Monografia de Desnutricion.rutt.R.C
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“AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DEL PERÚ”
UNIVERSIDAD PRIVADA DE HUANCAYO
ROOSEVELT
FACULTAD DE ENFERMERIA CATEDRA
: EPIDEMIOLOGIA
CATEDRÁTICO : M.C ISABEL CAMARGO CAMPOS TEMA
: DESNUTRICIÓN
AUTOR
: RIVERA CABRERA RUTT SOLEDAD
CICLO
: III
TURNO
: NOCTURNO
JULIO – 2011 PERÚ
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A mi Madre, mi entrañable amiga; por su amor y su confianza infinita. A todos aquellos que han creído en mi, por hacer posible este trabajo monográfico.
INTRODUCCION 2
La desnutrición es un trastorno causado por el hombre, quien al permitir el mantenimiento de un sistema social inadecuado favorece la existencia de individuos desnutridos, generación tras generación. Es evidente que los niños de familias de condición socioeconómica baja tienen pocas probabilidades de éxito en la escuela, considerando que sufren desnutrición y se encuentran en un medio social poco estimulante, ya que la formación del pensamiento, el desarrollo emocional y la capacidad de aprendizaje están estrechamente vinculados con el proceso de nutrición humana. Existen estudios que proporcionan evidencia de que el estado nutricional, sumado a otros factores y grado de estimulación social influye sobre el desarrollo mental del niño, debido a la diferente vulnerabilidad del sistema nervioso a distinta edad. El efecto de la desnutrición no sólo tiene impacto en el cerebro, sino en el sistema inmunológico y la actividad física. La desnutrición es una enfermedad solapada, de síntomas poco evidentes: el niño desnutrido no llama la atención del educador de una manera sobresaliente: es un niño mas pequeño que sus compañeros, dócil, tranquilo, y es “problemático” sólo en sentido negativo –es desatento, se duerme, falta demasiado, repite el grado. Distintas investigaciones han puesto en evidencia que la alimentación tiene interacción estrecha con prácticamente todas las áreas del desarrollo del ser humano. Los nutrientes ingeridos actúan antes del nacimiento sobre las células, tejidos y órganos, estableciendo límites de potencialidad de desarrollo.
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A esto se agrega la adaptación orgánica que permite sobrevivir al niño con carencias y la adaptación funcional, que reduce el gasto de materiales conjuntamente a una adaptación en el comportamiento individual y social. El ser humano puede modificar sustancialmente su propio ambiente, no sólo el físico sino también el mental y social. Un niño mal nutrido que vive privado de estímulos, deficientemente relacionado con su madre, padre y hermanos, con información escasa y, por lo tanto, baja capacidad para integrar respuestas, se retrasa en la acumulación de experiencias, por lo que después se le dificulta el aprendizaje y ejecución de las pruebas de capacidad intelectual. El niño desnutrido que sobrevive es un ser humano que ya aprendió a no comer, que está adaptado a las condiciones ecológicas inadecuadas, que tendrá en los años subsiguientes y que está más capacitado para sobrevivir a un medio hostil, rígido y pobre.
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INDICE Caratula.....................................................................................................I Dedicatoria................................................................................................II Introducción.............................................................................................III Índice.........................................................................................................IV CAPITULO I DESNUTRICIÓN MARCO TEORICO 1.1.
DEFINICION....................................................................................07 1.1.1. CAUSAS QUE PRODUCEN LA DESNUTRICIÓN.........08
1.2.
CUADROS CLINICOS....................................................................11 1.2.1. DESNUTRICIÓN DE PRIMER GRADO..........................12 1.2.2. DESNUTRICIÓN DE SEGUNDO GRADO.....................12 1.2.3. DESNUTRICIÓN DE TERCER GRADO.........................13
1.3.
FACTORES PARA LA PREVENCION DE LA DESNUTRICION.............................................................................15 1.3.1. FACTOR FAMILIAR........................................................15 1.3.2. FACTOR MÉDICO..........................................................16
1.4.
DESNUTRICION EN EL PERÚ......................................................17
1.5.
LOS EFECTOS...............................................................................18 1.5.1. EN LA SALUD.................................................................18 1.5.2. EN LA EDUCACIÓN........................................................18 1.5.3. EN LA PRODUCTIVIDAD...............................................18
CAPITULO II DESNUTRICIÓN MARCO CONCEPTUAL 2.1. CAUSAS.............................................................................................19 2.2. COSTOS.............................................................................................21 2.3. PROGRESOS.....................................................................................21 2.4. PROG. Y DESNUT. EN EL CARIBE Y AMERICA LATINA..............23
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CAPITULO III DESNUTRICIÓN MARCO HISTORICO 3.1. PRINCIPIO ETIMOLOGICO...............................................................24 3.2. SEGUNDA GUERRA MUNDIAL........................................................26 3.3. ERA ACTUAL......................................................................................31 CONCLUSIONES......................................................................................36 BIBLIOGRAFIA..........................................................................................37 ANEXOS....................................................................................................38 GLOSARIO................................................................................................39
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CAPITULO I DESNUTRICIÓN MARCO TEORICO 1.1.
