January 6, 2017 | Author: José Alvaro Benages | Category: N/A
Mi primer paso en Emulación [2]
Mi primer paso en Emulación FERNANDO LAMARCA
masonica.es
Mi primer paso en Emulación Primer paso Regular en Masonería para un Aprendiz en el Rito Emulación
SERIE VERDE
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Mi primer paso en Emulación editorial masonica.es SERIE VERDE (Libros prácticos) www.masonica.es © Fernando Lamarca © 2010 EntreAcacias, S. L. EntreAcacias, S. L. Apdo. Correos 32 33010 Oviedo Asturias (España) Correo electrónico:
[email protected] 1ª edición: junio, 2010 Edición digital PDF ISBN (edición digital): 978-84-92984-13-8 Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal).
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MASONES POR EL DESARROLLO
El autor ha donado los derechos íntegros de la presente obra a la «Fundación San Martín de Porres».
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Índice Presentación Capítulo I. Breve Historia de la Masonería I. 1 Período de la masonería operativa I. 2. Período de la masonería especulativa I. 3. Regularidad y Reconocimiento Capítulo II. La Gran Logia de España II. 1 Breves apuntes sobre la historia de la masonería española II. 2 Apuntes en la historia de la Gran Logia de España II. 3 La Logia [8]
II. 4 La Gran Logia de España II. 5 La Gran Logia Provincial II. 6 Los Ritos en la Gran Logia de España II. 7 Importancia del Rito de Emulación en la Gran Logia de España Capítulo III. El Rito de Emulación III. 1 El Rito de Emulación III. 2 El Espíritu del Rito III. 3 Ars Memoriae Capítulo IV. El Ritual IV. 1 Apertura de los Trabajos, Suspensión, Reasumo, Clausura IV. 2 Ceremonia de Iniciación IV. 2. 1 Preparación del candidato IV. 2. 2 Tres Golpes en la Puerta de la Logia IV. 2. 3 Admisión del candidato IV. 2. 4 La Oración [9]
IV. 2. 5 La Deambulación IV. 2. 6 La Presentación IV. 2. 7 La Marcha hacia el Pedestal IV. 2. 8 Advertencia del Venerable Maestro IV. 2. 9 Obligación o Juramento del candidato IV. 2. 10 Las Tres Luces Principales IV. 2. 11 Las tres Luces Secundarias IV. 2. 12 Los Tres Grandes Peligros IV. 2. 13 La Comunicación de los Secretos IV. 2. 14 El Paseo por entre los Vigilantes IV. 2. 15 El Mandil IV. 2. 16 La Prueba de la Caridad IV. 2. 17 Las Herramientas IV. 2. 18 Presentación de la Carta Patente
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IV. 2. 19 Exhortación después de la Iniciación Capítulo V. El Ágape V. 1 El Ágape en el Rito de Emulación V. 2. Los Brindis, las Baterías o Fuegos V. 3. Los Discursos o Turnos de Palabra Capítulo VI. Indicaciones y Comentarios Prácticos VI. 1 La Logia VI. 2. El Reteje VI.3. Apertura y Cierre de los trabajos VI. 4. Las Entradas y las Salidas VI. 5. Suspensión y Reanudación de los Trabajos VI. 6. Recepción de los dignatarios VI. 7. Recomendaciones prácticas para los Oficiales Capítulo VII. Complementum VII. 1 Los NOES de Herbert F. Inman [11]
VII. 2 Cadena Fraternal después de una iniciación VII. 3. Los Grados Colaterales (Side Degrees) Bibliografía
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Presentación l masón iniciado en el Rito de Emulación en España, a menudo se enfrenta a dificultades superiores a las de un aprendiz de otro rito. No es difícil encontrar textos o documentos escritos que se dirijan al aprendiz del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en nuestra lengua. Sin duda, son una buena herramienta de apoyo tanto para el Segundo Vigilante como para el recién iniciado. Sin embargo casi nada aparece en castellano en torno al Rito de Emulación (o mejor dicho, Rito Inglés de estilo Emulación), salvo quizá algunos
E
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apuntes relacionados con su historia. Para ese grado nos hemos tenido que conformar con las explicaciones del instructor de turno y algunos documentos de orden general, no específicos a nuestro rito. La situación es además más complicada cuando un aprendiz entrado espera de su logia o de su Segundo Vigilante que le procuren algún alivio a esas ansias de conocimientos que todos sentimos en nuestros primeros pasos en la Orden y se encuentra con una situación muy alejada de sus anhelos o necesidades: por un lado un Segundo Vigilante del que no puede obtener la información que su grado necesita, y por otro, la imposibilidad de recurrir a textos en castellano que de alguna manera completen (o incluso reemplacen) el conocimiento del Maestro de su Columna. En tales casos, la frustración es doble. El Rito Inglés es sin duda uno de los más extendidos por el mundo y además es uno [14]
de los primeros en haberse traducido a nuestro idioma. En efecto, la logia gibraltareña San Juan y el Fénix Nº 115, la más antigua del peñón, fundada en 1767, obtuvo en 1828 el permiso de su Gran Logia para utilizar el español en sus rituales. Así, es desde este punto de vista paradójico, siendo tan antigua su primera traducción al español, que no dispongamos de mayor número de textos complementarios o reflexiones sobre este Rito en nuestro idioma. Esta situación sin duda es debida al predominio del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en nuestro país sobre cualquier otro rito, y por haber sido el Rito Inglés históricamente poco practicado en España. Solamente desde hace treinta años crece, su presencia, en nuestro país, cuando el grueso de la masonería española empieza a navegar por las aguas de la regularidad y del reconocimiento de la Gran Logia [15]
Unida de Inglaterra, así como de la mayoría de las grandes logias regulares del mundo, a la vez que se afilian a la recién constituida Gran Logia de España un importante número de logias compuestas por Hermanos ingleses desplazados a nuestro país. Si bien es verdad que no existen muchos textos relacionados con el Rito de Emulación en nuestro idioma, sí podemos encontrar material en inglés y en francés, lo que sin duda ha ayudado al hermano conocedor de estos idiomas a profundizar y entender mejor los diferentes aspectos de este rito y reflexionar en otros cuya respuesta espera ser más personal; material sobre cómo desplazarse durante la tenida, los símbolos utilizados por el ritual, los diferentes papeles que juegan los oficiales, reflexiones sobre el sentido de nuestro rito, etc.
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Otra de las dificultades que ha padecido la evolución del Rito Inglés de Estilo Emulación en España se ha debido a su “contaminación” por el escocismo. Muchos “reflejos” y costumbres provenientes del R. E. A. A. han traspasado el territorio del Rito y se han instalado en las logias de Emulación, al tiempo que los Hermanos se han incorporado, desde el escocismo a los trabajos de Emulación, arrastrando costumbres ajenas al Rito. Son todas estas razones las que han aconsejado la realización de un trabajo de estas características, y el querer compartir con los Hermanos de las logias de Emulación estas reflexiones que pretenden ayudar, así lo esperamos, a comprender nuestro Rito y nuestra Orden a los recién incorporados; y a reflexionar, a todos los demás. Hemos seleccionado y trabajado sobre un compendio de textos muy dispersos realizando pequeñas aportaciones, siendo el [17]
hilo conductor de este trabajo el Cuaderno del Aprendiz realizado hace tiempo por la Logia de Instrucción del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa. Hemos empezado con unas piedras ya talladas para otra obra y las hemos reutilizado en parte para la nuestra, realizando un trabajo apoyándonos en el cincel y en el mallete con el fin de darles la forma adecuada para nuestra obra y acoplarlas a nuestra nueva construcción. Hemos pues eliminado elementos superfluos para nuestro trabajo y reforzado otros aspectos. En efecto, si bien el trabajo citado nos ha marcado el camino, han sido muchos los elementos adicionales aportados: tanto relativos a la historia de la masonería en España o de la Gran Logia de España, como también aspectos rituales que hemos completado con otros textos y documentos publicados en Inglaterra y con otros trabajos de investigación. Como método, se han ido mezclando aspectos prácticos [18]
de la ceremonia y del rito con otros de índole simbólica e incluso espiritual; se trata de una introducción al Rito Inglés de estilo Emulación junto con consejos prácticos para su desarrollo en tenida, así como algunos capítulos dedicados a la historia y constitución misma del Rito. El sentido de este trabajo ha sido intentar colmar un vacío para así ofrecer a los Hermanos del Rito de Emulación un texto modesto que les ayude a entender e interiorizar el rito y a perfilar su propio trabajo. Por supuesto, sólo pretende presentar una visión sin que sea la única posible; es más, en algunos apartados tendremos la oportunidad de comparar lo que diferentes autores han opinado sobre la misma cuestión y, por supuesto, pediremos disculpas por cualquier error que se nos haya podido deslizar. Como masones del Rito de Emulación debemos esforzarnos por trabajar y con[19]
servar el rito en toda su pureza, desechando aquéllas prácticas contrarias al mismo que hubieran echado raíz en nuestros trabajos y que se conservan con una invocación a la costumbre o a la tradición de la logia. San Ireneo, el primero en orden cronológico de los doctores de la Iglesia, encolerizándose contra los herejes de su tiempo que se oponían a las Escrituras invocando la «Tradición» y su sabiduría, les replicaba: “Esa sabiduría es la que cada cual pretende haber encontrado en sí mismo, es decir, fruto de su imaginación, si bien no ven inconveniente en que la verdad esté unas veces en Valentín y otras en Marción, en Kérynthas en Basílides“. Sin embargo, no tienen por qué cambiarse aquéllas costumbres de la logia que no contradicen el rito y que de alguna manera representan y honran a los HH. que han ido pasando por nuestro Taller.
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Otra de las cuestiones con las que el Rito Inglés de estilo Emulación convive es una suerte de crítica sobre el carácter del Rito. No son pocos los Hermanos que comentan que el R. E. A. A. es un rito que se corresponde mucho más al carácter del hombre español, mientras que el rito de Emulación coincide mucho más con la sobriedad del carácter inglés. No puedo dejar de reconocer que este tipo de argumento concuerda perfectamente con los tópicos de toda la vida. Sólo faltaría decir que los colores del R. E. A. A. pegan mucho más con la muleta del torero español y con el dramatismo de las bailaoras de flamenco (pues como todos los extranjeros saben, los españoles somos todos hijos de toreadores y de flamencas) ¡Qué duda cabe entonces de que ese es el rito que se debe de practicar en España! Un poco de seriedad, Hermanos. Los Ritos, no son más que caminos diferentes para llegar al mismo fin. Unos aportan mayor dramatismo a su puesta en [21]
escena, otros reclaman una mayor interiorización; algunos trabajan determinados aspectos de la naturaleza humana, otros privilegian diferentes actitudes, pero todos coinciden en buscar el desarrollo del iniciado. No existe un Rito que se adecue mejor que otro a los nacionales de un país. ¡Por favor! ¡Como si además, todos los españoles, los ingleses o los franceses tuvieran un carácter similar! Intentar organizar los caracteres de las personas por nación es igual a que cuarenta y tres millones de españoles pretendan saber lo que les depara el día a cada uno leyendo el par de frases que los periódicos dedican a cada signo del zodiaco. Además, los símbolos y leyendas que se evocan en la masonería hacen referencia a tradiciones más antiguas que el nacimiento de las naciones modernas y sus puestas en escena no son más que métodos de aprendizaje.
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No podemos terminar esta introducción sin antes advertir al lector no iniciado. Si no es francmasón y quizá tenga en el futuro el interés o la oportunidad de unirse a esta Hermandad, le recomendamos que cierre estas páginas y que coloque el libro en su estantería hasta que haya llegado el momento adecuado para su lectura. Porque uno de los múltiples aspectos de la francmasonería es el ser una especie de “juego” que trabaja muchísimo las expectativas, la ilusión y el efecto sorpresa en los candidatos. Este libro contiene aspectos cuya revelación podrá hacer perder tal efecto y viciará las experiencias de los candidatos y aspirantes a los distintos grados. De la misma manera, si retiramos el papel con el que se ha forrado un regalo antes de tiempo, esa sorpresa perderá parte de su impacto emocional. Este consejo por supuesto es extensible a todos los libros que tratan sobre cualquier rito de masonería, no solamente para el Rito de [23]
Emulación. Así, quería dar la oportunidad a los que se encuentren en la situación descrita de vencer su curiosidad y no estropearse a sí mismos el preciado camino iniciático que ofrece la masonería a través de sus grados.
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CAPÍTULO I
B
reve historia de la
Masonería
I. 1 PERÍODO DE LA MASONERÍA OPERATIVA Evitando adentrarnos en las leyendas, podemos convenir que la Francmasonería o Masonería se origina en los gremios de los constructores medievales. Para unos, el término Free mason hace referencia al masón (albañil, constructor, pedrero, cantero) cualificado y que tiene libertades (freedom) o privilegios. Para otros, se hace referencia a su trabajo, al tipo de piedra con la que trabajaba, free stone mason o a su calidad (piedra para capiteles, esculturas) en vez de rough stone mason, para un [25]
albañil que trabaja la piedra más tosca. En Inglaterra aparece por primera vez la expresión de francmasón o free stone mason en 13501. El gremio de los albañiles era uno de los mejores organizados durante la Edad Media y la palabra logia ha designado tanto al lugar de reunión y trabajo como al grupo de personas trabajando en una obra concreta. Fueron estos constructores quienes edificaron las catedrales. Fueron ellos quienes 1
Son muchas las teorías que pretenden identificar el origen de estas palabras. Además de las dos expuestas en el texto también ha de tenerse en cuenta la que se refiere a los Free Men, es decir, hombres libres que trabajaban la piedra. Hombres que no dependían de un Señor que en cualquier momento les pudiera reclamar y obligar a revelar los secretos del oficio que hubieran aprendido en el seno del gremio.
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levantaron estos edificios dedicados a Dios. Su gremio, como todos los del Medioevo, estaba jerarquizado en aprendices y maestros. I. 2. PERIODO DE LA MASONERÍA ESPECULATIVA
El paulatino abandono del arte gótico así como la aparición de las academias renacentistas de arquitectura, arrastra al declive a los gremios de constructores. Estos empiezan a aceptar a miembros honorarios, a menudo mecenas que se llamarán masones aceptados o también especulativos. Se pasa de una masonería de constructores de catedrales (masones operativos), cuyos miembros se obligaban a ser buenos cristianos y a promover el amor a Dios y al prójimo, a la masonería moderna (masonería especulativa). A principios del siglo XVIII ya se ha producido definitivamente la transformación [27]
de la masonería. El objetivo de la masonería ya no será la construcción de edificios de piedra sino la construcción del templo simbólico que somos cada uno de nosotros. Una huella evidente de ese paso del periodo operativo al especulativo permanece en la presentación de las herramientas: se explica su utilidad práctica u operativa al recién iniciado, pero a continuación se transmite su explicación esotérica, puesto que como dice el ritual no somos todos masones operativos
sino más bien masones libres y aceptados.
En 1717, cuatro logias de Londres y Westminster se federan para salvar la institución y crean la Gran Logia de Inglaterra. Nacía la masonería moderna y un nuevo concepto, el de la Obediencia. En 1723 aparecen las primeras constituciones de Anderson, Constitución de Masonería Universal, cuyo artículo 1 exige la creencia en el Gran Arquitecto del Universo. [28]
I. 3. REGULARIDAD Y RECONOCIMIENTO La noción masónica de Regularidad corresponde a la de legitimidad en el orden profano. De la misma manera que sólo puede existir un gobierno legítimo por estado, sólo puede existir una única obediencia regular por estado. Este es el principio de territorialidad, que tiene alguna variación en los países de estructura federal. Tanto las Grandes Logias como los Grandes Orientes son también conocidos como Obediencias. También se podría comparar esta noción con la de ortodoxia dentro de la Iglesia, si bien no es del todo equivalente pues mientras que la ortodoxia es una noción dogmática, la de la regularidad se atiene también a la regla jurídica. En nuestros días, para que una Obediencia sea reconocida regular por las demás debe acreditar que cumple con los siguien[29]
tes principios básicos tal como estableció la Gran Logia Unida de Inglaterra en su dictamen publicado el 4 de septiembre de 1929, “Principios Fundamentales para el Reconocimiento de Grandes Logias”. Dice: I.
II.
III.
Regularidad de origen. Toda Gran Logia deberá ser regularmente establecida por una Gran Logia reconocida o por tres o más Logias regularmente constituidas. La creencia en el Gran Arquitecto del Universo y de su voluntad revelada, debe constituir una obligación esencial para todos sus miembros. Todos los iniciados deberán jurar su Obligación sobre el Volumen de la Ley Sagrada, debidamente abierto donde esté la revelación de lo anteriormente citado, de conformidad con la conciencia particular de la persona que sea iniciada. [30]
IV.
V.
Que sólo pueden ser miembros de la Gran Logia, así como de las Logias en particular, exclusivamente varones y que la Gran Logia no tenga relaciones masónicas de ninguna clase con cualquier tipo de Logias o cuerpos que admitan como miembros a personas de sexo femenino. Que la Gran Logia debe tener jurisdicción soberana sobre las Logias bajo su obediencia; que por lo tanto debe de ser responsable, independiente y con gobierno propio, con la sola e indiscutible autoridad sobre los tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro Masón en toda su jurisdicción y no debe, en ningún caso, estar sujeta a compartir dicha autoridad con un Supremo Consejo o con cualquier otro poder que reclame algún control o supervisión sobre estos grados. [31]
VI.
VII.
VIII.
Que las Tres Grandes Luces de la Masonería (el Volumen de la Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás) deben siempre estar presentes cuando la Gran Logia o sus Logias subordinadas estén trabajando, siendo el principal de ellas el Volumen de la Ley Sagrada. Que las discusiones sobre religión o política en las Logias deben de ser estrictamente prohibidas. Que los Antiguos Principios, Usos y Costumbres, así como los Landmarks de la Orden, deben ser estrictamente observados.
Por otra parte, tal como reconoce la Constitución de la Gran Logia de España y habiendo sido aceptada por la mayor parte de las Grandes Logias Regulares del mundo, se exige el cumplimiento de la Regla de Doce Puntos para obtener el reconocimiento como Obediencia regular: [32]
I.
II.
III.
IV.
V.
La Francmasonería es una Fraternidad iniciática, que tiene como fundamento tradicional la creencia en Dios, el Gran Arquitecto del Universo. La Francmasonería se basa en los “Antiguos Deberes” y en los “Landmarks” de la Fraternidad; especialmente en cuanto al absoluto respeto a las tradiciones específicas de la Orden, esenciales para la regularidad de la Obediencia. La Francmasonería es una Orden a la que no pueden pertenecer más que hombres libres y respetables, que se comprometan a poner en práctica un ideal de Paz, Amor y Fraternidad. La Francmasonería tiene como objetivo el perfeccionamiento moral de sus miembros, así como el de la humanidad entera. La Francmasonería impone a todos sus miembros la práctica exacta y es[33]
crupulosa de los rituales y simbolismo como modo de acceso al Conocimiento por las vías espirituales e iniciáticas que le son propias. VI. La Francmasonería impone a todos sus miembros el respeto a las opiniones y creencias de cada uno. Prohíbe en su seno toda discusión o controversia política o religiosa. Así se constituye en centro permanente de Unión Fraternal, donde reina una comprensión tolerante y una fructífera armonía entre los hombres, los cuales, sin ella, hubieran permanecido extraños los unos de los otros. VII. Los Francmasones toman sus obligaciones sobre un Volumen de la Ley Sagrada, con el fin de dar al juramento o promesa prestados sobre el mismo el carácter solemne y sagrado indispensable para su perennidad.
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VIII. Los Francmasones se reúnen, fuera del mundo profano, en Logias donde deben estar siempre presentes las Tres Grandes Luces de la Orden: un libro de la ley Sagrada, una Escuadra y un Compás, para trabajar según el rito, con celo y asiduidad, conforme a los principios y reglas prescritas por la Constitución, Estatutos y Reglamentos Generales de la Obediencia. IX. Los Francmasones no deben admitir en sus Logias más que personas, de reputación perfecta, varones, de honor, leales y discretos dignos de ser hermanos y con capacidad para reconocer los límites del dominio del hombre y el infinito poder del Eterno. X. Los Francmasones cultivan en sus Logias el amor a la patria, el sometimiento a las Leyes y el respeto a las Autoridades constituidas, y conside[35]
ran el trabajo como el Deber primordial del ser humano y así le honran en todas sus formas. XI. Los Francmasones contribuyen, por el ejemplo activo de su sabio, viril y digno comportamiento, al esplendor de la Orden, dentro del respeto al secreto masónico. XII. Los francmasones se deben mutuamente ayuda y protección fraternales, aun en caso de peligro de su propia vida. Practican el arte de conservar en toda circunstancia la calma y el equilibrio indispensables para una perfecta maestría de sí mismos. En España, la única Obediencia reconocida por la masonería universal es la Gran Logia de España. Hoy en día, para que una Gran Logia o un Gran Oriente sea reconocido por la Gran Logia Unida de Inglaterra y las demás Grandes Logias regulares de la ma[36]
sonería universal, ha de cumplir con los requisitos de regularidad en sus trabajos, así como con los principios básicos para su reconocimiento.
