Monte de Goce o Libro del Pecado

February 14, 2017 | Author: Jhon Alexis Valle Juárez | Category: N/A
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Enrique Verásregui

CIMItIIfr* J«MOVM

5 /3 3 3 2

Primera edición: setiembre 1991 (c) (c)

Enrique Vcrástegui De esta edición: Jaime Campodónico / Editor Chavín 45, Lima 5, Perú Telf. 31-2505 Impreso en el Perú

LIBRO M ONTE DE GOCE La edición de mi p rim er lib ro En los exramuros del mundo. presentado en marzo de 1972, me obligó a embarcarme en un libro más ambicioso. Para esto necesitaba recluirm e, emigrar de Lim a. Con algunos apuntes y muchos proyectos decidí irme a mi pueblo San Vicente de Cañete. Trabajé fatigosamente, juntando muchas veces noches con amaneceres, especialmente cuando caía en el buen cam ino de las cosas. C laro, la distancia geográfica entre Cañete y Lim a está prácticamente anulada por la abrumadora intensidad de las comunicaciones: colectivos a to­ da hora, día y noche agitándose entre los arenales del desier­ to que nos separa. Cañete es como un suburbio anticipado de Lim a: la radio, los periódicos, la televisión, las revistas, los vespertinos, los chismes, todo te llega con tanta o más p ro n ti­ tud que a las mismas urbanizaciones, balnearios o barriadas de la gran Lim a. Como se ve no necesitaba v iv ir físicamente en Lima para palpar el hervor de su vida lite ra ria , claro con la ventaja de evitarme la sordidez de su bohem i*. No dejé pues de respirar la actualidad cu ltu ra l de Lim a, por más que para al­ gunos yo no sea más que un p rovincianito de m ierda. El lib ro fue escrito entre marzo y diciem bre de 1972. La es­ critura de la primera versión, que por entonces llamé Bodegón, duró por entero 9 meses. Creo en la im portancia de hablar in extensó de los procedimientos de creación, es decir del ar­ te poética que concebí para dar cima al lib ro que estamos abor­

dando. Yo solamente he que experimenta y vive nuestro tiempo. En este de poemas, es m ejor la

sido un film ador de la crudeza diaria el hombre y la m ujer de la urbe de sentido Monte de goce no es un lib ro escritura continua a través de la cual

pasan los géneros literarios: narraciones, sonetos, formas teatra­ les, guión de cine; sí, claro, hay eso: un flu jo de conciencia (como en jo y c e ), hay también esquemas matemáticos que provie­ nen de m i vinculación con los estudios de economía que hice en San Marcos. La significación de tales combinaciones o per­ mutaciones obedece a mi deseo de representar la variación de los cuerpos en el lecho am atorio. La referencia en prim era persona dentro de la escritura es solamente una realidad verbal. Los diagramas, las composiciones a lo Kandinsky, los textos simultáneos (sí, por supuesto, en el poema “ Cantus firm u s ” ) , son las armaduras, las singladuras del lib ro ; pero también hay traducciones y versiones personales sobre un soneto de Petrar­ ca. Claro que Petrarca tuvo traductores peruanos, el prim ero Enrique Garcés, después Clemente Althaus, yo comento esas traducciones y ofrezco m i propia versión, pues hubiera sido ocioso quedarse solamente en el plano del comentario. Bueno, francamente no tuve en cuenta el tiem po que media entre esos traductores y lo que yo hacía, es decir del poder del lengua­ je en su momento, en mí el tiempo ha acumulado todo un baga­ je de experiencias artísticas que dan contenido diferente al sen­ tido de cómo puede hacerse una cosa distinta partiendo del mismo crite rio estético de la poesía. Por supuesto, los diagra­ mas aluden a las cuestiones ex-machina. Hay poemas en los que propongo la construcción de una máquina erótica o sexual, de ejercicio sexual; esto es un símbolo de los muchos disfraces del erotismo, pero sin dejar de tomar en cuenta que, más que el texto de la erótica, lo que me propuse fue una erótica del tex­ to, tan sedicioso como delicioso, de modo que si el m otivo es el erotismo, su m ovim iento es p o lifón ico: una m u ltitud de voces se cruzan y entrecruzan, se atraen y se repulsan a la vez, pe­ ro enlazándose como en un coro a capella produciendo un rico espectro de tonos. Tam bién hay poemas que se elevan al plano de la alucinación, generada por la experiencia de las drogas:

marihuana. LSD, ayahuasca, toé, moño rojo, anfctamina, mandrax con licor, y el alcohol mismo. Este por supuesto que es un ca­ pítulo doloroso, terrible y de gran profundidad traumática. La parte sexual tal vez alarmará al lector, pero esa alar­ ma será justamente una proyección de su conciencia de clase. La burguesía tiembla ante la imaginación artística y se ve sitia­ da y en peligro, y realmente no se equivoca pues sabe que el arte revolucionario está cavando su sepultura. Con mi lib ro so­ lamente pretendo un lector que emprenda su reescritura, un lector que niegue el ser social de la burguesía, alguien que por insatisfecho emprenda la experiencia de esta otra form a del in ­ fierno que es Monte de goce. Yo no sé exactamente cómo po­ dríamos m edir esas difrencias entre perversión, depravación, corrupción y exacerbación del placer sexual, mis textos podrían tal vez tomarse como documentos que pretenden testim oniar de algún modo esa inclinación tan íntim a y críptica del hombre por transgredir las normas de ese “ orden” impuesto desde afuera; yo creo más en una autoafirm ación que en un reflejo condicio­ nado; me parece que tal paroxism o del goce sexual es .solamen­ te una respuesta a la tecnología actual como fin supremo de la sociedad contemporánea, en la que estamos inmersos y perdi­ dos sin remedio. El lib ro es una sátira contra la burguesía peruana, dom ina­ da aún por patrones religiosos no obstante su descrédito tre­ mendo, por el poder p o lítico y económico a pesar de su ruina, quiebra y corrupción y por preceptos culturales risibles y ana­ crónicos. Es justamente eso. Por cierto, vistas las cosas desde esta perspectiva no hay nada obsesivo en M onte de goce. Pero así como hay in fie rno en muchas de sus páginas hay también pliegos de paraíso y purgatorio. Convengo en que el lib ro es como una reactualización del erotismo clásico, y también la pues­ ta en escena en su contexto del Cantar de los cantares y de los textos místicos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de A v ila . M is antecedentes literarios en el Perú se reducen únicamente a Oquendo de A m at con su único lib ro 5 metros de

poemas.

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Ahora bien, el lib ro puede interpretarse también como un reflejo (»puesto del mundo (el poema está siempre abieno a todas las interpretaciones posibles, a cuantos significados quie­ ra dársele para estar con M allarm é. de modo que yo mismo no tengo nada que hacer desde esta silleta de intérprete, pues una vez salido de las prensas es el lib ro el que ofrece todas las interpretaciones o exploraciones críticas o indagatorias que quieran hacerse). El m undo me llega a través del prisma de la lectura, aun cuando el m undo en sí es un lib ro permanente­ mente abierto, escrito y por escribirse, en fin como el espectro mismo del prisma: todo esto es el m otivo de mi "in s p ira c ió n " como se llama tradicionalm ente a ese momento previo o mágico de la escritura. Sin embargo, para mí el símbolo no es. como antes, la m ujer, la rosa perfumada, la luna, el mar, el cielo, las estrellas; para mí el símbolo generador es el lenguaje mis­ mo. Yo no creo en el verso Dios, para mí cada poema es el resultado sim bólico, a la vez que una crítica de la sociedad en que estoy viviendo. Monte de goce es una pantalla abierta en la que se proyecta ese m undo social descarnado, no en forma positivada sino fotografiado en imágenes en negativo, es decir la parodia de un m undo al revés. Como señalé anteriorm ente, en Cañete escribí todo el lib ro de un tiró n , en nueve meses, entre marzo y finales del año 72. Aquello fue realmente devorador; cada día term inaba exhausto. Escribir a máquina es como cabalgar. Cuando colocas las ma­ nos sobre la máquina es como si agarraras las bridas y fueras a cabalgar en una inmensa pradera. Pero, por otra parte el teclear viene a ser un trabajo distinto, más relacionado con la ejecución del piano, de tal m odo que cuando escribía presentía como si estuviera tocando la parte coral de la novena sinfonía de Beethoven, esta era exactamente mi sensación emocional en los momentos de mayor intensidad poética. Para mí la tensión del poetizar no pasa de ser un simple trabajo, igual al que hace un albañil; yo trabajaba diez horas continuadas, como si estuviera chambeando a destajo, la ansie­ dad Iji disipaba con el c ig a rrillo , fumaba como un apestado, to­ 10

