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November 28, 2017 | Author: Pocho | Category: Vowel, Lung, Human Voice, Linguistics, Languages
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Modulo 1 – ORATORIA “La producción de la voz y los elementos del Discurso” La palabra es uno de los elementos más importantes que tiene el orador para comunicarse; sale al exterior a través de la voz. A través de la palabra, se pueden expresar necesidades y sentimientos; pensemos en la palabra sí y en la multiplicidad de significados que puede tener de acuerdo al tono, al volumen y a la velocidad con la que se diga: puede significar un sí, un no o un no sé, se puede usar para ironizar, retar, ordenar o afirmar. Ritmo, pausas, silencios y las entonaciones que le imprima el orador. A todos esos elementos le llamamos componentes del discurso y deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de realizar presentaciones en público. La voz La voz es un sonido producido en la laringe por las cuerdas vocales durante la espiración del aire. Posee cualidades como la intensidad, la altura y el timbre. La intensidad varía con la presión que ejerce el aire espirado para vencer la resistencia que ejercen las cuerdas vocales: a mayor cantidad de aire espirado y mayor presión, el sonido va a ser más intenso. La altura varía con la tensión del cierre de las cuerdas vocales: a mayor tensión más agudo es el sonido, a menor tensión éste es más grave. El timbre depende de las cavidades de resonancia.  + Aire respirado + Presión= SONIDO INTENSO  + Tensión = + Agudo  - Tensión = + Grave Intensidad: Varía con la presión que ejerce el aire expirado para vencer la resistencia que ejercen las cuerdas vocales.Altura: Varia con la tensión de cierre de las cuerdas.Timbre: Depende de las cavidades de resonancia.Respiración correcta y articulación adecuada = VOLUMEN -PROYECCION – CLARIDAD Palabra: Expresa necesidades y sentimientos Tonó, volumen y velocidad: Un “SI” puede significar “no”.-“nose”.- Se utiliza para ironizar, retar, ordenar o afirmar.“La voz es un sonido producido en la laringe por las cuerdas vocales durante la espiración del aire.” Sistemas de producción de la voz En la producción de la voz intervienen cinco sistemas: el sistema respiratorio, el fonatorio, el de articulación y resonancia, el sistema postural y el nervioso. EL SISTEMA RESPIRATORIO Está constituido por el sistema bronco pulmonar y la caja torácica. El sistema broncopulmonar: los pulmones, bronquios y los alvéolos pulmonares. La caja torácica: es la unidad donde se alojan los pulmones, está delimitada por las costillas, hacia atrás tenemos la columna vertebral y hacia delante el esternón. Por debajo de los pulmones y por encima de las vísceras se encuentra alojado el diafragma que es el músculo respiratorio por excelencia.

Mecanismo de la respiración La respiración se produce en tres tiempos, a esto se le llama el mecanismo de la respiración. Los mismos son:

Dinámica Respiratoria En la inspiración el aire ingresa por las fosas nasales, desciende por la nasofaringe hacia la tráquea y luego a los pulmones hinchándolos, de esta manera, la caja torácica donde están alojados los pulmones debe ampliarse para dar lugar a la expansión de los mismos; los músculos intercostales actúan elevando las costillas y el diafragma desciende, en un plano horizontal, provocando un abultamiento del abdomen por el desplazamiento de las vísceras hacia fuera y hacia abajo. La espiración consiste en la salida regulada del aire, por la retracción de las paredes torácicas y los pulmones, además de la relajación lenta del abdomen. Modos Respiratorios: Son las dos formas de ingresar el aire a nuestro organismo, éstas son el bucal y el nasal. El modo nasal: es el adecuado y el más saludable ya que el aire que ingresa es filtrado por los pelitos de la nariz, calentado por los vasos sanguíneos que irrigan las fosas nasales y humidificado por la mucosidad, de esta manera, atraviesa en óptimas condiciones las vías respiratorias hasta llegar a los pulmones. El bucal: el ingreso del aire se hace a través de la boca, este modo no es el más óptimo ni saludable para nuestro organismo ya que el aire ingresa sucio, frío y seco provocando diferentes tipos de patologías. Tipos respiratorios: Existen tres: Clavicular: se manifiesta por la elevación de las clavículas y de los omoplatos, (mujer) Abdominal: el abultamiento del estómago y predomina en el hombre. Costo-diafragmático-abdominal: es la que nos va a dar una mejor intensidad, continuidad y duración de la voz, es innato en los bebés recién nacidos. EL SISTEMA FONATORIO Compuesto por: la laringe situada debajo de la faringe y encima de la traquea, en ella se encuentran las cuerdas vocales, es el órgano productor del sonido Cuando respiramos las cuerdas vocales permanecen separadas para que el aire pase libremente entre ellas, al acercarse el espacio que queda, se estrecha produciendo el sonido.

SISTEMA DE RESONANCIA Y ARTICULACIÓN: El sonido que generan las cuerdas vocales sería imposible sin las cavidades de resonancia; los resonadores son los cuerpos vibrantes que refuerzan un sonido. El sistema de resonancia: está compuesto por dos partes: las fijas y las móviles. Las fijas: son el maxilar superior, huesos de las fosas nasales, senos paranasales y paladar. Las Moviles: son la faringe, velo del paladar, lengua, mejillas y labios. El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste sube hacia las cavidades de resonancia enriqueciéndose de armónicos; si esto no sucediera sería inaudible. Los armónicos son los que dan el timbre característico de la voz a cada una de las personas. La impostación vocal: Consiste en lograr un mayor rendimiento de la voz con el mínimo esfuerzo de las cuerdas vocales. La articulación: Son una serie de movimientos que realizan las partes móviles de las cavidades de resonancia y a través de estos movimientos el sonido es transformado con sus respectivas adecuaciones en las distintas letras. “La articulación correcta es la que da claridad y nitidez a la palabra.” Los moldes posturales: consisten en la movilización de los órganos y paredes de la caja de resonancia vocal. Su finalidad es obtener mayor resonancia de manera que intensifique el caudal de voz.“El sonido generado por las cuerdas vocales es llamado tono fundamental, éste sube hacia las cavidades de resonancia enriqueciéndose de armónicos; si esto no sucediera sería inaudible”. SISTEMA NERVIOSO: Para poder realizar y sincronizar los múltiples movimientos musculares que producen el sonido, su resonancia y la articulación en la palabra, es necesaria la compleja actividad del sistema nervioso, tanto voluntaria como involuntaria. El cerebro dirige todos los movimientos voluntarios del cuerpo y por ende, el funcionamiento de los actos musculares necesarios para la emisión vocal, ya que en él se generan los impulsos nerviosos para que los músculos se contraigan y cumplan el movimiento. SISTEMA POSTURAL: Es de suma importancia para que la producción de la voz sea clara y tenga una buena proyección, la postura que adoptamos para hablar en las diferentes situaciones y el grado de tensión que tenga nuestro cuerpo. Algunas de las causas que pueden provocar tensión pueden ser la falta de sueño, el esfuerzo muscular intenso, situaciones de estrés, entre otras. La manera orgánica de manifestar este aumento del tono muscular es a través del dolor de cuello, de espalda o de pecho. Para aliviar este tipo de molestias existen diferentes tipos de relajaciones que se pueden utilizar ante estas circunstancias.

USOS Y CUIDADOS DE LA VOZ: Uso incorrecto de la voz:  Hablar cuando presentamos disfonía o hacerlo en exceso cuando existe algún tipo de alergia respiratoria.  Gritar, produce un cierre brusco de las cuerdas vocales ocasionando irritación laríngea.  Hablar excesivamente sin una adecuada técnica vocal, trae como consecuencia los síntomas vistos en la fonastenia.  Excesivo aclaramiento de la garganta y demasiada tos.  Cantar con una técnica vocal inapropiada o en malas condiciones ambientales. Cuidados de la voz:  Utilizar un volumen moderado de la voz en todas las situaciones del día.  No hablar en sitios excesivamente ruidosos como en fábricas o edificios en construcción.  No competir con la conversación en voz alta en fiestas, reuniones o conferencias.  No hablar en presencia de música elevada.  No gritar en situaciones como partidos de fútbol, en la escuela, con los miembros de la familia y durante actividades de entrenamiento.  Tratar de reducir al mínimo la tos y carraspera, sustituir estos malos hábitos por un sorbo de agua ante la molestia.  Restringir al máximo el hábito de fumar y tomar alcohol, ya que irritan la mucosa de la laringe.  Usar la voz en períodos cortos durante el transcurso del día.  No usar ropa que presione el abdomen o el cuello, ya que deberemos forzar la respiración y fonación.  Comer poco y lentamente para realizar una buena digestión y evitar el endurecimiento del abdomen impidiendo realizar correctamente la respiración costo-diafragmática-abdominal.  Dormir ocho horas por día.  Calefaccionar con agua humeante para humedecer el ambiente.  Evitar someterse a cambios bruscos de temperatura.  Evitar ingerir bebidas muy frías o muy calientes para no irritar la mucosa laríngea. Ejercicios de respiración y relajación Cumplen una doble función: permiten el conocimiento del propio cuerpo y son el comienzo de la tarea de distensión y eliminación de las contracturas. Los componentes del discurso oral: Características diferentes: velocidad, ritmo, volumen y proyección, intención y énfasis Velocidad y articulación A la hora de expresarse oralmente cada persona tiene una velocidad para hablar, la cual depende de la personalidad, lugar de procedencia, edad, entre otros. A su vez, cada individuo tiene una determinada articulación, correcta o incorrecta. La velocidad con la que se dice el discurso también tiene que ver con los estados de ánimo, ya que no vamos a tener la misma velocidad para hablar cuando estamos aburridos que cuando estamos ansiosos por contarle a alguien algo importante que nos pasó.

Ritmos y silencios: Pensemos en el discurso como en una melodía; para que sea interesante debe poseer distintos acordes, silencios y velocidades, si una melodía es monótona aburre. Pasa lo mismo con el discurso, si el orador habla siempre con el mismo ritmo y no deja silencios o deja muchos silencios, no marca transiciones cuando pasa de un momento a otro, el discurso se vuelve monótono y aburrido. El interés que el discurso suscite tiene que ver con el contenido en sí, la elección del tema adecuado al público, con la velocidad, la entonación y sobretodo con los ritmos y silencios que el orador utilice. Volumen: Las personas tienen un determinado volumen de acuerdo a características físicas; también de acuerdo a la situación, según sea intimidante o no ,el volumen de la voz, aspecto fundamental para ser escuchado y entendidos por el auditorio. Muletillas: Las muletillas son los sonidos o palabras que surgen, en una presentación oral, cuando estamos pensando; expresan duda. Entre las más frecuentes encontramos: eh, este, digamos, o sea, así que, y, nada, no, no sé, bueno, entre otras. Estas palabras son muletillas cuando se utilizan a repetición y su uso no tiene que ver con el sentido de la oración; se utilizan sin ningún significado. Estas reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso excesivo de las mismas un rechazo al discurso, es por ello que deben ser eliminadas del vocabulario del orador. Además existe otra forma de vocalización incorrecta que es estirar la última letra de una palabra, por ejemplo: queeeeeee; esto también causa una interferencia y expresa duda. “Estas reiteraciones provocan en el receptor una interferencia no deseada y el uso excesivo de las mismas un rechazo al discurso”. Un ejercicio conveniente para eliminar las muletillas es grabarse de 3 a 5 minutos.El estilo: Los recursos expresivos (no verbales o extralingüísticos) son aquellos que imprimen vida y colorido emocional a lo que se dice. No basta con tener buenas ideas y haber preparado bien el tema. Si el orador no utiliza recursos expresivos llega un momento de la conferencia en el que el público se "desconecta" o "se descuelga". Si esto ocurre, casi todo lo que se dice no sirve para nada, a no ser para hacer "sufrir" a un grupo de personas, destinadas a "aguantar" a un conferenciante. Ander Egg, en su libro „Cómo aprender a hablar en público‟ distingue, dentro de los recursos expresivos, al estilo. Acerca del estilo, o mejor, de las cualidades del estilo oral, el autor dice que hay que recordar una verdad inicial, a menudo olvidada: existe un lenguaje hablado, diferente del lenguaje escrito. No se habla como se escribe; la palabra hablada está, por naturaleza, sujeta a condiciones distintas de la palabra escrita. Lo que es bueno para una, puede ser pésimo para la otra. Mientras el lenguaje escrito se dirige a los ojos, el lenguaje hablado lo hace a los oídos.

Ander Egg cita a Folliet, quien nos lo advierte: "El género literario de la elocuencia posee sus leyes propias, como la poesía lírica o el teatro cómico. No cometamos el error de confundir los géneros." La lengua hablada tiene sus propias leyes, que no son las mismas de la lengua escrita. El lenguaje oral permite y, más aún, necesita repeticiones, suspensos, interrogaciones, exclamaciones y toda una serie de procedimientos que son bastante desaconsejables en la composición escrita. El autor afirma que si hablamos del estilo, hemos de recordar que éste no es algo accesorio; en el fondo, es expresión de uno mismo. Sería enfermizo o ridículo estar totalmente pendiente de las triquiñuelas de la oratoria para lograr un estilo. Ander Egg cita a Georgin que afirma: "…el estilo, en definitiva, es la mejor manera personal de expresarse" El lenguaje ha de ser preciso, concreto, de tono natural, con calor y vida. Ander Egg se apoya en Folliet, para hacer algunas consideraciones acerca del estilo que más conviene a los discursos o conferencias. El estilo debe poseer las siguientes características:  Claro  Fuerte  Variado  Ritmado  Adaptado  Directo Un discurso claro tiene más posibilidades de comunicar un mensaje y de enseñar, persuadir o convencer, que un discurso poco comprendido a causa de su falta de claridad. Esto es absolutamente necesario para que el mensaje llegue al receptor y pueda ser entendido e interpretado sin gran esfuerzo. Por ello, todo orador debe esmerarse y trabajar duro en beneficio de la claridad. Por otra parte, si aspiramos a establecer una buena comunicación y ser comprendidos, no basta con utilizar una lengua conocida; es preciso usar el lenguaje que es mejor conocido y comprendido por quienes escuchan. Este requisito (ser claro) se apoya en el más elemental sentido común: hablamos para comunicarnos con los otros y esta comunicación se dificulta si no nos expresamos con claridad. Quien no se expresa con claridad es porque sus ideas no están claras; la claridad de expresión equivale a claridad de pensamiento, pues no es posible expresar claramente lo que se entiende en forma confusa. Para lograr que el estilo sea claro, es necesario cumplir ciertos requisitos:  Ante todo y como primera cualidad, tenemos que vocalizar para expresarnos con nitidez.  También es necesario hablar con simplicidad, rehuyendo de todo lo rebuscado. Las palabras poco usuales o que conducen a una interpretación equívoca o ambigua, son un obstáculo para la comunicación.  Hay que hacer resaltar la articulación del pensamiento, pero sin abusar de los "primero, segundo, tercero, etc.".  Las transiciones deben ser vigorosas, de modo que el auditorio sepa cuándo se pasa de un tema a otro, para ello, el conferenciante hará referencia a la parte del discurso en que se encuentra o la que va a comenzar a considerar.

 Utilizar ejemplos y casos concretos; esto ilustra y convence. Pero, si se hace referencia a un hecho histórico, a un personaje o país poco conocido, conviene hacer algunas precisiones, sin perderse en detalles. No hay que proceder como si la gente conociese al personaje o al país.  Admitiendo que la repetición es inherente al arte oratorio, como a las técnicas pedagógicas, no se ha de vacilar en reiterar un mismo razonamiento, siempre que se haga bajo formas diferentes; la repetición pura y simple puede engendrar aburrimiento y fastidiar a la gente. Se ha dicho y con razón, que ser un buen conferenciante y un buen profesor es ser un buen parafraseador (explica, comenta, interpreta), que ilumina una realidad o problema desde diversos ángulos. La repetición, ya sea como finalidad pedagógica o como efecto estilístico, sirve para aclarar, resaltar o profundizar determinadas ideas. Para una mayor claridad en la exposición o presentación del tema, aunque esto no hace al estilo oratorio, conviene recurrir a las ayudas visuales. “Un buen conferenciante y un buen profesor es ser un buen parafraseador (explica,comenta, interpreta), que ilumina una realidad o problema desde diversos ángulos.” Dos advertencias acerca de la claridad en el estilo: no hay que confundir la claridad con el habla vulgar, insípida y elemental. Una cosa es decir pensamientos profundos con sencillez y otra muy distinta es decir necedades de forma también sencilla. La otra cuestión es que la claridad, dice Coll-Vinent, es compatible, por ejemplo, con la monotonía y la aridez, incluso con el aburrimiento. Se puede expresar con claridad una serie de ideas y no obtener, en cambio, ni siquiera una atención mínima. Además de la claridad, es indispensable que el estilo reúna otras cualidades. UN ESTILO FUERTE Si un discurso reúne la cualidad de la claridad, pero carece de vigor, el auditorio, casi inevitablemente, tenderá hacia la somnolencia colectiva o a la dispersión en pequeños grupos. Cuando se habla en público, se ha de partir del supuesto de que los oyentes, en su gran mayoría, siguen la conferencia con cierta propensión a la distracción. El conferenciante u orador ha de tener en cuenta todo esto, procurando captar con fuerza y energía la atención de los oyentes. No hay que confundir hablar con fuerza con hablar alto. La energía y la vivacidad se imponen no tanto por el volumen de la voz, sino por el estilo y el dinamismo expresados por la totalidad de la persona que habla. Y esto va desde la inflexión de la voz hasta los gestos que utiliza. ¿En qué consisten la fuerza y la vitalidad del estilo? Simplemente, en transmitir vida. La vitalidad, la vivacidad, el calor, la energía, el entusiasmo son virtudes fundamentales de la oratoria. Hay que hablar con vida y con bríos, irradiar vitalidad y animación. Si en este punto hubiera que dar un consejo, podría resumirse en lo siguiente: -Sea entusiasta y muéstreloCuando no se pone entusiasmo, el discurso se hace pálido, mortecino, sin dinamismo, frío, sin pasión ni sentimiento; es más difícil llegar al público. Por el contrario, animación y buen humor siempre logran resultados más positivos que presentarse con cara austera, fría, desagradable y hastiada. El "tono existencial" de un discurso transmite una energía que se hace tangible; por eso el buen orador no se limita a exhibir un pensamiento, sino su existencia.Lo sustancial de la fuerza y vitalidad del estilo está en lo que acabamos de señalar, en el tono existencial; pero además, para que el estilo sea fuerte y vigoroso, pueden ser útiles las siguientes recomendaciones:

 Ante todo, evitar el lenguaje aséptico, incoloro, lánguido, neutro y mojigato; hablar de esa manera, "despegado" de lo que se está diciendo, oculta y apaga la potencia energética del ser humano en su expresión oral.  Escoger palabras dotadas de fuerza, que despierten interés o que muevan a la acción; evitar, por el contrario, el uso y sobre todo el abuso, de términos demasiado intelectuales o abstractos.  Rechazar el uso de frases hechas o grandilocuentes y las metáforas triviales, como aquella que se usa con tanta frecuencia, "a lo largo y a lo ancho del país".  No usar frases largas; se pierde fuerza. En lo posible, no hay que utilizar frases de más 25 palabras (esto por excepción).  La estructura sintáctica debe ser sencilla. 14 |  En algunas ocasiones, conviene empezar una serie de frases con la misma palabra o expresión o bien repetir un sustantivo cada vez con un adjetivo diferente.  Expresarse en términos pictóricos, porque a la impresión auditiva se añade una impresión visual. Retratar y visualizar ideas es útil, pero no hay que abusar de las comparaciones y las imágenes, puesto que se malogran unas a otras por su proximidad. Lo que de verdad da fuerza al estilo son los oradores existenciales, que contienen vida, que transmiten vida, que infunden vida UN ESTILO VARIADO A la claridad y vigor del estilo, tenemos que unir la vivacidad. Esto se logra por la variación. Hacerse entender y llamar la atención del auditorio no basta. A la atención hay que retenerla, cuidarla y recrearla. Para ello, lo que hay que evitar a toda costa es la monotonía y esto se logra alternando el ritmo, cambiando el registro de la voz y, sobre todo, usando un tono que dé colorido al discurso. He aquí algunas sugerencias que pueden ayudar a la variación del estilo oratorio:  Variar la intensidad y entonación de la voz, haciendo inflexiones de acuerdo con lo que estamos diciendo: hablar pausado cuando hacemos una reflexión, fuerte cuando se dice algo con vehemencia, bajar el tono de voz cuando queremos expresar sentimientos tranquilos o decir algo confidencial, imprimir velocidad cuando queremos impulsar, animar y exhortar.  Liberarse de las manías, de los vicios de dicción, intercalando con demasiada frecuencia expresiones que son coletillas, como "este"..., "se entiende"..., "entonces"..., "me explico"..., "yo diría"..., "en suma", "bueno"..., "¿verdad?"..., "¿no?"..., "pues" y otras de parecida índole. Lo que hay que evitar a toda costa es la monotonía y esto se logra alternando el ritmo, cambiando el registro de la voz y, sobre todo, usando un tono que dé colorido al discurso. Las muletillas, que nada significan, atentan contra la armonía del lenguaje y el oído del auditorio, además de evidenciar nuestra falta de fluidez en el manejo de la lengua. Al respecto se sugiere:  No utilizar palabras "suplentes" o "tapa-agujeros". Hay que designar con precisión aquello a lo que nos referimos. Existe una tendencia generalizada a utilizar palabras "suplentes"; una de las más empleadas es "cosa". Tenemos que esforzarnos para encontrar las palabras precisas; de lo contrario, ponemos de manifiesto nuestra pobreza de expresión.  Es útil relatar algunas anécdotas o historias (esto ameniza la comunicación) y ayuda más todavía evocar hechos conocidos por el auditorio. Las anécdotas y las historias que se cuentan para ilustrar la conferencia deben ser apropiadas a ella y servir para ilustrar algún punto de la misma.

 Hay que saber bromear y esto con la mayor naturalidad posible, pero sin ser grosero y vulgar. Como dice Coll-Vinent, los chistes son una variedad más jocosa y más ligera que la anécdota, ayudan más que ésta a distender psicológicamente al que escucha y contados con oportunidad, amenizan en gran manera cualquier tipo de comunicación sin afectar su seriedad. UN ESTILO RITMADO Variación y ritmo del estilo son dos recursos expresivos estrechamente ligados entre sí. Ambos son medios eficaces para evitar la monotonía, que es el peor enemigo de la oratoria. ¿Cómo dar ritmo o cadencia a un discurso? Toda palabra toma su ritmo o cadencia tanto de la inflexión/modulación de la voz, como del acento y la velocidad. Esto es lo que da movimiento a la frase, permitiendo el cambio de tono y ritmo. Ahora bien, para dar un ritmo al contenido del discurso o conferencia, es necesario:  Saber respirar para no cortar el ritmo de las palabras y de las ideas; para ello, debe procurarse la concordancia entre la respiración y la palabra.  No hablar con frases demasiado breves o con ritmo entrecortado; producirían un efecto cómico o ridículo.  Tampoco hablar con frases demasiado largas; las parrafadas muy extensas hacen difícil captar el meollo de la cuestión y vuelven pesado el discurso.  Cuidar la puntuación mediante pausas adecuadas, pero sin producir un ritmo que se vuelva estereotipado por ser esclavo de la frase o el texto. Si es posible, respetar los matices de las comas y de los dos puntos.  Evitar las pausas vocalizadas, que son muletillas que se expresan en una letra: eeee..., mmmmmm y que suelen utilizarse como transiciones entre frases.  Hay que desechar las frases en las que los incisos y proposiciones subordinadas se encadenan unas con otras; ello produce dificultades de comprensión y monotonía. UN ESTILO ADAPTADO: Dos cuestiones: la adaptación al tema y la adaptación al auditorio. Adaptación al tema Como recuerda Folliet, "cada género tiene su ley" y el orador la debe respetar bajo pena de incurrir en uno de los peores castigos que pueden afligirlo: el ridículo. Es obvio que el estilo será diferente si se trata de una oración fúnebre o de un brindis; si se habla de un héroe muerto o de un vencedor deportivo. Y, dentro del desarrollo del tema, hay que ir adaptándose a lo que se va diciendo. Adaptación al auditorio No se habla a un conjunto impersonal, anónimo, sino a un conjunto concreto de personas. No hay que perder el tiempo deplorando la falta de formación e información de un auditorio. Hay que tomarlo como es, saber hacerse comprender y llevarlo más adelante. De ahí la necesidad de preparar cada charla o discurso en función del público concreto al que habrá de dirigirse y las situaciones concretas que habrá que confrontar. El discurso o conferencia también se adaptará al número de personas que lo van a escuchar:  En una charla íntima, el estilo debe ser simple, familiar, sin afección y sin adornos. Se acerca a lo que es el lenguaje coloquial, tiene una cierta semejanza a una charla amena, sólo que no hay respuesta (como en una conversación), aunque en algunos casos la misma índole de la exposición y su modalidad permitan la participación del auditorio.