DEFINICION La asimilación deficiente de alimentos por el organismo, conduce a un estado patológico de distintos grados de seriedad, de distintas manifestaciones clínicas, que se llama Desnutrición. El
término
terminología
Desnutrición, de
nuestro
ya
adoptado
Hospital,
definitivamente
ha
venido
a
en
la
simplificar
extraordinariamente, la confusión y variedad de nombres, que existían en las distintas escuelas de Pediatría y que se usaban para denominar padecimientos semejantes: las entidades clínicas llamadas Hipotrepsia,
Hipotrofia,
Distrofia,
Atrepsia,
Atrofia
de
Parrott,
Descomposición, Consunción, Malnutrición y otras más, son, sencillamente, distintos grados de un mismo padecimiento de etiología variada, que ahora denominamos genéricamente con el nombre de Desnutrición. La palabra desnutrición señala toda pérdida anormal de peso del organismo, desde la más ligera hasta la más grave, sin prejuzgar en sí, de lo avanzado del mal, pues igualmente se llama desnutrido a un niño que ha perdido el 15% de su peso, que al que ha perdido 60% o más, relacionando estos datos siempre al peso que le corresponde tener para una edad determinada, según las constantes conocidas. La 7
desnutrición puede ser un trastorno inicial único, con todo el variado cortejo sintomático de sus distintos grados o puede aparecer secundariamente
como
síndrome
injertado
a
lo
largo
de
padecimientos infecciosos o de otra índole y, entonces sus síntomas y manifestaciones son más localizados y precisos. La clasificación de los distintos grados de desnutrición ha sido objeto de terminología también distinta y a veces confusa y poco connotativa; nosotros seguimos la terminología simplista
que
iniciamos en el Hospital y que señala con bastante claridad, el estado que guarda un niño desnutrido en sus distintas etapas. Llamamos desnutrición de primer grado a toda pérdida de peso que no pase del 25% del peso que el paciente debería tener, para su edad; llamamos desnutrición de segundo grado cuando la pérdida de peso fluctúa entre el 25 y el 40%, y, finalmente llamamos desnutrición de tercer grado, a la pérdida de peso del organismo más allá del 40%. 1.1.1. CAUSAS QUE PRODUCEN LA DESNUTRICIÓN Se puede decir que el 90% de los estados de desnutrición en nuestro medio, son ocasionados por una sola y principal causa: la sub-alimentación del sujeto, bien sea por deficiencia en la calidad o por deficiencia en la cantidad de los alimentos consumidos. A su vez la sub-alimentación la determinan varios factores: alimentaciones pobres, miserables o faltas de higiene, o alimentaciones absurdas y disparatadas y faltas de técnica en la alimentación del niño. El 10% restante de las causas que producen la desnutrición lo encontramos causado por las infecciones
enterales
o
parenterales,
en
los
defectos
congénitos de los niños, en el nacimiento prematuro y en los
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débiles congénitos; por último, hay un sector que tiene como origen la estancia larga en hospitales o en instituciones cerradas, es decir, el hospitalismo. El hospitalismo es una entidad patológica indeterminada y misteriosa que altera profundamente el aprovechamiento normal de los alimentos y que se instala en el organismo de los niños hospitalizados por lago tiempo, a pesar de que están rodeados de todas las atenciones higiénicas y médicas y a pesar también, de que la alimentación a que están sometidas sea correcta desde todos los puntos de vista que se la considere. Es una especie de desminución profunda de la facultad reaccional, defensiva y de aprovechamiento que normalmente tiene el organismo del niño, que afecta la fisiología normal del sistema digestivo y que repercute hondamente en todos los procesos de anabolismo. En la época del arzobispo Lorenzana, 1780, los frailes que atendían la Casa de Cuna anotaban en sus libros que “los niños morían de tristeza”; no encontraban en ellos mal alguno, solamente no progresaban, no querían comer, se ponían tristes y morían. Muchos años después hemos comprobado nosotros como la desnutrición se instalaba en niños de la Casa a pesar de toda la técnica médica y dietológica de que se les rodeaba; para salvarlos sólo había una medida, cambiarlos de la Institución Cerrada a su propio hogar o a un hogar substituto.1 Está probado el mal que resiente el sistema de defensas, reacciones y aprovechamiento alimenticio de un niño menor de dos años después de cuatro o más meses de hospitalización. 1 Rev. Mex. De Puericultura. Tomo III. Pág. 245
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La sub-alimentación, causa principal de la desnutrición, tiene múltiples orígenes, pero en nuestro medio son la pobreza, la ignorancia y el hambre las causas que corren parejas disputándose la primacía en la patogenia de la subalimentación, que acarrea la desnutrición. Por lo general el niño alimentado al pecho, aun viviendo con una madre en situación precaria de higiene y de abandono, progresa satisfactoriamente hasta los seis o siete meses de edad; pasado este tiempo se inicia la tragedia lenta pero segura del estacionamiento o de la pérdida de peso que lleva al niño hacia la desnutrición. El pequeño sigue creciendo y aumentando en edad, y la madre, por el contrario, entra en la fase negativa de la lactancia y cada día está menos capacitada para satisfacer, solamente con su pecho, las necesidades alimenticias del niño; la ignorancia le impide saber qué otra cosa puede darle o la pobreza le impide adquirir lo que ella sabe que su hijo puede comer; la criatura medio se sostiene con los restos de leche materna que le da una mujer mal alimentada y ya en el periodo de hipogalactia fisiológica; primeramente hay estancamiento en el peso, después se inicia la desproporción entre el peso y la edad y posteriormente la desproporción entre los tres factores, peso, edad y talla, que normalmente siguen curvas paralelamente ascendentes. En la desnutrición la única curva que se mantiene normal es la de la edad,
estableciendo
con
las
otras,
una
extraordinaria
divergencia. Cuando el niño cumple un año, apenas si conserva el peso que tenía a los seis meses; unos meses antes o en esta época, se ha iniciado el destete y la alimentación mixta, a veces disparatada y a veces miserable por su exigua cantidad y calidad; en un caso o en otro se sigue arruinando la fisiología de los sistemas de aprovechamiento del organismo y acentúandose el desplome de la curva del peso;
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las infecciones se implantan fácilmente en este terreno debilitado,
afectando,
bien
sea
las
vías
enterales
o
localizándose en los sitios parenterales más susceptibles que complican el
cuadro con diarrea periódica que agota
progresivamente las exiguas reservas que al organismo le van quedando. En esta pendiente de desnutrición, el niño rueda con mayor o menor rapidez pasando de la desnutrición ligera a la media y de la desnutrición media a la muy grave, en forma insensible y progresiva, si no hay la mano médica experta y oportuna que lo detenga en su caída. 1.2.