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mando a la vez infusiones de yerbaluisa o de manzanilla. No atendía en absoluto otra cosa que no fuera escribir. Entre poe­ tizar y picapedrear no hay ninguna diferencia, solamente los delicados, los señoritos burgueses de Lima son los que se in fla n y se endiosan hablando del terrible trabajo de escribir inspira­ damente. subestimando todo o tro trabajo humano como si fueran dioses.

Cojudeces, hermano, escribir un poema o un párrafo

narrativo es exactamente igual que barrenar una pista, repa­ rar un autom óvil, barrer un pesebre, dom inar una muía, cortar leña, faenar en el mar, b a tir mezcla, lampear una acequia. No tuve ninguna otra preocupación; la de editar el lib ro vino sola­ mente hacia el fin a l, cuando comencé a sentir el peso del vo­ lumen. Los poemas, o textos, o capítulos, o como quiera llamárse­ los, pues el lib ro es también como una novela, un drama, una comedia, una farsa, una picaresca, una serie de science-fiction. fueron originalm ente d ifícile s, en tanto no he escrito nada que no lo haya v iv id o originalm ente. Claro, hubo un diseño o rig i­ nal del lib ro : la temática general tenía que ser el erotismo, a p a rtir de aquí venía la invención de mi propio yo y de todos loS personajes; luego vin o la imaginación de un espacio en el cual se escenificarían los m otivos. Previamente a todo esto ha­ bía habido toda una acum ulación de inform aciones, eso que se llama en teoría materiales de escritura o estructuración: histo­ ria, experiencias, lecturas, notas, anécdotas, apuntes, libros, d i­ bujos, fotografías y el recuerdo atento de la memoria. Todo un bagaje de elementos lite ra rio s con los que debía poner en m ovi­ miento el aparato verbal de cada pieza, de cada texto. Cuando escribía tenía permanentemente a la mano un Cuaderno de apun­ tes, si me asaltaba una idea, un recuerdo, dentro del curso de la escritura o en sueños (que es lo mismo) lo captaba en rá­ pidos garabatos como si fuesen el esbozo de un dibujo apresu­ rado, consciente de que estas ideas fugaces eran como aerolitos o cometas que tendría que incorporar muy pronto y resuelta­ mente en el universo cósmico del texto.

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Monte de goce es un lib ro sin género, aun cuando desa­ rrolla una estructura abierta; un lib ro sin anécdota aunque co­ mo en las obras musicales se am plifique en variaciones. Escri­ b ir, claro, no es sino "p ro g ra m a r'’ el texto que el lector debe desarrollar, anular, renegar, o transgredir. Este lib ro , pues, es como un tratado de la experiencia pero a p a rtir del lector. Lim a, marzo de 1976.

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Escrito por encargo de la dama que m e proporcionó los nombres, las figuras, el decoradoy la mecánica del flash, el grabador, la matemáti­ ca del sueño, el diseño cromático del jazzj y la bibliografía necesaria - yo no hice sino programar los datos a la fría compul' sión de mi Computer & el texto se hizo por añadidura.

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Escrito fue además como un desplazamiento —en el campo de las alegorías: arriba en (c ie lo /so l) la página que es un lienzo, pentagrama en blanco representa al envés: desublimación, cuerpo del inconciente, y abajo en (tierra/m ar) el mismo lienzo la escritura representa el revés del envés: expresión, inconciente del cuerpo- aunque más que por radical por radial, oblicuo de L a venus del espejo (cf. Velásquez, óleo sobre lienzo: 1 2 2 .5 x 1 7 5 , año 1 6 5 0 ): toda existencia es irreal, lo real como existencia de lo irracional. #>

M usa cuéntame aquellas cosas que ni sucedieron anteriormente, ni ocurrirán en lo sucesivo. P L U T A R C O , B anquete de los 7 sabios, cap. X

D E S P L 1 E Q U E Q oce de la reflexión Significado/Denotación (C am p o de invierno)

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DIBUXO DEL VENERABLE VARON F. J. de la C. (B eardsley's fro n tisp ieces: e stam p ad o en seda) 1. C onvento de las D escalzas (G ranada, 1581): u n ho m b re co n tem p la la noche y esos ruidos lejanos: y se deja a c aric ia r la m ejilla com o las flores son acariciadas p o r la brisa de m arzo y esa luz de la luna aquí a rrib a es u n a luz com o flo r im precisa u n a o rq u íd ea en los dedos de Buda gas tra sp a re n te esparciéndose en el espacio “ . . . los ojos negros, m ansos y suaves; nariz igual, que tira b a algo a aguileña, la boca, labios y barba, “con to d o lo dem ás de su ro stro y cuerpo, “en d eb id a proporción;

.. que sola su p resencia y com posición ex terio r com ponían a los que le m ira b a n “ : ¿com o con o jo s de violeta? Un p étalo ab ierto e n tre los pétalos de piedra & esa h am aca de m im bre ¿la ham aca donde e stá yaciendo M artín Adán com o en u n h alo celeste? “ H otel C om ercio“ , año 1960: alucinación / dip­ som anía / psicosis. 19 i

¿H am aca do yace la bella N annerl cu b ierta de sueños? "M aison de la M usique”, B ruxelles: n eurosis / p a v o r / Liszt congelado. V E N U S & T A N N H A U S E R Adonai llegó a Lim a tira n d o dedo b a jo la escarcha de L atinoam érica la m ochila al h o m b ro el nem b u tal e stira d o com o el aliento de V enus & T annháuser jo v en poeta se en am o ró de Alien com o Alien se enam oró del viejo Adán vestido com o gacela b a jo el crepúsculo ro sa Alien & Adán / o Alien & joven a m a n te de Leda cam inan em briagados con licor de cerezos el silencio tra z a p a la b ras de flam a en el aire J. Gonzalo vio u n a som bra com o de R im baud escabullándose tra s la m ala de lluvia / & la náusea resu rrecció n del culo m ejor culeado esa presencia de m ejilla acariciada p o r la luna se quedó silenciosa com o e sta tu a de cedro de Indias o ró & acarició la m ejilla de Teresa to d eath because not d eath ese m iem bro erectu s d e n tro de ella seráfica su b lim ad a la a rre c h u ra es u n estado de derecho país bodega inacabable: reinos, especias & el clim a com o un p araíso con fragancias de vulva.

