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CONTENIDO Pág. GENERALIDADES 1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS 2. CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN LA ANTIGÜEDAD 2.1. ARISTÓTELES 2.2. LA CIENCIA GRIEGA DESPUÉS DE ARISTÓTELES 3. CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN LA EDAD MEDIA 3.1. ROMA Y LA ALTA EDAD MEDIA, ¿DECADENCIA DE LA CIENCIA ANTIGUA? 3.2. LA BAJA EDAD MEDIA 4. CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN EL RENACIMIENTO 4.1. EL RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA 4.2. LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS DEL SIGLO XVII Y LA TRADICIÓN EXPERIMENTAL 4.3. ESTÉTICA Y REPRESENTACIÓN DE LA NATURALEZA EN EL RENACIMIENTO 4.4. CUANTIFICACIÓN Y REPRESENTACIÓN MATEMÁTICA DEL MOVIMIENTO 4.5. LA IMPRENTA 4.6. UNA NUEVA MEDICINA 4.7. EL MODELO COSMOLÓGICO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI 4.8. GALILEO GALILEI 4.9. JOHANNES KEPLER 4.10. RENE DESCARTES 4.11. FRANCIS BACON 5. CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN DURANTE LA ILUSTRACIÓN 5.1. EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN O SIGLO DE LAS LUCES – XVIII 5.2. ISAAC NEWTON (1642-1727) 5.3. HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO 6. LA CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN EL SIGLO XX. 6.1. LA ECONOMÍA 6.2. LA ADMINISTRACIÓN 6.3. LA CONTADURÍA 6.4. EL COMERCIO INTERNACIONAL 7. LA GESTIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN COLOMBIA 7.1. HISTORIA DEL DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN-COLCIENCIAS 7.2. POLÍTICA NACIONAL DE FOMENTO A LA INVESTIGACIÓN Y LA INNOVACIÓN 7.3. EL CONSEJO ASESOR DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN 7.4. EL SISTEMA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA 2
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Pág. 7.5 PLATAFORMA SCIENTI (CVLAC, GRUPLAC, INSTITULAC) Red ScienTi 7.6. EL SISTEMA NACIONAL DE INNOVACIÓN 8. GESTIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR. 8.1. ESTRUCTURA 8.2. NORMAS Y POLÍTICAS PARA LA INVESTIGACIÓN 8.3. ESTÍMULOS PARA LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR 8.4. LOS CENTROS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR 8.5. GRUPOS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR 8.6. SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR BIBLIOGRAFÍA
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GENERALIDADES Cuando la ciencia y en primera instancia la filosofía, se preguntan por el sentido que tienen las cosas que percibimos, pone en juego dos cuestiones: por un lado, qué es lo real, pero, al mismo tiempo, cómo lo conocemos. Es importante establecer la manera en la que los seres humanos hemos accedido al conocimiento que hoy en día tenemos, a los adelantes tecnológicos que esos conocimientos nos han permitido desarrollar y a los procesos innovadores que todo ello conlleva de manera intrínseca. Sin embargo, la pregunta por lo real, opaca a la pregunta por el conocimiento. Cuando nos preguntamos por lo real estamos dando por cierto un incuestionable tipo de conocimiento que, sin embargo, no evidenciamos. Cuando percibimos algo mediante el sentido de la vista, no nos estamos preguntando por cómo es que lo vemos, no estamos cuestionando sobre la mirada, la esencia o la naturaleza de los ojos. Solo nos concentramos en lo que vemos. Toda definición de lo real se inicia con una confianza fundamental, damos por evidente un cierto tipo de conocimiento. Para desarrollar de forma efectiva el conocimiento objetivo ("verdadero") de la realidad en cualquiera de sus dimensiones: básico, tecnológico o aplicado, el ser humano, en tanto ser racional, ha perfeccionado una eficaz herramienta ordenadora de sus esfuerzos: la investigación científica. Al hablar de investigación, en general, se está remitiendo hacia la indagación, exploración sistemática y deliberada, de "algo" previamente establecido. A este proceso de indagación, también se le puede concebir como una serie de pasos orientados hacia la solución de una situación problemática. Para desarrollar adecuadamente dicho proceso indagatorio, el hombre posee una serie de capacidades del intelecto, de pensamiento crítico que le permiten realizar actividades de análisis y de síntesis, orientadas hacia la ordenación y jerarquización, tanto de los diferentes problemas que diariamente afronta, así como, las acciones necesarias para resolverlos. Dicha capacidad innata de lógica jerárquica aparece de forma espontánea y se acostumbra denominarle como "sentido común". Esta actividad empírica generadora y productora de conocimiento de la realidad, puede etiquetarse como investigación instintiva, silvestre o vulgar. Empero, la propia experiencia humana a través de la acumulación de conocimiento y el continuo ensayo y error, ha dado lugar a la sistematización de este proceso empírico, generador de conocimiento silvestre, y ha dado como origen una investigación que podría entenderse como más "cultivada" y que podría denominarse con el nombre de “investigación científica”.
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En este orden, se podría llegar a establecer o definir un conjunto de diferencias básicas entre estos dos tipos de investigación, la "vulgar" y la “científica”, y es que la primera se fundamenta en la intuición y el sentido común (no siempre valido o verificable), mientras que la segunda se basa en un conjunto de conocimientos previamente comprobados y en procedimientos rigurosos y sistemáticos (teoría y metodología respectivamente). El desarrollo de la investigación científica está lleno de grandiosas obras que han supuesto un hito en el avance del conocimiento y en las que la propuesta de un nuevo conjunto de planteamientos teóricos o de una nueva sistematización de conocimientos que van precedidos de una extensa introducción histórica, que han generado las condiciones actuales de progreso que los hombres disfrutamos y continuamos desarrollando. En el desarrollo de la ciencia, la tecnología e innovación, la historia de las distintas disciplinas científicas han desempeñado un papel de gran importancia. Esté módulo presenta una visión amplia del desarrollo y evolución del conocimiento, desde la antigüedad, hasta la actualidad. Al abordar la temática referida a la evolución de la ciencia, tecnología e innovación, se podrán generar las competencias necesarias para que los estudiantes adquieran un mayor conocimiento y comprensión de la dinámica científica y tecnológica y su influencia en la sociedad, a través del estudio de los avances científicos y tecnológicos más relevantes de los diversos períodos históricos, y del entorno social, económico y cultural en el que estos se originaron. Lo más significativo que la ciencia nos puede enseñar, es el lugar que ocupamos en el universo, el descubrimiento que no somos seres especiales. Iniciando el proceso con Tales de Mileto, continuado por la obra de Nicolás Copérnico en el siglo XVI, y después Galileo a principios del siglo XVII, la oleada continua de nuevos descubrimientos científicos y métodos para hacer ciencia, permitió definir que, del mismo modo que la Tierra es un planeta común y corriente, ordinario, igualmente el Sol es una estrella ordinaria (una entre los varios cientos de miles de millones de estrellas que forman nuestra galaxia, la Vía Láctea) y descubrir a la par, que la misma Vía Láctea es tan sólo una galaxia ordinaria (una de los varios cientos de miles de millones que hay en el universo que es posible llegar a percibir o como se le denomina, universo visible). Incluso la ciencia ha llegado a plantear, a finales del siglo XX, que este universo conocido, puede que no sea el único, ya que existe una gran probabilidad de la existencia de multiuniversos. A la par de los grandes avances de las ciencias naturales, las ciencias sociales realizan un valioso aporte en la construcción del conocimiento y el desarrollo de la sociedad y su cultura. La investigación social se ha desarrollado a través de la historia, a la tutela de dos grandes marcos de referencia: el enfoque empirista y el humanista. Se refieren estos enfoques a dos divisiones orgánicas y visiblemente contrapuestas de la realidad social y las maneras de conocerla, que han originado dos conjuntos de técnicas de investigación coherentes y muy diferenciadas entre sí.
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De esta manera, con la realización de este módulo, se procura exponer la decisiva y recíproca influencia que la ciencia, la tecnología y la innovación, han ejercido a lo largo de toda la historia de la Humanidad. De igual forma, este módulo, que servirá de base para la asignatura de Introducción a la Ciencia, Tecnología e Innovación, impartida en el ciclo básico o común de la Facultad de Ciencias Administrativas, Contables y Económicas, de la Universidad Popular del Cesar, permitirá introducir y desarrollar una concepción detallada y amplia del proceso general del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT) y demás aspectos normativos de la gestión del conocimiento en Colombia, así como, los distintos elementos normativos y operativos desarrollados específicamente en la Universidad Popular del Cesar, para fomentar la generación de nuevos conocimientos y la aplicación de los mismos.
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1. CONCEPTOS INTRODUCTORIOS1 ¿QUÉ ES LA CIENCIA? Muchos autores sostienen que la ciencia es un conjunto de conocimientos racionales, ciertos y probables, obtenidos metódicamente, sistematizados y verificables, que hacen referencia a objetos de una misma naturaleza. Sin embargo, otros opinan que es un creciente cuerpo de ideas establecidas provisionalmente que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable, y, por consiguiente, falible. Independientemente del concepto que se maneje, algo es claro: la ciencia avanza solamente a través de la investigación científica, pues ella ha permitido al ser humano hacer una reconstrucción conceptual de la realidad, que es cada vez más amplia, profunda y exacta. El ser humano domina y moldea la naturaleza, sometiéndola a sus propias necesidades; reconstruye la sociedad y es, a su vez, reconstruido por ella; trata luego de remoldear este ambiente artificial para adaptarlo a sus propias necesidades materiales y espirituales, así como a sus ideales: crea así el mundo de los artefactos y el mundo de la cultura. La ciencia es una actividad eminentemente social: en cuanto se aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales y culturales, la ciencia se convierte en tecnología. Entre las principales características de la ciencia se tienen las siguientes:
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Es fáctica: parte de los hechos, los respeta, hasta cierto punto y siempre vuelve a ellos. Trasciende a los hechos: descarta hechos, produce nuevos hechos y los explica. Es analítica: aborda problemas circunscriptos, uno a uno, y trata de descomponerlos, de entender sus componentes; intenta descubrir los elementos que componen cada totalidad, y las interconexiones que explican su integración. Es especializada: trata problemas específicos, ya sea de las ciencias naturales, sociales o formales. Estos géneros difieren en cuanto al asunto, a las técnicas y al grado de desarrollo, –no así en lo que respecta al objetivo, método y alcance. Es clara y precisa: sus problemas son distintos, sus resultados son claros.
Tomado de: Escorsa P, Valls J (2003). Tecnología e innovación en la empresa, Barcelona, España, Ediciones UPC
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Es comunicable: expresa información a quien haya sido adiestrado para entenderla. Es verificable: debe superar el examen de la experiencia. Para realizar esto se pueden utilizar diferentes técnicas: la experimentación, observación, etc. Esto depende del tipo de objeto, de las hipótesis en cuestión y de los medios disponibles. Es metódica: no es errática, sino planeada. Los investigadores no prueban en la oscuridad: saben lo que buscan y cómo encontrarlo. Es sistemática: una ciencia no es un agregado de información inconexa, sino un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí. Es general: ubica los hechos singulares en pautas generales, los enunciados particulares en esquemas amplios. Es legal: busca leyes de la naturaleza y de la cultura y las aplica. En la medida en que la ciencia es legal, es esencialista: intenta llegar a la raíz de las cosas. Es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes, y las leyes en términos de principios. Procura responder al porqué ocurren los hechos, cómo ocurren y por qué no ocurren de otra manera. Es predictiva: trasciende la masa de los hechos de la experiencia, imaginando cómo puede haber sido el pasado y cómo podrá ser el futuro. Es abierta: las nociones acerca de nuestro medio natural o social, o acerca del yo, no son finales, están todas en movimiento, todas son falibles. Siempre es concebible que pueda surgir una nueva situación en que nuestras ideas, por firmemente establecidas que parezcan, resulten inadecuadas en algún sentido. Es útil: porque busca a la verdad. La ciencia es eficaz en la provisión de herramientas para el bien y el mal. La sociedad moderna paga la investigación porque ha aprendido que rinde. Es cosa de los técnicos emplear el conocimiento científico con fines prácticos, y los científicos pueden, a lo sumo, aconsejar acerca del cómo puede hacerse uso racional, eficaz y bueno de la ciencia.
En síntesis, la ciencia es valiosa como herramienta para dominar la naturaleza y remodelar la sociedad. Es valiosa en sí misma, como clave para la inteligencia del mundo y del yo. Y es eficaz, en el enriquecimiento de la disciplina y la liberación de nuestra mente. Las ciencias que el ser humano ha desarrollado se pueden clasificar en dos grandes grupos: ciencias fácticas y ciencias formales. La palabra fáctica proviene del latín facto que significa hecho. Las ciencias fácticas son, entonces, las que estudian los hechos. Las formales, como su nombre lo indica, estudian las formas. En consecuencia, la primera diferencia entre las ciencias formales y las fácticas son su objeto de estudio.
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Gráfica 1. Ciencias formales, ciencias naturales y ciencias sociales
Fuente: Elaborado por los compiladores.
La mayoría de las ciencias tienen como objeto primordial de estudio los hechos objetivos, o sea, hechos que suceden en la naturaleza. Por ejemplo, la botánica estudia las transformaciones y cambios que ocurren en el reino vegetal. La vegetación, las plantas y los árboles están ahí. Son un hecho objetivo. Un científico botánico puede verlos, tocarlos, observarlos, reproducirlos, injertarlos, podarlos, etc. Está trabajando con hechos. Pero no todos los científicos trabajan con hechos objetivos. Hay algunos que trabajan primordialmente con formas. Los dos casos más importantes son la lógica y la matemática. En ambos casos, se trata de la construcción de entes ideales, abstractos, que no corresponden directamente a hechos de la realidad y cuya existencia se ubica en la mente humana. Por lo tanto, las ciencias fácticas trabajan primordialmente con los hechos y las ciencias formales primordialmente con formas. Es necesario poner atención a la palabra “primordialmente”, porque quiere decir que las ciencias fácticas también trabajan con abstracciones y que las ciencias formales reciben influencia de los procesos reales. Es claro que el botánico, después de observar muchos árboles, construye un ente abstracto que es el concepto de “árbol”, el cual no corresponde a un árbol en particular. Por otro lado, para ayudarse en su estudio, el botánico tiene que recurrir a conceptos más formales, como los números, a fin de formular las leyes científicas que él trata de probar.
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Otra diferencia entre las ciencias exactas y las fácticas radica en su método de estudio. El método científico tiende: • •
En las ciencias formales, a demostrar o probar. En las ciencias fácticas, a confrontar las leyes con la práctica.
Siendo las ciencias formales construcciones lógicas, su método tiende a probar la coherencia de su razonamiento con base en los supuestos o axiomas que se adoptan. Un axioma es un supuesto de una ciencia formal, cuya corrección se da por aceptada y, por tanto, no se discute. La prueba consiste en demostrar la coherencia interna y la corrección de una afirmación, partiendo de los axiomas o de conclusiones basadas en esos axiomas. Por ejemplo: Etapa 1. Se adoptará este axioma: “dos cosas iguales a una tercera, son iguales entre sí. Etapa 2. Para facilidad del razonamiento, le damos una representación literal a cada una de esas tres cosas. Respectivamente llamaremos: a, b y c. Etapa 3. Las dos primeras etapas nos permiten formular el axioma dicho de la siguiente manera: si a = b, y b = c, entonces a = b. Etapa 4. Si le damos un valor de 1 a “b”, entonces podemos concluir que también a = 1, y que también c = 1. Para demostrar o probar ésta conclusión, no se está obligado a la confrontación con la realidad. Basta cumplir con las leyes internas de la lógica que se ha adoptado. Sobre ésta conclusión es posible, si se siguen estrictamente las reglas de la lógica, construir otras conclusiones, hasta elaborar un sistema coherente de pensamiento. Las ciencias fácticas se dividen en: ciencias naturales y ciencias sociales. Las ciencias naturales se dedican al estudio de procesos, cambios y transformaciones de la materia tal como se presenta en la naturaleza. En tanto que las Ciencias Sociales estudian las relaciones de los hombres entre sí. Entre las ciencias sociales se encuentran la economía, la antropología, la historia, la geografía humana, la psicología social y, por supuesto, la sociología.
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EL MÉTODO CIENTÍFICO. ¿Qué es el método científico? Es el conjunto de reglas que señalan los procedimientos para llevar a cabo una investigación. Es un conjunto de proposiciones y procedimientos filosóficos, teóricos y empíricos, que permiten la confrontación de las teorías con la práctica, para su comprobación, superación o rechazo. Es la referencia a una serie de operaciones ordenadas y encaminadas a obtener una explicación racional y objetiva del universo. De estas definiciones, se puede inferir que la esencia del método científico estriba en proporcionar normas que dirigen y encauzan la actividad científica; es necesario aclarar que el método da guías y orientaciones y no patrones rígidos, inflexibles de investigación. El método científico tiene tres fases: •
Indagadora: da descubrimiento de nuevos procesos objetivos o de aspectos de los procesos ya conocidos.
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Demostrativa: demuestra la conexión racional, entre los resultados adquiridos y la comprobación experimental de los mismos.
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Expositiva: se exponen los resultados del proceso investigativo, para servir como material a nuevas investigaciones.
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El método científico es útil para:
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Descubrir la forma de existencia de los procesos del universo.
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Desentrañar las conexiones internas y externas de los fenómenos y procesos de la realidad.
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Generalizar y profundizar los conocimientos en sus aspectos, cuantitativos y cualitativos.
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Demostrar los procesos rigurosamente (repetitividad de condiciones de un proceso).
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Comprobar o refutar la existencia o no de un proceso.
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Mejorar las condiciones de existencia humana, a través de la aplicación en nuevas tecnologías (ciencia aplicada).
PASOS DEL MÉTODO CIENTÍFICO. •
Planteamiento del problema.
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Reconocimiento de los hechos: examen de hechos, clasificación preliminar y selección de los que probablemente sean relevantes en algún aspecto.
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Descubrimiento del problema: hallazgo de la laguna o de la incoherencia en el cuerpo del saber.
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Formulación del problema: planteamiento de una pregunta que tiene probabilidad de ser la correcta; esto es, reducción del problema a su núcleo significativo. Probablemente soluble y probablemente fructífero, con ayuda del conocimiento disponible.
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Construcción de un modelo teórico.
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Selección de los factores pertinentes: invención de suposiciones plausibles relativas a las variables que probablemente son pertinentes.
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Invención de las hipótesis centrales y de las suposiciones auxiliares: propuesta de un conjunto de suposiciones concernientes a los nexos entre las variables pertinentes; por ejemplo, formulación de enunciados de ley que se espera puedan amoldarse a los hechos observados.
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Traducción matemática: cuando sea posible, traducción de las hipótesis, o de parte de ellas, a alguno de los lenguajes matemáticos.
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Búsqueda de consecuencias particulares.
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Búsqueda de soportes racionales: deducción de consecuencias particulares que pueden haber sido verificadas en el mismo campo o en campos contiguos.
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Búsqueda de soportes empíricos: elaboración de predicciones sobre la base del modelo teórico y de datos empíricos, teniendo en cuenta técnicas de verificación, disponibles o concebibles.
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Prueba de las hipótesis.
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Diseño de la prueba: planteamiento de los medios para poner a prueba las predicciones; diseño de observaciones, experimentos y demás operaciones instrumentales.
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Ejecución de la prueba: realización de las operaciones y recolección de datos.
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Elaboración de los datos: clasificación, análisis, evaluación, reducción de datos.
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Inferencia de la conclusión: interpretación de los datos elaborados a la luz del modelo teórico.
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Introducción de las conclusiones en la teoría.
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Comparación de las conclusiones con las predicciones: contraste de los resultados de la prueba con las consecuencias del modelo teórico, precisando en qué medida éste puede considerarse confirmado o no confirmado (inferencia probable).
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Reajuste del modelo: eventual corrección o aún reemplazo del modelo.
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Sugerencias acerca del trabajo ulterior: búsqueda de lagunas o errores en la teoría y/o los procedimientos empíricos, si el modelo ha sido no confirmado; si ha sido confirmado, examen de posibles extensiones y de posibles consecuencias en otros departamentos del saber.
EL ENFOQUE CIENTÍFICO El investigador científico es un individuo que aplica procedimientos formales, sistemáticos, para obtener información acerca de algún aspecto que le interesa de la realidad. El enfoque científico puede compararse con otras fuentes de verdad y de comprensión. Algunas “verdades” nos han sido legadas por tradición o costumbre, esto es, son aceptadas como cosas culturales dadas sin que exija de autoridad o de especialistas. Nuestra experiencia, sumada a los procedimientos de tanteo, no es conocida por todos como método para adquirir comprensión. Algunos de nuestros problemas pueden resolverse por razonamiento lógico. El razonamiento inductivo es el proceso de establecer generalizaciones a partir de observaciones específicas, en tanto que el razonamiento deductivo es el proceso de establecer predicciones específicas a partir de principios generales. Estos enfoques sufren de varias limitaciones como sistema de indagación humana y como técnica para resolver problemas. El método científico es el procedimiento más avanzado de indagación que haya ideado el ser humano.
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El enfoque científico puede describirse en términos de cierto número de características. En primer lugar, es un proceso sistemático, disciplinado y controlado. Los científicos fundan sus descubrimientos en observaciones empíricas, lo cual significa que las pruebas están arraigadas en la realidad objetiva y se compitan a través de los sentidos humanos o por sus extensiones. A diferencia de muchas otras técnicas para resolver preguntas, el enfoque científico pretende ser general e intenta establecer explicaciones conceptuales o teorías referentes a las relaciones entre fenómenos. La investigación científica puede clasificarse en términos de sus funciones u objetivo. Las metas más corrientes de la investigación son descripción, exploración, explicación, predicción y control de los fenómenos. También es posible describir la investigación en términos de la utilidad práctica directa que aspira lograr. La investigación básica se dedica a ampliar la base de conocimientos en una disciplina en aras del conocimiento mismo. La investigación aplicada se enfoca en describir soluciones para problemas prácticos inmediatos. Al tratar seres humanos en situaciones de investigación, han de plantearse algunos temas éticos. Tres requisitos éticos comunes son: participación voluntaria, libertad de daño y molestia física o psicológica y anonimato o carácter confidencial de la información. La ética en la investigación es una preocupación constante y desorientadora, pues sus exigencias a menudo están en conflicto con las necesidades científicas. El investigador necesita adquirir gran seriedad en cuanto a las consideraciones éticas.
TENDENCIAS EN LA INVESTIGACIÓN La manera como se concibe la realidad guía los procesos concretos de investigación y la apropiación teórica del mundo real. La concepción de la naturaleza y la sociedad ha sido distinta a lo largo de la historia de la humanidad, así han aparecido diversas corrientes que interpretan y explican la realidad en forma totalmente diferente: el idealismo, el materialismo, el racionalismo, el empirismo y otras. Cuestiones como el origen de la vida, la transformación de la naturaleza, la actividad social de los seres humanos, se explican desde estas dos corrientes:
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Para el Idealismo, son las ideas, los conceptos, los que crean el mundo y orientan el desarrollo de los procesos naturales y sociales. Para el Materialismo, es la materia, la realidad objetiva, que existe con anterioridad e independencia, a nuestra conciencia.
Ambas corrientes se encuentran presentes en la concepción de la sociedad y la concepción de la realidad social es distinta debido a la presencia de ideologías que representan intereses de la clase, a pesar que la realidad es la misma. La concepción de ambas corrientes se expresa en planteamientos generales que están presentes en el discurso teórico respectivo. La concepción de ambas corrientes se expresa en planteamientos generales que están presentes en el discurso teórico respectivo. A manera de verbigracia, analicemos la sociedad capitalista: •
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Desde la posición idealista-funcionalista: se concibe como un sistema social dado, cuyas partes se encuentran en interdependencia, y cumplen determinadas funciones para el mantenimiento del orden social establecido. Desde la posición materialista: se concibe que la sociedad no es algo inconmovible, sino un organismo susceptible de cambios y sujeto a un proceso constante de transformación, impulsado por la presencia de elementos contradictorios (clases sociales) que están unidad relativamente y en conflicto constante.
En la investigación, es necesario tener presente las premisas fundamentales de la concepción científica de la realidad, a fin de seleccionar y aplicar los distintos métodos y técnicas de investigación, acordes al estudio de la misma. Las tesis científicas fundamentales son: • • • • • •
Todos los fenómenos de la realidad social se encuentran en relación y dependencia mutua. La realidad se encuentra en continuo movimiento, cambio y transformación. Los cambios, las transformaciones que aparecen en la realidad son cambios objetivos cuya fuente es la contradicción interna que se presenta en los procesos. Los elementos y procesos de la estructura social tienen diferente jerarquía o influencia para el surgimiento, desarrollo y transformación de los procesos sociales. La realidad se presenta a diferentes niveles. Nuestra experiencia sensible capta solamente los aspectos externos de los objetos y procesos. La práctica social concreta, es la base del conocimiento, el criterio de veracidad de nuestras representaciones teóricas y la única forma de transformar el mundo.
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¿CÓMO SE ORIGINA UNA INVESTIGACIÓN? El punto de partida de toda investigación radica en la identificación de problemas en la práctica productiva-social del hombre, o en el aparecimiento de vacíos teóricos que dificultan la comprensión y transformación de la realidad natural o social que impiden hacer más satisfactoria la vida de la comunidad. El descubrimiento de problemas obliga al hombre a tomar caminos lógicos o sistemáticos, para encontrarles solución. Así, en el acontecer histórico mediante la práctica empírica, primeramente, la tecnología constituyó la base para el conocimiento de los fenómenos derivado de su contacto directo con las cosas; luego y simultáneamente con la práctica teórica a nivel de conocimiento racionalabstracto ha venido mejorando y perfeccionando el modo de transformar y comprender al mundo hasta formular el conocimiento científico, o sea la ciencia. ¿Qué es investigar? Es hacer conocimientos sobre fenómenos, hechos y procesos de la realidad. Es descubrir las leyes y las relaciones entre las cosas, para determinar sus causas y consecuencias. ¿Qué se va a investigar? Es la primera interrogante que se hace. Generalmente el tema o problema es asignado por la empresa o institución contratante o por un docente si es a nivel académico. Cuando no se ha definido que investigar, generalmente procede hacer un diagnóstico. ¿Para qué se va a investigar? Esto responde a la necesidad de expresar claramente los objetivos concretos que se persiguen en el estudio. ¿En dónde se va a investigar? Esta pregunta implica definir el área geográfica que cubrirá la investigación y de donde se extraerán los datos e informaciones que ayuden a identificar causas, efectos y situaciones del problema. ¿Cuándo se va a investigar?
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Es necesario delimitar el tiempo y los momentos más adecuados para llevar a cabo el estudio, de tal manera que se facilite el alcanzar los objetivos previstos. ¿Con qué se va a investigar? Acá se establecen los recursos con que se dispone para el proceso de investigación. Se deben estimar los recursos humanos, materiales y financieros a utilizar durante toda la investigación. ¿Cómo se va a investigar? Se hace alusión a la metodología que se va a emplear. Es decir, los mecanismos o estrategias que se definieron para realizar el estudio. Generalidades sobre Investigación Cualitativa e Investigación Cuantitativa. La investigación cualitativa es un tipo de investigación que ofrece técnicas especializadas para obtener respuestas a fondo acerca de lo que las personas piensan y sienten. Este tipo de investigación es de índole interpretativa y ser realiza con grupos pequeños de personas cuya participación, es activa durante todo el proceso investigativo y tiene como meta, la transformación de la realidad. La investigación cuantitativa, es un tipo de investigación que le interesa las mediciones del fenómeno o proceso, verbigracia, con qué frecuencia ocurre, cuál es el porcentaje, cuántos lo dicen, etc.
INNOVAR O DESAPARECER Una economía de nuevos productos Los productos pueden tener éxito internacionalmente por su precio, por su calidad, por su diseño, o sencillamente, porque se dispone de una red comercial más amplia o se ha hecho más publicidad. Pero, ¿cómo han sido posibles estos productos competitivos?, ¿cómo se han generado? La respuesta es: a través de innovaciones. En una primera aproximación, innovación es sinónimo de cambio. La empresa innovadora es la que cambia, evoluciona, hace cosas nuevas, ofrece nuevos productos y adopta, o pone a punto, nuevos procesos de fabricación. "Innovación es atreverse" e "Innovación es nacer cada día". Hoy, la empresa está obligada a ser innovadora si quiere sobrevivir. Si no innova, pronto será alcanzada por los competidores. La presión es muy fuerte, ya que los productos y los procesos tienen, en general, un ciclo de vida cada vez más corto.
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Esta tendencia procede de tres aspectos fundamentales. En primer lugar, el progreso técnico. Los productos actuales pueden desaparecer bruscamente debido a la aparición de nuevos productos con prestaciones mejores. El esfuerzo que se está haciendo por encontrar nuevas tecnologías o mejorar las existentes es inmenso. ¿Quién se acuerda de la televisión en blanco y negro? ¿Y del ordenador doméstico Spectrum, diseñado por Clive Sinclair, muy popular hace pocos años? En segundo lugar, la internacionalización de la economía. La competencia se agudiza, no solamente por parte de los países vecinos de la Unión Europea, sino de países insospechados, como, por ejemplo, los "tigres de Asia". El tercer factor es la desmasificación de los mercados, es decir, la tendencia a fabricar productos cada vez más personalizados, hechos a medida, dirigidos a mercados específicos. Esta trayectoria empuja hacia una mayor flexibilidad en los procesos productivos.
Las distintas etapas del ciclo de vida Las cuatro etapas generalmente consideradas son las siguientes: introducción, crecimiento o desarrollo, madurez y declive. •
Introducción: Es la primera fase, las ventas crecen lentamente. El producto se está introduciendo y los compradores tienen dudas. Probablemente algunas deficiencias tecnológicas no están del todo resueltas.
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Crecimiento: En la segunda etapa el producto va incrementando su aceptación y el mercado llega a ser interesante. Tiene lugar un crecimiento acentuado de las ventas. Surgen más fabricantes dispuestos a producir, si les es posible, este producto ya que las expectativas de ventas son muy estimulantes.
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Madurez: En la etapa de madurez, el mercado se encuentra bastante saturado. El producto se ha vendido en gran cantidad y la guerra entre competidores se centra en los precios y la diferenciación.
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Declive: Disminuyen los compradores. Las ventas bajan porque probablemente el producto ha quedado anticuado, debido a la aparición de nuevos productos que hacen las mismas funciones.
Determinados autores han asociado a cada etapa características y comportamientos distintos. No solamente los productos están sujetos a un ciclo de vida; la figura 1, muestra que las tecnologías también lo están.
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Gráfica 2. Ciclo de vida de las tecnologías
Sin embargo, el ciclo de vida no se sigue siempre fatalmente. Puede producirse una renovación o un "rejuvenecimiento" del producto a consecuencia de la aparición de innovaciones en el proceso de producción o en algún subsistema del mismo producto. La navegación a vela ha experimentado un rejuvenecimiento debido a la práctica deportiva. La máquina de escribir tradicional fue renovada por la máquina electrónica, la cual, a su vez, ha entrado en declive ante la aparición del procesador de textos. José M. Vegara (1990) se pregunta si la industria del automóvil se puede considerar, hoy en día, madura o renovada, teniendo en cuenta la introducción constante de nuevas mejoras (robots, fabricación flexible, nuevos sistemas de inyección, dirección asistida...). Realmente, la respuesta no es fácil.
Los continuos cambios de la tecnología Richard Foster, director de McKinsey, ha convertido otro concepto -la curva en S- en protagonista de su libro Innovation (1986). Esta curva relaciona el esfuerzo efectuado en desarrollar una tecnología (medido por los recursos utilizados, humanos y financieros) con los resultados obtenidos (medidos por el parámetro más significativo: velocidad, consumo, resistencia, tamaño...). Cuando se inicia la investigación sobre una nueva tecnología, el progreso es muy lento. Se soluciona un obstáculo, pero aparece otro inmediatamente. Sin embargo, llega un momento en que los
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principales problemas están resueltos, y con un pequeño gasto adicional las prestaciones mejoran rápidamente. Después de esta etapa de rápido crecimiento, el progreso se estabiliza de nuevo. La empresa debe gastar más que en el pasado para mantener la misma tasa de progreso o bien se ve obligada a aceptar una tasa de progreso menor. Esto sucede porque la tecnología se halla cerca de su límite. Foster especifica varios síntomas de esta proximidad al límite: descontento de los directivos respecto al rendimiento de la I+D, aumento de los costes de desarrollo, disminución de la creatividad, mayor esfuerzo en procesos que en productos, importancia de la segmentación en el crecimiento de las ventas, etc. Esta fase de estancamiento acostumbra a coincidir con un hecho importante: otra u otras compañías, pequeñas por regla general, están ya experimentando otra tecnología. Probablemente al principio sus progresos serán muy lentos, pero, como en el caso anterior, puede suceder que la nueva tecnología mejore y supere a la antigua. Estamos ante una discontinuidad tecnológica, es decir, ante una transición de un grupo de productos o procesos a otro distinto. Este progreso rápido de la nueva tecnología puede pasar desapercibido en las empresas existentes y provocar un colapso súbito de sus ventas. La historia empresarial está llena de casos de este tipo; por ejemplo, la venta de cajas registradoras electromecánicas que en 1972 representaban el 90% del mercado americano, cayó a sólo un 10% en 1976, tras la aparición de las cajas electrónicas. Otro caso significativo: la mayoría de las grandes empresas americanas fabricantes de tubos de vacío no sobrevivieron a la aparición del transistor. Las curvas en S correspondientes al rayón, al nilón y al poliester son muy reveladoras; la empresa Du Pont obtuvo resultados poco relevantes en su investigación sobre el nilón, ignorando que se encontraba en el tramo horizontal de la curva, mientras que los resultados de Celanese que había apostado por el poliester, progresaron rápidamente con poco dinero. Foster defiende que en épocas de discontinuidad la ventaja suele ser de los atacantes, los cuales con frecuencia no tienen nada que perder y mucho que ganar. A le empresa defensora le cuesta mucho reaccionar, cambiar sus hábitos; le es más fácil, y le parece más seguro, continuar invirtiendo en las tecnologías del pasado. Para Foster "la innovación no es un proceso solitario sino una batalla entre atacantes y defensores". Las mejores empresas abandonan a tiempo la antigua tecnología y se lanzan con decisión hacia la nueva. Lo han hecho empresas como Procter&Gamble, Gould, United Technologies, IBM... Las conclusiones son muy claras. Las empresas han de acostumbrarse al cambio continuo. Es necesario
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atacar y defenderse al mismo tiempo. "La innovación es arriesgada, pero no innovar es aún más arriesgado". Gráfica 3. Ejemplo de curvas en forma de S
EL CONCEPTO DE INNOVACIÓN Y LA TERMINOLOGÍA DE LA I+D (INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO) Algunas definiciones de innovación Algunas definiciones nos serán útiles para poder profundizar en la comprensión de diversos conceptos (I+D, innovación, etc.). Los distintos autores y expertos en la materia que nos ocupa definen las innovaciones con matices personales, pero existe un concepto común: nos estamos refiriendo a una idea nueva hecha realidad o llevada a la práctica. El francés André Piatier define la innovación con "una idea transformada en algo vendido o usado". De forma análoga se expresa el americano Sherman Gee cuando afirma que "la innovación es el proceso en el cual a partir de una idea, invención o reconocimiento de una necesidad se desarrolla un
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producto, técnica o servicio útil hasta que sea comercialmente aceptado". Otra definición (Pavón y Goodman) la entiende como "el conjunto de actividades, inscritas en un determinado período de tiempo y lugar, que conducen a la introducción con éxito en el mercado, por primera vez, de una idea en forma de nuevos o mejores productos, servicios o técnicas de gestión y organización". Las definiciones anteriores se derivan de la de Schumpeter, economista austriaco que fue el primero en destacar la importancia de los fenómenos tecnológicos en el crecimiento económico. Schumpeter definió la innovación, en 1934, en un sentido más general que el de las innovaciones específicamente tecnológicas. Según su definición clásica, la innovación abarcaría los cinco casos siguientes: 1. La introducción en el mercado de un nuevo bien, es decir, un bien con el cual los consumidores aún no están familiarizados, o de una nueva clase de bienes. 2. La introducción de un nuevo método de producción, es decir, un método aún no experimentado en la rama de la industria afectada, que requiere fundamentarse en un nuevo descubrimiento científico; y también puede existir innovación en una nueva forma de tratar comercialmente un nuevo producto. 3. La apertura de un nuevo mercado en un país, tanto si este mercado ya existía en otro país como si no existía. 4. La conquista de una nueva fuente de suministro de materias primas o de productos semielaborados, nuevamente sin tener en cuenta si esta fuente ya existe, o bien ha de ser creada de nuevo. 5. La implantación de una nueva estructura en un mercado, como, por ejemplo, la creación de una posición de monopolio. Existe acuerdo en que la innovación es el elemento clave que explica la competitividad. Porter, por ejemplo, se muestra rotundo: "La competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria para innovar y mejorar. Las empresas consiguen ventajas competitivas mediante innovaciones". También lo es François Chesnais cuando manifiesta que "la actividad innovadora constituye efectivamente, con el capital humano (es decir, el trabajo calificado), uno de los principales factores que determinan las ventajas comparativas de las economías industriales avanzadas". Con razón el concepto de innovación es objeto de una atención especial. Observamos que todas las definiciones concuerdan en el hecho de que la innovación acaba con la introducción con éxito en el mercado. Si los nuevos productos, procesos o servicios no son aceptados por el mercado, no existe innovación.
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Christopher Freeman, profesor emérito de la Universidad de Sussex, insiste en que un intento de innovación fracasa cuando no consigue una posición en el mercado y/o un beneficio, aunque el producto o proceso "funcione" en un sentido técnico. La estrecha conexión entre los conceptos actuales de competitividad e innovación es evidente: decir que los nuevos productos deben tener éxito es prácticamente lo mismo que decir que han de ser competitivos. Este resultado final comporta, en definitiva, atributos creadores de valor. El nuevo producto o el nuevo proceso proporcionan una utilidad social real o sentida, ya que permitirán a la sociedad lograr mejoras tales como, por ejemplo, más comodidad, confortabilidad, seguridad, energía, calidad o estética. La innovación así definida no depende necesariamente de la tecnología, entendida como "la aplicación industrial de los descubrimientos científicos". Las tiendas de autoservicio fueron, en su día, una innovación que no necesitó cambios en los productos o procesos. El leasing es un caso bien conocido de innovación financiera. Otro ejemplo de innovación en la gestión y la organización bastante conocido también es la comercialización por el sistema de franquicia. En la tabla 1, se pueden ver un conjunto de innovaciones con y sin protagonismo de la tecnología. Está claro que muchas innovaciones resultan de combinaciones diversas, por ejemplo, la utilización de cajeros automáticos para libretas de ahorro y tarjetas de crédito. El éxito de la empresa italiana Benetton radica en sus innovaciones en la organización de la producción y, sobretodo, en la distribución. La innovación será "tecnológica" cuando tenga que ver con la ciencia y la tecnología. De forma sencilla diremos que la innovación tecnológica supone para la empresa la introducción de un cambio técnico en los productos o procesos. En el Manual de Oslo de la OCDE se afirma que las innovaciones tecnológicas hacen referencia tanto a los productos como a los procesos, así como a las modificaciones tecnológicas que se llevan a término en ellos. No se consideran innovaciones hasta que se ha introducido el producto en el mercado o hasta que se ha implantado en el proceso la idea nueva o la nueva manera de hacer. La diferencia permite separar las innovaciones en innovaciones de producto e innovaciones de proceso. Finalmente se menciona que no solo la tecnología interviene en el proceso de la innovación, sino también las actividades científicas diversas, las cuestiones de tipo organizativo, las consideraciones financieras y las consideraciones comerciales.
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Investigación básica, investigación aplicada y desarrollo tecnológico Dentro del proceso de innovación se suele separar lo que se considera propiamente I+D investigación y desarrollo tecnológico) del resto. La I+D se desglosa a su vez en tres clases: investigación básica o fundamental, investigación aplicada y desarrollo tecnológico. La investigación básica comprende todos aquellos trabajos originales que tienen como objetivo adquirir conocimientos científicos nuevos sobre los fundamentos de los fenómenos y hechos observables. Dentro de este tipo de trabajo se analizan propiedades, estructuras y relaciones y su objetivo consiste en formular hipótesis, teorías y leyes. Los resultados se publican en revistas bastante especializadas y no pretenden lograr ningún objetivo lucrativo en concreto. La investigación aplicada consiste en trabajos originales que tienen como objetivo adquirir conocimientos científicos nuevos pero orientados a un objetivo práctico determinado. Está muy ligada a la investigación básica a causa de que utiliza posibles resultados de la investigación básica y estudia métodos y medios nuevos para lograr un objetivo concreto. Los resultados que se obtienen son los productos determinados, una gama de productos nuevos o, incluso, un número limitado de operaciones, métodos y sistemas. Los resultados son susceptibles de ser patentados. El desarrollo tecnológico abarca la utilización de distintos conocimientos científico para la producción de materiales, dispositivos, procedimientos, sistemas o servicios nuevos o mejoras substanciales. Realiza trabajos sistemáticos basados en conocimientos existentes, procedentes de la investigación aplicada o de la experiencia práctica. Su primer objetivo consiste en lanzar al mercado una novedad o una mejora concreta. Para poder ensayar, normalmente se hacen pruebas con un prototipo o una planta piloto; actualmente, sin embargo, se tiende de forma creciente a la simulación por ordenador.
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Tabla 1. Algunos ejemplos de innovaciones
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En la etapa de la investigación básica, los investigadores se dedican a estudiar los conocimientos científicos teóricos existentes sobre los cuales se puede fundamentar las propiedades observadas y en la búsqueda de fórmulas adecuadas y leyes coherentes del comportamiento del material. En esta etapa, los científicos e investigadores analizarán propiedades, estructuras y relaciones y formularán finalmente hipótesis, teorías y leyes que, si han sido bien elaboradas y justificadas, serán reconocidas por la comunidad científica internacional como un descubrimiento. En la segunda etapa los científicos y técnicos se preocupan de la aplicación en la industria de los materiales con estas propiedades y de cómo pueden producirse realmente. Se manifiesta ya un afán de lucro. En esta fase de investigación aplicada se trata de obtener una primera muestra del material, aparato o mecanismo. Si realmente cumple todas las propiedades esperadas estaremos ante una invención (o un invento). Se dispondrá de algunas unidades que permitan registrar la patente y preparar la producción a escala industrial. La empresa que ha conseguido la patente ha de continuar el proceso hasta el lanzamiento del producto al mercado. Esta fase se conoce con el nombre de desarrollo tecnológico experimental. La empresa busca el método de fabricación adecuado para poder producir el invento en grandes cantidades y con fiabilidad absoluta, garantizando las propiedades logradas en la etapa previa de investigación aplicada. En esta fase la empresa debe disponer de una planta piloto o de un prototipo que le permita producir, como prueba, el producto tal como se quiere lanzar al mercado. La empresa consigue de esta forma disponer del conjunto de conocimientos que le permitan "saber cómo se hace" (el knowhow), la información. Es decir, posee ya la tecnología necesaria para fabricar el producto. Si se considera que la planta piloto es eficaz y viable habrá que hacer las inversiones necesarias para producir en grandes series y vender al mercado. Este producto será entonces una innovación, justamente en el momento en que sea objeto de un programa regular de producción y sea comercializado y distribuido con normalidad. Es necesario ordenar y comentar críticamente algunos de los conceptos básicos que han aparecido en los esquemas que acabamos de comentar. El primer concepto que hay que precisar es el de invento. Según Freeman, un invento es "una idea, un boceto o un modelo para un dispositivo, producto o sistema nuevo o perfeccionado". El concepto de innovación es, pues, mucho más amplio que el de invención, que se refiere sólo a la resolución de una cuestión planteada. Innovación va más lejos y no acaba hasta la puesta al mercado de la invención. El origen de la tecnología está precisamente en el invento. Evidentemente los conocimientos científicos se pueden encontrar en la base del invento, pero son otra cosa. Existe una frase que nos puede ayudar a separar inventos de conocimientos científicos:
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"Solo se puede descubrir lo que ya existe, en cambio solo se puede inventar lo que no existe, como, por ejemplo, una máquina nueva". La ciencia se descubre, las máquinas se inventan. Toda invención ha de consistir en el planteamiento de un problema y en la resolución de este problema. Aunque los inventos son patentados frecuentemente, no conducen necesariamente a innovaciones tecnológicas. De hecho, la mayoría no lo hacen; no se llegan a comercializar o no tienen éxito en su introducción en el mercado. De hecho, la invención no es sino la producción de un nuevo conocimiento, mientras que la innovación es la primera comercialización de un invento. La distinción entre invención e innovación ha sido objeto de estudio de un gran número de autores. En la más estricta tradición schumpeteriana la OCDE (1982), en su análisis sobre la innovación en las pymes, destacó cuidadosamente las dos fases remarcando que la invención no pasa a ser innovación si no se concreta en un producto aceptado por el mercado y ampliamente difundido. El agente de la invención es el científico o el técnico, mientras que el agente de la innovación es el empresario. Sin embargo, si se pretende hacer análisis muy detallados no siempre es posible establecer fronteras tan claras. En la raíz de esta última postura se encuentra una línea de pensamiento que, como defiende Bertrand Gille (1978) en su reconocida obra Histoire des techniques, considera incluso la "desaparición de la invención como una entidad diferenciada: desaparece y se borra por la importancia que toman los dos elementos que lo enmarcan (es decir, el progreso científico que le precede y la innovación que viene a continuación). Antes, las invenciones, para poder ser aplicadas, debían esperar que las condiciones técnicas, económicas, sociales, etc. Fueran favorables. La innovación seguía a la invención. Hoy en día es el deseo de la innovación el que suscita la invención: de hecho, el esquema se ha invertido". Gille toma el ejemplo de determinados laboratorios de empresas donde constata un cambio radical en los métodos de trabajo: se ha pasado de una etapa de utilización industrial y sistemática de los resultados de la investigación fundamental hacia la aplicación industrial a una nueva fase en la cual para inventar algo nuevo se determina el nivel científico necesario y se llega a la investigación fundamental para encontrar una solución a un problema técnico.
El proceso innovador Para estudiar el proceso que tiene lugar hasta que se lleva una invención al mercado, distintos autores han aportado una serie de modelos que permiten entender el camino seguido y las fases que intervienen en el mismo. Para familiarizar al lector y enriquecerlo con las visiones que han evolucionado a lo largo de las últimas décadas, se exponen aquí los modelos más conocidos. No obstante, ninguno de estos modelos explica contundente y definitivamente la innovación; todos presentan carencias e interrogantes. La innovación es una actividad compleja, diversificada, con muchos componentes en interacción, que actúan como fuentes de las nuevas ideas, y es muy difícil descubrir las consecuencias que un hecho nuevo puede llegar a ofrecer.
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El modelo lineal Habitualmente se empieza la descripción del proceso innovador utilizando un modelo teórico lineal que comprende diversas etapas, tal como ya se ha expuesto en el apartado anterior. Es decir, el proceso empieza con la investigación básica, pasa por la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico y acaba con el marketing y el lanzamiento al mercado de la novedad. Este modelo no es demasiado realista, como veremos más adelante, pero tiene la ventaja de introducir una serie de conceptos útiles. La figura 3 muestra esta secuencia que va de la investigación básica al mercado. Sin embargo, este modelo por etapas, que sirve para compartimentar una realidad compleja y para darnos un vocabulario para nombrar y precisar los pasos que nos llevan a la innovación, es, como hemos dichos, poco realista. Puede dar la idea falsa de que el proceso deba empezar necesariamente por la investigación básica cuando, de hecho, no ha de seguir forzosamente la secuencia anterior. Existen innovaciones que pueden empezar a desarrollarse aprovechando resultados de investigaciones aplicadas ya existentes o, sencillamente, haciendo sólo la fase del diseño y lanzamiento del producto a partir de un replanteamiento de la forma. Este tipo de planteamiento suele ser bastante frecuente en las pymes. Estas empresas, a menudo carentes de recursos, no siempre pueden permitirse realizar investigación básica o aplicada. Gráfica 4. El modelo para etapas de la innovación tecnológica
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El modelo de Marquis Un esquema más cercano a la realidad empresarial constata que las innovaciones suelen partir de una idea sobre un nuevo o mejor producto o proceso de producción. Esta idea no procede necesariamente del departamento de investigación, sino que puede emanar de cualquier departamento de la empresa: producción, comercial, etc. De hecho, la mayoría de las ideas innovadoras son aportadas por el departamento comercial que recoge las sugerencias de los clientes. Esta idea debe cumplir dos requisitos fundamentales: la factibilidad técnica y la demanda potencial. Los dos son imprescindibles. Schmookler los ha comparado a las dos hojas de unas tijeras: si falla una la innovación no es posible. A partir de la idea se pondrá en marcha el proceso que examinará las posibilidades de la tecnología actual y, si estas se muestran insuficientes," retrocederá" hasta la investigación aplicada o, incluso, a la investigación básica (la figura 4, ilustra este modelo más realista). Muchas innovaciones no requieren ningún tipo de investigación básica o aplicada, ya que son posibles a partir de combinaciones nuevas de las tecnologías existentes. En definitiva, la secuencia de la innovación es ahora la siguiente: empieza con la formulación de la idea, pasa por la investigación y la obtención de la solución y concluye con la implementación y difusión. Gráfica 5. El proceso de la innovación tecnológica según Marquis
Figura 1. El proceso de la innovación tecnológica según Marquis
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Gee descompone este modelo en las etapas siguientes: 1) En primer lugar, existe una idea que comporta una cierta factibilidad técnica y una posible demanda del mercado. Esta idea requerirá el examen de los conocimientos técnicos disponibles y, si éstos no son suficientes, habrá que poner en marcha un proceso de investigación. 2) Si se han resuelto los problemas técnicos anteriores, habrá que llegar a la construcción de prototipos o plantas pilotos que permitan conocer mejor las propiedades físicas y los costos de los nuevos productos o procesos. 3) Si los resultados de las etapas anteriores han sido alentadores, se profundizará más en los aspectos de diseño, fabricación y marketing hasta llegar a la introducción en el mercado. Normalmente, los costes de esta tercera etapa son, como mínimo, diez veces superiores a los de la primera. La creación de un nuevo producto no es un proceso lineal. Las ideas que conducen a una innovación nacen en medio de un vaivén permanente entre los hombres de marketing y los técnicos. El éxito de la innovación atrae a los imitadores, empresarios que copian o perfeccionan el producto o proceso innovador. A partir de la empresa innovadora y de los imitadores empieza el proceso de difusión de la innovación, es decir, la etapa de penetración masiva del nuevo producto en el mercado o de la nueva tecnología en la práctica industrial.
El modelo de Kline Es quizás el modelo más completo. Kline critica el modelo lineal y propone un modelo que refleje mejor la complejidad del proceso innovador. Según este modelo, existen cinco caminos o trayectorias que conducen a la innovación, todos importantes, que se pueden seguir en la figura 5. 1) El camino central de la innovación (flechas c) empieza con una idea que se materializa en un invento y/o diseño analítico, el cual, evidentemente, ha de responder a una necesidad de mercado. El diseño analítico se denomina también diseño de ingeniería (engineering design) porque suele ser efectuado por los ingenieros, los cuales seleccionan procesos, utilizan componentes disponibles o diseñan elementos nuevos que, combinados, permiten llegar, como una síntesis, a un artefacto o sistema que da forma a la idea inicial. Este invento y/o diseño analítico pasa a continuación por un proceso de diseño detallado que acaba en un prototipo, que es probado en la fase de desarrollo tecnológico. Más adelante vienen las etapas de fabricación y comercialización. 2) Existen diversas realimentaciones (feedback links): a) entre cada etapa del camino central y la etapa anterior (círculos f), b) desde el producto final, que quizás presenta algunas
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deficiencias y obliga a efectuar algunas correcciones en las etapas anteriores (flechas f), y finalmente, c) desde el producto final hasta el mercado potencial (flecha F); cada nuevo producto crea nuevas condiciones del mercado (por ejemplo, el televisor en blanco y negro creó la necesidad del televisor en color). Tabla 2. Rasgos esenciales de la investigación básica, la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico
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3) La conexión con la investigación a través del uso de los conocimientos existentes. Desde todas las fases del camino central se utilizan los conocimientos existentes (flechas 1-2). Pero cuando no se ha conseguido la información que se busca, debe investigarse para encontrar la solución (flechas 3-4). Por tanto, la investigación no suele ser la fuente directa de las innovaciones. 4) Existe una conexión entre la investigación y la innovación: los descubrimientos de la investigación pueden dar lugar a inventos, los cuales se convertirán en innovaciones technology push. 5) Finalmente existen conexiones directas entre los productos y la investigación (flecha S). La ciencia depende de la tecnologia: el telescopio facilitó los trabajos de Galileo y el microscopio los de Ramón y Cajal. Los nuevos instrumentos hacen posible investigaciones más profundas y complejas. El mercado sólo puede ser satisfecho si se han resuelto los problemas técnicos; de hecho, un descubrimiento es importante en el grado en que puede ser utilizado por las leyes del mercado. Por eso las discusiones sobre quién es más importante, si el tirón del mercado (market pull) o el empujón de la tecnología (technology push), son tan filosóficas y estériles como saber si es primero el huevo o la gallina. Una de las diferencias más importantes con el modelo lineal es que el modelo de Kline relaciona la ciencia y la tecnología en todas las partes del modelo y no sólo al principio, como hace el modelo lineal. Considera la innovación como una manera de encontrar y solucionar problemas, no como algo totalmente nuevo, como nos hacía creer el modelo lineal. Es necesario comprender que la innovación surge del contacto con la ciencia a lo largo de todo el proceso en dos estados distintos: primero como ciencia almacenada, utilizada cuando se encuentra un problema tecnológico y se recurre a soluciones ya existentes, y, en segundo lugar, cuando no se encuentren estas soluciones, ya que entonces deben emprenderse nuevas investigaciones. Debe observarse que el tipo de ciencia en cada punto concreto del modelo es distinto: en las etapas de diseño o invención es ciencia pura, con un campo de acción muy amplio. En los procesos de desarrollo se buscan mejoras en los componentes u otras propiedades que aparezcan cuando el conjunto de las piezas actúe juntas. La investigación en el estadio de producción se centra más en la disminución de los costes. Estas visiones son innovaciones respecto al modelo lineal.
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Gráfica 6. El modelo de Kline
Clases de innovaciones Según las definiciones de los apartados anteriores, la palabra innovación tiene un alcance muy amplio. Todo entra: desde la penicilina o el transistor hasta una pequeña modificación en el envase del producto. Estamos poniendo en el mismo cesto las innovaciones más trascendentales y las pequeñas mejoras casi insignificantes. Evidentemente, no todas las innovaciones tienen la misma importancia. Puede distinguirse entre innovaciones principales o radicales que suponen una rotura súbita (breakthrough, en la terminología inglesa) respecto al estado anterior, e innovaciones incrementales, formadas por mejoras de los productos o procesos ya conocidos. Las innovaciones radicales producen mejoras espectaculares en
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los resultados, sin que la mejora en los costes sea la variable relevante. En cambio, la innovación incremental se concreta, sobretodo, en la reducción de los costes. Los japoneses defienden la continua introducción de innovaciones incrementales (que denominan kaizen). No obstante, algunos piensan que, en los tiempos actuales, las innovaciones incrementales no van a ser suficientes. Tom Peters, por ejemplo, expresa que: "Los tiempos locos requieren empresas locas. Y la mayoría, por no decir todo el valor creado por la empresa, sea cual sea su tamaño o sector, proviene de dos fuentes: la inteligencia y la imaginación. La mejora constante –el kaizen-, santo y seña de los años ochenta, ya no basta. Sólo la revolución, o mejor, la revolución perpetua sirve. La cuestión consiste en comprimir diez años de cambio, según las medidas de ayer, en un año o menos. Luego, respirar hondo y volver a empezar" (Barnet, 1997). Abernathy considera que el progreso tecnológico en un sector está generado por el paso de una innovación radical a un estado generalizado de innovaciones incrementales. Sucesivamente se pasa de una situación inicial caracterizada por la presencia de mano de obra altamente calificada, maquinaria de tipo general y preocupación por los resultados del producto o proceso a otro donde los rasgos dominantes son la producción en masa, la intensidad en capital, una mano de obra menos calificada y, en general, la reducción de los costes. Esta reducción de costes, debida a las continuas innovaciones incrementales, se plasma en la denominada curva de aprendizaje o de experiencia (learning curve) (gráfica 7). En el mismo sentido, la gráfica 8 muestra la curva de Utterback, que indica que una innovación de producto va seguida, en general, por innovaciones de proceso, que tienden a bajar los costes de producción, en el camino hacia la estandarización.
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Caso 1. El reloj Swatch Hacia la mitad de la década de los ochenta, la región suiza del Jura, integrada por los cantones de Neuchâtel, Jura y Soleure, cerca de la frontera francesa, sufría una crisis sin precedentes. Entre 1975 y 1985 había perdido 30.000 puestos de trabajo, un 11% de su población activa. En esta zona se concentraba la industria relojera, especializada en la construcción de relojes mecánicos de alta precisión. Esta industria se había visto sorprendida por la súbita irrupción de los relojes electrónicos, de marcas tan agresivas como las japonesas Seiko o Citizen. Las empresas suizas conservaban sólo el 3% de la cuota de mercado de los relojes de gama media y el 97% de la gama de lujo, segmento, este último, pequeño y con crecimiento lento. La situación era muy crítica, casi de naufragio total. En aquel momento entró en escena Nicolás Hayek, ingeniero consultor, nacido en el Líbano en el seno de una familia que emigró a Europa. El 1985 los bancos suizos le ofrecieron la compra de las acciones de Swis Corporation for Microelectronics and Watchmaking -formada dos años antes, por la fusión de dos grandes fabricantes relojeros en quiebra, siguiendo una iniciativa del propio Hayek- para ver si podía hacer algo para evitar el hundimiento de la industria. Hayek aceptó el reto, adquirió más del 50% de las acciones y se convirtió en consejero delegado. Era preciso fabricar un reloj barato en un país de mano de obra muy cara, con un estilo que los japoneses no pudiesen imitar fácilmente. Los bancos dudaban en dar apoyo a este proyecto. El mismo Hayek explica su sueño: "¿Por qué no podemos diseñar un reloj impactante, barato, de alta calidad y construirlo en Suiza? ¿Por qué hemos de llevar un solo reloj durante toda la vida? ¿Por qué no cambiamos de reloj como de camisa o corbata? ¿Por qué no lo probamos? Hemos de lanzar al mercado un producto de gran calidad a un precio muy económico, que permita obtener un beneficio que no sea nunca inferior a un tercio de este precio. Pocas piezas, pocas complicaciones, mucha calidad, muy buen diseño. Plástico." (Carrión, 1995). El sueño se transformó en un éxito espectacular, capaz de arrastrar y revitalizar a toda la industria relojera suiza. Se innovó en el diseño (línea pop-art), la fabricación (completamente robotizada) y la distribución. Continúa Hayek: "Un reloj es un mensaje. Un estilo. Un diseño. Un capricho. Muchas cosas. Lo llevan los reyes y los obreros. Los hay para todos los gustos. Mi gran fuerza son los 100 millones de persona que cada año compran mi reloj. No tengo otra fuerza más que ésta: la de 100 millones de clientes a los cuales les gusta el Swatch. Procuro tratarlos muy bien. Mantengo los precios. Lanzo constantemente nuevas colecciones. Nuevos diseños: 200 nuevos modelos cada año. Nuevas ideas. Se han de aprovechar las oportunidades, cultivar la imaginación y no dormirse nunca sobre los laureles". Actualmente Swatch está desarrollando con Mercedes Benz un coche ecológico, que se pondrá a la venta a finales del 1997 y que funcionará con dos versiones: electricidad, generada por el mismo coche, y gasolina. También está diseñando un reloj que incorpora un sistema de alarma, un reloj-teléfono e, incluso, un reloj destinado al mundo árabe con un indicador que señala en todo momento dirección a la Meca. Fuente: A partir de Vasserot (1987), Hamel y Prahalad (1994) y Carrión (1995)
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Gráfica 7. Curva de aprendizaje
Gráfica 8. Relación entre la innovación de producto y la innovación de proceso
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¿Es imprescindible la investigación para innovar? La investigación no es imprescindible. Como podemos ver en el caso 2, la investigación es sólo uno de los medios para acceder a la tecnología. Por tanto, puede haber innovación sin investigación. De hecho, el modelo español de industrialización en el período 1960-1975 -los años del "milagro español"se ha caracterizado por la introducción de la tecnología a través de la compra, bien de forma directa (adquisición de tecnología) o mediante los bienes de equipo (tecnología incorporada). La adquisición de tecnología presenta diversas ventajas, como por ejemplo la rapidez en su disponibilidad o la ausencia del riesgo inherente a la investigación propia. ¿Debe concluirse que no hay que realizar investigación propia? De ninguna manera. Si no se investiga nunca se llegará a la vanguardia, a ser el primero. Además, como recuerda Pavitt, de la Universidad de Sussex, "la habilidad de un país en asimilar la tecnología extranjera está asociada estrechamente con el volumen de las actividades tecnológicas y de inversión indígenas". La asimilación y la posterior mejora de la tecnología extranjera del Japón fueron acompañadas por un alto nivel de actividades de I+D propias. Tabla 3. Modalidades de acceso a la tecnología
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Caso 2. Un ejemplo de mejora continua o kaizen: el wáter Kaizen es una palabra japonesa que significa "mejora continua que involucra todos los miembros de la empresa". Para muchos, el kaizen es la llave del éxito competitivo japonés (Imai, 1992). La evolución del W.C. es un buen ejemplo de mejora contínua: Water o W.C. es el término más usado para denominar lo que los diccionarios llaman retrete o excusado. Consultado el diccionario sobre la palabra retrete, nos dice: "cuarto acondicionado para satisfacer determinadas necesidades corporales". Pues bien, parece que en el Japón se han tomado más seriamente que en el Occidente esta definición y han ido adaptando sucesivamente el cuarto a las necesidades corporales. Han aplicado la filosofía de la mejora continua. La evolución 1. El punto de partida es el water convencional, al estilo que estamos acostumbrados en Occidente. Era un mercado con unas ventas muy estancadas. Un estudio de mercado reveló que el usuario quería una serie de prestaciones que este tipo de water no proporcionaba, y se produjo la primera mejora. 2. Una de las carencias más importantes, especialmente en las frías noches del invierno, era la temperatura. Todos sabemos cuán desagradables es el contacto de las partes nobles de nuestro cuerpo con la fría tapa del water... Los industriales japoneses resolvieron el problema instalando un sistema de calefacción incorporado al mismo retrete. Las ventas crecieron notablemente. Gráfica 9. La mejora continua del Water
3. La segunda mejora consistió en una ducha. Mucha gente utiliza el bidé como un complemento de la limpieza, después del papel higiénico. En los waters japoneses se instalaron unos chorritos orientados adecuadamente que prestaban este higiénico servicio. Las ventas crecieron espectacularmente. 4. Pero en los seres humanos se da la circunstancia de que el cuerpo de la mujer y el del hombre presentan unas curiosas diferencias, especialmente en la zona bañada por la ducha que se había incorporado. Nació así la cuarta mejora: el water con dos duchas, una para las mujeres y otra para los hombres. 5. La mejora siguiente fue una consecuencia lógica de las anteriores: la incorporación de un secador. Las ventas continuaron subiendo. 6. Uno de los mayores problemas de cualquier casa, y en particular en los edificios modernos, con paredes cada vez más delgadas es el ruido. ¿A quién no le ha despertado más de una vez de madrugada la "música" procedente del piso del vecino después de que éste tire de la cadena de su baño? Los técnicos japoneses lo solucionaron incorporando un silenciador. 7. No hay que comentar excesivamente las ventajas de la mejora siguiente: un dispositivo de absorción de olor desde el interior del water. 8. La mejora siguiente se está poniendo en marcha actualmente. Consiste en aprovechar la estancia en el cuarto para hacerse una revisión de la salud: medida del peso, de la presión, etc. Coste: Si todas estas mejoras hubiesen comportado un aumento de los costes, seguramente no habrían tenido la aceptación que tuvieron. En el Japón se puede comprar un water con las ocho mejoras incorporadas pagando solamente un 20% más que por uno convencional. Fuente: Conferencia del profesor Yamashina, de la Universidad de Kyoto, sobre Calidad y Productividad, patrocinada por la Generalitat de Catalunya, 1992
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En este contexto puede ser útil distinguir entre I+D creativa, que intenta poner en marcha nuevos productos y procesos, y I+D de asimilación, que quiere comprender y absorber los resultados de la investigación extranjera. Durante los años cincuenta y sesenta el Japón hizo, sobretodo, I+D para asimilar la tecnología americana, cosa que le permitió después, una vez eliminado el gap, pasar a la investigación creativa. La clasificación de las innovaciones en radicales e incrementales se muestra todavía insuficiente. Existen innovaciones que dan lugar al nacimiento de sectores enteros, como la informática, mientras que otros también radicales, como la penicilina o el escáner no tienen la misma trascendencia económica. Examinaremos a continuación diversos enfoques.
La transiliencia Abernathy y Clark aportan el concepto de "transiliencia", que definen como "la capacidad de una innovación para alterar - desde mejorar hasta destruir- los sistemas existentes de producción y marketing". Algunas innovaciones dejan completamente fuera de juego, anticuadas, a las empresas competidoras, mientras que otras más bien refuerzan el statu quo existente. Por ejemplo, Foster, director de McKinsey, recuerda que los fabricantes de tubos de vacío americanos fueron eliminados de repente cuando apareció el transistor. Así mismo, la entrada de Timex convulsionó la industria relojera a causa de su nueva tecnología, los precios baratos y la distribución por canales distintos de los habituales. Gráfica 10. Transiliencia y clases de innovación
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En la figura 9, Abernathy y Clark sitúan la transiliencia comercial, o de mercado, en el eje vertical y la transiliencia tecnológica en el horizontal. Los cuadrantes resultantes representan las clases de innovación siguientes: a) Arquitectónica. La innovación representa un salto tecnológico importante que da lugar a sectores o subsectores totalmente nuevos y modifica las relaciones con el mercado y las empresas competidoras. La radio, la xerografía o el Ford modelo T del año 1908, destinado al gran público, o el reloj de cuarzo, son ejemplos de este tipo. b) Nicho. Abre nuevas oportunidades de mercado a partir de las tecnologías existentes. Ejemplos: la radio o la TV portátiles, el walk-man, la máquina de fotografiar desechable, c) Regular o rutinaria. Implica cambios que aprovechan las capacidades técnicas y de producción existentes, y se dirige a los mismos clientes. Se refuerza y protege la situación actual. Ejemplos: la cadena de montaje, la soldadura automática o el encendido electrónico en el mundo del automóvil. d) Revolucionaria. Hace anticuados las tecnologías y los procesos de producción actuales, pero no modifica los mercados existentes, sino que los refuerza. Los autores de esta clasificación ponen como ejemplo el motor con 8 cilindros en V de Ford, el año 1932, en el sector del automóvil. Otro ejemplo podría ser el disco con lectura láser.
Peter Drucker Peter Drucker, conocida autoridad mundial en materia de dirección de empresas y Doctor Honoris Causa por la Universitat Politècnica de Catalunya, propone una clasificación distinta, muy práctica. Drucker distingue entre mejora, evolución gestionada e innovación propiamente dicha. Estas tres actividades son muy distintas. La mejora pretende hacer que lo que tiene éxito sea todavía mejor. Requiere objetivos cuantitativos específicos, como por ejemplo una mejora del 3 o del 5% anual en los costes, en la calidad o en la satisfacción del cliente. Drucker avisa que "cualquier nuevo producto, proceso o servicio empieza a ser anticuado desde el primer día que genera beneficios". La evolución gestionada es el uso de un nuevo producto, proceso o servicio para crear un producto o servicio todavía más nuevo. Su lema es: "Cada producto nuevo con éxito es el escalón para llegar al próximo proyecto". El walk-man de Sony, obtenido a partir del magnetofón, es un buen ejemplo de evolución gestionada. La innovación, según Drucker, es el uso sistemático cómo oportunidad de los cambios en la sociedad, en la economía, en la demografía y en la tecnología. Las revistas dedicadas a la salud y la ecología,
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las clases de gimnasia, los equipos para hacer jogging, el Club Mediterráneo, etc. son ejemplos de innovaciones que aprovechan las nuevas tendencias sociales.
¿Vale la pena investigar? Globalmente, la respuesta es obvia. En el ámbito de la empresa podemos pensar que un nivel adecuado de I+D da lugar a nuevos productos y a una continuada reducción de costes de producción, los cuales generan más beneficios y la consiguiente reinversión. Se ha generado un círculo "virtuoso " que mantiene la empresa competitiva. Pero, ¿es tan sencillo este mecanismo? ¿Realmente los gastos en I+D se traducen automáticamente en un aumento de rentabilidad? Las empresas están cada vez más preocupadas. Durante los años setenta y ochenta los costes de I+D han crecido exponencialmente en muchos países, y la I+D se ha convertido en un monstruo ingobernable. A la vez han aumentado la velocidad del cambio tecnológico, la complejidad de las nuevas innovaciones y el tiempo necesario para desarrollarlas. El año 1970, el desarrollo de un nuevo medicamento duraba una media de 6 años; quince años más tarde se había pasado a 12, a causa, sobre todo, de exigencias crecientes en materia de seguridad. Esto se da también en otros ámbitos, como el aeroespacial o la biotecnología. A causa de este aumento del tiempo necesario para el desarrollo, la vida útil de una patente en la industria farmacéutica se ha reducido desde los 20 años teóricos hasta sólo 8 años efectivos. En la industria electrónica, el período entre dos generaciones sucesivas de productos en el área de los semiconductores -paso de la memoria de 4 megabits a la de 16 megabits -disminuyó de 4 a 3 años, mientras que los gastos de I+D se doblaron. Estas tendencias obligan las empresas a intentar recuperar los costes de I+D en poco tiempo, mediante un lanzamiento de sus productos a escala mundial. Las decisiones sobre I+D son más determinantes que nunca para el éxito y la supervivencia. No olvidemos que la asignación de recursos a la I+D hace disminuir la rentabilidad inmediata. Pero tampoco podemos ignorar que, de repente, una industria puede quedarse fuera de juego -anticuadapor la aparición de una nueva tecnología. William Matthews, profesor del Institute for Management Development de Lausana, afirma que las "empresas pueden quebrar si gastan demasiado en I+D, pero pueden desaparecer también si gastan demasiado poco". Es difícil encontrar el punto justo de equilibrio. Graham Morbey ha hecho diversos estudios intentando responder las cuestiones anteriores, utilizando datos estadísticos de un gran número de empresas americanas. Como indicadores de I+D ha usado:
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- los gastos de I+D - los gastos de I+D por trabajador - los gastos de I+D respecto a las ventas ("intensidad de I+D") Y como indicadores de los resultados: - los márgenes de beneficio (beneficios divididos por ventas) - los beneficios sobre los activos - las ventas por trabajador (productividad) - la tasa de crecimiento de los beneficios (aumento de los beneficios respecto del año anterior) Algunos de los indicadores anteriores están ligados por la relación:
Las conclusiones de estos estudios han sido las siguientes: 1) No existe relación directa entre los gastos de I+D y las ventas (intensidad de I+D) y el consiguiente crecimiento de los beneficios, los márgenes de beneficio o las ventas por trabajador. Probablemente, pues, el aumento de la rentabilidad responde a otras causas. 2) No se observa correlación entre los beneficios sobre los activos y cualquier medida de los gastos en I+D. 3) Tampoco se detecta que un crecimiento de los beneficios comporte un aumento de las cantidades destinadas a gastos en I+D. 4) Existe, en cambio, una clara relación entre la intensidad de I+D y el consiguiente crecimiento de las ventas. Por tanto, parece que si la intensidad de I+D es más grande que la de los competidores, se derivará un crecimiento de las ventas más rápido. 5) También se detecta una muy fuerte correlación entre los gastos de I+D y los gastos de I+D por trabajador y los consiguientes márgenes de beneficio y ventas por trabajador (productividad). Los márgenes de beneficio están estrechamente asociados, pues, con el I+D por trabajador, pero no de una forma significativa con la intensidad de I+D. 6) Los márgenes de beneficio están influidos, sobretodo, por la productividad de la compañía, y son modificados solamente por la intensidad de I+D. Los directores pueden incrementar las ventas a partir de proyectos de I+D exitosos. Pero para asegurar y/o aumentar la rentabilidad de estas ventas han de mantener altos niveles de productividad
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en todas las secciones de la empresa. Los resultados anteriores nos hacen ver que la I+D no tiene el éxito asegurado; invertir en I+D significa asignar recursos para obtener unos resultados no plenamente apropiables, asumir un elevado riesgo de fracaso técnico y comercial, y un largo período de maduración de la inversión,
Gestión de la innovación y gestión de la tecnología (technology management) Hace unos veinticinco años, la gestión de la investigación y el desarrollo (I+D) empezó a despertar atención. Se trataba de mejorar la utilización de unos recursos -humanos, materiales- para producir conocimientos. La selección, dirección y control de los proyectos de I+D o la motivación del personal de los laboratorios fueron algunos temas donde se hicieron grandes progresos. Sin embargo, años después, las empresas constataron que no tenían bastante en resolver los problemas de I+D, sino que lo que era realmente prioritario era innovar, es decir, convertir estos conocimientos en nuevos productos o nuevos procesos que aumentasen su rentabilidad; se trataba "no tanto de hacerse sabios como de hacerse ricos". Si los resultados de la investigación no se transforman en nuevos productos, no existen innovaciones ni beneficios empresariales. Nacía así la gestión de la innovación, que incluye la gestión de la I+D pero añadiéndole otros aspectos como el lanzamiento de los nuevos productos o el estudio de las razones de su éxito o fracaso, que no figuren normalmente en el área de la gestión de la I+D. Aproximadamente hacia la misma época, a finales de los setenta o principios de los ochenta, es decir, hace solamente unos 12-15 años, se empezó a hablar también de la gestión de la tecnología y su inclusión en la estrategia de la empresa. Evidentemente, la gestión de la tecnología, que intenta mantener y mejorar la posición competitiva de la empresa mediante la utilización de la tecnología (Dankbaar, 1993), presenta muchos puntos de contacto con la gestión de la innovación, y a menudo ambas expresiones se utilizan indistintamente, ya que sus fronteras no están perfectamente delimitadas. Muchas veces se habla también de la gestión de la innovación y la tecnología, intentando reunir bajo una sola denominación todos los temas referentes a la optimización del uso de la tecnología en la empresa. Según Dankbaar (1993), la gestión de la tecnología comprende todas las actividades de gestión referentes a la identificación y obtención de tecnologías, la investigación, el desarrollo y la adaptación de las nuevas tecnologías en la empresa, y también la explotación de las tecnologías para la producción de bienes y servicios. La gestión de la tecnología incluye las tecnologías de producto y de proceso, pero también las tecnologías utilizadas en las funciones de dirección.
