podían. La madre viuda o soltera o lo que fuera humildemente, pero vivían en esa época así. Hemos tenidos vecinos ahí en el barrio, adonde nosotros vivíamos, de gente muy, muy humilde. Nosotros éramos clase media, más bien prácticamente alta. Prácticamente, porque no nos daba para clase alta, mi padre nunca nos dio más de la cuenta. Así que nuestra crianza fue junto a la gente humilde”85. El presidente Ortiz, que era un representante de las empresas inglesas, mantuvo la neutralidad frente a la guerra imperialista desatada en Europa, no tanto por una cuestión de independencia o soberanía política, sino porque participar de la contienda implicaba que los buques argentinos no podrían transportar carnes a Gran Bretaña. Por eso, la propia Inglaterra no quería que Argentina se sumase a la contienda ya que corría el riesgo de perder el abastecimiento de alimentos que le llegaba desde nuestro país. Por entonces, dentro de las Fuerzas Armadas convivían diversas expresiones ideológicas, pero, hablando del sector nacionalista, había un sector democrático (Perón, Mercante) y un sector tan reaccionario como la oligarquía, de la que eran los hermanos pobres: el nacionalismo oligárquico. Ambos sectores observaban con gran interés y preocupación la delicada situación económica del país y recelaban de la creciente protesta social ya que temían al comunismo, sobre todo después de 1917, año de la Revolución Rusa. El presidente Ortiz enfermó gravemente y en 1940 delegó el mando provisoriamente en su vicepresidente, Castillo, quien era parte del conservadorismo. A principios de 1941 un todavía desconocido Juan Domingo Perón se instala en Mendoza, para desempeñarse en el Centro de Instrucción del ejército. Además de dictar clases de táctica y armas de guerra, entra en contacto con la población, de allí que se empiece a nombrar a ese militar que se relaciona tan bien con los lugareños: “nací en Las Heras, Mendoza, pero mi amor, mi cariño es por un pueblo ahí chiquito, Palmira, en Mendoza. Un pueblo, en esa época, netamente peronista. Con decirle que en el ‘55 era mala palabra Palmira. Nombrar Palmira, nombrarle Rosario y Avellaneda en Buenos Aires, era lo peor que había para el gorilismo en el ‘55 (...) Nació mi peronismo ahí, como siempre lo digo, con la mano de mi madre, Delia Cruz. (...) Y, como digo en una nota en el diario, se empezó a nombrar en ese pueblo a un miliquito, como le llamaban. Comentaban en el pueblo: “un miliquito que habla muy lindo, que se hace entender con la gente humilde””86. En Octubre de 1941, mientras Castillo se desempeñaba como presidente interino, un grupo de oficiales (lo que sería la antesala del G.O.U.) le realizó un planteo acerca de la política a llevar a cabo. Dentro del ejército había otra línea, liberal (liderada Agustín P. Justo) proclive a intervenir en la guerra y ceder bases a Estados Unidos. Por su parte, la oficialidad estaba en desacuerdo con esto y se negaba a romper la neutralidad. Además, esos oficiales pedían la disolución del Concejo Deliberante de Buenos Aires y el Congreso Nacional, por fraudulentos. Castillo acordó con ellos mantener la neutralidad a cambio de respaldo frente a los justistas, aunque la cuestión del fraude quedaría para más 85 Coco (nacido en 1932) 86 Lucio Castillo

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adelante. Finalmente, Ortiz murió en 1942 y Castillo lo sucedió en la presidencia. Al aproximarse el final de su mandato ya tenía elegido a quien lo reemplazaría (como se acostumbraba, el presidente “bendecía” al candidato sucesor). El elegido era el industrial salteño del conservadorismo, Robustiano Patrón Costas. “Hay un antes y un después. Antes de Perón, después de Perón (...) Figúrese que grave haber vivido la década infame. Fue una época muy dura. Una época que, lamentablemente, me tocó vivirlo en la casa de mis abuelos, donde entraban el gobernante de turno, sean radicales o sean conservadores. Casa de campo de mi abuelo en Panquegua, en Mendoza, y por ejemplo, estábamos en la noche cenando y sentíamos los gritos y los tiros. En el campo un tiro se siente como... bueno... (natural). Y entraban por la parte trasera de la casa de mi abuelo, como las casas quintas de acá del mirador y “¡Viva la Unión Cívico Radical!”, o “¡Vivan los conservadores!”. Y los techos en Mendoza, eran de paja, de caña, mejor dicho, de caña, barro arriba y después una lechada arriba (...) Y paredes de barro (...) Ya no se usan más por los temblores (...) Entonces agarraban con los revólveres y agujereaban los techos. Cuatro, cinco tiros y ni que hablar si encontraban a las mujeres...son recuerdos feos de esa época, de la década infame. Con mi abuela, mi mamá y una tía y una empleada que tenían en esa época en la casa, nosotros nos teníamos que esconder en los zanjones. Cuando escuchábamos los tiros, mi abuelo, mis tíos, los hombres se quedaban en la casa, agarraban las armas y nosotros nos teníamos que esconder en un zanjón; invierno y verano, tapado (...) Eso yo lo viví en esa época. Porque si encontraban una mujer y los hombres no se ponían los pantalones, encontraban a las mujeres y las violaban y les hacían cualquier cosa. Esas cosas yo las viví. Todo eso fue un antes de Perón. Cuando llegó Perón se terminó el caudillismo, se terminó el atropello, se terminó el agarrar a una mujer y violarla”87.

87 Lucio Castillo

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Capítulo 3 Golpe de Estado y fin de la Década Infame (1943 – 1945) Al saberse que el presidente Castillo apoyaría la candidatura de Patrón Costas, el ejército (más precisamente el G.O.U., Grupo de Oficiales Unidos o Grupo Obra de Unificación) temía que se abandonara la neutralidad en la Guerra y que se prolongara el régimen de fraude indefinidamente. Por otra parte, temían que la agitación social abriera las puertas al comunismo (un temor sin fundamento, pero propio de la formación militar de todas las épocas). El 4 de junio de 1943, ese grupo de oficiales nacionalistas impulsó el golpe de Estado que arrojó fuera del poder al fraudulento presidente Ramón Castillo. Al principio nadie sabía que rumbo iba a tomar el nuevo gobierno. Eran muchas las versiones que se corrían y las posibilidades que se manejaban. Algunos pensaban que la base del golpe era el grupo de oficiales pro nazis, otros pensaban que prevalecerían las ideas liberales y se entregaría el gobierno a la Corte Suprema (absolutamente corrupta, antinacional y antipopular). Otro militante, Coco, cuenta que en Trelew, por esa época, su educación se dio en “El colegio del Estado. Siempre fuimos a la escuela 122, cuando éramos más chicos, después pasamos a la escuela número 5 en Trelew. Mi hermana, que es la mayor, empezó con la escuela 122, después a mi padre no le gustó la calidad de la maestra que existía en ese momento y la mandó al colegio inglés (...) mi hermana hasta que terminó sexto grado. Y después a las tareas de la casa y después a estudiar corte y confección y tareas que había en aquella época, ¿no? A nosotros se nos ofreció seguir estudiando, pero nosotros no quisimos. Hasta sexto grado. No había más”88. Hasta entonces el desarrollo en la Patagonia había sido escaso, salvo por el petróleo descubierto en 1907 en Comodoro Rivadavia. Todavía se concebía a este lugar como una “tierra maldita”. Al penal de Ushuaia era enviados los delincuentes que recibían un castigo severo no sólo para sancionarlos sino con la intención de “poblar” estas tierras. (Esa cárcel sería cerrada por Perón en 1947, pero años después los golpistas liderados por Rojas y Aramburu la abrirían para encarcelar peronistas). Toda la Patagonia (y algunas provincias del norte) era hasta ese entonces Territorio Nacional, es decir que estaba un escalón por debajo de la categoría de “Provincia”: “Yo era peronista ya en el ‘46, porque mi padre inmigrante italiano lo adoptó de lleno. Nunca militó. Él era peronista porque nosotros vivimos una época de posguerra muy dura (...) Donde la pobre gente hacía alpargatas con pedazos de cubierta de coche, clavadas con tachuela y lona, y era una época muy difícil”89. Otro militante dice: “Mi papá era (peronista), mi mamá no. Mi mamá era radical porque ella estuvo en Río Negro y en la casa de mi abuelo estaba el Comité Radical, así que lo llevaba de chica, pero como mi papá no era de los fanáticos, incluso tenía un negocito, un bolichito y siempre decía que la plata de uno es igual que la de los otros así que él era simpatizante y mi mamá 88 Coco (nacido en 1932) 89 Ítalo

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no”90. Como vimos, el golpe de 1943 despertó la expectativa de amplios sectores de la población. Los partidos tradicionales que vivían pendientes de lo que pasaba afuera, pensaban que entonces se abandonaría la neutralidad históricamente mantenida por nuestro país. Por su parte, los grupos ultranacionalistas de derecha pensaban que el golpe daría como resultado un viraje hacia un sistema autoritario del tipo europeo de ese entonces (como la Italia de Mussolini), pero también existían amplios sectores nacionales democráticos (como F.O.R.J.A.) que veían en el golpe el primer paso para descabezar al conservadorismo y sacar al país del fraude y la corrupción e iniciar un proceso de industrialización y liberación nacional. Como puede verse, los distintos sectores sociales se fueron posicionando ante el gobierno emergido del golpe. “Inicialmente en mi juventud era afiliado a la Alianza Libertadora Nacionalista, digamos un nacionalismo incipiente, en base a la situación del país que había muchas disturbios con gente de izquierda, con el comunismo y no surgía un origen de país...para tener una mejor situación económica”91. La Alianza Libertadora Nacionalista, creada en 1937 (primeramente se llamó Alianza de la Juventud Nacionalista), albergaba a jóvenes de la clase media que, paradójicamente (o no), estaban más preocupados por la presencia del comunismo antes que por el lamentable accionar de los conservadores y sus socios británicos. “En la Alianza Libertadora Nacionalista, dentro de la juventud, nuestra proclama era siempre luchar contra la influencia del comunismo dentro de la nación argentina, aunque no era un movimiento grande, pero si de apoyo (...) Quien mandaba el nacionalismo (teníamos nuestra sede en Corrientes y Suipacha92 inclusive la bombardearon), (era) el uruguayo Queraltó. Lo conocí. Un hombre bajito, si, pero era muy mental y muy organizado en todo lo que hacía. Era un nacionalismo puro, no como se llegó a mezclar que decían antes “esos nazis”, después ¿no?, la guerra... Nada que ver. Era algo tan nacional, tan puro...ahí nadie hablaba de los alemanes, ni de la guerra, ni nada. Hablábamos nada más de la libertad de la Argentina, de los militares que estaban haciendo lo que sea”93. La rivalidad con los comunistas era un clásico de las refriegas políticas de la época: “La pica era esa, que ellos querían todo revolucionario, querían un gobierno que se tire contra la clase media, la clase alta. Ellos querían formar un gobierno que, al final, si iban a un examen, no sé si tenían sexto grado. No tenían una cabeza visible de envergadura, de preparación, a pesar de que hubo algunos... (…) hombres como Ghioldi, que los hermanos eran socialistas y él era comunista, que era lo más visible, lo más tratable como persona y (…) Repetto...gente de avanzada, de un comunismo que nunca llegó a cuajar, decir “bueno tenemos representantes” (...) Codovilla era presidente del partido comunista....y tenían algunos clubes como de la Unión Obrera Metalúrgica, había una comisión, gente de izquierda, pero ya moderada”94. Ese respeto que la Alianza Libertadora 90 Tito Laspiur (nacido en 1937) 91 Agustín Brebbia (nacido en 1923) 92 Según datos de la época la ubicación del local de la Alianza Libertadora Nacionalista estaba en la esquina de las calles Corrientes y San Martín 93 Agustín Brebbia 94 Agustín Brebbia

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Nacionalista tenía por hombres como Ghioldi y Codovilla (dirigentes que no tenían problemas en caminar del brazo con el embajador de Estados Unidos o con los líderes del conservadorismo) muestra el carácter de clase que los unía más allá de las aparentes diferencias ideológicas. Aunque no se tenía esa tolerancia con las bases comunistas. Brebbia recuerda que lo conoció a Kelly: “Guillermo Patricio Kelly era otro loco lindo de la Alianza. Después de Queraltó, era el número uno. Pero estaba ya un poco dentro de la línea del nacionalismo armado, llamémosle así. No tenía muchos, a pesar de ser el número dos. No me preocupaba mucho arrimarme a él (...) Kelly quería ser diputado, pero nunca lo pusieron en ninguna lista porque era muy alocado, muy guerrillero (...) quería hacer una revolución particular con 200 tipos (...) no estaba muy en una línea como estaban Buzzeta u otros de Villa Urquiza que querían hacer las cosas por derecha y bien hechas”95. Pero también hay que decir que dentro de la Alianza Libertadora Nacionalista hubo sectores que abandonaron todo identificación con el nacionalismo de derecha y se volcaron al peronismo decididamente. En tanto, en el interior tenían gran importancia algunos partidos provinciales y así como el lencinismo cobraba protagonismo en Mendoza, en San Juan ocurría algo parecido: “El bloquismo es un partido provincial (...) se conformaba, le estoy hablando del ‘50 para abajo, (...) con tres hermanos que eran médicos y los tres eran Cantoni. Se los denominaba “los tres machos Cantoni” (...) en esa época sí, se usaba muchísimo el revólver. Mi madre me solía contar que ellos eran nueve hermanos y que mi abuelo era afiliado al “Bloquismo”, y cuando había alguna elección, mi abuelo agarraba los documentos de todos los hijos y el único que iba a votar era él, con los documentos de todos”96. Según algunos historiadores, el “Bloquismo” de los Cantoni cumplió en San Juan un papel muy similar al del “Lencinismo” en Mendoza y fueron, ambos, antecedentes del peronismo. Dentro del gobierno militar instalado en junio de 1943 había varias tendencias, pero las principales eran tres: la liberal, la pro germana y la nacional democrática (en esta se hallaba Perón). En efecto, Perón era un coronel del ejército que ya venía cobrando notoriedad entre sus camaradas de armas. Al momento de producirse el golpe de 1943 Perón era parte del G.O.U. (que fue el sustento ideológico del golpe de 1943), y ya había logrado una gran experiencia en sus diversos destinos como militar. Durante la segunda guerra mundial estuvo en Italia y Alemania como observador de la Guerra enviado por el ejército argentino. A su regreso en 1941 pronosticó la caída del Eje (Alemania, Italia, Japón), pero, a la vez, trajo consigo un gran aprendizaje político sobre lo que estaba sucediendo en el mundo. Si bien Perón hace un diagnóstico erróneo, ya que creía que el accionar de Mussolini era liberador para las masas italianas (cuando en realidad el fascismo italiano utilizó a los estudiantes y las clases medias en contra de los trabajadores, tradicionalmente socialistas), al regresar hace una práctica acertada, pues entiende que las masas deben ser protagonistas de la política interna. 95 Agustín Brebbia 96 Hugo (nacido en 1945)

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Una vez producido el golpe este coronel busca ser designado al frente de una de las oficinas más olvidadas y pequeñas del aparato estatal: el Departamento de Trabajo. Con tal motivo se instala en el modesto edificio donde funcionaba esa repartición. Posteriormente, entre el 23 y el 30 de noviembre de 1943 lograría que se le diera el rango de Secretaría (y en la práctica sería un Ministerio). “Todo eso se fue consumiendo hasta que en la revolución del 4 de junio de 1943 surge un gobierno militar con el general Farrell97 como presidente, y él nombra a un joven coronel, Juan Domingo Perón, en Trabajo y Previsión, siendo ya el inicio de una cosa muy popular que me ha tocado vivir. Ver, no vivir, porque yo soy hijo de una clase media de Buenos Aires, no tenía tantas necesidades, pero el obrero, en sí, no tenía vacaciones obligatorias y pagas. Una de las primeras leyes de Trabajo y Previsión: (fueron las vacaciones) “obligatorias y pagas”. Y a uno le daba gusto ver desde Retiro como partían los trenes, especialmente a Córdoba. Ya Mar del Plata era una cosa muy elite. Y gente de 50, 60 o 70 años que trabajó casi toda su vida, ver(los) subidos en el tren rumbo a Córdoba. En todas las ventanillas había un retrato de Perón, era característico en las vacaciones. Uno veía la felicidad, ya, inicial. Todo este proceso explota, digamos, ya cuando llaman a elecciones”98. El impacto social de estas medidas fue enorme. En Trelew (Chubut) como en varias partes del país, el ascenso del coronel Perón dentro del gobierno militar causaba agitación. Muchos se entusiasmaban con sus ideas y sus palabras, otros recelaban de ese hombre por estar dentro de un gobierno militar, producto del contexto internacional y del agitado ambiente político nacional: “Eran contados con los dedos, los que les gustaba Perón. Otros decían que era un fascista, que era la imagen de Mussolini, que estuvo en Italia, que Hitler, que era esto, que era lo otro y no querían saber nada. Y otros se formaban ya...como el partido radical. El doctor Galina99 estaba acá en Trelew. Porque las municipalidades... vos querías ser concejal y yo armaba mi partido vecinal y me presentaba para concejal o intendente, no era partido radical o peronista, (…) acá era el doctor Galina. El venía de La Plata. Los diarios venían acá cada tres días, La Nación, (…) de acá estaba “El Progreso” y había otro que no me acuerdo el nombre (…) “El Progreso” lo tenía Martelli que tenía imprenta ¿Quiénes éramos peronistas, que nos gustaba Perón? Camoletto, Manolo García y los hermanos, mi primo Pedro García y todos esos (...) En Dolavon eran pocos: Weise, Ercoreca, la familia Redondo que estaba en las chacras, Fernández, los Sastre hijos, que corrían carreras. Los Hompanera, Ortega. Después vino el maestro Arce. Durand y Williams, que esos vinieron después, el viejo Vera y los hijos, Marta Vera y la hermana también. Después ya cuando estaba armado el partido vinieron los Bonavía, Taboada, Cervantes, que murió, Castillo, Rey y otros. Pero al principio éramos Camoletto, García, Weise, Ercoreca, los Redondo, los Fernández y Julio Sastre, en aquel momento, los Araña y después ya empezaron todos los demás...eran todos chacareros. Sastre había venido de Telsen, el viejo Araña había venido de Madryn, 97 En realidad asume antes Ramírez, quién luego es reemplazado por Farrell 98 Agustín Brebbia 99 Político radical, fue presidente del concejo municipal de Trelew y primer gobernador electo del Chubut (1958-1962)

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estaba ahí con la hija...los Hompanera, (…) Castillo había venido de Buenos Aires. Se disparó a Santa Cruz echado por los conservadores y se fue allá. Él no era peronista pero se metió”100. Un joven coronel: Perón y el Estatuto del Peón Rural (1943-1945) Diariamente, en los despachos de la Secretaría de Trabajo y Previsión, Perón recibe y atiende a obreros y dirigentes gremiales que le informan de los problemas del mundo obrero. Esa particular forma de recibirlos y atenderlos brindándoles soluciones irá creando una simpatía en los trabajadores, algo que será fundamental a la hora de estallar los enfrentamientos de clase. “En mi caso yo lo escuché estando con mi esposo en Córdoba cuando, siendo ministro de Trabajo y Previsión por allá por el 43, (si mi memoria no falla) tuvo un acto en favor de los obreros de las minas de mármol de San Luis. Entonces lo empezamos a admirar porque era un militar, al que yo mucha simpatía no le tenía, porque por los militares habíamos perdido todo lo que teníamos. Porque ahí (Esquel) fue un regimiento, donde era la casa de mis padres. Pensamos que hay de todo, buenos y malos, ese fue nuestro primer conocimiento del nombre de Perón (...) lo conocimos a través de este accionar de él en San Luis y lo admiramos, admiramos su forma porque fue a favor de los obreros, cosa que no ocurría mucho en esa época, en que los horarios de labor no eran 8 horas y no eran bien pagados (...) Trabajabas de sol a sol. La vida era distinta. Para el obrero, fundamentalmente, no era nada buena”101. Será en el mundo rural donde tendrá impacto una de sus primeras medidas: “Perón apareció como coronel, pero ya tenía como persona ideales humanistas. Claro, ahora con lo que escucho de Camarones y todas esas cosas me doy cuenta con más razón que ya él tenía un humanismo y una capacidad de dirigente porque esa era la cosa que tenía él. Y todos los oficiales argentinos de carrera ¿dónde tomaban conocimiento de guerra? En Alemania. Todo el sistema militar argentino...iban los cadetes, y la carrera de oficiales, generales y todas esas cosas, iban a Alemania. Y bueno, Perón fue uno de los alumnos (...) Ah, en el ‘39 empezó la guerra, si. Pero ya estaba Perón en el gobierno cuando terminó la guerra (...) Perón no le declaró la guerra al eje...hasta el último momento...Ya cuando faltaban 5 días para terminar la guerra recién... Claro, porque él era alumno de todo ese sistema de guerra. Se hablaba todos los días. “Que Perón, que Perón” y claro...él, sin ser un personaje, fue tomando cargos que empezaron a influir en la opinión pública. Porque así más o menos es la historia. Empezó a influir en la opinión pública. Todos los días se hablaba de eso, cuando ya Perón empezó a tomar prestigio y se candidateó para presidente de la república, pero antes de candidatearse a presidente de la república él creó el Estatuto del Peón Rural, siendo él funcionario del gobierno revolucionario. Y él era un personaje militar de organización, porque él había estudiado en Alemania estrategia. Y se decía, en ese tiempo, que en los exámenes de estrategia él había llevado varias teorías a Alemania y que fueron aprobadas. Entonces como militar tenía un gran prestigio en las Fuerzas Armadas argentinas, por ahí se destacó él (...) 100 Pedro 101 Eva Marchand de Quintana

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Entonces cuando hizo la ley del Peón Rural, eso fue una bomba”102. Efectivamente, fue una “bomba”, porque vino a agitar y destruir la “armonía” que la oligarquía y el conservadorismo habían fabricado y mantenido por muchísimos años. La medida fue anunciada oficialmente el 15 de octubre de 1944, mediante un discurso pronunciado por el Coronel Perón en la localidad de Junín. La importancia de esta medida está en que: “El Estatuto del Peón señalaba el jornal mínimo que debían cobrar los trabajadores rurales, las normas que obligaban a su descanso, tanto dominical, como durante la jornada de labor, las prestaciones de carácter alimentario y habitacional en condiciones de abundancia e higiene, así como las condiciones de higiene en el trabajo, provisión de ropa y calzado, asistencia médica y farmacéutica, vacaciones pagas e indemnización por despido”103. El Estatuto vino a romper las relaciones esclavizantes que había en el campo: “Los peones, en la mayoría de las estancias, dormían debajo de las plantas. Vivían bajo las plantas. Cuando llovía llevaban todas sus pilchas y sus cosas personales al galpón (…) ahí tenían una pequeña matera y la “morocha” con la cual tomaban mate y la olla con la cual cocinaban, salvo los lugares donde las estancias tenían un sector de su campo con un encargado o capataz o...puestero...Tenían puesteros que ganaban un poquito más que los otros y les daban toda la comida. Se les daba por mes la provisión. Por ahí estaban un año, cinco años, diez años o veinte años y si estaban bien integrados no los echaban nunca, pero si no, los llevaban a la estancia y mandaban a otro. Y quedaban medio descalificados. Así que cuando apareció el Estatuto del Peón... cuando apareció el Estatuto, Dios me libre, fue un ¡bum!”104 Perón fundamentaba la medida diciendo que “la situación de los peones había llegado, en ciertas oportunidades, a ser una forma disimulada de la esclavitud”105. “Entonces el sueldo mínimo se puso en 25 pesos. Porque antes existía solamente el Departamento de trabajo, en cada pueblo grande o cabecera de partido, en el caso del Partido de Villarino era Médanos la cabecera. Médanos queda cerquita de Bahía Blanca, 50 km. Entonces ahí había (una) delegación de Trabajo. El peón iba, hacía la denuncia o hacía la declaración y al patrón no lo citaban nunca. No lo citaban nunca a declarar ni nada. Además estaba todo arreglado. El encargado del departamento de Trabajo era un personaje que estaba todo arreglado”106. Antes de que Perón asumiera su cargo, el Departamento de Trabajo era una formalidad, pero no tenía ningún efecto positivo para los peones: “Cuando Perón hizo el Estatuto del Peón Rural, estos quedaron bajo la orbita del Estatuto del Peón Rural con todo el reglamento. Y el reglamento era que le tenían que dar hospedaje, le tenían que dar para higienizarse, el baño y le tenían que dar el sustento o sea que había que poner cocinero. Y comedores grandes, según el caso (…) figuraba el sueldo y lo elemental que el dueño del campo le tenía que proveer, (también creó) la Ley de 102 Marcelo Pío Fuhr 103 Norberto Galasso, Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit, p. 238 104 Marcelo Pío Fuhr 105 Perón, “El Pueblo quiere saber de qué se trata”, p. 243, citado por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, p. 239 106 Marcelo Pío Fuhr

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Aparcería Rural, por todas las injusticias que yo te comenté al principio”107. La reacción del sector oligárquico no se hizo esperar, “Ah, lo querían matar. Y había plata ¿eh? Si, si...Había plata para matarlo. Cualquier guita había para matarlo. Había que asesinarlo, así era. ¡Uh!, en ese tiempo no había “peronistas y no peronistas”: peronistas y anti peronistas. ¡Uh, yo me hice odiar! porque yo fui siempre con mi padre”108. La Sociedad Rural puso el grito en el cielo con odio racial. En sus publicaciones protestaba contra el Estatuto, diciendo: “No hará más que sembrar el germen del desorden social, al inculcar en la gente de limitada cultura aspiraciones irrealizables, y las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón, en comodidades y remuneraciones (...) La vida rural ha sido y debe ser como la de un manantial tranquilo y sereno, equilibrado y de prosperidad inagotable”109. Pero, increíblemente, la Sociedad Rural contaba con el invalorable aporte del Partido Comunista que, por boca de Rodolfo Ghioldi, defendía a los ricos estancieros: “el estatuto, bajo la apariencia de proteger al Peón -sin ampararlo, en realidades, en suma, un estatuto contra los campesinos”110. En esos meses, por medio de un decreto, el gobierno declaraba de utilidad pública los elevadores de granos (que posteriormente serían nacionalizados). En Trelew (Chubut) también hubo reacciones del sector patronal: “No es justo que por salvar la mala situación del Peón, haya que sacrificar y arruinar muchos hogares y pequeños capitales como las que hemos mencionado anteriormente (...) debe modificarse urgentemente el artículo 18 del estatuto del Peón. Que no sean los patrones que tengan que pagar obligatoriamente las enfermedades que puedan contraer los peones a su servicio (...) Eso sería arruinar por completo un hogar, una familia entera, para salvar la vida dudosa de un Peón que se enfermó de tal o cual enfermedad grave y que no está amparado por la ley de seguros sobre accidentes del trabajo”111. Aunque fuera sólo por haber generado estas reacciones, el peronismo ya está justificado. Los trabajadores en Chubut (1944 - 1945) Poroto Thomas, nacido en 1920, cuenta como eran aquellos años (mediados de los cuarenta) en la zona de Comodoro: “todavía no éramos peronistas...en realidad que no éramos...pero yo...mi vocación empezó en Comodoro Rivadavia...Ahí estuve un año trabajando y vi las injusticias que se cometían en todos lados. Viejitos que los tenían ahí maltratándolos, entonces me puse medio rebelde y estos chicos catamarqueños me apoyaban”112. La gran cantidad de mano de obra extranjera había llevado a los diversos gobiernos a promocionar las migraciones internas para poblar 107 Marcelo Pío Fuhr 108 Marcelo Pío Fuhr 109 Enrique Silberstein, “¿Por qué Perón sigue siendo Perón?”, Ed. Corregidor, 1972, p.78, citado por N. Galasso. Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., p. 239 110 Roberto Ferrero. “Del fraude a la soberanía popular”, p. 301, citado por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., p. 240 111 Carta abierta de Camilo Giamberardino, en Diario El Pueblo (Trelew), 7 de diciembre de 1945. 112 Juan F. “Poroto” Thomas (nacido en 1920)

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esta región con compatriotas de otras provincias. Los laboriosos trabajadores catamarqueños fueron el grupo más numeroso dentro de los obreros del petróleo, tanto que en 1940 fundaron “el Centro Catamarqueño, Mutual y Cultural de Comodoro Rivadavia”113, para de esa manera mitigar el desarraigo y mantener vivas sus tradiciones culturales. “Había un viejito que me decía “ojalá se quede don Thomas” y los muchachos ya habían hecho unos cartelones y me ponían el “rubio rebelde” (...) Después había chicos que trabajaban en la boca del pozo, en los caños, eran maestros...Yo vivía en Comodoro en ese entonces e iba siempre a comprar verduras, ahí estaba Ángel Solari”114. Difícil resulta saber si Thomas hacía referencia a familiares del gobernador militar de Comodoro Rivadavia. Solari fue, primeramente, gobernador del Territorio Nacional del Chubut, en 1943; luego gobernador de la Zona Militar de Comodoro Rivadavia entre el 31/05/44 hasta el 15/11/45. Recordemos que la Zona Militar creada en mayo de 1944, se transformó luego (1945) en Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia, debido a razones estratégicas (petróleo). Esta zona abarcaba la parte sur de Chubut y norte de Santa Cruz (algo asó como una provincia intermedia). El objetivo, queda dicho, era proteger ese importante recurso natural. Entre las obras más destacadas realizadas por el gobierno militar se hallan la Cámara de Apelaciones (en 1945), el colegio Nacional (1947) y otros edificios que venían a conformar el “centro cívico” de la ciudad. “Los Solari vendían las verduras y todo. Lo que no podían vender los chacareros, se lo compraba él y lo vendía a la gente más barato de lo que le costaba. Y le hice el comentario de estos dos chicos maestros y entonces él me dice “bueno ¿porqué no los traes mañana a estos chicos?, vamos a ver adonde los podemos ubicar”, Solari era fanático peronista y entonces los ubicamos. Al otro día me fui a comprar y le pregunto “¿hay alguna novedad con respecto a los chicos?”, “mirá ya los tengo ubicados, traémelos mañana yo les voy a dar aquí los puestos, uno a Sarmiento y el otro a Río Mayo” y ahí empezó, ya me estaba gustando el asunto”115. Don Poroto cuenta las injusticias que veían en la región petrolera: “Y después la gente, los jefes de ahí eran malísimos. Eran medios capos. Trabajaban con el revólver en la cintura, con un látigo. Un día me mandaron a trabajar a la boca del pozo y había un vasco al que los chicos le tenían miedo, la gente de edad le tenía miedo. Le digo “acá me vengo a presentar de parte de la División Central”. Dijo “hágame una zanja”, de malos modos, altanero el vasco, “bueno dígame para que lado tengo que rumbear”, “¡usted me la hace!” dijo. Agarré la pala se la tiré y me vine cuesta abajo, arriba de las lomas, a Y.P.F.. Fui para allá y me manda a buscar con unos chicos de ahí del pozo para que fuera, que, si no, me iba a fajar. “Bueno, que venga nomás” dije y yo seguí y no vino el tipo, se quedó en el molde y yo me fui hasta la División Central hasta la oficina de Y.P.F., hice una exposición del mal trato que estaban haciendo con la gente. Ya en ese tiempo estaba trabajando la obra social116, acomodando las cosas y le hice una exposición ahí al jefe y parece 113 Clemente Dumrauf .Historia de Chubut, editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1996, p.450 114 Juan F. “Poroto” Thomas 115 Juan F. “Poroto” Thomas 116 Se refiere a la Secretaría de Trabajo y Previsión

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que le llamaron la atención. Yo fui mal ubicado porque yo no era para estar ahí en el pozo, yo había sido de “geología” y había un viejo ahí que me cambió, me mandó ahí de buenas a primeras para acomodar a un sobrino. Eso fue en el año cuarenta y cuatro”117. Empieza a sonar el nombre de Perón y las reformas sociales que se venían; “Se rumoreaba. El viejo Solari me explicaba, “eso lo vamos a tener que arreglar, todas esas cosas”. Ya me empezó a gustar. En ese lapso de tiempo iba y los tenía en jaque a los jefes de perforaciones. Una mañana nos mandan a trabajar a la boca del pozo a las seis de la mañana, ni pagaban las horas extras. Fuimos y eran las dos de la tarde y no venía el camión a buscarnos (tenía que venir el camión a buscarnos a las doce, ya llevábamos dos horas atrasados). Entonces cae justo el jefe y le digo al jefe “¿que pasa con el camión que nos tenía que venir a buscar?”, porque los muchachos tenían miedo de hablar, yo era más encarador. Dice “ya va a venir a buscarlos” y se subió al auto el tipo. Le digo “no señor, ahora voy yo con usted, vamos. ¿Estamos? y vengo con el camión” y abrió los ojos el jefe. ¡La gran flauta! y bueno ahí llegó el camión y los llevé a los chicos. Y ahí fui engranando más o menos (...) No había sindicalistas. Habría por ahí alguno perdido, pero muchos tenían miedo acá (...) Después vino también un jefe a ver como se manejaban las herramientas, las cosas que teníamos que tener, y empezó a hablar el ingeniero y dice “ustedes tienen zapatos de protección para los pies (...) y ustedes tienen este seguro que es para cuando uno anda arriba de la torre” (unas torres de 30 metros, casi, de alto). Le digo al ingeniero “¿adonde están todas esas cosas? Nosotros nunca las vimos, estamos subiendo a mano. Esa es una condena injusta y ¿si nos pasa algo?”. Porque ya me había quedado medio colgado yo. Me salvó un muchacho o me caigo como de 15 metros. Dice “ya les vamos a mandar”. Nos tenían que dar el equipo, esos buzos que hay para el frío, zapatos, guantes, gorras de protección, esos casquitos redondos. No teníamos nada. Crudos íbamos ahí y ahí no les empezó a gustar a los jefes (...) Medio, porque había que ser así, porque no era justo. “Los guantes (me dijo el tipo) los ha de tener el jefe acá”, le digo “mire vamos a ser sinceros, los guantes no están acá, los guantes que ustedes dan están en una tienda en Comodoro Rivadavia”. Así hacían negocios los tipos, ¡que hijos de puta! ...Y bueno así fui luchando con ellos. Al final mi primo me manda a buscar, a ver si quería venir acá a la municipalidad. Un trabajo lindo para mí, para que no tuviera tanto frío”118. Poroto cuenta cuando llegó a Trelew: “En el, cuarenta y cinco, en febrero del cuarenta y cinco. Y me saqué un peso de encima. Pero quedó allá (Comodoro) algo de lo que yo hablé y ahí se ve que han ido tomando fuerza. Yo les decía “reúnanse, júntense, tenemos que salir adelante sino no puede ser. Ahora que esta Perón arriba, que es de bienestar social”. Ya empezaba a hablar. “No te vayas”, me decían los chicos, me querían poner de delegado ahí y vine acá y empecé a trabajar en la Municipalidad. Estuve hasta el año ‘52. Si, después conocí mucha gente. A mi me trajo mi primo, y Rodríguez Gómez era comisionado. Rodríguez Gómez trabajaba en el Banco Nación, porque antes nombraban comisionados, no eran intendentes ni nada y ahí conocí 117 Juan F. “Poroto” Thomas 118 Juan F. “Poroto” Thomas

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mucha gente. Después ya vinieron de Buenos Aires (...) a instalarse, Gas del Estado (...) Trabajo y Previsión, obras sociales y se empezaba a mover y así que ahí ya me hice peronista. Empezamos a trabajar con la gente y con mi primo y empezamos a formar el Partido Peronista”119. En efecto, los comisionados municipales eran designados por el gobernador del territorio que a su vez era designado por el gobierno nacional. En el caso de Rodríguez Gómez, fue designado por una Resolución ministerial en marzo de 1944 y se desempeñó hasta el 2 de febrero de 1946, fecha en la que renunció. Por esa época ya se van formando los sindicatos en esta zona “el único que había acá, que estaba, era el de la construcción (...) pero era un sindicato...de la zona (...) Después con el tiempo si, eso ya pasó a Trabajo y Previsión. Y ahí se formó todo, todas esas cosas lindas...Y después luchamos nosotros para que no se vaya abajo, para conquistar a la gente. Costaba, había muchos radicales. Socialistas no había, pero había de esos particulares que eran gente de los viejos, que eran caudillos. Ellos presentaban su candidatura y si ganaban, ganaban y si no a otra cosa”120. Otro testimonio sobre la época lo aporta Roberto Fernández, quien ingresó a Vialidad Nacional siendo muy joven, tenía “18 años, en Vialidad Nacional. 1 de febrero de 1945. En ese tiempo entré. Yo nunca fui un potentado, viví bien, no le voy a decir que no, pero no un potentado. Yo entré de ayudante herrero, porque había una vacante en Vialidad Nacional y en ese tiempo se trabajaba con carretilla y pico y pala. No había otra cosa. Entonces había que afilar los picos, que era en el yunke con la fragua. Había un herrero que era el jefe mío ahí, así que yo le metía la puntita al martillo, hacer las puntita a los picos, todo. Pero mi profesión ya tiraba para (la) mecánica, yo ya hacía cursos de mecánica. Hasta que entrando en Vialidad llega el momento que me pasan al taller (...) trabajé en talleres mucho”121. A través de las diversas medidas a favor de los trabajadores, el nombre de Perón ya resonaba en todo el país: “Yo lo empiezo a sentir antes de que ganara las elecciones del ‘46. O sea, yo estaba trabajando en una casa de fotografía de aquella época, en “Newman”. Estuve trabajando seis meses durante mis vacaciones de escuela. Ahí ya se empezaba a hablar, ya era el ‘45. Se empezaba hablar de Perón. Por ejemplo la muchacha que hacía el papel de sirvienta en la casa de Newman, que hablaba conmigo y que hablaba con la familia Newman, ya hablaba de Perón y estaba a favor del peronismo. Yo tenía trece o catorce años, recién empezaba a escuchar algo”122. “Yo escuchaba a mi padre hablar del peronismo (...) Perón empieza en el ‘45. Ahí empezamos a escuchar, a nombrar los discursos de Perón. Y ahí empieza el peronismo, porque es de la familia. Uno nace pegado al padre que es peronista y se hace peronista y nosotros seguimos la misma cadena (...) Nosotros somos peronistas ya con la camiseta puesta (...) Era albañil mi papá. Jornalero”123. Casi todos coinciden en señalar que se empieza a escuchar el nombre de Perón “cuando subió Perón, o sea, antes cuando él ya empezó 119 Juan F. “Poroto” Thomas 120 Juan F. “Poroto” Thomas 121 Roberto Fernández 122 Coco 123 Eusebio Guiñazú (nacido en 1933)

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a hacer la política, porque él estaba en las Fuerzas Armadas, (...) nosotros lo escuchábamos por radio. Hasta que desgraciadamente lo metieron preso, pero con el mismo pueblo...lo sacaron”124.

124 Gregorio Robledo

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Capítulo 4 17 de Octubre de 1945: el día que cambió la Historia (1945 – 1946) “Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa fresca del río” Raúl Scalabrini Ortiz125 Perón había desarrollado un fuerte contacto con los trabajadores. Para ello abrió las puertas de la Secretaría de Trabajo y Previsión atendiendo personalmente los diversos reclamos del sector obrero. Sabía que junto a las masas se podría llevar adelante un proceso de liberación nacional que cortara los lazos de dependencia que asfixiaban a nuestro país. El plan del grupo de militares nacionalistas democráticos apuntaba a un fuerte proceso de industrialización, mejor redistribución del ingreso, fortalecimiento del mercado interno y una política exterior independiente. Este accionar de Perón molestó a los tradicionales enemigos del pueblo (oligarquía terrateniente, a los conservadores del Partido Demócrata Nacional y al nacionalismo oligárquico), irritó a aquellos que iban perdiendo ascendencia sobre las masas (socialistas, comunistas) y también enojó a un sector del ejército que veía con desconfianza el accionar social de Perón, ya que les parecía “comunizante”. Todo contribuyó a que poco a poco fuera tomando forma un frente opositor al gobierno de facto y sobre todo un frente contrario a Perón, quien a medida que pasaban los meses cobraba mayor protagonismo dentro del gobierno merced al apoyo de los trabajadores. Los obreros brindaron su confianza a Perón cuando empezaron a ver que los conflictos laborales se resolvían mayormente a su favor. Poco a poco se iban logrando conquistas sociales, salariales y de trabajo. Algunos se sorprendían de ese militar que los atendía en su despacho todos los días y siempre estaba dispuesto a charlar sobre las dificultades que vivían los trabajadores. El marco político estaba dado por la Segunda Guerra Mundial y el inminente triunfo de los Aliados. En este sentido la neutralidad argentina era sospechosa, tanto para los Estados Unidos como para las clases medias locales y por eso el triunfo aliado se tomó como propio por los enemigos de Perón, que veían en él la imagen de los totalitarismos y sin embargo no veían al monstruo cercano que explotaba a nuestro país: el Imperio Británico. Perón había ido logrando más cargos dentro del gobierno (incluido el de vicepresidente) sin perder el control de la Secretaría de Trabajo y Previsión. El creciente malestar dentro de las filas del ejército provocó gran presión y de esa manera Perón se vio obligado a renunciar a sus cargos, lo que sucedió el 10 de octubre de 1945. En la noche del 12 de octubre fue detenido y llevado preso a la Isla Martín García. La noticia corrió velozmente de boca en boca por todos los barrios de Buenos Aires y de las provincias más pobladas de esos momentos. Los obreros no estaban dispuestos a ceder sus conquistas y por eso salieron a la calle para rescatar a quien encarnaba sus reclamos y se había ido convirtiendo en su voz. Los diarios oligárquicos, los conservadores y sus socios liberales (socialistas, comunistas, radicales 125 En Raúl Scalabrini Ortiz y la penetración inglesa. Norberto Galasso, Centro Editor de América Latina, 1984, Buenos Aires, p. 68

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unionistas) no comprendieron jamás el 17 de Octubre y lo atribuyeron todo a una manipulación. Pero “Perón no creó el 17 de Octubre; sería más correcto decir que el 17 de Octubre produjo a Perón”126: La maravillosa jornada popular del 17 de Octubre arrancó en los ingenios azucareros de Tucumán y se fue extendiendo a Santa Fe y la Provincia de Buenos Aires: “hasta que surgió el 17 de Octubre en el ‘45 que fue algo espontáneo, no organizado. Se pararon las fábricas, especialmente el apoyo de las fábricas lindantes con la provincia de Buenos Aires donde estaba Framini y otros líderes gremiales, entonces ya ahí el peronismo se empezó a hacer, a tener su cuerpo para llegar a las elecciones”127. Esta observación de Brebbia es muy importante, sobre todo para que le presten atención esas sectas de “historiadores” críticos del peronismo que dicen que en realidad la movilización fue “preparada”. La queja habitual es decir que la policía no reprimió severamente la movilización ¡Como hubieran disfrutado esos críticos si la policía hubiera disparado contra la multitud! Así suelen ser los campeones de la libertad, que no alcanzan a comprender que muchos de aquellos agentes policiales vivían en los barrios pobres del conurbano y probablemente tendrían a muchos de sus amigos y parientes entre los movilizados...Y por otro lado es muy importante para que tomen nota todos aquellos que, políticamente, desconfían de la espontaneidad de las masas. “El 17 de Octubre (...) estaba todo paralizado...Toda la gente corriendo, haciendo esos 6 o 7 kilómetros desde Villa Urquiza hasta Plaza de Mayo y ahí vimos, yo creo que debe haber sido la primera vez que se llena la Plaza de Mayo con un millón de personas, pero era tremendo la gente como venían de todos lugares de la capital federal y de la provincia de Buenos Aires. O sea, fue un movimiento que no hubo que organizar que vengan de otras provincias, no. Fue simultáneo, pero con las provincias cercanas, nada más. Inclusive gente que aprovecha dentro del comunismo a tentar a gente joven, que me tocó vivirla, que me dieron, en aquella época, una botella tipo molotov para que la tire contra un micro. Le digo “Andá a tirarla vos”, y enseguida lo corrimos, porque ya estaban infiltrados...en la cosa sucia digamos, porque era una cosa tan limpia, tan original, que el gobierno, (cuando (Perón) estaba exiliado en la Isla Martín García, que estaba el gobierno militar), quien estaba arriba tuvo que salir a la Casa Rosada al balcón, firmar y tirar al pueblo la libertad de Perón, con el escrito. Y ahí fue cuando entraron los primeros al balcón y por primera vez se enarboló una camisa que los llamó “descamisados”. Con una bandera argentina y en un mástil uno puso una camisa y desde ahí le llamaron el movimiento de “descamisados”. Eso también como anécdota, porque el gobierno militar estaba sitiado por el pueblo y ahí nomás tuvieron que hacer traer de Martín García (a Perón)”128. En realidad, esa noche en Plaza de Mayo, a Perón le acercaron banderas con inscripciones a favor suyo y de Farrell. El episodio de la camisa atada al mástil a manera de bandera, sucedió el 14 de diciembre de ese año en plena campaña electoral. Perón había finalizado un discurso en Plaza de la República y un obrero le acercó un asta con una bandera argentina que tenía además anudada al mástil una 126 Jorge Abelardo Ramos. Revolución y Contrarrevolución en la Argentina. Volumen II, op. cit., p. 293 127 Agustín Brebbia 128 Agustín Brebbia

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camisa. Era la institucionalización del término “descamisado”, que la oposición le lanzó al peronismo despectivamente. Sin embargo, ese término fue significado no como un insulto, sino como un pedazo de identidad de clase de los trabajadores que lo adoptaron orgullosamente... El grupo de la Alianza Libertadora Nacionalista, en el que estaba Brebbia, era de “alrededor de 120, 130, de Urquiza, estarían otros nacionalistas del centro, de la provincia de Buenos Aires, donde no nos conocíamos personalmente”129. Los nacionalistas interpretaron con simpatía la movilización popular como algo “muy grato, muy alegre porque, era decir: “no somos 150 locos nosotros”, (eran) miles y millones de personas. Y cuando se dio las elecciones se vio que todo el país, o más o menos, se dio una gran victoria, especialmente en el ‘46"130. La entrada de las masas (o más bien su regreso) a la escena política argentina era un cambio impactante en las formas de participación popular. Esto hizo que desde los diversos sectores (incluido el conservadorismo) se pronosticara el fin de una era: “cuando vino el 17 de Octubre yo tenía 17 años y mi padre estaba en el concejo deliberante. Era alcalde, que ahora sería como un intendente, era Isla Maciel y Dock Sud y nunca voy a olvidarme lo que me dijo, porque vimos pasar las caravanas el 17 de Octubre. Fue algo maravilloso la caravana de gente, las cosas que se empezaron a hacer en nuestro país. Él nos llamó a mi hermano y a mí, (yo soy la mayor), mi hermano con 14 años y nos dijo, porque era un hombre que veía un poquito más allá, “lo nuestro se termina, tu padre no va a ser más lo que es ahora, pero el país va a adelantar mucho”. Tal es así que fue perseguido por conspirar contra Perón, cosa que jamás hizo. Y él jamás conspiró contra Perón, nos enseñó quien era Perón. Nos fuimos a la quinta, a Glew, en el año ‘45, yo fui en diciembre, de eso me acuerdo. Mi padre se había ido antes a reparar la quinta. Y ahí murió, en el ‘49, así que nos fuimos de la Isla. Ya nos quedamos en Glew”131. El 17 de Octubre quedó grabado en sus ojos y su memoria: “Las imágenes de toda la gente que venía del interior, de los pueblitos del interior, Avellaneda, Banfield, Lomas, Lanús, todo. Todo el movimiento de la gente, pasar por los puentes, la gente de los frigoríficos, de los astilleros, era todo una fiesta (...) el único que manejaba ese conventillo era él, ahí había gente de todas las provincias, y entonces Don Francisco Fuentebuena era el único que ponía orden ahí adentro, porque era como siempre: el que tomaba, el que no tomaba, el que hacía problemas, pero todo el mundo salió de ahí para ir a la Plaza. Mi papá no fue a la Plaza, nos quedamos en la Isla”132, (era dirigente conservador). “Mirá: yo, cuando a Perón lo meten preso...el 17 de Octubre, estaba en San Cayetano133 y nos fuimos en camión con latas, con tarros, con bombos (...). Hasta que lo soltaron (...) he estado en la Plaza. Si, había mucha gente (...) nosotros fuimos atrás de un camión, 500 kilómetros”134 “Y ahí tenía 7 años, 8. Estaba asustado porque la gente había salido toda afuera. Éramos pibes. 129 130 131 132 133 134

Agustín Brebbia Agustín Brebbia Elena Fuentebuena Elena Fuentebuena Provincia de Buenos Aires José Manuel Ulloa

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Lo que menos pensábamos era que se trataba de una revolución. Uno con el tiempo, decís claro, ¿como no íbamos a estar asustados?, si no sabíamos lo que pasaba y, encima, la cantidad de gente que iba para el centro. Yo vivía ahí, me crié en ese barrio (Villa Urquiza) hasta los 22 años. Después me mudo a La Plata”135. A partir de allí, Perón se convierte en candidato natural de la clase obrera para las elecciones que el gobierno decidió convocar (originalmente se pensaban realizar el 7 de abril, pero finalmente se adelantaron para febrero de 1946). “En Urquiza estaba Buzzeta, era un hombre que trabajaba en el famoso diario Tribuna, nacionalista, él era corrector. En el Diario Tribuna había grandes cabezas del nacionalismo, se me van los apellidos... uno de los dueños del diario Tribuna, fue uno de los que incluso me firmó para ser fiscal en la elección del ‘46”136. El diario Tribuna surgió en octubre de 1945, a partir de un acuerdo de Perón con los nacionalistas con vistas a la campaña electoral. “La alianza quedó sellada. Ese mismo 30 de octubre empezó a aparecer el diario Tribuna, dirigido por Lautaro Durañona y Vedia, una de las mejores plumas del nacionalismo. El titular del primer número era toda una definición: “El pueblo ya hizo su elección.” Durante toda la campaña electoral, Tribuna fue un eficacísimo instrumento de lucha”137. En Tribuna escribieron Fermín Chávez y Leonardo Castellani, entre otros. El diario Tribuna se mantuvo en las calles hasta mediados de 1947. Sin embargo, a pesar del aporte que el nacionalismo realizó a la campaña de Perón, fue uno de los sectores que contribuyó (al menos desde sus cuadros más altos) a derrocar al peronismo en 1955. Y se hizo peronista... La particular composición del peronismo ofrece casos llamativos. Es sabido que en general el conservadorismo se opuso al naciente peronismo (y luego al peronismo en el poder), pero la conmoción (y extraordinaria amplitud) que causó este movimiento nacional de masas llegó a hacer tambalear a las estructuras de los dos grandes partidos: Conservador y Radical. Por ello se pueden dar casos como el que relata Fuhr, quien cuenta que su padre, dirigente conservador, pasaría luego al peronismo: “Mi papá fue conservador. Cuando apareció Perón se hablaba todos los días en casa. Con los amigos, con los parientes. Mi padre tenía taller mecánico, yo pasaba con él ahí. Entonces se reunieron los radicales y los conservadores, en Pedro Luro fue eso. Y “¿qué hacemos y qué hacemos?”. Había algunos que eran envenenados anti Perón y había otros no, que lo veían como un equilibrio, que lo veían como una necesidad... “¿por qué no vino antes? ¿Servirá para algo? ¿No pasará como ha pasado con otros?” Y todos tenían miedo de largarse por Perón y quedar desbancados de todo. Entonces, en una de las últimas reuniones que hicieron yo me acuerdo que papá...él era muy amigo también de los radicales, el viejo era más abierto (...) cuando pasó eso tenía que decidir. Se reunían los partidos de Pedro Luro y en casi todos los pueblos hacían lo mismo, se reunían y se hablaba y “¿qué hacemos, y qué 135 Osvaldo Rubbo (nacido en 1938) 136 Agustín Brebbia 137 Félix Luna. El 45. Hyspamérica Ediciones Argentina, Bs. As., 1984, p. 419

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hacemos?”. Claro, los grandes terratenientes y luego de ahí seguían los comerciantes, los peluqueros (...) Y cada uno tenía líderes de ese sector de la sociedad que empezó a existir, que empezó a existir. Porque en la opinión pública se empezó a crear un ambiente de opinión muy importante con Perón de líder y lo que estaba sucediendo de Perón para abajo. O lo que se podía esperar “¿Y si no va?”. Había peguntas...entonces la última reunión que mi viejo participó de eso “¿y Pío, qué vas a hacer vos?” “Y yo me voy con Perón”, así fue (...) Eran los radicales los que más le daban a él, porque Pío estaba visto como una persona estable. Él siempre estuvo entre los dirigentes, siempre. Nunca cometió injusticias (...) “Yo me voy con Perón”. “Pero Pío” y lo querían convencer. “Si, si, si, Yo tengo siete hijos, así que”...Ah, y ya prometía, pero en buena escala prometía. Él creó la Secretaría de Trabajo y Previsión”138. En este episodio se puede apreciar como los radicales (unionistas, sobre todo) y los conservadores deciden reunirse para combatir al coronel. Las reuniones entre los partidos más grandes de aquellos momentos (radicales y conservadores) eran para unificar fuerzas con vistas al proceso electoral que se avecinaba y así trataban de presionar a aquellos que podían volcarse hacia Perón. Otro tanto ocurrió con gente del radicalismo. Elena cuenta que su marido, como tantos otros, “Yo creo que era radical. En sus comienzos era radical. Pero después se volcó al peronismo y ya nunca más. Cuando murió Perón se enfermó. Cuando murió Evita no había quien lo parara de llorar”139. Aunque aquella noche del 17 de Octubre Perón fue virtualmente proclamado candidato para las elecciones presidenciales, y más allá de la posición triunfante (social y políticamente), el coronel necesitaba crear de la nada una herramienta legal: un partido político propio. “Ah...Entonces se forma el comité. ¿Con quién se alía Perón para tener partido? Con Cipriano Reyes. Cipriano Reyes tenía el Partido Laborista. Nunca ganaba nada, nunca sacaba nada. Creo que metió un diputado en la cámara de diputados de la Nación (...) pero nunca pasaba nada (...) cuando iba a formar el Comité Laborista, mi papá era el presidente del Comité y yo era el secretario, porque los dos éramos los que más trabajábamos para la elección de Perón. Entonces nos nombraron. Allá, se hizo reunión de vecinos de Pedro Luro, “bueno vos Pío sos presidente, y Marcelo puede ser el secretario”. Nadie dijo nada, listo, aplaudieron, ya. Así se formó el primer comité, en Pedro Luro, del partido Laborista de Cipriano Reyes. Con ese llegó Perón al gobierno, Perón – Quijano. (...) realmente Perón sería socialista. Antes se conocía el socialismo. Después, el “peronismo” se puso porque él era el dueño de la idea, pero nosotros seríamos socialistas (...) nosotros hicimos la campaña, porque yo ya hablaba en actos públicos, tenía 20 años. Y había que contar las cosas que había hecho Perón, que estaba haciendo (...) 20 años, ¿de dónde iba a sacar yo capacidad? Pero antes era así. Me enseñaban a hablar (...) Hablar de los que se había hecho y de lo que había para hacer (...) se hacían igual que ahora. Usted tenía el palco, subían 6 o 7 personas. La campaña para la primera presidencia, ¡oh!, eso fue fabuloso... cuando me tocaba hablar a mí en 138 Marcelo Pío Fuhr 139 E. Fuentebuena

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público, pero aparte eso lo hablaba todos los días con cada uno. Yo iba a una chacra y hablaba para el arrendamiento y todas esas cosas. Estaba en el 38% y ellos también estaban pagando el 38%, pero lo bajó al 30% primero, creo ¿eh? Lo bajó al 30% y después, al último, cuando ganó la primera elección, lo pasó al 18%. Porque no me acuerdo, hubo dos o tres elecciones ahí cerquita. Entonces ahí era donde yo hablaba con toda la gente. Me habían dado un jeep amarillo, sin techo, con combustible y andaba todos los días en los campos, todos los días. Iba a visitar las estancias. ¡La flauta! Era triste, era triste. ¡Bajo las plantas se tenía el campamento! Y una chapa, por ahí, que le resguardaba un poquito, o un cuero de vaca y con eso hacían reparo”140. Para hablar con los peones había que sortear el problema del patrón: “yo siempre primero al dueño del campo, al mayordomo iba a saludarlo para que sepa que yo estoy, que...vengo a habilitar gente para que vayan a votar... ¡mentira!” 141. Evidentemente pedirle permiso al encargado era una buena estrategia para hacer proselitismo. En la ciudad, el peronismo tuvo un gran caudal popular. En el campo, los dueños de estancias se opusieron al peronismo porque venía a alterar el “orden”. Incluso, por la relación que tenían con los peones, trataban de influir sobre ellos para que no se volcaran hacia el coronel. En la ciudad, los nuevos obreros industriales empezaron a palpar las ventajas y beneficios sociales conquistados y puestos en práctica mediante la acción de ese hombre de la Secretaría de Trabajo y Previsión. El sindicalismo tradicional había estado en manos de los dirigentes comunistas y socialistas que rápidamente perdían ascendencia sobre la masa: “Mi viejo no sólo venía del socialismo sino que además era chapista igual que yo, igual que mi hijo y él hacía la rosa, a martillazos. La rosa que se ponía en los locales del socialismo. Mi papá termina siendo peronista (...) de arranque mi vieja era una peroncha, pero era por convencimiento de su corazón, no porque mamá sea leída ni nada por el estilo. Papá si, papá era de leer, de informarse de debatir. Mamá católica”142. “mi padre era radical, y él se hizo peronista igual que yo. Vio todo lo que hacía”143. En Mendoza, como en todo el país, el peronismo se fue conformando con gente de diversas extracciones políticas opuestas al régimen fraudulento que había gobernado el país por años. De manera que el nuevo movimiento político, el peronismo: “Fue una fracción del radicalismo que se abrió, que ahí fue el peronismo incipiente, en Mendoza y creo que en muchas partes del país. Se llamaba Unión Cívica Radical Junta Renovadora. Mi familia, en Mendoza, siempre tuvo participación política, pero siempre estuvieron en contra del radicalismo y del conservadorismo que eran los que manejaban. (Mi familia) Era de un partido provincial (como viene a ser acá (Chubut) el PACH144). En Mendoza se llamaba Partido Lencinista. Lencinas, un caudillo mendocino. Mi familia (que yo no tengo noticias de ello porque yo no viví esa época), mis padres y mis abuelos eran lencinistas. Cuando esa fracción del radicalismo que se llamó Unión 140 141 142 143 144

Marcelo Pío Fuhr Marcelo Pío Fuhr Héctor Cassia (nacido en 1943) Gregorio Robledo En Chubut, Partido de Acción Chubutense, desprendimiento del radicalismo.

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Cívica Radical Junta Renovadora que fue el incipiente peronismo, todos los partidos chiquitos como el lencinismo en Mendoza, (y había en San Juan los Cantoni, en San Juan también esa fracción) se aglutinaron allí en ese incipiente peronismo, que después al muy poco tiempo se transformó en el Partido Laborista, que a la cabeza estaba Cipriano Reyes. Con el tiempo ese Partido Laborista se transformó en el Partido Peronista y hoy el actual justicialismo o sea que hubo todo un proceso”145. Cuando se habla del “partido lencinista”, se trata de la Unión Cívica Radical Lencinista, liderada por José Néstor “El Gaucho” Lencinas. Este caudillo mendocino, de militancia radical, había participado en los levantamientos revolucionarios de 1893 y 1905. La familia Lencinas optó por construir un espacio político propio ya que consideraban que el radicalismo, tal como estaba en Mendoza en esos momentos, no era lo suficientemente amplio como para albergarlos. En 1918 José Lencinas alcanzó la gobernación de Mendoza “El lencinismo será al mismo tiempo un movimiento populista y antioligárquico, y una saga familiar que se continuará tras la desaparición en 1920 de José N. Lencinas, en sus hijos: José Hipólito, Rafael y especialmente en el liderazgo ejercido por el primogénito, Carlos Washington, “el gauchito” Lencinas. El padre, y especialmente el hijo, entraron en conflicto con Hipólito Yrigoyen, quien no aceptaba liderazgos competitivos. El Lencinismo ganó sucesivamente todas las elecciones provinciales en la década del veinte. Triunfos que fueron contestados por el poder nacional con reiteradas intervenciones federales. Lo cual tornó sumamente violento al ambiente político mendocino”146. Tanto El lencinismo en Mendoza, como el bloquismo de los Cantoni en San Juan, llevaron adelante reformas sociales y políticas en beneficio de las clases populares. “El Lencinismo mendocino y el Cantonismo sanjuanino anticiparon algunos cambios que tuvieron lugar en Argentina durante las décadas de 1940 y 1950 y representaron un esfuerzo regional para lograr mejores condiciones sociales e implantar un nuevo estilo en la política provincial con una gran preocupación social”147. Ambos movimientos políticos se desplegaron con gran verticalismo y apoyados sobre una base popular, merced a las reformas económicas y sociales que llevaron adelante. “Un análisis general de sus objetivos y procedimientos revela claramente que fueron precursores del peronismo ya que manifiestan características fundamentales que conforman un estilo político netamente argentino. Perón consideró a Federico Cantoni como “un precursor de los postulados de justicia social, soberanía política y libertad económica que plasmaría la doctrina justicialista” Como legado fundamental debemos valorar el haber abierto el camino hacia la igualdad social, debilitando un sistema tradicional elitista que no permitía la evolución niveladora”148. Otro miembro 145 Lucio Castillo 146 “La alpargata mendocina”. Auge, drama, decadencia y extinción del lencinismo. Por Fernando Cesaretti y Florencia Pagni, http://grupoefefe.blogspot.com/2006/10/la-alpargata-mendocina.htm 147 http://ww.historiapollitica.diarioelzonda.com.ar/historia.htm 148 http://ww.historiapollitica.diarioelzonda.com.ar/historia.htm

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de la familia Lencinas (Carlos Washington) fue asesinado en 1929 cuando había sido electo senador. Con la irrupción del peronismo, el lencinismo se fue diluyendo. Perón no los sumó oficialmente a la coalición para las elecciones de 1946 debido al viejo enfrentamiento de los lencinistas con los radicales de la Junta Renovadora. Llamativamente uno de los símbolos del lencinismo era la alpargata, que representaba la vestimenta de las clases más pobres. “Mi mamá empezó a intervenir activamente en política, muy activamente. Con decirle que la primera Unidad Básica que hubo en Palmira (...) fue en mí casa”149. El naciente movimiento iba sumando adhesiones: “yo siempre peronista, me gustaron las ideas. Algunas las criticaba, no las hacía, pero estaba en esa base”150. Osvaldo cuenta que se hizo peronista “Simpatizante. Por mi viejo y mi vieja, como tenían laburo y ganaban bien. Éramos pobres, ojo. Porque acá lo esencial de la gente, primero hay que saber ser pobre, si uno quiere llegar a algo. Si mientras vos no sentiste la pobreza ¿viste lo que está pasando ahora? Es un viva la pepa...total papá te da. Te da coche, te da esto...Vos agarrás el diario y fulano de tal “venía dopado con el coche, chocó a las 5, 6 de la mañana”. Eso no existía. ¿Por qué? Porque no supieron lo que es ganarse el mango, viejo. Yo me levantaba a las 4 de la mañana, me iba a buscar el patrón, nos íbamos a Colegiales a cargar carbón. Andá a decirle a uno de estos ahora que agarren un carrito y se vayan a las chacras, compren verdura y salgan a venderla...Andá a decir... No van”151. A finales de diciembre el hermano de Juan Domingo Perón, Mario Avelino, deja su cargo como Jefe de Policía del Chubut y se traslada a Buenos Aires en un nuevo cargo en el gobierno Nacional: “En virtud de haber sido designado para ocupar otro cargo en la Administración Nacional, el día 1º de diciembre ha presentado su renuncia al cargo de Jefe de Policía del Territorio el Sr. Mario Avelino Perón. Por disposición del señor Gobernador ha designado al Comisario de Policía señor Francisco Medina”152. En julio de 1946 sería designado director del Jardín Zoológico de Buenos Aires. Estas noticias eran, en cierta medida, orgullo de la provincia, ya que se recordaba el paso del hermano del presidente por esta zona y se tenía expectativa por las posibilidades que tendría la región, habiendo estado ligada a la vida del presidente en su infancia, “vino Trabajo y Previsión, la que más trabajó en aquel entonces y la que agrupaba a todas las agrupaciones, que son los textiles, bah, todo lo que era un gremio, los textiles, los municipales, no me acuerdo en que época, pero entraban todos esos. Toda esa gente entraba en todo eso. Teníamos hasta cine, que pasaban las películas. Eso lo formamos yo y otro amigo. Y después las luchas, empezamos con las luchas, ayudar a la gente y seguirlo a Perón y pedir cosas y así se iba agregando de a poquito, pero con fuerza. La gente lo tomaba bien, porque mucha gente estaba al margen. Te agarraba un patrón te decía “venga a trabajar” en negro, como se está haciendo ahora casualmente... (...) lo tenía a uno, tres o cuatro días y le decía “no lo necesito más” y tenías que buscar otro laburo y no había, ese era el problema. 149 150 151 152

Lucio Castillo Roberto Fernández Osvaldo Rubbo Diario El Pueblo (Trelew) 07/12/1945

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Entonces ¡no! Yo trabajé como dos años en la cervecería Chubut, había una cervecería acá antes, en Trelew en Julio A. Roca y A. P. Bell...Ahí estaba la fábrica, ahí estuvimos formando grupos ya”153. Perón ya estaba en los primeros planos de la política nacional “en la era más poderosa que tuvo. Hasta que vino se presentó y el pueblo se movió y ya se sabía que eran votos seguros. Casi todos tirábamos hacia Perón. Así que ganó la presidencia y cambió el país”154. Si bien el peronismo es un movimiento policlasista, el componente obrero, es el principal: “Mi papá era encargado de un establecimiento. Trabajó en la estancia dieciocho años y de ahí nos fuimos a San Cayetano (Provincia de Buenos Aires), pero en la estancia “La Lidia”, de don Carlos Beltrán Elicagaray. Cuando yo tenía 23 años, cuando me enrolé, él (el patrón, Elicagaray) era conservador (...) Abogado. Mi papá era radical (...) Yo tenía un tío que se llamaba Casimiro Benavídez que era muy peronista. Era mi tío querido y yo era su sobrino adorado. Y conversamos mucho sobre lo pasado. Él me contaba lo pasado, lo vivido y como estábamos pasando ahora (1945). El tío fue el que me llevó al peronismo (...) en el ‘44, ‘45. Perón en ese tiempo era militar. Y después dejó de ser militar (...) trabajó en Trabajo y Previsión, era secretario y después de ahí fue cuando ya lo elegimos y lo votamos y a muerte (...) ya el pueblo estaba cansado. Había gente muy pobre, había muchas cosas malas.”155. La campaña de 1946 La inolvidable jornada de Octubre de 1945 fue el empujón que tuvo Perón para lanzarse a la candidatura presidencial. Más allá de la necesidad de construir un aparato legal (un “Partido”) para participar de la elección, Perón debía nuclear alrededor suyo la mayor cantidad de apoyos. Por eso no fue su intención construir un partido de clase (un partido netamente obrero) sino un gran frente nacional que representara el mayor arco social posible: es decir hilar grueso. El proceso político se hallaba polarizado en dos grandes bloques enfrentados: obreros y oligarquía; y era eso a lo que había que apuntar en ese momento, rescatando para la causa nacional y popular a todos aquellos que estuvieran en contra del régimen oligárquico, más allá de las diferencias puntuales que se pudieran ir encontrando (y que se encontrarán) si se hilara más fino. Por lo tanto se puede decir que a Perón lo apoyó principalmente la clase obrera urbana en general (y mayoritariamente), los peones y trabajadores rurales, el radicalismo renovador (muchos de ellos nucleados en F.O.R.J.A.) heredero del viejo Yrigoyenismo, el nacionalismo en general (a pesar de que luego muchos de sus integrantes se volcarán en contra en 1955) y la oficialidad del ejército (una fuerza menos aristocrática que el resto de las armas). En vísperas de aquella elección el frente antiperonista era muy variado, por eso hay que ver quiénes conformaban la Unión Democrática: “Me río cuando hablan de la Unión Democrática...La Unión Democrática: los curas, los radicales, los comunistas, los socialistas...para derrocar un gobierno. Que tuvimos errores. Nosotros los peronistas tuvimos errores y errores fuertes, pero siempre yo lo 153 Juan F. “Poroto” Thomas 154 Roberto Fernández 155 José Manuel Ulloa

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digo; nadie le puede negar a Perón y al peronismo que quisimos al país”156. En efecto, en la Unión Democrática se agruparon los partidos liberales de Argentina de aquel entonces, o sea: todos. Así es, pues el comité nacional del radicalismo estaba manejado por el antipersonalismo (o sea los antiyrigoyenistas) y tanto el Socialismo de Américo Ghioldi, como el Comunismo de Codovilla y Orestes Ghioldi, representaban diferentes colores de la misma concepción política, y del mismo paradigma cultural, sobre todo a nivel dirigencial. También se sumaba a la coalición el Partido Demócrata Progresista (con bases en Santa Fe y Capital Federal). Todos los partidos estaban tomados por el discurso “democrático” de Occidente (Estados Unidos e Inglaterra) y no sólo eso, sino que todos los partidos creían ciegamente en la Historia Oficial argentina y por eso, buceando en ella, creyeron ver frente a ellos la aberrante figura de la barbarie que había imaginado Sarmiento. Antes había sido Facundo Quiroga, ahora era Juan Perón. Sus alucinaciones los hicieron gritar de espanto; la profecía sarmientina se estaba cumpliendo, el fantasma de Rosas había reencarnado en aquel joven coronel y la mulatería que habían odiado en los escritos de Esteban Echeverría ahora estaba en la calle: era el peronismo. Por eso el discurso de la Unión Democrática dejaba en último lugar los reclamos sociales de las masas y se centraba en las formalidades de la democracia, la libertad de expresión, los modales ciudadanos, el funcionamiento burocrático de las instituciones (vacías absolutamente)... La “democracia” y las “instituciones” se habían transformado en un fin y no en un medio. Ya en julio de 1944 Gerónimo Arnedo Álvarez, secretario del Partido Comunista había declarado: “Estamos dispuestos -una vez abatida la dictadura pro-nazi- a cooperar en la solución ordenada de los conflictos entre el capital y el trabajo, sobre la base de discusiones y acuerdos amigables”157. La Unión Democrática contaba además con el apoyo de la oligarquía ganadera, afectada por las disposiciones obreristas del gobierno militar y representada por Sociedad Rural; toda la prensa (principalmente los diarios La Nación y Crítica); los in-telectuales extranjerizados (las hermanas Ocampo, Borges); el comercio importador; la clase media alta que vivía pendiente de lo que pasaba en Europa y pensaba que Perón era la encarnación de Hitler y sin embargo no quería ver al tirano que sojuzgaba a nuestro país, que estaba mucho más cerca y tenía nombre: Inglaterra. A estos se sumaba el conservadorismo (a pesar de que el Partido Demócrata Nacional no estuvo formalmente dentro de las listas de la Unión Democrática, apoyó a los candidatos de la fórmula y compartió actos como el del Luna Park. Probablemente los viejos rencores de muchos radicales por el fraude de la Década Infame hicieron que los conservadores quedaran fuera de las boletas) y finalmente tenía la inestimable colaboración de los estudiantes universitarios y de profesores como José Luis Romero. Codovilla decía que el peronismo estaba compuesto por “elementos del hampa y por elementos obreros y empleados políticamente atrasados”158. La base fundamental de la Unión Democrática era el radicalismo, 156 Lucio Castillo 157 Breve historia de las izquierdas en la Argentina, Tomo II, Ed. Claridad, Buenos Aires, 1990, p. 95 158 Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p.286

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por ser el partido mayoritario, pero aún dentro del radicalismo había fracturas. Existían tres grandes grupos: los unionistas (que habían sido cómplices del régimen), la fracción denominada Intransigencia Nacional (a cuyo frente estaba Amadeo Sabattini de Córdoba) y un grupo nuevo que era Intransigencia y Renovación (Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Crisólogo Larralde). De manera que entre el 27 y el 30 de diciembre de 1945, la Unión Democrática eligió su fórmula: José Tamborini - Enrique Mosca (ambos del radicalismo antiyrigoyenista). Lo que se sintió de la campaña, en Trelew y la zona (1945 - 1946) El Diario El Pueblo aportaba sus críticas a las disposiciones del gobierno nacional en vísperas de las elecciones: “El resistido decreto sobre aumentos de salarios y aguinaldo ya está conocido por todos y su atenta lectura revela la esencia demagógica del mismo y su exclusiva finalidad electoralista”159. En los territorios nacionales los comicios previstos para el mes de abril se vivieron de forma diferente. Al no estar constituidos como provincias no podían participar de las elecciones nacionales (presidente y vice) y en cambio se encargarían de elegir a sus autoridades municipales. “No podrán votar los alemanes y japoneses. El Poder Ejecutivo ha dado un decreto que ha sido remitido a la gobernación, y esta a su vez lo elevará a las Municipalidades que han sido convocadas a elecciones para el próximo mes de abril, en el que se declaran excluidos de los padrones municipales a los residentes alemanes y japoneses”160. Finalmente las elecciones en estos territorios fueron suspendidas a último momento (tal como lo informaron los diarios locales) por cuestiones técnicas según dijeron desde Buenos Aires (más precisamente por la organización de los padrones). Igualmente la inminencia de las elecciones dio paso a que se reflejara en la zona el gran choque que había a nivel nacional entre los dos grandes bloques sociales y políticos, pero hay que tener en cuenta que aquí las cosas rebotaban con las particularidades de la sociedad chubutense y en este caso con las características propias de la población del Valle inferior del Río Chubut. Pese a que las elecciones finalmente no se llevaron a cabo, toda la previa se vivió con expectativa por lo que estaba por venir: “Él hace la campaña en el ‘45. Nosotros hicimos un asado en la chacra de Redondo. Acá éramos territorio, así que fuimos a festejarlo allá (...) Yo como vine francés161 y andaba con el camión ni me había nacionalizado, pero yo era peronista ¿Por qué nos gustó Perón? Por la manera de trabajo de él con la gente obrera, con los sindicatos. Cuando él sube a Trabajo y Previsión, que les hace aumentar, contra los patrones, que ya les aumenta, que estaba peleado él contra los patrones y nosotros que veníamos de abajo éramos los que nos ordenaban los patrones, teníamos que estar bajo el yugo, entonces por eso nos gustó Perón. ¡¿Qué nos importaba que si Hitler, que si el otro allá?! O que escuchábamos la radio, las peleas, que Franco que...todo eso...Acá Perón nos gustó por eso y a los demás no les gustaba porque era un milico, un militar y que era igual como los otros, 159 Diario El Pueblo (Trelew) 25/01/1946 160 Diario El Pueblo (Trelew) 29/03/1946 161 Pedro nació en Chalons en Champagne, a 150 kilómetros al oeste de París, Francia

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como Mussolini y que era igual y bueno, así fuimos nosotros, encarnizados. Y yo llegué a trabajar en las minas de caolín con un ingeniero que era catalán, que era español, que vino de Bolivia y ahí cuando ya se forma el partido y ahí había que afiliar. Acá vino un interventor (...) Viene y entonces llama a los grupos, a los que había en Gaiman, Trelew y nos juntaba en Rawson, donde tenía la secretaría y nos va explicando que teníamos que afiliar. Nos trae las tarjetas para hacer tarjetas y afiliar. Yo hice en las minas de caolín. En la que trabajaba yo, había 35 obreros. Yo los hice todos peronistas. Les gustaba, a algunos yo le explicaba. Y en las otra que había, también. Y en las caleras que había, también. Yo me recorrí todo eso, yendo para Boca de la Zanja, ahí 100 fichas hice entre los mineros y en el pueblo hice 14. Y cobrábamos 50 centavos (era la orden del interventor) para juntar pesos por si hacían falta por esto o el otro. Hacemos una reunión con él también en la chacra de Redondo. “¿Cuántos afiliados hicieron?” “280”. “Bueno pero hay que hacer más. ¿Cuánto juntaron?” (Algunos decían “si es así no me afilio”, “bueno esta, bien te lo pongo yo”...) Bueno y viene y nos saca la guita, porque la necesitaba para mandar las cartas y que no mandaban plata de Buenos Aires. Y nos saca y dice: “después yo se las voy a reponer”. Al tercer mes no cobramos más, para que nos saquen: ¡no!. No cobramos más. 50 centavos en aquella época era plata. Yo como era extranjero, en la comisión no figuraba. Pero yo trabajaba con el camión”162. Otro testimonio habla de la repercusión de los sucesos nacionales en nuestra zona. En esto hay que destacar que no todos los acontecimiento se reflejaron de manera rápida, o instantánea. Debido a las enormes distancias, la jornada del 17 de Octubre no se vivió en forma directa, sino a través de sus ecos, ya que aquí en Chubut la política doméstica, casi vecinal, era lo que predominaba, pero igualmente el proceso histórico tiene un rebote social y político que no puede dejar de mencionarse. “La primera imagen que tengo relacionada con Perón y el peronismo, data de comienzos del ‘46, cuando una vez que voy a la panadería que quedaba frente a casa, y en el mostrador de la panadería al lado de la caja había, clavado con chinches, un afiche con el rostro, la cabeza de un militar que decía: “Perón” (...) es decir, era la campaña del ‘46. Trelew, en un Chubut que era territorio nacional como toda la Patagonia, no tenía una participación federal dentro del país. La única instancia política de participación abierta que había, era la de nivel municipal. Los gobernadores eran interventores designados por el ejecutivo y eran siempre generales (...) Antes y con el peronismo. La actividad política no tenía una entidad fuerte vinculada con lo nacional, porque se concentraba más que nada en las cuestiones locales. Entonces era como que había una rotación en un círculo muy chico de personalidades, por ejemplo Galina. (...) Es decir, era una cosa muy lejana lo que pasaba en Buenos Aires... No tengo ningún recuerdo, ningún comentario del 17 de Octubre del ‘45... (...) Para las elecciones municipales generalmente eran agrupaciones vecinales. (...) lo que pasa es que buena parte de los profesionales que vinieron de otros lugares del país a radicarse (por ejemplo de La Plata, de Buenos Aires) tenían en sus lugares de origen alguna experiencia. También ocurría con algunos de los profesionales nativos de Chubut, que iban a estudiar a La Plata, Buenos Aires o 162 Pedro

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Córdoba y en la convivencia en esos ámbitos sociales tomaban adhesiones políticas y las traían cuando venían, pero la gente común no tenía afiliación política.”163. “No había elecciones para nosotros. Todavía no se podía votar, es decir había elecciones para concejales municipales, nada más que eso”164 La elección de 1946 y aquel discurso de Perón “¡Uy! Y el 23 de febrero... me parece que era un viernes165, después vino la elección de febrero, cuando Perón habló por radio Belgrano. Estaba radio Belgrano y radio Rivadavia, no más. Pero radio Belgrano iba a todo el país. ¡Que! Escuchamos el discurso nosotros de Perón ¡fa! “El domingo” (porque esa voz que tenía), “hay que ir a votar, (declamaba)... ¡Rompan los candados si las tranqueras están con llaves! ¡Corten los alambrados, pero vayan a votar! ¡No se dejen engañar haciéndose llevar en el coche de los dueños!”, o algo así. “Si están lejos, empiecen a caminar esta noche...” ¡Oh! Mierda...Mirá, me emociono cuando me acuerdo, y...bueno... (Emocionado) Bueno. Llegó el día de las elecciones, nosotros no teníamos camiones. Los camiones que había en el pueblo eran tres solamente y estaban arrendados por los radicales. Nosotros teníamos una camioneta, el jeep y nada más. Pero con la orden que dio Perón... Y yo además estuve como no sé cuantos meses recorriendo casa por casa. Chacra por chacra, estancia por estancia. “Hay que ir a votar, hay que ir a votar, hay que ir a votar. Hay que ir a votar. A caballo, a pie, como sea, pero hay que ir a votar”. Claro, y había una potencia en contra nuestra y una potencia166 en contra de los otros, de opinión. Y claro, era tal la injusticia que se venía viviendo, que yo te decía que antes no había niveles sociales. Era una casta solamente y el resto éramos todo el pobrerío que existía. Llegó el día de las elecciones, que tengo un montón de vericuetos, de entretelones riquísimos. Entonces uno de los camiones tenía que ir de Pedro Luro a San José, a San Pedro, a las Isletas, a San Antonio, y a El Zorro y de allá traer todos los peones que eran adictos...a la Unión Democrática. Y de allá empezó en la estancia con no sé cuantos, 3 o 5. Al pasar por otra estancia estaban todos en la ruta, esperando que pase alguno que los lleve. Mucha gente no esperaba a nadie, siguió caminando, caminando, caminando para el lado de Luro. Bueno y una ruta con vericuetos, porque entraba a distintas estancias y que sé yo y por último tenía que llegar a Pedro Luro a votar. Entonces la gente, mucha, como conocía los campos, venía cortando campo a pie, otros a caballo y naturalmente los que venían a caballo, como iba a estar todo con llave traían la llave para bajar los torniqueteros, bajaban los torniqueteros167 y pasaban (...) Porque estaban los torniquetes ahí, los que tiraban el alambre. Entonces se bajaba y casi todos los caballos estaban acostumbrados, estaban enseñados. Se les ponía cualquier cosa 163 Horacio (nacido en 1939) 164 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 165 En efecto, Perón dio un discurso el viernes 22 de febrero, las elecciones fueron el domingo 24, igualmente es muy buena la memoria del señor Fuhr. 166 Se refiere a las fuerzas políticas de entonces. 167 Es la parte del alambrado “donde las puntas de los alambres se juntan” y hay un implemento para dar manija y aflojarlo

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arriba del alambrado así de alto y se le decía “salte” y el caballo saltaba porque siempre se usaba eso”168. Es llamativo cómo ha quedado grabado en la memoria popular aquel discurso de Perón, que llamaba y alentaba a la participación de los trabajadores en la elección. Esto demuestra que las masas lideradas por el joven coronel se enfrentaban a un aparato muy poderoso y por eso debía desconfiarse de todos (especialmente de los patrones) el día de la elección. Que fuerte ha sido (y es) la carga emotiva de esas palabras llamando al trabajador a concurrir a los comicios contra viento y marea. Que importante era sentirse ciudadano, ejercer el derecho al voto (negado por años de fraude), torcer en las urnas el rumbo de la historia. Y pensar que hoy, a más de sesenta años, hay gente que se queja porque un domingo tiene que ir a votar y desde muchas cátedras ya no se habla de pueblo, ni de ciudadanos, sino a duras penas de consumidores. En aquellas jornadas, pero en Buenos Aires, Brebbia (quien militaba primero en la Alianza Libertadora Nacionalista, y luego sería peronista) participó de manera especial en esos comicios: “Y me toca, ahí ya tenía 22 años, ser fiscal y coincidentemente en una fábrica americana, que era la fábrica de chicles Adams, que tenía amplios departamentos y comodidades frente a la estación Drago, de Villa Urquiza, en la Capital Federal. Ahí estaba la Marina ejerciendo la fiscalización del comportamiento de la gente que iba a votar. Y ahí gana lejos el peronismo, que inicia así su trabajo de 4 o 6 años no me acuerdo...Se votaba en las escuelas, pero como había muchos padrones y había que cubrir mucha gente en Villa Urquiza especialmente esa zona, quien se encargaba de la votación o sea la Junta electoral, eligió, pidió permiso, si le podían utilizar para ese domingo, usar sus instalaciones y la “Chicles Adams” dijo que si. Cerca de la estación Drago, que es la continuación de Urquiza, ahí se hicieron las mesas, 6 mesas, masculinas. Y ahí se hizo la elección”169. Pero ¿qué expectativas había dentro de la Unión Democrática frente a los comicios? Es indudable que existía una gran confianza en un triunfo por amplio margen sobre Perón y ni siquiera pensaban en la posibilidad de un triunfo ajustado. Esto marca el profundo desencuentro entre la vieja dirigencia política y las masas trabajadoras. Las prioridades de uno y otro grupo transitaban por carriles separados. Pero, sobre todo, había en la dirigencia de la Unión Democrática una idea distorsionada de la realidad política que enfrentaban. Una vez más habían bebido la realidad con el filtro de los libros y de sus acartonados discursos, dejando de lado a los hombres concretos (y contundentes) que caminaban por las calles. ¿Sobrevaluaron esos políticos sus posibilidades y poder de convocatoria? A la luz de los posteriores resultados, queda en claro que no sólo no esperaban perder, sino que estaban seguros de ganar ampliamente y entonces, aunque la derrota fue la más honrosa comparada con las que sufrieron después, el efecto de aquellos comicios fue parecido a una trompada que los sacó del letargo político en el que habían caído. Estaban convencidos del triunfo. Tal vez producto de tantos años de convivir y aceptar el fraude, habían llegado a pensar que esa era la verdad de lo que vivían. En las declaraciones de la época se apreciaba un gran triunfalismo. “Sí, es explicable el desconsuelo, desconsuelo no 168 Marcelo Pío Fuhr 169 Agustín Brebbia

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por la derrota electoral, que no se producirá, sino por la masa nada despreciable que ha conseguido mover la demagogia”170 El día de la elección (1946) El día de la elección el conservadorismo puso en movimiento su aparato partidario para tratar de contrarrestar la fuerza del peronismo. Por eso Perón les había pedido a los trabajadores rurales que “Si el patrón de la estancia, como han prometido algunos, le cierra las tranqueras con candado, rompa el candado o la tranquera o corte el alambrado y pase para cumplir con la Patria. Si el patrón lo lleva a votar, acepte y luego haga su voluntad en el cuarto oscuro. Si no hay automóviles, ni camiones, concurra a votar a pie, a caballo o en cualquier otra forma, pero no ceda ante nada”171. ¡Había que ser de hielo (o contrera) para no emocionarse con este llamado! ¿Cómo habrá sido la noche previa a ese domingo? ¿Qué habrán estado pensando esos peones, sabiendo que al levantarse tal vez el patrón les diría que no fueran a votar? ¿A cuanto latirían esos corazones al momento de saltar o cortar el alambrado? En la zona de Pedro Luro (como habrá ocurrido en tantos lugares del país) un camión manejado por un vasco de apellido Goycochea iba levantando gente para los conservadores, al menos eso creía: “¿Vos sos peronista?” “No, no, don Goycochea”, “Bueno, subí”. Y él, a algunos conocía (...) que eran anti de la Unión Democrática, eran peronistas. Estaban a favor de Perón (...) y él era un fanático antiperonista, pero fanático. El vasco Goycochea, que tenía ese camión y hacía el servicio de todas las estancias. Entonces venía para Luro en el camino y al último ya no había donde subir más nadie, porque se había llenado el camión. Iban colgados de los costados, iban colgados con una pata arriba del catre, arriba del techo, y el camión usaba estribos, ahí en el estribo iban 4 o 5 personas, agarrados de cualquier manera. Al último no entraba más nadie. Llegan al comité radical, se baja del camión. Y Goycochea se bajó y le dice a los otros “mirá cuantos negros traigo”. Y se empezaron a bajar y se empezaron a bajar y estaban esperando que entren. No. Se empezaron a bajar y cuando estaban todos abajo recién se empezaron a ir. El comité nuestro estaba a 5 cuadras. ¡Que! Era una chorrera de gente...era una chorrera de gente increíble. 5 personas entraron al comité de la Unión Democrática nomás. ¡Que!...Y el vasco Goycochea lo único que sabía decir era malas palabras. Los quería matar, los quería matar. “¡Hijos de puta!” gritaba por atrás. Se cagaban de risa y se iban, se iban. Fueron al comité nuestro, porque antes era comité. Se fueron todos al comité con nosotros. Cuando nosotros, en el comité nuestro, vimos la chorrera “¡Eh!, y a estos ¿quién los trajo?” “Goycochea”, “¿cómo?”... “Si, lo engañamos al vasco hijo de puta. No quería dejar subir a nadie. Y claro ya no había más donde...íbamos agarrados de los tornillos, porque no había forma de ir más en el camión”. Tenía que venir despacito porque venía cargado hasta la manija el camión...nunca vieron llevar tanta carga. (...) Bueno. En las elecciones nosotros 170 Diario socialista La Vanguardia, del 05/03/46 171 Diario El Laborista, 24/02/46 citado por Norberto Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 406

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teníamos prohibido usar armas en el comité nuestro. Prohibido usar armas. El único que llevaba arma era mi padre, nadie más. Y bueno, siempre había dos pesos, tres pesos, para el que después iba a jugar a la taba. Y yo era uno de los que también tenía plata para dar de a dos pesos a cada uno para que vaya a jugar a la taba, a la tardecita. Bueno, nosotros no sabíamos que podíamos ganar como se ganó. No sabíamos, ni teníamos una idea clara, pero sí veíamos. Claro, siempre hay chusmas... “Pasé por el comité de la Unión Democrática. Está pelada”. Y nosotros no teníamos donde meter más gente. Un patio inmenso de Santiago Lambrecht. Tenía un patio grande, tenía un boliche y almacén. Un patio inmenso. Ahí siempre estábamos. A la tardecita, ¡ah!, y el asador nuestro era un negro. Un grandote feo, cara de malo. Siempre usaba una cuchilla grande. Él era el asador. Y llega un dirigente radical que era amigo de papá, con Gremen Martínez, un veneno antiperonista; y llegaron en la camioneta. Pararon en el comité nuestro, se bajaron en el comité nuestro los dos; entraron adentro y Anselmo Rodríguez, que era peluquero y que era dirigente radical de esos acérrimos. Empezaron a discutir con papá. Entonces él le golpeaba el pecho a papá. “Mirá Pío, hoy no va a pasar nada, pero mañana va pasar esto, vas a tener las consecuencias”. Y le golpeaba el pecho. Y bueno, ahí nomás, mi viejo se hizo un paso atrás y apareció este hombre, el asador, con la cuchilla y ya lo iba a bandear, ya lo iba a bandear y mi viejo le pegó el grito y ahí él no lo mató, entonces le cortó toda la ropa. Y Anselmo Rodríguez iba saltando para atrás, saltando para atrás y él le iba cortando la ropa. Tuvieron que disparar a la calle los dos: Rodríguez y Gremen Martínez. Tuvieron que disparar a la calle, montar en la camioneta colorada que tenían... ¡que!, fue un comentario. Y mi viejo se salvó de matarlo también, porque él se creía ya que venían con armas aquellos y que iban a sacar armas”172. Tal vez hoy estos episodios no se den en los locales partidarios. Ocurre que el clima político de la época era tan caliente y había un cambio tan importante en juego, que las fuerzas en pugna iban hasta el límite. Todavía quedaban resabios de las viejas formas de hacer política, ya que los cambios sociales y culturales van despacio en comparación a otras modificaciones en la vida de las sociedades. El primer voto (1946) “Y, nervioso fui. Tembleque. Estábamos confiados en que ganábamos. (...) yo me vine de Necochea. Llovía y no podíamos pasar a Santamarina, votaba en Santamarina yo. Como estábamos en Energía, Energía es una estación y Santamarina es un pueblito. Entonces teníamos que venir a votar y no podíamos venir porque no había quien nos trajera, éramos pobres todos. Ganamos esa elección en Santamarina (...) Entonces yo y otros amigos más que estábamos ahí, todos peronistas, nos fuimos al Comité Radical de Balbín y dijimos que teníamos que votar y votábamos en Santamarina. Y dicen “intransitable, no se puede entrar”. Yo, el cabecilla, el más joven les digo “no, pero póngannos tres taxis, somos doce votos”. Y nos pusieron los tres taxis y nos fuimos a votar a Santamarina. Cuando llegamos a Santamarina nos van a parar en el 172 Marcelo Pío Fuhr

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Comité Radical, le digo “no, seguí”, “¿adónde?”, “adonde está el caballo ese, porque los tres coches que vienen, los doce somos peronistas”. Así que el taximetrero dijo “como nos jodieron” (...) Ganamos las elecciones. 300 y pico de votos no más en ese pueblito”173. Esa elección quedó en la memoria popular “Si, muy lindo día. Era justo en la fábrica de chicles Adams que tenía unas oficinas tremendas ahí, creo que había alrededor de por lo menos 6 mesas, controlados, como dije, por la Marina, suboficiales de la Marina y yo sentado con el peronista para ir chequeando el voto con el padrón, nosotros no teníamos padrón. El nacionalismo no llevaba padrón, sino que cotejábamos con el peronismo quién votaba y quién no votaba”174. En otro punto de la provincia de Buenos Aires sucedía algo similar y el recuerdo es el mismo “Entonces en la Lidia175, cuando voy a votar en el ‘45 (en realidad es febrero de 1946) Perón nos dice (...) que si alguien estaba en alguna estancia con llave, con candado, que cortáramos los alambres, que rompiéramos las cadenas y que fuéramos a votar de inmediato. Si nos invitaban a algún asado, que después vayamos al asado. Mi papá era el mayordomo de la estancia (...) Lo decía por radio él (Perón). Lo daban por radio y nosotros lo escuchábamos (...) Entonces cuando empezamos me dice mi tío “vos te tenés que afiliar”...y bueno mi primer voto fue Laborista, después Peronista. Y entonces en esa estancia que estábamos trabajando, le pedí la llave a mi papá y bueno, me gustaban las ideas de Perón. Porque Perón (hizo leyes de) el aguinaldo, las vacaciones, que no teníamos.”176. “¡Ah! La ley nuestra era no prestarnos a la provocación. Esa era. No prestarnos a la provocación. “¡Ojo!, ¿eh? Va llegar alguno que los va a putear, ustedes no lo escuchen” (...) entonces, también era sagrada la elección. “No se involucren, no sé y no sé y no sé”. Todas esas cosas. “Ojo, ojo, ojo”. Claro, ahí, mientras se hacían las elecciones, siempre uno escuchaba a alguno que decía algo. Promesas para el lunes, que sé yo”177. El nacionalismo de la Alianza Libertadora iba con lista propia, pero votaba la fórmula presidencial de Perón – Quijano. Los nacionalistas actuaban mayormente en Capital Federal, y el grupo en el que estaba Brebbia se movía “dentro de Villa Urquiza. Ya estaban más organizados los peronistas, digámoslo así, más número. Tenemos, si, los contactos. Inclusive teníamos nuestros ficheros, digámoslo así, de gente, digamos, no rebelde, sino activistas ya con...a efectos de tirabombas, y todas esas cosas, entonces, nosotros teníamos un estudio persona por persona que militaban en el comunismo y que eso sí lo solicitó a través del general Velazco que estaba de Jefe de Policía, que inclusive el canto de los comunistas era “¡que risa, que asco, la cara de Velazco!””178. Las elecciones de febrero de 1946 acapararon toda la atención de la población. En Trelew y en general en todo Chubut, los resultados llegaron con una gran demora, ya que el escrutinio llevó cerca de un mes y medio. “Cuando yo me casé, en el ‘46, tenía 173 174 175 176 177 178

José Manuel Ulloa Agustín Brebbia Estancia José Manuel Ulloa Marcelo Pío Fuhr Agustín Brebbia

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17 años recién cumplidos. Mi casa fue una casa antiperonista. Mi padre fue antiperonista. Hablar de Perón era la muerte. Qué sé yo. Porque era un anti. Porque mi papá era radical. Y muy radical. Militante radical de la época de Galina y trabajó mucho por los radicales. Y ellos no podían ver que mi casa fuera una casa peronista (...) Yo no tenía ninguna idea política. Yo me hice peronista por mi marido (...) claro, yo estaba en un banco de la plaza sentada con él, en la Plaza Independencia, y me dice “¿qué los vas a votar (nosotras las mujeres no votábamos), a Tamborini y Mosca? A estos muertos les va a ganar Perón”. Claro, yo lo único que había sentido hablar era a radicales. Y dice, “no, vas a ver. Yo ya vi todo lo que la gente se mueve por Perón y vas a ver, gana”. Después de las elecciones me dice: “¿yo qué te dije?” Tenía razón. Pero yo siempre estaba descreída porque vos imaginate, a mi desde chica me estaban haciendo el bocho como se dice (los) radicales que eran los buenos, los demás eran una basura...y bueno, cuando sos chico y te cuentan todas esas cosas...Yo había nacido ahí. Pero después, claro, cuando yo vi ya las cosas que hacía Evita, las cosas que hacía por las mujeres...que las mujeres, mucamas de los hospitales que la iban a ver y ella las atendía...Mirá que la señora de un presidente iba a atender a las mucamas de los hospitales... ¿cuando?”179 El naciente movimiento nacional involucró a la mayoría de la sociedad. De manera que se produjo la incorporación de muchos jóvenes (y otros no tanto) a la actividad política. Eso ocurrió así porque el hombre común, el trabajador, se sintió protagonista del momento y de su futuro, “yo, cuando empecé, me encantó, porque empecé a ir a las reuniones, cuando podía, con papá (...) más o menos a los 17 años, 18. Sin participar, escuchar. Por empezar viste el respeto que uno le tenía a los padres, que si estaban hablando los mayores parecía que los menores en aquella época... era una educación tan distinta a la que les damos ahora (...) porque a lo mejor no es porque entendía tanto del peronismo, porque era una cosa que recién crecía, era porque lo sentía como lecciones de mi padre y cuando empecé a ir, a las pocas veces me encantó. Y ahí fue creciendo mis ganas de seguir y cada día lo hago con más entusiasmo (...) Cuando salió la fórmula de Perón, papá se afilió al Partido Peronista”180. Su padre provenía del partido Demócrata “mi padre era empleado ferroviario, (del Ferrocarril) Mitre, era maquinista, teníamos traslado. Hemos viajado por todos lados. Peronista, de todo corazón.”181 El escrutinio y después (1946) Así como el yrigoyenismo había cortado el fraude entre 1916 y 1930, el peronismo produjo un quiebre en la participación política a partir de 1945. Por primera vez en muchos años había elecciones limpias (algunos hombres votaban por primera vez). “El tema es así. Perón ideó el escrutinio en la mesa. Él hizo la ley donde se hizo el escrutinio en la mesa. Entonces se terminaba y ahí, delante de los testigos que correspondían, se hacían las actas, ahí mismo se abrían las cajas, y se sacaban los 179 María “Choli” Rodríguez (nacida en 1929) 180 Gladys Morales de Cagnolo (nacida en 1929) 181 Gladys Morales de Cagnolo

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votos y ya había un reglamento, cuales eran los votos que servían y cuando se podía anular o había que anular. Eso lo hizo Perón, antes no”182. Se desmontó el aparato fraudulento de los conservadores. Una forma de acabar con las trampas conservadoras fue implantar el escrutinio en las propias mesas: “Entonces fuimos al escrutinio. (...) Y bueno, tenían que firmar todos. Los que se negaban a firmar, se escribía: “Fulano de tal se negó a firmar el acta”. Y esa acta quedaba copia y esa acta iba junto con las urnas al correo. Pero antes de eso también iba al correo el telegrama, donde se comunicaba a La Plata, tantos votos de los radicales, tantos votos de todos los partidos que habían participado. Pero fue un robo, en Pedro Luro fue un robo, pero robo, la elección. No me acuerdo cuanto quedaron. Eso fue la primera elección de Perón. La segunda elección yo ya salí candidato a concejal. Después fui presidente de bloque. Pero estuve diez años en Pedro Luro, dirigente único. Mi padre se inhibió porque se enfermó y a partir de ahí yo ya al frente de todo. Diez años estuve yo, dirigente peronista en Pedro Luro”183. Como ya vimos la Unión Democrática (compuesta de todos los partidos liberales de Argentina) estaba confiada en un seguro y amplio triunfo. “Así que llegó el día domingo. Las elecciones fueron aparentemente normales. Los de la Unión Democrática estaban seguros que ganaban, que reventaban la expectativa, cosa que no fue así finalmente. Por suerte logramos mucha colaboración de vecinos de Pedro Luro. Por primera vez en la historia del país no había que mandar las urnas a La Plata para que allí se haga el escrutinio. Por primera vez en el país Perón resolvió por ley que las elecciones184 se hacían en la misma mesa y eran testigos todos los fiscales con sus apoderados y los dirigentes políticos de las circunstancias. Así que se empezaron a abrir, yo fui uno de los fiscales generales con poder para hacerlo. Y cuando íbamos sacando las boletas, naturalmente “Partido Laborista, Partido Laborista, Partido Laborista, Unión Democrática”...y así más o menos era la historia. Reventamos las urnas de votos laboristas fue algo apoteósico. Se hacía el escrutinio ahí en la misma mesa. Los telegramas se superponían en los cables de los telégrafos que en aquel tiempo era todo por alambre, por cables, entonces se abarrotaban tanto toda la información, que ellos tenían que esperar turno para pasar la información”185. En otro punto de la Provincia de Buenos Aires: “En el año ‘46 soy el fundador de un Sindicato Rural en Necochea (...) Y después cuando me fui de Necochea a San Cayetano fui delegado regional de la metalúrgica, porque trabajaba en una estación de servicio (...) delegado regional de la C.G.T.”186. Al mismo tiempo, en Chubut: “Las provincias, hasta que llegó Perón, recién se nombró y fue gobernación. El edecán de Perón estaba en Esquel y ese lo puso a Rioboó187 de interventor primero. Y después se 182 Marcelo Pío Fuhr 183 Marcelo Pío Fuhr 184 Escrutinio 185 Marcelo Pío Fuhr 186 José Manuel Ulloa 187 Raúl Rioboó (peronista), fue interventor federal del Chubut entre 1946/47. En 1962 ganó las elecciones para gobernador, pero las mismas fueron anuladas por el poder ejecutivo.

