Metedo de Adivinacion Por El I-Ching (Maestro Yuan Kuang)

April 7, 2017 | Author: Amin Mirabelli | Category: N/A
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METODO DE ADIVINACION POR EL I CHING

Yüan-Kuang

METODO DE ADIVINACION POR EL I CHING

Ediciones Lidiun BUENOS AIRES

Introducción y revisión: M. Alberto Morínlgo

Advertencia importante: El derecho de propiedad de esta obra comprende para su autor la facultad de disponer de ella, publicarla, traducirla, adaptarla o autorizar su traducción y reproducirla en cualquier forma, total o parcialmente, por medios electrónicos o mecánicos, incluyendo fotocopias, grabación magnetofónica y cualquier sistema de almacenamiento de información. Por .consiguiente, nadie tiene facultad a ejercitar los derechos precitados sin permiso del autor y del editor, por escrito. Los Infractores serán reprimidos con las penas del articulo 172 y concordantes del Código Penal (arts. 2, 9,10, 71, 72 ley 11.723).

Q ueda hecho el depósito que esta b le ce la ley Ns 11.723 © 1 9 9 3 , E diciones Lidlun, Florida 336 , B uenos A ires, R epública A rgentina.

ISBN 950-524-799^0 Se terminó de Imprimir ' en IMPRESIONES AVELLANEDA S.A. ManueJOcantos 253, Avellaneda. Bs. As. en el mes de mayo de 1993. " IM PR ESO EN LA A R G E N T IN A D istribuidor e xclusivo: Librería “ El A te n e o ” Editorial

INDICE P R O L O G O ..................................... :.............................................................................................. 1. N O C IO N E S F U N D A M E N T A L E S ...................................................................................... El yin y el y a n g ........................................................................................................................... E\feng-shui................................................ Taotsmo y "la vía del cielo” ....................................................................................................... Orígenes del I Ching.................................................................................................................. Los trigramas, eslabones básicos............................................................................................. Formación de los trigramas básicos........................................................................................ El “cuadro del río” y el “gran plano” .......................................................................................... Los números del I Ching...........................................................................................................

V il 1 1 2 4 6 7 9 12 13

2. LO S H E X A G R A M A S S A G R A D O S ................................................................................... 17 El orden de los hexagramas..................................................................................................... 17 Fundamentos de la lectura adivinatoria................................................................................... 18 Finalidad adivinatoria de los sím bolos..............................:...................................................... 19 interpretación adivinatoria tao ísta............................................................................................. 20 Los trazos del kua y las tres causas (hiao)............................................................................ 21 Las relaciones “simpáticas" entre los trazos...................................................................................23 Lectura de los trigramas repetidos........................................................................................... 24 Relaciones entre los hexagramas.............................................................................. 24 La unión sexual y los k u a .......................................................................................................... 25 La lectura de un hexagram a...................................................................................................... 26 La facultad adivinatoria.............................................................................................................. 27 3. L O S E L E M E N T O S A D IV IN A T O R IO S ............................................................................. El comentario del I Ching........................................................................................................... La consulta con las varillas adivinatorias................................................................................. Las monedas adivinatorias....................................................................................................... Las cartas o naipes del I C hing................................................................................................. La mutación y sus enigm as....................................................................................................... Ejemplo de interpretación.......................................................................................................... Técnica adivinatoria tradicional................................................................................................. Los procedimientos de protección............................................................................................ Las fumigaciones o sahum erios................................................................................................ Los “sellos” o “mudras"..............................................................................................................

29 29 30 32 35 35 37 39 39 40 41

4.

E L T E X T O A D IV IN A T O R IO S A G R A D O ..................................................................... Texto adivinatorio del I Ching preparado por el maestro Yüan-Kuang...................................

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G L O S A R I O ....................................................................................................................................

