Misal Romano

 

CARTA DEL OBISPO DE CIUDAD DEL ESTE (Paraguay) MONS. ROGELIO LIVIERES SOBRE LAS COSTUMBRES LITÚRGICAS DE LA DIÓCESIS. (Texto que podia suscribir cualquier obispos del mundo). Queridos Hermanos Sacerdotes y Diáconos: Con la profunda convicción de que los sacerdotes diocesanos y religiosos de la Diócesis, tenemos nuestro encuentro concreto Jesucristo, realmenteoportunas presente, para en la un Eucaristía; es necesario mencionar algunas pautas con litúrgicas que considero mejor trato con Cristo Sacramentado. Dios seguirá bendiciéndonos con abundancia en la medida en que gustemos y hagamos gustar a su Pueblo las riquezas de la Liturgia Romana. Desde la divulgación del documento, «Redemptionis Sacramentum» (2004) y la tercera edición del Misal Romano (2002), la Iglesia va corrigiendo y mejorando la experiencia litúrgica en todo el mundo. En la Diócesis de Ciudad del Este, y en mi calidad de Obispo; he publicado una carta sobre la Sagrada Liturgia de la Santa Misa (25 de noviembre de 2007). Desde ese tiempo, con la renovación del interés por la liturgia, por parte de toda la Iglesia, gracias al empeño puesto por el Santo Padre de aquel entonces, hoy, Papa emérito, Benedicto XVI; y conservado por nuestro actual Papa, S.S. Francisco, se logró el fomento de buenas prácticas y usos adecuados que hicieron florecer la liturgia. Es por ello que sigo poniendo el empeño necesario para seguir fomentando estas costumbres, proponiendo su práctica en las celebraciones eucarísticas de la Diócesis por ser éstas aptas y útiles para el efecto.  Además, deseo aprovechar la ocasión para rectificar algunos abusos que se siguen dando en la Diócesis, muy a pesar de la carta que he publicado sobre la Sagrada Liturgia en el 2007. En consecuencia, les envío algunas indicaciones que confío las cumplirán con el cuidado y la delicadeza debidos: Es costumbre en la Diócesis tener, siempre que sea posible, seis candelabros (o siete en celebraciones presididas por un Obispo) en el altar con una cruz en medio.[1] Adoptamos, ya desde hace tiempo, la práctica de encender dos velas para días de feria, cuatro velas los días de fiesta, y seis velas (o siete) los domingos y solemnidades. Sin embargo, es recomendable tener cuatro o seis velas (o, tratándose de celebraciones con Obispos, siete) aunque sea día de feria, en caso de tratarse de una celebración especial o solemne. Para todos los casos, está expresamente prohibido por los libros litúrgicos, tener sólo una vela para la celebración de la Santa Misa.[2] El uso de la casulla es obligatorio para el celebrante en todas las Misas según la ley de la Iglesia. También los concelebrantes están obligados a llevarla puesta en las Misas, salvo por “justa causa…”[3]. Esta pauta obedece a que el uso de la casulla por parte de los

 

concelebrantes constituye una costumbre universal.[4] Además, el uso del alba (con amito, de ser posible), el cíngulo y la estola es obligatorio por ley de la Iglesia.[5] El uso del velo del cáliz no es sólo empleado por prescripción de la ley litúrgica, sino que también, se trata de una costumbre universal practicada en todas las Misas de la Diócesis. Por lo tanto, se debe usar velo de color blanco para el cáliz, si no se posee el del color del día.[6] El desempeñar un oficio en la liturgia (ministro extraordinario de la Eucaristía, acólito, lector, cantor) no es una exigencia necesaria para lacristianos participación activa y fructuosa en la Santa Misa. “Ninguno debe pensar que son mejores si desempeñan oficios litúrgicos.”[7] Estos oficios son extraordinarios y representan los poderes ordinarios de los diáconos. En este sentido, en caso de que se lleven a cabo los oficios, se recomienda que los mismos sean desempeñados por personas cercanas al estado clerical, por ejemplo; seminaristas (especialmente aquellos que ya recibieron los oficios de lector o acólito) y, en su defecto, “varones” adultos. Es costumbre, por supuesto, tener niños “varones” (monaguillos) como acólitos, mas, no es conveniente que oficien como lectores ni que distribuyan la Santa Comunión. Cuando está el Santísimo Sacramento en el presbiterio de un templo, el celebrante, los concelebrantes y todas las personas quienes se expongan delante de Él, deben hacer una genuflexión al entrar y al salir del templo, en dirección del altar.[8] Esto se aplica de igual forma, si el Sagrario está colocado en el medio o a un costado del presbiterio. Está determinado por la Santa Sede que en las Iglesias que no posean capilla eucarística (debe ser una capilla a hoc y no un altar lateral), el Sagrario esté en el centro del presbiterio. Está prohibido, para los fieles, decir palabras propias del celebrante. Por ejemplo, decir, en forma simultánea, con el sacerdote las palabras de la doxología de la plegaria eucarística (Por Cristo, con Él y en Él…).[9] No hay que obligar a los fieles hacer los  los   gestos del sacerdote o cualquier otro gesto no prescripto por los libros litúrgicos; como por ejemplo, hacer que los fieles se tomen de las manos, aplaudan o extiendan las manos durante las oraciones, como ser; la del Padre Nuestro. En lo referente al uso de las Plegarias Eucarísticas, la Santa Sede emitió ya las instrucciones desde hace años.[10] La Plegaria I es para las solemnidades y los domingos. También tiene uso en los días de fiesta de los apóstoles, los demás santos nombrados en la plegaria misma y los días del año cuando recomienda el misal (e.g. Jueves Santo, Pentecostés, etc.). Cuando es pastoralmente necesario, se usa la Plegaria III como reemplazo de la Plegaria I. La Plegaria III es también útil en las Misas por los difuntos. Hay que cuidar de no usar sólamente o, con exclusividad, la Plegaria II. Como dice la instrucción General del Misal Romano “…se emplea oportunamente en los días entre semana, o en circunstancias particulares”.[11]   particulares”.[11] En las plegarias II, III, y IV, por disposición de S.S. Papa Pa pa Francisco, se debe insertar “San José, su esposo” después de mencionar a la Virgen María.[12]  María.[12]  La práctica de partir la hostia en el momento del texto narrativo de la consagración eucarística está altamente prohibida.[13] El recibir la Santa Comunión requiere una adecuada preparación. Por este motivo, la Iglesia pide que se haga el signo de la paz de un modo tal que no obstruya o impida el estado de

