November 22, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
EL MÉTODO
MONTESSORI
Infantil - Primaria - Secundaria - FP - EOI - Conservatorio www.magister.es
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Formación del profesorado
ANFAP Asociación Nacional para la Formación y Asesoramiento de los Profesionales
EL MÉTODO MONTESSORI
ANDALUCÍA - ARAGÓN - ASTURIAS - BALEARES - CANARIAS - CANTABRIA - C. LA MANCHA - C. LEÓN - CATALUÑA - MADRID - GALICIA - LA RIOJA - EXTREMADURA CEUTA - MELILLA - MURCIA - NAVARRA - PAÍS VASCO - C. VALENCIANA
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DATOS DEL CURSO
DESTINATARIOS ▪
Profesores de Educación Infantil y Primaria de todas las especialidades.
▪
Profesores de Educación Secundaria de todas las especialidades.
▪
Profesores de la especialidad de Psicología y Pedagogía.
▪
Profesores de Orientación Educativa.
▪
Profesores universitarios.
▪
Profesores Técnicos de Servicios a la Comunidad.
▪
Pedagogos y psicopedagogos.
▪
Personas interesadas en la docencia.
MODALIDAD ▪
100 % a distancia. Metodología on-line.
DIRECCIONES DE LOS CENTROS DE REFERENCIA
MAGISTER. Gta. Cuatro Caminos 6, 28020, Madrid. Teléfono: 912 98 64 18
CONTENIDOS ____________________________________________________________________________
INTRODUCCIÓN MÓDULO I: CONTEXTO HISTÓRICO Y EPISTEMOLÓGICO DEL MÉTODO MONTESSORI
1. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DEL MÉTODO MONTESSORI
1.1. Quién fue María Montessori 1.2. Antecedentes del pensamiento Montessori 1.3. Personajes influyentes en el pensamiento Montessori
2. CONTEXTUALIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL MÉTODO MONTESSORI
2.1. Legado de Montessori 2.2. Vinculación del Método Montessori con las Pedagogías alternativas MÓDULO II: CONTEXTO TEÓRICO DEL MÉTODO MONTESSORI
3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL MÉTODO MONTESSORI
3.1. Definición y características 3.2. Diferencia entre el Método Montessori y otras pedagogías
4. PRINCIPIOS DEL MÉTODO MONTESSORI
4.1. Libertad y autonomía 4.2. Individualidad 4.3. Autodisciplina
5. ETAPAS O PLANOS DEL MÉTODO MONTESSORI
5.1. Mente absorbente del niño 5.2. Periodo de la niñez 5.3. Adolescencia 5.4. Madurez MÓDULO III: TRIADA NIÑO – GUÍA – ESPACIO PREPARADO DEL MÉTODO MONTESSORI
6. EL NIÑO
6.1. Visión del niño en el contexto montessoriano
7. AMBIENTE PREPARADO
7.1. El entorno 7.2. Los materiales
8. EL GUÍA
8.1. Características del guía 8.2. Rol del adulto como guía MÓDULO IV: EL JUEGO Y EL PORTAFOLIO COMO HERRAMIENTAS PARA EL APRENDIZAJE
9. EL JUEGO Y LA CREATIVIDAD: HERRAMIENTAS PARA EL APRENDIZAJE
9.1. Contexto histórico 9.2. El juego dentro de las aulas montessorianas
10. EL PORTAFOLIO: MECANISMO DE SEGUIMIENTO DEL APRENDIZAJE
MÓDULO V: LA ENSEÑANZA DEL MÉTODO MONTESSORI
11. EXPERIENCIAS PRÁCTICAS DE LA FORMACIÓN DE LOS DOCENTES
11.1. Contexto histórico
12. PAPEL DEL GUÍA MONTESSORI
12.1. Contexto histórico 12.2. Características
13. TALLER DE CREATIVIDAD PARA GUÍAS MONTESSORI
13.1. Contexto histórico MÓDULO VI: EL APRENDIZAJE Y EL MÉTODO MONTESSORI
14. LA ESCUELA NUEVA: VINCULACIÓN CON EL CONCEPTO DE APRENDIZAJE
14.1. Contexto histórico 14.2. Características
15. VINCULACIÓN DEL MÉTODO MONTESSORI CON LA ESCUELA NUEVA
15.1. Beneficios educativos
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN TAREAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN “La esencia de la educación Montessori es ayudar al niño en su desarrollo y ayudarlo a adaptarse a cualquier condición que el presente le requiera” María Montessori.
El método educativo propuesto por María Montessori destaca el desarrollo natural de las aptitudes del niño a través del descubrimiento, alejándose de los métodos educativos tradicionales en los que el maestro transmite los conocimientos.
Se basa en el principio de libertad, condición necesaria para lograr el aprendizaje de manera natural. Promueve la educación centrada en el niño y en el desarrollo de sus potencialidades.
El niño aprende a trabajar de manera independiente y en grupo. Es capaz de resolver de forma autónoma los problemas que se le presentan y administrar debidamente su tiempo, pues se estimula la toma de decisiones desde temprana edad. Enriquece sus destrezas de comunicación facilitando su inclusión en los diferentes entornos sociales.
El niño construye el conocimiento por sí solo, lo que involucra enseñarle qué es la responsabilidad en la realización de las actividades académicas.
El autoaprendizaje del niño no se produce de un día para otro, es un proceso que requiere orientación por parte de un guía que debe estar profesionalmente formado, emocionalmente bajo control y abierto a nuevas experiencias.
El papel del docente como guía Montessori va a permitir que el niño se convierta en un adulto profesional, crítico, analítico y con el poder de decidir qué es lo que más le conviene.
El niño participa de manera activa en su proceso de aprendizaje, el cual se desarrolla en un ambiente ordenado y preparado. El aula Montessori se convierte en un lugar donde el niño desarrolla sus conocimientos por medio de una labor de aprendizaje libre.
A través de este curso, vamos a conocer esta metodología al detalle y de la mano de nuestros expertos y creadores del contenido que se presenta en este manual. Ángel Alirio Pérez. Candidato a Doctor en Pedagogías Críticas (Doctorando). Economista con Maestría en Planificación y Administración de la Educación Superior. Profesor desde el año 1998 en la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Investigador activo con publicaciones en revistas indexadas y arbitradas. Expositor y participante en Jornadas y Eventos Educativos nacionales y regionales. Miembro activo de la Comunidad de Aprendizaje “Gestión y Socialización del Conocimiento”. Artículos Publicados: Comunidad de Aprendizaje. Una alternativa de Estudio (2018); Las Pedagogías Alternativas desarrollan el pensamiento crítico (2017); Procedimientos educativos como práctica del aprendizaje por experiencia (2016) y Una aproximación a las Pedagogías Alternativas (2016), entre otros. Bethzaida Africano. Doctora en Pedagogía Crítica (2018). Magister en Gerencia Empresarial. Ingeniero de Sistemas. Profesora a nivel universitario desde el año 2005. Investigadora activa con publicaciones en revistas arbitradas e indexadas. Expositora y participante en Jornadas y Eventos Educativos nacionales y regionales. Actualmente realizando estudios e investigación en Pedagogías Alternativas. Apasionada de la tecnología, en busca del camino del conocimiento. Servidor Público de la Unidad Territorial Fundación para el desarrollo de la Ciencia y Tecnología del estado Bolivariano de Mérida, Venezuela Fundacite – Mérida). Miembro fundador y activo de la Comunidad de Aprendizaje “Gestión y Socialización del Conocimiento”. Artículos Publicados: Acto educativo virtual. Una visión desde la confianza (2018); Comunidad de Aprendizaje. Una alternativa de Estudio (2018); Las Pedagogías Alternativas desarrollan el pensamiento crítico (2017); Procedimientos educativos como práctica del aprendizaje por experiencia (2016) y Una aproximación a las Pedagogías Alternativas (2016), entre otros.
María Alejandra Febres Cordero. Doctora en Gestión la Creación Intelectual (2018). Magister en Ciencias Económicas, Economista egresada de la Universidad de Los Andes. Investigadora activa con publicaciones en revistas arbitradas e indexadas. Expositora y participante en Jornadas y Eventos Educativos nacionales y regionales. Actualmente Profesora en la Escuela de Ingeniería Geológica, Departamento de Geomecánica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela con más de 10 años como docente. Realizando estudios e investigación en Pedagogías Alternativas. Servidor Público de la Unidad Territorial Fundación para el desarrollo de la Ciencia y Tecnología del estado Bolivariano de Mérida, Venezuela Fundacite – Mérida). Miembro fundador y activo de la Comunidad de Aprendizaje “Gestión y Socialización del Conocimiento”. Artículos Publicados: Las relaciones sociales derivadas del uso de las tecnologías en los procesos educativos virtuales (2018); Comunidad de Aprendizaje. Una alternativa de Estudio (2018); Las Pedagogías Alternativas desarrollan el pensamiento crítico (2017); Procedimientos educativos como práctica del aprendizaje por experiencia (2016) y Una aproximación a las Pedagogías Alternativas (2016), entre otros.
MÓDULO I ___________________________________________________________________________
CONTEXTO HISTÓRICO Y EPISTEMOLÓGICO DEL MÉTODO MONTESSORI ___________________________________________________________________________
1.
CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA DEL MÉTODO MONTESSORI
1.1.
Quién fue María Montessori
Hablar de la educadora italiana María Montessori requiere recurrir, además de su bibliografía y consultar otros escritos, al abordaje de algunos textos dedicados a su vida y obra. Con ello, se presentará el contexto donde nació y vivió para comprender la significación de su contribución pedagógica; lo cual se efectuará realizando una aproximación a su trabajo. Síntesis que mostrará los rasgos de la vida de una mujer que alcanzó una divulgación universal de su método pedagógico y que marcó una relevante ascendencia en otras alternativas docentes. Por supuesto, se dejarán de lado un sin fin de detalles al realizar un resumen, elaborado en pocas páginas, como el que se presenta. Sin embargo, este escrito permite entender, en parte, la contribución sus ideas pedagógicas y su ubicación dentro del contexto de las pedagogías alternativas. En ese sentido, hablar de educación, pedagogía y método, bajo la óptica de Montessori, es hablar de su investigación experimental producto de la formación de los niños, lo cual realiza distanciándose de algunas posturas teóricas y políticas de su época.
María Montessori fue la creadora del modelo educativo que lleva su nombre y que, en expresión a su hijo, no fue intencional comenzar un movimiento educativo, sino que fue producto colateral de la realización de sus actividades como médico. Nacida el 31 de agosto de 1870 en el poblado de Chiaravelle, en la provincia de Ancona, puerto al mar Adriático, en el centro de Italia y en el año de la unificación italiana. Su Padre, Alessandro Montessori, provenía de una familia de la nobleza de Bolonia y fue militar del Partido Liberal, que había luchado por la independencia de Italia. Su Madre, Renilde Stoppani, era liberal y católica, además de una gran devoradora de libros. En 1882 la familia se traslada a Roma con el fin de que María asistiera a las mejores escuelas, pues ya había demostrado inclinaciones intelectuales y un especial ingenio para las matemáticas. Entró a la Regia Escuela de Michelangelo Bounarroti, en la que predominaban los varones. En esa escuela, María era la única mujer. Su padre quería que estudiara para maestra, pero en 1984, por iniciativa propia, se inscribió en la escuela técnica para hombres para estudiar ingeniería, la cual abandonó,
después de un año, cuando surgió su interés por estudiar medicina. En el caso de María Montessori, fue una mujer que estableció un pensamiento y escribió en referencia a lo educativo y que, además, ejerció la práctica de la acción docente. Asimismo, propició innovaciones y reformas pedagógicas en el marco de un contexto histórico determinado.
En el transcurso de la historia del ser humano, la acción educativa ha tenido distintas proposiciones en el campo pedagógico, las cuales, en su momento, se han presentado como estrategias innovadoras del hecho educativo. En ese sentido, ha existido desde hace largo tiempo la necesidad de reconocer las contribuciones y las prácticas realizadas por las mujeres en el entorno cultural, social, político y económico. Dichos aportes tienen como características fundamentales ser reconocidos para destacar la identidad de sus representantes como mujeres. Esto quiere decir, reconocer el papel histórico de la mujer, visibilizándola, no encubriéndola en un papel secundario al hombre. Se requiere observar la presencia de las mujeres en todos los ámbitos a fin de resaltar un proceso de legitimación e integración histórica de la trayectoria de las mujeres. Así, en el caso de María Montessori es relevante conformar una mirada, aunque no sea en profundidad, de su papel en estos contextos y lo primero a tomar en cuenta es el momento histórico que le correspondió vivir. De estas circunstancias nace el hecho de que hay que considerar que los individuos no pueden existir en condiciones disociadas con su praxis diaria, las condiciones de trabajo y de existencia, la participación social y política. Todos estos aspectos y otros más que involucran la vida de las personas y que no puede entenderse la existencia en sociedad sin tomar en consideración la interrelación de cada uno de ellos.
En el caso de Italia, para cuando nace Montessori, era un país fragmentado políticamente y con una alta dependencia de Austria. Avanzaba un movimiento intelectual, cultural y unitario, conocido como el “Risorgimento”. En dicha época, se establecieron una serie de revueltas de carácter liberal, básicamente antiaustríacas, que tuvieron su origen en los territorios ricos, industrializados y más avanzados socialmente, establecidos en la región del norte del país. Italia, como Estado unificado, promovió la desaparición de las antiguas fronteras, así como la homogenización legal y monetaria. Pero, al mismo tiempo, la nueva entidad debió enfrentar a una serie de problemas que dificultaron su cohesión: desigualdad económica y social entre un norte rico, industrializado, urbano e integrado en la economía europea, y el sur preindustrial, agrario y pobre; políticamente los representantes de los industriales y comerciales del norte considerados liberales y los defensores de los intereses predominantemente agrarios del sur
etiquetados como conservadores; administrativamente se asumió un régimen de monarquía parlamentaria quedando la representación relegada a una minoría y las condiciones de vida abismales de los trabajadores industriales urbanos o agrícolas desembocan en fuertes movimientos anarquistas y de izquierda. Bajo esta perspectiva, la vida de María Montessori transcurre, inicialmente, en lo que los historiadores han llamado Segunda Revolución Industrial, momento histórico de grandes inventos en transporte, comunicaciones y procesos productivos. Situación que indujo a transformaciones en las condiciones de trabajo, en la educación, en la convivencia social, en la consolidación de las naciones y en la expansión comercial entre países. Unido a ello, y causante de estas variaciones, fueron las innovaciones tecnológicas que determinaron una reorganización en las formas de producción y en el incremento de la elaboración de bienes y prestación de servicios comerciales; se modernizaron las condiciones de la participación política de los ciudadanos y evolucionó la democracia.
Agregado a lo anterior, se presentó una explosión demográfica que consolidó las grandes ciudades. Se produjo la emigración rural, aumentando la fuerza de trabajo disponible para laborar en las grandes fábricas, donde se incluía la participación de las mujeres y los niños. Asimismo, se destacan las modificaciones, además de las reformas, en las condiciones de enseñanza y en los sistemas educativos. Como consecuencia de esto último, cambiaron los roles a cumplir dentro del núcleo familiar que transformó el papel a jugar por cada uno de los miembros del hogar. Por su parte, el incremento comercial indujo a la consolidación de los sistemas bancarios requeridos para mejorar las transacciones. Surge una clase media que aprovechó las nuevas riquezas provenientes de los cambios económicos; clase social integrada por comerciantes, empresarios, gerentes empresariales y de entidades bancarias, agentes de seguros, contadores, médicos, abogados y maestros, entre otros.
En la medida que se desarrolla el comercio a nivel mundial, se produce la dominación de unas naciones sobre otras, proceso que se afianza a través del progreso de la expansión económica, a partir de 1870, sustentado en el libre cambio. Dominación económica, en los términos de intercambio, impuesta por las potencias sobre naciones menos adelantadas. Esta expansión fue consecuencia de la búsqueda de mercados y materias primas requeridas para el desarrollo de la producción de la revolución industrial. Esta sencilla observación nos indica que el proceso de industrialización, en la medida que efectuó la transformación de la sociedad en su conjunto, igualmente transformó las necesidades de crecimiento en todos los ámbitos. Es decir, lo que acabamos de observar nos conduce a entender que, a partir de mediados del siglo XIX, se presentó un período en el que la educación abre sus puertas a marginales como el
obrero, la mujer y los niños. En consecuencia, todo lo dicho hasta ahora explica por qué la educación, en la nueva sociedad moderna e industrial, requería de una instrucción técnica desde la edad infantil hasta la edad adulta, de donde se desprende que el contexto pedagógico necesitaba desarrollar, no solamente la ingeniosa organización de los contenidos educativos, sino, además, una didáctica conforme a las nuevas características de los aprendices. Asimismo, se destaca que los gobiernos se atribuyeron la tarea de reglamentar el proceso educativo, por lo que las transformaciones educativas, surgidas de la pedagogía y la experiencia, estaban dirigidas a capacitar la mano de obra que demandaba el nuevo procedimiento de realizar la actividad productiva.
En ese contexto existe, por otro lado, la condición de una situación histórica de subordinación, opresión o dominación de las mujeres en base al sexo. Condición sustentada en una construcción social de identidad, definida según el sexo, que determina diferentes roles, derechos y oportunidades a las personas. Condición que se construye socialmente por el ejercicio del poder masculino que ubica a los hombres en pleno dominio de las instituciones, en el desarrollo de los conocimientos y en el orden del mundo. La diferencia entre lo que representa lo masculino y lo que representa lo femenino se imparte desde la niñez, más aún, antes de nacer. Caracterización con un alto componente cultural y con la realización de actitudes que no son solo biológicas, debido a que el/la infante crece en un ambiente donde existen determinadas tareas, obligaciones y roles, distintos para el padre y para la madre. Lo cual, a su vez, le es transmitido en las mismas condiciones para moldear su comportamiento en familia. Su crecimiento y desarrollo se encuentra determinado por el dualismo jerárquico que impone el papel o modalidad de existencia en familia y sociedad. Lo masculino y lo femenino se asumen como categorías, en tiempo y espacio, para identificar a los seres humanos en su forma de pensamiento, de expresión y en su práctica diaria. En consecuencia, lo que acabamos de expresar nos conduce a reconocer las diferentes formas en que se comportan hombres y mujeres, en dos dimensiones, a la hora de construir sus identidades, de crear conocimientos, de producir lenguaje y de generar estructuras sociales.
Forjarse un camino en un mundo trazado por y para los hombres, le permitió a María Montessori destacarse desde niña y a lo largo de su vida. Como estudiante, su incursión en campos específicamente relegados a hombres le presentó innumerables retos. A la edad de 13 años, contemplando estudios en ingeniería, ingresó en un colegio técnico para varones, el Regio Instituto Técnico Leonardo da Vinci. Su deseo por estudiar medicina le ganó la oposición no solo de su padre, sino de la Facultad de Medicina de la Universidad de Roma. Unido a ello,
existía un clima de alta efervescencia en Italia, marcado por las protestas y manifestaciones de campesinos, obreros y socialistas, clamando condiciones de vida más dignas que coincidieron con sus primeros años de vida universitaria. Montessori trasgredió las barreras tradicionales entre hombres y mujeres en la educación, así como las existentes entre docente y estudiante y, en el proceso de ejercicio de su profesión, redefiniría estos papeles.
Todo lo expresado anteriormente queda representado en la Figura N° 1, titulada Contexto Histórico de María Montessori, donde quedan reflejados los elementos que definieron el momento de vida y formación de María Montessori que determina la características de la propuesta pedagógica y de su método educativo.
Concentración de la población División del trabajo
Desarrollo Urbano
Psicoanálisis Geopolítica
Conocimiento
Positivismo Pedagogía
Revolución Industrial
Desarrollo Económico Cultura
Figura Nº 1: Contexto Histórico de María Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
1.2.
