Matilda Web

July 5, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Matilda

kadosh dice: pues quédate con tu anécdota, entonces toledano dice dice:: esa era la idea kadosh dice: bueno, y ahorita qué haces? toledano dice dice:: reviso unas cosas para mi tarea de arte, tengo que crear un cuadro de expresionismo abstracto basado en un tema mitico toledano dice dice:: de hecho tengo la idea toledano dice dice:: pero estoy agarrando ideas de pollock y otros, el mito de sisifo kadosh dice: bien, bien toledano dice dice:: creo que ya salio la idea toledano dice dice:: pegamento y mucho polvo de gis toledano dice dice::  jaja  jaj a amo la escritura automati automatica ca toledano dice dice:: y tambien la pintura automatica toledano dice dice:: t u que haces? kadosh dice: analizo “altazor” con el poliedro retórico re tórico de la tesis de Pablo www.editorialacero.com

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Xitlally Rivero Romero

toledano dice dice:: sabes toledano dice dice:: estas enferma toledano dice dice:: pero eso ya es e s estar dañanda dañanda toledano dice dice:: cercana a la zona de desastre kadosh dice: wooo toledano dice dice:: niña nel, eso es maloç kadosh dice: ayer fuimos a la esta en casa de ricardo ayer kadosh dice: y me estaban est aban acosando toledano dice dice::  jajaja  jaj aja kadosh dice: y yo feliz de la vida alimentando mi ego jajaja toledano dice dice:: exacto me lo imagin kadosh dice: hasta que el vato se empezó a acercar acá mucho kadosh dice: y yo... aaaahh! Matilda!!! kadosh dice: pero mira qué chistosos los celos de Matilda

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kadosh dice: no dijo nada y era más que evidente que el e l vato me andaba coqueteando y en cambio se puso celoso cuando dije que yo yo quería acosar a un trompetista trompe tista después del concierto toledano dice dice::  jajaja  jaj aja te tiene medida medida,, sabe cuando vas a mariconear kadosh dice:  jajaja  jaj ajajaj jaja a kadosh dice: bueno, pero sólo lo iba a acosar supercialmente, toca bien bien chido chido la trompeta tiene unos unos pulmon pulmones es que wow kadosh dice: además la misma Matilda admitió que acababa de descubrir que la trompeta era bastante erótica toledano dice dice::  jajaja  jaj aja kadosh dice: oh, creo que ya entendí toledano dice dice:: chales 15 de abril

Tengo que confesar, en la intimidad del diario dia rio que, a veces, vec es, sólo a veces, vuelvo a sentirme triste. Sin explicación alguna. algu na. Me siento siento triste. tri ste. Y es que, como lo he dicho desde que Matilda entró a mi puerta, han llegado los días más felices, feli ces, los días más tranquil tra nquilos, os, los días de más armonía. a rmonía. www.editorialacero.com

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No puedo pedir otra cosa, es cierto. Y sin embargo, esto. Bajo la mirada y Matilda pregunta qué me ocurre. Nada. Mi respuesta es sincera. No me ocurre ocur re nada. Pero el vacío en el estómago, la siempre recurrente sensación de vacío. De duda. De miedo. No sé exactamente a qué. No sé exactamente por qué. Pero esta ocasión es distinta. Me persigue la confusión por no encontrar una explicación a esta tristeza. Pero estoy bien. En realidad estoy bien. Sólo que no entiendo. No lo entiendo. 28 de mayo

Suspendida… porque cada molécula se disuelve en el universo… Suspendida. 7 de febrero de 2007

La otredad. Pero él no es el otro.  15 de julio julio de de 2005 2005 …Quizá por eso la angustia y la tristeza luego del sexo. Omne animal triste post coitum. Porque se busca ser con el otro, ser en el otro. Y como tanto lo cantó Machado, el otro… es siempre lo otro… En efecto,  Machado  Ma chado distinguía el otro otro como como el obj objeto eto de amor amor,, de lo otro, un querer ser lo que no se es, un querer ser más de lo que se es y se puede ser. Entonces, cuando el amor se traduce en un sentimiento de irremisible ausencia, viene el fracaso f racaso del amor amor,, la soledad. Una soledad mucho más terrible cuanto que es consciente. Y surgen las ideas, y llega el conocimiento y nace la poesía… Entonces caigo 64

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en la cuenta, claro, el poeta como todo enamorado es egoísta, pero el poeta es egoísta porque es en sí mismo un yo universal. Por ello la obligación de cantarle a todo,  porque  por que su dol dolor or es un dol dolor or colectivo pese a su origen  privado  priva do.. Po Porr ello la conden condena a de tri tristeza steza y soled soledad ad que carga el poeta, de los que, como dijera Sabines, siempre han de estar solos. 

En Matilda…durante el acto, no busco ser en Matilda… soy con Matilda… Y no hay angustia ni tristeza, sino un sentimiento sentimient o de innita inn ita armonía y de paz… Qué paz en sus

 brazos, escribí la primera noche juntos… juntos… Qué paz en sus  brazos, escribo hoy hoy,, cuando son incon incontabl tables es ya nu nuestros estros encuentros… Entonces mi otro, como objeto de amor, es lo otro, ese algo divino que se quiere ser… y que Matilda hace posible ser… Entonces mi amor se traduce en un sentimiento de irresistible presencia, y viene el triunfo del amor: la soledad. Una soledad mucho más hermosa cuanto que es consciente. c onsciente. Porque Porque ya no somos dos. Somos uno. Y surgen las ideas, y llega el conocimiento, y nace la poesía…. Entonces caigo en la cuenta, claro, el poeta como todo enamorado es egoísta, pero el poeta poet a es egoísta porque es en sí mismo un yo universal. Por ello la obligación de cantarle a todo, porque su dicha es una dicha colectiva pese a su origen privado. Por ello la condena de tristeza, euforia y soledad que carga el poeta. De los que, ahora digo yo, siempre están solos… 27 de agosto

¿Qué camino eligirás, Matilda, cuando te desesperes de mí? ¿El de mis padres, con sus expectativas y su amor, de www.editorialacero.com

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obligarme a controlarme, a reprimirme, a callarme esto que sube a mi boca y ansía ser vomitado a todas partes  y sin dirección alguna? ¿El de mis hermanos, con sus palmaditas, de orillarme a pensar en sus problemas y olvidar y minimizar los míos que, después de todo, ni son problemas? probl emas? ¿El de los otros, otro s, los que se han ha n ido? ido? ¿El de los que preeren preeren alejarse un poco, po co, sólo un poco, lo necesario, necesar io,

para seguir siendo mis amigos sin involucrarse tanto, y sólo dicen “qué rara eres, Sofía, tienes problemas, Sofía”? ¿Qué camino eligirás tú, Matilda? 15 de junio