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eligió”188. Es evidente que el surgimiento del peronismo como movimiento político anti oligárquico produjo un fuerte sacudón. Se equivocan quienes creen que el peronismo causó una división en la “sociedad”. En realidad, lo que hizo el peronismo fue sacar a la luz aquellas diferencias e injusticias sociales que estaban desde hace años en la sociedad y que permanecían tapadas. Y no sólo hizo eso, pasó al frente y las solucionó. En tanto, entre las clases medias: “después del ‘46 comienza a haber un clima político signado en ese calibre de blanco o negro. Adhesiones o rechazos. Incluso cambios. Había gente que inicialmente, le cayó simpático al menos, el peronismo y que luego en el proceso ya iniciado en la década del ‘50 fue cambiando... Inicialmente se veía con cierta simpatía el peronismo”189. Casi inmediatamente después de ganadas las elecciones, Perón observa que se hace imprescindible unificar las fuerzas que han triunfado en la contienda electoral. Radicales Renovadores y Laboristas mantienen rencillas que pueden debilitar al partido triunfante. Esas rencillas vienen de vieja data y tienen su origen en desconfianzas mutuas tanto por la procedencia social de sus integrantes, como por las distintas formas de hacer política que tienen los nuevos cuadros y las viejas dirigencias. Perón insta a poner fin a esos enfrentamientos y para ello propone la disolución de las vertientes Renovadora y Laborista, propiciando una nueva formación aglutinante. Quijano (el vicepresidente) acepta la orden de Perón y procede a disolver la parte que le toca (Cruzada Renovadora del Radicalismo). El Laborismo se disolverá a partir de Junio de 1946. Cipriano Reyes se negó a ello y desafió ese año al presidente celebrando el primer aniversario del 17 de Octubre en un acto independiente, agregando luego: “el movimiento ha superado al Jefe Coronel Perón”190. Sobre esto se han hecho muchas especulaciones. Los críticos de Perón han visto en esta reformulación del partido una manipulación autoritaria por parte de Perón y para ello han sobredimensionado el poder de convocatoria del Partido Laborista. No cabe duda de que el gesto de Perón lleva una gran carga de autoritarismo y verticalidad, pero esos críticos se cuidan de mencionar que en realidad el Laborismo surge gracias a Perón y no al revés. Es decir, Perón se inserta en el partido Laborista sólo para disponer de una herramienta en las elecciones. A partir de allí debe unificar el frente que se ha ido constituyendo ya que las fuerzas contra las que tendrá que luchar son muy poderosas y aprovecharían cualquier fisura para debilitar al gran frente nacional que él encabeza. “Y bueno, después Perón naturalmente salió del Laborismo porque recuerdo, a grandes rasgos, hubo algunas traiciones de por medio, entonces ya nosotros éramos peronistas. Así que se formaron las famosas Unidades Básicas, donde se planificaba todo, se proponía todo lo que hacía falta para el pueblo o la región”191. Surgen las Unidades Básicas. Originalmente habían sido concebidas como sitios de cultura y de instrucción, diferentes de los viejos Comités radicales y conservadores: “El General quiso que los hombres de su partido político no constituyesen ya los antiguos y desprestigiados “comités” 188 189 190 191

Pedro Horacio En Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 317 Marcelo Pío Fuhr

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que, en las organizaciones políticas oligárquicas que soportó el país, eran antros del vicio que cada elección abría en todos los barrios y en todos los pueblos. Perón quiso que los nuestros - los centros políticos del peronismo - fuesen focos de cultura y de acción útil para los argentinos”192. Pero a poco de abrirse, las Unidades Básicas fueron transformándose en un organismo paralelo al gobierno que servía no sólo en la faz partidaria, sino en la asistencia social, para denunciar las carencias e instrumentar las soluciones a los pedidos que acercaban hasta allí los trabajadores. “Hay muchas cosas que Perón nos enseñó mucho. Yo acá he conversado mucho con una señora, que es de Camarones, ella es Robert, el padre de ella era el que jugaba con Perón a la bolita y cazaban pajaritos en Camarones. Es la madre del doctor Mairal. Yo era chiquito y fui a Comodoro una vez y me llevó mi hermano a una Unidad Básica. Estaba la madre de Perón. Era una mujer gorda, poco hablaba, sentada estaba ahí tomando mate. Yo la conocí, pero esas cosas que las conoces de pibe y después comenzás a bobinar”193, “En aquella época se juntaban, nosotros teníamos un corralón. Se hacían asados y se juntaban (...) Estaban las chicas de Rawson, Juanita Vittores. Había dos mujeres. Una mayor, que era una señora que tenía dificultades para caminar, era renguita. Y había una más joven. Después estaba Chaile y no me acuerdo quien otro, pero de los viejos estaban Solla, Farías, don Pedro Ortega y había muchos más, pero muchos más. Estaba Mendieta, que falleció. Había un González, y otro que sabía estar era mi cuñado, Armando Sridi, era medio hermano de mi marido (...) Y había unos cuantos más que ya no están”194. Sectores diversos apoyaron al peronismo como se ha dicho, incluso desde el nacionalismo se sumaron al nuevo movimiento. Luego del triunfo electoral de Perón “todos militábamos en el peronismo”195. Otro gran acontecimiento se da en Trelew: el 23 de octubre de 1946 el vicepresidente Hortensio Quijano visita esta ciudad, como escala en su viaje a Río Gallegos con destino final en Chile.

192 Eva Duarte de Perón. La razón de mi vida, CS Ediciones, Buenos Aires, 2004, p. 206 193 Ítalo 194 Choli 195 Agustín Brebbia

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Capítulo 5 El primer Plan Quinquenal y la obra de gobierno (1946 - 1952) “Sin meterme a Moisés de nuevas leyes, doy al que pide pan, pan y puchero, y el honor de salvar al mundo entero se lo dejo a los genios y a los reyes” Almafuerte 196 “El obrero no tenía ningún derecho antes, nada. Se trabajaba...no había horas extras, sábado, domingo, lo que viniera se trabajaba. Y se pusieron muchas leyes que estaban dormidas del tiempo del socialismo. Muchas leyes socialistas...por ejemplo, las vacaciones en ese entonces no existían, se trabajaba de punta a punta, de sol a sol”197. Desde antes de asumir el gobierno, Perón había impulsado una serie de medidas (leyes y decretos) que ponían justicia en una sociedad absolutamente desigual. Las medidas tenían que ver con derechos sociales, laborales, políticos y civiles. Con la creación del Concejo Nacional de Posguerra se va dando forma a todo un plan económico tendiente a cortar los lazos que encarcelaban a nuestro país a manos del Imperio. Se produce la nacionalización del Banco Central en marzo de 1946 (Decreto 8.503/46). De esa manera Argentina vuelve a manejar el crédito y otros resortes económicos. Anteriormente, un directorio británico decidía a quién y para qué se podía prestar dinero. En abril de 1946, mediante el decreto 11.554 se nacionalizan los depósitos bancarios, de manera que pese a que no se estatiza la banca privada, se la coloca en el papel de mero agente del Banco Central, “entidad que a través del redescuento les da directivas, estableciendo montos, condiciones y ramas de la actividad productiva a las cuales se aplicarán los depósitos del ahorro nacional”198. En mayo, por decreto 15.350 se crea el I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio). Esta medida, tan criticada por los liberales, monopolistas y sus repetidoras, fue fundamental para enfrentar a los monstruos cerealeros (Bunge y Born, Dreyfus, De Ridder). Antes de la creación del I.A.P.I., los grandes consorcios extranjeros fijaban los precios, de manera que el productor quedaba indefenso ante esos gigantescos grupos económicos: “el chacarero veía salir el producto de su trabajo por una cantidad miserable de dinero, mientras el consorcio extranjero realizaba un considerable negocio”199. Anteriormente casi toda la producción era comercializada por los grandes grupos cerealeros. El I.A.P.I. pasaría a comprar toda la producción del campo, pagándole un buen precio al productor y vendiendo al exterior a un precio más alto (y digno) en el mercado internacional, de manera tal que esa diferencia de dinero ganado se orientaba a la producción industrial, a la propia 196 Pedro Palacios (Almafuerte), “Como los bueyes”, en Poesías Completas, Ed. Libertador, Capital Federal, 2003, p. 268 197 Tito Laspiur 198 N. Galasso, Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, p. 416 199 Susana Novick en IAPI: auge y decadencia, CEAL, Bs. As., 1986, p. 35; en Perón. Tomo I. op. cit., p. 417

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producción agropecuaria y, a la vez, era redistribuida a favor de la clase trabajadora. También se produjeron varias expropiaciones a las familias clásicas de la oligarquía, antes y durante el gobierno de Perón. El 4 de junio de 1946 Perón asumió el poder en medio de una enorme algarabía popular y haciendo ver la amargura del viejo país que no se resignaba a morir. El peronismo es un movimiento policlasista, pero que nace fundamentalmente de la clase obrera: “Porque nosotros hemos recibido palazos, palos, cadenazos, porque nosotros escribíamos las paredes. Nosotros, con Perón, éramos de los que íbamos a pintar las paredes. Si, con tiza y carbón, no pintura. “Perón si, perros no”. Cuando empezó”200. “La trabajadora. Si, nace de ahí. Nace de la gente humilde (...) Los juveniles, campeonatos Evita, un fútbol, una muñeca. Que dicen “eh, Perón los compraba con un pan dulce, una sidra”. Quizás si, quizás no. Pero cuando vos estabas en tu mesa brindando con sidra, champán; nosotros con un jarrito de agua, a dormir, porque no había otra cosa. Y yo lo viví en mi familia, cuando tenías el pan dulce, la sidra que te mandaba Perón. Te mandaba los juguetes. Que no se los podía comprar tu padre, que te compraba un caramelo. Cuando era el día del niño nosotros con un caramelito nos conformábamos”201. Es interesante apreciar por qué el peronismo no es solamente un estructura de sentimientos, como dicen algunos “cráneos” intelectualoides que buscan minimizar el contenido ideológico y político del movimiento de masas. El peronismo toma forma a partir de concretos avances y logros materiales y de la politización de las masas: “Nosotros la primera vez que conocimos un juguete fue en la época de Perón, que daban a fin de año sidra, pan dulce, zapatos; te daban juguetes el día de Reyes, todo, unos juguetes hermosos”202. Los cambios sociales que beneficiaban al sector obrero eran palpables en el día a día: “Buenos, primero y fundamental: los haberes. Ahí más o menos, levantaron. Construcciones, viviendas...Había trabajo. Era distinto, era una época muy distinta”203. ¿Qué situación económica encontró Perón al hacerse cargo del gobierno? Algunas de las críticas habituales, lanzadas desde el gorilismo contra el peronismo, son: que Perón desaprovechó una gran oportunidad histórica, que nuestro país era rico y que Perón lo empobreció y que solamente se dedicó a repartir plata a los pobres sin hacerlos trabajar... Mentiras como estas son habituales entre in-telectuales y universitarios, pero difícilmente se le pueda escuchar decir esto a algún trabajador que haya vivido en carne propia lo que era el antes de Perón, el durante y el después. Por lo tanto es oportuno hacer algunas consideraciones aclaratorias. En primer lugar, el país que encontró Perón al hacerse cargo del gobierno estaba empobrecido. Se puede decir que toda nuestra soberanía era cartón pintado, porque nada era nuestro. El saqueo imperialista (con colaboración de la oligarquía local) nos había dejado solamente la cáscara del país, pero todos los instrumentos económicos estaban en manos del Imperio. El país que encontró Perón estaba, desmantelado, sin industrias, sin recursos materiales ni maquinarias para obras, con su economía sometida al poder 200 201 202 203

José Manuel Ulloa Eusebio Guiñazú Vitalicio Vargas (nacido en 1936) Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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extranjero (sobre todo británico) y con una injusta distribución de la riqueza. Es cierto que Argentina tenía saldo acreedor, ante Inglaterra, por ejemplo, pero “esas divisas no se encontraban ni en los pasillos, ni en los sótanos del Banco Central, sino depositadas en bancos de Estados Unidos y Gran Bretaña, sujetas a bloqueo, peligro de devaluación y de inconvertibilidad”204. Esto significa que Argentina tenía “para cobrar”, pero Inglaterra no tenía ningún interés en “pagar”. Es que la situación económica del Imperio, después de la Segunda Guerra Mundial, era muy difícil. Ante esa situación, y cómo es una tradición en toda su historia, Inglaterra rompió los acuerdos comerciales firmados con Argentina y arbitró los mecanismos para que no saliera de su país ni un solo billete. Hasta antes de ese quiebre Argentina tenía alguna oportunidad de utilizar las libras estancadas en Inglaterra para comprar material en Estados Unidos, pero Inglaterra declaró la inconvertibilidad de su moneda. Fue muy difícil cobrarles a los ingleses y por eso la posterior nacionalización de los ferrocarriles fue un verdadero triunfo del pueblo argentino. “Perón recibió al país en estado calamitoso. Faltaba de todo: maquinarias, material de perforación, material eléctrico, hierro, caucho, etc., y para colmo lo que teníamos no lo podíamos extraer y elaborar por falta de transportes” 205. Todos los medios económicos estaban en manos de los ingleses, desde los trenes (con tarifas usurarias y un diseño anti regional), los colectivos, las empresas de transportes de equipajes (Villalonga, Furlong), hasta la flota mercante (mitad inglesa, mitad yanki), los teléfonos, el gas, pasando por los puertos (como el de Buenos Aires), las empresas de electricidad. En fin, todo era ajeno. En segundo lugar, cuando se escucha la cantinela de tipos como García Hamilton que protestan porque creen que con Evita “viene la dama buena que regala lo ajeno”206, uno puede ver lo grande que es el egoísmo de la clase media. Este tipo de in-telectuales, pertenecientes al sector medio (y definitivamente al servicio del discurso imperialista), siente que repartir la torta del presupuesto oficial es un “robo”. Cree que el producto del trabajo nacional es “suyo”, pero no de los trabajadores. Por eso García Hamilton dice que Evita repartía “lo ajeno”, como si los pobres y los trabajadores no pertenecieran al país. Cuando García Hamilton dice “el distribucionismo atrofió el cuerpo social”207, se puede ver de qué lado del mostrador está, sin comprender (o tal vez por comprenderlo) que esa distribución del ingreso hacía que el trabajador pudiera ir mejorando su nivel de vida, saliendo de la indigencia, metiéndolo de vuelta dentro de la sociedad. Ese reparto más justo, hizo que el trabajador recuperara la dignidad golpeada por el limosneo. Ese obrero pudo planificar su vida más allá de las próximas veinticuatro horas. Su horizonte se ampliaba, ya podía pensar en qué haría con los aguinaldos de ese año y del próximo. Lo llamativo es que ese historiador vea en eso una “atrofia del cuerpo social”, como si lo natural fuera la explotación y la esclavitud. 204 Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 435 205 Rolando Lagomarsino, en revista Primera Plana del 19/07/1966, citado por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p 435 206 En entrevista en www.almargen.com.ar/sitio/seccion/entrevistas/ghamilton/bajada.html, por Gabriel Cortés y Pablo Rodríguez Leirado, mayo de 2003 207 En el blog Il gorila

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En cuanto a la economía a grandes rasgos, en pocas palabras, con el peronismo Argentina comienza a dejar de ser una granja. Hay que tener en cuenta que el proyecto de país (empezado por Mitre y consolidado por la generación del ‘80) había sido el de “proveedor de materias primas”. Eso tenía que ver con que las potencias económicas (y militares) habían desarrollado y mantenido la idea de “división internacional del trabajo”. En ese reparto de “tareas” a los países como Argentina les correspondía abastecer al mundo con las materias primas, para que luego los países industrializados se encargaran de elaborar productos que se vendían (nos vendían) con gran valor agregado. Ese estado de cosas había sido respetado y mantenido por los gobiernos conservadores y la oligarquía, ya que sólo cuidaban sus negocios de carne. En septiembre de 1946 se adquiere la mayor parte de la Unión Telefónica (norteamericana). El 21 de octubre de 1946, ante los legisladores de ambas Cámaras, Perón da a conocer el Primer Plan Quinquenal. Allí el presidente, ante la ausencia del bloque radical, dice: “La economía ha sido manejada desde el exterior por intermedio de los grandes consorcios capitalistas (...) En 1810 fuimos libres políticamente. Ahora anhelamos ser económicamente independientes. Vasallaje por vasallaje, no sé cual sería peor”208. “Perón empezó con la C.G.T., todas esas cosas, ya era más llevadero. Después empezaron a venir gente del gobierno de Perón, muchos...Acá estuvo Borlenghi, estuvo el doctor Ivanisevich y toda esa gente, conocí toda esa gente, gente macanuda. Y ahí se fue formando y nosotros con el gremio adelante. Los textiles no tenían nadie. Entonces vino un matrimonio un día a casa dice “che Thomas ¿cómo podemos hacer para formar nuestro gremio?”, “Y bueno vengan acá y ármenlo ustedes, yo los guío con lo que yo tengo”, ahí empezó eso (...) y ya se iba juntando, ya peronistas a los que les gustaba Perón y se fue multiplicando cada vez más hasta que se hizo famoso (...) nos juntábamos, a veces yo iba como para orientarlos. Yo y otro muchacho, Hughes se llamaba. Íbamos formando el gremio de los textiles y después había otros gremios, había muchos gremios, pero esos gremios chiquitos (...) y muy lindo todo eso hasta que cayó el viejito...ahí sonamos todos”209. El 16 de noviembre de 1946, el ministro del interior Ángel Borlenghi se trasladó a Chubut donde puso en funciones del cargo de interventor del Territorio Nacional del Chubut a Raúl Rioboó. Esa visita constituyó todo un acontecimiento para la población de esta región que esperaba un impulso para su desarrollo: “Pocas veces ha sido dable presenciar en Trelew una manifestación popular tan espontánea, tan grata al sentimiento de la colectividad, como la recepción tributada al nuevo gobernador del territorio, don Raúl Rioboó, y al titular de la cartera del interior que lo acompañaba Sr. Ángel Borlenghi. (...) Agréguese a ello el hecho de venir acompañado por el Ministro del Interior de cuya cartera depende, en gran parte, la vida territorial, y por último las mejoras que el actual gobierno concreta, para los territorios, en su plan quinquenal, y se tendrá una idea la impresión ambiente”210 . 208 Perón, en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, N. Galasso, op. cit., p. 432 209 Juan F. “Poroto” Thomas 210 Diario El Pueblo (Trelew) 22/11/1946

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Otra tara interesante de los antiperonistas es criticar la sindicalización masiva durante el período 1945 - 1955. Lo gracioso de la crítica es que se acaloran gritando porque supuestamente el sindicalismo “perdió independencia” respecto del Estado. ¡Sin embargo esos críticos no se asustan de la anterior pérdida de independencia de los trabajadores ante sus patrones extranjeros, terratenientes, propietarios de trenes, o dueños de fábricas! “Antes de 1943, la clase obrera anarquizada, sin representatividad gremial, especialmente en el interior, no mantenía vínculos con la C.G.T. de Buenos Aires integrada por gremios aburguesados y amarillos, ligamentados, en su mayoría, a las empresas británicas y cuyos registros apenas reunían 20.000 afiliados”211. Luego, la agremiación llegó a reunir en la C.G.T. a 5 millones de afiliados. Y más cómico es que uno de los quejosos fuera el Partido Socialista, cuyo líder instigó los fusilamientos de peronistas en 1956. Por eso acierta Arregui cuando dice: “Los partidos llamados obreros no mantenían ningún contacto con esas masas desprotegidas”212. La unificación de los trabajadores en una sola central obrera era parte del proyecto nacional de liberación. No sólo había que aplicar reformas desde los escritorios sino en las propias calles, por eso la centralización de los trabajadores fue uno de los pilares. Una masa trabajadora dividida y atomizada, hubiera sido más fácil de vencer por los grandes grupos económicos. En cambio, la sindicalización masiva y la propia experiencia de vida y de mejoras concretas, volcaron a la clase obrera a favor de ese proyecto que sin duda era propio. Algunos cándidos pueden quejarse todavía hoy de que la C.G.T. y la mayoría de los sindicatos importantes sean peronistas. ¿Y que pretenden que sean? La memoria colectiva registra que entre 1945 y 1955 se dieron los mayores avances sociales de toda la historia argentina, y fue su monolítica estructura lo que permitió al peronismo sobrevivir a 18 años de proscripción, persecución y fusilamientos. Siempre que se esgrime esa crítica se omite decir que junto con la sindicalización masiva también venía el fuero gremial que daba protección a los delegados de fábrica y dirigentes gremiales para que no fueran apretados por sus patrones. Asimismo, los sindicatos pudieron darle mayor cobertura social a sus afiliados a través de los centros de salud, policlínicos y sanatorios que pudieron llevar adelante mediante la sindicalización masiva. La U.O.M., por ejemplo, pasó de 1.500 afiliados en 1942 a 200.000 en 1946. Por eso los primeros en hablar de corrupción sindical fueron las empresas afectadas por el pago de los aguinaldos, salarios familiares, vacaciones, y demás beneficios sociales. El Primer Plan Quinquenal fue más que nada un diseño organizativo de la actividad económica y se puede resumir diciendo que apuntaba a: fortalecer la industria y su desarrollo; asumir el control total de la economía (en lo monetario, en lo crediticio y en lo financiero), diseñar, programar y llevar a cabo las primeras nacionalizaciones (gas, trenes, teléfonos, silos, por ejemplo), creación de Aerolíneas Argentinas y fortalecimiento de empresas del Estado. Una muestra fundamental del proceso de independencia económica llevado a cabo en esa época es que Argentina decide no 211 Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación, Peña Lillo - Continente, Buenos Aires, 2004, p. 211 212 Nacionalismo y liberación, op. cit. p. 212

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asociarse al F.M.I. (Fondo Monetario Internacional), actitud que los que pretenden superar al peronismo no se atrevieron (ni se atreven) a llevar a cabo jamás. “Concluido esto, ya con Perón – Quijano a cargo de la presidencia y vice presidencia, nosotros que éramos activos militantes, tuvimos que colaborar en la confección del primer Plan Quinquenal. Ese fue un proyecto fabuloso, tan fabuloso, nunca visto en el país. Yo, que había recorrido en la zona de Pedro Luro tanto para el este como para el oeste, conocía todos los campos, las chacras, los caminos, las rutas, la falta de escuelas, la falta de asistencia de salud. Todo con una indiferencia absoluta de la parte de la gente que eran los dueños de las estancias, con sus mayordomos o encargados. Había un despotismo de la gran flauta. Yo ya conocía los caminos, qué pedir, yo ya conocía dónde hacían falta escuelas. Los problemas de salud que había en términos generales. En Pedro Luro había una sola sala de primeros auxilios y el médico, que en aquel entonces era el doctor Petrelli, el único médico de Pedro Luro, hacía lo que podía. Pero había mucha vocación de parte de él. Era un gran hombre, lo mismo que su ayudante, que era un enfermero, también excelente. Nosotros enviábamos alguno por alguna preocupación; la atención era excelente como si ellos también fueran laboristas y no lo eran. Así que al hacer el Plan Quinquenal hubo que hacer una lista: ¿dónde hacen falta escuelas?”213... Todas las propuestas se canalizaban “por medio del intendente, que habíamos ganado (...) se llamaba Ítalo Avale. Nadie es profeta en su tierra y en un intendente pasa lo mismo. Él tuvo un plan, en el primer Plan Quinquenal, destacado. Tal es así que en la próxima elección él sacó un voto más que Perón, cuando en general siempre el intendente de turno sacaba menos, el 5, el 10 o el 15 % menos que Perón en las elecciones, porque como nadie es profeta en su tierra siempre había cuestiones con los vecinos, que podían ser que se podía optar o no reconocerle sus condiciones y como en aquel tiempo, menos que ahora, nadie sabía nada de nada, ni de intendente, ni de concejales... Todo era en unos niveles altos como se manejaba antes la política. Los lugareños que colaboraban con los partidos tradicionales de aquel entonces, que eran los conservadores y los radicales (porque los demás no existían), tenían deseos de colaborar y trabajaban para su región. Entonces, al hacer el Plan Quinquenal nosotros dijimos todos los caminos y rutas que había que hacer. Por ejemplo la ruta 3 costeaba el ferrocarril desde cerca de Bahía Blanca hasta Patagones, a Viedma. Así que había médanos. ¿El asfalto?, no se sabía lo que era asfalto. Era muy triste y lamentable; eso, la ruta 3. Pero después, los caminos rurales, estaban llenos de pantanos porque antes no existían máquinas para reparar caminos. No había un sistema organizativo municipal que pudiera organizar, rellenar, tomar tierras de los terraplenes y hacer la ruta o el camino. Así que fue todo una lucha. Y yo tuve mucho que ver con todo eso porque a partir de ahí pasé a ser colaborador del intendente que era de Médanos, la cabecera del partido de Villarino, y dependían: Pedro Luro, Hilario Ascasubi, Mayor Buratovich, Teniente Origone, Ombucta, Algarrobo y Nicolás Levalle. Todos esos pueblos tenían cabecera de partido en Médanos (...) Así que hice una lista. Había formularios notables, y simples donde se anotaba todo lo que había que hacer. Si eran caminos, cuántos kilómetros aproximados. 213 Marcelo Pío Fuhr

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Si eran escuelas, en qué parajes hacían falta las escuelas. En el tiempo que yo estuve al frente de todo eso, creo que 5 escuelas nosotros inauguramos. Una fue (en) El Sostén, otra en Campo Balaco, otra fue en El Zorro, otra fue en Las Isletas, bueno, como 10 escuelas hicimos crear. Y bueno, (...) no había maestras para las escuelas. Entonces, (...) siempre había una chica adelantada o que tenía algo más de séptimo grado, entonces hacía escuela primaria, que era lo que en aquel tiempo hacía falta, que la gente aprenda a leer y a escribir, nada más, no se podía pensar en otra cosa, no había cultura arraigada o desarrollada, lo único que se conocía era hasta séptimo grado. Y a nivel sanitario hubo que reorganizar la sala de primeros auxilios de Pedro Luro. Había que conseguir médico. ¿Quién se iba a vivir a Pedro Luro con un sueldo de médico nada más? Nadie. Desde el mismo 1945 hasta 1955 (...) yo quedé a cargo de toda esa inmensa región y ya tenía veintitantos años así que ya había adquirido bastante experiencia, más con el trabajo que hicimos del primer Plan Quinquenal. Y después, ver como iban produciéndose las obras que hacían falta y cuando venían los funcionarios de los planes y las distintas reparticiones a verificar y a establecer y hacer los expedientes para sacar las resoluciones, yo también iba con ellos. Yo no era delegado municipal, pero era un principal delegado de la jefatura de Villarino. Entonces viví toda esa parte del Primer Plan Quinquenal de Perón, cómo fueron las obras públicas, que ya expliqué, más lo que había que hacer en la parte social (...) Así que Perón sacó leyes, resoluciones o decretos, entonces a partir de ahí obligaron que nadie pudiera estar en la intemperie en ningún lado, ni pudiera estar en un lugar donde no hubiera baño. A partir de ahí hicieron gamelas. Habitaciones una al lado de otra con un corredor para el invierno, cerrado, con ventanales y cada pieza era para dos personas y en el fondo del corredor estaban los baños y lavaderos para lavar la ropa, pero ya empezaron a ser gente. Y también obligaron a hacer comedores donde la gente iba a comer. Ya no era como antes que hacían la ranchada en los tamariscos. A partir de ahí, legalmente, los peones pasaron a otra categoría. La mayoría se adaptaba, pero había siempre gente, como en todos los órdenes, que no se adaptaba, entonces siempre había líos y había problemas y yo estaba al frente de toda esa información...En aquel tiempo yo era líder, pero hoy se usa la palabra puntero. Porque después de mí no quedaba nadie en Pedro Luro que estuviera activo. Todos eran peronistas o laboristas, pero no más que eso. Y yo sí, yo me dediqué de lleno. Se hicieron planes para organizar en cada pueblo asistencia médica. En esos tiempos en muchos parajes para ir al médico había que andar no sé cuantos kilómetros. Empezó a cambiar todo. Mi abuelo tenía varios nietos. En ese tiempo el idioma era libre, la religión era libre, entonces como ellos hablaban alemán ocupaban un maestro alemán que nos enseñaba en alemán los primeros grados así que mis primeros pasos en la educación eran en idioma alemán. No sabíamos hablar castellano siquiera. Entonces en el primer Plan Quinquenal, que fue realmente apoteósico, se hacían escuelas, se hicieron en esos diez años que estuvo Perón en el gobierno, más escuelas que en toda la historia de nuestro país. Cada pueblo tenía su escuela, que existen hoy todavía. Todas con techos de tejas, que era un lujo. Todas las escuelas que existen con techo de tejas fueron

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hechas en la época de Perón. Me acuerdo que se hacían barrios. No se podía creer que el gobierno hacía barrios y no había que tener plata para ocupar una casa. Y se daban sin que pague nada de entrada, después pagaba en la medida de sus posibilidades, así que se empezaron a ver barrios en todo el país, con techos de tejas. Y algún pobre que le tocaba una casa de esas, era increíble ver entrar a un zaparrastroso en una casa con techo de tejas. Después ya nos acostumbramos, porque nos consideramos con el derecho de que eso sea así. Pero no lo podían aceptar los de la oposición, porque era un cambio fundamental”214 ¡Esto es importantísimo! A partir de estos cambios sociales, los trabajadores ya no ven esos cambios y esas mejoras como una cosa casual o del momento, sino que los incorporan definitivamente en su mundo, en su conciencia, en sus ideas...Se fija un punto de no retorno, por lo cual a partir de allí cualquier intento por retroceder al estado anterior de cosas va a ser resistido. Y este militante con sencillas palabras resume lo que toneladas de sociólogos, filósofos a sueldo, e historiadores e in-telectuales del Barrio de Belgrano no han podido digerir. Y para observar y comprender la verdadera dimensión de esa revolución nacional, basta con ver que pasaba del otro lado, donde la oligarquía se enfureció porque se dio cuenta que a partir de allí le sería muy difícil volver a la etapa pastoril...Los trabajadores incorporaron a su universo esos derechos, sólo por eso merecieron el desprecio de los terratenientes y sus escribas. Durante el peronismo se desarrolló un intenso plan de viviendas para los trabajadores. Esas casas eran: “De material. Firmes. Hechas para fogoneras porque en ese tiempo había leña, no había gas. Así que casas resistentes, de ladrillos. Yo en el lugar que todavía vivo215 está la casa, reformada, pero la casa de Perón (...) Con el banco hipotecario, que sé yo...pagaba 10, 12 pesos por mes. Pagaba sin ningún dolor. Ahora me dicen que paga cuotas de 300, 400 pesos. También tiene que tener un buen sueldo”216, pero antes, lo que se pagaba “Era nada, nada era”217. Al respecto hay que decir que durante el gobierno peronista la clase obrera tuvo acceso a viviendas cómodas y de un valor accesible al sueldo de un obrero y en cambio a partir de 1956 comienzan a proliferar las “villas miseria”. Sobre esto es interesante decir que el peronismo no amontonó gente en el conurbano bonaerense y de las grandes ciudades como suelen decir los antiperonistas, ya que la mayor migración interna hacia los centros urbanos se produjo entre 1935 y 1945. Lo que hizo el peronismo fue sacarlos del hacinamiento y llevarlos al sector laboral genuino a través de pleno empleo. La vivienda era uno de los indicadores de ascenso social y dignidad humana en aquellos tiempos (¿y ahora?). Como vimos, en 1946 se nacionalizó el Banco Central, y esta medida fue acompañada de otras destinadas al desarrollo social. Uno de los puntales fue la construcción de viviendas para la clase trabajadora. Para ello fue fundamental la refundación del Banco Hipotecario Nacional. La Ley que lo reglamentaba (12.962) lo definía como “una entidad autárquica del Estado nacional que integra el sistema del Banco Central de la República Argentina a 214 Marcelo Pío Fuhr 215 Trelew, Chubut. 216 Roberto Fernández 217 Roberto Fernández

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los fines de la coordinación de sus actividades con la política económica, financiera y social del Estado” 218. Durante el gobierno peronista el Banco Hipotecario cuadriplicó la entrega de créditos para vivienda. Por supuesto que además del crédito hipotecario, el Estado construía viviendas en forma directa: “lo más destacable del período fue el rol cumplido por el Banco Hipotecario Nacional que, entre 1947 y 1957, otorgó 390.000 créditos individuales”219. En medio de este plan queda en claro cual es el rol de las Unidades Básicas partidarias: “Las Unidades Básicas peronistas eran las informantes de lo que hacía falta. Nosotros éramos muy agudos, muy urticantes y exigentes en las cosas que hacían falta. Logramos la creación de las escuelas, la reparación de calles, rutas o caminos. Y después vinieron ya las rutas a nivel nacional, como fue la ruta 3, que se la sacó del costado del ferrocarril y se hizo como está ahora. Yo era muy diplomático, pero era cortante. Además teníamos planificado nosotros como manejar para que no nos pasen ellos, porque eran todos o doctores, abogados, o dirigentes de alto nivel y hombres mayores todos, y nosotros los peronistas éramos todos jóvenes. El intendente (en realidad presidente del Concejo Deliberante) que tuvimos creo que tenía 35 o 40 años, el doctor Juan Drisaldi”220. Esa entrada de las masas en la política (en las calles y en las legislaturas de todo el país), provocó el rechazo de la mayoría de los políticos tradicionales. Aquí es importante hacer dos consideraciones sobre lo que dice este militante. En primer lugar los peronistas se enfrentan con los “doctores”, lo que marca un enfrentamiento de clase que se va a dar (más allá de la actitud conciliatoria de clases que Perón buscará). Durante esos primeros años fueron comunes las burlas y los ataques que debieron soportar los legisladores peronistas de parte de los políticos radicales y conservadoras. “Los legisladores radicales continúan creyendo que solo “los dotores” pueden ser Padres de la patria”221. En general, los legisladores peronistas (mayoritariamente obreros), desconocían el protocolo y el reglamento parlamentario y por eso eran blanco de las burlas de la bancada opositora: “Yo no vine aquí a combatir el analfabetismo”222 decía el mismo diputado que tendría otra frase racista para referirse al peronismo. Lo llamó: “aluvión zoológico”223. En segundo lugar, siendo que los legisladores peronistas son jóvenes, no se exalta eso como un valor en sí, sino como una condición de inexperiencia ante los viejos políticos. En resumen, la condición distintiva y de la identidad no es ser joven, sino ser trabajador. Las Unidades Básicas (primero las del partido peronista y luego las de la rama femenina) colaboraban en la detección de las necesidades insatisfechas para hacer llegar la ayuda social a todo el país. Esto se debía no sólo a la importancia del Partido 218 www.lucheyvuelve.com.ar/vivienda/urbanismo.htm 219 “Vivienda, estado y comunidad. Estrategias habitacionales en el área de Buenos Aires”. Ana María Faccioso, en www.mundourbano.unq.edu.ar 220 Marcelo Pío Fuhr 221 N. Galasso, Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 429 222 Ernesto Sanmartino, en Primera Plana, 31/05/1966, citado por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 429. 223 Perón. Una biografía. Primera parte (1895 - 1952). Joseph Page. Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1984, p. 247

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Peronista, sino a la forma de trabajo, directa y rápida, que requería una fuerte concientización y compromiso político y social de los encargados de hacer llegar la asistencia social a sus destinatarios. Además se hacía teniendo en cuenta que en muchas provincias las distancias entre las capitales y el resto de las localidades eran muy grandes. Por ejemplo en Chubut, la ciudad capital (Rawson) está a 600 kilómetros de Esquel y entonces se dificultaba la labor: “Teníamos contacto porque justamente dentro de la intendencia había gente peronista. Había el contacto próximo y casi único, porque en esa época, Rawson de Esquel, hacía de cuenta que estaba a miles de leguas de distancia, porque los medios de comunicación no eran los de ahora”224. En tanto en Roca, Río Negro: “antes, la ayuda social, se hacía desde las Unidades Básicas. Claro, porque vos venías, por ejemplo, necesitabas algo y nosotros anotábamos y después los encargados de eso nos llevaban a donde era el gobierno nuestro y entonces te ayudaban por intermedio (nuestro) ahí, no como ahora que depende de Desarrollo Social. Allá no, porque se agilizaban mucho los trámites, enseguida salían, más rápido”225. Por su parte, Osvaldo cuenta que hacia los años ‘40 y ‘50, en Buenos Aires, su mamá “laburaba en el Lavadero Central en Buenos Aires. Si, ella se jubiló. Por eso te digo había laburo, laburaban los dos. Después salimos a laburar nosotros. (...) Mi viejo venía de la fábrica de mosaicos a las cinco de la tarde, mi vieja venía a la una. Ya preparaba la comida para el día ese y para el otro día”226 ¡Sencillo y acertado análisis de este simpatizante! En otras palabras, eso es pleno empleo... No había desocupados en la infamante escala de hoy, porque el plan de gobierno impulsaba el crecimiento del mercado interno, el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, la justa redistribución del ingreso y el mejoramiento de los salarios. Por eso: “El 98,3 % de los trabajadores argentinos estaban ocupados”227. Según las fuentes que se tomen, encontraremos que los trabajadores se beneficiaron con el ingreso nacional (P.B.I.) en una franja estimada entre el 40 % (en 1946) y el 56,7 % (en 1950). Es decir, los trabajadores se quedaban con más de la mitad de la torta. Esos niveles de participación jamás fueron igualados y hoy a duras penas los obreros rondan el 30%, (según datos oficiales). “Después íbamos al almacén y sacábamos. Una libreta negra: “Bueno Doña Juana deme de esto, deme del otro, 300 gramos de azúcar”, se vendía así. (...) “Deme la Bidú. Vinagre, aceite suelto”. Comprabas la cantidad que vos querías y ahí anotabas (...) Ah...los días 5 y los 20...Salían del laburo y pasaban por el almacén. Pagaban (...) No había ni tarjeta, ni documento, nada. Había fiado, mucho fiado (...) Una libreta así era...y anotaban Un tarro de dulce de leche, una botella de leche La Martona. Leche, nada de agua. (...) La Bidú (...) Si, buenísima (...) Superior a la Coca (...) Era nacional, si. Se tomaba mucha Cerveza Palermo, nacional. Blanca y Negra. Un espectáculo”228. Durante el gobierno de Perón se concretaron logros para la clase trabajadora que le permitieron mejorar notablemente sus condiciones de 224 Eva Marchand de Quintana 225 Vitalicio Vargas 226 Osvaldo Rubbo 227 Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación, op. cit. p. 214 228 Osvaldo Rubbo

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vida, aún dentro de los marcos del capitalismo. La oligarquía agropecuaria veía con espanto que la renta diferencial del campo fuera trasladada a diversos proyectos industriales y de servicios básicos. Se redujo la importación y se desarrolló la producción nacional, pese a las dificultades lógicas de todo proceso de liberación nacional, ya que recién empezábamos a dejar de ser un semicolonia. A pesar de que no se terminó con la oligarquía, se la lesionó fuertemente. Es cierto que, en alguna medida, algunos sectores de la clase media tuvieron algunos perjuicios, pero la mayoría de la población se vio beneficiada con la planificación económica, política y social. El Estado se encargaba de redistribuir el ingreso, que retornaba a los trabajadores en beneficios sociales como mejor salud, trabajo, educación y vivienda: “Cambió el país, porque yo pude tener mi casa. La hice con monedas la casa. Así que todo el que trabajaba vivía bien. Después las cosas de la política, como está hoy mismo: uno tira para allá otro tira para acá, eso sucedió siempre, pero Perón tuvo su primer gobierno, todo lo que (es) la existencia de él muy bueno, para mí, muy bueno”229. “En la época de Perón no hubo hambre, porque laburaba todo el país, todo el pueblo. (...) Las obras de Perón fueron escuelas, hospitales, educación, todo eso (...) aparte ayudaba a la gente (...) vos no tenías un colchón “tomá” un colchón, frazadas, ropa, medias, calzados, todo. Máquinas de coser. La época de Perón fue extraordinaria”230. La ley de alquileres, y el congelamiento de los mismos, les permitió a las familias trabajadoras no tener sobresaltos durante un largo tiempo, pudiendo llegar a adquirir esa casa por la que pagaban alquiler. Ya muchas familias empezaron a simpatizar con el gobierno de Perón. “Vamos a 1946, que yo termino el sexto grado. Entro en el secundario y en el ‘47 ya Perón era presidente. Había asumido el 4 de junio de 1946. Y arma un gabinete heterogéneo. Es decir hay un socialista, un conservador, un radical disidente y había lógicamente laboristas, que respondían a Perón”231. En septiembre de 1946 se empieza a tratar el proyecto de ley que otorga los derechos cívicos a la mujer: “El senado nacional consideró el miércoles pasado el proyecto de ley por el que se otorgan derechos cívicos a la mujer el que fue aprobado luego de estudiado el despacho de la comisión respectiva (...) Art. 1º.-Las mujeres tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos”232. El cambio social (1947) La consolidación de Perón, la movilización popular y la serie de leyes sociales lanzadas desde los tiempos de la Secretaria de Trabajo y Previsión fueron agitando el ambiente, sobre todo a nivel popular, entre los obreros industriales y las peonadas: “Y yo fui revolucionario. Ahí con veinticuatro años le hice la revolución a mi papá...Porque le levanté toda la gente. Éramos 19 compañeros trabajando ahí. Don Carlos Beltrán 229 230 231 232

Roberto Fernández Vitalicio Vargas Prof. Gustavo Adolfo Boyd Diario El Pueblo (Trelew) 06/09/1946

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Elicagaray, después de pagarnos el sueldo el 10 de diciembre, que nos pagó el aguinaldo, si en el sueldo te descuenta la casa y comida (que era que nos descontaba), el aguinaldo no nos podía descontar. Y entonces nos descontó. Todos hicimos una carta donde yo era el cabecilla. Una carta a la Confederación General del Trabajo donde expresábamos lo que nos había hecho (...) entonces los compañeros firmamos una carta y después me llamó el patrón. Porque de chiquito, yo era de 12 años, hasta los 18 no me pagó el sueldo. Trabajaba a la par de los demás. Y entonces me llamó “¿cómo, vos Pepe, hijo del encargado, te ponés en contra mío?”, le digo “no, Don Carlos, yo no me pongo en contra suyo, me pongo a favor de mis intereses, porque yo estoy seguro que el día que mi papá se vaya de acá usted no le va a dar nada (...) y yo quiero progresar, pero no quiero perder nada de lo mío”. Entonces me dice él “¿por qué entraste vos?” (en la huelga) “por no ser carnero” le dije, me dice “¿entonces querés decir que tu padre es carnero?”, “Y, del momento que no entró (en la huelga) si, Don Carlos”. Entonces él me iba a hacer retar con mi papá y mi papá me dice “che ¿vos me tratás de carnero?”, le digo “papá, vos carnereaste, porque vos no quisiste ayudarnos a nosotros (...) te vas a dar cuenta más adelante que yo tengo razón, y vas a venir con nosotros”. Me dice “a vos te convenció tu tío”, le digo “si, me convenció el tío y yo tengo mi ideología política en mi corazón como vos tenés la tuya”. Fue una discusión chiquita, no peleamos”233. La protesta social y la exigencia obrera de mejores condiciones de vida y de salarios comienzan a desarrollarse con más fuerza, al ver que hay posibilidades de avance social. Empezaba a acortarse la brecha entre ricos y pobres. Y, sobre todo, este proceso histórico fue un terrible sacudón social, ya que la clase obrera comenzaba a descubrir un mundo que le había sido negado por décadas. Es el auge del “turismo social”: “todos los que antes iban a Quilmes o a Berazategui, a tomar aire y sol, comenzaron a arribar a la Perla del Atlántico. Habría que analizar hasta donde todo el odio que la oligarquía le tenía a Perón se debía a las leyes y disposiciones que estamos comentando, o pura y simplemente a que les llenó Mar del Plata de “grasas” y “cabecitas negras” (...) Además, los sindicatos empezaron a comprar hoteles”234. “Antes de Perón, Mar del Plata era Punta del Este. Con la llegada de Perón, los negros, a los negritos Perón nos llevó a veranear a Mar del Plata....pequeño cambio...”235. Con estos programas de turismo social mucha gente vio el mar por primera vez en su vida, otros treparon una montaña que sólo habían visto en fotos o por relatos de otros viajeros. El gobierno desplegó una gran publicidad para incentivar los viajes turísticos de los trabajadores. Uno de los lemas era “Usted se paga el pasaje, y el gobierno el hospedaje”. En 1947 se sanciona la ley que extiende los derechos civiles a las mujeres. De esa manera la mujer se suma plenamente a la vida política pudiendo votar y ser votada. Evita fue la gran impulsora de esta medida y Perón la apoyó desde un principio. “Claro, Evita, para las mujeres implementó el voto 233 José Manuel Ulloa 234 Enrique Silberstein, citado por N. Galasso, en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 479. 235 Lucio Castillo

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femenino que no existía. Eso fue un avance muy grande”236. “inclusive hay leyes que se deben a ella. El voto de la mujer fue de Eva Perón. O sea que no sólo Perón sacó al hombre, sino que Evita sacó a las mujeres del anonimato en la lucha...”237. En diciembre de 1947 toma forma el Partido Peronista, luego de la disolución del Partido Laborista y del Radicalismo Renovador. En Trelew, el partido se formó a partir de la llegada de los interventores: “primero era Laborista, pero tiene que haber sido en 1947, ‘48. Ahí comienzan a afiliar a la gente. Papá fue uno de los primeros. Papá me dijo que él tenía el número 7 (...). Como no queda antecedente... Cuando cayó Perón desapareció todo, los archivos, todo, no quedó nada, hay que rehacer en base a la memoria”238, “Y yo cuando tenía un poco de conocimiento, a los 14 años, me afiliaron al Partido Justicialista, que te voy a mostrar ahora un carnet que tengo, que me afilió Miguel Góngora, un viejo peronista de esa época (...) y ahí empezamos a actuar, a los 14 años”239 La Fundación “Eva Perón” (1948) En Julio de 1948 se crea la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, (luego conocida como “Fundación Eva Perón”) que en la práctica actuaría como un organismo oficial a pesar de que no lo era. Además de la acción del Estado propiamente dicha, la fundación canalizaba gran parte de la ayuda social en las áreas de salud, vivienda y educación (creando edificios de verdad y no de cartón). La Fundación destinó fondos a la creación de hogares de ancianos, de niños, de mujeres y establecimientos de salud como policlínicos y hospitales. “Entonces mi padre se hizo peronista y justo fue Eduardo García (que era un fanático del peronismo), no me voy a olvidar nunca: “Hola don Justo, ¿por qué no va al camión del Ejército?”. Cargado de ropa venía. “No, pero vamos a dejar para los más pobres”. “No, no. Vaya”. Fue mi padre allá. Le regalaron un sobretodo, pero hermoso. “Esto es para usted, abuelo”. Ahí mi padre empezó a decir “La verdad que esta mujer es importante”, dice “mirá todas las cosas”. Acá, en la Loma Blanca (Puerto Madryn) les daban camas, les daban colchones”240. Había un trabajo conjunto entre las Unidades Básicas y las Municipalidades, tal como lo señalan varios testimonios. “En las unidades se organizan bibliotecas, se dan conferencias culturales, y sin que yo lo haya establecido expresamente pronto se han convertido en centros de ayuda y de acción social. Los “descamisados” no distinguen todavía lo que es la organización política que yo presido de lo que es mi Fundación... Las unidades básicas son para ellos algo de “Evita”. Y allí van buscando lo que esperan que pueda darles Evita. Ellos mismos, mis descamisados, son los que han creado en mis unidades básicas una nueva función: informar a la Fundación acerca de las necesidades de los humildes de todo el país. La Fundación atiende estos 236 237 238 239 240

Tito Laspiur Agustín Brebbia Prof. Gustavo Adolfo Boyd Eusebio Guiñazú Gregorio Robledo

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pedidos haciéndoles llegar directamente su ayuda”241. “Yo soy nacida y criada en la calle Buenos Aires, ente 28 de Julio y San Martín (Trelew). Ahí vivíamos nosotros y de ahí nos veníamos al colegio que estaba al lado de lo de Crespo, en la calle A. P. Bell (...) La 123. Que ahí era como un conventillo, pero había muchas aulas y ese era el colegio nuestro. Nosotros veníamos ahí cuando éramos pobres”242. La escuela 123 fue creada en 1933 y abrió sus aulas el 22 de junio de 1935. Sin embargo, la escuela no tenía edificio propio y funcionaba en un domicilio particular (sucesión de Marcelina V. de Oroquieta). Esto era algo que pasaba en varios lugares del país, dada la falta de infraestructura. Recién el 7 de julio de 1951 se inauguró el nuevo edificio que hasta hoy está en pie en calle Edison Nº 385. Este edificio era parte del Plan Quinquenal. “Trabajaba mi vieja nada más. Éramos chicos, éramos tres mujeres y un varón. Evita y Perón nos mandaban al colegio los bonos y nosotros se lo llevábamos a mamá. Íbamos al correo a buscar las cosas que nos mandaba Evita para el colegio. Para navidad y año nuevo teníamos pan dulce, sidra, de todo. Para el día del niño, para las fiestas así, teníamos juguetes, todo nos mandaba Evita. ¿Sabés adonde íbamos al correo? Viene a ser en Pellegrini, adonde ahora está el fotógrafo... “Stuttgart”243, por ahí estaba el correo, que todavía está cerrada esa casa (...) Todo nos mandaba Evita, de Buenos Aires, a nosotros. Hasta zapatillas nos mandaba. Yo por eso soy peronista”244. Por ese tiempo en Trelew: “Acá trajo muchas cosas Perón, hizo mucho para la Patagonia, como eran de acá los padres245 (...) vino el hermano de él, como te conté ayer un poquito, éste era jefe de policía. Al final nos hicimos amigos por un mate, lo conquisté con un mate (...) Es lindo ¿no? Y después los comisionados eran macanudos todos. En especial lo recuerdo mucho a Viñas246 porque fue él que hizo mucho. Él todo lo que le daban era una representación. Y el jamás se quedó con cinco centavos y hacía hacer los recibos para tal y tal, para los colegios, para las cooperadoras, para la policía. Todas esas cosas. A mi me compró el primer traje de ordenanza, parecía un general yo ahí. Y esas son cosas lindas que van quedando en la memoria ¿no?” 247. Además de las grandes reformas sociales del período, Argentina retoma una senda auténticamente soberana a nivel de política internacional. Claro que el país debe moverse con sumo cuidado, debido a la gran presión existente de parte del imperialismo que recela de ese presidente salido de las filas del ejército que cuenta con gran respaldo popular en las calles y que realiza continuos desplantes a la voluntad de las potencias (Inglaterra y Estados Unidos). Esas potencias no perdonaban la vieja neutralidad argentina y tampoco la nueva independencia económica. Algunas medidas del gobierno argentino en los foros internacionales no eran del todo “coherentes” con los postulados generales, pero se trataba de retroceder un paso y avanzar dos por el 241 Eva Duarte de Perón, La razón de mi vida, op. cit., p. 206 242 Valeria M. (nacida en 1938) 243 Tradicional casa de revelado de fotos, en el centro de Trelew. 244 Valeria M. 245 No eran de Chubut sino que vivieron un tiempo en la zona. 246 Fue Comisionado de Trelew entre el 10/05/1948 y el 25/08/1950 247 Juan F. “Poroto” Thomas

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difícil camino de las relaciones internacionales. Por eso algunos vieron con sorpresa que Argentina firmara el Acta de Chapultepec, a instancias de los Estados Unidos en agosto de 1946. Esto se vivió como una claudicación en política internacional aun dentro del propio bloque de legisladores. La ratificación de las Actas de Chapultepec, por las cuales Argentina se comprometía a estrechar filas con Estados Unidos en caso de un conflicto internacional, puede ser vista como un paso atrás en política independiente, pero también es cierto que no se puede cantar “falta envido” todos los tiros. Argentina debía ceder en algunos aspectos para avanzar en otros, de manera que lo que fuera un paso atrás como las Actas de Chapultepec, se convirtieran en dos pasos adelante como ocurrió con el rechazo al F.M.I. y el rechazo a firmar el Convenio Internacional del Trigo. Hay que agregar en esos primeros años la negativa argentina ante el GATT (un acuerdo internacional de tarifas y comercio, algo así como el ALCA). “Me acuerdo cuando se fundó República de Israel, Perón (Argentina) fue uno de los primeros países del mundo que lo reconoció”248. En cuanto a la política social, había una serie de programas destinados a lograr que el trabajador, fuera de la edad que fuere, pudiera capacitarse y así también los jóvenes estudiantes: “iba a ingresar, después que terminé los estudios secundarios, a medicina, a la Universidad, pero me llamó la atención, digamos, me gustaba siempre la aviación, cosa que mi madre no quería como menor de 22 en aquella época, porque tenía que firmar la autorización para hacer el curso. Ya mayor, en el año ‘48, realizo el primer curso de pilotaje en el Aeroclub Argentino. Lo pude hacer también porque las leyes de Perón promocionaban tanto la aviación civil y daba tanto apoyo a las instituciones aéreas, que prácticamente era becado total el alumno menor de 30 años, para formarlo, que después forma a las líneas aéreas, después de los estudios correspondientes”249. Los beneficios para los trabajadores y la ayuda social se extendían a todo el espectro de las clases más humildes, desde los grandes programas de ayuda hasta las cosas más cotidianas: “Mi madre se fue a Buenos Aires a trabajar como tantas jóvenes de esa época. Allí conoció a un hombre, venido de la guerra, se casan. (...) Mi madre tenía adoración por Evita. De hecho, cuando yo nací, por esa época, se estilaba, por el sistema que existía de salud en ese momento, nos regalaron todo el ajuar, la cunita y la ropa, todo”250. Por otra parte “ya hablaban del peronismo y hablaba Perón, todo el mundo escuchaba a Perón y tocaban la Marcha y ya uno empezaba”251, dice este militante madrynense. Paralelamente continúan las medidas destinadas a proteger a los trabajadores rurales: “Cuando se hizo la Ley de Aparcerías rurales... ¡Dios me libre! Quedó el 18% de porcentaje nada más. (...) y primero hizo me parece que al 30%, para meterla. Claro, porque varias cosas, él hizo por etapas. Como yo también aprendí, porque yo fui concejal, fui presidente de bloque así que yo tengo mucha experiencia en política de hace muchos años atrás, hasta los 30 y pico. Y cuando un intendente hace una ordenanza que va a ser muy cuestionada...y bueno, “hacemos esta ordenanza al medio por ciento”. Y la gente reniega pero el medio por ciento 248 249 250 251

Marcelo Pío Fuhr Agustín Brebbia Hugo N. (nacido en 1948) Eusebio Guiñazú

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no es nada. Al año siguiente, “bueno esto tiene que dar el 10 %, pero podemos poner 2%, entonces el 2,5 %” y la gente rezonga, pero se va acostumbrado y cuando pasan dos o tres o cinco años hacen el 10 % que es lo que tiene que dar ese rubro. Y eso lo aprendí también en la política”252. En este año, 1948, se procede a la nacionalización definitiva de los teléfonos. Con respecto a esto hay que decir algo importante. Los agentes liberales en nuestro país (desde la Unión Democrática a María Julia Alsogaray y su padre, pasando por Martínez de Hoz, Cavallo, Menem y López Murphy), han criticado todas las nacionalizaciones para poder efectuar la posterior entrega. La compañía de teléfonos había colocado 457.000 teléfonos en 65 años (1881 - 1946), mientras que luego de ser nacionalizada por Perón y transformarse en ENTEL colocó 600.000, entre 1946 y 1956. Evidentemente se trata de una cuestión de administración y no de genética como pretenden algunos que dicen que sólo lo privado funciona bien. No es que todo lo privado sea mejor. Aquí es importante detenerse a repasar por qué fue el Estado quien encabezó el proceso de industrialización, el comercio exterior y el desarrollo del mercado interno. Esto se debe a que en los países semi coloniales, el sector económico que debería hacerlo es muy débil (empresariado nacional) y por lo tanto es el Estado el que debe liderar la industrialización impulsando a lo sectores rezagados (que son muchos). Y otro factor importante es que varios de los empresarios en condiciones de hacerlo están tomados por el discurso imperialista. Incluso muchos de los que se beneficiaron, por el aumento de sus ventas, fueron antiperonistas, sin comprender que lo que pagaban de cargas sociales y salarios, retornaba al poco tiempo a sus negocios debido a las compras que efectuaba la clase trabajadora. La escuela, el deporte (1949) Uno de los caballitos de batalla del gorilismo ha sido decir que el peronismo “despreciaba” la cultura. ¡Que paradójico! Resulta que el gobierno que “despreciaba” la cultura construyó más establecimientos educativos que en toda la historia argentina y aumentó la matrícula como nunca había sucedido. En 1940 el total de alumnos en la educación media era de 143.000 y en 1954 llegó a 446.000. En cuanto a los establecimientos educativos se crearon alrededor de 8.000 escuelas (entre nuevas, refaccionadas, institutos técnicos, primarios, secundarios, universitarios) en esos diez años de peronismo. “En el año 1948, el ministro de Educación, Belisario Gaché Pirán, hace inaugurar la Escuela para enseñar de maestro, magisterio. Antes tenía que ser hasta Bahía Blanca, Viedma. Ahora en Trelew, hasta se crea después una escuela para la docencia. (En el) ‘49 creo que ya salen los primeros maestros. De manera que hay una gran cantidad de maestros que egresan ese año (...) (Yo) Estudiaba. En el Colegio Nacional de Trelew (Sarmiento entre España y Don Bosco) había ciertas facilidades y con Perón cambió bastante, así que el pobre podía ir al Colegio Nacional”253. Esto estaba en el marco del gran desarrollo educativo operado entre 252 Marcelo Pío Fuhr 253 Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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1945 y 1955. Se crearon más de 70 escuelas fábrica, y más de quinientos establecimientos destinados a aprendizaje, capacitación obrera de adultos y escuelas de medio turno, como así también capacitación para mujeres. En nuestra ciudad hubo dos grandes escuelas construidas en el marco del Primer Plan Quinquenal: la 123 y la 122. Esta última había sido creada en 1935. En 1948 se comenzó a construir el nuevo edificio en su ubicación actual (Lewis Jones y Alem). Las clases se reanudaron ya en el nuevo edificio en marzo de 1949 (la inauguración fue el 9 de abril): “el sábado pasado se realizó el solemne acto de la inauguración del edificio en el que funciona la Escuela Nº 122, construido recientemente, por el Plan de Gobierno del General Perón (...) las autoridades y público asistente, recorrieron las dependencias de la escuela complacidos de hallar un nuevo establecimiento que cuenta con todas las comodidades necesarios para poder impartir una enseñanza práctica y eficaz”254. Otro cambio fundamental fue la gratuidad de la enseñanza a todo nivel, ya que en ese período también se anuló el arancelamiento universitario garantizándose el acceso educativo a toda la población. En marzo de 1949 quedó sancionada la nueva Constitución Nacional. Los más amargos críticos del peronismo se acuerdan solamente de la cláusula que permitía la reelección del presidente y critican esto como si hubiera sido lo más importante de la reforma, pero no dicen que la nueva Constitución también incluía Derechos de la familia, de la ancianidad, de la cultura y de la educación: “Te comento algo que a lo mejor algunos no se acuerdan, pero alumno que tenía que dar materias o que rindió mal durante el año, llegaba el momento de los exámenes y para rendir examen tenía que ir previamente al correo y pagar un peso con cincuenta por materia...pero Perón lo liberó todo, completamente; lo hizo gratis. Lo elimina. Uno con cincuenta por materia. Le tenía que presentar la boletita ahí con la estampilla del correo”255. “Nosotros antes, a la maestra le teníamos miedo cuando se enojaba. Y guarda que no le diga a tu viejo. Ahí si que la ligabas. “La señora está enseñándote y encima le vas con problemas”. La educación anda bien, pero lo que pasa es que hoy no le podés decir: “Agarrá un puntero y pegale un punterazo”. Antes te lo pegaban. Y sabés lo que decía el padre cuando venía: “Le hubiese dado más. Ahora lo agarro yo en la casa”. (...) Nos poníamos el pantalón largo a los 18, viejo. Andábamos de pantalón corto. Ahora usan pantalón largo apenas nacen”256. “Escuchábamos algo, simpatizábamos. Guardapolvos, nos daban. Nos daban la ropa”257. “Mi hermano y yo cursamos la primaria en el Instituto Salesiano (...) Frente a la plaza (en Trelew). Donde está la parroquia y todo lo que va sobre la (calle) Rivadavia también. Donde hoy está la Iglesia estaba la cancha de fútbol (...) La institución salesiana, y la Iglesia Católica en general, tenía un gran predicamento social”258. La Iglesia mantuvo una relación que se podría calificar de “buena” en los primeros años de gobierno peronista. Desde el Ejecutivo 254 255 256 257

Diario El Pueblo (Trelew) abril de 1949 Prof. Gustavo Adolfo Boyd Osvaldo Rubbo Anastasio Baeza (nacido en 1936)

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se propició la enseñanza religiosa en los colegios, y así también varios eruditos del nacionalismo católico tuvieron su lugar en las Universidades (esto produjo un resultado lamentable que generó una mayor adversidad en el ya opositor ámbito de la juventud universitaria). El 23 de mayo de 1949, el Ministro de Educación de la Nación, doctor Ivanisevich, visitó la ciudad de Trelew: “vino acompañado con una delegación de I.N.E.F. (Instituto Nacional de Educación Física). El señor ministro escucha al coro del Colegio Nacional, en esa inauguración y los invita a concurrir a Rosario”259. El deporte fue otro puntal fundamental del progreso social y la atención a los niños y jóvenes: “acá el barrio ya era peronista. Acá vino el campeonato Evita”260. La miopía de la in-telectualidad se queja de la difusión del deporte diciendo que eso era sólo pan y circo, pero omiten decir que antes no había ni pan ni circo, ¡amargos! Durante el peronismo se apoyó el desarrollo de actividades deportivas tanto a nivel de aficionados como de profesionales. La crítica antiperonista ha querido ver en ese aspecto un rasgo de “totalitarismo”, comparando esa experiencia con la de las “juventudes hitleristas”. Esa crítica es fácilmente refutable, pues el deporte no era para sustraer al trabajador de la actividad política, sino para complementarla y como parte del desarrollo social. La actividad política estaba en las fábricas, con los delegados; en los partidos políticos (en el caso del peronismo con el agregado de su rama femenina), en los sindicatos, en las asambleas y en las universidades. “A fines de 1949 se comenzaron a disputar los Campeonatos Infantiles y Juveniles “Evita” que auspiciaba la fundación “Eva Perón”. Participaban equipos de todo el país y únicamente podían jugar chicos que no estuvieran fichados en clubes afiliados a AFA, permitiéndose sólo anotar a tres que sí lo estuvieran.” 261 . Estos campeonatos (y todo el programa deportivo en general) traían consigo una serie de beneficios sociales que hasta entonces habían estado reservados sólo a una parte de la sociedad. No era solamente patear la pelotita (lo que ya era mucho). La participación de los niños en estos torneos aseguraba una consulta médica total, control de enfermedades, provisión de ropa y alimentos y la oportunidad de conocer otras partes del país. “Perón apoyaba mucho al deporte, en ese tiempo se apoyaba mucho al deporte. Se implementaron los torneos Evita, así que ahí los chicos salieron un poco de la vagancia y se metieron en el deporte. La escuela y el deporte. Antes era la escuela nada más y algunos grandes ya los sacaban a trabajar desde chicos, así que eso fue una cosa buena”262. Es el tiempo de Fangio, Gálvez, Pascual Pérez, Gatica, la construcción de estadios de fútbol (Independiente, Huracán, Vélez, Racing). Luego llegaría el éxito en los juegos Panamericanos. “Fue el mismo caso que el campeonato infantil Evita. Eso fue fabuloso. Que ningún gobierno trató de seguirlo, claro, como lo hizo Evita, el peronismo, ¿viste? Pero ¿cuándo, un pibe iba a jugar a la cancha de River, como jugábamos nosotros, que íbamos? (...) Estaba anotado ahí en el Club Pulquin, del barrio. Y estaba de suplente, jugamos en la cancha de All Boys, jugamos 258 259 260 261 262

Horacio Prof. Gustavo Adolfo Boyd Eusebio Guiñazú www.rosariofutbol.com Tito Laspiur

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en la cancha de River. Se jugaba en todas las canchas de primera. Iban todos los pibes. Había un equipo rosarino, Evita Morning Star. Creo que fue en Magdalena. En Magdalena jugaba Menéndez y un pibe, Lorenzetti. Menéndez, que jugó en River y después jugó en Boca. La rompían. La final la jugaron ellos dos: Evita Morning Stars y Magdalena (...) Quedó gente afuera, viejo”263. “Durante los seis años que se realizaron estas competiciones Morning fue protagonista excluyente. Incluso hasta se llegó a decir que la primera dama se hizo simpatizante del club debido a su siempre destacada intervención”264. El deporte fue un motor de encuentro social y no solo un pasatiempo. “Y vivir la época de Perón ¿cómo uno la empieza a amar? Y, lo empieza a amar desde el colegio, porque nosotros no teníamos ideología ni pensábamos en política, pero vos ibas al colegio primario y ahí en Lanús no te preguntaban si tu papá tenía o no tenía. Te daban la pluma cucharita, cucharón, los cuadernos, los libros, todo. ¿Querías hacer deportes? Te vestían como un jugador de fútbol. Uno lo único que tenía que salir era a la cancha y demostrar que era capaz. ¿Querías hacer natación, en aquella época? Hacíamos natación y te daban todos los elementos: las patas de rana, los anteojos, los gorros, todo. Te vestían de primera. Te daban toda la posibilidad. No como después fue sucediendo en el país, que te decían “¿querés hacer deporte?” Y bueno, te daban una lata y una pelota de trapo y arreglate” 265. Evita, la acción social y las obras públicas (1949) La Obra Pública fue uno de los motores del plan de gobierno para fortalecer el mercado interno y el consumo, además del concreto avance social. “Respecto de eso, Perón fue un hombre que hizo una cosa muy buena, porque nosotros en el año ‘47, cuando hicieron el gas, acá el gas no lo conocimos. Ni Trelew, ni Madryn. Él lo hizo. Una compañía Italiana (...) Además de eso, Perón sacó un decreto. A todos los pobladores les hacía hacer pagar el aguinaldo, que eso no se conocía. Gracias a él hoy tenemos el aguinaldo. Fue un hombre muy importante. A los pobladores les hacía hacer que tenían que tener una casa, el peón, bien prolija, con cama (...) Después de eso hizo el estudio del ferrocarril de San Antonio a Madryn que si a Perón lo hubiéramos ayudado todo el pueblo, hoy seríamos felices de nuevo (...) Además de eso, el Golfo San José y el Golfo Nuevo, él tenía la idea de hacer lo que hicieron en el Dique. Cuando bajaba una marea hacía trabajar las turbinas...subía la otra marea. Así que de ahí ya distribuía la corriente.” 266 “las costas de ambos golfos se encuentran a tan sólo siete kilómetros de distancia ofreciendo su angosto istmo la posibilidad inmejorable de abrir un canal que comunicando ambas costas permita el paso de las aguas de una a otra orilla y aprovechar el balanceo de nivel”267. Esto muestra el interés que hubo por desarrollar nuevas fuentes de energía que acompañaran el crecimiento 263 Osvaldo Rubbo 264 www.rosariofutbol.com 265 Héctor Cassia 266 Gregorio Robledo 267 Clemente Dumrauf .Historia de Chubut, op. cit., pag. 459

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industrial del país. “Después viene Perón y comienza el movimiento. Anuncia el gasoducto de Comodoro a Buenos Aires, que muchos decían “está loco, ¿cómo va a poner un caño de Comodoro a Buenos Aires?”, y se hizo el gasoducto. Y se le dio calor a todos los hogares de la zona sur”268. En efecto, la monumental obra fue, en su momento, la más grande de Sudamérica. El gasoducto cubre una extensión de más de 1.400 kilómetros. El costo fue de 50.000.000 de dólares. El primer caño fue soldado en 1947 y la obra se concluyó en 1949. “Te digo algo. En el gobierno de Perón, cuando se empezó en el año ‘49 a poner el gas, te daban la cocina, la regalaban. A los peronistas y al que no era peronista también. Le daban la cocina, que muchos de los radicales decían “y esto ¿para qué?”. No lo querían poner. Esto era algo increíble (...) Perón nos regalaba las cocinas a nosotros los pobres, porque nosotros éramos los pobres. Nos regalaban la cocina, nos hacían la instalación de gas. Que decían que esto no iba a servir, que no iba a servir el gas. Vos fijate lo que es la vida, como cambió, el progreso que hubo. En esos años del ‘49 trabajó todo el mundo. Vos ¿sabés la plata que eso movía? Acá se movió todo. Acá cuando pusieron el gas, fue una bomba. Para nosotros los peronistas, era un orgullo (...) Hubo obras. Estaban haciendo el acueducto de Trelew a Madryn”269. “Evita. Una gran mujer. Yo tuve la suerte de tratarla. Yo viví tres años en Buenos Aires, cuando era milico. Estaba haciendo la colimba en Ciudadela, a pocas cuadras de Liniers (...) Claro, porque en esos años, a nosotros, los milicos nos hacían trabajar. No hacíamos orden cerrado, andar con las armas, haciendo cuerpo a tierra. Todo eso, no, no, no. “Soldado ¿usted tiene una profesión?”. “Si”. “Venga”. (...) y nos llevaban a trabajar a la Ciudad Evita. Ahí la conocí a ella. ¡Era más metida que dedo en la nariz! Ella estaba en todo. ¡Que mujer maravillosa! Yo tengo unos recuerdos tan lindos de ella. Así que ella iba, una vez por semana recorría semejante barrio. Nosotros éramos milicos, íbamos con los camiones, llevábamos ladrillos, cemento (...) Toda la mano de obra la hacían los albañiles, pero los ayudantes eran todos soldados. Íbamos a Campo de Mayo. Ahí había mosaiqueros, se hacía todo ahí en Campo de Mayo, ahí cerquita de donde está el comando, al lado de la usina. Y nosotros éramos choferes de los camiones. Ida y vuelta, todos los días. Y nosotros lo que queríamos era andar en las cosas y no tener que estar encerrado ahí, (...) que maravillosa esta mujer. Decía (...) “Soldados ustedes que andan por muchos (lugares), les encargo, si encuentran algún anciano que esté sentado o que ande pidiendo limosna, o un chico, avisen a la policía, al primer agente que haya, avísenle que hable con la Ayuda Social, que les de la dirección y todo” (...) Ya tenía el personal ella (...) Yo jamás en los años que estuve encontré una persona pidiendo, un mendigo. Ella fue la mano derecha de él. Porque vamos a ser sinceros. Yo me hice peronista por lo que vi de ella. Yo con Perón no tuve trato nunca, pero con ella sí, porque nos veíamos todos los días o cuando iba, así que ella conversaba con uno. Una mujer muy sencilla, no era una mujer de etiqueta. No (...) Ella era una mujer sencilla. Hablaba con uno, con otro, con los soldados. Y como todos éramos milicos, los que trabajábamos ahí, así que nosotros felices de encontrarla 268 Ítalo 269 Eusebio Guiñazú

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“señora Evita ¿cómo le va?”. Yo con los años que estuve me di cuenta que ella era el brazo derecho de Perón (...) ella andaba en todo, no se le escapaba una”.270. “Hubo un adelanto grande en cuestiones de obra pública. Por ejemplo en ese pueblito chiquito271 había dos obras grandes que se empezaron casi a la par. El correo y la escuela. Y todos los que andaban de balde ahí; todos a trabajar. La obra pública fue estupenda, hubo mucha. La construcción del correo y la construcción de la escuela, porque esos organismos eran alquilados. La escuela alquilaba, por el estado, casas viejas. Hicieron en su momento una escuela bastante moderna, el correo igual (...) Y bueno, la escuela era la única que había hasta este año. Ahí no se hizo más nada, ninguna obra pública más después de esos tiempos”272. (En 2006 se inauguró una nueva escuela, después de 51 años...).Tal vez a la distancia algún despreocupado habitante de las grandes ciudades de nuestro país le parezca poco tener una oficina de correos y una escuela, pero en ese entonces (cuando asume Perón), estaba todo por hacerse y para comprenderlo es preciso remontarse a esos años y evaluar que impacto habrá tenido esa oficina de Correos en la vida de la gente. Una “simple” oficina que le permitía romper el aislamiento; mientras que la escuela era una oportunidad de aprender y ayudar a la movilidad social, “acá venía el gobierno de los peronistas, venía en el correo, traían la ropa, traían de todo para darle a la gente humilde. Colchones, frazadas, juguetes. Porque yo le pregunto a más de uno: a la edad de nosotros ¿cuántos de nosotros tuvimos una pelota? Yo la pelota que conocí: una media hecha de trapo. Y cuando estaba Perón conocimos el fútbol. Así como yo, unos cuantos. Y radicales también, ¿eh? (...) Eso era una satisfacción para nosotros los pobres. Nos daban el comedor; nos daban las zapatillas, nos daban los calamorros, unos botines que nos daban. Nos daban los guardapolvos para los 25 de Mayo. Todas esas cosas uno las vivió dentro de la pobreza de uno. Yo siempre dije a los míos “yo tengo que decirles como me crié”. Y de qué forma nos criamos. Porque yo no me puedo olvidar de mi infancia”273. “Y bueno, se comenzaron a hacer obras, escuelas que todavía están en pie, que están prácticamente cero kilómetro con los años que tienen encima. Y bueno, a nosotros nos dio mucho. Nos dio enseñanza. Pudimos apreciar muchas cosas. Pudimos apreciar actos patrióticos donde el 25 de mayo se festejaba el 25 de mayo, y se iba a la Plaza Independencia a las ocho y media o nueve de la mañana, así sea el día de la Bandera, haya frío o no. Es decir, se respetaba y se iba, se cantaba el himno, todo y después llegábamos al colegio...con mucho frío y todo. Se hacía que el chico conozca el patriotismo, y que tenga amor por su patria, por su bandera, y como decía el General Perón: “primero la patria, después el movimiento y por último los hombres”. Y bueno, seguí militando, militando...”274. El ascenso social era algo impensado años atrás, pero a partir de las políticas económicas y sociales empieza a abrirse un mejor panorama para las masas trabajadoras: “había compañeros míos que eran antiperonistas ya. Porque los padres eran antiperonistas, 270 271 272 273 274

Gregorio Robledo Dolavon, Chubut Tito Laspiur Eusebio Guiñazú Ítalo

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pero no sabían por qué. Y había discusiones, pero nosotros seguimos. Yo abracé el movimiento porque consideré que era un movimiento de pueblo, era un pueblo de alpargatas que no conocíamos los zapatos. Acá los que podían estudiar eran los que tenían plata. Y bueno, hubo un gran cambio. Le daban lana para tejer a las mujeres, máquinas de coser. Después vino el voto femenino, la mujer podía votar y ser elegida, hubo un cambio que la gente no se da cuenta, como los cambios que hay en este momento que no se da cuenta la gente o no se quiere dar cuenta. Dicen: “se terminó la clase media con Perón”, ¡no! Es que la clase baja subió de nivel. Porque antes eran los Patrón Costas, los Nazar Anchorena y todas esas yerbas”275. ¡Cuanta sabiduría en estas sencillas palabras! Este militante resume acertadamente cual fue el proceso social que significó el peronismo: el achicamiento de la brecha entre ricos y pobres. La clase media fue uno de los sectores que más se beneficiaron con las políticas económicas del peronismo, pero su absoluta falta de conciencia nacional la llevó a despotricar contra el gobierno, porque el ascenso social de las masas le quitó la exclusividad en las rotiserías, tiendas, mercados, lugares de vacaciones y en los negocios. La clase obrera también tenía un número para ser atendida en los lugares en los que antes sólo se codeaban médicos y gerentes. Por eso los in-telectuales y profesionales se sintieron “invadidos” por aquellos mecánicos que entonces fueron atendidos antes que ellos en los negocios del centro. “Pienso que era un logro, que la persona un poco evolucionada pienso que no lo veía como una maravilla, pero sí, era un tremendo logro: poder opinar, no estar al margen. Porque yo me acuerdo que mi padre sentía cierta simpatía por algunos políticos, pero en esa época ni llegaba el voto siquiera a Esquel para los hombres, así que menos para las mujeres (...) Te estoy hablando de hace como ochenta años atrás (...) Alguna vez supongo que si. Yo no sé, porque como era para hombres y mi padre murió cuando yo era muy chica, si alguna vez votó él o no en Esquel, no tengo idea, no recuerdo eso”276. “Por otra parte, se produce un notable ascenso social de la mujer, más incorporada a la producción, con capacidad política a través del voto y acceso a las actividades profesionales”277. El papel de Evita era central en este proceso político: “Lo que pasa también es que Evita se excedía. Una vez cerró la fábrica Mu-Mu, porque no le dio golosinas para los pibes. Eso es verídico (...) No sé. Evita le mangueaba a todas las fábricas. Las fábricas les mandaban unas partidas de cosas. Está bien, ella las repartía. Se lo daba a los pobres, pan dulce, sidra, todo. Y Mu-Mu me parece que no le quiso dar y lo clausuraron”278. Pero además la mujer se incorpora al aparato productivo, dejando de ser simplemente una “molestia” para las familias pobres. “Y de repente el nuevo país las introduce raudamente en las fábricas, y de allí al sindicato y a las asambleas (...) Entonces todo se modifica, porque la mujer que tiene su propio ingreso también crece en dignidad”279. Dentro del marco del 275 Ítalo 276 Eva Marchand de Quintana 277 Norberto Galasso, “Peronismo y liberación nacional (1945 - 1955)”, Cuadernos para la Otra Historia. Centro Cultural “Enrique S. Discépolo”, p. 10, en www.discepolo.org.ar 278 Osvaldo Rubbo 279 N. Galasso. Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. pags. 480 y 481

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capitalismo, esa mujer que antes debía trabajar como doméstica por unos pocos pesos y estar sometida a las arbitrariedades de los patrones y el régimen de “cama adentro”, pasó a integrar la fábrica, donde trabajaba menos horas por más dinero, con beneficios sociales y sobre todo con más libertad, para poder disponer de su tiempo y hacer otra cosas más que trabajar. “La primera quincena envió un giro a su madre. La segunda, adquirió un par de zapatos con tacos y su cuerpo cambió. A la siguiente compró en las cadenas de tiendas Etam un delicado vestido arrancado de Vogue, con tela de imitación francesa, fabricada por la nueva burguesía judía de Villa Lynch, que dejaba de ser importadora para transformarse en productora (...) En todos los barrios habían aparecido “salones de belleza” (...) entraba en crisis la oferta del servicio doméstico. Aparecía el Estatuto del Servicio Doméstico, con derecho a siesta. ¡Cuántos izquierdistas aprendieron a odiar al peronismo en la mesa familiar por boca de su madre, antes de buscar en venerables textos las razones para rechazarlo en nombre de la Ciencia!”280. Pero aún quienes continuaron trabajando de mucamas mejoraron sus ingresos y ganaron en legislación laboral. La queja de los oligarcas y de la clase media histérica era porque no se conseguía “servicio doméstico”. Imbéciles como Martínez Estrada destilarían su odio contra esa mujer atacando a Perón: “Sus ideas, magnificadas por las investiduras y el arte de encantar serpientes que poseyó en grado superlativo, son las mismas de un boyero de dieciséis años o de una mucama de treinta y tres (...) El pueblo permanece como masa inorgánica y sin disciplina ni ideas. No tiene arraigado ningún ideal, de ninguna clase. Esa masa es un protoplasma inmenso, sin forma ni función”281. Estas asquerosidades se decían de la masa peronista, de izquierda a derecha. (Sin embargo, a este enemigo del pueblo, el actual gobierno le rindió homenajes al cumplirse 40 años de su fallecimiento)... Sólo quienes siempre estuvieron del lado del pueblo pudieron comprender la enorme y positiva transformación social que se vivía: “ya nada hay de miserable. Todo ha adquirido dignidad”282 . “Cuando venía al correo, venían las cajas. Y los chicos andaban a los saltos por los juguetes, las cosas, impresionante como venían. Pero para mí fue una política tan feliz que yo pasé con ellos...Ahora, una vez que ella ya se fue, el pobre (Perón), en una palabra, se ve que le faltó una ayuda o la compañera. El hombre se ve que ya no andaba bien. Pero si nosotros, los obreros, lo hubiéramos ayudado, Perón quizás hoy todavía estaría gobernando. Porque tenía ideas muy buenas, él acá”283. Es importante decir que la ayuda social (tan criticada por gente de plata) era un complemento de un aspecto muchísimo más importante: el pleno empleo. El proceso de industrialización que se inició con el peronismo, fue el único intento de concretar un proyecto verdaderamente nacional, pero hubo que arrancar con muchas 280 Jorge A. Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 306 281 Ezequiel Martínez Estrada. ¿Qué es esto? op. cit., pags. 150 y 158 282 Enrique Santos Discépolo. “¿A mí me la vas a contar?”, Bs. As., Secretaría de Prensa y difusión, 1951, citado por N. Galasso en Perón. Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 483 283 Gregorio Robledo

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dificultades ya que Argentina había sido históricamente una granja a disposición de Inglaterra. Por eso, lo fundamental fue comenzar a incorporar maquinaria. Todo esto en el marco de un gran desarrollo de la Obra Pública que además de dar empleo, iba creando el mercado interno y aumentando el consumo de la población. Así se ponía en marcha la gigantesca maquinaria productiva y social del país, sumando servicios y aumentando la infraestructura de la nación. “La industria, en tiempos de Perón, creció mucho. Prácticamente no había industria. La industria pesada había empezado a funcionar. Se fabricaban tractores, camionetitas de esas Rastrojero, motos”284. “Y bueno, en ese tiempo eran muy engorrosas las obras. Una porque no había equipos para hacerlo, porque en ese tiempo íbamos a Esquel, el río Percey se desbordaba ¿con qué lo rellenábamos si no había máquinas? A pico y pala y carretilla. Y después empezaron a salir esos tractores que la máquina iba atrás tirada con un tractorcito. No había equipos para trabajar en una obra grande así. Se arreglaron puentes como se podía, que eran de hierro, con soldaduras. Inclusive he estado hasta yo arreglando puentes. El puente de Las Plumas, hoy día puede ir y en el puente que cruza Las Plumas para la parte de abajo están las iniciales mías y la fecha que estuve soldando el puente ese”285. La carencia de equipos pesados fue un gran obstáculo para el desarrollo del país, pero aun así, el Plan Quinquenal (en sus dos versiones) apuntaba a lograr una creación (o renovación) completa de la maquinaria. “Y, era una época, para nosotros era linda. Una que éramos ganadores y después cosas buenas (...) De Perón sí me acuerdo. Regalaba juguetes a los chicos, el pan dulce y la sidra a la gente, ayudaba a la gente humilde, nos enseñaba a vivir, nos enseñó a armar sindicatos para que se defienda el pueblo, que después el sindicato a veces anda mal, pero...Eso apareció en esa época”286. “Perón ¿qué les dio? Trabajo, las jubilaciones, dio todo eso el peronismo. Al pobre le dio todas esas cosas, que nosotros no las teníamos. Los hospitales. Yo fui internado en el (Hospital) “San Martín”. Una manzana entera. Para mí fue un orgullo encontrarme internado en un hospital que hizo Perón. Y dicen que Perón, me contaba (...) un señor que estaba internado, Perón venía todas las semanas a visitarlos, con Evita, al hospital”287. Tal vez las nuevas generaciones de clase media no alcancen a comprender la verdadera dimensión de lo que representaba una sidra o un pan dulce, pero esto era apenas un síntoma del duro enfrentamiento de clases en el que se empezaba a hacer justicia en cosas tan simples y a la vez tan importantes. Para que vean a que clase de gente debieron enfrentarse los trabajadores y Perón, basta con transcribir este odio impreso que dejó uno de los políticos conservadores más reaccionarios de nuestra historia: “Es que cuando la muchedumbre ha sido corrompida sólo quiere divertirse y alimentarse gratis, sin realizar ningún esfuerzo, ningún trabajo y sin tener que pensar en obligaciones a cumplir el día siguiente. Y por eso se siente satisfecha y contenta, halagada y feliz con el pan dulce y la sidra, con el juguete y la diversión, que le vienen desde lo alto y 284 285 286 287

Tito Laspiur Roberto Fernández José Manuel Ulloa Eusebio Guiñazú

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considera la retribución enviada por sus benefactores, en premio a su holganza y a su obsecuente fanatismo”288. Sólo una causa tan justa puede generar tanto odio acelerado. El ferrocarril en Chubut El ferrocarril marcó una importante etapa en Chubut (y en toda la Patagonia), sobre todo en la zona del Valle inferior del Río Chubut. La idea de las autoridades de entonces era favorecer la comercialización de la producción del Valle y del Oeste, llevando la carga hasta Madryn para ser embarcada en ese puerto. También llevaba al interior de la provincia las mercaderías ingresadas por el puerto de Madryn. Pero los proyectos se llevaron a cabo parcialmente, debido a la “improductividad” del territorio que debía recorrer. “En 1922 el Ferrocarril Central de Chubut fue adquirido por Ferrocarriles del Estado e inmediatamente se comenzó a extender la línea hacia el oeste para llevarlos hasta Paso de Indios, pero los trabajos se paralizaron definitivamente al llegar al Alto Las Plumas. En 1923 se construyó el ramal Trelew – Rawson y enseguida se prolongó hasta el balneario Playa Unión. La longitud total del ferrocarril fue de 267 kilómetros y prestó importantes servicios en el transporte de materiales y personal para la construcción del dique Ameghino. El rápido desarrollo del transporte automotriz lo volvió antieconómico y lo desplazó”289. “Había muchísimo movimiento porque no había como ahora casas mayoristas, acá en Trelew, para distribuir. Entonces venía casi todo de Buenos Aires en barco hasta Madryn y de ahí en ferrocarril. Tenía mucho movimiento (iba desde) Madryn hasta Punta Rieles (que) estaba en el Alto Las Plumas, ahí iba dos o tres veces por semana, pero bajaba mucha carga de ahí. Esa carga iba Trelew y minerales a Buenos Aires por barco (...) Arrancaba en Madryn y por lo general paraba en Dolavon. Ese era un tren diario. Trelew, Gaiman, Dolavon. El tren tenía un vagón especial para llevar la correspondencia del correo, los bultos chiquitos. En ese furgón llevaba el servicio del correo. Pasajeros y carga. Bajaban lana hasta Madryn o hasta las barracas acá a Trelew”290. “Cargas, cargas que iban y venían. Cargas que venían de Las Plumas. De Madryn a Las Plumas había 243 kilómetros, con un desvío de Trelew a Playa Unión de 21 kilómetros. Entonces, pasto mandaban para Madryn, lana de no sé donde y también de Madryn venía el barco y llevaban mercaderías a Trelew y Puerto Madryn. Y tenía un desvío en Puerto Madryn el ferrocarril que directamente en vez de parar ahí, sacar de ese vagón, habían hecho unas vías para que entrara con el vagón adentro de La Anónima291, lo mismo pasaba acá en lo de Corradi (...) Ojo que la vía era económica: 0,75 m. Ahora, Comodoro 288 Reynaldo Pastor. Frente al totalitarismo peronista, 1959, criticado por Arturo Jauretche en Que al salir salga cortando. Segunda parte de las polémicas de Arturo Jauretche. Norberto Galasso. Los Nacionales Editores, B. Aires, 1982, p. 162 289 Clemente Dumrauf. Historia de Chubut, op. cit. p. 324 290 Tito Laspiur 291 Cadena de supermercados de la Patagonia que fue creada en 1908 como Sociedad Importadora y Exportadora de la Patagonia, propiedad de la familia Braun Menéndez, y que todavía existe.