 En una conferencia, ante un público de entre 50 y 200 personas, el estilo permanecerá simple, pero se hará más sostenido, más preciso y más riguroso.  En un discurso, el estilo es más solemne, pero sin llegar a ser ampuloso; ya lo dijimos: "lo barroco" es todo lo contrario del estilo moderno. Cuando se habla ante un auditorio de campesinos, se ha de tener en cuenta que la gente de campo es la que más se resiste a los razonamientos abstractos; tienen un gran sentido de lo concreto. Hay que plantear las cosas desde lo que ellos conocen: sus campos, sus viñedos, sus animales; si se hacen comparaciones, habrá que extraerlas de la vida rural. UN ESTILO DIRECTO En determinados momentos del discurso, el estilo debe hacerse directo, como si se hablase de persona a persona, aún cuando se trate de un público amplio. Para lograr un estilo con estas características, algunas sugerencias pueden ser útiles:  Hacer un llamamiento personal acerca de una experiencia común (que se ha vivido, se está viviendo o se piensa vivir).  En determinados momentos, dirigirse al público interrogándolo, haciendo alguna pregunta y contestando como se presume o supone que la gente respondería.  Prever objeciones; exponerlas y refutarlas por adelantado. La forma clásica de hacerlo es decir: "ustedes pensarán que...", "vosotros me diréis que..."; se dice la presunta objeción y se responde a ella.  Interpelar a algunas personas del público: "aquellos entre ustedes que han sufrido la persecución política"... "aquellos entre ustedes que han conocido la miseria o el desempleo"...; estas interpelaciones aluden a las personas que escuchan y ayudan a que éstas se sientan involucradas con lo que se está tratando.  Apelar a los buenos sentimientos de la gente, a su generosidad, a su solidaridad, pero evitando con sumo cuidado valerse de ellos para intereses personales.  Insistir en la responsabilidad del público, hacer con él análisis de situaciones, autocrítica, reflexionar juntos sobre determinados problemas, buscar soluciones conjuntamente. En este caso, nunca hablar de "ustedes" sino de"nosotros". Cuando más directo sea el estilo, más dará la impresión de ser una persona que habla humana y fraternalmente a otros hombres y mejor ocasión tendrá que las palabras sean eficaces. Características de la oratoria moderna; el lenguaje dinámico:  Frases cortas  Vocabulario sencillo  Sentido de lo práctico  Reflexión personal La pronunciación: El aparato de fonación es el conjunto de órganos del cuerpo humano que funcionan para producir la voz. Los órganos que intervienen en esa función son los pulmones, el diafragma, los bronquios, la tráquea, la laringe, la boca, el paladar, la lengua, los dientes, los labios El aire contenido en los pulmones sale de éstos estimulado por el diafragma, músculo transversal que regula la respiración. El aire pulmonar se conduce por los bronquios hacia la tráquea, en cuyo extremo superior está la laringe. La laringe presenta un estrechamiento por cuatro pliegues, dos a cada lado, son las

cuerdas vocales. Entre las cuerdas derechas e izquierdas hay una abertura que se cierra o se abre para dejar pasar el aire pulmonar, es la glotis; las vibraciones de las vocales haciendo abrir y cerrar la glotis, producen un sonido neutro que es la voz, es un sonido muy aproximado al de la vocal "A". Estas distintas posiciones de la lengua, la boca, los labios etc., constituyen las articulaciones de la voz. Las articulaciones son los movimientos de la boca que modifican la voz. Las articulaciones producen las letras, las sílabas y las palabras. Ya veremos, en párrafos posteriores, como se producen las vocales y las consonantes por medio de las articulaciones de los distintos elementos de la boca, garganta, lengua, dientes, labios, paladar, etc. Las principales cualidades de la voz Son las articulaciones, la intensidad, la duración y la extensión. La intensidad Es el mayor o menor grado de fuerza al emitir los sonidos. El mayor grado de intensidad constituye el acento, por eso decimos que la sílaba tónica o acentuada es la que se pronuncia con mayor intensidad. La duración Es el tiempo que se emplea en emitir los sonidos, la duración de la voz constituye la cantidad por cantidad se entiende las sílabas pueden ser largas o breves. En las palabras "Translucido" tenemos una sílaba de larga duración: TRANS y las otras breves. Tienen sílaba de larga duración: Substracción, Transportar, Infracción. La extensión Es la inflexión aguda o grave que se produce según se dilata más o menos la laringe. La extensión de la voz constituye el tono que puede ser grave o agudo. Uno de los aspectos más interesantes de la expresión es la entonación; buena prueba de ello la tenemos en las oraciones interrogativas, admirativas o exhortativas. Énfasis es sinónimo de entonación. Gran parte del secreto de poseer una voz persistente, agradable y clara, cuyo empleo no se vea interrumpido por la fatiga, consiste en mantener bajo su tono. La voz chillona destroza el oído y estropea el órgano que la produce. Las personas que hacen un gran uso de su voz como los cantantes, oradores, maestros y locutores, se ven expuestos a perderla si no la cuidan como a un instrumento precioso. No hay que forzar la voz, ni saliéndose del registro ni emitiendo notas de exagerada intensidad. Cuando se descuidan estas reglas de higiene pueden aparecer en las cuerdas vocales, los llamados nódulos de los cantantes, signos de inflamación aguda crónica Defectos de la voz Los más comunes son los casos de voces guturales, nasales, roncas y voces temblorosas, tales defectos pueden corregirse mediante ejercicios apropiados. Voces Guturales Son causadas por la contracción de los músculos de la garganta, lo que impide que la voz se produzca con toda su amplitud, riqueza y diafanidad de timbre, este defecto se ataca con ejercicios de distensión. Uno muy recomendable es el siguiente, pronunciar la letra A abierta en un sólo sonido, aumentando la intensidad de nuestra voz y luego disminuyéndola gradualmente, con los brazos extendidos hacia abajo. Voz Nasal Es cuando se contrae, involuntariamente el velo del paladar, que obtura el paso de la columna de aire vibratorio y evita que resuenen las fosas nasales; vale la pena destacar que la voz nasal precisamente no resuena en la nariz, todo lo contrario de la creencia común: se dice que es cuando se habla por la nariz. Como correctivo a este defecto se sugiere la práctica del siguiente ejercicio:

siguiendo el proceso de la respiración, pronunciar las letras combinadas: "gagaga" ... "jajaja" ... Gragragra... "jajaja"... Para saber si hemos avanzado recomendamos ponernos una mano en el pecho, para sentir que nuestro pecho vibra; por eso decimos que la voz nasal se corrige obligándola a bajar a nuestro pecho. Voz Infantil Es la voz demasiado atipada, se le puede corregir presionando ligeramente la nariz, con la cabeza inclinada hacia abajo; es esta posición repetir una frase y hacer presiones ligeras hasta ir hallando que la voz se produzca correctamente, en la laringe. Valen también los ejercicios que apuntamos para las voces nasales. Voz Ronca Si la ronquera es debido a un defecto de emisión se recomienda los ejercicios para la voz gutural, pero si la ronquera se debe a un catarro u otra causa accidental lo recomendable es visitar a un especialista. Voz Temblorosa o Trémula Es aquella cuya vibración carece de la rigidez, del vigor y sobre todo de la regularidad necesaria para hacerla más agradable al oído. Es la típica voz senil, cuando el defecto no se debe a una edad avanzada, se recomienda el siguiente ejercicio pronunciar las vocales, especialmente la "E" manteniendo un mismo tono e intensidad de emisión durante un largo tiempo, también deben hacerse muchos ejercicios de respiración por que el defecto puede encontrarse en una respiración mal controlada. Defectos de pronunciación Principales defectos de pronunciación ASIMILACIÓN: Supresión de letras, sílabas o palabras y tendencia a dar mucho acercamiento a las palabras. Vamosalmorzar -Vamos a almorzar METÁTESIS Y DISIMULACIÓN Consiste en la transposición de letras, sílabas, palabras o actos fallidos. Es el más tonto, pero el más común, obedece a trastornos psicoverbales y a fallas de la mecánica articulada, suele suceder por la falta de atención en lo que estamos diciendo, exige gran serenidad de parte de quien lo comete, de lo contrario se desataría una racha de mentiras y engaños. Correta Rinde como uno y cuesta como dos Incorrecta Rinde como dos y cuesta como uno SUSTITUCIÓN DE LETRAS Es común sustituir las consonantes "D, P, C, S" bien al final o a la mitad de la palabra. Incorrecto: Calidac Correcto: Calidad LAMBACISMO Cambio de la letra "R" por la "L".Correcto: Amor Incorrecto: Amol ROTACISMO: Conversión de la letra "L" en "R" Correcto: Algunos Incorrecto: Argunos LAISMOS Uso exagerado de "LA" y "LAS" en el dativo como en el acusativo del pronombre. ULTRACORRECCIÓN Hay que evitar el refinamiento exagerado del lenguaje y evitar formas falsamente correctas las que pueden ocurrir inconscientemente cuando se quiere ser muy fino. Correcto: Vacío Incorrecto: Vacido PALABRAS EXTRANJERAS O PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS Lo más recomendable es tacharlas y escribir su traducción fonética, debajo o encima del texto, Full (lleno), Ok (Está bien), Software (Programa).

ATROPELLO ARTICULATIVO DE LAS LETRAS Debemos tener cuidado con las frases donde se presenten casos de:  Cacofonia: lala les da las lilas a la niña.  Aliteración: erre con erre cigarro, erre con erre  Paranomasia: en el lago estuvo el lego lugo. Recomendación para corregir el defecto: Prestar atención en lo que se lee o se dice. Norma general Vicios comunes La voz es el sonido producido en la laringe, base del habla y el canto, se considera que hay una buena voz, cuando el tono, timbre o intensidad son adecuados, para permitir la comunicación y son apropiados a la edad y sexo del individuo. Muchas son las causas que puedan producir un problema de voz, una persona puede ponerse ronca temporalmente si tiene un proceso gripal fuerte o sufre laringitis, también si grita, un grito fuerte y sostenido puede producir la pérdida temporal de la voz. ¿Qué es la fonética? ¿Qué es la fonología? La fonología intenta dar sentido a los datos fonéticos, tratando de descubrir lo que el hablante de la lengua sabe acerca de ellos (probablemente sólo en forma subconsciente). La fonología, en consecuencia, considera el inventario de sonidos que la lengua tiene. Por ejemplo, el castellano tiene sonidos que no se presentan en francés y viceversa. Determinar la función de los sonidos en una lengua es una de las tareas del fonólogo que tiene importancia especial para los que ayudan en el desarrollo de sistemas de escritura para lenguas que todavía no lo tienen. El inventario limitado de sonidos que una lengua utiliza para formar palabras se llama comúnmente fonema. Los fonemas, a su vez, se clasifican en consonantes y vocales. Algunas lenguas además tienen tonos como fonemas. Los fonemas de una lengua se ilustran comúnmente con pares mínimos, esto es, pares de palabras que se distinguen por un cambio mínimo. Por ejemplo, las palabras supe y sube son un par mínimo, tal como lo son las palabras peso y beso para los mismos sonidos. Las palabras cana y caña son un par mínimo que ilustra otro par de sonidos contrastivos del castellano. El análisis fonológico se basa en el principio de que ciertos sonidos causan cambios en el significado de una palabra o una frase, mientras otros sonidos no lo hacen Esta evidencia es importante para la fonología porque los sonidos de una lengua pueden variar cuando se encuentran en ciertas posiciones. Por ejemplo, la letra n de una palabra como un se pronuncia diferente cuando se presenta antes de una vocal (como en un oso), o antes de una consonante (como en un dedo, un caso, etc.). Para qué nos sirve conocerla El conocimiento de la fonética y especialmente la Fonología, nos proporciona una visión de la importancia que revisten las normas de pronunciación, en concordancia con las reglas establecidas, como herramienta para el logro de una comunicación efectiva. Saber cuáles son los defectos que se producen en la pronunciación y las formas de corregirlos, nos permite una mejor utilización del lenguaje y la preservación del mismo, aunque éste sea un proceso y como tal, en cambio continuo, pero dentro de las normas establecidas. SONIDOS VOCÁLICOS Y SONIDOS CONSONÁNTICOS La distinción entre vocales y consonantes se basa en criterios fonéticos (articulatorios y acústicos) y en criterios funcionales.

Criterios fonéticos  Al emitir los sonidos vocálicos el aire no encuentra obstáculos en su salida. En los sonidos consonánticos existe cierre o estrechamiento de los órganos articulatorios.  En los sonidos vocálicos la lengua no llega a tocar ningún punto de la boca, la mandíbula inferior desciende y la cavidad bucal presenta una mayor abertura. Los sonidos consonánticos son más cerrados que los vocálicos.  Mientras todas las vocales son sonoras, existen consonantes sonoras y consonantes sordas. Comparando las consonantes sonoras y las vocales, se ha observado que en las vocales hay una mayor tensión y mayor frecuencia vibratoria de las cuerdas vocales que en las consonantes. Esto provoca que las vocales sean más perceptibles. El aire de la fonación sale por la cavidad bucal (sonidos orales) o por la cavidad nasal (sonidos nasales). En las vocales nasalizadas el aire sale por la cavidad nasal y la bucal (sonidos oronasales). Criterios funcionales  Las vocales pueden formar sílabas, las consonantes no. Puede haber sílabas con sólo vocales, pero no existen sílabas sólo con consonantes: ai-re, o-jo, buey.  Las vocales pueden formar palabras, las consonantes no: e, o, u, y, ¡ay!, ha, he, ¡eh!, ¡oh!, hoy... (Tengamos presente que la grafía h no representa ningún sonido).  El núcleo silábico es siempre una vocal.  El acento, tanto el prosódico como el ortográfico, recae siempre sobre vocales. Nunca sobre consonantes. Criterios para clasificar los sonidos Aunque existen diversos factores que podrían incluirse en la clasificación de los sonidos, tendremos en cuenta ante todo los siguientes criterios:  Modo de articulación. Es la posición que adoptan los órganos articulatorios, es decir, si existe una mayor o menor abertura de éstos a la salida del aire.  Lugar o punto de articulación. Es el lugar de la cavidad bucal en el que actúan los órganos articulatorios para producir el sonido.  Acción de las cuerdas vocales. Si las cuerdas vocales oscilan, vibran, se producen sonidos sonoros. Si no vibran, se desarrollan los sonidos sordos.  Intervención de la cavidad nasal. Si el conducto nasal está cerrado, porque el velo del paladar se haya retraído, el aire sale por la cavidad bucal. Se producen los sonidos orales. Si, por el contrario, el conducto nasal está abierto, se producen los sonidos nasales. Los fonemas vocálicos En castellano existen cinco fonemas vocálicos: /a/, /e/. /i/, /o/, /u/. ¿Qué es el hiato? Hiato es el encuentro de dos vocales que no forman diptongo. La sinalefa Se llama sinalefa a la unión que se produce entre la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la siguiente Lo vi_en la frontera. ¿Cuándo se forma la sinalefa? Como norma general hay sinalefa siempre que se unan vocales no acentuadas (átonas). ¿Qué sucede en el caso de que se unan tres vocales? Asia a un lado, al otro Europa. Se producirán sinalefas cuando las vocales que queden en medio de la unión no sean vocales cerradas (i, u) A-sia_a_un- la-do_al-o-tro Eu-ro-pa

¿Qué ocurre cuando entre las dos palabras existe una conjunción y/o? En esta circunstancia la sinalefa se formará siempre entre la conjunción y la palabra siguiente. Es-cu-cha_el-dul-ce-y_ar-mo-nio-so-can-to Por último, señalemos que los signos de puntuación (coma, punto y coma, punto, etc.) no suponen ningún obstáculo para que se produzca sinalefa. Se conoce como hiato, desde el punto de vista métrico, al fenómeno contrario a la sinalefa y se produce cuando una de las vocales a unir sea tónica.´ Vir-gen-Ma-ría/al-ba-de-paz. Licencias poéticas Diéresis es la separación métrica de dos vocales que forman diptongo: el-rü-i-do. Por el contrario, se denomina sinéresis cuando dos vocales abiertas, que nunca forman diptongo, se pronuncian como una sola sílaba: a-mi-go-leal Menos frecuentes que las licencias anteriores son dos variantes que influyen en el número de sílabas: la supresión o la adición de una sílaba. aqueste (prótesis), felice (paragoge), siquier (apócope)... Modulo N 2 –Oratoria- El orador: lenguaje corporal y miedo oratorio “La comunicación no sólo se establece con palabras. En realidad, la palabra representa apenas un 7% por ciento de la capacidad de influir en los demás” Este postulado nace de investigaciones neurolingüísticas que también afirman que el tono de voz y el lenguaje corporal, representan un 38% y un 55% de este poder. El lenguaje corporal es un componente innato del hombre en su capacidad de comunicación, que se percibe a nivel inconsciente. Cuando observamos a un orador nos atrapa o nos aburre, nos gusta o nos cae antipático, no nos detenemos a observar hacia dónde dirigió la mirada, cómo movió las manos o de qué manera se desplazó, a menos que estemos cursando oratoria Lenguaje corporal Ademanes Muchas personas que empiezan a explorar su lenguaje corporal se encuentran ante la pregunta: ¿qué hago con las manos? El movimiento de las manos debe servir para apoyar la idea que se esta diciendo con las palabras. “Las palabras deben ser acompañadas con el gesto que mejor expresa los sentimientos y emociones. Los ademanes no deben ser artificiales ni mecánicos” Lo principal es no realizar movimientos que distraigan la atención del auditorio y que no tengan relación con lo que se está diciendo con las palabras. “Ante todo hay que evitar los gestos y actividades sin sentido u objetivo, como movimiento de brazos o cabeza que no se corresponden con lo que se está diciendo” Cada persona posee ademanes de acuerdo a suedad, formación y personalidad; al respeto Ander Egg dice que los ademanes “son individuales y expresan la propia personalidad. Su uso correcto depende en gran medida de las costumbres” Expresiones del rostro El orador, a través de sus expresiones faciales, refleja su personalidad y sus estados de ánimo. Cuando estamos frente a un orador que a través de su cara nos refleja disposición, buen humor, alegría seguramente lo escucharemos con más atención que a uno que proyecte mal humor, cansancio o tedio

La sonrisa es un elemento muy importante para demostrar buena predisposición y emanar buena energía hacia el público. “La sonrisa en oratoria significa amabilidad, agradecimiento al público por su presencia, aceptación y respeto” Cabe destacar, que la sonrisa nunca debe ser forzada sino que debe reflejar un sentimiento genuino de querer empatizar con el público y darle algo a través del discurso. “Con la sonrisa, como acto innato, trasmitimos nuestra realidad interior, por eso no debemos forzarla. Usarla al comienzo de la conferencia y también al cerrarla, pero no indiscriminadamente o fuera de contexto. Natural y espontánea” Mirada Cuando se habla en público la mirada juega un papel fundamental para la conexión entre el orador y la audiencia. El público necesita que lo miren para saber que el discurso es para ellos y sentirse participes de la situación de comunicación. “Una mirada franca y directa es la señal más clara para expresar que se ha entablado un contacto con el interlocutor y que complace el encuentro” Es importante que la mirada vaya hacia toda la audiencia, mirando de a ratos a uno y otro sector, según la disposición del lugar. “Hemos aconsejado una mirada abarcativa, panorámica al comenzar la conferencia, luego, con el correr del tiempo, puede mirar a uno del público para conseguir su aprobación gestual y reafirmar su seguridad y tranquilidad” Eje o postura ¿Qué significa estar en el eje? Significa que el cuerpo está centrado, derecho; que el peso del cuerpo no se fue hacia un costado u otro y que no este apoyado en una pierna el cuerpo en el eje da una sensación de seguridad, manejo del cuerpo y autoridad. “Los oradores inexpertos se balancean, apoyándose alternativamente en un pie y luego en el otro, en forma interminable y constante. También suelen oscilar de atrás hacia delante, poniéndose en puntas de pie” Posición en el escenario y desplazamiento Es preferible estar inmóvil que empezar a desplazarse sin sentido por todo el escenario. “Hay que desplazarse en el estrado, pero no hacerlo continuamente como un oso enjaulado de un extremo a otro, esto distrae al público y hasta puede llegar a exasperarlo” Una regla básica es la que indica que el orador nunca debe dar la espalda cuando habla, si necesita desplazarse o tiene alguna ayuda visual como presentación en Power Point o video debe ponerse de costado y en el caso de utilizar un pizarrón al momento de escribir no debe hablar, ya que su voz se irá hacia la pared. “…que todo el auditorio lo observe y usted pueda observar a todos, no les dé la espalda…” Muletillas corporales Son movimiento de manos, de zapatos, de ojos, el tocarse la cara, el pelo o el anillo, que no aportan nada al discurso, son a repetición y distraen la atención del público. “Cuidarse de los tics nerviosos musculares, que nos hacen prisioneros de hábitos no siempre muy presentables. Dentro de estos tics están el comerse las uñas, rascarse la cabeza, tocarse la cara, la oreja, la nariz, acomodarse la corbata” Ensayo En toda actuación frente a un público es necesaria una preparación adecuada, ya que no se puede dejar nada librado al azar. La regla fundamental es ensayar, ensayar y ensayar Ensayar a conciencia permite llegar a dominar la actuación que se va a realizar, lo que contribuye a aumentar la autoconfianza y a reducir la tensión típica de los días previos a la presentación.