 

recogimiento necesario para recibir la Santa Comunión. Por ello, la Instrucción General del Misal y Redemptionis Sacramentum piden que el signo de la paz sea solamente con las personas que están al lado de uno.[14] En todo caso, nunca es obligatorio hacer el signo de la paz.[15] La patena de la comunión no es elemento opcional, sino que es obligatorio. Se lo debe emplear siempre.[16] Los deben sercuyo publicados durante misa,y conciso[17], en un momento anterior alpor deun la sacerdote bendición final.avisos Su divulgación, contenido será la breve se efectuará o diácono. En esta Diócesis recomendamos (cuidando siempre que los inválidos y personas incapacitadas, por algún motivo razonable, no se sientan obligados) la práctica de recibir la Comunión en la boca y de rodillas.[18] Por este motivo, nadie puede ser discriminado por su preferencia de recibirla de rodillas en lugares donde ya no es una costumbre.[19] La oración a San Miguel Arcángel debe rezarse al final de todas las misas. Ruego a todos los sacerdotes que, con docilidad sobrenatural, sigan estas indicaciones. Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán +Rogelio Livieres Obispo de Ciudad del Este NOTAS: [1]Instrucción General del Misal Romano 117. [2]“Sobre el altar, o cerca de él, colóquese en todas las celebraciones por lo menos dos candeleros…” Instrucción General del Misal Romano 117. [3]Instrucción General del Misal Romano 209. [4]Instrucción General del Misal Romano 209. [5]La Instrucción General del Misal Romano 119 nos enseña que dondequiera que las rubricas habla de alba hay que entender Amito, alba y cíngulo. “Todos los que se s e revisten con alba, usarán cíngulo y amito, a no ser que por la forma del alba no se requieran.” Cf también Ibid. 336. [6]Instrucción General del Misal Romano 118. [7]Livieres, R., Carta del Obispo a los Sacerdotes sobre la Liturgia de la Santa Misa (25 de noviembre de 2007), 1, Ciudad del Este 2007. [8]Instrucción General del Misal Romano 274 y Ceremonial de los Obispos 69. [9]Redemptionis Sacramentum 52-54.

 

[10]Cf. Instrucción General del Misal Romano, 365. [11]Instrucción General del Misal Romano, 365 b. [12]En la Plegaria eucarística II: «con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y...»; En la Plegaria eucarística III: «con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y los mártires...»; En la Plegaria eucarística IV: «con María, la Virgen Madre de Dios, con su esposo san José, con los apóstoles y los santos...». Decreto por la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, 1 de mayo de 2013. (http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_201 30501_san-giuseppe_sp.html)   30501_san-giuseppe_sp.html) [13]“En algunos lugares se ha difundido el abuso de que el sacerdote parte la hostia en el [13]“En algunos momento de la consagración, durante la celebración de la santa Misa. Este abuso se realiza contra la tradición de la Iglesia. Sea reprobado y corregido con urgencia.” Redemptionis Redem ptionis Sacramentum 55. [14]“Conviene, sin embargo, que cada uno exprese la paz sobriamente sólo a los más cercanos a él.” Instrucción General del Misal Romano 84. Cf Redempcionis Sacramentum 72.   [15]“Luego, si se juzga diacono, o el Conferencia sacerdote, añade…” Romano (Versión Castellana de laoportuno, 3ª Ediciónel Típica Latina), EpiscopalMisal de Argentina, Buenos Aires 20093, 538. Cf. Instrucción General del Misal Romano 154. [16]Redemptionis Sacramentum 93, Ritual Romanum: De Sacra Communione et de Cultu Misterii Eucharisitici extra Missam 19, Editio Typica, Vaticano 1973, 13; Ceremonial de los obispos, 125, 61. [17]Instrucción General del Misal Romano, 166. [18]No es obligatorio por supuesto, pero es quizás la forma más adecuada a los prescripciones de Redempcionis Sacramentum 90 que indica que debe ser una forma de veneración de la hostia antes de comulgar (ie, inclinación, genuflexión o ponerse de rodillas). [19]“Así pues, no es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el   hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado o de pie.” Redeptionis Sacramentum 91.