McAdam Doug - Dinamica de la contienda Politica

April 24, 2017 | Author: Alberto Espinoza | Category: N/A
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BIB'LIOTECA DE FlLOSOFIA Y CIENCIAS SOCIALES

Directores de la coleccion: Salvador Aguilar y Marfa T. Bretones

DOUG McADAM, SIDNEY TARROW, CHARLES TILLY

Di n arn ica

de la contienda

politica

Con un Pr6logo de Pedro Ibarra y Salvador Marti

flACSv - 5iblioteca

«N 0 todo es predecible. Dentro de lfmites estrechos, los hom­ bres son agentes libres. Los limites existen, pero dentro de ellos hay espacio para elegir. A menos que haya elecci6n no hay accion hu­ mana. Todo es conducta.» (Isaiah Berlin)

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Titulo original: Dynamics of Contention (publicado en ingles por Cambridge University Press, Cambridge, 2001). Traduccion castellana: Joan Quesada

Diserio de cubierta: Equipo editorial

Fotografta de cubierta: Trabajadorgs ep desde Jarrow hasta Londres para IIretlf: r octubre de 1936

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Donac:6n:

La publicaci6n de este libro ha sido posible gracias al apoyo institucional de la Fundaci6n Betiko.

© 2001 Cambridge University Press © 2005 Amics i autors de les divulgacions culturals d'Editorial Hacer, S. L. Ricou, Aguilar i Zeller, editors cI Carme, 162° I' 08001 Barcelona Tel. y Fax: 933175801 e-mail: [email protected]

Todos los derechos reservados. Estc libro no puede ser reproducido, ni en todo ni en parte, ni registrado en, o rransmitido por, un sistema de recuperacion de informacion, en ninguna forma ni par ningun media, Sea: mecdnico, foroquimico, electronico, rnagnerico, electrooptico, por [otccopia 0 cualquier otro, sin el permiso previo por escriro de la editorial.

Primera edici6n: abril de 2005

ISBN: 84-88711-70-0 Deposito legal: B. 9.946-2005 Cornposicion: Medusa Impresion: Novagrafik

Al personal de la CASBS,

por su exclusiva combinaci6n de sabiduria,

tolerancia y efectividad.

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Traducci6n castellana: Joan Quesada

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© 2001 Cambridge University Press © 2005 Amies i autors de les divulgaeions culturals d'Editorial Hacer, S. L.

Ricou, Aguilar i Zeller, editors

c/ Carme, 162° l"

08001 Barcelona

Tel. y Fax: 93 317 58 01

e-mail: [email protected]

Todos los derechos reservados. Esre libra no puede ser reprodocido, ni en rode ni en parte, ni regisrrado en, o transmitido por, un sistema de recuperacion de informacion, en ninguna forma ni por ningun medic,

sea mecdnico, foroquimico, electronico, magnetico, electrooptico, por fotocopia 0 cualquier otro, sin eI permiso

previa por escrito de la editorial.

Primera edici6n: abril de 2005 ISBN: 84-88711-70-0

Deposito legal: B. 9.946-2005

Composici6n: Medusa

Impresi6n: Novagrafik

Al personal de la CASBS, por su exclusiva combinaci6n de sabiduria, tolerancia y efectividad.