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Incluye, como se ha dicho, la gestión de la I+D, pero es importante incluso en ausencia de I+D interna. Se ocupa también de la funcion de vigilancia tecnológica, que tiene por objeto la detección de las nuevas tecnologías que serán relevantes en el futuro. Años atrás, Morin (1985) había intentado acotar las funciones que se incluyen en la gestión de la tecnología de la forma siguiente: Inventariar: Identificar las tecnologías que se dominan Vigilar: Seguir la evolución de las nuevas tecnologías. Vigilar las tecnologías de los competidores Evaluar: Determinar el potencial tecnológico propio. Estudiar posibles estrategias Enriquecer: Planificar los proyectos de investigación. Comprar tecnologías. Formar alianzas Optimizar: Usar los recursos de la mejor forma posible Proteger: Defender la propiedad industrial con patentes, marcas, etc.
Los retos de la gestión de la tecnología Se constata en todas partes que la competencia es cada vez más intensa y que cada vez se basa más en la rápida utilización de la tecnología. La empresa ya no puede confiar ciegamente en que su laboratorio será capaz de obtener una invención que le permita sobrevivir. La tecnología debe encajar dentro de la estrategia global de la empresa. Siguiendo la terminología inglesa existen dos maneras de llegar a configurar y delimitar la noción de gestión de la tecnología: la visión bottom up y la visión top down. En un proceso de abajo arriba (bottom-up), el deseo de mejorar la eficacia hace que se integren diversos métodos y tecnologías que antes se utilizaban por separado: control de calidad, JIT (just in time), EDI (electronic data interchange), CAD-CAM, sistemas de información, ... Esta integración requiere una orientación estratégica común y, en consecuencia, una gestión conjunta. En un proceso de arriba abajo (top-down), se observa la necesidad de unir más estrechamente el esfuerzo de I+D con las necesidades a largo plazo de la empresa. La estrategia tecnológica ha de estar de acuerdo con la estrategia global de la empresa (ver Escorsa y Valls, 1992). Según el concepto de tecnología esencial (core technology) (Giget, 1984, o Hamel y Prahalad, 1990) -que será examinado con más detalle más adelante- las empresas deberían explorar y explotar todas las aplicaciones posibles de estas tecnologías esenciales, incluso si esto significa penetrar en mercados muy distintos. Pero la concentración de la investigación en un número limitado de tecnologías y negocios esenciales aumenta la necesidad de cooperación con otras empresas o instituciones en lo que respecta a otras tecnologías no esenciales, es decir, la necesidad de alianzas estratégicas. Por otra parte, la empresa debe buscar un compromiso entre una investigación estratégica a largo plazo y la investigación aplicada orientada hacia el mercado, a corto plazo. Todo esto conduce a la ingeniería simultánea y a
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los equipos multidisciplinarios que participan en un mismo proyecto, para que la I+D se adapte mejor a los requerimientos de la producción y del mercado. En la gestión de la tecnología estos dos caminos se juntan; las visiones de la investigación a largo plazo confluyen con las mejoras continuas a corto plazo en los productos y los procesos. Incluye las necesidades actuales y las necesidades futuras de la empresa. Está de acuerdo con la estrategia a largo plazo, pero no olvida la aplicación de las tecnologías disponibles a corto plazo. Se ocupa tanto de la evolución de las tecnologías esenciales dentro y fuera de la empresa como de las tecnologías secundarias. A continuación, se exponen algunos criterios fundamentales (Dankbaar, 1993): La gestión de la tecnología es necesaria, tanto en las empresas usuarias de tecnología como en las generadoras de tecnología, y tanto en las pequeñas como en las grandes. Las empresas usuarias de tecnología son aquellas que absorben la tecnología que les proporcionan los proveedores de maquinaria, ya que no suelen realizar I+D interna. Las generadoras de tecnología realizan I+D y desarrollan internamente parte de la tecnología que necesitan. Los resultados a largo plazo de las empresas usuarias de tecnología dependen de la rapidez en la detección y la asimilación de las nuevas tecnologías relevantes disponibles externamente. Aunque también las empresas generadoras de tecnología necesitan recurrir a la utilización de tecnologías originadas en el exterior. La gestión de la tecnología se refiere tanto a las tecnologías esenciales (core technologies) como a las procedentes de fuentes externas. La posición competitiva de la empresa se fundamenta en las tecnologías esenciales, incorporadas en sus productos y/o procesos, mientras que las tecnologías procedentes del exterior pueden ser también muy importantes, aunque no sean controladas por la empresa. A veces, innovaciones radicales en campos totalmente alejados de los propios de la empresa pueden crear oportunidades para nuevos competidores, tal como sucedió con el uso de la microelectrónica y los plásticos en la fabricación de relojes, que favoreció la irrupción de nuevos fabricantes que casi eliminaron a los fabricantes de relojes mecánicos (ver el caso 1, de Swatch). Las empresas con actividades de investigación propias tienen usualmente más capacidad para reconocer y adoptar nuevas tecnologías en su área de negocios que aquellas del mismo sector sin investigación propia. Sin embargo, la I+D propia puede estar concentrada en las tecnologías de la empresa y desconocer los desarrollos exteriores que pueden ser importantes para la competitividad. La gestión de la tecnología debería evitar esta negligencia mediante el establecimiento de un dispositivo de alerta o vigilancia tecnológica. En otros casos lo que se necesita, más que investigación, es la creación de know-how y experiencia en la producción, cosa que también es de la incumbencia de la gestión de la tecnología.
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La gestión de la tecnología se ocupa tanto de las tecnologías de producto/proceso como de las que realizan funciones auxiliares. Después de la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, la ventaja competitiva no depende solamente del dominio de las tecnologías esenciales sino también del uso correcto de las tecnologías de la información en apoyo de funciones tales como la logística, la administración o las finanzas. Tabla 4. Las áreas de actuación de la gestión tecnológica
La gestión de la tecnología trata también de los requerimientos de las normativas técnicas, nacionales e internacionales. La necesidad de cumplir normas específicas-en medio ambiente, sanidad o seguridad- puede obligar las empresas a invertir en nuevas capacidades técnicas. Con frecuencia las normas imponen requerimientos que habrán de cumplir en el futuro y obligan a esfuerzos tecnológicos considerables.
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La gestión de la tecnología incluye, pues, tres clases de tecnología: la tecnología de producto, la tecnología de proceso y las tecnologías utilizadas en funciones auxiliares. Normalmente, el progreso en estas tecnologías tiene lugar en departamentos distintos: la tecnología de producto en el departamento de I+D, la tecnología de proceso en el de ingeniería y las tecnologías para las funciones auxiliares en el centro de cálculo. La informática y las telecomunicaciones, extendidas por toda la empresa, hacen cambiar la organización. La estructura jerárquica es sustituida por estructuras descentralizadas en negocios, unidades y equipos semiautónomos de carácter multidisciplinario (reingenieria). La tecnología está en todas partes. La competitividad de la empresa dependerá, en buena parte, de su habilidad en combinar e integrar estas tecnologías. La complejidad de la integración de estos negocios y tecnologías sobrepasa, a veces, la capacidad de la empresa. Ésta se ve forzada a limitarse a su negocio esencial y a subcontratar muchas funciones, pasando a funcionar como una empresa en red. Cada empresa se convierte, pues, en un punto de reunión de un cierto número de desarrollos tecnológicos que hay que seleccionar y mejorar. Todas estas cuestiones pertenecen a la gestión de la tecnología.
Áreas de actuación Aunque siempre han existido ingenieros y técnicos, la gestión de la tecnología es una función relativamente nueva, que juega un papel coordinador e integrador entre diversas funciones directivas ya existentes: estrategia empresarial, gestión de la I+D, dirección de la producción, formación, control y marketing. Su función básica consiste en promover y controlar el cambio tecnológico dentro de la empresa y relacionar la empresa con su entorno. Tabla 5. Sistematización de la innovación: fases en el proceso innovador
El director técnico actual no puede limitarse a conocer las tecnologías que utiliza la empresa, como pasaba antes; ahora su ámbito es mucho más amplio. Más que un buen técnico especializado, el director técnico ha de ser un coordinador del desarrollo tecnológico de la empresa. La gestión de la
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tecnología integra tareas que con frecuencia habían sido efectuadas por separado. A partir de las seis funciones de Morin, antes mencionadas, se detectan también seis áreas de actuación (tabla 1.5)
La sistematización de la gestión de la tecnología y de la innovación Podríamos pensar que la innovación es un proceso irregular, fruto de una idea feliz, en un momento de inspiración, y que, por tanto, es imposible sistematizarla. De hecho, muchas empresas la consideran así. Innovan de forma discontinua, cuando aparece un producto de la competencia, cuando se ha captado una idea en una feria... Pero las mejores empresas intentan sistematizarla, asegurándose un flujo bastante regular de innovaciones, aunque, evidentemente, no todas tendrán el mismo éxito, debido al riesgo y a la incertidumbre que siempre van asociados a la innovación. La tabla 1.5 muestra, de forma muy simplificada, las etapas que conducen a la innovación. Es necesario recopilar constantemente ideas de forma sistemática, seleccionarlas de acuerdo con unos criterios y convertirlas en proyectos dotados de recursos, que hay que hacer avanzar hasta que se conviertan en nuevos productos o procesos que se lancen al mercado. Los trabajos de innovación son muy distintos de las tareas ordinarias de la empresa (el "día a día"), que presentan una cierta rutina o, por lo menos, un carácter repetitivo y programable. Por ello, es conveniente destinar a la innovación, es decir, a la preparación del mañana, recursos humanos y financieros específicos, distintos de los asignados en las operaciones habituales de hoy. Drucker advierte que "lo que es nuevo y especialmente lo que aún ha de nacer, es decir, la innovación futura, siempre aparece como una cosa insignificante si se compara con el gran volumen, los elevados ingresos y los múltiples problemas de la actividad en curso; no es posible, de forma simultánea, crear nuevos productos y continuar conservando los existentes".
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2. CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN LA ANTIGÜEDAD2 2.1. ARISTÓTELES Aristóteles, que nació en la ciudad de Estagira alrededor del año 384 a.C. y fue hijo del médico de Amintas, rey de Macedonia, tuvo una posición privilegiada en la sociedad griega que le permitiría dedicar su vida al conocimiento. La magnitud de su obra y su influencia en la historia de la ciencia y en la historia de la cultura en general es única. Muchas de las ramas de lo que hoy conocemos dentro del campo de la filosofía, de la lógica, de la ética, de la metafísica, de la teología, y de algunas de las más importantes áreas de las ciencias naturales como la física, la astronomía, la historia natural, al igual que la historia o la literatura tienen, como punto de partida ineludible, el trabajo de Aristóteles. Su pensamiento y sus investigaciones dominaron el mundo intelectual de occidente por más de 2000 años. Podríamos pensar en personajes de enorme influencia en la historia de la ciencia como Isaac Newton, Charles Darwin o Albert Einstein, pero al comparar el tiempo durante el cual fueron determinantes sus concepciones del mundo y la variedad de campos en los que hicieron contribuciones, no tendrían comparación con la obra de Aristóteles. El hecho de que su obra sea el punto de partida de innumerables problemas académicos desde la antigüedad hasta el renacimiento, y que formara parte central de los currículos de las universidades europeas, le da a Aristóteles un protagonismo fundamental en la historia de la ciencia occidental. En particular, su física y su cosmología deben estudiarse con cuidado ya que toda la revolución científica de los siglos XVI y XVII y el surgimiento de la ciencia moderna puede ser explicada como un gradual rompimiento con la concepción aristotélica del mundo. De joven, Aristóteles fue enviado a Atenas a estudiar en la Academia de Platón donde permanecería por veinte años hasta el día en que murió su maestro. En los años siguientes, viajó por las regiones del Asia menor dedicándose principalmente a la historia natural, hasta que fue invitado a ser el tutor de Alejandro, entonces heredero del trono de Macedonia y quien más tarde consolidaría el imperio más grande de la antigüedad. Una vez Alejandro se convirtió en rey y Atenas cayó bajo dominio macedónico, Aristóteles regresa a Atenas donde dedica el resto de sus días a enseñar en su propia escuela, el Liceo.
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Tomado de: Cátedra de Historia de la ciencia. Mauricio Nieto
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La magnitud de la obra de Aristóteles, así como la influencia que ejerció en el mundo occidental durante tanto tiempo, se explica, en parte, por la relación que tuvo con Alejandro. La gran extensión de territorios que lograría dominar el Imperio le permitiría a Aristóteles acumular conocimiento como ningún otro individuo y al mismo tiempo haría posible que su obra pudiera ser divulgada con más facilidad. No es nuestra intención cubrir todos sus aportes a la historia de la filosofía y de las ciencias, sólo nos limitaremos a exponer con cierto cuidado sus contribuciones a la física y la cosmología, las dos ramas de su pensamiento más discutidas por los creadores de la “ciencia moderna”. Es necesario, primero que todo, conocer algunos de sus planteamientos filosóficos para así poder tener claridad sobre la naturaleza de las preguntas que se propone resolver en estos dos campos.
A. Epistemología y explicación causal El punto de partida del conocimiento para Aristóteles no es un mundo de Formas abstractas e Ideas, como lo era para Platón, ni tampoco de números, como lo era para los pitagóricos. Por el contrario, para él la base del conocimiento está en el mundo físico que nos rodea, en la experiencia. Para Aristóteles, las matemáticas son una ciencia fundamental de enorme importancia, pero más que ser la esencia misma del conocimiento son una herramienta, un medio para el conocimiento de la naturaleza. Para conocer el mundo, dice Aristóteles, se requiere mucho más que ideas y números, pues para él no hay nada en la mente que no haya pasado por los sentidos. En efecto, la mente de cada individuo al nacer es como una hoja en blanco que sólo recibe impresiones a través de los sentidos. Pero como el conocimiento es conocimiento de universales (esto es, de conceptos más o menos abstractos) y no de particulares, Aristóteles debe explicar cómo a partir de percepciones de individuos llegamos a conceptos que sólo existen en la mente y no en la realidad (a diferencia de Platón, que suponía que las Ideas no sólo existían, sino que era lo único que realmente existía; el mundo que percibimos es pura apariencia). Para el estagirita, podemos acceder a la esencia de un objeto (esto es, aquello que hace que una cosa sea esa cosa; por ejemplo, aquello que hace que el un hombre sea un hombre es la esencia de hombre, la humanidad) a través de la abstracción que separa (de nuevo, sólo en la mente) las particularidades de tal objeto de lo que comparte con los demás objetos de su misma clase; esto último es lo que llamamos esencia o forma en un sentido aristotélico (se debe tener mucha precaución con respecto a esto: forma en este sentido no es lo mismo que figura; forma aquí equivale a esencia). De otro lado, conocer para Aristóteles es conocer la causa de las cosas. Pero, ¿qué quiere decir esto? Aristóteles nos habla de cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y final. La primera causa es
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la llamada causa “material”, es decir, aquella que responde a la pregunta por la materia de la cual están compuestas las cosas; la segunda es la “formal” que nos explica la esencia que ha hecho que esa materia sea lo que es y no cualquier otra cosa; la tercera es la causa “eficiente” que nos permite saber quién o qué y cómo hizo posible su existencia y finalmente está la causa “final”, la cual establece cuál es el propósito o fin del objeto. Si pensamos en artefactos, objetos fabricados por el hombre, podemos dar fácil respuesta a cada una de estas preguntas. Veamos un ejemplo para ilustrar sus ideas. Si consideramos por ejemplo un violín, las diferentes causas, respectivamente, nos dirían que, la causa material es la madera de la cual está hecho el violín, la causa formal es la esencia del violín, la causa eficiente es el fabricante de violines y el proceso mismo de producción, y, por último, la causa final sería el poder producir música. Por supuesto, para poder establecer cualquiera de los cuatro tipos de causas, el ser humano debe ser capaz de abstraer ciertos aspectos del objeto particular. La causa final merece una explicación más cuidadosa, en especial si no tratamos con objetos hechos por el hombre, sino con los objetos naturales en general. “Final” en este caso es sinónimo de “propósito”, “objetivo” o “meta” (telos en griego; de ahí el término “teleología” que significa la ciencia de los fines o metas). De esta manera, para Aristóteles el conocimiento de la naturaleza tiene que ver con el conocimiento de los fines y de la función (el para qué) que cumplen las cosas dentro del orden natural. Para que este tipo de razonamiento tenga sentido, tenemos que asumir que la naturaleza obra con arreglo a fines (esto es, debemos considerar la naturaleza desde un punto de vista teleológico). Él describe su concepción teleológica de esta manera: “Es absurdo suponer que no hay propósitos en la naturaleza porque no observamos el agente que los delibera. La mejor ilustración es un doctor que se receta a sí mismo. La naturaleza es una causa, una causa que opera con un propósito.” (Física, Libro II, parte 8) Este lenguaje teleológico usado por Aristóteles será parte fundamental de la concepción cristiana del mundo y no es del todo extraño en las ciencias naturales modernas. Pero aceptar que el universo para éste filósofo obedece a un plan ordenado no implica afirmar que es la obra y el resultado de un diseñador inteligente tal y como lo es para la tradición cristiana. Para Aristóteles el cosmos es eterno, no creado y no nos permite pensar en un creador como en el mundo cristiano, o como el ingeniero de la naturaleza. La causa final última, la que es principio de todo el movimiento en el universo, es el motor inmóvil (ver más abajo). De nuevo, tal causa final no puede ser identificada con el Dios de la tradición judeo-cristiana.
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B. Movimiento y Cambio La idea de movimiento (kinesis) no sólo es de central importancia dentro de la cosmología griega, sino que constituye uno de los elementos centrales en la aparición de la física moderna. A diferencia de la realidad platónica que es inmutable, en Aristóteles la realidad está en permanente cambio. Sin embargo, para poder entender este concepto es preciso, en primer lugar, hacer una breve exposición sobre el problema filosófico del cambio a partir de Parménides y Heráclito y, posteriormente, referirnos a los conceptos aristotélicos de “Acto” y “Potencia”. Se podría ubicar el origen del problema del cambio en la filosofía griega en la siguiente formulación de Parménides: el ser (lo que existe) es (existe) y el no ser (la nada) no es (no existe). A partir de esto, el cambio se podría definir como el paso del ser al no ser (por ejemplo, en la corrupción o la muerte) o del no ser al ser (por ejemplo, en la generación o el nacimiento). Pero ya que el no ser (o la nada) no es, entonces no es comprensible que se pase de alguna manera a ser o que el ser pase de alguna manera al no ser. En otras palabras, lo único que hay, lo único que existe es el ser. Por lo tanto, el cambio no existe y los cambios o movimientos que percibimos son pura apariencia. Platón de alguna manera es heredero de esta concepción y asume que lo único que existe son las Ideas inmutables y las cosas que percibimos en este mundo son pura apariencia. Una de las consecuencias de este punto de vista es una falta de interés por todo lo terreno, por todo lo que cambie o se mueva. Las ciencias naturales tal y como las conocemos no tienen mucho sentido. Sin embargo, Aristóteles no sólo defiende la posibilidad de conocimiento acerca de la naturaleza, sino que también afirma la existencia del cambio, esto es, afirma la posibilidad del paso del ser al no ser y viceversa. Para esto, presenta la distinción entre no ser absoluto y no ser relativo. Una semilla no es en absoluto una bolsa de plástico, pero no es un árbol sólo en sentido relativo (esto es, no es pero puede llegar a ser). Cada individuo es lo que es en el presente, pero “contiene” dentro de sí algo que no es (en sentido relativo) pero que puede llegar a ser en el futuro. De esta manera, Aristóteles piensa que Parménides y Platón tienen razón en cuanto a la relación entre ser y no ser absoluto, pero ignoraron la relación entre ser y no ser relativo que es la permite pensar el cambio. Otra manera de llamar al ser, a lo que algo es en el presente, es acto; asimismo, el no ser relativo, lo que algo puede ser en el futuro, pero no es en el presente, es la potencia. El acto o ser actual de las cosas nos indica el estado de un objeto en un momento determinado. La potencia o ser potencial nos indica la capacidad que tiene ese objeto de convertirse en otra cosa. Para Aristóteles, el concepto de cambio se puede describir precisamente como la actualización de lo potencial. En otras palabras, algo está cambiando si tiene la capacidad de cambiar (esto es, si en potencia puede algo distinto) y si de hecho se encuentra en tal proceso de actualización de sus potencias. De esta manera, no sólo el
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cambio es posible sino también el conocimiento de la naturaleza que ya no es mera apariencia sino realidad. Así, Aristóteles pasa a describir los cuatro tipos de cambio que él encuentra en la naturaleza: cambio en términos de substancia, calidad, cantidad y lugar. El cambio en términos de substancia hace referencia a la generación y destrucción; tal cambio ocurre, por ejemplo, cuando un hombre nace o muere, o cuando una estatua es creada o destruida. El cambio respecto a la cualidad (cualitativo) hace referencia a la alteración; así, por ejemplo, una vela cambia en términos de cualidad cuando se vuelve suave por el calor o se endurece con el frío. El cambio en términos de cantidad (cuantitativo) ocurre cuando algo crece o decrece, por ejemplo, cuando aumenta el tamaño de algún ser vivo. Finalmente, el cambio en términos de lugar es el movimiento de traslación de los cuerpos en el espacio. Aunque este cambio de lugar es, para Aristóteles, una de las varias formas de kinesis, nos vamos a concentrar en esta noción que será de especial importancia en la historia de la física y de la revolución científica del Renacimiento.
El cosmos y el movimiento terrenal y celestial Dentro de la concepción aristotélica del cosmos, la tierra es inmóvil, está en el centro del universo y los cuerpos celestes giran alrededor de ella en órbitas circulares perfectas.
El cosmos aristotélico El universo como tal es eterno y está dividido en una región superior y una inferior cuyo límite es la órbita lunar. La región de la luna hacia arriba es la región supralunar, o región celeste, en donde todo permanece constante, incorruptible y está compuesto de una substancia divina, el éter. La región de la luna hacia al centro, la región sublunar o región terrestre, se caracteriza por tener cambios de todo tipo y está compuesta por los cuatro elementos primarios que ya habían sido propuestos por Empédocles y aceptados por Platón: Tierra, Agua, Fuego y Aire. Aristóteles coincidía con Platón en afirmar que los cuatro elementos primarios eran reductibles a algo aún más fundamental (la substancia); sin embargo, no compartía con él su inclinación matemática y por lo tanto se rehusó a aceptar su explicación en relación con los sólidos regulares. Aristóteles abordó el problema desde una perspectiva en donde la experiencia sensorial es el mejor camino para conocer el mundo y por lo tanto escogió dos pares de cualidades sensibles para reducir los elementos primarios: caliente-frío y húmedo-seco. La combinación de éstas produce cada uno de los cuatro elementos de la siguiente manera. Frío y seco producen la tierra; frío y húmedo el agua; caliente y frío el aire; caliente y seco el fuego. Este tipo de planteamiento explicaba fácilmente el cambio entre una
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substancia y otra por lo que se convertiría en una teoría fuertemente aceptada por la tradición alquimista.
Cuadro de la oposición de los elementos y cualidades aristotélicos. El movimiento terrestre El movimiento natural simple para Aristóteles puede ser, o bien en línea recta – hacia el centro del universo o alejándose de él –, y en círculos alrededor del centro del universo. Si podemos explicar las propiedades naturales de estos cinco elementos básicos del cosmos, entenderemos la forma en que Aristóteles concibió la física y el movimiento. Empecemos, pues, por entender la física en la región sublunar. En 10 esta zona, el movimiento sólo puede ser en línea recta, es decir, hacia el centro del universo o alejándose de éste. Cada uno de los cuatro elementos tiene un movimiento natural, y a partir de ellos podemos describir el movimiento que va a tener cualquier cuerpo. El fuego y el aire al ser elementos ligeros tienen la tendencia a alejarse del centro, siendo el fuego el más ligero de los dos. Por su parte, la tierra y el agua, al ser elementos pesados, tienden hacia el centro, siendo la tierra la más pesada. En la naturaleza encontramos cuerpos mixtos cuya composición tiene varios elementos. Tales cuerpos compuestos tendrán la tendencia de alejarse o acercarse al centro del universo según el elemento predominante en ellos.
El movimiento violento Aunque el movimiento descrito hasta ahora se presenta de manera natural, también observamos movimientos violentos o forzados que por una causa exterior van en contra de su tendencia natural. Es preciso entender que para Aristóteles no existe un movimiento espontáneo. Todo movimiento debe tener una causa, esto es, todo lo que se mueve es movido por algo, todo móvil requiere un motor, y en el caso del movimiento forzado tal motor es una fuerza externa que obliga a que el objeto rompa con su tendencia natural. El objeto se moverá mientras esté en contacto con ese motor y se detendrá cuando pierda contacto con esta fuerza y retorne a su estado natural dentro del cosmos. La pregunta que surge entonces es
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cómo explicar que una roca lanzada por un hombre no se detenga al perder contacto con la mano que la está impulsando. Para Aristóteles, el medio sirve de motor cuando la roca abandona la mano. En otras palabras, la mano ha activado o movido el aire y éste a su vez mantiene a la roca en movimiento. Sin embargo, la fuerza impulsora no es el único determinante del movimiento. De acuerdo con Aristóteles, no es posible la existencia del vacío y, por lo tanto, todo movimiento debe necesariamente ocurrir en algún medio y en cada caso existirá una fuerza de resistencia que se opone al movimiento. A partir de la física de aristotélica se puede concluir que la rapidez de un movimiento está determinada por la relación entre la fuerza impulsora y la fuerza de resistencia. Tal sistema físico tiene algunas consecuencias interesantes que mencionaremos a continuación. Por ejemplo, si consideramos dos cuerpos en caída libre, el tiempo que demorarán en recorrer la misma distancia será inversamente proporcional a su peso, es decir, mientras más pesado el cuerpo, más rápido descenderá; así, si dos cuerpos del mismo peso se mueven por medios con diferente densidad, el tiempo para recorrer cierta distancia será proporcional a la densidad del medio. Por último, si una fuerza dada mueve un objeto por cierta distancia en un cierto tiempo la misma fuerza moverá a un cuerpo con la mitad del peso, el doble de la distancia en ese mismo tiempo. Posteriormente, esto fue formulado en términos de una “ley general”, donde la velocidad (V) es proporcional a la fuerza motiva (F) e inversamente proporcional a la resistencia (R) [V F / R]; y, para el caso especial del descenso natural de un cuerpo pesado, la fuerza motiva es el peso (P) del cuerpo. [V P / R].
El movimiento celestial El movimiento de los cuerpos celestes presenta un comportamiento distinto de aquel descrito en la tierra. Los cuerpos de la región supralunar, como habíamos establecido más arriba, están compuestos de un quinto elemento -el éter-, una sustancia perfecta de características divinas cuyo movimiento circular y constante refleja su perfección. Para Aristóteles este movimiento no puede ser otro que el movimiento circular. Sin embargo, ¿cuál sería la causa del movimiento de los cuerpos celestes? Recordemos que todo movimiento debe tener una causa o un motor que lo produzca. De otro lado, el infinito para Aristóteles era impensable. Si suponemos por un momento que todo lo que mueve se mueve a la vez y que, de nuevo, todo lo que se mueve debe ser movido por algo, entonces necesariamente tendríamos que suponer una cadena infinita de causas (en el caso de los astros, Mercurio movería a la luna, Venus a Mercurio, el sol a Venus, Marte al sol, y así hasta el infinito).
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Entonces nuestra suposición debe ser incorrecta pues nos conduce a un absurdo (el infinito) y debe existir un motor que mueva, pero él mismo sea inmóvil y que por lo tanto no necesite un motor adicional para explicar su movimiento. A tal motor o causa última (pues toda explicación causal del movimiento termina en ella) o primera (pues es el principio y el origen de todo el movimiento) la llamó Aristóteles “motor inmóvil” y la aparente contradicción que implica asumir que algo inmóvil es el origen de todo el movimiento cósmico puede ser resuelta a partir de los conceptos de acto y potencia expuestos anteriormente. Algún cuerpo u objeto está en movimiento en la medida en que es potencialmente algo y está ejerciendo o actualizando esa potencialidad. En el caso de esta causa inmóvil, asumimos que es acto puro, es decir, no tiene potencialidad alguna, pero su naturaleza en sí le permite generar el movimiento. Pero, ¿qué tipo de causa puede ser el motor inmóvil? No puede ser causa eficiente pues esta implica la idea de un motor en movimiento; tampoco puede ser causa material pues esta implica potencia (por lo tanto, el motor inmóvil es también pura forma o esencia sin materia); por último, tampoco puede ser causa formal pues no es la esencia o forma del resto del universo. El motor inmóvil es causa final pues, para Aristóteles, todo el universo se mueve y transforma tendiendo a alcanzar su perfección no cambiante. Si bien la física moderna podría presentar argumentos en contra de los planteamientos aristotélicos y sus concepciones acerca del movimiento y el cosmos, debemos entender que la apropiada medida de un sistema filosófico no es el grado en que éste se acerca o anticipa el pensamiento moderno, sino más bien el éxito que tiene al ocuparse de los problemas de su tiempo.
2.2. LA CIENCIA GRIEGA DESPUÉS DE ARISTÓTELES La muerte de Aristóteles coincide con el fin de la campaña militar de Alejandro el Grande (322 a.C.) quien, a través de sus muy extensas conquistas, extendió notablemente el imperio griego llevando la lengua y la cultura griega por el este hasta Bactria (hoy parte de Afganistán) y por el sur hasta Egipto. El contacto de los griegos con otras culturas (vistas como “bárbaras”) ampliaría los horizontes de la Grecia clásica trayendo cambios considerables en el ámbito cultural y permitiendo que las tradiciones griegas se encontraran con las egipcias y, posteriormente, con las romanas. El periodo comprendido entre la muerte de Alejandro (323 a.C.) y el triunfo de Octavio sobre Marco Aurelio y Cleopatra en el año 31 a.C. –triunfo que convirtió a Egipto (territorio dominado por la dinastía descendiente de Ptolomeo y cuyo cent ro era la ciudad de Alejandría) en provincia romana– es conocido como helenismo.
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Si bien Grecia perdería su papel central en la historia de la cultura, en Atenas se trataría de mantener una tradición educativa –continuarían funcionando la Academia y el Liceo– y aparecerían otras escuelas filosóficas importantes. Entre estas podemos resaltar a la escuela de Epicúreo (307 a.C.) así como la de los Estoicos (312 a.C.), liderados por Zenón (quien no debe ser confundido con Zenón el discípulo de Parménides). Gráfica 11- El imperio de Alejandro
Alejandría El modelo ateniense se había exportado a otros territorios del imperio, en especial a Alejandría en Egipto. Con la muerte de Alejandro, sus generales dividen el imperio quedando Egipto y Palestina bajo el gobierno de Ptolomeo. Alejandría se convierte entonces en la capital del reino y al mismo tiempo en el más importante centro educativo y cultural. Se funda el “Museo” cuyo nombre no corresponde exactamente a la concepción que tenemos nosotros hoy en día: lejos de ser un lugar para la exhibición de objetos, se creó como un templo a las musas en cuyo interior se desarrollaban diferentes actividades de investigación. Así mismo, con la creación de la Biblioteca de Alejandría (en la cual – según un estimado antiguo– se reunieron más de medio millón de rollos de papiro) esta ciudad se convertiría en el cent ro cultural más grande de todo el periodo helénico, así como en el eslabón intelectual entre la antigua Grecia y el periodo romano y medieval.
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Sin embargo, una explicación histórica más precisa nos permite explicar por qué Alejandría se convirtió en el nuevo centro cultural reemplazando a Atenas. En primer lugar, el ocaso de los diferentes centros educativos atenienses era un hecho. Aunque los más importantes cent ros educativos, entre los cuales se puede mencionar el Liceo, la Academia y los Jardines de Epicuro, lograron sobrevivir hasta el siglo I o II A.D., para el siglo I a.C. habían perdido la fuerza que tuvieron en la época de sus fundadores. En segundo lugar, a lo largo de las campañas de Alejandro (334-323 a.C.) diferentes ingenieros y geógrafos levantaron planos de los territorios conquistados y recogieron una gran cantidad de información sobre sus recursos naturales, información que sería llevada posteriormente a Alejandría. Por último, una vez esta ciudad se convierte en la base del imperio, aumenta substancialmente el patrocinio del Estado imperial al desarrollo de saberes útiles como la artillería y el estudio tecnológico militar, la medicina, las matemáticas y la astronomía, entre otros. El conocimiento se pone al servicio del imperio. A continuación, presentaremos, algunos de los personajes más conocidos que surgieron en este periodo.
Epicureísmo y estoicismo Aunque, de acuerdo con una demarcación moderna del conocimiento, estas dos escuelas pertenecen más al campo filosófico que al científico, en realidad ambas presentan una teoría “física” del universo y, sobre todo, aportan una ideología y una visión de mundo que serán muy influyentes para la cultura occidental posterior. En general y como veremos a continuación, una característica común de la filosofía del periodo helenístico es su orientación práctica, esto es, sus investigaciones y reflexiones estaban dirigidas no tanto a la contemplación teórica como a lograr que sus seguidores alcanzaran un estado de tranquilidad y calma.
Epicureísmo El fundador del epicureísmo fue Epicuro de Samos (341- 270 a.C.), quien enseñó en Atenas en el “Jardín”, nombre que recibió su escuela debido al lugar en que se llevaban a cabo sus reuniones. Epicuro consideraba que la única condición de la felicidad era la satisfacción de las necesidades elementales: “...no tener hambre, no tener sed, no tener frío; el que dispone de eso, y tiene la esperanza de disponer de ello en el porvenir, puede luchar hasta con Zeus por la felicidad” (Inscripción en la ciudad de Enoanda, entre siglo I a.C. y siglo II d.C.). Tal satisfacción equivale al placer que el ser humano debe procurarse pues la búsqueda de los demás placeres (los que son producto de deseos naturales, pero no necesarios como el sexo, por ejemplo, y los deseos innecesarios como el deseo de gloria o de riqueza) suele producir pasiones violentas y angustia. De esta manera, la felicidad es simplemente es estado de ataraxia, la ausencia del dolor que
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puede producir la no satisfacción de necesidades básicas y la ausencia de perturbación correspondiente. Sin embargo, hay algunas preocupaciones que pueden perturbar al ser humano e impedir que éste alcance la felicidad: el temor a la muerte y a los dioses. Es aquí donde entra a jugar un papel muy importante la física epicúrea pues en ésta se intentará presentar una imagen del universo que anule todos estos temores. En particular, todos estos temores serán tratados como supersticiones sin fundamento científico (posición ideológica que volverá a acompañar a la ciencia a partir del Renacimiento y, especialmente, en la representación positivista de la historia). Así, y recuperando una vieja tradición atomista, los epicúreos sostienen que todo lo que existe –desde los cuerpos celestes hasta los mismos seres humanos– está compuesto exclusivamente por átomos que se mueven en caída libre en el vacío pero que pueden cambiar espontáneamente, al azar, su trayectoria. Este carácter espontáneo es el que permite postular un universo que no está completamente predeterminado y, de esta manera, justificar para los epicúreos la existencia de la libertad humana. Cualquier hecho se puede explicar a partir del movimiento de los átomos y, por lo tanto, no se puede afirmar que los dioses (de quienes se puede suponer que en el mejor de los casos han creado este universo) ejerzan alguna acción en el mundo que nos rodea. De la misma manera, ya que los seres humanos no somos más que un compuesto de átomos, no se le debe temer a la muerte pues ésta no es más que la desintegración de ese compuesto: “La muerte no es nada para nosotros; mientras estamos aquí nosotros mismos, la muerte no está y, cuando la muerte está aquí, ya no estamos” (Epicuro, Carta a Meneceo, parágrafos 124 a 125). La búsqueda de la felicidad y la ciencia están aquí estrechamente relacionados y, de hecho, la primera determina a la segunda: “Si no tuviésemos problemas a causa de nuestras aprehensiones acera de los fenómenos celestes y de la muerte... no tendríamos necesidad del estudio de la naturaleza.” (Epicuro, Máximas capitales XI y XII y Carta a Pitocles, parágrafo 85). El “Jardín” continuó funcionando en Atenas por lo menos hasta el siglo I I d.C. y el epicureísmo fue adoptado por algunos pensadores del imperio romano especialmente durante el siglo I a.C. (por ejemplo, por Lucrecio, que expone y defiende esta doctrina en su De rerum natura).
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Estoicismo Zenón de Citio (332-262 a.C.) comenzó a reunir a sus discípulos alrededor de un pórtico (que en griego se dice stoa) en Atenas cerca del año 300 a.C. De nuevo, la filosofía es orientada por los estoicos hacia la obtención de la tranquilidad. Sin embargo, y a diferencia de los epicúreos, en este caso los deseos y el placer son también fuentes de perturbación, por lo cual deben ser excluidos del ideal de felicidad. La tranquilidad en este caso es incompleta si no proviene de la indiferencia total y la ausencia de deseos (apatheia). Tanto la concepción del universo como la ética estoica, está basada en la distinción entre lo que depende del ser humano y lo que no depende del ser humano. Nos encontramos aquí con una concepción del universo radicalmente distinta a la epicúrea: no sólo no hay movimiento espontáneo, sino que todo lo que ocurre está completamente determinado de antemano, es absolutamente necesario que ocurra tal y como ocurre; en otras palabras, los estoicos afirman la existencia del destino. Sin embargo, éste no es caprichoso ni debe ser entendido como superstición: su existencia sencillamente implica que todo lo que sucede está determinado previamente por la Razón, que el universo es racional (la materialización de este logos o razón que determina todo el devenir es el pneuma o “aliento”, algo así como un espíritu que anima y sostiene toda la materia). La ciencia moderna es de alguna manera heredera de esta suposición de un orden universal: el cosmos se comporta de acuerdo con la Razón (concretamente, con arreglo a leyes universales). La voluntad humana no puede cambiar al mundo pues éste no sólo es inalterable, sino que, al estar completamente determinado por la Razón –que es identificada con el bien–, está bien como está. Lo que percibimos como bienes o como males provenientes del mundo (la salud o la enfermedad, por ejemplo) en realidad no son ni buenos ni malos, o más bien son buenos pues son racionales. La voluntad de hacer el bien (las buenas intenciones), y la comprensión y aceptación de que nada se puede hacer por cambiar el orden de las cosas son la única opción que tiene el ser humano para ser bueno y feliz: “No son las cosas las que nos perturban, sino los juicios que emitimos sobre las cosas [es decir, el sentido que les damos].” (Epicteto, Manual, parágrafo 5). Por esto, la búsqueda de satisfacción de los deseos produce perturbación pues implica suponer que el ser humano puede hacer algo por cambiar sus condiciones de vida cuando, en realidad, de acuerdo con los estoicos esto se sale de sus manos.
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De nuevo, la ciencia tiene una simple función ética: “La física sólo se enseña para poder mostrar la distinción que se debe establecer acerca de los bienes y de los males.” (Stoicorum Veterum Fragmenta, I, 179) La semejanza entre el estoicismo y algunas doctrinas cristianas no es simple coincidencia: esta filosofía, junto con el neoplatonismo, fue quizás la más influyente en los primeros pensadores cristianos (sin ir más lejos, se puede advertir tal influencia en las cartas de San Pablo y en las obras de San Agustín). En efecto, es esta tradición la que más fuerza adquiere durante el imperio romano y pensadores de la importancia de Séneca (4 a.C.-65 d.C.), Epicteto (50-138 d.C.) y Marco Aurelio (121190 d.C.) fueron estoicos.
Euclides Euclides vivió alrededor del año 300 a.C. durante el reinado de Ptolomeo I. Aparte de que se le atribuye el haber recopilado gran parte de la tradición geométrica del mundo antiguo, se le conoce principalmente por su esfuerzo por definir, organizar y construir un gran sistema geométrico. Este esfuerzo lo plasmó en su libro Elementos de geometría, en el cual, a partir de un sistema axiomático y deductivo, generó los diferentes teoremas que definen el saber geométrico casi como lo conocemos hoy en día. Euclides introdujo definiciones de conceptos tan básicos como “línea”, “unidad”, “número”, entre otros, y propuso los cinco postulados que se convertirían en los pilares fundamentales de la geometría a lo largo de la historia. Su gran mérito está en la claridad de sus demostraciones, en donde una de las técnicas más utilizadas es la llamada reducción al absurdo.
Arquímedes y Eratóstenes Aunque con Euclides encontramos el estudio de las matemáticas desde un nivel completamente abstracto y teórico, por lo general ésa no fue la tendencia que se registró a lo largo del periodo helénico. Las matemáticas y la geometría se utilizaron desde una perspectiva mucho más práctica y eran la base de estudios aplicados en ramas como la mecánica, la geografía, la astronomía, la óptica, entre otras.
Arquímedes (287- 212 a.C.) Dentro de la tradición de grandes ingenieros alejandrinos, Arquímedes es un ejemplo de una interesante relación entre saberes técnicos y teóricos. Además de sus trabajos en matemáticas, óptica y astronomía, en los textos de historia de la ciencia se le conoce principalmente por descubrir el
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“principio de la flotabilidad y densidades relativas” que lleva su nombre. La tradición dice que el rey Hiero le pidió a Arquímedes que revisara si la corona que le había mandado a hacer al herrero era oro puro. Aunque el peso era el mismo que se le había dado al artesano, era posible que hubiera mezclado el oro con plata. La historia dice que Arquímedes descubre el método para averiguarlo al meterse en la tina y ver que mientras se sumergía desplazaba el agua. Es así como se le ocurre hacer un experimento con dos masas de oro y plata del mismo peso y luego medir la cantidad de agua que estas desplazaban al ser sumergidas. Si la corona desplazaba más agua que el mismo peso en oro, entonces había fraude. Pero, más allá de la credibilidad de este tipo de anécdotas, Arquímedes es responsable de un importante trabajo sobre el equilibrio de fluidos (hidrostática) que hoy en día es parte importante de cualquier curso de física básica moderna. Dentro de sus teorías más reconocidas podemos destacar dos. La primera nos dice que cualquier sólido más liviano que el agua flota, y su peso es igual al peso del agua que está desplazando. La segunda es el conocido principio mencionado más arriba y de acuerdo con el cual “un sólido más pesado que el agua se hunde hasta el fondo y su peso disminuye tanto como el peso del volumen de agua igual al volumen del sólido.”
Eratóstenes (275- 194 a.C.) Quizás uno de los más importantes geógrafos del mundo antiguo, Eratóstenes fue la cabeza de la biblioteca de Alejandría durante muchos años. Este “matemático entre geógrafos” es reconocido por haber calculado la longitud de la circunferencia de la tierra con una exactitud que sólo sería cuestionada hasta la época moderna. Por parte de los viajeros, Eratóstenes había escuchado que en la ciudad de Siena al medio día de todos los 21 de junio ningún objeto producía sombra y por lo tanto se concluía que el sol estaba directamente sobre ellos. Eratóstenes sabía que, en Alejandría, sin importar la época del año, los objetos siempre formaban una sombra. Fue así como se le ocurrió que, si pudiera medir la sombra que generaban los objetos en Alejandría en el momento en que en Siena no se producía alguna, podría concluir la longitud de la tierra.
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Gráfica 12. Método de Eratóstenes para medir la longitud de la tierra
El método que siguió fue el siguiente. El 21 de junio calculó la sombra que generaba el sol sobre un obelisco en Alejandría, y usando geometría fundamental, concluyó que el sol se encontraba desviado 7 grados y 14 minutos. Luego, de nuevo haciendo uso de geometría simple y tomando el cent ro de la tierra como punto de referencia, concluyo que la distancia en grados entre Alejandría y Siena serían los mismos 7 grados y 14 minutos (ver figura). Esto corresponde a una cincuentava parte del total de 360 grados que tiene un círculo y, por lo tanto, si pudiera calcular la distancia entre Siena y Alejandría, sólo debería multiplicar por cincuenta para hacer una estimación de la longitud de la circunferencia terrestre. Los viajeros calculaban que un camello andaba en promedio 100 estadios (medida griega que corresponde a 200 metros aproximadamente) diarios y para cubrir la distancia entre las dos ciudades se demoraban 50 días. Por lo tanto, la distancia entre las dos ciudades sería de 5.000 estadios y la circunferencia de la tierra de 250.000; aproximadamente unos 50.000 kilómetros. Esta medida lograda por Eratóstenes varía en un 20% de la estimativa actual que se encuentra en los 41.000 kilómetros aproximadamente.
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Aristarco y Apolonio Aunque el modelo de Eudóxio permanecería casi igual hasta finales del siglo IV a.C., a lo largo del siglo III a.C. dos teorías realmente originales en términos astronómicos y cosmológicos serían introducidas por Aristarco de Samos y Apolonio de Perga. Estas dos teorías, así como la cosmología de Ptolomeo (que veremos más adelante) nos muestran que el uso más sofisticado de las matemáticas se daría en el campo de la astronomía.
Aristarco de Samos (310- 230 a.C.) Aristarco es la primera evidencia de una propuesta de un sistema heliocéntrico, es decir, un sistema en donde el sol está en el cent ro del universo y la tierra, los demás planetas, y la bóveda celeste, giran alrededor de éste. Aunque no fue el primero en mover a la tierra del cent ro del universo (los pitagóricos habían propuesto un sistema en donde la tierra giraba alrededor de un “fuego central”), su teoría es muy celebrada hoy en día por todos aquellos que consideran que se adelantó a la visión copernicana; inclusive se le ha llamado el Copérnico griego. Así mismo, se ha criticado duramente a todos sus sucesores por no ver la supuesta genialidad de la teoría y por adoptar un modelo geocéntrico que at rasaría la concepción cosmológica de la humanidad. Sin embargo, si miramos con cuidado el momento histórico en el cual fue propuesta, nos daremos cuenta que lo que para nosotros puede parecer evidente, es absurdo e impensable para un hombre del siglo III a.C. En primer lugar, tenemos que tener en cuenta el sentido común. Circunferencia ecuatorial 40,000 km
Velocidad de rotación de la tierra 1,666.7 km/hora
(Para que la tierra gire sobre su eje cada 24 horas sería necesario que se moviera a gran velocidad de occidente a oriente, lo cual no es perceptible y, por el contrario, aparentemente tendría consecuencias absurdas. Por ejemplo, ya que la tierra estaría en un movimiento continuo con respecto a varios objetos que se encuentran en el aire (nubes, pájaros, insectos, entre otros), ¿cómo harían las aves para retornar a su nido?, ¿cómo explicaríamos la caída libre en línea recta?, ¿por qué los proyectiles o los objetos lanzados al aire no son afectados por este movimiento? En segundo lugar, el modelo de Aristarco iría en contra de concepciones cosmológicas y religiosas muy fuertes: mover la tierra del cent ro del universo es mover al hombre del cent ro de la creación. En tercer lugar, rompía con la fuerza de los argumentos aristotélicos del movimiento natural, argumentos que resolvían de manera clara los problemas filosóficos y físicos de ese momento.
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Por último, el más contundente de todos los argumentos sería la ausencia de “paralelaje estelar”, es decir, la explicación del cambio aparente que tendrían los cuerpos celestes frente al fondo estelar cuando hay un cambio de posición por parte del observador. Es así como el modelo de Aristarco no era algo que se pudiera aceptar con facilidad. Aunque era mucho más simple y tenía grandes ventajas, existían en el momento otros sistemas que daban explicación a los mismos problemas sin ir en contra del pensamiento tradicional. Paralelaje estelar El término paralelaje, en general, se refiere al movimiento que aparentemente tendría un objeto cuando se le mira desde dos posiciones diferentes. En el caso de la astronomía moderna y en el contexto de un sistema heliocéntrico, el paralelaje estelar se refiere a que, al moverse la tierra a lo largo de su órbita alrededor del sol, la posición de una estrella cercana cambiará aparentemente, de manera que poco a poco describiría una elipse en relación con el fondo de estrellas lejanas. La elipse completa se “pintaría” al término de un año, es decir, cuando la tierra completa su ciclo de rotación.
Gráfica 13. Método de Aristarco para determinar la proporción entre las distancias solar y lunar desde la Tierra
Sol
Luna
A
C
∞
B
Tierra Método de Aristarco para determinar la proporción entre las distancias solar y lunar desde la Tierra. El ángulo que separa las dos líneas de visión se mide cuando la Luna está en la cuadratura (se sabe que A y B se cortan en un ángulo recto). A partir de ahí, la proporción entre B y C podría calcularse
Apolonio de Perga (220 a.C. aprox.) La importancia de Apolonio de Perga radica en sus propuestas de nuevas formas de explicar el movimiento aparente que describían los planetas en el firmamento, así como la variación en su distancia con respecto a la tierra. La primera figura que introduce es el epiciclo. En éste, cada planeta tiene un movimiento circular cuyo cent ro hace parte de otro círculo en movimiento que a su vez está
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centrado en la tierra. El segundo tipo de figura que introduce son las llamadas esferas excéntricas, en donde el cent ro del movimiento circular de un planeta no coincide con la tierra. Basándose en estos dos movimientos y sus combinaciones en todos los sentidos, Apolonio quiso explicar las irregularidades del movimiento de los astros conservando dos principios fundamentales de la cosmología griega (a saber, en primer lugar, que la tierra es el cent ro del universo y, en segundo lugar, que el movimiento de los astros es circular y uniforme). Tanto para los astrónomos de la antigüedad como para los astrónomos de hoy en día, el reto ha sido poder representar la naturaleza de una forma ordenada e inteligible explicando todas las irregularidades en términos de movimientos regulares y uniformes. Los esfuerzos han estado orientados a reducir la complejidad de los movimientos a sus elementos más simples para así poder descubrir el verdadero orden que hay detrás de ese aparente caos que todos observamos.
Claudio Ptolomeo Claudio Ptolomeo (138-180 d.C.), ciudadano romano que no debe ser confundido con Ptolomeo el general de Alejandro, vivió mucho tiempo después del periodo helenístico. Sin embargo, fue descendiente –como su nombre lo indica– de griegos, heredero de la tradición científica y filosófica griega, y desarrolló todo su trabajo en Alejandría. Él será quien recoja todos estos aportes de la astronomía antigua para escribir uno de los tratados más completos de la antigüedad en astronomía y que, junto con la física de Aristóteles, constituiría la versión del cosmos que predominaría durante casi quince siglos. Ese tratado, que originalmente se conoció en griego como Sistema matemático se tradujo al árabe en el siglo IX con el nombre de Al- majisti (el más grande) y posteriormente al latín, en el siglo XII, como Almagestum. El título original nos sugiere que Ptolomeo estaba embarcado en un ejercicio matemático sin demasiadas pretensiones de especular sobre el verdadero orden del mundo. De hecho, en el prefacio de este tratado se advierte que las discusiones sobre causas divinas del movimiento de los astros o sobre las causas materiales serían pura especulación y que la certeza es únicamente posible a través de las matemáticas. Es decir, de alguna manera se estaba retomando mucho más una concepción platónica que aristotélica, es decir, lo importante era la coherencia matemática del sistema y no tanto su plausibilidad física. El modelo cosmológico planteado por Ptolomeo recogía de manera directa los dos movimientos planetarios planteados por Apolonio de Perga, es decir, el movimiento en círculos excéntricos y el movimiento con base en epiciclos.
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Al igual que Apolonio, Ptolomeo estaba seguro de que el movimiento celestial tenía que ser de tipo circular y uniforme. Sin embargo, pese a que los modelos excéntricos y epicíclicos, y sus respectivas combinaciones, eran muy poderosos y explicaban de manera acertada las irregularidades de los cuerpos celestes, tenían sus limitaciones y Ptolomeo tuvo que desarrollar una tercera figura que se vino a conocer como el “modelo ecuante”. Este modelo pretendía explicar los cambios de velocidad aparentes que tenían los planetas con relación a la tierra. A partir de la siguiente figura, vamos a exponer este movimiento cuya explicación es un poco más compleja que la de los dos anteriores. Sea AFB un circulo excéntrico con centro en C; E es la tierra. La definición de movimiento uniforme establece que, si se mide desde el centro, el planeta barre un mismo ángulo en la misma cantidad de tiempo a medida que recorre un círculo. La innovación de Ptolomeo está en proponer un punto fuera del centro, llamémoslo Q, alrededor del cual el planeta mantenga esta ley, es decir, que barra el mismo ángulo en el mismo tiempo. Este punto se escoge de tal manera que QC sea igual a CE. A medida que el planeta recorre el arco AF barre el ángulo recto AQF. Supongamos que el planeta recorre este trayecto en un año; en el siguiente año debe recorrer el siguiente ángulo recto, es decir el FQB, moviéndose a lo largo del arco FB. En el siguiente año recorre BG y así sucesivamente. Si comparamos el trayecto que recorre el planeta en AF y el que recorre en FB, tal planeta debe tener más velocidad lineal en este último para que recorra ambos trayectos en el mismo tiempo. Es así como Ptolomeo llegó a explicar la aparente aceleración y desaceleración de los cuerpos celestes a medida que se alejan o se acercan de la tierra. Ptolomeo trajo a la astronomía un desarrollo matemático que Eudoxo no hubiera podido imaginar quinientos años antes. Las diferentes combinaciones de los tres movimientos lo llevaron a crear un modelo cosmológico basado en el movimiento simultáneo de unos ochenta círculos, el cual dominaría la visión del cosmos que tendrían los estudiosos de la Edad Media. Si bien encontramos en Aristóteles un énfasis sobre la estructura física, en Ptolomeo vemos un constructor de modelos pragmáticos. Los dos parecen complementarse y darle mayor eficiencia y plausibilidad al modelo geocéntrico “aristotélico-ptolemaico”, el cual será el paradigma de la astronomía hasta la revolución copernicana. Ptolomeo también hizo aportes de gran importancia en materias como la óptica y la geografía. Sin embargo, aunque muchos historiadores con criterios modernos sólo ven como relevantes sus aportes técnicos en estas áreas, en especial en la astronomía, Ptolomeo también dedicó parte de su vida al estudio de la astrología, acerca de la cual escribió un tratado titulado el Tetrabiblos. La separación entre astronomía y astrología es muy reciente, han ido de la mano a lo largo de la historia. Inclusive
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en la obra de astrónomos como Copérnico, Brahe, Kepler y el mismo Newton no es posible encontrar una clara separación. Para Ptolomeo, así como para Platón, la astronomía nos permite apreciar la belleza y el orden del cosmos. En toda la tradición griega los astros tuvieron un carácter divino y a lo largo del Tetrabiblos se defiende la astrología en términos de la natural influencia que ejercen los astros sobre la tierra, el clima, la geografía y la vida humana. La astrología y la magia, para Ptolomeo, son posibles porque el universo es visto como un todo y sus partes se afectan mutuamente. Aunque ésta es una concepción que se mantendría con bastante fuerza hasta el siglo XVII, particularmente dentro de la tradición neoplatónica y la tradición Hermética (de las cuales hablaremos más adelante), el cristianismo reprimiría tales prácticas y las consideraría heréticas. El ataque y desprestigio de la astrología no es una simple consecuencia del nacimiento de la ciencia moderna, como usualmente se cree, sino más bien del temor que genera para el mundo cristiano un conocimiento de esta naturaleza. Todo aquello que condujera a que el hombre tuviera poderes divinos, es decir, cualquier tipo de saber que pudiera predecir el transcurso de los acontecimientos futuros, era inaceptable. Aun así, el Tetrabiblos sería un trabajo astrológico altamente técnico muy influyente por lo menos hasta la llegada de Newton. En el mundo helénico los problemas astronómicos, geográficos, la óptica, los pesos y palancas adquirieron un sofisticado tratamiento matemático muchas veces orientado a la solución de problemas mecánicos y prácticos. Esta estrecha relación entre práctica y teoría al servicio de los intereses del Estado imperial será un elemento central para la idea moderna de ciencia. En el Renacimiento y la llamada Revolución Científica veremos, por una parte, el florecimiento de una poderosa tradición, la ciencia matemática, y, por otra, un acercamiento entre teoría y arte o, si se quiere, entre “ciencia” y “tecnología”.
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3.
CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN LA EDAD MEDIA3
3.1. ROMA Y LA ALTA EDAD MEDIA, ¿DECADENCIA DE LA CIENCIA ANTIGUA? Los periodos históricos a través de los cuales se nos enseña la historia deben examinarse con cuidado. La expresión Edad Media aparece en los siglos XIV y XV entre los humanistas italianos que se refieren a un periodo intermedio entre la antigüedad, que estudiaban con fervor, y su propia época. Desde el principio del renacimiento Italiano la Edad Media tiene, pues, una connotación peyorativa y que muchas veces se reemplazaría por él término “oscurantismo”, haciendo referencia a un periodo estéril en el ámbito intelectual. Sin embargo, como veremos a continuación, este tipo de valoraciones deben verse con otra perspectiva. Como punto de partida, podemos preguntarnos por qué en el Imperio Romano se disminuye o por lo menos se transforman los intereses investigativos que tanto celebramos en los griegos. No es que el Imperio Romano hubiera aniquilado las tradiciones académicas griegas. Por el contrario, como lo describe el escritor romano Horacio, mientras que los romanos conquistan militar y políticamente el mundo griego, la conquista artística e intelectual se daría en la dirección opuesta. Sin embargo, la actividad intelectual griega entre romanos se limitará a los intereses de la élite, la cual no se preocupó por las sutilezas de la metafísica y la epistemología griegas, o por los detallados desarrollos matemáticos, astronómicos o anatómicos, sino por los saberes que parecían tener un valor práctico. Existen, sin embargo, importantes proyectos enciclopédicos que recopilan información en grandes tratados. Un caso que no podemos dejar de mencionar cuando nos referimos a la ciencia romana es Plinio, quien al servicio de los emperadores Vespusio y Tito produjo un tratado con el título Historia Natural. Se explica en el prefacio que Plinio y sus asistentes consultaron miles de volúmenes de más de cien autores y que recopilaron cerca de dos mil datos. Aunque el trabajo contiene algunas explicaciones de fenómenos naturales, su verdadero fin era puramente enciclopédico. Su intención era, nada más y nada menos, que abarcar toda la naturaleza en un solo tratado.
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Tomado de: Cátedra de Historia de la ciencia. Mauricio Nieto
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Sin embargo, Plinio –al igual que muchos otros recopiladores– pocas veces se preocupó por confirmar los datos de las fuentes, que por lo general eran incompletas y superficiales. Es así como es común encontrar referencias a fenómenos extraños y a toda clase de monstruos, como los “Arimaspi” que tenían un ojo en medio de la frente, los “Ilirianos” que podían matar con la mirada o los “Monocoli” que tenían una sola pierna y sin embargo podían correr a grandes velocidades. Así mismo Unicornios y otros animales mitológicos también aparecen en el tratado. ¿Qué pasó con todo el interés por las matemáticas, la astronomía, la física, la medicina y las demás áreas del saber que desarrollaron los griegos y que los romanos dejaron de lado? Por lo general, se piensa en la hegemonía del cristianismo como si fuera el mayor obstáculo para el progreso de la ciencia. Conceptos como la inmortalidad del alma (y por lo tanto una devaluación del cuerpo y del mundo material en general), la creencia en milagros como explicación de fenómenos naturales, y la autoridad indiscutible de las Sagradas Escrituras en donde la verdad resulta de la observación o la razón sino de la revelación divina son las principales consideraciones que se hacen al tratar de ver al cristianismo como un freno al desarrollo de la ciencia. Sin embargo, debemos ver el problema con un poco más de cuidado. El cristianismo, que creció a partir de una pequeña comunidad judía en algún rincón del Imperio Romano, era ya una fuerza religiosa importante para el siglo III y se convierte en la religión oficial del estado para finales del siglo IV. Se logra imponer después de una serie de batallas religiosas entre diferentes sectas, y en el año 392 el emperador Teodosio lo declara como la religión oficial del imperio. A partir de la Ilustración, la idea más extendida (aun entre nosotros) es que el cristianismo, y las religiones en general, presentan serios obstáculos al avance de la ciencia. Sin embargo, esto no parece tan simple y, en lugar de suponer que después del auge de la filosofía griega el mundo intelectual parece haber caído en un periodo de esterilidad y oscurantismo de más de mil años, tal vez podemos entender la actividad intelectual de la Edad Media como enfocada hacia intereses distintos y con otro tipo de preguntas. Ésta no es una tarea fácil, en especial porque después de la Ilustración nuestras nociones de conocimiento y progreso se definen y legitiman en oposición a los intereses medievales. Veamos algunos elementos del cambio que se presenta con la llegada del cristianismo. Todas las sectas que se extendían por el Imperio Romano –entre las cuales podemos destacar a Isis, Mithra, Sol Invictus, Gnósticos y cristianos– tenían ciertos elementos comunes. En primer lugar, compartían una fuerte influencia del platonismo y la creencia de que el mundo material es corrupto y eventualmente dejará de existir es común en dichas tradiciones. Por otra parte, el hombre se considera pecador por naturaleza y por lo tanto sólo podría alcanzar la inmortalidad dejando de lado el mundo material y cultivando lo espiritual. Por último, la búsqueda de dios a través de las prácticas mágicas y la búsqueda de fuerzas ocultas eran compartidas por todas estas sectas y, por lo general, sería bastante común en los primeros siglos del imperio.
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Aunque estos aspectos nos permiten empezar a entender la actitud que tendría el cristianismo hacia el conocimiento, es preciso decir algo más sobre este último punto, es decir, sobre las prácticas y la tradición mágica, aspecto que por lo general se tiende a dejar de lado. Algunos tratados sobre magia atribuidos al dios egipcio Toth y conocido por los griegos como Hermes Trismegistus (el mensajero tres veces grande) empezarían a constituir la potente tradición hermética que, a su vez, presentaba una reacción contra la racionalidad griega al defender la magia, la intuición y el misticismo. Tal tradición tiene sus orígenes en la más remota antigüedad y se ha asociado con pensadores como Platón, Pitágoras e inclusive Moisés. Posteriormente, a lo largo de la Edad Media, se mantendría vigente y algunos de los padres de la iglesia leerían y en ocasiones encontrarían valiosos los trabajos del supuesto Hermes. En todo caso, a pesar de los factores expuestos anteriormente, existe una distorsión al suponer que el cristianismo trae consigo una actitud anti- intelectual según la cual se privilegia a la fe sobre la razón y se celebra la ignorancia. Sin ir muy lejos, debemos pensar que en la defensa del cristianismo como una doctrina estructurada se debieron buscar argumentos filosóficos bastante elaborados que pudieran competir con otras tradiciones cultas. La misma filosofía griega, que en ocasiones sirvió de herramienta de apología de la fe cristiana, presentaba errores y, al ser fuente frecuente de herejía, llevó a que entre los miembros de la Iglesia se creara una tradición intelectual propia de enorme influencia en la historia de la filosofía y de la ciencia. Muchos de los más importantes desarrollos en la historia de la ciencia han sido producidos por personas trabajando al servicio de ideologías, programas sociales o fines prácticos y políticos. Difícilmente se puede hablar de autonomía en la producción de conocimiento por lo que es importante entender para quiénes o con qué fines se produce conocimiento. La ideología, la sociedad y los fines políticos cambian y, por lo tanto, cambia también la forma de ver el conocimiento. Para el año 500 la Iglesia ya había reclutado las mentes más talentosas y eruditas a sus servicios. La hostilidad a todo lo pagano y, por lo tanto, a gran parte de la filosofía griega era una nueva realidad en la cual el honor, la gloria y la reputación ya no dependen de los logros o fortunas individuales sino en la forma como se contribuye con los intereses de la Iglesia.
Los monasterios Es importante entonces dar una mirada a las estructuras sociales e instituciones en las cuales se desarrolla el conocimiento. Los monasterios cristianos que se extienden rápidamente en Occidente a partir del siglo IV fomentaban una vida de aislamiento y concentración que facilitaba la lectura, transmisión y traducción de textos, y acogieron un “ejército” de religiosos letrados. En el siglo VI, San
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Benito estableció un monasterio en Monte Cassino, al sur de Roma, y desarrolló unas reglas y normas que definían la vida que debían tener los monjes. Estas normas, que serían adoptadas de manera general por la mayoría de los monasterios a lo largo de la Edad Media, contemplaban rutinas diarias de contemplación, trabajos manuales, oración, entre otros. La oración, al incluir la lectura de la Biblia y otros textos religiosos, hizo necesario que los monjes supieran leer. En los monasterios también se desarrollaron bibliotecas y los llamados scriptoria (salas en donde los libros necesitados por la comunidad monástica eran reproducidos por copistas). Por último, la educación, que por lo general sólo se impartía dentro de un monasterio, se enfocaba para servir a los intereses religiosos. Sin embargo, aunque el interés por la literatura pagana, la historia natural o la filosofía era limitado, éste no estaba totalmente ausente. La contribución de la cultura religiosa de la temprana Edad Media fue, cuando menos, valiosa en términos de la preservación y transmisión de la filosofía antigua: de no haber sido por la existencia de estos monasterios, gran parte del saber científico antiguo se hubiera perdido. Pero no podemos limitar el papel del religioso a ser un simple vehículo de transmisión del conocimiento. Como veremos, el cristianismo estimulará un desarrollo filosófico sofisticado.
3.2. LA BAJA EDAD MEDIA A. Las traducciones En los siglos XI y XII la relación entre teología y filosofía se fortalece debido en parte, a que surge un creciente equipo de traductores que empieza a estudiar los tratados antiguos que los árabes habían trabajado y conservado durante siglos. Uno de los ejemplos más característicos de esta nueva corriente es Gerbert de Aurillac (el Papa Silvestre II), quien muere en el año 1003. Por medio de contratos eclesiásticos y eficientes relaciones diplomáticas, Silvestre II comienza a adquirir tratados árabes sobre matemáticas y sobre el uso del astrolabio para ser traducidos al latín. Así mismo, para mediados del siglo X, varios monjes se desplazan hacia España –región que entonces era parte del imperio árabe– para hacer traducciones del árabe al latín de tratados de geometría y astronomía principalmente. El más importante de estos traductores de árabe al latín fue Gerard de Cremona (11141187), quien viaja de Italia a España en busca del Almagesto de Ptolomeo. Una vez allí, decide quedarse para aprender árabe. Posteriormente traduciría tratados sobre álgebra, los escritos de Galeno, textos de Aristóteles como la Física, Sobre los cielos y la Lógica, así como los Elementos de Euclides, entre otros. Sin embargo, debe quedar claro que el proceso de difusión del conocimiento conservado por los árabes es necesariamente lento; sin la imprenta moderna, su circulación está limitada a los
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manuscritos. Los traductores empiezan a interesar a Europa Occidental en los diversos temas científicos y sin su labor no sólo no hubiera sido posible el desarrollo de la ciencia medieval, sino que difícilmente se hubiera dado la revolución científica del Renacimiento.
B. La ciencia en el medio oriente El mundo árabe Por lo general, es muy poco lo que se escribe sobre la ciencia árabe que se desarrolló a lo largo de la Alta Edad Media y principios de la Baja. Sin embargo, ésta tiene una importancia central en el desarrollo de la ciencia en Occidente. En el año 632, a la muerte del profeta Mahoma, el islam ha unificado todo el oeste de la península arábiga. Éste sería el comienzo de una expansión geográfica inmensa, la cual logró apoderarse de todo el Oriente Medio, de toda la costa norte del África y de gran parte de la península ibérica en menos de un siglo. Para principios del siglo IX, los árabes se habían asentado definitivamente sobre todo este territorio y la religión islámica lograría unificar a casi todos los pueblos que se encontraban en él. Aunque a lo largo del siglo IX el interés por la ciencia en el imperio apenas estaba surgiendo, para los siglos X y XI la situación ya había cambiado. Los musulmanes impulsarían el conocimiento y la investigación científica desarrollando grandes centros de investigación entre los cuales se puede resaltar Bagdad, El Cairo y, en la península ibérica, Toledo. El aporte de los musulmanes al desarrollo del pensamiento científico se puede resumir en tres grandes rasgos. Por un lado, conservaron gran parte del saber antiguo, (las obras de Galeno, Ptolomeo, Euclides, Aristóteles, entre muchos otros) el cual seguramente se hubiera perdido en buena parte con la caída del Imperio romano de Occidente en el siglo V. En segundo lugar, los árabes traerían a Occidente los saberes científicos que se habían desarrollado en Oriente, en especial los saberes astronómicos y matemáticos del imperio persa y de la India. Por último, los árabes formarían grandes científicos que escribirían obras haciendo aportes y críticas a todo este saber que habían recopilado y unificado. Nombres como Al-Khwarizmi en las matemáticas y Al-Razi en la medicina no pueden dejarse de lado al tratar de entender el desarrollo del pensamiento científico que después llegaría a Europa. Aunque el auge de la ciencia árabe se daría entre los siglos X y XIII, para los siglos XIV y XV el panorama político del imperio había cambiado radicalmente. El control centralizado era un problema cada vez más grande y poco a poco el imperio se desestabilizó y entró en crisis.
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Los árabes marcaron una época importante en el desarrollo de la historia de la ciencia tanto en Europa como en Asia. Su labor de conservación, unión y creación de saberes y obras científicas (las cuales serían traducidas por monjes medievales a partir del siglo X) no debe ser subestimada en el posterior desarrollo de la ciencia europea.
El Imperio Bizantino En 395 d.C. los dos hijos del emperador Teodosio dividieron definitivamente el Imperio Romano en dos: Honorio se quedó con la parte occidental (el Imperio Romano de Occidente cuya capital siguió siendo Roma) y Arcadio con la oriental (el Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino; su capital era Constantinopla, nombre que el emperador Constantino había dado a la antigua ciudad de Bizancio que más tarde los turcos llamaron Estambul). El Imperio de Occidente cayó en el año 476 a manos de los bárbaros mientras que el de Oriente perduró hasta que fue invadido por los turcos en 1453. Al mismo tiempo que la tradición clásica estaba decayendo lentamente en el Occidente latino y el interés por la filosofía natural estaba siendo transformado en un interés por la religión y la teología, en la parte Oriental el panorama era muy distinto. Aunque el Oriente experimentaba los mismos infortunios que Occidente (invasiones, crisis económica y desorden social), las consecuencias fueron menos severas y existía en el Imperio Bizantino una estabilidad política relativamente alta. Aun así, esta estabilidad no implicó que el interés por la filosofía natural o las matemáticas se pudiera desarrollar. Los padres de la Iglesia griega, al igual que los padres occidentales, no veían ninguna utilidad en el saber científico y estaban convencidos que había que subordinarlo al estudio de la teología y la religión. Sin embargo, pese a que la tradición científica no decayó del todo y se pueden mencionar los aportes de algunos pensadores como Themistius, Simlicius y Philoponus, el papel de Bizancio en el surgimiento de la ciencia moderna es un poco distinto. Su aporte radica en el proceso de difusión cultural mediante el cual el saber griego fue transmitido a otras regiones de Oriente y Norte de África en donde sería asimilado por culturas no griegas.