Mejor no escribir para no recordar. Sólo sé que bajo el agua de la regadera se fue al caño más que llanto. 24 de julio

-Pues sí, tu amiga está loca. -Eso te hace atractiva. Te da un plus. “Te da un plus”. Pensé que la frase era un cumplido de lo más trivial y poco trabajado que podría haber dicho. Pensé que era una frase más para quedar bien conmigo,  y no no precisamen precisamente te una muy muy buena buena.. Pero Pero estuve estuve pensando pensando en ella toda la noche, durante la esta. No me gustó la

música, no me gustó el alcohol que me ofrecieron, no me gustó el clima. Pero estaba a gusto. En algún momento, cuando el alcohol dominaba mis palabras, me encontré cantando ca ntando en público, público, improvisando improvisa ndo  versos. Matilda no estaba. Pregunté si alguien lo habí habíaa  visto. No habí habíaa nada dela delatado tadorr en la pregunta. No lo habí había. a. 66

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Pero lo lo busqué, sin éxito. Hasta Hasta que mi cerveza cer veza se terminó  y quise otra. Pregunté por la cerveza. Denitivam Denitivament entee

aquí no había nada delatador en la pregunta. Me dijeron dónde estaba. Y la busqué, con éxito. Y ahí estaba él. Conversación del 30 de noviembre de 2007. 14:42 kadosh dice:  jajaja  jaj aja,, qué loco kadosh dice: no recordaba este poema mío kadosh dice:  “Tienes miedo. miedo.

Por eso las uñas largas, el cabello largo y luego corto cor to,, y luego largo y luego corto. cor to. Tienes miedo. kadosh dice: Evitabas los espejos y ahora los buscas pero siempre el e l miedo. Tienes miedo. Por eso extrañas tus anteojos, y llegas tarde a casa. c asa. kadosh dice: O tomas un autobús y juegas a ser viajera, y no soportas sopor tas las pérdidas, y provocas los adioses, y te ríes de ti misma. Tienes miedo.

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kadosh dice: Por eso las pausas los silencios, los cadáveres, las manos, el cuello Tienes miedo. kadosh dice: Por eso el hábito de mirarte las manos, las citas nocturnas noc turnas que luego se cancela c ancelan, n, el sollozo sollozo del martes mar tes y la risa r isa del viernes. Tienes miedopor eso tu obsesión por los tacones y las olas largas.”  largas.”  atlas dice:  jejejejeje  jejeje jeje sí, sí, así eras kadosh dice: ahora cómo c ómo soy? soy? atlas dice: ya no tienes miedo atlas dice: bueno,, sí pero menos y a otras cosas bueno atlas dice: :P kadosh dice: :P atlas dice: aaahh me dieron ganas de defecar

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06/11/05  Antecedent  Ant ecedentes es familia fam iliares, res, directos, direct os, atávicos atá vicos y colaterales:  Hay  Ha y o ha habi habido do en su fam familia ilia algú algún n indi individuo viduo nervioso nervioso,, epiléptico, loco, histérico, alcohólico, silítico, suicida o vicioso: Abuelo alcohólico, suicidio a los 70 años. Por lo menos tres casos de suicidio identicados en la familia. Tío abuelo con antecedentes de alcoholismo, consumo de drogas e intentos suicidas. Antecedente de dos intentos de suicidio del padre. El primero cuando c uando era adolescente, con la ingesta de diversos medicamentos. En el segundo, ya con treinta años aproximadamente, con un objeto  punzocortant  punzocort ante. e. La mad madre re fr frustró ustró el segun segundo do int intento ento..  Rasgos  Rasg os obsesivos obsesivos por el el lado lado materno. materno.   Mientras  M ientras dormía… dormía…

Te aspiro  vibración  vibració n del aire la piel ceñida de piel  y en el fon fondo do esos ojos tuyos que se desdo desdoblan blan en hermosuras inaprensibles -como tarea de diccio d iccionarionario y te abarco abarco sin mirarte te devoro sin moverme  Y si me mu muevo evo tu regazo se me escurre en la marea que es amarte  

soluble solu ble arena. www.editorialacero.com

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01 de noviembre

Son sus ojos. Las imágenes. En la esquina, con los ojos abiertos, llorosos, sentada en el piso. Arrojar objetos, papeles, pape les, por todas partes par tes con mis lágrimas. lágr imas. Gritar. Correr  y gritar y llorar llorar.. Pero Pero sus ojos. ojos. Son sus ojos. ojos. Y su aroma. Y como entonces, desde ese día, en abril (no, en mayo; no, en abril), todo se desvanece, se desenfoca, se desfocaliza. Negro el fondo. Yo me debato entre las sábanas. Mis lágrimas ahogan la garganta, ocultan mi voz. No sé qué estoy diciendo. No recuerdo qué decía. Me veo bajo su rostro, bajo sus brazos. No sé qué estoy diciendo. Lloro.  Abro los ojos. Ahí están los los suyos suyos.. ¿Cuán ¿Cuánto to tiem tiempo po lleva lleva ahí?, ¿qué he dicho? No importa. Matilda ahí?, Mati lda habla ahora. a hora. No sé que está diciendo. Su voz me me calma. ca lma. Y sus ojos. Son sus ojos los que me mantienen. Su mirada mir ada lo que me mantiene ma ntiene  y no me me deja deja caer, caer, o subir subir.. Fue en abril. O en mayo. No, fue en abril. Matilda dice que fue en abril.  En la nada

En la sequía en un pozo de mar hay un algo que desgarra débilmente en el lo del viento

 y adormece adormece de fatiga   deshidratante   70

agobiada. www.editorialacero.com

 

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pesa en las uñas disecciona:  y la náusea náusea   arrogante niega la creciente suprime el hueco de costilla a costilla te abandona en la noche con los ojos abiertos respirando un encuentro sin saber. De pronto el calor se cuela en la ventana y llega el día. Conversación del 30 de octubre de 2006. 23:22

kadosh dice: Cuando llegues (si vuelves) no quiero que prometas un eterno,   que me mires descalza por tu calle calle,, kadosh dice: te acuerdas acuer das??? ??? jajaja jajaja y mírame a mí haciendo hac iendo todo lo contrario atlas dice: si me acuerdo atlas dice: todavía lo tengo, está guardado kadosh dice: te coneso algo? kadosh dice: ese día, al abrazarte antes de irme... algo me