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CAPÍTULO II
La Gran Logia de España II. 1 BREVES APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA MASONERÍA ESPAÑOLA
Según los datos existentes, la masonería especulativa fue introducida en España en el siglo XVIII. En concreto, se fundó una logia en Madrid el 15 de febrero de 1728. Se trata de la primera logia de la Gran Logia de Inglaterra fuera del Reino Unido. Estamos hablando de la Logia Tres Flores de Lis, también conocida como la matritense, en la calle San Bernardo, fundada [38]
por el duque de Wharton y un reducido grupo de ingleses que en aquellas fechas se encontraban en Madrid. El libro de Actas de la Gran Logia de Inglaterra señala a España como la primera nación del continente que solicita fundar una logia regular. Según leemos en “La Francmasonería Española”, de Nicolás Díaz Pérez: “El Du-
que de Wharton, que había sido Gran Maestro (de la Gran Logia de Inglaterra) en 1728, fue comisionado para inaugurar los trabajos masónicos en España, bajo el disfraz del “Arte de la Albañilería”. Dirigióse a Madrid, en 1727, y se instaló en el único hotel francés que entonces había en la capital de España, en el Hotel du Lys, calle Ancha de San Bernardo (número 17)”. Las noticias de esta logia, integrada únicamente por ingleses, se pierden ya al año siguiente de su fundación. En 1768 fue borrada de la lista oficial, al igual que otras
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18 logias extranjeras que hacía mucho tiempo habían dejado de funcionar. Así, contrariamente a lo que ocurrió en gran parte de Europa, la masonería tuvo en España muy escasa —por no decir nula— vigencia durante eI siglo XVIII. Cabe imputar estas circunstancias a que tanto la Inquisición desde 1738, como la autoridad real desde 1751, prohibieron y condenaron la masonería impidiendo de esta manera su desarrollo en España. Vemos pues que más que de una existencia organizada y continuada de la masonería en la España en el siglo XVIII, hay que hablar de la presencia esporádica y sin mayor trascendencia de algunas logias que no tuvieron mayor relevancia (a excepción de los territorios de ocupación británica como Gibraltar y Menorca) ni continuidad, o del paso de algunos masones extranjeros que no escaparon a la vigilancia y control de la Inquisición. [40]
Los verdaderos orígenes de la masonería española hay que situarlos a raíz de la invasión francesa con la implantación de una masonería llamada bonapartista. Esta masonería es doble: por una parte la integrada por las logias llamadas tradicionalmente de afrancesados (esencialmente compuestas por españoles) que constituyeron su propia Gran Logia Nacional de España. Por otra, una serie de logias más propiamente bonapartistas por cuanto dependían directamente del Gran Oriente de Francia. Se encontraban no solamente en Madrid, sino en Barcelona y otras ciudades, en este caso, casi completamente formadas por franceses. Esta masonería bonapartista en España tiene gran importancia pues se trata por primera vez en nuestro país de la implantación de la masonería de una forma sistemática y en condiciones favorables, sin interferencias ni prohibiciones, bien sea del Gobierno o de la Inquisición. [41]
José Mª de Lera, en su libro, La Masonería que vuelve, explicando el carácter de la masonería española en tiempos más actuales, dice que ha seguido un curso muy irregular, al coincidir, según él, con el periodo más inestable y contradictorio de nuestra historia. Un proceso que a todas luces aún no se ha cerrado en lo tocante a sus repercusiones contradictorias en la opinión española, como que pueda aparecer todavía, para muchos españoles, con las desfavorables connotaciones que le atribuyera la parcialísima propaganda oficial del franquismo que ha dejado mella, aún treinta años después. Así, son muchos los que acusan a la Masonería de ser la responsable de las convulsiones y violencias que han ensombrecido los doscientos años anteriores a la democracia, y se la alinea junto con las teorías revolucionarias más extremistas, como son el anarquismo y el comunismo, por ejemplo. [42]
Es indiscutible, opina José Mª de Lera, que la masonería española se politizó en muchas ocasiones y que de las logias salieron hombres e ideas que protagonizaron e inspiraron la política de nuestro país, lo cual puede parecer condenable hoy, puesto que su fin primordial no es el de inmiscuirse en la política activa, según se desprende de sus pronunciamientos ideológicos fundamentales; la Gran Logia de España así como todas las obediencias regulares de la masonería universal, como hemos visto, prohíbe las discusiones de política o de religión en el seno de sus logias. Sin embargo, hay que tener en cuenta la eximente de que la Masonería sirvió de refugio al pensamiento liberal y democrático, por la sencilla razón de que en largos períodos de la historia de España no hubo otro. Así y todo, no obró nunca como un partido político y no pudo obrar como tal a causa de que en las logias se congregaban gentes de distinta ideología política, [43]
aunque coincidiesen en los mismos principios generales. No todos los liberales y demócratas postulan un mismo patrón político, económico y social a que ajustar el Estado. En las logias españolas han convivido monárquicos y republicanos, unitarios v federales, burgueses con anarquistas y socialistas, deístas y teístas, católicos y de otras religiones. De un conjunto tan heterogéneo no puede, en manera alguna, surgir una coherente línea de actuación partidaria. . En palabras de José María de Lera, se politizó, sí, la masonería española en el siglo XIX y primer tercio del XX, pero no más que otras grandes instituciones de rango nacional que tampoco deberían haber caído en la misma tentación, como la Iglesia, el Ejército, la Universidad, etc. Una politización la suya más bien de carácter ideológico, más doctrinal abstracto que concreto y de acción, siempre a través de gru[44]
pos específicos —los partidos políticos—, cuyos dirigentes, en muchos casos, fueron masones. Así, hay que entender la presunta injerencia de la Masonería en la política española activa: de modo indirecto, personal y no orgánico. En el cuadro sinóptico que se detalla a continuación se ofrecen, cronológicamente acotados, los períodos de actividad e inactividad de la Masonería en España en correspondencia a los sistemas políticos en el poder, a partir del año 1800. 1800-1808
Actividad discreta, que el gobierno conoce y tolera.
1808-1814
Actuación pública bajo la protección del rey José I.
1814-1820
Perseguida por Fernando VII, deja de trabajar.
1820-1823
Vuelve a la vida pública. Ministros masones. [45]
1823-1833
Desaparece. Período absolutista.
1833-1844
Reaparece durante la Regencia de Espartero.
1844-1856
Hasta 1848, actividad discreta y tolerada bajo la Gran Maestría del infante Francisco de Paula Borbón. Después, ante las dificultades que le oponen los gobiernos de Narváez, suspende sus actividades. Al tomar de nuevo el poder Espartero, goza de otro breve periodo de prosperidad.
1856-1866
Desaparece con Espartero y el Grande Oriente no se reorganiza hasta el último gobierno de O'Donnell, tolerado por las autoridades.
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1867-1875
Etapa brillante. Gran actividad pública. El regente, general Serrano, Prim y el rey Amadeo I, los presidentes del gobierno y buena parte de los ministros son masones.
1875-1889
Toleradas sus actividades en un principio por los gobiernos de la Restauración, es a partir de 1881, con Sagasta·en el poder y siendo Grandes Maestres el ex ministro Romero Ortiz y el ministro Manuel Becerra, cuando reanuda su actividad públicamente.
1889-1927
Puesta en vigor la Ley de Asociaciones de 1887, se legaliza el Grande Oriente Español. Se desenvuelve con entera libertad. [47]
1927-1931
Permitida en los primeros años de la Dictadura del general Primo de Rivera, como ya en 1927 el gobierno opusiera algunos obstáculos a su actuación, aunque no la prohibiese, los masones prefieren cerrar las logias.
1931-1939
La Segunda República le devuelve su personalidad jurídica y reemprende, en óptimas condiciones, su vida societaria, con ministros en el gobierno y gran número de diputados masones en el Parlamento. Al estallar la Guerra Civil en 1936, es rigurosamente prohibida en la zona llamada «nacional» o rebelde, y en 1939, al imponerse Franco, la prohibición se extiende a todo el territo[48]
rio nacional. 1939-1977
Hasta 1977 no se puede presentar ninguna prueba de que la masonería española se haya mantenido activa en la clandestinidad. Al reaparecer en 1977, lo hizo públicamente, por medio de su presentación a las autoridades y de sus comunicados a la prensa.
En suma, contando desde 1800 hasta 1977, José María de Lera observa que resultan 177 años, apenas 18 fueron de tolerancia, 75 de interdicción y 81 de actividad pública. Los tres que faltan corresponden a la guerra civil y fueron de actividad pública en la zona republicana y de prohibición y persecución en la zona nacional o rebelde. [49]
Por lo que se refiere a la historia de la Masonería en España, podemos distinguir cinco períodos, perfectamente delimitados en el tiempo. El primero comprende desde sus comienzos hasta 1833. El segundo, desde 1833 a 1889. El tercero, desde 1889 a 1939, el cuarto, desde esta última fecha hasta 1979 y el quinto y actual, desde 1979 hasta nuestros días. II. 2 APUNTES EN LA HISTORIA DE LA GRAN LOGIA DE ESPAÑA La Gran Logia de España fue consagrada en Madrid el 6 de noviembre de 1982. Se trata de la única Obediencia regular de España reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra, la Gran Logia Nacional Francesa y las grandes logias regulares del mundo. Cuenta con alrededor de 165 logias repartidas por la península, Islas Baleares e Islas Canarias. [50]
En 1974, aún durante el régimen anterior, un grupo de Hermanos se agrupa en una Logia de nombre Perseverança, no adscrita a ninguna Obediencia. Por otro lado, algunos españoles residentes en Gerona son iniciados en 1975 y en 1976. La Gran Logia Nacional Francesa autoriza admitir candidatos españoles en la R. L. S. La Constance Catalane Nº 186, en Perpignan. En mayo de 1977 la Gran Logia Nacional Francesa consagra en Barcelona la Logia San Juan de Catalunya, la primera logia de la Obediencia francesa en suelo español. En octubre de 1978, se levantan las columnas de la segunda, Sant Jordi Nº 227 en Gerona. Un año después, en 1979 se regulariza la Logia Perseverança, consiguiendo así tres logias, lo que daba la posibilidad de crear una Logia Provincial o de Distrito (dentro de la G.L.N.F.) [51]
En 1980 la Gran Logia Nacional Francesa levanta las columnas en Madrid de la Logia Concordia Nº 257. El 16 de junio de 1980, la Gran Logia Nacional Francesa crea la Gran Logia de Distrito de España con cuatro logias. En octubre de este mismo año se obtiene la legalización por parte del Ministerio de Interior de España. En 1981 se une a la Gran Logia del Distrito de España la Logia Guillem de Montrodón, hasta ahora perteneciente a la Provincia de Aragón del Gran Priorato de las Galias del Rito Escocés Rectificado, así como el Grande Oriente Español Unido, estableciendo las bases para la regularización de los Hermanos de la Obediencia y de sus logias. Mediante el Decreto Nº 656 de 2 de julio de 1982 el M. R. H. Jean Mons, de la Gran Logia Nacional Francesa, crea la Gran Logia de España, nombrando Gran Maestro [52]
de la misma al M. R. H. Luis Salat (decreto Nº 657) y transfiriendo las diez logias regulares españolas, a la Gran Logia de España. La Gran Logia de España fue reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra el 16 de septiembre de 1987. II. 3 LA LOGIA Según indica el artículo 1 del Título Primero de los Reglamentos Generales de la Gran Logia de España, la logia es la base fundamental de la Francmasonería en la que reside la soberanía de sus miembros y de la que emana todo el derecho. Es el Taller dónde se inicia a los profanos y dónde se conceden los grados simbólicos masónicos a sus miembros. La Logia, según reza el texto de la Constitución de la G. L. E., está integrada por
no menos de siete Hermanos, entre los cuales debe haber cinco Maestros, quienes, [53]
autorizados por la Carta Patente, se reúnen para realizar sus trabajos rituales. Gobierna la Logia el Venerable Maestro asistido por dos Vigilantes y por los Oficiales (Diáconos, Guardas Exterior e Interior, Tesorero, Secretario, etc.). Los Oficios elegi-
bles son los del Venerable Maestro, el Tesorero y el Guarda Templo exterior. Toda logia será identificada por un nombre o título y con el número correspondiente del registro de la Gran Logia de España, que permanecerá inalterable (salvo autorización expresa del Muy Respetable Gran Maestro). El número significará el orden de antigüedad y precedencia entre las logias dentro de la Obediencia y no podrá ser cambiado (a excepción de cuando se trata de recuperar números de logias que hayan abatido columnas). Toda nueva logia habrá de ser solemnemente constituida y consagrada, conforme a los Antiguos Usos, por el Muy Respeta[54]
ble Gran Maestro o el Gran Oficial en quién pueda delegar (art. 6). La constitución de una logia es un acto jurídico de fundación consistente en el otorgamiento de una Carta Patente por el Gran Maestro cumpliendo determinados requerimientos de fondo y de forma previstos en nuestros reglamentos. La consagración es una ceremonia por la que se funda de forma solemne una nueva logia y se la inviste de los poderes de conferir regularmente los tres grados. La logia ha de proveerse de un Reglamento propio que será aprobado por la Gran Logia de España. El Comité de Logia es un órgano asesor del Venerable Maestro compuesto por los Maestros Instalados de la logia, el secretario y el tesorero (si bien los reglamentos internos de cada logia pueden disponer alguna variación). Su papel es meramente consultivo, sin embargo tiene una gran [55]
importancia para preservar el equilibrio y la armonía de la logia. II. 4 LA GRAN LOGIA DE ESPAÑA Se denomina Gran Logia a un conjunto de logias federadas, una Obediencia, presidida y dirigida por un Gran Maestro elegido por sus miembros. Sin embargo la Masonería, si bien sigue reglas democráticas no deja de ser una Orden, es decir una institución en que se emiten juramentos solemnes y que se guía por la regla correspondiente, a saber, por un conjunto de preceptos fundamentales que deben de observar sus miembros. La Gran Logia de España representa y gobierna los intereses generales de todas las logias bajo su Obediencia. Tiene a su cargo el ejercicio de la función legislativa y es suprema autoridad de la Francmasonería Regular Española dentro del territorio de su jurisdicción [56]
Además, de forma complementaria, según el artículo 8 del Título I de los Reglamentos Generales, será designado un Diputado Gran Maestro que asumirá los
deberes y funciones que éste le delegue, sustituyéndole en caso de ausencias temporales para realizar todas las funciones ordinarias que corresponden a la Gran Maestría. II. 5 LA GRAN LOGIA PROVINCIAL Existe una entidad intermedia entre la Gran Logia de España y la logia. Se trata de la Gran Logia Provincial. Las Grandes Logias Provinciales no tienen por qué coincidir geográficamente con las provincias civiles o Comunidades Autónomas. La Gran Logia Provincial viene mencionada en el art. 10. de la Constitución de la Gran Logia de España. En todo caso, se trata de una extensión de la Gran Logia y será el centro de acogida para aquellos [57]
proyectos promovidos dentro de su ámbito que puedan servir a las logias de su jurisdicción para realizar con dignidad y buen hacer sus trabajos masónicos. Las Grandes Logias Provinciales pueden abrirse a ámbitos profanos y dar la verdadera imagen de la Gran Logia de España por medio de actividades culturales, sociales y de divulgación, respetando siempre el principio tradicional y no escrito de no hacer proselitismo. II. 6 LOS RITOS EN LA GRAN LOGIA DE ESPAÑA La Gran Logia de España es una Obediencia multirito y por lo tanto permite que en su seno se practiquen ritos diferentes. Se llama Rito en Masonería al conjunto de reglas o preceptos con los que se practican las ceremonias y se comunican los signos, toques, palabras y demás instruc[58]
ciones secretas. En Masonería ningún Rito tiene supremacía sobre otro y si el Rito ha sido reconocido, el hermano lo es de todos los Masones del Universo. De la riqueza de ritos existentes nos ilustra el Diccionario Universal de la Francmasonería, de Daniel Ligou, que recoge 154 Ritos masónicos. No vamos a profundizar en este espacio sobre lo que es un Rito y las diferencias entre ellos, solamente diremos que, en resumen, los Ritos no son más que caminos distintos para llegar a la misma meta… Una de las razones para la aceptación y la existencia de diferentes Ritos en las logias de nuestra Obediencia es la existencia entre nosotros de hermanos originarios de otras naciones. En nuestra Obediencia existen logias de hermanos extranjeros asentados en nuestro país a los que se les permite seguir practicando el rito de la logia de su lugar de origen. [59]
La Gran Logia de España autoriza mediante dispensa singular, la práctica de algún otro Rito adicional a los que se practican, siempre cuando éste sea solicitado para ser practicado en una Logia de Hermanos procedentes de otro país, y se corresponda con un Rito que sea reconocido de uso por su Gran Logia de origen. Así, dentro de los ritos practicados en la Gran Logia de España podemos mencionar los siguientes: El Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El Rito de Emulación (Rito Inglés de Estilo Emulación). El Rito Escocés Rectificado. El Rito Francés. El Rito de York. El Rito Sueco. El Rito Schroeder.
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II. 7 IMPORTANCIA DEL RITO DE EMULACIÓN EN LA GRAN LOGIA DE ESPAÑA El Rito de Emulación, fue fijado, como veremos más adelante, por la Gran Logia Unida de Inglaterra en 1816, aceptado después del Acto de Unión de 1813 y su nombre proviene de la Logia Emulation Lodge of Improvement, encargada de conservarlo en toda su pureza en una época en la que estaba prohibido escribir un ritual. El viernes de cada semana desde el año 1823 la citada logia se reúne en Londres, en Great Queen Street, para demostrar cómo se realizan los trabajos. Cuando más adelante la Gran Logia Unida de Inglaterra autorizó los rituales escritos, fue bajo sus auspicios que se definió el texto. La primera Logia que practicó este Rito en España fue la Logia Sant Jordi Nº 2 fundada por la Gran Logia Nacional Francesa en 1978 con el Nº 227 (de la G. L. N. F.) y que ahora lleva el Nº 2 de la Gran [61]
Logia de España. Se hizo una traducción a partir del texto francés, traducido a su vez del inglés por el H. Drabble. La traducción al castellano fue llevada a cabo por los HH. Ramón Huguet y Juan Crozet. Más adelante, en los años 80/81, siendo Preceptor de la Logia el H. Eric O’Hara, se hicieron varias enmiendas para seguir más de cerca el texto inglés y se publicó la primera edición. En ediciones posteriores se tuvo en cuenta una traducción al castellano hecha en 1927 por los HH. A. Mena y S. Wall de la Logia St. John Nº 115 del distrito de Gibraltar de la Gran Logia Unida de Inglaterra. La Edición del 2001 de la Gran Logia de España, ha sido elaborada por los HH. Nadim Bali y Galo Sánchez, de la Comisión de Rituales. Tradicionalmente, el rito más practicado en nuestro país ha sido el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Sin embargo, con el Reconocimiento de la Gran Logia de España [62]
y con la posterior unión de logias de ingleses instaladas en nuestras tierras, se ha desarrollado El Rito de Emulación en todas las Provincias. Así, encontramos el Rito de Emulación en unas 35 logias anglófonas repartidas principalmente por la costa mediterránea, Málaga (Málaga, Fuengirola, Marbella, Nerja), Almería (Almería, Antas) en el Levante (Valencia, Castellón, Alicante, Jávea, Moraira, Calpe, El Campello, Torrevieja, Gandía o Cartagena), en las Islas Baleares (Palma de Mallorca, Ibiza, San Antonio) o en las Islas Canarias (Puerto de la Cruz, Los Cristianos o Lanzarote), además de Madrid (R. L. S. Emulation Nº 67). Existen igualmente logias como las RR. LL. SS. Canigo Nº 11 (Barcelona) y Jason Nº 22 (Gerona) que trabajan en el Rito de Emulación en francés y otras como, Acacia Nº 19 Mare Nostrum Nº 25 de Tarragona y Catalonia Nº 102 en catalán, además de la [63]
R. L. S. Llum d'Escocia Figueras Nº 151 que es bilingüe franco catalana. Asimismo, el Rito de Emulación en idioma castellano se ha extendido en otras veinticinco logias repartidas por: Cataluña y Andorra, como las RR. LL. SS. San Jordi Nº 2 de Gerona, Harmonia Nº 126 de Granollers, Fidelitas Nº 10, Yod Nº 20, St. George's Nº 38 ó Europa Olímpica Nº 56, de Barcelona y la R. L. S. Montsalvat de Andorra. En Madrid las RR. LL. S.S, Fraternidad Universal Nº 5, Phoenix Nº 31, Comenio Nº 113 ó Rudyard Kipling Nº 160. En Valencia, la RR. LL. SS. Germanies Nº 8, San Juan de España Nº 28 y Génesis Nº 61 de Castellón ó Dama de Elche Nº 163 en Elche. Las RR. LL. SS. Fraternidad Mediterránea Nº 94 y Conde de Floridablanca Nº 164 se encuentran respectivamente en Cartagena y en Murcia. [64]
En Las Islas Baleares nos encontramos con la R. L. S. Euclides Nº 92 y la R. L. S. Arquímedes Nº 32 en Palma de Mallorca así como Fraternidad Nº 90 en San Antonio de Ibiza y Amigos de la Humanidad Nº 93 y Sol del Levante Nº 161, ambas en Mahón. En las Islas Canarias destacamos las RR. LL. SS. Afortunadas Nº 39 y Compañeros del Silencio Nº 77 en Las Palmas de Gran Canaria. Stella Matutina Nº 75 en San Sebastián, y 150 Semper Fidelis Nº 150 en Santander.