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sar del viejo paradigma 0 20972. .sentan como un nuevo y mas amplio programa de estudios; y para (2) eliminar las fronteras artifi­ ciales entre fenornenos y terrenos de estudio que, segun su propuesta, tienen un fundamen­ to cormin y deben ser comprendidos unificadamente. Insatisfechos con la compartirnenta­ cion de los estudios sobre huelgas, guerras, revoluciones, movimientos sociales y otras formas de lucha politica, como los episodios de contienda que acompaiian al naeionalismo 0 a los procesos de democratizacion, McAdam, Tarrow y Tilly identifican los mecanismos y procesos causales que apareeen de forma recurrente en esa arnplia gama de coritiendas poli­ ticas. Los autores, crfticos con los modelos estaticos de un solo actor (incluidos los suyos pre­ vios), trasladan la atenci6n al analisis de la interacci6n diriamica entre los actores y los di­ versos componentes del conflicto politico y al caracter fundamentalmente interactivo de este. Dudando de que series complejas de acontecimientos tales como son las revoluciones y los movimientos respondan a leyes generales, descomponen los sucesos en episodios mas pe­ queiios para identificar despues los mecanismos y procesos presentes en su seno. Este es un estudio teo rico pero tambien, a partes iguales, de sociologia e historia politica comparadas: el texto examina y com para dieciocho episodios contenciosos de distintas partes del mundo bus cando en ellos mecanismos causales de amplia aplicacion como, por ejemplo, la corredu­ ria, la forrnacion de categorfas y la certificacion. Asi, los autores describen y anaJizan, a par­ tir del utillaje analitico que construyen en ellibro, ciertos acontecimientos historicos que se remontan al siglo XVIII y los comparan con otros de factura muy reciente, como la misma di­ solucion de la URSS 0 la transicion espanola ala democracia, de la que presentan un enfo­ que refreseante y novedoso que ofrece nueva luz sobre los acontecimientos y completa ala perfeccion los tradicionales enfoques institueionalista, estructural y de teoria de las elites.

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como sepone demanifiesto ya end titulo mismo, la version preferida ha sido el terrnino «contienda» -a menudo con el calificativo «politica»- y coda su familia: «contencioso», «contender», etcetera. No queremos aburrir allector presentandole aqui un resumen de to­ dos los argumentos barajados, aunque dada la notoriedad del cambio qui­ zas si resulte necesario aducir algunas de las razones que nos han llevado a realizarlo. La primera ha sido la literalidad. «Contienda» y contention estan etimologicamente relacionadas, pero, sobre todo, ambas significan «lucha» e implican patentemente la idea de «enfrentarniento» abierto en­ tre actores que tiene en la obra. EI principal inconveniente en castellano parecia provenir de la amplitud de sentidos del terrnino «contienda». Volvamos por un momento al titulo para ejemplificar 10 que queremos decir. Si el titulo hubiera sido Dindmica de fa contienda a secas, ellector

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NOT A DEL TRADUCTOR

habria tenido que ojear el libro antes de decidir a que tipo de contienda nos est amos refiriendo, algo asi como 10 que habria sucedido si 10 hubie­ ramos traducido por Diruimica de la lucha. ~De que lucha hablamos? Por supuesto, despues de leer unas cuantas paginas, la duda queda autornati­ camente resuelta, pero e1 hecho de tener que explorar el libra antes de de­ cidir sobre el tema habria desmerecido eI titulo, que deberia dejar claro de antemano al menos sobre que vamos a hablar. Asi pues, para salvar el in­ conveniente y mantener el valor aiiadido que aporta la literalidad, la deci­ si6n fue afiadir eI especificador «politicas alli donde fuera necesario en aras de la claridad. Si existia un modo simple de respetar la afinidad entre las lenguas inglesa y castellana, ~por que recurrir a una traducci6n «late­ ral» de contention como era eI terrnino «contestacion»? Posteriormente, a sugerencia de los autores, se decidi6, adernas, fundir dos expresiones in­ glesas en una castellana, y traducir las frases «contentious politics» y «po­ litical contention» por «contienda politica- cuando fuera posible. El segundo terrnino que plante6 dificultades tambien figura destacada­ mente en la obra. Se trata de la traducci6n de brokerage por «correduria». Aqui, el problema era que, no obstante la literalidad de significado entre ambas palabras, eI terrnino castellano ha caido en desuso y sencillamente, parece que «no suena bien», 0 «suena extrafio- al lector native. Barajamos la posibilidad de utilizar «interrnediacion»; sin embargo, las razones que motivaron la eIecci6n de «correduria- y «corredor- para la traducci6n de los terrninos brokerage y broker son claras: ambos terrninos son eI equi­ valente exacto en castellano de los terrninos en Ingles y, por 10 tanto, co­ munican correctamente todos los matices presentes en eI uso original. Comparemos las definiciones:

