Modulo 6 Literatura y Humor

August 8, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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EES N° 58 - 6° 1° - Literatura – Profesor Vilchez, Manuel.

Módulo 1: Literatura y Humor

¿De qué nos reímos? Cuando la literatura se burla de ella misma y de algo más.

Nos solemos reír de lo que consideramos “defectos” en los otros, que pueden ir desde algún rasgo físico hasta el hecho de no interpretar rápidamente los chistes de doble sentido. Esto se debe a que el humor existe porque existe en los hombres esa necesidad de señalar lo que sería “incorrecto”, “fuera de lugar”, “molesto”, “no tolerado” en una sociedad dada. e ahí, que el humor sea tan contro!ertido para muchos, puesto que estaría de!elando lo que las personas en el con"unto de la sociedad creen que es ridículo, digno de ser recha#ado. Estas serían las formas del humor originarias de la ma$oría de las comunidades occidentales a las que pertenecemos, esto es, que serían reconocidas por todos como maneras de hacer humor, de intentar causar gracia.. ¿Nos reiremos todos de lo mismo? L !"#

Era $e noche. !%n$i$as, flotantes, las nu&es $iscurr'an (or los cielos, sal(ica$as $e estrellas, co)o *elos &or$a$os $e to(acios + $ia)antes. Los ra+os $e la luna, fulurantes, (latea&an las launas + arro+uelos ue entre (lieues $e *er$es tercio(elos )o*'an sus cau$ales )ur)urantes. !ruc el /ar$'n con (aso cauteloso hollan$o )araritas, ue/i$o e0hala&an, heri$as enue su un tallo. istinu' su *esti$o *aaroso, )e aceru, )e a&raz2, lanz2 un e)i$o...

 

(orue al &esarla +o... 3le (is un callo4   Estanislao $el !a)(o 187-1889.

  %omo ustedes saben, el hecho de que un texto pueda causar gracia o no se refiere a que no todos nos reímos de lo mismo más allá de que el humor tiene características sociales, esto es, que por lo general tiene ra#&n de ser puesto que cantidad de personas se reirían de lo mismo.  'hora bien, ha$ formas de hacer el humor que nos pueden parecer más ingenuas $ por ello pueden ser descartadas por nosotros a la hora de elegir de qu( nos reímos. )o que no quita que las recono#camos como intento de producir humor. *recisamente, en ese cambio de estos !ersos pre!isibles una poesía de amores pordonde otro que no correspondería a este de poesía di!ulgada $en conocida socialmente reconocemos la intenci&n de tipo generar humor.tan  'nali#amos una de las maneras en que se hace humor en la literatura+ la literatura muchas !eces se burla de sí misma. 'sí, podremos hallar a !arios autores que a lo largo de sus carreras profesionales han tomado esta línea de traba"o, en ma$or o menor medida, han seleccionado la parodia como procedimiento para constituir sus textos $ así tomar posici&n frente a lo que ellos creen que la literatura es o debería ser. Nos referimos a que por medio de la parodia de otros g(neros incluidos en la literatura los autores intentan imponer según sus intereses como artistas qu( escritura literaria tiene ma$or !alor frente a otras. %uando decimos “parodia” nos referimos a esa burla que detectamos como lectores, a esos cambios en los textos que nos demuestran que en realidad no están intentando respetar los rasgos más comunes del tipo de literatura que a primera !ista parecía haber elegido producir. ASÍ El amor es un tema universal y eterno, y ningún tratado de filosofía ni de moral me prohíbe ocuparme de lo universal y de lo eterno. Graciana tenía las manos ásperas y coloradas; había lavado mucho en su vida, lo que no le impedía tener quince años y un cora!n sensible. "enía, además, o#os, boca, nari y frente, como muchas personas de su se$o; pero estas facciones y otras más en ella, se habían tomado la libertad de ser e$cesivamente bellas. %a ore#a, por e#emplo, era inimitable, bien doblada, chica y ligeramente sonrosada.  &o tenía aros, ni agu#eros en qu' meterlos. Estos descuidos, des cuidos, dignos del más #usto reproche, fuer fueron on debidos a dos causas, una moral y otra física. %a primera su pobrea; la segunda, el que su madrina, la única abridora de ore#as que había en su pueblito, había sido atendida de una simple irritaci!n de los párpados por un c'lebre oculista y naturalmente, había quedado ciega. (ñadía Graciana a sus encantos un cabello que era un trigal maduro, unas ce#as arqueadas y finas, un color de luna disuelta en leche, y unos dientes tan lindos que cualquiera al mirarlos deseaba en su fuero interno ver a la niña convertida en perro y ser mordido por ella. ( lo menos, tal fue el primer cumplimiento que le dirigi! )aldomero "apioca, estudiante de medicina, ambulante. %a niña se ri! de seme#ante ocurrencia. Era italiana.  &o necesitaba ser italiana para reírse, pero ustedes us tedes comprenderán que tampoco eso era e ra un obstáculo. )aldomero estaba perdidamente enamorado de Graciana y de otras varias avenes; así se lo di#o un día, suprimiendo lo referente a las otras #!venes, en lo cual obr! con una prudencia sorprendente en su edad, pues solo tenía veinte años. %a proporci!n de había sido ya discutida. (rreglado este correspondencia, punto, no qued! pendiente sino 'l de la correspondencia de edades sentimientos, destinados a ser resuelto en otra la epistolar. * aquí me es foroso decir, sin ofensa para nadie, que en esta última )aldomero abus! de los t'rminos t'cnicos y Graciana maltrat! horriblemente a la ortografía, pues #amás escribi! +yo te amo+ sin ponerle una h en alguna parte.