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CAPÍTULO III
El Rito de Emulación III. 1 EL RITO DE EMULACIÓN Uno de los Ritos practicados en La Gran Logia de España es el Rito de Emulación. El Rito Inglés de tipo Emulación, que debería ser su auténtica denominación, es uno de los ritos más practicados en las logias de la Gran Logia Unida de Inglaterra. No se trata del Rito oficial de la Gran Logia Unida de Inglaterra, puesto que la G. L. U. I. no tiene Rito oficial, sino una de las variantes que ofrece la familia de los ritos ingleses (Bristol, Logic, North London, [66]
Oxford, Taylor, Universal, West End, etc.) con muy pocas diferencias entre sí. Sin embargo, como a continuación explicaremos, sí es quizá el más importante desde punto de vista histórico. Destaca igualmente en las Grandes Logias como la Gran Logia de España, que han tomado como referencia la regularidad masónica. Desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII la masonería atravesó una evolución que la hizo convertirse de operativa a especulativa. Esta evolución también trajo una evolución en el rito. Lo que sabemos de nuestro Rito primitivo nos viene aportado por las Old Charges (Antiguos Deberes) que son unos antiguos manuscritos en los que se recogen los códigos de conducta de los constructores de catedrales y los llamados catecismos primitivos. También nos ha llegado información del Rito por ”traiciones”, en este caso, de fechas más recientes como la de [67]
Samuel Prichard que en 1730, con su Masonry dissected, transcribió los rituales, lo que supuso un escándalo gigantesco para esa época. No obstante, esta traición nos ha permitido conocer y conservar parte de lo que fueron las ceremonias primitivas. Hasta ese momento, existía una prohibición formal de no dejar documentación por escrito, como era el caso de todas las organizaciones secretas o que protegían secretos —como los gremios medievales de los constructores de catedrales— y todas las transmisiones de la experiencia, del saber hacer y secretos del oficio se transmitían oralmente. Hemos de decir que Emulación, Emulation, es en realidad la abreviatura de Emu-
lation Lodge of Improvement for Master Masons (Logia de Perfeccionamiento
Emulación para Maestros Masones) que se reúne cada viernes a las 18:00 en el Freemason's Hall en Londres y de ahí se ex[68]
tiende el nombre a su particular manera de trabajar y enseñar el ritual. La Logia de perfeccionamiento fue fundada en 1823. Su objetivo era enseñar de forma exacta la práctica del ritual establecido por la Logia de Reconciliación (de la que hablaremos más adelante), tal como fue aprobado y sancionado por la Gran Logia Unida de Inglaterra el 5 de junio de 1816. El principio básico de Emulación es que nadie tiene el derecho de alterar el ritual, ni en sus palabras ni en sus gestos. Así, esta manera de desarrollar los trabajos ha llegado hasta nosotros sin variaciones. Para comprender la razón de ser de esta Logia de perfeccionamiento hay que remontarse a la primera mitad del siglo XVI, en donde surge una ruptura en la masonería británica, dando lugar a dos Grandes Logias o federaciones de logias (la Primera Gran Logia de Inglaterra y la [69]
Gran Logia de Inglaterra). Es lo que se conoce como la “Querella de los Antiguos y los Modernos”. Existió una gran rivalidad entre los dos grupos con visiones rituales divergentes. En esa época se produjeron cambios y evoluciones en los sistemas y ritos y se introdujeron hasta 1.400 grados masónicos diferentes, muchos de ellos con un simbolismo regional específico. La gran mayoría desapareció pronto. Finalmente, las dos grandes logias rivales se unieron en 1813. Así, durante unos sesenta años, conviven en Londres dos Grandes Logias, cada una con multitud de logias subordinadas por todo el mundo. La más antigua nace como tal en 1717 y ha venido denominándose de diferentes formas: Gran Logia de los Masones Libres y Aceptados de Inglaterra, Gran Logia Regular, Gran Logia Moderna e incluso Gran Logia del Príncipe de Gales (habiendo sido su Gran Maestro entre [70]
1790 y 1813, Jorge, Príncipe de Gales, que reinaría con el nombre de Jorge IV). La otra Gran Logia nace como institución en 1751. Se la conocía como la Gran Logia de los Antiguos o, más exactamente, Gran Logia de los Masones Libres y Aceptados conforme a las Antiguas Instituciones. Popularmente se referían a ellas como los Modernos (la que nace en 1717) y los Antiguos (la que nace en 1751). No nos adentraremos aquí en las diferentes razones por las que se pudieron constituir estas dos Grandes logias enfrentadas, ni en sus diferencias (por otra parte, cuestiones interesantísimas). Las dos Grandes Logias rivales diferían en sus prácticas particulares (como por ejemplo en cuanto al Arco Real de los Antiguos). Después de este largo período de separación, quizá porque los protagonistas iniciales ya habían desaparecido todos o quizá porque los acontecimientos políticos [71]
en Europa así lo aconsejaban, fue con muchas dificultades y gracias al esfuerzo de algunos de los más brillantes miembros de ambas Obediencias, que se consigue la reunificación en 1813, bajo el nombre de Gran Logia Unida de Antiguos, Libres y Aceptados Masones de Inglaterra. Sin embargo, debido a esa larga separación y a la falta de relaciones durante ese tiempo entre ambas hermandades, se habían generado innumerables diferencias en las ceremonias, en los ritos y en las costumbres. No es posible tratar aquí estas diferencias, como tampoco sus razones, ni su naturaleza. Bastará con decir que habían sido el origen de numerosos y grandes desacuerdos y para intentar conservar la armonía en el futuro, era esencial hacer prueba de gran tacto. Así, de conformidad con el articulado del texto unificador, se eligió un número igual de hermanos de ambas obediencias (nueve por cada parte) [72]
encomendándoles el propósito de realizar un trabajo de unificación, con objeto de conseguir una uniformidad del ritual y confiándoles el desarrollo de las futuras ceremonias de la Orden. Con ese fin y según una Orden del 7 de diciembre de 1813 firmada por el Duque de Sussex, Gran Maestro de los Modernos y rubricada igualmente por el Duque de Kent, Gran Maestro de los Antiguos, se creó la Logia de Reconciliación. Cuando los miembros de esta logia, después de un gran trabajo de armonización y uniformidad de las ceremonias, hubieron terminado su cometido, llegando a un acuerdo en cuanto al desarrollo de las ceremonias, se organizaron numerosas demostraciones de instrucción por todo el Reino a las que asistieron miembros de las dos antiguas Obediencias. Finalmente, el 20 de mayo de 1816 se presentó, en Tenida Oficial el procedimiento elaborado para [73]
los trabajos de apertura y cierre en los tres grados simbólicos. Entre 1813 y 1816, la logia de Reconciliación, Lodge of Reconciliation estuvo trabajando en el seno de la Gran Logia Unida con el fin de elaborar un ritual común y su demostración y enseñanza a las logias. A continuación, y una vez terminado su cometido la Logia de Reconciliación, toman su relevo en cuanto al mantenimiento de la pureza del rito, lo que vienen a denominarse logias de Instrucción, tales como la Stability Lodge que nace en 1817, o la referida Emulation Lodge of Improvement (E. L. O. I. ), en 1823. Bajo el impulso de Hermanos como Peter Gilkes o George Claret, la Logia de Perfeccionamiento Emulación conoció un desarrollo importante y se convirtió rápidamente en una referencia. A pesar de todo, la Gran Logia Unida de Inglaterra jamás publicó un ritual oficial, dejando a las lo[74]
gias la transmisión del ritual. Con el tiempo, ligeras diferencias se han ido perpetuando. Así, cuando hablamos de las prácticas de la Logia de Perfeccionamiento Emulación, nos referimos a un estilo, a una forma de trabajo de la Logia de Emulación, a una práctica de la logia de Emulación. Pero Emulación no es el único “estilo” practicado hoy en Gran Bretaña. Se habla de un “estilo” Stability o también Oxford, Sussex, Taylor… Las diferencias son mínimas, pero existen. Por eso es más correcto hablar de un Rito Inglés practicado según diferentes “workings” o “estilos”. La E. L. O. I. (Emulation Lodge of Improvement) tardará 146 años en publicar su primer ritual oficial (1969). La Gran Logia Unida de Inglaterra no ha publicado ningún ritual oficial, respetando las diferentes prácticas actuales.
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III. 2 EL ESPÍRITU DEL RITO Lo que caracteriza este Rito por encima de todo es su tradición oral. La necesidad de practicar el Ritual de memoria no se justifica hoy en día de la misma manera que antiguamente, en que se trataba de evitar que los secretos de la logia se revelasen. El verdadero motivo que subyace hoy, es la profundidad del Rito. Muchos son los Hermanos que lo han podido constatar por sí mismos: cuanto más profundi-
zan en el rito y más lo memorizan, más lo descubren y más se inician. Por ejemplo, una simple palabra puede descubrir de repente horizontes insospechados. He aquí el salario merecido del obrero constructor. Asimismo, el que lee en logia, hace trampa, sólo asimilará superficialmente el ritual. Incluso, permanecerá profano independientemente de los tamaños de los mandiles con los que llegue a revestirse. [76]
Según se ha podido leer en alguna de las versiones del Portal de Internet de la Gran Logia de España, los Hermanos iniciados en el Rito de Emulación se caracterizan por un especial apego al conocimiento y dominio del propio ritual, puesto que es éste el que configura el marco y el contenido de las Tenidas. Se puede definir este Rito como intimista, ya que es a través de la Práctica y el estudio del ritual que el Iniciado incorpora, siente, hace suyos y reflexiona sobre los muchos mensajes contenidos en los textos de Apertura y Cierre de los Trabajos de la Logia, así como en los textos correspondientes a las ceremonias de iniciación, de pase a Segundo Grado de Compañero y Elevación al Tercer Grado de Maestro. Se dice que el Rito de Emulación entronca con los usos y costumbres de los Antiguos que eran tradicionalistas y espirituales. Los HH. que trabajan en este Rito lu[77]
chan por mantener estas tradiciones y la pureza de su Rito. Un paso mal dado, un signo mal hecho, una palabra omitida o cambiada, golpes de más, golpes de menos, para un masón, deben ser siempre motivo de preocupación, puesto que la perfección en el manejo del ritual es lo que nos conecta a la parte y fuerza esotérica que pudiera tener la masonería. Podemos contemplar los ritos iniciáticos como expresiones más simples de la magia. Cada vez que entramos en un templo lo hacemos en un terreno consagrado, lo que exige todo nuestro respeto. De la misma manera, cuando nos constituimos en Logia y abrimos los trabajos, realizamos toda una serie de ritos y llamamos a las puertas de estamentos superiores. Si abrimos mal o no llevamos adecuadamente a la práctica el ritual, quizá no consigamos alcanzar esos estamentos o espacios superiores, de la misma manera que no es posible abrir [78]
una caja fuerte si no se introduce adecuadamente la combinación. Como dice el texto de la Gran Logia de España: El Rito de Emulación traza un camino a practicar, en un principio y aparentemente sin la ayuda exterior del análisis ni explicaciones provenientes de los demás hermanos. Hay que vivir el Ritual y las Tenidas. El trabajo masónico se representa como un psicodrama que deja una profunda huella en la mente y corazón del hermano, siempre que esté receptivo. A veces puede resultar desconcertante o difícil este camino para el hermano que espera obtener explicaciones de los más antiguos, al considerarlos más experimentados. Se le puede ayudar a identificar una parte de los Landmarks (Antiguos deberes, Usos y Costumbres) que deberá mantener, pero el camino es individual y personal, lo cual exige un esfuerzo intros-
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pectivo y de autocrítica a los masones que practican el Rito de Emulación. En este rito, el papel y el trabajo del Maestro de la Logia y de sus Vigilantes es de primordial importancia, pues en ellos recae principalmente la función de escenificar y transmitir en las Tenidas la esencia del ritual y su simbolismo a los demás Hermanos. En el Rito de Emulación es un deber el intentar ofrecer una ceremonia en toda su pureza a los Hermanos que se inicien, o aquéllos que son pasados a compañeros o elevados a Maestros. Para poder realizar correctamente este cometido se requieren esfuerzos en cuatro aspectos fundamentales. Primero, el Maestro y los Vigilantes han de entender la dinámica de los movimientos que tienen lugar durante las tenidas para poder guiar y dirigir a los demás Hermanos menos experimentados. Segundo, es necesario comprender y domi[80]
nar el sentido de las palabras, preguntas y respuestas que se emiten durante el ritual, para pronunciarse libremente con el tono y las inflexiones de voz adecuadas. Tercero: vivir e interiorizar las ceremonias, lo que es esencial para una correcta interpretación y transmisión del ritual. Y finalmente, en cuarto lugar y desde luego no el menos importante: la memorización del ritual. Solamente si se ha aprendido de memoria se puede interpretar, comprender y transmitir correctamente a los Hermanos una ceremonia en toda su hermosura. Es éste, el método a través del cual se transmite a los Hermanos el sentido del Rito y es así, como a su vez, se irán sintiendo inmersos en el ritual y en cada Tenida descubrirán frases y símbolos que les abrirán las puertas a la reflexión y les invitarán a profundizar en el mensaje entregado. [81]
Es en este sentido que ha de entenderse el final de la exhortación que se brinda al aprendiz después de su iniciación, invitándole a grabar de una forma indeleble
en su corazón los preceptos sagrados de la Verdad, del Honor y de la Virtud, es decir
las enseñanzas de la Institución. No obstante, A diferencia de otros Ritos, no todo el trabajo masónico se realiza exclusivamente durante la Tenida Abierta o reunión. En el Rito de Emulación cobra una excepcional importancia el ágape fraternal que sigue a la Tenida Abierta y que, de hecho, no concluye hasta que se celebra el último Brindis o Brindis del Retejador. El ágape, forma parte de la Tenida y por lo tanto tiene sus propias reglas. Su marco exterior son los brindis y el orden establecido del uso de la palabra de cada hermano. El marco interior lo conforman las palabras que aquel pronuncia, bajo la dirección del Director de Ceremonias y de [82]
acuerdo con el Venerable Maestro. Durante el ágape, todo miembro de la Logia puede y debe aportar opiniones y reflexiones susceptibles de enriquecer a los demás. Sin embargo, se trata de un rito en donde predomina el ritual sobre posibles planchas (trabajos o conferencias). No es que en el Rito de Emulación estén prohibidas las planchas en logia, sino que las reserva para las tenidas en que no hay ni iniciaciones, ni pases, ni elevaciones. Hacer predominar las planchas sobre el ritual iría en detrimento de éste. Un programa cargado de conferencias impediría iniciar los candidatos uno a uno o conducirían a realizar las ceremonias con mayor ligereza. En una ceremonia del Rito de Emulación los personajes aparentan un diálogo; diálogo que es “espontáneamente ficticio“. De ahí que persista la prohibición de leer [83]
el ritual durante la ceremonia y la del tuteo. Las ceremonias simulan conversaciones espontáneas. La idea maestra del Rito de Emulación es la de la armonía de la logia. Para así conseguirlo, se reclama una etiqueta y seguimiento del ritual estrictos, lo que igualmente explica la prohibición de conversaciones y de las interrupciones en logia abierta. Nadie debe de tomar la palabra sin antes haberla solicitado y obtenido por parte del Venerable Maestro. Es este mismo ideal de armonía que relega a los bastidores cualquier cosa que se pueda asemejar a una discusión. Los posibles problemas que puedan surgir se resuelven en el Comité de Logia, no durante una ceremonia en un ambiente sagrado. Por este mismo motivo, en las elecciones a Maestro de la Logia, la decisión ha de haber sido tomada y discutida anteriormente y sólo debería presentarse una úni[84]
ca candidatura. No es que dos candidaturas o más no sean lícitas sino que romperían la armonía de la logia y el propio espíritu del Rito se debilitaría. III. 3 ARS MEMORIAE Como acabamos de subrayar, uno de los aspectos distintivos de este Rito es su tradición oral o interpretación de memoria. Esto implica naturalmente un trabajo de memorización por parte de los HH. que ejercen como oficiales durante las ceremonias. En efecto, es a través de un esfuerzo personal y colectivo que se intenta brindar a los HH. ceremonias armoniosas y bellas. Se trata de poder ofrecer este esfuerzo a cada candidato a iniciación, pase o elevación y a la logia en general. Lógicamente este tipo de esfuerzo o trabajo implica ciertas formas o actitudes por parte de los HH. presentes: sin duda, lo primero, una actitud respetuosa y seria. [85]
No solamente se trata de respeto por lo sagrado (y recordemos que en tenida nos situamos en un espacio sagrado porque así queremos que sea) sino de consideración por los HH. que están desempeñando un oficio y en particular hacia el Venerable Maestro durante la ceremonia. Se trata no solamente de una disposición espiritual sino igualmente de una actitud práctica puesto que la interpretación de memoria del ritual requiere una concentración máxima y cualquier distracción puede hacer perder el hilo del texto. Debemos pues, eliminar cualquier comentario en voz alta o conversaciones cruzadas. Uno de los propósitos de las logias que trabajan en el Rito de Emulación es conseguir una buena interpretación del ritual y desarrollo de las ceremonias. Pero esta consecución no es algo que se improvise; todo lo contrario, se trata de un trabajo
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que los HH. han de preparar a conciencia y con mucha antelación. Las primeras inmersiones en la memorización del ritual son el aprendizaje de las Herramientas de Primer Grado y las respuestas a las preguntas de pase a Segundo Grado. En el caso de las Herramientas se trata de una costumbre muy extendida en las logias que trabajan en el Rito de Emulación, llamar al último aprendiz entrado para que narre —recite el texto— que corresponde a la explicación de las Herramientas de Primer Grado. Sin duda, se trata de un buen procedimiento para que éste último aprendiz mantenga un contacto con el ritual y al memorizar el texto se produzca en él una reflexión en torno a lo que representan estas herramientas, su significado así como al modo de enseñar propio de la masonería, utilizando símbolos y alegorías.
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El segundo esfuerzo de aprendizaje es el del estudio de las preguntas para el pase a Segundo Grado. Todo aprendiz a quien se vaya a recompensar con una subida de salario, antes de la ceremonia de Pase, habrá de demostrar, contestando a las preguntas que se le formulen, que tiene merecido su ascenso y que está convenientemente preparado. De nuevo aquí, se ha tenido que dedicar algo de tiempo y esfuerzo al aprendizaje, procurando sin duda reflexión y meditación sobre las preguntas y respuestas que se nos ofrecen y sobre lo que es la masonería y la iniciación. Tanto es la importancia que se da a poder realizar las ceremonias según requiere el Rito de Emulación que en algunas logias, se han establecido requisitos o condiciones mínimos de conocimiento del Rito para los candidatos a los Pases y Elevaciones: como por ejemplo que los Compañeros no puedan acceder al grado de Maestro sin [88]
antes haber memorizado las aperturas y cierres de Primer y Segundo Grados, lo que sin duda es lógico, beneficioso y útil para el posterior desarrollo del Hermano. Igualmente en este sentido, se conviene que el H. que haya sido admitido a grado de MM. aprenda la apertura y el cierre de Tercer Grado y más adelante los papeles de Guarda Templo Interior y Segundo Diácono. Por otra parte, en las logias se suelen desarrollar talleres de instrucción o de repetición en dónde HH. más experimentados ayudan a los maestros más jóvenes a aprender sus oficios. Poco a poco, el Hermano va memorizando cada una de las partes del ritual y así, si el día de mañana la logia le considera digno de desempeñar un determinado oficio, sin duda una gran parte del aprendizaje estará ya realizado. En realidad se trata de que cada hermano vaya aprendiendo [89]
y memorizando el ritual como si un día fuera a ser elegido Venerable Maestro de su logia. Pero ¡Ojo! Con esto no estamos expresando que el objetivo de un masón sea el de llegar a Venerable Maestro. ¡Por supuesto que no! (aunque si el hermano fuera designado por su logia para cumplir este oficio habiendo seguido las pautas de memorización, habría conseguido ya una importante parte de su trabajo). No obstante hay que reconocer que ya no estamos en los tiempos del nacimiento de la masonería moderna en el siglo XVI. La sociedad ha cambiado drásticamente desde esa época: las ocupaciones son miles y las personas vivimos a un ritmo acelerado, disponiendo de momentos contados para reflexiones u ocupaciones sosegadas, como podría ser la memorización de un ritual. Estas circunstancias dificultan el aprendizaje del texto. Así, no cabe espacio en la logia para juzgar a un Hermano por [90]
lo bien que interprete su oficio en la ceremonia, bastará con apreciar su esfuerzo sin importar lo bien que ha resultado su papel. Significa que como masones del Rito de Emulación, hemos de hacer el esfuerzo de aprendernos el Ritual pero también hemos de ser comprensivos y jamás realizar comentario negativo sobre un Hermano que habiendo trabajado el Rito, haya cometido algún error. Para conseguir aprender el ritual —sobre todo el oficio de Venerable Maestro, puesto que él tiene el papel más largo— lo más importante es generar la costumbre de aprendizaje. No se trata de dedicar horas y horas de estudio pues si se realiza con antelación, con unos pocos minutos al día, será suficiente. Desde un punto de vista práctico, son multitud, los métodos personales que han ido desarrollando los HH. para memorizar el ritual: desde dedicar cada día el tiempo del trayecto hasta el lu[91]
gar de trabajo, realizar grabaciones en cintas, Cds o soportes de Mp3, escuchándolo luego en el coche o mediante cascos, generar fotocopias reducidas, generar textos con una la inicial por palabra del ritual (muy eficaz como sistema de revisión), ir aprendiendo una frase adicional por semana, etc. De nuevo, lo importante es la continuidad en el esfuerzo. No es difícil, basta con proponérselo con algo de disciplina y empezar cuanto antes, sin esperar a ser nombrado Vigilante o propuesto a Venerable Maestro. Muchos se han visto sorprendidos por lo que finalmente han conseguido. Cabe comentar la tradición en la Emulation Lodge of Improvment Nº 256 que ofrece una Caja de Cerillas de plata a cada Hermano capaz de trabajar (recitar) una ceremonia sin ningún error ni equivocación (por supuesto, nos estamos refiriendo al Ritual de Emulación en inglés). Se en[92]
trega el obsequio o trofeo con una grabación por la ceremonia recitada y por cada ceremonia adicional (hasta cuatro, primero, segundo y tercer grados e Instalación) se realiza una anotación adicional. A principios de 2010 y desde 1897 se han entregado alrededor de 350 trofeos, siendo 120 el número de HH. que han sido capaces de conseguir las cuatro ceremonias y por lo tanto, obtener el trofeo con las cuatro anotaciones. (http://www.emulationritual.org/) Se trata sin duda de casos extremos en cuanto al conocimiento del ritual pero desde luego demuestran hasta qué punto hay HH. capaces de imbuirse del espíritu del rito manifestando su apego y fidelidad al ritual. Sin embargo, de lo que se trata es de poder memorizar el ritual lo mejor que cada uno pueda o sea capaz de hacerlo. De nuevo, es al realizar este esfuerzo que el Hermano de Emulación irá descubrien[93]
do por sí mismo las enseñanzas ocultas del ritual y los muchos mensajes velados que forman parte del texto y movimientos y que difícilmente se pueden adivinar a primera vista. Desde luego, se trata de un trabajo personal que se ofrece a los demás hermanos en busca de la belleza y la armonía de la ceremonia pero que igualmente redunda en beneficio propio.
