Monte de Tres Cartas

August 2, 2017 | Author: Juan Luis Rubiales | Category: Playing Cards, Leisure, Philosophical Science, Science
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Descripción: Primera edición del libro escrito en 1898, en el que se explica el juego de monte y sus treinta trampas o s...

Description

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Y SUS

JIPAS O m POR

"^2..

PRIMERA EDICIÓN

PRECIO: 4

PESETAS EJ

PAMPLONA

Imprenta, Ene, Lilirería, Almacín íe papel y Ohjetos de Escritoria DE ROMÁN VELANDIA, SAN NICOLÁS,

1898.

17.

li

EL JUEGO DE MONTE Y

SUS

30 T R A M P A S O S E C R E T O S

í tareiftimí Jínííiu\^a t|§citüácatit.

P R I M E R A EDICIÓN

PAMPLONA. Í M P , ENC, LIBRERÍA. OBJETOS DE ESCRITORIO Y ALMACÉN DE PAPEL

Dlí

ROMÁN' Sin

\-|-:L.\XD1A

NKOI:'IS,

17,

ES PROPIEDAD

Hecho el depósito que marca la Ley, se peneguirá a quien lo reproduxca.

Se considerará furtivo lodo ejemplar que no lleve la marca del autor y editor.

nEmamamm, A oosolros, hijos inlos, Luisito, Velipica y AmaUo, os d:' lico este libro; tenerlo siempre presente y apartaos de tan fatal vicio. Ante vosotros, que apenas sabéis pronunciar mi nombre, y ya sois victimas inconscientes deljuefp», jior m> culpa, jar.' venyarme arrancándole todas las v':ctiinas posibles. ¿Este libro servirá para ello?

^: Jvi,r.

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PRÓLOGO XíSTE libro está inspirado en dos célebres frases que jamás debemos olvidar: LA VKHDAD OS IIAHÁ Linnus. Jesucristo. INSTIUIR

Á LOS INCAUTOS

Y ACAUARr^IS

CON LOS OnUiOXES. Miiiitcsquicii,

Frases (pie considero como semcjanles para aplicarlas aquí, por lencr igual e.\¡)resión; es decir que el que conoce la verdad puede inclinarse á ella, ó sea (|ue distinguiendo entre varias cosas elijo la mejor por serle potestativo; lo cual no ocurre con el que desconoce la verdad, ó no la disiingue, ó sea el incauto. ¿A dónde pensáis que voy á parar con estas lineas?

vr

Pues á lo siguiente. A daros á conocer en forma que es probable ó seguro lo ignoréis, el juego genuinamente español, denominado «monte» ó «banca». ¿Y queréis saber la relación que esto tiene con lo anterior? Pues esla. Que conozcáis este juego con todas sus interioridades seguro que desistiréis de ser jugadores, y si tuvieseis tan poca fuerza de vohntad, ó dominio sobre vosotros mismos, y desgraciadamente cayeseis en la tentación, lo hagáis con conocimiento necesario para que no os timen. Así, pues, querido lector, no extrañes que en estos apuntes, no haya forma galana en el decir, ni el más mínimo fragmento de literatura; carezco de musa, no obstante, como alguien pudiera zaherirme como pretencioso de escritor (y de lo otro), no puedo menos de hacerte la importante aclaración para mí, de que, no soy escritor aunque escribo, ni tramposo aunque te explico trampas; que me he propasado á escribir para el público impulsado por respetables personas que conocían mis apuntes, sirviéndome de aliciente la campaña que veo

vil

iniciada por algunas autoridades dignas de todo encomio, ayudadas por la prensa en general y especialmente por el periódico madrileño La Seguridad que, cuanto que ha nacido, y ya está llamando la atención rompiendo lanzas en pro de las prohibiciones de los juegos de azar: trátame con lenidad, querido lector, en atención á mi buena intención perdonándome graciosamente mis gazapos; esta y otras lala^ que veas en este folleto, perdónamelas siquiera porque también yo te he de enseñar las grandes fullerías de que es probable hasta hoy, hayas sido víctima , He estudiado, creo, todos cuantos tratados hay publicados con más ó menos rumbosidad, referentes al juego de monte ó banca. ¿Creeréis que descubren alguna combinación importante de la cual pueda tomarse nota por su importancia? Si así lo creéis estáis equivocados: como nada enseñan mal pueden tomarse datos; parece ser están escritos para propagar el juego y sorprender incautos, más que para exterminar aquél y dar el alerta como debieran á éstos, si así no es, creo firme-

