Miguel Grau.Francisco de Paula Pavia.Madrid.1884
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Descripción: Biografia del Contralmirante Miguel Grau por el Vicealmirante de la Armada Española Francisco de Paula Pavi...
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DON M I G U E L G M Ú , CONTRA ALMIRANTE PERUANO.
POE EL EXCMO. SEÑOR
DON FRANCISCO
DE PAULA
PAVÍA,
VICE-ALMIRANTE DE LA ABMADA.
(Publicado en la Revista general de Marina.) •
MADRID : IMPRENTA
DE
FORTANET,
C A L L E D E LA L I B E R T A D , 29. 1 8 8 4 .
I
DON
MIGUEL
GRAÚ,
CONTRA-ALMIRANTE P E R U A N O .
DON MIGUEL G li A lì, CONTRA-ALMIRANTE PERUANO.
POR E L EXCMO.
DON
FRANCISCO
DE
VICE-ALMIKANTE
SEÑOR
PAULA
PAVÍA,
DE LA ARMADA.
(Publicado en la Revista general de Marina.)
MADRID: IMPRENTA
DE
FORTANET,
CALLE DE LA L I B E R T A D , 29. 1 8 8 4 .
3D.
IMZI G r - T T r E L G ¡ - I R , ^ _ T T CONTRA-ALMIRANTE
3
PKRÜANO.
Nació en Piara el año do 1834, f en el combate de Mejillones el S de Octubre de 1879.
La guerra sustentada entre las Repúblicas de Chile y del P e r ú , produjo en u n principio combates y operaciones n a vales de sumo mérito, en que el valor, la inteligencia y la abnegación, dan enseñanza á los que siguen la honrosa c a r rera de las armas y enaltecen las virtudes de los m a r i n o s de aquellos países, á quienes m i r a m o s como h e r m a n o s por sus condiciones de sentimientos, de religión, de idioma y costumbres; y así. nos complace e s t a m p a r e n nuestra obra las biografías de sus ilustres caudillos, ocupando entre estos u n prefer e n t e lugar el C o n t r a - a l m i r a n t e de la Marina p e r u a n a D. Miguel G r a ú . Nació este insigne m a r i n o en P i u r a el año de 1834; desde sus primeros años después de haber entrado en el uso de la razón, recibió u n a enseñanza esmerada en la Escuela Náutica de P a y t a . A los 10 años de edad, su padre el Sr. D. J u a n Manuel G r a ú , vista entonces de la A d u a n a de P a y t a , lo hizo embarcar en u n b u q u e mercante para satisfacer á la vez los deseos, las inclinaciones y las manifiestas aptitudes del joven Graú, para la azarosa vida del m a r i n o . A bordo de este b u q u e perfeccionó Graú los primeros conocimientos náuticos que había adquirido
G con las lecciones q u e recibía del capitán del b u q u e y con la experiencia de siete años consecutivos de navegar. Entonces tuvo oportunidad de visitar las costas del Viejo Mundo y de estudiar en sus puertos lo que era necesario p a r a el porvenir de su carrera. Entonces aprendió idiomas y llegó por fin á alcanzar el carácter de oficial en el b u q u e en q u e había crecido y en el que había casi completado su educación. El año. de 1851, desembarcó en P a y t a , dirigiéndose poco después á L i m a , en busca de nuevos horizontes para u n a c a r r e r a que se iniciaba bajo los mejores auspicios. Acostumbrado como lo h e m o s visto desde su m á s tierna edad á los rigores y contratiempos de navegaciones penosas y duraderas y consagrado con ahinco y constancia al estudio y al trabajo, habían de revelarse en lo sucesivo sus condiciones de m a r i n o intrépido y valeroso, cuando ya formó p a r t e de la M a r i n a militar de su patria. El p r i m e r b u q u e de g u e r r a en que sirvió Graií, fué el vapor Rimac; pasó sucesivamente al pailebot Vigilante y en estas embarcaciones demostró sus altas cualidades, su celo y actividad, q u e fueron siempre las prendas más características de su espíritu marcial. Su comportamiento hizo que mas tarde se le diese u n puesto en la fragata Apurimac, que entonces era el baluarte flotante de m á s importancia que tenía el P e r ú y acaso las naciones del Pacífico. Su entrada en el servicio de la A r m a d a de su país, tuvo l u lar el 14 de Mayo de 1854; fué promovido á Alférez de fragata el 4 de Marzo de 1856, y á Teniente segundo en 11 de Setiembre de 1863. El año de 1858, como todos los que habían sucedido hasta entonces a l a revolución, fué preñado de tempestades políticas. Las condiciones del país en esa época hacían difícil á cualquier ciudadano, sustraerse á la acción de la tormenta. Graú, como casi todos los hombres que vienen en épocas de desconciertos, de falta de educación política, de constantes incertidumbres, se vio arrastrado por el vendaval revolucionario.
