Momentos de misericordia - Papa Francisco

February 4, 2017 | Author: Libros Catolicos | Category: N/A
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PAPA FRANCISCO

Momentos de misericordia

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Introducción La misericordia es uno de los temas centrales en la enseñanza y en la vida del Papa Francisco, es una de las palabras y uno de los gestos más repetidos en su pontificado. El Papa quiere que este sea uno de los santo y seña de la Iglesia y de todo hombre y mujer durante el 2016, año Santo de la Misericordia. La editorial SAN P ABLO ha creído oportuno reunir en este pequeño libro aquellas máximas del Papa Francisco sobre uno de sus temas más sentidos. Esperamos que la lectura pausada de este elenco de textos ayude al lector a conocer el pensamiento del Sumo Pontífice sobre la misericordia y a sintonizar con uno de los grandes desafíos de la Iglesia y de la sociedad de hoy.

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1 Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante! Nosotros estamos viviendo el tiempo de la misericordia, este es el tiempo de la misericordia. Ángelus, 11 de enero de 2015

2 Acudid frecuentemente al sacramento de la reconciliación, que es un encuentro precioso con la misericordia de Dios que nos acoge, nos perdona y renueva nuestros corazones en la caridad. Entrevista, 27 de julio de 2013

3 Mantengamos fija la mirada en Él, centro del tiempo y de la historia; hagamos lugar a su presencia en nosotros: es Él el principio y el fundamento que envuelve de misericordia nuestras debilidades y todo lo transfigura y lo renueva; es Él lo más precioso que estamos llamados a ofrecer a nuestra gente, si no queremos dejarla a merced de una sociedad de la indiferencia, tal vez de la desesperación. Discurso, 19 de mayo de 2014

4 Somos débiles pero queremos, todos los días, abrir nuestro corazón a la misericordia del Señor para servir mejor y ayudar al encuentro de Dios con su pueblo, para esforzarnos por mantener abiertas las puertas del Templo del que fluye el agua vivificante y salvadora. Homilía, 9 de noviembre de 2009

5 Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz. Mensaje, 31 de marzo de 2013

6 El Señor nos muestra, por medio del Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia. Es verdad: las llagas de Jesús son llagas de misericordia. «Por sus llagas fuimos sanados» (Is 53,5). Homilía, 12 de abril de 2015

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7 Seguir, acompañar a Cristo, permanecer con Él exige un «salir», salir. Salir de sí mismos, de un modo de vivir la fe cansado y rutinario, de la tentación de cerrarse en los propios esquemas que terminan por cerrar el horizonte de la acción creativa de Dios. Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros, puso su tienda entre nosotros para traernos su misericordia que salva y dona esperanza. Audiencia, 27 de marzo de 2013

8 Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordiae vultus, 2

9 La invitación de Jesús a la misericordia es para acercarnos, para imitar mejor a nuestro Dios Padre: sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. Homilía, 17 de marzo de 2014

10 Lo esencial del Evangelio es la misericordia. Dios envió a su Hijo, Dios se hizo hombre para salvarnos, es decir, para darnos su misericordia. Lo dice claramente Jesús al resumir su enseñanza para los discípulos: «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36). ¿Puede existir un cristiano que no sea misericordioso? No. El cristiano necesariamente debe ser misericordioso, porque este es el centro del Evangelio. Audiencia, 10 de septiembre de 2014

11 No podemos seguir a Jesús por el camino de la caridad si no nos queremos antes que nada entre nosotros, si no nos esforzamos en colaborar, en comprendernos recíprocamente y en perdonarnos, reconociendo cada uno sus propias limitaciones y sus propios errores. Debemos hacer las obras de misericordia, pero con misericordia. Discurso, 22 de septiembre de 2013

12 La mirada del amor no discrimina ni relativiza porque es misericordiosa. Y la misericordia crea la mayor cercanía, que es la de los rostros, y como quiere ayudar de verdad busca la verdad que más duele –la del pecado–, pero para encontrar el remedio verdadero. Discurso, 25 de agosto de 2011

