Michel Vâlsan-La Investidura Del Sheikh Al-Akbar

February 5, 2017 | Author: Rocinante777 | Category: N/A
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La investidura de M. Ibn Arabî en el Centro Espiritual Supremo...

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La Investidura del Sheikh al-Akbar en el Centro Supremo* MICHEL VÂLSAN

En nuestro estudio en curso sobre Les derniers hauts grades de l’Écossisme et la réalisation descendante1, examinando el simbolismo del grado 33º, nos hemos visto conducidos a buscar una explicación de la forma ceremonial que presenta la iniciación de los grados ulteriores al 30º, puesto que esta forma exterior aparecía en discordancia con el carácter “interior” que, por otra parte, hemos atestiguado para la “iniciación” en la fase descendente de la realización. Esta fase iniciática, hemos mostrado, supone de antemano el alcance efectivo de la Identidad Suprema, y, por otra parte, en el caso del walî, necesita un acto determinado de teofanía (tajallî ilâhi), lo que sitúa el acontecimiento de esta iniciación en un nivel propiamente divino. Desde este punto de vista un rito de forma exterior como el que presenta la iniciación masónica que sin embargo habla de una “contemplación de la Verdad cara a cara”, no puede explicarse más que por una referencia al simbolismo del Centro Espiritual donde el iniciado admitido se encuentra ante la teofanía constante que constituye el Polo de la Tradición. A este propósito hemos invocado los datos islámicos concer*

N. del T: Publicado en Etudes Traditionnelles, octubre-noviembre, 1953.

1 Ver Etudes Traditionnelles desde mayo-junio 1953. Ídem el artículo precedente: Un texte

du Cheikh al-Akbar sur la “réalisation descendante”, abril-mayo 1953.

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nientes a las jerarquías esotéricas, y hemos precisado que aquello de lo que se trata en un caso semejante se sitúa en un dominio de realidades cuyo acceso, no obstante, no es posible más que por la intuición del Corazón cognoscente. Este punto es muy importante para nuestra tesis, y, por otra parte, nos preocuparía que algunos lectores experimentasen alguna dificultad en situar exactamente las nociones que hemos utilizado, sobre todo aquellas relativas a los “centros espirituales” y a las “asambleas” sutiles correspondientes. Es por lo que, al margen del estudio previamente citado y en su apoyo, daremos aquí una prueba “documental” suplementaria, que, por razones de proporciones literarias, no podemos introducir en el cuerpo de nuestra exposición. Esta prueba se ha obtenido también de los datos del esoterismo islámico, y precisamente en la obra del Sheikh al-Akbar, lo que permite permanecer en un conjunto unitario de referencias y de nociones. Se trata del Prefacio de las “Revelaciones de La Meca” (Futûhât), en la cual el Sheikh al-Akbar expone bajo la forma relativamente encantatoria que caracteriza a los textos preliminares de los escritos islámicos, su acceso al Centro Supremo de la Tradición Primordial y Universal, que designa aquí varias veces por el término de Al-Malâ’u-l-A’lâ, el “Pleroma Supremo”, o la “Asamblea Sublime”. Esta asamblea situada en una región sutil cuyas designaciones recordarán lo que las tradiciones de Asia Central dicen del Agarttha, el Reino oculto del Rey del Mundo, está presidida por el Ser Muhammadiano primordial cuya naturaleza y atributos, considerando particularidades de formulación islámicas, corresponden bastante claramente a los que René Guénon ha indicado para la personificación del Manu Primordial, y que la doctrina cristiana, por no recordar otra diferente, presenta bajo la figura del misterioso MelkiTsedeq “que es sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tiene ni comienzo ni fin de su vida, pero que así es hecho semejante al Hijo de Dios”, y que “permanece sacerdote a perpetuidad” (Epístola a los Hebreos, VII, 1-3)2. Lo que para nuestro propósito tiene un interés especial, es que esta “visita” del Sheikh al-Akbar está expresamente en relación con la investidura de este maestro como “Heredero del Maqâm Muhammadiano”. Incluso se trata más precisamente de la función de este maestro, en sus relaciones con el Centro de la Tradición Universal, no solamente con el centro particular del Islam histórico. 2

René Guénon: El Rey del Mundo.