Tal suceso le obligó á separarse por algunos años del servicio activo. U n a parte de ellos los empleó con las respectivas licencias del Gobierno en navegar en buques mercantes, á fin de'adquirir m a y o r experiencia y práctica de su profesión. Vuelto nuevamente al servicio activo de la A r m a d a , se le confió el puesto de segundo Comandante del vapor Lersundi, de donde se trasladó á Europa p a r a tomar el m a n d o de la corbeta Union. Había obtenido varios ascensos en su carrera y fué p r o m o vido á Capitán de corbeta el 31 de Marzo de 1865, y á Capitán de fragata el 22 de J u n i o del mismo año. En la época de la g u e r r a con España, después del combate del 2 de Mayo de 1866, el Gobierno de esa época nombró Com a n d a n t e de la escuadra p e r u a n a al Almirante J u c k a r (extranjero). Este n o m b r a m i e n t o produjo en los m a r i n o s del país el más profundo disgusto, habiendo renunciado sus puestos los m á s caracterizados, para no pasar por la humillación de servir bajo las órdenes de u n marino extranjero. G r a ú se encontró en el n ú m e r o de los que protestaron de ese n o m b r a m i e n t o . Él y sus compañeros fueron enjuiciados por ese acto que se consideró de insubordinación. Pero pasado a l g ú n tiempo y calmadas las pasiones del momento, fueron todos absueltos por el tribunal competente y respectivo. El proceso m a n t u v o á G r a ú separado del servicio por seis meses. Después de su absolución estuvo cerca de u n año con el mando de varios b u q u e s mercantes de la Compañía inglesa, la cual haciendo justicia á la aptitud de G r a ú , no vaciló en confiarle sus naves, r e m u n e r a n d o después sus servicios. El 25 de J u l i o de 1868 se le nombró Capitán de navio graduado, y habiendo vuelto al servicio del Estado se le confió el m a n d o del monitor Huáscar. Ocho años consecutivos conservó la dirección de este b u q u e , en el cual desempeñó siempre á satisfacción de los Gobiernos.las comisiones que lo fueron encomendadas, y en 1873 fué promovido á Capitán de navio efectivo.
8 Siguió prestando sus servicios, y al cabo del tiempo antes indicado', oh 1876, la provincia de P a y t a nombró á G r a ú su r e presentante en el Congreso. T u v o , pues, que a b a n d o n a r su b u q u e para asistir á la legislatura. E n su carácter de representante del país, estuvo siempre al lado de la b u e n a causa, pero sin hacer jactancia de sus propósitos n i de sus afectos, sino imponiéndose la reserva p r u d e n t e que deben á su patria los hombres llamados á dirigir por medio de leyes los altos destinos de la República. Cerradas las sesiones del Congreso en Febrero de 1877, estuvo corto tiempo G r a ú con el carácter de agregado al D e p a r tamento de M a r i n a , sirviendo después como vocal de la J u n t a rcvisora de las Ordenanzas navales. Después de esta comisión se le n o m b r ó Comandante general de Marina, en cuyo puesto prestó al país los m á s importantes servicios. La Memoria q u e elevó al Supremo Gobierno al dejar su puesto, no sólo revela la laboriosidad de la primera autoridad m a r í t i m a , sino que consigna observaciones profundas y proyectos de reformas verdaderamente útiles á la vez que trascendentales. E n J u l i o de 1878 tuvo Graú que asistir nuevamente á las sesiones del Congreso. En su puesto de diputado prestó al país los servicios que eran necesarios contra las pasiones, que más violentas que de costumbre se h a b í a n condensado a m e n a z a n tes sobre la representación nacional. Concluida esta legislatur a , estuvo agregado á los Ministerios de G u e r r a y Marina. E n estas circunstancias sobrevinieron la g u e r r a de Chile á Bolivia primero y al P e r ú después. Graú fué designado por el Gobierno, y antes por la opinión pública, p a r a hacerse nuevamente cargo del m a n d o del monitor Huáscar. Chile a r m ó su escuadra y la m a n d ó á bloquear y hostilizar los puertos y costas del P e r ú ; este país preparó también la s u y a p a r a resistir el choque de sus contrarios, y G r a ú con el b u q u e de su m a n d o pasó á m a n d a r u n a división naval, dirigiéndose á levantar el bloqueo de I q u i q u e . Su p r i m e r hecho de a r m a s está descrito en el parte oficial que da G r a ú á su Gobierno, y dice así:
9 «Comandancia de la primera división naval.—Al ancla en I q u i q u e 23 de Mayo de 1879.—Benemérito Sr. General Director de la Guerra.—En cumplimiento de las instrucciones verbales recibidas de V. E., zarpé del puerto de Arica en la noche del 20 del presente con el monitor Huáscar y la fragata Independencia, ambos b u q u e s pertenecientes á la división naval de mi m a n d o , y me es honroso dar cuenta á V. E. de los acontecimientos que h a n tenido lugar en ella hasta la fecha. E n la travesía del puerto de Arica al de I q u i q u e creí conveniente recalar á Pisagua, lo que verifiqué á las 4 20"' de la m a ñ a n a del 21 con objeto de inquirir algunas noticias relativas á la comisión que debía realizar en I q u i q u e . E n efecto, supe por el capitán de dicho puerto, quien m e mostró u n telegrama del prefecto del Departamento de Tarapaca de fecha 19, en el que se comunicaba que la fragata Esmeralda, la cañonera Covadonga y el trasporte La