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V

PROLOGO Numerosas versiones han aparecido hasta ahora del célebre texto chino conocido como I Ching. También se lo conoce como Yi-King, que es otra fo rm a abreviada de Cheu Yi Sheang Ring, o sea el Libro de los cambios que cuenta con otra alternativa de traducción que es el Libro de las mutaciones. To dos estos títulos y sus variantes dan testimonio del interés del m undo occidental p o r enterarse de una tradición oriental m ilenaria reveren­ ciada p o r sus méritos. L a versión que aquí proponemos sigue una de las m últiples lecturas e interpretaciones: la de los monjes taoístas. Y los taoístas mismos dicen que hay siete m aneras distintas de leer este texto. Lo que nos da una idea de lo difícil que pu ede ser, p a r a una m entalidad occidental, el simple hecho de acercarse a u n texto chino. P o r ello, p a ra comprenderlo es aconsejable y ventajoso contar con comentarios adecuados y una adaptación sensata que oriente al lector. E n este caso, p a r a una lectura oracular y adivinatoria, seguimos la orientación de los taoístas, una neta y noble escuela de interpretación tradicional china. Sostienen los taoístas que de todas las lecturas posibles, la adivin atoria es la de menor vuelo. Y basan esta opinión en su simbología, que describe los diversos sentidos de la lectura como una serie de dragones de diferentes colores que rem ontan vuelo hacia los cielos, cada uno a su modo y sorteando a diferentes alturas una sucesión de nubes de form as fantásticas. E sta versión presenta, pues, una lectura oracular y adivin atoria práctica, actualizada y orientada a un público que no tiene m otivos p a ra estar en contacto con los vericuetos de la tradición oriental. Lo que da la posibilidad de una lectura aprovechable sin descartar la ocasión de otros tipos como la m editativa, la simbólica y otras más sutiles. H ay que mencionar, sin embargo, que existen posibles lecturas que exigirían explicaciones mayores o comentarios más extensos y que to m a ría n u n sim ple libro de consulta en un tratado sobre el pensamiento chino. Sin contar con que también se debería incluir no sólo el texto tal como se lo conoce, y que no es breve, sino además los incontables comentarios históricos que, según u n catálogo del emperador K ien-Lung, establecido entre 1 7 7 0 y 1 7 9 0 , estarían contenidos en unos m il cuatrocientos cincuenta volúmenes.

VII

E ntre otras atribuciones, el I Ching es también u n texto in iciático,ypor eso mismo sus sentidos ocultos han sido celosamente resguardados p o r una tradición que se ha mantenido en form a oral y bajo el más riguroso secreto. Con la difusión actual de los diversos aspectos de la tradición china, de su pensam iento religioso y filosófico así como de las m odalidades que la orientan, entre las que se encuentra el taoísmo,1 ha crecido en el m undo occidental tanto el interés como la profu ndidad de u n conocimiento cada vez m ayor del acervo cultural chino. Y, en consecuencia, algunos de esos secretos ta n bien guardados p o r generaciones de adeptos, han llegado hasta nosotros como resultado de una perpetua curiosidad y hábito de indagar. P o r estas razones, en esta oportunidad se ha puesto al d ía u n texto que p a rte de los trabajos de un erudito europeo en esta especialidad de la tradición china. A s í el texto que propone Charles Canone, secundado p o r el sinólogo C hu-H ua, recoge lo que a ambos revelara el maestro Yüan-K uang, monje taoísta. A este último corresponde entonces adjudicar la autoría tanto de las selecciones del texto tradicional del I Ching adivinatorio como de la m ayor p a rte de los comentarios orientadores. E sta obra es, pues, una recopilación de enseñanzas tradicionales y p o r lo tanto no está en condiciones de exigir que se le reconozca ningún derecho a la originalidad.2 D e todos modos, esa tradición continúa su trayecto p o r ciertos senderos interpretativos y p a r a f a d lita r el camino del lector esta obra ha sido d ivid id a en dos partes. U na prim era, que orienta la lectura e interpretación de la segunda, que a su v ez es una versión del texto original, especialmente preparado p a r a un lector no oriental. L a lectura de la prim era p a rte es ineludible. A h í encontrará el lector los elementos que le orientarán en la interpretación de la segunda parte. Pero ambas partes provien en de una misma línea tradicional y genuinam ente oriental. No es ésta otra versión más de occidentales p a ra occidentales. Si bien no es posible presentar al público occidental un texto chino en traducción directa y literal y esperar que resulte inteligible, en este caso ambos textos han tomado su pu n to d e p a rtid a en el Oriente mismo. Y han sido trabajados p a r a que resulten aprovechables. Claro que de v ez en cuando se han conservado auténticas fra ses y expresiones chinas a f in de preservar u n "toque", testigo de su origen. Adem ás, p a ra hacer sentir al lector que ha entrado en contacto con la "corriente " del pensamiento oriental y que está en condiciones de p a rtic ip a r y beneficiarse con su sabiduría milenaria. El Editor 1Sobre el tema del Tao, véase El taoísmo de J. G. Cooper, Ediciones Lidiun, Buenos Aires. 2 Sobre el tema de I Ching, véase Introducción al I Ching de Tom Riseman, Ediciones Lidiun, Buenos Aires. VIII