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Rivadavia - Puerto Deseado tenía 1,67 m.”292. Para quienes viven en Trelew, es importante señalar que el ferrocarril (cuyas vías emergen en algún tramo de la calle Rawson frente a la escuela Nº 714) movilizaba varios aspectos de nuestra economía y de la vida social. La estación del ferrocarril (a media cuadra del Comedor Universitario, en el actual Museo “Pueblo de Luis”) se hallaba muy cerca de La Anónima, que tenía sus depósitos ubicados entre las calles 9 de Julio y Rawson con doble entrada para carga y descarga de mercaderías. Los obreros ferroviarios (al menos en esta zona del valle inferior del río Chubut) fueron mayoritariamente peronistas. “Era ferroviario mi papá, trabajaba en el ferrocarril (...) En la locomotora, era maquinista del ferrocarril (...) Era delegado de La Fraternidad, a él le toco hablar para Eva Perón”293 y se incorporó al peronismo “papá era yrigoyenista, radical personalista, era en contra de los conservadores”294 El 13 de febrero de 1947 el Estado Nacional firmó el contrato de compraventa por medio del cual se iniciaba el trámite para que los ferrocarriles pasaran a ser argentinos. No faltaron (ni faltan) quienes para criticar esta nacionalización dijeron que el material era hierro viejo “Quien afirma que los ferrocarriles son hierro viejo, afirma una verdad clara como la luz del sol. Pero quien de allí deduce honradamente que no deben ser expropiados y nacionalizados incurre en un error de lógica porque no ha percibido el problema en toda su amplitud. El material ferroviario está viejo indudablemente...pero fue viejo desde su nacimiento, como esos niños monstruosos que nacen con caras y facultades de ancianos. Las máquinas jadean impotentes en su senectud... Los rieles enmohecidos y torcidos protestan con sus golpes a cada paso del tren. La herrumbre chorrea por las estaciones suburbanas... Hasta su jefe máximo, Sir William Leguizamón, va poniéndose reumático y carrasperoso. Pero a pesar de esto, el poder de los ferrocarriles no ceja y ferroviario fue el doctor Ortiz, último presidente electo en la Argentina antes del 4 de junio... Es evidente, pues, que aunque el material se ponga viejo, el poder político de los ferrocarriles se mantiene lozano y brioso como la imagen del león británico con que las empresas suelen exornar sus vagones... Por eso el problema ferroviario puede sintetizarse en la siguiente fórmula: adquirir los ferrocarriles equivale a adquirir soberanía”295. “De lo que me acuerdo es del ferrocarril cuando se nacionalizó. Cuando antes, que lo tenían los ingleses en el galpón ferroviario, que era donde se recibían todas las cargas, había una sola persona: don Gaetano Siciliano. Ese hacía de cambista o sea que cambiaba las vías para que de vuelta el tren, hacía de cambista, de peón, de administrativo, de todo hacía. Una sola persona y en la estación estaba el Jefe y un auxiliar y cuando se nacionalizaron, en el galpón desde el vamos nomás ya entraron como seis, siete, ocho, no sé, cantidad (...) Y claro, con eso los gremios, (el gremio ferroviario) se hizo (grande). Eso ocurrió en este pueblito, así que en las ciudades grandes ¡como se aumentó! Así fue creciendo 292 293 294 295

Prof. Gustavo Adolfo Boyd Prof. Gustavo Adolfo Boyd Prof. Gustavo Adolfo Boyd Scalabrini Ortiz en Raúl Scalabrini Ortiz y la penetración inglesa, Norberto Galasso, op. cit. p. 72

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el peronismo, me parece a mí, por los gremios”296. Todos aquellos lugares por donde pasaba el tren vivieron con profunda emoción la adquisición de los ferrocarriles, tal como ocurrió en Mendoza: “No recuerdo la fecha, pero cuando se nacionalizó el ferrocarril fue algo espectacular y para mí me quedó un recuerdo de toda la vida...La única oradora, en la entrada del predio del ferrocarril, fue mi mamá”297. Existía además la oportunidad de aprender un oficio: “yo trabajaba en el ferrocarril en esa época... Y bueno, en esa época hermosa también ¿cómo no voy a recordar? Yo no quise estudiar más. Llegó un momento que no quise estudiar más, a los quince años. Le dije a mi mamá “Yo no estudio más. Hasta acá llegué”, estaba en tercer año...Entonces Perón daba la gran oportunidad a los chicos para entrar al ferrocarril, o a empresas, de aprendiz. Pero era un verdadero aprendizaje. Se trabajaba medio día en trabajo efectivo y medio día clases. Nos daban clases, cuatro horas con profesores. No era cualquiera. Era un verdadero aprendizaje. ¿Cómo no va a recordar uno esa época? Maravillosa”298. “El ferrocarril en Madryn era una familia. Porque los muchachos éramos todos de la misma época, habíamos ido al colegio, juntos. Éramos como si fuera una casa cuna. Ahí nos encontrábamos todos: chicos, grandes (...) Éramos una familia, todos reunidos. Nos ayudábamos unos a los otros. Yo entré de ayudante mecánico. A los seis meses me ascendieron como medio oficial, porque soy una persona que me doy mañas enseguida. Los jefes veían que yo tenía mucho interés en aprender. Al año y medio me ascendieron a oficial. Me mandaban a Trelew cuando los mecánicos tomaban vacaciones. Era una familia (...) Los sábados, domingos, nos juntábamos en el Club Brown”299. El 1º de marzo de 1948 el Estado argentino tomó posesión de los ferrocarriles. El Partido Peronista Femenino (1949) La incorporación de la mujer a la vida política argentina se vio reforzada por la creación del Partido Peronista Femenino, a instancias de Evita. “Aunque se había logrado el objetivo de poder votar, la visión de Eva fue más allá ya que comprendió que si la mujer no tenía una herramienta política que la respaldara, la igualdad de los derechos con el hombre sólo quedaría en el terreno de lo formal y no en el de la realidad. Con ese objeto decide formar en 1949 el Partido Peronista Femenino, que se constituyó en una experiencia inédita y única de verdadera participación femenina sin intervención alguna del hombre, ni en su organización ni en su concepción”300. La reivindicación social de la mujer merecía una dedicación especial en cuanto a sus derechos civiles. El frente de liberación peronista debía ocuparse de sumar a las mujeres, por eso se abrió un espacio político importante como fue la versión femenina del Partido Peronista. Aunque hay que decir que Evita dejaba en claro que ese instrumento político debía ser independiente del manejo de los hombres. “Para Eva, el Partido Femenino era el arma política fundamental 296 297 298 299 300

Tito Laspiur Lucio Castillo Lucio Castillo Gregorio Robledo En www.causapopular.com.ar 05/02/2007

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de la mujer. Entonces decide formarlo a través de un congreso con mujeres de todo el país y las convoca en el teatro Nacional Cervantes, donde se hace una asamblea general desde el 26 de julio de 1949 hasta el 31 de julio. Hay un entusiasmo bárbaro y de todas las provincias llegan muchas mujeres. Eva Perón habla de la organización que debe hacerse y se la elige como presidente del partido femenino. Se lo llama a Perón, que en ese momento estaba en el Luna Park en el congreso de los hombres, para que le hable a la concurrencia y así arrancó todo. En el Congreso se forman las primeras mujeres: 23 delegadas censistas, una para cada provincia. Eva dice que por tiempo y por distancia no puede hacerse cargo de toda la organización y que va a mandar a cada mujer, como delegada de ella, para que con sus instrucciones hagan las Unidades Básicas Femeninas, en donde se aliente y se tenga conocimiento de la doctrina Peronista. Y entonces ella las va eligiendo y luego todas tenemos una reunión con Perón”301 Las delegadas censistas fueron: “Capital Federal: Teresa Adelina Fiora, Chaco: María de Solveira Casares, Neuquén: Clementina Amanda Palumbo, Buenos Aires: Catalina Allen, Catamarca: Delfina C. De Molina, Córdoba: Elsa Irma Chamorro Alamán, Corrientes: Celfa Argumedo de Andre, Entre Ríos: Juana Larrauri de Abrami, Jujuy: María Isabel C. De Parravicini, La Rioja: Juana María Arcondo Beraza, Mendoza: Teresa Guillermina Gibelli, Salta: Hilda Nélida Castañeira, San Juan: Trinidad Coronel, San Luis: Blanca Elena E. De Rodríguez, Santa Fe: Luisa Komel, Santiago del Estero: María Evangelina Renard, Tucumán: Ana Carmen Macri, Chubut: Susana Míguez, Formosa: Sara Rodríguez Alderete, La Pampa: Matilde Dora Gaeta Iturbe, Misiones: Elena Alda Fernícola, Río Negro: María Rosaura Isla, Santa Cruz: Ana María García Ronzio”302 (algunas abandonaron la misión por razones de salud o por cambio de funciones). Estas mujeres tenían como misión saber cuántas mujeres eran simpatizantes peronistas y estaban dispuestas a afiliarse en todo el país. “El grupo de delegadas y subdelegadas estaba compuesto en general por maestras, amas de casa, enfermeras y también por una abogada, Elsa Chamorro Alamán y una cantante de tangos, Juanita Larrauri. Algunas eran casadas y otras solteras”303. A su vez esas delegadas elegían a una subdelegada que colaboraría en las acciones de afiliación. Por otra parte el Partido Peronista Femenino vendría a ser un complemento de la acción social, ya que las militantes debían detectar las falencias a cubrir e informarlas a las oficinas gubernamentales para darles solución. Esas mujeres, jóvenes en su mayoría, debían realizar un gran sacrificio a nivel familiar, ya que debían dedicarse de lleno a las actividades militantes relegando en algunos casos a su vida anterior para comenzar una distinta. Aquí vemos nuevamente como se mezclan los límites entre los organismos oficiales y el partido del gobierno. Este accionar de Evita va a ser muy importante para darle cohesión al movimiento nacional y luego de 301 Ana Macri una de las delegadas organizadoras designadas en 1949 por Eva Perón y diputada nacional por el Partido Peronista Femenino, en entrevista en www.causapopular.com.ar, 05/02/2007 302 humano.ya.com/flasheva/ppfemen2.htm 303 humano.ya.com/flasheva/ppfemen2.htm

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su muerte se sentirá su ausencia en gran forma. En Chubut se inauguró en Rawson, en 1949, la sede del Movimiento Peronista Femenino “Desde el miércoles 7 del actual ha quedado oficialmente inaugurada la sede central del Movimiento Peronista femenino con funcionamiento en la Capital de nuestro territorio. El acto mencionado contó con la presencia del señor encargado del Despacho Gubernativo Don Osvaldo A. Nuñez- Señor Subsecretario a-c. de Secretaría Don Enrique Stenti; Jefe de Policía Don Eduardo V. Taret, funcionarios oficiales, delegaciones peronistas instaladas en las distintas localidades del Valle, como asimismo una inmensa cantidad de público, portadores de carteles con la efigie del General Perón y de “Evita”. Estuvo a cargo de la delegada de este movimiento en el Chubut, Srta. Susana Míguez, el discurso de apertura de la sede de referencia (...) damas allí presentes procedieron al reparto de golosinas a los niños, al mismo tiempo que se dejaban oír reiterados vivas a “Perón y Evita””304. “Mientras que estuvo Perón era una cosa que todo el mundo se levantó. Los mismos que habían pensado votar por el radicalismo ya votaban por Perón. Principalmente la gente pobre. La gente que no tenía para comer y ya empezaba a tener trabajo. La gente entonces empezó a entender y votaban a Perón. A Perón lo sostiene... Eva Perón. Era el sostén que tenía Perón. Porque Perón tenía su contra dentro de los cuerpos de los militares, de entrada. Acá también mandó interventoras al Partido Peronista. Porque yo con los interventores les hacía conocer primero al comisario del pueblo. Eso no lo hicieron ninguno de los cogotuditos ahora ¿me entendés? lo que yo trabajaba así clandestinamente”305¡Interesantísimo dato el que da este militante! Era lógico que en los pueblos más pequeños, alejados de las grandes urbes, fuera el comisario quien tuviera conocimiento de los vecinos. Entonces, charlando con él, la Delegada podía saber a quienes ir a ver para empezar a formar el Partido Peronista en su rama Femenina. “Aparece Eva. Manda la interventora acá para formar el Partido Femenino. Viene dirigida a mí, cae a Dolavon, a la comisaría. Ve al comisario porque tenía que “hablar con O.”, me van a buscar a la casa. Voy a ver al comisario y estaba la interventora (...) tendría unos treinta años. (Era secretaria de Eva Perón, y la mandó acá para que formara el Partido Femenino). Me va a ver (el comisario), viene y me dice “hay una señora que quiere hablar”. Se presenta como la interventora del Partido Femenino. Y empezaba por Dolavon, a ver en Gaiman, “usted que conoce, ¿a qué mujeres podía ver yo ahí en Dolavon, que fueran peronistas?, aunque sean dos o tres o cuatro”. “Ah, si. ¿cómo no?”. “¿Adónde las podría ver?” “No. Si me espera una hora, nos vamos juntar en el hotel España”. Me fui a ver a las Rivera, las dos de Araña, porque la otra era contraria. Las llevé (...) a tomar unas gaseosas, entonces le presenté a ellas y habló con ellas para formar el Partido Femenino, ya que eran peronistas, ya quedaron en conexión, listo. No me acuerdo que problema surgió en Dolavon que la tuve que ir a ver a ella...del hospital era. Que había bronca contra el que estaba en el hospital, el doctor Dragui. Parece que como era contrario atendía y desatendía y que sé yo. Y estas chicas, que estaban 304 Diario El Pueblo (Trelew) 16/12/1949 305 Pedro

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ahí, lo denunciaron y a la mierda (...) Así que me metía en cosas que yo no me tenía que meter y me metía, me metía y me metía. Pero ya cuando las cosas ardían me venían a ver. Porque yo era el más encarador. Y yo, que mierda, yo iba de frente y por eso el otro me trató de comunista306. Y así fue creándose el partido, cada vez más...Fue extendiéndose.”307. Este es otro aspecto importante para analizar. A menudo la crítica de los supuestamente “avanzados” ideológicamente dice que “la gente votaba al peronismo por las cosas que les daban”. ¿Y qué esperaban? Si los hombres y mujeres de una sociedad van construyendo su identidad y sus ideas a partir de la experiencia de vida, es lo más lógico que apoyen con el voto a quienes implementan un plan social que los favorece y mejora su calidad de vida, aun dentro del capitalismo. Quienes critican esa actitud, hablan desde un supuesto “idealismo” o de una pretendida “coherencia”. Pero en realidad, únicamente los hipócritas (como algunos empresarios en ese período...y en todos) pueden despotricar contra un gobierno que los favorece; y así critican la supuesta falta de “moral” y el “autoritarismo” del gobierno, pero depositan en sus cuentas el dinero que ese mismo gobierno les hace ganar mediante la implementación de sus planes económicos. Entonces, ¿quién es más coherente ideológicamente? A fines de 1949 “Vecinos de Camarones se entrevistaron con el señor Presidente (...) Una información oficial, da cuenta de una cordial entrevista que el primer mandatario de la República, general Juan Perón mantuvo con un núcleo de vecinos de Camarones, quienes llegaron a su despacho oficial acompañados por el gobernador militar de Comodoro Rivadavia, general Lagos, el secretario de fomento, señor Francisco Cruz. La entrevista se desarrolló en términos muy cordiales, y se prolongó por espacio de una hora, en cuyo transcurso del general Perón estrechó en un afectuoso abrazo a los viejos vecinos de la localidad de Camarones, Perón les dijo: “Hablen amigos, queridos amigos, que me creo recordando mis años de Patagonia” dijo “que hacía más de 50 años que había convivido con algunos de los visitantes y con lágrimas en los ojos evocó momentos de su niñez”. En el transcurso de esta entrevista, el presidente Perón les manifestó a sus visitantes que “el sur argentino está presente del plan del Gobierno Nacional, y porque es un deber ayudar a gente que con tanto sacrificio y tantos inconvenientes durante tantos años hizo todo lo que tiene la Patagonia, está dispuesto su gobierno a dar al Sur todo el apoyo necesario”. De inmediato el general Perón ordenó que se inicie en enero próximo la construcción del puerto de Camarones, refiriéndose ampliamente a la importancia que tiene esta obra para esta región, y el sur. En medio de la entrevista el presidente Perón entregó al gobernador militar general Lagos la cantidad de $ 500.000 para ser destinado a obras en Camarones, de carácter social. (...) El Presidente Perón dijo al Dr. De Luca Muro, Presidente de la Comisión de Fomento de Camarones: “Ustedes van a tener gas en Camarones porque ya se ha dispuesto los gasoductos parciales a los puerto patagónicos”. Minutos antes de retirarse del despacho 306 El interventor del partido lo “acusó” de comunista porque tenía amigos radicales. 307 Pedro

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presidencial, los vecinos de Camarones, el general Perón puso a disposición de ellos su automóvil Cadillac para visitar la ciudad infantil “Evita”, el Aeropuerto Ezeiza y otros lugares”308. La militancia (1950 - 1951) 1950 es el año en que se crea Aerolíneas Argentinas, posteriormente reventada por el ex patilludo. Esa empresa de bandera emerge en medio de un fuerte proceso de recuperación de los engranajes económicos a favor de todo el pueblo argentino. Así como se crea esa empresa, ya se habían desarrollado fuertemente la flota mercante y otros medios de transporte. En el aspecto político, el Partido Peronista Femenino despliega gran actividad en todo el país, por ello las delegadas censistas y las subdelegadas recorren el territorio nacional tratando de incorporar a las mujeres al Partido y también informándose de las necesidades de cada localidad y región para darles soluciones. Es muy fuerte el entusiasmo y el impulso político esos primeros tiempos y por eso la militancia se hace con gran fervor y desinterés personal. “Era totalmente distinto. Por eso que me perdonen los actuales políticos: yo me río cuando dicen “Yo soy dirigente”, y yo me pregunto ¿A quién dirige? Yo recuerdo a mi madre. Como vulgarmente se dice: revoleaba el poncho y mi mamá tenía 500 y 1.000 mujeres detrás de ella. Eso es ser dirigente. Y mi madre no cobró un centavo nunca. Le ofrecieron ser Concejal, le ofrecieron ser Juez de Paz, diputada provincial. Ella dijo “No. Suficiente con que trabaje mi marido, yo hago la política que a mi me gusta”. Entonces no se vio atada nunca a nada. (... ) La primera Unidad Básica del pueblo estuvo ubicada en mi casa, hasta que murió mi mamá. Falleció en el año ‘50, muy joven: 48 años, por un disgusto por política (...) Mi madre participó desde la primera elección en el peronismo hasta el año ‘50 (en) que falleció, y activamente (...) Cada 4 o 5 meses, recibía mi madre un vagón con colchones, frazadas, máquinas de coser, las primeras cocinas. Y yo jugaba con una pelota de trapo. Pelotas que las regalaban ¿se acuerda esas pelotas que había, de goma? Yo jugaba con una pelota de trapo. “Mamá dame una pelota”. “No”. “Cómprame una”. “No, porque van a decir que la sacamos de la Fundación”. Yo me crié jugando con una pelota de trapo. Mi madre era así (...) Mi madre manejaba la política a su manera. Como digo acá en el diario: siendo esposa de un ferroviario nunca faltó nada, pero tampoco sobró. Pero siempre había un plato de sopa detrás de un portón, de un humilde portón, donde vivíamos nosotros, había un plato de sopa un pedazo de pan y una jarra con agua... (...) Así practicaba la justicia social (....) Cuantas veces la vi a mi vieja con gente que venía a la Unidad Básica en esos años y le decía “Doña Delia, se lo llevaron a mi hijo preso, lo tengo en Mendoza” (por cosas de muchachos) “y lo tengo que ir a ver, No tengo plata y no tengo ropa”. Entonces mi madre ¿qué hacía? La teníamos a la policía a cincuenta metros. Iba y le decía al comisario. “Comisario, quiero una orden a nombre de Fulano de tal para que viaje en la TAP”, que aun está acá, aún viene acá. En aquel tiempo no recuerdo el nombre... 308 Diario El Pueblo (Trelew) 09/12/1949

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(...) el colectivo que viajaba de Palmira a Mendoza (...) Y le decía “bueno, tomá, acá tenés el pasaje”. Y le decían “pero no tengo con que viajar compañera Delia”. “Bueno, esta bien”. El único vestido que tenía mi madre, se lo prendía con alfileres... “Bueno, tomá. Viajá”. Ese peronismo le he visto hacer a mi madre. Algo muy lindo, muy profundo sin pedir nada a cambio. Fue en esa época (que) llegó una delegada censista que venía de Buenos Aires, voy a dar el nombre porque creo que falleció hace un par de años: una señora de apellido Gibelli, (Teresa Guillermina) que venía con órdenes precisas de Evita, pero que al llegar a las provincias las transformaba, porque tenía una soberbia total. Evita besaba al leproso y esta señora cuando veía una persona mal arreglada no la recibía. Entonces mi madre eso no lo toleraba, porque la había visto actuar a Evita muchas veces, de abrazar al humilde, al pobre, al desamparado. Entonces eso la disgustó a mi madre, tuvieron un disgusto muy grande, una discusión. Y ahí mi madre tuvo una embolia cerebral (...) Yo tenía dieciocho años, único hijo. Mi madre falleció a las 4 y media de la mañana. A las 6 ya estaba el gobernador, el vicegobernador, el jefe de policía. El intendente del pueblo. Todo el mundo estaba en mi casa. Porque mi madre políticamente pesaba mucho en el pueblo. Entonces yo, con todo el dolor de hijo (18 años, hijo único, lo remarco) le eché la culpa a la política que me había llevado a mi vieja, entonces ¿qué hice? Tuve el mal momento: revoleé la foto de Perón y Evita al medio del patio. Y en aquellos años hacer eso... Pero fue...no me explico por qué lo hice...Un impulso...Se imagina. Estaba desde el gobernador hasta el jefe de policía. Me tomaron por zurdo. Año ‘50, plena época peronista y si: “zurdo, zurdo, zurdo”. Y si. Recibí una cachetada muy fuerte, de parte del peronismo. Porque, recuerdo, en la época de Perón, el comunismo prácticamente desapareció. Pero no lo hizo desaparecer persiguiéndolo, sino que con leyes, con justicia social, con hechos, entonces el comunismo no tenía razón de ser. Pero, para los políticos (no Perón ni Evita que ni se enteraron de lo que yo había hecho) había políticos en el peronismo, que marcar a una persona es decir “sos zurdo”, chau (...) Pasaron años feos, del año ‘50 hasta el ‘52 creo (...) La agresión física no. Vacío”309. Esa desgracia familiar, que le toca vivir a Don Lucio en su juventud, se ve aumentada por el recelo que genera en el aparato burocrático ese joven que ha tirado al piso el retrato del presidente y su esposa en un momento de profunda angustia. Una discusión política derivó en el fallecimiento de su madre y su reacción le vale el enojo de parte de los burócratas que no faltaron (ni faltan) en todos los gobiernos. Al mismo tiempo, en Trelew, “Militancia de lleno...no. En ese tiempo no, porque en ese tiempo yo ya entré en una Unidad Básica. No tenía 18 años, y había una persona ya grande y me dice “¿vos que haces pibe acá?, no, andá a la casa”, me dice. Porque yo estaba dentro de la Unidad Básica y yo nunca me olvidé...que después del ‘55 terminó siendo gorila...Era gorila, que estaba adentro (...) El martillero Vázquez. La Unidad Básica esa estaba del San David310, un paso más allá, en la misma vereda. Un edificio viejo que había ahí. Y bueno y después 309 Lucio Castillo 310 Salón de la época de la colonia galesa, en pleno centro de Trelew.

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seguí y me fui a Río Turbio”311. “Luego de una intensa propaganda callejera con altoparlantes realizada por todos los pueblos de la zona, con el fin de reunir el mayor número posible de concurrentes, llegó la fecha del 17 de Octubre, señalado como el día de la Lealtad. En la tarde de ese mismo día llegaron a nuestra ciudad trenes procedentes de Madryn, Rawson, Dolavon y Gaiman, trayendo numerosas personas y delegaciones del Partido Peronista, las que se asociaron a los locales y realizaron la gran concentración que se venía anunciando (...) Como acto inicial se procedió a izar el pabellón nacional, realizado por el secretario de la Gobernación señor José Carlos Aroza (...) acto seguido, usaron de la palabra la señorita Macías y el secretario de la intervención del Partido Peronista Sr. Paulino Peña, destacando la obra que viene realizándose en el país desde el 17 de Octubre de 1945”312. “En aquel tiempo se laburaba. Yo laburé cuando era chico. Vendía hielo, vendía carbón, salía a vender fruta con mi hermano mayor. ¡Fa! ¿Sabés lo que es ir en taxi en aquella época, en el ‘50, en taxi de Villa Urquiza a la cancha de Boca? Era socio de Boca (...) Si, me iba en taxi. La entrada valía 4,50 viejo. Te la rebuscabas, había rebusque (...) Mi vieja, los días domingos: los ñoquis infaltables, los hacía ella (...) Se vivía bien. Lo que pasa es que había laburo, mucho laburo. Y ganábamos, ganábamos. Lo que pasa es que despilfarrábamos mucho. Íbamos a la pizzería a comer pizza, veníamos...pero a las diez de la noche a casa... Nada que ahora se vienen mamados a las 5, 6 de la mañana. No, no existía eso. No existía droga. Estaba el vigilante en la esquina, venía a tomar mate con nosotros. Claro, lo conocía todo el barrio. Tenía como 4 o 5 manzanas, el tipo feliz y contento... Cuando venía la policía teníamos miedo. Una vez (...) me agarraron jugando a la pelota en la calle, y mi vieja me fue a buscar a las 8 de la noche, a la comisaría. Y encima me dijo mi vieja: “Y te vine a buscar porque se hizo de noche, porque si no te venía a buscar mañana a la mañana, te hubiese dejado acá adentro todo el día”. El vigilante nos hacía limpiar el piso. Nos habían agarrado como a tres o cuatro y si no venía tu vieja no te largaban. Y me vino a buscar mi vieja: “La próxima vez lo dejo hasta el otro día”, dice...Mirá que respeto que había. A los hijos los tenían cortitos. Nos dejaban ir a la cancha, pero sin hacer lío (...) No, no. A las diez de la noche no podías esta en el bar. (...) Te sacaban y te llevaban a tu casa. Nada de llevarte a la comisaría ni nada de eso”313. ¡Que grande debió ser la exclusión social durante los gobiernos conservadores, para que este hombre recuerde que en las buenas épocas su “derroche” era ir a comer pizza!. Para los “genios” que estudian los procesos sociales sin tener en cuenta los cambios cotidianos y las vivencias más sencillas de la clase trabajadora, resulta incomprensible que un trabajador “gaste” de más. Olvidan esos in-telectuales que el poder acceder a un nivel superior de consumo es una forma de integrar al trabajador al resto de la sociedad. Pero lo peor es la gran diferencia que hay en cuanto a lo que es el “derroche” para unos y para otros. Mientras un trabajador peronista comenta su 311 Ítalo 312 Diario El pueblo (Trelew) 20/10/1950 313 Osvaldo Rubbo

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derroche de aquellas épocas con cierta nostalgia y algo de pudor por haber comprado unas pizzas o viajar en taxi, los sectores medios más amargos se quejan de la “fiesta peronista”, justamente porque la gente de barrio podía ir a una pizzería o viajar en taxi... ¡Cuánto desprecio y odio de clase lleva esa queja! Otro militante, Juan, es nacido en Capital Federal en 1945 y dice: “Un año glorioso para el peronismo (...) me crié en un hogar por suerte peronista. Dónde la abuela, todas las noches a mis dos hermanas y a mí, nos leía una o dos páginas de “La razón de mi vida”, que era su libro de cabecera, que tenía la abuela, en la mesa de luz. Fueron años lindos, por las cosas que había para la niñez...No solamente para la niñez...Para los abuelos, para la gente trabajadora. Era una época linda la década del ‘50. La abuela era enfermera, jubilada. Era enfermera diplomada como lo fue mi madrina, mi tía, toda la familia...Todas eran enfermeras. Y tenía a tía Clara que era enfermera de la (...) salud pública. De salud pública, afiliada también al justicialismo. Y que después terminó trabajando en una clínica privada porque sufrió persecuciones, porque sabían que era peronista. En el barrio...era un barrio de gente humilde, trabajadora. Era el barrio que le decían de las “casitas baratas”, que había hecho Perón...Valían 50 pesos, pero 50 pesos fuertes, de aquel entonces. Eran casas como ahora le dicen, “duplex”... Muy buenas casas. Todavía están allá en el barrio de Floresta”314. Además del crédito para la construcción de viviendas, el gobierno peronista congeló los alquileres y luego, mediante una ley especialmente diseñada, les dio a los inquilinos la posibilidad de transformarse en propietarios. La obra pública fue una herramienta fundamental para la creación de infraestructura, el crecimiento del mercado interno y el consumo, “mi asunción al peronismo, fue cuando yo entré en el ‘50 en Vialidad Nacional, yo tenía dieciocho años. Me mandaron a Comodoro Rivadavia, que se estaba haciendo una obra, de una ruta de ahí de Comodoro Rivadavia, en un campo de Perón, un campo de la familia de Perón, bah, Sierra Cuadrada. Así que yo me inicié ahí a trabajar en medio del campo en la obra esa. Hasta que en el ‘51, me trasladaron a Trelew y estuve hasta el año ‘60. En el ‘50 llegué a Comodoro, octubre del ‘50. Se escuchaba de política, yo tenía 18 años, así que no tenía ninguna actividad política (...) mi padre era opositor a la mayoría de los gobiernos, inclusive al peronismo era opositor, pero opositor sin practicarlo. En la casa, en las conversaciones o en los boliches sería, protestaría. Salvo mi madre y yo que éramos los únicos peronistas en la casa (...) Yo, será que me fui a Comodoro y en Comodoro la familia donde yo convivía con ellos, o sea familiares míos, que yo convivía con ellos, eran todos peronistas, toda la familia era íntegramente peronista, así que yo estaba del lado del peronismo. A pesar de que era bastante renegado. Bah, renegado fui toda mi vida. Así que yo en el trabajo no hablaba nada de política, ni nada por el estilo. El trabajo lo cumplí. En la función no conversaba nada sobre el movimiento peronista. Así fue que cuando los primeros aportes de la fundación Eva Perón yo me opuse a aportar y no hubo ningún problema. Dije “no” y no. Obviamente no aporté, los primeros años (...) No me molestaron para nada”315. 314 Juan P. (nacido en 1945) 315 Coco

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“Y yo me integro al peronismo cuanto tenía 14 años, en el año 1950. En esa época era un pibe y ya militaba”316. “Claro. Nosotros íbamos al cine que éramos pibes, en los años ‘50, del colegio íbamos al cine. Claro vos antes de entrar al cine, había chicas con canastos y te daban chocolatines, caramelos (...) Si, todo gratis. (...) Era un horario para los chicos del colegio (...) En el centro. En los cines de la calle Lavalle. Claro. Unos cines de primera línea”317. La amplia reforma social que significó el ascenso del peronismo al poder se tradujo en los grandes números macroeconómicos y en episodios tan sencillos como los que señala Rubbo: ir al cine. “En el año 1942 concurrieron a las salas de espectáculos de Buenos Aires – y el hecho fue común en todo el país13.356.838 espectadores. En 1949, 27.195.367. Lo mismo en los estadios, en los teatros, en los lugares de diversión”318. Esta masiva presencia popular en los lugares públicos causó rechazo entre los entalcados hombres y mujeres de las clases medias y altas, que se sintieron invadidos por los trabajadores. Fue durante este período que el Teatro Colón se democratizó, abriéndose a diversos sectores y no sólo al reducido grupo de elite de todos los tiempos. Basta decir que fue allí cuando el tango hizo su entrada en ese escenario, antes reservado a la ópera. Esto tiene que ver con que Cátulo Castillo, uno de los grandes compositores del tango, estaba a cargo de la Secretaría de Cultura. “Yo cuando cumplo los 18 años, recuerdo que fui al Juzgado de Paz y disparando me fui hasta la Unidad Básica y me afilié al peronismo. A los 18 años. En esos tiempos se podía afiliar a los 18 años, antes no. Ahora sí se puede afiliar con menos edad. La militancia mía empieza después del servicio militar. Después que salgo del servicio, vengo a Río Cuarto. Yo conozco al doctor Mugnaini, que era el director del hospital, y el doctor Otero Pizarro, que era el presidente del Superior Tribunal (...) Yo empecé a participar en reuniones, a atender la gente, atención de la gente ahí. En ese tiempo se trabajaba, el peronismo digamos, en la Unidad Básica. Venían los gremialistas, nosotros íbamos a los gremios. Había un trabajo en conjunto. Yo recuerdo siempre que el doctor Mugnaini sabía cebarle mate a un viejito que limpiaba botines. El director del hospital y el dirigente, representante de Río Cuarto, del peronismo, cebándole mate a un lustrabotas. ¡La humildad del compañero! Hasta que llegó el famoso ‘55, cuando estalla la revolución”319. El Dr. Humberto Mugnaini fue dirigente justicialista de la ciudad de Río Cuarto. En 1962 ganó las elecciones para intendente de esa ciudad, pero fueron anuladas por el Poder Ejecutivo Nacional. Años más tarde, en 1973 fue electo nuevamente, por el Justicialismo. Juró el 25 de mayo de ese año. Durante su gobierno se creó el Hogar de Tránsito para los menores y también dispuso la inhumación gratuita para los carenciados. Falleció el 26 de enero de 1975 en un accidente automovilístico. En tanto en Chubut: “Me nacionalicé en el año ‘50...Claro porque cuando se hizo la Base Naval esta de acá, yo hacía ladrillos para la Base naval. Tenía el camión y hacía ladrillos también. Y me clavó en el año 316 Vitalicio Vargas 317 Osvaldo Rubbo 318 Juan José Hernández Arregui. La formación de la conciencia nacional, Peña Lillo- Continente, Bs. As., 2004, p. 314 319 Víctor Carranza (nacido en 1932)

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‘49: 60.000 pesos. No me los pagó más. Cheques de Rosario, nunca más me los pagó. Entonces tuve que ir, pedí a Pozzi, a este que estaba en Madryn, que era del partido, en Madryn era presidente del partido... tenía mucho trato con el ferrocarril, a ver si me conseguía que yo entrara en el ferrocarril. Ahí es cuando se crea la línea Coronel Perón, no ésta “28 de Julio”, “Coronel Perón”320 se llamaba. Trajeron unos colectivos para poner la línea (...) Y ahí entonces me tuve que nacionalizar. Para entrar al ferrocarril me nacionalicé (...) Así que yo trabajé todos esos años, del cuarenta y pico, para Perón, sin ningún interés ningún puesto ¿eh? Nada, porque era extranjero, no podía pedir nada, trabajaba por amor, por amor. Entro en el ferrocarril en la línea de lavacoches, engrasador y lavacoches. Después (....) un tipo que se roba una soga y unos criques, que sé yo: lo echan al encargado y me llaman (para elegir, para poder presentarse) para estar de encargado directamente. Y me lo dieron a mí. Y ahí empiezo a trabajar en el ferrocarril y en ese ínterin del ferrocarril compro el boliche. Con Bonavía, un pibe, compramos el boliche de Abraham Davies. Así que yo trabajaba en el día en el ferrocarril y a las siete de la tarde me iba a trabajar al boliche hasta la una. Boliche, no era almacén, no era hotel...Y ahí le agregamos después hotel. Y yo fui y le pegué una cachetada al jefe de estación y me echaron a la mierda (...) menos mal que tenía el boliche”321. La línea de colectivos “Coronel Perón” unía las poblaciones de Madryn y Trelew y de allí se dirigía a Gaiman, Dolavon y la zona de chacras. La salud de Evita había dado síntomas preocupantes ya en 1950, al sufrir un desmayo en ocasión de inaugurar la sede del sindicato de taxistas. La agotadora tarea que la primera dama desarrollaba en la Fundación la absorbía por completo. En su momento, el doctor Ivanisevich la operó de apendicitis y al realizarse unos análisis le detectó cáncer de matriz. Sin revelarle la verdad, el doctor le sugirió a Evita un descanso y nuevos análisis, a lo cual ella respondió en forma negativa produciéndose un altercado entre ambos que derivó más tarde en la renuncia del doctor como médico de cabecera y luego al cargo de ministro. Al recuperarse en breve tiempo, se abrió un nuevo paréntesis, pero la enfermedad ya estaba actuando en contra de Evita y para 1952 se agravó. Sin embargo la esposa del presidente continuó en su despacho de la Fundación trabajando hasta altas horas de la noche, recibiendo personalmente los pedidos de los más humildes a quienes acercaba la ayuda social. Otro aspecto interesante, en los pueblos de menores dimensiones como Trelew y la zona cercana, estaba en las comunicaciones. Al Ferrocarril se había sumado en 1950 la línea de “pullman” (colectivos) “Coronel Perón”, que además de comunicar a las poblaciones del Valle, a partir de abril de 1951 tendió un servicio especial para facilitar el traslado de los alumnos que estudiaran en los colegios “Nacional” (en el antiguo edificio de la calle Sarmiento) e “Industrial”. El aspecto laboral seguía siendo primordial para el gobierno. La redistribución del ingreso y los acuerdos salariales fueron constantes más allá de las dificultades económicas que hubo. Uno de los diarios de la ciudad de Trelew traía las noticias sobre los convenios colectivos celebrados en el primer trimestre de 1951: “Convenio 1.51 Celebrado entre Sindicato Obrero de 320 Luego esa línea de colectivos pasó a llamarse “28 de Julio”. 321 Pedro

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Oficios Varios de Esquel y la Empresa EQUIMAC S.A. con vigencia desde el 1º de enero de 1951 hasta el 31 de diciembre de 1952. Convenio 2.51 Celebrado entre el sindicato de Oficios Varios de Puerto Madryn y obreros panaderos de Trelew y entidades patronales de ambas localidades. Con vigencia desde el 1º de marzo de 1951 al 28 de febrero de 1953”322. “Yo tengo la libreta peronista desde el año ‘51. Yo me afilié cuando volví de Comodoro. Tengo la libreta acá todavía”323. “Yo me afilié en el ‘51 (...) también ingresé en la administración pública, pero esto ya me voy al año ‘51, cuando empieza la mujer a actuar en política gracias a la señora Eva Perón”324. Si bien el voto femenino se logró en 1947, la primera elección en la que votaron las mujeres fue la de noviembre de 1951. Las grandes transformaciones se veían en el día a día y en las cosas más cotidianas. Sin embargo esa fuerte experiencia de progreso “no es debidamente valorada por quienes olvidan o desconocen los rasgos de la vida cotidiana en la Década del Treinta y no perciben la importancia del cambio: de las cocinas a carbón o eléctricas a las cocinas a gas, de las barras de hielo a las heladeras eléctricas, del conventillo a los departamentos de propiedad horizontal, de “las chicas” limitadas a vapulear un piano alemán, estudiar “corte y confección” o espiar detrás de las persianas al “casoriable” que pasa por enfrente (y la alternativa: las luces malas del centro) a frecuentar las universidades, las asambleas del sindicato y votar en las elecciones nombrando a sus representantes; de los muchachos estirando el ocio en la tertulia del “cafetín de Buenos Aires” o madrugando para conquistar buena posición en las colas de desocupados, a las escuelas técnicas o de orientación profesional o las diversas profesiones universitarias cuyas posibilidades se multiplican ahora por el crecimiento de las fuerzas productivas. Hasta la relación entre los sexos se modifica profundamente en esos años quebrantando viejos tabúes”325, “antes de la época de Perón yo la veía a mi madre haciendo fuego en un bracerito, después de Perón mi madre tenía una cocina económica. Antes de Perón mi madre enfriaba la bebida en un balde envuelto en una bolsa de arpillera. Vino Perón y tuvimos una heladera. Antes de Perón nosotros nos bañábamos en un fuentón. Vino Perón y nos entregó una casa con baño instalado, bañera ¿se da cuenta el cambio? Pequeño cambio. Antes de Perón yo lo veía a mi padre que era un esclavo del ferrocarril. Esclavo del ferrocarril. Yo lo veía a mi padre que venía con una mano, por ejemplo, lastimada y ¿sabe con qué lo curaban? Con tierra. (...) Y llegaba a mi casa mi padre y mi mamá lo curaba. Con Perón: respetar un horario. Se entraba a las 8 se salía a las 12. Se entraba a las 2 de la tarde y se salía a las 6. ¿Se enfermaban, se lastimaban? Atención. Ropa para los ferroviarios, calzados, para los ferroviarios. (...) Antes de Perón (...) Los hospitales abarrotados, llenos de gente pobre, más que pobre... Con la llegada de Perón surgieron los famosos sanatorios. Los sanatorios ferroviarios, y ¡qué sanatorios!...”326. En tanto, el gobierno nacional 322 323 324 325 326

Diario El Pueblo (Trelew) 06/04/1951 Coco Eva Marchand de Quintana Norberto Galasso. “Peronismo y Liberación Nacional (1945-1955)”, op. cit., p. 6 Lucio Castillo

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se interiorizaba de las necesidades de las distintas provincias y territorios nacionales a fin de diagramar el Segundo Plan Quinquenal: “Ayer, en un avión especial, llegó a esta el señor Subsecretario del Ministerio de asuntos Técnicos de la Nación don Enrique A. Olmedo a quien acompañan 8 funcionarios especializados del citado departamento, quienes traen la misión especial -cumpliendo instrucciones del excelentísimo señor presidente de la nación-, de consultar en forma especial y directa, las aspiraciones y necesidades de la población en las distintas zonas del territorio, a fin de contemplarlas y satisfacerlas en la formulación del Segundo Plan Quinquenal que al término de su mandato desea dejar perfectamente analizado y estructurado, el General Perón”327. La posibilidad de que Perón fuera reelecto produjo fricciones entre los gremios peronistas (C.G.T.) y los no peronistas (La Fraternidad). Es interesante analizar que la conducción y la mayoría de los gremios eran de filiación peronista, en cambio el gremio de La Fraternidad era socialista. En este último sindicato se agrupaban los maquinistas de trenes, que tenían un nivel de ingresos superior al resto de los ferroviarios. Los operarios de menor rango estaban agrupados en la Unión Ferroviaria, “Ha llamado la atención de todos cuantos siguen la actividad de las organizaciones sindicales de trabajadores argentinos, las críticas formuladas a la entidad que agrupa al personal de los ferrocarriles durante el reciente congreso ordinario del Comité de la CGT. Al término de las deliberaciones planteóse la “situación de La Fraternidad” explicando que su Comisión Directiva había resuelto abstenerse de intervenir en los trabajos de reelección del Presidente de la Nación debido a que el artículo tercero de sus estatutos prohíbe las actividades políticas”328. Es interesante ver como La Fraternidad trata de mantener cierta independencia respecto de la C.G.T. y se apoya en sus estatutos para no apoyar la reelección presidencial. Esto muestra por un lado la independencia de este valioso sindicato (a pesar de su antiperonismo). Lo interesante para discutir es que ese artículo prohíbe al sindicato toda actividad “política”, justamente cuando una de las críticas más habituales que se vuelcan contra los sindicatos “reformistas” es que solo se dedican a cuestiones gremiales. Por otro lado el propio Perón aconsejaba a los sindicalistas “no meterse en política”... En junio de 1951 se produjo el reemplazo del interventor del Partido Peronista del Chubut, Manuel Rodríguez González por el nuevo designado: Ricardo Rivera Cuesta. El 16 de agosto se constituye en Chubut, el Sindicato de la Construcción “Inspirado en la Obra del General Perón y de su compañera Evita, en la causa Justicialista, y con el afán de seguir su ejemplo (...) Por eso, compañeros, es que los invitamos a afiliarse a nuestro Sindicato, porque estando unidos seremos más fuertes, máxime teniendo de nuestra parte al líder de los trabajadores el General Perón y el de su señora esposa la compañera Evita (...) También queremos dejar constancia del gesto Justicialista del señor Delegado Regional de Trabajo y Previsión don Domingo Faustino Sarmiento que ha puesto a nuestra disposición 327 Diario El Pueblo (Trelew) 06/04/1951 328 Diario El Pueblo (Trelew) 27/04/1951

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la oficina de dicha Secretaría para nuestras reuniones y como sede provisoria”329. Cabe resaltar aquí la plena identificación entre los trabajadores y las políticas del gobierno. Una estrecha relación que se refleja en la mutua colaboración entre los organismos de gobierno y las entidades gremiales de los trabajadores que se sienten identificados con el proyecto nacional que se lleva adelante...y cabe resaltar que hubiera un funcionario peronista que fuera gentil con los trabajadores y se llamara Domingo Faustino Sarmiento. “Perón en el ‘51 manda delegaciones artísticas a todo el país, y acá llega un pianista famoso, Héctor Ruiz Díaz, el conjunto de Yazma Humat del altiplano y los hermanos Ávalos... Nosotros ahí en el Teatro Español teníamos un palco con otros muchachos estudiantes, mirando...excelente la actuación. Bueno, termina todo, y viste que en el (Teatro) Español van caminando por abajo para salir y veo a uno que viene caminando así. Bombacha, botas. Un hombre pelado, bien peladito, pañuelo. Le digo “lo felicito Ávalos, lo felicito” le dije yo. “No, joven, está equivocado, yo no soy Ávalos”. “Vamos, si usted recién, usted estuvo ahí trabajando, actuando...”, dice “No, yo soy el interventor del Partido Peronista””330. Como muestra del avance y la modernización a la que asiste el país, en Octubre de 1951 se realiza la primera transmisión televisiva en nuestro país, “El que tenía una radio, era lo sumo. Tener una radio. Después no, porque empezó a salir la Spica, la radio portátil. Igual que el televisor. El patrón mío se compró el televisor, le llevó 14.000 pesos. El hermano le tiraba la bronca: “¿Sos loco? Con esa plata podés comprar un cero kilómetro”. Los primeros televisores que salieron”331. La más joven militante con cargo partidario en la Argentina (1951- 1952) Así como el obrero en general (ambos sexos) se benefició durante los diez años de gobierno peronista, podemos hablar de un sector en particular que también sale a la luz en la sociedad: la mujer. Ya vimos como conquistó el derecho al voto en 1947 (para ejercerlo por primera vez en las elecciones de 1951), y además se incorporó al sector productivo en forma plena. Pero no era todo. La mujer empezó a tener participación política efectiva y no como simple acompañante de los hombres. Así lo cuenta Pina, que se define como “una santacruceña, nacida en Comandante Luis Piedrabuena, Provincia de Santa Cruz. Pero toda mi actividad, terminó todo en Río Gallegos. Te quiero decir, ahí me casé, en Turbio, mis dos hijos que tengo son nacidos en Yacimientos Presidente Perón332 (...) Familia por parte de mi padre porteños, pero lógicamente que falleció muy joven mi padre y por lo tanto familiares de mi padre no he conocido. Por parte de mi madre casi, totalmente, son familia de chilenos, de Punta Arenas. (...) Y bueno después mi vida se desarrolla, lo que yo te podría decir mi adolescencia, en Río Gallegos, trabajando en una fábrica de fideos. Y yo empecé a trabajar más o menos a los 14 años. Bueno, la fábrica de fideos era de Virgilio Fernández, que estaba frente del colegio de los curas, obviamente en Río Gallegos. Y 329 Diario El Pueblo (Trelew) 21/09/1951 330 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 331 Osvaldo Rubbo 332 Así se llamaba Río Turbio en esa época y hasta 1955, en que cayó Perón.

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el señor que estaba en esa fábrica, el dueño era Fernández, pero el viejito era un español, Pascual Cimal (...) así que ahí se desarrolla mi adolescencia. Vos te imaginás que yo me casé a los 18 años. Entonces yo frecuentaba a una vecina, que era una amiga, Martínez de Vistriski, que ya era una señora grande. Ella frecuentaba mucho el Partido Peronista en aquel momento. Entonces como todo ¿viste? traía gente, gente joven. Entonces me invitó una vez a una reunión, te imaginás que yo nada de nada, porque nada de nada. Para mí todo nuevo...Pero yo pienso que siempre se inicia por algo uno ¿verdad?, sean sus ideales o todo eso, por algo...Te gusta o no te gusta, pero es así. Así que fui y toca la casualidad que yo me caso en el año ´51 y yo a los quince días de haberme casado (me) sale un viaje a Buenos Aires. Así que por lo tanto yo asumo como sub delegada, la sub delegada más joven de todo el país, (...) así que muy joven, muy joven era. Así empezó todo. El destino, claro, porque ahí nace mi...podríamos decir mi vocación de servicio ¿por qué no?, porque todo lo nuestro fue servicio a la comunidad. No es como hoy que se pagan sueldos, no. A mí, por lo menos, me sirvió porque yo tuve la dicha, quiero decirlo y destacar, que yo conocí a Eva Perón y a Juan Domingo Perón ¿verdad? Y también estuve en el sepelio de los dos. Pero bueno, me caso y a los diez o los quince días sale un viaje. Entonces me dice Dominga “vos sabés Pina que va a salir un viaje a Buenos Aires”, claro vos te imaginás que yo estaba con mis 18 años, recién casada y decir ir a Buenos Aires, conocer Buenos Aires, era para mí como si te dijeran a vos, en este momento, te pago un pasaje y te llevo a Estados Unidos...Y era una comisión que iba de toda la Provincia de Santa Cruz, porque se hacía un gran congreso en el Teatro Cervantes de Buenos Aires y se reunía Eva Perón con todas las mujeres de todos los partidos peronistas que ya estaba por todas partes”333. Probablemente esta militante se refiere al Congreso del Partido Femenino realizado en Buenos Aires a partir del 9 de agosto de 1951, que fue el paso previo al Cabildo Abierto del Justicialismo en el cual se le pidió a Evita que aceptara ser candidata a la vice presidencia, cosa que finalmente no sucedió. “Entonces yo viajo. Era una cosa que para mí era todo nuevo y yo decía si (mi marido) me llegaba a decir que no, me muero. Y viajamos. Yo viajo con esta comitiva. En esa comitiva era un poquito como mi mamá, Dominga. Nos reciben en Buenos Aires. Vamos a hospedarnos a hogares de tránsito, había en aquel momento hogares de tránsito, y bueno paramos ahí. Este hogar de tránsito quedaba en la calle Carlos Calvo334, eso sí me acuerdo perfectamente. Así que nuestra estadía en Buenos Aires, primero era el Congreso, conocer por supuesto a Eva Perón, conocer toda la obra que ya estaba montada que era muy grande, ya, te estoy hablando del año ‘51...Entonces bueno fue todo muy lindo, muy ansioso todo, porque uno esperaba que llegara ese día. Primero fue como que nos pasearon un poco, entonces nos llevaron por ejemplo al hogar de ancianos que quedaba en Burzaco. Un hogar de ancianos que...yo te puedo decir que todo lo que vi aquellos años y lo que tenés que ver ahora, realmente hoy querés llorar. Era un lugar más bien afuera de Buenos Aires... Un lugar muy bonito”335. 333 Ema “Pina” Damián (nacida de 1933) 334 Buena memoria de esta simpatizante. El Hogar de Tránsito al que se refiere estaba en el Nº 102 de esa calle y tenía una capacidad de 250 camas 335 Ema “Pina” Damián

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“También los hogares de ancianos fueron surgiendo a medidas que las arcas de la Fundación se abultaban. Uno de los más importantes, y el modelo sobre el que funcionarían los restantes, fue el denominado “Coronel Perón” erigido en Burzaco. “Realización de una utopía”, lo definió el famoso oftalmólogo Ramón Castroviejo, cuando, como parte de un programa de agasajos, lo pasearon durante medio día por las instalaciones de este hogar. Inaugurado el 17 de octubre de 1948 abarcaba una superficie de 32 hectáreas y daba albergue a un centenar de ancianos. Con él se hicieron experiencias en laborterapia, una disciplina todavía en ciernes. En sus talleres los pensionistas fabricaban escobas, cepillos o escobillones”336. “Y después de ahí nos llevaron a Ciudad de los Niños337, a conocer el hogar de las empleadas solteras, que eso creo que hasta el día de hoy existe ahí en la avenida de Mayo338. Hasta que llega el gran día. Primero esta gran reunión en el teatro Cervantes, donde éramos todas mujeres. Pero era desde Ushuaia hasta La Quiaca, de todo el país. Hasta ese momento yo no era nada. Era nada más una persona que habían invitado a ir. Yo era una colada, así, directamente: una colada... Yo la conozco (a Evita), tengo la suerte de estar muy cerca cuando ella hace este congreso, cuando era ella la que recibía a todas las mujeres. Entonces siempre digo que es cuando a vos te impacta. A mí lo que me impactó de ella fue verla, verla una mujer tan frágil como era, porque era una mujer frágil en el sentido que era muy bonita, muy bonita, pero muy frágil, muy delgada. Vos le veías esos dedos largos, y uno ya escuchaba que es lo que decían más los grandes, todas las cosas. Una mujer que trabajaba hasta las 3, hasta las 4 de la mañana, (...) cuando Perón se levantaba para irse, ella recién regresaba a su casa para descansar un poco, entonces uno decía ¿cómo puede ser?, ¿no? En el caso mío, yo era una chica muy joven, y entonces yo decía ¿cómo una mujer puede hacer tantas cosas? Y después cuando vos conocés como se atendía, por ejemplo lo que te estoy contando del hogar de ancianos, vos decías, ¡cómo se los tenía a los ancianos! Porque eso era el privilegio que ella quería, eran sus viejos y sus niños, y después sus trabajadores, sus “grasas” como decía ella, sus “descamisados”. Así que ahí partimos para la gran recepción...Por primera vez la conozco a ella, pero después termina eso y seguimos viendo algunas cosas y nos llevan a ese gran monstruo que era la fundación Eva Perón, una casa que está ahí en la 9 de julio y en el edificio donde está Obras Públicas, pero era impresionante. La Fundación Eva Perón eran pisos y pisos. Y vos entrabas a este primer piso y eso era, por decirte: todos colchones, en este: eran todas frazadas. Cualquier cosa que pasaba en el país, inmediatamente salían los aviones a repartir las cosas (...) Ya faltaban pocos días para regresar y todo eso...conocimos todo. Nos atendieron a las mil maravillas y entonces nos hace una gran recepción en la quinta de Olivos, a todas. Y toca la casualidad que a nosotros, la Provincia de Santa Cruz, le toca acá, como estar acá y en la mesa principal estaba ella, estaba al frente, estaba ahí al frente. A mí me despertó algo muy importante ella, para que yo después te siga explicando lo que 336 www.pjmoreno.org.ar 337 Inaugurada el 14 de julio de 1949 338 Avenida de Mayo Nº 869

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viene. Yo la veía, la miraba, la miraba...Ella entró con Perón. No me olvido nunca. El General tenía un saco escocés con un cuellito de terciopelo negro, ella con un trajecito, con su peinado. Así que primero nos habló, nos dio la bienvenida. Comimos de todo, después nos repartió unas cosas, nos dio una invitación para ir a la Fundación para retirar cosas para llevarle de regalo para nuestras familias, ropa o lo que quisiéramos, que todo era nuevo. Entonces ahí en mí fue algo como que yo ya había visto todo, había recorrido todo y yo decía “¡que amor!”, yo decía “una mujer con que amor”. Porque uno dice “la primera dama” como podrás decir hoy, pero en aquel momento yo decía “cuanto amor, esta mujer, para la gente”, especialmente para los chicos. Porque ¿vos no sabés lo que era la Ciudad Infantil?, era un mundo, todo en miniatura. Conozco Buenos Aires, la conozco a ella, conozco a Perón, entonces cuando regresamos a Gallegos, en la provincias por lo general siempre había una delegada general, pero que no era puesta por la provincia, era puesta por la Nación, así que, por lo tanto, primero había estado una señorita que le decían la señorita (Ana María García) Ronzio, pero prácticamente con la que yo trabajé y la que me impulsó a mi a todo esto y me ayudó mucho, fue la señorita Inés Seipel que ella era de Buenos Aires. Ellas hacían el papel de delegadas federales y después las demás de las provincias eran todas sub delegadas, pero la delegación principal del Partido Peronista estaba en Río Gallegos y nosotros dependíamos de ella. Entonces yo empecé a frecuentar las reuniones con Dominga. (...) Entonces, como yo me había casado, y mi marido no tenía trabajo, fue el trampolín como para que yo aceptara algo que, primero, cuando me lo habían dicho, yo me había asustado mucho. Entonces Inés Seipel, la delegada, me dice que ella necesitaba una sub delegada en Yacimientos Río Turbio o sea, en Yacimientos Presidente Perón. Entonces, claro, a mí me asustó un poco, era como que vinieran a mí en este momento a decirme “usted va a asumir la gobernación”.Yo, nada de nada (...) de política prácticamente, no mucho, nada más que lo que uno vivía, porque es distinto a ahora. Porque todo era parte social lo que se hacía. Ella me dice que estaría la posibilidad de conseguirle trabajo a mi marido, pero ella tendría una gran oportunidad de también de tener una persona allá, puesta allá, que le daban casa (...) Entonces yo decía que no, le decía a Inés que no, porque yo “no me sentía capaz”. Lo que podía decir, que realmente a mi me había impactado mucho lo que yo había visto y que si, que “me gustaría, pero lo que usted me está diciendo como que yo ya tengo que ir y instalarme y poner una oficina, y hacer todas esas cosas”, a mí me asustaba un poco. Entonces ella me dijo que no. Que lo aceptara, que de esa manera conseguía trabajo mi marido y que ella me iba a ayudar en todo lo que yo necesitara, que yo consultara con ella todo. Así fue que nosotros viajamos a Yacimientos, incluso nos pusieron vehículo, me dieron esa casa, y bueno, a una cuadra el Partido Peronista tenía también destinado otro (lugar) para que funcionara el Partido Peronista, la sede”339. Otra militante, de la zona oeste del Chubut, cuenta algo similar, “Yo tuve la suerte de conocer a Perón y a Eva Perón y estar con ellos (...) En el ‘51, principio del ‘52... Iban delegaciones de mujeres y yo iba a cargo. Conocimos la obra social. 339 Ema “Pina” Damián

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Yo tuve la suerte de estar comiendo con Perón y con Evita en Olivos (...) En Ezeiza, en el complejo que había ahí, nos hospedaban. En la Casa Amarilla también, en el Hotel de Inmigrantes. Yo fui con muchas delegaciones (...) Y de ahí nos llevaban a pasear en los distintos lugares, a ver espectáculos al teatro. A la obra social, donde salían las mujeres vestidas con equipo completo, del sombrero hasta los zapatos (...) Éramos la rama femenina”340. Hacia agosto de 1951, una multitudinaria movilización de la C.G.T. pide que Evita sea candidata a vicepresidente para las elecciones que se aproximan. Ese día, 22 de agosto, pasará a la historia como el “Día del renunciamiento” ya que Evita declinó el ofrecimiento días más tarde (la renuncia de Evita a la candidatura será comunicada el 31 de agosto de ese año). La fórmula Perón – Perón causaba malestar en las Fuerzas Armadas. Quienes creen que Perón se opuso a la candidatura de su esposa, equivocan los complicados entretelones de la política, los procesos sociales y los deseos personales. Seguramente Perón sabía que esa candidatura iba a alterar a los mandos militares, pero dejó que todo transcurriera para ver hasta donde podía llegar la apuesta. Además, el estilo caliente de Evita era resistido por las Fuerzas Armadas. Evita tenía toda la libertad de hacer lo que quisiera políticamente (y sobre todo en la parte social) navegando por el ancho mar que Perón ponía a su disposición. Quienes creen (o quieren) ver un enfrentamiento entre Perón y Evita, se olvidan que las acciones políticas y sociales de su esposa no eran producto solamente de su innegable coraje, sino parte de un plan nacional de liberación. Evita no sólo era Evita por sus inigualables obras y su energía, sino porque contaba con un respaldo político y presupuestario para llevar adelante la obra social que hacía falta. Es decir, Evita se complementaba con Perón, no era su adversaria como pretenden algunos afiebrados antiperonistas. Al ser lanzada su candidatura, Perón sabía que eso iba a generar inquietud en las Fuerzas Armadas y por eso deja que todo transcurra hasta su punto límite, viendo hasta donde puede llegar la movida política. La oposición de las Fuerzas Armadas a la candidatura de Evita fue por motivos políticos, ya que ante la posible muerte de Perón, Evita quedaría a cargo de la presidencia, y su personalidad y su acción resultaban “peligrosas” para la mentalidad de la mayoría de los altos mandos. Y a esto hay que sumarle que para los años ‘50 era todo una revolución el hecho de que una mujer participara en política, era todo un cambio que una mujer pudiera votar y era el “colmo” (para los militares) que pudiera llegar a ser presidente y darles órdenes a hombres formados en la férrea disciplina castrense. Y no hay que olvidar que la política obrerista de Perón causaba recelos en algunos sectores del ejército, para quienes la redistribución del ingreso hacia los sectores populares resultaba “comunizante”. Una prueba de que el malestar militar venía desde antes de que se lanzara esa posible candidatura, es que al mes siguiente, septiembre de 1951, hubo un intento de golpe liderado por el general Benjamín Menéndez. Es decir, antes del renunciamiento de Evita ya había malestar, de otra manera no se comprende por qué se intenta ese golpe de estado si ya la candidatura de Evita había sido descartada. 340 Eva Marchand de Quintana

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Los por qué de ese intento hay que buscarlos sencillamente en las cuestiones políticas, es decir; lo que molestaba era la política económica y social de Perón. Eran intentos de “revoluciones que siempre llevaron al fracaso, a tratar de manotear lo que había conseguido un gobierno constitucional para malgastarlo o inventar, o fusilar gente sin ton ni son”341. Entre los conspiradores estaban varios políticos de la oposición (“democráticos”), como Américo Ghioldi, “socialista” según dicen; Arturo Frondizi, del radicalismo; Reynaldo Pastor por los conservadores y los infaltables dirigentes universitarios, tradicionalmente enemigos de todo gobierno popular. El intento de golpe de Menéndez fracasó y Perón ordenó el encarcelamiento de los implicados, a pesar de que podría haberles aplicado la pena de muerte. Pero no quería exacerbar más los ánimos y por eso ordenó solamente la detención de los implicados. Entre ellos estaba Agustín Lanusse, quien años más tarde encabezaría una dictadura. Al día siguiente a la intentona sediciosa de Menéndez, en septiembre de ese año, Evita hace una reunión en la que les comunica a los dirigentes gremiales más cercanos (Espejo, Soto y Santín) y al comandante en jefe del ejército (Humberto Sosa Molina) que la Fundación ha decidido la compra de pistolas automáticas y ametralladoras para ser entregadas a los obreros en caso de un intento de golpe de Estado contra el gobierno. En noviembre de 1951 se realizaron las elecciones presidenciales. El triunfo peronista fue arrasador. La mayoría de las mujeres, recién incorporadas plenamente a la vida cívica, votaron por Perón – Quijano. “En las elecciones de 1951 votaron 3.816.460 mujeres por primera vez y 2.441.558 (o sea, 63,9 por ciento) lo hicieron por Perón. Fueron electas 23 diputadas y 6 senadoras, todas peronistas. Una mujer fue Vicepresidenta de Diputados y otra Vicepresidenta segunda de Senadores”342. A nivel local, en Chubut, los resultados indicaron: “Para Delegado ante la H. Cámara de Diputados de la Nación: Paulina Escardó, Partido Peronista: 14.422; Diego Isidro Rica, Unión Cívica Radical: 3900” 343 como dato ilustrativo se puede mencionar que sobre 12.347 mujeres habilitadas para votar en Chubut, lo hizo el 74,13%, en su primera participación cívica en elecciones. Los habitantes de los territorios nacionales no podían votar representantes, pero si “delegados” que podían asistir a la Cámara baja aunque aun no tuvieran voto en la misma. En tanto, a nivel municipal: “Ya ahí le ganamos a los radicales. Después se hace la otra elección. Estaba Catrinao. A ese lo teníamos para las barras de Dolavon. En una chacra de Iribarren que había unos galpones, trajimos la gente del campo como 40 y los metimos a dormir esa noche ahí para no ir a buscarlos al otro día (...) los íbamos sacando de a 2 o 3, bien cuidados y que sé yo. Los íbamos trayendo a medida que se iban refrescando, los traíamos para que no nos los robaran los votos. Le dábamos el voto y lo llevábamos y “tené cuidado, mira que está marcado este voto y yo sé si vos votaste o no”. Eso nos había enseñado Castillo, que vino de Buenos Aires”344. Este tal Castillo había sido parte del radicalismo y por lo tanto se sabía todas las mañas de los conservadores 341 342 343 344

Agustín Brebbia “Mujeres en Lugares de Decisión. En Argentina - Poder Legislativo” en www.ispm.org.ar/default.htm Diario El Pueblo (Trelew) 23/11/1951 Pedro

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para los días de elecciones. “Ese nos enseñaba como se votaba y las trampas que había que hacer. Agujerear el voto con una lezna finita y entonces había que sacar las dos primeras boletas ¡shuuun! y entonces cuando estaba por votar, el que hacía de fiscal ya estaba avivado en la escuela “perdón señor, este voto está marcado, mire que agujero”. “Está marcado, observación”. Al otro le hacíamos una cruz”345. Todas esas artimañas que se llevaban a la práctica en las elecciones tienen que ver con tantos años de fraude conservador, de manera que todos se fueron “avivando” y así todos los votantes estaban atentos para que no los “pasaran” el día de la elección. Para los que siempre están atentos a lo que hacen los grandes figurones, es preciso decir que Alicia Moreau de Justo, “campeona” de los derechos civiles de la mujer y pretendidamente “socialista”, se opuso a la sanción de la Ley del voto femenino. Por otra parte, el peronismo fue el único partido que llevó candidatas en las elecciones de noviembre de 1951. Por ese tiempo el poder popular estaba consolidado a través del liderazgo de Perón: “La segunda etapa del gobierno de Perón, ahí yo me vi obligado a aceptar ser concejal representando a Pedro Luro (...) Y, ganamos más que antes. Realmente fue paliza. Ya en la segunda etapa se había cubierto mucha expectativa de todos los habitantes del país, especialmente de la región donde yo estaba que era Pedro Luro y su zona de influencia. Y ya me tocó hablar en actos públicos”346. “Hasta el ‘52 fue todo progreso y bienestar en todos los rubros (...) hasta que en la próxima reelección, en el ‘52347, surge una competencia con las agrupaciones civiles que se llamaban Unión Democrática o algo así...no, Unión Democrática no. No recuerdo bien, que hizo su acto central en Plaza Congreso. Recuerdo bien, que ahí fuimos nosotros éramos 10 o 20 enloquecidos, que fuimos a gritar a favor de Perón. Desde ya eran mayoría, nos corrieron”348. El trabajo social (1952) “El trabajo que se hacía era la parte social, éramos tres personas. Uno tenía conexión: primero yo como sub delegada del Partido Peronista, segundo, el cura del pueblo, el padre González que tengo entendido que no hace muchos años terminó acá en Puerto Deseado, en la Parroquia y murió muy viejito. El estuvo muchos años, estuvo en aquellos años (...) el padre González, muy conocido en Yacimientos Río Turbio, que debe haber muchos tanos hoy que todavía se acuerdan de él. El presidente de Yacimientos era el Capitán Ríos, retirado, pero después pasábamos a ser autoridades del pueblo la sub delegada del Partido Peronista, el cura del pueblo y el jefe del correo. Ahora, el jefe del correo vos me dirás ¿por qué? Porque en aquellos años se recibía el pan dulce, se recibía la sidra, y se recibían los juguetes para el 6 de enero. El que recepcionaba eso era el correo. Todos los correos del país. Pero era supervisado por la sub delegada del Partido Peronista, que eso me tocaba a mí, justamente (...) O sea, vos supervisabas que se entregara todo, no como hoy que te lo venden y no 345 Pedro 346 Marcelo Pío Fuhr 347 Las elecciones fueron para el período 1952 - 1958, pero se llevaron a cabo en noviembre de 1951. 348 Agustín Brebbia

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sabés adonde.... Claro, porque yo digo que todo eso después seguramente se habrá desfigurado todo, debido a que ya empezó a correr la plata, y en aquel entonces no había plata de nada, yo tenía el sueldo de mi marido y nada más. Así que por lo tanto, yo estaba en el Partido Peronista. (...) si había alguna persona grande, que por ahí venía de Buenos Aires, que era peronista y de política sabía, era siempre como que se hacían reuniones y bueno, hablar de política, exaltar la figura de Eva Perón, de la obra del General Perón y todo eso. Y hacíamos una reunión por mes más o menos. Iba la gente del pueblo, que en aquel momento no me acuerdo yo justamente no tengo idea cuantos habitantes éramos, pero era una cosa chica. La parte social era todo en aquellos años. Eran derivaciones a Buenos Aires, de casos muy delicados (...) Pero volviendo a la parte social, entonces ese era el gran problema. El hospital no tenía los adelantos que puede tener hoy”349. Ante problemas delicados se hacían los contactos para solucionarlos “lógicamente que todo con nota. Por supuesto que yo iba todos los domingos a misa, pero no obstante eso siempre el padre González venía a mi casa o yo iba a la parroquia...(...) él colaboraba porque había que colaborar...No podía negarse, en una palabra, porque no podía negarse. Yo pienso que como todo se trataba de parte social yo creo que nadie se iba a negar. No, pero nunca ningún problema...al contrario. Por él se sabían cosas, porque como él salía a visitar casa por casa a sus fieles, entonces él sabía esos casos, dónde había un caso, a ver como podíamos buscar... “Bueno, si. Yo voy a ir a ver a la señora de Gómez por intermedio del Partido Peronista ¿qué se puede hacer?”, ahí partía la parte de ambulancias. Avión no había, pero si de Gallegos a Buenos Aires que de ahí hicimos de todo. Lo que te estoy diciendo fueron cosas que pudimos solucionarlas dentro de Yacimientos y después en Gallegos, pero hubieron dos casos muy graves que esos hubo que derivarlos a Buenos Aires. Entonces todo eso representaba una organización porque, por ejemplo: vos mandabas una ambulancia de Yacimientos a Río Gallegos. Ya para eso venía el avión sanitario de la fundación Eva Perón a Gallegos, es decir, “¿a que hora llega la ambulancia a Río Gallegos?” “a las 12 del mediodía llega la ambulancia”, “bueno el avión esta esperando en el aeropuerto a las 2 de la tarde para salir a Buenos Aires”. Eran lo medios que teníamos (...) Un día voy a la misa, porque como todos los domingos voy a la misa...entonces el padre González me mandaba a decir con un chico que después que termine la misa quería hablar conmigo. Yo siempre iba a la misa y siempre veía en la primera fila á un nene que tenía un gorro, todo tapado, prácticamente se le veían los ojitos. Te digo que en ese momento que yo te estoy hablando en el año ‘52. Yo sabía que era de una familia muy grande (...) que había venido de Neuquén, que incluso vive hasta el día de hoy. Y en aquel momento sería un chico de unos trece años, pero eran como diez hermanos. Este hombre venido de una mina de Neuquén, lo habían trasladado ahí, una gente muy humilde, le habían dado una casa y ahí vivían con todos sus hijos. Yo lo veía y sabía que era una familia numerosa pero punto, no sabía realmente el problema que tenían ellos. (...) Empezamos a hablar con el padre y me decía “Bueno Ema, mire, acá tenemos un caso ¿qué es lo que podemos hacer?”. Entonces lo llama al chico 349 Ema “Pina” Damián

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este, claro a mi en un primer momento me impresionó, porque claro, como el tenía un gorrito puesto si bien se veía algo como que el ojito lo tenía para acá y medio desfigurada la cara, pero nunca yo pensé cual era su historia de vida (...) Lo llama a él y le hace sacar el gorro... Entonces me cuenta la historia. El chico había sido quemado, o sea se le había caído una olla con aceite o con grasa...Su cara, dentro de las posibilidades que habían tenido en Neuquén, le habían arreglado un poquito, pero no obstante eso era un ojo abierto, la boca toda chueca...era un caso como para una cirugía estética, pero eso había que hacerlo en Buenos Aires (...) hablamos en serio ahí, con el padre qué es lo que se podía hacer y yo digo “voy inmediatamente a comunicarlo y a este chico hay que derivarlo a un complejo de Buenos Aires, a la Fundación Eva Perón”. Después, cuando volvió, no lo conocíamos prácticamente...ese fue uno de los casos graves... Después hubo otros casos que los solucionamos dentro de poderlos derivar a Río Gallegos, alguna operación que no se podía hacer en el Turbio o sea para acelerar las cosas”350. Río Turbio tuvo su etapa de despegue en la década del ‘40. En 1941 se ordenaron los estudios de los carbones nacionales y sus posibilidades de explotación y a partir de 1945 se crea la Dirección de Combustibles Sólidos Minerales, a fin de desarrollar este recurso estratégico que creció a la par de la crisis energética que había dejado la Segunda Guerra. En 1946 se le proveyeron los elementos materiales que anteriormente estaban en la División de Carbón Mineral de Y.P.F. (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). La explotación de ese recurso mineral vino acompañada de caminos, viviendas, maquinarias y líneas férreas que unieron Río Turbio con las cercanías del puerto de Río Gallegos, de manera que la explotación era además una forma de establecer polos de desarrollo en las zonas menos pobladas del país. Por otra parte, los trabajadores querían a la empresa como propia y se sentían protagonistas del desarrollo económico del país. Los trabajadores de Río Turbio se desempeñaban “En la mina. Todos en la mina. Hasta el día de hoy es la mina, bueno, también el día de hoy tiene más comercio y todo eso, pero en ese momento eran todos mineros. Y con muchos chicos, familias numerosas y muy pobres. Así que cuando uno veía que realmente necesitaban muchas cosas, uno por intermedio de (Río) Gallegos hacía el puente a Buenos Aires y bueno, llegaba el cargamento de cosas. Por ejemplo a una señora se le quemó la casa. Yo te puedo decir que después de hacer los trámites, ya a los diez días un avión sanitario le traía la cocina, las frazadas, las sábanas y le armaba toda la casa”351. En Santa Cruz había poca oposición: “muy poca oposición. Porque primero, que el que estaba ahí ganaba bien (...) Todo el mundo trabajaba, en Yacimientos. Entonces no había ninguna oposición (...) Un lugar muy cerca de Yacimientos es Puerto Natales, que ya es República de Chile y si hablamos de un principio de meningitis de aquellos años, claro, uno está hablando de esas cosas en aquellos años que hoy acá lo solucionás de otra manera, pero en aquel momento había que ir...Yo llegaba y me anunciaba y el presidente de Yacimientos me recibía inmediatamente “¿Qué es lo que necesita?”, “yo necesito un jeep para mañana a las 8 de la mañana para llevar a la madre o al matrimonio tal a Puerto 350 Ema “Pina” Damián 351 Ema “Pina” Damián

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Natales porque van a operar” (ponele que en ese momento no hubiera habido un especialista de garganta y ese chico había que operarlo ya). Inmediatamente al otro día a mi se me ponía un vehículo con chofer y partíamos a Puerto Natales...que queda cerquita de Yacimientos, creo que son tres horas. Aparte también no hay que olvidarse que en aquellos años los mineros no era que vivían todos ahí ...los mineros casi la mayoría eran chilenos...El día viernes salían todas las camionetas y los camiones trasladando esa gente a Puerto Natales, porque ellos trabajaban en la mina en la Argentina, pero vivían en Natales y estaban a un paso, así que un día viernes como no se trabajaba el sábado y el domingo, a no ser que tenga turno, todo el mundo iba a su casa y volvía otra vez el domingo a la noche para entrar a trabajar el lunes. Así era la vida en aquel entonces (...) por eso no teníamos oposición en ese sentido. Por supuesto que en Gallegos sí la había, pero yo pienso que nunca hubo nada de lo que puede haber hoy porque, te vuelvo a repetir, no había esa tirantez. Lógicamente el que era peronista era peronista y el que era radical es como hoy... sigue...pero siempre se trataban de arreglar las cosas lo mejor posible. Yo pienso que en estas provincias así, creo que en todas partes tiene que haber pasado lo mismo. Uno, el trabajo que hacía uno, social, era como un trabajo hormiga, un trabajo que uno lo hacía tranquila, pero nada de que tenía el canal de televisión cada cinco minutos, eso no. Te iba el diario a sacar una fotografía cuando había un acto que se inauguraba algo, pero no como ahora que dicen “a” y ya están todos. Era muy distinto. O sea, uno puede hablar de aquellos años del verdadero peronismo”352. El trabajo de la rama femenina del movimiento se mezclaba con el de las autoridades municipales propiamente dichas. Es decir, había una íntima colaboración entre el gobierno, las Unidades Básicas y el Partido Peronista Femenino: “nosotros llegábamos con un papel donde estaba nuestro nombramiento como delegada y censista de ella en la provincia. En aquel momento, llegabas allí y cada cual obraba de acuerdo con su forma de ser. Yo fui al gobernador de la provincia y le pedí un medio de locomoción. Me dio un jeep y con un megáfono salí a recorrer la ciudad llamando a las mujeres para que vinieran a la sede central para afiliarse”353. Respecto a las relaciones de Perón y la Iglesia hay que decir que ya se habían producido roces entre la cúpula eclesiástica y el gobierno en 1950, ocasión en que Perón y Evita no concurrieron a la inauguración del congreso eucarístico en Rosario. El incidente se originó por la autorización que dio el gobierno a una reunión de espiritistas. Finalmente el día del cierre, el presidente y su esposa asistieron al acto, pero el enfrentamiento comenzaba a aumentar. A partir de 1954 la oposición de las autoridades de la Iglesia sería total. “(En) los primeros años del peronismo, su relación con la Iglesia fue de asociación. Yo recuerdo incluso que en el ‘52, que entro al Colegio Nacional, se daba educación religiosa, era una materia. Teníamos un compañero galés que era protestante y salía del aula (...) Por un lado en literatura, gramática, de aquellos años, el libro obligatorio era “La razón de mi vida” y en inglés trabajábamos 352 Ema “Pina” Damián 353 Ana Macri, en www.causapopular.com.ar

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con la versión en inglés de “Reason in life”... (...) En lo que hace a la convivencia...yo hice el bachillerato en tres años. Hice el primer año regular, segundo libre y tercero y cuarto regular. (...) Hice tercero y cuarto con un grupo muy interesante, porque estaban Kuky Mac Karthy, Otello Boz Maraldo, (...) Carlitos Arancibia, Chiche López, en fin, varios de los cuales tuvieron una actividad política relevante”354, (en la ciudad de Trelew). “Yo me había casado y mi suegro era de la construcción y mi suegro tenía un poco de problemas con el gremio, bah, con eso que estaban haciendo los constructores. Yo le seguía dando manija nomás y ahí se fue formando. Después vino ya la C.G.T.”355. El 16 de enero de 1952 se constituye en Trelew la Delegación Regional del Chubut de la Confederación General del Trabajo, La comisión directiva de la institución se componía de: “Delegado regional, Sr. Florivel Medina, de asoc. Personal Aeronáutico; Sub-delegado, Sr. Eliseo Mario Seff por Asoc. de Trabajadores del Estado; Delegado Pro –Tesor. Sr. Egidio Darriba, del Sindic. Transporte Automotor; Secretario Sr. Raúl Krotevich por La Fraternidad”356. Por la misma fecha la delegada censista del Partido Peronista Femenino comunicaba en Trelew: “La ciudad Estudiantil, maravillosa obra de la señora Eva Perón, abre sus puertas a los estudiantes humildes de la Patria, realizando así el sueño de tantos muchachos buenos e inteligentes que deben renunciar a sus aspiraciones por falta de medios. En ese establecimiento que se levanta en la Capital federal en una extensión de cinco manzanas, los estudiantes encontrarán alojamiento en ambientes confortables y dignos, complementados con salas de estudio, comedores, salón de recibo y biblioteca, como así también un moderno gimnasio, cancha de básquet-boll y fútbol, pileta de natación, salas de esgrima, pista de atletismo y las demás instalaciones accesorias para una excelente preparación física”357. También desde su lugar, Evita apoyaba la educación en el marco de las políticas educativas del gobierno que no decayeron a pesar de las dificultades económicas. Es decir, la Educación no era considerada un gasto, sino una inversión social, por lo tanto las dificultades económicas no producían recortes en la enseñanza pública y gratuita: “Por iniciativa de la señora Eva Perón, los jóvenes del Territorio del Chubut, se verán favorecidos por su reconocida y amplia acción de Ayuda Social. Eva Perón ha recordado a los niños de Chubut, brindándoles la magnífica oportunidad de continuar sus estudios en la Ciudad Estudiantil, rodeados de las comodidades y confort que son normas en todas las obras que ella ha realizado (...) se seleccionarán entre (todos) cinco alumnos, hijos de hogares humildes que hayan obtenido las más altas calificaciones en el último año lectivo, cualquiera sea el año cursado, a los niños que deseen proseguir sus estudios. Dentro de las posibilidades que se ofrecen, están las de continuar sus estudios, durante un tiempo máximo de dos años asegurándoles la gratuidad de los mismos (...) Todos aquellos que por vocación deseen cursar, 354 355 356 357

Horacio Juan F. “Poroto” Thomas Diario El Pueblo (Trelew) 01/02/1952 Diario El Pueblo (Trelew) 01/02/1952

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en el futuro, sus estudios en el Colegio Militar, Naval o de Aeronáutica se les proporcionará también los medios necesarios “358. Ese abrazo de Perón en Mendoza La importancia de las bases afectivas y a la vez materiales, en cuanto a la identidad peronista quedan marcadas en este testimonio. Brevemente recordemos que este simpatizante había perdido a su madre un par de años antes por una discusión política que le causó una embolia. En ese instante aquel joven tiró al piso unos retratos de Perón y Evita, lo que le valió la desconfianza de los sectores más burocráticos del partido, pero: “Perón visita Palmira. Perón y Evita. ¿Por qué visitan Palmira? (y se quedaron una semana). Palmira es hoy un pueblo abandonado... Hoy en la actualidad esta muerto. En aquella época, con el ferrocarril, era floreciente, toda plata, todo felicidad. (...) En Palmira hay una zona que se llama Las Chimbas. Ahí en ese lugar de chacras, quintas, había una fábrica muy grande. Actualmente se llama fábrica Noel (...) Pero originalmente la fábrica era de Miguel Miranda”359. A propósito de Miguel Miranda, cabe decir que nada tiene que ver el plan desarrollado por este “bolichero” (como le decía Perón), con el saqueo liberal de los años 90. Este hombre había desarrollado un gran plan para industrializar al país. En Mendoza todavía recuerdan: “la importante industria conservera “J. García y Cía.” inicialmente, luego “Frutícola De Cuyo” desde donde se exportó a todo el país y fuera de él los duraznos al natural marca “Halcón”, diversificando posteriormente sus productos. Más tarde fue adquirida por Miguel Miranda y posteriormente: Noel y Cia. manteniendo un buen nivel de producción hasta que en 1992 cerró sus puertas ocasionando una hecatombe en la economía local”360. “Miguel Miranda no fue ministro de economía...fue el primer asesor que tuvo Perón. Un hombre sensacional, un hombre extraordinario. Tenía sexto grado. Si bien no nació en Palmira, compartía muchas cosas con nosotros en el pueblo (...) en su juventud, Miguel Miranda comenzó como peón de fábrica. Y observando las cosas que se tiraban (el era peón de patio), dijo “las latas ¿por qué las tiran?”. En plena época de la posguerra. Empezó de peón de patio y llegó a tener 14 fábricas. Una de ellas estaba en Palmira. Ese Miguel Miranda, tan amigo de Perón, lo invitó a Perón y Evita a Palmira, al pueblito nuestro. Año ‘52, plena época peronista, el furor peronista. Una revolución fue...Pero yo tenía un dolor acá (en el corazón)...Cuando trabajaba en el ferrocarril, en los galpones ferroviarios en Palmira, eran 1.000 personas las que trabajaban. Era inmenso eso. Pasa que Perón estuvo descansando dos o tres días en la casa Quinta, en la fábrica de Miguel Miranda y al tercer o cuarto día anunciaban que viajaba a Mendoza y tenía que pasar por el pueblo, que era la única ruta que había en esa época, la ruta 7. Iba a un acto en la Plaza Independencia (...) Los 1.000 ferroviarios salimos y el pueblo, todo...Fue algo sensacional...Le describo como iba Evita. Traje blanco, impecable. Vestido todo blanco, totalmente de blanco, zapatos. ¿Se acuerda 358 Diario El Pueblo (Trelew) enero de 1952 359 Lucio Castillo 360 En http://institucional.mendoza.edu.ar/proyectos/museo1/historia/1-162/gente.htm

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esas polleras?, trajecito. Un sombrero tipo capellina muy sencilla. Y Perón, iba con algo así... (emocionado, llora) El traje del saco de Perón era una cosita clarita...un cremita, un pantalón blanco y los clásicos zapatos de dos colores que él usaba (...) llevaba unos zapatos de dos colores con un marroncito claro y uno más fuerte. Yo no quería ir... “Yo no voy”. Y salieron 1.000 tipos con ropa ferroviaria, ropa toda sucia. Yo, para colmo, trabajaba en una zona de calderería en el ferrocarril, un trabajo muy sucio, con hollín. La mayoría de los ferroviarios estaban en un taller, la mecánica ferroviaria es sucia. El que no tenía grasa tenía hollín. Mi padre me dice “Vamos”, “Yo no voy”. “No seas tonto. Para colmo que te tienen mal, si no vas, peor”. Le digo “Papá, no lo siento, no quiero ir”. Mi padre me dice “Te pido por favor. Vamos, que si no la vamos a pasar mal. No es por Perón, porque ellos ni idea que vos tiraste el cuadro, pero los alcahuetes menores que hay...”. Me convenció mi padre, pero yo fui a regañadientes. Por eso la emoción mía. (...) Salimos. Un mundo de gente. Mil ferroviarios, más el pueblo. Íbamos nosotros a la ruta (...) yo iba atrás, en el montón, sin ganas (...) No me pregunte “cómo”, “por qué”, pero en el remolino, en el lío, no quiero decir una palabra fea, me encontré casi en primera fila...Era tanto el lío. Íbamos a la Unión Ferroviaria, el sindicato de los ferroviarios, que estaba... venía la ruta 7, casi llegando a una ochava que había ahí. Cuando quise acordar, yo no le digo que estaba en primera fila, pero estaría en segunda fila en el mundo de gente...Y haciéndole guardia de honor todos los ferroviarios para que entrara al local. Perón y Evita se bajaron del coche descapotado, en que venían...bajaron...Y por eso yo digo ¡cuanta humildad! Con esa ropa: un abrazo... Se imagina, cuando se separaban, Evita: negra, pero negra...Pero ella ¡con cuanto amor, con cuanto amor, con cuanto amor!... No era política barata (...) no, no, no... “vení para acá”...un abrazo peronista... Perón, por eso yo digo, fue único, único. No va a haber otro. Se bajó del coche con una mirada de militar, mirada de conductor... Ya tenía todo el panorama. ¿Por qué no necesitaba, Perón, guardia? No necesitaba guardia...No, por favor...No, no, no. Él se bajó del coche y no quería guardia, por favor. Ya tenía quien lo quería y quien no lo quería. Y vio en mi, bronca y odio...Y lo vio, lo vio. Estoy seguro que lo vio. Habrá caminado ocho o diez metros desde que se bajó del coche, cruzó un puente, la vereda y casi a la entrada estaba yo....Y no abrazó al que estaba adelante mío, abrazó a tres, cuatro, cinco o diez, no sé cuantos...Pero no abrazó al que estaba adelante mío, sino que me buscó, abrió y me dio un abrazo... (emocionado) a partir de ese instante: fanáticamente peronista... Fanáticamente... tremendo... (llora)...Realmente me emociono porque ahí comprobé, dije, a pesar de mi juventud: “¿cómo supo que yo tenía bronca?”, ¿cómo supo qué en ese momento yo no sé si lo estaba puteando?...No sé, pero tenía el dolor de hijo que me había quitado mi madre... La política, él no. La política. Tenía bronca, pero le digo, no abrazó al que estaba delante de mí, sino que le tocó el hombro, pero lo apartó y fue y me dio un abrazo a mí. Y siguió. Fue ese abrazo...no de segundos...Un abrazo fuerte. Me largó y siguió... Para qué, para qué... Muerto. Muerto. Le puedo asegurar que me mató. Me mató. Porque surgió ese

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peronismo que yo tenía muerto...de la mano de mi madre...surgió ese peronismo fuerte y, bueno, fue imparable, de ahí para adelante...porque fui de la juventud peronista (...) Después participé en la Juventud Peronista de Palmira, que en la época de Perón era fácil. Estaba todo. Pero era distinto, créame que era distinto. Yo ahora veo, que me perdone la juventud que hace política, pero era distinto. Por eso me aparté últimamente de la política, porque vi en las últimas elecciones que les decían “¿vamos a salir a pegar volantes?”, “si, pero ¿cuanto me pagan la noche?”... Nosotros no. Hacíamos política por hacer política, por el bien, buscando justicia social. Después me tocó la época difícil, muy dura, por el golpe”361. “Cuando termino el bachillerato me voy a estudiar a Buenos Aires, becado, en el Instituto Nacional de educación Física, que era un curso de tres años... (...) porque tenía buenas notas y daban a los colegios del interior. Entonces con otro muchacho, que ahora se jubiló también (Tóttaro) que era compañero mío del bachillerato, estudiamos...yo al menos estudié un año, un año y pico...porque en el año ‘52, en el ‘52 terminé el bachillerato y me vine de vacaciones y en diciembre del ‘52 y tenía que volver en marzo del ‘53, pero ¿qué pasa? voy a Buenos Aires, ahí en San Fernando, y se desata un peste de poliomielitis. Entonces nos mandan de vuelta al interior a los que estábamos estudiando y ya después no quise volver más”362

361 Lucio Castillo 362 Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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Capítulo 6 El Segundo Plan Quinquenal (1952 - 1955) Las dificultades económicas ligadas a las malas cosechas y el desaceleramiento del crecimiento condicionaron en cierta medida los planes de desarrollo industrial que se había planificado desde el primer momento. “Interpretando las directivas impartidas por el excelentísimo señor presidente de la Nación, en sus manifestaciones tendientes a establecer el equilibrio entre la producción y el consumo, el señor interventor del Partido Peronista en el Chubut Don Ricardo Rivera Cuesta, se dirige al pueblo en general y a las amas de casa en especial, con el propósito de invitarlos a adherirse, en forma práctica y efectiva, a la materialización de la finalidad perseguida en bien de todos. Para ello solo es necesario imponerse el pequeño sacrificio de limitar, sin entrar en el terreno de las privaciones, el consumo innecesario (...) Venimos disfrutando de las preciosas conquistas que nos ha brindado el general Perón en su noble afán de dignificar la vida del pueblo argentino; entonces impongámonos el pequeño sacrificio, que se nos pide”363. Igualmente hay que decir, ya que los críticos suelen machacar con lo de la crisis económica, que aún con las dificultades lógicas de todo proceso de liberación nacional, la vida de los trabajadores había mejorado sensiblemente. El Partido Peronista también disponía de material para distribuir entre la población: “Desde hace varios días encuéntrase depositada en el local de la intervención, una apreciable partida de medicamentos que será distribuida en las distintas Escuelas del Territorio. A tal efecto el señor Rivera Cuesta, conjuntamente con los señores Inspectores Seccionales de Escuelas, procederán a una conveniente distribución, cuyo exclusivo destino ha sido fijado para su aplicación a los alumnos pobres de los establecimientos educacionales ya fuere con intervención de facultativos, o simplemente del personal docente, en los casos simples y de urgencia, pues en dicha partida se incluye desde la simple aspirina hasta el más caro de los específicos e inyecciones para tonificar organismos débiles o resentidos”364. “Cuando yo entré en el ferrocarril yo entré en el gremio ferroviario, que era fuerte”365. “Y ahora veo la juventud y digo, yo tenía 20 años...yo con 20 años manejaba el coche del administrador de Río Turbio. Un Ford modelo ‘46, era. Cuatro puertas, patente 130. Y yo llevé la comisión del Segundo Plan Quinquenal desde Río Gallegos a Calafate con 20 años, en ese coche. Fue el gerente del Banco Nación, el jefe de aduana y el jefe de Réditos o Rentas. ¡Con 20 años! y ahora con 20 años no les podés dar una bicicleta. ¿Entendés como es el asunto? Algo está pasando acá. (...) Y bueno, estando yo en Río Turbio, muere Eva Perón...”366 Otro aspecto importante de ambos Planes Quinquenales fue el crédito barato para el desarrollo productivo y de mejoras sociales: “El ministerio de Finanzas de la Nación 363 364 365 366

Diario El pueblo (Trelew) 07/03/1952 Diario El Pueblo (Trelew) 04/04/1952 Juan F. “Poroto” Thomas Ítalo

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informa que en cumplimiento de las directivas del General Perón contenidas en Plan Económico para el año 1952, en el que se reafirma el propósito de incrementar la producción agropecuaria, ha resuelto aplicar en todas las instituciones bancarias del país el sistema de “Crédito agrario planificado”, de acuerdo a las normas a dictarse por el Banco Central de la República Argentina. Dicho sistema de crédito que cuenta con la aprobación del Consejo Económico Nacional, promoverá la reactivación agropecuaria mediante el amplio y decidido apoyo crediticio los productores que ajusten sus planes de cultivo a la especificación de prioridades contenidas en el Mapa Ecológico Nacional publicado por el ministerio de agricultura y Ganadería de la Nación”367. Las Unidades Básicas complementaban el trabajo social con la difusión de las medidas económicas del gobierno. Esas disposiciones eran explicadas en forma sencilla a la población y al mismo tiempo las charlas se convertían en exposiciones políticas en las que se reflejaba el enfrentamiento entre el peronismo y las fuerzas de la oposición: “Bajo los auspicios del Comando de la Unidad Básica Peronista de Trelew, el sábado pasado, se llevó a cabo en el Recreo Socino un gran acto de difusión del Plan Económico 1952. Con una nutrida concurrencia de pobladores, madres y niños, se dio comienzo a la reunión con la ejecución de la marcha “Los Muchachos Peronistas”, que fue coreada por los presentes. (...) se dispuso a usar de la palabra el Prof. don Carlos A. Cazzaniga, quien inició su disertación expresando que, ante los rumores tendenciosos de los políticos desplazados para siempre – enemigos de la Patria -, derribaría tales falsos rumores con la autorizada verdad del General Perón; para lo cual, con toda claridad, dio a conocer la enumeración de la ampliación y nueva creación de préstamos destinados al fomento de las distintas actividades agropecuarias y comerciales que se desarrollan en la zona”368. En Santa Cruz y la victoria de Carlos Ibáñez del Campo (1952) Perón quiso construir una fuerte unidad latinoamericana. Su conocido proyecto ABC (Argentina, Brasil, Chile) planteaba una alianza estratégica entre los países sudamericanos para contrarrestar la influencia imperialista de Estados Unidos. Esta unidad tenía por fin cortar las cadenas de dependencia política y económica. Para lograr tal fin Perón trató de acercarse a los líderes de cada país. Tuvo contactos con el presidente de Brasil, Getulio Vargas, aunque este (presionado por los militares de su país) no terminó de sumarse a la propuesta de Argentina. Pero siguiendo con esa idea, Perón facilitó el apoyo de la militancia peronista para que le prestara su ayuda a la candidatura de Carlos Ibáñez del Campo para la presidencia de Chile. Trataba de este modo de fortalecer a los candidatos y líderes latinoamericanos que estuvieran en sintonía similar a la suya: “Y en Río Turbio vos fijate que yo tuve que trabajar en la campaña para Carlos Ibáñez del Campo por pedido de Perón. Y bueno, trabajamos. Nosotros estábamos en el grupo argentino. La mayoría eran chilenos. Teníamos muy 367 Diario El Pueblo (Trelew) 25/04/1952 368 Diario El Pueblo (Trelew) 02/05/1952