Miedo a la oratoria La lección más importante que puede aprender el hombre en la vida no es que en el mundo existe el miedo, sino que depende de nosotros sacar provecho de él y que nos es permitido transformarlo en valor. ¿Qué es el miedo? Comenzaremos a definir que es el miedo. El psicólogo, Giorgio Nardone afirma en su libro "Más allá del miedo" que son construcciones mentales creadas por el propio sujeto, llegando al punto tal de asustarnos, es decir, como podemos fantasear de la misma manera podemos temer. Sin embargo, precisamente porque es una construcción nuestra, es que podemos también desconstruir ese miedo. Prosigue, el miedo es una percepción que desencadena una emoción que, a su vez, genera una reacción psicofisiológica, mientras que la ansiedad es ese efecto psicofisiológico de esta percepción. El miedo, si lo tomamos como una emoción psicobiológica, es normal y fundamental para la adaptación de los animales y de los seres humanos en su ambiente. Sin una dosis de miedo no se sobrevive, puesto que es una reacción que nos alerta frente a los peligros reales y nos permite afrontar tales situaciones después de haberlas reconocido como peligrosas. Podemos considerar el siguiente ejemplo, si ciertos animales herbívoros no huyeran apenas reconocen el peligro de ser atacados por depredadores, éstos se los devorarían, extinguiendo así la especie. Es de esta forma que los animales herbívoros logran sobrevivir. Pero el miedo, cuando supera cierto umbral, cuando nos bloquea y el sujeto se vuelve incapaz de reaccionar de manera idónea de acuerdo con los acontecimientos, ahí estaríamos hablando de miedo patológico. El miedo normal incrementa nuestras capacidades para manejar la realidad, el miedo patológico limita e incluso anula la capacidad, nos impide desarrollar nuestros deseos. Miedo a hablar en público El público no es nuestro enemigo, sino que al contrario, son personas que consideran que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándolo. El miedo a hablar en público aparece ante situaciones diversas tales como: dar una charla, hacer preguntas en una conferencia, expresar una opinión en una discusión de grupo, rendir un examen, entre otros. Tener miedo ante una intervención pública es normal y no por ello se considerará a la persona como débil e insegura. Ahora bien, es importante analizar el miedo que a uno lo amenaza y tratar de descubrir las causas que lo originan. Después de detenernos a pensar sobre esto, podremos observar que gran parte de ese miedo es irracional, es decir, que no obedece a motivos lógicos. En nosotros se ponen en juego procesos cognitivos ante situaciones como las anteriormente mencionadas, en otras palabras, se generan pensamientos o imágenes con las siguientes características:  Anticipación de conductas desfavorables (pensarán que digo tonterías)  Evaluación negativa de la situación (hablar en público es realmente horrible)  Evaluación negativa de uno mismo (nunca seré capaz de conseguirlo)  Evaluación negativa de la propia actuación (lo estoy haciendo mal) Puede resulta importante preguntarse previamente ante los pensamientos negativos o desadaptativos:  ¿Qué evidencia hay a favor y cuál en contra de que eso sea así?  Pensar así ¿Ayuda a mi objetivo?  Y si fuera cierto ¿Qué es lo peor que me podría pasar?

Mientras que hay otro tipo de miedo que si es racional, hay una posibilidad de que determinadas situaciones se presenten como quedarse en blanco, no saber contestar una pregunta o que no funcione el proyector. Soluciones fallidas Al tener que enfrentarnos a hablar en público nos proponemos distintas soluciones, a veces estas no funcionan o bien funcionan al principio, pero se convierten gradualmente en intentos fallidos y reiterados de manejar la realidad. En vez de aportarnos soluciones nos agravan el problema, son llevadas a cabo y reiteradas porque en el momento crítico funcionaban como reductores del miedo, pero posteriormente sólo consiguen incrementarlo Miedo evitado, miedo incrementado Varias investigaciones empíricas han demostrado que la mayoría de las personas que intentan controlar las reacciones de miedo, consiguen aumentarloA tener en cuenta (previa relajación y profunda respiración): 1. Se debe desplazar la atención del sujeto, del control de sí mismo a cualquier otra cosa, por ejemplo, se puede comenzar el discurso diciendo, "como todos ya saben estas situaciones nos hacen poner un poco nervioso, pero de más esta decir que mi intención es compartir con ustedes este lindo momento", al colocar en palabras lo que esta pasando posibilita al público empatizar con el orador. Como se mencionó anteriormente el miedo es una emoción normal, por lo tanto común a todos, el miedo ha sido exteriorizado está fuera de nosotros, lo hemos debilitado al enfrentarlo y reconocerlo como tal. 2. Buena preparación del tema, de manera comprensiva, investigación minuciosa. Realizar un esbozo. 3. Se debe mirar al público antes de hablar 4. Conservar la naturalidad 5. Planificar las primeras frases de la presentación, para que esto genere confianza y seguridad. 6. Acción. La única forma de vencer el miedo de hacer algo, es haciéndolo. El miedo de decir te amo o ya no te amo se va después de decirlo, el miedo de hablar en público se va después de hablar, el miedo a estar solo se va después de estar solo, el miedo a una persona se vence después de enfrentarla. 7. El miedo entonces es su aliado, su gran amigo, es el indicador del camino al crecimiento, cuando sienta miedo por algo, ataque el miedo con la acción y así se convertirá en una persona de poder (me refiero a la connotación positiva que es poder sobre uno mismo). Lo contrario a esto es el estancamiento, recuerde que las cosas que se estancan se pudren. No sentir miedo es señal de que no estamos creciendo. La fórmula es MIEDO

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ACCIÓN

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PODER …así funciona

El orador: El factor más importante de una conferencia Antes de hablar debe hacerse una cuidadosa inspección y resolver cuál es el mejor lugar desde donde hacerlo. La luz debe darnos sobre la cara. El público quiere ver bien al orador y si es posible de cuerpo entero. Las minúsculas alteraciones de nuestro rostro, son una parte muy importante del proceso de la expresión. Sin lugar a dudas la parte visible de un mensaje es, por lo menos, tan importante como la audible. La comunicación no verbal es más que un simple sistema de señales emocionales y no puede separarse de la comunicación verbal. Ambas están estrechamente vinculadas entre sí. La vista y el oído están integrados en el mensaje que quiere transmitirse. Y quien lo recibe, conciente o inconcientemente, integra las sensaciones y las interpreta mediante lo que se ha dado en Ilamar un "sexto sentido". El orador tiene que ser el centro de atención. Es muy frecuente ver que el temor al auditorio nos lleve en principio a pretender escondemos detrás de una mesa, un atril, una lámpara. ¿Se dan cuenta ahora de todo lo que está perdiéndose? No menos que la mitad de nula posibilidad de trasmitir nuestro mensaje. Albert Mehrabian, un estudioso de la comunicación no verbal, llega a la siguiente conclusión: "El impacto total de un mensaje es verbal en un 7%, 38% vocal (tono, matices, y otros sonidos) y 55% es no verbal. No sólo debemos estar a la luz, de pie y sin nada que nos oculte, sino que en lo posible la atención del público no debe compartirla nada ni nadie. Tratemos de estar solos frente al auditorio. La suerte ya está echada. Porque quise, porque me lo propuse, acepté el desafío. Ahora no me oculto. Francamente me juego. El público así lo entiende. Y comienza por algo que es un punto a favor muy importante: nos respeta. Nunca se excuse Ese respeto que comenzamos ganando, se pierde ante la primera palabra de excusa por parte del orador. Prohibido excusarse. Quizás debería decir mejor, prohibido tener motivos para excusarse. Si yo, como Ud., que estamos tan ocupados, hemos arreglado nuestros compromisos, hemos pospuesto quizá interesantes programas para venir a escuchar esta conferencia, no estamos dispuestos a disculpar a un orador que presenta sus excusas por lo que fuere. Si aceptó su compromiso, no tiene perdón que no haya sabido asumirlo. Uno de los médicos de mi Servicio se excusó una vez frente al calificado público de un curso de post-grado diciendo: "... lo siento mucho, el libro más importante sobre este tema me Ilegó tarde. No tuve tiempo de preparar diapositivas, ni de armar una conferencia más prolija...". Esto es lisa y llanamente una falta de respeto por el público y su tiempo. El orador ya perdió. Quiero irme. Ya no me interesa lo que nos diga. Muy distinto es si algo le pasa en el curso de una conferencia bien planeada, concientemente preparada. Si se equivoca o se olvida, no intente disimularlo u ocultarlo. Allí sí puede excusarse sin temor. Puede consultar sus notas sin pudor. El público es humano e inteligente. Seguro lo comprende, se identifica con Ud. y lo apoya con cariño. Cuidado con la gracia Aquí no voy a decir nada que Ud. no sepa. Es más, porque de ese tema nadie sabe nada de lo que Ud. sabe, si es capaz de hacer reír, si sus anécdotas resultan divertidas, si sus chistes son graciosos, puede relajarse. Ser gracioso es un don. Se tiene o no se tiene. Y en consecuencia se usa o no se usa. No es un ingrediente tan necesario en una conferencia o un discurso. Es sólo un instrumento para aquellos que saben emplearlo.

Al frente de una tribuna cuando más importa mantener el buen gusto y evitar alusiones políticas o religiosas. Si una historia está en el límite, debe rechazarse. Técnica de improvisación La improvisación en sí tiene características que le son propias y su estilo reconoce prolongados esfuerzos de formación, práctica y tenacidad. A la palabra espontánea, deshilvanada, sin una idea central, la llaman improvisación sólo quienes no saben nada de oratoria. No basta ponerse de pie y llenar los minutos con frases sin sentido o con deshilvanados lugares comunes: "aunque esto me toma por sorpresa..."; "No estoy preparado..."; "No pensé que sería yo el encargado de hablar...". Esto último tampoco es demasiado cierto. En la mayoría de los casos, la persona señalada tiene sobrados motivos pare sospechar que va a ser la indicada para hablar y en este caso debió haber pensado lo que va a decir. El orador es tomado desprevenido. Y en este caso, ¿que hacer?, ¿cómo me organizo?, ¿de qué manera afronto el compromiso? Siéntase Ud. mismo señalado. Alguien con la mejor intención de distinguirlo, lo Ilama por su nombre. Se le pide que hable en la ocasión. Una rápida descarga de adrenalina lo pone alerta. Debe afrontar la emergencia. Trate de mantenerse sereno. No se apure. Nunca se excuse. Use el silencio inicial buscando la idea madre sobre la que quiere fundamentar sus palabras. La idea puede ser amistad, amor, felicidad, evocación, libertad o cualquier otra en general abstracta y significativa para la ocasión. Ya está, esa es la idea central. A su alrededor tres o más ideas distribuidas en la introducción o en la conclusión, harán del discurso improvisado una estructura coherente, en la cual se dijo algo que uno siente. Y ya lo hemos dicho, si uno siente que tiene algo que decir, seguro que es elocuente. Elija como idea central, eso que usted siente Ahora es fácil. Faltan los ingredientes que le darán forma a su idea. Esos largos minutos nos serán pocos si procedemos con calma. Comenzaremos nuestra improvisación de modo humilde, recordando todas nuestras premisas estudiadas. De pie, bien a la vista del público, usando el silencio inicial para serenarnos y organizarnos. Con la idea central en nuestra mente, sigamos un consejo de Dale Carnegie: “Hable de una experiencia de su vida” De ese modo se verá libre de pensar su próxima frase, ya que las experiencias se relatan con facilidad. Superará de este modo también el natural nerviosismo inicial y atraerá la atención del auditorio, siempre receptivo frente a un relato vívido y real. La comunicación, de esta forma, estará establecida. Su público lo escucha con atención, y ese será su mejor estímulo pare dar a sus palabras ánimo y vigor. Después del relato vivido o en vez de él si no viene al caso o no encuentra en su rápida revista algo que pueda vincularse con la idea central, lo mejor que puede hacerse es tratar de relacionar sus palabras lo más estrechamente posible con la gente que asiste a la reunión. Es natural que el auditorio se interese por sí mismo y por el motivo que los reúne. Sobre esta base proponemos tres fuentes de inspiración, tres ideas accesorias que acompañarán a nuestra idea central, dándole sentido y unidad a nuestras palabras. Hable de su auditorio, sobre lo que son, sobre lo que hacen. Si cabe, personalice y señale algunos de los que lo componen, ejemplificando sus palabras. También puede referirse a la ocasión por la que están reunidos. Si es una despedida, un aniversario, un homenaje, jerarquice el acontecimiento. Sume su emoción al motivo que los une, haciéndolo importante y común con su auditorio. Si hubo un orador anterior, refiérase a sus palabras. Demuestre el agrado de haberlo escuchado con atención, recalcando los conceptos principales de su idea central.

Movimiento No me canso de repetirlo en nuestros cursos y seguro volveré sobre el tema: piense antes de actuar. Lo primero que debe hacer el orador al llegar al salón donde le toca intervenir, debe ser planear su movimiento. Aún en la participación aparentemente más simple de una mesa redonda, a quien le toca exponer debe haber previsto cada detalle. Observe dónde esta el pizarrón, si dispone de todos los elementos para su uso, fíjese adonde se proyectarán sus diapositivas y si hay puntero para apoyar sus palabras, ubique el micrófono móvil para hablar sentado y el rígido por si es necesario pararse durante su disertación. Verifique dónde se encuentra Ia llave de luz, por si debe apagarla para iluminar una diapositiva. Tenga una idea muy cIara de cual será el mejor lugar del estrado para dirigirse al público y recorra con la vista sus posibilidades de desplazamiento. Pida con anticipación lo que pudiera ser necesario durante el curso de su exposición. No improvise situaciones que puedan resultar incómodas para el organizador. En unos instantes no se consigue un proyector, un pliego de papel blanco o un marcador de color. Ni siquiera es fácil conseguir un pizarrón si no ha sido previsto. Para el orador con experiencia, bastan unos pocos minutos para organizar su movimiento en el estrado. Pero esos minutos no pueden faltarle. Solo, a un costado del lugar que se ha asignado para hablar debe pensar: Me pararé ahí donde la luz le da a mi cuerpo y desde donde todos puedan verme. Podré desplazarme hacia aquí y hacia allá. Para escribir en el pizarrón me bastará este simple movimiento. Para mostrar mis diapositivas sólo debo girar de esta forma. Hay tiza, borrador, puntero. Quizá corriendo la mesa y retirando la silla, dispongo de mayor comodidad de desplazamiento. Ya está. Unas pocas indicaciones al organizador y no necesito más nada. Todo está bajo control. Esperemos confiados que nos llamen al estrado. Planee con antelación cuál va a ser su movimiento El cuerpo, con sus movimientos, interviene de una manera decisiva en la comunicación oral, de tal manera que no es fácil concebir una conferencia en la que no pueda verse al orador y debamos limitarnos sólo a escuchar su palabra. Con rapidez decae nuestro interés en el tema y con segundad buscaremos el momento oportuno pare huir del lugar adonde no podemos ver ni puedan vernos. Pero normalmente los oyentes ven al orador a la vez que lo están escuchando y el movimiento de éste en el estrado es de suma importancia en el mensaje. El auditorio aprecia el significado de la expresión facial del orador, del modo que se sitúa y se desplaza, del gesto de la cabeza, los brazos y las manos. Desde el natural y frecuente gesto de ajustarse la corbata y abrocharse el saco al acercarse al estrado, hay toda una gama de vicios, muy estudiados por los expertos en psicología oratoria, que no son más que gestos parásitos estereotipados que vuelven a repetirse a lo largo de una conferencia: mesarse la barba o el bigote, rascarse la cabeza, abrocharse y desabrocharse el saco, estirar el pulóver (sobre todo en las mujeres), etc. Todo ello desluce y empobrece la conferencia mejor planeada. No se refugie en su ropa o en su cuerpo No hay regla universal que nos diga cómo se debe permanecer mientras se pronuncia un discurso, pero sí pueden señalarse algunas prácticas viciosas que deben desterrarse. Conviene estar de pie, a la vista del público, de cuerpo entero. Personalmente me ocupo de que en mis conferencias no exista nada en la tribuna que pueda ocultarme: mesa, atril, silIas. Si la mesa no puede ser retirada, es conveniente desplazarla hacia el costado del estrado, para no tentarse de utilizarla como apoyo, y mucho menos como escondite frente al público.

Cuando hable, apóyese simultáneamente en ambos pies, sin balancearse de derecha a izquierda y sin subir y bajar la estatura poniéndose rítmicamente en puntas de pie. Permanezca quieto en la tribuna, lo que no quiere decir estático o inmóvil. Ud. solo puede desplazarse cuando su exposición así lo requiera, para Ilegar al pizarrón, para tomar el puntero o simplemente para cambiar el momento por el que atraviesa su charla: Introducción, cuerpo o conclusiones. No se escape del auditorio El acto oratorio ideal se realiza de pie y sin guías escritas. Siempre que pueda, hágalo así. Sólo si el protocolo lo exige se usará un texto escrito y si la circunstancia lo impone (por ejemplo en una mesa redonda), diríjase al público sentado. En este último caso es necesario hacerlo con naturalidad, pero con cuidado. No se derrumbe escondiéndose tras la mesa y el micrófono ni permanezca rígido en posición forzada. Cuando le toque hablar deje un espacio de unos veinte centímetros entre el abdomen y la mesa e igual espacio entre la espalda y el respaldo de su asiento. Podrá de este modo avanzar y retroceder, dándole relativa movilidad a su cuerpo. Recuerde por último que sus pies están en exposición, evitando el cruce y descruce continuado de las piernas y cuantos tics puedan provocar la distracción del público. No juegue con sus manos ¿Que hacer con nuestras manos? La respuesta es simple, olvidarnos de ellas. Déjelas que cuelguen con naturalidad al costado de nuestro cuerpo, crúcelas por detrás y hasta en algunos casos no estaría mal ponerlas en los bolsillos. A medida que avanzamos en el tema, si sentimos en realidad lo que decimos, ya necesitaremos nuestras manos y nuestros brazos para apoyar y acompañar a la palabra. El mejor maestro es el corazón, la mente, el interés que pongamos en el tema. El deseo de hacer comprender lo que nosotros ya comprendimos. Los ademanes son algo tan personal como la risa. Sea usted mismo y usará los gestos correctos, sin temor a equivocarse. Sólo debemos recordar que no hay movimientos neutrales y que todo ademán que no enriquezca nuestra presentación, la empobrece. Manejo de situaciones Todo orador ha tenido que enfrentarse con situaciones inesperadas y anormales en algunas oportunidades. Es necesario saber afrontarlas con altura y estar preparado para que cuando ocurran no desluzca o destruyan el esfuerzo que representó la preparación de una conferencia. Frente al imprevisto: Serenidad, comprensión, replanteo Seguro así nadie va a desesperar y todos agradecerán su paciencia. Sobre todo cuando, como en estos casos, nadie tiene la culpa. Reorganicemos la charla y puede llegar a sorprendemos la aprobación con que el público agradece nuestro esfuerzo. Otras veces es alguien del público, inocente responsable de una inoportuna interrupción: un radiomensaje que suena con fuerza, una persona que busca a alguno de los presentes en el auditorio, una crisis de estornudos o de tos, un niño que llora o corre por el pasillo, un fotógrafo imprudente, etc. En estos casos la premisa es: Nunca compita con ruidos ni interrupciones Es natural que si sus nervios lo traicionan y muestra su impaciencia, el público vuelque

su simpatía hacia aquel que involuntariamente lo interrumpió. No haber sabido manejar la situación, puede llevar al fracaso su conferencia. En la mayoría de los casos un orador experimentado simplemente hará una pausa hasta que termine la interrupción. Nunca continuará su charla cuando haya perdido la atención del público. En otras circunstancias, muy frecuentes en la actividad pública y aún en la docente, uno debe encontrarse con individuos que piensan distinto o enfocan de otra manera el problema que el orador plantea . Hemos vivido o presenciado muchas veces esta situación. Y hemos visto también distintas formas de reaccionar. Todos sabemos que la discusión violenta no conduce a nada y sólo crea resentimientos. También genera violencia la aplastante superioridad de uno de los que se enfrentan en sus opiniones sobre el otro. En general, por un fenómeno típico de la conducta humana, el auditorio se sitúa de parte del que pertenece a su grupo. Este último se transforma en una suerte de "delegado" que por tal carácter debe ser atendido. Según sea el comportamiento del orador, así será la reacción del público. Se pondrá de su parte o quedará predispuesto para la controversia. En este caso cada nueva interrupción resultará más agresiva y hará más difícil al desarrollo de la reunión Cuando la interrupción se produce, debe ser atendida con aplomo, con expresión atenta. La respuesta debe ser franca, pero considerada con el interlocutor. Cabe analizar con cuidado la postura de quien disiente, buscando algo positivo en su aporte o comentario. Y después expresarse con sinceridad, manifestando los puntos de acuerdo y desacuerdo, pero siempre con respeto y consideración por el pensamiento ajeno. Quizá ayude a manejar la situación una frase tan simple como: Use: - “Sí, pero...” - “Estoy de acuerdo parcialmente...” Invariablemente el público sabe leer esta actitud y responde sin preconceptos apoyando a uno o a otro de acuerdo a sus conocimientos o sentimientos. Y todos, usted, su interlocutor ocasional y el público, podrán capitalizar una situación potencialmente comprometida. Lenguaje corporal Primer impacto Carlos G. Llabres, en el texto de Di Bartolo „Para aprender a hablar en público‟, afirma que nuestra imagen impacta a nivel no conciente generando en pocos segundos: aceptación o rechazo, credibilidad o desconfianza, buena o mala predisposición, aún antes de una valorización de lo expresado oralmente. La apariencia de seguridad y profesionalismo, por lo tanto, es anterior a la exposición. La calificación de lo expresado oralmente confirma, refuerza (o descalifica también) esa impresión inconsciente, primaria, del primer impacto corporal. La información llega instantáneamente a lo más profundo y antiguo del cerebro, al palioencéfalo. Acumulación de experiencias de la especie humana desde su inicio como tal. Ahí se contactan con lo primitivo del hombre, anterior a la palabra, lo gestual, corporal. Birdwhistie midió este tiempo del primer impacto, es de 15 a 45 Segundos ¡Ahí se juega gran parte del acto oratorio! Y justo en esos primeros segundos el orador padece del tan temido miedo oratorio.