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decía que irremediablemente irremediablemente a partir de entonces volvería a ti, y me rehusaba jaja, me rehusaba kadosh dice: pero todo mayo y junio antes de volver pensaba en ese abraz abrazo o kadosh dice: en esas vueltecitas que me diste kadosh dice: y otra vez ese algo que me decía que irremediablemente a partir de entonces volvería a ti kadosh dice: y todas las noches pensaba en ese abrazo, abrazo, en esos e sos besos, en esas vueltas, en el aeropuerto kadosh dice: e imaginaba un posible cuando me vieras llegar, todos distintos, todos iguales kadosh dice: me preguntaba si sentiría la misma emoción al verte atlas dice: espero que esa e sa emoción dure toda la vida y más kadosh dice: qué quieres para desayunar mañana? huevo con salchicha, con machaca o con tortilla, frijoles, quesadillas kadosh dice: huevos estrellados con una tortillita frita abajo, frijoles, salsa.. salsa....

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kadosh dice: huevos a la mexicana kadosh dice:  ahora sí tengo variedad atlas dice:  jeje pues sorprendeme kadosh dice:  jajaja  jaj aja nooo! nooo! dime qué qué quieres atlas dice: ya te dije atlas dice: o quieres que yo te sorprenda?? kadosh dice:  suena tentador atlas dice: bueno tons yo te hago de desayunar kadosh dice:  jaja  jaj a bueno kadosh dice: y mientras yo preparo las cosas para la comida... enchiladas verdes, wee!! atlas dice: ya dijiste atlas dice: me parece 06 de noviembre

“A ver, ¿qué ¿qué hicimos el viernes?” v iernes?” Mis ojos se agranda ag randan. n. No lo recuerdo, pero recuerdo que el jueves nos quedamos en cama toda la tarde, que fuimos a comprar los boletos boletos para www.editorialacero.com

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el concierto concierto pero las taquillas estaban cerradas, y por eso nos quedamos quedamos en cama toda la tarde. El viernes v iernes.. No tuve clases. No quería arreglarme. No pensaba salir y tú me recodaste que había que ir por los boletos. Entonces me di un baño mientras tú ibas a clases. La comida, luego los  boletos,  bol etos, la despens despensa, a, la visita de Manu Manuel. el. Lo L o he logrado. He logrado incluso recuperar el n de semana entero.

Hoy me invitaste un café. Hacía tiempo que no nos sentábamos a tomar un café. Me gusta que te vistas de azul. az ul. O de negro. No quiero olv olv idar esa imagen. i magen. No quiero olvidar que estabas frente a mí, con el cabello revuelto y esa sonrisa. Esa part particular icular sonrisa que sólo tienes tienes cuando hemos pasado tanto tiempo en cama, cerrados al mundo, desnudos los dos. Esa sonrisa que tienes cuando juegas conmigo e inventas algo que nunca ocurrió, y yo lo dudo porque no lo recuerdo, y termino empezando a creer que ocurrió porque al n y al cabo casi nunca recuerdo algo.

Pero esto no quiero olvidarlo. Por eso escribo. Me gusta que me invites a tomar un café. Me gusta el café y los cafés. Las mesi mesitas tas redondas o cuadradas, las sillas vacías  y llenas. Las tazas sobre sobre las mesitas. mesitas. Esa sensaci sensación ón de que el tiempo tiempo se expande ex pande y no hay prisas, y la vida v ida se hizo sólo para charlar ante una mesa y un café. c afé. 07 de agosto

Estoy esperando a que llegues mientras unos gritos aparecen entre mi cuarto. Pero tengo la frente fría. Te llamé a media noche para decirte que mi piel ardía, que quería volver a dar el salto, y hoy pensaba en ello mientras mientras

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la veía a ella. De nuevo el ventilador. De nuevo la luz. De nuevo el encierro. Ella se cortó el cabello. O eso creo. Ella no se ve tranquila. Tiene mucho tiempo de no verse tranquila. Y  yo me pregunto pregunto cómo cómo será será llegar, llegar, evadir la mirada, mirada, ngir

que no existo, el temblor de la voz, escuchar que terminó la clase y huir confundida. Huir. ¿Por qué huye? Pero Pe ro aún tengo tengo tiempo de disfrutar las miradas fur furtivas tivas  y sonreír sonreírle le a nadie. Aunqu Aunquee me pregunt preguntee el espaci espacioo en que dejé de hablar tan rápido. Entonces compruebo que ya pasó.  Y aún más que que eso: eso: que sigue sigue pasando. pasando. Conversación del 27 de agosto de 2007. 21:58 geminis dice: esta bien loco tu nuevo poema geminis dice: interesante kadosh dice:  jejeje

kadosh dice: te gusta? geminis dice: sí  geminis dice: trate de hallarle sentido, pero no lo logré geminis dice: pero el feeling fee ling es bueno

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kadosh dice:  jajaja  jaj ajaja ja kadosh dice: fíjate, qué distintos kadosh dice: tú, como yo, no te jas en el sentido sino en la forma, en la impresión general, en el feeling kadosh dice: matilda diría que si no transmite un mensaje la forma no tiene valor geminis dice: g g g.. pues diferentes aproximaciones kadosh dice: sips  Maravíll  Ma ravíllense: ense:

 Voy a int  Voy intentar entar hacer un salto que recorra tem temojurias ojurias e ilusiones que no sé a dónde me llemuestre que sigo estaré aquí estará siempre todo, aquí.  Aquí. Un salto.  Y al nal a donde donde estoy estoy..

Pero seremos no mismo. Habré encontralado la huella cero, imposible original siempre único. Habré triunfado.