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CAPÍTULO IV
El Ritual IV. 1 APERTURA DE LOS TRABAJOS, SUSPENSIÓN, REASUMO, CLAUSURA La Apertura y la Clausura de los Trabajos conforman, junto con la Suspensión y el Reasumo de los mismos, un engranaje de piezas imbricadas que asegura el cierre hermético de la logia una vez que se ha puesto en marcha. La apertura de la logia da lugar a un tiempo y a un espacio sagrados envueltos en una cápsula protectora, que separa o
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aísla a los masones participantes en la tenida, del mundo profano. El ritual no es la mera recitación de un texto, también transporta un significado operativo pues la logia no es otra cosa que al antiguo Taller del gremio de los constructores. Sólo ha cambiado la naturaleza del trabajo que ahí se desarrolla. Así, una Tenida, no es más que un día de trabajo dedicado a la construcción: empieza al alba; una vez comprobado que la logia está a cubierto y que todos los ahí reunidos son masones, componentes del gremio, el Maestro abre los trabajos. De la misma manera que el Sol se levanta por el Este para abrir el día, al Maestro, situado en el Este, le corresponde abrir la Logia, para la instrucción de los HH. en francmasonería. El diálogo que se desarrolla entre él y los Vigilantes corresponde a la puesta en funcionamiento del engranaje citado, de un dispositivo en dónde se asigna el papel de [96]
cada oficial con precisión operativa y se penetra definitivamente en un espacio sagrado. Cuando los trabajos llegan a su fin, el Maestro de la Logia, ayudado por los demás Oficiales del Taller, procede a la clausura de los mismos, a su cierre y recogimiento, lo que se hace, como todo en la Masonería, de manera ritual y simbólica. Con esa clausura o cierre, la Logia ha cumplido su ciclo de manifestación, habiendo desarrollado hasta llegar a sus propios límites (señalados por el tiempo simbólico) todas las posibilidades en ella contenidas, y la luz, cuya irradiación ha iluminado esos trabajos, se repliega progresivamente en sí misma, retornando así al origen o principio de donde brotó. La Logia, imagen simbólica del mundo, ritualiza con ese doble movimiento de la apertura, y de la clausura, la cadencia del ritmo universal. A todo nacimiento le si[97]
gue un proceso de expansión y desarrollo, en cuyo final se inicia un período inverso de contracción, y finalmente extinción. A este respecto, la clausura de la Logia coincide con el "fin del día", el cual es en sí mismo un ciclo completo análogo a ciclos más grandes, en los que está incluido. La clausura de los trabajos o cierre de la logia, se lleva a cabo una vez terminada la tarea del día, es decir, al atardecer. Por esta razón es el Primer Vigilante quien, situado en el Oeste y representando al sol en su ocaso, ha de pronunciar las palabras de la clausura. Su sitio se corresponde con el de la segunda Luz Segundaria, la Luna. Su trabajo habrá terminado al cerrar la logia por orden del Venerable Maestro, después de haberse asegurado de que cada Hermano ha recibido lo que le corresponde y en nombre del G. A. D. U. A las doce del mediodía (cuando la posición del sol está en su meridiano, dice [98]
nuestro ritual) ha de llamarse a los Hermanos del trabajo al descanso y una vez que ya ha pasado la hora, ha de llamarse a los Hermanos del descanso al trabajo. Este papel corresponde al Segundo Vigilante, situado al Sur en dónde representa al Sol en su meridiano. En un primer momento, dice el Cuaderno de Instrucción de la G. L. N. F., sólo existía un Vigilante y una de sus atribuciones era el de repartir el salario al atardecer. Esta figura es el antepasado de nuestro Primer Vigilante. La aparición del Segundo Vigilante es posterior. Su papel principal era el de vigilar a los obreros durante el descanso. De ahí sus actuales atribuciones e incluso frases —de clara connotación operativa— como: quedad al alcan-
ce de la voz con el fin de regresar a tiempo…
Cuando la logia está trabajando, el Primer Vigilante mantiene su columna levan[99]
tada, indicando en ese momento su autoridad y cuando la logia está en descanso (o suspendidos los trabajos), la sitúa horizontalmente mientras que el Segundo Vigilante levanta entonces la suya, indicando que es el Intendente de la logia en ese momento. Nunca las dos columnas se encuentran levantadas a la vez. Una vez cerrados los trabajos, después de la oración final, solamente queda a los Hermanos encerrar los SS. en un lugar seguro, es decir, en sentido esotérico, en su corazón. IV. 2 CEREMONIA DE INICIACIÓN IV. 2. 1 PREPARACIÓN DEL CANDIDATO La palabra “iniciación” viene de initium que significa principio. El iniciado es aquél que ya ha tomado la salida o, usan[100]
do una imagen masónica, una piedra ya “comenzada”. Es natural que un candidato, al llegar, sienta algo de aprehensión ante el misterio. En realidad, la preparación psicológica del candidato empieza bastante antes de la ceremonia. La hora anterior que precede a la ceremonia entraña una gran importancia. En este sentido, hemos de tener en cuenta algunos aspectos prácticos: a) Si se cita al candidato en la puerta del Templo, algún hermano ha de estar esperándole o al menos habrá de haber comunicado su nombre y la hora de su llegada al guarda o recepcionista. (Esta situación variará según la ubicación de las logias). Otra posibilidad por la que desde luego nos inclinamos, es citar al candidato en un sitio cercano (la recepción o cafetería de un hotel puede ser perfecta) y mandar a un hermano a buscarle, como el Guarda Exterior, su padrino o alguno de [101]
sus aplomadores. En todo caso se trata de evitar, en la medida de lo posible y sin que esto se convierta en excesiva rigidez, que el que va a iniciarse conozca a los que luego verá en Logia. Es igualmente conveniente que esté solo hasta que se le vaya a buscar pues en esos momentos es positivo que se cree en él una predisposición a la reflexión, emoción o incluso incomodidad respecto a la decisión que ha tomado. b) Una vez llegada la hora convenida, se introduce al Hermano en las dependencias de la Logia. Para entrar conviene ya colocar la v. en los ojos y que un hermano ejerza de lázaro hasta llevarle al cuarto en el que se le preparará para la ceremonia. No hay nada de ritual o en todo esto, se trata solamente de la costumbre de la logia en particular y de las logias que trabajan en Rito de Emulación en general. c) Así, mientras se prepara al iniciando, algunos opinan que debe de permanecer [102]
con la v. sobre los ojos y eso hasta que se le introduzca en el templo y llegue el momento adecuado. Otros sin embargo, creen que puede ser demasiado tiempo y discrepan en esta costumbre. En todo caso, si se hace, representa muchas ventajas en cuanto a la impronta que ha de ejercer la ceremonia sobre el candidato, sobre su estado de concentración y el impulso que producirá en otros sentidos al verse privado de uno de tan gran importancia para la percepción. Bien sabemos que muchos HH. piensan que todo esto sobra, que tantas precauciones son innecesarias y que el contenido de nuestras ceremonias, al fin y al cabo ya ha sido reproducido y cualquiera se lo puede procurar y consultar en La FNAC o la Casa del Libro, a lo que respondemos lógicamente que por qué no van entonces a iniciarse a La FNAC o la Casa del Libro.
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La v. aparece a menudo en los ritos iniciáticos. Por lo general, nos recuerda que en el mundo físico llegamos primero desde la oscuridad a la luz y sólo a continuación, al mundo intelectual y finalmente, al espiritual. Entramos en masonería buscando la luz; es decir para intentar comprender, a través de los símbolos, quién es en realidad, el G. A. D. U. Los ritos preparatorios están cargados de simbolismo y de historia. Aislado, tan sólo acompañado por sus pensamientos, el candidato permanecerá en el silencio de un lugar cerrado, debiendo empezar su preparación. El hermano que le esté adecuando procederá al rito del despojo de los metales, es decir que le retirará cualquier objeto metálico que lleve encima, así como su cartera, reloj, chequera, dinero suelto… cualquier objeto de valor. Posteriormente se le dará una primera explicación de este despojo: en sentido fi[104]
gurado, la entrada en la masonería se realiza desnudo. Deberá recordarlo. En un sentido más profundo, podemos percibir una referencia bíblica. El Libro de Reyes (VI, 7) nos dice que durante la construcción del Templo, se traían las piedras ya preparadas: cuando edificaron el templo,
usaron piedras enteras labradas en las canteras, de manera que mientras lo construían, no se oía en el templo el ruido de martillos, hachas, ni otras herramientas de hierro. En el templo no se oía ningún ruido de martillo, ni hacha, ni de ninguna otra herramienta metálica… Quien profundice en este párrafo podrá descubrir el sentido esotérico del ritual. En la Sección Segunda de las Lecturas de Primer Grado, el candidato, al ser preguntado, explica que fue despojado de sus metales con objeto de no traer a la L. nada de ofensivo o defensivo que pudiera enturbiar la armonía. [105]
El candidato se encuentra ni desnudo, ni vestido. Este es otro símbolo de indigencia que sumado al anterior, hace referencia al estado de todo ser humano en su entrada a este mundo: los hombres son iguales por naturaleza. Desde entonces, serán dependientes los unos de los otros. El simbolismo de la v. en los ojos se entiende sin dificultad: es la ceguera del profano. El brazo derecho representa esencialmente al brazo del trabajo. De esta manera se explica que aparezca descubierto, pues es el del constructor. Se ha querido explicar la desnudez del seno izquierdo recordando que es el lado del corazón. Otros han pretendido ver aquí una mera preparación a la posterior aplicación del puñal. Sin embargo, probablemente el verdadero y único motivo — como ha sido demostrado por el sentido de textos antiguo— es que el candidato debía de demostrar que era varón. [106]
La soga alrededor del cuello ha sido comparada por estudiosos del Rito escocés, al cordón umbilical, siendo la iniciación una clase de segundo nacimiento. Algunos bebés vienen al mundo con el cordón umbilical alrededor del cuello, lo que les puede provocar una muerte por estrangulación. El cordón umbilical, nexo del feto con la madre durante la gestación, puede convertirse también en un peligro como cuando, como soga alrededor del cuello, le impide el inicio de la vida. Sin embargo, dicen otros como el Cuaderno de Instrucción del Aprendiz del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa, que en el contexto del rito de Emulación, esta interpretación no es válida, pues en todo caso, sería alrededor de la cintura que la soga hubiera debido de atarse, para que esta explicación fuera aceptable.
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El verdadero sentido sigue siendo poco claro y discutido, incluso no convence suficientemente la razón aducida al candidato por el propio Venerable Maestro en su explicación de los tres grandes peligros. El sentido original de este rito se pierde en la noche de los tiempos. No obstante, algunos, como John S. M Ward, en su Manual del Aprendiz, (The Entered Aprentice’s Handbook), nos recuerda que el nudo corredizo es una alegoría de la muerte. Se fija al cuello de los prisioneros para mostrar que están a la merced de los vencedores, de sus amos. La imaginación de los ritualistas también ha recurrido a la leyenda de Jasón, enviado por su tío Pelías a la conquista del Toisón de Oro para explicar el rito de la zapatilla. Aquél fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hom-
bre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono. Según ellos el [108]
Toisón de Oro sería el tesoro de la Iniciación y el hombre con un pie descalzo, el iniciado. Quedaría por explicar por qué se ha calzado ese pié con una zapatilla. Para algunos, de nuevo encontramos aquí una alusión bíblica: para los hebreos, el hecho de desabrochar el zapato y entregarlo a un contratante era una prenda. Lo podemos leer en el pasaje en que Boaz se compromete a tomar como esposa a Ruth (Ruth, IV, 7-9): Había ya de largo tiempo la cos-
tumbre en Israel, tocante a la redención o contrato, que para dar vigencia a cualquier negocio, uno se quitaba el zapato y lo daba al otro. Y esto servía de testimonio en Israel. Y el pariente redentor dijo a Boaz: Adquiérelo tú. Luego se quitó la sandalia. Algunos creen que el candidato está en zapatilla porque va a pisar un suelo sagrado, de la misma manera que en el Islam, la gente se descalza para entrar en las mezquitas, para otros se trataría de una [109]
nueva referencia a la pobreza y la indigencia simbólica del candidato. Durante la preparación del candidato, el Guarda Templo Exterior podrá dialogar con él y tranquilizarle, si lo necesita. Le podrá explicar que todos los masones hemos pasado semejantes pruebas y que confíe ciegamente en el Segundo Diácono que le acompañará durante todo el desarrollo; que las pruebas que pasará no tienen nada de novatadas y que la naturaleza de la ceremonia es profunda y solemne. Es esencial que el candidato se encuentre receptivo, resultado que sólo se obtiene si se encuentra relajado. Un error consiste en bromear con él, para distender el ambiente. La actitud de los que lleguen a estar con él antes de la ceremonia ha de ser en todo momento, seria. Igualmente, mientras que el candidato espera a solas en la pieza en la que se le ha instalado, es conveniente que los HH. hablen en voz baja y [110]
por supuesto, que eviten risas y conversaciones en alto. Toda esta parafernalia o protocolo que, con sus variantes, realizan las logias, solamente es una ayuda para crear una atmósfera adecuada a la ceremonia de iniciación del candidato y a su preparación psicológica. IV. 2. 2 TRES GOLPES EN LA PUERTA DE LA LOGIA Una vez preparado el candidato, el Retejador o Guarda Templo Exterior llama a la puerta de la Logia dando tres golpes solemnes. Algunos han creído ver en esto un vestigio de un antiquísimo rito de invocación a la Santísima Trinidad. Otros han encontrado un sentido no menos religioso pero sí más literal: pedid y se os dará. Llamad y se os abrirá. Buscad y encontraréis. (Mateo, 7, 7) Otra interpretación ve en el primer golpe la Ley primitiva, en el segundo, la ley mosaica y en el tercero, la [111]
Ley revelada por el Verbo encarnado. En todos estos casos, la interpretación esotérica del Rito sería cristiana. La Francmasonería no hace de ninguna de estas interpretaciones la verdad oficial. Tampoco las rechaza. Sin embargo su enseñanza pretende seguir en el ámbito de lo simbólico y respeta la opción interior que será la del iniciado. Todo símbolo es susceptible de cobijar más de un sentido. En realidad, todas estas explicaciones pueden entrelazarse o superponerse en una simbiosis mental que otros significados podrán enriquecer. Una vez escuchados los tres golpes contra la puerta, es el Guarda Templo Interior, intermediario entre el mundo sellado o cerrado que es el de la logia, y el mundo exterior, quien abre o, más exactamente entreabre la puerta. Su papel simbólico es el de informador. Habiéndose cerciorado, bajo su única responsabilidad, de que el [112]
candidato está convenientemente preparado, traslada las preguntas de quién solicita su admisión y de cómo el candidato espera obtener esos privilegios, es decir de cómo pretende convertirse en francmasón. Su respuesta, digna de la sobriedad del Rito de Emulación es todo un ejemplo de concisión, de profundidad condensada, y encierra en pocas líneas, la exposición más completa que se puede realizar de las condiciones necesarias para que una candidatura sea aceptada en la masonería. Una vez que el Guarda Templo Interior haya cerrado la puerta con llave (o haya echado el cerrojo), el diálogo mantenido entre él y el Guarda Templo Exterior se repetirá ahora de forma parecida con el Venerable Maestro y a continuación se abrirán las puertas del Templo (se deben abrir ambos batientes; gesto no carente de simbolismo).
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IV. 2. 3 ADMISIÓN DEL CANDIDATO En el umbral de la entrada de la Logia, el Guarda Templo Interior deja que el candidato avance entre los dos diáconos hasta que su progresión se vea detenida por la punta de un p. sobre su s. i. d. Al constatar la respuesta afirmativa del Candidato a la pregunta de si ha sentido algo, el Guarda Templo Interior muestra de forma ritual que ha cumplido con su deber. El Guarda Templo Interior no debe temer causar un pequeño dolor inherente a su deber... Este rito forma parte de la Iniciación. Para John S. M. Ward, puede significar muchas cosas, como el dolor que siente el niño al pasar de su madre al mundo físico. Para él, es una forma de poner a prueba nuestro valor y nuestra obediencia. En todos los ritos iniciáticos primitivos, existen pruebas físicas dolorosas y si el candidato no es capaz de soportarlas con valor, será rechazado. [114]
Se han dado diversas explicaciones a este extraño rito. G. W. Bullamore se remonta a los masones operativos y defiende la hipótesis de que aquí se trata de una precaución ante un conjuro, dirigida a ahuyentar algún espíritu maligno para el caso en que hubiera tomado la forma humana del candidato.2 El Venerable Maestro al referirse a los tres grandes peligros, proporcionará igualmente un significado dramático a este gesto del Guarda Templo Exterior. Hoy en día prevalece la explicación que bajo una puesta en escena arcaica de este rito, subyace una advertencia que podría traducirse como sigue: si sus intenciones
son impuras, serán desveladas. No perseveréis.
2 En Magia, la punta de la espada ahuyenta las
larvas coaguladas [115]
En otros ritos, la impresión física que el candidato declara haber sentido es comparada con la tortura moral que resiente la conciencia de los perjuros. El Segundo Diácono debe de tomar la mano derecha del candidato y no soltarle mientras que permanezca en un estado de ceguera.3 (Se han visto casos en que el candidato ha tropezado, golpeado o incluso se ha quemado con una vela por indolencia de su guía.) Una vez cerrada la puerta, se pregunta solemnemente al candidato si es un hombre libre y mayor de edad. Algunos defienden que se está haciendo referencia a la libertad moral del candidato. Sin duda 3 En realidad sí hay dos momentos durante la
ceremonia en los que el Segundo Vigilante soltará la mano del candidato: durante la Oración Inicial y durante la Obligación o Juramento. [116]
ésta es necesaria para formar parte de la Institución pero en este caso se trata de una cuestión anacrónica que deriva de la masonería operativa pues hoy ya no existen esclavos. Sin embargo, esta pregunta no debe abandonarse pues incluso desde un punto de vista psicológico transmite al candidato la carga de la lejanía histórica en que se origina nuestra fraternidad a la que pretende unirse. Por otra parte, no olvidemos que en la Edad Media un aprendiz debía de trabajar durante siete años, para su Maestro. El no tratarse de un hombre libre hubiera representando un grave peligro para la Hermandad pues el dueño del siervo podía reclamarlo en cualquier momento y obligarle a trabajar para él, a revelarle los secretos que hubiese aprendido de los masones, pudiendo incluso establecerse por su cuenta, como trabajador independiente, fuera de la Hermandad. [117]
La segunda pregunta habla de mayoría de edad, que será la que dicte nuestro Código Civil, hoy dieciocho años, pero también habla de edad madura (traducción del ritual inglés Of mature age). Hoy en día, independientemente de que la mayoría de edad del país sea de dieciocho o de veintiún años, un hijo de un masón, es decir un lobato, tiene el derecho a unirse a la masonería a los dieciocho años. IV. 2. 4 LA ORACIÓN El primer deber de los futuros hermanos del candidato es el de orar por él. Se le invita a arrodillarse y el Venerable Maestro pronuncia una muy bella oración en dónde se ruega por una bendición para los Trabajos, primero, y a continuación para el neófito. La versión conocida más antigua de este rezo aparece en las Constitutions de Pennell, publicadas en Dublín en [118]
1730 y termina con una referencia abiertamente cristiana que podría recordar al Rito Escocés Rectificado pero sólo fue usada en Irlanda. La adoptada por los ritos ingleses, como el de Emulación termina con “…afín de que pueda [el candida-
to], con la ayuda de los secretos de nuestro Arte Masónico, descubrir mejor las bellezas de la verdadera piedad, en honor y gloria de Tu Santo Nombre.” Esta fórmula
respeta la libertad religiosa, pero transmite con fuerza que la Iniciación Masónica que ha de descubrir el iniciando, es esencialmente religiosa. Antes de lanzarse en el camino de la Iniciación, en dónde las pruebas a las que va a ser sometido no son más que símbolos, el Ritual de Emulación quiere que se realice una pregunta al candidato: cuándo os
encontráis en dificultad y en peligro ¿En quién ponéis vuestra confianza? La res-
puesta no deja lugar a dudas y la conclu[119]
sión del Venerable Maestro aún menos: el candidato ya se puede levantar, sabe dónde va y hacia dónde la Francmasonería le quiere conducir. Cuando el candidato haya respondido: en Dios, los Diáconos no han de tener prisa en levantarle sino que han de esperar a que el Venerable Maestro termine su frase. IV. 2. 5 LA DEAMBULACIÓN El Venerable Maestro informa a continuación a los hermanos del Norte, del Este, del Sur y del Oeste del rito que a continuación se desarrollará. ¿A qué vienen estas precisiones topográficas aparentemente inútiles? El Cuaderno del Aprendiz del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa explica que la respuesta esotérica a esta cuestión es que se trata de una alusión a la universalidad de la Orden. No se trata aquí, expresa, de una re[120]
ferencia a los puntos cardinales del templo. Por su parte John S. M. Ward piensa que el aspecto que hay que destacar de este momento es que precisamente, el candidato realiza un recorrido específico, siguiendo la orientación solar. Si no ¿de qué se mencionan precisamente en este orden, los puntos cardinales y no como se hace habitualmente (Norte, Sur, Este y Oeste)? El candidato comienza aquí el viaje simbólico de su vida. La deambulación (o incluso circundeambulación o perideambulación)4 es un pa4 Según el Diccionario de la Real Academia Es-
pañola de la Lengua, el término deambulación es la acción de deambular, es decir (siempre según el DRAE), andar, caminar sin dirección determinada. En realidad, la deambulación que realiza el candidato sí tiene una dirección y un objeto determinados, luego quizá la palabra no sea del todo apropiada, al no transmitir com[121]
seo circular y solar, paseo que representa la vida. Conocemos ya este rito de la masonería de la liturgia de la coronación de los reyes, en el que lleva el nombre de presentación. Se trata de una identificación solemne. El ritual de Emulación precisa que tiene como propósito dejar claro que quien va a deambular es el candidato, depletamente el sentido. Existen otras posibilidades. Podríamos utilizar el verbo circundar: cercar, rodear (DRAE) y de ahí la palabra circundeambulación, que sí conlleva el sentido de círculo. También podríamos utilizar el prefijo peri, que significa: alrededor, con el que obtendríamos el término perideambulación. En ambos casos encontramos una dirección circular al trayecto, sentido del que carece la palabra que se suele utilizar para nombrar a estos viajes, deambulación. Finalmente, recordemos que el DRAE recoge igualmente otra palabra que podría ser adecuada como circunvalación, que es la acción de circunvalar, es decir, cercar, ceñir, rodear una ciudad, una fortaleza, etc. [122]
bidamente preparado, pero también dice que, una persona digna de ser recibida masón. El adjetivo digno no traduce aquí todo el significado de la palabra en inglés “fit to be made a mason”. Las palabras apto o adecuado quizá se adapten mejor al sentido. No es ni la moralidad, ni la dignidad interior del candidato lo que los presentes podrán juzgar visualmente. El verdadero significado —que la palabra inglesa fit traduce exactamente— viene del hecho de que en la antigüedad se invitaba a la logia a observar una ausencia de defectos físicos en el candidato, pues en este caso impedían su admisión. De nuevo aquí, nuestro Ritual demuestra como la impronta operativa ha quedado grabada en su espíritu. En definitiva, con el fin de entender el significado de estos paseos ante los Vigilantes, hay que tomar en consideración la razón por la que se realizan las deambula[123]
ciones. Son dos: para mostrar que está convenientemente preparado y para mostrar que no tiene defectos físicos y es apto para convertirse en masón. El candidato está ciego. Sin embargo, un brazo misterioso le guía. El candidato que simbólicamente ha tomado la vía iniciática, a pesar de su ceguera, avanza y deambula por la logia escuadrándola, es decir, con rectitud. El brazo que le facilita el paseo —para quien quiera profundizar en el significado de los símbolos— es el de la de la masonería en sí misma. No podemos dejar de recalcar la importancia del papel del segundo diácono y no es raro que un masón recuerde toda la vida al que fue su guía en su iniciación. Deberá llamar a dos puertas invisibles, una en el Sur y otra en el Oeste. Su guía sabrá indicarle las respuestas adecuadas. Las palabras que le permitirán progresar serán las mismas que ya le han servido [124]
para penetrar en el templo y finalmente será el Primer Vigilante a quién nuestro ritual encomienda ser quien presente al candidato. Así, no podemos pasar por alto uno de los aspectos que, de siempre, más se han comentado en torno al primer grado ¿Tiene este primer grado palabras de paso? Muchos dicen que no; el ritual no se pronuncia. Sin embargo, dada la estructura de la ceremonia y sus diferentes ritos, parece que en efecto, sí podrían existir palabras de paso en este grado. En realidad estas palabras nos son transmitidas en la logia misma aunque muchos hermanos no se hayan dado cuenta. Las palabras son:
libre y de buena reputación (free and of good report).