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I. 2. 3 a.m .: los cuerdos yacen d urm iendo en casa & afuera no es m ás esa dicha conocida com o tal / tal como: de B eata Vita, Cap. II - 11, A ugustinus elim inó el pétalo húm edo in fe lic id a d ----------- »desdicha----- »no posesión

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dijo Agustín: tem or «------------ infelicidad«-----------------tem o r

ld e s d ic h a -------- » no posesión------- » infelicidad ' i s e rp ie n te -------- »no posesión«-------------- nada

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d„ ijo N a n n e rl: sol ------------------» s e rp ie n te ----------------- » sol

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no posesion «-------- nada«---------------serpiente

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explicándom e su ú ltim o sueño voy a cojerte por el rabo & se ríe te quito el saludo co n te stó & Un venado lam ía sus tobillos to rso s com o aguas en calm a 21

Una cab añ a con techo de ho jas de palm era & el agua de los cocoteros los m ochileros h a n escam pado a 3 leguas del sol: m agnetism o / ten sió n / distensión / tensión distensión:

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ORQUIDEABROTOENELROCE y la serpiente de su cuello de serpiente se enroscó b a jo m i pecho ¿nos hacemos? la besé & se calló: sueño a m edio explicar & afu era se d u erm e m ejo r e n tre el p asto so ñ ar es c a m in ar = es d o rm ir com o en frag an te vuelo de jazm ines e im ágenes de Bach él & ella son 2 sicóticos llo ra n d o solitarios / e n tre la m u ltitu d .

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1.3. ¿S us cabellos e ra n serpientes de escam a suavísim a? E lla se colocó en posición contem plativa & energía la p e n e tró / en a san a de 6ta recepción. D ijim os p o r qué se h a de hacer lo ya hecho? Alien dijo: “Y our clean sonnets? “ I kiss you on y o u r fa t c h e e k .. . / Goodbye, “ I'm going to PucalJpa “ to have V isions. Y d ijo M artín Adán — el de los gruesos cachetes: " . . . todo es tra g e d ia . . . la flo r en la m aceta, “la luz donde no está, la m ano todavía, “y este cu e rp o que crece y m uere de su día, “y este ir i v e n ir sin q u e re r del p o e ta ...

“ ¡E ra un m u ch ach o ebrio, con su to d o y su n a d a !" Era un muchacho ebrio: Alien cfS an Ju a n o cu alq u iera de é sto s —m uchachos que huyen de los reflecto res de la red a d a : "... de e s ta tu ra e n tre m ediana y pequeña; el ro stro “ de color trigueño; flaco, p ero bien p ro p o rcio n ad o " & lib res com o son lib re s los vuelos de la im aginación je a n s african looks el

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a m o r com o un sueño con an fetam inas Odile o F rederic o H élene o M arianne o N annerl u n a trib u e rra n te en las a u to p istas M A C H U P IC C H U flu jo de m agnetism o: Ah, u n coño tem bloroso in sta n te de la lengua inmóvil pálidos los m úsculos elásticos ¡Oh llam a de a m o r viva m is m aires ¿eb rio s o villanos? no puedo definir el ocio creador: yo fui el expulsado & eso basta: ¿ p o r qué ha de hacerse lo ya hecho? la belleza no e n g ra sa las carnes de nadie / exige delicadeza el c a m in ar con u n a vulva e n tre los dedos serpientes & m edianoche: p a la b ra de U ngará.

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1 .4. & n ad ie jam ás fue acariciad o com o yo soy acariciad o ah o ra e n tre el ojo del olm o & el lecho de N annerl C anciones del a lm a en la ín tim a com unicación de a m o r con Dios. O pus I I I (LLAMA DE AMOR VIVA, 1): el venerable saboreó su p a isa je predilecto del p araíso & d ijo “ ¡Oh llam a de a m o r viva ¡Oh N annerl de o jo s fresca que tiernam ente h ieres & dulcem ente in q u ieta de m i alm a en el m ás p ro fu n d o centro! de tu lécho en el m ás rico espasm o! Pues ya no eres esquiva, po r eso te m e quedas, a c ab a ya siquieres, h a s algo ya siquiera, ro m p e la tela d este dulce encuentro/* Toca el laú d p o r este d u ro cuerpo. “ ¡Oh m ano blanda! ¡Oh toque delicado, que a vida e te rn a sabe!" & a c a n d o r tan delicado te asem ejas com o toque fresco de tu s labios sobre la flo r de m i p. en carn ad a y d u ra. ¡Oh dulce N annei* de pechos acariciados com o luna o noche o brasas! & dulce N annerl g iró sus ojos u n a vez m ás giró sus m uslos & esa leve espalda suave com o a lm e n d ra en flor: dulce p rad era donde p astan León & Buey: el e sta d o de excepción. 25 «

m i caricia quedó e stam p ad a en m árm ol ro sa / u n a h isto ria so b re la h isto ria de su cutis: out-history d ijim o s no & giró len tam en te hacia la p resencia de serp ien te in o p eran te p a la b ra detenida sobre la p a la b ra de la noche O rfeo ha de d o rm ir com o se duerm e m i gran lanza ro ca & g ranito en H im eneo o en m eneo de los m uslos e n tre los m uslos fluorescentes: aq u e sta N annerl & su caricia que no n o m b ran las E stad ísticas del año.

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I. 5. Aquí he desbrozado tu sonrisa & do rm í aquí b a jo el perfum e del jazm ín m es de la m o ra: desplacé m i lengua sobre u n a estancia de lo inm anente Canciones e n tre el a lm a y el E sposo. O pus II (CANTICO ESPIRITUAL, esposo, 1): "¿A dónde te escondiste, A m ado, y m e d e ja ste con gem ido?1' Allí, lindura, allí he perm anecido com o ardilla e n tre ram a & ram a m ecido com o u n pino b a jo el viento. ''C om o el ciervo hu iste, habiéndom e h erido; salí tra s ti clam ando, y era s id o /' Y e ra ido en verdad: u n a m asa de o jo s idos. E ra u n loco e n c arn a d o en su intan g ib ilid ad u n a p aran o id e — el g u ita rre ro de. Y sin em bargo, S eñ o ra, ¿dónde creyó vos qu e estab a yo? E sposa, 3:

"B uscando m is am ores, iré p o r estos bosques y riberas, ni cojeré las flores, ni tem eré las fieras, y p a s a ré los fuertes y fro n te ra s." 27 i

E ran las 12 cuando las 12 daban a mi oído & todos los cuerdos ron ron ron esos cuerdos ro n cab an m ás fuerte que un cam ión con carga pesada & N annerl can can can ya e stab a e sta N annerl can can can can tan d o canción ca n ta n d o canción N annerl era mi lib ertad de ro d a r en la esfera im precisa del alm a & volvíam os a c a m in ar m uy ju n to s al a lb a volvíam os a ro d a r com o un sol que se esfum a en el sueño com o una canción y un fósforo ard ien d o .

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1 .6. 3 a.m.: hubim os de e s tre lla r n u e stra m ochila so b re aqueste p é ta lo p a rd o de la hora Canciones del a lm a q u e se goza de h a b e r llegado al a lto estado de la perfección, que es la unión con Dios, p o r el cam ino de la negación e sp iritu a l. O pus I (NOCHE OSCURA, 1): los cuerpos se ju n ta ro n com o un trazo tan p reciso u n a p in tu ra un ritm o y la distrib u ció n p e rfe c ta fo rm alid ad exacta: la ecuación & la belleza: y un color com o de lila a rra n c a d a del crepúsculo: " E n u n a noche o sc u ra / con ansias de am ores inflam ada, ¡Oh dichosa ventura! salí sin ser n o tad a, / e stan d o ya m i casa sosegada." ¡Oh! de am ores voy dichoso y e n tre am ores tú —m i dulce h u rí ta n dulcem ente llegan tu s cabellos cu b ierto s de rocío: ecuación de la belleza: ni casta ni p u ra ni b lin d a d a : o tra es la arm onía com o o tro s son los dioses de su m ente el a m a n te m enos casto m enos pu ro no conoce pureza ni castid ad m ayor que. el no se r casto ni ser puro. 29