CUADROS CLINICOS 1.2.1. DESNUTRICIÓN DE PRIMER GRADO El niño se vuelve crónicamente llorón y descontento, contrastando con la felicidad, el buen humor y el buen sueño que antes tenía; este paso es insensible y frecuentemente no lo notan las madres, a menos que sean buenas observadoras; tampoco se aprecia que adelgace, pero si se tiene báscula y si se compara su peso con los anteriores, se nota que éstas se han estacionado en las últimas cuatro o seis semanas. En este periodo no se observa diarrea, sino por el contrario ligera constipación, no hay vómitos u otros accidentes de las vías digestivas que llame la atención. Las infecciones respetan al niño que aun conserva su capacidad
reaccional
y
defensiva
casi
íntegra,
como
generalmente acontece en la iniciación del mal. Así, el dato principal que se observa, y solamente si se busca, es el estacionamiento en el peso o un ligero descenso de él que
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persiste a través de las semanas; el niño avanza en edad y el peso se va quedando a la zaga, avanzando penosamente o estacionado. 1.2.2. DESNUTRICIÓN DE SEGUNDO GRADO Insensiblemente la pérdida de peso se acentúa y va pasando del 10 ó 15%, a pérdidas mayores; la fontanela se hunde, se van hundiendo también los ojos y los tejidos del cuerpo se hacen flojos, perdiendo su turgencia y su elasticidad; el niño duerme con los ojos entreabiertos, es pasto fácil de catarros, resfriados y otitis, se acentúa su irritabilidad; fácilmente hay trastornos diarréicos y a veces se percibe, desde esta etapa de la desnutrición, discretas manifestaciones de carencia al factor B, así como edemas por hipoproteinemia. El final de la etapa segunda en la desnutrición es ya francamente alarmante y obliga a los padres a recurrir al médico si antes no lo habían hecho. Si el médico es impresionado por el accidente enteral agudo, o por la faringitis o la otitis y sin hacer una cuidadosa búsqueda en la dieta del pequeño paciente para estimar su calidad y su rendimiento energético, pasa por alto este renglón vital de orientación, y prescribe “para la infección”, el niño habrá dado un paso más en la pendiente fatal de la desnutrición. Por otra parte, si las medidas dietéticas y terapéuticas a que se acuda no son lo suficientemente cuidadosas y efectivas, el paciente cae en una exquisita intolerancia a toda clase de alimentos y a toda cantidad que se le dé; esta intolerancia obliga a cambios frecuentes en la dieta, y a nuevos intentos de acomodación digestiva por parte del organismo, en los cuales
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se pierde tiempo, se va aumentando la destrucción de sus reservas, y el desplome de la curva de peso, que cada vez se aleja más del paralelismo normal con la curva de la edad. 1.2.3. DESNUTRICIÓN DE TERCER GRADO La desnutrición de tercer grado se caracteriza por la exageración de todos los síntomas que se han enumerado en las dos etapas anteriores de desnutrición, y el niño llega a ella bien sea porque no hubo una mano experta que guiara la restitución orgánica, o porque la miseria y la ignorancia hicieron su papel homicida, o porque a pesar de las medidas tomadas, ya la célula y su mecanismo metabólico habían entrado en una fase negativa o de desequilibrio anabólico que no permiten que se aproveche ni las cantidades mínimas para sostener la pobre actividad del paciente. Los ojos se hunden, la cara del niño se hace pequeña y adquiere el aspecto de “cara de viejo”; se ven prominentes todos los huesos de la cara y la bola grasosa de Bichat hace su grotesca aparición como última reserva grasosa de este sector del organismo. Los músculos de los miembros cuelgan como pesadas cortinas forrados de piel seca y arrugada; los huesos de los miembros superiores, del dorso y del tórax se observan forrados de una piel escamosa, arrugada, sin vitalidad y sin la menor elasticidad. Los ojos de la criatura quedan vivos, brillantes y siguen con una gran avidez, los movimientos que a su alrededor se desarrollan, como buscando ansiosamente el alimento que le podría servir de salvación. Muchos desnutridos llegan a esta etapa sin tener edemas por carencia proteica o manifestaciones de carencias vitamínicas y en cambio a otros se les ve hinchados de sus piernas, del
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dorso de las manos y de los párpados y sobre estos edemas hay manifestaciones peligrosas hipercrómicas, acrómicas y discrómicas, que dan el conocido, mosaico de colores y de formas, que en Yucatán se conoce con el nombre de “culebrilla”. Sobre el estado angustioso de autoconsunción, se observan como síntomas predominantes, la intolerancia absoluta a la alimentación, que toman a veces vorazmente; los vómitos fáciles, los accidentes digestivos de aspecto agudo o semiagudo y las infecciones focales que estallan con periodicidad desesperante y virulencia cada vez mayor. El cuerpo del paciente se encuentra en completa bancarrota orgánica; las células solamente tienen capacidad para transformar en alimentos de consumo, los aminoácidos que extraen de las miserables reservas proteicas que van quedando en los músculos; no hay alimento por sencillo, puro y apropiado que se busque, que pueda aprovecharse y a veces ni siquiera tolerarse. Es la etapa de los balances negativos en todos los sistemas del organismo que en estado normal se encadenan, se equilibran y se complementan para la asimilación.
El catabolismo aumenta su curva desproporcionadamente, y su función
de
arrastre
y
desecho
adquiere
proporciones
catastróficas y destructoras, llevándose todo lo poco utilizable que va quedando en el desastre, de moléculas proteicas, de reservas glicogénicas o de reservas grasosas. Las sales minerales y el agua también tienen abiertas sus compuertas y no es extraño que un cuadro de anhidremia aguda se implante con el más ligero accidente diarreico.
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La terminación de estos cuadros es generalmente acelerada por accidentes digestivos agudos o por infecciones enterales o parenterales, que dan la más diversa sintomatología final. 1.3.