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NOCIONES FUNDAMENTALES El Tao es el Principio y se lo conoce como sien-t’ien, es decir "antes del cáelo", pues está más allá de lo manifestado y de lo no manifestado. E n el m undo de los hom bres, el Tao se manifiesta por un doble "estado de ser", por u n doble estado de la "naturaleza". A esta palabra se la tom a en su sentido más amplio y engloba tanto los estados sutiles como los estados burdos de la manifestación. Esos dos estados, esas dos fuerzas son el yin y el yang. T oda vida, toda existencia, todo ser, toda m anifestación exige la coexistencia, en cantidad variable, de esos dos aspectos m anifestados del Tao.

EL YIN Y EL YANG Yin es la fuerza de concentración, el aspecto fem enino de la manifestación, lo m enos, la oscuridad, lo negro, la m uerte, la inercia, la absorción, los núm eros im pares. Yang es la fuerza de expansión, el aspecto masculino de la m anifesta­ ción, lo más, la luz, lo blanco, la vida, la energía creadora, la fuerza de penetración, los núm eros pares. En la simbología china, yin es el tigre, el color naranja, la tierra, el yoni femenino, los valles, los cursos de agua; yang es el dragón, el color azul, el cielo, el lingam masculino, las colinas, las m ontañas. Elyin y el yang form an la razón de ser de la vida de la naturaleza, del curso norm al de las cosas; cuando u n fenóm eno de la m anifestación no puede ser explicado p o r la acción y la reacción de esos dos poderes de la m ateria, "es preciso atribuir la acción a u n genio". Cuando el uno está en su apogeo, es sustituido insensiblem ente po r el otro, pues cada uno de ellos lleva en sí el germ en del otro. T oda cosa manifestada, todo ser, está sometido fatalm ente a la alternancia de esas dos fases, opuestas y complementarias, de la m anifesta­ ción: la debilidad sigue a la fuerza; la decadencia a la prosperidad; la pobreza a la fortuna. El sabio es aquel que conoce la inestabifidad necesaria de las cosas y que se pliega a la ley suprem a del Tao. Al poder y la superioridad que preceden se les compensa con la debilidad y la inferioridad que les siguen. El + llam a al -, la rueda gira perpetuam ente, lo que está arriba estará abajo y a la inversa. La alternancia de las fuerzas yin y yang conform a el equilibrio cósmico; un equilibrio inestable pero vital y debido a compensaciones alternas. El sabio H oang-Ti, en su famoso Nei-Ching (El libro canónico interior), habla así de esas dos fuerzas: "Elyin y el yang- form an el Tao del cielo y de la tierra. Form an la m ateria constitutiva, la cadena y la tram a de todos los seres,

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los principios productores, los padres y las m adres de toda producción y de toda transform ación, la raíz, el origen de la vida y de la m uerte; el yang acum ulado com pone el cielo; el yin acumulado, la tierra. El yang hace nacer, el yin, crecer. El yang m ata, el yin concentra. El yang puro sale del cuerpo hum ano p o r las aberturas superiores (de la cabeza), y el yin im puro atraviesa los dnco órganos vitales del cuerpo y los anima. El agua esyin, el fuego es yang. Elyin trasform ado en parte p o r el yang (el yang del yin) penetra como una lám ina fina, y elyawg trasform ado en parte por el yin (el yin del yang) se expande. Cuando el yin lo lleva, el yang está debihtado y "hiela". En el caso contrario, "quema". En la ciencia tradicional china no se encuentra definida la aplicación del principio de estos dos estados complementarios de la manifestación. Por lo que se refiere al tem a que aquí nos interesa y que incluye la adivinación de los acontecimientos tanto próximos e inmediatos como los de un porvenir más lejano de la vida hum ana, es necesario destacar que ambos, elyin y el yang, rigen y determ inan todos los hechos. Según la expresión china clásica, los "llevan". Sus "irradiaciones", continua­ m ente eficaces, se expanden desde los espacios celestes, los terrestres y los subterráneos para u nir al microcosmos hum ano con el macrocosmo universal. Pero tam bién los hom bres "irradian" a su alrededor, m ediante sus pensa­ mientos, gestos, voluntad, el germ en de su potencia. Y a su vez, "irradian" su esencia potencial los restos de "alma" o "genio", los dioses vivos o m uertos, los centros de culto y los inidáticos así como las entidades del m undo sublunar. Ahora bien, la cualidad de esas múltiples "influendas errantes" es m uy diversa. Y todas pertenecen a una de las dos grandes corrientes psíquicas que drcu n d an la tierra: el "tigre" o sea el yin y el "dragón" o sea el yang. Este último está subdividido en cuatro: el "dragón que sube al cielo" (chen fien ch’e lung), el "dragón espíritu" (chen lung), el "dragón terrestre" (tu lung) y el "dragón subterráneo" (t’sang lung). Según la tradición popular, el último es el guardián de los tesoros escondidos bajo tierra, así como de las minas de metales. Las divisiones corresponden a aspectos de la manifestación del "dragón", o sea el yang. Elyin tam bién posee divisiones similares, pero más espedalizadas en los aspectos de lo fem enino, lo lunar, la mágico y lo "maléfico" de la manifestación. Y sobre esto, el Maestro venerado no ha perm itido efectuar divulgadón alguna. T odo lo que ocurre, es decir, los acontecimientos del m undo que nos rodea, es provocado por las afinidades sutiles y profundas de estas corrientes que u n e n dertos gestos, dertas voluntades con dertas épocas. T odo ser hum ano es una condensación transitoria y cristahzada del ser natural. Pero lleva en él mismo un desequibbrio perm anente y habitual de fuerzas yin y yang. Por m edio de la realizadón taoísta se alcanza un equilibrio estático. Su dispersión es la m uerte.