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Este acontecimiento de la vida personal del Sheikh al-Akbar se sitúa, según indicaciones que él mismo proporciona en otros lugares diferentes, en la época de su viaje a la Meca, donde residió desde finales de 598/1198 hasta 600/1201, o inmediatamente después de esta última fecha. Ahora bien, por estas fechas, el Sheikh al-Akbar, no sólo había alcanzado el grado de la Identidad Suprema, sino que también estaba investido, desde Fez 594/1195, de la función excepcional de Sello de la Santidad Muhammadiana, y ello permite ver el carácter, en todo caso subsecuente, de esta “visita” y de la “ceremonia” de investidura que entonces tuvo lugar, en relación a lo que hemos considerado como la “iniciación” a la realización descendente. Esta investidura aparece entonces como un reconocimiento, a un grado superior de la jerarquía esotérica del Mundo, de la realidad y de la función del Sello Muhammadiano, lo que verosímilmente debe constituir también una “exaltación” de esta función y de la realidad misma del Sheikh al-Akbar. No obstante, la descripción de las circunstancias y de los acontecimientos trascendentes de los que se trata nos permite constatar elementos simbólicos a los cuales se podría relacionar una parte del propio simbolismo masónico en los altos grados ulteriores al 30º. El espacio de esta revista no nos permite reproducir este documento en su integridad3. Solamente proporcionaremos algunos pasajes que tienen una relación más directa con nuestro tema. Dejaremos de lado, pues, el inicio de la Khutba (el Prefacio) que desarrolla la habitual Alabanza divina, y tomaremos prestadas nuestras citas de la parte relativa a la Plegaria sobre el Profeta. El Profeta del Islam es con toda naturalidad el soporte de todo lo que será dicho con respecto al Principio Profético Primordial cuyas sucesivas manifestaciones proféticas no son más que figuras y sustitutos.

Extractos del Prefacio de las “Futûhat” Que la Plegaria -obra de gracia- sea sobre aquel que es el Secreto del Mundo y su Punto fundamental4, el destino del Estudioso y su necesidad, el 3

Se encontrará este documento completo en nuestro próximo volumen sobre las “Révélations Mecquoises” del Cheikh al-Akbar. [Aunque anunciado, este texto no ha sido publicado.] 4 Es el Profeta considerado en su realidad primordial de Espíritu Universal (al-Rûh al-

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Jefe verídico, el Viajero nocturno que fue llevado hacia su Señor5, y al cual se le ha hecho franquear los Siete Recorridos celestes, a fin de que Aquél que le ha hecho viajar “le muestre lo que Él ha puesto como “Signos” y Verdades en Sus criaturas más maravillosas (cf. Corán 17, 1-2), ese ser que yo he visto, cuando he compuesto este Prefacio, en el Mundo de las verdades sutiles, y en la dignidad de la Majestad, por una intuición del corazón, en una región misteriosa6. Ahora bien, cuando le he visto en un mundo tal como Soberano, inaccesible a las intervenciones y protegido contra las miradas7, residía asistido y confirmado (por la Potencia divina)8, mientras que todos los Enviados divinos se mantenían alineados ante él, y que su comunidad, aquella que es “la mejor comunidad”9, lo rodeaba, los Ángeles Regentes gravitaban alrededor del trono de Su Estación, y los Ángeles engendrados por los actos (de los servidores)10 estaban dispuestos ante él. El Confirmador (As-Siddîq) residía a su augusta derecha11, y el Discriminador (al-Fâruq) a su santísima izquierda12, el Sello Kullî) y de Logos existenciado (Kalima Mûjada) residiendo en el Centro del Mundo. 5 Alusión al Viaje nocturno del Profeta hasta la proximidad de Dios. 6 Es decir en el Centro del Mundo donde reside la manifestación inmutable del Logos, y donde el acceso no es posible más que por el conocimiento del corazón que corresponde microcósmicamente a este centro. 7 Estas cualificaciones corresponden bastante exactamente al sentido del término hindú Agarttha que designa igualmente la región inaccesible e inviolable donde reside el Rey del Mundo, expresión del Manu Primordial. 8 A partir de este lugar seguirá una descripción de toda la jerarquía del Centro Supremo de la Tradición Primordial, constituida en esta Asamblea Sublime o Pleroma Supremo (alMalâ’u-l-A’lâ) que el texto nombrará más tarde. 9 Noción que tiene relación con el versículo coránico 3.106: “Vosotros (los Musulmanes) sois la Mejor Comunidad que haya sido exteriorizada (Ukhrijat) por los hombres...”. La Comunidad de la Asamblea Sublime naturalmente no está “exteriorizada por los hombres”, puesto que ella reside en esa región central e invisible al mundo exterior, y es la comunidad islámica la que constituye su forma exterior. 10 Hay hadîths que dicen que Allâh transforma las obras piadosas de los servidores en Ángeles (que interceden por ellos). 11 As-Siddîq es el epíteto de Abu Bakr que fue uno de los dos Imâms del Profeta en tanto que Polo de la tradición islámica cuando estaba vivo. Este epíteto, en el orden de la Tradición Primordial, designa la entidad a la cual Abu Bakr correspondía en su función al lado del Profeta. Solamente hay que señalar que las relaciones de analogía entre la jerarquía del Centro Supremo y la de un centro particular comportan una cierta relación de inversión entre las fun-