VIII

menle que sus efectos pueden ser contraproducentes. Para lecojei' notas y escribir este libro me ha sido necesario, recorrer tjarilos, casas de jiieíjo, casinos, círculos recrealivos, clubs nrislocrálicos, casas parliculares, en una palabra, (oda la escala social; mías veces lo lie hecho impulsado por el maldito vicio y las más, por el afán (Je estudio al natural para i)ublicarlo: con este misuíoafán he visitado en Madrid, Bai'celona, Córdoba, Sevilla, Granada, ele. y oti"as poblaciones del extranjero á los más sagaces, rroiipiei'S, tahuirs, >i «hombres de mundo» tratando de descubrir %\\%sccr('los; no diré que fué inútilmente, pero donde más notas he tomado, y más he descori'ido el velo de los secreios,\\i\ sido allí, sobre el terreno; cierto que la generalidad de las veces se me llevaron eí dinero, pero no es menos cierto, que con tilantrópica serenidad, pues no me lo explico de otra manera en mi estado natural, yo me traía el secreto para recopilarlo en mis notas. No pasaré de acjuí sin hacer presente y confesar igualmente, que es cierto que yo

lie presenciado varias veces el sacrificio do al^nmas víctimas, sin evitarlo, pero así tenía que ser y me era de todo punto indispensable, para hacer la selección tan detallada, verdadera y anatómica del juego de banca cual nadie ha hecho ni soñado hasta el día y para darle á este libro con ello el material interés moralizador que deseo. Así, pues, yo espero el perdón de todos en general, y particularmente del que personalmente me conozca, y hubiese formado concepto poco favorable de mí, si me vio cultivar la amistad del tahúr, pues ya sabe el móvil que á ello me impulsaba. De todas las anteriores y posteriores experiencias que demostraré, podrán sacarse grandes enseñanzas y provecliosas consecuencias, con gran dosis da desengaños., puntos ambos, que relataré paulatinamente en el transcurso dé este libro para combatir el malhadado vicio que más victimas lia causado, arruinando Iraidoramente tantísimas familias. Los juegos pueden dividirse en dos clases: mixtos y de azar; los primeros están en situación muy diferente í» los segundos,

y los considero útiles como recreativos para la inteligencia, siempre y cuando se jueguen tan solamente por el placer que producen y no por el incentivo del lucro, pues en este caso, entra el sufrimiento moral y se cruza interés, alli estará seguidamente el jugador de ventaja, ave corruptiva que olfatea el cadáver insepulto del incauto. De los juegos de azar, tan solamente me propongo tratar uno solo: el de «monte ó banca,» como ya anteriormente indico. Este juego es, por desgracia, el más generalizado en España y también el que merece mas estudio por tener sus raices en él la fullería y dicho se está, el interés de esta, les exije ocultar á todos las ventajas que disfrutan, con combinaciones, vistas, pego demás astucias, que seguidamente me propongo explicar como origen sustancial que és, de este libro, Repito que el juego de monte debéis de estudiarlo aquí para que en lo sucesivo no os timen, y digo asi, porque hasta hoy todas cuantas ventajas puedes aprenderme, os las habrán llevado siempre con perjuicio vuestro, mientras que en lo sucesivo ya no

XI

es fácil puedan abusar de vosotros, y esto conseguido á una con la completa generalización de todos los secretos, (al igual que ciertos acertijos callejeros) es probable que el «hombre de mundo» desapareciera, perdiendo al propio tiempo el juego ese atractivo de quién engaña d quién, con todos sus alicientes. Hay quien me ha objetado que seguidamente de publicados estos secretos, la gente de la vida, inventaría otros, y así lo creo, pero que irrefragablemente tomará como base las combinaciones que posteriormente explico, deforma que, á manera que él las ponga en práctica, se pueden ir aprendiendo, pues he de repetir que las combinaciones que doy á la publicidad en este libro son la base de todas las que puedan sacarse del naipe con cuarenta cartas, para el juego de monte. Ya hace ralo que estoy oyendo de los labios de algún malicioso lector:—«Cespita, el autor, cuando tan bien conoce el paño, será buen sastre»— pero esto no me detiene, ni las muchas injurias que contra mí se lanzarán por los explotadores de incautos, y diré la causa.