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16 de agosto

Esta náusea. Esta eterna náusea. Las autoridades de Corea del Norte pidieron ayuda de emergencia al Programa Mundial de Alimentos, al argumentar que 330 mil personas se quedaron sin hogar debido a las torrenciales lluvias registradas desde el pasado 6 de agosto. Este dolor que me sube desde la rodilla y quiere culminar en llanto. llanto. El equipo de rescate que pretende llegar hasta los seis trabajadores atrapados en la mina mi na de Huntington, oyeron ruidos de origen no precisado, un hecho que revivió la esperanza de encontrarlos con vida. Este querer escribir, y escribir, y ya no querer escribir. El saldo es de al menos 337 muertos y 827 heridos, situándose el epicentro en la región de Ica, Ica, a 265 kilómetros ki lómetros al sur de la capital peruana, per uana, donde la devastación fue total: decenas de personas sepultadas debajo de sus humildes  vivien  viv iendas das caídas en medio de la noche noche,, caminos y pue puent ntes es destruidos. Chincha y Pisco fueron otras localidades sumamente afectadas. Este imaginar que abandono todo y me voy corriendo a cualquier parte par te para que escape el llanto lla nto.. Pero no lo lo hago.  Yaa no lo  Y lo hago. hago. Esta última fue destruida en un 70% y los cadáveres permanecían en sus calles sin que las autoridades se dieran abasto para recogerlos. No puedo creerlo. Como cuando era niña, un golpe en la rodilla ha desatado el llanto. Aquí: frente a todos. En mí: a quien no le gusta que le vean llorar. www.editorialacero.com

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 Y entonces entonces me me sient sientoo terribleme terriblement ntee diminuta y frági frágil.l.  Aumentó  Aumen tó a 250 el núm número ero de mu muertos ertos y 350 el de heridos, en el peor ataque registrado en Irak desde que inició la invasión estadounidense en 2003. ¿Cómo decirle a Matilda que aquí está otra vez? ¿Cómo decirle que su qué te pasa de esta mañana sí tiene respuesta? El martes cuatro atacantes suicidas hicieron estallar los camiones que conducían, casi de manera simultánea. Las víctimas v íctimas son kurdos de la secta yazidí que habitan habitan en el norte del país. Estados Unidos atribuyó el ataque a la organización organizaci ón Al-Qaeda. A l-Qaeda.  Y ent entonces onces ya no pued puedoo más y escapo al baño, con el dolor punzante en la rodilla, con un líquido frío saliendo de mi nariz, y me escondo febrilmente. “Este ataque, su naturaleza espectacular, su total desprecio por la vida humana, los carros bomba que fueron usados, todo es consistente con el perl de

 Al- Qaeda en Irak”  Al-Qaeda Irak”,, come coment ntóó Kevin Bergner Bergner,, vocero del ejército estadounidense en Irak.  Más tarde… tarde…

Me gusta sentarme senta rme aquí, en este pasillo pa sillo que a momentos momentos se llena y a poco se vacía. Me gusta ver pasar a tantas personas, todas iguales y diferentes. Particularmente me gusta mirar a las mujeres, y mirar sus piernas y sus zapatos. Pero soy torpe. Las más se percatan de que las veo y se sienten intimidadas y ya no actúan como ellas. O sí, pero  ya no igual. Yo me enti entiend endo. o. Y precisame precisament ntee me gustan más las mu mujeres jeres con aire de naturalidad natural idad.. 78

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Matilda

Como aquella chica rubia, que solía sentarse a mi lado, cuyo perfume me hacía imaginar tantas cosas. Una vez llegó con un tremendo escote en la espalda. espa lda. Pero no era su espalda, ni sus aretes a retes siempre siempre desiguales, ni sus ojos de un colorr tan part colo particular icular que ya ni recuerdo. recuerdo. Era la naturalidad con que hacía todo, con que decía decía cualquier cua lquier cosa, con que me sonreía al sorprender mi mirada asustadiza al verse descubierta. Cuántos signicados signi cados pueden tener tener todos los verbos que se reeren a la maravillosa tarea del ojo. Alguna vez leí

que precisamente nuestra sociedad era visual… ¿o era algo del oído? ¡Escucha, pueblo de Israel! No lo sé. No lo recuerdo. Yo no soy Israel. Yo soy Matilda. Siempre Matilda. Catarsis

Que la duda me abochorne y adelgace en la brisa frágil e incisiva Incursiona en la tarea navegante de las horas en la luz que se cuela de los árboles. 02/08

Entonces me encuentro sobre una voz amicrofonada que  va llamando, sin anunci anunciarse, arse, a los pocos individu individuos os que se agrupan agr upan en una sala impro improvisada visada junto a un balón balón.. Nunca he entendido por qué el aplauso antes de que halguien hable. Sí, con h, como anuncio mudo del que hablará. www.editorialacero.com

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Una voz curiosa. ¿Un aula? Una risa por ahí se asoma y calla. ¿Niño índigo? ¿En qué reside el humor literario? ¿En qué reside el éxito de una lectura? Medicamentos ilegales. Ya Ya no hay marcha atrás. Aunque Au nque escuche el nombre de alguna bebida o la palabra cogerse, no hay marcha atrás. Medicamentos.  Y me recuer recuerdo do acurrucada a Matilda apenas hace unos días ante el remordimiento de un intercambio de palabras. “Siempre “Siem pre tan ta n luminosa, lumi nosa, Matilda. Mati lda. Siempre.” Siempre.” Matilda. Matilda. Cómo me gusta que Matilda empiece con “m”, como mujer. Siempre. Matilda. Qué palabras más bonitas. Bonitas, que no hermosas. Me gusta gust a el uso español e spañol del “que”. “que”. La verdadera Matilda dice que suena raro. A mí me gusta. ¿Acaso he descubierto…? No lo sé. Matilda espejo Matilda guía Matilda manía Manía de Matilda Matilda Maldita Maldita Matilda 80

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Cómo no amar su silencio, cómo no amarlo.  Y al rato el cuar cuarto to hacié haciéndos ndosee peque pequeño ño.. Pe Pero ro es que todos los cuartos, no importa a dónde vaya, tienen la cualidad de hacerse pequeños. Pequeños. Como yo, pequeña.  A veces me gusta el ruido de los ven ventilado tiladores res y el clima, clima, cuando no duele. Y ahí voy, a buscar el refugio del cojín rojo. Y Matilda ajena… Con esa mirada que cuando quiere hace impenetrable. Impenetrable. Me distraigo. Impenetrable. Impenetrable. Mientras tanto. Me distraigo. Me distraigo.  Más tarde tarde

¿Para qué hacer la diferencia?  A veces, como ahora, cuando me gusta el ruido del  ventilado  ven tiladorr y el el clima porqu porquee no du duele elen, n, me me sient sientoo ausent ausentee presente e irremediablem ir remediablemente ente lejana. Transparencias