FACTORES PARA LA PREVENCION DE LA DESNUTRICION 1.3.1. FACTOR FAMILIAR Es obvio que combatiendo la miseria se evitaría en un gran porcentaje la desnutrición, pero no está a nuestra mano médica señalar medidas de alcance nacional que eleven el standard de vida de nuestro pueblo. Sin embargo, queda el factor ignorancia familiar que debe de ser combatido intensamente por todos los medios a nuestro alcance; el médico se debe de convertir en educador de sus clientes y en propagador de los conocimientos de puericultura más elementales para que los padres aprendan a distinguir al niño sano del enfermo y acudan oportunamente al consultorio o al hospital. Debemos enseñar a los padres a estimar el enorme valor que tiene el pesar cada semana a los niños de menos de dos años; a estimar el peligro de no ganar en peso por varias semanas o a perderlo; a temer a los vómitos y a la diarrea. La profilaxis de la desnutrición es obra de conjunto de los médicos, de las enfermeras, de las trabajadoras sociales, de los departamentos oficiales, de las Instituciones privadas y en una palabra, de todo elemento social que tenga contacto con la madre y el niño de un país. 1.3.2. FACTOR MÉDICO Es indispensable que el médico conozca el valor energético de los alimentos y cómo integrar una fórmula correcta de
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alimentación; también debe saber las necesidades calóricas de un organismo para poder dictar medidas dietéticas que prevengan la desnutrición. El médico que sabe darle a la curva de peso el valor inmenso que tiene durante el primer año de la vida, puede prevenir la desnutrición de los niños confiados a su cuidado o combatirla oportunamente. Los cambios frecuentes de leche en los niños, traen desadaptación digestiva y alteración de la función del sistema que puede conducir a la desnutrición. El médico debe tener paciencia para conseguir la adaptación digestiva a nuevas fórmulas y aconsejar paciencia también a la madre en lugar de entrar en el tortuoso camino de cambiar una y otra y más veces de leches, porque “no le caen” al niño o porque otro médico aún no las ha empleado. Verificado el rendimiento energético de una alimentación, verificada su digestibilidad, su pureza y su técnica de preparación, se comete un error si antes de cambiarla no se espera un término razonable de adaptación digestiva. Combatiendo a tiempo las infecciones y equilibrando los defectos congénitos se previenen también algunos estados de desnutrición. Aunque durante las infecciones está lógicamente disminuida la capacidad para digerir, no hay que pecar por dietas muy pobres, pues se conduce al organismo a un peligroso estado de desnutrición. (Dieta en la fiebre tifoidea o en las variadas infecciones por salmonelas y shigelas).La infección prolongada conduce a la desnutrición y la desnutrición prolongada por su parte, expone al organismo a la invasión fácil de las
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infecciones. El conocimiento de este peligroso círculo por el médico, lo pondrá alerta para prevenir la desnutrición.2 1.4.
DESNUTRICION EN EL PERÚ El Perú es uno de los países con más altas prevalencias de desnutrición crónica en toda Sudamérica, después de Bolivia y Ecuador, con un déficit de talla que llega a casi un cuarto del total de niños y niñas menores de cinco años (24.2%). Esta situación incrementa el riesgo de enfermedad y muerte e inhibe el desarrollo cognitivo y físico de las niñas y los niños, afectando su estado de salud de manera crónica y su potencial productivo futuro, con consecuencias económicas y sociales para la persona, familia, comunidad y país.
1.5.
LOS EFECTOS 1.5.1. EN LA SALUD La desnutrición, a temprana edad, predispone a las personas a un mayor riesgo de enfermedades como diarrea aguda, infección respiratoria aguda y anemia, así como también de muerte (en 1941 y en 2005, poco más de 1.7 millones de menores de cinco años habrían muerto por causas asociadas a la desnutrición). 1.5.2. EN LA EDUCACIÓN
2 Salud pública de méxico / vol.45, suplemento 4 de 2003
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La población desnutrida muestra una menor proporción de estudiantes que alcanzan la secundaria completa (27%) respecto de los no desnutridos (76%). Estas diferencias son indicadores en relación con las brechas de oportunidad laboral e ingresos existentes entre unos y otros. 1.5.3. EN LA PRODUCTIVIDAD Tiene un impacto negativo en la capacidad productiva de un país. Los 1.24 millones de menores de cinco años que fallecieron por desnutrición habrían formado parte de la población en edad de trabajar (PET). Esto equivale a 1.916 millones de horas de trabajo. Estas son solo algunas situaciones que ocurren en el Perú. Es momento de hacer algo para cambiar el futuro de estos niños.3
CAPITULO II DESNUTRICIÓN MARCO CONCEPTUAL
2.1.
CAUSAS Este marco conceptual sobre las causas de la nutrición fue establecido en 1990 y forma parte de la Estrategia del UNICEF sobre Nutrición. El marco revela que las causas de la desnutrición son multisectoriales y abarcan la alimentación, la salud y las prácticas de atención. También
3http://www.scielosp.org/pdf/spm/v45s4/a14v45s4.pdf
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se pueden clasificar como inmediatas (a nivel individual), indirectas (a nivel del hogar y la familia) y básicas (a nivel de la sociedad), de tal modo que los factores a un nivel influyen sobre otros niveles. El marco se utiliza, a nivel de distrito y en el plano local, como un instrumento de ayuda en la planificación de acciones eficaces para mejorar la nutrición. Sirve de guía en la apreciación y análisis de las causas del problema de la nutrición y contribuye a establecer la combinación más apropiada de medidas a tomar. La desnutrición es un problema de salud complejo que puede deberse a
diversas
carencias
simultáneas
de
proteínas,
energía
y
micronutrientes (estos últimos así llamados por tratarse de elementos nutritivos
que
el
organismo
humano
requiere
en
cantidades
minúsculas). En los niños, la desnutrición ocurre como consecuencia del mal estado de salud combinado con una ingesta alimentaria inadecuada. También son causas subyacentes la carencia de alimentos suficientes, los servicios inadecuados de atención de la salud, la falta de agua potable y saneamiento ambiental y la atención maternoinfantil ineficaz. En 35 de los países más pobres, entre un 30 y un 50% de la población puede carecer completamente de acceso a los servicios de salud. Más de 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua potable y unos 2.900 millones no tienen acceso a un servicio adecuado de saneamiento ambiental. A ello se debe la propagación de las enfermedades infecciosas, como la diarrea infantil, que es, a su vez, una de las causas principales de la desnutrición. Cada año, la deshidratación diarreica se cobra las vidas de unos 2,2 millones de niños menores de 5 años en los países en desarrollo. La atención inadecuada de las mujeres y los niños es una de las causas
subyacentes
de
la
desnutrición,
cuyas
perniciosas
ramificaciones sólo han sido comprendidas recientemente. Las
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prácticas higiénicas en el hogar y en las zonas aledañas al mismo, así como en el procesamiento de los alimentos, reduce el peligro de las enfermedades. La atención comprende también toda forma de relación entre los padres y los hijos que ayude a éstos en su desarrollo físico y emocional. Varios estudios han demostrado que los niños desnutridos a quienes se brinda estímulo verbal y cognoscitivo tienen tasas de crecimiento mayores que las de los niños que no reciben esa atención. La discriminación de las mujeres y las niñas es un elemento importante de la desnutrición. Se ha establecido que las altas tasas de desnutrición infantil y bajo peso al nacer que se registran en gran parte de Asia meridional guardan relación con factores tales como el escaso nivel de acceso de las mujeres a la educación y su limitada participación en la fuerza laboral asalariada, en comparación con las mujeres de otras regiones. La lactancia materna es la base de la buena nutrición de los lactantes, y el amamantamiento inadecuado puede poner en peligro la salud y la nutrición del niño, especialmente en las regiones donde el saneamiento y las condiciones sanitarias son deficientes. En algunos países industrializados son motivo de preocupación las consecuencias que las crecientes disparidades en materia de ingresos, complicadas por la disminución de los servicios sociales, tienen en los niveles nutricionales de los niños. 2.2. LOS COSTOS La desnutrición es uno de los factores principales de la muerte de más de seis millones de niños por año, lo que representa un 55% de los casi 12 millones de muertes anuales de niños menores de 5 años en los países en desarrollo.