I. 7. E S P A C I O D E L U Z : cuadro de la in tem p o ralid ad

NANNERL: R N • 0 A S M N 00 N R 1T N I A N 0 N F J A O E N M T A A E N N S A

U R M T 0 UNA A I A D B L A DA A M T 0 L A D A R A R 0 A D A I D A M A 0 A R 0 A I M A 0 A R

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DOBLADA POR EL PESO DE UN NU ED O S E P LE ROP ADALBOD OLLEB N O I R R O G ED E R B M A T S E ROMA LED( A) S E N O Z A R O C SOL 30

J. 8. & Alien se fue com o (se fueron) todos: Telém aco & todos / p a rtie ro n tras la. N annerl volvió a p o s a r ante mi cám ara: COÑOSILVESTREORQUIDEA&LUZ im agen lánguida b a jo el ciprés P andora m e a p la s ta co n tra su languidez & T annháuser aú n la con tem p la en la noche la arga / a m en en / tee: m es de am or / m es de im plosión: Ju a n de la*Cruz Yu tao k ’o: p a ra venir a saberlo todo, no q u i e r o sa b e r algo en n ad a p a ra venir donde tú e stá s debo e sta r donde yo estoy a sí es com o ha de tra n s m u ta rs e la p a la b ra: sin o tra luz & guía, sino la que en el corazón ardía.

LECTURA

AUNQUE RADIAL ALEGORICA NORMAN O. BROWN (cf. El cuerpo del am or)

DE

II. I. Cannabis Indica: una estudiante posa ante Velázquez C ualquier cantidad de h erm o su ra pude h a lla r en este vuelo. 2 ojos abriéndose com o 2 m uslos b a jo la b a ta tra sp a re n te ( 2 x 2 ) : y la doncella del poem a: tan delgada / tan suave tan de tan (fresca) h erm o sam en te in cierta o el asom bro y la so n risa c ap tad a p o r el lente de algún p in to r ren acen tista a m ediodía: en tre las 12 & los cam pos de am apola — en tre la luz los floripondios: ella venía o iba hacia la fuente • venía con la m irad a in q u ieta y la blusa in flad a b ajo este ciclo de ho jas frescas: nadie la m irab a p o rq u e nadie aquí pud o darse cuenta de su paseo p o r el m undo ninguna profecía la esp erab a (los Cantares no hablan del am o r b a jo los tra ile rs ) y ningún perió d ico lanzó la no ticia al teletipo: la ceguera reinaba en las visiones de los h o m b re s del país (p aís de ciegos y la v ista oscura / p aís de sordos: no hay razón) ♦ ella do rm ía sobre las yerbas de m i re tin a y sus m uslos olían com o una p ra d e ra de anfetam inas . (2 x 2): 2 ojos posados com o 2 m uslos e n tre sus m uslos la so n risa / el fósforo / las lilas: el bodegón se fizo. II.1.2. Una estudiante = Nannerl (objeto erótico primario del Aedo).

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Aedo = tú/yo/él (la cualidad personal singular que el lector no-baudelariano/no-eliotiano quiera darle, ¿sí?). Aedo = también es el lector, lo repito. Cannabis Sativa: refiere la distorsión visual del objeto me­ diante una lente que no es externa sino química, mezclándose, adentro, entre los pastos oscuros de la memoria. Ella (la lente convexa y/o también el objeto erótico = transmutación de Nannerl en panículos alquímicas del alma) es fotografiada desde án­ gulos obtusos por Velásquez oblicuamente capturada entre una multitud ella cuyo rostro ha sido diseñado con retoques cosmetológicos a lo Twiggy. Velásquez = Aedo o el Velásquez cifrado por Foucault. Un prim er plano logrado frente a un pecho me­ dio escurrido de la blusa o esta lindura de mujer escojida in­ clinó su cuerpo hacia adelante, muslos delgados & piernas largas, terciopelo rosado entre los muslos, su juntura que lamo, rodillas levemente dobladas —& brazos estirados (sus) se apoyan contra el borde redondo de una butaca rojo granate aterciopelado formando con su cuerpo un ángulo entre recto & agudo, mirando hacia ade­ lante a los ojos del pintor, a sus pinceles o a la cámara, pero con ojos (ella) levemente entornados para arriba: la bolsa blanquísima de la pupila recorrida por finísimas mallas cobre púrpura, inyec­ tados, mira adelante a los ojos del Aedo (reflejado en un enorme espejo cóncavo con retorcidos marcos en pastel de oro —solo eso ella puede ver) porque Aedo cabalga sobre sus nalgas, la espada en punta haciéndola sangrar, gemidos, cosas así. & Aedo la unta suavemente de una pomada que la publicidad (periódicos) asegura infalible contra las flores almorránicas. El no enfoca la bolsa de los ojos sino las bolsas de los pechos (duros, pequeños, dulces, opalescentemente insinuados) / la yerba actúa sobre los dos: pin­ tor & partenaire, drogados, arrechos, cuerpos enlazados a través de la función social de cada uno (fotógrafo/modelo) trabajando como una pirinola girando (los dos: fuerza im pulsora/pirinola) sobre el espacio intraducibie de la tropología incandescente: Dulce máquina en flor arrojando serpientes doradas sobre mi sueño te veo pantera de ojos violetas que he vaciado con un trozo de lata tu pubis oscuro como el oscuro m ar de tu cuerpo gotas de luz hendiendo la noche & colocar mi armonía contra la sal de tus labios ángel que brota entre lagos de azufre tu belleza nos cubre de un brillo azulado

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& mis labios se adhieren a tu llaga sexual hermoso reptil engullendo ferozmente mi cuerpo — & un sonido de flauta guía el místico arrebato de faunos montando motocicletas que vuelan degollando difusas cucardas te quiero te dije al oído desatando el horror de vivir o m orir tu dulce cuerpo dormido sobre un pétalo oscuro. II.1.3. La imagen (2 x 2) prolonga (o m ejor : prologa / un pre­ ludio) el último movimiento: Síntesis-IV , del presente texto / cuando dice : “2 ojos abriéndose como un muslo bajo la bata transparente", no habla metafóricamente o lo hace a pesar de eso —su asunto es la relación turbiamente matemática de los signos: 3er. espacio abierto bajo el símbolo, ni la doncella, ni el amante, ni el pintor (o eso es la convención a que el Aedo se ve sometido por ahora / su sueño: escritura puramente caligrá­ fica, caligrafía psicòtica, dibujos inflorescentes de la vulva —por­ que soy un vaginófago, todo lo que signifique contacto en la rela­ ción Boca/Culo) : un cuerpo de luz —& sin embargo ni “un”, ni "cuerpo", ni "de", ni "luz", sino el invisible fluido que se desliza como un tigre sigilosamente fluye deslizándose entre los corpus dispersos de la página, sin tocar a ninguno, pero religándolos con algo de por sí indecible (cf. Dante) : el espesor de una transpa­ rencia, la fragilidad de una multitud. Se quiere decir que la ima­ gen ( 2 x 2 ) (también : "2 ojos posados como 2 muslos entre sus muslos”) es una señal intermitente pero fija & transparente del concepto 2 / & la imagen (2 x 2) indica una fisión que puede ser fugaz o no entre dos signos-tipo (en este caso : "ojos" = 2, & 2 = "muslos" / así : 2 x 2 = ojos (del) muslo, quedando el lector en libertad de construir el verso —y el poema— a su imagen y semejanza : la presencia divina el lector mismo, su posibilidad de ser Dios o Satán / el Aedo lo construyó así —dándole una tin­ tura particular— : "2 ojos abriéndose como 2 muslos bajo la bata transparente", ergo : "2 ojos posados como ^ muslos entre sus muslos"), los dos signos-tipo se insertan (ensartan) en una cópula analógica hasta que brote otra significancia —o resolución que es una negación, y eso es también una demostración de lo preca­ rio del azar (Oh! Mallarmé). Sobre la ecuación del (2 x 2), el lector debe ensamblar su confección textual m etafòrica/m etoni­ mica, si lo quisiera como es su deber (esquizofrenizar su visualización de lo real) según los signos que se le entregan en Síntesis IV : esa posibilidad concreta de ejercer la extrema libertad de su imaginación, también la imaginación extrema de su libertad.