XII

Se muy bien que «á los redentores se les crucifica,» pero yo, á pesar de que ine meto á redentor de los incautos, sé que no se me crucificará, porque «'ya estoy cruciiicado por el juego-i> ¿Cuantos incautos hahi-á que lian arruinado su casa por el juego? Qu'zás si liace algunos años se liidjiese publicado un libro de esía naturaleza ahora estarían íranquililos con sus esposas y niños viviendo felices, asociándose como antes con aquella buena sociedad, (pie hoy lesvuelvela espalda por haberse hecho repulsivos á ella, al verlos metidos en el fargoso vicio del juego, y manchados con el denigrante calificativo con que suelen ser juzgados todos los jugadores arruinados, pues á los gananciosos, de la mancha denigrante, cierta parte estúpida de la sociedad, se encarga de teñírsela, como si no fuese tan culpable uno corno otio ¡Ahí sociedad, sociedad, con qué tranquilidad tan peligrosa presides esos casinos y centros construidos mJ-hoc, regiamente decorados y servidos, (pie saldan sus cuentas con sapcrabil, siendo

XIII

sus gastos del 5.000 por 100 del lufírcso por cuotas. ¿No hay tampoco una ley pai-a exigir á ese de los brillantes y caballos etc., el origen de sus riquezas, que puede justificarse que son adquiridas en el juego? Ya sé que estará pi'ostiluida esa sociedad, pues le al)»'e los barzos para recibirlo con lanía brillantez como valga lo que lleve y le advierte que sus víctimas son inferiores á él, pero ya podéis daron pi-isa aristocráticos fulleros, que aunque lo toméis en sentido quijotesco yo os reto solemnemente en nombre de todos los incautos, de vuestras víctimas y de la sociedad incorrupta en general, y no estoy solo teniendo estos elementos, con la prensa y el periódico madiileño ÍAI Seguridad. Y basta de prólogo, que voy á principiar disparándolos piimeros proyectiles; y si aun liay tiempo, lector, á escarmentar en cabeza ajena, objeto primordial de esta obra. FLOUF.NTI.NO

AM)UEZA.

COMBINACIÓN- PARA DAR DERECHA EN [EL ALBUR, h

IZQUIERDA EN El, GALLO; ADAPTADA PARA DAR IZQUIERDA EN El. ALBUR, Y DERECHA EN EL GALLO. Cójase un naipe sin escarpetar, y al propio tiempo que se hace, se colocan correlativamef7te por palos; as, aos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey; puestas ¿inverso arriba, el as ha de quedar debajo, y el rey encima. Hecho lo anterior con los cuatro palos, formamos un paquete con todos ellos, de la manera siguiente: con la mano derecha, cejemos todo el paquete J e oros, (las diez cartas) y lo ponemos sobre el de copas, estos dos sobre el de espadas, y los tres sobre el de bastas; en la mano izquierda, toiío el paquete, como para ífíir á tresillo; damos comienzo á formar la combinación, con la primera carta por la parte superior del naipe, en esta forma, (anverso abajo):

1.' Al dejar la tercera, se vuelve á principiar sobre la primera, y asi sucesivamente, hasta terminar las cuarenta

2



cartas (tenemos en el primer paquete catorce cartas y trece en el segundo y tercero.) -tí Cojemos el primer paquete sobre el segundo, y estos sobre el tercero, y ya puede principiarse á tirar, seguros de que ha de ganar derecha en el albur, é izquierda en el gallo, ó sea cruces. EJEMPLO

(BANQUERO)

Esta combinación, que es de las más facilísimas, manejada por los «hombres de mundo» es bastante temible