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13 Esperar es ya resistir al mal. Esperar es mirar al mundo con la mirada y con el corazón de Dios. Esperar es apostar por la misericordia de Dios que es Padre y perdona siempre y perdona todo. Homilía, 21 de marzo de 2015

14 Es propio de la misericordia de Dios no solo perdonar –eso todos lo sabemos– sino ser generoso y dar más y más... Homilía, 9 de octubre de 2014

15 El Reino de los cielos, en efecto, es para quienes no ponen su seguridad en las cosas, sino en el amor de Dios; para quienes tienen un corazón sencillo, humilde, no presumen ser justos y no juzgan a los demás, quienes saben alegrarse con quien se alegra, no son violentos sino misericordiosos y buscan ser artífices de reconciliación y de paz. Ángelus, 1 de noviembre de 2013

16 El Evangelio proclama: «Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia» (Mt 5,7). Evangelii gaudium, 193

17 No es fácil comprender esta actitud de la misericordia, porque estamos acostumbrados a pasar la cuenta a los demás: «tú has hecho esto, ahora debes hacer esto». En pocas palabras, juzgamos, tenemos esta costumbre, y no somos personas que dejan un poco de espacio a la comprensión y también a la misericordia. Homilía, 17 de marzo de 2014

18 La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho de que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. Mensaje, 26 de noviembre de 2013

19 Él es verdaderamente «rico en misericordia» y la extiende en abundancia sobre quienes recurren a Él con corazón sincero. Estar aquí para experimentar su amor, en cualquier 6

caso, es ante todo fruto de su gracia. Homilía, 13 de marzo de 2015

20 Nuestro Dios es misericordioso, sabe perdonar, vuelve atrás con sus decisiones, es un padre. Homilía, 3 de abril de 2014

21 El apóstol Santiago enseña que la misericordia con los demás nos permite salir triunfantes en el juicio divino: «Hablad y obrad como corresponde a quienes serán juzgados por una ley de libertad. Porque tendrá un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia triunfa en el juicio» (Sant 2,12-13). Evangelii gaudium, 193

22 El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Mensaje, 4 de octubre de 2014

23 San Francisco era un joven rico, tenía ideales de gloria, pero Jesús, en la persona de aquel leproso, le habló en silencio, y le cambió, le hizo comprender lo que verdaderamente vale en la vida: no las riquezas, la fuerza de las armas, la gloria terrena, sino la humildad, la misericordia, el perdón. Discurso, 4 de octubre de 2013

24 El testimonio concreto de misericordia y ternura que trata de estar presente en las periferias existenciales y pobres, actúa directamente sobre los imaginarios sociales, generando orientación y sentido para la vida de la ciudad. Así, como cristianos, contribuimos en la construcción de una ciudad en la justicia, la solidaridad y la paz. Discurso, 27 de noviembre de 2014

25 El perdón no termina en el olvido ni en la reparación sino en el derroche de amor de la fiesta que el Padre Misericordioso hace para recibir a su hijo que regresa. Homilía, 25 de junio de 2011

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26 Como nos ha recordado el apóstol Pablo, Dios nunca deja de mostrar la riqueza de su misericordia a lo largo de los siglos. La transformación del corazón que nos lleva a confesar nuestros pecados es «don de Dios». Nosotros solos no podemos. Homilía, 13 de marzo de 2015

27 Sin la misericordia, hoy tenemos pocas posibilidades de insertarnos en un mundo de «heridos», que tiene necesidad de comprensión, de perdón, de amor. Por eso no me canso de invitar a toda la Iglesia a la «revolución de la ternura». Evangelii gaudium, 88

28 Los agentes de evangelización deben ser capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de dialogar con sus ilusiones y desilusiones, de arreglar sus desavenencias. Discurso, 17 de marzo de 2014

29 La Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano... Se requiere, pues, una Iglesia capaz de redescubrir las entrañas maternas de la misericordia. Discurso, 27 de julio de 2013

30 Cuando alguien pone en práctica los gestos de Jesús y comparte el pan de la misericordia y el pan de la solidaridad, nuestro pueblo lo reconoce y le ofrece su colaboración, como vemos que sucede en torno a la gente buena que ayuda a los demás. Homilía, 5 de junio de 2010

