Meltzer, Donald - El Proceso Psicoanalítico - Ed. Hormé
March 5, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Donald Meltzer HORME
El proceso psicoanalítico
BREVIARIOS PSICOANALITICOS
EL PROCESO PSICOANALíTICO
COLECCION: PSICOLOGIA DE HOY Biblioteca: Breviarios psicoanalíticos H. Nágera: Desarrollo de la teoría de la libido en la .obra de Freud 2 H . Nágera: Desarrollo de la metapsicologia en la obra de Freud 3 D. Rapaport: El modelo psicoanalítico, la teoría del pensamiento y las técnicas proyectivas 4 Ch. Brenner: Técnica psicoanalítica y conflictos psíquicos 5 A. Freud: Psicoanálisis del niño 6 M. Klein : Envidia y gratitud 7 M. Klein y J. Rivíere: Amor, odio y reparación 8 M. Klein: El sentimiento de soledad y otros ensayos 9 M. Klein: Psicoanálisis del desarrollo temprano 10M. Klein: Principios del análisis infantil 11 M. K1ein: Psicoanálisis de las perturbaciones psicológicas 12 1. E. P. Menzies y E. Jaques: Los sistemas sociales como defensa contra la ansiedad 13 H. Nágera: Neurosis infantil 14 R. Sterba: Teoria psicoanalítica de la libido. M. Langer: Aporte kletntano 15 W. R. Bion: Volviendo a pensar 16 K. Abraham : Contribuciones a la teoría de la libido 17 H. Nágera: Desarrollo de la teoría de los sueños en la obra de Freud 18 Donald Meltzer: El proceso psicoanalítico l
Y:OLUMEN
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· DONALD MELTZER
EL 'P R O C E S O , PSICOANALITICO !
P,esentación a la versión castellana po, el DR. LEÓN GRINBERG
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EDICIONES
HORM~,
S. A. E.
Distribución exclusiva:
EDITORIAL PAIDÓS BUENOS AIRES
Título del original inglés: The Psycho-Analytical Process Editado por WILLIAM HEINEMANN MEDlCAL BOOKS, LTD. (Londres) - Traducido por HA YDEE FERNANDEZ DE BREYTER
3a. Edición: 1987
1 S.B.N.
95~61S-042-2
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA . ,
© Copyright de todas las ediciones en castellano por , EDICIONES HORME, S.A.E. Castillo 540 - Buenos Aires
INDICE Pág. .. . .. .. .. . . .. ..
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Reconocimiento . Prefacio .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. .. . .. . .. .. .. .. .. .. . . Introducción .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
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Presentación a la versión castellana .. .. ..
Sección I Cap.
" " " "
.I La recolección de la transferencia ... 11 El ordenamiento de las confusiones geogra,f'teas . III El ordenamiento de las confusiones 1 zona¡es
IV V
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El umbral de la posición depresiva . El proceso del destete .
29 46 61 74 91
Secci6n II
VI VII
El proceso en pacientes adultos .... El ciclo del proceso en la sesiónindi" vidual VIII El trabajo analítico " IX El psicoanálisis como una actividad " humana Apéndices lndice alfabético
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PRESENTACION A LA VERSION CASTELLANA Considero "que este libro es una excelente exposición de las distintas y complejas fases que configuran el proceso analítico. Su autor logra transmitir, de una manera original, su propia experiencia de muchos años de analista de niños y de adultos, con la misma convicción que siente el artista al presentar una obra en la que alcanza a reflejar plenamente su verdadera esencia. No es casual que haya equiparado a Donald Meltzer con un artista. En realidad, estoy aprovechando el mismo modelo que él utiliza al referirse a la labor , del psicoanalista como a la de un artesano que ha aprendido un oficio pero que debe tener algo más que su simple metier: el talento nato del artista. Donald Meltzer es sin lugar a dudas, y a pesar de su juventud, un maestro artesano del psicoanálisis en el que se combinan arm6nicamente la sagacidad técnica, el conocimiento cien. tífico y la chispa creadora del artista. Fuimos afortunados en poder apreciar las excelencias de ese cocktail durante los seminarios, supervisiones y conferencias que dictó en la Asociación Psicoanalítica Argentina en el año 1964. Hay muchos aciertos en este libro. Como no puedo referirme a todos, intentaré resumir algunos de los más importantes: 1) La correlación que se establece entre la estructura de la mente y la naturaleza del proceso analítico a ~
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través del vínculo transferencial y ccntrarransferencial. El analista debe proveer con su actitud a que el paciente pueda comunicar verbalmente los contenidos de su meno te sin tener que recurrir a la acción. 2) El concepto original de que el encuadre de la tarea analítica que modula la ansiedad del paciente, contiene sus partes infantiles y limita las interferencias, debe ser una cieaci6n por parte del analista. Por supuesto, Meltzer no se está refiriendo a los aspectos formales del encuadre sino a la actitud básica con que el analista enfrenta su relación con el paciente. 3) La importancia que otorga a lo que describe como la "parte adulta" del paciente, opuesta a la "parte infantil", que constituye el nivel más maduro, con mayor adaptación a la realidad, y cuya alianza es necesaria y propicia para el éxito del trabajo analítico. , 4) La secuencia de los capítulos brinda una visión muy acertada de las vicisitudes que ocurren en un análisis a través de sus distintos períodos. Parte del fenómeno de la "recolecccí ón de la transferencia," desarrollado en el capítulo I, que es peculiar de los períodos iniciales y que lleva a la disminución de los síntomas, a una aparente mejoría, y al riesgo paradojal -si se trata de un análisis de niños- de que los padres quieran interrumpir el tratamiento dando al paciente por curado. En el capítulo II plantea el problema de las "confusiones geográficas" originado por la utilización masiva de la identificación proyectiva con objetos externos e internos y su tentativa de ordenamiento. En el mismo capítulo intercala el concepto de toilet-breast (pecho -inodoro) que constituye un verdadero hallazgo, ya que expresa en forma gráfica la naturaleza de la fantasía inconsciente y de la relación con un objeto par-
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cial, frecuentemente usadas por el paciente (tanto niño como adulto) para descargar en el analista los sentimientos angustiantes y displacenteros, ' Una vez establecido el "pecho-inodoro", aparece el ordenamiento de las "confusiones zonales" (capítulo 111) sobre -Ia base de las fantasías edípicas y preedípicas con sus correspondientes interacciones entre las zonas eróticas y sus objetos. Al interpretar el analista' la idealización, la rabia, la ansiedad y la disociación, disminuyen las confu- . siones y emerge la fase siguiente. El capítulo IV plan- ' tea el período en que el paciente entra en el "umbral" de la posición depresiva", Finalmente, en el "proceso del destete" (capítulo V) se encaran diversos aspectos de la situación depresiva relacionados con el problema de la muerte, de la noción del tiempo y del impulso a la integración de partes del sel] que han estado disociadas. En la segunda sección del líbro se expone material . clínico (capítulo VI) tendiente a introducir la discusión de las analogías y diferencias entre el análisis de adultos y el de niños. El caso presentado es el de una niña púber, en su cuarto año de análisis, y constituye -a mi juicio- un verdadero modelo de trabajo analítico en el que se pone de manifiesto una muy adecuada integración de teoría y .técnica. Es seguido, en el capítulo siguiente, por el desarrollo de una sesión individual de una niña de cuatro años y medio para mostrar la continuidad con que suele presentarse el material asociativo, y también como una descripción de la técnica de supervisión empleada en la enseñanza del psicoanálisis. El capítulo VIII presenta una explicación clara y bien fundamentada de dos funciones primordiales del proceso analítico como son el encuadre y la elaboración.
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El capítulo IX, titulado "El psicoanálisis como una actividad humana" es un digno broche para cerrar un libro de tan alta calidad. Una frase, elegida un poco al azar, da la pauta de su contenido: " .. .la actividad psicoanalítica.. , tiene que «doler», Debe realizarse con tanto esfuerzo como lo permita la fortaleza del analista, Sólo dentro de un marco de trabajo, bajo una tensión equilibrada, puede surgir la misteriosa función de la creatividad que por sí sola hace que el analista sienta que tiene un lugar en una sociedad científica de sus iguales, más bien que en un gremio de maestros jornaleros y aprendices", LEÓN GRINBERG
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RECONOCIMIENTO Quisiera agradecer a los siguientes amigos por su ayuda y consejos en la preparación de este libro: señora Esther Bick, señorita Betty Joseph, señorita Patti Koo:k, doctor Herbert Rosenfeld, doctora Hanna Segal, señor Adrian Srokes, señorita Doreen Weddell.
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PREFACIO Este libro fue creciendo en los últimos seis años a través de conferencias y seminarios, hasta adquirir la forma presente en un ambiente de estrecha colaboración en la tarea y la investigación clínica. La mayor parte de su forma proviene del autor, pero mucha de su riqueza proviene de los estudiantes y colegas con los cuales ha sido "elaborado". Comenzó, poco antes de la muerte de Melanie Klein en 1960, con una serie de conferencias-seminarios dictados a psicoterapeutas de niños que se habían formado en la Tavisrock Clinic. En esas sesiones se presentó material seleccionado por los terapeutas que controlaban con el autor. Estas pre· sentaciones fueron precedidas por conferencias improvisadas sobre el proceso psicoanalítico y la oosología y prognosis que serían luego ilustradas por el caso presentado: Las conferencias fueron grabadas, mimeografiadas y distribuidas. Este método se repitió varias veces 'durante esos seis años COn diferentes grupos: psicoterapeutas-esrudiantes, estudiantes de análisis de niños, analistas y candidatos de la Asociación Psicoanalírica Argentina y finalmente en un seminario de Investigación compuesto por estudiantes y analistas de niños. Fue posible operar en esta forma debido a una vasta experiencia en supervisión de la cual se podía extraer el material clínico oportuno.
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Fué a través de una abundante supervisión de casos infantiles y adultos yuxtapuesto al trabajo con mis propios pacientes que tomé conciencia de los modelos descriptos en este libro. La publicación constituyó el paso lógico que siguió a la convicción. Menciono estos hechos para ubicar la experiencia aquí materializada dentro del marco de la historia psicoanal ítica y mostrar que hay un grupo en funcionamiento que difunde la teoría y la práctica de los aportes iniciados por Melanie Klein. En consecuencia, este libro no puede ser leído COn provecho sin referirlo a ese contexto histórico dentro del cual el libro de Harina Segal Introducción a la obra de Melanie Klein, Bs. As., Paidós, 1965, constituye un requisito mínimo. Por otra parte, resulta difícil imaginar que el presente libro pueda tener importancia para alguien que no haya experimentado el proceso analítico directamente como paciente. .Está dirigido a los analistas en el ejercicio de su profesión para su uso y como una contribución al reciente y difundido interés en el proceso analítico. En cuanto a la terminología, la mayor parte de los términos técnicos empleados son bien conocidos en la literatura kleiniana, tales como splitting·, splitting-eidealización, identificación proyectiva, objetos internos, etc. Pero otros resultarán menos familiares, aunque se han convertido ya en lenguaje corriente entre los analistas kIeinianos. Son principalmente notacionales, un estilo de referencia, antes que técnicos. Su significado no implica un aporte a la teoría, sino que se hace evi• Mantenemos el término original splitting en Jugar de traducirlo por "disociación" debido a que, conceptualmente, está referido a un tipo específico dé disociación, de índole más regresiva. (N. de la T.)
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dente por el contexto. Me refiero a términos tales como "pecho-inodoro ", "rnarni-inodoro", "pecho-nutrido", . "parte-niño ( del selj) ", etc. Es una taquigrafía que refiere a una estructura cuyos principios generales son simples : 1 ) se les ,da a los objetos nombres adultos o infantiles, ya sea que correspondan a la experiencia adul ta o a niveles infantiles de la personalidad, por ejemplo, "mamá" o "rnarni"; 2 ) se nombra a los objetos según indiquen status de objetos pardales o totales, por ejemplo, "rnami" o "pecho"; 3) se otorga a las parres del sel] nombres que diferencien su nivel de maduración y cualidad predominante, de modo de definir el grado de splitting, por ejemplo, el "hombre", la "parteniño", el "bebé-pene". Una notaci ón similar indica la distribución geogr áfica de la fantasía. Se usan "interno" y "externo" para describir los mundos interno y externo, mientras que "interior" y "exterior" son usados para definir la relación del adentro o el afuera del cuerpo de un objeto. . La' separación con guiones es copiosamente empleada en esta notación y puede ser siempre considerada implicando cierto grado de confusión cuando se unen términos del mismo valor gramatical, como en "lenguapene-bebé". De este modo usaremos el término "vagina-ano" antes que un término biológico como "cloaca", porque el primero puede inverrirse en "ano-vagina" cuando se le adscriben al recto funciones reproductoras, en lugar de adscribírsele al útero funciones excretorias (como en los conceptos infantiles de la menstruación). Sin embargo, no ha sido posible escribir este libro sin a veces trascender en la referencia teórica la literatura publicada hasta hoy. En parte se debe al contacto con colegas que na han publ icado aún sus apor tes. Cuando
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se trata de trabajos míos que han quedado rezagados, intenté remediar la situación mediante un apéndice teórico al cual se remite al lector. Esto me pareció preferible a interrumpir el texto con notas al pie. Aconsejo al lector dejar el apéndice para el final, a menos que el texto le resulte incomprensible sin él. Una palabra más a modo de prefacio acerca del método de exposición. Muchos colegas y candidatos han escrito con generosidad material clínico para que yO lo usara en este trabajo. Mas he decidido en esta presentación inicial emplear pocos ejemplos clínicos en la descripci ón del proceso analítico (Sección 1) e intentar en cambio una descripción genérica de los fenómenos clínicos que hará más vívida la referencia a lo que ocurre en el consultorio y en el cuarto de juegos. Este método tiene el propósito de evocar en el lector asociaciones de su propia experiencia como paciente y analista. la Sección II se ocupa de la tarea del analista y sus funciones y se usará materia! clínico que también ilustrará aspectos de la Sección 1.
D. M.
INTRODUCCIÓN
El "hacer" de la tarea analítica y el "hablar" acerca de la misma son dos funciones muy diferentes del análisis. El analista al trabajar debe estar . "sumergido" en e! proceso analítico del mismo modo que el músico en . su .instrumenro, confiando en la virtuosidad de su mente en las profundidades. Debe "emerger" de esta absorción cuando descansa, entre pacientes, cuando habla con sus colegas y cuando escribe. Existen pocas dudas de que estas dos áreas de función deben interactuar si es que el analista individual y el psicoanálisis Coma totalidad han de desarrollarse. Nada puede ser más peligroso para este desarrollo que una disociación entre el "hacer" y el "hablar", entre el practicante y el teórico. Una manera de asegurarse que no se va a dar esta disociación es el uso de! lenguaje para unir y mantener conectadas funciones y áreas de la personalidad que tienen tendencia a separarse. La obra de Melanie Klein tiene el mérito singular de conservar el mismo lenguaje para sus pacientes que para sus colegas, con algunas notables excepciones. Términos tales romo "posición paranoide-esquizoide" y "posición depresiva" pueden ser necesarios como un meta-lenguaje, para usar el término de Berrrand Russell, un nivel de abstracción por encima . de la tarea clínica. Pero tal vez "identificación proyeetiva" tenga eventualmente que ser cambiada por algo así como "identificación intrusiva", si es que se puede en-
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centrar una palabra que exprese una función de la fantasía tan alejada de la conciencia, salvo en los cuentos de hadas. Aparte de estas pocas excepciones lingüísticas, el len. guaje de este libro refleja una actitud básica acerca de la estructura de la mente por un lado y de la naturaleza del proceso analítico por el otro, en el sentido de que lo segundo es el producto natural de lo primero. Se podría decir con mayor precisión que el valor del proceso analítico deriva del grado a que está determinado por la estructura de la mente. El vínculo es, por supuesto, la "transferencia" y la "contra-transferencia", las funciones inconscientes e infantiles de las mentes del paciente y el analista. Si el único derecho que tiene el analista para considerarse especialmente calificado es su capacidad para desplegar su "órgano de la conciencia" hacia adentro para comprender su conrrarransferencia, el resto del "trabajo" analítico es técnico en la sesión e intelectual en el descanso. Provisto de su equipo técnico e intelectual, el analista decide conducirse de un modo especial, y estimular al paciente hacia una conducta semejante, o sea, utilizar la conciencia (de los de. rivados de los procesos inconscientes) para el pensamiento verbal, en lugar de recurrir a la acción. Lo cual equivale a "contener" los aspectos infantiles de la mente y sólo comunicar acerca de ellos. Esta comunicación constituye la actividad interpretativa del analista, que luego contribuirá a la capacidad del paciente pata el insight. Mas no obstante lo importante que la interpretación pueda ser para la "curación" y el insight, no constituye la tarea principal del analista en lo que hace al establecimiento y mantenimiento del proceso analítico. Esto último se ' efectúa mediante la creacián del "encuadre"
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en el cual los procesos transferenciales de la mente del paciente pueden encontrar expresión. La palabra "creación" enfatiza la naturaleza de esta parte técnica de la tarea, porque resulta evidente que se requiere un proceso de constante descubrimiento por parte del analista, refiriéndose a la modulación de la ansiedad por un lado y a reducir al máximo la interferencia por el otro. Nótese que se empleó el término "modulación" de la ansiedad y su "modificación", dado que este últim o es con seguridad una función del aspecto interpretativo de la tarea, mientras que la modulación es entendida como parte del encuadre. Esta modulación se da a través de la reiterada vivencia que tiene el paciente en análisis de que hay un lugar donde la expresión de sus procesos transferenciales no será satisfecha mediante la . actividad contra-transferencial, sino solamente mediante la actividad analítica, es decir, una búsqueda de la verdad. Para que tenga lugar esta búsqueda de la verdad sobre la mente del paciente, es necesario que el encuadre reduzca al mínimo las interferencias en el desarrollo y elaboración de su transferencia, tales como las que podrían ser causadas por la intrusión de realidades externas en el encuadre. El sentido común predecirla que esto es imposible en lo que hace a la edad, sexo,'. as> pecro y carácter del analista. Pero afortunadamente el análisis no está sujeto al sentido común y encuentra que el impulso que surge del paciente hacia la resolución de sus conflictos actuará al margen de todas estas -realidades externas, si es que no le san impuestas con demasiada fuerza. El secreto reside en la estabilidad, y la clave para la estabilidad es la simplicidad. Cada analista debe idear para sí mismo un estilo simple de trabajo .
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analítico, en los arreglos de horarios y de pago, en el consultorio, en su ropa, en sus modos de expresión \y comportamiento. Debe trabajar bien dentro de los límites de su capacidad física y tolerancia mental. Pero también, en el proceso de descubrimiento con el paciente, debe encontrar, a través de su sensibilidad, los medios de modulación requeridos por ese individuo dentro del marco de su técnica. En una palabra, debe contro: lar el encuadre de tal manera que permita la evolución de la transferencia del paciente. , , Como se verá, este enfoque del proceso analítico descansa primordialmente en el componente estructural de la metapsicología y, tamo con niños como con adultos, contempla la existencia del splitting del selj, tanto horizontal ( nivel de edad) como vertical (anatómico y funcional) .'" y de este modo, en menor o mayor grado, siempre existe, aunque no siempre sea asequible al contacto, un nivel de la mente que es el más maduro, el cual, debido a la identificación proyectiva con objetos internos adultos, puede ser razonablemente llamado la "parte adulta". Es con esta parte de la personalidad que se propicia una alianza durante la tarea analítica. Un aspecto de la tarea analítica que alimenta esta alianza involucra la indicación y explicación de la cooperación requerida, así como también su estimulación, El analista tiene la esperanza de que esta "parte adulta" gane progresivamente el control sobre el "órgano de la conciencia", y de este modo sobre la conducta, no sólo con el propósito de incrementar la cooperación, sino eventualmente para el desarrollo de la capacidad de auto-análisis. En ' consecuencia, se puede establecer una distinción • Véase Apéndice K.
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entre el "análisis" del paciente, como un proceso poten.. cialmente tan largo como la vida y que constituye una forma de vida con la responsabilidad obtenida a través de! insight y el ser analizado como el método de poner en acción el auto-análisis. Este último estado da consistencia al concepto de "terminación", que se diferencia del de "interrupción", y a objetivos de logro de la organización básica de la personalidad antes que a la resolución de determinados rasgos o síntomas psícopatológicos. Se podría decir que este enfoque está alejado del mod elo médico de la tarea psicoanalírica, pues , significa el abandono de conceptos tales como "enfermedad" y "curación" a favor de un enfoque puramente ' metapsicológico. Fue un desarrollo natural el que vinculó al psicoanálisis tan estrechamente con e! campo médico y la neu ropsiquiatr ía; se recogieron muchos beneficios mutuos, especialmente en los comienzos cuando la gama tera- , péurica del análisis era tan limitada que e! diagnóstico psiquiátrico diferencial constituía un resguardo ese-ncial para la práctica analítica. Pero como la psiquiatría ha avanzado con las drogas, psicoterap ias, tratamientos en grupo y enfoques sociológicos, la presión sobre el psicoanálisis para que "cure" los enfermos ha disminuido y ha comenzado a escIarecerse su posición en el rnun-" do. El psicoanálisis se ha convertido por un lado en el más fructífero método de investigación de la m entalidad humana, donde el concepto de "mente" es diferenciado del de "cerebro" y constituye su principal foco de inter és, Por otra parte, el psicoanálisis ha demostrado ser un campo de aprendizaje y fuente de in.ormaci ón para los campos afines, o sea, la psicología, las ciencias sociales y la medicina.
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Liberado del peso de la "curación", el psicoanálisis se ha orientado hacia el desarrollo del carácter con ·10 cual atrae a un tipo diferente de paciente que tiene distintos objetivos. Al abarcar un área ubicada en alg ún lugar del triángulo entre medicina psicológica, educación y crianza del niño, parece estar pronto para desarrollar una nosología, un sistema prognóstico y un método de evaluación del progreso separado del método descriptivo clínico usado por la psiquiatría. Su alternativa debe ser un sistema basado en el proceso analítico como un concepto unificado, pero esto no se puede lograr sin la unidad del método clínico. Afortunadamente sucede que el "método clínico" no necesita abarcar el área de la teoría y su resultado, la interpretación. Existe un amplio campo para que la unidad de las experiencias clínicas posibilite la comunicación cientí. fica mientras el aspecto técnico del método se mantenga constante, es decir, el encuadre. Se da por sentado que cualquier método que no centralice su indagación en la transferencia no está en absoluto relacionado con el psicoanálisis. . Si se piensa un poco se verá qué razonable es, según el punto de vista expresado aquí, que el análisis ·de niños revele el proceso analítico en su forma más pura. N o sólo viene el niño al análisis libre de conceptos culturales errón eos respecto de la naturaleza del proceso, sino que también se acostumbra al mismo en foro ma natural y sin motivaciones conscientes. Dado que los niveles de su mente están pobremente diferenciados y su vida está colmada de fenómenos transferenciales, se introduce en el dominio del proceso analítico sin darse cuenta. Por esta razón paradójica la cooperación en el análisis no se desarrolla en los niños hasta un I
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largo tiempo. Pero tampoco es razonable decir que no cooperan, hasta que se haya establecido una franca alianza con la parte "adulta" de su personalidad, de modo tal que se puedan estudiar las fluctuaciones en el esfuerzo. Por estas razones, este libro ha sido construido alrededor del proceso tal como se manifiesta en el consultorio de niños y puede parecer aplicable principalmente la experiencia del analista de niños. Sin embargo, si los lectores que carecen de experiencia en este área perseveran hasta el Capítulo VI, encontrarán que el panorama total entra en relación con los hechos' del consultorio adulto. En realidad cada analista está constantemente viendo al niño, o más precisamente, a las distintas partes-infantiles de su paciente adulto, en sueños, así como también en el acting-in y acting-out de la transferencia. Pero es también cierto que, puesto que la experiencia en niños enriquece el trabajo de los analistas, su ausencia puede hacer que las descripciones de los Capítulos I-V sean menos vívidas. Volvamos por un momento a la necesidad de construír, en el futuro, una nosología y un método de ,prognosis puramente psicoanalíticos. A lo largo del texto se indican sugerencias que apuntan a dicha fundamentación, a los fines del aspecto clínico. Pero para que sea . de valor científico, un sistema de nomenclatura y prognosis deberá existir en íntima conexión con un método de evaluación y con un concepto del proceso analítico debidamente esclarecido y unificado. Está claro que los pasos a seguir deben ser: primero, proceso analítico; segundo, método de evaluación; tercero, construcción de una nosología y prognosis. Gracias al genio de unos pocos ya se cuenta con trabajos teóricos y téc-
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nicos básicos. Es factible ahora que otros estudiosos brinden su contribución para unificar al psicoanálisis en una ciencia que contenga en sí misma todos sus elementos y que sea lo suficientemente sólida como para satisfacer a sus amigos más exigentes y protegerse de , sus enemigos más virulentos. Dado que vamos a rastrear ahora la evolución de la transferencia como proceso, con una historia natural propia, tal vez lo mejor sería ser claro, desde el cornienzo, acerca de la utilidad y de los peligros de tal conceprualización. H e dicho que el analista debe estar "sumergido" en la experiencia interna del material del paciente, confiando en que su virtuosídad analítica realizará en la sesión el manejo técnico y la tarea interpretativa. .Pero debe "emerger' en el descanso para comprender 10 que ha estado haciendo en realidad y qué área del proceso analítico ha atravesado. A partir de estas consideraciones puede predecir el curso futuro y llevar adelante la validación mediante la predicción, que es el instrumento científico pr incipal del. psicoanálisis. Resulta obvio que la convicción acerca de la teoría analítica sólo puele provenir de la experiencia; cada analista, guiado por sus profesores y por la literatura correspondiente, debe "descubrir" la totalidad del an álisis por sí mismo. Esto, creo, no ocurre en las otras ciencias en las cuales 'no existe una absoluta inrerdepen-' dencia entre cada área de la teoría. Si hay pirámides que descansan sobre sus bases, el 'psicoanálisis es de las que descansa sobre su ápice constituido por el concepto del inconsciente. la historia del psicoanálisis se asemeja al juego de construir con fósforos sobre el cuello de una botella y cal es la esrrucrura de las teorías
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que toman forma en la mente del analista a medida que éste se va formando. Al igual que el que contruye sobre-la-botella, el analista siente que esta estructura está en peligro constante ante cada perturbación, particularmente ante los ataques que provienen de sus propias estructuras infantiles. Hasta que el analista no tiene una vasta experiencia y su carácter se ha estabilizado por el tratamiento analítico, esta estructura de teoría es frecuentemente derribada por el stress de la tarea analítica, su dolor, confusión, preocupación, culpa, desilusión. El "emerger" para hacer inventario, que ocurre mientras el candidato está en análisis y mientras el analista joven está en supervisión, debe eventualmente tomarse como un proceso autónomo. La conceptualización del proceso analítico puede contribuir a esta función y de ese modo estimular la capacidad de investigación del analista en formación. Me refiero a su capacidad de "descubrir" los fenómenos psicoanalíticos más allá de 'la verificación de todo lo que se le ha enseñado. Si bien este es el valor de la concepción, debemos recordar sus peligros, es decir, la tentación de protegernos de las zozobras antes enumeradas mediante la escotornización, el control obsesivo, la dependencia fácil de la teoría y la sumisión a la misma. Por lo que antes de comenzar, insisto en que los Capítulos que" siguen no pueden ser "usados" en el consultorio, sino solamente durante el descanso, cuando se escriben anotaciones, se reconsidera el . progreso de un paciente, se presenta material, se escriben trabajos.