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JI.2. E S P A C I O D E L U Z : aplicación de K andinsky. A: Sobre el punto.

E jja ij

cuerpo

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I I .2.1 Indica al objeto visto verticalmente desde arriba (en vuelo), o al objeto visto arriba perpendicularmente desde abajo —un pun­ to que se aleja en la pam pa helada de tu sueño, o cada vez más cerca (no lo sabes: hom bre/andrógino/m ujer/herm afrodita): un cero embudo, un aro, una argolla, un 0 - 0 (anteojo), un 0 ( j ) 0 / la ¡Oh! pues de una sorprendida boca carnosa abriéndose a lo Marylin, también la O un sexo latiendo maníacamente bajo el calzoncito ajustado, o la O un ano circunvalado de violetas, la forma tumescente de tus pechos, tus ojos abiertos, el hoyuelo cargado de luz de tu ombligo : /figuras que yo fui transcribiendo con un lápiz de labios so­ bre el tam bor de tu vientre en la demencia de nuestras noches en blanco /entre el espacio impreciso de la tropología angustiosa lla­ meando como el rabiar heladísimo de quien sonámbulo no puede contener su deseo de copular con la 3 veces divorciada pálida y llorosa en un lecho de harapos hasta romper los somieres /& soñando contemplar largamente el rubor destrozado de un cuerpo desnudo en un paraje sangriento /de un festín con muchachas de senos hermosos drogadas y leprosas hablando de un lugar llamado PAX /un lugar muy oscuro y pesado como la boca de un tigre en­ gulléndose un muslo al que le cuelgan las venas doradas las arti­ culaciones violetas mezclados a los hilos amarillos de una trusa /m anchada en su púrpura con gotas del vidrio precioso ad­ heridos a la lepra del coito en un cáliz tallado en calavera de mono /sobre la tibieza de un vientre latiendo como un corazón agitado flotando en un frasco de alcohol disolvente /entre pedazos de niebla ahogándonos en un mar mentolado con begonias que huelen a esperm a podrido amasado al sudor de los pubis /& glorias rosadas en la densidad de un vacío que nos tensionaba a la nota afinada de un piano de cola con una áspid sa­ cando la lengua entre las teclas de mármol /rata s rosadas de ojos esmeralda como el barniz de una ba­ ñera conteniendo el alegre chapuceo de un cuerpo que se hace el amor /sin la debida com postura enjabonado al verde salivazo de una salamanqueja cuya lengua expurga los bichos de un sexo latiendo maníacamente bajo el calzoncito ajustado: /chirimachas (orden hem ípteros) de costra rocosa engorda­ das con incesantes raciones de sangre, /largas ninfas anofeles (o. dípteros) incubándose en las fer­ mentaciones mentruales de las máquinas vírgenes,

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/escolopendras gigantes (phylum artro p o s-o . clase quilópodos) marchan erguidas hacia las trompas de Falopio, /blandas sérpulas (ph. anélidos - o. politiquetos) construyen laberintos sobre los suaves labios internos del embudo absorviendo el moco seminal, /culebreantes sanguijuelas (ph. a. clase hirudineos) con la hinchada ventosa chupando restos de libido liquefactado, /oscuras lombrices de tierra (ph.a. - c. escifozoarios) de piel escoriada bogando en el cauce enmielado, /desmesuradas amebas (ph. protozoarios - o. ameboides) con hipodérmicas erectas inyectando gotas luminoscentes sobre las olas oscuras, /helechos de trypanosoma gambiense (ph. p - c. flagelados) floreando en sueños que se hunden bajo los arcanos obsesivos de la divinidad incontinente, /paranoicos paramecios (ph. p. - c. diados) carcomiendo los dulces membranosos pólipos del placer, /inmensísimas hordas bajo el comando del arador de la sarna (c. arácnidos - o. ácaros) asolan los radiantes jardines exteriores pubianos, /garrapatas (c.a. - o.a) agrietan la fría piedra del cuello uterino, /circunspectos alacranes (c.a. - c. escorpiónidos) mueven len­ tamente sus finos quelípseros esperando el instante supremo, /la araña plateada de los jardines (c.a. - o. escorpiónidos) tejiendo su maravilloso tapiz persa entre los enmarañados mon­ tes del goce, /tribus de tarántulas (c.a. - a.o.) se lanzan a través de la noche en busca de la carne retórica a la que se quiere inocular el goce escatológico de un veneno dulcísimo, /la disposición de un manojo de luciérnagas (c. insectos - o. coleópteros) en una arquitectura convexa asegura una ilumina­ ción continuada al conducto lustroso, /una arlequín (c.i. - o.c.) con vestimentas de alegre comparsa enciende su antena captando la señal compulsiva llegada por un sistema eléctrico instalado bajo la superficie de las mucosas, /la mariposa de asclepias (c.i. - o. lepidópteros) depositando una oruga tan suave como un beso fugaz en la noche, /una red invisible tejida por hormigueantes ladillas (c.i. - o. anopluros) formando una costra de plata en tom o del límite donde empiezan las zonas ultrasensibles del desfallecimiento femenino, /sapos (c.a. - o. anururos) que sacan la cabeza curiosísimos por entre la estrecha abertura sinfónica jazzística, /larvas de hormiga león (c.i. - o. neurópteros) escarbando

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pacientemente entre tinieblas que bajan de los ovarios: /son los bichos el am or pasiones oscuras la risotada que te­ mes (yo diciendo: “si tú eres del todo cuerdo; te falta de talento justam ente lo que yo tengo de locura" cf. Timón de Atenas, Act. II, esc. 2, Shakespeare) /radiantes deseos tu vida latente el festín de la rabia el festín de tu cuerpo el festín de tu concha /el am or deslumbrante tu cuerpo en mi sueño tu sueño en los m ares mi sueño en tu m ar el m ar de tu cuerpo el rum or de la lluvia /la flor de tus labios (Charo) manchados en rouge o tus la­ bios hediendo a licor el sabor de tu cuerpo (Irm a) a medianoche en una azotea /o tus senos profundos (Elsi) entre mariposas borrachas las flores brotando en tus ojos callados (Sonja) /te dije Je t ’aime (Anniek) entre una m ultitud de muchachas tu cam inar elegante tus brazos rodeando mi cuello (Cynthia) /repartías volantes secretos oscuros palabras palabras pala­ bras (M aritza) o soñabas con el amor apacible (Ruth) tus manos cojiendo para siempre las manijas de un colectivo /un llanto aplastado por una multitud caminando de prisa cantabas de noche (Cira) frente al mar desplegando su juego de naipes a tus pies /o tu cuerpo dorado (Marianne) durmiendo desnuda en un lecho con drogadictos hambrientos un sueño rodando en la plas­ ticidad del crepúsculo /tu s cabellos espesos tu mirada estallando (Lita) en partículas tristes tus amplias caderas (Margarita) rodando entre los par­ ques de inteligencia salvaje /el farol en la niebla los ojos miran cosas que nadie ve las pesadillas eléctricas la opacidad del recuerdo /tu s hombros que muerdo tus piernas metidas entre mis piernas mis dedos perdidos en tus cabellos acariciándote el cráneo nadie comprende /Miles Davis en la grabadora mis dedos crujiendo llevando el compás de tus caderas en growlling ondulando ^ a jo mi cuerpo /todo era lindo el sabor de tu vientre - & mi lengua escarbando impetuosamente serena encima de un plástico brote de cartuchos y azucenas entre coágulos de luz deslumbrando en el tostado sabor del espasmo temblor de una muchacha al sentir una mano posándose como un cervatillo dorado te lame la fresca juntura del muslo olor de cerezos mi rostro dormido sobre esa leve hinchazón donde brotan dispersos los dulces cabellos del pubis.