—3

pues les sirve para dar ¡iquierda en el albur, y derecha en el gallo, igualniente que si les conviene dar braios, valiéndose de esta artimaña. .uj. Como ya sabemos que naturalmente ha de ganar \^ derecha del ilbur y la izquierda del galo, y suponiendo que es un juego que deseamos quebrar damos el naipe a cortar como gafantia para el punto, y efectuado, al sacar a pnmera clrta. coreemos esta v sacamos la seguncta, tsta operación se hace rápida y disimuladamente. , „^,,„. Hecha la precedente operación, .se quebró la deiecba, ahora vamos á demostrar como quiebran la ng«'^^da_ Esta segunda operación, parecerá a «'g'^'^^'V^^./™^.''' pero en t^i concepto, es más fácil, por ser q^'^^s la un ca operación en que el punto se confia: una vez colocadas las citas del alk^, y al^iacerlo de las de gallo, cojemos con la mano izquierda la primera carta de l^»'-'^''"P^"°;^-^^^ naipe y con la mano'^derecha, la segunda y a la J « co ocamos con la mayor naturalidad, en los lados relat, os a nuestros extremos las dos cartas W .^"i'^^^^JX ^Z' mos hecho el cambiado, y por cons^gmcntc queh ado el juego que nos propusimos demostrar. ^TanTeÍ asi a -^^^ ''"^^ q u e ^ u e d a n . c a r S ^ l i r r " ! ! . ? ^^ primer paquete, y contamos m « / / c n w / r « 2 cnltm . f /?"• ' ° ' ""='"'° ''^«' «^"atro doses, cuatro «cartaV n i son, ^ "tres ' ' ' ' "cuatros, " ° ' "^ ''S^^'"^ ce cartas que tres « «P'"¡""' « i , tresy tie"e 5 m « /f7«'«tres

- l i síeles y tres sotas, y ninguno de espadas, que como habrán observado, los tenemos en el primer paquete que es el palo que hemos tomado por base. SEGUNDA COMBINACIÓN DEL 15 CON 25 Exacta forma al escarpetar, é igualmente preparados, y tomando por base el palo de bastos, formamos el primer paquete con las cuatro primeras cartas, y el segundo paquete, con las cinco siguientes; las cinco siguientes, ai primer paquete; las cinco siguientes, al segundo paquete; Jas cinco siguientes, al primer paquete; las cinco siguientes, al segundo paquete y las once que restan, al primer paquete. Contamos, y vemos el primer paquete, y tenemos veinticinco cartas que son: cuatro ases, cuatro dcses, cuatro treses, cuatro cuatros, cuatro reyes, y cinco, seis, siete, sota y caballo de bastos, que es el palo que hemos tomado por base: segundo paquete, tres cincos, tres seises, tres sietes, tres sotas y tres caballos, pero ninguno del palo de la base. TERCERA COMBINACIÓN DEL 15 CON 25 Igualmente al escarpetar que en las combinaciones anteriores, exactamente preparados, y tomando por base el palo de copas, tormamos el primer paquete con las cinco primeras cartas, y el segundo paquete, coa las cinco siguientes; las cinco siguientes, al primer paquete; las cinco siguientes, al segundo paquete; las cinco siguientes, al primer paquete; las cinco siguientes, al segundo paquete y las diei que quedan, al primer paquete. Vemos y examinamos el primer paquete, y tenemos 25 cartas del valor siguiente; cuatro ases, cuatro doses, cuatro treses, cuatro cuatros, cuatro cincos, y seis, siete, sota, caballo

— 14 — y rey de copas, que fué el palo tomado para base: en el segundo paquete tenemos tres seises, tres sietes, tres sotas, tres caballos y tres reyes, ninguno de los cuales, es del palo de la base CUARTA COMBINACIÓN DEL 15 CON 2 j Exacta forma y preparados, que en las combinaciones anteriores, y tomando por base el palo de oros, formamos el primer paquete con las dos primeras cartas, y el segunde con las cinco siguientes; las cinco siguientes, al primer paquete; las cinco siguientes, al secunde paquete; las cinco siguientes, al primer paquete; las cinco siguientes, al segundo paquete, y las trece que quedan, al primer paquete. Vamos á examinar el primer paquete, y tenemos 25 cartas que son, cuatro ases, cuatro doses, cuatro sotas, cuatro caballos, cuatro reyes y el tres, cuatro, cinco, seis y siete de oros, que es el palo tomado para base. Hacemos igual operación en el segundo paquete, y nos resultan 15 cartas, las cuales son, tres treses, tres cuatros, tres cincos, tres seises y tres sietes, ninguno de estos pertenecientes al palo de la ¿ase. QUINTA COMBINACIÓN DEL 13 CON 25 Siempre igualmente en todas como en la primera combinación preparadas, y tomando por íase Q\ palo de bastos, formamos t\ primer paquete con h primera carta; el segundo jiaqnete, con las cinco siguientes; las cinco siguientes, al primer paqueíe: las cinoo siguientes, al segundo paquete: las cinco sxgme.nXii'i, 3.\ primer paquete: \:\^ cincj siguientes, al segundo pajue te y las catorce que quedan, al primer paqueíe. Contamos, y vemos e\ primer paquete, y h^y 25 cartas que son, cuatro ases, cuatro sietes, cuatro sotas, cuatro caballos, cuatro reges, y el dos, tres, cuatro, cinco y seis de