SECCIóN 1
CAPÍTULO
1
LA RECOLECCIÓN DE LA TRANSFERENCIA
Los niños se aproximan al análisis, como a cualquier nueva experiencia en la vida, bajo la orientación y la autoridad de sus padres. Se solía pensar que el deseo de complacer a los padres, la esperanza de gratificar anhelos secretos y la expectativa de encontrar alivio para las aflicciones cotidianas se mezclaban en grados varíables para impulsarlos hacia la nueva experiencia, mientras que las ansiedades los retenían. A su vez podemos pensar que el modelo motivacional es más inconsciente y pertenece a la categoría general del deseo de manteo ner el Jtatu-qtto que se opone al impulso hacia la inre- , gradón. No creo que estos dos puntos de vista sean incompatibles, pero encuentro que este último es más acorde con mi experiencia y modo de describir los fenómenos analíticos. Según este punto de vista la vida de un niño al ' comienzo de su análisis parecería estar colmada de objetos del mundo externo: padres, hermanos, familiares" sirvientes, maestras, animales, juguetes, máquinas y también por elementos de la naturaleza. Aunque su tendencia, impelida por distintos impulsos y ansiedades, es la de extender los límites del setf para abarcar todo objeto nuevo, también padece el temor a la sobreexren-
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sión a "perderse", y por esta razón intenta mantener un perímetro definido. La geografía 'de este perímetro, en relación con el mundo externo, está principalmente, como en tamos juegos, definida por la distancia emocional del "hogar" que es, en verdad, el domicilio real, pero es también fundamentalmente los cuerpos de los padres y en especial el de la madre. De este modo las personas y las cosas tienen una valencia positiva o negativa según se los sienta cercanos a los padres. La intensidad de la valencia. varía según el grado de intimidad amistosa u hostil. Es po~ esta razón que una fobia, por ejemplo, estará casi siempre vinculada a una tendencia fóbica de los padres. Por otra parte sabemos que aparece una valencia edípica negativa en el momento en que se sospecha de una intimidad demasiado positiva con una figura parental. Creo que podemos decir, can seguridad, que los niños "miden" a su analista de este modo: con un ojo puesto en el padre o madre y el otro en el analista observando la interacción en el momento del encuentro. Se puede pensar en la incapacidad de integración de los niños en forma muy provechosa y sostener que no se debe principalmente a un emergente persecutorio, sino a su incapacidad de internalizar la yuxtaposición de la figura del padre y la del analista a los fines de "medir", Un niño con una mayor capacidad para la introyección lo puede hacer, utilizando datos que su padre o madre le pueden dar del analista, y viceversa, aislanda a uno del otro. la forma en que los padres han presentado la necesidad y el propósito del análisis, por ejemplo, puede yuxtaponerse en el pensamiento a la presentación del analista, o a su actitud o modales. Toda disonancia tiene el efecto de una valencia negativa que
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se agrega 'al procedimiento analítico o al analista como persona. Por esta razón vale la pena que los padres preparen cuidadosamente al niño para esta primera sesión y para el manejo del niño en las diversas eventualidades que surgen de la misma, a pesar de que con frecuencia comprobamos que las más cuidadosas instruccicnes se pierden con la excitación del momento. Este modo de comprender el problema que se nos presenta, en el sentido general de introducir una persona nueva en la vida del niño, podría sugerir que el estrecho margen entre la amistad y la valencia negativa persecutoria o edípica debe ser utilizado por hacerle evidente al niño la existencia de un grado correcto de relación amistosa, pero no demasiado intima entre 10., padres y el extraño. Esto es de hecho lo que una m3;cstra o médico preparado harán a través de su conducta , forma de dirigirse, breve charla con los padres antes de dirigir su atención hacia el niño con cierto grado de contacto físico y a la vez emocional. Pero los requisitos del proceso analítico probablemente no se cumplirán a la larga con esta forma de comienzo, dado que nuestros objetivos difieren mucho de los de la maestra o el médico. No pretendemos establecer una relación de confianza y obediencia para con nosotros como sustituto de los padres dentro de un área limitada. Deseamos emprender una relación nueva y trascendente que pueda separarse de la vida del niño en su hogar y convertirse eventualmente en una tarea privada, de cooperación y de responsabilidad. Esta alianza con los aspectos más maduros del niño sólo se podrá lograr, creo, siguiendo los métodos postulados por Melanie Klein, según los cuales la interpretación, junto can el esclarecimiento Jel encuadre y el método
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de análisis, es utilizada para poner en marcha el proceso analítico, con todas las cualidades orgánicas que nos proponemos investigar: su "historia natural", como ya lo he llamado. Parecería ser mejor, teniendo este objetivo en vista, que los padres hablaran con el niño 10 menos posible acerca de las razones para su análisis o de los objetivos del proceso y que sólo le dieran informaci6n acerca del horario, frecuencia de las sesiones, nombre del analista y le indicaran que las preguntas restantes se le pueden formular al analista. En forma similar, sería deseable que el contacto entre los padres y el analista fuera tan restringido y ambiguo como la buena educación lo permita. Este procedimiento can seguridad creará en el niño una tendencia a la valencia . negativa más persecutoria respecto del analista, quién debe intentar neutralizarla lo antes posible mediante la interpretación de ' las ansiedades' inconscientes y conscientes y esclareciendo el encuadre, método y propósito del procedimiento analítico. llamo la "recolección de los procesos transferenciales" a lo que sucede como consecuencia de este tipo de enfoque, durante el período introductorio del aná'lisis de niños. Puede durar algunas semanas o varios meses. Difícilmente pueda imaginar la conformación' de una resistencia intratable al análisis en este período, suponiendo se cuenta con una técnica adecuada e interpretaciones con un grado mínimo de corrección, a excepción de una razón que sería la de una folie (/ deux entre madre y niño. Estoy tentado a decir "la persona que lo trae a análisis', pero no creo realmente que esto sea correcto, porque he tenido experiencia de que no era
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la madre la que "traía" al niño, sino que era ella, envuelta en una folie a deux, lo que impedía que la concentración tomara la forma necesaria para poner el proceso de análisis en movimiento. Acabamos de considerar brevemente la organización del espacio-vital del niño respecto de la distribuci ón general de las valencias positiva y negativa y la creación del perímetro dentro del cual todos los objetos negativos, temidos y odiados tienden a ser excluidos y dentro del cual 10$ procesos de relación objeral e identificación están en cambio constante. lo que también está en una serie continua de cambios es su relación con los objetos internos; la inestabilidad .cs el aspecto más significante de la organización de la personalidad por el cual el niño puede ser diferenciado del adulto, desde .el punto de vista analítico. No sólo están sus relaciones interna s en constante cambio, sino que la diferenciación entre lo interno y Jo externo se desdibuja constantemente por la externalización de su situación interna y por su actuación. los objetos del mundo exterior que habitualm ente representan ciertos aspectos de ' la realidad interna pueden haber adquirido la suficiente constancia como para merecer el nombre de síntoma, tal como en una fobia, un ritual obsesivo, una relación paranoide ya establecida con . el matón del vecindario o manías en la comida. Hasta cierto punto se puede hablar del carácter de un niño, pero sólo en niños muy enfermos sc encuentra la rigidez y limitación que se aproxima en calidad a la constancia o cristalización observada en el paciente adulto. A estos niños, de hecho, tendemos a describirlos como pequeños hombres o mujeres viejos precisamente por esta rigidez. Pero, generalmente, el cambio en las relaciones in-
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ternas y la fluidez de transición al acting out es la orden 'd el día en los niños y son precisamente ese cambio y fluidez los que constituyen las facetas principales de su disponibilidad para el enfoque analítico. lo que he descripto podría expresarse en otros términos diciendo: en los niños el nivel más maduro de relaciones con los objetos externos está constantemente contaminado por el descontrolado acting out de las consecuencias del constante cambio en los niveles internos e infantiles de su vida psíquica. No existe área libre de esta contaminación. Sin embargo, la conciencia que el niño tiene de su perturbación varía mucho y es más aguda en el niño que tiene conciencia de una interferencia en su deseo de satisfacer las exigencias y expectativas de los padres. Cuando el splitting de niveles se hace más constante, como durante la latencia, las incursiones de la realidad psíquica son racionalizadas como ego sintónicas o negadas, desde el punto de vista de su significancia. De este modo el niño en latencia siente con frecuencia que sus padres están "de mal humor" o "ha. ciendo mucho lío por nada", en relación con una explosión de conducta desaforada de su parte. Siente que "toman todo demasiado en serio", que "todos los chicos (o chicas) lo hacen" o "sienten del mismo modo" y sus padres le dan la libertad de hacer ·10 que a él [usramente se le ha negado. En una palabra, la vida del niño está llena de procesos transferenciales. También 10 es así la vida del adolescente (desde los 12 años hasta X), pero con una diferencia importante. Mientras que el niño externaliza sus objetos internos en el acting out, el adolescente proyecta partes y entra así en un tipo de acting out mucho más narcisista en el cual la complicidad desempeña un
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papel importante." Esta distinción es de suma importancia para comprender por qué es relativamente fácil , iniciar a los niños en el proceso analítico, mientras que los adolescentes, más parecidos a los psicóticos, son tan difíciles. Se debe a que los niños externalizan objetos y entran entonces en relaciones transferenciales con estos sustitutos objetales del mundo exterior que se conducen de un modo que suele ser ajeno a su mejor nivel de relación Con esa persona, animal o éosa. Mientras que el sustituto externo puede ser llevado por provocación a. actuar el rol deseado, como está expresado en el sueño que se expulsa, lo hace con cierto grado de resistencia interna. Esto se ve muy claramente con juguetes que, al ser . usados en forma inapropiada, se rompen, pierden o resultan inadecuados para el rol que se les impone. Algo similar ocurre con los animales, quienes como los escritores de la Gestalt describen, "abandonan el campo" cuando se les exige en forma excesiva. Sólo los seres humanos, 'y especialmente los adultos, ofrecen, debido a su propia perturbación o buena voluntad mal dirigida, la capacidad de ser sustitutos objetales realmente adecuados. Por esta razón, a pesar , de que la vida del niño está "colmada" de objetos, cualquier adulto COn el que tenga contacto seguido .tiende-a acumular significancia transferencial, tal como el dinero que dejado en el banco acumula interés por el solo hecho de "estar allí". Sin embargo, a pesar de la propia perturbación y aun contando con grandes cantidades de buena voluntad mal dirigida, la mayoría de los adultos en el mundo del niño no tienen la requerida intensidad de interés como para sostener un rol transferencial sin ocasionales rebe-
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• Véase Apéndice A.
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Iiones contra la tiranía y la restricción. Por esta razón, exceptuando e! deseo de los padres de ser idealizados o e! de la niñera o abuelos de ser supra-parentales, los procesos transferenciales del niño se ven forzados casi constantemente a buscar objetos nuevos. Esto constituye un impulso hacia la retención de la situación interna patológica y la evolución de síntomas corno consecuencia. Cuando un niño y un adulto forman una estable colaboración en el acting out, surge la folie a deux, tan refractaria al análisis. Es, en mi experiencia, poco frecuente y generalmente implica a un adulto psi. cótico. La colusión de tipo narcisista entre niños, tan predominante en la pubertad, no tiene la misma calidad de coraza anti-analítica. Este rasgo, esta disposición para incorporar a un .adulto nuevo, que es con frecuencia un sustituto de los objetos internos, constituye el área principal de la disponibilidad del niño para el análisis, tal corno la carga en un ión o la ligadura no saturada en un compuesto orgánico. Enfrentadas con la cualidad ambigua de! encuadre y la persona del analista, las necesidades o tendencias transferenciales del niño comienzan a ."tantear" la situación y empiezan a aparecer un ballon d'essai tras otro en los juegos, comportamiento, conducta, verbalización, al principio tal vez lentamente, pero luego con mayor rapidez. Con estas amenas -creemos- intentan envolver al analista en un acting out recíproco y les molesta encontrar la interpretación por respuesta. Estas primeras interpretaciones deben ser suaves y ampliadas por explicaciones que señalen cómo difiere el análisis de otras situaciones corrientes en la casa o en el colegio. ¿Qué es 19 que pensarnos ocurre cuando interpreta-
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m03 en lugar de entrar en el acti1lg out de la transferencia? Antes que nada sentimos que, como Melanie Klein lo ha demostrado, se alivia la ansiedad en niveles profundos. Pero ¿sabemos por qué o cómo? W . R. Bion 1< ha sugerido que el paciente, como el lactante, exrernaliza una situación interna mediante la identificación proyectiva de una parte del sel! que está angustiada. Esta parte es luego experimentada como devuelta, desprovista del dolor a través del proceso de la comprensión. Claro que para lograr esta función el analista debe realmente recibir la identificación proyectiva y su dolor sin dejarse dominar ni ser llevado a la acción por la misma. La actitud del analista, de receptividad, introyección, auto-control y sobre todo, el deseo de comprender, no puede . ser fingida. No deseo enfatizar demasiado la exactitud de la intervención ya que se pueden recibir proyecciones y comprenderlas mucho antes de ser capaz de verbalizarlas en forma correcta. Pero no tengo dudas de que la natutraleza exploratoria del proceso interpretativo es esencial para posibilitar que este tanteo cobre impulso. Ante esta acumulación de impulso el primer fin de semana los hace sentir como un lobo acorralado y todavía no he visto ni me han contado de un niño que no haya regresado el lunes' siguiente en un estado de rabia interna, recubierto por una "corteza", como la llama Freud. Estos dos ' procesos, el alivio que proviene de la comprensión y el shock de la separación ponen en movimiento el ritmo que es la forma ondu lante, para decirlo así, del proceso analítico, que vuelve con frecuencias variables, de sesión en sesión, de semana en semana, de período en período y de año en año. • Aprendiendo de la experiencia, Bs, Aires, Paidós, 1966.
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Esta tendencia de los procesos transferenciales a encontrar expresión cuando sus ansiedades han sido aliviadas resulta en el fenómeno que he llamado "la recolección de la transferencia". Cuando el niño se adapta bien al análisis esto puede ocurrir muy rápido al principio y resultar en el tipo de mejoría de la perturbación clínica que se da fuera del análisis y que ha sido llamada, en forma algo equívoca, "cura transferencial", término tomado del análisis adulto donde probablemente es sinónimo de la "fuga en salud". Es importante preparar a los padres para esta mejoría temprana y asegurarles que no ha de durar, ya sea que piensen seriamente en sacar al niño del análisis o no. .Esta recolección inicial de la transferencia es más evidente en los niños que en los pacientes adultos, en los cuales la así llamada transferencia pre-formada es tan prominente en las primeras semanas y meses. Los niños, gracias a su relativa ingenuidad acerca del psicoanálisis, no presentan esta fachada, ya sea de pseudocooperación o de pseudo-transferencia, de modo tal que la verdadera naturaleza de los acontecimientos que ponen al análisis en movimiento son más ostensibles. En realidad, los acontecimientos son los mismos para todos los pacientes, y mientras que el niño al comienzo intenta imponer al analista el rol de alguna figura muy conocida, como ser el de doctor si el analista es un hombre o el de maestra si es mujer, el adulto o el adolescente impondrán el rol del "psicoanalista" derivado de lecturas, películas, rumores y fantasías. Este gambito inicial no tiene consecuencias serias y no es necesario considerarlo con atención ya que explota COmo una burbuja ante la primera interpretación que llega a lo . profundo.
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Cada niño pronto se acomoda en su propio método de presentación de los fenómenos transferenciales, su estilo propio. Los niños pequeños jugarán con juguetes, revelarán sus ansiedades a través de una conducta muy evidente como ser huyendo de la habitación, y en forma ostentosa se relacionarán con el analista. o lo ignorarán completamente. Los niños en latencia frecuentemente recapitularán su conducta escolar sentándose, dibujando o escribiendo. El niño en la pubertad puede querer hablar pero ser incapaz de aceptar la dependencia y la pérdida de anclaje con la realidad al yacer en el diván. Todas estas cuestiones como son de estilo no tienen mayores consecuencias. El proceso esencial, la evolución de la transferencia, continúa sin ser visible para el analista hasta que el encuadre se haya c.rcunscripto y definido de modo que las ansiedades' queden contenidas' dentro del mismo. Con los niños pequeños esto toma nuevamente la forma de una necesidad por parte del analista de definir e imponer límites geográficos al encuadre. Con el niño en latencia la transferencia pasa a la persona y conducta del analista, o sea, a su negativa a coincidir con el rol doctor, maestra, niñera, tío o semejantes, que el niño modela para él. Con el niño en la pubertad gira alrededor de cualidades de una mayor significación social tales como la negativa del analista a representar e! "mundo adulto" contra los "adolescentes", . Durante las primeras semanas en que se están viendo problemas técnicos de! encuadre, el material parece variar y moverse de un punto a otro, en cuanto a su contenido latente y ser nebuloso y ambiguo en calidad, edípico genital en un momento, muy infan til en seguida, con ansiedades persecutorias y depresivas
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alternativamente y confusiones que surgen a todos los ni veles. En cierto modo el material es un vehículo para los problemas del encuadre y un reflejo de las fantasías proporcionadas por la forma en que se manejan estos problemas. La firmeza en el manejo del pro blema de la separación en la sala de espera que un niño pequeño puede presentar pu ede brindar material en relación con la identificación proyecriva con el perseguidor, lo cual requi ere poner límites a la conducta agresiva. Esto p uede conducir a material ed ípíco femen ino pasivo, lo cual req uiere esclarecimiento de restricción sobre el contacto corporal: esta restricción p uede provocar angustia de castración masculina y el impulso homosexual a seducir y aplacar con caramelos de bolsillo, lo cual .llevará al esclarecimiento de las razones que tiene el analista para rechazar este u o tros regalos. Un a explicación puede llevar a una conducta expulsiva anal de índole maníaca y la necesidad de defecar, lo cual requiere el esclarecimiento de la in sistencia del analista en acompañar al niñ o al baño y la elaboración de detalles en torno de la . ayuda real que el niño necesita para desvestirse, vestir se, limpiarse, apretar el descargador, etc., a diferencia de su seducción por un lado y -de su ansiedad persecutoria por otro y así sucesivamente. En otras palabras, en las primeras sesiones el material no tiende a derivar su contenido latente del material anterior, como ha de ocurrir luego siempre en el análisis, sino que parece ser la respuesta a la conducta del analista en relación con el encuadre. Sin embargo la tendencia a r eaparecer posteriormente está relacionada con el proceso interpretativo y su capacidad de estable cer un vínculo con esta configuración de' la fantas ía, "en-
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gancharla" y conservarla como modelo transferencial en el análisis. Mientras están surgiendo estos fugaces modelos de fantasía y transferencia potencial en respuesta a los problemas del encuadre, se ha puesto en movimiento otra secuencia en respuesta a la primera interrupción del fin de semana, o sea una secuencia de configuración transferencial que gira alrededor de problemas de separación y por lo tanto, de individuación. El niño va probando todos los recursos que conoce, de mayor o menor omnipotencia, los descarta, los vuelve a probar y eventualmente los abandona por un uso cada vez más consistente de la única defensa infalible ante la separación: la identificación proyectiva masiva. Esta constituye la secuencia esencial en la profundización de la transferencia que pone en marcha al proceso analítico, con todo su poder autónomo. Pero esta profundización puede vacilar y quedarse entonces largos períodos a menores profundidades y en un trabajo analítico más fortuito, si el manejo técnico de la secuencia de la defensas ante la experiencia de separación no es adecuado. Tácticas dilatorias, de construcción a último momento y de denigración del encuadre, robos, partidas antes de tiempo (ya sea saliendo del consultorio o perdiendo el contacto), reversión de tipo maníaco yendo hacia la madre que lo aguarda en la sala de ·espera, y otros innumerables recursos deben ser enfren· rados, analizados por sus ansiedades subyacentes y re· sueltos mediante un reajuste de la técnica del encuadre. Nuevamente la forma del problema es diferente con pacientes adultos porque a su vez se centra más en problemas de horarios, honorarios, modalidades de actividad y comunicación, pero el proceso es el mismo.
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. Estos dos problemas, la recolección de las configuraciones transferenciales que surgen respecto del encuadre y la profundización de la respuesta transferencial a las separaciones, interactúan entre sí para intensificar el compromiso con el análisis. Movilizan la omnipotencia del niño en su intento de estabilizar la situaci ón a medida que lucha contra la evolución de cualquier tipo de dependencia del proceso analítico y de la persona del analista. Los servicios del analista en relación con estos dolores psíquicos que son afectados e intensificados ' constituyen una compensación ante los intentos del paciente de controlar la situación. Su recepción de las proyecciones del dolor psíquico actúa como un factor modulador hasta que el dolor sea modificado por la . ., inrerpretacron, Lentamente este movimiento relativamente fortuito de la transferencia disminuye a medida que se establece el encuadre con todas sus facetas complejas y se afirma el ritmo del proceso analítico. Lo cual rara vez ocurre antes de que las consecuencias de una interrupción por vacaciones hayan sido resueltas. Tal vez sea la única fase del análisis en la cual la experiencia cuenta mucho en relación con el tiempo. El tiempo de esta primera fase está determinado en gran parte por la habilidad técnica y el criterio clínico del analista, a diferencia de fases más tardías en las cuales la elaboración sigue un curso que está determinado por la estructura y corrsritución del paciente. Este punto será aclarado en los capítulos siguientes de esta sección. En estos capítulos sobre la ."historia natural" del proceso analítico (Capítulos I-V) el énfasis clínico está puesto, por las razones dadas en la Introducción, en el proceso tal como se da en el análisis de niños, dejando
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la orientación de la totalidad en relación con el análisis adulto para el Capítulo VI. Pero podemos muy bien dedicar aquí cierta atención a las diferencias aparentes en el enfoque y período de introducción del paciente adulto no psicótico para demostrar que estas notables diferencias son en realidad superficiales ya que son diferencias de forma y no de estructura. El adulto viene al análisis con un carácter más cristalizado y modelos de transferencia can objetos externos más estables que el niño, pese a lo cual existe aú n una vasta contaminación de su vida adulta. Su vida sexual está altamente contaminada de sexualidad infantil de I modo que su esposa es también su hermana delictiva, como una continuación de los modelos de la adolescencia. Sus hijos contienen partes infantiles suyas proyectadas ante las cuales actúa como el padre que idealiza o que persigue. Sus perseguidores más infantiles pueden ahora vivir en Marte o en Rusia pero existen, y su actitud ante el dinero, bienes, status social, política y aun su campo de trabajo y conocimiento están destinados a estar más o menos contaminados de significación infantil. En el sentido estructural parece ser cierto que la mayor parte de los adultos continúan teniendo una estructura de personalidad adolescente hasta lo que Elliott Jaques llamó "la crisis de la edad media de la vida" cuando comienza la lucha por una integración mayor (y con ella la rebelión contra los modelos culturales) o un retorno a la rigidez del período de latencia, lo cual implica "el acomodamiento.a la edad media de la vida", Ya sea que el paciente adulto venga al análisis durante esta adolescencia prolongada o con la angustia de la crisis de la mitad de la vida o se sienta en la cié.
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naga del período de latencia que se da en este momento, su contención de estructuras infantiles y su reconocímiento de la realidad psíquica serán muy limitadas. : ' Las estructuras de personalidad del adulto desde el puntO de vista psico-patológico difieren entonces poco .le las del niño. En cuanto a la motivación, la situación es similar y la diferencia es entonces más aparente que real. ¿Qué analista al pensar sobre los motivos que lo llevaron al análisis no se daría cuenta que fue "el azar" y no la sagacidad de criterio lo que lo llevó aI.diván? Lo mismo ocurre con todos los pacientes porque ninguna persona que ha haya vivenciado el proceso analítico puede realmente comprender su significado emocional independientemente de la comprensión intelectual de la literatura. Eramos pordioseros cuando creíamos ser patrones, pacientes cuando creíamos ser estudiantes. Del mismo modo que la motivación de los adultos es espuria, su alarde de cooperación es igualmente falso. Con toda sinceridad, conscientemente y con todo el esfuerzo de su intelecto, no pueden cumplir con la primera regla, tan frecuentemente mal entendida como "decir todo lo que les viene a la mente". En realidad queremos que nuestros pacientes "observen sus estados mentales y comuniquen sus observaciones", lo cual no pueden hacer, y no podrán hacer con precisión o consistencia por algunos años. No pueden ni "observar", tal es el grado de constricción de la conciencia en relación con los procesos internos, ni tampoco pueden "comunicar", debido a lo inadecuado que es su vocabulario desarrollado en relación con objetos hechos del mundo externo. De hecho, lo mismo que el niño, el paciente adulto está obligado, por un período largo, a "actuar en la transferencia" en alto grado y, asimismo a actuar para
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tristeza de su familia y amigos. Por lo tanto, el pnncipio del tratamiento de un paciente adulto también comienza realmente luego de la primera interrupción del fin de semana. Al igual que con el niño un período de mejoría general está acompañado de "la recolección de la transferencia" y es luego interrumpido por la aparición de modelos de acting out, a medida que la principal corriente de transferencia toma forma, y la "historia natural del proceso analítico" cobra vida propIa. Si todo esto es válido para el paciente adulto que va al encuentro del análisis sólo debido a imight y conccirnienro, cuanto más lo será para la gran mayoría de pacientes que vienen, como los niños, por requerimiento de doctores, esposos y amigos, con la seguridad de ses, "curados" a través de la sumisión a "ser analizados".
CAPÍTULO
11
EL ORDENAMIENTO DE LAS CONFUSIONES GEOGRAFICAS
En el primer capítulo describí mi experiencia acerca de la fase inicial del proceso analítico en los niños afirmando como tesis central que este proceso tiene una historia natural propia determinada por la estructura del aparato mental a niveles inconscientes profundos. Si el analista tiene "el control de este proceso mediante la creación de un encuadre adecuado y una intervención interpretativa lo suficientemente correcta y oportuna como para modificar las ansiedades más intensas y facilitar la elaboración, se puede observar (principalmente en forma retrospectiva) la aparición de una secuencia de fases. Quisiera ahora ilustrar la segunda de ellas. La separación del primer fin de semana establece una modalidad de relación a niveles profundos del inconsciente que aumenta en intensidad a" medida que los procesos transferenciales infantiles se concentran e influyen en el análisis. Esta modalidad, o la tendencia hacia ella, se libera en cada experiencia de separación periódica y más tarde en el análisis será reavivada por cada interrupción no prevista en la continuidad analítica. La modalidad a la que me refiero es la tendencia infantil a una identificación proyectiva masiva con ob-
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jetos externos y pronto también con objetos internos. Surge de una configuración de motivos y da lugar a un espectro de consecuencias que requieren un detallado examen. Mas es necesario aclarar primero un principio económico general. La duración de la fase dominada por cualquier organización transferencial particular no es realmente predecible en el presente momento ya que los factores que gobiernan la movilidad de las defensas, la inten sidad del impulso hacia la integración, la capacidad para aceptar la dependencia, etc., están todos oscuros por el momento y se los suele agrupar bajo la rúbrica de "constitucionales", lo cual a pesar de la referencia biológica, en la práctica probablemente _ signifique que sólo los podemos evaluar retrospectivamente pero no por anticipado. En segundo lugar, también debemos tomar el término "dominio de la transferencia" como relativo, dado que la economía de esta disposición no es clara. El proceso analítico es cíclico y las fases que bosquejo aquí en forma panorámica pueden en cierto grado aparecer en secuencia en cada sesión, cada semana, cada período, cada año, o sea, en las cuatro unidades temporales cíclicas del proceso analítico. La fase en discusión, que se relaciona con la experiencia de separación y de identidad separada, naturalmente tiende a ser más dominante al comienzo y al final de dichos ciclos, sesión, semana, período, año. Pero se puede decir en forma razonable que el análisis mismo está siendo "dominado" por este dinamismo en tanto éste ocupe una porción abrumadora del tiempo analítico y hasta que se hayan dilucidado las ansiedades con las que está asociado de modo tal que pueda comenzar la elaboración. Probablemente sea correcto sostener que esta elaboración nunca cesa en forma completa, que es
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otra forma de decir que la lucha contra la regresión y la desintegración es continua. Volvamos ahora a los diversos motivos subyacentes a la tendencia a' la identificación proyecriva masiva: Los principales motivos podrían ser enumerados del siguiente modo: intolerancia a la separación, control omnipotente, envidia, celos, falta de confianza, ansiedad persecutoria excesiva. Se verá cómo inmediatamente se superponen o mejor dicho se entrelazan. 1) Se puede decir que la intolerancia a la separación existe cuando se presenta una dependencia absoluta de un ob jeto externo para mantener la integración. Esto ' se puede observar en niños autistas y esquizofrénicos en los cuales la necesidad de contacto físico o de atención permanente, o de estar en contacto a través de la verbalización constante, revela la ausencia del equivalente psíquico de la piel *. Necesitan un objeto externo para mantener juntas las partes del sel] de modo tal que se delimite un área de espacio vital dentro del seli que pueda contener los objetos de la realidad psíquica. 2) Cuando la diferenciación entre bueno y malo está pobremente definida debido a un inadecuado o deficiente splitting-e-idealización del sel! y los objetos, el uso de la indentifi cación proyectiva sirve a los fines del control omnipotente y opera como precondición para la relación objetal, preferentemente a una organización' narcisista. Esto es evidente en una estructura muy paranoide (véaseel trabajo de Betty ]oseph "Persecurory Anxietyin a Four Year üld Boy", lnt, I, PsychAnal., Vol. XLVII) . 3) No es necesario que dediquemos mucho tiempo a la envidia ya que ha sido tan ricamente explorada • Véase Apéndice B.
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por Me1ani e Klein en Enoidi« 'Y Gratitud y en Identificación. 4 ) Los celos constituyen una complicada emoción y su diferenciación de la envidia puede con frecuencia ser algo má s compleja que la sugerida por Melanie Klein y aplicada a tres o a dos personas respectivamente. La dificultad proviene de dos direccio nes: existe una primitiva elaboración de la envidia a la madre o al padre o a su coito que es tan oral, tan de objeto parcial y tan raimada en sus manifestaciones, que la he llamad o "celos delirantes" ji (aun cuando se aproxima peligrosamente al término "delir ios de celos" usado en la literatura pisiq ui átrica de la paranoia, erc.). Estos celos son delirantes porque están basados en una relación omnisciente con el cuerpo de la madre, según la cual se representan mentalmente a bebés internos retozando en todas las form as imaginables, especialmente aquellas másanheladas y frustradas en la organización infantil. No son realm ente celos porque se trata de una representación' desviada de una actitud envidiosa frente a las figuras adultas. En segundo lugar, existen celos posesi vos que aparecen como una forma de amor primitiva, altamente oral y de objeto pa rcia!. Es bipersonal y sin embargo no es prop iamente envidia; podría incluirse en la descripción que hace Me1anie Klein de la envidia-al-pechoque-se-alimenta-a-sí-mismo. Se la ve con marcada intensidad en los niños autistas y en los niños cuyos impulsos hacia la maduración son muy débiles, de modo tal , que desean perma necer infantiles o morir. Lo cual significa para su inconsciente volver-a-dormir-dentrode-la-madre. Esta forma primitiva de celos posesivos • Véase Apéndice C.
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juega un papel importante en la perpetuación de la identificación proyectiva masiva de este tipo particular caracterizado por el retraimiento y la somnolencia. 5) Es más dudoso que la falta de confianza sea Un factor de esta fase, dado que es generalmente una consecuencia de la proyección excesivamente destructora. Pero pienso que se la puede aislar en una forma particular que está relacionada con secretos y engaños. Cuando la identificación proyectiva se consuma en la fantasía mediante el engaño o la astucia, antes que por la violencia, la desconfianza del objeto y la consiguiente claustrofobia son intensas, dado que se' sospecha que el objeto es muy tramposo en su aparente vulnerabilidad. Esto parece ser, a mi juicio, un fenómeno distintivo que no puede ser atribuido a la inconsistencia de los padres o al engaño dado que surge en el análisis como una preferencia positiva por un mundo de engaño. Desempeña un papel importante en la paranoia y en la actitud perversa generalmente. 6) Finalmente llegamos al factor de la excesiva ano gustia persecutoria. Creo que ahora estamos en condiciones de establecer una distinción cualitativa para ampliar el principio cuantitativo general postulado por Melanie Klein, haciendo referencia especial a 10 que W. R. Bion ha llamado "terror sin nombre", ll< y yo he descripto como "terror"." ll< En ambos casos se han descripto ansiedades paranoides que son fundamentalmente intolerables en calidad a diferencia de otras formas de persecución que pueden alcanzar una intensidad que es intolerable en cantidad. Antes de delinear las consecuencias de este ataque • Aprendiendo de la experiencia, Bs. Aires, Paidós, 1966. •• Véase Apéndice C.
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masivo a la individualidad de los objetos, y del analista en la transferencia, sería útil intentar catalogar brevemente algunas de las manifestaciones de conducta típicas que se observan en el consultorio de niños. La siguiente podría ser una clasificación lógica: a) utilización del cuerpo del analista como una ' parte del seii; b ) utilización del cuarto como el interior de un objeto; en tales situaciones el analista tiende a representar un objeto parcial dentro de este objeto al mismo tiempo que se lo equipara con el objeto; c) inversión de la delación adulto-niño; en la cual se le hace al analista .contener y representar una parte alienada del sel] in-: fantil; d ) ejercicio de un control omnipotente sobre el analista. a) Es más característico de niños pequeños y de niños autistas o muy psicóticos el abordar el cuerpo del analista en forma frontal. Aquí la técnica juega un papel importante en determinar su perspectiva o su mutación hacia formas que emplean de alguna manera la simbolización. Probablemente los niños autistas sean los que más persisten en esto no obstante los intentos técnicos para apartarlos y tal vez se 10 deba tolerar en forma temporaria si el niño está claramente impulsado por la ansiedad ante la fragmentación.· Subirse a la falda, mirar dentro de los ojos, orejas y boca, representaciones concretas de comerse las palabras del analista, empujar la cabeza contra el abdomen del analista, rodear el cuerpo del analista con los brazos, empujar sus genitales o el trasero contra el analista; éstas son algunas formas típicas de acercamiento. Una vez que cede, surge en forma casi inmediata una reacción maníaca y un cambio de material. Un niño autista correrá • Véase Apéndice B.
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hasta la ventana y gesticulará triunfal a los pájaros en el jardín, a pesar de que son generalmente objetos de pu ñetazos enfurecidos cuando siente que está afuera y vivencia al jardín como el interior del cuerpo de la madre. Luego de oír ladrar a un perro en el jardín, un niño pequeño se apoyó en mí brevemente, luego se zambulló detrás del diván y ladró excitado. Estos tipos de contacto pueden resultar en un estado de identificación proyectiva masiva en los cuales el contacto físico proporciona una experiencia de puerta de entrada. Lo menciono con cierto detalle para distinguirlo como un pro blema general conectado con la identificación proyectiva de actitudes y conducta hacia el cuerpo del analista que san manifestaciones de un estado existente de identificación proyectiva, Un niño autista en tal condición tomará la mano del analista para usarla como un instrumento para abrir una puerta o cortar un trozo de papel. Un niño paranoide puede ingeniárselas para conseguir ponerse los anteojo s del analista o pedírselos para ver mejor o intentar usar su lapicera, convencido de que podría escribir o dibujar si la tuviera. b ) Utilización del cuarto como el interior de un objeto que es frecuentemente revelada por el mismo modo de entrar al cuarto, de golpe, o golpeándose contra el quicio de la puerta o por el modo de mirar a su alrededor tal como si estuviera en un vasto anfiteatro. En forma inversa la fantasía de haber permanecido secuestrado dentro del analista durante una separación puede ser expresada escondiéndose detrás de la puerta en la sala de espera o debajo de una silla. El mirar fuera de la ventana, aunque sea a una pared de ladrillos desnuda, como en' mi consultorio de niños, puede con-
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vertirse en una actividad significativa y el arrojar objetos a través de la puerta o la ventana puede ser un modo de representar la expulsión de rivales o perseguidores. Se puede notar con frecuencia que la confusión acerca del tiempo es un fenómeno acompañante de modo que la ansiedad claustrofóbica puede ser expresada mediante un control desconfiado del reloj del analista, la intensa erotización de la situación se hace frecuentemente manifiesta y se puede expresar en queja:; acerca del calor que hace en la habitación o mediante una aguda sensibilidad y curiosidad por los ruidos que provienen de otras áreas de la casa. las paredes del cuarto suelen aparecer muy ero rizadas y se las palpa y acaricia, o en forma inversa, pueden ser objetos de indagación sádica al horadarlas, investigar la entrada y salida de las cañerías, alambres, la estrucrura de las puertas y ventanas y los orígenes de defectos estructurales o decorativos. En esos momentos la relación con el analista suele ser peculiar y mezclada. los niños menos psicóticos mantendrán un comentario continuo con el analista, al tiempo que dramatizan sus fantasías de entrada, posesión, persecución, caer en una trampa, etc. los niños , . , . , mas pSlCOtlCOS o menores son mas propensos a ' perderse en la fantasía e ignorar al analista como persona, de modo que el analista se siente, en su tarea interpretativa , como si fuera un observador o comentador no participante. En otros momentos puede figurar como un objeto-parcial-dentro-de-la-madre, generalmente el pene del padre o un bebé interno, en ambos casos, persecutorio, aunque muy erótico en importancia. Es en esos momentos cuando, según mi experiencia, tienen lugar las más inesperadas explosiones de ansiedad, y junto con esto, estallidos de una agresión desusada. Por
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alguna razón, probablemente conectada con la fantasía de intrusión y el temor de ser espiado, los ojos del analista parecen ser un objeto de ataque particular. Pero es aún más peligrosa la identificación coa el perseguidor que puede poner fin a los ataques de ansiedad y resultar en un ataque rencoroso e inflexible. e) La inversión de la relación adulto -niño, puede ser la representación más prominente de la identificación proyectiva masiva y, lo mismo que el ejercicio del control omnipotente, debe ser diferenciada cuidadosamente del juego de roles como una forma de comunicación. Se ve especialmente en niños que comienzan a ir a la escuela, en los que tienen fobia a la escuela, o en su opuesto, el niño que ataca a los demás niños en la escuela. Pienso que los niños tienen valiosas y consrruc. tivas partes del sel] escindidas y proyectadas '. ("mutilaciones del yo") ,. y están funcionando a un nivel deficiente, con mucha dificultad en la maduraci ón y el aprendizaje, también se convierten en maestras tiránicas o madres irritables durante largos y desalentadores períodos del análisis. En esos casos no se espera del analista que desempeñe un rol, sino que se lo trata como a un niño, con frecuencia como si fuera uno de muchos niños imaginarios dentro del consultorio. d) Este proceso de inversión, cambia sutilmente en un proceso de control omnipotente sobre el analista. Se apela a todas las técnicas imaginables, verbales y no verbales, que van desde la coerción, amenazas, seducción, chantaje, aparente desamparo, llanto fingido, promesas imperativas, todo lo cual puede ser resumido en un concepto: el intento de inducir al analista a come• Véase Apéndice D.