Los inexpertos, no entrenados, desearían escapar de esa situación. Se ocultan tras un

pupitre, floreros, jarras de agua, micrófonos, arreglan apuntes, o la ropa, la corbata, el pelo, recurren a todo lo que les alargue el tiempo de presentarse a esos cientos de ojos que desde el auditorio lo miran "despiadadamente" y para mejorar la tensión que padecen no encuentran otra palabra para comenzar que... bueno ... este... Al respecto Labres indica qué tenemos que hacer, qué vestimenta utilizar y cómo leer el auditorio. A continuación se presentan cada uno de estos aspectos. Qué tenemos que hacer Primero pararnos frente al público; siempre que pueda comience su presentación de pie, que vean toda su figura. No se oculte. Sus hombros deben estar alineados con sus pies, no rotado o torcido. Los pies separados al ancho de los hombros. Seguro. Sin balanceos adelante y atrás, sin oscilar apoyándose primero en un pie y luego en otro. Relajado, tranquilo. Quédese quieto para que lo vean. Es importante estar bien alineado. El torso, cuello y cabeza deben estar con igual orientación que la pelvis, piernas y pies en la presentación. Es muy común descuidar este detalle y comenzar a hablar torcido, con ambos sectores dirigidos en posiciones opuestas. Durante la disertación, si lo necesita, gire cabeza y hombros juntos (no la cabeza y cuello solos) Donde mira el orador y donde lleva su torso es donde se enfoca la atención el auditorio. La palabra en esos primeros 10 segundos no tiene ninguna importancia, tómese ese tiempo para hacer lo que se denomina el Silencio Inicial que caracteriza a todo buen orador. Logrará la atención del público y el silencio preparatorio para escucharlo con atención. En esos primeros instantes una expresión relajada y una mirada panorámica a toda la audiencia junto con una leve sonrisa conquistarán a gran parte de la misma y, si usted sabe "leer" al auditorio, le traerá la tan ansiada tranquilidad de saber que está bien encaminado. Cuando se decida a hablar, hágalo con decisión en su exposición. Con gestos animados y vigorosos. Nada de Bueno... Esteee... La introducción es, según Aristóteles, "más de la mitad del todo"; usted la debe tener muy estudiada, es una de las pocas cosas que no conviene improvisar. Vestimenta Es de gran importancia su adecuación a la personalidad y características individuales del orador. Pero también a la del auditorio donde se presentará. Estúdielo con anterioridad. Use ropa en perfectas condiciones, sin manchas, botones faltantes o a punto de caerse, con planchado adecuado, sin bolsillos abultados con papeles. Armonice tonos y colores, que sean poco llamativos, especialmente las mujeres (máxime si son muy atractivas). El auditorio fija rápidamente su atención en la minifalda, escote amplio o saco rojo más que en contenido del discurso. Los hombres recuerden de no usar bufandas, pullóveres en una entrevista programada bajo techo, tampoco son aconsejables musculosas o remeras con logos, salvo que sean deportistas y tengan un contrato de uso. Preste atención al calzado, en buen estado de uso, lustrado, cordones bien atados Trate de no usar alhajas brillantes, muchos anillos, broches, prendedores, pulseras, aros ni relojes rutilantes y llamativos. Pueden desviar la atención del auditorio, las miradas que deben ser dirigidas al orador en su totalidad o a los apoyos visuales (diapositivas, láminas, transparencias). Leer al auditorio

Es obligación del orador mantener una fluida comunicación con su auditorio, durante toda la disertación. El diálogo se establece de entrada a través de las miradas y gestos, cuyo "tráfico" maneja el disertante, leyendo a su público. Si es recibido con agrado e interés, notará que todas las miradas se dirigen a usted, en lugar de pasearlas por el salón, el programa o las piernas de la vecina de asiento. Si observa en su público movimientos sincrónicos con los suyos, de acompañamiento, inclinación de cabezas a un lado o asentimiento, posturas iguales de todo el auditorio que está sentado levemente hacia adelante Para recibirlo mejor y no perder nada de lo que usted tiene para comunicar, siéntase satisfecho, su disertación se encuentra bien orientada, circula por los carriles que usted propuso al prepararla, es globalmente aceptado. Aprenda a leer a su auditorio, la retroalimentación ayuda a una más adecuada transmisión de conocimientos. El rostro Llabres también habla de la importancia del rostro en el orador, hace referencia a los ojos, la sonrisa y la risa. Por su estructura anatómica, diríamos "arquitectónica" hay rostros abiertos, francos, que dejan ver sus emociones, manifestando su alegría, su placer por estar hablando de ese tema tan particular frente a su público. Las mejillas se hinchan, las arrugas parecen desaparecer, las comisuras de los labios se elevan, igual que las de los párpados y las cejas. La sangre fluye provocando un color rosado en su piel. Intente que su cara tenga estas características, en lugar de esos rostros cerrados, impenetrables, impasibles con signos de seriedad o gravedad extrema durante el discurso que aburre y cansa, aunque el contenido verbal pueda tener algo interesante. Los ojos Dentro de la cara ¿qué mira primero el público? Los ojos. Los ojos del hombre hablan tanto como su lengua, con la ventaja que el lenguaje ocular no necesita diccionario, es comprendido en todo el mundo, según Ralph Waldo Emerson. ¡Cuántas leyendas, en toda cultura, o supersticiones como el "mal de ojo" vinculadas con la mirada! Nadie duda de la importancia de la mirada en la comunicación Una mirada fija, ojo a ojo, sostenida, es vivida por quien la recibe como una amenaza o desafío. Trae como respuesta una sensación de incomodidad, con reacción de alarma o de ira. Se puede medir por el aumento de la frecuencia cardíaca, aún en animales. Estos tienen muy claro en su código, que el que baja la mirada es el perdedor de la contienda o zona en disputa. También en la especie humana, Argyie observó que las personas habitualmente se miran entre sí durante 30 a 60 por ciento del tiempo de todo el discurso. Si lo hacen más tiempo es que están más interesados en la persona que en lo que ella dice. Hay dos extremos, los enamorados por un lado y dos personas muy agresivas, hostiles, desafiantes al borde de la pelea. El primero que baja la mirada denota miedo o se resigna a perder. Las personas muy tímidas evitan mirar a los ojos o lo hacen en forma mínima, aunque sean sinceros y deseen comunicarse. No prejuzgar otra actitud. Sólo timidez. Hemos aconsejado una mirada abarcativa, panorámica al comenzar la conferencia, luego, con el correr del tiempo, puede mirar a uno del público para conseguir su aprobación gestual y reafirmar su seguridad y tranquilidad Si hay alguien del auditorio particularmente molesto, puede mirarlo directamente y hacer un silencio significativo.

Junto con la mirada va también la orientación de sus hombros y torso. No girando la cabeza. Los ojos de los humanos tienen características especiales propias. Mayor blanco de ojo que cualquier otro animal lo que lo hace más expresivo. Las miradas y los movimientos oculares transmiten rápidamente necesidad de afecto, comprensión, dominio, superioridad y las más variadas actitudes y sentimientos de los humanos. Grandes negociadores como Onassis, ocultaban su mirada bajo lentes oscuros, no sólo por su miastenia, sino para no dar ningún indicio de sus sentimientos durante sus tratativas. Si un orador debe usar lentes, trate que no sean oscuros. Si son claros, trate que no reflejen la luz obstaculizando el normal "tráfico" de las miradas con su público. Clásicamente se ha descripto:  Una Mirada de Negocios abarcando la frente, cejas, ojos y nariz del interlocutor.  Una Mirada Social, en una especie de triángulo que toma las cejas, los ojos y llega hasta la boca y el mentón. Estas dos son las recomendadas en Oratoria.  La Mirada Íntima, que desde la frente y los ojos desciende hasta el pubis, la reservamos solamente para algunas personas y en determinadas circunstancias. La sonrisa Excelente aliado de todo orador, novel o con experiencia. Inapreciable arma que debe ser utilizada como toda arma, con tino y habilidad. Es el equivalente al alfil en el ajedrez. Spitz, un estudioso de cómo se estructura la mente en la especie humana desde la vida fetal hasta la madurez, considera a la sonrisa como el "primer organizador". Es el primer gesto, innato, no imitativo de la comunicación entre el bebé y su madre. Simboliza la alegría y la satisfacción. Se observa al cumplir el primer mes de vida y nos acompaña hasta la senectud. Hay 9 formas distintas de sonrisa. Las tres más comunes son;  Simple: Sin exposición de dientes (como la Mona Lisa). Se sonríe a sí misma. NO participa de ninguna actividad.  Labio superior: Se exponen los incisivos superiores solamente. Sin mostrar las encías. Coincide con una mirada a ojo. Como encontrándose con un viejo amigo.  Amplia: Se exponen ambos incisivos superiores e inferiores. Casi una risa. Como si estuviera jugando con placer. Junto con la mirada abarcativa, panorámica, indicamos acompañarla con la sonrisa al comenzar todo acto oratorio. Pero cuidado, debe ser natural, aparecer lentamente y desaparecer también lentamente. Como para recibir o despedir un amigo muy querido. Es imposible engañar al auditorio con una sonrisa permanente, como si nos colocáramos una máscara. Tampoco vale una sonrisa "de foto", que denota falsedad o la sonrisa tipo Mona Lisa, interior, para ella sola; uno se pregunta al verla, ¿qué estará pensando, qué me quiere decir? o la sonrisa espartana de labios rígidos: yo me "banco" todo, que denota tensión o la sonrisa torcida, donde baja una sola comisura labial.

Hay que evitar la sonrisa irónica, despectiva, fría, que demuestra nuestra superioridad como disertante por el cúmulo de conocimientos que poseemos, ¡frente a un auditorio

que carece de los mismos! Estos tipos de sonrisa bloquean la esencia de la oratoria contemporánea: la buena y fluida comunicación, por el rechazo inconciente que nos crea un orador con esas características. Con la sonrisa, como acto innato, transmitimos nuestra realidad interior, por eso no la debemos forzar. Usarla al comienzo de la conferencia y también al cerrarla, pero no indiscriminadamente o fuera de contexto. Natural y espontánea. ¿Tenemos que hacer reír al auditorio? ¿Cuál es su utilidad en Oratoria? La Risa es un gesto compuesto, según Desmond Morris, que tiene intensidades y variedades notorias en cada individuo, raza y costumbres. Los autores norteamericanos la proponen al comienzo de todo discurso. Opinan que con un chiste que haga reír se conquista inmediatamente al auditorio y se "rompe el hielo", predisponiendo al público a favor del orador. Según nuestra experiencia y estilo no es necesario emplear la risa de entrada. Si el orador no es realmente gracioso es muy probable que su no cause gracia y solamente él quede riéndose solo en el estrado. Este comienzo implicaría mucho riesgo. Mejor es hacer hincapié en los otros elementos gestuales ya explicados: la postura, la mirada, la sonrisa que todos poseemos y solamente tenemos que poner en práctica. Reservemos el "arma" de la risa para ayudamos en otras situaciones de la conferencia, no al principio. La risa sirve para renovar la capacidad de atención, el público se distiende. Se crea un nuevo vínculo entre los que ríen juntos. Por eso, utilice la risa cuando "lea" por los gestos y actitudes del auditorio, que se encuentra cansado o a punto de aburrirse con nuestra disertación. Es como un pequeño "recreo". Mantiene el interés en la audiencia. Resérvela también para calmar cualquier situación conflictiva o tirante entre el orador y alguien del auditorio o extraño al mismo, interrupciones o imprevistos de cualquier naturaleza (fallas del audio, apoyos visuales, de iluminación, alguien que se retira o ruidos extraños). Elimina resistencias. Reservar la risa para calmar la tensión o el cansancio es un recurso apto para todo orador. Es la torre del ajedrez. El humor debe ser original, exclusivo, apropiado al público, pertinente, inofensivo, oportuno, inocente. Es bueno reírse de sí mismo en algunas ocasiones. Gestos Carlos Llabres en el libro de Di Bartolo también hace referencia a la importancia de los gestos. A continuación detallamos los dichos del autor con respecto a las manos y a las señales de batuta. Su objeto es enviar un mensaje, con claro contenido, para ser captado y comprendido por el receptor. Son secuencias de posturas y movimientos que se han hecho con el transcurso del tiempo, automáticas. No tenemos clara noción de cuándo ni cómo los hacemos.Los gestos que acompañan a un orador son siempre muy personales, propios de él. Tienen su sello y estilo. Gesto con dedos separados, mano abierta, es un intento de ser abarcativo, buscan un acercamiento de todo el auditorio. o Las palmas de ambas manos hacia arriba, denotan gesto implorante: "por favor". o Las palmas enfrentadas pretenden limitar el problema. o Las palmas hacia abajo, con suaves movimientos de sube y baja, tratan de calmar los ánimos y la tensión reinante. Las palmas sobre el pecho intentan persuadir al auditorio de la sinceridad del orador. Si son ambas con dedos separados, con mayor intensidad... desconfíe de la autenticidad del mensaje

Frotarse ambas manos entre sí significa estar en intensa expectativa, esperando algo agradable. Mientras que secarse las palmas de las manos, en la ropa o con un pañuelo denota intensa ansiedad, estrés. Una mano extendida con la palma hacia el frente, trata de proteger al orador de una situación conflictiva, detiene una supuesta agresión. Brazos cruzados son indicadores de actitud defensiva. Más aún si las piernas también lo están. Para ejemplificar partes de nuestro discurso, enumerarlas, se utiliza un dedo indicador que toca separadamente, uno por uno los dedos de la otra mano. Señales batutas Son llamadas así porque marcan el compás del discurso. La mano que se extiende junto con el brazo hacia el frente con la palma hacia atrás y los dedos flexionados con movimientos hacia el cuerpo del orador es característico de los que intentan "agarrar", atrapar, atraer al auditorio. Es un clásico, llamado "agarrón de aire" y usado por muchos Políticos. Cuando se busca precisión, los dedos índice y pulgar se tocan por las puntas,mientras los otros tres dedos se elevan graciosamente. Las manos con dedos entrelazados pretenden indicar preocupación por los demás, por la humanidad, común en sacerdotes. El puño cerrado, impulsado violentamente al frente intenta demostrar que el orador posee fuerza, energía para atacar, con su puñetazo, cualquier oposición... No es real. Cuando se utiliza el dedo índice como puntero, amenazante, con los otros dedos replegados, dirigidos a un opositor no visible y con movimientos de sube y baja, resulta intimidatorio para todo espectador. No debe ser usado en oratoria. El público siente que es atacado físicamente, no en sus ideas. Si la tensión del orador aumenta, también sus gestos amenazantes se intensifican, pudiendo llegar a la llamada mano de Karateca. Con el canto hacia el frente, dedos juntos, extendidos y con movimientos como de hacha dirigidos al público... que huye despavorido..... Cuando la tensión incontenida crece aún más, puede llegar a tener movimientos oscilatorios atrás/adelante con sus brazos, cabeza, todo el cuerpo y hasta golpear el piso con el pie como se ha visto a algunos políticos. Descontrol total, no hay público que acepte o tolere a este orador. Cuanto más eufórico y triunfante se encuentre un político o dirigente, más eleva sus brazos. Puede ser uno o ambos y hasta con las manos asidas. Entre nuestros políticos, hemos tenido dos muy característicos: Perón con ambos brazos en alto y Alfonsín con las manos entrelazadas y elevadas a un lado de su cabeza. Piernas y pies Todos tenemos una forma particular, propia, de caminar que nos hace fácilmente reconocibles por nuestros amigos. Depende en parte de nuestra estructura corporal, pero el ritmo, longitud del paso y posturas cambian con las emociones. La fatiga y la edad también inciden en nuestra marcha. La posición de los brazos, manos, hombros y cabeza que acompañan nuestra marcha, deben ser tenidos en cuenta. Una cabeza gacha, hombros caídos, manos en los bolsillos o cruzadas en la espalda asidas una con otra, pasos cortos y lentos, son claros indicadores de aislamiento y preocupación. Si hablar en público nos cohíbe, caminar en público y ser atentamente observado nos cohibiría igual. En muchas ocasiones, tomar examen, negociar o discutir; una mesa con mantel o una tarima oculta la parte inferior del cuerpo para impedir "leer" las posturas y movimientos

del otro que nos informan de sus verdaderos sentimientos (ansiedad, disconformidad). Recordemos la postura inicial para encarar al auditorio. De frente al público, alineados, pies separados al ancho de los hombros. Pero a medida que avanza el discurso usted se mueve, no está "congelado", tiene algunos movimientos previstos: ir al pizarrón o rotafolio, mostrar diapositivas, transparencias, o simplemente cambiar el sitio donde comenzó la charla. Hágalo en forma armoniosa, suelto, distendido, sin apuro. Que todo el auditorio lo observe y usted pueda observar a todos No les dé la espalda Si pasa diapositivas, con la luz prendida (para que no tengan la oportunidad de dormirse), gire su cuerpo un corto momento y siga mirando y hablándole al auditorio y no a sus diapositivas. Usted las debe conocer de memoria. Saber de antemano cuál sigue y qué dice, no son un "machete" iluminado. Si está suficientemente entrenado, ni debería girar su cuerpo más de un instante para cerciorarse cuál es. Los oradores inexpertos se balancean Apoyan su cuerpo alternativamente en un pie y luego en el otro. En forma constante e interminable. También suelen oscilar de atrás hacia delante Poniéndose en puntas de pies. Estos tan comunes defectos distraen la atención del auditorio, lo aburren y cansan. Evítelos. Otra característica desagradable para el público, es cuando el orador se mueve constantemente. De un lado para el otro. "Caminante sin sentido". ¿Hacia dónde va? Muchas veces en sus paseos suelen hasta perder el hilo de su relato. Se paran y preguntan al público: ¿por dónde iba? Si tiene que estar sentado, también deje los pies uno al lado del otro. No los "enrosque" a las patas de la silla. Planos sobre el piso simplemente. Las piernas cruzadas son aceptadas (mientras no se les vean los muslos a las mujeres). Pero no inicie una carrera de cruce y descruce repetido. Ni tampoco que el pie que queda suelto suba y baje continuamente. Son signos de ansiedad, disconformidad, incomodidad que se transfieren al auditorio. No gire en su silla. Los pies entrecruzados (locked) y las manos apretadas, son indicadores de tensión, estar bajo presión, ansiedad marcada. Si en una negociación o dando un examen se encuentra en esa posición, cuidado, es delatadora. Sentado con la espalda bien apoyada en el respaldo, piernas separadas y pies totalmente sobre el suelo, brazos y manos abiertas, sobre el apoyabrazos, en la posición denominada de Lincoln, firme como una roca, físicamente y en sus convicciones. Repetimos, frente al público al comienzo quédese quieto, bien plantado, seguro, relajado. A medida que avance en su disertación, suéltese, armoniosamente, con naturalidad, siguiendo la evolución de su charla y sus gestos. Seguro tendrá un éxito en su presentación. Cuidados especiales Es necesario respetar dos grandes territorios del público: su tiempo y espacio. Carlos Llabres habla también de los cuidados especiales que debe tener el orador con tiempo y el espacio físico. Están íntima y profundamente defendidos aunque no siempre le damos la jerarquía que tienen. No los conocemos. Para predisponer favorablemente al auditorio y conservar esta buena actitud, recuérdelos, no los vulnere.

Territorio Tiempo La hora de iniciación y la de cierre de una conferencia, presentación o curso debe ser respetada estrictamente. Se puede tener una tolerancia "académica" de unos 10 ó 15 minutos en la primera reunión de un curso. En las siguientes la puntualidad debe ser la norma. Se lo agradecerán. Los empresarios, dirigentes y políticos saben que la larga espera o "amansadora", habitual en las citas programadas por las autoridades, son una demostración de su poder. Siempre predispone mal al que espera ser recibido, aunque no lo exprese verbalmente. Espacio físico Estudiado por Edward Hall, profesor de Antropología de la North Westem University, como Proxemia. Presenta tres grandes áreas: Tribal: Incluye desde 100 personas hasta una Nación. Se forma y reúne por conocimiento mutuo, raza, costumbres. Los intereses comunes se encuentran hermanados y unidos por una especie de fidelidad. Está representado por: partidos políticos, sindicatos, asociaciones, clubes. Por ser área defendida aconsejamos no hacer "chistes" religiosos, raciales, políticos o sobre distintos clubes. Se puede molestar seriamente a los integrantes de alguna de estas agrupaciones que se encuentren en el auditorio sin que podamos identificarlos. Familiar Representa el lugar de crianza. Se representa como equivalente del nido, en el dormitorio o en el automóvil. Se sugiere no referirse en forma jocosa o despreciativa a barrios, pueblos pequeños o marcas de artículos de consumo. Personal Magistralmente descripta por Hall, quien la llamó burbuja. Equivalente a nuestra segunda piel. Es el espacio portable que nos rodea a no más de 35 cm. Es inviolable, solamente nuestro, no compartido por nadie sin nuestra expresa autorización. Dejamos entrar a determinadas personas exclusivamente. Para hacer el amor, reñir o en discusiones o conversaciones de muy intensa carga afectiva. Dentro de ella nos sentimos invulnerables. Dentro de la Burbuja se percibe al otro con gran aporte de datos: color de la piel, olor, temperatura. Percibimos su ritmo respiratorio. Es nuestro espacio sagrado, nos da seguridad y status. No es buena técnica que el orador toque o abrace a alguien del público, penetrando en otra burbuja sin su expresa autorización. Esto explica por qué en algunos momentos nos sentimos mal cuando nos invaden nuestra área personal, al leernos el periódico por encima del hombro o en un medio de transporte compartir la burbuja con otras personas. En un ascensor también nos sentimos invadidos, sin forma de escape, entonces empleamos técnicas defensivas: ignoramos a quienes nos rodean, no miramos sus caras, son inexistentes, ponemos aire de ausentes mirando al techo o al indicador del ascensor en fin, nos despersonalizamos. Las medidas de las distancias son de ajuste variable. Se modifican según nuestra cultura, hábitos y estados de ánimo -siempre a nivel no conciente.

Un buen comunicador acomoda el salón o local previamente a su discurso, del modo que más convenga según el auditorio y el tipo de disertación, respetando las distancias. Lleva poco tiempo, pero reditúa bastante a favor de una mejor comunicación. En esta visita previa también dispone del mobiliario, apoyos visuales y audio que va a utilizar. Chequea todo, hasta la iluminación. Conozca el lugar elegido para su disertación con bastante anterioridad Evalúe todo el escenario, disposición de las sillas, mesas, lugar de proyección de los apoyos visuales, enchufes, interruptores. Compruebe la acústica, micrófonos, calefacción, aire acondicionado y la incidencia que pueden tener en el desarrollo de su presentación. Todos los detalles. Le dará una sensación especial de seguridad, que nada quede liberado al azar. Ahora puede ir a descansar. Cierre de una conferencia Carlos Llabres nos habla de la importancia del cierre de una conferencia, al respecto dice que el público se retira con esas imágenes, se las lleva si han sido de su agrado. Un buen cierre es una buena conferencia. Se hace hincapié en la necesidad de tener preparado el "broche de oro", tanto en lo verbal como en lo corporal. No hay que caer distraídamente en el eterno "bueno... me parece que no tengo nada más para decirles...". "¿Quieren que les explique algo más?" Cuando observe que en el público ya no hay movimientos de asentimiento con la cabeza, no lo siguen atentamente, charlan entre ellos. Cuando perciba un tamborileo de dedos sobre algún papel, apunte, respaldo o brazo de silla, acompañado por los pies sobre el piso no dude, están muy aburridos No importa el horario, cierre, no se eternice, haga un corto resumen verbal con entusiasmo. Vuelva a ocupar el centro del estrado, recupere su mirada abarcativa. Cabeza erguida, posición simétrica, relajado, sonrisa natural lenta, como para despedir a un amigo, con interés, agrado, haga el silencio final como hizo el inicial y deje junto con su imagen esa corta frase que tan bien preparó, tan suya, tan personal, dígala con naturalidad o simplemente "muchas gracias por haberme escuchado".

