modelo de juego
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Autor: Jorge Castelo Entrenador Nacional de Fútbol Nivel III. Doctor en Ciencias del Deporte. Profesor de Metodología del Entrenamiento en la Universidad de Lisboa.
DEFINE UNA FORMA ESPECÍFICA DE JUGAR AL FUTBOL El modelo de organización del juego de un equipo de futbol, se refiere al conjunto de orientaciones y reglas, que debe tener una organización y que constituyen su marco de acción.
A. CONCRETIZA LA IDENTIDAD Y LA INTEGRIDAD DEL EQUIPO La concepción y el desarrollo de un modelo, no es un camino continuo y progresivo, sino que, es un conjunto de sucesivos fracasos a partir de las explicaciones e interpretaciones del juego. Por ello, a medida que se construye y desarrolla el modelo de juego, se vuelve necesario recurrir a la reflexión y a la lógica conceptual: (ii)de la abstracción, en la que se considera por separado aquello que en la realidad no existe. De esta forma, se destacan los elementos que se consideran más importantes de todos y, (ii) de la generalización, a través de la cual, se unen los elementos específicos que se aplican en un gran número de situaciones, es decir, representa lo que "hay" entre "muchos". Es a través de este análisis sistemático, por el que se va deshaciendo y reconstruyendo el modelo, pero manteniendo las líneas que se derivan de esa identidad y que presentan características propias. Esto significa, que una identidad debe ser analizada como una cualidad que se distingue de los otros equipos y, que se mantiene intacta e íntegra independientemente de las circunstancias, coyunturas y contingencias observadas antes, durante y después de la competición. •
Una identidad. La identidad de un equipo le es concedida por el modelo de juego y el modelo de preparación. Estos modelos: (i) el que queremos (modelo de juego) y, (ii) el que proponemos (modelo de entrenamiento), transfieren las características similares o de paridad en las acciones conjugadas del equipo cuando se encuentra en la competición.
En este sentido, el equipo permanece fiel a sí mismo, presentando un conjunto de características, que permiten su reconocimiento a través de las rutinas del juego colectivo, de los patrones de decisión y de acción durante la lucha competitiva, posibilitando su individualización en el seno de un grupo de equipos, independientemente de las características de la competición (en casa, afuera, adversario, tiempo de juego, resultado momentáneo del partido), manteniendo intactas las características o permitiendo incluso que estas varíen dentro de un perímetro delimitado por el modelo de juego. 2. Una integridad. La implementación de un modelo de juego, potencia una determinada integridad en la organización del equipo, es decir, se mantiene intacta e integra todas sus partes, principalmente en lo que se refiere al plano estructural, funcional y relacional. Esta integridad, se debe reconocer como una cualidad compleja que se desarrolla debido a: (i) la calidad (en relación a la evolución del juego) y a la adaptabilidad (en relación al medio competitivo en el que se desarrolla) del modelo, así como, (ii) al grado de compromiso de cada jugador, asumiendo su responsabilidad en relación a un proyecto que debe de ser común. Por ello, cada error o acierto individual en el juego, es un error o un éxito colectivo. Desde esta perspectiva, lo fundamental es mantener, en el nacimiento de la solución de cada situación de juego, en cada decisión y acción de los jugadores, una estrategia colectiva de juego, con una identidad e integridad, que se sobreponga al posible desequilibrio individual, colocándolo al servicio del colectivo.