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ter una transgresión técnica. El hecho de que el control omnipotente se ejerce a través de la fantasía de la identificación proyecriva no se hace inmediatamente evidente sino que se observa en las consecuencias de una transgresión técnica provocada por alguno de los métodos ya mencionados. El material puede bruscamente pasar a las formas dentro-dei-objeto ya mencionadas y en las cuales hay evidente ansiedades claustrof óbicas, O el resultado puede ser una respuesta maníaca inmediata con consecuencias hipocondríacas posteriores. En los pacientes más psicóticos se da un cambio más sorprendente que se expresa mediante el compor tarse corno si fueran el analista haciendo interpretaciones, comenzando una conferencia o repri menda de tipo despectiva. Por otra parte, se puede dar una brusca regresión en la cual se adoptan posturas infantiles , se chupan el dedo; se quedan dormidos. Tal vez lo más desconcertante sea un ataque de ansiedad aguda. en la cual se van del cuarto y se niegan a entrar nuevamente, en cuyo caso es necesario reconocer e interpretar en forma inmediata la transgresión técnica y la exper iencia concreta de control omnipotente. Debe entenderse que el término "transgresión" se refiere a los modos establecidos por un analista- determinado en relación COn el manejo del encuadre. Generalmente al comienzo del análisis, cuando las actividades que requieren manejo técnico muy probablemente alcanzan su puntO culminante, rara vez la conducta a seguir. ha sido elaborada en detalle. Por cierto que yo estoy, por ejemplo, a favor de una elaboración gradual de dicha conducta que dependerá de cada niño en par-ticular, comenzando con una técnica laxa que se irá ajustando según lo indiquen los hechos que corresponden a los tipos descriptos en a) y d ) ("utlización del
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cuerpo del analista" y "ejercicio del control ornniporente"). De este modo, imponiendo restricciones sobre las bases de claros ejemplos de enojosas consecuencias en el análisis, se libera al proceso de esa rigidez que siempre parece al niño arbitraria y básicamente hostil. Una vez que ya han sido considerados en cierto grado los motivos para la identificación proyectiva masiva que desdibuja los límites del selj y del objeto en la transferencia y produce la concomitante confusión geográfica y que se han descripto algunas de las formas rípicas de conducta por las cuales se pone de manifiesto en la sesión analítica, quedamo s en libertad de dedicarnos a una consideración más general del proceso analítico como totalidad y del papel que desempeña esta fase en el mismo. En las secciones anteriores intenté dejar aclarado que el problema básico es el del dolor psíqui:o y la necesidad de un objeto en el mundo exterior que puede contener la proyección de dicho dolor. O sea lo que he llamado el "pecho-inodoro". En este nombre englobo la naturaleza de objeto parcial de la relación y la cualidad de ser valorado y necesitado, pero no amado. Considero que es muy importante reconocerlo para poder comprender la inevitable escasez de ansiedades depresivas en esta fase. Lo cual no quiere decir que no surjan ansiedades depresivas durante este período del análisis en relación con todo otro tipo de aspectos transferenciales, pero las transacciones centrales que he bosquejado como referentes a las confusiones geográficas, vienen acompañadas de poca ansiedad de-
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presrva.
Tiene lugar, en cambio, un agudo Jplitting del objeto que puede prolongarse por un largo tiempo, de modo que el analista es de hecho Jólo un inodoro, y todas las cosas buenas para ser introyectadas vienen
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de la madre, maestra, hermanos, amigos. lo cual no significa que no tenga lugar un proceso introyectivo, sino que nose 10 reconoce en el análisis: se 10 atribuye, y en realidad se 10 experimenta, en otros lugares. De este modo el niño pued e durante un largo período traer juguetes, caramelos, comida o libros de su cara, hacer los deberes o tejer. la razón de la rigidez de este splitting se ve con claridad cuando el splitting comienza a debilitarse y surgen agudas ansiedades de ensuciar, contaminar y envenenar el pecho nutricio. Esto esrá maravillosamente ilustrado en "La Narracción" en las sesiones posteriores cuando la amenaza de terminación 10 hace surgir con desesperada urgencia. Esta escisión en la transferencia constituye un tipo de negación de la realidad psíquica y puede estar acompañado de un marcado acting 01lt en la casa, en relación con la comida. De modo que se hace evidente que en este momento la confusión geográfica implica no sólo una confusión entre el adentro y el afuera de un objeto, sino también una confusión entre .la realidad externa y la realidad psíquica. Sólo con el establecimiento del pecho-inodoro como un objeto de la realidad psíquica a través de haberlo experimentado a veces en forma externa en la transferencia, es posible el abandono de la identificación proyectiva masiva, dado que este mecanismo tiene por objeto el escapar de una identificación infantil intolerable. Una vez que esta identid ad separada se ha hecho tolerable a través de la modulación del dolor, queda el camino abierto para otras etapas del desarrollo, como se verá en los capítulos posteriores que se ocupan de las fases siguientes en el proceso analítico. Es en esta fase cuando podemos ver en forma más gráfica la verdad del gran descubrimiento de Melanie
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K!ein, ampliado por los recientes trabajos de W . R. Bion, que sostiene que la forma más primitiva de alivio del dolor psíquico se realiza mediante la evacuación en el objeto externo de partes angustiadas del sel] y de los restos persecutorios de obj etos internos atacados, recibiendo luego, a través del aspecto inrroyectivo, los objetos reparados y las partes liberadas del selj. En los niños se manifiesta en su forma más concreta cuando orinan o defecan en el inodoro o, a veces desafortunadamente, en el consultorio. Es sorprendente el cambio que se opera en el comportamiento del niño al comienzo y al final de dichas sesiones. Se va alegre, sin decir adiós, can una mezcla de alivio y menosprecio cuando había irrumpido en el consultor io en forma desorganizada y frené rica. He llamado a este objeto en la transferencia el "pecho-inodoro" porque es su representación más primitiva, anterior a la defensa, al ubicar, por un splítting horizontal de la madre, las funciones del inodoro abajo, en conexión COn las nalgas, mientras que reserva la función alimentaria para la parte superior del cuerpo de la madre: pechos, pezones, ojos y boca y por lo tanto también su mente. En los pacientes adultos los fenómenos son más sutiles. Describí algunos como la fenomenología del aspecto "pseudo-maduro" de la personalidad que se observa en tantos casos de pacientes border-line o en una psicopatología más seria, en mi trabajo "Masturbación Anal y su Relación con la Identificación Proyectiva"." Subrayo la relación existente entre esta fase de confusión geográfica del proceso analítico y los casos de adultos border-line o de una psicopatología más grave • ·· ReN':" de Psicoan álisis, tomo 24. N9 4, 1967.
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dado que la resolución de esta configuración de relación objeral constituye el límite entre la enfermedad mental (psicosis) y la salud mental, del mismo modo que la resolución de los obstáculos ante la relación introyectiva dependiente con el pecho cruza el límite entre la inestabilidad mental y la estabilidad mental y del mismo modo que la superación del complejo de Edipo lleva de la inmadurez a la madurez." Esta fase del análisis puede durar unos años con pacientes muy perturbados y, según mi experiencia, puede no llegar a resolverse en forma muy satisfactoria y ser una resistencia intratable que con un apoyo ambiental inadecuado puede convertir las interrupciones analíticas en intolerables, en niños lo mismo . que en adultos. Sin embargo, al mismo tiempo que se requiere del analista tolerancia y una paciencia sin fi n en esta fase casi siempre se logra progresar. El paciente que no lo pueda manejar tendrá una crisis durante las vacaciones o abandonará el tratamiento antes o después de las mismas. El método analítico parece ser básicamente adecuado para esta situación que debe ser diferenciada de aquéllas qu e veremos más adelante y que reciben COn mayor propiedad el nombre de resistencias intratables. En otras palabras, si el an alista puede tolerar y perserverar cuando las confusiones geográficas ocupan el primer plano de la transferencia, será con seguridad recompensado con el progreso. Progreso que será lento porque no depende casi en modo alguno de la cooperaci ón de la parte adulta de la personalidad. Un ejemplo 1I.lmativo se ve en los adolescentes perturbados cuya forma primaria de efectuar la identificación proyectiva puede ser el faltar a sesión por períodos prolongados o faltar -,
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un número determinado de sesiones por semana. El analista que pueda resistir, manejando al mismo tiempo los problemas técnicos de modo de que no parezca que está comprometido en la falta hacia los padres, saldrá exttoso.
A medida que el dominio de la confusión geográfica se aleja de la transferencia, la mitad de la semana comienza a despejarse y a ser dominada a su vez por la que surge de la investigación sistemática de la identificación proyecriva masiva, tal como se intensifica en configuración de la cual nos debemos ocupar ahora. Pero por un largo período en el análisis debemos esperar este modelo de identificación proyectiva masiva . en la región de cada interrupción, ésp ecialrnente aquellas que se dan fuera de la rutina analítica.
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CAPÍTULO
III
EL ORDENAMIENTO DE LAS CONFUSIONES ZONALES
En los dos primeros capítulos he bosquejado las tempranas fases del proceso analítico, primero, la acumulación de los procesos transferenciales en el tratamiento, y luego, la diferenciación entre self y objeto .que surge de la investigación sistemática, de la identificación proyectiva masiva, tal como se intensifica en la transferencia en relación con la separación. Es evidente que dado que la identificación proyectiva masiva puede funcionar para oponerse a cualquier configuración que produzca dolor psíquico a niveles infantiles, no se podrá elaborar ningún problema realmente hasta que este mecanismo haya sido, en gran parte, abandonado. En un paciente neurótico se podrá lograr en unos mese, o en un año de análisis, pero en pacientes borderline y psicóticos, constituye un trabajo fundamental que puede llevar años, y el conseguirlo significa un logro de ·prirner orden. En realidad, como ya he dicho, se lo podría llamar el paso crucial para el establecimiento de las bases de la salud fundamental, y la eliminación del peligro del deterioro psicótico. El abandono de este mecanismo para salir del dilema de desazón infantil, posibilita el esclarecimiento de un tipo limitado de dependencia. La hemos llamado la relación ."pecho-inodoro" para designar su finalidad
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puramente expulsiva, y la experiencia de objeto parcial. Parecería que antes de que se haya establecido el "pechoinodoro" inrernalizado, la imposibilidad de disponer de u~ objeto en el mundo externo capaz de contener dicho dolor, arroja al yo nuevamente a la identificación proyecriva masiva como un objeto interno: si esto fracasa para controlar la ansiedad, surgen, como único recurso, estados de aislamiento esquizofrénico en forma de delirios o fragmentación autista, ya sea separados, o bien uno tras otro. Pero volviendo a la fase del proceso terapeúrico en discusión, he indicado que el "heredero", para decirlo así, del abandono de la identificación proyectiva masiva, es la dependencia tipo pecho-inodoro de un objeto externo y, eventualmente, de un objeto interno. Su establecimiento en los momentos de separación comienza a dejar libre el período analítico central, la mitad de la semana y la mitad del año, para la aparición del complejo edipico en sus formas genital y pregeniral, todo mezclado, en 10 que he llamado la "confusión de zonas y modos". Este rérrnino "zonas y modos" proviene de Erikson: la manera en que él lo emplea puede encontrarse en su libro Infancia y Sociedad", El término "modo" es algo diferente del de "finalidad" que emplea Freud en relación con los instintos y se relacionan más estrechamente con la Fantasía inconsciente en tanto describe la inreración existente entre la zona erógena y su objeto en términos de extrusión, incorporacióa, retención, penetración, etc. lo que aparece en este momento en el consultorio de niños con fuerza arrolladora es una creciente exitación de distribución difusa y amorfa en busca de todo tipo imaginable de gratificación. Esto se • Edic, Hormé, Bs. Aires, 1966, 2:" ed,
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hace más evidente en los niños pequeños y en los latentes más perturbados, pero aun un niño rígido y obsesivo 10 traducirá a través de la palabra, el gesto, la postura, el juego, el traba jo gráfico y la escritura. si es que ya no lo hace en sueños. Es en este momento cuando el cuarto ·analítico deja de ser 'en forma alternada el "adentro" o el "afuera" para convertirse en el lugar de "análisis", diferenciado de todas las otras áreas y actividades en la vida del analista y del niño. Los "otros" en la vida del analista ya no son más los bebés-internos de los celos delirantes sino que son sus hijos, esposa, amigos, enemigos, en equilibrio con figuras de importancia como parable o idéntica significación en la vida del niño fuera del análisis. Si bien es cierto que .la renuncia a la identificación proyectiva masiva como defensa de elección acentúa la distinción entre el interior y el exterior de los objetos, la diferenciación entre realidad externa y realidad pslquica dista mucho todavía de haberse logrado y la mayor parte de la tarea de esta tercera fase del. proceso analítico tiene lugar en medio de una constante confusión y oscilación entre estos dos mundos de relaciones objetales. Es por esta razón que se confunden el soñar y la vigilia y la relación masturbatoria con objetos internos se da asimismo con objetos externos. Sólo más adelante, cuando se lucha para establecer la relación nutricia con el pecho, en el umbral de la posición depresíva, se impone la tarea económica de diferenciar lo interno de 10 externo, y es el momento en el cual el problema de la reparación ocupa el centro de la escena. Esto será discutido en los capítulos siguientes. En este punto, nos corresponde describir y, si es posible, categorizar el proceso de movimiento a través. de este caos de zonas y modos mediante el cual crearemos
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el orden suficiente como para hacer posible la expe-
riencia de la dependencia introyectiva del pecho nutricio y del concomitante complejo edípico genital , con los acompañantes esfuerzos hacia la integración de la bísexualidad y de las partes escindidas. La estructura general de la transferencia es, entonces, en esta fase, la siguiente: a ) el período de trabajo central de cada sesión, semana y año, queda relativamente libre del obstáculo de la identificación proyectiva masiva y su fenomenología, que continúa, en grados variables, dominando las separaciones; b) la relación proyectiva "pecho-inodoro" forma el trasfondo de dependencia de la tarea analítica y todos los excesos de desasosiego psíquico, ya sea persecutorio, depresivo o confusional, son expelidos dentro del analista a través de los medios característicos; c ) la relación transferencial resulta inundada por una excitación en la cual se confunden las zonas y los modos; d ) el aspecto introyectivo de la dependencia infantil es progresivamente mantenido en una posición escindida fuera de la situación analítica, a medida que la relación introyectiva oral con el pecho se diferencia con mayor claridad de las otras zonas y modos de la transferencia infantil; e) la identificación proyectiva como mecanismo funciona ahora en forma menos masiva, en relación con las zonas selectivas, para borrar la diferenciación entre la adultez y la infancia. .De modo que ya no sirve para obviar las experiencias de desamparo infantil, sino que es usada para erradicar las barreras contra las anheladas gratificaciones en los conflictos edípicos genital y pre· . genital. En consecuencia, parecería justificable decir que esta fase del análisis está dominada por deseos y celos, antes que por los esfuerzos contra la vivencia de sepa-
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ración, con las ansiedades concomitantes, como sucede en la fase previa de confusión geográfica, o por la oscilación entre las ansiedades paranoides y depresivas e .i el umbral de la posición depresiva, de la que seremos testigos en nuestra discusión de la próxima fase del proceso terapéutico. Esto significa que la tendencia hacia el desarrollo es muy fuerte en esta etapa y el trabajo con las ansiedades asume una posición algo secundaria; por ejemplo, nos sorprendemos analizando las ansiedades que son · manifiestas, y tratando de determinar sus orígenes que derivan del uso de ciertos meranismos, tales como splitting, identificación proyectiva, control omnipotente, negación, erc., más que analizando los mecanismos mismos en un intento de contactar las ansiedades subyacentes. Otra forma de expresar esto ced a decir que estamos analizando la omnipotencia, intentando disminuirla, demostrando las ansiedades resultantes de su funcionamiento antes que analizando las ansiedades que requieren la conservación de la ornni potencia de las defensas. * Es esta fase del análisis en particular la que de modo importante es tan "opuesta a las tendencias yoicas del niño' " * en el período de latencia, cuando una estabilidad relativa ha sido trabajosamente constitu ida"a través del empleo de mecanismos obsesivos en la situ ación interna para satisfacer las exigencias de la situación externa; por ejemplo, la asistencia a la escuela. Por lo tanto, esta fase puede progresar muy lentamente bajo una tremenda oposición consciente en los niños latentes de tipo rígido, mientras que avanza como • Ver Apéndice F. • • Véase capitulo sobre latencia en el libro de Me1anie Klein El psicoanálisis de niños, Bs, Aires, Edic, Hormé, 1964, cap. IV, págs. 75·94.
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un torbellino en los niños pequeños y nuevamente ea la pubertad. Los deseos y los celos tienen también un encanto qu e hace que esta fase del análisis exija menor tensión qu e fases anterior es 0, posteriores, desde el p unto de vista de la con tratransferencia, aunqu e la lucha constante para resistir la seducción y la agresión pu ede ser fatigosa y la violencia de las pasiones alar mante. Este encanto, sin embargo, empieza a evaporarse a med ida que el análisis progresa y comienza a imperar el a rde" donde antes había habido confusión; los deseos dan paso a la arrogancia y desprecio por el analista como una "rnami-i nodoro", un mero receptáculo para el dolor, esto es, dado que los intentos para mantener el pecho-inodoro y el pecho-nutricio separados requi ere el . despliegue de toda la capacidad de amor infa ntil , fuera de la situación analítica. Es posible describir las más características configuraciones de confusión zonal y modal y su yuxtaposición en la econom ía del proceso. Creo que esta fase puede ser subdi vidida en cienos problemas que g uardan una secuencia de relación esencial entre sí y que describiré como: a) problemas de exci ración; b ) problemas de posesión, y c) problemas de idealización mutua. Los problemas de excitación se centran en torno de la capacidad para el deleite sensual y clínicamente deben ser diferenciados de la excitación alocada de los distintos estados maníacos. Esto, de hecho, no es difícil porq ue el estado man íaco, con su núcleo de triunfo, es siempre de cualidad fugaz, que toca y se va, dejando un depósito de depresión detrás suyo. La excitación de la sensualidad busca contacto físico. el estado de exclusividad mutua, la perpetuación del arrobamiento
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hasta la eternidad. Yo pienso que su esencia es la ,genitalización combinada con impotencia orgástica. Esto deriva de la sensibilidad y el deleite sensual agrupado alrededor del pene-clítoris y la vagina-ano estimulados por la técnica del cosquilleo, toqueteo y golpecitos a diferencia del tipo de actividad masrurbatoria de penetrar frotando, que está asociada con problemas de posesión y reparación maníaca y relacionada al sadismo y a la identificación proyectiva.· La fantasía edípica que subyace esta área de la sensualidad contempla una cópula polimorfa de objetos parciales que tiene lugar entre los padres como un pro · ceso virtualmente continuo. Naturalmente la situación en la cama constituye el foco de este proceso y la representación de situaciones alrededor de la cama adquiere infinitas variaciones en el juego, dibujos y conducta en el consultorio de niños. La piel como zona erógena u órgano con sus propios derechos, a diferencia de los orificios del cuerpo -se afirma-, exige un ordenamiento genitalizado de cosquilleos, caricias, baños calientes, baños de sol, picoteas, rasguños, etc. Los ojos, como zonas genitales pasivas y activas, pasan a primer plano a través de diversos tipos de mirar penetrante, y a la inversa en experiencias pasivas de visiones traurnatizantes. Y por supuesto también surgen el frotarse los ojos y pestañear como actividades masturbatorias. Es muy poco el interés sensual por los productos del cuerpo en esta área de problemas zonales, pero se ven rodeados de una preocupación ansiosa cuando se los puede examinar para encontrar evidencia del daño al cuerpo provocado por la masturbación, que es experimentado como un castigo antes que como estados • Véase Apéndice G.
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de persecución por objetos dañados o malos de la realidad psíquica. Se puede pensar que el concepto de la "afanixis", de Jones , o sea la incapacidad para el placer, tiene especial aplicación aquí y puede ser la representación difusa de una forma primitiva de la angustia de castración, es decir, que la zona masturbatoria es castigada mediante el retiro de su capacidad sensual; por ejemplo, en la irritación uretral. Las principales ansiedades en conexión con la genitalización difusa son, sin embargo, las que surgen como consecuencia de los estallidos de sadismo posteriores a la frustración, ya sea que se expresen mediante ataques a objetos externos o mediante ataques masturbatorios a los objetos internos. Me parece que la identificación proyectiva es muy po:o activa en relación con este problema porque, lejos de sentirse incapaces de deleite sensual, en comparación con los adultos, los niños se suelen sentir superiores. Lo cual resulta en que se tenga poca evidencia de la ansiedad ocasionada por la identificación proyectiva, tal como se da en la claustrofobia, la hipocondría, etc. Lo que sí es prominente -y está en relación con el sentido de superioridad-, es la tendencia hacia la organización narcisista" bajo el sl¿gan que "los niños se divierten más en sus cuartos, que mami y papi en el suyo". Creo que éste constituye el principal aspecto defensivo de .la capacidad para la excitación genital difusa, y hasta que no disminuya mediante la diferenciación de zonas y sus funciones, existirá un obstáculo muy importante para el avance del proceso rransferencial, La disminución de esta sensualidad, con su tendencia a promover un tipo narcisista de arrogancia infantil, • Véase Apéndice H
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hace surgir más claramente 10 que llamo el problema de posesián en esta fase de confusión zonal y modal. La posesivídad, como una forma de amor primitiva, se centra fundamentalmente en torno del pecho como un objeto introyectivo en el sentido más esencial y preciado en cuanto a su capacidad de reparar los objetos de la realidad psíquica para el bebé. Pero no son estas las cualidades que constituyen el núcleo de la posesividad en este momento. La posesividad deriva aquí de la tendencia a los celos por un lado, y de la sensualidad ya descripta, por el otro. Por ello tiende a focalizarse en las cualidades socialmente visibles del pecho, cuya posesión, como objeto, puede proyectar celos y envidia en los demás. El atributo de esta excelencia es la belleza del pecho que 10 califica magníficamente para la confusión, o la vequiparaci ón, con las nalgas, los ojos, las mejillas, las piernas, las manos, y con toda parte anatómica que tenga forma, simetría, color y textura sensual. .La identificación proyectiva con .estas partes del objeto refuerza la vanidad del niño acerca de su propio cuerpo, pero también , lo mismo que con la sensualidad, se puede estructurar una competencia entre el . mundo de los niños y el de los adultos, en la cual la afirmación, no del todo refutada por la conducta"de los adultos, que los niños son más hermosos que los adultos, desempeña un papel fundamental. Se hace ostentación de la' ausencia de vello corporal en marcado contraste con la otra área de intensa envidia al, vello pubiano, que es equiparado a la potencia sexual. Dado que la posesión de estas partes hermosas del objeto es tan fundamental, los medios para tomar posesión y retener y defender 10 poseído constituyen una preocupación abrumadora que contribuye junto con la equiparación de los objetos parciales entre sí, a la con-
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fusión de las zonas relacionadas: boca-vagina-ano-manoojo-lengua-pene. Debido a que el funcionamiento de la identificación proyectiva equipara los productos del cuerpo con los del objeto, se evidencia cierto grado de preocupación por los productos, pero no llega a ser tan prominente como lo será más adelante. En este punto la belleza es en particular lo central; heces :..- bebés, flatos = la música de la voz de la madre, el color de la orina = los cabéllos dorados de la madre, etc. En otras palabras, una confusión de la sensualidad de las diversas zonas y sus correspondientes objetos equipara la nariz-boca-ojoorejas-manos y estimula la idealización de los productos del cuerpo como objetos 'de esta apreciación cuasi , . esrenca, Se puede observar la progresiva reducción del narcisismo que ha tenido hasta este punto del análisis. la diferenciación entre el set! y el objeto se ha logrado mediante el análisis de las confusiones geográficas; la autonomía sensual de la nursery ha sido cuestionada por el análisis de la genitalización; y la vanidad ha sido ahora socavada por la interpretación de las pretensiones de poseer los objetos hermosos que se desean. la orina, las heces y otros productos del cuerpo han sido desprovistos de gran parte de idealización sensual; la fragilidad del sel! infantil para sosrenerse a sí mismo ha quedado expuesta y todo está listo para abordar su dependencia introyectiva escindida y severamente negada. Pero antes de que esta batalla tenga lugar, u na escaramuza de intensa furia debe reemplazar la relativamente placentera bacanal de sensualidad y belleza que se ha estado dando en la transferencia. La última trinchera de la "independencia" 'narcisista asume la forma de la
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negación de la necesidad de un objeto ' de dependencia introyecriva en virtud de una afirmación de reciprocidad. En cierto modo esto adquiere la form a de una especie de regateo, de buscar una transacción entre un narcisismo desenfrenado y una dependencia infantil absoluta. La oferta que se ofrece es la de una recíproca idealización, un sistema cerrado, una sociedad secreta. "Somos simbióticos" es el slogan y muchos padres caen en la trampa. Ahora el énfasis pasa a la esfera de los productos del cuerpo y su idealización, a medida que la disociación del pecho-nutricio disminuye. La rendencía a unirse con el pecho-inodoro y la dependencia del pene del padre, hacen surgir el conflicto central del complejo edípico genital en el horizonte. Pero esta unión encuentra oposición y existe una tendencia muy peligrosa en este momento en la transferencia a que se dé una inversión del .rplitting,· por ejemplo, traer el pecho-nutricio al consultorio y disociar el pecho-inodoro en otro lugar. Naturalmente esto produce una plétora de acting out agresivo, que se suele ver con mayor freo cuencia en forma tardía en el análisis de adultos, que está contrarrestado por el verdadero amor que sienten por sus padres y por 10 que dependen de ellos: Esta idealización recíproca representa una reparación que debe ser diferenciada de la que se observa luego en el umbral de la posición depresiva. En este punto la diferenciación entre realidad interna y externa está todavía muy pobremente establecida en las relaciones objetales infantiles y existe la tendencia a desechar la importancia de la diferencia entre los mundos adulto e infantil, en contraste Con la urgencia posterior de convertirse en adulto a toda prisa. . Las confusiones zonal y modal que se utilizan para
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seducir al objeto a una idealización recíproca y sistema cerrado de gratificación recíproca se centran, tal como 10 sugerí anteriormente, en los productos del cuerpo: orina-semen-saliva-heces-pene-bebé. Las confusiones zonales tales como pezón-pene-lengua y boca-vagina-ano, son introducidas con un énfasis en la equiparación de las constelaciones: pezón - que - da - leche - a - la - boca - pene - que - da - semen - a - la vagina - lengua da - saliva - al - pecho - ano - que - da - heces - a - la bacinilla - mami - que - sonríe - al bebé - bebé - que " etcetera. se - acurruca - en - mama, Es en este punto, con la intensificación de las reacciones ante la separación que acompañan este conflicto, cuando vuelve a tomar marcada prominencia el concepto de bebés internos, tal como lo tenía en la fase de las confusiones geográficas, pero como el énfasis está pu esto en la idealización y no en la negación del desamparo infantil, son los celos antes que la envidia 10 que pasa a primer plano. Esto impone al paciente la idea de . los niños que el analista tiene en su casa, pero que ahora son niños amados, reales, buenos y no querubines mimados. A medida que el analista resiste sistemáticamente la seducción, interpreta el splíttíng y la idealización, reduce las confusiones y ecuaciones zonales y se enfrenta con la creciente rabia y ansiedad, la situación está dada, tal como yo la veo, para luchar para establecer el pechonutricio. Esta batalla que suele ser muy larga y no siempre exitosa se da en el umbral de la posición depresiva y será considerada en el próximo capítulo. Recapitulemos brevemente. He postulado el concepto de una fase de confusión zonal y modal como el tema central de la transferencia e intenté también describir su organización a la luz de los esfuerzos para debilitar '
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el narcisismo y colocar las estructuras infantiles al alcance de la experiencia de dependencia de la madre y el padre como pareja parental. La-sugerida organización de esta fase ocasiona una secuencia de problemas que guardan relación económica esencial entre sí. El primero constituye la tendencia hacia la geniralización difusa de todas las zonas con la concomitante excitación y búsqueda de gratificación sensual. El segundo es la idealización de la belleza de los objetos parciales y una búsqueda de su exclusiva posesión. El tercero es un intento de formar un sistema cerrado de idealización recíproca con un objeto a través de la idealización de las cualidades reparadoras de los productos del cuerpo. la tarea en esta fase está acompañada, como en la anterior, de un intenso acting in y acting out de la transferencia, en el niño y en el adolescente, así como tambi én en el adulto. Como en el acting out se necesitan compañeros para la organización narcisista, los hermanos son presionados a cumplir esta función en los niños, del mismo modo que el adulto presiona sobre amigos o cónyuge. La resistencia intratable es una rareza que muy pocas veces se ve, salvo cuando se da una folie a deux con unos de los padres como la fuente de la psicopatología. La más demorada resistencia -en esta fase se da con pacientes que tienen modelos muy formados de delincuencia, perversión o adicción. Pero aun en esos casos se puede lograr un progreso en el ordenamiento de las confusiones si el analista puede perseverar hasta que la verdadera lucha de la fase próxima se establezca en serio.
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CAPÍTULO
IV
EL UMBRAL DE LA POSICIÓN DEPRESIVA
En los tres primeros capítulos esbozé un ensayo de reconstrucción de la hist oria natmal del proceso analítico, una secuencia que está determinada por la .economía de la vida psíquica, tal como se desarrolla en el análisis cuando se lo maneja adecuadamente . y está apoyado por factores ambientales .fuera del análisis. Es importante recordar que este concepto de la historia natural del proceso analítico no puede ser usado en la tarea diaria del consultoría. No es una concepción táctica, sino estratégica que al igual que la .tabla" de W. R. Bion es para ser usada para movilizar y preservar la vitalidad terapéutica del analista. Tal vez sea también para ser usada en la retrospección necesaria para efectuar las comunicaciones científicas. . Se ha descripto cómo la concentración de las tendencias transferenciales infantiles posibilita un esclarecímiento sistemático de los estados confusionales durante cuyo transcurso' tiene lugar un abandono del narcisismo (como un principio de organización) a favor de la dependencia de objetos buenos internos primarios (y externamente del analista y del encuadre y del proceso analítico). He subrayado que el crecimiento de la real dependencia y el crecimiento de su reconocimiento se • Elemento¡ de p¡icoanáli¡i¡, Bs. Aires. Edic. Hormé, 1966.