Credibilidad – mentir Recordemos brevemente la "historia natural de la mentira". Los niños, hasta los 10 años aproximadamente, mienten fácilmente sin ningún pudor, expresando de este modo las fantasías y tabulaciones de su rico mundo imaginario, su mundo interior. Según el Dr. Guillermo Tortora, cuando mentir persiste en el adulto en forma totalmente conciente, deliberada, voluntaria, repetida o episódica es por otras causas. En general se observa en personalidades inmaduras, por necesidad de estima, para destacarse de cualquier forma. Ser importantes. Ahí aparecen los que mienten en resonados casos judiciales que tanto apoyo y difusión periodística tienen. Les gusta salir en reportajes, entrevistas ante cámaras de televisión. En algunos mentirosos se reconoce otro mecanismo: el odio, resentimiento o la venganza. Hasta la idea de divertirse perjudicando a otro o simplemente ocultar la verdad detrás de supuestas lealtades a grupos de dinero y poder, como los "Barrabravas", mafias o sociedades secretas. Hay sistemas de vida donde mentir o no decir toda la verdad forma parte de lo cotidiano sin castigo ni pena: promotores, diplomáticos, políticos, abogados, magos, adivinos, tiradores de cartas, vendedores de autos usados; lo hacen habitualmente, algunos con gran arte, pero sólo en la actividad profesional. “Recordemos que se puede mentir a muchos algún tiempo, a algunos mucho tiempo, pero no se puede mentir a todos todo el tiempo.” Paúl Elkman en el Instituto Langeley Porter, de San Francisco, California, desde el año 1953. Dividió el rostro en tres zonas: Frente y cejas-ojos-nariz, mejillas, boca y mentón. Esta última parte proporciona más datos en el acto de mentir. En aquella época filmó caras de personas no entrenadas en mentir mientras tenían que hacerlo a pedido y sobre un tema específico. Al analizar una por una las distintas imágenes en forma muy lenta descubrió expresiones faciales de fracción de segundos de duración que no coincidían con las palabras expresadas. Las denominó "micros". Eran filtraciones de sentimientos verdaderos que se hallaban como embutidas en el discurso mentiroso. La observación repetida y la evaluación estadística respaldan estos conocimientos. Repasemos algunos puntos: o La mirada. Ha sido desde tiempos ancestrales un indicador muy comentado. Al mentir se evita mirar a los ojos del interlocutor. "Miradas huidizas". Se pestañea con mayor frecuencia. Si observamos las pupilas, independientes de la cantidad de luz, las veremos dilatadas. Cuando mienten miran a la distancia, a un punto fijo o a un objeto con preponderancia. o La sonrisa, como expresión natural de satisfacción y alegría es más difícil de alterar. La sonrisa asimétrica, donde se eleva más una comisura labial que la otra es la que se puede observar cuando mienten. El tiempo que dura una sonrisa, más prolongado que lo habitual y el momento en que se emplea, que no coincide con lo expresado en palabras, son importantes indicadores a tener en cuenta cuando se investiga la mentira. Sonrisa leve, nerviosa, de brusca interrupción es falaz. o Debemos prestar atención al Ritmo del discurso, no sólo al contenido. Se tarda más en responder una pregunta, las respuestas son más largas, intrincadas, llenas de palabras superfinas cuando se intenta mentir. o Manos y brazos. Siempre están presentes para ayudamos a detectar la falsedad de lo expresado verbalmente. Se producen cambios.

o Aumentan o disminuyen notoriamente los gestos que son típicos en cada individuo. Se rascan o tocan la nariz o las orejas mientras hablan. Se cubren temporariamente la boca y el mentón con la mano Si emplean las llamadas "señales batutas", usan las del puño cerrado golpeando al frente para pretender engañar expresando fuerza interior y decisión, que no son reales. Las manos con las palmas sobre el pecho pretende convencer de sentimientos internos de autenticidad "del corazón" que no son tales. Si nos internamos en la "Burbuja" personal del que miente podemos percibir sus cambios de color de la piel. Palidez o rubor por vasodilatación/contracción a través de su sistema neurovegetativo, autónomo, independiente de la voluntad. Se disparó con la mentira. Su respiración también se modifica. Hay cambios de ritmo: retención prolongada de aire o momentánea falta del mismo para adaptarlo a alguna frase mentirosa. Decir algo con la boca y hacer con el cuerpo algo contradictorio es difícil de registrar, pero si prestamos mucha atención lo constataremos en algunos casos en que se afirma verbalmente un concepto y con movimientos de cabeza se está negando. Por todo lo expresado, si usted tiene que mentir ante un experto en Lenguaje Corporal, hágalo por teléfono, mientras estaciona un auto o maneja su computadora. Pero mucho mejor no tenga ocasión de mentir. No se tiente, recuerde que no es fácil ni beneficioso.

Miedo oratorio El factor de mayor valor, responsable de todas las reacciones, es una rápida descarga de adrenalina que liberan las glándulas suprarrenales y que como primera manifestación física, acelera el pulso, eleva la presión arterial y libera glucosa proporcionando una fuente de energía adicional de la que en el acto pueda disponerse. Esta reacción es normal y necesaria. Si no la tuviéramos frente a una emergencia tendríamos una marcada inferioridad de condiciones físicas. El cuerpo no entiende la diferencia entre exigencias intelectuales, emocionales y físicas. Cada vez que el cerebro transmite una exigencia, se produce una descarga de adrenalina que prepara a todo el organismo para la emergencia. Alerta es la palabra. Cada sistema, cada órgano, cada célula, está dispuesta a rendir el máximo de su potencial. Los psicoanalistas distinguen claramente el miedo de la angustia. El primero consiste en una reacción normal frente a un peligro que realmente existe, mientras que la angustia se refiere al miedo sin objeto real. Es absolutamente necesario conocer nuestras sensaciones para poder comprenderlas y dominarlas. No nos equivoquemos, eso que sentimos al enfrentar un auditorio es miedo. No es angustia. Es sólo el miedo natural normal que debemos sentir frente a una situación de stress emocional. Es el miedo saludable de asumir un compromiso en el que se juegan muchas cosas: nuestro prestigio y la responsabilidad de quien nos ha invitado. Es miedo respetuoso del auditorio que nos escucha. Es miedo digno de una empresa que se nos ha confiado y que merece este alerta que nos impone nuestro cuerpo Benditos sean mis nervios (no luches contra lo inevitable) Es inevitable sentirse uno un poco nervioso ante situaciones poco comunes que exigen un excelente desempeño, porque la inexperiencia es sinónimo de no saber qué hacer, qué decir, ni qué pensar. Sin embargo, tiene una gran ventaja, saca lo mejor de nuestro interior. Nos pone en ese estrés que permite sentirnos tensos como la cuerda del violín, afinado, a punto.

De modo que si no puedes dejar de sentir que tus “nervios” te tensan ante la urgencia de las circunstancias, ¿por qué luchar contra lo inevitable? Pensemos en positivo (ya que si el hecho es inevitable… relájate y goza) Benditos sean mis nervios, que me ayudaron a triunfar. SUGERENCIAS QUE BROTAN DE LA EXPERIENCIA Alimentos Toma la última comida dejando un gran espacio de tiempo entre su ingestión y el momento de la exposición. Por ejemplo, si la exposición se llevará a cabo por la mañana, come algo muy ligero por lo menos tres horas antes solo si tienes mucha hambre. Si será al mediodía, tomar un alimento ligero temprano por la mañana y deja los alimentos del mediodía para después de la exposición. Y si será al caer la tarde o en la noche, seguir el mismo principio: Deja los alimentos para después. Como los artistas. Cuerpo Aunque suene escatológico, les aseguro que es un buen consejo: Vacía lo más posible los intestinos y la vejiga, para que no distraigan la atención de la mente y las emociones y si en algún momento antes de la exposición sientes que te piden ir a atenderlos, es mejor obedecer a tu organismo que al deseo de quedar bien con los demás. Si no obedeces a tu organismo, te podría jugar una mala pasada. Descanso Es mejor un poco de sueño que seguir ensayando hasta morir. La mente profunda, que se encarga de los sistemas automáticos y condicionados del organismo, se 'desfragmenta' durante el sueño y después trabaja mejor. Si les das tiempo para reorganizarse, será una buena inversión. Puntualidad Llega muy temprano al lugar de la exposición y familiarízate con los detalles del local. Saluda a la mayor cantidad de personas y, si te sientes muy nervioso, confiésales que te sientes nervioso, para provocar que digan cosas positivas como: "No te preocupes, todo va a salir bien". Eso ayuda. Concentración En vez de conversar previamente con los asistentes acerca de cosas ajenas a la ocasión o usar el canal de tu mente para pensar "estoy nervioso", usa el tiempo y la conversación para hablar del contenido del discurso y nada más que del contenido del discurso. No hables de otra cosa. Cuéntales cómo vas a empezar, cómo vas a terminar, qué láminas vas a usar y en qué orden. ¡No hables de otra cosa! Aprovecha la conversación para ensayar y “medir” al auditorio. ¿Será mejor que otro lo haga por mí? Sentirte incapaz de hacer algo que otro puede hacer (porque eres de otra raza, condición social o económica, o porque te avergüenzas de tu manera de hablar) podría demostrar que tienes una debilidad. ¿Qué debilidad? Tal vez digas: "Tú tienes mejores condiciones que yo para llevar a cabo esa misión (tarea, asignación, meta, comisión o idea)". Sin darte cuenta que, en tu imaginación la otra persona ha pisado con fuerza el plato de la balanza elevándote a la altura de una simple capa de polvo. Entonces te engañas creyendo que tiene más imagen, más personalidad, mejor raza, mejor familia, mejores ingresos, mejores referencias, mejores relaciones, más edad, más capacitación, más currículum, más experiencia, mejor carácter, más habilidad o más claridad de pensamiento que tú. ¡Te desprecias! Kerry L. Johnson :Temores autosaboteadores: temor al rechazo, al fracaso, al ridículo o al éxito.

Estos cuatro pueden resumirse en una sola palabra: timidez, porque son manifestaciones que se dan en las personas tímidas. Todo está en tu imaginación y lo das por sentado. A veces el temor al fracaso está escondido. Por ejemplo, has intentado diez mil veces alcanzar cierta meta y ha sido como subir un cerro de arena. Comenzaste de cero tantas veces que dejaste de ver la cima. Literalmente te rendiste antes de tiempo y te 'convenciste' de que el éxito era para otras personas, que carecías de las cualidades esenciales para triunfar. Te acostumbraste a proyectar una imagen de conformista. ¡Sí! Otro podría hacerlo por ti y ¿qué demostrarías? ¿Es realmente un incentivo para ti meterte debajo de una piedra y observar cómo otros se comen tus éxitos recogiendo el trofeo que te corresponde? ¿Te parece edificante rebajarte a tus propios ojos hasta el punto de evadir la responsabilidad de ir y hacer lo que debes hacer? ¿Hasta cuándo pospondrás tu decisión de salir al frente de tus proyectos y reconocer que tú eres el artista que está detrás de la pintura? La humildad es excelente; la falsa modestia es orgullo disimulado. ¿Te gusta viajar con el equipaje? Esto nada tiene que ver con presumir o volverte una persona famosa. Lo que quiero decir es que ciertamente otro lo puede hacer en tu lugar, sólo que te costará el desarrollo de tu personalidad. ¿Verdaderamente quieres eso? Modulo N 3 –Oratoria- Estructura del discurso Cuando preparamos o decimos un discurso hay tres momentos que no deben ser dejados de lado, ya que darán un orden a la presentación tanto a nosotros oradores, como al público que nos escucha; estos son: la introducción, el cuerpo y el final. Por otro lado, no es lo mismo contar una historia que proponer un punto de vista o idea, por ello, además de estos tres segmentos, el discurso debe organizarse en secuencias, tomando como base diferentes estructuras discursivas. Estas estructuras son extraídas de los textos escritos y deben ser adaptadas a los discursos a través del uso de los componentes del discurso y el lenguaje corporal. Cabe destacar, que una persona cuando tiene un esquema preparado se enfrenta con mucha más seguridad al público, evitando nervios o ansiedad. En algunas intervenciones como en los debates es imprescindible el manejo de estas estructuras ya que además de su utilización se ponen en juego artificios estilísticos, rapidez mental, preparación, capacidad de argumentar y contraargumentar, manejo de la situación y del contrincante Capacidad de asimilación del oyente La capacidad que tiene el oyente para asimilar un discurso sigue siendo desde hace dos mil años la misma y su esquema puede encontrarse en cualquier texto escolar: introducción, núcleo, final. Además existe una distribución temporal en relación con la importancia de cada una de las partes del discurso Las tres partes tienen la misma importancia, pero a la parte central se le ha asignado mucho mayor tiempo ya que en ella se desarrolla el contenido específico del discurso. Por otro lado, al tener menor extensión y mayor impacto la parte introductoria y final deben estar especialmente preparadas. “Los oradores profesionales, políticos por ejemplo, cuidan sus frases introductorias y finales hasta en el más mínimo detalle, aprendiéndoselas, conscientes de la importancia psicológica que poseen” La introducción sirve para captar la atención de los oyentes, para atraerlos al tema que el orador plantea. Esto puede lograrse tanto a través de una broma como por medio de una referencia a un asunto de actualidad conocido por todos. El final tiene especial importancia, puede consistir en un resumen de los datos principales que

permitan sacar conclusiones o llamar a cambiar el estado de las cosas. Di Bartolo Discurso mediocre + buen final = buen discurso Buen discurso + mal final = mal discurso

ESTRUCTURAS DISCURSIVAS Tener una secuencia establecida nos sirve para organizar el discurso y lograr que sea comprensible y dinámico, además para transmitir correctamente nuestro objetivo. Todas las estructuras que presentaremos tienen un ordenamiento interno, que respetan la introducción el desarrollo y el final. A continuación analizaremos la estructura argumentativa y la narrativa, con sus ejemplos de aplicación. Es importante saber que en la realidad estas estructuras no se encuentran en estado puro, sino que están fusionadas en los discursos. Estructura argumentativa Es utilizada cuando una persona quiere establecer su punto de vista sobre algún tema y tratar de convencer a su público. Para ello esboza un tema, su punto de vista respecto a la cuestión, plantea argumentos y utiliza material de refuerzo para sustentar su análisis. “La orientación del discurso argumentativo es constitutiva del discurso, en la medida que todo enunciado comporta una orientación interna hacia un tipo de conclusiones, y comporta una orientación externa hacia cierto tipo de intervención en un destinatario (hacer-saber, hacer- creer, hacer- hacer, convencer, manipular)”

El primer momento de un discurso argumentativo es la presentación de un tema y la toma de posición con respecto a ese tema, existe siempre una premisa que supone lo que debería ser y puede estar explícita o no. En el ejemplo dado más adelante, cuya temática es la televisión, se aprecia que la premisa es que ésta tendría que servir para causas nobles y la tesis es que la televisión de hoy es de muy bajo nivel. Una vez explicitado mi punto de vista debo producir argumentos que lo sustenten, tengo que fundamentar el por qué las personas que me están oyendo tendrían que creer en lo que digo. A los argumentos tengo que reforzarlos a través de fuentes de la realidad, datos, reservas o preguntas retóricas. Las fuentes de la realidad son los ejemplos de la realidad, citas textuales de personas reconocidas, estadísticas, entre otros que utilizó para apoyar mis argumentos. El refuerzo sigue la línea argumentativa, hace generalizaciones de determinados hechos o situaciones; también pueden ser preguntas retóricas, su objetivo no es ser respondidas, su respuesta es obvia y sirve para reforzar la argumentación. La reserva la utilizo para resguardarme de los posibles ataques y hago concesiones, pero luego refuerzo mi argumento. Finalmente, llegó a una conclusión en la que vuelvo sobre mi postura inicial avalado por la argumentación, también puedo llamar a la acción o reacción por parte del público. Estructura narrativa Su objetivo es narrar algo, contar un hecho o historia. En la vida cotidiana la encontramos en cuentos, novelas y hasta en películas o series. En las dos últimas, las historias están compuestas por miles de subconflictos de los diferentes personajes y hechos que les ocurren, sin embargo si pensamos en la totalidad de la película o serie encontraremos un conflicto central. La estructura narrativa consta de ciertas partes o secuencias que son la situación inicial, el conflicto, la acción, el desenlace y la situación final. La situación inicial se presentan los personajes principales y el contexto en donde transcurre la acción. El conflicto es lo que modifica la situación habitual, rompe la normalidad, puede ser un suceso positivo o negativo, como un hecho de la naturaleza, la llegada de una persona inesperada, el encuentro con alguien. La acción es el comportamiento de los personajes con respecto a ese conflicto, por ejemplo, si la situación conflictiva es que hay un terremoto, la acción es qué hacen los personajes ante él, salen de sus casas corriendo, se quedan inmóviles por el miedo, hacen de cuenta que no pasa nada. El desenlace es el resultado de la acción de los personajes, por ejemplo, si la acción fue salir del edificio, el desenlace puede ser que quedaron atrapados en el ascensor o que salieron la calle y esperaron que pase. La situación final está estrechamente vinculada con la situación inicial y con la cotidianeidad de los personajes, ¿qué pasó luego de ese suceso, siguieron con sus vidas normales o algo cambió? 1-Situación Inicial 2-Conflicto 3-Acción 4-Desenlace 5-Situación Final

Tipos de discursos Ander Egg nos habla de los tipos de discurso según los procedimientos o formas de presentar el tema. Estos son: discurso leído discurso de memoria discurso con ayudamemoria (teniendo el texto completo, un esquema o utilizando notas) y nada escrito a la vista. El uso de uno u otro procedimiento incide fuertemente en las posibilidades de la comunicación. Discurso leído Todos los oradores reconocen que, en principio, no hay que leer nunca un discurso si se quiere lograr una buena comunicación, ya se hable a unas pocas personas o una multitud. La lectura hace que el discurso sea soso y aburrido. Cuando se lee un texto, se interpone una especie de "muralla invisible" entre el orador y el auditorio, se impide la comunicación directa y ese encuentro vital que constituye la sustancia de la elocuencia. Al usar este procedimiento, difícilmente el texto puede adecuarse a las circunstancias concretas. Sin embargo, en algunos casos la lectura del discurso puede ser necesaria. Tratándose de personas que tienen responsabilidades públicas (jefe de gobierno, ministros, dirigentes políticos y sindicales, etc.), en determinadas circunstancias, deben sopesar las ideas y las palabras, decirlas con precisión y justeza, aún en sus matices. En estas circunstancias, cuando no queda otra alternativa que leer, para lograr una mejor comunicación conviene tener en cuenta las siguientes sugerencias:  Mirar lo más posible al público, de modo que se establezca una comunicación a través de la mirada o, al menos, que la gente no se desconecte por falta de contacto visual. Si los ojos se mantienen clavados en el papel, sin levantarlos un sólo momento, falta la conexión de la mirada, la comunicación resulta muy insuficiente y el discurso leído, que en sí es muy pesado, se hace todavía más difícil de seguir. Un buen procedimiento para poder mirar al público cuando se lee un discurso es aprender los finales de párrafo, de modo que se pueda mirar al auditorio sin "desconectarse del texto".  Hay que leer bien. Esto significa leer fragmentando el texto en conjuntos flexibles, modulados, con diferentes ritmos según lo que se dice, con carga afectiva y cuidando la velocidad de la lectura, de modo que la gente pueda seguir tanto el contenido como los sentimientos que expresa.  En lo posible, que no se vean las notas o los folios que contienen el texto de la conferencia (el uso del atril es óptimo para estos propósitos). Un "montón" de hojas que han de ser leídas a la vista del público predispone negativamente desde el primer momento.  Lo más importante es aprender a leer como si no se leyese; para ello hay que leer una frase y, apoyado en la memoria inmediata, repetirla en voz alta. Con este procedimiento, uno queda más libre respecto del papel y se facilita la comunicación. En algunos casos, en vez de repetir la frase, una vez captada la idea, se procede a parafrasear o glosar lo que se ha leído. “En suma, cuando se lee un discurso, es recomendable recordar que la gente está oyendo, no leyendo y que oír una lectura monótona es una invitación al sueño o al menos a la somnolencia. O lo que es lo mismo: a no enterarse de lo que se está escuchando”

Discurso de memoria Tampoco conviene pronunciar discursos aprendidos íntegramente de memoria. Y esto por varias razones. En primer lugar, porque el discurso da la impresión de artificialidad. Por otra parte, subsiste "algo" entre el orador y el público, más sutil que en el texto leído, pero no menos real. No será una "muralla invisible", sino una "cortina de humo" que dificulta el encuentro vivo entre el conferenciante y el público. Una conferencia aprendida de memoria adquiere un estilo "cantado" o "recitado" que la vuelve insípida, falta de naturalidad y carente de calor humano. Además, por la tensión que se tiene frente al público, se corre el riesgo de olvidarse de algún pasaje del texto aprendido y, como consecuencia de ello, quedarse mudo en medio de la disertación y esto... sería desastroso. Discursos con ayuda-memoria Las "ayuda-memoria" pueden ser de tres formas principales: -disponer de todo el texto escrito -de un esquema o boceto -sólo algunas notas. Ayuda-memoria que dispone de todo el texto escrito. Consiste en escribir enteramente el discurso y luego tenerlo a la vista como "ayuda-memoria", pero sin atenerse rigurosamente al texto. Un cierto número de conferenciantes y oradores prefiere este procedimiento, fundamentalmente porque el texto escrito otorga seguridad intelectual y psicológica al que tiene que hablar en público. Al mismo tiempo, éste puede mantener un aceptable contacto visual con el auditorio. También en este procedimiento podemos aplicar lo que decíamos antes, leer como si no se leyese, pero en este caso no se trata de repetir la frase que se ha leído, lo que hay que hacer es captar la idea y expresarla luego con las propias palabras. Discurso con esquema o boceto Cuando ya se tiene experiencia, aún cuando se haya escrito todo o en parte el discurso, el orador o conferenciante se puede limitar a preparar cuidadosamente un esquema, boceto o guión que utilizará para la presentación. En otros casos, sólo elaborará el guión, lo meditará y madurará largamente, buscando las fórmulas más interesantes y originales, improvisando luego sobre los temas así creados y enlazados Lo sustancial es elaborar un esquema que contenga los puntos esenciales del discurso, de modo que cada palabra o frase del guión sugiera una serie de ideas y cuestiones que el orador ya conoce. Lo fundamental de este proceso consiste en utilizar palabras que susciten ideas, y luego expresar las ideas con las propias palabras "No busques palabras, busca hechos y pensamientos y atropellándose vendrán palabras sin ser buscadas." Este método da libertad y seguridad; al mismo tiempo, facilita todos los arranques que lleva consigo el calor del discurso y asegura que el pensamiento y la expresión no floten al azar. Sin duda, es el método más recomendable, pues une al máximo de rigor al máximo de elasticidad. El itinerario del pensamiento está jalonado hasta el punto que el orador no puede perderse, pero al mismo tiempo hay un gran margen de espontaneidad y plasticidad, que es lo que da vida al discurso. Discurso utilizando notas No hay que confundir esta forma de presentación con la preparación de un esquema o boceto; aquí de lo que se trata es de preparar notas, preferentemente en tarjetas, que

sirven de ayuda-memoria. A veces, en las notas se incluyen citas, datos o información que es necesario citar con toda exactitud. Discurso sin nada escrito a la vista Esta forma de presentación (ningún texto visible) es la más adecuada para una mayor y más profunda comunicación con el público. Es casi la única forma eficaz para hablar a grandes masas (mítines, concentraciones, etc.). Para utilizar este método, es necesario retener perfectamente en la memoria el esquema del discurso y las ideas centrales que se quieren expresar Como bien se ha dicho, este procedimiento consiste en "decir, con palabras no previstas, ideas ya previstas", siguiendo la secuencia que se establece en el esquema. Si no hay una secuencia en la exposición de las ideas, se corre el riesgo de divagar. Ayudas visuales Las ayudas visuales son medios que se emplean en la oratoria para expresar “visualmente” un concepto o una idea y sirven para estimular la imaginación de los oyentes o para poner de relieve una idea básica en nuestro discurso. Estas ayudas visuales pueden ser: El pizarrón Los rotafolios El retroproyector Las diapositivas Las películas Los mapas, Los diagramas Los planos Los dibujos Las maquetas reducidas a escala. Sirven de complemento a las formas verbales y contribuyen a presentar el tema en forma más clara y más convincente. ¿Por qué usar ayudas visuales? Para incrementar las persuasiones Los presentadores que usan ayudas visuales en las reuniones, incrementan la retención de la audiencia en 5 veces y aumentan sus propósitos dos veces más de lo común. *Para aumentar la retención: Cuando la visual es agregada con una presentación oral, las retenciones incrementan en un 10 %. *Los estudiantes aprenden el doble cuando el instructor usa agregados visuales. ¿Cuándo usar agregados visuales?  Para abrir la presentación  Para encauzar el pensamiento  Para enfatizar los puntos clave  Para presentar estadísticas  Para hacer comparaciones  Para explicar nuevos conceptos

Cinco mandamientos para crear una ayuda visual

Medios auxiliares Es conveniente conocer las ventajas y desventajas de cada medio, teniendo en cuenta fundamentalmente los siguientes factores:  Su relación con el objetivo que se persigue y la característica del contenido a transmitir  Su practicidad  Su adecuación al grupo destinatario (tamaño, experiencia previa con el medio, capacidad de atención y concentración)  Su capacidad de impacto visual, auditivo o ambos a la vez. Procesamiento de la información a transmitir Al planificar una presentación, gran parte del tiempo la destinamos a preparar el mensaje que vamos a dar a nuestra audiencia, es decir, a procesar la información. ¿Por qué debemos procesar la información? Porque la información es la materia prima, es decir, el dato que nos muestra la realidad. Al procesar la información, el presentador agrega valor a ese dato, interpretándolo y extrayendo mensajes de él. Si nuestra presentación se basa en datos en bruto, cada participante de la audiencia extraerá sus propios mensajes de lo visto y escuchado durante la presentación. Si lo que presentamos son mensajes, estaremos orientando la percepción e interpretación de nuestra audiencia hacia aquello que nosotros queremos decir. Obviamente, el primer paso será tener bien en claro qué queremos decir. Cada mensaje que transmitimos está sustentado por información verídica. Pero elaborar mensajes exige tomar una posición:  Una afirmación expresa hechos. Aún siendo neutra, el presentador toma una posición al resaltar lo que es importante.  Una opinión refleja un punto de vista.  Una recomendación propone acciones a tomar.