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Por tratarse de una de las causas de la disminución de la capacidad productiva, la desnutrición mina el crecimiento económico y la eficacia de las inversiones en planes de salud y educación, además de agudizar el estado de pobreza. Se calcula que las carencias de vitaminas y minerales le cuestan a algunos países más del 5% de su producto nacional bruto en vidas pérdidas, en discapacidades y en la reducción de la capacidad productiva. En los países con tasas de mortalidad infantil entre moderadamente elevadas y elevadas, un niño de una comunidad pobre alimentado con biberón tiene 14 veces más probabilidades de morir de enfermedades diarreicas y cuatro veces más probabilidades de morir de pulmonía que un niño que ha sido alimentado exclusivamente mediante la lactancia materna. 2.3. LOS PROGRESOS Más de 12.700 hospitales en 114 países han sido declarados "amigos de los lactantes" y en ellos se sientan las bases para que se amamante a millones de niños. En la actualidad, un 60% de la sal que se consume en el mundo es yodada, un factor que ayuda a reducir los trastornos debidos a la carencia de yodo. Bolivia es el primer y único país que ha declarado oficialmente que la carencia de yodo ha dejado de ser un problema de salud pública. En 1997, los programas de administración de suplementos de vitamina A salvaron por lo menos a 300.000 niños de corta edad en los países en desarrollo. En Mbeya, Tanzanía, mediante un proyecto destinado a mejorar la cobertura de salud y a aumentar el nivel de acceso al agua potable, además de la vigilancia y fomento del crecimiento, se ha logrado una reducción del 11% en la desnutrición moderada. Como contrapartida,
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en las regiones en las que no se puso en práctica el proyecto, la desnutrición entre los niños menores de 5 años aumentó el 7%. Entre 1993 y 1996, el UNICEF ha suministrado 2.700 millones de tabletas de hierro y ácido fólico para que sean distribuidas a las embarazadas de 122 países. Las tabletas combaten la anemia por carencia de hierro y la carencia de ácido fólico. En diversos países de América Latina y el Medio Oriente se fortifica la harina de trigo con hierro. La nutrición de millones de niños del mundo ha mejorado debido a los avances en los servicios sanitarios, especialmente gracias a que en muchos países se ha llegado a inmunizar a entre un 80 y un 90% de los niños. Las prácticas higiénicas en el hogar y en las zonas aledañas al mismo, así como en el procesamiento de los alimentos, reduce el peligro de las enfermedades. 2.4. POBREZA Y DESNUTRICIÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE La desnutrición en América Latina descendió de un 21% en 1970 a un 7,2% en 1997, mientras que la tasa de pobreza, calculada según el nivel de ingresos, fluctuó sólo ligeramente durante los tres últimos decenios, descendiendo de un 45% en 1970 a un 44% en 1997. Estas tendencias revelan que la disminución de la desnutrición no depende solamente de un aumento en los ingresos. En América Latina, los progresos en la reducción de la desnutrición se atribuyen, en el nivel de las causas indirectas, a unas buenas prácticas de atención y al acceso a los servicios de salud, incluida la planificación de la familia y los servicios de agua y saneamiento; y en el nivel básico, a la participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre su propia educación y los recursos en efectivo que controlan.
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CAPITULO III DESNUTRICIÓN MARCO HISTORICO 3.1.
PRINCIPIO EPIDEMIOLÓGICO Cuando se utiliza el término "nutrición" pareciera que su significado es igual para todos, pero si se hiciera un sondeo de opinión entre los profesionales, se observaría seguramente grandes diferencias de interpretación; la palabra nutrición no significa lo mismo para el trabajador en salud pública, que para el economista, el clínico, el nutricionista o el político? Un principio epidemiológico clásico indica que en el análisis de un problema de salud, la primera pregunta que uno debe hacerse es el "que", es decir, definir el sujeto de análisis. Porque si el qué no está claro y bien definido, ¿de qué nos sirve hablar de cuántos, dónde, quiénes, por qué y cómo? De aquí que la clínica sea el comienzo obligado para el análisis del problema nutricional. Sólo ella puede dar respuestas al "qué". Esto lo sabían y lo saben muy bien los epidemiólogos de enfermedades infecciosas, quienes en su gran mayoría son buenos clínicos. ¿Cuál ha sido la contribución de los clínicos o internistas en dar respuesta al "qué" en nutrición?
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Se podría analizar esta pregunta dividendo el siglo XX en tres etapas, que cronológicamente corresponde a las siguientes épocas: La primera transcurre durante los primeros cuarenta años, es decir hasta la II Guerra Mundial. Fue la época de las vitaminas, cuando en un esfuerzo de creatividad, casi sin procedentes, (solamente comprable al descubrimiento de los agentes infecciosos años antes) se descubrieron y aislaron estas sustancias esenciales. Pero los cuadros clínicos de la pelagra, el beri-beri, el escorbuto, la xeroftalmia, el raquitismo, etc. se conocían ya desde épocas muy anteriores. Aún hoy, un enfermo de pelagra no se diferencia casi nada del cuadro clínico que describió Casal en el siglo XVIII. Durante ésa primera época del siglo XX no sólo estaban definidas las enfermedades carenciales, sino que los clínicos estudiaron también signos característicos de las formas sub-clínicas larvadas, que fueron muy útiles en las encuestas de nutrición que se realizaron en ese entonces. Bastaría con hojear un libro clásico de la época, como el Jelliffe, para comprobar lo dicho. En lo que fallaron los clínicos de entonces fue en no prestar la misma atención a las formas de desnutrición energético-proteínica que obviamente existían en esa época, incluso en mayor magnitud que hoy. Pero la omisión es explicable ya que éstas formas de desnutrición quedaban oscurecidas, tapadas, pudiéramos decir, por la presencia de las formas dramáticas y visibles de las carencias vitamínicas. Los niños pequeños o delgados por causas nutricionales eran niños "aparentemente normales", así aceptados en todos los países, desarrollados o sub-desarrollados. No se decía que los niños o adultos "están pequeños o delgados", sino "son pequeños o
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delgados". Todavía hoy, algunos antropólogos, al hablar de ciertas tribus indígenas mal alimentadas dicen "son de talla baja" ¿son o están? En el fondo, todos estamos inacabados, tanto en lo físico como en lo funcional, y lo que somos o deberíamos haber sido, en realidad nadie lo sabe. 3.2.