Mar, hacían efectivo el bloqueo de I q u i q u e . »A1 aproximarse nuestros b u q u e s al expresado puerto, noté que efectivamente tres buques caldeaban, y pronto pude reconocer entre ellos la Esmeralda y la Covadonga que se ponían en movimiento, tomando posiciones definitivas, á la par que salia del puerto u n vapor con bandera norte-americana, probablemente el La Mar, y se dirigía al S. La anticipación con que hizo esta m a n i o b r a y la distancia de 5 millas á que se h a llaba del puerto, teniendo en cuenta las diligencias consiguientes á su reconocimiento, m e decidieron á dirigir mis operaciones de preferencia sobre los dos buques que antes h e indicado. Llegado el Huáscar á los 1 000 m . próximamente del fondeadero de los buques enemigos, m a n d é afianzar el pabellón y ordené á la Independencia, que venía por el N . próxima á la costa y á 5 millas de distancia, se dispusiera para el combate. «Ocupaban entonces los mencionados buques posiciones á u n cable ó cable y medio de la playa, frente al lado N . dé la p o blación, en orden de combate, la Covadonga por la popa de la Esmeralda y ambos con proa al N . , de m a n e r a q u e estaban interpuestos entre nosotros y la población; eran las 8 de la mañ a n a del 21. h
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10 «Trabóse el combate en este momento entre el Huáscar y los dos buques enemigos, y 30 m i n u t o s después se unió y rompió sus fuegos la Independencia; pero nuestros tiros no podían ser bien dirigidos por encontrarnos en la boca del puerto, bajo la acción de la m a r , á la p a r que las punterías de los buques enemigos tenían en lo general buena dirección y elevación. »La Covadonga, después de la primera hora, salió del puerto m u y pegada á la isla que cierra la parte occidental y e m p r e n dió su retirada por la costa del S., barajándola m u y próxima á la playa, en vista de lo cual ordené á la Independencia perseguirla, quedándome por consiguiente batiendo con el Huáscar á la Esmeralda.. . «Mientras la Independencia seguía su camino, y notando la inseguridad de nuestros tiros por la causa que h e dicho a n t e s , m e decidí á atacar á la Esmeralda con el espolón; pero informado por el capitán de corbeta y del puerto D. Salomé P o r r a s y por el práctico del mismo, quienes se encontraron á bordo desde el principio del combate, de que dicho b u q u e estaba defendido por u n a línea de torpedos delante, intenté dirigirme sobre el lado del S. p a r a desalojarlo de la zona en q u e manio^ braba defendido. Mas observando á la vez que se dirigía hacia el N . , saliendo de esa zona, cambié de propósito y goberné directamente. A medio cable cumplido de distancia detuve la máq u i n a , y ]& Esmeralda, g u i ñ a n d o para evadir el golpe al costado, lo recibió por la alela de babor en dirección m u y oblicua. El espolón resbaló, su efecto fué de poca consideración y quedaron abordados ambos b u q u e s , hasta que el Huáscar empezó su movimiento hacia atrás. Embestí nuevamente con igual v e l o cidad á la Esmeralda, pero presentó su proa, evadiendo de esta m a n e r a n u e v a m e n t e los efectos del choque. Sin embargo, estos dos abordajes la dejaron bastante maltratada. E n ambas ocasiones, á la aproximación de los b u q u e s y d u r a n t e el tiempo que permanecieron m u y cerca, recibimos el n u t r i d o fuego de, las'ametralladoras que tenían establecidas en sus cofas, el de fusilería y m u c h a s bombas de m a n o , á la vez que descargas completas de artillería de sus costados. El blindaje protegió
11 b i e n á nuestra gente de los efectos de tan certeros fuegos, m u chos de los cuales chocaron en nuestra torre y otros r o m p i e r o n algunas partes de madera ó hierro' m u y delgado, y permitia sostener igualmente nuestro fuego de cañón y fusilería. «Finalmente emprendí la tercera embestida con u n a velocidad de 10 millas y logró tomarlo por el centro; á este golpe se encabuzó y desapareció la Esmeralda, sumergiéndose y d e j a n d o á flote pequeños pedazos de su casco y algunos de sus tripulantes. E r a n las 1 2 y 10 minutos do la m a ñ a n a . El Comandante de ese b u q u e nos abordó á la vez que uno de sus oficiales y algunos de sus tripulantes por el castillo y en la defensa, de este abordaje perecieron víctimas de su temerario arrojo. I n m e d i a t a m e n t e m a n d é todas las embarcaciones del b u q u e á salvar á los náufragos y logré que fueran recogidos 6 3 , los únicos que h a b í a n sobrevivido á tan obstinada resistencia. No. puedo prescindir de llamar la atención de V . E. hacia la sensible pérdida del Teniente 2." graduado D. J o r g e Velarde, para significar el noble comportamiento y arrojo con que este oficial conservó su puesto en la cubierta al pié del pabellón hasta ser víctima de su valor y serenidad. h