Broker (Collins Concise Dictionary): an agent who, acting on behalf ofa principal, buys or sells goods, securities, etc. Corredor (DRAE): el que por oficio interviene en almonedas, ajustes, apuestas, compras y ventas de cualquier genera de cosas. (En ambas lenguas, la definici6n que da eI diccionario de los substanti­ vos abstractos brokerage y correduria remite al oficio de corredor.) Si las definiciones son similares, 10 mismo puede decirse de su contex­ to de uso habitual en ambas lenguas: un corredor de seguros, de bolsa, de apuestas. En eI caso del mecanismo, eI sentido es algo diferente. El corredor poli­ tico ejerce de enlace entre grupos antes no vinculados entre sf. La descrip­ cion mas clara de la correduria en la obra quizas sea la siguiente (p. 157): «La correduria es la vinculacion de dos 0 mas enclaves sociales acrualmente desconectados gracias a una unidad que media las relaciones de estes entre si 0 con otro enclave distinto. En la version mas simple, enclaves y unidades son personas

NOTA DEL TRADUCTOR

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individuales, pero la correduria tambien opera por medio de camarillas, organiza­ ciones, lugares y, en el caso limite, programas. En una version simple de la corre­ duria, los enclaves 1 y 2 (por ejemplo, los hindues de Panipur y los del pueblo ve­ cino) no estan conectados en un momento dado, pero el corredor (por ejernplo, Mr. Ghosh) no solo los conecta, sino que habla en nombre de ellos con eJ objero de sus rcivindicaciones (pongamos por caso, el comisario de policia del distrito). En accion, el modelo se explica con facilidad, por ejernplo, con la creacion de co­ nexiones directas entre los enclaves 1 y 2, con la incorporacion de enclaves adicio­ naIes, con la introduccion de la negociacion entre el corredor y el objeto inicial de las reivindicaciones 0 con el desplazamiento de los dos enclaves hacia unas po stu­ ras superpuestas con miembros y/o actividades comunes. La correduria crea nue­ vos actores colectivos. Cuando los enclaves recien conectados suponen unos re­ cursos complementarios, tal y como ha seiialado Ronald Burt (1992), la correduria genera nuevas ventajas para las partes, sobretodo para los corredores. De manera similar, la ruptura de conexiones previamente creadas por la correduria transfer­ rna la polirica y socava el poder de los intermediarios (Gould, 1998). Los corredores varian ampliamente en posicion social y modo d'e operar, 10 que tiene importantes consecuencias para la contienda en la que estos participen. Entre los diversos tipos de corredores estan las elites locales, los arbitros, los ac­ tores biculturales, los interpretes, los interiocutores, los emprendedores politi­ cos, los nobles, los sacerdotes y los jefes. Algunos corredores mantienen a sus clientes deliberadamente separados entre si, mientras que otros los funden acti­ vamente. Algunos levantan el campo despues de realizar una conexion crucial, mientras que otros se forjan sus propias posiciones mediante una negociacion continua. Algunos socavan la capacidad de ciertos enclaves para una reivindica­ cion eficaz al emparejarios con rivales ambiciosos, al lIegar a acuerdos dudosos con los objetos de las reivindicaciones, al desviar los recursos disponibles para sus propios fines personales 0 al alejar a los seguidores. Algunos no saben que estan ejerciendo la correduria, porque conternplan su propia actividad como chismorreo, sociabilidad, recoleccion de informacion, como dispensacion de fa­ vores 0 como ayuda mutua. No obstante, en todos los casos, la correduria alte­ ra los conjuntos conectados de personas de un sistema politico dado que tienen a mana una definicion de intereses compartidos dentro del funcionamiento de dicho sistema politico. La correduria crea nuevos lazos y nuevas conexiones en­ tre actores politicos..