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(al-Khatm) estaba acuclillado ante él13, contándole la historia de la Mujer14, mientras que Alî -¡que Allâh ore sobre él y le salude!- Interpretaba las palabras del Sello en su lengua15, y que el Poseedor de las Dos Luces (Dhû-n-Nûrayn), revestido del manto de su pudor se mantenía ante él según su manera16. ciones de la derecha y de la izquierda, como en una imagen reflejada, y es así que, según las indicaciones del propio Sheikh al-Akbar, Abu Bakr era el Imâm de la izquierda cuando el Polo islámico era el Profeta; por lo demás este Imâm es más elevado en grado que el Imâm de la derecha y es él quien sucede regularmente a la función de Polo cuando el detentor de este maqâm fallece. Añadiremos que esta inversión de las posiciones es para nosotros una prueba más de que la jerarquía aquí descrita es con seguridad la del Centro Supremo, y no la de un centro particular del Islam estricto sensu. 12 Al-Fârûq es el epíteto de Umar que fue Imâm de la derecha del Profeta, y a continuación Imâm de la izquierda de Abu Bakr cuando éste, tras la muerte del Profeta, devino él mismo el Polo. En la jerarquía del Centro Supremo, este epíteto designa igualmente la entidad a la cual corresponde por reflejo Umar en la primera jerarquía del centro esotérico del Islam. 13 Se trata de Sayyidunâ Aïssâ (Jesús) que es Sello de la Santidad Universal (Khatm alWilâyat al-’Amma) y al cual se le aplica este título por el hecho de que, durante su segunda venida al final del ciclo, tendrá una función de clausura universal del ciclo de la Santidad: cuando su aliento y el de sus compañeros sean retirados de nuestro mundo, ya no quedará nada “santo” sobre la tierra, es decir, ningún ser humano que pueda alcanzar el estado de Hombre Universal. La humanidad descenderá entonces hasta el grado de las bestias, y es sobre esta humanidad que se alzará la Hora. Tales son los datos textuales de la tradición islámica. 14 Se trata verosímilmente de los misterios de complementariedad y de compensación entre Eva y María, como entre Adán y Jesús, y también entre Jesús y Eva así como entre María y Adán. Es una cuestión muy compleja de la que habla en varias ocasiones el Sheikh al-Akbar y que no es posible exponer en una simple nota. Pero también parece que se trate de la cuestión del soporte cósmico de los descensos y nacimientos celestes, y de una forma más general, de las funciones de realización descendente; en otros pasajes de este Prefacio se vuelven a encontrar en efecto algunas incidencias de esta idea. 15 Alî es así el único de los Compañeros del Profeta cuyo nombre figura allí donde para los demás hay un epíteto. Su función corresponde aquí a la del Tarjumân (el Intérprete) de la Asamblea de los Santos (Dîwân al-Awliyâ’) de la tradición islámica donde se trata de transposiciones entre la lengua solar, Suryâniyya, y la lengua árabe. 16 Dhû-n-Nûrayn es el epíteto de Uthmân que tuvo sucesivamente dos hijas del Profeta como esposas (las Dos Luces) y que con los tres compañeros nombrados precedentemente forma el grupo de los cuatro Khulafâ’ Râshidûn, los Califas Ortodoxos de la tradición exotérica. Era reputado por su pudor que, según las palabras del Profeta, impresionaba incluso a los

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Entonces el Soberano Supremo, la Aguada sabrosa y dulcísima, la Luz más manifiesta y la más resplandeciente, se volvió, y, viéndome detrás del Sello donde yo me mantenía en razón de una comunidad de estatuto que existe entre yo y este Sello17, le dijo: “¡Éste es tu igual, tu hijo y tu amigo! ¡Instálale el Púlpito de los recién llegados, ante mí!” A continuación me señaló a mí: “Levántate, oh Muhammad18, asciende al púlpito, y haz las alabanzas de Aquél que me ha enviado y las mías, puesto que en ti hay una parcela de mí19 que no puede soportar más encontrarse lejos de mí y esta parcela, es la fuerza de tu realidad personal. No regreses pues a mí más que en tu totalidad, ya que esta parcela debe retornar absolutamente para el Reencuentro. Ella no forma parte del mundo de los desdichados, dado que, después de que yo fuese enviado, nada que fuese mío podría ser otra cosa que dichosa, alabada y objeto de agradecimiento en el Pleroma Supremo (¡Al-Malâ’u-l-A’lâ!)”20. Entonces el Sello instaló el Púlpito en esta solemne celebración. Sobre el frontispicio del Púlpito estaba inscrito en Luz Azul: “¡Ésta es la Más Pura Estación Muhammadiana! ¡Aquél que asciende a ella es el Heredero, y Dios lo envía para velar por el respeto a la Ley!”21. Ángeles. Ante el Profeta, se mantenía constantemente sentado sobre sus rodillas, y es a esto a lo que se refieren las palabras “se mantenía ante él según su manera”. 17 El propio Sheikh al-Akbar es Sello de la Santidad Muhammadiana (Khatm al-Wilâyat al-Muhammadiyya), es decir, el santo totalizador de todos los aspectos de la Santidad Muhammadiana considerada como la síntesis de todos los tipos proféticos particulares. Ahí hay también una cuestión que exigiría otra ocasión para poder ser expuesta de un modo más explícito. En cuanto a la relación más directa entre el Sheikh al-Akbar y Jesús, es remarcable que nuestro autor precisa en diversas ocasiones que es Jesús, en tanto que entidad profética de la forma islámica, quien fue su primer maestro espiritual, después de lo cual pasó a estar bajo la dirección de todos los demás Profetas, y es así como devino totalizador de todos los aspectos de la Santidad Muhammadiana. Sin embargo Jesús ha permanecido constantemente como su patrón, asistiéndole con “su mirada providencial”. 18 El Sheikh al-Akbar lleva el mismo nombre que el Profeta del Islam. 19 En diferentes ocasiones el Sheikh al-Akbar que no es descendiente del Profeta según la carne, dijo que lo es según el espíritu, y que posee como tal una parcela del espíritu del Profeta. 20 Término por el cual se designa con frecuencia la Asamblea del Centro Supremo. 21 Asistimos aquí a lo que se podría llamar la “investidura” solemne del Sheikh al-Akbar como Heredero del Maqâm Muhammadiano pero con respecto a la Tradición universal.