Antecedentes del pensamiento Montessori
La visión de María Montessori estuvo impregnada de diversas corrientes que marcaron pauta en la época de su trabajo. Las influencias y antecedentes más importantes a considerar se sintetizarían de la siguiente manera:
a) Ámbito cultural. En sus primeras ideas influyeron principalmente tres representantes de la cultura italiana de la época, Lombroso, Verga y Sergi. Sergi se interesó por la antropología y la psicología experimental para hacer progresar a la pedagogía. Bajo esta influencia Montessori canalizó sus investigaciones para el estudio de la escuela primaria. Culturalmente, comenzó su vida profesional en tiempos donde asociar la educación infantil al aspecto social y al pedagógico, así como contemplar el amparo y la defensa del niño oprimido, era una etapa en la que asumir esa postura era considerado resultaba transformador de la realidad infantil.
b) Itard y Seguin. Estos autores ejercieron gran influencia en la obra de María Montessori y gran cantidad de sus conceptos los admite. En el caso de Itard, se preocupó por niños con discapacidad auditiva y niños con problemas fisiológicos, interés manifiesto derivado de la experiencia que tuvo con “el salvaje de L´Aveyron”. Por ello, elaboró un método educativo basado en principios fisiológicos. Montessori asume la metodología pedagógica desarrollada por Itard manifestando que dicha pedagogía era una verdadera “pedagogía científica”. En el caso de Seguin, igualmente médico y educador y discípulo de Itard, los procesos educativos y fisiológicos servían para el tratamiento sobre la debilidad mental y la discapacidad, al igual que la medicina. Seguin destacaba que la afectividad y los elementos fisiológicos, así como la actividad del ser, se desarrollan en contacto con otros niños. Montessori reconoce a Seguin como su maestro, por lo que el método montessoriano contiene varios de los principios de Seguin.
c) El sensualismo. Para María Montessori la inteligencia induce al desarrollo del espíritu en sus relaciones con el mundo exterior, de tal manera que el ambiente condiciona la evolución intelectual. Consideró a filósofos del sensualismo, Locke y Condillac, para los que el conocimiento se fundamenta en la información sensorial. Esta corriente filosófica rechaza la división de la experiencia en interna y externa y sitúa a la sensación exterior como el origen único del conocimiento humano. A pesar de ello, Montessori se diferencia de las ideas de estos filósofos. En el caso de Condillac, este consideraba a
las sensaciones como pieza fundamental de la conciencia, pero Montessori asumía las actividades y funciones del cuerpo vivo, antes que en una acción de conciencia. También, consideraba la importancia del ambiente, sin embargo, no consideraba que el niño se desenvolviera en el medio de forma pasiva.
d) Positivismo y metafísica. Montessori consideró la filosofía, la antropología y la medicina en la elaboración de su pedagogía. Su formación le permitió, a partir de hechos concretos, otorgarle una base científica a sus teorías y obra pedagógica. Considera que el medio de conocimiento es la acción comprobada y verificada, a través de los sentidos, que trata del ser, de sus principios y de sus propiedades. Abraza el esquema científico de la época, pero, a pesar de ello, su obra muestra elementos espirituales.
e) El naturalismo. Montessori propuso una educación que está dirigida a no admitir nada fuera de la naturaleza, ya que las cosas y acciones se explican por leyes naturales, para lo cual no se recurre a la intervención de principios sobrenaturales. Es decir, la educación se fundamenta en el respeto a las leyes fisiológicas y biológicas del desarrollo, lo cual se constata en los ejercicios sensoriales, la educación corporal, el contacto con los objetos y trabajar la atención sobre materiales concretos. Al igual que el naturalismo, consideró que el niño no distingue “el bien y el mal” hasta los 6 años y que nada puede influir en él, así que las bases del carácter se forman mediante el contacto con la naturaleza. La educación montessoriana no es únicamente naturalista, ya que también comprende una tendencia espiritual.
f) Rousseau. Parte de la premisa de lo buena que es la naturaleza para que el niño aprenda por sí mismo en ella. Aprendizaje dirigido para que el niño haga las cosas por sí mismo, que se motive para hacerlas. Asimismo, los niños se deben educar en base a sus intereses y no por la aplicación de una disciplina estricta. Rousseau considera la libertad del niño y su autonomía. Igualmente desestima la intervención adulta, que es contraria a la naturaleza. Aunque Montessori expresaba que debía haber una intervención organizada del educador y, para ello, se debía utilizar un material apropiado que posibilite alcanzar autonomía y desarrollo armónico del niño. Y, en ese mismo sentido, no debería existir un liberalismo absoluto, muy por el contrario, fomentar una voluntad que conlleve libertad y disciplina. Montessori asume, al igual que Rousseau, el rechazo del mundo adulto aplicado a los niños y para cambiar la relación adulto-niño tradicional.
g) El idealismo. Siendo Montessori positivista también reconoce su idealismo. Sus concepciones idealistas se deben a su fe religiosa, por lo que niega la existencia de cosas independientes de la conciencia. Con la aplicación de su método, dio prioridad al reconocimiento de los derechos del niño y al desarrollo de la personalidad, debido a la fe en lo divino y en lo trascendente. Condición que se muestra cuando establece “el espíritu absorbente”, el “embrión espiritual”, las “capacidades misteriosas”, el “maestro interior”, “la eliminación de los castigos y las recompensas pero que sean internas”, entre otras.
h) El neoidealismo italiano. El espíritu asumido como principio del mundo y no de la materia y, consecuentemente, el espíritu constituye toda la realidad, la creación de sí mismo, de las capacidades y las libertades. En consecuencia, el acto espiritual es determinado por el pensamiento. Ideas asumidas por Gentile para promover a la escuela a un nivel su supremo. En ese sentido, este autor establece una terminología coincidente con el método de Montessori. Sin embargo, Gentile no consideró el elemento ambiente, mientras que Montessori consideró el medio y los materiales. Así, se establece en la práctica montessoriana un idealismo “humano” que permite acercarse a los niños y atender a los niños como individuos concretos con personalidades concretas y no como abstracciones.
i) El psicoanálisis. Montessori reconoció las aportaciones de la teoría psicoanalítica en el estudio del niño, de su comportamiento, de sus reacciones para entender que los conflictos en la infancia producen dificultades y neurosis en los adultos. Montessori aplicó algunos de estos conocimientos a la práctica educativa. Su visión del juego y de la imaginación tiene origen en el psicoanálisis. Ella abogaba para que el niño viviera en un medio pacífico y que respondiera a sus necesidades; también rechazaba toda represión ejercida por parte del adulto. 1.3.
Personajes influyentes en el pensamiento Montessori
El primero que llamó su atención fue Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), pedagogo suizo que destacó la idea de la educación natural de los infantes, enfatizando la enseñanza en la acción. Es considerado como el padre de la pedagogía moderna, ya que su nombre inspiró a Fröbel, Herbart y, más tarde, a Montessori. Su obra se relaciona con los movimientos de reforma de la educación del siglo XIX.
La segunda gran influencia en María Montessori fue Jean Marc Gaspard Itard (1774- 1838), un médico francés propulsor de la educación especial y de la otorrinolaringología. Sus trabajos fueron conocidos a partir de observaciones que realizó entre 1801 y 1807 acerca del caso de Víctor de Aveyron, también conocido como Niño Salvaje de Aveyron. Es conocido como el padre de la nueva pedagogía, ya que resaltó la importancia de la observación en los niños, comprendiendo que no es posible imponer nada en ellos; y, a partir de esta hipótesis, desarrolló ejercicios y materiales para potenciar y comprender sus capacidades.
Montessori consideraba que el ambiente determinaba la experiencia sensorial que induce al conocimiento, al igual que Locke y Condillac. En consecuencia, el desarrollo de un niño se rige por el reconocimiento de sensaciones e impresiones, placeres y dolores, de tipo físico y psicológico que se admiten del exterior. Esta aceptación sensorial precede a la toma de consciencia. Para Montessori, cuando el niño se encuentra preparado para la admisión de los estímulos provenientes del ambiente, se concentra mejor. Esto quiere decir que una idea no se desarrolla de la nada, sino del interés en las actividades de conocimiento surgidas del propio del niño. Por ello, la importancia otorgada a la preparación del material educativo en el momento indicado, esto es, de la particularidad de cada material utilizado. Montessori tiene el mérito de ser la primera educadora que ofrece al niño la libertad para escoger cuál utilizar, dentro de una variedad de materiales que contienen distintos niveles de dificultad y complejidad.
Montessori consideró que la ciencia puede identificar las necesidades del niño, lo cual se evidencia al declarar que es notorio que una verdadera ciencia experimental que guíe a la educación y libere al niño de la esclavitud no ha surgido aún. Pero, cuando logre aparecer, nacerá de las llamadas ciencias. Sin embargo, la propia naturaleza va sentando las bases para desarrollar el carácter del niño, ya que, hasta los seis años, el niño no distingue el “bien del mal” y nada puede influir positivamente en la moralidad infantil. Por lo anterior, el naturalismo advierte que el tránsito de la vida sensorial infantil a la vida social e intelectual se haría, en parte, gracias a la obra educativa de la misma naturaleza.
Así pues, la educación
montessoriana atiende al espíritu como fuente creadora de la vida humana, Es por ello que no puede ser exclusivamente del naturalismo, ya que este privilegia lo material y lo fisiológico sobre la vida espiritual. Sin duda, reconoció que tanto el crecimiento como la educación siguen las leyes fisiológicas y biológicas. Al favorecer las leyes de un desarrollo armónico, se facilita el surgimiento de las funciones espirituales y un poco misteriosas que hacen del hombre una “creación divina”. Entonces, ella trató de conciliar los elementos naturalistas y espiritualistas.
La Figura N° 2, que se muestra a continuación, denominada Antecedentes y Personajes Influyentes del Método Montessori, sintetiza lo expresado en los puntos anteriores. (Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020).
2.
CONTEXTUALIZACIÓN EPISTEMOLÓGICA DEL MÉTODO MONTESSORI
2.1. Legado de Montessori
La aportación de todos los teóricos a la educación es un referente obligado para aquellos que ejercitan la necesidad innata de conocimiento en el desarrollo de su actividad. El Método de María Montessori es una aportación que se basa en el principio de libertad, una condición necesaria para lograr el aprendizaje de manera natural, obteniendo de ello la independencia y el placer por el conocimiento. En este sentido, basa su aportación a la educación a partir de la observación de los niños pequeños determinando las etapas sensibles, la mente absorbente y las leyes naturales que gobiernan el crecimiento psíquico del niño, donde se incluyen los períodos de crecimiento; reconociendo en el niño el deseo innato y espontáneo de aprender del medio que lo rodea, proponiendo la creación de ambientes adecuados y el diseño material sensorial para que de manera autónoma realice su aprendizaje. Promueve la educación centrada en el niño y en el desarrollo de sus potencialidades, donde el maestro guía y orienta a
partir de la observación que mantiene en cada uno de los niños durante el desarrollo de la actividad en libertad, en un ambiente ordenado y estructurado.
De aquí, que la propuesta de Montessori se fundamenta en los siguientes focos:
a) La mente absorbente de los niños. Los niños poseen una maravillosa capacidad de aprendizaje. Los conocimientos van pasando, poco a poco, del inconsciente a la conciencia
b) Los períodos sensibles. Se refiere a que las sensibilidades del niño le permiten ubicarse, en relación con el mundo externo, de un modo excepcional, favoreciendo el acceso al lenguaje, a la coordinación de movimientos, a tener noción del orden, a la agudización de los sentidos y asumir un comportamiento social.
c) La autonomía de los niños. Básicamente indica el ofrecimiento de la ayuda al niño, a través de la motivación, a fin de estimular sus ganas de aprender y que ejecute las actividades de aprendizaje por sí mismo.
d) El ambiente preparado. En el que se expresa un entorno atendido con delicadeza, proyectado para fomentar un mejor aprendizaje y crecimiento. El diseño de estos ambientes se fundamenta en los principios de belleza y orden.
e) El papel del adulto/guía. El papel del adulto es guiar al niño, darle a conocer un ambiente bueno y cómodo. El verdadero educador está al servicio del niño y debe cultivar en él la humildad, la responsabilidad y el amor.
2.2. Vinculación del Método Montessori con las Pedagogías alternativas
El caso de las pedagogías alternativas implica referirse a un proceso educativo que facilita el aprendizaje y la enseñanza utilizando diferentes programaciones educativas para la interrelación de los involucrados en los distintos ámbitos del proceso de enseñanza. Con el uso de varias estrategias docentes, se procura adecuar una manera de acción pedagógica diferente al empleado en la educación tradicional, también llamada convencional, mecanicista, oficialista y obligatoria. Dicho tipo de educación muestra características formales, autoritaria, basada en la repetición y memorización, que cumple con una forma que se encuentra permeada de una determinada tendencia dirigida a la competitividad e individualidad. Asimismo, la educación tradicional transmite pasividad y conformismo en el ámbito escolar. En ese sentido, las pedagogías alternativas pretenden ajustarse, incluyendo a los modos de aprendizaje de las personas, indiferentemente de edad, características cognitivas o contexto socio cultural. En ese sentido, las pedagogías alternativas buscan romper con esa manera tradicional de enseñanza, llamada Educación Bancaria (Freire, 1969).
En este sentido, los distintos aportes de las pedagógicas alternativas concuerdan en un aspecto esencial: el alumno es considerado como el protagonista de todos sus aprendizajes teniendo en cuenta sus intereses, respetadas sus motivaciones de forma cooperativa y proporcionándoles el tiempo que necesitan para ser niños. Estas pedagogías evitan el aprendizaje memorístico, permitiendo que los alumnos cometan errores para que puedan aprender de ellos. Otra particularidad común, destacable de estas pedagogías, es la relevancia de vincular y establecer una conexión con el ambiente natural, el cual es fundamento de conocimientos, bienestar para la salud y sentimiento de paz. Con estas pedagogías se persigue conseguir una educación integral, una educación para la vida, lo que permitirá que los participantes puedan solventar, ellos mismos, las diversas dificultades que se les vayan presentando. Colaboran en la creación de una sociedad integral y más justa, cooperando y facilitando las herramientas requeridas y adaptadas a cada situación. Por otro lado, los niños adquieren e interiorizan las normas respetándolas sin ninguna imposición, ya que se les explican para que comprendan su sentido para desarrollar adecuadamente una personalidad sana y equilibrada. De esta manera, los niños y niñas asumirán un papel activo en su construcción personal, de tal forma que tengan conciencia del futuro que les tocará vivir, de cómo construirlo con responsabilidad y dirigiendo su propia vida.
El pensamiento pedagógico de la Escuela Nueva representa una tendencia de transformación del proceso educativo posterior a la aparición de la escuela pública. Concretándose a principios del siglo XX cuando se consideró, de manera generalizada, la autoformación y la formación natural del niño. Es decir, para la Escuela Nueva, únicamente el alumno puede ser artífice de su propia experiencia, lo cual no es otra cosa que considerar al alumno como centro de la enseñanza. Para ello, se requieren métodos educativos avanzados, activos y creativos. Su propuesta estaba dirigida a lograr cubrir la necesidad de individuos preparados para el tipo de sociedad de la época y que se encontraba en franco proceso de evolución (Gadotti, 2003). La idea de fundamentar el acto pedagógico en la acción, en la actividad del niño, se originó con Victorino de Feltre (l378-1446) y su llamada "Escuela Alegre". Este tipo de acción pedagógica fue continuada con la propuesta de Rousseau y su planteamiento de la pedagogía romántica y naturista. Unido a ello, de la misma manera contribuyó el desarrollo de la sociología de la educación y de la psicología educacional.
Victorino de Feltre, fue un innovador en el área educativa, convencido de que la educación debía estar basada en el interés de los alumnos, quienes no debían considerarla un castigo. Su sistema educativo fue modelo del estilo renacentista, que se distinguió por buscar la educación completa de la persona. Al parecer, la educación de Victorino era enciclopédica, es decir, en el sentido clásico, de una cultura general, propia para formar integralmente la personalidad. Para Feltre, “así como el cuerpo se restaura con la variedad en los alimentos, así el espíritu se recrea con la alternancia de las materias de estudio” (Abbagnano y Visalberghi; 1992: p. 151). El sistema de Feltre era reforzado con la práctica de las virtudes más selectas, siendo de suma importancia lo religioso y lo moral en armonía con las ciencias naturales, las expresiones artísticas y los ejercicios corporales. Es considerado el gran exponente de la pedagogía humanista y un antecedente de la educación activa de Pestalozzi.
Adolphe Ferrière (1879-1960), considerado uno de los pioneros de la Escuela Nueva, proclamaba la escuela activa y la educación nueva en Europa, propuesta basada en concepciones biológicas que luego se convirtió en una filosofía espiritualista. Tomaba en consideración al impulso vital espiritual como la raíz de la vida, fundamento de toda actividad, por lo que la educación debía aumentar ese impulso de vida. Para Ferrière, la actividad espontánea, personal y productiva era el principio de la escuela activa y, con ello, la educación nueva sería integral, activa, práctica y autónoma. De esta manera, coordinó la articulación internacional de la Escuela Nueva, sintetizando corrientes pedagógicas diferentes, pero agrupadas por la inquietud de colocar al niño en el centro desde el punto de vista educativo.
En el caso de John Dewey (1859-1952), afirmaba que la educación debería darse por la acción y que la continua enseñanza reedificaba la experiencia específica, activa y productiva de cada individuo. La educación que propone se presenta de forma pragmática, instrumentalista, procurando la convivencia democrática (Dewey, 1998). Para Dewey, la experiencia concreta de la vida se mostraba frente a los problemas que la educación podría ayudar a resolver. En ese sentido, la educación era básicamente un proceso y no un producto. El proceso era de reconstrucción y reconstitución de la experiencia que mejoría constantemente la eficiencia individual. Por ello, la educación se hallaba en el propio proceso de vivir. Planteaba que el aprendizaje, tanto de niños como de adultos, se lograba a partir de la confrontación con situaciones problemáticas y que estas situaciones aparecían como consecuencia de los propios intereses de la persona. Se concluye, entonces, que para aprender es obligatorio tener experiencias en el mundo. También, reflexionaba sobre la finalidad o función social y aspectos sociales de la educación sobre los métodos de enseñanza, los contenidos culturales y valores educativos, entre diversos aspectos referidos al contexto educativo.
Por su parte, William Heard Kilpatrick (1871-1965) promociona el método de los proyectos, el cual se basaba en la actividad práctica de los alumnos. Así, la experiencia con los proyectos pudiera determinar si son manuales, como el de una construcción; de descubrimiento, como la realización de una excursión; de competencia, como ejecutando juegos; de comunicación, cuando se relata un cuento; entre otros. Pedagogo estadounidense representante del movimiento pedagógico iniciado por John Dewey, de quien fue discípulo. Conocido especialmente por haber ideado y puesto en práctica el "método de proyectos", el cual sitúa en el centro de la actividad escolar un plan de trabajo elegido libremente por los alumnos y organizado de manera que contribuya a superar el esfuerzo individual y a requerir la colaboración de grupos de alumnos. Las nociones y actividades prácticas están coordinadas alrededor de un núcleo de intereses que da organización al saber. Insiste en la mayor validez de las motivaciones subjetivas con respecto a la constricción indirectamente ejercida a través de premios o castigos que llegan de fuera. Reconoce que las motivaciones de los niños escapan casi por completo al educador. De ahí, se deriva la necesidad de hacer hincapié en la autoafirmación a través de una intensa socialización de la escuela. Se interesaba en la formación del hombre para la sociedad en democracia y para una sociedad que se transforma continuamente. Para él, la educación se asentaba en la vida para lograr mejorarla, lo cual significa que la educación es la reconstrucción de la vida en condiciones cada vez más perfeccionadas. Y el fundamento de la educación se encuentra en la actividad, esto es, en otras palabras, en la autoactividad decidida. Como consecuencia de experiencias vividas se
produce el aprendizaje. Con lo cual, el estudiante logra ser copartícipe en la planificación, producción y comprensión de una experiencia que le induce a su propia formación.
Otra contribución de la Escuela Nueva la introduce el belga Ovide Decroly (1871-1932) que llamó el método de los centros de interés. Para este autor, los focos de interés serían, la familia, el universo, el mundo vegetal y el mundo animal, entre otros. La educación surge de las necesidades infantiles, por ello, los centros de interés desarrollan captación de información, la asociación y la expresión. Los centros de interés, por sí mismos, no tienen un fin ni conducen a la realización de algo, lo cual distancia este método del método de los proyectos presentado por Kilpatrick. Para Decroly las necesidades fundamentales del niño eran alimentarse, tener protección contra la intemperie y los peligros, además de operar por medio de las actividades sociales, recreativas y culturales. Por su parte, el suizo Édouard Clarepède (1873-1940) prefirió dar a la escuela activa otro nombre: educación funcional. Explicaba que la sola actividad no era suficiente para explicar la acción humana. Actividad educativa era solo la que correspondía a una función vital del hombre. No cualquier actividad se adecuaría a todos. La actividad debería ser individualizada sin ser individualista, además, al mismo tiempo, social y socializadora.
En el caso de Montessori, considerada una de las personas que contribuyó con los preceptos de la Escuela Nueva, transpuso para niños normales su método de recuperación de niños deficientes. En la Casa dei bambini (casa de los niños) para preescolar, construyó una enorme cantidad de juegos y materiales pedagógicos que, con algunas variaciones, aún en la actualidad son utilizados en millares de preescolares. Con Montessori, por primera vez en la historia de la educación, se construyó un ambiente escolar con objetos pequeños para que el niño tuviera pleno dominio sobre ellos: mesas, sillas, estantes, entre otros. Con materiales concretos, Montessori conseguía hacer que los niños, por el tacto, por la presión, pudieran distinguir los colores, las formas de los objetos, los espacios, los ruidos, la solidez y otros aspectos. Exploró técnicas completamente nuevas, como la lección del silencio que enseñaba a dominar el habla y la lección de la oscuridad para educar las percepciones auditivas.
Jean Piaget (1896-1980), discípulo y colaborador de Clarepède, llevó adelante la investigación del maestro: investigó principalmente la naturaleza del desarrollo de la inteligencia en el niño. Propuso el método de la observación para la educación del niño, de ahí la necesidad de una pedagogía experimental que plantease claramente cómo el niño organiza lo real. Criticó la escuela tradicional que enseña a copiar y no a pensar. Para obtener buenos resultados, el profesor debía respetar las leyes y las etapas del desarrollo del niño. El objetivo de la
educación no debería ser repetir o conservar verdades acabadas, sino aprender por sí mismo la conquista de lo verdadero. Su teoría epistemológica influyó en otros investigadores, como la psicóloga argentina Emilia Ferreiro, cuyo pensamiento es muy difundido actualmente en las escuelas primarias en Brasil.
El pedagogo francés Roger Cousinet (1881-1973) desarrolló el método de trabajo en equipos, adoptado hasta la fecha, oponiéndose al carácter rígido de las escuelas memoristas e intelectuales francesas. Defensor de la libertad en la enseñanza y del trabajo suelo para que los alumnos pudieran rápidamente formar grupos en la clase y/o quedar uno frente al otro.
Todo lo dicho hasta ahora explica por qué se valoran los aportes de Montessori como una de las tendencias educativas que rompen con la educación tradicional, considerando de esta manera a María Montessori como una representante de la Escuela Nueva. Además, determina su valoración como uno de los aspectos a tener en cuenta cuando se habla de pedagogías alternativas. Queda claro que María Montessori fue una mujer brillante que causó una verdadera revolución no solo en la educación, sino en la manera de percibir a los seres humanos y a sus propias potencias. En ese sentido, en la actualidad, es difícil comprender bien el impacto que tuvo en la renovación de los métodos pedagógicos de principios del siglo XX, ya que la mayoría de sus ideas hoy parecen evidentes. Pero, en su momento, fueron innovaciones radicales. Su método fue en principio reconocido como una “pedagogía científica” que finalmente tuvo repercusiones en los hogares porque era notorio que los niños y niñas trasladaban con mucha facilidad los conocimientos y los hábitos hacia sus casas y también hacia los espacios públicos. Había inaugurado una forma a potenciar el desarrollo de los niños que tenía implicaciones mucho más allá de la educación formal y de las propias escuelas.
La Figura N° 3 muestra gráficamente el Contexto Histórico y Epistemológico del Método Montessori:
Figura Nº 3: Contexto Histórico y Epistemológico del Método Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
MÓDULO II ____________________________________________________________________________
CONTEXTO TEÓRICO DEL MÉTODO MONTESSORI ____________________________________________________________________________ “El niño que tiene libertad y oportunidad de manipular y usar su mano en una forma lógica, con consecuencias y usando elementos reales, desarrolla una fuerte personalidad”. María Montessori.
3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL MÉTODO MONTESSORI
3.1. Definición y características
El Método Montessori es un modelo educativo diseñado por María Montessori. Es un método considerado como una pedagogía alternativa que centra su atención en el desarrollo activo del niño y que reúne un grupo de teorías basadas en la educación del niño. Dicho método se fundamenta en el principio de que el niño debe ser libre para aprender, desarrollarse y crecer por sí solo sin dejar de un lado el cumplimiento de lineamientos o instrucciones que reciba del guía. En otras palabras, es un método fundado, exclusivamente, en el trabajo del niño con la colaboración del adulto (guía) quien se convierte en el acompañante y observador del proceso del desarrollo y el aprendizaje del niño. Al respecto, Montessori (1952) señalaba que el niño será el hombre de mañana capaz de resolver los problemas que se le presenten y permitiendo que sean ellos los que construyan en base a sus experiencias concretas (…). Tocar al niño es tocar el punto más delicado y vital, donde todo puede decidirse y renovarse, donde todo está lleno de vida, donde se hallan encerrados los secretos del alma. Por ahí se elabora la educación del hombre del mañana.