A la vista de la descripci6n que acabamos de citar, quizas fuera igual­ mente plausible utilizar los terrninos «intermediacion» e «intermediario». No obstante, estes aparecen tarnbien en eI texto, y la opci6n escogida per­ mite establecer una diferencia entre el mecanismo propiamente dicho y otros usos mas laxos de los terminos «mediacion- [mediation] 0 «inter­ mediario- [intermediary], como en los siguientes ejernplos: -

p. 141 original -po 156, en la traducci6n: «Mediaci6n: el grado en que la comunicaci6n de las reivindicaciones depende de unos inter­

XVI

NOTA DEL TRADUCTOR

mediarios priviLegiados, como opuesto a La conjrontacion directa con Los objetos de Las reioindicaciones.» Mediacion e intermediario no necesariamente equivalen aqui a corredor. - p. 217 original-p. 240, en la traduccion: «Consclentes de La uer­ giienza y La disrupci6n que ocasionaria una campana como esa du­ rante La visita de Gorbachov, Los cargos del Partido intentaron por medio de intermediaries persuadir a Los hueLguistas de que abando­ naran sus planes y dejaran libre La plaza» Intermediario = negocia­ dor "f:. corredor. - p. 300 original-p. 332, en la rraduccion: «En el sector exportador de La produccion de cafe, el Estado retire su agencia de comercializa­ cion, INMECAFE, del mercado, lo que deja a miles de pequeiios productores sin proteccion [rente a Los intermediarios y [rente al hundimiento de Los precios mundiaLes del cafe que tuoo Lugar en La decada de 1980.» Intermediario = comerciante v corredor.

Sobre todo, el uso de «corredor» y «correduria» permite distinguir cla­ ramente entre los usos (no excesivamente, pero si ligeramente diferentes) de «corredor» e «intermediario» al hablar del mecanismo de la «coopta­ cion central de los intermediaries», tal y como 10 ejemplifican los siguien­ tes textos del original (p. 306 en la traduccion): «Lacooptacion centralde intermediarios (la integracion de corredoresprevia­ mente autonornos y de lideres de las categories subordinadas enlascoaliciones go­ bernantes) favorece laintegraci6n de las redes de confianza enlapoliticapiiblica.» «La correduria (lavinculacion de dos 0 mas enclaves sociales no conectados en ese momenta gracias a una unidad que mediasus relaciones mutuas y/o con otros enclaves) facilita los dos prirneros mecanismos: la Iormacion de coalicio­ nes entre clases y la cooptaci6n centralde los interrnediarios.»

Asi pues, por 10 general, «correduria» y «corredor- traducen bien los terrninos ingleses. Sin embargo, sigue en pie el inconveniente de que su uso es poco frecuente actualmente en lengua castellana y, por ello, suenan anti­ cuados e, incluso, extrafios, por 10 que pueden hacer que la lectura sea me­ nos agil, menos agradable 0 hasta mas dificil. Entramos a apreciar una cues­ tion mas intuitiva que tecnica, mas relacionada con «el oido» del hablante que con la cornprension yel significado de los terminos. Tan solo una ob­ servaci6n al respecto: si bien el traductor mismo, al utilizar las palabras «co­ rredor» y «correduria» las primeras veces, no dejaba de sentir que las frases sonaban ciertamente «raras», la sensacion desaparecio con la costumbre. Espero que allector Ie ocurra 10 mismo. Joan Quesada

Pr6logo

a la edici6n castellana

~ C 6MO PRESENTAR UN LIBRO, COMO ES ESTE, QUE ANTES DE SU APARI­

cion ya constituia un clasico en la literatura de la accion colectiva? La pre­ monicion se cumple. Efectivamente, de su lectura se deduce que sus auto­ res (autoridades mundiales en el analisis de la conflictividad social y politica) han escrito un libro que marca un hito en esta area de conoci­ miento. Era un clasico y es un clasico. Y adernas, y esto es 10 mas sugerente, es un libro polernico. Precisamente por ello, cuando nos enfrentamos a un texto como el que ellector tiene en las manos es natural que se padezca cierto vertigo. Tanto la autoria como el alcance y las pretensiones del texto, impresionan. Con todo, leer, dialogar y presentar la edicion en castellano de Dindmica de La contienda politica no deja de ser un lujo. Y un reto. Este Prologo se desarrollara en tres actos. En primer lugar se expondran cuales son las ideas clave que desarrollan McAdam, Tilly y Tarrow a 10 lar­ go dellibro; en segundo lugar se.sefialaran las aportaciones que supone es­ ta obra para el estudio de la accion colectiva y de los movimientos sociales; y, en tercer y ultimo lugar, se esbozara el debate critico que ha surgido al­ rededor de Dindmlca con el objetivo de que ellector tenga elementos de contraste respecto ala obra que probablemente ernpezara a leer.