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En este momento, recibí los dones de las Sabidurías, y fue como si hubiera recibido las Summas de las Palabras22. Dí gracias a Allâh -¡que Él sea glorificado y magnificado!- y ascendí a lo más alto del Púlpito, y así llegué al lugar en el que el propio Enviado de Allâh -¡que Allâh ore sobre él y le salude!- se había detenido y establecido. Extendió sobre el escalón en el que así me encontraba la manga de una túnica blanca, y me situé encima, a fin de no tocar el lugar que habían tocado sus pies. Ello por respeto a su santidad y su nobleza, y también porque estoy advertido e instruido de que la Estación de la cual él ha tenido la contemplación de parte de su Señor, los Herederos no la contemplan más que desde detrás de su hábito... Cuando ocupé este Grado Glorioso ante aquel que en la Noche de su Ascensión celeste, estuvo de su Señor “a la distancia de Dos Arcos o Más Cerca” (Corán 53, 9)23, me alcé, levantando la cabeza todo confundido, pero a continuación, confirmado por el Espíritu Santo, comencé mi discurso con estos versos improvisados: ¡Oh Aquél que hace descender los Signos y las Anunciaciones Haz descender sobre mí las Ciencias de los Nombres divinos, A fin de que haga todo el elogio de Tu Ser, Por las alabanzas que Te son debidas en la buena o en la mala fortuna! A continuación, designándole -¡que Allâh ore sobre él y le salude!- continué: 22

Según el hadîth el Profeta había recibido las Summas de las Palabras (Jawâmi’ alKalim); el Sheikh al-Akbar también debía participar en ella en calidad de “heredero”. 23 Se observará que este “grado glorioso” (maqâm asnâ) que es, por herencia, el mismo que el del Profeta, es puesto en relación también con el Viaje Celeste del Profeta y con la Proximidad Última, que no es otra cosa que una forma de expresión de la propia Identidad Suprema.

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Este soberano es el Signo que Tú has escogido del Círculo de los Vicarios Cósmicos, Y que Tú has puesto como noble raíz “cuando Adán estaba entre el agua y el barro”24, Que Tú has transferido (Como germen en la serie de generaciones sucesivas) hasta el momento en el que “el Tiempo, por una revolución circular completa, volvió a su aspecto inicial”25. Tú lo has hecho entonces servidor humilde y sumiso, invocándoTe, todo un tiempo, en la Caverna Hirâ’, Hasta que un Anunciador vino de Tu parte, Gabriel, aquél que está especialmente encargado de la Profecía, Y le dice: “¡Que la Paz sea sobre ti! ¡Tú eres Muhammad, el Secreto de los Adoradores y el Sello de los Profetas!” Oh Soberano, ¿digo la verdad? Él me respondió: “Tú eres verídico. ¡Tú eres la sombra de mi Manto! Haz alabanzas, y pon todo tu celo en la alabanza de tu Señor, Pues tú has recibido el don de las verdades de las Cosas. Háblanos ahora en prosa de la obra de tu Señor, y dinos lo que se desvela a tu corazón preservado de las tinieblas,

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al hadîth en el que se pregunta al Profeta: “¿cuándo fuiste profeta?” Él respondió: “Cuando Adán aún estaba entre el agua y el barro (del cual él debía ser hecho)”. 25 Términos de un hadîth sobre la coincidencia entre el comienzo y el final del ciclo de nuestro mundo. El Sheikh al-Akbar enseña que durante el nacimiento del Profeta el aspecto cósmico del tiempo era análogo al del comienzo del ciclo con Adán (cf. Futûhât, cap. 10).