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dan en forma independiente. Se establece con mayor facilidad la relación proyeetiva con la madre (pechoinodoro) que la introyectiva (pecho-nutricio) que vamos a estudiar ahora. Esto a la vez es más fácilmente aceptado que el rol necesario que desempeña el pene del padre. Este conflicto, el complejo edípico, a nivel genital y pregenital constituye el núcleo de ' la lucha por la integración e independencia que estudiaremos en el capítulo próximo. Las distintas constelaciones transferenciales descriptas en forma separada en cada capítulo se hacen visibles en forma más minuciosa y en las cuatro dimensiones del proceso analítico, según se verá en el Capítulo VII. Por último recordemos que las diferentes constelaciones de la psicopatología causarán mayor o menor dificultad a la elaboración en las distintas fases del proceso, pero no se puede concebir el pasar por alto ninguna de estas fases, dado que cada una de ellas tiene una absoluta dependencia meta psicológica de la elaboración adecuada de la anterior. En el capítulo sobre 'el "ordenamiento de las zonas y modos", bosquejé una 'posible comprensión de la ,se· cuencia de hechos por los cuales la erotización, la 'intolerancia a la separación, los celos posesivos y sus concomitantes confusiones acerca de las relaciones objerales, permiten un acercamiento al pecho como objeto de dependencia introyectiva infantil. Creo, que siempre representa un shock descubrir en el análisis ' que este ' dificil trabajo de preparación -que exige inventiva, constancia y rolerancia-s-, no es rápidamente recomo pensado por la aceptación del paciente de una dependencia del proceso analítico y confianza en este 'm ismo proceso. En realidad, parece ocurrir exactamente lo sea la aparición de desconfianza no de la opuesto,
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benevolencia del analista sino de su fuerza y adecuación para ser un pecho bueno. Por un lado ésto aparece otra vez a partir de la matriz de negación en cuanto a que no existe ninguna necesidad de un objeto de dependencia. Y por el otro, esta desconfianza reemplaza al tipo de desconfianza más paranoide que había exi> tido bajo la influencia de las confusiones geográfica y zonal. A partir de una actitud de "N o te necesito" la transferencia pasa por desilusión a la posición de "No eres lo que necesito". En una palabra y siguiendo a Freud, pasa de la negación (de1zial) · a la negación (negati01z) . En ese momento tiene lugar en el análisis una lucha peculiar y prolongada. He empleado el término "lucha" aquí por primera vez, en estos capítulos, por una razón muy especial. Es un momento en el cual el analista sentirá que se le pide más que nunca que apele a todo su espíritu de lucha y perseverancia en comparación con períodos anteriores. en los cuales su capacidad par~ soportar la proyección del dolor psíquico constituía probablemente la cualidad de carácter más exigida por la tarea analítica. Debido a los logros terapéuticos anteriores, los estados confusionales y la tendencia al acting out concomitante han. disminuido, y la vida infantil está más claramente diferenéiada de los procesos adultos y está mejor contenida en el análisis y en la vida onírica. En consecuencia el paciente experimenta períodos de bienestar y relaciones externas e internas armoniosas que no sólo aligeran su sentimiento de necesidad de análisis, sino que también vienen acompañados de cierto olvido de la tristeza, inadecuaciones y confusiones anteriores. Así como el estudiante que a su regreso al hogar luego del primer año de estudios universitarios encuentra que su padre ha mejorado intelectualmente en
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el ínterin, el paciente encuentra ahora que el mundo ha mejorado, en lugar de pensar que es su relación con el mundo lo que ha mejorado. POt lo que se queda pasmado al notar la paradójica vehemencia de sus reacciones ante la separación y su creciente inquietud por la salud y vitalidad del analista. Ha llegado el "período de latencia" del proceso analítico y suele estar acornpañado en los adultos, lo mismo que en los niños, de un insidioso empobrecimiento del material y una callada actitud de esperar-la-terminación, como si fuera . una liberación de la servidumbre, pues es otorgada por la benevolencia del . analista despótico. Además tiende a instalarse cierta "estupidez analítica", a medida que los procesos de externalización de situaciones internas comienzan a oscurecer y diferenciar relaciones objetales en ciertas áreas fuera del análisis que trae como secuela una atmósfera de negación de la realidad psíquica. El acting out patológico debido a la identificación proyectiva y estados confusionales es reemplazado por un acting out más benigno y adaptado a la realidad debido a la externalización a un nivel que corresponde menos al de objeto parcial. «< Suele ser generalmente cierto que para esta. época del análisis, que rara vez se alcanza antes de los dos o tres años en los niños y cuatro o cinco en los adultos, se hayan abandonado las perversiones, hayan desaparecido de la vigilia las actividades masturbarorias compulsivas y que los ataques destructivos a objetos internos ocurran principalmente durante el dormir. Pero de todos modos la seguridad del mundo interno aún no ha sido establecida y no se puede pensar en terminación. La estructura de carácter es obsesiva y se percibe • Véase Apéndice A.
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una penetrante actitud delictiva y de reserva que puede negar al secreto per se. El material de las sesiones pone de manifiesto la actividad de la parte infantil destructiva luchando desde su última trinchera para conservar los restos de narcisismo mediante ataques cínicos a la verdad y la intensificación de las ansiedades depresivas a través de la desconfianza, burla e insinuaciones que provoquen celos, hasta el p unto que la desesperación suele ser para el paciente ind íferenciable del estado de persecu ción. . A niveles infantiles esto toma la forma de una organización de las partes infantiles en lo que yo llamo "la agonía de la narsery", para usar la frase de Thurber, ante cada experiencia de separación. Se pueden observar varios temas centrales en los ataques cínicos a la confianza, y cada tema infantil está también expresado en forma transferencial contra el analista y la situación analítica. a) "Los padres abandonan a sus hijos para gozar sexualmente, y los analistas abandonan a sus pacientes durante los fines de semana y las vacaciones." Pero no se puede tener evidencia de esto, dado que los padres y los analistas no dejan de estar disponibles, y cuando es necesario proporcionan un sustituto que cuide y supervise. En pacientes no internados este sustituto es, en gran medida, en el paciente adulto 10 mismo que en el niño, el aspecto más maduro de la personalidad del paciente armado de insigb: y defendido por toda la fortaleza y comprensión disponibles del ambiente inmediato, en especial de los padres. b) "Ojos que no ven, corazón que no siente." Los padres (y los analistas) no piensan en sus niños (y pacientes) cuando están lejos. Pero esto se ve claramente refutado por la frescura con que recuerdan hechos (y sesiones ) pre. vias, y la naturaleza inmodificable de sus contactos,
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mientras que los niños (y los pacientes) claramente evídencian un deterioro en el recuerdo y en el contacto. Es indudable que Son los niños (y los pacientes) quienes tratan a sus padres ( y analistas) según el "ojos que no ven, corazón que no siente". c) "Los padres (y los analistas) sólo cuidan a sus hijos ( y pacientes) porque los obliga la ley o la costumbre ( ética, reputación y necesidad económica ), o para engrandecerse ante sus iguales ( para coleccionar material para libros, trabajos y conferencias) ", pero la Ley (y la ética) no evitaría que los padres (y los analistas) pasaran sus obligaciones no deseadas a sustitutos, en última instancia a la comunidad. Los niños malos ( y los pacientes malos) podrían fácilmente ser reemplazados por otros buenos mediante la procreación o la adopción (ocupando horas libres). d ) "La división padre-niño (analista-paciente) es una estructura de clase en la cual la fuerza, la posesión y otras formas de poder . son utilizadas para tiranizar, explotar y controlar." Pero esto no puede ser así, dado que los niños (y los pacientes) se dañan unos a Otros en el momento en que no están sujetos al control y supervisión del adulto, y no tienen ni riquezas ni servicios que ofrecer a sus padres (analistas) . Los henorarios que se pagan al analista no provienen 'de las estructuras infantiles, sino que las paga la parte adulta de la personalidad, tal como en el análisis de niños. Es una estructura de cIase por cierro, _pero basada en diferencias reales de capacidad, y sobre todo en la capacidad para la responsabilidad. Los niños quedan excluidos de la actividad sexual porque son genitalmente incapaces y sólo usan sus genitales para expresar impulsos y fantasías pregenitales. e) "Los roles de los padres ( interpretaciones y técnicas analíticas) son arbitrarios y constituyen un despotismo racionalizado, adivinación
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y amenazas veladas." Pero esto no puede ser así, dado que los castigos significan solamente el retiro de los servicios; las reglas san solamente sugerencias metodológicas de proceder y las interpretaciones son formulaciones sugeridas para la comprensión de los datos con que se cuenta. La negativa del analista a abandonar el campo de su propio funcionamiento profesional (técnica y encuadre) no puede ser considerado coercitivo, aunque queda libre a la sospecha de ser agresivo. f) "Si los padres (analistas) amasen a sus hijos (pacientes), se ocuparían más de mantenerlos contentos." Pero resulta claro que los padres (y los analisras) no aman a sus hijos (pacientes), en primer lugar, sino que manifiestan hacia ellos cierta tierna preocupación que deriva de sus otras (internas y externas) relaciones, un producto accesorio, por decirlo así. Esta tierna preocupación, en verdad, se centra más en promover el desarrollo que en brindar placer o proteger del dolor, ya que naturalmente anhela liberarse de sus cargas, aun cuando fueran placenteras. El amor, por otra parte, debe merecerse. g) "Aun cuando se admita la diferencia entre el bien y el mal, la belleza y la bondad no siempre van juntas, ni tampoco sucede que la bondad sea la victoriosa en esta lucha," Pero aunque esto parezca ser cierto en el mundo externo, no lo es en la realidad psíquica, de la cual deben derivar todos los sentimientos de seguridad, vitalidad y capacidad para la alegrfa.? Tales son algunas de las líneas de ataque a la confianza en los objetos buenos que se puede observar abruman las partes buenas de la organización infantil durante la separación y que llevan a una regresión temo poraria y a ataques masturbatorios a objetos internos • Véase Apéndice l.
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Ningún otro período del análisis nos enseña los elementas de la técnica tan bien como la tarea a desarro- . llar durante el umbral de la posición depresiva. Debido a que cada faceta de actitud, sobre la cual la técnica debe basarse, está bajo el examen hostil de una parte infantil destructiva de la personalidad del paciente, el analista está continuamente sometido a la prueba de esclarecer, para él y para su paciente, la base racional del encuadre y la mecánica de la comunicación. Probablemente la más importante diferenciación en este respecto sea la que el analista establezca .entre responsabilidad y omnipotencia. Nuevamente es en los niños en los cuales se puede ver con mayor claridad, dado que las divisiones primarias de responsabilidad, o sea parental, legal, médica y psicoanalítica, están bien separadas en sí mismas. Pero si bien es cierto que el analista puede sólo asumir la responsabilidad psicoanalítica, los límites distan de ser definidos allí donde el proceso analítico trae apareado un peligro para la salud física del paciente, para su seguridad física y sn integración a la comunidad. Mientras las partes destructivas se mantienen escindidas, lo cual significa que aparecerán en el soñar, en juegos y en las asociaciones representadas por distintas figuras del seli, será poco el progreso que se obtendrá para disminuir la pérdida constante de la confianza. Se debe investigar mejor el splitti11g y la proyección. Y aquí vemos surgir una dificultad sumamente fascinante, es decir, que las "buenas" partes-infantiles mantienen a las "malas" escindidas; por ejemplo, fuera de la familia, lejos del pecho, principalmente fuera de los celos posesivos.- La po• V éase mi trabajo "Somatic Delusion", I .].P.A., Vol. XLV, p. 294, 1964.
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sesividad se racionaliza como un sentido de injusticia, preocupación por la seguridad de los objetos buenos o elevados ideales de pureza, En realidad puede constituir, por esta razón, una lucha muy larga hasta lograr traer las voces destructivas al consultorio para que puedan desafiar al analista directamente. Cuando esto comienza a ocurrir en la esfera de las experiencias de separación, antes y después de las interrupciones, deja el período analítico intermedio libre para trabajar con el material edípico al nivel genital y pregenital, en un grado en que no fue posible hacerlo hasta entonces. Y lo que es más importante surge la oportunidad de demostrar la relación entre la realidad interna y la externa. Para esta época del análisis ya se ha alcanzado el suficiente splitting horizontal * para que la parte adulta de la personalidad sea claramente difereneiable de aquellos estados mentales pseudoadultos que son consecuencia de la identificación proyectiva masiva, que aún puede darse ocasionalmente. La estructura adulta es muy sensible. a través de la identificación introyecriva al estado de los objetos internos. L03 trastornos en el bienestar físico y mental, de los objetos internos, debido, ya sea al control omnipotente y a la separación de uno y otro (obsesivo), o a ataques (rnasrurbarorios, principalmente por identificación proyectiva ), son rápidamente reflejados por el estado físico y mental del self adulto. Se convierte entonces en una experiencia frecuente que el análisis traiga alivio, debido a la relación introyectiva con el pecho externo en la transferencia infantil. Este proceso, cuyos detalles se pueden seguir mejor en los sueños de los adultos y los niños, conforma, sesión a sesión, el reconocimiento de la supremacía de la • Véase Apéndice ].
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realidad psíquica. Este desarrollo de la mitad de la semana permanece en marcado contraste con las sesiones en torno de las interrupciones, y que están dominadas por las estructuras infantiles destructivas con su cinismo, deshonestidad, búsqueda de autocompasión y ataques despiadados a la capacidad de pensar del analista. En ningún otro momento es más crudamente evidente la naturaleza concreta de los procesos de splitting. Como lo he señalado en un trabajo anterior", este período del análisis asiste a la aparición en primer plano, del material de problemas relacionados con el spUtting en el sel] y su resolución, así como también cierto grado de disminución de la severidad del spUtting. Pero el temor a las partes destructivas y el fenómeno de cobardía plantean un grave problema en las separaciones. Puede aparecer pánico ante síntomas somáticos, ya que es probable que se fusionen tendencias al delirio somático con fenómenos hipocondríacos, ambos a un nivel relativamente obsesivo. Para complicar aun más, el aspecto persecutorio de las ansiedades depresivas que 'se encuentran al "umbral de la posición depresiva", en pacientes can tendencias a la adicción o a perversiones, puede surgir el problema del terror, como una- forma de miedo abrumador y paralizante, conectado con objetos muertos, en especial con los bebés de la madre de la realidad psíquica- -. Parecería que no hay progreso posible en la posición depresiva hasta que se haya resuelto este conflicto que resulta ser una complicación del problema de celos posesivos infantiles y la voracidad • Véase mi trabajo "The Differentiation of Somadc Delusions from Hypochondrícal", Int, J. Psa., Vol. XLV. •• Esto fue ampliado en un trabajo leído en el Congreso Internacional de Psicoanálisis, 1967, Copenhague. Véase Apéndice C. • ,
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por el pecho, que en este momento del análisis se convierte cada vez más en la fuerza central que se opone a la integración. Debe entenderse que la integración es un problema a dos niveles. A un nivel infantil es el problema de compartir los objetos buenos con las otras partes del sel], vivenciadas como hermanos (problemas de celos posesivos), así como también el problema de compartir el objeto bueno entre sí (complejo de Edipo). Esto último está, por supuesto, acompañado de una disminución del splitting-e-idealización del self y los objetos de la realidad psíquica a medida que la posición depresiva se establece más firmemente. A un nivel adulto, por otra parte, es el problema de la responsabilidad por la realidad psíquica, la aceptación de la cual, bajo la forma del incipiente esfuerzo hacia el autoaná. lisis, sienta las bases para la eventual terminación del análisis, como veremos en el próximo capítulo. He estado considerando el problema central del "umbral de la posición depresiva", es decir, el ataque concertado a la fortaleza del objeto bueno que es llevado a cabo por las partes escindidas más destructivas de la personalidad infantil. En este proceso la severidad del rplitting disminuye g,fadualmente y los ataques a la relación con el pecho en la transferencia, que original-, mente tomaron la forma de sensaciones corporales dolorosas en el consultorio, gradualmente se metamorfosean en formas más mentales y eventualmente en verbalizaciones. * Por ejemplo, un niño pequeño euyo acercamiento al pecho adoptó la forma de un rítmico cabeceo con la pelota durante el cual el analista tenía que llevar el score, experimentó, durante unos meses, una serie de ataques a su concentración y en consecuencia • Véase mi trabajo "Somatic Delusion",
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a su éxito. Al comienzo aparecían corno un cosquilleo en el cuerpo, luego como bromas sucias que le venían a la mente y lo hacían reírse y finalmente como sospechas verbalizadas de una conexión sexual entre su madre y el analista que ocasionaban bruscos estallidos de ataques destructivos a la pelota, al cuarto y al analista. Al morder la pelota, arañar la cabeza del analista, y patear sus genitales expresaba con claridad el odio por la configuración pene-en-el-pecho. Esta configuración " constituye el foco del ataque a la fortaleza del pecho y abre el área del complejo de Edipo genital para que sea detalladamente explorada. Como ya lo mencioné anteriormente, el núcleo de las perversiones y adicciones, aun cuando su acting out había anteriormente disminuido o había sido abandonado, sólo puede ser examinado en este momento en que las formas primitivas de voyeurismo del pecho"" y de ataques proyectivos omnipotentes por medio de los ojos, el viento o el flato, se declaran abiertamente. la oposición al rol de la madre interna con muchos penes-en-, su-interior que le dan a ella fuerza para resistir estos ataques a su estructura, a sus funciones y a sus bebés internos, puede originar una lucha prolongada y. difícil y probablemente sea la causa más frecuente de impasse en el progreso terapéutico que sigue de cerca la historia de esta fase del análisis. las ansiedades aterradoras que resultan de estos primitivos ataques sádicos orales y anales contra el pecho se atenúan fácilmente a través de la adicción a la omnisciencia de las partes desrructi• Véase mi trabajo "A Contribution to the Metapsychology of Cyclothymic States", Ins. }. 01 Psvcbo-Analysis, vol. XLIV, p. 83, 1%3. •• Véase Apéndices C y F.
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vas del sel] en lugar de resolverlo mediante la reparación a través de los servicios a los objetos buenos, que viene siempre acompañada de intensos dolores depreSIVOS.
Los roles del pene y los testículos del padre comienzan a ser claramente diferenciados de los diversos roles de los penes .internos de la madre" y se sientan las bases para una correcta diferenciación entre masculino y femenino , algunas de las cuales ya se habían establecido durante la organización de las confusiones zonales. Sólo ahora se . alcanza el pleno reconocimiento del rol reparador y creati vo del padre. El complejo de Edipo en su crescendo genital total pasa al primer plano de la transferencia y con ello se da el último paso de la posición depresiva con el cambio de valores que va del egocentrismo a la solicitud que se centra en el objeto. Hasta aquí he considerado principalmente el problema central de esta fase del análisis, es decir, el establecimiento de la confianza en la idoneidad de los obieros buenos, especialmente el pecho materno, para cumplir sus funciones de reparación y protección, al mismo tiempo que resistía los ataques . de destrucción y reparación, desesperación y esperanza, dolor mental y ale. gría, donde se vivencia la gratitud con la cual se forja el vínculo del amor y cuidado de los objetos buenos. .A medida que . se penetra más y más en la posición depresiva, el problema del umbral de ser capaz de aceptar el perdón de los objetos buenos por ataques y abandones es reemplazado por el problema de ser capaz de perdonarse a sí mismo por haber transgredido anteriormente la buena fe. Esto, junto con el complejo de Edipo • Véase Apéndice E.
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genital, constituye el terna central de la fase de destete . ., o rermmacion. Esta experiencia rítmica de reparación y desrrucción, de dolor psíquico y alivio a través del contacto con el pecho analítico, se ve reflejado en el juego de los niños por el rol que adquiere el ritmo en su participación analítica: el hacer rebotar la pelota; el realizar actividades acrobáticas que declaran y desafían su remor a las alturas; la oscilación entre dibujos con estructuras o con figuras; la representación en el juego de situaciones en las cuales hay un desafío a la confianza tales como el aprender a nadar o aprender las tablas aritméticas; oscilación entre cercanía y distancia del cuerpo del analista o el diván, estados mentales alternativamente soñadores o vigilantes; todas estas y otras innumerables manifestaciones toman, o mejor dicho, recapturan la vivencia de la relación de alimentación al pecho. Lo más notable de todo es el desarrollo del interés en las palabras del analista y por supuesto la consecuente urgencia de verbalización como el camino principal para la comunicación. Mientras que la anterior actividad interpretativa del analista pudo haber sido recibida con indiferencia, interferencias, paciendo eco o tapándose los oídos, ahora reina el silencio cuando habla el analista, se suspende el movimiento, se lo mira a los ojos, a veces con una mirada interior levemente deslumbrada que puede durar hasta unos momentos después que la interpretación ha terminado. Aun los niños muy pequeños, de cinco o seis años de edad, pueden traer sueños durante esta epoca, ya que se diferencia mejor las experiencias del soñar y las de vigiiia. El jugar con juguetes o lo que hay en el cuarto }' los juegos que implican el cuerpo del anali -ra ceden el lugar a la representaci ón gráfica, asociaciones,
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escribir historias y discutir. Pero es un momento de un equilibrio extremadamente sensible, en los niños como en los adultos, porque la tarea analítica de la mitad de la semana con un contacto estrecho con el pecho analítico está bajo el constante examen hostil de las partes infantiles destructivas. Esta vigilancia cínica está dirigida hacia la técnica del analista en especial, de modo que toda transgresión injustificada puede ser seguida de una seria regresión, mientras que al acercarse las interrupciones se apela a intentos sistemáticos, a través de la seducción, el engaño, la agresión y la amenaza, de romper el encuadre del análisis, La reparación maníaca que anteriormente estaba dirigida hacia afuera, hacia los juguetes, lo que hay en el cuarto y el analista está ahora dirigida más hacia adentro. Una corriente de pseudo-análisis, que sigue las formas verbales de la interpretación, pero que es grotesca en lo caricaturezco de su contenido, se puede oír aun de los niños más pequeños, pero especialmente .de los pacientes adolescentes. Con frecuencia se encontrará una identificación proyectiva con el pezón subyacente a esta actividad y puede, en los niños tan comúnmente como en los adultos, conducir al acting out en forma de un pseudo-análisis con hermanos y amigos. Como tal se contrapone a la corriente general de secreto que está determinada por la posesividad del pecho. En el próximo capítulo sobre "El proceso del destete" estudiaremos esta posesividad, pero un aspecto de . la misma es particularmente aplicable al "umbral", y es el requisito del analista, y del análisis generalmente, de que se está más allá de la burla y el desprecio. Esto forma parte de la posterior fenomenología de la "agonía de la nU1sery", cuando la confianza en la bondad y fortaleza del pecho ha sido bien establecida, pero
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el complejo de Edipo dista mucho de estar resuelto. En la casi diaria experiencia analítica de alivio de la desesperación y retorno a la esperanza, el poder del pecho externo de reparar la situación interna ha producido amor, pero no la fuerza necesaria para defender este amor. La belleza del objeto es esencial aquí; : y cuando no se hace alarde de su posesión exclusiva para proyectar el dolor de los celos edípicos en las parteshermanos del self represenradas en el mundo externo, su posesión es cuidadosamenre escondida de la voracidad y burla de los hermanos. Una niña pequeña cuyo hermaniro generalmenreestaba en el auto esperándola al final de las sesiones solía, en los últimos minutos, garabatear frenéticamente un dibujo para llevárselo. Cumplía diversas funciones: aplacar su curiosidad, crear la falsa idea de que compartían el análisis, pero por sobre todo proporcionarle a su hermano mayor, que vería el dibujo cuando llegaran a casa, un falso blanco para sus ataques de burla, que serían ahora soportados por el hermanito y na por ella. Antes de terminar con esta fase del proceso analítico quisiera enfatizar que es el área donde es más frecuente la resistencia intratable al análisis, en los adultos como en los niños. La razón es, en mi opinión, puramenre económica, a pesar de sus aspectos o manifestaciones estructurales. El umbral de la posición depresiva es un momento de cambio decisivo en la economía del dolor mental en el proceso analítico, cuando el desvanecimienro de las ansiedades persecutorias da lugar al dolor depresivo, El reflujo de la experiencia de bienestar general tiende a no reconocer la dependencia extrema del pecho analítico externo bajo una profunda negación inconsciente de la inevitable y eventual renuncia. Cada paso que se profundiza en la po-
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sición depresiva, con el cambio del interés en sí mismo por el cuidado por el objeto, llevan a tomar conciencia de la dependencia y del eventual destete. La "lucha", como 10 he llamado, en esta fase' del análisis, es contra el impulso violento hacia una transacción para mantener el statu q1tO ante el reflujo del dolor. Esto adopta la forma del "fenómeno de las dos caras", es decir, el nene de mamá durante el día y uno de la patota durante la noche, ad in/initum. Se puede ver con facilidad que la negación del tiempo como un implacable feri ómeno unidireccional en el mundo externo es de fundarnenral importancia aquí, ya que el tiempo es co.is iderado en forma concreta como circular u oscilante. En cambio, como veremos en el próximo capítulo, la vivencia de estar recibiendo "tiempo de la vida del analista" desempeña un papel importante en la aceptación del destete.
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CAPÍWLO
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Como dijimos en el capítulo anterior, cuando la relación alimentaria con el pecho en el nivel infantil empieza a ser reconocida en la experiencia transferencial, la terminación inmediatamente amenaza en el horizonte y el temor a una finalización prematura gravita desde entonces en todo el trabajo siguiente. Este temor interactúa a niveles infantiles con la preocupación depresiva por los "bebés de la madre" y rige la lucha hacia la integración, que es una tarea de toda la vida. Su contraparte al nivel más adulto surge como una estimación estética e intelectual del proceso analítico aun en niños pequeños, que conduce al paciente a "ceder su turno al próximo analizado" y ahorrar al 'analista trabajo innecesario: "tiempo de su vida". • Este último punto, que constituye el foco principal de la alianza terapéutica para enfocar en forma cooperativa la decisión de la terminación, puede ocupar nuestra atención, en primer lugar para poder luego retornar a los problemas infantiles en una forma más organizada. Cuando se alcanza esta fase en el análisis, aun en niños pequeños, es asombroso el interés y la cooperación con el trabajo analítico, que comprende no sólo el control del acting 01lt y una continua recolección de material para el análisis de los hechos de la vida cotidiana, sino también un entusiasmo por el análisis
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de los sueños que proviene del pleno reconocimiento de la realidad psíquica y su prioridad sobre el estado mental. La reiterada experiencia de despertar con un humor del cual no se puede desprender hasta que la sesión analítica lo resuelve, trae consigo la convicción y 'la gratitud que ponen en marcha la urgencia del autoanálisis positivamente motivada en contraste con la motivación envidiosa o competitiva que constituía la fuer. za dominante de los intentos de pseudo-análisis durante las fases dos "y cuatro en particular. Así, una apreciación adulta de la belleza y bondad del proceso analítico y del método para descubrir la verdad puede comenzar a diferenciarse de la transferencia infantil que parece adherirse tan tenazmente a la persona del analista. El analista puede ahora presidir el proceso en forma tal que cede razonablemente al paciente la asunción de estas responsabilidades. Es " algo parecido a la tarea de la supervisión analítica y que a su vez puede ser facilitado por la reserva del analista. La experiencia aumentará, en forma típica, durante la sesión del lunes: el estado mental persecutorio que seis meses antes hubiera requerido del analista un intenso trabajo hasta el martes, el paciente 10 resolverá ahora en los primeros 15 minutos de la sesión del lunes, si el analista permite que lo haga por "sí solo. Yo me siento realmente impresionado por la experiencia de la belleza del proceso que surge regularmente, primero en forma separada pero fácilmente remonrable a sus orígenes. Por ejemplo, en una sesión" temo prana por la mañana de una niña de catorce años, que en "siete años de análisis se había recobrado de un profundo trastorno de carácter esquizoide, se había forrnulado una larga interpretación conectando el material
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inmediato con el de dos semanas anteriores y también con unos dibujos hechos tres años antes. Se quedó en silencio por un tiempo bastante largo; luego dijo, con una emoción poco frecuente en ella, que el cielo había tomado un color azul brillante, realmente hermoso. Aceptó inmediatamente que no era probable que sus palabras tradujeran una percepción correcta de un objeto externo concreto, dado que estaba mirando a través de una cortina de encaje y el cielo había estado muy nublado cuando llegó a la sesión, 30 minutos antes. Pudo entonces establecerse un vínculo con los ojos azules de la madre, ya que habíamos estado 'ocupándonos en el análisis de algunas de sus prop ias dificultades para percibir los objetos muy próximos y muy distantes que contrastaba, en su sentir, con la claridad de percepción de la madre en las relaciones humanas. En forma similar, el interés que surge en esta época en los sueños y el análisis de los sueños refleja la alteración en la relación del paciente COn la vida mental nocturna. El espectro de la estructura de los sueños puede agruparse en algunas de estas formas: a) sueños en los que- el paciente está mirando una película, un cuadro, erc., desde una posición, distante en relación con el proceso cuya realidad se niega; b) la persona está observando los hechos, pero no está en ninguna forma comprometida con lo que paEa; e) está observando los hechos como un observador interesado, pero sin comprometerse con las facciones en lucha; d) es un niño ocupado con otros niños y adultos; e) es un niño ocupado con otros niños que son sus hermanos o partes de sí mismo; f) es un adulto ocupado con adultos y niños que son reconocidos como partes de sí mismos. Este espectro refleja la estructura psíquica y sólo se puede
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esperar que los tipos e) y f) aparezcan en forma regular cuando se ha desarrollado la responsabilidad por la integración en .la posición depresiva dentro de la esfera de los objetos buenos internos, especialmente el pecho al nivel infantil. Puede también desarrollarse el tipo de sueño rector en el cual el pensamiento analítico acompaña la experiencia del ' dormir soñando y puede influir sobre el desenlace del sueño, utilizando insigbts logrados en el análisis de sueños anteriores. He observado este hecho ya en púberes y no me sorprendería encontrarlo en edades aun más tempranas. Estos fenómenos reflejan los dos logros básicos de esta fase del análisis, o sea el establecimiento interno de ' la dependencia introyectiva infantil del pecho de la madre, y segundo .la diferenciación de niveles por la cual el segmento más maduro de la personalidad, a través de la identificación introyectiva, comienza a desarrollar su capacidad para la introspección y el pensamiento analítico y para la responsabilidad. Estos logros preparan la escena para el trabajo de terminación por un lado y para el interminable trabajo de la búsqueda de la integración ' a través del análisis y el autoanálisis por el otro. Quisiera considerar este punto con detenimiento antes de ocuparnos del tema final de nuestra indagación, el triste y frecuente problema de la intermpción del análisis. Tomaré en primer lugar el trabajo de terminación, o el "proceso del destete", porque es en su matriz antes de la terminación y en su honor, in memoriam, se podría decir, que tiene lugar el trabajo de integración. Tal vez es el ' momento de ser sincero en relación con el trasfondo de lo . que sigue y que de alguna manera también es válido para todo este 'capítulo en contraste con los anteriores y decir que las conclusiones formuladas están basadas en
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tendencias observadas en aquellos casos, ya sean los míos propios o los que he supervisado, que han alcanzado una terminación relativamente satisfactoria. Este concepto difícilmente pueda aplicarse a los niños que todavía tienen por delante la importantísima conmoción biológica y social de la pubertad. Pero lo mismo es también aplicable en cieno grado a los pacientes adultos cuyos padres todavía viven y que en consecuencia todavía no se han enfrentado con la situación primaria de duelo. Sin haber atravesado estas grandes conmociones es virtualmente imposible lograr la total resolución de la transferencia mediante la Internalización, dado que siempre permanece activo un remanente de los padres externos. Como ya he dicho, el destete se presenta como una posibilidad real con el ,primer reconocimiento de la experiencia de introyección del pecho en la transferencia y desde entonces pende de la cabeza del paciente y del analista. Resulta de interés notar que este momento suele ser claramente discernible en el material, ya sea como una ansiedad consciente de que se lo está apurando o como un concepto intelectual de que el analista tiene una "lista de espera". Pero pueden pasar meses o años antes de que el proceso del destete comience a configurarse: y esto es también fácilmente distinguible. Se presenta a través de un ' cambio sorprendente durante unas vacaciones, generalmente la interrupción más larga que es la del verano, de las cuales el paciente regresa habiendo dado un paso hacia adelante en el ínterin, en contraste con la usual regresión. De allí en adelante casi todo fin de semana o interrupción es vivido, en forma depresiva, como una tarea a realizar que implica confianza depositada en el paciente y no como " un abandono.