— 15 —

basto, ddpalo de la base. Del segundo paquete, diremos que resultan i ; cartas; que son, tres doses, tres treses, trescMdIros, tres cincos y tres seises, y nii)guno del palo de la base. EJEMPLOS,

ADVERTENCIAS

PARA LAS COMBINACIONES

Y DEL

OBSERVACIONES 15

CON

25

Cada paquete por separado puede barajarse todo cuanto se crea conveniente pira desorientar al pinito y que adquiera completa confianza de que no hay amarren. Esta combinación puede hacerse partiendo de la misma base en diferentes formas, al cambiar los paquetes; pero garantizo á mis lectores que, bien estudiadas y comprendidas las cinco que explico, comprenderán inmediatamente si viesen tirar alguna otra, por no poder menos de derivarse éstas de las ya explicadas; las combinaciones que generalmente tiran los hombres de mundo, tahúres, etc., son la primera y segunda por ser las que mejor divididas llevan hs figuras: en mi opinión, esta combinación es mejor para robar el dinero que el 20 con 20; en el 15 con 25 generalmente hay puerta, se sabe seguro cuál viene en la talla, hay jugada para entres, seguro de ganar, y hasta elijan. sY si otro talla? ¿Qué de jugadas podemos hacer sabiendo, desde luego, la que viene? Cuando el lector se ensaye, ha de tener presente qué clase de combinación es la que tira; debe saber las cartas que pertenezcan á uno y otro paquete y su valor, así como el palo que tomó para base; ha de procurar siempre que el paquete de quince esté en la parte inferior, por ser mas factible en jugadas el de 2 ; , pUes lo general es que den el corte por medio del naipe. Si se intercala alguna carta que no pertenezca al misino paquete debe procurar saberse, y toma el nombre de voümdera

. " — i6 — Después de terminar una talla, debe de procurarse dejar otra vez el paquete de 15 en la parte inferior, con objeto de que en forma más fácil y posible hacer el bcvrajeo, porque muchísimas veces el punto blanco lee el naipe y puede dar un disgusto ú obligar á la peligrosa operación de cambiar t\ paquete, si en realidad se dejó el naipe después de operaciones, simulando el barajeo, igualmente que estaba la talla anterior Las combinaciones deben llevarse tan solamente con un naipe, para no fatigar demasiado la inteligencia, caso de no estar muy enterado y seguro en ellas, en cuyo caso es facilísimo equivocarse f sufrir desde luego alguna mala consecuencia. Una vez que se esté práctico, sencillo es, el hacer la combinación hasta sin forma de escarpetar, como se podrá ver en las experiencias que se hagan, porque en sabiendo qué cartas son las pertenecientes al paquete de 15, y separarlas, dicho se está que al mismo tiempo dejamos igualmente separado el de 25, operaciones ambas que no tienen la mas mínima dificultad. Creo inútil hacer algunas salvedades, tal como de la forma de hacer el barajeo, posiciones que deben guardarse, y jugadas que pueden hacerse; porque las primeras es cuestión de gustos, y estas y las segundas de por sí se aprenden en los ensayos, que ejecutando las combinaciones se hacen; lo auc si he de advertir para este objeto, que los ensayos deben de hacerse como si real y efectivamente, se cruzase dinero; quiero decir así como para éste, para todos los juegos que me propongo descubrir á los jugadores de buena fé, tengan presente esta mi opinión. L o s ENSAYOS, AUN UNO SOLO, SE HAN DE HACER COLOCANDO DINERO A LA CARTA Ó CARTAS, SEGÚN Y COMO, LA JUGADA QUE DESEE DESCUBRIR.