31 Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia. Mensaje, 4 de octubre de 2014

32 La misericordia es la mayor de todas las virtudes: «En sí misma la misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella pertenece volcarse en otros y, más aún, socorrer sus deficiencias». 8

Evangelii gaudium, 37

33 En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. Discurso, 23 de julio de 2013

34 Dios es misericordioso, Dios corona de misericordia. Dios nos quiere y nos salva. A veces el camino que conduce a la vida es estrecho, pero la tribulación, si la vivimos a la luz de la misericordia, nos purifica como el fuego, nos da tanto consuelo e inflama nuestro corazón, aficionándolo a la oración. Discurso, 27 de septiembre de 2014

35 El hombre y la mujer misericordiosos tienen un corazón amplio: siempre disculpan a los demás y piensan en los propios pecados. Homilía, 17 de marzo de 2014

36 Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia. Misericordiae vultus, 12

37 Está el amor de la mujer pecadora que se humilla ante el Señor; pero antes aún está el amor misericordioso de Jesús por ella, que la impulsa a acercarse. […] El amor y el perdón son simultáneos: Dios le perdona mucho, le perdona todo, porque «ha amado mucho» (Lc 7, 47); y ella adora a Jesús porque percibe que en él hay misericordia y no condena. Homilía, 13 de marzo de 2015

38 Seguir a Jesús no significa participar en un cortejo triunfal. Significa compartir su amor misericordioso, entrar en su gran obra de misericordia por cada hombre y por todos los hombres. La obra de Jesús es precisamente una obra de misericordia, de perdón, de amor. Ángelus, 8 de septiembre de 2013

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39 Solo el misericordioso se hace cargo de la persona, se le hace prójimo, cercano, y lo acompaña en el camino de la reconciliación. Mensaje, 11 de septiembre de 2008

40 Pidamos al Señor la gracia de unir nuestra voz a la de los pobres, para acoger el don del temor de Dios y poder reconocernos, juntamente con ellos, revestidos de la misericordia y del amor de Dios. Audiencia, 11 de junio de 2014

41 La mujer pecadora encontró verdaderamente al Señor. En el silencio, le abrió su corazón; en el dolor, le mostró el arrepentimiento por sus pecados; con su llanto, hizo un llamamiento a la bondad divina para recibir el perdón. Para ella no habrá ningún juicio si no el que viene de Dios, y este es el juicio de la misericordia. El protagonista de este encuentro es ciertamente el amor, la misericordia que va más allá de la justicia. Homilía, 13 de marzo de 2015

42 Sin la misericordia, poco se puede hacer hoy para insertarse en un mundo de «heridos», que necesitan comprensión, perdón y amor. Discurso, 27 de julio de 2013

43 La Cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Discurso, 26 de julio de 2013

44 En la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos. Misericordiae vultus, 14

45 Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser 10

misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro. Mensaje, 4 de octubre de 2014

46 Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios. Todos conocen el camino para acceder a ella y la Iglesia es la casa que acoge a todos y no rechaza a nadie. Sus puertas permanecen abiertas de par en par, para que quienes son tocados por la gracia puedan encontrar la certeza del perdón. Homilía, 13 de marzo de 2015

47 Para conocer a este Dios que es amor debemos subir por la escalera del amor al prójimo, de las obras de caridad, de las obras de misericordia que el Señor nos enseñó. Homilía, 8 de enero de 2015

48 Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales. Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de Dios, se expande en un camino fraterno. Lumen fidei, 54

49 El Espíritu Santo descendió sobre Jesús en el Jordán y dio inicio a su obra de redención para librar al mundo del pecado y de la muerte. A él le pedimos que prepare nuestros corazones al encuentro con los hermanos más allá de las diferencias de ideas, lengua, cultura, religión; que unja todo nuestro ser con el aceite de la misericordia que cura las heridas de los errores, de las incomprensiones, de las controversias; la gracia de enviarnos, con humildad y mansedumbre, a los caminos, arriesgados pero fecundos, de la búsqueda de la paz. Homilía, 24 de mayo de 2014