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En virtud de toda verdad inmediata de una verdad última, que te viene como esclava sin haberla comprado”26. Entonces procedí con mi discurso en la lengua de los Estudiosos, y designándole aún -¡que Allâh ore sobre él y le salude!- dije: “Yo alabo a Aquél que ha hecho descender sobre ti “el Libro Oculto que sólo tocan los Purificados (Corán 56,78) y que haciendo descender la revelación a través de la belleza de tu carácter y la santidad de tu naturaleza inmarcesible, ha dicho en la sura Nûn: “En el nombre de Allâh el TodoMisericordioso, el Muy-Misericordioso: Nûn: ¡Por el Cálamo y lo que ellos (las funciones calámicas celestes y terrestres) inscriben! ¡Tú no eres, por la gracia de tu Señor, un poseído! Tú tendrás una recompensa que no será mancillada por el reproche. ¡Eres en verdad de una Naturaleza Magnífica! Tú verás y ellos también verán” (Corán 68, 1-5). A continuación, Él mojó el Cálamo de la Voluntad en la Tinta de la Ciencia, y trazó con la Derecha del Poder, sobre la Tabla Guardada y Preservada, todo lo que ha sido, todo lo que es, todo lo que será, y todo lo que no será entre las cosas que, si Él hubiera querido -y Él no ha querido- que fueran, habrían sido como deben de ser, en razón de Su Decisión Predestinada determinada y pesada, y según Su Ciencia Generosa y atesorada27. ¡Gloria pues a Tu Señor, el Señor de la Omnipotencia por encima de las cualidades que se 26 Es decir, toda verdad recibida por puro don divino, no adquirida como contrapartida de un esfuerzo o de una determinada concepción previa. Lo que ahora va a ser dicho por el Sheikh al-Akbar debe, en consecuencia, ser considerado como la expresión de una pura inspiración divina. 27 Se trata del simbolismo del “Registro y de la Escritura” (at-Tadwîn wa-t-Tastîr) del que se sirve con frecuencia el Sheikh al-Akbar para sus exposiciones cosmogónicas. Las bases de este simbolismo están en el Corán y los hadîths. El Cálamo (Qalam) es el Intelecto Primero y la Ciencia de la Exégesis (‘ilm at-Tafsîl) en correlación por una parte con el Tintero (Nûn) que es la Ciencia de la Síntesis (‘Ilm al-Ijmâl), y por otra parte con la Tabla Guardada (al-Lawh alMahfûz) que es el Alma Universal y el Receptáculo de la Escritura (mahall at-Tadwin wa-tTastir).

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le asignan! ¡Tal es Allâh él Único, el Uno, que trasciende lo que le asocian los asociadores! El Primer Nombre que escribió este Cálamo Sublime antes que todo otro nombre fue: “En verdad, Yo quiero crear, a causa de ti, oh Muhammad, el Mundo que será tu Reino”28. Yo creé pues la substancia del Agua. Yo la he creado fuera del Velo de la Gloria inviolable, mientras que Yo, Yo permanezco “Tal como Yo he sido, no siendo antes que Yo ninguna cosa”29, en una Nube30. Él creó el Agua, fría, helada, redonda y blanca como una Perla. Él puso en ella en potencia las realidades corporales y accidentales. A continuación Él creó el Trono y se instaló en él según Su Nombre Ar-Rahmân (el TodoMisericordioso). Él situó el Escabel y apoyó en él Sus Pies31. Entonces Él miró esta Perla con el Ojo del Poder, y la Perla se fundió de pudor. Ella se extendió y fluyó como Agua. “Y su Trono estaba sobre esta Agua” (cf. Corán 11, 9) antes de la existencia del Cielo y de la Tierra. No había entonces en la existencia más que las Verdades del Trono, del Ocupante del Trono y del Fundamento sobre el Trono. A continuación, Él proyectó el Aliento (an-Nafas)32 y el Agua fue agitada por sus ráfagas y espumó. Y como sus ondas batían y rebatían los bordes del Trono, ¡el agua cantó la alabanza -de la alabanza- del Alabado Verdadero! El Pie del Trono vibró y dijo al Agua: ¡Yo soy Ahmad! ¡Soy yo quién soy “más alabado”!33

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Referencia a un hadîth qudsî esotérico: “No era yo, Yo no habría creado las Esferas” (law laka mâ khalaqtu-l-Aflâk). 29 Términos de un hadîth. 30 La mención de la Nube (al-’Amâ’) viene del hadîth donde el Profeta, respondiendo a la cuestión: “¿Dónde estaba nuestro Señor antes de que Él creara las criaturas?” dijo: “En una Nube por encima y por debajo de la cual no había atmósfera”. 31 Los datos de este simbolismo se encuentran en el Corán y los hadîths. 32 La noción de Aliento rahmâniano deriva igualmente de un hadîth. 33 Ahmad es uno de los nombres del Profeta y significa “más alabado”. Ahmad es también el verbo “yo alabo”. Así pues podría traducirse también “soy yo quien alaba”.