I Dame tu boca (En la sábana del estrépito ocurrente  

-de ola, tal vezwww.editorialacero.com

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Es que se desliza en mis labios, yo no sé, que desgarra  y se deshace deshace   y se derrite única brisa o brisa única que no no está ahí a hí   y sin embargo  Y luego luego irrumpe del naufragio   -de náufrago, tal vezEs que se desgarra en mis labios,  yo lo lo sé, que derrite  y se desliza desliza  y se deshace deshace cuerpo exánime en la orilla en mi orilla. Hay que cerrar los ojos.)   II Pero en la noche sube la marea  y se reseca la garganta a cada entrada entrada de de la noche noche  y viene el el frío   de fuera  y sopla sopla adentro adentro.. El grito de carne en cada peso de la almohada  y vuelve y arremete arremete y hace hace entrada entrada para vestir rocío  y galopar galopar el sueño sueño.. 82

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Remota oscuridad que huele a mares que se descubre en movimiento en falsas noches que me remite en giros insaciables para rendirme abismo en cada vuel v uelta ta o con la oscuridad de la sala. 10/08

Intento escribir pero no funciona. Apenas alcanzo a garabatear unas palabras. Y es que todo uye tan rápido

 y quiero quiero decir tantas cosas y pienso pienso tantas cosas y tanto. tanto. Carro, luces, noche, música, velocidad, loco, escribir, notarr, volumen, encuentro, nota encuent ro, locura. 14/08

Necesito azúcar. ¿Necesito azúcar? Necesito azúcar. Hay cosas que se vuelven redundantes. 24 de abril

Escribo como maniaca y Matilda propone propone conseguir una cadena de perro para que lo lleve a pasear. Coneso que

no me disgusta la idea. Recarga su cabeza en mis piernas  y con continuo tinuo escribie escribiendo ndo mien mientras, tras, en el sue suelo lo,, él parece pensar en cosas lejanas y femeninas. Yo escribo de él. Y  yo sé que lo lee y me sonrío sonrío.. Hab Habrá rá que darle permiso para un pedacito de ego. Sólo un pedacito, para que no se  vuelva amenaza la costumbre de dejar dejarlo lo verme sin pudo pudorr, plenamente ple namente desnuda, desnuda, conada a desaparecer en cualquier cua lquier

momento, y termine conociéndome.

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12 de junio Loextraño. ex traño.Aln loheadmitido admitido..Lo extraño.Esqueextrañar

es una palabra tan ambigua. Acabo de masturbarme y, como pocas veces, me siento tremendamente vacía. Casi siempre termino, me miro al espejo mientras lavo mis manos, y noto el color encendido en mis mejillas que me da un no sé qué de autosuciencia. Sé que suena hasta

extravagante y es que es cierto. Privar a alguien a lguien,, desterrar, desterrar, admirar o causar extrañeza, ext rañeza, esquivar, esquivar, rehusarse, advertir advertir la falta de alguien, sentir pena por su ausencia. Esta vez no me hallé bonita, ni un poco simpática, ni siquiera distinguí el rojo en las mejillas. Recuerdo la primera vez que se quedó en casa, y me noto mucho más mojada que hace un rato. 27 de agosto

Llego al auto y cierro la puerta. Siento al instante mi rostro mojado; no húmedo, mojado. Cuando siento que  ya ha pasado mu mucho cho tiem tiempo, po, cuando not notoo que el calor sigue presente pero ha dejado de molestarme, me decido a regresar con Matilda. El camino ca mino es eterno, eterno, me da risa. No importa importa cuán largo me parezca, de un momento a otro llegaré con Matilda.  Y lo veo desde lej lejos, os, con su sonrisilla peculiar del momento. Aunque el mar está delante no veo más que su sonrisa. Su sonrisa de Matilda que me recibe con una cámara. Pero yo estoy ansiosa, quiero sentir el mar. Así que me lanzo y Matilda tras de mí. m í. De un momento momento a otro la arena se humedece y se hunde bajo mis pies. Entonces

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Matilda

ahí está: el mar, mi consciencia de mar. Corro excitada. Me interno excitada. Matilda aconseja no ir muy lejos. Me alcanza. Me detiene. Me suelta. Su risa de Matilda. Mis gritos excitados. Matilda gime con el mar mientras  yo, Matilda también, también, me río con c on el mar y los gemi gemidos dos de Matilda. Y me voy y me vengo con el mar. Y me voy y me vengo con el mar. Y me voy y me vengo con Matilda. Matilda se asusta de la facilidad con que me comen las olas y me llevan a su antojo. Pero yo sigo riendo. Matilda, no sé cuál, propone un juego: seamos barco. Y somos barco. Somos barco que va y que viene. Que va y que viene. Que viene y va. Matilda Barco. Una ola ola nos voltea. voltea. Más risas r isas matildezcas mati ldezcas que reconozco mías. Recuperamos el curso. Somos barco que va y que  viene y de de pronto pronto gira. Es que yo yo soy demasiado demasiado pequeña pequeña  y liviana. Pequeña Pequeña y liviana que va y que viene, viene, que que viene  y va. Matilda Matilda barco va y viene. Va Va y viene. Viene Viene y va. Hasta que desperta despertamos mos en la orilla. 23 de junio

No puedo olvidar esa mañana. “¿Has iniciado el día con un orgasmo?” Lo miré extrañada –extrañar no es una buena palabra- y felino se lanzó a mí. Movimientos gatunos de Matilda. Se deslizó en mi cuerpo y me quitó el short que traía puesto. Y yo pensando en los vecinos, en las persianas abiertas, en el grito que sentía venir a mi garganta. “¿Lista para irte al trabajo?”

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24 de junio

Fue una tarde. Una tarde cálida. Yo empapada de sudor.  Y sin emb embargo argo habí habíaa un no sé qué de frescura. La luz se me colaba entre mis manos en la expectativa de lo desconocido. El cosquilleo incesante de la novedad. Todo era nuevo y conocido a un tiempo. La aventura. La aventura y la frustración. El sonido del tren facilitó mis risas, mis saltos, mi esplendor. Un millar de piedras que pedían atención, que prometían ser grandes. Un camino eterno que algún tiempo es río y que en ese instante se quebraba a mis pasos. Una subida, unos cuantos pasos y el destino prometido. La luz. Sobre todo la luz. Encegueciéndo Enceg ueciéndome me en el reejo

de una arena incierta. La búsqu búsqueda eda de formas geométricas  y el encuen encuentro. tro. Una Una extensión extensión de algo inasible. inasible. La alegría en mi rostro por la aventura y la frustración de Matilda. Me sentí un poco culpable por mostrarme alegre. Entonces caí en la cuenta, claro, los cientos de casitas que invadían la zona. El paso del hombre por la región. Los postes de luz que entorpecían la vista. El eco de una música escuchada en aquella dirección, tal vez aquella casa… Y sin embargo a mi vista todo aquello era nuevo, todo aquello era hermoso. Regresamos al auto. Se escucharon dos portazos. Un motorr. Un ruido moto ru ido que se aleja. Y yo me quedé mirando mir ando por la ventana aquel lugar al que imaginaba no volver, como aquel día en mi infancia en que me dije, mirando por la  ventana  ven tana del del au auto to que manejab manejabaa mi madre, que “ella nun nunca ca olvidaría esa tarde, esa mirada tras la ventanilla que se perdía en una ilusión que acababa de morir”. 86