~DE QUE VA DINAMICA

DE LA CONTIENDA pOLiTICA?

Antes de entrar en materia, es preciso advertir que Dindmica es una obra cornpleja cuya lectura no es facil. Al leer uno disfruta de la obra, pero a me­

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PR6LOGO A LA EDICI6N CASTELLANA

nuda puede aparecer la sensacion de quedar saturado de informacion (tanto descriptiva como analitica). Ante ello se recomienda hacer pausas para dige­ rir 10 lefdo e incluso hacer anotaciones del sendero conceptual recorrido hasta el momento. En esta direccion Dindmica es diferente de otras obras escritas anteriorrnente por los tres autores, ya sean Power in Movement de Sidney Tarrow, Freedom Summer de Doug McAdam 0 The Politics of Collective Violence de Charles Tilly, que son mas hilvanadas y (mas) senci­ lias, y sobre todo, sin las pretensiones de renovacion teo rica que esta sf tie­ ne. Precisamente por ello, Dindmica necesita una lectura atenta 0 incluso, al­ guna relectura. Y es que (1) la notable cantidad de conceptos acufiados que se manejan y combinan en ellibro, (2) el mosaico y la disparidad (temporal, geografica y de entidad) de casos utilizados y (3) la permanente voluntad de recapitulacion con el objetivo de establecer un programa analitico de inves­ tigaci6n innovador, suponen un notable esfuerzo de cornprension. Una vez advertidos los lectores, es de justicia decir que la obra de McAdam, Tarrow y Tilly supone un punto de inflexion en los estudios de acci6n colectiva, Y es que la pretension de Dindmica es desarrollar un cuerpo analitico que comprenda todos aquellos procesos politicos en cu­ yos desenlaces la acci6n colectiva transgresiva (0, como la califican los au­ tores, la «contienda politica») resulta decisiva. Con esta pretensi6n, los au­ tores identifican (es decir, describen y analizan a partir del utillaje analitico que construyen en ellibro) ciertos acontecimientos historicos que se re­ montan al siglo XVIII y los comparan con otros de factura muy reciente, como la misma disoluci6n de la URSS 0 la transicion espanola a la demo­ cracia. Pero la disparidad cornparativa no s6lo es cronologica, tambien es geogdJica: los autores nos hablan de 18 episodios que transcurren en [u­ gares tan divers os como son Italia, Filipinas, Nicaragua, India, Kenia, Mexico, Estados Unidos, Kazajstan, Francia, Espana, Ruanda 0 China. Con ello, a traves de un amplio recorrido hist6rico y geografico por feno­ menos hist6ricos donde la «contienda politica» es crucial para configurar -y entender- su desarrollo y desenlace, los autores pretenden construir un marco analitico con el que interpretar conexiones causales y, por tanto, inferir leyes de medio alcance en base a las cuales comprenderlos mejor.

~QUE HAY DE NUEVO EN DINAMICA? Una de las novedades -y virtudes, cabe decir- dellibro es la aproxi­ mac ion al mundo de la politica donde se observa 10 convencional (10 que McAdam, Tarrow y Tilly califican de «contienda contenida») y 10 no con­