EL FENG-SHUI R ecorren y se entrecruzan en toda la tierra corrientes de fuerza, conocidas como feng-shui, cuya com posidón o "coloradón", como p red sa la trad iaó n , es yin o yang. En un mismo lugar y en un mismo instante esas corrientes pueden ser favorables o desfavorables para las personas. Cualquier cosa puede desviar­ las o encauzarlas en el buen camino. U na corriente del feng-shui puede ser una "fuente de desgrada" para una persona dada, m ientras que para otra cuando 2

está protegida p o r u n talism án puede resultar inofensiva. A fin de que estas nociones puedan ser interpretadas po r la m ente occidental, es posible hacer la com paración con la corriente o fluido eléctrico, correspondiendo el yin a la lase negativa y el yang a la positiva. Así, cualquiera que esté protegido con u n equipo adecuado podrá m anejar objetos electrificados, que fulm inarán a quien no lo esté. El conocimiento de las leyes del feng-shui es ocupación de monjes (Ti Li H sien Sheng), quienes po r medio de la brújula geomántica lo-pan determ inan las direcciones locales de esas corrientes. Para la práctica de estas determ ina­ ciones existen dos escuelas entre los doctores taoístas: la escuela tsung-miao (templos de los antepasados) y la escuela kwang-si. La prim era se originó en Fukien y la tradición dice que fue fundada por Wang-Ke. En lo básico, su doctrina reposa en el orden natural, li, y en las relaciones numéricas, su, vínculo de ese orden. Utilizan con frecuencia la brújula lo-pan, La segunda, llam ada kwang-si, según la tradición fue fundada por Yang-Kwan-Tsung y su doctrina se basa en el conocimiento del soplo vital, ke, y en los rasgos interiores y ocultos de la naturaleza, yin. Los doctores de esta escuela buscan los rasgos visibles de las fuerzas yin y yang en la naturaleza y sólo accesoriamente usan la brújula geomántica. La tradición establece que las "venas" del dragón pueden ser absorbidas por un a cavidad, p o r una fosa o quedar peligrosam ente comprimidas p o r una construcción pesada. A propósito de las construcciones, una de sus reglas es la siguiente; "Cuando dos construcciones están cerca una de otra, se dice que la de la izquierda está construida sobre el dragón verde y la de la derecha sobre el tigre blanco. El tigre no puede estar más alto que el dragón, porque en ese caso el resultado es m uerte y mala fortuna persistente". El venerable Kuo-P’o de W enshi recibió en su juventud del m aestro Kuo-Kung un saco negro qüe contenía un tratado sobre este tema. Ejemplares de este libro secreto todavía existen en ciertos conventos taoístas. La circulación "casi material" de las corrientes del feng-shui tiene su reproducción exacta y se hace sentir en un plano mucho más sutil. Pero su acción no se ejerce ya sobre las cosas materiales terrestres. Se trata entonces de los planos hum anos sutiles así como de los acontecimientos qüe conducen a los hom bres. Es el plano del devenir, el plano de los impulsos vitales y m entales que rigen y "llevan" o conducen de algún modo los actos o gestos de los seres hum anos, Lo que acabamos de d e d r sobre el feng-shui se aplica tam bién con exactitud a los acontecimientos orientados por los seres hum anos y que éstos, en su ignorancia, creen dirigir. En este aspecto, los antiguos griegos contaban ya con una concepción ajustada de los acontecimientos hum anos por sus nociones de "necesidad" y "destino". Las personificaron con las Moiras o Pateas y figuran en Platón (República, X) como poderes supremos que gobernaban el movim iento del Cosmos. Tam bién los etruscos habían estudiado particular* m ente el movim iento cíclico del destino y poseían técnicas para "alejar" los acontecimientos traídos po r los ciclos. Las ondas sutiles que "llevan" u originan los seres hum anos tienen sü punto de partida, en la m ayor parte de los casos, en los impulsos mencionados anteriorm ente. Deben añadírseles los actos, conscientes o inconscientes, volun­ tarios o no, de los mismos seres humanos; y estos actos a su vez generan nuevos impulsos. Los que son, sea yin o bien yang, actúan más o menos sobre los 3