B. PROMUEVE UNA FORMA ESPECÍFICA DE CONSTRUIR EL FUTURO. El futuro no puede ser previsto en su totalidad, pero puede ser pronosticado. Y es nuestra habilidad en el pronóstico, la que nos da la esperanza para realizar en el momento presente, lo que queremos que nuestro equipo realice y sea en el futuro. Por ello, el objetivo final debe estar constantemente visualizado, en el sentido de que lo construimos en el presente, es decir, lo llevamos a la practica, a través de medios que generan un impacto en relación a la perspectiva del futuro. Dicho de otra manera, podemos entender el futuro como un elemento causal y generador de los comportamientos del presente. En este sentido, es la anticipación del futuro (como queremos que juegue el equipo), la que debiera condicionar todo el planteamiento y el proceso específico del entrenamiento. Además, la decisión de los caminos más correctos y congruentes no es una tarea fácil, ya que exige un profundo conocimiento del factor referencial, que en este caso es el modelo y, también todos sus elementos intrínsecos. Está abierto de una manera sistemática a nuevos desarrollos, es decir, está en continua reconstrucción en el sentido de que está evolucionando y, manteniendo un elevado rendimiento deportivo. Este nunca es un dato definitivo (una vez que comprobamos que existen variaciones de competición a competición), ni tampoco finalizado (ya que podrá evolucionar o involucionar).
Dicho con otras palabras, debemos de tener en mente que el modelo de juego es inalcanzable, este nunca está finalizado, porque evoluciona en función del nivel de adquisición y concretización del modelo por parte de los jugadores del equipo. Durante la temporada, delante de cualquier imprevisto puede ser necesaria una reorientación organizativa. Esta modificación puede derivar de múltiples razones, tales como: (i) no se alcanzan los objetivos pretendidos, (ii) existen modificaciones bruscas de orientación negativa en el rendimiento del equipo, (iii) la sustitución de los jugadores que se lesionaron, cuyo tratamiento se prolongó o, (iv) por incidentes disciplinarios graves entre los jugadores con la ruptura de las normas establecidas. La complejidad de la estructura, la organización y el control del modelo de preparación de un equipo, está en relación a lo que no sabe el entrenador, y a lo que quiere que el equipo cumpla desde el punto de vista de su expresión táctica y de los comportamientos que desea que ejecuten sus jugadores individual y colectivamente. Las bases de un modelo de juego son de carácter conceptual, expresándose en el conocimiento claro del trayecto y de la forma de la organización del equipo, que es lo que se pretende implementar en un futuro próximo. Posteriormente a su aceptación, aplicación y evaluación está basada en la eficacia de su puesta en práctica, es decir, de los resultados de la competición en relación a los objetivos establecidos para cada partido o, para cada fase de la temporada. Para llegar a este punto en primer lugar debemos de llevar a cabo tres operaciones: (viii)evaluar la trayectoria del equipo, (ii) realizar una mejor comunicación y, (iii) elevar los niveles de responsabilidad de los jugadores en la realización del proyecto colectivo diseñado.
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La evaluación de la trayectoria del equipo. Aunque siempre es posible que existan grandes modificaciones en el equipo y en el club, en el paso de una temporada hacia otra, es importante evaluar la trayectoria del equipo en la temporada anterior. Esto se realiza con la intención de comprender, justificar e implantar las bases del futuro trabajo. Estableciéndose al mismo tiempo el objetivo de la próxima temporada deportiva a partir de unos presupuestos coherentes e idóneos. De hecho, reseñamos un amplio conjunto de reflexiones que el entrenador va a tener que realizar:
(iii) las razones del éxito o el fracaso del equipo. Los momentos críticos y los momentos victoriosos en el rendimiento deportivo del equipo, ii) la evolución en la clasificación del equipo y el paso por las diferentes fases competitivas de la temporada, en los diferentes ámbitos deportivos en los que el equipo estuvo implicado, (iii) las diferentes alineaciones del equipo y las particularidades que se desprendieron de las mismas. Cuáles son las posibilidades de adaptación de cada jugador en el ámbito o sector defensivo, de medio campo o de ataque, (iv) las tendencias de la evolución del equipo y de los jugadores (en su capacidad de rendimiento), (v) número de goles y, de qué manera fueron conseguidos, (vi) tipo de lesiones (rupturas y contracturas musculares, fracturas, etc), tiempo medio de tratamiento y el tiempo de inactividad competitiva, (vii) comportamiento deportivo los jugadores del equipo dentro del terreno de juego. Sanciones (cartones amarillos o rojos), las razones de estos (a favor del equipo, por ejemplo: evitar que el adversario que posee el balón progrese hacia la portería o, en contra del equipo, por ejemplo: discutir con el árbitro, a agredir a un adversario ,etc), (viii) planificación del entrenamiento y frecuencia de asistencia de los jugadores, (ix) planificación de la competición para cada jugador y, (x) comportamiento deportivo de los jugadores del equipo fuera del campo. Niveles de conflictos interpersonales.