Organización de los mensajes en una estructura lógica Luego de elaborar los mensajes que queremos transmitir, debemos organizarlos dentro de una estructura que resulte lógica. Esto implica dos procesos básicos: - Agrupar los mensajes :Al presentar la información agrupada, ésta se vuelve más significativa y resulta más fácil de recordar. Al agrupar estamos definiendo un factor común entre los mensajes. Estamos agregando más valor a la presentación. - Jerarquizar los mensajes: Jerarquizando nuestras ideas podemos determinar qué es lo principal y qué lo secundario. Damos también un orden a nuestra presentación: por dónde empezamos y cómo seguirá nuestro discurso. Clasificación de las ayudas visuales Medios para escribir La tradicional pizarra de madera con la tiza de yeso aún se utiliza en muchas escuelas de todos los niveles. Un avance en este sistema es la pizarra blanca que requiere un lápiz de fibra especial que se borra con facilidad. El rotafolio es un instrumento que permite escribir en hojas de papel de gran tamaño, muy utilizado en capacitación empresaria para grupos pequeños. Medios de mostración Son láminas de todo tipo que se consiguen en librerías especializadas, mapas de variadas especialidades, fotografías en gran escala y elementos tridimensionales como esculturas, esqueletos, maquetas, etc. Medios de proyección Un aparato muy utilizado en recursos humanos y en las escuelas es el proyector de vídeos, ya sea en el televisor o en imágenes proyectadas a mayor escala sobre una pantalla. El retroproyector es un aparato muy útil para mostrar imágenes detenidas. Se trata de un instrumento eléctrico que combina lentes y espejos que produce imágenes aumentadas con gran fidelidad. El proyector de diapositivas también es utilizado como medio visual en capacitaciones. En los últimos años se ha desarrollado una tecnología informática que permite utilizar la computadora para pasar imágenes generadas en programas del tipo Power Point, Word, Publisher, Corell Draw, etc. Se trata de un ingenioso aparato comúnmente denominado cañón, que es conectado a una computadora personal y amplía en gran escala las imágenes que se ven en el monitor. Formas deliberativas Para debatir, hay que recurrir a una herramienta fundamental: el lenguaje, que es una expresión cultural, un reflejo del espíritu Las formas de la oratoria participativa se apoyan en el intercambio de ideas y opiniones entre los miembros participantes. El valor de la discusión bien organizada es muy apreciado por la sociedad en su conjunto; el debate convincente logra atraer el interés del público porque su dinámica estimula el pensamiento reflexivo. La función protagónica del orador hace que el lenguaje sea el instrumento vivificador, cuya calidad condiciona la calidad de la comunicación interpersonal en la oratoria deliberativa. La oratoria participativa, llamada también oratoria grupal, incluye formas elocutivas en las cuales dos o más personas discuten, alternadamente, un tema determinado. La discusión puede tener diferentes propósitos:  Incrementar el conocimiento de un tema.  Analizar los distintos aspectos de un proyecto.  Resolver un problema común.  Tomar decisiones acerca de un asunto.

La discusión debe mantenerse siempre dentro de un espíritu dialógico, se trata de realizar en grupo una operación mental cooperativa. Cada forma deliberativa recibe un nombre propio de acuerdo con el objetivo fijado; su organización y coordinación es tarea de un moderador, cuya denominación varía según la motivación del encuentro. Cada reunión participativa requiere una preparación muy cuidadosa. Es necesario diseñar e instrumentar una estructura que permita desarrollar con eficacia la sinergia del grupo. El éxito grupal se logra cuando los individuos integrantes cumplen con las pautas fijadas. La interacción "cara a cara" mantenida durante la discusión, ajusta el ritmo ágil, necesario para que la reunión logre un buen resultado. La reunión es eficaz, si los intereses personales de sus miembros se integran a los del grupo. ESTRUCTURA ORGANIZADA  DINÁMICA DEL GRUPOREUNIÒN EFICAZ Los tratadistas en dinámica de grupos han ordenado a aquellas reuniones más difundidas, en dos tipos diferentes:  Privadas (sin público). Se desarrollan en recintos cerrados, no muy amplios, bien ambientados: oficinas, despachos, estudios, salas de reuniones, aulas, bufetes, decanatos, etc. Participan en ellas grupos pequeños de personas (no más de doce), que representan a comisiones, delegaciones, juntas, comités, cámaras, etc. El objetivo fundamental de estos encuentros es definir líneas de acción conjunta, mediante el intercambio de ideas y opiniones acerca del tema determinado. En general, no son reuniones improvisadas; la convocatoria se realiza con adecuada antelación, informando con precisión lugar, fecha, hora y motivo de la misma. De esta manera, los participantes convocados dispondrán de tiempo suficiente para preparar y ordenar sus ideas y el material auxiliar necesario para argumentarlas Formas de oratoria privada más importantes se mencionan las siguientes  Diálogo  Entrevista  Coloquio (conversación en grupo)  Negociación  Grupo de discusión  Interpelación  Tormenta de cerebros (brainstorming)  Públicas (ante público de auditorio, televisivo, radial). El número de participantes que integran estos equipos, varía de acuerdo con el tipo de reunión. Se realizan en recintos cerrados amplios y confortables: auditorios, salas magnas universitarias, sociedades, consejos, etc. Con frecuencia los auditorios están equipados de los medios electrónicos modernos y demás elementos necesarios para el uso del material auxiliar. Ej.: rotafolios, pizarrones, diapositivas, videos, filminas, pantallas, cañón de proyección, retroproyector, Power Point, etc. La convocatoria a una reunión pública tiene como finalidad informar a la concurrencia y actualizarla sobre los temas educativos, culturales, científicos, artísticos o políticos, etc., que, en general, interesan a la sociedad. Las reuniones públicas son difundidas cada vez más dentro de los diferentes sectores sociales y su metodología es muy estimada por el público. La información es transmitida ordenadamente, con criterio docente, dominio académico y con el deseo de compartir con los oyentes los temas que se discuten.

Por otra parte, la brevedad de tiempo que ocupa una reunión pública (1 hora y media aproximadamente), predispone a la gente a concurrir a la convocatoria. Formas de oratoria publica más importantes se mencionan las siguientes  Mesa redonda  Simposio  Foro  Debate Formas Deliberativas Privadas El diálogo Es el caso más sencillo de la comunicación oral. Se trata de un tipo de conversación poco vigorosa. Puede ser formal o informal según sea convenido o casual. Se caracteriza por emplear un estilo llano de expresión oral, transmitido con espontaneidad. El tono es amable. “El diálogo es una conversación entre dos o más persona que, alternativamente, manifiestan sus ideas y opiniones sobre un tema. Puede ser formal o informal.” La entrevista privada Es una conversación entre dos o más personas: un entrevistador y uno o varios entrevistados. Este encuentro consiste en un juego de preguntas y respuestas que conduce a un fin específico. La reunión puede ser convenida previamente o casual, pero en cualquiera de los casos se aplica la misma técnica. El tiempo de duración depende de muchas circunstancias, pero nunca pasa de los 60 minutos. “La entrevista es un encuentro entre dos o más personas, sostenido en un juego de preguntas y respuestas que conduce a un fin determinado.Puede ser convenida o casual” El entrevistador maneja un único elemento para realizar su tarea: la pregunta, que debe ser elaborada, respetuosa e imaginativa, para demostrar idoneidad. El entrevistado, a su vez, actúa por medio de respuesta que demuestran su habilidad dialéctica y su autoridad sobre el tema abordado. En general, conviene definir de antemano el tema de la entrevista para adecuar los contenidos de las preguntas y de las respuestas, de esta manera, la conversación podrá tener una línea de pensamientos coherentes, logrando ser interesante y dinámica. El coloquio (conversación en grupo) Esta técnica de la oratoria deliberativa es definida como un intercambio de ideas y opiniones que se manifiestan "cara a cara", entre los miembros de grupos no muy extensos, normalmente entre cinco y diez personas. En el coloquio la conversación debe seguir un desarrollo coherente, razonado, sin derivar en apreciaciones personales. Su estructura permite debatir un tema prefijado para analizarlo, estudiarlo o tomar una decisión, fijando una línea de acción que responda al criterio de la mayoría. La ubicación semicircular suele ser la más conveniente, ya sea detrás de una mesa o sin ella, pero con asientos cómodos “El coloquio es el diálogo de un grupo humano con similares inquietudes, con el fin de acordar una decisión sobre un tema de interés común. Lo modera un conductor.”

El momento más importante del coloquio se produce cuando el conductor hace el resumen final. En él estarán incluidas las distintas opiniones de todos los participantes, destacando los puntos en que se ha llegado a un acuerdo, pero sin dejar de mencionar las discrepancias de las minorías. La espontaneidad y el dinamismo de los participantes son características del coloquio. La negociación La metodología que se aplica en una negociación se caracteriza por ser una difícil y ardua tarea entre dos o más delegaciones. Su objetivo es armonizar intereses entre las partes. Es un encuentro entre comisiones de expertos que pretenden acuerdos convenientes para sus respectivas propuestas. Cada equipo designa previamente la voz que lo representará; del intercambio de argumentos, entre el representante de cada delegación con los expertos que lo acompañan, resultará la propuesta final que podrá ser aceptada, rechazada o negociada por la parte contraria. Estas reuniones se desarrollan en un clima cordial pero serio, ya que se juegan grandes intereses; los códigos empleados deben ser elaborados y precisos. Cada equipo pretende que su propuesta sea aceptada. “La negociación es un intercambio de propuestas entre dos o más delegaciones. Su objetivo es armonizar intereses entre las distintas partes. El temario a tratar es preparado con anterioridad por cada equipo que interviene.” Pasos de una negociación o Presentación de las propuestas o Discusión de las mismas o Temas de compromiso a asumir o Primer intervalo de la reunión o Intervención de los respectivos expertos o Evaluación de las opiniones recibidas o Segundo intervalo de la reunión o Toma de decisiones. Conclusiones o Negociación acordada/limitada/rechazada o Lectura y firma del acta Grupo de discusión Es un proceso dinámico, en el que un grupo juvenil, en general estudiantes, discuten un tema previsto que interesa a todos. Los participantes son inexpertos en trabajo grupal, necesitan practicar, lo que significa que el grupo hay que "hacerlo". Se designa un instructor con función rotativa. Los miembros del grupo, en general, son educandos, por eso es frecuente que soliciten a un coordinador que ejerza la conducción hasta tanto los alumnos estén prácticos. La función del instructor es escuchar desde un lugar de autoridad y promover una discusión dinámica. “El grupo de discusión es aquél en el que un número reducido de educandos intercambian información para acrecentar conocimientos, tomar decisiones o discutir un tema de interés común. Lo supervisa un instructor.” El instructor presenta el tema, motiva el interés de los participantes y estimula la intervención de todos. Para facilitar la comunicación todos deben verse cara a cara y ubicarse en un ambiente cómodo y agradable. La finalidad de un grupo de discusión es adquirir más información sobre un tema prefijado o tomar una decisión con el aporte de todos.

El grupo establece las normas a seguir, el tiempo asignado a cada participante y a la discusión en su totalidad. Nadie debe silenciar su opinión. La discusión es un intercambio de ideas "cara a cara", que se desarrolla en un clima democrático sin hegemonía de ninguno de los miembros. Dado el clima de libertad en que actúan los participantes, el instructor debe trabajar para ser reemplazado alternativamente por los jóvenes del grupo. La consigna de un grupo de discusión es aprender-haciendo. Todos los participantes han de ser solidarios con las conclusiones a las que se arribe puesto que éstas han sido tomadas después de una elaboración participativa y democrática a la vez. Un secretario elegido por el grupo registrará la información vertida. La interpelación “La interpelación es una cita entre el interpolador que pregunta y el interpelado que responde y expone los descargos de un tema en particular.” En la vida cotidiana la interpelación es una confrontación entre dos partes que actúan desde distintas posiciones. Su técnica requiere la participación de un interpolador que, basado en una información precisa, aborda un tema determinado. En general, esta tarea se apoya en un interrogatorio preparado ex-profeso dirigido al interpelado. Este último debe exponer los descargos pertinentes a los requerimientos sin titubeos, con claridad y precisión en las palabras. Muchas veces, el interpolador, haciendo gala de su información sobre el caso, se adelanta con preguntas que el interpelado todavía no explicó; de este modo se deduce que el buen interpolador es aquel que se distingue más por su talento que por su idoneidad. La interpelación es un acto breve que se realiza ante una situación compleja. Es una práctica difícil de ejercer por lo fatigosa y por el esfuerzo intelectual que exige la discusión. El arte de la elocuencia juega un papel relevante; cada una de las partes debe lograr expresar su verdad y justificar sus argumentos con palabras válidas y firmes. Tormenta de cerebros (brainstorming) Consiste en la aplicación de una técnica de grupo que difiere en gran parte de las formas más conocidas. Los miembros del grupo (a lo sumo doce), actúan con gran libertad en un clima muy informal, en busca de ideas originales, desde razonables hasta extravagantes. Su objetivo es desarrollar y ejercitar la imaginación creadora para encontrar propuestas útiles, pero no urgentes, que sirvan para solucionar situaciones que requieren cambios. Los participantes son informados con antelación sobre el tema a tratar, con el fin que aporten ideas creativas y nuevas. Se organiza la reunión conducida por un director que transmite las normas a desarrollar, designa a un secretario (exterior al grupo) encargado de registrar las ideas que se expongan, además de ofrecer utilizar el grabador, un pizarrón o un rotafolio, para que las propuestas se retengan en la memoria y que además se pueda volver a ellas en caso necesario. “La tormenta de cerebros o brainstorming es un tipo de discusión cuya finalidad es generar ideas originales o soluciones nuevas, ante un problema específico que requiere cambios. Conduce un director”

En un ambiente muy permisivo, despreocupado, sin críticas, el director estimula al grupo e invita a sus miembros a que en un breve lapso (10 minutos aproximadamente) den vuelo a la imaginación (que puede llegar hasta lo irracional) y a exponer ideas creativas Pasos de un brainstorming: 1. Convocatoria a la reunión. 2. El director explica las pautas que se deben cumplir. 3. El grupo presenta las nuevas ideas. Todas son válidas, aun las más extravagantes. 4. Se analizan las propuestas en un plano de acción concreta. 5. El director hace un resumen de las ponencias y lee las conclusiones. 6. Cierra la reunión agradeciendo los aportes recibidos. Formas Deliberativas Públicas Mesa redonda Es una discusión ante el público, en la que participa un grupo selecto de personas (no mayor de seis u ocho) para exponer sus puntos de vista acerca de un tema determinado. Cada invitado conocerá de antemano el asunto a discutir, y sus opiniones podrán o no coincidir con las ideas de los otros participantes. Por ese motivo, a esta forma deliberativa se la llama también "Discusión ante el público". La conducción de una mesa redonda está a cargo de un coordinador. Es una forma ampliamente difundida sobre todo por la televisión; su práctica incluye tanto a grupos de científicos, empresarios, políticos, como a gente común conocedora del tema. El resultado de una mesa redonda depende de su preparación, de la tarea del coordinador y de los integrantes de la mesa. El coordinador debe organizar un encuentro previo a la reunión con los invitados, dándoles a conocer el criterio adoptado para el desarrollo de la misma. Tendrá en cuenta a la vez los antecedentes y trayectoria de cada uno de los participantes. “La mesa redonda consiste en la discusión de un tema ante el público, en la que interviene un grupo selecto de personas, bajo la conducción de un coordinador.” La mesa redonda, por ser una reunión pública, se desarrolla en un escenario o estrado, donde sus integrantes se ubican alrededor de una mesa, a derecha e izquierda del coordinador, de frente al público. La preparación de cada orador establece el nivel de los argumentos El resultado de una mesa redonda se define también por la seriedad de los aportes que se presentan y por el buen resumen de las opiniones expuestas por el coordinador. La reunión será productiva si las ideas conducen a concretar el objetivo de la convocatoria. Las discrepancias deben ser sostenidas con argumentos sólidos, para que tengan validez en la decisión final. Dicho en otros términos, los distintos conceptos emitidos sirven para concretar los puntos de acuerdos o las áreas de desacuerdos y también para facilitar el consenso sobre la tesis sustentada.

Tanto en una mesa redonda como en el simposio o en el debate puede hacerse un breve uso de material auxiliar que, bien elegido, da más precisión a la ponencia. Existe una amplia variedad de instrumentos y de materiales que ayudan a dar mayor relieve a la discusión. Cabe tener en cuenta que los materiales auxiliares son sólo un medio de apoyo a la ponencia; nunca reemplazan al orador porque su aplicación sólo pretende facilitar al público la compresión del concepto emitido. Finalizadas las intervenciones, el coordinador expondrá las ideas principales registradas, haciendo una síntesis de lo debatido y de las conclusiones obtenidas, dando así por terminada la reunión. El simposio Su objetivo bien definido es informar, explicar o instruir en forma ordenada sobre diversos aspectos de un mismo asunto, es decir, que cuando se desea obtener o impartir información certera y variada sobre un tema determinado, se recurre a la técnica del simposio, ya que con la participación de expertos, permite la comunicación rápida y organizada de un asunto. Cada experto (pueden ser 3 ó 6), habla sobre un aspecto particular que responda a su especialización. Los integrantes de la reunión exponen individualmente sin discutir en forma sucesiva (como si fuera una conferencia) y a igualdad de tiempo (30 minutos aproximadamente). No interesa si sus ideas coinciden o no con las de otros expertos, sino que lo importante es que cada uno transmita información actualizada que, sumada al aporte de los demás, constituye un análisis total o casi total del tema. “El simposio es una serie de breves conferencias que tienen un orden preestablecido y que sumadas constituyen la actualización total o parcial de un tema. Al director del simposio se lo llama presidente” Como toda reunión deliberativa pública, el simposio requiere un conductor que en este caso se llama Presidente. Aunque su función no implica discutir, ni opinar, es preferible que sea un gran conocedor de aquello que se va a tratar, es decir, que tenga autoridad. De esta manera podrá seleccionar a los participantes con conocimiento de causa, reuniéndolos previamente y organizando un temario coherente.

Muchas veces se pide a los expositores una copia escrita de sus relatos para mejor planeamiento dela reunión.Los conocimientos del Presidente sobre el tema en cuestión le permitirán resolver cualquier imponderable que pudiera presentarse durante el simposio (preguntas a destiempo, material de apoyo no conveniente o cualquier aclaración que favorezca el mejor desarrollo del encuentro).

Cada experto habla desde su asiento o bien se adelanta hacia una pequeña mesa ubicada frente al estrado. En su conferencia no defiende posiciones personales, sino que aporta conocimientos propios de su especialización. El simposio no admite discusión. El Presidente abre la reunión, explica los objetivos y presenta, por turno, a cada uno de los oradores. Al final cierra el acto, resumiendo brevemente los conceptos expuestos. El foro Se llama foro a cualquier forma de oratoria en la que participa el auditorio. Algunos especialistas en dinámica de grupos lo denominan también "discusión abierta al público". La palabra "foro" recuerda las grandes asambleas romanas, en las que el público tenía oportunidad de participar para debatir un asunto. Actualmente, las formas deliberativas antes analizadas: mesa redonda, simposio y debate, pueden constituirse en foro; basta con que el coordinador explique que después de terminada la reunión, el público podrá participar formulando preguntas. Es frecuente también abrir foro a continuación de un hecho concreto como, por ejemplo, la proyección de una película, un suceso deportivo, un acontecimiento comunitario, artístico o escolar. El auditorio motivado por el conductor, podrá formular preguntas o hacer objeciones acerca del tema tratado. “El foro es una forma de la oratoria deliberativa en la cual participa y opina el público al término de la reunión. Lo conduce un coordinador.” El éxito de un foro depende en gran parte de la capacidad y talento del coordinador. Su función es hacer cumplir el tiempo asignado a cada expositor, solicitar que el interrogante sea preciso y conciso, impedir (con cortesía) exhibicionismo retórico o divagaciones de los participantes.

El debate: Es una forma de oratoria deliberativa muy practicada actualmente, aunque se difunde desde hace tiempo. Siendo su modalidad un proceso rápido y contundente sirve para comunicar públicamente opiniones divergentes, acerca de un tema de interés notorio.El debate tiene leyes propias que lo diferencian de los otros grupos de discusión. Es una polémica verbal que involucra el compromiso de dos sectores que elaboran posiciones antagónicas en torno de un tema predeterminado. Son dos voces que se enfrentan en el enunciado del asunto: una sostiene argumentos que conducen a una posición afirmativa de la proposición, mientras la otra argumenta negativamente con un contradiscurso polémico. La finalidad de cada equipo es refutar la tesis del adversario por medio de razonamientos que prueben que la posición sostenida por el otro grupo es falsa e inconsistente. Cada grupo está formado por dos o tres expertos que analizan un tema debatible, es decir que admite tesis distintas. El moderador en una reunión previa al debate fija las pautas que requiere su desarrollo, como así también el comportamiento ético de los participantes. La no agresión es parte del acuerdo. El éxito de un debate depende, en gran parte, de la imagen transmitida más que de las palabras que se expresen. “El debate consiste en una discusión ante el público, de dos expertos o grupos de expertos que sostienen tesis adversas sobre un tema particular. Lo conduce un moderador.”

