Mi Madre Es Culpable

February 14, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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1.2.1 “Mi madre es culpable” de Julián Soler Bioétca Bermudez Torres Luis Hiram

Esta película plantea el dilema éco en la prácca de la eutanasia. Pero va un poco más allá, ya que plantea que dicho procedimiento sea praccado por una madre a su propio hijo. En este ensayo no pretendo dar un juicio respecto a los personajes o sus decisiones, si no analizar los confictos écos planteados, planteados, tratando de explicarlos explicarlos desde sus razones, juscaciones juscaciones y contradicciones, contradiccion es, tanto evidentes como aquellas no tan evidentes. Desde antes de la aparición del hijo en cuesón, hay una escena donde la doctora Consuelo pracca la eutanasia sobre un caballo lesionado. A los caballos y a muchos otros animales doméscos es costumbre praccar la eutanasia cuando suren lesiones, ya que no existe la tecnología para tratar a los animales o bien resulta demasiado costosa, por lo que al valorar la situación resulta más conveniente para las personas realizar dicho proceso. A la vez que según las mismas personas se acaba con el surimiento del animal. De aquí podemos ir resaltando cosas que serán relevantes más adelante. Cabe señalar de este episodio que la decisión es tomada por las personas, en este caso, la Doctora Consuelo. Hay que resaltar el tulo de Doctora, ya que denota una posición dierenciadora, no es lo mi mismo smo la Doctora Consuelo, (reerente a una posición, a una preparación), que la Señorita Consuelo. Siempre en los procesos de eutanasia existe una toma de decisión respecto a la conveniencia del proceso, donde entran muchos criterios tales como el dolor, el surimiento, la esperanza y la l a calidad de vida. Cuando la cura se ve complicada, o poco probable, la eutanasia se jusca por detener el surimiento del paciente en cuesón, al menos en ese sendo sucede en esta película, el surimiento es un criterio clave para el juicio de la Doctora Consuelo. Así que ocurre un juicio, una toma de decisiones, una comparava entre costos y benecios. He ahí uno de los primeros puntos conficvos. La toma de decisiones como es en la escena del caballo, no solo gira en torno al surimiento del animal, sino también a qué resulta más conveniente para las personas a las cuales el caballo les resulta úl. Es decir, las creencias, intereses, y necesidades de las personas que toman la decisión con respecto al proceso enen un peso igual de importante que lo que está viviendo el paciente al que se le praccaría el 1

 

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procedimiento. La eciencia técnica como valor por encima de la vida, se impone. Claro, que el  juicio técnico, en este caso, caso, zootécnico, zootécnico, no es el único po de criterio criterio posible, sin embargo embargo en la situación citada se impone esta perspecva. Y es que así como se enen creencias religiosas, también se enen creencias como en la ciencia, y la técnica. En una sociedad industrializada son creencias que enen aquellas personas con autoridad de tomar decisiones, como los médicos, así como el caso parcular la Doctora Consuelo. Ella señala que es atea, así como cuenta que su madre es quien le l e inculcó el rechazo y la intolerancia al surimiento ajeno. Aquí llegamos a un segundo punto muy importante, y es como el juicio aparentemente racional y cienco no deja de estar exento de implicaciones subjevas de las personas que se ponen en el rol del médico / cienco. Asumir dicho rol no implica necesariamente desprenderse de dichas creencias, incluso podemos armar que el interés e implicación en ese rol y no en otro se basa en gran medida en las antasías, creencias, aectos, deseos, traumas, y prejuicios, de aquellas personas que deciden ejecutar dicho rol. Al hablar de roles y de decisiones, surge otro aspecto important importante, e, el hecho de la dierenciación. A los médicos no solo los dierencia su preparación. Tamb También ién dentro de los roles dierenciados existen dierencias o asimetrías de poder y autoridad entre los disntos actores. En la prácca médica esto resalta. Si bien se jusca la invesdura de autoridad en la preparación y el conocimiento médico, en casos como el de la película no se pueden negar las implicaciones subjevas y personales de la doctora. El conficto y la contradicción entra cuando se respalda en objevidad, donde supuestamente el conocimiento cienco es el que da los argumentos para  juscar la eutanasia, eutanasia, cuando no no es completamente completamente así. Menos es completamente completamente así porque es una decisión de una madre con respecto a su hijo, por la educación atea, por los valores que se encubren detrás de un supuesto conocimiento objevo, que parece querer armarse a sí mismo antes que considerar alternavas que salvasen al hijo. Estos valores en concreto implican una concepción especíca de la vida en cuanto a una éca y una moral, donde se equivale la enermedad así como al surimiento con el mal, con lo que no debe de ser, con algo 2