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Matilda

15 de octubre oct ubre

 Apareció ante mí, desn desnuda, uda, envuel envuelta ta prem premeditadame editadament ntee en las sábanas sabiendo que yo iba a mirarla. -Entró en el baño, síguela –ordenó Matilda.  Yoo la seguí. Entré en el baño  Y baño.. Su mirada en el espejo espejo.. Su risa quebrando en serpentinas inasibles que yo no entendía o no quería entender. Apagué la luz para no tener miedo. Una brisa blanquecina y olorosa. Una brisa que no podía manten ma ntenerse erse en pie, que se abandonaba, abandonaba, escurridi escur ridiza. za. Un recuerdo. Un sabor conocido. Un roce húmedo y continúo. Una suavidad casi olvidada. Un encuentro, indenido, entre mis dedos, y luego rme. Y el roce

crece, retrocede. Y el roce avanza. Un trazo instintivo. Otro encuentro. Una caricia tibia que transforma, hasta abrirse. Cuatro pétalos tersos que conducen al abismo. Dos roces roc es húmedos, continuos. Simultáneos. Un algo que ablanda. Que funde. Que enardece. Que sofoca a la brisa  blanquecina  blanq uecina y olor olorosa. osa. Y la la convierte convierte en aguas densas densas que que se adhieren a mi tacto. -Me gustan las ores con labios intensos -me dijo.

-Son orquídeas -le respondí. 20 de diciembre

Ese fantasma fanta sma se pasea en los recónditos lugares de la locura locura matutina. Porque hay distintas clases de locura a cada hora ho ra del día. La locura vespertina se parece a un estallido de fuegos articiales prendidos por un niño en Noche

Buena y al perro que persigue inútilmente a esas luces. La locura nocturna se asemeja a un espasmo melódico que www.editorialacero.com

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Xitlally Rivero Romero

culmina en una larga ausencia. Pero no, ese fantasma se pasea en la locura matutina. Y es que la locura matutina recuerda a una arritmia cardiaca, a un automóvil sin frenos, a una ducha. No, no es cierto. La locura matutina es más bien oja, un bostezo, un recuerdo por sí solo

lejano y grandilocue lejano g randilocuent nte. e. Y ese e se fantasma se pasea pa sea así, con esa lenta y admirable locura matutina. Camina por los prados, por las esquelas, por las tareas domésticas y se posa en el umbral como si nada, como si siempre hubiese estado allí. Y es que los recónditos lugares de la locura matutina no son cualquier clase de lugares, no. Son lugares en los que se tiene uno que sentar sentar a observar obser var cada c ada detalle con la prisa de quien se sabe usurpador de ciertos secretos. Y como el fantasma fa ntasma se siente indispensable, hace del tiempo un pastel inconcebible de esta cortesana. Yo

conozco esos lugares, lugare s, así, recónditos. Y no es que sufra de locura matutina, no. Quienes sufren de locuras matutinas se tiran tira n a losofar sobre cualquier cosa. A mí no me gusta losofar. En cambio ese fantasma… ¿de dónde habrá salido ese fantasma? Me mira jamente, se abstrae…

hay quienes dicen que ser es ser percibido… Se abstrae, recoge levemente un chasquido de lengua. Se apodera del espejo, ese fantasma se apodera del espejo, vuelve a mirarme, y llora. Un pretexto

De un párpado colgado en cualquier parte se desprende una imagen que me llama, que me agolpa a la entrada de una noche  y se cuela cuela en el dol dolor or que que hay en en mi espalda. 88

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Matilda

De ese cosquilleo que da la búsqu búsqueda, eda, que apabulla ante la idea del viaje, se desprende un no sé que da la llama  y me atisba atisba a no ceder ceder.. Pero el vaivén abruma, a veces, sólo a veces, a voces insistentes a golpes imprecisos a sorbos diminutos,  y retorna retorna la imagen de de mi párpado colgado en cualquier parte que da espacio al respiro acompasado de risa escurridiza en el silencio. silencio. 17 de junio

“Las tuyas son más grandes gra ndes”” me dice. Además tú no tienes tienes  joroba,  joro ba, agrega. ¿Cómo ¿Cómo es que que siem siempre pre sabe qué decir? decir? Matilda me hace mar… La primera vez que me llevó al desierto, me sorprendí que fuera el extremo opuesto a mi deseo eterno de mar… Mas al llegar y caminar de su mano… con ese calor… con todo,, no su calor ca lor… … recordé la canción: c anción: al nal, después de todo somos tan distintos.  11 de junio de 2007

 Y así como lleg llegó, ó, se fue… Ya no estoy triste. Ya pue puedo do disfrutar ple plenamen namente te otra vez. Un encontrar respuesta… Un lenguaje original: aí aiiiiiiiiiiiiií a iiiiiiiiiiiiií au oh au au.

Who would have known that a boy like him… www.editorialacero.com

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Xitlally Rivero Romero

 Sin nombre nombre

Hiere la boca del estómago se hunde un algo agudo. Las manos duelen se adelgazan  y recorre en los los nervios un ácido ácido que contrae contrae y retuerce. retuerce.  A veces el dol dolor or se hace hace náusea  y se escapa en en hormigas hormigas que anidan el cereb cerebro. ro. De: kad De: kadosh25 osh25 Enviado el: Miércoles, 25 de julio de 2007 01:03:44 Para: atlas18 Asunto: … Y al fnal después de todo, no somos tan

distintos... y llegan tus ojos, tu tan particular gesto... A veces, como ahora (te has dado cuenta cuánto me gustan esas palabras juntas? “a veces”, es que suenan muy

lindo, lin do,

cr eo creo

yo)...