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL En los años que precedieron a la II Guerra Mundial, ¿quién se iba a preocupar por el niño o adulto pequeño o de bajo peso, cuando en los hospitales muchos enfermos morían por causa de una carencia vitamínica o por una enfermedad infecciosa aguda? Lo importante era la supervivencia, aún cuando al salir del trance de peligro de muerte quedara el sobreviviente con una desnutrición moderada, que más mal que bien se podía conllevar. No hay que olvidar que las enfermedades carenciales fueron causa de muchas muertes, aún en países hoy desarrollados. EEUU llegó a tener 7.000 muertes por pelagra en 1928, y en el Japón hubo 26.700 muertes por beri-beri en 1923. No es de extrañar pues que los clínicos de la nutrición de entonces dieran alta prioridad a las carencias vitamínicas, esforzándose en definir el problema, en analizar las diferentes formas clínicas, en una palabra, en saber de que estaban hablando. Junto a los clínicos, habría que decir que los bioquímicos contribuyeron decisivamente en aclarar los factores etiológicos, así como el tratamiento y la prevención de las enfermedades carenciales. Tal vez se podría decir que fue la era de la bioquímica y de la clínica. Al finalizar las décadas de los años 30 y 40 parecía que todo el problema estaba bajo control. Un rayo de optimismo iluminaba los
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laboratorios y las salas de los hospitales donde los ingresos por enfermedades carenciales disminuían aceleradamente. Ya en 1950, el número de muertes por pelagra en los EE.UU había bajado a 260, (es decir, 25 veces menor que en 1928); y en Japón la mortalidad por beri-beri, en el mismo año de 1950, fue de 4.000, es decir, 6 veces menor que en 1923. Los clínicos en nutrición podían al fin descansar, y dedicarse a la obesidad, a la diabetes y otras enfermedades degenerativas. Poco tiempo duró la euforia, y es entonces cuando entramos a la segunda etapa. A raíz de la conclusión de la II Guerra Mundial hasta comienzo de la década de los 70 (es decir, unos 25 ó 30 años) el mundo científico (seguido del mundo político internacional se sintió sacudido por un acuciante nuevo problema nutricional: la carencia o escasez de proteínas. No existió foro internacional, en las áreas de la salud, de la economía, de la agricultura, e incluso de la política, donde no se debatiera con ardor y cierta angustia, la tragedia de los miles de niños que a causa de la escasez de proteínas ("The protein gap" fue el titulo de muchas reuniones internacionales), fallecían en la mayor parte de los países en desarrollo. Todo empezó en 1935, cuando la Dra. Cicely Williams, británica, que trabajaba en aquel entonces en Costa de Oro (hoy Ghana) publicó en The Lancet, sus observaciones sobre un nuevo cuadro clínico grave al que, de acuerdo al nombre que le daban madres africanas, denominó Kawashiorkor. Nombre extraño, al que en un comienzo no lo prestaron mucha atención.
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Pocos años después, sobre todo en la década de los 40 y 50, comenzaron a publicarse numerosos trabajos en diferentes países, en los que se describían cuadros clínicos similares al Kwashiorkor pero con distintos nombres.
Así Trowell (1937), en Uganda, describe la "Pelagra Infantil", que coincide con el cuadro observado por Williams; en Jamaica Platt (1974) lo llama "Sugar Baby"; en Chile, Scroggie (1941) describe el "Síndrome Pluricarencial de la Infancia" y con el mismo nombre se conoce en varios otro países de América Latina; en Venezuela, el primer trabajo de Oropeza y Castillo (1937) lo titulan "Síndrome de carencia: Avitaminosis", aún cuando el énfasis lo pone en el déficit de proteínas, etc. En realidad todos los autores referían el mismo síndrome, con distintos nombres. Pero el ya famoso Kwashiorkor de Cicely Williams, descrito en 1933 ¿era en realidad una nueva enfermedad? Un breve recuento retrospectivo nos indica que el mismo cuadro clínico existió y fue objeto de numerosas publicaciones mucho antes, pero con distintos nombres. En Europa se conoció el mismo síndrome, al menos desde 1906, en la descripción de Czerny Séller, en Alemania, con el nombre de "Mehinahrschaden" o distrofia farinácea; en Italia Frontali (1927) lo describe como "Distrofia de farine", en Francia, Marfan (1910) como "Dystrophoie desfarineux" y ¿no era acaso la misma enfermedad, "Les enfants rouges" descritos en el Camerún en 1932; o la "Culebrilla" en México, por Patrón Correa, en 1908? Con razón alguién dijo que la desnutrición grave era la enfermedad de los 100 nombres (Autret). Pero es el momento de hacernos una pregunta: ¿ Por qué entonces
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se crea una conmoción científica y política mundial cuando se describe el Kwashiorkor en la década de los 30?. La conmoción mundial, en realidad no se produjo en esa época, sino al final de la II Guerra Mundial, cuando el avance en las comunicaciones aéreas, permitió el intercambio de opiniones entre los científicos de países distantes, y se llegó a la conclusión de que todos estaban hablando de lo mismo. En Octubre de 1952 se reunió en Gambia el Comité de Expertos FAO/OMS, para tratar exclusivamente el tema de la "desnutrición proteínica", nombre adoptado provisionalmente, para diferenciar lo mejor de los síndromes causados por deficiencias vitamínicas. Los integrantes del Comité procedían de diversos países de Asia, Africa, Europa y América Latina, y así en Gambia pudieron contrastar los distintos puntos de vista y uniformar criterios y tratamientos. Se adoptó universalmente el nombre de Kwashiorkor, aún cuando el Comité de Expertos FAO/OMS no lo asignara oficialmente. El nombre de Kwashiorkor intrigó a los etnólogos, que trataron de descifrar su significado. En un principio (1953) se pensó que podría significar "niño rojo" tal como lo conocían en el Camerún. Después se supo, (o se creyó interpretar su significado) que en el lenguaje de las madres de Ghana el término de Kwashiorkor venía a significar: "La enfermedad del primer hijo cuando nace el segundo". Si fuera así, habría que decir que por primera vez en la historia de la medicina una enfermedad lleva un nombre que refleja su etiología social. Era pues, el niño de uno a tres años desplazado por su hermano más pequeño; desplazamiento en cuanto a la alimentación y en cuanto al afecto. Las fotografías del niño con Kwashiorkor, invadieron las revistas y periódicos del mundo entero, y llegó un momento en que la gente, incluso culta, asociaba la desnutrición de los países en desarrollo con los casos extremos de Kwashiorkor.