 

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que erradicar, y evitar. Esta postura, aunque se jusca en planteamientos objevos, dista por mucho en la película de ser ajena a las implicaciones personales y subjevas de la doctora, siendo más que objeva, una subjevidad argumentada argumentada que llega por lo tanto a aparentar ser objeva. Por otro lado es cuesonable una concepción de la vida solo desde el conocimiento médico y cienco, existen dimensiones más allá en la vida de las personas, por ejemplo la dimensión mísca y religiosa en la película representada por líderes religiosos en el juicio público así como por el doctor Javier. Desde dicha dimensión el surimiento no se concibe necesariamente necesariamente como algo negavo, puede ser un mensaje, incluso una experiencia de aproximación a lo divino. La enermedad no solo aecta los órganos de las personas, el esgma y el equetamiento también también aecta la idendad, las relaciones, y las posibilidades en el mundo de aquellas personas a las que se les ha equetado.  Ese equetamiento de deseable, bueno, sano, (o lo contrario) está sulmente oculto detrás de dicha subjevidad argumentada, argumentada, supuesta objevidad, objevidad, y puede ser parte de la movación que llevase a tomar la decisión de terminar con la vida de una persona. Esto queda en evidencia cuando el único procedimiento disponible es descartado por la deormidad que pudiese causar la cirugía, argumentando que se podía alargar la vida pero esta no sería digna y causaría rechazo de sus semejantes. Es entonces cuando cuando se hace evidente que existen razones mas allá de lo meramente orgánico para tomar la decisión, razones estécas, simbólicas, a n de cuentas, subjevas. Aquí Aquí algo muy interesante es que resalta el interés de la sociedad en términos de un status quo, pareciera que no solo se quiere proteger al niño si no a la gente a la cual le causaría repulsión un niño deorme. Otro aspecto que orece la película y enriquece la discusión es que no solo existe una suerte de autoritarismo entre las guras de médico y paciente, si no a su vez entre las guras de adulto y niño. Muy como con el caballo, no se le l e atribuye al niño la capacidad de comprensión y juicio suciente como para considerar su voluntad y su opinión. Esta dierenciación y asimetría de 3

 

1.2.1 “Mi madre es culpable” de Julián Soler Bioétca Bermudez Torres Luis Hiram

roles está más que nada culturalmente undamentada, undamentada, dado que en disntas culturas se concibe de orma disnta las etapas de la vida tales como la adultez, adolescencia, inancia, inancia, y vejez, siendo dierentes entre culturas al grado de que incluso no en todas existen las mismas etapas de desarrollo. Tal como la adolescencia, en ciertas culturas los jóvenes pasan de la inancia a la adultez sin un punto medio como la adolescencia para nuestras sociedades occidentales. El punto radica en la relavidad al atribuir o no capacidad de decisión consciente a determinados grupos, en este caso a los menores. Cabe mencionar también el hecho de que el conficto se vuelva asunto de discusión e interés público. Argumentaría que se debe a que todos estamos implicados socialmente, y casos así aunque no de manera directa, dado que no remiten exactamente a nosotros, de orma indirecta si nos implican. Ya que todas las personas enen su propia experiencia, su propia vida, sus propios valores y sus propias creencias, su propia amilia y experiencias los cuales proyectan hacia el caso a pesar de no conocerlo de primera mano. En ese sendo se hace evidente el conficto social en cuanto a ideologías y maneras de pensar las cuales desembocan en decisiones y maneras de interactuar concretas, concretas, tales como conficto, conficto, cambio social, o marginación. Otra dimensión que ene relevancia en la película es la relava a lo judicial y legislavo. l egislavo. La prácca judicial (otra donde el tema de la objevidad es controversial) se basa en la observación objeva de la ley. En ese sendo, privar de la vida a otra persona es considerado un delito. De tal manera que a pesar de los grandes argumentos a avor de la decisión de la doctora, la ley escrita no contempla como atenuantes dichos argumentos y razones. De tal orma que ante la ley ella ell a es culpable. En este punto es posible hablar de la conducta criminal, y la legislación de una sociedad concreta. Las leyes como reerentes no están diseñadas para abarcar toda la complejidad de situaciones posibles a pesar de sus constantes esuerzos, la sociedad cambia, la tecnología, las necesidades, los sistemas económicos, los valores, los