hom bres según la cualidad propia de estos últimos y su propia tendencia yin o yang. De este modo un mismo acontecimiento puede ser favorable o desgracia­ do, benéfico u hostil, fuente de vida o de m uerte, según quien lo reciba. El ser hum ano debe siem pre considerarse a sí mismo y estudiar su propia naturaleza en lugar de dejarse llevar ciegamente por las ondas ascendentes o descendentes del flujo y reflujo de los torbellinos sutiles. Este es el objetivo de la adivinación p o r m edio d e l / Ching. Por el mecanismo de la acción oculta del supraconsciente hum ano, perm ite determ inar las influencias que se ejercen sobre la persona para la que se ha hecho la consulta. El procedimiento de separación de las varillas adivinatorias de m ilenrama, o la tirada de tres m onedas similares y separadas a este fin, es la vía de acceso al oráculo del I Ching.

TAOISMO Y "LA VIA DEL CIELO" Considero ineludible dejar claramente establecido aquí que concretar el propósito de esclarecer de un modo aceptable para la m entalidad occidental una vía de acceso al I Ching, sólo ha sido posible m ediante las notas que pude tom ar de las enseñanzas del maestro Yüan-Kuang. Estas notas, como toda enseñanza tradicional, carecen de todo viso de originalidad y no aspiran a él. El esclarecimiento o aclaración del texto surge lentam ente a través de los comentarios sobre tópicos y principios especialmente escogidos y seleccionados para u n lector occidental y que resultarán obvios y muy trillados para un oriental. Así, los comentarios y nociones fundam entales están particularm ente dirigidos al estudioso que tiene interés en enterarse de las bases fundam entales sobre las que está m ontado el andamiaje del taoísmo'y de todo lo que se refiere a los m étodos de adivinación taoísta del I Ching. De las diversas lecturas que podrían realizarse de este texto tan antiguo y sagrado, se escogió la dedicada al sentido adivinatorio. Las exigencias de las otras están más allá de las posibilidades que la ocasión presenta aquí. Pero este texto tiene su origen en u n encuentro fortuito. Tuve ocasión de conocer en un convento taoísta, ubicado sobre la ru ta a King-Tshu, a u n ilustre doctor, el venerable m aestro YüanKuang. Entre sus enseñanzas figuraba el sentido adivinatorio del I Ching, que me autorizó a divulgar aunque con una serie de limitaciones que me propongo respetar fielmente. Así que el trabajo de fondo de estas notas y comentarios debe adjudicarse al propio maestro, quien proporcionó tanto el texto mismo como la lectura del sentido oculto tradicional. Es entonces al venerable maestro a quien corresponde adjudicarle la autoría de este libro. En el conocimiento de los kua simples y combinados, de los trazos pares e impares, de sus mutaciones y de sus reacciones recíprocas, reside la posibilidad de encarar la lectura de este texto que, a prim era vista y superficialmente, presenta una apariencia tal vez pueril, tal vez frívola, tal vez muy pasada de moda. Para hacer posible la penetración en este texto maravilloso, horizonte de posibilidades infinitas, presento u n resum en de la ciencia de sus principios de interpretación, guiado por la m ano del venerable maestro. El m aestro venerado me ha puntualizado aquí que el texto taoísta del Yin * Para más detalles consúltese El taoísmo, de J. C. Cooper, Ed. Lidiun.