En En

f n, fn,

de cía decía

yo,

que a veces, como ahora, mis ojillos se llenan ll enan de lágrimas lágrim as inútiles inútiles que q ue ni siquiera terminan term inan por p or caer. caer. Y es que q ue puedo recordar (sí sí, , tienes tú la facultad de ser recordad recordado o inverosímilmente) esos ojos, ese tu tan particular gesto. gesto. Tal vez no me creas pero lo que q ue te digo es cierto cierto: : vi tus ojos ojos, vi tu gesto, esas palabras dejaron de ser parte 90

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Matilda

de una u na canción c anción y se hi h ici cieron eron tuyas. tuyas. Y para mí fue, en ese momento, como una ley. No, pensé, no somos tan distint distintos os. . Y tal vez no lo hacías pero yo sentía que había frases que cantabas para mí m í más m ás allá incl incluso de ti mismo. Supongo que sabes por qué recordar eso me llena los ojos ojos de lágrima lágri mas s. Y tal vez no lo sepas pero el recuerdo de esa mirada esa misma mism a noche me m e decidió a cerrar el punto. punto. Pero no era eso lo que quería escribirte. Es sólo que sonó esa canción cuando iba abriendo esta ventana para escribirte un correo y cambió el giro. Pero el punto es ése. Me extrañas tú en momentos así? En días como co mo estos estoy estoy tranquila tranqu ila a lo largo del día, te veo, estoy sentada a tu lado, y me siento muy contenta. ¿Qué decía yo? Te daría risa ver cómo estoy escribiendo esto. Mis pensamientos me superan y tengo terminar term inar unas u nas frases frases y luego luego regresar para poner otras frases que también estaba pensand o y que pensando q ue luego se vieron vieron interru interrumpi mpidas das aunque todo fue pensado simultáneamente. Te confeso que me da mucha curiosidad su

nom bre, nombre , como si su nombre ya pudiera pudiera darme dar me una im imagen agen exacta de d e la escena. escena. ¿Lo ¿Lo habrás ha brás disfrutado? Y aquí viene otro pensamiento que fue simultáneo pero que las letras no me dieron la posibilidad de plasmarlo así: ése es el aspecto que más celos pueden www.editorialacero.com

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Xitlally Rivero Romero

causarm e. Bueno, no son celos. causarme celos. O no sé q ué sean. En primera, qué q ué son los celos? celos? El punto pu nto es que siento algo... raro. Porque siento que tus recuerdos sexuales y/o amorosos son en cierta medida más agradables que los míos. míos. Para serte ser te totalmente totalm ente honesta, yo no disfruté la última vez antes de estar contigo. Y no lo disfruté de ningún modo. Genial Gen ial, , no lo puedo creer cr eer, , la palabra pala bra celos no está en el diccionario. Qué tonta soy jaja, pues cómo iba a aparecer el plural. Bueno, según la RAE: celo1. (Del lat. zēlus, ardor, celo, y este del gr. gr . ζῆλ ζ ῆλος ος, , der d er. . de d e ζεῆ ζεῆν ν, her hervi vir r).

1. m. Cuidado, diligencia, esmero alguien pone al hacer algo. 2. m. Interés extremado y activo alguien siente por una causa o por persona. 3. m. Recelo que alguien siente de

que que una que

cualquier afecto o bien que disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otro. U. m. en pl. 4. m. En los irracionales, apetito de la generación. 5. m. Época en que los animales sienten este apetito. 6. m. Período del ciclo menstrual de la mujer muj er en q ue se produce la ovulac ov ulación ión. . 92

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Matilda

7. m. pl. pl. Sospecha, Sosp echa, inq i nquiet uietud ud y r recelo ecelo de de que la persona amada ha haya ya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra. Pues no, lo que siento no cae en alguna defnic def nición ión. . Bueno, claro que q ue tengo un inte interés rés extremado extre mado por p or ti pero no era ésa ésa la defnic def nición ión

que buscábamos. Tampoco es recelar porque recelar es desconfar y sospechar, y yo no

desconfío ni sospecho. Entonces no sé qué es lo que siento. En fn. El punto es que

tus rela relaci ciones ones interpersonal interpersonales es, , com comparadas paradas con las mías, son, por decirlo de alguna forma, más sanas sa nas. . Y eso me hace h ace pensar que q ue para ti es mucho más m ás agradabl agrada ble e recordarlas recordarlas que para mí recordar las mías propias. Es decir, dicho en términos concretos como me obligarías a decírtelos si te estuviera diciendo dici endo esto en persona persona: : para ti debe de be ser mucho más agradable pensar en los buenos momentos que pasaste con ella que para mí recordar los momentos con otro. Así de simple, helo ahí, eso es lo que termino pensando cada vez que me altero con algo relacionado relaci onado a los celos. celos. Pero el punto antes a ntes de eso es: ¿habrás disfrutado esa última vez? vez ? Me carcom c arcome e la duda dud a. No, No, carcome carco me es muy m uy fuerte. Digamos que me asalta la duda. Sí, me asalta. Entonces vuelvo al origen. En días así,

cuando

no

tenemos

oportunidad

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Xitlally Rivero Romero

estar tirados en cama, o sólo nos vemos explícitamente para estar uno al lado del otro con computadoras enfrente... no te extraño, decir eso es exagerado, pero me hace falta algo. Sin que esto se haga algo dramático, por supuesto. Y lo único que q uería era saber si a ti te pasa lo mismo mism o. Si no te ocurre está bien, no espero una respuesta en específco, sólo quería saber

si te pasa o no. Otra vez, me asalta la duda, eso es todo. Y si me asalta la duda, entonces pueden llamarse celos? O sólo es una curiosidad medio masoquista? Porque entonces lo que ocurre es eso, entonces eso, que q ue hiere la boca del estómago... y bueno, ya leíste el resto rest o. A eso me refero re fero más o menos m enos cuando cuand o te

digo que q ue me m e siento siento pequeña peq ueña. . A esa sensac se nsación ión de que se hunde un algo agudo y las manos se adelgazan adelgazan y me recorre algo algo que q ue contrae y retuerce retuerce. . Y lo otro que q ue te quería q uería decir orig original inalmente mente, , es que mien m ientras tras me lavaba la cara ca ra te imaginé, no sé por qué q ué, , tocando tocand o la gui g uitarra tarra. . Imaginé Im aginé cómo te paras, cómo te mueves. Y te me hiciste muy sexy. Sexy en esos pantalones que usas que entallan tus piernas, tu cadera, tus nalgas...