 

!lo dos e#emplares poseo en mi archivo, rico en aut!grafos hist!ricos, de- las cartas cambiadas entre estos c'libes, y voy a transcribirlas en beneficio de la humanidad literaria. )aldomero a Graciana (ngel hipertr!fico, es decir, magno la arteria coronaria de mi cora!n se cierra apenas mi retina percibe los músculos risorios de tu boca, y mi t!ra$ se siente atacado de angina p'ctoris. / %a circulaci!n cardíaca se detiene, y turgencias espasm!dicas forman protuberancias en mis !rganos0 Esp'rame a las siete post meridianum, en el anfiteatro de nuestros amores. "uyo, como del hombre el pensamiento, 1irmado )(%234E53 "(6738( "(6738( Graciana a )aldomero / 4y 4ahma thi &. do %orde uuellhas man 0 92am'e huna me de :yna perro e saya g 3se exalt& 2rsi3. =Es música>

 

Es s&lo el !iento, 2rsi. 3=Es música> 32rsi se desembara#& de las extremidades superiores de *lebster $ gir& sobre sí mismo !arias !eces, como una antena, deslumbrado por la recepci&n de aquel idioma uni!ersal.  'hora la melodía llegaba más nítida, con cadencias extrañas $ desconocidas para la percepci&n de los dos expedicionarios. 38e d&nde !iene: 3se sum& *lebster a la inquietud. 3No s( si es una música fuerte que nos llega desde mu$ le"os... 2 es una música mu$ d(bil que se origina mu$ cerca de nosotros 3dud& 2rsi, lo que preocup& a *lebster, $a que la duda antecedía a la constipaci&n bronquial en los dermolinfomas. 38%erca de nosotros: 3di"o *lebster, abarcando con sus &rganos &pticos los alrededores inmediatos. 3='quí> ='quí> 3di"eron los dos, casi al unísono, aferrando un oxidado tubo metálico que sobresalía entre un montículo de escombros3 =)a música !iene por este tubo> 2rsi apret& la escafandra sobre la boca del tubo, procurando escuchar me"or. En tanto, *lebster se había sentido inopinadamente melanc&lico, como algunas !eces en que escuchaba historias relatadas por 1eme *lebster @acobi. *ero 2rsi no le dio tiempo para bucear en sus sentimientos. 3=%a!emos> =%a!emos por acá, *lebster> 3grit&, escarbando con su bast&n de titanio entre los escombros3. =Esta música nos llega desde aba"o> =e alguno de esos refugios que mencion( antes, *lebster> *lebster ol!id& por un momento su indolencia, su desinter(s $ sus ganas de regresar a casa, $ con un tro#o de chapa ennegrecida comen#& tambi(n a apartar rocas $ cascotes. *oco despu(s, $ ante la febril atenci&n de ambos in!estigadores, una superficie de madera se hi#o !isible ante ellos. %ontinuaron remo!iendo con más ahínco $ apareci& entonces una puerta, de doble ho"a, prácticamente hori#ontal, que cubría una boca de acceso. *lebster $ 2rsi se miraron. )a puerta mostraba una superficie descascarada, aún con restos de pintura $ por las "unturas de su madera llegaba, ahora sí, claramente, la cadencia de la extraña música. 