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Pha Ching, especie de comentario al Too Te Ching de Lao Tse y que puede traducirse como "camino de la unión secreta", aporta a este tem a explicaciones de fuste. Puesto que me comentó extensamente ese texto y en vista de que sus indicaciones pueden ayudar a com prender la concepción tradicional china sobre el ser hum ano y su devenir, diré algunas palabras al respecto. La vía natural de la acción de las fuerzas positivas y negativas que sostienen al m undo es la "vía del délo". Conocerla es para el hom bre como conocer todos los secretos de la naturaleza. Si el hom bre se ocupa de ver u n poco por detrás de todos los fenómenos que lo rodean, sean cósmicos, terrestres o hum anos, el juego oculto del yin y del yang, habrá com prendido el misterio de la vida y de la m uerte. Es lo que el texto llama "observadón meditativa". Por interm edio del conocimiento de la vía profunda del délo el hom bre puede sustraerse a la denom inadón im perativa y tiránica de las dos fuerzas opuestas, que lo atraen alternativa e infinitam ente. Quien así lo haga, se encontrará entonces en la vía del sabio. Fuera de ella, no hay más que salidas falsas, caminos engañosos, textos desviados. El T ao ' para manifestarse se vale del yin y el yang. Estas dos fuerzas, a su vez, generan los cinco agentes (los cinco elementos) que, por su m anifestadón cada vez más fuerte, producen la form a visible. Estos cinco elementos, p o r su naturaleza, se combaten y se oponen, se destruyen m utuam ente, pues están en el m undo de lo manifestado, de lo hostil y de la división. La tra d id ó n china los llama "la madera", "el metal", "el fuego", "el agua" y "la tierra". La m adera tiene como enemigo al metal; el m etal tiene como adversario al fuego; el fuego es destruido po r el agua; el agua es detenida p o r la tierra y la tierra es agotada po r la m adera. El hom bre utiliza estos anco agentes para causar la m uerte, pero si conodera el m odo de su generadón podría en cambio sacar la vida de ellos. El mismo y único éter se manifiesta, se "materializa" y vuelve de inm ediato a su prim itivo origen. El hom bre, sin embargo, lleva tam bién los cinco elementos en su corazón, y la vía po r la cual las fuerzas elementales de la naturaleza actúan en él y por él es "la vía del hombre". Esta, con demasiada frecuencia, se opone a "la vía del délo". E n él, las fuerzas delyin y delyangjuegan sujuego, gobernando dertos órganos, y su predom inio determ ina las cuahdades propias del ser. U n ser de naturaleza yin no hallará más que infehddad y sinsabores cada vez que tenga que cum plir actos yang y a la inversa. La abm entadón, que es yin y yang, debe ser vigilada y es predso saber que trasform a profundam ente al hom bre sin que él lo advierta. El yin preside la m uerte, el yang, la vida y la vida no puede existir sin la m uerte. La prim avera hace nacer, el verano hace crecer, el otoño condensa y el invierno contrae. El hom bre pasa por los mismos estados y p a rtid p a del Tao en la m edida en que representa el prindpio que puede crear y destruir alm ism o tiempo. El hom bre absorbe la flor y la más fina esencia de todas las cosas; vive y crece p o r ellas y por lo tanto es destructor. Pero tam bién es creador y productor. Es preciso que sus actos estén en arm onía con las fuerzas yin o yang que residen en él. Esto es lo que el texto llama "aprovechar el momento". El fenóm eno destructor es creador; el universo no lo ve, no lo conoce; el "hombre dotado" lo sabe y persigue la maravillosa aplicación de ese principio secreto en * Para más detalles consúltese El taoísmo, de J. C. Cooper, Ed. Lidiun. 5