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buena relación de trabajo. Y gana Carlos Ibáñez del Campo. No nos daban nada a nosotros, era todo solamente militancia”369. También otra militante, Pina Damián, recuerda su trabajo en la campaña de Ibáñez del Campo y exhibe orgullosa un diploma de agradecimiento que recibió de parte de la agrupación política del candidato chileno, por su colaboración para el triunfo electoral. En su caso, tuvo participación “por el sólo hecho de ser yo Subdelegada del Partido Peronista, en aquel momento, de Yacimientos Presidente Perón. Esto viene a que en aquel entonces (no sé, hoy) en aquel momento en el año ‘51 cuado yo fui a Yacimiento, el personal que trabajaba en las minas era totalmente Chileno (...) Entonces los viernes, que terminaban su jornada, salían los camiones de Yacimientos, llevando toda esa gente a Natales (...) Empieza esta campaña de este presidente electo Carlos Ibáñez del Campo (...) Justamente por este chico Calixto Mansilla. En ese tiempo estábamos en pleno auge (...) Ellos quieren hacer un acto en Puerto Natales. Por supuesto que yo, todo esto que te estoy contando, con autorización de mis superiores. Nosotros teníamos en Río Gallegos una delegada general que era Inés Seipel. (...) Me vienen a ver a mi casa, esta comisión (...) Me dicen que ellos lo que querían hacer era que nosotros vayamos en representación de Yacimientos, poder llevar gente. O sea, la gente era la misma chilena que trabajaba en Puerto Natales, pero que querían un movimiento así, que nuestras ideas, que estábamos unidos políticamente (...) Pedí permiso, me dijeron que sí. Elevé una nota al director general de Yacimientos, que nos autorizó vehículos y todo eso. Y así viajé yo a Puerto Natales. Después viajamos a Punta Arenas. (...) se hizo un encuentro de gente que en ese momento...ellos estaban trabajando para Carlos Ibáñez del Campo (...) Justamente pedían colaboración (del Partido Peronista). Y en ese momento no sé si habrá sido mucha, pequeña o muy grande, pero le dimos nuestra colaboración. En el sentido de que quiérase o no la gente que trabajaba ahí, el minero, estaba respaldado con nuestras ideas y estaba respaldado por lo que se hacía... (...) Era la parte social lo que se hacía...Nosotros todo lo que repartíamos lo recibíamos de Buenos Aires. (...) Ellos querían que Carlos Ibáñez del Campo llegara a ser presidente de Chile, porque las ideas (eran) más o menos como las de Juan Domingo Perón. No te olvides que las cosas que se hacían en Yacimientos también les llegaban a los chilenos, porque el pan dulce, los juguetes, todo eso...también entraban los mineros...Iban también a buscar eso los mineros (...) Ellos se llevaban su sidra, su pan dulce, que después lo llevarían a Natales para sus familias y así pasaba el 6 de enero para el reparto de los juguetes que llegaban de Buenos Aires, con canastos. Tenía que estar presente yo, y yo repartía, pero el que recibía eso era el jefe de correo. (...) El chileno que es peronista o que en aquel momento recuerda que en su mesa puso una sidra o un pan dulce y que sus hijos tuvieron una pelota o un juguete, fue que en aquel momento trabajaba en Yacimientos Presidente Perón. (...) Después vienen las elecciones de ellos. Ellos ganan (...) Hicimos una reunión en la Unidad Básica y ahí me lo trajeron (el diploma)”370. 369 Ítalo 370 Ema “Pina” Damián

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“Yo también vi a Evita”. Obras y militancia “Pero con Perón conseguíamos todo,...con Evita...esa gente.... ¡Hasta mi madre era peronista!…fanática de Evita. Mi señora, la que falleció, también... ¡A mi suegra!...Mi suegra que era radical de San Luís, también le gustaban las ideas de él ¿no?...Y en ese tiempo estaban ellos haciendo el gremio, la asociación esa, hicieron en el Touring Club. Ahí trabajaba mi suegro de albañil ahí, como eran tantos, había italianos, había de todo. Y ahí se iban formando y se reunían en la casa de mi suegro...Claro, porque alguien tenía que, poner las cosas en su lugar me parecía a mí (...) ya empezaron las obras sociales....todas esas cosas lindas, la asistencia que teníamos. Médicos...teníamos todo. El mismo gremio nuestro, acá no figuraba para nada. En Comodoro sí, los de Comodoro sí porque nos apoyaban...Después Madryn también. Con Madryn nos fuimos haciendo cada vez más grandes y Perón, entonces, en Madryn, mandó a hacer un hospital. Así que el pueblo de los ferroviarios iba ya a atenderse a Madryn. Y acá igual, acá se fue trabajando mucho. Teníamos médico los jubilados. Muchos años después se clausuraron, hasta que cerraron después los ferrocarriles. Ad honorem trabajaba para ellos, para conseguir las obras sociales. Todas esas cosas. La política de Perón era buena, no vamos a discutir. Para mi no hubo otro, ni va a haber. Va a costar, les va a costar. (...) Si, cambiaron muchas cosas...Y ahí entré en el ferrocarril, cuando empezaron a hacer la Base y el dique...y eso fue una obra que soñaban los colonos de acá... ¡Tener agua! Porque el valle era rico, de por sí era rico”371... Acerca del dique “Florentino Ameghino”, hay que recordar que las obras de exploración se iniciaron en 1950 a cargo del ingeniero Antonio D. Pronsato. “El dique se construyó ante el reclamo que durante décadas formularon los pobladores del valle inferior, que a través de los años debieron soportar periódicas devastaciones provocadas por las inundaciones. Con su construcción quedó solucionado este grave problema, pero con el aprovechamiento racional del agua se podía aumentar considerablemente el área de riego. Los trabajos propios de la construcción del dique se iniciaron en forma intensiva en 1954”372. “Estuve un año trabajando en la Base controlando todo el material que venía de Buenos Aires y lo traían por el trencito desde Puerto Madryn....Habían hecho un desvió de vías ahí... y yo iba todo los días a controlar. Y después también material que iba para el dique. Después en el dique ya le pusieron un jefe, allá controlaba él, pero acá se controlaba igual. Iban vagones y vagones cargados de cemento, y todos se hicieron peronistas (...) Gilberto Hughes fue bastante (peronista), lástima que se dio vuelta”373 (Poroto hacía referencia al giro que dio Hughes en 1982 cuando participó del acto del Partido Para la Democracia Social (PDS) que lideraba Massera en ocasión de la gira proselitista que el asesino realizó por Trelew)... “El hermano de Gilberto Hughes era también peronista acérrimo. Después los que trabajaban conmigo en los galpones, que cuando hacíamos las reuniones iban todos, todos...todos, todos...y como nos dieron las casas en el barrio...más....más nos afirmábamos nosotros. Había que pagar un alquiler, eh, pero 371 Juan F. “Poroto” Thomas 372 Dumrauf. Clemente Dumrauf .Historia de Chubut, op. cit.p. 499 373 Juan F. “Poroto” Thomas

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al final quedaban...para uno (...) ya Perón estaba en el poder, él hizo todo eso...Porque antes eran casas viejas, que eran del ferrocarril...Antes hacían, las compañías del ferrocarril. Hicieron sus casas para sus empleados, todas de piedras eran...Si, unas casitas nuevas para los empleados...Para todos ¿eh? (...) al jefe de máquinas, Rawson, Madryn, Comodoro; en todos lados hizo barrios (...) era menos que un alquiler...Pagábamos el agua, nos cobraban el agua y el mantenimiento de las cosas del barrio...Más o menos hacían un balance ellos de lo que podíamos. Pagábamos algo de...no sé si eran setenta pesos, siete pesos de antes eran, o sea era barato...Ya iba quedando para uno eso...después vinieron los gorilas... a la miércoles”374. “Un cambio fundamental, total. Sobre todo en lo que era a los “cabecitas negras”, porque así nos llamaban a los peronistas. Mucha gente, en esa época, aunque pienso que no era una cosa tan de fondo, pero sí espiritualmente, era la primera vez que alguien desde tan lejos, alguien tan encumbrado como era Eva Perón y Perón llegara a los hogares más humildes con pan, con sidra, con juguetes para los niños, que solamente tenían el privilegio de tener los juguetes la gente pudiente, o de la clase media alta. Hubo un cambio enorme. Aparte la obra social, el que pedía, quien mandaba una carta a la Fundación tenía respuesta, por cualquier necesidad que tuviera (...) Porque los correos, las escuelas, los hospitales que hizo Perón, durante ningún otro gobierno se hicieron de tal magnitud. De tal cantidad tampoco (...) En Esquel, el correo que hay, el de Rawson también, en todo el país. Tengo la suerte de haber conocido todo el país y en todos lados hay obras de Perón, que las identifica uno por la forma edilicia, no solamente en Esquel”375. Hay una gran valoración de la acción social de Evita: “Las mujeres, las mucamas, eran cosas de debajo de la alfombra (...) En cambio, Evita las atendía. Yo me acuerdo que mandaban para Navidad y para Reyes y todo eso y para Año Nuevo, mandaban los pan dulces, la sidra y mandaban los juguetes para reyes. Y los llevaban a un lugar que había acá, una estafeta postal. Ahí, pasando el Puente Hendre. Y ahí repartían los juguetes. Entonces un día, que salimos nosotros, me dicen: “vení Choli, elegí lo que quieras”. Me dice mi papá “No, porque a mi hija yo todavía le puedo comprar. Eso déjenselo para la gente pobre. Ya que lo mandaron para la gente pobre, dénselo a la gente pobre””376. La actividad gremial de Evita hacía que participara de variados actos sindicales. Esto tenía que ver con que Evita llevaba más rápidamente a Perón todas aquellas inquietudes del mundo obrero para darles solución en la medida de lo posible: “había un congreso ferroviario y Milton Hughes, (hermano de Glyn Hughes y hermano de Gilberto Hughes. Milton estaba en el gremio de Comodoro Rivadavia) me dice “che vamos a Bs. As., hay un congreso ferroviario y yo como gremialista tengo que ir. Acompañáme, vamos, va a estar Eva Perón allá”. Valía barato el colectivo. Estamos allá en el mismo hotel, vamos al congreso. Repleto de gente en la C.G.T.. Y en eso, del piso de arriba viene bajando Eva Perón la escalera. Cuando apareció... ¡los aplausos! y había un sector que no aplaudía y se para en el medio del coso ahí “compañeros ¿cómo están 374 Juan F. “Poroto” Thomas 375 Eva Marchand de Quintana 376 Choli

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acá todos reunidos, que se sienten peronistas, que son peronistas de Perón y tienen a esos comunistas que están ahí? Échenlos. Si no los echan a esos señores comunistas, yo me retiro”, los marcó con el dedo. “¡Uy!, la que se viene”, “callate, callate no digas nada, callate a ver qué pasa”. Los sacaron. Les pidieron que se retiraran por las buenas, eran pocos, 15 o 20 delegados del gremio (...) La pude ver de ahí a ahí, dos veces la vi. Otra fue en el puerto. Perón, cuando cae el buque377 acá en Ushuaia, que cayeron los marinos (...) Se ahogaron...El Fournier, cae allá y entonces los traen a todos e iba Perón a recibirlos a los cadáveres. Y entonces nos fuimos allá, hasta cerca del puerto allá, en primera fila. La gente de allá, de acá y seguía la cola para ver todo eso. Y estábamos así y venía el coche de Perón, parado, y ella también. Cuando salían del puerto pasaban, así que la vi ahí también...Quince metros, a los dos. Para uno era una emoción”378. “Hermosa. Era hermosa de alma y de cuerpo. (...) Ella pudo brillar en la mejor sociedad, porque tenía clase pese a que no tenía una gran cultura. Era hermosa, vestía bien y era la primera dama. Pero prefirió trabajar para los pobres, estar junto al pobre. Pienso que fue una mujer grande, con mayúsculas”379. “¿cómo llego mi mamá a Evita?...porque se enteró Evita del trabajo de mi mamá, que hacía en Palmira. No sé por quién, pero se enteró... La manda a llamar...no me pregunte por intermedio de quién...pero la mandó a llamar...Mi mamá tenía un grupo de gente en la Unidad Básica, bárbaro, bárbaro. Tenía dos maestras que daban clase, ya en esa época ¿se acuerda en aquellos años que escribir a máquina era...? una señora que enseñaba costura, la otra que enseñaba máquina...mi vieja tal vez fue un poco adelantada por eso la quería tanto la gente (...) eran las nueve de la mañana, hasta las doce de la noche la Unidad Básica abierta (...) me acuerdo que fue acompañada por una profesora (...) el recuerdo mío es muy lejano... muy chico, lamentablemente no haber tenido más años... Pero si recuerdo de Evita cuando recibía a la gente (...) Yo pregunto ¿que otra mujer, que otra primera dama hizo lo que hizo esa mujer?...”380 En Roca (Río Negro): “en el ‘46 ganó Perón y en el año ‘52 se hizo las elecciones otra vez, fue cuando murió Evita. Mirá yo me acuerdo, yo tenía 16 años, no teníamos candidato a intendente porque siempre ganaban los radicales (en Roca) era un pueblo muy radicalizado (por radical) como Trelew. Por eso me hace acordar Trelew a mi pueblo (...) ahí era raro que ganáramos nosotros las elecciones (...) Yo tenía 16 años, ya estaba metido con todo dentro del peronismo. No teníamos candidato y me acuerdo un día dicen: “¿a quién llevamos? ¿Con quién le vamos a ganar a los radicales?”, nos decían ahí, en la Unidad Básica que atendíamos nosotros (...) “¿a quién podemos poner?”, decíamos. Y uno dice “Che, ¿y si lo llevamos al panadero?”. Un secretario del gremio de panaderos que no sabía ni la letra “o”, pero lo quería el pueblo, conocido del pueblo (...) Yo jugaba al fútbol en Tiro Federal, que es Deportivo Roca ahora. Ahí conocía mucha gente, ya empecé a trabajar, aparte te enseñan a trabajar, acá es un 377 Se refiere al rastreador A.R.A. Fournier, hundido en un accidente luego de zarpar de Ushuaia el 21 de septiembre de 1949. 378 Pedro 379 Eva Marchand de Quintana 380 Lucio Castillo

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desastre. Elegimos a Lladós381 candidato nuestro. Era el secretario del gremio de panaderos (...) entonces, no vas a creer que les ganamos las elecciones con él...Nos queríamos morir. El muchacho buenísimo, lo quería todo el pueblo de Roca. Y les ganamos las elecciones, los radicales se querían morir, porque no habían perdido nunca” 382. La muerte de Evita (1952) La salud de Evita era noticia desde hacía un tiempo. El pueblo estaba apenado por la enfermedad que la atacaba. En territorio del Chubut “En los últimos días de la semana pasada, el señor gobernador del territorio recibió en audiencia a los señores Manuel Rojas y Oscar Espíndola quienes realizarán un raid motociclista por todo el territorio de la Nación en pro del total restablecimiento de la señora doña Eva Perón”383. A pesar de su irreversible enfermedad, Evita puso todo para estar en el acto del 1° de mayo junto al pueblo. Allí pronunció un discurso que sería uno de las más recordados y en cierta manera premonitorio de lo que vendría luego: “Yo le pido a Dios que no permita a esos insensatos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, con los descamisados de la Patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista. Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los “vendepatria” que han explotado a la clase trabajadora” 384. Al mes siguiente (el 4 de junio), asiste a la asunción del segundo período presidencial de Perón, permaneciendo de pie en el auto junto al presidente durante el trayecto por las calles de Buenos Aires. Pero ya se acercaba el final. No se la volvió a ver en los balcones de la casa de gobierno. En su lecho de enferma escribirá (y en partes dictará) lo que luego será conocido como “Mi mensaje” donde dejó plasmada su férrea militancia peronista y su confianza en el pueblo trabajador y en Perón, estableciendo claramente que el poder de la oligarquía es el gran enemigo del proyecto nacional: “más abominables aun que los imperialistas son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas, la felicidad de su pueblo (...) Los pueblos deben cuidar que sus fuerzas militares no se conviertan en cadenas o instrumentos de su propia opresión (...) Entre los hombres fríos de mi tiempo señalo a las jerarquías clericales cuya inmensa mayoría padece de una inconcebible indiferencia frente a la realidad sufriente de los pueblos”385. Esta maravillosa mujer había vivido intensamente sus 33 años, dejando todo por la causa popular. En julio su estado de salud decayó profundamente. La C.G.T. celebró una misa al aire libre para pedir por 381 Alfonso Lladós fue elegido Presidente del Concejo de Gral. Roca con funciones entre el 02/05/52 y el 01/05/55, ver http:/ /www.generalroca.gov.ar/historiaroca/historia_g_roca.pdf 382 Vitalicio Vargas 383 Diario El Pueblo (Trelew), 28/03/1952 384 Evita citada por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 599 385 En Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., p. 601

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su salud. Pero era el final. El 26 de julio de 1952, Evita murió: “Hubo un “clic” en el peronismo...La muerte de Evita... Terrible, terrible, terrible...No sé si mi madre hubiese soportado una cosa así, porque mi madre falleció en el ‘50 y creo que dos años después, tres años después, falleció Evita... (...) Fue un golpe terrible, fue un golpe para los peronistas fue terrible y para el peronismo y para el mismo Perón. Fue un antes y después que falleció Evita. Sin lugar a dudas la mano fuerte, el gran apoyo que tuvo Perón en Evita, fue invalorable. Ya se sintió como que el peronismo ya no fue el peronismo que cuando estaba Evita. Perón se sintió muy solo (...) Yo estaba en un viejo cine en Palmira. Eran las nueve de la noche, estaba en el cine. Yo sabía que Evita estaba mal y bueno ya entró la policía y dijo “señores, a las 20.25 falleció la señora Eva Perón”, se imagina lo que fue eso...Claro, en aquellos años no había tanta comunicación como había ahora...Nosotros a las nueve y cuarto de la noche en Palmira llegó la noticia”386. La memoria popular guarda aquella voz en la radio que con suma tristeza comunicó la penosa noticia. En los corazones de millones de argentinos el tiempo quedaría detenido por un largo tiempo en esa hora: las 20.25. “Me acuerdo que lloraba mi vieja”387, “Si, se sintió mucho, si. Sobre todo, las mujeres, los obreros (...) los comunicados que decían por la radio. No había televisión, después por radio decían que “pasó a la inmortalidad”, era constante el comunicado”388. Una gran angustia se reflejó en las conmemoraciones realizadas en todo el país. En diversos puntos de Argentina se realizaron homenajes con velatorios simbólicos. Esa conmovedora muestra de afecto fue profundamente rechazada por hombres de la oligarquía que repudiaron siempre el sentir popular. Un caso especial fue el de Borges, quien ante estos hechos volcó en tinta su desprecio al peronismo389. “Yo estaba acá. Hicimos las guardias de honor. El busto de Eva Perón, en ese tiempo, se colocó acá justo en talleres (arriba en la loma390 estaban los talleres en ese tiempo) y se hacían guardias de personas de dos horas, de tres horas, se hacía una guardia con el busto de Eva Perón. Venía el cura, se hicieron misas. En ese tiempo (...) Había gente que lo tomaba como lo podía tomar yo. Bien. Pero había gente que criticaba, que “no tenía por qué parar la gente”, “hacer esa guardia”. No nos quita nada a nosotros, si estábamos dentro del taller. Si, estábamos trabajando. Ahí el busto estaba dentro del taller”391 , “Nosotros teníamos un local (...) le hicimos el homenaje a Evita con el cajón de Evita, acá en la villa (...) Cuando murió Evita yo estaba en una casa de un vecino. Me levanté me vine. Nos juntamos todos los peronistas en el local que yo tenía y ahí nos trajeron un cajón, del partido. Estuvimos ahí. Hicimos todos el guante”392. “Yo estaba en Córdoba terminando los estudios cuando murió Evita. Te juro que cuando la pasearon en la cureña, para hacer el velatorio, la gente lloraba. Te juro que era como si se hubiera venido algo tan malo, lo que sentíamos que se nos 386 Lucio Castillo 387 Valeria M. 388 Tito Laspiur 389 Borges escribió un cuento llamado “El simulacro” (1960), en el que degradó el sentimiento popular. 390 La parte alta de la ciudad de Trelew 391 Roberto Fernández 392 Eusebio Guiñazú

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había ido Eva Perón. Yo te digo que como mujer peronista parecía que me habían cortado los brazos. Yo tuve la suerte de conocerla, pero no (de) hablar con ella, cuando pasó en el tren en la ciudad de San Francisco, cuando ella iba dando paquetes... me quedaron grabadas sus manos (...) y no llegué porque ¿viste? todos los guardias, pero no era ella que buscaba, porque Evita nunca quiso un guardaespaldas (...) pero la gente no era por maldad ni que le iban a hacer algo, pero por llegar, una la podía hacer caer, entonces tenía como un cordón. Y ahí yo la pude ver que será como de acá a ahí, a la calle (siete metros más o menos). Me parecía mentira, que era un sueño”393. “La noche que murió Evita mi casa era un velorio. En el año ‘52 yo estaba embarazada de mi hijo más chico. Estábamos todos alrededor de la radio escuchando que se moría. Mi mamá, mis hermanos más chicos, mi marido. Fuimos peronistas todos sin pedir nunca nada (...) La fuerza de Evita fue primordial para Perón, él sabía lo que tenía al lado. Lo que pasa es que había tantos intereses creados y tanta mala onda alrededor de ellos. Evita, también, no se cuidó la salud. Era muy joven. Está bien, hace 54 años atrás era medio difícil salvar el cáncer. Pero Ivanisevich, el doctor, le dijo que se cuidara que podía hacerse algo. Operarse, extirpar todo eso y ella dijo que no tenía tiempo y lo perdió todo. Porque si hubiese estado Evita viva, hoy sería otra la historia nuestra. Ella estaba en todo. Era la que veía todo lo que Perón por ahí no podía ver. Era joven, era lúcida, inteligente a pesar de no tener ningún estudio. Eso era lo que le reprochaban las “damas”. Que era una pobrecita (...) Era un ser iluminado por Dios y punto. Ella vino para hacer su trabajo y calculá que 54 años después que murió se la sigue recordando con el mismo cariño. La juventud no la conoció, no sabe quién fue. Pero los que la vimos, los que la conocimos sabemos que era el alma del movimiento”394. “Yo estaba en Buenos Aires en ese tiempo. Estaba estudiando, en el año ‘52, y al Instituto, a todos los alumnos, nos llevaron al velatorio de Eva Perón. Y entramos por unas puertas individuales, porque había tanta gente...había colas y colas y colas. Nosotros como éramos estudiantes del Instituto de Educación Física, nos hicieron pasar primero. Pasamos alrededor”395. Con la muerte de Evita el movimiento nacional sufre un duro golpe. Si bien Perón mantiene su imagen de conductor, es innegable que las acechantes fuerzas de la oligarquía ven con alegría la irreparable perdida ocurrida con la muerte de Evita. “Y se sintió la caída de Perón. Más sintieron las mujeres, me olvidaba decirlo, las mujeres, las abuelas, los abuelos, la muerte de Evita. Más se sintió eso. Porque uno ahora con los años ya con 60 años próximos a cumplir, uno ve que el motor, el motor que tuvo el peronismo fue Eva Duarte. Fue la que tuvo los atributos de que si Evita hubiese vivido en el ‘55, esa revolución no se la hacen. Y si se la hacían al General, Evita le levantaba el pueblo, cosa que Perón no quiso para que no hubiese derramamiento de sangre entre argentinos. Pero Eva no medía las consecuencias. Eva era una incondicional del General Perón y ella iba a obrar con ese impulso que ella tenía, con esa fuerza”396, “Estaba haciendo la Escuela 393 394 395 396

Gladys Morales de Cagnolo Elena Fuentebuena Prof. Gustavo Adolfo Boyd Juan P.

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Nacional de Aeronáutica. ¡Que barbaridad!, la cantidad de gente, en un día de lluvia y llovizna, pero miles y miles de personas que pasaban ahí frente al féretro y no había momento de detenerse. Había que pasar nomás, porque era tanto la cantidad de gente que...si, fue muy reconocida, especialmente por las mujeres, el voto femenino, el trato, digamos, al contrato de la mujer que trabajaba o sea la parte femenina de lo que hizo Perón con el hombre.”397, “Yo había estado en el velatorio de Eva Perón con mi mamá, mi mamá me llevó. Hicimos la cola, mi mamá se coló porque mi vieja era de colarse en todos lados, era muy emprendedora, muy metida y así fue que pudimos verla y hacer el camino, si no hubiésemos tardado un día y medio, dos días. Eran colas infernales. Todo eso te va marcando, te va ayudando a comprender lo que vos querés cuando sos protagonista, que participás. Solo, te vas dando cuenta de las cosas”398, “cuando muere Evita, hacé de cuenta que se nos había muerto la madre, porque sabíamos nosotros que era la mano derecha de Perón, porque era tan peronista como Perón, ella. Aparte las cosas que hacía. Mi hijo, Alberto, la primera camiseta de Boca la recibió él con siete años”399, “Para mi fue un impacto tremendo. Yo también escribo, o ensucio cartillas. Tengo una poesía escrita para Evita en ese momento. Para mí fue un golpe muy grande”400, “me acuerdo, en el ‘52. Yo ahí estaba en Juárez, jugando al fútbol en un colegio. Jugué en el Club Alumni, en Juárez. Íbamos para el cine. (...) Cuando llegamos allá se había suspendido. ¿Qué pasó? Murió Evita...Sin cine: (...) Era un pueblito chiquito. Era un pueblo radical Juárez. Le quisieron poner el nombre de Eva Perón. No se lo dejaron”401, “Yo me acuerdo en el año ‘52, cuando murió Evita, yo boxeaba. Por primera vez subía arriba del ring. Yo subí arriba del ring y dan la muerte de Evita. Entonces el promotor de la pelea era muy peronista, era empleado del correo y era muy peronista, entonces suspendimos. Yo empecé a boxear más o menos a los quince, a mi me enseñó a boxear un gran boxeador, un tal Rafael Alzuaga”402, “En el ‘52 estaba en Dolavon. Nosotros estábamos en un cine. Y tuvo que suspender el cine, Picciril, por la muerte de Evita. Y bueno eso se tenía que terminar. Falleció. Y le hizo una denuncia, un peronista le hizo una denuncia a otro peronista. (...) porque estaba dando cine, pero había empezado, no podía cortar. Porque al público no le interesa. Porque es gente que pagó la entrada, a lo mejor no son peronistas, a ellos no les interesa. Tienen que cumplir. Una vez que termina, bueno”403. El fallecimiento de Evita le quita a Perón (además del cariño y la compañía de esposa) su complemento político, ya que (políticamente) había cosas que él como presidente no podía decir. Muchas veces dejaba en las manos y la voz de Evita el espacio para fustigar a la oposición. Evita mantenía un contacto especial con la clase trabajadora, pero eso no significa que el General desconociera las necesidades populares, ya que Perón convocaba por sí mismo y se comunicaba con el pueblo públicamente desde 397 398 399 400 401 402 403

Agustín Brebbia Héctor Cassia José Manuel Ulloa Eva Marchand de Quintana Osvaldo Rubbo Vitalicio Vargas Anastasio Baeza

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los balcones de la Casa Rosada, en los actos cotidianos y en las obras entregadas al pueblo. Perón nunca estuvo alejado del pueblo, en todo caso, Evita mantenía un contacto más personal con la gente porque estaba en un lugar en el que se sentía cómoda y podía desenvolverse así porque no era funcionaria pública. Sería más correcto decir que Evita se complementaba con Perón. La militancia peronista evalúa esta pérdida como decisiva en el ánimo del presidente: “Se sintió mucho. La macana más grande que hubo fue que se murió Evita. Y después se metieron los secuaces. Evita a los secuaces los rajaba, los sacaba cagando. Ahí se hacía lo que decía ella. También se le fue un poco la mano, pero si no sos así no pasaba nada, te llevaban por delante. Hizo muchas cosas buenas. Hicieron hospitales, trenes, todo eso... Te daban la casa a pagar. Te ibas al Banco Hipotecario, te hacían la casa. Te la hacías vos a tu gusto y la pagabas a 30 años... ¿Sabés que casas, que chalet que te hacías? Y eso se perdió todo”404, “mientras ella vivía, Perón era una cosa, porque después a Perón lo pasaron por arriba. Ahí vinieron los ladrones, chorros, y todos esos. A Perón le faltó el brazo derecho ya (...) Ella buscaba en un lado, otro, para ayudar. Ah, si...ella para ayudar a la comunidad, a las escuelas. Ropa. Llegaba fin de año: pan dulce, sidra”405, “Yo a Eva Perón la lloré. A Perón también, pero a Eva Perón la lloré...Me pegó muy fuerte. Porque me acordé de mi madre cuando hablaba. La forma en que trabajaba. La forma como cayó. Me dolía, me dolía. Porque nadie, ni de las mujeres que están ahora, nadie supo el sacrificio que hizo esa mujer. Porque si no, ella hubiera sido una bacana, como esta otra pelotuda406. ¿Que necesidad tiene de encarar y pelearse con la gente ella?...tranquila... Pero otra forma de vivir. Porque ésta fue abogada, la otra no tenía estudios. Era muy diferente y sabía lo que era sufrir. Porque sabía lo que era sufrir. En cambio esta otra no sabe lo que es sufrir. Tuvo la oportunidad que le dieron estudios, después ya se casó con este otro que era abogado también”407. Los partidos peronistas de todas las provincias informaban sobre el luto a llevar por los afiliados peronistas comunicando que “el Consejo Superior Peronista ha resuelto que: 1º) Todos los afiliados, adherentes y simpatizantes lleven corbata negra de luto por el término de tres días. 2º) Llevar cintillo de luto en el hojal, por el término de treinta. – Trelew, Julio 27 de 1952. Raúl A. Biscay, Secretario General”408. El legado de Evita no sólo queda plasmado en las obras materiales sino en la conciencia popular acerca de las conquistas sociales y políticas. Tal vez eso es lo que más odiaron del peronismo las oligarquías de todas las épocas: el hecho de haber inculcado en la masa trabajadora la razón de sus derechos. “Yo me acuerdo cuando falleció Evita, todo lo que hubo, el luto que se guardó. Y todas esas cosas. Se iba a la Plaza, iban a hacerle como un homenaje a Evita, de saco y corbata negra. Y bueno, las mujeres llevaban una tirita negra en el saco (...) uno ya se lo veía venir. Claro, ya se sabía. ...(Hizo) mucho por todo el pobrerío, toda la gente trabajadora y gracias a ella las mujeres tenemos leyes. Porque antes, las mujeres, éramos un cero a la izquierda. 404 Osvaldo Rubbo 405 Gregorio Robledo 406 Se refiere a la actual primera dama. 407 Pedro 408 Diario El Pueblo (Trelew) 08/08/1952

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La patronal te echaba como si fueras un perro y... en cambio ahora, gracias a ella, tenemos leyes. Leyes por maternidad, jubilación, y todo lo demás (...) Las mujeres ya no se quedan calladas como antes y no tienen miedo de hablar”409. Entre tantos recuerdos, hay uno en particular que llama la atención. Un incidente con un jovencito llamado Abel Amaya: “Si, lo conocí de chiquito, si...Si, Radical. (...) él se portó muy mal, él hizo un acto desagradable la vez que...son palabras fuertes que tengo que decirlas ¿no se si querés que las diga? Porque cuando murió Evita...yo trabajaba en el Cine Español. Estaba encargado del cine español y entró el tipo y entró y dijo “por fin murió la yegua de Evita”...Esas son palabras que me quedaron acá......y la gente reaccionó, lo corrieron. No puede ser eso, un acto así (...) Claro...es medio rebelde el pibe (...) Y sería...envenenado por otro, que lo habrá mandado, no sé... “vos entrá y decí tal cosa”. Digo yo ¿no? Ya pasó, pero eso se queda grabado. Como a mí, le habrá quedado a mucha gente. El cine estaba así (mucha gente).Sí, lo corrieron por la plaza, por todos lados. Que yo me acuerdo que salió la gente atrás de él, no sé que pasó después”410. Este episodio sirve para analizar el viraje que tuvieron los sectores medios con respecto al peronismo (y a los movimientos populares). Hubo muchos hombres y mujeres que, luego de caído el gobierno de Perón, comenzaron a entender por donde pasaba el proceso histórico. Aquel jovencito, seguramente un fervoroso radical opositor, se volcó, de grande, a la defensa de presos políticos, lo que le costó la vida a manos de la dictadura en 1976. “Mirá se sintió...Yo estaba con un hermano, pusimos la foto de Eva Perón en la puerta de la habitación, del complejo de habitaciones de solteros, con un moño de luto. Y pasaron y la arrancaron algunos en la noche, con bronca y la rompieron. Había de todo, pero fue muy duro”411. Coco vivió un episodio muy particular, según me relató su hermano. El día de la muerte de Evita se sentó a la mesa familiar con un crespón negro. El padre le preguntó si había muerto algún pariente y Coco le dijo que era por Evita. Su padre lo echó, Coco tenía 18 años y se fue. La oligarquía celebró el fallecimiento de Evita sin ningún tipo de disimulo: “Yo estaba en un cumpleaños. Un bautismo. Del hijo de un matrimonio amigo. Y nos vinieron a visar de la muerte de Eva. Entonces salimos a la calle. Los cines, los actos públicos y todas las cosas se suspendieron. La repercusión en el pueblo fue tranquila, porque le rindieron los homenajes. Unos cuantos amigos viajamos a Buenos Aires, de licencia del trabajo. Y fuimos al velorio de Eva Perón en el Congreso de la Nación. Hicimos la cola ahí. Impresionante, impresionante. Horas y horas. La mayoría era la gente humilde. Gente del pueblo, gente trabajadora. Y si, los grandes bonetes celebraban. “Viva el cáncer” decían los contras”412. A tal punto llegaba el revanchismo y la degradación política que: “En la casa de mis parientes políticos hubo exclamaciones de entusiasmo: Hurra, Viva, Bravo, por fin. El dueño de casa descorchó una botella de champagne, ordenó a todos que pasáramos al comedor y dijo eufórico y solemne: Vamos a brindar porque murió la yegua. El 409 410 411 412

Choli Rodríguez Juan F. “Poroto” Thomas Ítalo Coco

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peronismo también va a morir pronto, porque se quedó sin alma”413. Sólo un odio tan visceral de aquel lado pudo originar un amor tan grande de este otro. Las dificultades económicas (1953) En enero de 1953 Perón presentó el Segundo Plan Quinquenal en el marco de las dificultades que habían signado los dos años anteriores. Esas dificultades tuvieron que ver con grandes sequías que dificultaron ese programa de apropiación de la renta agraria diferencial con la cual el gobierno daba impulso a la industria y a la redistribución del ingreso nacional. Las cosechas habían bajado sensiblemente (50%) en 1952 comparadas con el período 1947, por lo tanto el Segundo Plan Quinquenal lanzado a comienzos de 1953 tenía que ver con atravesar las dificultades económicas. “Yo en ese ínterin, de Río Turbio a la caída de Perón, hago el servicio militar. Hago dos años de infantería de Marina. Vengo a la Base, acá. Y estando en la Base, le tuve que cubrir guardia a Lanusse, cuando lo llevaban preso de Rawson a Río Gallegos, entonces tuve que ir de la Base a Madryn para cubrir guardia que lo sacaban de la cárcel, lo metían en la pista de aterrizaje en Madryn. Eso fue por el ‘53, por ahí. Porque este estuvo en el golpe del ‘51. Yo me acuerdo que pasó así al lado mío, cubriéndole guardia. Era alto, pelado bocha, Lanusse era jovencito. Y tengo la foto del avión DC 3 que lo llevó, porque yo había llevado la cámara fotográfica en el Jeep. Entonces cuando el avión estaba allá yo le saqué una foto. No se hablaba de política. Nadie hablaba de nada. Y a mí me tenían en la palma de la mano los jefes acá. Porque como yo trabajaba en Río Turbio y cobraba medio sueldo...yo en aquel entonces cobraba 600 pesos por mes, cobraba 1200 en Río Turbio y cobraba la mitad”414. Sobre su afiliación al Partido Justicialista, Brebbia dice “llegué acá en el ‘53, porque coincidentemente, uno asocia ¿vio?, ¿quién estaba de presidente del Aeroclub Trelew?...Juan Carlos Chaile, retirado de la Policía Federal y número uno del Partido Peronista en la provincia. Así que políticamente no nos conocíamos, el para mí era Chaile y yo era Brebbia. En el Yacimiento Carbonífero Presidente Perón en esa época también justificaba415 y la última del ‘83, acá con un muchacho de apellido Pato, con Visconti y yo formamos la “Juan Manuel de Rosas”, una Unidad Básica.”416. Por otra parte, entre los empleados ferroviarios “la mayoría eran peronistas...en esa época Perón a los obreros los tenía así... (muestra la palma de la mano) Los mejores sueldos eran los de los ferroviarios... (...) en esa época los mejores sueldos eran petroleros, ferroviarios y bancarios. Pero iban en primer lugar: ferroviarios, petroleros y bancarios...”417. “hay una anécdota linda, linda anécdota. Yo era de Madryn, nacido y criado en Madryn, hice los primeros cuatro grados en Puerto Madryn... Antes de que yo fuera a trabajar (...) Y estaba ahí, ni estudiaba ni 413 Ignacio Videla Palacios en diario Clarín del 29/07/1992, citado por Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, p. 605 414 Ítalo 415 Se refiere a que estaba afiliado 416 Agustín Brebbia 417 Lucio Castillo

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trabajaba. Entonces mi papá dice: “bueno, vas a tener que estudiar o trabajar”. “Bueno, trabajar”. Entonces papá fue a Madryn y me anotó en el ferrocarril. A los ferroviarios, los familiares tenían prioridad. Y un buen día, yo vivía acá en la otra cuadra (9 de julio y Pecoraro) (...) Viene mi padrino, se llamaba Agustín, y este señor Debente, el gerente del Banco Nación de Puerto Madryn. Y mi padrino me dice: “Mirá Gustavo, acá el señor viene a ofrecerte el trabajo en el Banco Nación”, a domicilio (...) Yo le dije “yo de números no sé nada”. “No importa, un poco de tiempo y se aprende”. Nos pusimos a hablar y hablar, hasta que llegó el momento de decir, bueno, “¿Cuánto me van a pagar?”, y entonces me dice “Mire, para arrancar, le vamos a pagar (auxiliar) 550 pesos”. Le digo “señor Debente, yo le agradezco muchísimo, pero en el ferrocarril en Puerto Madryn me dan 850”, había una diferencia de 300 pesos. “No, no lo piense más, trabaje en el ferrocarril”. Entonces empecé a trabajar en el ferrocarril. (...) En la administración. Al año siguiente me vuelve a llamar, por medio de un empleado el gerente del banco. “Boyd, tiene el puesto para usted”. Le digo “Mire, ahora me toca hacer el servicio militar, el año que viene, así que lo lamento mucho pero...”. Yo ya estaba en el servicio militar con 1.000 pesos, el sueldo”418. Boyd cuenta que se afilió a los 19 años y aunque era simpatizante peronista: “Me sugirieron, me sugirieron. En Puerto Madryn, a los efectos de darme trabajo “por las dudas, afiliate”. Me afilio José Romano, el que era deportista; ahí en la calle San Martín, al lado del San David419 (...) una Unidad Básica. Después la Unidad Básica se trasladó a la avenida Fontana, a la vuelta de esa”420. En ese año 1953 Brebbia, piloto de avión, llega a la Patagonia “Ya venía para representar al Aero Club Trelew en el “Curso de Instructores Patagónicos”. Entonces hago el curso representando al Aero Club Trelew. A través de gente de Aerolíneas que me conocía dicen “hay un trabajo en Río Gallegos”. Entonces voy en octubre del ‘53 a Río Gallegos y ahí (...) con el avión sanitario, un bimotor, hacía los traslados. Y de ahí comenzamos a trabajar para dotar al Aeroclub Río Turbio de una institución aérea, siempre basado en la frontera con Chile, que era muy interesante tenerla, según el Plan Quinquenal, para cualquier emergencia: poner la fuerza aérea con su bases. Termino con Río Gallegos y en 1954, noviembre, me hago cargo de todos los pormenores para la organización del Aeroclub de Río Gallegos. En la costa estaba el capitán Amarante, que era el encargado de los embarques de Carbón que había en Río Turbio para los barcos BBT que los llevaban después al norte, a las grandes acerías que había en Campana. Y ahí hago un curso en el ‘54, ‘55”421. Una de las la principales causas de las dificultades económicas era que el consumo había aumentado más que la producción. Es decir, el país, pese al formidable crecimiento, aun tenía dificultades para cubrir la demanda interna. Tanto el petróleo como las acerías aun necesitaban un mayor empuje. Era vital desarrollar mejores recursos energéticos para soportar y aumentar el crecimiento industrial. En otros 418 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 419 En Trelew 420 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 421 Agustín Brebbia

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aspectos la ayuda social llegaba sin trámites engorrosos, sino en forma directa y veloz “Yo empiezo a militar mucho en el año ‘53. Ahí empiezo con todo, con todo lo que a mí me satisfacía (...) En el año ‘53 me casé y fuimos a vivir a San Bartolomé, también provincia de Córdoba. Antes de casarme, nos habíamos ido a vivir a Villa María. Me caso. Voy a San Bartolomé que es cerca de la ciudad de San Francisco. Ahí empecé a militar, pero nadie había ocupado un puesto público. Fui la primera mujer que ocupó un puesto público, que fue de secretaria del municipio. Lo hicimos con tanto amor, lo teníamos al señor intendente don Natalio Pagliano y la señora era directora de la Escuela “Primera Junta”, (...). Ella... peronista hasta los huesos. Hemos trabajado muy bien, hemos conseguido en aquel tiempo poder comprar un camión regador para regar las calles, mantener el pueblo limpio. Hemos hecho el matadero. Al cumplir el año de haber asumido como primera mujer que ocupa un puesto público, en el salón de actos, de baile como se llamaba en aquella época, han puesto una placa y me han hecho un homenaje. Hoy para mí es un orgullo cuando todavía vamos a ese pueblo, que no llegó a ser ciudad todavía, y ver la placa de bronce con el nombre de uno...lástima que fue la caída de Perón en el ‘55 (...) antes teníamos cuatro puntales que eran fundamentales en el partido: el partido, la juventud peronista, la rama femenina y la C.G.T.. Ahora tenemos que trabajar no con el nombre de rama femenina porque no se nos permite más. No se sabe. Un día hemos de llegar a saber, tampoco me interesó, porque cuando hemos formado la agrupación de Mujeres Peronistas en Acción nosotros fuimos como rama femenina y nos dijeron “no pueden”. Antes en todos los barrios había una Unidad Básica para que la gente fuera y le quedara cerca del barrio. No tenerla, a lo mejor, en el centro, que mucha gente viene cansada del trabajo, o las mujeres por cuidar sus hijos (...) entonces, así podían venir. Empezamos a ver qué podíamos hacer las mujeres. Porque era toda una cosa nueva (...) en aquella época no había nada sembrado ni juntar semillas para decir, “bueno, vamos a ver qué sacamos de acá, de este granero”. En aquella época haciendo bienestar social, porque miramos fundamentalmente como se hacía... o sea nunca queríamos fomentar zánganos para la sociedad, era enriquecerlos y enseñarles para que fueran adelante (...) En cambio ahora hacemos asistencialismo. (Antes) para mí no era así. Se daban charlas. Íbamos adonde más era la miseria, que vos veías que ni siquiera puerta tenían. Venían los peones de campo y ¡como vivían!. Entonces buscábamos siempre qué podíamos hacer. Además siempre hemos tenido suerte de dar con intendentes (...) que en realidad lo llevaban en el corazón. Natalio Pagliano, que era el intendente; Vaca, Gutiérrez...eran todos empleados del municipio, ya sea desde el tanque regador hasta el intendente. Y ahora está hermoso como se trabaja, pero para mí se hace asistencialismo, porque estamos poniendo parches y no se mira la profundidad, por qué estamos poniendo el parche. El parche se gastó y tenemos el mismo problema en la casa”422. La obra de gobierno se publicitaba en radio y en el cine: “Antes en el cine pasaban los informativos y pasaban con Perón y Evita las cosas que hacían. Los domingos iba al cine yo y veía la foto de Perón y de Evita, ahí 422 Gladys Morales de Cagnolo

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adonde a Perón más de una vez lo vi hermoso, todo, pero en el telón de la película, no que lo haya conocido. Era como una información”423. En abril de 1953 una noticia sacude al país: Juan Duarte se ha suicidado. Aparentemente el hermano de Evita no supo manejar su vida en el cargo de secretario del primer mandatario y ha tenido un par de patinadas en negocios poco claros. Una investigación realizada por el propio gobierno detecta las irregularidades de Juan Duarte en el sector de la carne. Cursos de doctrina. Buenos Aires, Trelew (1953 - 1954) “En este año (señalando un diploma de participación en los cursos de adoctrinamiento en 1953) fue lo más grande que tuve yo, porque me llamaron de Buenos Aires y querían hacerme rendir para jefe de taller, para mandarme a cualquier taller que yo eligiera en la República Argentina. Estaba bastante ubicado en la gente, en los que firman ahí (Secretario y Ministro de Obras Públicas en el diploma de cursos de adoctrinamiento Justicialista). Era muy amigo del ministro de Obras Públicas, tal es así que yo tenía una nena de 4 años, que yo la llevaba y él jugaba con la nena en el escritorio, yo lo iba a ver ahí en la 9 de Julio. En el 21º piso trataba con él. Así que ahí fue toda mi carrera. Ahí ya rendí para Jefe de taller. Ya me ofrecieron varios talleres por varios lugares de la Nación. Por Chaco, por Formosa. No quise irme. Quise quedarme, sin la función de Jefe de taller momentáneamente porque estaban ya los jefes viejos, y seguir como mecánico volante que ya hacía selección de equipos. Salía de campaña hasta que llegó el momento que llegué de Jefe de taller, ya acá. Después estuve en la parte de coordinación, seguí mi carrerita ahí”424. Por ese año, 1953, llega a Buenos Aires Milton Eisenhower, hermano del presidente norteamericano Dwight Eisenhower. Los críticos del peronismo se quejan porque Perón lo recibió unos días después y fueron a ver un partido de fútbol. Lo increíble es que los caraduras que critican esta actitud de Perón, no dudaron en entregar el patrimonio nacional caminando del brazo del embajador norteamericano Braden. La estrategia de Perón era meramente utilitaria, sabiendo que necesitaba atraer inversiones, pero siempre bajo el control del Estado. “Fue cuando colamos, que vino Eisenhower425, jugaban Boca y River. (Nos) colamos 4 o 5: los hermanos Laudonio, Abel y Cacho; yo, un pibe que le decían Chapita, que después falleció, que tenía leucemia, y otro más. Colamos bien. Nos pusimos donde estaban los parlantes, en la cancha, en el costado donde sacan el saque lateral, nos tiramos ahí. Y justo viene entrando Perón por la herradura, no estaba hecha la tribuna. Y pasa Perón por ahí, con el coche, fue ahí al palco donde estaba, fue ahí a sentarse y que sé yo. Los Laudonio salieron corriendo, los dos (...) para donde estaba Perón, derechito por el medio de la cancha. Y los querían agarrar y (Perón) les dijo que no, “que vengan, que vengan”. Y yo que estaba tirado, que quería salir rajando con los otros dos... nos agarraron del fundillo del culo y nos mandaron ahí a la platea, ¿viste? (...) Laudonio está en la revista, creo que en el Mundo Deportivo, él la debe tener la foto. Está al lado de Perón. Y le ha dado una 423 Gladys Morales de Cagnolo 424 Roberto Fernández 425 Milton, hermano del presidente de Estados Unidos, visitó la Argentina en 1953

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carta a Perón. Se pusieron a hacer exhibición en el medio de la cancha, que boxeaban, una exhibición espectacular hicieron los dos hermanos, cuando terminó el primer tiempo (...) Si. La Fundación Eva Perón le mandó una máquina de coser a la madre. Tres bicicletas: al Quique, al Abel y al Cacho, una a cada uno. Y entraron a laburar en el correo, en Colegiales, los tres. (...) Si, había respuesta. Creo que a los diez, quince días. Se hizo”426. Esto mismo es corroborado por el propio Cacho Laudonio, el hombre que agita la bandera xeneize en la boca del túnel cada vez que Boca sale a la cancha, una exclusividad por la que “en el año 2002 me hicieron un documental para Japón y ahora otro para el canal 9 de Valencia (España) por ser el más histórico. No hay que ser exclusivo. Lo único que no se va a poder igualar, para mí, de acá a 100 años o 1.000 años, es Juan Domingo Perón, los demás somos todos iguales (...) Tengo fotos con Boca desde el año ´52 (...) Sí... Mirá, en el ´53 ganamos un Superclásico en Núñez con la presencia estelar de Perón en la cancha. Al término del primer tiempo habíamos hecho con mi hermano, Abel Laudonio, una exhibición de boxeo en el medio de la cancha y al final quisimos ir a saludar al palco, pero nos corrieron 100 policías. Ahí Perón, faltando diez metros, se levanta, frena a los policías y nosotros llegamos a abrazarlo. Después me dio una bicicleta y nos vistió, de todo”427. Por otra parte, desde el gobierno y a través del Partido y de los organismos oficiales, se brindaban a los militantes cursos de adoctrinamiento. En este caso Roberto Fernández exhibe orgulloso su diploma extendido por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación en los “Cursos de adoctrinamiento Justicialista año 1953”, por su desempeño como adoctrinador en el “Ciclo de Conferencias Justicialistas”. La certificación está firmada por el Ministro de Obras Públicas Roberto Dupeyron. Estos cursos buscaban capacitar y compenetrar de las políticas públicas a los militantes para que estos a su vez difundieran los planes y acciones de gobierno en el resto del país: “Los cursos, siempre fue...doctrina (...) Se sabe que estábamos tirando para un gobierno (en el) que creíamos perfectamente bien, que está funcionando. Entonces, las ideas que él (Perón) puso, nosotros al hacer este curso teníamos que volcarlas en la parte de la humanidad de una Nación. Porque yo con ese mismo diploma podía ir a hacer una conferencia (de) lo que era Perón a Formosa, a Chaco. Yo lo hice (el curso de 1953) en el Ministerio de Obras Públicas. Lo hice en Buenos Aires. Después acá ya se hizo adoctrinamiento, que salieron algunos más, también, contados. Pero cabeza del distrito fui yo. A Perón yo lo traté, pero en otras reuniones, hablando con nosotros de ideas que nos contaba, personalmente he estado. Tal es así que después (...) de acuerdo a todos estos diplomas, al que tenía esto, le dio unas felicitaciones el presidente”428. Los cursos de Doctrina eran también cursos de planificación de obras a realizar: “Y claro, la doctrina justicialista. Cómo había que hacerlo, hacer el bien. Progresar. Porque la doctrina peronista no era decir “este es malo”. No. A ese malo 426 Osvaldo Rubbo 427 Oscar “Cacho” Laudonio, en www.revistaenlacancha.com.ar 428 Roberto Fernández

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había que ver si se lo podía encaminar y ponerlo bueno. Esa es doctrina. Nosotros hablábamos y decíamos “esto conviene, tenemos tal y tal cosa que hacer, que la Nación quiere hacer”. Por ejemplo las casas. “Vamos a hablar”, dice (Perón), “las casas de invierno con sus fogones, ¿qué les parece a ustedes?”, es decir, había el comentario de la casa. De la repartición adonde iba yo, había uno que pedía una cosa, otro que pedía otra, más o menos globalmente para hacer. Algo que, si le gustaba al presidente, le gustaba y en muchos casos Perón los absorbió y los hizo. Tomó las ideas, algunas ideas (...), pero siempre estábamos sobre la línea de él porque era un tipo recto, pero bueno”429. Al mismo tiempo funcionaba la Escuela Superior Peronista, donde la doctrina del Movimiento se explicaba a los asistentes para que estos fueran difusores de la misma: “Yo nunca aspiré a cargos políticos. Y yo se lo dije a Perón, bah, no hace falta. Yo juré mientras estuve en la Escuela Política, juré ante Perón que yo no iba a ocupar cargos políticos nunca. Y tenía 22 años. No lo hice ahora que tengo 73, lo hice cuando tenía 22 años. Cuando inauguró por primera vez si, lo vi (a Perón) por primera vez, el día que inauguraron y por primera vez cuando se clausuró. Entonces cuando vino a entregar los diplomas y los premios y que sé yo cuanto, estábamos por abecedario. Así que la letra “ese” estaba en la cola. Así que cuando yo fui a recibir él me entregó el diploma y las cosas que entregaban, le di la mano y le pedí un abrazo. Nos había prohibido, el director del colegio, pero a mí ¿que me importaba? Que no lo molestáramos pidiéndole abrazos o cosas así, que no insistiéramos con ninguna de esas pavadas, entonces yo le dije “General yo soy de Chubut, en nombre del Chubut ¿me daría un abrazo?” “Si, mi hijito, con mucho gusto, dale muchos saludos a todos los chubutenses, siempre me acuerdo de los chubutenses...”. Jurábamos que íbamos a ser militantes...doctrinarios...que nos íbamos a dedicar a la doctrina y no a ocupar cargos políticos. Que no nos íbamos a desviar de la política. Yo les dije siempre, en la reuniones, que tenía que venir...como decía Perón, la renovación juvenil, que tenían que venir los jóvenes...El trasvasamiento generacional”430. El cambio social se percibía en el movimiento económico y en el aumento del poder adquisitivo de la población: “Fue un gran paso, ya partiendo con la obligatoria de vacaciones pagas, el pueblo ya era otra cara la gente. Vivía más tranquila, tenían sus sueldos actualizados (...) se vivía de otra forma, se vivió muy bien con los gobiernos peronistas”431. “La llave de la casa no la agarrabas hasta que no cumplías los 18 años. (...) Por eso no hay gente de oficio. (...) Yo ganaba 50 centavos la hora, viejo, en el tiempo de Perón. Nos vienen a avisar los de la aceitería, de la avenida Forest (“aceite bueno y barato, cuatro, cuatro”) estábamos al lado. Nos vienen a avisar que estaban los inspectores de trabajo. Me escondía en el sótano, viejo. Yo me escondía en el sótano. (…) Venían los inspectores de trabajo. En el tiempo de Perón andaban por todos lados (…) Yo tenía 16 años. Y así aprendí el oficio. La entrada (a la cancha) valía 4,50. Yo ganaba 4 pesos por día”432. Los inspectores de trabajo 429 430 431 432

Roberto Fernández Coco Agustín Brebbia Osvaldo Rubbo

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controlaban que no hubiera “empleo en negro”. Durante el gobierno de Perón el pleno empleo hacía necesaria más mano de obra. Muchos inmigrantes que venían en busca de un mejor nivel de vida lograron emplearse y mejorar sus condiciones sociales. Los padres de Osvaldo eran italianos: “Y ellos, la mejor época para ellos, fue la época de Perón, porque había laburo. Faltaba mano de obra. Y ellos eran todos albañiles. Eran toda gente laburante, no le mezquinaban (...) hay italianos que se hicieron la casa entre sábado y domingo, cosa que ahora no se la hacen (...) Mi papá era mosaísta. Hacía mosaicos de granito y todo eso...Se jubiló y todo. En aquel tiempo se jubilaban a los 55 años, las mujeres a los 50 en los tiempos de Perón”433. El 25 de abril de 1954 se celebraron elecciones para vicepresidente ya que Hortensio Quijano había fallecido en 1952. El acto electoral ratificó el masivo apoyo al gobierno. El peronismo, que llevaba como candidato a Alberto Tessaire, obtuvo el 63,2% de los votos. “Me acuerdo en el año ‘54 cuando triunfó Tessaire, salimos a festejar en el auto, todos arriba de los camiones. En un camión iba yo, arriba de las compuertas y había como diez o veinte gritando. Y abajo iban pasando seis hermanos, dos hermanas y cuatro varones, pasaron al lado mío, bah, al lado del camión gritando “Que muera Perón, que muera Perón”. Y yo a los otros no les dije nada, eran todos conocidos. Y bueno, que se desahoguen, ¿Qué va a hacer? Nosotros lo tenemos a Perón. Ellos que griten “que muera”. Si yo soy un tipo vengativo, un tipo torpe, le digo a los muchachos “bajemos, vamos a darles una paliza a estos”. Yo no sirvo para eso. Que se desahoguen gritando, total no importa, las palabras se las lleva el viento. Y nadie fue, porque como a los gritos no escuchaban, como yo iba atrás de todo: escuché. (...) Uno de ellos falleció a los dos años, de peritonitis. Él deseó la muerte de otro: no hay que desearle la muerte a nadie” 434

433 Osvaldo Rubbo 434 Anastasio Baeza

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Capítulo 7 La relación con la oposición durante el peronismo y la autocrítica (1946 1955) Durante el período de gobierno peronista la polarización política fue muy marcada. De allí que las relaciones entre gobierno y oposición fueran muy duras y de mutuos ataques. Todo proceso revolucionario se lleva adelante con ciertos signos de autoritarismo, tal como puede ser el caso del peronismo en Argentina (y como sucedió en todos los procesos revolucionarios en la historia de la humanidad). Por eso las quejas más habituales se refieren al control de la prensa, falta de espacio para la oposición y politización de la educación, entre otras cosas. Sobre la enseñanza, en particular, es interesante decir que siempre hay política en la educación. En todo caso lo que se le podrá criticar al peronismo es su torpeza para llevar adelante esa politización. Pero la política “educativa” está en los programas escolares, en las lecturas recomendadas, en los autores y temas elegidos para tratar, en la cantidad de escuelas que se abren o se cierran, en las reparaciones edilicias que no se hacen, en las fechas recordadas y en las fechas olvidadas. O ¿acaso es casual que abunden los bustos, estatuas y nombres de los próceres liberales (Sarmiento, Mitre, Rivadavia, Roca) mientras escasean los homenajes a los caudillos y personajes populares? ¿Cuántos colegios tienen algún busto de Facundo Quiroga? ¿Cuántas escuelas se llaman Juan Domingo Perón? ¿Cuántas calles llevan el nombre de Ceferino Namuncurá? El peronismo estaba representando un proceso de liberación nacional que debía sortear múltiples escollos, ya que el enfrentamiento (ideológico, político, de clases) no se daba solo en las urnas sino en la vida cotidiana, en la producción y el consumo. Los medios de comunicación no escapaban (no escapan) a ese escenario, así que allí también se refleja la lucha existente. La revolución nacional que lideraba Perón enfrentaba a un poderoso rival que disponía de grandes recursos económicos y de medios de comunicación de la época, como eran los diarios La Prensa, La Nación y Crítica. Por lo tanto cuando se habla de la libertad de prensa, se trata el tema separado del contexto social y político en el que debería analizarse. Esos diarios respondían (¿y ahora?) a los mismos intereses que han expoliado al país y al trabajador (y sólo se escriben allí cosas que no incomoden al “sistema”). Debido a esto, cuando el movimiento popular llega al gobierno ejerce el poder de manera contundente, presionando de diversas maneras a la prensa opositora (restricciones de papel, expropiación o adquisición). Estas medidas restrictivas de circulación para la prensa opositora tuvieron una contra para el propio gobierno ya que se dejó de lado a aquellos que siendo partidarios del peronismo podrían haber ejercido una crítica constructiva (y no destructiva como la de La Nación) y así el propio movimiento peronista fue decayendo, burocratizándose e impidiendo la aparición de nuevas figuras de avanzada. Es preciso decir que en Argentina se estaba dando un proceso de revolución nacional (aun dentro de los marcos del capitalismo). Es decir, la instancia que se vivía en esos momentos era la de dejar de ser una semicolonia para recuperar la soberanía nacional. Este

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proceso requiere la colaboración de clases (no de todas) ya que diversos sectores buscan desarrollarse. En esta etapa se postergan las diferencias entre los componentes del movimiento nacional para enfrentar a los sectores más reaccionarios y conservadores. De manera que para llevar a cabo las transformaciones para liberar al país del imperio, se aplican medidas que restringen las formalidades de la democracia liberal a veces con excesivo celo y con efectos contraproducentes para las propias filas. Hoy es comprensible que se vean esos excesos de parte del gobierno como ataques a la libertad, pero también hay que decir que desde el otro lado, la oligarquía no enfrentaba al peronismo en cómodos debates, sino con furiosos ataques tanto a nivel discursivo en la cámara de diputados, como a través de los diarios que poseía (La Nación, La Prensa y Crítica en los comienzos). La oligarquía no se limitaba a la agresión verbal, sino que pasaba a la acción material con intentos de golpe (1951), atentados (15 de abril de 1953, con explosivos en Plaza de Mayo) y finalmente los bombardeos (junio de 1955) y el golpe (septiembre de 1955). Finalmente, cuando se dice que el peronismo (y Perón) era autoritario, cabe preguntarse ¿comparado con qué? Perón llegó a ser tres veces presidente por el voto popular. No fusiló a sus adversarios golpistas, no prohibió el nombre de sus opositores, no proscribió a ningún partido político ni a ningún candidato, sus políticas económicas fueron de inclusión social para las mayorías...Entonces, sus signos autoritarios no fueron la base de sus gobiernos. El respaldo de sus políticas no fue la fuerza sino la soberanía popular que da plena legitimidad a la obra de gobierno, en las calles y en las urnas. Otro militante explica cual era el papel que jugaban o que podían jugar los partidos tradicionales de Argentina: “después hubo mejor relación (...) los zurdos fueron. Ni tenían peso. El peso de ellos estaba basado en el anarquismo. El anarquismo era tirabombas (...) Ellos querían que sea por la fuerza tener algo...Entonces no se justificaba, porque estaba ya normalizado o sea, se vivía muy bien (...) el Intransigente era una tendencia (de) izquierda. Perón ya casi estaba centrado en todo, abarcaba mucha política. Entonces si usted quería ser un comunista puro no entraba en el peronismo o en la elasticidad del peronismo”435. Lo que dice este simpatizante, en la primera parte de su relato es que el peronismo mediante su gran obra social dejaba sin discurso de protesta a los partidos seudo obreros y al resto del arco político. Por eso el caballito de batalla de la oposición no era la cuestión social sino las formalidades de la democracia y los excesos autoritarios del gobierno. “Porque antes tomaban distancia los peronistas y los radicales (...) Porque nosotros los peronistas éramos los cabecitas negras. Los hijos de ellos: grandes guardapolvos y zapatos y nosotros una alpargata y con los dedos afuera. Era muy distinto. Hoy cambió toda la vida (...) ¿Quién tenía una radio en esos años? Era difícil, ¿quién la tenía? ¿Adónde escuchabas? En la casa del vecino (...) ¿Qué pasa en el peronismo? Dividió a la familia radical. Porque (de) los viejos radicales, los hijos eran peronistas. Porque vos te juntabas con los otros en la barra, en esos años, y nos juntábamos a jugar al fútbol y el de Boca, el (de) San Lorenzo, pero yo como peronista trataba a ver si lo podía arrimar a aquel al 435 Agustín Brebbia

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peronismo (...) Además era duro (...) Te iban marcando, porque el que era radical era radical, y el que era peronista era peronista”436. “Siempre en los pueblos o en las ciudades hay más pobres que pudientes. (...) de la clase media alta había peronistas, e inclusive profesionales y demás, y todo el pueblo pienso que era peronista. Me refiero al pueblo (...) Yo estaba en una Unidad Básica afiliando. En esa Unidades Básicas (...) la política que se hacía era darles apoyo escolar a los niños de las escuelas, enseñarles a tejer a las mujeres, deporte. A las chicas básquetbol, porque había femenino y masculino. Había dos Unidades Básicas. Les enseñamos dactilografía. Es decir, hacíamos ese tipo de política”437. Sencillo y contundente análisis de “clases” de esta militante que en breves palabras hace una semblanza de la división de clases en una sociedad y a la vez interpreta correctamente la composición de clases del peronismo. Eva Marchand era “De la Unidad Básica, Sub delegada. Delegada había una en la provincia, que es la señora Eusebia Moreno, que creo que vive todavía y es de Comodoro”438. Evidentemente en un movimiento nacional revolucionario de las características del peronismo, se colaron algunos oportunistas, alcahuetes y chupamedias. Esto se ve inclusive en nuestros días, en que personajes de tercera línea tratan de trepar en sus posiciones en base a dudosos méritos, tales como vigilar, informar y llevar chismes a las autoridades para ver si ligan algún puestito. En esto es muy común que haya personajes “más papistas que el papa” y que se toman atribuciones que nadie les ha confiado. En este sentido alrededor de Perón o de los ocasionales líderes locales del partido, se agrupaba una corte de serviles que festejaban todas las salidas del presidente, todas sus ideas y sin ninguna crítica. “La oposición tenía razón si decía que había obsecuentes y adulones, pero yo preguntaría, ¿en qué gobierno del mundo no los hubo?”439. Las características del liderazgo de Perón también hacían difícil marcarle errores (esto es un cargo que puede hacerse a Perón conductor). El propio Perón llegó a quejarse de esta situación: “pareció que Perón estaba dispuesto a limpiar el aparato estatal de oportunistas y parásitos: “Estoy rodeado por una doble fila de alcahuetes y adulones” declaró en los balcones de la Casa de Gobierno ante la multitud. Los aludidos aplaudieron con entusiasmo. Pero nada ocurrió”440. Esas palabras dichas en los últimos tiempos de su gobierno reflejaban un fenómeno nacido casi con el ascenso de Perón al gobierno en 1946. Ese círculo de adulones creía ver “traidores” en todos lados. Pero muchas veces sólo se trataba de militantes críticos o con iniciativa personal y en algunos casos ni siquiera eso. “Con matemática precisión viene cumpliéndose el patriótico plan de depuración y adecentamiento en las filas partidarias, como una consecuencia natural y lógica de las reales comprobaciones concretadas por el señor Interventor del Partido don Ricardo Rivera Cuesta. Quizás 436 Eusebio Guiñazú 437 Eva Marchand de Quintana 438 Eva Marchand de Quintana 439 Perón citado por N. Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 613 440 Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, p. 331

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supusieron algunos que el Movimiento Peronista, no era otra cosa que una reproducción modernizada de caducos partidos políticos con sus clásicas malas artes”441. “Con los muchachos Agüero, que eran unos cuantos, habíamos ido juntos a la escuela. A mi me denuncia Cervantes, y otros más, porque dice que para unas elecciones que había, que yo estaba a favor de los radicales. Me denunciaron en Rawson porque yo jugaba al truco junto con ellos. A mi me llamó el interventor. “Acá hay una denuncia contra usted que esta trabajando para los radicales”. “¿Usted me va a prohibir con mis amigos que me he criado de chico que yo no me junte con ellos? Yo trabajo para el partido. Yo tengo mi camión yo les traigo gente. Dígame usted, Perón entró hace poco. ¿Usted antes que subiera Perón que era?” “Yo era radical renovador”. “Nosotros acá no éramos nada, porque no sabíamos lo que era la política, si era radical renovador, conservador, lo que fuera”. “¿Sabe lo estoy pensando de usted?: usted es comunista”. “¿Que yo soy comunista? Si lo que yo pienso es el comunismo que venga mañana mismo entonces”, le dije. “Porque me gustó Perón y yo trabajo para Perón. Empezamos recién ahora, así que no sé lo que va a pasar después, vamos a ver más adelante”. “Agarre la puerta. Se manda mudar, porque si no lo voy a meter preso. Comunista”. Pegué un portazo y me fui a la mierda. Armé un kilombo en Dolavon. ¿Sabés quienes eran? Cervantes y todos esos estaban todos cagados, no sabían si ganaban porque eran de la comisión, entonces me fueron a denunciar”442. Por otra parte, las autoridades partidarias trataban de sacar chapa de peronistas aun a costa de producir una extensa lista de expulsiones dentro del partido. En Chubut (más precisamente en Trelew) al parecer las cosas estaban bastante caldeadas dentro del propio partido de gobierno. Así lo reflejan las crónicas periodísticas a partir de la llegada en junio de 1951 del interventor del Partido Peronista, Ricardo Rivera Cuesta. Estos roces internos causaban desgaste en la propia base de sustentación del gobierno y daban lugar al crecimiento de la oposición. A través de una serie de solicitadas se hace público el enfrentamiento. La propaganda oficial fue un arma de doble filo. Por un lado era necesario llevar a todos los trabajadores la información de las acciones de gobierno y enfrentar al aparato periodístico de la oligarquía. Pero además, la sucesión de homenajes y actos en honor del presidente y de su esposa, terminaron por sumar en contra a aquellos que de otro modo podrían haberse sumado a favor. “Pero también mucha propaganda, vamos a sacarnos la camiseta. Mi viejo escuchaba la radio, las peleas profesionales de box y siempre entre un round y el otro en vez de entrar la chica mostrando, decían “Perón cumple y Evita dignifica”, entre round y round. Había mucha propaganda, así que a la fuerza muchos se hacían peronistas para conseguir trabajo (...) No, en el valle los chacareros eran más radicales”443. En cambio eran peronistas “Los obreros. Los que les dieron los derechos que se le habían negado toda la vida (...) Incluso había mucho fanatismo. Muchos hijos se peleaban con los padres, los sacaban de la casa porque uno era peronista y el otro era anti. Mucha división. Como nos conocíamos todos, era 441 Diario El Pueblo (Trelew) 14/03/1952 442 Pedro 443 Tito Laspiur

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un pueblo chiquito, se sabía. Pero era casi abrumadora la propaganda del peronismo, del oficialismo en ese entonces”444. Los continuos homenajes e inauguraciones de barrios, empresas, hospitales e incluso provincias con el nombre de Perón y Evita, servían de excusa para la oposición. Ya el padre Hernán Benítez, confesor de Evita, le había advertido al General: “Vea General, que cuando todo suena a Perón, ¡el que suena es Perón!”445. Igualmente es un aspecto secundario del proceso, pero que lo va minando en algunos de sus propios sectores. Lo llamativo es que sean estos actos, más torpes que perversos, el centro del análisis. Sin dejar de reconocer lo pesado que pude ser el torrente propagandístico, hay una gran diferencia entre inaugurar barrios y hospitales con el nombre de Perón y lo que pasó después, cuando la dictadura de Lonardi, Aramburu y Rojas no inauguraba ni hospitales, ni barrios y encima prohibieron mencionar la palabra Perón y fusilaron a quienes se atrevieron a desafiarlos. “Yo con la escasa experiencia, porque era muy joven, me quedaría con el primer gobierno de Perón (...) Ya el segundo (...) toda esa inmensa propaganda a mucha gente ya no le gustaba tanto. Ya la democracia se desvirtuaba con eso. Pero igual funcionaban los organismos del Estado. Independientes: la justicia, el poder legislativo, todo eso funcionaba”446. “Que el peronismo ha tenido sus errores, si, ha tenido sus errores. Afiliación de “prepo”, por ejemplo. Si no tenías una afiliación no podías ser funcionario público. Son errores que se pagaron, pero se reconocieron después. Ha habido otros errores. Pero yo pienso que siempre cuando se gobierna hay errores, más agarrando un país como este que agarró Perón. No te olvides que estaban los políticos de la oposición que desfilaban en las calles de Buenos Aires con el embajador de Estados Unidos, con Braden”447. “Nunca le puse objeciones a nadie que quisiera...un certificado diciendo que era afiliado al partido para conseguirle trabajo. Fuera del color político que fuera. Nunca se lo pregunté. Se lo daba. Porque fue mi forma de obrar, siempre. No así de otras personas que conocí”448. “Acá el error más grande que hubo fueron los sindicalistas. Y todavía siguen siendo un problema”449. Osvaldo encuentra en la burocracia una de las causas de la caída del peronismo: “Y, parte por eso. Se abusaron. No podía ser que venga un sindicalista y te diga que si no tenés el escudo de Perón no entrabas a laburar. Eso los corre. Y eso pasó. Eso que no me lo vengan a decir porque yo se lo discuto a cualquiera. La doctrina del peronismo estaba bien hecha. Estaba perfecta”450. El burocratismo y el oportunismo también empezaron a socavar el andamiaje del movimiento nacional: “Había un diputado...creo que era Carra (Mario)...era un buen tipo... Viejo diputado. Aparecía con el sombrero negro, el poncho. Se presenta en mi casa y a mi vieja (la respetaban mucho, era brava, muy brava) le dice: “compañera Delia, ¿puedo hablar con usted?”... “Si, si”. Le dice “mire, queremos hacer una reunión”... “¿Cómo no? acá tiene la 444 Tito Laspiur 445 En Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., p. 612 446 “Tito” Laspiur 447 Ítalo 448 Eva Marchand de Quintana 449 Osvaldo Rubbo 450 Osvaldo Rubbo

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unidad básica”... “No. Va a ser una reunión muy particular. ¿No nos prestaría el comedor de su casa?”...(...) a las ocho de la tarde. Ah, por favor, dígale a Castillo (mi papá) si puede participar de la reunión”... (...) “¿Mi marido? Mire Don Mario, usted sabe que mi marido es peronista, pero más que el voto él no se mete”... Casa antigua. Al frente, la Unidad Básica, a continuación: el comedor. A continuación el dormitorio. Casa chorizo. A continuación el dormitorio mío. A continuación una cocina. Baño, como decía Landriscina, hay que ir en bicicleta...Me dice mi vieja (yo ya tendría casi 16, 17 años)... “Mirá estos se traen algo entre manos. Si es algo limpio, la van a hacer en la Unidad Básica, si es algo sucio lo van a hacer en el comedor”. (...) Se hace la reunión. Habla el diputado, creo que era Carra. Dice: “Palmira es un pueblo netamente peronista y queremos premiarlo. ¿En qué lo vamos a premiar? En las próximas elecciones que son dentro de seis meses. El intendente del departamento San Martín va a ser de Palmira, y va a ser acá el compañero Casimiro Fernández (que era el jefe de estación en el ferrocarril. Ser Comisario, jefe de estación, juez de paz y jefe de correo...chau). Le vamos a dar la primer concejalía a San Martín. El segundo concejal va a ser don Domingo Segura. El tercer se lo vamos a dar a San Martín. El cuarto va ser... (un viejo que era Peronista...algo de Escudero), el quinto y el sexto concejal va a ser para San Martín. Y finalmente por el trabajo impecable, extraordinario, que está haciendo la compañera Delia va a ir el compañero Castillo”... (...) Se paró mi mamá... “vení”, me dijo... “Permiso” dijo. “Compañera Delia”, se pararon todos. (...) comedor antiguo. Percha. Agarró el sombrero, el sobretodo y la manta, del único que estaba ahí, del diputado. Le dice: “Usted es un viejo sinvergüenza (...) no me dejo que me diga compañera, porque usted no es compañero...Usted es un viejo sinvergüenza...y se me va de mi casa”. Y agarró el sombrero, créame y se lo metió hasta las orejas. Le puso el sobretodo en los hombros y le tiró la manta. Y lo agarró de un brazo. “Ustedes son los que están pudriendo al peronismo. ¿Mi marido concejal? Mi marido es un buen hombre. Es un excelente marido, excelente peronista, pero no lo metan de concejal.... ¿qué es lo que quieren hacer?”... Ahí empezó la debacle del peronismo... Ahí empezó la debacle del peronismo. Pero no fue culpa de Perón. Fue culpa de esos”451. Situaciones de este tipo se dan aun hoy, en la que dentro de los partidos políticos no se abre el espacio para la participación de todos; entonces los dirigentes tratan de digitar la vida interna postergando a los más capaces e inmovilizando a la militancia. “Llegó un momento que uno después de grande ya se fue politizando un poquito. Yo una vez en el año ‘54 escribí en una pared, ahí en Dolavon, con cal: “sean buenos peronistas”, porque ya veía que eran un poco discriminadores. A la gente humilde, los que estaban en ese momento en los alrededores de Perón, había un desprecio hacia el descamisado. Yo tenía una duda sobre eso. Nos saludábamos, pero ya no había un fanatismo, digamos. Con Perón si, pero no con los que lo rodeaban”452. 451 Lucio Castillo 452 Anastasio Baeza

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La relación entre el peronismo y la oposición entró en un punto crítico. La Iglesia se hallaba decididamente en contra del gobierno debido a que Perón había impulsado leyes que afectaron directamente la influencia del clero en el país. Por un lado se redujeron los feriados religiosos, se eliminaron beneficios impositivos para la institución religiosa. Además, se aprobó la ley de divorcio, el reconocimiento para los hijos extramatrimoniales y se derogó la enseñanza religiosa en las escuelas. Por otra parte había recelo hacia la Fundación Eva Perón porque lideraba la asistencia social desplazando a la Acción Católica. Los civiles nacionalistas también actuaron contra Perón: “La ruptura definitiva entre los nacionalistas y Perón se produjo en 1954, cuando el presidente se embarcó en una poco redituable -y condenado desde el principio- conflicto con la Iglesia católica. Durante ese enfrentamiento, Perón instauró el divorcio civil y legalizó el ejercicio de la prostitución, medidas que iban directamente en contra de la prédica nacionalista sobre la importancia de la familia y el adecuado clima moral que debía reinar en la nación” 453. También la gran convocatoria de jóvenes que tenía la U.E.S. (Unión de Estudiantes Secundarios) irritaba a la Iglesia, que veía como se reducía su predominio sobre la juventud. “El Episcopado argentino, acostumbrado a la indolencia y corruptela del Estado oligárquico, se encontró de buenas a primeras con un César resuelto, a la cabeza de un Estado popular, plebeyo y poderoso”454. Otra excusa para el golpe fue el proyecto petrolero del gobierno por el cual se estudiaba la concesión de la explotación a una compañía extranjera. Dentro de un sector del Ejército se venían desarrollando intrigas golpistas. Sin embargo fue la Marina quién intentó terminar con el gobierno constitucional. El terreno fue preparado por la oposición que, derrotada en las urnas, aspiraba a terminar con el gobierno popular como fuera. “En la medida que se llega a la ruptura en el ‘55 hubo un corrimiento de mucha gente católica, nacionalista que veía bien al peronismo y que giró. En lo personal estuve casi por entrar al seminario de modo que cuando se da esa rotación yo también (roté). En el ‘55 (...) primero la festividad del Corpus Christi donde ya se manifiesta la situación con la Iglesia, después los bombardeos del 16 de junio, y después el levantamiento de septiembre, ahí se exacerbaron esos posicionamientos y yo personalmente vi fricciones”455, en el colegio católico y entre los vecinos de Trelew.

453 La derecha argentina, op. cit. p. 269 454 Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 336 455 Horacio

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Capítulo 8 La masacre y el golpe de Estado (1955) Junio de 1955. Bombas sobre Plaza de Mayo La oposición se encolumnó detrás de la Iglesia en su lucha contra el gobierno. La Iglesia representó la punta de lanza del ataque de los grupos opositores, ya que nucleaba a diversos sectores políticos. Radicales, socialistas e incluso comunistas se unieron a la recordada Marcha de Corpus Christi, celebración religiosa que se transformó en un acto opositor a mediados de 1955. El 11 de junio una nutrida concurrencia se dio cita en Plaza de Mayo luego de la celebración religiosa. De ese núcleo se desprendió una columna con rumbo al Congreso. Allí se izó una bandera del Vaticano y se quemó una bandera argentina en un confuso episodio. Esto produjo un choque con las fuerzas policiales. Los jerarcas eclesiásticos Tato y Novoa (viejos conspiradores golpistas) fueron expulsados del país. Un militante encuentra diferencias entre las jerarquías eclesiásticas y el bajo clero: “Y seguían lo que dicen de Buenos Aires, porque viste que ahí estaban los oligarcas, muy distintos a los salesianos de acá (Trelew). Acá los salesianos hacen voto de castidad y de pobreza”456. El ambiente político era una caldera. Pasó a segundo plano el hecho de que el día 15 de junio se sancionara la ley que transformaba en provincias a los territorios nacionales. El 16 se produce el fallido intento de golpe. La conspiración estaba en marcha. La idea era matar a Perón, por eso se bombardeó la Casa Rosada, pero no contentos con eso, también ametrallaron a la población que escapaba desesperada buscando refugio en los edificios públicos de las inmediaciones. Perón había sido advertido por el general Franklin Lucero sobre extraños movimientos en la víspera y por eso ese día se trasladó al Ministerio del Ejército. La movida militar estaba sostenida por la participación de civiles golpistas como: Américo Ghioldi (socialista). Miguel Ángel Zavala Ortiz (radical unionista), Oscar Vicchi (conservador), Mario Amadeo y Luís María de Pablo Pardo (nacionalistas católicos) y Alberto Benegas Lynch, entre otros. El aporte financiero estuvo a cargo del grupo Bemberg, el empresario Lamuraglia y Gainza Paz (ex propietario del diario “La Prensa”). En un verdadero acto criminal, aviones de la Marina bombardearon Plaza de Mayo. Se produjo así la más grande masacre de la historia política argentina. Utilizando las armas que el pueblo les había confiado en custodia, el sector más reaccionario de la armada procedió a masacrar a la gente que transitaba por el centro de Buenos Aires: “viene el bombardeo del 16 de junio de 1955 (...) Los aviones pasaron, tiraron sus bombas al pie de la Casa Rosada. Inclusive han muerto personas que iban caminando por esa zona, inclusive bombardearon un trolebús, lo reventó”457. Brebbia deja en claro que el bombardeo no fue reacción ante una multitud iracunda, sino que la bronca de la multitud vino después de los bombardeos: “Si, a posteriori si, vino esa multitud y por tres meses se mantuvo latente”458. Es decir, hay tensión hasta el golpe. “Yo, cuando bombardean Buenos 456 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 457 Agustín Brebbia 458 Agustín Brebbia

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Aires, estaba en Buenos Aires (...) estaba solo yo. Me había ido en comisión a Buenos Aires. Una mañana calma. Estaba todo nublado, muy nublado. Como lluvioso, nieve, todo eso. Por ahí empezó ¡bum!...Dicen “están bombardeando Plaza de Mayo”. Yo no estaba en Vialidad, porque si no hubiera ligado. (...) la de septiembre sí la agarré, pero la de junio, se armó otro despelote...era una balacera y bombas, incendios. Corría la sangre por la cuneta en Plaza de Mayo. Eso lo vi con mis ojos y ver el montón de cadáveres...lo vi. Eso lo vi y me quedó grabado. El Banco Hipotecario: unos agujeros así (tamaño de una bocha) en los mármoles, de las balas y todo. Y se salvaron porque había tormenta que los aviones no bajaron más, sino hubiera sido un desastre más grande. Porque no te podías ubicar bien... (...) la de junio, que la vi, es terrible. Muchos compañeros míos murieron. Y muchos heridos. Muchos heridos. Me las vi feas, pero siempre defendiendo a Perón. Porque él no era el culpable. Para mí no era el culpable”459. “Y después el ejército quiso tomar el Ministerio de Marina y en el Ministerio de Marina izaron la bandera de parlamento. Pensando que se habían rendido, avanzaron y una vez estando cerca los barrieron a todos (...) me contó una amiga que tengo acá, ella trabajó en Quinta de Olivos, (contaba) que cayó una bomba sobre un colectivo, de niños que iban a la escuela. Fue un desastre”460. “El 16 de junio del ‘55, cuando la masacre de Plaza de Mayo, mi madre había vendido el conventillo y se fue al centro con mi hermana, que tenía 11 años. Se vino de Avellaneda al centro. Yo estaba con los chicos, un día gris, feo. Había ido a firmarle a mi mamá la autorización para que vendiera, ningún problema. Y cuando volvía para casa, en Avellaneda, yo noté algo raro. Nadie por las calles, no había coches. Llegué a mi casa, mi marido trabajaba en la imprenta de noche, así que se quedaba con los chicos y el único que iba a la escuela era el más grande. Iba a primer grado. Le digo “no lo vamos a mandar, está un día muy feo”, pero yo miraba por la ventana y veía a la gente de mi barrio reuniéndose. Digo “algo pasó, mirá Don Vela (que era de Esquel)”. Voy hasta la puerta a ver qué pasa. Era un barrio que recién se estaba iniciando, las calles de barro. Y le digo “Don Vela, ¿qué pasa que hay tanto movimiento con la gente del barrio?” “Hebe ¿no se enteró lo que esta pasando? Están bombardeando Plaza de Mayo”. Mi hermano trabajaba en el Ministerio de Hacienda, que fue bombardeado. Mi mamá había ido al centro con mi hermana. No tenía como comunicarme. A la tarde me fui a un almacén que quedaba como a cuatro cuadras, a hablar por teléfono y hablé con mi hermano y a la tarde nos juntamos y supimos como había venido todo”461. “El primer golpe fue en Junio (…) Varios les pedían la cabeza a todos estos que se fueron a Montevideo. Y Perón no quiso, les perdonó la vida (…) El que yo reemplazaba se llamaba Baltasar López, era milico de Dolavon, se hizo granadero. Me ha comentado de que fue una masacre tremenda, de que ellos en el camión salían a recolectar los cadáveres (…) Levantaban los muertos como si fueran bolsas de papas. Arriba de un camión los tiraban. Y contra el cordón de la calle corría sangre como agua. Y dice que había una mujer en una plaza. Se sentía a los gritos, 459 Roberto Fernández 460 Anastasio Baeza 461 Elena Fuentebuena

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gritando. Una esquirla de una bomba le había arrancado un brazo”462. “Ahora también hay muchos crímenes, pero en aquel tiempo era por los gremios, por ir a la cabeza, se peleaban por los puestos. Yo seguí tranquilito, nunca me metí en gremios. Lo apoyé, fui socio, pero yo ¿meterme a defender? no quise saber más nada. Tal es así que yo les contaba “si ustedes hubiesen visto lo que yo vi no se meten más en los gremios”. Porque los que murieron ahí en Plaza de Mayo eran de gremios. Toda gente gremialista que iba a defender y le dieron con el hacha”463. Algunos “comandos civiles” se lanzaron para hacer apoyo logístico a los golpistas, entre ellos estaban José Aguirre Cámara y Mariano Grondona: “Para mi, Perón era el mal (...) Yo estuve en los Comandos Revolucionarios Civiles. Era una organización celular, con 125 tipos”464. Perón pidió calma tratando de que no se produzca una reacción popular contra los sublevados. Dijo: “Querían terminar conmigo. Para eliminar a un hombre no vacilaron en matar a quinientos (...) Muchas veces, mi coche marchaba apareado con otros, me saludaban y yo respondía al saludo. ¿Qué les impedía dispararme a quemarropa o arrojarme una bomba entonces?”465. La reacción popular llegó en forma inmediata. Cuando todavía se oían los estruendos del ataque, comenzaron a congregarse trabajadores para ir a defender la Constitución. Inmediatamente identificaron ese intento golpista con la anterior marcha de Corpus Christi y por eso un grupo de los más exaltados se dirigió a las iglesias de la zona, quemando los templos de Santo Domingo, San Francisco, San Nicolás de Bari y destruyendo parte de la Curia Metropolitana. “¿viste cómo ahora se empiezan a hacer los golpes de Estado? Entonces son los mismos Servicios, o los militares que te empiezan con eso... En ese tiempo empezaron a quemar Iglesias, en el ‘55. Empezaban a quemar iglesias y le echaban la culpa a Perón, pero Perón no era, porque él era muy religioso”466. Estos episodios son una muestra clara de cómo se escribe la Historia. Se ha hablado más de la quema de las iglesias que del bombardeo a Plaza de Mayo. Historiadores consagrados han mostrado su angustia por la pérdida de edificios y adornos y no tanto por las muertes provocadas por la masacre aérea. Como muestra está el libro “La democracia de masas”, donde Tulio Halperín Donghi incluye fotografías de los incendios de iglesias y del Jockey Club, pero ninguna de los muertos por el bombardeo a Plaza de Mayo, “yo tenía en el ‘55...sacá la cuenta....tenía 17 años. Si, pasaban los aviones...me tocaban la cabeza, casi. Después unos muchachos de enfrente, que había unos conventillos en la cuadra nuestra, rajaron todos: “Vamos a defender a Perón”...se iban todos para el centro. “No, ni que esté loco”, le digo. Después vinieron como a las once de la noche todos asustados. Se habían tirado de cabeza debajo de los subtes, debajo de los coches. (...) Gente muerta al lado de ellos. Locos, ¿viste?”467. La gente humilde se movilizó hacia el centro en defensa de su gobierno y de sus 462 Anastasio Baeza 463 Roberto Fernández 464 Revista Noticias del 03/03/2002, citado por Roberto Bardini en “Mariano Grondona. El polytropos golpista”. En Revista “El Descamisado”, www.eldescamisado.org 465 Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit., pags. 687 y 688 466 Vitalicio Vargas 467 Osvaldo Rubbo

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conquistas, amenazadas por la violencia gorila: “Había un conventillo, le decíamos “el conventillo de goma”. Toda gente que venía del Chaco, de Corrientes, se metían ahí adentro. Y al otro le decíamos las “14 Provincias”. Todos provincianos. Todos laburaban. Eran textiles, laburaban en la Sudantex, toda gente buena.”468. Fueron a la Plaza a defender a Perón, pero completamente desarmados: “Claro porque eran peronistas. Bah, todo éramos peronistas. Pero esa locura no la podés cometer, si vos no tenés nada, ¿a qué vas a ir?, ¿con una honda vas a ir? (...) Nada, a pata. Fueron, tomaron el micro y se iban (...) Las armas después las entregó la C.G.T.. En el ‘55 iban todos a buscar armas a la C.G.T.”469. Luego de ese intento de golpe, Perón propuso una tregua en la lucha política con la oposición, por eso hizo algunos cambios en su círculo político. Recurrió a los peronistas de la primera hora cercanos a aquellos radicales de la Junta Renovadora y así aparecieron en los primeros planos Alejandro Leloir a cargo del partido Justicialista y John William Cooke interventor en el partido en Capital Federal. Ofreció los medios de difusión para que los opositores al gobierno expresen sus ideas y opiniones acerca de la actualidad del momento. En su gabinete también hubo cambios, y así se alejaron: Borlenghi (ministerio del interior) reemplazado por Oscar Albrieu; Méndez San Martín (educación) reemplazado por Francisco Anglada; y Alejandro Apold (de la secretaría de prensa y difusión) reemplazado por León Bouché. Perón tendió un puente para pacificar los ánimos. Dijo que “la Revolución peronista ha finalizado”470. Pero la oposición estaba decidida a conquistar por la fuerza lo que no había logrado en las urnas y, viéndose fortalecida por estos cambios hechos en el gobierno realizó su jugada pidiendo, prácticamente, el alejamiento de Perón. El 20 de julio una bomba hizo volar la Escuela Superior Peronista. Si bien la economía había logrado repuntar tras un par de años difíciles, uno de los lados débiles del frente nacional lo constituía la falta de cuadros renovados (aun dentro de los límites que podía marcar un liderazgo tan fuerte como el de Perón). Pero más allá de las debilidades internas del frente nacional (la falta de conciencia nacional de muchos industriales que crecieron al calor del peronismo y sin embargo detestaban su obrerismo y su plebeyismo; el exceso de propaganda oficial), la verdadera causa del golpe que se avecinaba era otra. Y el propio Perón la explicó antes: “Nuestras conquistas no tienen aspecto reversible, no pueden volver atrás”471. ¡Esa era la causa fundamental!. La oligarquía y los grupos de poder que no fueron debidamente derrotados sabían que lo conquistado ya no sería olvidado y antes de perder más todavía se decidieron a atacar al gobierno popular en momentos en que atravesaba una crisis política. Incluso imaginaron (por su propia formación) que Perón manipulaba a las masas y las incitaba a exigir “de más”, de manera que creyeron que eliminando a Perón se terminaría el peronismo. Ante esa situación, el 30 de agosto (mediante una carta al Partido Justicialista) el 468 Osvaldo Rubbo 469 Osvaldo Rubbo 470 Perón citado por Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p.700 471 Ibídem, p. 701

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presidente dio a entender que se alejaría del gobierno. El 31 se supo la noticia. Esto provocó la inmediata movilización de los trabajadores que volvieron a Plaza de Mayo. Perón vio que seguía contando con el respaldo de la gente. Todavía estaban muy frescos los hechos del 16 de junio y el ambiente estaba caliente. La Plaza volvía a reventar de gente y Perón salió al balcón de la Rosada para brindar su discurso. Si su intención anterior fue tender la mano al adversario, ese día las cosas tuvieron un tono completamente diferente. Tal vez Perón pensó en ofrecer nuevamente un canal de diálogo, pero decididamente el clima político no estaba para gentilezas. La oposición arreciaba con críticas y exigencias. El gobierno había cedido lo suficiente y no estaba dispuesto a girar la política social y económica deshaciendo los logros anteriores. Perón, al salir al balcón y escuchar el clamor popular confirmó que contaba con el principal soporte político: la masa que lo eligió como líder. Comprendió que su gesto de pacificación fue interpretado por la oposición como un síntoma de debilidad y entonces decidió no ceder más. Ese día Perón pronunció su discurso más agresivo: “cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos”472. Algunos analistas juzgan esto como un exabrupto de Perón (quizás lo haya sido), pero no toman en cuenta el contexto político en el que fueron pronunciadas esas palabras. No es Perón quien incita a las masas al enfrentamiento callejero, es la masa la que clama venganza por los muertos bajo el bombardeo de junio. Perón es líder no sólo por tomar decisiones propias, sino por interpretar a la mayoría que lo ha llevado allí y que lo sostiene y lo esperará (luchando por su regreso) en la medida en que ha demostrado su lealtad al pueblo. La revolución nacional y popular que Perón preside está siendo atacada a sangre y fuego, ¡bombardeando la propia capital del país! Sin embargo, todavía hoy, algunos chismosos se espantan de este discurso de Perón y no de las 400 víctimas que dejó el ataque golpista. “Para mi el gobierno peronista fue muy bueno. Muy bueno. Porque a mí, mientras él estuvo, no me faltó nada. Principalmente las viviendas, que eso es una cosa que la manejaba. El pobre era ayudado. Estábamos bien. Yo no me quejo. Tuvo sus momentos. Porque siempre son las cosas de afuera, las críticas como...lo que tenemos ahora”473 El golpe en Córdoba y en el resto del país (Septiembre de 1955) Tres meses después del intento criminal de junio estalló un nuevo levantamiento gorila. El epicentro fue Córdoba, donde el 16 de septiembre de 1955 el nacionalista católico Eduardo Lonardi (general retirado) sublevó la unidad a su cargo. En otros puntos del país los sediciosos intentaron tomar el control de las respectivas unidades militares, mientras que grupos de trabajadores se ofrecían para resistir el golpe de Estado. “(Estaba) En Río Cuarto. Entonces se convoca a todo el pueblo para ir a Alta Gracia, para avanzar sobre Córdoba. Ponernos a disposición del general Sosa Molina. No sabíamos a disposición de quién, lo único que sabíamos era que queríamos ir a Córdoba para enfrentar a los (golpistas) Y armas había, armas había. Escopetas, palos (...) 472 Perón citado por Galasso en Perón. Tomo I. “Formación, ascenso y caída (1893-1955)”, op. cit. p. 714 473 Roberto Fernández