«Terminado en el puerto de I q u i q u e el salvamento de los náufragos, y con ellos a b o r d o , me dirigí en d e m a n d a de la Independencia , que estaba á la vista, en la p u n t a denominada Gruasso al S. de I q u i q u e , con el intento de ayudarla al apresamiento de la Covadonga. Noté que ésta , desde que se a p e r cibió del movimiento del Huáscar, se alejó á toda fuerza con r u m b o al S., á la vez que la Independencia, algo escorada á u n a banda, permanecía en el mismo sitio. A medida que iba avanzando pude claramente comprender que este último b u q u e estaba v a r a d o , y preferí continuar la persecución de la Covadonga d u r a n t e tres h o r a s , hasta que convencido q u e la distancia do 10 m i l l a s , que próximamente m e separaba de ella, no podia estrecharla antes de la puesta del sol, creí conveniente desistir del empeño y volver en auxilio de la Independencia. «Pude entonces apreciar que la pérdida de la fragata era
12 total, y m a n d é mis embarcaciones menores por la gente que habia á su bordo, dando la orden de incendiar el b u q u e . »Los detalles relativos á la pérdida de la fragata, los s a brá V. E. por su Comandante, que con sus subordinados, m a r cha en el Chalaco á ponerse á las órdenes de V. E. «Regresé al puerto de I q u i q u e y r e m i t í á tierra á los prisioneros á las órdenes del general en jefe del ejército, á los h e r i dos para su curación y á los m u e r t o s para su sepultura. »Por considerarlo p r u d e n t e me volví á la m a r , con el fin de pasar la noche sobre la m á q u i n a reconociendo las cercanías del puerto, y avisté en la m a d r u g a d a al Chalaco que estaba en Pisagua. Me dirigí en demanda de é l , é impuesto de su c o m i sión le ordené venirse á cumplirla al puerto de I q u i q u e por creerlo así más conveniente. Actualmente m e ocupo en hacer carbón, tomándolo del Chalaco, de tierra y de u n a lancha enemiga que también h e apresado, con el fin de continuar dando cumplimiento á las instrucciones de V . E . - »A1 t e r m i n a r , cábeme la satisfacción de asegurar á V. E. que todos los individuos de la dotación del Huáscar que me están subordinados, h a n cumplido con su deber. Todo lo cual tengo el h o n o r de elevar al conocimiento de V. E . p a r a los fines á que haya lugar. Dios e t c . — M I G U E L G R A Ú . »
Este valeroso m a r i n o , habia desempeñado cumplidamente u n a operación naval de mérito con su división, compuesta de dos b u q u e s ; habia levantado á viva fuerza el bloqueo de I q u i que, que lo sostenía otra división c h i l e n a , compuesta también de dos b u q u e s , u n a cañonera y u n trasporte; con habilidad y valentía habia echado á pique la Esmeralda, si bien tuvo el pesar de que la Independencia, persiguiendo con tenaz empeño á la Covadonga, varase y se perdiese completamente; sin e m bargo, por G r a ú quedó el m a r de batalla, ufano y satisfecho de haber cumplido con su deber. Prosiguió este distinguido m a r i n o en operaciones contra los enemigos de su p a t r i a , y a batiendo sus b u q u e s y baluartes de tierra en Antofagasta, y a represando las presas q u e aquellos
13 se llevaban, y a batiendo y apresando el vapor trasporte Rimac que conducía u n escuadrón de carabineros fuerte de 258 plazas, 215 caballos, u n a g r a n cantidad de carbón, pertrechos y efectos de g u e r r a y boca. Este b u q u e era trasporte de la M a r i n a chilena y el cuerpo de caballería que conducía, uno de los m á s distinguidos del ejército. Graú dirigió después con sumo acierto la expedición á las costas de Chile, sobre cuyas operaciones dio el parte-, que dice así: «Comandancia de la 1. división.—A bordo del Huáscar.— Arica 10 de Agosto de 1879.—Señor Contra-almirante, Comandante general de las baterías y fuerzas existentes en esta plaza. »E1 1.° del presente á la l y 40™ de la m a ñ a n a zarpé en este puerto al m a n d o de la división del monitor Huáscar y del trasporte Rimac j en virtud de las instrucciones que por el c o n ducto del señor Secretario general se sirvió manifestarme S. E. el supremo Director de la Guerra. »En cumplimiento de ellas hice derrota al S., de m a n e r a á pasar.libre de la vista de los enemigos estacionados en las i n mediaciones del puerto de I q u i q u e . Poco después de n u e s t r a salida empezó á experimentarse m a r gruesa del S., que fué a u m e n t a n d o hasta obligarnos á disminuir el a n d a r á causa de las fuertes cabezadas que originaba en los b u q u e s . A. las 4 de la m a d r u g a d a del 3 hizo e l t r a s p o r t e señal de alarma p e r m a neciendo parado, lo que me obligó á regresar en su d e m a n d a p a r a investigar acerca de ella. Supe entonces que por efecto de las fuertes cabezadas se le había roto u n a de las escéntricas de la m á q u i n a , y m a n d é á los maquinistas de este b u q u e p a r a que en j u n t a con los del Rimac, examinaran el estado de la avería y la m a n e r a de repararla. A j u i c i o de éstos podía h a cerse u n a reparación provisional, por la cual pudiera el b u q u e moverse a u n q u e despacio y sólo hacia adelante, y c o m p r e n diendo que en tal estado no era posible c o n t i n u a r con el trasporte al S. sin exponerlo, decidí que se emprendiera i n m e d i a tamente la obra y se dirigiese el b u q u e hacia el Callao, t r a s ladando al Huáscar d u r a n t e este tiempo el carbón que fuese a