2. Realizar una mejor comunicación. El modelo de juego amplifica e intensifica los canales de comunicación dentro del equipo. La lectura, la interpretación, la decisión y la respuesta motora que se derivan de cada situación de juego, en el marco del modelo de juego adoptado, deben de ser potenciadas tanto en el marco del entrenamiento como en el de la competición. De esta forma se mejora la comunicación: (ii)entre el entrenador y los jugadores. Todo el proceso de la preparación para la competición se realiza y se aplica de forma sistemática y clara. El entrenador deberá de esta manera seleccionar los diferentes ejercicios de entrenamiento en función del modelo de juego, ajustándolos a la dificultad y a la complejidad del nivel de rendimiento de los jugadores, de la organización dinámica del equipo y, del momento temporal que existe entre su aplicación y los efectos positivos que pueden obtenerse. Los jugadores, comprenden la necesidad de su ejecución, como un medio para alcanzar un modelo organizativo de juego eficaz, con la intención de alcanzar los objetivos planificados para la temporada y, (ii) entre los jugadores. El modelo de juego ayuda a los jugadores a mejorar sus competencias, independientemente de su posicionamiento y de las tareas tácticas dentro de la organización dinámica del equipo. En este ámbito, el modelo de juego ayuda a los jugadores a mejorar y ampliar sus competencias, desarrollando las tareas tácticas a las que están adscritos, diseccionando específicamente todos sus comportamientos en función de un significado que le atribuyen a cada situación de juego y, una finalidad que desarrollan durante la respuesta motora que van a realizar. Todo esto es compartido y comprendido de una misma manera por todos los componentes del equipo. El incremento en la comunicación entre los jugadores se observa de la misma forma en el nivel de sincronización de las acciones que se realizan de forma simultánea o secuencial en las unidades de tiempo, así como, de la constante creación de un número opcional de soluciones a las diferentes situaciones de juego.
3. Elevar los niveles de responsabilidad de los jugadores. El modelo de juego eleva la voluntad intrínseca de cada jugador, traduciéndose en un mejor empeño (actitud), tanto en el plano individual (superación), como en el plano colectivo (sincronización), en la ejecución de las tareas que el entrenamiento y la competición en sí mismas abarcan. El argumento que tantas veces ha sido utilizado para justificar un producido rendimiento del equipo es el de la falta de motivación. Además, este argumento no explica todo, ya que, un jugador responsable no dejará de hacer todo lo que les sea posible, sólo porque "no se sienta motivado" para ello. Como parece que ocurre en el caso de un partido contra un equipo con menor índice de organización y de calidad. Este tipo de partidos en nada contribuyen al pretendido "prestigio personal" de algunos jugadores, ya que no reciben ninguna valoración en este tipo de partidos. Por ello, debería de hacerlo y ser responsable porque esa es una razón suficiente. De hecho, es más importante que el jugador se sienta responsabilizado que motivado, ya que existe un compromiso del jugador para realizar las cosas. De esta forma cada jugador establece un fuerte compromiso con la manera de jugar del equipo, sabiendo cuáles son los objetivos a alcanzar, y que debe realizar para alcanzar los y cuál es la expectativa que el entrenador tiene de ellos. Elevar los niveles de responsabilidad de los jugadores significa que cada uno de ellos debe desarrollar con entusiasmo, empeño y eficacia, las tareas que se les plantean. Clarificar constantemente las responsabilidades de cada jugador y buscar a través de las dudas es una actitud indispensable, por parte del entrenador, para evitar problemas en el futuro. Cuando se asume una responsabilidad se considera que un determinado jugador va a tomar sus decisiones y sus acciones motoras por el bien del éxito del equipo y, simultáneamente, rendir cuentas de sus acciones. La responsabilidad es el primer presupuesto decisivo para alcanzar el éxito, teniendo también un carácter aglutinador y de cohesión del equipo.