Es un método donde el juego se convierte en la herramienta de aprendizaje, permitiéndole al niño la resolución de problemas e inquietudes, además de reforzar el conocimiento que posee. Por esto, reconoce el desarrollo autónomo e independiente del niño para alcanzar su aprendizaje, donde el ensayo y error son parte del aprendizaje, pues este repite sus actividades con el fin de obtener el resultado esperado; lo que conlleva al desarrollo de habilidades, destrezas y capacidades en beneficio de la formación del mismo. Esto significa
que el niño aprende haciendo y aprende a aprender por sí solo con las orientaciones de un guía, quien se convierte en un observador permanente del accionar de cada niño dentro del aula montessoriana. Busca, además, que el niño afiance los valores aprendidos en el hogar en cuanto al respeto por lo demás y la responsabilidad por el quehacer de sus actividades que le han inculcado sus padres; así como desarrollar la creatividad y la imaginación. Por esto, Montessori consideraba el aula como el espacio donde el niño puede desarrollarse libremente en todos sus aspectos: emocional, psíquico, social, intelectual y físico.
Entre los aspectos que caracterizan el Método Montessori se encuentran:
Se desarrolla en un ambiente preparado y ordenado, donde cada uno de los materiales necesarios para el desarrollo de las actividades académicas se encuentran en su sitio y al alcance de cada niño, lo que motiva el aprendizaje autodirigido, lo que convierte al niño en un ser autónomo e independiente.
Cuenta con un ambiente que brinda al niño toda posibilidad de realizar sus actividades académicas con compromiso y responsabilidad, además de estimular la concentración en el trabajo durante períodos prolongados de tiempo; periodo que no es interrumpido por el guía, pues el niño se interesa por lo que hace, ya que cuenta con los materiales y el espacio idóneo para el aprendizaje.
Integra niños de diferentes edades, lo que permite la socialización e interacción del conocimiento.
Ayuda a que el niño alcance el desarrollo de sus potencialidades, promoviendo las actividades sociales e intelectuales, lo que conduce al crecimiento personal.
Promueve el respeto, la solidaridad y el trabajo individualizado, aunque en algunos casos se da el trabajo en equipo, motivando al niño a ser cooperativo y colaborativo con los demás compañeros de aula.
Busca alcanzar el desarrollo del niño, integrando a plenitud sus capacidades, habilidades y destrezas intelectuales y físicas al realizar las actividades académicas.
Cada niño cuenta con materiales diseñados para lograr aprender con la manipulación de cada uno de ellos, que le permiten explorar y experimentar nuevas experiencias en el entorno en el que se desenvuelve (las aulas montessorianas), desarrollando sus habilidades cognitivas.
Cada aula montessoriana cuenta con el guía, quien es el adulto que orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje y motiva al niño a realizar las actividades académicas en beneficio de su desarrollo personal, social, psíquico e intelectual, sin convertirse en un obstáculo para dicho desarrollo.
3.2. Diferencia entre el Método Montessori y otras pedagogías
Los métodos, enfoques, pedagogías o modelos de Montessori, Waldorf y Regio Emilia, o llamados también sistemas educativos, son considerados pedagogías alternativas que cuentan con elementos comunes entre sí, pero también con elementos que los diferencia uno de otros. Al respecto, Pérez, Africano, Febres y Carrillo (2016) señalan que las pedagogías alternativas se refieren:
a la búsqueda de una enseñanza de la emancipación, con base en la práctica de la acción transformadora que rechace la idea de neutralidad, de dependencia cognitiva, de homogeneidad y de pasividad. Es entender a la educación como vía de cambio, como medio de construcción de la ciudadanía para adaptar y transformar la realidad. Es concienciar y contextualizar la existencia de cada ciudadano, y la realidad de sus semejantes para desarrollar una mirada crítica de su sustentabilidad (p. 240).
Entre los elementos comunes que tienen este tipo de pedagogía, se encuentra el hecho de que el niño es el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, indagan sobre el desarrollo de sus habilidades, inquietudes, destrezas, capacidades y competencias en las diferentes etapas de su vida. Asimismo, buscan la formación integral del niño, desarrollando sus aspectos mentales, espirituales, físicos y emocionales, aun cuando cada uno aplica una forma diferente de lograr tal desarrollo. Por otra parte, estas pedagogías alternativas no consideran la evaluación tradicional (exámenes y pruebas) como elemento para afirmar que el niño ha aprendido dentro del aula de clase.
El cuadro Nº 1, denominado Diferencias entre el Método Montessori y otras Pedagogías, señala en las filas los aspectos a diferenciar mientras que las columnas muestran tanto las distintas pedagogías alternativas consideradas en esta sección como el modelo de la educación tradicional. A continuación, se describe, grosso modo, cada uno de estos aspectos que diferencian a estas pedagogías:
Edad de inicio del niño en la escuela: referido al número de años que debe tener el niño al momento de iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula de clase.
Protagonista
del
proceso
enseñanza
aprendizaje:
rol
que
cumple
el
maestro/guía/asesor y/o alumno durante el proceso enseñanza-aprendizaje.
Materiales y/o recursos: elementos físicos con los cuales se dota el aula de clase y que son empleados por el maestro/guía/asesor y/o alumno para realizar las actividades necesarias, para cumplir con el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro del aula de clase.
Disposición de los estudiantes/alumnos en el aula de clase: referido a la ubicación que tienen los estudiantes/alumnos dentro del aula de clase para recibir e intercambiar el conocimiento y realizar las actividades inherentes al proceso de enseñanzaaprendizaje.
Disposición de los maestros/guías/asesor en el aula de clase: referido a la ubicación que tiene el maestro/guía/asesor dentro del aula de clase para llevar a cabo las actividades educativas durante un período de tiempo determinado.
Cantidad de alumnos en el aula de clase: número promedio de alumnos requeridos para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula de clase.
Cantidad de maestro(s) / guía(s) / asesor(es) en el aula de clase: número promedio de maestro(s)/guía(s)/asesor(es) requeridos para llevar a cabo el proceso de enseñanza en el aula de clase.
Evaluación: referida a la forma de valorar el conocimiento adquirido por los alumnos dentro del aula, bien sea por el trabajo realizado de manera individual o de manera grupal.
Metodología: conjunto de procedimientos aplicados para desarrollar un tema dentro del aula y lograr el aprendizaje en cada uno de los alumnos.
Trabajo del estudiante dentro del aula de clase: acciones que realiza el alumno dentro del aula para cumplir con los objetivos y metas propuestas en el proceso de aprendizaje.
Rol maestro/guía/asesor en el aula de clase: función que cumple el maestro, guía o asesor dentro del aula de clases para llevar a cabo el proceso de enseñanza del alumno.
Espacios dentro del aula de clase: lugar o área donde se desarrollan las actividades educativas para lograr el aprendizaje
Sistemas Educativos o Pedagogías Aspectos a diferenciar Edad de inicio del niño en la escuela
Educación
Montessori
Waldorf
Reggio Emilia
De 3 a 4 años
7 años
De 3 a 4 años
4 años
Niño
Niño
Niño
Profesor
Tradicional
Protagonista del proceso enseñanzaaprendizaje Diversos y
Tienen diversos
elaborados
usos. Suelen
Materiales y/o
según la edad y
recursos
las capacidades de aprendizaje
Rudimentarios (elaborados a mano)
ser materiales y/o recursos naturales y
del niño
reciclados
En cualquier
En pequeños
Disposición de los
espacio del aula
Se ubican por
grupos en los
alumno en el aula de
de clase según
pareja formando
diferentes
clase
las actividades
columnas
espacios del
a realizar Dispersos dentro del aula de clase Disposición de los
dirigiendo su
maestros/guía/asesor
atención a
en el aula de clase
pocos alumnos según las actividades que realiza
Cantidad alumno en el aula de clase
Cantidad maestro/guía/asesor en el aula de clase
25 alumnos
Un guía. Puede haber 1 o 2 asesores del guía
Uso de nuevas tecnologías, pizarrón, pupitres, mesa y sillas
En fila y frente al maestros
aula Frente a sus alumnos y delante del pizarrón para buscar la atención de todos los alumnos
30 niños
En cualquier espacio del aula de clase, colaborando con el aprendizaje del niño
25 niños
Frente a sus alumnos y delante del pizarrón para buscar la atención de todos los alumnos 40 alumnos en promedio
Un maestro. Puede haber un asesor y maestros complementarios
2 maestros
1 maestro por aula de clase
No otorgan calificación
Otorgan
académica al
Evaluación
trabajo
No otorgan
realizado. Se
calificación
utiliza el
académica al
portafolio para
trabajo realizado
el registro del
Se utiliza el portafolio para el registro del trabajo realizado
trabajo
calificación académica (cualitativa y cuantitativa) mediante exámenes y pruebas
realizado Los contenidos
Metodología
se diferencian
Los contenidos
en 5 áreas del
buscan englobar
conocimiento:
las áreas
matemáticas,
intelectuales,
lengua,
artísticas y
sensorial, vida
prácticas del
práctica y
niño
cultura
Los contenidos no son concretos, pues los mismos surgen del interés que tenga el niño por aprender
Los contenidos están establecidos por programas aprobados por las estancias competentes
Pequeños Trabajo del
Individual y/o
estudiante dentro del
grupal, en
aula de clase
algunos casos
grupos sujetos Grupal
a cambios según el tipo de
Individual y/o grupal
actividad
Rol maestro/guía/asesor en el aula de clase
El guía dirige el aprendizaje del niño y su papel es secundario
El maestro dirige
El maestro es
la enseñanza y
un colaborador
El maestro
sirve de modelo
y participe del
dirige la
para sus
aprendizaje del
enseñanza
alumnos
niño
Diseñado por áreas, para realizar, en su mayoría, trabajo Espacios dentro del
individual.
aula de clase
Espacios abiertos y preparados
Un solo espacio para realizar trabajos grupales. Cerrado
Diseñados para Un solo espacio realizar
para realizar
actividades con
trabajos
grupos
individuales o
pequeños de
grupales.
niños
Cerrado
para el aprendizaje
4. PRINCIPIOS DEL MÉTODO MONTESSORI
Para el Método Montessori lo fundamental es el aprendizaje que adquiere el niño a lo largo del desarrollo de su vida, donde se fomente tanto el respeto hacia los demás y el medio ambiente como el trabajo individualizado o, en algunos casos, cooperativo y colaborativo. Esto se sustenta en tres principios primordiales: a) la libertad y autonomía, b) la individualidad y c) autodisciplina.
4.1. Libertad y autonomía
El término autonomía se refiere al grado de independencia, libertad y confianza que tiene el ser humano para realizar cualquier actividad dentro del entorno que se desenvuelve, sin dejar de un lado las restricciones y/o limitaciones que el propio entorno le impone, lo cual es producto de la interrelación que mantiene con los demás miembros de su ambiente. Partiendo de estas líneas, este principio está referido al hecho de que el niño, dentro de las aulas Montessori, es libre de realizar sus actividades académicas con los materiales que seleccione, tomando así sus propias decisiones de cómo, cuándo y para qué realizarlas. Esto no implica que el niño no deba cumplir con algunas instrucciones o lineamientos que sus guías establecen dentro de los espacios preparados para desarrollar las actividades educativas. Esta libertad del niño para hacer las cosas conlleva a que sea autónomo, lo que significa que aprende las cosas y construye el conocimiento por sí solo. Todo esto involucra enseñarle lo que es la responsabilidad en la realización de las actividades académicas. Bajo este contexto, la libertad
y la autonomía que tiene el niño en su proceso formativo significa, entonces, independencia del niño para realizar sus actividades en armonía con sus compañeros. Así pues:
nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que, a través de esa actividad, el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia (Montessori, 1968, p. 61).
En este sentido, este principio del Método Montessori permite al niño explorar y descubrir todo aquello que se encuentra a su alrededor y que le son nuevas, convirtiéndose en un aprendizaje significativo, así como a relacionarse, interactuar e intercambiar el conocimiento con sus compañeros de aula. Martín, Badia y Coll (2013) señala:
proporcionar la libertad a los niños y niñas dentro de unos límites marcado por un ambiente preparado, según las etapas de desarrollo y con el apoyo de unos maestros o guías preparados, y si proporcionamos libertad al niño, este desarrollar su autonomía.
4.2. Individualidad
Se parte del hecho de que cada niño es un ser único, que posee su propia forma de aprender, de trabajar y de construir el conocimiento, de decidir si trabaja de manera individual o de manera colaborativa. Decisión aunada al hecho de que el respeto y la armonía siempre deben estar presente como valores aprendidos en el hogar y reforzados dentro de las aulas Montessori. Sin embargo, es importante acotar que aun cuando es necesario que el niño se relacione con otras personas, lo primero que debe estar presente es el hecho de que el niño desarrolle el autoconocimiento, el autocontrol y la autodisciplina como elementos propios del mismo.
4.3. Autodisciplina
Este principio del Método Montessori se alcanza solo si se permite al niño ser libre y autónomo dentro de las aulas Montessori; es decir, el niño es dueño de sí mismo y puede, por tanto, regular su propia conducta cuando sea necesario seguir algunas reglas de la vida (Montessori, 1912, p. 86). Esto, además, implica que el niño obedezca de manera voluntaria las instrucciones y lineamientos emitidos por el guía y no porque le tenga miedo a este, que
permite al niño realizar y cumplir con sus actividades de manera libre. Al respecto, Montessori, en Trilla (2001), señala que:
La disciplina debe surgir de la libertad. He aquí un gran principio que no logran entender los seguidores de los métodos escolares tradicionales: ¿Cómo obtener disciplina en una clase de niños libres? En nuestro sistema, por cierto, tenemos un concepto de disciplina muy distinto del que comúnmente se acepta. Si la disciplina se funda en la libertad, la disciplina misma debe ser necesariamente activa. (…). Llamamos a un individuo disciplinado cuando es dueño de sí mismo y puede, por lo tanto, regular su propia conducta cuando resulte necesario para seguir alguna norma de vida (p. 80).
5. ETAPAS O PLANOS DEL MÉTODO MONTESSORI
El Método Montessori se fundamenta en el desarrollo mental del ser humano, el cual lo clasifica en cuatro etapas o planos que, de una u otra manera, influyen en el aprendizaje del mismo; a saber: a) la mente absorbente (de 0 a 6 años), b) el período de la niñez (de 6 a 12 años), c) la adolescencia (de 12 a 18 años) y d) la madurez (de 18 a 24 años). Etapas que pueden ser representadas a través de la línea de vida como se muestra en la Figura Nº 1:
Niñez
Mente Absorbente
0 años
6 años
Madurez
Adolescencia
12 años
18 años
24 años
Figura Nº 1: Planos del Desarrollo del Niño. Método Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
Al observar dicha figura, la línea horizontal representa los años de vida del ser humano, la cual, según el Método Montessori, incluye cuatro etapas diferenciadas una de la otra con relación a la edad y aspectos propios del ser humano. En sí, dicha línea muestra el desarrollo del niño desde la niñez hasta la madurez. Visión lineal donde se ocurren cambios a nivel físico y psicológico, así como se desarrollan y perfeccionan diferentes habilidades, destrezas y capacidades, entre las que cabe mencionar la creatividad y la construcción del conocimiento. Esta representación gráfica dentro del Método Montessori se le conoce como El ritmo constructivo de la vida. A continuación, se describen cada una de estas etapas o planos del desarrollo del niño:
5.1. Mente absorbente del niño
Es la etapa que encierra los primeros 6 años de vida del niño, en la cual se distinguen dos momentos: el desarrollo del niño de 0 a 3 años, denominado como Mente Inconsciente y el desarrollo del niño de 3 a 6 años, denominado Mente Consciente. En el primer momento del desarrollo del niño, su mente se encuentra absorbiendo de manera inconsciente todo aquello que se sucede en su entorno y que le permite ir aprendiendo nuevas cosas, como, por ejemplo, las primeras palabras. Asimismo, es el momento en que el niño comienza a entender la diferencia que existe entre los sucesos reales y los imaginarios, así como los hábitos de higiene personal. Por su parte, en el segundo momento del desarrollo del niño, este ya es consciente de su hacer asumiendo sus consecuencias. Es el momento en el cual el niño comienza a desarrollar algunas de sus habilidades, como la concentración y la memoria, para realizar juegos o determinadas tareas asignadas en el hogar o en la escuela. Momento que le permite memorizar algunos pasos o elementos propios de su actuación. Al respecto, Montessori (1986) señala que el niño en esta edad posee la habilidad de observar y absorber todo lo que se encuentra en el entorno en que se desenvuelve, específicamente con todo aquello que se encuentra en el ambiente, por lo que el niño establece una estrecha vinculación con el mismo.
Lo expuesto en las líneas que anteceden con relación a la primera etapa o planos del Desarrollo del Niño, se puede visualizar en la figura Nº 2, identificada con el nombre Planos del Desarrollo del Niño: Mente Absorbente, la cual se muestra a continuación:
Mente Absorbente Mente Inconsciente
0 años
Mente Consciente
3 años
Niñez
6 años
Adolescencia
12 años
Madurez
18 años
24 años
Nuevas cosas. Diferenciar entre lo real y lo imaginario. Diferenciar los hábitos de higiene personal Desarrollar habilidades
Figura Nº 2: Planos del Desarrollo del Niño: Mente Absorbente Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
5.2. Periodo de la niñez
En esta etapa, el niño logra su estabilidad dado que utiliza tanto el conocimiento adquirido en los primeros años de vida como el conocimiento que va adquiriendo durante el desarrollo para dar respuesta a interrogantes básicos como lo son: “por qué”, “cómo” y “cuándo” suceden las cosas a su alrededor. Es la etapa en la cual el niño logra establecer sus primeras relaciones sociales y se despierta en él el interés por cuestiones más complejas. Al respecto, Montessori (1998) señala, en su libro Educación de las Potencialidades Humanas: (…) la educación entre los seis y los doce años no es una continuación de la etapa anterior, pero se basa en dicha etapa. Dice que, en lo psicológico, cambia decididamente la personalidad y conforme lo ha determinado la naturaleza durante este periodo, el niño adquiere todo cuanto tiene que ver con la cultura (p.9).
En la Figura Nº 3, denominada Planos del Desarrollo del Niño: Niñez, puede visualizarse lo expuesto en las líneas que anteceden.
Mente Absorbente
0
6 años
Madurez
Adolescencia
Niñez 12 años
18 años
24 años
Utilizar los conceptos adquiridos en la primera etapa del desarrollo. Establecer relaciones sociales
Figura Nº 3: Planos del Desarrollo del Niño: Niñez Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
5.3. Adolescencia
Al igual que la primera etapa del Método Montessori, esta etapa del desarrollo del niño se sucede en dos fases: la Pubertad (de 12 a 15 años) y la Adolescencia (de 15 a 18 años), tiempo donde ocurren cambios físicos, psicológicos e intelectuales, pues se pasa de ser niño a ser joven-adolescente. Esto requiere que el mismo se adapte al entorno social en el que se desenvuelve, lo que implica la atención y orientación de sus familiares o guías, dados los cambios que está experimentando el joven-adolescente. A la primera fase de esta etapa del desarrollo del niño (Pubertad) también se le conoce como la Fase de configuración o creación, pues se vincula con un nuevo nacimiento para el ser humano. En la segunda fase de esta etapa del desarrollo se consolidan sentimientos y actitudes del ser humano para comportarse como un adulto, lo que implica un mayor grado de responsabilidad y compromiso dentro del entorno en el que se desarrolla. En esta etapa, se desarrolla lo que Montessori denomina Conciencia Social del ser humano, pues el mismo tiene conocimiento sobre él mismo y su comportamiento dentro de la sociedad, así como del accionar de los demás miembros de la sociedad (Figura Nº 4). Adolescencia Niñez
Mente Absorbente
0 años
6 años
Pubertad
12 años
Adolescencia
15 años
18 años
Cambios físicos, psicológicos, intelectuales. Consolidación de sentimientos y actitudes. Responsabilidad y compromiso
Madurez
24 años
5.4. Madurez
Es la última etapa del desarrollo, el niño ya es un adulto que se enfrenta a la vida real, por lo que debe definir con responsabilidad su forma de actuar dentro de la sociedad; donde los valores morales, éticos y espirituales están reforzados por las vivencias y experiencias adquiridas a lo largo de su desarrollo. Es la etapa donde el ser humano completa su formación, en la que se realizan los estudios universitarios para preparase como profesional. Esto le permite involucrarse socialmente dentro de la sociedad en la que vive. (Figura Nº 5).
Niñez
Mente Absorbente
0 años
6 años
Madurez
Adolescencia
12 años
18 años
24 años
Fortalecimiento de valores morales, éticos y espirituales. Preparación para la vida profesional.
Figura Nº 5: Planos del Desarrollo del Niño: Madurez Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
En definitiva, se ha presentado esquemáticamente el Método Montessori como modelo educativo, el cual destaca los principios del hacer inculcados en el niño para lograr que este adquiera el conocimiento necesario en su proceso de formación. Por tanto, se requiere tomar en consideración el desarrollo de las etapas de evolución del niño durante la puesta en práctica del proceso educativo.
MÓDULO III ____________________________________________________________________________
TRIADA NIÑO-GUÍA-ESPACIO PREPARADO DEL MÉTODO MONTESSORI ____________________________________________________________________________
Cuando se deja al niño un poco de espacio en el mundo y en el tiempo, este, como primera manifestación en su defensa, proclama: “Yo, quiero hacerlo solo”. Montessori. El niño. El secreto de la infancia.
6. EL NIÑO
6.1. Visión del niño en el contexto montessoriano
El niño, en el Método Montessori, es considerado el centro del desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, que requiere de las orientaciones del guía en un espacio preparado para tal fin. El niño busca satisfacer sus necesidades, descubrir nuevas cosas, aprender haciendo y, sobre todas las cosas, adquirir conocimientos y construir nuevo conocimiento, bien sea de manera individual o de manera grupal. Para Montessori, en el ambiente en que se desenvuelve el niño debe existir el respeto, la armonía y la confianza necesaria para que este se sienta cómodo y libre de realizar las actividades educativas en favor de su desarrollo personal e intelectual. Esto, permitirá al niño crecer en un ambiente idóneo para el desarrollo de sus capacidades, como pensar, analizar y criticar el entorno que lo rodea. Así pues, el entorno en el que se desarrolla el niño se convierte en el espacio para ayudarlo a entender lo que se encuentra a su alrededor. Asimismo, le permite lograr que explore, aprenda y transmita sus conocimientos dentro de las aulas montessorianas a través del juego y el uso adecuado de los materiales. El hecho de que el niño aprenda haciendo es una forma de lograr que este construya el conocimiento. Ello se alcanza a partir de la exploración y la experiencia para realizar por sí solo las actividades educativas mediante el uso de los recursos y materiales que ofrece el Método Montessori en cualquiera de sus aulas, donde el ensayo y el error se convierten en aspectos presentes en el proceso de aprendizaje. Esta forma de aprender dentro de las aulas Montessori, reconoce que cada niño puede cumplir con las actividades que le corresponde durante su proceso formativo, diseñar y construir el conocimiento, desarrollar sus capacidades creativas, satisfacer sus necesidades y resolver problemas.