50 El mensaje de Jesús es este: La misericordia. Para mí, lo digo con humildad, es el mensaje más fuerte del Señor: la misericordia… Homilía, 17 de marzo de 2013

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Siguiendo el ejemplo de nuestro Maestro, también nosotros estamos llamados a acercarnos, a compartir la condición de las personas que encontramos. Es necesario que nuestras palabras, nuestros gestos y nuestras actitudes expresen la solidaridad, la voluntad de no permanecer indiferentes al dolor de los demás. Discurso, 14 de junio de 2014

52 Es un tiempo para asegurarnos no estar cayendo en el pecado de la mundanidad, de la indiferencia, de la conformidad, o en el de pensar que todo está bien mientras yo esté bien. Un tiempo para adorar a Dios, para ser más solidarios, más honestos, más misericordiosos, más comprometidos con los que lloran y sufren, con los que viven en la soledad y se sienten excluidos. Mensaje, 6 de febrero de 2008

53 El rostro de Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia. ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? Esa es su misericordia. Ángelus, 17 de marzo de 2013

54 El Evangelio es rico en episodios que presentan la misericordia de Jesús, la gratuidad de su amor a los que sufren y a los débiles. A través de los relatos evangélicos podemos captar la cercanía, la bondad, la ternura con que Jesús se acercaba a las personas que sufrían y las consolaba, las aliviaba y, a menudo, las curaba. Discurso, 14 de julio de 2014

55 Quien practica la misericordia no teme a la muerte. ¿Por qué no teme a la muerte? Porque la mira a la cara en las heridas de los hermanos, y la supera con el amor de Jesucristo. Audiencia, 27 de noviembre de 2013

56 La salvación que Dios nos ofrece es obra de su misericordia. No hay acciones humanas, por más buenas que sean, que nos hagan merecer un don tan grande. Evangelii gaudium, 112

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No es fácil encomendarse a la misericordia de Dios, porque eso es un abismo incomprensible. Pero hay que hacerlo. Homilía, 17 de marzo de 2013

58 La misericordia supera todo muro, toda barrera, y te conduce a buscar siempre el rostro del hombre, de la persona. Y es la misericordia la que cambia el corazón y la vida, que puede regenerar a una persona y permitirle incorporarse de un modo nuevo en la sociedad. Audiencia, 10 de septiembre de 2014

59 La misericordia es la verdadera fuerza que puede salvar al hombre y al mundo del «cáncer» que es el pecado, el mal moral, el mal espiritual. Solo el amor llena los vacíos, las vorágines negativas que el mal abre en el corazón y en la historia. Solo el amor puede hacer esto, y esta es la alegría de Dios. Ángelus, 15 de septiembre de 2013

60 No existe límite alguno para la misericordia divina ofrecida a todos. El Señor está siempre dispuesto a quitar la piedra de la tumba de nuestros pecados, que nos separa de él, la luz de los vivientes. Ángelus, 6 de abril de 2014

61 Los Santos nos enseñan que el mundo se cambia a partir de la conversión de nuestros corazones, y esto es posible gracias a la misericordia de Dios. Homilía, 12 de abril de 2015

62 Dios siempre quiere la misericordia y no la condena hacia todos. Quiere la misericordia del corazón, porque Él es misericordioso y sabe comprender bien nuestras miserias, nuestras dificultades y también nuestros pecados. Ángelus, 14 de julio de 2013

63 «Con la medida con que midáis, se os medirá» (Mt 7,2); y responde a la misericordia divina con nosotros: «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; 13

dad y se os dará. Evangelii gaudium, 179

64 Estamos llamados a ir, a salir de nuestros recintos y, con ardor en el corazón, llevar a todos la misericordia, la ternura, la amistad de Dios. Homilía, 21 de marzo de 2015

65 Él te espera: Escúchalo con atención y su presencia entusiasmará tu corazón. «Pon a Cristo»: Él te acoge en el Sacramento del perdón, con su misericordia cura todas las heridas del pecado. No tengas miedo a pedirle perdón, porque Él en su tanto amor nunca se cansa de perdonarnos, como un padre que nos ama. ¡Dios es pura misericordia! Homilía, 25 de julio de 2013