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14 posible. Y todo se verificó, a u n q u e con las dificultades que presentaba la m a r para esta ú l t i m a operación. Después de concluida continué con el Huáscar al S., dejando al Rimac en movimiento con dirección á su nuevo destino. »E1 4 á las 9 de la m a ñ a n a encontró, detuve y reconocí al vapor alemán Ibis, de la compañía Kosmos, que había salido el 2 do Valparaíso y se dirigía á este puerto. P o r pasajeros de este b u q u e tuve noticias, a u n q u e vagas, de que el blindado Cockrane se encontraba en Coquimbo, por lo cual a l a s 10 y X del m i s m o dia me detuve en la boca del puerto de Caldera y m a n d é u n a embarcación al mando de u n oficial, teniente s e g u n d o D. F e r m í n Diaz Canseco, y con u n práctico, para q u e con las precauciones del caso, investigase si realmente se e n contraba en el fondeadero el mencionado b u q u e . h
«Como resultado supe que el trasporte La Mar era el único b u q u e enemigo que había en el puerto, y con objeto de d i r i girme á Coquimbo en alcance del blindado, antes que fuese conocida la presentación del b u q u e en estas aguas, continué inmediatamente m i derrota sin preocuparme del trasporte, después de haber tomado á bordo u n a embarcación con dos tripulantes pescadores que fué apresada por la n u e s t r a y que confirmó las noticias dadas por el oficial. »La m a r y e l v i e n t o que hasta entonces se habían manifestado fuertes, comenzaron á arreciar de u n a m a n e r a notable para esta latitud. El b u q u e luchaba fuertemente sin avanzar casi hacia el S., pronto arrancó aquella dos de las falúas de proa y averió la lancha de vapor; sobre todo, producía movimientos tan violentos en el b u q u e , que causaban u n trabajo excesivo. Esto por u n a parte y el consumo de carbón, de cuyo combustible no tenía m á s que la cantidad necesaria p a r a el regreso, observando que el tiempo no presentaba indicio de calmar, m e decidieron á dejar de continuar, y á las 6 del 5 hice r u m b o al N . con el objeto de dirigirme á Caldera en busca del La Mar. h
J>A las 8 del 6 llegué á la embocadura del puerto y permanecí aguantado en ella mientras el teniente segundo, D. Gervasio Santillana á quien m a n d é en u n a embarcación, reconoció h
15 la situación del fondeadero. A su regreso me informó este oficial de que en él había u n vapor y varios b u q u e s de vela, pero en razón á la oscuridad de la noche no podía "tener seguridad de que aquel fuese el La Mar. Me dirigí entonces al fondeadero hasta llegar m u y cerca del expresado vapor, y m a n d é á su bordo al capitán de fragata graduado, D. Manuel Meliton C a r vajal, para que hiciese el reconocimiento de estilo. Al pasar frente á u n a de las baterías de tierra, hizo es'a u n disparo sin bala. El vapor reconocido resultó ser el Valdivia de la compañía inglesa, que había fondeado en la m a ñ a n a y esperaba al del Estrecho para trasbordar su carga. A la vez este jefe tomó informes de los pasajeros, y supo que el La Mar había sido enmendado m u y á tierra y pegado al muelle en poco fondo. Busqué entonces u n pasaje, ya por entre los b u q u e s , ya aproximándome á la playa, á fin de llegar hasta él y atacarlo, pero a u n q u e había salido ya la l u n a y había suficiente claridad, no me fué posible avistarlo siquiera, por lo m u y próximo que se encontraba de la playa y porque se proyectaba sobre tierra. A las l l ' y 5 , convencido de no poder obrar sobre el La Mar salí del puerto con r u m b o hacia el N . »E1 7 á las 2 entré en el puerto de Yaltal y notifiqué á la autoridad de él, m i intención de destruir las l a n c h a s , h a c i é n dola responsable de cualesquiera hostilidad que se ejerciese contra la tripulación de este b u q u e , comisionando para el efecto, al teniente segundo D. E n r i q u e P¿ilacios; m a s como el regreso de éste se d e m o r a s e , procedí de hecho á conducirlas al costado de este b u q u e para emprender su destrucción. «Probablemente la demora del oficial parlamentario, o r i g i nada por la apartada distancia y el l u g a r en que encontró á la autoridad, obedecía á u n fin c o m b i n a d o , pues hora y media después, se presentaron en la parte N . de la e n t r a d a del puerto casi inesperadamente dos b u q u e s dé vapor. «Esta sorpresa me obligó á suspender la operación en que m e hallaba ocupado y á salir del puerto á'toda fuerza de m á quina, á fin de reconocerlos y volver después si era posible á continuarla. 1
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16 «Pronto reconocí que eran b u q u e s enemigos y uno de ellos el Blanco Encalada, por lo que r e h u y e n d o e l ' e n c u e n t r o hice r u m b o al SO. y continué seguido por ellos, h a s t a que entrada la oscuridad de la noche y habiéndoles por esta causa perdido de vista, me dirigí al S. y después al E. con el á n i m o de b u r larlos y continuar m i derrota hacia el N . Sin embargo á las dos de la m a d r u g a d a del siguiente dia, avisté por la cuadra de babor dos b u q u e s y á pesar de la oscuridad de la noche pude conocer al compañero del b l i n d a d o ; cambiaron luces dé destellos y habiendo enmendado m i r u m b o u n poco á tierra, desaparecieron completamente. Así continué m i viaje a l N . , tocando é inspeccionando los puertos de Cobija y Yacopilla, fondeando en el de Tquique sin otra novedad ayer á las 2 de la tarde. h