él y alrededor de él. El I Ching le da las direcciones necesarias al respecto y lo guía valiosamente. Por eso el sabio toma el hábito de los "contrarios" y los prevé según los movimientos cíclicos de la manifestación, sabiendo que la buena acción nace del mal causado y éste nace de la buena acción; la felicidad de uno, sólo existe en detrim ento de otro. Conocer los movimientos continuos y discontinuos que tienen los acontecimientos, es poder conocer y prever todo el futuro del m undo. Tsang T sheu definió así el I Ching: "El texto que tiene po r objeto definir el yang y el yin\ La sabiduría del 7 Ching es profunda. Ante todo enseña que ningún extrem o puede m antenerse durante mucho tiempo; que a todo apogeo sucede po r fuerza una decadencia. Cualquiera que se enorgullece de haberse vuelto rico y poderoso, prepara él mismo su ruina. El sabio se retira e n el apogeo de su m érito y de su renom bre, pues el exceso llama al déficit y el debilitamiento sigue a la fuerza. Ya el sabio iluminado, Lao Tse, lo precisó bien cuando escribió que "el pez no sale de las profundidades" (Tao T e Ching, übro I, cap. 36). La prosperidad y la ruina se alternan y el sabio se sitúa por encima de la rueda que gira, en lo más alto. Las advertencias del texto adivinatorio incitan siem pre a ese gran desapego, poniendo en guardia contra los peligros inm ediatos que am enazan al consultante. "Del I Ching se dice que es sutil, profundo, fuente de pureza y de calma", escribió Kao-pen-Long de Si-shan, discípulo de Tchu-tzé que vivió en el siglo XVII.

ORIGENES DEL I CHING U na corta historia de este extraordinario texto adivinatorio me parece necesaria ya que su valor siempre fue m uy apreciado en China. Los Anales confucianos (V il, 16) refieren que al fin de su vida, después de haber recorrido tan penosam ente los diversos estados del imperio, Confucio declaró: "Si todavía tuviera algunos años por delante los dedicaría al estudio del I Chingy así podría escapar a grandes peligros". Según el historiador Sze-ma Tsien, Confucio pasó el resto de su existencia escribiendo comentarios sobre el "Libro de las mutaciones", Es sabido que los T s’inn quem aron casi toda la antigua literatura china en el año 213 a. C. Pero el I Ching, dado su carácter excepcional, escapó a ese peligro, según dijo Pan Ku en sus "Anales de la dinastía de los Han", donde reproduce el gran catálogo de Liu-Hang, Liu H in y sus alumnos. De allí surge que el I Ching existía antes de Confucio y que su uso adivinatorio era frecuente en los diversos estados de China. Según la tradición, fue "inventado" po r el em perador Fu-shi, al que las cronologías sitúan unos 3000 años a. C. Por supuesto, Fu-shi, según la tradición llamado tam bién Pao-hsi, corresponde a algo m uy distinto de lo que se figura la ciencia m aterialista de Occidente y por el m om ento no tiene sentido desarrollar este detalle. Podemos afirm ar que el I Ching es uno de los más antiguos textos existentes en la actualidad. Llega hasta nosotros cargado de años, de sabiduría y de una venerable experiencia. Me parece inútil hacer aquí una relación de los numerosos autores chinos que com entaron este texto. Pero no puede dejar de lado a l principal, el duque C hang de Chow, padre del fundador de la tercera dinastía y que después de hab er sido apresado arteram ente po r el famoso tirano Chow-Hsin, entre los 6

años 1092 y 1090 a. CJ. se dedicó a perteccionar, durante su cautiverio, ci sistema de las m utaciones del em perador Fu-hsi. La antigüedad de este texto está confirm ada tanto por las diversas dtas históricas, po r su presencia constante en los anales chinos y tam bién por las consultas que le hicieron los funcionarios de la corte. M encionaré algunas consultas: por el duque Chang en 672 a. C., por el duque de Suen en 602 a. C., po r los estados de Tsin, Tsi, T s’in y Lu durante el gobierno del duque Min en 661 a. C., tres veces durante el gobierno del duque de H i en 645 a. C., y en 635 bajo el mismo, bajo el duque de Ch’ing en 575 a. C., bajo el duque de Siang en 564 y 548 a. C., y en 541, 537, 535, 530, 513, 509 y 486, siempre a. C. y numerosísimas veces más. Estas citas son absolutam ente históricas y dem uestran por lo tanto la antigüedad del I Ching. T erm inaré citando un pasaje de un diccionario del período de los H an, donde se lee: "En la época de las leyes de Yao (2356-2255 a. C.), ellos tenían el I Ching". Por consiguiente, este texto exige un gran respeto y así lo consideran los más grandes monjes taoístas modernos. Por cierto que algunos incrédulos podrán tomarlo jocosam ente, pero conozco ejemplos de profanación tan terriblem ente castigados como para llevarlos a reflexionar. Tenem os así entonces prevenido al lector, que puede adoptar ahora la actitud que más le cuadre, así como aceptar la responsabilidad po r lo que le pueda tocar.