— 17 — Vamos á poner algunos ejemplos con la primera combinación: {úpalo de base ya sabemos es espadas.) Puesto el paquete de 15 en la parte inferior, damos el naipe á cortar y lo hacen con 25 cartas, de forma que sale ¿ jugar,

— i8 — Sabemos que nos han cortado 25, por el cuatro de oros que de la parte superior ha salido, y que ya pertenece al paquete de 15, mientras que el cuatro de espadas (palo de base) pertenece al paquete át 25, de manera que en esta jugada, como quiera que en f\ paquete de 25, no hay otro cuatro que el de espadas y este ha salido á jugar forzosamente, han de venir los tres doses que faltan y pertenecen ?i\ paquete de 25 antes que ningún otro cuatro por pertenecer estos al paquete de 15 que ya sabemos lo tenemos arriba, cabe para ganar en iguales libre de dus (después de venir el primer ¿Oí) y después íZi/a», en la seguridad de ganar. En el gallo no hay jugada, pero si sabemos que na de pagar el cinco ó el siete de espadas, palo de lase que llevamos en t\ paquete de 25. OTRO EJEMPLO Próximamente vemos nos han cortado 20 cartas y sale á jugar en el albur y gallo, las cartas siguientes.

— 19 — Sabemos que vienen as y dos antes que cinco y siete perqué como quiera que del paquete de 25 nos han cortado unas 20, Y por consiguiente, tan solamente cinco pertenecientes á Ule paquete han quedado en la parte superior, y de éstos hemos sacado dos para el gallo, es increíble que de los tres restantes que han quedado pertenezcan todos al valor del as ó el dos, así pues impunemente se puede {ea el momento que pague) invitar á entres y hasta (lva>i,ttniendo presente que el cinco y siete de espadas P"«neceri a\palo de base, y no hay otros de su mismo valor den ro át\ paquete de 25, mientras que del dos y el as de su valor todos pertenecen á dicho paquete. Para terminar vamos á poner otro EJEMPLO Hecho el corte, han salido en el albur y gallo

20

Sabemos nos han coitado ««acarta, ó si por distracción habianjos puesto en la parte superior el paquete de 15 lo han hecho de 16 cartas, por lo cual el tres que pertence al paquete de 25 salió el primero, y el cuatro de hastos que pertenece al de 15 salió el segu/ido, de manera, que seguidamente sale todo el paquete i,t 15, y desde luego vienen todos los cuatros, CKcepto el de la base, que lo es el de espadas. l£n el gallo no hay jugada, por cuanto que las dos pertenecen al paquete dít ^^, al igual que sus asimiladas, las cuales tienen iguales probabilidades de decidir suerte después de haber pasado el paquMí de 15. Antes de terminar estas combinaciones, he de advertirte lector, lo de siempre; tener presente para que no te timen el profundo conocimiento que el tahúr tiene del naipe, y las muchísimas consecuencias que pueden sacarse de esta combinación, teniendo presente siempre é indispensablemente el valor de las cartas que, á una y otr« combinación (paquete) pertenecen asi como su palo de íoie.

— 21 —

VISTAS MARCA LLAMADA DEL «BARaUILLO» Esta marca ó visCa es solamente para cuando talle otro, y se hace con el mayor disimulo en la primera talla, (si no na habido ocasión más propicia:) al ver que carta és, si está vuelta, etc., se abarquilla sin doblarla en esta forma.

Por espacio de i s ó 20 tallas, claramente se vera en que parte del naipe está, y dicho se está que cuando juegue ?na de su valor y loque pagar á la que hemos abarquillado impunemente se puede j^gcr á gaaar.