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Esta situación depresiva, en el fondo la muerte-delpecho", constituye un hilo constante en la trama del material presente. La atención por el estado físico y mental del analista, la urgencia en diferenciar la persona del analista en el mundo externo de las figuras transferenciales proyectadas por la realidad psíquica, y la sensibilidad ante intrusiones externas en el proceso analítico se intensifican o también pueden aparecer por la primera vez.. Un paciente adulto que venía temprano por la mañana insistió durante unas semanas en que se me veía más "descansado" y "feliz" después de su sesión que antes, aunque dudaba en creer realmente en este cambio. Una paciente infantil se desesperaba o se ponía apática cada vez que ' su madre la traía tarde y sentía la presión de la familia sobre ella para que terminara su análisis a fin de "cederle el lugar a su hermanito", sobre las bases de la limitación económica. A lo cual se oponía insistiendo en venir sola, negándose a aceptar ropas nuevas y dándole mucho énfasis al hecho de que había ganado una beca en el colegio. Entre los niños se dan dos tipos de conducta fuera del análisis que probablemente tiendan a asegurar el proceso ante la prematura terminación propiciada por los padres. Uno de ellos se expresa a través de una manifiesta tristeza en la casa en contraste con el comentario de situaciones de alegría, cooperación, etc., vividas en la escuela. El otro se expresa a través de un silencio en torno del análisis que se aproxima a algo furtivo, como el escribir un diario privado. Debido a la frecuencia portadora del proceso del destete los conflictos de integración más tormentosos apa, • Véase Apéndice K.
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recen como una "modulación". En cierto sentido todo está relacionado con el complejo de Edipo, pero de un medo algo diferente de los aspectos pregenitales que se observaron en distintas formas durante las fases tercera y cuarta, cuando las confusiones zonales y el acercamiento a la dependencia introyectiva estaban en primer plano. En ese momento los aspectos reparadores del coito parental eran más prominentes, dado que se relacionaban con fa reparación del daño ocasionado por los ataques sádicos que se habían efectuado por envidia primero y luego por celos, especialmente en conexión con hábitos masturbatorios. A medida que se establecen con las figuras internas y externas relaciones más de objeto total, la particular preocupación por el aspecto reproductivo del coito cobra prominencia. Es necesario diferenciar esto de la más temprana preocupación por los beb és interiores de la madre interna que dominaban, bajo la forma de celos delirantes, los aspectos pregenitales del complejo de Edipo. La disociación entre "deber" y "placer", por decirlo así, se mantiene todav ía y sólo muy de mala gana se la abandona, en un contexto que tiene el carácter de un regateo. A los padres se les permite realizar su "deber" con éxito, pero se les retacea por mucho tiempo el que 'puedan gozar en la relación sexual. Este problema del aspecto reproductivo del coito de los padres guarda una relación de suma importancia con el problema de la integración por un lado y con el de la terminación por el otro. Este último es bastante obvio por su referencia a la "espera del próximo bebé" que ocupará su lugar junto al lecho de la madre. Lo que resulta menos obvio es que la misma experiencia controla el movimiento hacia la integración de las partes del sel] seriamente escindidas, como ha
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sido indicado en la discusión de los celos posesivos en el capítulo IV. Esto se manifiesta a través de material que refleja el proceso en el cual la parte escindida gradualmente altera su representación siguiendo una incrementación que puede partir de una máquina que se convierte en un animal, luego en un amigo de la familia, en un hermano y finalmente es aprehendido como una parte del selj. Entre el paso que va del amigo-dela-familia al hermano se desencadena la tormenta de los celos posesivos que se resisten a este paso fundamental hacia la integración." Este paso está fre cuentemente reflejado en los sueños y asociaciones por el material que habla del bebé-nuevo-en-la-familia. . Todavía es relativamente poco lo que sabemos acerca de este proceso en relación con las partes más escindidas, más allá de 10 que Melanie Klein nos ha dado en E1zvidia y Gratitud, que son las partes destructivas envidiosas y las que todavía son más oscuras, o sea las partes esquizofrénicas. Sin embargo, difícilmente podemos imaginar el logro de pasos tan avanzados en la integración fuera del encuadre del análisis formal en primer lugar, y sin que se corra el peligro de enfermedades somáticas y episodios esquizofrénicos. Pero de algo estoy bien seguro y es que cuando existen dichas partes (y pueden ser universales) no existe ninguna posibilidad de que se alcance una integración segura hasta que se hayan establecido la salud mental y la fortaleza de carácter básicos. Toda modificación de la técnica que tienda a fomentar una prematura aparición de las mismas en el proceso analítico es peligrosa en sumo grado. En cuanto a la teoría, es evidente que estoy sugi• Véase mi trabajo "Somatic Delusion" .
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riendo que tal como la practicamos hoy no se puede esperar del psicoanálisis que logre hacer alcanzar a los pacientes algo que vaya más allá de cierto grado de confianza en un correcto splitting-e-idea1ización del sel] y los objetos que ' a su vez es la base sobre la cual se sentara la salud mental. Por ejemplo, parece haber evidencia de que cada persona contiene una parte esquizofrénica, la cual, si es que se quiere alcanzar la salud mental, debe permanecer escindida y proyectada, dado que es por su propia naturaleza imposible integrarla con las otras partes de la personalidad. A 10 largo de estos capítulos he enfatizado el papel del proceso rransferencíal como el árbitro del progreso analítico, mirando de dejar en claro que los criterios , externos que están basados en "el paciente se casó y vivió feliz" no pueden ser considerados v61idos como una descripción científica de logro terapéutico si es que los analistas han de poder comparar sus descubrimientos. Puede parecer que esto requiere un grado de fe en nuestra comprensión de los mecanismos internos del psicoanálisis que estimula la acusación de fanatismo y delirio, pero no veo otro camino dentro de un futuro inmediato. W. R. Bion " ha propuesto una tabla basada en una notación no analítica que puede ser la respuesta a nuestra necesidad de contar con un sistema de referencia interrelacionado, pero hasta que aprendamos a usarla, o hasta que se haya adoptado cierta elaboración uniforme de la misma (tal como la tabla periódica de Mende1eyeff aportó una notación racional a la química), no tenemos otra alternativa más que esforzarnos por lograr una descripción más precisa de la situación transferencia1 y sus progresiones. • Elementos de psicoanálisis, Bs. Aires. Edic. Hormé, 1966.
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Como etapa final de la descripción de la "historia natural" del proceso analítico, quisiera describir mi experiencia de tres tipos distintos de terminación del trabajo analítico: la terminación, la interrupción por razones externas y la interrupción debida a un impasse terapéutico. Ya me he referido a las razones para la terminación en el proceso del destete. Una vez que se fija la fecha de la terminación se da un proceso frenético de revisión del proceso analítico, probablemente similar en lo que tiene de alarmante a la regresión en niños muy pequeños cuando sus madres están embara.zadas, Como yo lo entiendo, el propósito parece ser na tanto el de consolidar la experiencia en la mente del paciente como el de comprobar, usando su propia memoria, la inrroyección que el analista ha efectuado del paciente como persona. Por esta razón se insiste en inquirir "¿se acuerda? " y en los niños pequeños, que están aún en el consultorio de niños, se suele recapitular configuraciones de juegos anteriores. ¿Qué hará el analista can los juguetes? ¿Quién será su próximo paciente: otro niño o un adulto? El deseo de elegir el próximo paciente entre los amigos que lo necesitan, en especial, un hermano o padre que no se analiza; la cuestión de si se usará el material del paciente para un libro o un trabajo; el deseo de que el analista haya aprendido algo nuevo de modo que con su tarea analítica haya hecho un aporte al conocimiento y finalmente el admitir en un tono de disculpa que sus ambiciones lo impulsan en varias direcciones, p ero no ·hacia el análisis como carrera; todo esto surge en un triste desfile para ser examinado. Por último y lo que es más triste, viene el admitir el deseo de limitar todas las relaciones futuras con el analista -conservar-
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lo en reserva, por decirlo asÍ- en contraste doloroso con las tempranas fantasías de futura intimidad social. En contraste con este proceso hermoso si bien doloroso, debemos describir los finales trágicos o casi trágicos de la interrupción. Aunque se da tanto en 103 niños como en los adultos, naturalmente la interrupción por razones externas es el desenlace usual del análisis de niños, excepto cuando los padres se han analizado. El impasse es el desenlace más frecuente en nue.tro trabajo con adultos, especialmente con el preponderante grupo de pacientes borderlines que ocupan gran parte de la práctica analítica y casos en análisis didácticos. ., Cuando los padres no están en análisis no es posible ir más allá de adivinar los motivos que están detrás de la gran frecuencia con que se impone una interrupción prematura contraria a la opinión analítica. No me estoy refiriendo a aquellos casos en que desde el punto de visea de los padres no han logrado mejoría, sino a los que sí la admiten y donde no existe la necesidad de un ulterior sacrificio económico. Debido a que los padres adoptan una actitud normativa y sintomática al traer los niños a análisis, no debemos deducir que es esta la razón por la cual propician la interrupción. En realidad las circunstancias suelen indicar que "las verdaderas causas se encueneran en motivos inconscientes de celos, envidia y estados mentales basados en la identificación proyectiva. Motivos similares suelen estar indicados por la conducta de los padres hacia el analista de su hijo bajo la forma de, por ejemplo, tardanza en el pago, regateo en torno de los honorarios, intentos de reducir el número de sesiones, intervenciones terapéuticas propias con el niño, arribu ír la mejoría a otros factores que no son el análisis, especialmente a una "maduración norma!". Complacencia, provocación y
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complicidad sin analizar por parte del niño suelen ser de importancia y ocasionar un elemento similar al que luego describiremos como un impasse en la tarea analítica. El proceso analítico que acompaña la fijación de una fecha para la interrupción impuesta es muy doloroso, dado que una sistemática destrucción de todo el trabajo previo comienza a ahogar los esfuerzos del analista por salvarlo. Una triunfante y no integrada parte destructiva de la personalidad infantil parece tomar el control con burla, negativismo, reteniendo material, mintiendo, gritando para no escuchar, con gélida indiferencia y desprecio por el analista y su labor. Es evidente que sólo se 10 puede tratar mediante la interpretación de la subyacente desesperación, en busca de la complicidad inconsciente y, sobre todo, de la aceptación estoica del dolor que está proyectado. La única notade optimismo que puedo ofrecer a partir de una abundantísima experiencia de este tipo obtenida durante años de labor analítica con pacientes en el servicio militar (personal y subalternos) está dada por ,la sorprendente cantidad de cartas ' que indicaban la permanencia de los logros y la recuperación de los aspectos positivos de la relación. El tipo de interrupción por un impasse es distinto, porque a pesar de todos los defectos que podamos encontrar en la cooperación de nuestros pacientes, debemos aceptar el peso de que todos constituyen fracasos analíticos, debidos a las propias limitaciones de la ciencia y a nuestro ejercicio de la misma. Estoy persuadido de que se da con mayor frecuencia en el umbral de la posición depresiva (fase IV) y que se pueden identificar dos tipos de factores como los causantes, aunque están íntimamente vinculados. Estos factores son por un lado la inadecuación del encuadre y la técnica en la
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rarea analítica, y por el otro los factores traumáticos en la historia del desarrollo del paciente. No diré más sobre este tema aquí porque constituye un área técnica muy vasta. Para terminar esta sección quisiera repetir, tal como ya 10 he hecho tal vez con demasiada frecuencia, que he inrentado describir la experiencia, obtenida de mi propio trabajo y de una abundante experiencia en la supervisión de casos infantiles y adultos, de la historia 114tural del proceso analítico qtle preside el analista. No ' puede ser usado en el consultorio, sino solamente como una ayuda para la orientación del manejo de la contratransferencia y para las comunicaciones a los colegas.
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JECCIóN ]]
CAPÍTULO
EL
PRO~ESO
VI
EN PACIENTES ADULTOS
Pensamos que sería mejor dejar la discusión de las similitudes y diferencias entre el análisis de adultos y el de niños para luego que quedaran expuestas al lector las observaciones acerca del proceso analítico en los niños. Confiamos en que las preconcepciones que pudiera albergar no impedirían que proseguiera la lectura aun cuando careciera de experiencia en el análisis de niños. Tal vez la mejor forma de introducir la discusión del presente tema sea la presentación de un . caso clínico que ilustra la transición en el método en niños púberes. Todo aquel que ha comenzado un análisis con un niño púber o adolescente sabe que deberá transcurrir un largo tiempo antes que el proceso psico. terapéutico dé lugar al verdaderamente analítico. El analista se ve enfrentado con todas las limitaciones del análisis de niños en cuanto a motivaciones y responsabilidad, sin contar con las ventajas de la técnica de juegos con su forma ingenua de comunicación. La situación es muy diferente con un niño que ha estado en análisis durante algunos años del período de latencia y en ese contexto enfrenta los cambios meno tales y físicos de la pubertad. En ese momento podemos ver suspendidas ante nuestros ojos las dos técnicas en oscilación y competencia.
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Material clínico
Los hechos que se describen ocupan los seis meses previos al comienzo de la menstruación. Este período coincidió con la transición del consultorio de niños al diván y el cumplir los 11 años, y ocurrió hacia el cuarto año de un análisis que había sido iniciado por inhibiciones en el aprendizaje, tendencia a, los accidenres, ataques de gritos y agudos celos patológicos de los hermanos. A 10 largo del tratamiento se hizo característico en esta niña el tener períodos en los que trabajaba y progresaba, que a su vez eran seguidos por períodos de falsa cooperación en los cuales repetía en forma mecánica las formas del material anterior y desplegaba una intensa actividad en el consultorio que solía ser peligrosa y . provocativa. Siempre prefirió la dramatización de las fantasías inconscientes a la representación gráfica, pero en el tercer año pasó a hablar y a presentar sueños, mientras que la actividad funcionaba puramente como resistencia. Fue al comienzo del cuarto año cuando la niña comenzó a usar el diván del consultorio de niños y habló de un eventual cambio al consultorio de adultos. Surgieron entonces una serie de problemas transferenciales que giraban en torno a este cambio como contenido manifiesto. El primero de estos problemas se expresaba a través de una relación a niveles infantiles entre la parte-beba y la parte-gato-de-la-bruja que le había anteriormente impedido pensar y aprender, que ahora quería aplacar y hacia la cual se dirigía el aspecto infantil presun· tuoso de su desafiante movilidad y con la cual mantenía una secreta alianza-contra los padres. Fueron infruc• Véase Apéndice H .
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ruosos los intentos anteriores de acostarse en el diván en el consultorio de niño s, debido a la urgencia por moverse, ya sea para agujerear las paredes (destructora ) o balancearse (exhibicionista). Luego esto disminuyó y fue reemplazado por ataques cínicos al análisis, a los valores de los adultos y al concepto de verdad en los cuales evidenciaba una facilidad verbal de la cual no habíamos tenido conocimiento hasta entonces durante el tratamiento (véase Capítulo IV) . Pero no bien se dio este cambio pasó a primer plano la disociación de la transferencia paterna en héroe y en padre loco que se manifestó en el consultorio a, través de la incapacidad de dejar de mirar al analista mientras permanecía en el diván. El temor a los obreros de la calle, los hombres en el subterráneo, la corriente de ansiedad en la transferencia y la desconfianza que anteriormente había sentido de su padre poblaban los sueños y las asociaciones. Se pudo detectar la evidencia del temor a ser mirada junto al emergente deseo puberal , de vestirse bien, de ser mirada y admirada por los hombres. Cuando al taparse un caño se inundó el consultorio de niños y comenzó a oler mal, decidió pasar. al consultorio de adultos pero en forma transitoria según enfatizó, porque era obvio que temía ejerciera sobre ella una coerción del tipo "quemar las naves". Los sueños y .su conducta evidenciaron ahora que los dos aspectos de la transferencia paterna disociados estaban muy activos y contribuían a que continuara sentada sobre el diván y mirando al analista. Trajo un sueño en el que le divertía que una especie de mono de tipo amisro.o la persiguiera a lo largo de corredores y escaletas que siempre descendían y al cual ella engañaba salteando escalones y escondiéndose detrás de puertas hasta que
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se dio cuenta que otra niña estaba haciendo 10 mismo. Esto demostraba claramente que el flirteo con el padre. héroe -ella había dicho con frecuencia que el anali sta parecía un lindo mono- y la huida del padre loco se combinaron para determinar su conducta y su modo de comunicación en el cual se daban en forma alternada cambios bruscos de tema y episodios de ·' falta de atención a la interpretación que me llevaban a una persecución divertida. A medida que nos acercábamos a la Navidad, la falta de cooperación de índole maníaca fue gradualmente cediendo a una preocupación de tipo depresiva por no poder acostarse en el diván O "esforzarse" en el análisis. Se preocupaba ahora porque estaba gastando tiempo y dinero y pensaba que tal vez sería mejor que interrumpiera y cediera su turno a su hermano menor, etc. Es evidente que nos acercábamos a su intolerancia a la dependencia del pecho que quedaba testimoniado en cantidades de pequeñas críticas a su madre en la realidad externa y en la tendencia a cuestionar al analista acerca de la base racional de su técnica en sus facetas más minuciosas. La sospecha de improvisación, racionalización y desorganización en la transferencia materna difería de la sospecha anterior de hipocresía en la transferencia paterna. Apareció con una manía por los Beatles que traía apareado un reclamo algo complejo del tipo usted-no-nosentiende, pero sin mucha convicción. Dos sueños de esta época demostraron que acostarse en el diván significaba la aceptación del cuidado dependiente de su mente ensuciada en oposición a los residuos de la alianza anal-rnasrurbatoria con la bruja-gato. En el primer sueño estaba en el baño, tenía puestos unos pantalones de baño (como siempre hacía su hermanito) y los pe-
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chos no estaban desarrollados. Hugh (un primo) estaba allí. Luego él se . había ido o ella no lo podía ver y no tenía la malla puesta y los pechos se estaban desarrollando. Este sueño sugería que algún tipo de angustia de castracióri del tipo pequeño-niño acerca de su padre loco interfería con su dependencia de beba de la madre, representada por Hugh " ( "usted"-el analista), a quien se 10 puede ver (si se está sentada) y no ~er (si se está acostada), respectivamente. Dos días más tarde soñó que la familia estaba en Alemania durante la guerra y tenía que bajar a un refugio. En lugar de doblar a la izquierda al llegar al fondo, continuó bajando a través de una abertura que había quedado al sacarse una piedra del suelo. Cuando su madre le dijo que subiera, se negó y luego el sueño se fue convirtiendo en cada vez más maníaco -manejaba una ambulancia, le tiraban tiros, etc. En realidad se llegaba al consultorio bajando unos, escalones externos y había una puerta a la izquierda sobre la cual estaba la tapa de las cañerías que la paciente habías visto quitar cuando unos obreros estaban arreglando el problema de la inundación del consultorio, Se hizo evidente que en el sueño había permitido que su mente penetrara en las.cloacas (su preocupación por los penes nazis en sus pr~ocu paciones masturbatorias anales) en vez de tener su baño de análisis. Continuó el delicado equilibrio entre acostarse y sentarse. Dos semanas después soñó que salía de un lago barroso y estaba sobre la orilla con césped, mientras que algunos sombreros de brujas se hundían sugiriendo que otras brujas habían sucumbido. Reveló ahora que había tenido su primer período menstrual antes del sueño del "baño"; • Hugb y yau (usted) se pronuncian en forma muy simio lar en inglés. (N. de la T.)
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Pero entre estos hechos que-sugerfan la disminución de la excitación erótica y masoquista relacionada con el diván en la transferencia paterna, tuvimos una sesión muy valiosa que demostraba parte del splitlÍwg en la transferencia materna que estaba en oposición a su propósito de hacer todo lo que podía por la tarea analítica. Un miércoles, dos días después del sueño de las "cloacas" y dos semanas antes del sueño del "lago barroso", entró en el consultorio dos minutos tarde y se 'mostró muy jocosa acerca del final de la sesión anterior en que había contado una broma familiar acerca del señor X y su admiración por los pavos reales. Pasó por alto mis palabras que le recordaron la interpretación del día anterior en la que le señalaba el aspecto de burlarse de los mayores y como en realidad su hilaridad era provocada. por la excitación de las palabras pee y cock", Siguió hablando rápidamente sobre las formas de los pulgares en su familia. Algunos los tenían derechos y otros torcidos. Le interpreté nuevamente la preocupación por los penes que estaba rigiendo su relación conmigo en ese momento e impidiendo mi trabajo analítico, tal como en el sueño de la "persecución del mono". Por un momento cesó la hilaridad y un hosco "Bueno, pero es gracioso" reemplazó las burlas, pero rápidamente volvió el humor maníaco, esta vez comentando las burlas de su hermana acerca de dos mujeres del barrio que la habían invitado a tomar té y helados, respectivamente. Imitando las muecas de su hermana intentó hacerme reír hasta que fue evidente que la paciente sen• El autor se apoya en la pronunciación de "pavo real", --peacock en inglés- que se puede asociar con el verbo lo pee, que es la forma familiar del verbo "orinar", y cock, que es el término vulgar para significar "pene". (N. de la T.)
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tía que la voracidad y desprecio de su hermana habían sido tan intensos que se había olvidado de averiguar los nombres de sus benefactoras y le fue así imposible cumplir con ninguno de los dos compromisos (con los pechos). ¡Oh!, había tenido un sueño, recordó súbitamente. No, dos sueños; ambos relacionados con cómodas. En el primero, la cómoda estaba en su cuarto y tenía los dos cajones superiores llenos Con su peine y cepillos y el cajón grande del medio estaba abierto, vacío. Luego notó que una niña pequeña de cabellos negros, escondida detrás de la cómoda, éstiraba el brazo hasta alcanzar la parte frontal de la cómoda y lustraba el interior de este cajón .vacío con pomada marrón. (La niña, asoció, era como la imagen que ella tenía de una niña en un libro sobre niños adoptados, una niña que había demostrado aptitudes para el ballet.) Cuando le interpreté que el cajón en el sueño estaba conectado con su propio cajón en la cómoda del consultorio de niños, aceptó que estaba en la misma posición. Cuando vinculé el análisis en el consultorio con los dos cajones superiores,' a través de la ecuación del día anterior que equiparaba el tener los cabellos peinados con el tener los pensamientos en orden, también lo aceptó. Pero cuando sugerí la existencia de una mezcla de cuidado (de que el cajón en el consultorio fuera revuelto por otro niño como lo había sido por ella) y celos (temía que otro niño 10 tratara bien, que era equivalente a lustrarse los zapatos, cosa que ella nunca había hecho), protestó que en el sueño sólo sentía que podía necesitar el cajón alguna vez y de todos modos no estaba . tan segura de que no tendría que regresar al consultorio de niños en su análisis. En el segundo sueño la cómoda blanca del comedor
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en su casa tenía pilas de comida apoyada sobre la parte superior y lista para un picnic -en los Chilterns- y se fijaba si había papas fritas, y las había. Le interpreté primero que el sueño demostraba que su relación con la madre-pecho en el análisis estaba siendo disociada, que al analista se le permitía ser sólo la madre que baña y limpia y no la madre deliciosa de los picnics en las montañas que permanecía adjudicada a la madre en casa. El resultado era que en el sueño y probablemente también en la realidad se comportaba en forma in fantil, siempre buscando las faltas (¿eran las papas fritas?) en lugar de reconocer las virtudes (todas las exquisiteses exhibidas) del pecho. Esto se relacionaba con la forma constantemente crítica en que su parte bebagato-de-la-bruja siempre examinaba y criticaba mi técnica. Sugerí que el sentarse en el diván en lugar de acostarse tendía a conservar esta disociación entre la mami-inodoro aqui y la rnami-nutricia en casa (ver Capítulo III). Se fue protestando que rara vez se quejaba de la comida en casa ahora y que casi nunca comía cosas dul . ces entre comidas. Pero le encantaban las papas fritas. En este material la situación transferencial ha sido tomada en el momento que rondaba el umbral de la posición depresiva descripta en el Capítulo IV. Los cuatro primeros años de análisis habían atravesado serios estados confusionales debido a la identificación proyectiva y confusiones zonales. Estas últimas se centraban especialmente en un splitting deficiente entre lo bueno y lo malo dentro de ella y en el cual había predominado una marcada confusión ano-vagina y heces-pene. El trabajo, especialmente en el tercer año, había producido una mayor diferenciación de esta parte suya, la brujagato, que mantenía sometidos a niveles infantiles su
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intelecto y capacidad de amar. la tarea de separar esta parte de su posición proyectada dentro de la hermana y amiga "malas" había sido tediosa, pero había contribuido mucho a disminuir la hiperactividad que desplegaba en el consultorio y alcanzar una mayor verbalización e inteligencia para cooperar en la tarea analítica. Esta transición está muy bien ilustrada por una sesión que había tenido lugar unos nueve meses antes del material anterior, próxima a una interrupción que había despertado su preocupación por mis supuestos hijos. Era una época en la que estaba muy excitada y con conflictos debido a dos causas: una era su reciente participación en una representación teatral y la otra eran sus clases de baile. Las dos habían alterado en parte el horario de análisis. De pronto, en la mitad de la sesión del miércoles, acostada en el diván del consultorio de niños, recordó un sueño y se sintió contenta porqlle hacía unas semanas que no recordaba ninguno. Comenzó diciendo precipitadamente: "Estaba sentada a la mesa y la cocinera puso un poco de jalea y luego yo estaba acariciando el gato, pero en otro lugar". Cuando el analista empezó a preguntar, se puso impaciente y saltando del diván tomó una hoja, de papel para dibujar la disposición de los elementos en el sueño, demostrando que 'ocurría durante el almuerzo en la escuela. Al comienzo había estado en uno de los lados de la mesa, pero luego estaba en la cabecera, en el lugar del prefecto." "La cocinera, sabes, una de las mujeres que sirve la comida no sé si cocina también- ni la vi en el sueño -puso una taza chica de papel llena de jalea-, ves. ¡Aquí! • Preject es, en algunas escuelas inglesas, uno de los niños mayores al cual se le da cierta autoridad. (N. de la T.)
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(marcando en e! papel), para saber si nos gustaba y si queríamos mucho o poco cuando nos sirvieran los postres. i Yo quise mucho, por supuesto! Luego, no sé cómo, estaba sentada en el lugar de! prefecto y el gato (aquí saltó sobre la mesa imitando e! ronronear y movimientos sensuales de un gato) estaba sobre la me:a y yo lo acariciaba. ¡Yo no sé lo que significa esto!" (saltando hacia el analista en dirección al suelo). El analista interpretó, en reaimen, que este sueño demostraba la relación entre la parte de su self-bebé que se sentía resentida y voraz debido a la interrupción por las vacaciones y por sus nuevas actividades y la otra parte muy envidiosa y tramposa que hacía tiempo conocíamos como la parte gatuna y que también se conectaba ~n sus fantasías masturbarorias, Esta parte gato, actuando a sus espaldas (la mujer que servía que ella no había visto) le servía una porción de celos" (Jelly!-se e! ¡Jalea-ves!) e inmediatamente la des. viaba hacia un estado mental masturbarorio (sentada en el lugar del prefecto, acariciando el gato) mediante una identificación proyectiva con su mami-herrnanamayor. Su respuesta fue inmediata y casi explosiva: "Sí, es como Jane. Ella siempre dice, «Oh, me enteré de algo . realmente. .. Oh, no te va a interesar». N o 10 puedo evitar, tengo que escuchar el resto, aun cuando sé que no es cierto, Pero ahora le digo al final, «¿Y qué pruebas tienes de eso?", como usted hace conmigo y eso ayuda". Volvió a sentarse a la mesa de juegos. Aquí el impulso hacia la movilidad que deriva de su alardear infantil y ' está dirigida hacia la parte gato ~ Juego de palabras que se apoya en la casi idéntica pro, nunciación entre ielly see = jalea ves y iealousy = celos. (N. de la T.)
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tramposa es evidente y podemos ver la misma 'estructura interna en el sueño de la "persecución del mono" nueve meses después en el cual, de hecho, la "otra niña" que aparece haciendo lo mismo con el mono está representada por una niña un poco mayor que se esconde detrás de una puerta del mismo modo que la mujer que le sirve a sus espaldas en el sueño de la "porción de jalea". Si ordenamos las etapas de cooperación de esta paciente a lo largo de los cuatro años de análisis aquí mencionados serían más o menos las siguientes: I. Dos años de juego, caracterizados por actividad física en el consultorio de niños, uso de juguetes, pocos dibujos y respuestas verbales sólo al ser interrogada.
II. Un año de menor actividad, más dibujos y verbalización, poco análisis de sueños. III. Seis meses de transición a la técnica de adultos (como en el ejemplo del sueño de los celos o la jalea) que empezaron acostándose en el diván del consultorio de niños, pero durante los cuales no podía controlar sus manos (agujereaba la pared, erc.), ni sus ojos (necesidad de mirar al analista) y tenía estallidos de actividad . fuera del diván. IV. Seis meses de transición al consultorio de-adultos y empleo total de la técnica de adultos y el establecimiento de la responsabilidad unos meses después de la primera menstruación y el sueño de la "orilla con césped". Este es un tipo de secuencia característica: I-juego espontáneo que da lugar a Il-represenracíón en el jue-
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go, dibujos e historias que da lugar a III-análisis de sueños y IV-"cooperación". Reservé la palabra "cooperación" para el proceso "adulto" de responsabilidad por la tarea analítica, pero no porque deje de figurar en la tarea con los niños en el sentido de que el paciente está comprometido en el proceso analítico y trabajando duro en contraste con intentos caprichosos de destruir el proceso e irse. Es mejor usar un término como "trabajo" para describir esto y reservar el término "coope- · ración" para una función estrechamente ligada a un sentido de responsabilidad de la misma. Es de interés señalar que, en el caso de la niña descripta, a continuación de ia aceptación del empleo total de la técnica de . adultos, o sea de "trabajo", surgió una crisis en la "cooperación" que ocupó los próximos seis meses de análisis, un virtual punto muerto debido a su incapacidad para decidir si continuaba analizándose. Le iba bien en el colegio, tenía buenas relaciones sociales con sus iguales, su "conducta" era satisfactoria, pero aún faltaba mucho para lograr la capacidad para el cuidado, el amor o la vivencia de gratitud. En otras palabras, su dolor mental estaba en "reflujo", tal como fue descripto al final del Capítulo IV. Desde el punto de vista de los padres podía haber terminado su análisis y algunas consideraciones de tipo económico pudieron haberla animado a hacerlo. Se . quedó demorada en esta coyuntura, entre , standards externos e internos, ante el umbral mismo de la posición depresiva y el pleno reconocimiento de la realidad psíquica, durante seis tristes meses que incluyeron las vacaciones de verano en las cuales decidiría si iba a continuar o no. Fue durante esta separación, en la cual se encontró llorando frecuentemente, sintiéndose sola, fácilmente herida y perturbada por sueños aremorizantes de todo tipo, cuando cristalizó su decí-
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sión de asumir toda la responsabilidad y continuar. Decidió pedir a sus padres y al analista el continuar el tratamiento para alcanzar una "terminación" . verdadera en lugar de una "interrupción" en el. "proceso del. destete" (Capítulo V). Esta aceptación de la responsabilidad, en última insrancia la responsabilidad de la realidad psíquica, puede ccurrir a una edad increíblemente temprana. La he visto a los siete años, luego de sólo cuatro años de análisis, en un niño de constitución especialmente vigorosa. Pero esta responsabilidad es, por supuesto, asumida primero por los padres cuando buscan tratamiento para el hijo y es mantenida por ellos a lo largo de la mayor parte del análisis del niño. Aun en padres que se han analizado bien y que tienen un buen imight de las dificultades del niño esta responsabilidad puede ser, en el mejor de los casos, de tipo subrogada y debe eventualmente ser asumida por el yo del paciente." En realidad esta función es compartida desde el comienzo por el padre que paga el tratamiento, trae al niño y lo protege fuera del. análisis y el analista que crea y protege el encuadre analítico. Eventualmente todas estas, funciones deberán ser asumidas por el yo del niño si es que ha de establecerse el autoanálisis como un corolario a la responsabilidad por la realidad psíquica. Esto incluye aun el "pago", porque el "precio" del análisis no está sólo representado por los honorarios sino que está materializado en una forma mucho más importante en el dolor de la posición depresiva en las relaciones objerales externas e internas. Todo esto parece ser distinto en el caso de pacientes adultos neuróticos que impresionan como que vienen • Véase Apéndice E.