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Ese era el comienzo de la “revolución libertadora”, que el jefe, la cabeza visible de esa revolución, era Videla Balaguer. Estuvo en Buenos Aires y cuando se anotició que estallaba la revolución, se había detectado que había un movimiento de gente para eso y que la cabeza visible era Videla Balaguer. (Él) viene a Río Cuarto, de Río Cuarto llega a la casa del finado Aramburu y ahí sale disfrazado de cura en auto hasta Córdoba, y el primer contacto que hace es con la iglesia que está frente a la plaza de Córdoba...En contra del peronismo. ¡Si!, en contra de Perón. Nosotros íbamos dispuestos a enfrentarlos. Exactamente. Armamento había en Alta Gracia, había de todo. Fusiles, ametralladoras, pistolas, cañones antiaéreos. Me acuerdo que había 6 o 7 cañones antiaéreos emplazados en la Plaza y el general Sosa Molina dio la orden de que dispusieran uno arriba de la comisaría porque había unos Gloster que habían pasado haciendo reconocimiento. Y nosotros nos manteníamos dentro de las casas para no ser detectados por los aviones. Pero la gente no quería saber nada. Quería avanzar sobre Córdoba. Y uno de los más desesperados por avanzar sobre Córdoba era el doctor Mugnaini, y Otero Pizarro. Nosotros hicimos unas excursiones lo mismo. Claro. No podíamos estar quietos. Hicimos unas excursiones. En aquel momento fue cerca de la terminal. Si, bastante, pero fue una cosa inútil. En el afán de arrojar a esos militares, cualquier cosa (...) eran excursiones ¿cómo le puedo decir?... como operar en células. Pequeños grupos. Íbamos, volvíamos, íbamos, volvíamos (...) volvíamos la misma noche”474. Si bien en Córdoba y Río Cuarto fueron unidades del ejército las que se trabaron en conflicto (tanto sediciosos y leales), la fuerza más activa del golpe fue la Marina de Guerra. Perón, luego del fallido intento de derrocarlo, la había desarmado, es decir, le había quitado las espoletas y la pólvora, pero aquella fue abastecida por naves inglesas en alta mar. Parte de la flota, liderada por Rojas, estaba a la altura de Puerto Madryn. “La flota salió. Él estaba con la flota acá, en Puerto Madryn, en Golfo Nuevo. Entonces cuando llega la revolución allá, la flota se adhiere y sale de Puerto Madryn. Inclusive cuando pasan no sé si a la altura de una base aeronaval, no sé si disparan al aire una salva de advertencia: que ellos estaban disponibles a cualquier cosa, que no los toquen en su trayecto al Río de la Plata. Rojas fue otro de los mentores que inclusive fue nombrado por Perón Jefe de la flota...No. Nombrado por Perón no. Ascendido reglamentariamente. (Rojas), como persona muy cobarde porque, vuelvo a repetir, si él quisiera jugarse, sabiendo que tenía las puertas abiertas, hubiera disimulado porque (podría haber dicho) “yo entro como Jefe de la flota”. Entonces, ahí juéguese y accione contra el hombre que él no quería”475. “Y del ‘55 yo me acuerdo patentemente. Yo vivía en Lanús y el golpe estaba en plena Capital y son 4 kilómetros. Yo vivía en una casa que teníamos terraza, la había hecho papá con el banco Hipotecario Nacional, en aquella época te daban el crédito y vos eras protagonista de la construcción de tu casa, no como ahora que se hacen, que vos entrás y encima la criticás. Antes no, vos eras protagonista desde el primer ladrillo y empezabas a amarla desde el primer ladrillo, y empezabas a ser parte de esa casa desde la primera Pórtland, desde la primera arena. Es un sistema que Perón lo hacía 474 V. Carranza 475 Agustín Brebbia

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y lo hacía muy bien”476. Cassia cuenta lo que vio del golpe contra Perón: “cuando la revolución, subíamos arriba de la terraza y veíamos como los aviones bajaban en picada. Se escuchaban los estruendos (a) 4 kilómetros, las bombas que tiraban, en aquella época, eran bombas de verdad no caramelos como una vuelta dijo Martínez de Hoz. Eran bombas de verdad”477. “Cuando cayó Perón, acá estaba toda la armada acá en el Golfo (Madryn). El traidor más grande del peronismo fue Rojas. Yo siempre no estuve de acuerdo con Perón algo. Yo decía “ojalá que salgamos a pelear”, porque Lucero le dijo “General, ¿qué hacemos?” (...) Y nos que quedamos. Perón no quiso derramar más sangre. Si igual lo estaban matando al peronismo. Yo no sé, capaz que estoy equivocado, capaz que estoy equivocado. Si ahora lo tengo que pensar nuevamente, con la edad, capaz que tiro el caballo para atrás, pero en ese momento, vamos”478. Otro simpatizante nos cuenta que en Trelew: “después empecé a estudiar por mi cuenta el Comercial, por mi cuenta. El Ministerio de Educación me aceptó muchas materias y empecé a estudiar y a rendir libre, contabilidad y todas esas (...) para ser perito. Me fue bien, me fue muy bien. En el año ‘55 me tocó el servicio militar, estando acá (Trelew) en el distrito. Igual me autorizaban en el distrito para que estudiara, me daban facilidades. Mi hermano era también empleado ferroviario y le toca el servicio militar a él, entonces se me enciende la lamparita en Puerto Madryn para decirles ¿por qué no me dejan ir a Trelew para reemplazar a mi hermano? Así yo voy de noche a estudiar el último año de escuela de Comercio, siempre allá en la calle Sarmiento. La cuestión que me autorizaron y me recibí de Perito Mercantil, es decir que tengo los dos títulos: Bachiller y Perito Mercantil”479 y es estando en el servicio militar cuando se produce el golpe de Estado que derroca al gobierno constitucional de Perón: “El golpe... bueno, hubo varias cosas medias raras...El jefe, primero se puso como funcionario leal al gobierno, después se dio vuelta y le costó el cargo, lo limpiaron (...) Acá en el distrito militar (...) El teniente coronel era Adolfo Jesús López, peronista también...si, si. (...) Si usted mira bien acá está la foto de Evita”480. (Muestra el álbum de la clase en la que prestó servicio y donde aparece ese superior con la foto de Evita pegada en la puerta del armario). Era extraño pues, siendo muy jóvenes, muchos conscriptos provenían de familias peronistas y ellos mismos eran simpatizantes del gobierno: “Exactamente. Nosotros tuvimos que ir a tomar el correo, la estación del ferrocarril, teléfonos, todo, todo, teníamos que... éramos “revolucionarios” (...) Claro, órdenes. El soldado obedece, o-be-de-ce, obedece. Después no pasó nada, grave nada, nada”481. Pero los acontecimientos tardan en decidirse unos días, por eso es que al principio ese coronel se manifestó leal y luego terminó plegándose al golpe arrastrando consigo a los soldados conscriptos: “Leal. Manda un telegrama, decía lo siguiente: “Jefe de distrito militar 26: personal, suboficiales y soldados totalmente leales al gobierno legalmente constituido”. 476 477 478 479 480 481

Héctor Cassia Héctor Cassia Eusebio Guiñazú Prof. Gustavo Adolfo Boyd Prof. Gustavo Adolfo Boyd Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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Y acá el día 19 entramos todos a Plaza Independencia: éramos todos “revolucionarios”. Hay un viejo acá que saca el sombrero (...) Y unos cuantos, antiperonistas, unos cuantos. Comerciantes. Cuando llegó el momento dado, el teniente coronel dijo “bueno”...Estaban todos los Comandos Civiles. Había gente civil que quería tener protagonismo, entonces el teniente coronel dijo “fenómeno, vamos al polígono de tiro y les damos las armas” (...) Entonces, los civiles que estaban ahí en el distrito queriendo asumir, buscar armas...dijeron: “no, tengo mi señora enferma...”. No quedó ninguno, no voy a dar nombres, pero no quedó ninguno”482. Este relato muestra a las claras como repercutía en todo el país el desarrollo de los acontecimientos en esos días en que se da el golpe militar. Los hechos ocurridos en este pequeño (y querido) pueblo del Chubut son una síntesis de lo que estaba ocurriendo políticamente en el país. En primer lugar se observa la indecisión de los altos mandos militares que simpatizaban con Perón (y algunos que no simpatizaban también). Si en el distrito militar de Trelew fue así ¿cómo habrá sido en las grandes ciudades?. En segundo lugar, el apoyo civil del sector medio (comerciantes y gente de buena posición) al golpe de Estado y finalmente la carga simbólica: entrar en la Plaza. Les comento a quienes no son de Trelew que el casco céntrico del pueblo tiene el diagrama típico de los viejos pueblos (lindo por otra parte): en el medio de los principales edificios está la Plaza Independencia (una manzana) y a sus cuatro costados se ubican: la Municipalidad, la Iglesia, el Distrito militar (hoy una oficina de turismo) y el Teatro Español. Seguramente hace más de 50 años, era todo un símbolo ver a los conscriptos entrar a la Plaza central, a modo de réplica de lo que ocurría en Buenos Aires con la toma de la Casa de Gobierno. Los civiles que prestaban apoyo al golpe estaban vinculados a los partidos perdedores, en especial al radicalismo, como ocurrió en Córdoba: “casi sobre tablas, te diría, vinieron los Amuchástegui de Córdoba, lógico, radicales, a intervenir la municipalidad (...) nos llevaron enseguida a la comisaría, esposados y con la carabina en la espalda. Yo estaba de siete meses embarazada de mi primer hijo. Nos pusieron en el calabozo y ahí estuvimos unas cuantas horas hasta que después por intermedio de no sé quien habrá hecho las gestiones, nos vinieron a sacar. Y lo que más me duele cuando recuerdo aquellos momentos fue que el padre Porfiri, el cura de la localidad, ¡tocaba las campanas de gloria! Y me llama el comisario (...) a nosotros nos vinieron a intervenir a las diez de la mañana, once...(...) Nosotros habíamos hecho una plaza con el busto de Evita y la arrastraban, en aquel tiempo, con un sulky, atado el busto con una cadena y arrastrándolo por el suelo (se emociona). Uno se emociona, porque uno a Evita la adoraba y (...) no sé por qué esa maldad de voltearla y todo, si era una estatua, pero claro, sabían que nos pegaban una puñalada a los que en realidad lo sentíamos a Perón y a Evita. Porque yo como mujer no te puedo decir nada de Perón, de que no haya hecho un buen gobierno y todo, pero para mí Evita era que nos dio en el trabajo de asistencia social, lo más grande que pudo haber. Respetó al anciano, respetó a los niños, respetó a los discapacitados, a los pobres. Vos viste como ha dejado su vida trabajando. Y una mujer que nunca hacía el trabajo aspirando 482 Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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al poder (...) todas las obras que hizo Evita. Lo mejor que nos pudo dejar a las mujeres, además de sus grandes obras, fue el voto. Querido, ahí pudimos expresar nuestras ideas. Porque si no, teníamos que esperar que los hombres votaran como ellos quisieran y que nos gobernaran y ¿cuándo vas a ocupar un puesto público?”483. “Cuando rendí para jefe de taller sufría mucho de la garganta, entonces me decidí operar estando trabajando. Yo cumplo años el 17 de septiembre y el 16 salí, que estaba con mi señora justamente. Salimos, y dos amigos que estaban ahí en el hotel fuimos a tomar chocolate, porque era el cumpleaños mío el 17 y yo me internaba. Comimos un chocolate en el bar. Me interné, me operaron de la garganta así que el dueño de la pensión que era muy amigo fue a verme y dice “mire, lo antes que lo puedan sacar Fernández, mejor, se viene a la pensión porque esta muy feo esto, va a explotar en cualquier momento”. Me fui a la pensión y ahí empezó. En Piedras 250, siempre paraba ahí yo. Era como de la familia (...) Y empezó el bochinche. Tiros por acá, tiros por allá, a la mañana ya se sintió la ametralladora. Mi señora dice “¿Qué es eso?” No sabía ella lo que era, yo que hice el servicio militar sé lo que es una tartamuda, le digo: “No, una moto”. Pero ya empezó el alboroto. “¿Qué hacemos acá?” Le digo “tengo parientes en Belgrano R, bueno vamos a rajar a Belgrano R”. Yo recién operado (...) Llegamos. Tengo que buscar el alta. Yo tenía que venir a Belgrano 666, que queda yendo ya para el Puerto para que me den el alta. Salgo a la mañana de Belgrano. Cuando llego a Retiro, un desastre. El busto de Eva Perón con una cadena (...) Entonces digo “no me voy a meter en este baile”. Me tomé la escalera que va para el subte abajo, y cuando yo me meto, la policía que sube y arriba era (disparos). Un desastre, un desastre. Yo me salvé (era terrible eso). Seguí. Cortan subterráneos, cortan colectivos, cortan taxis. No había nada, nada se movía. Bueno voy allá a Belgrano, se habían hecho las 10, 12, todo cerrado, no vendían nada de comer...con el tumulto que había porque eran balas por todos lados. Era un desastre. Ni un teléfono, las líneas cortadas. Salí a las 7 de la mañana, final de mi carrera: a las 12 de la noche a pie me fui a Belgrano. Para eso, adonde había un Concejo Superior Peronista tiraban los sillones y los prendían fuego en la calle. Lo vi con mis propios ojos. Los incendiaban y ¡afuera!, a la ventana, a la calle. Ahí en la calle Moreno, en San Martín, en donde hubiera un Concejo Superior Peronista, adentro, todo quemado, no había nada. Yo disparándole a todas las cosas. La Alianza Libertadora estaba ahí en la calle San Martín también, la que pasa frente al Cabildo, con cañones del Ejército tiraron: escombros, la voltearon. Guerra era eso ya. Increíble lo que yo vi. Así que en la casa, con lo que sucedía que una noticia de acá, que había habido una balacera en Retiro; mi señora, toda mi familia, estaban de los pelos, decían “este no aparece más”. A las doce de la noche a pie (...) Llegué a pie, desde Retiro a Belgrano.”484. La Iglesia jugó sus fichas al golpe: “Ya se escuchaba. Usted iba a las iglesias, yo soy católico, sigo siendo católico, pero ya los curas (los curas, no mi Iglesia), ya hablaban de subversión, ya hablaban de golpes de estado, directamente (...) He visto a los 483 Gladys Morales de Cagnolo 484 Roberto Fernández

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curas de mi pueblo485 en el campanario con una ametralladora (...) Y no me lo pueden negar. He visto por ejemplo...lamentablemente... (no lo pueden negar, no recuerdo el nombre del cura), en el campanario de la iglesia del pueblo a los militares y el cura haciéndole compañía (...) Después con el golpe de Estado, arrancar placas con el nombre de Eva Perón, por ejemplo, de la Unión Ferroviaria, de un sanatorio. El busto de Evita desapareció. No lo arrastraron por el pueblo porque sabían que los mataban, el pueblo era 90% peronista, pero lo robaron”486. “Mi primer empleo fue en el Dique Florentino Ameghino a los 18 años. Era una empresa nacionalizada. Era una empresa alemana que después de la guerra pasó a la DINIE Dirección de Industrias del Estado. Cuando perdió la guerra Alemania todas esas empresas pasaron al Estado”487. En efecto, alrededor de 1948 a través, de este organismo se pasan a administrar casi 50 empresas entre las cuales había metalúrgicas, constructoras, químicas y eléctricas. Empresas de este conglomerado participaron en la construcción de grandes sobras, como la destilería de La Plata y usinas eléctricas. Fue justamente la amenaza hecha por Rojas, de bombardear las destilerías de La Plata, lo que posteriormente provocó la renuncia de Perón a la presidencia. Era evidente que los golpistas estaban dispuestos a todo, si ya habían matado centenares de personas en los bombardeos de junio, era de esperar que volaran toda La Plata con tal de tomar el poder. La situación se iba volcando favorablemente a las fuerzas leales y parecía que pronto serían sofocados los rebeldes en Bahía Blanca y Córdoba. Así las cosas, sorprendió a muchos que el 19 de septiembre Perón anunciara su renuncia: “Hasta que llegó esa mañana, sería tipo once de la mañana que habló el General Perón desde la cañonera, que dijo que se rendía, que depusieran las armas los compañeros, que no quería más derramamiento de sangre argentina, y yo recuerdo que el general Sosa Molina dijo: “viejo traidor, hijo de puta”...Y muchos de nosotros dijimos de ir igual a Córdoba y el general Sosa Molina dijo “no, no, no, no, suicidas no. Esto tiene que ser organizado con el tiempo”. Desde ese momento se reunieron algunos de los compañeros con grupos chicos y los demás quedamos al margen. Fue Otero Pizarro, fue Mugnaini, me acuerdo que fue un morocho, gordo, que era el secretario de la C.G.T. y algunos otros que ni conocía, porque había mucha gente que había ido de Río Cuarto, había mucha gente que había venido de Córdoba, de Alta Gracia. Estaba lleno de gente. Camiones, colectivos, autos, que sé yo, había de todo”488 Más allá de las posibilidades materiales de vencer ante el levantamiento, lo que hay que analizar es ¿cuánto tiempo más podría perdurar esa situación de levantamientos militares anti populares sin que se desencadenara una guerra civil con miles de muertos? Es evidente que se había resquebrajado el frente policlasista y que la victoria podía conseguirse, pero no de manera pacífica sino a costa de mucha sangre. Entones queda desarticulado el plan de Perón de desarrollar una revolución nacional con “colaboración de clases” y “revolución pacífica” o “incruenta”. El general leal Franklin 485 Palmira, en la Provincia de Mendoza 486 Lucio Castillo 487 “Tito” Laspiur 488 V. Carranza

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Lucero fue el encargado de leer el mensaje de Perón por el cual se alejaba del gobierno. Lucero también tuvo la misión de comunicarse con los rebeldes y tramitar la salida de Perón del país ya que existía la posibilidad de que fuera asesinado. “El 20 de setiembre Perón se fue. El embajador de Paraguay, doctor Chávez, se llevó personalmente a Perón a su casa. Exactamente, lo que yo le cuento es exacto. Cuando se armó el tole tole en Casa de Gobierno el embajador paraguayo lo fue a buscar a la Casa de Gobierno y lo llevó con su auto particular a la casa de él. (...) con mismo su vehículo, lo trasladó a la cañonera paraguaya que permanecía en el dique “B” Puerto Nuevo. Ese es el embajador que había, doctor Chávez. Le dio el asilo ahí y se fueron a Paraguay. Y después de eso empezaron las quemas, todo eso que vi yo. Lo que pasó ahí, una cosa es contarlo otra verlo. A veces yo ni quiero hacer memoria de todo esto. Mi señora sabe las cosas increíbles que pasamos. Ahora no puede andar por los criminales, los chorros; antes era la política”489. Ante el movimiento golpista los militantes se preguntan ¿qué hacer? Existía la posibilidad de organizar un grupo de resistencia armada, pero finalmente Perón decidió dar un paso al costado: “para el 16 de septiembre cuando Perón se va de la Argentina, se va a la cañonera, el 16 a la noche estábamos escuchando, porque se hablaba de que Perón iba a llamar a las milicias, iba a llamar a la gente. Y mi marido y yo escuchando en la cocina, escuchando la radio porque otra cosa no había y hablando nosotros. “¿Qué vamos a hacer si Perón llama?”, “Nos vamos”, me dijo. “¿Y los chicos?”, “los dejaremos al lado, con Roque, con Isabel”. Estábamos decididos (...) a veces uno lo piensa y dice “¿dejar los tres chicos para irse?”, pero era tanto lo que sentíamos ¿no?, cuando habló el general Lucero y dijo que el General se iba. Ellos dijeron que fue un cobarde. El General se fue porque no quería derramamiento de sangre, ahí fue la cosa. Llorábamos los dos. Y vinieron dos personas que eran amigos, pero eran contreras. Vino y dijo “Ay, viste José”, “acá no” les dije, “acá ni una palabra y se me mandan a mudar inmediatamente de acá los dos. Y usted don Juan, cuando viene a pedir plata ¿no se olvida que somos peronistas? ¿Ahora es antiperonista? Váyase”. Era un viejo de al lado que venía siempre a buscar algo. Zumbando los sacamos a los dos. Lo único que falta. Que todavía, encima del dolor que teníamos, vinieran a jorobarnos. A la otra mañana viene mi tía, que nosotros (le) alquilábamos esa casita. Mi tía era de esas contreras que no sabe por qué. Y yo estaba haciendo unos ñoquis. Y estaba mi amiga, peronista como nosotros, y yo estaba con la cuchilla cortando y la oigo a mi tía que entra. Salgo con la cuchilla, imaginate. Mi marido estaba sentado con mi tío hablando como gente civilizada, pero hablando bien. Y ella no, ella vino a avasallarme a mí. “No tía” le dije, “acá, ésta es mi casa y hoy tengo un dolor muy grande. Así que te mandás a mudar y no hablás más”. Y ella me dijo “es mi casa” y yo le digo “no, es la mía porque yo alquilo tu casa, así que es mi casa mientras yo pague, así que te vas””490, “yo estaba ubicado para estar bien ubicado. Tenía muchas amistades, muchas amistades grandes. Sin ir más lejos el ministro de obras públicas era amigo mío (...) Simpatizante fui. Perón es Perón. No 489 Roberto Fernández 490 Elena Fuentebuena

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se borra nunca. Pero la política la dejé, porque me han querido llevar a gremios, porque vi muchas cosas feas en los gremios. Porque nosotros teníamos a lo mejor, por ejemplo, 50 acá peronistas y había 5, 10 que no eran peronistas. Mi hermano estaba más metido en el gremialismo, en medio de la pesada, hasta a los tiros estuvieron. Así que yo dije “bueno, tranquilo”. Simpatizante toda la vida, moriré siendo peronista, pero esto no se arregla así. Dejar una familia por tanto alboroto que había y malo, porque no se sabía para que lado agarraba”491, “Mi padre, cuando cae el General Perón, en el año ‘55 fue preso. Estuvo 30 días preso por ser peronista. El trabajaba en la fuerza policial y fue preso igual”492, “En el año 1955, pegan el golpe. Yo ya tenía 20 años, 19 tenía, pero ya cumplía los 20. Justo estaba yo en una esquina con otro muchacho. Me acuerdo como arrastraban el busto de Evita y de Perón. Llorábamos, nosotros, de bronca porque no podíamos hacer nada. Y al frente de una manifestación de cerca de 2000 personas, al frente de la manifestación esa iba un cura (...) Se produce el golpe (...) nosotros veíamos pasar soldados, con los trenes, llenos de soldados. Y antes de llegar a Río Colorado, ahí hay un puente, y (lo) bombardearon los tipos. Claro, para que no pasen las tropas para Buenos Aires, porque había soldados que venían de Neuquén, de Zapala, de todas esas partes” 493. El puente fue bombardeado para evitar el paso de las tropas leales. Los medios nacionales en poder de los grupos económicos de la oligarquía festejaban el golpe, pero no eran solo ellos. En el interior también hubo medios que aprobaron el ataque a la Constitución, por eso el diario Jornada (Trelew) decía: “que la desgracia que nos ha tocado vivir no pueda repetirse jamás a lo largo de nuestra trayectoria (...) Los valores morales de la Nación, desaprensivamente dejados de lado en un momento de nuestra vida nacional, no han podido ser muertos no lo podrán ser jamás- y retornan vigorosos (...) El pueblo argentino retoma su tradición histórica, vuelve a la senda de la libertad, y si como ha proclamado el movimiento revolucionario triunfante estos son los objetivos, el pueblo sabrá valorarlos”494.

491 Roberto Fernández 492 Hugo 493 Vitalicio Vargas 494 Diario Jornada (Trelew) 22/09/1955, p.2

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Capítulo 9 La “libertadora” (1955 - 1958) Finalmente el 23 de septiembre Lonardi usurpó la presidencia y lanzó su célebre y falsa frase “ni vencedores ni vencidos”, con la cual pretendía pintar de democracia lo que era un brutal ataque a la Constitución. Lonardi aspiraba a quitarle al peronismo todo contenido agitador, tratando de “incorporarlo” al sistema, pero vaciado de su sentido nacional, popular y de justicia social. Por eso Lonardi declaraba: “LA “DESPERÓNIZACION” DEL PAIS SE CUMPLE POR DECISION ESPONTANEA DEL PUEBLO, DIJO LONARDI (…) En lo que a la “desperonización” se refiere, les ruego que adviertan que tal proceso se cumple por impulso espontáneo del pueblo”495. La finalidad del golpe es innegable: castigar al movimiento obrero. En una oportunidad un grupo de dirigentes gremiales se dirigió a entrevistarse con el presidente de facto: “cuando los gremialistas estaban en la antesala del despacho del presidente, pasó un marino. Se detuvo, preguntó quiénes eran y qué esperaban. Respondida la pregunta, los miró detenidamente y les hizo explotar esta sentencia: - Sepan ustedes que la revolución libertadora se hizo para que en este país el hijo del barrendero, muera barrendero...Era el contralmirante Arturo Rial”496. “Y donde llegó el momento de fanatizarnos fue en la caída, del ‘55. Ahí me fanaticé con el peronismo, de las injusticias que cometieron el gorilaje: el bombardeo de Plaza de mayo, las persecuciones (...) Yo en ese tiempo estaba en la policía, en el ‘55 (...) Agente. Duré once meses nomás (…) Entré el 1º de abril de 1955 y me dieron el alta en marzo, febrero de 1956 (…) En realidad que yo era rebelde. Era suplente y otra era por la parte política (…) Y de ahí era donde nos mandaban a custodiar varios lugares, las unidades básicas de Dolavon, la estación del ferrocarril, los hospitales”497. Si bien se produce el golpe en septiembre de 1955, pasan algunos días hasta que se define la situación. “Andaba el gorilaje, vamos a decir el antiperonismo. En ese tiempo muchos se dieron vuelta, salieron con la bandera de la revolución libertadora, donde en un principio cuando estaba Perón eran peronistas de la primera hora, y después se transformaron, se fueron con los libertadores. No los voy a nombrar, pero más o menos (...) Vecinos conocidos...Antes vivaban a Perón. Iban, hacían actos a las obras de Perón y después se dieron vuelta. Por conveniencia o por no sé qué, pero se dieron vuelta. Otros izaron la bandera argentina, ciertos antiperonistas de Dolavon, gente conocida”498. Baeza era policía, pero peronista, y en esas circunstancias lo sorprende el bombardeo de junio del ‘55 y luego el golpe de septiembre de ese año. Por su parte Coco cuenta “En un momento me citaron de la casa de Gobierno para las investigaciones que se hacían en el primer momento. Al principio del golpe me citaron un día, por intermedio de la policía, en el trabajo. Entonces 495 Diario Jornada (Trelew) 27/09/1955 496 Peronismo: autocrítica y perspectivas. Ed. Descartes B. Aires, 1970, citado en “La Revolución Libertadora”, p. 3. Norberto Galasso, en www.discepolo.org.ar 497 Anastasio Baeza 498 Anastasio Baeza

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les dije directamente: “mire, yo no tengo problemas, yo voy a ir, pero usted tiene que pedir permiso al jefe de la repartición”. Y así fue. Fui. Me tuvieron ahí en el pasillo de la casa de Gobierno. Las tantas estupideces de los milicos... “¿Dónde trabaja?” “¿Y dónde me fue a buscar?” “¿Desde cuando?” “Desde el ‘50" “¿Cuánto gana? ¿Usted era peronista?” “No, soy peronista señor. Sepa que soy peronista. Y seguiré siendo peronista, aunque no le guste a usted”. “¿Usted estaba en la Escuela Peronista?” “Si señor”. Siempre tuvimos fe en el retorno de Perón, siempre. Yo inclusive le dije a mucha gente “yo no me voy a morir sin ver la vuelta de Perón, yo voy a volver a ver a Perón en el país”. Siempre tuve confianza, siempre tuve fe. La fe mía era inquebrantable. Yo sin ninguna duda le comenté a mucha gente de todos los sectores, antiperonistas, peronistas; siempre dije “Perón va a volver al país”. Y todavía estoy vivo y Perón no está más, lamentablemente”499. “Los civiles, la gente anti, que no era peronista, festejaba. Salieron a festejar, pero eran muy pocos. Se fueron agregando, aparecieron...Muchos que eran peronistas aparecieron del otro lado. La caída de Perón la escuchábamos por radio, escuchábamos la radio de Montevideo (...) Y bueno, todos entristecidos, todos menos mi mamá. Él (papá) no lo demostraba mucho porque no era fanático, pero lo sintió, si. Y ya estaba un poco enfermo a la caída de Perón. Fue un revanchismo muy feo porque los bustos de Perón y Evita los arrastraban por las calles. Si, si. Ahí en Dolavon; y acá (Trelew) fue más. En una plazoleta ahí, no sé si también de las escuelas los sacaron. Los ataban en un camión y los sacaban. Y nosotros lo sentíamos todo en ese tiempo”500. “Mi mamá, peronista. Tenía el libro “La razón de mi vida”. Tenía un montón de cosas de Evita (...) Yo soy peronista, te digo ¿sabés por qué? porque los peronistas a mí me han dado muchas cosas. Otra de que yo cuando me acuerdo de chiquita si tenía un juguete fue por Perón, por Evita. (...). Nosotros teníamos pan dulce y sidra y todo eso gracias a Perón y Evita. No a ningún radical”501. Esas circunstancias adversas para el peronismo provocaron un fortalecimiento de las solidaridades en las bases militantes. El hecho de estar fuera del poder sirvió, en alguna manera, como detonador para que brotara con más fuerza el sentimiento y la afirmación de la identidad peronista. Esta actitud de persistencia en la ideología peronista, se hará más fuerte con el paso del tiempo y a medida que los usurpadores del poder empiecen el proceso de desperonización. Es que a través de los diarios de la oligarquía y de las bocas de los partidos antiperonistas, se quiso hacer creer que el país entero repudiaba al ex presidente Perón. El militante que leía y escuchaba estas cosas se indignaba, comentaba esto con otros militantes y en algunos casos se decidían a pasar a la acción para desmentir a los golpistas. El revanchismo “Lamentablemente en el ‘55, ya cuando yo tenía 9 años, estaba por cumplir los 10...viene el derrocamiento de Perón y algo que me marcó a fuego (...) La señorita Ernestina Ruiz, se hacía llamar señorita porque era solterona. Tercer grado, que 499 Coco 500 Tito Laspiur 501 Valeria M.

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viene a ser el cuarto de hoy porque antes era primero, primero superior, segundo, tercero… (...) Lo derrocan a nuestro presidente, al General Perón. Cuando se reanudan las clases, nos dice en el aula que se habían terminado los privilegiados de la Argentina. Error garrafal. Con cuatro compinches más que tenía, que también eran de cuna, de familia peronista, cada vez que ingresábamos a la escuela a la una de la tarde al lado del pupitre le cantábamos la marcha peronista y ella con un puntero nos pegaba. Llegamos a fin de año...llegué a fin de año yo solo. Cantando y cobrando, pero cantándole la marcha peronista con esa rebeldía innata de uno. Y ahí la abuela se enteró por boca de una vecina de lo que había pasado durante el año que esta maestra me pegaba con el puntero. La vieja fue y la revolcó por el piso, le pegó una paliza. Era la fiesta de egresados. De los de sexto grado de antes. Yo estaba en tercero (...) No sé si vivirá, pero nunca más se va a olvidar de esa paliza que le pegó la abuela María Luisa. Y yo la gozaba. La gozaba porque era tanto lo que me pegaba que me hacía ponerle la mano...yo ponía los dedos y en la punta de los dedos me pegaba con el puntero. Y dolía. Pero era tanta la satisfacción que uno sentía en su rebeldía de niño, de cantarle y verle la cara, la cara...como se transformaba esa mujer, ¡que anti peronista, que gorila que era!”502. Se desata entonces una revancha violenta contra todo el peronismo: “nos recortaban las imágenes de Perón y Evita que teníamos en los cuadernos (...) antes en la escuela nos daban la merienda, con un pan de figazza grandote. Después de que cayó Perón se acabó todo. Daban unas galletas horribles (...) Los sueldos bajaron”503. Por otra parte, una vez caído el gobierno popular, las relaciones entre vecinos de ciudad se vieron afectadas por el roce en las calles: “Ahí yo recibí muchas bajezas (...) “por fin cayeron, peronistas putos”. Especialmente los zurdos, que estaban muy doloridos con Perón porque los barrió. Al comunismo Perón lo barrió, entonces los comunistas surgieron, sacaron la cabeza y nos decían...A mi me gritaban en la calle “peronistas de mierda” y me la tenía que tragar (...) Cosas muy dolorosas, muy feas”504. “Y, en el trabajo teníamos que trabajar y aguantarte la que venía porque si no te echaban. Fue una persecución tenaz. A la abuela... fueron a la casa, ella tenía a la entrada del pasillo un cuadro del General Perón con su caballo todo manchado, con el pinto. Y la fueron a ver dos vecinos que sabíamos que eran antiperonistas y le dijeron “María Luisa elija: el cuadro ese del tirano, o su yerno”. Entonces la abuela lo sacó al cuadro y se lo puso de cabecera en la pieza, en el dormitorio. Y ella tenía su cuadro y siempre tenía “La razón de mi vida” al lado. La abuela murió en el año ‘60”505. En Mendoza: “Le cuento...cuando la revolución del ‘55... bueno, mi madre tenía la Unidad Básica, se imagina... A la semana del golpe de Estado, en el ‘55, estaba con un amigo en el portón de mi casa, calle Colón N° 13 (...) estaba con un amigo un día domingo, eran como las 2 de la tarde, conversando. Mi amigo se llama Orlando Zulueta, él estaba entre el peronismo y medio la zurda, pero él estaba...simpatizaba con el peronismo... Estábamos preparándonos para ir a 502 Juan P. 503 Hugo N. 504 Lucio Castillo 505 Juan P.

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la cancha. (...) estábamos en una pensión porque había fallecido mi mamá (...) Yo vi que mi padre venía caminando por la avenida, a setenta u ochenta metros. Y en eso, en la esquina de la comisaría, más en la esquina de mi casa que era una avenida en Palmira: un jeep en una esquina, otro jeep en otra esquina, un camión detrás del jeep, otro camión detrás del jeep, lleno de soldados. Y en la esquina en ese tiempo en la avenida ¿se acuerda que habían buzones?, ahí metieron una ametralladora arriba del buzón. Otro de los soldaditos tirado en una acequia, en Mendoza. Y mi padre allá en la avenida se quedó helado. (...) Cuando del jeep se baja un capitán y me dice “¡adentro negros de mierda!”. Yo era un pibe, 22 o 23 años. Por más que nos jugábamos no estábamos en la guerrilla, en matar gente. No, lo nuestro era puro idealismo. A este muchacho le dicen “adentro, carajo”, le dice “yo no vivo acá”, “adentro, carajo”. Yo cuando lo veo el capitán este: era un primo. Un tal García. Primo lejano, pero primo. Le digo “Pedrito”, “¿qué Pedrito?” y me metió un culatazo. Adentro. Y el otro muchacho le dice “Señor, yo no vivo acá” asustado. “¿Adónde vivís vos?, bueno, vamos”. A mi padre no lo dejaron cruzar. Me quedé solo. El pariente este me revisó la casa. No estaba mi mamá, por supuesto, había fallecido. Los colchones me los (cortó) con la bayoneta...la ropa de mi mamá, toda, de esos roperos viejos. Toda. La ropa de mi mamá. (La ropa) interior de mi vieja me la pasaban en la cara. Buscando armas. Si hubiesen encontrado un matagatos, yo no estoy ahora. Porque no tenía ni una honda. Yo no sé usar un revólver. Nunca lo usé (...) y los golpes que recibí, sin beberla ni mamarla, sin hacer nada, sin hacer absolutamente nada. En ese momento había en el comedor de mi casa, que tenía mi mamá,...una banderita con un mástil, chiquita...Y yo la tenía a media asta...Y este pariente me dice “¿por qué la tiene a media asta?” Le digo “desde el 16 de septiembre del ‘55 que está a media asta”... “Subila”, “No. Matame, pero no la subo”... Lleno de milicos... “Matame, pero no la subo”. “Sos una mierda”... Ya me había jugado (...) Llegó un momento en que, yo pienso, la sangre pudo más. Si no hubiese sido pariente me hacen bolsa. Me di el gusto de no izar esa banderita”506 El golpe en Madryn, Trelew, Esquel y Necochea (1955) “Cuando llega el ‘55 yo ya tenía 21 años. Yo salí a la calle el 25 (de septiembre de 1955), enloquecido (...) Era así esos años. Salieron a festejar que había caído Perón. Entonces salieron a la calle, al que se me cruzaba le metía caño nomás (...) ¡Se armó, se armó la Troya! Festejaban que cayó el peronismo (...) Había que salir a la lucha. Yo salí a la calle. Tiros, palos, leña, de todo ahí. Nos juntamos en la calle San Martín y más pasar ahí nos encontramos. Palo y palo era el asunto (...) Palos, piñas, lo que sea. No se miraba nada”507. No faltaron, por supuesto, las requisas en las casas “sospechosas” de ser peronistas: “En el ‘55 vinieron a mi casa, mi papá trabajaba, mi hermano trabajaba, yo trabajaba, el que llegaba ya tenía la comida hecha y calentarla para comer. Yo llegué ese día y vino el Jeep con los monos, ahí me dice “tengo una 506 Lucio Castillo 507 Eusebio Guiñazú

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orden de allanamiento”, “bueno, pero acá no entra nadie hasta que no venga mi papá. El jefe de la casa es mi papá”. Me dice “Pero tengo una orden de allanamiento” “Acá no entra nadie”. En ese tiempo tenía una escopeta calibre 16 de dos caños. La puse en la puerta “no entra nadie, cuando venga mi papá van a entrar” (...) Se quedaron esperando. Ah no, si entran chau. Cuando llegó mi papá dice “si, que pasen” (...) parece que el informe que ellos tenían era que nosotros éramos comunistas. Y si vos me decías que quiere decir comunista yo no sabía contestarte porque no sé la palabra comunista qué es lo que era. Entonces mi papá dijo que si, que pasaran a revisar (...) No encontraron nada. (...), no sé que buscaban. Y entraron a preguntar de qué trabajaba, con quién trabajaba. Yo empecé a trabajar con un patrón, Williams se llamaba. Yo era pibe y el tipo me daba la bicicleta los domingos, “andá a llevarle este paquete a fulano de tal” y yo se los llevaba los libros viste (...) después yo hago un análisis de todo lo que yo repartía: eran todos libros comunistas”508. “Acá509 arrastraron los bustos de Evita. El busto de Evita, que estaba en vialidad. Fueron: Pepe Russo y los otros. No me puedo acordar los nombres. Vivían frente donde tenía lavadero Hughes...uno se llamaba Pedro, igual que yo. Eran dos, eran tres, que lo arrancaron al busto. Lo llevaron arrastrando para llevarlo al cementerio (...) con una soga. Y fue Merayo, Mariano Merayo fue, los alcanzó ahí en la curva donde esta transporte, sacó el revólver, los apuntó a matarlos, “los mato”. Levantó el gatillo, dijo “levanten ese busto y me lo ponen arriba”...Se los quitó Mariano Merayo... Las tenía puestas. Yo estaba en San Juan; cuando vine ya me enteré”510. “Yo no lo vi, pero sé. Sé de alguien que lo arrastró que ya no está, falleció, que arrastraba el busto de Perón y los de Evita. Y (los peronistas) se tenían que tomar las de Villadiego porque no podían hacer nada. Imaginate. Entonces, no estaba la Base acá, pero igual”511. “Momentos difíciles para el sentimiento. No porque a uno le vinieran a hacer nada. Sino por el sentimiento. Arrastraron el busto de Eva Perón por las calles del pueblo, lo sacaron de adentro de la estación del ferrocarril. Lo agarraron con un lazo y lo sacaron arrastrando. Gente conocida, totalmente vieja, del pueblo. Militantes de otro partido, pero ya, a algunos, Dios los tiene en la gloria, bajo tierra (...) Bronca, bronca, mucha bronca. Nosotros éramos una barra de amigos que después seguimos luchando (...) y los enfrentábamos sin vuelta de hoja. Y el busto se lo sacó un hombre peronista se lo sacó con un revolver...Mariano Merayo. Lo rescató”512. En la ciudad había “Discusiones personales, si, cuando se encontraba con uno. Pero no hubo ningún problema. Yo no dejé de ir a trabajar. No se dejé de llevar mi escudo peronista. Lo mantuve desde el ‘55 hasta el ‘57 o ‘58 (...) El jefe me hablaba me decía, un ingeniero, un tal Lenberg, era muy buen hombre, muy buen hombre, siempre me respetó, pero lo que pasa es que claro, él me dice “me hacés problema, ¿por 508 Eusebio Guiñazú 509 Trelew 510 Pedro 511 Choli Rodríguez 512 Coco

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qué no te lo sacás y te dejás de joder, porque me hacés problema?”. Le digo, “pero el problema es mío”. Así que yo no dejé de usar el distintivo, y aparte no dejé de festejar los 17 de Octubre y los 26 de julio. Yo los 17 de Octubre y los 26 de julio no iba a trabajar. Ellos ya sabían que esos días yo no iba a trabajar. Esos días los respetaba para mí”513. “Yo te voy a contar esa historia porque la viví. Y quiénes son. Y dos de esos fueron castigados por Eva Perón. Cuado cae Perón acá. Salió una camioneta manejada por una tal Giudetti acompañado por un hijo de un andaluz: José Herrera, con el busto de Eva Perón atado por el cuello con una cadena, por la calle de piedra. Yo estaba en la orilla de la vereda y decían “acá la llevamos”, me gritaron. La llevaron a la Laguna. La orinaron, hicieron de todo. Pasó el tiempo y yo dije “Dios es que juzga”. A Giudetti después lo mataron de un tiro en el campo. No sé por qué problema, pero lo mataron de un tiro. A José Herrera lo mataron no sé de cuantas puñaladas en el Barrio Corradi. Tenía un bolichito. Los dos murieron trágicamente. Yo digo, eso era recibir el pago del busto”514. Otro testimonio coincide con eso: “Pero ¿qué les pasó a los que arrastraron el busto? Al poco tiempo desaparecieron. Por ejemplo, estaba este... uno que fue que lo mataron en Las Plumas... no me acuerdo el apellido... ¿qué solucionó? Nada”515, “Justo ese busto cuando pasó todo el lío andaba un tal Elgueti o Giudetti que era de acá de Trelew, con ese busto (...) Yo justamente ese día estaba en Buenos Aires”516. “Después quisieron, sacar un busto. Había un busto de Evita ahí adentro del ferrocarril...En el hall de ahí del museo517 el hallsito ese que hay. Ahí estaba y para colmo todos los empleados de Vía y Obra, eran todos peronistas….fanáticos. Y cuando cayo Perón vinieron los gorilas a querer arrastrar el busto. ¡Mierda! y yo les pego el grito, porque ya sabíamos más o menos el ambiente que se venía...Les pegué el grito y fueron avisar a otro y se vinieron todos con pico y pala...Los corrieron a todos. Y había otro busto de Perón que estaba en Vialidad, ahí en la Avenida Fontana en Vialidad de antes. A ese si, a ese lo entregaron y lo arrastraron por todo el pueblo. A Evita no (...) Maliqueo y la señora lo llevaron a la casa”518. En Dolavon el golpe provocó inmediatamente el enfrentamiento a nivel popular, a pesar de ser una pequeña localidad: “En Dolavon. En el ‘55 había un cartel grande de un local que tenemos de un colegio en Dolavon, el hijo de uno de los opositores lo corta con el hacha, de abajo, para derrumbarlo. (...) un conocido de las chacras tumba un cartel (de Perón) con el camión, y va la señora de Ercoreca y le hace la denuncia. Y lo toman preso. Pero ya como había sido derrocado Perón, dan la orden la Jefatura de Rawson que lo liberen. Y dentro del Justicialismo muchos se escondieron, atemorizados. Yo prácticamente no...Grité ciertas palabras cuando yo salía de la comisaría a la recorrida y había unas maestras a media cuadra a pocos metros, izaron una bandera argentina (…) Y grité barbaridades...ahora irreproducibles. Palabras irreproducibles en contra de la revolución. Claro, por eso que gritaban “Viva 513 Coco 514 Ítalo 515 Anastasio Baeza 516 Roberto Fernández 517 Actualmente la estación es un museo galés 518 Poroto

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la patria”, gritaban estas mujeres y yo les contesté de otra manera (…) Y bueno esa noche (...) con la pistola y el Mauser íbamos bien armados custodiando las Unidades Básicas519. Me acuerdo bien que fue un desastre y es más, a los bustos de Perón y Evita los alcanzaron a esconder, a enterrar. Quisieron sacar el de la estación del ferrocarril, pero justo estaba la cuadrilla de obreros. No se lo dejaron sacar”520. La destrucción de monumentos fue igual en Esquel “en el ‘55, ‘56, con el golpe militar lo arrastraron, lo llevaron, se perdió, se rompió. Estaba en la intersección de la avenida Alvear y Fontana”521. En la zona de Necochea: “Lloramos todos (...) Enlazaron el busto... y lo arrastraron por el pueblo (en) Necochea... ¿Sabés después que (esa persona) tenía miedo? Porque lo habíamos sentenciado que le íbamos a prender fuego el campo. Se nos había muerto el padre. Seguimos igual (...) Yo tenía el tío ese que te digo, que él recibía informaciones. Cuando (Perón) se exilió en Paraguay, discos tenía. Le mandaban discos”522 La economía golpista El gabinete de Lonardi era un retorno a las políticas entreguistas. “Si la visión política de la Revolución de 1955 y sus hombres fue anti-histórica, mucho más lo fue su visión económica y social”523. En efecto, Raúl Prebisch, un hombre ligado a los sectores oligárquicos, fue el encargado de elaborar un informe (falso absolutamente) según el cual la situación de la Argentina era desesperante. En una de sus partes el informe decía que Argentina “atraviesa por la crisis más aguda de su desarrollo económico”524. Ese informe quería dejar sentado que la situación económica era malísima y que lo urgente era asociarse al F.M.I. para caer en la política de préstamos. “Se destruyeron en 1955 todos los instrumentos creados para encauzar una política nacional de liberación”525. “En el ‘55 La revolución libertadora corta todo tipo de apoyo y subsidio a las instituciones aéreas (...) Entonces dejo Yacimientos. Le decía, como anécdota, me tocó ver que todavía estaba el cuadro de Perón y Evita a un par de meses todavía de la revolución libertadora. No los sacaron, estaban en la gamela de empleados”526. Lo que buscaba la “revolución libertadora” (tal como se habían autodenominado los golpistas), económicamente, era terminar con la redistribución del ingreso y volver a 1943. La excusa “moral” del golpe fue una constante en ese y en todos los que se dieron después, pero en realidad lo que se esconde detrás de todo esto, es la derrota de la clase obrera ante la oligarquía y sus 519 Hasta que se define la situación las fuerzas de seguridad fueron leales, por eso custodiaban las Unidades Básicas 520 Anastasio Baeza 521 Eva Marchand de Quintana 522 José Manuel Ulloa 523 Arturo Jauretche. Retorno al coloniaje. La política económica del peronismo y sus críticos, Ediciones del Mar Dulce, Buenos Aires, 1969 (1º ed. 1955), p. 8 524 Fermín Chávez, Juan C. Cantoni, Enrique Manson, Jorge Sulé. Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa. Tomo XV. “El antiperonismo”, Editorial Oriente S. A., 1993, op. cit. p. 117 525 Retorno al coloniaje. La política económica del peronismo y sus críticos, op. cit, p. 9 526 Agustín Brebbia

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empleados militares. Una derrota que será transitoria, pues desde el mismo momento en que se da el golpe, la clase obrera comprende que el atentado no fue contra un gobierno, sino contra un sector social: el del trabajo. Uno de los caballitos de batalla de los gorilas ha sido decir que la política económica peronista traía inflación. En realidad ocurre que cuando se produce una redistribución del ingreso nacional hacia los trabajadores, es lógico que al aumentar el consumo popular se produzca algún punto de inflación, pero en ese caso no es negativa porque muestra el crecimiento de la actividad económica. Y lo peor de todo, es que fue el gobierno de la “libertadora” el que tuvo más inflación (recesiva en ese caso). Entre las medidas destinadas a desarticular la economía el primer punto fue la destrucción del I.A.P.I., seguida por la liberación de las importaciones, y cortando la redistribución del ingreso. Entre 1955 y 1958 se tomaron medidas económicas absolutamente antipopulares. Nuevamente los viejos sectores oligárquicos volvían a retomar el control de la economía argentina. A partir del golpe, empezó la transferencia de ingresos desde el sector obrero hacia los grupos monopólicos. Se eliminó el control de precios máximos, se desnacionalizaron los depósitos y se eliminó el control estatal sobre el comercio exterior. Además de esto, los “libertadores” aplicaron otras medidas tales como la proscripción del partido peronista (en noviembre de 1955), la persecución a los dirigentes gremiales por su militancia en el peronismo y la reapertura del penal de Ushuaia donde fueron confinados militantes y dirigentes del gobierno derrocado. El resultado inmediato de esas políticas fue el incremento de la deuda externa y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores. Todos estos cambios económicos (verdadero trasfondo del golpe) se completaban con una alineación total con Estados Unidos. Para ello, lo primero que hizo Lonardi al sentarse en el sillón presidencial fue solicitarle a los yankis el reconocimiento de su gobierno. Las disposiciones de la “libertadora” en materia internacional eran claramente pro imperialistas: ingreso de la Argentina al F.M.I. y al Banco Mundial. En abril de 1956 el gobierno de facto dispuso que Argentina se sumara a la lucha de Estados Unidos “contra la Intervención del Comunismo Internacional” 527.

527 Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa. Tomo XV. “El antiperonismo”, op. cit. p. 128

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Capítulo 10 El antiperonismo y la Resistencia (1955-1958) El golpe de 1955 puso a prueba las convicciones de los militantes, pero también sacó a la luz a la corte de oportunistas que había (hay, y habrá) dentro del movimiento, como, ocurrió en Esquel: “Y ahí nombraron a la “Comisión Libertadora”. Y muchos que yo los había visto en primera plana en los palcos cuando había actos peronistas, de los señores, estaban en primera plana con una escarapela que les cubría el pecho, una cinta azul y blanca, después de la revolución. Muy cambiados...eran de principios “firmes”. Y algunos militares, inclusive, que yo tenía un libro donado por un comandante que era de gendarmería, no, militar, que decía “de mi biblioteca particular para la señora” (...) por ahí lo debo tener guardado y ese fue el primero en tener preso a muchos peronistas”528. En cuanto a los detenidos, en Esquel: “no hubo tantos. Porque pienso que como era una población muy chica. Yo fui a enfrentar al que estaba en la intendencia. Yo fui a enfrentarlo porque dije: “si me van a echar, yo quiero renunciar antes”. Porque le transformaban la renuncia en cesantía. Entonces lo fui a ver. Era el esposo de una que había sido maestra mía en la primaria, el doctor Maza. Dice: “No. Si te conocemos nosotros, quedate tranquila. ¿Tenés miedo?” Le digo “No. Lo único que quiero renunciar antes que transformen mi renuncia en cesantía, porque mis hijos van a comer pan duro, pero no pan amargo”. Pero no pasó nada. No me movieron. Pero si en el ‘76"529. “Yo conozco gente que vivieron del gobierno de Perón y en la revolución libertadora salieron a festejar. Yo fui muy amigo de Cervantes, de Dolavon, maestro de escuela. Lo echaron. Y él me decía “vos no te imaginás el bien que me ha hecho la revolución libertadora. Me echaron como maestro. Me llené de plata, con el negocio después, con las vacas”. Y Cervantes estaba durante la revolución en Buenos Aires, y estuvo escondido abajo del banco de una plaza, en los bombardeos. Vivió muy de cerca, y el vio todo. Pedazos de guardapolvos y brazos y piernas de chicos colgados en los árboles. Entonces todo eso a nosotros nos revolvía la sangre. Y entonces a través de eso...más peronistas. Se hizo un peronismo más firme. Un peronismo duro empezó. Y después empezaron a llegar acá a la zona abogados de Buenos Aires diciendo que eran peronistas, diciendo vamos a hacer un partido tal, Unión Popular, buscando...cazando giles. Y nosotros nada”530. En efecto, luego de caído el General Perón, hubo dirigentes que realizaron algunos intentos de mantenerse dentro del “sistema”, a pesar de que el peronismo se hallaba prohibido. Es decir, trataron (y no sería la última vez) de construir un peronismo sin Perón, a quien ya daban por derrotado definitivamente. Uno de esos intentos se llamó Unión Popular, liderado por Atilio Bramuglia (ex ministro de Perón). Este “partido” fue creado en diciembre de 1955. La agrupación estaba integrada por varios ex radicales. La principal debilidad de la Unión Popular fue carecer de raíces fuertes entre la militancia peronista. No logró constituirse en un bastión importante porque pensaron 528 Eva Marchand de Quintana 529 Eva Marchand de Quintana 530 Ítalo

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en el pos Perón, y no vieron que el líder desde el exilio (donde fuere) seguía manteniendo su influencia y despertando la adhesión de los trabajadores. Por eso el destino de la Unión Popular parecía ser el fracaso ya que “el partido quedó en manos de los “políticos”, generalmente profesionales de clase media, particularmente abogados, con carencias en la representación obrera y femenina”531. Haber estado en funciones en el Partido Peronista Femenino, o ligado de alguna manera al gobierno peronista, era una cruz: “Después que pasa todo, que yo cumplí mi ciclo, cae Perón y a mi me dan veinticuatro horas...yo ya tenía mis hijos (...) Yo no podía creer bajo ningún punto de vista que a mi me iban a venir a golpear la puerta y decir “señora usted tiene veinticuatro horas, usted esto no lo puede mover de acá”...Teníamos un busto que ya lo habíamos guardado, ya lo habíamos guardado en un lugar, quedaron cosas porque no se podía mover nada...Yo nunca pensé que me iban a venir y decir “usted tiene veinticuatro horas para abandonar Yacimientos...”, que fue Gendarmería porque en ese momento en el Turbio quien tenía, digamos, la seguridad era Gendarmería”532...Los indicios del golpe se escuchaban “por las noticias, más o menos por las noticias, pero sin darle esa importancia a lo que (...) después yo tuve que vivir (...) Yo ahí me di cuenta realmente lo que había pasado, porque uno puede decir “mirá, si, están preparando un golpe, lo van a echar a Perón”, pero vos decís, “me voy a Río Gallegos, tengo mi mamá, mi marido va a conseguir trabajo”...nada. No podía tener una foto, no podías hablar de Perón, no podías decir nada...Así que por lo tanto yo con mi marido y con mis dos hijos llegamos al rancho de mi vieja, porque mi viejita tenía un rancho en ese momento y fue la que nos dio hospedaje, pero mi marido no pudo conseguir un triste trabajo. Entonces, en ese momento, uno se dio cuenta de la magnitud de lo que tenía, de la caída de Perón, lo que había significado para los que habíamos estado al servicio de los demás. Porque nosotros vivíamos del sueldo. Era vocación de servicio. Era la rama femenina del Partido Peronista. Golpean la puerta, se presenta el tipo de Gendarmería, era una cara que Dios me libre. Sickman, Sickman creo que era...Si me acuerdo, me acuerdo...Y me dice “usted tiene veinticuatro horas”, pero a cara de perro ¿eh? Ahí no podía decir “mire que tengo un bebé, que tuve hace poquito”, Roberto nació en el ‘52, Perón cayó en el ‘55 y las poquitas cositas que vos tenías, que si bien te habían dado una casa, pero las poquitas cositas que vos tenías adentro eran tuyas y te habían costado mucho sacrificio (...) el Partido Peronista era una sede que tenía nada más que papeles, no tenía otra cosa, ahí no había nada más, pusieron una clausura que ya no la podías mover, así que si por ahí yo tenía un cuadro que lo quería arreglar y no lo podía retirar, o tenía un bibliorato que era de cosas para guardar, de recuerdos míos, tampoco, porque yo tenía notas de felicitaciones, fotos lindas de Eva Perón que me había mandado para la navidad, para todas esas cosas... Y cuando cae Perón ya a mí me dan veinticuatro horas y yo en veinticuatro horas tengo que dejar Yacimientos (...) veinticuatro horas eran para arreglar la ropa y que le avisen a mi mamá que yo me iba a Río Gallegos y nada más. Y se terminó, se terminó el peronismo ahí. Listo. Y guay 531 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia, op. cit., p. 249 532 Ema “Pina” Damián

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de decir nada, no se podía decir nada (...) Mi marido quedó inmediatamente sin trabajo y mi marido era un simple chofer (...) El chofer del presidente de Yacimientos era mi marido. Inmediatamente sin trabajo, así que, por lo tanto, tampoco tenía sueldo. Así que quedamos en la calle, en una palabra en la calle (...) para nosotros, por lo menos, eso era mucho. Porque yo de un día para otro quedarme sin mi casa....y no tener nada (...) de ahí ya nos fuimos del Turbio, ahí termina mi trayectoria del año ‘51 al ‘55. Cae Perón, yo me tengo que ir. Y en Río Gallegos mi marido, imposible de conseguir un trabajo, porque tampoco había nada privado como puede haber hoy. Entonces cuando llegó el momento que nos llegaba el agua al cuello, que tenía que comer de lo que te daba tu viejo o tu mamá, es cuando nosotros decidimos con mi marido irnos a Comodoro Rivadavia, porque había un amigo de mi marido. Por supuesto muchos también como nosotros, ojo. Yo porque era la sub delegada del Partido Peronista, pero también había mucha gente que estaba en el Turbio, muchos quedaron sin trabajo, se tuvieron que ir, fueron perseguidos. Mi marido había sido el chofer, yo había sido sub delegada, pero todas las puertas estaban cerradas, así que de alguna manera te sentías perseguida, porque no encontraba un trabajo tu marido y decir “¿adónde estuvieron?”, “Yacimiento Presidente Perón”, listo, ya sabían que Alejandro Gómez había sido el chofer y que era el marido de la sub delegada”533... “Yo estuve, porque después de ese ínterin se hicieron manifestaciones y el hijo de puta ese de Rojas, ese, ordenó a que se le tire a las piernas a la concentración. Hubo muchos heridos”534. “Yo tengo el honor de decir que mi madre trabajó al lado de Eva Perón. Yo lo que puedo recordar es de una escuela hogar en la provincia de San Juan. Una escuela modelo. Recuerdo que esa escuela tenía la vajilla, toda la vajilla que tenía era de Evita y de Perón. Y los golpes militares sacaron todo. Rompieron todo. Era un desastre”535. “Yo tenía una foto de Perón y la saqué porque me dijo uno, no sé si era de la Base, “señor, saque todas esas cosas” (...) Yo las saqué y las tuve enterradas como tres años...En unas cajas todas (...) esas revistas, todo (...) estuvieron más jodidos acá cuando vino Rojas (...) Ahí eran todos gorilas (...) revisaban las casas y si había algo así se lo llevaban y las quemarían. Yo no les di el gusto yo las metí todas en unas cajas. Le digo a mi señora “vamos a meter todo en una caja” y todas las casas viejas del ferrocarril, eran unas casas que tenían el piso de madera...Hice un pozo y la enterré ¡bum! Y ahí lo tengo todavía, todas las revistas...siempre luchando por las casas nosotros ¿viste? y entonces yo le dije al gobernador536, ¿por qué nos perseguían? “¿Porque éramos peronistas?” le digo...no dijo nada el tipo, se quedo calladito”537. Enterrar los libros es una forma de resistirse a lo que se quiere imponer desde el poder. Si bien la memoria popular guarda los recuerdos de su experiencia política, enterrar un libro para conservarlo era una forma de oponerse al plan de desperonización, y de alguna manera esas acciones clandestinas sirvieron para mantener viva la memoria 533 Ema “Pina” Damián 534 Roberto Fernández 535 Hugo 536 Gobernador militar 537 Poroto

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y dar cohesión al peronismo en la resistencia. Por otra parte, tomar el riesgo de conservar esas fotos, libros y recuerdos, era una forma de sentirse protagonista y de hacer algo por la vuelta de Perón. “Hubo que esconder mucha literatura. No fueron nunca a mi casa. Nunca fueron, pero había que estar a cubierto por las dudas. Porque a la casa de los peronistas iban y le sacaban todo lo que fuera literatura y se lo quemaban, por supuesto”538. Entre los libros que la dictadura consideraba “peligrosos” estaba: “Todo lo que fuera relacionado con Perón. No eran de otro tipo. La razón de mi vida, Plan Quinquenal, todas esas cosas eran mala palabra. Había que guardar. Medallas, folletos que tuviera, fotos, esas cosas”539. “Recuerdo que mi padre tenía unos cuadros muy preciosos de Evita y de Juan Domingo Perón. Los tenía en su dormitorio y los tenía tapados con una sábana, porque entraba alguien a la casa y se fijaba en eso y ya enseguida eran avisadas las fuerzas vivas para que vinieran y se retiraran los cuadros, cosa que no lo pudieron retirar nunca porque mi padre siempre se resistió, mi madre siempre se resistió”540. Los 17 de Octubre, durante las dictaduras, Coco realizaba un homenaje a su manera “Generalmente me iba a Madryn, a lo de este muchacho Héctor Méndez que era amigo mío, que a él lo habían dejado cesante de la Casa de Gobierno, así que me solidaricé mucho con él, con la lucha de él y él fue a trabajar a Madryn a una imprenta y entonces yo iba los 17 de Octubre y los 26 de julio a Madryn y me juntaba con los peronistas de Madryn. La mayoría han muerto. Algunos viven, pero la mayoría han muerto (...) Así que muchas reuniones las hacíamos en medio del campo. Nos íbamos lejos para que acá no se enteraran. Si no, dentro del pueblo nomás”541. “Uno es muy corajudo y puede estar en la pesada. Pero cuando llegaba el momento que decía “tengo una señora y una nena chica”, piensa diferente uno. Porque uno dice “yo no voy a dejar la vida, voy a dejar tirada a mi familia”, eso es lo que piensa, pero peronista siempre fui. Y nunca más, nunca voté a otro. Todos esos votos están al peronismo. Sea quien sea”542. Esto es muy importante para que lo lean todos los revolucionarios teóricos que siempre tienen una actitud sobradora hacia el militante común y corriente. Esos teóricos de revoluciones abstractas ganan todas las batallas en las mesas de café, pero no tienen en cuenta que el hombre real tiene sentimientos, temores, dudas y esperanzas que condicionan su accionar. Los boxeadores que hacen sombra nunca sangran, pero en el ring las cosas cambian. Si bien se mantenía la esperanza y la idea del retorno de Perón, las acciones más arriesgadas no son fáciles de realizar como piden algunos “iluminados” librescos que “hubieran hecho otra cosa”... Los actos de arrojo individual en los que se pueda perder la vida no se deciden fácilmente, porque entran a jugar cosas tan simples, sencillas e intangibles como los afectos, o aspectos contundentes, como poner en riesgo a la propia familia. Por eso es muy valorado aquel que ha arriesgado todo eso por una causa noble, pero no se 538 539 540 541 542

Eva Marchand de Quintana Eva Marchand de Quintana Hugo Coco Roberto Fernández

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debe menospreciar al hombre común que prefiere otras formas de resistencia. “Siempre en la casa de alguno teníamos reuniones. Uno con el que tuvimos mucho contacto fue con un señor Morado, que después fue diputado (...) fallecido ya, y en la casa de él nos reuníamos, siempre un grupo de peronistas”543. Desde el mismo momento del golpe se pensó que Perón algún día iba a volver. Las conquistas sociales logradas durante el peronismo no serían fáciles de olvidar y ese fue el motor de la posterior Resistencia Peronista: “Siempre teníamos la esperanza, porque pienso que él tenía alma de caudillo. Era (de) una personalidad muy especial. Muy recio, muy admirable. Siempre teníamos la esperanza de que alguna vez volviera. Porque siempre había gente contactada, siempre había algunos ecos de las comunicaciones que mantenía con él, de los discursos, siempre había algún nexo”544. En noviembre de 1955 se produjo un “golpe dentro del golpe” y el general Lonardi fue desplazado por la dupla Aramburu - Rojas. El primero asumió la presidencia y el marino presidió una Junta Consultiva (una especie de comité de notables que asesoraban al gobierno en temas políticos). Dentro de la Junta Consultiva estaban socialistas, radicales y todos los partidos antiperonistas. Incluso Alicia Moreau de Justo, una de las “líderes” democráticas que se había opuesto a Perón, no tuvo ningún problema en prestarle apoyo a la dictadura. El golpe ocasionó en muchos militantes un éxodo interno: “Entonces hubo un amigo que le dijo “¿por qué no te vas a Comodoro Rivadavia?” porque por lo menos, en Comodoro Rivadavia, hay más cosas privadas. Cuando decidimos, nos fuimos. Juntamos la plata, la juntó mi mamá y la familia y nos pudimos ir. Nos tomamos un colectivo como aquellos pordioseros (...) y te vas con una criatura de meses en los brazos y con un chico de 3 años. Y en Comodoro Rivadavia llegamos a una pensión. No me acuerdo en este momento, pero estaba en el centro de Comodoro. Un hombre muy bueno, que se portó, muy bien con nosotros. Y mi marido le explicó como veníamos, de donde veníamos y mi marido a los tres días, como él era chofer mecánico, consiguió trabajo en la línea 60, porque era privada. El primer sueldo fue para pagar la pensión. Porque en la pensión teníamos una piecita, que yo lavaba la ropa de los chicos en una palangana, pero teníamos un plato de comida al mediodía, la leche, mi marido había pedido unos pesos adelantados al hombre, al dueño de los colectivos, del 60 y nos había dado por lo menos para movernos con la leche y todas esas cosas. Por supuesto que pañales descartables y todo eso en aquellos años no existían (...) Después encontré una tía. Estuve parando en la casa de ella que falleció. Muy conocida en Comodoro Rivadavia por ser la hermana de los hermanos Calo que son un conjunto de hermanos que vienen siempre a cantar y a tocar acá folklore, que son ocho hermanos. Y uno de ellos, justamente, es ahijado del General Perón. Y mi tío fue un gran activista. Fue un gran activista pero del momento de la Resistencia. Juan Calo. Le decían el gallego. Los hijos viven todos en Comodoro Rivadavia. Nosotros vivimos un tiempo en la casa de mi tía. Y mi tío fue un hombre que fue de estas personas activistas, del momento bravo del peronismo. El trabajó siempre en Y.P.F., todos los hijos trabajaron en Y.P.F., jubilados todos. Pero trabajó mucho en aquel 543 Eva Marchand de Quintana 544 Eva Marchand de Quintana

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entonces con Blasco545 (...) El papá del doctor Blasco. Pero te digo yo, los peronistas del momento de la Resistencia, porque yo me acuerdo que siempre cada 5 o 6 meses creo, el General Perón mandaba a gente con cassettes grabados y esos cassettes grabados venían. Una persona sabía, yo todo esto te lo cuento porque lo escuchaba en la casa de mi tía. Juan decía “hoy no me esperes a comer porque hoy tenemos una reunión, porque tenemos que escuchar las últimas directivas del General y nos vamos a reunir en lo de tal”. Pero todo era subterráneo, era todo que nadie sabía, pero llegaba un emisario a Comodoro Rivadavia camuflado siempre y después había que juntarle plata para mandarlo. Camuflado como si vos te llamas hoy Javier Pérez, ese hombre entraba al país con el nombre equis y volvía a salir con ese nombre, bueno, ese era el tiempo de la Resistencia, de los verdaderos peronistas, porque el viejo Juan era gallego, nosotros le decíamos el gallego bruto, pero era de esas personas que se juntaban todos y había ese compañerismo y había que poner plata para pagarle el pasaje al tipo para que vuelva y todo eso. Y él, al otro día, venía chocho de la vida, contando, diciendo las directivas, que había escuchado la voz de Perón, eran los años de la Resistencia, que el General mandaba todo eso (...) estaba todo prohibido, así que por lo tanto tenías que tener cuidado que no te pescaran, que no te metieran preso, que no te encontraran nada, por que te imaginas que si te llegaban a encontrar, Dios me libre. Fue un tiempo duro (...) Tampoco se podía hablar, se tenían que cuidar mucho, se iban transmitiendo entre ellos, (...) por ejemplo “tal día va a pasar algo, se va a hacer una reunión en tal parte, pero hay que tener mucho cuidado”. Yo sé que había gente que viajaba de todas partes, yo te estoy hablando de Comodoro Rivadavia porque mi tío vivía ahí en Comodoro Rivadavia, pero yo creo que esto fue general en todo el país. Así seguiría, la clandestinidad, si tenías una reunión y si algo tenían que ver con Perón. O a Perón se le mandaba alguna cosa grabada que me supongo que si... ¿verdad? porque para eso tenía sus emisarios y todo eso”546. Aramburu intervino la C.G.T. Los sindicatos cayeron bajo las intervenciones de militares, socialistas y con la alegría de los dirigentes comunistas que en un primer momento festejaron el golpe. Luego, las bases de izquierda comenzarían un acercamiento al peronismo, marcando una diferencia con la dirigencia que se sumó al golpe. En ese sentido, cabe decir que la militancia de izquierda pudo transmitirle a la Resistencia peronista su experiencia y su tradición en la lucha callejera, lo que más adelante sería utilizado por el peronismo proscripto. Al mismo tiempo empezaron a compartir las acciones de lucha. Es evidente que la revolución libertadora es “una contrarrevolución económica y social”547. Pero el odio de los “libertadores” no tenía limites y así lo demostraron en noviembre de 1955, cuando por orden de la dictadura se secuestró el cadáver de Evita que descansaba en la C.G.T. El cuerpo estuvo escondido en Italia, sepultado bajo otro nombre (María De Magistris) con la complicidad del Vaticano. Recién en 1971 fue devuelto a Perón y regresó a la Argentina gracias a la presión ejercida por 545 Hebe Corchuelo Blasco, dirigente del P. J. chubutense 546 Ema “Pina” Damián 547 Retorno al coloniaje. La política económica del peronismo y sus críticos, op. cit., p. 14

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Montoneros, que exigió el retorno de Evita a cambio de devolver el cuerpo de Aramburu, durante el gobierno de Isabel, en noviembre de 1974. (Montoneros cometió errores políticos, pero también tuvo acciones que le generaron la simpatía popular). Las pintadas y otros sabotajes (1956) Como vimos al comienzo de este libro, la Resistencia peronista entre 1955 y 1965 tuvo características que la diferenciaron del accionar de los grupos armados de los setenta. Se trataba de acciones cotidianas, sin gran infraestructura, espontánea y sin armas: “te voy a nombrar más o menos mirá en Gaiman uno que estaba cerca de las chacras, Sánchez y Meza Leis, después. Acá en Trelew el ingeniero Mouré, Emilio Giles, Federico Boyd, era ferroviario. Pancho Pérez, del correo. En Madryn el doctor Pozzi. Autiero, era cónsul italiano, que tenía una orquesta. Lo teníamos ahí. Esos nos reuníamos, cuando yo estaba en el ‘56 en Madryn. Nos juntábamos acá en lo de Horacio (el bicicletero) para hacer las macanas que después te voy a contar. Aldo Faccioli y Guiñazú, de los que más o menos me acordé (...) Nos encontrábamos en lo de Horacio, íbamos allá y nos reuníamos Autiero, Cholino, Horacio (él arreglaba las cosas), ahí nos reuníamos 4 o 5. Y así formamos como 15. Vamos a empezar la guerra. Vamos a marcar a la entrada de la bajada de Madryn, vamos a bajar todo con pintura. “Perón vuelve” En el ‘56...De noche, acá también (...) Allá pintábamos la entrada de Madryn y la que iba para San Antonio. Salíamos de noche a las 2 de la mañana a pintar en la ruta: “Perón Vuelve”, a los que iban para allá y a los que venían para acá para que vieran, y a la bajada. Y allá, para el lado del Indio548, por ahí también. La cosa que nos denunciaron y nos pusieron un milico. Durante 30 días estuvo ahí en la puerta. Para ver quien entraba y quien salía (...) Me voy a Dolavon y yo en el hotel de Dolavon no quería que quedara nada. Compraba lechones, pollos, todo eso y lo mandaba al otro para que vendiera y con eso ganábamos unos pesos, y los otros que me dieran un mango que tuvieran ahí del hotel”549. “La resistencia se manifestó en tres ámbitos: la fábrica, el barrio y el ejército”550. La intervención en los gremios no había dado resultado, entonces, al convocar a elecciones en los sindicatos, estos volvieron a quedar bajo la conducción de una renovada dirigencia peronista más combativa (Borro, Di Pasquale, Framini, entre otros). En cuanto a la resistencia en el barrio, empezaron a editarse folletos, pasquines y volantes con información para los simpatizantes peronistas. La idea central que movilizaba a las bases era el retorno de Perón. De manera que surgieron varios folletos, pasquines, “diarios” o simples hojitas impresas, tales como: De Frente (de Héctor Tristán); El Populista (de Vicente Saadi), Rebeldía (del padre Benítez); Palabra Argentina (de Alejandro Olmos); Línea Dura (de María Granata); Norte (de Alberto M. Campos); El Guerrillero, Palabra Prohibida y El Puente (de Antonio Valerga) y otros que fueron saliendo sucesivamente”551. En el ejército los principales líderes de la resistencia fueron Miguel A. Iñiguez, Julio Barredo y Aparicio Suárez. 548 Hermoso monumento que se halla en Madryn, junto a la costa mirando hacia el este. 549 Pedro 550 Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa.Tomo XV. “El antiperonismo”, op. cit., p. 105 551 Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa. Tomo XV. “El antiperonismo”, op. cit. p. 106

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En Dolavon también había una Resistencia: “Aparecieron afiches, si. Llevaban de acá (Trelew). Acá estaba más politizado (...) Perón era una palabra prohibida. Nada de hablar de Perón ni de Evita ni nada de eso. De un extremo al otro. En el colegio no había que nombrarlo para nada”552. “Hacíamos daños estúpidos, de poner calcomanías: “Perón vuelve”. Las pegábamos donde estaba la contra. Justamente donde estaba la contra le poníamos “Perón vuelve”. Para joder nada más. No hacíamos ningún daño más que ese. Era para mantener... Después publicaban “en la noche manos anónimas”...Pero no poníamos bombas, un simple cartelito. Eso si, los primeros días salíamos a la calle con palos, directamente. Salíamos con palos para cuidar los bienes del movimiento. Teníamos la intervención del partido que estaba en la calle Lezana. Nosotros íbamos ahí a cuidar los bienes del partido, por si venían esas barras o arrastraban el busto o venían a hacer algún daño al partido. Nunca pasó nada. Íbamos de noche y cuidábamos. Nos mantuvimos siempre firmes, nos juntábamos en las confiterías, en los bares, tomábamos cerveza. Nos juntábamos con el viejo Alonso Míras también fallecido hace muchos años. Un tal Baeza, el doctor Torrejón, Héctor Méndez y tres o cuatro más que andábamos en esa época. Hasta el ‘58, después del ‘58 más o menos se calmó”553. Esto se leía en un diario de la época. “Pegatina anónima en las tapias de Gaiman. En la localidad de Gaiman manos anónimas han realizado una pegatina de carteles manuscritos en los que se añora la vuelta del régimen depuesto (...) desde las sombras han pretendido llevar la intranquilidad a la laboriosa población valletana (...) La “mano negra” símbolo identificador de los anónimos panfleteros revela también la negrura de sus conciencias”554. (El diario Jornada no se quedaba atrás a la hora de apoyar a las dictaduras, así lo hizo con la de Lonardi, Aramburu y Rojas y así lo haría con la de Videla, Massera, Agosti, Viola y Galtieri). Hay que decir que la aparición de panfletos en una localidad tan pequeña como Gaiman era motivo de comentarios ya que era algo novedoso ese tipo de activismo político en lugares tan poco poblados como estos. “Lo particular de la Resistencia fue su multiplicidad de formas y acciones. La nueva generación lanzada por el clima político imperante a dar respuestas a las decisiones que emanaban desde el poder, le permitieron demostrar su audacia y predisposición a formas creativas de lucha. Jorge Rulli un joven protagonista de aquellos años, contó la actividad de un grupo de jóvenes peronistas que se propusieron desafiar el decreto 4161. Este grupo había elegido la esquina de Corrientes y Esmeralda, simbólica ubicación del “Hombre que está sólo y espera” de Raúl Scalabrini Ortiz, para manifestar su desprecio al régimen. Todas las noches colgaban una foto de Perón y esperaban a que apareciera alguien a arrancarla, en ese momento saltaban contra el “gorila” y armaban la consabida batahola (...) Contaba Villagra: “Las reuniones de la J. P. no eran ideológicas, eran para ver a quién se le iba a poner una bomba. Nosotros le poníamos una 552 Tito Laspiur 553 Coco 554 Diario Jornada 16/01/56

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bomba al Jefe de la Destilería de La Plata porque había cagado a varios trabajadores, pero pasábamos tres o cuatro veces por la casa en bicicleta para ver que no matara a nadie.”555. Prácticamente junto con el golpe de Estado, nace la Resistencia Peronista, como forma de oposición a las dictaduras: “Ahí surgió la Resistencia Peronista. Yo tenía 20, 22 años. Y yo integré la Juventud Ferroviaria Peronista en la Resistencia. Y nos identificábamos con la estrella federal. Claro, porque no podíamos hablar de peronismo. Entonces veías a una persona con la estrella federal: chau, este es peronista... Con eso nos identificábamos... En esa época Lorenzo Pepe, que hace poco fue diputado...era ferroviario...Oraldo Britos...”556. Eso ocurría en Mendoza, en tanto que en Trelew pasaba algo parecido: “Acá había un abogado que era gorila, pero cien por cien. Nosotros lo habíamos campaneado que salía de la casa a la mañana. Iba, miraba el coche adelante y todo y se iba (...) Ramuyet. Vivía en la calle Italia 45. Entonces nosotros teníamos unas estampillas que las pegábamos en las vidrieras de La Anónima. “Perón vuelve” y todas esas cosas. “A este viejo le vamos a pegar en el auto”. Entonces fuimos una noche y le pegamos todo, al lado de la patente. Al otro día se fue a tribunales con el auto estampillado”557. La dictadura tomó represalias contra todo lo que tuviera que ver con el peronismo en todo el país: “Y un revanchismo ahí con los empleados, maestros viejos que estaban al borde de la jubilación. Recuerdo un director de la escuelita de ahí, un señor Durán, otro señor Cervantes: habían sido maestros nuestros también. Eran peronistas. Los limpiaron. Se quedaron sin trabajo. Si, porque después yo lo encontré. Ya con 18 años yo me fui a trabajar al Dique Ameghino y ahí lo encontré al director Durán, trabajando ahí, ya viejito. No tenía jubilación ni nada. A Cervantes le fue mejor porque puso un negocio”558, “Fijate que cosa curiosa: Margara era el rector del Colegio Nacional. Cuando se produce el golpe, es desplazado y los alumnos hicimos movilización en el colegio. Los que eran o tenían algún acercamiento al peronismo (...) y los que no lo querían. No me animo a hablar de unanimidad, pero que hubo un movimiento mayoritario de adhesión, de apoyo (a Margara). Era claramente peronista. Lo que pasa es que había una relación muy paternalista de parte de él y muy filial de parte nuestra (...) Después en el tiempo fue medianamente reivindicado (...) Después en algunos de los golpes, otra vez lo bajaron.”559. La cara “democrática” del golpe se hacía ver en la revancha con los trabajadores peronistas: “mi hermana, trabajaba de enfermera en el hospital. A mi hermana en el ‘55 cuando cayó Perón la echaron. En el hospital de acá (Madryn). Sabían que era peronista. La echaron así nomás”560. “Hubo ciertos excesos. A otro que habían echado: al papá del doctor Rubén Ponce que era del Correo, de la estafeta del Correo...afuera. Y Margara estaba marcadito, ahí”561. “Bueno, vivimos nosotros la clandestinidad, después, muy dura. Nos 555 556 557 558 559 560 561

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persiguieron por tierra y por mar, igual que a Adelita. Algunos cruzaban la vereda cuando nos veían. Tenían miedo de que nos vean juntos “porque nos pueden meter presos”. Nosotros seguimos con panfletos, con estampitas, con afiches de estos que se pegan... calcomanías. Hablando de eso te voy a contar una historia. Nosotros recibíamos los paquetes de todas esas cosas que venían vía Esquel. De la zona esa venía. En ese tiempo teníamos contacto con una persona (ya) fallecida, que es Dante Brozzi562, y después creo que estaba el Mayor Renner (...) en Esquel estaba Rioboó. Había unos contactos ahí que venían cosas vía Chile. Discos grabados. Yo con una vitrola a cuerda recorría las casas de unos amigos acá, y me decían a tal hora y se juntaban y yo ponía la vitrola con los mensajes de Perón. Y algunos me decían “no, por favor no vengas que vamos a ir todos presos” y yo seguí con mi vitrola tranquilo. Los panfletos a mí me los daba Mariano Merayo, conocido militante. Bueno, él me da un paquete de panfletos para repartir, cantidad ¿eh? Resulta que ese día le hacen un allanamiento en la casa. Estaba ahí en Fontana y Honduras. Le tiran todas las cosas afuera, lo llevan preso, le revolvieron todo el campo. Cayó otro muchacho, Soiza, también por los panfletos. Yo con los panfletos que tenía, yo vivía enfrente, los metí en un cachirulo viejo, un Hudson Super Seatt que tenía y me fui a la chacra. Como yo conocía todo, había un hombre en las chacras que poca gente entraba. Le decían el loco Vázquez, porque era medio violento, pero era muy amigo de mi padre y cada vez que yo iba me cortaba flores a mí y le ponía flores al auto. Entonces llegué con la idea de esconder el paquete de panfletos ahí y él tenía un cielorraso de madera...que se había caído, en el cielorraso había un hueco grande ahí, entonces le digo “¿no hay flores para el cachirulo?”, “si, si” y agarró la tijera y salió a cortar flores. Yo en ese momento fui y agarré el paquete, me paré arriba de la mesa y lo metí arriba en el cielorraso. Y ahí quedó. Y pasó un mes o dos. Después hice la misma maniobra fui busqué el paquete y lo traje. Este hombre nunca supo. Salvé el envío y después lo repartimos. Nosotros queríamos pegar en Gaiman, y los llamábamos a los de Gaiman para pegar, éramos todos amigos. En Gaiman estaba Galleta González, en Dolavon estaba Manolo García, estaba Pierce, y así mucha gente del valle, pero ninguno quería pegar. Y entonces una noche nos encontramos acá con el famoso Nacarol Gómez, peronista (...) El padre de Chiche Gómez...Le digo “che Nacarol tengo esto” así. Entonces dice “listo”. Preparamos un tarro con engrudo hervido, que se hervía el engrudo para que pegara. Y nos fuimos a Gaiman y empapelamos Gaiman hasta la vuelta de la comisaría, de noche. (...) Nos vinimos. Al otro día todos los peronistas de Gaiman ¡a la comisaría! Bueno, les revisaron la casa a ver si encontraban engrudo, no les encontraron nada. Salieron todos”563. Los carteles decían “”Perón”. “Perón vuelve”. Todas esas cosas. Mensajes de Perón (...) “¿Y como nos hicieron esto ustedes?” “¿Viste?, ustedes no quisieron pegar y fueron presos...los hubiesen pegado ustedes por lo menos” (...) Acá en la curva de Perdomo, donde 562 Brozzi fue Comisionado (similar a Intendente) de Esquel, entre 1947 y 1953. Según Eva Marchand “Fue intendente y era administrador del hospital de Esquel. Electo”. En 1953 fue reemplazado por Adolfo Repetur. Volvió a sumir el 01/05/55 y renunció el 22/09/55, tras el golpe de Estado. 563 Ítalo

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había un hombre que se llamaba Gallo, un viejito, hacíamos las reuniones clandestinas. Ahí nos juntábamos, pasando la curva de Perdomo. Cuando agarra de vuelta para Gaiman por abajo, a la izquierda había una chacra de Gallo...A la noche, íbamos todos desparramados. Teníamos punto de reunión. En ese tiempo la policía, después del ‘55, no tenía un cacharro para acá (...) Y me recuerdo que una noche estábamos todos reunidos ahí con una Petroman y este Nacarol era encargado de darle bomba a la Petroman y por ahí dice “guarda” y se le había caído la camisa a la Petroman y era un soplete eso. Después hacíamos reuniones en el camino a Comodoro. En la picada a Comodoro. Y allá arriba nos reuníamos y estábamos tranquilos, porque si alguien venía se veían las luces en la ruta. Pero no venía nadie, (era) camino de tierra. Y después teníamos contacto con la gente de Rawson. Por ejemplo, en Rawson estaba este hombre que tiene la estación de servicio que falleció. Creo que era tío de García, que fue intendente. Después teníamos contacto en Madryn. En Madryn estaba el bar Aldo, que estaba Cholino. Estaba el que era candidato a Intendente, que fue intendente...un hombre muy apreciado en Madryn, fallecido también... Así que teníamos contacto por todos lados nosotros”564. En la vecina localidad de Dolavon: “¿Pero que pasa? Yo tenía el cuadro de Perón y de Evita en el boliche. En los dos boliches, en los dos almacenes. El otro Bonavía, el mayor, era socio mío, dice “¿sos loco vos? ¿Como vas a poner acá?” “Mirá yo soy peronista y acá lo voy a poner y si no te gusta te vas a la mierda. Acá lo pongo”. Con el otro no tenía problema (...) y bueno “te van a cagar a patadas algún día”. Estaba en el boliche una noche, un tipo que estaba mamado, que había venido de Buenos Aires, que vendía no sé que porquerías de esas para hacer los cuadros, (...) yo que estaba apurado para irme al baile porque tenía que atender en el club. Eran la una y pico de la mañana. “Deme otra copa y deme otra copa”. Le digo “mire por favor yo tengo que cerrar a la una y todavía estamos acá y yo tengo que hacer”. “Vos tenés esa puta de mierda ahí”, “¿Qué? “Esa puta de mierda” “¿y como sabe usted que es puta?”. “Porque fue una puta y esa no la puede tener porque yo se la voy a sacar de ahí”. “A ver, si sos macho sacala”. Y se me da vuelta para el lado del mostrador medio tambaleando así, agarré una botella le digo “¡hijo de puta si me tocas algo acá te mato carajo!” Una botella llena eh, se la muestro... “No, no, pero no es para tanto”... “No, ¿cómo no es para tanto? y te rajás ahí tenés la puerta y te rajás, la puta que te parió”, lo saqué cagando (...) Ya lo habían volteado (a Perón) por eso me la puteaba. Entonces venían los galensos565, se ponían mamados, eran radicales... “Sacá esa porquería de mierda de ahí”, “sacala vos si sos tan cojudo. A ver si sos ten macho sacala”. “Sacala de ahí mierda, no te vamos a pisar más el boliche”. Todos los días así. Entonces tenía un amigo que manejaba los colectivos, Cholino, y me dice “mirá un día te van a cagar a palos. O te cagan a palos o vos cagas matando alguno, una de las dos. Dejate de joder, se alquila el Aldo Bar en Madryn, vamos a alquilarlo los dos. Vos lo atendés en el día y yo cuando salga del trabajo lo atiendo. Hasta que afloje acá, por un año lo alquilamos”. Agarré y dije “sí, me voy para Madryn”. 564 Ítalo 565 Así se los llama, popularmente, a los galeses (o simplemente a los rubios) en esta provincia.

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Dejé todo ahí, fui a probar. A los siete meses me venía de vuelta. Pero no fui al boliche...Cuando cae Perón, yo tenía los amigos, cuando me fui a Madryn. Y yo tenía en el boliche a este Autiero a tomar café, a Guiñazú y conversábamos y ya estábamos “¿qué hacemos, qué hacemos?” Al boliche le pusimos La Cañonera. ¡Que mierda!, entraban los que eran peronistas. Y trabajábamos mucho con los barcos”566. “Sabía que en Madryn no había instructor, entonces vuelvo a Madryn y me hago cargo de la institución567. Entro en relaciones, por cercanía, con la Base Aeronaval de Puerto Madryn, estaba el teniente Busso y había una amistad aeronáutica entre civiles que estábamos arriba en el Aeroclub y la Base Aeronaval abajo, cerca del mar, del Golfo Nuevo. Con el correr del tiempo en el ‘56, justo el 17 de Octubre, se pide un avión sanitario a las Fuerzas Armadas (aeronaval) para el gobierno de la provincia del Chubut, pero con una intervención federal, la intervención federal era dirigida por el capitán de fragata Sider. Y el teniente Buzzo es el que me cita, me dice si quería pilotear ese avión que por primera vez ingresaba a la Provincia del Chubut, al gobierno. Y así hicimos un contrato por dos años: ‘56 – ‘58. Y así me tocó volar, para la Marina, con un avión que se pidió el 17 de Octubre y yo siendo peronista. Es anecdótico, porque ¿cómo la Marina no iba a saber mi pedigrí político? Si estaba en Buenos Aires, en el nacionalismo. Reafiliado en Gallegos, en el Yacimiento Río Turbio. Y acá no hay reafiliación porque estaba en el gobierno, pero igual me tomaron porque yo iba a hacer mi profesión, no política. Si podía la hacía, pero no estaba en mí”568. Se empezó a poner en práctica una verdadera dictadura, con total avasallamiento de los derechos políticos, cívicos y sociales de los trabajadores. Fue así que la dictadura comenzó a perseguir al peronismo, sobre todo a aquellos militantes que tenían actividad partidaria o gremial: “Y veo un tremendo soldadón, ahí con la bayoneta en mi casa “¿y usted que hace acá?”, le digo. Dice “buscamos a Roldán”, “acá no vive ningún Roldán”. Vivía al lado Roldán. Era muy amigo nuestro (...) lo que pasa es que él estaba en una huelga de transporte, Roque Roldán (...) Le di tiempo a Roque a que disparara. En el ‘56 más o menos sería. Estaban en huelga, él era motorman de los trolebuses”569. Durante la dictadura de Aramburu los trabajadores de trolebuses decidieron una huelga, pero allí estuvieron los estudiantes universitarios dándole su apoyo al gobierno de facto: “la FUA hizo de rompehuelga conduciendo estudiantes pitucos tranvías y ómnibus acompañados por soldados con bayoneta calada”570. Se hace más que evidente que la dictadura no estaba dispuesta a tolerar ni el más mínimo acto de rebeldía. Por eso buscaba a cualquiera que tuviera algún tipo de actividad (gremial o partidaria). “mi marido era de un gremio combativo, el gráfico. Los gráficos eran más bien socialistas, había muchos peronistas también (...) Y Ongaro se tuvo que ir. A Ongaro le mataron un hijo. Él se fue a España, estuvo muchos años allá y ahora no sé si vive”571. La resistencia de los primeros años se hacía de manera 566 567 568 569 570 571

Pedro Recordemos que Brebbia se había recibido de piloto Agustín Brebbia Elena Fuentebuena “La generación peronista. 1955”. Enrique Oliva www.lucheyvuelve.com.ar Elena Fuentebuena

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muy inorgánica y espontánea y teniendo en cuenta que en los pueblos chicos si bien el nivel de represión era diferente, también debía ser diferente la actividad de resistencia, porque siempre es más difícil pasar desapercibido en un pueblito que en una gran ciudad. Por eso las acciones de resistencia se llevaban a cabo: “Con ideas, con proclamas. Nosotros tenemos la dicha de decir que nunca usamos un arma. Las armas aparecieron muchos años después, con Montoneros. Como nosotros no usamos armas... (...) Nos juntábamos, por ejemplo...íbamos a la ciudad, Mendoza. No lo hacíamos en Palmira porque nos conocían, además al comisario del pueblo yo lo tenía a 50 metros. El comisario era peronista también. Uno era Nestuzi y otro era muy amigo de mi papá (...) Nosotros en Palmira no podíamos hacer nada porque el comisario nos llamaba. Por ahí me encontraba y me decía: “Dejate de joder, no me hagas actuar. No me hagas cagadas en el pueblo, porque voy a tener que actuar”. Y yo le decía “Don Antún, pero escuchemé comisario, si yo no hago nada”, “Yo sé lo que vos hacés”... ¿Y qué es lo que hacíamos nosotros? (por eso no lo podíamos hacer en Palmira). Nos íbamos a la ciudad. Nos perdíamos en Mendoza, porque allá no se conocía nadie. Nos juntábamos en determinada esquina, cuatro esquinas, las cuatro veredas. (...) ocho personas y en la hora pico, digamos a la salida del comercio, mediodía o a la tarde, a eso de las ocho, ocho y media de la noche, que era un mundo de gente, pegábamos un grito: “¡Viva Perón!”. Y revoleábamos miles de volantes, miles de volantes. Claro, la gente la mayoría nos apoyaba, apoyaban el grito... “¡Viva Perón!”, era un solo grito...Pero ahí nomás teníamos a la policía encima, con los caballos. En aquel entonces eran caballos. Más que nada andaban los de la policía montada. Entonces nosotros teníamos bolitas en los bolsillos. Se las tirábamos a los caballos. Nos tiraban los caballos encima ¿eh? Y a veces a pobres tipos que no tenían nada que ver los pisaban con el caballo. Entonces nos sacaban corriendo y cuando nos las veíamos jodidas les tirábamos bolitas a las patas de los caballos. ¿Se imagina?, esa era el arma que nosotros teníamos. No teníamos cuchillos... ¿revólver? Ni hablar, no sabíamos usar... (...) Y después, tengo que confesarlo, por primera vez... era duro, era duro: cortábamos la ruta. No, piqueteros no éramos piqueteros...Cortábamos la ruta de una manera muy especial. Con “Miguelitos”... (se ríe). A lo mejor voy preso (se ríe). Cortábamos la ruta. Y era la única ruta, la ruta 7... La de Buenos Aires...Camiones y camiones y camiones; coches y coches... Esa era la manera de protesta nuestra. Eso era lo máximo que yo hice. No sé si mal...yo pienso que sí...Pero defendíamos nuestros principios. No nos escuchaban, no nos querían escuchar. Entonces esa era la manera de protestar (...) Hasta llegábamos a disfrazarnos...Bigotes postizos, cosas de muchachos...Pero cosas lindas, cosas que llegan al corazón porque las hacíamos de alma. Nadie nos pagaba un peso. Estábamos muy jugados. Recibíamos cada paliza también que ni le cuento. Nos salvaba que el comisario...que éramos buenos muchachos, pero cobrábamos, cobrábamos. Cobrábamos y en forma. Pero nos pegaban y más. Peor. Salíamos con más bronca”572. Según este militante el ejército era más bravo que la policía: “pero la policía era más blanda con nosotros, pero cuando caíamos con los militares...”573. 572 Lucio Castillo 573 Lucio Castillo

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Elena recuerda a algunos militantes “estaba Roque Roldán, María Aurelia...que él (su marido, Campodónico) era director de la Municipalidad, pero que en su casa estaba la Resistencia (...) mi marido no sabía bien, yo no le contaba porque si no, no me dejaba ir. Ahí nos reuníamos y recibíamos de Venezuela, diarios clandestinos que nos pasábamos y ahí nos enterábamos, porque acá574 no se enteraba nadie de muchas cosas, pero allá si. Allá nos enterábamos y yo iba a la casa de María Aurelia (...) él era director de la Municipalidad de Avellaneda y ellos se habían mudado a Lomas de Zamora y yo me iba a visitarla porque éramos amigas, pero yo sabía que había gente escondida en esa casa. Eran tiempos difíciles que no podías decir que eras peronista”575 Fusilamientos de José León Suárez576 (1956) En marzo de 1956 la dictadura de Aramburu emitió un decreto que llevó el número 4161/56 por el cual se prohibió cualquier mención acerca del peronismo: “El Presidente Provisional de la Nación Argentina, en ejercicio del poder Legislativo, decreta con fuerza de ley: Art.1ro. Queda prohibida en todo el territorio de la Nación a) La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados o grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas publicas o privadas de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina, artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales, pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del Peronismo. Se considerará especialmente violatoria de esta disposición, la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios Peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto o el de sus parientes, las expresiones “Peronismo”, “peronista”, “justicialismo”, “justicialista”, “tercera posición”, la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales “Marcha de los Muchachos Peronistas: y “Evita capitana” o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o sus esposa o fragmentos de los mismos. b) La utilización, por las personas y con los fines establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina artículos y obras artísticas que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales creados o por crearse, que de alguna manera cupieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o ideología del Peronismo. c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes símbolos y demás objetos señalados en los dos incisos anteriores. Firman el presente Aramburu, 574 Rawson, Chubut 575 Elena Fuentebuena 576 Al respecto ver también Salvador Ferla. Mártires y Verdugos. A. Peña Lillo Editor, 4º Edición, B. Aires, 1983

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Rojas, Busso, Podestá, Costa, Landaburu, Migone, Dell’Oro Maini, Martínez, Ygartúa, Mendiondo, Bonnet, Blanco, Mercier, Alsogaray, Llamazares, Alizón García, Ossorio Arana, Hartung, Krause”577. Coco trae dos bustos de Evita y Perón, de yeso, de tamaño chico, y cuenta: “Los tengo desde el año ‘54, porque yo estuve en la Escuela Política Peronista en Buenos Aires, entonces tenía toda la colección de libros. Me traje esos bustos, compré esos bustos, y los tenía en mi casa. Y cuando vino el ‘55 los tuve que encajonar y enterrar en el patio por si acaso, si venían que no me los robaran. Metí en un cajón todos los libros y los bustos y todas las cosas del peronismo, las metí dentro de un cajón y las enterré en el patio (...) hasta después del ‘58. Lo duro era la parte militar del ‘55. En el ‘58 cuando vino Frondizi, se calmó más o menos (...) Nunca vinieron a mi casa porque todo el mundo lo conocía a mi padre. Empezando porque mi padre era el carnicero del pueblo, era muy conocido (...) ¡Ah, si, no se podía decir Perón, ni Justicia Social! Nunca le dimos pelota nosotros. Nosotros no dejamos nunca de hablar de Perón. En Buenos Aires habrá sido una situación distinta, pero acá no, porque éramos un pueblo chico”578. Dentro de las filas militares aun quedaban hombres honestos que no querían rendirse ante la dictadura de Aramburu. Esos hombres eran peronistas del ejército y junto a un grupo de civiles intentaron desplazar a la dictadura. El intento de levantamiento fue encabezado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, pero estaban mal organizados y con deficiencias en las comunicaciones. El plan fue descubierto por la dictadura, sin embargo los dejaron seguir adelante para darles un feroz “castigo” que sirviera de ejemplo al resto del pueblo para que no intentara rebelarse. El intento de ese grupo de hombres estalló el 9 de junio, principalmente en Buenos Aires. La acción también tuvo lugar en La Pampa donde el principal papel lo llevaba adelante el general Phillipeaux quien logró copar la ciudad por unos momentos y lanzar la proclama revolucionaria por una radio. Sin embargo, estos hombres (en Buenos Aires) fueron emboscados. Valle ordenó desistir del plan ante la situación. Un grupo de los detenidos fue fusilado en dependencias de la Penitenciaria Nacional, otro grupo fue asesinado en Lanús (también fusilados). En Campo de Mayo y en la Escuela de Mecánica del Ejército fueron fusilados varios de los rebeldes. Otros muchachos fueron llevados a los basurales de José León Suárez y allí fueron asesinados por la espalda. Hubo algunos sobrevivientes de estos fusilamientos, pero el caso más impactante es el de Juan Carlos Livraga, que le hizo saber la historia al periodista Rodolfo Walsh (quien era antiperonista y todavía en 1957 decía: “Puedo, sin remordimiento, repetir que he sido partidario del estallido de septiembre de 1955. No solo por apremiantes motivos de afecto familiar - que los había -, sino porque abrigué la certeza de que acababa de derrocarse un sistema que burlaba las libertades civiles (...) lo que entonces pensé, equivocado o no, sigo pensándolo”579), naciendo a partir de allí el libro “Operación Masacre”. Paradójica situación la de Walsh, que tuvo la valentía de dar a conocer ese testimonio, pero no alcanzó a comprender, en su momento, la 577 Roberto Bardini. “La patria Fusilada” en www.proas2003.com.ar/prhoibperonismo.htm 578 Coco 579 Rodolfo Walsh. Operación masacre. 31º Edición, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2006, p. 215.