C. Las Universidades Asociado con estos nuevos materiales que llegan a Europa comienza también el surgimiento, en los siglos XII y XIII, de las Universidades. Las escuelas urbanas en el año 1100 eran pequeñas, contaban con un profesor y unos diez o veinte estudiantes. Para el año 1200 ya habían ocurrido cambios importantes. Las escuelas empiezan a crecer en número y tamaño; se supone que en las de París, Bologna u Oxford los estudiantes eran varios cientos y ésta última, por ejemplo, tenía más de setenta profesores. Este crecimiento generó la creación de nuevas instituciones que pasaron a llamarse Universitas, término que hace referencia a la pretensión de universalidad de la Iglesia Católica (de la
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cual dependían) y que desde el Imperio Romano era utilizado para nombrar a un número de personas organizado bajo una corporación o sociedad. Las primeras y más importantes universidades de la Edad Media fueron Bologna (fundada cerca del año 1150), París (fundada alrededor de 1200), y Oxford (fundada en 1220). Éstas serían los modelos para una docena de instituciones similares que se crearían en los años siguientes, y desde allí Europa asimilaría y divulgaría las nuevas formas de conocimiento que se empezaron a desarrollar. Aunque existen diferencias entre las diversas instituciones, podemos tomar a la Universidad de París como modelo. La facultad de Artes Liberales era la más grande y sin lugar a dudas la más importante; allí se enseñaban las llamadas “siete artes liberales” compuestas, por un lado, del quadrivium de las disciplinas matemáticas (astronomía, música, geometría y aritmética) y, por otro, del trivium de las disciplinas lógicas y lingüísticas (gramática, dialéctica y retórica). Estas materias eran requisito indispensable para aspirar a otra facultad y era la única posibilidad de recibir títulos de leyes, medicina y teología. Un joven que tuviera el perfil social indicado para acceder a la universidad entraba a los catorce años, después de haber estudiado latín en un colegio. Podía aspirar a títulos similares a los que hoy ofrecen la mayoría de universidades modernas, es decir, el Bachelor, el Master y el Philosophical Doctor. La obra de Aristóteles constituía la parte más importante de los curricula. Es interesante ver el grado de relativa uniformidad en los currículos de la mayoría de estas universidades. Si recordamos las escuelas educativas de la Grecia antigua, como el Liceo o la Academia, el estudiante se matriculaba en alguna de ellas escogía una corriente de pensamiento determinada que no incluía a las otras. Aquí el panorama es distinto. Ya fuera en Oxford o en París, cada estudiante tenía acceso a más o menos las mismas materias y los mismos textos. Así, se estudiaban los siguientes textos de Aristóteles: La lógica, donde se exponían las bases de gramática; La física, donde encontramos los principios básicos del movimiento; Sobre el cielo, que se ocupaba de la Cosmología; la Meteorología, que analizaba los fenómenos terrestres; y Generación y Corrupción, estudio sobre los cuatro elementos fundamentales. De la misma manera, se leían los Elementos de Euclides como base fundamental de la geometría, el Almagesto de Ptolomeo y algunos escritos de Platón y otros autores antiguos.
D. El debate alrededor de Aristóteles A partir de algunos de los textos aristotélicos mencionados más arriba, los estudiosos medievales empezaron a desarrollar preguntas alrededor de temas como el vacío, el movimiento, la caída libre, entre otros, preguntas de las que se ocuparían las mentes y las obras de pensadores como Guillermo
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de Ockham, Nicolás Oresme, Alberto Magno y John Buridan. La importancia de preguntas de esta naturaleza es que no se presentaban como una repetición a los planteamientos de Aristóteles, sino que eran el punto de partida para la construcción de explicaciones novedosas y no siempre acordes con los textos antiguos. Aristóteles se convierte así en objeto de un fuerte debate en el siglo XIII que cambiaría el curso de la ciencia. Pasemos a ver en qué consistió este debate y cómo se desarrolló. Algunos planteamientos de Aristóteles parecían contradecir el dogma y la fe cristiana. De los diferentes conceptos aristotélicos que se considerarían como una amenaza al cristianismo, podemos resaltar algunos que nos permitirán entender mejor el problema. En primer lugar, a los defensores de Aristóteles se les acusaba de enseñar el Panteísmo, es decir, la idea de que se puede identificar a Dios con el Universo. En segundo lugar, el cosmos aristotélico es eterno y no da lugar para el acto de la creación, lo cual contradice las sagradas escrituras. En tercer lugar, la filosofía natural de Aristóteles (y la exigencia asociada a ésta de que para que haya conocimiento se deben conocer las causas del objeto de estudio) supone un cierto tipo de determinismo el cual es inquebrantable y no dejaba posibilidad alguna a los milagros. Además, la libertad de elección humana, esencial para la doctrina cristiana de la salvación, era bastante restringida: para Aristóteles la vida del ser humano y, dicho sea de paso, su felicidad está en gran parte determinada por la formación que se recibe en la infancia y por condiciones y eventos que sobre los que no se puede decidir (por ejemplo, si se nace esclavo u hombre libre, si se posee un cuerpo saludable o no, si uno es víctima de tragedias, etc.). Por último, tenemos el problema de la naturaleza del alma. Para Aristóteles ésta es la forma y esencia del cuerpo humano por lo cual no puede tener una existencia independiente del cuerpo (ya que, para este filósofo, forma y materia son inseparables, esto es, la esencia y la materia de un individuo sólo son separables conceptualmente y no en la realidad), contradiciendo la tradición cristiana de la inmortalidad del alma. Los líderes de la Iglesia empiezan a tomar acciones que buscan prohibir o purgar los planteamientos aristotélicos problemáticos. Las primeras acciones fuertes son tomadas por el Papa Gregorio IX en el año de 1231 y por el Papa Inocencio IV en el 1245, quienes buscaron limpiar y corregir la filosofía aristotélica de dichos errores y contradicciones. De ahí en adelante se harían varios estudios al respecto, entre los cuales uno de los más famosos es el texto de Giles de Román escrito en el año de 1270 y titulado Errores de los filósofos. Sin embargo, el punto culminante de este debate ocurre en 1277 cuando el Papa Juan XXI ordena al obispo de París, Etienne Tempier, estudiar y resolver estas disputas que se originaban en la Universidad de París. Como resultado, se hace una exhaustiva lista de errores de la filosofía en donde se condenaban 219 proposiciones aristotélicas, y el Papa determina que quien defendiera alguna de éstas sería
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excomulgado. Tal condena parece haber tenido un efecto inmediato y duradero en la historia de la ciencia. El esfuerzo por justificar su prohibición, mostrar su falsedad y darle un sustento filosófico al cristianismo abrirá un espacio de reflexión nuevo. De esta manera, la importancia de este debate y de la condena aristotélica radica en la necesidad de una nueva filosofía que estuviera más acorde con la fe cristiana. Como veremos, el proceso tendría profundos efectos en la historia de la ciencia moderna. En contra de las expectativas del lector moderno, es posible argumentar que la defensa del cristianismo por parte de los filósofos medievales permitirá el cuestionamiento de la filosofía de Aristóteles y por lo tanto tendrá un visible efecto sobre lo que hemos llamado el surgimiento de la ciencia moderna. Veamos algunas de las proposiciones prohibidas y de las afirmaciones que parecen defender los aristotélicos y que molestan a los filósofos cristianos: “las discusiones teológicas son basadas en fábulas”, “nada se sabe mejor por el hecho de estudiar teología”, “los únicos hombres sabios son los filósofos”, “la primera causa, Dios, no puede hacer varios mundos”, “Dios no puede generar algo de la nada”, y así sucesivamente entre muchas otras. El problema no era tanto erradicar la influencia de Aristóteles, lo cual era sencillamente imposible, sino más bien eliminar los “errores” de su filosofía y adaptarla a los intereses del cristianismo. Se trataba de determinar los límites entre la filosofía y la fe para hacer de la obra de Aristóteles fundamento del cristianismo. Dentro de esta corriente, podemos destacar el trabajo de Roger Bacon (1220-1292) quien puso el estudio de la filosofía natural al servicio de la religión, y a Alberto Magno (1206- 1280) quien desarrolló un cristianismo aristotélico y estableció a esta filosofía como un paso necesario para los estudios teológicos de Santo Tomás de Aquino. Las diferencias entre la filosofía y la fe se hacen cada vez más difusas. De manera que los asuntos de fe y la doctrina cristiana son objeto de una reflexión filosófica que hace parte de una poderosa tradición intelectual con consecuencias importantes en la historia de la ciencia occidental.
E. Física y astronomía Nuevos conceptos en la física Usar aquí el término “física” tiene el gran riesgo de llevar al lector moderno a igualar las discusiones medievales sobre la naturaleza con la concepción que tenemos de la física moderna. Los términos latinos physica y physicus se derivan del termino griego physis, que debe entenderse en un sentido amplio. Para Aristóteles, quien tuvo una enorme influencia en este campo, la physis o naturaleza de algo se refiere al conocimiento de las características que determinan el comportamiento de los objetos naturales, y el estudio de la física recoge el estudio de la naturaleza en todas sus manifestaciones.
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Al mismo tiempo que se debatía la compatibilidad entre la filosofía aristotélica y el cristianismo, algunos comentaristas introdujeron críticas y señalaron ciertas dificultades en la física aristotélica. Uno de los más conocidos fue el español de origen musulmán Averroes (Ibn Rushd, 1126- 1198). Frente a la conclusión aristotélica de la imposibilidad del movimiento en el vacío, Averroes se preguntó por qué los planetas y las estrellas no presentan movimientos infinitamente rápidos en sus recorridos si en el espacio no hay aire (no hay medio) y por lo tanto no hay resistencia. Como una solución a este problema se desarrolla entre los siglos XIII y XIV un nuevo concepto: el de la “resistencia interna”. Este concepto está relacionado con la noción aristotélica de cuerpo mixto o compuesto. Como vimos anteriormente al describir el cosmos aristotélico, el movimiento natural se explicaba a partir de la composición de los cuerpos. El aire y el fuego son los elementos livianos y la tierra y el agua los pesados. Aunque los diferentes elementos tengan movimientos naturales en direcciones opuestas, éstos pueden actuar sobre un mismo cuerpo y, por ejemplo, en el caso del movimiento natural hacia el centro del universo (caída libre) se podría pensar que existiría una resistencia interna en aquellos cuerpos que tienen un componente de aire o fuego. Este concepto no sólo explicaría las diferentes velocidades de los objetos en su movimiento natural, sino que evitaría suponer un movimiento infinitamente rápido en un vacío hipotético. Sin embargo, con este concepto aparecen algunas dificultades interesantes. Según la física aristotélica podríamos concluir que la velocidad es proporcional al peso e inversamente proporcional a la resistencia del medio. Es decir, un cuerpo dos veces más pesado que otro caería desde una misma altura en la mitad del tiempo. Desde esta perspectiva, tendríamos que preguntarnos qué pasaría si unimos con una cuerda dos cuerpos con la misma masa. ¿Acaso caerían en el mismo tiempo? ¿En la mitad? A partir de la idea de resistencia interna, Alberto de Sajonia argumentaría que cuerpos homogéneos –es decir, cuerpos constituidos con la misma proporción de elementos primarios, pero de tamaños distintos y pesos diferentes– caerían a la misma velocidad. Es decir, ya que la resistencia puede ser entendida como una propiedad de los cuerpos mixtos que se opone al movimiento del compuesto predominante en el objeto, si dos objetos –sin importar su tamaño– tienen la misma composición, deben comportarse de igual manera en el cosmos. Estrechamente relacionado con el concepto de “resistencia interna” pero con una distancia mucho más radical con respecto a la física de Aristóteles, aparece el concepto de impetus o impulso. Este
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concepto, con en el cual se buscaba explicar cómo se mantenía en movimiento cualquier proyectil después de perder contacto con su fuerza impulsora, fue planteado inicialmente por John Buridan (1295-1358). En lugar de asumir que el motor impulsor imprime una fuerza en el medio manteniendo al proyectil en movimiento, Buridan asume que el motor imprime la fuerza en el objeto mismo. De esta manera, mientras más materia tenga un cuerpo, mayor cantidad de impetus puede recibir y por lo tanto por más tiempo puede prolongar su movimiento. Aunque el concepto de impetus es muy cercano al concepto de “inercia” de la física moderna, existen varias diferencias que no podemos pasar por alto. En primer lugar, la idea de inercia o momentum en Newton expresa cualidades de un cuerpo que se encuentra en movimiento, y el impetus, por el contrario, se ve aún como causa del movimiento. En segundo lugar, siendo que la tierra es inmóvil y ése es su estado natural, el movimiento debe ser entendido como un proceso de cambio (de un lugar a otro) y no como un estado permanente o natural. En tercer lugar, la idea moderna de inercia nos dice que cualquier movimiento que no tenga resistencia sería rectilíneo e infinito. En el cosmos aristotélico, donde el movimiento eterno y perfecto sólo puede ser circular y el movimiento recto es corruptible y está determinado a una región sublunar finita, la idea de un movimiento infinito en línea recta es imposible. Además, tendríamos que asumir la existencia del vacío, como lo harían los físicos modernos, concepto impensable e irreal para ese momento. Los únicos cuerpos con movimiento infinito, diría Buridan, son los cuerpos celestes los cuales, al tener un primer impetus dado por Dios y no tener resistencia, tendrán un movimiento eterno.
La tierra inmóvil Desde la antigüedad, pensadores como Aristarco de Samos o la escuela pitagórica habían planteado la idea de poner a la tierra en movimiento. El mismo Ptolomeo reconoció que, si asumiéramos como un experimento mental que la tierra gira sobre su propio eje, podríamos explicar los movimientos de los astros con bastante éxito. Sin embargo, encontró poderosas razones para mostrar el absurdo que esto implicaría. Iría en contra de nuestro sentido común y de observaciones simples como que las nubes no están en permanente movimiento o que el disparo acertado de un cañón o una flecha sería imposible. En el siglo XIV, la idea de que la tierra girara alrededor de su eje fue considerada por pensadores como Nicolás Oresme y John Buridan. Este último sería uno de los primeros en pensar en esta posibilidad, y tendría varios argumentos para sustentarlo. Diría que el movimiento de los astros es relativo y que tanto una cosmología con la tierra en movimiento como una en la cual estuviera inmóvil explicarían los fenómenos celestes de forma similar. Aunque nos parezca absurdo, podríamos no estar conscientes de tal movimiento. Para explicarlo pone como ejemplo el caso de un pasajero que va en
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un barco en movimiento y otro que está quieto. Para Buridan, si el pasajero que está en movimiento decidiera imaginar que su barco está quieto, vería al otro barco en movimiento. Lo mismo ocurriría entre los movimientos relativos entre la tierra y los astros. La tierra sería el barco que está en movimiento y nosotros los pasajeros que la imaginamos quieta. Sin embargo, Buridan, basándose en argumentos parecidos a los de Ptolomeo, optó por defender la idea de la tierra inmóvil. Para él, si la tierra estuviera en movimiento no se podría explicar el porqué, cuando una flecha que se lanza hacia arriba, vuelve al mismo punto cuando cae. Si la tierra se moviera, sostenía Buridan, la flecha se habría desplazado una gran distancia al momento de volver a la tierra. Aunque muchos pensadores que defendían el movimiento terrestre afirmaban que el aire se mueve con la tierra y por lo tanto lleva a la flecha consigo, la teoría del impetus no hacia posible este razonamiento para Buridan. La flecha, al llevar consigo un impulso, rompería con la resistencia que tendría el aire y por lo tanto caería al occidente de su punto de partida. Por su lado, Nicolás Oresme desarrolló argumentos bastante similares a los planteados por Buridan. Sin embargo, aunque usó la figura de los barcos para demostrar la posibilidad de una tierra en movimiento, no estaba de acuerdo con Buridan en cuanto al argumento de la flecha. Para Oresme, la tierra al moverse movía con ella el aire que la rodeaba, haciendo que nuestra experiencia fuera similar a la del movimiento en la cabina de un barco. Es decir, no existe ni viento ni resistencia del aire ya que el pasajero, el aire, y la cabina van juntos en un solo movimiento. Desde esta perspectiva, la flecha podría ser lanzada verticalmente y volvería a su punto de origen ya que el aire no ejercería ninguna resistencia sobre ella. Sin embargo, esto no implicaba que la tierra estuviera en movimiento. Aunque era una teoría viable, para Oresme era imposible concluir, a través de la experiencia, cuál de los dos modelos cosmológicos era el verdadero. Aun así, Oresme también adopta la visión tradicional de la tierra inmóvil. Para él existe una incapacidad de la razón humana de tener un conocimiento verdadero del mundo físico. Sólo la fe nos puede acercar a la verdad absoluta y, en este caso, la tradición indicaba que la tierra debería estar quieta en el centro del universo. Buridan y Oresme representan las dos corrientes intelectuales típicas del siglo XIV. El primero consideraba que era necesario explicar los fenómenos en general de la forma más plausible. Aunque reconocía los límites de la razón, opinaba que, aunque ciertamente Dios pudo haber hecho cualquier cosa, no deberíamos suponer que así lo hizo. Por otro lado, Oresme, siguiendo de cerca de Santo Tomás, afirmó que la física y la razón se encuentran con dificultades que sólo pueden ser explicadas por medio de la fe. Los argumentos de la filosofía no son definitivos y conceptos como la existencia de Dios o la creación sobrepasan los límites de la razón, Aunque Buridan y Oresme defendieran la idea de una tierra inmóvil, presentaron argumentos parecidos a los que presentaría Copérnico posteriormente. La idea de una tierra en movimiento es anterior al periodo renacentista.
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Incluso Ptolomeo o Aristarco en la antigüedad ya habían analizado la posibilidad de una cosmología diferente. Aunque no se puede hablar de una completa ruptura del mundo aristotélico, la filosofía medieval está lejos de ser una repetición de las doctrinas antiguas y la mayoría de las rupturas que tanto se celebran en los siglos XVI y XVII ya habían sido realizadas por varios pensadores medievales.
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CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN EL RENACIMIENTO4
4.1. EL RENACIMIENTO Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Desde la época de Francis Bacon (1561 –1626) hasta hace algunas décadas, algunos comentaristas han alimentado y justificado la idea de una gran Revolución Científica, idea que supone que entre los siglos XVI y XVII se dio una transformación radical en la historia del conocimiento, tan decisiva e importante que se ha descrito como una de las más importantes rupturas en la historia de la civilización occidental. A lo largo de este capítulo trataremos de encontrar los orígenes de esta idea y daremos una breve descripción del contexto histórico y cultural en el que aparecen las nociones modernas de conocimiento científico.
La idea de ciencia moderna a lo largo de la historia Comencemos por estudiar el origen y desarrollo de esa idea que proclama que durante “el Renacimiento” nació la “Ciencia Moderna.” El primer paso lo encontramos entre los siglos XIV y XVI en los cuales se inicia una nueva tradición historiográfica europea con el humanismo italiano. Personajes como Petrarca (1304-1174) y Bocaccio (1313-1375), entre otros, se vieron a sí mismos como los instigadores de un renacer de las artes y las letras después de un prolongado período de estancamiento que se había iniciado con el decaimiento de Roma y que se comenzaba a revitalizar con el humanismo italiano del siglo XIV. Gráfica 14. La Divina Proporción. Manifestación humanista del renacimiento de Leonardo Da Vinci
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Desde mediados del siglo XIV encontramos escritores y artistas en Italia y otros lugares de Europa que manifestaron su convicción y celebraron estar viviendo una época de regeneración, un despertar, un renacer o reemerger a la luz del oscurantismo de los siglos anteriores. Algunos historiadores han tomado dicha versión de los artistas del período en un sentido literal y han alimentado lo que Peter Burke (1993) ha llamado “el mito del Renacimiento”. Un momento histórico que no sólo se ha caracterizado por la restauración de las artes, sino que tiene elementos propios como el individualismo, el realismo, la modernidad y desde luego, como el momento histórico adecuado para el nacimiento de la Ciencia Moderna. Ya en el siglo XIV encontramos la idea de que la humanidad había vivido casi mil años de oscurantismo y se ve el retorno a la antigüedad como el símbolo de una nueva era. De esta manera, surge la idea del Re-nacer, estrechamente ligada con el estudio de las obras de los pensadores antiguos y con la revitalización de la filosofía platónica como una fuerte alternativa frente a la escolástica aristotélica. Aunque la idea de rescatar las obras literarias, artísticas y científicas de los autores de la Grecia antigua fue el objetivo principal de este nuevo movimiento, la purificación de la religión con base en el estudio de sus más primitivos orígenes fue también parte importante y es así como el protestantismo, entre otros intentos por reformar el cristianismo, buscó fuentes antiguas y aún no deformadas como fundamento para una nueva visión de la religión. El Humanismo inicia entonces una periodización que todavía sigue siendo familiar para nosotros y que divide en tres periodos la historia europea: Antigüedad, Edad Media y Modernidad. Esta división muestra la mentalidad renovadora que se vive en el momento, así como la visión peyorativa que se le quiere dar a la Edad Media como la “Edad Oscura.” A lo largo del siglo XVII se mantuvo fuerte la idea de que el conocimiento en general, y en especial las ciencias, había tenido un renacer y una revitalización. Esta idea se refleja con claridad en los escritos de los más famosos pensadores de ese siglo, y ya fuera Bacon con su Nouvum Organum y su Nueva Atlántida, Kepler con la Nueva Astronomía o Galileo con su “Dos nuevas ciencias”, entre otros, los títulos de sus libros nos permiten ver la referencia explícita que se hace al nacimiento de una nueva filosofía y una nueva forma de hacer ciencia. Posteriormente, en el siglo XVIII, la idea de la Revolución Científica tomará aún más fuerza con los filósofos de la Ilustración francesa quienes no sólo nutrieron la idea del gran cambio protagonizado por Bacon, Descartes, y Galileo, entre otros, sino que se vieron como sus continuadores. El que aún pensemos que en el Renacimiento se origina una nueva forma de pensamiento en donde la razón triunfa sobre la fe, es explicable, en parte, porque los historiadores se han aproximado a las fuentes primarias de la época con un claro propósito de consolidar esta concepción. La mayoría de los estudiosos de los siglos XVIII, XIX y gran parte del XX encontraron en la obra de Kepler, Copérnico, Galileo y Newton elementos fundamentadores de una nueva ciencia. Para esto fue necesario dejar de lado aspectos importantes de la obra de estos individuos e ignorar la obra o los intereses de muchos pensadores del Renacimiento que no parecían coincidir con nuestra imagen de “lo moderno”. Es
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común que entendamos el nacimiento de la ciencia moderna como el triunfo de la razón sobre la superstición y el supuesto rompimiento con el yugo de la autoridad religiosa. Un punto que será central en análisis del “nacimiento de la ciencia moderna” será la relación de esta última con la religión. La Revolución Científica ha sido presentada como ese momento crucial en nuestra historia en el cual ciencia y religión se separan. El conocimiento deja de estar subordinado a la teología y se presenta una supuesta separación entre ciencia y magia, y ciencia y metafísica. Aunque ésta es una visión seductora y quienes la han querido defender tienen numerosos argumentos, también podemos señalar cómo dicha visión tiene deficiencias importantes que deben explicarse. La posición que defiende dicha separación coincide con nuestra visión moderna y secular de lo que ha debido ocurrir. El carácter de independencia y neutralidad que tiene la ciencia hoy en día coincide con los intereses de la Ilustración europea. Aunque muchos historiadores argumentan que varios pensadores importantes del Renacimiento parecen reaccionar frente a la autoridad que representa la iglesia, un estudio más cuidadoso nos muestra la necesidad de explicar la compleja relación entre ciencia y religión. Las matemáticas como lenguaje divino, la filosofía mecánica y la misma física newtoniana suponen la existencia de Dios. Pensadores como Kepler, Galileo, Descartes, Newton son profundamente religiosos y ninguno de ellos llega a cuestionar la existencia de Dios. Por el contrario, como veremos más adelante al ocuparnos de la obra de cada uno de estos científicos, sus sistemas de pensamiento y sus ideas tienen un claro y fundamental elemento religioso. Dentro de la tradición filosófica que se ha denominado positivismo la idea de la Revolución Científica y la idea misma de la ciencia como una forma de conocimiento que se diferencia de las especulaciones metafísicas, del arte o de la religión, toma mayor fuerza. La filosofía del siglo XIX y buena parte del siglo XX consolidan un campo de estudio que se ocupa de señalar las diferencias epistemológicas entre la ciencia y otras formas de conocimiento menos rigurosas y menos confiables.
El hombre y el cosmos No es nuestra intención ofrecer una definición de “Renacimiento” ni repetir los argumentos sobre el mito de una nueva sociedad que de un momento a otro se volvió más racional, pero no hay duda de que en la época que tradicionalmente se ha llamado de esa manera y que abarca un amplio periodo que va desde el siglo XIV al XVIII ocurrieron una serie de cambios que le dieron una nueva dirección a la cultura occidental. Aunque no es posible dar una definición específica a eso que llamamos “espíritu del Renacimiento”, vale la pena buscar elementos comunes al periodo que nos permitan entender mejor la “Revolución Científica” y la cultura moderna. Como vimos anteriormente, podría argumentarse que a lo largo de la Edad Media el mundo cristiano mostró un marcado interés por la comprensión del hombre y la naturaleza en relación con el creador.
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Esto puede interpretarse en algunos casos como una desvalorización del hombre y en general del mundo terrenal como algo pasajero y opuesto al mundo de lo divino y eterno. A lo largo del periodo renacentista se puede hablar de una emancipación humana en donde se presenta un re-nacer de la fe en los seres humanos. Una fe en un hombre nuevo que se descubre a sí mismo y que adquiere confianza en sus capacidades. Temas tan variados como el humanismo, el arte, la magia y la alquimia, y la aparición de una nueva clase social (la burguesía) parecen ser señales de una revaloración del hombre y su posición en la naturaleza, y hacen que éste poco a poco empiece a sentirse dueño de su destino.
Burguesía El término burguesía fue usado inicialmente para llamar a aquellos habitantes de pueblos medievales que no eran ni campesinos ni terratenientes, sino mercaderes, comerciantes o artesanos. Hacia el final de la Edad media, cuando algunos pueblos empezaron a convertirse en importantes centros de intercambio, la burguesía empezaría a convertirse en una clase socio-económica mucho más definida. Pero el cambio radical ocurriría en la época renacentista con el surgimiento y consolidación de los estados-nación, en los cuales el poder se concentraba en manos de los monarcas y no en señores feudales no centralizados. La burguesía, por lo general, apoyaría a los monarcas en su lucha contra el feudalismo, hecho que les permitiría tener una influencia mucho más grande en la conformación de estos nuevos gobiernos. Así mismo, con el cambio de una sociedad feudal a una de tipo más capitalista, la burguesía se convertiría en una pieza fundamental del cambio industrial, social y científico en el cual estaba sumida toda Europa. Aun así, no debe pensarse que este cambio de pensamiento, en donde el conocimiento empieza a verse como una fuente de poder del hombre sobre la naturaleza, conduce al ateísmo. La diferencia central está en que la búsqueda de Dios ya no se hace a través de su palabra, sino a través del estudio de su creación. Muchos pensadores estarían de acuerdo con esta idea y, por ejemplo, Pico de la Mirandola (1463-1494) (quien junto a Marsilio Ficino era uno de los más importantes exponentes de la Academia Platónica de Cosimo Medici en Florencia) afirmó: “Nada nos conduce más a la religión y a adorar a Dios que una cuidadosa contemplación de sus maravillas” (Wightman, 1972). La pregunta que surge en este momento es ¿Qué significa ahora conocer? El Renacimiento parece reunir personajes y tendencias tan dispares que no es fácil hacer una descripción homogénea. Algo similar podríamos decir de la Revolución Científica. Por lo general, ésta es explicada en términos de algunos logros de la física y la astronomía, y casi siempre una selección adecuada de episodios y personajes ha facilitado que se ignoren aspectos importantes del contexto social, religioso, estético y académico del Renacimiento. Para entender la cultura de la Europa moderna no es suficiente un recorrido por la historia de las ideas y escritos de unos pocos, el contexto político, los nuevos medios de comunicación, las nuevas instituciones, los debates religiosos, los desarrollos tecnológicos y una
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compleja interacción de factores que van más allá de los problemas teóricos que van más allá de la física y la cosmología modernas, deberán ser tenidos en cuenta. Aunque lo que podríamos llamar las ciencias de la naturaleza, es decir, la medicina la biología y la química (disciplinas que no existen en ese momento tal y como las entendemos hoy), no parecen ser un aspecto importante en el “nacimiento de la ciencia moderna” por lo general se excluyen de las historias tradicionales de la ciencia y que son, sin lugar a dudas, de central importancia en este periodo. Los debates que se dieron alrededor de la alquimia y otras áreas relacionadas con la Tradición Hermética, recibirán en su momento tanta atención y despertarán el mismo interés que la astronomía y la física.
Magia y tradición hermética En su libro Science and the Renaissance (1972) Wightman afirma que la característica distintiva del Renacimiento es una nueva relación del hombre con el cosmos. Al explicar ese cambio y el origen de una relación distinta del hombre con la naturaleza, varios autores parecen darle particular importancia a la influencia de la tradición hermética y el neoplatonismo en Florencia que a su vez estaban vinculados con figuras como Marsilio Ficino (1433-1499). Él y el Círculo de humanistas italianos que lo rodeaban se dedicaron a estudiar y traducir los trabajos de la tradición hermética, la cual suponía una concepción del cosmos basada en una red de fuerzas mágicas que el hombre puede operar. Para autores como Frances A. Yates esta concepción hermética del universo fue una condición necesaria para el surgimiento de la ciencia moderna. Bajo el auspicio de Cosimo de Medici, Ficino se ocuparía de la traducción del Corpus Hermeticum, una colección de escritos atribuidos a Hermes Trismegistus. El primer tratado del Corpus es el “Pimander”, una versión del Génesis estrechamente relacionada con la cristiana pero que presenta una interesante e importante diferencia en lo que se refiere a la creación del hombre. Después de crear la luz, aparece la creación del cielo y de los siete gobernantes o planetas de quienes depende el mundo terrestre. Luego viene la creación del hombre quien, al ver la creación del Demiurgo, quiso participar del acto de creación. El padre le dio permiso y cada uno de los gobernantes, quienes se enamoraron del hombre, le regalaron algo de sus poderes. El “Pimander” no sólo narra la creación del hombre sino la creación del hombre como mago, una figura que tiene conocimiento o poderes divinos y por lo tanto control sobre la naturaleza. El hombre de la tradición hermética se presenta como un gran milagro, con poderes para actuar sobre el cosmos. La magia dentro de la tradición hermética del Renacimiento tiene una estrecha relación con la alquimia y otras ramas del conocimiento. Dentro de los tipos de magia encontramos la llamada “magia natural”, que se ocupa de los elementos que componen el mundo material y las relaciones ocultas que existen entre ellos. Los alquimistas promueven el estudio de la naturaleza mediante la observación y es a través de la experimentación que la naturaleza nos revela sus secretos.
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Por otro lado, tenemos la “Magia Matemática”, que se ocupa básicamente del mundo celeste y de las estrellas, y está ligada directamente con la aritmética, la música, la geometría, la astronomía, entre otros. Esta magia considera que el lenguaje divino se expresa a través de los números y una vez que lo entendamos podremos hacer cosas extraordinarias. Esta idea sería un factor que estimularía diferentes campos de investigación matemática y, como veremos más adelante, es parte fundamental de la obra de pensadores como Kepler, Galileo o Newton. Por último, tenemos la “Magia Religiosa” más cercana a prácticas religiosas como la cristiana en las que se atribuyen poderes a los ángeles o a los santos quienes pueden actuar sobre la naturaleza a través de milagros. El secreto era parte importante de la tradición. Las verdades más profundas no debían ser divulgadas a la multitud y el conocimiento sólo debía ser transmitido a aquellos que se consideraran elegidos. De otro lado, las matemáticas también juegan un papel importante en la cultura renacentista. El humanismo y el estudio de la obra de Arquímedes y Euclides, el esfuerzo que se da desde el Merton College por cuantificar fenómenos naturales como el movimiento, la creciente importancia del comercio y el renacer de la filosofía de Pitágoras y Platón, son algunos de los más importantes motivos que nos permiten entender mejor el papel central de las matemáticas en la ciencia moderna. Las matemáticas se ven como un lenguaje divino, como un medio para conocer el diseño y orden del universo como un todo. Se concibe a la naturaleza como una unidad en la cual el hombre es parte del cosmos y el cuerpo humano tiene una muy estrecha relación con éste. Tal concepción implica también un especial interés por la astrología. Para la época es razonable pensar que los astros tienen un claro efecto sobre el destino del hombre y si esta relación es comprendida, entonces el hombre no sólo podrá predecir su futuro sino también cambiarlo. Otras manifestaciones que nos pueden ayudar a comprender el contexto en que aparecen la nueva cosmología y la nueva ciencia son las llamadas “Utopías del Renacimiento”. A finales del siglo XV y principios del XVI varios pensadores escriben textos utópicos en los cuales plantean la posibilidad de un mundo ideal en el cual se existen sociedades basadas en el conocimiento y las artes. Por ejemplo, La Ciudad del Sol de Campanella, que data de 1600, habla de una ciudad utópica gobernada por sacerdotes hábiles en la magia astral que saben cómo mantener a la población sana y feliz, y cómo utilizar las influencias astrales en beneficio de todos. En la Nueva Atlántida de Francis Bacon, publicada en 1624, el gobierno está a cargo de sabios que han sido capaces de mejorar la condición humana y manejan ideales que se acercan mucho a nuestra idea de una sociedad bajo el control del conocimiento científico. Aunque Bacon presenta una visión en la cual las relaciones con la tradición hermética suelen tener un carácter peyorativo, los ideales del mago son admirados. Estos dos ejemplos de pensamiento utópico reflejan una característica común al pensamiento renacentista: el conocimiento y las artes son ahora instrumentos que le dan al hombre el poder de controlar la naturaleza y cambiar el destino de la humanidad.
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La Revolución Copernicana El triunfo de la cosmología copernicana frente al antiguo sistema de Ptolomeo se ha convertido en el símbolo de una gran revolución que con frecuencia se ha identificado con el surgimiento de la ciencia moderna. Esta gran revolución científica ha sido descrita como la labor de algunas mentes geniales, en especial, Copérnico, Kepler y Galileo. Sin embargo, la Revolución Copernicana no es un evento singular que se pueda ubicar en un momento específico. Se trata de un proceso complejo cuya comprensión debe incluir temas tan diversos como matemáticas, astronomía, cosmología, física, estética y religión. En 1543 Nicolás Copérnico (1473-1543) propuso simplificar y al mismo tiempo mejorar la teoría de la astronomía transfiriéndole al sol una serie de roles que previamente se le habían atribuido a la tierra. El sol pasaría a ser el centro de las órbitas de los planetas y la tierra perdería su posición privilegiada para convertirse en otro planeta más. Esta idea solo tiene sentido si está acompañada de grandes cambios en el campo de la física y la explicación del movimiento, y solo se hace creíble si está acompañada de profundos cambios en la relación del hombre con el universo y con Dios. Eso que se nos ha presentado como una revisión minuciosa y técnica de la astronomía clásica, se convertiría en el foco de una acalorada polémica en religión y filosofía, que transformó la cultura occidental. Es un proceso que le dará forma a la llamada “ciencia moderna” y, ya que nuestra cultura depende más que nunca de los conceptos y las prácticas que surgieron con esta nueva forma de hacer ciencia, es urgente entender en que consistió dicha revolución. Demasiada tinta y papel se han invertido en explicar el “nacimiento de la ciencia moderna”, pero la mayoría de historiadores y comentaristas habían dedicado sus investigaciones a estudiar la obra de aquellos individuos que parecen acomodarse más fácilmente a nuestra idea de “ciencia moderna”. En demasiadas ocasiones se había ignorado o subestimado la importancia que tuvieron factores de tipo político, institucional, religioso y estético en todo el proceso de legitimación de la nueva cosmología. En la segunda mitad del siglo XX filósofos e historiadores como EJ Dijksterhuis, Alexander Koyré, Thomas Kuhn, Richard Westfall, Charles Webster, Allen Debus, David Lindberg, Paolo Rossi, entre otros, han enriquecido y problematizado la discusión sobre los orígenes de la ciencia moderna. En publicaciones recientes, historiadores de la ciencia y de la cultura como Steven Shapin o Peter Burke han mostrado nuevos aspectos referidos a las profundas raíces sociales y políticas del conocimiento e inclusive han cuestionado la idea misma de “la Revolución Científica”.
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4.2. LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS DEL SIGLO XVII Y LA TRADICIÓN EXPERIMENTAL Un aspecto importante de los planteamientos baconianos es la idea implícita de una institucionalización de la ciencia como eje central de las políticas de estado. En sus días, Bacon propuso la fundación de una academia (una “Casa de salomón” como él la llamaba en su obra póstuma La Nueva Atlántida), la cual no sería simplemente una sociedad culta, sino algo parecido a lo que hoy vemos como un centro de investigación y enseñanza en donde deberían existir laboratorios, jardines, bibliotecas, y se deberían recopilar los saberes de otras naciones. Esta idea de fundar una sociedad científica no atrajo mucha atención en sus días, como la mayoría de sus proyectos, sin embargo, años más tarde, se pondría en práctica un proyecto similar. Con la ayuda de Carlos II y su movimiento restaurador, se funda en 1660, con John Wilkins como presidente, el “Colegio para la promoción del saber físico-matemático experimental”. 40 miembros lo formaban y años más tarde, como disposición del mismo Carlos II, se formalizaría como la “Real Sociedad para el conocimiento natural” o “Real Sociedad de Londres”. Esta sociedad adoptaría como su filosofo de cabecera a Francis Bacon, hecho que se puede ver reflejado en los estatutos redactados por Robert Hooke, así como en la importancia que se les dio a las disciplinas prácticas por encima de las teóricas; 69 de sus miembros se dedicaban al estudio de los saberes mecánicos (Navegación, Agricultura) mientras que solo 15 hacían estudios astronómicos. Solo hasta 1703 con la llegada de Newton la sociedad tendría un enfoque mucho más Galileano. Sociedades similares aparecen en otras naciones europeas. Aunque las pioneras aparecerían en Italia a finales del siglo XVI, solo hasta el siglo XVII se desarrollaría una verdadera institucionalización de la ciencia. En Francia, el desarrollo de las instituciones siguió un curso similar al de Inglaterra; en 1666 se fundaría la Academia de Ciencias de París, también orientando su filosofía a fines prácticos y con influencia directa de los escritos de Bacon. En Alemania, por otro lado, el proceso tomaría un poco más de tiempo y solo hasta 1700 se fundaría la Academia de Berlín. La creación de este tipo de sociedades hace evidente el proceso de institucionalización de la ciencia en el siglo XVII, así como el problema de la autoridad y legitimación en el conocimiento. La importancia creciente de instituciones como la Real Sociedad de Londres nos permite entender cómo la ciencia empezó a organizarse en este momento y cómo se empezó a reconocer que su desarrollo estaba ligado directamente a un fuerte sentido de comunidad. A continuación, veremos el caso de Robert Boyle, un ejemplo claro de esta búsqueda de autoridad y legitimación.
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Robert Boyle (1627 - 1691) y la institucionalización del experimento científico Con Boyle, ocurre algo similar a lo que ocurre con la mayoría de los pensadores que hoy se consideran como padres de la ciencia; la historia solo busca en ellos los aspectos modernos. Robert Boyle tiene una extensa obra que, en una edición moderna, sumarían 6 volúmenes de 800 páginas cada uno. Sin embargo, para la visión contemporánea de la ciencia, solo parecen ser importantes sus escritos sobre la relación entre la presión y el volumen de los gases sintetizados en la llamada Ley de Boyle.
Robert Boyle Robert Boyle nació el 25 de enero de 1627 en Lismore Irlanda. Su padre era uno de los hombres más ricos de toda Gran Bretaña. En 1635 fue enviado el Eton College en Inglaterra para comenzar su educación y entre 1639 y 1644 se educaría con un tutor en Suiza. Entre 1645 y 1655 Boyle daría inicio a su actividad experimental y escribiría algunos ensayos al respecto. Sin embargo, los resultados experimentales que hoy lo hacen famoso comenzarían a aparecer desde 1656, año en que se mudó a la Universidad de Oxford donde permanecería hasta 1668. Allí, con la ayuda de Robert Hooke, quien le ayudaría a construir la campana de vacío que le daría gran reconocimiento, Boyle conduciría diversos experimentos relacionados con las características físicas del aire, analizando problemas diversos como la formación de vacío, la combustión, la respiración y la transmisión del sonido. En 1660 publicaría un trabajo titulado Nuevos experimentos Fisio-mecánicos, en donde exponía los principales resultados de sus experimentos, así como la ley que lleva su nombre y que plantea que, a una temperatura constante, el volumen de un gas es inversamente proporcional a la presión. Por otro lado, en 1661 publicaría un trabajo titulado El Químico escéptico, en donde buscaba refutar la teoría de los cuatro elementos de Aristóteles y argumentaba que la materia estaba constituida por partículas. A partir de 1668, Boyle se establecería en Londres con su hermana. Aunque nunca abandonaría sus prácticas experimentales, la última etapa de su vida la pasaría asistiendo de manera administrativa a la real Sociedad de Londres, de la cual fue miembro fundador, y a promover la difusión de la religión cristiana, aportando dinero para la traducción del Nuevo Testamento al irlandés y al turco. Moriría en 1691 en Londres. Boyle sería notoriamente influenciado por la filosofía de Bacon, cuyo interés no es hacer un análisis matemático de la naturaleza sino la producción de saberes útiles. De esta manera, el experimento se
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convertiría en un aspecto fundamental de la ciencia y se le empezaría a dar una importancia fundamental al “hecho” científico, que parecería ser el verdadero espejo de la realidad. Un hecho es algo independiente de la mano del hombre, y trae consigo la noción de objetividad. Sin embargo, como veremos a continuación, esta idea del experimento como medio para descubrir la realidad debe ser estudiada con mucho más cuidado. Los experimentos desarrollados por Boyle con la “Campana de vacío” se convertirían en el símbolo de la nueva ciencia y su fundamento empírico. Como veremos a continuación, la justificación y argumentación presentada por Boyle tendría no solo argumentos de tipos epistemológicos sino también políticos e institucionales. Boyle no solo se preocuparía por generar nuevos conocimientos sobre el comportamiento del aire, sino por establecer las reglas adecuadas y los procedimientos que permiten legitimar el conocimiento. La presencia de testigos idóneos y la creación de un público en el marco de la Real Sociedad de Londres, constituye la creación de un ámbito social para las prácticas científicas y hace posible que la experiencia de unos pocos se convierta en una experiencia y un conocimiento universal. Gráfica 15. La primera ‘máquina neumática’ (air pump) de Robert Boyle
Pero veamos, paso por paso, como se produce esta legitimación de conocimiento. En primera instancia, el problema al que se enfrenta Boyle al querer establecer los criterios para diferenciar opinión o creencia, de conocimiento, no es nada trivial. Es importante tener presente que las categorías de “conocimiento” o “ciencia”, que hoy en día pueden parecer obvias, no existen en el momento y están siendo construidas.
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La noción de “hecho” se presenta como fundamento del conocimiento objetivo y hace de la ciencia una forma de representar la realidad tal y como es, independiente de quien la escribe. Sin embargo, no hay posibilidad de hablar de conocimiento por fuera de la sociedad. Los hechos surgen en un proceso en el cual se involucran múltiples actores e intereses. La existencia de un hecho implica crear consenso; hacer de una experiencia de pocos una vivencia universal. Boyle estaba consciente de ello y utilizó diversos métodos para convertir su experimento en un hecho universal. El primer y más fiel actor o testigo sería la misma maquina con la cual haría su experimento. La “bomba de aire” o “campana de vacío”, es un aparato bastante complejo y costoso cuya fabricación requiere del talento de los mejores artesanos. Muy pocos tendrían acceso a este tipo de aparatos y solo una institución fuerte podría costearse un producto de esta naturaleza. Pero, al ser un artefacto absolutamente restringido, lo que hace Boyle es hacer del conocimiento algo público. Una forma de asegurar la multiplicidad de testimonios es crear un espacio físico y social para mostrar hechos. Aunque esta idea la ampliaremos más adelante, el “laboratorio” debe ser presentado como un espacio público, a diferencia de lo que había sido el gabinete cerrado del alquimista. Pero hay otra forma aún más efectiva de reproducir los experimentos: en hojas de papel fáciles de replicar y que nunca fallan ni se deterioran. En efecto, Boyle reproduciría su experimento de manera escrita de tal manera que cualquiera pudiera conocer sus resultados. Se buscaba presentar un “retrato” o copia de la realidad, en donde el artista pareciera estar dibujando la naturaleza misma. El experimento es presentado de tal manera que el lector no considerara necesario repetirlo. Boyle presentaría sus fracasos, así como sus aciertos, a fin de no despertar dudas. Sin embargo, hay que ofrecer una mirada más crítica a este tipo de transmisión de conocimiento. Divulgar un experimento a través de prácticas representativas, (libros, artículos, etc.) es un excelente instrumento de legitimación que facilita el consenso de la comunidad científica. Otro aspecto que es preciso tener en cuenta cuando se analiza ese deseo de hacer pública la ciencia, es que tipo de público asiste al laboratorio. Para Boyle, el conocimiento se oficializa, en este caso, porque, a diferencia de la teología o la magia, tiene testigos; la ciencia se presenta como accesible a todos. Pero, lo interesante es que no todo el mundo puede “ver” lo que se está haciendo. Los testigos son idóneos y están de acuerdo sobre las reglas del juego. Una persona alejada del contexto científico, un campesino o un comerciante, por ejemplo, seguramente no hubiera entendido el propósito del experimento. En conclusión, el caso de Boyle nos muestra que se debe ver con más cuidado la manera en que el trabajo del científico en el laboratorio se está legitimando, de tal manera que el conocimiento de unos pocos se vuelva universal. El respaldo de una sociedad científica fuerte, una difusión escrita amplia, y hacer del experimento algo público en donde haya testigos que corroboren resultados, son elementos
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que no se pueden dejar de lado en este proceso de generar conocimiento científico universal. Generar el consenso de una comunidad, es un paso indispensable en la construcción y desarrollo de un hecho científico. Un experimento en la ‘máquina neumática’ de Robert Boyle: “El experimento representado involucra el fenómeno de la cohesión espontánea de discos de mármol pulimentado. Boyle se proponía explicar este efecto recurriendo a la presión del aire. Su explicación predecía que cuando se extrajera todo el aire de la campana los discos se separarían”.
4.3. ESTÉTICA Y REPRESENTACIÓN DE LA NATURALEZA EN EL RENACIMIENTO La ciencia y el arte parecen haber tomado caminos diferentes y hoy nos parece obvia su diferenciación. Sin embargo, queremos mostrar cómo durante el Renacimiento, bajo la influencia de una tradición neoplatónica, astrónomos y artistas legitimaron sus obras bajo principios comunes. No pretendemos ofrecer una definición única del espíritu del Renacimiento, pero trataremos de encontrar algunas características dominantes en la concepción de la naturaleza y su representación, que fueron comunes en el arte, la arquitectura y la ciencia por igual. Veremos cómo los conceptos de armonía, unidad, inteligibilidad, proporción, verdad y belleza son inseparables y cómo criterios estéticos jugaron un importante papel en la validación de la cosmología moderna. El "renacer" de los siglos XV y XVI es un renacer de la fe en los seres humanos, fe en un nuevo hombre que se descubre a sí mismo y comienza a creer en sus propias capacidades. El humanismo, el arte, la magia, la alquimia, la astrología, la llamada ciencia moderna y el surgimiento de una nueva clase social son todas manifestaciones de la emancipación de un nuevo hombre que parece estar preparado para apropiarse de los secretos de la creación. A pesar de los comúnmente dramatizados conflictos de la ciencia moderna con la Iglesia, el Renacimiento es una época de una profunda espiritualidad en la cual la religión jugará un papel fundamental. Nos encontramos con una nueva actitud en la cual el conocimiento de Dios parece ser posible a través de su obra. El hombre descubre la naturaleza y quiere entender sus leyes, los misterios del cosmos parecen estar al alcance de la razón humana. El conocimiento es posible porque el mundo se concibe como la obra de un creador racional, la naturaleza tiene un orden, es armoniosa e inteligible.
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Gráfica 16. “Dios mide el mundo ayudado del compás”.
“Dios mide el mundo ayudado del compás”. Si bien ésta es una imagen del siglo XIII, representa esta imagen de un creador que dio un orden matemático y geométrico al mundo.
La pregunta que debemos hacernos es qué hizo posible proclamar el descubrimiento del orden del universo: si revisamos la obra de los más influyentes pensadores y artistas de Renacimiento, León Battista Alberti, Leonardo Da Vinci, Filippo Brunelleschi, Nicolás Copérnico, Johannes Kepler, Galileo Galilei, René Descartes y casi todos los grandes filósofos, artistas u hombres de ciencia, hasta Newton, todos parecen coincidir en que el conocimiento es posible porque el mundo se concibe como la obra de un creador racional, la naturaleza tiene un orden, es armoniosa e inteligible. Historiadores del arte como Arnold Hauser dirían que los principios de unidad son determinantes en el arte del temprano Renacimiento. La unificación del espacio, el establecimiento de reglas de proporción, la restricción de la representación artística a un único tema y la concentración de la composición aun una forma inmediatamente inteligible son parte de la nueva racionalidad en donde las nuevas representaciones artísticas estuvieron determinadas por lo que podríamos llamar una actitud científica. Así mismo, argumentaría Hauser, el pensamiento científico del Barroco es en muchos casos determinado por principios artísticos, de manera que no sólo el arte puede seguir los parámetros científicos, sino que la ciencia también puede ser vista desde una perspectiva artística con fines estéticos. Es evidente que el rigor científico del arte y las bases estéticas de la ciencia son características fundamentales de la racionalidad del Renacimiento. La perspectiva y la representación geométrica en la pintura y la arquitectura del siglo XIV parece ser una concepción científica, mientras que las nuevas cosmologías de Copérnico y Kepler y su representación del sistema solar parecen tener un fundamento estético.
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Sin embargo, más que buscar relaciones y paralelos entre dos campos distintos, lo que buscamos es mostrar su inseparabilidad. La obra de Leon Battista Alberti (1404-1472) podría servirnos de punto de partida. Alberti es educado en la mejor tradición humanista y visiblemente influenciado por la línea de pensamiento neoplatónico propio de la academia florentina. Albert i será el primero en insistir en que las matemáticas deben ser la base común para la ciencia y el arte. Su famoso tratado, Della Pittura (1436) tiene el firme propósito de señalar el método y el camino para abandonar el arte medieval e iniciar una nueva era. Della Pittura se convertiría en referencia obligada y punto de partida para posteriores tratados sobre pintura. Su filosofía del arte, en términos generales la podríamos resumir de la siguiente manera: a pesar de que los datos de los sentidos son la primera fuente de conocimiento, la geometría y las matemáticas son el único camino para darle sentido y perfección a la experiencia sensorial. La naturaleza es homogénea y el conocimiento de sus partes nos conduce al conocimiento del todo. Para Alberti el hombre, la naturaleza y las matemáticas parecen ser partes de una unidad, y el hombre por medio de las matemáticas puede comprender y representar la forma de la naturaleza. La Perspectiva, la proporción y la unidad son condiciones necesarias para la belleza. "La composición es aquella regla de la pintura por medio de la cual las partes de las cosas se ven unificadas en la pintura. La más grande obra pictórica no es un coloso sino una historia. Una Historia le da mayor reconocimiento al intelecto que cualquier coloso. Los cuerpos son parte de la historia, los miembros parte de los cuerpos y los planos parte de los miembros". Las matemáticas y la geometría son de central importancia dentro de la filosofía de la representación en Alberti, pero es importante recordar que, para él, el problema de la representación no es únicamente un asunto de proporción y perspectiva. Della Pittura se compone de tres libros, el primero de los cuales está dedicado a la geometría y las matemáticas y los dos restantes se ocupan de lo que podríamos entender como la parte artesanal de la representación. Al final del libro I leemos: "...los planos y las intersecciones son cosas necesarias. Aún nos falta enseñar al pintor a seguir con sus manos lo que ha aprendido con su mente". La influencia platónica es evidente y la correcta representación de la naturaleza no es más que una correcta lectura de las ideas del creador. Pensadores y artistas como Alberti, Leonardo, Bruneleschi, Copérnico, Kepler, Galileo y muchos otros parecen coincidir en suponer que la naturaleza se puede descifrar en un lenguaje divino, el lenguaje de la geometría y las matemáticas. El caso de Leonardo Da Vinci puede ser un buen ejemplo para ilustrar la imposibilidad de separar la ciencia y el arte en el Renacimiento. Su sentido de la belleza no es independiente de su búsqueda de una representación genuina y objetiva de la naturaleza.
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Sus detallados estudios anatómicos, sus dibujos sobre maquinas o sobre objetos naturales no nos permiten determinar si su finalidad es cognoscitiva o estética. Ninguno de sus intereses intelectuales es separable de sus intereses estéticos. En otras palabras, gracia y verdad, para Leonardo son una y la misma cosa. Gráfica 17. Estudios anatómicos – Cuadernos de Leonardo Da Vinci
Gráfica 18. Estudio de las plantas (1506)
Gráfica 19. Estudio del vuelo de los pájaros (1505)
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Para Leonardo no hay certeza en las ciencias cuando las matemáticas no se pueden aplicar y estas son una base indispensable tanto para la mecánica como para el arte. Uno de sus biógrafos, nos cuenta cómo Leonardo, hasta el final de su vida continuaba dibujando patrones con círculos, cuadrados y arcos buscando toda combinación posible, como un alquimista mezclando substancias tratando de fabricar oro. Su pasión por las combinaciones geométricas al servicio de la arquitectura produciría planos de gran originalidad. El hecho de que Leonardo le hubiera dedicado tanto tiempo a esos diseños geométricos y su devoción por armonías abstractas es, para Keneth Clarck, una muestra de cómo su talento creativo estaba dominado por sus pasiones intelectuales. Los patrones geométricos están presentes en toda su obra, su conocida representación de las formas humanas ideales perfectamente enmarcadas dentro de un círculo y un cuadrado, son un claro ejemplo. Gráfica 20. La divina proporción
Pacioli, un destacado matemático contemporáneo y amigo de Leonardo publicó un importante trabajo sobre geometría, Divina Proportione, que trataba temas como la perspectiva y los sólidos regulares. El mismo Leonardo parece haber contribuido a su publicación y se encargaría de sus ilustraciones en la edición de 1509. La obsesión de Leonardo por la armonía y las proporciones explica la importancia de la unidad en sus obras pictóricas. En su Tratado de la pintura Leonardo escribe "la proporción armónica de las partes que componen el todo satisface los sentidos" Un ejemplo que le hace honor a sus palabras es "la última cena" donde el equilibrio y unidad en un único tema son claramente visibles.
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Gráfica 21. “La Última Cena” - Convento de Santa Maria delle Grazie (Milan)
Las discusiones sobre arte y arquitectura del Renacimiento han tenido un punto de referencia obligatorio en Florencia a comienzos del siglo XV con figuras como Brunelleschi, Donatello y Masaccio. En la obra de Filippo Brunelleschi (1377-1446) podemos ver el rigor de la geometría en sus diseños, donde la armonía, la unidad, la perfecta proporción y la correspondencia de las partes de un todo constituyen las bases modulares de la arquitectura renacentista. Sus edificios parecen claramente concebidos a través de una "grilla" de perspectiva donde la unidad de la obra parece estar sujeta a los canones de perspectiva con un único punto de fuga. La iglesia de San Lorenzo es un ejemplo donde la exactitud matemática, es un principio estético fundamental. Gráfica 22. Florencia, Iglesia de San Lorenzo, Filippo Brunelleschi, 1421-60.
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Por medio de la perspectiva linear y las nuevas herramientas matemáticas, buscando una legitimación en la sabiduría de los antiguos, el arquitecto también aspira encontrar leyes universales que se reflejen tanto en el diseño de sus edificios como en la estructura del mundo natural. Para Albert i la arquitectura es una ciencia que se debe nutrir de la mejor educación filosófica, y es en el neoplatonismo donde parece fundamentar sus creaciones. El mundo tiene que reflejar la inteligencia de Dios en un sistema armonioso y para representar ese orden de la creación necesitamos un sistema de pensamiento ordenado.
4.4. CUANTIFICACIÓN Y REPRESENTACIÓN MATEMÁTICA DEL MOVIMIENTO A. La cuantificación Actualmente, la aplicación de las matemáticas al problema del movimiento no requiere ninguna justificación y nos parece obvia. Las teorías del movimiento que surgen con la ciencia moderna son matemáticas por definición y seguramente nos parecería inconcebible aproximarnos al problema del movimiento desde una perspectiva que no fuera cuantificable. Sin embargo, por más evidente que nos parezca, es importante saber que no siempre fue así, y que la descripción matemática de fenómenos naturales no es una respuesta a las preguntas básicas de la filosofía del mundo antiguo. La locomoción o movimiento en términos de lugar es sólo un tipo de cambio (de entre cuatro tipos posibles), así como lo podía ser el cambio de la enfermedad a la salud, del bien al mal o del calor al frío, cambios que no parecen tan fácilmente medibles o expresables numérica o geométricamente. Empezar a cuantificar los problemas físicos requirió de cambios conceptuales radicales, y es un tema central para entender la ciencia moderna. Aunque a lo largo del periodo antiguo la descripción de los fenómenos naturales se hizo de una manera más cualitativa que cuantitativa, la matematización de la naturaleza tuvo importantes exponentes como los pitagóricos, Platón, Arquímedes, entre otros, quienes hicieron aportes en esa dirección, en especial en el campo de la astronomía. Inclusive en el mismo Aristóteles se puede ver algún esfuerzo por cuantificar el problema de la locomoción en donde la distancia y el tiempo fueron usados como medidas de movimiento. Entre los siglos XIII y XIV en la Universidad de París y en la Universidad de Oxford, varios estudiosos retomaron este tema generando aportes importantes en esta misma línea. El primer impacto lo produce un texto llamado El libro sobre el movimiento escrito por Gerard de Bruselas. Existen dos formas de estudiar el movimiento de un cuerpo: podríamos dar una explicación de los agentes o
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fuerzas que causan el movimiento, o podríamos ocuparnos del movimiento desde un punto de vista descriptivo, sin preocuparnos por la causa. La primera forma –es decir, el estudio de las causas del movimiento– la llamamos “dinámica”, y la segunda –la descripción del movimiento– la llamamos “cinemática”. La importancia del trabajo de Gerard radica en que genera una tradición que busca explicar el movimiento desde una perspectiva distinta a la tradicional. Tal tradición florecería en todo su esplendor en el siglo XIV (entre los años 1325 y 1350) en medio de un grupo de destacados matemáticos y lógicos asociados con el Merton College de la Universidad de Oxford. Este grupo, que incluía a nombres como Thomas Bradwardine, posterior arzobispo de Canterbury, William Heytesbury y Richard Swineshead, hizo explícita la diferencia entre dinámica y cinemática y desarrolló el marco conceptual y el vocabulario para estudiar el movimiento en términos puramente descriptivos, introduciendo los conceptos de “velocidad” y “velocidad instantánea”, conceptos a los cuales se les podía asignar una magnitud. Se establecerían las diferencias entre movimiento uniforme (movimiento con velocidad constante) y movimiento no uniforme (movimiento acelerado), así como la definición precisa del movimiento uniformemente acelerado, definición que aun hoy en día se maneja en la física básica: un movimiento es uniformemnte acelerado cuando su velocidad tiene incrementos iguales en unidades de tiempo iguales. Es común la idea de que las cualidades o formas pueden existir en diversos grados o intensidades; no hay un único grado de calor o frío, sino que algo puede ser muy caliente, tibio, frío, helado, y así sucesivamente. Así mismo estas cualidades pueden sufrir procesos de incremento, intensificación o disminución. Esta discusión llevada al terreno de la locomoción nos dice que la intensidad de movimiento no es otra cosa que su velocidad. Para estos estudiosos medievales era indispensable hacer una diferenciación clara entre la intensidad y la cantidad de una cualidad determinada. Para entender el problema podemos tomar como ejemplo el calor. La intensidad que tenemos de calor es la temperatura de un objeto. La cantidad de calor, por otro lado, puede variar así tengamos la misma temperatura. En un galón de agua a diez grados centígrados hay menos calor que en diez galones de agua a la misma temperatura. Si pensamos en el peso de los objetos también encontramos una diferencia similar. La intensidad de peso de un objeto es eso que llamamos densidad, mientras que la cantidad de peso es la masa distribuida en él. De esta manera, si tenemos dos objetos de diferente tamaño que pesan lo mismo, sabemos que la densidad o intensidad de peso del más pequeño es mayor que la del más grande.
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B. La representación La tradición del Merton College asumió, pues, que cualquier cualidad, incluido el movimiento, podría ser investigada tanto en términos de intensidad como de cantidad. Las propuestas originales de la tradición mertoniana fueron promulgadas verbalmente, sin recurrir a formas de representación gráfica. Sin embargo, pronto se transmitieron a otros centros intelectuales europeos en donde se empezaron a desarrollar elaborados sistemas de representación geométrica. El caso más significativo, sin lugar a dudas, fue el de Nicolás Oresme en la Universidad de París. Aunque Aristóteles ya había usado la línea para representar el tiempo y Euclides para representar magnitudes numéricas, se desarrollan sofisticadas formas gráficas de representación de la intensidad de una cualidad. Por ejemplo, tomemos el segmento AC de la figura. Si el segmento AB representa la intensidad dada de una cualidad, el segmento AC representa el doble de esa intensidad. El siguiente paso crítico fue usar estos segmentos para representar la intensidad de la cualidad en cualquier punto de un cuerpo. Tomemos un tubo AE cuya temperatura en uno de sus extremos es mayor que en el otro. Si dibujamos una línea que determine la magnitud del calor en diferentes puntos del tubo y si la temperatura aumenta uniformemente entre A y E, entonces la magnitud de las líneas verticales también aumentará uniformemente.
Luego, Oresme haría de este tipo de representaciones algo más abstracto en donde, en vez de dibujar un tubo, lo remplazaría por una línea. Así se generaría un sistema de representación generalizado en donde la línea horizontal representa cualquier objeto y la vertical la intensidad que tiene éste de cierta cualidad en un punto cualquiera. Lo que Oresme hace es una forma de representación geométrica en donde la forma de una figura representa el cambio de una cualidad.
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Pero, ¿cómo hacemos la transición del problema de representación de las cualidades en general a la representación del movimiento? Podemos imaginar una vara que gira con uno de sus extremos fijos, como las manecillas de un reloj. En este caso, podemos dibujar la vara horizontalmente de tal manera que cada línea vertical nos indique la velocidad que tiene el objeto un punto determinado. Si ahora consideramos que un cuerpo se mueve como una unidad, esto es, que todas sus partes tienen la misma velocidad, pero que su velocidad varía con el tiempo, entonces será evidente que se requiere de formas de representación con un mayor grado de abstracción. La manera de comprender esto, afirma Oresme, es ver que aquí la línea del sujeto –línea que antes representaba la extensión del objeto– ahora va a representar la duración del movimiento. Así, se genera un sistema de coordenadas en donde el movimiento se ve como una función del tiempo. Oresme, además, nos presenta una serie de configuraciones en las cuales la velocidad se relaciona con el tiempo gráficamente. La velocidad uniforme se representa con una figura en la cual todas las líneas verticales son de igual longitud, es decir, con un rectángulo. El movimiento uniformemente acelerado requiere líneas verticales de tamaño variable que crecen de manera uniforme. Por último, tenemos el movimiento de aceleración y velocidad no uniforme en donde la figura puede ser desde un semicírculo hasta una forma completamente irregular.
Representación de varios movimientos: a) Velocidad uniforme b) Velocidad uniformemente disforme
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c) Velocidad disformemente disforme
La ley de Merton o el teorema de la velocidad media Pero, ¿cuál es la utilidad de estas formas de representación abstracta? Oresme y sus seguidores las convertirían en herramientas fundamentales para el desarrollo de importantes teoremas de la cinemática. Entre estos, quizás el más importante es la llamada “ley de Merton”. Ésta, aunque había sido planteada por los estudiosos del Merton College, fue demostrada geométricamente de una manera simple y elegante por Oresme. El teorema dice que un cuerpo que tiene movimiento uniformemente acelerado y que cubre cierta distancia en un tiempo dado, cubriría la misma distancia si se moviera por el mismo lapso de tiempo con una velocidad uniforme igual a la velocidad promedio. Es decir, si un automóvil tiene un movimiento uniformemente acelerado entre 0 y 100 kilómetros por hora en un tiempo determinado, entonces recorrería la misma distancia en el mismo tiempo con velocidad uniforme de 50 kilómetros por hora. El movimiento uniformemente acelerado puede ser representado por un triángulo ACG y su velocidad media por la línea BE. El movimiento uniforme que queremos representar está dado por el rectángulo ACDF cuya altura es BE. La ley de Merton nos dice que la distancia recorrida por uno es igual a la otra. Como en los diagramas de Oresme la distancia recorrida es medida por el área de las figuras, podemos demostrar el teorema probando que el área del triángulo ACG es igual al área del rectángulo ACDF. Una mirada a las dos figuras nos permite confirmar esto.
Para terminar, debemos recordar que la cinemática medieval era una empresa fundamentalmente abstracta, al igual que las matemáticas puras. Afirmar que un movimiento uniformemente acelerado existe y que por lo tanto es aplicable la ley de Merton se hace de manera meramente hipotética y ningún estudioso de la Edad Media encontraría la forma de ponerlo a prueba en el mundo real. Los
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monjes medievales, al igual que gran parte de los filósofos y científicos pertenecientes a la tradición griega, no son experimentalistas. Por el contrario, son más bien matemáticos y lógicos.
4.5. LA IMPRENTA Gráfica 23. “La prensa descendiendo de los cielos” – Frontispicio del libro Histoire de l’origine et des
Peter Burke y Assa Briggs en su libro De Gutenberg a Internet: una historia social de los medios de comunicación, (2002) hacen un llamado a reconocer la importancia de los medios de comunicación para el estudio de la historia, e igualmente muestra la urgencia de que los estudiosos sobre la comunicación tomen en serio la historia. Este es un llamado que se hace particularmente interesante y pertinente en el campo de la historia de las ciencias. Cuando los sociólogos de la ciencia nos hablan del conocimiento como prácticas colectivas o del conocimiento como comunicación, nos están señalando un fértil campo de trabajo para entender la naturaleza de la ciencia en el estudio de sus mecanismos de circulación. Para Francis Bacon, (1561-1626) los tres inventos que marcaron una nueva época fueron la pólvora, la brújula y la imprenta. Y el Sunday Times (1999) declaró a Johann Gutenberg como el hombre del 104
milenio. Este tipo de afirmaciones tienen cierto tono exaltado y no están libres de exageración, pero no hay duda que cualquier intento por explicar el nacimiento de la ciencia moderna que deje de lado las prácticas y los instrumentos de comunicación que acompañan la aparición y consolidación de una tradición científica moderna quedará incompleta y hasta cierto punto vacía. El impacto de la imprenta sobre el mundo y la cultura moderna en Europa es enorme y sobre el tema ya se han publicado trabajos de una enorme influencia en los estudios de historia de la cultura moderna. Un destacado ejemplo es la obra de Elisabeth Einsenstein, quien argumenta que el papel de la imprenta fue determinante, y una condición necesaria para que existiera lo que hoy entendemos como ciencia moderna Eisenstein mostraría por una parte la importancia de la imprenta en procesos de estandarización, preservación y acumulación del conocimiento, que en formas de comunicación oral o manuscrita resultan mucho más fluidos, e inestables. Por otra parte, muestra que el desarrollo de una cultura crítica frente a la autoridad es posible por la recopilación de diversas opiniones sobre un mismo tema. Esto no quiere decir que la aparición de la imprenta condujera a la desaparición de otros medios de comunicación, sino más bien que se distintos medios de comunicación como los manuscritos o la comunicación oral comienzan a interactuar con los materiales impresos, así como hoy subsisten e interactúan medios como el material impreso, la televisión, el internet y el cine. Tampoco es posible otorgarle a la imprenta un papel determinante por fuera de un contexto cultural y social que hizo posible su desarrollo y su impacto, es decir que visiones de determinismo tecnológico que ven en la imprenta un agente desencadenador de una cantidad de cambios sociales debe ser explicado en el contexto preciso en que tiene lugar la revolución de la imprenta. Para entender entonces el fenómeno de la imprenta es entonces necesario examinar qué se imprime, quien lo hace, y cuál es su público. Con esto podemos indagar mejor sobre su papel en las transformaciones sociales, en la política y en la historia del conocimiento. No es tan obvio encontrar un punto de partida, un punto cero para describir la revolución de la imprenta, podríamos remontarnos al año 5000 a.C. o a la invención del alfabeto en el año 2000 a.C. En China y Japón desde el siglo VIII o antes se conoce la imprenta. El método más conocido entonces es la “impresión en bloque”, en el cual un bloque de madera tallado es utilizado para imprimir una sola página de un texto o un grabado. Este parece ser un método claramente útil para imprimir textos en formas de escritura que cuenta con miles de ideogramas, tal vez no tanto para una escritura con un alfabeto de 20 o 30 caracteres. También se conoce en oriente la impresión de tipos móviles, pero su impacto será mucho más visible en Europa occidental a partir del siglo XV. Sin lugar a duda que es a partir de 1450 que el libro y la comunicación a través de textos impresos será un fenómeno distinto y con consecuencias enormes sobre la cultura y la ciencia modernas.
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Gradualmente aparecerán innovaciones tecnológicas que harán de la imprenta un actor cada vez más poderoso, imprentas adecuadas para la impresión de mapas, de carteles de gran tamaño, o imprentas mecánicas a vapor o más tarde eléctricas que harán de la impresión un proceso de una gran velocidad y que tendrá un impacto visible sobre la historia del conocimiento de manera similar como lo puede tener el creciente uso del Internet como mecanismo de comunicación en el siglo XXI. La importancia de Gutenberg, no radica en haber sido el inventor de la imprenta sino en haber podido darle nuevos usos. El aporte de Gutenberg fue crear múltiples letras metálicas individuales que se podían intercambiar. Antes de él, muchos habían diseñado placas metálicas enteras que al ser presionadas sobre papel u otros materiales producían imágenes de una página entera. Gutenberg rompería este proceso en partes. Al crear letras intercambiables facilitaría el proceso de impresión haciéndolo mucho más rápido y económico, lo que cambiaría radicalmente la forma como el hombre difundiría sus ideas y su conocimiento. De Alemania la imprenta se difundiría rápidamente por Europa y para el año 1500 ya habría más de 250 imprentas funcionando en Europa, un buen número de estas en Italia. Para esta fecha se habían hecho alrededor de 27.000 ediciones y estarían en circulación unos 13 millones de libros cuando Europa tendría unos cien millones de habitantes. En contraste, en Rusia y en el mundo cristiano ortodoxo, la penetración de la imprenta fue notoriamente más lenta, lo cual nos muestra que la revolución de la imprenta no se puede reducir a un problema de innovación tecnológica. Para expandirse, la imprenta necesitó de condiciones sociales y culturales específicas. Si durante la Edad media podríamos hablar de un problema en la falta de libros, en el siglo XVI el problema es su proliferación. No hay tiempo para leerlo y se genera la sensación de ahogarse en un mar de información. Se requieren entonces nuevos métodos de administración de la información. A medida que se multiplican los libros crecen las bibliotecas y librerías, se requieren entonces catálogos, índices, sistemas de clasificación.
Una cultura visual Uno de los temas más comentados sobre la aparición de la imprenta es su contribución a transformar una tradición oral a una visual. Ciertamente la imprenta y el crecimiento de la información facilitarán la aparición de formas gráficas para la organización de la información, como son diagramas, cuadros sinópticos, gráficas, etc. Es importante recordar que las grandes obras de arte en pintura que hoy vemos en bellas reproducciones, en libros o carteles, eran en su mayoría confinadas a un solo lugar como un templo o a espacios privados. El grabado y la multiplicación de imágenes se convirtieron en un poderoso mecanismo de comunicación que fortaleció la penetración de la cultura occidental en otros lugares. Los grabados de santos o imágenes religiosas, por ejemplo, constituyen un fuerte y novedoso
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instrumento de difusión religiosa. Las imágenes que se tienen en Europa del Nuevo Mundo, son el resultado en gran parte de la literatura de viajeros, pero seguramente que los grabados de por ejemplo indios casi desnudos, emplumados y comiendo carne humana, debieron tener un gran impacto sobre los imaginarios europeos del nuevo mundo. Los grabados y el material gráfico impreso, fueron herramientas muy eficientes del pensamiento moderno. Por mencionar algunos ejemplos, podríamos argumentar que el desarrollo de la historia natural, de los sistemas de clasificación en botánica, no habrían sido posible sin formas de impresión dinámicas; la anatomía, la ingeniería, la cartografía, la astronomía y cualquier otro campo del conocimiento sufrieron visibles transformaciones con el desarrollo de la imprenta. Gracias a ella fue posible no sólo poner el mundo en papel sino ponerlo al alcance de hombres con acceso a estas técnicas de reproducción. La representación gráfica permite acumular tiempo y espacio de una manera tan eficiente y estable que nos permite entender el poder las ciencias en su propósito de representar y controlar el mundo (Latour, 1990).