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y pagan solos, se protegen, ·aceptan y preservan el encuadre y cooperan en todas las formas desde el comienzo. En pacientes bordeline o psicóticos, en adictos o psicópatas, el paralelismo con el análisis de niños es más obvio, porque se requiere la autoridad o respaldo de alguna persona o institución ya sea en forma constante o periódica. Pero un examen más minucioso revelará que la situación es escasamente diferente en pacientes adultos en términos cualitativos y cuantitativos, si es que se 10 contempla correctamente desde el punto de vista de la estructura psíquica y no de la mera des. ., cnpcion. El concepto central para nuestra comprensión de la conducta del paciente adulto en análisis es el actingout, que debe entenderse, comprende el acsing-ou» de las fantasías inconscientes que dominan la transferencia, dentro y fuera de la sesión analítica propiamente dicha.'" Recientemente se ha comenzado a diferenciar entre acting-in y acting-out. La diferenciación paralela en el dominio del aspecto interpretativo de la tarea analítica asume la forma, en la mente del analista, de la necesidad de decidir si lo que se va a interpretar es contenido o conducta. Es ya conocida la relación recíproca que existe particularmente entre la capacidad del paciente para traer sueños a la sesión y estas tendencias al acting-out, Es una conexión íntima y de ningún modo fortuita que reside en la función de la parte adulta de la personalidad respecto de su control sobre el órgano de la conciencia o aun,-en cierto sentido, la posesión de dicho órgano. Esto incluye la capacidad para la "observación de las cualidades psíquicas" y el control de la movilidad, es decir, la conducta, La "responsabilidad • Véase Apéndice A.
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de la realidad psíquica" incluye, dentro de la estructura de la mente, funciones casi idénticas a las de un adulto supervisando las actividades de un grupo de niños, o sea, observar y, si es necesario, refrenar su conducta. En el material que acabamos de ver, por ejemplo en el sueño de las "cloacas", esta función adulta estaba todavía delegada en un objeto, representado por la madre de la paciente que le decía que subiera de las cloacas y pasara por la puerta de la 'izquierda para tener su baño, o sea, su análisis. la niña no había todavía aceptado la responsabilidad de la realidad psíquica. Se puede ver una situación similar en el sueño y acting-out de una paciente en el mismo punto de desarrollo del proceso analítico pero para la cual el baño tenía un significado muy diferente, o sea una cámara de masturbación, un lugar de retiro. Al comienzo de la sesión, en el sexto año de análisis, se quejaba de la realidad exterior y atacaba al analista porque prestaba poca importancia a las dificultades de la paciente en el mundo externo. Se sentía perseguida y expresaba sentimientos de autocornpasión. A partir de los tres últimos años de análisis sabíamos muy bien que estos estados encubrían culpa y vergüenza por haber actuado o haberse masturbado, y que el contenido de sus quejas representaba los requerimientos de una parte mala de su self que nutría sus partes bebé con el equivalente mental de la orina y heces para promover la autocompasión. Esta parte estaba frecuentemente tepresentada en sus sueños por un portero, una hermana mayor mala, un sirviente o mozo, que le daba comida dudosa en un restaurante sucio, vino con borra de una botella rota de debajo del mostrador, etcétera. En la- sesión a Ola que me estoy refiriendo estos desbordes amargos duraron unos cuarenta minutos, durante
I
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los cuales los hechos fueron revelados uno por uno, que había descuidado su trabajo, que había dormido la siesta en lugar de escribir un informe para su jefe, que había tomado un baño caliente porque había comenzado a sentirse sola. Finalmente surgió el sueño que no estaba olvidado, sino más bien dejado de lado. En el sueño subía a la cúpula de Sto Paul detrás de su madre. Llevaba de la mano a una niña pequeña, que era también ella misma. Pero cuando la niña dijo que estaba cansada, retornó, dejando a su madre, para permitir que la niña durmiera la siesta. Cuando la niña despertó tenía hambre, de modo que permitió que una mujer joven (que solía trabajar para su hermana y que siempre estaba enredada en algún triste affaire amoroso), le diera algo rojo (que era, señaló la paciente, del mismo color castaño rojizo del estiércol de vaca que ella había comido en otro sueño, unos meses antes). En este sueño, y el"acting-out can él relacionado, se puede ver con claridad que por negligencia de la parte adulta de la personalidad, es responsable de ceder sin luchar a las exigencias infantiles de gratificación sensual, sin importarle la ruptura de la relación objetal ,con la madre interna (yen consecuencia, con la externa en la transferencia). Podemos observar aquí el actingout (la siesta, el baño caliente, el informe postergado), y el acting-in (las quejas persecutorias de la parte sirvienta infeliz de sus"estructuras infantiles que se siente traicionada y descuidada por su amante, el padre-analista) . La diferencia que demuestra este sueño entre objeto (su madre), la parte adulta (su set¡ adulto) y partes infantiles (la niña y la sirvienta) no se da con frecuencia en los sueños de las tempranas fases del análisis, es decir, antes del umbral de la posición depresiva
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(Capítulo IV). En cambio el paciente es I- un adulto que se maneja con otros adultos, o 1I- es un niño con otros niños o adultos, o lII- es un adulto con niños que son claramente no-sel], tales como sus propios hijos.· En el primer caso se trata de sueños en los cuales figuran un Jelf-adulto y una parte-niño-con-delirios-de-adultez (debido a una identificación proycctiva masiva). (Véase mi trabajo sobre el aspecto pseudomaduro del carácter "La relación entre la masturbación anal y la identificación proyecriva".) En el segundo caso el self-adulro perdió el rol supervisor pero retiene la capacidad de observar cualidades psíquicas, como una maestra inepta con niños alborotadores. En el tercer caso, donde el paciente está con niños específicos que son no-self, se trata de situaciones de identificación proyectíva con objetos externos, donde partes infantiles de la personalidad están permanente o ternporariamente situadas en objetos externos. El cónyuge del paciente, sus hijos o hermanos son los más frecuentes recipientes de estas identificaciones proyt ctivas. Si consideramos el sueño de , esta paciente ("subir hasta la cúpula de .Sto Paul") corno tipo IV, logramos una secuencia de tipos oníricos que corresponde a los cuatro tipos de colaboración observados en el .an álisis de niños antes descripto. I-juego espontáneo; U-juego represenracional y verbalización; Ill-verbalización y análisis de sueños; IV-cooperación y responsabilidad. Podemos establecer una notación refiriéndonos a tipos laIVa,ln-IVn. Esta comparación tiene el propósito de demostrar que, no obstante todas las diferencias superficiales en la conducta, el verdadero modo de colaboración en el proceso analítico es idéntico en los adultos • En el capitulo V esto es considerado más detalladamente.
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y en los niños y difiere solamente en las formas (no en los modos) de comunicación. • También se puede establecer una correspondencia general con las fases numeradas del análisis descripto en los Capítulos I-IV. La dificultad para hacerlo, sin embargo, está dada por la naturaleza cíclica de la transferencia, que ya ha sido explicada en los capítulos anteriores, dado que la secuencia completa del desarrollo de la transferencia en el proceso total también se puede ver en las más peque· ñas unidades temporales del trabajo analítico, o sea en la resión, la semana, el año. Veremos un ejemplo de esto en el próx imo capítulo.
• Esto se profundiza en el Capítulo VIII. I
CApíTULO
VII
EL CICLO DEL PROCESO EN LA SESIÓN INDIVIDUAL Probablemente los aportes que presenta este libro provengan tanto de la experiencia de supervisar candidatos y colegas como de la experiencia inmediata en el consultorio. Una descripción de la técnica de supervisión que empleo puede ayudar a orientar al lector respecto de las contribuciones de este capítulo. El énfasis está siempre en el material de la sesión que pido sea leído, libremente comentado y elaborado sobre la base de las anotaciones que se hayan tomado. Interrumpo en cuanto siento que yo hubiera interpretado, generalmente antes de escuchar la interpretación de la persona que presenta el caso. Cuando se trata de un caso nuevo suelo trabajar sin material anterior preguntando sólo al comenzar la edad, el sexo, número de hermanos, estado civil, número de hijos, si los padres viven; ocupación y trastorno principal. Por supuesto \ cuando se sigue un . caso durante unos meses los claros se van llenando pero yo siempre pongo el énfasis en la inmediatez de la situación analítica, incluyendo aspectos del encuadre y dejando a un lado los problemas de contratransferencia por considerarlos limitados a la persona que presenta el caso. He encontrado que este método es apropiado para trabajar con colegas que analizan en otros idiomas y
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presentan e! material traducido, aun cuando su inglés sea extremadamente limitado, siempre que sea el analista y no el traductor el que lea el material y yo tenga una copia delante mío. Este aspecto de la técnica puede ' ilustrar la importancia de la comunicación no verbal efectuada a través de los mecanismos de la identificación proyectiva e introyectiva que tiene lugar durante la supervisión. Dado que por ansiedad y modestia los candidatos suelen limitar la información de su trabajo interpretativo a la indicación de haber arriesgado una interpretación, he tenido can frecuencia la experiencia de observar e! desarrollo del material de! paciente sin tener un conocirnento detallado de! contenido del trabajo interpretativo. El fenómeno de la continuidad es igualmente sorprendente en los pacientes adultos e infantiles, aun cuando el contenido manifiesto puede cambiar considerablemente luego de una interpretación. Por esta razón, el concepto de un "cambio" en e! material como indicador del impacto del proceso interpretativo es aplicable al contenido latente pero no al contenido rna.nifiesto, como se verá en el siguiente material clínico. Con e! propósito de ilustrar y estudiar estos factores a los fines de la enseñanza, he desarrollado también una técnica para seminarios. A continuación me referiré al material de una reunión reciente que sirve para introducir el tema del trabajo analítico asi como también para ilustrar el ciclo analítico de una sola sesión. En un seminario de doce candidatos y analistas de niños hemos empleado la siguiente técnica: se le pide a un miembro que dentro de la semana próxima elija una sesión de un paciente que es desconocido para el que conduce el seminario. Es necesario disponer de tiempo libre luego de esta sesión a fin de que se pueda efectuar
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una minuciosa transcripción de la misma. Se hacen copias de este material que sólo contendrán 10 que dijo el paciente dejando espacios en blanco que corresponden a las interpretaciones. Se distribuyen las copias duratzte el seminario y se trabaja sobre ellas sin material previo. Una vez que se ha logrado un acuerdo en cuanto a la formulación de la transferencia, se efectúa la evaluación de la evidencia del impacto debido al proceso interpretativo, transgresiones técnicas y fallas en el encuadre. Luego se reconsideran -las interpretaciones verdaderas primero por su valor teórico y segundo por su contenido verbal y estilo _de presentación. La sesión que sigue ocupó dos seminarios de noventa minutos dedicados al mater ial del paciente y otros dos dedicados al proceso interpretativo. Se presentará solamente el material y las formulaciones del seminario ya que el contenido fue relativamente simple, las interpretaciones en general correctas, según lo decidió el seminario, y los pUlttOs principales de la técnica y el encuadre adecuados. Jane, 4 años y seis meses de edad, la mayor de dos niños, el otro es un hermano, Edward, de dos años. Ha comenzado su análisis hace 18 meses a una frecuencia de 5 sesiones semanales. j\fATERIAL •
FORMULACIóN
Paciente 1
Viene dominada por su parte niño (traje de cowboy) y busca inmediatamente un equipo fálico (el lápiz verde ) . pero está llena de odio y sospecha que se la priva del pene bue-
SCJión del miércoles:
Jane viene vestida con un traje y sombrero de cowboy. Al
• Mi agradecimiento a la senoCIta Ruch Riesenberg por permitirme usar este material.
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entrar dice que la "señora" no vino porque está resfriada (la "se ñora" es una persona encargada de traerla los miércoles. Tenía que -comenzar a hacerlo esta semana). Jane se dirige a un _cajón y saca un lápiz verde que tiene un trozo de plastilina adherida (no sé si ya estaba en el lápiz o si ella la puso). Hace un gesto de estar buscando algo en el cajón, pero sin hacerlo realmente, me pregunta "¿Dónde está el auto rojo?" Con el lápiz en la mano se sienta a la mesa y mirándome dice: "Su cara está roja señorita R"; luego saca la plascilina del lápiz y dice que es una goma. Borra la mesa y dice que es difícil y mirándome dice: "Hoy no voy a hacer lío".
n-o (el auto rojo) escondido en algún lugar secreto del analista (su cara roja), dejando sólo un pene fecal para el nino (el lápiz verde con plastilina) . Surge la hipocresía, que es experimentada como la venganza adecuada por el en. gaño de la madre-analista, y usa el pene fecal (la plastilina usada como goma de borrar ) para ensuciar el pecho (1a mesa).
Int erpretación 1
Paciente 2 Jane traza una línea sobre la mesa, comienza a borrarla con la plasrilina, moja la plastilina con._salíva y dice que le hace falta agua. Va hacia la jarra con agua, moja la plastilina y luego la deja caer en la ja-
El pene fecal y la orina, confundidos con su lengua-pene y saliva, limpian la suciedad del pecho-mesa, del cual ella luego bebe a modo de triunfo sobre la parte niña proyectada en Chrisrine, que está in-
-,
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rra; lleva la jarra a la mesa, bebe un poco de agua, saca la plastilina y borra la mesa con ella. Toma un lápiz y , , 1'uego un crrcu, traza una 1mea lo, luego dos líneas que salen del círculo, diciendo "las píernas" y luego otras dos líneas, diciendo "los brazos". Mirándolo desde donde ella está sentada es una figura Invertida; dice algo de Christíne, borra la figura y hace una J g rande diciendo "J de Jane".
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vertida, o sea, confundida acero ca de lo de arriba y las nalgas (pechos y nalgas).·
I
Interpretaci6n 2
Paciente 3 Dice, mostrándome la plastilina : "Mi escopeta, mi pincel de pintar", y lo mueve como si estuviera dibujando sobre la mesa.
Interpretación . 3
El trabajo interpretativo no ha tocado todavía lo maníaco pero aproxima a la paciente hacia un mayor contacto que le hace mostrar su equipo de niño en el aspecto creador (el pincel de pintura) y en el aspecto destructivo (la escopeta).
Paciente 4 jane se sonríe diciendo: "Es· te traje es de Edward", "Se lo dieron para Navidad." "Todavía no se lo ha puesto." "Yo SI.'"
• Véase Apéndice
Se toca un poco lo maníaco, que está defendido por la neo gacíón respecto a la implicación de haber robado la masculinidad del hermano (no es
J.
-
I
128 Interpretación
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4
realmente del hermano sino que se lo han dado, y muy recientemente, y además no le va bien y, de .todos modos, a a no le interesa).
Paciente 5
Jane deja caer la plastilina en el agua diciendo "Plop"; trae una toalla, cubre la jarra con la toalla y dice "Aquí va a crecer una flor". Me sonríe en forma muy seductora, envuelve la jarra en la toalla y dice: "Así es lindo y tibio" . Interpretación .5
Enfrentada con el efecto corrosivo de la interpretación de su situación maníaca, Jane comienza a seducir al analista para que sea su cómplice en la manía y le ofrece (a mami ) un bebé (flor), pero el "Plop" pone en descubierto la naturaleza fecal de la fecundación de! estómago (jarra).
Paciente 6
Saca la toalla de la jarra y dice "Un pescado"; saca la plastilina de adentro y dice "No, una flor, pero está creo ciendo". Interpretación 6 ·
POl1~
la tolla nuevamente sobre la jarra y comienza a
Al haber fracasado en su ofrecimiento de una beba (flor), ahora me promete un niiio (pescado) pero sin convicción, volviendo a la esperanza de que la niña (flor) pueda todavía crecer. Está comenzando a demostrar y sentir cierta ansiedad ahora que ., , su reparaci ón man íaca tambalea.
La manía es destruida no sólo por la imposibilidad de la re-
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mover esta última, inclinán- presentación (tal como cuandala, y comienza a derramar. do los niños intentan realizar se agua que moja la toalla. actos que van más allá de su También se mojan sus pan. competencia) sino por el retalones de cowboy. Dice: "Es- conocimiento de Jane (el in~ tá mojado"; va hacia la silla elinar la jarra) de que ha essobre la que suele estar la tado idealizando su orina .y .toalla; se da cuenta entonces defecación en la mami-inodoque la toalla está en la jarra ro y teme que sus productos y está mojada; dice: "Tendré no sean contenidos (el inodoque sacarme mi traje de cow- ro que desborda, el analista boy y ponerlo a secar", y ca. que pierde la paciencia, etc.) , míenza a sacárselo. Pone los disociando otra vez su rna scupantalones cerca del fuego; linidad en el hermano-bebé-alvuelve al agua, termina derra- pecho (el traje de cowboy demando toda el agua sobre el lante del fuego). Su femineidad piso y tira 'la jarra. Mira sus domina la escena inmediatazapatos, señala que están mo- mente y .ensucía los pechos (sus zapatos, [os hushpuppies) jados, les tira más agua y dice: '''Mis hushpuppies ". Ya no y se siente desesperanzada. sirven. No los podré usar , " mas.
Interpretación 7
Paciente 8 Jane . rn íra con un a expresión que tiene mucho de desolación y dice: "¡Ah! No me importa. ¡Ah!"
Oscila entre el dolor de entregarse a la desesperanza y el abandonarse a la desesperación ("No me importa."). CRISIS r.
Interpretación 8
.. H1tshpuppÍlis es un tipo de zapatos usado por los runos en Inglaterra y los BE.UU. Su traducción literal sería: "cachorrítos silenciosos". (N. de la T.)
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Paciente 9
Dice: "Te odio. Eres horrible. Estás toda sucia. Tú mojaste todo esto. Realmente te odio. Sí, te odio. . Y, de todos modos, no me importa". 1lI1erpreJaci6n
9
Esta interpretación parece haberla hecho oscilar hacia el abandono que comienza con una mezcla de acusación y .calumnia contra la mami-analista que muestra la primera clara diferenciación entre externo (transferencia) e interno (la situación de sus fantasías y sueños de' masturbación representados en el juego anterior). En efecto, dice ahora: "Es porque te odio, madre-analista, cuando me hablas de este modo (Interpretación 8) que hago estas cosas horribles a mis pechos-de-marni internos (hIlJhpuppiel) ".
Paciente 10
Mitad cantando y mirad hablando dice: "Está lloviendo, está lloviendo mucho". interpretación
la
Se burla de la madre dañada que ha sido mojada y ensuciada, pero cuyo marido es demasiado perezoso para repararla (la canción continúa: "El viejo está roncando", etc.). Este es el primer material edípico en la sesión, resultado del abandono de la negación maníaca de la distinción entre adultos y niños a favor de un abandono narcisista de sí mismo.
EL PROCESO PSICOANALÍTICO
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Paciente 11
Jane dice: "Quiero ir al baño" ; toma una casita de madera, la moja en el agua del piso y dice: "La chimenea se está cayendo". Int erpretación 11 Paciente 12 , Se acuesta en el diván; dice: "No me importa". Se mete el dedo en la nariz y se come lo que saca. Saca una muñeca del cajón; dice : "Es Helen" (el nombre de la madre). "E. la señorira R" (!a analista). "Vaya comerle ia cola." Trata de sacarle el vestido a la muñeca y dice: "Le voy a sacar la bombacha. Se la voy a sacar" . lt1lerpretación 12
Paciente 13 Jane trata de meter una pierna .de la muñeca dentro de la cerradura de varios cajones diciendo: "C1ump-dump. Un ti· gte. ¡Ah! Clump-dump. Un cocodrilo. ¡Ah!" Se lo come. Interpretación 13
Sus ganas de ir al baño combinan aquí el deseo de expeler su situación interna con el deseo de irse por el inodoro como la Christine invertida, junto con sus objetos destrezados y arruinados (chimenea, hlishp¡Ippies) •
Se observa un abandono total a preocupaciones de tipo anal a través del mererse el dedo en la nariz y otras indicaciones de equiparar los pechos con las nalgas, su cola con la ! de la madre, y el idealizar sus heces como si fueran comida, por ejemplo, yendo" al baño para solazarse en la perversión anal. Nuevamente está relativamente fuera de contacto, no con el analista y la situación analítica, ' sino que con el proceso interpretativo. La cerradura, que representa su voyeurismo, se convierte ahora en manifiestamente sádica oral, como un tigre o un cocodrilo, que ataca los pechos de la madre-analista tepresentados por los pies de la
• En el original: halling tbroum bersel] arrojado. (N. de la T.)
= habiéndose
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muñeca, vinculado alos besl» puppies sucios. Esto tal vez signifique entrar dentro de la madre con los ojos y comer el interior de las nalgas-pechos.
Paciente 14 Jane se ríe, saca dos franelas del cajón, las pone sobre el diván; luego saca un pañuelo de papel del cajón; mientras, canta "Poo Poo" varias veces. Dice: "¡Ah! Voy a traer a los ratones, están gritando". Viene hacia mí y mete la mano en mi bolsillo diciendo algo que suena como "'Aha' I ' ¡Aha!" Saca un pañuelo de papel de mi bolsillo diciendo: " ¡Aha! De todos modos". Vuelve al diván, rompiendo el pañuelo en pedacitos y dejándolos caer en el suelo. (~ientras le interpreto se me· te el dedo en la nariz.)
Este tema se hace más evldente ahora, dado que los pedacitos-ratones de sí misma se meten en los bolsillos de la madre-analista, también representada por las dos franelas, para destruir los pañuelos buenos (las heces idealizadas de la madre), y luego los rompe en pedacitos para formar heces de rata. Todo esto es realizado en un triunfo maníaco que combina voyeurismo y sadismo anal y oral.
Interpretación 14
Paciente 15 1
Jane coloca la franela sobre el diván, diciendo: "Voy a hacer unos ricos panqueques, Ninguno para ti. Ninguno para marni, Todos para mí",
Luego de haber vaciado a la madre de heces idealizadas, la runa se ocupa de alimentarse con sus propias heces de rata
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Interpretación U
idealizadas, invirtiendo la situación en la cual se sospecha que la madre se guarda toda la comida buena para ella y sus bebés internos y el hermanito-al-pecho, todavía representado por el rraje-de-cowboydelante-del-fuego,
Paciente 16 Me mira en forma algo provocativa, toma un pedazo de papel, diciendo: "Es mi chicle. Ricos panqueques", Esto . , un rato; mientras . ' continua tanto enrolla y dobla las franelas.
Interpretación 16
Está más en contacto con el analista, se esfuerza por continuar el triunfo maníaco que comienza a debilitarse, del mismo modo que los panqueques comienzan a convertirse en chicle, oscila entre ser una deliciosa sustancia masticable y una pasta pegajosa.
Paciente 17 Jane dice: "No sé y no me importa". Y nuevamente canta: "Está lloviendo, está lloviendo mucho", con la misma melodía. Está en parte preocupada y en parte provocado• •• ra, con una cunosa expresión que evidencia la lucha interna.
Interpretación 17
.
El proceso interpretativo la toca nuevamente y vuelve el delicado equilibrio entre ansiedades persecutorias y depresivas junto con una desesperante negación de la realidad psíquica ("No me importa") y su desprecio por el padre ("Está lloviendo, está lloviendo mucho", etc.) tal como en Paciente 10. CRISIS 11.
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Paciente 18
Jane dice: "iAh! iAh! De todos modos, estoy bebiendo lluvia. Quiero ir al baño". lnterpretilción 18
El equilibrio continúa, con más evidencia de "presión depresiva" ("estoy bebiendo lluvia" equivale a beber-mis-lágrimas), pero ya sin convic" cron en su mama,
.
Paciente 19 jarre habla del colegio; dice
que quiere un banderín, que la señora King tiene un loro. "Un pajarito, sabes, no un pajarito de Papá Noel; tiene dos, uno en casa y otro en el cuarto de adelante". lnterpretilción 19
Prevalece la depresión y la función más adulta de la niña, la de hablar a la analista del colegio, se convierte en un vehículo para la expresión de la tristeza infantil, el anhelo de tener sus pezones propios (el banderín), por un lado, y los de la madre (Ios pajaritos de la maestra, diferencia. dos del pene del padre, el pajarito de Papá Noel). &ta es la primera "cooperación", a diferencia de un acting-in.
Pilciente 20
Jane dice: ": Oh!
La señora
King tiene muchos pajaritos y muchísimos chicos"; y habla .u n rato sobre esto. lnterpretilción 20
Al sentirse deprimida y peno sativa surge la confusión entre el afuera (pezones-paiaritos) y el adentro ( muchos chicos) del rico cuerpo de la madre.
Paciente 21
Jane esta acostada quieta sobre el diván; murmura algo
Surge el sentimiento depresivo por la destrucción de los pe-
• EL PROCESO PSICOANALlTICO acerca de la señora Kíng y comienza a cantar "The London bridge is falling doum-i: fallÍlzg Jown.my fa;, lady". Lo hace con voz muy triste y lo repite 3 ó 4 veces.
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zones a través de un canto triste que se conecta con el material de la chimenea (Paciente 11), posiblemente enfatizando la belleza del pecho (tHy fai, lady).
Inlerp,eltlció" 21
Paciente 22
la tolerancia al dolor depresivo ha durado probablemenJane está seria y con una ex- te cinco minutos. Está física. presión que traduce su lucha mente en contacto con el diinterna ' y dice: "The London ván a un nivel infantil, neceo sitando que la mimen, pero bridge". .también sostenida por la V'Oz Interpretación 22 de la analista. Al mismo tiempo parece tener un buen contacto intelectual con el contenido de las interpretaciones de la analista.
Paciente 23 Jane comienza diciendo "¡Oh! Yo", cambia la voz y dice: "No me importa. Gana".
Probablemente al percibir en el tono de la voz de la analista la terminación de la sesión, la niña se aleja del dolor de-
Interpretación 23
presivo.
Paciente 24
Es el final de la sesión y tengo que ord enar las cosas. Jane camina hasta mi sillón, señala el tapizado y dice: "El
Triunfa el sadismo oral, la parte "zorro" de sí misma, dentro de la analista-madre (en el dibuj o del sillón que
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zorro. El zorro , que se come todos los pollitos. Yo gano. E! zarco".
es visualizado y no verdaderamente representado) corniéndose los bebés rivales y el interior de los pechos (pollitos).
Ya he dicho que cuando el seminario se ocupó de la tarea interpretativa de' la analista, se pensó que fundamentalmente era correcto, en cuanto a la geografía, distribución de las partes del seli, naturaleza de los objetos y los mecanismos empleados. S6lo se pudo encontrar un defecto que puede haber afectado el curso del proceso transferencia!. En la Interpretación 8 la analista introdujo la idea de "pequeñez", que parece no haber sido esencial en el material. Puede haber precipitado el rencoroso tu qaoque tipo de ataque en Paciente 9 y facilitar que la niña se escapara de la ansiedad depresiva en la CRISIS 1. En el Capítulo VIII se usará este material como puntO de referencia para la discusión del trabajo analítico. Antes de ocuparnos de ese tema medular, puede ser de interés señalar la fidelidad con que puede el fluir de una sesión individual representar, y así contener, el esquema básico del proceso analítico. 1) Desde Paciente 1 hasta 6 el juego de Jane es un , puro tlcting-in de la transferencia, dominado por una
identificación proyectiva masiva, .a través del hermanito y su traje de cowboy, con el pene del padre reparador y creativo. , (Véase Capítulo II.) 2) Desde Paciente 7 hasta 16 el juego de jane se da dentro de un mayor contacto con la madre analista. 1.as confusiones zonales son de importancia medular y
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las fantasías de identificación proyectiva implican incursiones intrusivas en los contenidos de la madre y en menor grado la apropiación de su identidad. ' ( Véase Ca»írulo III.) , "
3) Desde Paciente 17 hasta 22 las confusiones zonales han sido dejadas de lado, se ha superado la desesperación y el sadismo y predomina un acercamiento a los pechos y pezones nutricíos, con mucho dolor depresivo (CRISIS II) [Véase Capítulo IV]; que sólo se quebrará ante el impacto de la proximidad del fin de la sesió n. Es sólo en este área del material que la diferenciación entre realidad externa e interna se hace manifiesta.
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CAPÍTULO VIII
EL TRABAJO ANAUTICO No se puede suponer que material como el que se presenta en el Capítulo VII sea convincente en relación con los detalles de la,formulación, sin embargo ilustra las formas de pensamiento y métodos de trabajo de un grupo mediante los cuales la producción de pensamiento y su expresión da lugar a una homogeneidad en el enfoque que no puede dejar de ser idiosincrático en sus aspectos superficiales. Pero se verá que ilustra los puno tos que" debemos ahora examinar en detalle en nuestra investigación de la naturaleza del trabajo analítico. En cierto sentido todo ' este libro está dedicado a la tesis de que la tarea principal del análisis se realiza en el inconsciente del paciente de donde emana la "historia natural" del proceso analítico. Por otra parte, la con' tribución del analista es de dos tipos: la creación y mantenimiento del encuadre dentro del cual el proceso analítico, la evolución de la transferencia, tiene lugar y la creación del aspecto del proceso interpretativo que en varios momentos facilita la superación de ciertos obstáculos hacia esta evolución así como también mediante la construcción del insight protege la personalidad del paciente ante la regresión. Como estas dos funciones parecen ser fundamentalmente distintas será útil considerarlas en forma separada en términos de a) el encuadre y b) la elaboración.
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El enCUaMe Los fundamentos de la técnica analítica fueron explícitados por Freud; y se han modificado muy poco desde entonces, particularmente en la serie de trabajos técnicos anteriores a la Primera Guerra Mundial. No es necesario rcverIo aquí. La evolución gradual, o se podría decir, la purificación, del método se ha realizado de modo tal que el psicoanálisis es ahora un proceso claramente diferenciable en su técnica de las psicoterapias que emplean elementos como modificaciones ambientales, consejos, educación, estimulación, drogas, terapia familiar, persuasión, sugestión, hipnosis, conversión religiosa, terapia ocupacional, experiencia grupal, tratamientos hormonales, modificación quirúrgica plástica, etc. También en forma progresiva se ha generalizado el esclarecimientodel requerimiento de reclusión para el proceso, de modo que admitimos la incompatibilidad del análisis con relaciones sociales con el paciente, el riesgo de contactos sociales preanalíticos, el efecto intrusivo que tiene en los pacientes toda información acerca del , modo de vida de su analista o de sus inclinaciones políticas, preferencias estéticas, intereses fuera del análisis y salud. En los pacientes psicóticos aun el tratamiento en el consultorio en la casa del analista puede Ilegar a ser intolerable. La importancia del problema del dinero, arreglos de horario y aspectos formales del encuadre son también muy conocidos y aceptado3. Podemos ahora discriminar con cierta certeza entre técnica y estilo, dándonos cuenta que esta última variable entre analistas es inevitable y '00 tiene por qué interferir en los aportes y comunicaciones científicas. No nos vamos a ocupar aquí de ninguno de estos aspectos del encuadre que ya están bien ,establecidos.