Desde un punto de vista práctico, la deambulación ha de ser lenta, solemne. El Primer Vigilante sigue al Segundo Vigilante y al candidato hacia el Noroeste y [125]
sube hacia el Este y entrega discretamente el p. —que ha recibido del Guarda Templo Interior—, al Venerable Maestro. El Segundo Diácono, a continuación, ha de guiar al candidato hacia los sitiales respectivos de los Vigilantes. Después de haber llamado por tres veces sobre el hombro de los Vigilantes, éstos han de tomar su mano derecha y levantarla significativamente. IV. 2. 6 LA PRESENTACIÓN El Primer Vigilante habrá de anunciar el nombre y apellido(s) del candidato de una manera clara y sin equivocarse ni dudar. No se puede causar peor efecto de entrada a un candidato que haciéndole oír su nombre cambiado o alterado. Pensemos que si hay algo con lo que todos los humanos nos sentimos ligados o identificados es, por encima de cualquier otra cosa, nuestro nombre. Y así, oírlo deformado [126]
puede generar en el candidato una impresión de displicencia y de pérdida de protagonismo negativa para las sensaciones que ha de percibir en su ceremonia de Iniciación. Los Hermanos que deban de enunciarlo durante la ceremonia han de aprendérselo correctamente o en su caso, tenerlo escrito, sabiéndolo pronunciar adecuadamente. Una vez presentado el candidato al Venerable Maestro éste, antes de continuar la ceremonia, se cerciora por última vez, de la correcta actitud del iniciando formulándole tres preguntas. Las deberá de anunciar sin realizar ninguna pausa en medio de la frase, para que al candidato no se le ocurra interrumpir antes de haber acabado. Por el contrario, si el candidato duda o queda callado, el Segundo Diácono le puede apuntar que responda pero jamás incitarle a dar una respuesta afirmativa o a decir lo declaro. No olvidemos [127]
que en ese momento el candidato aún es libre de decir No, en cuyo caso la ceremonia deberá suspenderse. Se trata de tres preguntas claras e incisivas, que no dejan lugar a equívocos, usando par ello palabras contundentes. El objetivo es conocer la vocación del candidato. Todo lo que la Orden puede esperar de él o incluso exigir a un futuro masón queda aquí condensado. Nótese que todavía no se le pide un juramento, su palabra de honor basta. En realidad, comenta John S. M. Ward, estas preguntas son muy importantes. Son el último examen antes de que se permita al candidato avanzar hacia el Este para recibir la Luz y empezar el camino que comienza en la iniciación. Son preguntas muy agudas: se pide al candidato que declare de forma solemne que viene en busca del conocimiento por él mismo y no porque otros se lo han pedido; por un sin[128]
cero deseo interior de ayudar a la Humanidad y no por razones indignas. Finalmente se le avisa que el camino no resultará fácil y que ha de ser paciente, persistente, prudente y valiente para alcanzar su fin. Habiendo contestado el candidato de forma satisfactoria, el Primer Vigilante podrá pedir al Segundo Diácono que enseñe al Candidato a avanzar hacia el pedestal (es decir, hacia la Luz) en la forma debida. IV. 2. 7 LA MARCHA HACIA EL PEDESTAL A continuación el tono se torna solemne. Por orden del Venerable Maestro, el Primer Vigilante pide al Segundo Diácono que muestre al candidato como avanzar hacia el pedestal en la forma tradicional. El Segundo Diácono debe portar su vara siempre en posición vertical, perpendicularmente al suelo. No hay nada menos elegante que columpiarla, dar golpecitos [129]
con ella en el suelo o apoyarse indolentemente en ella. Por otra parte, deberá evitar utilizarla para corregir la posición de los pies del candidato. Todo avance es una progresión (viene de progredi, avanzar) y simbólicamente, es un progreso. El candidato deja tras de sí, el Oeste, el exterior, es decir, el mundo profano, y se dirige hacia el Este. Su marcha hacia adelante se desarrollará, sin embargo, en varias fases que sugieren las etapas del conocimiento humano. El primer paso es aún vacilante y muy corto. En el segundo, se crece. El tercero y último será el definitivo, luego el más largo. El fin de estos tres pasos distintos es el Pedestal. Cuando el candidato llegue, para poder arrodillarse sin avanzar más, su paseo habrá terminado y alcanzado su propósito, un arrodillamiento lleno de simbolismo.
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Cuando el masón acceda a los grados siguientes, comprobará que en cada uno de ellos un recorrido particular simboliza la enseñanza del propio grado. Es importante para la conveniente puesta en escena del ritual, que el Segundo Diácono conozca bien su papel y que lo pueda recitar de memoria. No hay nada menos estético que ver un Diácono con el Ritual abierto en una de sus manos y leyendo durante la ceremonia. IV. 2. 8 ADVERTENCIA DEL VENERABLE MAESTRO La iniciación va a instruir al candidato en los misterios de la Orden y conferirle los privilegios que solicita. Se acerca ya la revelación simbólica del Gran Secreto. En palabras del Cuaderno de Aprendiz del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa, no es de naturaleza mágica, sino la revelación de una ascesis nueva [131]
que para prosperar necesita el secreto como el aparato respiratorio necesita aire. Antes de comunicar este privilegio, la Orden exige del futuro masón, un juramento. Si bien el masón no puede revelar al candidato lo que es la Francmasonería hasta que éste haya prestado un juramento, sí puede por el contrario decirle lo que no es. En consecuencia le anuncia que el juramento que va a prestar, no va contra sus deberes civiles, morales o religiosos. El hombre es libre y se exige que así sea. En esos momentos todavía puede abandonar, cosa que en algunos casos se ha producido. Si persevera, nada más se opondrá a su iniciación. IV. 2. 9 OBLIGACIÓN O JURAMENTO DEL CANDIDATO
Los Vigilantes cruzan sus varas por encima del candidato. Para poder situarse en Oriente deben, como en la Oración inicial, [132]
pasar su vara a la mano izquierda (únicas veces en dónde así se realiza). Se invita al candidato a arrodillarse sobre su r. i. haciendo escuadra con su p. d., situando su m. d. sobre el V. L. S. sosteniendo al mismo tiempo un C. con su m. i. una de cuyas pu..s se dirige contra su s. i. Sus cuatro miembros quedan así inmovilizados en una posición complicada. Según algunos comentaristas del ritual, no se trata de un rito muy antiguo. Se mencionan testimonios en logias inglesas del s. XVIII en los cuales se describe al candidato de pie, sujetando el V. L. S. con su m. i. abierta, posando su m. d. por encima, posición que se sigue conservando en otros ritos. Para John S. M. Ward, el hecho de que nuestra r. i. esté d. es debido precisamente a que es sobre ella que nos apoyamos al realizar este juramento solemne, estando así, la carne de nuestra r. i. en contacto directo con la Madre Tierra. [133]
Habiendo pronunciado su nombre y apellidos, el candidato presta juramento sobre el V. L. S., la E. y el C., es decir sobre las tres Grandes Luces de la Francmasonería. El V. L. S. es la principal y cuando la luz física le es devuelta, el conjunto que forman, se exponen a su vista de forma casi brutal: la iniciación es un choque. El Venerable Maestro se dirige al candidato: estáis desde hace tiempo en la os., en
vuestra situación presente ¿Cuál es el deseo predominante de vuestro corazón? Es
el momento culmen de la ceremonia. De alguna manera, es como si el V. M. recogiera todas las promesas y contestaciones anteriores del iniciando: que está aquí por su propia voluntad, guiado por el sincero deseo del conocimiento, habiendo sido puestas a prueba su humildad y su obediencia Es el momento más importante de la ceremonia. Aquí se requiere un sincronismo [134]
perfecto entre el V. M., el Segundo Diácono y la música (si se dispone de ella). El Venerable Maestro realiza tres movimientos que acompañan a sus palabras: el primero de derecha a izquierda, el segundo de abajo a arriba y el tercero de arriba abajo. El Segundo Diácono, a la vez, retirará con un movimiento rápido, la venda del candidato. Si por casualidad, el candidato se levantara prematuramente, el Segundo Vigilante le hará volver a la posición de rodillas. De la misma manera, si en vez de mirar hacia el V. L. S., dirige su mirada hacia el Venerable Maestro, el Segundo Vigilante le reclinará suavemente la cabeza. Es en ese momento que el candidato es despojado de su carácter de profano y queda revestido con la calidad masónica, incluso antes de que los secretos le sean desvelados; hasta el punto de que si un hombre falleciese en este momento, antes [135]
de haberlos conocido, habría muerto como francmasón. Profunda mutación que se plasma en las siguientes palabras del Venerable Maestro: levantaos, hermano re-
cién juramentado entre los Masones.
Esta parte del ritual —que es la parte central y esencial— está imbuida de arcaísmo. Las palabras del juramento son dictadas por el iniciante y repetidas por el candidato. Son una condenación contra toda reproducción prohibida de los Misterios de la Francmasonería. No se puede asegurar que las terribles penas con las que se amenaza al perjuro sean una supervivencia arcaica pues parece que los Operativos las ignoraban y no se ha encontrado ningún caso en que se hayan practicado, pero su integración en la fórmula del juramento es más bien obra de ritualistas que han intentado arcaizar este pasaje (la cita más antigua a estas penas aparece en el Manuscrito de Edimburgo, de 1696). Lo mismo su[136]
cede con el sellado por tres veces sobre el V. L. S. Parece que se ha intentado dar un baño de antigüedad a este rito pues sin duda así se pensaba que lo requería tal juramento. En definitiva, se persigue que el francmasón del Rito de Emulación sea consciente que lo que en lo sucesivo va a vivir, desde el final de su ceremonia de Iniciación, tiene su origen en una larga tradición. Pero ¿Por qué un juramento? Es sugestiva la explicación que nos da de nuevo John S. M. Ward en su Manual del Aprendiz, (The Entered Aprentice’s Handbook): en todos los Antiguos Misterios existía un juramento pues se transmitían unos secretos que contenían un sentido oculto; sentido cuya difusión a personas mal intencionadas hubiera podido resultar peligroso.
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En una sociedad cuyos miembros se sentían unidos por un juramento, los hombres se veían libres a la hora de especular y comparar sus diferentes opiniones, mientras que fuera, se conformaban con parecer fieles a la ortodoxia dominante Desde el punto de vista de la masonería operativa, este juramento conserva aún mayor sentido. En efecto, se trataría de salvaguardar los secretos profesionales del gremio. Los masones operativos debían defender su conocimiento de los intrusos. Era vital para la subsistencia de sus conocimientos exclusivos y protegían así su trabajo del fraude o de las malas prácticas profesionales. No olvidemos, que un trabajo mal realizado en la construcción de un edificio podía significar un peligro real para la comunidad. Volveremos más adelante sobre el tema del secreto.
[138]
IV. 2. 10 LAS TRES LUCES PRINCIPALES Lo primero sobre lo que se quiere que se concentre el candidato, una vez recuperada la l. física, son las tres grandes l..s de la Francmasonería. Nótese que se precisa claramente que lo que se le devuelve es la l. física. El ritual quizá quiera aquí expresar que la entrega de otro tipo de l. no está en manos del Venerable Maestro y probablemente sea el iniciado quien, con la ayuda de la Francmasonería, deba buscarla. Las tres grandes, aunque simbólicas, Luces de la Francmasonería son el V. L. S., la Escuadra y el Compás. A partir de aquí empieza la instrucción del iniciando y se le revelan cualidades morales para cada una de las Tres Luces. El V. L. S. o Santas Escrituras, que representa a aquéllas leyes que están por encima de los humanos, pero comunes a todos, deben dirigir nuestra fe; la Escuadra, que es un instrumento con [139]
forma de triángulo rectángulo isósceles posee un ángulo de 90º y dos de 45º, debe ordenar nuestras acciones y nos sirve como modelo de rectitud; el Compás, instrumento de trazo y medición que posee dos patas regulables terminadas habitualmente en punta de hierro y otra en mina, nos va a ayudar a trazar los límites en dónde hemos de mantenernos en nuestras relaciones con nuestros semejantes y particularmente con nuestros Hermanos en Francmasonería. Lo primero que vemos, al desaparecer la v. de nuestros ojos, es el V. L. S. que es en sí mismo un símbolo de la inspiración divina pues, sin la chispa divina que nos habla desde lo más profundo de nuestro ser, permaneceríamos en la oscuridad espiritual durante toda nuestra existencia. Pero de la misma manera que el velo se levanta poco a poco y paulatinamente despierta nuestro intelecto, sucede lo [140]
mismo en masonería. Los candidatos a la masonería son buscadores y están en búsqueda de la Luz; en el fondo lo que hacen es indagar e intentar comprender, utilizando el lenguaje de los símbolos y de las alegorías, quien es el G. A. D. U. El hecho de que el V. L. S. esté situado en el centro, no es una nimiedad, pues sin sus valores y mandamientos, la escuadra y el compás, no tendrían prácticamente sentido. IV. 2. 11 LAS TRES LUCES SECUNDARIAS Las Tres Luces Secundarias son el Sol, La Luna y el Maestro de la Logia representados respectivamente por el Segundo Vigilante (Sur), el Primer Vigilante (Oeste) y el Venerable Maestro (Este). Las ubicaciones físicas han variado en los primeros decenios de la masonería especulativa pero parece que quedaron definitivamente fijadas a mediados del siglo XVIII. [141]
Los tres candelabros situados al lado de los pedestales simbolizan (pero en orden inverso) la Sabiduría (columna jónica), la Fuerza (columna dórica) y la Belleza (columna corintia). Sus correspondencias simbólicas son Salomón, Rey de Israel cuya sabiduría concibió el Templo, Hiram, Rey de Tiro, cuya fuerza aseguró el envío por mar de los constructores y de las piedras talladas necesarias para la edificación, e Hiram Abif, el arquitecto principal, cuya misión era llevar a cabo la construcción del Templo en toda su belleza. Es curioso como el Ritual, después de haber explicado que las Tres Luces Segundarias se encuentran en el Este, en el Sur y en el Oeste, hace que el Venerable Maestro explique su simbolismo siguiendo un orden diferente, empezando por el Sol, es decir, por el Maestro de la Logia. En el Capítulo Primero de la Biblia, podemos leer: 3. Entonces dijo Dios: "Sea la [142]
luz", y fue la luz. 4 Dios vio que la luz era buena, y Separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Dios Llamó a la luz Día, y a las tinieblas Llamó Noche… 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer Día. 14 Entonces dijo Dios: "Haya lumbreras en la Bóveda del cielo para distinguir el Día de la noche, para servir de señales, para las estaciones y para los días y los años. 15 Así sirvan de lumbreras para que alumbren la tierra desde la Bóveda del cielo." Y fue Así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el Día, y la lumbrera menor para dominar en la noche. Hizo también las estrellas. 17 Dios las puso en la Bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, 18 para dominar en el Día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno.
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IV. 2. 12 LOS TRES GRANDES PELIGROS Inmediatamente después el Venerable Maestro informa al candidato que acaba de librarse de dos grandes peligros gracias a la docilidad y sinceridad de su conducta pero sin embargo hay otro que, tal la espada de Damocles, le acompañará hasta el final de su existencia. Pocos extractos del ritual son tan difíciles de entender en su esoterismo y en este caso no aparece ninguna explicación, ni racional, ni histórica que comente o tan siquiera dé pistas sobre los dos primeros peligros. El Hermano John Ward explica que en la puerta de la Logia, el candidato estaba en peligro pues acceder a este lugar marcaba el principio de la ceremonia de iniciación a la masonería y la iniciación simboliza el renacimiento místico, el final de la caída hacia la materia y el principio de la ascensión hacia el G. A. D. U. El puñal nos previene del peligro de precipitarnos sin pre[144]
paración en el mundo del ocultismo, mientras que el nudo corredizo nos informa del peligro que la chispa divina se pueda apagar, sofocada por el materialismo si no proseguimos de forma honrada nuestro camino. No obstante, si bien nos hemos librado de estos dos peligros, el último peligro, el castigo previsto en nuestra obligación solemne o juramento, perdurará durante todo nuestro viaje místico. Precisamente, se trata de la consecuencia de la infidelidad a los votos que han sellado nuestra entrada o de abandonar, sin haberla encontrado, nuestra búsqueda de la Luz, conociendo el bien y eligiendo el mal; lo que significa la muerte, no la muerte física sino una muerte aún más grande… La infidelidad a la que aquí se alude puede tener varios sentidos pero sin duda uno de ellos es la infidelidad a sí mismo. Se trataría de una traición a nuestra nece[145]
sidad de búsqueda y alejamiento del que es nuestro camino. El hecho de haber llamado a la puerta de la masonería es debido a una actitud o afán de construcción personal valorando ese proceso de construcción que es el que nos ha de hacer crecer como ser humano. El castigo simbólico previsto en nuestra obligación hace referencia a la muerte espiritual si tenemos la desdicha de abandonar y cometer, hacia nosotros mismos, tal traición. IV. 2. 13 LA COMUNICACIÓN DE LOS SECRETOS El iniciado ha visto. En teoría una iluminación le ha hecho comprender lo que es la Masonería en su esencia y ha embargado su persona. En realidad es poco a poco que la iniciación simbólica se realizará. Será el fruto de su trabajo interior. La iniciación no descubre ninguna verdad metafísica que hubiera permanecido oculta, [146]
ni poderes sobrenaturales, ni se trata de una vía de acceso cósmica. Lo que realiza es dominio del hombre por medio de símbolos, desde las Tres Grandes Luces, un modo privilegiado, accesible a algunos hombres de transcenderse a sí mismos con el fin de transformarse en el Hombre ideal. Algunos secretos, puramente formales, son el atuendo de este gran secreto que es la Iniciación, pero a diferencia de la Iniciación, el divulgarlos es tarea fácil. Uno de los primeros comentarios del ritual al iniciado es indicarle que la masonería es una ciencia progresiva. El contenido de la enseñanza de este primer grado se ve así, limitado. Se referirá a aquellas
señales por las que nos conocemos los unos a los otros y nos distinguimos del resto del mundo. Estas señales o signos son lo que son… El Rito de Emulación, en cada una de sus líneas, nos aparece con una [147]
carga histórica, pero reconoceremos lo maravilloso que es el hecho de que esta historia conlleva sus claro-oscuros. Y si no ¿A qué misteriosas o quizá trágicas circunstancias se refiere el modo de reconocer un H. tanto de n. como en pleno d.?… No olvidemos, sin embargo, que sólo ellos, los masones operativos, poseían los secretos técnicos del Oficio, comparables a nuestros secretos de fábrica. Por ejemplo el de la estabilidad le un arco. No es sorprendente que los hayan respetado ya que constituían la forma de ganarse el pan y el de sus familias. Estos obreros cualificados, tenían si no un monopolio, al menos el derecho de ser preferidos a los que no pertenecían a la corporación. Por lo tanto. en Inglaterra, el free mason tenía preferencia sobre el rough mason, ya que solamente el primero sabía trabajar la piedra en bruto, apropiada para la construcción, mientras que el segundo trabajaba el vil material de [148]
los dry walls. Eran numerosos los albañiles errantes (Estatuto de Ratisbona, arts. 25 v 37), teniendo también el derecho a ser contratados y socorridos en ruta. ¿Cómo distinguir los auténticos de los impostores? La Masonería operativa resolvió este problema vital no por medio de documentos de identidad profesional, poco prácticos en una época en que pocos sabían leer y escribir, sino con un santo y seña (Mason's Word, en Inglaterra), con un apretón de manos (grip) particular, y otros signos simbólicos. Este es el origen de las palabras. signos y tocamientos de la Francmasonería moderna. Desde un punto de vista espiritual, no debe escapársenos el hecho de que lo primero que hace el Venerable Maestro, incluso antes de la transmisión de los secretos, es instruir al candidato sobre el primer paso regular en francmasonería. Como tal primer paso, representa nuestras [149]
pasiones naturales y animales que hemos de controlar. Sin ello, no podremos avanzar en francmasonería. Es decir, que si no sometemos completamente nuestras pasiones, no podemos esperar progresar en nuestro conocimiento hacia el G. A. D. U. Investido de los secretos, es tarea ya del iniciado saber cómo hacer que le reconozcan como masón, aspecto que el iniciando comprobará por sí mismo. Sólo le dejará alejarse una vez que se le haya trasladado la explicación bíblica de la Palabra, su origen y su significación. Definición cuyo alcance bien entendido, es grandioso y aplicable no solamente a la C. i. del pó..o o e..a del T. del R. S. sino al iniciado mismo. Desde un punto de vista práctico, el Ritual exige aquí un tono directo, convincente por parte del Venerable Maestro. Por otra parte, el papel del Segundo Vigilante es aquí primordial. Tiene que dictar las respuestas y cuando el Venerable Maestro [150]
diga: deme esa palabra, deberá intervenir inmediatamente evitando que se adelante el iniciando. IV. 2. 14 EL PASEO POR ENTRE LOS VIGILANTES En estos momentos el iniciado ya conoce al Guía invisible cuyo brazo le ha dirigido en las tinieblas. Incluso pudiera subyacer algún sentido específico en el hecho de que sea él quien le haya retirado la venda. Escuadrando de nuevo la logia, los que ya son Hermanos se detienen primero ante el sitial del Segundo Vigilante. Se desarrolla entonces un diálogo entre el Segundo Vigilante y el hermano recién juramentado (el Segundo Diácono sólo dicta las respuestas) que no es otra cosa que un reteje especialmente solemne. Sigue después un segundo diálogo ante el sitial del Primer Vigilante con algunas preguntas adicionales. [151]
Fue el Primer Vigilante quien presentó en una primera instancia al candidato y es él quien saca las consecuencias de las pruebas realizadas: el que presentó antes es, en lo sucesivo, un iniciado. En esta etapa de la ceremonia, el Segundo Diácono al dirigirse a cada Vigilante deberá realizar el p. y ponerse al O.5 con5 Precisemos que se trata de ponerse Al Orden
y no A la Orden, como se suele oír muchas veces en nuestros trabajos, error inducido además por una mala traducción del Ritual. No formamos parte de una Institución militar, ni se trata de estar dispuestos para recibir un mandato que debamos de seguir y ejecutar, en este caso se trata más bien de centrar la atención de los Hermanos para que adecúen su compostura a la solemnidad del momento, de los Trabajos en Logia abierta. Según lo define además el D. R. A. E., llamar a alguien al ~.ORDEN significa advertirle con autoridad que se atenga al asunto que ha de tratar, o que guarde en sus palabras o en su conducta el decoro debido. [152]
servando siempre la vara en su mano derecha. Lo conseguirá si la inclina ligeramente hacia él, apoyándola en el hueco de su hombro derecho. Igualmente habrá de utilizar esta técnica en la pedida de la palabra. Sucede en algunas ocasiones que el Primer Vigilante, después de haber recibido la p. por parte del iniciando conteste, imitando lo sucedido en el Pedestal del Segundo Vigilante: pasad. Por eso, el Primer Vigilante deberá prestar aquí una especial atención para evitar este error. Cuando el Segundo Diácono y el Iniciado hayan pasado el pedestal del Primer Vigilante, su posición ha de ser, lado a lado, encarando el Este, el Iniciado a la izquierda del Primer Vigilante. Para llevarle6 a 6 La mejor forma de llevar de la mano y dirigir
al iniciando es pasar la mano por encima del brazo del candidato para coger su mano y no, como pudiera ser más natural, por debajo. De [153]
esta posición, el Segundo Diácono guiando con su mano derecha al iniciado, ha de realizar una media vuelta en el sentido contrario a las agujas del reloj, lo que tiene como efecto de hacerle pivotar y retroceder uno o dos pasos, dando la espalda al Oeste. IV. 2. 15 EL MANDIL Se trata sin duda uno de uno de los momentos fundamentales de la ceremonia. Quizá el más solemne después del de la devolución de la L. física al candidato. El papel del Primer Vigilante es aquí primordial y sobre él reposa que este rito aparezca en toda su profundidad. El Primer Vigilante se levanta y toma la palabra alzando la mano del iniciado, ambos frente al Este. En la posición adecuada esta forma se produce un mayor contacto, y se genera así una mayor sensación de seguridad. [154]
se dirige al Venerable Maestro y pide una prueba de su favor hacia el nuevo hermano. (Es importante destacar aquí que jamás ha de dejarse al iniciado solo; es decir que siempre ha de tener la mano sujeta y que el Segundo Diácono deberá entregar su mano a la del Primer Vigilante, no dejándola nunca suelta. El iniciado ha de sentirse acompañado en este viaje, tan físico como espiritual, por los demás HH.). Obtenido el consentimiento del Venerable Maestro, el Primer Vigilante, sale de su pedestal por su izquierda y procede a investirle con la enseña distintiva de un masón tomando todo el tiempo necesario. Si lo necesita, le puede ayudar el Segundo Diácono o incluso el Guarda Templo Interior. Aquí no cabe la precipitación. Se trata de un acto solemne. Mejor vestir al iniciado lentamente que de forma trivial. Una vez situado el mandil, el Primer Vigilante, con su mano derecha sujetará la es[155]
quina izquierda de la prenda y recitará unas muy bellas palabras bañadas en la leyenda y en la historia, ceremonia triunfal en dónde se provee al iniciado del emblema del trabajo que es también el símbolo de la inocencia y de la amistad. La mención a la antigüedad del mandil se refiere, lógicamente a su uso en el trabajo de los masones operativos e implica la dignidad del trabajo honesto. Las últimas palabras exhalan gravedad. Los Masones del s. XVII no hubieran imaginado el sentido que esas palabras tomarían con el tiempo. Desde esos tiempos hasta nuestros días algunos han deshonrado su Mandil. Las palabras del Primer Vigilante son una lección: si no deshonráis esta
enseña, ella nunca os deshonrará.