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II. 3. Con una flor románica —ella sigue posando ante Velásquez Voy a escrib ir algo que tú p u ed as g u a rd a r b a jo tu alm ohada así * com o a veces g u a rd a s m i ro stro encim a de tu vientre —dulce N annerl algo de tan p arecid o a tí cuando la noche no es m ás bulliciosa que tu cuerpo e n tre los pinos sin h o jas de la u rb e o cierta doncella estirán d o se com o el leve ru m o r de las ab e ja s / los go rrio n es o el lenguaje / y los jazm ines de tu pelo: tan delgada / tan suave tan de tan (fre sc a ) herm o sam en te incierta ella dorm íase con ta n * de tan dulce fre sc o r m uy dulcem ente com o do rm íase la-hurí-ta en el cantabile de P urcell a m edianoche e n tre la palidez de lu n a y estas sábanas de seda e sta m p ad a en flo r ro m án tica II. 3.1. De cómo un cierto instante del lance del cortés am or, los dos sobre la espesa alfom bra de la sala, desnudos, como dos gatos a cuatro patas, uno frente al otro, mirándose a los ojos gimen, ronronean, fieros combatientes que estudian el campo de batalla. Campos de batalla: en lo alto no cuelga un sol azulado sino la her­ mosa araña de cristal que los alumbra, las colinas que habrán de guardarlos del enemigo no son imágenes de acrílico sino sofás, puffs, sillones de terciopelo, no crecen yerbas amarillas en el campo sino flores de loza sobre la mesa, no es violento el viento sino suave el aire acondicionado que los envuelve, no habrán cargas

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de caballería sino cargas de infantería: cuerpo a cuerpo es la ley de la batalla, espadas sangrantes y escudos imantados son objetos convertidos en sujetos, no habrá belleza sino patencia, no existen gradaciones militares sino soldados ejerciendo un re­ conocimiento de su campo, las armas químicas (expansionadoras de la conciencia) serán usadas, el choque frontal de los ejér­ citos será llamado Coitus —que (aunque antes habrán algunas escaramuzas) será recodificado en “Síndrome del orgasmo". Música de fondo: una mezcla a todo full de fragmentos de Purcell, Novena Sinfoníá, canciones amorosas de Marie-Claire Pichaud, Cagc, Ellington, Stockhausen, música barroca, Boulez, Joan Baez, Piaf, Simón & Garfunkel, Coleman, "ansiedad" por Nat King Colé, Bob Dylan, Bach, Chavela Vargas, Tchaikovsky, María Bethania, etc. 11.3.2 No que ciertamente no estén ejerciendo esa develación tan requerida: cuando él traza con la fugacidad del vuelo de su dedo una summa de signos retorcidos encima de su vientre (cf. "figuras que yo fui transcribiendo con un lápiz de labios sobre el tam bor de tu vientre en la demencia de nuestras noches en blanco"): los 2 riéndose contentamente, el gozo, el arrebato (un desplomarse del vuelo que los sostiene, un vacío cargado por el sentido clausurado —pero descubierto como están los cuerpos al deslizarse bajo el lecho: lindo silencio engastado en el jazm ín ): siendo los 2 un haz de sutilezas con el Tacto : briosas texturas de la piel, músculos elásticos, suavidad en los cabellos, hermosura de un momento que no cesa, contentamente, muy arrebatadam en­ te, riendo, gozosamente: & Nannerl (la Escogida) que hurga len­ tamente / lentamente hurga & hurgando lentam ente en len / lenta­ mente hurgando en el asombro: el reasimiento desasido / hurgan­ do en el asombro / fiestas del cuerpo estallan en la urbe / lenta­ mente hurga & hurgando lentamente en len / no hay más gozo que el ver transm utarse en flor el aliento de unos labios al acer­ carse al otro / lentamente hurgando en el asom bro / trompetas de triunfo resuenan con aires fantásticos en el apartam ento / len­ tamente hurgando en el asombro / los autos velozmente marchan en retroceso por avenidas de neón / lentamente hurga & hurgando lentamente en len / los teléfonos anuncian una primavera perma­ nente / lentamente hurgando en el asombro / m ares de cerveza en las tabernas celebran la destrucción de las ideologías / lenta­ mente hurgando en el asombro //años del éxodo a llanuras con frescos manantiales / lentamente hurga & hurgando lentamente en len / las fábricas no producen más objetos de consumo sino orgasmos (orgones) azulados / lentamente hurgando en el asom­ bro/em igración hacia bosques perdidos en lo más profundo del

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inconciente / lentamente hurgando en el aso m b ro /las ciudades no son más un campo de concentración con horarios fijos / lenta­ mente hurga & hurgando lentamente en len / inmensas flores trans­ parentes brotan de las paredes de los edificios / lentamente hur­ gando en el asombro / palabras como “castidad", “matrimonio", “moral", “dinero", “trabajo", “decencia", “familia", “honor", em­ piezan a borrarse del léxico de los pueblos, y otras empiezan a revalorizarse / lentamente hurgando en el asombro / las fronteras han desaparecido y no hay policía de tránsito / lentamente hurga & hurgando lentamente en le n /e n vez de claxon se tocan melo­ días barrocas / lentamente hurgando en el asombro / nadie será perseguido si no es para prodigarle con olas de caricias / lentamen­ te hurgando en el asom bro / no hay “autoridad" sino herm andad / lentamente hurga & hurgando lentamente en len / los obreros han tomado el control de sus propias fábricas y no reciben órdenes de nadie / lentamente hurgando en el asombro / no producen los obre­ ros sino bellos sueños que todos aplican a sus comunas / lentamente hurgando en el asom bro / los semáforos dejaron de funcionar hace mucho tiempo / lentamente hurga & hurgando lentamente en le n /e n los aeropuertos aterrizan naves venusinas con m ujeres de linda piel verdosa y los ojos amarillos / lentamente hurgando en el aso m b ro /n o hay una lengua oficial sino una inmensidad de idiolectos / lentamente hurgando en el asombro / es feliz aquel que deja ser feliz a otro / lentamente hurga & hurgando lentamen­ te en len / la palabra “orgía" es el máximo valor de la comuna / lentamente hurgando en el asombro / no existe otra economía que no conduzca al orgasmo / lentamente hurgando en el asom­ bro / un cuerpo no es bello si no ha renunciado al trabajo / lenta­ mente hurga & hurgando lentamente en len / alcanzar un cuerpo de mayor capacidad orgástica es el supremo fin de los habitantes armónicos / lentamente hurgando en el asombro / alcanzar un cuerpo de mayor capacidad orgástica tienen por objeto los habi­ tantes armónicos / lentamente hurgando en el asombro = com­ bate sexual, el Tacto se expresa como un escorpión que inocula su jazmín pegajoso, que inocula, es decir: reactiva los contenidos más substanciosos de la sensibilidad inmanentista, no un cambio de lugar sino el lugar en cambio de la misma. II. 3.3 Síndrome del orgasmo: & sobre el campo de batalla, des­ pués del combate, no quedará piedra sobre piedra —& donde los cuerpos se acoplaron no volverá a brotar yerba alguna, es decir: floreros, lámparas, sábaanas, sofás, quedarán totalmente destruidos porque la pasión no existe fuera de sí misma, y no respeta nada, nada, nada.

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II. 4. E S P A C I O B:

D E L U Z : aplicación de Kandinsky.

Sobre la línea. IB.