PR6LOGO A LA EDICI6N CASTELLANA

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vencional (que los autores llaman «contienda transgresiva») como algo profundamente interrelacionado, imbricado, consustancial (p. 8). Es mas, en Dinamica se constata que la interaccion de -y entre-las «dos con­ tiendas» produce una dinamica consustancial ala actividad politica y a su evolucion (de la misma forma que el concepto politica muchas veces se define a partir de la tension conflicto-regulacion) y, por tanto, se cons­ tata como esa interaccion dinarnica esta en la base del proceso generador de desarrollos hist6ricos cornplejos tales como la dernocratizacion de re­ gfmenes, la creacion de naciones-Estado, la independencia de colonias, las revoluciones 0 las olas de protesta. Desarrollando esta toma de posicion, los autores construyen (y se sir­ yen de) el concepto de «contienda politica» (pp. 4-5), con el que se refie­ ren a la acciori politica colectiva de una forma que supera la clasica dis­ yuntiva entre el estudio de la «accion politica convencional- y la «no convencional» y, con ella, el bloqueo episternologico de un sector de la Academia que insiste en pensar que se trata de dos mundos estancos don­ de casi siempre se interpreta la primera como «la buena» y la segunda como «la mala». Tal como exponen los autores, el estudio de la politica supone aproximarse, relatar y analizar mucha «contienda politica», y asi 10 ejemplifican al referirse a los estudios de transiciones desde regfmenes autoritarios hacia democracias liberales: «[Muchos analisis] aticnden de cerca a las interacciones de individuos, gru­ pos y partidos. Pero al insistir en los incentivos individuales y los pactos entre elites, ambas explicaciones ignoran en gran medida la enorme cantidad de con­ tienda politica que precedi6 y acompafio cada uno de los episodios, adernas de los mecanismos de cambio politico y conflicto politico que crearon nuevos ac­ to res y nuevas identidades y transformaron la politica insritucional. (... ) Los institucionalistas (... ) ignoran la dinarnica de la contienda» (p. 179).

Brevemente, un par de recordatorios sobre asuntos cercanos. La tran­ sicion politica espanola esta construida sobre una montana de contienda politica. Los pactos entre elites 0 la lucidez estrategica de astutos politicos es s610 10 que esta encima, en la cuspide. Otro mas cercano todavia, Los resultados electorales espafioles de marzo de 2004 -10 convencional­ s610 son explicables si consideramos (no s610, pero sf sobre todo) todos los procesos de movilizaci6n social-Io no convencional- del afio ante­ rior. Lease Prestige, lease anti-guerra de Irak y lease muy especialmente como esas movilizaciones generan una nueva cultura politica, una nueva percepci6n de 10 politicarnente convencional. Otra de las aportaciones -yen parte tarnbien novedad- es la preten­ si6n de los autores de desarrollar un anal isis dinamico de la accion colec­

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PR6LOGO A LA EDICI6N CASTELLANA

tiva --=----con un denso contenido expositivo y cronol6gico- donde se inte­ gre, por un lado, el estudio de los diferentes actores politicos colectivos (a saber, los partidos politicos, los movimientos sociales, las guerrillas y los grupos de interes) y, por otro, los diversos ambitos de actuacion (las instituciones, el mundo asociativo, la calle). En esta direccion, McAdam, Tarrow y Tilly exponen que para un analisis riguroso de los episodios his­ roricos es preciso estudiar la interaccion entre actores y ambitos (pues en el mundo real todo esta intimamente relacionado) y darle al estudio un caracter dinarnico. ~Cual es la utilidad analitica de esta propuesta? Quizas la respuesta sea que la elaboracion de un relato dinarnico que se extienda cronologica­ mente permite el analisis de los movimientos sociales (que es el objeto de estudio clasico de aquellos, como nuestros autores, que se interesan por la politica no convencional) mas alla de los breves limites de su definici6n canonica. Pongamos un ejemplo. Cuando analizamos desde las perspecti­ vas clasicas del estudio de la acci6n colectiva procesos hist6ricos comple­ jos donde hay acci6n politica no convencional-ya sean insurrecciones, rebeliones, protestas, asonadas 0 transiciones de un regimen a otro-, siempre aparecen problemas a la hora de definir con precision el actor politico objeto de estudio: ~se trata de un movimiento social 0 este s610 es una expresi6n minima de la acci6n colectiva? Y si no 10 es ~cuando desa­ parece 0 muta y, ante ello, de que nuevo actor hablamos? En la direcci6n expuesta aparece la cuestion de que si bien las herra­ mientas de analisis propias del estudio de los movimientos sociales (el estu­ dio de la estructura de oportunidades politicas, el repertorio de accion co­ lectiva, los marcos cognitivos 0 las estructuras conectivas) funcionan a la perfeccion para la interpretacion de aquellos procesos politicos d6nde la ac­ cion colectiva tiene un papel fundamental, el estudio del quehacer de los movimientos sociales se agota con una notable celeridad. Y eso es 10 que, precisamente, Dmamica pretende superar al presentar el estudio de la con­ tienda politica como un proceso dinarnico donde la acci6n colectiva no se agora con la aparicion y la activacion de los movimientos sociales, sino que va mas alla. En este senti do, el cuestionamiento que los autores elaboran de la agenda analitica clasica del estudio de los movimientos sociales puede su­ poner un avance, aunque no tanto porque esta no sea consistente sino por­ que demasiadas veces supone congelar a dichos movimientos en fotos fijas que limitan extremadamente la comprensi6n de los procesos politicos. Por ello, una de las grandes aportaciones de la obra es retomar las apor­ taciones de la agenda clasica de la teoria de los movimientos para insertar­ las en un escenario hist6rico dinamico acotado en el tiempo (lo que los autores llaman episodios), dividiendolo en secuencias relevantes de la con­ tienda (que llamanproce,sos) que se caracterizan por la conexi6n y conca­