Para María Montessori, el niño posee una “mente absorbente”, lo que le permite explorar, descubrir y adquirir el conocimiento, el cual va construyendo con el paso del tiempo y asimilando aquel que le interesa para satisfacer sus necesidades; para ello, dentro de las aulas Montessori, emplean la asociación de conceptos en favor del proceso educativo del niño; por tanto, este es un ser trabajador que busca su independencia y libertad para alcanzar satisfacer sus necesidades. Señala, además, Montessori (2003): El niño siempre se ha considerado como un ser débil, inútil y sin valor social, un ser extrasocial, en un palabra, al cual hay que enseñarle todo, infiltrando en él desde la verdad al carácter, sometiéndole a una disciplina previa, tanto en el hogar como en la escuela (…) Nadie hasta ahora ha considerado al niño en su propio valor como un gran artista, un trabajador infatigable, puesto que tiene que ir construyendo por sí y de sí mismo el más noble y bello edificio entre todas las obras de la naturaleza: el del hombre adulto (…) La educación debe basarse sobre las leyes científicas, una de las cuales, la esencial, coloca en primer término el respeto a la personalidad del niño, considerándole como el tesoro más sagrado de la humanidad (p. 32). En este contexto, el Método Montessori, como pedagogía educativa, busca ayudar y motivar al niño para que logre su desarrollo personal, social, intelectual, físico y psicológico, así como su crecimiento emocional, preparándolo para que se desenvuelva como ser humano dentro de la sociedad.
7. AMBIENTE PREPARADO
Todo ser humano necesita de un ambiente o entorno agradable que le permita desarrollarse como persona en todos sus aspectos: físico, psicológico, social y educativo, entre otros. La Gran Enciclopedia Espasa (2005), define el término ambiente como “condiciones o circunstancias de un lugar que parecen favorables, o no, para las personas, animales o cosas que están en él” y como el “entorno propicio, agradable, etc.” (p. 598). En el ámbito educativo, este espacio es el aula de clase. Partiendo de esta definición, se entiende por ambiente preparado dentro del Método Montessori, el lugar donde se lleva a cabo el proceso de enseñanza- aprendizaje del niño, diseñado según su desarrollo. Al respecto, el Arzobispado de Chile (2017), en su obra “Manual Estimulación Montessori para Niños y Niñas Preescolares de Colonias Urbanas”, señala: “En Montessori el ambiente preparado es un espacio adecuado para la cantidad de niños; debe ser bello, atractivo, que haya orden, equilibrio y armonía, que existan las actividades necesarias, acorde a la edad y necesidades de los niños” (p. 11).
Por tanto, el diseño adecuado del ambiente preparado permite al niño explorar, descubrir nuevas realidades y colaborar en las actividades que se desarrollan dentro del ambiente de enseñanza-aprendizaje. Actividades que les ayuden a adquirir nuevos conocimientos, desarrollando, así, el autoaprendizaje y la independencia como parte de su desarrollo social, emocional e intelectual. Desarrollo donde se encierran las áreas de lenguaje, arte, música, matemáticas, cultura, biología y botánica, entre otras. Para esto, es necesario considerar dos elementos fundamentales: el entorno y los materiales. Este ambiente hace de las aulas Montessori el espacio idóneo para que el niño explore y descubra la realidad que le rodea, creado y adaptado a las capacidades del niño. 7.1. El entorno
En relación al entorno, este debe ser un sitio amplio, luminoso, abierto, limpio, ordenado y agradable, diseñado para que existan los elementos y materiales (plantas, libros, estanterías, mesas, sillas,
material didáctico y juguetes, entre otros) requeridos por los niños para el
desarrollo de sus actividades académicas. En dicho entorno debe existir el espacio para el progreso en las siguientes áreas de trabajo: a) Educación Motriz o Vida Práctica, b) Educación Sensorial, c) Habilidades de lengua, lectura y escritura y d) Matemáticas. a) Educación Motriz o Vida Práctica. Busca desarrollar todo lo relacionado con los valores y características que debe poseer el niño para su desenvolvimiento y comportamiento con los miembros de la sociedad, como son la coordinación, la independencia, la disciplina, el orden, la tolerancia y el desarrollo de relaciones sociales. Entre las actividades que se deben desarrollar se encuentran: caminar, realizar el aseo personal (lavarse las manos, cepillarse los dientes, limpiar los zapatos), trasladar un objeto de un sitio a otro, ordenar, cuidar y limpiar los objetos del aula de clases (sillas, mesas, estanterías) y saludar correctamente, entre otras. Con este tipo de actividades, señala Montessori (2003), se le enseña al niño aspectos como el cuidado personal, de su entorno y el establecimiento de relaciones sociales. Esta área de trabajo busca que el niño logre desenvolverse en su hogar, en la escuela y en la comunidad donde vive. Esto permitirá que aprenda a explorar y descubrir nuevos conocimientos, generando, así, autodisciplina, respeto por lo demás y confianza en sí mismo. Por tanto, contar con un ambiente ordenado, limpio, agradable y con los materiales necesarios para el proceso de aprendizaje del niño conllevará al desarrollo personal e intelectual del mismo.
b) Educación Sensorial. Tiene como fin último el desarrollo de los sentidos del niño, fomentando, así, el aprendizaje, donde el uso de los materiales se elige de acuerdo a las necesidades de los mismos para que aprendan sobre el ambiente y cualquier otro aspecto de la realidad que les rodea, y a establecer orden y sentido de todo aquello que se encuentra en el entorno. Es decir, se aprende a través del uso de los sentidos más que de la capacidad intelectual que posee cada niño. De esta manera, el niño es más consciente de los detalles que se suelen dejar de lado, donde aspectos como la forma, el peso, el color y la textura, entre otros, se convierten en los elementos principales del aprendizaje y del desarrollo de las funciones motoras del niño. Por esto, la educación sensorial fortalece en el niño la concentración y la percepción para diferenciar características y patrones entre objetos. c) Habilidades de lengua, lectura y escritura. Facilita y motiva el desarrollo de las habilidades lingüísticas: expresión oral, compresión auditiva, expresión escrita y comprensión lectora, donde el aprendizaje de las letras del abecedario es el inicio del mismo; por ello, promueve el desarrollo de habilidades de alfabetización desde temprana edad. Dichas actividades están diseñadas para mejorar el vocabulario del niño, escuchar sonidos comunes, desarrollar la lectura identificando las partes de las oraciones y diferenciar entre los objetos y las imágenes. d) Educación de las Matemáticas. Cuyo objetivo es el desarrollo del pensamiento lógico del niño mediante el uso de los números y conceptos relacionados, como cantidad, dimensión, peso, números y símbolos, entre otros. Construyen conceptos de lo simple a lo complejo y de lo concreto a lo abstracto. Además, aprenden de aspectos como la geometría, la aritmética y las operaciones matemáticas.
7.2. Los materiales
Los materiales son elaborados con madera, vidrio y/o metal y los mismos deben encontrarse distribuidos en el espacio preparado del aula de clases, accesibles al niño para que sean utilizados de manera libre, según la actividad que desee desarrollar. Por esto, son considerados cualquier objeto que posee sus propias características (forma, peso, color, tamaño, textura) y que sirvan dentro del aula para que el niño dé respuesta a sus inquietudes; favoreciendo el aprendizaje de las matemáticas, el lenguaje, la cultural, el arte, la geometría, la botánica y la biología, entre otras áreas. Por esto, los materiales, deben estar diseñados para
motivar la realización de las actividades inherentes al aprendizaje, así como el crecimiento y desarrollo del niño, permitiéndole que aprenda y adquiera el conocimiento mediante la asociación de los materiales. Donde cada material didáctico pueda ser utilizado de manera individual o en grupo, según la actividad que se va a desarrollar, donde exista el trabajo colaborativo y cooperativo, el respeto por los demás y por lo que se hace. Al respecto, Montessori (1920) señala “el material didáctico no es un simple pasatiempo, ni una sencilla fuente de información, es más que eso, es material didáctico para enseñar. Están ideados a fin de captar la curiosidad del niño, guiarlo por el deseo de aprender” (p. 91). En este sentido, los materiales empleados en las aulas montessorianas se caracterizan por ser objetos motivadores, diseñados según la edad de cada niño para que realicen de manera libre sus actividades reconociendo el aprendizaje, así como el desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas de cada uno. Cada material está diseño para cumplir con una meta específica dentro del proceso de enseñanza -aprendizaje, lo que motiva al niño a aprender haciendo y mediante la asociación de conceptos abstractos. Bajo este contexto, los materiales Montessori se clasifican, según el área del conocimiento, de la siguiente manera: a) Materiales Sensoriales. Impulsan el desarrollo de los sentidos del niño para que puedan percibir la realidad que los rodea tal cual es. Entre este tipo de materiales se encuentran los cilindros, la torre rosa, las reglas de madera y las barras, entre otros. b) Materiales para la vida práctica. Orientados para que cada niño experimente situaciones de la vida real, como por ejemplo cocinar, ordenar, vestirse, coser, desvestirse y barrer, entre otras actividades. Algunos de estos materiales son: las cremalleras, los lazos, los botones, los utensilios de cocina, los utensilios de limpieza y algunas herramientas. Actividades que conllevan a que el niño aprenda sobre el cuidado personal y de su entorno, así como a establecer relaciones sociales con todos aquellos que estén a su alrededor. c) Materiales para el Lenguaje. Diseñados para motivar el desarrollo del vocabulario, la pronunciación, la escritura y la lectura, como lo son las letras de madera con lija, las tarjetas de letras mayúsculas y minúsculas, libros infantiles entretenidos como los cuentos y el alfabeto móvil.
d) Materiales Matemáticos. Buscan el desarrollo lógico del niño según su edad, sus capacidades y habilidades para realizar las actividades dentro del aula Montessori. Para ello, se emplean materiales con los que el niño puede jugar y asimilar conceptos matemáticos como formas geométricas, los números de lija, el tablero de las operaciones básicas de las matemáticas, barras numéricas, la tabla del 100, entre otros. e) Materiales de Ciencia. Permiten al niño conocer sobre los fenómenos naturales, la flora, la fauna y cualquier otro aspecto de la naturaleza que lo rodea. f) Materiales Artísticos. Permiten al niño expresar lo que siente y lo que desea a través del uso de técnicas y recursos artísticos, motivando, así, el espíritu creativo e innovador del niño.
El cuadro Nº 1, denominado Materiales Montessori, señala en las filas algunos de los materiales que se encuentran dentro de las aulas montessorianas, mientras que las columnas muestran el área de conocimiento, descripción y objetivo de cada material, así como la imagen de los mismos.
Cuadro Nº 1: Materiales Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020.
Por tanto, el ambiente preparado es un espacio diseñado para que los niños puedan experimentar, descubrir, compartir y relacionarse con otros niños, con el propósito de realizar sus actividades académicas de manera autónoma; lo cual no implica la inexistencia de normas, lineamientos e instrucciones emitidas por el guía. Es un espacio para hacer, deshacer, adquirir habilidades y destrezas, aprender y equivocarse si fuera el caso, con el uso de los materiales que se encuentran en el mismo. En definitiva, el ambiente preparado se caracteriza porque:
Debe estar limpio y ordenado, diseñado acorde a las necesidades del niño, para que este logre desenvolverse de manera libre y estimule el deseo de adquirir y descubrir el conocimiento.
Proporciona independencia y libertad para trabajar de manera individual o grupal, permitiendo el desarrollo social, intelectual y emocional del niño.
Los materiales didácticos son diseñados para ser utilizados por el niño según su edad, desarrollo y necesidades, los cuales deben estar al alcance del mismo.
El guía de proceso de enseñanza es quien tiene el rol de supervisar las actividades que se realizan dentro del ambiente preparado para fines educativos.
Como se ha evidenciado, la aplicación del Método Montessori requiere de un ambiente preparado en relación a su entorno y el empleo de diferentes materiales didácticos, lo cual queda expresado figurativamente a continuación:
Educación Motriz o Vida Práctica
Sensoriales
Vida Práctica
Experimentar, descubrir, compartir y relacionarse con otros niños.
Habilidades de Lenguaje, Lectura y Escritura
Educación Sensorial
Lenguaje
Matemáticas
Hacer, deshacer y adquirir conocimiento.
Educación Matemática
Artísticos
Ciencia
Explorar, descubrir nuevas realidades y colaborar en las actividades.
Figura 1: Ambiente Preparado para el aula montessoriana Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
8. EL GUÍA El guía dentro de las aulas Montessori es el adulto que observa y acompaña a cada niño durante el desarrollo del proceso de aprendizaje, es decr, es la persona que actúa como orientador del proceso educativo con el propósito de que cada niño desarrolle su potencial intelectual, sus capacidades, habilidades y destrezas al momento de realizar las actividades y tareas asignadas. Para esto, es necesario que el guía Montessori se asegure de mantener el espacio preparado para tales fines, así como fomentar la creatividad, la iniciativa, el orden y la seguridad en cada niño en favor de su desarrollo personal.
8.1. Características del Guía Montessori
Debe ser una persona en constante formación, dispuesto a dar al niño lo mejor de sí en favor del desarrollo personal de este.
Debe ser una persona empática con los niños, aun cuando debe establecer normas dentro del aula Montessori.
Debe ser un observador permanente del niño, descubriendo lo que este requiere para su aprendizaje, así como la forma en que el niño aprende, lo que le permitirá al guía la selección oportuna de los materiales didácticos que favorezcan el desarrollo personal e intelectual del niño.
Debe ser una persona capaz de motivar al niño de manera tal que cada uno cumpla alcanzar sus metas y satisfacer sus necesidades dentro del aula Montessori.
Debe ser una persona reflexiva, analítica, creativa e innovadora para conocer y atender las necesidades de cada niño dentro de las aulas Montessori, ser capaz de reconocer que cada niño es único por lo que cada uno tiene su propia personalidad.
Debe ser una persona conocedora de lo que significa el niño como ser humano, su naturaleza, comportamiento y objetivos que persigue en la vida.
Debe poseer conocimientos académicos sobre áreas educativas y experiencias docentes.
Debe promover la creatividad del niño para que este cumpla con sus actividades académicas; motivando al niño a compartir sus logros con los compañeros del aula para que exista la interacción de lo aprendido.
Debe inculcar en el niño valores sociales como la responsabilidad, la cortesía y el respeto por lo demás y los objetos que se encuentran en el aula de clase.
8.2. Rol del adulto como guía
El adulto, dentro del Método Montessori, juega el papel de guía u orientador del proceso de aprendizaje del niño dentro del ambiente preparado; por lo que su función es ayudarlo, motivarlo y estimularlo para que realice sus actividades académicas, de forma individual o con sus compañeros, de manera efectiva y eficaz. Esto implica que el guía deba ser una persona observadora de lo que el niño requiere, así como de sus intereses académicos. Capaz de orientar al niño de manera tal que este se desenvuelva dentro del aula Montessori de forma eficaz en el desarrollo de sus actividades y el uso de los materiales. Conocedor de la utilidad
de cada uno de los materiales que se encuentran en el aula, con el propósito de no cometer errores en el momento de dar una instrucción al niño, y mantener el orden y la disciplina dentro del aula de clase. De igual manera, el adulto que actúa como guía en el aula Montessori deber ser proactivo, empático, motivador del trabajo libre, independiente y creativo. Al respecto, Montessori señala que el guía debe orientar al niño y no convertirse en un obstáculo para el desarrollo de sus actividades académicas.
Así pues, el adulto, como guía dentro del aula, toma un segundo papel dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, pues su rol como orientador está fundamentado en la ayuda que presta al niño para que este se desarrolle como ser humano, lo cual implica que el guía debe diseñar el salón de clases según las necesidades de los niños, elaborar la agenda o esquema a seguir diariamente y establecer las estrategias para dar respuesta a los intereses del niño, sin que esto lo convierta en el centro del proceso de aprendizaje. Es, por tanto, el vínculo entre el aula de clases y el niño. El guía es la persona que se comporta como observador de cada niño, con el fin de descubrir lo que requiere, sus necesidades y sus actos de manera individual y grupal, para que este se sienta respetado, motivado y dispuesto a realizar sus actividades académicas. Estas características son la que los diferencian de los docentes o maestros de la educación tradicional. Es una persona en constante formación y aprendizaje que permitirá que el niño se convierta en un adulto profesional, crítico, analítico y con el poder de decidir lo que más le convenga. A esto, señala Montessori (1952), al niño hay que permitirle que construya en base a sus experiencias concretas (…). Tocar el niño es tocar el punto más delicado y vital, donde todo puede decidirse y renovarse, donde todo está lleno de vida, donde se hallan encerrados los secretos del alma, por ahí se elabora la educación del hombre del mañana (p. 80).
A manera de conclusión, se dice entonces que la relación que existe entre el niño - el guía - el espacio preparado no es otra cosa que un vínculo que busca que el niño se sienta un ser capaz, creativo, independiente, explorador, observador y dispuesto a aprender haciendo (Bonàs, et al., 2007), en un ambiente preparado y bajo la orientación del guía. Esquemáticamente, la relación que existe entre el niño y el guía con el ambiente donde se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje queda representada en la siguiente figura:
El entorno
Motivador
El Guía
Orientador
El ambiente preparado
Los materiales
Triada Método Montessori
Centro del proceso de enseñanza - aprendizaje
El Niño
Aprende haciendo
Figura Nº 2: Triada en el Método Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
MÓDULO IV ____________________________________________________________________________
EL JUEGO Y EL PORTAFOLIO COMO HERRAMIENTAS PARA EL APRENDIZAJE ____________________________________________________________________________
La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejándola libre para que se desarrolle. María Montessori
9. EL JUEGO Y LA CREATIVIDAD: HERRAMIENTAS PARA EL APRENDIZAJE
9.1. Contexto histórico
El juego es una actividad que realiza cualquier persona a lo largo de la vida con el fin de satisfacer algunas de sus necesidades como distraerse, recrearse o simplemente aprender. Dicha palabra proviene del latín iocum y ludus-ludere y hace referencia al término de diversión o actividad lúdica. Es, por tanto, una actividad en la que el ser humano actúa y se desenvuelve como persona al interactuar y relacionarse con los demás, la cual es espontánea, voluntaria y libre de ser escogida. Estas actividades como tal, se realizan, en muchos casos, sin tiempo establecido y sin un objetivo definido, pues solo buscan el interactuar con los demás, el tomarse unos minutos para distraerse y hacer algo diferente a las actividades propias del día. De esto se deduce, entonces, que existe una distinción entre los juegos no competitivos, los cuales se refieren a los que se realizan para el disfrute, la distracción y el entretenimiento, y los juegos competitivos que buscan un objetivo determinado: ganar. En sí, este tipo de actividades, sean competitivas o no, permiten al ser humano, por una parte, descubrir el entorno en el que se desarrolla la misma y, por la otra, descubrir las habilidades, destrezas y capacidades que posee para realizar tales juegos. Agregando a lo anterior, se dice, entonces, que el juego se caracteriza por ser: libre, pues el ser humano tiene la capacidad de elegir el juego que más le complace; incierto, dado que no se conoce cuál será el resultado final ni mucho menos cómo se desarrollará; limitado, pues cada juego tiene determinado el espacio donde se llevará a cabo; y reglamentado, ya que posee sus propias reglas que permiten el cumplimiento eficaz del mismo.
Existen una diversidad de autores que contextualizan el término “juego”, pero todos y cada uno de ellos coinciden en que es una actividad que realiza el ser humano. Entre estos autores se pueden mencionar a: Gross, Baldwin y Baldwin (1898), que lo definen como una actividad que estimula el desarrollo del pensamiento del niño, por lo que lo preparara para la vida; o a Piaget, quien expresa que el juego es una actividad propia del niño y que es parte de su inteligencia porque constituye la asimilación entre lo real y lo imaginario según cada etapa evolutiva del individuo; o Vygotski (1979), quien señala que el juego surge como una actividad que satisface la necesidad de relacionarse con otros, por lo que es una actividad social; o Huizigan (2000), quien afirma que el juego es:
una acción u ocupación libre que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de «ser de otro modo» que en la vida corriente. (p. 45).
Con relación al tema del juego, Piaget (1945) señala que existen cuatro tipos de juegos, a saber: el juego de ejercicio, el juego simbólico, el juego de reglas y el juego de construcción. El juego de ejercicio está referido a todas aquellas actividades que se repiten hasta alcanzar el resultado esperado, como es el caso de las acciones que realiza el niño en sus primeros años de vida, como arrastrarse, gatear, caminar o balancearse, lo cual le permite ejercitar y desarrollar la parte motora de su cuerpo. Por su parte, el juego simbólico se asocia con aquellas actividades mediante las cuales el niño simula personajes o situaciones ficticias, lo que trae consigo que analice y comprenda lo que sucede en su entorno, desarrolle su imaginación y creatividad, así como el lenguaje. El juego de reglas, donde el niño aprende que se deben cumplir con ciertos lineamientos establecidos para llevar a cabo el juego, como lo son el escondite, la cuerda o los juegos de mesa; juegos que genera en el niño responsabilidad, respeto por lo que dicen y hacen los compañeros de juego, y desarrolla la memoria y la concentración. Finalmente, sobre el juego de construcción, Piaget hace referencia a aquellas actividades mediante las cuales el niño construye lo que desea como parte de su desarrollo intelectual, como es el caso de la construcción de juguetes con papel (el avioncito) o la construcción de torres, puentes o carros mediante el uso de legos o de rompecabezas, lo cual favorece la motricidad, la concentración y la capacidad de análisis.
Bajo este contexto teórico se dice, entonces, que el juego es una actividad fundamental para el desarrollo personal, biológico, mental, emocional e intelectual del ser humano, pues la puesta en práctica del mismo permite la adquisición de conocimiento, promoviendo el interés en aprender; además, es un elemento de distracción y recreación para el ser humano. Dentro de las aulas de clase, el juego ayuda a la interacción, socialización e intercambio de ideas o estrategias, así como al desarrollo de la creatividad para realizar una jugada en particular, reforzando el conocimiento que se posee convirtiendo este en aprendizaje significativo. Ausubel (1982) expresa que este aprendizaje constituye un cambio de conducta del ser humano, pues este debe relacionar los conceptos y darles sentido a partir de lo que conoce con el propósito de crear nuevos conocimientos que garanticen el desarrollo personal e intelectual del mismo; por esto, el juego es considerado una actividad que encierra tres elementos: aprendizaje, diversión y recreación. En este orden de ideas Prieto Figueroa (1984) señala:
El juego, como elemento esencial en la vida del ser humano, afecta de manera diferente cada período de la vida: juego libre para el niño y juego sistematizado para el adolescente. Todo esto lleva a considerar el gran valor que tiene el juego para la educación, por eso, han sido inventados los llamados juegos didácticos o educativos, los cuales están elaborados de tal modo que provocan el ejercicio de funciones mentales en general o de manera particular (p. 85).