El mercado y los empresarios del conocimiento El oficio de la impresión resultó rentable y algunos impresores podrían ser empresarios de éxito, algunos de ellos “mercenarios” trabajando tanto para católicos como para protestantes, o cualquier cliente interesado en la publicación y circulación de información. De manera que una consecuencia importante de la imprenta fue el interés y la participación de empresarios en la difusión del conocimiento, y ciertamente la producción de libros o periódicos, la información y la difusión del conocimiento fue desde entonces un negocio rentable. La Biblia, por ejemplo, fue una mercancía con una alta demanda. Los periódicos, por su parte, harían de la noticia una mercancía y en el siglo XVII aparece la publicidad, en forma de anuncios en los periódicos. Desde luego que la imprenta también generó nuevos empleos y nuevos oficios. Aunque durante un tiempo hubo trabajo tanto para los escribas como para los impresores, el rápido desarrollo de las técnicas de impresión hizo que para principios del siglo XVI la técnica de caligrafía empezara a desaparecer del todo. La rápida producción de obras a bajos costos y con una calidad similar a aquella lograda por la escritura y pintura a mano aseguró el éxito de estos nuevos artesanos quienes denominaron su trabajo “el arte de la escritura artificial”. Un fenómeno igualmente interesante es la aparición de la idea de propiedad intelectual la cual es en parte una respuesta al consumo y a la expansión de la imprenta. De igual manera la idea de autor se consolida puesto que a través de la escritura era posible la fama individual de una manera que no se
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vio durante la Edad Media. Con estos nuevos empresarios del conocimiento también aparece la noción de “copyright” y de derechos de publicación.
La instrucción y la historia de la lectura La imprenta trae consigo nuevos estilos de lectura. Empezando porque los libros adquieren un formato particular, capítulos, párrafos, referencias bibliográficas, índices...etc. Un lector moderno está familiarizado con ciertas formas de los textos que determinan una forma particular de leer y de conocer. Los resúmenes, las reseñas, las notas al pie de página, las citas, etc. forman parte de nuestra forma de adquirir conocimiento. Con la imprenta fue posible también el desarrollo de la lectura crítica, el acceso a diversas opiniones sobre un mismo tema, la respuesta a un artículo en un periódico. Como consecuencia de la expansión del libro y de libros de formato pequeño “de bolsillo” aparece la lectura privada, como entretenimiento o instrucción privada.
Lenguas vernáculas Si bien durante la Edad Media la comunicación escrita, con pocas excepciones era en latín, a menudo se asocia la imprenta con el uso de las lenguas nacionales o vernáculas de Europa. No hay duda de que la imprenta contribuye a una mayor estandarización y consolidación de las lenguas nacionales. La Biblia empieza a circular en alemán y otras lenguas, pero no es el único ejemplo. El uso de sus lenguas locales en autores tan importantes como Paracelso, o el que Galileo escribiera en italiano y en general la utilización de lenguas distintas al latín es otro fenómeno que se ha relacionado con la idea de la revolución científica del renacimiento.
Gobierno y control Los medios de comunicación han sido descritos por algunos autores como el sistema nervioso de los gobiernos, del control. Un ejemplo que nos puede ayudar a comprender la relación entre gobierno y mecanismos eficientes de comunicación puede ser el mismo imperio español. Fernand Braudel, describe el gobierno de Felipe II como una colosal empresa de transporte y comunicación por tierra y por mar”, en donde Felipe II, conocido como “el rey papelero” ejerce sus funciones de monarca desde Madrid despachando y recibiendo diariamente centenares de cartas e informes. Sin duda que el dominio español de sus colonias se enfrenta con serios problemas de comunicación, de tiempo y espacio difíciles de cubrir, el correo podría tardar cuatro meses o más en llegar de Madrid a Lima.
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4.6. UNA NUEVA MEDICINA En la Europa del siglo XVI el conocimiento sobre el cuerpo humano y la medicina teórica estaban reservados a un pequeño grupo de aristócratas que dedicaban sus vidas al estudio de la medicina. Escrito en lenguas cultas (griego, latín, árabe, hebreo), este conocimiento venía, casi en su totalidad, de la tradición galénica que se había establecido quince siglos atrás (ver capítulo sobre medicina griega). A lo largo de la Edad Media los debates médicos se hacían desde una perspectiva más teórica que empírica y, más que ver el estudio del mismo cuerpo humano como una forma de desarrollar el conocimiento médico, los escritos y teorías de Galeno prevalecieron sin mayores cuestionamientos; y, para finales del siglo XV eran todavía la principal fuente del estudio de la medicina. El surgimiento del pensamiento médico que hoy en día conservamos fue un proceso largo que no sólo debía romper con una tradición que se había mantenido durante muchos años, sino que necesitaba de un nuevo contexto cultural que generara una visión distinta de ver el mundo. A lo largo del siguiente capítulo estudiaremos con cuidado dos personajes que nos permiten entender el proceso mediante el cual surgiría ese pensamiento médico moderno: Paracelso y William Harvey.
A. Paracelso (1493-1541) Paracelso nació en 1493 en un pueblo en el este de Suiza. Su verdadero nombre era Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim. A los nueve años se trasladó a Austria donde pasaría todos sus años de adolescente. Su educación fue casual y provino esencialmente de su padre y de algunos escolásticos del pueblo, quienes le enseñaron las bases del conocimiento médico profesional, así como algunos elementos de la tradición oculta. Excepto por la ciudad de Basel en donde, durante dos años (1525-1527), fue médico de Johann Froben y de Erasmo, así como profesor de medicina, Paracelso no se estableció de manera permanente en ninguna ciudad a lo largo de su vida. Sin embargo, el hecho de no ser reconocido como un médico profesional y de no haber tomado el juramento hipocrático, así como el enseñar en un dialecto suizo en vez de utilizar el latín, le trajeron una avalancha de críticas por parte de la tradición médica profesional del momento. Al morir Froben, la presión que ejercían estos médicos tradicionales sobre él, así como la pérdida de una demanda impuesta por un alto eclesiástico lo llevaron a abandonar la ciudad. Nunca más en su vida Paracelso se uniría a algún tipo de institución. Los años siguientes divagaría entre varios pueblos tratando de ejercer su propia visión de la medicina. Finalmente moriría en Salzburgo el 24 de septiembre de 1541. La oposición que presentaron sus contemporáneos evitó que la mayoría de sus escritos se publicaran en vida. Sin embargo, algunas décadas después de su muerte
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varias casas editoriales ya habían publicado su trabajo y en muy poco tiempo sus ideas se les salieron de las manos a todos los médicos que querían conservar intacta la tradición antigua. La importancia de Paracelso radica, principalmente, en el cambio de enfoque que trajo a la manera en que la enfermedad era entendida, así como en la forma de curarla. La visión que se tenía de la enfermedad para finales del siglo XV se basaba en la llamada teoría de los cuatro humores (sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla), la cual planteaba que toda enfermedad era producida por el desequilibrio de alguno de estos elementos (ver Hipócrates). Esta tradición, que se mantenía muy fuerte dentro de un círculo muy cerrado de personas, sería cuestionada por Paracelso quien, fuertemente influenciado por una tradición mística, sentaría las bases para el surgimiento de la medicina moderna. Para él, la causa de la enfermedad no era el desequilibrio de los humores sino algún agente externo al cuerpo mismo. Aunque estaba de acuerdo con la corriente anatomista (la cual apenas estaba tomando fuerza a principios del siglo XVI) que buscaba darle bases más sólidas al conocimiento médico, no tuvo paciencia para ver sus resultados y desarrolló su propia teoría. Influenciado por la tradición oculta, Paracelso planteó que el origen de algunas enfermedades se encontraba en substancias minerales y que tenían alguna relación con el orden del cosmos. Esta nueva forma de entender la medicina, en la cual no sólo se debía mirar dentro del cuerpo, sino en su relación con el mundo exterior, hizo posible algunos cambios importantes en la historia de la medicina. Así mismo, Paracelso creería que no existían enfermedades incurables sino médicos incapaces. Insistió toda su vida en que los médicos deberían estar en una constante búsqueda de nuevos remedios y no sólo limitarse a aquellos que habían sido propuestos por Galeno. La tradición médica del momento creía que sólo los remedios herbales, es decir, los orgánicos, eran los apropiados para tratar el cuerpo humano. La botánica y la medicina se habían vuelto inseparables y cualquier elemento que no perteneciera del mundo vegetal era impensable para la cura de algún mal. Para Paracelso, los médicos deberían usar e investigar todos los elementos que Dios había creado en el mundo. El reino mineral, y no sólo el vegetal, sería una excelente fuente curativa que debería ser explotada al máximo. En vida, Paracelso investigaría las propiedades curativas de elementos como el mercurio y el antimonio, entre otros. Pero, además de la influencia que tuvo el carácter místico de Paracelso, existe otro aspecto que debe ser mencionado para entender su teoría para curar enfermedades. Desde pequeño, Paracelso tuvo un contacto directo con el mundo de la minería, en especial a partir de los nueve años cuando su padre se mudó al pueblo minero de Villach en Austria. De ahí en adelante sus viajes por Dinamarca, Hungría y Suecia también lo llevarían a pueblos mineros en donde aprendería las principales características de estos elementos, así como el manejo de muchos metales. Esta experiencia, sin
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lugar a dudas, nos ayuda a entender, en parte, el porqué de sus teorías y de su enfoque hacia la curación. Sus vivencias entre los mineros darían lugar a un trabajo titulado Sobre el mal del minero y otras enfermedades del minero, en el cual planteaba cómo la enfermedad pulmonar que estos desarrollaban tenía su origen en los minerales que aspiraban y absorbían por la piel, y diferenciaba entre el envenenamiento crónico y el agudo, en especial con elementos como el arsénico o el antimonio. Por último, es preciso mirar la importancia que dio Paracelso a los saberes médicos populares. Retaba a los grandes médicos a igualar muchas de las efectivas prácticas curativas que empleaba el pueblo y que no tenían cabida dentro de la tradición galénica. Esta doctrina popular lo llevaría a creer firmemente que la forma y color de una planta podían sugerir el uso medicinal que podía tener. Así, la orquídea seguramente serviría para los males de los testículos y las plantas amarillas para la cura de enfermedades del hígado.
B. William Harvey (1578-1657) En 1628 William Harvey publicó una pequeña obra titulada El movimiento del corazón y la sangre en los animales en la cual planteaba la hipótesis de la circulación de la sangre. El contenido de esta obra se considera hoy en día como uno de los grandes triunfos de la ciencia del siglo XVII, así como un importante paso en el rompimiento con la tradición aristotélica. Sin embargo, como veremos a continuación, el descubrimiento de la circulación de la sangre es algo que se debe mirar con cuidado, analizando el contexto histórico e intelectual en el cual se desarrolló. William Harvey, uno de los médicos aristócratas más reconocidos del siglo XVII, nació en 1578 cerca de Folkestone en Inglaterra. Harvey obtuvo la educación que cualquier médico del momento hubiera querido tener: primero asistió al King´ s College en Londres y posteriormente fue al Gonville and Caius Colege en Cambridge. Después de una estadía de seis años en Cambridge, Harvey se dirigiría a la Universidad de Padua, uno de los centros intelectuales más importantes de Europa en el momento, en donde concluiría sus estudios en medicina. Este proceso educativo que tuvo Harvey nos permite entender las dos corrientes que marcaron su pensamiento médico. En primer lugar, Harvey sería un gran aristotélico. Hacia el final del siglo XVI una importante corriente de médicos empezó a dejar un poco de lado los métodos y las teorías médicas de Galeno y retomarían las ideas que habían sido desarrolladas por Aristóteles. El profesor de Harvey en Padua, Fabricius ab Aquapendente (1533-1619), usaba un enfoque netamente aristotélico al abordar sus estudios médicos, en especial aquellos relacionados con la embriología y la anatomía comparativa. El estudio de las obras de Aristóteles marcaría fuertemente a
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Harvey, quien de ahí en adelante sustentaría la ideología de sus trabajos médicos con los argumentos de este pensador. En segundo lugar, Harvey fue fuertemente influenciado por el anatomismo. El estudio anatómico del cuerpo humano que estaba creciendo de manera vertiginosa en el siglo XVI, en especial en Italia. El salario y el status de los profesores de anatomía habían aumentado a lo largo del siglo y cada vez más universidades solicitaban sus servicios. Para finales del siglo, los anatomistas argumentaban que su área de estudio, no la filosofía, proveería la verdadera base al estudio de la medicina. Padua se convirtió en el cent ro más importante de investigación anatómica y, como era de esperarse, estas ideas llegarían fácilmente a Harvey quien apoyó el resto de su vida esta forma de conocer el cuerpo humano. Es muy útil, antes de explicar el trabajo de Harvey, hacer una breve descripción sobre las ideas que se tenían en el momento sobre el funcionamiento de la sangre y el corazón. Para Galeno no existía posibilidad alguna de que la sangre circulara en el cuerpo humano. Él creía que la sangre venosa era la forma de alimento que usaban los distintos órganos del cuerpo y era traída desde el hígado, el órgano que la creaba, cada vez que uno de éstos la necesitaba. Las arterias, por su lado, tenían la función de llevar una sangre que era el impulso de vida, el cual se producía en el ventrículo izquierdo del corazón. Esta diferencia entre las funciones que cumplían venas y arterias, sumada a la convicción de que sólo una pequeña porción de la sangre pasaba del ventrículo derecho al izquierdo del corazón por medio de “poros invisibles”, hacía difícil pensar que existiera una circulación de la misma sangre en el cuerpo humano. Una vez expuestas las ideas predominantes en la época sobre al tema, es preciso entender que el “descubrimiento” de la circulación de la sangre no fue algo que apareciera de la noche a la mañana a raíz de una genialidad de Harvey. Fue un proceso largo en donde se debe tener presente la influencia intelectual que ejercieron otros autores. En particular, debemos mencionar las teorías de dos médicos que marcarían directamente su trabajo. En primer lugar, hay que mencionar al profesor de Harvey en Padua, Fabricius ab Aquapendente. En 1574, mucho antes de que Harvey llegara a Padua, Fabricius notó que las venas de los diferentes miembros del cuerpo humano tenían unas pequeñas válvulas que obligaban a que la sangre fluyera en un solo sentido. Esta idea marcó a Harvey, quien la tendría presente en sus estudios posteriores. El segundo personaje que tuvo una importancia vital en su desarrollo fue Realdo Colombo (15101559). Cuando Harvey estudió sus obras, encontró las dos ideas que faltaban para terminar de construir su esquema cardiovascular.
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En primer lugar, Colombo insistía en que la sangre pasaba del ventrículo derecho del corazón al izquierdo por medio de los pulmones. En segundo lugar, Colombo hizo una excelente y precisa descripción del funcionamiento del corazón explicando que cuando éste se expande las arterias se comprimen, y cuando las arterias se empiezan a dilatar el corazón se está comprimiendo. Cuando Harvey unió las teorías de Colombo y Fabricius, empezó a ver que el corazón era una bomba que ayudaba a que la sangre llegara de manera apropiada a todos los órganos del cuerpo. Harvey anunció el descubrimiento de la circulación de la sangre en 1628 cuando publicó su Exercitat io Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (El movimiento del corazón y la sangre en los animales: un ensayo anatómico). Sin embargo, es claro que había trabajado mucho antes en el sistema cardiovascular y se cree que empezó a desarrollar su idea de la circulación cerca de 1619. La importancia del texto radica, en parte, en que el autor mismo narra cómo había llegado a este descubrimiento. Aunque, como vimos anteriormente, la influencia teórica no puede dejarse de lado, Harvey dio mucha importancia a un argumento de tipo cuantitativo. Harvey hizo una gran cantidad de experimentos que buscaban mostrar cómo demasiada sangre dejaba el corazón en un momento dado como para que ésta pudiera ser usada por todo el cuerpo y reemplazada por la sangre que se creaba en el hígado, tal y como afirmaban los seguidores de Galeno. Para Harvey, la única explicación era que la sangre debía fluir de manera constante en un círculo. De otra manera el cuerpo reventaría. Este tipo de argumentación cuantitativa debe entenderse desde una perspectiva histórica en donde la sociedad occidental pasa de ser una sociedad que se explica a sí misma en términos cualitativos a lo largo del Mundo Antiguo y la Edad Media, a ser una sociedad en donde el uso de números para actividades como el comercio generó un proceso de cuantificación que tendría un efecto profundo en todas las ramas del saber (desde la astronomía, hasta el arte y la medicina). Pero si Harvey debe el uso de la observación y la experimentación a la tradición que se manejaba en Padua, no hay duda alguna de que la influencia de Aristóteles en su trabajo fue muy poderosa. Su inclinación aristotélica puede verse en el énfasis que hace del corazón por encima de todos los otros órganos. En los últimos capítulos de su obra, Harvey dedica muchas líneas a la exaltación del corazón. Al respecto manifiesta cosas como: “Es el punto de inicio de la vida y el sol de nuestro microcosmos”, “Es la fuente de nuestro calor”. Así mismo, afirma que la sangre, una vez ha dado vida a las partes del cuerpo, vuelve al corazón a retomar su perfección inicial, la cual logra por medio del calor que éste le brinda. Este tipo de procesos, y el ver al corazón con un propósito determinado en la naturaleza, son ideas muy aristotélicas que quizás lo llevaron a que se concentrara en el corazón y no en algún otro órgano del cuerpo. Aun así,
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es interesante ver que Harvey dejó en claro que el propósito que le encuentra a la circulación (volver al corazón para perfeccionarse) es tentativo y debe separarse de su demostración anatómica de la circulación. Harvey insistió en que su medicina era construida a partir de hechos y no de la aplicación de teorías filosóficas. Como era de esperarse, las ideas de Harvey no serían aceptadas de manera inmediata. Los médicos galenistas se mantuvieron firmes en su posición e incluso el mismo Descartes, en su Discurso del método y a partir de la filosofía mecánica, expresa su desacuerdo con el funcionamiento del corazón que proponía Harvey. Como la mayoría de las nuevas propuestas científicas, la circulación de la sangre sólo sería aceptada mucho tiempo después. Sin embargo, ya para la década de 1660 se consideraba un hecho, y de ahí en adelante se convirtió en un orgullo para los ingleses y se mostraría al mundo como uno de los mayores logros de esa nueva ciencia que surgía en la época. Aunque podríamos inclinarnos a pensar que existe una conexión entre la idea de la circulación de la sangre con el corazón como centro y la teoría heliocéntrica de Copérnico, no existe evidencia que sustente tal hipótesis. Galileo fue profesor en Padua cuando Harvey era estudiante, pero al parecer ninguno de sus alumnos era estudiante de medicina y, en todo caso, en esta época Galileo todavía enseñaba el sistema Ptolemaico. Sin embargo, tampoco se puede probar que Harvey no hubiera tenido contacto con estas ideas a lo largo del primer tercio del siglo XVII.
4.7. EL MODELO COSMOLÓGICO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XVI Antes de entrar estudiar el origen y desarrollo de esta revolución cosmológica, es preciso recordar los más importantes conceptos cosmológicos que se manejaban en la época de Copérnico, así como el nuevo problema de reformar y mejorar el calendario basado en el año solar. El modelo cosmológico del momento era básicamente el mismo que habían desarrollado los griegos desde Aristóteles hasta Ptolomeo, pasando por figuras como Eudóxio de Cnido y Apolónio de Perga. Era un sistema geocéntrico, es decir en donde la tierra está inmóvil en el cent ro del universo y la luna, el sol, los planetas y las estrellas giran alrededor de ella. El movimiento errante de los planetas era explicado a partir de modelos planetarios basados en círculos excéntricos, movimientos epicíclicos y modelos ecuantes. Este modelo cosmológico, para la época de Copérnico, se estaba empezando a ver como algo complicado, y sus conceptos básicos se estaban empezando a cuestionar por no coincidir con algunas observaciones astronómicas del momento.
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Aparte de este problema, la necesidad de mejorar el calendario solar era una preocupación central de la época. El calendario Juliano (calendario que desarrolló Julio Cesar con ayuda de astrónomos egipcios y que establecía que el año solar era de 365 ¼ días, hecho que se controlaba con 3 años de 365 y uno de 366), aunque era preciso en periodos cortos de tiempo, después de algunos cientos de años empezaba a desfasarse. Esto preocupaba a los religiosos en particular ya que el equinoccio de primavera, en base al cual se determinaba el día de Pascua, había sido establecido, siglos atrás, el 21 de marzo, y para el siglo XVI estaba ocurriendo el 11 de marzo. El modelo de Copérnico, después de varios años de observación astronómica, planteó la idea de que ubicar al sol en el cent ro del universo podía simplificar un poco el complicado sistema Ptolemaico. Esto lo llevaría a escribir el tratado titulado: Sobre las revoluciones de los orbes celestes, que se publicaría en el 1543 año de su muerte. Pero ¿por qué Copérnico se tomaría el trabajo de refutar un sistema que era sustentado por la experiencia diaria, por la tradición y por la autoridad? Muchas décadas pasarían antes de que matemáticos y astrónomos desarrollaran nuevas técnicas y nuevos instrumentos que soportaran esta idea, y por lo menos pasaría un siglo antes de que la gente común empezara a ser persuadida de ir en contra de su propio sentido común. Copérnico estuvo influenciado directamente por una tradición estética y filosófica alimentada por el estudio de Platón y la necesidad de ver en la naturaleza un orden divino de formas inmutables y perfectas que solo son expresables en el lenguaje de la geometría y las matemáticas. Copérnico no sería el primero en sugerir que la tierra está en movimiento, ni tampoco el primero en hablar del sol como cent ro del universo. Personajes como Aristarco de Samos en la antigüedad o Buridan y Oresme en la Edad Media ya habían pensado en esto. Lo que no parecería tener precedentes es el aparato matemático con el que presenta su sistema para resolver problemas. Lejos de ser un texto destinado al público, es un escrito altamente técnico con un público restringido. Su deseo de simplificar el modelo presenta serias dificultades. Los dos sistemas parecen ser igualmente eficientes y el copernicano es, en muchos casos, más complicado y no explica con certeza algunos fenómenos planetarios. Aunque reduce el número de círculos de 80 a 34, los complejos modelos usados por Ptolomeo siguen existiendo. Por ejemplo, para explicar las irregularidades de las estaciones Copérnico se ve obligado
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a desplazar del cent ro de la órbita de la tierra al sol, colocándola en una órbita excéntrica con movimiento en epiciclo. Gráfica 24. Sistema Ptolemaico arriba y Sistema Copernicano abajo. En los dos encontramos epiciclos y esferas excéntricas
Es importante resaltar que las implicaciones que este nuevo modelo traía van mucho más allá que la propuesta de un nuevo sistema matemático para el universo. El modelo copernicano, que sustentarían posteriormente pensadores como Kepler y Galileo, cambiaba de raíz la concepción cosmológica del hombre. Sin ir muy lejos, quizás más revolucionario que darle t res movimientos a la tierra, es el hecho de convertirla en un planeta. Esto rompía con un principio fundamental de la cosmología antigua en donde los cielos son divinos y la tierra imperfecta. Al colocar a la tierra en el mismo nivel que el resto de los planetas se alteraba la relación entre el hombre y el cosmos. La reacción de la Iglesia no se hizo esperar. Se desarrolló una oposición tanto cristiana como protestante argumentando que el modelo copernicano contradecía la Biblia. En 1616, 73 años después de la publicación de Las Revoluciones, la iglesia prohibiría la enseñanza de un modelo en donde el sol fuese el cent ro del universo. La pregunta que surge es ¿qué tan seriamente tomó Copérnico sus
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propias propuestas? ¿Pensaría que su modelo resolvería por fin los problemas de la astronomía? O acaso su propuesta no tenía más pretensiones que ofrecer un modelo matemático para que otros exploraran. La primera edición de Las revoluciones de 1543 traía una introducción que parecería dar respuesta a estos interrogantes. Aquí se planteaba que el modelo propuesto era solo una elaboración teórica y las hipótesis no tenían que ser ni verdaderas ni probables. La introducción no fue escrita por Copérnico sino por un religioso llamado Andreas Osiander. Kepler pasaría el resto de su vida argumentando que Copérnico estaba convencido que en realidad la tierra se movía alrededor de un sol estático en el centro del universo. Pero al parecer Kepler se convirtió en un defensor y enamorado del sistema copernicano.
Copérnico Copérnico nació el 19 de febrero de 1473 en Thorn, Polonia. Su padre era un próspero comerciante. Gracias a su tío materno, el arzobispo Lukasz Watsenrode, Copérnico obtuvo una excelente educación. En 1491 entraría a la universidad a estudiar las artes liberales donde permanecería por cuatro años. Posteriormente, como la mayoría de los polacos de su clase social, se desplazaría a Italia a continuar sus estudios. En enero de 1497, comenzaría estudios en derecho canónico en la Universidad de Bologna, viviendo en la casa del matemático y astrólogo Domencio Maria de Novara, quien impulsaría el interés de Copérnico en la astronomía, la astrología y las matemáticas. En 1501, Copérnico se desplazaría a la Universidad de Padua a iniciar estudios en medicina, pero se retiró de ellos para terminar su carrera en derecho canónico en la Universidad de Ferrara, donde obtendría su título en 1503. Una vez terminados sus estudios, Copérnico retornaría a Polonia para ejercer cargos administrativos. Sin embargo, a pesar de asistir la administración de la diócesis, Copérnico continuaría investigando diferentes temas relacionados con la astronomía y la astrología. En 1512 se mudaría a la ciudad de Frauenburgo donde se establecería de forma permanente. Se cree que entre 1507 y 1515 Copérnico empezaría a pensar en su hipótesis sobre un universo heliocéntrico, idea que plasmaría más adelante en un pequeño tratado astronómico titulado el Commentariolus, el cual daría a conocer de manera manuscrita en 1530 entre sus más cercanos amigos. En 1540 un tratado llamado Narratio Prima, escrito por el luterano Georg Rheticus, saldría a la luz pública postulando la nueva teoría heliocéntrica. Rheticus vivía con Copérnico en Frauenburgo y las ideas planteadas en el libro era un primer esbozo de lo que sería su obra más conocida hoy en día: el
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De Revolutionibus orbium celestum. Esta obra sería publicada finalmente en 1543 y contenía los planteamientos heliocéntricos más importantes de Copérnico. Copérnico moriría el mismo año.
Copérnico y la Estética Los criterios artísticos que hemos descrito parecen coincidir con algunos supuestos fundamentales de la revolución en astronomía. Si tratamos de explicar las razones que pudo tener Copérnico para reemplazar el sistema de Ptolomeo y como llegó a la conclusión de que un sistema heliocéntrico era más apropiado y real, tenemos que aceptar que no fue a través de observaciones más exactas ni porque Copérnico tuviera a su alcance una corroboración empírica definitiva a favor de una cosmología heliocéntrica. Copérnico no fue un devoto observador de las estrellas y su libro Las revoluciones, contiene únicamente 27 observaciones hechas por el mismo Copérnico en un período de 32 años. Tampoco encontramos en él novedosos argumentos físicos que justifiquen una tierra en movimiento. Sin embargo, la simplicidad y la unidad parecen haber sido criterios importantes para rechazar el aparentemente más complicado y desarticulado sistema ptolemaico. En el prefacio de Las revoluciones encontramos un pasaje en el cual Copérnico explica las deficiencias de los sistemas astronómicos anteriores que parecen haber fracasado en su intento de hallar o calcular "la forma del mundo y la simetría exacta de sus partes, sino que les sucedió como si alguien tomase de diversos lugares manos, pies, cabeza y otros miembros auténticamente óptimos, pero no representativos en relación con un sólo cuerpo, no correspondiéndose entre sí, de modo que con ellos se compondría más un monstruo que un hombre." Un monstruo que no puede corresponder a la obra del "mejor y más regular artífice de todos". Como sabemos, Ptolomeo en su tratado El Almagesto, se ocupa de cada uno de los planetas independientemente haciendo que su sistema aparezca, para Copérnico desarticulado y estéticamente desagradable. También es importante recordar que su sistema heliocéntrico de órbitas circulares tiene que recurrir al uso de numerosos epiciclos y esferas excéntricas similares a las usadas por Ptolomeo, pero independientemente de si el nuevo sistema es o no realmente más simple, parece claro que los criterios de unidad y armonía fueron de central importancia en la defensa del sistema de Copérnico. El nuevo modelo del universo parece ser más simple y elegante. Otro elemento interesante en la presentación de su nuevo sistema, y donde Copérnico deja ver elementos de una tradición mística en la cual el sol debe tener un lugar central en el cosmos. En el prefacio Copérnico escribe: "Y en el medio de todo permanece el Sol. Pues, ¿quién en este bellísimo templo pondría esta lámpara en otro lugar mejor, desde el que pudiera iluminarlo todo? Y no sin razón unos le llaman lámpara del mundo, otros, mente, otros rector. Trimegisto le llamó dios visible, Sófocles,
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en Electra, el que todo lo ve. Así, en efecto como sentado en un solio real, gobierna la familia de los astros que lo rodean." No es nuestro propósito demostrar que la razones que tuvo Copérnico para cuestionar la antigua cosmología eran únicamente de carácter estético, pero sin lugar a duda que la armonía platónica, las ideas de belleza y simplicidad jugaron un papel importante en su obra. No podemos olvidar que Copérnico vivió diez años en Italia donde se familiarizaría con la nueva estética del arte renacentista. Su propósito era transformar el monstruo de la cosmología antigua en un cuerpo elegante y unificado. En todo caso, el texto de 1543 parece ser significativo, no sólo por su contenido sino por lo que otros dirían en su defensa. Lo cierto es que la simpatía que este sistema despertó en dos personas en particular, Johannes Kepler y Galileo Galilei, harían de la tesis copernicana el centro de un debate que se ha visto como el nacimiento de la ciencia moderna.
4.8. GALILEO GALILEI Más que ninguna de las figuras que hemos visto hasta ahora, el nombre y la obra de Galileo se han identificado con el nacimiento de la ciencia moderna. Se le presenta como la persona que logró un rompimiento entre el mundo aristotélico y el mundo moderno, cuestionando la autoridad, la superstición y la fe, para darle paso a la razón y al experimento como el fundamento de la ciencia que se basa no en la autoridad sino en los hechos. A través de elegantes experimentos y novedosas observaciones con planos inclinados, péndulos e instrumentos como el telescopio, se ha dicho que Galileo construyó los fundamentos de una nueva física para una nueva cosmología. Esta imagen responde al interés que a lo largo del siglo XIX y XX desarrollaron muchos físicos, filósofos e historiadores, que encontraron en la obra de Galileo la naturaleza y el origen de la ciencia moderna. Galileo ha sido presentado como una figura heroica, como un mártir del nuevo conocimiento que a pesar de múltiples presiones sociales pudo superar los prejuicios de su época y a través de la experimentación y el análisis matemático, construyó una nueva ciencia que nos permitió conocer la verdad sobre el movimiento. Este tipo de estudios responde, en parte, a la búsqueda de un mito de origen que permitiera legitimar históricamente la ciencia moderna como una práctica objetiva, neutra y fuente de verdad. Lo complicado y a la vez interesante es que hoy tenemos múltiples interpretaciones de Galileo y por lo tanto de la naturaleza de la ciencia moderna. A finales del siglo XIX, en 1881, con la publicación de los Cuadernos de Leonardo da Vinci, la imagen de Galileo como padre fundador de la ciencia moderna empieza a encontrarse con algunos problemas, ya que este libro contenía algunas de las ideas que se habían atribuido a Galileo. Poco a poco será evidente que las ideas galileanas son parte de una tradición y no descubrimientos de un individuo. A
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finales de los años 30, Alexander Koyré publicaría varios trabajos, que le restarían importancia a la observación y los experimentos como el fundamento de la obra de Galileo y por lo tanto lo ve, no como un experimentalista sino como un racionalista, por lo que sugiere que la ciencia moderna tiene más de la filosofía de Platón que de empirismo. Otra contribución importante en el debate sobre la Revolución Científica la daría el francés Pierre Duhem quien encuentra que muchas de las críticas fundamentales a la física de Aristóteles, atribuidas a Galileo, ya habían sido planteadas en la Universidad de París y Oxford entre los siglos XIII y XIV.
Galileo Galilei Galileo nace en 1564 en Pisa. Aunque ingresa a la universidad a estudiar medicina, su interés por las matemáticas lo llevó a abandonar su carrera sin graduarse. En 1589, después de escribir un trabajo sobre Arquímedes que le da cierto reconocimiento, comienza a dar clases de matemáticas en la Universidad de Pisa; allí escribiría su primera obra de importancia, Sobre el movimiento. En 1592 abandona Pisa para trabajar en la Universidad de Padua, entonces uno de los centros académicos más importantes de Europa. A lo largo de los 18 años que estuvo en Padua, cambia sus ideas sobre el movimiento y cuando la abandona en 1610 había recopilado gran parte del material de lo que más tarde se conocería como los Discursos y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias. Así mismo durante sus años en Padua, Galileo se familiarizó con el trabajo de los artesanos y aprendería de ellos; esto le permitió más adelante construir un artefacto para medir la temperatura y un cierto tipo de compás que le sería de gran utilidad para hacer cálculos. Existe muy poca evidencia de que Galileo haya adoptado y defendido el sistema copernicano durante su estadía en Padua. Aunque ya estaba familiarizado con algunos textos Keplerianos, sería sólo hasta 1609, cuando oye del telescopio, que su visión del universo empezaría a cambiar. Las diferentes observaciones hechas con este artefacto lo llevarían a convencerse de la veracidad de la teoría de Copérnico y sus resultados los publicaría en marzo de 1610 en un libro titulado El mensajero estelar. De ahí en adelante su vida cambiaría radicalmente. En ese mismo año el Gran Duque de Florencia le propuso ser su matemático y filósofo de cabecera. A pesar de que su amigo Giovanfrancesco Sagredo le recomendó no aceptar la propuesta, entre otras porque dejaría el ambiente libre de la República Veneciana para estar bajo la intriga de la corte de los Medici y la autoridad de la Iglesia, Galileo abandonó su trabajo en Padua y se radicó en Florencia. Muy pronto Galileo se encontró en disputas sobre la relación entre sus visiones astronómicas y la religión. En 1616 la Iglesia le prohibió a Galileo enseñar o defender el copernicanismo.
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Aunque Galileo sostuvo que de ahí en adelante sólo habló del sistema copernicano como una teoría, la Iglesia tuvo fuertes dudas al respecto. En 1630 Galileo completó su más importante obra astronómica, el Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo, Este trabajo pondría en escena a tres personajes ya famosos en la historia de la ciencia. En primer lugar, está “Sagredo”, un hombre inteligente y de mente abierta quien está en capacidad de entender los argumentos que presenta “Salviati”, personaje que representa claramente la voz de Galileo; por otro lado, está “Simplicio”, que como su nombre lo indica, es un hombre simple, no muy brillante y aferrado al sistema aristotélico y a un aparente ingenuo sentido común. Aunque el libro fue aprobado por las autoridades eclesiásticas y fue publicado en 1632, en 1633 Galileo fue llamado a juicio por la inquisición. La sentencia final dictó que el Diálogo fuera prohibido y Galileo fue condenado a cadena perpetua en su propia villa cerca de Florencia, donde moriría el 8 de enero de 1642. Quizás la mejor manera de introducir la importancia e influencia de Galileo en el surgimiento de la ciencia moderna, es mencionar lo que hoy en día se considera que fueron sus grandes contribuciones. En primer lugar, encontramos el principio de la inercia, principio que se convertiría posteriormente en un aspecto fundamental de la física newtoniana, y que plantea la idea de que cualquier cuerpo continúa en estado de reposo o movimiento rectilíneo a menos que una fuerza externa actúe sobre él. Un segundo punto que se acepta sin cuestionarse hoy en día, son las llamadas “leyes de la caída libre” las cuales concluyen, contradiciendo los principios aristotélicos, que la velocidad y aceleración de un cuerpo en caída libre son independientes de su constitución y que todos los cuerpos, independientemente de su composición y peso, caen a la misma velocidad, por lo menos en el vacío. Así mismo, Galileo haría numerosas observaciones astronómicas a través del telescopio que ayudarían a corroborar la teoría Copernicana, y por último, y en términos metodológicos, se lo toma como el primer gran experimentalista y el primero en ver el valor del análisis matemático en problemas físicos.
El problema del movimiento La cosmología, el orden del universo y la naturaleza del movimiento son problemas inseparables. El sistema copernicano presentaba un universo que no era posible dentro de la tradición física aristotélica. Para que la idea de una Tierra con movimiento de rotación y traslación fuera aceptada se necesitaba de una nueva física que explicara fenómenos que de otra manera serían absurdos para el sentido común. Galileo es en gran medida el responsable de crear la física que necesita una cosmología heliocéntrica. Habíamos descrito la física de Aristóteles como una física del sentido común, y en primera instancia nuestra experiencia del mundo parece aristotélica: la Tierra parece estable (de manera que es natural que pensemos que el movimiento es un proceso y no un estado), los cuerpos pesados parecen caer
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más rápido que los livianos (la velocidad de la caída libre es proporcional a la cantidad de tierra y agua que componen el cuerpo), la existencia del vacío es una contradicción y el movimiento en el vacío es desde luego impensable. Esta noción cualitativa del movimiento estaba aún vigente para finales del XVI y principios del XVII, e inclusive el mismo Galileo en sus primeros escritos tendría más de aristotélico que de moderno. Por ejemplo, en un pasaje de su libro Sobre el movimiento dice, “Todos los días observamos con nuestros sentidos que el lugar de los objetos pesados está cerca del centro del universo y el lugar de lo liviano lejos de éste. De manera que no tenemos razón para dudar que estos lugares han sido determinados para dichos objetos por naturaleza”. Sin embargo, es innegable que varias de sus primeras conclusiones diferían del sistema aristotélico. Por ejemplo, para Galileo no existe la cualidad de liviano, sólo existen diferentes grados de lo pesado. De esta manera, el fuego no se movería hacia arriba por tener la característica de ser liviano, sino porque el aire a través del cual se mueve es más pesado. Es preciso acordarnos de que desde el final de la Edad Media los estudiosos del Merton College y de la Universidad de París habían empezado a transformar la noción de movimiento aristotélico. Conceptos como la resistencia interna, el ímpetu, así como la cuantificación de las diferentes cualidades, ya habían traído alternativas e innovaciones en el estudio de la locomoción. Galileo, pues, está lejos de ser el único innovador en el problema del movimiento, y gran parte de las ideas que se le atribuyen ya tenían una raíz en el pensamiento medieval. Galileo propone que la velocidad a la cual se mueve un cuerpo a través de un medio es proporcional a la diferencia entre la densidad del cuerpo y la del medio. Esta conclusión implicaría que, entre otras cosas, cuerpos de densidad diferente caerán a velocidades distintas, pero cuerpos de la misma densidad (misma composición, pero peso distinto) caerán a la misma velocidad. Pero las conclusiones más importantes a las que llegaría Galileo en el tema de movimiento, las desarrollaría durante sus años en Padua y las plasmaría en su libro Dos nuevas ciencias. Dentro de éstas, podemos destacar las dos más celebradas hoy en día. La primera nos dice que la distancia que recorre un cuerpo en caída libre es proporcional al cuadrado del tiempo, y la segunda que todos los cuerpos caen a la misma velocidad en el vacío. Así mismo, definiría el movimiento uniformemente acelerado como un movimiento que partiendo del reposo adquiere incrementos de velocidad iguales en tiempos iguales, y enunciaría de nuevo la ley de la velocidad media, que como vimos anteriormente ya había sido enunciada por los estudiosos del Merton College, y que plantea que el tiempo en que una distancia es recorrida por un cuerpo con velocidad uniformemente acelerada, es igual al tiempo en que el mismo espacio sería recorrido por el mismo objeto a velocidad uniforme igual a la velocidad media. Una pregunta que se han hecho los filósofos de la ciencia es ¿cómo llegó Galileo a estas conclusiones? Existen respuestas con implicaciones distintas. Algunos sostienen que Galileo tuvo
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acceso a las ideas de pensadores medievales, en especial de la Universidad de París y de la tradición Mertoniana, y a partir de aquí sacó conclusiones propias. Para otros, los experimentos con péndulos y planos inclinados, a pesar de las dificultades técnicas, fueron el método empírico que le permitiría a Galileo corroborar todas sus conjeturas. El uso de péndulos, sostendrían, le permitiría a Galileo refutar una vez más la idea de que la velocidad es proporcional al peso e inversamente proporcional a la resistencia. Sin embargo, este tipo de experimentos en donde se asumen conceptos como el vacío y la falta de resistencia, difícilmente se pueden hacer y responden a modelos matemáticos, cuya verificación empírica está sujeta a fuertes supuestos teóricos. Antes de continuar con nuestro último tema, es preciso mencionar brevemente que existen varios relatos sobre experimentos geniales que en teoría llevarían a Galileo a concluir sus proposiciones sobre el movimiento, pero que en realidad nunca ocurrieron. El más común nos habla de cómo Galileo se subió a la torre inclinada de Pisa y, en contra de las expectativas de todos los observadores, al lanzar dos objetos de distinto peso y ver que caían al mismo tiempo, concluía una de sus más famosas leyes. En este orden de ideas se podría argumentar que Galileo llegó a su teoría de cuerpos en caída libre por puro razonamiento teórico.
Galileo y el plano inclinado Por lo general, Galileo no fue un hombre dado a realizar sus experimentos en público y prefería convencer mediante escritos. Para esto, escribiría en lengua vernácula, lo cual le permitía tener una difusión mucho más grande, llegando a todo tipo de personas. Entre los experimentos más conocidos de Galileo están los que realizó con el plano inclinado. Galileo estaba convencido de que, en un espacio completamente libre de aire, dos cuerpos en caída libre recorrerían distancias iguales en tiempos iguales sin importar su peso. Este supuesto, que asumía la existencia del vacío, era algo absurdo e impensable dentro del pensamiento aristotélico, en el cual la creación de un espacio sin aire era una absoluta contradicción. Sin embargo, aunque Galileo tendría que admitir la resistencia del aire al formular sus teorías sobre la caída libre de cuerpos, insistiría en que en un espacio ideal los cuerpos caerían al mismo tiempo si eran soltados desde una misma altura. Para corroborar su hipótesis, y ya que la caída de un cuerpo ocurría de manera muy rápida y por lo tanto no se podía medir con los instrumentos de la época, Galileo recurriría a experimentos con planos inclinados en donde podría controlar la velocidad de caída de esferas de plomo con sólo ajustar el ángulo del plano. Con el uso de relojes hidráulicos Galileo trataría de calcular los tiempos en los cuales rodaban esferas de distintos pesos. Se cree que de esta manera Galileo concluiría su ley sobre cuerpos en caída libre y descubriría que este es uniformemente acelerado. También se argumenta que el plano inclinado llevaría a que Galileo
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pensara el movimiento parabólico como la suma de un movimiento horizontal y uno vertical totalmente independientes. Sin embargo, es importante decir una palabra sobre el papel que jugaron los experimentos en las conclusiones de Galileo. Para varios historiadores de la ciencia, muchos de los experimentos que se le atribuyen a Galileo parece que nunca ocurrieron en realidad, y aquéllos que sí se hicieron no tendrían un carácter inductivo desde el punto de vista empírico. Los experimentos de Galileo deben entenderse en la mayoría de los casos como “experimentos mentales” que sólo se realizaron en el ámbito teórico. Es decir, son experimentos que desde un principio buscaban coincidir con la razón. Es así como las ideas que sugieren que el trabajo experimental de Galileo fue un pilar fundamental para el surgimiento de la ciencia moderna, deben ser estudiadas con cuidado desde una perspectiva mucho más crítica. La controversia sobre la manera como Galileo llega a sus conclusiones tiene implicaciones sobre la idea de ciencia moderna. La posición según la cual las ideas son transmitidas a Galileo desde una tradición medieval, sugieren que no hubo una “revolución científica”; por el contrario, la ciencia moderna surge como una continuación de la tradición antigua y medieval. El Galileo de los experimentos, o el platónico, suponen, respectivamente, la interpretación empirista y racionalista de la ciencia moderna.
Inercia Se cree que Galileo, junto con Descartes, sería uno de los pioneros en el desarrollo del concepto de inercia. Sin embargo, debemos tener cuidado y evitar confundir la visión galileana de la inercia con aquélla que desarrollaría posteriormente Isaac Newton, que es en gran parte la visión que tenemos hoy en día, y que plantea que, sin importar la causa, es perpetuo a menos que sea afectado por una causa exterior, es rectilíneo, es uniforme y puede ocurrir en cualquier dirección. Aunque algunos de los planteamientos de Galileo se acercan a esta visión moderna de inercia, existen otros que se alejan considerablemente y que no podemos pasar por alto. Para Galileo, el “movimiento inercial” sólo podía ocurrir en objetos que se movieran distancias relativamente cortas cerca de la superficie de la Tierra. En la física galileana, los objetos ganan o pierden velocidad a medida que se acercan o se alejan del centro de la Tierra; esto es, si descienden o ascienden. De esta manera, en distancias horizontales cortas, como en sus experimentos sobre movimiento de proyectiles, se podía considerar que un cuerpo se mantenía a la misma distancia de la superficie de la Tierra con movimiento uniforme, y por lo tanto nuestra visión de inercia se podría aplicar en esos casos. Sin embargo, Galileo no estaba dispuesto a aceptar esto como un principio universal. Asumir un movimiento rectilíneo uniforme indefinido implicaría pensar en un universo infinito,
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lo cual era totalmente inconsistente con el orden observado del cosmos (ver Copérnico y Digges). Si algún movimiento en la naturaleza era uniforme y perpetuo, diría Galileo, éste sería el movimiento circular. Para Galileo, el movimiento rectilíneo es un movimiento violento o forzado y por lo tanto debe tener un final que busca restaurar el orden natural del mundo. Sin embargo, no se debe pensar que Galileo aún conservaba la noción aristotélica de un movimiento rectilíneo en la zona terrestre y un movimiento circular perfecto en la zona celeste. Para Galileo, el movimiento circular uniforme es el movimiento natural de todos los objetos; todo movimiento natural es circular, eterno y uniforme. Según su principio de inercia, si la superficie terrestre fuera perfectamente lisa y no ejerciera resistencia, una esfera a la cual se le imprimiera movimiento rodaría alrededor de la Tierra indefinidamente. De la misma manera, si soltáramos una piedra desde la punta del mástil de un barco en movimiento, y no hubiera resistencia del viento, la piedra caería en la base del mismo. Es interesante mencionar que estas ideas de Galileo sobre el movimiento circular aparecerían 20 años después de que Kepler publicara su Astronomía Nova y sus leyes de movimiento planetario con órbitas elípticas. El rechazo de Galileo por este tipo de ideas muestra la dificultad de abandonar la idea de movimiento circular.
Observaciones telescópicas En 1609, mientras Galileo se ocupaba del problema del movimiento, un nuevo aparato lo distraería de sus asuntos. Galileo oye rumores de un artefacto que permitía ver hasta tres veces más cerca los objetos lejanos; naturalmente estas noticias fascinarían a Galileo quien en cuestión de días lograría construir uno para sí mismo, y en pocos meses lo mejoraría. Ubicar la fecha y el inventor del telescopio no es algo que se pueda hacer con certeza. En 1623 Galileo escribía: “Estamos seguros que el primer inventor del telescopio fue un simple fabricante de anteojos quien al manejar por casualidad diferentes lentes, miró, también por casualidad, a través de dos de ellos, uno convexo y el otro cóncavo, sosteniéndolos a diferentes distancias del ojo; al mirar vio y notó un resultado inesperado y así descubrió este instrumento.” La historia más conocida, y probablemente la más corroborada, nos dice que fue un fabricante de anteojos en Holanda llamado Hans Lippershey quien cerca del año 1600 halló una combinación correcta de un lente cóncavo y uno convexo que permitía aumentar el tamaño de los objetos lejanos. En todo caso, aunque Galileo no fue el inventor del telescopio como se afirma en algunos textos, probablemente sí sería el primero en darle un uso específico para resolver problemas astronómicos.
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Se cree que fue en enero de 1610 la primera vez que Galileo miró con el telescopio el firmamento. Aunque hoy en día este acto no requeriría ni de imaginación ni de coraje, en esa época la realidad era otra. No era nada obvio y la sola idea de tener que usar un artefacto para ver la realidad era algo difícil de concebir. Además ¿por qué Dios nos daría una visión imperfecta de manera que tuviéramos que usar un instrumento para ver su obra? Veamos algunas de las observaciones astronómicas que realizó con este artefacto, así como las implicaciones que esto pudo tener en su momento. Para Galileo, las observaciones hechas a través de su telescopio demostraban que el firmamento y los cuerpos celestes no eran bajo ningún motivo más perfectos y superiores que la Tierra, como la visión tradicional aristotélica lo argumentaba. Galileo encontró manchas en el Sol, así como valles y montañas en la Luna, cuyas alturas calculó tomando en cuenta la sombra que producían. Así mismo encontró que la vía láctea consistía de muchas estrellas fijas y observó la presencia de la nebulosa de Andrómeda. En cuanto a los planetas, Galileo detectó cambio de fases en Venus, al igual que satélites en Júpiter. Gráfica 25. Ilustraciones de Galileo de la Luna, en: Sidereus Nuncius (1610)
Sin embargo, este tipo de conclusiones fue fuertemente debatido en su época. Para muchos, en donde Galileo veía manchas solares, montañas Lunares y satélites, ellos solo veían imperfecciones del telescopio. En su momento, ver la obra de Dios a través de un objeto creado por el hombre traía deformaciones. La manera correcta de ver el mundo seguiría siendo, durante muchos años, el ojo humano.
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De cualquier manera, las observaciones astronómicas hechas por Galileo reforzarían su copernicanismo y lo convertirían en un decidido defensor de la teoría heliocéntrica, punto neurálgico de su dramatizado conflicto con la iglesia.
Galileo y la Iglesia La idea de que la vida de Galileo fue una lucha trágica entre la “razón iluminada” contra la fe ciega y el dogmatismo, ha sido parte de nuestra visión de la ciencia moderna y sus fundadores. Galileo no es el rebelde marginado que se nos ha presentado generalmente. Por el contrario, Galileo no sólo tendría el respaldo de los Medici en Florencia, sino que tendría la admiración y el respeto de importantes miembros de la Iglesia, entre ellos, el mismo Papa Urbano VIII. Así mismo, la idea de que la iglesia estaba completamente en contra del sistema Copernicano también debe mirarse con un poco más de cuidado. Algunos de sus miembros reconocían las virtudes del sistema como un modelo interpretativo y los jesuitas serían importantes divulgadores del sistema de Copérnico y Brahe en oposición al de Ptolomeo. Es así como quienes atacarían a Galileo, no son únicamente defensores del dogma cristiano, sino de manera especial los aristotélicos de las universidades. Arthur Koestler en su libro Los Sonámbulos, diría al respecto que la resistencia de nuevas ideas no es, como uno esperaría, de los más ignorantes sino de los académicos que tienen el monopolio del conocimiento. Los profesores universitarios serían quienes utilizarían las sagradas escrituras para defender a Aristóteles y quienes acusarían a Galileo de herejía, obligando a la Iglesia a tomar partido. Galileo empezaría una defensa del sistema copernicano desarrollando argumentos que ya habían sido usados por Kepler; sostenía que ciertos pasajes de la Biblia no deberían ser tomados literalmente porque ésta había sido escrita en un lenguaje para la gente común y sin educación. De esta manera, Galileo llevaría su discusión astronómica al terreno de la teología y comenzaría a hacer serias afirmaciones como, por ejemplo, que nadie podría decir que la Biblia contiene más conocimiento en geometría, astronomía, música y medicina que los libros de Arquímedes, Ptolomeo o Galeno. Así mismo Galileo pondría a los teólogos en una situación difícil al afirmar que para condenar una proposición debe mostrarse que no ha sido demostrada. De esta manera, Galileo no debería
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demostrar la veracidad del sistema Copernicano, pero retaría a los teólogos a que mostraran su falsedad. Un ejemplo de uno de los pasajes Bíblicos más discutidos sería el milagro que hizo Josué al detener el movimiento del Sol. Aunque para muchos teólogos era un fuerte argumento del movimiento del Sol alrededor de la Tierra, Galileo argumentaría que al decir que el Sol se detiene, realmente se está diciendo que la Tierra detuvo su rotación alrededor de él. En todo caso, aunque Galileo parece subestimar a sus contendores y los considera “simplicios”, la propuesta heliocéntrica de Galileo también presenta objeciones difíciles de superar. La ausencia de exactitud en el sistema de epiciclos y órbitas excéntricas de Copérnico, la falsedad del argumento de que las mareas demostraban el movimiento de la Tierra y la ausencia de paralaje, eran razones fuertes para pensar que el sistema heliocéntrico de Galileo carecía de argumentos válidos. En febrero 23 de 1616 el Santo Oficio decretó en contra del sistema copernicano prohibiendo la defensa de dos puntos en particular. En primer lugar, que el Sol es inmóvil y está en el centro del universo y, en segundo lugar, que la Tierra se mueve alrededor de éste y tiene rotación diaria sobre su eje. Este tipo de tesis, diría la Inquisición, sólo podría ser discutido de manera hipotética. Aunque de ahí en adelante Galileo trató de presentar sus teorías como hipótesis, el santo oficio consideró lo contrario y lo sentenció aduciendo que, al igual que Platón, Galileo no se interesaba por la naturaleza de las cosas sino por un mundo matemáticamente perfecto fuera de la realidad.
La influencia estética en la obra de Galileo Galileo fue también un ferviente defensor de los ideales estéticos y religiosos. “La naturaleza es inexorable y actúa únicamente bajo leyes inmutables que ella nunca quiebra”. “La filosofía está escrita en ese grandioso libro que siempre está frente a nosotros - me refiero al universo - pero no lo podemos entender si no aprendemos su lenguaje y comprendemos los símbolos en que está escrito. Este libro está escrito en el lenguaje de las matemáticas y los símbolos son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin los cuales sería imposible entender una sola palabra, sin los cuales daríamos vueltas en vano dentro de un oscuro laberinto”. Si Galileo conoció la obra de Kepler, algunos historiadores se preguntan por qué no aceptó que el movimiento de los planetas y la Tierra alrededor del Sol tuvieran una forma elíptica. Para Galileo, un cosmos de forma elíptica podría parecer la obra de un artista manierista. El historiador de la
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arquitectura Panofsky, encuentra en algunos comentarios de Galileo una crítica radical al manierismo, el cual encuentra despreciable por alejarse del ideal estético donde el equilibrio, la armonía y la unidad son fundamentales. Refiriéndose a la obra de Torcuato Tasso, Jerusalen Libertada, Galileo comenta: “Este libro es una fábrica hecha de diversas chatarras recogidas de mil ruinas de otros edificios, entre las cuales se encuentran a veces algún pedazo bello de cornisa, un capitel u otro fragmento que colocado en su lugar haría un bello efecto, pero puesto, como aquí, fuera de orden y sin propósito, rompe con las órdenes de la arquitectura y en suma deja el edificio desarreglado y mal compuesto.” Para muchos ha sido difícil explicarse cómo es posible que el fundador de la física moderna y quien provee todos los argumentos y experimentos mentales que nos permiten entender la idea de inercia sobre un plano horizontal, no pueda concebir un movimiento rectilíneo e infinito. Horizontal, para Galileo, quiere decir perpendicular a la dirección de caída de los objetos, y el cuerpo que se mueve sobre dicho plano no describe una línea recta sino un círculo. “El movimiento en línea recta”, escribe Galileo, “no puede servir de uso alguno en las partes del mundo bien ordenadas... no sucede lo mismo con los movimientos circulares, de los cuales aquél que es hecho por el móvil en sí mismo lo conserva siempre en el mismo lugar, y aquél que conduce al móvil por la circunferencia del círculo, en torno a su centro estable y fijo, no desordena a sí mismo ni a sus circunvecinos.” La inercia circular es otra manifestación de su visión platónica del cosmos, pues es la perfección del círculo la que garantiza la armonía y el equilibrio del universo. "Si la armonía del mundo fue un sueño fantástico, sus símbolos habían sido compartidos por toda una cultura fantástica y soñadora” que fue el Renacimiento. Galileo muere en 1642, a los 78 años, ciego y preso en su propia villa en Florencia. Para entonces, solamente una pequeña minoría de astrónomos aceptaría el sistema heliocéntrico. Galileo hace parte, sin lugar a duda, de una época en la cual el pensamiento científico ha empezado a cambiar y la tradición aristotélica está siendo fuertemente cuestionada. Las preguntas sobre el mundo están cambiando. Una manera de describir los cambios, y si se quiere los nuevos paradigmas, es que la física moderna abandona la pregunta sobre las causas y se limita a describir el movimiento de forma matemática. Sin embargo, las teorías y explicaciones de Galileo aún conservan un fuerte componente aristotélico y, aunque es un pilar fundamental en el surgimiento de la ciencia moderna, sería un error presentarlo como un opositor radical de la tradición antigua.
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El verdadero interés de Galileo es propagar la revolución intelectual inaugurada por Copérnico, así como darle un sustento físico que la hiciera plausible. Esto nos explica por qué Galileo, a diferencia de Kepler, no sólo se interesa por el análisis matemático de la astronomía y se ocupa de hacer observaciones cualitativas con su telescopio. Cualquier persona podía “ver” las Lunas de Júpiter, las fases de Venus y las montañas de la Luna con un telescopio, pero sólo unos pocos matemáticos especializados verían en los hallazgos de Kepler la prueba de la teoría heliocéntrica. Además, el hecho de que sus obras fueran escritas en italiano en vez de latín y que explicaran sus ideas en forma de diálogo, las hacían accesibles a un público mucho más amplio. De esta manera Galileo se convertiría en un medio efectivo, mucho más que cualquiera de sus contemporáneos, a la hora de propagar el sistema copernicano entre los hombres de su época; Galileo trajo pruebas simples a un público amplio.
4.9. JOHANNES KEPLER La obra de Johannes Kepler (1571-1630) es inseparable de la de su compañero Tycho Brahe (15461601), ya que, gracias a su trabajo, Kepler podría desarrollar las teorías y leyes astronómicas que son famosas hoy en día. La importancia de Tycho Brahe radica, no tanto en desarrollar grandes innovaciones en el ámbito teórico de la astronomía, sino en una inmensa colección de observaciones que traían una exactitud nunca antes vista en la historia de la astronomía. Brahe empezó a hacer observaciones desde que era un adolescente, pero la mayoría de éstas las hizo en los veinte años que estuvo en la isla de Hven, al norte de Dinamarca, bajo el auspicio del rey Federico II. Hacía sus observaciones con gran regularidad y al repetirlas varias veces consiguió la perfección que lo hizo famoso. Pronto, el trabajo de Tycho desplazaría gran parte del catálogo ptolemaico y su trabajo sería el nuevo pilar de la astronomía moderna. Estas precisas observaciones lo llevaron también a pensar en un nuevo sistema cosmológico en donde, influenciado directamente por la física aristotélica, dejaría a la Tierra inmóvil en el centro del universo. Sin embargo, viendo las ventajas que podría traer un modelo heliocéntrico, desarrolló un modelo que combinaba las dos teorías. En el centro estaba la Tierra, y la Luna y el Sol, al igual que en el modelo ptolemaico, giraban alrededor de ella. La diferencia está en que en este nuevo esquema todos los otros planetas giraban alrededor de la tierra en epiciclos cuyo centro era el sol. En otras palabras, los planetas, en vez de girar alrededor de la Tierra giran alrededor del Sol.
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Gráfica 26. El sistema de Tycho Brahe
En el año 1600 el entonces joven astrónomo Johannes Kepler comienza su trabajo al lado de Brahe. Un año más tarde, en su lecho de muerte, Brahe le entrega a Kepler todos sus libros de observaciones, le ruega que los use para hacer grandes tablas astronómicas y le expresa su deseo de que mediante ellos pueda probar su modelo cosmológico.
Kepler Johannes Kepler nació en Württemberg en el sur de Alemania en 1571. Su padre, de una fuerte tradición luterana, moriría al luchar como mercenario contra los protestantes que se estaban sublevando en Holanda. Hasta los 22 años, Kepler se prepararía para ser un ministro de la iglesia. Aunque recibió muchas propuestas de trabajo en el campo eclesiástico con buena remuneración, se mantendría firme como un Cristiano Luterano apreciando a Dios por el designio divino que le había sido asignado a él. La familia de Kepler nunca fue adinerada. De no ser por esto, quizás Kepler nunca habría volcado su atención sobre la astronomía. Aunque la teología era su pasión, Kepler tendría que abandonar su preparación para ser ministro y ganarse la vida como un profesor de matemáticas en un pequeño pueblo en Austria. Aparte de este trabajo, Kepler haría predicciones astrales que le permitirían mejorar su situación financiera. Después de poco tiempo, Kepler se daría cuenta de que el estudio de la astronomía le permitiría acercarse a la obra de Dios de manera directa. Es así como su primer trabajo astronómico y astrológico, el Mysterium Cosmographicum, publicado en 1596, tendría un fuerte componente místico que marcaría el resto de su carrera. En 1599, Kepler comenzaría su trabajo junto a Tycho Brahe, quien moriría dos años después. Las observaciones hechas por Brahe le darían a Kepler una base empírica astronómica sin igual en su
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momento. Aunque Kepler seguiría desarrollando las tablas planetarias iniciadas por Brahe, de forma paralela desarrollaría sus propias teorías astronómicas que buscarían reforzar la teoría heliocéntrica propuesta por Copérnico. Aunque hoy sólo se conocen tres de sus leyes planetarias, las dos primeras publicadas en 1609 y la tercera, nueve años después, Kepler desarrolló cerca de 100. Entre 1618 y 1621 escribiría su obra más reconocida en la actualidad, Epítome de la Astronomía Copernicana, en donde exponía un método astronómico diferente del usado por Copérnico, pero que sostenía, al igual que el modelo copernicano, que el Sol era el cuerpo celeste más importante y aquél que daba el alma y vida al universo. Kepler moriría en 1630. Kepler había hecho su debut en 1596 con la publicación del libro Misterio del Cosmos y aunque para un lector moderno debe parecer un trabajo profundamente místico, su contenido ayuda a entender la obra de Kepler. Convencido copernicano, el libro pretende demostrar la validez de la teoría heliocéntrica a partir del número de planetas. En el sistema copernicano habría solamente seis planetas en lugar de los siete que habría en el ptolemaico que consideraba a la Luna como otro planeta más. Para Kepler, sus cálculos indicaban que la existencia de 5 planetas, aparte de la Tierra, tenía una relación directa con los 5 sólidos regulares de la geometría. Si tomáramos la órbita terrestre como punto de partida y si circunscribiéramos o inscribiéramos los sólidos regulares platónicos en un determinado orden, tendríamos como resultado las órbitas de los cinco planetas, con un desfase observacional, según datos astronómicos de la época, de apenas un 5 por ciento. Este tipo de conclusiones nos permite ver que la pregunta central de un libro como el Misterio del Cosmos, no es el modelo de una pregunta moderna (científica) pero sí nos revela las más fundamentales suposiciones de uno de sus creadores. Gráfica 27. Kepler, Mysterium Cosmographicum (1660)
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Gráfica 28. Lorenzo Sirigati, La pratica di prospectiva, 1596.
En el sistema de Copérnico el Sol tenía la función óptica de iluminar a los planetas; nunca el Sol se presentó como la causa de su movimiento. Kepler da un gran paso al pensar en el Sol como un centro de fuerza. Dentro de la tradición hermética, no sólo la geometría y las matemáticas tenían un carácter divino sino también el Sol. Kepler, convencido de esto, consideraba que éste jugaba un papel central en el universo y lo veía como una fuente de luz y calor. En otras palabras, el Sol era el centro dinámico del universo. Imaginaba que el Sol irradiaba un gran poder y de esta manera era la fuente del movimiento planetario, idea que refleja una fuerte tradición aristotélica en donde todo movimiento tiene un motor que lo produce. A esta fuerza solar que tenía características magnéticas, Kepler la llamaría el “anima motrix”. Este concepto del Sol como un agente divino y fuerza central del movimiento del universo, tendría una influencia directa en las leyes de movimiento planetario que propondría a lo largo de su vida. Convencido de la uniformidad, homogeneidad y unidad de la naturaleza, Kepler buscaría explicar los fenómenos celestes con los mismos principios de la mecánica terrestre. Como vimos anteriormente, desde los griegos la astronomía había buscado entender el cosmos por medio de combinaciones de movimientos circulares uniformes. El círculo era la figura perfecta y por lo tanto la adecuada forma de explicar la perfección de los cielos. En 1609, Kepler escribe un libro titulado Astronomía Nova en donde se ocupa en gran parte del planeta
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Marte, y al igual que sus antepasados, quiso explicar su movimiento a partir de órbitas circulares. Sin embargo, se niega a introducir la figura de los epiciclos, y para explicar el aparente movimiento errante del planeta, Kepler supone que la velocidad del planeta cambia, es decir que no es uniforme. Aunque el modelo que desarrolla fracasa por un error de ocho minutos en el cálculo del movimiento de Marte sobre su órbita, al intentar un tratamiento similar con la Tierra, e influenciado directamente por su visión del Sol como un agente divino, concluye que la velocidad de los planetas es inversamente proporcional a su distancia del Sol. Esta “ley de las velocidades” fue sin lugar a duda una importante guía en las investigaciones de Kepler. Kepler sustentó por el resto de su vida la idea de que no era necesario introducir epiciclos para describir el movimiento planetario. Con esta idea en mente, y usando la ley de las velocidades y el hecho de ver el Sol como un agente de movimiento, Kepler abandona la idea de explicar el movimiento en términos circulares y plantea lo que hoy conocemos como la primera ley del movimiento planetario. Ésta nos dice que los planetas se mueven en órbitas elípticas con el Sol en uno de sus focos. El argumento de Kepler decía que es preciso usar una elipse, ya que sólo así la distancia del Sol al planeta varía uniformemente, cosa que no ocurre si usamos el epiciclo. Así mismo desarrollaría su segunda ley del movimiento planetario en donde plantea que la línea que une al Sol con el planeta barre áreas iguales en tiempos iguales. Esta idea surgiría de ver que la velocidad del planeta es inversamente proporcional a su distancia del Sol. Nueve años más tarde descubriría lo que hoy conocemos como su tercera ley, en donde plantea que el cuadrado del periodo que demora cada planeta en girar alrededor del Sol es proporcional al cubo de su distancia media con éste. (Leyes de Kepler) Este rompimiento del círculo como figura perfecta para explicar el modelo cosmológico iría en contra de todo ideal estético de la época. Romper con el círculo era romper con una tradición de cerca de tres mil años y por ende, algo nada fácil de asimilar. En cualquier caso, Kepler logra simplificar bastante el modelo existente pasando de 34 círculos a 7 elipses. Sin embargo, si bien es cierto que perfeccionó el sistema copernicano, también lo eliminó. Por último, es importante mencionar que las tres leyes que hoy conocemos de Kepler hacían parte de una extensa obra sobre el movimiento planetario. Pero, el deseo de ver a Kepler como padre de la ciencia moderna hizo que muchos historiadores y científicos entre los siglos XVIII y XX ignoraran el resto de sus planteamientos, calificándolos de místicos y herméticos y que no parecen coincidir con nuestra noción de ciencia moderna.
Kepler, arquitecto del cosmos La búsqueda por la armonía del universo será el interés de muchos otros astrónomos y claramente la obsesión de la vida de Johannes Kepler. Dios sólo pudo haber creado un mundo perfecto, y por
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"perfecto" queremos decir lógicamente inteligible. Un universo sin proporciones bien definidas sería la labor de un principiante; un mundo sin armonía sería sencillamente impensable. De manera que una pintura genuina del cosmos debe ser igualmente armoniosa. Después de un largo período "jugando con números" y buscando las proporciones correctas del universo, Kepler creía haber descubierto, el 9 de julio de 1596, mientras dibujaba una figura para sus estudiantes, un modelo para el sistema solar tan perfecto que tenía que ser real. Encontró que los cinco sólidos regulares inscritos dentro de esferas bien podrían describir las órbitas y las distancias relativas de los seis planetas conocidos (Sólidos, Kepler). "La Tierra es el círculo que es la medida de todo. Construimos un dodecaedro alrededor de ésta y el círculo que lo rodea será Marte. Sobre Marte construimos un tetraedro y el círculo alrededor de éste será Júpiter. Sobre Júpiter construimos un cubo y el círculo que lo rodea será Saturno. Ahora construimos un icosaedro dentro de la Tierra y el círculo inscrito dentro de ésta será Venus. Dentro de Venus inscribimos un octaedro y el círculo dentro de éste será Mercurio. He aquí la explicación del número de planetas". Lleno de gozo, Kepler estaba fascinado con la perfección de su modelo. Faltaría ver si el modelo correspondía con las observaciones, lo cual parecía de menor importancia. Una concepción platónica y pitagórica del mundo es evidente en la ciencia de Kepler, donde las matemáticas y la geometría son "la verdad unificadora entre la mente de Dios y la mente del hombre. La geometría existe antes de la creación, es co-eterna con la mente de Dios." "Las figuras que no pueden ser construidas con el compás y la regla, están por fuera del entendimiento, son inexpresables y no existen" Misterium Cosmographicum no es el único trabajo en el cual Kepler se ocupa de descifrar la armonía divina del universo. La teoría de los cinco sólidos regulares difícilmente se acomodaba a las observaciones de los astrónomos, pero Kepler no se rendiría en su búsqueda de un orden geométrico y divino para el cosmos. Kepler propondría otra idea fascinante: "Si llenamos los cielos de aire, éstos producirán una música verdadera y real" La armonía de una música celestial no era una idea nueva. Sin embargo, la armonía celestial de Kepler es original por su carácter polifónico y por estar determinada por la geometría (polígonos regulares inscritos en círculos y todo el sistema centrado en el Sol) (Como comparación, ver el monocorde de Robert Fludd). La música griega y de la temprana Edad Media era monofónica y por lo tanto pensada en términos de escalas simples. La armonía musical, una vez más, representa para Kepler la armonía y perfección de las ideas del creador. Kepler consideraba sus teorías como reales y suponía que sus descubrimientos podrían ser corroborados por medio de observaciones astronómicas. Los antiguos, para él, no tuvieron éxito en encontrar las armonías reales del universo por carecer de las herramientas geométricas adecuadas y
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no poder ver más allá de proporciones numéricas. La geometría por el contrario es el lenguaje que revela la verdadera estructura del universo, el pensamiento de Dios. Los cielos son un concierto geométrico, y la necesidad de un orden estético en la representación de la naturaleza en el Renacimiento es, una vez más, evidente. Tanto para artistas como para astrónomos, una observación detallada de la naturaleza es una condición necesaria para una representación real de la naturaleza. Sin embargo, en el caso de la revolución astronómica, ésta es una labor que no puede ser atribuida a Copérnico ni a Kepler. El crédito por el trabajo observacional debe ser atribuido a Tycho Brahe y el encuentro de Kepler y Brahe fue un hecho afortunado en la historia de la astronomía. Este encuentro de talentos lo describe el mismo Kepler con las siguientes palabras: "Tycho tiene las mejores observaciones, y por decirlo así, el material para la construcción de un nuevo edificio... Él solamente carece del arquitecto que pueda usar todo ese material de acuerdo con su propio diseño" De manera que Kepler sería el artista imaginativo que daría forma a los datos de Tycho Brahe. Para Kepler, como para cualquier humanista sería difícil romper con la idea de movimiento circular. En este punto vale la pena señalar que las primeras elipses en arquitectura también aparecerían en el barroco; la plaza de San Pedro diseñada en 1667 por Lorenzo Bernini es un destacado ejemplo. Gráfica 29. Plaza de San Pedro, Roma.
La Armonía del Mundo, así como El Misterio del Cosmos parecen dominados por la misma obsesión de encontrar el secreto del orden del universo, una tarea en la cual la geometría, la música, la religión, la astronomía y el arte se deben unir para comprender y representar el pensamiento de Dios.