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Entonces el Agua se arremolinó en la confusión y, siendo llevada por el reflujo hacia lo ancho, abandonó sobre los bordes del Trono la espuma que las olas habían arrojado. Este producto del batido del Agua encierra la mayoría de las cosas. Allâh -¡que Él sea glorificado!- hizo de esta espuma la Tierra en forma circular, ampliamente extendida a lo largo y a lo ancho. A continuación hizo el Vapor, del Fuego que brotaba del rozamiento de la Tierra cuando ésta se hendía. En este Vapor, Él hizo eclosionar los Cielos elevados, y aún hizo de él los receptáculos de las Luces y las residencias del Pleroma Supremo. Él puso allí sus Estrellas, realzadas por las Luminarias en correspondencia simétrica con las corolas de las plantas con las que Él decoró la Tierra. Entonces Allâh se consagró a Adán y a sus dos parientes (los elementos corporales: el agua y la tierra). Él se aplicó en ella con Su Esencia cuya inmensidad no deja lugar a ninguna semejanza, y con Sus Dos Manos (de las que una confiere la semejanza y la otra se la retira)34. Él erigió una “naturaleza” que Él modeló mediante dos operaciones: una concerniente a su consumación final, la otra a su disposición a la perpetuidad35. A esta entidad, dio como sede el punto central de la Esfera de la Existencia y la ocultó en ella. Él advirtió a este respecto a Sus servidores por Su palabra enunciando la existencia de un soporte invisible de los Cielos (Corán 13, 2: “Allâh eleva los Cielos sin soportes que podáis ver...”; cf. Corán 31, 9)...36 A continuación Allâh extrajo del primer padre (Adán) las luces de los Aqtâb (los Polos) como soles que navegan en las Esferas de las Estaciones espirituales (al-maqâmât)37, y también extrajo de él las luces de los Nujabâ’ 34

Cf. Futûhât, cap. 73. Adán es la única criatura que fue hecha “con las Dos Manos Divinas”, lo cual es un título de “nobleza” (Sharaf) para el hombre. El Sheikh al-Akbar interpreta las Dos Manos Divinas como símbolos del tanzîh y del tashbîh, es decir de la Incomparabilidad y de la Similitud divinas. 35 En relación con estas dos finalidades, es necesario precisar que el principio del Prefacio trata de los dos caracteres de “adventicidad” y de “eternidad” del “servidor”. 36 Según la acepción exotérica de este versículo, los Cielos no reposan sobre ningún soporte, sino sobre el poder y el decreto divinos. 37 Son los Polos de los Cielos planetarios, que serán designados distintivamente al final del texto. Entre estos Polos, el propio Adán reside en el Cielo de la Luna, pero en esta función solamente representa un aspecto particular del Adán total del cual fueron extraídos los demás

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(los Nobles) como estrellas que circulan en las Esferas de los poderes prodigiosos (al-karamât)38. Él ha establecido los cuatro Awtâd (los Pilares) en las cuatro Esquinas (o Puntos cardinales de la Tierra), para la custodia de las dos especies dotadas de pesantez (los Djinns y los Hombres)39. Éstos calmaron la agitación de la Tierra y su movimiento. Ésta se fijó y se embelleció con el ornamento de sus flores y los mantos de sus praderas, y ella mostró su “bendición”. Las miradas de las criaturas fueron regocijadas por su aspecto resplandeciente, sus olfatos fueron embalsamados por sus exhalaciones perfumadas, y sus paladares halagados por sus deliciosos alimentos. Después, por un mandato de Sabio y de Estudioso, Él envió los siete Abdâl (los Sustitutos) como Reyes en los siete Climas: cada Badal en un Clima40. Él constituyó también por el Qtub (el Polo) los Dos Imâms (uno a su derecha, otro a su izquierda) y los constituyó jefes de las dos bridas (del Mundo)41. Polos. Se puede señalar que en tanto se trate del origen de los Polos planetarios que son Profetas, éstos pueden ser considerados como siendo derivados del Profeta Muhammad concebido en su realidad de Espíritu Universal. Por lo demás estos dos orígenes serán enunciados más tarde por un pasaje que atribuirá a Muhammad la paternidad espiritual de los hombres y a Adán la paternidad corporal. 38 En la jerarquía esotérica del Islam, los Nujabâ’ son una categoría iniciática de número fijo. En las Futûhât, cap. 73, su número es de 8; tienen la ciencia intuitiva de las revoluciones de los astros en los 7 cielos planetarios más la ciencia del cielo de las fijas. Su maqâm está en el Escabel divino (al-Kursî). Pero en las Istilâhât del Sheikh al-Akbar el número de los Nujabâ’ es de 40. En varias ocasiones se encuentran cambios en el número de los iniciados de las diversas categorías, y parece que en realidad se trate de una cierta fluctuación en las denominaciones de los diferentes grupos. En el presente caso, se trata de su prototipo en la jerarquía de las funciones de la Tradición Primordial. 39 Hasta aquí la jerarquía iniciática se refería al orden celeste. Con los 4 Awtâd, estamos en el orden terrestre. 40 Los 7 Abdâl son proyecciones terrestres de los 7 Aqtâb celestes, al igual que los 7 Climas son los reflejos de los 7 Cielos en el orden terrestre. 41 Sin poder entrar aquí en detalles, debemos hacer remarcar que el Qtub y sus dos Imâms que, al igual que las jerarquías precedentemente mencionadas, deben estar comprendidos aquí en el orden de la Tradición Primordial y Universal, pueden ser considerados como formando parte tanto de los 4 Awtâd como de los 7 Abdâl. Podría decirse que las mismas entidades, que por lo demás son de una naturaleza supra-individual, se refractan en configuraciones diferen-