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progresividad del peronismo y apoyó el golpe de septiembre. Su visión política fue virando con el tiempo, hasta combatir a la dictadura que lo asesinó580. El 12 de junio, Valle se entregó con la esperanza de que se detenga la brutal represión. Así lo hizo ese día a las dos de la tarde. Había recibido “garantías” de que no sería ejecutado. Sin embargo, no bien fue detenido, le comunican que sería fusilado en horas de la noche. Y así fue: Valle fue fusilado por la autodenominada “revolución libertadora”; “yo ya vivía en Lanús. Y pasó alguien con los diarios y cuando fusilaron a Valle me quedé media tonta. Digo “¿será posible?” Fue un dolor muy grande. Era un hombre entero, Valle fe un patriota, pero estos a los patriotas no los querían”581, “se comentó que llevaban inclusive obreros, gente al descampado y los fusilaban, entonces hubo una reacción muy violenta, cosa que, pegando un salto hasta el ‘76 donde surge otra revolución que fue peor que la del ‘56, a pesar de haber pasado 20 años, porque ahí surgieron los famosos vuelos, que tiraban a gente drogada, la tiraban en medio del Río de la Plata. Un absurdo”582, “Después del ‘55 el distrito Avellaneda, el distrito de Lanús, estuvo condenado, no nos dejaban hacer nada, estaba todo cercado. Cuando pasa lo de Valle (...), también en el Club Lanús llegan los tanques y empiezan a meter presa a gente, buscaban gente, ametrallaban a la gente en las horas de la madrugada, todo eso lo tengo en la cabeza”583. El plan de desperonización busca borrar de la memoria el recuerdo del gobierno popular. La tozudez, la maldad y la estrechez política del grupo de hombres de la “libertadora” los llevó a cometer asesinatos y otros actos de mucha bajeza, como destruir las obras de acción social del peronismo: “Hay cosas que no las entiendo porque si vos hiciste algo en el gobierno de los radicales, yo no lo puedo romper eso. Rompieron una escuelita de Telsen para arriba, que les sacaron las ventanas, le sacaron todo porque la había hecho Perón. Perón puso las escuelas, el correo, donde no había”584. Se procedió a destruir la residencia presidencial, monumentos y obras hechas por Perón y por la Fundación Eva Perón. También se demolieron equipamientos y utensilios que llevaban la inscripción de la fundación. “Cuando se armó el bombardeo que cayó Perón, yo al año siguiente entré a la colimba. Que lo hice en el 13 de Caballería en La Pampa. Ahí no se animó a ir Rojas. Como se bajó del avión se tuvo que subir. Los militares ahí eran todos peronistas, en La Pampa. Todos peronistas, del Ejército. Yo dormía en una cama que decía “Fundación Eva Perón” y el colchón “Eva Perón”. No los habían sacado. Increíble (...) Yo me acuerdo un teniente primero, un tal Luna. Se ponía a conversar con nosotros y a tocar la guitarra. Se ponía medio chupetín y decía “Soldado, lo más grande que hay en la vida es Perón y la guitarra”. Fue Rojas, el hijo de mil putas ese, mal parido. Se bajó del avión y como vieron que los servicios de inteligencia le habían dicho que ahí no lo iban a recibir, que 580 El 25 de marzo de 1977 Walsh fue desaparecido por las fuerzas armadas luego de publicar una dura carta abierta en la que denunciaba los hechos de represión de la dictadura de Videla. 581 E. Fuentebuena 582 Agustín Brebbia 583 Héctor Cassia 584 Eusebio Guiñazú

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lo tenían para agarrarlo, se subió otra vez al avión y se fue a la mierda...”585. “y me vine de vuelta a Río Cuarto (...) De ahí tomé el colectivo, y bajé directamente en Río Cuarto y fui a verlo al doctor Mugnaini. No lo encontré. De ahí me contacté con otro compañero y estuve unos días en Río Cuarto. De ahí me fui a Mendoza. Y anduvimos haciendo algunas piraterías por ahí. Cosas que mandaban a hacer. Nos manejábamos con una revista. El Gráfico. Entonces toda persona que habría la libreta en la segunda plana del Gráfico, en determinado momento salíamos para afuera, nos poníamos de acuerdo... “hay que hacer esto hay que hacer el otro””586. “No se podía nombrar a Perón. Palabra prohibida. Había una ley, creo que era la 4161.Nosotros teníamos una lorita en casa, ese es el recuerdo gracioso que tengo. Una lorita tucumana, un lorito tipo papagayo. Yo le enseñaba, con mi mamá ¿Qué es lo que sabía como los dioses? “Viva Perón” y la Marcha Peronista... ¿Quién la hacía callar? ¿Dónde la metíamos? La metíamos en un baño, la metíamos en un sótano... peor, cantaba más todavía...Y bueno, ahí me volvieron a allanar la casa, porque sentían que cantaban... Enfrente de mi casa, lo voy a nombrar también, había un gorila, un tal Cancio, me denunció. Él fue el que me denunció cuando el primer allanamiento. Y en el segundo allanamiento, (por)que en mi casa se cantaba la Marcha Peronista”587. Lucio recuerda este episodio con una sonrisa: “Y fue tanto que el comisario del pueblo, habló con mi papá y conmigo...y la lora la tuvimos que exportar. Se la tuvo que llevar mi abuela a la ciudad de Mendoza”588. “Si...seguí militando. Hasta que en una vuelta que voy pasando por Río Cuarto, me bajan del colectivo. Y voy preso. Me llevan a la central y ahí me entraron a picanear. Que “¿qué habíamos ido a hacer a Mar del Plata?”, que esto, que el otro, y picana va, golpe va, golpe viene (...) en esa oportunidad iba solo yo viajando (...) Conocí a un tal Rubiolo, tipo bajito, que decían que era uno de estos chorros que andan robando en casas de familia, casas de negocios. Y después en una de las vueltas que me traen ya, que me habían golpeado, me invita con un cigarrillo y me dice “¿quiere irse Carranza?”. Entonces yo me quedo mirándolo como diciendo “me está tomando el pelo”...y le digo “¿qué te parece?” “Bueno”, dice, “yo le voy a decir en el momento justo”. Era un pabellón grande. Había dos compañeros más detenidos ahí, pero no los habían golpeado a ellos. A uno le decían La Mona. El tema es el siguiente. Habrán sido más o menos las nueve de la noche, que estaban haciendo el cambio de guardia. Entonces se me acerca Rubiolo y me dice “este es el momento...Hágame pie”, “¿adónde?”, “Acá” me dice, y había una reja en el pabellón ese y le hago pie, el sube, saca un barrote y en el momento dije yo “¿no será una cama tendida?”, pensé lo peor. Y bueno, antes de andar aguantado lo que aguantaba, porque hay que aguantar la picana, hay que aguantar la picana. Yo no sé porqué o cómo es que aguanté tanto. Porque las bolas me las habían dejado así. Incluso tengo todavía las marcas de la pistola en los testículos. Bueno, el hecho es que saca la reja 585 Vitalicio Vargas 586 V. Carranza 587 Lucio Castillo 588 Lucio Castillo

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y se cuelga de la ventana. Pasa para el otro lado, me hace pie otro muchacho, me paso para el otro lado y me dice “vamos” y empiezo a correr con él. Y corremos más o menos cinco o seis cuadras y después agarramos por el descampado que había. “Por acá, por acá”...Yo no veía casi un carajo, pero este se manejaba, parecía un gato (...) salimos de Río Cuarto, a las afueras de Río Cuarto”589. Cartas, discos. Los mensajes de Perón (1957 - 1958) Paradójica situación la de Chubut. Ya Perón la había declarado “Provincia” el 15 de junio de 1955, y debía darse una constitución, pero el golpe de Estado de septiembre de ese año alteró el proceso de normalización institucional del ex territorio nacional y la primera constitución de esta provincia fue totalmente ilegal. La dictadura de Aramburu y Rojas convocó a una Convención Constituyente (nacional) proscribiendo al peronismo. Chubut también convocó a elecciones de constituyentes con el peronismo prohibido y finalmente nuestra provincia sancionó su carta magna en 1957 en una convención absolutamente ilegal dada la prohibición que pesaba sobre el movimiento mayoritario. A partir de la proscripción del peronismo los militantes buscaron formas diversas para encontrarse: “Cuando cae Perón nosotros nos reunimos donde está Aluar ahora. Había un puestito ahí (...) Nos sabíamos reunir en un circuito viejo que había. Después nos supimos reunir también en la ruta a Comodoro, ahí, entre Rawson y Comodoro que iban al cruce, ahí sabíamos reunirnos toda esta gente (...) Héctor Méndez, Francisco Sánchez, Mazza, un tal Mata, Nores Martínez, Arrechea (...) viejos peronistas (...) Estábamos luchando porque no se podía reunir (...) Estábamos haciendo un plan de trabajo (de) qué es lo que tenemos que hacer, en ese entonces. Si vamos a presentarnos a elecciones. Cómo nos vamos a manejar, porque estábamos proscriptos nosotros”590. “Me vengo para Trelew, en el ‘57 (...) Estaba Ítalo C. Empecé a conversar con él y que sé yo, también era bastante (bravo)... Nos reuníamos en la casa, una casita que teníamos. Ahí nos reuníamos cuatro o cinco. “¿Che qué hacemos? Tenemos que hacer”. “Mirá, pintamos en Madryn, y acá también vamos a hacer, que mierda”. Dice, “pero vamos a reunirnos”. ¿A dónde nos íbamos a reunir? Salíamos al camino que iba para Comodoro, era esta subida de acá cuando vas va para Rawson, ahí a la derecha, ahí en Vialidad era el camino viejo que se iba a Comodoro. Era de ripio. Y nos íbamos para allá y nos metíamos para un campo, en la oscuridad y así veíamos si venía alguna luz o no... Ahí programábamos. ¿Qué hicimos acá? Pintamos lo mismo que en Dolavon para allá. Todo allá arriba, con pintura y lo que iba para Rawson, todo con pintura, para Gaiman todo con pintura, para Madryn todo con pintura...en un día hicimos todo eso... “Perón vuelve”... “Abajo los traidores militares”. De noche (...) Las dos de la mañana. Ya teníamos preparado todo y rajábamos para acá y pintábamos. Iban y borraban. Iban a Madryn y borraban”591. Aquí es oportuno señalar la importancia del compañerismo en esos años de militancia y resistencia. Es cierto, son actos “leves” todavía, pero fueron esos actos los que 589 V. Carranza 590 Eusebio Guiñazú 591 Pedro

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mantuvieron vivo el recuerdo de un tiempo mejor y ayudaron a que no decayera el ánimo de la militancia peronista. Al mismo tiempo esto alentaba a quienes siendo peronistas no se hallaban involucrados en la Resistencia. Fueron estas pequeñas acciones las que dieron un ejemplo de solidaridad, de ayuda mutua y de resistencia ante las dictaduras y los gobiernos fraudulentos. “Bueno, pero me meto en otra. Compro un camión y viajo a Buenos Aires, llevando langostinos. Me hago amigo de uno ahí en el puerto de Buenos Aires, un gremialista, que tenía la hermana acá y había venido a pasear acá y yo lo llevé a verlo a Sánchez a Gaiman. Anduvimos por todos lados, nos hicimos amigos y entonces dice: “si andás por Buenos Aires andá a verme al puerto. Allá donde tengo el gremio”. Tenía la oficina del gremio, todo. Allá iba y comía, estaba con él. Dice “Che, mirá, vos sabés que ahora yo estoy acá, pero cuando vinieron los milicos me rajé al Perú....estuve en el Perú para que no me agarraran. Así que ahora, de allá del Perú, me van a mandar correspondencia. Va a venir por una conexión que viene directamente de Perón de España”. ¿Pero cómo? “Mirá, si te digo una cosa vos no lo vas a creer. La correspondencia que manda Perón, la manda directamente a Rusia...por uno de intercambio para Rusia. Y Rusia, por intermedio de la embajada, por ahí viene acá y llega acá. Pero no a nosotros directamente. Llega a Fulano, Fulano, Fulano...Así que cuando venga la correspondencia, yo te la voy a dar a vos, cuando venís acá te la voy a dar... y si vas para algún otro lado, pero peronistas que estén en otras provincias, también para conectarnos”. “Bueno, bueno, ya está”...Ya me embarqué también...Yo tenía que ir a verte a vos... Javier. Yo no tenía que nombrar “Javier”, o tu apellido...Tenía que ser, jota, e, erre...Porque yo te vi a vos, ya sabías vos que cuando yo te decía jota, e, erre, era como una clave... Entonces traigo acá y yo ya empecé a viajar...Viajaba a Buenos Aires y viajaba a San Juan, a traer vino. Traía vino de San Juan. Entonces me dice, “¿vas a San Juan? Andá a esta dirección. Pero preguntá por jota, e, erre. Primero preguntá por el nombre, si te dicen que no está preguntá por (la clave). Porque esté es difícil que te vaya a atender. Tiene negocio... arregla dínamos y tiene todas esas cosas y tiene un tallercito”. Ya llegó la correspondencia, lo que decía Perón, como había que armarse, como había que trabajar, todas las cosas. Que él iba a regresar, con el tiempo... ¿Sabés donde llevaba yo la correspondencia? Tenía un semi592. El plato que trabaja, que circula. Entre el plato y eso había hecho así un coso de madera, ahí desenganchaba el semi, metía la correspondencia ahí. ¡Tomá que lo iban a agarrar! Para que vos veas lo que hice yo jugándome. Llego allá a San Juan y me voy a verlo al tipo. Pregunto por el nombre, “no... acá no vive ninguno”... “¿está seguro?”. Entonces le doy la clave, “Ah si, así si...Está ahí atrás, arreglando los dínamos”. Entonces vino, se presentó, nos presentamos. Le dije de donde venía, todas las cosas, con él solo...Me dice, “viniste bien. Esta tardecita te venís porque a lo mejor esta noche tenemos una reunión en Mendoza. Si no es esta noche, mañana a la mañana. Venite esta tarde, yo te aviso”. Bueno, bueno. Le di la correspondencia (...) Fuimos en el coche. Nos atajaron ahí la policía que estaba en Mendoza, para ver qué son, qué 592 Acoplado del camión.

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no son...pasamos. Entramos, cuando va a entrar él, entra, y estaba un tipo dando explicaciones, tenían un escenario. Estaba dando explicaciones, porque lo que había qué hacer, qué no hacer que sé yo cuanto “estos militares, los vamos a cagar”, y entro él... “este hijo de puta no le hagan caso. Ese es mi cuñado y la puta madre que lo parió, ese es de los milicos, es de la SIDE...que los está cagando a todos acá, hijos de puta”... Saltó el tipo por atrás, saltó un paredón y se fue a la mierda. Induciéndolos a todos ahí, induciéndolos a todos lo que tenían que hacer en contra de los militares para agarrarlos a todos...Para delatarlos, sabía quién iba y quién no iba para conocerlos, para agarrarlos. Y justo los agarró, porque era el cuñado de él, era militar. Y dando explicaciones el tipo que hay que asaltar, que hay que romper allá, que hay que hacer lo otro...Todas las indicaciones que daba. Hijo de puta, pero rajó a la mierda... “Pelotudos de mierda viene cualquiera”,... “si pero qué sabíamos, si era tu cuñado”...decían todos los demás. “Se tienen que cuidar entre ustedes mismos pelotudos de mierda...Estas son cosas serias”...Bueno, pero así hice la conexión con algunos de Mendoza...Entonces les llevaba también a los de Mendoza, era el correo...Ahora ¿tenía necesidad yo? Te cuento una. En mi casa, acá estaba en la Don Bosco, ahí cuando tenía la vinería, en el patio. Le había puesto así un contrapiso y había hecho un agujero grande así, hasta llegar la humedad. Cuando llegó la humedad, le metí Pórtland, y al costado una parte dejás seca, con los ladrillos así divididos para poner las armas, las dos armas que yo tenía: (Un) 38 y una pistola. Bien vaselinadas, le pusieron bastante vaselina, porque era un pibe que arreglaba revólveres y todas esas cosas, bien arregladitas, tapadas bien (...) para que no les pasara la humedad. Otro cuerpito tapado ahí así, de cosas que yo había preparado, más atrás ponía la correspondencia, la dejaba ahí tapadita, y más arriba, había puesto para disimular, un cosito así, redondo y una plantita. Dejaba una gotita así para disimular, estaba todo tapado, que no filtraba para abajo y después había puesto otra por allá y por allá para disimular, una planta...Cartas, cartas. No, cassettes no existían...cartas. Esa carta tenía que quedarte en la mente y quemarla. Tenía que quedar en el cerebro, todo lo que tenías que hacer (Si) te agarraban las cartas, peor todavía. Entonces no. “Agarrá y quemálas”. Vos leías. Tenías que memorizarlo y que estabas seguro y quemarlas. Porque si te agarraban, cagaste fuego. Entonces no tenía que existir”593. Don Pedro estuvo haciendo de correo “Hasta que vino Perón”594. Otro tanto ocurría en Mendoza lo que nos da una idea de que la resistencia se dio en todo el país: “Perón se comunicaba con nosotros. A través de cartas, de notas. Escritas por él y firmadas por él...Llegaba a los comandos peronistas. Llegaban esas notas, por ejemplo...emisarios del jefe...Yo creo que había en esa época en el mismo militarismo gente que traía las cartas, en Buenos Aires. Llegaban las notas a Buenos Aires e incluso venían escritas de puño y letra. Mandaba las notas, Perón, mecanografiadas y con la firma de él. Pero nosotros desconfiábamos. Nosotros desconfiábamos cuando venían órdenes como esta de votar a Frondizi. Nosotros no lo entendíamos. Como teníamos contacto...Uno de los contactos era Patricio Kelly... Claro. Porque Patricio Kelly era de la Alianza Libertadora 593 Pedro 594 Pedro

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y tenía contactos...Cuando llegaban las notas, uno de los enlaces nuestros para hacer lío, para hacer macanas, era gente de Patricio Kelly...Entonces nosotros decíamos: “queremos algo más concreto”...No tan sólo en Mendoza, sino creo que en todo el país: queríamos escrito por letra y puño de Perón, sino no lo aceptábamos. Vio que la firma de Perón es fácil de hacer... Desconfiábamos, entonces le pedíamos de puño y letra. (...) Y con respecto a Patricio Kelly le cuento un pequeño dato. Nosotros estábamos muy metidos en la resistencia. Pero era una resistencia noble, altruista, con principios. Y llegó un momento: la gente de Patricio Kelly dijo, así ¿eh?: “Este es el cerco: hasta acá llegamos...desde acá hasta acá, hasta el cerco. Ahora hay que cruzar el cerco, saltarlo. Pero si lo cruzan: bombas, actos terroristas”. Entonces el grupo de gente que estábamos ahí, en Palmira y en Mendoza, yo me incluyo, dije “no”. No me arrepiento de haber dicho “no”. Porque hoy vuelvo a Palmira, vuelvo a mi pueblo, vuelvo a Mendoza y sé que no le hice daño a nadie. Que no puse una bomba. Pero era cruzar el cerco. Llegamos hasta ahí”595. Esas formas de resistencia muestran claramente las diferencias de concepción acerca de la vida y la muerte entre las acciones de los grupos de trabajadores populares y lo que serían las acciones armadas de los grupos guerrilleros de los años ‘70. Tal vez las diferencias fundamentales eran de procedencia social y de formación. La resistencia peronista quería el regreso de Perón, sin embargo, algunos dirigentes intentaron un peronismo sin Perón: “después de eso vino el neo peronismo. ‘57, ‘58, donde se creó el Popular Populismo (en realidad es el Partido Populista, corriente orientada por Vicente Saadi), y yo todavía no estaba muy enterado del asunto y un peronista de los viejos me dice “esperá, que vamos a ver que nos dice Perón. Vamos a recibir directivas de Perón”. Y los que estaban dentro del justicialismo no querían saber nada de las directivas de Perón”596, “en el peronismo ingreso desde muy joven (...) a los 14 años. Yo trabajaba en el ferrocarril Gral. Roca. Asume Frondizi y Lorenzo Pepe convoca a la estación “Hipólito Yrigoyen” donde estaba el Club Barracas antiguo y ahí se hizo la primera asamblea. Ahí lo escuché a él y ahí me di cuenta que cuando escuchaba a gente del nivel de ellos me quedaba nafta especial adentro de mi corazón, adentro de mis venas. Salía y yo quería ayudar a ser protagonista. Me encantaba que el peronismo hablara de Justicia Social, que hablara de Independencia Económica, que hablara de cómo defender a los pobres. Yo cuando hablan de derechos humanos hoy, pienso que adelantados que estaban Perón y Eva Perón cuando hablaban de derechos humanos y realmente los practicaban. Y el derecho humano en esa época no era si vos estuviste preso o no estuviste preso, era otra cuestión, de dignidad humana realmente. Que no es menoscabar a los que estuvimos presos, porque yo también estuve preso, pero creo que derechos humanos es una cuestión cultural, educacional y de formación de un país ¿no? Ahí empecé a militar en el peronismo ya, con esa “Laica y Libre” y después a los 18 fui delegado de Peugeot Argentina y después me volqué más a la actividad sindical que política. Y mi experiencia era hacer las colectas porque antiguamente no teníamos leyes que nos ampararan 595 Lucio Castillo 596 Anastasio Baeza

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sobre el fallecimiento de nuestros padres, de nuestros familiares (...) Así seguí, con un incipiente sindicato de S.M.A.T.A.. En aquella época estaba la U.O.M. y estaba S.M.A.T.A., y nosotros, con toda la buena intención que teníamos, nos creíamos obreros especializados, entonces tratamos de tener nuestro propio sindicato, nuestra propia entidad”597.

597 Héctor Cassia

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Capítulo 11 El peronismo prohibido. Frondizi, el pacto y la traición (1958 - 1962) Elecciones restringidas (1958) En nuestra provincia (Chubut) se elegía por primera vez un gobernador y el triunfo correspondió al radical Galina. “Entonces en el ‘58 dan elecciones, ahí gana el doctor Galina, primer gobernador constitucional de la provincia, Dr. Jorge Galina, abogado, una eminencia acá de Trelew en su especialidad, con Scocco que era un ingeniero de la especialidad de Y.P.F. en Comodoro Rivadavia. Era la fórmula”598. Por otra parte las acciones de resistencia se realizaban en forma dispersa pero constante: “Yo en el ‘58 con Metasa, un muchacho que tenía la imprenta ahí en la Reconquista y la 9 de Julio, pegamos la carta de Susana Valle (...) Por lo visto no había peronistas que la pegaran, se borraron todos los peronistas. Había peronistas, pero se borraron muchos ¿eh? (...) Viene y me dice “Pocholo, vos sabés que tenemos una cartas que llegaron ahí ¿vamos a pegarla?” “Si”, le digo” ¿qué pasa?” “Susana Valle. Contra la muerte del padre, que lo fusilaron” “Vamos a pegarla”. Yo era materia dispuesta. Salimos como a las 10 de la noche (...) Pegamos frente a la comisaría, allá frente a la Base (...) Yo tenía un 38 en la mano (...) A las 4 de la mañana (llaman a la puerta): el Ejército. Baja el suboficial Vargas, que me conocía, de la Base: “Me va a tener que acompañar”. Así que me puse las medias gruesas, el calzoncillo largo, me puse los tamangos, la campera gruesa. Por eso le he dado tantos dolores de cabeza a mi mujer (...) A Subprefectura. Y me doy con el Subprefecto...No me puedo acordar de este hombre, peronista a muerte. Todos en subprefectura, peronistas a muerte ¿eh? Ahí me acomodaron los tantos (...) ahí me hicieron zafar (...) Me limpiaban en cualquier momento. No me importaba nada. Pensar que tenía familia, hijos. Había que ir y no tenía problemas de ir. Ya un peronismo muy cerrado era yo. No me importaba nada. Yo me jugaba la vida por Perón”599. Hacia 1958 estaban convocadas elecciones nacionales para presidente y demás cargos, pero el peronismo estaba prohibido y no podía participar de la contienda. Ese era el tipo de “democracia” que quería la dictadura de Aramburu, que esperaba que el peronismo dejara de gravitar en la vida política nacional. Estas elecciones eran la conclusión de un proceso de desperonización de la sociedad que la dictadura esperaba ver reflejado en los resultados. La fórmula que la dictadura apoyaba era la que encabezaba Balbín, de la U.C.R.P. El adversario (no muy diferente, pero dispuesto a tolerar al peronismo, “aparentemente”) era Arturo Frondizi de la U.C.R.I.. A nivel nacional el triunfo le correspondió a Arturo Frondizi, gracias a un pacto realizado con Perón, mediante el cual el General aconsejaba el voto de los peronistas para Frondizi. Perón sabía que podía ser traicionado por el candidato “intransigente”, pero igualmente optaba por él para no darle aire a la dictadura y demostrarle que el peronismo seguía existiendo y podía decidir una elección. “En el ‘58 ganó Frondizi. La orden de votar a Frondizi la daba Perón. Era en el ‘58. En el ‘57 fue la constituyente; orden de votar 598 Agustín Brebbia 599 Eusebio Guiñazú

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en blanco. ‘58 ganó Frondizi, un negociado que al final le fallaron a Perón. Porque Perón les dijo...un carta documento que la leí. Yo no lo voté a Frondizi porque no nos obligaba él en ese momento. Pero nos daba una opción: si votaban a Balbín era el continuismo del gorilismo, y con Frondizi teníamos una salida de que nos levantaban el decreto 4161”600. Aquí se observa como se va plasmando la táctica peronista a fin de ganar espacios para la militancia y la resistencia. Las directivas de Perón se distribuían clandestinamente: “Venía por intermedio de Buenos Aires, la orden venía a Capital Federal. Y ahí venían cartas documentos acá, a la zona. A los dirigentes”601. Pero no todos podían votar a otro que no fuera Perón: “De puño y letra vino la orden de votarlo a Frondizi. Dije “no”. El pueblo de Palmira, fue algo espontáneo...como el 17 de Octubre...Nosotros los peronistas tenemos esa intuición, ese algo que brota y que dice: “esto no hay que votarlo” y Palmira no lo votó (...) Fue la primera vez que yo desobedecí a Perón. Cuando mandó votarlo a Frondizi. Yo tengo que reconocer que fue la primera vez que lo desobedecí. La primera vez que dije “padre, te desobedezco”. Pero tengo el gusto de decir que jamás voté a otro partido que no sea el peronista. Porque darle el voto a Frondizi era no votar al peronismo, así que voto en blanco. Palmira se caracterizó por eso. Fue una lluvia de votos en blanco. Fue tremendo. Inclusive en los diarios. No lo podían creer. Me acuerdo que los diarios decían “Palmira negó”. Palmira era un pueblo muy peronista. Y así está castigado de por vida...”602. Había militantes que no querían votar a Frondizi y optaron por el blanco. Pero hubo dirigentes que no querían seguir las instrucciones de Perón porque esperaban capitalizar el caudal electoral clásico del peronismo. Atilio Bramuglia, líder de la Unión Popular, se opuso a las directivas de Perón: “No obedecemos órdenes de nadie, porque ya somos bastante grandes como para determinarnos conforme a nuestro criterio”603. “En la Capital el presidente era Frondizi, el que se postulaba en ese orden dentro del radicalismo intransigente (...) Todo el peronismo apoyó a Frondizi, desde ya, porque era un hombre de centro izquierda y muy capaz, muy capaz. Ese hombre activó el petróleo en Comodoro Rivadavia como muy pocos. Y un hombre que ha salido del país, fue a la India”604. Paradójicamente, contrastando con este relato, otros militantes resaltan la nefasta tarea de Frondizi en lo que se refiere a los ferrocarriles. “En el año ‘58 cuando viene la orden, que estaba de presidente Frondizi, fijate que se paró todo del día a la noche. Se cortó todo el ferrocarril”605. Los resultados mostraron que la mayoría del peronismo había seguido las instrucciones de Perón votando al candidato de la U.C.R.I. (Frondizi) y esto dejó descolocado definitivamente a Bramuglia (y a los neo peronistas del momento) ante los afiliados peronistas. Cuando Frondizi realizó el Pacto con Perón se comprometió a llevar adelante un programa económico de desarrollo de la industria nacional y de los combustibles. Frondizi fue el primer presidente argentino en visitar Estados Unidos (en donde recibió 600 Anastasio Baeza 601 Anastasio Baeza 602 Lucio Castillo 603 Juan Atilio Bramuglia, op. cit., p. 257 604 Agustín Brebbia 605 Eusebio Guiñazú

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las pertinentes instrucciones). Pronto los escasos temores yankis, ante el presidente que había pactado con Perón, quedaron desestimados. Frondizi respondía favorablemente a los preceptos del liberalismo más clásico y a las políticas más ortodoxas en lo económico y social. Los “neoperonistas” y el “desarrollismo” de Frondizi “Los dirigentes de esa época que estaba el Popular Populismo (Partido Populista), que estaba Unión Popular, Atilio Bramuglia y Leónidas Saadi. Y acá en la zona andaba en ese tiempo Álvarez Llansi. Era uno de los creadores del Popular Populismo (Partido Populista). Entonces yo me abrí. Seguimos con las directivas de Juan Domingo Perón, que era el jefe natural de nuestro movimiento, el creador de nuestro movimiento. Claro, estos del neo peronismo crearon el neo peronismo para no irritar a las Fuerzas Armadas, para quedar bien con las Fuerzas Armadas. Y al transcurrir los años, me vine a Trelew”606. Este militante se refiere a otra de las agrupaciones neoperonistas surgidas tras la caída de Perón y hace un acertado análisis de las motivaciones políticas de los partidos neoperonistas. El Partido Populista era impulsado por Vicente Leónidas Saadi y tenía su epicentro en Catamarca. Perón había rechazado a comienzos de 1956 la formación de partidos neoperonistas (como la Unión Popular). La actitud indefinida de Perón hasta último momento, irritó a los neoperonistas que esperaban capitalizar el uso del nombre de Perón para fines electorales. “No puedo reconocerlo más como jefe del partido. Su actitud trifásica ha colocado a nuestro partido en una posición bastante mala”607. El temor de Perón era tanto la atomización como la pérdida de unidad y de su liderazgo a manos de los nuevos partidos neoperonistas que podrían dispersar el voto del peronismo en la proscripción. “Yo cuando fui al acto en Lanús en el año ‘60, cuando fue uno de los homenajes a los fusilados, se hizo el acto en Lanús. Mac Karthy iba a ir conmigo, pero no podía ir porque trabajaba en el Banco Londres, entonces me dice “¿como vas a hacer para ir hasta Lanús si vos no conocés?” “No te preocupes, ¿vos te crees que voy a ir yo solo? Yo voy a ir en el tren. Y cuando me bajo en Lanús detrás de la gente voy yo”. Y así fue. Se hizo a oscuras. Nos cortaron la luz de la Plaza. Se hizo el acto, se escuchó el discurso de Perón, cuando mencionaba a cada uno de los fusilados y después nos vinimos a Constitución, con un montón de gente y en el amontonamiento así de gente conversando con uno y con otro uno decía que había venido de San Martín, otro que había venido de Lanús (...) Y yo andaba buscando conocerlo a Cogorno. Y encontré a ese chico que tenía un luto en el brazo, pero no era de los fusilados, era porque la había muerto la madre. Pero nos hicimos amigos, porque cuando bajamos en Constitución estaba toda la milicada con los caballos, entonces yo le digo “miren, yo los invito a cenar”, a él y a un músico que le había enseñado. Los invito a cenar. “¿Para qué vamos a caer presos ahora?, ya hicimos el acto. ¿Para qué 606 Anastasio Baeza 607 Saadi, en “Neoperonismo y Resistencia obrera en la Córdoba libertadora”, de Tcach, César; en Desarrollo económico 36, Nº 137 (abril, junio de 1995), p. 63-82, citado en Juan Atilio Bramuglia, op. cit. p. 252

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vamos a ir presos al cuete?. Vamos a cenar por acá y a las 10, las 11, nos vamos, cada uno a su lugar, tranquilos”. Metieron presos unos cuantos (...) Yo era muy amigo de Oscarcito Cogorno. Con Cogorno fuimos íntimos amigos. Al coronel lo fusilaron. Yo lo conocí a Oscar, (el) hijo, muchos años después que lo fusilaran (al padre). Yo lo conocí a Oscar en el ‘59, principios del ‘60. Yo visitaba la casa de ellos en Buenos Aires. En el ‘59 conocí a Oscar, el hijo mayor. Y después conocí a toda la familia. La madre, al tío a la tía. A los hermanos, todos.”608. La participación política o gremial, a pesar de las restricciones y de la tutela militar, seguía incorporando militantes, Cassia se afilió a los “18 años, en Berazategui”609. La historia oficial no se cansa de hablar de las huelgas ferroviarias durante el peronismo y de cómo Perón obligó a trabajar a los ferroviarios (aunque luego accedió a los pedidos de aumentos salariales), pero no dice nada de las huelgas del riel de 1958 y de Frondizi que los movilizó militarmente haciéndoles cortar el pelo. Frondizi aprovechó la situación para iniciar el desmantelamiento de los ferrocarriles con la excusa del déficit (como si en algún país no fueran deficitarios). El ferrocarril es un servicio público de fomento y la rentabilidad no estaba dada por el costo del pasaje y el gasto en sueldos sino por la posibilidad que tenían los pueblos de comunicarse y hacer llegar su producción a los centros de comercialización. Frondizi quería terminar con el “déficit”: “es cierto que debemos levantar la mitad de las vías ferroviarias. Con ello y con la eliminación del personal superfluo nos acercaríamos rápidamente al equilibrio procurado”610. Por ese tiempo, el gobierno “desarrollista” de Frondizi desmantelaba los ferrocarriles, “Uh, cuando dejó de funcionar el ferrocarril de todos esos pueblitos no quedó nada. En el ‘62 o ‘61. Frondizi (era el presidente), los ramales que eran improductivos los cerró. Madryn sufrió una consecuencia grande porque ahí estaban los talleres ferroviarios. Había muchos ferroviarios, así que al cerrar esos talleres la gente se desparramó, se quedó sin trabajo. La mayoría eran peronistas. Para nosotros eso fue un retroceso”611. “Ese hombre lo llevó a la ruina. Hay pobladores todavía que están esperando la última cuota. Venían acá. Se ve que era una mafia que él tenía. Venían con unos precios bárbaros, la lana. La gente, quien más quien menos, usted tiene lana y le ofertan un precio y el otro le oferta otro, va ir con aquel que le da más. Resulta que ellos venían, le entregaban la primera cuota y la segunda todavía la están esperando (...) El nos cerró el ferrocarril. Esto, en una palabra, Madryn fue, como nos decían los de Trelew, un cementerio asfaltado. Lo único que nos dejaron: el correo, con un empleado o dos”612 “Anduve en el tren mucho, iba a Madryn cuando trabajaba (...) funcionaba muy bien (...) yo no sé porque lo sacaron el tren. Hacía falta”613. El cierre de los ramales en la zona de Chubut tenía que ver con que eran “improductivos”, según el gobierno. En 1960 Frondizi ya estaba entregado 608 Coco 609 Héctor Cassia 610 Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa. Tomo XV. “El antiperonismo”, op. cit. p. 173 611 Tito Laspiur 612 Gregorio Robledo 613 Valeria M.

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al F.M.I. y al Banco Mundial. Justamente este último organismo fue el que le diseñó el plan de “rehabilitación” del transporte. El método era sencillo: levantamiento del 50 % de las vías del ferrocarril y el despido de 75.000 empleados. A poco de asumir, Frondizi firmó un acuerdo con el Fondo por medio del cual se aplicaría un plan de “desarrollo”. La tesis del imperialismo “desarrollista” no tardó mucho en descubrir su verdadero rostro, el cual era la entrega del manejo de la economía argentina a manos de los consorcios financieros internacionales. Si el imperialismo en algún punto produce algún tipo de desarrollo, lo hace en forma residual y desconectada de los demás resortes de la economía, por lo tanto esa ilusión de un imperialismo que se transforma en “benefactor” no tiene ningún sustento. En todo caso, el puntual desarrollo de una rama de la producción termina destruyendo a la economía total del país explotado. Para muestra basta con ver cuales eran esos puntos para lograr el “desarrollo” frondicista: “reducción de empleados estatales en un 15%, paralización de obras públicas, privatización o reducción de empresas estatales (ferrocarriles, frigorífico municipal), libertad de precios salvo la canasta familiar de 10 artículos, aumento de tarifas de empresas de servicios, restricción crediticia, mantenimiento de salarios en el mismo nivel durante dos años”614. Hay que recordar que, en su intento privatizador, Frondizi reprimió con tanques a los obreros que defendieron la planta del frigorífico “Lisandro de la Torre”. Frondizi se había rasgado las vestiduras aquel día que Perón anunció el proyecto de concesión de la explotación del petróleo a empresas privadas. A pesar de que el Estado retenía el poder de decisión sobre la explotación del preciado recurso, Frondizi se agitó gritando en contra de lo que calificaba como entrega de los recursos naturales, sin embargo no tuvo ningún problema en aceptar las recetas que aplicaba el F.M.I. Fue uno de los más acalorados a la hora de criticar el proyecto petrolero de Perón, pero fue mucho más allá en su política de combustibles ¿Qué habrá hecho Frondizi con su libro Petróleo y política? Frondizi terminó firmando “contratos con varias empresas norteamericanas, europeas y con la local Astra, que comenzaría la explotación de más de cinco mil pozos, la mayoría de ellos en áreas ya exploradas por Y.P.F.”615. Los contratos petroleros dieron como resultado un plan de lucha llevado adelante por el S.U.P.E. de Mendoza, Frondizi declaró ilegal la huelga porque decía que la misma buscaba “abrir el camino a nuevas dictaduras, ya sea que se ejerzan en nombre de la democracia o de la justicia social. Están detrás...en primer lugar los comunistas...en segundo lugar (quienes) creen posible la restauración del régimen depuesto”616. Frondizi no se detuvo allí e inició un plan de “racionalización” despidiendo personal de la administración pública (cualquier parecido con Menem no es pura coincidencia). Todo el plan de gobierno (y el económico) mantenía a grandes rasgos las bases del golpe de septiembre: todo derivaba en la transferencia de ganancias hacia el sector más alto y al exterior en perjuicio de los trabajadores. Frondizi le hizo 614 Norberto Galasso. De la banca Baring al FMI. Historia de la deuda externa argentina. 1824 - 2001, Buenos Aires, Colihue, 2003, p. 187 615 Historia Argentina. Homenaje a José Maria Rosa. Tomo XV. “El antiperonismo”, op. cit. p. 169 616 Ibídem. p. 175

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lugar en su gobierno a Álvaro Alsogaray, el adalid del “liberalismo” en Argentina y futuro colaborador de las dictaduras. Sus recetas y el verso de la economía de mercado trataban de explicar la pérdida de poder adquisitivo. Alsogaray dejó patentada una frase: “hay que pasar el invierno”. ¡Framini, Anglada, Perón en la Rosada! (1962) La chispa que hizo estallar la furia militar se encendió en la provincia de Buenos Aires. Allí la fórmula del peronismo fue Framini - Anglada. Así bajo el nombre de Unión Popular el peronismo iba a pelear en las urnas luego de años de proscripción, (pero la proscripción continuaría como veremos). Era evidente que el voto en blanco había mantenido viva la llama del peronismo, pero era hora de pasar al ataque y abandonar esa táctica defensiva. A principios de 1962 Perón sacude el panorama político argentino al lanzar la fórmula para la gobernación de Buenos Aires: Framini gobernador, Perón vice. “lo más impresionante que viví yo fue la elección del ‘62. La de Framini. Yo había ido a Buenos Aires, a Miramar, en el ‘61. La fórmula era Perón en el ‘62 y como estaba prohibido, entonces él dijo que la fórmula ahora era Framini - Perón. Yo fui a con ese señor Biscay a Buenos Aires y a Miramar. Al ver la fórmula dice “esto es una cosa de locos”, le digo, “si, es genial, es una barbaridad, puesto que él agarró, lo puso a Framini de por medio para que nadie lo discuta. Lo eligió él, y ¿quién lo discute ahora?”. Framini - Perón ¿Quién va a discutir ahora? ¿Qué?, ¿un gremialista no puede ser presidente? Él se ponía en segundo término. Los puso en vereda a todos. Es genial, es genial”617. (En realidad la fórmula Framini – Perón, se postuló para la gobernación de Buenos Aires). El acto de lanzamiento se hizo en Avellaneda, pero poco después la “Justicia” dijo que Perón estaba inhabilitado para participar de cualquier contienda electoral. El peronismo, bajo la conducción del General, había optado por cambiar de táctica: el voto en blanco ya no era suficiente, las bases querían expresarse en forma positiva, pero siempre con Perón, más allá de las ambiciones personales de los dirigentes. Perón, en un primer momento, creyó más apropiado el voto en blanco, pero supo interpretar el movimiento que se estaba dando en el país y resolvió que el peronismo participara de alguna manera en las elecciones para meterle una presión mayor a las cúpulas militares gorilas. “Después me fui para la provincia de Buenos Aires y estuve seis, siete años en Buratovich, pertenece al partido de Villarino, cerca de Luro y cerca de Fortín Mercedes (...) En Buratovich cuando vinieron las elecciones del ‘62 nosotros trabajábamos (en el)....Fútbol Tenis Club, entonces nos repartíamos, había unos radicales y nosotros peronistas...Laburamos para Framini - Anglada, nosotros, que ganamos las elecciones. Yo me recorrí toda la provincia de Buenos Aires...Ya tenía 26 años... Esas campañas se salían pueblo por pueblo (...) Y trabajábamos con los compañeros más viejos de Buratovich, (que) ya conocían. Recorría...los pueblos, por ejemplo: Médanos, Algarrobo, Luro, Villalonga (...) y después para la otra parte: Dorrego, Dufau, Saavedra, Carué (...) Y ganamos las elecciones y pegan el golpe... Con Framini - Anglada 617 Coco

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ganamos la provincia de Buenos Aires, se llamaba Unión Popular, eran peronistas todos (...) Pegan el golpe, y bueno, nosotros que jugábamos al fútbol ahí, ya nos habían puesto la mira los militares... Justo nos agarra uno de acá de Trelew, que era del Club Huracán, nos dice “muchachos ¿no quieren ir a jugar a Trelew, a Huracán?”, “Si, total”. Aparte ya venía el año venía medio seco. Nosotros allá vivíamos de la cosecha (...) agarramos y dijimos “nos vamos a Trelew””618. El 18 de marzo la Unión Popular obtuvo 1.197.073 votos contra 764.297 de la U.C.R.I.. Frondizi interviene las provincias en donde ha triunfado el peronismo. Elecciones en Chubut y el avión negro (1962) Como vimos, Frondizi tardó muy poco en traicionar el pacto con Perón. Ante la presión de los militares y de los poderosos grupos económicos, empezó a emplear las típicas recetas antinacionales. Su política petrolera, lejos de ser autónoma, estuvo marcada por una apertura mucho más extrema de la que había intentado Perón. Por otra parte, Frondizi desmanteló los ferrocarriles en la Patagonia por “improductivos”. Al mismo tiempo los planteos de las cúpulas militares eran claros: nada de peronismo. En Chubut ya concluía el mandato del radical Galina: “Galina era una persona excelente. Muy gente, muy tratable. Recibía en la Casa de Gobierno a quien con tiempo le solicitara”619. En marzo de 1962 se realizaron las elecciones para gobernador en todas las provincias argentinas. “En el ‘62. Me hice amigo de Emilio Pérez. Me hizo afiliar Lirio Pérez o Lillio Pérez (...) al Partido Provincial. Le digo “con una condición: siempre aceptando las directivas de Juan Domingo Perón”. Me afilio porque estábamos proscriptos (...) para tener una salida, acepto. Me prometió que si. Resulta que uno de los dirigentes de acá del Partido Provincial era Mariano Merayo Tal es así que después me citaron a Rawson, el juez federal, que era Garzonio en ese tiempo, a ver por los que estamos afiliados. Tuve que hacer acto de presencia en Rawson, pero me asesoraron antes de ir al juez, Mariano Merayo y J. J. Otero que estaban en ese tiempo en un bar ahí en Rawson, tomando un café, me asesoraron cuales eran las declaraciones que tenía que hacer al juez federal. Como estaba proscripto, no se podía hablar de Perón. Me llamó el juez y claro le tuve que decir como me asesoraron Otero y Merayo. Que “era un partido obrero, gente humilde”. Prácticamente, hemos mentido un poco para zafar (...) un montón de preguntas que hoy no me acuerdo (...) Claro, averiguando, porque estábamos proscriptos. Ellos pensaban que nos estábamos disfrazando de un partido y éramos todos peronistas”620. Las órdenes de Perón desde el exilio muchas veces eran cuestionadas por los dirigentes que querían llevar adelante otra táctica, más participacionista “Si, estaba prohibido. Pero era en forma clandestina todo. Por ejemplo, acá las recibía621 Mariano Merayo. A Dolavon fue Mariano Merayo con la carta documento. Y muchos no aceptaron las directivas del viejo. Querían hacer un peronismo sin Perón. Todos se alinearon (la mayoría se “olvidaron”), se alinearon 618 619 620 621

Vitalicio Vargas Agustín Brebbia Anastasio Baeza Las cartas e instrucciones.

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detrás de Augusto Timoteo Vandor, eran vandoristas”622, “en la clandestinidad a nosotros nos tenían marcados como grupos peronistas clandestinos. Acá participó, Pedro Ortega, Méndez (trabajaba en Transportes en la Terminal), Héctor Méndez. Estaba Solla, el pelado (...). Nosotros teníamos contacto todos los días. Nosotros decíamos que Perón iba a volver. Porque vos fijate una cosa, que yo era peronista pasivo y yo en la clandestinidad me puse medio áspero. Porque me dolió mucho cuando bombardearon en Buenos Aires a los chicos a la salida del colegio, que mataron gente inocente, que la Marina recibió espoletas para las bombas que no las tenía, porque Perón se las había sacado, que les mandaron los ingleses vía Uruguay y que no se hagan los pelotudos los uruguayos que hablan de los hermanos argentinos. Así que nosotros conocíamos todo eso. Y cada vez nos pusimos más ásperos, más ásperos, hasta que después ya al gobierno se le escapaba de las manos. Y entonces, a nosotros nos dejaban ir como peronistas (en las elecciones), pero no podíamos nombrar ni a Perón, ni tener fotos de Perón, nada de nada (...) En mi casa: armas, fotos, todo eso nunca se tiró. Panfletos si, no paraban en la casa. Pero fotos no. Mi viejo era italiano o sea fotos de Perón no las tenía colgadas en la pared, las tenía por ahí, pero nosotros no escondimos nunca. A nosotros no nos revolvieron nunca. El Juez Federal nos llamó una vez a Rawson (...) Yo me fui un día de calor. Me fui en mangas de camisa. Una camisa blanca arremangada hasta por acá. Entro al despacho. Nos paró a todos alrededor de una sala. Se para enfrente de cada uno y nos miraba fijo ahí. Sin hablar, uno por uno, con una soberbia de gorila hijo de mil putas. Entonces se para frente a mí y me dice “¿usted no sabe que para venir a ver una autoridad hay que correctamente vestido?” Y le digo “a mi me citaron acá por peronista”. Se cayó la boca y siguió (...) cuando terminó la rueda se paró, nos miró y dice “señores, buenos días”. A rajar”623. “Entonces organizamos acá624 el Partido Provincial, para las elecciones del ‘62 creo que fue. Y en la boleta teníamos un sol. No tenía el escudo peronista, tenía un sol y el que hacía la propaganda era un muchacho de los Soiza y este recorría los barrios y él les decía a la gente por el altavoz “si la boleta no tiene el sol, no es la boleta peronista”. Y en las elecciones del ‘62, arrasamos. Pero junto a esto te voy a contar una rica historia. Estábamos reunidos ahí al lado de la iglesia vieja, en la calle que estaba el “Molino de oro”, de la iglesia nueva, a la esquina de la municipalidad, un poco para acá, una Unidad Básica, una noche. Y queríamos hacer un asado popular. Teníamos nosotros el local, que era El Danubio Azul, que estaba arriba de la Loma, que era de Alarcón. Pero no teníamos un mango. Entonces, yo digo “mirá, si alguno me lleva, yo voy a conseguir plata”. “Bueno yo lo llevo” me dice un doctor que había acá, el doctor Báez. “¿Dónde tenemos que ir?” “A la casa del doctor Galina, a la calle Chile”. Galina625 era gobernador. Me dice “yo lo dejo una cuadra antes, pero yo no voy”. “Bueno yo voy”. Golpeo la puerta, abre él mismo y me dice textuales palabras: “hola, qué hacés pendejo, ¿como te 622 623 624 625

Anastasio Baeza Ítalo Chubut Gobernador, del partido radical.

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va?” “Bien doctor, bien”. “Pasá” y adentro estaba el candidato nuestro, que era Rioboó, tomando wisky los dos. Dice “¿qué problema tenés?”. “Mire queremos hacer un asado popular, tenemos el salón, tenemos la gente, tenemos todo, lo que no tenemos la plata para la carne el pan y el vino”. Ahí nomás hizo una orden: carne, pan y vino. “Tomá, andá”. Para Kilito Justo626 , viejo militante; “ya sé que parte de esto voy a pagar yo”, decía Kilito; “pero se los voy a tener que dar” (...) “¿Cómo que a vos te dio plata este?”. Esto es muy sencillo. Éramos vecinos. Y cuando él (Galina) vino acá era pobre, mi viejo tenía un Chevrolet 4. Y él venía y me decía a mi “Che pendejo ¿no me llevás a Rawson?”. “Vamos le decía yo”. Lo llevaba a Rawson por el camino viejo de tierra y cuando llegaba a Rawson siempre me decía lo mismo “algún día te voy a dar para la nafta”. Y seguí trabajando, yo al peronismo nunca le pedí nada. Yo siempre pensé con el corazón y no con el bolsillo”627. A la par de la proscripción fue creciendo dentro de la militancia peronista una mística popular, y de resistencia, que quedó grabada para siempre en nuestra historia. Una parte de ella fue el mito del “avión negro”. Esta “leyenda” o como quiera llamársele, empezó a circular entre la militancia: Perón volvería en un avión negro y desplazaría a los gorilas para reimplantar el gobierno popular. Quienes no alcanzan a comprender el sentir del pueblo, no pueden dimensionar la fuerza de ese relato, que ayudaba a sacar fuerzas de cualquier parte y dar empuje a la resistencia. Es la posibilidad del retorno lo que hace que siga viva la esperanza e impulsa las acciones. El ingenio (y el humor) popular le dio una vuelta de tuerca a esa leyenda: “nosotros estábamos en la campaña y siempre decían que Perón iba a venir en un avión negro (...) Entonces un día Merayo, compra un avión, chiquito, no sé si era un Boyero, o qué, de esos de lona y lo pintaron de negro. Le pusieron los altoparlantes para la campaña del ‘62 y abajo decía Rioboó (...). Y hacía la propaganda “ahí viene Perón, el avión negro”...El avión lo manejaba Pablo Meisse, de Madryn, ya fallecido”628. “Y acá en la Provincia era el doctor Rioboó de Esquel, también dentro de la línea de Galina, pero muy peronista. También la anularon (...) En el gobierno de la Provincia, de 100 personas 99 eran peronistas. Inclusive de los gobiernos militares, salvo los que ellos colocaban: ministros y directores. Si, indudablemente no eran del peronismo, pero los empleados todos, desde el ordenanza hasta los directores de carrera”629. “Así que cuando volvimos para acá, en el ‘62, cuando hubo elecciones, arrasó. Acá la formula era Rioboó Ragno. Ganó Rioboó630 (...) Intervinieron todo el país. Se ganó fácil, en todo el país. En Buenos Aires fue un desastre. En Provincia de Buenos Aires fue un desastre. Fue 626 Choli, esposa de “Kilito” cuenta que tenían una carnicería y: “Mi marido se llamaba Oscar López (...) Los amigos le habían puesto Kilito Justo porque decían que no había un carnicero que diera el (peso justo). Nosotros abastecíamos en una época a la cárcel, a la (U) 6 y al centro de salud de acá, el Hospital Semi regional (Zonal) y venían los cheques a la orden de Kilito Justo. El banco los pagaba. Mi marido, mucha gente no sabe actualmente cómo se llamaba. Mis nietos preguntaban muchas veces como se llamaba el abuelo Kilito” 627 Ítalo 628 Ítalo 629 Agustín Brebbia 630 No pudo asumir por el golpe de Estado

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por eso que anularon las elecciones. Las elecciones las anularon porque la intención era tratar de dividir al peronismo y al ganar la provincia de Buenos Aires ya no pudieron. Ganaron en Córdoba, ganaron en Santa Fe, ganaron en todos lados. Y acá se ganó en Rawson, se ganó en Madryn se ganó en Dolavon. Se ganó en Comodoro me parece y se ganó en Trelew”631. Así fue, luego de escrutadas las mesas se dio el triunfó de la fórmula Raúl Rioboó - Silvio Ragno del Partido Provincial (nombre con el cual se presentaba el peronismo). Pero las elecciones fueron anuladas por presión de las cúpulas militares que no querían el retorno del peronismo. El ciclo de Frondizi estaba concluido, no había cumplido el pacto con Perón y tampoco fue suficientemente útil para cumplir con los militares. “Después vino Unión Popular. Ah, en ese tiempo ‘62, ‘63, llevaba como candidato a gobernador (que se anularon las elecciones del tiempo que en la provincia de Buenos Aires la Unión Popular era. Acá el Provincial), que era Raúl Rioboó”632, “Él se había criado en Esquel. Una excelente persona Raúl (Rioboó), que no llegó a hacerse cargo de la gobernación. Ganó las elecciones, pero las anularon”633. Frondizi fue derrocado en 1962, igual suerte corrió el gobernador Galina “Su mandato también lo terminaron con una revolución, pero tan completo era634 que los militares que fueron, cuando se paró él, tuvieron que saludarlo y él hizo un acta que la tuvieron que firmar si no, no les daba el gobierno, se lo tenían que sacar por la fuerza. En el acta decía que entregaba por la fuerza a fulano, fulano y fulano, que no constituyen la fuerza democrática, que ya habían sido juzgados con el triunfo de Rioboó en Esquel ¡Uh! Fue un acta, que lástima no haber tenido una copia de la misma, pero que los militares se tuvieron que llevar. Una barbaridad ese hombre...”635, y por supuesto no pudo asumir el mando el gobernador electo, Raúl Rioboó. Las cúpulas militares creían que el responsable del triunfo peronista era Frondizi, y a pesar de que este intervino las provincias “rebeldes”, los militares consideraron que ya no les era útil este “tapón” y se decidieron al golpe de Estado, sin embargo, con mucha astucia y con la intervención de Aramburu, se buscó darle una forma “institucional” al golpe. Se “renunció” a Frondizi y asumió la presidencia el presidente del senado, José María Guido, títere de los militares. El año dejaría un saldo político positivo para el peronismo más allá de su proscripción y negativo para los sueldos de los trabajadores que debieron soportar las políticas dictadas por un viejo colaborador de todas las dictaduras: Álvaro Alsogaray, quien renunció antes de fin de año.

631 Coco 632 Anastasio Baeza 633 Eva Marchand de Quintana 634 Se refiere a Galina, el gobernador de Chubut 635 Agustín Brebbia

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Capítulo 12 Con Perón en España (1963) Frondizi fue derrocado y el 29 de marzo asumió Guido, quien anuló las elecciones del 18 de marzo de 1962. Al equipo del gobierno fraudulento se sumó uno de los pilares de los gobiernos antipopulares: Federico Pinedo, ex ministro de economía de Agustín P. Justo y de Ramón Castillo. Pinedo fue el artífice de una espectacular devaluación del peso que le reportó ganancias a los especuladores que en cosa de horas habían hecho fabulosas ganancias y terminó por arruinar el bolsillo de los trabajadores. El ministro duró 9 días en su cargo, suficiente para reportarle amplias ganancias al sector parasitario de la sociedad. Su reemplazante fue...Álvaro Alsogaray. Esto es muy interesante de analizar: los viejos apellidos y personajes de la oligarquía (o a su servicio) son los que se turnaron en el ministerio de economía después de la caída de Perón. Por eso Prebisch (del equipo de gobierno de la Década Infame) reapareció con el golpe, luego Alsogaray (con Frondizi), Pinedo (con Guido) y otra vez Alsogaray. El plan de Alsogaray era un retorno al campo, dejando atrás cualquier intento industrializador. El ambiente político siguió condicionado por los planteos de las cúpulas militares que eran las que realmente tenían el poder. Estos también estaban divididos: azules y colorados. Los azules eran gorilas, pero querían implementar un sistema por el cual el pueblo participara de las elecciones en una aparente legalidad, por temor a una “izquierdización” del peronismo. Los colorados eran tan gorilas como los azules, pero decididamente se oponían a cualquier posibilidad de soberanía popular. El 7 de julio es el día de nuevas elecciones presidenciales, por supuesto con el peronismo prohibido. El poder militar tenía su propio candidato: Pedro E. Aramburu. El dictador de años atrás quería ser presidente y se presentaba con su partido llamado UDELPA. La táctica de Perón para enfrentar a esa fórmula consistió en apoyar a la dupla de Vicente Solano Lima (conservador popular) y Silvestre Begnis (radical de Santa Fe) que concurrió bajo el nombre de Frente Nacional y Popular. Sin dudas ese movimiento táctico de Perón fue para irritar aún más a los militares y por otra parte sabía que esos candidatos no tenían vuelo propio y no podrían influir sobre el electorado peronista. El radicalismo del pueblo presentó como candidatos a Humberto Illia y Carlos Perette. El gobierno trató por todos los medios de evitar que triunfe algún emisario o candidato de Perón. Los candidatos del Frente Nacional y Popular fueron vetados por la “justicia”. “Bueno ahí Illia fue al gobierno con el 22 %, como no votábamos”636. En ese tiempo, Perón dio la orden de votar en blanco y Tito votó de esa manera “Si, como ordenaba el partido. Porque todavía había organismos que no se habían deshecho. La C.G.T. siguió siendo peronista, los gremios siguieron siendo peronistas (...) iba de boca en boca”637. Entonces aunque la C.G.T. denuncia las farsa electoral y convoca a los demás partidos a no participar, las elecciones se realizan el día previsto. Pero si bien la mayoría del electorado peronista optó por el voto en blanco (1.884.600 votos) otra parte le dio su apoyo a Illia (2.441.063) ante el peligro del triunfo de Aramburu 636 Tito Laspiur 637 Tito Laspiur

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(1.346.000). Otra vez había quedado de manifiesto que el peronismo seguía vivo e incidiendo en la política nacional. Por su parte, el presidente electo (Illia), llegó sumamente debilitado al poder con apenas el 25% de los votos. Ese año fue cuando Coco, militante de la provincia del Chubut, tuvo ocasión de viajar a España y visitar a Perón. El viaje: “Lo organizamos con una prima mía de Comodoro Rivadavia. Lo programamos. Cuando me dijo que ella iba a viajar, entonces yo tenía licencia para tomarme. Pedí licencia extraordinaria sin goce de haberes en Tribunales. Les dije que era con el fin de viajar a Europa, iba a conocer Italia y España. Y así nos fuimos el día 15 de agosto del ‘63. Salimos de Buenos Aires hacia Roma. Tuve la oportunidad de conocer a Griffa y a Mazzei, los dos jugadores de fútbol que jugaban en Europa. Griffa que jugaba en España y Mazzei en Italia. En el vuelo, cuando uno baja en los aeropuertos, se pone en conversación con ellos y cuando subíamos al avión, volvíamos a conversar. Llegamos a Madrid y Griffa se bajaba y me dice “¿vos seguís a Italia?” “Si, yo sigo a Italia”. Me dejó la dirección de él, de Madrid. Yo seguí a Italia con Mazzei. Yo iba a Brescia a ver a una tía. Mazzei me invitó a visitar el pueblo de él. Tenía el departamento frente a la cancha de fútbol. Después me acompañó a la estación del ferrocarril para llegar a Brescia. Estuve un mes en Italia. Y después me fui de vuelta a Madrid. Cuando salí de acá ya tenía la visión de ir a verlo. Voy para Madrid. Había un congreso médico en Madrid, que estaba Mattera. Y era un desastre conseguir hoteles. Estaba todo lleno. Conseguimos habitación en un hotel de lujo. Un hotel que no lo podíamos aguantar con nuestro sueldo. A la mañana siguiente lo llamé a Griffa y le expliqué. “¿Ustedes están locos? ¿En ese hotel? Llámenme en una hora y yo voy a conseguirles”. Había conseguido una pensión. Nada que ver. Una décima parte. Llegamos a Madrid. Empezamos a tomar taxis, preguntando por Perón. Nadie quería decir nada. “Sabemos que hay una calle”. “No, yo no le pregunto por la calle, le pregunto por el General Perón”. Nada. Ya desesperados, conversando con mi prima, en las guías no figuraba. A mi prima se le ocurrió que en la zona de Puerta de Hierro debe haber una estación de servicio. Me imagino que cargará nafta en una estación de servicio. Encontramos una estación de servicio de Puerta de Hierro. Le digo a mi prima “hablá vos a ver si estos gallegos con la voz de una mujer se ablandan un poco”. “Pues si, el General Perón vive aquí. Viene todos los días a cargar nafta”. “Y usted ¿nos daría un informe de cómo llegar a la residencia?”. “Si señorita, vengan nomás cuando quieran. Nosotros le vamos a indicar como se llega”. Bajamos. Nos subimos a un taxi inmediatamente. Vamos a Puerta de Hierro. Bajamos en la estación de servicio y preguntamos. Entonces le explicaron. Cuando encaramos ya para llegar a la residencia el chofer dice “¿usted va a la residencia a ver a Perón?”. “¿Y a usted que le importa?” “No, señor no se ofenda”. “No, porque le preguntamos a ochenta taxistas donde era la residencia del General Perón y ninguno nos quiso decir. Así que ahora

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usted marche y siga esperando mientras nosotros bajamos”. Bajamos en la residencia. Había un letrero “17 de Octubre”. Entonces vino el guardia de civil. “¿Señor?”, nos preguntó que deseábamos. Le dije que era argentino y tenía mucho interés en ver al General Perón, que tenía una correspondencia para entregarle personalmente, pero si no, me la llevaba de vuelta al país. Cartas de personas amigas que querían saludar. “Pues si señor, usted póngase en contacto con Algarbe638 y él se va a encargar de que usted lo pueda ver al General Perón”. Me dio el teléfono de Algarbe. Desde el hotel lo llamamos a Algarbe, dos o tres veces, porque la primera vez no estaba. Le dijimos a la mujer. Le dije, “perdóneme pero yo no confío en los secretarios. Quiero que sea el General que no me recibe y no que sea un alcahuete. Quero que el General sea el que me diga que no me recibe porque está ocupado”. “No señor. No lo tome así. Mi marido en serio que no está. Llame dentro de una hora que seguro que lo va a encontrar”. Lo llamé y me dijo “si”. Que no había ningún problema. Si podía ir el lunes. Le digo “señor yo voy cuando usted me lo diga. Cómo, cuándo y yo voy”. Me dice “el lunes entonces, vengase a las 11 de la mañana”. El lunes a las 10.30 agarramos un taxi. Llegué en 10 minutos, como ir a Palermo. Así que le dije al guardia civil: “Espero al señor Algarbe”. “No va a tardar porque el General tiene horario fijo”. Entonces mientras tanto me crucé a una plazoleta y estuve charlando con el placero. Y cuando vi que venía un coche y abrieron el portón, me crucé. “Déjelo pasar”, dijo Algarbe. Entonces pasé solo639. Mi prima no quiso ir porque le agarró el miedo. Era empleada de Aerolíneas. Ella tenía temor de que la echaran del trabajo. Me hizo sentar en el sillón. “Enseguida viene el General”. ¡Que!. No terminó de decir y apareció semejante urso. Y a mi me puso nervioso, entonces él empezó a conversar. Con una habilidad para conversar, bárbara, con esa habilidad que tenía para conversar, que mierda, a los cinco minutos parecía que lo conociera de toda la vida. Empezamos a conversar. Le entregué la correspondencia que yo tenía para él. Me dijo “¿vino solo?” “No, vine con una prima, que ella se quedó en el hotel porque es empleada de Aerolíneas y tiene miedo de que la echen del trabajo”. Me dice: “Usted me va a hacer el favor. Va a venir el lunes de la semana que viene. Va a venir de vuelta. Que yo le voy a tener la correspondencia contestada totalmente a la gente que me ha escrito Y dígale a su prima que yo la invito especialmente, y que venga y que nada le va a pasar, que yo le puedo asegurar desde aquí que nadie la va a tocar. Bueno, ahora lo invito a ver la residencia y a recorrer la quinta”. Salimos a caminar juntos, con Algarbe. Me mostró la oficinita esa donde él trabajaba. Y de ahí salimos al patio a recorrer la quinta. Íbamos charlando. Cuando llegó cerca de las doce le dije “bueno General, es la hora de almorzar, tiene su vida organizada”. “No, no se haga problema”. “No, pero yo llegó el momento de irme, dejarlo a usted en paz. Políticamente yo no tengo nada que hablar con usted, porque yo no estoy a la altura para hablar de política”. Entonces Algarbe dice “si, porque usted tiene el coche esperando en la puerta”. Y Perón dice “¿Qué?, ¿tiene el taxi esperando en la puerta?” Le digo: “si, ¿cómo 638 Secretario privado de Perón, antes de la llegada del asesino López Rega. 639 Coco dice que no lo revisaron, ni lo palparon de armas.

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me voy a volver a Madrid, si yo no conozco nada de acá?” “Pero, que barbaridad. Le va costar un ojo de la cara”. Le digo “no, todo lo que me cueste, esto que ha ocurrido en mi vida hoy, cumple todos los gastos que pueda ocasionar”. “Si, si. Cuando tenga que pagar va a ver. Así que hágame el favor. El lunes que viene, me despide el taxi en la puerta. Yo lo voy a hacer llevar en un coche de la residencia”. Me fui. Una pelotudez lo que me cobró el taxi. No era una suma tan importante. La cosa que después lo vimos (a Perón) dos veces en la calle, con la mujer. Yo viajé a Galicia donde tenía una tía. Sábado o domingo volví. Mi prima para eso fue al negocio, compró ropa, fue a la peluquería. Todo para la visita a Perón. Estaba enloquecida. Me dice “¿Cómo se llama su prima?” “Navarro Verdeal” “¿Verdeal? ¿Tiene algo que ver con don Manuel Verdeal?” “El abuelo de ella y el Verdeal que usted conoce eran hermanos”. Porque en Camarones estaba don Manuel Verdeal que era el comisario cuando él vino en una oportunidad, cuando era cadete...hicieron una carrera de caballos y la ganó él (Perón). Entonces el padre de Perón, que era el Juez de paz, no le permitió aceptar el premio. Le dijo “no, esto es un honor, así que vos no tenés que aceptar el premio”. Se lo dieron al segundo, no sé como fue el asunto. Pero el comisario no quería saber nada. Quería que le dieran el premio al que había ganado. Y entonces ahí habían tratado con él y con Manuel Verdeal y un hijo de Don Manuel Verdeal que lo había acompañado a caballo para ir a agarrar el barco otra vez para ir a Buenos Aires. Cuando el viajó de Camarones a tomar el barco lo acompañó a caballo el otro Verdeal. Él los había conocido bastante en ese momento y los quería muchísimo y no se olvidó nunca. Después, mientras estaba de presidente, uno de ellos, de los Verdeal, lo fue a visitar a la Casa de Gobierno a último momento, cuando ya tenía una situación difícil que solucionar. Entonces lo fue a visitar a la Casa de Gobierno y Perón lo recibió”640. Perón y su hermano Mario Avelino (que luego fue Jefe de Policía en Chubut) fueron llevados por sus padres a Buenos Aires, aproximadamente en 1905, para cursar los estudios primarios que se habían visto postergados por las sucesivas mudanzas. Ocasionalmente, Juan Domingo Perón venía a Chubut de vacaciones (aproximadamente entre 1908 y 1910). Finalmente, Perón ingresó como cadete del Colegio Militar a finales de 1910. “Así que me dio una carta para un sobrino de Verdeal. Un sobrino del hijo de Verdeal...de Don Enrique Verdeal, que era de Comodoro que era muy peronista, terriblemente peronista. Yo le dije “si usted le manda una foto suya...le va a regalar 10 años de vida”. Y así fue. Le escribió una carta (...) Fui el segundo lunes y ahí me entregó la correspondencia y me entregó esa foto (señala una foto pegada en la heladera, firmada por Perón que dice “Madrid, 25 de septiembre de 1963. Al compañero Enrique, con todo afecto: Juan Perón”). Hablamos mucho de Camarones. Hablamos de la gente de Camarones que él conocía. Me preguntaba por los Jáuregui, así, por la gente...daba los apellidos de la gente que había conocido en Camarones...Y de aquí, cómo vivíamos, de todas esas situaciones. Conversaciones normales, sin ninguna relación política. Porque yo no estaba en situación de tomar una conversación política 640 Coco

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con él, más con él, nada menos. Para nada (...) cuando yo le decía que todavía hacía falta, que era necesario que él volviera, se reía. No opinaba. La cosa es que a las doce, la misma hora del lunes anterior, tomamos la decisión de dejarlo tranquilo, de volver. Entonces nos hizo traer con el coche de Algarbe. Nos trajo en un coche chiquito de esos que había en ese entonces, un Dufin, un Renault Dufin. Entonces me dice “lo que le garantizo es que ahora no sé como usted se va a meter ahí adentro”. Y yo le digo “mire si se mete usted que tiene más años que yo, pienso que me voy a doblar y me voy a poder meter”641. La despedida fue “a los abrazos. Muy feliz yo y él también, muy contento porque le había llevado información de la familia de él, así que estaba muy feliz. Entonces cuando Algarbe nos lleva de vuelta a un hotel, en un lugar le hicieron una boleta porque pasó un semáforo en rojo. Le dije “¿ve? Eso es problema del General. El General no tendría que habernos mandado a nosotros, nos veníamos en taxi y no había más problema. Así que ahora tiene una boleta”. “No se haga problema, que esta boleta cuando llega a manos de las autoridades, se rompe”642. De regreso, Coco trajo unas cartas para la gente de la zona: “no lo podían creer. Principalmente se emocionó mucho un chico que era amigo de una prima mía que era maestra en Buenos Aires, en un pueblo lejano. Al chico lo había conocido allá, no sé si era el ordenanza de la escuela. Y cuando se enteró mi prima que iba a España y que iba a ver a Perón se lo comentó porque estaba marcado por la golpiza que le había dado el ejército en el ‘55...Era terriblemente peronista, pero había sufrido mucho cuando lo habían dejado medio, medio, porque era peronista. Entonces vino él a la casa de mi prima a ver si podía solicitarle a Perón una foto así como la que me dio a mí. Se la traje. Le traje una carta, a él y a mi prima una carta. Estaba enloquecido pobre chico. Me parece que murió el chico ese después (...) traje (cartas) a dirigentes gremiales de Buenos Aires. Y acá a un sobrino de Perón (...) murió hará seis meses el sobrino ese que vivía en Comodoro (...) El hijo del hermano, el más chico, Antonito”643. Coco cuenta que se quedó unos días de más, pero no tuvo problemas con las autoridades del lugar donde trabajaba, el Superior Tribunal de Justicia: “Tal es así que cuando volví, yo volví tres días después de terminada mi licencia, y le dije al presidente del Tribunal en ese momento, el doctor Dorcholuz, si se me descontaban esos días. “No, para un viaje semejante, no vamos a andar discutiendo esa pavada, así que vaya a trabajar tranquilo no se haga ningún problema un viaje semejante no tiene ningún sentido que vamos a andar discutiendo por tres días””644. La personalidad de Perón Coco se sintió impactado ante la presencia del General: “Ah...fabuloso, fabuloso. Fabuloso. Un físico, una postura. Desde la calidad de la conversación que él daba lugar a que uno estuviera cómodo. Uno estaba cómodo a los cinco segundos de estar 641 642 643 644

Coco Coco Coco Coco

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con él, tenía una velocidad mental bárbara. De aspecto bien, arreglado (...) Fumó, si pero, inclusive me invitó cigarrillos a mí también, tomamos café y cigarrillos y fumamos. Él fumaba y yo también. Y yo fumé muchos años los cigarrillos que fumaba (...) LM importado. Yo fumaba el nacional. Lo fumé como 10 años, 15 años”645. Otros testimonios lo describen en el mismo sentido: “Era un hombre que atraía multitudes así que ¿cómo no lo íbamos a admirar? (...) Campechano. Muy cordial. Y hacía sentirse bien. No era el Señor Presidente”646, “Impresionante. Alto, alto. Yo no soy una persona alta, mido 1.70, pero Perón cuando me abrazó, no sé si uno lo dimensionaba...pero era una montaña...Pero yo pienso que no era tan alto...exactamente no, pero era un hombrazo. Era espectacular en todo aspecto”647.

645 Coco 646 Eva Marchand de Quintana 647 Lucio Castillo

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Capítulo 13 Los militantes y el retorno frustrado (1963-1964) “Yo me afilio al PJ en la década del ‘63 cuando tenía 20 años y luego seguí militando. No es como en la época nuestra que cuando teníamos una reunión teníamos que ir a escondernos para que los adversarios no dijeran que en la casa de fulano de tal se estaban reuniendo. Siempre trabajé en la parte del gobierno. Fui empleado estatal. Eso me facilitó de alguna manera terminar la parte secundaria”648. Otro militante cuenta como pasó a ser “Don Rossi”, debido a las dificultades políticas propias de su militancia. Incluso hoy, en Trelew, muchos lo conocen por “Rossi”, cuando su verdadero nombre es otro. “Bueno, después con el tiempo, yo me vengo acá al sur, porque venía muy, muy pesada la mano. Me vengo al sur. Yo había ido a ver a algunos compañeros. Los compañeros no querían saber más nada. Y era una cosa, que sé yo...yo hoy lo veo muy lógico, porque después me enteré que en mi casa iban. Mi padre era Jefe de Policía, y entraban a mi casa como la casa de ellos. Pateaban la puerta y revolvían todo, así que calcule lo que era eso. Un infierno. Después con el tiempo yo me vengo a Comodoro. De Comodoro me voy a Pico Truncado. Ahí entré a trabajar en la Burway y me pedían el documento. Llegó el primer pago. Todos cobraron. Y me dice “vaya, traiga el documento”, le digo “pero tengo que ir hasta allá”...Bueno, me hicieron el pago. En esa oportunidad no me acuerdo qué nombre ni qué apellido fue el que le di. El que primero se me puso. En ese tiempo todavía no era Rossi. Entonces, cuando vuelvo a trabajar, al otro día, el encargado otra vez “¿trajo el documento?”. Me borré. Y me vengo a Comodoro. En Comodoro lo voy a ver al compañero Corchuelo Blasco. Un poco más casi se me arrodilla pidiendo por favor que no lo comprometa... El padre (de “Maní” Corchuelo Blasco) Entonces le digo, “olvidate”. Y voy a ver a un taximetrero que conocía, Do Brito. Y ahí me aguantó una semana, tenía un bulín. Después me puse de novio, me entreveré ahí con una chica y estaba viviendo en la Alem, me parece. Ahí en Comodoro. Y una tarde estaba del lado de afuera y cae la Federal. “Buenas tardes” dice, “¿usted no conoce a Carranza? Uno alto, rubio, con cara de loco”. “Ah (...) debe ser el del fondo”. Todos los milicos (entraron). Y salí. Otra vez a verlo a Corchuelo Blasco. Y tenía el estudio enfrente al mar casi. Me dice “mire, lo único que puedo hacer...” no me acuerdo si era una cosa de 200 pesos que sacó y le digo “no, déjeselo, si le debe estar haciendo falta”. A mi lo que me hacía falta era poderme acovachar. (...) Y vino Do Brito, taximetrero y me llevó hasta Sarmiento. Ahí estuve en un tambo viejo que ya no funcionaba más, me tuvo aguantando una familia ahí, estuve como 19 días, creo que estuve (...) Me lleva hasta allá y después a los 19 días me fue buscar un taximetrero, un tal Guerra, morocho, alto, catamarqueño. (...) Y me trae hasta Trelew. Y aquí quedé en Trelew. Y ahí me pongo en contacto con Emilio Giles, el dueño de “Casa Pampa”, que era muy amigo de don Thomas, “Poroto”. Bueno, Emilio me consiguió una pieza y ahí me estuve aguantando, me presentó varios 648 Hugo

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compañeros. Se estaba armando la Resistencia. (...) Lo conocí a Di Pasquale, a Francisco Sánchez (...) Un día fuimos a verlo a Kuky Martínez que vive ahí de Jefatura (Trelew) para acá, tenía un chalet viejo, casa de ladrillos. Y estuvimos charlando sobre el tema de la Resistencia y dijo que él estaba para viajar a Buenos Aires, y que iba a traer novedades. Así que estuvimos esperando las novedades que no llegaron nunca. Y... los que le vendían una revolución todas las semanas al viejo (...) Yo paso a ser Rossi cuando me relaciono con un tal “El Negro”... Tenía un bar ahí al lado del puente San Cristóbal... (¡Odiaga! se llamaba el bolichero) Ahí conocí a un muchacho, Ángel López, que era mecánico, y yo algo de chapa hacía, sabía soldar. Así que me ofreció. Allá tenía lugar, había una pieza grande y una cocina. Así que él fue a vivir ahí, al chalet viejo que le llaman, allá, después de San Cristóbal, para Lomas (...) Siempre estaba en contacto con Emilio, esperando a ver si pasaba algo, cuando me instalo en lo de este muchacho López. Al lado vivía una familia Rossi de apellido. Un tal Giulio Rossi. Tenía una Komet, una camioneta y era lechero. Conocí al viejo Rossi y un día voy al bar y un galenso me dice, “hola Rossi ¿cómo andás?” “Bien”... ¿Qué tal, como te va, vas a tomar algo? “Si”, le digo, “voy a tomar un Gancia”. Y dice “¿vos lo conocés a él?”, le dice Odiaga “Si, este es el hijo de Giulio, Oscar”... y ahí quedó Oscar Rossi.”649. En 1964 Vandor cobra importancia en la escena nacional al ser el hombre fuerte de las “62 Organizaciones Peronistas”. En mayo de 1964 la C.G.T. instrumenta y promueve un plan de lucha que consiste en la ocupación de fábricas. Aproximadamente 3.000 establecimientos son ocupados por los trabajadores en el mes de junio. Este gremialista negociador y muy hábil para quedar bien ante los militares y ante los trabajadores (mientras puede) es “el sindicalista que obtiene los mejores convenios, el conciliador por excelencia que controla férreamente su gremio y mantiene cordiales relaciones con los patrones metalúrgicos, crece en importancia, ya no solo como líder de “las 62” sino que amplía su influencia a las ramas política y femenina del partido”650. El adversario en el ámbito sindical es Framini quien ya advierte que Vandor busca conducir el movimiento relegando a Perón. “únicamente peleando vamos a crear las condiciones para la vuelta de Perón, pero en condiciones dignas, como las merece, no las condiciones tramposas de Vandor, Tolosa, Niembro, Castillo, Lazcano, Cafiero, Iturbe, Parodi y todos cuantos, en este momento, dirigen con adúltera minoría fraudulenta, el más grande movimiento político argentino”651. Pero Vandor mueve sus fichas hábilmente y logra la aprobación de Perón para ser el organizador de su retorno al país en el marco de las negociaciones que ha entablado con las autoridades: “nos preparamos para el recibimiento, pero no hacemos ninguna agitación”652. En realidad se trata de una jugada por espacios de poder. Si Perón lograba bajar en Buenos Aires, Vandor se llevaría todos los laureles al ser quien “trajo” a Perón. Por su parte el General sabe 649 V. Carranza 650 N. Galasso. Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), op. cit., p. 941 651 Ibídem, p. 942 652 Ibídem, p. 943

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que es difícil que permitan su llegada al país, pero arriesga para meterle presión a los militares que monitorean el gobierno de Illia y de paso refuerza la pervivencia de su imagen en el corazón de las masas. “Primero (Perón) había hecho otro intento, creo que de Brasil. No lo dejaron bajar en Brasil y lo hicieron volver”653. La Comisión que Perón designa para el retorno es una típica decisión del General, ya que en ella convivirán enemigos irreconciliables: Vandor, Framini, Parodi, Iturbe y Lascano. El Operativo retorno fracasa. Por indicaciones del gobierno de Illia, el avión que trae a Perón es detenido en el aeropuerto de Brasil y obligado a retornar a España. “Muchos no creían en el retorno de Perón. Yo hice una jugada, una promesa digamos, que muchos dudaban. Que yo dejé de tomar vino: “hasta que regrese Perón no voy a tomar vino”. Que muchos decían “¿crees en los reyes magos?, Perón no viene más”. En Dolavon empecé a recibir primero yo y después Manolo García, un diario, clandestinamente, que se llamaba “Palabra Argentina” (...) Alejandro Olmos, ¿puede ser? El director del diario. Y me hizo suscribir uno de Dolavon para no ponerlo en compromiso a él. Yo recibía los diarios y después se los pasaba a Manolo García. Y él lo mandó a pedir y a mí no me lo mandaron más, por cierta envidia. Van a decir “¿este negro qué sabe de diarios?”. Después empezaron a mandar “Norte”, se llamaba. Después vino el diario “El Soberano”654. Todo en forma clandestina. (...) Y yo hice una promesa. Y yo sabía bien, porque en forma clandestina yo leía un montón de revistas: “Primera Plana”, la revista “Así”. Ahí manifestaban que en cualquier momento regresaba Perón. Muchos no creían. En el año ‘64 perdí un asado, en 28 de Julio655. Yo digo “Perón sale de España”, y fue en el ‘64 que llegó a Brasil y no alcanzó a llegar hasta acá. No llegó, pero salió. Formamos una agrupación: De pie junto a Perón”656. El gobierno de Illia comunica a la población: “El Gobierno quiere integrar al país y por eso está firmemente decidido a impedir el retorno a un sistema de violencia que es contrario a la paz, al sosiego y a la tranquilidad nacional. Lo ha afirmado ante el país y el mundo por intermedio de sus representantes civiles y militares en ocasión de conmemorar el 16 de septiembre, fecha que es de definición y que tiene plena vigencia en la hora actual”657. Es decir, el gobierno de Illia compartía plenamente los postulados de la revolución libertadora y su opinión sobre el peronismo.

653 Tito Laspiur 654 Hubo un medio llamado Soberanía de Rosario, editado por Nora Lagos 655 Ciudad del Valle, cercana a Gaiman y Dolavon. 656 Anastasio Baeza 657 Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), op. cit., p. 952

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Capítulo 14 El “vandorismo” y el final de Illia (1965- 1966) Un ambiente político agitado Al agitado ambiente político producto de la proscripción del Partido Justicialista, se sumó una nueva crisis, esta vez dentro del radicalismo chubutense, que derivó en un juicio político al gobernador a causa de irregularidades en el manejo de fondos y en una presunta intervención ilegal del poder ejecutivo en el Banco Provincia: “con un gobierno constitucional, que no correspondía al peronismo que estaba proscripto, gana el escribano Roque González. (...) Le hacen un juicio político por malversación de fondos, que todo finaliza a pesar de que un jurisconsulto muy capaz como Sánchez Viamonte de la Capital Federal lo defiende al escribano González, que no se ha metido un centavo en el bolsillo. Todo lo hizo por favorecer a la provincia, pero se origina ahí, malversación de fondos, porque debía haber depositado en el banco Chubut”658 (en realidad se trata de una denuncia por “Operación personal sobre los certificados de cancelación de Deuda Serie C 1963 de Y.P.F. por la suma de TRESCIENTOS CUARENTA Y CINCO MILLONES DOSCIENTOS MIL PESOS ($345.200.000”)659. “Y ahí terminó Roque González (...) deja el lugar al geólogo Pío Raso. Con Pío Raso habíamos trabajado junto en una campaña en búsqueda de uranio, en la provincia del Chubut, que es un mineral todavía no explotado y que la provincia tiene una buena, buena cantidad de yacimientos en la zona oeste, cerca de Gorro Frigio, de Cien Lagunas, de Sierra del Carmen, es medio camino con Esquel partiendo de Trelew. Está todo catalogado porque trabajábamos con instrumentos detectores de uranio, entonces, cuando el detector hacía un pico máximo, los geólogos de a bordo marcaban el mapa y después iban por tierra en jeep o a caballo y ahí mojoneaban que aquí hay uranio. Eso nunca se explotó, eso volviendo para atrás (...) a Pío Raso, de una familia conocida en Comodoro, tiene hermanos en Sarmiento, lo derroca la fuerza militar, la famosa revolución (...) en el ‘66”660. La lucha por el poder no era sólo del peronismo frente a los militares, sino dentro de su propio seno. Ya Vandor había ideado un peronismo sin Perón y lo había sintetizado en una confusa frase: “estar contra Perón para defender a Perón”: “Y Vandor era que en algún slogan nos decía “combatir a Perón para salvar a Perón”661, todo mentiras”662. 1965 es el año en que Perón envía a su esposa María Estela Martínez (Isabel) para hacer llegar instrucciones claras acerca de la necesidad de mantener unido el movimiento y para confirmar su liderazgo. Sin embargo los partidos neo peronistas que promovía Vandor, le brindaron una tibia recepción. Vandor quiso asumir la conducción del peronismo en Argentina dejando de lado las instrucciones tácticas de Perón y negociando con los militares. El General rearmó los órganos de 658 Agustín Brebbia 659 Historia del Chubut. op. cit., p. 514 660 Agustín Brebbia 661 La consigna que se le atribuye a Vandor es: “Es necesario, en estas circunstancias, estar contra Perón para defender a Perón”, pronunciada en 1965. 662 Anastasio Baeza

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conducción y se dispuso a darle batalla al vandorismo. En 1966 se llevaron adelante las elecciones provinciales en Jujuy y allí triunfó el candidato vandorista. Pero la lucha más dura se dio en Mendoza, donde la fórmula apoyada por Perón fue la de Corvalán Nanclares - Martínez Baca, enfrentado al vandorismo que llevaba como candidato a Alberto Serú García (Movimiento Popular Mendocino). El resultado es que el triunfador fue el candidato del Partido Demócrata. La fórmula de Perón obtuvo el segundo lugar y la de Vandor el cuarto, detrás de la U.C.R. Y finalmente el golpe de nocaut para Vandor fueron las elecciones en Catamarca, donde su Partido Blanco apenas arañó los 3.000 votos contra 30.000 de la Unión Justicialista apoyada por Perón. La lucha interna por el liderazgo había visto vencedor una vez más a Perón, a pesar de los kilómetros de distancia que lo separaban de su patria. En tanto, en las fábricas: “Ahí nosotros agrupábamos a los chapistas, a los pintores, a los electricistas, tapiceros, a los fresadores, a las grandes empresas de rectificado de motores, y a las fábricas terminales. Todo eso nos fue llevando a formar un sindicato de mucho peso. Hasta que entro en Peugeot. En el año 65, ahí con veinticuatro años era delegado del sector de chapa y después llegué a la comisión interna. Ahí nos defendíamos de los ataques de las diferentes agrupaciones que ya existían en aquel momento, tanto F.A.R., E.R.P., Montoneros663. Nosotros cuidábamos mucho la defensa de la fábrica. Era patrimonio de los trabajadores, no era patrimonio del que quería venir a defender porque tenía una idea diferente o porque sustentaba otro tipo de ideas. No nos enfrentábamos con ellos, pero si, marcábamos distancia. Así tuvimos las épocas de San Sebastián, que fue ministro de trabajo de Onganía. Una época que fue difícil con Rojas y Aramburu, pero también fue muy difícil con los que venían después. Era una época que el ejército argentino no tenía control, no tenía horizonte. Estaban los azules o estaban los colorados y el que presentaba más tanques te daba un golpe de estado y otra vez volver a remar. Lo único que nos mantenía firmes y convencidos de volver a la democracia era que Perón volviera al país. No había otro objetivo más dando vueltas. Ni querer ser intendente, ni diputado, ni senadores. Nosotros queríamos que Perón volviera al país”664. La composición ideológica o partidaria del sindicato “Era peronista, todos éramos peronistas. (...) Pero creo que ideológicamente y doctrinariamente era fundamental un debate en ese tema, pero siempre la importancia de que Perón volviera al país era el objetivo supremo. Sabíamos que sin Perón no teníamos destino.”665 Aquí Cassia hace referencia a que ya se estaba originando la disyuntiva (al menos desde el discurso) entre la Patria Socialista y la Patria Peronista. Más allá de las buenas intenciones de los grupos de izquierda, el sindicato piensa en defender la fuente de trabajo, por eso hubo algunos episodios en que las comisiones internas se enfrentaron a los grupos políticos que quisieron intervenir en la vida gremial de los trabajadores. La fábrica siguió siendo un ámbito gremial de 663 Tal vez la fecha de aparición de estas organizaciones en el ámbito fabril no sea la exacta, pero vale la mención para observar las diferencias ideológicas y tácticas entre la clase obrera en general y las “vanguardias”. 664 Héctor Cassia 665 Héctor Cassia

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pertenencia para los obreros. En otro aspecto, es interesante el análisis que hace este militante: la necesidad del retorno de Perón hizo que se postergaran todos los debates políticos internos. De haberse realizado, tal vez, se hubieran evitado los enfrentamientos de los años setenta, pero ya no podremos saberlo. El gobierno de Illia tuvo vaivenes políticos típicos de un gobierno condicionado. Si bien pretendió levantar la proscripción del peronismo, tuvo otros gestos que eran producto de su debilidad de origen. En 1964 presionó al gobierno de Brasil para que no dejara llegar el avión de Perón que venía de España en el primer intento de retorno. No permitió un acto de homenaje a los fusilados de José León Suárez. Además, el gobierno del radical diseñó un proyecto de Ley de Asociaciones profesionales que buscaba intervenir en la vida de los sindicatos para restarles operatividad y fondos económicos. Su política económica no varió mucho respecto de las anteriores administraciones golpistas aunque se manifestó una cierta independencia del F.M.I., pero en general fueron las indecisiones del equipo de gobierno las que apuraron su caída. En 1963, con Illia en la presidencia, surgieron grupos armados (identificados con el peronismo y con la izquierda) en el norte de nuestro país. Uno de ellos fue el E.G.P. (Ejército Guerrillero del Pueblo) liderado por Jorge Ricardo Masetti, pero no logró apoyo de la población salteña y de disolvió. Varios de sus integrantes fueron detenidos y otros murieron de hambre en el territorio salteño... De todo esto se culpaba a Illia y se lo acusaba de inoperante: “El gobierno persiste en restar importancia a las cada día más incesantes denuncias - partidas desde distintos sectores, civiles y militares- sobre infiltración comunista en el país” 666. Ese medio periodístico, en el cual escribía Mariano Grondona, se alarmaba ante la posible izquierdización del peronismo: “el peronismo se tiñe, a través de los núcleos sindicales, de matices de extrema izquierda”667. Ese medio fogoneaba a los militares para que dieran el golpe: “hoy las reservas del país son dos, una es el Ejército, y otra es Onganía. Una es institucional, otra personal, como en la época de Aramburu”668. El 28 de junio de 1966 el general Alsogaray desaloja a Illia de la Casa Rosada. Los militares consideraban a Illia como incapaz de detener el avance del peronismo y de ese nuevo elemento que estaba entrando en la política argentina: la guerrilla. No se oculta que incluso sectores vandoristas han mostrado su beneplácito por el derrocamiento del presidente. En Julio de 1966 Isabel Perón regresaba a España luego de haber cumplido con las gestiones encomendadas por Perón a fin de derrotar al vandorismo en las elecciones provinciales. Emprende el regreso a Madrid, pero viaja con ella un extraño personaje que años más tarde cobrará una trágica y nefasta importancia: José López Rega. 666 Primera Plana 12/10/1965 667 Primera Plana 12/10/1965 668 Mariano Grondona en Primera Plana 15/3/66, en 20 años de Historia política argentina 1966/1986, Editor Raúl Rossini. Investigación y Redacción Eduardo Kimel y María del Carmen Ruiz. R. R. Ediciones, Buenos Aires, 1988, p. 6.