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En cambio centraremos nuesta atención en la unidad fundamental del encuadre, el estado mental del analista, y exploraremos los diversos aspectos que están comprenidos en el concepto la actitud psicoanalítica. Todo lo que se ha escrito en este libro apoya ·la creencia de que la base de esa actitud debe ser la dedicación al método psicoanalítico. Es incompatible con la concepción fundamental de la transferencia considerar que cualquier aspecto del .beneficio que los pacientes reciben del psicoanálisis debe surgir como una emana. ción de una cualidad del analista que no sea sus funciones analíticas, es decir, del hecho de que controle el proceso psicoanalítico. Como corolario de esta dedicación la actitud analítica implica un compromiso con el paciente en el sentido de realizar el mejor trabajo analítico de que él, el analista, es capaz y continuarlo mientras tenga la esperanza, apoyada por la evidencia, de que el paciente está progresando en su estructura de perJonalidad o ha alcanzado un grado de capacidad de autoanálisis que hace pensar en que será capaz de preservar y ampliar sus logros sin la ayuda de sesiones regulares con su analista. "Realizar el mejor trabajo analítico" significa que el analista decide destinar cierto "tiempo de su vida" a esta tarea por un período indefinido, durante el cual tiene la intención de llevar adelante el método psicoanalítico, sin detenerse ante el sacrificio de su propio dolor mental, hasta el límite de su tolerancia, y dentro de un marco de consideración por la seguridad física del paciente y la suya propia. Pero ésto también significa que el analista asume el proteger a otros de cualquier sacrificio que se les pueda imponer por cuidar del paciente, especialmente ' a las familias del analista y del paciente. Esto adquiere una especial importancia en re-
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lación con el desarrollo de la actitud del analista ante el acting-out, pagos, sesiones extras, llamadas telefónicas,
hospitalización, el manejo de los peligros de suicidio y .conducta agresiva. ' _ El punto central reside, por supuesto, en que el analista asuma el soportar, dentro del límite de su capacidad, el ataque directo de las proyecciones del dolor mental del paciente, empleando solamente su hora de control y, si está todavía en tratamiento, a su propio analista para aumentar sus capacidades en este sentido. Esta concepción no tiene la intención de implicar nada heroico, sino que debe ser considerada como correspondiente, en forma absoluta, a la mejor tradición de la ética médica. Debe reconocerse, entonces, que la aptitud interna del analista para llevar a cabo un trabajo independiente, es una cuestión muy diferente de ' su aptitud externa, concedida por su Instituto y Asociación, para que represente ame el mundo a un psicoanalista. En realidad se puede plantear la cuestión si un analista qnerri«, en algún momento trabajar, independientemente de sus colegas, sin supervisión de sus casos más difíciles, sin la experiencia regular de seminarios o grupos de estudio, que impiden la desviación, inducida por la constante presión de los pacientes sobre su contratransferencia, del método psicoanalítico y que puede, . llevar, . al ejercicio megalomaníaco de un poder rerapeunco unico. El decidir cuál es la actitud correcta del analista en relación con la "terapia" y 'el "beneficio" que el trabajo analítico proporciona a su paciente, es una cuestión que requiere urgente consideración. Ciertamente, desde el punto de vista ético, está obligado por un contrato con su paciente a empeñarse en beneficiarlo con el método analítico y por la ética médica del nihil nocere a no
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hacerle daño. Sin embargo, Con la misma seguridad que en cirugía, el tratamiento psicoanalítico no puede realizarse sin peligro para el paciente, tanto mental como físico. El sentido común sugeriría que el celo terapéutico, un deseo intenso de ayudar al paciente, sería una cualidad tan beneficiosa en un analista como en un médico o un cirujano. Pero el insight analítico muestra claramente que esto está lejos de ser cierto. El celo terapéutico contiene muchos peligros latentes para el trabajo psicoanalítico, entre los cuales, el más importante es el siguiente factor. Mientras que en un tratamiento médico la confianza del paciente debe tomar la forma de sumisión al juicio del doctor y predisposición a seguir sus indicaciones, la confianza no es un requisito del trabajo analítico. En realidad es imposible que se dé al comienzo, y puede sólo crecer en forma gradual, luego de provechosos años de experiencia en el proceso analítico. 41 La pasividad de la confianza médica es un estado transferencial actuado con , sumisión infantil a una figura parental. Las más tempranas experiencias de hipnosis de Freud le demostraron lo, necesariamente limitado que dicho método era. Sabemos ahora que esta' confianza infantil, cama su extensión en la sumisión en la hipnosis, implica un proceso de splitting e identificación proyectiva, en el cual la parte adulta de la personalidad es temporariamente transferida al médico. Esto de hecho ocurre, a pesar de todas las precau. ,. .., . clones tecrucas, con pacientes psiconcos y en CIerto , grado, en las tempranas fases del análisis con todos los pacientes. Pero de continuar significaría un obstáculo en el progreso hacia la posición depresiva. Tal proyec-
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• Véase Capítulo IV y Apéndice 1.
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ción de todo el segmento adulto de la personalidad, o de una parte, en el analista, intensifica la dependencia que es de todos modos intensa, especialmente cuando se aproxima a la relación con el pecho nutricio. (Véase Capítulo IV.) Intensifica esta dependencia del proceso analítico al atribuirlo a la persona del analista en una forma sumamente tenaz. Esta transferencia "pegajosa", en la cual el analista y no el proceso o los objetos internos son vivenciados como únicos, se manifiesta mediante una presión intensa ejercida sobre la contra- transferencia del analista. Mientras que el insight y la madurez del analista pueden protegerlo de ser arrastrado a un estado megalomaníaco, puede, no obstante, surgir una insidiosa megalomanía con respecto a un paciente particular y ello' escapar a su atención. Su forma es siempre la del celo terapéutico -su garantía, el análisis inrerminable-e-,' Su' trasfondo la amenaza de suicidio no verbalizada ni ' admitida. Pero aun en una forma más atenuada, el celo terapéutico del analista induce a la disociación y proyección de efectos de la personalidad . adulta del paciente que implican iniciativa, la búsqueda de autoestima y el deseo de "poner todo lo que está de su parte" Es vicioso y conduce a la inercia, especialmente debido que el temor a la terminación flota en el aire tan pronto como la experiencia de dependencia dél pecho nutricio ha sido admirida. ¿Qué es lo que ha de sostener al analista, aparte de su necesidad de ganarse la vida, si se requiere limitar el celo terapéutico, mientras la actitud analítica necesira la aceptación de las proyecciones del dolor mental? "La devoción' al método analítico" con seguridad no puede significar una recompensa. lo suficientemente rica como para equilibrar dicho dolor. Tal vez la res-
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puesta sea la curiosidad científica. Después de todo puede suceder que hayan otras formas mejores de ganarse la vida y aliviar el sufrimiento que el ejercicio del psicoanálisis mediante un método inflexible. Ya he señalado que el psicoanálisis propiamente dicho se está apartando de su posición original como una subespecialidad de la medicina psicológica para ocupar un lugar dentro del triángulo formado por medicina, educación y crianza de niños. O que sería al mismo tiempo una ciencia de investigación y un campo de formación para otras disciplinas. Mi experiencia me lleva a creer que estos dos factores, la curiosidad científica y la devoción al método, se refuerzan entre sí, se potencian, para producir una firmeza de propósito mayor que la que se podría esperar de la mera suma de los dos factores. Sabemos que si actúan en forma separada bajo la. forma de lealtad a los profesores y sed de conocimiento, estas dos cualidades de carácter provocan la restricción del pensamiento científico y la experimentación silvestre. Actuando en forma conjunta, integradas dentro de la posición depresiva, incrementan en gran parte la tolerancia al dolor concomitante que acompaña al método de investigación. Surge ahora la cuestión de si la actividad interpretativa del analista ha de entenderse como ejercida totalmente al servicio de la "elaboración" o si también de algún modo como parte del encuadre. Es evidente que la actitud analítica incluye varios elementos: recibir el material, el contenido y la conducta; contener la proyección del dolor mental; pensar acerca de la situación transferencial; y finalmente comunicar lo que el analista comprende, aun cuando sea provisorio, de momeara en momento. Si retomamos el material de Jane estudiado por el seminario, vemos que surgió dos veces una
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crrsis de dolor depresivo, una luego de la Interpreta-
ción 11 y la otra luego de la Interpretación 18, en ambos casos centradas en 'torno de su deseo de "ir al baño". Ambas interpretaciones fueron sustancialmente correctas y diferían solamente en un mayor énfasis en la Interpretación 18 en las ansiedades depresivas de las cuales la paciente se defendía al querer "ir al baño" para tirar sus objetos dañados y a sí .misma. La Interpretación 18 ha producido un cambio hacia la aceptación de la ansiedad depresiva, promoviendo el material del pajarito y fracasando solamente por la proximidad del fin de la sesión. Sería absurdo sugerir que el trabajo interpretativo .anterior ha sido fútil y la Interpretación 18 única en . su género, especialmente porque el contenido no es de ningún modo especial ni tampoco es más preciso. Evidentemente .lo que se ha alterado es la receptividad . de la niña al contenido de la interpretación. En el material pueden observarse fluctuaciones en el contacto que establece: primero está completamente absorbida por la actuación en la transferencia 'de sus relaciones internas; de allí pasa a una posición de mayor respuesta. al analista, tal como se da desde Paciente 3 hasta 6, para volverlo a perder en Paciente 7 y 8, Y recobrarlo en Paciente 9, etcétera. Esta "penetración" de la actividad interpretativa quebró el aspecto acting-in del material y estableció nuevamente el "trabajo" analítico por parte de la paciente, basado en la diferenciación entre realidad externa e interna. Pero sólo en Paciente 19 la "cooperación" ha sido momentáneamente - alcanzada para ser anulada unos minutos más tarde ante la terminación de la sesión. Quisiera sugerir que el aspecto del trabajo interpretativo que aparece en el acting-i« puede ser considerado
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en forma provechosa como una parte del "encuadre" del proceso analítico; es efectivo porque constituye una continua declaración de que la actitud analítica es la siguiente: "SOy su analista, una figura externa; recibo sus proyecciones pero no estoy dominado por ellas; soy todavía capaz de comunicarle mis pensamientos". Es cierto que a veces con niños que son muy destructivos o con adultos psicóticos que amenazan can un ataque es necesario recurrir a un acto último de individualidad, terminar la sesión en forma prematura, para refutar las pretensiones de control omnipotente. Pero el analista se apoya principalmente en el hecho de que todavía es . capaz de pensar e interpretar para llevar a cabo este esclarecimiento: Esta conclusión apunta al hecho de que hay una función de la interpretación relacionada con los esfuerzos del analista para preservar la actitud analítica y no con la corrección con la que es capaz de comprender el significado inconsciente del material. En cierto sentido se puede decir que para que el desenlace sea exitoso depende primordialmente de la intensidad can que trabaja el analista ames que de su talento o experiencia. Esto explica por qué algunos analistas pueden producir mayor conmoción en sus pacientes como candidatos que luego más avanzados en sus carreras; porque la emoción del aprendizaje tiene un efecto tan vivificador en el proceso; porque un poco de supervisión que da apoyo a la tolerancia del analista a las proyecciones puede dinamizar un proceso que se había detenido ; porque la búsqueda del conocimiento cienríficn puede permitir al ·analista perseverar con pacientes que continuamente proyectan desesperación. En forma inversa, silencio por parte del analista siempre producirá mayor ansiedad y regresión en el pa-
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ciente y un debilitamiento general de la actividad mterpretativa del analista promueve el acting-otlt.
Los dos nioeles de elaboraci6n "Ha de dejarse tiempo al enfermo para ahondar en la resistencia, hasta entonces desconocida para él, para elaborarla y dominarla, continuando, a su pesar, el tratamiento conforme a la regla analítica fundamental. Sólo al culminar esta labor llegamos a descubrir, en colaboración con el analizado, los impulsos instintivos reprimidos que alimentaban la resistencia. En todo esto el médico no tiene que hacer más que esperar y dejar desarrollarse un proceso que no puede ser eludido ni tampoco siempre apresurado. No olvidándose de esto se ahorrará muchas veces el error de suponer fracasado el tratamiento, cuando el mismo sigue, en realidad, directamente su carnino.T" Con estas palabras Freud introdujo en su trabajo de 1914 "Recuerdo, repetición y elaboración" este concepto fundamental para el psicoanálisis que parece no dejar nada sin decir. Pero cuando retomó el concepto nuevamente en 1926 en el apéndice a "Inhibición, síntoma y angustia", su enfoque era más estructural, ubicando la resistencia principalmente en el yo, pero muy consciente de que "aun una vez que el yo ha decidido abandonar sus resistencias tiene todavía dificultad en terminar con la represión". En este libro está implícito el enfoque que sostiene que la función de "decidir abandonar" las resistencias corresponde al insigb» y compromiso de responsabilidad por la realidad psíquica • S. Freud, Obrar Completar, Tomo XIV, pág. 188. Buenos Aires, Ed. Americana.
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asumida por la parte adulta de la personalidad, mientras que el "terminar con las represiones" corresponde al cambio estructural, dinámico y económico a niveles infantiles. Ya he expresado el criterio de que una función del contenido del proceso interpretativo es la creación del insight en la parte adulta para que estas "decisiones de abandonar" puedan ser tomadas y defendidas como baluartes ante la regresión. Quisiera ahora ocuparme de la otra función, la de la facilitación de la elaboración por medio de la mod ificación de la ansiedad. No hay posibilidad de discutir el método analítico sin referir cada punto a una concepción del aparato mental. Creo que el que está implícito en este libro enfatiza la estru ctura sobre las otras categorías del estuclio metapsicológico. MeIanie Klein se mantuvo fiel a Freud en su concepción bien concreta de los objetos internos. En un sentido estructural se considera que dichos objetos poseen una porción del aparato mental, con todas sus capacidades inherentes, aun la capacidad de asumir el control del órgano de la conciencia (como en la posesión demoníaca, la hipnosis y ciertos tipos de folie a deux). La integración, y en forma inversa la desintegración del seZf y los objetos internos siempre se da en forma paralela y no en series.· Los objetos internos, en el transcurso del desarrollo, varían lentamente de una mezcla de objetos parciales con funciones prin- ' cipalmente superyoicas (prohibición e inhibición) hacia una figura parental combinada con funciones que corresponden principalmente al ideal del yo (inspiración). El sentido de identidad que proviene de la experiencia de la identificación introyectiva 'contiene siempre • Véase Apéndice J.
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un ingrediente compuesto de desvalorización depresiva y sentimientos de inferioridad, que urgen a un posterior desarrollo. El delirio de identidad debido a la identificación proyectiva contiene una sensación de hecho en sí, de complacencia interna, para decirlo así. Si la secuencia de los acontecimientos en la historia natural del proceso psicoanalítico es una ' recapitulación tan fiel del desarrollo temprano como 10 estoy sugiriendo, podemos observar que el progreso desde el superyó hasta el ideal del yo es en primer lugar y fundamentalmente una consecuencia del abandono de la omnipotencia por las partes infantiles del self. Extrapolando se puede suponer que este proceso se aproximaría en forma sintomática a un estado de "darles (los padres internos) su libertad". Libertad significaría controlar las estructuras infantiles y también el inconsciente. En el Capítulo IV describimos el paso crucial en este sentido, el "umbral de la posición depresiva". Incluye las descripciones de Freud de la "decisión de oponerse a las resistencias" y la "elaboración de las resistencias". A la primera la consideramos aquí como una función de la parte adulta de la personalidad, equivalente a un contrato, promesa o compromiso, mientras que la segunda es un lento y tedioso proceso de abandono gradual de la omnipotencia (yen consecuencia es un abandono de las prácticas masturbatorias que 10 generaron) ,. a niveles infantiles. Lo que quiero señalar a través de esta desviación en la teoría es que: la modificación de la ansiedad se ve en la fantasía inconsciente mediante alteraciones de la estructura psíquica por un lado y cambios al nioe] de la omnipotencia por el otro. Esto es tan válido para las medidas defensivas adoptadas • Véase Apéndices F y G.
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por el yo como para la influencia terapéutica de las interpretaciones que lucha contra ellas. Cualquier otro tipo de alteración de la ansiedad es transitoria y la llamames "modulación" en lugar de "modificación". Si volvemos al material de Jane del Capítulo VII, se hace evidente que el proceso interpretativo, que consiste en veinticuatro interpretaciones en una sesión, ha funcionado en primer lugar y principalmente como parte del encuadre dentro del cual se manifiestan las relaciones objerales de la niña. Hasta Paciente 4 estaba prácticamente fuera de contacto con el analista como persona externa. A partir de entonces el contacto fue infantil hasta la Crisis 1 con una breve explosión de odio, y se hizo "adulto" sólo durante el breve período depresivo de la Crisis II. Podemos decir que la contribución del proceso interpretativo a la elaboración se da con claridad sólo en la Interpretación 18, luego de haber fracasado en la Interpretación 8, tal vez debido a la redundancia del tema de la "pequeñez". Todas las interpretaciones fueron de tipo "inmediato" ocupándose del proceso transferencial del momento. Si comparamos esto con el sueño de la "porción-dejalea-ves" y las consecuencias de su interpretación, mediante la cual se 'volvió a trabajar sobre modelos anteriores en forma nueva y se establecieron vínculos con material 'p revio, podremos notar la diferencia. Ha comenzado a surgir el insight en la parte adulta de la personalidad representado por la asociación de ..¿qué pruebas tienes?, le dije". La niña había comenzado a aprender a manejar la omnisciencia y omnipotencia de la parte destructiva de su organización infantil como baluarte ante la regresión manifiesta en el sueño (el cambio al asiento del prefecto, acariciando el gato). El tipo de insight que permite a una paciente como
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esta nifia alterar su relación con las figuras externas parece frecuentemente representar una identificación can una figura externa basada, tenemos que sospecharlo, ya sea en la imitación o en la identificación proyecríva (que pueden ser en realidad la misma cosa). Si la niña pregunta a su amigo, .. ¿Qué pruebas tienes" del mismo modo que el analista se lo ha preguntado a ella muchas veces, podemos preguntarnos cuáles son las estructuras y diná,..nica mental que están operando. Para encontrar una respuesta debemos estudiar la transferencia, especialmente tal como los sueños la revelan. Quisiéramos saber cómo el contenido de la interpretación modifica la organización objetal interna así como también las partes infantiles y adultas del self. La experiencia me ha llevado a la conclusión de que el insight, logrado mediante las interpretaciones, se apoya en el aparato mental de dos maneras. Primero como un equipo 1Z1tet'O para los objetos internos y segundo como un equipo nueoo para el self adulto. Lo llamo equipo para diferenciarlo de las cualidades de bondad y maldad en todas sus formas que están indisolublemente ligadas a la estructura formada por el splitti1zg-e-idealización que no puede ser bueno, sino idealizado en el sentido de haber sido despojado de toda maldad. Vemos una y otra vez cómo estos objetos son extremadamente persecutorios en su ,perfección y en sus exigencias perfeccionistas. ' Por equipo quiero decir algo esencialmente títil, un contenido de la mente antes que una cualidad de la mente. Los objetos pueden, mediante la integración, convertirse en tan buenos y fuertes como las estructuras del sal! lo permitan y ésto parece significar también tan hermosos como sea posible.· Pero la bondad, for~
V éase Apéndice 1.
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raleza y belleza de los objetos no son esencialmente ' útiles, auríque el amor que generan tiene implicaciones 't rascendentes para la personalidad como un todo. Aparte de estas cualidades los objetos deben poseer conocimiento, destreza, sabiduría, cuya forma y contenido debe necesariamente ser un reflejo de la cultura 'externa de la cual el psicoanálisis como ciencia forma parte. , Mientras que la actividad inrroyectiva al pecho (Capítulo 'IV) en el proceso analítico, a través de su signif ícación arcaica, produce la cualidad de los objetos, es el proceso interpretativo, en mi opinión, lo que modifica el equipo de los objetos internos y de este modo, a través 'd e la identificación introyectiva, lo que modifica la parte adulta 'del sel! ("Pero ahora le digo, etc."). Nos referimos a material clínico para ilustrar este punto y hacerlo más ' vívido. Una niña púber que había tenido un largo y difícil análisis debido a' serias dificultades esquizoides se sorprendió sintiéndose excitada maníacamente ante la proximidad de las vacaciones. Conocía muy bien el peligro puesto que el año anterior en ocasión de sus primeras vacaciones lejos de la familia, había sido arrastrada por la manía, COn el consecuente recrudecimiento de sus síntomas más desesperantes seguidos ' por la pérdida de un largo período de tratamiento analítico dedicado a ganar el terreno perdido. A continuación había trabajado como nunca lo hizo antes y había penetrado considerablemente en la posici6n depresiva: Lo cual trajo no s610 cierto grado de alivio de sus síntomas que mucho la asombraron sino también una devoci6n al análisis . totalmente inesperada ya que lo había conscientemente despreciado por años. Una vez pasados los exámenes, con los preparativos de las fiestas y la proximidad de otras vacaciones lejos de
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la familia, la dominó una excitación maníaca y, no obstante su preocupación y lucha, se dieron sesiones donde se mostraba superficial y despreciativa en grado tal que se la tuvo que manejar en forma muy severa mediante una técnica que caricaturizara sus estructuras . infantiles. Sólo usé esta técnica como caso extremo debido a la exquisita sensibilidad de la paciente a todo lo que tuviera algo de ridículo, ya que era una ferviente . cultivadora de lo artístico. Esa noche soñó que decía las oraciones' en el colegio' dirigida por la directora, que cantaban un himno y todas las niñas estaban arrodilladas, A su lado estaba una niña llamada Gay " que apenas conocía. Esta niña tenía un ataque de hilaridad tan contagioso que la pa~ ciente debió hacer enormes esfuerzos para no reír. Cuando la directora interrumpió el himno para retar a la niña, Gay la enfrentó con osadía. Al amenazarla la directora por la falta de respeto, la niña negó haber sido ella y señaló a la paciente, quien se sintió de pronto muy asustada e incapaz de defenderse. Pero la directora sacó un grabador de detrás de una cortina que colocó en una ranura del podio donde cabía perfectamente. Tan pronto corno la directora hizo escuchar lo .grabado, la paciente . dejó de sentirse asustada o excitada dado que la identidad de la culpable quedaba claramente demostrada. Vemos en este sueño que la madre interna ha adquirido una parte del equipo mediante el .cual se puede esclarecer . el splitting de la paciente al efectuar la alianza de las partes buenas con los objetos buenos y evitar así que la parte mala predomine en su estructura >
• G,zy significa "alegre" en inglés. (N. J, la T.)
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de personalidad (la tendencia maníaca). Esto ha "modificado" su ansiedad. Pasó bien las vacaciones, lo cual la puso muy contenta y la alivió, debido a que había podido mantenerse bien y de buen humor a través de agudas tentaciones y algunas atemorizantes dislocaciones. los dos primeros días de análisis fueron dedicados al viaje incluyendo visitas a algunas cuevas y a un colegio de niños. Estas dos visitas la habían perturbado mucho en dos áreas de la fantasía, una es la de su confusión entre el adentro y el afuera de sus objetos y la otra es la confusión entre vagma y recto. la noche de la segunda sesión tuvo dos sueños. En el primero era domingo y sus padres estaban afuera. Se había quedado con una amiga que le sugirió da' un paseo en coche. lo cual hicieron, en un enorme camión abierto. la amiga conducía en forma desaforada y por la mano contraria mientras la paciente permanecía atrás, hasta que quedaron con la mitad en la banquina y un coche al lado. Al acercarse otro axne en dirección contraria, tuvo que saltar fuera del camión y tomar el auto por la parte trasera para sacarlo del camino. Basándome en abundante material previo pude in. terpretar, con su total asentimiento, que este sueño se refería a su estado mental maníaco, causado por sus actividades sexuales delictivas y la masturbación de sus estructuras infantiles, ahora, como antes, con una mano en el frente (su amiga manejando) cuando ori. naba y la otra sosteniendo su cola para acomodar las nalgas (el camión) cuando defecaba en su cuna. El auto que avanzaba en dirección contraria representaba las heces peligrosas que salían de su cola. Era clara. mente una venganza contra los padres-analista por haberse ido.
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Luego contó el segundo sueño, que si bien parecía ser una continuación del primero tenía lugar el domingo próximo. Otra vez sus padres se habían ido y ella estaba sola Con su amiga que volvía a sugerir un paseo en coche. la paciente se negaba y bajaba las escaleras hacia nn lugar donde parecía haber mucha gente. Luego todos se habían ido y ella tenía en su mano cuatro tarjetas rosas, dirigidas a alguien que le era desconocido, llamado M. T. Brown. Es evidente que en vez de . masturbar y ensuciar su cuna en venganza ante los padres como bebé, su sueño estaba ahora dominado por una parte más adulta que era capaz de controlar sus esfínteres, ya que las heces estaban representadas por la multitud de personas que desaparecen, y de limpiarse. Los cuatro dedos cubiertos de papel higiénico rosa estaban representados por las cuatro tarjetas y dirigidas a .su recto vado. (M. T. Brown.) 011<
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Antes de las vacaciones, entonces, estaba en peligro de ser arrastrada por la tendencia maníaca, dominada por la parte desrrucre.ra, por la niña que se reía durante las oraciones y enfrentaba a la directora. En ese momento las actividades del objeto externo, el analista, fueron necesarias para restablecer el equipo de su objeto interno, representado por la directora y su grabador. luego de las vacaciones fue capaz, aun en las profundidades del sueño, de recobrar el control de su organización, evidenciando en el segundo sueño la identificación de su sel] adulto con la madre-analista, porque si bien las postales representaban sus dedos rosre• El autor se apoya en la pronunciación de las iniciales "M" y "T" , que forman la palabra emply, que significa "vacío". (N. de la T.)
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niendo el papel higiéni co, también deben representar mensajes verbales. Su cola había sido limpiada por el insigbt. Recapitulando entonces, estoy sugiriendo que el aspecto elaborativa del proceso analítico, que permite el avanzar en la transferencia de una fase a la otra y finalment•.: la terminación y el autoanálisis, a diferencia de otras facetas del trabajo analítico, que contribuyen al mantenimiento del encuadre, se apoya en el efecto del contenido de las interpretaciones. He hecho referencia a cierto material clínico para ilustrar cómo el contenido de la interpretación se aloja como un "equipo" nuevo en los objetos internos posibilitándoles la modificación de la estructura infantil y la restricción de la omnipotencia infantil. Es sobre la base de una identificación introyectiva con el objeto 'recientemente "equipado" que la parte adulta de la personalidad aumenta su capacidad para controlar las estructuras infantiles y de este modo controlar 'el acting-out. Este insight obtenido rnediante la identificación ínrroyectiva se diferencia del insigbt puramente intelectual.
CAPÍTULO IX
EL PSICOANÁLISIS COMO UNA ACTIVIDAD HUMANA·
La temprana y entusiasta premisa de Freud de que . todo aquel que pudiera aprender a analizar sus propios sueños, podría practicar análisis, ha progresado hasta sus propiss antípodas. Debemos preguntarnos ahora, seriamente, cómo es posible para alguien practicar el análisis sin que resulte dañado. Por supuesto, cada ocupación tiene sus riesgos, de modo que no cabe aquí el quejarse. Más bien es necesario contemplar los riesgos del trabajo psicoanalítico con mirada sobria y construir y probar medidas de seguridad y esquemas profilácticos. No hay duda que el así llamado análisis didáctico ha sido un acierto, en cierto modo, el baluarte de la autodefensa del analista ante los riesgos del trabajo analítico y que continúa siéndolo así, de modo aun más- realista, cuando se lo prosigue en forma sistemática como un autoanálisis. El segundo baluarte ha sido el método analítico, el que seguido fielmente ha constituido la mejor defensa del psicoanalista ante la seducción de las emboscadas de las actividades conrratransferenciales, Un presagio último está dado siempre por una . , de , esto . transgresi ón recruce, • Publicado en la Revista Uruguaya de Psicoanálisis, Montevideo, Tomo VII, NQ 4, p. 373, 1965.
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Probablemente ninguno de estos esquemas preparatorios puede continuar funcionando en forma efectiva para el analista sin contar con sociedades científicas, con el contacto con otros analistas en seminarios, reuniones científicas, supervisiones y congresos. la histori a del análisis del futuro probablemente no incluya la figura del pionero aislado que lleva esta disciplina a nuevas áreas de la tierra. Casi con certeza será la tarea de un grupo. La importancia que la literatura pueda tener en todo ésto, todavía, creo, no está clara. Sólo los esbozos intelectuales de un avance científico en nuestro campo, es comunicable por escrito, a excepción de aquellos raros individuos, como Freud, con un talento raro de primer orden. Menciono estos aspectos bien conocidos del problema para dejarlos de lado y centralizar mi atención en una exigencia más individual y en un nivel más personal: la práctica del psicoanalista como un acto de virtuosismo, una combinación de actividad artística y atlética. AqUÍ el término "condición" se hace tan aplicable 11 psicoanalista como al caballo de carrera, si bien es necesario elucidar su significado. Este es, creo, el tema central de este capítulo y no se refiere a la habilidad, conocimientos o carácter del psicoanalista, sino a su "condición", y cómo mantenerse en ella en lugar de salirse [uera de la misma. Del mismo modo que el estado de un atleta depende del training y el de un violinista de la práctica, así la "condición" del psicoanalista depende de un esquema de actividades diarias, semanales, periódicas y anuales que son calculadas como un apoyo directo e inmediato 'a su desempeño analítico. Podría nombrar algunas de las áreas que requieren modulación. Por ejemplo: el
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número de horas de trabajo, la cantidad de dinero que gana, la distribución de los pacientes de acuerdo con tipos y grados de enfermedad, el tiempo de descanso entre pacientes, el tiempo dedicado a tomar anotaciones y leerlas antes y después de los pacientes, el tiempo dedicado a lecturas, escribir trabajos, dar conferencias, enseñanza y a las vacaciones. Esta lista podría por supuesto extenderse, pero el analista debe encontrar y .rnantener un óptimo para cada rubro en la estructura de sostén, debiendo estar preparado para modificarlo toda vez que haya evidencia de la necesidad y para resistir la modificación ante exigencias externas. En todo este tipo de consideraciones debe haber un principio directriz. El objetivo es la estabilidad ye! secreto la simplicidad, pero sugiero que el principio guía sea el de una "tensión" equilibrada y cercana al límite. Un colega me contaba que al reprender a su hijo por las muchas magulladuras con que retornó de un partido de rugby, éste le respondió: "si no doliera no sería deporte". Me referí a la actividad psicoanalítica como una mezcla de esfuerzo artístico y atlético, tal vez _a causa de este hecho central que nos dice que para que sea bien hecho tiene que "doler". Debe realizarse con gran esfuerzo hasta donde lo permita la fortaleza del analista. Sólo dentro de un marco de trabajo con una tensión equilibrada puede surgir la misteriosa [unción de la creatividad que por sí sola hace que el analista sienta que tiene un lugar en una sociedad científica de sus iguales, más bien que en un gremio de maestros jornaleros y aprendices. . El problema es tamo bién de índole social porque el preservar la individualidad científica y el evitar el aislamiento enervante no es una tarea fácil cuando abundan las "escuelas" y los "gr upos". Pero los problemas sociales o individuales
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están lTIUY estrechamente ligados, tal como mi lista lo . sugIere. La razón por la cual la actividad psicoanalítica puede ser equiparada a la de un atleta o un virtuoso se debe a que todos ellos confían en forma absoluta, en 'el calor de la ejecución, en el inconsciente, observado y concentrado por el órgano de la conciencia. Afortunadamente el psicoanálisis tiende a imponer cierta re.gularidad, aunque sean muy pocos los analistas que sacan provecho de esto manteniendo sus horarios en orden, o sea ver a un mismo paciente a la misma hora cada día, dejar las actividades profesionales ocasionales, tales como conferencias y reuniones para la noche, etc. He notado que la calidad del trabajo se ve afectada , adversamente, más tarde durante el día, cuando un pa- ' cienre o candidato cancela su hora, aun cuando lo haga con anticipación, dejando un hueco en el trabajo del día. Aun cuando el descanso sea bienvenido o este tiempo útil para otra actividad, quiebra la "marcha" del trabajo. ' Cuando se admite la exigencia de la tarea analítica y se acepta que los días "libres" pueden impedir la' profundización de la transferencia durante las tempranas fases y oponer obstáculos a la elaboración más adelante, se hace evidente la necesidad de planificación para mantener la "marcha" y la "condición". El pasar a un paciente, a través del "umbral", a la posición depresiva a niveles infantiles de la personalidad constituye con certeza el paso crucial en el establecimiento de las bases para la estabilidad de la estructura de personalidad, del mismo modo que la superación de la identificación proyectiva masiva es crucial para ,el esrablecimíenro de las bases para la salud mental, libre
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de psicosis. ji< Pero el ,penetrar a través de esta .zona oscura de valores de relaciones objetales requiere el esfuerzo máximo del paciente y ,el analista. El tiempo y ,la repetición por sí mismos no llevarán a cabo esta elaboración. Este período, que generalmente se prolonga a lo largo de dos años de trabajo intenso, puede ciertamente ser equiparado al esfuerzo que realiza el corredar de larga distancia, el alpinista, erc., y así suele apa,recer representado en los sueños de los pacientes. Creo que los analistas que trabajan dentro de un marco referencial kleiniano, que tanto se centra en el análisis del carácter y el logro de la integración, no pasarán airosos esta difícil fase del trabajo COn sus 'pa. cientes si no mantienen un "nivel de desempeño excelente". Si no alcanzan este grado de logro clínico, su trabajo no producirá frutos perdurables y tampoco sentirán convicción en sus mentes. Los pacientes que no han alcanzado la posición depresiva, recaerán. Los descubrimientos científicos que no están ligados, de algún modo, a una mejoría clínica que sea manifies ta y perdurable pierden su raigambre humana y su estruc-t ura de sostén en valores sociales. Esto no los hace menos científicos o correctos, pero para sus autores puede quitarles importancia. ¿Por cuánto tiempo podrá una persona soportar este trabajo tenaz sin el apoyo de éxitos sociales y logros científicos? No creo que por mucho tiempo. ¿Cuáles son, por otra parte, las manifestaciones del " daño" a que me refiero, si no incluimos una crisis clínica? La respuesta es sorprendentemente sencilla y abrumadorarnente pública. ¡El fracaso en el desarro llo! Sucederá eventualmente a casi todo analista, ya • Véase Apéndice E.