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Cuando Él hubo hecho así el Mundo según la perfección más firme, de manera que “ya no quedó la posibilidad de que hubiera otro más maravilloso”, como ha dicho el Imâm Abû Hâmid (al-Ghazâli), Él hizo aparecer a las miradas tu cuerpo, ¡que Allâh ore sobre ti!42 El dato más cierto43 que se haya escuchado en la Anunciación (anNaba’)44, y que trajo la Abubilla de la Comprensión desde el Reino de Saba45, es la de la existencia de una Esfera Continente (al-Falak al-Muhît), presente tanto en el mundo de los elementos simples como en el mundo compuesto, y llamada la Materia (al-Habâ’)46, con la que el mayor parecido lo ofrecen el Aire y el Agua, aunque estos dos elementos formen parte de las formas que fueron eclosionadas en la Materia47. Siendo esta esfera la raíz de la Existencia cósmica, y como el Nombre divino an-Nûr (la Luz) se reveló en ella, por acto de generosidad divina, tuvo lugar la Manifestación. Tú has recibido entonces, de esta esfera, tu Forma -¡que Allâh ore sobre ti!- desde la primera efusión de tes según los dominios, y que pueden ser contadas así varias veces pero bajo relaciones diferentes. Esta situación está expresamente indicada, en varias ocasiones por el Sheikh al-Akbar, en el orden particular de la tradición islámica, y naturalmente lo mismo puede tener lugar en el orden de la Tradición Primordial. 42 Así el Profeta histórico Muhammad es la manifestación corporal por excelencia de esta entidad primordial del Polo Universal. Esta manifestación viene por la clausura del Ciclo Profético y al mismo tiempo como culminación extrema de la obra divina perfecta. 43 Debemos señalar que el pasaje que sigue no continúa el proceso cosmogónico precedente, sino que constituye una reanudación, bajo otra perspectiva de conjunto, de la manifestación del Hombre Universal. 44 Este término designa aquí no sólo la enseñanza profética del Islam, sino la Doctrina Primordial y Unánime de todas las formas tradicionales. 45 Imagen tomada prestada a la historia de Salomón y de Bilqîs, para designar una región extrema. Es posible incluso ver allí una alusión al Centro del Mundo. 46 El término de Habâ’ = “Polvo fino”, equivalente árabe del Hylé griego, ha sido empleado como epíteto de la Materia Primordial por Sayyidunâ Alî, y más tarde por Abdallâh Sahl atTustarî. 47 Se recordará a este respecto que varias doctrinas cosmológicas de la antigüedad clásica indicaban el Aire o el Agua como primera substancia del Mundo. Estos dos elementos (al igual que el Polvo que se refiere en sentido inmediato al elemento Tierra) eran designaciones simbólicas de la Materia Primordial desprovista de cualidades formales que llena el Vacío Universal.

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luz, y tú has aparecido en tanto que Forma Ejemplar (Sûra mithliyya) cuyas apariencias son contemplables, sus brebajes, inefables, su Paraíso, edénico, sus conocimientos, “calámicos”, sus ciencias, “dextrógiras“, sus secretos, “tinteros”, sus espíritus, “tabulares”, y su tierra, adámica48. Tú eres nuestro padre en cuanto al espíritu, igual que éste -y señaló a Adán entre los presentes- nos es padre en cuanto al cuerpo... ¡Mirad -¡y que Allâh os haga misericordia!- Mirad la Esmeralda Blanca que el Misericordioso ha depositado en el “primer padre”! Y señalé a Adán. ¡Mirad la Luz Evidente! Y señalé al “segundo padre”, aquél que nos ha llamado Musulmanes (Abraham) (cf. Corán 22,77). ¡Mirad la Plata Pura! Y señalé a “aquél que cura los ciegos y los leprosos por mandato de Allâh”, tal como lo dice el texto revelado (Jesús). ¡Mirad la belleza del Jacinto Rojo del Alma! Y señalé a “aquél que fue adquirido a buen precio” (José) (cf. Corán 12, 20). ¡Mirad al Oro Rojo! Y señalé al Vicario Precioso (Aaron). ¡Mirad la luz del Jacinto Amarillo que brilla en la oscuridad! Y señalé a aquél que fue favorecido por la conversación divina (Moisés)49. 48