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Como hemos visto, Kepler no fue el único en creer posible descifrar un orden geométrico y divino en la naturaleza. Se trata de una obsesión colectiva estrechamente relacionada con la tradición neoplatónica que parecía impregnar la obra de astrónomos, arquitectos y artistas en general. Los miembros de la Academia florentina, donde surgiría una influyente admiración por la filosofía platónica, y donde Galileo enseñó matemática, concibieron el mundo como una obra de arte perfecta. El Divino Arquitecto del Timeo construye el mundo siguiendo un plan matemático. La tarea del filósofo natural es descubrir ese plan divino en la naturaleza.
4.10. RENÉ DESCARTES (1595-1650) René Descartes nació en La Haye en Touraine, Francia, en 1596. Miembro de una familia de nobleza menor, con acceso a una educación privilegiada en el colegio jesuita en La Fleche, en donde se familiarizaría con los últimos problemas científicos. Tiempo después entraría a estudiar leyes en la universidad de Poitiers. Una vez graduado, Descartes se unió como voluntario al ejército del príncipe Maurits de Nassau y, en 1618, estando en el pequeño pueblo de Breda, tuvo la suerte de conocer a Isaac Beeckman, rector de un colegio en la isla de Walcheren. Beeckman tenía un fuerte interés por las ciencias naturales e introdujo a Descartes a problemas recientes de la mecánica y la geometría algebraica. En los diez años siguientes Descartes viajaría mucho por toda Europa. Debido al ambiente intelectual poco favorable de Francia, se radicó en Holanda entre 1628-1649. Allí desarrolló la carrera filosófica y matemática por la cual se le conoce hoy en día. En 1650, persuadido por la Reina Cristina de Suecia, se desplazó a Estocolmo en donde murió ese mismo año. La meta de Descartes era dominar el árbol del conocimiento de la naturaleza (ver más abajo). En 1637 publicó su más famoso libro, el Discurso del método, una de las primeras obras filosóficas no escritas en latín, en la cual Descartes hace un breve análisis del llamado método deductivo y presenta un esquema de su visión del mundo. En 1641, con la publicación de otra obra, Meditaciones metafísicas, Descartes continuó presentando al método deductivo como el adecuado para aproximarse al estudio de la naturaleza. Sin embargo, así como estas dos obras determinan las raíces de su árbol del conocimiento, el tronco sería analizado en cuatro obras tituladas El mundo, Dióptrica, Geometría, y Meteoros. En ellas Descartes abarcó temas variados como mecánica, cosmología y filosofía natural. Finalmente, en 1644 se publicaría su última obra, Principios de la filosofía, en la cual se compilan sus ideas tanto en el ámbito físico como metafísico. Las bases de la filosofía cartesiana En octubre de 1638, en una carta enviada a Marin Merssenne, Descartes afirmaban que Galileo había construido una ciencia sin fundamentos. Aunque compartía
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con él la importancia que les asignaba a las matemáticas, Descartes consideraba que la obra de Galileo y la ciencia en su totalidad carecían de un método que garantizara su fundamentación. Pero, ¿por qué piensa Descartes que Galileo no ha fundamentado de manera correcta su ciencia y cómo cree que se puede construir un método que genere un conocimiento genuinamente fundamentado? A lo largo de este capítulo trataremos de resolver estas preguntas. El rigor y la exactitud de las matemáticas parecen haber fascinado a Descartes desde muy joven y esto marcaría el carácter de toda su filosofía. El método que nos propone para la ciencia y la filosofía es un método de carácter deductivo en el cual el conocimiento sobre el mundo deber ser deducido de principios evidentes e irrefutables. Sobre este tema afirma lo siguiente: “El conocimiento es como un árbol del cual la raíz es la metafísica, la física el tronco y las demás ciencias son las ramas que crecen del tronco”. Descartes es conocido hoy en día por trabajos como el Discurso del método, Meditaciones Metafísicas y Los principios de la filosofía, todos ellos libros que hoy clasificamos dentro de la filosofía más que en cualquier otra disciplina. Sin embargo, sus intenciones distaban mucho de establecer tal separación entre diferentes áreas del saber. Por el contrario, su filosofía pretende mostrar la inseparabilidad de las ciencias y lo que él se propone es unificarlas bajo un único método o, en otras palabras, darle a todo el conocimiento un fundamento metafísico del cual no pudiéramos dudar. Probablemente la mejor introducción a su filosofía es El discurso del método. En este libro, y casi de manera autobiográfica, Descartes cuenta cómo, habiendo invertido mucho tiempo leyendo las ideas de los antiguos y las de otros, se encontró rodeado de tantas dudas y errores que se ve obligado a tomar la determinación de desarrollar su propia investigación. Al respecto afirma: “Yo he decidido abandonar por completo el estudio de las letras y no buscaré ninguna otra ciencia distinta del conocimiento de mismo o del gran libro del mundo.” Desde luego, para él no todas las ciencias son fuentes de error y duda en igual medida y, como ya habíamos dicho, encontraba especialmente fascinante el rigor y la certeza de las matemáticas. Siguiendo el tipo de razonamiento que se utiliza para resolver un problema de geometría, Descartes se impone a sí mismo cuatro reglas que le deben guiar y que nuca podrá quebrar: 1. “Nunca aceptar nada como verdadero, nada de lo cual no tengo total claridad; es decir cuidadosamente evitar toda precipitación o prejuicio, y no incluir en mis juicios nada que no tenga en mi mente con absoluta claridad y distinción para así excluir posibilidad de duda”. 2. “Dividir cualquier dificultad en tantas partes como sea posible y tantas como sean adecuadas para su solución.” 3. “Dirigir mis pensamientos en un orden tal que siempre comience por examinar los objetos más simples y fáciles de conocer. Así podré ascender poco a poco, paso a paso, hacia el conocimiento de algo complejo.” 4. “En cualquier caso debo hacer enumeraciones tan complejas y revisiones generales, de manera que pueda estar seguro de que nada fue omitido.”
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Pero es en la parte IV del Discurso en donde encontramos el corazón de la filosofía cartesiana. Siguiendo las cuatro reglas mencionadas, con las cuales la duda se ha convertido en la esencia de su método, estaríamos obligados a rechazar como falsa cualquier idea u opinión sobre la cual uno pueda suponer que exista la más mínima posibilidad de duda. Esto quiere decir que no podemos tener certeza de lo que conocemos por medio de los sentidos, que muchas veces nos engañan; tampoco de nuestros pensamientos los cuales, aun en el problema más simple de la geometría, están sujetos al error. En sus Meditaciones, el escepticismo es llevado al extremo de suponer un Demonio Maligno, el cual, al ser todo poderoso, nos puede estar engañando todo el tiempo. Así mismo escribe: “Yo voy a suponer que el aire, el cielo, la tierra, los colores, las figuras, sonidos y todas las cosas exteriores no son más que ilusiones de sueños...” En otras palabras, no hay nada, absolutamente nada, de lo cual podamos tener certeza. Sin embargo, Descartes parece haber encontrado algo que se encuentra por fuera de toda posibilidad de duda: “Cuando hasta ahora he querido pensar que todo es falso, es absolutamente necesario que yo estuviera pensando y por lo tanto el pensamiento tiene que ser algo que llegue a concluir esta verdad, yo pienso luego existo (ego cogito ergo ego sum) , lo cual es tan cierto que no hay posibilidad de duda, ni evidencia, por más extravagante que se quiera pudiera utilizar el más escéptico de los hombres”. Aquí tenemos el primer principio de la filosofía que buscaba. Antes de seguir con su filosofía, debemos ver con más cuidado esta única verdad, “Yo pienso luego existo”. Como señala Descartes en la segunda meditación, “Yo soy de manera más precisa, únicamente una substancia pensante, es decir, mente”. De manera que, a diferencia del cuerpo y del mundo material (cuya substancia es res extensa), lo único de lo cual se puede asegurar su existencia es algo que piensa (substancia pensante, res cogitans) que no puede depender de nada corpóreo. Aquí Descartes introduce una diferenciación radical entre la mente y el cuerpo que será central para su filosofía y que veremos más tarde en relación con las bases de la filosofía mecánica. Tenemos, entonces, por lo menos una proposición de la cual no podemos dudar: para pensar es necesario que lo que piensa exista. Pero, ¿cómo podemos dar un paso más, como salir de esa única verdad? ¿Cómo podemos tener conocimiento sobre el mundo exterior a partir de esa única verdad? Veamos la respuesta del filósofo francés. Hasta ahora Descartes sabe que existe y además sabe que él no es perfecto pues puede ver que es mejor saber qué dudar, y que esa idea de una naturaleza más perfecta que él mismo no puede provenir de su imperfección, sino que tiene que tener un origen en algo distinto a él y que es perfecto, esto es, en Dios. Aún más, Descartes puede concluir que un
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ser que contiene todas las perfecciones necesariamente tiene que existir ya que para ser perfecto no existir es sencillamente imposible. “Si examinamos la idea de un ser perfecto, encontramos que su existencia es parte de esa idea de la misma manera que en la idea del triángulo rectángulo está la igualdad de sus t res lados y un ángulo recto, o en la idea de que en una esfera está implícita la equidistancia de la superficie del cent ro... la demostración de la existencia de Dios es tan cierta como cualquier demostración en geometría”. Descartes se tiene a sí mismo y tiene a Dios, las únicas dos cosas que necesita para construir su sistema de conocimiento. Esa creencia en un Dios perfecto, supremamente bueno, nos obliga a pensar que no crearía un mundo ininteligible, como tampoco nos engañaría. Dios es el puente que Descartes construye para pasar del escepticismo a la posibilidad de conocer el mundo exterior. En sus Principios de la filosofía Descartes escribió: “... la voluntad de engañar solamente proviene de la malicia, el miedo, o de la debilidad y por lo tanto no puede atribuirse a Dios”, y más adelante concluye “... por lo tanto, todo lo que percibimos con claridad es verdad, con lo cual quedamos libres de la duda que inició nuestra reflexión.” Nuestra certeza es consecuencia de la bondad de Dios y Él, al ser la fuente de la verdad, nos da la facultad de distinguir la verdad del error. Este problema que inicialmente podría verse como epistemológico –es decir, un problema del conocimiento–no puede ser separado de la tradición cristiana. De manera que, en aspectos fundamentales de la filosofía de uno de los pensadores más importantes de la modernidad, encontramos un componente teológico explícito. Es importante reconocer que Descartes estaba siempre ansioso de no ser interpretado como ateo y de no tener problemas con la Iglesia. De hecho, suspendió la publicación de El mundo después de oír que Galileo había sido condenado por la Inquisición en Roma por haber divulgado la idea de que la tierra está en movimiento. Tal vez esto nos permita entender mejor la decisión de Descartes de presentar sus ideas sobre el universo como meras hipótesis útiles para explicar algunos fenómenos y así evadir la responsabilidad de contradecir cualquier creencia religiosa. Sin embargo, ir al extremo de pensar que el Dios de la filosofía cartesiana es simplemente una creación para mantenerse en buenos términos con la Iglesia sería una interpretación pobre de toda su filosofía que, como vimos, sin una figura divina y creadora no podría garantizar la posibilidad de conocer con certeza
El método deductivo “La deducción parece ser el único camino seguro para evadir los poco confiables efectos de la experiencia de los sentidos”.
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Veamos cómo llega Descartes a esta conclusión. En el capítulo VII de El mundo podemos leer: “Describiré aquí dos o tres reglas principales de acuerdo con las cuales Dios causa las acciones de la naturaleza y las cuales serán suficientes para conocer todas las otras.” La primera ley, que ya habíamos mencionado, dice que cada partícula de la materia permanece en el mismo estado a menos que otra fuerza cambie su estado. La segunda ley dice que cuando un cuerpo empuja a otro, el primero no puede generar ningún tipo de movimiento a menos que pierda la misma cantidad de movimiento. La última ley nos dice que un cuerpo siempre tiende a continuar su movimiento en línea recta. Una vez enunciadas las leyes, Descartes señala que éstas se derivan de una única ley, según la cual Dios es inmutable y siempre actúa de la misma manera y produce el mismo efecto. Es decir, las leyes de la naturaleza no son el producto de observaciones empíricas sino de un primer principio metafísico teológico. Al respecto escribe lo siguiente: “De manera que aquellos que examinen detenidamente las consecuencias de estas verdades y siga nuestras reglas podrán conocer las causas de los efectos y estará en capacidad de llegar a demostraciones a-priori de cualquier fenómeno del mundo”. Sin embargo, es casi imposible sostener que toda la ciencia cartesiana es consecuente con ese ideal de un conocimiento puramente deductivo. Aunque la descripción del universo en su libro El mundo es presentada como un modelo hipotético, no es difícil concluir que sus teorías sobre la materia, la luz, el calor, entre otras, no son producto de la simple deducción de estos principios a- priori. Aún más, si examinamos el papel de los experimentos en la ciencia de Descartes, parece haber ambigüedades. A pesar de su insistencia en una ciencia puramente deductiva, muchas veces admite la importancia de los experimentos para el progreso del conocimiento. Por ejemplo, en la parte VI del Discurso, leemos: “Pero es necesario confesar que el poder de la naturaleza es tan amplio y vasto, y estos principios tan simples y generales, que a veces no podemos excluir ciertos experimentos que sirvan de guía.” Aunque pareciera que en ocasiones Descartes aceptara que solamente a partir de principios metafísicos no sería posible deducir toda la física, su obsesión por el rigor deductivo haría que su ciencia dependiera de dichos principios, motivo por el cual se criticaría su aporte al conocimiento científico.
La filosofía mecánica El famoso dualismo cartesiano (res cogitans, res extensa) sostiene que toda la materia es extensión y que lo que llamamos espíritu es una substancia caracterizada por el acto del pensamiento que existe independientemente de la materia. De tal manera, todo el mundo material es una substancia inerte,
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no pensante, que puede ser entendida únicamente en términos de Forma, Tamaño y Movimiento, en donde no hay lugar para interpretación divina. Aún más, Descartes caracteriza la naturaleza del movimiento en su primera ley de la naturaleza de la siguiente manera: “La materia siempre se mantendría en el mismo estado a menos que entre en contacto con otras fuerzas que le obliguen a cambiar de estado” Esta idea implica que no se requiere nada para mantener la materia en movimiento, concepto alejado completamente de la tradición aristotélica. Una vez Dios ha dado a la materia su movimiento original, Él no tiene que intervenir en el curso de la naturaleza y ésta, por lo tanto, es autónoma. A pesar de su insistencia en darle un fundamento teológico a su filosofía, ideas como la anterior sobre el movimiento y, en general, sus visiones mecánicas del mundo no fueron siempre bien vistas por la Iglesia y más de una vez fue acusado de impiedad. En todo caso, lo que nos interesa entender es su obsesión por darle un fundamento absoluto y metafísico a la filosofía natural. Para Descartes, la naturaleza es una maquina autónoma separada de cualquier intervención o fuerza exterior a ella. No es una coincidencia que los grandes pensadores en la construcción de una filosofía mecánica, como Descartes y Galileo, son también los gestores de la idea de que el movimiento es un estado natural que no necesita causas. Descartes decía que tenemos la tendencia a maravillarnos de las cosas que están por encima de nuestro entendimiento y buscamos explicaciones de carácter espiritual o religioso. Sin embargo, al respecto, afirma que no importa que tan extraño sea algún evento todo puede ser explicado en términos mecánicos. Siguiendo una tradición de atomismo –una teoría griega que decía que toda la materia estaba compuesta de átomos–, Descartes sostiene que todos los fenómenos naturales son producidos por partículas de materia en movimiento. Para Descartes no puede existir un espacio sin materia y así pretende negar cualquier tipo de explicación que no concibiera al mundo como algo netamente material. Por ejemplo, el magnetismo, al cual usualmente se le atribuían características espirituales y mágicas, lo explicaba afirmando que la atracción es causada por el movimiento de partículas en forma de tornillo que al girar absorben el aire y atraen otras partículas. Así mismo, esta visión mecánica del mundo llevó a que Descartes no contemplara, a diferencia de la tradición aristotélica, la existencia de una división entre la materia terrestre y la materia celeste. No podemos subestimar la importancia de Descartes para la ciencia del siglo XVII. Aunque su contribución más importante tal vez no fue en la solución de problemas concretos, la investigación de un método para las ciencias y su visión mecánica del mundo serían aspectos más influyentes que ningún logro científico de su tiempo. Esto no quiere decir que no hubiera sido un científico de éxito, y
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sus contribuciones en muchas áreas del saber fueron del más alto nivel. Para citar algunos ejemplos, en la óptica desarrolló diversos lentes de telescopios y estudió el fenómeno del arco iris y la refracción. En matemáticas logró establecer una muy novedosa conexión entre el álgebra y la geometría, herramienta que se volvería de una gran importancia y que, entre otras, sería vital para el desarrollo del cálculo diferencial desarrollado por Newton y Leibniz. Así mismo, realizó algunos estudios en filosofía natural en las áreas de medicina y ciencias de la vida.
4.11. FRANCIS BACON (1561-1626) La influencia de Francis Bacon en la historia de la ciencia es enorme y su obra se convertirá en un marco de referencia obligado de la política científica de la Inglaterra moderna. Aunque se le considera el “padre del empirismo”, no es una figura halagada por la filosofía de la ciencia contemporánea. Sin embargo, su obra, y su insistencia en el papel de la observación como fundamento de la nueva ciencia y el sentido pragmático y político de su visión del papel del conocimiento en la sociedad, están muy presentes en los discursos sobre los que se legitima la ciencia en la Europa moderna. Francis Bacon nació el 22 de enero de 1561 en Londres y fue educado en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Aunque Bacon tenía una inclinación fuerte por la filosofía, su vida profesional la dedicó a la política. Su búsqueda de poder lo llevó a buscar el apoyo de nobles y aristócratas, y muchas veces se vio enredado en problemas de fraude, engaño y traición. En 1584, a los 23 años, Bacon fue elegido al House of Commons donde permaneció hasta 1614. Desde el inicio Bacon trataría de ganar la confianza de la Reina Isabel I, pero sus consejos y sugerencias nunca fueron implementados. En 1603 su relación con la corte cambió con la llegada de Jaime I. Bacon propuso la unión entre Inglaterra y Escocia, e hizo estudios sobre la forma en que la corona debía lidiar con los problemas de los católicos. En julio 23 de 1603 le fue otorgado el título de caballero en agradecimiento a sus esfuerzos. En los años siguientes, Bacon tuvo una vertiginosa carrera política con acceso a cargos y títulos como el de fiscal general, Lord Chancellor y Baron Verulam. Sin embargo, en 1621 su vida política se vino abajo cuando el parlamento lo acusó de aceptar sobornos. Bacon se declaró culpable y fue encarcelado. Pocos meses después salió libre y, aunque el rey le dio el perdón, se le prohibió acercarse al parlamento o a la corte del rey por el resto de su vida. Bacon regresó a la residencia de su familia en Gorhambury. Pasó el resto de sus años haciendo peticiones al rey y a su sucesor Carlos I. Murió el 9 de abril de 1626.
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Aunque la vida de Bacon estuvo marcada por la actividad política, su obra como filósofo, tuvo un eco muy importante años después de su muerte, e incluso la Real Sociedad de Londres lo convirtió en su filósofo de cabecera. La influencia de Bacon en temas como la experimentación, y la importancia que le dio a los saberes operativos y útiles, cambiaron sustancialmente la forma de aproximarse al conocimiento científico. En este sentido, debemos resaltar dos obras de Bacon. La primera de ellas, El avance del aprendizaje, publicada en 1605, hacía un recuento del estado del conocimiento en su época. La segunda, el Novum Organum, planteaba la importancia de realizar observaciones precisas y experimentales en la ciencia, argumentando que el razonamiento inductivo y el pensamiento empírico eran aspectos necesarios para el desarrollo de la ciencia. Examinemos brevemente su filosofía. Bacon compara la mente humana con un espejo defectuoso que refleja imágenes deformadas de los objetos. Es decir, la mente produce una imagen inexacta de las cosas al tratar de acomodar la naturaleza a las formas humanas. Para él, esa es la razón por la cual el conocimiento no prospera. La causa principal de esas deformaciones es lo que Bacon llama “Ídolos”, que son algo así como debilidades del intelecto que constantemente conducen al hombre a errores. Para Bacon es preciso entender este concepto ya que una vez seamos conscientes de la existencia de estos Ídolos podremos contrarrestar sus efectos y deshacernos de los mayores obstáculos del conocimiento. Bacon divide los Ídolos en cuatro grupos. En primer lugar, están los llamados Ídolos de la Tribu que no son otra cosa que las debilidades y limitaciones que tienen los seres humanos por naturaleza. Sencillamente la mente humana está atrapada en un cuerpo que no le permite entender el mundo. En segundo lugar, encontramos los Ídolos de la Caverna que son las idiosincrasias de cada individuo. En tercer lugar, están los Ídolos del Mercado, los cuales están estrechamente relacionados con el lenguaje y con cómo las palabras usadas en una comunidad particular o cultura limitan nuestro entendimiento del mundo. Bacon señala que estos Ídolos son los más problemáticos. Al respecto afirma: “Los hombres creen que la razón gobierna las palabras, pero no se dan cuenta de cómo las palabras actúan sobre nuestro entendimiento”; y esto ha hecho de la filosofía sofismas inútiles. Finalmente tenemos los Ídolos del Teatro que son los prejuicios que adquirimos al adoptar un sistema filosófico en particular. Estos serán el objetivo central de la filosofía de Bacon y el hecho de que no sean innatos permite que los podamos corregir o evitar más fácilmente. Los principales enemigos de Bacon en el ámbito filosófico son Aristóteles y algunas corrientes del platonismo. En este sentido escribe lo siguiente: “Hasta ahora no hay una filosofía natural pura, todo el conocimiento está manchado y corrupto: en Aristóteles por la lógica, en Platón por la teología natural y luego en las nuevas escuelas del platonismo por su enfoque a las matemáticas (las cuales le deben
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dar precisión a la filosofía natural, no ser su fundamento). De una filosofía natural pura nos espera un mundo mejor.” Sin embargo, para Bacon el pensamiento aristotélico en general era la mayor causa de corrupción de las ciencias naturales. Además de que su lógica es innecesariamente complicada y artificial, su física no tiene un fundamento empírico y es demasiado abstracta. Su libro titulado En el Novum Organon, escrito en 1620, busca establecer las verdaderas reglas para interpretar la naturaleza y se hace un intento explícito por reemplazar la lógica de Aristóteles. Sin embargo, la filosofía de Bacon es mucho más que una enumeración de los obstáculos y dificultades del conocimiento. Por el contrario, es la afirmación de que el conocimiento es posible y necesario para el desarrollo de la humanidad. En un fragmento del Novum Organon se lee: “La doctrina de aquellos que niegan la posibilidad de conocer con certeza, parecen identificarse con mi filosofía en una primera aproximación; pero la verdad es que ellos están infinitamente separados y en oposición a mis creencias...” Aunque está de acuerdo en que no había mucho que aprender de la ciencia de su momento, creyó necesario superar sus vicios, e insistió en que el escepticismo es dañino para el progreso de la ciencia y que es indispensable recobrar la confianza en las capacidades de los seres humanos. “Sin lugar a duda el mayor obstáculo para el progreso de la ciencia es que los hombres se desalientan y piensan que todo es imposible.” Desde esta perspectiva es fácil entender cómo parte importante de su plan es preparar las mentes de los hombres para que recuperen la confianza en sus capacidades de conocer y controlar la naturaleza. Retomemos ahora el concepto de los Ídolos. Para Bacon, los estos no serán erradicados de manera absoluta pero sus efectos pueden ser disminuidos. La forma de atacarlos consiste en una especie de método inductivo. Es un nuevo tipo de inducción en donde la observación sistemática de hechos particulares evita conclusiones generales, apresuradas y sin fundamento empírico, que nos permite liberarnos de prejuicios para conocer el mundo tal y como es. Para Bacon los filósofos tienden a anticipar sus conclusiones apresuradamente y al respecto sostiene: “Al entendimiento no debe dársele alas sino anclas y pesos para evitar que vuele demasiado alto.” Es así como desarrolla un modelo inductivo basado en la experiencia, mediante el cual cualquier persona estaría en capacidad de hacer ciencia, actividad que deja entonces de ser exclusividad de genios y mentes creativas. Sin embargo, más que examinar su método nos interesa entender la fuerza de su filosofía y su importancia histórica. Su filosofía parece diferenciarse de las demás en un punto crucial: el conocimiento no puede ser una contemplación pasiva de la verdad, sino que debe ser siempre útil y nos debe permitir explotar la naturaleza. La relación entre poder y conocimiento se hace evidente. Es así como llega a hacer la siguiente afirmación: “El fin de esta ciencia que yo propongo no es la creación de argumentos sino de artes, no de teorías sino de formas de actuar.
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La intención no es superar con argumentos a mis oponentes sino dominar y controlar la naturaleza.” Y más adelante, “Lo que nos interesa no es el placer de la especulación sino los intereses y la fortuna de la raza humana, y el poder de la operación. El hombre es esclavo e intérprete de la naturaleza, sus deseos y necesidades dependen de su conocimiento de la naturaleza.” Para Bacon el hombre necesita irremediablemente de la naturaleza. Pero es sólo la ignorancia la que nos hace débiles. Debemos aprender a conocer el funcionamiento de la naturaleza para que nos revele sus secretos. La libertad del hombre sólo es posible por medio del conocimiento del orden del mundo natural. Los planteamientos de Bacon reflejan una parte importante del pensamiento renacentista de finales del siglo XVI y principios del XVII. Su filosofía, totalmente empírica e inductiva, nos permite ver una emancipación humana que busca un re-nacer de la confianza en que el hombre puede conocer y dominar el mundo que lo rodea.
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CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN DURANTE LA ILUSTRACIÓN5
5.1. EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN O SIGLO DE LAS LUCES - XVIII
Movimiento intelectual surgido en Francia en el siglo XVIII entre la elite noble y burguesa, y que posteriormente se extendió por Europa y América. Desde el punto de vista intelectual, el siglo XVIII fue llamado en Francia “El siglo de las Luces” y en otros países “El siglo de la Ilustración”. La causa de ser llamado este periodo como el siglo de las luces, reside en el hecho de que la lente a través de la cual se observaron la religión, las ciencias, la economía, la naturaleza, la sociedad, la política, las técnicas, el arte y por supuesto el hombre, fue la “razón”. Este movimiento se caracterizó por la confianza del poder de la razón para encontrar la solución a diversos problemas de la esfera humana. Tuvo particular incidencia en Francia, en donde condujo a la Revolución de 1789. En el terreno de las ciencias, la razón y, en especial la razón matemática, sería el instrumento elegido para desvelar las leyes de la naturaleza y controlarla en beneficio de la humanidad.
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Tomado de: Cátedra de Historia de la ciencia. Mauricio Nieto
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Este movimiento se basó en la convicción de que la razón y la experiencia humana eran los vehículos apropiados para lograr la certeza científica y transformar la realidad. Según sus teóricos, la educación ilustrada, es decir, la fundamentada en la razón, era la clave para lograr el progreso y la felicidad, que a su vez serían las bases del bienestar material. En Francia tuvo un desarrollo sobresaliente representado por ilustrados como el barón Montesquieu, Diderot, Voltaire y Rousseau; fue también un movimiento cosmopolita con numerosos representantes en otros piases, como Kant en Alemania, Hume en Escocia y B. Franklin y T. Jefferson en las colonias británicas. Sus precursores fueron Descartes, Spinoza, Hobbes y Locke. La Revolución Científica había hecho perder a la humanidad del lugar central que antes ocupaba. La Tierra ahora era un planeta entre otros y el Sol era una estrella más, en un universo sin límites. Esto tuvo diversas consecuencias: La estirpe humana no era más que una mota de polvo dentro de la Creación, Dios se tornó más remoto, la esperanza de alcanzar la felicidad en el otro mundo perdió por completo fuerza, se convirtió en un asunto terrenal, el progreso científico y social irían de la mano y el individuo y la sociedad se convirtieron en objetos de estudio científicos. Aparece también en esta época la noción de “progreso”. Desde la antigüedad se había sostenido una idea de decadencia de las sociedades humanas, cada una de ellas sería peor a la anterior. Esta idea se alienta en el Renacimiento y su exaltación de la Antigüedad griega y romana. Francis Bacon es uno de los primeros pensadores contrarios a esta idea, realizando las siguientes observaciones:
Los modernos habían inventado la imprenta, la brújula y la pólvora (artefactos no conocidos en la antigüedad) El conocimiento científico tendría como fin y propósito conocer las leyes de la naturaleza, de tal manera que los hombres pudieran dominarla.
Era preciso elevar al ser humano desterrando la superstición, promoviendo su educación, reformando la sociedad y el gobierno. Los seres humanos se proporcionan leyes para el gobierno en la esfera política y social, las cuales no tienen un carácter arbitrario, sino que dependen de cuestiones físicas y sociales. Las leyes consisten en el conjunto de relaciones que se establece en un país entre su aspecto físico, el número y forma de vida de sus habitantes, su religión, su comercio, etc. Montesquieu estimulo la búsqueda del orden causal subyacente en la aparente diversidad de la historia de la humanidad. La economía también se convirtió en un sistema sometido a leyes, al respecto los “fisiócratas” pusieron el énfasis en la producción agrícola como clave del desarrollo de la humanidad. Adam Smith (17231790), siguiendo los pasos de los fisiócratas estableció las bases del futuro liberalismo del siglo XIX.
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Puso el valor de los artículos en el trabajo necesario para producirlo. Este precio solía ser el del mercado, salvo cuando se producían ciertos desajustes, como el desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Las matemáticas se introdujeron en el estudio demográfico y de los seguros, gracias a la estadística. Se creó la “aritmética política” (W. Petty), cuyo objetivo era la descripción numérica de diversos aspectos de la sociedad, su análisis constituiría la base científica para facilitar las decisiones políticas. Siguiendo la inspiración de Bacon, los ilustrados franceses Diderot y D’Alembert escribieron la Encyclopédie, en donde se pretende sistematizar los conocimientos humanos. Dividieron el entendimiento en tres facultades: la memoria, la razón y la imaginación. En relación con el objeto del conocimiento, se presenta una estructura jerárquica en tres grandes apartados: las cosas relativas a Dios, al hombre y a la Naturaleza. La clasificación de las ciencias quedaría:
La historia, asunto de la memoria: o Sagrada o Civil o Natural La filosofía, asunto de la razón: o Las ciencias de Dios o Las ciencias del hombre o Las ciencias de la naturaleza El arte, asunto de la imaginación o La poesía o La pintura o La música o La arquitectura
Los ilustrados afirmaron la existencia de leyes naturales que regían y daban equilibrio al mundo y que serían descubiertas gracias a la acción de la razón; su paradigma en ese sentido fue la ley de la gravitación universal, expuesta por el físico y matemático británico Isaac Newton (1642 – 1727). El sistema parlamentario ingles fue el sistema de gobierno ideal para los ilustrados, pues en el tanto nobles como burgueses compartían igualitariamente el poder. En lo económico, defendieron y postularon la libertad comercial, la libertad para contratar mano de obra, la libertad de compra y venta, y privilegiaron la producción agrícola, de la que, en su opinión, dependía la riqueza de las naciones.
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Las ideas de la ilustración abrieron el camino a la independencia de las naciones de Hispanoamérica, a donde llegaron con los intelectuales americanos con capacidad económica para realizar viajes a Europa, absorber la cultura y el pensamiento de la época y estudiar en colegios y universidades que les permitieron conocer las obras de sus autores. Al finalizar el siglo de las luces, surgieron algunos cambios en el pensamiento ilustrado, bajo la influencia de Rousseau y como consecuencia de la guerra de independencia estadounidense. El siglo de las luces, que concluyo en 1789 con la revolución francesa, sirvió como modelo para el liberalismo político y económico, que modelaría el mundo de los siglos XIX y XX.
5.2. ISAAC NEWTON (1642-1727) Newton disfrutó en vida la admiración y el respeto de sus contemporáneos. En el momento de su muerte Newton era presidente de la Real Sociedad de Londres y gozaba de la reputación de ser el más grande científico de su época. Parte de la visión que tuvieron de él sus contemporáneos, es expresada en el bien conocido epitafio de Alexander Pope: “Nature, and Nature’s Laws lay hid in Night. God said, Let Newton be! and All was Light”. En 1727 Isaac Newton fue sepultado en la abadía de Westminster, un honor que no había tenido ningún hombre de ciencia hasta el momento. Tumba de Isaac Newton en la Abadía de Westminster erigida en 1731. La simbología de esa tumba atiende a algunos referentes centrales de la influencia de Newton: los niños al frente del sarcófago están jugando con un prisma, un telescopio de reflexión, mientras que otro está pesando el sol y los planetas. Sobre Newton se encuentra un globo celestial mostrando el camino del cometa de 1681 y la posición de solsticio por medio de la cual dató la antigua expedición griega de los Argonautas. Newton está inclinado sobre una torre de libros marcados con las palabras: Divinidad, Cronología, Óptica y Phil.Princ.Math (Philosophiae Naturales Principia Matemática), mientras que los querubines a sus pies sostienen una imagen del sistema solar y una serie matemática.
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Se podría decir, en pocas palabras, que el logro de Newton fue expresar en leyes matemáticas el comportamiento de los cuerpos celestes y terrestres. La física newtoniana ofrecería la explicación más completa y armoniosa de la estructura y movimiento del universo. Su obra más conocida, los Principios matemáticos de filosofía natural, se convirtió en el sistema cosmológico de mayor reconocimiento desde Aristóteles. Newton sería entonces el más importante representante de la nueva física y de la ciencia moderna, en donde tanto las matemáticas como la experimentación son aspectos fundamentales del método científico que, a diferencia de la filosofía aristotélica, no pretende explicar la causa del movimiento sino describir y predecir el comportamiento de la naturaleza a través de las matemáticas. Sin embargo, los intereses intelectuales de Newton y posiblemente sus más importantes preguntas, no estaban restringidas al campo de la física, la óptica y las matemáticas. Hemos hablado ya de la diferenciación que se ha generado entre dos tradiciones aparentemente antagónicas; por un lado, se habla de una corriente que se identifica con lo racional y por otro de una corriente mística y religiosa. Newton se ha convertido en el símbolo de la primera y, hasta hace muy poco tiempo, los comentaristas e historiadores dejaban a un lado gran parte de los intereses de Newton por no encontrar una relación directa con sus más reconocidos logros. En 1936 J. M. Keynes compró en una subasta algunos manuscritos inéditos de Newton entre los cuales se encontraba una nutrida producción en temas como la alquimia y la magia. Estos manuscritos, que fueron donados al King´s College en Cambridge, han permitido descubrir un Newton bastante más complejo e interesante, en donde el estudio de la alquimia, la mística y la teología era tan importante como el estudio de la física, la cosmología y las matemáticas.
Isaac Newton Newton nació el día de Navidad de 1642 en Lincolnshire. Su padre, quien fue un granjero exitoso, moriría tres meses antes de su nacimiento. A los doce años inicia sus estudios en un Grammar School para prepararse e ir a la universidad, en donde aprende el latín. A los 17 años regresa a su casa con el propósito de hacerse cargo de los negocios de la granja, oficio en el cual tiene poco éxito. En vez de ocuparse del buen manejo de las ovejas, Newton parece dedicar su tiempo entre libros y aparatos en los que demostró una gran habilidad manual. Por fortuna, gracias a su mentor escolar y a su tío, la madre de Newton fue persuadida de que enviara al joven de 19 años a la universidad. Meses más tarde entraría a estudiar en el Trinity College de la Universidad de Cambridge. Para mantenerse allí, Newton trabajaba para los fellows y estudiantes adinerados. El currículo de la Universidad era bastante conservador y se dedicaba casi en su totalidad al estudio de las ideas aristotélicas. Sin embargo, sus lecturas más importantes ocurren extracurricularmente y
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se convertiría en un fuerte autodidacta. Newton comenzaría a explorar el nuevo mundo intelectual del siglo XVII y leería con interés a filósofos como Hobbes y Descartes, entre otros. Así mismo tendría acceso a las obras científicas de Kepler, Galileo, Gassendi y Descartes, hecho que le generó un gran interés por las matemáticas, las cuales también aprendería por su cuenta. En 1665 Newton recibe su “Bachelor of Arts” sin sobresalir demasiado, pero lo suficiente para convertirse en Scholar del Trinity College. Esto le permitiría profundizar en sus propios intereses, en especial en las matemáticas. Sin embargo, en el verano de 1665, la plaga invade a Cambridge lo que obliga al cierre de la universidad. Newton regresaría a Lincolnshire, su pueblo natal. En los siguientes dos años, Newton tendría un periodo de fertilidad intelectual incomparable y desarrollaría las bases de sus posteriores estudios en matemáticas, óptica y mecánica celeste. En 1667 la Universidad abre sus puertas de nuevo y Newton se traslada de nuevo a Cambridge. Una vez allí, y de manera rápida, es elegido como fellow del Trinity College y dos años más tarde se le daría la posición de “Lucasian Proffesor” en matemáticas. A lo largo de la década de 1670, Newton abordó de manera mucho más profunda prácticas como la alquimia, la interpretación bíblica y los problemas teológicos, el estudio de los tratados mágicos y la óptica. Esta última lo llevó a fabricar el primer telescopio de reflexión. A lo largo de la década de los ochenta, surgiría la idea, impulsada por Edmund Halley, de escribir un tratado con sus ideas físicas y matemáticas. De esta manera surgiría finalmente su obra maestra los Philosophiae naturalis principia mathematica o Principios matemáticos de filosofía natural. Terminando el siglo XVII, Newton sufriría de graves crisis mentales que se atribuyeron al exceso de trabajo, para algunos, y a la contaminación por mercurio de sus prácticas alquímicas, para otros. En 1696, Newton abandona Cambridge y se muda a Londres aceptando el cargo de Warden of Mint. En los últimos 30 años de su vida, pasaría de ser el investigador recluido y solitario, a ser una figura pública con un enorme poder. Newton resultó ser un gran administrador y una hábil figura para la política. Estas características lo llevarían en 1703, después de la muerte de Robert Hooke, su más grande rival, a convertirse en el presidente de la Real Sociedad, cargo que le sería útil para diseminar su obra y consolidar su imagen. En 1704 publicaría su obra Óptica, libro que se vuelve muy popular en su época. Un año después, la Reina Ana le otorgaría el título de caballero. Newton muere en 1727 a los 85 años, siendo una figura de gran reconocimiento. Sería enterrado en la Abadía de Westminster, honor que no había recibido ningún científico hasta el momento. En su tumba se puede leer, “Que los mortales se regocijen de que haya existido tan grande ornamento para la raza humana.”
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La Inglaterra de Newton Isaac Newton nace en 1642, año en el que muere Galileo y Descartes está preparando sus Principios de la filosofía. También es una época en donde la ciencia se está institucionalizando con apoyo del Estado; la Real Sociedad de Londres se funda en 1660 siguiendo la filosofía de Francis Bacon. En términos políticos, Inglaterra estaba pasando de ser una sociedad tradicional jerarquizada, para ser una sociedad moderna en donde el comercio y la clase media cada vez jugaban un papel más importante. El debate religioso estaba fuertemente arraigado y para 1688 Inglaterra establecía la religión protestante como la religión oficial. Las ramificaciones de creencias y tradiciones religiosas de la época son una realidad y son un aspecto vital para entender la visión que tiene Newton del mundo que lo rodea. Por último, el contexto científico era bastante ramificado también. En 1672 cualquier estudiante de cosmología podía escoger entre sistemas distintos para explicar el movimiento y comportamiento de los cuerpos celestes. Newton sería, algunos años después, el gran unificador dejando las bases para la consolidación y divulgación de un único sistema físico y cosmológico. Aunque las creencias e inclinaciones intelectuales de Newton se irán discutiendo a lo largo del texto, lo importante en este momento es reconocer que un ambiente de cambio político y social, en donde la ramificación y bifurcación del conocimiento en general, y en particular de la religión, son elementos que nos ayudan a entender la manera en que Newton se aproximaría al estudio de la naturaleza. La pregunta que surge en este momento es, ¿cuál es la importancia de Newton a la hora de analizar el surgimiento de la ciencia moderna? Algunos autores han presentado a Isaac Newton como un gran sintetizador, es decir, la persona que unificó los aportes que habían hecho muchos otros años atrás; la “revolución científica” ya había sido puesta en marcha por pensadores como Copérnico, Kepler, Galileo y Descartes, y la labor de Newton fue concluirla. Pero también podemos encontrar autores que ven en Newton el creador de algo totalmente nuevo y por lo tanto se refieren a la “revolución newtoniana”. La ciencia hasta entonces no había tenido ese status universal y duradero que la da Newton, quien se convertiría no sólo en el símbolo intelectual de un poderoso imperio, sino que su obra cierra un capítulo de prolongados debates en filosofía natural.
Los “Principia” de Newton Durante el periodo en que Newton deja Cambridge a causa de la plaga de 1665, parece haber dado forma a sus más importantes trabajos sobre matemáticas y mecánica, y sería en estos años donde Newton dejaría las bases de lo que más tarde se convertiría en los Principia. Pero el impulso vital para escribir y publicar su obra vino de una visita que le hizo Edmond Halley en agosto de 1684. Robert
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Hooke, Christopher Wren y Halley, habían discutido si era posible que la forma elíptica de las órbitas de los planetas pudiera ser deducida de una fuerza que actúa sobre ellos que era inversamente proporcional a su distancia al Sol. En noviembre de 1684, Newton le envía un ensayo titulado “Sobre el movimiento de cuerpos en órbita.” Rápidamente, Newton se da cuenta del alcance de sus ideas y esas nueve páginas serían el origen de su “Principia”. Newton emplearía dos años de igual intensidad a aquellos de 1665-1666, en escribir los tres libros de su monumental obra. En 1686 envía la primera parte de su manuscrito en latín a la Real Sociedad de Londres. En 1687 Halley recibe el trabajo completo y se hace una primera edición de 511 páginas impresas. En 1713 Newton haría una segunda edición totalmente revisada. Una de las afirmaciones más citadas de su obra es: “Hypotheses non fingo” (“yo no hago (o finjo) ninguna hipótesis), con lo cual quería dejar en claro que no estaba interesado en especulaciones sobre la causa de la gravedad y que se limitaría a buscar conclusiones lógicas a partir de experimentos establecidos. La obra consta de una introducción y tres libros. En la introducción se definen de manera cuidadosa los conceptos que utilizaría a lo largo del libro, entre los cuales podemos destacar el concepto de masa (cantidad de materia), momentum (cantidad de movimiento), inercia (fuerza pasiva), entre otros. Así mismo plantearía la existencia de un espacio y un tiempo absolutos. Pero el aspecto más importante de su introducción parece ser la exposición de sus tres famosas leyes. La primera dice que, “un cuerpo se mantiene en movimiento uniforme rectilíneo o en reposo a menos que actúe sobre él una fuerza exterior. La segunda ley, plantearía que el efecto de una fuerza, como el peso, en un objeto libre, no es solo moverlo sino acelerarlo (F= m* a). La tercera ley expondría el principio de acción y reacción, diciendo que a toda acción hay una reacción igual. Estas ideas no son del todo nuevas, y aparecen en la obra de pensadores como Descartes, Galileo o Gassendi. La contribución de Newton fue expresarlas de manera simple y corta, y unificarlas y ponerlas juntas como la base de la teoría mecánica. En el Libro I, Newton parte de la segunda ley de Kepler (la línea que une el sol con los planetas barre áreas iguales en tiempos iguales) y supone que la fuerza que mueve los planetas debe estar fija al sol. Aunque Kepler concluye la forma elíptica de las órbitas a partir de observaciones, Newton la deduce a través del análisis matemático estudiando las leyes del movimiento. Newton tiene que encontrar la ley de fuerza centrípeta que rige estos movimientos y deduce que tiene que ser una ley que corresponda al inverso del cuadrado de la distancia. Además, calcularía la fuerza de los movimientos de la luna y concluye que esta se encuentra regida por el mismo principio que mueve los cuerpos en caída libre en la tierra; la ley de la gravitación universal actúa de igual manera sobre todos los cuerpos del universo.
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En el Libro II, Newton hace un extenso análisis sobre el movimiento de cuerpos en medios que ofrecen resistencia y hace una crítica a la teoría cartesiana de los vórtices. Finalmente, en el Libro III, Newton expone la teoría de la gravitación aplicándola al estudio de diferentes planetas. Una de las conclusiones más significativas de Newton es su predicción de la forma achatada de la tierra. Pero, sin lugar a duda, uno de los aspectos más importantes de los Principia, aparte de sus aportes físicos, es el desarrollo de herramientas matemáticas para tratar problemas físicos, característica fundamental del pensamiento científico moderno. El fructífero matrimonio entre el álgebra, la geometría y la posibilidad de trabajar con series infinitas, permitiría estudiar problemas físicos a través de herramientas nuevas como el cálculo que permitía determinar la tangente a una curva en un punto dado y hallar el área bajo una curva. Esto nos permite entender en parte el enfoque metodológico que usaba Newton en su trabajo. Newton impone límites a sus propias investigaciones de filosofía natural y plantea que todo lo que no sea directamente observable o deducible es una hipótesis, las cuales no tienen lugar en su ciencia. Al respecto, y hablando de la gravedad, diría, “Hasta ahora no he sido capaz de descubrir la causa física de la gravedad y me abstengo de emitir hipótesis.”
Óptica Antes de exponer los aportes de Newton en el campo de la óptica, es preciso dar una mirada a la historia de las teorías sobre la luz y el color. Para Aristóteles los colores se dividían en reales y aparentes. Esta idea, que se sostuvo hasta el Renacimiento, planteaba que los colores reales son propiedades de los cuerpos, de la superficie de los cuerpos, y aunque son visibles solamente cuando hay luz, no desaparecen en la oscuridad. Por el contrario, existen los colores aparentes que desaparecen en la oscuridad como lo son los colores del arco iris. Más adelante, Descartes buscaría darle una explicación mecánica al fenómeno de la luz. Descartes no aceptaría esta diferenciación y buscaría un mismo tipo de explicación para los colores tanto de los objetos como del arco iris. Pero su explicación seguiría siendo aristotélica y los colores se explicarían como modificaciones de la luz blanca. Esta idea sería fuertemente criticada por Newton y a través de sus experimentos crearía una explicación distinta. Newton escribe un libro titulado la Óptica, en donde, no solo hace un cuidadoso estudio de las teorías anteriores (Aristóteles, Descartes, Hooke, Boyle), sino que diseña y lleva a cabo cuidadosos experimentos para refutar o demostrar ciertas teorías. Una de sus conclusiones más importantes es haber demostrado que la luz blanca es un agregado de rayos homogéneos diferentes.
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Antes de Newton, la luz blanca era considerada como una sola y homogénea. Newton, a través de un elegante experimento con prismas, muestra que esta se compone de distintos colores. Aquí vemos un exitoso esfuerzo por hacer de la ciencia algo más experimental, descriptiva y cuantificable, en vez de ser algo hipotética. No se trata de un simple supuesto como lo es la teoría cartesiana, sino de una directa conclusión a partir de simples observaciones que no depende de ninguna teoría sobre la naturaleza de la luz, y que no podía ser refutada sino con experimentos. Claro, Newton también expondría sus ideas sobre la posible naturaleza de la luz, pero como una conjetura que no debería mezclarse con sus resultados experimentales. Al respecto diría, “La luz no es éter ni su movimiento es de vibración, sino algo diferente que arrojan los cuerpos luminosos... una multitud inimaginablemente pequeña de ligeras partículas que emanan los cuerpos brillantes.” Para Descartes sus teorías tenían la misma certeza de su metafísica, eran puntos de partida para su investigación experimental. Para Newton, insistiría repetidamente, aunque sacaría algunas conclusiones sobre la naturaleza de la luz, sus investigaciones no se ocupan de ello.
Armonía Existe una larga tradición de ver al universo como construido sobre la base de principios armónicos. Este ‘monocorde cósmico’ de la “Historia del Macrocosmos y el Microcosmos” de Robert Fludd (1617) muestra la región entre la tierra y el cielo dividida en intervalos de dos octavos de una cuerda musical. La mano de Dios afina la cuerda que se extiende hacia abajo en la región de los ángeles, luego a través del sistema con el sol en el centro, y finalmente a través de los cuatro elementos hasta la tierra. La totalidad está unida por proporciones matemáticas e intervalos musicales. A pesar de la enorme cantidad de literatura que ha existido alrededor de la figura de Newton, hay aspectos de su vida que hasta hace poco se habían ignorado. La educación que recibimos nos dificulta ver las relaciones que pudieron existir, por ejemplo, entre la música, la filosofía y las matemáticas. Aunque hoy en día parecieran totalmente independientes, están claramente unidas en figuras como Pitágoras o Kepler y, como veremos más adelante, en Newton.
Las siete artes liberales Desde el siglo VI, en los curricula universitarios, el término “Cuadrivium” incorporaba la astronomía, la geometría, la aritmética y la música, y el “Trivium”, por otro lado, incluía la gramática, la retórica y la dialéctica. Esto compondría las llamadas siete artes liberales, fundamento de la educación en occidente por más de mil años. Conceptos como la correspondencia entre las notas musicales, la armonía musical y las relaciones numéricas simples, descubierta por Pitágoras, señalaban una evidente armonía matemática de la naturaleza, y sería un tema que interesaría a personajes como
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Vicenzo Galilei, Mersenne, Descartes, Hooke, entre otros. La música sería entonces parte de la educación de Newton. Así, y aunque parezca irrelevante dentro de sus más conocidos trabajos, tiene sentido ver como dentro de sus preocupaciones está el poder establecer una correspondencia natural entre los números y algunas entidades. Por ejemplo, Newton buscaría hallar la relación entre los siete colores y las siete notas musicales. Es así como la idea de armonía se convierte en algo así como un paradigma de la ciencia matemática experimental y se cree puede ser aplicable a otros fenómenos como la luz, la gravedad, entre otros. Para Newton, la ley de la gravitación universal es el descubrimiento de la armonía del cosmos que, como veremos más adelante, era el descubrimiento de una teología verdadera, la cual había sido revelada a los antiguos y había sido deformada por la tradición escolástica. Newton supondría que en la antigüedad los pitagóricos debían tener un amplio conocimiento sobre la armonía de todo el universo y que leyes como la de la gravitación ya eran conocidas por ellos. En el tiempo de Newton, la asunción de que el mundo estaba construido de acuerdo con un patrón matemático o geométrico todavía estaba ampliamente asociada con la tradición mágica. Estas son dos imágenes del temprano siglo XVII que muestran cómo se creía que los dibujos de diagramas geométricos tenían una significación cósmica.
Magia Fuerzas ocultas y Materia La teoría sobre la materia ha sido una constante en la historia del pensamiento científico y hoy en día aun parecen estar en la frontera del conocimiento. En el pensamiento newtoniano este problema sería de central importancia. Para Newton, todos los fenómenos de la naturaleza pueden ser explicados con base en dos supuestos. En primer lugar, que los cuerpos se componen de partículas; y en segundo lugar, que existen fuerzas operando entre los cuerpos y las partículas. Pero es la pregunta por la naturaleza de las fuerzas lo que en verdad diferencia a Newton de sus antecesores. En la época de Newton, los más importantes pensadores coinciden en compartir la teoría atómica o corpuscular de la materia ampliamente desarrollada por Descartes. Esta decía que toda la materia se compone de minúsculas partículas, y toda interacción entre ellas debe ser entendida en términos físicos o mecánicos de contacto. De esta manera, ver la fuerza de impacto o cualquier otra fuerza de atracción o repulsión como Fuerzas ocultas, abandonaba los principios de la filosofía mecánica dominante. Sin embargo, Newton no tendría problema en ocuparse de estas fuerzas planteando causas desconocidas, motivo por el cual fue duramente criticado.
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Veamos un poco el contexto y el desarrollo de estas ideas y le papel que jugó Newton en ello. La visión aristotélica, en muchos aspectos, seguía dominando gran parte de la visión de la naturaleza y era parte importante de la formación académica de las universidades. Aristóteles diferenciaba las “cualidades manifiestas” de las “cualidades ocultas”. Un ejemplo de una cualidad manifiesta sería el calor o el frío. Sin embargo, existen otro tipo de interacciones entre los cuerpos que no son explicables en términos de esas cualidades como lo es el magnetismo, el efecto de ciertos venenos, entre otros. Estas serían las llamadas cualidades ocultas en donde estaban presentes poderes, virtudes y fuerzas ocultas. La filosofía mecánica tendría por principio buscar deshacerse de dichas fuerzas ocultas y rechazarlas como irreales, reduciéndolas a principios mecánicos de forma, tamaño y velocidad de las partículas que componen la materia. Para Descartes, Dios había dado al universo un empujón inicial y desde entonces la cantidad de movimiento se mantendría constante, siendo la materia algo totalmente inerte y pasivo; el movimiento de cualquier objeto no requeriría nunca de una fuerza extraña. En una palabra, el movimiento se veía como una reacción en cadena desde la creación. Newton se convertiría en uno de los más interesantes opositores a esta idea y alegaría que no es demostrable experimentalmente. Newton insistiría en que la inercia sola no puede explicar toda la actividad del cosmos, y recurre al polémico concepto de “Principios activos” traicionando los fundamentos de la filosofía mecánica. Para muchos, esto sería visto como un retroceso a las cualidades ocultas de Aristóteles. Leibniz, por ejemplo, diría que “la gravedad, o cualquier otro de los principios ocultos de Newton, son conceptos escolásticos, cualidades ocultas o el efecto de un milagro.” Newton por su lado prefiere pensar que, aunque sean principios desconocidos, son reales.
La magia natural y las cualidades ocultas Habíamos visto que durante el Renacimiento la magia natural tuvo un importante papel y que interesaría a un buen número de influyentes personajes. Personajes como Hermes Trismegistus, Zoroastro, Orfeo y otros magos se suponía habían recibido un saber muy antiguo revelado por los Dioses. La magia natural, que suponía la existencia de fuerzas ocultas pero reales, estaba muy presente, y la alquimia se consideraba la ciencia hermética por excelencia. Los magos son investigadores de la naturaleza; no creen en milagros ni en causas divinas sino en causas naturales ocultas. Como lo diría Giovani Batista Dellaporta, “La magia no es más que el conocimiento de la naturaleza en su totalidad. Si entendemos los cielos, las estrellas, los elementos y cómo se comportan y cómo cambian, podemos encontrar los secretos ocultos de los seres vivos, de
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las plantas y de los minerales, de su generación y corrupción”. Para el mago, el objetivo es aprender a manipular la naturaleza, aunque no entendamos sus causas. De esta manera, la magia se ve más como un arte, es decir, un conocimiento de las técnicas o prácticas para producir o predecir efectos específicos, que como una ciencia que busca el conocimiento de las causas. Al igual que Newton y su declaración de “hipótesis non fingo” (“yo no hago hipótesis”), el mago no imagina hipótesis para explicar cómo operan las fuerzas ocultas, solamente tiene experiencia de su existencia. Recientes investigaciones han demostrado que la biblioteca de Newton tenía un total de 1752 libros, de los cuales 170 eran sobre magia y alquimia, y 369 sobre ciencia. En el Trinity College, Newton tenía un laboratorio completo de alquimia donde pasaba días enteros entre libros y experimentos de alquimia. Keynes, quien ve a Newton como el último de los magos, considera que la magia es una extraña faceta del genio y que era una especie de aberración. Pero, como lo hemos señalado, el concepto de fuerza gravitacional de Newton no es tan ajeno a nociones de la magia natural como son las fuerzas ocultas. En cualquier caso, no parece muy defendible el esfuerzo de muchos historiadores por construir a dos Newtons separados; el racional y el místico. El problema es que no parecía estar muy interesado en hacer públicos sus resultados. Quizás no encontró receptividad en los ámbitos académicos más poderosos o tal vez lo consideraba una actividad privada, secreta, fiel a los principios de la tradición hermética y la idea de conocimiento de elegidos. Los manuscritos de alquimia de Newton y sus trabajos en su laboratorio del Trinity College, parecen coincidir con la elaboración de algunos de sus trabajos más conocidos y algunos pasajes parecen insinuar que este tipo de conocimiento era más elevado y posiblemente incomunicable. Existe otro aspecto de Newton, estrechamente ligado con la magia y la alquimia, que es indispensable para entender mejor la naturaleza de sus investigaciones privadas: la teología. La pregunta de cuándo comenzó la era moderna, que tanto ha preocupado a Occidente, tiene en los filósofos de la Ilustración francesa la idea de que comienza con Newton. Para Voltaire, los estudios bíblicos que hace Newton y sus investigaciones teológicas son “... para distraerse de la fatiga de sus más exigentes y rigurosas investigaciones”. Así mismo afirmaba, “Antes de Kepler los hombres eran ciegos, Kepler tenía un ojo, Newton tenía dos.” Para los filósofos ilustrados, los griegos habían iniciado ese proceso hacia la ilustración, pero fue un esfuerzo que se vio opacado por la tradición aristotélica y escolástica. En el Renacimiento se “revive y se piensa en Florencia como la nueva Atenas, pero la humanidad no despertaría hasta figuras como Galileo, Descartes, Kepler, entre otros, y definitivamente encontraría la luz con Newton.
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Sin embargo, para sorpresa de los filósofos ilustrados, si lo hubieran sabido, Newton tenía una visión propia de la historia de la ciencia, en donde todos sus descubrimientos no son más que el redescubrimiento de verdades que grandes pensadores de la antigüedad ya conocían bien, solo que se habían perdido o deformado en la tradición escolástica. Newton parece creer que Hermes conocía la verdadera estructura del cosmos, que los pitagóricos conocían las leyes de la física y así sucesivamente. De esta manera dedica parte de sus investigaciones a encontrar similitudes entre las teorías de los antiguos y sus propios hallazgos.
Dios Recientes publicaciones sobre el surgimiento de la ciencia moderna han replanteado la visión tradicional entre ciencia y religión. En lugar de insistir en una separación entre las dos, parecen haber señalado una entrañable fusión. Ya hemos visto como elementos religiosos estaban presentes en el pensamiento de líderes intelectuales como Kepler o Descartes. Newton, la más depurada forma de ciencia moderna, es aún más una muestra de esa fusión de la Religión y la ciencia moderna. Newton pensaría que Dios se revela en dos libros, su palabra y su obra, de tal manera que la correcta interpretación de los dos demostraría que los dos libros tienen el mismo autor. Sin embargo, Newton tenía una particular visión de la historia en la cual estaba convencido que a lo largo de los años se había deformado la religión. Consideraba que la más antigua de las religiones sería la más pura lo cual le llevó a desarrollar un cierto tipo de anticatolicismo. En todo caso Newton creía que un correcto conocimiento de la naturaleza podría ayudarnos a una correcta interpretación de la Biblia y viceversa. Recordemos que en la filosofía natural es común que se crea que el estudio de la naturaleza nos conduce al conocimiento de Dios. Newton no sería la excepción y no vería en la naturaleza ni accidentes ni azar, sino solo propósitos y voluntad. Al respecto diría, “Existe un espíritu infinito y omnipresente en el cual la materia se mueve siguiendo leyes de matemáticas.” Esta idea de omnipresencia divina estaría relacionada directamente con su idea de espacio absoluto. Aunque la idea de espacio y tiempo puede parecer relativa (un pasajero no puede determinar si su tren se mueve hacia delante o si el tren de al lado se mueve hacia atrás), en la física newtoniana es esencial la idea de un espacio y un tiempo absolutos. Es decir, finalmente tiene que haber un punto de referencia absoluto, una especie de habitación cósmica donde ocurre todo, que no se mueve y con un reloj absoluto. La respuesta parece estar en la teología en donde el tiempo y el espacio tienen un significado religioso que para Newton es de central
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importancia. Dios sería el punto de referencia absoluto que Newton buscaría. Además, a diferencia de Descartes y su filosofía mecánica en donde el universo funciona como un reloj sin lugar para intervención divina, para Newton la presencia e intervención permanente de Dios en el universo es indispensable para que este no se desestabilice.
5.3. HISTORIA NATURAL Y LA APROPIACIÓN DEL NUEVO MUNDO Durante el siglo XVIII los viajes de exploración se convirtieron en el cent ro de intereses públicos, políticos y comerciales de las élites europeas. Ambiciosos proyectos de exploración a países lejanos fueron un esfuerzo común de los imperios europeos. La historia natural constituiría una forma de apropiación y jugaría un papel central en las políticas de Estado; el trabajo del naturalista clasificando y nombrando objetos naturales facilitaría el control no sólo de la naturaleza sino de otras culturas. Este es un período durante el cual los europeos sintieron que su poder sobre la naturaleza se incrementaba, pues no sólo habían logrado conquistar buena parte del globo terrestre, sino que también habían promulgado el descubrimiento de las leyes físicas que rigen el universo. Desde la llegada de los europeos a América en el siglo XV, España tuvo bajo su control el más grande imperio colonial del mundo. Durante el reinado de Carlos III, fueron implementadas algunas reformas políticas que buscaban optimizar la explotación de las colonias estimulando la exploración científica de América. Siguiendo los parámetros de la Ilustración Francesa, el gobierno español basó sus políticas en el supuesto de que la adquisición y aplicación de conocimientos científicos incrementaría su poder político y económico. La clave de la prosperidad económica del imperio español parecía yacer en una explotación más eficiente de la riqueza natural de sus colonias. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, el gobierno español diseñó y llevó a cabo un número de ambiciosas expediciones a cargo de botánicos que debían investigar los posibles usos medicinales y comerciales de la vegetación tropical. Los proyectos de exploración estaban dirigidos por médicos y patrocinados por instituciones médicas. En España, más que en ninguna nación europea, la familiarización con plantas medicinales y la promoción de una industria farmacéutica española se convirtieron en compromisos centrales del Estado. La vieja relación entre el reino vegetal y la medicina le permitió a la botánica jugar un papel vital en las políticas económicas imperiales.
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Con el apoyo de la Corona, los exploradores permanecieron en América por varios años recolectando numerosas especies y llevando a Europa grandes colecciones de plantas disecadas, ilustraciones botánicas, muestras y descripciones de especímenes considerados útiles. Los reportes y diarios de diferentes exploradores españoles contienen cientos de referencias de plantas medicinales algunas de las cuales tuvieron un impacto considerable sobre la industria farmacéutica europea. El caso de la quina es, entre muchos otros, un ejemplo notable de la intersección entre factores médicos, científicos y comerciales. Algunos aportes recientes de la sociología del conocimiento científico son útiles e incluso indispensables para la labor de revisión histórica de la historia natural y de la exploración. Algunas de las discusiones contemporáneas en historia y sociología de la ciencia nos ofrecen herramientas para la elaboración de un nuevo y más crítico estudio de los viajes de exploración en la historia política de Europa y sus colonias. El reconocimiento del carácter social de las prácticas científicas nos ha permitido explicar cómo la ciencia del siglo XVIII en América, la historia natural y la medicina principalmente, hacen parte de intereses políticos, económicos y religiosos; que las políticas económicas coloniales estimularon el desarrollo de la farmacia y la taxonomía vegetal, y que dichas prácticas constituyen importantes formas de control tanto de la naturaleza como de la sociedad. El proyecto de un inventario del mundo no se puede separar de la conquista y el control de buena parte del planeta por parte de las naciones más fuertes de Europa. La historia natural es un medio para construir una naturaleza doméstica y una humanidad colonizada. Por lo tanto, la historia natural y la política deben ser consideradas expresiones de la misma estructura de poder. Sería un serio error pretender imaginar que el conocimiento de la naturaleza no es parte de un orden social y es importante que tratemos de evadir contraposiciones entre nociones como "sociedad", "poder", "política", por una parte, y "conocimiento", por otra. Conocimiento, descubrimiento, apropiación y poder: estos son todos conceptos claves para entender el papel del estudio de la naturaleza en la Ilustración europea. El “poder”, como ha sugerido Barry Barnes, puede ser entendido como "posesión". Posesión de territorio, productos comerciales, armas o tecnología. La idea de "descubrimiento", como veremos, implica un acto de apropiación. "Descubrimiento" ha sido tradicionalmente entendido como encontrar algo que existía pero que nadie había visto. Sin embargo, para que cualquier objeto natural pueda ser "visto" o "descubierto”, debe ser transformado en algo familiar conforme a un sistema ya conocido, y de cierta manera todo objeto "descubierto" tiene que haber pasado por un proceso de construcción. Las habilidades de los naturalistas europeos para clasificar la naturaleza dándole nombres a plantas y animales y sus técnicas de representación son instrumentos de apropiación. Quién por primera vez
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reconoce un lugar, una planta o una medicina proclama su derecho de posesión. Dichos procesos de apropiación sólo son posibles dentro de redes de cooperación que hagan posible la movilización, clasificación, codificación, exhibición e inclusive la venta de los objetos de estudio. Para entender el desarrollo de estos procesos debemos explicar cómo se construye una red de traducción amplia y compleja que hace posible que ciertas personas o grupos sociales asuman el papel de portavoces del nuevo orden de la naturaleza y la sociedad. Estas redes, tal y como lo propone Michel Callon, las componen actores de muy diversa índole. Organismos sociales, actores humanos con habilidades de producir artefactos técnicos, los artefactos mismos, ilustraciones, textos, objetos naturales, la geografía americana, la vegetación y desde luego los nativos americanos. "Traducir es desplazar...”, afirma Michel Callon, “Traducir es también expresar en un lenguaje propio lo que otros dicen o hacen, es hacer de uno mismo el portavoz...”. Toda traducción implica remover algo de una persona o cultura, llevar, transportar algo de un lugar a otro. El resultado, diría Callon,”es una situación en la cual ciertas personas controlan a otras.” La historia natural es una disciplina que se construye sobre redes en la cual las muestras del mundo natural, los objetos de estudio del naturalista, tienen que ser movilizados desde los lugares más remotos a los principales centros culturales, la naturaleza, para ser dominada debe convertirse en cultura. Para que esto sea posible es necesario desarrollar técnicas de preservación de los objetos, vivos o disecados, o técnicas de representación que permita su apropiación “virtual”. Son estas redes las que generan la necesidad de sistemas “universales” de códigos y reglas bien definidos para poder acumular información en cent ros como París, Londres o Madrid. El proyecto totalizador de catalogar el mundo incluye el difícil trabajo de extraer objetos naturales de sus medios particulares. Para ser transportables los objetos debían ser estables y al mismo tiempo móviles. Medios efectivos para la clasificación, transporte, representación y documentación de los especímenes eran necesarios para evitar el deterioro de las plantas en travesías intercontinentales. Esta acumulación y apropiación de objetos naturales fue posible porque fueron solucionados problemas de movilización. La tarea de los naturalistas era convertir y transformarlo inconmensurable en conmensurable, hacer familiar lo desconocido, crear un vínculo y, en últimas, poseer lo extraño. La variedad y complejidad de la naturaleza eran, en palabras de Louis Daubenton, “abreviadas” y “aplanadas”. También debemos explicar cómo el proceso de traducción de lo local a lo global se lleva a cabo. El conocimiento que los exploradores buscaban no sólo pertenecía a continentes lejanos sino también a sus habitantes.
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Instituciones como el Jardin du Roi en París, Kew Gardens en Londres o el Real Jardín Botánico en Madrid, se convirtieron en estancos del conocimiento, lugares claves en Europa donde la información recogida en viajes de exploración era recreada de tal manera que se celebra y reconoce la expansión europea. La descontextualización de objetos y su re-acomodación en estos centros requiere de una serie de técnicas como disecar animales, secar plantas, clasificar especímenes, transportarlos, hacer ilustraciones y dibujos de especies animales y paisajes. Estas técnicas le daban a la naturaleza un nuevo contexto y un nuevo lenguaje que hizo a la naturaleza descifrable para los europeos. Las instituciones científicas europeas como jardines botánicos o museos de historia natural, Kew Gardens en Londres, Jardin des Plantes en París, o el Real Jardín Botánico de Madrid fueron grandes casas de intercambio que buscaban hacer que cada nación fuera independiente y autosuficiente de los otros poderes imperiales. Tales instituciones comprendían redes de colaboradores a través de todo el mundo; eran lugares donde un pequeño grupo de naturalistas eran capaces de comparar plantas y animales en una escala completamente distinta de la de los nativos. Los botánicos que se encontraban en tales centros se volvieron más poderosos que los habitantes locales. De hecho, se familiarizaron con más especímenes que cualquier otro ser humano a medida que más y más objetos provenientes de lugares lejanos eran domesticados. Los viajeros y naturalistas españoles actuaron como agentes tanto del Estado como de Dios y sus descubrimientos o actos de apropiación, aunque proclamados individualmente, son presentados en nombre del Rey y con una fuerte justificación religiosa. Los logros de las expediciones fueron muestra de soberanía y los jardines botánicos y los museos de historia natural se convirtieron en galerías públicas donde los imperios europeos podían exhibir tanto su poder como la obra del Creador. Durante el siglo XVIII cualquier centro cultural que se respetara debería estar en capacidad de mostrar colecciones de especímenes naturales, plantas, animales o minerales de lugares remotos. Museos nacionales de historia natural fueron establecidos en Londres (1753) y París (1745); jardines botánicos en Viena (1751), Madrid (1755), Lyons y Nancy (1758), Cambridge (1762), y Versalles (1765). Todas estas instituciones se convirtieron en importantes símbolos de poder. Coleccionistas aristócratas empezaron a satisfacer sus intereses y capacidades adquisitivas no sólo con obras de arte sino también con fósiles, animales disecados, conchas, minerales y mariposas, muchas veces adquiridas a precios elevados. Como señala Peter Bowler: "el mundo natural fue incorporado en el mundo de la propiedad." Es importante reconocer el carácter institucional y político de la historia natural; ver como la credibilidad de los naturalistas depende en gran medida del poder de la institución en que trabajan y de la posición
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social que les otorga el oficio de la historia natural. La popularidad de la historia natural tiene que ver con una serie de prácticas sociales y proyectos políticos alrededor de colecciones, gabinetes, exhibiciones y jardines, que les dan estatus a sus propietarios. La historia natural era una disciplina cuyos practicantes dependían del patrocinio de la aristocracia o del estado ya que solamente los más ricos de la sociedad europea estaban en capacidad de adquirir objetos raros y acumular colecciones de objetos exóticos. Los centros de producción de los últimos conocimientos o avances en historia natural en el siglo XVIII son los gabinetes y los jardines de los aristócratas más poderosos o de la nobleza. Los naturalistas del siglo XVIII hacen del estudio de la naturaleza un elemento esencial de una educación civilizada. La habilidad de comentar una colección es una muestra de educación. Los naturalistas tienen una importante función social en la medida en que hacen de la naturaleza, de lo salvaje algo ordenado y placentero. La naturaleza bruta debe ser organizada por el hombre. Los museos y jardines son expresiones y símbolos de poder de Europa sobre lo salvaje y del hombre sobre las bestias. Los intereses europeos (españoles) antes del siglo XVIII se habían concentrado en productos como oro y plata fácilmente transportados, almacenados e intercambiados. Las plantas son delicadas y se dañan con facilidad. Su apropiación requirió de técnicas más sofisticadas. En ocasiones no podían ser transportadas, pero podían ser reemplazadas por dibujos y nombres. Los nombres nativos parecen perder toda importancia y repetidamente los expedicionarios los señalan como nombres ilegítimos. Para Antonio de Ulloa: “el lenguaje Quechua de los Incas se aproxima más al lenguaje de los niños". Al parecer, los nativos no comprendían las palabras y los conocimientos propios de cualquier "sociedad civilizada" como "Dios", "virginidad" o "inmaculada concepción". Los indígenas americanos tenían innumerables nombres para plantas, pero no una única palabra que se pudiera traducir como "árbol". Culturas cuya supervivencia (nutrición, medicina y religión) dependía del conocimiento y uso de la vegetación circundante, reconocían numerosas plantas de utilidad, sabían cuáles eran sus usos, y le habían dado nombres descriptivos. Sin embargo, es obvio que no compartían con los naturalistas conceptos como especie, género o clase. Para conquistar plantas extrañas, el europeo se debe deshacer de contingencias locales y fabricar tipos ideales conformes con el sistema de clasificación europeo. Como lo sugiere Pratt, la sistematización de la naturaleza fue un proyecto europeo que siguió la circunnavegación del mundo cuando los cartógrafos se concentraban en las líneas costeras de los nuevos continentes. Este nuevo proyecto de "conciencia planetaria" tuvo como foco la exploración del interior de los continentes y fue acompañado por una más fuerte y reforzada imposición de unos valores y una cultura particular. La apropiación no se limitó entonces a las líneas costeras, sino que incluía cada objeto del planeta:
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plantas, aves, peces, insectos, minerales y gente. No sólo la práctica de medicinas locales fue reemplazada, sino que el orden de la naturaleza propio de las distintas culturas también fue negado. Este proyecto global de ordenar la creación de Dios necesariamente implicó la reincorporación de la naturaleza en un patrón de unidad y orden eurocéntrico y cristiano. La visión europea-cristiana de la naturaleza nunca abandonó la idea de que el fin de la creación y de cada uno de sus objetos era el beneficio del hombre. Siempre hubo, como lo ejemplifica la obra de Linneo, una visión teleológica y funcional de la naturaleza, como si ésta hubiese sido creada para el hombre, y en particular para el hombre europeo. La taxonomía es fundamental para la diseminación del poder; es una ciencia que delimita y demarca objetos, organiza dominios y establece fines. Como explica David Mackay: "en la medida en que los recolectores penetran otras culturas se transforman en agentes del imperio en un sentido más profundo. Sus inventarios, clasificaciones y movilizaciones eran la vanguardia y los instrumentos de un orden europeo que se imponía en todo el mundo". Ordenar el mundo natural es una actividad inseparable del compromiso de controlar e imponer un orden sobre otras culturas. Sin embargo, lo que Pratt y la mayoría de quienes comentan sobre la ciencia colonial de los siglos XVIII y XIX parecen ignorar, es que la historia natural también comienza a practicarse dentro de los continentes y en manos ya no sólo de viajeros sino de habitantes nativos; que estos proyectos europeos de exploración y de implantación de la ciencia occidental no hubieran sido posibles sin la colaboración de una élite americana interesada en adoptar los métodos y las ambiciones de la ciencia europea. La historia natural, la medicina y la astronomía pronto se convertirían en la profesión de hombres noeuropeos. Debe tenerse en cuenta que Mutis y muchos otros científicos europeos vivieron buena parte de sus vidas o incluso terminaron sus vidas en América. No sólo entrenaron en medicina o historia natural a algunos americanos, sino que fundaron instituciones como jardines botánicos, museos, observatorios astronómicos y cátedras universitarias. Una vez estas instituciones fueron creadas y contaron con naturalistas entrenados, se convirtieron en símbolos de poder local, en satélites de un gran proyecto de ordenamiento global bajo el control de una nueva élite de hombres nacidos en América, pero de sangre europea. Alrededor de Mutis y la Real Expedición Botánica, encontramos una élite de americanos que se convirtieron en practicantes y promotores de actividades científicas. Los miembros y colaboradores de la expedición constituyeron un grupo de criollos ilustrados en cuyas manos la historia natural, la medicina, la geografía y la astronomía se convierten en la expresión de sus propios intereses políticos.