— 22 —

No haya cuidado de que el banquero la haya visto, yj asi fuera y trata de arreglarla, se verá más fácilmente dól átpara, por haberla quebrado más todavía al tratar de áá le con la mano el planchado especial que sacó de la prens| En estos casos la única y mejor solución es retirar aquí naipe ó sustituir aquella carta por otra de sapinta y su valoi MARCA DEL «BARQUILLO EN CINTA» Esta vista, también es para cuando talle el prójimo, pell no se hace como la anterior sobre el tapete: se lleva trab' da y en combinación con el dueño de la casa ó bien una ú otra forma, meterla y conseguir se tire con ella,! esto se hace, puede asegurarse robado el dinero que hubií se en banca de la forma y manera siguiente. Con una planchita de acero de las dimensiones de ud carta y delgrueso de cinco, cortada simétricamente, colíj camosla sobre una carta en esta posición:

(é igualmente en hs tres de su mismo valor ó sea en un cuarta.) j Como si la plancha fuese una regla, se le dá suavemenq

— 23 —

con la uña por los dos costados paralelos, dejando una extremidad de unos cinco ó seis milímetros de costado á la carta; la marca debe hacerse relativamente con la vista que se gradué del obligado á verla cuando estén tirando. Desde luego, que cuanto más fina sea la vista, mas probabilidades hay de éxito y menos de que alguien se aperciba. Voy á dar la explicación gráfica de cómo deben quedar las cartas después del trabajo (vistas del reverso.) (Se ponen los cuatro naipes del mismo valor o sea una cuarta.) i^j -

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La «¿«te ésta, sirve para mientras dure el naipe pero el ejecutor suele tener especial cuidado de hacerla ¿"aparecer inmediatamente por no ser dificil descubrirse si alguien se fija jugando á otros juegos, que se prestan a la observancia, V que dan tiempo para examinar detalles, que aun juzgados inverosímiles, infunden sospechas. A muy poca cute que se tenga, se ha de ver claramente dónde paran ías canas que se W a n marcado, esto al cortar, después y cuando estén tirando, por la caleza las veremos claramente.

24 —

MARCA DE OREJAS Al igual que la del «Barquillo» se puede hacer, y gene-í raímente lo hacen sobre t] tapete, valiéndose de uno de losj innumerables ardides con que cuentan \os fulleros. \ Como mi objeto, querido lector, no es otro que ilus-í trarte con este tratado, para que no seas victima, comoj es probable lo hayas sido hasta hoy, he de exigirte tanto] en este juego como en los demás que me propongo ense-; narte, viveza de ingenio y tener presente todas cuantas ob-i scrvaciones te hago en este tratado, sin dichas condicio-j nes llevas una inmensa desventaja y es seguro te quedarás! sm dinero, por lo que me permito mandarte y ordenarte.: No concurras á sitios donde se juegue, y si los frecuen-i tas no juegues, y si lo haces, que sea cuando positivamente sepas vas a ganar, si asi no lo haces, te aseguro te quedaras sm dinero; pero no quiero en este momento extenderme en más consideraciones, para explicar el ardid que encabeza este artículo. Las orejas se hacen en do» de las cuatro puntas de la carta y han de estarlo oblicuamente opuestas en esta forma:



2S —

La parte marcada de negro, es la que con una moneda ó uña^da, etc., bien al marcar ¿^rm.ra., ;,aa.*¿« o en ot a forma hemos oprimido y por consiguiente qmtado la rigidez que tienen los naipes nuevos. Desde luego, siempre hemos de saber en qué par e de la baraja está el dos de espadas, y por consiguiente, )ugar con él en una ú otra ocasión. «.«arfo Esto es muy corriente hacerlo entre la S^>'i'f.^^:f^por lo que recomiendo á mis lectores la mayor vista y cui dado, para que no les den un disgusto. E L M I C R O B I O . - ^ V I S T A . EN CABEZAS Esta vüta es sencillísima y muy t/miWe por 1^*?^^^^^^^^^^ el tallador no se fija á tiempo puede cons.derars robado^ Tan solamente consiste en-l^;^^^^^^^^^ ^jl^^ „,_ cantos de cada carta (de caüeza) atr un >^ . . i^^^gr era, y se verán perfectamente, y por ^ 3 " ' ^ " " „ f"las jugadas que puedan sugerirse de la ventaja que en ma gráfica digo á continuación:

COMPLETO^ fMAIPE

— 26 —

•VISTA» EN COSTADOS h a c ^ e ' T a í S ^ ''"^ ' ' ' " ' " ! ° ' ' ' 7 J f .las colocamos en la parte superior Crepito es igual en la inferior^ y ya otra vez tenemos el naipe combinado. De manera que no saltando no intercalamos ninguna.