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tenaci6n de determinadas elementos (que llaman mecanismos), que son, en el fondo, determinadas variables que se «toman prestadas» de los enfo­ ques pertenecientes a la agenda de la teoria clasica de los rriovimientos sociales. A saber, los «rnecanismos causales» (p. 27) de que nos habla el libro, y que diferencia en «ambientales», «cognitivoss 0 «relacionales», nos remiten inevitablemente a la estructura de oportunidades politicas, a los marcos cognitivos 0 a las estructuras conectivas. De 10 expuesto podriamos concluir que las dos grandes aportaciones de este estudio son, por un lado, la aportacion del concepto de «contien­ da politica» en cuanto que este nos indica que los procesos de cambio po­ litico s610 pueden entenderse a traves la profunda interrelaci6n que existe entre la politica convencional y la no convencional y, por otro, el esfuerzo de deconstrucci6n de la agenda clasica de las teorias sobre movimientos sociales, desmenuzando sus aportaciones y aplicandolas en un contexto dinamico exento de las rigideces que suponen el «corse» de estar traba­ jando s610 con los actores politicos colectivos mas volatiles de las arenas politicas, a saber, los movimientos sociales.

~QUE OBJETAMOS DE DINAMICA? Pero adernas de 10 arriba expuesto, una de las pretensiones mas insis­ tentes de los autores es la busqueda de conexiones causales entre los «me­ canismos», «procesos» y «episodios- antes seiialados. Es precisamente en este punto d6nde ha aparecido un amplio debate en la Academia (ver en esta linea el vol. 8, n" 1, de la revista Mobilization, de 2003) que se cues­ tiona la forma en que Dindmica pretende operacionalizar dicha causalidad yaque, talcomo dicen losautores, el objetivo es (1) identificar mecanis­ mos causales clave que son recurrentes en una amplia variedad de con­ tiendas, sus combinaciones y las secuencias en que aparecen (p. 40); (2) establecer paralelismos parciales e iluminadores y usarlos para identificar procesos causales y recurrentes (p. 37); Y (3) todo ello a traves del estudio atento de diferentes episodios. Pues segun McAdam, Tarrow y Tilly: «Cada mecanismo implica las mismas conexiones causa-efecto inmediatas en cualquier lugar y tiempo en que concurra. Pero las trayectorias y los resultados de los episodios en su totalidad son diferentes porque las condiciones iniciales, las secuencias y las combinaciones de mecanismos forman un cornpuesto que produce efectos globales variables. (... ) los analistas de la contienda polftica ten­ dran que lIegar a dominar la complejidad de las condiciones iniciales, las se­ cuencias y las cornbinaciones» (p. 140).