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El proceso de apropiación que identifica la exploración europea del Nuevo Mundo comienza a echar raíces a miles de kilómetros de Madrid y se t rata de un proceso sobre el cual la Corona perdería control directo. El proyecto de apropiación ya no era una tarea de viajeros y pasó a manos de la élite local. Este grupo de americanos compartía con los europeos la educación, el propósito y el deseo de dominar la naturaleza, pero carecía del respaldo de un imperio. Existe una estrecha relación entre los hombres de ciencia, su identidad social y el poder que prácticas como la historia natural otorgan. Muchos de ellos se convirtieron en personajes influyentes con altos puestos oficiales y un considerable control político. Sin excepción, todos eran de ascendencia española y tuvieron acceso a educación europea. Algunos de ellos fueron ejecutados por las autoridades españolas debido a sus vínculos con la independencia y rápidamente fueron convertidos en modelos de orgullo nacional, en héroes de las clases dominantes de las nuevas naciones americanas. Tanto para los líderes de las nuevas naciones como para las autoridades españolas, la adquisición de conocimiento y las prácticas científicas constituyeron rutas esenciales para proclamar soberanía sobre el continente americano. Pascual Enrile, el general a cargo de la armada española para recobrar la Nueva Granada le escribió al secretario de Estado: < cita> "Los insurgentes se ocuparon mucho de la geografía del país y después quisieron enterarse de la topografía. Sacaron de los archivos del Virrey, Audiencia, monasterios y cuanto había lo vendieron a los encargados de la Botánica y teniendo a la vista las muchas observaciones de Caldas, las de Humboldt, las de los marinos y el mapa de Talledo, emprendieron la grande obra de un mapa del Virreinato”. Una de las tareas centrales de la armada española era reposeer los materiales, libros e instrumentos de la casa de la Expedición Botánica y del observatorio. En 1818 la Gaceta de Madrid publicó una versión del "éxito" de la armada española, no solamente en restablecer el orden en varios lugares de América sino en recobrar los numerosos objetos de historia natural del señor Mutis. Los materiales fueron enviados a Madrid, al palacio del Rey, donde el mismo Rey oficialmente tomaría posesión de los materiales. Ordenó que los especímenes minerales y de zoología fueran guardados en el Museo de Historia Natural, y el herbario y las ilustraciones botánicas en el Real Jardín Botánico. Dispuso además la pronta publicación, de todos los materiales relacionados con La Flora de la Nueva Granada. Los libros e instrumentos del observatorio fueron confiscados y enviados a Madrid. Por su parte, los americanos también hicieron todos los esfuerzos por la re-apropiación del continente buscando el reconocimiento como legítimos portavoces del orden natural. A través del siglo XIX la historia de la ciencia en Colombia se puede ver como un continuo esfuerzo por continuar las tareas de la expedición. Ya para 1811, la constitución de Cundinamarca incluía el establecimiento de una sociedad patriótica en la cual la política española de apropiación se transforma en una política local.
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"Deberá establecerse cuanto antes en la capital una Sociedad Patriótica, así para promover y fomentar estos establecimientos en ella y en toda la Provincia, como para hacer otro tanto en razón de los ramos de ciencias, agricultura, industria, oficios, fábricas, artes, comercio, etc... Entre los demás establecimientos, se tendrá presente el de la Expedición Botánica, para extenderlo, además de los trabajos en que hasta ahora se hubiese empleado, a la enseñanza de las ciencias naturales, bajo la inspección de la Sociedad Patriótica. "Durante las primeras décadas de la República (1822-1850) el gobierno haría todo tipo de esfuerzos por crear vínculos y ganar reconocimiento internacional. En 1823, el gobierno de Colombia aprobó la contratación de 5 naturalistas franceses, por medio de Zea, para la fundación de un Museo Histórico Natural y una Escuela de Minería en Santafé. En este proyecto el gobierno termina pagando altos salarios a técnicos extranjeros e importando instrumentos y materiales para promover una investigación que parecía beneficiar más a las mismas instituciones científicas europeas que resolver las necesidades de la nueva nación. También es significativo que la primera gran empresa científica financiada por el gobierno nacional fue la "Comisión Corográfica" (1850-1859) para una investigación sistemática y elaboración de mapas del territorio nacional. No pretendo explicar o cuestionar el proceso de independencia de las colonias españolas; los numerosos factores políticos, económicos y sociales relacionados con la revolución están por fuera de los propósitos de esta presentación. Tampoco tendría sentido desconocer la importancia de la tradición científica en el desarrollo del país. Se trata más bien de señalar que la cultura y la naturaleza, lo natural y lo social no son facetas de la realidad que se puedan separar. Lo interesante es poder entender cómo una serie de prácticas científicas y su proceso de diseminación constituyeron importantes formas de ejercer poder. Frecuentemente los historiadores han señalado relaciones entre los intereses del Estado y los fines de la exploración científica. Esos análisis pueden ser de gran utilidad, pero el punto aquí es comprender al conocimiento como una forma de poder y apreciar que la diseminación de disciplinas como la historia natural, la taxonomía y la medicina es la diseminación del poder. Desde esta perspectiva, encontramos razones para argumentar que después de las guerras de la independencia -comúnmente relacionadas con los ideales progresistas de la Ilustración- la estructura de poder permaneció, en gran medida, sin modificación. La soberanía de la Corona española no se reconocía formalmente, pero las colonias ya habían adoptado o estaban adoptando formas de dependencia aún más profundas, aunque no por ello oscuras ni escondidas. Me refiero a la lengua, la religión y la ciencia. La cultura. Desde entonces la historia de la ciencia en Colombia ha estado marcada por un continuo esfuerzo local para obtener el reconocimiento internacional lo cual explica que aún hoy en día no sea posible reconocer una comunidad científica nacional fuerte con un verdadero impacto sobre las necesidades de la sociedad colombiana.
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6. LA CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN EN EL SIGLO XX. El objetivo de éste capítulo es analizar como la ciencia, la tecnología y la innovación, influenciaron el desarrollo de las disciplinas empresariales y económicas durante el siglo XX. Para el logro del mismo, se presentan cinco estudios, contemporáneos y vigentes, que abordan temáticas sobre el estado del arte e Investigación en el campo de Economía, Administración, Contaduría y Comercio Internacional.
6.1. LA ECONOMÍA El campo de la Economía6 Gabriel Misas Arango7 La sociología de la ciencia reposa en el postulado de que la verdad del producto reside en condiciones sociales de producción particulares [...] El campo científico, como sistema de relaciones objetivas entre posiciones adquiridas (en luchas anteriores), es el lugar (es decir, el espacio de jue-go) de una lucha competitiva que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica, inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social.
Bourdieu (1976)
Este ensayo examina la lógica de funcionamiento del campo de la economía, entendido como el espacio de producción simbólica de conocimientos económicos y las redes de distribución de esos conocimientos. Incluye, en consecuencia, a los agentes productores, a las instituciones involucradas y a las relaciones que se establecen entre ellos. Aunque el campo de la economía es profundamente heterónomo –por algo es la ciencia del poder–, no es menos cierto que existen dinámicas internas, lógicas de acción, que llevan al surgimiento de un universo social autónomo capaz de producir y reproducir un corpus teórico y un conjunto de actores relativamente independiente de imposiciones externas. Como señalaron Dumont (1977) y Boyer (2000), unas condiciones Arango, G. (2007). El campo de la economía. Revista de economía institucional, Vol. 9, N.º 17, segundo semestre/2007, pp. 109-130 Magíster en Economía, Profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia, Director del IEPRI, Bogotá, Colombia,
[email protected] Fecha de recepción: 8 de junio de 2007, fecha de modificación: 2 de agosto de 2007, fecha de aceptación: 14 de agosto de 2007. 6 7
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históricas muy precisas que generaron la separación de lo económico, lo político y lo social hicieron posible consolidar un campo autónomo, no muy distante de las ideas de Walras y Pareto, de fundar una “economía pura” alejada de las economías concretas, con miras a construir una ciencia abstracta que pudiera entrar en el Olimpo ideado por Comte8 La producción de nuevos conocimientos en economía incluye el conocimiento abstracto o teoría económica, en cuyo vértice están la economía pura, la investigación aplicada y la economía mediática. El grueso de los practicantes se encuentra en la investigación concreta o aplicada, y sólo unos cientos se consagran a la producción de las teorías más abstractas. La economía mediática juega un papel cada vez más importante en la formación de la opinión pública.
EL CAMPO DE LA ECONOMÍA Los componentes del campo
Los agentes […] crean el espacio, esto es el campo de la economía, que no existe sino en la medida en que los agentes que se encuentran en el espacio modifican su entorno confiriéndole cierta estructura Bourdieu (2000, 235)
Las interacciones entre los agentes dan lugar a relaciones de fuerza que caracterizan al campo y lo estructuran. De manera más concreta, los agentes, investigadores y escuelas de economía, “definidos por el volumen y la estructura del capital específico que poseen, determinan la estructura del campo que los determina, esto es, el estado de fuerzas que se ejerce sobre el conjunto de agentes” (ibíd.), comprometido en la producción y reproducción de conocimiento económico. Los agentes determinan el campo y son determinados por él.9 Actores individuales a) Investigadores en teoría económica, constructores de teorías cada vez más formalizadas. b) Investigadores aplicados (la mayoría de los practicantes). c) Divulgadores en los medios masivos de comunicación10
Las teorías walrasiano-paretianas se consideran kantiano-comtianas. Así como las decisiones macroeconómicas son determinadas por las estructuras macrosociales y éstas son a su vez deformadas por las decisiones macroeconómicas. El capital económico es importante únicamente para los actores colectivos. 8 9
En los medios masivos hay un segmento especializado en economía, como el Financial Times, el Wall Street Journal, The Economist, Bussines Week y, entre nosotros, Portafolio o Dinero, que trata temas económicos al mismo tiempo que temas de finanzas o administración y presenta información sobre el mundo de los negocios. 10
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Instituciones o actores colectivos
a) Centros de investigación económica. b) Escuelas de formación (sistemas de enseñanza) y sistemas de edición. c) Organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial, OCDE, OMC) que legitiman ciertas opciones teóricas, financian la investigación, demandan cientos de economistas e imponen pautas sobre el perfil de su perfil (la profesión) y sus prácticas.
Las instituciones económicas, en particular el sistema de enseñanza y los organismos multilaterales, forman “habitus científicos”, sistemas de generación de percepciones, de apropiación y de acción. Además de los organismos multilaterales, existen organismos nacionales como el Departamento del Tesoro de Estados Unidos o el Bundesbank además que, por su gravitación internacional, juegan un papel similar. En los países en desarrollo, los bancos centrales y los ministerios de finanzas sirven de correas de transmisión de la ciencia oficial. Los capitales presentes en el campo Capital simbólico idiosincrásico; capital cultural; capital social; capital de autoridad científica; capital económico y capital político. Cada agente individual y colectivo dispone de diferentes montos de capital. En términos generales, los que disponen de mayor volumen de capital simbólico ocupan la cima del campo. a) Capital financiero actual o potencial que se puede movilizar para adquirir otras formas de capital (grupos de apoyo, fundaciones, contratos de investigación, donaciones). b) Capital cultural que se puede descomponer en capital tecno-lógico, jurídico y organizacional (incluye el capital de información sobre el campo). c) Capital tecnológico o portafolio de recursos científicos (potencial de investigación) y de saber hacer eficaz. d) Capital social o capacidad para movilizar todo tipo de recursos, desde los financieros hasta los simbólicos, a través de una red de relaciones más o menos externa que produce una ventaja competitiva sobre otros agentes del campo11 e) Capital simbólico o dominio de recursos simbólicos, sustentado en el conocimiento y reconocimiento del agente. El prestigio social del agente o institución es más que la suma del prestigio de los agentes individuales. Cuanto mayor es la cantidad de capital financiero, organizacional y social mayor es la capacidad de un departamento de economía o centro de investigaciones para atraer profesores e investigadores destacados, con altos niveles de capital simbólico, prestigio y autoridad científica y, por tanto, para ocupar la cima de la estructura del campo. Por ejemplo, en los departamentos de economía que tienen los mayores niveles de 11
En otros términos, el conjunto de capital de las diferentes especies que pueden movilizar por procuración.
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calidad en la academia norteamericana12, los gastos por estudiante (un indicador de la cantidad de recursos movilizados) son muy superiores a los de los demás departamentos de Estados Unidos y el resto del mundo. Cuanto mayor es el prestigio y el reconocimiento (capacidad de nominación dentro del campo) mayor es la capacidad para movilizar recursos por procuración. Las donaciones (p. ej., las cátedras con el nombre de quien las financia), los contratos de investigación, los mayores recursos tecnológicos (facilidades de computación, bases de datos, bibliotecas, asistentes muy calificados, dotaciones y espacios), en suma, la mayor cantidad de recursos disponibles atrae y permite atraer profesores con altos niveles de capital simbólico y reconocimiento científico13. La dinámica del campo de la economía El discurso económico es el producto del funcionamiento de un campo cuya lógica está determinada doblemente: por las relaciones de fuerza que estructuran el campo y por la lógica interna de las acciones que limitan el espacio de lo posible y, con ello, el universo de las soluciones propiamente económicas. La muy desigual distribución del capital simbólico dentro del campo generó grandes tensiones en su interior. La consolidación de la teoría económica estándar (TES) como visión dominante dio lugar a una valorización de sus atributos: formalización, uso de métodos cuantitativos de comprobación y predominio de la forma sobre el contenido conceptual. Valorización que llevó ipso facto a la desvalorización de otras formas de capital simbólico más ligadas a las estructuras sociales de la economía (instituciones, acción humana, papel de la historia). Este proceso de valorización-desvalorización es, en cierta medida, oscilante y cíclico. Así, por ejemplo, del papel principal que la economía norteamericana atribuyó a las instituciones durante las cuatro primeras décadas del siglo XX se llegó a su práctica desaparición en el discurso de los economistas, para retornar con fuerza en la última década. Oscilación que, en algunos períodos, llevaba a valorizar positivamente el capital simbólico que permite aprehender y entender los fenómenos relacionados con las instituciones, y en otros se lo consideraba una desventaja, lo que producía desplazamientos en las posiciones de los agentes dentro del campo. Mientras que algunos consolidaban sus posiciones otros se veían desplazados, con sus consecuencias respectivas en reconocimiento y prestigio14. Desplazamientos que ocurren, las más de las veces, por “recomendaciones” de quienes están en la cima del poder en el campo (Kuhn, 1982). Por ejemplo, los fundadores de la teoría de las expectativas racionales eran conscientes de la sin salida de su programa de investigación y optaron por desarrollar un nuevo enfoque, el del crecimiento endógeno. Pero la regla es el encerramiento de la teoría en sí misma, la conversión de la teoría en doctrina, inmune a la evidencia empírica (Morín, 1991). La principal característica de la TES es que no es agonística. Prima el discurso normativo –con sus normas sobre el equilibrio, la homogeneidad– sobre el discurso descriptivo, lo que debilita su capacidad para describir los fenómenos económicos reales (Misas, 1993). En razón de que el campo de la economía es muy heterónomo, es deformado por campos como la política, el periodismo y, sobre todo, por poderes ligados al
Harvard, Chicago, Stanford, MIT, Yale y Columbia. El premio Nobel de Economía se otorga a economistas que hayan hecho portes importantes a la ciencia económica e, igualmente, que pertenezcan a departamentos de economía o centros de investigación de gran prestigio. 14 Y con la posibilidad de convertir el capital simbólico en otras formas de capital: político o económico. En las ciencias naturales, los avances teóricos en un campo y la construcción de nuevos hechos científicos llevan a que los agentes modifiquen, aun radicalmente, sus posiciones teóricas. En las ciencias sociales este fenómeno es menos frecuente. 12 13
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campo de las economías reales, la capacidad de los partidarios de la TES para plantear soluciones económicas a los problemas que aquejan a las economías reales es muy limitada. No olvidemos, sin embargo, que a lo largo de los años la TES ha construido una “capacidad socialmente reconocida para interpretar [...] un cuerpo de textos que consignan la visión legítima y recta del mundo social” (Bourdieu, 1987). Esta visión, como bien señaló Koopmans (1957), no corresponde a la complejidad de las economías modernas15. Mediante una combinación de lo normativo y lo positivo, la TES ha logrado –gracias a su heteronomía– construir esa capacidad socialmente construida de interpretar el mundo. La reglamentación de conflictos al interior del campo Un campo fragmentado, en el que la teoría dominante desconoce –de facto– que las demás corrientes de pensamiento sean científicas. Con esta exclusión, los conflictos internos se resuelven mediante la communis opinio doctorum y la cohesión social de los intérpretes.
La construcción de habitus científicos en el proceso de formación, la capacidad de las autoridades del campo para condicionar la carrera de los docentes jóvenes y el papel de los investigadores senior como pares de las revistas indexadas hacen posible que la opinión compartida de los doctores ejerza todo su peso y también la cohesión social del cuerpo de intérpretes. En sentido estricto, la gran mayoría de los miembros del campo son doxófobos, es decir, contribuyen de manera extensiva a ampliar los conocimientos dentro del campo pero no de manera intensiva, a crear nuevos conceptos, nuevos enfoques, nuevos métodos de análisis. Eso es normal, todas las ciencias se construyen por acumulación y ocasionales puntos de ruptura, como señaló Kuhn. La pretensión fundamental de una forma específica de juicio [...] es uno de los fundamentos de la complicidad, productora de convergencia y acumulación, que une al conjunto de los agentes que se ganan la vida mediante la producción y venta [de servicios económicos], a pesar de ser un conjunto fuertemente diferenciado en su interior y de que los agentes compiten por los mismos objetivos profesionales (Bourdieu, 1984, 167).
Economistas teóricos y prácticos Los economistas teóricos y los economistas prácticos (o profesionales) detentan diferentes tipos de capital simbólico, tienen intereses diversos y adoptan visiones muy diferentes en sus trabajos específicos de interpretación, lo cual “no excluye la complementariedad de sus funciones y de hecho sirve como base de una forma sutil de división del trabajo de dominación simbólica, en la que los adversarios, objetivamente cómplices, se ayudan mutuamente” (ibíd., 172). La aplicación del Consenso de Washington a las economías latinoamericanas es un buen ejemplo de articulación entre los economistas teóricos, pertenecientes a la Escuela de Chicago, y los economistas del FMI y el Banco Mundial, para impulsar una visión y una interpretación del funcionamiento de esas economías y un acuerdo acerca del tipo de reformas que habría que efectuar. Por su parte, los economistas prácticos de América Latina que actúan como policy makers, asesores y consultores, de
15
Sobre doctrina, ver Morín (1984, 96-109, y 1991, 129-150).
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los gobiernos y de los grupos privados, se unen al coro de funcionarios internacionales, para dar lugar a una forma sutil de dominación simbólica en los campos de la economía locales. En esta dominación, los profesores universitarios16 –también doxófobos en su gran mayoría– cumplen un papel decisivo en la transmisión de sistemas de apreciación y percepción favorables al discurso neoliberal (habitus científicos). RELACIONES ENTRE INSTITUCIONES Y ACTORES INDIVIDUALES En la segunda posguerra, el campo de la economía sufrió una profunda mutación (Coats, 1996); el rápido proceso de internacionalización de la economía tomó la forma de un proceso de universalización de las prácticas y percepciones de la academia norteamericana. La tradición de las escuelas nacionales –austriaca, sueca, alemana, francesa, inglesa, japonesa, india o latinoamericana– que, a partir de elementos generales de la economía clásica, desarrolló teorías completas para pensar e interpretar sus patrones de acumulación (o su evolución económica) y que fue muy sólida durante casi cien años (1850-1940), desapareció con la universalización de la teoría económica estándar, convertida por la academia estadounidense en la ciencia económica17. Academia que logró “el monopolio de la autoridad científica, definida inseparablemente como capacidad técnica y poder social” (Bourdieu, 1976, 12). ¿Quién le otorgó a la academia norteamericana el “monopolio de la competencia científica socialmente reconocida” para decidir qué es la ciencia económica? Ese reconocimiento se reduce a un conjunto de sabios, que deciden e imponen la definición de ciencia que más convenga a sus intereses estableciendo los problemas, las metodologías y las teorías que se pueden considerar científicas (Guérrien, 1991, y Coats, 1996). Como señaló Bourdieu (1976, 22), “la legitimación de las instancias de legitimación obtiene su legitimidad de la fuerza relativa de los grupos cuyos intereses expresan”. A comienzos de la segunda posguerra, el sistema de enseñanza universitaria e investigación en el campo de la economía de Europa continental estaba destruido o gravemente debilitado; los profesores y sus equipos de investigación se habían dispersado –muchos de ellos migraron a Estados Unidos– mientras que el sistema de educación superior norteamericano se fortaleció durante la guerra. Las tareas de la guerra llevaron a que los universitarios estadounidenses y los profesores extranjeros que se trasladaron a las universidades norteamericanas estudiaran problemas que hasta entonces no trataban los economistas. Se desarrollaron nuevos métodos de análisis: insumo producto, investigación de operaciones y teoría de juegos18. La academia estadounidense salió de la guerra con una gran capacidad técnica y un enorme poder social, de los que carecía la europea. Los economistas norteamericanos adquirieron un gigantesco poder simbólico, pues los problemas de asignación de recursos jugaron un papel central en el esfuerzo de la guerra. Muchos de los grandes economistas trabajaron en los centros de investigación militar que se crearon para enfrentar estos problemas. Una de las primeras aplicaciones de la programación lineal fue la dieta de los soldados estadounidenses.
Que en América Latina muy a menudo se desdoblan en policy makers, asesores y consultores del gobierno, los grupos de intereses y los organismos internacionales. 17 Trabajos seminales de Hicks (1934 y 1937) y Samuelson (1947), que fundan a escuela neoclásica. 18 Ver el libro de Stigler y Boulding (1968), una buena síntesis del desarrollo de la teoría económica durante la primera mitad del siglo XX (sobre estadística matemática se creó una oficina para el esfuerzo bélico; Friedman trabajó allí). 16
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Los principales retos de los economistas norteamericanos al inicio de la posguerra eran: la reconstrucción europea (Plan Marshall); la conversión de una economía de guerra en una economía civil (Estados Unidos); el problema de los países del Tercer Mundo (economía del desarrollo); la consolidación de un sistema internacional de pagos; la financiación de la acumulación de capital a nivel internacional, y la reconstitución de las redes de comercio internacional desarticuladas por la crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial. Retos que debían enfrentar en primera instancia los economistas, en particular los de la potencia vencedora19, y que llevaron a una rápida expansión de las escuelas de economía (escuelas de graduados) y a una reformulación de los programas de estudio y de las metodologías de enseñanza (Barber, 1996). Los cambios se generalizaron rápidamente a las escuelas de economía de Europa y, más tarde, del resto del mundo. La internacionalización de la economía o su “americanización”, como la designan algunos autores de los artículos del libro editado por Coats sobre la internacionalización de la economía a partir de 1945, no se logró por los méritos intrínsecos de las nuevas teorías sino gracias a las redes construidas y desarrolladas con ese propósito. Los cientos de becas que el gobierno de Estados Unidos otorgó a estudiantes europeos, y luego a indios y japoneses, para cursar estudios de posgrado –en particular doctorados– fue un primer paso, al que siguió la estrategia de profesores visitantes, mediante la cual profesores de universidades norteamericanas se desplazaron a diversos países (Inglaterra, Alemania, India, Corea, Chile, entre otros) para reformar o crear departamentos de economía a imagen y semejanza de los de Estados Unidos. La reproducción del campo: la formación de los economistas Hasta antes de la guerra, los economistas indios se formaban siguiendo los patrones de Oxford bridge y se dejaba margen al pensamiento económico local, a un desarrollo autónomo para tratar los problemas específicos de India. Con la americanización de la economía esa situación se modificó. Debido al tamaño del país, la política de becas para estudiar en Estados Unidos se complementó con profesores visitantes que, en asocio de economistas indios graduados en Estados Unidos, hacían cursos y seminarios para los profesores de las escuelas de economía y estudiantes de posgrado. Esos cursos se financiaron con fondos de la ayuda alimenticia (Public Law 480), así como la impresión masiva de libros de texto, particularmente el libro de Paul Samuelson. El caso de Chile es igualmente paradigmático. Para contrarrestar el pensamiento autónomo desarrollado por la CEPAL y los programas de investigación, formación avanzada y entrenamiento que mantenía desde sus inicios –y que contribuyeron a formar cientos de economistas en un paradigma distinto al de la TES, responsables técnicos de diferentes entidades gubernamentales (los latinócratas) y a educar a las nuevas generaciones de economistas–, el Departamento de Estado y las Fundaciones Rockfeller y Ford, con la ayuda de la Universidad de Chicago, desarrollaron una estrategia para que economistas chilenos recibieran becas y cursaran estudios de posgrado en Chicago (Harberger, 1996), y regresaran a Chile para trabajar en la Escuela de Economía de la Universidad Católica, con la que se firmó un convenio en 1955, el cual fue ampliado en 1965 para crear una 19
La Guerra Fría produjo una división en el campo de los economistas entre Este y Oeste. Los primeros no participaron en los organismos encargados de esas tareas (FMI, BM, OCDE, GATT) y, en consecuencia, las percepciones y hábitos generados por las prácticas de esas instituciones no los comprometieron.
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es-cuela latinoamericana de estudios de posgrado2013 que contrarrestara la experiencia de Escolatina de la Universidad de Chile, que contaba con el apoyo de la CEPAL. Como señaló Bourdieu, “los dominantes son aquellos que consiguen imponer la definición de la ciencia según la cual su realización más acabada consiste en tener, ser y hacer lo que ellos tienen, son o hacen” (Bourdieu, 1976, 20). La consolidación y la posterior dominación de la academia norteamericana en el campo internacional de la economía a partir de la segunda posguerra están asociadas a tres grandes eventos: la migración masiva de grandes economistas europeos a las universidades estadounidenses en los años treinta21, como consecuencia del ascenso de Hitler al poder; los avances en la formalización, las técnicas estadísticas y los nuevos desarrollos matemáticos durante la guerra (programación lineal, teoría de juegos), seguidos con entusiasmo por los jóvenes economistas, muchos de los cuales preparaban sus disertaciones doctorales22; y la consolidación de la Cowles Commission, integrada por un grupo de jóvenes investigadores provenientes de diferentes campos: física, matemáticas, estadística, economía, que le dio un gran impulso a la formalización en economía. Dos hechos poco señalados marcan el desarrollo de la economía matemática en los años cincuenta. Por un lado, el macartismo, que indujo a muchos economistas a dedicarse a temas esotéricos y abs-tractos para evitar problemas con los grupos de extrema derecha. Como Harry Jonson señaló años más tarde, “era prudente confinar su atención en los problemas ‘científicos’ y evitar a toda costa levantar sospechas acerca de su lealtad”23. Por otro lado, en plena Guerra Fría era fundamental consolidar la teoría neoclásica –fundamento de las políticas impulsadas por el gobierno norteamericano y el FMI– como única corriente científica de la economía, deslegitimando otros enfo-ques teóricos, en particular la economía política de origen marxista, muy arraigada entre los economistas europeos, especialmente en Francia e Italia; las corrientes historicistas en Alemania y keynesiana en Inglaterra; y las corrientes nacionalistas como el estructuralismo impulsado por la CEPAL. El divorcio creciente entre la teoría, las herramientas y el mundo real de la economía es el resultado de la concepción instrumental acerca de la formación de los economistas en la academia norteamericana – generalizada a los economistas de casi todo el mundo–; de ahí que en el reclutamiento de estudiantes en las escuelas de posgrado se privilegie a los que dominan la sintaxis del lenguaje matemático, por lo regular provenientes de pregrados diferentes de la economía, así no dominen la semántica del lenguaje económico. Por eso no es de extrañar que sólo una minoría de ellos logre aprehender las implicaciones económicas de los modelos matemáticos que utilizan, lo que ha convertido, sin lugar a dudas, a una generación de estudiantes brillantes en “sabios idiotas”, como temía la Comisión de Estudios de Posgrado en Economía (COGEE), hábiles
En 1965-1966 más de una docena de economistas colombianos recibió becas ara cursar estudios de maestría en esa escuela. 21 Entre ellos Koopmans, Leontief, Schumpeter, Marshack, Harbeler, Kuznets, Theil, Bhagwati, Hotelling, Lerner y Hayek. 22 Premios Nobel como Samuelson, Arrow, Klein y Friedman cuentan que desde a escuela secundaria se preocuparon por estudiar matemáticas, estadística y lógica, o que les permitió destacarse en sus estudios universitarios en áreas nuevas como a economía matemática y la econometría. Ver Breit y Spencer (1997). 23 Citado por Barber (1996). En igual sentido se han expresado varios premios Nobel. Ver Breit y Spencer (1997). Laurence Klein se refugió en Oxford durante este período. Como él señala, “dejé Michigan por la paz y la libertad académica de Oxford” (ibíd., 28). 20
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para manejar los instrumentos pero incapaces de pensar la economía real, sin mayor creatividad, sin capacidad para problematizar lo aprendido y dar sentido a los saberes adquiridos para interrogar la economía real. La franqueza de la Comisión al revelar las grandes falencias de la formación doctoral y la calidad del trabajo preparatorio del secretariado que apoyó sus deliberaciones contrastan con la debilidad de sus recomendaciones y sus conclusiones generales. Lo cual no es de extrañar, pues es una consecuencia lógica de los mecanismos de funcionamiento del campo. La Comisión surgió por decisión de las cimas del poder (la presidencia de la American Economic Association, AEA), que la convocó después de un amplio consenso entre los agentes más destacados acerca de la necesidad de evaluar –como se había hecho en el pasado– la formación de los economistas. La Comisión fue integrada por doce destacados representantes del campo, con altos niveles de acumulación de capital simbólico, autoridad científica, reconocimiento y prestigio internacional24. Competentes en su calidad de economistas de prestigio y en su calidad de representantes de las escuelas más prestigiosas, es decir, de las cimas de poder en el campo. En esas circunstancias, era casi imposible que la COGEE cuestionara los fundamentos de la formación de los economistas –la reproducción de los agentes del campo–, pues ello implicaba cuestionar la estructura del campo, poner en duda el volumen de capital simbólico acumulado durante décadas, desvalorizarlo y comprometer su propia posición. Implicaba, además, cuestionar los habitus adquiridos en el proceso de formación en las escuelas de doctorado. Es decir, cuestionar las estructuras objetivadas de percepción y apreciación, y las habilidades desarrolladas en el proceso de aprendizaje. Habitus que son “un principio de diferenciación y de selección que tiende a conservar aquello que lo confirma, afirmándose, así como una potencialidad que tiende a asegurar las condiciones de su propia realización” (Bourdieu, 2000, 264). La idea central del bloque dominante (communis doctorum opinio) es desacreditar a sus opositores, debilitar su credibilidad, poner en duda su competencia científica. En las condiciones de exclusión que caracterizan al campo de la economía en la actualidad, aceptar la discusión serena de los diferentes puntos de vista y examinar los fundamentos epistemológicos de las teorías dominantes es compro-meter el monopolio de la competencia científica, su capacidad para imponer la definición de ciencia, esto es, para delimitar los problemas, seleccionar las metodologías y decidir qué teorías se pueden considerar científicas, según convenga a sus intereses. Por el contrario, el creciente divorcio entre los hechos económicos (el mundo real de la economía) y la manera como los describe la TES exige reforzar la communis doctorum opinio, como ha señalado Leontief. Por ejemplo, ampliar la delimitación del campo de modo que se pueda aprehender lo económico como hecho social total, es decir, aprehenderlo en todas sus dimensiones, implicaría movilizar un conjunto de saberes (historia, sociología, antropología, ciencias jurídicas) –como pretenden las teorías regulacionistas, de las convenciones y otras variantes institucionalistas– y cuestionar las metodologías utilizadas. Lo primero implicaría valorizar unos saberes poco usuales entre los seguidores de la corriente principal, pero aprovechados, en diversos grados, entre los seguidores de otras corrientes de pensamiento, lo que modificaría profundamente la distribución de capital simbólico dentro del campo, su estructura, sus vectores de fuerza y las posiciones de los Tres han sido galardonados con el premio Nobel: Arrow, Lucas y Stiglitz; la presidenta de la Comisión, Anne Krueger, es hoy vicepresidenta del FMI. En el momento de creación de la Comisión ocho miembros pertenecían a las seis escuelas de economía de primer nivel, dos a escuelas de segundo nivel y uno a una escuela de tercer nivel. 24
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agentes. Introducir nuevos métodos de análisis implicaría, ipso facto, desvalorizar el capital simbólico acumulado en los métodos que perderían pertinencia. Todo lo cual daría lugar a una pérdida de visibilidad, reconocimiento y autoridad de quienes verían desvalorizar el capital simbólico acumulado en su carrera profesional y a una mejora apreciable de aquellos a quienes las nuevas condiciones les permitirían valorizar su capital simbólico a tasas mayores que en el pasado. Como cualquier tipo de capital se puede transformar en otras clases de capital (político, económico), la desvalorización del capital simbólico que implicaría la ampliación del espacio de delimitación de los problemas se vería reflejada, a su vez, en una desvalorización de su capacidad para convertirse en capital económico o en capital político. Sin embargo, es claro que las estrategias individuales de los agentes en defensa de sus intereses teóricos tienen motivaciones diferentes al mero cálculo interesado en modificar o preservar su posición en el campo, se apoyan en sistemas de percepción y apreciación y en acciones formadas mediante la acción pedagógica, en habitus construidos a través de la formación y desarrollados mediante el trabajo de investigación.
Las publicaciones Un reducido número de departamentos y centros de investigación controla una parte apreciable del capital del campo, esto les confiere poder sobre los departamentos menos dotados y eleva las barreras a la entrada. El poder de los oligopolistas lleva a que sus productos, en particular sus diplomas, tengan un valor más elevado que los de los demás agentes25. Incluso la producción científica de sus docentes e investigadores (libros, artículos, manuales) es más valorada por los miembros del campo que la producción de libros de texto y libros de divulgación de sus colegas de escuelas de menos prestigio. La simple mención de que un autor pertenece a una escuela de prestigio (Harvard, Chicago) es un gancho que promueve las ventas. Los editores son conscientes de este hecho y prefieren publicar a autores que pertenecen a estas escuelas que a los de establecimientos menos reconocidos26. En el caso de la publicación de artículos en revistas indexadas la causalidad no es muy clara (para mí). El hecho es que existe un alto grado de endogamia en las principales revistas. Por ejemplo, en el Journal of Political Economy los artículos firmados por profesores o egresados de la Universidad de Chicago priman sobre los de otras procedencias; igual sucede en el Quarterly Journal of Economics y los departamentos de economía de Harvard y MIT. Los profesores de los diez departamentos de economía más prestigiosos forman el grueso del grupo de autores de artículos publicados en las primeras quince revistas indexadas, según volumen de citaciones, y conforman el núcleo central de miembros de los comités de redacción, de lectura y dirección y, posiblemente, de árbitros de esas revistas27. El Science Citation Index28 clasifica o indexa las revistas científicas por su impacto en las comunidades respectivas; en el campo de la economía, la indexación cubre casi 190 revistas, el 50% publicado por grandes Los egresados de las escuelas de alto nivel de reconocimiento obtienen empleo más rápido y son mejor remunerados que los egresados de otras escuelas. 26 Lo que es más evidente cuando se trata de traducciones a otros idiomas. 27 El nombre y la pertenencia de los árbitros de cada revista no son accesibles, pero se pueden inferir de los conjuntos anteriores. 28 Sin duda el más prestigioso en el mundo académico y científico. 25
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casas editoriales como Blackwell con 25 títulos, Academic Press con 9, Elsevier con 23 o Kluwer con 17. La indexación es una herramienta útil para conocer el impacto de una publicación en la comunidad académica y científica, pero no está exenta de problemas; en el campo de la economía se destaca una doble exclusión: por una parte, la preferencia por un paradigma teórico y el rechazo a considerar otras formas de concebir la investigación y, por otra, el que la selección abarca, casi exclusivamente, publicaciones en inglés, y deja de lado tradiciones importantes como las de Alemania, Francia o Italia, cuyas comunidades académicas suelen usar su propio idioma como vehículo de expresión de su trabajo científico. El impacto de una publicación se mide por el número de citas de artículos publicados en esa revista durante cierto período de tiempo que figuran en las revistas indexadas. Unas pocas revistas concentran una alta proporción de las citas a las que recurre la comunidad académica y científica en la presentación de sus investigaciones. Cuadro 1 Impacto de las revistas económicas según citaciones Revistas Más citada Cinco más citadas Quince más citadas Total de citas
Número de citas 10.083 33.442 53.864 111.114
% 9,1 30,1 48,4 100,0
Fuente: Esencial Science Indicators, ISI
Quince revistas conforman el núcleo de las citaciones, con cerca de la mitad del total. Éstas constituyen el punto de referencia para construir el discurso sabio de los economistas. Las cinco primeras se distinguen por la enorme diferencia entre el número de veces que son citadas en otras revistas y el número de veces que citan a otras revistas. Diferencia altamente positiva que indica que este subconjunto de publicaciones es el corazón del dispositivo que desarrolló el paradigma dominante en el campo económico. Son el referente teórico para las investigaciones que se publican en las revistas indexadas y constituyen el sustrato de la formación de los economistas en el mundo entero. Cuadro 2 Las cinco revistas más citadas Nombre American Economic Review Econometrica Journal of Political Economy Quarterly Journal of Economics Journal of Financial Economics
Publicado por American Economic Association Econometric Society Chicago University MIT Elsevier Science Books*
Fuente: Essential Science Indicators, ISI.
* En colaboración con la Universidad de Rochester.
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País USA UK USA USA USA
Es citada 10.089 8.720 7.041 4.955 3.093
Cita 3.471 1.393 1.297 1.997 1.719
Los autores que publican en estas cinco revistas, los miembros de sus consejos de redacción y los jurados de selección provienen, en su mayoría, de una docena de escuelas de economía norteamericanas (Coupé, 2001), que desde los años setenta –y mucho antes, como la Universidad de Chicago– han impulsado el paradigma liberal en el campo de la economía, el cual da preeminencia al mercado y propugna por reducir el papel regulador del Estado. No es extraño, en consecuencia, que la literatura publicada en estas revistas se caracterice por no cuestionar el paradigma dominante; un alto grado de formalización y uso de técnicas cuantitativas refinadas sin mayor preocupación por las bases teóricas y epistemológicas que sustentan sus análisis; el privilegio de análisis de corte transversal para comparar países, regiones o situaciones, ignorando sus condiciones locales, sus instituciones, sus trayectorias históricas; y el empleo de herramientas simples de la microeconomía para analizar fenómenos complejos externos al campo de la economía, como la guerra, las relaciones familiares, la criminalidad, la política y la sexualidad29. El hecho de que cinco revistas sean más citadas de lo que citan a otras indica un alto grado de concentración del capital en el campo (simbólico en particular) y de concentración de la capacidad de nominación. Unas pocas revistas, unas decenas de autores y una decena de departamentos de economía tienen el poder de nominación. La construcción de redes extra-académicas para reforzar la posición La ciencia de la economía como ciencia arquetípica del poder –el campo de la economía– ha recurrido, desde su formación como campo heterónomo30, a la conformación de redes de apoyo en los mundos de la política y de los negocios. No en vano la teoría económica se sustenta en dos pilares: la economía positiva y la economía normativa31. A partir de esta última ha tratado siempre de construir nuevos universales o nuevos referentes a los que se deben asimilar los agentes económicos, bien sean consumidores, empresas o gobiernos. El campo de la economía se mueve entre la autonomía y la heteronomía, entre las dinámicas propias del campo y las restricciones impuestas por su entorno (demandas sociales). En estas circunstancias, es normal que existan diversos puntos de vista sobre los aspectos cruciales de los fenómenos económicos, diversas teorías, lo que impide construir referentes universales acerca del comportamiento de los agentes económicos. Esa lucha, que Heidegger llamó “interpretación pública de la realidad”32, ha llevado en el campo de la economía a que los dominantes usurpen esa “interpretación pública de la realidad” económica y excluyan otras interpretaciones, y a que funden “su autoridad científica sobre una organización colectiva autoritaria con el propósito de mantener la creencia colectiva y la disciplina –como señaló Leontief (1982)– de los miembros más jóvenes de la universidad” (Bourdieu, 2001, 149). La confrontación Este-Oeste fue intensa en el campo de la economía puesto que en campos con autonomía débil, como el de la economía, inmersos en las relaciones sociales, las grandes revoluciones teóricas revolucionan las políticas y modifican la “visión del mundo en todas sus dimensiones” (ibíd., 169). La academia norteamericana –dominante al concluir la guerra– enfrentó la confrontación Este-Oeste excluyendo o Ver, por ejemplo, Edlund y Korn (2002). Desde la segunda mitad del siglo XIX. 31 Las ciencias naturales, y en gran medida las ciencias sociales, son positivas; describen fenómenos y no intentan determinar cuál debería ser el comportamiento de esos fenómenos. 32 Citado por Bourdieu (1984, 84). 29 30
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marginando en el frente interno a las corrientes críticas, para lo cual no vaciló en aliarse al mundo político33 y a otros intereses extraacadémicos. Paul Baran fue marginado en Stanford (Sweezy y Magdoff, 1971), el decano Bowen expulsado de la Universidad de Illinois con todos los profesores que había contratado, entre ellos Franco Modigliani (Breit y Spencer, 1997), L. Klein tuvo que exiliarse durante largo tiempo en Cambridge, Lauchlin Currie tuvo que dejar la academia norteamericana –después de ser consejero de Roosevelt– y radicarse en Colombia (Sandilans, 1990), y Paul Sweezy fue obligado a dejar Harvard (Bellamy, 2002). La suerte que corrieron éstos y otros economistas llevó a que la gran mayoría de los agentes del campo reflexionara sobre otras temáticas menos sujetas a controversia, sobre todo extraacadémicas, como recuerda Harry Johnson34. No es coincidencia que el auge de la economía matemática a comienzos de los cincuenta coincidiera con el período del macartismo y lo más álgido de la Guerra Fría. En el frente externo fue clara la asociación entre la academia norteamericana, el Departamento de Estado, las fundaciones (Ford, Rockefeller, Kellogg, etc.) y la CIA. “La táctica en Latinoamérica consistió en adelantar la política ‘amigos de América’ y la exportación de conocimiento estadounidense, en particular, pero no únicamente, en economía” (Dezalay y Garth, 2002, 108). Táctica que se siguió en la India y luego se extendió a los países asiáticos y africanos, y que se inició en los países europeos al finalizar la guerra. “Desde los años cincuenta y sesenta, tal relación parecía bastante natural (entre organizaciones de la sociedad civil y la cia). En realidad, existía poca diferencia entre la Fundación Ford, la CIA, el Departamento de Estado e incluso las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, en términos de su enfoque en relación con la Guerra Fría” (ibíd.). Como señalan Dezalay y Garth, estas acciones conjuntas entre instituciones públicas (Departamento de Estado y CIA), fundaciones filantrópicas ligadas al gran capital y academia se proponían “construir un consorcio cuyo objetivo era inocular al mundo contra el contagio comunista y allanar el paso a favor de los intereses de la política exterior estadounidense” (ibíd., 107). La internacionalización del campo de la economía, o mejor su americanización, respondió claramente a los intereses de la política exterior estadounidense; de ahí la conjunción de intereses entre poderes públicos, fundaciones filantrópicas del gran capital y universidades de alto prestigio. La economía es un campo científico con débil autonomía, debido a su profunda inserción en las relaciones sociales, y sufre, por tanto, fuertes presiones de fuerzas externas para problematizar unos temas e ignorar otros. Es lo que se conoce técnicamente como “demandas sociales” al campo. Mientras que algunos actores sociales le demandan pronunciarse sobre ciertos temas, y en un sentido determinado, otros le reclaman pronunciarse en sentido contrario o sobre otros temas. El campo está atravesado por las tensiones y contradicciones que signan las relaciones entre actores sociales en una sociedad determinada y en un momento determinado de su historia. La ciencia económica procura explicar las prácticas económicas o, en otros términos, descubrir la actividad económica. Actividad que comprende el estudio de las maneras de asignar recursos para la producción de bienes y servicios, los sistemas de distribución del producto entre los miembros de la sociedad o distribución del ingreso, las formas de acceder a los recursos productivos (derechos de propiedad), y de consumir los bienes y servicios que produce la sociedad. Para explicar las prácticas económicas es necesario, entonces, considerar 33
El macartismo jugó un papel apreciable en la orientación de la economía, como señaló Harry Johnson.
34
Citado por Barber (1996).
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en alguna medida las principales relaciones sociales que unen a los miembros de una sociedad. El campo de la economía atraviesa el entramado de relaciones que constituyen a una sociedad. Sin embargo, la corriente principal de la ciencia económica ha opta-do por un camino diferente para describir las prácticas económicas, que evita enfrentar las tensiones de la concepción agonística de la vieja economía política (Smith, Ricardo, Marx)35. Con miras a describir estas prácticas, la tesis parte de dos postulados que considera evidentes36: que el mercado es el mecanismo óptimo para organizar la producción y el intercambio, y que la economía es regida por leyes naturales que no deben ser interferidas por la acción del gobierno. Concepción que reposa, como señala Louis Dumont (1977, 15), en “la separación radical de los aspectos económicos del tejido social y la construcción de un dominio autónomo”. En la tesis, la descripción de los hechos económicos está mediada por la concepción normativa del comportamiento que deberían seguir los agentes económicos, fundada en la concepción de homo economicus y de acción racional que da la ilusión de universalidad ahistórica a las categorías y conceptos de la economía neoclásica. Ciencia del orden, la armonía y el equilibrio. Como bien señaló Eric Hobsbawm (1995, 234), “la Guerra Fría se basaba en la creencia occidental, absurda vista desde el presente, pero muy lógica tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, de que la era de las catástrofes no se había acabado en modo alguno; que el futuro de capitalismo mundial y de la sociedad liberal distaba mucho de estar garantizado”. Gran parte de los economistas y diplomáticos norteamericanos esperaban una profunda crisis económica en Estados Unidos y Europa al finalizar la guerra37. Muchos de los responsables del Plan Marshall dudaban que las economías de Europa occidental se pudieran recuperar, en corto tiempo, para hacer frente a las demandas de la sociedad (alimentos, techo, empleo) y que esas sociedades no sucumbieran “a los cantos de sirena de la revolución social y de políticas económicas incompatibles con el sistema internacional de libertad de empresa, libre mercado y libre movimiento de capitales” (ibíd.). En esas circunstancias lo que menos interesaba a la élite en el poder, en Estados Unidos y entre sus aliados occidentales, era una ciencia económica agonística, que problematizara temas como la planificación económica, la intervención del Estado en la economía, la distribución del ingreso, la propiedad de los medios de producción o las relaciones de intercambio entre países desarrollados y países del Tercer Mundo en proceso de descolonización38. Que, por lo demás, eran temas que diferentes escuelas (marxistas, heterodoxas, keynesianas de izquierda) o instituciones adscritas a la recién creada Organización de las Naciones Unidas venían desarrollando al inicio de la posguerra. En este sentido, las teorías que desarrollaron Hicks (1939) y Samuelson (1947) –padres de la teoría neoclásica–, en las que la ciencia económica es un campo autónomo desconectado de su matriz social, regido por leyes naturales, que no debe interferir la acción del gobierno, y en las que el mercado, gracias al sistema de precios, es el mecanismo óptimo para organizar la producción y el intercambio, eran funcionales a los intereses de la élite en el poder. La tes permitía evacuar del análisis los problemas relacionados con el desarrollo de las instituciones y con la desigual distribución de poder entre agentes económicos; las pugnas distributivas –que ocupaban parte En sentido metafórico, porque estas tensiones están presentes en la sociedad, lo reconozcan o no los economistas. La economía neoclásica es una ciencia del orden, la armonía y el equilibrio. Ver Prigogine y Stengers (1990), Lichnerowicz, Perroux y Gadoffre (1977) y Samuels (1995). 37 A este respecto es ilustrativa la tesis de Samuelson, citada por Hobsbawm (1995, 234). 35 36
38
Ver la polémica desatada por J. Viner (Universidad de Chicago) contra las tesis de Prebisch y Singer
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apreciable de las teorías de los clásicos– se eludían afirmando que no había ninguna dificultad en la medida en que el sistema de precios funcionara en un mundo de competencia perfecta y el salario fuera igual a la productividad marginal del trabajo. Los factores se remunerarían de acuerdo con su productividad marginal. En consecuencia, no es extraño el apoyo que dieron a este programa de investigación las fundaciones ligadas al gran capital y las grandes corporaciones que donaron fondos a las universidades, ni el papel que jugaron el Departamento de Estado y la CIA en su exportación, primero a los países de Europa occidental y luego a los del Tercer Mundo. Como señaló Bourdieu (2001, 173), “la verdad científica no se impone por sí misma, es decir, por la sola fuerza de la razón argumentativa”. No podemos dudar que la ciencia económica es una cons trucción social de una construcción social. Las redes extraacadémicas construidas y movilizadas para apoyar este programa de investigación (créditos, difusión, reconocimiento) jugaron un papel muy importante para consolidar su posición en el campo de la economía. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.
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6.2. LA ADMINISTRACIÓN Algunos problemas de la investigación en administración39 José Gabriel Carvajal Orozco40 El presente documento contiene parte de la reflexión del autor sobre la investigación en administración. Los argumentos expuestos comprometen solo su opinión y se han conformado a partir de su experiencia universitaria y de la interacción con la comunidad nacional. Su contenido retoma algunos elementos críticos de discusiones anteriores frente a los que obliga repetir, y pretende allegar algunos, no nuevos, pero poco ventilados. Los argumentos y el diálogo mediado por la razón, y no por intereses particulares, por la tradición o la autoridad, señalarán el norte de nuestra comunidad. La modernidad, en su ideario, ha promocionado el mito del progreso del conocimiento. Pero tal ideario de libertad, igualdad y fraternidad ha resultado en uno de productividad, rentabilidad y eficacia41. En el contexto actual, para las escuelas de administración ya no representa un reto la generación de una riqueza que se concentra, atenta contra la dignidad humana y contra la sostenibilidad42. El reto para las escuelas de administración es trabajar sobre sujetos conscientes de esta problemática y capaces de formularle alternativas. Una discusión sobre la investigación en administración debe considerar este contexto. Se argumenta a favor de tres tesis: A. Cambiar la realidad de la investigación en administración requiere cambios en la formación de administradores. B. La formación en investigación es un imperativo en todos los niveles de formación en administración. C. Es necesario considerar la formación en la práctica filosófica y en ciencias humanas y sociales como ejes centrales de los currículos para cambiar la realidad de la investigación en administración.
Calderón, G. & Castaño, G.A. (2010). Investigación en administración: conocimiento para el bienestar de las personas y el desarrollo de las organizaciones. Bogotá, Colombia, editorial Universidad nacional de Colombia. p. 11-17 40 Profesor asociado, Facultad de Administración, Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales.
[email protected]. 41 Tesis de Victoria Camps en conferencia dictada en la sede de Manizales de la Universidad Nacional De Colombia, en 2006, como parte de la gira que hizo por el país. 42 Para profundizar en esta discusión recuérdense, por ejemplo, los conocidos trabajos de Ornar Aktouf (2000 y 2001) en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal. 39
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Algunos elementos del contexto de la investigación en administración Un propósito que se generaliza en las escuelas de administración es postular la investigación como eje importante de su actividad. El reposicionamiento demanda de nuevos recursos. Con los actuales, un mejoramiento significativo termina en deterioro de la calidad y sobrecargas para los profesores. Este propósito contrasta con la concepción, que encuentra excepciones, respecto a que no es la finalidad del pregrado desarrollar la capacidad investigativa. Parece que se olvida que es allí donde se ofrecen los fundamentos a los futuros investigadores. El profesor Francisco López Gallego expuso en el Congreso anterior, en este mismo escenario: "nada más peligroso y castrante que los metodólogos y protocolistas que están convencidos de que el administrador debe ser un investigador" (López, 2005). En contravía parcial con el profesor López, es necesario revisar la política sobre la formación y la actividad investigativa en el pregrado; si bien no todos los estudiantes serán "investigadores", la formación investigativa los habilita para abordar sistemáticamente la realidad de la cual se van a ocupar. La formación en investigación, hoy, no es decidible para las escuelas de administración, es un imperativo43 La investigación exige más que buena voluntad de sus docentes y estudiantes, requiere de un diagnóstico, una definición de prioridades, el diseño y la ejecución de un programa de formación y calificación de sus futuros investigadores y de los actuales. A los miembros de una comunidad académica no puede pedírseles resulta-dos que no son posibles desde su formación. No se puede investigar más allá de lo que la formación permite. Si se quiere cambiar la realidad de la investigación en administración, se debe revisar lo relacionado con la formación. Resulta injusto criticar cuando el proceso no ha provisto condiciones para percibir una nueva realidad y decidir en razón si desiste o no de una concepción, una postura y unas prácticas44 . Pero es necesario ventilar esta dificultad.
Formación e investigación Parece razonable la tesis de que los objetos de estudio de la administración son las organizaciones, la administración misma, y la dinámica de relación entre las organizaciones y su entorno. Esto definiría como eje
¿Al ejercer la profesión de administrador no se desarrollan pues procesos de cono-cimiento y de formulación de alternativas a la realidad de las organizaciones? ¿No es esto con lo que los perfiles, inclusive los más técnicos, se comprometen? ¿No es el administrador un sujeto que se aplica en la cotidianidad a la tarea de conocer, interpretar y reinterpretar la dinámica realidad de las organizaciones, para poder intervenirla? ¿No depende la calidad de tal intervención del "conocimiento" que el administrador construya de esta realidad? 44 Se pueden identificar, desde los profesionales en administración o en áreas funcionales de la organización, propuestas recientes que concluyen de igual forma que los economistas del siglo xix, los ingenieros de comienzo del siglo xx o los científicos sociales de la primera mitad de dicho siglo. Algunas de estas propuestas, ofrecidas como novedad han sido éxito editorial. 43
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de los currículos las aproximaciones a estos objetos. A ellos se llega desde la psicología, la sociología, la antropología, la lingüística, la economía y las áreas funcionales. Puntos de partida con los que se comparte objeto, disciplinas algunas de las cuales la administración se nutre, y que para su abordaje se requiere de una fundamentación adecuada. Si se acepta lo anterior, las teorías de la organización y las teorías de la administración deberían convertirse en el eje de los planes de estudio y considerar la fundamentación necesaria en lo general: epistemología, lógica, lingüística, y en lo específico: psicología, sociología, antropología, ética y áreas funcionales; que formen con seriedad y profundidad en las teorías que abordan sus objetos para luego desarrollar de manera competente actividad investigativa45. Las organizaciones representan un fenómeno económico, también técnico, también legal; pero su ontología es la de realidad humana y socialmente construida. Sobre esta realidad es que debe construirse la identidad de la ad-ministración como disciplina y profesión. La investigación de las organizaciones como fenómenos humanos, creados socialmente y cuyo componente necesario y suficiente es el hombre, va a permitir la diferenciación de la administración con las disciplinas con que se comparte objeto de estudio. Las organizaciones representan un fenómeno económico, también técnico, también legal; pero su ontología es la de realidad humana y socialmente construida. Sobre esta realidad es que debe construirse la identidad de la ad-ministración como disciplina y profesión46. La investigación de las organizaciones como fenómenos humanos, creados socialmente y cuyo componente necesario y suficiente es el hombre, va a permitir la diferenciación de la administración con las disciplinas con que se comparte objeto de estudio. La formación en administración debe permitir acceder al conocimiento nuclear sobre el hombre, sus rasgos característicos y la realidad que él construye y vive en lo cotidiano de las organizaciones, una realidad específicamente simbólica, de significado, así como las condiciones que la hacen posible. La investigación en administración es la que se ocupa de los objetos de estudio de la disciplina.
La investigación sobre organizaciones y administración Respecto a las organizaciones actuales, se encuentran investigaciones especialmente descriptivas, heterogéneas en concepción epistémica, referente teórico, operacionalización de variables, aspectos procedimentales, presentación de resultados y con desconexión de esfuerzos. Los impactos de esta situación, denunciada más de dos décadas atrás por actores de diferentes países, resultan nefastos para la construcción de comunidades académicas47. Es necesario trabajar en la construcción de un marco común pero plural respecto al significado de los términos investigación, investigador, formación en investigación, ciencia, Esta perspectiva acepta que la administración es una disciplina social, que trasciende el ámbito de la economía y el derecho; o la contabilidad y las finanzas, o los problemas de la producción y su optimización; y reconoce otras que, para el proceso de comprender e intervenir la realidad organizacional, se hacen necesarias y representan una muy baja o nula participación en los planes de estudio. 46 En una "síntesis" de diversas áreas, como lo muestran muchos planes de estudio que se componen de subconjuntos de asignaturas, coherentes en el interior de cada subconjunto, pero con muy poca conexión entre ellos. El elemento diferenciador del profesional en administración es "saber un poco de todas las áreas de la organización". 47 No se propone la conformación de una única comunidad. Pero si la conformación y el fortalecimiento de comunidades a las que pueda social y académicamente solicitar responsabilidad por el uso de los recursos y el impacto de sus productos y el fortalecimiento. 45
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científico, investigación formativa e investigación aplicada, entre otros. Esta comunidad de significado permitirá que se acerquen en comprensión los grupos de trabajo existentes e identificar sus diferencias fundacionales. La discusión sobre investigación en administración debe preguntar por las características de las organizaciones de nuestro futuro48, de cara a responder a los retos que se imponen. Estos problemas no se pueden resolver solo con la observación y la descripción de cómo son las organizaciones o cómo es la actividad de racionalización dentro de ellas, es decir, cómo es su administración.
La importancia de la formación en filosofía El trabajo filosófico ataca problemas conceptuales. En administración no son frecuentes los esfuerzos para profundizar en el plano de los conceptos. Hay poco avance en lo teórico; el avance que se hace es muy lento, existe muy poca valoración de este tipo de trabajo y el escepticismo aparece como lugar común. En la actualidad existe poco auditorio y poca divulgación de esta producción. Ella compite en desigualdad con los trabajos empírico-analíticos. La visión que tiene Colciencias del trabajo de investigación científica o de ciencia, se corresponde con este tipo. Esa concepción representa una restricción significativa. La escasa profundidad conceptual en administración es un reconocimiento de vieja data, es la descripción de una situación que no ha cambiado de manera significativa. En esto se ha avanzado un poco y las razones para la permanencia de esta situación son de diversa índole. Como se dijo, la filosofía de la administración se aplica sobre preguntas conceptuales49, no sobre preguntas empíricas. ¿Cuál sería la diferencia entre estas dos?; una cosa es preguntar ¿cómo son las organizaciones? y otra ¿qué son las organizaciones? La pregunta por ¿cómo son? obliga a observarlas, "analizarlas", tabular esta información, graficarla o realizar estimaciones, entre otras cosas. Cuando se pregunta ¿qué son?, se enfrenta un problema que es independiente de los rasgos específicos que esas organizaciones tengan50
Otros problemas de la actividad investigativa en administración En Colombia se debe trabajar en la superación de los estigmas que el actual sistema de ciencia y tecnología ha impuesto a las investigaciones de carácter cualitativo y teórico, prefiriendo de manera abierta una concepción positivista a ultranza, que solo reconoce valor científico a los estudios empírico-analíticos que cumplen con los mínimos estadísticos requeridos para aceptar una "validez" en ocasiones discutible, con un mínimo de referencias o fuentes de rasgos determinados, o con una estructura específica definida, con lo que se logra el objetivo de mecanización de la actividad académica, tan deseable por quienes entienden la estandarización como la única forma de controlar la actividad humana, y que para el caso colombiano parece presente en los No solo referido a la caracterización de la gran corporación, sino en especial de nuestras empresas locales que en su mayor parte no corresponden a esta tipología. 49 ¿De qué se ocupa la filosofía de la administración? Se ocupa de los problemas ontológicos, epistemológicos y éticos relacionados con sus objetos de estudio. 50 Cuando se reflexiona sobre, por ejemplo, cuáles son las condiciones necesarias para que exista una organización, lo que menos se hace es ir a verlas, no se trata de una pregunta empírica, se trata de una pregunta conceptual, de un problema fundamentalmente a priori, por fuera de la experiencia; entonces, no se requiere aplicar encuestas ni preparar estadísticas. 48
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que actualmente administran el sistema en lo nacional, desechando los trabajos que no responden a tal concepción. ¿Estamos obligados (para poder sobrevivir) a compartir esta visión de ciencia? Ella es la base para juzgar la productividad, la pertinencia y la calidad de las investigaciones y los investigadores, la asignación de los recursos, la indexación de las revistas y el reconocimiento de estímulos. En este contexto, cuando se trabaja sobre los problemas conceptuales, se reducen los espacios para publicar, más si los indicadores establecidos marginan varios de los intentos editoriales, haciendo muy reducido el número de revistas indexadas; esto para una comunidad que muestra un importante crecimiento en cantidad, calidad y diversidad de productos. Parece que los agentes de la política investigativa del Estado dudan que los administradores seamos capaces de generar algún avance teórico-conceptual, o su concepción de la ciencia es anacrónica. Resulta preocupante que la administración no aparece como nicho de desarrollo, así como tampoco las ciencias sociales, ni en Colombia, ni en Latinoamérica. De igual manera, la administración no aparece como área estratégica para Colombia. Este posicionamiento es problemático para nuestra comunidad y quizás esté en función del avance real que en el área se ha logrado y de su impacto en nuestras sociedades. Los investigadores en administración damos uno o varios de los siguientes saltos "mortales": 1
Pasamos de marcos teóricos poco profundos a encuestas o entrevistas, donde se operacionalizan los conceptos que intervienen en las investigaciones. ¿Cómo se prueba el valor del lenguaje allí utilizado para obtener lo deseado?
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Entregamos los instrumentos a gerentes y directores de grupos de trabajo para que ellos (su objeto) se caractericen a sí mismos. ¿Es esta la tarea de un investigador?
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Pasamos de la descripción a las prescripciones. ¿Hasta qué punto el proceder inductivo tiene valor en la investigación sobre la realidad humana y social? ¿Las pruebas estadísticas pueden remplazar la "consistencia" conceptual?
Para terminar, piense si usted tiene mínimamente resueltos los problemas ontológicos, epistemológicos y éticos que guían su actividad.
Referencias bibliográficas Aktouf, O. Administración entre tradición y renovación. Colombia: Univalle. 2000. Aktouf, O. La estrategia del avestruz racional. Colombia: Univalle. 2001. Brooks, L. J. Corporate codes of ethics. Journal of Business Ethics, 8 (2-3). 1989, pp. 117-129.
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Doxa y episteme en la generación del conocimiento administrativo51 Francisco López Gallego52 En "El Banquete del Amor" de Platón, Sócrates les aclara a sus compañeros de libación, a sus contertulios, que existe un punto intermedio entre el saber verdadero (la episteme theoretiqué: aquel conocimiento que a diferencia de la thecné, no sólo es susceptible de aplicarse sino también de transmitirse) y la ignorancia absoluta. Reconoce un amable punto a mitad de camino al que denomina bajo el designador de la "doxa", la opinión verdadera. Admite además que alguien puede, incurriendo en la doxa, estar en lo cierto sin saberlo o sin saber cómo lo sabe: "de lo que no puede ser demostrado, algo verdadero empero puede ser dicho" y alguno en otro lugar completaba: "y de lo que no puede ser dicho, algo verdadero empero puede ser mostrado". Por eso debo primero reconocer unas buenas dosis de irresponsabilidad y de vanidad de mi parte al aceptar una invitación para hablar de la generación del conocimiento administrativo en América Latina, cuando nunca he realizado una investigación rigurosa sobre el tema, por lo menos en el ámbito latinoamericano; irresponsabilidad por acceder a hablar como académico desde una posición lejana a la del episteme theoretiqué, y vanidad porque al aceptar se supone que es posible hacer afirmaciones que tengan algo de juiciosas, esto es, afirmaciones que se acerquen a la doxa, a la opinión verdadera.
Calderón, G. & Castaño, G.A. (2005). Investigación en Administración en América Latina: Evolución y resultados. Bogotá, Colombia: editorial Universidad Nacional de Colombia. Capítulo 4. 52 Psicólogo. Doctor en administración. Decano de la Facultad de Administración de la Universidad EAFIT, y Director del Doctorado de administración en la misma universidad. 51
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Hecha esta confesión debo pedir a los estudiantes, sobre todo a los más jóvenes, que lo que voy a decir aquí no se lo tomen muy en serio, petición que no es necesario formular a mis colegas, pues, muy acertadamente ellos ya lo hacen por su propia iniciativa. Con el auxilio de C. Lévi-Strauss, algunos, no pocos, pensamos que poseer una clasificación por muy pobre o reduccionista que ésta sea, siempre es mejor que tener sólo desorden o simplemente no tener nada, es un vicio moderno del que no me quiero curar. Por eso, sobre la generación del conocimiento administrativo en América Latina, podría arriesgarse una cierta clasificación, teniendo siempre en cuenta que el término "generación", se deriva del vocablo "génesis", "origen". Para la construcción de esa clasificación se podría empezar diciendo que, a lo largo de la historia de la construcción, enseñanza y aplicación del conocimiento administrativo en nuestro medio se ha acuñado, de manera muy lamentablemente enfática, un enfoque que está muy lejos de la susodicha episteme theoretiqué, y que no se acerca mucho tampoco a la doxa, a la opinión verdadera, y más bien podría reconocerse muy cercana a la ignorancia, no absoluta por supuesto, pero sí cercana a un discurso generado en falacias; a esta primera clase podríamos llamarla, por ejemplo, la posición tradicional, que parece haber tenido, por lo menos en Colombia, su mayor esplendor después de 1950 hasta épocas muy cercanas, según se puede inferir de los estudios del Dr. Dávila, aquí presente, del profesor Mayor y autores foráneos como Savage. A un segundo tipo de conocimiento administrativo formal, propio de nuestra clasificación, que ha sido construido, enseñado y aplicado en nuestro medio latinoamericano, con base en la opinión verdadera, en la doxa, bien podríamos rotularlo bajo el designador de la posición crítica. Para terminar nuestra clasificación podríamos enunciar un tercer tipo de conocimiento generado en la episteme, aunque podríamos denominarlo, si se quiere "epistémico". Sobre la primera clase generada en la posición tradicional, podríamos afirmar que no se construye propiamente en el medio latinoamericano, pero sí se acepta con gran entusiasmo, se enseña y se aplica de manera efímera, expresada en lo que con Popper podríamos llamar "el estilo de las grandes y rimbombantes palabras", verbi gratia, "Lo que no se ha enseñado en Harvard" o "Las 25 verdades secretas de los negocios". Esta clase de pseudoconocimiento se ofrece casi siempre como la gran revolución administrativa, que promete ser la solución infalible a todos los problemas: "olvídese de todo lo que usted sabe sobre cómo gerencial una empresa, porque casi todo es falso" (recuerden el texto de la Reingeniería) y, como se anuncia ya para el próximo mes de Junio, el lanzamiento en Medellín por parte de tres profesores norteamericanos del último boom administrativo, el Tsunami gerencial. Dicho falso saber se genera en la llamada "falacia típica de razonamiento" que consiste en creer que porque una teoría contiene una verdad importante, toda teoría previa es falsa, se expresa por sus componentes de manera ex-cátedra, es decir con autoridad de maestro, se acoge dogmáticamente por su novedad, "pedigrí" y procedencia, se aplica luego indiscriminadamente en cualquier contexto o situación, para terminar siempre en una reiterada decepción. Por su parte, el segundo tipo de conocimiento administrativo, aquel que tiene su génesis en lo que hemos convenido en llamar en nuestra clasificación "la posición crítica", fue nutrida en principio por voces individuales y aisladas pero contundentes, estas voces pretenden en unas ocasiones con su labor investigativa someter a
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análisis metodológico las propuestas de la posición tradicional para criticarlas desde su llegada misma, entendiendo con Popper que toda crítica es un intento de refutación y que no existen críticas constructivas, de suerte que esos individuos aislados develan a priori, mediante escrutinio metodológico, los vicios de la razón en los cuales la posición tradicional genera su saber. En otras ocasiones aquellas voces denuncian a posteriori los lesivos impactos que la posición tradicional ha tenido en determinados casos empresariales, negocios, y en los sectores de nuestro medio, de forma especial en países como Brasil, Chile y en la misma Colombia. Poco a poco las voces aisladas han formado un murmullo incómodo para los alegres egresados de los shorttraining courses, los centros de formación ejecutiva y los MBA ávidos del best seller y gurúes en boga. Estas voces, antes aisladas, son ahora un pequeño coro que puede reconocerse en unos países más fácilmente que en otros, y dan cuenta del nivel de madurez, aunque todavía incipiente que se está alcanzando, CLADEA es un buen espacio para notar su presencia y en este mismo evento, aquí en Manizales, podría señalarse media docena por lo menos, de expositores de esa pléyade que se han ido colando como escurridizos furtivos y por quienes personalmente guardo un gran sentido de admiración y amistad. Es gracias a ellos justamente que encontramos los cimientos para la construcción de una tercera clase de conocimiento generado en la episteme theoretiqué, aquel que está llamado a dar cuenta de nuestra propia realidad, ya no sólo desde la perspectiva descriptiva, por demás absolutamente necesaria, sino también explicativa, para lo cual se sirven de otras disciplinas, es decir, se acercan a la administración y sus áreas funcionales desde la economía, la sociología, la matemática, la filosofía, etc., y generan desarrollos que enriquecen nuestro saber. A pesar de su escasez en número, ya se percibe en nuestro medio su presencia en las más importantes revistas latinoamericanas, generalmente universitarias, se percibe también que no todos los artículos de esas revistas son el resultado de la especulación fundada en el sentido común, ni que todas las publicaciones, aunque no dejan de ser la mayoría, son las odiosas tipo ensayo que prescriben el comportamiento a seguir a partir de experiencias personales de éxito, juicios de valor, "autoridad académica", tradición o simples elucubraciones, no todo se limita ya, a pesar de que siguen primando las predicciones de pálpito o al llamado a seguir la última novedad del tsunami gerencial, o el aparentemente profundo comentario a, "Si no está roto, rómpalo" o "¿Quién se robó mi queso?". La preocupación de las más importantes universidades de nuestros países por la formación de sus docentes, en programas de tercer ciclo no ha sido en vano, pero los resultados, debido a sus limitaciones presupuestaos, son todavía muy incipientes. Ya en el escenario nacional aparecen maestrías de corte investigativo tipo M.Sc. y pareciera que vamos en camino de poder diferenciarlas de los MBA, a los cuales inadecuadamente por razones históricas se les ha encomendado la tarea de generar conocimiento, lo cual es absolutamente perverso, pues sabemos que su formación no es investigativa sino técnico instrumental. Igualmente, perversa es la práctica de muchas facultades en nuestros programas de pregrado, las que, amparadas en la supuesta investigación formativa, exigen como requisito de grado un trabajo de "tesis", desproporcionado en sus requerimientos metodológicos con respecto a los dos o tres cursos, por demás aislados en el macro currículo, sobre metodología y protocolos investigativos, con lo cual sólo logran que la investigación se convierta en un aversivo para sus estudiantes.