De modo esquemático, lo expresado hasta aquí queda representado en la Figura Nº 1 titulada Contexto Teórico del juego:
Figura 1: Contexto Teórico del juego Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
Sobre la creatividad, pudiera pensarse que es un elemento que solo está presente en la expresión artística del ser humano. No obstante, la creatividad es una habilidad que posee cada individuo para realizar cualquier actividad de forma diferente a cómo la realizan los demás. Asimismo, hace referencia a la capacidad que tiene cualquier persona para utilizar la información o el conocimiento que posee en algo nuevo, así como en el hecho de encontrar nuevas soluciones a los problemas (Monreal, 1997). Por su parte, Moore, Ugarte y Urrutia (1987) señalan que la creatividad es una capacidad que se puede mejorar con la experiencia y que se aprende como cualquier otro saber con el pasar del tiempo. Partiendo de esta idea, se dice, entonces, que el término creatividad es considerado de diferentes contextos teóricos según el uso del mismo, por lo que no posee un único significado. Este vocablo proviene del latín creare, que significa producir de la nada, engendrar, procrear; dar existencia a algo, establecer nuevas relaciones, inventar e idear (Ríos, 2004: 117); por lo que, la creatividad del ser humano está asociada a las habilidades que posee, como lo son la imaginación, originalidad, libertad e innovación.
Hablar del término creatividad como herramienta del proceso de aprendizaje implica entender dicho término como la generación de nuevas ideas para resolver problemas, inquietudes o realizar aportes en favor del desarrollo del ser humano en cualquiera de sus aspectos, lo que se traduce en la adquisición de nuevos conocimientos. Al respecto, De Bono (1989) señala que el ser humano, al ser creativo, desarrolla su capacidad de descubrir algo nuevo en favor de su desarrollo. Por su parte, Vygotski (1995) sostiene que la creatividad es un elemento propio y que existe en cada ser humano, por lo que es este el encargado de desarrollarla como parte de su proceso formativo. Aunado a lo expresado por estos autores, Nickerson (1999) señala que el trabajo continuo, el desarrollo de habilidades, el uso de imaginación y la curiosidad constituyen algunos de los elementos que potencian la creatividad del ser humano; en tanto, Sorín (1992) señala que la creatividad es la generación de nuevos significados y sentidos que enriquecen la comprensión y el desarrollo (p. 32).
Por esto, en las aulas de clase la interacción y la socialización del conocimiento entre los estudiantes y los docentes se convierten en los pilares fundamentales para el desarrollo de la creatividad. Al respecto, Corbalán et. Al. (2003) plantean que en el proceso de enseñanzaaprendizaje la creatividad tiene dos vertientes bien definidas. Una de ellas es la identificación del niño o los niños que poseen esta habilidad o capacidad definida y desarrollada para realizar cualquier actividad dentro del aula de clase, y la otra vertiente está vinculada con la puesta en práctica de la creatividad desde la docencia, es decir, el uso de herramientas y métodos de por parte del docente para cumplir con los objetivos educativos.
Acerca de la vinculación que existe entre la creatividad y el Método Montessori, Cerda (2003) afirma que fue:
María Montessori quien se planteó como premisas principales para el desarrollo del quehacer escolar, la libertad, la actividad, el desarrollo de la personalidad, el desenvolvimiento del niño según sus necesidades vitales, el respeto absoluto a su ritmo y aptitudes. Sus métodos y los materiales orientados a la educación de los sentidos están guiados al desarrollo de una capacidad creadora que le permita al niño resolver los problemas más complejos con la mayor simplicidad (p. 157).
Dentro de las aulas de clase montessorianas, la creatividad es un elemento dinamizador del proceso de aprendizaje, pues cada niño es diferente uno del otro, ya que cada uno piensa desigual. Esto implica que el guía debe motivarlos para que cumplan con sus actividades, generando nuevas ideas y/o conocimiento o aplicando procesos innovadores. Bajo esta premisa, los procesos creativos generados por los niños dentro de estas aulas favorecen el desarrollo de un ambiente de libertad, comunicación, interacción, socialización y trabajo en equipo, donde cada uno tiene la capacidad de emitir juicios de valor sobre lo que se hace y sobre el accionar de sus compañeros en la ejecución de las actividades académicas, desarrollando, así, el pensamiento creativo, innovador y crítico de cada niño en beneficio de su desarrollo. Al respecto, Montessori (1948) en su libro “To Educate the Human Potential” (La educación de las potencialidades Humanas), señala:
Los educadores modernos sostienen que al niño hay que dejarle libertad para que aprenda lo que más le guste, sin ningún tipo de preparación previa de su interés. Eso es como construir sin tener una base firme; se parece a las posturas políticas que brindan libertad de palabra o de voto, pero no educación; ¡hay derecho a expresar las ideas, pero no hay ideas que expresar ni poder de reflexión! Lo que necesita el niño, tanto como la sociedad, es que lo ayuden a edificar sus facultades mentales, sin dejar nunca de lado el interés; así, podrá crecer de forma natural y en libertad (p. 76).
Así pues, dentro de las aulas montessorianas juega un papel importante los procesos creativos, pues estos permiten transformar la realidad que vive el niño en algo diferente, en lo que siente y quiere ver el niño del entorno donde se desenvuelve. Esto le permite, a su vez, generar y construir nuevos conocimientos donde el juego se convierte en el pilar del proceso de enseñanza - aprendizaje. Implica, por tanto, el diseño de un ambiente ordenado y con la disposición de los materiales necesarios para que el niño aprenda y se desarrolle como individuo, donde el trabajo autónomo y responsable por parte del niño se convierta en los pilares de su trabajo creativo. Con relación a lo anterior, Montessori (1982) consideraba que no se podían crear genios, sino darle a cada individuo la oportunidad de desarrollar sus potencialidades para que sea un ser humano independiente, seguro y equilibrado (p. 285).
Lo expresado en las líneas que anteceden sobre los aspectos de la creatividad como herramienta para el aprendizaje puede ser visualizado en la Figura Nº 2 titulada La creatividad y el aprendizaje.
Figura 2: La creatividad y el aprendizaje Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
9.2. El juego dentro de las aulas montessorianas
El juego como una actividad está presente en el ser humano para satisfacer algunas de sus necesidades. A esta situación no escapa el niño, quien, desde temprana edad, lo que realiza con mayor frecuencia son los juegos, bien sea de manera individual o grupal. La realización de estas actividades por parte del niño se convierte en el elemento motivador de su aprendizaje, generando, por tanto, beneficios en él, motivando el desarrollo de una serie de habilidades, destrezas y capacidades como la creatividad, la memoria, la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la construcción de conocimiento, con el propósito de determinar la mejor estrategia para conseguir la meta propuesta al iniciar el juego. Esto trae consigo que el niño desde temprana edad comience un proceso de análisis, crítica y razonamiento de lo que está sucediendo en la medida en que se desarrolla el juego. Por esto, además de ser un mecanismo para aprender, es una vía de expresar lo que siente (deseos, miedo, inquietudes), lo que percibe de su entorno y la percepción que tiene de los demás compañeros de juego. Como
consecuencia de estas actividades lúdicas, dentro de las aulas montessorianas se observa que existe un sinfín de juegos que se emplean como estrategias que dinamizan el proceso de aprendizaje del niño; aprendizaje que está dirigido fundamentalmente hacia las matemáticas, la lectura y la escritura. En este orden de ideas, la UNESCO (1980) plantea:
Todos los niños del mundo juegan y esta actividad es tan preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia. Efectivamente, el juego es vital; condiciona un desarrollo armonioso del cuerpo, de la inteligencia y de la afectividad. El niño que no juega es un niño enfermo, de cuerpo y de espíritu (p. 5).
Así pues, dentro de estas aulas el juego constituye una herramienta factible que permite que el niño adquiera nuevos conocimientos en favor de su desarrollo personal. Con referencia a este término, Torres (2002) señala: El juego en el aula sirve para facilitar el aprendizaje siempre y cuando se planifiquen actividades agradables, con reglas que permitan el fortalecimiento de los valores: amor, tolerancia grupal e intergrupal, responsabilidad, solidaridad, confianza en sí mismo, seguridad, que fomenten el compañerismo para compartir ideas, conocimientos, inquietudes; todos ellos –los valores- facilitan el esfuerzo para internalizar los conocimientos de manera significativa y no como una simple grabadora (pp. 209-210).
En atención a esto, en el ámbito educativo, el juego constituye uno de los elementos motivadores del aprendizaje, permitiendo el desarrollo de habilidades, destrezas y capacidades cognitivas que, en muchos casos, definen las acciones del niño dentro del aula de clase. Vygotsky (1979) establece que el juego es una actividad social en la cual, gracias a la cooperación con otros niños, se logran adquirir papeles o roles que son complementarios al propio. También este autor, al referirse al juego simbólico, señala cómo el niño transforma algunos objetos y lo convierte, en su imaginación, en otros que tienen para él un significado distinto. Por ejemplo, cuando corre con la escoba como si esta fuese un caballo. Por consiguiente, el juego es una actividad beneficiosa en el aprendizaje de niño, pues, como se expresó en las líneas que anteceden, además de desarrollar sus habilidades, destrezas y capacidades, es una herramienta generadora de nuevo de conocimiento, ayuda a aprender nuevo conocimiento y a ponerlo en práctica cuando lo requiera, así como potencia el desarrollo mental del niño. Por ello, es importante enfatizar la importancia que tiene el juego en el proceso de aprendizaje del niño. Al respecto, el Arzobispado de Chile (2008), señala en su obra titulada “Manual Estimulación Montessori para niños y niñas preescolares de Colonias Urbanas”, que el niño:
cuando está jugando, está, a la vez experimentando, explorando, descubriendo su entorno. De esta forma, sin darse cuenta, aprende y adquiere las nociones del espacio y tiempo, conoce y desarrolla su cuerpo y empieza a dar sentido a objetos, personas y situaciones (p. 29).
En este sentido, el juego debe ser considerado como el conjunto de actividades que le sean agradables al niño y que las mismas puedan ser realizadas en períodos cortos de tiempo, bien sea de manera individual o en grupo, cumpliendo con las reglas establecidas por el guía. Todo esto ayuda al proceso de aprendizaje; fortalece los valores, tales como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la cooperación, la confianza en sí mismo y en los demás; permite la socialización del conocimiento y promueve el desarrollo de capacidades, destrezas y habilidades como el razonamiento, el análisis y la discusión, entre otras. Así pues, el juego como herramienta de aprendizaje ayuda al niño a resolver problemas y a enfrentarse a situaciones en las que debe tomar decisiones con inteligencia y sabiduría. Para Montessori, esto implicaba que el niño debía trabajar dentro de las aulas de clases, por lo que consideraba al juego como sinónimo de trabajo; expresaba: el juego es el trabajo de tu hijo, simplemente porque es el medio por el que aprende (Britton, 1992: 30), pues con el desarrollo de tales actividades se facilita la adquisición del conocimiento, así como su intercambio e interacción, fomentando el trabajo en grupo y desarrollando la creatividad del niño.
El Método Montessori constituye una nueva forma de llevar a cabo el proceso de enseñanzaaprendizaje dentro del aula de clase, por lo que las herramientas de impartir y transmitir el conocimiento difieren con las utilizadas en la educación tradicional. El juego como herramienta de aprendizaje es uno de los mecanismos que se emplean dentro de las aulas montessorianas para que cada niño adquiera nuevos conocimientos, refuercen los que poseen e interactúen y socialicen con sus compañeros. Si se parte del hecho de que el juego es una actividad libre que realizan los niños con fines recreativos y/o de aprendizaje, se tiene, entonces, que el juego es una actividad que efectúa con el propósito, no solo de distraerse y disfrutar en un momento determinado, sino también como mecanismo de aprendizaje. Así pues, el juego es considerado una forma de aprender que tiene el ser humano, principalmente el niño, dentro y fuera de las aulas de clases. Es una forma de aprender divirtiéndose y disfrutando la construcción del conocimiento. Con el juego, el niño aprende a resolver problemas, a respetar y cumplir con sus reglas y, por ende, a socializar con sus compañeros, lo que los motiva a aprender. En este sentido, para Montessori fue importante la relación que existía entre el cerebro y los movimientos que realizaba el niño al momento de jugar, pues este busca siempre participar de manera activa, hacer las cosas por sí mismo y manipular cada uno de los juegos que están
dispuestos en las aulas de clases (Britton, 1992). Con base a esto, los juegos Montessori buscan desarrollar habilidades, destrezas y capacidades en los niños en la manipulación de los mismos.
10. EL PORTAFOLIO: MECANISMO DE SEGUIMIENTO DEL APRENDIZAJE
La educación tradicional se caracteriza porque la evaluación del conocimiento adquirido por los estudiantes se realiza a través de las evaluaciones en papel, quedando estas como única evidencia del trabajo realizado por ellos. Actualmente, se considera como una técnica de evaluación del conocimiento los llamados portafolios, los cuales, a su vez, son considerados una herramienta que utiliza el docente para dejar evidencia de su actuación dentro de las aulas de clases y como mecanismo de seguimiento del proceso de aprendizaje de los estudiantes. En el caso de los educandos, el portafolio se convierte en la herramienta por medio de la cual muestra, a través de sus trabajos, el conocimiento adquirido, dentro o fuera del aula de clase. Danielson y Abrutyn (2002) presentan un distinción del portafolio fundamentada en el portafolio que realiza el estudiante, señalando que existen tres tipos de portafolio, a saber: a) de trabajo, donde se reúnen, de manera general, los trabajos realizados por el estudiante de acuerdo a los objetivos planteados; b) de presentación, que almacena los mejores trabajos realizados por los estudiantes y cuyo fin es el de mostrar el alto rendimientos en la ejecución de los mismos, y c) de evaluación diagnóstica, referido a la demostración que realiza el estudiante de sus trabajos en relación a temas establecidos, lo que le permite la toma de decisiones con relación a los objetivos planteados.
Por su parte, Tobin (1994) señala que los portafolios que utiliza los estudiantes para demostrar su aprendizaje están referidos a la recopilación de los trabajos, análisis y reflexiones que realizan durante su proceso educativo, lo cual conlleva al desarrollo de habilidades y destrezas para su conformación, donde la creatividad y la imaginación de cada uno de sus estudiantes marcan la diferencia entre los portafolios que se realizan dentro del aula. Por esto, el portafolio está referido a la recopilación de una serie de documentos realizados y seleccionados por cada uno de los estudiantes para demostrar lo aprendido sobre uno o varios temas en un período determinado (Bergquist, Gould y Miller Greenberg, 1981). Por tanto, los portafolios, según (Kimeldorf, 1994), son elaborados con el propósito de mostrar al docente tanto el conocimiento como las habilidades, destrezas y capacidades adquiridas por el estudiante, durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. El material incluido en el portafolio puede estar relacionado con la experiencia dentro del salón de clase (trabajos, tareas, exámenes) o referirse a experiencias
extracurriculares o extraescolares (cartas de recomendación, descripción de actividades realizadas en asociaciones estudiantiles, entre otras).
Bajo esta premisa, se dice entonces que el portafolio es considerado un mecanismo de aprendizaje del ser humano. Constituye el proceso mediante el cual el estudiante almacena todos los trabajos realizados dentro y fuera de las aulas de clase, por lo que sirve de evidencia para demostrar al maestro el aprendizaje adquirido. Por tanto, es una estrategia empleada para conocer el avance que ha tenido el estudiante en relación al conocimiento y la realización de actividades académicas. Así pues, es una herramienta que permite conocer los logros obtenidos por los estudiantes en un período determinado; así como las habilidades, destrezas y capacidades adquiridas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por consiguiente, el portafolio reúne los documentos realizados dentro del aula de clase, como lo son las pruebas, exámenes, ensayos, reflexiones, escritos, asignaciones individuales o grupales, así como todo trabajo realizado por el estudiante en el hogar. Su construcción favorece el desarrollo de la autorreflexión,
el
pensamiento
crítico-analítico,
la
creatividad,
la
imaginación
y
la
responsabilidad del estudiante por adquirir y construir el conocimiento. De igual manera, Argudín (2001) señala que el portafolio hace evidente el crecimiento académico y formativo del estudiante. Se afianza en el trabajo mismo y permite al alumno reconocer su propio proceso de aprendizaje; es por ello que resulta un instrumento más confiable que la evaluación tradicional (p. 38).
De todo esto se deduce, entonces, que los portafolios se caracterizan porque muestran el trabajo más relevante realizado por el estudiante que demuestra el aprendizaje adquirido durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, reúne de manera cronológica la ejecución de las actividades académicas; es personalizado, dado que cada estudiante muestra su colección de trabajos realizados; cada portafolio posee su propia autonomía y creatividad, dado que ningún portafolio es similar a otro; potencia el pensamiento crítico y analítico del estudiantes, quien debe decidir qué trabajo incorporar o no al portafolio y favorece la investigación y construcción del conocimiento. Esta visión del portafolio desde las aulas montessorianas se construye de la mano de los guías y los niños, donde el guía se convierte en el garantizador de la construcción del portafolio y el niño es el encargado de agrupar los trabajos realizados, los cuales serán evaluados por el guía mediante la observación del desempeño académico. De igual manera, el portafolio puede estar organizado por las áreas de trabajo a las que se refiere Montessori al momento de adecuar el entorno de las aulas montessorianas: educación motriz o vida práctica, educación sensorial, habilidades de lenguaje, lectura y escritura y matemáticas, que busca que
el niño se autoevalúe mediante la reflexión, el análisis y la crítica de trabajo realizado dentro del aula de clase para, con esto, desarrollar habilidades, capacidades y destrezas para evaluar su aprendizaje
(véase
caso
de
estudio
en
http://revistas.cesgranrio.org.br/index.php/metaavaliacao/article/viewFile/133/184).
La figura Nº 3 que se muestra a continuación, resume los beneficios que trae consigo la utilización de los portafolios dentro de las aulas de clase como mecanismos de seguimiento del proceso de aprendizaje de los estudiantes:
Figura Nº 3: Beneficios del uso de los portafolios en el proceso de aprendizaje. Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
En definitiva, las herramientas presentadas aquí son necesarias para dar seguimiento y evaluación al proceso de enseñanza del niño, las cuales identifican la aplicación del Método Montessori dentro de un espacio preparado, donde la puesta en práctica de cada una de ellas repercutirá de manera favorable en el desarrollo personal e intelectual del niño.
MÓDULO V ____________________________________________________________________________
LA ENSEÑANZA DEL MÉTODO MONTESSORI ____________________________________________________________________________ “El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores, solo podemos ayudar… Así seremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo” María Montessori.
11. EXPERIENCIAS PRÁCTICAS DE LA FORMACIÓN DE LOS DOCENTES
11.1. Contexto histórico
Con la evolución de las teorías pedagógicas, ha surgido una preocupación por el desarrollo de novedosos esquemas de enseñanza-aprendizaje para el siglo XXI. Todos estos esquemas aceptan la transformación de la educación tradicional a fin de propiciar nuevas formas pedagógicas, sin embargo, no existe un modelo preponderante que aglutine las diversas competencias y aptitudes del docente que merecen ser consideradas en el mundo actual; aspectos que comúnmente se encuentran ausentes en los actuales procesos de enseñanzaaprendizaje. La preocupación, en parte, está dirigida a la formación de los docentes y se sustenta en la necesidad de capacitarlos, al igual que desarrollar sus competencias. Todo ello, con el fin de combinar el pensamiento de manera crítica, poseer habilidades de creatividad, colaboración y de comunicación; capacidades y habilidades necesarias a fin de enfrentar incertidumbres y condiciones imprevistas en el espacio destinado a la acción educativa (Schunk, 2012).
El proceso de enseñanza-aprendizaje es fundamentalmente dialéctico, paradójico, complicado y, muchas veces, conflictivo; lo cual implica la existencia de múltiples tensiones inherentes al proceso. Esto significa que las tensiones están apoyadas en la relación dialéctica entre la conducción del proceso de enseñanza y el necesario autoaprendizaje en el proceso de enseñanza (Klingberg, 1978). En ese sentido, los programas de formación y actualización
docente deben corresponder con las exigencias educativas y las que se experimentan en los ambientes educativos. De estas circunstancias nace el hecho de que es, precisamente, en dichos ambientes donde surge la relación dialéctica y las corrientes didácticas que se llevan a cabo de manera efectiva. Características que se manifiesta en la actuación de los docentes si han sido preparados según esquemas educativos creativos y se han fomentado sus habilidades y competencias. Habría que decir, también, que estas competencias y habilidades son esenciales para el proceso de enseñanza-aprendizaje, entendiendo que conforman la personalidad del docente y que, asimismo, se promueve la colaboración, la comunicación, el aprendizaje informal, la productividad y la creatividad; aspectos estos de gran importancia para el desarrollo de la responsabilidad, la capacidad de iniciativa, el asumir riesgos y la resiliencia. Con ello, el proceso educativo inducirá a la ejecución de la acción docente, la empatía y la consideración con las personas involucradas en dicho proceso; condiciones que conducen a la transformación del docente para optimizar el orden y la gestión de conocimientos y desarrollar la habilidad de convertir las dificultades en oportunidades.
Por otro lado, se requiere acondicionar el ambiente en los espacios educativos con el fin de motivar a los niños al autoaprendizaje, a promover la colaboración con sus compañeros de clase, al empleo de tareas dirigidas y a la utilización de diversos de materiales didácticos, lo cual significa que los docentes deben orientar a los niños a que sean proactivos y conducirlos hacia el logro de metas de aprendizaje. En este sentido, es pertinente cerciorarse de que los niños aprendan por sí mismos, reduciéndose la asistencia del docente solamente a la necesaria. Así, los docentes deben inducir y permitir a los niños asumir mayor compromiso con su proceso educativo. Hasta ahora, se ha establecido que la educación es un proceso natural que el individuo ejecuta de manera espontánea y que se fundamenta en la experiencia que brinda el contacto con el ambiente, de donde se desprende que la labor del docente consiste en preparar una serie de actividades de enseñanza-aprendizaje en un ambiente preparado para que se lleven a cabo con la menor interferencia posible. Indudablemente, se piensa que el niño, con un ambiente adecuado, puede llegar a ser todo lo bueno y deseable que se quiera. Asimismo, se entiende que la herencia y el ambiente son condiciones interrelacionadas y mutuamente dependientes. En ese sentido, la herencia otorga las condiciones que el ambiente impulsa a desarrollar. El ambiente incrementa lo que la herencia confiere. Ambos factores son indispensables para lograr los mejores resultados educativos (Sánchez, 1963).