380amos por las armas: 3!acil& 2rsi. *lebster encogi& el ensamblamiento de sus extremidades superiores, las prensiles. 385e parece: 36o digo... 3No creo 3di"o *lebster, decidido, $ se lan#& sobre la puerta, la que abri& de un tir&n. Cna bocanada mel&dica los en!ol!i& $, luego, tambi(n una serie de sonidos bre!es, como m&dicos estallidos, desacompasados. espu(s, el silencio, *lebster $ 2rsi se miraron. 5 5al al !e# habían sido descubiertos $ ahora, al fondo de ese túnel oscuro $ profundo que se abría ante ellos, los aguardaba el temor agresi!o de los nati!os. %on infinita cautela 2rsi adelant& uno de sus miembros locomotores deposit& sobreaelambos primerdermolinfomas, peldaño de la escalera descendente. pronto !ol!i& la música,$$loesto tranquili#& que cerraron la puerta e detrás de ellos, sin hacer ruido. *or un momento quedaron sumidos en una oscuridad absoluta, pero pronto ad!irtieron que, mu$ aba"o $ al fondo, se !eía una lu#. Cna lu# ro"i#a. Danados por la ansiedad, *lebster $ 2rsi continuaron el descenso. Cn par de !eces se detu!ieron ante el eco de

 

aquellos extraños sonidos inarm&nicos, cortos golpes de superficies ahuecadas, que les llegaban desde el fondo. *or último se detu!ieron ante una abertura cubierta por un cortinado de tela que, al tacto de 2rsi, se re!el& como le!emente afelpado $ de cierto peso. 6a se escuchaba, con más nitide#, una !o# humana metálica $ altisonante. 2rsi corri& la cortina $ ambos !isitantes se hallaron ante un recinto poco iluminado. Cna !eintena de seres humanos se encontraban diseminados en pequeñas mesas redondas, distribuidas en torno de una tarima de madera. )os humanos eran, al menos, de dos sexos diferentes, calcul& *lebster. Bebían extraños tragos, hablaban poco entre ellos $ no parecían demasiado "&!enes. ;obre la tarima, un terráqueo con la cabe#a cubierta por un cabello oscuro $ engrasado, de pie frente a un adminículo de metal que ampliaba el sonido de su !o#, los obser!& de una o"eada. 5a 5ambi(n mbi(n hicieron lo propio otros nati!os de los que estaban sentados. 3=6 sigue llegando gente a nuestra *eña 5a 5anguera nguera 7El ;&tano del d el os por %uatro7, mis queridos amigos> 3anunci& el terráqueo del cabello lustroso3. =6 es porque !ienen a escuchar a 'ngelito elfino, 7El 9uiseñor de 3$ luego, dirigi(ndose a *lebster $ 2rsi, pregunt&3+ 8e d&nde son, so n, muchachos: 3e *roc$on 3grit& 2rsi, complacido. 3=*ara los amigos de *roc$on, entonces... 'ngelito elfino, 7El 9uiseñor de
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