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Nada más peligroso y castrante que los metodólogos y protocolistas que están convencidos de que el administrador debe ser un investigador, pues paradójicamente son ellos muy culpables de la atmósfera mítica en la que se ve envuelta la tarea de investigar, reservada sólo para mentes superiores (¿Tal vez como la suyas?) y aunque realmente pocas veces hacen un esfuerzo de investigación, reclaman con tono señorial, y positivo, estudios explicativos y predictivos, cuando el saber de la episteme theoretiqué admite también trabajos orientados a dar cuenta de cómo es una realidad o cómo opera (y ello tanto para lo administrativo y organizacional como para sus áreas funcionales) a saber, investigación descriptiva, la cual da cabida, por lo tanto, al estudio de casos, y no me refiero al estudio de caso en el aula como recurso didáctico, sino como aquel que reporta una práctica específica, que muestra una realidad en un momento concreto, que denuncia abusos de todo tipo, etc., pero también estudios de caso que sirven para arriesgar hipótesis, encontrar un indicio o generar una sospecha. Obviamente los estudios explicativos tienen también cabida en esta tercera dimensión de nuestra clasificación, igual que los prescriptivos, sin embargo, es menester tener sumo cuidado para no incurrir en la tramposa forma de explicar y prescribir de la posición tradicional, basada en el método inductivo que aspira a generalizaciones totalizantes, las cuales recuerdan las abandonadas pretensiones del Círculo de Viena, aspirando a las leyes inmutables y a las prescripciones aplicables en todo contexto y momento mediante la deducción. El llamado de Mario Bunge a razonar especulativamente y a especular razonablemente, pareciera no tener mayor pertinencia que ahora, cuando nos encontramos en un momento crucial: o nos abandonamos al facilismo y a la posición tradicional, a saber, la repetición de los descafeinados textos de revistas para ejecutivos, o aceptamos el desafió de escrutar nuestra realidad desde una posición crítica y epistémica, sin descuidar por ello la llamada investigación aplicada, más allá de la consultoría, aquella que genera conocimiento para una empresa o sector específicos, con el fin de resolver sus problemas inmediatos. Los académicos estamos llamados a la investigación disciplinar, a pesar de que se nos haya invitado en estos días y en estos mismos escenarios a orientarnos de manera exclusiva a la investigación que genere "retornos económicos inmediatos" y que sea productiva; somos los académicos quienes debemos responder por la construcción de un corpus doctrinal sólido y libre de la condición de la sospechosa seudodisciplina adaptada a la thecné, sin otro fundamento que el sentido común expresado en discursos light y efímeros; para nosotros como académicos el llamado a ocuparnos de la fundamentación de la disciplina, debe convocarnos desde la perspectiva de la responsabilidad, es decir, desde una posición ética y no solamente productiva. Dedicar la academia, de forma exclusiva, a la investigación aplicada, aquella que se reconoce como la única válida en virtud de ser productiva de manera inmediata en términos de flujo de caja, es esquivar nuestra responsabilidad de la generación de un saber propio, en favor de un sordo pragmatismo ramplón, de una thecné mal entendida. Por su parte, subordinar el sistema educativo al sistema productivo, como también se nos ha invitado en estos días, es entregarnos a la voracidad insaciable del modelo técno-económico imperante, lo cual implica desvirtuar la misión real de la educación para reducirla a la función de entrenamiento, tal vez de adiestramiento.
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6.3. La contaduría Breve introducción al estado del arte de la orientación crítica en la disciplina contable53 Mauricio Gómez Villegas54
Introducción Existe un constante avance en el refinamiento conceptual de la contabilidad a lo largo de su desarrollo académico. La especialización académica ha permitido que se gesten modernas escuelas contables. Así, en la corriente principal (ortodoxa) en contabilidad, se ha transitado de las primigenias escuelas patrimonialistas, hacendalistas y demás, a las modernas escuelas como la de la información, la del valor, la del control, la contractualista, la neopatrimonialista, entre otras (Demski, 2002); unas enmarcadas en tradiciones positivistas y otras sintonizadas con perspectivas apriorísticas y teleológicas. Las escuelas contables contemporáneas beben de los desarrollos de múltiples disciplinas (Carmona et al, 1997; Glover & Jinghong, 2002; Ariza, 2003); esta relación interdisciplinaria amplía significativamente su capacidad explicativa, comprensiva y propositiva sobre el papel y funciones de la contabilidad en las organizaciones y en la sociedad. También esta dinámica interdisciplinaria ha permitido la aparición y consolidación de diversas perspectivas críticas (heterodoxas) en contabilidad, especialmente gracias a los aportes de disciplinas como la sociología, la economía política, la ecología y la filosofía, principalmente. Estas vertientes aparecen fruto del descontento que se origina dado que los refinamientos académicos de la corriente principal no repercuten en mejo-ras sustanciales de las condiciones sociales generales, ni en la solución de problemas estructurales de la humanidad. Se reconoce a la escuela organizacional sociológica un estatus de perspectiva alterna a la corriente principal en contabilidad, erigiéndose como la más extendida de las escuelas de perspectiva crítica en contabilidad (Carmona, 1992). Todo este desarrollo académico de la contabilidad nos permite reconocer que ella ha transitado del exclusivo espacio aplicativo y empirista al contexto académico, disciplinar y teórico. Este tránsito posiciona a la contabilidad como disciplina del conocimiento y permite construir unas herramientas tecnológicas y técnicas más adecuadas y sintonizadas con el logro de los objetivos sociales.
Mauricio G. (2004). Breve introducción al estado del arte de la orientación crítica en la disciplina contable. Revista Contaduría, Universidad de Antioquia, Volumen 45, P.113-132. 53
Candidato a Master en Administración – Universidad Nacional de Colombia. Contador Público de la Universidad Nacional de Colombia. Docente en Formación de la Escuela de Administración y Contaduría de la Universidad Nacional de Colombia. Premio Nacional de Investigación contable 2003. Asesor de Investigación del Consejo Técnico de la Contaduría Pública. Miembro del Centro Colombiano de Investigaciones Contables C-Cinco, Regional Cundinamarca. Autor en revistas académicas especializadas. 54
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En este documento buscamos un criterio descriptivo para realizar una clasificación gruesa de las vertientes académicas contables. Esta clasificación nos permite esbozar y diferenciar los ámbitos teóricos, tecnológicos y técnicos de la contabilidad, a la vez que nos muestra las diversas opciones de trabajo en la orientación investigativa crítica en esta joven disciplina. En el contexto de esta reflexión entendemos que “construir “la contabilidad como una disciplina, es un gran proyecto de investigación. Un proyecto de investigación es un proceso constante que pretende encontrar razones causales de las “cosas” del entorno, causas de los fenómenos naturales o interrelaciones y motivadores de los hechos sociales. En este sentido, desde esta aproximación planteamos que la Contabilidad tiene una forma particular de observar la realidad, de entenderla, de explicarla, de moldearla y de prescribirla. Esta mirada de la Contabilidad (que le es propia) sobre la realidad, constituye a la Contabilidad en un campo del conocimiento, en una parcela del saber, en una disciplina. Dado que el conocimiento es una construcción social, la Contabilidad como conocimiento es construida, es consolidada por los hombres, por sujetos del conocimiento, hoy por contadores, pero no sólo por ellos. Para desarrollar los fines propuestos, este documento se constituye por cuatro secciones, esta introducción y unas breves conclusiones. En un primer apartado se invoca la necesidad de cambios en los puntos de vista acerca de la naturaleza de la contabilidad, como requisito previo para entender su carácter disciplinar. Como segundo punto, se presenta una breve caracterización de las corrientes académicas en contabilidad (corrientes a las que hemos llamado orientación funcionalista y orientación crítica) y se describen sus perspectivas más importantes. En tercer lugar, intentamos delinear las esferas de la disciplina contable en los ámbitos teórico, tecnológico y técnico. Finalmente, el cuarto punto del documento hace una presentación de las líneas generales que configuran la corriente u orientación crítica en contabilidad. El documento cierra con unos párrafos conclusivos.
Necesidad de cambios en los puntos de vista. Es necesario plantear que debemos vivir al menos dos procesos, complementarios y no contrapuestos, que permitan ampliar nuestra visión de la contabilidad. La mecanicidad, la repetición, la aparente monotonía de las prácticas contables cotidianas, que constantemente señalamos con tanto desdén y que menospreciamos no son únicamente características intrínsecas de ella (Vatter, 1974) son más bien consecuencia de nuestra visión, de la forma en que la interpretamos, del papel que le asignamos a la contabilidad, entendiéndola como una técnica del registro. Si por el contrario vemos estas técnicas, estos procedimientos, estas prácticas y herramientas como una magnifica y poderosa tecnología que homogeniza y sintetiza diversos hechos (una compra, una venta, un ingreso, el patrimonio, una depreciación, etc.) en números y en cifras financieras, que permiten consolidar datos, estadísticas, tendencias, en fin, información que es la base para la toma de decisiones y el control y que expresa relaciones sociales de cómo los hombres producen para satisfacer necesidades y cómo participan del producto
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generado en esos procesos por medio de la distribución (que son los salarios, los intereses, la renta, en diversas expresiones) (Vatter, 1974; Sunder, 1997), el papel que asignemos a la contabilidad y su utilidad serán otros. Si mejor comprendemos que los procedimientos y todo el arsenal técnico de la contabilidad reposan en concepciones y preceptos (bases epistemológicas), en ocasiones racionalizadas, en otras tradicionales y culturales; si entendemos que detrás de todo registro existe una intencionalidad, un interés, una herramienta articulada, una razón causal; si entendemos todo esto, la mirada sobre la contabilidad definitivamente será distinta. Esta mirada implicará construir el corpus conceptual (Vatter, 1974), la visión de conjunto tras el registro, en síntesis, la estructura conceptual de la contabilidad. Entonces, el primer proceso a vivir es cambiar nuestra mirada sobre la Contabilidad, entendiéndola como una disciplina del conocimiento. Las tendencias internacionales en boga promueven un itinerario de cambio, sólo que plantean que la Contabilidad cambió porque el mundo cambió. Pensamos que estructuralmente el mundo no ha cambiado, muchas de sus expresiones y de los patrones de vida desde luego sí, así como algunas tendencias de la acumulación del capital, pero las relaciones socia-les sobre las que la Contabilidad por partida doble se cimienta (propiedad privada y separación de la propiedad personal de la propiedad de las unidades de gestión del capital - empresa -) (Littleton, 1953) son en esencia las mismas: hombres poseídos de medios de producción y hombres desposeídos que sólo cuentan con fuerza de trabajo (a veces muy especializada y clasificada por las relaciones del capital, llamada capital intelectual), pero en el fondo de iguales relaciones, en esencia el capital se sigue reproduciendo por apropiación de plusvalía. Por tanto, no hay que despreciar una forma de conocer, interpretar y sintetizar una parte de la realidad (como lo hace la partida doble) sin aún conocer su trasfondo causal, su reflexión conceptual. Así que hay que comenzar a entender que cuando se habla de disciplina contable no se habla solamente de disquisiciones teóricas, reflexiones como metafísicas demasiado abstractas para la realidad. Tampoco se debe pensar que se habla de una parcela de la Contabilidad que más convendría para las universidades o los académicos, pero no para los contadores que viven en la práctica. No. Disciplina contable no es sólo teoría contable. Ni disciplina contable es una cosa diferente a práctica profesional contable (Lara, 2002). Disciplina contable es un todo íntegro, teoría y práctica social contable. En segundo lugar, debemos comenzar a entender que pese a la necesidad de conocer los desarrollos disciplinares de la Contabilidad (la gran mayoría ajenos al contexto nacional e incluso latinoamericano), no basta con beber (conocer y manejar) de las perspectivas disciplinares de la Contabilidad, brotadas de otros con-textos, de otras realidades históricas y espaciales diferentes a las nuestras. Es decir, conocer los desarrollos de la disciplina contable constituidos en las universidades y centros académicos y profesionales de otros países, es necesario para abrir perspectivas y conocer metodologías, reflexiones y caminos de reflexión, pero no basta conocerlos y manejarlos a la perfección para solucionar los problemas particulares de nuestro contexto; incluso pue-de ser erróneo aplicarlos a contextos con características y necesidades diferentes a las que responden a donde fueron construidos (Fals & Mora, 2001). Es decir, el segundo proceso es comprometernos con la reflexión disciplinar desde una perspectiva crítica.
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Una reflexión disciplinar crítica quiere decir que hay que dudar constante y permanentemente de las herramientas metodológicas y conceptuales con las que juzgamos e interpretamos el mundo. Es tener una capacidad reflexiva y de duda permanente, es no pretender tener todo claro. Cuando el pensamiento crítico se incorpora a la reflexión disciplinar, no sólo en Contabilidad sino en cualquier parcela del conocimiento, se entiende que las observaciones o casos de la realidad que no encuadran en la explicación más general (en la ley o en la teoría más aceptada) no son patologías, simplemente son casos de otra realidad, con otros puntos de observación y referencia, fruto de otro contexto diferente al de origen de la explicación teórica, de la herramienta conceptual. La posibilidad de una disciplina contable con espíritu crítico, es la posibilidad de conocimiento causal y de comprensión modal de los hechos económicos de nuestro contexto. Una de las expresiones más difundidas de los desarrollos disciplinares en Contabilidad es el de la valoración del capital intelectual; estos desarrollos aparecen como consecuencia de la discrepancia entre el valor de las empresas de alta tecnología en los libros de Contabilidad y el valor de cotización de sus acciones en bolsa. Muy bien, cuál sería la necesidad de trabajar fuertemente esta perspectiva disciplinar en nuestro contexto donde las empresas que cotizan en bolsa son cerca de 30 empresas, 15 de ellas pertenecientes a 4 grupos económicos; esto puede ser importante, pero no lo más necesario, ni siquiera lo más urgente. Por qué mejor no desarrollar aproximaciones disciplinares que respondan a las necesidades de las PYME´s que en Colombia representan el 95% de las formas asociativas de producción? (DNP, 2004). Ambos factores, ambos procesos, debemos vivirlos con premura, pero no con afán o con ánimo de cogerle el paso al ritmo global. Primero entender que disciplina contable no es la parte de la Contabilidad que trata de la teoría, sino que es toda la actividad teórico-práctica contable, entendida no como monotonía, no como procedimiento autista, sino como herramienta racionalizada y proceso causal, como instrumento para la consecución de un fin, como estructura conceptual que tiene herramientas técnicas y tecnológicas. En segundo lugar, debemos vivir el proceso de aproximarnos críticamente a los desarrollos teóricos, técnicos y tecnológicos de la contabilidad con-seguidos en otras latitudes, en otros contextos, pero no para apropiarnos de nuevo de sus instrumentos (de su operatividad, como con los PCGA) sino de su trasfondo reflexivo, racional y conceptual, para poder juzgar si es apropiado para satisfacer demandas y suplir necesidades de nuestro contexto (Fals y Mora, 2001). Estos cambios, en la forma de ver la disciplina y de ver los desarrollos disciplinares de las naciones industrializadas pueden resultar fundamentales para acometer la tarea de conseguir la formación de un contador que responda a las necesidades del contexto y que pueda dialogar reflexiva, crítica y válidamente con el contexto mundial y global.
Corrientes u orientaciones en el desarrollo disciplinar. Podemos plantear que al menos son dos los programas de Investigación que compiten en la corriente principal de la Contabilidad académica en el ámbito internacional (Cea García, 1994; 6). El primero, es el programa de investigación que entiende a la Contabilidad como un sistema de información (Sunder, 2002). El segundo, el que aparece con la llamada nueva Contabilidad, que plantea que la Contabilidad es un poderoso mecanismo que interpreta, mide y representa la Circulación. Así que Contabilidad como sistema de información y como
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proceso circulatorio son las dos perspectivas disciplinares pre-dominantes en vigencia, al interior de la corriente principal que denominaremos ‘orientación funcionalista’. La primera visión encuentra un evolucionado proceso fruto de los trabajos teóricos desarrollados hasta la fecha y enfatiza en la característica informativa de la contabilidad. Entiende que la contabilidad desarrolla procesos para informar sobre la realidad económica de las organizaciones y que su estructura es eminentemente funcional a los objetivos que se le apliquen, o con los que los usuarios direccionen la información requerida. Esta perspectiva plantea el carácter de la contabilidad como una disciplina aplicada (Mattessich 1995, 2003; Cañibano 1974, entre otros), fruto de la Economía, que tiene múltiples interrelaciones con la economía de empresa, con las visiones neoclásicas de la organización, con la moderna teoría de la firma y con los desarrollos más tradicionales de la teoría organizacional clásica. Esta perspectiva funda su reflexión en lo que hoy denominamos académica-mente como “paradigma de la utilidad”. (Tua; 1992). La segunda visión al interior de la orientación funcionalista, hace parte de algunas reflexiones internas de la propia estructura de la Contabilidad, es decir, bus-ca tener referentes en la Economía, la gestión, el derecho y otras disciplinas, pero plantea que la Contabilidad puede allanar un espacio clave de su autonomía (el autor latino parlante más paradigmático de esta vertiente es Moisés García, no obstante los cimientos medulares de esta perspectiva pueden encontrarse en los planteamientos de Mattessich). Señala que la lógica con la que la Contabilidad da cuenta de los procesos no es sólo la lógica informativa, sino más bien la de identificación, medición y control de los procesos de circulación. Muy específicamente de la circulación de la riqueza y de la renta. Esta mirada plantea que la Contabilidad no solo informa, sino que, sobre todo, controla. Que el nivel y proceso de control que permite la Contabilidad va más allá de intereses u objetivos particulares que pueden imprimir diferentes usuarios a un sistema informativo cualesquiera. Reconoce que una significativa cualidad de la Contabilidad es su poderosa síntesis informativa, pero señala que tal in-formación es más bien producto de la aplicación de lógicas de control de la circulación de la riqueza. Ahora bien, como perspectiva contrapuesta a la corriente principal, encontramos una tradición heterodoxa de abordaje a la Contabilidad, que tiene una creciente presencia en el ámbito académico internacional y que denominaremos ‘orientación crítica’. Dentro de esta orientación, la vertiente sociológica – organizativa, de origen fundamentalmente europeo sostiene que los métodos utilizados en las ciencias naturales son inadecuados para el estudio de la realidad económico – social (Carmona, 1992). Ante ello, esta aproximación está planteando la necesidad de reconfigurar una teoría de la Contabilidad donde no prime el ánimo de controlar y de dominar a la realidad – perspectiva central de la corriente ortodoxa – por cuanto argumenta que la realidad social está compuesta por hombres y no por neutrones o protones. Que no basta explicar cómo es “el mercado”, sino que valdría mejor comprender cómo se puede hacer para conseguir unos objetivos de bienestar social generalizado. Sus herramientas analíticas critican fuertemente la mirada pragmática y presentan argumentos reflexivos desde la Sociología, la Política, la Economía Política, la Ecología, la Filosofía, entre otras (Carmona, 1992; 3). La mirada de la orientación crítica en el ámbito de lo financiero plantea una reflexión desde el emisor antes que del receptor de la información contable. En este caso, esta vertiente estudia la fortaleza del mensaje contable no para describir la realidad sino para crearla, ya que entiende que quienes emiten la información tienen la capacidad de legitimar sus acciones de acuerdo a sus intereses (Hopwood, 1985; 212). Se analiza por tanto el poder de la Contabilidad para convertir la diversidad de actividades organizacionales y de formas de propiedad
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en flujos financieros y su concreción en los informes tradicionales y en las cifras duras financieras, en su poder descriptivo – prescriptivo de los comportamientos organizacionales.
Los ámbitos de la contabilidad. En una u otra perspectiva, ortodoxa u heterodoxa, podemos sintetizar el contenido de la Contabilidad de la siguiente manera, como se desprende de los epígrafes anteriores. La Contabilidad tiene, al menos, tres poderosos ámbitos. Todos ellos son construcciones sociales que históricamente han desarrollado los hombres en colectividad. Por tal motivo, por su naturaleza histórica, existen unos ámbitos más desarrollados que otros. Los planos son el Teórico, el Tecnológico y el Técnico. El plano teórico es relativamente reciente y se refiere a las reflexiones por las categorías básicas que incorpora, analiza y crea la Contabilidad. Busca sistematizar el conocimiento lógico y funcional de la Contabilidad para interrelacionarla al interior de la organización social y decantar la manera cómo actúa operativamente. El primer programa de investigación en vigencia se soporta en los desarrollos de la teoría contable tradicional, la que caracteriza la evolución de la Contabilidad, al menos en tres paradigmas, el antropológico inductivo, de la ganancia liquida y realizada y el de la utilidad para la toma de decisiones. En el segundo programa vigente, las bases están provistas por la nueva Contabilidad, nuevos desarrollos epistemológicos y otras diferentes perspectivas como la Teoría General de Sistemas, el paradigma de complejidad, la cibernética, entre otros. El plano teórico es responsable de desarrollar aproximaciones para solucionar los problemas propios del orden práctico de la disciplina. Responde por las categorías en la disciplina y provee el marco para su evolución y mejoramiento. El plano teórico de la Contabilidad sustenta las funciones de la Contabilidad: medición, información y control de la riqueza (Sunder, 2002). Sin teoría contable la Contabilidad no evolucionaría ni se podría anticipar a cambios de los entornos. El ámbito tecnológico se refiere, obviamente, a la tecnología contable. Una tecnología es la manera como se articulan instrumentos para transformar la realidad por me-dio de procesos, dinámicas, pautas. La tecnología contable son las normas contables por medio de las cuales se interpreta y codifica la realidad económica (Gil, 2001). Las tecnologías, por tanto, se usan de acuerdo a objetivos, contextos y necesidades. Las tecnologías pueden ser en sí mismas objetivas o neutras. Su uso, por el contrario, es interesado. Se usan para transformar e interpretar la realidad según ópticas particulares. El planteamiento de normas contables se puede soportar en mayor o en menor medida en teorías contables, en constructos lógicos y en procesos teleológicos. No obstante, las normas contables, al ser tecnologías contables, se aplican según intereses, necesidades y direccionamientos. Es decir, el pro-ceso de normalización contable (armonización, regulación y planificación) está fuertemente influenciada por el proceso político. De aquí que el proceso regulatorio en contabilidad, e incluso en muchísimos otros campos, no sea un problema académico o técnico, sino, sobre todo, de luchas por el poder. El aspecto técnico de la Contabilidad incorpora todo el arsenal de procedimientos y prácticas cotidianas por medio de las cuales la Contabilidad expresa y sintetiza todas sus funciones. Estas técnicas se desprenden del constructo y de los condicionantes tecnológicos (normas) y pueden tener algún nivel de objetividad en el marco de los propósitos que se plantean. Hoy, las técnicas contables son diversas e incluyen procesos normatizados
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y no normatizados. Los cálculos, los procedimientos y las herramientas contables tradicionalmente se expresan como técnicas contables. Este ámbito técnico es el más desarrollado por surgir constantemente de la experiencia para resolver la necesidad. Originariamente las técnicas de control y representación sustentaron la totalidad de la contabilidad. Con el desarrollo social, económico, material, pero sobre todo simbólico, la contabilidad consolidó más y más técnicas, mu-chas de las cuales aún no han sido estudiadas y racionalizadas para comprender adecuadamente su papel en las organizaciones y en la sociedad (Mattessich 2000). Esta breve mirada permite observar que la Contabilidad no es sólo teorías contables, así como tampoco sólo técnicas contables. La Contabilidad como disciplina en sus diversos programas en vigencia y en sus diferentes perspectivas académicas, incorpora aspectos teóricos, técnicos y tecnológicos que tienen múltiples implicaciones y desarrollos en la actualidad.
El enfoque de la orientación crítica en contabilidad. Las discusiones que desde la orientación crítica en contabilidad se están dando en las últimas tres décadas emergen del compromiso por aproximarse a la construcción de una teoría contable reflexiva, analítica y propositiva que cuestione la visión hegemónica que el empirismo, el positivismo y las ciencias naturales han irradiado en la epistemología moderna, para la comprensión y sistematización del conocimiento social. Algunos desarrollos de esta vertiente académica e investigativa recogen los aportes más significativos de la socio-epistemología kunhiana y lakatosiana, realizando lecturas profundamente críticas de los planteamientos de estos autores. Fundamentalmente resaltan el carácter ceremonial, simbólico y cultural que entrañan la construcción, validación, socialización y uso del conocimiento como un código particular, gestado desde comunidades subjetivamente interrelacionadas y validado y legitimado por el ejercicio de fuerza que la civilización occidental generaliza por medio de la ciencia a toda la sociedad. Estas lecturas críticas retoman los aportes epistemológicos de Nietzsche, Foucault, Derrida, algunos elementos socio-lógicos de Habermas y de una gran parte de los denomina-dos filósofos posmodernos (Lyotard, Deleuze, Guattari, Ricoeur, Rorty, Gadamer, entre otros). La sinopsis plantea-da por estas reflexiones evalúa las características de la ciencia y el uso que se le da en la actualidad; desenmarañan los problemas de la ciencia como representación del mundo, mostrando que antes que esto el conocimiento científico es un constructo simbólico, por tanto, una expresión cultural; en tal medida, como toda la cultura, la ciencia es una expresión de los poderes, luchas e intereses de clase – de la clase dominante – (Neimark, 1990). Bajo esta óptica, la corriente crítica de la epistemología (que emerge de los autores reseñados) plantea que la ciencia, antes que nada, es un Régimen Político de Verdad (Foucault, 1979). En síntesis, la orientación crítica de la contabilidad, al retomar las discusiones críticas de la epistemología (posiciones modernas y posmodernas) no está muy preocupada por la identificación de los elementos materiales y formales clásicos de las ciencias fácticas-naturales (objeto, sujeto, método, teorías).
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La discusión por el Objeto de conocimiento se aborda planteando que la realidad social es construida (Berger, 1999; Simon 1979). En tal medida, la observación de esta realidad no es pasiva. Por el contrario, es altamente activa y significativamente política. Por lo cual, dado que el re-cono-cimiento, decodificación y construcción de las categorías sociales no se hace sobre entes inanimados o con características determinantes y universales, no tendría mucho sentido hablar de Objeto de conocimiento en contraposición a Sujetos de conocimiento. No habría lugar para hablar de fenómenos o hechos intransitivos y ahistóricos, universales, como la concepción de objeto de la epistemología moderna propone. En cambio, se plantea que para sistematizar el conocimiento de la realidad social valdría mejor hablar de campos de saber, territorios de conocimiento o problemas de la realidad. En las primeras denominaciones (campos y territorios) se plantea un énfasis de trabajo centrado en la tradición disciplinaria que la universidad decimonónica heredó (Morín, 1998). En la concepción de problemas de la realidad, harían presencia concepciones interdisciplinarias, en las que los límites de los conocimientos específicos (disciplinas) son borrosos y la realidad, pese a ser multidimensional, es compacta, es una unidad dialógica y recursiva, es decir, multicausal (Morín, 1998). Es claro que los conocimientos sistematizados en campos de saber o territorios de conocimiento responden a planteamientos y problemas de la realidad; la diferencia de los primeros respecto a la última concepción se centraría en la metodología por la cual se abordan tales problemas. En tal medida, la perspectiva más visible de la orientación crítica en contabilidad adopta una postura respecto a la cual la contabilidad es un campo de conocimientos. Como tal, este campo de conocimientos “organiza, sistematiza y potencia” formas de percibir procesos, hechos sociales, fenómenos inter-subjetivos y construye categorizaciones especificas a fin de de-codificar espacios de la realidad desde posturas comprensivas e interpretativas (Keller, 1991). Nótese aquí el carácter distintivo de “comprensión” e “interpretación” como el objetivo mismo de un campo de conocimientos, específicamente sociales, en contraposición al objetivo explicativo, predictivo y de control que caracteriza a las disciplinas científicas, bajo la luz de los postulados de la epistemología moderna (Williams, 2000). La contabilidad, como un conjunto de saberes, prácticas y herramientas sociales, es abordada por la orientación crítica desde un sentir menos técnico-económico y más sociológico y organizacional (Carmona, 1992). Se asiente desde esta postura que la contabilidad opera en el sustrato de las relaciones técnicas y sociales que determinan la satisfacción de necesidades humanas. Bajo esta concepción, la contabilidad no es una expresión netamente económica, sino que por el contrario su naturaleza social e histórica expresa referentes significativos de orden sociológico, antropológico y organizacional que pueden ser significativamente importantes, para entender cómo opera la sociedad y cuál es el papel de la contabilidad en las relaciones técnicas y sociales de satisfacción de necesidades (Macintosh et al, 2000). Desde esta mirada se recogen varias de las posturas que han sido definidas tradicionalmente cómo el quehacer de la contabilidad. Es decir, son retomadas conceptualizaciones sobre los objetivos de la contabilidad que la corriente funcionalista ha planteado. Lo significativo es su abordaje, desligando tales funciones y modus de las categorías tecno-económicas. Por un lado, se entiende que la contabilidad es un poderoso instrumento de información – comunicación. En segunda instancia, se plantea que la contabilidad posee una lógica intrínseca de control. Así las cosas, la contabilidad en su primera función, información–comunicación, es estudiada como un mecanismo de construcción de imágenes de la realidad (Hines, 1980).
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El planteamiento central de esta corriente señala que, si hemos de enfrentar a la contabilidad reconociendo su naturaleza intrínsecamente social, debemos intentar es-clarecer el papel que ésta juega en las relaciones sociales (Carrasco 1995). Señala que no se puede seguir concibiendo a la contabilidad como una técnica que representa de forma “neutral” el mundo. Porque a partir de la contabilidad se regularizan comportamientos, se controlan formas de actuar y se construye la realidad que organiza y determina formas de actuar de agentes, organizaciones y la sociedad en general. Desde una postura sociológica, interesa entender el papel que la contabilidad juega en la construcción del tejido y de las relaciones sociales (Hoopwood, 2001). Desde allí se plan-tea que la contabilidad incorpora una tecnología expresa-da en el poder de simplificación de la realidad diversa de los procesos económicos, los bienes y las actividades que son magistralmente sintetizados por las cifras financieras. La apariencia de objetividad que tal representación expresa se concreta además en el valor que la sociedad occidental ofrece a “lo financiero” (Carrasco y Larrinaga 1996), y esto repercute presentando una aparente “objetividad” de las cifras duras, tal como acontece con la estadística. Con ello, la contabilidad permite intervenir sobre las acciones de otros, controlarlos, transformarlos, dirigirlos hacia fines específicos. Con estas cifras se cierran hospitales, se despiden empleados, se disminuyen salarios, se venden y compran empresas muy baratas o muy caras y se quiebran fondos de empleados o se premian inversionistas especuladores, entre muchas otras acciones, señalando que tal determinación es “objetiva”, que debía tomarse la decisión pues era la única opción que la “realidad” dejaba. Esta tecnología vinculada al lenguaje complejo que la contabilidad incorpora en las prácticas contables (eficiencia, productividad, rendimiento, utilidad, beneficio, entre otras) coloniza las relaciones sociales más cotidianas, (Ariza 2002) e incluye reinterpretaciones de la realidad de acuerdo con tales categorías, determinando y mediando por esta lógica un gran conjunto de las relaciones inter- subjetivas. A partir de ella, se regulariza el concepto de racionalidad económica y se expone como el criterio de racionalidad social. Así que, como lo señalan Carrasco (1995) y Carrasco y Larrinaga (1997), siguiendo a Hopwood (1985), todos autores “paradigmáticos” de la orientación crítica, la contabilidad irradia el contexto, en tal sentido la contabilidad determina lo que es visible y lo que no, constituyendo así la realidad. Aquí radica el poder constitutivo de la contabilidad, en cuanto a su capacidad para considerar lo que es importante de comunicar y lo que se puede ignorar. Desde una postura organizacional, interesa a la contabilidad generar procesos y dinámicas de control, que permitan a la micro-organización estar en sintonía con la macro-organización social (digamos, con el modo de producción). La contabilidad operaria entonces reproduciendo el concepto esencial de “racionalidad” que tornaría a las organizaciones «eficientes» (coherentes, cohesionadas y alineadas con los objetivos de la forma social vigente) (Williams, 2000). Por tal razón los instrumentos y procesos de control que subyacen a la contabilidad en los diferentes espacios históricos son siempre conducentes a garantizar que la organización en su nivel micro reproduzca pautas, comportamientos y “resultados” según la lógica general que subyazca a la sociedad. De igual forma, estos procedimientos, pautas e instrumentos de control se concatenan con el interés disciplinario que a nivel interno de la organización se reproducen.
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Las fuentes principales de esta mirada, en cuanto a los journals y revistas que sustentan y publicitan sus aproximaciones, son: Accounting Organizations and Society, The Scandinavian Journal of Management, Critical Perspectives on Accounting, Accounting Horizons, Journal of History Accounting, entre otras. Igualmente, importantes reuniones internacionales congregan a los académicos que trabajan en esta orientación. La conferencia sobre perspectivas críticas en contabilidad y la conferencia sobre perspectivas interdisciplinarias en contabilidad, son los eventos de mayor realce en esta vertiente. A la fecha (enero de 2005) se han desarrollado cerca de seis versiones de cada uno de estos eventos. Adquieren visibilidad, en alguna medida, instituciones como el Baruch College de la Universidad de Nueva York, la Universidad de Aberdeen, la Universidad de Manchester, la Universidad de Essex, entre otras, en las que varios de sus profesores e investigadores se encuentran trabajando activamente en esta orientación crítica.
Conclusiones La contabilidad es multidimensional, tanto en su plano cognoscitivo como práctico. Una propuesta para la sistematización de tales esferas sería admitir que en la contabilidad confluyen ámbitos teóricos, tecnológicos y técnicos. Esta perspectiva retoma visiones contemporáneas de la epistemología y la socio-epistemología. En este sentido, estos ámbitos permiten enfrentar los problemas y el campo de la contabilidad, junto con otras disciplinas o áreas del conocimiento. Pueden caracterizarse diferentes tendencias o corrientes en la academia contable. El universo de los desarrollos “científicos” en contabilidad es amplio, así como su potencial incalculable. Pero si no se le imprime un sentido social y crítico a tales desarrollos, pueden resultar igual-mente devastadores. Cuando todo este conocimiento se automatiza en manos de la tecnoestructura, lo apenas común es que degenere en academicismo. Desde una perspectiva heterodoxa se vienen presentando propuestas epistemológicas para entender y construir de forma distinta la contabilidad, lo que nos permite seña-lar que la vertiente crítica se encuentra en construcción. La re-configuración de la teoría contable es quizás su más apremiante labor. Las discusiones al interior de los autores paradigmáticos de esta vertiente, muestran la improcedencia de una reconstrucción contable centrada en el Objeto, en especial, por los fuertes condicionamientos metodológicos y epistemológicos que ello encarna por el énfasis en las ciencias naturales. Esto no quiere decir que no reconozcan la importancia de sistematizar la razón de ser y las labores comunes que la contabilidad encara. Por el contrario, plantean la necesidad y relevancia de hablar de “campos de conocimiento”, territorios de saber y problemas de la realidad. La definición del campo en el que opera la contabilidad es diversa, pero se comparte que las miradas que la reducen al estudio de prácticas de representación de la riqueza social no deben excluir perspectivas sociológicas, antropológicas y organizacionales. Este campo de cono-cimientos está en construcción, por lo que su definición clara y determinística es difícil en el estado actual de la investigación crítica. No obstante, esta corriente está produciendo significativos avances en este momento.
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6.4 El Comercio Internacional Negocios y comercio internacional: investigación académica para Colombia55
evidencias
de
Resumen El presente trabajo identifica los campos actuales de investigación alrededor del comercio internacional y los negocios, desde lo que se registra en la literatura académica hasta el abordaje del tema desde la institucionalidad mundial, regional y nacional-local (Colombia). El objetivo es que estudiantes, docentes, investigadores y empresarios de las áreas de comercio internacional y negocios internacionales se adentren en la comprensión de las tendencias globales y enmarquen los procesos de investigación propiamente dicha y aquellos con fines formativos, prácticas de investigación, trabajos de grado y formulación de proyectos, en las áreas identificadas en este documento con el fin de construir comunidad académica alrededor del tema. Asimismo, se busca promover el trabajo interdisciplinario con otros actores de la comunidad académica que permitan alcanzar un mayor grado de profundidad y complejidad en los tópicos investigados.
Introducción Las líneas de investigación son los cimientos de un objeto de estudio que se fijan los grupos de investigación en distintos tipos de universidades y centros de pensamiento, que se convierten en la plataforma conceptual, teórica y metodológica con el propósito de generar y decantar conocimiento. En el caso particular de los negocios y el comercio internacional, aparecen temas bastante frecuentes y reiterados como eje de estudio, y pareciera que en torno a ellos ya todo está dicho. No obstante, la propuesta de identificación de temas para la cons-trucción de una línea de investigación consiste en tomar esas situaciones como un dato, como un hecho que ha ocurrido, que sirven como punto de partida para plantear contextos y continuar la discusión, discurrir en Vanegas, J.G., Restrepo, J.A., González, M.A. (2015). Negocios y comercio internacional: evidencias de investigación académica para Colombia. Revista Suma de Negocios; 6 (13): pp. 84-91. 55
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nuevos escenarios y obtener nuevos conocimientos desde la interdisciplinariedad de la investigación que permitan acercarse a la frontera del conocimiento, y así dilucidar propuestas acordes a una realidad específica en un mundo globalizado. En un mundo dinámico y cambiante con nuevas tendencias en las áreas del comercio internacional, es plausible plantear la existencia de nuevos escenarios que pueden cambiar el rumbo de las economías con juegos de suma cero en el ámbito de la negociación internacional. Las políticas comerciales de gran parte de los países en desarrollo han alcanzado un mayor grado de liberalización a partir de la década de los ochenta (World Bank, 2012, January), lo que significa que, al aumentar la tasa de globalización, las economías tienden a estar más interconectadas y dependientes, por lo que las políticas comerciales internacionales tienen un papel clave. El principal aporte de este documento es la identificación de tendencias frente a las propuestas académicas en el campo de los negocios y el comercio internacional, lo cual se convierte en un proceso relevante, ya que ofrece visibilidad, donde interesan tanto la forma como el producto final, se genera un espacio de discusión abierto que nutre aportaciones al desarrollo de grupos de investigación y centros de pensamiento, e invita a descubrir la lógica de los procesos y proyectos, y bajo qué lineamientos y en qué objeto de estudio se debe profundizar. Por otra parte, para ubicar en contexto las cifras agregadas de las negociaciones internacionales a escala mundial, y cómo estas representan un porcentaje importante de la producción económica, se hace el siguiente recorrido en los principales indicadores agregados de movilidad de mercancías, servicios y recursos financieros (figura 1). En los últimos veinte años, la participación del comercio total mundial en el producto interno bruto (PIB), entendido como el peso de la suma de exportaciones e importaciones, ha crecido de manera significativa, del 39.8% en 1990 al 57.7% en 2012. De igual forma, las entradas de inversión extranjera directa han pasado de representar en el PIB del mismo periodo el 0.93 al 2.3% respectivamente. Por su parte, los ingresos de remesas provenientes de nacionales en el extranjero en la década de los noventa representaron en promedio el 0.4% del PIB, mientras que dos décadas más tarde dicha participación fue del 0.7%. Estas dinámicas están directamente relacionadas con los accesos preferenciales a nuevos mercados, vía tratados de libre comercio, tratados de inversión y otros tipos de accesos, lo cual permite contar con tamaños de mercado mayores que generan posibilidades de crecimiento adicionales para el sector externo de los países. En el presente documento se muestra la metodología de revisión que siguió este trabajo; se presentan las distintas revisiones de la literatura al tema de estudio; se exponen las tendencias de investigación desde la visión de la academia y de la institucionalidad en sus niveles internacional, regional y nacional-local para Colombia y, finalmente, se presentan unas reflexiones y la bibliografía soporte.
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Metodología Como se adujo anteriormente, el propósito de este trabajo es identificar temas alrededor del comercio y los negocios internacionales, con una integración de posturas académicas y de representación institucional para Colombia, en las que profundicen estudiantes e investigadores. Easterby, Thorpe y Lowe (2002) aseveran que la revisión de la literatura muestra ser un método válido, dado que es un paso necesario en la estructuración de un campo de investigación y forma parte integral de cualquier investigación. Este trabajo usa una metodología documental que se basa en el análisis de información de fuentes bibliográficas. Se pro-ponen dos categorías de análisis, la primera desde la óptica de la literatura publicada en revistas especializadas, y la segunda desde la realidad de la representación institucional en distintos niveles. Por su parte, las tendencias de investigación abarcan dos ámbitos complementarios referentes a los temas del comercio y la negociación internacional, abordados desde las categorías de análisis definidas. La revisión priorizó y clasificó las publicaciones con el fin de identificar las brechas, los problemas y las oportunidades de estudios e investigación. La literatura académica alrededor de los flujos de exportación e importación y la negociación internacional es bastante amplia. Por ello, con el fin de acotar los tópicos de discusión, se abordarán los grandes temas que ubican trabajos teóricos y empíricos aplicados que marcan la frontera del conocimiento en la investigación reciente (2010 en adelante) en comercio y negocios internacionales en la clasificación seguida en NBER (2013) y Rose (2013). Por su parte, en el plano institucional existen diversas organizaciones, asociaciones y gremios que se encargan de establecer las reglas de juego en torno al comercio o representar intereses sectoriales en la negociación internacional, instituciones mundiales, regionales y nacionales-locales (Colombia) que serán objeto de análisis para identificar sus tendencias de investigación.
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Revisión literaria La vanguardia en el campo del comercio y la negociación internacional son varios trabajos que recogen y sintetizan las perspectivas y los tópicos futuros de investigación (Czinkota & Ronkainen, 1997, 2009), las tendencias y la capacidad de divulgación de las universidades (Chan, Fung & Leung, 2006; Treviño, Mixon, Funk & Inkpen, 2010), las metodologías de análisis empleadas (Yang, Wang & Su, 2006), los temas emergentes (Griffith, Cavusgil & Xu, 2008), la capacidad de res-puesta empresarial (Stephenson & Pandit, 2008), los avances teóricos y empíricos (Leonidou & Katsikeas, 2010) y la evo-lución de las prácticas de investigación (Hampton & Rowell, 2013). La globalización ha originado grandes cambios en el entorno empresarial y en las prácticas de negocios, por lo que la previsión de tales cambios es crucial para la prepa-ración de la respuesta a ellos. Czinkota y Ronkainen (1997) desarrollan un estudio Delphi realizado con un conjunto de expertos provenientes de la política, los negocios y las comunidades académicas mundiales. Estos expertos analizaron y debatieron la posibilidad de cambios en el ambiente de negocios internacionales en la próxima década y el impacto de estos cambios en las prácticas corporativas. Los resultados identifican áreas geográficas clave para el crecimiento de los negocios, grandes transformaciones sectoriales, cambios en el marco del comercio y sus instituciones y estrategias para la regulación corporativa. En un estudio más reciente, Czinkota y Ronkainen (2009) encuentran que, entre los tópicos de investigación futuros, elementos como la corrupción y el terrorismo, implícitamente inmersos en la política internacional, tendrán mayor relevancia, en tanto que las negociaciones comerciales mermarán un poco, en términos de importancia relativa. Otro aspecto interesante es la multidimensionalidad de las tendencias, por lo que la diversidad de perspectivas llegará a ser más importante para robustecer el campo de análisis. Ahora bien, entre los temas emergentes susceptibles de estudio propuestos por Griffith et al. (2008) es posible establecer tres enfoques de análisis: (a) categoría primaria, comprende problemas relacionados con la gestión y el desempeño de la firma internacional, el proceso de internacionalización de empresas, el papel de las compañías multinacionales (MNE), la globalización de las economías y los mercados emergentes; (b) categoría secundaria, tópicos asociados a las influencias culturales y al consumo global, la responsabilidad social corporativa y la ciudadanía de las MNE, las cuestiones éticas en los negocios internacionales, efectos de política pública y estandarización de metodologías de estudio, y (c) categoría terciaria, comprende aspectos legales de los negocios internacionales. En el tema de la capacidad de divulgación, Chan et al. (2006) para el periodo 1995-2004 y Treviño et al. (2010) para 1996-2008, en sus análisis bibliográficos de publicación en las revistas más influyentes en el área de negocios internacionales, encuentran patrones globales de la investigación en esta área y el ranking de las universidades; aunque lideran las escuelas norteamericanas, se presenta un progreso significativo en las escuelas de Asia-Pacífico y Europa, que están bien representadas entre las escuelas que cuentan con mayor número de artículos publicados en cuatro de las revistas más prestigiosas. Se destaca que el trabajo colaborativo mundial mejora el ranking de las escuelas.
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Por su parte, Yang et al. (2006) abordan 1296 artículos empíricos publicados en seis revistas internacionales de primer nivel entre 1992 y 2003 para determinar el conocimiento actual sobre las aproximaciones a las metodologías de investigación empleadas en el tópico de negocios internacionales. En el inventario de prácticas comunes relacionadas para conducir estudios aplicados, resaltan: el envío de cuestionarios por correo electrónico, el uso de muestras de un único país, el uso de marcos muestrales provistos por terceros y que la media representativa de unidades de análisis es 180, con tasas de respuesta promedio del 40%. De otro lado, Hampton y Rowell (2013) desarrollaron un trabajo cuyo objetivo era discutir el desarrollo y la justificación de la metodología utilizada en la investigación sobre un tema complejo y que está muy de actualidad en el creciente mundo de los negocios, como las relaciones comerciales internacionales. Los autores examinan el desarrollo lógico de la práctica de investigación y muestran el cambio de pensamiento, procesos y justificaciones, centrado en que tanto los académicos como los estudiantes por igual se centren más en los aspectos relativos a la materia que se investiga y no tanto en el método y las técnicas finales elegidas. Otro estudio, elaborado por Leonidou y Katsikeas (2010), encuentra que los temas más comunes en investigaciones publicadas en 821 artículos académicos durante el periodo 1960-2007 en torno las exportaciones comprenden: su participación y desarrollo, sus determinantes internos/externos, la identificación y evaluación de mercados, sus aspectos estratégicos y su desempeño. Además, se encuentran avances significativos en la orientación de los trabajos al trasegar de orientaciones prácticas, exploratorias y simplistas hacia trabajos más sofisticados, con cuerpos teóricos y metodológicos más robustos. El autor destaca aún una debilidad en los trabajos, dado el escaso número de estudios longitudinales, la tendencia a evitar técnicas cualitativas y la ausencia de trabajo experimental y de laboratorio. Por último, curiosamente mientras la mayoría de la literatura coincide en que las tendencias internacionales presentan mayor importancia hoy que hace pocos años, existe un retraso importante en la implementación de los cambios originados por estas tendencias. En una encuesta de tendencias mundiales a 1136 ejecutivos, Stephenson y Pandit (2008) argumentan que identificar las tendencias globales se ha convertido en un asunto cada vez más importante, pero pocas empresas han afrontado de manera exitosa los cambios generados por las tendencias.
Resultados La sección anterior presentó las revisiones bibliográficas realizadas en este campo de estudio; revisiones que sirven de contexto al trabajo realizado. El interés de este trabajo se centra en identificar algunos grandes temas académicos de actualidad, así como la visión de la representación institucional y en qué áreas se centra la divulgación de estas. Por ello, esta sección expone esos hallazgos que permitan trasegar desde evidencias de investigación académica y la visión de las instituciones haciendo énfasis en Colombia.
Tendencias en investigación desde la academia Los temas anteriores se recogen en estudios a distinto nivel. Según el Programa de Comercio Internacional e Inversión de la National Bureau of Economic Research (NBER, 2013), los tópicos actuales de investigación en el área comprenden los siguientes:
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Generalidades del comercio internacional. En esta subárea el enfoque se basa en la identificación de puntos de quiebre y de tendencias desde una visión cuantitativa, es decir, desde los datos históricos se busca la explicación de patrones comerciales, de inversión y de migración; deuda soberana; institucionalidad del sistema multilateral y su efecto en el comercio mundial (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio [GATT]/Organización Mundial del Comercio [WTO]); política comercial, y la relación existente entre comercio y el entorno (desarrollo, crecimiento, medio ambiente, pobreza, etc.). Efectos de las formas de integración. Las tendencias actuales muestran un crecimiento exponencial en los patrones de integración, vía acuerdos con diferente tipo de alcance (comercial, inversión, económico, monetario); luego, este tipo de vinculación tiene efectos en la reconfiguración del comercio intraindustrial e interindustrial, en la producción nacional y sectorial, en la búsqueda de unas zonas monetarias óptimas (por ejemplo, euro), y en el clima de los negocios internacionales en América Latina como un elemento de ventaja para la integración económica, liberación del mercado y privatización. Aspectos financieros. El capital financiero transita de frontera en frontera buscando maximizar la rentabilidad de su inversión, por lo que los estudios buscan dar respuesta a los determinantes de estos flujos financieros, incidencia en los balances de las finanzas internacionales, así como la integración financiera de activos. Crisis internacionales. Las crisis económicas generan puntos de quiebre y formas de repensar los fundamentos en que se sustenta el aparato económico; la crisis financiera internacional reciente (2008-2009) ha mostrado mecanismos de transmisión y efectos profundos con ciertas particularidades que los diferencian de los de otras crisis. Este tópico de estudio cubre temas56 como ataques especulativos de tasa de cambio, efectos de contagio en crisis monetarias y nuevos mecanismos de transmisión en países desarrollados y en vía de desarrollo. Tasa de cambio. La relación de precios entre una moneda nacional y una extranjera, denominada tipo de cambio, ha sido objeto de estudio como elemento generador de ganancias o pérdidas de competitividad en el escenario comercial; luego su estudio cobra relevancia, y entre los enfoques recientes resalta la determinación del tipo de cambio, relación entre la determinación del precio y las fluctuaciones cambiaras, regímenes monetarios, impacto de la volatilidad cambiaria en las decisiones de inversión, y en la supervivencia y en el desempeño empresarial. Tamaño económico. Las teorías clásicas del comercio inter-nacional dan cuenta de los patrones de especialización comercial de acuerdo a ventajas, absolutas, comparativas o competitivas57, dotaciones factoriales, etc.; la entrada de China a la WTO pone de relieve un nuevo jugador en las reglas de juego, lo cual sin duda surge como campo de estudio en los efectos del comercio en países grandes y países pequeños.
Desde el punto de vista logístico, también se estudia el impacto negativo de las crisis financieras en el comercio vía reducción en los tiempos de envío (Berman et al., 2012). 56
Hernández (1992), en temas de integración regional, acuña otro tipo de ventajas: las compartidas. Se aduce que este tipo de ventajas son una forma que facilita los procesos de integración y creación de mayor flujo comercial. 57
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Entornos empresariales y organizacionales. En los mercados internacionales, la competencia se genera entre firmas, por ello como temas de investigación destacan: la forma en que entran las empresas a estos mercados, cómo realizan negocios y cómo se asocian; los perfiles gerenciales o de top-management ante los nuevos riesgos del entorno internacional, las formas de internacionalización empresarial y su configuración (exportación, IED, offshoring / outsourcing, adquisición/fusión, licencia, franquiciamiento, joint-venture, consorcio, maquila y manufactura propia), la importancia relativa de la estructura organizacional (gobierno corporativo) y la estrategia para alcanzar el éxito de las empresas en el marco internacional, el caso de las firmas born global y su espíritu empresarial (start-ups), tipología de negocios online/offline (digital/convencional) y aprovechamiento de la tecnología con propósito de expandir el mercado, y manejo del recurso humano para la internacionalización empresarial. Entre las categorías enunciadas previamente, aparecen como objeto de estudio la heterogeneidad de firmas que registran transacciones comerciales y las decisiones de exportación por parte de estas, los diferentes tipos de inversión extranjera directa, las fricciones institucionales y qué incidencia o impacto tienen en la configuración de los flujos de comercio, el papel de las firmas multinacionales, la interacción entre el comercio internacional y la teoría de la firma58.
Tendencias en investigación desde organizaciones, asociaciones y gremios
la
institucionalidad:
Desde la perspectiva institucional, es posible acercarse a la actualidad del comercio internacional e internacional desde lo que sucede en la práctica real e impacta en el entorno mundial, regional y nacional, y aspectos de las esferas macro, meso y micro de la economía.
Contexto mundial En el contexto mundial se encuentran tópicos alrededor de los cuales gira la investigación en instituciones, entre las que se destacan el Banco Mundial (WB), la WTO, la Federación Internacional de Asociaciones Comerciales (FITA), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), la Cámara de Comercio Internacional (ICC), el Instituto Peterson para la Economía Internacional (PIIE) y la Organización Mundial de Aduanas (WCO). Los tópicos de investigación en torno al comercio inter-nacional que destaca el WB (2012, January; 2013a; 2013b) van encaminadas a que este impacte en el desarrollo sostenible y reducción de la pobreza en los países en vía de desarrollo. Estos tópicos comprenden: patrones comerciales e información estadística, asuntos multilaterales, efectos del comercio en diversos campos (pobreza, crecimiento, inversión, trabajo y medio Todas estos temas de estudio hacen parte de los contenidos de los cursos de Comercio Internacional y Economía Internacional (DESU, 2012; NISU, 2012). 58
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ambiente), regionalismo, sectores económicos (agricultura y servicios), estándares internacionales, costos y facilitación del comercio, migración internacional, acceso a la WTO, ronda de Doha, política de competencia, reforma a las barreras comerciales, protección contingente, derechos y propiedad intelectual, contratación pública, geografía económica, política económica de la política comercial y estudios de países. La investigación en la WTO se enmarca en diferentes tipos de estudios que parten del análisis económico para estructurar las cuestiones más relevantes para esta organización. Entre estos se encuentran los estudios especiales, que incluyen ajustes a la liberalización comercial, barreras y obstáculos en el acceso a mercados, relación y efectos del comercio en disparidad de ingresos y pobreza, medio ambiente, finanzas y crisis financieras, comercio electrónico, y mercados abiertos de servicios financieros (WTO, 2013). En algunas de las mismas líneas temáticas señaladas previamente, se enmarca el enfoque de la OECD. Algunos de los estudios se pueden clasificar en la interacción y el impacto del comercio en la generación de empleo, el papel de las organizaciones internacionales en la política comercial, el análisis de las tendencias comerciales, los aspectos relacionados con la integración económica y las políticas de movimientos de los factores productivos y políticas de régimen cambiario inter-nacional (OECD, 2013). La FITA (2013) en sus tendencias de mercado plantea oportunidades comerciales internacionales y negocios tanto de importación y como de exportación. La mayoría de los trabajos sobre estudios de mercado se dan en los siguientes sectores: agricultura y ganadería, alimentos, bebidas y tabaco, médico, salud y productos cosméticos, tecnologías de información y comunicaciones en energía y medio ambiente, transporte y almacenamiento, textiles, confecciones y accesorios, productos y maquinaria para la construcción y robó-tica. Por su parte, el mayor número de análisis de mercado en Colombia, aparte de los anteriores, son sobre los sectores defensa y seguridad y el automotriz. En los temas relacionados con el comercio internacional que aborda la ICC (2013), se puede encontrar el comercio financiero. Dentro de esta línea destacan el panorama eco-nómico mundial, tendencias globales y regionales, tendencias comerciales en seguros de crédito a la exportación y tendencias comerciales en los programas de facilitación del comercio. Asimismo, reportes especiales del grupo de países del G20, que incluyen guías comerciales y de negocios. De igual forma, la medición de un índice de apertura de mercados a escala mundial. En el sector privado, el PIIE (2013) plantea grandes líneas en torno al estudio del comercio internacional e inversión. Entre los tópicos de análisis destacan: políticas de competencia, transparencia y gobierno corporativo, la relación entre comercio electrónico y tecnología, sanciones económicas, energía, inversión extranjera directa, derechos de propiedad intelectual, los bloques comerciales regionales, el tema de los servicios, la política de tasación (fiscal) y la WTO y otras instituciones globales reguladoras.
Contexto latinoamericano Por su parte, en el plano regional latinoamericano, aparecen la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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Para empezar, la ALADI (2013) concentra sus esfuerzos en el análisis de los efectos de la integración en sus países miembros. Sus tópicos principales de investigación se enfocan en las tendencias generales de comercio internacional, en particular las relacionadas con el comercio intraindustrial, el comercio negociado y el aprovechamiento de las preferencias arancelarias, informes sobre el avance del proceso de integración latinoamericano, el análisis de competitividad de los productos exportables de los países latinoamericanos en sus pares de la misma región, y la identificación de oportunidades comerciales que tienen los productos de estos países para acrecentar sus exportaciones en otros mercados. La CEPAL (2013), en el tema del comercio internacional, ha dirigido su investigación hacia varios tópicos, entre los que sobresalen: tendencias del comercio global y regional de bienes y servicios, políticas y negociaciones comerciales en los ámbitos multilateral, plurilateral y regional, bilateral hemisférico e interregional, procesos de integración regional, relaciones económicas interregionales y otros temas de especial interés desde la óptica de la inserción internacional de América Latina y el Caribe. Por su parte, el BID (2013) en sus temas recientes de investigación en comercio prioriza los estudios de caso de nuevas actividades de exportación, qué tipo de actividades han sido pioneras en alcanzar los mercados extranjeros en los países de la región y cuáles de ellas han sido exitosas. Otros temas abordados desde esta institución tienen que ver con la liberalización comercial, los efectos de la integración comercial y la competitividad.
Contexto colombiano En el ámbito nacional nos remitiremos al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincomercio) y la Oficina de Promoción de Turismo, Inversión y Exportaciones (Proexport), la Asociación Nacional de Comercio internacional (Analdex), cámaras de comercio, la Cámara de Comercio Colombo Americana (CCCA), e instituciones de orden local como la Asociación de Comercio Internacional del Valle (Adicomex). Según los estudios económicos del Mincomercio (2013), la hoja de ruta investigativa gira en torno a las relaciones comerciales de Colombia, en particular las relacionadas con los tratados de libre comercio (TLC) vigentes (Estados Unidos y Europa) y algunos otros en etapa de negociación, análisis de tendencias comerciales, y perfiles de exportación departamentales. De acuerdo con el Ministerio, los ejes centrales de la política comercial deben ser la internacionalización de la economía, la transformación productiva y Colombia como destino turístico de clase mundial. Con estos lineamientos se han definido unos sectores de clase mundial por su potencial de desarrollo en el corto plazo y creciente demanda mundial: autopartes; industria gráfica; energía eléctrica; bienes y servicios conexos; textiles, confecciones, diseño y moda; servicios tercerizados a distancia; software y servicios de tecnologías de la información; cosméticos y artículos de aseo, y turismo de salud. Por su parte, Proexport produce informes coyunturales de la situación del turismo internacional, la inversión extranjera directa y el sector externo, así como estudios de mercado con nuevos socios comerciales (e.g., Canadá) y socios antiguos como el Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA), enfocados básicamente en cinco sectores: alimentos procesados, software, textiles y confecciones, ingredientes naturales para cosméticos, y frutas y verduras orgánicas. Asimismo, se encarga de divulgar las potencialidades de los 32 departamentos de cara a las nuevas oportunidades comerciales que generan los acuerdos comerciales vigentes
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y las posibilidades que tienen las firmas colombianas de “diversificar sus destinos de exportación en países de América, Europa y Asia, especialmente en aquellos con los que Colombia tiene tratados de libre comercio vigentes” (Proexport, 2013). Analdex (2013a), en su publicación de la revista Exponotas, resalta los temas actuales de estudio alrededor del tema. Con base en la revisión realizada en estas publicaciones, se resal-tan tres grandes temas y los ejes específicos de estudio, los cuales se interconectan directa e indirectamente: logística empresarial para la competitividad (cadenas de valor, nuevo estatuto aduanero y operador económico autorizado, eficiencia logística, infraestructura, internacionalización portuaria, facilitación del comercio); viejos y nuevos retos en materia comercial, así como expectativas del comercio internacional colombiano (entre estos problemas, resaltan los acuerdos comerciales59, escenarios de tasa de cambio y el “problema de la revaluación”, innovación, contrabando, alianzas público-privadas, reglas del juego claras, adhesión Rusia-OMC, obstáculos al comercio, la visión china), y las grandes reformas legales y su impacto en el comercio internacional60 (impacto de la reforma tributaria en asuntos aduaneros y de comercio internacional, nueva ley marco aduanera, reglamentación de sociedades de comercialización internacional, fortalecimiento de zonas francas y su impacto fiscal). Al igual que las entidades anteriores, las cámaras de comercio, en particular las de Medellín (CCMA, 2013) y Bogotá (CCB, 2013), se encargan de presentar estudios de mercado internacionales con potencialidades para las regiones, entre los que destacan los mercados de Centroamérica y Norteamérica, la India y la Unión Europea, y estudios sectoriales como los de autopartes, cosméticos y artes gráficas. De igual forma, sus análisis se centran en el tema de las aglomeraciones empresariales (clusters) y generación de valor compartido. Finalmente, a la hora de reunir público y difundir o comunicar temas de actualidad alrededor del comercio internacional, las visiones expuestas en las secciones previas se complementan con las posturas desarrolladas en congresos, seminarios o foros. A continuación, se presentan los ejes de discusión desarrollados en este tipo de eventos. El Congreso Nacional de Exportadores en sus últimas dos versiones (XXV y XXIV) ha enfatizado la relación crecimiento económico y comercio internacional (tendencias, modelos, impactos), el tema del contrabando (facilitación del comercio y penalización), cadenas de valor transfronterizas (vinculación de pymes), infraestructura y logística para el comercio internacional (intermodalidad vial, portuaria, aeroportuaria y de plataformas logísticas), desarrollo empresarial (emprendimiento e innovación), política económica (riesgos y limitaciones de la política fiscal, incentivos tributarios), y oportunidades comerciales (TLC: Estados Unidos y Unión Europea, Escandinavia) (Analdex, 2013b). Por su parte, el Foro de Importadores (versión III) no solo ha puesto en escena los temas de integración, comercio y aprovechamiento de los TLC, inversión e incentivos tributarios, sino también ha enfatizado la ley 59
Como ha sido reiterativo y de actualidad, se destacan los escenarios de negociación con Estados Unidos y la Unión Europea.
En un estudio reciente de la Universidad Sergio Arboleda se hace alusión al impacto del Decreto 074 de 2013 en las exportaciones del sector textil-confecciones (Portafolio, 2013, agosto 27). 60
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marco de aduanas y el nuevo estatuto aduanero, así como el proceso de modernización de la normatividad FDA, la contratación internacional, los incoterms y avances en el operador económico autorizado (Analdex, 2013b). Entretanto, el Encuentro Logístico e Industrial del Caribe (versión II) ha puesto de relieve el impacto de la infraestructura logística de cara a los TLC, las cadenas de abastecimiento como estrategia financiera, la experiencia de internacionalización portuaria (caso chileno), la “posible” enfermedad holandesa en Colombia, y la facilitación al comercio: vuce, inspección simultánea y administración del riesgo (Analdex, 2013b). Por su parte, las dos últimas Jornadas de Comercio internacional (VI y VII) han dado mayor relevancia al tema de normatividad contable hacia el conocimiento de operaciones de cara a los TLC: normas internacionales de información financiera (NIIF), agencias, procedimientos y estatuto aduanero, normas de origen, reforma aduanera y tributaria, así como hacia la sostenibilidad de las cadenas de abastecimiento (Adicomex, 2013). Las dos últimas ediciones del Congreso Internacional de Negocios realizados en Medellín (IV y V) han discutido en torno a la importancia de la prospectiva en negocios inter-nacionales, el proceso de internacionalización de Colombia como país emergente, el vínculo entre el comercio y las nuevas preocupaciones mundiales: medio ambiente, sostenibilidad, pobreza y otros, los escenarios futuros y las nuevas oportunidades de negocio comercial para Colombia, los nuevos escenarios logísticos y la infraestructura portuaria de la vanguardia del comercio internacional, el consumidor del futuro y las megatendencias del mercado, los nuevos jugado res mundiales, los conflictos internacionales como las guerras del futuro.
Conclusiones El estudio de los negocios y el comercio internacional per-mite imprimir rigor a los procesos actuales que son de real importancia, pues es posible registrar y clasificar de manera ordenada la información que se desea conocer, donde la praxis retroalimenta los hallazgos empíricos con su quehacer teórico. Sumado a lo anterior, desde un punto de vista cuantitativo, se avanza hacia la construcción de bases de datos que dan cuenta de los procesos y de la información detallada en un orden coherente y el impacto que estos campos han tenido en determinados contextos; y desde un punto de vista cualitativo, es posible observar características, factores o rasgos distintivos del fenómeno que visibilizan la homogeneidad o heterogeneidad de estos campos en cada ambiente de análisis. Los temas relacionados con el mundo del comercio inter-nacional y los negocios internacionales abordados en este documento permiten delimitar campos de trabajo que se puede estudiar sistemáticamente. Ciertas aristas de investigación pueden ser encaminadas hacia temas específicos y áreas problemáticas que conlleven la realización de proyectos de investigación, que interdisciplinariamente y críticamente se enfoquen en el comercio internacional e internacional, así como las relaciones de negociación derivados de este. Si bien el abanico de posibilidades es amplio, se propone como ejes temáticos los siguientes: (a) determinantes del comercio internacional (desempeño exportador e importador) y de inversión extranjera en distintos niveles: micro, meso, macro y regional; (b) volatilidad cambiaria y afectación del comportamiento competitivo empresarial y sectorial; (c) internacionalización empresarial y capacidad exportadora; (d) medición de la apertura de mercados nacional, departamental y sectorial, y (e) aprovechamiento e impactos de los tratados de libre comercio.
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7. LA GESTIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN COLOMBIA El objetivo de este capítulo es conocer cómo se ha estimulado el desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en Colombia, de tal forma que se puedan analizar e interpretar adecuadamente las diferentes políticas y la normatividad para la gestión del conocimiento científico. El artículo quinto (5) de la Ley 1286 de 2009 le dio vida al Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- organismo principal de la administración pública, rector del sector y del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -SNCTI-, encargado de formular, orientar, dirigir, coordinar, ejecutar e implementar la política del Estado en la materia, en concordancia con los planes y programas de desarrollo.
7.1 HISTORIA DEL DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN-COLCIENCIAS61 En Colombia, el proceso de consolidar el mecanismo que facilita el conocimiento tecno-científico corresponde al fortalecimiento del proyecto de Nación y de las instituciones propias de la modernidad. En esa consolidación de la institucionalidad se promulga la Ley 1286 de 2009 que transforma a Colciencias en Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación y crea el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), refuerza la institucionalidad para identificar, transferir, producir y proveer los conocimientos que el bienestar de la gente y el desarrollo del país y sus regiones requieren. Etapas y eventos importantes del proceso de desarrollo institucional de la Ciencia, Tecnología e Innovación (CT+I) en Colombia.
Antecedentes de la política de ciencia y tecnología (1940 – 1967)
Influencia de organismos internacionales (OEA, BID y AID) en el diseño e implementación de políticas de desarrollo: reforma agraria, fiscal, educativa y del Estado. Creación, en forma aislada, de institutos estatales descentralizados de investigación: Icetex, Instituto de Investigaciones Tecnológicas, ICA, SENA, Incora, Instituto de Asuntos Nucleares, entre otros. Convenios de cooperación internacional.
Iª Etapa – 1968 a 1989
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Creación de Colciencias y el Consejo nacional de CyT. Creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología – CNCyT Creación de Programas de Posgrado
Tomado de http://www.colciencias.gov.co/colciencias/sobre_colciencias/historia (2016).
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Crédito BID I: Icfes – Colciencias Inicio de los doctorados en Colombia Foro Internacional sobre Política de Ciencia y Tecnología (1987) Misión de Ciencia y Tecnología (1988)
IIª Etapa – 1990 a 1999
Promulgación de la Ley 29 de 1990: Definición de la Política Nacional de Ciencia y Tecnología. Creación del Consejo Nacional, Organización del Sistema de Ciencia y Tecnología – CNCyT y de las Comisiones Regionales de Ciencia y Tecnología (Decreto 585). Adscripción de Colciencias al Departamento Nacional de Planeación – DNP (Decreto 585). Crédito BID II: Colciencias (1990). Expedición Ley 6ª de 1992 – Incentivos Tributarios a la CyT. Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo (1993). Aprobación del primer Conpes de CyT (2739 de 1994). Creación de la Comisión Nacional de Doctorados y Maestrías. Crédito BID III: Colciencias (1994-1998). Sistema Nacional de Innovación y Sistemas Regionales (1995). Expedición Ley 344 de 1996 Recursos Sena a Programas de Competitividad y Desarrollo Tecnológico Productivo. Creación del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (1999).
IIIª Etapa – 2000 a la fecha
Documento Conpes 3080 – Política de Ciencia y Tecnología 2000-2002. Creación Programa de Prospectiva Tecnológica (2001). Expedición Ley 643 del Fondo de Investigación en Salud (2001). Conformación de Agendas Regionales de Ciencia y Tecnología. Lanzamiento Plataforma ScienTI (2002). Apoyo a programas de doctorado nacionales. Crédito BIRF (2002-2003). Incorporación de recursos a la CyT mediante la Ley 344 de 1996 en la Ley del Plan Nacional de Desarrollo de 2003. Convocatoria y apoyo a Centros de Investigación de Excelencia (2004). Participación de Colciencias como invitado permanente en el Conpes (2004). Presencia del programa infantil Ondas en todos los departamentos del país (2005). Reforma de los Programas Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, hacia Áreas de Conocimiento. (2005). Revaluación de la estrategia CNCyT (2008). Promulgación del documento: “Colombia Construye y Siembra Futuro. Política Nacional de Fomento a la investigación y la innovación)”, por Colciencias, (2008). Sanción de la ley 1286 de 2009 que transforma a Colciencias en Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, crea el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación – SNCTI y dicta otras disposiciones sobre estas materias.
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En los últimos años los desarrollos en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación – CTI propician un nuevo modo de producir ciencia, en términos intra, inter, multi y transdisciplinarios, convalidado por los contextos sociales, culturales y regionales de su aplicación, y por los valores y decisiones de las políticas públicas.
Funciones El Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e COLCIENCIAS, tendrá, además de funciones que determina el artículo 59 de la Ley 489 de 1998 las siguientes:
Formular e impulsar las políticas de corto, mediano y largo plazo del Estado en Ctel, para la formación de capacidades humanas y de infraestructura, la inserción y cooperación internacional y la apropiación social de la CteI para consolidar una sociedad cuya competitividad esté basada en el conocimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación. Adoptar, de acuerdo con la Ley del Plan Nacional de Desarrollo, políticas nacionales para el desarrollo científico, tecnológico y para la innovación, como ejes fundamentales del desarrollo social y productivo del país. Diseñar y presentar ante las instancias del Gobierno Nacional los planes y programas del Departamento y el Plan Nacional de Ctel. Fundamentar y favorecer la proyección e inserción estratégica de Colombia en las dinámicas del sistema internacional que incorporan el conocimiento y la innovación como base de su desarrollo social y económico, en el marco de una sociedad global del conocimiento. Generar estrategias de apropiación social de la Ctel para la consolidación de una sociedad y economía basadas en el conocimiento. Promover el desarrollo científico, tecnológico y la innovación en el país, de acuerdo con los planes de desarrollo y las orientaciones trazadas por el Gobierno Nacional. Propiciar las condiciones necesarias para que los desarrollos científicos, tecnológicos e innovadores, se articulen con los sectores social y productivo, y favorezcan la productividad, la competitividad, el emprendimiento, el empleo y el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos. Velar por la consolidación, fortalecimiento y articulación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación –SNCTI con las entidades y los actores del mismo, en estrecha coordinación con el Sistema Nacional de Competitividad. Promover la formación del recurso humano para desarrollar las labores de CteI, en especial en maestrías y doctorados, en aquellos sectores estratégicos para la transformación y el desarrollo social, medio ambiental y económico del país, en cumplimiento del ordenamiento constitucional vigente. Fomentar la creación y el fortalecimiento de instancias e instrumentos financieros y administrativos de gestión para la Ctel. Diseñar e implementar estrategias y herramientas para el seguimiento, evaluación y retroalimentación sobre el impacto social y económico del Plan Nacional de Desarrollo, del Plan Nacional de Ctel y el componente de Ctel del PND.