«Durante esta expedición h e navegado siempre que me h a sido posible m u y próximo á la costa, á fin de reconocerla y hostilizarla, así como á los b u q u e s enemigos que trafican por ella. »En el puerto de I q u i q u e recibí u n telegrama, orden del prim e r General Supremo Director de la G u e r r a p a r a convoyar al trasporte Oroya y en su cumplimiento lo he verificado y h e fondeado á la vez q u e él en este puerto á la l 3 de la tarde. Todo lo que tengo el h o n o r de participar á V. E . para su conocimiento y á fin de que por su órgano llegue al de la superioridad.—Dios etc.—Miguel Graú.» Este y los anteriores servicios no podían quedar sin la r e m u n e r a c i ó n debida, y así lo estimó el Congreso peruano en 27 de Agosto de 1879, elevando á Graú al alto empleo de Contraalmirante de la Marina de su p a t r i a . Poco disfrutó G r a ú de las mercedes que tan j u s t a m e n t e se le dispensaban: por el parte que á continuación insertamos, se verá su trágico fin sobré la cubierta del b u q u e q u e m o n t a ba y que habia sido el teatro de sus glorias. «San Bernardo y Octubre 16'dé 1879.—Señor C o n t r a - a l m i r a n t e , comandante general de las baterías y fuerzas de la plaza de Arica: h
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17 _. «El 30 del mes pasado ¿I las 4 y 50 de la m a d r u g a d a zarpamos de ese puerto con el monitor Huáscar, convoyando hasta el de I q u i q u e al trasporte Rimac, q u e conducía la división delm a n d o del señor general B u s t a m a n t e . U
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- «Encontrarnos d u r a n t e el trayecto al vapor de la carrera frente al puerto de Mejillones y fondeamos en I q u i q u e á las 4 de la tarde. I n m e d i a t a m e n t e se procedió al d e s e m b a r que de la división y terminado esto zarpamos á las 4 de la m a ñ a n a del 1.° del corriente, en compañía del Rimac y la Union que habia entrado en el puerto en la tarde del dia a n terior. U n a hora después de acompañar el Huáscar y la Union al Rimac en su viaje al N . , hicieron r u m b o al O. y después do separarse algunas millas de la costa se dirigieron al S. El 4 del presente á las 9 do la m a ñ a n a avistamos u n vapor que navegaba por el N . próximo á la costa; fuimos á su reconocimiento y.resultó ser el Chala de la Compañía inglesa. T e r m i nado el reconocimiento, hicimos r u m b o á Sarco y llegamos á éste á las 10 » 30'" de la m a ñ a n a . E n dicha caleta se encontraba fondeado el bergantín goleta Coquimbo con pabellón inglés; registrados sus papeles se vino en conocimiento de que a n t e riormente al estado actual de g u e r r a , este b u q u e enarbolaba la bandera chilena y habia obtenido del cónsul británico en Coquimbo, con fecha posterior á la declaratoria de g u e r r a , el certificado provisional de registro para enarbolar el pabellón inglés. P o r estos motivos y continuando el b u q u e en los m i s mos tráficos que habia tenido antes del cambio de pabellón, fué remitido al Callao, á cargo del teniente primero D. Arnaldo L a r r e a , con 2 aspirantes y 7 individuos de tripulacioná fin de q u e en ese puerto so le someta al juicio de presas respectivo. El capitán del b u q u e y 4 individuos de su tripulación, fueron trasbordados al Huáscar por vía de precaución. h
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«A las 3 30 , dejando el bergantín á la vela con r u m b o á s u destino, continuamos para el S. El 5, á la l 50 de la m a drugada, estábamos en el fondeadero del puerto de Coquimbo y permanecimos en él u n a h o r a , sin que n u e s t r a presencia, fuera descubierta. Se hallaba allí fondeada la fragata de g u e r r a h
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18 n o r t e a m e r i c a n a Panzacola y la corbeta de S. M. B . Thetis. Después de este reconocimiento salimos del puerto y nos dirigimos al S., haciendo rumbo á T o n g a y , donde encontramos y reconocimos al vapor Colopari, de la Compañía inglesa, que pocos momentos después se dirigió al S. A las 12 30™ a v i s tamos u n vapor que atravesaba por la boca del puerto indicado y salimos en su demanda. A la l 30 nos comunicamos con él y resultó ser el Tío, de la carrera, que se dirigía al N . »Despues de este reconocimiento, permanecimos aguantados frente á la p u n t a de Coquimbo, con el objeto de hacer a l g u n a s reparaciones en la m á q u i n a del Huáscar, y t e r m i n a d a esta operación á las 3 , navegamos a l g u n a s millas hacia el N O . p a r a separarnos de la costa, y en seguida hicimos r u m b o al N . A las 9 de la m a ñ a n a del 7 del corriente detuvimos otra vez n u e s t r a m a r c h a para hacer nuevas reparaciones en la m á q u i n a del Huáscar, y tomamos 300 sacos de carbón de la Union pues nos hallábamos y a escasos de combustible. Concluido el t r a s bordo continuamos nuestra derrota al N . A las 10 de la noche se avistó u n a luz por la p r o a ; nos aproximamos á ella y t e niéndola al costado media hora d e s p u é s , pudimos reconocer que era u n vapor de la carrera q u e se dirigía al S. A las 12 del 8 del que rige divisamos las luces del puerto de Antofagasta é hicimos r u m b o sobre ellas. A la 1 de la tarde a r ribamos al fondeadero y después de reconocerlo d u r a n t e u n a h o r a , salimos de la bahía á r e u n i m o s con la Union que habia quedado en la boca del puerto, lo que conseguimos á las 3 , y nos poniamos á r u m b o para el N . , cuando avistamos por la proa tres h u m o s : nos acercamos lentamente á ellos para reconocerlos y comprendiendo que eran buques enemigos é n t r e l o s cuales se cambiaban señales, hicimos r u m b o al SO. para s e p a r a r n o s de la costa y de la dirección de ellos. »Al amanecer del dia siguiente pudimos reconocer perfectam e n t e al blindado Blanco-Encalada, Covadonga y Matías Con* s i n o , del primero de los cuales nos separaba u n a distancia como de 6 millas. El Blanco y la Covadonga siguieron en caza, habiéndose dirigido el Matías Cousiño para Antofagasta. h