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I I .4.1 La imagen en cuña: dos rectas coincidiendo en un punto tal como L /& tal vez se continúa opuestamente (formación de ángulos opuestos) (opuestos por el vértice) : desde un espacio total (concepto abstracto) (¿lo inexistente alienado?: lectura de Politzer por Althusser) parten las proyecciones radiales hacia el punto de convergencia —dos imágenes opuestas (& las mismas) separadas por un m ar en calma (horizonte) : cielo/tierra, aden­ tro/afuera, perpectividad/lateralidad = m ateria/antim ateria, los dos orígenes (N /N ’) pulsando en su propio espacio (singular) (espacio = doce sonidos, cf. Kandinsky, cf. Schónbcrg) / N = negación, N’ = negación, contestándose: imagen / espejo (N = Narciso), negación de la negación, negro sobre neegro sobre negro, blanco sobre blanco sobre blanco, el sol en tus ojos, los ojos del sol, el sol de los ojos calcinando introyectadamente la piel de tu (mi) sueño, no llanto, no risa: una emoción allí contenida justa­ mente en el límite sin soltarla sin poder reprimirla (ni restrinjirla) —la relojería detenida en un instante que no es detenible, no es detenible, no es detenible, fijado a eso te respondo como una corola con forma de hombre, cien flores sobre mi mente, y no poder decir sí, no poder decir no, la vida se me quiebra entre los dedos (la incapacidad de sostener una copa de champagne alzada celebrando sabe Dios qué cosa) —digo NannerI & no he pronunciado sino un bloque de sonidos girando en una órbita ina­ sible, te me quiebras o me quiebro: sonidos cuyo sentido son tarántulas que rotan en tom o de mi phallus, evitar la castración, no me castres, no mutiles mi poder no te comas mi ciítoris exter­ no, jOh! no prosigas, no, no me (lo) destrozes (& el sudor en su frente, el pulso agitado, los labios resecos, escalofrío en su piel: esa prim era persona masculina del texto tiembla en su lecho, víc­ tima de un fantasm a que lo visita cíclicamente los días impares del verano siempre a las 4 a.m.), no, no, noooooü! (& hace intentos por disolverse en un llanto pero ese llanto no se produce —gargan­ ta de afásico que no produce sino ronquidos desesperados, Oh lector se te invita a recrearte en ese espectáculo, llorando ese tipo ¿no dan ganas de reírse? / phallus que traza un ideograma en tu rostro —& es indescifrable esa imagen que ocultas (tú, Aedo, tú) soñando: un animal unicornio descascarándose infinita­ mente en las gradas de piedra sumergidas en un pantano luminoscente, y no llegas al final (no puedes llegar al final a la inter­ pretación intangible), tampoco le encuentras un por qué (el sen­ tido no puedes hallarlo tampoco tiene un sentido) —& no sé si NannerI es la proyección gráfica del "yo” (o del *'no-yo” eso que es infotografiable), o si al depositar mis labios sobre sus labios ¿estaré depositando mis labios sobre un espejo profundo devol­ viéndome una imagen distorsionada de mí? ¿estoy alucinando una sombra que se desprende de mi cuerpo al situarse la luz casi to-

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r cando el dorado horizonte del m ar opuestamente a la forma alar­ gada —culebra que mis ojos captan amando ese fantasma? —solo sé que eres tú (Nannerl o lo que sea), mi amor te lo arrojo como una bofetada en el rostro, como una bofetada en el rostro, como una bofetada en el rostro, mi peso te aplasta con una pura dulzura en las sábanas mojadas de ácido sulfúrico, torturándote (brutal­ mente) con infinita ternura, la emoción de poseer un cuerpo cuyo amor significa liquidación de ese cuerpo, el encanto de reventar el violeta ovalado (tus ojos) con un finísimo alfiler de platino, ha­ cer de tu cuerpo quien te ama, locura es la flor de tu cuerpo, o tu virginidad llena de una flora matemática y extraña, tu concha latiendo latiendo latiendo en mis manos, tu concha tu concha perfumando mi cuerpo, tu flor que me piensa en la cópula (no hay otro modo de pensar la existencia) —& así me gobiernas, me entregas tu cuerpo & mi lengua dispara estructuras verbales, mi lengua se une a tu lengua coincidiendo en un punto tal como L, preciosa, te digo al oído, siento que no tiene sentido no permanecer dorm itando en el calor de tu cuerpo.

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un cielo empapelado con imágenes de ángeles tocando las trom ­ petas de la desrcalización. Una chaqueta de terciopelo verde oli­ vo. El suave deslizar felino de unos botines aperillados, un aire de suave contorneo en las caderas: haces de luz negra lo cruzan yuxtapuestamente —y donde sus botines se han posado vuelven a brotar las violetas: el taconeo se mezcla, monocordc, con las pisadas de las parejas que bailan, y estas con el sonido de la or­ questa ya lejana, en un deseo (inconciente) de no ser más los ángeles tocando las trompetas de la desrealización. Una chaqueta de terciopelo verde olivo. Bamboleo nervioso, largo, de las pier­ nas enfundadas en el jeans gastado. El suave deslizar felino de unos botines aperillados, un aire de suave contorneo en las cade­ ras: haces de luz negra lo cruzan yuxtapuestamente —y donde sus botines se han posado vuelven a brotar las violetas: el taconeo se mezcla, monocorde, con las pisadas de las parejas que bailan, y estas con el sonido de la orquesta ya lejana, en un deseo (in­ conciente) de no ser más los ángeles tocando las trom petas de la desrealización. Un débil farol lanza al espacio su masa ígnea en extinción. Esa luminosidad hace aún más palpable todo este macizo de sombras que lanzan con la levedad de los movimientos de la cortina de semillas rojas unidas en sus extremos por largos hilos que cuelgan de la entrada. Un cuerpo transpone esa muralla cuyo soporte no es el ajedrez de lozas enceradas sino las argollas de un cielo empapelado con imágenes de ángeles tocando las trompetas de la desrealización. Bamboleo nervioso, largo, de las piernas enfundadas en el jeans gastado. Una chaqueta de tercio­ pelo verde olivo. Nannerl guarda el espejo en su carterita de cuero repujado con dibujos de auquénidos e incas emergiendo de la espuma del lago titikaka mientras levanta sus párpados, leve­ mente, cansadamente, entregándole el profundo violeta de sus ojos, en una especie de saludo que es su saludo más efusivo. El aire acondicionado de la boite sufre de ambivalencia hamletian^: no semeja ni el prim er día de otoño, ni el último día de verano: el aire acondicionado es el aire neutro de la noche en que los cuerpos habrán de conocerse. La orquesta cruje ya lejana, en el escenario a un costado —pero lejana para ellos. Bailan enlazados por los dedos, lentamente, saboreando el placer de excluirse (en el reducto de ese sótano) de la historia que no es sino la historia de los autos, oficinas, fábricas, ideologías. Un débil farol lanza al espacio su masa ígnea en extinción. Esa luminosidad hace aún más palpable todo este macizo de sombras que danzan con la levedad de los movimientos de la cortina de semillas rojas unidas en sus extremos por largos hilos que cuelgan de la entrada: el taconeo se mezcla, monocorde, con las pisadas de las parejas que bailan, y estas con el sonido de la orquesta ya lejana, en un de­