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Yes que si bien los autores, tal como exponen en las conclusiones (p. 339), estan convencidos de que en Diruimica se ha presentado un pro­ grama de investigacion centrado en la deteccion de mecanismos y proce­ sos solidos en los episodios contenciosos, y que han armado un mode!o aplicable a todos los episodios mostrando que existen unos mecanismos y procesos similares que desernpefian un pape] significativo y que producen unos resultados globales diversos en funcion de su secuencia, cornbinacion y contexto, parece que algunos estudiosos de la accion colectiva manifies­ tan alguna reserva a esta pretension, tal como asi 10 expresan en la revista Mobilization antes citada. La mayor critica que se hace a Dindrnica es la dificultad de establecer secuencias logicas y claras de «concatenacion causal» entre los mecanis­ mos y los procesos. Pues de los dieciocho casos analizados se infiere una gran cantidad de mecanismos donde solo el de la «correduria/mediacion» se repite mientras que e! resto de ellos solo se encuentra -como mucho­ en cuatro de los dieciocho. En cuanto a los procesos, la obra dice al final que solo hay tres de solidos y claves y que estes si aparecen en una amplia variedad de episodios (que son las unidades de estudio). Estos procesos son: (1) la construccion de nuevos actores politicos y de nuevas identida­ des en los episodios contenciosos; (2) la polarizacion de grupos politicos, que es la ampliaci6n del espacio politico y social entre los reivindicadores presentes en un episodic contencioso, con una gravitacion hacia los extre­ mos; y (3) el cambio de escala de la contienda politica, que es el cambio en rnimero yen e! nivel de las acciones contenciosas coordinadas que condu­ ce a una contingencia mas generalizada. Por otro lado, la obra prologada fue esperada con gran expectativa por la comunidad academica ya que agrupa, como dijimos, a tres de los mas destacados y prolificos estudiosos de los movirnientos sociales contem­ poraneos (Charles Tilly, profesor de ciencias sociales de la Universidad de Columbia, Doug McAdam, profesor de sociologia de la Universidad de Stanford, y Sidney Tarrow, profesor de gobierno y sociologia de la Uni­ versidad de Cornell) y sintetiza gran parte de los debates e!aborados en el seminario, financiado por la Mellon Foundation y auspiciado por el Center for Advanced Studies in the Behavioral Sciences de la Universidad de Stanford, sobre contienda politica que estes dirigieron y que duro tres afios, As! las cosas, un sector de la Academia especializada en el estudio de la accion colectiva considera que la obra no resuelve todos los dilemas que plantea. Sin embargo, al margen de que no resulta de! todo exacta la criti­ ca anterior, otro grupo de estudiosos ha convenido en sefialar que e! valor de Dindrnica es sobre todo, su talante provocador. Quienes redactamos este Prologo nos situamos en esta segunda posicion, y preferimos tamar

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prestada la idea de McAdam, Tarrow y Tilly cuando exponen que Dina­ mica es, sobre todo, un punta de partida. De un atrevido, pero sugerente y al tiempo riguroso, punto de partida. Y ojala hubiera mas atrevidos en la Academia. Eso. Pedro Ibarra, catedratico de ciencia polftica de la Universidad del Pais Vasco Salvador Marti, profesor de ciencia polftica de ia Universidad de Salamanca

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Prefacio

y agradecimien tos

N UESTRA EMPRESA SE INICIO CON UN GOLPE FALLIDO. EN 1995, AMIGOS, alumnos y colaboradores de Chuck Tilly organizaron una reunion en Amsterdam que pretendia lograr que Tilly se retirase, No capto el mensaje. Como segunda opcion, McAdam y Tarrow decidieron distraer momenta­ neamente a Tilly de sus otros proyectos para enfrascarlo en uno que mi­ nirnizara el dafio que este podria, si no, infligir al mundo. El resultado es este libro. Dadas las dudas que albergaban sobre su capacidad para coaccionar a Tilly para que se sornetiera a sus planes, ambos conspiradores tramaron ampliar sus maquinaciones.
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