LOS TRIGRAMAS, ESLABONES BASICOS El 1 Ching es una recopilación y está escrita con caracteres naturales. El texto de los comentarios dice al respecto (II sección, párrafo 11): "Antiguamente, cuando la dirección de todo lo que está bajo el délo se encontraba en manos de Pao-hsi (Fu-hsi), éste levantó los ojos y contempló las figuras luminosas en el délo; al bajar la cabeza observó los dibujos formados sobre la tierra. Advirtió los rasgos que adornan a los pájaros y a los animales y a las irregularidades del suelo. En todo descubrió cosas dignas de consideradón, así como dentro de sí mismo, y tam bién fuera de sí mismo las encontró. Con todo eso creó las ocho figuras de tres trazos (los trigramas), que develan las operadones ocultas de la naturaleza y clasifican a los millares de seres creados". El comienzo del I Ching com pleta este texto: "En la más rem ota antigüedad el hom bre santo trazó los ocho trigram as (los kua primitivos): la m anifestadón delT ao fue posible desde ese m om ento. Por la combinación de los ocho kua simples, superpuestos de a dos para com prender la totalidad de las modificadones del universo, obtuvo los kua perfectos de seis trazos (los hexagramas)". Estos textos perm iten entender al hexagram a, p or tra d id ó n una "potenda de m anifestadón" del T ao ‘ y en d e rto plano p o r lo tanto como algo m uy diferente de un simple signo de adivinación. No nos detendrem os en este libro en los aspectos esotéricos del I Ching y nos limitaremos en cambio a su aspecto adivinatorio. Cuando el universo m anifestado es movido por las fuerzas yin y yang, la "dureza enérgica" y la "dulzura maleable", esenda de toda posibilidad de m anifestadón, el "Libro de las m utadones" las transcribe utilizando para el * Para más detalles consúltese El taotsmo, de J. C. Cooper, Ed. Lidiun. 7

yang u n trazo e n te ro ------ , y para el yin u n trazo quebrado-------.D e ese m odo expresa m aravillosam ente la unidad y la dualidad, lo masculino y lo fem enino, lo im par y lo par, el movimiento expansivo y el de contracción, la actividad enérgica y la pasividad. La energía activa y la suavidad maleable se enlazan y se unen; así surgen las ocho figuras de tres trazos, pasando prim ero p o r las cuatro figuras de dos trazos, los hsiang'. El viejo yang (o "gran principio macho")

El Joven yang (o "pequeño macrio")

El viejo yin (o "gran principio hembra")

El Joven yin (o "pequeña hembra")

Figura 1 El doble trazo continuo llamado el “viejoyang" es la positividad extrem a, la fuerza absoluta y estabilizada que se confirma por sí misma. U n germ en de yin se posa sobre el yang y el viejo se vuelve joven, la fem inidad lo suaviza, lo p rep ara para el cambio, es el “jovenyang". Por las transformaciones interiores, la füerza yin predom ina, la figura del doble trazo discontinuo simboliza ese estado de negatividad extrem a, de suavidad maleable que no se niega a ella misma; es el "viejo yin". De nuevo, u n germ en de yang se posa sobre el viejo yin y la fem inidad se endurece, se prepara para u n próxim o cambio, es el "jovenyin". Retengam os desde ahora que el viejo yang y el viejo yin son símbolos m o­ vibles, que son estados de mutación, trasformables, modificables (siempre den­ tro de lo relativo de la manifestación, po r supuesto). El joven yang y el jovenyin son, en cambio, figuras esencialmente de estabilidad, de definición y así el viejo yang "tiende” a ser reem plazado po r el jovenyin y el viejo yin por u n joven yang. La adición de u n yin y u n yang a los cuatro hsiang de dos trazos, form a una nueva serie de ocho figuras de tres trazos. Estas figuras constituyen los ocho trigram as primitivos cuya representación es como sigue: LOS OCHO TRIGRAMAS (KUA) (1)

(2)

0)

(4)

Chíen (S.)

Tul (S.E.)

Li (E.)

Chen (N.E.)

(5)

(6)

(7)

(8)

Sun (S.O.)

K'an (O.)

Ken (N.O.)

ICun (N.)

Figura 2

1. Ch’ien es el cielo, el caballo, la actividad, la cabeza, el padre, el príncipe, el oro, el rojo fuerte, el dragón, lo redondo, la piedra preciosa, el frío, el hielo, el árbol seco. > - créa//a j-j^rc/o) f/Joorcj b £-5

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