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19 Puestas l a s ' m á q u i n a s á toda fuerza, el Huáscar con u n a n d a r de 10 millas y % logró pronto poner proa sucesivamente al O. y después al N . , quedando con su derrota libre hacia este lado; pero siempre perseguido por los dos b u q u e s antes m e n cionados. Así continuamos cuando á los 7 y 15* de la m a ñ a n a avistamos por el NO. tres h u m o s , que pocos m i n u t o s después p u d i m o s reconocer en ellos el Cokrane b l i n d a d o , la O'Higgins y el Loa, que hacían r u m b o á cortar n u e s t r a proa. S e m a n d ó entonces forzar la m á q u i n a para evitarlo, ganando camino hacia el N . antes de ser cortados. La Union que venía por nuestra cuadra de babor, pasó á la de estribor y merced á s u a n d a r avanzó hacia el N . No sucedió así con el Huáscar á pesar de los esfuerzos que se hicieron con tal objeto. De suerte que á las 9 y 40° de la m a ñ a n a , siendo inevitable el e n c u e n tro añanzamos nuestro pabellón disparando los cañones de la torre sobre el Cokrane á 1 000 m . de distancia. El Blanco y la Covadonga venían á G millas por n u e s t r a popa, la O'Higgins y el Loa se dirigieron á cortar el paso á la Union. El Cokrane no contestó inmediatamente á nuestros d i s p a r o s , sino que e s trechó la distancia, merced á que traía mejor a n d a r , de m a nera, q u e sólo cuando estuvo á 200 m . por babor hizo sus primeros disparos. U n o de ellos, perforó el blindaje del casco de la sección de la torre á u n pié sobre la línea del a g u a y el proyectil estalló dentro de esta sección, sacando doce h o m bres de combate; otro de ellos cortó el g u a r d i n de babor de la r u e d a de combate y nos obligó á g o b e r n a r con aparejo. »Como diez m i n u t o s después de sufrir esta avería, sufrimos otra de m a y o r consideración: u n proyectil chocó en la torre del c o m a n d a n t e , la perforó, y estallando dentro hizo volar al Gontra-almirante D. Miguel Graú, que tenía el mando del b u que y división, y dejó m o r i b u n d o al teniente primero D. Diego Icora, que le servia de a y u d a n t e . «Tomó entonces el m a n d o del monitor el segundo c o m a n d a n te, capitán de corbeta D. Elias Aguirre, y bajo sus órdenes, se continuó el combate cada vez más tenaz y sostenido. Las dificultades del gobierno no permitían al" Huáscar m a n t e n e r u n a h
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20 dirección constante; de m a n e r a que sólo aprovechaba parte del a n d a r que le producia la m á q u i n a . Esto fué causa de que el Blanco y la Covadonga, llegasen á estrechar la distancia hasta ponerse á 200 m. por la aleta de estribor. E n esta situación no contando y a el Huáscar con la ventaja de su a n d a r y encerrado entre los blindados, á la par que dirigió sus fuegos sobre el Blanco, viró para embestirlo con el espolón, ataque que fué prontamente evadido y que dejaba al b u q u e á merced de las b u e n a s punterías de los blindados y a u n de la Covadonga. ' «En estas circunstancias, e l q u e s u s c r i b e , que se encontraba al costado del cañón derecho de la torre, fué herido por los destellos de u n a bomba que penetró en la torre y estalló dentro de ella, é imposibilitado para c o n t i n u a r apreciando por sí mismo las circunstancias del combate, fué conducido á la sección de la m á q u i n a donde se le prodigaron las atenciones q u e su estado requería. «Recayó el mando según ordenanza en el teniente primero D. Pedro Gadezon á consecuencia de la m u e r t e del segundo comandante A g u i r r e , y del estado en que se hallaba el que suscribe, y bajo esta dirección llegó á su fin este reñido y desi g u a l combate. »E1 Huáscar cayó en poder del enemigo cuando no le fué posible ya continuar s u resistencia; inutilizados sus cañones, roto su timón y diezmada su tripulación. Pero como último recurso se abrieron completamente las válvulas para s u m e r g i r el b u q u e , y se h u b i e r a conseguido este resultado, si al llegar ál costado del Huáscar las embarcaciones del enemigo, h u b i e ra sido posible resistirlas de algún modo. No siendo esto así, sus tripulantes tomaron posesión del b u q u e , detuvieron su sumersión cuando y a tenía 4 pies de a g u a sobre'la quilla, extinguieron algunos incendios que a ú n se' conservaban á proa y popa del b u q u e , y finalmente lo condujeron á Mejillones, n o sin a l g u n a s dificultades, favorecidos por la tranquilidad en que sé encontraba la m a r . Todos los.tripulantes, q u e heridos en sum a y o r parte sobrevivían, fueron tomados prisioneros y :