C. CONVERGE CON UNA FORMA ESPECÍFICA DE INTERPRETAR EL JUEGO. El modelo de juego va a proporcionar a cada jugador y al equipo en su globalidad la posibilidad de recurrir a un código específico de lectura de la realidad de las situaciones de juego que ocurren delante de sus ojos. Este código busca identificar y en robar los múltiples y diversos hechos que constituyen la realidad competitiva, conjugándolos y relacionándolos unos con los otros. Una forma específica de interpretar el juego nos da un sentido y un conjunto de intenciones y significados compartidos entre todos los jugadores. 1. Nos referencia un sentido del juego. De esta manera, podemos considerar que el proceso de la percepción y el análisis de las situaciones de juego transcurren, en primer lugar, de una pauta de interpretación y de lectura de la situación, aportada por el modelo de juego del equipo y, al mismo tiempo por las experiencias asimiladas, a partir de la situación en la que el jugador se encuentra, en relación al contexto de la situación. A través de estas vertientes se retiene lo que es pertinente, se organiza y se le confiere un sentido propio a la luz del modelo de juego adoptado. Estos códigos de lectura y estas referencias, deben de ser construidas y refinadas durante todo el proceso de implementación del modelo de juego, ya que éste funciona como un punto de partida básico y referencial para la orientación general de las acciones del equipo. Los jugadores y el equipo construyen su sentido del juego a partir un modelo de referencia, ya que las relaciones de exclusión y de preferencia que el jugador materializa en su acción, permiten establecer regularidades incoherencias en los comportamientos globales del equipo, es decir, estableciendo rutinas y patrones de juego. 2. Nos referencia intenciones y significados. La interpretación de cada contexto situacional del juego es lo que garantiza la sincronización mutua entre los jugadores que pertenecen al mismo equipo. En la competición con el proceso de entrenamiento, todo lo que los jugadores que efectúan tiene una intención y un significado. La intención es la razón que tiene cada jugador para llevar a cabo una acción motora en respuesta a una situación de juego. La intención pertenece al jugador que actúa, y el significado pertenece a los compañeros que le observan. Después, lo que da significado a una acción es su contexto situacional y su coyuntura. El modelo de juego permite la creación de un significado común para una historia conjunta.
D. DESARROLLA UNA FORMA ESPECÍFICA DE LA EXPRESIÓN TÁCTICA El modelo se concretiza en el juego y en función de unas reglas de decisión y acción, a través de las cuales un equipo actúa de una manera particular, es decir, con una identidad táctica propia y común a todos los jugadores. La intervención del entrenador en la construcción del modelo de juego para un equipo, regula y potencia, al mismo tiempo, una forma específica de juego.
1. Regula un patrón de respuestas. El modelo de juego presupone una concepción única para un desenlace específico y eficaz de la acción del equipo. Pudiendo ser construida de una manera lenta o rápida en su desarrollo. Basada en la fase ofensiva o defensiva del juego, deliberada o prudente y reservada o espectacular. De esta manera se busca fomentar un patrón basado en un conjunto de preferencias (parametrización), tanto en las tomas de decisiones, como en la elección de la acción motora de soporte a esa decisión para establecer una singularidad en el juego. 2. Potencia un conjunto de actitudes y comportamientos. En el sentido de la coherencia, dentro del marco de la gestión del movimiento global y dinámica del equipo. En esta dimensión el modelo de juego, así como los principios que tiene asociados, son elementos centrales de una forma específica de jugar y de la expresión táctica del equipo delante del proceso de entrenamiento y o de competición. Cada equipo se puede caracterizar por las particularidades y por la expresión táctica de su forma de jugar. Por ello, existen tantos modelos como equipos. Es fundamental proceder a la definición y a la caracterización de un modelo de juego y de un concepto de juego.
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