A la vez que se pronuncian estas palabras, el Primer Vigilante golpea con su mano derecha el mandil del candidato a la vez que todos los hermanos hacen lo [156]
mismo con sus dos manos sobre sus respectivos mandiles. El golpe ha de ser fuerte, decididamente perceptible pues expresa una ratificación a las palabras que acaban de ser pronunciadas y a las cuales, la logia entera se adhiere firmemente. La advertencia es terrible, pero la entrega de este mandil es una conclusión a todo lo sucedido en los momentos anteriores. Siguen unas palabras profilácticas del Venerable Maestro en cuanto a su actitud en logia en alguna situación delicada. Los trabajos en logia entran en lo sagrado y nuestro encuentro ha de desarrollarse en armonía, sin energías que enturbien esta atmósfera. El mandil es el símbolo de la amistad y como tal no ha de ser llevado en el Templo si en él hay un Hermano contra el que se siente animosidad. El Venerable Maestro insiste en la importancia de evitar la entrada en logia de dos hermanos que estuviesen en desacuerdo. [157]
Este comentario podría parecer inútil, pues es lógico que dos personas educadas no se embarquen en una disputa en logia, por mucha confianza que exista. Lo que este comentario implica es que la mera presencia de dos hermanos que tienen una diferencia, va a enturbiar la atmósfera y armonía de la tenida. En pocas palabras, tales diferencias perturban la atmósfera espiritual impidiendo la concentración. IV. 2. 16 LA PRUEBA DE LA CARIDAD El Segundo Diácono sitúa al nuevo iniciado en el ángulo Noreste de la Logia simbolizando así la primera piedra de los cimientos de una nueva construcción, tradicionalmente situada en este ángulo. La razón por la que la piedra se situaba en el ángulo noroeste era de índole práctica, puesto que los masones operativos solían trabajar con el movimiento del sol y obtener así la mayor luz posible para su traba[158]
jo. La postura del iniciado ha de ser erguida, con los pies formando una escuadra: pie izquierdo atravesando la logia y pie derecho a lo largo de la logia. Siendo ésta la posición elegida para escuchar al Venerable Maestro ¿No sería más adecuado haberse situado enfrente de su sitial? De nuevo aquí se trata de una reminiscencia histórica: en el s. XVIII, la piedra bruta estaba situada en el ángulo Noroeste y la piedra cúbica en el Sureste, no al lado de los sitiales de los Vigilantes, como lo están hoy. El nuevo iniciado situaba así sus pies en forma de escuadra encuadrando la piedra bruta y ofreciendo así un simbolismo mucho más explícito. En este caso, ya no es la Piedra la que simboliza al Hombre, sino el Hombre quien simboliza la Piedra. Esta Piedra es aquélla que según el antiguo testamento es rechazada por los constructores como piedra principal del Edificio. Quizá el [159]
Aprendiz de hoy llegue algún día a comprender la grandeza del papel que, piedra viva, ha jugado el día de su iniciación. Por el momento solamente se le pide practicar esa virtud en la que se reconoce el corazón de un verdadero francmasón: la caridad. Así una mano (la izquierda) se tiende hacia él pidiendo su colaboración en forma de óbolo para ayudar a los Hermanos que lo necesiten. Pero ha sido desprovisto de todo objeto de valor antes de entrar en Logia. Luego no tiene nada. Sólo puede afirmar que desde luego, hubiera donado libremente si hubiera podido. Sigue el Venerable Maestro y explica la triple lección que indica el Ritual. Quizá venga un día en que esta lección le sea recordada… Como indica La Sección Segunda de las Lecturas o Catecismo: el ser recibido en la masonería en un estado de completa desnudez es para recordarnos el deber de [160]
ayudar a los Hermanos en necesidad, a condición de que sean dignos de ello y siempre que no suponga un perjuicio para nosotros mismos o para nuestra familia. Hay que entender este rito como la prolongación del despojo de metales que se sucede durante la preparación del candidato y referirnos a lo ya comentado en cuanto a su significado. Para un mejor desarrollo de esta escena, conviene que el Segundo Vigilante realice una pausa cuando pregunte si tiene algún Óbolo que aportar. Es importante que no encadene inmediatamente con la explicación, que se puedan observar rasgos de duda en quién vive este rito. Esos segundos de espera generan reflexión e impronta en él. Sin embargo ha de estar muy atento. Si el iniciado, como ha de ser, responde que no tiene nada en esos momentos, deberá bajar su brazo derecho. Si pasados unos se[161]
gundos, no obtiene respuesta, pasará a la fase siguiente, pero si el Guarda Templo Exterior no hubiera cumplido adecuadamente con su deber y por casualidad el iniciado intentara ofrecer algún objeto metálico o por ejemplo, su chequera, la actitud del Segundo Diácono ha de ser de proseguir inmediatamente, sin dejarle terminar el gesto. Muchos se preguntan qué se debería hacer en caso de que un Segundo Diácono insuficientemente diligente no hubiera podido evitar la entrega de un Óbolo. En teoría y tal como subraya el ritual, habría que repetir la ceremonia desde su principio. Sin embargo, no debemos de olvidar que en masonería todo es simbólico y no magia ceremonial. Probablemente, la mejor opción para el Venerable Maestro sea tomar la palabra y después de las oportunas explicaciones sobre el rito, hacer que
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se retiren los metales del iniciado y continuar la ceremonia. IV. 2. 17 LAS HERRAMIENTAS Siguiendo el texto del Cuaderno de Instrucción del Aprendiz del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa, el Hombre es una masa informe, tosca, se simboliza por la Piedra bruta tal como ha sido extraída de las canteras y deberá ser tallada y alisada hasta convertirse en una Piedra cúbica, es decir, en un Iniciado. ¿Cómo se realiza dicha transformación? Por las Herramientas. El Iniciado aparece vestido con su mandil protector. Ya puede tomarlas en sus manos. Sin embargo conviene que su Maestro u otro Hermano le instruyan en su manejo. Las Herramientas del Aprendiz son tres: La Regla de 24 pulgadas, el Mallete
de desbastar y el Cincel.
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Se situarán pues en el Oriente, a la vista del Aprendiz a quien se dará primero una explicación estrictamente operativa y a continuación se desvelará una significación más profunda y esotérica.
Pero como no somos todos masones operativos, sino más bien masones libres y aceptados, o especulativos… La palabra todos que arrastra desde la tradición hasta aquí el Rito de Emulación, tiene una importancia máxima. En efecto se trata del cordón umbilical que liga a la masonería moderna y especulativa, a la masonería operativa, su madre. No nos engañemos, el espíritu de los constructores de las catedrales está aquí presente al pronunciar esta palabra. Hubo un tiempo en que los no operativos no estaban admitidos en las logias y más adelante, lo fueron sólo como constructores ficticios, especulativos. Es este tiempo el que revive a través de esta palabra. Así, la construcción ha pasado de [164]
ser operativa a ficticia y de ficticia a ideal. No sólo nos encontramos ante el significado histórico sino ante la misma definición de la Masonería.
La Regla de 24 pulgadas, el Mallete de desbastar y el Cincel así como la Piedra cúbica deberán en adelante habitar en el equipaje mental de quien tiene el deseo sincero de iniciarse. En un primer momento dedicará intencionalmente su atención y luego meditación a estos símbolos pero más adelante constatará como los propios símbolos se impondrán a su entendimiento. No se tratará de un fenómeno de obsesión en sentido psicológico sino que en plena lucidez iniciática se producirá un coloquio en el interior del iniciado. En su obra, Spirit of Masonry (1802), Hutchinson escribió: el Mallete y el Cincel nos enseñaran las ventajas que se obtienen de una conveniente educación. El espíritu humano en su estado bruto, tal un dia[165]
mante envuelto en un grueso caparazón, no descubre ni su centelleo, ni sus poderes varios, en tanto que la corteza externa no haya sido borrada; es sólo a continuación que bellezas, hasta ahora desconocidas, surgen ante nuestros ojos en toda su plenitud. La educación consigue lo que el cincel da a la piedra: no solamente un pulido y una suavidad en su superficie, sino la puesta al descubierto de bellezas que pueden encubrir las apariencias más burdas. Gracias a la educación, nuestros espíritus ensanchan. No solamente ocupan su sitio en los amplios campos de la materia y de la superficie sino que también aprenden con una mayor perspicacia —lo que transciende toda inteligencia— nuestro verdadero deber ante Dios y ante el Hombre. Finalmente añadiremos las palabras de Arthur E. Powell para quien las herramientas de primer grado representan la [166]
triple naturaleza del hombre o al menos su triple naturaleza externa: el cuerpo, los sentimientos y la mente. El ser humano se diferencia de los animales por su mente, su inteligencia, su poder de concebir cosas, en una palabra, por su R. de 24 p. Como la R. de 24 P. es necesariamente la primera herramienta y la más importante del masón operativo y determina el uso que va a hacer de las demás herramientas, de la misma manera, la mente es de capital importancia para el hombre puesto que de su correcto uso depende la naturaleza del hombre. La función de la inteligencia consiste en dar órdenes y la de los deseos y del cuerpo, en obedecer. En muchas logias que practican el Rito de Emulación no es el Venerable Maestro quien explica las herramientas al recién iniciado sino que el Director de Ceremonias trae hasta el lado Izquierdo del pedestal, junto al iniciado, al último Apren[167]
diz Entrado quien de memoria, le recitará la explicación de las Herramientas. Se trata de una bonita costumbre. El Aprendiz Entrado tiene la posibilidad de participar en la ceremonia y sin duda, por ese hecho vivirá su primera participación a una ceremonia de Iniciación con mayor tensión y emoción. Además es una manera práctica de realizar este primer contacto con el Rito de Emulación: recitando de memoria desde el inicio de su formación masónica, como pide el Rito. Finalmente aporta mayor belleza a la ceremonia pues es otra voz y otro actor a quien se oye y observa ahora. Mientras que el Aprendiz da la explicación de las Herramientas al Iniciado, deberá ir señalándolas con su dedo, pero es preferible que no las coja en sus manos o las sujete, pues está demostrado que es frecuente fuente de distracciones o blan-
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cos de memoria que perjudican a la fluidez de la explicación IV. 2. 18 PRESENTACIÓN DE LA CARTA PATENTE El nuevo hermano está en su derecho de exigir una prueba de que la logia que le acaba de iniciar es regular. Por eso el Venerable Maestro, una vez explicadas las herramientas, le muestra la Carta Patente otorgada por la Gran Logia de España. Además, le comenta que la podrá examinar esta misma noche o cuando lo desee. No se trata propiamente hablando de un rito, sino de una deferencia fraternal y una contrapartida de cortesía por los derechos de Iniciación satisfechos. Además, el Venerable Maestro ha de entregar al nuevo Hermano un ejemplar de la Constitución de la Gran Logia de España, sus Reglamentos Generales, el Reglamento Interno de la Logia, un ritual del grado de Apren[169]
diz, un par de guantes blancos y una medalla de la Logia (estos dos últimos elementos, si tal es la costumbre en el taller). En algunas logias, en este momento, el Venerable Maestro aprovecha y dice unas palabras sobre la historia de la logia y hechos relevantes que la caractericen. A continuación el iniciado es acompañado hasta Occidente por el Segundo Diácono que, antes de permitirle salir, le pide saludar al Venerable Maestro como masón. Cuando haya salido, el Venerable Maestro puede decidir suspender los trabajos. Si esto sucediera, ningún hermano debe marcharse sin esperar a la reapertura de los trabajos y el final de la ceremonia. Como comentario adicional, hemos de recordar que la Carta Patente deberá estar obligatoriamente presente en todas las tenidas que celebre la logia y sin ella no se podrán abrir los trabajos rituales. El Vene[170]
rable en ejercicio es el custodio de este documento, quien lo transmitirá a su sucesor en la ceremonia de su instalación. IV. 2. 19 EXHORTACIÓN DESPUÉS DE LA INICIACIÓN El candidato se viste de nuevo y se le autoriza entrar en la Logia, ataviado ya como todos los Hermanos, portando mandil y guantes blancos. Nada más entrar ha de hacer el paso y saludar al Venerable Maestro como aprendiz. A continuación, se queda de pie, en el centro de la Logia y el Venerable Maestro o un Maestro designado por él, le dirige la magnífica exhortación compuesta por William Preston y publicada por primera vez en Illustrations of Masonry en 1772. Es verdad que se trata de un texto ya arcaico (como lo demuestra la frase: hasta monarcas no considera-
ron indigno de su condición cambiar el cetro por la llana, herramienta que ya no se [171]
trabaja en nuestro primer grado) pero no tiene importancia, pues de nuevo es un vínculo con el pasado. La exhortación no es de carácter iniciático y salvo una breve referencia a la escuadra, el simbolismo no aparece. Se trata de un discurso esencialmente moral. Jamás, desde el antiguo Código Regius habían sido exaltadas las obligaciones del francmasón con tanto énfasis. Jamás desde entonces, ningún discurso masónico había desarrollado con una elocuencia tan explícita el tema de los deberes del iniciado, ciudadano del mundo, hacia Dios, hacia su prójimo y hacia sí mismo. Observamos como aquí, lo que se exaltan son los valores y la actitud ética que ha de desarrollar el Francmasón. Así ordena el Ritual, que este pasaje antológico no falte jamás en la iniciación de cada nuevo hermano. [172]
CAPÍTULO V
El Ágape V. 1 EL ÁGAPE EN EL RITO DE EMULACIÓN El ágape masónico es algo más que una comida cordial entre buenos amigos felices por reencontrarse alrededor de una mesa. Además, tiene un carácter ritual. El Diccionario de la Real Academia Española aporta dos significados para la palabra ágape: 1. m. Comida fraternal de
carácter religioso entre los primeros cristianos, destinada a estrechar los lazos que los unían. 2. m. banquete (comida para celebrar algún acontecimiento). Evidente[173]
mente, el ágape masónico es algo más que un banquete y la primera definición nos regala las palabras o expresiones: fraternal, carácter religioso (que debemos entender en un sentido amplio), estrechar los lazos que los unían. El ágape está unido a la tenida y no es otra cosa que una reunión de la logia en una segunda forma. De aquí que el rito de Emulación lo considere obligatorio. No es algo adicional sino parte de los trabajos. 7 En el Rito de Emulación no se puede entender una tenida sin su correspondiente ágape. Y ¿Por qué es así? La Francmasonería reposa sobre una filosofía del traba7 Siempre me ha sorprendido el hecho de que
algunos hermanos abandonen los trabajos entre la ceremonia y el ágape. Es como si alguien paga por ir a un espectáculo y se va en el descanso o entreacto o como el que se levanta y sale del cine antes de que acabe la película. [174]
jo. Es una transposición del que fue el ideal de los masones operativos. Podemos decir pues, como buenos trabajadores, que los masones, después de haber trabajado duro, haber percibido su salario y guardado ya sus herramientas, tienen derecho a una buena comida entre colegas. Es en el ágape fraternal cuando el masón de Rito Emulación, tiene la oportunidad de conocer a sus hermanos. Se trata de un momento en dónde se intercambian palabras de forma libre, sin seguir el rigor del Templo. Durante el ágape el tono se convierte en más informal y contrasta drásticamente con el tono solemne utilizado durante los trabajos. El ágape ha de ser alegre, tan alegre como solemne la tenida. De la misma manera que durante el desarrollo de la misma no será jamás apropiado reír, durante el ágape sería una indecencia no hacerlo y una vez que el Hermano Hospi[175]
talario, Capellán o el Maestro que designe el Venerable Maestro haya bendecido los alimentos, habrá llegado el momento de la camaradería entre obreros y compañeros de trabajo. Por supuesto, esta camaradería o jovialidad tienen límites: la buena educación hará de frontera. Los dos Vigilantes, situados a los extremos de la mesa, son por otra parte los encargados de mantener el orden en sus columnas, corrigiendo, si fuera necesario, pequeños “desórdenes” que pudieran producirse, sin necesidad de la intervención del Venerable Maestro. En el siglo XVIII, al menos en las islas Británicas, era común que las logias se reuniesen en tabernas. Así, incluso el ágape se realizaba en el mismo templo y no era infrecuente que se bebiera durante los trabajos, incluso estaba permitido fumar en
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logia8, costumbres que empezaron a desaparecer a principios del siglo XIX. Cuando entramos en el dominio del ágape en el rito de Emulación, estamos moviéndonos por el mundo de las costumbres de las logias y no del ritual. En efecto, basta con visitar diferentes logias que trabajen en este rito para observar otras tantas costumbres. Es imposible citar todas las diferencias encontradas, tan sólo mencionaremos algunas de las más relevantes sabiendo que lo que aquí exponemos puede variar de una logia a otra. 8
Jones (Freemasons guide and Compendium, pg. 477) cita el Reglamento Interior de la logia Antiquity nº 1 (hoy nº 2), que toleraba que se fumase en logia, salvo “el caso en que la logia recibía el honor de la visita de un Hermano con mandil azul”. En dicho caso, se debía pedir permiso al Venerable Maestro, “salvo que el visitante fumase pipa él mismo”. Bernard
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Los aprendices han de servir la mesa, a veces ayudados por algún compañero. La cena empieza al llamar el Director de Ceremonias a los HH. y comunicarles la entrada del Maestro de la Logia. Habitualmente, existe un orden en cuanto a la disposición de los HH. en el ágape. No se trata de un orden establecido de forma ritual. El Ritual de Emulación de la Gran Logia de España no dice nada al respecto, mientras que el de la Gran Logia Nacional Francesa, por ejemplo, habla de la mejor disposición en la mesa, lo que sin duda demuestra que no hay nada de estipulado o que al menos permite variantes. En algunas logias, lo habitual es situarse en una mesa alargada en forma de “U“. El Venerable Maestro en el centro, a su izquierda, el Pasado Maestro Instalado y a su derecha, un invitado de honor, que puede ser el recién iniciado, el nuevo Compañero o el nuevo Maestro. En el ex[178]
tremo derecho o brazo derecho de la “U“, se situará el Segundo Vigilante y en el brazo opuesto, el Primero. Los compañeros al lado del Segundo Vigilante, teniendo enfrente a su Vigilante, atento a sus movimientos y necesidades. En posición parecida se encuentra igualmente el Segundo Vigilante respecto de los Aprendices, él a la izquierda y ellos en frente, en el brazo derecho. En caso de haber algún visitante, el Director de Ceremonias procurará atenderle en el sentido de comportarse como buen anfitrión, procurando que esté situado junto con HH. con los que se encuentre a gusto y se ocupen de él. Durante el ágape, ningún Hermano podrá levantarse de la mesa, salvo, si lo hubiera, el Maestro de Banquetes y los HH. Aprendices designados para servir. No se portarán ni mandiles, ni guantes, ni medallas; los tres malletes se situarán [179]
en los respectivos sitios de los Vigilantes y del Pasado Maestro Inmediato. Es triste observar como algunos no han conseguido captar el sentido de la tenida en general y del ágape en particular y sin apuro alguno, abandonan los trabajos, de forma sistemática entre el cierre de la logia y el inicio del ágape fraternal. ¿Conocéis a alguien que suela marcharse en el descanso de un acontecimiento deportivo? ¿Qué ignore sistemáticamente las segundas partes? ¿Qué dé por concluida una obra teatral en el entreacto? Evidentemente, no. Salvo que le aburra o no lo entienda. El ágape es un momento especialmente deseado por los HH. pues permite mantener libremente conversaciones además de oír las reflexiones o comentarios en voz alta que realizarán los Hermanos en el turno de palabra. No olvidemos que el Rito Inglés de estilo Emulación es un rito pre[180]
dominantemente oral, que no suele usar planchas o trabajos escritos durante las ceremonias para debatirse en logia, sino que es durante el ágape que se producen pequeñas intervenciones o lecciones magistrales que nos ayudan a comprender y progresar en nuestro oficio de la masonería. ¿Qué sentido tiene perdérselo? O mejor dicho ¿Qué sentido tiene presentarse a la tenida y obviar esta parte sistemáticamente? No tendría más sentido ¿cambiarse de logia, de rito o incluso pasar a sueños? V. 2. LOS BRINDIS, LAS BATERÍAS O FUEGOS Por otra parte, el ágape masónico se distingue de cualquier otro banquete profano, por muy oficial que sea, por el rigor reglamentario de los brindis rituales. Según indica el artículo 12. del Título IX de los Reglamentos Generales de la Gran Logia de España, en todos los ágapes han de efectuarse los siguientes brindis obliga[181]
torios: 1º Por su Majestad, el Rey de España, 2º Por todos los Jefes de Estado en el mundo que protegen la Masonería y 3º Por el Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de España. Además de estos brindis obligatorios, suelen o pueden realizarse otros, como por el recién iniciado o hermano que ha aumentado su salario en la ceremonia anterior, por los Oficiales de la Gran Logia de España o Gran Logia Provincial presentes, por los Hermanos Visitantes, por los Hermanos Ausentes (éste muy serio y solemne). Habitualmente los brindis obligatorios los realizan, por este orden, el Primer Vigilante, el Segundo Vigilante y el Pasado Maestro Instalado o aquél Maestro que designe el Venerable Maestro. A continuación, se levantan las copas, se llevan a los labios y se bebe a la vez que el Venerable Maestro. Es una buena costumbre que los HH. sigan al beber, idéntico ritmo que el [182]
Maestro de la Logia, ofreciendo así una imagen acompasada y de movimientos armoniosos, levantando la copa a la vez que él y posándola en la mesa a su cadencia. A continuación, según las logias, se procede a la batería o fuego ritual. La batería varía de una logia a otra, pudiendo ser dirigidas por el Maestro de la Logia, por los HH. que hayan realizado el brindis, por el P. M. I.; después de cada brindis o de forma aislada, al final del ágape; después de cada brindis o solamente cuando se brinda en nombre de personas físicas cuyo nombre se ha pronunciado (es decir no serviría para brindar por oficios). Se realiza de pie, levantando la mano derecha que sujeta la copa, a la altura de los
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ojos, dedos índice y corazón hacia arriba y los otros tres doblados, con la fórmula9: P., (dedo índice hacia arriba), i., (dedo índice hacia la izquierda), d., (dedo índice hacia la derecha) P., i., d., P., i., d., Un (se columpia la mano hacia la izquierda) Dos (se columpia la mano hacia la derecha) 1 palmada 3 palmadas (mano izquierda debajo) 3 palmadas (mano derecha debajo) 3 palmadas (mano izquierda debajo) En total, 21 golpes. 9 Esto no es más que un ejemplo, pues la batería
puede variar (y así sucede) de una logia a otra. Se dan en total, 21 golpes (el número no tiene que cambiar), pero no de la misma forma. [184]
Se trata de una antigua tradición, parece ser originada en las logias de marinos ingleses y que hace mención al saludo de 21 salvas o cañonazos. El origen del saludo de 21 salvas data del siglo catorce, cuando los cañones sólo podían dispararse una vez. El ceremonial militar dictaba que se rindieran honores a las Altas autoridades por una salva de siete cañonazos. El saludo militar amistoso implicaba dejar las armas sin posibilidad de ser disparadas o usadas para el ataque, por lo que el saludo se hacía disparando 7 cañones una vez o siete tiros, dejándolos sin munición. Luego, con la llegada de las baterías terrestres que podían disparar tres tiros, se quedó el saludo en 21: los siete cañones, disparando 3 tiros igual a 21. La mayoría de las naves disponía de una fila de cañones a babor, otra fila a estribor y varios cañones dirigidos hacia proa. El Maestro Cañonero mandaba realizar el saludo según los cañonazos previstos alternando los tiros de [185]
los cañones entre los que tenía de frente, a su izquierda y a su derecha. V. 3. LOS DISCURSOS O TURNOS DE PALABRA Las logias del siglo XVIII realizaban “discursos de recepción” (como el famoso discurso de Ramsay de 1737 —aunque éste fue ficticio—), elogios fúnebres o discursos consecuentes a determinadas circunstancias relacionadas con la logia. Será mucho más tarde que se extienda la costumbre de invitar a un conferenciante a tratar un tema y luego contestar a preguntas. Parece que una de las logias precursoras de esta costumbre fue la Logia “Les Neuf Soeurs”, costumbre que sólo se generalizó en el siglo XIX y que degeneró demasiadas veces en debates irregulares cada vez más profanos y particularmente de naturaleza política. El Rito de Emulación, contrariamente a un error muy extendido, no prohíbe las [186]
planchas o conferencias en logia, pero han de centrarse exclusivamente en temas masónicos. Por otra parte, al considerar que el centro de la enseñanza de la Francmasonería se encuentra en su Ritual y no en comentarios, se opone a que las planchas ocupen un tiempo abusivo en los trabajos. Conferir un espacio demasiado importante a las planchas durante los trabajos conduce inevitablemente a desvirtuar las ceremonias e incluso a no dar suficientemente importancia a su preparación y su desarrollo, lo que sería el contrasentido más grave que pudiera cometer una logia. Por otra parte, la experiencia confirma que el abuso de planchas favorece a menudo las conversaciones cruzadas. Así un concepto adecuado de la lectura de planchas en logia quiere que sea algo excepcional y desde luego con un tema adecuado y bien elegido.