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Capítulo 15 Onganía y la “revolución argentina” (1966- 1970) Preso por peronista (1966) Onganía asumió el poder. Su sueño era instalar una dictadura que durara varios años y su plan económico no fue nada sorprendente, ya que cumplió con las expectativas de los grandes monopolios extranjeros radicados en el país. Para ello designó como ministro de economía a Adalbert Krieger Vasena. La intención de Onganía era capitalizar en su favor la crisis política reinante, con el partido mayoritario prohibido. Trató de ganarse el favor de una parte del sindicalismo y lo consiguió debido a la actitud colaboracionista de Vandor y sus seguidores. Las medidas económicas de Onganía fueron las típicas medidas liberales en contra del bolsillo del trabajador: congelamiento de salarios y créditos para los grandes grupos económicos, lo que dio como resultado la destrucción de la pequeña y mediana empresa nacional y la pérdida del poder adquisitivo de la población. El crédito quedó bajo el control de la banca extranjera. El plan de entrega se completaba con la desprotección aduanera, de modo que las empresas nacionales caían ante el importado. El producto del trabajo nacional era bombeado hacia fuera, engordando los bolsillos de las empresas multinacionales y de la oligarquía cómplice. Todo el andamiaje económico era acompañado de una dura represión. Una de sus máximas de gobierno era “neutralizar la infiltración marxista y erradicar la acción del comunismo (...) la propiedad privada será considerada como un factor básico para la preservación de las libertades individuales”669. Era más que clara la orientación pro imperialista del gobierno de Onganía y por si quedaban algunas dudas cerraba diciendo que lo que se trataría de proteger y de defender sería la “libre empresa”670. Todo este plan esquivaba el desarrollo industrial, lo que sumado al estancamiento técnico de la oligarquía ganadera, daba por resultado un país detenido. Durante la proscripción, los militantes se juntaban a escuchar los discos con mensajes “Algunas veces en casas y otras veces en medio del campo (...) Los comprábamos en Buenos Aires. Así fue cuando la policía federal me los sacó. En aquel entonces, en el ‘66, me dijo que no me los iba a devolver, los discos. Yo le digo “a mi no me importa si yo me los compro de vuelta”. A escondidas, pero...los comprabas en la calle, con los discursos de Perón (...) Nunca me molestaron mayormente. Digamos del ‘55 en adelante, algunas estupideces, pero que yo me sentí molesto...Porque yo no les daba pelota. Al contrario, los enfrentaba. No tenía mucho problema. Yo los enfrenté siempre. Así que no tuve problemas nunca. Inclusive hasta que me metieron preso en el año ‘66 y como los resistí también me metieron preso. Pasaron tres o cuatro días y me largaron. Me metieron preso porque ellos, en esa época de Onganía, se ve que en algunas razzias detuvieron a muchachos, a muchachotes que detuvieron en Buenos 669 J. A. Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 384. 670 Ídem

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Aires, y en las libretas de ellos encontraron mi domicilio. Encontraron a algún muchacho que yo había conocido en aquel momento y figuraba mi apellido y mi domicilio. Así que el día anterior al 17 de Octubre, yo había estado el 16 en el cumpleaños de un amigo radical, de familia toda radical de Pergamino, había estado yo y mi familia y mi madre y mi padre. Habíamos estado en el asado de este chico, en el cumpleaños de este muchacho amigo. Y después me fui con otro radical al partido de fútbol con ellos. Y cuando volví a la casa a las siete de la tarde o siete y media, la vecina estaba en la puerta y me dice “no entre, no entre Coco, no entre, no entre”. ¿Cómo no voy a entrar a mi casa?” Y no le llevé el apunte por supuesto y me metí. Me lo encontré a mi padre y lleno de Policía Federal que había allanado el domicilio. Habían entrado con llave ganzúa y habían revisado toda la casa, revuelto toda la casa. La ropa de mi madre, la habían tirado toda al piso. Entonces yo lo único que miré y dije “¿qué pasa, dónde está mamá?” Pregunté por mi madre y dicen “está internada”. “No, ¿dónde está mi madre?” “Está internada”. Bueno, “llévenme”. Le dije a mi hermana que vivía en el mismo patio que nosotros: “Llévenme a ver a la vieja primero, ¡llévenme a ver a la vieja primero! Después conversamos lo que haya que conversar”. Me llevan a ver a la vieja. Y para eso ya había venido Viglione671. Ya estaba enterado del asunto y había venido Viglione hasta la casa y él fue el que la hizo internar a mi madre, porque entró en nervios. Porque mi madre había salido con mi hermana, porque era el día de la madre. Habían salido a dar una vuelta, y cuando volvieron a la casa se encontraron con toda la casa abierta (...) Entonces un juez, que después estuvo en Mendoza, un tal Rodríguez, ordenó a la policía federal que se investigara mi estado de vida, forma de vida. Pero estos tipos, los de la policía federal, son generalmente castigados, la gente que viene la mandan de allá de Buenos Aires, la mandan castigada cuando la mandan al sur (...), cuando veían una situación así, lo primero que pensaban “estos son terroristas”, chau. Buscaban armas. Yo armas no usé en la vida de Dios, jamás. Me llevaron. Voy a verla a mi madre. Estaba bien, lo único que estaba por una situación de nervios. Entonces si, ya no hubo problemas, lo que quisieran saber. (...) me dijeron que tenía que acompañarlos. Yo digo “bueno, ningún problema”. Me tuvieron acá en Rawson, en la Jefatura. Entonces ya empezaron a abrir el ojo cuando me preguntaron donde trabajaba. Yo les dije que trabajaba en el Superior Tribunal de Justicia. (...) ya medio se pararon porque dijeron, si este trabaja en el Superior Tribunal de Justicia le habrán averiguado toda su vida, por supuesto que la sabían de pe a pa. Porque yo había entrado en el Superior Tribunal en el ‘61, así que cinco años hacía que yo estaba en el Superior Tribunal de Justicia. Inclusive había ido a España en el ‘63, así que por lo consiguiente sabían los ministros del Tribunal que yo había ido a España (...) Los policías me tuvieron ahí y me empezaron a preguntar. Me entraron a preguntar donde trabajaba. Yo le digo “Superior Tribunal de Justicia”, “¿Cuánto tiempo?” “Desde el ‘61, cinco años”. “¿Usted era peronista?” “No, no era, soy peronista, soy peronista, y lo sabe todo el mundo que soy peronista. Así que no es ninguna novedad, no van a descubrir la pólvora”. Y ya habían llevado unos papeles de 671 Doctor y ex gobernador radical (1983 - 1987), un hombre muy valorado en toda la provincia. Una localidad lleva su nombre, actualmente vive en Trelew.

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casa y unos discos de Perón, y que sé yo cuanto, me los habían llevado. Entonces yo escuchaba que estaban escuchando los discursos de Perón (...) me dice si había ido a España y le digo “si, fui a España y ustedes lo saben mejor que yo”. Dice “no, no le preguntaríamos si supiéramos”. “Pero ustedes me dieron el pasaporte. ¿Quién me dio el pasaporte para ir a España? La Policía Federal”. “Y ¿visitó a Perón?”. “Por supuesto, me daría vergüenza no haberlo hecho. Me avergonzaría sino lo hubiera hecho”. “Y ¿como hizo?” “Muy sencillo. Le toqué el timbre y me recibió. Un ciudadano argentino que deseaba hablar con él y él sensible a todo lo que sea argentino, me recibió, ningún problema”. “Y ¿como hizo?” “Muy sencillo. Vaya a Aerolíneas Argentinas y pregunte: lo pagué a crédito, así que pregunten en Aerolíneas Argentinas como hice para pagarles. Aerolíneas Argentinas tienen como fui pagando mes por mes, con preguntarles, listo”. Y seguían así preguntando estupideces. Y yo les contestaba con otra estupidez. Entonces después me largaron porque empezaban a venir las amistades mías, algunos abogados, algunos conocidos, mi familia. Yo a mi familia le había dicho que no dejaran de llamar por teléfono para preguntar por mí. Porque como los metían en un avión y se los llevaban en cualquier momento, uno no sabe que pasa con uno. Entonces que no se cansaran de llamar por teléfono preguntando por mí, que querían hablar conmigo (...) para que se movilizaran con abogados, con la policía local. La policía local se envenenó mucho, porque ellos (la Federal) no hicieron ningún aviso a la policía provincial, los pasaron por encima, un día domingo. Así que la policía local se molestó mucho, porque no se habían averiguado pormenores, medios de vida de uno. La policía lo conocía a uno de toda la vida (...) Viglione era el médico de la casa, así que él enseguida vino a la casa, se llevó a mi mamá, la internó y se volvió a la casa a estar ahí con mi padre y con mi familia apoyando la situación; ¡si nos conocía de toda la vida!. De Huracán, éramos miembros de Comisión de Huracán (Estuve preso) tres, cuatro días. (...) Lo que pasa es que yo era reacio, como fui renegado siempre, renegado seguí siendo con ellos, lo mismo. Así que me ofrecían café y yo no les aceptaba, me ofrecían mate y no les aceptaba, no les aceptaba nada, nada. Digo: “a mi me van a llevar con conocimiento, no me van a llevar medio dormido”. Así que ya empezaron a aflojar cuando se enteraron lo del Superior Tribunal. Entonces preguntaron a un vecino ahí de la policía federal, que era contador en el tribunal, por mi persona. Entonces les dice “miren, yo lo conozco desde que está en el Superior Tribunal, lo conozco de ahí y no tengo nada, absolutamente nada, que decir”. Entonces me dijeron, cuando resolvieron largarme, que no tomara ninguna revancha con nadie porque era una situación de ellos con la policía o sea que tenían un muy buen concepto de mí los miembros del Tribunal. Yo les dije “mire, yo no les pedí a los miembros del Tribunal que tengan un buen concepto de mí así que por lo consiguiente no hace falta que me dé aclaraciones. Y con respecto a los vecinos que utilizaron ustedes para entrar a mi casa, quédense tranquilos que a mis vecinos los conozco hace cuarenta años y a ustedes también los conozco hace cincuenta años. Sé como actúan ustedes, no se preocupen. Quédense tranquilos”. Entonces me largaron y bueno, nunca más. Y volví a Superior Tribunal. Antes de entrar a trabajar pedí una

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audiencia con los miembros del tribunal. Les dije lo que había sucedido. Si eso perjudicaba en algo yo renunciaba inmediatamente. “No, pare, pare, pare. Usted háganos una nota diciéndonos todo lo que pasó y preséntenos la nota que nosotros vamos a averiguar por nuestra vía su situación. Usted vaya a trabajar tranquilo. Usted díganos como lo trataron”. Bueno, al jefe ese lo mandaron a Misiones o al Chaco. Estaba castigado acá y pensaba que con eso lograba un ascenso” 672. La dictadura de Onganía tenía un perfil represivo innegable. A poco de usurpar el poder entraron a palazos a las Universidades en la recordada “Noche de los bastones largos” (julio de 1966). ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué un régimen antiperonista (es decir, antipopular) como el de Onganía desalojaba de sus claustros a los universitarios que históricamente se habían pronunciado en contra de los gobiernos populares? Es que por un lado “la Universidad” se había politizado, volcándose hacia el peronismo. Si anteriormente la oligarquía se había apoyado en la histeria clasemediera y en la pequeña burguesía antinacional y antipopular, ahora la clase parasitaria ganadera se había echado en los brazos de la parte más reaccionaria del ejército para terminar de aplastar al peronismo y a cualquier versión “aggiornada” del mismo. La oligarquía ganadera se había valido del apoyo de las clases medias histéricas que, con la banderita de las “libertades civiles”, habían combatido al peronismo. Una vez derrocado el gobierno popular, diversos gobiernos trataron de limarle al peronismo sus aspectos más revolucionarios y nacionales para admitirlo en el panteón de la “democracia”. Pero la inestabilidad política desde 1955 convenció a los terratenientes y a los industriales monopólicos de que la única salida era terminar con aquellos derechos civiles y libertades públicas que le habían servido de excusa para combatir a Perón, porque el fenómeno peronista podría emerger en cualquier momento. Por eso, no dudaron en deshacerse de sus “intelectuales liberales”. Por su parte, los estudiantes universitarios y las clases medias despertaron de su letargo y se dieron cuenta que el “tirano prófugo” en realidad era un caudillo popular apoyado por más del 60 % de la población y a partir de allí vieron que ellos y sus profesores habían sido vehículos de la represión y apoyo de la proscripción de las mayorías. Empezaron, entonces, a virar hacia el peronismo y reinterpretaron (cada quien desde su lugar de pensamiento) lo que había sido la experiencia peronista y el resto de la historia argentina. No suele faltar algún intelectual que reivindique el período que va de 1956 en adelante llenándose la boca con las supuestas libertades adquiridas en los claustros universitarios. Curiosa forma de ser libres, mientras disfrutaban de sus burbujas académicas, afuera se reprimía a las masas obreras. “Es cierto, muchos callaron, cuando yo fui detenido. Vaya con la diferencia yo preso ellos sometidos, yo preso ellos sometidos”673. Sin saberlo este ataque oligárquico a los sectores medios (estudiantes universitarios e intelectuales) terminaría por sumarle nuevos enemigos. A partir de allí, muchos hombres que habían repudiado al peronismo en nombre de la “libertad” y de la “ciencia”, empezarían a comprenderlo y a no despreciarlo. 672 Coco 673 Armando Tejada Gómez, “Coplera del prisionero”, grabada originalmente por Horacio Guarany.

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Como vimos Onganía tuvo como ministro de economía a Adalbert Krieger Vasena, que había sido parte del gabinete de Aramburu. Su plan no era muy distinto: devaluación del 40%, eliminación de los beneficios sociales que “trababan” la producción industrial (o sea un antecedente de la menemista “flexibilización laboral”). La devaluación produjo la caída de las pequeñas y medianas empresas a manos de las más grandes. El trabajador debía soportar todo el peso de la política económica en beneficio de las empresas extranjeras y los monopolios locales. Aumentó la desocupación y cayó el poder adquisitivo de los obreros. En materia petrolera se favoreció la privatización en la explotación de ese recurso. El F.M.I. eligió a Krieger Vasena como presidente: era indudable el carácter entreguista del ministro. Dos golpistas funcionarios en Chubut (1967 - 1968) El gobierno nombraba a los gobernadores de todas las provincias: “¡Pero que coincidencia! Yo sigo volando para la provincia y nombran, no el interventor federal, digamos el gobierno de facto, al capitán de fragata aviador naval José Vicente Guaita, Gobernador (...) Desde ya, todo gobernador se trae su piloto, su director de aviación. Así que yo no podía decir, “yo soy director”. Entonces trae a Eduardo Salvador Velarde (o Belardes, según otra fuente), un teniente de navío, aviador naval, que había actuado en el bombardeo de la casa de gobierno en Buenos Aires, que originalmente tiraban las bombas y huían a Montevideo. Ahí en Uruguay se asilaban. Ahí se quedaban el tipo y el avión. Las relaciones con el Uruguay eran siempre un poco tensas, en esa época. Así que a la larga de los tiempos aparecen: Guaita, que era el Jefe de la Base de Punta Indios, que autorizó la salida de los aviones NA con dos bombitas cada uno y ametralladora; y Velarde, como piloto de uno de esos aviones. Ellos dos, a la larga, vienen a Chubut como Gobernador y Director de aeronáutica.”674. Efectivamente, recordemos que en junio de 1955 un fallido intento de asesinato contra Perón dejó como saldo una cifra cercana a las 400 víctimas, en su mayoría civiles que fueron sorprendidos por el fuego criminal desde el cielo. Los golpistas al no poder matar a Perón, no dudaron en asesinar a las desprevenidas personas que caminaban por el centro de Buenos Aires. Entre los pilotos que participaron de esos crímenes se hallaba Eduardo Velarde. Después de descargar sus bombas, huyeron al Uruguay. Cuatro de esos aviones aterrizaron en Colonia, en un aeropuerto civil “La tercera máquina llegó piloteada por el teniente de navío Eduardo Velarde, con el teniente de fragata Rafael Checachile como copiloto”675. El propio Velarde le comentó los hechos a Brebbia: “Él lo dijo. Si, si. El actuó. Porque inclusive en adaptaciones, en bimotores, cuando el salía a la derecha y me adaptaba a mí, él me comentaba “pensar que en aquella época, que locura ¿no?”. Le digo “de veras, si. Y yo que soy peronista”… Claro ya, había una amistad profesional, digamos, así...Él era profesional, a lo mejor invitado por Rojas, que también salió con la flota de la marina, (desde) Chubut”676. 674 Agustín Brebbia 675 Diario Clarín 17/06/2005 676 Agustín Brebbia

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El “Cordobazo”, el “aramburazo” y el fin de Onganía (1969 - 1970) En Mayo de 1969 estalla en Córdoba un movimiento popular que pasará a la historia como el “Cordobazo”. Trabajadores hartos de la represión y la debacle económica toman las calles de Córdoba. A ellos se suman los estudiantes. Este levantamiento fue reprimido y controlado al cabo de unos días cuando el gobierno de Onganía envió fuerzas de seguridad a la zona. En la represión es asesinado el obrero Máximo Mena. Sin embargo, esta dura manifestación sería el comienzo del fin de la dictadura de Onganía y su autodenominada “revolución argentina”. “Entré (en Peugeot) en el ‘65. Y en el ‘69, después de un paro muy grande, dejé y me vine para acá que estaba mi hermana la mayor y empecé a trabajar en Mario Gallini, un taller grande que había acá, de chapa. Había tres, cuatro talleres en esa época, tampoco había muchos”677. El 29 de mayo de 1970 la organización guerrillera Montoneros hace su entrada en la política armada argentina al secuestrar al ex dictador Pedro E. Aramburu. En un operativo comando de gran precisión y muy arriesgado, simularon ser custodios del ex dictador y lo llevaron secuestrado. Aramburu fue ejecutado por ese grupo. La composición de la cúpula de Montoneros en aquel primer operativo era netamente de clase media alta y en cuanto a su ideología: nacionalista y clerical. Este es el punto de inflexión que marca la radicalización de las clases medias. Montoneros comunicó que la ejecución de Aramburu se debió a la responsabilidad que tuvo en los fusilamientos de peronistas de 1956 (algo innegable). Este suceso terminó por empujar fuera del poder a Onganía que fue reemplazado por Levingston, hombre de Lanusse que era quien en definitiva detentaría al poder al poco tiempo. A partir de su entrada en el escenario político, Montoneros tendrá un vertiginoso crecimiento entre 1970 y 1974. En ese período la organización lograría la simpatía del pueblo peronista y el apoyo efectivo de la clase media radicalizada. Así también lograría establecer vínculos con otras organizaciones guerrilleras y hacer pie en las universidades (fundamentalmente a través de la J.U.P.). Pero tal vez el principal error del pensamiento de estos hombres y mujeres de clase media que componían Montoneros (y E.R.P.), fue pensar que las fuerzas sociales que se enfrentaban, reposaban sobre la personalidad de un determinado personaje, cuando abundaban los casos en que el personaje eliminado era inmediatamente reemplazado por otro. En tanto: “Y en el ‘71 empezamos a organizar el sindicato y lo organizábamos en el “Super Bar”, un bar que estaba en 25 de mayo y A. P. Bell (Trelew), al frente de la estación de servicio, ahí había un billar y entre Gancia con limón empezamos a formar. Pero ya en esa época nosotros entendíamos que el sindicalismo tenía que ser pluralista y ya teníamos en esa época a Anselmo Montes, socialista, Arcuri, comunista, la Olga Etchechouri, que trabajaba en la “Empresa Chubut” de administradora, ella fue la primera secretaria de acción social678 mujer, en la época del ‘70, ¿no?. Y ahí formamos una linda conducción. “Malapata” que estaba en el transporte Centenario, el rengo Cantoni que le decían “Malapata”, con él también (...) Era radical y bueno empezamos 677 Héctor Cassia 678 Del sindicato

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a hacer un sindicato que fue importante acá en la zona”679. Ya hacía algunos años que la Base Almirante Zar de Trelew había sido ocupada con personal militar, esto cambiaría la fisonomía y el ambiente político de la zona en los años ‘70: “en el 72, nos reuníamos en Socino680 ahí arriesgando a que nos cargue en un camión”681, “Fíjese que en el cine mismo de acá, en el Cine Coliseo, cuando venía el jefe de la Base Aeronaval Almirante Zar, un jeep se paraba frente al cine en el medio de la calle con dos: el chofer y el acompañante, militares armados, y parado, apuntando al cine con una ametralladora un tercer militar con un militar sentado al lado. Apuntando por si acaso había alguna rebeldía contra el Jefe que iba a salir del cine. O sea, una pantomima completa, si no había necesidad. Si el pueblo sabía que a la corta...ya sabemos el final, cuando simularon el escape para andar matando a gente bien inteligente, bien dotada” 682.

679 Héctor Cassia 680 Camping que estaba ubicado cerca de la cancha de Huracán, a orillas del Río Chubut, en Trelew. 681 José Manuel Ulloa 682 Agustín Brebbia

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Capítulo 16 Lanusse, la fuga del penal, la Base, la Masacre y el retorno de Perón (1971 1972) Con Lanusse en el poder los militares empezaron a buscar una salida “electoral”, pero queriendo ser la tutela del gobierno que se eligiera. Ese año, 1972, una terrible masacre sacudiría al país. La idea de instalar una base aeronaval en la provincia del Chubut venía desde 1924, debido a razones estratégicas. Pero fue en 1944 cuando se dispuso, desde el gobierno nacional, la creación de ese destacamento naval. Sin embargo las obras se vieron demoradas por mucho tiempo y recién en “1961 (9 de febrero) pudo ocuparlo el primer contingente militar”683. En agosto de 1972 un grupo de guerrilleros (E.R.P., F.A.R., Montoneros) que estaba preso en la cárcel de Rawson (Unidad 6) logra fugarse. Con éxito logran llegar hasta el aeropuerto de Trelew y allí capturar un vuelo en el que se fugan los principales líderes de la guerrilla. Sin embargo, debido a errores en la coordinación, un grupo de 19 hombres y mujeres quedaron en tierra, debiendo entregarse más tarde, luego de una ardua negociación. El hecho conmocionó al país. La fuga también fue muy recordada: “llegaron a abordar, pudieron abordar el avión de Austral e irse a Chile. Obligados ¿no? Mientras llegaba la otra tripulación, el otro avión, Aerolíneas, se le avisa por la torre que el aeropuerto estaba tomado, entonces Aerolíneas no sé si vuelve a Comodoro o sigue a Bahía. O sea que deja a la mitad de los que habían huido de la Base (en realidad huyen de la Unidad Penal 6), ahí. Entonces viene la Base, toma a los que se habían escapado y los lleva (...) los que quedaron, pidieron un médico, porque ellos se iban a entregar a los que les estaban rodeando y querían certificar al médico que ellos estaban sanos. ¿Quién concurre a dar el veredicto de que estos estaban bien? El doctor Viglione...Si. El doctor Atilio Viglione hace un certificado que fulano, fulano y fulano, yo no me acuerdo los nombres, pero eran todos estudiantes avanzados universitarios. No eran gente de baja calaña o de baja estofa para hacerles eso (...) fue en agosto el mes”684. “cuando cayeron los presos en la Base, que los metieron en cana de vuelta a la Base, los otros se escaparon. Ahí fue donde yo antes de nada quemé los libros. Por las dudas. Porque nosotros...al lado de la carnicería había una pensión y ahí venían los familiares de los presos políticos y ahí descansaban. Había un sólo baño y entonces venían a casa muchas veces viejitos a bañarse o a entrar al baño porque con un sólo baño la cantidad de gente que venía más los que ellos tenían ahí...no había forma. Y bueno, entonces nos compraban cosas en el negocio y mi marido se las llevaba a los presos. Llevaba las cosas, las revisaban porque eso si, el dulce de batata lo pinchaban todo...bueno, pero está bien...pero se lo dejaban pasar (...) Porque ellos cuando iban, como iban en el colectivo, no podían llevar tantos paquetes; los revisaban todos y cuando terminaba la hora de visita ya se tenían que volver, y no entraban (...) Mucha gente, si (...) había una señora que decía “que a mi hijo no lo suelten, que no lo suelten porque va a salir 683 Clemente Dumrauf .Historia de Chubut, op. cit., p. 525 684 Agustín Brebbia

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tan envenenado...que va a ser para desgracia. Que no lo suelten todavía”...Y fue la muerte de él. Lo mataron en la Base. Uno de esos que mataron en la Base. Si, pero no te lo voy a decir...Era gente grande che...Eran dos personas mayores...Yo no sé como tenían un muchacho tan joven (...) Eran de Córdoba. El muchacho así alto como vos, lindo tipo de muchacho, pero los papás eran personas muy grandes”685. Los detenidos fueron conducidos a la Base aeronaval Almirante Zar, donde permanecieron detenidos por una semana. Pero en la madrugada del 22 de agosto de 1972 fueron ametrallados por los militares que los vigilaban, queriendo escarmentar con esa acción al resto de la población y de las organizaciones armadas. El hecho se pretendió encubrir como un “intento de fuga” o “enfrentamiento” con las fuerzas militares, lo que no era cierto. Fueron asesinados 16 guerrilleros, pero tres sobrevivientes lograron contar la historia de lo sucedido allí686. “Había un general con Base en Comodoro que era el encargado de toda la subversión civil, que se encargaba de los régimen y dar dónde tenían que ir presos y qué le correspondía, qué penalidad, le correspondía. No se respetó a ese general y, yo estimo, que militares de menor jerarquía naval, pasaron sobre el general de Comodoro Rivadavia y volvieron con esos detenidos, que fue cuando después aparecieron escapando por el campo687 y muertos a balazos. Algunos simularon quedar debajo688 (...) quedó ahí simulando estar muerta. Que cuando la prensa de Trelew se dio cuenta fueron todos a la Base, entonces la Base tuvo que parar”689. “En el 72. Fui apoderado de uno de los muertos en la Base (...) “¿qué tipo de corriente ideológica querés asistir?” “Donde haga falta” (...) Hasta ahí era la “dictablanda”. (Éramos) Apoderados legos. Era un resquicio legal que había en la legislación (...) Además de tener un apoderado, un abogado que se encargue de la justicia, cabía la figura de un apoderado lego que lo asistiera, que lo proveyera, que se ocupara de él en las cosas mínimas... (...) Te decía que apareció como la “dictablanda”. Excepcionalmente aparecían hechos de represión por fuera de las reglas. No se había producido todavía ninguna masacre. Algún caso de gatillo fácil, si”690. La masacre de la Base impactó a la población trelewense (y nacional): “Mal. Mal. Porque eso lo hicieron para demostrar que tenían la fuerza. “La fuerza es el derecho de las bestias”. Ese es un libro de Perón. Ellos los tendrían que haber juzgado, ¿cierto? Dicen que se quisieron escapar. No, no. Ahí los soltaron para que se vayan y los llevaron a otro lado y los limpiaron. Nadie se va a escapar. Yo lo conocía todo eso, porque yo hice el servicio militar ahí y yo conocía todo el edificio adentro como era. Los mataron, los dejaron para matarlos. Y bueno, esas son las condenas que están pagando altos mando militares en este momento, por todas esas cosas”691. 685 Choli 686 Ver La patria fusilada, de Francisco Urondo 687 El “intento de fuga” fue una de las versiones difundidas en los primeros instantes por las Fuerzas Armadas. 688 Se refiere a Maria Antonia Berger, aunque en la entrevista confunde el apellido con el de Norma Arrostito. 689 Agustín Brebbia 690 Horacio 691 Ítalo

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“En la Masacre del ‘72 ahí había tres o cuatro que eran peronistas, que sentían el sentimiento, como Pujadas. Pujadas era peronista”692. La Casa del Pueblo (1972) A raíz de la masacre de 1972 la zona de Trelew quedó muy convulsionada. Mucha gente que había prestado su ayuda a los presos políticos, o había colaborado de alguna manera con ellos, se vio perseguida y en general toda la población estaba amenazada por la dictadura. Así fueron detenidos Abel Amaya, Ángel Bel y otros militantes sociales más. El primero fue asesinado por los militares en 1976 y el segundo fue desaparecido por una de las patotas militares denominadas “grupo de tareas”: “en una época de octubre, cuando se llevaron los presos de acá y los de Trelew, que se llevaron a Bel y se llevaron unos cuantos. Se llevaron una señora que era la mujer de Franzetti entonces (...) Se llevaron mucha gente. Entonces se hizo la Casa del Pueblo. Se hizo en el Teatro (Español). Y si, ahí se juntaba la gente a pedir (...) por la gente que se habían llevado para que los mandaran de vuelta. Mandaron a mucha gente de vuelta y algunos se fueron a otros lugares. Ahora del que nunca más se supo fue Bel y alguno más (...) Era un buen tipo. Era un maestro que trabajaba, nada más. Era un maestro. Porque era comunista. Ni la familia supo más. La mujer, el hijo, porque se llevaron hasta el hijo. Después lo dejaron en un negocio. Un bebé. Y bueno la Casa del Pueblo estaba ahí. Mi marido le llevaba cosas a la casa del pueblo. Él llevaba carne, naranjas...porque la gente pasaba el día y la noche ahí”693. Cabe aclarar que en realidad al hijo de Bel lo dejaron en la ruta a unos obreros, quienes lo entregaron a su familia. Igualmente vale el testimonio de esta señora porque recuerda el proceso en general. “en el 72, a lo mejor vos te acordás cuando se hizo la asamblea popular. Yo iba todas las noches, todos los días. Dejaba mi laburo por la liberación de los presos políticos. Ahí la mayoría eran todos radicales. A mí no me interesó la ideología Yo andaba mezclado con Chiche López, Miele; en el escenario. Que un día me sacan Coco S. y Méndez. Yo estaba muy metido. Y me sacan Méndez y S. y me dicen “vamos, vamos Baeza, sino vas a pasar por comunista”. Y yo no tenía miedo. Como yo no soy comunista. Tengo más nacionalista que peronista. Me considero nacionalista, tercer mundista. No justicialista. Peronista (…) Peronista nacionalista. Porque primero está la patria como dijo Perón. Eso se lo recalco a muchos. Perón dijo “Primero la patria, después el movimiento, después recién los hombres”. Bueno, acá primero están los hombres, al movimiento, a los negros, nos usan. Y la patria: último. Como algunos (dicen): “No, Perón ya murió”. Si, pero su mensaje jamás va a ser extinguido. Y nos dejó una doctrina. A ver quién cumple la doctrina. (...) Cuando dice Perón “los cargos ennoblecen al ciudadano, los ciudadanos deben ennoblecer sus cargos””694. El presidente Lanusse tomó como verdadera la versión oficial sobre la masacre en Trelew. Finalmente estos hechos y la creciente movilización popular fueron cercando 692 Vitalicio Vargas 693 Choli 694 Anastasio Baeza

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al dictador que empezó a reaccionar de manera airada ante la estrategia de Perón: “Cuando decía Lanusse que no le daba el cuero a Perón para volver, yo digo “bueno, vamos a ver si no va a volver””695. Durante su dictadura, Lanusse trató de hacerse ver como un “general democrático” que quería el retorno a la legalidad. En realidad lo que pensaba Lanusse era que Perón ya no volvería y entonces buscó tender algunos puentes para que el General apoyara a alguno de sus candidatos. Lanusse estableció un plan que se llamaba G.A.N. (Gran Acuerdo Nacional) Este acuerdo establecía la restitución del grado militar al General, devolución del Cadáver de Evita y el cierre de las causas que se habían iniciado contra Perón. Sin embargo Perón desestimó el acuerdo, Lanusse quedó pagando ante los militares y ante la sociedad. Entonces, decidió proscribir a Perón, apurándolo para que se presentara en el país antes de una fecha límite de lo contrario no podría participar de las elecciones. Lanusse ya no tenía salida. Convocó a elecciones, pero no sin antes realizar un último acto que demostraba su odio a Perón. Propició una cláusula que decía que para ser candidato había que estar en el país antes del 25 de agosto. Fue allí cuando lanzó, en julio de 1972, la famosa y errónea frase “no le da el cuero” con la cual quería “apurar a Perón”. Al poco tiempo, Perón demostró que le daba el cuero y que las pautas de su regreso no dependían de las bravuconadas de Lanusse, sino de las condiciones sociales y políticas del país. El 17 de noviembre de 1972, por fin, Perón regresó al país en medio de un gran operativo de seguridad. Permaneció cerca de un mes y regresó a España. Este viaje no solo terminó de ponerle la tapa a las pretensiones de Lanusse, sino que además renovó el prestigio que Perón tenía entre la masa trabajadora: “Cuando Perón vino en el ‘72 estaba en Gaspar Campos. Que decían que era el Cu-cu, que salía cada media hora. Ahí si fui también. (...). Era cuando estaba Rucci con el famoso paraguas, noviembre del ‘72, llovía a cántaros (...) Yo iba con otro muchacho a Gaspar Campos, ahí cerca de Vicente López (...) Estuvo un mes, todos los días había gente, gente, gente. Estaba lleno. Y ahí mirábamos y salía él, saludaba”696.

695 Eusebio Guiñazú 696 Prof. Gustavo Adolfo Boyd

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Capítulo 17 Cámpora al gobierno (1973) El 11 de marzo de 1973 el pueblo concurrió a las urnas para decidir su destino. Dieciocho años de dictaduras y gobiernos fraudulentos habían dejado como saldo años de proscripción, militantes fusilados, un país rifado por los militares y una clase obrera empobrecida. La fórmula del peronismo fue Héctor Cámpora - Solano Lima. Lanusse amenazó al electorado diciendo que las Fuerzas armadas “no serán cómplices en la instauración de ningún nuevo despotismo ni tolerarán forma alguna de violencia (...) del sufragio también puede resultar que la República pierda y se sumerja en la anarquía, la obsecuencia, la delación, la corrupción, el engaño, el mesianismo, el envilecimiento de las instituciones, el cercenamiento de las libertades, la implantación del terror y la tiranía o la insubordinación a la voluntad omnímoda de un hombre (...) ningún desborde será admitido”697. Lanusse aun guardaba la esperanza de que las elecciones fueran parejas y que en una segunda vuelta (inventada por Lanusse, porque en realidad no existía en la Constitución) triunfara el candidato más potable para los militares: Balbín. Sin embargo el escrutinio arrojó el resultado menos querido por las cúpulas del ejército: 49% para Cámpora. La fórmula radical desistió de participar de la segunda vuelta por lo apabullante de la derrota. Se inicia así lo que algunos denominan la “primavera camporista”. A pesar de haber recuperado la democracia, el E.R.P. insistía con las acciones armadas. Este accionar de las organizaciones armadas las irá aislando de las masas. Las medidas de gobierno fueron sumamente positivas. Se liberó a los presos políticos, se reformuló la Universidad Nacional a través de las políticas encabezadas por el ministro Jorge Taiana. Incluso se echó de sus puestos a representantes del liberalismo antipopular como Roberto Alemann, vinculado a los negocios con la banca extranjera. Se reanudaron las relaciones políticas con Cuba, rompiendo el aislamiento a que se halla sometida la isla. También se crearon vínculos con otros países de la órbita socialista, y se decidió un control de las exportaciones de carne. La oligarquía y la derecha en general (además de la derecha interna) ven con preocupación la ola de ocupaciones de edificios públicos por jóvenes de la “Tendencia”. Pero esas ocupaciones son el resultado de años de represión y de prohibiciones y poco a poco, con el paso de los días el ministro Righi insta a dejar de lado esas ocupaciones para ordenar la acción de gobierno. En realidad, lo que preocupaba a la derecha, era la posible izquierdización del peronismo. En las elecciones provinciales de 1973, en Chubut, el peronismo fue dividido. Es decir, el Partido Justicialista llevaba como candidato a Benito Fernández698, mientras que un sector del peronismo se aglutinó en el Partido Revolucionario Cristiano, con David Patricio Romero como candidato a gobernador. El triunfo le correspondió a Benito Fernández: “En el año ‘72 nos empezamos a reunir acá, a trabajar para el 697 Diario Jornada 10/03/73 698 Había sido designado Juez Nacional de Primera Instancia, con asiento en Rawson, el 24/10/1952

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peronismo. En el año ‘73 ganamos con “Kuky” Mac Karthy699, que también fue una reunión que hicimos en el Achalay, porque también estaba el Partido Revolucionario Cristiano, con el “Oso” Romero. Entonces lo sacamos a “Kuky” del Banco, que trabajaba, lo llevamos al Achalay y lo pusimos para que sea candidato a intendente (...) No había internas porque los otros eran P.R.C. y nosotros peronistas. También ganaban siempre los radicales acá (...) Ganamos las elecciones estas. Los radicales ya estaban festejando las elecciones que habían ganado acá en Trelew. Pero faltaban dos urnas, de la escuela Nº 5. Y “Kuky” había estudiado ahí, entonces lo conocía la gente porque él vivía acá en el pasaje Córdoba. No vas a creer que en esas dos urnas nos dan el triunfo por 150 votos. Los radicales estaban festejando ya, haciendo las caravanas para salir”700. Esa elección y sus candidaturas reflejaron las líneas diversas que corrían en el amplio campo del peronismo. El P.R.C. estaba conformado por militantes peronistas de la “Tendencia” y en el FREJULI se agrupaban los peronistas “históricos” y ortodoxos. “Cuando salían a hacer las pintadas muchas veces se trompeaban y se pegaban con los otros que salían a hacer las pegatinas también. En cualquier época, las pegatinas siempre fueron para cadenazos y para cosas y para golpes y para todo. A Kilito no lo golpeaba nadie. Lo respetaban”701. “Después, al ganar (Cámpora), le cede a Perón el pase para que sea presidente y acá gana Benito Fernández, del peronismo de Esquel. Inclusive apoyado por el radicalismo intransigente, con los Escribano, los Fernández (creo que son de Esquel), apoyando también, saliendo diputados provinciales. Del ‘73 al ‘76, a los tres años, se estaba trabajando bien en la provincia”702. Alguno le reprochaba a Benito Fernández cierto exceso de protagonismo: “No tengo buen concepto de él. Discutimos y todo. Era un hombre que se manejaba con los monos. Con la policía detrás. No era simple como este703, por ejemplo, que va a todos lados. Mucha custodia. Él iba a una confitería e iba con toda la custodia detrás. O ponía la custodia en la puerta de las confiterías. Pavadas. Acá en los pueblos chicos...Yo lo criticaba. Se lo dije ahí, en una cena. “Yo soy uno de sus críticos”. A él la gente le decía “patrón de estancia”. Se quejó a Mac Karthy”704. “Tengo fotos de la campaña de Benito Fernández, éramos 10, 15, 20, nos contábamos con la mano. Nos movilizábamos y los que nos veían movilizarnos no lo podían creer, les parecíamos que éramos la revolución nosotros. No éramos nada, éramos lo que nos gustaba hacer nada más. En esa época era Raúl Biscay presidente del partido”705. El regreso de Perón. Ezeiza (1973) “A Perón lo trajeron acá para que no hubiera una masacre en el pueblo para que no corriera sangre por las calles, porque acá nos íbamos a matar uno al otro, entre hermanos nos íbamos a matar. Estábamos todos enfermos. Cuando lo traen a Perón 699 Intendente de Trelew por el P. J. (1973-1976) 700 Vitalicio Vargas 701 Maria “Choli” Rodríguez 702 Agustín Brebbia 703 Se refiere al actual gobernador del Chubut 704 Coco 705 Héctor Cassia

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lo traen para calmar un poco, porque estaban los ánimos muy caldeados. Estábamos todos locos (...) Cosas que hicieron algunos. Lo quemaron a Aramburu, lo tiraron al pozo (...) cosas que no estoy de acuerdo”706. Este militante hace un interesante análisis sobre el las causas del retorno de Perón. Se puede decir que es cierto, que tal vez para la mayoría de la sociedad la figura de Perón podía ser el elemento aglutinante y pacificador para estabilizar políticamente a la sociedad y empezar a desarrollar las fuerzas productivas del país. Esto también era bien mirado por las cúpulas militares derrotadas, que temiendo la izquierdización del peronismo veían a Perón como el factor de encauzamiento de la fuerza mayoritaria dentro del peronismo clásico. Lo odiaban, pero sabían que era muy difícil de vencerlo políticamente y preferían convivir con peronistas que con la “Patria Socialista”. El 20 de junio de 1973 Perón regresó a Argentina. Fue el regreso definitivo. “La esperanza siempre. Porque había mucha influencia de afuera para que Perón volviera. Eso también trajo sus consecuencias (...) Pero seguí siendo peronista. Él vino y para mí era Perón. A mí lo poco que me dio, me lo dio él. No hay nada que hacerle. Porque yo nací en plena cuna (peronista)...el primer voto que hice: a Perón, yo. Viene y hubo que votar: lo voté, y siempre seguí con el peronismo y el peronismo y el peronismo. Ni hablábamos (de) justicialistas ni nada de eso. Peronista. ¿Hace bien este? ¿Es de la línea peronista? Lo apoyo”707. Una gigantesca movilización popular, como jamás antes hubo, recorre la autopista que lleva hasta el aeropuerto de Ezeiza. Durante largos años de exilio Perón debió ser conductor del desorden, tratando de unir y dar cohesión al movimiento; bendiciendo alternativamente a unos y a otros a fin de lograr el mayor número de convocados. Sin embargo ya no resultaría tan sencillo llevar a todos en paz y en orden. Tantos años de dictaduras y gobiernos títeres que destruyeron el país aplicando planes económicos de entrega, sumados a la represión y proscripción del movimiento mayoritario, dejaron como saldo una sociedad violenta. La clase obrera, principal víctima de los gobiernos militares, había respondido a las dictaduras con pintadas, sabotajes, tomas de fábricas y huelgas: “A lo largo de 1959, más de un millón y medio de trabajadores participaron en huelgas”708, que derivaron en la gran movilización popular ocurrida en Córdoba: el Cordobazo (1969). Esa base obrera continuaba siendo peronista y reconocía el liderazgo de Perón pues había sido con él como presidente con quien consiguió el mayor avance social y mejor nivel de vida. Un sector de la juventud de clase media se había radicalizado volcándose a la lucha armada, naciendo así las organizaciones guerrilleras de izquierda (por ejemplo el E.R.P.). Otro sector de la juventud de clase media y universitaria que optó por la lucha armada, se incorporó al peronismo (Montoneros), tratando de liderar al movimiento, pero manteniendo una independencia organizativa e ideológica (lo que en realidad la convirtió en otra fuerza). Charlando con quienes han militado o simpatizado con “la organización” uno puede percibir las ganas de ser protagonista que había en los jóvenes estudiantes de aquel momento. Además, estaba la necesidad de entrar en contacto con el sujeto histórico 706 José Manuel Ulloa 707 Roberto Fernández 708 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia, op. cit., p. 267

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(el pueblo) que estaba allí, y era peronista. El contexto internacional era favorable para las revoluciones (nacionales o socialistas) ya que el clima de efervescencia producido por el triunfo de Castro y Guevara en Cuba, la dura resistencia vietnamita ante la agresión imperialista norteamericana y los ecos del Mayo del ’68, sumados a todo el folklore, la tradición y la mística peronista, hacían ver favorablemente el proceso de cambio social en el sentido que cada uno lo interpretaba. Las cúpulas sindicales habían mantenido su posición negociadora, más allá de los valiosos ejemplos de combatividad (Framini, Ongaro). Esos grupos sindicales también estaban armados y comenzaron a sentir que perdían protagonismo en un momento tan importante. Además tenían objetivos políticos diferentes de la “tendencia” y no están dispuestos a ceder ningún espacio de poder. Por otro lado “el nuevo componente del movimiento - esa juventud bulliciosa que reclama la “patria socialista” antagoniza frontalmente con el nacionalismo oligárquico que el imperialismo ha infiltrado en su costado derecho (López Rega)”709. Más de dos millones de personas se convocaron para recibir a Perón. Pero la jornada que debía ser una fiesta, se convirtió en una tragedia que pasó a la historia como la “Masacre de Ezeiza”. Grupos de la derecha prepararon una emboscada a los grupos de izquierda. La lucha por ganar lugar frente al palco es apenas una excusa por querer quedarse con el “entorno” del General. La “Comisión Pro Retorno” designada por Perón estaba conformada por personalidades tan dispares como Fernando Abal Medina, el coronel Osinde, Lorenzo Miguel, Norma Kennedy y José Ignacio Rucci. Pero el coronel Osinde movió las piezas en coordinación con los grupos de la derecha peronista integrados por Brito Lima y la Juventud Sindical para apoderarse de lugares y recursos estratégicos. Cuando una de las más importantes columnas de Montoneros se aproximaba a las inmediaciones del palco, partieron disparos desde el escenario donde había parapetada gente de la Alianza Libertadora Nacionalista y del Comando de Organización. La balacera caída sobre los manifestantes produjo una cifra enorme de muertos y heridos (algunos hablan de 100 o más muertos). Perón todavía estaba en el avión, a punto de aterrizar. Así las cosas, le informaron que debía descender en el aeropuerto de Morón por razones de seguridad. Luego de esta masacre hubo una reunión en la casa de Abal Medina a la que concurrieron (además del nombrado), Lorenzo Miguel, Vaca Narvaja y Perdía en la que se buscaron deslindar responsabilidades. Como había quedado establecido que los disparos salieron desde el palco, Lorenzo Miguel dijo que no habían sido sus hombres. Abal Medina sostuvo: “Habían ocurrido roces muy fuertes (entre Perón y López Rega). Y Perón quedó muy enojado, realmente muy, muy molesto con López Rega y Osinde, por un lado, y con los montoneros, por el otro. O sea aquello de que le dio toda la razón a la derecha, como de alguna manera después se difundió, no es cierto. El mismo hecho de que siguiera contando conmigo, normalmente tratando temas tan delicados como las candidaturas, etc., demuestra que esto no era tan así. Recuerden que Osinde sale de su cargo inmediatamente después de estos hechos. 709 Norberto Galasso. De la banca Baring al FMI. Historia de la deuda externa argentina. 1824 - 2001, op. cit., p. 209

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Tiene que renunciar, es orden del General”710. ¿Qué ocurrió? Se quebró el frente nacional. ¿Lo ocurrido en Ezeiza fue enfrentamiento de clases a través de las armas? Tal vez no pueda afirmarse eso en términos tan tajantes, sino más bien habría que decir que el enfrentamiento es por cuestiones de poder que atraviesan a las clases y las exceden. Ezeiza es la antesala de lo que ocurriría después de marzo de 1976. Esos grupos de derecha incorporan a sus filas a quienes son verdaderos infiltrados dentro del movimiento, pues si bien el peronismo no era revolucionario en la concepción marxista del término, tampoco había sido reaccionario como lo habían pensado sus críticos de los años ‘40 y ‘50. No puede pensarse seriamente que el Comando de Organización de Brito Lima tuviera algún arrastre de masas. Tampoco puede decirse seriamente que la izquierda peronista, Montoneros, fuera una izquierda obrera. No lo era Montoneros en sus orígenes, ni en su conducción, ni en su base militante. No pude creerse que los líderes del aparato sindical tuvieran un poder de convocatoria superior a Perón o a Montoneros. Tampoco eran la oligarquía (aunque sus acciones le hicieran un gran favor a ésta, cuyo brazo armado era el Ejército degradado por Lanusse). Por lo tanto el enfrentamiento está dado por ganar espacios de poder alrededor del líder. Una cosa es cierta: hay dos proyectos diferentes sobre la mesa. Las contradicciones internas del movimiento tienen sus emergentes en los dos grandes grupos enfrentados. De un lado la burocracia sindical y los grupos armados de derecha que luchan por “quedarse con el líder” y demostrar que son “más peronistas que los otros”. Esos grupos no quieren resignar ni los espacios de poder ni sus prebendas. Del otro lado, una juventud radicalizada que aglutina a un gran número de adherentes y que tiene la simpatía de gran cantidad de trabajadores peronistas que los valoran por sus acciones contra la dictadura. Pero este enfrentamiento derivará en una lucha de aparatos al que la mayoría de la población asistirá horrorizada. La diferencia entre los grupos enfrentados estaba en que si bien ambos gritaban por Perón, los sindicalistas no le discutían nada al líder (al menos no de frente, aunque a su manera también sabotearían las políticas de Perón), mientras que la Juventud se animaba a disputarle la conducción (aunque el sujeto histórico seguía siendo peronista: de Perón). La masacre de Ezeiza, esa feroz emboscada con la que los grupos de derecha quieren “correr” a la izquierda, será el primer eslabón de una larga serie de crímenes internos que detendrán al país. “Cuando vuelve el definitivo en Ezeiza, yo fui a Ezeiza. El 20 de junio estuve en Ezeiza. Fui junto con la montonera de gente, pero yo la verdad que todo el despelote que se armó no vi nada Ni me enteré. No. Estaba...se veía todo el palco... Veía al speaker este, ¿cómo se llama? Favio... Así que estaba al lado del palco. Yo no viví para nada...no me enteré... (de los tiroteos) Impresionante. Lo único que lamento no haber podido vivir el momento emocionante de verlo a él. Pero fue emocionante igual. Porque salimos a las 6 de la mañana para Ezeiza, y volvimos a las 11 de la noche” 711. “Cuando Perón regresa al país, de Rawson fuimos con 6

710 En No dejes que te la cuenten. Ernesto Jauretche, Ediciones del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1997, p. 199, citado por Galasso en Perón. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 – 1974), op. cit., p. 1197 711 Coco

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compañeros pero no tuvimos la suerte de poder llegar porque había muchas barreras”712. “Estaba en La Plata. ¡Uh!, un despelote. Me levanté temprano para verlo por televisión y no conectaban nunca ¿qué carajo pasó? (...) pasaban películas y qué sé yo. Era canal 7 (...) Si, lo de Ezeiza. Si, eso fue una masacre”713. Según Rubbo era una lucha interna: “Y... también, los que querían agarrar el queso. Que se dicen que eran peronistas. Y ahí iba de todo. Es lo mismo que pasó ahora”714 (Se refiere a los incidentes ocurridos el 17 de Octubre de 2006 en San Vicente en ocasión del traslado de los restos del General Perón hacia la Quinta donde se le hizo un monumento. En estos incidentes se enfrentaron patotas gremiales peleando por ver quien estaba más cerca del cajón, de seguro que ninguno era peronista). “¿Qué vienen dos sindicalistas a decir que hay que cambiar los restos de Perón? Déjenlo tranquilo. Ya fue historia. Claro, es un prócer. Es uno más, es un San Martín, un Belgrano. Es lo mismo que Illia, que Yrigoyen. Son próceres, listo. Respetémoslo como tal. Que no sea peronista, que sea radical, que sea lo que sea, pero respetarlo. Es el mismo caso que Alfonsín. Alfonsín es un señor. Respetalo viejo, fue presidente ¿Qué va a hacer?”715. “en Ezeiza. Habían ido muchos compañeros de acá. (...). Y la cacería humana que hubo ahí. (...) Este fue que los militares habían dicho que volviera si le daba el cuero (...) Ya venía de vuelta el pobre viejo. Enfermo. Y los laderos que se le colaban ahí, el entorno.”716. “Yo tuve mi hijo y mi hermana en Buenos Aires, que estuvieron viviendo lo que pasó en ese momento. Fue duro. Pero eso fue preparado (...) Me puse mal cuando se empezaron a matar entre los compañeros”717. “Perón ya con su vejez, porque tenía sus años, no estaba muy bien y lo que más me dolió, cuando llegó Perón lo que se formó en Ezeiza. Yo estaba en Buenos Aires, fuimos de acá (Trelew) en ómnibus al acto. Claro. Y cuando empezó el bombardeo, las sirenas de las ambulancias, mirá te juro que nosotros cuerpo a tierra ahí en el césped hasta ver cuando podíamos más o menos salir yo pensaba en mi hijo y mi esposo que los había dejado...No, fue algo desastroso. El que no lo vivió no lo puede contar”718. “Estábamos a 2 cuadras de la avenida Hipólito Yrigoyen. Después puse la radio, y la radio decía lo que estaba pasando en Ezeiza. Mi hijo se salvó de casualidad. Vino caminando, traía los pies ampollados de venir caminando desde Ezeiza. Él era peronista porque si (...) El decía que eran dos bandos que se habían atacado entre sí. Dos fracciones del peronismo. Creo que lo que querían era matarlo a Perón cuando llegara. Esa fue la idea de uno de los bandos, nunca pudimos saber a quien pertenecían. O si estaban infiltrados, que era lo más probable”719, “yo estaba en Buenos Aires, en Ezeiza. Ahí llovieron balas. En los bosques de Ezeiza, nosotras tiradas de cabeza, abdomen a tierra. Fue trágico eso (...) pienso que los que llevaron la peor parte 712 713 714 715 716 717 718 719

Hugo Osvaldo Rubbo Osvaldo Rubbo Osvaldo Rubbo Tito Laspiur Eusebio Guiñazú Gladys Morales de Cagnolo Elena Fuentebuena

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fueron los discapacitados, que estaban en frente, que estaban más adelante. Una masacre tremenda. Porque nunca se supo que cantidad de muertos hubo, pero las ambulancias te aseguro que pasaban una detrás de otra (...) No sé si fueron los peronistas, todavía tengo la duda. Porque hablaban del E.R.P., de los chicos jóvenes digamos. Honestamente no creo...”720. Con Perón en el país, la situación de Cámpora era incómoda, ya que las luchas llevadas a cabo durante dieciocho años habían sido por el regreso de la persona que las masas identificaban como defensor de sus derechos. El esperado retorno de Perón al país y la vuelta a la democracia, ayudaron a que cada uno elaborara una imagen distinta de Perón: “Por supuesto idealizado. Era un espectro político muy amplio, decía: “Perón sostiene lo mismo que yo”. Y cada cual construyó su Perón mítico (...) la gran esperanza de que era la paz, la reconciliación, el encuentro, el desarrollo”721. La presencia de la guerrilla tenía que ver con el momento político: “Hay que pensar el contexto. Todavía el cadáver del Che estaba tibio, la revolución cubana...”722. Quienes no comprendieron el proceso histórico que se vivía en esos momentos, interpretan que la renuncia de Cámpora fue producto de un “golpe”. En realidad esa teoría fue sostenida por los sectores recién llegados al peronismo, pero: “El peronismo de Cámpora, con Perón bien lejos e impedido de volver, se dibujaba en el horizonte como algo estupendo. El gobierno estaba al alcance de la mano con el permiso de la dictadura militar. Además, el Tío parecía mucho más tratable que el padre”723. Con la renuncia de Cámpora, la Juventud sintió que perdía espacios de poder y que había sido “traicionada”. Sin embargo no se trató de un “golpe”. Así lo explica el propio Cámpora: “Voy a llegar al Gobierno en virtud de un mandato que ustedes conocen. No lo he buscado ni querido, pero lo he recibido modestamente y lo cumpliré (...) He recibido ese mandato por una condición personal (...) Lealtad total, incondicional, a mi Patria, Lealtad total, incondicional, a mi Movimiento. Lealtad total, incondicional, a mis verdaderos amigos. Considero que el más grande de ellos es el General Juan Perón (...) En nuestro Gobierno la única posición que puede tener el General Perón es la de Presidente de la República por lo que debo comunicarles que he decidido renunciar en forma irrevocable (...) Quiero así con mi actitud y mi conducta, permitir el cumplimiento de ese auténtico deseo del Pueblo Argentino, al que sumaré mi voto de simple ciudadano: que el general Perón presida los destinos de esta Argentina que desde el 25 de Mayo avanza, bajo su ilustre conducción, por la senda de la reconstrucción nacional”724. Se convocaron a nuevos comicios para el 23 de septiembre de 1974. La fórmula presidencial fue un punto de discusión muy fuerte. En un primer momento se pensaba en la candidatura de Cámpora, pero el distanciamiento entre Perón y la juventud hizo que esa posibilidad perdiera fuerza. 720 Eva Marchand de Quintana 721 Horacio 722 Horacio 723 J. A. Ramos, en Cristina Noble. Abelardo Ramos. Creador de la izquierda nacional, Capital Intelectual, Fundadores de la izquierda argentina, dirigida por Daniel González, Nº 6, 2006, p. 45 724 Héctor Cámpora. Como cumplí el mandato de Perón. Ediciones del Quehacer Nacional, Buenos

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Se llegó a barajar la alternativa de Balbín, pero la posibilidad de dejar el gobierno en manos de los radicales hizo que se desistiera de esa vía. Surge entonces la moción de colocar en el segundo lugar de la fórmula a Isabel. Tal vez por esa cuestión de tener un vicepresidente “formal”, pero sin incidencia, Perón se decidió por su esposa. Igualmente, Perón debería haber evaluado que su salud no era muy buena y que cabía la posibilidad de dejar la presidencia en manos de Isabel, muy influenciada por López Rega. Tal vez la desconfianza del General hacia su propio entorno lo hizo decidirse por alguien que sería una figura decorativa para poder ejercer él mismo los “dos cargos”. Así también, puede haber ocurrido que Perón no quisiera sobresaltar a los mandos militares con una designación de “izquierda” y entonces optó por alguien sin peso político. Pero aquí Perón se recuesta sobre el lado derecho del movimiento en otro arriesgado movimiento táctico. El Congreso partidario decidió que la fórmula fuera: Perón - Perón. La moción fue realizada por el sector de la derecha (Norma Kennedy). “Perón era un hombre muy sano, con una lucidez bárbara. Pero estaban esos dos y a esta mujer yo nunca la quise. El día que la eligieron vicepresidenta lo vi pasar a Perón y le miré la cara como diciendo “me obligan a esto”, “General, volvete atrás no la pongas””725. “Yo me afilié de vieja. Esperé a que se muriera mi padre. Siempre tuve problemas en la casa. Siempre tuve problemas con él. Pero no quise darle un disgusto tan grande. (...) me afilié mucho después, yo, cuando mi mamá dejó de ser consciente para muchas cosas. Por respeto. Trabajé toda la vida para el partido (...) Mi marido, por lo general, en las elecciones era fiscal general. Y por lo general lo mandaban a la 53. Quedaba cerca de la casa, para que no anduviera demasiado. Y ahí le tocaba votar a López (amigo de Kilito) “No se puede votar acá. Porque acá está el voto cantado, está votando Kilito”. Así que mirá vos. Todo el mundo aplaudía, todo el mundo se reía. Buena convivencia”726. López Rega: de las sombras al poder y al terror (1973 - 1974) Como vimos, en 1966, López Rega se acercó a Isabel ofreciéndole sus servicios y finalmente logró llegar a Madrid para ir ganando terreno poco a poco dentro del entorno del General Perón. Este siniestro hombre había sido un mediocre policía, y había llegado a estar entre la custodia de la Quinta de Olivos en los años cincuenta, pero ni siquiera estuvo cerca de Perón. Era uno más entre tantos que alguna vez tuvieron que custodiar al presidente. En 1955, López Rega fue trasladado a la guardia de infantería: “Policías memoriosos no lo olvidan repartiendo bastonazos a manifestantes peronistas en 1955 y 1956”727. En 1962 había pedido su retiro y luego se dedicó al esoterismo llegando a publicar algunos libros. Mediante algunos contactos logró una recomendación para llegar hasta Isabel. A medida que pasó el tiempo se fue ganando un lugar en la quinta en Madrid, primero con los mandados, el paseo de los perros, quehaceres domésticos y luego manejando la agenda del ex Aires, Octubre de 1975, pags. 9, 84 y 88 725 Elena Fuentebuena 726 Maria “Choli” Rodríguez 727 Santiago Pinetta. López Rega. El final de un brujo. Editorial Abril, Buenos Aires, 1986, p. 16.

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presidente. Este siniestro personaje iría ganando aun más poder con el retorno de Perón al país y sería ministro de Cámpora, Lastiri, Perón e Isabel. Desde su lugar en el ministerio de Bienestar Social establecería contactos con personajes tales como Licio Gelli (de la Logia P2, siniestro personaje de la mafia italiana), e idearía un grupo parapolicial que se encargaría de eliminar adversarios políticos y de todo tipo. Ese grupo fue la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que debutó oficialmente en el crimen político con el asesinato del diputado de izquierda peronista Rodolfo Ortega Peña, el 31 de julio de 1974. A propósito de esto es importante señalar que la mayoría de los crímenes de la Triple A se produjeron luego de la muerte de Perón, aunque anteriormente las bandas armadas de distintos grupos (Guardia de Hierro, Comando de Organización, C.N.U.) también dirimieron a balazos la lucha interna y externa con los grupos de izquierda. Según las declaraciones del jefe policial Iñiguez, en un par de ocasiones López Rega le dijo que había llegado la hora de eliminar a los enemigos y a sus familias. Incluso López Rega le habría sugerido a Perón la creación de grupos parapoliciales, pero hay pruebas por: “las declaraciones del jefe policial Iñiguez, de varios ministros y otras personas de que, tanto en conferencias privadas de gobierno, como en manifestaciones públicas de la época, años 1973-1974 Perón rechazó las propuestas del ex valet”728. “Yo siempre estuve en contra de la actitud de López Rega, pero Perón lo había puesto y chau. Así que cuando el sobrino (de Perón) fue a Buenos Aires a verlo al tío, López Rega no lo dejaba entrar. Entonces (...) por intermedio del coronel Damasco, lo hizo entrar. Entonces le dijo “qué cosa López Rega ¿no?” “Traemelo al hijo de puta, traemelo que lo voy a matar, lo voy a cagar a garrotazos”. Él (Perón) le dijo “ese Lopecito, dejalo, no le lleves el apunte. Lopecito es así, no le des pelota”. El otro lo quería fajar. Porque había ido con la esposa y con el hijo a visitarlo a él y no lo dejaba entrar. Un desastre. Una desgracia. Isabel cayó también con eso. Isabel no se portó bien tampoco con Perón, porque ella se fue a España cuando él se enfermó. Él se enfermó y ella no estaba en la casa. Ella se envalentonó, creyó que era lo misma ella con Perón y sin Perón. Y no era lo mismo. Cuando Perón decía que se moría y que sé yo cuanto, yo decía “no, ella se ha de encargar de cuidarlo bien, porque él día que él falte, chau ella. Él día que caiga él...si no está él”... Ella a lo mejor se envalentonó con este tonto sinvergüenza de López Rega...La quiso hacer una Eva Perón, cosa de locos”729. Esto le da soporte a la teoría del “cerco” alrededor de Perón en sus últimos meses de vida. Otro episodio parecido es el que relata Mario Isidro Suárez, marido de María Juana Perón (sobrina del General): “El único que lo vio de toda la familia -cuenta Mario - fue mi cuñado Antonio (...) cuando ya estaba enfermo, Juan Domingo llamó a mi cuñada Dora para que lo vaya a visitar a la residencia de Vicente López, en Buenos Aires. Dora era ahijada de él. Pero cuando llegó no la dejaron entrar. Ella misma me contó que uno de los guardias le decía: ‘Grite, patalee, llore y putee señora. Que si el General la llamó usted tiene que entrar’. Pero López Rega e Isabel (Martínez) lo tenían encerrado, no la dejaban pasar. Él ya estaba 728 López Rega. El final de un brujo. op. cit., p. 62 729 Coco

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mal y esos no sé qué le harían”730 . Perón “Se juntó con la de Martínez, pero la pobre gaucha no era ni la sombra de lo que era Evita”731. Eva Marchand piensa de Isabel: “Que fue una desgracia para el país. No era una mujer que estaba capacitada, ni tenía la humildad suficiente para pedir que alguien con buenos principios y demás, la asesorara. Pienso que no fue ningún éxito”732. El entorno y López Rega son claramente identificados por los militantes como: “Chorro. Chorro. Porque esos pensaban con el bolsillo. Lastiri, López Rega. A Isabel Perón, le pegaba para hacerla firmar. Claro. Y esa es la gente que le hizo daño al peronismo. ¿Gente que le hizo bien? Por ejemplo estaba Mattera...viste, hay que diferenciar la gente. A Perón lo rodeo un montón de gente mala. Mala gente. Pero allá él”733. “López Rega nos cayó mal, Isabel también nos cayó mal, nosotros no estábamos de acuerdo. Eso fue lo que lo llevó a Perón también a perder algunos compañeros.”734. “Yo te digo una cosa, que no todos pensamos lo mismo, pero comparar a Eva con Isabel, para mí es una cosa que no me pasa. Aparte el famoso López Rega”735. “No, Isabel fue...fue una intrusa dentro del partido. Nada que ver con Evita, nada que ver con eso”736, “a López Rega no lo queríamos (...) Yo no lo acepté nunca. (A Isabel) Tampoco. No. Tampoco la aceptábamos los peronistas. Para mí, que eran los traidores de Perón, tanto López Rega como ella”737. “Casi prefiero no hablar. Pienso que fue nefasto ese hombre, inclusive para Isabel. No fue el mejor consejero que ha tenido”738. Increíblemente, un testimonio presenta cierta ambigüedad ante la figura del criminal López Rega: “En un momento nos caía...como militante, perfecto. Pero ya después era un poquito pesado, era”739, (¿?). “No, López Rega ni pelota. Ni sabía que existía López Rega. Después cuando vino Perón acá y todo eso, ahí si. De López Rega no leí nada, ni me interesó tampoco porque yo sabía que no era peronista. Era un agregado. Perón lo tomó no sé como. Peronista era un Luder, un señor. Es el mismo caso que Cafiero. Cafiero es ahí... ¿viste?...media agua...Se cuelan del tren ¿viste? Como saben que son mayoría”740. Con la llegada de López Rega al círculo de poder “uno no podía hablar. Por ejemplo me habían tildado de zurdo. Claro, porque yo estaba en contra de López Rega (...) Claro, eran el patoterismo que hubo siempre en el movimiento. En un partido democrático no tiene que existir las patotas. No tiene que existir los punteros, la prepotencia; eso yo lo viví. (...) ¿Qué clase de militantes son hoy? Los punteros que andan buscando el mango sin laburar. Yo a muchos les digo, “yo no soy más que nadie, pero el peronismo que hago yo es producir, trabajar”. Por lo menos laburo 730 Mario Isidro Suárez en Diario Jornada citado en www.bolinfodecarlos.com.ar/informes.htm 731 Gregorio Robledo 732 Eva Marchand de Quintana 733 Ítalo 734 José Manuel Ulloa 735 Gladys Morales de Cagnolo 736 Osvaldo Rubbo 737 Eusebio Guiñazú 738 Eva Marchand de Quintana 739 Hugo 740 Osvaldo Rubbo

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hasta hoy porque siempre Perón dijo: “Producir por lo menos lo que se consume”. Y yo una hora que trabaje ya produzco el pan que como en el día. (...) En ese tiempo (los ‘70) uno tenía temor de hablar en contra de ciertos personajes porque lo denunciaban (...) Jamás anduve a las piñas con los radicales. (...) Las trifulcas más grandes las he tenido dentro de nuestro partido. Como una vez dijo Evita: “hemos batido en retirada a la oligarquía, ahora tenemos que combatir al enemigo que tenemos dentro de nuestro movimiento”. Porque los radicales los tenemos en la vereda de enfrente. Y hoy te digo pibe que hoy esta lleno de enemigos nuestro movimiento. Se disfrazan de peronistas. Y esos son los que están haciendo mala imagen a nuestro movimiento. Eso pasó estando Perón mismo. Perón cuando se fue en el ‘55 cuando dice que “estaba cansado de adulones y alcahuetes”. (...) Hoy especulan con Perón, con la marchita, siempre jugaron con lo sentimientos del pueblo, porque la gente humilde es peronista”741. “Perón ya venía descarnado y vencido. Porque no concibo que López Rega haya estado al lado de Perón... (...) Isabel tuvo dos contras grandes, mejor dicho, una contra grande: compararla con Evita... terrible, pero posiblemente no haya sido mala persona, pero compararla con Evita...Después, creo que fue una de las culpables de que estuviera López Rega al lado de Perón”742 Montoneros (1973 - 1974) ¿Cual es la visión que tenía de Montoneros el peronista de la primera época? “López Rega sabíamos lo que era. No lo queríamos, para nada. No estábamos ni con los (Montoneros)...ya cuando Perón les dijo esta otra frase...idiotas útiles... “Imberbes”, a los Montoneros, que se fueron de la Plaza de Mayo, ya empezamos a ralear a los peronistas de izquierda...Pensábamos en la tercera posición, ni comunismo ni capitalismo (...) la mayoría no tomó partido por los Montoneros. Muchos creían que el verdadero peronismo era ese. No. No era ese. Ni ese ni el de López Rega”743. Este simpatizante agrega que los militantes peronistas de ese momento estaban “entre dos fuegos”744. “Perón los echó de la Plaza de Mayo, me parece que ahí estaba nuestro presidente745, yo no lo vi (...) Perón cuando vino ya no la tenía a Evita, lo habían traicionado los mismos compañeros. Estos decían “si Evita viviera, Evita era montonera”, decían ellos y bueno, los corrió. Porque había ideas enfrentadas ahí. Y habría que saber por qué Perón no los quería. Porque siguen llevando el nombre de Perón, pero no son peronistas.”746. Acerca de las diversas corrientes que convivían dentro del peronismo, es interesante lo que dice este militante: “Las demás tendencias eran consecuencia de todo lo que habíamos vivido. Yo no sé si se puede juzgar. Sí se puede analizar políticamente, como las analizó Perón. Así que el análisis de Perón sobre las tendencias, cuando el volvió, creo que no tiene discusión. Creo que algunos 741 Anastasio Baeza 742 Lucio Castillo 743 “Tito” Laspiur 744 “Tito” Laspiur 745 Se refiere al actual presidente de la Nación. 746 José Manuel Ulloa

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no las quieren leer, pero que no tiene discusión lo que dijo Perón en Plaza de Mayo, lo que les dijo en Olivos cuando los reunió a los diputados de ellos: “muchachos, esto es así, así y así” (...) lo grave de esto fue lo que había hecho López Rega, desde el mismo poder que le habíamos dado nosotros mismos a través de elecciones democráticas...Eso es grave. Lo otro son circunstancias y que cada uno se tiene que hacer cargo. Yo no estoy en contra de lo que es F.A.R., de lo que es E.R.P., ni de lo que es Montoneros, pero yo no puedo serlo nunca por que yo vengo de otra formación. Ellos tuvieron la suerte o la desgracia, en esa etapa que vivieron, de tener que fortalecerse desde un sector, yo no los culpo, ni los critico, ni nada, pero a mi no me pueden pedir que yo sea Montonero. Yo vengo de otra raíz, que es el peronismo histórico y que también cometió errores y horrores. Porque si las Tendencias, junto con nosotros, hubiésemos entendido el abrazo de Perón y Balbín, todo lo que nos pasó en el ‘76 no nos hubiese ocurrido, pero tampoco se quiere hablar de eso. Yo creo que desde ahí empezábamos con un proyecto nacional realmente pluralista”747. ¿Era posible debatir? Está claro que no hubo tiempo ni ganas, pero creo que lo más importante hubiera sido definirse desde adentro. ¿Era posible que el peronismo llevara adelante un proyecto “socialista”? La “ortodoxia” era incapaz de concretar esa “Patria socialista”, por formación y por conciencia. Además, a la propia formación de la dirigencia sindical, se sumaba la eterna desconfianza hacia todo lo que sonaba a “izquierda”. Esa actitud prejuiciosa hizo que no se abrieran las puertas para incorporar al movimiento al nuevo sector, juvenil, que hacía su experiencia política. Pero tampoco hubieran tenido éxito en alcanzar el socialismo las corrientes de izquierda, pues para lograrlo hubiera sido necesario un partido de clase obrera y un sujeto histórico socialista; y el sujeto histórico (la clase obrera) seguía siendo peronista. Por otra parte, al sumarse al movimiento peronista (que era adonde estaba la “cosa”) pretendieron ser vanguardia del mismo, en vez de acompañar la experiencia histórica de las masas. Entonces, si el sujeto histórico no era “revolucionario” en el sentido que las “vanguardias” lo entendían: ¿quién tenía la autoridad moral, política e ideológica para encabezar la revolución y de qué tipo ? Las dirigencias sindicales habían sido culpables de la falta de cuadros políticos nuevos, debido a que los dirigentes se “atornillaban” a sus sillones. El sector derecho del movimiento pese a no pertenecer socialmente a la oligarquía, igualmente termina haciéndole el favor a la parte más reaccionaria de la sociedad y por lo tanto beneficiando a la oligarquía. Por su parte, Perón no proponía un socialismo abstracto o internacional, en todo caso su propuesta estaba más cercana a un socialismo nacional, y el socialismo nacional en esta parte del mundo ya estaba inventado: era el peronismo. Las mutuas desconfianzas terminaron por minar el frente nacional histórico y dejaron la puerta abierta para que la derecha (con ayuda de la derecha interna) triunfara en 1976. “los Montoneros se formó en Buenos Aires. Entonces acá tenían su ramificación también. A nosotros, en el gobierno de “Kuky”, nos hacían a vida imposible. Andaban por todos los barrios, principalmente La Laguna, nosotros los teníamos que andar 747 Héctor Cassia

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combatiendo”748. Este testimonio refleja el enfrentamiento interno entre las diversas líneas del peronismo. Si bien en Trelew (una pequeña ciudad patagónica) no se llegó al enfrentamiento a muerte entre ambos extremos del movimiento popular (al menos, no tenemos noticias de ello para el período 1973/76), algunas de las personas entrevistadas dan cuenta que muchos (generalmente ligados al sindicalismo) andaban armados e incluso alguien comentó que siempre aparecían los que se estaban “rascando”, en obvia referencia al ademán de sacar un revólver de la cintura del pantalón. Un militante de Montoneros (que se negó a dar una entrevista o a que se lo grabase) me comentó que, en su caso, a pesar de venir de una familia de clase media empezó a interesarse en “conocer” el peronismo. En su juventud era estudiante universitario e integraba un grupo de Teatro en esta ciudad. Allí comenzaron a querer ser protagonistas de un cambio social junto al pueblo y por eso se acercaron al peronismo y fueron haciéndose militantes de la “Tendencia”. Por lo tanto creo que hubiera sido muy provechoso si esos sectores medios, que se volcaron a la militancia activa, hubieran tenido un espacio dentro del movimiento de masas. ¿Por qué no lo tuvieron? Tal vez por las características propias del movimiento (verticalista a partir de la dirección histórica y de la presencia en vida de su líder), por el burocratismo de la dirigencia y por la procedencia social de la mayoría de los componentes del peronismo, que se habían incorporado a la militancia política desde otros ámbitos de pertenencia (fábricas, sindicatos o Unidades Básicas) diferentes al ámbito de los sectores medios (universidades). Por otro lado, los proyectos de los dos sectores tenían diferencias. Eran diferentes en el ritmo (más veloz en la juventud, más lento en la ortodoxia) y en el objetivo (socialismo en la Juventud, peronismo en la ortodoxia). Aunque de una u otra manera ambas dirigencias (sindical y montonera) terminaron burocratizándose y alejándose de las masas.

748 Vitalicio Vargas

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Capítulo 18 Perón presidente El enfrentamiento con Montoneros y “la más maravillosa música” (1974) Tras los comicios realizados el 23 de septiembre de 1973 quedó en claro que el poder de convocatoria del líder estaba intacto: obtuvo el 61% de los votos. Desde la caída de Perón en 1955 la resistencia peronista había mantenido presente aquel proceso histórico de liberación nacional que durante diez años habían protagonizado las masas. Esa resistencia fue espontánea, no organizada, y más defensiva que ofensiva, protagonizada principalmente por la clase obrera en oposición a las dictaduras y los gobiernos títeres. En esa resistencia no hubo crímenes políticos, pese a haber sufrido en carne propia la persecución y los fusilamientos. Hacia finales de los sesenta y principios de los setenta, un sector de la clase media comienza a radicalizarse comprendiendo que ella también estaba insatisfecha y como reflejo de una situación mundial de gran agitación política en la que entra en crisis el sistema de poder. Montoneros hizo su debut en la escena política con el secuestro y asesinato de Aramburu. El discurso y las acciones de Montoneros luchando por el regreso de Perón le hicieron ganarse la simpatía de las masas peronistas en general, más allá de las diferencias sociales que los separaban. Cuando Perón retornó al país era evidente que no podía ser un mero espectador de todo el proceso político que se desarrollaba, pero tal vez no pensó que fuera a pedírsele que se postulara a una nueva presidencia. Por lo tanto la situación de Cámpora era difícil. Montoneros había tenido una intensa carrera de crecimiento político (y armado). Desde su aparición en 1970 hasta el retorno de Perón en 1973 habían transcurrido escasos tres años, pero muy intensamente vividos por ese grupo juvenil y por todos aquellos que se acercaban a la organización. Esos jóvenes reclamaba mayor poder dentro del aparato político del peronismo, pero Perón les tenía reservado un lugar como juventud, siempre y cuando se encuadraran dentro de la verticalidad del movimiento que él lideraba al ritmo que la situación y la historia del movimiento proponían. Incluso a la vista de la clase obrera, los Montoneros seguían siendo “recién llegados”. El General asumió su tercera presidencia el 12 de octubre de 1973. Tal vez en Montoneros pensaron que se podía hacer un peronismo sin Perón, como lo habían intentado otros un tiempo antes. Tal vez pensaron que habían “superado al líder” (como lo había supuesto Cipriano Reyes, veinticinco años atrás). Dada la gran adhesión que la organización tenía en los setenta, los líderes de Montoneros confiaron en que podían disputarle el mando al General, pero olvidaron que el acompañamiento que las masas le brindaban a la organización juvenil era porque luchaban por el regreso de Perón. Incluso en los episodios de Ezeiza la mayoría de la militancia vio el episodio como una emboscada que la ortodoxia le tendió a la izquierda, pero en cambio al producirse el enfrentamiento directo con el General (que comenzó a blanquearse a partir de septiembre de 1973, cuando Montoneros asesinó a Rucci y se vio de lleno el 1º de mayo de 1974 en la Plaza) las

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masas dejaron de simpatizar con la organización; y a partir de entonces Montoneros dejó de tener el arrastre de otros tiempos. Por otra parte, su conducción había sobredimensionado el carácter “revolucionario” del General y subestimado a las masas (lo mismo hizo el E.R.P.). El confuso discurso de Patria Socialista, expresado por sus dirigentes (ex católicos y universitarios), no terminaba de ser digerido por la clase obrera en general, que no había conocido nunca el “socialismo” del que hablaban los panfletos de la izquierda, en cambio sí habían conocido a los “socialistas” que habían aprobado los golpes, fusilamientos y proscripción del peronismo. Si los líderes sindicales cantaban por la “Patria peronista” queriendo simplemente oponerse al proyecto de Montoneros y de E.R.P. (y, en silencio, al de Perón) para conservar su cuota de poder haciendo gala de una gran obsecuencia; las masas sabían que el único “socialismo” que habían conocido era el de Perón y Evita, el del aguinaldo, el del pan dulce y la sidra; el de las vacaciones pagas y de las jubilaciones, el de la industria nacional y de los niños privilegiados; justamente un socialismo “concreto” que había sido “superado” (supuestamente) por el “verdadero” socialismo... que estaba por verse. Por otra parte la clase obrera también había superado a las acomodaticias dirigencias sindicales que, salvo excepciones, habían tenido demasiados “negociadores” en su seno. Las masas habían comprendido todo eso sin ayuda de libros ni de las pretendidas “vanguardias”. Y así sucede habitualmente con los “cráneos” y los “intelectuales” que se toman un largo tiempo “según la tradición argentina, que fija a la ciencia social un plazo de un cuarto o medio siglo, para admitir como cierto aquello que los iletrados del común evaluaban certeramente el mismo día del acontecimiento”749. En definitiva, la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder” se transformó en un hecho real, que desilusionó a los líderes de la Juventud y a los universitarios que querían liderar a unas masas que seguían brindando su confianza al líder. Hay que agregar que el contexto internacional que encontró Perón no era el más favorable. En febrero de 1973, en Uruguay, el gobierno de Juan María Bordaberry concedió mayores prerrogativas a las Fuerzas armadas de ese país. El presidente disolvió el congreso e ilegalizó a la central de trabajadores (finalmente cayó en 1976 derrocado por las Fuerzas Armadas). En septiembre, Salvador Allende era derrocado en Chile por el golpe del dictador Pinochet. El gobierno de Brasil, sostenido por los militares, aplicaba una dura represión interna. En Bolivia ya había caído Juan José Torres, derrocado por el golpe militar de Hugo Banzer. O sea que Perón, al asumir el poder, encontró un panorama muy diferente al que tenía en el exilio. Los golpes de Estado antinacionales producidos en Sudamérica fueron apoyados por Estados Unidos, que aplicó y difundió la doctrina de seguridad nacional con la que se buscaba detener el avance del “comunismo”. Por su parte, Perón se recostó en los sectores de la derecha hasta el 1º de mayo del ‘74 como parte de su política pendular que lo había llevado a alternar con uno y otro extremo del movimiento. Su vocación de sumar cantidad por encima de la calidad era difícil de plasmar en un escenario político 749 J. A. Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 311

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caliente como el de los años ‘70. Si Perón desairó a la Juventud no fue porque en la ortodoxia hubiera mejor militancia, sino porque ese sector (sindical) no le discutía su conducción. “Me acuerdo el día de la Plaza que él les dijo imberbes que se fueran y no lo entendí, porque a él también lo llevaron los Montoneros “¿Qué le pasa? ¿Esta tan distinto mi General?” Porque las cosas las veía las buenas y las malas. Por algo se los dirá, él siempre sabe lo que dice. Él venía muy enfermo también. Y los Montoneros no se lo perdonaron nunca y no sé si se lo perdonaron ahora, porque Kirchner perteneció a ellos. Espero que si”750, “Yo estuve en Buenos Aires en el año ‘73. Y yo tenía un amigo en la casa de gobierno, era funcionario de gobierno en la época esa. Entonces lo llamé por teléfono y me dice “¿por qué no te venís y por ahí lo encontramos por acá en algún pasillo?”. Le digo “no, no me gusta ir a la Casa de Gobierno porque no me gusta que me amenacen”. No me gusta que estén los milicos, los guardias”751, “en una oportunidad, yo estaba en Buenos Aires y me encuentro en un discurso de Perón cuando le habló al pueblo y les dijo a los Montoneros que se retiraran. Yo me encontraba ahí, en la fila, pero no con ellos (...) Ellos se fueron todos y me dice un tipo “vamos”. “No, yo no tengo nada que ver”. Yo me quedé, como peronista, escuchando a Perón”752. Ese día pasó a la historia política como el día en que Perón “echó” de la Plaza a Montoneros, pero es más correcto decir que Montoneros se fue. Las diferencias en cuanto a la conducción del movimiento y las críticas de Montoneros hacia López Rega (y hacia el propio Perón) terminan de quebrar la delicada relación que había entre la Juventud y el Presidente. Luego de eso ya no tuvieron tiempo de volver, aunque la puerta se abriría una vez más al mes siguiente, en el último discurso del General. El alterado mar político nacional era navegado con sacudones por el gobierno de Perón. Su poder de convocatoria seguía intacto y a pesar de todas las dificultades económicas (del sabotaje de los abastecedores, de la mentalidad amarreta de los empresarios, del matonismo de los grupos de derecha que asfixiaban la expresión popular y del mesianismo de los grupos de “izquierda” que seguían atacando al gobierno constitucional) pudo bajar la desocupación (del 6.1% en 1973 a 2.5% de 1974), mejorar el salario de los trabajadores, reanudar el comercio con países de la órbita socialista y dar un refuerzo en el aguinaldo de 1974. El ministro de economía de Perón era José Ber Gelbard que había estado vinculado al empresariado peronista (C.G.E.) de la primera época del peronismo. Gelbard rompió el bloqueo a Cuba enviando una misión comercial. Aquí se dará una comunicación por carta entre Fidel Castro y Perón, que renuevan los lazos de amistad entre los dos países. Argentina retoma una senda soberana en política internacional. “Pero la medida más avanzada -el impuesto a la renta potencial de la tierra -con la cual el ministro Gelbard intenta concluir con el parasitismo agropecuario, es resistida por la burocracia sindical y no llega a reglamentarse”753. De manera que incluso un grupo de senadores “peronistas” 750 Elena Fuentebuena 751 Coco 752 Eusebio Guiñazú 753 De la banca Baring al FMI. Historia de la deuda externa argentina. 1824 - 2001, op. cit., p. 207

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terratenientes sabotearon la ley. CARBAP (Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa) se quejaba de una “grave infiltración izquierdista”754 en la Secretaria de Agricultura. “Celedonio Pereda, Presidente de la Sociedad rural, amenazaba al gobierno con una gran matanza de hacienda como protesta por la Ley Agraria. Las Ligas Agrarias del Norte, inspiradas por izquierdistas urbanos rechazaban la Ley agraria por reformista, coincidiendo con los latifundistas pampeanos, que la rechazaban por revolucionaria”755. El control de precios era saboteado por el mercado negro, pero aún así el poder adquisitivo de la población se mantuvo en buenos niveles. Perón intentó reeditar el ‘45, su clásica propuesta de colaboración de clases a fin de lograr un proceso de liberación nacional. Sin embargo, la violencia cotidiana, los rumores y la pelea por la sucesión presidencial hartaron al líder, quien el 12 de junio de 1974 amenazó con renunciar. “Quienes inducen el desorden están promoviendo la contrarrevolución. Yo vine al país para unir y no para fomentar la desunión entre los argentinos. Yo vine al país para lanzar un proceso de liberación nacional y no para consolidar la dependencia”756. La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar y entonces volvieron a colmar la Plaza de Mayo como en los mejores tiempos. Increíblemente, una C.G.T. burocratizada encabezaba la movilización, mientras que las organizaciones armadas no pudieron ir porque “se les hizo tarde” y se perdieron el ser parte del legado histórico del General. En realidad la ausencia de Montoneros se debía a que aun estaban frescas las heridas del 1º de mayo y a que habían perdido convocatoria dentro del peronismo. Alrededor de las cinco de la tarde Perón salió al balcón y una multitud le brindó una explosión de cariño. Allí dijo el líder de los trabajadores: “Sabemos que tenemos enemigos que han empezado a mostrar las uñas. Pero también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo y cuando éste se decide a la lucha suele ser invencible. Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, me trae el mensaje que yo necesito. Les agradezco profundamente el que hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”757. Era volver a los viejos buenos tiempos. El discurso de Perón no fue para atacar a los jóvenes, ni llamarlos “infiltrados”. Fue un discurso nacional, popular y antiimperialista, como en los viejos años ‘50. La esperanza no era en vano. Tal vez el viejo líder volvía a dar batalla acompañado de los peronistas de antes y de los jóvenes peronistas de ahora. Era una invitación a esos jóvenes a que se sumaran al proyecto del peronismo histórico adaptándose al ritmo que las circunstancias imponían. “Mi único heredero es el pueblo”, resume claramente que no son los burócratas sindicales, ni las líneas internas del movimiento las que eligió Perón para dejar su legado político, sino el pueblo trabajador. Pero ya no hubo tiempo. 754 En Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 419 755 Jorge Abelardo Ramos. Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 419 756 Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit., p. 421 757 Ídem

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Muerte de Perón (1974) Días después del discurso en Plaza de Mayo, cumplió con actividades protocolares y sufrió un nuevo embate de las complicaciones cardíacas. Ya no se recuperó. El 30 de junio delegó el mando en Isabel. El 1º de julio de 1974 falleció el más grande político argentino de todos los tiempos. Tres veces electo por el voto popular, permaneció como el gran protagonista del proceso político argentino por 30 años. El diario Crónica tituló simplemente: “Murió”. El llanto de los trabajadores presagiaba que vendría lo peor, y así fue. “Yo trabajaba en el ferrocarril. Entonces viene Cholino y dice “che tenemos que ir a Bs. As., prepárate que vamos a ir a Bs. As. al entierro de Perón”, para verlo a Perón cuando murió, y viene otro de ahí de Madryn y dice “puta, como me gustaría ir a mí, yo no he tenido nunca oportunidades de nada”. Le digo “andá vos entonces”, no voy yo”. Si hubiese sido un ambicioso voy yo. Después no estaba arrepentido, porque estuvieron dos días para poder llegar ahí a la cabecera y nada más que era una circulación ahí, mirar así y pasar. Entonces me salvé de la caminata porque eran días y días y llegabas hasta ahí, tenías que comer unos sandwiches ahí, parado. Si ibas a orinar tenías que meterte ahí para hacer rodeos y meaban, según contaban ellos”758. El dolor popular por la muerte del viejo líder se reflejaba en esas largas colas de gente bajo la lluvia, esperando poder darle el último adiós a quién había sido depositario de su confianza por más de 30 años: “Muerto Perón fue ya el desbande con esta mujer y ese otro brujo que estaba con ella. (López Rega) era un tipo sin escrúpulos. Para mí lo habían enviado para apurar la muerte de Perón”759. “cuando fallece Perón también nos llaman y nos dicen que Perón estaba grave, que nosotros teníamos que ser la contención del pueblo, de no que se desbordara, de que corría peligro el propio gobierno constitucional...Conducía a nivel nacional José Rodríguez, el mismo que está ahora. El mismo, desgraciadamente ¿no?, porque tendría que haber relevos, como los dejé yo. Algunos relevos son para bien y otros son para mal, pero los relevos y la gente joven hay que dejarla que avance”760, “Y ya...yo dije que una vez que se fue Perón ya... una cosa el peronismo con Perón y otra cosa sin Perón, ¿viste? Pero el peronismo va a seguir no te quepa la menor duda, cada vez más. Lo que pasa es que nadie lee la plataforma del Partido Justicialista, bien, bien. Que la interprete y que la lleva a la práctica. Porque acá donde está equivocada es la Marcha, que dice “combatir al capital”. El capital no se combate, si combatís al capital sonaste. No te viene nadie acá, y eso es lo que está pasando. No se pueden abrir las fábricas que se fueron todas a Brasil”761, “Seguíamos en Banfield. Mi marido cayó a la cama. Con una gripe, pero de golpe, su angustia se transformaba en eso. A la una de la tarde del 1 de julio, era un sábado. Según dicen falleció antes, pero esa fue la hora que lo dieron a publicidad. Ahí no pudo ir mi marido. Banfield estaba repartido. Había gente de otra clase, más alta, como estaba en todos lados, pero no era tan como Lanús que es un 758 759 760 761

Pedro Elena Fuentebuena Héctor Cassia Osvaldo Rubbo

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hervidero”762. “La gente lloraba, no te puedo decir más que eso. Cuando sacaron la primera vez a Perón parecía que se le había muerto la familia. Y cuando murió Perón, que ya veían que ya...no estaba bien,...Vos los vieras, por ejemplo, todos estos peronistas viejos que te digo yo, a ellos fue como si se les hubiera muerto el padre. Porque era de ellos. Era su líder. Y de ahí salió la 1º de Julio763, para seguirse reuniendo. Se reunían una vez en un lugar, otra vez en el otro”764. “Un desastre...un desastre para el país...un desastre. Si hubiera tenido suerte de vivir tres o cuatro años más, cosa de poder haber terminado su mandato... y era tan necesaria su presencia. La falta de él es todo, todo. Ganamos por el 62 % de los votos. Ahí está...la gente...había una felicidad especial. 62% de los votos sacó en la última elección. Así que hay que hacerlo. Ya ves hoy lo que pasa, hoy. ¿Quién habla mal de Perón hoy en día?...salvo que sea un recalcitrante. Porque hoy de Perón y de Eva Perón nadie se atreve a decir nada. La historia los llevó por delante”765. “En ese tiempo que estaba Kuky Mac Karthy hizo como el salón velatorio, un simulacro, en la Municipalidad (de Trelew). Eso fue divino, ojalá no lo hubiéramos tenido que ver porque tendríamos Perón por más tiempo”766. “Cuando muere Perón me toca por un lado la suerte y la mala suerte por otro lado. Yo estaba internado, me fui operar del estómago en el San Martín, en La Plata y mi señora todavía estaba en Buenos Aires (...) De acá de Madryn fue un compañero, Ibarra Portillo y señora, a La Plata y le dijeron “Guiñazú se retiró ayer, había muerto Perón y se fue y se hacía responsable él de lo que le pasara”. Y me retiré. Entré a las 4 de la tarde a la fila y pasé al otro día a las 9 de la mañana. Llovía a baldes. Y estaba operado y todo”767. “yo fui con mi señora y con otro matrimonio nos fuimos bajo la lluvia al velatorio”768. “Realmente el regreso de Perón al país fue doloroso. Por dos puntas. Primero porque el pueblo, (no tan sólo el pueblo peronista, sino el pueblo), el país, no supo interpretarlo, creo que no lo interpretamos nunca, porque sino la Argentina no estaría como está. Después doloroso, porque él ya mismo lo dijo, él ya venía mal... “descarnado”... Nosotros los sufrimos, lo vi mal, muy mal. Yo trabajaba en Agua y Energía en esa época, me acuerdo ese 1º de julio fatídico... para nosotros fue un golpe terrible”769. Tal vez la mejor síntesis de lo que significaba a partir de entonces su ausencia está en esta reflexión: “Era una pérdida. Era algo que había estado siempre”770 Tras la muerte de Perón, López Rega desató el accionar de la banda parapolicial Triple A que llevaría adelante una cacería contra todo lo que sonara a “revolucionario”, un verdadero terrorismo de Estado. Por su parte Montoneros pasó a la clandestinidad. “Muy duro. Lo que más impotencia me dio es que desde el mismo estado López 762 Elena Fuentebuena 763 Agrupación interna del P. J. en Trelew, Chubut 764 Choli 765 Coco 766 Gladys Morales de Cagnolo 767 Eusebio Guiñazú 768 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 769 Lucio Castillo 770 Horacio

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Rega se diera el lujo de armar una fuerza de choque. Eso era una barbaridad”771. En 1975 López Rega desplazó a Ber Gelbard y puso en su lugar a Celestino Rodrigo quien impulsó medidas de corte liberal que nada tenían que ver con la tradición del peronismo. De un plumazo, de la noche a la mañana una feroz devaluación se comió el ahorro y el sueldo de los trabajadores. Eso hizo estallar la presión sobre Isabel y se declaró la primera huelga de la C.G.T. en contra de un gobierno peronista, que de peronista sólo tenía el recuerdo.