Se reconocerán aquí las especiales alusiones al simbolismo de la Escritura divina. Es notable que los Profetas que el Sheikh al-Akbar acaba de designar son los Polos de 6 de los 7 Cielos, respectivamente: Adán para el 1er Cielo (Luna); Abraham para el 7º (Saturno); Jesús para el 2º (Mercurio); José para el 3º (Venus); Aaron para el 5º (Marte); Moisés para el 6º (Júpiter). Ahora bien el único Polo celeste que no es mencionado en esta serie es el del 4º Cielo (Sol) que es Idrîs. La cosa no puede explicarse de otro modo que no sea por el hecho de que es a este mismo Polo a quien hablaba el Sheikh al-Akbar. En efecto, siendo la posición de Idrîs central en relación al orden total, es este profeta particular quién representa 49

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Michel Vâlsan

Aquél que viaja hacia estas Luces hasta que encuentra el medio que le abre el acceso a sus misterios, conoce el Grado por el cual fue existenciado50 y deviene digno del Maqâm Divino51 de manera que uno se prosterna ante él52. Él es entonces el Señor y Su servidor, el Amante y el Amado. ¡Mira el principio de la existencia y compréndelo bien! Verás la Generosidad Eterna devenida adventicia. La “cosa” es como la “Cosa” excepto en que Allâh muestra la Cosa Eterna a los ojos del Mundo como adventicia. Si el espectador jura que el Ser de la “Cosa” era tal desde toda la eternidad, es verídico y no testimonia en falso. Si el espectador jura que el Ser de la “Cosa” proviene de la desaparición de la “cosa”, es todavía mejor, aún siendo un “denunciador triplemente criminal”53. más directamente al Profeta universal residiendo en el centro del mundo. Así pues tenemos de nuevo una confirmación de que es sobre este profeta viviente, Idrîs-Enoch, donde recae la función de Jefe de la jerarquía suprema del Centro del Mundo. Si se viera una dificultad en el hecho de que el Polo del mundo humano tiene una posición celeste, lo que parece situarle fuera de nuestro mundo, hay que decir que según el Sheikh al-Akbar, los Cielos actuales forman parte de nuestro bajo mundo (dunyâ), y desaparecerán con él. 50 Este Grado por excelencia (Martaba) es en un sentido general el del Hombre Universal que totaliza todos los aspectos de la manifestación universal, esta última siendo considerada sobre todo como la manifestación del Principio mismo. 51 Al-Maqamû-l-Alî. El último término deriva del vocablo Al (compuesto de alif y lâm) que, como el El hebreo, indica la Divinidad. Cf. Futûhât, cap. 73, p. 153: “El Al (âliyya dicen los Istilâhât) es todo nombre divino ligado (bajo la forma del sufijo îl) a un ángel o una entidad espiritual, como Jibrâ’îl o ‘Abdâ’îl”. Se recordará que en la Divina Comedia, Adán enseña que El fue el segundo nombre de Dios. 52 Este Maqâm fue particularmente el de Adán ante el cual los Ángeles debieron prosternarse como consecuencia de la orden divina. 53 Éste denunciador es “triplemente criminal” (muthallith) porque lleva a la perdición: a sí mismo, a aquel que él denuncia y aquel al cual él denuncia. Se pierde a sí mismo porque pro-

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A continuación, manifesté misterios, referí datos santos que el tiempo no permite citar aquí y cuya existencia es desconocida a la mayoría de las criaturas. Dejo todo ello en el tintero, por temor a depositar la sabiduría allí donde no conviene que se la deposite. Finalmente, fui devuelto de esta sublime visión en sueños al mundo inferior, y sitúe la santa alabanza que acababa de hacer como Prefacio de este Libro.

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clamando la divinidad de un ser aparentemente creado, cometerá un acto injustificable desde el punto de vista de la ley exotérica, y será condenado como idólatra. Perderá aquél al que denuncia puesto que atribuyéndole la divinidad le acusará ante la ley del crimen mayor de Faraón. Finalmente hará que se pierda el propio juez que asume la denuncia puesto que éste aplicará los rigores de la ley contra la verdad más alta.

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