Reiner Brehler, en “Prácticas de Oratoria Moderna” explica los tipos de debates que existen y los clasifica en debate abierto, debate americano, debate inglés y disputa entre expertos. Tipos de debate No hay debate que pueda prescindir de alguien que dirija o modere el enfrentamiento dialéctico. Esta persona tiene que tener el derecho de llamar al orden. En ocasiones se le concede también el papel de arbitro encargándose, concluido el debate, de valorar los argumentos que las partes hayan lanzado a la lid. Es costumbre útil levantar acta de los debates, puesto que uno suele ser consecuencia del otro. Siguiendo a Brehler podemos mencionar cuatro tipos de debates: el debate abierto, el americano, el debate inglés y la disputa entre expertos. En el debate abierto, los participantes toman la palabra según un orden de intervención. Las excepciones las señala el moderador, que en un momento dado puede creer conveniente que intervenga alguien para cerrar un punto y pasar al siguiente. El orden de intervenciones sigue el orden en que se haya pedido la palabra. En el debate americano las dos partes en litigio, formada cada una por un mismo número de contrincantes, se encuentran sentadas cara a cara a ambos lados de una mesa. En un extremo está sentado el moderador, en el otro, el encargado de levantar acta. Los dos bandos se alternan en el uso de la palabra. Cada participante puede hacer una sola vez uso de ésta. Queda a discreción táctica de las fracciones el decidir cuándo uno de sus miembros toma la palabra. La suerte decide cuál de las dos partes inicia el debate. Automáticamente, a la parte contraria le corresponde cerrar el debate. El debate inglés muestra la misma distribución espacial que el debate americano. Sin embargo, el turno de intervenciones es consecutivo según el orden de los asientos.En el debate abierto, los oradores pueden intervenir varias veces y replicar a ataques de contrincantes. En las otras dos modalidades son los que hablan en último lugar los oradores encargados de sintetizar y ofrecer réplica a intervenciones anteriores. La disputa entre expertos es una forma especial de debate. En este caso un grupo que pregunta frente a otro que contesta. No resulta infrecuente que las sesiones tengan lugar sin moderador. A una de las partes le está permitido únicamente preguntar, a la otra, contestar. Las preguntas se dirigen a una persona concreta del grupo. El orden de las preguntas y respuestas es aleatorio. MODULO 4 –Oratoria- El auditorio Las presentaciones en público son situaciones de comunicación donde intervienen diferentes participantes, como el emisor y el receptor que se comunican a través de un código establecido: el lingüístico, el gestual y el social y a través de un canal por medio del cual se transmite la información; el objetivo es transmitir un mensaje. Tal comunicación transcurre en un contexto, que es un tiempo y lugar determinado. El orador utiliza como canal de comunicación sus palabras, su tono de voz y su lenguaje corporal, el receptor le va a responder (feedback), con sus palabras, silencios y actitudes. Es necesario el conocimiento del público para orientar el discurso y lograr las respuestas deseadas. Tal como dice Ander Egg “No basta conocer el tema y saber presentarlo, hay que conocer también a los oyentes; esto es, al público o auditorio al que uno va dirigir la palabra. Se trata del receptor en el lenguaje de la comunicación o sea aquellos que reciben o perciben el mensaje y que integran o completan el proceso comunicativo. Un mismo discurso, sobre un mismo tema, con un mismo conferenciante, puede o, mejor dicho, debe ser pronunciado de maneras diferentes según sea el público

al que va destinado. En este Módulo, veremos la tipología de públicos, los objetivos del orador, el estilo de la intervención y el tipo lenguaje. Quién y por qué escucha mi mensaje: Un aspecto a tener en cuenta es si el auditorio será homogéneo como los empleados de una fábrica o heterogéneo como el público que mira Tinelli, ya que el discurso deberá ir dirigido a todos ellos. Es preciso no utilizar términos o expresiones que parte del público no conozca o que no pueda entender. Otro aspecto a tener en cuenta es el número previsto de asistentes, la cantidad de personas influirá en la capacidad de interactuar; de preguntar o debatir; en la necesidad o no de utilizar micrófono o en los posibles medios de apoyo como pizarra o proyectores. También influirá en el discurso si el orador conoce al público, ya que si es así, esto podrá permitirle darle a su discurso un toque de mayor cercanía, más informal. Por otra parte, es necesario lograr identificación con el auditorio y para saber su desempeño como orador, debe mirarlo, tal como dice Di Bartolo “el auditorio es un espejo del orador y eso se manifiesta en los sucesivos estados de ánimo, minuto tras minuto. Si usted quiere saber cómo se está desempeñando, simplemente observe a su auditorio. Los siguientes elementos pueden servir de ayuda cuando se trate de considerar la posible composición del público:  Convencimientos religiosos.  Convencimientos políticos.  Nivel cultural general.  Dominio lingüístico.  Constitución física.  Constitución psíquica.  Carácter general.  Capacidad de memorización. Además hay que tener en cuenta:  ¿Cuánta gente espera que asista?  ¿Cuáles son sus circunstancias?  ¿Quiénes son los socios?.  ¿Quiénes son los competidores?  ¿Cuál es la edad aproximada de su grupo?  ¿Cuál es el nivel de educación?  ¿Cuál es su ocupación o su status profesional? ¿Qué nivel?  ¿Cuál es el conocimiento sobre la audiencia? ¿Antecedentes?  ¿Cuáles son sus prejuicios y su predisposición acerca de mi persona?  ¿Aprecian el humor?  ¿Cuál es su actitud al escucharme?  ¿Qué tipo de información y técnicas son probables para ganar su atención?  ¿Qué información o técnicas son probables para obtener reacciones negativas? Propósitos del orador: Un discurso siempre tiene un objetivo, aunque a veces sea inconsciente para quien lo está emitiendo. Sin embargo, cuando una persona habla profesionalmente tiene que tener claro cuál es su objetivo al hablar y poner todos sus recursos para que se logre. Antes de enfrentarse al público se debe tener claro cuál es la intención, existen una serie de propósitos aunque los mismos no siempre se encuentran en estado puro, siguiendo la descripción de Eugenio Luis Henry, en „Para aprender a hablar en público se mencionarán los más aceptados‟:

Convencer: No significa despojar a la gente de sus ideas o conocimientos, sino complementarlos, reforzarlos o consolidarlos. El desafío es persuadir al auditorio de que tome la decisión o emprenda la acción. Informar: Presentar información para el esclarecimiento o instrucción del auditorio a fin de que haga algo. Implica dar a conocer hechos o datos sin ser alterados por prejuicios o sentimientos personales que le ayuden a incrementar su acervo cultural y su calidad de vida. Motivar: Cuando un auditorio necesita cambiar su opinión o realizar alguna acción a la que no está predispuesto, el propósito de la presentación es motivarlo, va de la mano con el de convencer. Es el más difícil de conseguir, ya que implica no sólo un cambio de actitud ante una idea o concepto, sino además, su correspondiente ejecución. Entretener: Ya es absolutamente caduco el sistema de enseñanza basado exclusivamente en el dictado de información sin estar acompañado de recursos para que el auditorio "la pase bien”. si no se apela a algún efectismo (juegos, anécdotas, adivinanzas, etc.), es muy probable que la atención y comprensión disminuyan. Para que el auditorio esté en un marco favorable, de mente abierta para ser convencido, ilustrado o motivado, necesita estar entretenido. Estilo de la intervención: Es un hecho indiscutible que no se puede hablar en público siempre de la misma manera: hay que ajustar el estilo de la intervención a las características de cada ocasión, sino la presentación podría ser un fracaso. Las características que definen el estilo de una intervención son numerosas:  formal o informal  seria o desenfadado  sobria o entusiasta  cercana o distante  rigurosa o generalista  monólogo o participativa  con apoyo visual o sin apoyo visual El orador debe buscar darle a su intervención aquella orientación adecuada y con la que pueda lograr el mayor impacto en el público. En caso de duda, es preferible elegir la iniciativa más moderada ya que resulta menos llamativo hablar de manera formal en un acto informal, que hablar de manera informal en un acto formal. La forma de vestir también debe adecuarse al tipo de acto. Como última observación, se puede decir que un toque de humor, sabiamente administrado, no se contrapone con la seriedad ni con el rigor y ayuda a romper el hielo y empalizar con la audiencia. Lenguaje: Lo primero que uno debe procurar cuando habla en público es ser entendido, es necesario emplear un lenguaje apropiado, según el público al que se dirige. Deben utilizarse términos y expresiones que todo el público pueda entender, los términos técnicos se usarán sólo si la audiencia conoce su significado. Si se manejan abreviaturas o acrónimos hay que estar seguro de que el público sabe lo que significan, si no habrá que explicarlos. La regla que debe presidir todo discurso es la de la sencillez; mientras que en un texto escrito el lector puede volver sobre un párrafo que no haya entendido, en un discurso no existe tal posibilidad, por lo que hay que facilitarle a la audiencia su comprensión. El lenguaje debe ser preciso y directo, con frases sencillas y cortas, utilizando tiempos verbales simples. El público o auditorio: “Para hacer escuchar lo que decimos, es menester ponemos en el lugar de aquellos a quienes nos dirigimos.” Jean-Jacques Rousseau Ander Egg en su libro „Cómo aprender a hablar en público‟ afirma que para saber lo que voy a decir y cómo he de decirlo, he de saber a quién se lo voy a decir. Todo

conferenciante tiene una responsabilidad frente a su auditorio. si actúa con responsabilidad y quiere comunicarse bien con el auditorio, tiene que saber a quiénes habla. Importancia del público o auditorio en el proceso comunicativo: Como lo advierte CollVinent, en el proceso de comunicación, el receptor o receptores de un mensaje (el público en el caso de la oratoria) son tan protagonistas como el conferenciante. El conferenciante u orador era tenido como el eje y figura central, prácticamente única, mientras que el auditorio ocupaba un segundo lugar. Ahora existe un enfoque nuevo y diferente del problema: se considera que el conferenciante inicia el proceso, pero no lo domina por entero, ni puede reservarse la última palabra en él. No basta conocer el tema y saber presentarlo adecuadamente. Hay que conocer también a los oyentes, esto es, al público o auditorio al que uno ha de dirigir la palabra. Se trata del "receptor" en el lenguaje de la comunicación, es decir, de aquellos que reciben o perciben el mensaje y que integran y completan el proceso comunicativo. No basta que los que forman parte del auditorio oigan (acto pasivo, más o menos automático), es preciso que escuchen (esto es, que presten atención, que quieran comprender). Para ello, el emisor debe enviar un mensaje teniendo en cuenta al receptor o receptores; en otras palabras, el orador o el conferenciante se han de adaptar al auditorio. Necesidad de informarse acerca del público: Se trata de saber a quién se dice lo que se dice, para saber cómo se dice. Esta información previa, es indispensable para organizar el discurso en lo que hace al nivel de contenido (la mayor o menor profundidad en el tratamiento de los temas y el modo de abordarlos) y la forma de presentación. En cada intervención pública que se hace, uno siempre se dirige a un público determinado, real, concreto, no a un público abstracto. Por ello hay que conocer algo de la vida, de las reacciones y de las aspiraciones de la gente a quienes se va a dirigir. Sobre este punto Ander Egg dice que hay que tener en cuenta una doble consideración: ‟ qué se tiene que conocer acerca del auditorio, ‟ qué tipo de análisis tenemos que hacer de nuestro público o auditorio potencial. ¿Qué se tiene que conocer acerca del auditorio?: En líneas generales, podemos y debemos informarnos acerca de las siguientes cuestiones, en relación con el colectivo a quien se dirige el mensaje (o que será nuestro auditorio):  número de personas (tamaño de la audiencia);  edad (casi siempre se presenta una amplia gama de edades, aunque suele darse una tendencia a predominar gente de determinada edad);  sexo: en los públicos suele haber gente de uno y otro sexo pero, si predomina uno más netamente, éste será un factor para considerar;  procedencia y origen;  condición social;  situación económica media;  estudios;  profesión y ocupación de la mayoría o la que es más representativa;  nivel cultural medio;  mentalidad, inclinaciones;  religión, creencias, valores;  pertenencia o no a asociaciones;  costumbres y modos de vida;  centros de interés: problemas o preocupaciones que predominan entre quienes forman parte del auditorio;  aficiones.

¿Qué tipo de análisis tenemos que hacer de nuestro público o auditorio potencial? Si se trata de un discurso con un propósito de persuasión o convencimiento, se necesita saber mucho más del público que cuando se trata de un discurso puramente informativo. Las preguntas más pertinentes, pueden ser las siguientes:  ¿Qué interés razonable espero del auditorio ante el tema? o, para decirlo con otras palabras, ¿por qué este público está aquí (o estará) dispuesto a escucharme sobre este tema concreto?  ¿Qué conocimientos posee el auditorio acerca del tema de la conferencia?  ¿Qué actitudes puedo esperar de los oyentes ante el tema del discurso y la forma de enfocarlo (favorable, neutra, hostil)?  ¿Qué concepto o expectativas tiene el posible auditorio acerca del conferenciante? La reputación del orador es un arma de doble filo: atrae positivamente a un público, pero al mismo tiempo crea grandes expectativas que a lo mejor no pueden satisfacerse.  ¿Qué sentimientos experimentan, unas respecto de otras, las personas que estarán en la conferencia?  ¿Cómo es el local en que se pronunciará la conferencia (favorable o poco favorable para la comunicación, etc.)?  ¿Qué distancia física habrá entre el orador y el auditorio? Toda esta información, tiene que servir para establecer una estrategia en el modo de presentar el discurso, tanto en lo que hace al contenido como a la forma. Debemos informarnos tanto cuanto sea posible y saber que nos movemos con una cierta incertidumbre en cada conferencia en concreto. Características comunes de casi todos los públicos: Hay características son comunes a todo auditorio. Pueden resumirse en las siguientes:  Normalmente, la actitud inicial de un público es amigable, respetuosa y expectante. Esta expectativa puede ser en relación con el tema de la conferencia o con la personalidad del orador. 

El público, en general, se interesa por aquellos asuntos que conciernen o se relacionan con su vida; si el conferenciante trata cuestiones ajenas a los intereses de su público, éste comienza a "desconectar" y puede terminar en el aburrimiento general.  Todo público reacciona como una entidad psicosocial con modalidades propias y diferentes de los individuos que forman parte de ese auditorio, considerados aisladamente. Cuando la gente se congrega en grupos o asambleas, es susceptible, en gran medida, de excitaciones emocionales y de contagio emotivo.  La gente que asiste a una conferencia tiene un sentimiento inconsciente a reclamar por qué y con qué derecho alguien le dirige la palabra: de algún modo, el conferenciante tiene que justificarlo.  Normalmente, la gente se resiste, consciente o inconscientemente, a salir de su modo de pensar, sentir y querer; por eso el conferenciante ha de tener en cuenta el nivel de conciencia y de conocimientos en que se encuentra la gente. En el desarrollo de una conferencia, es muy probable que uno se encuentre con tres categorías de oyentes:  los que estarán de acuerdo con lo expuesto en la conferencia;  los que asumirán una actitud más o menos neutra o de indiferencia;

 los que no aceptarán las ideas, sugerencias o análisis presentados; en este caso, conviene que el rechazo total o parcial del contenido no sea rechazo del orador. El orador puede influir sobre el público, por persuasión o por autoridad o bien por una mezcla de ambas, aunque, cuanto más adulto y maduro sea el auditorio, menor será la influencia de autoridad. Todo público merece el respecto del orador, quien de algún modo tiene ante él una tarea pedagógica. Y esta tarea pedagógica implica una responsabilidad, expresada fundamentalmente en preparar bien el tema y en desarrollarlo de la mejor manera posible. El auditorio y los fenómenos de Psicología de Masas: La Psicología de Multitudes enseña que el público posee características nuevas y distintas de cada individúo considerado en particular y distintas de la suma de los caracteres individuales que lo componen. Gustave Le Bon, precursor de los estudios sobre Psicología de Masas, ya lo decía en el siglo XIX: en determinadas circunstancias, cuando se forma parte de una multitud, la personalidad consciente se esfuma y los sentimientos y las ideas de los individuos se orientan en la misma dirección, como consecuencia de un fenómeno de contagio colectivo. La oratoria es un fenómeno psicosocial que debe comprenderse como tal. Cualquiera que sea la finalidad del discurso o conferencia (informar, distraer, persuadir o convencer), la tarea del orador consiste en crear estímulos en los oyentes a través de las palabras, la voz, la acción y otros recursos específicos (ilustraciones, proyecciones de diapositivas, etc.); estas ayudas visuales se han de utilizar cuando la índole de la conferencia lo permita. Por tanto, el orador debe saber que en un auditorio el sentimiento y la emoción priman sobre la razón, ya sea que considere al público en general o a cada oyente como individuo en particular. El diálogo o coloquio posterior a la conferencia: Cada vez es más frecuente abrir un coloquio o diálogo con posterioridad a la conferencia, a fin de que el público (asumiendo también un cierto protagonismo) tenga oportunidad de expresar sus puntos de vista, de preguntar y también de dar respuestas. Un diálogo o coloquio posterior a la conferencia permite detectar los resultados de la descodificación hecha por los receptores, con lo cual el conferenciante puede corregir las distorsiones que se han producido, ya sea por malas interpretaciones o por una explicación insuficiente o inadecuada. Junto a las indudables ventajas y a la conveniencia de abrir el diálogo, hay que saber que pueden presentarse algunos problemas: la reacción de aquellos que siempre están en contra; la actitud de los "sabihondos" o "listillos" que señalan todo lo que faltaba por decir y los análisis que no se han hecho. No falta el listo a quien le gusta "destacarse"; para ello, nada mejor que señalar lo que no se ha dicho. Habrá, también, en determinadas ocasiones, aquellos que tienen animosidad u ojeriza al conferenciante y procurarán que el acto termine de manera enojosa o con mal sabor. A veces, el conferenciante se encuentra con una expresa voluntad de boicoteo. En otras circunstancias, los que no simpatizan con el conferenciante se limitarán a desplegar una "pantalla emocional" que tenderá a deformar lo que se dice o a rechazarlo sin considerarlo. Es muy oportuno que quien preside el acto o conferencia, el coordinador de la reunión o el conferenciante mismo, expliquen brevemente en qué consiste el coloquio o diálogo. Con frecuencia, se tiende a confundirlo con un debate. No es lo mismo, ni los frutos que se pueden obtener tampoco son de la misma índole y significación. En un debate se defienden tesis o posturas contrapuestas, que sirven para el juego dialéctico, frecuentemente con más preocupación por vencer sobre el otro, que por aclarar o profundizar una cuestión. A nuestro entender, es absolutamente necesario ir reemplazando los debates por los diálogos y coloquios. No se trata de una simple cuestión semántica; se trata de formas diferentes de abrir-se a la búsqueda de la verdad,

teniendo como punto de partida que nadie posee, ni podrá poseer, una verdad de manera plena. Insistimos en este punto, que tiene una doble dimensión y su práctica tiene una doble consecuencia:  por una parte, es el diálogo y no el debate (en el sentido de discusión que enfrenta a personas) lo que desarrolla una actitud científica para el abordaje de los problemas;  por otra, el diálogo infunde en nosotros una actitud existencial, expresada en conductas y modos de relacionarnos más humanos, porque son más amistosos y fraternales. En lo que concierne a la forma de actuar durante el diálogo o coloquio, conviene que el conferenciante tenga en cuenta algunas cuestiones:  La primera y fundamental es que esté verdaderamente abierto al diálogo, sintiéndose con el público, de acuerdo con aquello que decía Paulo Freiré, "compañeros en la pronunciación del mundo", como personas inconclusas en "la búsqueda permanente del más ser".  Cuando se dialoga, no se busca "derrotar al otro" en una discusión, sino encontrar juntos un trocito de verdad. No habrá dificultad, entonces, en reconocer que uno se había equivocado, o en admitir un matiz o reajuste del propio pensamiento, gracias a lo que ha permitido ver el otro.  Para el diálogo debe existir una "escucha activa" por parte de todos: cada uno debe hacer "tangible" la recepción que ha hecho del mensaje del otro, probando que ha entendido realmente y que ha entendido bien.  Precisamente esta escucha activa es la que evita el "diálogo de sordos", en el que cada uno habla sin abrirse a la realidad de los otros; cada uno sigue con su tema sin que la intervención de los otros modifique en nada lo que tenía propuesto expresar.  El conferenciante debe ser el primero en esta apertura, siendo un oyente atento, considerado y respetuoso ante las diferentes intervenciones. Ha de tener la capacidad de ponerse en el puesto del otro y de ver las cosas desde la perspectiva del que está haciendo la pregunta, el comentario o la crítica. La retroalimentación orador/público/orador: para un conferenciante u orador no basta dominar el tema de la conferencia; tiene que lograr sintonizar con el auditorio. Se ha dicho que esta sintonía es saber transmitir en la longitud de onda del o de los interlocutores. Todo el esfuerzo del conferenciante debe orientarse a hacerse entender y comprender, adaptándose a las peculiaridades y circunstancias concretas de su auditorio. Un grupo que comparece ante un conferenciante no espera sólo palabras: espera una actitud empática, esto es, ponerse en lugar del otro, saber captar las aspiraciones y necesidades, tratar cuestiones que son de interés para la gente. “Para que la comunicación se realice, la persona debe salir de si, hacerse disponible al otro, situarse en su punto de vista, comprenderle.” (Emmanuel Mounier ). Para lograr esta sintonía, el nivel en que transmite el emisor debe coincidir con el de los receptores. Esto es válido tanto para las relaciones persona a persona, como para las relaciones conferenciante-auditorio. Por eso se ha dicho (y con razón) que es mejor bajar el nivel y ser entendido, que elevarlo y ser admirado. El conferenciante habla y, mientras está hablando, el público reacciona de una determinada manera. Por lo que el que habla debe estar atento a recibir las reacciones del público y ajustar inmediatamente su intervención (en la medida en que pueda hacerlo) conforme con cómo reacciona su público (o parte de él). Tiene que darse, pues, una rápida retroalimentación orador/público/orador. Ésta es una cualidad de todos los buenos conferenciantes,

oradores y profesores: la flexibilidad, ductilidad y rapidez para adaptar su mensaje a las reacciones del público. Las herramientas para la comunicación oral: Adecuación: Ignacio Di Bartolo, en su libro „Para aprender a hablar en público‟ afirma que muchos oradores, absortos en sus particulares intereses y sometidos por la presión de sus propias ideas que consideran muy importantes, olvidan que se están comunicando con personas cuyas inquietudes pueden resultar completamente distintas de las suyas. Cuanto más sepa de su público, mejor podrá adaptarse el discurso a sus necesidades. Su primera fuente de información es la persona que le pide que hable. Necesita conocer los intereses de su auditorio y saber qué formación tiene acerca del tema. Esto es muy importante cuando se trate de estudios técnicos en los cuales puedan utilizarse palabras que son comprensibles para todos. También importa la circunstancia en que va a hablar. Tenga presente la secuencia de los oradores y escúchelos con atención. Evite innecesarias repeticiones. Si es un programa largo, sea breve y concreto. También deberá adecuar su disertación al tamaño de la sala. Cuanto más cerca tenga a su público, más informal podrá ser su lenguaje y mayor atención se le prestará a sus ideas. Si el público está lejos y disperso deberá hablar en un tono más alto, gesticular más y usar sus ojos para "acercar" a los oyentes. Di Bartolo también nos dice que en la práctica, cuando el orador es invitado a hablar, debe tener muy claras cuáles son las preguntas que debe hacer antes de aceptar el compromiso. ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cuánto tiempo? ¿Cuál es el objetivo? ¿Quiénes forman el auditorio? ¿Cuántos son? Al respecto el autor presenta las siguientes conclusiones: Con saber cuándo, veré si llego. Al preguntar dónde, veré si debo. Si sé cuánto tiempo, veré si alcanza. Evaluando el propósito, podré enfatizar lo que corresponde. Conociendo las características del auditorio, adecuaré mi conferencia a esa circunstancia. El orador debe ajustar su mensaje adaptándolo a las particularidades del auditorio y al ambiente u ocasión en que va a pronunciar la conferencia. Sintonizar con el público, vibrar en la misma longitud de onda, es un objetivo obligado y a veces difícil, que debe imponerse a sí mismo quien aspire a comunicar eficazmente sus ideas, sus planes o sentimientos. Ignacio Di Bartolo comenta que a través de los estudios de Psicosociología se estima que existe una diferencia fundamental en el receptor, según sea el número de miembros que lo componen. Sobre esta base puede decirse que hay tres tipos de público: el grupo de diez a veinte participantes, el auditorio de más de treinta individuos y la multitud a partir de quinientas personas. Aunque los límites no son precisos, ésta puede ser la base de una diferenciación que es, de todos modos, fundamental. El estudio de la Psicología de las Multitudes tuvo un pionero en Gustavo Le Bon, quien a fines de siglo pasado escribía en su libro "Psychologie des Foules". "En determinadas circunstancias, la aglomeración de hombres posee características nuevas, muy distintas de las de cada individuo. La personalidad consciente se esfuma, los sentimientos y las ideas de los individuos se orientan en una misma dirección". Se ha visto que en el seno de la multitud cada individuo vive afectivamente a nivel únicamente del sentimiento colectivo, de la relación afectiva secreta que lo une a las personas que están cerca y no se manifiesta en cuanto individuo. Las diferencias individuales quedan diluidas ante los parecidos y coincidencias: los compartimientos individuales se reducen a un denominador común. La emoción provoca el automatismo. Los músculos del rostro son la expresión más viva del automatismo emotivo. Edouard