Conviene observar, sin embargo, que el aprendizaje sitúa en un mismo nivel la actividad social y la experiencia compartida. Por ello, el niño construye el conocimiento por medio de la participación de otros, en un momento y contexto cultural particular, lo que conduce a indicar que el docente se constituye en un organizador y mediador del encuentro del niño con el conocimiento; por tanto, en la formación de un docente se requiere instruirlo en el manejo de diversas estrategias pedagógicas flexibles, estrategias que sean adecuadas a las distintas características de los niños y al contexto de su clase. De estas circunstancias nace el hecho de brindar al maestro una formación que incluya un razonamiento de su propia práctica docente y que incorpore la posibilidad de generar alternativas de trabajo efectivas. Por otra parte, la motivación para el logro del aprendizaje significativo se vincula con la necesidad de inducir en el niño el interés y esfuerzo necesarios para su educación, en tanto que la labor del docente es proponer la orientación y guía pertinente en cada situación. En todo caso, cualquier plan de formación docente debe girar en base a tres ejes que aseguren la pertinencia, aplicabilidad y permanencia de lo aprendido; a saber:
Adquisición y profundización de un marco teórico-conceptual referente a procesos individuales, interpersonales y grupales que intervienen en el aula y posibilitan la obtención de un aprendizaje significativo.
Reflexión crítica de la propia práctica docente para proporcionar instrumentos de análisis relativo al quehacer, tanto a nivel de la organización escolar y curricular, como en el contexto del aula.
Generar prácticas alternativas e innovadoras de la labor docente que permitan una intervención directa sobre los procesos educativos (Díaz y Hernández, 2001).
Bien pareciera por todo lo anterior que, los docentes, en sus inicios dentro de la profesión, requieren de una amplia gama de estrategias y técnicas que sean aplicables al contexto donde laboran, por lo que es esencial lograr desarrollar un marco conceptual sobre lo que significa el progreso y el avance personal y social de los niños; lo cual determina la labor educativa, le otorga significado a la práctica cotidiana y le inspirará principios de autoevaluación. Consecuentemente, se requiere precisar estrategias a fin de planificar, desarrollar y evaluar la actuación del niño en un contexto diverso y en un ambiente preparado, adquiriendo destrezas, habilidades y competencias a través de la interrelación con otros docentes mediante talleres de formación. Por tanto, necesitan experimentar y reflexionar con otros educadores, aprendiendo nuevas formas de trabajo, en un ambiente educativo acorde para comprender los posibles procedimientos, modelos o estrategias pedagógicas (Flórez, 2001). A su vez, deber ser la
persona que promueve la formación de la personalidad del niño, además de comprender y entender su forma de actuar. Asimismo, el docente debe ser una persona reflexiva, mostrando su intención pedagógica y modificando las condiciones para desarrollar su labor educativa, convirtiendo al niño en un actor social que propicie la compresión y el respeto.
Lo dicho hasta ahora, permite afirmar por qué es indispensable elaborar programas de capacitación y actualización docente que conlleven a la adquisición de nuevas formas de enseñanza para que el docente asuma el papel de guía en la construcción del aprendizaje del niño. Asimismo, se requiere la preparación de tipo psicológico y de manera metódica para establecer una buena relación con los niños. En este sentido, es preciso un auxilio exterior, una instrucción a tal fin que le permitan tomar decisiones y reelaborar estrategias de trabajo.
Hay que entender que se hace esencial el contar con individuos equilibrados emocionalmente, que dominen herramientas didácticas y científicas para desarrollar estrategias de enseñanza y con capacidad de actuar con liderazgo en el proceso de toma de decisiones educativas, lo que implica una acción responsable y autorregulada del docente, para lo cual debe adquirir competencias que favorezcan el aprendizaje del niño, la planificación de ejercicios prácticos y el desarrollo de actividades con consideración a la realidad particular del niño, entre otros. En este contexto, las competencias son habilidades, capacidades y conocimientos que una persona tiene para realizar de manera eficientemente determinadas labores son características que se instruyen, a fin de realizar actividades y tareas en un ámbito determinado que incluyen aptitudes, conocimiento teórico, tipo de pensamiento, modo de ser, ética y el manejo de situaciones problemáticas y conflictivas. En consecuencia, las competencias son adquiridas a través del aprendizaje y la formación, conformando un tipo de herramientas para ser aplicadas en el campo laboral y profesional específico, combinando las destrezas y la capacidad al desempeñar una función para que sean aplicadas de forma efectiva y que son definidas en un ámbito profesional (Tobón, S. 2005).
Referido a lo anterior, al considerar las competencias en el área educativa, se indica que son aquellas definidas para transmitir el conocimiento de forma efectiva y entre las que se puede mencionar la organización y animación de situaciones para el aprendizaje, la gestión del progreso del niño y la capacidad de informar e involucrar a los padres del proceso de enseñanza-aprendizaje (Tobón, Pimienta y García, 2010). En consecuencia, conviene observar que los docentes tienen que estar formados para enfrentar los retos procedentes de nuevos paradigmas educativos en el presente siglo. Igualmente, deben poseer las herramientas
didácticas adecuadas para desarrollar un trabajo innovador y de apoyo a la labor docente. Bajo estas condiciones, la intervención del docente en el aula es esencial como mediador del aprendizaje al impulsar la adquisición de conocimientos, al producir un ambiente de aprendizaje adecuado y de reflexión en el proceso de aprendizaje.
12. PAPEL DEL GUÍA MONTESSORI
12.1. Contexto histórico
María Montessori, proponía cambios rotundos en la concepción del niño, poniendo a este como protagonista y propulsor de su propio aprendizaje, planteando la triada niño-guía-ambiente preparado, donde se deben cumplir los principios fundamentales de movimiento y elección, autodisciplina y autonomía. La metodología Montessori se traduce, entonces, en la triada, donde el niño, a través de su mente absorbente y sus periodos sensitivos, va articulando naturalmente la manera más propicia de generar su aprendizaje, en el que se reflejan los principios de libertad, de autonomía y autodisciplina. En este sentido, Montessori basó su método en el trabajo del niño y en la colaboración, por parte del adulto, para que este logre su propio aprendizaje, por lo que el aula montessoriana no es un espacio donde el guía imparte conocimiento, sino, por el contrario, es un espacio didáctico especializado donde el niño desarrolla sus conocimientos por medio de actuar de manera libre. Por esto, el guía es quien encamina el libre desarrollo del niño, no interfiriendo en su exploración, mientras que el espacio preparado está constituido por los materiales didácticos y las áreas de aprendizaje.
Así pues, el papel del guía en el Método Montessori es orientar al niño; es el nexo entre el niño y el ambiente preparado, por lo que debe ser de gran ayuda para proporcionar un clima de confianza en sí mismo para el niño; consecuentemente, el papel del guía es señalar directrices para la ejecución de las actividades académicas. Esto quiere decir que el guía debe ser el puente vivo entre el ambiente y el niño y debe transmitirle empatía con el ambiente por medio de sus acciones. Asimismo, debe desarrollar confianza en el niño, incrementar su capacidad de comprometerse, no interrumpir su concentración, respetar la iniciativa y la espontaneidad, la libre elección y la repetición. Además, debe procurar que el niño respete los límites y el trabajo de sus compañeros. En consecuencia, debe disponer y planificar la ejecución del proceso de enseñanza-aprendizaje en un ambiente preparado, motivando al niño al proporcionarle la información necesaria, orientando su razonamiento y aclarándole dudas y fortaleciendo, todo esto para fortalecer, incorporar y fijar lo aprendido, de manera que modifiquen sus actitudes y
sus conductas en su realidad cotidiana. Para simplificar, el guía montessoriano debe ser la persona que se ocupe de dirigir el aprendizaje del niño, respetando sus decisiones y preferencias, ayudándole a actuar por sí solo, a querer por sí solo, a pensar por sí solo.
Hay otro aspecto, entre tantos, que es necesario destacar y es que el autoaprendizaje del niño no se produce de un día para otro; es, por tanto, un proceso largo que requiere orientación por parte del guía, lo que trae consigo la necesidad de un cambio de actitud para llevar a cabo el rol de guía montessoriano. Debe estar formado profesionalmente, emocionalmente bajo control, con sentimientos y sensibilidad positiva hacia sí mismo; aceptar que el crecimiento personal es un proceso continuo y debe estar abierto a nuevas experiencias, aceptar sus errores, aprender de ellos y, si es necesario, buscar ayuda. El cambio a nivel personal del docente que labore como guía montessoriano tiene que manifestarse en los siguientes aspectos:
Orientar el proceso de enseñanza-aprendizaje de acuerdo con la edad evolutiva del niño.
Incrementar su actitud de máximo respeto a la autonomía del el niño.
Desarrollar la tolerancia dentro del ambiente preparado.
Actuar con afectividad, pero no de forma emocional, con mucha serenidad, hablar en un tono normal.
Ser calmado, paciente, responsable y humilde, donde predomine el autoconocimiento.
Agudizar su percepción con poca intervención, mostrando los materiales e interviniendo con el fin de que las instrucciones se cumplan para que el niño aprenda haciendo.
Cumplir con su actividad de guía: orientador, observador y acompañante del niño.
Estar preparado para enfrentar condiciones inesperadas y conflictivas para las que no hay una solución anticipada.
Estos aspectos se relacionan con la circunstancia de que en el ambiente preparado del aula montessoriana, el orden, el silencio y la concentración son la constante; sin embargo, el proceso de aprendizaje del niño se realiza bajo las siguientes condiciones: con el trabajo del niño, tanto independientemente como en grupo; la labor del guía, los niños y el ambiente preparado, se presentan como consecuencia que no aparezcan aulas Montessori similares en su práctica; algunos guías utilizan los materiales montessorianos y otros, en cambio, elaboran nuevos materiales o adaptan materiales educativos al aula. Por esto, el aula montessoriana no es un espacio donde el docente imparte conocimientos, sino un lugar donde el niño, con
material didáctico especializado, desarrolla sus conocimientos por medio de una labor de aprendizaje libre. Referido a este contexto, aquí cabe hacer una concesión: se considera necesaria la orientación del niño sin permitir que este sienta la presencia del guía, de esta manera, no constituye un obstáculo entre el niño y su experiencia. El rol del guía tiene mucho que ver con la capacitación del mismo y con la actitud para estar dispuesto y prestar ayuda al niño, quien se encuentra en continuo aprendizaje y desarrollo personal. El guía debe ser una persona con la voluntad de comprender los sentimientos y emociones de los niños; para ello, debe intentar experimentar, de forma objetiva y racional, lo que siente el niño, a la vez que debe saber poner límites firmes y claros.
El guía debe saber qué aspectos de la conducta del niño debe observar, cómo examinar su comportamiento y saber determinar la información necesaria relativa al desarrollo del niño, para lo cual debe adecuar el ambiente preparado a las necesidades que va detectando en el niño, por lo que su función se ubica en un segundo plano, facilitando y ayudando al niño a desarrollar su potencial humano, por lo que su labor se centra en el diseño del aula y la organización de las actividades académicas. Se trata, por tanto, de ocuparse de cada uno de los niños y adecuar las estrategias pedagógicas de modo que respondan a los intereses y necesidades de cada uno de forma individual. Se trata de guiar al niño, de darle a conocer el ambiente sin interferir en la situación de aprendizaje más allá de lo necesario. Debe quedar claro, por tanto, que el proceso de aprendizaje en sí pertenece al niño. De estas circunstancias nace el hecho de que el guía debe anteponer al niño como la persona que desempeña el papel principal y promotor de sus propios aprendizajes (Montessori, 2003).
12.2. Características
Dentro de este contexto, el guía es, por tanto, el nexo entre el aula de clases y el niño; es la persona que ejerce una conducta como observador y orientador del niño dentro del espacio preparado a fin de revelar lo que requiere, sus necesidades y su comportamiento de manera individual y/o grupal. Por tanto, el guía permanece observando, algunas veces ayudando, presentando al niño los nuevos materiales, interviniendo solamente cuando sea necesario; por esto, entre las características que debe poseer un guía montessoriano se encuentran las siguientes:
Tener conocimiento de los requerimientos intelectuales, físicos y psicológicos del desarrollo del niño en cada período de su vida.
Orientar al niño dentro del ambiente preparado hacia el uso del material o actividad a cubrir para lograr el aprendizaje.
Manejar con habilidad los objetivos de cada uno de los materiales a disposición del niño, así como la utilización adecuada de los mismos.
Mantener una postura activa cuando el niño recibe las instrucciones para el uso de los materiales y pasiva cuando el niño utilice el material.
Hacer el esfuerzo necesario para mantener el ambiente limpio y ordenado.
Atender y escuchar al niño cuando este lo requiera.
Motivar al niño para que este sea independiente y autónomo, fomentando la creatividad y la imaginación.
Adviértase que, a pesar de que el método Montessori enfatiza en ubicar al niño como protagonista de su propio aprendizaje, el guía puede realizar actividades para motivar la participación grupal que facilite el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entre estas actividades se tiene, por ejemplo:
Dirigir al niño para que ejecute actividades grupales.
Crear un ambiente de clase que incluya lugares de acción grupal donde los materiales sean compartidos.
Organizar actividades de enseñanza-aprendizaje para que el niño coopere con sus compañeros.
Establecer condiciones favorables para que el niño interactúe con los compañeros, así como permitir que expresen sus opiniones y contrasten lo dicho por los compañeros.
Tras el examen de las condiciones anteriores sobre el papel del guía Montessori, otra advertencia que sale al paso es que, en la actualidad, se considera la aplicación de la propuesta de María Montessori, estimando que ha evolucionado la manera de pensar de las personas, el contexto social y las instituciones educativas. Esto lleva a estimar que la metodología con la cual debe ser formado el docente, como guía, ha de tener rasgos de flexibilidad, en constante modificación y adaptable a las condiciones propias de las personas y del ámbito en que están inmersas. Pero lo que en este momento se requiere subrayar es que el proceso de formación del guía montessoriano no es algo fácil. El uso de dicho método y el
proceso de formación en él está dividido por etapas de desarrollo del niño y cada guía escoge por cuál de las etapas de edad decide especializarse. Se requiere la formación directa de los docentes mediante talleres, demostraciones, entrenamiento o cualquier otra estrategia, sobre mecanismos de transferencia de conocimientos a la práctica. Formación que debe contener condiciones que estén dirigidas al desarrollo específico de capacidades, habilidades y competencias. Pero, sobre todo, promover la utilización de la imaginación y la creatividad, lo cual debe estar dirigido a la capacitación para enfrentar los retos que implica trabajar en un aula montessoriana, con lo que se lograría alcanzar cualidades a través de nuevas capacidades, habilidades y competencias que son expresadas en el siguiente cuadro.
Capacidad
Habilidad
Competencia - Actuar fuera de lo común.
Generar ideas y/o productos Ser original
que, de alguna manera, son auténticos, novedosos
o
inéditos.
- Concebir algo no conocido. - Desarrollar un carácter singular. - Elaborar pensamientos que expresan realidades diferentes. - Influir en actitudes y actuaciones de los niños incentivándolos para obrar por un
Facultad interior que hace que
algunas
personas
inicien acciones propias ante Tener iniciativa
cualquier
circunstancia
o
busquen
soluciones
a
problemas
de
modo
autónomo y con decisión de cambio.
objetivo común. - Prever y visualizar que algo suceda antes del tiempo esperado. - Reproducir la realidad al describirla a fin de exponer y explicar el comportamiento del ser humano. - Enfrentar las tradiciones y apostar por la innovación en el ejercicio de la libertad. - Procesar pensamientos en los que no hay necesidad de razonamiento lógico, por los cuales se comprende todo al instante.
- Disponer de variedad y agilidad de pensamiento funcional. Se refiere a la productividad del pensamiento, es decir, a Fluidez de pensamiento
la capacidad para elaborar un gran número de ideas, relaciones o frases en la búsqueda
de
contradicciones y soluciones a diversas problemáticas.
- Procesar la vinculación del pensamiento, el movimiento y la relación con el entorno. - Obrar
con
rapidez
para
resolver
situaciones imprevistas. - Desarrollar
la
creación
libre
de
requisitos. - Expresar una declaración de algo para darlo a entender. - Producir ideas en cantidad y calidad de una manera permanente y espontánea.
Analizar lo
opuesto
para - Analizar y evaluar la consistencia de los
visualizar lo diferente, para contrariar
el
juicio,
razonamientos.
para - Buscar y contraponer argumentos.
encontrar caminos distintos. - Desarrollar pensamientos en los que se
Divergencia
Transitar por las ideas para
analicen realidades de distinto tipo y que
diferenciarse.
permitan la formación de nuevas ideas.
opinión
Tener
alterna,
perspectiva
una
una - Ofrecer respuestas a una serie de
distinta,
un
modo de sentir y pensar que no
concuerda
con
dudas, inquietudes o presuntas para cambiar realidad inmediata.
un - Resolver
planteamiento.
problemas
aplicando
soluciones imaginativas o creativas. - Desarrollar pensamientos en los que se analizan realidades de distinto tipo y que permiten la formación de nuevas ideas.
Organizar los hechos dentro - Exponer razones que justifican algo en de Flexibilidad de comportamiento
diversas
y
amplias
categorías. Modificar
base
a
pruebas
y
razonamientos
fundados. y/o
variar - Aceptar, reconocer y tolerar la existencia
comportamientos, actitudes,
de
diferentes
objetos, objetivos y métodos.
pensamientos.
posiciones
o
- Asumir las condiciones para adaptarse rápida
y
funciones.
fácilmente
a
diferentes
- Adjudicar el propio sentir, las ideas o reacciones a fin de delinear y afrontar el futuro. - Comprender el entorno y actuar en consecuencia a los impulsos que se reciben;
se
trata
de
entender
y
organización los estímulos generados por el ambiente y darles un sentido. - Representar o materializar con palabras o
con
otros
signos
externos,
un
pensamiento, una idea o un sentimiento. - Cambiar la conducta por el impacto de la impresión de los sentidos. - Combinar Percibir
y
expresar
la
realidad, identificándose con una situación o problema Sensibilidad
planteado.
Es
concentración compenetración
la y
con
la
acción al reaccionar ante ciertos estímulos.
espontaneidad
y
conocimiento acumulado, confrontado con la información, el deseo y el atrevimiento. - Mantener la atención en algo particular o específico. - Desarrollar la habilidad cognitiva para comprender el universo emocional de otra persona. - Cumplir con el propósito o quehacer que se le atribuye a un individuo para desempeñar una tarea. - Tener las mismas creencias o propósitos que otra persona en la ejecución de un proceso. - Asumir
el
involucrarse
comportamiento activamente
en
de las
decisiones para mejorar un proceso. - Actuar
en
función
del
alcance
de
objetivos por encima de lo que se espera.
- Tomar decisiones de manera voluntaria y Desarrollar ideas racionales para
planear
actividades impulsar Formalizar ideas
y
e
para
la
resolución
de
problemas en el entorno educativo.
ejecutar - Cumplir
educativas el
creativa
con
la
ejecución
de
las
actividades educativas.
pensamiento - Ser constante en su actuación dentro del
creativo a fin de concretarlas
proceso educativo.
en el ambiente preparado, - Poseer la aptitud de orientar y guiar al presentando diversas
soluciones
incógnitas
a
niño en el ambiente preparado.
en - Ser crítico para proponer y emplear
beneficio del aprendizaje del niño.
metodologías alternativas. - Poseer la capacidad de prever y afrontar incertidumbres
dentro
del
ambiente
preparado. Confiar
en
la
forma
de
actuar como profesional de Autoestima
la educación, tomando como referencia
el
propio
conocimiento.
Motivación
Impulsar
a
realizar
las
educativas,
los
a
actividades de
independiente para
niños
cumplir
manera
y/o
grupal,
con
los
objetivos educativos.
- Poseer seguridad de desempeño dentro del ambiente preparado. - Ser entusiasta y motivador del proceso educativo.
- Saber establecer un vínculo favorable (abierto, respetuoso y constructivo) con el niño para alcanzar las metas y objetivos del proceso de enseñanzaaprendizaje. - Saber
escoger
y
procesar
el
conocimiento pedagógico requerido en el Asumir personales Independencia
decisiones para
ambiente preparado.
la - Valorar
analítica
autoformación y desarrollo
resultados
de la compresión y análisis
educativo.
del proceso educativo.
y
obtenidos
críticamente del
los
proceso
- Ser libre al seleccionar las estrategias para el cumplimiento su la labor como guía Montessori.
- Pensar y analizar las capacidades que, según su conocimiento especializado, se poseen en el área educativa para Poseer
capacidades,
habilidades y destrezas para Innovación y creatividad
ser
creativo
dentro
del
e
diseñar
estrategias
según
las
necesidades del niño.
innovador - Ser capaz de asociar conceptos y ambiente
constructos.
preparado y en relación al - Aplicar la analítica del desempeño, tanto uso
de
los
materiales
didácticos montessorianos.
del niño como del proceso educativo. - Poseer la habilidad de interesarse por lo desconocido preparado
dentro para
del
construir
ambiente nuevos
elementos para la praxis educativa.
Cuadro Nº 1: Cualidades de creatividad a desarrollar por parte de un Guía Montessori Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
Esta descripción estaría incompleta si no se destaca que el guía montessoriano requiere de una articulación armónica de lo laboral, profesional, académico e investigativo; la resolución a los problemas del contexto de actuación profesional dentro del aula se encuentra en la aplicación de la teoría y en la reflexión de su práctica, condición que permite que su acción se fundamente en el trabajo científico del educador como profesional para poder guiar su práctica transformadora. Bajo esta circunstancia, el guía logrará comprobar y apreciar objetivamente los resultados obtenidos por el niño en la experiencia del aprendizaje y la eventualidad de la aplicación de tales conocimientos a la realidad inmediata.
13. TALLER DE CREATIVIDAD PARA GUÍAS MONTESSORI
13.1. Contexto histórico
Existen varias estrategias pedagógicas de enseñanza que se pueden utilizar a fin de elaborar un programa educativo corto e intensivo en un área de conocimientos determinada que enfatiza la participación de los docentes en la resolución de problemas comunes. Dicho programa se fundamenta en los conocimientos que se poseen sobre un tema, en la experiencia previa de
cada uno y en sus necesidades y expectativas. Una de esas estrategias está dirigida a la elaboración de un taller de aprendizaje.
Una vez señalado lo anteriormente escrito, conviene advertir que la formación docente que se lleve a cabo deberá incidir en que los docentes tomen conciencia de la importancia de implementar estrategias de enseñanza vinculadas al referente pedagógico de tipo alternativo, de ahí la necesidad de implementar un taller con temáticas que abordan diferentes aspectos pedagógicos. Este taller debe estar orientado a los profesionales de la enseñanza a fin de ampliar los conocimientos de métodos de enseñanza-aprendizaje adecuados a los requerimientos y necesidades de cada niño en su entorno. Consecuentemente, su metodología induce a la generación de procesos que promueven el ejercicio de más libertad, mejor participación y mayor compromiso por parte de los docentes en su proceso de formación.