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Las imágenes del "niño de Biafra" alarmaron a todos a través de la impresionante fuerza de los medios de comunicación social, pero no se dijo que esas formas de desnutrición grave no eran sino el pico de iceberg, debajo del cual se sumergía un cuadro mucho más sombrío, al cual no se le prestaba atención. Sin embargo, no todo era Kwashiorkor, ya que en muchos países predominaban más las formas de desnutrición por déficit calórico (marasmo nutricional). Esto trajo como consecuencia un nuevo debate internacional. El niño con marasmo nutricional, no era ya el paciente de dos o tres años con edemas y lesiones de la piel, con degeneración grasa de hígado; era otro niño con Kwashiorkor que se moría o curaba en pocas semanas. Estábamos hablando, en la época, pues, de dos cosas distintas, y una cierta confusión comenzó a prevalecer. Ya no era el déficit de proteínas lo preocupante, sino el consumo global de alimentos, medido en términos de calorías. Eran los niños con marasmo nutricional pacientes que habían tenido un régimen hipocalórico, y por supuesto, simultáneamente, deficitarios en proteínas. El hecho es que esta época fue de gran confusión, pero lo que estaba claro era que estábamos entrando en una nueva etapa en la evolución del problema nutricional en el mundo. Cualquiera que sea la terminología usada, el hecho cierto es que en la época a que nos estamos refiriendo (1940-1970), la atención estuvo fijada fundamentalmente en las formas muy graves de la desnutrición, es decir el pico de iceberg, con altas tasas de mortalidad.
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Un día a alguien (o "todos a una") se le ocurrió bucear en el fondo y encontrar el inmenso bloque, casi ignorado hasta entonces, de la desnutrición crónica, donde malviven los supervivientes. Y entramos así en la tercera época, llena de incógnitas también, donde no es fácil ponerse de acuerdo. Unos, porque siguen pensando como si estuviéramos en la primera o segunda época y mantienen un desfase de 20 ó 40 años; otros porque tanto les da que los niños padezcan Kwashiorkor, o marasmo nutricional, o desnutrición energético-proteínica, porque en el fondo es la misma cosa: hambre. Acaso estos últimos tengan razón, pero sólo en parte. 3.3.
ERA ACTUAL La era actual, es decir desde 1970, también está llena de incertidumbre e interrogantes. Riesgoso sería denominar esta época como de la desnutrición crónica, aunque acaso sea la expresión que se acerca más a la realidad. Pero no es del todo exacta, ya que perduran todavía formas agudas graves, y existen formas severas de xeroftalmia y de anemias nutricionales. También es dudoso el término de crónica, porque en las formas de desnutrición que hoy prevalecen en los países hay simultánealmente signos de cronicidad, pero también secuelas de una desnutrición
pasada.
Sería
acaso
más
acertado
hablar
de
desnutrición reversible e irreversible. En todo caso, en la época actual no dominan las carencias vitamínicas (salvo de la vitamina A), que fueron tan frecuentes en la primera época, ni tampoco la literatura habla mucho del Kwashiorkor, aunque si discute los problemas del marasmo nutricional. Por lo tanto, esta tercera época tiene algo de transición, pero es
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evidente que lo que se trata hoy en los foros internacionales es más bien la desnutrición crónica, la adaptación y el desarrollo físico y funcional. La desnutrición crónica, se refleja en una talla baja y un desarrollo físico, a veces inarmónico. Son seres pequeños, o de talla baja, "no porque el proyecto de construcción (genética) así lo determine, como dice Adolfo Chávez, sino porque faltan materiales de construcción para completar el proyecto". Este estado de "desnutrición crónica" es, en el fondo, el resultado de un proceso de adaptación, irreversible en muchos de sus paramétros. Esta adaptación es un fenómeno de autodefensa, que se logra a través de una reducción de la velocidad de crecimiento y una disminución de la actividad física, a fin de reducir sus requerimientos nutricionales. Hace cien años, también Europa se hallaba en ésta o parecida situación. La talla del europeo en esa época era la que hoy tiene la población
centroamericana,
y
aunque
no
hay
referencias
bibliográficas sobre la interpretación que se dio en aquel entonces al subdesarrollo biológico del europeo, todo nos hace sospechar que era simplemente un estado de adaptación debido a un subconsumo alimentario. Este fenómeno de adaptación ha sido muy bien estudiado por un indicador que estaba estrechamente relacionado con el índice de desarrollo socioeconómico de Ginebra. Pero decimos bien, era un indicador de la historia pasada, no necesariamente un indicador de una patología nutricional individual actual. Una explicación del aparente incremento de lo que se llama
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"desnutrición crónica" (que incluye a las poblaciones con signos de haber estado desnutridos), podría ser el extraordinario descenso de la mortalidad, especialmente infantil y de uno a cuatro años, ocurrido en los últimos 25 años en los países en vías de desarrollo. Hoy franquean y superan el riesgo de la muerte en los primeros años de vida, niños que hubieran sido capaces igualmente de vencer el peligro 40 años atrás pero también muchos de los que, años antes, hubieran inexorablemente sucumbido. Cada día, por tanto, se van salvando mas niños gracias al mejoramiento de las condiciones de vida. Un caso común en nuestro medio podría ilustrar mejor lo que se quiere decir. Es el caso de un niño que desde su nacimiento ha pasado seis episodios de conjuntivitis, 5 diarreas, 10 infecciones de las vías de sarampión, seguido de bronconeumonía. En 24 meses este niño ha pasado 27 episodios infecciosos y estuvo con alguna infección el 30 por ciento de su vida. Hace cuarenta años, un niño con esta historia hubiera probablemente muerto. Hoy es un "superviviente", porque gracias a las nuevas drogas, ha podido salir del paso milagrosamente. Se podría decir que el mundo científico de hoy, en el área del diagnóstico de la desnutrición, está dominado por los especialistas en antropometría. La discusiones son interminables sobre los parámetros peso, talla y perímetro cefálico, torácico y braquial; pero no conocemos bien su significado, ni las repercusiones en el estado de salud, salvo en casos extremos. Muy pocos internistas clínicos participan, cuando de hecho podrían ser los mejores colaboradores de los antropometristas, muchos de ellos, de paso, excelentes clínicos, en aclarar el significado, así como las manifestaciones clínicas de la "desnutrición crónica".