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Conocemos diferentes modalidades para estas planchas o turnos de palabra. Una posibilidad es suspender los trabajos y dar la palabra a un conferenciante para que lea o exprese un discurso o conferencia. Al estar los trabajos suspendidos se puede acordar la posibilidad de interrupción para preguntas, dar un turno de palabra o guardarse los comentarios para el ágape. Otra posibilidad es dar la palabra a un conferenciante al finalizar el ágape, pudiendo permitirse a continuación un turno de preguntas. En algunas logias, el P. M. I., durante el ágape, va interpelando a los HH. (empezando por el aprendiz más reciente hasta llegar a los MM. Más antiguos) y les incita a que comenten tal o cual cuestión (que pudiera estar en relación con un tema expuesto antes o no). En otras formaciones el P. M. I., por indicación del V. M. durante o al finalizar el [188]
ágape, concede el turno de palabra a los HH. después de haberlo realizado el Primer y el Segundo Vigilante (en este orden). Empieza el M. más antiguo y termina el Ap. más joven, si es que se da la palabra a los Ap. Finalmente, el Maestro de la Logia interviene, dando por cerrado el turno de palabra. Los HH. Sólo hablarán una vez, no se interrumpirán, ni intervendrán, ni harán comentarios a las palabras de los demás. Otra variante reviste en la posibilidad de que el V. M. haya sugerido un tema para las intervenciones del ágape. En cuyo caso, los HH. Habrán tenido la posibilidad de prepararlo o al menos de reflexionar en torno a la cuestión propuesta. Como vemos, existe una gran variedad de posibilidades que dependerán de la costumbre o prácticas de cada logia, pero lo que es evidente es que es éste el método de comunicación e instrucción que se usa [189]
preferentemente en el Rito de Emulación frente a los trabajos escritos o planchas de otros ritos.
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CAPÍTULO VI
Indicaciones y Comentarios Prácticos VI. 1 LA LOGIA La logia ha de estar puntualmente abierta a la hora indicada en la convocatoria y el Libro de Presencias igualmente abierto en su lugar habitual. Conviene que el secretario verifique que todos los presentes firmen y en su caso, si fuera necesario, que de alguna manera marque cuál es la hoja del día. No sería la primera vez que vemos firmar a HH. distraídos en hojas de otras tenidas.
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VI. 2. EL RETEJE La verificación de la pertenencia a la masonería de los visitantes se realiza mediante la comprobación de sus documentos: pasaporte, carta, etc. que han de presentarse al menos treinta minutos antes del inicio de los trabajos. No obstante esto no significa que no se realice el reteje ritual; en principio éste ha de ser efectuado por el Segundo Vigilante, como lo recuerdan las palabras que el Venerable Maestro le dirige en el momento de su investidura:
Tenéis especialmente el encargo del examen de los Visitantes, a fin de que por vuestra negligencia, ninguna persona no cualificada pueda ser admitida a nuestras asambleas y hacer que los hermanos violen inocentemente su Obl. Sin embargo si el visitante se presenta una vez empezada la tenida, el Venerable Maestro puede delegar en otro oficial, como el Director de Ceremonias. [192]
El oficial que vaya a llevar a cabo el reteje ha de informase antes cuál es el rito en el que trabaja habitualmente el visitante. El reteje habrá que realizarse seriamente, sin “apuntes” al visitante. Un reteje serio y bien realizado dejará una buena impresión al visitante sobre la calidad masónica de los trabajos de la logia que está visitando. Por supuesto, no será necesario retejarle si algún hermano le conoce y da su palabra sobre la pertenencia a la masonería del visitante. Contrariamente a lo que podíamos suponer, hoy en día, el Guarda Templo Exterior no realiza ya el reteje. Nuestro ritual nos dice que armado de una espada des-
envainada ha de mantener alejados a los profanos. En todo caso provoca la designación de otro oficial para realizar un examen algo más profundo. Si se diera el caso de que un impostor — masones irregulares, incluidos— hubiera [193]
conseguido entrar en el Templo a pesar de las precauciones tomadas, los trabajos no empezarían hasta que hubiese sido reconducido al exterior. En caso de que los trabajos hubieran ya comenzado, siendo el
primer deber de todo masón, asegurarse que la logia está a cubierto, cualquiera, in-
clusive un Ap, que hubiese descubierto al intruso, debería levantarse en plena logia y alertar de la situación al Venerable Maestro quién inmediatamente, de un golpe de mallete, suspendería los trabajos. VI.3. APERTURA Y CIERRE DE LOS TRABAJOS Los ritos de Apertura y Cierre de la Logia son una referencia obligada. Han de poder decirse de memoria, sin la ayuda del ritual. Sin embargo, como el error es humano y en caso de tener un blanco en la memoria, el Venerable Maestro u otro oficial pueden continuar con una frase que recoja el sentido de lo que se está olvidando. Con [194]
esto quiere decirse que en caso de quedarse la mente en blanco, es mejor continuar aunque no recordemos en ese momento la frase exacta, antes que realizar un alto o bien recurrir al clásico: “eeeeeh”. Por lo demás, la apertura y clausura ha de desarrollarse con precisión militar, como recuerda el H. Inman. No hay nada más penoso o pesado que oír un Venerable Maestro que titubea o duda. Por el contrario, no hay nada mejor para empezar los trabajos con entusiasmo que una apertura conducida con elegancia. No obstante, tampoco causa un efecto bonito el ver a hermanos “soplando” al Venerable Maestro o “poniendo caras”, moviendo la cabeza de izquierda a derecha o muecas según le salga bien o mal. El único hermano que puede intervenir, si así lo desea, y apuntar al Venerable Maestro, es el Pasado Maestro Instalado. Los demás deberán permanecer en silencio. En [195]
caso de haber observado algún error u omisión siempre podrán esperar al final de la tenida para comentárselo y evitar su repetición. Muchas veces al intentar corregir un error, creamos una situación aún menos armoniosa que la inicial o desconcentramos definitivamente al que está trabajando. Por último, en la apertura y cierre de los trabajos, los Vigilantes han de velar por que todos los miembros de su columna se pongan al orden adecuadamente. VI. 4. LAS ENTRADAS Y LAS SALIDAS La entrada y salida de la logia se puede hacer en procesión, pero no es obligatorio, especialmente cuando el número de hermanos de la logia no es suficiente. La procesión admite igualmente variantes. Una posibilidad es la siguiente: Cuando se entra en procesión, la marcha hacia el Este ha de ser lenta. Llegados al [196]
ángulo Noreste, los Diáconos primero y los Vigilantes después, se abren hacia un lateral para dejar paso al Venerable Maestro. Los Oficiales de la G. L. E. y del la G. L. P. han de situarse detrás del Venerable Maestro salvo aquéllos que entren después y que recibirán los honores de su rango. Cuando el Venerable Maestro sube al Este, al T. del R. S., el Director de Ceremonias y los Diáconos forman un arco con sus varas. El Director de Ceremonias deberá conducirle con la mano. Tanto el Venerable Maestro como sus Vigilantes suben a su pedestal por la derecha y bajarán, cuando llegue el momento, por la izquierda, en sentido solar. El recorrido de la procesión es: primero hacia el pedestal del Maestro de la Logia en dónde se quedará, a continuación (pasando delante del sitial del Segundo Vigilante) al sitial del Primer Vigilante y fi[197]
nalmente hacia el del Segundo Vigilante, siempre rotando en el sentido de las agujas del reloj. El Pasado Maestro Instalado espera la procesión en el Este, a la izquierda del pedestal del Maestro de la Logia. No tiene que desfilar pues él no es un oficial de la Logia. El Secretario y el Tesorero aguardan en sus respectivos sitios, en el Norte; los aprendices, en el Norte; los Compañeros en el Sur y los Maestros en una u otra columna. El Ritual de la Gran Logia Nacional Francesa es mucho más preciso en este apartado mientras que el Ritual editado para las logias de Rito Inglés de la Gran Logia de España, no dice nada. El de la G. L. N. F. describe: Cuando los HH, están en su sitio, en la L., las puertas permanecen cerradas mientras que el V. M., los VV., los DD y el D. C. se sitúan en formación de procesión, en el exterior de la L. (los DD. [198]
en cabeza, S. D. a la i, seguidos por los VV., S. V. a la i., cerrando el desfile el V. M.) Cuando el cortejo está preparado, el D. C. da un golpe en la puerta y después de que el G. T. interior le de la entrada, se adelanta hasta la izquierda del sitial del P. V. y dice:
De pie HH., para recibir a nuestro V. M. acompañado de sus VV. A continuación el D. C. sale y se sitúa a la cabeza de la procesión. Los HH. Se levantan, el G. T. Interior abre ambos batientes de la puerta y el cortejo realiza su entrada, dirigido en cabeza por el D. C., seguido por los DD., los VV., y el V. M. El G. T. Interior cierra la puerta. El cortejo avanza al paso, a lo largo de la columna del N., correctamente alineado, hasta el pedestal del V. M., en donde se detiene. Los DD. y los VV. se encaran y se separan ligeramente, los DD. y el D. C: cruzan sus v. [199]
El V. M. avanza entre los VV. y los DD. y pasa bajo las v. cruzadas para alcanzar su sitial. El cortejo continúa de nuevo, al paso, después de una señal del D. C. hasta el pedestal del S. V. en dónde los DD. y el D. C. repiten los mismos gestos mientras el S. V. alcanza su sitio. Se realiza el mismo movimiento delante del pedestal del P. V. El S. D. se dirige directamente a su sitio, mientras que el D. C. acompaña al P. D. al suyo, precediéndole. A continuación, el D. C. se dirige a su sitio.
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Formación: ESTE D. C. P. D. P. V.
S. D. S. V.
V. M. Gr. Oficiales OESTE En lo que se refiere a la salida, el D. C. podrá ir a buscar a los oficiales, uno a uno, a su sitio y en este orden: S. D., P. D., S. V., P. V. y V. M. y los situará en el centro de la logia, en formación. La situación de los oficiales es la misma que en la procesión de entrada salvo para el Pasado Maestro Instalado que en este caso sí puede formar parte de la comitiva situándose inmediatamente detrás del Venerable Maestro. En [201]
su caso, los oficiales presentes de la Gran Logia Provincial se sitúan detrás del Venerable Maestro seguidos de los oficiales de la Gran Logia de España (si éstos no hubieran hecho uso de su prerrogativa de salir antes de la clausura de los trabajos.). Una vez la formación preparada, el D. C. anunciará la salida del V. M. y de sus oficiales. Ésta no es más que una variante para las salidas en procesión de la logia, puesto que tanto nuestro Ritual de la Gran Logia de España, como el Ritual de la Logia Emulation Lodge of Improvment de la Gran Logia Unida de Inglaterra, no dicen nada al respecto. Sin embargo, existen otras variantes, como la que se describe en el Ritual de la Gran Logia Nacional Francesa. El Ritual francés es no obstante, muy claro aquí y expresa: lo que sigue a continua-
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ción, se recoge a título de ejemplo y no forma parte del Ritual. En esta variante, el D. C. emprende la procesión solo; tuerce escuadrando el ángulo Suroeste de la logia, pasa delante del S. V. y del S. D. quien da un paso adelante y le sigue a una distancia conveniente. Ambos pasan por delante del P. V. y tuercen escuadrando para bordear la c. del N. El D. C. vuelve a torcer en el ángulo noroeste y pasa por delante del V. M., seguido por el S. D. a quien se une, al pasar a su altura, el P. D. quien se coloca a su derecha. La procesión continúa, el D. C. y los DD. tuercen escuadrando y pasan delante del S. V. que sale por la izquierda de su sitio y se une a la comitiva por detrás. Esto mismo sucede con el P. V. al pasar delante de él, situándose a la derecha del S. V. Cuando la procesión pasa por delante del sitial del V. M., los VV. Se paran mientras que el D. C. seguido por los DD. [203]
siguen hasta el ángulo de la logia y tuercen, dan algunos pasos y finalmente también se paran. Entonces, el D. C. vuelve hacia atrás, hacia el sitial del V. M., le coge por la mano y lo dirige directamente detrás de los diáconos. Mientras, los VV. siguen y se sitúan detrás del V. M. A continuación el D. C. vuelve a la cabeza del cortejo y reanudan la marcha (siempre con el p. i.); el G. T. Interior abre ambos batientes de la puerta; el D. C. y los DD. cruzan sus v. mientras pasa por debajo y sale el V. M. seguido de sus VV. VI. 5. SUSPENSIÓN Y REANUDACIÓN DE LOS TRABAJOS No hay procesión. Ha de cerrarse el V. L. S. quedándose en su interior la Escuadra y el Compás. Las luces de los Vigilantes deben apagarse y sólo quedará encendida la del Venerable Maestro. El Segundo Vigilante subirá su col. y el Primero la bajará. [204]
Según la costumbre de la logia, se podrá dar la vuelta al Tablero de Primer Grado. Los trabajos no están cerrados, sólo suspendidos. En la Reanudación, de nuevo, únicamente se ponen en pie los oficiales principales. El Segundo Vigilante abate su col. y el Primer Vigilante la levanta. El P. M. I. ha de abrir el V. L. S. y comprobar que quedan correctamente colocados la E. y el C. Por su parte, el Segundo Diácono enciende las v. y coloca el Tablero. VI. 6. RECEPCIÓN DE LOS DIGNATARIOS. El Venerable Maestro que recibe a un dignatario debe ofrecerle su mallete. En efecto, en caso de que una logia sea visitada por el Gran Maestro de la Gran Logia de España, el Diputado Gran Maestro o cualquier Oficial que ostente la representación expresa del Gran Maestro (o el Gran Maestro Provincial —en cualquier [205]
logia de su jurisdicción—, su Diputado Gran Maestro o sus Asistentes), el Venerable Maestro de la logia en cuestión, le dirigirá un mensaje de bienvenida, le ofrecerá el mallete y ordenará que se le tributen los saludos correspondientes a su rango. En el caso en que se haga uso de esta prerrogativa de aceptar el mallete para dirigir los trabajos, el V. M. de la logia ocupará el lugar inmediatamente a la izquierda de quien presida la logia. Los saludos, cuando correspondan, se tributarán del siguiente modo: A los Muy Respetables Hermanos, Gran Maestro y Pasado Gran Maestro: por 11 veces. A los Respetables Hermanos, Diputado Gran Maestro, Gran Orador, director del Consejo Rector y Presidente de la Corte Suprema de Justicia Masónica, activos y pasados: por 9 veces. [206]
A los Respetables Hermanos, Gran Canciller, Grandes Maestros Provinciales, Grandes Primer y Segundo Vigilantes Y Grandes Inspectores, activos y pasados: por 7 veces. A los Muy Venerables Hermanos, Gran Secretario, Gran Registrador, Gran Bibliotecario, Gran Tesorero, Gran Hospitalario, Gran Director de Ceremonias y Gran Superintendente, activos y pasados: por 5 veces. En su Provincia, Al Diputado Gran Maestro Provincial y a los Asistente del Gran Maestro Provincial, activos y pasados: por 5 veces. Al resto de los Grandes Oficiales Provinciales, activos o pasados: por 3 veces. En la práctica, si bien se ofrece el mallete, éste es devuelto inmediatamente al Maestro de la Logia quien continuará dirigiendo los trabajos. [207]
El D. C. recibe a los dignatarios en el Oeste, quien les conduce hasta el Este, siguiendo estos a los Diáconos que se apartarán y formarán un arco con sus varas cuando se incorporen al pedestal. Si un dignatario viene acompañado de sus oficiales, ha de entrar en último lugar y estos se apartarán cuando se incorpore al pedestal. Cuando el V. M. de un golpe de m. los HH. se podrán de pie (pero no al O.). A continuación el D. C. guiará los saludos al dignatario: los HH. se situarán de pie y mirando hacia Oriente y realizarán el número de saludos que dirija el D. C. — número que varía según el rango del M. R. H. o R. H. que se trate—. Los saludos son el signo de primer grado. El dignatario recibe los saludos sentado y se levantará para agradecer a la Logia su trato, permaneciendo los HH. sentados. [208]
Es común que los dignatarios se retiren después del primer o segundo levantamiento. Se les dispensa los mismos honores que en su entrada. Lo habitual es que saluden al V. M. antes de salir pero éste les devuelve los saludos inclinándose levemente, sin realizar el signo de O. Durante la ceremonia anual de Instalación, lo habitual es que los dignatarios sean recibidos al principio de los trabajos, encontrándose todavía la Logia en primer Grado.
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VI. 7. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LOS OFICIALES. 1.VENERABLE MAESTRO. El Venerable Maestro, antes de terminar los trabajos, en un apartado que se denomina levantamientos, se levanta tres veces para preguntar si algún hermano tiene algo que
proponer por el bien de la Francmasonería en general o de esta logia en particular.