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Matilda

4 de mayo

¿Qué tendrá la noche que me pone melancólica? No es la primera vez que escribo eso. Desde que inició este año de repente me pongo triste por las noches. Me molesta. Porque en realidad estoy muy feliz pero no puedo evitar esa tristeza… ¿Por qué me pongo así? Pienso en lo del trastorno. A mí me parece que Matilda no cree mucho en eso. No sé, entonces, lo que es. 07/08

 Yo tambi  Yo también én te extraño. Te extra extraño ño porqu porquee tú, Matilda, entre todas, eres la única persona p ersona con la que no me siento ajena. Porque contigo no me siento sola. Porque contigo se puede hablar de todo, de la vida y de la muerte, de lo trivial y lo que no parece tan trivial, de lo moral y lo inmoral y lo amoral. Te amo por amoral, Matilda. 07/09

Te amo porque tú no llevas máscara, porque te limitas a cerrar tu puerta y mostrarte en las ventanas, sin ostentación, a quien le interese. Y entonces, poco a poco, decides ir levantando velos a quien se acerque a amarte. Te amo porque no andas ansioso por ahí, dando voces. Porque escuchas. Y observas. Mientras yo, Matilda, no paro de asombrarme del mundo y quiero cantarlo a cada instante.  Más tarde… tarde…

 Yaa no te enojes  Y enojes con el mundo, mundo, Matilda. Pero Pero por qué el otro tiene que ser el otro, Matilda. Por qué el mundo se www.editorialacero.com

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Xitlally Rivero Romero

empeña en hablar del otro. Por qué no se permiten sentir que todos, aunque aunque diferentes, formamos parte pa rte de un todo. Por qué los ejercicios de encuentra las diez diferencias. Por qué los ejercicios de semenjanza sirven para agrupar  y diferenciar diferenciar de otros. otros. Siemp Siempre re otro. 14 de abril

 Y cuando men menos os lo esperaba, ahí está otra vez. Totalmen otalmente te inesperado. Y ahí estoy e stoy yo otra vez huyendo de los espacios cerrados, de las personas, de las miradas, de los ruidos, de las luces. Ahí estoy yo en un columpio, a mitad de la noche, con las luces que se quiebran por mis lágrimas.  Ahí estoy yo otra vez acurrucándom acurrucándomee en un rincón del  baño, huy  baño, huyend endoo a gatas ante la persecusi persecusión ón de Matilda.  Ahí estoy yo otra vez en la regad regadera. era. Y Matilda apaga la luz y yo, miedosa siempre, corro a prenderla en cuanto sale. Ahí estoy yo llamando a Matilda y ahí está Matilda abrazándome. Dice que es Matilda, mi amante, mi novio, mi esposo: nadie va a lastimarme. Ahí estoy yo tomando su mano y levantándome levantándome de de la cama. ca ma. Y subo al carro ca rro para dejar a Olivia. Pero es demasiado: las luces, los cambios de estación de radio, el movimiento, las voces: “Que se calle todo, por favor, que se calle”. Olivia se disculpa y apaga el radio. El silencio es tenso para ella. Puedo sentirlo pero no me importa. Que se calle todo, por favor. Que se calle. Tomo un suéter que encuentro y me tapo los ojos, los oídos, la nariz. La migraña: ya me duelen los olores. Llegamos a casa de Oli y ella baja. “Despídete de Oli”,, me dice papá Matilda. Y yo hago señas tímidas Oli” tí midas desde el asiento trasero. “Ven acá”, dice Matilda amante. Y yo 96

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Matilda

me cuelo entre los asientos y llego a su lado. Me duele mi cabeza. Me duele mi cabeza todo el viaje. Esto no fue una  buena  bu ena idea, idea, quiero estar en casa. Y al n llegam llegamos os a casa c asa

 y me abrazo a Matilda y Matilda me abrasa. Y Matilda me abrasa y me duermo. Y otra vez los ojos hinchados al día siguiente, la huída ante la luz, el agotamiento. Había olvidado el agotamiento de los días siguientes.  Declaración  Declar ación de de amor amor a un hom hombre bre

 Yo no podré decirte, niña,  Yo de tus cabellos amarrados a mis manos de la grandeza de tus ojos en mis ojos, de la dulzura de tus manos ma nos en mis manos.  Yo no podré decirte, niña, de tus labios  Yo labios el calor de los besos que no has dado, el fulgor de caricias que prometes, el caudal que se pierde en tu cintura.  Y no podré cantarte, niña, en mis excesos excesos la tibieza de tus senos por las tardes, la insondable oscuridad de tus abrazos, la ternura exquisita de tu sexo.  Amado::  Amado te descubro innito en el orgasmo.

 Anúlame tú en el espaci espacioo de tus manos, anúlame tú, el de delicias imposibles, anúlame tú, el de temblores absolutos, descárgame en ti al lo de mi grito,

grito de ti y tu nombre en la demencia de tenerte tenerte en mi boca y abrirme en tu regazo. regaz o. www.editorialacero.com

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 Amado, agota el giro. Te abro la puerta: 05/12

Cierro los ojos. Siento unos labios sobre los míos. Abro los ojos confundida por la sensación de sorpresa y confortabilidad. Exactamente igual que la primera vez. Perdida en la sorpresa de la paz de ese beso, me separé, risueña. Matilda dijo unas palabras que ya no recuerdo  y me atraj atrajoo hacia él, bruscament bruscamentee tierno tierno.. Nos besamos. Exactamente igual que ahora. Entonces el alcohol, ahora la excitación. He decidido no tomar medicamentos. Lo único que quiero estable en mi vida es estar juntos. Las luces me golpean, se agrandan y me golpean. Sé que estoy alterada mas estoy en sus brazos. Mi corazón se agita de golpe y pronto va apagándose. Cierro los ojos. Sé que Matilda me habla y pregunta si estoy e stoy bien. Quiero decirle que estoy bien bien pero mi cuerpo no responde. Escucho que intenta encender el carro. No prende. Sé que Matilda me habla y pregunta si estoy bien. El carro no enciende porque tiene la alarma. Toma mi mano. Dice mi m i nombre. Sé que está diciendo mi nombre. Todo se va quedando en silencio.

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Matilda

19 de septiembre

Empecé a amarlo una tarde de mayo en que estaba aburrida. Y pensé que sería divertido salir a la calle y enamorarme. Pero tenía consulta. Y no tenía transporte ni dinero. Recorrí teléfonos y lo hallé a él. Llamó a mi puerta. Lo dejé entrar:

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 A él... él...

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Esta edición de  Matilda  terminó de imprimirse el 10 de abril de 2009, en los talleres de Editorial Acero, en Monterrey.

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