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Los clínicos podrían ayudar a definir mejor en qué consisten los desajustes funcionales, si los hay, del "síndrome de talla baja", por causas nutricionales, y en qué secuencia el ser humano se adapta a estas situaciones, ¿desaceleración del crecimiento; disminución de la actividad física; cambio en la composición corporal: descenso del metabolismo basal, etc? ¿En qué orden de prioridades el organismo humano logra adaptarse a esta condición? Mejor estudiado ha sido el problema de las alteraciones en la esfera del desarrollo mental, particularmente en la desnutrición grave y precoz. Menos concluyentes son los estudios sobre desnutrición moderada y crónica. En casos de un retraso en el campo cognoscitivo y así, un niño de 6 años que a primera vista aparenta tener 3, a causa de retraso físico, no es evidentemente, comparable en su conducta, en su psicología y en su capacidad de aprendizaje a un niño normal de 6 años; pero tampoco a un niño de 3. Es un ser distinto, con sus propias características biológicas y de conducta, y con una organización intersensorial difícil de encuadrar estrictamente en una edad cronológica. Siempre recordaré la visita que hice a una escuela en Western Samoa, hace muchos años, donde la maestra agrupaba a los niños, no por la edad, sino por la talla. En 1971 sugerimos en Boston (MIT) que la talla del niño de 7 años, se tomara como indicador de la historia nutricional de la comunidad, y entre
otros
argumentos
se
señalaba
que
está
altamente
correlacionada con los índices de desarrollo social. Junto a las definiciones de calorías y proteínas, una proporción importante de la población en los países desarrollados, padece al
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mismo tiempo deficiencias de micronutrientes (supernutrientes, lo llamó Ramalinwasamil), que causan lesiones de importancia. Entre otras, cabe mencionar la deficiencia de yodo (que causa bocio y cretinismo); las deficiencias de vitamina A, que en el Extremo Oriente es causa de ceguera de miles de niños: y la de ácido fólico de suma importancia durante el embarazo. Para englobar en una atrayente figura literaria las deficiencias moderadas de estos micronutrientes, se ha acuñado con indudable fortuna, desde hace décadas, la expresión de "hambre oculta". Los clínicos o internistas han derivado recientemente su atención, más que a estudiar el fenómeno de los desajustes que la desnutrición moderada o crónica "per se" ocasiona en el organismo humano, a dirimir los interrogantes de la asociación de la malnutrición con otra cosa.
Se
habla
de
"nutrición
y
cáncer",
de
"nutrición
y
ateroesclerosis", de "nutrición y gastroenterología", etc. Parece obvia y lógica esta derivación; y por ello refleja la importancia que la malnutrición tiene en todas las enfermedades. Por lo tanto parece que los que investigan hoy los problemas de nutrición y serían los que podrían dar luces al estudio de los efectos físicos y funcionales del subconsumo relativo de energía y de nutrientes, en el organismo humano. Porque quien sabe si de estas investigaciones sobre nutrición pudieran surgir muchas respuestas a los problemas de la nutrición.
CONCLUSIONES
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1. La Desnutrición es un problema que en estos últimos años se ha
incrementado en un 30% a comparación del año 2002, y es muy preocupante porque el estado como pilar de este problema no le presta la debida atención. 2. La producción de Camote que se produce en gran cantidad en el Perú
no es aprovechada en su totalidad en los lugares en donde hay mayor índice de Desnutrición se debería de fomentar mas el consumo de este producto puesto que el Perú es rico en producir el camote, se tendría que tomar el ejemplo de África en dónde se consume más el Camote. 3. No podemos cerrar los ojos frente a este problema que crece cada día
existen lugares declarados en extrema pobreza en donde los niños solo comen una vez al día el gobierno local de turno debería de realizar una campaña para poder ayudar a estos sectores castigados por el mal momento económico que se vive. 4. Existen maneras tan sencillas de poder superar este mal pero la falta de
publicidad y difusión sobre que alimentos balanceados se deben de consumir hacen de que ignoremos algunos alimentos que son ricos e importantes que ayudan a la correcta nutrición.
BIBLIOGRAFIA 35
1. PERU 21: Autor: Milagros Agurto, fecha 08 Octubre del 2008. Web:
http://peru21.pe/impresa/noticia/desnutricion-peru/2008-10-02/226286 2. Dr. Federico Gómez - salud pública de méxico / vol.45, suplemento 4
de 2003. 3. http://www.scielosp.org/pdf/spm/v45s4/a14v45s4.pdf 4. http://www.monografias.com/trabajos15/desnutricion/desnutricion.sht
ml#SINTOM.
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ANEXOS
DESNUTRICIÓN INFANTIL
Foto: TODANOTICIA.COM
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Foto: PARTIDO COMUNSTA DE TRABAJADORES – ARGENTINA
GLOSARIO 1. DESNUTRICIÓN Es un estado patológico provocado por la falta de ingesta o absorción de alimentos o por estados de exceso de gasto metabólico. 2. ALIMENTACIÓN La alimentación consiste en la obtención, preparación e ingestión de alimentos. 3. POBREZA La pobreza es una situación o forma de vida que surge como producto de la imposibilidad de acceso y/o carencia de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas. 4. FISIOLOGÍA La fisiología (del griego physis, naturaleza, y logos, conocimiento, estudio) es la ciencia biológica que estudia las funciones de los seres orgánicos. 5. DIARREA Es una alteración de las heces en cuanto a volumen, fluidez o frecuencia en relación anormal a la fisiológica, lo cual conlleva una baja absorción de líquidos y nutrientes. 6. VÓMITO El vómito, también llamado emesis, es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca. 7. PROTEÍNAS Las proteínas son macromoléculas formadas por cadenas lineales de aminoácidos.
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