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Promover la inversión a corto, mediano y largo plazo, para la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación. Promover, articular y proyectar los esquemas organizacionales de gestión de la CteI, en las regiones, los departamentos y los municipios del país para potenciar su propio desarrollo y armonizar la generación de políticas. Promover, articular e incorporar la cooperación interinstitucional, interregional e internacional con los actores, políticas, planes, programas, proyectos y actividades estratégicas para la consecución de los objetivos del Plan Nacional de CteI. Articular la Política Nacional de Ctel con las políticas nacionales, regionales y sectoriales del Estado, en financiamiento, educación, cultura, desarrollo económico, competitividad, emprendimiento, medio ambiente, seguridad social, salud, agricultura, minas y energía, infraestructura, defensa nacional, ordenamiento territorial, información, comunicaciones, política exterior y cooperación internacional y las demás que sean pertinentes. Definir y orientar líneas temáticas prioritarias y operativas del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación –SNCTI, para lo cual podrá modificar, suprimir o fusionar los Programas Nacionales de Ctel; crear nuevas estructuras sobre las diferentes áreas del conocimiento; definir su nombre, composición y funciones; dictar las reglas para su organización y diseñar las pautas para su incorporación en los planes de las entidades vinculadas con su implementación. Definir prioridades y criterios para la asignación del gasto público en Ctel, los cuales incluirán áreas estratégicas y programas específicos y prioritarios a los que se les deberá otorgar especial atención y apoyo presupuestal. Diseñar, articular y estimular políticas e instrumentos para la inversión privada, doméstica o internacional, en CteI. Concertar, con el apoyo del Departamento Nacional de Planeación –DNP, en coordinación con las demás entidades nacionales que ejecutan política de CteI, los recursos y la destinación de los mismos en el trámite de programación presupuestal tomando como base el Plan Nacional de Desarrollo y la política de Ctel, adoptada por el CONPES. Otorgar estímulos a instituciones y personas por sus aportes a la CteI, a través de distinciones y reconocimientos. Diseñar estímulos e incentivos sociales y económicos para aumentar en forma significativa la inversión privada en CteI. Articular y emplear las políticas y programas nacionales de Ctel, con aquellas que existen a nivel internacional para potenciar su impacto. Crear las condiciones para desarrollar y aprovechar el talento nacional, en el país y en el exterior en el campo de CteI. Coordinar el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para lo cual contará con los Consejos de los Programas Nacionales de Ciencia y Tecnología, los Consejos Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación. Elaborar en conjunto con el Departamento Nacional de Planeación-DNP Y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público –MHCP, con el apoyo de las instituciones involucradas y en forma anual un marco de inversión en CteI.
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Presentar y ejecutar proyectos regionales de inversión, que beneficien a las entidades territoriales de acuerdo con Leyes 141 de 1994, 756 de 2002 y demás reglamentación aplicable con cargo a las asignaciones del Fondo Nacional de Regalías. Absolver las consultas sobre la aplicación de normas de carácter general, específico en Ctel y expedirá circulares externas en materia de Ctel.
7.2 POLÍTICA NACIONAL DE FOMENTO A LA INVESTIGACIÓN Y LA INNOVACIÓN Objetivos de la política62 El objetivo general de la Política Nacional de Fomento a la Investigación y la Innovación COLOMBIA CONSTRUYE Y SIEMBRA FUTURO, es “crear las condiciones para que el conocimiento sea un instrumento del desarrollo”, es decir la construcción y siembra de un mejor futuro para los colombianos. Los objetivos específicos están en función de dos grandes desafíos para el país:
acelerar el crecimiento económico, y disminuir la inequidad.
El pragmatismo y el establecimiento de prioridades, asociados a los retos planteados darán prelación a la investigación y la innovación que sean social y localmente pertinentes e internacionalmente competitivas. Pero no pierde de vista que el país también requiere la generación de conocimiento que plantee nuevas alternativas y paradigmas, las cuales deben representar aportes al conocimiento global. En este contexto la Política de Fomento a la Investigación e Innovación es una herramienta esencial para alcanzar conjuntamente: i) los objetivos de la política social y ii) el aumento de la productividad y la competitividad.
Política social El capítulo tercero del Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010 establece que la estrategia de equidad y reducción de la pobreza busca lograr que los colombianos tengan igualdad de oportunidades en el acceso y la calidad de un conjunto básico de servicios sociales que, en el futuro, permitan que todos alcancen ingresos suficientes para tener una vida digna. Se busca que todos los colombianos tengan acceso a la educación de
62Tomado
del libro: Colombia construye y siembra futura. Política Nacional de Fomento a la Investigación y la Innovación. Instituto colombiano para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, Francisco José de Caldas – Colciencias- Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CNCyT) 2008. P. 61-69
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calidad, a una seguridad social equitativa y solidaria, al mercado laboral (promoviendo la formalización o apoyando el emprendimiento) y a mecanismos de promoción social efectivos. Para esto se requiere tener claridad sobre las características de: a) las condiciones de vida de la población colombiana; b) la dinámica y desempeño de las relaciones laborales; c) la inserción de las familias en el sistema de protección social. Además, la dinámica demográfica del país se constituye en un elemento crucial de referencia para la orientación de las políticas con propósitos de equidad. Por su parte, la Declaración del Milenio firmada por Colombia en el año 2000 junto con los demás países miembros de las Naciones Unidas representa un hecho histórico; se suscribió un compromiso de alcance planetario a favor de los más pobres. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados en dicha declaración son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
Erradicar la pobreza extrema y el hambre Lograr la educación primaria universal Promover la equidad de género y la autonomía de la mujer Reducir la mortalidad infantil en menores de 5 años Mejorar la salud sexual y reproductiva Combatir VIH/SIDA, la malaria y el dengue Garantizar la sostenibilidad ambiental Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son concretos y específicos, pero no son puntuales ni atomizados. En la lucha contra la pobreza, la ignorancia, la inequidad de género, la enfermedad y las agresiones al medio ambiente, se concretan los resultados más sensibles, los derechos más fundamentales y las conquistas más significativas para lograr el bienestar de todos los seres humanos, a lo largo y ancho del mundo. Se trata de 18 metas concretas, medidas a través de 48 indicadores capaces de valorar sin ambigüedades los avances y retrocesos en los órdenes mundial, nacional, subnacional o local. En la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 2005 se realizó la primera revisión sobre el cumplimiento de los compromisos y el balance no es alentador. Hay progresos, pero no son ni contundentes ni generalizados. En países como China e India son significativos, pero en casi todo el continente africano más que avances ha habido retrocesos. En América Latina, se tiene un balance de luces y sombras. Según el Informe de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Avance de los Objetivos en América Latina y el Caribe (2005), sólo un país, Chile “ha llegado ya a la [primera] meta y cinco lograron un progreso importante y probablemente la alcanzarán. En todos los países restantes, el avance fue escaso o, como sucedió en algunos, se registraron retrocesos”. El documento CONPES social No 91, aprobado el 14 de marzo del 2005, titulado: “Metas y estrategias de Colombia para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio-2015”, propone el marco nacional y los elementos para encuadrar las acciones de CTI que sumen para afrontar el desafío de disminuir la desigualdad social.
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El modelo socio-económico propuesto en la Visión 2019 le atribuye al Estado el papel de garante de la equidad social. Para su realización, propone como uno de los principios básicos de acción que la promoción de actividades de ciencia y tecnología por parte del Estado se oriente a la comprensión, prevención y solución de problemas nacionales y a dinamizar el desarrollo de las regiones. De ahí la importancia de contribuir, desde la perspectiva de la política de CTI, al logro de los ODM, ya que los mismos condensan problemas sustantivos que, superados en proporción significativa, despejan el camino hacia una sociedad equitativa. El compromiso del país con los ODM incluye programas sociales de gran impacto que buscan la construcción y conservación de capital humano. Un ejemplo es el Plan Nacional de Salud Pública 2007-2010, cuyos propósitos son:
Mejorar el estado de salud de la población colombiana Evitar la progresión y los desenlaces adversos de la enfermedad Enfrentar los retos del envejecimiento poblacional y la transición demográfica Disminuir las inequidades en salud de la población colombiana.
Este Plan hace hincapié en la necesidad de generación de conocimiento a través de la investigación de problemas prioritarios en salud buscando la solución de éstos a corto, mediano y largo plazos, tarea que fomentan conjuntamente el Ministerio de la Protección Social y COLCIENCIAS con los recursos del Fondo de Investigaciones en Salud. La política social, en el contexto anterior, debe ayudar de manera drástica a reducir la pobreza, a eliminar la indigencia y a mejorar la distribución del ingreso. Es una oportunidad para estudiar y comprender el devenir de las instituciones y de la cultura y su diversidad de expresiones en las regiones; entendiendo los dilemas sociales y los problemas que confronta el país en el presente para construir posibles futuros. Sin embargo, hay que señalar que todavía queda mucho camino por recorrer tanto en la generación de conocimiento como en su utilización por parte de quienes tienen a su cargo la política pública o la posibilidad de promover procesos de intervención social, así como por la sociedad en su conjunto. Si bien se ha ido consolidando una capacidad nacional de generación de conocimiento persisten en este campo las desigualdades regionales, y las redes de conocimiento son aún débiles
La política de competitividad La política de competitividad y productividad propone que en el 2032 Colombia sea uno de los tres países más competitivos de América Latina y tenga un nivel de ingreso por persona equivalente al de un país de ingresos medios altos, a través de una economía exportadora de bienes y servicios de alto valor agregado e innovación, con un ambiente de negocios que incentive la inversión local y extranjera, propicie la convergencia regional, mejore las oportunidades de empleo formal, eleve la calidad de vida y reduzca sustancialmente los niveles de pobreza.
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El Consejo Nacional de Competitividad, expone los principales elementos de esta Política. Para lograr esta visión, se propone realizar: a) el desarrollo de sectores de clase mundial, b) el salto en la productividad y generación de empleo, y c) la formalización laboral y empresarial; todo ello fundamentado en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación. Estos tres pilares a su vez están complementados con estrategias para la eliminación de barreras a la competencia y el crecimiento de la inversión (extranjera y nacional), que incluyen diferentes aspectos tales como estabilidad macroeconómica y jurídica, educación y destrezas laborales, regulación e instituciones al servicio de la producción, infraestructura física, provisión de servicios públicos, provisión y respeto de derechos de propiedad, calidad de vida y ciudades amables, y aumento de la tasa de ahorro. El desarrollo y uso de las TIC es el “pegamento” de las anteriores iniciativas. La política de desarrollo productivo debe contemplar elementos de política industrial, política de productividad y competitividad, política de investigación e innovación, y política de emprendimiento. No se debe caer en el error frecuente de asimilar la política de competitividad a la política de internacionalización o de integración con la economía global, error que se manifiesta no solo en la teoría económica, sino en la práctica, al establecer políticas de competitividad orientadas principalmente, si no exclusivamente, hacia la promoción de exportaciones. La capacidad de penetrar mercados y mantener la posición en éstos es el resultado de las mejoras en productividad y en capacidades tecnológicas. En este contexto, el tamaño del mercado doméstico es una fortaleza de la economía colombiana, por lo cual las políticas de desarrollo productivo deben apuntar a fortalecer los sectores y las empresas que abastecen este mercado, no solo aquellos que sean exportadores, o tengan potencial de convertirse en exportadores. Lograr la coherencia entre las políticas anteriormente mencionadas es un reto para el Estado. Hoy Colombia atraviesa por una coyuntura propicia para abordar una estrategia de desarrollo productivo que integre las acciones inmediatas sobre alternativas productivas sectoriales de alto impacto y una política activa orientada hacia la necesaria transformación productiva. La transformación productiva y las diferentes estrategias de competitividad están basadas en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, en las cuales se destaca el papel de la innovación como elemento movilizador, particularmente en contexto de la evolución del mercado globalizado hacia mercados segmentados y sujetos a acuerdos de comercio.
7.3 EL CONSEJO ASESOR DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN El gobierno nacional a través del decreto 585 de 1991, en su artículo primero, creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, organismo encargado de la dirección y coordinación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, y asesor principal del Gobierno Nacional en estas materias. Posteriormente derogó éste artículo, con la expedición de la ley 1286 de 2009; para darle vida al Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación, cuya integración y funciones se relacionan en los artículos 12 y 13 de la mencionada ley:
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Artículo 12. Del Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación. El Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias-, tendrá un Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación, integrado por: 1. El Director del Departamento, quien lo presidirá. 2. Los Ministros de Educación Nacional; Comercio, Industria y Turismo; Agricultura y Desarrollo Rural, Protección Social y el Director del Departamento Nacional de Planeación, quienes no podrán delegar la asistencia al mismo. 3. El Director General del Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA, quien no podrá delegar la asistencia al mismo. 4. Cuatro (4) personas con reconocida trayectoria en el sector académico y científico, designadas por el Presidente de la República, de personas propuestas por Colciencias, previa consulta a los Consejos de programas Nacionales de Ciencia y tecnología. 5. Cuatro (4) personas con reconocida trayectoria en el sector productivo designadas por el Presidente de la República, de personas propuestas por Colciencias, previa consulta a los Consejos de programas Nacionales de Ciencia y tecnología. 6. Dos (2) personas de reconocida trayectoria del sector científico regional, de departamentos diferentes a los seleccionados en el numeral 4, designadas por el Presidente de la República, de candidatos presentados por el Director del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias. Artículo 13. Funciones del Consejo Asesor. Son funciones del Consejo Asesor: 1. Asesorar al Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- en el diseño de la política pública relativa a ciencia, tecnología e innovación. 2. Sugerir los criterios para la calificación de programas y proyectos en materia de ciencia, tecnología e innovación con base en los planes de desarrollo, en los documentos Conpes y en las orientaciones trazadas por el Gobierno Nacional. 3. Proponer herramientas para el diseño, seguimiento y evaluación de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
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4. Asesorar sobre los programas, políticas, planes y proyectos estratégicos para el desarrollo científico y tecnológico del país que serán desarrollados por el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias-. 5. Velar por la elaboración permanente de indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación. Artículo 14. La participación como miembro del Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación, en ningún caso generará derecho a percibir emolumento o contraprestación alguna. Artículo 15. Régimen de Transición. El Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- dispondrá de un (1) año, contado a partir de la promulgación de la presente ley, para adecuar sus procedimientos y operaciones a su nueva naturaleza jurídica y estructura administrativa. En todo caso no podrá ir más allá del 31 de diciembre de 2009. Hasta tanto se adopte la nueva estructura y planta el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- continuará funcionando con la estructura y planta de personal con la que contaba Colciencias, y continuará ejerciendo las funciones señaladas al Instituto antes de la transformación.
7.4 EL SISTEMA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA Los alcances, objetivos, actividades, componentes, coordinación y financiación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación en Colombia, se encuentran plasmados en los artículos 16 al 21 de la ley 1286 de 2009, los cuales rezan de la siguiente manera: Artículo 16. Del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. A partir de la vigencia de la presente Ley el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, al que se refiere el Decreto 585 de 1991, se denominará Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -SNCTI- con el fin de integrar las actividades científicas, tecnológicas y de innovación bajo un marco donde empresas, Estado y academia interactúen en función de los fines de la presente ley. Artículo 17. Objetivos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación - SNCTI-. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación tendrá los siguientes objetivos: 1. Propiciar la generación y uso del conocimiento, a través del desarrollo científico, tecnológico y la innovación, como actividades esenciales para darle valor agregado a nuestros recursos, crear nuevas empresas basadas en investigación, desarrollo tecnológico e innovación, alcanzar mayores y sostenidas tasas de crecimiento económico, acumulación y distribución de riqueza, con el objeto de mejorar los niveles de calidad de vida de los ciudadanos.
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2. Fomentar y consolidar, con visión de largo plazo, los centros y grupos de investigación particulares y de las Instituciones de Educación Superior, sean públicas o privadas, los centros de desarrollo tecnológico, los parques tecnológicos, los centros de productividad, las instituciones dedicadas a la apropiación social de la ciencia, la tecnología y la innovación, las entidades de gestión, administración y promoción del conocimiento, las incubadoras de empresas de base tecnológica y el desarrollo del talento humano, las academias y sociedades científicas, tecnológicas y de innovación, y las diferentes redes, iniciativas de organizaciones e individuos tendientes al fortalecimiento del sistema. 3. Promover y consolidar por diversos mecanismos, la inversión pública y privada creciente y sustentable en investigación, desarrollo tecnológico, innovación ciencia, la tecnología y la innovación, como instrumentos determinantes de la dinámica del desarrollo económico, social y y formación del capital humano, para la ambiental. 4. Diseñar modelos contemporáneos y visionarios de desarrollo económico y social, basados en procesos de enseñanza aprendizaje permanente y democratizado de la ciencia, la tecnología y la innovación, regidos por políticas públicas, bajo la indelegable responsabilidad del Estado. 5. Hacer prospectiva en ciencia, tecnología e innovación, adoptar decisiones y emprender acciones en materia de ciencia, tecnología e innovación que contribuyan a la construcción conjunta e integrada de escenarios de futuro de Colombia en el contexto mundial. 6. Fomentar la coordinación, seguimiento y evaluación entre la política y el desarrollo nacional en ciencia, tecnología e innovación con la actuación internacional del Estado y su política exterior y promover su vinculación con iniciativas y proyectos internacionales estratégicos de ciencia, tecnología e innovación. 7. Articular al sistema y a sus actores con los sistemas e instancias existentes, con el objeto de que cada uno de los componentes desempeñe el papel específico que le corresponde en el proceso, creando sinergia y optimización de recursos. 8. Realizar el seguimiento y evaluación de la política nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y de las actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación realizadas por el SNCTI. 9. Promover y evaluar la alianza estratégica universidad-empresa, en función de desarrollar conjuntamente la ciencia, la tecnología y la innovación en sectores estratégicos para el desarrollo económico y social del país. Parágrafo. El cumplimiento de los objetivos se hará respetando las competencias de las entidades que hacen parte del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -SNCTI-. Artículo 18. Actividades del Sistema. Son actividades de los actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación –SNCTI-: 1. Explorar, investigar y proponer, de manera continua, visiones y acciones sobre la intervención del país en los escenarios internacionales, así como los impactos y oportunidades internacionales para Colombia en temas relacionados con la ciencia, la tecnología y la innovación. 2. Promover el mejoramiento de la productividad y la competitividad nacional.
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3. Velar por la generación, transferencia, adaptación y mejora del conocimiento científico, desarrollo tecnológico e innovación en la producción de bienes y servicios para los mercados regionales, nacionales e internacionales. 4. Investigar e innovar en ciencia y tecnología. 5. Propender por integrar la cultura científica, tecnológica e innovadora a la cultura regional y nacional, para lograr la apropiación social de la ciencia, la tecnología y la innovación en Colombia. 6. Procurar el desarrollo de la capacidad de comprensión, valoración, generación y uso del conocimiento, y en especial, de la ciencia, la tecnología y la innovación, en las instituciones, sectores y regiones de la sociedad colombiana. 7. Articular la oferta y demanda de conocimiento colombiano para responder a los retos del país. Artículo 19. Coordinación. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación - SNCTI- estará coordinado por el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación Colciencias-, quien a su vez contará con los Consejos de los Programas Nacionales de Ciencia y Tecnología, los Consejos Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación para articular el sistema. Artículo 20. Componentes del Sistema. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación SNCTI- es un sistema abierto del cual forman parte las políticas, estrategias, programas, metodologías y mecanismos para la gestión, promoción, financiación, protección y divulgación de la investigación científica y la innovación tecnológica, así como las organizaciones públicas, privadas o mixtas que realicen o promuevan el desarrollo de actividades científicas, tecnológicas y de innovación. Parágrafo 1°. Las organizaciones públicas, privadas o mixtas a que hace referencia el presente artículo podrán ser objeto de apoyo por parte de las entidades de fomento de la ciencia, la tecnología y la innovación. Cada entidad de fomento establecerá la naturaleza de dicho apoyo y las condiciones bajo las cuales se podrá obtener, de acuerdo con los lineamientos de política que orienten la acción del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación -SNCTI- y de conformidad con las normas que regulan este campo. Parágrafo 2°. Las Asambleas Departamentales, los Concejos Distritales y los Concejos Municipales podrán ordenar la creación de unidades regionales de investigación científica e innovación con sus fondos regionales de fomento. Artículo 21. Marco de Inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación. El Departamento Nacional de Planeación DNP y el Ministerio de Hacienda Crédito Público, MHCP, y el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias-, con el apoyo de las Instituciones involucradas elaborarán anualmente un marco de inversión en ciencia, tecnología e innovación concebido como una herramienta de programación del gasto público de las entidades de Gobierno, con un horizonte de cuatro (4) años, para el cumplimiento de los objetivos de política, que considere las necesidades de inversión, las restricciones fiscales y las fuentes de financiación que garanticen la estabilidad de la inversión en ciencia, tecnología e innovación de acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo y el Marco de Gasto de Mediano Plazo. Dicho marco establecerá las acciones específicas anuales para el cumplimiento de las metas de inversión.
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Parágrafo. El Conpes determinará anualmente, las entidades, la destinación, mecanismos de transferencia y ejecución y el monto de los recursos en programas estratégicos de ciencia, tecnología e innovación, para la siguiente vigencia fiscal, mediante la expedición de un documento de política, en el cual además, se especificarán las metas e indicadores de resultado sobre los cuales se hará medición del cumplimiento. Este documento deberá ser presentado por el Departamento Nacional de Planeación DNP, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, MHCP y Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias-, con el apoyo de las Instituciones involucradas. Las inversiones a que haya lugar para los programas a que se refiere este artículo, respetarán la autonomía y las prioridades definidas por cada Entidad Pública Nacional.
7.5 PLATAFORMA SCIENTI (CVLAC, GRUPLAC, INSTITULAC) Red ScienTi63 ScienTI es una red pública de fuentes de información y conocimiento que tiene el objetivo de contribuir a la gestión de la actividad científica, tecnológica y de innovación y promueve un espacio público y cooperativo de interacción entre los actores de los sistemas y comunidades nacionales de ciencia, tecnología e innovación de sus países miembros. Las fuentes de información incluyen currículos, grupos de investigación, instituciones y proyectos. Todas siguen estándares referenciales internacionales, de modo a asegurar ínter operabilidad en Internet. La red visa la identificación actualizada de recursos humanos calificados, instituciones y proyectos de investigación para el desarrollo y evaluación de políticas y capacidades nacionales en CT&I, así como promover programas de cooperación internacional. La red es la expresión de la cooperación internacional entre los Organismos Nacionales de Ciencia y Tecnología (ONCYTs), Organismos Internacionales de cooperación en Ciencia y Tecnología (OICYTs), Grupos de Investigación y Desarrollo de Sistemas de Información y Conocimiento (GDIs) e Instituciones Promotoras (IPs). En Colombia esta red es manejada por COLCIENCIAS con su plataforma ScienTi, en los que se encuentran los aplicativos: (CVLAC, GRUPLAC, INSTITULAC).
CVLAC, GRUPLAC, INSTITULAC.64 Son herramientas informáticas que actualizan el sistema de bodega de datos (data warehouse) de Colciencias. Son servicios permanentes de hoja de vida en el cual los investigadores, innovadores, académicos, expertos y grupos que así lo deseen pueden actualizar su información para los usos del Sistema Nacional de Ciencia y
Tomado de: Red Internacional de Información y Conocimiento para la gestión de la ciencia, tecnología e innovación. http://www.scienti.net/php/level.php?lang=es&component=19&item=1. 64 Tomado de la cartilla: La investigación en la Universidad Popular del Cesar. y su articulación con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación (SNCyT+I). Preguntas y respuestas básicas. (2005), p. 35-36, 40 63
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Tecnología (SNCTeI). Es el instrumento o formato electrónico de hoja de vida básico utilizado por Colciencias para: CvLAC (Currículum Vitae Latinoamericano y el Caribe) Es un espacio virtual, común y abierto, de integración e intercambio de información de los currículos donde se inscriben las personas que forman parte de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación de América Latina y el Caribe. En la actualidad participan países como: Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina, entre otros. La aplicación es una base de datos que sistematiza el conocimiento, la experiencia y la producción científica de todas las personas que participan en actividades de investigación, innovación y desarrollo tecnológico, disponible a la participación de todos aquellos sistemas de CyT, que deseen consignar en la red la información de sus recursos humanos calificados. El CvLAC es la aplicación de base para participar en el SNCyT+I, ya que desde los datos allí registrados se socializan y valoran las calidades de los investigadores, los grupos y sus indicadores de productividad. Para el investigador es importante construir su CvLAC ya que por este medio, en un formato estándar, pone su talento a disposición de la comunidad científica internacional, dado al carácter integrado de la red ScienTI, si no hay CvLAC registrado, no se puede registrar GrupLAC, no se puede aspirar a ser par evaluador reconocido, la universidad no puede institucionalizar el grupo mediante su aval desde InstituLAC, no se puede participar en convocatorias oficiales para el financiamiento de proyectos, no se puede participar en convocatorias oficiales para becas nacionales o internacionales, no se puede ofrecer su talento en la Ofer ta Elite, la aplicación permite la búsqueda de currículos, el registro general de la hoja de vida por primera vez, la actualización y visualización de la hoja de vida si ya se está registrado, verificar el estado de envío del currículo hacia el sistema y cambiar la contraseña de usuario si fuere necesario. Su registro se realiza en la web: www.colciencias.gov.co/scienti. Dada la dinámica constante del investigador es necesario mantener actualizado el CvLAC, para que la suma de acciones de I+D sean visibles y se constituyan en criterios permanentes de reconocimiento y clasificación. GrupLAC (Grupo Latinoamérica y el Caribe), es un software cuyo objetivo es mantener un directorio de los grupos de investigación, instituciones e investigadores que participan activamente en el desarrollo de nuevas estrategias en el ámbito de la Ciencia, la Tecnología y la innovación. La herramienta permite consultar todos los grupos registrados en el sistema, consultar los grupos reconocidos por su calidad en Colciencias y el registro permanente de grupos de investigación. En el GrupLAC se encuentran tres clases de grupos:
Grupos registrados: Son todos aquellos que han consignado su información en el sistema. Grupos Reconocidos: Aquellos que han sido evaluados por Colciencias y que, debido a la calidad de sus integrantes, al volumen y calidad de su producción, a los mecanismos de transferencia y visibilidad del conocimiento que generan se hacen merecedores a la distinción del reconocimiento dentro del SNCyT+I Grupos Clasificados: Son aquellos que además de reconocidos son clasificados en categorías que van desde los que cumplen con los rangos mínimos de calidad hasta los grupos de excelencia.
Dada la dinámica constante de los grupos de investigación es necesario mantener actualizado el GrupLAC para que la suma de acciones de I+D sean visibles y se constituyan en criterios permanentes de reconocimiento y
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clasificación. El registro de grupos de investigación en el GrupLAC es permanente. El reconocimiento y clasificación está sujeto a convocatorias periódicas que abre para tal fin Colciencias. El registro se realiza en la web: www.colciencias.gov.co InstituLAC es un servicio de Colciencias que contiene información sobre la conformación y detalles de las instituciones relacionadas en la Red SCienTI (CvLAC, GrupLAC, DocLAC, Oferta Elite, etc.). En este sitio, el funcionario designado por cada una de las instituciones (rector, vicerrector, director de investigaciones, director de centro de investigación, o equivalentes) puede avalar la pertenencia de un grupo de investigación a la institución y confirmar el número de horas de dedicación de cada investigador al grupo. Para ingresar a este sitio el funcionario debe estar autorizado por la institución que representa, a la cual se le provee previamente un nombre de usuario y una contraseña.
7.6 EL SISTEMA NACIONAL DE INNOVACIÓN Rincón (2004) concibe un Sistema Nacional de Innovación (SNI) como un modelo interactivo de creación y uso del conocimiento en el cual participan los diferentes agentes relacionados con la producción y el desarrollo tecnológico. En ese orden, COLCIENCIAS coincide con esa apreciación, al considerar, El Sistema Nacional de Innovación (SNI), como un sistema abierto, no excluyente, del cual forman parte todos los programas, estrategias y actividades de ciencia y tecnología, independientemente de la institución pública o privada o de la persona que los desarrolle. Según la definición de la OCDE, un sistema de innovación está constituido por una red de instituciones, de los sectores públicos y privados, cuyas actividades establecen, importan, modifican y divulgan nuevas tecnologías. Se trata, entonces, de un conjunto de agentes, instituciones y prácticas interrelacionadas, que constituyen, ejecutan y participan en procesos de innovación tecnológica. En los siguientes apartes se describen los elementos que integran el Sistema nacional de Innovación en Colombia.
Centros de Investigación y Desarrollo Tecnológico El Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (COLCIENCIAS) a través de la resolución 00688 de 2012 en los artículos 1 al 3, definió los centros de investigación y desarrollo tecnológico, sus objetivos y sus alcances: Artículo 1°. Definiciones. Para efectos del proceso de la aplicación y reconocimiento de los Centros, se tendrán en cuenta las siguientes definiciones: Centros o institutos de investigación: Son organizaciones públicas o privadas, dependientes o independientes, cuyo objeto social es la generación de conocimiento fundamental para el país, con visión de largo plazo, desarrollando proyectos de investigación científica, apoya la formación de capital humano altamente calificado para la investigación, y cuenta con una infraestructura científico-tecnológica adecuada a las necesidades de su gestión. Centros de desarrollo tecnológico: Son organizaciones públicas o privadas, dependientes independientes, cuyo objeto social es el desarrollo de la investigación aplicada. La ejecución de programas y proyectos de desarrollo tecnológico e innovación, la transferencia de tecnología, la prestación de servicios tecnológicos, la extensión tecnológica, la difusión y uso social del conocimiento, de los cuales harán parte:
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a) Los dedicados a desarrollar programas y proyectos de investigación y desarrollo tecnológico e innovación, transferencia y extensión tecnológica, prestación de servicios tecnológicos y gestión de la innovación, orientadas primordialmente a promover procesos de desarrollo tecnológico, generar y difundir conocimientos especializados en tecnologías relevantes para un sector o actividad económica que incrementen la productividad y competitividad del aparato productivo. b) Los que se dediquen al diseño e implementación de programas de apropiación social de la ciencia, la tecnología y la innovación, en el que se dinamizan la participación de distintos actores sociales en la generación, apropiación y divulgación del conocimiento, en donde en su ejecución, diseñen e implementen estrategias de apropiación, difusión, diseminación y uso social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, dinamizando la participación de distintos actores sociales en la generación, intercambio, transferencia, gestión y uso del conocimiento. Parágrafo. Colciencias reconocerá como Centro de Investigación o Centro de Desarrollo Tecnológico a las unidades, dependencias o departamentos que actúen a través de una persona jurídica, siempre que su actividad se ajuste a las definiciones de este artículo y están dotadas de administración, talento humano altamente calificado, recursos financieros de infraestructura para el cumplimiento de las actividades propias de los centros. Artículo 2°. Objeto y alcance del reconocimiento de los Centros. El reconocimiento de los Centros es un acto administrativo mediante el cual Colciencias reconoce de manera formal y para los efectos de ley y los actos administrativos expedidos por la entidad a los Centros de Investigación o Centros de Desarrollo Tecnológico que actúan en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Para ello, Colciencias evaluará, observará y calificará sobre la información que declara el Centro solicitante y el desempeño evidenciable de su actividad y la calidad de sus resultados, por ello Colciencias evaluará, observará y calificará sobre la información que declara el Centro solicitante y el desempeño evidenciándole de su actividad y la calidad de sus resultados. Artículo 3°. Reconocimiento de los centros de investigación o desarrollo tecnológico. Para el reconocimiento como Centro de Investigación o Centro de Desarrollo Tecnológico, las instituciones interesadas deben cumplir con los requisitos establecidos en esta resolución.
Los centros Regionales de Productividad (CRP´s)65 Los Centros Regionales de Productividad – CRP`s - fueron creados por Colciencias, como una de las instituciones que integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación - SNCTI- Nacen de una necesidad del estado de operativizar la política nacional en las regiones, especialmente en lo que compete al desarrollo de las capacidades de innovación, considerando que la misión de los CRP`s es servir como entes articuladores de la voluntad política de la institucionalidad territorial, la oferta y la demanda científica y
Tomado del documento: Los Centros Regionales de Productividad y su Red de Centros, de la Red Colombiana de Centros de Productividad, 2009.p.3, 6-7. 65
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tecnológica desde las esferas productivas e institucionales a nivel regional, como elemento dinamizador de la competitividad para su desarrollo económico y social. Así mismo, los Centros han trabajado activamente en la construcción de la Ley 1286 del 2009 en la cual se reconoce a los CRP`s, como actores del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. En ella se reconoce la necesidad de “fomentar y consolidar, con visión de largo plazo a los CRP`s”. Fortalezas de los CRP`s en Colombia
Ejes de articulación entre el SNC y el SNCTI a nivel regional, lo que induce a combinar acciones y proyectos de productividad e innovación y a convertirse en nodos articuladores con las demás instituciones del SNCTI a nivel regional. El conocimiento del SNCTI que permite hacer parte activa en la construcción de redes de conocimiento y aprendizaje con las demás instituciones del SNCTI a nivel regional, y apuntar a la creación y consolidación de los Sistemas Regionales de Innovación. El conocimiento y las metodologías que cada CRP, ha desarrollado para el mejoramiento productivo y tecnológico de su entorno empresarial. El portafolio de metodologías respaldadas en conocimientos de tecnologías blandas, para su transferencia al ámbito empresarial, creando y fortaleciendo los procesos de aprendizaje e innovación. El desarrollo de una infraestructura técnica para identificar las fortalezas/debilidades/ oportunidades/amenazas de los tejidos empresariales regionales. La experiencia en el diagnóstico y elaboración de proyectos para fortalecer la asociatividad empresarial; en ese sentido, contribuyen con su experiencia en la promoción y desarrollo de clusters y agro cadenas a nivel regional. La amplia relación con Colciencias, lo que los capacita para promocionar el portafolio de nuestra institución a nivel regional.
El papel de los Centros Regionales de Productividad El papel preponderante de los CRP`s se ha centrado en apoyar los lineamientos dados por los documentos CONPES, actualmente el CONPES 3527 - Política Nacional de Competitividad y Productividad y el CONPES 3582 – Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de actividades tales como:
El fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico del sector productivo. La apropiación social de la CTI en los actores de la competitividad regional. El fortalecimiento de las agrocadenas, los clusters, las asociaciones de productores y las Mipymes, a través de la transferencia de tecnologías blandas de gestión que conlleven a la asociatividad. La articulación de las políticas públicas locales y/o las iniciativas público privadas. El desarrollo tecnológico que involucra transferencias de conocimiento, mejores prácticas empresariales y misiones tecnológicas. Los vínculos e interacciones entre los agentes del sistema territorial de innovación para focalizar la cooperación en sectores estratégicos.
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El fomento de sinergia entre los actores de la competitividad con instituciones y organizaciones especializadas, donde el sector privado jalona el desarrollo y el gobierno es un facilitador a través de la política pública. La elaboración y la sistematización de estudios sectoriales y regionales sobre el comportamiento de la productividad. La extensión de la capacidad estratégica y operativa de ejecución de políticas y programas en los niveles micro y meso competitivo.
Las Incubadoras de Empresa de Base Tecnológica (IEBT´s)66 Las Empresas de Base Tecnológica e innovadoras pueden definirse como aquellas organizaciones generadoras de valor que mediante la aplicación sistémica de conocimientos tecnológicos y científicos, están comprometidas con el diseño, desarrollo y elaboración de nuevos productos, servicios, procesos de fabricación y/o comercialización. La empresa de Base Tecnológica generalmente operan en los sectores de alta tecnología, como: biotecnología, tecnología de las información y comunicaciones, nuevos materiales, tecnologías de la energía, química fina, medicina, nanotecnología, mecatrónica, medios y entretenimiento, diseño industrial, entre otros; muchos de los cuales están directamente relacionado con sectores productivos con alto y complejo grado de eslabonamiento productivo como: Bienes de capital industriales y agroindustriales, equipo médico, vehículos (terrestres, aéreos y fluviales), electrodomésticos, equipos de oficina y periférico; los cuales tienen marcada vocación exportadora y gran impacto económico y social. No obstante, la innovación y la tecnología están presentes en todos los sectores productivos, inclusive en los más tradicionales como: alimentos, construcción, textil y confecciones, cueros y marroquinería, agropecuario y servicios, entre otros; dado que la innovación y la tecnología en los procesos de fabricación y las formas de comercialización, tiene cada ve, mayor preponderancia, como un factor de éxito en los negocios. Las incubadoras de empresas son instituciones que impulsan el proceso de creación, crecimiento y consolidación de empresas innovadoras y base tecnológica, a partir de las ideas y capacidades de los emprendedores. Son generalmente organizaciones sin ánimo de lucro, conformadas a través de alianzas entre el sector público, privado y educativo que cuentan con la participación de entidades de formación (técnica, tecnológica y universitaria), empresas públicas y privadas, gobiernos locales (gobernaciones y alcaldías), gremios y cámaras de comercios. A partir de la labor de la incubación y para la obtención de recursos financieros, las incubadoras pueden servir de garantes en la obtención de capital semilla y aventura, apoyando las negociaciones y contratos que esto suscite.
Tomado de: Las empresas de base tecnológica e innovadora y su relación con los fondos de inversión en capital. Colciencias, 2007. Pág. 11-13 66
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8. GESTIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR. 8.1 ESTRUCTURA67 En 1997, mediante Acuerdo 037 de fecha 22 de diciembre, expedido por el honorable Consejo Superior Universitario, se crea el sistema de investigación y extensión de la Universidad Popular del cesar, en 1.998 a través del Acuerdo 002 de fecha 16 de enero, ese cuerpo colegiado modifica el Acuerdo de constitución y fortalece la estructura con el propósito de consolidar el sistema de investigación en la Institución. El presente Acuerdo deroga el acuerdo 0009 del 12 de marzo de 1985 y demás disposiciones que le sean contrarias. La Vicerrectoría de Investigaciones se constituyó como ente rector responsable de diseñar, promover y ejecutar las políticas de investigación de la institución, con el objetivo fundamental de generar un impacto positivo sobre la región. El investigador de la Universidad Popular del Cesar, se caracteriza por ser un dinamizador de los procesos de investigación en el marco de los principios misionales, a través de la ejecución de proyectos de investigación, inversión y proyección social, tomando como referente el plan decenal de la Institución, el plan de desarrollo departamental, la visión 2032 del Departamento del Cesar como región, el sistema de universidades del Caribe colombiano, los lineamiento de Colciencias, con el propósito de contribuir a la construcción del tejido de investigación institucional, local y regional, a través de la articulación con los semilleros adscritos a los grupos de investigación a fin de crear esa cultura investigativa, con la participación de estudiantes de pregrado y postgrado para garantizar el relevo generacional y la consolidación de una masa crítica constituida por un personal altamente calificado
Funciones Según Art 5, Cap. IV, Acuerdo 037-22-dic-1.997 El Vicerrector de la Universidad tendrá las siguientes funciones: a) Establecer normas y criterios que permitan mejorar y obtener un sólido desarrollo de la investigación, la extensión y educación continuada en la Universidad en condiciones de competitividad nacional e internacional. b) Crear e impulsar sistemas de información de la actividad investigativa de la Universidad ajustadas a las condiciones y exigencias derivadas del desarrollo regional y nacional. c) Implementar en la Universidad políticas y medidas de carácter administrativo relacionado con el desarrollo investigativo de la Universidad. d) Aumentar la cualificación de las propuestas de investigación hechas por la Universidad, sus acciones publicitarias y la participación en los diferentes eventos realizados sobre líneas de investigación, extensión y educación continuada. 67
Tomado de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad Popular del Cesar.
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e) Propiciar mecanismos tendientes a la vinculación de nuevos docentes con mayor formación y disposición para la investigación en la Universidad. f) Crear las condiciones necesarias para la conformación y consolidación de los Grupos de Investigación, Extensión y Educación continuada de la cultura de proyectos y de las líneas de investigación que posibiliten la implantación del proceso de investigativo en la Universidad. g) Establecer modelos de estructura investigativa – administrativa que hagan posible el desarrollo de la actividad investigativa dentro del pre y el postgrado, inserto a los diferentes currículos y debidamente articulado con el entorno social y científico de la región y el país. h) Coordinar las diferentes acciones de investigación, extensión y educación continuada y de postgraduación en el contexto de la Universidad. i) Establecer estrategias que se orienten a maximizar los recursos de la actividad investigativa y de extensión en la Universidad en líneas de investigación y extensión prioritaria. j) Establecer reglamentaciones y normas para coordinar los esfuerzos de la Universidad con actores públicos y privados en la venta de servicios, asesorías, consultorías e investigaciones. k) Apoyar e impulsar el diseño de estrategias y procesos de capacitación docente que propongan los comités de Investigación y de extensión de la Universidad. En la gráfica 30, se observa la estructura de la Investigación en la Universidad Popular del Cesar: Gráfica 30. Estructura de la investigación en la Universidad Popular del Cesar.
Figura X. Estructura de la investigación en la Universidad Popular del Cesar
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8.2 NORMAS Y POLÍTICAS PARA LA INVESTIGACIÓN Las políticas relacionadas con la Investigación y los procesos que ésta involucra, se encuentran plasmados en los acuerdos 012 y 013 de 2016 emanados del Consejo Superior Universitario, las cuales confirman el compromiso de la Universidad Popular de Cesar con la generación, desarrollo y transferencia de conocimiento. En el acuerdo 012 de 2016, se adoptan las políticas de formación investigativa en donde la institución, en el artículo primero, se compromete a fomentar una cultura de formación investigativa en sus programas académicos, centrada en lo disciplinar y profesional, que coadyuve al desarrollo de la investigación científica, mediante el conocimiento, la innovación, el espíritu crítico, reflexivo y constructivo de sus estudiantes; orientada a la solución de problemas ambientales, de bienestar, de ciencias básicas y aplicadas, culturales, educativos y sociales, entre otros. Para ello contará con la estructura organizacional requerida, recurso humano cualificado que incentive en los estudiantes la generación de ideas y problemas de investigación en diferentes ámbitos. Igualmente promoverá la participación de los estudiantes en semilleros de investigación, en el uso de las Tics y garantizará la adecuada financiación para el alcance de este propósito. Con el acuerdo 013 de 2016 se adoptan las política institucionales de investigación, creación e interpretación artística, en donde la institución, en su artículo primero, se compromete a estructurar un núcleo de profesores investigadores cualificados, con tiempo significativo dedicados a la investigación, a la innovación, o a la creación artística y cultural; igualmente proporcionará los recursos físicos, tecnológicos, logísticos y financieros internos y gestionará recursos financieros externos suficientes para el desarrollo y estimulo de la investigación, innovación y creación artística y cultural que fortalezcan a los semilleros, grupos, centros de investigación e investigadores reconocidos; fijará criterios de publicación, exhibición y evaluación a los productos resultantes del desarrollo de los procesos investigativos, de innovación y de creación artística y cultural en sus diversas formas y reglamentará un régimen de propiedad intelectual y de explotación comercial a los productos de la investigación, creación e interpretación artística. La anterior normatividad se operacionaliza y complementa en el Plan de Desarrollo 2007-2016 y la expedición de cuatro (4) acuerdos por parte del Consejo Superior Universitario. En el Plan de desarrollo 2007-2016 la institución contempla la investigación como eje fundamental en la calidad educativa, a través del desarrollo de grupos de investigación, para la solución de los problemas de la comunidad, la relación con las empresas, la preservación del ambiente y el desarrollo social. El acuerdo 002 del 16 de enero de 1998, crea el sistema de investigación y extensión de la Universidad Popular del Cesar, en el artículo segundo, se definen las políticas científicas para el desarrollo de la investigación y la extensión de la siguiente manera:
Difusión y divulgación de las investigaciones a nivel departamental, nacional e internacional. Tratamiento de los esfuerzos de investigación y extensión hacia estudios de postgrado y cursos de capacitación acordes con los Departamentos y disciplinas científicas prioritarias en la Universidad Popular del Cesar. Financiamiento de las actividades científicas, tecnológicas y de extensión involucradas en el proceso de desarrollo de la Universidad Popular del Cesar.
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Encauzamiento de la cooperación técnica y científica de Entidades locales, nacionales e internacionales en la actividad investigativa y de extensión de la Universidad Popular del Cesar. Acciones para la formación y mejoramiento de investigadores, Profesores y Egresados dedicados a las actividades de extensión universitaria. Apoyo bibliográfico y documentación como soporte de la actividad investigativa y de extensión. Desarrollo e implementación de programas de conferencias, seminarios, simposios, etc. Fomento para un intercambio permanente de temas investigativos y de extensión con otras Instituciones científicas y centros de Educación Superior con la Universidad Popular del Cesar. Desarrollo de estímulos apropiados para exaltar la innovación científica y las actividades de extensión de la Universidad Popular del Cesar. Participación de la industria local en el esfuerzo de investigación e innovación científica y tecnológica de la Universidad Popular del Cesar. Aprobación de los proyectos investigativos y programas de extensión en orden a su importancia y beneficio social de la Universidad y la región.
El acuerdo 009 del 2 de julio del 2010 otorga estímulos a los estudiantes pertenecientes a semilleros de investigación; el acuerdo 014 del 11 de agosto del 2010 establece la planeación estratégica investigativa en la universidad popular del Cesar, con fines de la conservación de los registros calificados y acreditación por calidad de los programas académicos; el acuerdo 008 de marzo 16 de 2011, adopta la estrategia para la creación, consolidación y sostenibilidad de los grupos de investigación e implementación de estímulos para los grupos e investigadores que logren un reconocimiento a través de sus actividades de investigación. Adicionalmente, la institución expidió la resolución 0401 del 01 de marzo del 2011 en donde se fija la intensidad horaria de los docentes vinculados en actividades investigativas.
8.3. ESTÍMULOS PARA LA INVESTIGACIÓN UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR
EN
LA
Los estímulos para la investigación en la Universidad Popular del Cesar básicamente se encuentran estipulados en las siguientes normas:
Acuerdo 002 del 16 de enero del 1998 Consejo Superior Universitario Decreto 1279 del 19 de junio de 2002 Acuerdo el 008 de marzo 16 de 2011 Consejo Superior Universitario Resolución 0401 de marzo 1 de 2011 Rectoría
Acuerdo 002 de 1998 El acuerdo 002 de 1998 en sus artículos 24, 25 y 26 estipula los siguientes estímulos para los investigadores en general:
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ARTICULO 24. Los docentes que realicen proyectos de Investigación y/o Extensión, podrán hacerse acreedores a los siguientes derechos:
Publicación de la Investigación y/o Extensión realizada en la revista perspectivas de la Universidad Popular del Cesar. Preferencia a asistir a seminarios, foros, coloquios, otros. Presentación oficial por parte de la Universidad para las convocatorias de otorgamiento de becas para desarrollar estudios de postgrado. Curso de capacitación en temas relacionados con la investigación y la Extensión. Reconocimiento de producción intelectual en términos del Decreto 1444. Inclusión de Horas Semanales Laborales (H.L.S.) por concepto de investigación y/o extensión dentro de su jornada semanal laboral.
ARTICULO 25. Los derechos intelectuales derivados de un trabajo de investigación y/o extensión son propiedades del autor. ARTICULO 26. El Consejo de facultad al hacer la distribución de la labor académica en cada semestre y el Consejo Académico al refrendarla, tendrán en cuenta las Horas Laborales Semanales (H. L. S.) de investigación y/o extensión que se haya asignado a los docentes.
Decreto 1279 Con la expedición del decreto 1279 de junio 19 de 2002, el gobierno nacional, establece el régimen salarial y prestacional de los docentes de las Universidades Estatales. En el artículo 10 del mencionado decreto hace referencia a los estímulos económicos que gozan los docentes de carrera con relación a su productividad académica: ARTÍCULO 10. La productividad académica. I. Definición de puntajes y topes según la modalidad productiva. A los docentes que ingresen o reingresen a la carrera docente, se les asigna el puntaje salarial de productividad académica de acuerdo con las distintas modalidades académicas, sus criterios y sus diversos topes. Para las asignaciones de puntos se aplican los criterios establecidos en el Capítulo V, y el requerimiento de la evaluación por pares externos contemplada en este decreto. Se tiene en cuenta la producción académica, sin el requisito de crédito o mención a la universidad respectiva: a. RECONOCIMIENTOS EN REVISTAS ESPECIALIZADAS. A. Artículos. Para los reconocimientos de los artículos tradicionales (“full paper”), completos y autónomos en su temática, se adoptan las siguientes reglas para la asignación de los puntajes:
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A. 1. Por trabajos, ensayos y artículos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico publicados en revistas del tipo A1, según el índice de COLCIENCIAS, quince (15) puntos por cada trabajo o producción. A. 2. Por trabajos, ensayos y artículos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico en revistas del tipo A2, según el índice de COLCIENCIAS, doce (12) puntos por cada trabajo o producción. A. 3. Por trabajos, ensayos y artículos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico publicados en revistas del tipo B, según el índice de COLCIENCIAS, ocho (8) puntos por cada trabajo o producción. A. 4. Por trabajos, ensayos y artículos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico publicados en revistas del tipo C, según el índice de COLCIENCIAS, tres (3) puntos por cada trabajo o producción. B. Otras modalidades de publicaciones en revistas especializadas. Para la denominada “Comunicación corta” (“short comunication”, “artículo corto”), según los parámetros de COLCIENCIAS, publicada en revistas especializadas indexadas u homologadas por COLCIENCIAS, se asigna el 60% del puntaje que le corresponde según su nivel y clasificación. Para los Reportes de caso o Revisiones de tema o Cartas al editor o Editoriales, publicados en revistas especializadas indexadas u homologadas por COLCIENCIAS, se asigna el 30% del puntaje según su nivel y clasificación. b. PRODUCCIÓN DE VIDEOS, CINEMATOGRÁFICAS O FONOGRÁFICAS. Con base en los criterios definidos en el Capítulo V, se determinan los puntajes salariales de la siguiente manera: b.1. Por trabajos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico producidos mediante videos, cinematográficas o fonográficas de difusión e impacto internacional, hasta doce (12) puntos por cada trabajo o producción. b.2. Por trabajos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico, producidos mediante videos, cinematográficas o fonográficas de impacto y difusión nacional, hasta siete (7) puntos por cada trabajo o producción. Los puntajes anteriores se refieren a la producción con fines didácticos, y según el nivel e intensidad en el cumplimiento de estos fines se asignan los puntos; se tienen en cuenta, además, los criterios del Capítulo V. Los videos, cinematográficas o fonográficas realizadas con carácter documental tienen como tope, en cada caso, hasta el ochenta por ciento (80%) de lo señalado anteriormente. Se fija en cinco (5) el máximo número de productos completos que se pueden reconocer anualmente, para las diversas modalidades productivas del presente literal. c. LIBROS QUE RESULTEN DE UNA LABOR DE INVESTIGACIÓN.
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Por libros que resulten de una labor de investigación, que cumplan las condiciones exigidas en el Capítulo V de este decreto, hasta veinte (20) puntos por cada uno. d. LIBROS DE TEXTO. Por libros de texto que cumplan las condiciones exigidas en el Capítulo V de este decreto, hasta quince (15) puntos por cada uno. e. LIBROS DE ENSAYO. Por libros de ensayo que cumplan las condiciones exigidas en el Capítulo V de este decreto, hasta quince (15) puntos por cada uno. f. PREMIOS NACIONALES E INTERNACIONALES. Por premios nacionales e internacionales que cumplan las condiciones exigidas en el Capítulo V de este decreto, hasta quince (15) puntos por cada uno. Si el premio tiene diversas categorías o niveles, se gradúan los topes con base en las jerarquías del premio. g. PATENTES. Por patentes, hasta veinticinco (25) puntos por cada una. h. TRADUCCIONES DE LIBROS. Por traducciones publicadas de libros que cumplan las condiciones exigidas en el Capítulo V de este decreto, hasta quince (15) puntos por cada una. i. OBRAS ARTÍSTICAS. 1. Obras de creación original artística. Se establecen dos topes máximos así: 1.1. El primero, hasta veinte (20) puntos por cada obra y corresponde a una obra que tenga impacto o trascendencia internacional. 1.2. El segundo, hasta catorce (14) puntos por cada obra y corresponde a una obra de impacto o trascendencia nacional. Con base en esta clasificación, se determinan los puntos teniendo en cuenta la naturaleza, complejidad y calidad de la obra, de conformidad con lo establecido en el Capítulo V de este decreto.
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La producción, divulgación o difusión de la obra en otro país no le da carácter internacional, sino su impacto mundial o la importancia internacional del evento en que se inscribe. Similares consideraciones se hacen para el reconocimiento de la proyección nacional de una obra. 2. Obras de creación complementaria o de apoyo. Se establecen dos topes máximos así: 2.1. El primero, hasta doce (12) puntos por cada obra y corresponde a una obra que tenga impacto o trascendencia internacional. 2.2. El segundo, hasta ocho (8) puntos por cada obra y corresponde a una obra de impacto o trascendencia nacional. Con base en esta clasificación, las universidades determinan los puntos teniendo en cuenta la naturaleza, complejidad y calidad de la obra. La producción, divulgación o difusión de la obra en otro país no le da carácter internacional, sino su impacto mundial o la importancia internacional del evento en que se inscribe. Similares consideraciones se hacen para el reconocimiento de la proyección nacional de una obra. 3. Interpretación. Se establecen dos topes máximos así: 3.1. El primero, hasta catorce (14) puntos por cada presentación que tenga impacto o trascendencia internacional. 3.2. El segundo, hasta ocho (8) puntos por cada presentación que tenga impacto o trascendencia nacional. Con base en esta clasificación, las universidades liquidan los puntos teniendo en cuenta la naturaleza, complejidad y calidad de la interpretación. La interpretación, divulgación o difusión de la obra en otro país no le da carácter internacional, sino su impacto mundial o la importancia internacional del evento en que se inscribe. Similares consideraciones se hacen para el reconocimiento de la proyección nacional de una obra. No se reconocen puntajes por participaciones colectivas. Únicamente, para aquellos cuyo papel o interpretación queda claramente diferenciado; tales como, directores, solistas, conjuntos de cámara, papeles protagónicos, y tienen relevancia en la obra o en el evento. Sólo hay un reconocimiento de puntajes por interpretación, una vez por cada obra. Las diversas representaciones de la misma obra, incluso en años diferentes, no generan reconocimientos adicionales. 4. Topes anuales. En todas las modalidades combinadas de obras artísticas, sólo se pueden reconocer hasta cinco (5) obras diferentes presentadas, expuestas, publicadas o divulgadas en el mismo año calendario. j. PRODUCCIÓN TÉCNICA.
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j.1. Por el diseño de sistemas o procesos que constituyen una innovación tecnológica y que tienen impacto y aplicación, hasta quince (15) puntos. j.2. Por el diseño de sistemas o procesos que constituyen una adaptación tecnológica y que tienen impacto y aplicación, hasta ocho (8) puntos. k. PRODUCCIÓN DE SOFTWARE. Hasta quince (15) puntos. II. Restricción de puntajes para la misma obra o actividad productiva considerada. No puede asignarse puntos a un mismo trabajo, obra o actividad productiva por más de un concepto de los comprendidos en el numeral I (Definición de puntajes y topes según la modalidad productiva) de este artículo. Cuando una actividad productiva ya reconocida, pueda clasificarse posteriormente en la misma u otra modalidad de mayor puntaje, se puede hacer una adición de puntos que conserve en total el tope de la nueva clasificación. El tiempo máximo para tener derecho a este reajuste es de un (1) año. III. Restricción de puntajes según el número de autores. Cuando una publicación o una obra o una actividad productiva tengan más de un autor se procede de la siguiente forma, en cada universidad: a) Hasta tres (3) autores, se otorga a cada uno el puntaje total liquidado a la publicación, obra o actividad productiva; b) De cuatro (4) a cinco (5) autores, se otorga a cada uno la mitad del puntaje determinado para la publicación, obra o actividad productiva; c) Si son seis (6) o más autores, se otorga a cada uno el puntaje determinado para la publicación, obra o actividad productiva, dividido por la mitad del número de autores. d) Cuando se trate de libros en los cuales la contribución de los autores se pueda separar según los capítulos o las partes de la obra, éstos se pueden tratar como coautores del libro, siguiendo los criterios de calidad para la modalidad de libros de este decreto. PARÁGRAFO. Para los reconocimientos salariales por productividad académica de que trata el presente Artículo, para los que ingresan o reingresan a la universidad respectiva, la institución debe someter la producción del docente a la evaluación de pares externos de las listas de COLCIENCIAS, quienes determinan el puntaje correspondiente. Se exceptúa de estos requisitos a los artículos en revistas homologadas o indexadas por COLCIENCIAS. Para los que ingresan o reingresan, que hayan pasado por la evaluación de pares externos, con los requisitos exigidos en este Decreto, la universidad puede prescindir de esa condición.
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Los Consejos Superiores de cada universidad reglamentan el proceso de selección de los pares externos de la lista de COLCIENCIAS, para la evaluación de la productividad, garantizando la asignación de por lo menos dos (2) evaluadores para cada producto. Así mismo, debe asegurarse la rotación de los pares entre las diferentes universidades, evitando la repetición de un mismo evaluador, o de un grupo restringido de ellos, por parte de la misma universidad en procesos de evaluación consecutivos. Los topes máximos de reconocimientos de puntos salariales por productividad académica son los siguientes por categoría: Profesor Auxiliar:
80 puntos.
Profesor Asistente: 160 puntos Profesor Asociado: 320 puntos Profesor Titular:
540 puntos
Instructor Asociado: 110 puntos IV. Asignación de puntajes por productividad académica para los docentes vinculados a la respectiva universidad, que estaban amparados por un régimen diferente. Para los docentes que con anterioridad al 8 de enero del 2002 estaban sometidos a un régimen salarial y prestacional diferente al del Decreto 1444 de1992, que opten por este régimen, se les hacen los reconocimientos salariales de productividad con base en todos los factores de productividad académica: los salariales y los de bonificación. Los topes de bonificación se dividen por doce (12) para reducirlos a topes salariales. Se les aplican todos los criterios y los topes de este decreto. El reconocimiento de artículos se hace según la evaluación de cada universidad, sin la exigencia de la homologación o indexación de COLCIENCIAS. Para la evaluación de la productividad la universidad puede elegir pares internos o externos.
Acuerdo 008 de 2011 Por otro lado, el Consejo Superior Universitario expidió el acuerdo 008 de marzo 16 de 2011 “Por el cual se adopta la estrategia para la creación, consolidación y sostenibilidad de los grupos de investigación e implementación de estímulos para los grupos e investigadores que logren un reconocimiento a través de sus actividades de investigación”. El anterior acuerdo en sus artículos 1 y 2 estipula los siguientes estímulos para los investigadores en general:
ARTICULO 1: Adoptar la “Estrategia para la creación, consolidación y sostenibilidad de los grupos de investigación de la Universidad Popular del Cesar e implementar estímulos para los grupos de investigación, que logren un reconocimiento a través de sus actividades de investigación”. Los aspectos que se tendrán en cuenta, tendrán como referente el acuerdo 014 del 11 de agosto del 2010 del consejo académico y el decreto 1295, para lo cual se debe: a) Crear y fomentar una cultura investigativa al interior de la institución
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b) Establecer estimulas (económicos y académicos) para los grupos que hayan logrado su categorización a través de las convocatorias nacionales hechas por Colciencias c) Establecer estimulas (económicos y académicos) para los grupos nacientes o incipientes de la Universidad Popular del Cesar que hayan logrado un reconocimiento de Colciencias d) Establecer una estrategia para la articulación de la investigación con los estudiantes de los programas (Pregrado, especialización, Maestría o doctorado); de tal manera que los grupos de investigación garanticen que éstos, sean los actores en la participación en eventos y publicación de artículos, con el propósito de crear las evidencias para que su gestión en la investigación contribuya al éxito de los procesos de renovación de los registros calificados de acreditación por calidad de los diferentes programas. ARTÍCULO 2: La estrategia para la creación, consolidación y sostenibilidad de los grupos de investigación e implementación de estímulos para los grupos e investigadores que logren un reconocimiento a través de sus actividades de investigación, estará conformada por los siguientes programas específicos:
Programa proyectos de investigación Programa semilleros de investigación Programa “Socialización de experiencias de investigación para grupos e investigadores” Programa “Socialización de experiencias de investigación para semilleros de investigación” Programa publicación de libros y revistas Programa “Jóvenes investigadores” Programa “Investigadores y formación del relevo generacional en la UPC” Programa reconocimiento de horas actividades de investigación
Parágrafo único: los recursos asignados anualmente para cada uno de los programas mencionados, deberán ser concertados con el jefe de la oficina de planeación, el Rector y la coordinación de presupuesto de la Institución antes de su aprobación por parte del consejo Superior, y su posterior inclusión en el plan de acción del Plan Operativo Anual de Inversión de la vicerrectoría de investigación de la UPC, en el marco de la capacidad institucional disponible instalada, teniendo en cuenta como referente el “índice de Capacidad Disponible IC” con sus respectivos indicadores: IC2 Recursos financieros y IC3: Recursos físicos.
Resolución 0401 del 2011 Por último, la institución expidió la resolución rectoral 0401 del 1 de marzo del 2011 en donde se fija la intensidad horaria de los docentes vinculados en actividades investigativas, el valor de este acuerdo radica en que por primera vez la Universidad Popular del Cesar asigna y paga las horas que los docentes dedican a las actividades de investigación.
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8.4. LOS CENTROS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR Los centros que soportan y apoyan las actividades de investigación en la Universidad Popular del Cesar son los siguientes:
Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE). Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico y del Carbón (CIDTEC). Centro de Estudios de Idioma (CEDI). Centro de Estudios e Investigaciones Sociojuricas (CEDISJ).
Los programas académicos de Administración de Empresas, Contaduría Pública, Economía y Comercio Internacional, adscritos a la Facultad de Ciencias Administrativas, Contables y Económicas (FACE), apoyan sus actividades investigativas en el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE), y las complementan en el Centro de Estudios Empresariales (CEMPRE).
Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE) El Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar mediante el acuerdo 018 de fecha 30 junio 1998, crea e incorpora a su estructura orgánica, el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE), adscrito a la División de Investigaciones de la Vicerrectoría de Investigación y Extensión, cuya misión será dirigir y coordinar en el ámbito del Departamento del Cesar, la actividad de investigación, económica, social, política y cultural. El artículo segundo del mencionado acuerdo, establece los objetivos del CISE: Objetivo general:
fomentar y mantener la cultura de investigación social, económica, política y cultural del Departamento del cesar a través de la divulgación permanente de sus resultados.
Objetivos específicos:
Coadyuvar en el proceso de Acreditación de la Universidad Popular del Cesar, a través del desarrollo de la actividad de investigación. Diseñar e implementar instrumentos válidos y confiables para el cumplimiento del objetivo general Aplicar los instrumentos metodológicos para el acopio de la información requerida y específica a la naturaleza del estudio realizado. Mantener actualizadas las estadistas departamentales, relativas y coherentes con su misión.
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Centro de Estudios Empresariales (CEMPRE). El Consejo Superior Universitario de la Universidad Popular del Cesar mediante el acuerdo 032 de fecha 14 septiembre 1998, crea el Centro de Estudios Empresariales (CEMPRE) adscrito a la facultad de ciencias administrativas, contables y económicas, cuyos objetivos se plasmaron en el capítulo 2, y están estrechamente relacionados con la investigación, los cuales rezan de la siguiente manera: a. Impulsar la investigación aplicada, como un instrumento para la búsqueda a la solución de los problemas sociales de la región y del país. b. Realizar prácticas de proyección social, mediante servicios de consultoría y asesoría a los sectores económicos, sociales y comunitarios de la región con el fin de proponer el desarrollo armónico en todos los órdenes. c. Ofrecer las ayudas didácticas necesarias que faciliten las prácticas académicas de las diferentes asignaturas que lo requieran. d. Canalizar los trabajos de grado para que de una manera racional y ordenada se constituyan en verdaderos elementos formadores de los egresados y sirvan como medio de proyección de la Universidad. e. Facilitar la formación de equipos de investigación y proyección social de la Universidad, integrados por profesores y estudiantes para que mediante su organización institucional se señale la conducta de vinculación de la Universidad con el entorno social, político, económico y comunitario. f. Crear un banco de datos empresarial en el cual se centralice toda la información financiera y administrativa posible sobre las empresas de la región y que constituyan un importante indicativo de los temas y áreas sobre los cuales se desarrollarán trabajos y proyectos de investigación y proyección social por parte de la Facultad. i. Organizar programas de educación continuada para los profesionales de la región en general y para los egresados de la facultad en particular.
8.5 GRUPOS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR Definiciones básicas68 ¿Qué es un grupo de investigación? Tomado de la cartilla: La investigación en la Universidad Popular del Cesar. y su articulación con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación (SNCyT+I). Preguntas y respuestas básicas. (2005) pág. 10-12 68
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“Se define Grupo de Investigación Científica o Tecnológica como el conjunto de personas que se reúne para realizar investigación en una temática dada, formular uno o varios problemas de su interés, trazar un plan estratégico de largo o mediano plazo para trabajar en él y producir unos resultados de conocimiento sobre el tema en cuestión. Un grupo existe siempre y cuando demuestre producción de resultados tangibles y verificables, fruto de proyectos y de otras actividades de investigación convenientemente expresadas en un plan de acción (proyectos) debidamente formalizado.” Desde esta perspectiva lo que define la existencia del grupo es la realización de acciones teórico empíricas tendientes a enfrentar problemas, incluidos en las diferentes áreas del saber y sus interdisciplinas. Igualmente, el grupo debe formular un plan estratégico que proyecte su trabajo. Este plan estratégico debe contener como mínimo: Una misión, visión, área del saber, líneas de investigación, problemas que aborda, áreas de actuación, productos que generará, aplicabilidad e impacto de sus productos, sistemas de transferencia, visibilidad, comunicación y validación del conocimiento generado, cronograma de trabajo, integrantes (tanto investigadores como los de su semillero), hojas de vida de los integrantes. Puntualizando lo anteriormente expuesto:
¿Qué es la misión de un grupo? La misión formula los propósitos generales que pretende alcanzar el grupo. Su estructuración depende del estudio detallado del estado del arte del área, líneas y proyectos que se han desarrollado para determinar los problemas que el grupo considere que no se han estudiado de manera definitiva, que se han estudiado de manera parcial o equivocada y que considera que con su gestión puede generar innovación tanto teórica como práctica.
¿Qué es la visión de un grupo? Es una prospectiva que formula el colectivo de investigación sobre su crecimiento a corto, mediano o largo plazo. Se plantea como el querer ser en referencia al crecimiento de los integrantes, la calidad y cantidad de productos que genere, la visibilidad que alcance en la comunidad científica y la aplicabilidad e impacto de sus desarrollos científicos.
¿Cuáles son las áreas del Saber? Todo trabajo investigativo del grupo será adscrito a una ciencia, disciplina o interdisciplina específica. Bajo este criterio y con el ánimo de estandarizar los procesos se optará por ubicar el grupo de investigación en las áreas que conforman el Programa Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación: SNCyT+I. Estas son: Ciencias Básicas, Ciencias. Sociales y Humanas, Ciencia y Tecnología de la Salud, Ciencias y Tecnologías Agropecuarias, Biotecnología, Electrónica, Telecomunicaciones e Informática, Estudios Científicos de la Educación, Ciencias del Medio Ambiente y del Hábitat, Desarrollo Tecnológico Industrial y Calidad, Investigación en Energía y Minería, y, Tecnologías del Mar. Esta clasificación como todas las que pretenden encasillar el conocimiento, no es una camisa de fuerza, quedando abierta la posibilidad de que los grupos produzcan conocimiento a nivel interdisciplinar o transdisciplinar.
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¿Qué son las líneas de Investigación? Las líneas se relacionan directamente con las áreas de investigación, pero, aunque técnicamente son procesos incluyentes también son diferentes. El área es una suma de saberes científicos y tecnológicos potencialmente disponibles para la comunidad científica, en tanto que las líneas de investigación son grupos de saberes seleccionados de las áreas en las que se articulan los proyectos de investigación. Las líneas hacen operativas las áreas ya que enmarcan y orientan sistemáticamente las acciones de investigación direccionándolas a propósitos con enfoques epistemológicos, teorías y metodologías específicos. En el SNCyT+I, las áreas de investigación son sugeridas por el sistema mismo, en tanto que las líneas de investigación son diseñadas y puestas en acción por las entidades, en este caso la universidad quien es la encargada de definir las líneas a par tir de los diferentes programas académicos que ofrece en las facultades, las necesidades apremiantes y teniendo en cuenta el talento humano que pueden enriquecerlas. La conformación de una línea de investigación es una opción tanto técnica como administrativa ya que al ser institucional genera compromisos de los dos tipos tanto a los investigadores como a las entidades que la fomentan. La definición de una línea de investigación conduce a la elaboración de un plan de trabajo de gran alcance, donde se proyectan las agendas, los proyectos investigativos, las estrategias de financiamiento y la infraestructura física, técnica y tecnológica de la actividad de investigación a desarrollar. Una línea es entonces un compromiso sistemático que afrontan los grupos en la que se desarrollan actividades de investigación, capacitación, creación de productos y procesos, y comunicación resultados. Todo ello a partir de los proyectos de investigación.
8.6 SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR Preguntas Básicas69 ¿Cómo participan los estudiantes en el SNCyT+I? Los estudiantes pueden participar en el sistema mediante acciones de investigación que pueden ser:
Desarrollando proyectos de investigación conducentes a la obtención de título. Perteneciendo a Semilleros de investigación, donde reciben formación teórica práctica para el acompañamiento y apoyo a proyectos realizados en los grupos. Acompañando y apoyando proyectos de investigación en grupos como Investigadores de campo y auxiliares. Acompañado proyectos del programa Ondas
Tomado de la cartilla: La investigación en la Universidad Popular del Cesar. y su articulación con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación (SNCyT+I). Preguntas y respuestas básicas. (2005). p. 28-31 69
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Participando del programa de jóvenes investigadores
¿Qué es un semillero de investigación? Es un grupo de trabajo conformado por un tutor y unos estudiantes en formación interesados en una temática común. El semillero tiene como propósito la formación en aspectos básicos referentes al proceso de investigación tales como: Saberes específicos e interdisciplinas, conocimiento de una segunda lengua, uso de tecnologías y herramientas, formulación de proyectos, metodología de la investigación, redacción técnica: informes, artículos científicos etc., técnicas de comunicación para la socialización de proyectos en eventos. Estrategias para la organización de eventos: cursos, seminarios, encuentros, congresos etc.
¿Cómo se integran los estudiantes al semillero de investigación? El estudiante que quiera pertenecer a un semillero de investigación debe acercarse a un grupo de investigación que trabaje las áreas de su interés y en las cuales tenga una formación básica. El grupo de investigación presenta al estudiante a las convocatorias semestrales de semilleros de investigación. De acuerdo a sus calidades académicas y los parámetros que defina la convocatoria los estudiantes seleccionados para conformar los semilleros iniciaran un proceso de capacitación en teoría y herramientas de investigación, estructura y funcionamiento del SNCyT+I, formulación de proyectos de investigación, análisis e interpretación de datos cuantitativos y cualitativos, capacitación en comunicación científica y en competencia lectora en lengua extranjera. Este curso tendrá las características de un diplomado en investigación y será acreditado por la universidad. Una vez aprobada la capacitación los estudiantes iniciaran su proceso de apoyo a los grupos desde el semillero respectivo. Allí continuará su capacitación en el área específica y realizará funciones de investigador de campo o auxiliar. Con la acumulación de experiencia en el semillero, el grupo decidirá cuando el estudiante puede asumir mayores responsabilidades como coinvestigador o investigador
¿Cómo se institucionaliza un semillero de investigación? El grupo de investigación es el único ente que puede presentar un semillero para su reconocimiento institucional. El representante del grupo, designado como tutor del semillero será el responsable de su funcionamiento.
¿Qué responsabilidades adquieren los estudiantes en el semillero de investigación?
Conocer la misión, visión, líneas, proyectos y actividades del grupo de investigación.
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Apoyar las labores de investigación de acuerdo a los planes y tareas que proponga el grupo a través del tutor. Programar y cumplir con un calendario de trabajo. Divulgar en la comunidad académica las labores del semillero y el grupo. Presentar al tutor un informe semestral de las actividades realizadas.
¿Qué beneficios reciben los estudiantes en el semillero de investigación?
Capacitación teórica y práctica en teoría y herramientas de investigación, estructura y funcionamiento del SNCyT+I, formulación de proyectos de investigación, análisis e interpretación de datos cuantitativos y cualitativos, capacitación en comunicación científica y en competencia lectora en lengua extranjera. Capacitación en saberes específicos. Interacción con los demás jóvenes integrantes de semilleros de las diferentes facultades. Prioridad para la asistencia a eventos de CyT+I Asesoría y acompañamiento para el desarrollo del proyecto de grado. Posible financiación parcial del proyecto que desarrolle como trabajo de grado. Preparación para el programa de Jóvenes Investigadores de COLCIENCIAS. Preparación para estudios de formación avanzada, nacionales o en el exterior. Descuentos en el valor de la matrícula
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