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seo (inconciente) de no ser más que ángeles tocando las trom ­ petas de la desrealización. Y el farol les revela con su incierta luminosidad un lugar oscuro sobre el costado izquierdo de la mesa. Esa luminosidad hace aún más palpable todo este macizo de sombras que danzan con la levedad de los movimientos de la cortina de semillas rojas unidas en sus extremos por largos hilos que cuelgan de la entrada. Un débil farol lanza al espacio su masa ígnea en extinción. El aire acondicionado de la boite sufre de ambivalencia hamletiana: no semeja ni el prim er día de otoño, ni el último día de verano: el aire acondicionado es el aire neutro de la noche en que los cuerpos habrán de conocerse. Un cuerpo transpone esa muralla cuyo soporte no es el ajedrez de lozas en­ ceradas sino las argollas de un ciclo empapelado con imágenes de ángeles tocando las trom petas de la desrealización. Bailan en­ lazados por los dedos, lentamente, saboreando el placer de ex­ cluirse (en el reducto de ese sótano) de la historia que no es sino la historia de los autos, oficinas, fábricas, ideologías: el ta­ coneo se mezcla, monocorde, con las pisadas de las parejas que bailan, y estas con el sonido de la orquesta ya lejana, en un deseo (inconciente) de no ser más que ángeles tocando las trompetas de la desrealización. La orquesta cruje ya lejana, en el escenario a un costado —pero lejana para ellos. Un débil farol lanza al espacio su masa ígnea en extinción: no semeja ni el prim er día de otoño, ni el último día de verano: el aire acondicionado de la boite sufre de ambivalencia hamletiana. Un débil farol lanza al espacio su masa ígnea en extinción: la orquesta cruje ya lejana, en el escenario a un costado —pero lejana para ellos: el taconeo se mezcla, monocorde, con las pisadas de las parejas que bailan, y éstas con el sonido de la orquesta ya lejana, en el escenario a un costado —pero lejana para ellos. Y el farol les revela con su incierta luminosidad un lugar oscuro sobre el costado de la mesa: el aire acondicionado es el aire neutro de la noche en que los cuerpos habrán de conocerse. I I . 5.2 Mañana a las 7 pm. en el Neptuno, dice. Ella, OK mi preceptor. ^

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III. 6. E S P A C I O B:

D E L U Z : aplicación de K andinsky

Sobre la línea. IA

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II. 7. Tan dulcemente inciertos: Nannerl descubre un paraíso. E ncendías u n a luz verde y dorada com o flujo de p a la b ra s b a jo sáb an as de seda e sta m p a d a en flor ro m á n ica y e ra (com o se r la superficie qu ietam en te en * vuelo de la flam a) esa im periosidad de n u e stro leve p e n s a r la belleza y el lu g a r donde esco ran las canciones las g u ita rra s / n u e stro s cabellos esparcidos en el lecho A B B A

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era : fue: era: fue: era: fue: era: fue: era: fue: era u n leve descender a la belleza & la bellez de aqu esta sen sualidad de n u e stra m en te em bellecida con la m entalidad de lo sensual.

II. 7.1 Quizá lo más valioso de una copulación no sea la copu­ lación per se: no el fin del acto (aunque la descarga de ener­ gía es fundamental —pero ¿qué es una descarga de energía?: no es el semen la energía, ni el shi, la energía se transm ite por una inmensa red subcutánea, y es mensurable la energía: un fluido vaporizado en sensaciones voluptuosas, una electricidad negra, una carga de láser biológico) sino los medios (gestuales) / ¿Quizá lo más valioso de una copulación no sea copulación per se: no el fin del acto sino los medios (gestuales)?: o la copulación per se no es sino un poderoso despliegue de gestualidad, en el campo de batalla / la paciente impaciencia que los conjura en el enredo: una develación (revelación) de la realidad subyacente del Paisaje de la Caricia, del Paisaje del Orgasmo, del Paisaje del Deleite —mi Tacto reptando sobre la cualidad de los cubos infinitos: la her­ mosa colina de un pecho deslumbrado por el sol, un muslo =

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extenso pétalo blanco lleno de reflejos verdidorados bajo el velo transparente, el cuadro de una nalga (prim er plano difuminado) recortada sobre un monte de colchas arrugadas: no mil coitus para acceder al Paraíso, no mil emisiones seminales / pero sí ("la conciencia no es un órgano de la naturaleza, sino de los pre­ juicios: venzámoslos y tendremos la conciencia de nuestros órde­ nes" cf. Sade). (La limitación de la libertad de la actividad física y de la crítica mediante la represión sexual, es una de las razones más im portantes del orden sexual burgués" cf. Reich) el Paraíso de Mil Caricias para ser accedido por la descarga orgástica: no la "fenomenología" de la conciencia, sino la expresión de una sintaxis libidinosa / liberar la oposición sujeto-objeto por ima permanencia de la gestualidad, bogar (dulcemente) en la su­ perficie de los cuerpos —se trata de (Oh! mon amour) : Sodomizar la escritura —es transgredir la teología de la representación (en la espacialidad semántica), es establecer la praxis metafísica de las perversiones (liquidación del referente), es dislocar todo sig­ nificante (incendio aunque tautológico neutro de la espacialidad v e rb a l)/e n cierto modo lo que ellos dicen: A: El amor es un cielo que cuelga del farol ¿Te parece? B: Desconfío de tu analogía. No es el amor: es la m uerte el cielo que cuelga del farol. A: El amor es un cielo que cuelga del farol ¿Te parece? El amor es un fluorescente neutro sobre el m ar ¿Te parece? B: Desconfío de tu analogía. No es el amor: es la muerte el cielo que cuelga del farol. No es el amor: es la emoción el fluores­ cente neutro sobre el mar. A: El amor es un cielo que cuelga del farol ¿Te parece? El am or es un fluorescente neutro sobre el m ar ¿Te parece? El am or es un florecimiento incandescente del sentido ¿Te parece? B: Desconfío de tu analogía. No es el amor: es la muerte el cielo que cuelga del farol. No es el am or: es la emoción el fluores­ cente neutro sobre el mar. No es el amor: es la pasión el flo­ recimiento Incandescente del sentido. [cf. DESPLIEGUE -II (fragmento)] Todo sentido figurado (espacio tropològico) exige una lectura literal —en el sentido literal de lo figurado, del modo como todo sentido (texto) (am or) literal exige más que una figuralidad de lo literal / una logística del geno-texto, en su sentido figurado: Sodomizar la escritura (sentido alegórico) (literalizar por tanto algunas secuencias que aunque han sido alienadas por el Pomó-

grafo conservan aún su naturalidad mitológica) —propone la pul­ verización sintáctica (su relación/revelación) = Imperativo Ca­ tegórico: ser accedido, acceder: transparenta los (dos primordia­ les) estados del ser, v.gr.: mi Escritura preferida (la Nannerl) —te hace, te deshace, te rehace. Una m ujer (escritura) oficiali­ zada es una prostituta (cf. Flora Tristán: "el matrimonio es una prostitución legalizada") estúpidamente reprimida, es decir: una frustrada de su condición orgástica, alienada toda (su) actividad ritual. El legalismo, la praxis hegeliana y capitalista son una colo­ nización (agresora) de un cuerpo por el valor supremo de la pro­ ducción real. Esta forma de la rutina implica desconocimiento de la imprescindibilidad del erotismo, del imperativo desbordante de la sexualidad —aquella vía directa de conocimiento y ale­ gría, su misticismo. Si esta clase de m ujer (conciencia burguesa) (burguesa por haber rechazado el goce del falo que desea), en un instante convergente de la proyección inmediata de una lucidez que, en su fragor analítico, se vuelca a impulsos gozosamente in­ versos accede a probar la sintaxis fulminante de los cuerpos (vuelto el armónico rostro a la pasión libertaria, en busca de su oscuro esplendor = fría imaginación en llamaradas) —la ruptura conceptual (anal) se operará como flor analógica color m atemá­ tico de crepúsculo super activo, revelada ella (la escritura) por su práctica erótica sobre la obstaculabilidad (mercado de cQnsumo) social. Sodomizar la escritura —es, pues, una torción del sentido que al torcerse se autoliquida, en sacrificio, para evitar caer en la economía de la persuación, es decir: en la manipula­ ción, para evitar su alienación económica.

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