66 Los ministros de la Iglesia tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo. Esto es Evangelio puro. Mensaje, 19 de agosto de 2013

67 Jesús permanece fiel, no traiciona jamás: aun cuando nos equivocamos, él nos espera siempre para perdonarnos: es el rostro del Padre misericordioso. Homilía, 27 de junio de 2014

68 Id por el camino de Jesús, que es la misericordia: sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. Porque solamente con un corazón misericordioso podremos hacer todo lo que el Señor nos aconseja, hasta el final. Homilía, 11 de septiembre de 2014

69 La Iglesia es así, es una mamá misericordiosa, que comprende, que busca siempre ayudar, alentar también ante sus hijos que se han equivocado y que se equivocan, no cierra jamás las puertas de la Casa; no juzga, sino que ofrece el perdón de Dios, ofrece su amor que invita a retomar el camino también a aquellos de sus hijos que han caído en un abismo profundo. Audiencia, 18 de septiembre de 2013

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70 La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. Misericordiae vultus, 3

71 La Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano... Se requiere, pues, una Iglesia capaz de redescubrir las entrañas maternas de la misericordia. Sin la misericordia, poco se puede hacer hoy para insertarse en un mundo de «heridos», que necesitan comprensión, perdón y amor. Discurso, 27 de julio de 2013

72 El auxilio que invocamos es ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros llegaremos a ser compasivos con todos. Misericordiae vultus, 14

73 La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. Misericordiae vultus, 10

74 Si todos nosotros, los pueblos, las personas, las familias, los barrios, tuviésemos esta actitud [de misericordia], ¡cuánta paz habría en el mundo, cuánta paz en nuestros corazones, porque la misericordia nos conduce a la paz! Homilía, 17 de marzo de 2014

75 Debemos hacer las obras de misericordia, pero con misericordia. Con el corazón ahí. Las obras de caridad con caridad, con ternura, y siempre con humildad. Discurso, 22 de septiembre de 2013

76 Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar 15

lo torcido de nuestra historia. Lumen fidei, 13

77 Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia... Recordemos al profeta Isaías, cuando afirma que, aunque nuestros pecados fueran rojo escarlata, el amor de Dios los volverá blancos como la nieve. Ángelus, 17 de marzo de 2013

78 La maldad humana puede abrir en el mundo abismos, grandes vacíos: vacíos de amor, vacíos de bien, vacíos de vida. Y nos preguntamos: ¿Cómo podemos salvar estos abismos? Para nosotros es imposible; solo Dios puede colmar estos vacíos que el mal abre en nuestro corazón y en nuestra historia. Es Jesús, que se hizo hombre y murió en la cruz, quien llena el abismo del pecado con el abismo de su misericordia. Homilía, 12 de abril de 2015

79 Solo Él tiene palabras de misericordia que pueden curar las heridas de nuestro corazón. Solo Él tiene palabras de vida eterna (cf Jn 6,68). Homilía, 21 de marzo de 2015

80 Cristo vino para salvarnos, para mostrarnos el camino, el único camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este camino de santidad es la misericordia, que él ha tenido y tiene cada día con nosotros. Homilía, 23 de febrero de 2014

81 En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la palabra oportuna. Entrevista, 19 de septiembre de 2013

82 En la Penitencia, Jesús nos acoge con todas nuestras limitaciones, nos trae la misericordia del Padre que nos perdona, y transforma nuestro corazón, convirtiéndolo en un corazón nuevo, capaz de amar como él, que amó a los suyos hasta el extremo (cf Jn 13,1). Y este 16

amor se manifiesta en su misericordia. Mensaje, 21 de junio de 2013

83 La misericordia auténtica se hace cargo de la persona, la escucha atentamente, se acerca con respeto y con verdad a su situación, y la acompaña en el camino de la reconciliación. Discurso, 6 de marzo de 2014