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que la vitalidad y la concentración requeridas para un crecimiento continuo sólo se dan en los genios: un Preud, una Me1anie Klein, Tampoco es perjudicial para el movimiento que sus miembros cansados retrocedan a posiciones conservadoras y que lleguen a ser los moduladores de la exuberancia. Pero es evidente que otros que retroceden por neglicencia o rechazo ante las exigencias de la tarea se convierten en críticos destructivos y no en moduladores del progreso.
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AP:SNDICES Como fue explicado en la Introducción, este libro creció en un ambiente de conferencias, seminarios y supervisiones, en cierta medida separado del trabajo clínico del cual derivan las contribuciones teóricas a la literatura psicoanalítica. . En consecuencia cierta asincronía se hace a veces evidente en el texto cuando se hace referencia a ideas teóricas que todavía no tienen , su lugar en la literatura. ' En la siguiente sección se desarrollarán estas ideas y, áreas de desarrollo, como un método que las agrupe, hasta que una publicación futura les pueda dar una mayor definición. ,
Apéndice A - Acting-out JI acting-in la transferencia ,
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Estos problemas de método y proceso analítico' son de especial interés desde el punto de vista estructural y serán tratados en forma extensiva por el doctor H. Rosenfeld en una futura publicación, que proseguirá el trabajo comenzado en su publicación An Inuestigation of tbe Need of Neurotic and Psychotic Patients to Act 01tt During Ana/ysis.· Ya me he referido a' un aspecto particular del acting01tt de los procesos transferenciales en los niños de dis• En Psycbotio Sta/es, Int, Psa, Library, NI) 6', 1964.
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tintas edades y cómo estos modelos de acting-out contribuyen a formar relaciones con sus iguales o formaciones grupales espontáneas. El niño latente tiene una mayor tendencia a actuar sus relaciones con los padres internos y los hermanos, siendo estos últimos también partes de su self, formando grupos en los cuales se reproduce el modelo de su vida familiar y la estructura social y política adulta. Sus clubs, sociedades secretas y equipos tienden a ser estables en cuanto a roles, siendo los niños más imaginativos y agresivos los líderes (funciones parentales), mientras que los más débiles, más pasivos, más jóvenes o 'menos inteligentes son intimidados a la sumisión a las reglas establecidas (funciones infantiles) . De este modo encuentra expresión la tendencia obsesiva de este grupo de edad con la de sexualidad de las relaciones objerales a través del control omnipotente. . Cuando la pubertad traspasa estas defensas obsesivas con la eclosión genital se da un cambio muy dramático .en la base de la vida social. Esto se puede estudiar muy bien en los niños que han estado en análisis unos años durante la latencia y son llevados a la pubertad .mediante una crisis de responsabilidad, tal como se indica en el Capítulo VI, al dejar el consultorio de niños y pasar al consultorio de adultos y el diván.. En los sueños y las asociaciones se revela con claridad . que ha tenido lugar otro splitting del self y los objetos, que requiere volver a trabajar sobre el desarrollo , pregenital infantil a la luz de los nuevos deseos y capacidades genitales. En la pubertad tiende a desarrollarse un modelo particular de acting-out en el cual un grupo de CUatro o cinco niños, generalmente del mismo sexo, forman un grupo "delictivo", delictivo por ,su espíritu rebelde, aunque no lo sea necesariamente
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por su conducta manifiesta. Este 'grupo, en el cual los roles son constantemente intercambiables, tiende a reproducir el tema de una secreta indagaci6n en el mito ' de la vida adulta. Los roles que son característicos pueden ser definidos como el "intrépido", el "tímido", el "conocedor", el "ingenuo", el "idealista", el "materialista", etcétera. Se pueden correlacionar estos patrones de conducta con tipos particulares de actividad masrurbatoria, anterior al dormir, en la cual los dedos, personificados, realizan excursiones y escaramuzas en ' la cama y § cuerpo, empleando sus contornos y orificios como terrena para la fantasía. A medida que la pubertad se acerca a la adolescencia, se altera el splitting y se hace más ordenado nuevarnente, dividiendo las estructuras infantiles en segmentos más integrados, "bueno", "malo", "masculino", "femenino", con cierta distribución del intelecto y la pasi ón. El rasgo principal que hay que señalar es que el acting-out del niño en latencia está más relacionadocon un objeto, debido a la exrernalización masiva de sus relaciones internas, en armonía con la tendencia a negar la realidad psíquica. En la pubertad el narcisi-mo y los procesos de splitting reaparecen con fuerza e imponen un nuevo modelo, en el cual las partes del sel! son proyectadas y el grupo se cohesiona de un modo más inestable, pero apasionado a través del mecanismo de la identificación proyectiva recíproca.
A péndice B -Intolerancia a la separaci6n Mrs. E. Bick efectuó una comunicación preliminar de este tema en 1967 para el Congreso Internacional de
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Psico-Análisis. El autor y un grupo de , analistas de niños y psicorerapeuras que han supervisado con él publicarán un libro en el cual se hará especial referencia a los niños autistas. En estos estudios se sostiene la tesis de que un fracaso muy temprano de la experiencia del niño de la función bolding " deja un defecto residual en la integración básica del selj que se manifiesta a través de una debilidad general de los vínculos inregrativos en los niveles somáticos del sel] y una consecuente fragilidad de la experiencia de la realidad psíquica. Esto da lugar a una excesiva dependencia de un objeto externo para que mantenga unido al sel] de modo tal que se pueda vivenciar un sentido de identidad. La separación ocasiona una desintegración o un desmoronamiento, con incapacidad para pensar, perturbaciones en la postura y la movilidad, así como también desorganización vegetativa.
Mrs. Bick sostiene que esto se relaciona con la ausencia del equivalente psíquico de tener una piel que mantenga al setf unido, o sea un producto de desarrollo normal de identificación con el adecuado "continente" físico y fisiológico que sería la madre. La integración setf-objeto primario es una preparación necesaria para el funcionamiento de un correcto splitting-e-idealización, tal como lo describió Melanie Klein. La incapacidad de formar esta piel psíquica que es tan intensa en el autismo, donde la introyección está tan seriamente afectada como para sugerir que un mun• El término holding podrfa ser traducido por "sostén", "apoyo", "manutención" (en el sentido de sostener con las manos). Pero dado que ninguno de estos vocablos logra expresar el matiz exacto del término en inglés, preferimos dejar el original. (N. de la T.)
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do interno, un "espacio" dentro del sel], no puede ser concebido.
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Apéndice C - Celos delirantes El problema de los "bebés-interiores" se encuentra frecuenremenre en la obra de Melanie Klein y está magníficamente ilustrado en gran parte del material de Richard en las primeras sesiones de Relato del Psicormálisis de un niño, Bs. Aires, Paidós, 1961, especialmente en los dibujos del fondo del mar con los bebésestrellas de mar. Esta concepción del interior del cuerpo de la madre parece resultar de las tempranas experiencias de voyeurismo omnipotente (ver mi contribución al libro de Adrián ,Stokes La pintttra y el mundo interior, Bs. Aires, Hormé. reol. 44). Como tal es una consecuencia de la envidia e involucra una secuencia de fantasía que es una elaboración de la envidia al coito de los padres como una acción de objeto parcia!. El lactante, dominado por sus apetencias orales, contempla el coito de los padres como un banquete al cual los "bebés-exteriores" no, están invitados, mientras que los "bebés-interiores" sí lo , estan. Mientras que la envidia a los objetos parentales está colmada de culpa, los "celos delirantes" de los bebés in. teriores refieren a un sentimiento de injusticia que he descripto en mi trabajo Tbe Dual Basis of Materialism, que será publicado en el F01"Um of Psycho-analysis. Otro aspecto de este área, el de la relación con los bebés-interiores, está conectado COn el terror, como un tipo de ansiedad persecutoria. Fue descripto en un trabajo leído en 1967 en el Congreso Internacional ' de
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Psico-Análisis'. Este trabajo (Terror, Persecusion y Temor - Una Disección de las Ansiedades Paranoides) señala que los ataques masturbatorios 'Criminales a estos bebés interiores engendran perseguidores, equivalentes a los fantasmas, que inspiran un terror ante el cual el set! infantil paralizado no puede encontrar defensa. Ti ene que buscar la protección de los objetos buenos o los objetos malos. El dirigirse a objetos malos (o . partes del sel] identificados proyectivarnente con objetos externos) juega un papel importante en la génesis de las adicciones y las perversiones.
Ap éndice D - Mutilaciones del Yo Este es un ejemplo de una de las categorías nosológicas con las que estoy inrentandovconsrrufr una clasificación psicoanalítica. Se puede encontrar un ejemplo interesante en la vívida descripción del análisis de un adolescente que sufre de una colitis ulcerosa casi fatal. " Es evidente que sólo se puede hacer una clasificación de los trastornos de la infancia en forma útil sobre la base de consideraciones estructurales y con datos que probablemente sólo se pueden recoger con precisión en el curso del tratamiento psicoanalítico.
Apéndice E - Salud, estabilidad y madurez Esta es otra referencia al intento de construir una nosología psicoanalítica. Continúa en cierto modo el esfuerzo de Edward Glover (J. of Ment. Scl., 1932, • H . S. Klein, "Notes
46 : 342, 1965.
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a case of ulcerative colitis", 1.j.P.,
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78: 819-842), pero establece una referencia más específica al proceso psicoanalítico con implicaciones p.ica-genéticas. Este punto de vista no involucra un cambio radical, sino que está más firmemente conectado coo la estructura psíquica y las relaciones de las estructuras infantiles con los objetos internos. Así la superación del uso de la identificación proyectiva masiva como modelo principal de relaciones es enfocado como el paso crucial de la enfermedad mental a la salud mental o la superación de la psicosis. Sin embargo, el concepto del establecimiento del pecho interno como la base para la estabilidad en la estructura mental está implícito en la obra de Melanie Klein desde el comienzo y está en conexión con el énfasis que puso en las fantasías de masturbación como el instrumento de la regresión. La superación del complejo de Edipo genital como el paso crucial para lograr la madurez psicosexual no será enfocada como una tarea de la que puede ser capaz un niño pequeño. Lo cual coincide con el criterio de que el período de latencia es principalmente una posición holdi1¡g, que para su estabilidad se apoya más en mecanismos obsesivos que la represión misma. Una discusión más detallada de la diferenciación entre sexualidad adulta y sexualidad infantil será publicada" y en ella se demostrará cómo el polimorfismo en la sexualidad adulta e infantil está basado en la identificación y emulación, respectivamente, en lo que hace a los aspectos polimorfos de las relaciones de coito de los padres internos. Se debe establecer una clara diferenciación entre polimorfismo y perversidad, que muestre cómo lo segundo está relacionado con un inadecuado
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• The Introjeaioe Basis 01 tbe Polymorpbism in Adult Sexuality, leído ante la British Psycho-Analyticiral Society, el 19 de octubre de 1966.
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Jplitting-e-idealización, uniendo así metapsicológicamen-
te las perversiones, las adicciones y las psicopatías, en contraste con lo que Freud sugiere en el sentido de que las perversiones permanecen en íntima relación con las neurosis, como su converso.
Apéndice F - Omnipotencia y omnisciencia ' /
Se considera aquí que la omnipotencia es una cualidad de la mente, vinculada a la excitación, que debe ser diferenciada de la omnisciencia como una teoría epistemológica capaz de ser sostenida por una parte del self. Espero demostrar su relación en mi trabajo On Pornograpby", donde analizaré el funcionamiento de la omnipotencia en el dominio de Jo sensorial y cómo puede producir la convicción de omnisciencia en ciertas partes de la organización. infantil. Esta ornniscien-ia tiene el significado de "Lo que yo sé es todo lo que hay para conocer": que se puede diferenciar de la: omnisciencia de los objetos primarios, especialmente el pecho de la madre, que tiene el significado de "contener todo el conocimiento posible". Esta distinción considera la omnipotencia como una cualidad de la mente que debe ser generada, . especialmente por la masturbación, pero no la ve como una defensa en sí misma, sino como un aditamento, un po· reaciador, de operaciones defensivas, tales corno el control omnipotente sobre los objetos. Si nuevamente lo traducimos a un lenguaje básico, este estado excitado de la mente contendría la actitud de "lo puedo hacer", implicando cualquier cosa, y no "puedo hacerlo todo" • Leído ante el Imago Group, Londres, 1966.
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Es un estado transitorio que se agudiza ante una tarea por realizar. Es de lamentar que se lo llame omnipotencia, pero no , podemos -pretender cambiar nuestra terminología cada vez que es necesario refinar un significado.
Apéndice G-.Modos de masturbación Son varios los investigadores q~e se están dedicando a la tarea de discriminar entre los distintos modos de ' actividades masturbatorias y sus consecuencias intrapsí. quicas. En mi trabajo sobre la masturbación 'anal demostré la relación entre los modos de masturbación penetrante y la forma de operar de la identificación proyectiva masiva. En el Apéndice A se vincula un tipo de acsing-oa» grupal en la pubertad con un tipo de juego masturbatorio nocturno, en el cual los dedos son personificados como partes del self y objetos. Esto también está vinculado al tipo de actividad centrado en el cosquilleo, toqueteo y palmadiras que se menciona en el texto en este punto, en conexión con la geniralización. Por otra parte, el surgimiento de la omnipotencia, que se menciona en el Apéndice F, parece estar más relacionado con las técnicas de frotación, en particular del pene y del clítoris, y está por lo ranro más relacionado con consecuencias maníacas. El trabajo de la señora Bick, mencionado en el Apéndice B sobre el papel de la piel en la organización de _la personalidad, también se ocupa de algunos autoerotismos perversos y sadistas, tales como horadar, rasca! y tirar de los cabellos.
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Apéndice H - Organización narcisista
A medida que se ha ido acentuando la precisión con que se identifican los procesos de splitting a niveles infantiles, en adultos y niños, ha sido posible hablar con cierta convicción acerca de la organización del narcismo, tal como Melanie Klein habló acerca de las relaciones objetales y Karl Abraham describió la organización de la libido. En un próximo trabajo, que amplía un estudio anterior, * Herbert Rosenfeld piensa profundizar en este tema, con el propósito de despojar al narcisismo de su implicación descriptiva prepsicoanalítica, dándole un significado definitivamente rnerapsicológico. Se piensa que la organización narcisista nunca, con la posible excepción del sistema delirante esquizofrénico, existe completamente afuera de la esfera de los objetos. Sin embargo, resulta ser de suma importancia clínica el poder identificar el centro de la organización, especialmente determinar si ocurre adentro o afuera de un objeto. Esto es importante, por ejemplo, para la diferenciación entre el uso de drogas psicopático y el adictivo, o entre tipos psicóticos o neuróticos de actos antisociales.
Apéndice 1- La primacía de la realidad psíq1Jica
Se pueden encontrar algunas referencias a las implicaciones éticas de los descubrimientos psicoanalíricos acerca de la naturaleza del aparato mental en Man's View 01 bis World, de Roger Money-Kyrle (Duck• En Psycbotic Sietes, Inr, Psa. Library, NQ 65, 1964.
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worth, 1961) Y en mi diálogo con Adrian Stokes sobre la estructura social del arte en La pintura y el mundo interior (Bs. Aires, Hormé, vol. 44). La primacía de la realidad psíquica para lograr la realización humana es tratada en mi trabajo A Return to tbe lmperative (a publicarse) . El tema central de todos estos trabajos es que 'l a esta-. bilidad mental, la auroestima y la satisfacción y Por lo tanto la We/tanschauung en cuanto a percepción y actitud, son como Melanie Klein siempre enfatizó en primer lugar un .derivado de relaciones, .a niveles infantiles, con objetos buenos primarios. Dado que la identificación introyectiva con estos objetos constituye la base sobre la cual se apoya la bisexualidad adulta para su expansión, y dado que en la realidad psíquica predomina una justicia absolutamente determinista, se puede sostener que salvo los imponderables factores del destino, la oportunidad para completar el ciclo vital está abierta para todos. El hecho de que esto sea "todo lo que hay" , como Arnold Wesker enfatiza en su obra T he Kitcben, no puede ser tomado como motivo razonable para el pesimismo o lamentaciones. En contraste, el psicoanálisis puede con seguridad identificar la base infantil de muchos reclamos de satisfacciones trascendentales.
Apéndice ]-Splitting horizontal y vertical
Los "ejes" de los procesos de splitting son muchos ' respecto del sel] y los objetos. Es casi seguro que el rp/itting del sel] y el objeto debe ser paralelo, en tanto el Jp/itting del seli, necesariamente involucra las .capacidades percepruales, De modo que la percepción de 105
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objetos está inmediatamente dividida. Cuando el objeto es el núcleo principal del splitting, el clivaje probablemente tienda inmediatamente a imponer un splitting paralelo en el seli, determinado por la economía de la elección obj etal. El splitting-e-idealización aparecen en la fan tasía como un splitting frontal entre la derecha y la izquierda.. del cual deriva el término "vertical", en contraste con las divisiones en los niveles maduros del sel], semejante a la estructura en capas o de "cebolla" que aparecía en los primeros escritos psicoanalíticos, que son llamadas "horizontales". El splitting "vertical" puede, sin embargo, asumir muchas formas en la esfera gráfica de la fantasía inconsciente. Arriba-abajo, delante-detrás, adentro-afuera son ramificaciones muy conocidas de la configuración original derecha-izquierda en la división en bueno , y malo en el sel] y en los objetos. En cambio el niño autista adopta un modo de splitting del self y los objetos según las modalidades sensoriales (ver mi trabajo Au· tism , Scbozopbrenia and Psychotic Adjustment - Actas del 29 Congreso Europeo de Psiquiatría Infantil, S. Harger, Roma) , que parecería ser un preludio al splitting entre las relaciones intelectuales y las emocionales caracterís ticas de la neurosis obsesiva. Este tema será profundizado en un libro de estudios sobre niños autistas escrito por el autor y un grupo de colaboradores.
Apéndice K - Muert e-del-pecho Como ya lo he dicho, el tiempo como un aspecto unidireccional e irreversible de la realidad no puede ser totalmente aprehendido hasta que se hayan resuelto
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los diversos tipos de confusi6n. En términos específicos, una orientación temporal perturbada sería la siguiente: a) la identificación proyectiva masiva lleva el estado mental del paciente a un área de geografía de la fantasía en la cual el tiempo no existe; b) la oscilación entre el permanecer fuera de los objetos primarios y penetrarlos tiene e! efecto de ir del presente al pasado y viceversa, como se puede ver con claridad en los sueños en los cuales un área del sueño está en el presente, mientras que otra puede estar, por ejemplo, en el siglo XVIII; c) la confusión entre realidad externa 'e interna (psíquica) trae apareada una actitud circular acerca del tiempo, modelada sobre la travesía del sol, a la manera de los antiguos egipcios, quienes concebían a la barca del sol navegando por el otro mundo durante la noche de regreso al horizonte oriental. Una niña dijo: "Cuando la luna se lleva al sol", con lo cual indicaba que la luna de los adultos era para ella el fantasma , del sol que había sido apartado por un objeto que no se veía llamado "luna" (o el señor Luna, se puede pensar); d) sólo en el umbral de h posición depresiva, cuando el pezón-pene surge para predominar sobre la belleza y bondad de la parte blanca del pecho, como el objeto combinado primario, el tiempo se convierte enuna dimensión, cada momento se "pierde" en el pasado, es "usado" o "desperdiciado" en , el presente y por sobre todas las cosas, es "esperado' en el futuro. Estos cambios son más notables en el análisis de niñospequeños gracias a su relativa ingenuidad. El vínculo entre el reloj del analista, sus ojos y los pezones de la madre se ve en el consultorio en' forma indiscutible relacionado con e! pene de! padre, de! cual constantemente se sospecha engaña al niño respecto del tiempo, tal como el "señor Luna". Es difícil que e! niño pueda I
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superar este sentido de injusticia debido a lo concreto que es para él la variación de la velocidad con que pasa el tiempo. Es muy rápida cuando son momentos de goce, lenta cuando se aburre e interminable en la separación. Al lograr este sentido de la realidad temporal en el mundo exterior, surge el concepto de "tiempo-vital", del' mismo modo que el concepto de un "espacio-vital" ha surgido una vez que las confusiones geográficas han sido resueltas. La situación está dada para la apreciación de la suerte como un punto final del tiempo-vital, a diferencia de todas las formas más primitivas de fantasías persecutorias o gozosas a las que se le había dado el nombre de "muerte". Se hace posible la preservación como una "forma de reparación, una extensión de 11 restitución: el perdonar al objeto el "tiempo de su vida". "A péndice L- Terminología de integraci6n
A pesar de que todavía es necesario investigar los procesos de integración, las investigaciones de Bien acerca de la"más minuciosa significación del pasaje de la posición paranoide-esquizoide a la depresiva (Ps ( ) D) en la economía del aparato mental posibilitan definir la terminología con cierta precisión. ltltegraci61z ~ Este es claramente un concepto estructural que se relaciona con des-integración (no con splitthzg, que e~ un concepto dinámico), del mismo modo que progresión se relaciona con regresión en las
teorías topográficas anteriores. Se aplica a objetos, internos y externos, así como también a la estructura del, yo (o el selj, para ser más correctos). la integración del sel] tiene lugar en la ' esfera de los objetos buenos
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Las diversas partes están ligadas por un vínculo de amor en común que en primera instancia es el pecho. La integración , de los objetos ocurre a través de los procesos de reparación. Reparación - Este es un concepto dinámico bajo la economía de Ps ( ) D. En la fantasía inconsciente está representado por una conjunción de coito de objetos parciales o totales que producen objetos combinados, en primera instancia el pene-en-el-pecho. De este modo los objetos malos, ya sea 'originados por el splitting-e-idealización o por los ataques masturbatorios dañinos (incluyendo a la identificación proyectiva), son reparados y asimilados a los objetos idealizados. Cada ,incremento de integración de los objetos intensifica los dolores depresivos de las partes buenas del self, adultas e infantiles, dado que la riqueza y la bondad de los objetos resultan realzadas por la integración. El principio económico que rige es el de que esta integración continuará mientras que el self lo permite; en relación con la envidia, celos y el dolor depresivo provocados. Los términos dinámicos que se refieren a esta tolerancia son preservación, restitución y responsabilidad. . La imitación de estos procesos de tolerancia y reparación aparece bajo los términos reparación simulada , y mamaca. La obra de Melanie Klein sobre estos temas ha sido resumida con claridad por Hanna Segal en Introducción a la obra de Melanie Klein, Bs. Aires, Paidós, 1965. Bion sugiere aportes en sus libros Aprendiendo de la experlencia, Paidós; Elementos de psicoanálisis, Hormé, 1966, y Transformaciones, Centro Editor, 1968. Todavía no se tiene certeza respecto de si el self puede llevar a cabo la reparación de los objetos directa-
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mente o sólo indirectamente, a través del perdón, la restitución y la responsabilidad (por la realidad psíquica ). Mi opinión es que no pueden hacerlo, como se desprende de mi discusión y material en la sección sobre la elaboración en el Capítulo VIII.
,
lNDICE ALFAB:snco Abraham, K., 172 Aeting-in, 25, 73, 118, 145, 163 Acting-our, 25, 34, 36, 37,
71, 77, 85,91, 118, 147, 163, 164 Actitud, 140, 146 Adicción, 73, 83, 85 Adolescencia, ver Niños Adultos, análisis , 105, 118 Análisis de niños, 24 Angustia de separación, ver Angustia Ansiedad o Angustia, 37 de castrad6n, 68 claustrofóbica, 50, 53, 55 depresiva, 149 hipocondríaca, 55, 83 modificación, 21, 43, 148,
149, 150 modulación, 21, 22, 42 terror sin nombre, 50 persecutoria, 50 liberación, 37 separación, 13, 37, 41, 48,
59, 72, 80, 82, 83, 165, 166 ' terror, 50, 83 Autismo, 42, 49, 51, 62, 166 Auto-análisis, 22, 23, 84, 94
Carácter, 24, 33, 77 Castración, aer Angustia Celos, 48, 69 delirios de, 49 delirantes,' 4, 63, 167 posesivos, 49, 83 Claustrofobia, ocr Angustia Complejo de Edipo, 62, 64,
67, 75, 84, 85, 86, 97 'Comunicación, 18, 20, 24, 81, 87 Confianza, 48, 75, 78. 81, 86,
88 Confusión, 17 geográfica, 46, 57, 58, 59,
62
'
bueno - malo, 48 masculino - femenino, 86 persecusión • depresión, 83
84
, " temporal, 53, 88, 175 zonal, 61, 64, 70, 81, 176 .
Confusión geográfica, oer Con- ' fusión Consciente, ver Órgano' de la conciencia Constitución, 42, 47 Contaminación, 34, 43 Continente, 20 Conr.ratransferencia, 20, 21
66, 143 Bebés • interiores, 53, 63, 72,
85, 167 Belleza, 69, 89, 92 Bick, E., 165, 166, 171 Bion, W . R., 37, 57, 74, 99, 176, 177 ,
Convicción, 16, 26 Cooperación, 36, 44, 91, 113,
119 pseudo, 38 Creación, 20, 159 Curación, 20, 23
180
ÍNDICE ALFABÉTICO
Defensas, 41, 65 Delirios somáticos, 83 Dependencia, 42, 62, 70, 75,
89, 94 Descubrimiento, 21, 22 Destete, 87, 91, 94 Diferenciación, 33, 94 Economía, 47, 66, 73, 89 Elaboración, 42, 46, 47, 138,
144 Encuadre, 22, 24, 32, 36, 39,
40, 55, 88, 102 Envidia, 48 Erikson, E. H., 62 Estabilidad, 21, 168 Estilo, 21 . Estructura, 20, 22
19 37, 48, 50, 55, 63, 68, 88, 149, 151 masiva, 41, 46, 50, 51, 52, 54, 55, 57, 60, 61, 64
Identificación proyettiva,
Impasse, ver Resistencia . in. tratable Inconsciente, 26
Insighr, 20 Integración, 84, 91, 94, 96,
98, 176 Interpretación, 20, 31, 36, 42,
138, 145, 150 Interrupción, 23, 94, 100, 101 Introyección, 30, 37, 56, 64, 75, 152 identificación, 82, 1"48
Evolución de la transferencia,
. 26, 39 Excitación, 65 Externalización, 33, 34, 35,
77 Factores traumáticos, 103 Fin de semana, ver Separación Folie a deux, 34, 35, 38, 75,
148
Freud, Sigmund, 37, 62, 76,
142, 147, 148, 149, 157, 158, 162, 170 Geografía, 17, 26, 136 Glover, 168
Jaques, Elliotr, 43 Jones, E., 68 ]oseph, Betty, 48 Klein, H . S., 168 n Klein, Melanie, 15, 19,31,
36, 49, 50, 65, 98, 148, 162, 166, 167, 169, 172 Latencia, oer Niños Liberación, cer Ansiedad Madurez, .168 Masturbación, 63, 67, 80, 82,
97, 165, 171 Hipocondría, ver Ansiedad Historia natural, 24, 32, 42,
45, 100, 138 Idealización mutua, 66, 70 Identidad, 57 Identificación, 33 ver Proyeetiva con el perseguidor, 54
Material clínico, 52, 88, 92,
95, 105, 117, 119, 124, 137, 150, 156, 175 Mecanismo obsesivo, 65, ver Negación de la realidad p aíquica Método, 23, 31, ·157 Modificación de la ansiedad, rer Ansiedad
, . , INDICE ALFABETICO
, Modulación de la ansiedad, ver Ansiedad Money-Kyrle, R., 172 Muerte-del-pecho, 96, 174 Mutilación del yo, 54, 168 Niños, adolescente, 34, 59 latencia, 34, 39, 65, 105, 164 puberal, 39, 65, 104, 164 pequeño, 37, 65 Niños pequeños, oer Niños Nosología, 24, 25, 168 Notación, 17, 99 Objetos combinados, 177 . Objetos internos, 39 equipo . de, 151, 156 Objetos muertos, 83 Omnipotencia, 41, 42, 65, 85 control, 42, 53, 54, . 82, 116, 170 Omnisciencia, 49, 85, 170 Organización, 23 Órgano de la conciencia, . 22, 118
81, 65,
20, .
Parte adulta, 22, 25, 82, 142 Pecho-inodoro, 56, 57, 61, 62; 64, 7.1, 75 Pecho nutricio, 71, 72, 75 Pene del padre, 71, 75, 85 Pene-en-el-pecho, 83, 177 Penes-interiores, 85 Persecusi6n, oer Ansiedad Piel - equivalente psíquico de la, 48, 166 como zona, 67 Posesión, 66, 69, 88 Posición depresiva, 19, 84, 86 ansiedad, ve'f. Ansiedad
181
umbral .de la, 63, 72, 74, 81, 83, 84 Posición paranoide-equizoide, 19 Proceso psicoanalítico, ver Historia natural Prognosis, 24, 25 Pseudo-madurez, 58, 82 análisis, 88, 92 Progreso, 24, 99 cooperación, ver Cooperación transferencia, ver Transferencia Puberrad, ver Niños Realidad psíquica, 33, 69, 77, 80, 83, 84, 92 negación de la, 56 Recolección de la transferencia, 29, 32, 38, 42, 45 Regla primordial, 44 Relación objetal, 33 ver Continente, Objetos combinados, Objetos muertos, Pene-del-padre, Pecho nutricio, Bebés-interiores, Penesinteriores, Objetos-internos, Pene-en-el-pecho, Pecho-inodoro. Reparación, 71, 73, 87, 88,
177 maníaca, 97 Reproducción, 88, 89" Responsabilidad, 81, 84, 94, 177 Resistencia, 35 intratable, 59, 73, 89, 102 Ritmo, 37, 42, 88 Rosenfeld, H., 163, 172 Russell, Berrrand, 19 Salud mental, 58, 61, 168
/
182
ÍNDICE ALFABÉTICO
Segal, Hanna, 16, 177 Síntoma, 33, 36 Splitting, 22, 34, 84, 99, IS1 de niveles, " horizontal, 22, 56, 82 vertical, 22, 32, 172 del objeto, 56 del seIf, 83, 84 Stockes, Adrian, 167 Sueños, 81, 82, 87, 92, 93 "del baño", 108, 109 clasificación, _121 "subiendo a la cúpula de Sto Paul", 120, 121 "mono amistoso", 107, lOS "de la directora", 153 "M. T. Brown", 155 "del lago barroso y orilla con césped", 109, 113 "de la vuelta en coche", 154, 155 "de la porción de celos". 111, 115, 150 "de la cloaca", 109, 119 "de la cómoda blanca", 111 Supervisión, 123 Técnica, 9, 54, 81, 88, 98. 102, 105, 139 transgresión de la. :s S. 88
V"
Temor, Ansiedad Terminación, 23, 84, 91, 94, 100 prematura, 96, ver InteJ'lupción Terminología, 16 Terror, ver Ansiedad Trabajo, 20, 139, 141, 144, 145 Transferencia, 20, 24, 25, 37, 38 ' curación, 38 profundi:zación de la, 42 pre-formada, 38 pseudo, 38 resolución, 95 cambio de la, 124 Transgresión técnica, ver Técniéa Unidades temporales cíclicas,
47 (
Vacaciones, ver SeparaciónVirtuosismo, 26, 158 Voyeurismo, 85 Omniscencia
V"
Wesker, A., 173
Este libro se terminó de imprimir en los Talleres EDlGRAF S.A.. Delgado 834, Buenos Aires, República Argentina, en el mes de agosto de 1987.
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Donald Meltzer, distinguido psicoanalista didáctico de la British Psychoanalytic Association, gracias a este libro le permite al lector participar en su larga experiencia en anál isis de niños y adultos. Logra una claridad excepcional en la exposición de ras complejas fases que constituyen el proceso de un tratamiento psicoanal ítico. A través de material el ínico cuidadosamente seleccionado, Meltzer esclarece su concepción del psicoanálisis y los conceptos básicos de su personal enfoque: la recolección de la transferencia, el toilet breast, las confusiones zonales, el proceso del destete, etcétera. Esta edición cuenta con un prólogo del doctor León Grinberg.
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