-

58

-

SEGUNDO EJEMPLO

Juegan

En el albur ya sabemos que ganarnos, pero no así en el gallo, de manera que si hemos de ganar tendremos que dar el'pise en la sexta caita, que es el cuatro de espadas, y -arrastrar con esta el seis de oros; terminada la jugada, recejemos como anteriormente lo hemos hecho y al simular el barajeo rthactmos la combinación en esia forma: de la

S r o s u n a ' n í h s ' e n c i m i ' y todas las colocamos en la ^'Se m í ñ í a q . e p..ra saltar la del gallo hay que pisar á la ll,aZ:?l sLular el barajeo P - ' " . - - e r la combinación intercalamosrfoscon la sexta carta y una mas encima. TERCER EJEMPLO

S¡ tiramos limpio ya sabemos que ganamos en el gallo, pero no asi en e! albur; por consiguiente, para ganar hay que pisar en la octava carta, que es el sets de bastos, y con esta arrastrar, sin ser vista, el rey de copas, descu-

— 6o —

briéndose detrás el as de bastos, que es con la que ganamos todo lo puesto á favor del rey. Se recoje el naipe como anteriormente lo hemos hecho y al simular el barajeo se sacan, por la parte superior del naipe y una sobre otra carta z, 2, } , 4, j , 6, 7 y á la octava se intercalan dos y todas se ponen en la parte superior, y ya otra vez tenemos el naipe combinado. De manera que cuando solamente se salta la del albur, se pisa á la octava y al simular el barajeo se sacan por la parte superior siete cartas y con la octava se intercalan dos ó sea la novena también. Y pasemos otro EJEMPLO:

ijf^

S*' Kvi

í ( ^ 1

^

(S

,

h^S^M ^ 1 - j

— 6i — Tirando natural desde luego perdemos en las dos cartas; pues vamos á demostrar cómo hemos de pisar para ganar en ambas. Tiramos i, 2, 5, 4, j y en el centro de la sexta carta que es el seis de bastos, le hacemos presión ó sea el pist y nos llevamos con ella el rey de copas, que hacia ganar, la siguiente es el as de bastos y por consiguiente ya ganamos en el gallo; al as de bastos damos el pise y atraemos con él el caballo de copas y la siguiente es el dos de bastos, de forma que en el albur también hemos ganado. Recojemos igualmente que las anteriores jugadas y vamos á simular el barajeo, una sobre otra i, 2, _j, 4, j y á la sexta intercalamos dos y á la séptima otrcis dos y todas á la parte inferior y ya otra vez queda rehecha la combinación. Para saltar las dos del gallo y el albur se dá el pise á la sexta carta para el gallo y á la séptima para el albur, y al simular el barajeo para rehacer la combinación se intercalan dos con la sexta y la séptima. Como el más mínimo detalle que se olvide deshace la combinación, voy á dar una lacónica nota al objeto de que se queden mas fácilmente en la memoria las combinaciones del barajeo en regular é irrei^ular, que yo opino es lo más esencial, pues los pises ya están bastante especificados.

REGULAR

(ESPADAS Ó BASTOS)

No pisando ninguna, 7 y nada.—Pisando la del gallo, á la de 5 se intercala y 2 encima.—Pisando la del albur, á la de 7 se intercala y 2 encima.—Pisando el gallo y albur, á la de 5 y 6 se intercala y 2 encima.

— 62 — IRREGULAR (OROS Ó COPAS)

No pisando ninguna, 8 y nada. — Pisando la del gallo, á la de 6 se intercala y i encima.—Pisando en el albur, á la de 8 se intercala y nada encima.—Pisando las del gallo y albur, á la de 6 y 7 se intercala y nada. ADVERTENCIAS Debe tenerse presente siempre, que de estar bien combinado el naipe los palos en las cuatro cartas de la talla han de estar siempre cruzados, por ejemplo: BASTOS

OROS

OROS

BASTOS

ó bien ESPADAS

OROS

COPAS

BASTOS

es decir las dos regulares han de formar siempre crui y desde luego las irregulares también, de lo contrario la combinación está deshecha y no responderá á las explicaciones.

_ 63 El palo regular gan^ siempre; si no sucede asi la combinación está deshecha. ,i„e„íp pn la talla Con objeto deque "o " gan gener m^^n en^U talla so amenté dos palos pueden iniercai
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