En este contexto, el taller se caracteriza por ser una actividad para deliberar, polemizar y comparar ideas y conocimientos; intenta elaborar en conjunto la explicación de fenómenos y pensamientos referentes a un determinado tema; su ejecución se origina de una aglomeración de saberes particulares que promueven el análisis en conjunto de conocimientos, donde el debate, el diálogo, el razonamiento y el establecimiento de acuerdos determinan el desarrollo del taller. Esto requiere de la ejecución de un procedimiento instructivo con el cometido de formar una comunidad de aprendizaje donde se beneficia el desarrollo de competencias individuales y la expresión de productos colectivos desde diferentes áreas de conocimiento (Ander-Egg, E, 1997); por tanto, es una actividad de formación en la cual las personas intentan aprender y adquirir conocimiento sobre un tema, por lo que se requiere que los participantes se encuentren cómodos a fin de alcanzar nuevos conocimientos y expresar sus experiencias. En este sentido, la participación es fundamental en la realización de los talleres, ya que la dinámica de las actividades ejecutadas debe recoger las experiencias previas de los participantes y, al interactuar, se elaboran nuevos conocimientos o se fortalecen los previamente adquiridos con la participación activa del grupo. Además, brinda la posibilidad de empoderarse de herramientas prácticas que permiten a los participantes aplicar lo aprendido en su vida personal.
Al reunirse en el taller, los participantes presentan su nivel de especialización acerca de un problema práctico, así como sus experiencias en el campo profesional a fin de actualizar el conocimiento que poseen. Esto nos lleva a caer en cuenta de que el trabajo en equipo, a través de la labor cooperativa, contribuye al proceso de enseñanza-aprendizaje, de manera que se
aprende a aprender de forma colectiva, adquiriendo habilidades y destrezas para actuar de manera eficaz y efectiva en el proceso educativo. Evidentemente, al trabajar cooperativamente se colabora al afianzamiento del procedimiento de despliegue docente, a tener aprecio por el trabajo creativo y productivo, promoviendo, además, valores y actitudes acordes con el papel de guía y favoreciendo la generación de ideas y conocimientos (Torres, H. y Girón, D. (2009).
En este caso, el taller está dirigido a contribuir en la formación de Guías Montessori, facilitándoles herramientas teóricas y metodológicas que les permitan desarrollar el intercambio de experiencias, promover el conocimiento, la formación de capacidades y el desarrollo de habilidades creativas e imaginativas. Al finalizar el taller, el participante habrá progresado en la adquisición de las siguientes competencias:
Compartir conocimientos, información, experiencias y buenas prácticas en temas relacionados con el ámbito educativo de los participantes.
Aprender herramientas metodológicas que permitan comprender, analizar y ejercitar las capacidades y habilidades de creatividad e imaginación en la atención de los niños en el ambiente preparado.
Identificar problemas y desafíos que se presentarán en la atención del niño, en el aula Montessori, para asistirlos de manera creativa.
Conocer y aplicar métodos de construcción de estrategias de liderazgo a fin de incentivar a los niños para que obren en el ambiente preparado de manera entusiasta.
En el proceso de formación del docente, difícilmente es preparado para desarrollar su imaginación y su creatividad. En el caso del guía montessoriano, sus habilidades y competencias de creatividad e imaginación son imprescindibles para el establecimiento de interrelaciones con otras personas, con los familiares de los niños, con los compañeros de labor y con los mismos niños; habilidades y competencias que pueden ser desarrolladas con el establecimiento de relaciones sociales al ejecutar las actividades de formación en un taller dirigido para tal fin. Además del aprendizaje cooperativo, se crea un clima emocional y afectivo que no es inducido por la praxis de estudio y de la formación para la ocupación en actividades docentes y, de la misma manera, las actividades a realizar estarán enmarcadas por la discusión, reflexión y proyección, que incluyan el uso de herramientas pedagógicas que modifique su labor docente. Al respecto, el taller no es otra cosa que una propuesta didáctica donde un grupo de personas se reúne para abordar un tema que les es común o que les interesa para transmitir experiencias y realizar aportes, permitiéndoles efectuar un aprendizaje
natural, dialogando e intercambiando información y experiencias, por lo que el aprendizaje se obtiene de manera participativa. Al respecto, el taller es similar a un seminario en su estructura y dinámica, pero es distinto en cuanto a que en el taller se trata de desarrollar actividades prácticas y obtener un producto visible (Medina y Salvador, 2009).
La toma de decisiones en el aula indica la creatividad del docente, la cual se manifiesta a través de la formación de objetivos didácticos y actividades de aprendizaje que permitan el descubrimiento
de
nuevas
ideas.
Un
docente
creativo
debiera
permitirse
innovar
constantemente y desarrollar estrategias motivadoras que conlleven al aprendizaje significativo; por tanto, la creatividad se convierte en fuente para desarrollar prácticas innovadoras en el ámbito de la profesión docente, permitiéndoles una adecuada toma de decisiones, así como la generación de productos propios en el ámbito de formación docente. En ese sentido, el vivenciar experiencias que estimulen algunas habilidades creativas de los docentes permitirá desarrollar una actuación profesional autodeterminada y desenfadada. Así pues, la vivencia colectiva de experiencias puede producir una adecuada compresión de los procesos creativos que experimenta el ser humano en el ámbito profesional de los docentes y, con ello, potenciar sus propias capacidades, así como la de los niños. Habría que decir que, para desarrollar la creatividad de los docentes, es importante reconocer las condiciones en que se despliega dicha creatividad en la práctica profesional. De esta forma, se deben proponer los mecanismos necesarios para fomentarla a través de la participación en actividades vivenciales, por lo que es necesario destacar que la actividad desarrollada en talleres de creatividad para docentes no debe considerarse un programa propiamente dicho. No es un entrenamiento, sino una experiencia de aprendizaje significativo que permitirá una apropiada toma de decisiones, así como la generación de acciones propias en el ámbito de un ambiente preparado y su aplicación como guía en el aula Montessori.
Es importante, dejar sentado que todo lo anteriormente expresado conduce a la presentación de un pequeño programa de formación para docentes que pudieran realizar actividades como guías montessorianos. Sin embargo, es necesario indicar que, más que un programa para fomentar la formación del guía, es un taller de sensibilidad para desarrollar las capacidades, habilidades y competencias de la creatividad dentro del aula de clases, propiciando la interacción del conocimiento y la práctica de los participantes para mejorar la percepción del Guía Montessori en su labor de acompañar al niño en el ambiente preparado. En este sentido, se presenta el Cuadro Nº 2, denominado “Taller de Creatividad. Actividades a realizar”; el cual se describe a continuación:
Las tres primeras actividades a realizar en el taller de creatividad están basadas en la Figura 1, que se presenta seguida del referido cuadro. Dichas actividades están enfocadas de manera que, al mirar la imagen, el participante logre estimular la capacidad de formular interrogantes, imaginar posibles causas y visualizar todas las posibles consecuencias de la ocurrencia de los hechos que muestra la figura.
La cuarta actividad del taller se refiere, básicamente, a desarrollar la habilidad de cambiar el estado de las cosas estableciendo condiciones innovadoras, así como establecer y/o realizar las acciones necesarias para que una cosa o condición obtenga un aspecto que la haga parecer como nueva.
La quinta actividad lo que pretende es establecer la posibilidad de poner en práctica diferentes tipos de conocimientos con la finalidad de lograr un objetivo determinado, lo cual se alcanza al modificar algún aspecto sin alterar las características esenciales.
La sexta actividad está dirigida a que los participantes logren conseguir que algún proceso, en el que se deben involucrar, alcance un resultado favorable, para lo cual deben pensar y considerar el proceso con atención y detenimiento, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello y tomar una decisión.
La séptima actividad induce a los participantes a pensar en una cosa o una acción, imaginársela gráficamente o establecer el modo y el conjunto de medios necesarios para llevarla a cabo. Para ello, cada participante debe buscar o extraer de la Figura 2 un juicio a partir de hechos, proposiciones o principios, ya sean estos generales o particulares, tratando de establecer todas las posibles explicaciones de las consecuencias de que esté ocurriendo en la vida real.
ACTIVIDAD
CAPACIDAD
ACCIÓN - Observar la imagen de la Figura 1 durante el tiempo
1. Observar
Indagar
requerido. - Establecer varias preguntas en profundidad que vayan más allá de lo que está presente a simple vista. - Establecer varias probables causas de lo que sucede en la figura.
2. Cuestionar
Inferir
- Inferir causas antes, durante y/o después de la acción de la figura. - Imaginar y detallar todas las presumibles razones de la acción.
- Establecer las factibles consecuencias de lo que sucede en la figura. 3. Pronosticar
Descubrir
- Inferir consecuencias antes, durante y/o después de la acción de la figura. - Imaginar y detallar todos los presumibles efectos de la acción. - Precisar diversas formas insólitas e interesantes de establecer un uso recreativo de una pelota de cualquier tipo para los participantes.
4. Innovar
Renovar
- Pensar en la utilización de manera diferente de una pelota para que su uso no sea únicamente el entretenimiento. - Definir una lista de usos poco comunes e interesantes
5. Aplicar conocimientos
de una caja de material de reciclaje. Modificar
- Imaginar cualquier tipo de caja. - Presentar cualquier posibilidad de nuevo uso aunque parezca extraño. - Determinar todos los posibles interrogantes que se le ocurra sobre el uso de la caja de material de reciclaje. - Comentar, con el resto de los participantes del taller, a fin de producir todas las posibles respuestas a los
6. Optimizar
Reflexionar
interrogantes anteriores. - Motivar la curiosidad y el interés en la variedad de respuestas. - Imaginar argumentos para el uso de la caja que el resto de las personas no se imaginan. - Observar la imagen de la Figura 2, donde se presenta una situación imposible de ocurrir o que representa una fantasía. - Suponer todas las posibles explicaciones que se le
7. Proyectar
Deducir
ocurra. - Usar la imaginación para dar explicación a lo que ocurre. - Comparar tus explicaciones con las del resto de participantes.
- Pensar en todas las posibles consecuencias derivadas de la acción de la imagen si fuera verdad en la realidad. Cuadro 2: Taller de Creatividad. Actividades a realizar Fuente: Africano, Febres-Cordero, Pérez, 2020
Figura 1 Pintura de Leonid Afremov
Figura 2 Renault Trucks y Francois Abelanet Record Guinness “anamorfosis más grande del mundo”
En definitiva, las actividades ejecutadas por los participantes en el taller de creatividad estimulan la interacción de diferentes aspectos para mejorar la percepción del Guía Montessori en su labor de acompañar al niño en el ambiente preparado, lo cual se logra cuando el guía lleve a cabo en la práctica los conocimientos desarrollados a lo largo de las actividades del taller. Esto le permitirá actuar en función del interés de la formación del niño a través del aporte adquirido por sus experiencias. De estas circunstancias nace el hecho de que el guía podrá atender los requerimientos educativos de los participantes en el aula montessoriana, potenciar el proceso enseñanza-aprendizaje y el desarrollo de las habilidades del niño.
MÓDULO VI ____________________________________________________________________________
EL APRENDIZAJE Y EL MÉTODO MONTESSORI ____________________________________________________________________________ La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejándola libre para que se desarrolle. María Montessori
14. LA ESCUELA NUEVA: VINCULACIÓN CON EL CONCEPTO DE APRENDIZAJE
14.1. Contexto histórico
A finales del siglo XIX y durante el siglo XX, nace una nueva corriente educativa conocida como la Escuela Nueva, a la cual también se le conoce como Escuela Activa, Escuela Moderna o Escuela del Trabajo (Narváez, 2006). Estas distinciones estuvieron basadas en los diferentes ideales y prácticas educativas que se sucedieron en diferentes países. Así pues, la Escuela Activa admite como principio fundamental el hecho de propiciar las actividades psicomotoras que deben realizar los niños como pilar del proceso de enseñanza-aprendizaje. Se le considera Escuela Moderna dado que la nueva escuela debe estar sustentada en aspectos científicos y racionales, vinculados con el entorno social actual que vive el niño. A esto, señala Martínez (2004), “... la necesidad de introducir nuevas teorías pedagógicas que permitan reemplazar y desplazar el esquema de la denominada „educación tradicional‟...” (p. 103). Por otra parte, se le llama Escuela del Trabajo, pues la escuela debe preparar al niño para la vida y para que se desenvuelva en su entorno social.
Partiendo de estas premisas, esta corriente educativa surge en oposición al modelo educativo tradicional, donde aspectos como la formalidad en el desarrollo de la clase, la disciplina, el orden, la competencia entre los alumnos y la memorización de contenidos (Palacios y otros, 1984) se dejan de lado para dar paso a la iniciativa, la creatividad y el ingenio del niño como base del desarrollo del mismo dentro del aula de clases, fortaleciendo, así, su autonomía, libertad e independencia dentro de su entorno y promoviendo su aprendizaje. Esta corriente educativa comienza con los postulados pedagógicos de Dewey (1859-1952) en Estados Unidos y de Rousseau en Europa. Por su parte, Dewey señalaba que el proceso educativo debía
centrar su atención en el niño y en su desarrollo personal e intelectual, donde la educación fuera considerada un proceso social de formación. Así pues, proponía, además, la participación activa del niño dentro del proceso educativo según sus intereses y necesidades de aprender; buscando, por tanto, ser una educación activa cuyo fin era y es preparar al niño para actuar de la mejor manera dentro de su entorno social. En tanto, que Rousseau (1712-1778) planteaba que el niño era libre para realizar sus actividades educativas y que estas deberían tratar aspectos psicológicos en beneficio del desarrollo del mismo.
Entre sus principales representantes se encuentran Adolphe Ferriere (1879-1960), William Heard Kilpatrick (1871-1965), Ovide Decroly (1871-1932), Roger Cousinet (1881-1973), Célestin Freinet (1896-1966), María Montessori (1870-1952) y Jean Piaget (1896-1980), entre otros, quienes propusieron teorías educativas contrarias a los postulados de la educación tradicional. Por esto, se dice que la Escuela Nueva surgió como un movimiento heterogéneo donde no hay un fundador, sino una serie de personajes carismáticos que exponen y buscan compartir su visión sobre el hecho educativo (Guichot, 2010: 180).
Aunado a lo expresado por Pineau (1996), quien consideró a la Escuela Nueva no como un discurso único y estrecho, sino como un campo discursivo complejo en el que se inscriben las distintas propuestas, lo que permitió la enorme cantidad de articulaciones que se llevaron a cabo (p. 7).
En este contexto, Villalpando (2003) señala que la Escuela Nueva se debe al afán de contrastarla con los criterios precedentes a los que, por el mismo entusiasmo, se englobaron bajo el signo de „educación tradicionalista‟; en tanto que, Filho (1964), expresa que la Escuela Nueva:
... No se refiere a un solo tipo de escuela o sistema didáctico determinado, sino a todo un conjunto de principios tendientes a invertir las formas tradicionales de la enseñanza. Esos principios derivaron, generalmente, de una nueva comprensión de las necesidades de la infancia, inspirada en las conclusiones de los estudios que la biología y la psicología iniciaban entonces. Pero luego se ampliaron relacionándose con otros, muy numerosos, relativos a las funciones de la escuela frente a las nuevas exigencias de la vida social (p. 4).
Por su parte, Sanchidran B. y Berrío (2010) señalaron que esta corriente educativa promueve el proceso de enseñanza - aprendizaje centrado en el niño y no en el docente, como sucede en la Escuela Tradicional. Es, por tanto, una corriente fundamentada en el paidocentrismo, es decir, el niño es un ser activo, que aprende haciendo por sí mismo, por lo que se convierte en el protagonista de dicho proceso. Al respecto, Betancourt (2007) expresa: aprender una cosa viéndola y haciéndola es algo mucho más formador, cultivador y vigorizante que aprender simplemente por comunicación verbal de ideas (p. 20). Es decir, el aprendizaje que adquiere el niño se adapta al desarrollo psicológico e intelectual y a las expectativas e intereses que este tiene en relación a los que quiere aprender. De este modo, se dice, entonces, que el proceso educativo está orientado al desarrollo de actividades que le permitan al niño conocer, descubrir, construir, expresar y crear el conocimiento.
La Figura Nº 1, denominada Representantes de la Escuela Nueva y sus aportes, que se muestra a continuación, señala, a grosso modo, las contribuciones que enmarcaron el contexto histórico teórico de esta corriente educativa y que de una u otra forma están siendo aplicadas en la actualidad en algunos centros educativos como otra alternativa del proceso enseñanza – aprendizaje.
Agregando a lo anterior, se dice, entonces, que esta nueva corriente educativa (Escuela Nueva) propicia el desarrollo, por una parte, de las capacidades cognoscitivas como la atención, percepción, memoria, resolución de problemas, comprensión y establecimientos de analogías, entre otras) y, por otra, las habilidades, capacidades y competencias del niño para actuar en su entorno, lo que conlleva a que este responda favorablemente a la satisfacción de sus necesidades, por lo que el niño se convierte en el eje central del proceso educativo. Este cambio de paradigma educativo requiere, por tanto, de nuevos métodos de enseñanza y transmisión del conocimiento, así como de espacios preparados para tales fines que faciliten la socialización y adquisición del conocimiento y dar, así, respuesta a las inquietudes y necesidades del niño.
Trabajo Libre Respeto a las necesidades e inquietudes del niño. Desarrollo del espíritu crítico, la cooperación y la autonomía
Uso materiales concretos para vincular al niño con la realidad. Método educativo basado en la observación y experimentación.
Roger Cousinet
Ovideç Decroly
Adolphe Ferréire
Aprendizaje espontáneo del niño.
Escuela Nueva Celestin Freinet Tipografía escolar. Uso del texto, dibujo libre y libro de vida.
María Montessori Williamç Kilpatrick
Método Montessori: la triada (relación entre el niño, el ambiente preparado y el guía). Sistema de autoeducación y autoevaluación. Uso de materiales diseñados para la enseñanza.
Plan de estudio estructurado basado en el método del estudio por proyecto escolar
Figura 1: Representantes de la Escuela Nueva y sus aportes. Fuente: Africano, Febres-Cordero y Pérez, 2020.
Como consecuencia de esta situación, el niño se convierte en el protagonista dentro del aula de clase, mientras los guías son los conductores del proceso de enseñanza-aprendizaje, acompañantes y orientadores del niño. Busca, por tanto, que el niño se convierta en un ser pensante, crítico y analítico, que se comporte de manera diferente a sus compañeros, pero que sea un ser cooperativo y colaborativo del aprendizaje de sus compañeros. Esto permite, por tanto, que el niño aprenda haciendo dentro del espacio acorde a las necesidades del mismo al percibir la realidad que lo rodea y con los temas que deben ser estudiados y las actividades a realizar para lograr, así, adquirir el conocimiento que requiere y convertirlo en aprendizaje
significativo. Todo esto gracia a la experiencia, la observación, la manipulación de materiales diseñados para la enseñanza. Así que, dentro de la corriente educativa de la Escuela Nueva, el niño deja ser un actor pasivo para convertirse en un actor activo, pensante, inteligente y capaz de resolver cualquier situación o problema que se le presente, generando y construyendo su propio conocimiento, donde aprende haciendo.
Aprender haciendo por sí mismo es un mecanismo que permite al niño vincular el mundo real con su mente, ingenio e imaginación para adquirir y construir nuevo conocimiento, donde cada uno es el administrador de su propio aprendizaje, bajo la supervisión y orientación de un guía capaz de motivar y promover el proceso de aprendizaje para que este se convierta en aprendizaje significativo. Esto es, el niño es capaz de construir su propia visión de lo que es el mundo que lo rodea a través de sus propias experiencias, es decir, es capaz de relacionar el nuevo conocimiento con los conceptos que posee. En relación a este aprendizaje, Ausubel (1968) plantea que se busca un cambio de conducta del ser humano en relación a su experiencia y todo aquello que posee, conoce y ha adquirido a lo largo de la vida; por esto, plantea que deben existir mecanismos que avalen la adquisición, la asimilación y la retención de conceptos que sean significativos en la formación del ser humano. En otras palabras, se busca que el niño se convierta en una persona competente con capacidades, destrezas y habilidades que le permita desarrollarse y crecer como persona.
Por consiguiente, es el aprendizaje adquirido por el niño mediante la relación que este establece entre lo que sabe y lo que vive. Esto implica, por tanto, motivar al estudiante para que este preste mayor interés por adquirir y construir nuevo conocimiento en un ambiente acorde donde pueda satisfacer sus necesidades de aprendizaje con el apoyo del guía; donde se desarrollen actividades que promuevan la opinión, el análisis, la crítica y socialización de los saberes por parte del niño, para que este construya su propio conocimiento y lo interiorice. Esto significa, entonces, que se crea una relación directa entre los saberes que posee y lo adquirido y aprendido, por lo que el conocimiento previo se convierte en un elemento de amarre para la construcción del nuevo conocimiento. Todo esto es posible si se cuenta con el material ordenado, estructurado y coherente al momento de interactuar con dichos recursos; que sea significativamente interesante para que el niño se motive a indagar y conocer su interior y su entorno, con el propósito de que sirva como base para la construcción de nuevo conocimiento y, finalmente, esté dispuesto a aprender, por lo que el rol del guía es de suma importancia en este momento del aprendizaje.
14.2.