84 Que cada parroquia y cada realidad eclesial se convierta en un santuario para quien busca a Dios y casa acogedora para los pobres, los ancianos y quienes atraviesan situaciones de necesidad. Ir y acoger: así late el corazón de la madre Iglesia y de todos sus hijos. Ve, acógelos. Ve, busca. Ve, lleva amor, misericordia, ternura. Homilía, 21 de marzo de 2015

85 La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. Evangelii gaudium, 114

86 Pidamos al Señor, para cada uno de nosotros, ojos que sepan ver más allá de la apariencia; oídos que sepan escuchar gritos, susurros y también silencios; manos que sepan sostener, abrazar y curar. Pidamos, sobre todo, un corazón grande y misericordioso, que desee el bien y la salvación de todos. Discurso, 3 de mayo de 2014

87 A quienes encontréis, a vuestros coetáneos, sabed mostrar sobre todo el Rostro de la misericordia y del amor de Dios, que siempre perdona, alienta, dona esperanza. Estad siempre atentos a los demás, especialmente a las personas más pobres y más débiles, viviendo y testimoniando el amor fraterno, contra todo egoísmo y cerrazón. Mensaje, 21 de junio de 2013

88 Misericordia es profecía de un mundo nuevo, en el que los bienes de la tierra y del trabajo se distribuyen equitativamente y nadie se ve privado de lo necesario, porque la solidaridad y el acto de compartir son la consecuencia concreta de la fraternidad. Discurso, 5 de julio de 2014

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89 Aprendamos también nosotros a ser misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen, que tuvo en sus brazos la Misericordia de Dios hecha hombre. Ángelus, 17 de marzo de 2013

90 Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. Misericordiae vultus, 9

91 La misericordia de Dios da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, él siempre nos perdona. Ángelus, 9 de junio de 2013

92 La Iglesia, que es santa y a la vez necesitada de penitencia, acompaña nuestro camino de conversión durante toda la vida. La Iglesia no es dueña del poder de las llaves, sino que es sierva del ministerio de la misericordia y se alegra todas las veces que puede ofrecer este don divino. Audiencia, 20 de noviembre de 2013

93 El ayuno nos tiene que hacer más sensibles al dolor ajeno, más misericordiosos y, por lo tanto, más comprometidos. Mensaje, 6 de febrero de 2008

94 Creo que este es el tiempo de la misericordia. Discurso, 28 de julio de 2013

95 Dejaos envolver y abrazar por su misericordia, por la misericordia de Jesús, la misericordia que solo Jesús nos da. 18

Homilía, 21 de marzo de 2015

96 Cada día, cada uno de nosotros está llamado a ser consolador, a hacerse instrumento humilde pero generoso de la providencia de Dios y de su misericordiosa bondad, de su amor que comprende y compadece, de su consolación que alivia y da valor. Discurso, 31 de octubre de 2014

97 Nosotros estamos llamados a abrirnos cada vez más a la acción del Espíritu Santo, y a ofrecer toda nuestra disponibilidad para ser instrumentos de la misericordia de Dios, de su ternura, de su amor por cada hombre y por cada mujer, sobre todo por los pobres, los excluidos, los lejanos. Discurso, 17 de mayo de 2013

98 Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Evangelii gaudium, 3

99 Vosotros, enfermos, que experimentáis la fragilidad del cuerpo, podéis testimoniar con fuerza a las personas que están a vuestro lado cómo el bien precioso de la vida es el Evangelio, el amor misericordioso del Padre y no el dinero o el poder. Mensaje, 13 de julio de 2014

100 La Iglesia a veces se ha dejado envolver en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. Cuando lo más importante es el anuncio primero: ¡Jesucristo te ha salvado! Y los ministros de la Iglesia deben ser, ante todo, ministros de misericordia. Mensaje, 19 de agosto de 2013

101 Sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. «Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia» (Mt 5,7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse. Misericordiae vultus, 9

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102 Jesús invita a sus discípulos a ser misericordiosos, a hacer el bien a quien les hace mal, a rezar por los enemigos, a poner la otra mejilla, a no guardar rencor… Carta, 30 de mayo de 2014

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Índice Introducción 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 21

33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 22

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