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conocimientos, etcétera. etcétera. De tal orma que las leyes quedan siempre rezagadas, a tal grado que casos como el de la película evidencian lo limitado l imitado de los sistemas judiciales. Hasta el momento considero que he sido muy críco con la decisión de la l a Doctora de praccar la eutanasia a su hijo. Cabe aclarar que soy críco más con respecto a los argumentos tras los que se respalda dicha decisión, a la supuesta objevidad, más que a la decisión en sí. Puesto que al ver la película, las escenas de desesperación entre la madre y el hijo o aquellas de agonía, puedo llegar a comprenderla y apoyarla. Considero que hasta este punto se han expuesto los confictos, contradicciones y movaciones detrás del problema de la película. Para cerrar y a manera de conclusión quisiera aterrizar dichas ideas y como se relacionan con la prácca de la psicología y la l a éca en la psicología. En primer lugar, el conocimiento cienco, y en parcular el conocimiento psicológico no es el único, ni el máximo ni el absoluto. Existen otras disciplinas, disciplinas, y más importante, la vida de las personas es mucho más compleja que cualquier disciplina, superando el conocimiento disciplinar, existe el conocimiento popular, las creencias, los mitos y demás que le dan sendo a la vida de las personas. El conocimiento cienco no está terminado ni es absoluto, de lo contrario más que ciencia es un dogma, parcularmente parcularmente el conocimiento emanado de la psicolog psicología ía si pretende realmente estudiar y entender al ser humano debe de prestar y resaltar la importancia de los aspectos subjevos y culturales de las l as personas, más que intentar reducirlas a sus dimensiones siológicas. En ese sendo, considero prudente ir cambiando la noción de conocimiento posivista que aún impera en gran medida en la academia, en el conocimiento popular sobre la psicología y la medicina, donde se considera al método cienco y al conocimiento emanado del mismo como objevo. Creo que esta aspiración a la objevidad termina por generar mayor ambigüedad teórica y prácca al no reconocer o de plano omir aspectos importantes de la orma y razones en las que se generaron dichos conocimientos conocimientos o se tomaron determinadas decisiones. Tenemos que reconocer que existe una implicación subjeva detrás de dicho 5

 

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discurso, así como la hay en las movaciones que nos llevan a determinada vocación. No basta basta reconocerlo en las demás personas si no nos reconocernos como personas y nos damos cuenta que muchas veces lo que decimos, como lo decimos, de quien y para qué lo decimos, habla y remite más de nosotros como invesgadores, invesgadores, estudiantes o proesionales, que del objeto de estudio al cual supuestamente nos estamos reriendo. Solo reconociendo esta implicación y dimensión subjeva en el conocimiento cienco este puede aspirar a ser más capaz de dar cuenta de la realidad de las personas. Cabe resaltar también como la posición de proesionales nos enviste de cierta autoridad, de tal orma que si queremos trabajar para las personas, debemos tomar en cuenta nuestras propias subjevidades para conociéndolas manejarnos manejarnos con respecto a ellas así como con lo estudiado de manera prudente. En otras palabras, el no reconocer nuestra implicación puede irónicamente conducir a que actuemos mas en el sendo de nuestras propias creencias y prejuicios sin darnos cuenta, imponiéndonos mas para nuestro gusto, necesidad, antasía y goce, que por el bien de las personas. El tulo de psicólogos nos da cierto rol y cierto poder por sobre otras personas. Y el poder implicaría responsabilidad, consciencia, y éca basada en la vida, si no quiere ser ranía.

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