Características
Bajo este contexto, se dice, entonces, que esta nueva corriente educativa se caracteriza por ser una educación:
a) Integral, pues busca formar completamente al niño en todos sus ámbitos: social, personal, afectivo, intelectual y psicológico, con su propia personalidad; formación que debe adquirirse dentro del aula de clase con el desarrollo de contenidos teóricos y prácticos, donde cada niño realice las actividades que mejor considere para su formación; logrando que cada niño sea un ser único dentro del contexto de la sociedad donde se desenvuelve; donde las experiencias vividas y el conocimiento que se posee ser convierten en los pilares para la construcción de nuevo conocimiento.
b) Individualizada, dado que cada niño trabaja por sí solo para lograr el aprendizaje significativo del conocimiento adquirido, lo que conlleva a que, tanto el guía como los padres, respeten la forma de actuar del niño en relación a sus aptitudes, capacidades, habilidades y destrezas, lo cual favorece el desarrollo del niño como ser humano. Esto implica que el niño debe ser tratado como un ser en proceso de evolución, buscando convertirse en un adulto con sus propias capacidades, habilidades y destrezas para determinar sus acciones dentro de la sociedad.
c) Sociable, referida al hecho de que la educación del niño debe estar dirigida a que él mismo conozca cómo debe relacionarse con los demás miembros de su entorno, lo cual se logra mediante la ejecución de actividades de socialización del conocimiento dentro del aula de clase, que permita al niño descubrir y poner en práctica la convivencia, la colaboración y la cooperación con los demás. Al respecto, Vygotsky (1988) señalaba que la interacción social es el elemento motivador de cualquier experiencia de aprendizaje, considerando el contexto social donde se desenvuelve el niño, el cual es fundamental para el desarrollo y la adquisición del aprendizaje.
d) Activa, dado que el niño debe dejar de ser un actor pasivo para ser un actor activo dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, protagonista de la construcción de su propio aprendizaje, aprendiendo por sí solo o con la cooperación de sus compañeros de aula, creciendo y transformándose en un ser pensante, reflexivo, crítico y analítico de su propio proceso de aprendizaje. Esto implica, como se dijo en líneas que anteceden a
estas, que el niño aprende haciendo; principio que permite la fluidez del proceso educativo, donde las actividades escolares sean diseñadas y preparadas para que posibiliten el desarrollo de las mismas de manera autónoma e independiente, lo que conlleva a que cada niño aprende de las analogías, de la resolución de problemas o de los errores que puedan cometer al realizar tales actividades; en otras palabras, aprende a aprender.
e) Placentera, pues el juego se convierte en la herramienta para lograr la adquisición y construcción del conocimiento. El juego constituye, por tanto, el mecanismo idóneo para aprender, pues el niño desarrolla la imaginación y la creatividad para lograr la resolución del mismo o simplemente establece estrategias para la consecución del objetivo que se pretende alcanzar: ganar. En este sentido, a través del juego expresan sus aptitudes, sus sentimientos y conocimiento adquiridos; lo que piensan y saben del juego o de los actos de sus compañeros. Así pues, el juego involucra varios aspectos: el deseo de aprender, de distraerse e intercambiar saberes con los demás jugadores.
f) Abierta, lo que significa que la escuela debe ser el medio para que el niño se conecte con la realidad que lo rodea, promoviendo la socialización del conocimiento y propiciando el intercambio de ideas, saberes y experiencias, lo que implica el diseño de actividades escolares dentro y fuera del aula de clase que permitan a cada niño convivir con la naturaleza, su entorno y los miembros de la sociedad.
g) Creativa, pues es una capacidad que posee cada niño y que desarrolla con el paso del tiempo. Esto le permite desarrollar satisfactoriamente los contenidos curriculares, así como establecer estrategias para conseguir los objetivos del proceso educativo, donde la imaginación para crear nuevas ideas o algo nuevo en favor de su desarrollo personal y del aprendizaje se convierte en el elemento motivador para tales fines. Por tanto, se busca que los procesos creativos del niño partan de los saberes que poseen para poder adquirir y construir el conocimiento.
Por otra parte, la Escuela Nueva se caracteriza por el hecho de que el contenido programático o currículo y las actividades de evaluación, además de ser flexibles, están relacionadas directamente con el entorno social del niño; donde el guía orienta su proceso de formación. Ahora bien, el currículo constituye el conjunto de estrategias (trabajo individual o grupal), actividades (exploración, socialización, interacción y construcción del conocimiento), recursos
(materiales, textos o guías de aprendizaje) y metodologías participativas; está centrado en el niño y contribuye a la formación integral y a la construcción de la personalidad y el conocimiento de cada uno de los actores que participan en el proceso educativo. Esto permite ayudar al niño a tomar sus propias decisiones a través del desarrollo de actividades que estimulen la autoestima y la confianza en sí mismo, lo que trae consigo la resolución de problemas en su día a día. De ahí que la evaluación surge de la observación que los guías realizan de las acciones del niño dentro del aula de clase y de su comportamiento individual y grupal. De todo ello se busca que el currículo se estructure en base al contexto cultural y social en el que se desenvuelve el niño, con el propósito de fomentar el aprendizaje significativo y el trabajo colaborativo entre el guía, el niño y su entorno. Esto implica ver el currículo como un conjunto de contenidos que permitan la reflexión, el análisis y la crítica del trabajo que se realiza dentro del aula de clase.
En relación al currículo, en el Método Montessori, este debe, por una parte, considerar las etapas o planos del desarrollo mental del ser humano y, por la otra, a las características psicológicas y necesidades del niño, quien está en constante aprendizaje. En este orden de ideas el currículo montessoriano está planteado considerando tres aspectos fundamentales: el desarrollo motriz, sensorial e intelectual del niño. En relación al desarrollo motriz se plantean actividades psicomotrices y gimnásticas, las cuales están vinculadas con el uso de materiales para la vida práctica. En cuanto al desarrollo sensorial, deben realizarse actividades que permitan la manipulación activa de los materiales montessorianos, logrando, así, que la educación sensorial permita al niño aprender a través de sus sentidos. Y, finalmente, el desarrollo intelectual, el cual busca fomentar la ejecución de actividades que permitan el crecimiento personal y, por ende, obtener el aprendizaje significativo de lo que aprende haciendo. En otras palabras, el currículo debe estar orientado a desarrollar las capacidades, destrezas, habilidades, creatividad, iniciativa y autonomía del niño.
Con todo y lo anterior, Montessori, (2003) señala:
El niño siempre ha sido considerado como un ser débil, inútil y sin valor social, un ser extrasocial, en una palabra, al cual hay que enseñarle todo, infiltrando en él desde la verdad al carácter, sometiéndole a una disciplina previa, tanto en el hogar como en la escuela(...) Nadie hasta ahora ha considerado al niño en su propio valor como una gran artista, un trabajador infatigable, puesto que tiene que ir construyendo por sí y de sí mismo el más noble y bello edificio entre todas las obras de la naturaleza: el del hombre adulto (...) La educación debe
basarse sobre las leyes científicas, una de las cuales, la esencial, coloca en primer término el respeto a la personalidad del niño, considerándole como el tesoro más sagrado de la humanidad (p. 32).
15. VINCULACIÓN DEL MÉTODO MONTESSORI CON LA ESCUELA NUEVA
15.1. Beneficios educativos
El Método Montessori, como pedagogía alternativa centrada en la forma de actuar del niño dentro del aula como protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje y en la capacidad que estos tienen para comprender y aprender de forma libre e independiente, trae consigo una serie de beneficios educativos para el niño, los cuales se describen a continuación:
El aprendizaje del niño es la base fundamental del Método Montessori, por lo que las actividades escolares que deben realizar estos están enmarcadas y diseñadas según su desarrollo, pues la capacidad de creatividad y el conocimiento difiere entre unos y otros, por lo que cada uno aprende de forma autónoma e independiente con el asesoramiento del guía. Esta autonomía e independencia en el desarrollo de las actividades escolares les permiten convertirse en personas creativas, críticas y con poder de decisión. Asimismo, motiva al niño a investigar y establecer vínculos entre lo que conoce y lo que aprende.
Favorece el aprendizaje personalizado y activo, pues las actividades escolares están diseñadas para que se realicen de manera individual, aunque es posible que algunas de ellas se realicen de manera grupal según su nivel de aprendizaje. Tienen, pues, libertad para realizarlas según sus preferencias, ya que no poseen instrucciones precisas para su realización. Esto permite a los niños la posibilidad de autocorregirse en la medida en que las ejecutan con la orientación del guía.
Promueve la atención del niño por las actividades que realiza, la forma de resolver los problemas a los que se enfrenta y de ver la realidad que lo rodea. De igual manera, desarrolla la capacidad de memorizar y comprender los hechos que se suceden en su entorno.
Motiva al niño a trabajar aprendiendo haciendo, propiciando la autoevaluación del trabajo que se realiza bajo la supervisión del guía, quien cumple el rol de orientador y mediador del aprendizaje. Dentro de las aulas montessorianas, el uso de los materiales diseñados para tales fines permite la asimilación del conocimiento y el desarrollo de las capacidades y habilidades del niño, como son la creatividad, imaginación, atención y análisis. Esto convierte a los niños en seres pensantes y buscadores activos del conocimiento que desean adquirir, despertando, así, la curiosidad por las cosas nuevas que le rodean, lo que determina su propio estilo de aprendizaje al ritmo que este decida. De la autoevaluación del trabajo realizado y el aprendizaje obtenido, el niño está en la capacidad de reconocer, corregir y aprender de los errores que comete, así como de criticar su propio trabajo con el propósito de mejorarlo.
Propicia el aprendizaje cooperativo, aunque cada niño tenga la libertad, autonomía e independencia para realizar sus actividades dentro de las aulas montessorianas, el cual resultará del nivel de habilidad que posea el guía para motivar a los niños a trabajar en equipo. Así pues, cada niño aprende de su compañero de manera asertiva, reforzando los valores de responsabilidad y respeto por el otro.
Fortalece la autodisciplina y el autocontrol, ya que cada niño debe ser responsable en el cumplimiento de las instrucciones y lineamientos que emite el guía, bien sea para orientar el aprendizaje o para que realicen las actividades de limpieza y orden del espacio de trabajo y del aula en general.
Induce al desarrollo de la creatividad y el pensamiento a través de la realización de las actividades académicas dentro del aula, lo que, a su vez, beneficia la memoria y el razonamiento, permitiendo, así, establecer relaciones entre conceptos, entre lo real y lo imaginario. Esto conlleva a que los niños descubran de forma autónoma lo que se encuentran a su alrededor, para asimilar, construir, socializar e intercambiar el conocimiento adquirido. Por tanto, el niño es un ser activo dentro de las aulas montessorianas.
Genera la confianza del niño en sí mismo, pues son educados para que desarrollen sus capacidades, habilidades y destrezas en cada una de las actividades que realizan, por lo que cada uno conoce de sus virtudes y fortalezas, lo que hace que piensen en positivo y se desenvuelvan de la mejor manera dentro su entorno.
En definitiva, el Método Montessori es una pedagogía beneficiosa para el aprendizaje del niño, quien se interesa, dado el ambiente en el que se encuentra, por descubrir y explorar cada día nuevas cosas que se encuentran en su entorno. Donde las orientaciones del guía son fundamentales para lograr que el niño aprenda lo que necesita en mejora de su desarrollo personal, social, intelectual, cultura y psicológico; por lo que se refuerza el aprendizaje, el cual se adquiere en la medida en que el niño, de manera autónoma, independiente y bajo la supervisión del guía, realiza las actividades de su preferencia en primer lugar para, posteriormente, completar el conjunto de actividades asignadas para ejecutar durante el desarrollo de clase. De igual manera, provoca en el niño la intención de explorar e ir más allá de lo que la actividad requiere, convirtiendo al niño en un ser pensante, con capacidad de analizar, criticar, emitir opiniones y juicios de valor por el trabajo realizado por su compañero o por sí mismo, donde cada uno aprende haciendo con el uso adecuado de los materiales Montessori, los cuales están diseñados y ubicados dentro de las aula de acuerdo a la edad del niño y a sus capacidades, habilidades y destrezas. La figura que se muestra a continuación muestra esquemáticamente los beneficios que trae consigo la aplicación del Método Montessori en el aprendizaje del niño:
Continuando en el contexto de los beneficios del Método Montessori para el aprendizaje del niño, se dice que dicho método puede ser aplicado en el hogar, lo que trae consigo que el niño refuerce los conocimientos adquiridos en el aula de clase de manera independiente y autónoma con la orientación del guía. Simplemente lo que se requiere es que los padres prepararen el espacio, con orden, limpieza y con los materiales requeridos para que los niños ejecuten sus actividades y, así, lograr que estos sientan interés por la realización de las mismas. Entre estas actividades se encuentran la participación que puede tener el niño en la preparación de los alimentos, la limpieza del hogar y estimular la realización de las actividades de higiene personal de manera responsable. Por otra parte, los padres podrán, en los primeros años del desarrollo del niño, contar con materiales dentro del hogar que le permitan al niño diferenciar colores, tamaños, texturas, peso y sonido, lo que favorecerá el desarrollo sensorial y la adquisición de conocimientos. En este contexto, los padres deben permitir que el niño descubra y explore el entorno que le rodea con plena libertad con el fin de que aprenda de lo que se encuentra en el hogar; celebrar los logros y triunfos del niño para que este aprenda a valorar lo que consigue y lo que tiene; ser justos con el niño para que aprenda a ser justo con los demás; aceptar al niño tal cual es, con sus pensamientos y formas de expresar lo que sabe y lo que necesita, de lo cual aprenderá a sentirse bien consigo mismo. Por esto, es necesario que los padres siempre respeten el trabajo que realiza el niño dentro del hogar, para que este aprenda a respetar a los demás como seres humanos y lo que hace cada uno en el hogar, en la escuela y en la comunidad donde vive.
Sin embargo, sí el Método Montessori no es aplicado de la manera correcta, se deben asumir consecuencias negativas en el aprendizaje del niño, las cuales están vinculadas con el hecho de que el niño pueda asumir actitudes de rebeldía al sentirse que es libre para actuar y que no existen limitaciones establecidas tanto en el hogar como en la escuela. El hecho de que Montessori haga referencia a la libertad que debe tener el niño durante el proceso educativo, no implica que no se deban establecer restricciones. Por otra parte, si el guía no cumple el rol de orientador del proceso de enseñanza-aprendizaje, aunado a la autonomía e independencia del niño, se puede dejar de un lado conocimientos que requiera el niño para su formación y que él mismo no adquiere por sí solo, limitando, así, su desarrollo intelectual. Lo expresado en las líneas que anteceden queda figurativamente expresado de la siguiente manera:
Aprendizaje Significativo
Trabajo independiente y autónomo con la orientación de los padres
El niño refuerza los conocimientos adquiridos en el aula de clase
Preparan el espacio con orden, limpieza y con los materiales para que el niño realice las actividades
Los padres se convierten en los guías del niño
Limita el desarrollo intelectual del niño
Se pueden dejar de lado conocimientos que requiera el niño para su formación
El niño puede asumir actitudes de rebeldía
El Método Montessori
El niño puede preparar los alimentos y realizar la limpieza del hogar
Al sentirse que es libre para actuar y que no existen limitaciones establecidas
Los padres podrán colaboran con la actividades del niño
El Método Montessori
Se fomenta el trabajo cooperativo y colaborativo
Figura 3: Beneficios y Desventajas del Método Montessori en el hogar Fuente: Africano, Febres-Cordero y Pérez. 2020
En conclusión, el Método Montessori se basa en la educación mediante la libertad en un medio preparado. La relación que existe entre el niño, el guía y el espacio preparado es un vínculo que busca que el niño se sienta un ser capaz, creativo, independiente, explorador, observador y dispuesto a aprender haciendo en un ambiente preparado y bajo la orientación de un guía.
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN ________________________________________________________________________
El propósito de este cuestionario es servir de herramienta al alumno que desee realizar su autoevaluación de una forma sencilla, enriquecedora y práctica.
1. ¿Cuál fue la profesión de María Montessori? a. Economista b. Psicóloga c. Matemática d. Médico 2. El legado de María Montessori se basa en: a. La educación a partir de la observación de los niños pequeños b. La educación solo como un proceso de enseñanza c. La educación en el desarrollo de los jóvenes d. La educación compartida entre padres y maestros 3. Algunos de los focos en que se fundamenta la propuesta de María Montessori son: a. La mente absorbente de los niños b. Los períodos sensibles c. La autonomía de los niños d. Todas las anteriores 4. ¿Cuál de las siguientes corrientes no influyó en el método Montessori? a. El Sensualismo b. El Naturalismo c. El Positivismo d. El Marxismo 5. María Montessori reconoce el psicoanálisis como aportación para su método dado que: a. Permite entender que los conflictos en la infancia producen dificultades y neurosis en los adultos b. Aplicó algunos de los postulados de la teoría en la práctica educativa c. Consideraba que el niño debía vivir en un medio pacífico y que respondiera a sus necesidades d. Todas las anteriores
6. Es factible aplicar el Método Montessori en aulas donde existan: a. Niños de diferentes edades b. Niños de la misma edad c. Distinción de sexo d. Las alternativas a y b son correctas 7. Las etapas del desarrollo del ser humano a los que se refiere María Montessori hacen referencia a: a. Desarrollo mental del niño b. Desarrollo social del niño c. Desarrollo físico del niño d. Todas las anteriores
8. El principio de autonomía de María Montessori se refiere a: a. Cada niño es un ser único que posee su propia forma de aprender, de trabajar y de construir el conocimiento b. Libertad que tienen el niño para realizar sus actividades con el uso de los materiales que se encuentran dentro del aula c. El niño es dueño de sí mismo y puede, por tanto, regular su propia conducta d. El niño obedece de manera voluntaria las instrucciones y lineamientos emitidos por el guía 9. ¿Qué significa el término “mente inconsciente” en el Método Montessori? a. Proceso en el cual el niño capta todo lo que sucede en su entorno para aprender nuevas cosas b. Proceso mediante el cual el niño asume las consecuencias de sus acciones c. Proceso en el que el niño desarrolla algunas de sus habilidades como la concentración y la memoria d. Proceso donde ocurren los cambios físicos, psicológicos e intelectuales del niño
10. El Método Montessori permite al niño: a. Resolver problemas b. Reforzar el conocimiento que posee c. Reconocer el desarrollo autónomo e independiente del niño d. Todas las anteriores
11. ¿Cuál es la finalidad de utilizar los materiales sensoriales Montessori? a. Ser objetos motivadores y diseñados según la edad de cada niño b. Desarrollar valores y características en el niño para su desenvolvimiento y comportamiento dentro de la sociedad c. Desarrollar los sentidos del niño para fomentar el aprendizaje d. Facilitar y motivar el desarrollo de las habilidades lingüísticas
12. ¿Qué se persigue en las aulas montessorianas con el desarrollo de las áreas de trabajo: habilidades de lenguaje, lectura y escritura, y las matemáticas? a. El desarrollo lógico b. El desarrollo de habilidades lingüísticas c. Aprender conceptos sobre geometría, aritmética y operaciones matemáticas d. Todas las anteriores
13. La triada en las aulas montessorianas busca: a. Que el niño sea un ser creativo e independiente b. Que el niño aprenda haciendo c. Que el niño sea explorador de su entorno d. Todas las anteriores
14. ¿Cómo se aprende matemáticas bajo el Método Montessori? a. Uso de los números y conceptos relacionados b. Aprendizaje de las letras del abecedario c. Aprendiendo sobre el ambiente y cualquier otro aspecto de la realidad que lo rodea d. Ninguna de las anteriores
15. ¿Qué
logra
el
niño
con
la
educación
sensorial
dentro
de
montessorianas? a. Desarrollar el pensamiento crítico b. Convertirse en un ser reflexivo de sus propios actos c. Desarrollar el pensamiento lógico d. Utilizar los sentidos más que de la capacidad intelectual para aprender
las
aulas
16. . El juego se define como: a. Una actividad lucrativa b. Una actividad lúdica c. Una actividad recreativa d. Alternativas b y c son correctas 17. La creatividad y la imaginación son aspectos que están presente en: a. La realización de portafolios b. La ejecución de juegos c. El desarrollo de actividades académicas d. Todas las anteriores 18. El portafolio que realiza un estudiante busca: a. Mostrar el trabajo realizado por el estudiante y el docente b. Dar seguimiento al aprendizaje del estudiante c. Mostrar los trabajos realizados por el estudiante dentro y fuera del aula de clase d. Dejar evidencia de las actuaciones del docente dentro del aula de clase 19. El término “creatividad” se refiere a: a. Habilidad para realizar algo diferente b. Capacidad que tiene una persona para utilizar la información en algo nuevo c. Generación de nuevas ideas para resolver problemas d. Todas las anteriores 20. El juego en al ámbito educativo cumple el rol de: a. Motivador del aprendizaje b. Desarrollar habilidades, destrezas y capacidades para la adquisición del conocimiento c. Socializador del conocimiento d. Todas las anteriores 21. No es una característica del guía Montessori: a. Tener conocimiento de los requerimientos intelectuales, físicos y psicológicos del desarrollo del niño b. Orientar al niño dentro del ambiente preparado hacia el uso del material c. Poseer poco conocimiento de los objetivos de cada uno de los materiales del aula d. Mantener una postura activa cuando el niño recibe las instrucciones para el uso de los materiales y pasiva cuando el niño utilice el material
22. Alguna de las competencias que debe tener el guía al culminar un plan de formación es: a. Generar ideas y/o productos que, de alguna manera, son auténticos, novedosos o inéditos b. Asumir decisiones personales para la autoformación y desarrollo de la compresión y análisis del proceso educativo c. Confiar en la forma de actuar como profesional de la educación, tomando como referencia el propio conocimiento d. Ser crítico para proponer y emplear metodologías alternativas
23. Entre las capacidades que tiene que desarrollar el guía Montessori con la realización de planes de formación se tiene: a. Poseer la habilidad de interesarse por lo desconocido, dentro del ambiente preparado, para construir nuevos elementos para la praxis educativa b. Ser capaz de asociar conceptos y constructos c. Poseer capacidades, habilidades y destrezas para ser creativo e innovador dentro del ambiente preparado en relación al uso de los materiales didácticos montessorianos d. Ser innovador e creativo
24. El taller como plan de formación del guía montessoriano involucra: a. Habilidades para la transmisión de conocimientos b. Una propuesta didáctica donde un grupo de personas se reúne para abordar un tema determinado c. Formación directa mediante talleres, demostraciones o cualquier otra estrategia d. Toma de decisión para lograr la participación activa del docente dentro del aula
25. ¿Cuáles deben ser los ejes que contenga un plan de formación docente? a. Adquisición y profundización de un marco teórico conceptual b. Reflexión crítica de la práctica docente c. Generación de prácticas docentes alternativas e innovadoras d. Todas las anteriores
26. El término “currículo” dentro de la Escuela Nueva no hace referencia al: a. Conjunto de actividades y recursos utilizados b. Conjunto de metodologías participativas c. Conjunto de estrategias centradas en el aprendizaje del niño d. Conjunto de evaluaciones escritas y orales aplicadas al niño 27. El término “aprender haciendo” se refiere al: a. Desarrollo de actividades por el niño para conocer, descubrir, construir, expresar y crear el conocimiento b. Mecanismo que permite al niño vincular el mundo real con su mente, ingenio e imaginación para adquirir y construir nuevo conocimiento c. Mecanismo por medio del cual el niño es capaz de construir su propia visión de lo que es el mundo que lo rodea a través de sus propias experiencias d. Todas las anteriores
28. Entre los beneficios que trae consigo la aplicación del Método Montessori se encuentran: a. Promover la atención del niño por las actividades que realiza b. Motivar al niño a trabajar aprendiendo haciendo c. Fortalecer la autodisciplina y el autocontrol d. Todas las anteriores
29. ¿Cómo se evalúan las actividades que realiza el niño en el contexto de la Escuela Nueva? a. Mediante la observación al niño b. Mediante evaluaciones escritas c. Mediante evaluaciones orales d. Ninguna de las anteriores
30. Es un aporte de la Escuela Nueva: a. La no utilización de materiales concretos vinculados al niño con su realidad b. Respeto a las necesidades e inquietudes del niño c. Método educativo basado en la evaluación mediante pruebas d. La participación permanente del guía en el proceso educativo
TAREAS ________________________________________________________________________
TAREA 1 Diseñar el plano de un aula montessoriana que refleje los elementos que la conforman, así como el ambiente preparado. Diseñar un juego didáctico basado en el Método Montessori que contenga los aspectos abordados en el contenido del temario.
TAREA 2 Realizar un ensayo en el que se describan las habilidades y competencias que debe tener un guía Montessori.
TAREA 3 Elaborar un cuadro comparativo sobre las ventajas e inconvenientes del Método Montessori en relación a los beneficios educativos.
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