Cuyer ("Expressions de la physionomie") analizando las fisonomías de las personas que constituyen la muchedumbre comprobó que los músculos de la cara funcionan en ellas al mismo tiempo, provocando igual expresión en todos los individuos sometidos a análogas emociones, a pesar de su visible heterogeneidad. Autómatas con la misma cara, impulsados por la misma emoción. Esta comunión por sí misma puede conducir a un comportamiento activo absolutamente inesperado e incongruente muchas veces con el proceder normal de un individuo, a veces desencadenado por un agitador o un líder. A veces en pequeños grupos pueden darse fenómenos multitudinarios, pero es excepcional. Gustavo Le Bon manifestó que la multitud no tiene cerebro y que lo que hay que estimular es la médula espinal. Por eso cada vez que un orador tiene que expresarse ante un público numeroso, debe tomar conciencia de esa comunicación subyacente no verbal, que existe entre él y el auditorio: éste no reacciona sólo a lo que dice clara y expresamente, sino a todo lo que se sobreentiende. A continuación tomamos a Ignacio Di Bartolo que cita a Juan Carlos Igareta sobre el descubrimiento de algunas leyes, a saber:  Ley de la unidad psicológica: Los miembros del grupo tienden a unificar sus ideas y sentimientos.  Ley de la disminución intelectual: El gran público es poco propenso a razonar sutilezas o comprender argumentos muy intelectuales.  Ley del predominio emocional: Los integrantes de un público grande reaccionan más con la emoción que con el sentimiento. El público, en general, es una reunión de personas que conservan su propia personalidad y espíritu crítico. La diferencia fundamental con la multitud, está dada por la actitud psicológica con que los oyentes participan del acto. Nunca en la historia pudo hablarse a tanta gente de la forma aparentemente tan sencilla como se hace ahora desde un estudio de televisión. A continuación presentamos las conclusiones de Di Bartolo para ser creíble en televisión:  Toda su expresión corporal habla: las manos, los pies, la postura, los ojos. Hasta el diámetro de las pupilas puede verse. Todo lo que dice debe ser cierto. Aprenda también a decir no sé.  Comparta la calidez y la alegría que habitualmente se disfruta en el estudio de televisivo.  El tono de nuestra palabra debe ser cuidadosamente coloquial, con la naturalidad de estar conversando en una reducida reunión social. Si tuviera ahora que elegir tres cualidades esenciales para triunfar frente a una cámara de televisión, diría sin lugar a dudas: brevedad, cordialidad y credibilidad. Capacidad para entretener: A continuación presentamos las conclusiones de Ignacio Di Bartolo acerca de la importancia de tratar de no deslumbrar al auditorio, de manifestar sin temor sus sentimientos y de comunicarse con su auditorio. No trate de deslumbrar: El auditorio advierte inmediatamente cualquier velada intención de deslumbrar. Los devaneos de superioridad e importancia, generan en el público un rechazo tal por la personalidad del orador, que hacen insalvable la conferencia más valiosa. La modestia inspira confianza, el exhibicionismo irritación. Únicamente es lícito hablar de sí mismo si no hubo una adecuada presentación. Manifieste sin temor sus sentimientos: El verdadero orador nunca actúa, transmite lo que siente y de esa forma llega al corazón de quien lo escucha. Es necesario saber que cuando usted hable en público transmitirá interés en proporción al grado de su entusiasmo. No reprima sus verdaderos sentimientos. Si domina el tema, si le entusiasma una idea, muéstrela sin temor.

Comuníquese con su auditorio: Es evidente que la comunicación entre los humanos se establece a dos niveles: uno visible, el de las palabras pronunciadas; otro secreto, el de las intenciones profundas. La intelectual y lo afectivo. Afectividad es la palabra que emplean los especialistas para designar todos los fenómenos no verbales de la comunicación. ¿Qué queremos decir con "simpático"? Busqué la palabra en el Diccionario de la Real Academia Española y dice: "Conformidad, inclinación o analogía de una persona, respecto de los afectos o sentimientos de otra”. Modo de ser y carácter de una persona, que la hacen atractiva o agradable a los demás". Interpreto que para que el orador sea simpático a su público debería buscar que éste sienta inclinación o analogía por sus afectos y sus sentimientos. La Academia define también el vocablo "simpático": "Que inspira 'empatía. Dícese de la cuerda que vibra por sí sola cuando se hace sonar a otra". Trate de captar la expectativa del público: Trate de ser simpático y de hacernos vibrar con su propia vibración. Ron Hoff es uno de los formadores de conferencistas más importantes de los Estados Unidos. Él llama a este sentimiento de aproximación entre el presentador y el público un "momento perfecto", que se da en algunas circunstancias. Como si ambos hubieran compartido una experiencia trascendente en sus vidas que ocupará un lugar permanente en sus memorias. El lenguaje: Alberto Bustamante, en el texto de Di Bartolo „Para aprender a hablar en público‟ reflexiona acerca del lenguaje. El lenguaje es un rasgo esencialmente humano, es el producto más complejo del pensamiento humano, la máxima expresión de su capacidad creadora. El autor propone tres grandes líneas que tratan de explicar el origen del lenguaje humano, la religiosa, la evolutiva y la social. 1° Origen Religioso del lenguaje: Todas las religiones explican el lenguaje humano como un atributo de los dioses al hombre. 2º Hipótesis Evolutiva: A comienzos del siglo XIX, Charles Darwin postuló la teoría de la evolución, según la cual el ser humano proviene por evolución selectiva de un animal, posiblemente de algún tipo de simio. Uno de los procesos en la evolución humana sería la posición erecta y bipedalismo (caminar en dos pies). Esta marcha erguida habría producido cambios físicos estructurales que permitieron el nacimiento del lenguaje articulado. Según David McNeil el bipedalismo, estrechó el canal del parto, lo que a su vez, es causa de que el período de gestación de los humanos sea relativamente corto. El llanto y los gritos constituyen el primer medio de comunicación oral. Phillip Liebermann llega a su vez, a la conclusión, comparando la estructura craneal del hombre y de los chimpancés, que los primeros presentan el tipo de estructura craneal que permite producir los sonidos del lenguaje articulado. Esto se complementaría con la observación que "las partes blandas" del cuello y la cabeza, como la lengua y la laringe, son muy diferentes (más desarrolladas) en el ser humano que en los simios. Estas teorías tratan de explicar exclusivamente el lenguaje articulado (la palabra), sin embargo, como veremos más adelante el lenguaje humano se define por su naturaleza simbólica y no por su naturaleza oral (fónica). En este camino hay autores como Eric Lenneberg, quien cree que fue necesaria una evolución neurológica para la aparición del lenguaje. Así unos de los cambios principales sería la "lateralización" cerebral, es decir asignar tareas específicas a cada hemisferio cerebral. En todos los animales ambos hemisferios cumplen funciones idénticas. El lenguaje es función del hemisferio izquierdo. 3° Hipótesis Social: El hombre es y ha sido un ser gregario, vive en comunidad y lo hizo fundamentalmente para sobrevivir. Muchos mamíferos son animales gregarios, algunos se comunican y usan herramientas rudimentarias, pero el único que tiene un

lenguaje es el hombre. Posiblemente nació de su necesidad de comunicarse durante la cacería o la recolección de granos o frutos, para advertir un peligro. Nuestra inteligencia es hoy lingüística. Bustamante hace una distinción entre lenguaje y palabra, afirma que el lenguaje es un producto de nuestro cerebro, de su actividad neuronal. En él se forman nuestras ideas, pensamientos, en forma de lenguaje. Sin lenguaje no hay ideas ni pensamientos. La palabra es la enunciación oral (fónica) del pensamiento a través de nuestros órganos de la voz. La comunicación humana oral, no es más que la transmisión de un pensamiento, un sentimiento entre dos o más cerebros. El autor afirma que la comunicación no es exclusiva de la palabra, puede hacerse en forma gestual (la mirada, la postura), por señas, como el lenguaje de los sordomudos, por banderas. El lenguaje es un fenómeno único. Según Heidegger "La palabra es la morada del ser". Y según Nietzsche: "El hombre vive en el lenguaje". ¿Por qué la necesidad del lenguaje?: Posiblemente el lenguaje nació para que los hombres puedan coordinar acciones (cazar, recolectar, defenderse). Por ello decimos que su origen es social no sólo biológico. Obviamente necesitamos además las estructuras anatómicas para hablar. El lenguaje fue primero externo, para lo social, para el trabajo compartido, para las relaciones interpersonales, luego como un verdadero bumerang se volvió al mismo hombre, se internalizó, se hizo subjetivo. Primero hablamos con los demás, luego con nosotros mismos y esto cambió al hombre. Por ello decimos que el hombre creó el lenguaje y el lenguaje creó al hombre. Sin lenguaje no hay hombre ni sociedad. Se habla en compañía y en soledad. El modelo clásico que se usa para ejemplificarla nos muestra un Emisor (orador), el que tiene algo que transmitir; un mensaje, lo que se quiere transmitir; y un receptor (oyente), que recibe o debe captar el mensaje. Pero este modelo tiene un error conceptual muy importante. Este modelo está tomado de la comunicación electrónica. En esta comunicación "el sentido" del mensaje no es significativo para el receptor. Todo lo que se pide de él es fidelidad en la reproducción del mensaje, tanto oral como visual. En cambio en la comunicación humana el "sentido" del mensaje es esencial. Este sentido del mensaje está ligado a un tema muy significativo, la escucha humana. S. Freud dijo que el lenguaje es ante todo un lenguaje escuchado, privilegiando de este modo la escucha en la comunicación humana. Hablamos para ser escuchados aún por nosotros mismos. En general en la cultura occidental se ha jerarquizado el hablar, dándosele al escuchar un papel pasivo y secundario. Para comprender la escucha humana debemos comenzar por diferenciar entre oír y escuchar. Oír es un fenómeno biológico relacionado con la estructura de nuestro órgano auditivo. Por lo tanto oímos lo que nuestra estructura biológica nos permite oír. Escuchar tiene otro espacio es oír más interpretar. El autor además reflexiona sobre el Escuchar y dice que es un aprendizaje que pertenece al dominio del pensar y que configura la suma de dos factores: Comprensión de lo que se ha dicho y oído y, además, interpretación de ese mensaje. Bustamante afirma al respecto que el escuchar se enriquece más cuando logramos interpretar y dar significado a los silencios, a los gestos, a los movimientos posturales de quien habla. El gran misterio de la escucha humana es que no interpretamos exactamente lo que nos dicen. Esto ocurre porque en la comunicación humana no existe una estructura biológica que capte fielmente el mensaje emitido, por el contrario existen estructuras mentales, psíquicas, que actúan como verdaderos filtros, como pantallas deformadoras entre lo que dice el emisor y lo que escucha el oyente. Esos filtros vienen desde el pasado, por lo cual, o bien no dejan pasar cierta información o la dejan pasar pero deformada. Cada uno escucha lo que escucha o quiere escuchar.

Decir y escuchar son dos fenómenos diferentes: Además, dice Bustamante que se puede escuchar aunque no haya sonido o palabras. En la escucha interviene además el cuerpo, lo gestual, las miradas. Otro elemento perturbador de la escucha es la emocionalidad. No seremos escuchados si el estado emocional no es el adecuado. Se puede escuchar de varias formas, con distinto compromiso ante el habla del otro. El autor propone varias formas de considerar la escucha:  Ignorando  Fingiendo escuchar. "Sí", "ya", "correcto"  Escucha selectiva. Una especie de "zapping" mental.  En forma "inclusiva" (aceptando escuchar, sin prejuicios, ni preconceptos)  Escucha "exclusiva" (cerrándose a todo lo que se dice)  Escucha "dialógica" Creo importante establecer la diferencia entre discusión y diálogo. El significado etimológico de la palabra discusión es "disgregar" y se refiere a la comunicación entre personas que sostienen puntos de vista diferentes y en consecuencia conciben las cosas de modo diferente. El diálogo, en cambio, es diferente, en el, nadie trata de ganar, y si alguno gana, todos salen ganando. En el diálogo no estamos jugando "contra" ellos, sino "con" ellos. Bustamante también aborda la Escucha empática, al respecto expone los siguientes postulados:  Esta es la forma ideal de escuchar, es ponerse en lugar del otro, "es ponerse en sus zapatos". La base para la escucha empática es el respeto mutuo. Si no aceptamos al otro como un legítimo otro, si no aceptamos la alteridad, si no se respetan las diferencias individuales, la escucha estará siempre limitada y se obstruirá la comunicación entre los seres humanos. Cada vez que ponemos en duda la legitimidad del otro, cada vez que nos plantamos como superiores al otro, sobre bases de color de piel, religión, sexo, estado social o cualquier otro factor que podamos utilizar para Justificar posiciones de egocentrismo, etnocentrismo o chauvinismo cada vez que presumamos que nuestra particular forma de ser es la mejor manera de ser, nuestra escucha se resentirá y daremos paso al dogmatismo, al extremismo y al fundamentalismo. Para escuchar debemos permitir que los otros hablen, pero también se debe preguntar. Estas preguntas nos permitirán comprender los hechos y emitir juicios bien fundamentados. La escucha es la base del aprendizaje, de la comunicación, del entendimiento. El autor, en el libro „Para aprender a hablar en público‟ también trata del mundo de la Filosofía. Al respecto Bustamante dice que la filosofía no es una ciencia Es una reflexión sobre los saberes disponibles. Decía Kant que la filosofía no se aprende, que sólo se puede aprende a filosofar, filosofando nosotros mismos. A continuación el autor expone otras conclusiones al respecto. Filosofar es una dimensión constitutiva de la existencia humana, es vivir con la razón. Toda filosofía es una lucha. ‟ Sus armas: la razón. ‟ Sus enemigos: la ignorancia, el fanatismo, el oscurantismo. ‟ Sus aliados: las ciencias. ‟ Sus objetivos: el hombre y la verdad. ‟ Su meta final: la sabiduría, la felicidad. En el mundo occidental su origen se remonta a la Antigua Grecia con Sócrates, Platón, Aristóteles. Estos filósofos privilegiaban el pensamiento el razonamiento y lo llevaron a su máxima expresión en la "Metafísica". Esta forma de pensar el mundo se extendió por siglos, así en el 1700 si máximo exponente fue Rene Descartes, cuyo pensamiento respecto a tema queda claramente expresado en su frase "Cogito ergo sum" (piense

luego existo). Pero este pensamiento hegemónico de más de 2000 años, se comenzó a cuestionar entre fines del 1900 y nuestros días. Filósofos como Heidegger y Nietzsche, un lingüista Weittgenstein y un biólogo Maturano, han cuestionado este pensamiento helénico y han desplazado el reinado de la mente, del razonamiento, al del lenguaje humano. Clásicamente al lenguaje se le atribuyó un papel secundario, pasivo. Servía para describir la realidad del medio externo, físico y la realidad interna, la de los sentimientos. Primero estaba la realidad y luego la palabra. Esta nueva forma de ver al mundo la conocemos como "Ontología de lenguaje". Una de sus premisas fundamentales son "los seres humanos son seres lingüísticos" y otra igualmente básica dice: "El lenguaje crea realidad”. Bustamante afirma que a través de ese poder generativo la palabra, el lenguaje adquiere un papel fundamental en nuestras vidas, ya que a través del lenguaje podremos diseñar el tipo de ser que quiero ser o el tipo de ser en el que quiero convertirme. Este poder del lenguaje se desarrolla principalmente por medio de lo que se denomina "Actos lingüísticos básicos". Los actos lingüísticos se realizan en todos los idiomas y por lo tanto son inherentes al lenguaje humano. Estos actos son: ‟ Las afirmaciones ‟ Las declaraciones ‟ Los juicios ‟ Las promesas En la afirmación describimos lo que vemos y que está sustentada en el consenso social de lo que consideramos, las afirmaciones pueden ser verdaderas o falsas. El gran problema con los juicios estriba en el hecho de que mucha veces los juicios son considerados afirmaciones (verdaderos o falsos) esta visión equivocada de los juicios es fuente de innumerables malentendidos. Los seres humanos viven enjuiciando. Los juicios se afirman en el pasado y se extienden hasta el futuro. Por ello se debe ser muy cauto al emitirlos. Los juicios hablan de quien los emite.( Heidegger). Reuniones de alta productividad: Román Ceriani en el libro „Para aprender a hablar en público‟ nos propone repasar el concepto de reunión: Una reunión puede definirse como el proceso en el cual varias personas se encuentran con un propósito común. Permite el conocimiento mutuo de los participantes, la toma de conciencia de un objetivo compartido, la adopción de un método de trabajo y el desarrollo de un lenguaje común. Ceriani, analiza brevemente la definición pensando en situaciones de la actividad diaria. Nuestro trabajo busca desarrollar un nuevo enfoque en el cual el conductor y los participantes son parte interesada de este proceso y en el que todos los integrantes de la organización hacen uso de esta herramienta de comunicación conociendo las técnicas que optimizan la utilización del recurso. Ceriani propone definir Reunión, incorporando conceptos básicos de trabajo en equipo y reconociendo factores de la coyuntura a los cuales deberemos adaptamos. Nuestra definición sería entonces la siguiente: Reunión: herramienta o espacio de comunicación, intercambio e interacción en el que varias personas se encuentran con un propósito propio o que adoptan como tal. Es además una poderosa herramienta para motivar a los participantes al trabajo en equipo bajo una estructura de red e intercambio, generar la adopción de un método de trabajo y el desarrollo de un lenguaje común. Participantes - Los Principios de una Participación Productiva: 1-Duro con el problema, blando con las personas: Las salas de reuniones están hechas para trabajar. Las personas se reúnen para resolver problemas, informar o hasta para persuadir, pero de ninguna manera para entablar una lucha de poderes aunque implícitamente esto exista. Debemos crear un ámbito en el que cada integrante realice

su aporte sin condicionantes que nos quiten el privilegio y la oportunidad de escuchar completamente su visión. "...y a partir de nuestra temprana belicosidad desarrollamos un estilo consistente en discutir ferozmente sin dejar de ser amigos. Llamamos a esto Confrontación Productiva." 2-Haga Foco en el Objetivo Principal de la Reunión: la objetividad de los participantes en una reunión no está garantizada, y la subjetividad se ve alimentada por factores emocionales que alejan del camino al participante y lo llevan a intervenciones poco felices cargadas de un sentido puramente individual. "Cuando se encuentre en una negociación, concéntrese en su objetivo y no en su posición”. Debemos mantener el foco en el objetivo de la reunión sin hacer caso a respuestas emocionales, invitando siempre a volver al camino si otro participante lo hace o se detiene a justificar una objeción. Es primordial identificar un objetivo que se encuentra implícito en todo encuentro y es el objetivo de la evolución. Evolucionar requiere en muchos casos cambiar de opinión. Un participante que busca evolucionar junto al grupo debe estar preparado para cambiar de parecer si descubre que una nueva idea es la correcta, sin por esto ser tildado de inconsistente. 3- La búsqueda del Consenso, aún desde el disenso: Si nos remitimos a la definición de la palabra consenso ésta nos habla de consentimiento unánime, y por consentimiento expresa el hecho de autorizar, permitir, tolerar. Es decir, consenso no es pensar lo mismo que el resto sino acompañar la decisión aunque ésta implique un voto sobre un punto que no cuenta con nuestro convencimiento absoluto. La gran mayoría de las veces las decisiones se ven trabadas por la falta de consenso, es decir, falta de tolerancia, apoyo o acompañamiento y obligadas a ser liberadas por un proceso de votación. Un participante con una actitud positiva hacia el trabajo de equipo y con la conciencia y la responsabilidad que implica encarar un objetivo común, debe poder lidiar con una situación de diversidad de opiniones y acompañar incluso desde el disenso la decisión del grupo. Definamos „consenso‟ como la acción de aprobar y acompañar la decisión del grupo aún desde el disenso, como un aporte solidario y colectivo. Si la decisión tomada cuenta con el apoyo de participantes comprometidos con el objetivo principal de la reunión por sobre la posición de cada uno, no existen perdedores sino un grupo de trabajo exitoso y empresario. 4- Cultura de Trabajo en Red, no fragmentado: Si consultamos las últimas publicaciones sobre Dinámica de Sistemas en su enfoque sobre organizaciones, identificaremos a la Ley de Fragmentación como a "la división de un sistema en sus partes componentes generando así la pérdida de dinámica y del efecto sinérgico”. La departamentalización de una empresa u organización en forma funcional reduce la dinámica de la misma, por la pérdida de interconectividad y complementariedad. Las empresas cada vez más tienden a departamentalizar por procesos, en los que cada proceso es un sistema completo, sin fragmentación y de esta forma aumenta la dinámica de la organización. Cuando integrantes de diferentes áreas ingresan a la sala de reuniones, es inevitable despojarlos del sentimiento de pertenencia que opera en ellos en relación con su grupo. Para evitar este efecto, debemos trabajar intensamente en la institucionalización del concepto de trabajo en Red. En palabras de Roberto Serra, una Red no tiene centro sino que todos los nodos son importantes y se potencia con la fuerza de sus miembros. La red resulta ser el nuevo icono de la interdependencia y es el arquetipo que mejor describe nuestra economía, nuestra comunicación, nuestra sociedad. Es así como comprendemos que el poder de una red es mayor que el poder de los componentes. El reconocimiento de las redes implica darle prioridad a las relaciones que surgen de la interacción entre los nodos más allá de los nodos en sí mismos. En una red, cada

miembro agrega valor a toda la red. El modelo al que todos debemos sujetarnos como participantes de reuniones implica un cambio en nuestra forma de encarar la interacción con las áreas. Debemos migrar desde un pensamiento tradicionalmente orientado al individualismo o a la defensa del grupo al que presento hacia la colaboración entre representantes de áreas integrantes de una única red en la búsqueda del bien común. La combinación del valor aportado a la red desde el lugar funcional que cada participante ocupa genera el efecto sinérgico que toda organización busca. Esto debe darse también en la sala de reuniones. 5- Comprométase a dar su mejor aporte ¡siempre!: El aporte de cada participante es el mejor input que puede tener una reunión. Para que esto se vea materializado, debemos encarar el encuentro con seriedad y responsabilidad. 6- El Cariño y el Respeto profesional nunca están en duda: tener buenas relaciones interpersonales es un requisito básico para cualquier trabajador hoy en día, considerando que debe relacionarse constantemente con el resto de la organización para obtener recursos y desarrollar de la mejor forma la tarea que se le ha encomendado. Si aceptamos que éste es un factor positivo en el trabajo diario debemos reconocer que puede ser muy improductivo cuando condiciona el accionar de las personas. Debemos instruir a cada participante con esta noción. Disentir, observar, objetar o discutir no deben confundirse con pelea, agresión o cuestionamiento. Un buen participante debe interactuar libremente con el objeto Principal de la reunión como único propósito.

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