El primer levantamiento se reserva a las comunicaciones de la Gran Logia de España. El segundo levantamiento, para las comunicaciones de la Gran Logia Provincial y el Tercer Levantamiento para la correspondencia y los asuntos relacionados con la propia logia. El Venerable Maestro no debe olvidar que ha de dar los últimos tres g. de m. con la m. i. antes de ordenar al Primer Vigilante cerrar la Logia. Con el fin de evitar una contorsión poco estética se le [210]
permite colocar la plataforma de madera en la que reposa el m. a su izquierda. Debe recordar apagar su v. una vez dados los tres últimos g. de m. 2. VIGILANTES. Es un olvido típico no levantar o bajar su respectiva col. en el momento adecuado. Han de estar atentos a este rito. Igualmente, deben recordar apagar su v. una vez dados los tres últimos g. de m. (Olvido que también puede darse en el V. M.). 3. DIÁCONOS. El P. D. no posará el acta sobre el V. L. S., cuando la lleve al V. M. para firmar. El S. D. deberá estar atento a dar la vuelta a los c. de cada grado (o pl. tr.) cuando sea el momento. A ambos se les recomienda traer algo con lo que poder encender las v. 4.GUARDA TEMPLO INTERIOR. Cuando se dirige al Segundo Vigilante, no ha de olvidar realizar el p. antes del s. Al inicio y [211]
al final de las ceremonias, ha de abrir ambos batientes de la puerta. Cuando tenga que cerrarla, lo deberá hacer con cerrojo. 5. DIRECTOR DE CEREMONIAS. Es el encargado de que la salida se realice ordenadamente. Por otra parte, el Director de Ceremonias ha de estar atento para el caso en que los Vigilantes olviden apagar sus v. y recordárselo, así como que no se confundan y abandonen su pedestal por el lado equivocado. Cuando el V. M., el P. M. I. y los demás oficiales que se hubiesen situado en Oriente, se añadan al cortejo, el D. C. se situará delante, lo conducirá hasta el Oeste y cuando se abran hacia los lados ambas filas para dejar pasar al V. M., formará un arco con su v. y las de los Diáconos. Por otra parte, el D. C. puede, aunque no se lo haya pedido el V. M., conducir a Oriente a los Hermanos cuyo rango así [212]
se lo permita, es decir, los oficiales de la Gran Logia a la derecha del pedestal del V. M., y los oficiales de la Gran Logia Provincial, a su izquierda. También es función del D. C. el acompañar a los aprendices o compañeros hacia pasos perdidos cuando se vaya a trabajar en un grado superior o así lo ordene el V. M. Es su responsabilidad el que la cualidad de los presentes se corresponda con el Grado en que se trabaja. 6. SECRETARIO. Sus actas se tienen que limitar a lo esencial. En el tercer levantamiento ha de saber condensar lo sustancial evitando las lecturas interminables. Lo eficiente es que el secretario se haya leído todas las comunicaciones que se han recibido en la logia desde los últimos trabajos y que pueda sintetizar adecuadamente su contenido. [213]
Por otra parte, es importante que el secretario transmita con celeridad las notificaciones por los trabajos realizados a la Gran Logia Provincial. Ha de tratar los documentos y libros de secretaría con la máxima diligencia. Es el encargado de custodiar los libros de la logia. Ha de tratar con diligencia libros como el de actas o el de presencias, pues son el testimonio de la vida de la logia. 7. PASADO MAESTRO INSTALADO. Ha de realizar un seguimiento exhaustivo al trabajo del V. M., sin un segundo de inatención. Ha de usar su experiencia para guiar —pero de forma muy discreta— a un recién instalado Venerable Maestro y, puesto que el Ritual de Emulación ha de decirse de memoria, en caso de fallo de memoria, deberá apuntarle las palabras que le falten. [214]
CAPÍTULO VII
Complementum VII. 1 LOS “NOES” DE HERBERT F. INMAN En el libro Emulation Working Explained, auténtica referencia para el Rito Inglés de estilo Emulación, publicado en 1935, el autor, Herbert F. Inman termina su obra con un capítulo en dónde recoge 36 “NOES” (o DONT’S). Se refiere a treinta y seis características o comportamientos impropios de un masón o del Rito de Emulación. No los hemos recogido todos pues algunas características responden a circuns[215]
tancias de otra época, a aspectos localistas o relacionados con la costumbre británica. Sí hemos querido destacar otros que, casi un siglo después, desde luego siguen siendo válidos consejos. Algunos NOES se refieren a la actitud de los Hermanos durante la tenida. NO debemos de hablar durante el desarrollo de una ceremonia en Logia. El susurro más ligero, en algunas ocasiones puede llegar mucho más allá de lo que se imagina quien lo realiza. NO debemos reír jamás en Logia, incluso sonreír, si presenciamos alguna torpeza graciosa durante los trabajos. En ocasiones hemos podido asistir a equivocaciones divertidas pero cualquier atisbo de alborozo podría destruir completamente la impresión de solemnidad que ha de generarse en la mente del candidato.
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Otros NOES quieren ofrecer consejos sobre nuestro desarrollo o progreso en la Orden. NO tengamos demasiada prisa en unirnos a otras logias o ingresar en los Grados Colaterales. Hemos de considerar además el aspecto financiero. Recordemos que nuestros gastos en Masonería no pueden ir en detrimento de… En la actualidad, la Gran Logia de España permite formar parte de una Logia en primera afiliación y de otra en segunda. Por otra parte, este consejo del Hermano Herbert Inman es válido tanto en aspectos económicos como de dedicación (la dedicación a la Masonería no puede ir en detrimento de la dedicación a nuestra familia, trabajo u otras ocupaciones o deberes importantes) como en aspectos de actitud. En efecto, todos hemos podido observar como aprendices recién entrados desean poder visitar cuanto antes otras logias, [217]
como si no hubiesen encontrado lo que venían buscando en su propia logia o quizá porque todavía no se han cruzado con esos personajes tan importantes que deben de formar parte de nuestra Orden… NO dudemos en pedir nuestra admisión en la Orden del Arco Real. No se trata de un Grado Colateral, es parte de la Auténtica Masonería Antigua. También nos ofrece NOES relativos a nuestros deberes para con nuestra logia, como el siguiente: NO hagamos más difícil el trabajo del Tesorero o Secretario de la Logia, desatendiendo sus comunicaciones o respondiendo con demora. Finalmente, hemos recogido otras advertencias en cuanto a la actitud que debemos de tener frente a posibles excesos, desviaciones u olvidos de la esencia de nuestra Institución. [218]
NO critiquemos al Preceptor de nuestra Logia de Instrucción aunque podamos considerarle demasiado autoritario o incluso incompetente. Recordemos que está desempeñando su función lo mejor que puede y que está dedicando su tiempo libre para intentar ayudar a sus Hermanos. NO seamos tan rápidos condenando a aquéllos Hermanos con pocos conocimientos rituales, por mucho que nosotros seamos expertos en el ritual. Recordemos que no todos podemos ser estrellas. NO tachemos como erróneas ciertas prácticas porque sean contrarias a la costumbre de nuestra propia Logia o porque difieren de lo que nos han enseñado en nuestra logia de instrucción. Recor-
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demos que nuestra costumbre, puede ser la errónea.10 NO creamos que la perfección en la recitación del ritual es el No Va Más de la Masonería. Es importante, pero hay otras cosas aún más importantes. NO pensemos que hemos realizado algo extraordinariamente inteligente si ganamos la caja de cerillas de plata de la Emulation Lodge of Improvment. Simplemente quiere decir que tenemos buena memoria y que hemos tenido algo de suerte. De nuevo aquí, bajo esta advertencia, otra lección de moral. El Hermano Herbert Inman hace una llamada a nuestra humildad y nos recuerda que debemos de per10
Recordemos que Herbert F. Inman se desenvuelve en un contexto de logias que trabajan prácticamente todas en el Rito Inglés, pero bajo estilos distintos, no siempre Emulación. [220]
manecer con los pies en el suelo y hemos de evitar atribuirnos méritos que pueden no serlo tanto. VII. 2 CADENA FRATERNAL DESPUÉS DE UNA INICIACIÓN
Esta ceremonia, muy corriente en Inglaterra y practicada por muchas logias antiguas, se realiza una vez cerrada la Logia, después de la clausura de los trabajos y de que el V.M. y sus oficiales hayan salido del templo en procesión y vuelto a entrar. Todos los HH. permanecen en el Templo, se despojan de sus guantes, mandiles y decoraciones y se dirigen al centro formando un círculo. Solamente se practica después de una iniciación (y normalmente, en Inglaterra, se entona a continuación, el Cántico del Iniciado). No se trata aquí de una Cadena de Unión sino de una Cadena del Iniciado que pretende unir, vincular el pasado (P.M.I.) con [221]
el futuro (el iniciado) pasando por el presente (el V.M.) y esta cadena es doble (ver explicaciones más abajo); así no se rompe aunque alguno de sus elementos pueda deshacerla de forma momentánea (como sucede cuando el H. designado por el V.M. la abandona para situarse en medio de todos los HH. En ese momento quizá la cadena sea más frágil, pero subsiste).
FORMACIÓN DE LA CADENA: Cada H. tiende su mano izquierda a la mano derecha del H. situado a la izquierda de su vecino inmediato de la izquierda (es decir, no le da la mano a su vecino de la izquierda, sino al siguiente H.). De la misma manera ofrece su mano derecha a la mano izquierda del H. situado a la derecha de su vecino de la derecha (de nuevo, no a su vecino inmediato). De esta forma se construye una doble cadena. [222]
(Observaremos que el brazo derecho no se sitúa, como en otras cadenas, sobre el corazón propio, sino que protege así al corazón de nuestro vecino de la izquierda). El V. M. tiene situado a su derecha al nuevo iniciado y a su izquierda al P.M.I. (su lugar habitual). Se nombra a un H. para recitar (por supuesto, de memoria) las palabras de la Cadena. Abandonará pues la Cadena pero al hacerlo explicará a la vez a sus HH., que se trata de una Cadena doble que puede quedar debilitada pero que no se romperá; se situará en el centro y recitará las palabras. Para un recién iniciado, es un gran momento de fraternidad que jamás olvidará… Y para los demás, ¡les recordará sus obligaciones! Son muchas las costumbres no rituales que en ocasiones, sobrecargan nuestros trabajos. La Cadena del Iniciado se practica una vez cerrados los trabajos, desprovistos los HH. de guantes y mandiles, y [223]
así no corre el riesgo de ser contraria a los “Usos y Costumbres” además de venir descrita en rituales ingleses antiguos. Los cánticos de apertura y de cierre sí aparecen en los Rituales. TEXTO DE LA CEREMONIA: Hermanos, y vos en particular, H. ……………………… recién iniciado entre los masones, siendo la Francmasonería un sistema particular de moral, bajo el velo de alegorías y enseñado por símbolos, quiero atraer vuestra atención sobre el aspecto simbólico de esta antigua costumbre: “Unamos ahora nuestras manos, sostengámonoslas los unos a los otros”. Advertiréis que nos mantenemos en círculo o anillo, con los brazos ampliamente abiertos para estrechar las manos de los Hermanos inmediatamente al lado de nuestros vecinos, de manera que protejamos el pecho y el corazón de nuestro her[224]
mano más próximo. El movimiento pendular está presente para probar la solidez de cada uno y si uno de los eslabones fuera alcanzado por nuestra indiferencia, nuestra cadena de unión fraternal masónica se vería debilitada. El círculo es una forma de jeroglífico muy antigua. Siempre se ha reconocido en él el símbolo de la eternidad, no teniendo ni principio, ni final. Para todos los Hermanos, representa la Divinidad que no tiene ni comienzo, ni conclusión. Observaréis que la mano del Pasado Maestro Inmediato pasa por delante del pecho del Venerable Maestro para recoger vuestra mano, Hermano recién iniciado. El Pasado Maestro Inmediato representa el pasado, el Venerable Maestro, el presente y vos, Hermano iniciado, el futuro. De manera que el pasado mira a través del presente hacia el futuro, para garantizar la continuación de su vida y de su trabajo. [225]
De la misma manera podéis observar que se trata de una cadena doble. Así, cuando el G.A.D.U. llame a uno de los Hermanos a la Gran Logia Celestial, la cadena no se romperá, solamente quedará debilitada por un tiempo, hasta que un nuevo eslabón le reemplace. Numerosos y valiosos Hermanos han formado los eslabones de esta cadena que existe desde tiempos inmemoriales. Uno a uno han sido llamados y uno a uno han sido reemplazados. Esta noche hemos añadido un eslabón a nuestra cadena. Pueda la manera en la que ha sido colocado, ser el reflejo de la contribución que vos, Hermano recién iniciado, aportaréis para garantizar la fuerza y el carácter masónico de esta Logia con el fin de que persista generación tras generación y podáis, al haber sido recibido esta noche en el seno de esta cadena de amor fraternal, ser un eslabón honorable hasta [226]
que el tiempo no cuente para los Hermanos que os recibimos. Hermanos, mantengamos ahora unos segundos de silencio en pensamiento de los Hermanos que nos han precedido, de los que hemos querido y reemplazado …/… Rompamos la cadena.
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VII. 3. LOS GRADOS COLATERALES (SIDE DEGREES) En masonería solamente hay tres grados: aprendiz, compañero y maestro. Sin embargo, habiendo sido elevado al grado de Maestro masón, un hermano puede decidir integrarse en otros cuerpos o grados llamados en nuestro Rito, Grados Colaterales. Estos grados pueden ser vistos como organizaciones que sólo permiten su entrada a Maestros Masones. Algunos Hermanos los comparan a las especialidades de los Médicos. En efecto, un doctor en medicina, si lo desea, puede estudiar una especialidad y profundizar o completar su formación. Cada Rito tiene su forma y sus cuerpos, con denominaciones y sistemas distintos: El Rito Escocés Antiguo y Aceptado abarca, además de los tres grados del simbolismo, lo que denominan Altos Grados, es decir otros treinta grados más (hasta trein[228]
ta y tres, si bien no se practican todos) organizados en el llamado Supremo Consejo del Grado 33. El Gran Priorato es un Cuerpo colateral del Rito Escocés Rectificado. En el Rito Francés se habla de los Grados de Sabiduría. Finalmente, en el Rito Inglés, hablamos de los Grados Colaterales (Side Degrees). La Gran Logia Unida de Inglaterra no reconoce la existencia de Altos Grados sin embargo, además de los tres grados del Simbolismo, los trabajos tienen su continuación en lo que se denominan Side Degrees o Grados Colaterales. La posesión de tales grados no da prerrogativa alguna en logia simbólica. Estos Grados Colaterales sólo pueden nutrirse de miembros del Simbolismo, que sabemos culmina en el Grado de Maestro Masón. Por no ser parte de esta exposición, no hablaremos de todos los Grados Colaterales que se practican en el Rito [229]
Inglés, tan sólo mencionaremos los Cuerpos más extendidos: La Gran Logia de Maestros Masones de Marca. La Antigua y Honorable Fraternidad de Nautas del Arco Real. El Santo Arco Real de Jerusalén. Existe una masonería de Marca, conferida a los maestros masones. Las logias de Marca están bajo la jurisdicción de la Gran Logia de la Marca, fundada en 1856 en Inglaterra. Este grado que tiene sin duda alguna un origen operativo en relación con los talladores de piedra, permite al maestro masón profundizar en el manejo de sus herramientas, encontrar su lugar en el taller proponiendo y haciendo registrar una marca personal del oficio. El Maestro Francmasón puede solicitar su admisión en una Logia de Marca cuyo Ritual se refiere al derecho del Compañero de Oficio de firmar su obra con una Marca personal [230]
y a la piedra rechazada que se reconoce luego como la más importante del edificio. La ceremonia de admisión se llama Adelanto. Entrar en la Marca es un complemento muy valioso que ayuda a entender mejor el conjunto. La Marca continúa en Logias de Nautas del Arca Real (que aluden al Arca de Noé, primer constructor de la humanidad). El Distrito de España de la Gran Logia de Maestros Masones de Marca de Inglaterra, Gales y sus Logias y Distritos de Ultramar está integrado por 21 Logias de Maestros Masones de Marca y 12 Logias de Nautas del Arca Real. Es una de las principales organizaciones masónicas presentes en el panorama masónico español. Con más de 150 años de existencia, este grado colateral del sistema masónico inglés centra su simbolismo en el aspecto más operativo de la construcción. El Maestro Masón debe realizar una obra con la cual obtiene su sa[231]
lario y recompensa. Previamente, el candidato al Adelanto debe escoger su marca, única en el registro de su Logia, que utilizará para que su trabajo sea reconocido. El otro complemento al grado de maestro es el Royal Arch, traducido por Arco Real. Trabaja en Capítulos presididos por tres oficiales principales quienes forman un colegio jerarquizado. Estos tres oficiales son cada uno investido simbólicamente de una de las tres funciones reales, proféticas y sacerdotales, que representan a tres personajes bíblicos en relación con la reconstrucción del Templo de Jerusalén después del exilio de Babilonia. El Maestro Masón puede solicitar su admisión en un Capítulo del Arco Real. Admisión que se realiza mediante una ceremonia iniciática llamada: Exaltación. Arco Real es la continuación de la Francmasonería. Sus miembros, llamados Compañeros, se reúnen en Capítulos, a su [232]
vez unidos bajo un Gran Capítulo. De la misma manera que los Capítulos son dirigidos por los Tres Principales conjuntamente, el Gran Capítulo es regido por tres Grandes Principales, con un Diputado Gran Principal que se reparte el trabajo con el Primer Gran Principal. Los Grandes Capítulos Provinciales o de Distrito son dirigidos por un Gran Superintendente que es nombrado por el Primer Gran Principal como su representante en el área específica. En España, el Arco Real cuenta con cuatro ceremonias: la ceremonia de Exaltación para incluir nuevos miembros y las ceremonias de Instalación para cada uno de los tres Principales. La ceremonia de Exaltación consta de dos partes: una representación más bien dramática de los principios de la Orden, seguida de tres disertaciones en las cuales se explica aún más la historia, el simbolismo y los principios del Arco Real. Al [233]
igual que la Masonería, el Arco real está abierto a hombres de todas las creencias. El Arco Real se considera la culminación de la “pura y antigua Masonería”. En Masonería, al candidato se le presentan una serie de principios eminentemente prácticos según los cuales, si son practicados, pueden llevarle a esperar a vivir una vida al servicio de sus semejantes. Sin embargo el hombre no es sólo un ser práctico; su naturaleza tiene una vertiente esencialmente espiritual. Este aspecto espiritual se pone en práctica en el Tercer Grado, en el cual el hombre es dirigido a la contemplación de su inevitable destino y se convierte en el mensaje principal del Arco Real. En este sentido, la “pura y antigua Masonería” puede entenderse como un peregrinaje a través del descubrimiento y conocimiento de uno mismo, donde el Arco Real completa las lecciones prácticas de la Masonería a través de la contemplación de [234]
la naturaleza espiritual del hombre, no reemplazando sino reforzando y apoyando lo que ha aprendido de su religión. Los requisitos para ser miembro del Sagrado Arco Real son ser un Maestro Masón y un miembro activo de una Logia Masónica regular, reconocida por la Gran Logia de España. En el Libro de Constituciones hay una declaración preliminar que dice: “La Masonería Pura y Antigua consiste solamente en tres grados y no más, es decir, el del Aprendiz, el de Compañero Masón y el de Maestro Masón, incluyendo la Orden Suprema del Arco Real.” Una vez que se han recibido los tres grados, se tiene derecho a completar el camino masónico adquiriendo la Orden del Sagrado Arco Real. La Masonería del Arco Real no es un grado por sí sólo, sino consiste en completar el tercero y la experiencia de un Maestro Masón no es completa
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hasta que ha sido exaltado a esta Orden Sagrada de la Masonería. A pesar de todo, los Hermanos no han de olvidar que en Masonería, lo primero es el trabajo en logia, serio y con asiduidad; todo lo demás ha de quedar en un segundo plano. Debe censurarse aquellas actitudes de algunos, capaces de enrolarse en un sinfín de cuerpos o grados colaterales (superiores o de sabiduría) desoyendo sus obligaciones para con su propia logia.
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BIBLIOGRAFÍA Apuntes sobre el Rito de Emulación. Trabajo del R. H. José Concha Maluenda, de la Gran Logia de España para el Portal de Internet, Masones Regulares (http://masonesregualres.bravehost.com)
Apuntes diversos provenientes de talleres de Instrucción realizados por la Respetable Logia Simbólica Phoenix Nº 31, Oriente de Madrid, de la Gran Logia de España. Cahier de l’Apprenti (El Cuaderno del Aprendiz). Trabajo realizado por la Logia de Instrucción del Rito de Emulación de la Gran Logia Nacional Francesa (LIREGLNF). Constitución y Reglamentos Generales de la Gran Logia de España. El Cuaderno de Jean Crozet, de la Gran Logia de España. Adaptado por la Respetable Logia Phoenix Nº 31 de Madrid. [237]
Emulation Working Explained. Herbert F. Inman. Primera edición de 1935. Reeditado por Kessinger Publishing’s Rare Reprints. ISBN 0-7661-5825-X. The Entered Apprentice’ s Handbook (El Cuaderno del Aprendiz), John S. M. Ward, reedición de Lewis Masonic, 1991. ISBN 085318-081-4. La Francmasonería Española. Ensayo Histórico Crítico de la Orden de los Francmasones en España desde su origen hasta nuestros días, Nicolás Díaz Pérez, 1894. Edición particular realizada por las RR. LL. SS. De la Gran Logia de España, Fraternidad Universal Nº 5 e Investigación Athanor, Nº 47 en Madrid, 2004, digitalizando un ejemplar fotocopiado a partir de microfilm de la Biblioteca Nacional de España. The Freemason at Work, Harry Carr. Publicado por Lewis Masonic. ISBN 0-85318189-6. [238]
La Hermandad, Claves y Secretos de la Masonería (The Brotherhood), Tim Deopulos, Ediciones Robinbook, 2006, ISNB 84-7927-803-X.
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The Lectures of the Three Degrees in Craft Masonry as demonstrated in the Emulation Lodge of Improvement (Lecturas o Catecismo de Emulación). Publicado por Ian Allan Lewis Masonic. [239]
La Masonería que vuelve, Ángel Mª de Lera. Editorial Planeta. 1980. ISBN 84-3205660-X. La Masonería en la España del S. XX. Vol. 2, 1996, págs. 911-930, Antonio Morales Benítez y Fernando Sigler Rivera. Trabajo coordinado por José Antonio Ferrer Benimeli. ISBN 84-89492-47-6. La Querelle des Anciens et des Modernes. Trabajo de Roger Dachez publicado por la Logia de Estudios e Investigación William Preston, perteneciente a la Logia Nacional Francesa. (http://wp.logenationalefrancaise.org/Travau x.AnciensModernes.htm)
Le Rite Emulation. Planche d’Alec Mellor. Trabajo de Alec Mellor, publicado y distribuido. Recogido del Portal Masónico en Internet para Hermanos Francófonos, Forget Me Not. (http://www.forgetme-not.org/)
[240]
Le Rite Emulation (G. O. D. F. ). Publicado en el Blog de Investigación Independiente Lawrence Dermott al Oriente de Rennes (Francia) (Blog de la Loge de Recherche
Indépendante Larence Dermott a l’Orient de Rennes). (http://logedermott.over-blog.com/article-
34833895.html)
Ritual de Emulación de la Gran Logia de España de 1988 en su edición de 1992 (la cuarta después de las de 1989, 1990 y 1991). Ritual de Emulación publicado por la Gran Logia de España en 2001. Ritual de Emulación vigente (2009) en la Gran Logia Nacional Francesa. Ritual de Emulación, Emulation Ritual, publicado por Lewis Masonic tal como es practicado por la logia Emulation Lodge of Improvment y con cuya aprobación ha sido publicado. Primera Publicación 1969. [241]
Versión actual de 2007. ISBN 978 0 85318 282 5. La Santa Biblia que contiene los Sagrados Libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Antigua versión de Cipriano de Valera, cotejada con diversas traducciones y revisada con arreglo a los originales hebreo y griego. Depósito Central de la Sociedad Bíblica B. y E. Madrid, 1936.
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Este obra práctica sobre el Rito Emulación terminó de componerse en las colecciones de MASONICA.ES a Media Noche en Punto del día 21 de junio de 2010
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