21 trasbordados á los blindados, donde se les- prodigó la m á s exquisita consideración y asistencia. «Antes de t e r m i n a r , séame permitido expresar á V. S. el profundo sentimiento q u e ha causado á los oficiales y t r i pulación del monitor Huáscar, la irreparable m u e r t e del valiente Contra-almirante G r a ú y de sus dignos subordinados el capitán de corbeta D. Elias A g u i r r e , y los tenientes primeros D . Diego Teoré y D. Meliton Rodríguez, á quienes h a n tenido ocasión de ver desaparecer cumpliendo hasta el último m o mento«con su deber, y recomendar asimismo á la consideración de V. S., el valor, entusiasmo y serenidad q u e d u r a n t e este desigual combate-ha distinguido á los oficiales y demás tripulantes del Huáscar. Adjunta encontrará V. S. la lista de presentes á bordo d u r a n t e el combate, i g u a l m e n t e q u e la de los m u e r t o s y h e r i d o s . «En el puerto de Mejillones q u e d a b a n el teniente segundo D . E n r i q u e Palacios, el cirujano m a y o r D. Santiago Y a r a r á y varios de la tripulación, que por el estado de las heridas, n o h a sido posible trasladarlos á este l u g a r . Los demás heridos se e n c u e n t r a n en Valparaiso, en Santiago y en esta población, conforme al estado de sus heridas. «Todo lo que tengo el honor de poner en conocimiento de V. S., á fin de que por su digno órgano llegue al del excelentísimo Sr. Director S u p r e m o de la Guerra.—Dios, etc.—; Manuel Meliton Carvajal. Hemos leido también el parte de esta acción naval, dado por las autoridades chilenas; tanto ellas, como la prensa del p r o pio país, elogian la b r a v u r a del Contra-almirante p e r u a n o don Miguel Graú,. c u y a temprana m u e r t e l a m e n t a n de consuno amigos y adversarios, y en corroboración de esto trascribiremos fragmentos que dicen así: «Parte oficial del A l m i r a n t e Riveras sobre el combate, 8 de Octubre 1879.—La tripulación del blindado p e r u a n o con su A l m i r a n t e Graú, resistió tenaz y heroicamente.» U n periódico chileno se expresó de esta manera: «En medio de la intensa alegría q u e en este dia, que se h a hecho m e m o -
22 rabio en u n a h o r a , h a dominado el corazón de. todos los chilenos, u n a nota melancólica yino á apagar en la segunda faz de las nuevas, m u c h a s vibraciones generosas. El Comandante del Huáscar y Contra-almirante del P e r ú D. Miguel Graú, habia perecido j u n t o con sus bravos compañeros en el m a r de batalla. La tristeza visible con que esta noticia era trasmitida de boca en boca, desde que a l a s tres de la tarde comenzaron á circular los primeros partes oficiales del combate de Mejillones, es como u n a corona anticipada que los chilenos e n r í a n al noble enemigo que h a caido en el puesto del deber.. H u b i é r a m o s querido acertadamente tener al Huáscar, y no h a sido otra la ambición patriótica de nuestras almas, d u r a n t e seis meses. Pero habiamos querido tenerlo con su b i zarro jefe. Así como ha sido nuestra la victoria, parécenos i n completa ó más bien mutilada* Y el ufano monitor vencido entrando en las aguas de Mejillones sin el alma y sin el brazo que lo condujera al asalto, remolcado precisamente por el b u que á cuya tripulación diera plazo m a g n á n i m o para salvarse hace tres meses, parécenos u n a sepultura encarnada dentro de glorioso trofeo. Tenemos desde tiempo a n t i g u o , íntima y m u t u a cuenta de afecto y de respeto con el Comandante que fué de la nave p e r u a n a , cautiva h o y de n u e s t r a insignia y es éste tal vez el momento presuroso, pero bien elegido de pagarle la parte de esa deuda que á nosotros cabía. Duélenos, sin embargo, p r o fundamente el alma, de que sea su féretro y no su medio de feliz y reconciliado encuentro, donde h a y a m o s de contar s u breve, pero honrosa vida.» Así pues, el Contra-almirante p e r u a n o D. Miguel Graú, que m u r i ó gloriosamente en el combate de Mejillones el 8 de Octubre de 1879, era u n insigne m a r i n o , cuyo rostro retrataba al vivo la inalterable apacibilidad de su espíritu. F u é siempre en extremo irreprensible en sus costumbres y absolutamente desprendido de todo interés mezquino. Se hacia q u e r e r y respetar de sus subordinados. Su maestría en la profesión, su acti-
23 viciad en todo género do empresas, su impetuoso denuedo en el avance, s u tesón inflexible en el empeño, y sobre todo su inalterable serenidad, hacen de G r a ú , el tipo de u n bravo m a r i n o , digno de tener imitadores. Además sus principios religiosos le h o n r a b a n . Habia aprendido á adorar á Dios en la i n m e n s i d a d del Océano, y en las majestuosas tempestades do los mares habia divisado como los destellos luminosos de la Divina providencia. P o r eso antes de salir á campaña, fué h u m i l d e á inclinarse ante u n m i nistro del altar, y así llevó al combate su alma p u r a y s u conciencia t r a n q u i l a . En r e s u m e n , la República del P e r ú , perdió en el Contraa l m i r a n t e Graú, u n m a r i n o entendido, u n militar valeroso y u n a persona aprcciable por sus virtudes y circunstancias. FRANCISCO DE P .
PAVÍA.
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