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Capítulo 19 El golpe, el “proceso”, la dictadura... (1976-1983) El caótico gobierno de Isabel había entrado en un camino sin salida. El inmenso poder de López Rega y el accionar de su banda criminal habían terminado de ahogar en sangre a una sociedad que asistía espantada al festival de muertes y atentados. Las víctimas preferidas de la Triple A eran los militantes del peronismo de izquierda (y de la izquierda en general). La presidenta daba muestras de una gran incapacidad para llevar adelante su función de gobierno y se aferraba a López Rega. Los grupos de izquierda apostaban todas sus fichas a la violencia, suponiendo que una vez que la situación no diera para más las masas trabajadoras saldrían a la calle liderada por lo dirigencia guerrillera. Pero no fue así. Ante el recrudecimiento de la violencia política las masas se retrajeron como suele ocurrir en todos los procesos históricos parecidos, en el que las “vanguardias” quieren iniciar la lucha armada y las “guardias” del orden pretenden imponer la paz a balazos. Las bandas armadas de derecha jugaban sus balas a la posibilidad de quedarse con los órganos de poder del gobierno. La presión de los trabajadores ante el desastre económico del “rodrigazo” (1975) dio por tierra con el “super ministro” de Isabel. Así, López Rega huyó con la supuesta misión de embajador (para desaparecer por largos años hasta que fuera detenido cuando retornó la democracia). A algunos peronistas, les causó indiferencia la caída de Isabel. “No fue tanto ¿sabes?, porque la Isabel estaba metida con el guacho este de mierda... con López Rega. Entonces estábamos en contra de López Rega. No lo tomamos muy en cuenta. Por lo menos una parte (...) porque no era para jugarse por el Brujo. Porque sabíamos lo que hacía el Brujo. Entonces no podía ser que íbamos a meternos para defender y tenerlo al tipo ahí metido. Cuando sabíamos que él era el vendido. Sabíamos que él era el vendido, que la aconsejaba todo al revés. Metía la pata él, cada día peor, cada día peor”772. Isabel había convocado a elecciones. Faltaban pocos meses para los comicios, pero ya los militares estaban decididos al golpe al cual le habían echado nafta con su accionar y sus intrigas políticas y sus amenazas. Ya en diciembre de 1975 la revista Gente celebraba la Navidad junto a Videla y este aprovechaba para amenazar a la sociedad hablando de la “sana rabia del verdadero soldado”773. “El golpe del ‘76 (...) era un golpe, un golpe cantado. Venía mal todo. Ya había muerto el General. Isabelita no estaba preparada para estar al frente de la institución que era el país y la sobrepasaron los acontecimientos y era algo que se veía venir. Era algo que estaba esperando Estados Unidos y se lo sirvió en bandeja la muerte de Perón”774. A partir del 24 de marzo de 1976 se instaló un modelo económico ultra liberal apoyado por un proceso represivo que incluía secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones de personas y exterminio de la población civil mediante la aplicación del terrorismo de Estado, ya que no había garantías para cualquiera que fuera opositor. Por supuesto se 772 Pedro 773 Comportamiento de la prensa en los días previos a la dictadura. El golpe militar del 24 de marzo de 1976 fue anunciado y apoyado por los medios, 18/03/92. Eduardo Blanco www.lamaga.com.ar 774 Juan P.

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clausuró el Congreso. Las víctimas, como siempre, fueron los trabajadores, quienes debieron soportar con sus bolsillos y con sus vidas el nefasto modelo económico, social y político que la dictadura implantó. Un fuerte control de la prensa redondeaba el plan (había algunos medios que no necesitaban de control alguno y se sumaban gustosos a la dictadura, tal el caso de Gente, Siete Días y Somos). El encargado del saqueo en lo económico fue José Alfredo Martínez de Hoz (apellido clásico de la oligarquía) quien realizaría una apertura de la economía e impulsaría la especulación financiera, la importación de productos y el reviente de la industria nacional. El endeudamiento fue el camino elegido por la dictadura para llevar adelante su plan neoliberal. Se amplió fuertemente la brecha entre ricos y pobres, se debilitaron y vaciaron las empresas nacionales de servicios (como Y.P.F.). Durante los años de la dictadura se licuo la deuda privada pasándole la factura al Estado que se hizo cargo del endeudamiento de los grandes grupos económicos, de esa manera todo el pueblo argentino pagaba el festival de unos pocos. La oposición a la dictadura estaba en las protesta de los trabajadores, a partir de 1979: “ese año se produce la Jornada Nacional de Protesta del 27 de abril”775 y en un grupo de valientes mujeres que empezó a reclamar por sus hijos desaparecidos y pasarían a la Historia como las “Madres de Plaza de Mayo”, ya que allí se reunían a marchar y pedir justicia. La dictadura tuvo varios presidentes: Videla, Viola, Galtieri y Bignone. “A mi me dejaron “prescindible como potencialmente peligrosa”. Así, un telegrama colacionado, así: “Potencialmente peligrosa”” 776. “Cuando bajo del avión, que habrá sido el 23 a las doce del mediodía o las once de la mañana, llego acá y algunos amigos periodistas me dicen “Cassia ¿cómo está la cosa?” “Hay que apoyar al gobierno constitucional hasta las últimas consecuencias”, bueno eso me costó una cargada durante bastante tiempo. Porque no es que yo apoyaba a Isabel. Yo me daba cuenta que nos faltaba tan poco para llegar a las elecciones, que era nefasto (el golpe). Porque yo ya había vivido, (siendo muy joven, muy jovencito), los colorados, los azules. Y el otro juntaba tres tanques y le hacía la revolución al que tenía dos tanques menos. Para colmo con unos militares muy aburguesados, donde ellos vivían prácticamente en el centro de la ciudad. Movilizar un tanque a ellos no les costaba ni cinco centavos de nafta. Salían de Campo de Mayo y ya te pegaban el golpe. Si hubiesen estado en la frontera haciendo patria creo que hubiese costado más venir de Tierra del Fuego, venir de Formosa, a hacer una revolución. Era muy fácil para ellos hacerte una revolución. Aparte la burguesía nacional siempre coqueteando con ellos y los políticos de entonces también coqueteando con ellos”777. Este militante habla de la necesidad de construir otro ejército: “Un ejército donde realmente desfilen con sonrisa no con cara de culo, que vos los mirás y parece que siempre están en guerra. Esta bien que tienen que tener una formación, pero hay cosas patrias que tiene que ser sentidas de otra forma, al menos así los 775 www.pts.org.ar/index.asp “Elementos para un “cuarto relato” sobre el proceso revolucionario de los ‘70 y la dictadura militar” Fecha: 22/11/2004. Christian Castillo Fuente: Lucha de Clases Nº 4. 776 Eva Marchand de Quintana 777 Héctor Cassia

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sentimos nosotros, los que nos sentimos peronistas (...) yo cuando empecé a verlo al General, y era chiquito, tenía más formación (militar) que otra cosa. Salía por la casa, que era una galería grande, con un palo de escoba. Y a los quince años, trece, catorce, cuando empecé a darme cuenta, fue algo que me envolvió la cabeza, pero los desfiles militares que hacía Perón eran una cosa preciosa, el pueblo realmente estaba integrado con las Fuerzas Armadas, que es lo que debe de ser. Integradas las Fuerzas Armadas al pueblo y el pueblo integrado con las Fuerzas Armadas, pero desgraciadamente estos muchachos parece que les tocó vivir etapas, como también algunos dirigentes sindicales y algunos políticos. Vivieron con la cabeza cruzada, por eso llegamos al país que llegamos.”778. “nosotros no sabíamos nada, es decir, el rumor estaba. Así que un día vamos a trabajar y había militares por todos lados. Incluso en el golpe ese mataron a un viejito que trabajaba en la fábrica Trelín, una fábrica grande. Evans. El padre de la diputada María Rosa Evans. Venía de la fábrica (...) y habían puesto unas vallas y policías por todos lados y se ve que él no escuchó o no acató y ahí lo fusilaron, en un Fiat 600 iba. Él fue la primera víctima”779. El crimen ocurrió el 25 de marzo de 1976 en momentos en que el señor Evans circulaba con su coche. Según datos aportados por su hija, Evans llegó hasta la Plaza de Rawson (capital del Chubut), cuya calle estaba sembrada de “miguelitos”, un camión con alimentos pasó antes que él y cuando su vehículo transitaba por ese lugar fue atacado a balazos por las fuerzas de represión. Efectuaron disparos, registrándose un total de 14 impactos, que terminaron con la vida del conductor. “Estaba trabajando. Yo era secretario del concejo deliberante de Trelew. Y la noche anterior, hubo reunión de comisión (...) Analizando ¿hay golpe o no hay golpe? Entonces uno de los periodistas que quedaban hizo un “sesudo” análisis de los registros: “en el verano no hay golpes”. Entonces vamos a dormir tranquilos. No puede haber golpe. A la mañana siguiente: radio, marchita. Voy a la municipalidad y en mí escritorio estaba sentado un señor de uniforme que tenía una metralleta Uzi. (...) Tenían objetivos predeterminados. Ocupar la municipalidad, ocupar la intendencia”780. Esto muestra que el golpe se venía preparando desde hacía mucho tiempo y por eso no había nada “improvisado”. “¿Que iba a hacer? Lamentablemente Isabel tenía que caer porque esa mujer no andaba. No andaba porque tenía a López Rega de colaborador y era un desastre. Ya no podía gobernar. Los milicos aprovecharon eso. Y si... la memoria tiene que existir. No venganza, ni nada por el estilo, en eso estoy de acuerdo con el presidente. No por venganza, ni nada por el estilo, ni hacer lo que hicieron ellos. No. Pero mantener la memoria de lo que ocurrió”781. “¿El ‘76? Cuando cae Isabel... Te voy a contar una historia. Yo estaba en Buenos Aires. Yo pertenecía a una empresa, “Caolines Argentinos”, que estaba en el Dique Ameghino, que ahora está cerrada. Y el director era el general Roberto Tiscornia. Entonces yo voy a Buenos Aires a buscar unas cosas con un chofer en un camión. Paramos en la oficina, ahí en calle Roque Sáenz Peña al 800. Mirá que andábamos con un camión 778 779 780 781

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volcador a las 10 de la mañana. No había ni el loro en Buenos Aires. Cargamos todo. Y Tiscornia me dijo “Vaya, porque en cualquier momento”, dijo (charlando, tomando café porque éramos muy amigos), “vamos a derrocar a Isabel Perón”. Dijo “no vamos a tirar ni un tiro, la vamos a derrotar. Tome este papel, este teléfono. Váyanse. Si en la ruta a ustedes los para una patrulla militar, ustedes digan que se comuniquen con este teléfono, con el general Tiscornia”. Nos vinimos acá. Yo le dije a Ortega: “Che Ortega sabés que traigo esta noticia de Buenos Aires. Va a pasar esto, así, así y así”. “No, dejate de joder”. “Me lo dijo el general Tiscornia, charlando con él. Que iba a haber un golpe militar y ya está”. Y no pasaron 20 días y se hizo. Tiscornia siguió siendo el jefe mío. Y yo le decía “Tiscornia, a mí como peronista ¿adonde me va a echar?”. “No, a usted no, porque usted es peronista sano”.”782. Esta frase que le dijo ese militar a Ítalo, revela el pensamiento de las Fuerzas Armadas acerca de lo que consideraban “peligroso”, “sano” o “enfermo”. Luego se escucharían cosas como “el cuerpo social estaba enfermo”... Por un lado los militantes peronistas “pasivos” eran “tolerados” (más o menos) y se consideraba “enfermos” a los que desarrollaran actividades contrarias al gobierno militar, fueran peronistas o no. Esto llevó a que se considerase “peligrosos” no sólo a los guerrilleros (que rápidamente perdieron poder de fuego), sino a un estudiante de psicología, a un grupo de teatro, a un delegado de fábrica o simplemente a los amigos o familiares de estos. Luego de instalada la dictadura, Abel Amaya (radical, que había defendido a presos políticos) fue asesinado por las fuerzas militares: “Amaya era vecino nuestro, muy amigo nuestro. Yo fui de los pocos amigos de él que estuve en el Aeropuerto viejo, cuando llegaron los restos de él acá. Éramos diez, doce personas (...) Porque tenía miedo la gente de ir allá (...) yo fui amigo de él. (...) Él vivía acá en Pecoraro y mi papá y mi mamá vivían pegaditos a ellos. Vos sabés que esa noche, el velatorio, arriba estaba lleno de marineros de la Base (...) Al día siguiente fuimos al cementerio”783. “Fuimos reprimidos en varias oportunidades porque yo ya en ese entonces pertenecía como delegado a la A.O.T., los textiles. Era delegado de fábrica. Teníamos algunos aprietes cuando se produce el golpe militar especialmente del ‘76. Nosotros estábamos instalados en la calle A. P. Bell entre 25 de Mayo y San Martín. (Entre los dirigentes estaba) César Ayala, su hermano y el incomparable e incansable Miguelito del Río, un buen militante. Y él es que en el golpe del ‘76 quizás le deba a él la vida. Porque entraron la gente de la Base y nos dieron vuelta con todo (...) el gremio. Pero más antes había venido un amigo nuestro, también perteneciente a la Base, pero civil y nos dijo que escondiéramos toda la documentación que teníamos. Y la única documentación que teníamos eran las fichas de afiliados de los compañeros. Y escondimos algunas, pero la mayoría de eso se lo llevó la gente de la Base. A nosotros nos tuvieron en una oficina ahí como presos, cerca de tres horas. En ese momento entró César Ayala, y fue preso y nosotros quedamos en libertad. No sé por qué. A las pocas horas lo soltaron. En algunas ocasiones lo molestaban con una cosa y otra”784. 782 Ítalo 783 Prof. Gustavo Adolfo Boyd 784 Hugo

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“lo derrotan a Benito Fernández785, (...) y ahí sigo trabajando en la provincia, como estaba a cargo de la dirección aeronáutica y siempre dependía de la secretaría general de la gobernación. Entonces cuando fui a pedirle una orden de vuelo en Aerolíneas ida y vuelta para mi examen semestral psicofisiológico en Buenos Aires, más esos cinco días de viáticos, el doctor Angió, que era secretario general de la gobernación, me comunica que ya no soy más piloto... Lo tragicómico de eso fue cuando le pregunto el motivo: “porque usted es peronista”. Yo no sé si le dije “chocolate por la noticia” o algo más gracioso, porque me causó risa. Le digo “¿usted sabe que estoy volando desde el año ‘56, que estaba la revolución libertadora?... ¿Y cuantos militares han pasado entre el ‘56 y usted, en el ‘76? Han pasado docenas de militares”. Y no sólo eso. Como piloto, estábamos en casa de gobierno, la actividad era día y noche o sea no había ni horario ni días. Se trabajaba feriados, sábados, domingos de noche de día, por vuelos sanitarios o de emergencia del gobierno. Entonces me dice “va a tener que marcar tarjeta”, cosa que como todo personal administrativo, tenía que ir a la mañana y tarde y “pase a depósito”. O sea, como piloto pasaba a depósito y tenía que marcar tarjeta. Pedí una semana de licencia. Fui al edificio Cóndor. Me hago un certificado (...) Entonces con el gobierno del coronel Etchegoyen, sale un decreto ley, el 1388, que el personal masculino debía jubilarse con una edad mínima de 55 años y treinta años de servicio (...) yo en el edificio Cóndor saco todos mis certificados, con trece mil y tantas horas y veinte años de gobierno, porque el trabajo aeronáutico de comandante de multimotores e instructor de pilotos profesionales, cada 400 horas como piloto al mando de la nave multimotor, te rebajan un año de servicio o cada 600 horas como instructor de pilotos profesionales le bajan un año de servicio (...) el coronel Etchegoyen tuvo que firmar el Decreto 07 de 1977, a la vista del propio secretario general de la gobernación y darme la jubilación”786. “Yo tuve la suerte de que esas cosas que Perón hizo y dijo, a mi modo, hacerlas acá y practicarlas acá. Yo tuve muy buena relación con los radicales y fui el hombre que recibió a Balbín cuando Czabanyi era presidente del partido (...) debe haber registros en los diarios. Cuando Balbín estuvo acá en la provincia y Czabanyi me dice “Cassia usted es el hombre del movimiento obrero que tiene que informar a Balbín”. Bueno, Hablamos un montón, le informé de lo que nos pasaba, cual era la situación. Ese día me di cuenta que lo que Perón había dicho era tremendamente histórico y que realmente era la salida al país”787. “Había que tener cuidado con la gente de la Base, porque ellos mandaban gente, cabitos o sargentitos. Vos sabes que los revisaban a todos. Cuando llegó el momento los revisaban a todos, ahí en la esquina de Don Bosco (Trelew), palpándolos a todos de armas, todos los coches, los hacían bajar. Romero se salvó cagando cuando lo mataron al pobre Amaya”788. 785 786 787 788

Gobernador de Chubut Agustín Brebbia Héctor Cassia Pedro

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Preso en la Base A. Zar (1977) “Antes te había mencionado que yo marchaba con un palo por la galería, pero después fue un odio hacia todo lo que tenía gorra y uniforme que no lo supe equilibrar. Yo creo que a mi me llevan, más que por combativo o un soldado de la causa revolucionaria, más por pelotudo que por otra cosa. Había mucha gente que creía que yo era malo, prepotente y ellos también. Así que había un expediente que todavía debe estar en la Base. Tremenda mentira, porque a mi me asociaban con Montoneros, con E.R.P. ¡Nada que ver!, pero bueno, ¿viste? Ellos mandaban informes y ellos iban haciendo tu propia historia aunque no fuera la tuya. Me vinieron a buscar, yo vivía en la calle Moreno, enfrente de Santillán, de todos los muchachos. Igual los muchachos cuando ven que me vienen a buscar se cagaron todos en las patas, todos se metieron adentro, pero era una cosa normal, venían con jeeps. Me golpearon la puerta, que no alcanzo ni a abrirla, porque yo estaba ya acostado, y me patean para dentro y ahí ya viste un desastre, un desastre. No tiene explicación como estos muchachos no diferencian lo que es la guerra de lo que es una acción que vos podés tener dentro de tu propio país. No diferencian nada, parece que tuvieran anteojeras y hacen lo que hacen. Estaba mi hijo, a Dios gracias no necesité sicólogos ni nada (...) Estuve con Chiche López, con el que fue diputado nacional. Estuvimos los dos juntos. Después nos encontramos en el micro, estábamos los dos encapuchados y le digo “pero vos sos Chiche”, “Si, ¿vos sos el pelado Cassia?”, me dice. El único diálogo que tuvimos en tanto tiempo. (...) Después de eso me guardan en Mar del Plata los muchachos de S.M.A.T.A.. Me voy a trabajar con la conducción de S.M.A.T.A. a Mar del Plata... (...) A mi no me alcanza con que me indemnicen. La intención que yo hago en la denuncia es que de una vez por todas se investigue lo que pasó en la Base. No por rencor, sino para que realmente quede históricamente un análisis de lo que pasó. Yo digo quienes fueron mis represores. Agusti fue uno789. Que dio la casualidad que ahora sale con todo este tema de la investigación del espionaje (...) Creo que hoy todos tenemos que agudizar el ingenio para ver como nos reencontramos. Yo cuando en el ‘77 me llevaron preso a la Base hubo algunos compañeros peronistas que fueron solidarios, pero hubo muchos radicales también, como el rubio Gatica que me dijo “Cassia acá tiene la plata, póngase un kiosco”, con eso puse un kiosco, con eso pude salir al frente. Me acuerdo de “Gorrión” y de un muchacho que era presidente del radicalismo que repartía el diario Jornada, ellos eran los distribuidores. Antes si no tenías la plata no te dejaban el diario, a mi me dejaban el diario.”790. Las requisas en las casas estaban a la orden del día y ya eran un clásico de todos los golpes. Habitualmente una patota (llamada “grupo de tareas”) irrumpía en algún domicilio en busca de material “subversivo”, es decir libros: “Había un libro de Perón y al lado puse uno de Damonte Taborda que era un gorilazo feroz, al lado. ...Entonces en una oportunidad, dice “Mire lo que hay acá” y el otro le dice “si, pero también está este”. (...) Compensaba. 789 En 2006 estalló un escándalo en Chubut por casos de espionaje realizados por personal de la Base Almirante Zar en los que aparecía involucrado personal jerárquico. 790 Héctor Cassia

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Incluso creo que tampoco saqué el de Clawsewitz: estaba editado por el Colegio Militar”791. “Cuando vino la Base, era peor el asunto todavía. Y...tenías que tener mucho cuidado. Mi marido estuvo fichado (...) Nunca hubieran encontrado nada tampoco. Porque había unos libros en mi casa y yo agarré los metí en la pileta de lavar los platos, lo llené de alcohol de quemar y los quemé.”792. En 1978 se llevó a cabo en nuestro país el Mundial de Fútbol. La dictadura quiso aprovechar en beneficio propio el entusiasmo popular para, de esa manera, “cambiar” la imagen en el exterior ante las innegables denuncias por violaciones a los derechos humanos. La “apertura” política y la Guerra (1981-1982) 1981 es el año en que empiezan a salir del congelador los partidos políticos. Si bien la represión se mantuvo, comenzaron a verse grietas dentro de la dictadura. La masacre ya se había llevado a cabo en su parte más importante con enorme cantidad de desaparecidos y asesinados. La dimensión de todo eso era ocultada por el control que ejercía el gobierno sobre los medios nacionales. Solo la prensa internacional estaba en condiciones de sacar a la luz los numerosos crímenes cometidos por el gobierno militar. El otro costado de la dictadura era la desastrosa política económica del gobierno, el congelamiento de salarios, la importación que había reventado a la industria nacional y la patria financiera, que ya eran insoportables para la población. Empezó a hablarse de vuelta a la democracia, pero el plan era a largo plazo, 1987 como más cercano. El “proceso” no se había fijado límites de tiempo y pensaba eternizarse en el poder, pero la creciente protesta social y el malestar económico socavaban a la dictadura desde adentro. La dictadura decidió tolerar una “multipartidaria”. Dentro de la dictadura había rencillas por intentar acaparar el poder en un futuro proceso electoral. Massera, de la Armada, comenzó a fabricar su proyecto personal: M.O.N. (Movimiento de Opinión Nacional) que más delante se llamaría P.D.S. Partido de la Democracia Social. En 1981 la C.G.T. de Ubaldini encabezó la primera gran manifestación. Fue una convocatoria gigantesca que recorrió las calles bajo el lema: Paz, Pan y Trabajo. “En el año 1981 estaba de gobernador de facto de la fuerza aeronaval el contralmirante aviador naval (...) Lionel Martin y me contrata para un multimotor, como piloto comandante para una gira de él como despedida de la provincia. Le digo “que lástima que no está el doctor Angió”. Y así hice la gira como despedida contratado para ese vuelo por un almirante aviador naval de una revolución. Y ahí termino, en el ‘81. No me fui por una cosa oficial. Así que mi debut fue contratado por un gobierno militar de una revolución y contratado en el final por otro gobierno militar. Entonces hasta el ‘85 actué en Sarmiento, en Trelew, haciendo cursos. Pero después ya me retiré y ahí terminó mi vida profesional y ahora nada más bajo los gritos de los nietos”793 Hacia 1982 la situación de la dictadura era insostenible. Su “plan” económico era una desastrosa entrega del país a la patria financiera. La única industria en funcionamiento 791 Horacio 792 Choli 793 Agustín Brebbia

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era la especulación. Los salarios de los trabajadores del estado estaban congelados, el resto de la población vivía igual o peor. Las críticas a la política económica y represiva del gobierno iban en aumento. La dictadura tambaleaba. El diario de Julio Ramos, entristecido, comenzaba a despedir a la banda militar: “el Proceso de marzo de 1976, como ninguno anterior, enseñó a los argentinos a amar la libertad económica (...) ese amor, ese descubrir la libertad económica a toda una generación joven de argentinos, algún día será más útil como arma política para no “saltar al vacío” o enfrentar al dirigista de turno”794. Otra gigantesca movilización de la C.G.T., el 30 de marzo de 1982, liderada por Ubaldini, terminó con el asesinato de un trabajador a manos de las fuerzas de represión. Tres días después se conocía la noticia: Argentina había recuperado las Malvinas. Era el último intento de la dictadura por lograr aire para su proyecto. Y así, montados en un justo e histórico reclamo, la dictadura echó mano al último recurso para aferrarse al poder. Sin suficiente entrenamiento y sin recursos técnicos, el resultado no podía ser otro que la derrota. La derrota en la Guerra (a pesar del coraje demostrado por los soldados) terminó expulsando del gobierno a la dictadura, que se vio forzada a convocar a elecciones para 1983. Las movilizaciones se sucedieron una tras otra e incluso se llegó a apedrear la Casa de Gobierno. Galtieri renunció, dejando su lugar a Bignone. Se terminaba la larga noche que duró más de siete años, con un saldo de miles de muertos, secuestrados y desaparecidos entre el pueblo y con una deuda externa enorme, fruto del saqueo del Estado por parte de los grupos económicos financieros y oligárquicos con la complicidad de sus socios militares, “después en el ‘82 con la primera multisectorial yo soy el que organiza para traer a Llerena que era del P.I., a Aguirre que era del M.I.D. de la Pampa, a Pugliese de Tandil, radical, lo traigo yo. A conocidos de Pugliese. Charlamos con Pugliese porque él militaba con Macaya. Porque cuando yo me tuve que ir de acá fui a Mar del Plata, ahí militábamos con un grupo de muchachos, así que tuve el gusto y el honor y vino José Rodríguez por S.M.A.T.A. y por el peronismo. Esa multisectorial que se hizo en el Gimnasio numero 1... (...) Yo creo que al no poder juntarnos nosotros y debatir así con sinceridad, sin pensar en cargos, pensar en lo que nos pasó, yo creo que hubo muchos muchachos que estuvieron confundidos. Ahora ¿como hacemos para ser equilibrados y decir si nosotros mismos no los llevábamos a que se fueran de ahí?, como los Montoneros, como el E.R.P. como las F.A.R., no sé cual cosa es peor. De alguna forma todo lo que iba ocurriendo era tan apresurado y la vuelta de Perón era si o si. No podía entrar en la mente de ningún militante, por más dificultades que tuviéramos, de que no volviera al país. Yo, a Dios gracias, no tuve que estar al lado de Massera. Me di cuenta que darle de comer a los leones es peligroso desde chiquito, algunos compañeros eso no lo entienden, ni lo evaluaron”795. Este militante hace referencia a la visita que Massera realizó a nuestra zona en septiembre de 1982, cuando presentó su partido político (P.D.S.). Massera realizó un acto en el Gimnasio Municipal (hoy Nº1) convocando alrededor de 500 personas 794 Ámbito Financiero, 24/03/82, en Blaustein – Zubieta Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el proceso. Ediciones Colihue, Buenos Aires, p. 340 795 Héctor Cassia

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entre las cuales se hallaban ex militantes del peronismo, que estaban completamente perdidos. Se convocaron a elecciones para el 30 de octubre de 1983. Pero, antes de irse, los militares cubrieron su huída con una ley de auto amnistía. Los asesinos huían queriendo poner a “Dios y a la historia como únicos y supremos tribunales para los actos cometidos”796. La cúpula eclesiástica cubría también la retirada (así como había hecho con la llegada) de la Junta Militar y, así, el Concejo Episcopal Argentino saludaba el “informe” presentado por la Junta con el cual se pretendía cubrir: “tiene aspectos positivos que pueden constituir un paso hacia la reconciliación”797. Los últimos estertores de la dictadura en 1983 hicieron que algunos dieran una vuelta en el aire y empezaran a correr para donde soplaba el viento, como Magdalena Ruiz Guiñazú que rápidamente empezó a criticar al proceso cuando estaba nocaut. “Con grandes esperanzas pensé que ese vacío que arrojaba el gobierno de Isabel tendría fin con un gobierno duro – como se preveía que iba a ser éste -, que traería orden, que sanearía las finanzas, que regimentaría la cosa pública. O sea, que ajustaría las clavijas. Pensé en un trabajo de limpieza. Y lo que sucedió fue, justamente, lo opuesto. Ese es uno de los grandes dolores. Esto no lo comprendí ahora, empecé a descubrirlo a fines del 79. Fue cuando comprendí que todo estaba estancado, que se estaba dando vueltas en redondo”798. Para abril la dictadura se preparaba para escapar: “Se consideran muertas...aquellas personas que figuran en nóminas de desaparecidos y no se encuentran exiliados o en la clandestinidad (…) Mitigar las heridas que todas las guerras producen, afrontar con ESPIRITU CRISTIANO la etapa que se inicia y mirar el mañana con SINCERA HUMILDAD”799. ¡Caraduras!

796 797 798 799

20 años de Historia política argentina 1966/1986, op. cit., p. 417 20 años de Historia política argentina 1966/1986, op. cit., p. 418 Revista Radiolandia 2000 21/01/83 año LIV Nº 2842, pags. 12 y 13. 20 años de Historia política argentina 1966/1986, op. cit., p. 417

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Capítulo 20 El peronismo derrotado (1983-1999) El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín, de la U.C.R., venció en las urnas a Ítalo Luder, del P.J.. Era la primera derrota electoral del peronismo en toda su historia. Mientras el candidato radical basó su campaña en los valores de la democracia y un aire de renovación, el peronismo expuso como candidatos a dirigentes relacionados con el gobierno de Isabel. Alfonsín asumió su mandato en un clima de gran emoción y de esperanza. Pero el paso del tiempo mostró que las viejas recetas liberales de la dictadura habían calado hondo en la dirigencia. Prebisch fue asesor en materia económica. En 1985 comenzó el Juicio a las Juntas militares. La cúpula del proceso fue encarcelada, pero numerosos crímenes quedaron sin castigo (muchos hasta el día de hoy). El gobierno radical vivió acosado por la presión militar que le exigía terminar con los juicios y que además resolvían sus disputas internas usando las armas del pueblo y provocando inestabilidad democrática. Así se sucedieron los movimientos militares en Semana Santa, Monte Caseros y Villa Martelli, pero el pueblo reaccionó inmediatamente dejando en claro que no había espacio para nuevas aventuras militares. Sin embargo esos militares consiguieron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que le dieron cobertura (impunidad) a la segunda línea de la dictadura. No faltó el acto mesiánico de un pequeño grupo de “izquierda” que le echó más nafta al incendio cuando intentaron copar La Tablada. Allí afloró nuevamente la violencia y la represión ilegal, ya que hubo denuncias por ejecuciones cometidas en contra de los grupos de izquierda luego del cese del fuego. El aparato represivo aún estaba instalado dentro las fuerzas armadas “legales”. Durante este ciclo el peronismo desarrolló una feroz oposición. Muchos de los que se opusieron a las medidas económicas y políticas de Alfonsín no tuvieron problemas, años más tarde, en levantar la mano para vender la Nación, tal como lo indicaban los planes enviados desde Washington y ejecutados prolijamente por Menem. Menem: del poncho colorado a la Ferrari (1989 - 1999) Alfonsín se fue cinco meses antes de terminar su mandato. El país quedaba incendiado por los saqueos y por las nefastas políticas económicas llevadas adelante por la administración radical. Nuevamente las urnas abrieron un camino de esperanza, en medio de la hiperinflación, pero al poco de andar llegó nuevamente la desilusión. El 14 de mayo de 1989 Menem, gobernador de La Rioja y aparentemente uno de los más “ortodoxos” dentro del partido, venció a Angeloz de la U.C.R. Pero lejos de desarrollar el programa nacional y popular del peronismo, se inclinó por los clásicos enemigos de la clase trabajadora para llevar adelante su plan de entrega. Así se incorporaron Alsogaray (padre e hija) al grupo de gobierno y sus asesores. El grupo Bunge y Born aportó sus técnicos. Increíblemente un gobierno “peronista” tenía como “asesores” políticos a Alberto Albamonte y Adelina Dalesio de Viola, miembros de la recién creada U.Ce.De., que se paseaban por la tele exponiendo sus planes de gobierno

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apañados por Menem. Los temores de Washington por el supuesto “peronismo atávico” de Menem pronto quedaron despejados. Menem se desprendió de sus patillas, del poncho de Facundo y de todo rasgo peronista y estableció una relación dependiente de Estados Unidos, mientras se paseaba con Bush (padre). La claudicación de Menem ante el histórico enemigo del pueblo quedó evidenciada en el abrazo al almirante Isaac Rojas: “Yo vi una foto en Córdoba en el año 1974 donde los estaban apuntando con un fusil a Rojas y le mandaron una dedicatoria: “¿ves hijo de mil putas que no te queremos matar?, te vas a morir en vida, hijo de mil putas”, y eran los muchachos de la U.O.M., los metalúrgicos, si. Se murió sin poder salir a ningún lado, el único que lo recibió fue el turco hijo de p*ta de Menem”800. “Para muchos de nosotros nos dejó mal. Yo he trabajado para él...”801. “Gracias a Menem regalaron los ferrocarriles, regalaron Y.P.F., Gas del Estado, mi Agua y Energía. Digo mía porque es una empresa que la llevo en el alma. ¿Sabía que Agua y Energía nunca dio perdida? Nunca (...) En el paquete la regaló, el “estimado amigo” Carlitos Menem, que dice ser peronista”802. Continuó la privatización de todo el patrimonio nacional que 50 años antes habían recobrado los trabajadores. Lo peor del burocratismo se hizo dueño del Partido Justicialista. Solo el pésimo recuerdo de Alfonsín, y la torpeza de la oposición, le permitieron a Menem presentarse a la reelección (facilitada por el Pacto de Olivos, arreglado con el líder de la U.C.R.), y ganar tranquilamente frente a la coalición de “centro - izquierda” de Bordón - Álvarez. En 1999 Menem se despidió dejando una desocupación galopante, el país vendido al extranjero, privatizados sus servicios públicos, con altos niveles de pobreza, con la gran concentración de riqueza que ni los más liberales hubieran soñado jamás y una monstruosa deuda externa. Lo demás es muy reciente y conocido. El desastroso gobierno de Fernando De La Rúa, que llegó exhibiendo una chapa de honestidad que se disolvió bajo la Banelco con la que se habría comprado a varios legisladores para que votaran las leyes de flexibilización laboral (más todavía, después de Menem). Luego el caos, el hambre, el regreso de Cavallo (comodín de Menem y de don Fernando), los saqueos, los manifestantes asesinados entre el 19 y 20 de diciembre de 2001, la sucesión presidencial (Puerta, Rodríguez Saá y Caamaño). Finalmente Duhalde (que había perdido las elecciones ante De la Rúa) fue designado presidente por las Cámaras de Senadores y Diputados. Gobernó algo más de un año con piloto automático y convocó a elecciones para abril de 2003. En medio de esto fueron asesinados por la policía dos jóvenes: Kosteki y Santillán, víctimas de la represión policial. Esto apuró la convocatoria a elecciones. El peronismo concurrió dividido a las urnas y sus tres candidatos (tan diferentes) obtuvieron el 60 % de los votos emitidos. 800 Vitalicio Vargas 801 José Manuel Ulloa 802 Lucio Castillo

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Capítulo 21 Perón vive “Como luchó por desarrollar un capitalismo nacional (estatal y privado) contra la sociedad inmóvil de la hegemonía terrateniente, ésta lo declaró indeseable, lo derribó y lo expatrió durante 18 años. El pueblo, sin la ayuda de los sociólogos, comprendió que solo un patriota podría merecer tal castigo. A tal odio, respondió con un amor equivalente. Perón intuyó certeramente su próximo fin. El discurso del 12 de junio, que declaraba al pueblo único heredero de sus banderas, constituyó el testamento político de este varón singular, que entró en la muerte tan oportunamente como había irrumpido 30 años antes en la historia” 803 Lejos han quedado los días en que aquellos trabajadores cambiaron la Historia. Tan lejos que parece increíble que esa Plaza de Mayo, hoy vacía y cercada, haya recibido a las multitudes que se sentían protagonistas de la vida de la Nación. Que lejos están aquellos días en que el pueblo era feliz y lo expresaba en las calles. La época en que los niños eran privilegiados y no cautivos del sistema. Y también la época en que todos se habían definido por una causa. El vaciamiento ideológico que hubo desde 1976 para acá tuvo amplios difusores y se terminó de rematar con la frase de Menem que hablaba del “fin de las ideologías”. Si se comparan la militancia, las movilizaciones, el vocabulario político y los discursos de los años ‘40, ‘50 y ‘70 con la lamentable ausencia popular de estos días, se llega a la conclusión de que aquella sociedad estaba mucho más politizada. En los años ‘40 y ‘50 fue la clase obrera la que tomó el escenario político y social. En los años ‘70 fue la juventud de clase media la que protagonizó un intenso accionar político, sumándose al movimiento de masas. Pero en los años ‘90 se erradicaron de las calles la discusión política y la militancia partidaria. La juventud de los años ‘70 no tuvo su equivalente en los ‘90 porque el vaciamiento fue extremo. Hoy se acentúa la desmovilización de las masas. Ni hablar de las obras realizadas entre 1945 y 1955. Pensar que en aquella época, cuando Perón salía al balcón y la Plaza reventaba de gente, algunos in-telectuales hablaban de “manipulación”, cuando en realidad se estaba viviendo un fuerte proceso de incorporación de las masas a la política concreta. Aquella era una democracia participativa (en las calles), no solo representativa (en las urnas). Los supuestos “superadores” hoy lanzan sus campañas en pequeños bares, cines o teatros en los cuales se sientan familiares, amigos y operadores, pero nada de pueblo trabajador. Que distinta es ésta época de aquella en la que Perón salía a regar las plantas y había medio millón de personas aplaudiéndolo y ahora, en cambio, las campañas se lanzan y se hacen en selectos reductos de la clase media. La dirigencia, ha sido víctima y empleada del vaciamiento (aunque todavía, en algunos lugares del interior del país sobrevive una forma más popular de participación política, lejos de los vicios 803 Revolución y contrarrevolución en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 443.

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“globalizadores” de la gran Capital). La “nueva” política no es otra cosa que un reciclado de lo peor de la “vieja” política. Dentro del peronismo, la ideología y la doctrina sobreviven por fuera de los canales partidarios que están absolutamente burocratizados. La degradación política de la dirigencia y su falta absoluta de convocatoria hace que las peleas o “debates” sean de un nivel lamentable. Tan golpeado está el peronismo que pasamos de llorar de tristeza por la muerte de Evita, a llorar de la risa al ver que las dos mujeres que se disputaron su lugar fueron una burócrata del partido y una concheta que tiene como referente a Hillary Clinton....(por Dios...). Entonces, la pregunta inmediata es: si todo aquello ha quedado a tanta distancia en el tiempo, ¿por qué estos hombres y mujeres siguen siendo peronistas? El sentido de pertenencia no tiene nada que ver con el “presente” del peronismo, sino con el “antes”. La cuestión de clase es una razón, pero no la única: “yo mi condición de peronista no la voy a perder. Yo como siempre digo: nací negro, peronista y de Boca y así me voy a morir. Tuve amigos dentro del municipio que me decían “mirá Juan que podés andar bien con nosotros, afiliate con nosotros”...No. Yo por una mejora de sueldo no voy a perder mi identidad política, ni la doctrina que nos enseñó la abuela con sus años ella, pobrecita, de que siempre debíamos serle leales a Evita y a Perón”804. “Si, ahora dicen que son peronistas ¿qué peronistas? ¿de qué? Si el peronista laburaba. El peronista era el que iba de su casa al laburo y del laburo a su casa. Y chau. Después se ganaba en la urna. Ahora no. Ahora son todos matones, hacen lo que quieren”805 “Si, indudablemente el peronismo es algo que no se puede dejar. Inclusive se puede cotejar y disputar, (...) no es necesario, porque dicen “en aquella época hubiera hecho esto”, (...) aunque hay una diferencia de años muy grande y políticamente se ha cambiado tanto que con la velocidad de los aviones hoy, (que) está acá, está y hoy ya está en Venezuela, entonces hay otro tipo de relaciones más completas políticamente (...) Como ya se presenta como Frente Justicialista, cambia la denominación, pero uno el peronismo lo lleva adentro, ya queda... porque podrá mejorarse así el ideal de Perón... Indudablemente con el tiempo pasado podrá mejorarla Kirchner, pero las bases son inamovibles (...) ¿cuantos gobiernos revolucionarios? ¿Cuántas revoluciones? Se esperó 18 años una vez y dijeron en “18 hay un desgaste”. Cuando nos llamaron...y, (ganamos)...por escándalo, indudablemente esta vigente, está vigente”806. Esta reflexión es interesante, porque a menudo todos los que llegan al poder con una receta “nueva” y “superadora” del peronismo, terminan incendiando al país y haciendo más injusta la vida de los trabajadores. Entonces, da para pensar que sería mejor partir desde lo que dejó el peronismo para intentar algo “superior”. “Yo sigo siendo peronista porque no puedo decir tampoco que no puede surgir otro Perón... ¿no? Ojo que con sus equivocaciones que las pudo haber tenido ¿por qué no? Pero, porque fue un gran estadista y un líder...Y a ella porque fue una mujer que 804 Juan P. 805 Osvaldo Rubbo 806 Agustín Brebbia

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lo dio todo por la gente pobre...Y hoy vos fijate que, pasando los años que pasaron, la frase que ella siempre decía yo me iré pero “volveré y seré millones”. Y es cierto, porque en un hogar donde los padres o los abuelos hablan y dicen lo que fue el tiempo de Perón...porque el tiempo de Perón fue muy bueno. Los primeros años de Perón fueron magníficos...El Plan Quinquenal fue una cosa que...está bien, todos dicen que “había mucha plata”...pero se hicieron muchas cosas...hoy también hay mucha plata y se la roba...Hoy ves que los viejos se mueren, que los chicos están desnutridos....”807 “Porque el peronismo me dio algo muy importante. Me dio eso que yo puedo hablar con vos, con el presidente, con el gobernador. Antes no podías hablar o mirar a tu patrón”808 ¡Este es el mayor logro del peronismo! La dignidad social que alcanzaron los trabajadores pasó a incorporarse definitivamente al ideario popular. Ya no como una mera limosna, sino como un derecho. Pasaron de ser habitantes a ser ciudadanos... (Aunque hoy, en cambio, apenas podamos llegar a ser “consumidores”). “Porque siempre me gustó mucho y no tengo porqué ser de otro contrario (...) Yo soy peronista. Del gobierno: allá...El peronismo mío es otra cosa. Yo no tengo nada que ver con el gobierno. El gobierno me guste o no me guste, son cosas de ellos. Yo no soy político”809. “Porque para mí el peronismo es un sentimiento. Acá están fallando los hombres, algunos dirigentes, han confundido mucho la militancia...No es una cosa que se declama. Esto se siente, se lleva adentro, es un sentimiento...Yo veo una persona que necesita y lo siento más que si lo necesitara yo. Yo mamé esto desde muy chico y si volviera a vivir sería peronista de vuelta. Yo siento el peronismo. Sé que vamos a ir a desembocar seguramente en el socialismo. Como vienen las cosas, como se vienen dando las cosas. El peronismo ha tenido muchos dirigentes... yo siempre recuerdo lo que Perón decía de los compañeros que llegan a dirigentes y se aburguesan. Por eso digo, el peronismo no se declama. Me quedo con Evita. Evita era una mujer que se jugaba todo, no dejaba nada por apostar, se jugaba todo. Y tenía un solo lado para caminar, que era ese. Y entregó su vida. Ella sabía que se moría y lo único que nos pedía que no abandonáramos al General. Que siguiéramos luchando, que ella iba a volver hecha millones, y no le erró. Fíjese si pasaron tanto los compañeros...Bueno a nosotros nos pasó lo más terrible. Al peronismo le pasó lo más terrible. La época nefasta esa, esa dictadura maldita. Si no hubiera sido por esto, hoy hubiéramos tenido otro país. Perón presidente ha sido lo mejor que ha tenido la Argentina. Ha sido lo mejor que tuvo la Argentina. Antes el obrero no tenía derecho a nada. A nada. Reclamaba su salario y terminaban matándolo o terminaba preso. Yo conocí el tiempo del obrero que andaba con las zapatillas en el empeine y hay gente que no puede ver un obrero bien vestido, un obrero que progrese que tenga una vivienda”810. Carranza 807 Ema “Pina” Damián 808 Choli 809 Coco 810 V. Carranza

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lamenta que Perón no haya ordenado resistir en el ‘55 y lamenta del General no: “Haberse jugado en aquella oportunidad, en el ‘55. Estando él las cosas eran diferentes. Porque había muchos militares que no estaban de acuerdo con esto. Fueron unos pocos”811. Cuando uno se pregunta ¿por qué el pueblo sigue siendo peronista? La respuesta podría ser: “Y, por la obra de Perón. Se va transmitiendo, se va transmitiendo a través de la familia. Por eso le digo, es un sentimiento. Quien abraza la doctrina no sale de ella. Por eso yo no justifico, muchas veces, gente que se haya ido del peronismo. Que hayan fallado los dirigentes, acá pueden fallar los dirigentes, como yo he visto fallar a tantos. Y los hombres van a fallar siempre. Pero siempre va a estar la doctrina para sacar adelante”812. Habitualmente la gente “leída” dice que el peronismo carece de una ideología definida, pero esto choca con lo que dicen los militantes que hablan de la existencia de una doctrina. Es oportuno analizar esto para ver que los militantes que reivindican al peronismo lo hacen marcando cosas puntuales, concretas y no aferrándose a un marco teórico hueco (tal vez otras ideologías se respalden en bibliotecas más frondosas, pero el peronismo reposa sobre obras tangibles... ¿cuál ideología es más firme? ¿Aquella que se sustenta en los libros o la que se basa en la experiencia práctica?). Y por otro lado, la crítica hacia la supuesta “debilidad teórica” del peronismo revela una gran preocupación por encontrarle el basamento “científico” al fenómeno peronista para poder “admitirlo”. O sea: gana, pero no es científico. (Esto se parece a los análisis “profundos” de los periodistas deportivos que no entienden cómo un equipo con carencias “tácticas”, sin técnica y sin “un orden” sale campeón, mientras el equipo ordenado, con recursos tácticos a montones y que tiene un técnico que ve muchos videos, no figura ni a los premios. Así se gastan litros de tinta hablando de los dispositivos tácticos y al final, el partido se resuelve sobre la hora con un gol hecho con la nuca y entonces ¿adónde quedan las teorías?). “Porque lo siento. Porque para mi Perón y Evita fue lo más grande que hubo. A lo mejor soy “Evitista”, porque Evita fue el alma del movimiento. A Evita no se le da la trascendencia que tuvo, tal vez por ser mujer. Siempre la mujer queda un poquito más relegada, fue el alma del movimiento (...) La esencia que tenía, la queríamos mucho”813. “Porque lo siento y llevo a Evita...no te digo que no lo sienta a Perón, pero Evita es mi vida, porque mujer como Evita, para mi idea, yo creo que hay que hacerla de nuevo. Porque otra... ¿la podemos igualar a Evita? Ese es mi criterio. A mi me parece que tiene que recorrer mucho camino la mujer que la pueda igualar y llegar a la gente como llegaba Evita.”814. Aquí no se coloca a Evita contra Perón, sino que se hace la reivindicación de ella en tanto mujer revolucionaria para la época (hasta el día de hoy no ha surgido ninguna figura femenina capaz de igualarse con ella, salvo que se tome por “revolucionaria” a Hillary Clinton y a sus amigas del shopping). La lealtad de estos militantes es hacia la idea peronista, hacia Perón y Evita. Hoy, en cambio, la lealtad reclamada por los dirigentes es apenas un pedido de obsecuencia: 811 V. Carranza 812 V. Carranza 813 Elena Fuentebuena 814 Gladys Morales de Cagnolo

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“Sigo siendo peronista...peronista. Ninguna línea definida. Peronista del peronismo que quería Perón. Porque la doctrina peronista para mí era buena. Ya ahora no la practicamos ni con uno ni con otro. Era otra cosa. La doctrina peronista y la tercera posición que había ideado Perón era lo correcto. Ni de izquierda ni de derecha. Pero por ahí tenemos un gobierno peronista de derecha, por ahí tenemos un gobierno peronista de izquierda, como en el peronismo había tantas ideas... porque era un movimiento. Porque el peronismo fue un movimiento. Había gente de izquierda, de derecha, de centro”815. Esta es una clara interpretación de los sectores que integran el peronismo. “Porque yo nunca le rendí pleitesía a los dirigentes que estaban en el partido. Yo en la última elección fui por afuera del partido. Yo mis pensamientos, mi forma de pensar, mi forma de actuar no esta hipotecada a ningún dirigente. Sí está hipotecada al peronismo (...) Sigo siendo peronista porque siempre le digo a la juventud que sean rebeldes, que no se dejen llevar por la nariz, ni por la oreja, más allá de que nos equivoquemos, porque también los que queríamos nos hemos equivocado, porque este no es el país que soñaban Perón y Eva Perón, todavía esta por hacerse y cuanto nos va a costar. Pero que sean rebeldes que no se dejen llevar”816. “Yo voy a morir peronista. Se puede decir casi que es una herencia que ha dejado ya el peronismo sobre mí. Porque yo ya lo llegué a considerar un padre ya. Padre de la Patria hay que decirle a ese hombre, lo que hizo. En ese sentido no niego nada”817. “Porque los quiero a los que están y los voy a seguir ayudando. Nunca más voy a cambiar de idea. Voy a morir siendo peronista (...) Peronista o sea, si el justicialismo se va al peronismo, si se reúne, porque la unión hace la fuerza, porque si no estamos unidos: vencidos, como dijo Perón (...) El peronismo queda como una reliquia, es como ¿qué te puedo decir? Lo que hizo Perón en su época fue muy bueno, para muchos y para otros no”818 “Así que para mí el peronismo fue muy importante y yo sigo siendo un peronista (...) Yo si viene un chico (y dice) “Pucha, Don Robledo, ¿me puede dar un pedacito de pan?”, “si, ¿Cómo no?”. Voy a la heladera, “tomá” (...) ¿Plata? Ni sé la plata que he prestado (...) Pero eso todo lo aprendí de Evita, porque ella era una mujer sin revés. Ella no tenía ningún problema “ayuden a este, traigan esto”. Entonces a mí me empezó a trabajar la cabeza. Digo “Pucha, que lindo sistema” y mi madre sabía decir: “Tratá de hacer el bien, sin mirar a quién” y eso lo llevo acá.”819 “Ya nací peronista. Y voy a morir peronista”820. “Debe ser porque fui peronista por convicción. No me lo inculcaron. Fui yo solita. Yo abracé eso y lo mantengo. Porque para cambiar de ideas, me costaría un poco, por no decir que es imposible. Voy a morir peronista”821. 815 816 817 818 819 820 821

“Tito” Laspiur Héctor Cassia Roberto Fernández José Manuel Ulloa Gregorio Robledo Eusebio Guiñazú Eva Marchand de Quintana

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“Lo que pasa es que Perón dejó una doctrina. Que hoy nos quieren cambiar el verso. No. Pará un cachito. El peronismo...se nace peronista. (...) Si Perón te decía en el año 1950 lo que iba a ocurrir en el 2000, cuando decía “cada argentino tiene que producir por lo menos lo que consume, porque van a venir años difíciles””822 “Yo sigo siendo peronista, mejor dicho nacionalista por el hecho de que Perón era nacionalista. Sigo siendo peronista porque es un agradecimiento que tengo hacia nuestro jefe o sea al que fue el creador del movimiento, Perón y Evita. Fue el que defendió a la clase obrera, y Evita, que defendió a la clase humilde. Entonces nosotros tenemos que tener un agradecimiento hacia ellos porque hay algunos que se olvidaron o lo utilizan a Perón para beneficio propio. Como dijo Perón, “hay muchos que se acercan con su gallito abajo del brazo”. Otros se dicen peronistas, pero están defendiendo su quintita. Pero acá hay que defender a la patria, que es adonde vivimos. La patria es todo. A mí el partido no me dio nunca nada, ni le pedí nunca nada (...) Uno sigue siendo peronista por el hecho de que (...) uno no va a estar siendo camisetero. Sigue con lo mismo. Ahora si uno buscaba una conveniencia entonces va de aquí para allá (...) A mi si no me agrada el candidato justicialista, yo no voto ¿cuantos peronistas votaron a Maestro823? Esos no son peronistas. Porque si no me agrada tu candidatura, yo voto en blanco. Porque yo no voy a ir a los radicales, porque soy un traidor a mi movimiento. (...) Nos hacen pelear a los de abajo, a la negrada y ellos se sirven y se toman un cafecito como si nada hubiera pasado”824 ¡Clarísima definición de este militante! Las peleas de cuarta que llevan adelante los dirigentes son puro teatro. Hoy la dirigencia de los partidos políticos se ha profesionalizado en el peor sentido de la palabra. Por eso un día juegan en un lado y mañana en otro, como gerentes de empresas. “Porque...ayer lo estuve escuchando a Tula, dijo la verdad: es un sentimiento”825. “Y sigo siendo peronista convencido, totalmente convencido. No es por simpatía ya, ni por agradecimiento, estoy convencido de que la solución para el país es el peronismo. Está un poco desvirtuado, tengo que confesar. Esta bastante desvirtuado ahora. Pero sigo pensando que la solución para el país es la tercera posición de Perón. La Justicia Social de Perón. Ya dejó de ser el peronismo por agradecimiento, sino convencimiento. Inclusive estoy convencido de una cosa más: que el país va a volver al peronismo, tiene que volver al peronismo. Tiene que volver al peronismo para volver a ser la Argentina que Perón soñó. Aunque actualmente es un peronismo disfrazado. No es el verdadero peronismo. Para nada. Se asemeja. Me duele un poco, por ejemplo, que gente que está usufructuando el poder hasta le avergüenza de nombrarlo a Perón y Evita. Gente que está usufructuando el poder y que llegaron al poder a través del voto peronista. Pero estoy convencido de que la Argentina, no estoy hablando del pueblo peronista, la Argentina, llegado el momento, va a mirar al peronismo, porque es la 822 823 824 825

Vitalicio Vargas Político radical, ex gobernador de Chubut 1991 - 1999 Anastasio Baeza Osvaldo Rubbo

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solución para el país. Tenemos que modificar algunas cosas los peronistas, tenemos que modificar, pero es la solución, estoy convencido...”826 Al principio del libro di mi opinión (no es que haya inventado el agua caliente) sobre lo que yo creo que es el peronismo. A lo largo de estas páginas pudimos escuchar de propia boca de los militantes la razón de su permanencia en el peronismo, es decir: por qué siguen siendo peronistas. Una vez que se han explicado los por qué de esa lealtad, la pregunta es ¿hasta cuando existirá el peronismo? Si ha sobrevivido 60 años (a pesar de prohibiciones, censura, fusilamientos, traiciones y reciclajes) creo que mientras haya memoria de lo que fueron aquellos años, el peronismo seguirá existiendo. Con todo lo dicho creo que, tal vez, la mejor forma de expresar esa superviviencia del

826 Lucio Castillo

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fenómeno sea esa sencilla frase que tanto se escucha entre la gente verdaderamente convencida: “Hasta la muerte, el peronismo hasta la muerte”827

827 Pedro

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Capítulo 22 A falta de “conclusiones”...una reflexión En esta parte se suelen escribir las conclusiones a las que se llegan después de haber leído y escuchado todo lo anterior. Pero creo que esas conclusiones se fueron escribiendo página a página, en todo caso puedo aquí hacer una reflexión final para compartir con el lector que ya tendrá las propias. Al principio entrevisté a los peronistas según un criterio de edad. Es decir, quería saber las vivencias de quienes ahora tienen alrededor de 70 años. Confirmé (lo escuché de boca de quienes lo vivieron) la injusta situación económica que se vivía antes de 1943, bajo el fraude de los gobiernos conservadores. Luego percibí el innegable progreso social ocurrido durante los dos primeros gobiernos de Perón. La mayoría de los entrevistados califica al período 1945 - 1955 como una época dorada, de gran avance social, económico y político para la clase trabajadora. Los escuché hablar de las contundentes mejoras de su nivel de vida, reflejadas en los derechos civiles y las mejoras económicas, laborales, de educación, vivienda y salud adquiridas en esos años. Hay en algunos casos una autocrítica acerca de los excesos oficiales (afiliación obligatoria para conseguir empleos públicos, propaganda oficial excesiva, alcahuetismo del “entorno”, de antes y ahora). Un rasgo importante es que los entrevistados de esa edad no registraban en su memoria la década de 1970 como de gran importancia. Parecía que él tiempo (o la historia) hubiera finalizado en 1955 o a lo sumo en 1965, tal vez por haber sido la época en que ellos se sintieron más protagonistas de la historia política argentina. Yo alcancé a identificar en estas entrevistas una concepción de lo que es el peronismo para los entrevistados (y en parte lo que significa para mí). Mayoritariamente se puede decir que son peronistas “clásicos” (si cabe el término). Es decir, simpatizantes o militantes formados políticamente a partir del surgimiento de Perón y Evita y que han vivido el período de ascenso social sucedido entre 1945 y 1955, con una militancia política relacionada a la militancia callejera, el trabajo en las campañas y el acompañamiento en las urnas. Cuando algunos critican la actitud de los militantes que confían en la “infalibilidad” del líder, olvidan que esa confianza está dada por los hechos reales y por pruebas materiales que han retribuido esa confianza, llevando adelante las reformas que el pueblo pedía. Son casi unánimes las palabras de repudio hacia López Rega (el ministro de Bienestar Social de Cámpora, Lastiri, Perón e Isabel Perón) que tras la muerte del General instalaría en las calles a la organización criminal llamada Triple A. También entre estos simpatizantes se ve a Perón “rodeado” por el entorno (López Rega, Isabel, los sindicalistas pesados), lo que coincide con la teoría del “cerco” esgrimida por la Juventud en los años ‘70. Sólo uno, de todos los entrevistados, se mostró dubitativo a la hora de repudiar al “brujo”. Eso me causó gran sorpresa ya que creo que es imposible desconocer el gran daño que el ex ministro le hizo al país desatando un accionar criminal que sería la antesala de lo que ocurriría después del golpe del ‘76.

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Luego, los testimonios abordan la etapa de proscripción del peronismo, en la que ellos continuaron militando y reuniéndose en forma clandestina, más allá de que su accionar no fuera de resistencia armada. Esto es algo que ya Enrique Oliva ha marcado claramente refiriéndose a la diferencia entre la Resistencia Peronista inmediatamente posterior al golpe del ‘55 y la lucha armada de los grupos de izquierda a partir de los años ‘70. La diferencia fundamental es que la primera Resistencia Peronista no utilizaba armas, y que los actos de resistencia se limitaban a sabotajes, pintadas, panfleteadas, huelgas; y, en general, era poco organizada: “Así nació el fenómeno de la Resistencia peronista que se fijó como único objetivo el retorno al poder del gobernante que le había dado años de felicidad y esperanzas. El pueblo inventó el “Perón Vuelve”, representado por una V con la P al medio, que pintó con tiza y carbón en los muros de la República. De inmediato captó que le robaban sus consignas patrióticas: la soberanía política (se proscribió al mayoritario Partido peronista), la independencia económica (maniatando a la Argentina al FMI), y consecuentemente la justicia social (pérdida de la dignidad) (...) La Resistencia del ‘55 ganó cotidianamente todas las batallas de las calles a lo largo y ancho del país. Lo hizo con pintadas, huelgas, manifestaciones y operativos de solidaridad (sin crímenes), que paralizaban los gobiernos dictatoriales, ya fueran de militares o ilegítimos de civiles, casos de los radicales Frondizi, Guido e Illia, elegidos con la proscripción del Peronismo. Mientras, todos los antiperonistas, tanto de izquierda como de derecha, justificaban y colaboraban en la marginación y persecución de las masas nacionales”828. Pero también hay que considerar que las diferencias entre las formas de resistencia tienen que ver con el momento político por el que atravesaban ambas “generaciones”. Es decir, si bien la primera resistencia se da en medio de una feroz represión (fusilamientos del ‘56, decreto 4161/56, proscripción electoral) el contexto mundial era diferente. Los jóvenes que empiezan a militar a mediados de los años ‘60 y en los años ‘70, estaban sumamente influenciados por la triunfante Revolución Cubana, Vietnam y el Mayo francés. En segundo lugar, pero no menos importante, es que la procedencia social marcaba una distancia. Para los obreros industriales era difícil asumir el combate armado porque eran sostén de sus familias y entonces se hacía imposible ausentarse definitivamente del hogar, del trabajo o exiliarse. Montoneros es visto con cierta distancia por la gente de más de ‘70 años, con simpatía en algunos casos, pero como algo “externo” al peronismo. Es decir, ven con simpatía el accionar de la guerrilla, pero sólo hasta la llegada de Perón. Creo que hay una brecha más ideológica (y de clase) que generacional, entre los peronistas “históricos” y el sector que conformó la “juventud”. Los primeros peronistas se formaron al calor del nacionalismo democrático y defensivo, de la resistencia al Imperio, pero en el marco del “capitalismo nacional” y del Estado Benefactor, en el que no se cuestiona la propiedad privada en sí, sino el hecho de que sean pocos los que “tienen” y en el contexto de un programa de conciliación de clases, más allá de que la lucha entre oligarcas y trabajadores existió en plena calle, 828 “La generación peronista del ’55. Enrique Oliva, www.lucheyvuelve.com.ar/historia/elrincon.htm

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en la fábrica o en las urnas. Los jóvenes de los ‘70 provienen de un sector medio que tiene una base ideológica con sustento “académico”, pero sienten que las teorías sin prácticas no son suficientes y deciden acercarse al peronismo que es por donde pasa el proceso político de las masas. Y digo que la brecha es más ideológica que generacional porque no toda la juventud de los ‘70 participó de la lucha armada, aunque las Fuerzas Armadas, sobre todo a partir de 1976, veían “subversivos” en cualquiera que tuviera el pelo largo y levantara la voz. También es importante señalar que las dirigencias sindicales nacionales no ocupan los primeros planos en los recuerdos de estos militantes. Tal vez eso tenga que ver con que aquellos dirigentes terminaron burocratizándose y alejándose de las masas, más allá de la representación formal (o técnica) que podían llegar a tener. En general todos estos militantes se hallan fuera del aparato de la ortodoxia sindical de los años setenta. La etapa del retorno y muerte de Perón es relatada como una larga espera (y lucha) en la que la esperanza del regreso del líder siempre estuvo intacta. Se trata de una cuestión de fe. Se puede decir que el final de la militancia más intensa de estas personas está dado por la muerte de Perón en 1974. Luego, entre 1976 y 1983, no hay muchos testimonios de actividad concreta. Para 1983 retoman la militancia, pero en un contexto político tan distinto de la época dorada, que no les merece mayores recuerdos. A partir de allí su adhesión al peronismo se manifiesta en una perpetua lealtad a Perón y Evita, pero con un alejamiento de la militancia activa. Para el período 1976 - 1983, hay una retracción general de estos (y la mayoría) de los militantes en el marco de la dictadura. Esa retracción hacia entornos privados tiene que ver con el accionar represivo de la Junta militar que cortó los canales de militancia política por mucho tiempo. Es oportuno hacer una reflexión sobre la visión que tienen los “analistas” acerca de la identificación política de los peronistas. Uno de los “razonamientos” preferidos de los intelectuales, dice que ser peronista “no significa nada” porque el peronismo es muy amplio y contradictorio; pero esos intelectuales caraduras se hacen llamar “racionales”, “democráticos”, “progresistas”, “revolucionarios” y en el colmo del ridículo algunos se definen como “anarquistas”. Yo me pregunto si alguna de esas definiciones tiene más valor y vigencia que la de “peronista”. ¿Qué significa ser “liberal” y pedir represión contra las manifestaciones populares?, ¿qué es ser “progresista” y vivir en Belgrano en Buenos Aires, comprar carteras Louis Vuitton y salir en “Caras” o “Gente”?, ¿qué es ser “democrático” y descalificar el voto de las masas?, ¿qué significa ser “revolucionario” y que nadie te acompañe?, ¿cómo se puede ser “anarquista” y publicar libros con una editorial multinacional haciendo el depósito de “ley”? El profundo odio de los antiperonistas se esconde bajo un pretendido “racionalismo” desde el cual se quiere descalificar la elección política de las masas. Tipos como Aguinis, Escudé, García Hamilton o Grondona, esgrimen la banderita de las “libertades civiles” para criticar el “autoritarismo” peronista, pero no son tan

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entusiastas para decir que los que derrocaron al peronismo implantaron una sucesión de dictaduras y gobiernos títeres mientras las mayorías estaban prohibidas. Las críticas que se hacen al “dirigismo” peronista no dicen nada del dirigismo del “mercado”, como si el “mercado” fuera imparcial y como si todos los hombres y mujeres de la sociedad estuvieran en las mismas condiciones económicas para competir en él. Sobran los “teóricos” que no dejan de criticar aquella experiencia política de las masas obreras, pero afortunadamente hablan de forma tan difícil que solo les prestan atención los escasos integrantes de sus sectas. El paso del tiempo, implacable en casi todos los aspectos, no ha borrado de las memorias de estos simpatizantes aquella etapa tan rica en experiencias políticas, en vivencias personales y en cambios sociales. El peronismo, como idea de acción política, sobrevive en la memoria de estos y otros tantos hombres y mujeres (ya que no en las políticas económicas). Los constantes cambios sociales dentro del proceso histórico de nuestro país, el retroceso económico y político de los trabajadores, la intensificación de las injusticias sociales, la frustración del proyecto nacional y del sueño de varias generaciones, hacen que, ahora, aquella etapa de la historia argentina sea vista y revalorada positivamente. Perón dijo alguna vez: “No es que nosotros hayamos sido tan buenos, sino que los que vinieron después fueron muy malos”. Si este libro sirve para algo, espero que sea para mantener vivo el recuerdo de esa fenomenal etapa de nuestra historia y de todos aquellos que en los últimos sesenta y dos años han luchado a su manera dando sus mejores años y sus vidas por defender una idea. Esa idea a la que se abrazaron hace tantos años. A veces. muchos soñamos con viajar en el tiempo para presenciar algún hecho en especial. Si pudiera, quisiera trasladarme a las primeras horas de aquel 17 de Octubre, para caminar por esas calles rumbo a Plaza de Mayo, para gritar ese nombre que retumbaría por años, para poder participar de la gran movilización de ese día en que cambió la historia, aquella hermosa primavera del ‘45.

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Índice de nombres (en algunos se consignan detalles) Abal Medina 248 Agosti, Orlando Ramón (dictador, integrante de la Junta militar, 1976 en adelante) 194 Aguirre 274 Aguirre Cámara, José 169 Agusti, Miguel (marino involucrado en casos de espionaje de 2006 en Chubut) 272 Alarcón 216 Albrieu, Oscar 170 Alfonsín, Raúl (presidente de la Nación, 1983/1989) 250,277,278 Algarbe, Manuel (secretario de Perón, 1963/64) 221,223 Alizón García, J. (firmante del decreto 4161/56) 201 Alsogaray, Álvaro (ministro de economía en varios gobiernos. Fue asesor de Menem) 21,24,214,218,219,277 Alsogaray, Julio (general golpìsra) 201,231 Alsogaray, María Julia 102,77 Álvarez Llansi 211 Álvarez, Gerónimo Arnedo 74 Alvear, Marcelo Torcuato de (presidente de la Nación, 1922/1928) 35,47 Amadeo, Mario (nacionalista golpista) 167 Amarante (capitán, en Río Gallegos) 152 Amaya, Abel (radical de Trelew, abogado de presos políticos, asesinado por la dictadura en 1976) 150,243,270,271 Angió (funcionario de la dictadura en Chubut, 1976) 271,273 Anglada, Marcos (candidato a vice gobernador de Buenos Aires, 1962) 170,214 Antún (comisario en Mendoza) 199 Apold, Alejandro 170 Aramburu, Pedro Eugenio (dictador 1956/1958) 18, 21, 24, 63, 172, 191, 192, 193, 194, 198, 200, 201, 204, 209, 218, 219, 230, 231, 237, 238, 247, 259 Arancibia, Carlos 135 Arce 56 Arcuri (gremialista, Trelew) 238 Arlt, Roberto 30n Arrechea 204 Autiero (cónsul italiano en Madryn) 193,198 Avale, Ítalo (intendente en la zona de Pedro Luro) 92 Ayala, César (gremialista textil, Trelew) 270 Balbín, Ricardo (U.C.R.) 75,80,209,210,245,252,256,271 Bayer, Osvaldo 37 Bel, Ángel (maestro en Trelew, de militancia comunista desaparecido durante la última dictadura) 243

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Benegas Lynch, Alberto (golpista, comando civil en 1955) 167 Ber Gelbard, José (ministro de economía de Cámpora, Perón e Isabel en 1973/75) 261, 265 Biscay, Raúl (ex - presidente del P.J. en Chubut) 149,214,246 Blanco (firmante del decreto 4161/56) 201 Bolívar, Simón (héroe de la independencia, libertador de América) Bonavía, Francisco 56,192,197 Bonnet (firmante del decreto 4161/56) 201 Borges, Jorge Luis (escritor antiperonista) 15,21,74,146,146n Borlenghi, Ángel Gabriel (ministro del interior, 1946/1955)90,170 Borro, Sebastián (dirigente sindical de los más combativos) 193 Bouché, León (secretario de Prensa de Perón, 1955) 170 Boyd, Federico 193 Boz Maraldo, Otello 135 Braden, Spruille (embajador yanki) 28,154,163 Bramuglia, Atilio (ministro de Perón 1946/1955) 187,210,211 Britos, Oraldo 195 Buzzeta (nacionalista, del diario Tribuna) 55,68 Busso (firmante del decreto 4161/56) 201 Busso (militar, Chubut) 198 Cafiero, Antonio (funcionario y ministro de Perón e Isabel Perón. Ex gobernador de Bs. As., 1987/1991) 226,254 Calo, Juan (Comodoro Rivadavia) 191 Camoletto (Dolavon) 56 Campodónico (Prov. de Buenos Aires) 200 Cámpora, Héctor (ex presidente, 1973) 245,246,251,253,259,260,287 Cantoni, “Malapata” (gremialista, Trelew) 238 Cantoni, Federico (político y ex gobernador de San Juan) 55,71 Capelli, Francisco J. (Forjista) 22 Castellani, Leonardo (cura ligado al nacionalismo) 68 Castillo, Edmundo (Chubut) 56,57,130 Castillo, Ramón (ex presidente fraudulento, 1942/43) 50,51,53,219 Castillo, Cátulo (poeta de tango) 121 Catrinao (Dolavon, Chubut) 130 Cavallo, Domingo (ex funcionario de la última dictadura, de Menem y De la Rúa) 33,102,278 Cervantes (militante peronista) 156,162,187,195 Chaile (dirigente del P.J. y ex legislador) 85,151 Chávez (embajador paraguayo) 177 Chávez, Fermín (historiador, peronista) 68,185 Chludil (familia de Chubut) 48 Cholino (militante de Madryn) 193,197,263

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Cimal, Pascual 126 Civil, Emilio 42 Codovilla, Vittorio (dirigente comunista de los años ‘40) 28,54,55,74 Cogorno (hijo del militar fusilado en 1956) 211,212 Cooke, John William (ex diputado peronista y delegado de Perón) 13,20,170 Corchuelo Blasco, Hebe (ex - dirigente del P.J. Chubut) 192,225 Coria, Rogelio (sindicalista asesinado por Montoneros) 18 Costa (firmante del decreto 4161/56) 201 Cruz, Delia (militante de Mendoza) 50,117,118,163,164 Czabanyi (dirigente político en Chubut) 271 Dalesio de Viola, Adelina 277 Damasco (coronel) 253 Darriba, Egidio 135 Davies, Abraham 122 De Lucía, Paco 30 De Pablo Pardo, Luis María (nacionalista golpista) 167 Debente 152 Del Carril, Hugo (cantante, director de cine, militante peronista) 10 Del Mazo, Gabriel (militante radical, historiador) 47 Del Río, Jorge (Forjista) 47 Del Río, Miguel (sindicalista, Trelew) 270 Dell’ Oro Maini (firmante del decreto 4161/56) 201 Di Pasquale 193 Discépolo, Enrique Santos (compositor de tangos, director de cine) 10,42n,109n Do Brito 225 Dolina, Alejandro 10 Dragui (doctor en Dolavon) 115 Drisaldi, Juan (intendente en zona de Pedro Luro) 95 Durand (militante peronista de los años ‘50) 56,195 Durañona y Vedia, Lautaro (nacionalista) 68 Echeverría, Esteban (escritor unitario) 74 Eco, Humberto 28 Elicagaray, Carlos Beltrán (terrateniente) 73,98 Ercoreca (militante peronista. Chubut) 56,184 Escudé, Carlos 24,289 Espejo, José (ex secretario general de la C.G.T.) 130 Espíndola, Oscar 145 Etchechouri, Olga 238 Etchegoyen (coronel en Chubut) 271 Evans, María Rosa (ex diputada, Chubut) 269 Evans (padre de la ex diputada María Rosa Evans, asesinado por la dictadura) 269

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Faccioli, Aldo (militante peronista) 193 Fangio, Juan Manuel 104 Farrell, Edelmiro J. (ex presidente de facto 1944 / 1946) 55n,66 Farías 85 Favio, Leonardo (director de cine, peronista) 10,249 Fayt, Carlos S. 15 Feinmann, José Pablo (escritor, ex peronista) 24 Fernández, Benito (P. J., ex gobernador de Chubut, 1973/1976) 245,246,271 Fernández Casimiro 164 Fernández, Virgilio 125 Firmenich, Mario Eduardo (jefe de Montoneros) 19n Framini, Andrés (sindicalista) 66,93,214,226,227,248 Frondizi, Arturo (ex presidente, 1958/1962) 75,130,201,206,207,209,210,211,212,213, 215,218,219,288 Gaché Pirán, Belisario (ex ministro de educación de Perón, 1946/1952) 102 Gainza Paz, Alberto (dueño del diario La Prensa) 167 Galasso, Norberto (historiador) 10, 13, 15, 18n, 19n, 34n, 58n, 59n, 63n, 79n, 87n, 88n, 90n, 95n, 108n, 109n, 111n, 112n, 123n, 145n, 151n, 161n, 170n, 171n, 179n, 213n, 226n, 248n, 249n Galina, Jorge J. (U.C.R., ex gobernador de Chubut, 1958/1962) 56,76,82,209,215,216, 217,218n Gallini, Mario 238 Gallo 197 Galtieri, Leopoldo Fortunato (dictador, ex presidente de facto 1981/ 82) 194,268,274 Gálvez (corredor) 104 García Hamilton, Ignacio (historiador) 89,289 García Ronzio, Ana María (ex delegada del Partido Peronista Femenino) 114,128 García, Eduardo (de Madryn) 99 García, Manolo 196,227 García, Pedro 56 García, Pedro (Mendoza) 182 Garzonio (ex juez de Chubut en los años ‘60) 215 Gatica, José María 104 Gelli, Licio (Mafioso, líder de la Logia P2 italiana) 253 Germani, Gino (sociólogo) 14,15 Ghioldi, Américo (dirigente socialista, ex embajador de la dictadura, 1976) 74,130,167 Ghioldi, Orestes (dirigente comunista) 54,55,71 Ghioldi, Rodolfo (dirigente comunista) 59 Gibelli, Teresa Guillermina (ex delegada del Partido Peronista Femenino, 1949) 114,118 Giles, Emilio 193,225 Giudetti, Luis 184

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Gómez, Alejandro 132,189 Gómez, Chiche 196 Gómez, Nacarol 196 Góngora, Miguel 99 González (Cura en Río Turbio) 131,132 González, “Galleta” 85,196 González, Roque (ex gobernador del Chubut, 1963/1965) 229 Goycochea (de la zona de Pedro Luro) 79 Gremen Martínez 80 Griffa, Jorge (ex futbolista) 220 Grondona, Mariano (periodista, ex comando civil en 1955) 15,21,24,169,231,289 Guaita, Juan Vicente (golpista, ex gobernador de facto en Chubut)237 Guerra (taxista en Comodoro) 225 Guevara, Ernesto “Che” (revolucionario, asesinado en 1967 en Bolivia) 248 Guido, José María (ex presidente transitorio, 1962 / 1963) 218,219,288 Guiñazú, Eusebio 193,198,264 Halperín Donghi, Tulio 15,169 Hartung (firmante del decreto 4161/56) 201 Hernández Arregui, Juan José (escritor, historiador peronista) 10,91n,96n,121n Herrera, José 184 Hitler, Adolfo (dictador de Alemania) 13,56,74,75 Hompanera 56,57 Hughes, Gilberto 142 Hughes, Glyn 143 Hughes, Milton 142,143 Ibáñez del Campo, Carlos (ex presidente de Chile, 1927/1931 y 1952/1958) 140,141 Illia, Arturo Humberto (ex presidente radical, 1963/66)219,220,227,229,231,250,288 Ítalo C. 204 Jauretche, Arturo (líder de F.O.R.J.A., escritor, militante)10,22,47,111n Justo, Agustín P. (presidente fraudulento, 1932–1938) 46,47,50219 Justo, Juan Bautista (socialista) 28,34 Kelly, Guillermo Patricio (nacionalista de la A.L.N.) 55,206,207 Kilito Justo (Oscar López, militante peronista de Trelew)217,246,252 Krause (firmante del decreto 4161/56) 201 Krotevich, Raúl 135 Lamuraglia 167 Landaburu (firmante del decreto 4161/56) 201 Lanusse, Agustín (ex dictador, 1971/1973) 17,18,25,130,151,238,241,243,244,245,249 Larralde, Crisólogo 75 Lastiri (presidente provisorio, 1973) 253,254,287 Leloir, Alejandro 170 Lencinas, Carlos Washington (bloquista, San Juan) 71,72

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Lencinas, José Hipólito (bloquista, San Juan) 71 Lencinas, José Néstor “El Gaucho” (bloquista, San Juan) 70,71 Lencinas, Rafael (bloquista, San Juan) 71 Levingston, Roberto Marcelo (ex presidente de facto, 1970/71) 238 Livraga, Juan Carlos (sobreviviente de los fusilamiento de 1956) 201 Lladós, Alfonso (ex intendente peronista de Roca, Río Negro) 145 Llamazares (firmante del decreto 4161/56) 201 Llerena 274 Lonardi, Eduardo (ex dictador, 1955) 18,24,163,171,179,185,186,191,194 López Jordán, Ricardo 33 López Lecube (terrateniente) 38,39,41,43 López Murphy, Ricardo 26,102 López Rega, José (criminal, jefe de la Triple A, ex ministro de Cámpora, Perón e Isabel)18,19,221n,231,248,252,253,254,255,256,261,263,264,265,267,269,287 López, Ángel 226 López, Baltasar 168 López, “Chiche” 135,243,272 Lucero, Franklin (general peronista) 167,173,177 Luna (teniente primero en La Pampa) 202 Mac Karthy, César “Kuky” (P.J., ex intendente de Trelew) 135,211,246,264 Macaya 274 Maestro, Carlos (U.C.R., ex gobernador de Chubut 1991/99)284 Mairal 85 Maliqueo 184 Mansilla, Calixto (militante chileno seguidor de Ibáñez del Campo) 141 Manzi, Homero (Homero Mancione, poeta. compositor de letras de tango)47 Margara, Adolfo (Doctor, profesor, peronista) 195 Martelli 56 Martin, Lionel (gobernador de facto en Chubut) 273 Martínez (firmante del decreto 4161/56) 201 Martínez de Hoz, José Alfredo (ministro de la dictadura) 33,102,173,268 Martínez de Vistriski, Dominga (delegada del Partido Peronista en Santa Cruz)126,128 Martínez Estrada, Ezequiel (escritor antiperonista) 21,109 Martínez, “Kuky” 226 Marx, Karl (filósofo, militante revolucionario) 27,28 Massera, Emilio (criminal, dictador, integrante de la Junta militar 1976 en adelante) 142, 194,273,274 Mata 204 Maza (Esquel) 187 Mazzei 220 Medina Florivel 135

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Medina, Francisco 72 Meisse, Pablo 217 Méndez, Héctor 190,194,204,216,243 Méndez San Martín, Armando (ministro de Perón, creador de la U.E.S.) 170 Mendieta 85 Mendiondo 201 Menem, Carlos Saúl (ex presidente de la Nación, 1983/89) 19,102,213,277,278,279, 292,293 Menéndez Behety (familia) 37,111 Menéndez, Benjamín (golpista) 129,130 Merayo, Mariano 183,196,215,217 Mercier (firmante del decreto 4161/56) 201 Metasa 209 Miele, “Rudy” 243 Migone (firmante del decreto 4161/56) 201 Miguel, Lorenzo (ex líder de la U.O.M.) 248 Miranda, Miguel (ex asesor económico de Perón 1946/49) 136 Miras Castellano, Alfonso 194 Mitre, Bartolomé (general liberal pro británico) 33,34,90,159 Montes, Anselmo (militante socialista, Trelew) 238 Moreau de Justo, Alicia (socialista) 131,191 Mosca, Enrique (U.C.R., ex candidato a la vice presidencia en 1946) 75,85 Mouré (ingeniero) 193 Mugnaini, Humberto 121,172,176,203 Mussolini, Benito (dictador de Italia) 13,14,38,54,55,56,76 Nazar Anchorena 108 Nestuzi (comisario en Mendoza) 199 Neustadt, Bernardo 21 Nores Martínez 204 Novoa, Ramón 167 Ocampo, Silvina (escritora) 21,74 Ocampo, Victoria (escritora) 21,74 Onganía, Jorge Luis (ex dictador 1966/1970) 17,18,25230,231,233,236,237,238 Ongaro, Raimundo 198,248 Ortega Peña, Rodolfo (ex diputado peronista, asesinado por la Triple A) 253 Ortiz Pereyra, Manuel (precursor de F.O.R.J.A.) 47 Ortiz, Roberto María (ex presidente fraudulento 1938/42) 47,50,51,112 Ossorio Arana (firmante del decreto 4161/56) 201 Otero, J.J. (militante peronista de Trelew) 215 Otero Pizarro 121,172,176 Pagliano, Natalio 153

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Pappo (Norberto Napolitano, 1950/2005) 30,31n Pastor, Reynaldo (político conservador) 111,130 Pato 151 Patrón Costas, Robustiano (industrial salteño) 51,53,108 Peñaloza, Chacho (caudillo federal de La Rioja) 33 Pepe, Lorenzo 195,207 Perette, Carlos (ex candidato a la vicepresidencia en 1973) 219 Pérez, Emilio 215 Pérez, Pancho 193 Pérez, Pascual 104 Perón, Antonio (sobrino del General) 223,253 Perón, Juan Domingo Perón, María Eva Duarte (Evita) Perón, María Juana 253 Petrelli 92 Pinedo, Federico (ministro de economía durante la década infame y de gobiernos antipopulares) 33,219 Podestá Costa (firmante del decreto 4161/56) 201 Porfiri (cura de San Francisco, Córdoba) 174 Pozzi, Carlos E. (Dr. de Madryn, peronista) 122,193 Pronsato, Antonio D. 142 Pugliese, Juan Carlos (U.C.R.) 274 Pujadas, Mariano 243 Queraltó, Juan (Jefe de la A.L.N.) 54,55 Quijano, Hortensio J. (ex vicepresidente de Perón) 69,81,84,85,92,130,157 Quiroga, Juan Facundo (caudillo federal de La Rioja) 10,74,159 Ragno, Silvio (ex vicegobernador chubutense electo (P.J.), 1962 no asumió) 217,218 Ramírez, Pedro Pablo (ex presidente de facto, 1943/44) 55n Ramos, Jorge Abelardo (historiador, polemista) 10, 14n, 15n, 28n, 35n, 40n, 65n, 109n, 233n, 251n,260n,262n Ramos, Julo 274 Ramuyet 195 Redondo 56,75,76 Repetto, Nicolás (socialista) 54 Rey (peronista del Valle, Chubut) 56 Reyes, Cipriano (Partido Laborista)69,71,84,259 Rioboó, Raúl (P.J. ex gobernador electo en Chubut, no asumió) 83,90,96,217,218 Ríos (capitán, presidente de Yacimientos Presidente Perón, hoy Río Turbio)131 Rivera Cuesta, Ricardo (interventor del Partido Peronista en Chubut) 124,139,161,162 Roca, Julio Argentino (general que encabezó la masacre del desierto, ex presidente de la Nación, 1880/86 y 1898/1904) 33

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Rodrigo, Celestino (ex ministro de economía de Isabel Perón) 265 Rodríguez (juez en Chubut) 234 Rodríguez Gómez (comisionado municipal, Trelew) 61,62 Rodríguez González, Manuel (interventor del Partido Peronista hasta 1951) 124 Rodríguez Saa, Adolfo 278 Rodríguez, Anselmo 80 Rodríguez, José (S.M.A.T.A.) 263,274 Rojas, Isaac Francisco (dictador, golpista)21,24,25,53,163,172,173,176,189,191,194, 201, 202,204,230,237,278 Rojas, Manuel 145 Roldán, Roque 198,200 Romano, José (deportista peronista, Trelew) 152 Romero, David Patricio (ex dirigente peronista) 245,246,271 Romero, José Luís (historiador) 21,74 Rosa, José María (historiador revisionista, peronista)10, 34n, 47n, 48n, 186n,193n, 212n, 213n Rosas, Juan Manuel de (federal, gobernador de Buenos Aires) 10,74 Rossi, Giulio 226 Rubiolo 203 Rucci, José Ignacio (secretario general de la C.G.T, asesinado por Montoneros) 18, 244, 248, 259 Ruiz Guiñazú, Magdalena 275 Saadi, Vicente Leonidas (dirigente del P.J.) 193,207,211,211n Sabattini, Amadeo (U.C.R. ex gobernador de Córdoba) 75 San Martín, José de (héroe de la independencia, libertador de América) 10 San Sebastián (ministro de trabajo de Onganía) 230 Sánchez Sorondo, Matías (conservador) 38 Sánchez Viamonte 229 Sanmartino, Ernesto 95n Santín, Isaías 130 Sarmiento, Domingo Faustino (unitario, ex presidente 1868/74) 33,34,74,159 Sarmiento Domingo Faustino (funcionario de Trabajo y Previsión en Chubut) 124,125 Satriani, Joe 30 Scalabrini Ortiz, Raúl (escritor, pensador peronista miembro de F.O.R.J.A.) 10,47,65,194 Scocco, Roberto (UC.R. ex vicegobernador de Chubut 1958/62)209 Seff, Mario (ex comisionado municipal de Trelew, sindicalista) 135 Seipel, Inés 128,141 Serú, García 230 Siciliano, Gaetano 112 Sickman (gendarme en Río Turbio) 188

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Soiza 196,216 Solari, Ángel (gobernador militar en Comodoro Rivadavia) 60 Sosa Molina, Humberto (general) 130,171,172,176 Soto 130 Suárez, Aparicio 193 Suárez, Mario Isidro 253 Taboada 56 Tamborini, José (U.C.R., ex candidato a la presidencia, 1946) 75,82 Tanco, Raúl 201 Tato, Manuel 167 Tejada Gómez, Armando 236n Tiscornia, Roberto 269,270 Uriburu, José Félix (ex presidente de facto 1930/32) 38,46 Valle, Juan José (general, fusilado en 1956) 201,202 Valle, Susana (hija del militar fusilado) 209 Vandor, Augusto Timoteo (ex secretario general de la C.G.T., asesinado por Montoneros) 18,216,226,227,229,230,233 Varela, Felipe 33 Vargas (suboficial en la Base A. Zar) 209 Vargas, Getulio (ex presidente de Brasil) 140 Vázquez (martillero de Trelew) 118 Vázquez (vecino de Trelew) 196 Velarde, Eduardo Salvador (o Belardes, aviador que bombardeó Buenos Aires) 237 Velazco, Filomeno (ex Jefe de Policía Federal) 81 Vera, Marta 56 Verdeal, Enrique 222 Verdeal, Manuel 222 Vicchi, Oscar 167 Videla Balaguer, Dalmiro 172 Videla, Jorge Rafael (dictador, ex presidente de facto 1976/81) 25,194,202n,267,268 Viñas (ex comisionado en Trelew) 100 Viola, Humberto Eduardo (dictador, ex presidente de facto 1981) 194,268 Visconti 151 Ygartúa (firmante del decreto 4161/56) 201 Yrigoyen, Hipólito (U.C.R., ex presidente de la Nación 1916/22, 1928/30) 10,14,22, 33,34,35,37,38,46,47,71,250 Zavala Ortiz, Miguel Ángel (golpista en 1955) 167 Zulueta, Orlando 181

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Abreviaturas más utilizadas en este libro A.L.N. (Alianza Libertadora Nacionalista) C.D.O. (Comando de Organización) C.G.E. (Confederación General Económica) C.G.T (Confederación General del Trabajo) C.N.U. (Confederación Nacional Universitaria) E.R.P. (Ejército Revolucionario del Pueblo) F.A.R. (Fuerzas Armadas Revolucionarias) F.M.I. (Fondo Monetario Internacional) F.O.R.J.A. (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) F.U.A. (Federación Universitaria Argentina) F.U.B.A. (Federación Universitaria de Buenos Aires) FRE.JU.LI (Frente Justicialista de Liberación) G.A.N. (Gran Acuerdo Nacional) G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos o Grupo Obra de Unificación) I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) J.U.P. (Juventud Universitaria Peronista) M.I.D. (Movimiento de Integración y Desarrollo) M.O.N. (Movimiento de Opinión Nacional) P.B.I. (Producto Bruto Interno) P.D.S. (Partido para la Democracia Social) P.I. (Partido Intransigente) P.J. (Partido Justicialista) P.R.C. (Partido Revolucionario Cristiano) S.M.A.T.A. (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) S.U.P.E. (Sindicato Unidos Petroleros del Estado) U.C.R. (Unión Cívica Radical) U.C.R.I. (Unión Cívica Radical Intransigente) U.C.R.P. (Unión Cívica Radical del Pueblo) U.Ce.De. (Unión de Centro Democrático) UDELPA (Unión Del Pueblo Argentino) U.E.S. (Unión de Estudiantes Secundarios) U.O.M. (Unión Obrera Metalúrgica) Y.P.F. (Yacimientos Petrolíferos Fiscales)

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Javier Prado 306

Índice Introducción 9 Intelectuales y peronismo 12 ¿Cuantos peronismos? 16 Perón, el Peronismo y la Historia 20 El miedo 24 La Historia petrificada y la Historia viva 25 Metodología, teoría y recursos, ¿qué recursos?

26

Capítulo 1 El peronismo antes de Perón: Yrigoyen (1916 – 1930)

33

Capítulo 2 En tiempos de los conservadores (1930 -1943) 37 Las injusticias de aquellos tiempos 42 La política en tiempos del conservadorismo (1932 - 1943) El fraude conservador: las elecciones (1932 - 1943) 46 El mundo rural. (1940 - 1941) 48

45

Capítulo 3 Golpe de Estado y fin de la Década Infame (1943 – 1945) 53 Un joven coronel: Perón y el Estatuto del Peón Rural (1943-1945) Los trabajadores en Chubut (1944 - 1945) 59

57

Capítulo 4 17 de Octubre de 1945. El día que cambió la Historia (1945 – 1946) 65 Y se hizo peronista... 68 La campaña de 1946 73 Lo que se sintió de la campaña, en Trelew y la zona (1945 - 1946) 75 La elección de 1946 y aquel discurso de Perón 77 El día de la elección (1946) 79 El primer voto (1946) 80 El escrutinio y después (1946) 82 Capítulo 5 El primer Plan Quinquenal y la obra de gobierno (1946 - 1952) 87 El cambio social (1947) 97 La Fundación “Eva Perón” (1948) 99 La escuela, el deporte (1949) 102

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Evita, la acción social y las obras públicas (1949) 105 El ferrocarril en Chubut 111 El Partido Peronista Femenino (1949) 113 La militancia (1950 - 1951) 117 La más joven militante con cargo partidario en la Argentina (1951- 1952) El trabajo social (1952) 131 Ese abrazo de Perón en Mendoza 136 Capítulo 6 El Segundo Plan Quinquenal. (1952 - 1955) 139 En Santa Cruz y la victoria de Carlos Ibáñez del Campo (1952) “Yo también vi a Evita”. Obras y militancia 142 La muerte de Evita. (1952) 145 Las dificultades económicas. (1953) 151 Cursos de doctrina. Buenos Aires, Trelew (1953 - 1954) 154

125

140

Capítulo 7 La relación con la oposición durante el peronismo y la autocrítica (1946 - 1955) 159 Capítulo 8 La masacre y el golpe de Estado. (1955) 167 Junio de 1955. Bombas sobre Plaza de Mayo 167 El golpe en Córdoba y en el resto del país. (Septiembre de 1955) Capítulo 9 La “libertadora” (1955 - 1958) 179 El revanchismo 180 El golpe en Madryn, Trelew, Esquel y Necochea (1955) La economía golpista 185 Capítulo 10 El antiperonismo y la Resistencia (1955-1958) 187 Las pintadas y otros sabotajes (1956) 193 Fusilamientos de José León Suárez (1956) 200 Cartas, discos. Los mensajes de Perón (1957 - 1958)

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Capítulo 11 El peronismo prohibido. Frondizi, el pacto y la traición (1958 - 1962) Elecciones restringidas. (1958) 209 Los “neoperonistas” y el “desarrollismo” de Frondizi 211

209

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¡Framini, Anglada, Perón en la Rosada! (1962) 214 Elecciones en Chubut y el avión negro (1962) 215 Capítulo 12 Con Perón en España. (1963) 219 La personalidad de Perón 223 Capítulo 13 Los militantes y el retorno frustrado (1963-1964) Capítulo 14 El “vandorismo” y el final de Illia. (1965- 1966) Un ambiente político agitado 229

225 229

Capítulo 15 Onganía y la “revolución argentina” (1966- 1970) 233 Preso por peronista (1966) 233 Dos golpistas funcionarios en Chubut (1967 - 1968) 237 El “Cordobazo”, el “aramburazo” y el fin de Onganía. (1969 - 1970)

238

Capítulo 16 Lanusse, la fuga del penal, la Base, la Masacre y el retorno de Perón (1971 - 1972) 241 La Casa del Pueblo (1972) 243 Capítulo 17 Cámpora al gobierno (1973) 245 El regreso de Perón. Ezeiza (1973) 246 López Rega: de las sombras al poder y al terror (1973 - 1974) Montoneros (1973 - 1974) 255

252

Capítulo 18 Perón presidente 259 El enfrentamiento con Montoneros y “la más maravillosa música” (1974) Muerte de Perón (1974) 263 Capítulo 19 El golpe, el “proceso”, la dictadura (1976-1983) Preso en la Base A. Zar (1977) 272

267

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La “apertura” política y la Guerra (1981-1982)

273

Capítulo 20 El peronismo derrotado (1983-1999) 277 Menem: del poncho colorado a la Ferrari (1989 - 1999) Capítulo 21 Perón vive

279

Capítulo 22 A falta de “conclusiones”...una reflexión Índice de nombres

292

Abreviaturas más utilizadas en este libro Bibliografía Índice

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